Renaudet Agustin. Maquiavelo.
Renaudet Agustin. Maquiavelo.
Renaudet Agustin. Maquiavelo.
MAQUIAVELO
EDITORIAL TECNOS, S. A.
MA D R I D
Los derechos de traducción al castellano de la obra
MACHIAVEL
nouvelllle cdition rcvue ct augm en tée
© Edition Gallimard (1956)
son propiedad de ED ITO RIA L TECNOS, S. A.
Traducción de
F rancisco D iez dei. Corral y Dan i ele L acascade
© E D IT O R IA L TECN O S, S. A. 1965
Calle O'Donnell, 27, 1 ° Izq. T . : 225 61 92. Madrid (9 )
Número de Registro: 2.173 - 64
Depósito legal: M. 14.975.— 1964
PREFACIO
“ Monarchie, I, 3,
* Tal parece ser la significación simbólica del águila Imperial
que dibujan, en el cielo de Júpiter, las almas luminosas de todos
aquellos que han trabajado en la tierra sobre la creación del
derecho: almas de la antlgüed/d judia y de la antigüedad he
roica, de la Roma imperial y del mundo feudal (Paradiso, XVIII,
70-136; XIX, 1-24; XX 16-72). Cf. A. Renaudet, Dante humanlste,
París, 1952, en 8.®, págs. 194-238.
INTRODUCCIÓN í?
MAQUIAVELO
Capítulo phimero
LA FORMACION DE MAQUIAVELO
II
" IHscorsI, I, 27; I, páp. 157: “ Quel furore con il quale go-
vernava luUe le cose” ; III, 9, I, págs. 36.7-361: “ Papa lulio II
procedclte ln tullo II lempo del suo ponilflcato con Impelo e con
furia; e perché gil tempi raoconrpagnarono hene, gil ríusclrono
le sue imprese lutle. Ma se fossero venuti altrt tempi che aves-
sono ricerco altro consiglio, di necessltá rovlnava; percé non
arebbe muíalo né ordlne nel maneggiarsi”.
u II Príncipe, II, be prínclpallbus ecclesiastlcis, págs. 23-24;
véanse págs. 239-241.
41 DlseoiM, I, 12, pág. 79; véanse págs. 91-92.
LA FORMACIÓN DE MAQUIAVELO 71
dello Imperio” .
“ Pág. 698: "Della potenzia della Magna alcuno no debbe du-
bilare, perché abunda di uominl, di ricohezze e d’arme... E cosí
sí godono questa loro rozza vita e liberta
** Discorsi, I, 12: I, pág. 130: "Alcuna provincia non fu mal
unlta o felice, se la non viene tulla ubbidienza d'una república
o d'uno principe, come á avvenuto alia Francia ed alia Spagna”.
“ P. Villar !, NiccoUt Macliiavclli, I, págs. 353-361, 471-473;
II, págs. 126-132, 147-149.
** Minuto delte cose di Francia, págs. 731-739; afladir De na
tura Oallorum, págs. 730-731.
74 MAQUIAVELO
14
Véanse págs. 59-61.
88 MAQUIAVELO
J
98 MAQUIAVELO
ILUSIONES E INCERTIDUMBRES
11 IHscorsi, I, 9, pég. 18: “ Non ó dubbio che uno solo puó po
rre mlgliore ordlne alte «ose ohe non f&nno moltl, e che uno Jn
unscittA diaordlnata, merita laude, ee non patento rtord loarla
allrknenll, lo fa con la vióleosla o con la fraude e modl estraor.
dlnarl. Ma i da pregare Dio che le republicbe non abbloo nece-
9sltá dt esaere raooonete per almila vía, perché oltre che gH animl
degll uomlnl eono fallecí, e puó uno sotto queato onesto colore
oocupare la tirannide, ct é anche pericolo che la volontá da
principió buona non diventi «altiva...”.
“ Cf. pág. 105, n. 7.
108 MAQUIAVELO
Imono quaranlatre unid. che lu> lio. non debite (tolere mulure na-
lora; e della dele e bonLá mia ne h testimonia la povería mía".
" II Principe, 22: “ De his quos a secrells principes habent” ;
I, pág. 74: “ Quollo che ha lo stato di uno tn mano, non debbe
pensare mai n sfi, mu al principe, e non 11 ricordarc mai cosa che
non apparlenga a hii. E dall’altro canlo, el principe, per mante
nerlo burmo, debbe pensare al ministro, onorandolo, faciéndolo
ric-co, obligándoselo parlicipandogli onori e carichi...". Igualmen
te, 23: “ Quomodo adulatores sinl fuglendi” ; I, págs. 75-77. Es
probable que Monlesquieu se acordara de estos dos capítulos en
algunas lineas de los Pensamientos qué escribía para si mismo:
Cnhiers, pág. 1Ü2: "El primer tálenlo de un gran principe es
el saber elegir bien los hombres". Cf. Maquiavelo, ibíd., pág. 45:
“ E Ja prima conletlura che si fa del cervcllo di uno sígnore. I»
vedere gil nomini che luí ha d'inlorim". Snliri! la aliabaliza.
Cnhiers, págs. 102-103,
110 MAQUIAVELO
III
IV
Así, pues, se habían ido sucediendo durante estos quin
ce años, los inútiles proyectos que Maquiavelo concebía
9
130 MAQUIAVELO
II
En muchos aspectos el método de Maquiavelo se pa
rece al de Leonardo de Vinci. En sus manuscritos, escalo
nados de 1489 a 1518, el pintor de la Cena de Santa María
de las Gracias reunía entonces los elementos de una in
mensa enciclopedia. Como Maquiavelo. Leonardo no es un
puro humanista. Con preferencia a los filósofos, oradores
y poetas ha frecuentado a los sabios de la antigüedad.
La experiencia es para él la condición indispensable de
toda ciencia real y que pretenda ser eficaz. Con una ap
titud admirable para la observación y la larga paciencia
del genio Leonardo define, clasifica y critica los hechos.
Se eleva de las comprobaciones particulares a las leyes
III
flicto cada día más violento del patronato con los talle
res; en 1378 los rencores y cóleras del “ pueblo famélico"
contra el “ pueblo obeso” hablan provocado una primera
tentativa de revolución social, conducida por el proleta
riado de los Giompis. Maquiavelo olvida el aspecto social
de la vida de los pueblos. La lucha oscura de los intereses
materiales no cautiva su atención. Hombre de Estado, po
lítico por carrera y espíritu, sólo ve en los conflictos so
ciales episodios secundarios de la lucha llevada en primer
plano por los partidos políticos, las facciones políticas y
sus jefes, sin esforzarse demasiado en descubrir la reali
dad económica y social. Cuando intenta explicar estas lu
chas recurre a fórmulas clásicas y vacias, herencia trivial
,de los historiadores romanos: insolencia de los nobles, ma
los tratos infligidos a la plebe; la impaciencia del pueblo;
diversos estados de humor del pueblo y los grandes.
Dino Compagni. Donato Velluti, Giovanni y Matteo Vil-
lani, cronistas florentinos del siglo xiv, habían captado
mejor que él la influencia predominante de los intereses
mercantiles en las sociedades modernas. Maquiavelo con
tinúa siendo alumno de Lionardo Bruni, de Poggio Brac-
ciolini, historiadores humanistas y desdeñosos de las rea
lidades materiales que el arte de la crónica primitiva sa
bia describir. Hablan disfrazado con máscaras romanas a
los hombres de los partidos florentinos, despreciando su
tiempo hasta el punto de juzgar pueril y mezquina la in
teligente curiosidad de los viejos cronistas por la vida co
tidiana de los pueblos modernos y el detalle familiar de
su trabajo. En virtud de una profunda afinidad, efecto de
su temperamento y su educación clásica, Maquiavelo eli
gió a Tito Livio y Polibio como maestros de sus estudios
históricos. Y en el estudio de la historia olvida lo que
ellos han olvidado; como ellos, no atiende más que al dra
ma de los acontecimientos políticos, diplomáticos y m ili
tares; la acción del legislador; la evolución de los prin
cipios y de los caracteres que imprimen a las instituciones.
Maquiavelo aleja finalmente de su estudio, si no la vida
moral, que reduce por lo demás a la práctica de las vir
tudes cívicas, al respeto por la ley y por las tradiciones
CIENCIA POSITIVA; ESTTbtn t.IMITADO 159
IV
MAQUIAVELO. HISTORIADOR
" Istoiie flor entine, I, 4-6; II, págs. 14-17; pdg. 15: "E se
Unte vlrtii non fuasero slale bruttate, neU’ultlmo delta sua vito,
ita alcune crudellá caúsate da v-irii sospettl del regno euo, come
l'i inorte di Simmaco e di Boezio, uomini santtesiml, dlmoslrano,
Hiirelilie al tullo la sua memoria degna da ogni parte di qualunque
■more; perché mediante la virtü e bonlá sua, non solamente
Moma e Italia, ma tulle le altre partí delio occidentaJe imperio,
llltore delle continué hattiture che per tanll anni da tanle inúnda
teme di barbarl, avevano sopportate, si sollevorono, e In buono
iirillnc e assai felice slalo si ridussero".
186 MAQUIAVELO
•' Istorie fiorentine, VIII, 3G; II, pág. 433; "Tanto che, a con.
slderare In quello e la vita voluttuosa e la grave, si vedeva In
luí «sacre due persone diverse, quasi con imposslbile congiunzlone
cniiglunle".
M Ibid., p&gs. 431-432: “ Fu, quanlo alta mercanzla, Infellcls-
mIiiio... Convenne che la sua patria di gran somma di danari lo
mivvcnLsse". Fu. Uuicciahdini, Slorle florentine, 9, págs. 80-81:
"... Andandogl! male, fu forzato vaiersi del publico e forse in
i|iiiilolie cosa del prívalo, con grandisslma infamia e carleo suo”.
.Iaoii'o Nardi, Istorie delta c ita di Firenze, ed. A. Gelll, Floren-
i'la, 1858. 2 vols. en 8."; I, págs. 19-20.
" Istorie florentine, VIII, 36; II, págs. 432: “ Per non tentare
196 MAQUIAVELO
LA DOCTRINA DE MAQUIAVELO
C a p ít u l o p r im e r o
EL GOBIERNO LEGAL
I
En la base de lodo gobierno del que se excluye lo arbi
trario y tiránico, Maquiavelo parece afirmar la necesidad
de un pacto. Sin duda, el contrato tácito entre los que
gobiernan y los que son gobernados, en virtud del cual
éstos otorgan a aquéllos su confianza y obediencia, mien
tras que aquéllos se comprometen a no utilizar su poder
más que para mantener y defender los derechos de éstos,
no se analiza en los Discursos. Maquiavelo no ha leído a
los teólogos de la Edad Media, que habrían podido ins
truirle sobre esto. Vive un siglo y medio antes que Locke.
Para que en el mundo moderno pueda desarrollarse y de
finirse la noción contractual del gobierno tendrán que pro
ducirse el levantamiento de los Países Bajos contra Fe
lipe II. las guerras francesas de religión, la fundación del
régimen republicano en las Provincias Unidas y especial
mente en Holanda, casi dos siglos de historia inglesa y
dos revoluciones inglesas. Sin embargo, por la fuerza de
las cosas, la idea de un contrato entre gobernantes y go
bernados se impone a la mente de Maquiavelo; la idea de
una monarquía de derecho divino le es absolutamente aje
na. A propósito de Maquiavelo, se presentan múltiples oca
siones de citar a Montesquieu; jamás la de citar a Bossuet.
Republicano o monárquico, todo gobierno civil reposa so
bre un pacto, bien expresado directamente en un texto
constitucional, bien de forma tácita.
Maquiavelo define esta noción del pacto según el ejem
plo de la monarquía francesa.
Durante lodo el siglo xvm los teóricos políticos france
ses se han esforzado en descubrir la Constitución del rei-
EL GOBIERNO LEGAL 201
leggl e sollo gli ordini piü che alcuno aJtro regno. Delte qua<ll
leggl ed ordini ne sono mantenltorl 1 Parlamentl, e massime quel
di Parlgl; le qua'li sono da lui rinnovale qualunque volla el fa
una esecuziono contro ad un principe di quel regno e che el
condanna 11 Re nelle sue sentenze. Ed infina a qui st é mante-
nuto per essere stato uno oslinato eseculore contro a quel la
Nobllltá: ma qualunque volta el ne lasciassl alcuna impunita, e
che le venissono a multiplicare, sanza dubblo ne nasoerebbe o
che le si arebbono a correggere con disordlne grande, o che quel
regno el rlsolverebbe”.
. ♦ Esprít des Lols, II, 4.
EL GOBIERNO LEGAL 203
II
III
Maquiavelo no coloca, sin embargo, el ideal de un go
bierno civil en la quietud e inmovilidad. Una ciudad que
vive políticamente, donde los ciudadanos mantienen y cul
tivan, siempre activos, las virtudes cívicas, no se acomo
da al silencio donde se adormecen las ciudades corrompi
das*. Por eso, al orden mudo que imponen las jerarquías.
Maquiavelo prefiere el régimen popular con sus riesgos
de tumulto. Como siempre, la república romana le ofrece
la imagen ideal y, sin embargo, verdadera de un pueblo
sometido libremente a la ley, alejado del orgullo insólenle
y de la obediencia servil *, dueño de sus destinos, apto
" IbUL, pdg. 178: De' quali si debbe laudare piú la inlenzione
che la prudenzia. Perché a viviere levar via uno dissordine eres-
ciulo in una república, e per queslo fare una legge che riguardl
assal indletro, é purtllo male considéralo” .
* Discorsi, III, 8; I, pág. 361: “ Per allri modi si ha cercare
gloria in una olttá corrolta, che In una che ancora viva politica
mente”. Véase p4g. 142, n. 5.
* Discorsi, I, 58; I, pág. 218: “ Una moltitudine... rogolata
dalle leggi... Né superbamenlc dominare né umlliucnle serviré:
come era II popolo romano, 11 quale, menlre duré la República
220 MAQUIAVELO
IV
pueblo” ". De ahí que Nabis, rey o más bien Urano de Es
parta, hubiera encontrado más exactamente su puesto en
tre los facciosos y los usurpadores.
Maquiavelo no toma ningún ejemplo de la historia re
ciente italiana. En efecto, por todas partes donde la vieja
comuna habla dado paso a un gobierno personal, el pasaje
de un régimen a otro habla sido violento; las facciones
y la fuerza armada hablan jugado un papel capital. Por el
momento, mientras escribía este capitulo, parece que Ma
quiavelo pensaba en los Médicis cuyos nombres se pro
hibía, sin embargo, citar. La actuación de Cosme o Lo
renzo puede definirse bastante bien como habilidad1polí
tica. Pero, en realidad, los Médicis no tenían por qué in
tervenir en este debate. Aparentemente habían respetado
las formas de la legalidad. Pero sólo hablan prosperado
con la ayuda de una facción que, duefüa de todos los recur
sos de una de las más poderosas Bancas de Europa, se
habla instalado en todos los puestos desde donde podía
mandar las asambleas y las magistraturas. Facción popu
lar, demagógica, hostil a la mezquina aristocracia que go
bernaba legalmente la ciudad. Y la fuerza no estaba nun
ca lejos, siempre dispuesta a la amenaza o al castigo. To
dos los retoques introducidos por Lorenzo en la Consti
tución, que iban restringiendo más y más el poder a un
pequeño número de personas, siempre se obtuvieron bajo
la amenaza de la fuerza, disimulada, pero siempre pre
sente. De esta forma el estudio de la obra política de los
Médicis, estudio que, por otra parte, Maquiavelo no quiso
más que esbozar, se encontraba naturalmente situado no
en el capitulo de la fundación o restauración legal de la
monarquía, sino en el capitulo de las usurpaciones.
" Cf. pág. 211, n. 23. II Principe, 19; I, pág. 32: “ Quello del
populo é ptú onesto fine ohe quello de'grandl, volendo questi
<>|iprimere, e quello non cssere oppresso”.
" ll>id., pág. 33: UE perché gil uomlnl, quando hanno bene da
chl credevano avere mate*, si nhllgano plii al beneficalore loro,
dlventn el porpolo, súbito, ptú suo bentvolo che se si fussl con.
dallo al princlpato con 11 favorl suoi".
236 MAQUIAVELO
VI
Después de los gobiernos republicanos fundados sobre
ia ley y la igualdad cívicas, después de los gobiernos per
sonales fundados sobre el consentimiento popular o sobre
un deseo de restauración monárquica, aparece otro tipo
de gobierno legal que, durante estas primeras décadas del
siglo x\% gozaba todavía de considerable importancia en
Europa: el gobierno de los sacerdotes. Durante sus lega
ciones por el imperio Maquiavelo había podido informarse
del poder territorial de los tres electores de Maguncia,
Tréveris y Colonia, de los obispos de Renania, del país de
Main o las llanuras de Westfalia. Había podido contemplar
los vastos dominios de la Santa Sede, que se extendían
del Mediterráneo al Adriático, de la Romanía a la Cam-
pania y la Apulia. Estos gobiernos sacerdotales exigían de
los pueblos una obediencia pasiva y no condescendían a
hablar con sus representantes. Mas para justificar este
absolutismo se podía alegar la existencia de un contrato
tácito en cuyo nombre el súbdito cristiano aceptaba sin
ninguna reserva la dirección política de un jefe iluminado
por Dios.
A Maquiavelo no le gusta la Santa Sede, a la que hace
responsable de la desmoralización, de la división, de las
debilidades de Italia. Sabe que los dominios pontificios
están mal gobernados. Mal gobernados por Alejandro VI,
que, cínicamente, permitió que su hijo César entrara a
saco en ellos; anárquicamente gobernados por Julio II, ex
clusivamente ocupado de conquistas y guerras, del presti
gio exterior y de grandeza, y que, por la pasión furiosa
que ponía en todas sus empresas, no fue jamás un veu-
dadero hombre de Estado. Maquiavelo escribe en los pri
meros tiempos de León X; no le otorga más confianza que
a sus predecesores; pero espera hasta ver su obra. En el
imperio ha podido conocer el desorden administrativo, los
gastos desorbitados, la nada política de los Estados admi
nistrados por prelados, grandes y pequeños. Concluye, con
fría ironía, en términos que parecen recordar a propósito
EL GOBIERNO LEGAL 239
II
" lbld., págs. 12-13: "E se alcuni altri allegassino la icde che
U re aveva oblígala al papa..., respondo con quello ohe per me di
sollo si derá clrca la fede de'princlpl e come le si debbe osser-
vare". (Véanse págs. 305-309.)
262 MAQUFAVELO
III
sollo quello Imperio che dalla sorte k stato loro proposto... Che
gil uomlni hanno ad onnrare le «ose passale, e ad ubbidire alie
presentí; e debbono desldcrnre I buoni prineip!, e, comunque el
si slcno fallí, tollerargll”.
266 MAQUIAVELO
31
II 1‘iíndpe, 3, pig. 8.
LAS CREACIONES DE L A Fl'E R ZA 267
" Istorte florentina, VII, 0; II, pág. 338: citado en la pág. 192,
n 21.
270 M AQt'lAVRLO
U
274 MAQUIAVELO
II
Las relaciones naturales que se establecen entre los Es
tados, fatalmente comprometidos en. una competencia mor-
14 Msnorsi, III, 31: I, pág. 412: " I quall nella liuona fortuna,
parendo loro avcrsela guadagnala con quella vlrlü ohe non ave-
vano...". Es de notar la parcialidad florentina de Maqulavelo
hacia Vcnocia
” üiscorsi, III, 31; I, pág. 413: “ ... Ma la viltá dello animo
loro, caúsala dalla qualllá de' loro ordlni non buoni nelle cose
della guerra, gil fece ad un tratto perdere lo slato e l ’animo. E
sempre lnterverrá cosí, e qualunque si governa come loro”.
“ H Principe, 12; I, págs. 38-42: "Quot sint genera mllitiae
et de mercenarlis milititnis"; pág. 38: "E principan fondamentl
che abbino luttl 11 slali, cosí nuovi come vecclii o misil, sono le
buone leggu e le buone arme; e perché no puo essere buone
legge dove non sono buone arme, e duve sono buone arme con
viene sleno buone legge...". Discore1, III, 31; I, pág. 413: "E lien-
ehé altra vo-lta si sia detlo, come 11 fondamento di tutli gil slali
6 la buona millzia, e come, dove non é questa non possono essere
né leggl buone, n¿ alcuna altra cosa buona, non mi pare super-
292 MAQUIAVEIX)
111
11 Mscorsl, ni, 41; I, pág. 434: "La quale cosa é Imita con
1 deti i e con i falti dal Franclosi, per di tendere la maesUt del
loro re e la potenza del loro regno; perche nessuna voce odonn
piii impazlentemenle che quella che diccsse: 11 tale partlto é
ignominioso per 11 re; perche dlcono che il loro re non puo patire
vergogna in qualunque sua dlliberazione, o ln buona o ln awersa
fortuna; perché, se perde, se vince, tuttl dicono essere cose
da re".
“ A. Renaudet, Eludes érasmlennes, pág. 74.
LA PAZ. I.A GUERRA, LOS TRATADOS 305
« ibleL, pág. 55: ‘‘ Dovele adunque sapere come sono dua gene-
razioni di combatiere; Tuno con le leggi, l’allro con la (orza:
quel primo é proprio dello u»mo, quel secondo é delle bestle;
ma perché el primo molle volte non basta, conviene ricorrcre al
secondo. Perianto a uno principe é necessarlo sapere bene usare
la bestia e 1' uomo”.
" ib Id., pdg. 55: “ Bisogna adunque esscre golpe a conoscere
e' lacci, e done a sbigoltire e’ lupl. Coloro che stanno sem plioe-
menle ín sul llone, non se ne Inlendano. Non pu6 perianto, uno
slgnore prudente, né debbe, osservare la fede, quando tales osser-
vanzia li lorni contro, e che sono spenle le cagioni che la feciono
prometiere”.
” Discorsi, III, 42; I, pág. 435: Non é vergognoso non osser-
vare quelle promcsse che t,i sono «late falte promettere per forza;
e sempre le promesse forzate che Tiguardano il publico, quando
e* manchi la forza, si romperanno, e fia sanza vergogna di che
le rompe” ,
* Discorsi, III, 40; I, pág. 432: ‘‘ Dlró solo queslo, che lo non
lntendo quella fraude essere gloriosa...; ancora che la ti acqulst!,
qu&lche volta, stato e regno..., la non ti aoquisterá mal gloria”.
1,.\ PAZ, 1.A (il'iCUHA, LO.S TRATADOS 307
II
a pochi. Ognuno vede quello che tu par!, pochi senlono quello clic
tu se’ ; e quelll pochi non ardlscano opporsl alia opinione <11 mo’.ü
che abbino la macstá dello slalo che 11 defenda".
* Ibid., pdg. 57: “ E nelle azionl di tuttl gil uomini, e massime
de' prtncipi, dove non i iudizlo a «hi reclamare, si guarda al fine.
Faoci dunque uno principe di vlncere e man (enere lo stalo; e’
mezzl saranno sempre iudicati onorevoll e da ciascuno laudad;
perché H vulgo ne va sempre preso con quello che pare, e con
lo evento della cosa; e nel mondo non é se non vulgo; e 11
pochi non el hanno Juogo quando 11 assai hanno dove appog-
glarsi".
EL MANEJO DE LA OPINIÓN PÚBLICA 317
” Ibld., págs. 50-51: "Ne’ noslri tempi, nol non abbiamo vc-
duto fare gran cose se non a quelli che sono statl tenuli miseri;
gil altri essere spenti. Papa Julio II, come si fu servlto del nome
di libérale per aggiugnere al papato, non pensó pol a mantenér
selo, per polere far guerra; el re di Francia presente ha fatto
tante guerre sanza porre uno dazio eslraordlnario a’ suoi, soJum
perché alie superflue spese ha sumministrato la lunga parsimo
nia sua; el re di Spagna presente, se fussi tenuto libérale, non
arebbe fatto né vinto tante imprese” .
" ¡bid., pág. 51: "E di quetlo che non é luo, o de’ 6udditi
tuol, si puó essere plü largo donalore, come fu Ciro, Cesare ed
Alessandro; perché lo spendere qucllo degll altri non ti toglie
reputezlone, ma te ne agglugne".
320 MAQUIAVELO
III
• Véase pág. 219, n. 48: “ Una clttá che ancora viva politica
mente”.
334 m a q u ia v e l o
II
III
IV
« Discorsi, II, 23; I, pág. 296: “ Uno governo non é altro che
tenere In modo 1 suddill che non ti possano o debbano of tendere”.
“ Esprit des Lois, XXV, 2.
LA POSTURA DE MAQUIAVELO 347
Bolonia, 53-56, 65, 128, 251, 255, 148, 172, 186, 286-287, 307-308,
259. 311.
Bonaparte (Napoleón), ver Napo- Carlos V, rey de Francia, 22.
león I. Carlos VII, rey de Francia, 294-
Borbones (familia), 250. 295.
Borgia (familia de los), 54, 65, Carlos VIII, rey de Francia, 48,
69-70. 54-55, 236, 266, 288, 293-294, 296.
Borgia (Alejandro), ver Alejan Carlos X, rey de Francia, 235.
dro VI. 5 Carlos el T emerario, duque de
Borgia (César), 15, 20, 54, 58, 63, Borgofia, 21, 266, 295.
69, 78, 85, 94, 102, 107, 109, Carpí, ciudad de la Italia del Nor
111-112, 127, 165, 172-173, 186, te, 121.
236-237, 241, 245, 251-256, 259- Cartago, 59-60, 88, 166, 256.
260-261, 263, 290, 292-294, 299, Casciano (San), burgo de Toscann,
301-302, 312, 318, 333. 35, 58, 85-86, 124, 336.
Borgoña, 73, 258, 265, 297, 307. Cassius (Caius), 18.
Boscoli (Pietro Paolo), 80-81, 134. Cassius (Dion), 268.
Bracciolini (Poggio), 27-29, 44, 53, Castracani (Castruccio), 121.
158, 182, 185-186. Cateau-Cambresis (tratado de), 54.
Brasil, 266. Catilina (Lucius Sergius), 18, 136,
Bremen, 71. 258.
Brescia, 57. Catolicismo, 51, 286, 337.
Bretaña, 258. Católicos (reyes), ver Fernando de
Brienne (Gautier de), duque de Aragón e Isabel de Castilla.
Atenas, 192. Cavalcanti (Giovanni), historiador,
Brujas, !57. 183.
Bruñí (Lionardo), 26-28, 39, 44, 53, César (Julio), Caius Julius Caesar,
141, 158, 182-185. 17, 28, 41, 148, 160, 172-174,214,
Brutos el Antiguo (Marcus), 222. 218, 220, 228, 230, 245, 266, 268-
Brutos (Marcus), 19, 29. 269 315, 334.
Buondelmonti (Zanobi), 124. Césares, ver Imperio romano.
Buonarroti (Miguel Angel), 47, 49, Cesena, 68, 270.
55, 85, 109-111, 128, 273. Cicerón (Marcus Tullius Cicero),
23, 29-30, 43, 45, 135-136, 168,
180-182, 218, 255, 268, 286, 336-
c 337, 344.
Cincinnatus (Lucius Quinctius),
Cabalistas, 42. 107, 228.
Calvino (Juan), 49. Ciompi (los), nombre de los obre
Camilo (Marcus Furius Camillus), ros cardadores de lana en Flo
228. rencia, 158, 192.
Campania, 237. Ciro, rey de los Persas, 104, 109,
Cannes (batalla), 166. 228.
Canossa, 187. Cisma (el gran), 20, 26, 51, 79.
Capponi (familia florentina): Clemente V, papa, 21.
— Agostino, 80-81. Clemente VI, papa, 21.
Clemente VII, papa, 15, 115, 117,
— Gino, 183. 120, 123-128, 131-132, 177.
— Niccoló, 128. Cognac, 127, 307.
Careggi, coca de Florencia, 140. Cola di Rienzo, 45, 88, 104, 174-
Carlomagno, 92. 175, 274.
Carlos IV, emperador, 21, 72, 88, Colbert (Juan Bautista), 341.
174. Colona (familia), 240, 251.
(Felipe de), 308.
Carlos V, emperador, 22, 37, 73, Colonia, 237, 287.
91-93, 114, 125, 127-128, 131, Commynes
ín d i c e de nombres y m a t e r ia s 351
Comfagni (Dino), 158, 177. Este (familia de), 29, 64, 94.
Constantino (Flavius Valenus Au- Estoicismo, 99, 140.
iclius Constantinus), emperador, Estrasburgo, 287.
91, 281. Estuardo (familia de los), 230.
Constanza (Concilio de), 51. Europa, 37, 69, 76, 149-152, 158,
Constituyente (Asamblea Nacional), 171, 177, 237, 257, 260, 285, 287-
211, 213. 288, 296, 333, 345.
Contrarreforma, 209. Evangelio, 21, 140, 289, 330, 338,
Copérnico (Nicolás), 30. — Evangelio eterno, 48.
Córdoba (Gonzalo de), 67.
Cristianismo, 14, 262, 279, 296,
338. F
Cromwell (Oliverio), 230.
Farsalia, batalla de, 42.
Fabio MAximo (Fabius Maximus
D Quintus), 228.
Faenza, 63, 67, 259, 260.
Dalmacia, 63. Federico Barbarroja, 59.
Dante, ver Alighieri. Federico III, emperador, 22, 42,
David, 263. 46, 89.
Descartes (Renato), 23, 343. Federico, rey de Nápoles, 53.
Diodoro de Sicilia, 121. Federico II, rey de Prusia, 304,
Diómedes en la Divina Comedia, 20. 341.
Domingo (Samo), 226. Felipe el Hermoso, rey de Fran
Doria (Andrea), 128. cia, 22.
Felipe II, rey de España, 15, 200.
Fermo, 256, 272.
E Fernando el Católico, rey de Ara
gón, 53-55, 64, 71, 294, 296-297,
Edad Media, 12, 23, 39, 89, 123, 307, 316, 333.
156-157, 164, 185, 200, 280, 311. Ferrara, 30, 64, 93.
Egipto, 109, 210. FiaN (Marsilio), 40, 46-47, 50, 286,
Emilia, 64, 269. 338.
Engels (Federico), 279. Filipo, rey de Macedonia, 262.
Enrique VII, emperador, 40, 60, Florencia:
70, 88, 103, 174, 189. — Historia política, 13, 24, 28-30,
Enrique II, rey de Francia, 15. 36-41, 43-44, 47, 51-53, 56, 60-
Enrique IV, rey de Francia, 187. 61, 80-81, 86, 102-106, 112, 117-
Erasmo (Desiderius Erasmus), 14, 120, 123-124, 126-127, 133, 134-
17, 77, 164, 243, 287-289, 296- 135, 162, 166, 170, 172, 173,
297, 301, 304, 308, 311-312, 324- 190-196, 202, 213, 230, 246-247,
325, 337, 340. 272, 309, 331, 334-335, 342, 343.
Escipión (Publius Comelius Scipio), —• Historia de la economía y de la
el Africano, 28, 41, 88, 296, 321. sociedad, 23, 35, 37, 47, 49, 158-
España: 159, 166, 169-170, 183, 189-190,
— Conquista de España por Roma, 209, 215-216, 341-342.
168. — Política exterior, 54-55, 59, 62,
— Monarquía española, 62, 72, 88, 68, 71, 79, 87. 126-127, 259,
92, 171, 265, 298, 300, 316. 272, 279, 290-294, 327.
— Españoles en Italia, 56-57, 63, — Política religiosa, 49, 157, 208,
68, 72, 77, 86, 89. 103, 139, 337-338.
171, 254-255, 259-260, 266, 269- — Humanismo, 27, 40, 43, 50, 137-
270, 290. 138, 289, 335, 342.
Ver también Alighieri (Dante), Bor-
— Imperio colonial, 265-266. — Arte, 27, 107, 274.
Esparta, 61, 147, 232.
332 MAQUIAVEI/O
93, 103, 148, 172-173, 191, 237- 79-80, 87, 93, 113, 238-240, 251,
239, 279, 281, 289. 254, 261, 271, 273, 290, 316.
— Imperio francés, 166.
I nocente VIII, papa, 45, 240.
I ndia, 65, 158, 266. L
I nglaterra, 22, 31, 55, 77, 163-
164, 173, 200, 211, 294, 342. Landino (Cristóforo), 46, 52.
I nnsbruck, 71.
Inquisición, 208. Leipzig, 287.
I sabel de Castilla, 265. León X, papa, 45, 79-80, 93, 107,
109, 113-119, 122-123, 129, 131,
I slam, 279. 237, 241-242.
I srael, ver Judíos. L eto (Pomponio), 44.
I ta lia .- Levante, 63, 157.
— Antigua, 145, 168, 296, 297, 338. L icurgo, 48, 147, 154, 174.
— Regiones y gobiernos, 29, 38, 56- L iga (Santa), 55-56.
57, 63-65, 68-70, 73, 76-77, 86, Loches, 53.
93, 102, 106-107, 110, 114-115, Locke (John), 200.
126, 164, 171, 240, 245, 267, Lombardía, 69, 91, 104, 108, 137,
273, 293, 307. 186, 259.
— Historia política, 16, 20-22, 26, Londres, 164.
30, 41, 55, 68, 115, 121, 124, Lorena, 265.
126, 151-156, 157, 168, 172, 177, Lovaina, 163, 287.
185, 188, 193, 233, 241-242, 245, Loyola (Ignacio de), 339.
264, 295. Lubeck, 72,
— Guerras de Italia, 46, 53', 59, 63, L ucca, 120, 253.
74-76, 94, 196, 251, 261, 267, Ludovico el Moro, duque de Mi
287, 293-294, 299-300. lán. 53, 59.
— Italia y los extranjeros, 61, 70- Luis de Baviera, emperador, 20,
71, 77, 103, 109, 114, 259, 275. 104.
— Miseria y divisiones de Italia, 86- Luis XI, rey de Francia, 21, 294,
87, 93-95, 103, 111, 292. 333.
— Particularismo italiano, 130-131, Luis XII, rey de Francia, 53-56,
171. 64, 70-71, 76, 164, 251-252, 259,
— Sentimiento nacional, 18-19, 87- 269-270, 273, 290, 294, 296. 316.
89, 100, 113-115, 130, 137, 168- Lunigiana, región toscana, 35.
170. L utero (Martin), 50, 70, 99, 240,
— Vida religiosa, 92-93, 208-209. 242, 279.
— Vida intelectual y artística, 19-
20, 29-31, 46, 317.
— Idea de la reforma política y M
moral de Italia, 105-106, 174-175,
231, 246, 331.
Macedonia, 262, 265.
Macchiavelli (familia):
J — Bernardo, 32.
— Girolamo, 32.
Jacobinos, partido político francés, Madrid (cautividad de Francisco I
336, 341. y tratado de), 125, 127, 288, 307,
Jenofonte, 121, 176, 296. 328.
Jesucristo, 18, 289. Maguncia, 237, 287,
José II, emperador, 209-210. Mahometanos, 210.
Juan (San), evangelista, 101. Main, 237.
Juan XXII, papa, 20. Maine, 53.
Judíos, 48, 109, 230, 279. Manfredi (Astorre), 64.
Julio II, papa, 53-56, 63, 67-68, Mantua, 30, 88, 95, 259.
2S
354 MAQUIAVELO
Ostrogodos, 186. R
Oxford, 30.
Ravena, 56, 63, 123.
Reforma protestante, 50, 71, 77,
P 115, 187, 239, 279.
Reggio de Emilia, 102.
Pablo II, papa, 139. Renacimiento italiano, 13, 19-20,
Países Bajos, 14, 22, 115, 157, 187, 165.
199, 266. Rin, 237.
París, 30, 200, 287. Richelieu (Armand-Jean, cardenal
Parma, 107. de), 332.
Pascal (Blaise), 281. Rímini, 65, 68, 92, 251, 260, 270.
Passerini (cardenal Silvio), 124, 128. Rojo (mar), 63.
Pavía, batalla de, 119, 288. Rolando, 44.
Pazzi (conjura de los), 39, 117, 139, Romagna, 54, 58, 65-66, 69, 96,
195. 98. 126, 173, 238, 243, 246, 250-
Perú, 266. 254, 259. 269-273, 313, 321.
Perusa, 123, 240, 251, 254, 259. Roma:
Persas, 109. — Ciudad y campo, 64, 77, 86,
Pesaro, 63, 272. 96
Petrarca (Francisco), 22-24, 29-31, — bajo la República, 24-25, 28, 32,
48-50, 72. 85-86, 88, 104, 110, 41. 45, 59, 84-85, 87, 106, 116,
138, 151, 174, 176, 275, 338. 120, 139-140, 144, 149-150, 155,
PiCARDrA, 265. 162, 166-168, 172. 174, 176-177,
Pío III, papa, 68, 251, 254. 181, 191, 209, 212-214, 218-224,
Pío VII, papa, 209. 227-229. 266-268, 299-301, 303.
Pío XI, papa, 125. 326, 333-334, 338-342, 345.
Piombino, 253, 260, 270. — bajo los emperadores, 18, 28, 32,
Pisa, 46, 54, 56-57, 60, 121, 236, 43, 139, 145, 152, 172, 175, 214,
253, 260, 293-294. 258, 266-268, 280, 290, 336.
— Concilio galicano de Pisa, 57-58. — bajo los papas, 21, 44, 46, 66,
Pistoia, 121, 321. 85, 92-93, 103-104, 107, 114, 126,
Pitt (William), lord Chatham, 342. 139, 187, 209. 253, 269-271, 288,
Plasencia, 107. 337, 343. Ver también Sede
Plateas, batalla de, 335. (Santa)
Platón, 14, 16, 139-140, 255, 343. Rómulo, 105, 154, 174, 250.
— República de Platón, 49, 286, Rouen, 76.
311, 355-336, 339, 341. Rosellón, 265.
Platonismo, 42, 338. Royere (Francesco María della), du
Plutarco, 106, 173, 268, 311, 336. que de Urbino, 107, 109.
Polignac (Julcs de), 235. Rovere, cardenal Giuliano della.
Poliziano (Angel), 43-45, 53, 139, Ver Julio II.
338. Rucellai (Cósimo), 124.
Polonia, 266.
Polibio, 41, 44, 146, 159, 168, 181-
182, 207. 279, 336, 344.
Pompeyo (Cnacus Pompcius Mag-
s
nus), 219. Salamina, batalla de, 335.
Pontano (Giovanni), 139. Salutati (Coluccio), 39, 45, 52.
Porcari (Stéfano), 44. Savonarola (Gerónimo), 48-52, 59,
Portugueses, 265-266. 97, 137, 201-203, 250, 280, 344.
Provincias Unidas, ver Países Ba Scala (Bartolommeo), 52.
jos. Sede (Santa), 17-18, 21-22, 25, 39,
Prusia, 209. 46, 54, 63-64, 69-71, 76, 80, 91-
Pulci (Luigi), 43. 93, 102-103, 113-116, 128-132,
ÍNDICE DE NOMBRES Y MATERIAS 357
158, 171, 186-187, 191, 238, 241- T ibulo (Aulus Albius Tibullus), 85.
242, 253, 259-260, 272, 277, 280, T irol, 67.
287-289. T irreno (mar), 20.
Séneca (Lucius Annaeus Séneca), T ito Lrvio (Tiras Livius), 24, 27,
140. 28, 168, 230, 246.
Sforza (familia), 22, 37, 65, 93, — Maquiavelo y Tito Livio, 40, 43,
100. 83, 92, 107, 150, 160, 176-183,
— Francesco, duque de Milán, 64, 190, 267, 273, 285, 290, 303,
295. 333, 336.
— Galeazzo-María, duque de Milán, TomXs de Aquino (Santo), 16-17,
139, 194. 313, 339.
— Giovanni, señor de Pesare, 271. Toscana, 34, 64, 80, 96, 105, 109,
— Ludovico, duque de Milán, ver 121, 124, 127, 131, 169, 174, 176,
Ludovico el Moro. 192, 251, 253. 260, 272, 296, 334.
Sicilia, 69, 335. — lengua y letras toscanas, 42-43,
Siena, 28, 58, 64, 253, 260. 47-48.
SlLA (Lucius Cornelius), 170, 219, T rajano (Marras Ulpius Trajanus),
220, 228, 336. emperador, 208, 333-334.
Silvestre I, papa, 91. T rento, 71.
Simaco (Quintus Aureüus Symma- T réveris, 237.
chus), 186 T udores, 164.
Simonetta (Giovanni), 182.
Sinigaglia, 67, 251, 256, 271. T ucídides, 84, 179, 181, 184.
Siracusa, 121, 256, 272. T urcos, 261, 266.
Sixto IV, papa, 240. T urena, 54.
Soderini (Fiero), 55, 62, 80-81, 107,
124, 165, 222. 290.
Solon, 106, 147, 154.
SORDELLO DE MANTUA, 88. u
Suabo, 72.
Sfefani (Marchionne di Coppo), Ulises, 20.
182. Umbría, 55, 64, 127, 253.
Stettin, 72. Urbino, ducado de, 68, 107, 109-
Stralsund, 72. 110, 114-116, 123, 133, 247, 251-
Suetonio (Caius Suetonius Tranquil 252, 270, 273.
as', 268. Utrech, 123.
Suizos (Cantones), 54-56, 72, 98,
121, 170, 294-295.
V
T V alencia, ciudad española, 64.
Val d’Elsa. en Toscana, 35-
T aboritas, 214. Val di Pesa, en Toscana, 35.
TXcrro (Caius Cornelius Tacitus), Valla (Lorenzo), 45, 91.
72-73, 92, 264, 333, 336. Valois (familia de los), 263, 265.
T aine (Hippolyte), 86, 179. Velloti (Donato), 158, 176.
Teodorico, rey de los Ostrogodos, Venecta, 22, 55-56, 60, 63-64, 68,
186. 70, 79, 86, 93, 103, 122, 157,
T eseo, 104, 109, 174, 250. 171, 190, 222, 225, 239, 251, 253,
T hiers (Adolphe), 331. 260, 265, 267, 271-272, 278, 286,
T iberio (Tiberius Claudius Ñero), 290, 293-294, 307, 334.
emperador, 28. Verona, 63.
358 MAQUIAVELO
V ettori (Francesco), 85, 108-109. Visconti (familia), 23, 25, 30, 39,
Vico (Giambattista), 154. 60, 65, 94. 121.
V itelli (señores de Cittl di Cas-
VtLLANi (Giovanni y Matteo), 158, tello), 270, 296.
176, 181. VOLTRRRA, 121.
Vinci (Leonardo de), en italiano Lio-
nardo da Vinci, >1-32, 45, 144,
150-151, 156, 182.
V irgilio (Publius Vergilius Maro),
w
43, 319. Westfalia, 240.
Indice Sistem ático
Página»
Prefacio .................................................................... 7
PRIMERA PARTE
MAQUIAVELO
Página»
reforma moral. Maquiavelo y el Cristianismo (pá
ginas 98-102).
Segunda parte
LA DOCTRINA DE MAQUIAVELO
I. El Gobierno legal ............................................. 199
El Principe y los Discursos sobre la primera déca
da de Tito-Livio (págs. 199-200).— !. El pacto
ÍNDICE SISTEMATICO 361
Páglnx
constitucional. La Iglesia y el Estado (págs. 200-
210).— II. Los derechos individuales. Libertad
personal. Seguridad. Libertad política. Propie
dad. Peligro de las leyes agrarias (págs. 210-
219).— III. Las luchas políticas y la vida de los
partidos. La utilización de los talentos por el Es
tado y la defensa de la constitución (págs. 219-
224).— IV. La reforma del Eslado. La vuelta a
los principios. La dictadura (págs. 225-228).—.
V. La fundación de una monarquía legal. Las
restauraciones legales de la monarquía (pági
nas 228-237).—VI. El gobierno legal de los sacer
dotes en el Estado pontificlal. Sus fuerzas y 6us
peligros (págs. 238-243).
Página»