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1. Observación:
Droga, según el diccionario de la Real Academia Española, es cualquier “sustancia mineral, vegetal o
animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes”. En su segunda acepción,
droga es cualquier “sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente,
narcótico o alucinógeno.”
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), droga es toda sustancia que introducida en el
organismo por cualquier vía de administración, produce de algún modo una alteración del natural
funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y además es susceptible de crear
dependencia, ya sea psicológica, física o ambas.
También, según la OMS, las sustancias psicoactivas, conocidas más comúnmente como drogas, son
sustancias que al ser tomadas pueden modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de
pensamiento de un individuo. Los avances en la neurociencia nos han permitido conocer mucho mejor
los procesos físicos mediante los que actúan estas sustancias.
Dentro de estas definiciones se encuentran todas las sustancias psicoactivas, sean legales (alcohol,
tabaco, fármacos hipnosedantes…) o estén consideradas ilegales por las convenciones y tratados sobre
sustancias psicotrópicas, que incluyen en sus listas, entre otras muchas, al cannabis, la cocaína, las
anfetaminas y la heroína.
En los últimos años se asiste a la emergencia de nuevas sustancias (NPS en sus siglas en inglés y NSP en
español) que, teniendo efectos psicoactivos, no están incluidas en la Convención de 1961 ni en la de
1971, por lo que su producción y consumo, pese a sus posibles y muchas veces graves efectos adversos,
no son ilegales. Son sustancias, podría decirse, a-legales.
Por otra parte, las principales drogas legales -el tabaco y el alcohol- son causa importante de mortalidad
y discapacidad en los países desarrollados; por todo ello, podemos decir que la legalidad o ilegalidad de
las drogas no se corresponde con su posible peligrosidad.
2. Problema:
1. mi nombre es Daniel La luz, fui adicto a las drogas 12 años, estuve preso tres veces y cuando quise
salir después de haber perdido todo, lo intente de varias formas en terapias grupales, con medicación
etc. sin éxito, ni siquiera me encontré con alguien que me dijera que había podido dejar las drogas,
entonces ante la desesperanza y la desesperación ante el sufrimiento y la tortura que está viviendo,
pensé en matarme pero alguien me hablo del hogar vida abundante de desafió juvenil, fui allí y me
ayudaron a desarrollar mi vida espiritual lo que me hizo libre de todas las adicciones, incluso el cigarro y
el alcohol, hoy hace 5 años que soy libre y que disfruto de una vida plena siendo útil a mi familia y
sociedad, al tiempo que veo a muchas personas reiniciar sus vidas exitosamente dado que estoy
trabando en ese mismo lugar.
2. Mi nombre es Jhan, comencé en el camino de las drogas desde los 13 años, empecé a consumir
marihuana, después pasé a otra sustancia: base de coca, en esta estuve un año y ya estaba loco de
remate, me echaron de la casa a los 16, ya dormía en corredores, robaba, tenía mi pandilla con la que
hacía mis fechorías, estuve cojo un tiempo por un tiro que me metieron en el pie mientras robaba en
una tienda. Desde ese entonces recapacité y me di cuenta que eso no era lo mejor para mí y que yo
tenía que superarme para dejar ese vicio. Gracias a Dios estoy terminando mi bachillerato con juicio, sin
malas juntillas, ni nada y le doy gracias a la gente que siempre estuvo conmigo apoyándome y luchando
por el bien mío. Le doy gracias a Dios por hacer el milagro en mí, porque la gente me decía que de ahí ya
no me sacaban. Pero le digo a los padres de familia: si su hijo está en la droga, no lo rechacen, ni lo
aíslen, porque él necesita apoyo y primero que todo, cariño.
3. Mi nombre es Luisa, tengo 13 años, a pesar de mi corta vida estoy en el mundo de las drogas. Empecé
por ingenuidad y la probé, esto me ha llevado a hacer muchísimas cosas, a principios de este año intenté
quitarme la vida: me corté las venas. Mis padres me alcanzaron a llevar de urgencias a un hospital y me
salvaron la vida; he ido muchísimas veces a ahí, debido a mis altos excesos con la droga, a pesar de todo
sigo en este vicio que me ha llevado a hacer cosas que no estaban en mis planes de vida, por hacer lo
inexplicable, es porque a mí… a una nena con toda una vida por delante. Lo peor de este caso es que
debido a la droga tengo cáncer en el estómago, por los altos índices de desechos de droga en mi
organismo y tengo también obstrucciones en los pulmones, debido a estos pitos y cigarrillos
(marihuana). Los doctores me han dado sólo 3 meses de vida y pues, la verdad es que sólo con un
tratamiento puedo salvar mi vida, pero lo malo es que se sale de los alcances económicos de mis padres,
ya que esto cuesta aproximadamente $3.000.000,oo. Esto no lo hago por pedir limosna ni mucho
menos, lo hago para que tantos jóvenes tomen conciencia sobre esto y digan ¡NOOO! a todos estos
vicios, ¡miren esto cómo me está matando
4 .Tengo 16 años, estudio bachillerato, me enamoré de un joven de 19, pero él fuma marihuana. Él me
golpea delante de la gente, se lo contaron a mi madre. Ella me dice que yo me busqué ese problema. En
su casa amenazó a su padre. Lo internaron en un lugar de rehabilitación, allí estuvo 3 meses, salió y
volvió a consumir marihuana. Lo peor es que estoy embarazada y pienso en que el padre de mi hijo va a
ser un marihuanero.
"Yo controlo". Esta es la famosa frase, la frase que tantas y tantas veces hemos dicho, yo no me
engancharé, yo sé de qué va esto, sé hasta dónde puedo llegar, a mí nunca me ocurrirá lo que a fulanito
o a menganito, NUNCA.
Bueno, pues eso también lo pensaba yo, empiezas con unas invitaciones, luego ya te juntas con alguien
y empiezas a pillar medio gramo, pero el círculo se va ampliando y de ponerte en alguna fiesta "muy
especial" pasas a construir fiestas y eventos todos los fines de semana por el simple hecho de que
quieres volver a ponerte. Pasan, en muchos casos unos meses, en otros años. Fui consumidora de
cocaína durante 12 años y claro, YO TAMBIEN CONTROLABA.
A día de hoy, después de más de 8 años limpia, puedo decir que se destruyó un matrimonio, una familia,
muchas amistades, y mucha salud, pero hay formas de salir, hay especialistas, está la familia y sobre
todo la fuerza de voluntad de cada uno.
Sólo digo una cosa, cuando se deja, la vida vale más, las pequeñas cosas valen más y tú mismo vales
más, pero cuesta tanto dejarlo........, que nadie se engañe, esto mata, pero no sólo a la persona sino a
todo lo que le rodea.".
Un saludo
R.M.Z.
"Empecé a fumar cannabis con 14 años, sólo lo hacía de vez en cuando y siempre en compañía. Nos
reuníamos todos, supuestamente, para jugar a las cartas, pero en realidad lo que nos llevaba allí eran las
ganas de fumar. Aunque esto lo veo claro ahora, porque antes creía que controlaba. Me encantaba esa
sensación de pasarnos el porro, me hacía sentir muy unido a mi gente. Años después, comencé a fumar
a diario, sólo por las noches, para acabar, más tarde, fumando entre seis y ocho canutos diarios. Sé que
muchos pensareis que no es tan grave, que los porros no tienen tantos efectos perjudiciales como otras
drogas, y puede que así sea, (aunque hay informaciones muy dispares al respecto), pero lo peor es verte
convertido en su esclavo. Yo no concibo la vida sin cannabis, no se estar en mi casa sin fumar, ni
tampoco en la calle. Algunas novias que he tenido se han acabado cansando de mi apatía, de verme
siempre tirado en el sofá, metido en mi mundo, porque en ese momento me apetecía más eso que salir
a cenar con ellas. He pasado largas temporadas desconectado del planeta, fumado, metido en mi casa y
sin llamar a nadie, porque nada me motivaba más, ni ver a mi gente, ni cualquier plan, que estar
fumado. Es verdad que no todo el mundo acaba así, hay quien puede ser más moderado, pero hay otros
muchos, como yo, que no sabemos, no queremos o no podemos. Espero que este no sea nunca tu caso.
No banalices la adicción psicológica al cannabis, puede ser igual o más fuerte que la de drogas
aparentemente más peligrosas."
C.
"La triste realidad es que era demasiado joven y me dejé llevar por las circunstancias y por qué no
decirlo, por los amigos… A mis 17 años me veía allí plantada, inclinada sobre la mesa mirando aquel
polvo blanco, "accedí a la invitación y esnifé mi primera raya de coca en aquella larga noche donde
caerían los gramos a pares. Fue el principio de los 5 años que duró mi pesadilla, presa de mis mentiras,
de robos de dinero en casa, de días sin aparecer ni dar señales de vida, de abandonar mis estudios, la
culpable de los llantos y las penas de mis padres… Una agonía que mata en vida, pero es tu vida hasta
que no decides lo contrario y quieres cambiarla.
Desear morir y morirte es lo mejor que te deseas cuando estás enganchado a la cocaína, no se puede
vivir sin ella. ¿Alguien se imagina poder vivir sin aire? Los ataques de ansiedad te oprimen el pecho
cuando te terminas la última bolsa, ya no hay más dinero pero necesitas más y más y más… Te
desesperas, el corazón late con una fuerza descomunal, la nariz llena de sangre y heridas producidas por
los cortes que genera la coca al esnifarla, no comes, no duermes, la depresión es tu pan de cada día… En
el infierno se puede estar mucho mejor, creedme.
Ahora tengo 24 años, mi existir en este mundo ha cambiado desde que afronté mi enfermedad y abrí los
ojos. Busqué el apoyo de mis familiares y ayuda en un CAD, junto con todos ellos y mis ganas de
superación hoy puedo gritar que: SOY EX-COCAINÓMANA!!! Llevo 2 años y medio sin consumir y así me
mantendré hasta el día que me muera porque mi vida vale más que ese maldito polvo blanco!!!"
Mª José C.
"Soy una chica de 20 años enganchada al cannabis. Nunca pensé que llegaría a esto. Al principio no le
ves el riesgo, porque sólo consumes de vez en cuando. Lo peligroso es cuando recurres al cannabis para
conseguir algo determinado. En mi caso es para relajarme. Al principio fumaba con amigos y nunca en
mi casa, pero de repente un día tuve un problema, que me puso muy nerviosa y decidí fumarme un
canuto para relajarme. Esto es muy tentador, porque es más fácil fumarte un porro que aprender a
relajarte, sobre todo para mí que soy muy nerviosa. Así que, a partir de ahí, cada vez que estaba
nerviosa o que había pasado algo durante el día que no me había gustado, fumaba. Ahora me
arrepiento, porque no se relajarme sin fumar y esto me hace sentir fatal. Tendría que haber probado
otras vías, como el yoga, la relajación o haberlo consultado con un psicólogo, pero preferí optar por la
vía fácil y ahora estoy pagando las consecuencias."
E.C.H.
"Tengo 24 años y de vez en cuando consumo cocaína y pastillas. Lo cierto es que me lo paso mejor,
bueno, mejor dicho, pienso que me lo voy a pasar mejor, pero, en realidad, si lo analizo, no es así. El
problema es que no tengo límite, cuando salgo, salgo hasta las mil, cuando practico deporte, lo hago
hasta quedar reventado y cuando salgo, me pongo hasta que se acaba toda la bolsa. Luego, no puedo ni
hablar, y menos aún, ligar, porque menudo susto se llevaría cualquier tía de verme en ese estado. Lo
único que hago es bailar desenfrenadamente hasta que cierran. Cuando llego a mi casa, me siento mal,
pienso que si mis padres lo supieran se sentirían poco orgullosos de mí. Me planteo que el próximo fin
de semana ya no me voy a poner más, pero cuando llega, nos reunimos los colegas y volvemos a pillar.
Pienso que no estoy muy enganchado, pero reconozco que a veces me da miedo que este círculo no se
rompa nunca. En fin, yo no os voy a decir lo que debéis hacer, pero si pudiera volver atrás creo que no la
probaría, para así evitarme estos quebraderos de cabeza."
Suerte a todos,
"Hola, me llamo Eva y tengo 22 años. Probé la cocaína con 18 años por dos razones: por curiosidad y
para que mi novio de aquel entonces me considerase "enrollada". Vaya falta de personalidad,
pensareis,... pues sí. Ahora me doy cuenta de que a veces resultas más interesante cuando tienes tus
ideas claras y tu propio criterio, pero en esos tiempos era una niñata. Nunca llegué a pasar de dos o tres
rayas por noche, porque nunca me ha gustado perder los papeles, sin embargo, cada vez que salía me
apetecían y, entonces, me empecé a asustar. No quería tener esa atadura, quería poder salir sin pillar,
recuperar el control de la situación, así que me lo propuse y lo conseguí. Mi ex-novio, sin embargo, está
súper enganchado y sus colegas también. Alguna vez me los he encontrado y dan un poco de pena. Lo
que antes me parecía interesante de él, ahora me parece inmaduro. Y, sinceramente, le auguro un final
un poco trágico, porque no ha querido estudiar, se dedica a pasar coca y pastillas y como gana dinero no
tiene ninguna otra aspiración.
Yo creo que no a todo el mundo le afecta la droga de la misma manera, unos acaban enganchados y
otros se dan cuenta a tiempo y ponen el freno, pero lo que está claro es que entrar en este mundo es
andar sobre arenas movedizas, por qué no sabes en qué grupo vas a estar tú...y te aseguro que todo el
mundo piensa que está en el segundo, (incluido mi ex-novio).