La Ruptura Epistemológica, de PDF
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La ruptura epistemolgica de
Bachelard a Balibar y Pcheux
Estudios de epistemologa
Cita sugerida:
Karczmarczyk, P. (2013). La ruptura epistemolgica de Bachelard a Balibar y Pcheux.
Estudios de epistemologa (10), 9-33. En Memoria Acadmica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.7329/pr.7329.pdf
LA RUPTURA EPISTEMOLGICA, DE
BACHELARD A BALIBAR Y PCHEUX
Pedro Karczmarczyk
Universidad Nacional de La Plata - IdIHCS - CONICET
Resumen
En el presente trabajo intentaremos analizar cierta serie o tradi-
cin de reflexiones sobre el conocimiento cientfico que lo caracteri-
zan por su discontinuidad en relacin al conocimiento ordinario o
sentido comn. El origen de esta serie puede localizarse en la obra
de Gaston Bachelard y su peculiar estudio de los actos epistemolgicos
con los que se rompe con el pasado en una disciplina cientfica. Estos
actos contrastan con lo que este autor califica como el mito
continuista del empirismo. Esta posicin ser apropiada por
Althusser y desarrollada por sus discpulos Balibar y Pcheux. Inten-
taremos mostrar que el factor comn de la discontinuidad no consti-
tuye una posicin monoltica, sino que cabe reconocer, en las posi-
ciones que consideramos, maneras diversas de entender la naturale-
za de la misma. En este sentido, la revisin de las posiciones que
Althusser efectu en su autocrtica constituye un punto de obser-
vacin privilegiado del abanico de alternativas que algunos de sus
discpulos desarrollaran sobre bases diversas.
Abstract
In the present paper we analyze a tradition of reflections on
scientific knowledge which distinguish it because of its
discontinuity with common sense or ordinary knowledge. The
beginning of this tradition can be traced back to Gaston Bachelard
and his peculiar study of the epistemological acts which allows a
scientific field to break with its past. The study of these acts helps to
overcome what Bachelard considers is the empiricist myth of
continuity of knowledge. Bachelards views were retaken by
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riencia cientfica no sera sino una especializacin (ver Karczmarczyk 2007, esp. In-
troduccin).
Sin embargo, como varios autores lo han reconocido, el trabajo de Gadamer
en Verdad y mtodo contiene cierto atraso en su concepcin del mtodo cientfico
(vase Weinsheimer, Introduccin). La concepcin del mtodo cientfico que per-
manece ms o menos inclume a lo largo de esta obra es la de cierto inductivismo
que encontrara, en la remisin a los enunciados observacionales, el trampoln para
superar el problema epistemolgico que plantea la dependencia contextual del ob-
servador, el problema de la objetividad del conocimiento. De manera que en los
enunciados de observacin, reportes observacionales con la peculiaridad epistemol-
gica de que en los mismos se superpone parecer y ser (si me parece que veo azul, enton-
ces efectivamente veo azul), el mtodo cientfico encontrara una tarima para saltar desde
el sujeto emprico al sujeto epistmico, para ir desde el individuo concreto en su
dimensin histrica al sujeto en lo que ste tiene de universal. De ah que la caracte-
rizacin dominante del mtodo con la que lucha el pensamiento hermenutico sea la
de un camino forzoso, un camino en el que los primeros pasos conducen necesa-
riamente a los pasos finales, en el que las premisas obligan la conclusin. Es esto lo
que el mtodo inductivista ofreca a sus sostenedores siendo ello lo que estimulaba
los intentos de resolver de algn modo el problema de la induccin.
Frente a esto, la hermenutica pudo mostrar que esta forma de experiencia no
es el ncleo universal de una subjetividad que se constituira en dilogo consigo
misma, sino la especializacin, o incluso la estilizacin, de alcance limitado, de una
forma de experiencia ms fundamental. De esta forma de experiencia, cuyo alcance
se pretende universal al indicar que es tambin la experiencia del lenguaje, conforma-
da por las palabras y presupuesta por las mismas, como se dijo, la hermenutica quiso
sealar su carcter no centrado (en una conciencia o en una voluntad), lo que impli-
caba, en cierto sentido, reconocer contra la experiencia controlada, planificada, so-
metida a la voluntad, cierto carcter involuntario, cierta pasividad de la misma. Reco-
nocer esta pasividad arrojamiento implicaba reconocer nada menos que la
historicidad de la experiencia. Para clarificar el estatuto de esta experiencia Gadamer
tuvo que volverse hacia la tradicin del gusto, del sentido comn, del tacto y la Bildung,
de la tica antigua y la phrnesis en suma, que en su irreductibilidad a reglas y en la
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La idea de partir del cero para fundar y acrecentar sus bienes no puede
surgir sino en cultura de simple yuxtaposicin, en las que todo hecho
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comn le parece insuficiente, asociado al cmo fenomenolgico, por lo cual hay que
trabajar por debajo del espacio, por as decir, en el nivel de las relaciones esenciales
que sostienen los fenmenos y el espacio (2010: 7), trabajo que abre las puertas de
un matematismo formativo en el que lidiamos, no ya con el cmo, sino con el porqu
matemtico. Para quien siga nuestra referencia a Wittgenstein, ser claro a qu remite
a nuestro entender, la expresin relaciones esenciales.1 Ello le permite a Bachelard
hablar de una razn arquitectnica, que construye las condiciones de experimentacin,
y que define con estas condiciones la esencia de los fenmenos considerados. No se
trata, en este matematismo formativo, de la mera traduccin de los hechos de la
experiencia corriente para describirlos matemticamente, de describir con exactitud
lo que tenamos en otro dominio, sino de establecer, en la propia experimentacin,
las condiciones de aparicin de los fenmenos. Inevitablemente, esta compleja
racionalizacin discursiva choca con la evidencia inmediata, en virtud de ello Bachelard
insiste en que la razn arquitectnica es simultneamente razn polmica. El contraste no
podra ser mayor con la concepcin tradicional del mtodo cientfico y la teora del
conocimiento, para la que la experiencia es el terreno de la evidencia.
Esta concepcin de la racionalizacin de la experiencia queda bellamente ilus-
trada en la siguiente reflexin sobre la dialctica de la enseanza:
1
Ver Wittgenstein 1999 # 371: La esencia se expresa en la gramtica.
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cientfica.
Ahora bien, la oposicin entre yuxtaposicin y sistema caracteriza la diferen-
cia entre la experiencia comn y la experimentacin cientfica. Sin embargo, indic-
bamos que Bachelard destaca la bipolaridad de los obstculos. As, frente al mito
continuista del conocimiento cientfico construido sobre la observacin, se erige,
como un obstculo, la absolutizacin del sistema. Ello desconoce que el pensamien-
to cientfico es dinmico, que en l el sistema es un medio y no un fin. El pensamien-
to cientfico inventivo no fija sus sistemas experimentales, la definicin de los carac-
teres orgnicos de los fenmenos, de una vez y para siempre, como quien establece
la intensin de un conjunto y se ocupa luego de ir al encuentro de su extensin. Por
el contrario, el carcter dinmico del pensamiento cientfico requiere pensarlo como
una actividad ejercida entre la extensin y la intensin. En este sentido, Bachelard
indica que la riqueza de un conocimiento cientfico se mide por su poder de defor-
macin (2010: 73). La riqueza de un concepto no es entonces la del descubrimiento
sucesivo de notas en un caso aislado, ni la de la extensin sucesiva de una coleccin.
Puesto que la aplicacin est sometida a deformaciones sucesivas, los conceptos
cientficos son dinmicos:
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Vase ms arriba una crtica semejante de parte de Bachelard al pensamiento precientfico.
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Vale la pena recordar aqu a Wittgenstein cuando le replicaban que es natural creer que el
sol gira alrededor de la tierra, porque as se nos presentan las cosas. A lo que Wittgenstein respon-
da, pues cmo se nos presentaran si fuera al revs?
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Quiz quepa pensar aqu que este crculo no constituye un crculo vicioso debido a la con-
tinuidad entre prctica y concepto que viene implcita en la idea de conceptos en estado prctico.
Cabra entonces explorar la relacin de este problema con el del crculo hermenutico.
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Althusser se expresa al respecto de la siguiente manera: ...la nueva teora ya no puede ser,
como la teora clsica del conocimiento, una teora de las condiciones formales, intemporales del
conocimiento; una teora del cogito (Descartes, Husserl); una teora de las formas a priori de la
mente humana (Kant); o una teora del Saber Absoluto (Hegel). La nueva teora slo puede ser una
teora de la historia de la produccin de los conocimientos, es decir, una teora de las condiciones
reales (materiales y sociales, por una parte, interiores a la prctica cientfica, por otra parte) del
proceso de esta produccin. Por otra parte, la nueva teora cambia por completo la cuestin tradi-
cional de la teora del conocimiento: en lugar de plantear la cuestin de las garantas del conoci-
miento, plantea la cuestin del mecanismo de la produccin de los conocimientos en tanto que
conocimientos. (Althusser, 1971: 183).
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Althusser distingua en el proceso de conocimiento tres generalidades, la materia prima,
a la que denominaba generalidad I (contra el mito de lo dado en el conocimiento), una generalidad
que denominaba generalidad II, consistente en los mtodos y conceptos que se aplican a la materia
prima (a la generalidad I) y un producto de este proceso, el conocimiento, al que denominaba
generalidad III.
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En este punto nuevamente nos parece encontrarnos en la vecindad del planteo wittgensteinia-
no. Es como si se dijera que la ciencia tiene su propia gramtica, y que no hay una gramtica de la
gramtica, o de otra manera, que la gramtica es autnoma.
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las metforas que dominan esta concepcin sean las del descubrimiento de un nuevo
continente, de un nuevo territorio, etc.
Althusser puntualiza algo ms en relacin al efecto de conocimiento, indica
que el mismo se presenta unido al mecanismo que regula el orden de la demostra-
cin. Esta unin se da a travs de una relacin especial entre la demostracin y la
organizacin sistemtica de lo conceptos. Las formas de orden del discurso (la suce-
sin de los conceptos en la demostracin) son la diacrona de una sincrona fundamen-
tal (la organizacin de los conceptos en un sistema, lo que Marx en los Grundrisse
llamaba sntesis). Sin embargo, por ms que la sincrona sea considerada como fun-
damental, Althusser insiste en que el efecto del conocimiento depende tanto de la
existencia del sistema (sincrona) como de la existencia de las formas de orden del
discurso (diacrona). Se trata nada menos que de la problemtica de la sobredetermi-
nacin, en la cual lo determinante (la sincrona fundamental, en este caso) existe a
travs de lo determinado por l (la diacrona de las formas de orden del discurso),
presente en sus efectos, mas sin ganar nunca una presencia completa, es decir, ausen-
te como causa. El efecto de conocimiento se produce en virtud de la unidad sobredeter-
minada de sincrona y diacrona en el conocimiento cientfico, es decir, en la medida
en que hay juego entre ambos, un movimiento que constituye la unidad de des-
ajuste del sistema y el discurso (Althusser 2010: 76). El juego del que hablamos aqu
es una metfora que remite al juego en el eje de una rueda, de una bicicleta por
ejemplo, que hace que la misma, bien que determinada por el eje, no haga siempre el
mismo recorrido. Este juego, la relacin especfica entre determinante y determina-
do es lo que busca pensar la nocin de sobredeterminacin.
Posteriormente Althusser iba a alejarse de estas posiciones, aduciendo que las
mismas adolecen de una concepcin teoricista de la ruptura epistemolgica. Si en
1967 califica al teoricismo como un error (en el prlogo a la edicin italiana de Pour
Marx), luego ya no va a usar ms este epteto, sino el de desviacin.(ver Althusser 1975:
5). La desviacin en cuestin consistira en ensayar una defensa fallida del marxismo
frente a la ideologa burguesa, al tratar de mostrarlo como novedad radical basndose
en razones tericas. Althusser intentar seguir defendiendo esta tesis, pero desechar
las razones en las que la sostuvo inicialmente. En efecto, el hecho histrico de la
ruptura sera, en virtud del teoricismo, reducido a su carcter de mero hecho terico
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