Albajari El-Ensayo

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LA FORMA DEL ENSAYO: EL MARGEN

Augusto Albajari

A . Q u
1. Una hiptesis
Como docente, cuando preparo las clases, suelo releer varios de los textos tericos que tuve que
estudiar diez aos atrs como alumno. Unos pocos son libros y, la mayor parte, fotocopias viejas,
desprolijas, subrayadas. Sin embargo, siempre que vuelvo a alguna de esas antologas, me pasa lo
mismo: luego de revisar cuntas pginas tiene, lo primero que miro son las acotaciones al margen.
Como capas de cebolla, en distintos colores, relucen comentarios, crticas, dudas (y a veces,
chistes), sobre el autor, el ttulo o el desarrollo argumentativo. Tal vez no haya escritura, pero
slo el subrayado ya indica una lectura previa y a sa, a ese paso anterior, me remito y repaso.
Recin entonces, leo.
Ese texto apuntado al margen, es la semilla del ensayo. En ese espacio perifrico se carga y se
inscribe la subjetividad del lector. Esos ejemplos anotados al costado, (porque en gran medida lo
acotado son ejemplos), subvierten un significado y desencadenan la interpretacin y asociacin
libre de quien se apropia del sentido.

2. Su historia
Repaso: el surgimiento del ensayo puede ubicarse en la ltima mitad del siglo XVI con la
publicacin de la obra de Montaigne, una alternativa a la prosa cientfica de entonces. El ensayo se
configur como la otra forma de exponer ideas, que no se articulaba con la minuciosa
comprobacin y verificacin, la que otorga ms importancia a los atractivos de la presentacin
potica que a la validez de los juicios enunciados1.
Si se considerase el tono y la actitud, el ensayo exista antes de Montaigne: no es complejo
justificar que textos de Platn o Cicern cuadraban en l. Pero la efectiva canonizacin del
gnero y el reconocimiento moderno de su relevancia y singularidad derivan de Montaigne.
Un ejemplo de lo producido por el escritor francs permite distinguir las formas:

Las ciencias que gobiernan las costumbres sociales, como la teologa y la


filosofa, de todo se hacen cargo; no hay acto por privado o secreto que sea
que se desve de su jurisdiccin y conocimiento. Son demasiado ignorantes
los que rechazan sus reglas en este particular, los cuales hacen lo que las
mujeres, que se avergenzan de mostrar al mdico sus desnudeces, cuando
no tienen inconveniente en hacer ver sus ms secretas bellezas al amante.
Quiero, en pro de aquellas ciencias ensear lo que sigue a los maridos, si es
que todava los hay extremados en el calor hacia sus mujeres: los goces
mismos que experimentan al juntarse con sus esposas, son reprobables si la
moderacin no los preside; hay peligro de caer en la licencia y
desbordamiento en ese punto, igualmente que en el trato ilegtimo. Los
refinamientos deshonestos que el calor primero nos sugiere son no ya slo
enemigos de la decencia, sino perjudiciales a nuestras mujeres. Que al
menos aprendan el impudor de otros maestros; estn constantemente
sobrado despiertas para nuestra necesidad. En cuanto a m, en este punto,
siempre me gui lo natural y lo sencillo.

1
Rest J., Panorama del ensayo, publicado en Historia de la literatura argentina, Tomo 1, CEAL, Buenos Aires,
1980, pg. 97.
"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 2
Montaigne, De la moderacin.2

Recin en Montaigne se lee explcitamente lo personal y subjetivo que no aparece en Platn. Ya el


nombre de algunos de sus ensayos anticipa la diversidad y marginalidad del gnero: De los
canbales, Cmo el sentimiento de los bienes y males depende en gran parte de la idea que de
ellos nos formamos, De lo til y de lo honroso, De los cojos. La disposicin disgregante y
morosa de la prosa (que exhibe la cita de arriba), la tendencia a la narratividad y la recurrencia al
yo del escritor, generaron entonces una ruptura y fueron algo ms que un estilo.
La poca de florecimiento del gnero encubre un dato subrayable: por entonces, su modalidad, se
opona a la del positivismo. Rest sugiere que el ensayo, con toda la carga de interpretacin
provisional que arrastra, se est contraponiendo a Ciencia. Su forma, un atisbo, un intento,
aparece opuesta a las pesquisas obsesivas que agotan todo medio de comprobacin.
El nacimiento del ensayo en nuestro pas puede ubicarse simultneamente al de la Nacin. El
ensayo argentino tuvo una relevancia particular ya que ninguna obra potica, dramtica o de
ficcin produjo durante el ciclo de emancipacin, la fuerza y fervor que este gnero de
barricada. Para la literatura argentina, el gnero ensaystico tiene nombres propios como
Mariano Moreno o Juan Bautista Alberdi e hitos como el Facundo de Sarmiento y
Radiografa de la pampa (o bien, La cabeza de Goliat) de Martnez Estrada.

3. El gnero
Theodor Adorno escribi un texto clave para hacerse del gnero; en El ensayo como forma
sostiene:
La corriente objecin contra el ensayo, a saber, que es fragmentario y
accidental, postula sin ms el carcter dado de la totalidad, y con ello la
identidad de sujeto y objeto, por lo que se comporta como si realmente se
estuviera en poder del todo. Pero el ensayo no se propone buscar lo eterno
en lo perecedero y destilarlo de ello, sino ms bien eternizar lo perecedero.
Su debilidad da testimonio de la no identidad misma que l tiene que
expresar, testimonio del exceso de la intencin sobre la cosa, y, con ello, de
aquella utopa excluida por la articulacin divisora del mundo en eterno y
perecedero.3
Como su nombre declama, el ensayo es una prueba antes que algo definitivo. Su fragilidad y
caducidad no afectan su naturaleza artstica sino la validez de sus conceptos. As, las verdades del
ensayo no aparecen como resultado de una indagacin sistemtica y precisa, sino de una intuicin
personal.
Cualquier aspiracin de delimitar precisamente las caractersticas del ensayo, est condenada por
definicin al fracaso. Este gnero no acepta una definicin unvoca, sino que necesita de una
descripcin. La brevedad, el empleo de la prosa, la naturaleza informal de la exposicin: son
pinceladas del ensayista Jaime Rest que intenta rodearlo. De nuevo, las de Adorno:
el esfuerzo del ensayo refleja an el ocio de lo infantil 4

No empieza por Adn y Eva, sino por aquello de que quiere hablar; dice lo
que a su propsito se le ocurre, termina cuando l mismo se siente llegado al
final. 5
2
Montaigne, Ensayos selectos, CEAL, Buenos Aires, 1969, pg. 8.
3
Adorno T., El ensayo como forma, en Notas de literatura, Ariel, Barcelona, 1962, pg. 21.
4
Adorno T., op.cit. , 1962, pg. 12.
5
Idem, pg. 12.
2
"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 3

El mtodo es antimetdico. Y en vista de que no se leen los ensayos para conocer datos sino
implicaciones de stos, se ahorran las citas bibliogrficas, valen ms las ideas que sus
representaciones, no son necesarios las frmulas, los cuadros y los grficos. Ahora bien, stas no
son prohibiciones: la libertad del gnero permite incluirlas ocasionalmente. Se infiere de ello el
carcter persuasivo que tiene el ensayo, y as, si requiere frmulas y tablas, las expone; pero si
pueden evitarse, no se incluyen.
En definitiva, lo que prima es la capacidad del ensayo de comunicar en forma directa, gil y
sencilla.
Con respecto al tema de los ensayos, pueden ser tan lbiles como particulares: de la vida sexual de
una especie animal, a la autobiografa de un funcionario. De este modo, pueden referir
cuestiones morales, filosficas, polticas, literarias, histricas, biogrficas, cientficas o
narrativas. Adorno postula:

Es inherente a la forma del ensayo su propia relativizacin: el ensayo tiene


que estructurarse como si pudiera suspenderse en cualquier momento. El
ensayo piensa discontinuamente, como la realidad es discontinua, y
encuentra su unidad a travs de las rupturas, no intentando taparlas. 6

Las rupturas producen que por lo general los ensayos sean textos breves en prosa, en los que prima
la exposicin e interrelacin de ideas. La brevedad puede declararse una virtud del ensayo. No
obstante hay largos ensayos suficientemente virtuosos; los citados Facundo (de D.Sarmiento) o
Radiografa de la pampa (de E.Martnez Estrada) son evidentemente ensayos, ms all de su
extensin desacostumbrada. Y pese a que en castellano no sea una prctica frecuente, las obras
del ingls Alexander Pope, no son otra cosa que ensayos en verso.
En resumen, el ensayo es un gnero huidizo, mimtico, y hasta puede llegar a ser metarreferencial.
Esta ltima caracterstica molesta a los acadmicos que evalan el saber como un lanzarse al
exterior. Pero es justamente en el ensayo donde reina la postura de mirarse adentro: escribir
sobre un problema, s, pero usarlo de excusa para otros, para reelaborar los textos que en ese
momento est leyendo el escritor o para proponer ideas que el lector no necesariamente pueda
asociar o justificar.

4. Los parecidos
Alfonso Reyes pint uno de los mejores retratos del ensayo: el centauro de los gneros: mitad
lrico, mitad cientfico. Tanto es as que los ensayistas no dudan en exponer ancdotas ficticias
(que acercan el procedimiento al cuento) o reales (que confunden el ensayo con la biografa y la
historia).
Esta dificultad en cuadrarlo, hace que el ensayo tambin se parezca a la monografa, al artculo
cientfico, al tratado o al artculo periodstico.
En cuanto a la extensin o el tema, el ensayo se emparenta con la monografa o el artculo cientfico,
pero si se considera que el artculo cientfico es un informe de todo el proceso de una investigacin
cientfica (esto es: teoras, procedimientos y fuentes, de manera prolija), puede notarse una gran
diferencia con el ensayo. Algo similar sucede con su parecido con el texto monogrfico: pueden
compartir temas, pero se distinguen en la mayor rigurosidad que requiere la monografa para dar cuenta
de su marco terico, y para construir y exponer los instrumentos de recoleccin de informacin
(encuestas, entrevistas, observaciones, es decir, el trabajo de campo).
6
Idem, pg. 27.
3
"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 4
A diferencia del tratado, el ensayo es un gnero abierto a la divagacin y la crtica. El tratado, en
cambio, circunscripto a un tema, debe aclarar la importancia de su objeto y limitarse a l. El
ensayo puede (y tal vez deba) desbordar su tema primordial y su objeto deviene en mero pre-
texto.
Para finalizar, otro de los escritos prximo al ensayo, es el artculo periodstico; o ms
especficamente, la nota de opinin. Hay quienes la consideran como una de sus variantes, aunque
con la advertencia de que sus temas son con frecuencia pasajeros. Los diarios de hoy suelen
amparar vastos materiales absolutamente intranscendentes con algunos verdaderos ensayos; la
lnguida vara con los que puede medrselos tal vez sea su cualidad de textos que sobrevivirn por
sus ideas.

5. La oreja
En mi adolescencia, de entre varias, una de las pelculas que me subyug fue Terciopelo azul
(David Lynch, 1987). Como sucede con toda buena historia, slo despus de un tiempo, puede
decantarse el motivo. La msica?, los colores?, los climas del film?: por qu ese relato
regresaba?, por qu me haba encantado?
La clave, descubr despus, estaba en la introduccin del conflicto que la historia narraba. Como
en casi todas las pelculas de Lynch, la accin transcurre en un tpico pueblito norteamericano.
Casas prolijas, rboles florecientes, cercas pintadas de blanco, autos que circulan con levedad y
precaucin: orden y calma. Pero, todas las noches, un bar abre de las afueras cobija a los otros del
mismo pueblo.
El protagonista del film (Kyle McLahan) es un joven que est de visita en el pueblo y conoce una
chica rubia que usa soleros floreados de tono pastel (Laura Dern). La accin realmente
comienza cuando el protagonista descubre, caminando por las afueras del pueblo, una oreja. Ese
detalle, nfimo, era la clave. En un baldo, alejado del centro del pueblo, un signo, un fragmento
del cuerpo humano, sealaba.
No es casualidad que haya sido una oreja, y menos an, que estuviera en un baldo. Es decir, lejos
del orden y del control, en el margen, una marca, un elemento disruptor, una escucha, que adems
de amenazar el equilibrio, impulsa una bsqueda.
La calma del pueblo se subvierte a partir de una mirada que est impregnada de una nueva
significacin: la que se esconde en la orilla, el borde, el margen. Aunque el pueblo no se entere o
lo niegue, en la frontera hay un corte que hace producir nuevos sentidos.

6. Las conclusiones
Vuelvo a Adorno: l examina y descarta la identificacin del saber con la ciencia organizada. Para
eso, previamente revisa las relaciones entre la poca de la hegemona de lo sistemtico, de la idea
de totalidad y de universalismo, frente al ensayo que, con su inclinacin particularista, es arrojado a
la periferia del conocimiento.
El texto acadmico tiene pretensin de totalidad y, al colocar al escritor y lector en una falsa
neutralidad, escenifica una situacin que es menos leal que la subjetividad expuesta y confesada.
Cuanto menos se vale de la forma, mejor ser mostrado el contenido. Para Adorno, esta
separacin es consecuente de la divisin entre ciencia y arte propia de un mundo cada vez ms
cosificado, y ante esta realidad, promulga el carcter fragmentario del ensayo, su toma de partido,

4
"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 5
sus ambigedades, sus variadas interpretaciones, su manifiesto espritu crtico, su exposicin al
error.
As, dice, se acusa al ensayo de aquello que slo son culpables las formas (que el cientfico que
habita el edificio central de la Ciencia borra cuidadosamente: la huella de su arbitrariedad).
Al liberarse de la idea tradicional de verdad, el ensayo se acerca a la literatura. Como se sostiene
en el Captulo 3 El poder de la ficcin, entre la denominada realidad y la ficcin no hay un
abismo, sino infinitas mediaciones en las que lo imaginario y lo verosmil tambin permiten acceder
a lo emprico. En este sentido, el recorrido que traza la narratividad es similar al de la ensaystica.
Adorno argumenta que el ensayo penetra profundamente en la cosa y no la reduce a otra cosa. En
otros trminos, realiza el mismo proceso que el arte literario: mmesis creativa. Consigue, al igual
que un buen relato, que la totalidad brille por un instante efmero a partir de un rasgo escogido, de
un fragmento, de una ancdota, de un recorte hecho por el que narra o relaciona ideas alrededor de
un tema.
De esta forma, el ensayo se rebela contra la idea de obra capital, de totalidad; no se presenta nunca
como creacin, sino recreacin. Su forma se atiene al pensamiento crtico y por lo tanto siempre
remite a algo previamente hecho.
En contra de lo universal y necesariamente vlido, en contra de lo que la academia establece que
ocurre en el mbito del saber, el ensayo expresa lo que a uno se le ocurre. Y tambin lo que (a)
uno lee (ocurre). Dice Adorno:

La tendencia positivista general, que contrapone rgidamente al sujeto todo


objeto posible como objeto de investigacin, se queda, en ste como en todos
sus dems momentos, en la mera separacin de formas y contenidos: cmo
podra ser posible hablar estticamente de lo esttico sin la menor semejanza
con la cosa?7

Desde la ciencia, la crtica del ensayista es sospechada de ser interesada (y el ensayista no lo niega),
de apuntalar un objeto que ni es universal ni alcanza a todos (y el ensayista no lo niega). Para la
Ciencia, la crtica alardeada por el ensayista, est condenada ya que es cmplice de la subjetividad
(y el ensayista no lo niega).
Lo que el ensayista tampoco niega, y el saber institucionalizado desprecia, es que el ensayo (cerca
del paper acadmico) es, tambin, por definicin, descartable: nadie se responsabiliza demasiado
por ese texto, todos lo usan para seguir produciendo y reproduciendo, negando y mutando el
respeto por lo dado.
El ensayista es, segn Max Bense8, el que compone experimentando, el que vuelve y revuelve,
interroga, palpa, examina, atraviesa su objeto con la reflexin. De este modo, lo falible y lo
provisional son algo ms que las caractersticas del gnero: son las formas con las que se combate
el ncleo del saber cannico y ptolemeico. Segn Adorno:

El ensayo no apunta a una construccin cerrada, deductiva o inductiva. Se


yergue sobre todo contra la doctrina, arraigada desde Platn, segn la cual lo
cambiante, lo efmero, es indigno de la filosofa. 9

7
Adorno T., op. cit., pg. 13.
8
En Merkur, 1947, N 3, citado por Adorno T., op. cit.
9
Idem, pg. 19.
5
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10
Como sostiene Beatriz Masine a propsito de Facundo, el ensayo narra tambin una de las
opciones de nuestra historia literaria, la de recorrer los mrgenes para construir otra voz desde el
lugar de la desviacin.
Escribir en los mrgenes es la posibilidad de un alumno universitario y la de cualquiera que aspira a
un saber. Y en esos cruces, en la zona perifrica, el aspirante puede incluir asociaciones que otras
voces, la del docente, la del texto oficial, la propia, evocan en la lectura.
El dogmtico no ensaya. En cambio, el que merodea el saber, el marginal, duda, no sabe todo, no
est seguro, cuestiona. El ensayista recorre los baldos del conocimiento y, desde el margen,
apedrea el edificio de la Ciencia: intenta, atenta y tantea.

B. C m o
Un investigador experimentado puede haber encontrado sus propias estrategias en la prctica
cotidiana para redactar ensayos. El mtodo antimetdico estimula para que cada intento sea
nico, cada recorrido personal y cada forma, deformada.
El estudiante habr de transitar su camino, pero algunas orientaciones bien pueden ayudarlo. A
continuacin, algunas sugerencias para la preparacin y produccin de ensayos. No son
prescripciones unvocas ni una receta cuyo exacto cumplimiento garantiza el xito (en tal caso,
seran contradictorias, vanas y contraproducentes). Son, apenas, observaciones recogidas de su
buena prctica.

7. La intencin
Cualquier trabajo de escritura tiene un propsito; de hecho, la intencionalidad es uno de los
criterios que debe cumplir un texto para ser texto 11. El ensayista suele entrever en los primeros
prrafos del escrito su motivacin.
En su ensayo sobre Freud y la Escena de la Escritura, Derrida plantea una
pregunta central: qu es un texto, y qu puede ser la psiquis si es que
puede ser representada por un texto?. Mi inters ms especfico en la
poesa me insta a plantear la pregunta opuesta: qu es una psiquis y qu
puede ser un texto si es que puede ser representado por una psiquis? (H.
Bloom, Poesa y represin)

Se quiere aqu esbozar esa unin, afirmar la existencia de una realidad


formal independiente de la lengua y del estilo; tratar de mostrar que esa
tercera dimensin de la Forma tambin une, no sin algn sentido trgico
suplementario, el escritor a la sociedad; finalmente es hacer sentir que no
hay Literatura sin una moral del lenguaje. Los lmites materiales de este
ensayo indican suficientemente que slo se trata de una Introduccin a lo
que podra ser una Historia de la Escritura. (R. Barthes, El grado cero de la
escritura)
En los trabajos ms breves, en ensayos periodsticos o de ndole ms literaria, no es tan frecuente
que la intencin se haga explcita. De todas maneras, es preciso que quien se presta a redactar un
ensayo, lo haga como primer paso (aunque luego decida no explicitarlo en la versin final) ya que
esta idea ser el motor de su labor.
10
Masine B., Escritura en los mrgenes, Mimeo, 1995.
11
Vase De Baugrande.
6
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8. La Investigacin
La segunda instancia del proceso de produccin de un ensayo es la investigacin en torno al tema a
discurrir. La bsqueda suele darse como un recorrido bibliogrfico por distintos autores (o bien,
diferentes obras de un mismo autor), pero la lectura tambin puede alternarse con algn trabajo de
campo: esta posibilidad en gran medida est sujeta al tema del ensayo.
La bibliografa suele ser la base del proceso de investigacin de un ensayo. La bsqueda
bibliogrfica tiene como fin conocer antecedentes de la discusin sobre el tema en cuestin,
ampliar el criterio de anlisis, parafrasear una idea, ilustrar un concepto, contrastar con posiciones
ajenas. Las ideas obtenidas de la bsqueda bibliogrfica pueden ser muy importantes, pero lo
ptimo es que sean disparadoras de las del propio ensayista. As, la exploracin debe realizarse en
funcin de un planteo original e ir incorporando para ilustrar, contrastar o comparar, las ideas de
otros autores.
Un buen ensayo no slo se apoya en un recorrido bibliogrfico sino que tambin puede requerir (o
valerse) del trabajo de campo para demostrar su hiptesis. Las entrevistas, encuestas o
experimentos que se hagan, estn sujetos a la voluntad del ensayista y pueden ser utilizados como
confirmacin, refutacin o ampliacin de la hiptesis formulada, o bien, como punto de partida del
ensayo.

9. La hiptesis
Si bien no significan lo mismo, los trminos "tesis" e "hiptesis"12 suelen utilizarse indistintamente.
Para resumir la diferencia entre ambos, debe sealarse que una tesis engloba una o varias hiptesis.
La relacin entre ensayo e hiptesis es estrechsima: es inherente a s mismo que un ensayo
proponga alguna hiptesis. Tambin puede postular varias, y en ese caso, lo que se acostumbra es
jerarquizarlas; de esta forma, un texto argumentativo puede tener una hiptesis principal (o tesis) y
un par o una serie de hiptesis secundarias.
El origen de una hiptesis puede rastrearse en una conjetura personal a propsito de algn texto, o
de un conjunto de hiptesis que se constituyen como marco terico. La hiptesis personal puede
coincidir con la idea de los otros autores, puede reformularla parcialmente, aunque tambin, puede
originarse de una experiencia personal. A continuacin, apenas un ejemplo de hiptesis (vanse
trabajos de L.Di Marzo y A.Mndez):
el argentino a diferencia de los americanos del Norte y de casi todos los
europeos, no se identifica con el Estado. Ello puede atribuirse al hecho
general de que el Estado es una inconcebible abstraccin; lo cierto es que el
argentino es un individuo, no un ciudadano. (Borges, Nuestro pobre
individualismo)

En virtud del carcter argumentativo del gnero, el ensayista ordena los datos y los conceptos de
manera que resulte evidente su tesis y, si hubiera, la/s hiptesis derivada/s; este dispositivo estar
pautado de acuerdo al plan de texto que diagrame.

12
Siguiendo a Aristteles, la tesis es una cuestin general, abstracta, asimilable al trmino "posicin", que no tiene
ningn parmetro de lugar o de tiempo; por ejemplo, hay que hacer gimnasia.
Con respecto a la hiptesis, puede definirse como una cuestin particular, que implica hechos, circunstancias,
personas, que generalmente se formula en pocas palabras, en un lugar y tiempo determinado; por ejemplo, en la
Argentina no existen comidas de color azul.
7
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10. El plan de texto


La disposicin que el autor decide darle a la investigacin en el texto a escribir es el paso que
antecede la redaccin del ensayo. El esquema resultante es producto de su creatividad. Este plan
de texto adopta la forma que mejor sirva a cada escritor (y entonces puede valerse de un cuadro
sinptico, de palabras, de citas, etc).
Es paradjico proponer un modelo de plan de texto para escribir un ensayo (recurdese: el mtodo
es antimetdico). An as, y a modo de ejemplo, tres de los varios- dispositivos posibles para la
redaccin de un ensayo sobre la narracin oral de episodios de vida:
Esquema 1
Presentacin de la doxa (saberes aceptados, imaginarios institucionalizados) sobre el tpico del
ensayo (la idea de narracin)
Oposicin a partir del trabajo de campo (entrevistas)
Reformulacin del concepto clave (narracin-identidad) como conclusin
Esquema 2
Formulacin de hiptesis a partir de la bibliografa
Exposicin del trabajo de campo (entrevistas)
Confirmacin, refutacin, ampliacin o reformulacin de la hiptesis inicial. Hiptesis personal
Esquema 3
Descripcin del trabajo de campo (entrevistas)
Anlisis de rasgos recurrentes o significativos
Confrontacin de los conceptos tericos
Formulacin de la hiptesis personal
La decisin de empezar por un planteamiento general para incluir, posteriormente, lo particular; o
bien, presentar detallados todos los antecedentes o las partes que componen el problema y pasar
luego a una conclusin universalizante son decisiones a tomar al momento de disear el plan de
texto. Y es que la posibilidad de ordenar inductiva o deductivamente el ensayo, se basa en el
anlisis detallado del tema sobre el que se reflexiona ensaysticamente.
Contrapongo a dos tutores del gnero: Descartes y Montaigne. Descartes propuso dividir cada
uno de los problemas o tpicos que se examinan, en tantas partes como se pueda y como sea
necesario para resolverlos mejor; el producto de esa divisin constituye la lista de asuntos tratados
en el ensayo. La obsesividad que Descartes utiliz para el trabajo filosfico, se opone al
desprejuicio que evidenci Montaigne: "Yo elijo al azar el primer argumento. Todos para m son
igualmente buenos y nunca me propongo agotarlos, porque a ninguno contemplo por entero",
aleg Montaigne. Un equilibrio entre los programas de Descartes y de Montaigne posiblemente sea
lo que produce los mejores ensayos modernos.

11. La redaccin
A partir del Plan de texto y de la espontaneidad propia del proceso de escritura, se pone en marcha
la redaccin del ensayo.
Lo ms comn es escribir una primera versin y luego, otras. Lo que se sugiere es abandonar la
primera versin algunos das para lograr despegarse y as releer con cierta distancia lo ya
producido. Suele ser necesario ms de un borrador y es frecuente que haya que realizar, entre
otros procedimientos, alteraciones del orden planificado, supresiones, ampliaciones, grandes
8
"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 9
correcciones o cambios de enfoque. Es mejor no negarse y ser lo suficientemente autocrtico
como para poder reescribir: desprenderse y suprimir pasajes antes considerados brillantes, o volver
a investigar y redactar un pargrafo para ampliar un asunto, son alternativas de accin que deben
contemplarse y no evitarse.
Con respecto al estilo o al tono del ensayo, se trata de una decisin personal. Hallar la propia voz
es una ardua tarea de todo escritor y esta aspiracin es extensible al ensayista. Por tanto, podran
ser innecesarias las sugerencias al respecto. De todas maneras, algunos recursos pueden servir de
inspiracin para la etapa de redaccin del ensayo.

11.1. Interesar al lector. Al igual que el cuento, el ensayo debe atrapar desde su inicio. Ya
las artes retricas clsicas axiomatizaron la necesidad de disponer positivamente el corazn
del auditorio y obtener su simpata mediante una seccin que se llamaba exordio. El neo-
periodismo, tambin, postula que el texto debe abrirse de manera llamativa, sorpresiva, o
bien, provocativa, utilizando recursos literarios para captar el inters y ganarse la voluntad
del lector. Veamos el primer prrafo de dos famosos ensayos:
Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas
de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma:
el papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes
alemanes. (Marx y Engels, El manifiesto comunista)

Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el


ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida
secreta y las convulsiones internas que desgarran las entraas de un noble
pueblo. (Sarmiento, Facundo)
Una alternativa para ganar el inters del lector, es encabezar el cuerpo del texto con un
epgrafe: se trata de una cita textual que se ubica, en itlica o con distinto tamao de letra,
en la parte superior derecha del texto, a continuacin del ttulo del ensayo.

11.2. Explicitar el propsito . La argumentacin clsica estipulaba que en la introduccin,


deba realizarse una breve mencin de la tesis general (aunque no la hiptesis) que se buscaba
dar a conocer. Este recurso para la redaccin del texto, suele incluirse en los primeros
prrafos del ensayo. Se ilustra arriba en el punto 7 "La intencin" como un paso que
trasciende la escritura (es decir, debe plantearse aunque no necesariamente consignarse por
escrito). A modo de ejemplo, ensayistas que decidieron explicitar el propsito:
Quizs el motivo principall para publicar ahora este libro de ensayos se
encuentre en la creencia de que an puede ampliarse el crculo del debate
pblico y preparar as el campo para un orden ms humano en materia de
construccin y modo de vivir, que el que trata de imponer una economa
basada en el dinero e intoxicada de poder. (L. Mumford, La carretera y la
ciudad)

As, pues, mi propsito no es ensear aqu el mtodo que cada cual debe
seguir para conducir bien su corazn, sino solamente mostrar de qu manera
he tratado yo de conducir el mo. (R. Descartes. El discurso del mtodo)

11.3. Capitulizar. Una prctica que se utiliza para facilitar la escritura y la lectura de los
textos argumentativos ms extensos, es dividir los tpicos desarrollados. Mediante la
numeracin o el subtitulado, se ordenan los temas y se hace ms accesible la lectura y gil la
escritura de un ensayo. Ejemplos en los que el ensayista da cuenta de este orden:
Dado que la obra de Copi es poco conocida en la Argentina opt por
presentarla, en sucesin ms o menos cronolgica, contando y describiendo
sus novelas y piezas teatrales, algunas con todo detalle. (C. Aira, Copi)
9
"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 10
Esta obra se compone de dos partes. En la primera, he expuesto
sistemticamente, en su cohesin, los diferentes aspectos de la vida humana
enfocada bajo el ngulo del erotismo. He reunido en la segunda estudios
independiendientes en los que he abordado la misma cuestin: la unidad del
conjunto es innegable. (G. Bataille, El erotismo)
Anticipar al lector la divisin o repasar los puntos (o subttulos) por tratar, puede
predisponer a la comprensin y permite seguir el hilo expositivo ms sencillamente.
La disposicin de la informacin y las ideas dentro de cada captulo o pargrafo es otra
decisin que se puede tomar al momento de La Redaccin. La amplia mayora de los
ensayos suele adoptar un criterio que no se modifica en los distintos apartados; as, se
presentan cronolgicamente, en orden causa-efecto o de manera comparativa.

11.4. Ordenar la informacin


El orden es el criterio con que se clasifica la informacin en un texto. Los ms frecuentes en
el ensayo son los tres siguientes:
11.4.a. El orden cronolgico permite distribuir la informacin de acuerdo a un criterio
de tiempo. Esta forma de disponer la informacin domina, por ejemplo, la referencia de
hechos histricos, los procesos de elaboracin o transformacin de productos. El
orden cronolgico se vale de una serie de nexos que ayudan a reforzarlo; a saber:
inicialmente, posteriormente, finalmente, de inmediato, despus, con anterioridad, al
principio, seguimiento, al final, antes, entonces, ms tarde, acto seguido, con
posterioridad, luego.
11.4.b. El orden comparativo posibilita vincular los datos recogidos segn
semejanzas y diferencias. Un texto argumentativo muy probablemente deba recurrir,
aunque ms no sea en una oportunidad, a valerse de razonamientos que contrasten
ideas. El orden comparativo se refuerza en el texto por medio de los siguientes
conectores: por otra parte, ms bien, contrariamente, antes bien, ahora bien, a
diferencia de, no obstante, sin embargo, en contraposicin, en cambio, con todo, por
el contrario, de todas maneras.
11.4.c. El ordenamiento por causa-efecto ayuda a reforzar las relaciones entre
conceptos o hechos. Un ensayo as estructurado expone de manera repetida, por
ejemplo, las razones y las consecuencias de una situacin. El orden causa-efecto
utiliza, entre otros recursos, las siguientes conjunciones: por tanto, en consecuencia,
debido a ello, por esto, como resultado de ello, porque, ya que, visto que, a causa de,
con motivo de, gracias a, considerando que, teniendo en cuenta que, con que, por
consiguiente, pues.

11.5. Recapitular. Suele reservarse al cierre del desarrollo argumentativo, un espacio para
retomar los items principales expuestos en el ensayo. Con este fin, algunos dedican una
seccin con el ttulo "Conclusin", y aunque otros no lo enmarquen especialmente, siempre
se repasan o se unen los puntos sueltos que hayan quedado sin unir. Veamos ejemplos:
En resumen: parece que pueden caer partculas en agujeros negros que luego se
desvanezcan y desaparezcan de nuestra regin del universo. Las partculas
parten hacia pequeos universos que se separan del nuestro.
Es posible que esos universos reintegren en algn otro punto. Quiz no sirvan
gran cosa para los viajes espaciales, pero su presencia significa que seremos
capaces de predecir menos de lo que esperbamos, incluso aunque
encontrramos una teora unificada completa (...) en los ltimos aos, varios
investigadores han comenzado a estudiar los pequeos universos. No creo que
nadie se haga rico patentndolos como un modo de viaje espacial, pero se han
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"La forma del ensayo: el margen" - T A L L E R D E EXPRESIN I ctedra Pampillo 11
convertido en un campo muy interesante de investigacin. (S. Hawking,
Historia del tiempo)

CONCLUSIONES
1. La traicin de Rita Hayworth es la puesta en accin de una de las consignas
fundamentales del programa literario de Manuel Puig: la pulverizacin del
narrador como vrtice jerrquico del sistema de poder que constituye todo
relato. (...)
2. Pero no hay que buscar en esas voces la transparencia de la oralidad. Cada
voz es, a su vez, un complejo de enunciados y una caja que encierra las
resonancias mltiples de voces ajenas. (...)
(...)
5. Para terminar: la mquina reproductiva con la que la prctica literaria de
Puig est conectada no nos parece encarnar la denuncia de las condiciones
de alienacin impuestas por los medios de comunicacin. (...) Los medios
no son, pues, simples instrumentos de manipulacin de cuya opresiva
influencia habra que escapar, sino aparatos de reproduccin en los que se
cifra todo un plan de experimentacin y de subversin. (A. Pauls, Manuel
Puig: La traicin de Rita Hayworth)

12. La revisin
El ltimo paso a cumplimentar para producir un ensayo es su correccin. Si bien suele hacerse a
medida que el autor redacta el texto, la puntada final debe darse una vez que se considera
concluida la primera versin del escrito, y luego de haberla dejado reposar unos das. A
continuacin, una posible gua para la revisin de un ensayo:
12.1. Organizacin:
Explican claramente el primer prrafo o la introduccin las metas del trabajo?
Revis la tesis del escrito: hay una frase completa que la enuncia? Si no existiese,
se deja entrever alguna hiptesis del autor en el cierre del texto?
Cmo es la conclusin? Junta todas las ideas presentadas? Concluye bien, es decir,
ahora el lector conoce ms informacin y tiene mejor idea del punto principal que
antes?
Fluyen bien las frases y las palabras? Hay buen sentido de conexin entre frases,
prrafos, ideas?
12.2. Contenido:
El ensayo aporta una idea nueva?
Fueron las ideas apoyadas por evidencia?
12.3. Forma:
El trabajo est bien presentado? la forma es coherente con el contenido?
Es la presentacin relevante al tpico? facilita la comprensin o distrae del tema?

Si acaso el lector considera exageradas u obsesivas algunas de estas observaciones, antes, durante
o despus de haber escrito su ensayo, puede limitarse a repasar slo lo que haya subrayado en este
texto. Quizs alguna idea ajena o una anotacin propia en los mrgenes se transforme, despus de
un tiempo, en un nuevo ensayo.

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