Chac Mool PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Revista de Filologa y Lingstica de la Universidad de Costa Rica

Publicacin Semestral, ISSN-0377-628X


Volumen 42 - Nmero Especial, 2016

De lo mtico a lo profano: Chac Mool como


monstruo

Tatiana Herrera vila

Esta obra est bajo una licencia Creative Commons


Reconocimiento-No Comercial-Sin Obra Derivada
Filologa y Lingstica 42 (Especial): 147-156, 2016
ISSN: 0377-628X

De lo mtico a lo profano: Chac Mool como


monstruo
FROM MYTH TO THE PROFANE: CHAC MOOL AS A MONSTER

Tatiana Herrera vila

RESUMEN

Este artculo analiza el cuento Chac Mool (Los das enmascarados, 1954) de Carlos Fuentes y
la construccin del carcter monstruoso del personaje homnimo, desde la categora freudiana de
lo Unheimlich, esto es lo familiar que ha dejado de serlo. Se abordan especficamente las nociones
del doble y la totalidad, de manera que se explica cmo la naturaleza divina y la naturaleza
monstruosa, en realidad, se constituyen en caras de la misma moneda. El Chac Mool aparecer
como monstruoso, no solo por su carcter de dios, sino y sobre todo porque para seguir viviendo
requiere de la inmolacin o el sacrifico del humano, Filiberto, a quien el Chac Mool sustituye, en
algn sentido, al final del texto. Se produce as una irrupcin de lo mtico en lo profano, y dicha
irrupcin es, como se ver, monstruosa.
Palabras clave: Chac Mool, Fuentes-Carlos, doble, unheimlich, monstruoso.

ABSTRACT

This article is about Carlos Fuentes short story Chac Mool (1954) and the mounstruous
construction of the homonymous character, using Freuds Unheimlich or Uncanny cathegory
(this means the familiar which is not familiar anymore (ominous). Specifically, notions like
the doppleganger and the completion are central, so that it will be clear that the divine and the
mounstruous nature are the same. Chac Mool is mounstruous, not only because its a god, but also
because it needs, Filibertos sacrifice (a human) for its own existence, and who will be supplanted
by the Chac Mool itself, at the end of the story. Thats how an irruption of the sacred into the profane
takes place, and this is, by definition, mounstruous.
Key words: Chac Mool, Fuentes-Carlos, doppleganger, unheimlich, mounstruous.

Whatsoever Ive feared has come to life


Whatsoever I fought off became my life.
Just when everyday seemed to greet me with a smile,
Sunspots have faded, now Im doing time
cause I fell on black days.
Soundgarden (1994) Fell on black days.

Lic. Tatiana Herrera vila. Universidad de Costa Rica. Profesora de Literatura y Humanidades. Costa Rica.
Correo electrnico: [email protected]
Recepcin: 14- 05- 2015
Aceptacin: 19- 06- 2015
148 Filologa y Lingstica 42 (Especial): 147-156, 2016/ ISSN: 0377-628X

Aqu en la tierra,
es un lugar de mucho llanto,
lugar donde es bien conocida
la amargura y el abatimiento.
Un viento como de obsidiana
sopla y se desliza sobre nosotros.
No hay lugar de bienestar
en esta tierra,
no hay alegra, no hay felicidad.
Cdice Florentino

1. Las fuentes antes de la lluvia


Llueve y llueve y llueve. A finales de setiembre, en este lado del mundo, eso es
absolutamente normal. Desde la perspectiva racionalista y logocntrica que trajeron los
espaoles, la lluvia no es un milagro, ni un quehacer divino, sino un fenmeno atmosfrico
en el cual el agua se precipita de las nubes a la tierra, lo que es necesario para la vida como
la conocemos, para la fertilidad y, por lo tanto, para la agricultura. Pero para los pueblos
prehispnicos, aquello era obra de los dioses, y hay miles de historias, segn la tradicin
amerindia, donde la lluvia se debe a designios misteriosos y sagrados.
Y es que en el principio fue el mestizaje. La Conquista dura, cruel, sangrienta,
teida de genocidio. En nombre de la sangre de Cristo se sacrificaron todos los dioses de las
mitologas prehispnicas, en honor de la visin de mundo europea, se abrieron las venas de
un continente que, an cinco siglos despus, no ha sabido sanar esas heridas. As el proceso
que terminara por implantar la Modernidad, para Nuestra Amrica, se corresponde con un
origen trgico, dejndonos en una ambigedad cultural, con restos de un pasado que muchas
veces queremos olvidar, con una fractura que no nos deja saber con claridad a qu mundo
pertenecemos. De ah la crisis y la tensin que se han manifestado en toda nuestra historia y
en la mayora de nuestra produccin artstica.
Carlos Fuentes, escritor mexicano nacido en Panam, da cuenta de dicha problemtica
en toda su literatura. En relacin con esta caracterstica de Fuentes, Oviedo seala que:
[...] Su pasin literaria es autntica, y tambin lo es su pasin americana, que lo ha movido a representar
y analizar la compleja fase de modernizacin de un pas tan antiguo como el suyo, dentro del gran marco
de la historia latinoamericana y mundial; es decir, ha compuesto un gran mural, un verdadero friso de la
vida pblica y privada de nuestro tiempo. (Oviedo, 2002, p. 316)

Esto se observa ya desde su primer libro de cuentos Los das enmascarados (1954),
donde se encuentra inscrito el cuento Chac Mool, que, como se podr ver, desde su monstruosa
discursividad, hace llover la lectura que hoy propongo. Al respecto, Oviedo indica que:
El simbolismo del ttulo es significativo porque alude a los cinco das nemontani que, segn el calendario
azteca, abren un espacio vaco entre el fin de un ao y el comienzo del otro, entre el pasado y el futuro
que es tambin un pasado. Mscaras, dobles, espejos y espejismos son presencias obsesivas en su mundo
imaginario; descubrir lo que hay detrs de ellos es lo que gua su esfuerzo creador. (Oviedo, 2002, p. 317)

Y es que esto es clave para el asunto que mueve esta disertacin: el Chac Mool como
monstruo; pues cabe anticipar que el Chac Mool, se recrea como figura monstruosa en el
cuento homnimo, en tanto se construye como doble del protagonista Filiberto, espejismo de
un dios y enmascara, adems, toda la problemtica de la insercin de un Mxico antiguo en el
mundo moderno. Esta es la premisa.
HERRERA: De lo mtico a lo profano: Chac Mool como monstruo 149

Una vez dicho esto, no hay ms que proceder a interpretar la historia de un Chac Mool,
dolo, dios o cautivo que devino en monstruo humano,1 siguiendo un trnsito de lo divino a
lo profano, pero que, a pesar de eso, hoy, tal vez, siga dependiendo de esa lluvia persistente
que no abandona estas tierras americanas. Quiero pensar que as es, quiero permitirme pensar
que llueve no por las causas atmosfricas ya sabidas, sino porque Chac Mool camina entre
nosotros. Asistamos, sin ms, a ese pasaje antropomorfizador y monstruoso del Chac Mool, y
dejmonos inundar por las palabras de Fuentes.

2. El cuento de la lluvia

El cuento Chac Mool se inicia, dejndole saber al lector que Filiberto, un burcrata
de cuarenta aos ha muerto ahogado en Acapulco, durante Semana Santa. Un amigo, de quien
no se dice el nombre el narrador, en primera instancia, cuenta que ha ido a recoger las
pertenencias del difunto a esta playa y entre ellas descubre un diario. En adelante, se lee la
narracin de dicho diario, mediante la cual se sabe de los sucesos que llevaron a Filiberto a la
muerte. Es as como el lector se entera de que Filiberto ha perdido su trabajo como burcrata
en alguna entidad estatal (la Secretara) y que la causa de esto y su debacle, en todo sentido,
incluso de su muerte, es el Chac Mool, un dolo que le comprara a un mercader, ya que l
gustaba de coleccionar dolos y cacharros.
Se explica, entonces, que el Chac Mool es una especie de dios de la lluvia, que no
debe ser confundido con Tlaloc el dios de la lluvia azteca. Una vez que Filiberto tiene a
Chac Mool empiezan a ocurrir desgracias en su vida. Primero, Filiberto pone al Chac Mool en
el stano. En ese momento, se rompen las tuberas, y el stano se inunda. Luego, en las noches
se escuchan aullidos y gritos extrasimos, que resultan, como se indica ms adelante en el
cuento, provenir de gatos y perros que el Chac Mool se coma, en un proceso de animacin,
hasta que termina por cobrar vida. En este proceso le va creciendo al Chac Mool un musgo
que Filiberto raspaba con mucha paciencia.
Pero el asunto se va volviendo ms complicado para Filiberto y cada vez ms
siniestro, pues el Chac Mool lo va sacando de su casa (al mejor estilo de la cortaziana
Casa tomada), nica herencia de su familia; una casa grande, de estilo porfiriano, lgubre
hoy en da, pero que daba cuenta de un pasado ms propicio en la vida de Filiberto. El
Chac Mool se viste con su ropa, lo va volviendo loco y se va apropiando de su vida. Chac
Mool provoca, adems, que Filiberto sea despedido, lo agrede y lo hace su prisionero, su
esclavo. Conforme este proceso va ocurriendo, la casa va adquiriendo un olor a sangre y a
putrefaccin. Hay ac un juego de poder, donde el que crea que era el dominante termina
por ser el dominado, como l mismo lo confiesa en su diario. Filiberto, incluso, debe traerle
baldes de agua al Chac Mool para mantenerlo hmedo. Y es que el Chac Mool se pona
ms agresivo cuando no llova, esto porque sin la lluvia, se convertira de nuevo en piedra y
volvera a ser inanimado.
Filiberto descubre que Chac Mool ha ido en un proceso de degradacin, que ha cado
en tentaciones humanas y que hace correras nocturnas para ir de cacera a conseguir los gatos
y perros que se come. Es ah cuando decide huir a Acapulco, para liberarse de la opresin del
Chac Mool y esperar a que este muera antes de que lo mate a l. Sin embargo, Chac Mool, de
alguna manera que no se hace patente en el relato, lo alcanza y Filiberto muere ahogado, hecho
que posiblemente Filiberto anticipara, en tanto su pasaje es solo de ida.
150 Filologa y Lingstica 42 (Especial): 147-156, 2016/ ISSN: 0377-628X

Cuando el amigo regresa a la casa de Filiberto, lo que encuentra en esta es un remedo de


dios, un indio amarillo, vestido en bata, con los labios mal pintados. Este manifiesta que lo sabe
todo y da la orden de que pongan el fretro en el stano. Se produce as la sustitucin de un cuerpo
por otro. El Chac Mool est vivo, y es el dueo de la casa y de la vida de Filiberto. Filiberto est
muerto, ahogado y, por ello, inundado de agua, y es confinado al stano. La nica conclusin
posible que puede concebir el lector es que Filiberto deba morir para que el Chac Mool viviera.
La crtica no ha sido indiferente a este texto, y lo interesante que aflora cuando se
hace una revisin de esta es que hay, principalmente, dos lneas interpretativas totalmente
opuestas. Por un lado, estn las que sostienen que el cuento es un llamado a Mxico para que
olvide las viejas supersticiones prehispnicas y mire hacia la promesa de la modernidad, y se
hallan aquellas que, ms bien, perciben en el texto una convocatoria a recuperar esa herencia
tan olvidada entre las candilejas de la vida occidental moderna.
Entre las primeras, los argumentos se centran en que el texto se construye como una
parodia de un cuento de horror que termina por burlarse del posible retorno a la adoracin de
los dioses antiguos (Gottardi, 2013, p. 174). Incluso se llega a sealar que el hablar de estos
dioses y de tal herencia es una impostacin en Fuentes (Guzmn, 1972, pp. 78-79) y por ello
no puede evitar la burla.
Por el contrario, las segundas destacan que el dialogismo y la ambigedad presentes en el
texto constituyen una evidencia de la tensin existente entre ese Mxico moderno que ha olvidado
sus races culturales y el pasado antiguo al que habra que recuperar (Camacho-Quiroz, 2011).
Dicha polmica, si bien escapa, relativamente, a lo que atae a este anlisis, resulta
ms que interesante en la medida en que pone en la palestra uno de los temas que atraviesan la
produccin de Fuentes, el mestizaje, como marca indeleble de un continente; una marca que,
a veces, puede ser una bendicin o una maldicin. Es en este panorama confuso, en ese claro-
oscuro donde Fuentes encontr tierra frtil para sus escritos. Y digo relativamente, porque no
obstante el inters de este texto es lo monstruoso en Chac Mool, y terciar en la polmica
parece intil por tanto el texto permite ambas lecturas; tal monstruosidad sin duda se ve
potenciada por esa tensin de la que Fuentes da cuenta, en el sentido de que puede apuntarse
ese Mxico que se debate entre la modernidad y el pasado prehispnico como lo que permite
la caracterizacin monstruosa de Chac Mool. Pero vamos por partes.
El resto de la crtica se avoca a discutir si el cuento es fantstico o gtico (Gottardi, 2013,
p. 174), lo cual solo pone de manifiesto, una vez ms la tensin que vena comentando, pues el
hablar de cuento gtico en Amrica Latina, resulta tan ajeno como hablar de Chac Mool para el
Mxico moderno. No obstante, varios autores, Adriana Gordillo de la Universidad de Minnesota
(2014) y Antonio Alcal Gonzlez (2011) de la Universidad Autnoma de Mxico, entre otros,
sostienen esta tesis. Ms all de coincidir o no con dichas posturas, estos trabajos nos interesan
en la medida en que destacan la presencia del doble en el cuento, factor central para nuestra
lectura como coadyuvante de la construccin de lo monstruoso; pero estos, ms bien, se han
focalizado en destacar al Chac Mool como elemento fantstico y hasta gtico.

3. De lluvias y monstruos
Nos es til recurrir en este momento, para abordar el elemento monstruoso en Chac
Mool, a Freud y a su artculo Unheimlich, donde recoge varias definiciones de lo Ominoso para
poder desarrollar este tema clave en el psicoanlisis. Nos dice que lo Ominoso, como la palabra
HERRERA: De lo mtico a lo profano: Chac Mool como monstruo 151

en alemn lo indica, es aquello que viene de lo familiar, pero que al mismo tiempo no lo es.
Tambin, Unheimlich se define como aquello que no es hogareo, no es familiar, no es domstico.
Es el opuesto de heimlich, ntimo. As lo Unheimlich consiste en lo desconocido, o que debi
permanecer desconocido: [...] lo ominoso es aquella verdad de lo terrorfico que se remonta a lo
consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo (Freud, 2003, p. 227).
Freud se basa en los estudios de Jentsch para estudiar el fenmeno de lo Ominoso y lo
primero que menciona es la movilidad de cosas inertes, la vida de objetos inanimados, como
productores de lo Ominoso:
Escribe Jentsch: uno de los artificios ms infalibles para producir efectos ominosos en el cuento literario
consiste en dejar al lector en la incertidumbre sobre si una figura determinada que tiene ante s es una
persona o un autmata, y de tal suerte, adems, que esa incertidumbre no ocupe el centro de su atencin.
(Freud, 2003, p. 221)

En este sentido, Freud encontr el ejemplo perfecto para lo ominoso en el cuento


El Hombre de Arena, de E. T. A. Hoffman, donde el personaje Nathaniel se enamora
perdidamente de una autmata llamada Olimpia sin saber que ella no est viva:
Esta observacin [ver cita anterior], sin duda correcta, vale sobre todo para el cuento El Hombre de Arena
incluido en las Piezas nocturnas de Hoffman; de l la figura de la mueca Olimpia ha sido tomada por
Offenbach para el primer acto de su pera Los cuentos de Hoffman. (Freud, 2003, p. 227)

En El hombre de arena, Olimpia es un ser vivo ante los ojos de Nathaniel. l la


percibe como una bella mujer de la que se enamora. Baila con ella, la besa, la observa desde
su ventana, habla con ella y le responde. Pero Nathaniel cae en cuenta de que Olimpia es
una mueca cuando su creador, el profesor Spalanzani, y Coppola, quien lo haba ayudado
a construirla, se la estn peleando. l interviene desesperado y los ojos de Olimpia caen al
piso, mientras Coppola se la lleva entre los gritos del profesor, quien insista en que ella era
su mejor autmata: Nathaniel se haba quedado petrificado; acaba de darse cuenta de que el
lvido rostro de cera de Olimpia tena, en vez de ojos, dos negros agujeros, que era un mueco
sin vida. (Hoffman, 1977, p. 163).
Otro hecho tpicamente ominoso, segn Freud, es la presencia del Doble, y esto nos
interesar en la medida en que el Chac Mool se comportar como un doble para Filiberto, en
tanto le roba su vida.
El concepto del doble se encuentra presente en casi todos los grupos humanos, a partir
de los espejos y de los gemelos. Borges en su Libro de los seres imaginarios, lo resea muy
someramente, haciendo bsicamente una serie de citas de su aparicin en la literatura (Poe,
Yeats, Dostoievski y Hawthorne, entre otros) y en algunas mitologas. Llama la atencin la
imagen que Escocia tiene del doble: lo llaman Fetch, porque viene a buscar (fetch) a los
hombres para llevarlos a la muerte (Borges, 1999, p. 84). Nos interesa esta nota del escritor
argentino, porque apunta dos hechos importantes: por un lado el carcter ominoso del doble,
y su relacin con lo mtico y primitivo del hombre. Ambas aristas estn intrnsecamente
relacionadas, pues las dos tienen que ver con sus capacidades terrorficas. De igual manera, ya
sealaba Borges lo monstruoso de las reduplicaciones, como los espejos. El que el doble o fetch
lleve los hombres a la muerte, o sea su condicin de psicopompo, se corresponde con lo que
ocurre en el cuento de Fuentes, pues de hecho el Chac Mool conduce a Filiberto a su muerte
(Fuentes, 2013, prr. 21), como se analizar ms adelante.
Y es que el sentimiento de lo ominoso, siniestro, monstruoso o unheimlich, surge
en el acercamiento a lo real. Lo real es aquello tan traumtico que no puede ser dicho, es
152 Filologa y Lingstica 42 (Especial): 147-156, 2016/ ISSN: 0377-628X

insoportable y est fuera del lenguaje. El primer trauma, fundante de la vida psquica, es el
nacimiento. Al salir del vientre materno, el nio pierde la perfeccin y completud. Por esto,
el nio desea a la madre (metfora de la totalidad), por lo cual se establece la relacin didica
del Edipo entre el nio y la madre. En este momento, aparece el Padre o Significante Paterno,
se interpone entre el nio y la madre, e introduce la Ley primordial, la prohibicin del incesto,
con lo cual el nio es inscrito en la Cultura, sujeto al Lenguaje. Ahora que el nio ha sido
sujetado al lenguaje, se le prohbe el acceso a la madre, por lo cual se inaugura la falta. Esta
carencia de la madre es lo que genera el deseo. El deseo siempre es deseo por la madre, ella es
el objeto que falta, esa es la carencia: se carece de la madre, se desea a la madre. Este deseo es
el motor de la vida psquica del sujeto. Somos sujetos por la falta de la madre, objeto primordial
que deseamos y esta carencia es lo que mantiene el aparato psquico del sujeto en movimiento.
La vida psquica es el constante movimiento del deseo por el lenguaje. El lenguaje es el registro
simblico lacaniano (Baudes de Moresco, 1995, p. 47). Cuando no hay deseo, es porque no hay
falta, estamos en el dominio de lo real, pues para que haya lenguaje y estemos en lo simblico
debe haber falta, debe haber deseo.
De ah que lo ominoso, que es otro nombre de lo monstruoso, ubica al sujeto fuera de
lo simblico, y a menudo, ante este enfrentamiento el sujeto zozobra, y muere. Como se ver
tal es el caso de Heriberto, pues:
[...] el doble es una creacin del Yo que remite a la muerte. Porque si, originalmente, es una tentativa
de negacin de la muerte, l queda como su soporte y lo agita continuamente cuando se produce [...]
Finalmente, permaneciendo como portador de una significacin mortfera, l es enemigo del Yo, y cuando
se presenta al Yo el doble aparece ms bien como espectro. (Blumel, 1988, p. 46)

De manera que obligatoriamente el doble se presenta como un espectro, concepto que


est relacionado en su etimologa con lo especular y nos remite al narcisismo primario, en un
primer momento. Por ello, la imagen especular est ineludiblemente relacionada con la muerte.
Pero adems, paradjicamente al intentarse que el doble prolongue la vida, a la vez remite a la
muerte. [...] cuando el doble se exhibe, cuando el Yo se ve al Yo, l no puede hacer sin que se
perfile en su horizonte un espectro, la muerte. (Blumel, 1988, p. 46).
As, al producirse una imagen especular del Yo, que se percibe como otro Yo, y que
surge con el objetivo de perpetuar el Yo ad ternitatem, ms all de la muerte, por metonimia,
entra en consideracin la muerte. [...] con la superacin de esta fase [el narcisismo primario]
cambia el signo del doble: de un seguro de supervivencia, pasa a ser el ominoso anunciador de
la muerte. (Freud, 2003, p. 235).
Es decir que la sola imagen especular del doble que nace para tratar de escapar de la
muerte, remitir justamente por ello al espectro de la muerte, en una remisin tambin especular.

4. Ecce monstrum: Chac Mool


El fenmeno de lo ominoso posee, como se puede ver, muchas aristas o facetas, ya que
es una categora muy compleja, y nos hemos referido nicamente a aquellas que se manifiestan
de manera ms que elocuente en el Chac Mool, por cuestiones de claridad y de especificidad.
El texto es el que llama a las categoras tericas, y no al contrario.
As las cosas, puede afirmarse, de hecho, que todo el cuento de Fuentes es ominoso
u unheimlich, y no solo el Chac Mool, como tal. Veamos por qu. Desde el principio,
al describir la situacin del cadver de Filiberto, se presenta en el texto la atmsfera de lo
HERRERA: De lo mtico a lo profano: Chac Mool como monstruo 153

unheimlich. Sabemos en la primera frase que Filiberto muri ahogado en Semana Santa:
Hace poco tiempo, Filiberto muri ahogado en Acapulco. Sucedi en Semana Santa.
(Fuentes, 2013, prr. 1).
En primera instancia, esto no tendra nada de particular, si no fuera porque como en la
literatura nada es gratuito, la mencin de que la muerte del personaje ocurri en Semana Santa
debe ser interpretada. Como se sabe, Semana Santa es la festividad ms importante de la
Cristiandad, segn la cual se celebra, la muerte y resurreccin de Dios hecho hombre, o del
hijo de Dios, Cristo. Esto nos da la clave del texto, pues ocurrir en el texto, la mezcla entre
lo divino y lo profano, y si se quiere una inversin de lo que se celebra en la Semana Mayor:
el Chac Mool que resucita en humano, Filiberto, en lugar de la resurreccin de un hombre
Jess a su condicin de Hijo de Dios. Esta inversin y confusin entre lo divino y lo profano
es unheimlich porque mezcla dos mbitos que en principio estn separados, y transforma
al dios en ser humano. Al respecto, el mismo cuento de Fuentes nos da la pista para hacer
esta interpretacin:
Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por l, sino que incluso va a que le arranquen el corazn,
caramba, jaque mate a Huitzilopotchli! El cristianismo, en su sentido clido, sangriento, de sacrificio y
liturgia, se vuelve una prolongacin natural y novedosa de la religin indgena. (Fuentes, 2013, prr. 4)

Y es que adems, la sola mencin de la muerte resulta ominosa, como apunta Freud
(Freud, 2003, pp. 226 y 241), y en el texto, es an ms ominoso si se quiere, pues no es solo
que Filiberto haya muerto, es incluso, la triste condicin la que se encuentra el cadver, ya que
se elimina la vida del cuerpo y este pasa a otro estado que para los vivos resulta aterrador, en
tanto no hay psique en el sujeto y ya no le podemos reconocer:
Filiberto esperaba, muy plido en su caja, a que saliera el camin matutino de la terminal, y pas
acompaado de huacales y fardos, la primera noche de su nueva vida. Cuando llegu, temprano, a vigilar
el embarque del fretro, Filiberto estaba bajo un tmulo de cocos. (Fuentes, 2013, prr. 1)

Como puede verse, hay aqu una situacin de deshumanizacin literalmente, donde
Filiberto es una cosa ms, algo que fue humano y estuvo vivo, pero ya no. Y es ms, como
se indica en el cuento: a ver si no le habamos echado sal al viaje (Fuentes, 2013, prr. 1),
porque llevar un muerto puede ser de mala suerte (el mal de ojo y semejantes, ostentan siempre
carcter ominoso). He ah, lo ominoso, si partimos de lo que explicara Freud.
Otro elemento que caracteriza al Chac Mool como unheimlich, y que es el anverso
de lo anterior, constituye el factor ya mencionado de la animacin de lo inanimado, el cual se
hace ms que patente en el cuento de Fuentes, pues el Chac Mool es en s una figura que inicia
siendo un objeto inanimado y que, luego, adquiere vida:
Hoy, domingo, aprovech para ir a la Lagunilla. Encontr el Chac Mool en la tienducha que me seal
Pepe. Es una pieza preciosa, de tamao natural, y aunque el marchante asegura su originalidad, lo dudo.
La piedra es corriente, pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque. El desleal
vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga para convencer a los turistas de la autenticidad
sangrienta de la escultura. El traslado a la casa me cost ms que la adquisicin. Pero ya est aqu, por
el momento en el stano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida. Estas figuras
necesitan sol, vertical y fogoso: ese fue su elemento y condicin. Pierde mucho en la oscuridad del stano,
como simple bulto agnico, y su mueca parece reprocharnos que le niegue la luz. El comerciante tena
un foco exactamente vertical a la escultura, que recortaba todas las aristas, y le daba una expresin ms
amable a mi Chac Mool. Habra que seguir su ejemplo. (Fuentes, 2013, prr. 8)

Como se ve, es una estatua de tamao natural y hecho de piedra, un objeto que
Filiberto puede poseer, es Su Chac Mool. No obstante, a lo largo del cuento, el Chac Mool ir
154 Filologa y Lingstica 42 (Especial): 147-156, 2016/ ISSN: 0377-628X

tomando vida, primero emitiendo lamentos terribles en las noches (prr. 10), luego cambiando
su material: la piedra se va cubriendo de un musgo verde (prr. 13), lo que hace al Chac Mool,
grotesco, segn palabras del propio Filiberto, y de una alergia. Luego se cubre de vello en los
brazos, (prr. 15), y se va volviendo poco a poco, en piel dorada, como la de un Dios (prr. 18),
hasta que por ltimo adquiere movimiento, y se anima por completo:
All estaba Chac Mool, erguido, sonriente, ocre, con su barriga encarnada. Me paralizaban los dos
ojillos, casi bizcos, muy pegados a la nariz triangular. Los dientes inferiores, mordiendo el labio superior,
inmviles; slo el brillo del casquetn cuadrado sobre la cabeza anormalmente voluminosa, delataba vida.
Chac Mool avanz hacia la cama; entonces empez a llover. (Fuentes, 2013, prr. 21)

Tras de todo tiene un olor nauseabundo, extrahumano (prr. 23), lo que colabora a su
carcter ominoso, sin duda.
Por otro lado, Chac Mool se presenta, como Doble de Filiberto, pues poco a poco se va
a adueando de la vida de este. Primero se encontraba en el stano, luego duerme en la cama
de Filiberto y este tiene que dormir en la sala, luego se pone la ropa de Filiberto, y este se ve
obligado a doblegarse, no perdamos de vista esta palabra, donde se implica que Filiberto se ha
doblado, en el Chac Mool y que este lo domina.
El que el Doble, como sealbamos, sea portador de la muerte es, indudablemente,
clave en el cuento (psicopompo, como antes vimos que sealara Borges), pues aunque Filiberto
intenta huir de la situacin monstruosa en la que se encontraba, termina por morir ahogado,
y esto aparentemente era inevitable. Filiberto se ha ido a Acapulco sin comprar un pasaje de
regreso y a altas horas de la noche se va a nadar mar adentro, donde perece.
Y es que tal y como seala Blumel, el doble es el enemigo del yo y aparece en un inicio
como espectro.
Tan terrible como su risilla horrorosamente distinta a cualquier risa de hombre o animal fue la bofetada
que me dio, con ese brazo cargado de brazaletes pesados. Debo reconocerlo: soy su prisionero. (Fuentes,
2013, prr. 23)

Lo ms monstruoso del cuento de Fuentes, es que este espectro de risilla que no es


de humano ni animal, que tiene un olor extrahumano (de ah su carcter de espectro), el Chac
Mool, termina por tomar el lugar de Filiberto, y Filiberto muere. Pero ms all, Chac Mool
ya convertido en una figura humana que los dems perciben, confina el cuerpo de Filiberto al
stano, donde haba estado l al principio, se produce as el intercambio, y la suplantacin del
Doble, que es precisamente lo que lo hace ominoso.
Adicionalmente, un factor que se suma a la construccin del carcter ominoso del
Chac Mool es que Filiberto lo coloca, no ms lo consigue, en el stano, a pesar de que sabe
que le hace dao al Chac Mool:
Estas figuras necesitan sol, vertical y fogoso; es fue su elemento y condicin. Pierde mucho en la
oscuridad del stano, como simple bulto agnico, y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz.
(Fuentes, 2013, prr. 7)

El stano, necesariamente, es metfora del vientre materno, en tanto oscuro y profundo,


e interno, pero adems del inframundo, y la ida al inframundo, al igual que el regreso al vientre
materno, es unheimlich por excelencia, esto por cuanto se pierde la carencia, y constituye, por
ello, un acercamiento a lo Real, en trminos freudianos y lacanianos.
En este sentido, es exacto afirmar que Chac Mool es ominoso, y responde literalmente
a esto, lo familiar que retorna como extrao, es, si se quiere ese pasado prehispnico del que
HERRERA: De lo mtico a lo profano: Chac Mool como monstruo 155

ya no sabemos nada, y que en la modernidad impuesta en Amrica, resulta monstruoso,


precisamente por haber sido familiar, por haber sido nuestro, sin serlo ya.

5. Postlluvia. (Dios hecho hombre: de la modernidad y otros demonios)


Ahora bien, el carcter monstruoso de Chac Mool queda ms que demostrado, incluso
el propio Filiberto seala que: Ya debera estar acostumbrado al Chac Mool, pero hace poco,
en la oscuridad, me top con l en la escalera, sent sus brazos helados, las escamas de su piel
renovada, y quise gritar. (Fuentes, 2013, prr. 25).
Pero, cabe entonces preguntarse: qu funcin cumple esto? Para responder dicha
pregunta, se hace necesario, a mi gusto, retomar la cuestin que mencionramos al principio
sobre la problemtica del pasado prehispnico. El Chac Mool vuelve a la vida, pero es un dios
venido a menos, un remedo de hombre:
Apareci un indio amarillo, en bata de casa, con bufanda. Su aspecto no poda ser ms repulsivo;
despeda un olor a locin barata; su cara, polveada, quera cubrir las arrugas; tena la boca embarrada de
lpiz labial mal aplicado, y el pelo daba la impresin de estar teido. (Fuentes, 2013, prr. 31)

Filiberto muere ahogado por la presencia del Chac Mool, es decir por la presencia
de una herencia cultural no reconocida ni comprendida, mientras que Chac Mool, degradado,
hace un trnsito de lo mtico (ese pasado prehispnico) hacia lo profano, cae en las tentaciones
humanas, dice Filiberto, y termina revestido de toda la superficialidad y de la artificialidad de
la modernidad occidental.

Notas
1. El Chac Mool es un personaje bastante ambiguo, pues no queda claro, a pesar de lo que el mismo Fuentes
explica en su cuento, ni siquiera para los estudiosos, si el Chac Mool era una divinidad azteca o maya, o
si quiera si era una divinidad. En Chichen Itz, se encuentra en uno de los templos principales, la estatua
que coincide con la descripcin que da Carlos Fuentes, del dolo de piedra, cuyo vientre servira, se
presume, para sacrificios humanos. Si as fuera, Chac Mool es la piedra sacrificial, solamente. Incluso,
Mary Miller (1993, p. 60), ya en 1985, demostr que el Chac Mool de la Mesoamrica Posclsica se deriva
de las imgenes mayas de cautivos y vctimas de sacrificio (Schele y Freidel, 1990, pp. 477 y 529). Esto
entra en correlacin con el anlisis que se presenta en este artculo, porque a pesar de que el Chac Mool
no fuera una divinidad, posee un carcter sacrificial, que, como bien se explica, colabora al elemento
unheimlich. De igual manera, su carcter ambiguo lo hace an ms ominoso, pues se resiste a ser
identificado y reconocido.

Bibliografa
Alcal-Gonzlez, A. (2011). La otredad gtica y la figura del doble. Anuario de letras
modernas. 15, 115-126. http://www.revistas.unam.mx/index.php/al_modernas/article/
view/31110 [Consulta 12 de junio de 2014].
Baudes de Moresco, M. (1995). Real, Simblico, Imaginario. Una introduccin. Buenos Aires:
Paids.
Borges, J. L. y Guerrero, M. (1999). El libro de los seres imaginarios. Madrid: Alianza
Editorial.
156 Filologa y Lingstica 42 (Especial): 147-156, 2016/ ISSN: 0377-628X

Blumel, E. (1988). La alucinacin del doble. Traducciones. Medelln: Fundacin Freudiana


de Medelln.
Camacho-Quiroz, R. M. (2011). Dialogismo, intertextualidad e irona en Chac Mool de Carlos
Fuentes. Colmena. 69, 156-164. http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_69/
Colmenario/Dialogismo_intertextualidad_ironia_Chac_Mool.pdf [Consulta 03 de
junio de 2014].
Freud, S. (2003). Lo ominoso. Obras Completas. (Vol. 17). (2 ed.). Buenos Aires: Amorrortu.
Fuentes, C. (2013). Los das enmascarados. Madrid: Editorial Leer-e.
Hoffman, E. T. A. (1977). El hombre de la arena. El Puchero de Oro. San Jos: Editorial
Costa Rica.
Gordillo, A. (2014). Los fantasmas de la casa. Reflexiones sobre el gtico en la obra de
Carlos Fuentes. Badebec. 3 (6), 227-253. http://www.badebec.org/badebec_6/sitio/pdf/
dossier_gordillo.pdf [Consulta 2 de junio de 2014].
Gottardi, S. A. (2013). Chac Mool: Horror gtico o imaginacin activa? Hipertexto.
17, 169-176. http://portal.utpa.edu/utpa_main/daa_home/coah_home/modern_home/
hipertexto_home/docs/Hiper17Gottardi.pdf [Consulta 03 de junio de 2014].
Guzmn, D. (1972). Carlos Fuentes. New York: Twayne Publishers.
Miller, M. y Taube, K. (1993). An Illustrated Dictionary of The Gods and Symbols of Ancient
Mexico and the Maya. Londres: Thames and Hudson.
Oviedo, J. M. (2002). Historia de la literatura latinoamericana 4. De Borges al presente.
Madrid: Alianza Editorial.
Schele, L. y Friedel, D. (1990). Una selva de reyes. La asombrosa historia de los antiguos
mayas. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.
Tapia-Rodrguez, J. (1997). Leyenda y misterio de los aztecas. Barcelona: Edicomunicacin.

También podría gustarte