Los Hongos Son Seres Heterótrofos

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Los hongos son seres heterótrofos, así que dependen de sustancias elaboradas en el exterior.

Pueden
ser saprófitos, parásitos o simbióticos.

Simbiosis: líquenes y micorrizas.

Entre los distintos hongos simbióticos encontramos los líquenes y las micorrizas. Los líquenes son seres
duales, organismos complejos formados por unidades fúngicas y unidades algales. A estas unidades se
llega por un equilibrio dinámico entre estos dos tipos de organismos, las unidades son del tipo tanto
morfológico como fisiológico y en las que la parte algal actúa como organismo fotoautótrofo que aporta
hidratos de carbono, mientras que la parte fúngica actúa como heterótrofo aportando sales y agua. En
definitiva el líquen tiene un aspecto de ser una unidad. Las dos partes componentes de un líquen se
pueden separar si se mantienen en un medio adecuado, la parte fúngica no puede sobrevivir en el agua
pero sí la algal. También hay técnicas para separar la parte fúngica. Una vez separados el 99% de los
componentes fúngicos corresponde al tipo de ascomycotina y el 1% restante corresponde a los demás
grupos fúngicos. La parte algal puede constar de dos grupos: uno correspondiente a las cianofíceas
(moneras) y otro que corresponde a las clorofíceas (protoctistas verdes).

Morfologías de los líquenes:

Son muy variadas, pero predomina la parte fúngica, es entonces el hongo el que participa en mayor
medida en esta estructura. Una mayoría tiene la parte fúngica como componente envolvente y
mayoritario y es el que condiciona la forma. Sólo en pocos ejemplos la parte algal es mayoritaria, por
ejemplo en los líquenes gelatinosos. En los líquenes las algas toman el nombre de gonidios. Las ¾ partes
de los líquenes son de talo crustáceo que forman una costra, que si se distribuye por una roca recibe el
nombre de saxícola. Los líquenes saxícolas que se sitúan por encima de la piedra son epilíticos y se
sitúan parcialmente en el interior es endolítico. Los líquenes tienen importancia en la destrucción de
algunas rocas, como p.e. las calcáreas. Cuando un líquen se sitúa por encima de una corteza vegetal se
dice que es cortícola y corresponde a una morfología de talo folioso. Entre los líquenes cortícolas, los hay
que sólo necesitan una pequeña superficie para sujetarse y el resto cuelga, se dice entonces que son de
morfología de talo fructiculoso. También los hay que se pueden desarrollar por la superficie de algunas
hojas, de manera que son de morfología de talo foliícola y estos realizan una acción dañina para la
planta de manera indirecta. Existen talos fructiculosos que se desarrollan desde el suelo y no desde las
cortezas adoptando formas muy variadas, los “tallos” que presentan se denominan podecios.

Otro tipo de estructura puede ser la gelatinosa, que en la época húmeda normalmente se distribuye en
el suelo (terrícolas) o encima de las rocas (saxícolas). En este tipo de líquenes predominan los gonidios
que corresponden al reino de los monera. Tienden a ser verdosos en la época húmeda pero tornan
negruzcos y se rompen en la época seca, lo que se puede confundir con un estado de destrucción,
cuando lo que realmente hacen es un tipo de reproducción asexual.

Estructura de los líquenes:

Existen dos estructuras generales: la heterómera y la homómera.

En una estructura heterómera se distinguen cuatro capas bien diferenciadas. La capa más externa es el
córtex superior y está formado por hifas fúngicas, protectoras y que a veces presentan pigmentaciones
determinadas. A continuación viene la capa gonidial que está formada por hifas y gonidios y que se sitúa
en un sitio accesible a la luz. Después viene una tercera capa que se denomina capa medular o médula y
que es de color blanco. La cuarta y última capa está constituida por el córtex inferior que está formado
por hifas fúngicas que se sueldan a algún sustrato. Si la soldadura es grande el córtex inferior suele
faltar y simplemente se fija gracias a la médula.

La otra estructura es la homómera. En este tipo de estructura hay un reparto homogéneo de los
distintos componentes. Son los líquenes gelatinosos. En el cuerpo del líquen se observa simplemente un
reparto de hifas y gonidios, que quedan limitados por un espesamiento del mucílago que
hipersecrecionan los gonidios. Las algas de este tipo de líquenes pertenecen a las cianofíceas (monera).

Reproducción en los líquenes:

La reproducción asexual o vegetativa del líquen suele corresponder a porciones en las que están los dos
componentes. Aparte de la fragmentación talina, lo normal es que existan pequeños determinados
elementos por los que el líquen pueda reproducirse, estos elementos son los sorelios y los isidios.

Los sorelios corresponden a pequeños apelotonamientos en los que aparece una o pocas partes gonales
rodeadas por una serie de hifas. Se diseminan mediante la acción del viento, que las desprende. Un
soral es aquella porción destinada a romperse o a agrietarse en la superficie de los líquenes, y por ahí
sale la capa gonidial por la que después salen los soridios.
Los isidios son estructuras más complejas, en las que cada una cuenta con córtex y capa gonidial. Por
acción mecánica se desprenden del talo y llegan a un sitio apropiado donde poder crecer.

En el líquen, la parte algal no suele reproducirse sexualmente, únicamente pueden reproducirse


asexualmente. El hongo, en la mayoría de los casos es la parte dominante y puede formar estructuras
asexuales y estructuras sexuales. Una estructura asexual muy importante en los líquenes es el picnidio,
que organiza gran cantidad de esporas asexuales muy pequeñas y que tienen que dar con el gonidio
adecuado, ya que al ser tan pequeñas no tienen muchas sustancias de reserva. Los gonidios de los
líquenes se pueden encontrar libres en la naturaleza, sin embargo, encontrar libre la parte fúngica de un
líquen es muy extraño.

También pueden aparecer estructuras de origen sexual, de las cuales dos son muy frecuentes: los
apotecios y los peritecios. En la parte superior del apotecio se sitúa el himenio en el que destacan las
ascas, que son los esporocistos. Entre las ascas hay hifas estériles, la paráfisis. Estas esporas al
dispersarse tienen que localizar un gonidio adecuado. La reproducción óptima de los líquenes es siempre
asexual porque los dos componentes del líquen viajan siempre juntos, lo único que tienen que hacer es
encontrar un sustrato adecuado.

Los líquenes han tenido éxito, con una amplia distribución que va desde los desiertos cálidos hasta los
desiertos helados. Un líquen muy famoso es el maná. El líquen es el primer colonizador de las rocas,
disgregando aquellas que son ácidas y disolviendo las básicas, de esta manera comienzan a formar un
poquito de suelo que es utilizado por los siguientes colonizadores (p.e. musgos). Este es un proceso muy
lento.

Micorrizas:

Las micorrizas son otros de los organismos simbiontes. Supone una asociación especial entre el micelio
de un hongo y las raíces de las plantas superiores. Prácticamente todas las plantas superiores tienen su
micorriza característica, y siempre el desarrollo óptimo de una planta superior implica la existencia de
una micorriza. Existe una primera fase en la que se desarrolla el hongo, que extrae de la raíz los
productos hidrocarbonados a la vez que las hifas se desarrollan por el suelo pudiendo captar nutrientes,
fundamentalmente los fosfatos. En una segunda fase, es la raíz de la planta superior la que de alguna
manera digiere parte del hongo, incorporando así los nutrientes que ha podido captar la parte fúngica en
el suelo. Hay nutrientes como los fosfatos que son muy inmóviles, de manera que hay que ir a
buscarlos. La raíz puede formar zonas pilíferas para aumentar la superficie de absorción, pero las
micorrizas aumentan mucho esta superficie y pueden captar más nutrientes.

La parte fúngica formadora de manto es ectótrofa, pero el micelio también se desarrolla


intercelularmente en el interior de la raíz, es la red de Hartig. El otro tipo de desarrollo es el endótrofo o
vesicular arbuscular (va), debido a la formación de vesículas y formas arbusculares. La mayoría de los
hongos de micorrizas corresponde a los agaricales y basidiomicetes.

No se conocía bien la importancia de la micorriza hasta que el estudio de la colonización de nuevos


suelos con especies se observó que no funcionaba bien. Se dieron cuenta que se necesitaban las
micorrizas adecuadas. En nuevas colonizaciones, las plantas ya se disponen con las micorrizas
necesarias. Antiguamente ante la gran cantidad de parásitos que había en el suelo se tomaban aspectos
drásticos, cargándose todo, así que también se cargaban las micorrizas. Hay nematodos que se
alimentan de las plantas, pero también existen nematodos beneficiosos puesto que participan en el
reciclado de distintos nutrientes. No hace mucho había una guerra nefasta, hoy en día se sustituye la
lucha química por la biológica, para lo cual se requiere un óptimo conocimiento de los distintos tipos de
nematodos así como de los distintos hongos y mohos acuáticos que los cazan o parasitan. Se conocen
10 especies distintas de nematodos. Para la lucha biológica se pueden utilizar endoparásitos que
organizan esporocistos que dan zoosporas (mohos acuáticos). Existen hongos que tienen conidios
adhesivos que se pegan a la superficie de los nematodos, a los que perforan introduciéndose en ellos.
Los hongos cazadores fijan el nematodo, perforan la superficie y desarrollan en el interior el micelio
correspondiente. Hoy en día hay muchos estudios a este respecto. La lucha biológica no acaba con el
parásito pero lo controla. Otro tipo de lucha es el empleo de un deuteromicete que controla a cierto tipo
de parásito de la vid, o algunos parásitos de las plantas superiores.

Importancia biológica, económica y ecológica:

Las trufas no se pueden cultivar, dependen mucho de las condiciones ambientales. Son cuerpos
fructíferos de ascomicetes que están enterrados. Se necesitan perros adiestrados para encontrarlas.
Algunas levaduras tienen importancia en muchas fermentaciones y en la producción de antibióticos.
También se utilizan para combatir algunas micotoxinas humanas. Cada vez se extienden más los hongos
epidérmicos, las tiñas. Algunos son de desarrollo interno.

http://www.elergonomista.com/botanica/simbio.htm
MICORRIZAS:

Las micorrizas son asociaciones simbióticas mutualistas entre las raíces de las
plantas terrestres y ciertos hongos del suelo. Su existencia se conoce desde 1885, pero fueron
consideradas curiosidades excepcionales. Hoy se cree que más del 97% de especies vegetales
terrestres están micorrizadas.

Se tiene constancia de que las primeras plantas superiores que abandonaron el ambiente
acuático hace casi 400 millones de años, los riniófitos , poseían ya hongos asociados a
sus raíces. Posiblemente, la colonización de la tierra firme, un ambiente mucho más hostil
que el agua, hubiera sido imposible sin la asociación de las plantas con diversos
microorganismos. De hecho, se ha acuñado el término micotrofia para denominar la
alimentación mediante un hongo. Es posible que, en comunidades naturales, las plantas sean
micótrofas obligadas.

No todas las plantas aceptan la micorrización de igual modo, pudiendo encontrarse toda
una gama de tolerancia al respecto. Algunas familias, entre las que destacan comelináceas,
crucíferas, fumaráceas, poligonáceas, urticáceas, quenopodiáceas y ciperáceas, pueden
crecer perfectamente en solitario. En otros casos, como las leguminosas o los cítricos, la
asociación con hongos u otros microorganismos es esencial para el éxito del vegetal.

CLASIFICACIÓN.
Las micorrizas presentan notables diferencias, y pueden ser clasificadas en varios tipos

 Ectomicorrizas (o micorrizas ectotróficas; fig. 1-1):


o Son denominadas también formadoras de manto. Un manto fúngico cubre
las raíces, y a partir de él surge una red de hifas intercelulares (red de
Hartig) que no penetran en las células del hospedante.
o Estas micorrizas se dan en árboles y arbustos pertenecientes a las familias
betuláceas, fagáceas, pináceas, salicáceas y tiliáceas, así como en algunas
especies de ericáceas, juglandáceas, leguminosas, mirtáceas y rosáceas.
o Los hongos responsables son trufas (ascomicetos)
y agaricoideos (basidiomicetos), tal vez varios miles de especies, así

como Endogone (zigomicetos).


 Endomicorrizas (o micorrizas endotróficas):
o No forman un manto fúngico ni red de Hartig en la raíz; el micelio puede ser
intercelular o intracelular.
o Se distinguen:
 Micorrizas vesículo-arbusculares o MVA (fig. 1-2):
 Forman unas estructuras especializadas, los arbúsculos,
dentro de las células del córtex radical, que no llegan a romper
la membrana plasmática (la cual se invagina en torno a ellos).
Por medio de los arbúsculos se realiza la transferencia de
nutrientes entre los dos simbiontes. También son frecuentes
las vesículas, de localización variable y que funcionan como
órganos de reserva. En el micelio exterior pueden
formarse azigósporas o esporocarpos.
 Las MVA se dan en más del 80% de las especies de vegetales
superiores (briófitos, pteridófitos, gimnospermas y
angiospermas).
 Los hongos responsables son glomeromicetos (antes se
incluían en zigomicetos) de la familia endogonáceos (Glomus,
Sclerocystis, Acaulospora, Entrophospora, Gigaspora,
Scutellospora).
 Micorrizas orquioides (fig. 1-3):
 El hongo suele formar ovillos en las células de la raíz.
 Se dan entre orquídeas y basidiomicetos. Estas plantas
carecen de clorofila en alguna fase de su vida, por lo que
necesitan obligatoriamente al hongo para sobrevivir.
 Micorrizas ericoides (fig. 1-4):
 En este caso, el hongo forma en las células de la raíz
estructuras sin organización aparente, como masas
compactas.
 Se dan entre diversos géneros de ericáceas (Erica, Vaccinium,
Rhododendron, Calluna) y ascomicetos (también con
basidiomicetos como Clavaria ).
 Ectendomicorrizas (o micorrizas ectendotróficas; fig. 1-5):
o Se denominan también arbutoides. Presentan manto, red de Hartig y
penetración intracelular similar a las ericoides.
o Se da entre diversas ericáceas (Arbutus, Arctostaphylos), piroláceas,
cistáceas y monotropáceas.
o Los hongos responsables son basidiomicetos, aunque en el caso de las
cistáceas la micorriza ocurre con las criadillas de tierra
 CARACTERÍSTICAS DE LA RELACIÓN SIMBIÓTICA.
 En toda simbiosis mutualista existe un beneficio para sus componentes, lo que permite
su supervivencia por selección natural.
 Por un lado la planta obtiene varios beneficios.Un incremento en la disponibilidad de
nutrientes poco movilizables, sobre todo P (también Cu, Zn, K, Fe, Ca y otros), y una
mejor captación y asimilación de N. Puede que se deban a una mayor facilidad del
hongo para apoderarse de esos elementos. Pero la razón principal es que el micelio
del hongo, normalmente muy ramificado, permite aumentar el volumen de suelo
explotable (cada centímetro de raíz puede sostener varios metros de hifas). El hongo
puede proteger a la planta frente al ataque de microorganismos patógenos. El hongo
puede actuar como puente de unión y transmisión de sustancias químicas entre
plantas diferentes.
 A cambio, el hongo obtiene un nicho ecológico, recibe hidratos de carbono
procedentes de la fotosíntesis (puede consumir hasta más del 20% del fotosintato;
no obstante, el vegetal compensa esta sustracción gracias al aporte de nutrientes
minerales por el hongo).
 La simbiosis hongo-planta no implica la exclusión de otros organismos. Las
leguminosas, por ejemplo, forman simultáneamente nódulos con Rhizobium y MVA.
Se trata, pues, de un sistema triple: el hongo proporciona P, las bacterias fijan N 2 y
la planta fotosintetiza para todos. En otros casos, varias especies fúngicas pueden
micorrizar simultáneamente a la misma planta.
 Las micorrizas son influidas por los factores ambientales, bióticos o no. Normalmente,
la simbiosis se ve favorecida en ambientes pobres en nutrientes o sometidos a estrés,
donde las plantas no serían competitivas si careciesen del hongo. Es conocido que en
los cultivos fuertemente abonados, tanto en invernaderos, viveros o al aire libre, la
simbiosis se ve notablemente inhibida (de hecho, la planta hace simbiosis con el
agricultor, en vez de con el hongo). Por otro lado, todo aquello que afecte a la
fotosíntesis influirá sobre la micorrización. Por ejemplo, un sombreado intenso o un
acortamiento del fotoperiodo inhiben el proceso. La cantidad y calidad de la microbiota
del suelo puede influir la simbiosis de modos muy diversos, a menudo imprevisibles
si no existen estudios adecuados.
 INTERÉS E IMPORTANCIA DE LAS MICORRIZAS.
 El interés de las micorrizas en Biotecnología es evidente. Aunque los hongos
micorrizógenos están presentes en casi todas partes, ciertas actividades humanas,
prácticas agrícolas o la erosión pueden dar lugar a suelos o sustratos desprovistos de
hongos adecuados, o éstos pueden hallarse en muy escasa cantidad. En este caso, el
crecimiento de las plantas puede resentirse; muchos casos de fracaso agrícola o
forestal pueden deberse a la carencia de micorrizas, o a que las condiciones
ambientales no favorecen su formación.
 Desde el punto de vista agrícola, los problemas no se dan tanto en los países
desarrollados. La fertilización química es muy eficaz, y las plantas cultivadas pueden
crecer sin micorrizas; no obstante, la presencia de hongos siempre ayuda a la
asimilación de N y P en formas poco asequibles al vegetal.
 Se dan más en países tropicales. Los terrenos cultivables han sido arrebatados a la
selva, y suelen tener un pH bajo. Al introducir encalados y otras correcciones, se
elimina a la micoflora natural y las plantas pueden encontrarse con dificultades para
asimilar nutrientes. Por tanto, el empleo rentable de micorrizas se convierte a veces
en un tema de investigación prioritario.
 En nuestras latitudes, la minería, con sus acumulaciones de estériles, así como la
deforestación y la erosión que conlleva, unida a la difícil orografía del S.E. español,
han provocado la aparición de amplias zonas en donde las posibilidades de
micorrización natural son reducidas, dada la escasez de hongos del suelo.
 Los intentos de repoblación con plantas autóctonas (más difícil aún si no lo son)
pueden encontrar dificultades. Estas plantas suelen obtenerse en viveros, en los que
las condiciones imperantes (buena fertilización química y empleo de fungicidas y otros
biocidas) no favorecen precisamente la micorrización. Estas plantas, al ser
trasplantadas a su hábitat definitivo, pueden hallarse virtualmente indefensas frente
a las agresiones ambientales (sequía, enfermedades, etc.).
 La reforestación con plantas micorrizadas, por tanto, se muestra cada vez más útil si
se desea tener éxito. Los hongos más estudiados actualmente para este fin son los
formadores de manto (sobre todo, con coníferas y Quercus) y los MVA (leguminosas,
gramíneas, etc.).
 Por otro lado, el interés de la micorrización no reside sólo en la planta. Ciertos hongos
comestibles alcanzan un gran valor económico, como las trufas . La siembra de
encinas micorrizadas con trufas interesa a muchos propietarios de parcelas en
nuestros montes. Otros aficionados a la recogida de setas se plantean la posibilidad
de micorrizar los árboles con níscalos , rebozuelos , boletos ...

http://www.ual.es/GruposInv/myco-ual/micorr.htm
Los líquenes, también conocidos como hongos liquenizados, son organismos resultantes de
la simbiosis de un hongo y un alga o una cianofícea; El hongo depende del organismo
fotosintético para su metabolismo, y el alga depende del agua y sustancias minerales que le
proporciona le hongo, además de estar protegido de la radiación solar por las hifas del
hongo. El componenfe fúngico del liquen se llama micobionte o micosimbionte, y el
componente algal se denomina ficobionte, fotobionte o ficosimbionte. Durante muchos
años se creyó que los líquenes eran organismos individuales y eran clasificados de forma
independiente al resto de seres vivos, pero tras los estudios de Schwendener en la segunda
mitad del siglo XIX se puso de manifiesto su doble naturaleza, pasando a ser clasificados
atendiendo a la naturaleza del micobionte, generalmente un ascomycete.

El micobionte es la parte fúngica del liquen, es un hongo de hifas septadas que durante
toda su vida permanece asociado al fotobionte. Las hifas son similares a las de los hongos
de vida libre, pero con las paredes más gruesas, y se disponen envolviendo al fotobionte,
formando en muchas ocasiones haustorios que penetran en las células del alga o
apresorios. La gran mayoría de los hongos capaces de formar líquenes son Ascomycetes,
siendo pocos los Basidiomycets (50) y o Deuteromycetes (200); existen 18 órdenes de
Ascomycetes capaces de liquenizar. El micobionte es la parte en la que se realiza la
clasificación de los líquenes. Las hifas del hongo se disponen formando falso tejidos o
plecténquimas que pueden ser:

Prosénquima: las hifas no pierden su individualidad y se diferencian con facilidad. Puede


aparecer como un tejido aracnoide o medular, con aspecto de tela de araña, laxo, con las
hifas más o menos entrecruzadas, o como un tejido fastigiado, en el que las hifas se
disponen de forma casi paralela y perpendiculares a leje del talo.Pseudoparénquima: las
hifas pierden su individualidad al soldarse sus paredes, adquiriendo el talo un aspecto que
recuerda al tejido de las plantas vasculares.

El fotobionte o ficobionte es la parte fotosintética del liquen. Puede pertener a las


cianobacterias o clorofíceas unicelulares, cenobiales o filamentosas o heterocontófitas (en
2 géneros). Al revés de los hongos, donde muchos géneros son capaces de liquenizar, en
el caso de las algas son pocos los géneros con esta capicidad. Las cianobacterias más
frecuentes son Nostoc, Scytonema, Stigonema, Gloeocapsa y Calothrix; entre las
clorofíceas destacan Trebouxia, Trentepohlia, Coccomyxa y Myrmecia. Un 92% de los
líquenes tienen fotobiontes verdes unicelulares, de los cuales el 31% son Trentepohlia y
tan sólo el 8% contienen cianofíceas. Aproximadamente el 50% tienen Trebouxia.

La organización del talo de los líquenes es por lo general muy compleja y depende de la
simbiosis y la adaptación al medio en el que viven. Los principales tipos de talos liquénicos
son los siguientes:
 Gelatinososo: son talos de aspecto viscoso. Es típico de los talos formados por
cianofíceas del género Nostoc, cuyas cadenas tienen una vaina mucilaginosa que
es atravesada por las hifas del hongo. Un liquen con talo gelatinoso es Collema.

 Filamentoso: las células del alga están envueltas por una especie de telaraña que
forman las hifas del hongo. Líquenes con esta estructura son Racodium y Ephebe.

 Crustáceo: son líquenes que crecen muy despacio, están muy ligados al sustrato,
que puede ser una roca, corteza de árboles o incluso tierra. Son talos muy difíciles
de separar del sustrato ya que penetra en él. Son talos endolíticos si penetra en el
interior (como Verrucaria), endofleoicos, si se encuentra en el interior de cortezas
de árboles (como Opegraphia), epilíticos, si aparecen en la superficie de las rocas
(como Rhizocarpon) y epifleódicos, si crecen sobre cortezas (como Pertusaria).

 Foliáceo: es un talo aplanado, con el margen generalmente lobulado, que no está


muy ligado al sustrato pero que se adhiere al mismo por medio de hifas, ricinas,
grupos de venas largas o un punto central; raramente están unidos por un gel
adhesivo. Líquenes con esta morfología son Parmelia, Peltigera y Umbilicaria.

Talo foliáceo de Lobaria, © L. Arana


 Escuamuloso: es un talo intermedio entre los dos anteriores, formado por
pequeñas escamas próximas, contiguas o imbricadas, unidas al sustrato excepto
por los bordes. Squamarina presenta este talo.

 Fruticuloso: son talos unidos al sustrato por una parte muy estrecha y se
ramifican similando un arbusto, con ramas cilíndricas (Usnea, Alectoria), laciniadas
(Ramalina, Evernia); aparecen erguidas sobre el sustrato o colgantes.

Talo fruticuloso de Usnea, © César Fernández

 Compuesto: son talos dimórficos, constituidos en la parte basal o talo primario por
un talo escuamuloso, crustáceo o foliáceo, poco desarrollado sobre el que se
desarrolla un talo secundario o podecio (sobre el que se formaran los apotecios),
que puede ser ramificada o dendroide o simple o acopada. Es el talo característico
de los líquenes del subgénero Cladina.
Talo compuesto de Cladonia

De acuerdo como se distribuyen las algas en el tejido del talo, se pueden diferenciar varios
tipos de estructuras que responden a dos principales:

 Homómera: las algas están más o menos homogeneamente distribuidas por el


talo, sin formar capas o estratos definidos.

 Heterómera: en esta organización las algas se disponen en una capa bien definida
que es paralela a la superficie del talo y el hongo se dispone formando diferentes
tipos de plecténquimas.
Anatomía interna del talo liquénico. A: talo heterómero; B: talo homómero

Los talos heterómeros pueden diferencirse en:

o Los talos crustáceos tienen un córtex superior, por debajo una capa de
ficobionte, una médula aracnoide o prosénquima y una hipotalo que está
constituido por hifas más o menos paralelas en contacto con el sustrato.
Hay algunos que carecen de hipotalo y la fijación se debe a las hifas de la
médula.

o Los talos foliáceos tienen una córtex superior de pseudoparánquima, un


estrato de ficobionte, una médula aracnoide de prosénquima y un córtex
inferior de tipo pseudoparénquima que se une al sustrato.

o Los talos fruticulosos presentan las capas distribuidas de forma concéntrica


atendiendo a varios modelos. Por ejemplo, Alectoria tiene un córtex externo
(un pseudoparénquima fibroso), una capa de ficobionte y una médula
aracnoide o prosénquima y una zona hueca centran; Usnea presenta el
córtex externo formado por un pseudoparénquima de paredes gruesas, una
capa de fotobionte y una médula como la anterior, un eje condroide duro y
córneo y un canal central o lumen más pequeño.
Estructura del talo liquénico. A: crustáceo; B: folioso; C: fruticoso. En el
recuadro, los tipos de fotobiontes más
frecuentes: Trebouxia (1), Nostoc (2), Trentepohlia (3)

En el talo de los líquenes pueden existir diferentes estructuras con funciones particulares
que es preciso conocer en una primera aproximación al estudio de estos organismos. Las
principales son:

 Rizinas: sirven para la fijación del talo al sustrato. Son hifas soldadas entre si,
libres en el extremo, que aparecen en la parte inferior de muchos talos foliáceos.

Diferentes tipos de Ricinas

 Cordones de rizinas: también con la misma función que las anteriores, aparecen
en talos crustáceos o escuamulosos que se desarrollan sobre el suelo o rocas. Son
hifas ramificadas que se introducen en el sustrato, desarrollándose en su interior y
comportándose a modo de estolones, lo que favorece la expansión del liquen.
 Cilios: similares a las primeras, pero con las hifas soldadas hasta los extremos. No
sirven como estructura de fijación y aparecen en los extremos de los talos
foliáceos.

 Fibrillas: son similares a los cilios, pero al tener fotobionte tienen el mismo color
que el resto del talo.

 Pelos: son los extremos libres de hifas situados en la parte inferior del talo; suelen
estar acompañados de elementos minerales que quedan retenidos entre las hifas,
cobrando entonces un aspecto pulverulento.

 La pruina es un polvillo que aparece en la parte superior, formado por sales


minerales y restos de hifas ya muertas, que dan al talo el mismo aspecto
pulverulento que en el caso anterior.

 Las papilas y los tubérculos son elementos que aparecen en la parte superior de
los talos foliáceos, crustáceos y fruticulosos.

 Las cifelas, que sólo se conocen en el género Sticta, son excavaciones complejas
en la cara inferior del talo que están recubiertas por un córtex especial. Se cree
que intervienen en la ventilación del talo.

 En las pseudocifelas no hay córtex, pueden aparecer en las dos caras del talo y
son unas interrupciones del córtex por la proliferación de hifas medulares,
manifestándose como poros o líneas más claras que, en ocasiones acaban
convirtiéndose en soralios.

 Los cefalodios son estructuras bien delimitadas, formadas por un fotobionte


distinto (generalmente una cianobacteria) de la que forma el talo principal,
situándose unas veces en la médula y otras en la cara superior o inferior de los
talos. Normalmente tienen una morfología diferente a la del resto del talo. Al estar
formados por cianofíceas, su función es la de fijar nitrógeno en ambientes
oligotróficos; también ponen de manifiesto el efecto que tiene el fotobiontesobre la
morfología del talo.

La reproducción de los líquenes


Reproducción vegetativa
Los líquenes tienen la capacidad de reproducirse como tales o tomar parte sólo en esa
reproducción vegetativa el micobionte o el fotobionte.

Vegetativamente se multiplica por fragmentación y por la producción de una serie de


propágulos característicos de estos organismos, entre los que destacan los siguientes:

Soredios: son unas estructuras típicas en los talos foliáceos y fruticulosos que
están formadas por células de fotobiontes protegidas por hifas del hongo que tras
ser dispersadas por el viento forman nuevos talos. Pueden aparecer de forma
dispersa por todo el talo o estar concentrados en determinadas zonas
llamadas soralios; su origen está en una proliferación excesiva de las hifas del
hongo que arrastran células del fotobionte al exterior en determinadas zonas
carentes de córtex, lo que facilita la salida al exterior.

Soredio y soralios marginales y laminares

 Los blastidios son parecidos a los soredios, son unas estructuras con forma de
yema pero que están rodeadas de un falso córtex. Son estructuras típicas de talos
crustáceos como Lecidella, Rinodina y de los pequeños foliáceos como Physcia.

Un isidio es una protuberancia claviforme o coraliforme que surge en la parte


superior del talo (foliáceos y fruticulosos), formados por hifas y células de
fotobionte, que están rodeados por el córtex de la capa superior. Al romperse se
desprenden del talo, se dispersan y germinan originando un nuevo talo.

 Los esquizidios son própagulos similares, con aspecto de escama, también


rodeados por córtex, pero que contienen únicamente células de fotobionte. Son
comunes en los géneros Xanthoria o Hypogymnia.

El fotobionte se puede reproducir de forma independiente mediante hormogonios y


necridios, en el caso de las cianofíceas, y por aplanosporas o bipartición, en el caso de las
clorofíceas.

Por su parte, el micobionte se reproduce de forma independiente por conidios, siendo


frencuente la formación de picnidios.
Reproducción sexual
Si bien ambos miembros de la simbiosis son capaces de reproducirse asexualmente, tan
sólo el micobionte es capaz de experimentar una reproducción sexual desarrollando
cuerpos fructíferos caracteristicos, los cuales por norma general son apotecios, peritecios
o pseudotecios, en los cuales se desarrollan ascosporas.

Los apotecios, que en los líquenes compuestos suelen presentar un pie o podecio,
muestran una gran variedad que puede resumirse en los siguientes tipos:

 Apotecio lecideíno: son aquellos cuyos margen es el margen propio, por estar
formado por hifas del hongo más o menos apretadas y de diferente color al resto
del talo. Tienen forma discoidal por lo general.

 Apotecio lecanorino: en estos apotecios aparece un margen talino, formado tanto


por hifas del hongo como por fotobionte, como en el resto del talo, por lo que su
aspecto es del mismo color que el talo.
Apotecios de Xanthoria parietina

 Apotecio zeorino: en este caso aparecen dos bordes, uno externo talino y uno
interno propio.

 Apotecio lirelino o lirela: son apotecios estrechos y largos, que pueden estar
ramificados y con aspecto de signos de escritura, típicos del género Graphis.
Talo de Graphis
La estructura de los ascos y ascosporas corresponde a la vista en el apartado
correspondiente a los Ascomycetes.

Distribución y utilidades
La propia naturaleza del liquen le permite colonizar multitud de hábitats desde el Ártico al
Antártico, sobre rocas, capas de lava, zonas heladas, cortezas y hojas de árboles, ... Si
bien son pocos los que viven en el agua dulce, son muchas las especies que soportan la
salinidad del agua del mar. Los líquenes que crecen sobre rocas, saxícolas, intervienen en
las primeras etapas de la formación del suelo al segregar numerosas sustancias químicas
o por la propia acción del talo del liquen que meteoriza las roca. Su crecimiento es muy
lento, uno o dos centímetros al año como sumo, y algunos, sobre todos los que tienen
talos crustáceos, pueden vivir varios centenares de años.

Antiguamente los líquenes tenían una gran importancia como medicamentos; el liquen de
Islandia, Cetraria islandica, fue empleado durante mucho tiempo para tratar las
enfermedades pulmonares. Muchas sustancias liquénicas tienen propiedades antibióticas,
antivirales y antiinflamatorias. Everna prunastri se empleo en perfumería por su capacidad
para fijar las esencias a la vez que proporciona al perfume un característico aroma. Fueron
empleados también como tintes; así, la púrpura romana se obtenía de líquenes del
género Rocella del norte de África y las Islas Canarias. Como alimentos, el maná de la
Biblia se ha identificado como Lecanora esculenta, de la que se obtiene una harina
comestible al molerla. Como alimento, una especie, Cladonia rangifera, sirve de sustento a
los renos durante el duro invierno del norte de Europa, mientras que otros son venenosos,
como Letharia vulpina, usada durante tiempo para matar a los lobos. Los líquenes en los
que el ficobionte es una cianofícea, son capaces de fijar gracias a ella el nitrógeno
atmosférico introduciéndolo en el ecosistema, en muchos de los cuales es la principal vía
de adquisición de este nutriente.

Son organismos muy sensibles a la contaminación atmosférica, unas especies son


capaces de soportar más niveles de polución que otras, y su aparición o no permite
hacerse una idea del nivel de contaminación de una zona; son pues unos
buenos bioindicadores de la contaminación.

Las micorrizas
Las micorrizas o raíces fúngicas son otro tipo de simbiosis que forman los hongos, en este
caso con las raíces o rizoides de las plantas terrestres. En esta simbiosis, las hifas del
hongo se introducen en los tejidos radicales de la planta. Es una de las simbiosis más
frecuentes que se pueden encontrar en la mayor parte de los hábitats, salvo en aquellos
más húmedos o ricos en nutrientes; las raíces micorrizadas son muy eficaces en la
captación de agua y nutrientes que aquellas que no están. Los hongos que forman estas
simbiosis son Ascomycetes, Basidiomycetes y Zygomycetes, y entre las plantas casi todas
son capaces de ser micorrizadas, excepto las de algunas familias como crucíferas,
cariofiláceas, juncáceas o ciperáceas.

En una micorriza, el hongo obtiene nutrientes de la planta, mientras que ella incrementa,
gracias al micelio del hongo, su superficie y biomasa radical, la posibilidad de aumentar la
captación de agua; el hongo elabora sustancias como el etileno que para la planta es una
hormona y regula su crecimiento, a la vez que la protege contra parásitos y mejora la
estructura del agua; participa también la absorción de minerales como N, P, K, Cu y otros,
que se traspasa a la planta por sus hifas.

Los principales tipos de micorrizas son:

 Ectomicorrizas o micorrizas ectotróficas: el micelio del hongo no se introduce en


las células de la raíz, sino que forma una especie de envoltura a su alrededor
llamada manto, desde el cual crecen al exterior, penetrando en el suelo, y hacia el
interior, entre las células de la corteza de la raíz, formando una especie de red
llamada red de Hartig. El micelio externo del hongo tabicado, mientras que el
interno es cenocítico. Son micorrizas creadas por basidiomycetes, pertenecientes
por ejemplo a las Agaricáceas o Boletáceas, por ascomycetes o también
zygomycetes, siendo características de familias de plantas como Fagáceas,
Salicáceas y Pináceas.

 Endomicorrizas o micorrizas endotróficas: son el tipo más común de micorriza, ya


que aparecen en casi el 90% de las plantas vasculares, sobre todo en plantas
herbáceas, muchas de interés agrícola, en árboles frutales y arbustos aromáticos.
Están producidas por un zygomycete que se desarrolla en mayor grado en la
propia raíz de la planta al no formar el manto exterior típico de las anteriores. Las
hifas no desarrollan una red de Hartig en el exterior, pero en el interior se
introducen dentro de las células de la planta formando arbúsculos y vesículas, por
lo que también se conocen como micorrizas vesículo - arbusculares. Este tipo de
micorrizas es capaz de movilizar mayor cantidad de fosfatos del suelo.

 Micorrizas ericoides: son micorrizas asociadas a brezos y plantas afines


(Ericáceas y Empetráceas principalmente). El hongo es un ascomycete o
basidiomycete (como por ejemplo un Boletus), qur forman, dependiendo de la
planta, un manto o rudimento del mismo, formando o no una red de Hartig. Esta
simbiosis permite a los brezos colonizas suelos ácidos y pobres en nutrientes,
facilitando la absorción por la planta de nitrógeno y fosfato y aumentando su
tolerancia a los metales pesados.

 Micorrizas orquioides: son las micorrizas que se forman en las orquídeas cuando
ésta es una semilla, con pocas reservas, por lo que para germinar necesita la
presencia de un hongo que le aporte nutrientes hasta que la planta sea capaz de
fotosintetizar, si bien la asociación no se rompe en ese momento. El hongo es por
lo general un basidiomycete.

https://www.asturnatura.com/articulos/hongos/liquenes-micorrizas.php

La simbiosis rizobio-leguminosa

El nitrógeno es muy abundante en la atmósfera, sin embargo, las plantas no


pueden utlizarlo en su forma elemental y tienen que obtenerlo del suelo
principalmente en forma de nitratos o amonio. La fijación biológica de
nitrógeno es un proceso clave en la biosfera, por el cual microorganismos
portadores de la enzima nitrogenasa convierten el nitrógeno gaseoso en
nitrógeno combinado. El grupo de bacterias al que se conoce colectivamente
como rizobios, inducen en las raíces (o en el tallo) de las leguminosas la
formación de estructuras especializadas, los nódulos, dentro de los cuales el
nitrógeno gaseoso es reducido a amonio (Fig. 1). Se estima que este proceso
contribuye entre el 60-80 % de la fijación biológica de nitrógeno. La simbiosis
es inhibida si existe un exceso de nitrato o amonio en el suelo. En esta
simbiosis en los nódulos, la planta huésped obtiene nutrientes nitrogenados de
la bacteria (rizobios) y ofrece a ésta una fuente de carbono y un ambiente
favorable para fijar nitrógeno. Esta simbiosis contribuye con una parte
considerable del nitrógeno combinado en la tierra y permite a las plantas
leguminosas crecer sin fertilizantes nitrogenados y sin empobrecer los suelos.

Las leguminosas muestran una amplia diversidad tanto morfológica como de


hábitats y ecología, encontramos desde formas herbáceas anuales hasta
árboles tropicales. Muchas leguminosas son noduladas por los rizobios. La
fijación de nitrógeno en la simbiosis rizobio-leguminosa es de considerable
importancia en agricultura, porque causa un aumento significativo del
nitrógeno combinado en el suelo. Dado que la carencia de nitrógeno suele
darse en suelos desnudos y sin abonar, las leguminosas noduladas ofrecen una
ventaja selectiva en tales condiciones y pueden crecer bien en zonas donde no
lo harían otras plantas. Es por ello que leguminosas arbustivas y arbóreas se
emplean como plantas pioneras en la reforestación de zonas áridas y
semiáridas. Por el interés que estas bacterias representan para la agricultura,
empleándose como inoculantes (bio-fertilizantes) para los cultivos se han
realizado investigaciones extensas sobre este sistema simbiótico, incluyendo
estudios sobre la diversidad y la taxonomía de los rizobios. Rhizobium fue la
primera bacteria producida a gran escala y se ha añadido como inoculante
durante 105 años a diversos cultivos agrícolas, con éxito en muchos casos.

Por otro lado, el uso indiscriminado de fertilizantes nitrogenados en


agricultura ha ocasionando graves problemas de contaminación. No todo el
fertilizante que se aplica lo aprovecha la planta sino que en una cuantía
importante acaba en lagos y lagunas. La fijación biológica de nitrógeno es la
opción natural de fertilización química.

Taxonomía

Beijerinck en1888 obtuvo el primer cultivo bacteriano puro de un nódulo de


raiz de leguminosa y lo llamó Bacillus radicicola. Posteriormente, Frank
propuso el nombre Rhizobium para estos aislados. Basada en la especificidad
de los huéspedes para 1929 ya se habían reconocido seis especies: R.
leguminosarum, R. trifolii, R. phaseoli, R. meliloti, R. japonicum y R. lupini.
En esta clasificación, cada especie se componía de cepas que compartían un
grupo de leguminosas huésped. Trabajos posteriores desafiaron esta
designación de especies basada en la especificidad del huésped. En 1944
Wilson reportó un gran número de nodulaciones que cruzaban las fronteras de
las diferentes especies.En 1964 Graham y en 1968 Moffett y Golwell
sugirieron revisar la taxonomía basándose en resultados de la taxonomía
numérica. Más tarde, en 1974, Jordan y Allen dividieron estas especies en dos
grupos de acuerdo con sus tasas de crecimiento, flagelos y reacciones
ácido/alcalinas en medio YMA (Tabla 1). Además de estas seis especies, se
incluyó un grupo misceláneo designado Rhizobium spp.

La taxonomía actual de los rizobios se basa en un enfoque polifásico que


incluye morfología, bioquímica, fisiología, genética y filogenia. El uso del
enfoque polifásico ha conferido a la taxonomía una base más natural y más
confiable.

De acuerdo con la definición aceptada de especie en bacteriología, cada


especie de rizobios consta de un grupo de cepas que comparten características
que las distinguen como grupo de otros grupos de bacterias. El uso de técnicas
moleculares ha provisto de una descripción más precisa para las especies. El
análisis de secuencias de los genes 16S rRNA se ha convertido en uno de los
principales criterios para la descripción de los géneros y las especies de
rhizobios. Se considera que las cepas cuyas secuencias del gen 16S rRNA son
similares en un 97% o más, probablemente pertenecen a la misma especie. Las
relaciones filogenéticas inferidas del parecido de las secuencias de genes de
16S rRNA también constituyen la base principal para la descripción de los
diferentes géneros de rhizobios; sin embargo, no hay un porcentaje definido
para marcar las fronteras entre géneros. No obstante, cuando las secuencias de
16S rRNA son muy parecidas, no sirven para distinguir especies
cercanamente relacionadas y esto ocurre debido a que este gen está muy
conservado entre todos los organismos vivos. En la taxonomía de Rhizobium,
la hibridación de ADN-ADN y otros métodos han sido incluidos para definir
especies dentro de cada género.

Se requiere estimar el parecido entre secuencias de ADN-ADN, a partir de la


hibridación ADN-ADN, para definir a las especies bacterianas. Esta técnica se
basa en la característica de la doble hélice del ADN que puede
desnaturalizarse en altas temperaturas y reasociarse en bajas temperaturas y es
especialmente útil cuando las cepas comparten más del 97% de sus secuencias
de genes 16S rRNA. La cantidad de ADN reasociado o la tasa de reasociación
se relaciona con la homología de las secuencias de ADN. Se sugiere que
cuando las diferencias entre dos secuencias de ADN sobrepasan el 30%, se
cruza el borde que separa a dos especies. Cepas que comparten un parecido de
ADN-ADN entre 25 y 60% pueden representar diferentes especies dentro del
mismo género. Si el parecido es menor a 10% se considera que pertenencen a
diferentes géneros. La mayor parte de las especies rhizobianas definidas
cumplen con este criterio. Son excepciones a esta regla: S. fredii, R.
tropici y M. plurifarium. En cada uno de estas tres especies se incluyen cepas
o grupos que comparten menos de un 70% de parecido de ADN-ADN. En
estos casos, es necesario incluir otros métodos como electroforesis (SDS-
PAGE) de proteinas, electroforesis de multilocus enzimáticos (MLEE) y
otros, para definir todas las especies descritas.

Hasta la fecha se han propuesto 6 géneros, que


son: Allorhizobium, Azorhizobium, Bradyrhizobium, Mesorhizobium, Rhizobiu
m y Sinorhizobium. Con base en las secuencias de genes de 16S rRNA, todos
los rizobios definidos son miembros de la subdivisión a de las Proteobacterias.
En esta misma subdivisión se encuentran bacterias del
género Agrobacterium que forman tumores en plantas. Los 6 géneros de los
rizobios son 6 grupos filogenéticos entremezclados con otros géneros de las α-
Proteobacteria. En el árbol filogenético los
géneros Azorhizobium y Bradyrhizobium son dos ramas separadas de los otros
géneros de rhizobia. Los géneros Mesorhizobium y Sinorhizobium son dos
grupos distintos pero relacionados con los
géneros Allorhizobium y Rhizobium. El género Rhizobium está compuesto de
dos subramas: (1) las especies R. galegae y R. huautlense junto
con Allorhizobium y tres especies de Agrobacterium forman la primera
subrama; (2) el resto de las especies, incluyendo la especie tipo R.
leguminosarum, y Agrobacterium rhizogenes forman la otra subrama. Hay
bacterias no-simbióticas cercanamente relacionadas con cada uno de los
géneros de rizobios. Las relaciones entre las bacterias simbióticas y las no-
simbióticas y el impacto que estas relaciones puedan tener sobre la taxonomía
de rizobios, se discutirá más adelante.

En los casos de R. tropici, R. etli, R. huautlense y M. amorphae, se utilizó el


análisis de enzimas metabólicas (MLEE) y la distancia genética (determinada
a partir de la proporción de loci enzimaticos con diferente mobilidad en
electroforesis) de 0.5 se consideró como uno de los criterios para definir a
dichas especies. Valores de distancia genética menor que 0.5 se encuentran
entre cepas dentro de una misma especie, por ejemplo en R. leguminosarum, y
mayor que 0.5 entre diferentes especies dentro del género Mesorhizobium. El
análisis MLEE provee información acerca de la variación genética en una
especie, de tal información se puede estimar la estructura genética en
poblaciones naturales para valorar el papel evolutivo de la selección
Darwiniana, deriva aleatoria, mutación e intercambio horizontal de genes.
Selander y colaboradores en 1986 resumieron los métodos de este análisis.
Los rhizobia parecen tener una estructura de población clonal con escasa
recombinación genética entre poblaciones distantes; sin embargo, hay datos
que indican que existe transferencia genética entre poblaciones locales.

El análisis de proteinas totales en electroforesis en una dimensión permite


agrupar a los rhizobia con base en las similaridades de los patrones. Los
rhizobia se dividen en diferentes grupos y estos grupos pueden ser definidos
como especies si incluyen una cepa de referencia para cada especie definida.
Generalmente, los grupos definidos por electroforesis de proteinas están
relacionados con aquellos que se pueden distinguir por parecido de ADN-
ADN o por patrones de enzimas metabólicas.

Con la reacción de la polimerasa en cadena (PCR) se pueden generar patrones


llamados Afingerprints@ de ADN (que literalmente quiere decir huellas
digitales del ADN) que se usan para investigar la diversidad genética dentro
de las poblaciones de rizobios. Estos métodos se basan en la variación
genética en las secuencias blanco localizadas en los genomas que sirven para
anclar a los cebadores y que muestran tamaños moleculares diferentes de los
productos sintetizados por la reacción de PCR.
El ADN puede ser amplificado con cebadores dirigidos a diferentes
secuencias; por ejemplo, cebadores sencillos para las secuencias ABOX@,
cebadores al azar en los RAPD, o pares de cebadores para distintos tipos de
secuencias como son secuencias repetidas extragénicas palindrómicas (REP),
secuencias intergénicas repetidas enterobacterianas o secuencias consensos
intergénicas repetidas de enterobacterias. Estos métodos son útiles para
detectar la diversidad genética y para el agrupamiento de las cepas.

La determinación de polimorfismo en los tamaños de los fragmentos de


restricción (RFLP) es otro método para revelar la diversidad genética entre
grupos de cepas. Este análisis incluye la digestión del ADN total, la
separación del ADN digerido por electroforesis y la hibridación de los
patrones de restricción con un detector específico de un gen. También se
pueden digerir productos sintetizados por PCR y analizar los RFLP
directamente por electroforesis. Así se pueden caracterizar a los genes 16S
rRNA amplificados por PCR o ADN del espacio intergenético (IGS).

En la descripción del fenotipo de las bacterias se reporta morfología,


bioquímicas, fisiologías, los patrones de utilización de fuentes de carbono y
nitrógeno, los patrones de resistencia a antibióticos, las características y otras.
El cúmulo de estos datos se evalúan normalmente por un análisis de
agrupamiento, la llamada taxonomía numérica. Las características fenotípicas
pueden ofrecer una visión detallada de la variación de las bacterias dentro de
una especie o entre diferentes especies. También permite reconocer rasgos
característicos de cada especies.

La descripción del rango de huéspedes también se incluye en la deficinición


taxonómica de estas bacterias. Algunos rizobios tienen un rango más amplio
de plantas huéspedes que otras. Se ha reportado que B. japonicum es capaz de
nodular un gran número de leguminosas nativas de las regiones tropicales, al
igual que a la soya. Mientras que S. meliloti ha sido aislado principalmente de
las plantas del género Medicago, Meliloti y Trigonella.

Hasta la fecha se han descrito 30 especies en 6 géneros. Todas ellas son


bastones aeróbicos Gram-negativos. Las células tienen formas irregulares
(curvas, en forma de X o de Y, llamadas bacteroides) dentro de los nódulos.
Los bacteroides son las formas diferenciadas que fijan nitrógeno.
Normalmente los bacteroides completamente desarrollados ya no pueden
volver a reproducirse, aunque existe controversia al respecto. Se ha reportado
que los rizobios tienen tres diferentes estados de vida: uno dentro de los
nódulos de las leguminosas, otro en suelo y otro dentro de plantas no
leguminosas como endófitos. Todos los rizobios pueden vivir muy bien como
saprófitos en los suelos o en medios de cultivo. Algunos aislados pueden ser
obtenidos independientes de plantas en suelos químicamente contaminados.
Como endófitos, los rizobios han sido aislados de diferentes plantas. Por
ejemplo, R. leguminosarum bv. trifolii se ha encontrado en raíces de arroz y R.
etli en raíces de maiz. Pueden también introducirse y colonizar otras plantas,
tales como sucede con Azorhizobium caulinodans en las raíces de la
oleaginosaBrassica napus. Estas asociaciones entre rizobios y plantas no
leguminosas puede mejorar el crecimiento de las plantas aunque no se ha
demostrado que sea mediante la fijación de nitrógeno.

Hay algunas características distintivas entre los géneros de rizobios. El


género Azorhizobium contiene cepas que forman nódulos de raíz y de tallo y
fijan nitrógeno en condiciones de vida libre. Las cepas
de Bradyrhizobium crecen lentamente (colonias de menos de 1 mm de
diámetro después de 7 días de incubación) y producen álcali en medio YMA.
El género Mesorhizobium incluye cepas con colonias de crecimiento lento o
moderado (colonias de 1-2 mm después de 5 a 7 días de incubación) y
produce ácido en medio YMA. Los géneros
restantes, Allorhizobium, Rhizobium y Sinorhizobium crecen rápido (colonias
> 2 mm después de 5 a 7 días de incubación) y producen ácido en
medioYMA. A continuación se presentan las descripciones de los géneros
definidos.

Género Allorhizobium. Este género contiene sólo una especie, A. undicola. Se


trata de bacilos Gram negativos de 0.5-0.7 x 2.0-4.0 μm que forman colonias
de 0.5-3.0 mm de diámetro después de 1-2 de incubación en YMA. A.
undicola es un rizobio de rápido crecimiento que produce ácido y
polisacáridos extracelulares en YMA. Fue aislado originalmente de los
nódulos de la raiz de una planta acuática, Neptunia natans, que crece en
Africa.También nodula Medicago sativa, Acacia seyal, Acacia tortilis, Lotus
arabicus y Faidherbia albida. A. undicola forma una rama más cercana a las
especies de Agrobacterium que a las especies deRhizobium en el árbol
filogenético obtenido a partir del análisis de las secuencias de genes de 16S
rRNA.

Género Azorhizobium. Bacilos de 0.5-0.6 x 1.5-2.5 μm. Se mueve en medio


sólido gracias a flagelos peritricales y en medio líquido con un flagelo lateral.
Las colonias son circulares, translúcidas, gomosas y tienen un color cremoso.
Crece tan rápido como Rhizobium (las colonias miden más de 2 mm de
diámetro después de 2 días de incubación) pero produce álcali
como Bradyrhizobium en YMA. Crece mejor con ácidos orgánicos como
fuente de carbono que usando carbohidratos (excepto glucosa). Fija N2 en
condiciones microaeróbicas y crece bien en N2 con vitaminas en un medio
libre de nitrógeno. En condiciones de microaerobiosis se requiere ácido
nicotínico para la fijación de N2. Hay una sola especie descrita en este
género, A. caulinodans. Esta bacteria fue aislada de nódulos de los tallos
de Sesbania rostrata que crece en Senegal. También puede formar nódulos en
la raíz de la planta huésped. S. rostrata es una de las pocas plantas
leguminosas que nodulan en los tallos y tiene un gran potencial para ser
utlizada como abono verde. La especie A. caulinodans tiene muchas
características que la diferencían de otros grupos rizobiales. En el árbol
filogenético de los rizobios forma una rama distantemente relacionada con los
otros rizobios pero cercana a las especies de Xanthobacter (similaridad del
98.2% de las secuencias de los genes 16S rRNA). Por esta razón y
considerando que sus características relacionadas con la fijación de nitrógeno
en vida libre así como la organización de los genes nod y la forma de invadir
al huésped, se piensa que tal vez Azorhizobium pudo haber evolucionado de
una bacteria diazotrófica a una simbiótica adquiriendo genes nod por
transferencia horizontal o tal vez Azorhizobium es una forma primitiva de
rizobio. Se ha planteado la posibilidad, basada en los datos de sistemática
molecular, de combinar Azorhizobium y Xanthobacter con Aquabacter. La
habilidad de nodular los tallos de Sesbania y de fijar nitrógeno tanto en vida
libre como en condiciones simbióticas son características únicas de esta
especie. Esta bacteria invade las raíces de Sesbania entrando por grietas de las
raíces laterales, que son fisuras epidérmicas normales que se forman alrededor
de raíces laterales emergentes. Esta ruta de invasión es diferente a las de las
otras bacterias que entran a las raíces a través de procesos de infección
altamente especializados que involucra la presencia de hilos de infección. A.
caulinodans has sido usada como bacteria promotora del crecimiento del arroz
y se investigan los mecanismos que permiten su penetración en las raíces del
arroz. No se conocen plásmidos simbióticos para este género y se estima que
los genes simbióticos están localizados en el cromosoma.

Género Bradyrhizobium. Estas bacterias son bacilos de 0.5-0.9 x 1.2-3.0 μm.


Se mueven con un flagelo polar o subpolar. Este género consiste de cepas de
lento crecimiento, productoras de álcali. Las colonias son circulares, rara vez
translúcidas, blancas y convexas con un diámetro menor a 1 mm entre 5 y 7
dias de incubación.. Las tres especies definidas en este género, B.
japonicum (especie tipo), B. elkanii y B. liaoningense pueden nodular a la
soya (Glycine max). B. japonicum tiene una amplia gama de plantas
huéspedes, incluyendo muchas leguminosas tropicales y algunas de zonas
templadas. Algunas especies fijan nitrógeno en vida libre bajo ciertas
circunstancias. Algunos rizobios fotosintéticos formadores de nódulos de tallo
aislados de la leguminosa acuática Aeschynomene han sido identificados como
miembros de B. japonicum. B. elkanii se distingue de B. japonicum por
diferencias en sus secuencias de ADN, en patrones de enzimas metabólicas de
exopolisacáridos, en su contenido de ácidos grasos y hemoproteinas al igual
que por diferencias en sus patrones de resistencia a antibióticos. El tiempo de
generación de estas dos especies es de 8 horas o más. Las dos especies de
tienen una relación filogenética cercana a Rhodopseudomonas
palustris, Afinis spp. y Blastobacter denitrificans. Se desconoce la posición
filogenética exacta de B. liaoningense porque no se dispone de una secuencia
completa del gen 16S rRNA de esta especie. El análisis comparativo de la
secuencia parcial del gene16S rRNA indica que B. liaoningense tiene una
relación más cercana con B. japonicum que con B. elkanii. Las cepas de B.
liaoningense crecen mucho más despacio (tiempo de generación entre 16-39
hr) que las cepas de B. japonicum y B. elkanii. Algunas características
bioquímicas y diferentes patrones de utilización de carbohidratos permiten
distinguir a B. liaoningense de las otras dos especies. Se han obtenido también
aislados de Bradyrhizobium de otras leguminosas pero no se ha definido la
especie a la que corresponden. De las especies identificadas, ninguna tiene
plásmido simbiótico y los genes simbióticos están localizados en el
cromosoma. Se ha reportado que existe sólo un operón del gen ribosomal
enBradyrhizobium.

Género Mesorhizobium (Tabla 2). Las bacterias de este género son bacilos
que miden 0.41-0.9 x 1.2-3.0 μm. Generalmente son pleomórficas en
condiciones adversas de crecimiento, tales como alta concentración de sales.
Se han reportado flagelos peritricales o un flagelo polar o subpolar. Las
colonias en YMA son circulares, convexas, semitranslúcidas y mucilaginosas;
miden 2-4 mm de diámetro después de 5 días de incubación a 28°C para
algunas especies o menos de 1mm después de 7 días para otras. Son bacterias
quimio-organotróficas que utilizan una gran variedad de carbohidratos, ácidos
orgánicos y aminoácidos como fuente de energía. No utilizan ni celulosa ni
almidón. Todas las cepas producen ácido en YMA. Forman nódulos fijadores
de nitrógeno en las raíces de diferentes plantas leguminosas de regiones
templadas, subtropicales y tropicales. Se separó a este género
de Rhizobium debido a su posición filogenética única, su crecimiento lento o
moderado y su producción de ácido. Hay siete especies en este género: M.
loti (especie tipo), M. amorphae, M. ciceri, M. huakuii, M. mediterraneum, M.
plurifarium y M. tianshanense. La especie tipo, M. loti, fue transferida del
género Rhizobium. Entre las siete especies definidas, M. amorphae y M.
huakuii tienen plásmido simbióticos y el resto tiene los genes simbióticos en
sus cromosomas. En la especie tipo, M. loti, se ha descubierto un fragmento
de ADN transferible entre bacterias que contiene genes simbióticos al que se
ha dado el nombre de isla simbiótica. Entre estas especies es común la
existencia de dos operones ribosomales; sin embargo, en un aislado mexicano
se observa una sola copia del gen 16S rRNA. Los huéspedes y los orígenes
geográficos de estas especies se muestran en la Tabla 3. También hay
bacterias no simbióticas cercanamente relacionadas con Mesorhizobium. Entre
estas bacterias no simbióticas se encuentra una bacteria no
cultivable Candidatus liberobacter, y otras que pertenecen a los
géneros Aminobacter, Chelatobacter, Phyllobacterium y a grupos que aún no
tienen nombres.

Género Rhizobium (Tabla 4). Son bacilos que miden 0.5-1.0x1.2-3.0 μm. Se
mueven por medio de 1-6 flagelos que pueden ser peritricales o subpolares.
Las colonias generalmente son blancas o color beige, circulares, convexas,
semitranslúcidas u opacas y mucilaginosas; generalmente miden 2-4 mm de
diámetro a los 3-5 días de incubación en YMA. El crecimiento en medio de
carbohidratos generalmente está acompañado de reacción ácida y abundante
cantidad de gelatina polisacárida extracelular. Son quimio-organotróficas,
utilizando una gran variedad de carbohidratos y ácidos orgánicos. Algunas
cepas requieren biotina, ácido nicotínico, pantotenato o tiamina como factores
de crecimiento. Las cepas de este género son rizobios de rápido crecimiento
productores de ácido en YMA. Hay nueve especies definidas: R.
leguminosarum (especie tipo), R. etli, R. galegae, R. gallicum, R. giardinii, R.
hainanense, R. huautlense, R. mongolense y R. tropici. Nodulan diferentes
especies de leguminosas en zonas templadas o tropicales. Estas especies
forman un grupo polifilético en el árbol filogenético. R. giardinii es una rama
distantemente relacionada con las otras especies. R. galegae y R.
huautlense tienen una relación más cercana con las especies
de Agrobacterium que con las otras especies de Rhizobium. El resto de las
especies y Agrobacterium rhizogenes forman un grupo. Estas especies tienen
tres copias de los genes ribosomales y los plásmidos simbióticos son comunes
en ellas. Sin embargo, el plásmido simbiótico (o parte de él, incluyendo genes
simbióticos) puede integrarse en el cromosoma. Tambien se han aislado cepas
de R. etli que carecen de genes simbióticos R. etli es importante en México, en
particular, y en América Latina, en general, ya que esta especie predomina en
los nódulos del frijol común. R. huautlense fue aislado en México y se ha
demostrado que forma nódulos en suelos inundados. Se ha secuenciado
completamente la secuencia del plásmido simbiótico de la cepa CFN42 y se
empieza a trabajar para determinar la secuencia de todo el genoma. Debido a
que las especies de Agrobacterium, Rhizobium, y Allorhizobium se
entremezclan, además de que no se distinguen por características fenotípicas,
se ha propuesto combinar los tres géneros en uno solo, lo cual ha sido causa
de controversia.

Género Sinorhizobium (Tabla 5). Son bacilos que miden 0.5-1.0x1.2-3.0 μm.
El nombre genérico Sinorhizobium fue propuesto por primera vez para
designar a las bacterias de rápido crecimiento aisladas en China que nodulan a
la soya. Posteriormente se separó este género de Rhizobium principalmente
debido a las diferencias en las secuencias de genes 16S rRNA sin embargo no
hay características fenotípicas específicas conocidas que distingan estos dos
géneros. Las ocho especies dentro de este género crecen rápidamente y
producen ácido en medio YMA. Se han identificado tres copias del gen
ribosomal en ellas. Plásmidos grandes e incluso megaplásmidos son comunes
en estas especies y en algunos casos los genes simbióticos están localizados en
un megaplásmido. La especie tipo, S. meliloti fue transferida del
género Rhizobium y ha sido estudiada extensamente. En esta especie son
comunes dos megaplásmidos, megaplásmido 1 (plásmido Sym) y
megaplásmido 2 (plásmido Exo), con respectivos pesos moleculares de 1700 y
1400 kbp. En varios laboratorios se obtuvo las secuencias completas del
cromosoma y los megaplásmidos. Además de la especie tipo, otras especies de
este género son: S. arboris, S. fredii, S. kostiense, S. medicae, S. saheli, S.
terangae y S. xinjiangense. Las diferencias entre estas especies radican en el
análisis filogenético de las secuencias de genes 16S rRNA, patrones de
proteinas y enzimas, parecido entre secuencias de ADN, caracterización
fenotípica y especificidad de huésped. Algunas características de estas
especies se listan en la Tabla 6. Algunos grupos de rhizobia de suelo
mexicano asociados a la leguminosa Leucaena leucocephala han sido
clasificados como Sinorhizobium. Se ha secuenciado el plásmido simbiótico
de una cepa de Sinorhizobium con un amplio espectro de huéspedes, NGR234,
y se ha descubierto que tiene una estructura de mosaico parecida a algunas
secuencias del plásmido Ti de Agrobacterium tumefaciens o a genes de otras
bacterias. También se ha reportado que el plásmido simbiótico de NGR234
puede integrarse en un megaplásmido o dentro del cromosoma en condiciones
de laboratorio. Un pariente cercano de Sinorhizobium es la bacteria Ensifer
cuya secuencia del gen 16S rRNA se parece en un 98% .

La relación cercana entre especies de rizobios y algunas bacterias no-


simbióticas indica que los rizobios pueden tener un origen común con otras
bacterias. Se puede suponer que nuevos linajes de rhizobios siguen
emergiendo en la naturaleza debido a la transferencia de los genes simbióticos
y al hecho de que bacterias no-simbióticas, relacionadas con rizobios, pueden
convertirse en bacteria formadoras de nódulos eficientes tanto en condiciones
de laboratorio como de campo. Estos resultados indicarían que nuevos
géneros y especies de rizobios pueden surgir.

Se necesitan criterios estándar para la taxonomía en el futuro. Estos nuevos


estándares deben ofrecer una guía para la definición de nuevos géneros y
especies. Los criterios utilizados en diferentes trabajos de investigación no son
uniformes. Por ejemplo, para las primeras especies descritas se cuenta con
información fenotípica acerca de su morfología celular, flagelos,
requerimientos de factores de crecimiento, rango de pH y temperatura,
tolerancia a NaCl, resistencia a antibióticos, entre otros datos. Estos datos
normalmente no están completos en las especies descritas recientemente.

Por otra parte, la definición de géneros es un gran problema actualmente en


taxonomía y las soluciones generalmente son más artificiales que naturales.
Por una parte, la definición de género se basa principalmente en la filogenia
del gen 16S rRNA y las diferencias fenotípicas han sido totalmente ignoradas
en muchos casos, lo que ha llevado a decisiones conflictivas tales como en el
caso de la separación de Sinorhizobium y Rhizobium o la sugerencia de
combinar los géneros Agrobacterium y Rhizobium. Por otro lado, no existe un
estándar filogenético oficial para definir género. Haukka y Young sugirieron
que R. galegae (que incluye ahora a R. huautlense), A. tumefaciens- A.
rubi y A. vitis deberían pertenecer a diferentes géneros ya que el parecido de
sus secuencias de genes 16S rRNA es menor que un 90% y este umbral fue el
nivel de separación aceptado para Sinorhizobium. Por la misma razón se ha
sugerido el género Allorhizobium dentro de esta rama del árbol filogenético.
Sin embargo, considerando tanto las relaciones filogenéticas como los rasgos
fenotípicos, Kuykendall y colaboradores hicieron la sugerencia de combinar
dentro un solo género todas las especies clasificadas en los
géneros Rhizobium, Agrobacterium y Allorhizobium.

El proceso de nodulación

Se conocen bien las etapas de la infección y desarrollo de nódulos radicales


(Animación 1). Estas incluyen:
1. Reconocimiento de la combinación adecuada de organismos, tanto por parte
de la planta como de la bacteria, y adherencia de la bacteria a los pelos
radicales.

2. Invasión del pelo radical y formación de un canal (o hilo) de infección

3. Desplazamiento de las bacterias hacia la raíz principal a través del canal de


infección.

4. Diferenciación de las bacterias en un nuevo tipo al que se le llama


bacteroides, dentro de las células de la planta, y desarrollo del estado de
fijación de nitrógeno.

5. División de las células bacterianas y vegetales y formación del nódulo


radical maduro.

A continuación se describen estas etapas en más detalle:

Las plantas leguminosas secretan compuestos específicos que atraen a los


rizobios. Entre estos compuestos se encuentran flavonoides y en respuesta a
ellos los rhizobios activan una serie de genes implicados en la nodulación. El
primer paso en la formación de los nódulos es la adherencia de la bacteria a la
planta. En la superficie del rizobio se localiza una proteína específica de la
adherencia, la ricadesina. Es una proteína que se une al calcio y puede actuar
captando complejos de calcio en la superficie de los pelos radicales. Otras
sustancias, como las lectinas, que son proteínas que contienen carbohidratos,
también cumplen una función en la adherencia planta-bacteria. Las lectinas
han sido identificadas en los extremos de pelos radicales y en la superficie de
las células de rizobio. Después de la unión, los pelos radicales se enroscan
debido a la acción de sustancias específica secretadas por la bacteria, que se
conocen como factores Nod (veáse mas adelante). Algunos pelos radicales se
enroscan hasta 360 ° formando una estructura a la que se llama "cayado de
pastor". La bacteria penetra entonces en el pelo radical e induce la formación,
por parte de la planta, de un tubo de composición similar a la pared celular,
conocido como canal de infección, que avanza por el pelo radical. A
continuación, la infección alcanza a las células de la raíz adyacentes a los
pelos radicales, y los factores Nod estimulan la división de las células
vegetales, produciendo finalmente el nódulo. Las bacterias son liberadas
desde el canal de infección al citoplasma de las células vegetales por un
mecanismo similar al de endocitosis (Animación 2). Los rizobios quedan
separados del citoplasma por una membrana derivada de la planta
hospedadora y que se llama la membrana peribacteroidal (MPB). A
continuación hay una división continua y sincronizada de los rizobios
rodeados de MPBs. Al cesar la división las bacterias se transforman en unas
formaciones ramificadas, hinchadas y deformes, llamadas bacteroides. Estos
quedan rodeados, individualmente o en pequeños grupos por la MPB. A la
estructura que contiene estos grupos de bacteroides rodeados por la MPB se
les llama simbiosomas (Animación 2). Los bacteroides pueden llegar a ser
hasta 40 veces más grandes que los bacilos a partir de los que se desarrollan, y
hasta varios miles se encuentran en una sola célula vegetal. La fijación de
nitrógeno no se inicia hasta que se han formado los bacteroides. El sistema
vascular de la planta se extiende dentro del nódulo y transporta nutrientes
hacia y desde el nódulo. Cuando el nódulo se deteriora las bacterias pasan al
suelo. En algunos casos las formas bacteroidales no tienen capacidad de
división, pero los nódulos contienen siempre algunos rizobios en estado de
latencia. Estas formas proliferan en el suelo utilizando como nutrientes
algunos de los productos del nódulo destruído y las bacterias pueden iniciar la
infección en otras raíces o mantenerse en estado libre en el suelo.

Tipos de nódulos y especificidad de la interacción rizobio-leguminosa

Hay que recordar que la familia de las leguminosas es enorme y diversa y


comprende alrededor de 20.000 especies. Dada esta diversidad, no es
adecuado hacer generalizaciones, hay diferentes modos de infección (no
siempre es a través de canales de infección) y las formas y modo de desarrollo
de los nódulos pueden ser muy variadas. En general, los nódulos se pueden
dividir en dos tipos: 1) nódulos indeterminados, que contienen un meristemo
persistente resultando en formas cilindricas y a menudo ramificadas (como los
nódulos de alfalfa mostrados en la Figura 2A), y 2) nódulos determinados que
carecen de un meristemo persistente y tienen forma redondeada (como el
nódulo de frijol mostrado en la Figura 2B).

La formación de una simbiosis efectiva es un proceso altamente específico,


sin embargo, el grado de especificidad varía tremendamente entre los
diferentes rizobios. Así algunas cepas tienen un rango de hospedador muy
reducido como por ejemplo R. leguminosarum biovar trifolii que sólo fija
nitrógeno en especies deTrifolium (trébol) o S. meliloti, que nodula especies
de los géneros Medicago, Melilotus y Trigonella. Otras por el contrario
muestran un amplio rango de hospedador, este es el caso de Rhizobium sp.
NGR234 que nodula 112 géneros incluyendo la no-leguminosa Parasponia.

Bases moleculares de la interaccion rizobio-leguminosa

El aspecto de la especifidad en la relación rizobio-leguminosa ha promovido


gran cantidad de estudios para identificar la señales implicadas. Se conocen
las señales que se intercambian en la etapa temprana de la interacción (Fig. 3)
mientras que para las etapas subsiguientes (infección, liberación de los
bacteroides, comienzo de fijación de nitrógeno) se conocen algunos
componentes de la bacterias que son necesarios pero no cómo actúan.

La primera señal implicada en la interacción la provee la planta. Los rizobios


son capaces de notar la presencia de la raiz de la leguminosa por medio de
moléculas de bajo peso molecular (flavonoides, isoflavonoides y betaínas)
secretadas por la raíz. Este proceso tiene especificidad hasta cierto punto ya
que las leguminosas secretan flavonoides específicos para atraer a rizobios
específicos(Figs. 3 y 4; Tabla 7). En respuesta a la señal de la planta los
rizobios responden sintetizando otras señales específicas, los factores Nod,
dirigidos hacia la planta hospedadora(Figs. 3, 5a, 5b, 5c y5d). Los genes de la
bacteria implicados en la síntesis de los factores Nod son los
genes nod (nodulación). Estos genes, a excepción de nodD, no se expresan si
no se encuentra la señal inductora adecuada de la planta. El gen nodD se
expresa constitutivamente y la proteína NodD tiene la capacidad de reconocer
los flavonoides específicos secretados por la planta. Los operones de los
genes nodestán precedidos por un promotor que contiene una secuencia
consenso. A esta secuencia consenso se le llama caja de nodulación (o
caja nod) y que es reconocida por la proteína NodD. Una vez activada por los
flavonoides, la proteína NodD a su vez va a activar la transcripción de los
genes de la nodulación mediante su unión a las cajas nod.

La estructura del factor Nod mayoritario de S. meliloti se determinó en 1990


(Fig. 5) y desde entonces las estructuras de los factores Nod de muchos otros
rizobios se han determinado (Fig. 5 y Tablas 8 y 9). La información detallada
de la estructura de los factores Nod y su biosíntesis se encuentra en varias
revisiones. Todos los factores de nodulación caracterizados tienen una
estructura básica común que consiste en un oligómero de N-acetil-D-
glucosamina unidos por enlace β 1 —> 4 que lleva unido un ácido graso al
nitrógeno del extremo no reductor. Debido a la semejanza estructural del
oligosacárido a quitina, polímero β 1 —> 4 de glucosamina típico de hongos y
del exoesqueleto de insectos, a los factores Nod también se les llama LCOs
(del inglés: lipo-chitin oligosaccharides).

Las estructuras de los factores Nod producidos por los diferentes rizobios
varían en: 1) la presencia de grupos adicionales mayormente en los extremos
del oligosacárido de quitina, 2) en el tipo de ácido graso presente en el
extremo no reductor, y 3) en la longitud del esqueleto de oligosaccharido (Fig.
5 y Tablas 8 y 9).Estas variaciones son los determinantes mayores de la
especificidad de hospedador. Un ejemplo bien estudiado de modificación que
determina el rango de hospedador es el grupo sulfato de los factores de
nodulación de S. meliloti. Las cepas mutantes de S. meliloti que producen
factores Nod sin el grupo sulfato ya no son capaces de nodular en alfalfa.

Los genes de la nodulación se definen como aquellos genes de rizobio que son
necesarios para la nodulación o que se expresan coodinadamente con estos.
Aunque los llamamos de modo general como genes nod, comprenden a genes
designados como nod, nol y noe. Estos genes están generalmente agrupados
bien en plásmidos o en una región del cromosoma. Los plásmidos que llevan
los genes nod se llaman simbióticos o pSym y pueden llegar a ser tan grandes
como un tercio del total del cromosoma como en S. meliloti. En cepas
de Rhizobium el tamaño del pSym es menor (200-600 kb) y cuando estas
cepas se curan del plásmido simbiótico ya no son capaces de nodular mientras
que la reintroducción de un pSym homólogo o heterólogo restaura la
nodulación. Recientemente se ha determinado la secuencia total del plásmido
simbiótico de Rhizobium sp. NGR234. En M. loti los genes nod se localizan
en el cromosoma, pero se ha demostrado que la región del cromosoma donde
se localizan junto a otros genes necesarios para la simbiosis, puede transferirse
de unas cepas a otras en la rizosfera y es por ello que a esta región de aprox.
500 kb se le llama isla simbiótica en analogía a las islas de patogenicidad
descritas para bacterias patógenas.

La biosíntesis del esqueleto de los factores Nod es catalizada por los


productos de los genes nodA, nodB, y nodC (Fig. 6). La proteína NodC
presenta actividad N-acetilglucosamina β 1 —> 4 transferasa (quitina sintasa);
NodB es una deacetilasa que elimina el grupo acetilo del extremo no reductor
y NodA transfiere el ácido graso a esta posición (Fig. 6). Existen muchos
otros genes involucrados en la modificación específica de la estructura básica
del factor Nod en las diferentes especies de rizobio. En la Tabla 10 se
describen los genes de nodulación para los cuales se conoce o se ha propuesto
una función. Por ejemplo, nodH codifica la sulfotransferasa que transfiere un
grupo sulfato al extremo reductor de los factores Nod, mientras
que nodPQ sintetizan la forma activada del sulfato que va a transferir NodH.
Otro gen que determina rango de hopedador es nodZ, cuyo producto es una
fucosil transferasa que añade fucosa al extremo reductor del factor Nod. Los
productos de los genes nodF y nodE se requieren para la biosíntesis de ácidos
grasos poliinsaturados. La presencia de éstos es necesaria para la nodulación
de leguminosas del llamado "grupo galegoide". Por otra parte, la capacidad de
un determinado rizobio de producir factores Nod con estructuras diferentes se
ha relacionado con la amplitud en el rango de hospedador.

Los factores Nod purificados son capaces de inducir en la planta reacciones


similares a las que producen los rizobios. De modo significativo, son capaces
de inducir la división en células ya diferenciadas del cortex de la planta
(Animación 3). Es por ello que a los factores Nod se les llama morfógenos y
se ha sugerido que su estructura pueda imitar a señales u hormonas de la
propia planta, aún no identificadas.

Polisacáridos y componentes de superficie: Otros componentes de la


bacteria requeridos para una simbiosis efectiva

Como se ha descrito en las secciones anteriores, los factores Nod tienen un


papel clave en la inducción de las etapas iniciciales de nodulación. Sin
embargo, otros requerimientos son necesarios para la formación de nódulos
simbióticamente efectivos. De hecho, en estados más tardíos del proceso de
infección tales como la formación y elongación del canal de infección, así
como la liberación de bacterias en el citoplasma de las células
infectadas (Animación 2), requieren constituyentes de superficie de los
rizobios. Los polisacáridos que han sido estudiados en relación a su función
en simbiosis son: exopolisacáridos (EPSs), lipopolisacáridos (LPSs),
antígenos de tipo K (KPSs) y glucanos cíclicos En muchos casos los mutantes
presentan diferentes fenotipos simbióticos dependiendo de la pareja planta-
rizobio o un mismo mutante presenta diferentes fenotipos dependiendo de la
planta (Tablas 11 y 12). Existe una gran cantidad de estudios relacionados con
las estructuras, los genes de rizobio implicados en su biosíntesis, así como los
fenotipos simbióticos de los diferentes mutantes y sus posibles funciones.

Las cepas silvestres de rizobio suelen producir grandes cantidades de


exopolisacáridos (EPSs) y forman colonias muy mucosas en los medios de
laboratorio. Se han elucidado las estructuras de los EPSs producidos por más
de 20 cepas de rizobio. En la Figura 7 se muestran las unidades repetitivas de
los EPSs mejor conocidos. En S. meliloti 1021 se han identificado dos tipos de
EPS llamados como EPS I (succinoglucano) y EPS II (galactoglucano) (Fig.
7). En ambos casos, se distingue una fracción de alto peso molecular y otra de
bajo peso molecular. Tanto los genes para la biosíntesis de EPS I (exo y exs)
como para EPS II (epx) están localizados en el megaplásmido b, por lo que
también se le llama como pExo.

Mutantes de S. meliloti deficientes en la producción de EPS I no llegan a


infectar las plantas de alfalfa. Sin embargo, la función de EPS I puede ser
reemplazada por EPS II, que es normalmente críptico. En otra cepa de S.
meliloti, en ausencia de EPS I y de EPS II se produce un polisárido capsular
(KPS) que permite una simbiosis normal. Un descubrimiento importante sobre
la función del EPS ha sido que la adición de fracciones de bajo peso molecular
puede complementar el defecto fenotípico de mutantes en EPSs. Se sugiere
que los EPSs están implicados en suprimir la reacción de defensa de la planta
y parecen ser requeridos para la formación del canal de infección.

Como otras bacterias Gram-negativas, los rizobios producen una monocapa de


lipopolisacárido que se proyecta hacia el exterior. La estructura del LPS se
divide en tres partes: lípido A, núcleo oligosacarídico y antígeno O. El lípido
A consiste en un oligosacárido al que se unen ácidos grasos y es la parte
hidrofóbica que ancla toda la molécula en la membrana externa. El antígeno O
es una cadena polisacarídica de gran peso molecular, que es altamente
variable de cepa a cepa y le confiere propiedades antigénicas. Hay muchos
ejemplos de mutantes de rizobio que carecen de antígeno O y son defectivos
en el proceso de infección (Tablas 11 y 12). En general, los EPSs se requieren
para nodular plantas que forman nódulos indeterminados (ej. alfalfa) y los
LPSs para nodular plantas que forman nódulos indeterminados (ej. frijol).
Como en el caso de EPS y KPS, se ha propuesto que el LPS funcione como
señal o bien sea necesario para evadir la repuesta de defensa de la planta.

Los beta-glucanos cíclicos son moléculas cíclicas de glucosa. En los generos


de Sinorhizobium y Rhizobium las glucosas están unidas exclusivamente por
enlaces β-(1—>2) y en las especies de Bradyrhizobium por enlaces β-(1—>3)
y β-(1—>6) (Figura 8). Los beta-glucanos están presentes en el periplasma y
también se secretan al medio. Su producción aumenta a baja osmolaridad y
parece ser esencial para una osmoadaptación adecuada. Los mutantes de
rizobio que no producen glucanos cíclicos presentan un fenotipo pleotrópico y
no son capaces de llevar a cabo una simbiosis efectiva (Tablas 11 y 12). No se
conoce la función de los beta-glucanos en simbiosis, como para el caso de
otros polisacáridos de superficie se propone que funcionan como supresores
de la respuesta de defensa de la planta. También se ha propuesto que pueden
funcionar en el transporte de ciertas moléculas, bien moléculas señal o para
retirar sustancias tóxicas.

Funcionamiento del nódulo

La fijación simbiótica de nitrógeno en rizobio se lleva a cabo en los


bacteriodes que se encuentran en el citoplasma de las células del nódulo. La
enzima nitrogenasa cataliza la reacción:

N2 + 8H+ + 8e- + 16 Mg-ATP ——> 2NH3 + H2 + 16 Mg-ADP + 16Pi

La nitrogenasa es un proteína de gran tamaño que consiste de dos


componentes, la proteína homodimérica que contiene Fe y es codificada
por nifH, y la proteína tetramérica que contiene Fe y molibdeno (Mo),
codificada por los genes nifD y nifK. La nitrogenasa de los nódulos
radiculares posee características similares a la enzima de las bacterias
fijadoras de nitrógeno en vida libre, incluyendo la sensibilidad al O2 y la
capacidad de reducir acetileno y N2. La formación de H2 es parte del
mecanismo de la nitrogenasa, pero representa una pérdida significativa de
energía. En algunas especies de rizobio existe una hidrogenasa (codificada por
los genes hup) que es capaz de reciclar el H2 formado por la nitrogenasa, que
resulta en un uso más eficiente de la energía. Es por ello, que se ha impulsado
la transferencia de los genes hup a todas las cepas de rizobio para la
inoculación en el campo.

Los bacteroides dependen totalmente de la planta para obtener la energía


necesaria para la fijación de nitrógeno. Los principales compuestos orgánicos
transportados al interior de los bacteroides a través de la membrana
peribacteroidal son los intermediarios del ciclo del ácido cítrico, en particular
los ácidos de cuatro carbonos succinato, malato y fumarato (Fig. 9). Estos
ácidos son utilizados como donadores de electrones para la producción de
ATP y, tras su conversión en piruvato, como última fuente de electrones para
la reducción del N2. El primer producto estable que se obtiene de la fijación de
N2 es el amonio, y varias pruebas indican que la asimilación del amonio para
formar compuestos de nitrógeno orgánico en los nódulos radicales lo lleva
principalmente la planta. El amonio también se puede asimilar en los
bacteroides y puede ser transferido a la planta en forma de alanina (Fig. 9).

Durante el proceso de simbiosis la planta también expresa proteínas


específicas del nódulo a las que se llama nodulinas. Entre ellas, la
leghemoglobina tiene la función de aportar O2 a los bacteroides y de controlar
los niveles O2. La leghemoglobina se localiza en el citosol de las celulas de la
planta infectada por bacteroides y es la que confiere el típico color rojo o
rosado de los nódulos funcionales (Fig. 1 y Fig 10).

Perspectivas

Hay muchos aspectos aún no bien entendidos en la simbiosis rhizobio-


leguminosa, y la información actual proviene del estudio de sólo unas pocas
especies, no representando la gran variabilidad presente en la naturaleza. La
investigación de esta simbiosis continúa activamente tanto por su interés en
agricultura como por el interés en el estudio del sofisticado proceso de
interacción entre procariontes y eucariontes. Recientemente se ha secuenciado
el genoma completo de S. meliloti, y varios proyectos de secuenciación de
rhizobios están en marcha, por ejemplo, en México se está secuenciando el
genoma de R. etli. Asímismo, se están secuenciando varias plantas
leguminosas (Lotus japonicus, Medicago truncatula). Con estos proyectos de
secuenciación se identificará los genes de estos organismos. El reto para las
investigaciones futuras será determinar la función específica de cada gen, y en
particular de aquellos implicados en la simbiosis.
http://www.biblioweb.tic.unam.mx/libros/microbios/Cap8/

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