La Flor Del Amancay
La Flor Del Amancay
La Flor Del Amancay
La tribu viva cerca de Ten-Ten Mahuida, que hoy se conoce como cerro
Tronador.
En aquel entonces, el hijo del cacique era un joven llamado Quintral. No
haba muchacha en la regin que no suspirara al mencionar sus actos de valen-
ta, su fsico vigoroso, su voz seductora. Pero a Quintral no le interesaban los
halagos femeninos. l amaba a una joven humilde llamada Amancay, aunque
estaba convencido de que su padre jams lo dejara desposarla. Lo que el joven
guerrero no imaginaba, es que Amancay tambin senta por l un profundo
amor, y no se animaba a decirlo porque pensaba que su pobreza la haca indigna
de un prncipe. Tanto amor inconfesado encontrara pronto una dura prueba.
Sin aviso, se declar en la tribu una epidemia de ebre. Quienes caan vc-
timas de la enfermedad deliraban hasta la muerte, y nadie saba cmo curarla.
Texto 2005 Graciela Repn. Imagen 2005 Viviana Agosti. Permitida la reproduccin no comercial, para
uso personal y/o nes educativos. Prohibida la reproduccin para otros nes sin consentimiento escrito de los
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Graciela Repn (recopiladora) - La or del amancay
Los que permanecan sanos pensaban que se trataba de malos espritus y comen-
zaron a alejarse de la aldea.
En pocos das, Quintral tambin cay. El cacique, que velaba junto a su
hijo despreciando el peligro del contagio, lo escuch murmurar, en pleno deli-
rio, un nombre: Amancay...
No le llev mucho averiguar quin era, y saber del amor secreto que sen-
tan el uno por el otro.
Decidido a buscar para su hijo cualquier cosa que le devolviera la salud,
mand a sus guerreros a traerla.
Pero Amancay ya no estaba en su casa. Se hallaba trepando penosamente
el Ten-Ten Mahuida. La machi, la hechicera del pueblo, le haba dicho que
el nico remedio capaz de bajar esa ebre era una infusin, hecha con una or
amarilla que creca solitaria en lo alto de la montaa.
Lastimndose manos y rodillas, Amancay alcanz nalmente la cumbre y
vio la or abierta al sol.
Apenas la arranc, una sombra enorme cubri el suelo. Levant los ojos y
vio un gran cndor, que se pos junto a ella levantando un viento terrible a cada
golpe de sus alas. El ave le dijo con voz atronadora que l era el guardin de las
cumbres y la acus de tomar algo que perteneca a los dioses.
Aterrada, Amancay le cont llorando lo que suceda abajo, en el valle,
donde Quintral agonizaba, y que aquella or era su nica esperanza.
El cndor le dijo que la cura llegara a Quintral slo si ella acceda a
entregar su propio corazn. Amancay acept, porque no imaginaba un mundo
donde Quintral no estuviera, y si tena que entregar su vida a cambio, no le
importaba. Dej que el cndor la envolviera en sus alas y le arrancara el cora-
zn con el pico. En un suspiro donde se le iba la vida, Amancay pronunci el
nombre de Quintral.
El cndor tom el corazn y la or entre sus garras y se elev, volando
sobre el viento hasta la morada de los dioses. Mientras volaba, la sangre que
goteaba no slo manch la or sino que cay sobre los valles y montaas. El
cndor pidi a los dioses la cura de aquella enfermedad, y que los hombres
siempre recordaran el sacricio de Amancay.
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Graciela Repn (recopiladora) - La or del amancay
La machi, que aguardaba en su choza el regreso de la joven, mirando
cada tanto hacia la montaa, supo que algo milagroso haba pasado. Porque
en un momento, las cumbres y valles se cubrieron de pequeas ores ama-
rillas moteadas de rojo. En cada gota de sangre de Amancay naca una pequea
planta, la misma que antes creca solamente en la cumbre del Ten-Ten.
La hechicera sali al exterior, mirando con ojos asombrados el vuelo de un
cndor gigantesco, all en lo alto.Y supo que los vuriloches tenan su cura. Por
eso, cuando los guerreros llegaron en busca de Amancay, les entreg un puado
de ores como nica respuesta.
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