Ventilacion
Ventilacion
Ventilacion
de aparatos electromecánicos dispuestos a tal efecto. La admisión del aire se produce por la fachada
mediante aireadores, el aire circula por dentro de la vivienda través de aireadores situados en las
puertas interiores y la extracción se produce por conductos mediante extractores mecánicos situados en
la cubierta del edificio.
Para garantizar el correcto funcionamiento de la ventilación de manera que los olores de una vivienda no
se filtren en las zonas comunes u otras viviendas y para evitar la posible entrada de humedad en la
estructura, es necesario dotar a la vivienda de un sistema de extracción por depresión (presión
negativa).
Para lograr una ventilación por depresión, es necesario ajustar el sistema de ventilación de la vivienda
para que se extraiga mecánicamente más del que pueda entrar, de manera que se garantice una presión
negativa permanente de 20 Pa. Esta presión es suficientemente elevada como para garantizar el caudal
correcto de aire en la vivienda a través de los aireadores y a la vez suficientemente baja como para no
causar molestias a los ocupantes de la vivienda.
Una buena ventilación es indispensable para nuestro confort y para el desarrollo de nuestras funciones
vitales, entre ellos la provisión de oxígeno que respiramos y el control del aire que emitimos.
Actualmente, los edificios de viviendas se construyen cada vez más compactos y mejor aislados para
evitar las ganancias térmicas en verano y las pérdidas de calor en invierno. Sin embargo, esto implica
que las viviendas sean cada vez más estancas e impermeables al aire exterior.
Un edificio estanco anula las posibilidades de ventilación que tradicionalmente se han venido
produciendo en las viviendas antiguas a través de las ranuras de puertas y ventanas, con la consecuente
pérdida de confort y de salud de las personas que las habitan.
Una mala ventilación de las viviendas afecta a la temperatura del aire interior, su velocidad, la dilución
de olores indeseables y, en especial, a la humedad ambiental. Así pues, la primera consecuencia de una
mala ventilación es el incremento de la humedad ambiental en el interior de las viviendas. El grado de
humedad de una vivienda es reconocido por ser un indicador fiable del estado de contaminación de la
vivienda y un dato revelador de sus necesidades de ventilación. Controlando el grado de humedad, se
corrigen la mayoría de los factores de contaminación.
Los principales factores de contaminación del aire interior de la vivienda son la calidad del aire exterior,
los materiales que conforman nuestra vivienda y las actividades que realizamos en ella. Controlando el
grado de humedad, mediante un buen sistema de ventilación, pueden resolverse la mayoría de los
factores de contaminación del aire interior de las viviendas.
Es el tipo de ventilación que se produce de forma natural en edificios antiguos, no estancos. El aire
interior es más caliente y tiende a subir hacia arriba creando una presión negativa en la vivienda,
conocida como ventilación por depresión, que permite la entrada aire fresco exterior a través de la
juntas de puertas y ventanas mal ajustadas.
La ventilación natural pasiva depende de la acción del viento y de la diferencia de temperatura entre el
interior y el exterior, de manera que no siempre se produce la renovación del aire deseada. Con la
aprobación del Código Técnico de la Edificación, la ventilación natural obligatoria no puede ser pasiva,
sino que debe ser híbrida o mecánica.
Es el tipo de ventilación en la que la renovación del aire se produce mediante la utilización de aparatos
electromecánicos dispuestos a tal efecto. La entrada de aire se produce mediante aireadores en fachada
y la extracción mediante conductos. Estos conductos de extracción en baños y cocinas deben disponer
de un extractor mecánico en la boca de expulsión, situado normalmente en el exterior sobre la cubierta
del edificio. El extractor puede ser comunitario o individual.
La admisión de aire se produce mediante aireadores en fachada. Los aireadores garantizan la buena
calidad del aire interior. Cada aireador debe controlar el caudal de aire de entrada, debe atenuar
acústicamente el ruido que se produce en el exterior y debe filtrar el aire de partículas de polvo, polen y
otros contaminantes.
Es un caso específico de ventilación mecánica en la que, cuando las condiciones de presión y
temperatura ambientales son favorables, la renovación del aire se produce como en la ventilación
natural pasiva y cuando son desfavorables como en la ventilación mecánica. El problema de la
ventilación híbrida es que exige unas condiciones climatológicas adecuadas y un diseño muy preciso del
sistema para conseguir un funcionamiento correcto en el modo pasivo. Si el sistema no está bien
dimensionado, funcionará permanentemente en modo mecánico.
Es el tipo de ventilación en el que un ventilador mecánico impulsa el aire de admisión hacia la vivienda y
un extractor mecánico extrae el aire viciado de la vivienda. Los ventiladores pueden ser individuales por
vivienda o comunitarios. Con este sistema se pueden controlar completamente los flujos de aire y
recuperar la energía perdida por el calentamiento o enfriamiento del aire de la vivienda al renovarse.
Cuando la admisión se hace mecánicamente se produce una presión más alta que cuando la admisión es
pasivo, por lo que se consigue una filtración de más alta calidad. El inconveniente de este sistema de
ventilación es su elevado coste que puede ser aproximadamente cinco veces más elevado que el del
sistema de extracción mecánica. En lugares con condiciones climatológicas más extremas este coste se
puede amortizar gracias a la recuperación de calor en el sistema que disminuye el gasto en calefacción