Exceptio Mendoza
Exceptio Mendoza
En Mendoza, a veintiún días del mes de abril del año dos mil seis, reunida la Sala Pri-mera
de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar senten-cia
definitiva la causa Nº 74.283, caratulada: "OBREDOR, ROBERTO ENRIQUE c/PROV.DE
MZA. (PODER JUDICIAL) s/ A.P.A.".
A N T E C E D E N T E S:
A fojas 2/3, el Señor Roberto Enrique Obredor, interpone Acción Procesal Ad-ministrativa
contra el GOBIERNO DE LA PROVINCIA, la que amplia a fs. 12/17. So-licita la declaración
de nulidad de la resolución recaída en los autos Nº 708 “Obredor, Roberto E., foja de
servicio” de fecha 11.04.2002 en tanto confirma las decisiones que ordenaron descontarle
los haberes de los días 20 y 21 de noviembre de 2001 por no haber concurrido a prestar
funciones laborales.
Aceptadas y rendidas las pruebas ofrecidas, se agregan los alegatos presentados por las
partes, obrando a fojas 63/64 vta. el de la parte actora, y a fojas 65/66 el del Go-bierno de la
Provincia.
A fojas 81 se llama al acuerdo para sentencia y a fojas 82 se deja constancia del orden de
estudio dispuesto en la causa para el tratamiento de las cuestiones por el Tribu-nal.
Relata que para el día 19.11.2001 se presenta ante la Secretaría del 5to. Juzgado de Paz y
comunica que remitió al Gobierno de la Provincia telegrama obrero, reclaman-do el pago de
los haberes correspondientes al mes de octubre de 2001, el que no fue respondido, por lo
que expresa que ejercerá el derecho de retención (Art.1201 del CC) a partir del 20 de
noviembre de 2001 y hasta tanto se efectivice el pago de los haberes adeudados. Dice que
se forma expediente, el que se eleva a la Suprema Corte de Justi-cia, Dirección de
Personal.
Detalla lo que significa el derecho de retención, al que califica como la otra cara del derecho
de huelga y afirma que al ejercerse el mismo no se le puede exigir que con-curra al trabajo
si el empleador no cumple en tiempo y forma con la intimación que se le forma.
Cita jurisprudencia en su auxilio, ofrece prueba y hace reserva del caso federal.
Así arguyen que la prerrogativa que se arrogó el actor al abstenerse de cumplir con su deber
de ejercer sus tareas carece de protección jurídica ya que no existe el dere-cho de huelga
individual, y no otra cosa ha pretendido a través de la conducta que pre-tende le sea
respetada.
Afirman que entre los derechos que se consagran en el Estatuto del Empleado Público, la
Ley 5811 y demás normativa de aplicación no se encuentra receptado el de-recho de
retención sostenido por el actor, y enfatiza que la Constitución Nacional es clara al
reconocer el derecho de huelga sólo a los gremios.
Manifiestan que el acto que se impugna ha sido fundado en el Estatuto del Em-pleado
Público en su artículo 20, texto que debe completarse con lo normado por los arts. 66 y 68
de la Ley 5811, donde se establece el derecho a la retribución conforme su ubicación en el
escalafón, fijándose los recaudos para su procedencia y disponiéndose que no se
reconocerá el pago de retribuciones por jornadas no trabajadas.
A) Documental:
2. Resolución dictada con fecha 11.04.2002 dictada por la Sala III de este Tribu-nal que
rechaza el recurso de reposición interpuesto por el actor contra la decisión de fecha
14.02.2002 (Fotocopia agregada a fs.1, original obrante a fs. 129 y vta. del legajo del actor).
3. Telegrama Ley 23.789 TCL 53629269 remitido por el actor al Gobernador de la Provincia
con fecha 09.11.2001 intimándole al pago de las remuneraciones y notifi-cándole que en
caso de incumplimiento procederá a ejercer el derecho de retención de tareas, con su
correspondiente Aviso de Retorno (fotocopia reservada en Caja de Segu-ridad y fotocopia
certificada por el Correo Argentino agregada a fs. 56).
4. Telegrama Ley 23.789 TCL 53717029 dirigido al Señor Gobernador de la Provincia donde
se le hace saber que ejercerá el derecho de retención de tareas a partir del 20.11.2001
( fotocopia reservada en Caja de Seguridad y fotocopia certificada por el Correo Argentina
agregada a fs.55).
Importantes autores como Rafael Bielsa (Derecho Administrativo, tomo I, Abe-ledo Perrot,
Buenos Aires, 1947, p. 436), Miguel Ángel Berçaitz (Teoría general de los contratos
administrativos, Depalma, Buenos Aires, 1980, p. 375) y Héctor Jorge Escola (Tratado
integral de los contratos administrativos, tomo I, Parte General, Buenos Aires, 1977, p. 437)
son contrarios a la aplicación de esa excepción en el campo de los contra-tos del Derecho
Administrativo. Fundan su posición en que ese mecanismo podría afec-tar el principio de
continuidad en la ejecución y en que el contratante particular es un colaborador y debe
extremar su sacrificio para cumplir. En todo caso, admiten los auto-res que si el
incumplimiento colocara al cocontratante en una situación de razonable imposibilidad de
cumplir, éste podría interrumpir su prestación fundándose en dicha imposibilidad provocada
por ese hecho de la administración.
Por el contrario, otra parte de la doctrina, encabezada por Marienhoff (Tratado de Derecho
Administrativo, tomo III-A, Depalma, Buenos Aires, 1983, p. 376) entiende que la posición de
excluir la "exceptio" se encuentra fuera del orden jurídico. Interpreta que el contratista tiene
la posibilidad de oponer la defensa en cuestión toda vez que el Estado incumpla con sus
obligaciones en un grado grave e importante. Tan importante que llegue a producirle una
"razonable imposibilidad de cumplir" con su prestación. Si se trata del precio, deberá
producirse un atraso en los pagos o consistir en un monto realmente considerables por su
magnitud.
Pero la naturaleza pública del contrato de empleo público, su compromiso estre-cho con el
cumplimiento de funciones propias del Estado en general y, en este caso par-ticular, con la
función judicial, impone al instituto invocado una mayor exigencia aún en sus requerimientos
de procedencia. Así es como la proporcionalidad y buena fe que constituyen el basamento
imprescindible para el juego de la “exceptio” aún en el terreno del derecho privado y del
derecho público en general, en el caso del empleo público, como ocurre también en el de los
servicios públicos, se ven particularmente exigidos en un grado mucho mayor.
Este mayor rigor respecto de los empleados públicos encuentra su asidero no sólo en la
naturaleza y dignidad de la función sino también en los correlativos privile-gios, como el
derecho a la estabilidad y otras condiciones especiales de cumplimiento de tareas, que no
alcanzan en modo alguno al empleado del régimen privado sujeto a la Ley de Contrato de
Trabajo en general.
En esos tiempos de fines del año 2001 era de público y notorio, ampliamente conocido, el
retraso de meses en el pago de sueldos que afectaba a numerosas adminis-traciones
públicas provinciales. Por ello, el mencionado retraso en el pago de dieciséis días, carece de
la proporcionalidad imprescindible para el ejercicio, por parte del em-pleado público, de la
“exceptio non adimpleti contractus”, que lo habilite a suspender el cumplimiento de sus
obligaciones de concurrir a cumplir sus tareas vinculadas directa-mente con la función
judicial que presta el Estado.
Resulta entonces ajustado a derecho el acto impugnado de descontar los haberes por los
días no trabajados conforme al art. 20 del Estatuto de Empleado Público que dice: “el
personal tiene derecho a la retribución de sus servicios, conforme a su ubica-ción en el
respectivo escalafón o régimen que corresponda al carácter de su empleo. Para gozar de
este derecho es indispensable: a) que medie nombramiento o contratación, con arreglo a las
disposiciones del presente estatuto, y b) que el agente haya prestado servi-cios, o este
comprendido en el régimen de licencia, franquicias y justificaciones en todos los casos en
que las mismas sean pagas. A igual situación de revista y de modalidades de la prestación
de servicios, el personal gozara de idénticas remuneraciones cualquiera sea el organismo
en que actúe”.
Por los fundamentos expuestos, si son compartidos por mis colegas de Sala, co-rresponde
el rechazo de la acción intentada con costas.
Así voto.-
Sobre la misma cuestión los Dres. KEMELMAJER DE CARLUCCI y BÖHM, adhieren al voto
que antecede.
Corresponde omitir pronunciamiento sobre este punto puesto que se ha plantea-do para el
eventual caso de resolverse afirmativamente la cuestión anterior.
Así voto.-
Sobre la misma cuestión los Dres. KEMELMAJER de CARLUCCI y BÖHM, adhieren al voto
que antecede.
Sobre la misma cuestión los Dres. KEMELMAJER de CARLUCCI y BÖHM, adhieren al voto
que antecede.
S E N T E N C I A:
Y VISTOS:
Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la Sala Primera de la Exc-ma.Suprema
Corte de Justicia, fallando en definitiva,
R E S U E L V E:
2) Imponer las costas a la parte actora vencida (art.76 del C.P.A. y art.36 del C.P.C.).
3º) Regular los honorarios profesionales de la siguiente manera: Dres. Daniel GOMEZ
SANCHIS, en la suma de pesos SEISCIENTOS ($ 600); Pedro A. GARCIA ESPETXE, en la
suma de pesos DOSCIENTOS ($ 200); Angel Horacio FRIAS, en la suma de pesos CIENTO
VEINTE ($ 120); Ricardo ESPINASSE, en la suma de pesos CIENTO VEINTE ($ 120);
María Laura ELMELAJ, en la suma de pesos CUARENTA ($ 40) y Oscar E. MORALES, en
la suma de pesos DOSCIENTOS OCHENTA ($280).- 4º) Notificar Caja Forense y Dirección
General de Rentas.
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