Puleo Alicia - 2012 - Contrarreforma Patriarcal en Nombre de La Ecología

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Contrarreforma Patriarcal en nombre de la ecologa

Alicia Puleo Garca1

http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/Contrarreforma-Patriarcal-en
Mircoles 12 de septiembre de 2012

La Contrarreforma Patriarcal y los derechos sexuales y reproductivos

Estamos asistiendo al ascenso de fundamentalismos religiosos de diverso signo que


contribuyen a una gran Contrarreforma Patriarcal en curso en distintas partes del mundo.
Sus ideologas son contrarias a las libertades individuales y particularmente alrgicas a las
de las mujeres. En el momento en que escribo estas lneas el Ministerio de Justicia de
Espaa prepara una reforma de la ley del aborto que implicar el abandono de la actual
ley de plazos que fue aprobada por el gobierno del Partido Socialista en 2010. Todo indica
que el actual gobierno conservador pretende implantar una ley de supuestos an ms
restrictiva que la que rigi entre 1983 y 2010. Si tal reforma se lleva a cabo, ni siquiera se
permitir la interrupcin voluntaria del embarazo en casos de malformacin fetal y se
perdern todos los avances que se haban conseguido al respecto tras aos de lucha
feminista. La ley espaola del aborto perder toda similitud con las de la mayor parte de
los pases europeos y se acercar, en cambio, a las normas vigentes al respecto en la casi
totalidad de los pases latinoamericanos. Esta es una mala noticia no slo aqu sino
tambin para todas las personas que luchan en Latinoamrica por el reconocimiento de
los Derechos Sexuales y Reproductivos y que vean en la legislacin espaola de los
ltimos aos un precedente culturalmente cercano en el que apoyar sus reivindicaciones.
Caminamos, pues, hacia atrs a marchas forzadas. Como en un pasado ya lejano, slo
podrn decidir sobre su cuerpo en condiciones de seguridad las mujeres que tengan los
medios econmicos para viajar al extranjero.

Una de las caractersticas ideolgicas de la nueva realidad que han dejado tres dcadas de
capitalismo neoliberal a escala mundial es la continua utilizacin fraudulenta de la nocin
de libertad para eliminar la capacidad de accin libre. Bien conocida es la vieja estrategia
capitalista de reducir los derechos de los trabajadores en nombre de la libertad; se recorta
la posibilidad de encontrar amparo en el marco legal-institucional y se eliminan las
barreras protectoras contra la depredacin ecolgica y econmica. El emprendedor,
supuestamente, no las necesita. Se vale por s mismo y slo precisa tener voluntad para
llevar a cabo sus proyectos. Menos conocido es, en cambio, el discurso que invita a las
mujeres, en nombre de la libertad, a elegir las viejas cadenas patriarcales contra las que
tanto se ha luchado desde el feminismo.

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Alicia H. Puleo es doctora en Filosofa y profesora titular de Filosofa Moral de la Universidad de Valladolid

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As, para justificar su propuesta de reforma de la Ley de Interrupcin Voluntaria del
Embarazo, el Ministro de Justicia ha afirmado que liberar a las mujeres de la violencia
de gnero estructural. Con esta expresin se refiere a la opresin que supuestamente
sufren las mujeres por no poder dedicarse plenamente a la maternidad debido a sus
obligaciones en el trabajo asalariado. Es cierto que existen dificultades para conciliar la
vida laboral y familiar. Pero resulta patente que no es una ley de maternidad forzada lo
que permitira a las mujeres compatibilizar su justa aspiracin a la independencia
econmica o al desarrollo profesional con sus eventuales deseos de ser madres. La
conciliacin de la vida laboral y familiar ha de facilitarse a mujeres y hombres y pasa por
una serie de medidas propias de ese Estado de Bienestar que justamente ahora est
siendo demolido.

A menudo, desde su aparicin en la dcada de los ochenta del siglo XX, el neoliberalismo
econmico se ha apoyado en un neoconservadurismo moral. El Tea Party estadounidense
es el ejemplo paradigmtico de esta combinacin letal. El partido republicano de EE.UU.
tambin ha incluido en su agenda la abolicin del derecho al aborto. Se ha sealado, con
acierto, que se trata de compensar con la apelacin a valores y representaciones
tradicionales la desintegracin real de los lazos familiares y sociales llevada a cabo por las
implacables leyes del beneficio capitalista. A esta interpretacin, hay que sumar otra: un
elemento esencial de la eficacia poltica del discurso neoconservador es su antifeminismo,
que satisface un inconsciente, o no verbalizado, deseo de retorno a situaciones pretritas
de subordinacin del colectivo femenino. No parece simple casualidad que surja esta
nostalgia cuando escasean los puestos de trabajo y las condiciones laborales se hacen
cada vez ms duras.

El canto de sirenas para que las mujeres vuelvan a casa no slo suena desde lo que se
conoce habitualmente como la derecha conservadora. Tambin se escucha desde cierto
ecologismo que habla en nombre de la santidad de la vida y de la sabidura ancestral,
reivindicando para s el ttulo de verdadero pensamiento contestatario y haciendo gala de
denunciar a las grandes corporaciones multinacionales que amenazan la Tierra.

El ecologismo conservador y la santidad de la vida (humana)

La R-Evolucin calostral ha empezado es el significativo ttulo del monogrfico que la


revista The Ecologist para Espaa y Latinoamrica (n. 48, enero-marzo de 2012) ha
dedicado a la maternidad y el aborto. El calostro es el lquido segregado por las glndulas
mamarias durante el embarazo y despus del parto. Your body is a battleground,
denunciaba la artista plstica Barbara Krugger en una obra feminista ya clebre. Una vez
ms, ahora teido de verde, el cuerpo de las mujeres se presenta como territorio de
lucha. Los temas de portada del monogrfico son elocuentes con respecto a la
estructuracin del discurso: La usurpacin de la fertilidad, La esterilizacin de la
poblacin, El proselitismo pro-abortista, Las tecnologas Terminator, La
mercantilizacin de la maternidad, El parto/nacimiento natural, Ciclos lunares e
indigenismo. La importancia de este monogrfico puede medirse por la gran difusin e

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importancia de esta revista en el mundo de la ecologa en lengua espaola.
Desgraciadamente, con este nmero, asistimos a la confirmacin del giro de esta
publicacin peridica hacia posiciones espiritualistas neoconservadoras.

Todo su contenido podra ser resumido en la idea de que el aborto no es ecolgico ni


ecologista. El conjunto de sus artculos es una clara declaracin de guerra contra el
ecologismo poltico que acepta el derecho al aborto y a la eutanasia. Estos derechos de
libertad individual son presentados como formas de opresin del Estado paternal-
autoritario gracias a esa tpica pirueta retrica que ya hemos visto utilizada en el
proyecto de reforma de la ley del aborto.

La eutanasia slo es objeto de una breve mencin. El tema central es, como lo muestra el
ttulo elegido, la condena inapelable del aborto al que consideran negacin de la fertilidad
y oculta forma antiecolgica elegida por los poderes econmicos y polticos para dominar
el mundo. Su argumentacin es la apropiada para obtener la adhesin de un pblico
alternativo y contestatario en principio ms tendente a la afirmacin de las libertades
individuales. No llama a la obediencia sino a la insumisin. Afirma que la forma de
rebelarse frente al tecnopatriarcado es (que las mujeres acepten) volver a los ciclos
sagrados de la vida. Se mezclan en un totum revolutum preocupaciones que no podemos
dejar de compartir como la dominacin econmica, la contaminacin con agrotxicos o
los peligros inherentes a los cultivos transgnicos con manipulaciones ideolgicas en torno
a la interrupcin del embarazo y las prcticas anticonceptivas. Para el ecologismo
neoconservador la planificacin familiar y la interrupcin de una gestacin son algo tan
irresponsable y violento como el accionar de las grandes corporaciones que devastan el
planeta o el genocidio nazi.

Mientras en manifestaciones y redes sociales las feministas se estn enfrentando a las


nuevas amenazas que se ciernen sobre los Derechos Sexuales y Reproductivos con lemas
tales como Basta de rosarios en nuestros ovarios, los ecologistas neoconservadores han
decidido transmitir la buena nueva de que en los ovarios brama (sic) la fuerza vital de la
reproduccin y que quien aspira al dominio, segn el Tao, lo pierde. Con el objeto de
presentarse como una posicin emancipatoria y progresista que, sin embargo, es contraria
a la anticoncepcin, al aborto y a la integracin de las mujeres en el mundo de lo pblico
en pie de igualdad, subrayan la diferencia que los separa de la Iglesia catlica, a la que
consideran una espiritualidad jerarquizada y obsoleta. Entre metafsicas oscuras sobre el
poder de la Eternidad y citas de sanadoras indgenas, encontramos alusiones a un San
Agustn retocado que pondra todas las esperanzas de cambio del mundo en el poder de
las madres. Como en Sexo y carcter (publicado en 1903; ltima versin en espaol: ed.
Losada, 2004), del pensador misgino Otto Weininger, las mujeres son reducidas a dos
grandes figuras: la Madre y la Puta, y se afirma que la segunda es an ms bsica que
la primera. La Madre es nutricia. La Puta que habra en toda mujer, segn esta
singular perspectiva, es la naturaleza salvaje, indmita, del placer sexual ligado
inexorablemente a la reproduccin.

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A pesar de la unanimidad del mensaje de todos los autores del monogrfico, entre las
mujeres (menos numerosas, por cierto) hay una mayor tendencia a enfatizar los supuestos
poderes de la mujer natural, salvaje, cuerpo frtil, tero rebelde. El parto llega a ser
presentado como xtasis orgsmico que las madres comunes modernas no son capaces de
gozar porque estn profundamente reprimidas por el patriarcado. Los autores varones, en
cambio, parecen inclinarse por momentos a considerar a las mujeres como seres infantiles
que no son capaces de comprender lo que hacen cuando abortan, por lo que consideran
que el verdadero culpable es quien legisla a favor, quien lo lleva a cabo y quien lo justifica
intelectualmente. Y todos estn de acuerdo en que la nueva maternidad-paternidad
regida por la Naturaleza ancestral y liberada del catecismo feminista ser capaz de
regenerar a la humanidad. Se dice que el feminismo ha introducido la discordia entre los
sexos, disminuyendo as la natalidad, como si siglos de Historia no nos hubieran enseado
que el patriarcado ha herido y matado mucho antes de que el movimiento por los
derechos de las mujeres fomentara el desorden de la autonoma femenina y la
maternidad responsable.

Segn este ecologismo neoconservador, la liberacin de las mujeres consistir en dejar de


pretender ser iguales a los hombres. Vuelve, as, la decimonnica teora de la
complementariedad a recordar a las fminas cules son sus labores naturales. Desde
luego, esta no es la primera vez que se utiliza el concepto de Naturaleza para poner en su
lugar a un colectivo insubordinado. En plena Revolucin francesa, los jacobinos
recordaron a sus compaeras de partido que era hora de escuchar la voz de la sabia
Naturaleza y abandonar las veleidades polticas. Eso s, se lo recordaron de malas maneras
cuando ya no necesitaban su apoyo porque el poder estaba tomado. El tratamiento
filosfico de los sexos de Rousseau que alguna vez he llamado discurso del elogio (nadie
puede hacer las labores domsticas del cuidado como vosotras por lo que no seris
ciudadanas de pleno derecho sino que os limitaris a criar ciudadanos) reaparece en plena
revolucin burguesa con tonos ms perentorios, como decreto de cierre de los clubes
polticos de mujeres, y durante largo tiempo subsisti en tanto prohibicin del acceso a la
educacin superior, a las profesiones liberales y a los derechos civiles. Ahora, con el
ecologismo neoconservador, vuelve a adquirir los tonos aduladores y envenenados del
engaoso discurso del elogio: sois maravillosas, poseis virtudes y poderes
extraordinarios. Los estudios universitarios estropean esas capacidades innatas de vuestro
sexo, se nos recuerda gentilmente. Hay que reconocer que, en otras latitudes, la
Contrarrevolucin Patriarcal no se anda con tantos remilgos. En Irn, por ejemplo, se
acaba de prohibir el acceso de las mujeres a 77 especialidades acadmicas, entre ellas
Informtica, Lengua inglesa, Literatura y Biologa por considerarlas poco aptas para la
naturaleza femenina.

Apunte final: Ecofeminismo crtico para la libertad de las mujeres

El ecologismo neoconservador dirige sus ataques al ecologismo poltico y al feminismo.


Salva, en cambio, al ecofeminismo o, ms exactamente, a lo que entiende por tal. Define
al ecofeminismo como una vuelta al orden natural, a una feminidad autntica, ancestral,

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amorosa, etc. Le aconseja incluso cambiar de nombre, renegar del trmino feminismo.
Debo decir que, definido en esos trminos, mejor sera que cambiara de nombre; cuestin
de no llamar feminismo a lo que termina siendo su contrario.

En Ecofeminismo para otro mundo posible (Ctedra, 2011), he esbozado un ecofeminismo


crtico que reivindica la igualdad y la libertad de las mujeres y sus derechos sexuales y
reproductivos. El ecofeminismo debe ser un pensamiento crtico que no envuelva en
vapores msticos y discursos del elogio el ataque al legado emancipatorio feminista que
hemos recibido. Ha de ser una reflexin-accin atenta a las relaciones de poder y a las
ontologizaciones que a menudo las encubren. Tiene que ensayar la superacin tanto del
sexismo como del androcentrismo en nuestra mirada y nuestro hacer cotidianos. Quienes
queremos otro mundo posible, con un horizonte sin dominaciones, podemos ser
ecofeministas analizando crticamente los aspectos antiecolgicos del patriarcado,
luchando contra los prejuicios e injusticias de gnero, clase, etnia, opcin sexual y especie,
desarrollando una praxis solidaria y universalizando la prctica del cuidado que el
patriarcado adjudic en exclusiva a las mujeres. No necesitamos volver a viejos
estereotipos de gnero ni apelar a una santidad de la vida que, empeada en la condena
del aborto, se revela humana, demasiado humana.

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