Armonía Cromática Una Síntesis.
Armonía Cromática Una Síntesis.
Armonía Cromática Una Síntesis.
Josep Sanz
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2.1 Asincronía de voces 3 EXPANSIÓN DE LA TONALIDAD
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3.1 Intercambio modal 3 EXPANSIÓN DE LA TONALIDAD
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3.4 Total cromático y fusión de los modos mayor/menor 4 MODULACIONES
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4.1 Modulaciones con acordes diatónicos 4 MODULACIONES
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4.2 Modulaciones con acordes ajenos a la tonalidad diatónica 4 MODULACIONES
dulación entre dos tonalidades entre las cuales ción del IVSD del modo menor mantiene duran-
haya una distancia de 6 quintas. te el Barroco una severa limitación en cuanto a
su disposición, pero en un contexto modulato-
rio este acorde empieza a gozar de una mayor
4.2. Modulaciones con acordes ajenos flexibilidad. El ejemplo 11 nos muestra una po-
a la tonalidad diatónica sible modulación entre do mayor y sol [ mayor,
bastante extrema al situarse ambas tonalidades
Dada la importante limitación que represen- a 6 quintas de distancia.
tan las modulaciones directas únicamente con
acordes diatónicos, a finales del período Clásico
y sobretodo durante el Romanticismo empiezan
a utilizarse acordes puente que aunque siguen
guardando una estrecha relación con un deter-
minado centro tonal, no forman parte de los
grados de la escala. Fig. 11: Modulación con 6a napolitana
Fig. 10: Modulación con dominante secundaria Fig. 12: Modulación con 6a aumentada
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4.3 Modulaciones por enharmonía 4 MODULACIONES
Pero existen dos acordes que por su propia Fig. 16: Enharmonía con el acorde de 5a aumentada
estructura permiten una fácil modulación en-
harmónica. El primero es el acorde de 7a dis-
minuida, que puede representar una dominante
de cuatro tonalidades distintas –u ocho, si con-
4.4. Estrategias de modulación
sideramos ambos modos mayor y menor–. El
segundo es el acorde de 5a aumentada que po- Las modulaciones con acorde común, ya sea
D
demos ver en el III del modo menor. este del ámbito diatónico –propio a la tonali-
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4.4 Estrategias de modulación 4 MODULACIONES
dad diatónica– o con acorde alterado, no son las En el ejemplo 18 podemos ver una progresión
únicas posibles en el período romántico. Existe donde cada compás muestra un acorde de tóni-
un amplio abanico de opciones para modular ca, empezando por el de do mayor y un acorde
de una tonalidad a la otra, de las que comenta- de dominante de su IV grado. Eso conlleva que
remos solo las principales. En primer lugar es en cada compás nos alejamos una quinta más
posible modular de una tonalidad a otra de for- de la tonalidad de partida. El punto donde se
ma indirecta, es decir, pasando por una o varias corta la progresión para estabilizar la nueva to-
tonalidades intermedias. Otra técnica habitual nalidad depende exclusivamente de la voluntad
es la modulación por repetición de patrón y otra del compositor.
todavía es la modulación con acordes de subdo- Existe todavía un caso interesante de pro-
minante con 7a , que por tener una estructura gresión modulante: la progresión por cuartas.
interna específica pueden situarse en un núme- Este caso constituye la inversión del ejemplo
ro muy reducido de contextos. anterior, donde cada acorde es seguido de su
propia dominante:
4.4.1. Modulaciones indirectas
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5 AUSENCIA DE TÓNICA Y AMBIGÜEDAD TONAL
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5.2 ausencia de espectativas NOTAS
Notas
1
Un ejemplo de esta técnica puede verse en el inicio
de la Kreisleriana op. 16 de R. Schumann.
2
Un buen ejemplo de lo que comentamos aquí lo en-
contramos en el preludio op.28 no 16 de F. Chopin.
Fig. 22: Contexto subdominante 3
Podemos ver ejemplos de esta técnica en el prelu-
dio op. 28 no 4 de F. Chopin y en la primera de las 7
Fantasias op. 116 (cc. 21–26) de J. Brahms.
no puede ser de fa mayor ni menor, de ma- 4
Podemos observar un ejemplo en el tema de las va-
nera que nos obliga a leer el fragmento en do. riaciones WoO 80 en do menor de L. v. Beethoven.
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Tanto este acorde de mi como la dominante Al tratarse de alteraciones condicionadas por la to-
nalidad concreta con la que estemos trabajando, lo más
siguiente –VIId del V– no resuelven donde les razonable es escribir la alteración exacta delante del gra-
correspondería, de manera que no tenemos aquí do en números romanos. Así, un VI grado de la mayor
una confirmación acústica de nuestra sospecha. que introducimos dentro de un fragmento en la menor
En el último compás vemos un acorde que otra debería escribirse como ]VIsd . De todas formas, para los
comentarios que de forma abstracta aparecen en el tex-
vez podemos leer como IVsd de do, en este caso
to, servirán los cifrados [VISD y \VIsd respectivamente.
un acorde perteneciente al modo menor, pero 6
Un caso análogo podemos observarlo en el primer
al que le sigue una tónica de do mayor, que movimiento de la 3a sinfonía op. 90 (c. 53) de J. Brahms.
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dado el contexto de indefinición general puede Véase uno de los primeros casos conocidos en el pre-
ludio op. 28 no 20 de F. Chopin.
hacernos dudar otra vez de si la tonalidad es 8
Un ejemplo bastante extremo de esta técnica lo po-
do mayor o fa menor. demos observar en el inicio de la 9a sinfonía WAB. 109
de A. Bruckner.
9
Un ejemplo de este procedimiento podemos verlo en
el tema A de la 3a Sinfonía op. 90 de J. Brahms.
5.2. ausencia de espectativas 10
Precisamente en el mismo preludio de dicha ópera
Wagner se encarga de mostrarnos ese potencial.
La ausencia de cadencias auténticas o rotas, 11
Beethoven aporta varios ejemplos a este tipo de téc-
sumado al uso de acordes pertenecientes a tona- nica, aunque no sea propiamente un compositor del pe-
lidades lejanas, tiende a producir un efecto de ríodo romántico. Tanto en el cuarteto de cuerda op. 95
disolución de las funciones tonales. En esos ca- como en las sonatas para piano op. 53 y 57 utiliza po-
sos el oído percibe una sucesión de subdominan- demos observar este procedimiento ya al principio de la
partitura.
tes sin esperar ningún desenlace determinado, 12
Un caso paradigmático es el inicio del primero de
suspendiendo así la sensación de tonalidad12 . los 4 últimos Lieder op. Post. de R: Strauss, titulado
Frühling.
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