Discurso de Severn Suzuki Ante La Cumbre de Medio Ambiente y Desarrollo 1992

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Discurso de Severn Suzuki ante la Cumbre de Medio Ambiente y Desarrollo

1992
Hola, soy Severn Suzuki y represento a ECO (Environmental Children's Organization). Somos un grupo
de nios de 12 y 13 aos de Canad intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler,
Michelle Quigg y yo. Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aqu, a cinco mil millas, para
decirles a ustedes, adultos, que deben cambiar su forma de actuar. Viniendo aqu hoy, no voy a ocultar
mi objetivo; estoy luchando por mi futuro. Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos
puntos en el mercado de valores. Estoy aqu para hablar en nombre de todas las generaciones
venideras. Estoy aqu para hablar en defensa de los nios hambrientos cuyo llanto es ignorado por
todo el mundo. Estoy aqu para hablar de los incontables animales que mueren en este planeta porque
no les queda donde ir. Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono. Tengo
miedo de respirar el aire porque no s qu sustancias qumicas hay en l. Sola ir a pescar en
Vancouver, mi hogar, con mi padre, hasta que hace unos aos encontramos un pez lleno de tumores.
Y ahora sebemos que animales y plantas se extinguen cada da, y desaparecen para siempre. Durante
mi vida, he soado con ver las manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletos de
pjaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirn para que mis hijos los vean tambin.
Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenan mi edad? Todo esto ocurre ante
nuestros ojos, y seguimos actuando como si tuviramos todo el tiempo que quisiramos y todas las
soluciones. Slo soy una nia y no tengo soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco
las tienen; no saben cmo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono; no saben cmo devolver
los salmones a aguas no contaminadas. No saben cmo resucitar un animal extinto. Y no pueden
recuperar los bosques que antes crecan donde ahora hay desiertos. Si no saben cmo arreglarlo, por
favor, dejen de destruirlo. Aqu, ustedes son seguramente delegados de gobiernos, gente de negocios,
organizadores, periodistas o polticos, pero en realidad son madres y padres, hermanas y hermanos,
tas y tos, y todos ustedes son hijos. An soy slo una nia, y s que todos somos parte de una familia
formada por cinco mil millones de miembros, treinta millones de especies, y todos compartimos el
mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarn eso. An soy slo una nia,
y s que todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un nico mundo tras un nico objetivo.
Aunque estoy enfadada, no estoy ciega, y, aunque tengo miedo, no me asusta decirle al mundo cmo
me siento. En mi pas derrochamos tanto Compramos y desechamos, compramos y desechamos, y
an as, los pases del Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo ms que suficiente,
tenemos miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos. En Canad vivimos una vida
privilegiada, plena de comida, agua y proteccin. Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisin.
Hace dos das, aqu en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algn tiempo con unos nios que
viven en la calle. Y uno de ellos nos dijo: Deseara ser rico, y si lo fuera, dara a todos los nios de la
calle comida, ropa, medicinas, un hogar, amor y afecto. Si un nio de la calle que no tiene nada est
deseoso de compartir, por qu nosotros, que lo tenemos todo, somos tan codiciosos? No puedo dejar
de pensar que esos nios tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda.
Yo podra ser uno de esos nios que viven en las favelas de Ro; podra ser un nio murindose de
hambre en Somalia; un nio vctima de la guerra en Oriente Medio, o un mendigo en la India. An soy
slo una nia, y s que si todo el dinero que se gasta en guerras se utilizara para acabar con la pobreza
y buscar soluciones medioambientales, la Tierra sera un lugar maravilloso. En la escuela, incluso en
el jardn de infancia, nos ensean a comportarnos en el mundo. Ustedes nos ensean a no pelear con
otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas,
a compartir y a no ser codiciosos. Entonces, por qu fuera de casa se dedican a hacer las cosas que
nos dicen que no hagamos? No olviden por qu asisten a estas conferencias: lo hacen porque nosotros
somos sus hijos. Estn decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberan poder
confortar a sus hijos diciendo: todo va a salir bien, esto no es el fin del mundo y lo estamos
haciendo lo mejor que podemos. Pero no creo que puedan decirnos eso nunca ms. Estamos
siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: Eres lo que haces, no lo que dices. Lo
que hacen me provoca el llanto por las noches. Nos educan dicindonos que nos queris; los desafo:
por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras.
Gracias.

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