Transformados para Ser Agradecidos
Transformados para Ser Agradecidos
Transformados para Ser Agradecidos
Departamento de Mayordomía
Derechos reservados
México 2017
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Contenido
Sábado 15
Abdías, siervo de Dios agradecido
Domingo 20
Los marineros agradecidos
Lunes 25
Amor y agradecimiento van juntos
Martes 31
Curado, transformado y agradecido
Miércoles 35
Una ofrenda de gratitud que honra a Dios
Jueves 39
Pablo, transformado y agradecido
Viernes 45
La gratitud de un muchacho
Sábado 50
Increíblemente agradecido y generoso
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INDICACIONES AL DIRECTOR DE MAYORDOMÍA
PARA PREPARAR LA SEMANA DE GRATITUD
ANTES
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para su aprobación por las Juntas respectivas. Pida que se anun-
cie la comida y hagan los preparativos.
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yordomía para elaborar los últimos detalles de la Semana de
Gratitud.
14. Durante la semana, las visitas se deben realizar a todos los ho-
gares, llevando una lista para tal efecto.
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to, piezas de bambú, todo lo natural que apele a los sentidos y
que nos recuerden que todo es provisión de Dios.
DURANTE
4. Programa:
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Un programa atractivo debe sorprender a los hermanos, debe
ser cautivante, impactante e inolvidable. Cada noche durante
esta semana pueden introducir cambios pertinentes.
Programa sugerente:
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Pase de lista: Como se hace en el programa de Escuela Sabá-
tica.
Oraciones personales de Gratitud: Indicar que se hagan ora-
ciones individuales silenciosas.
Lectura Bíblica:
Canto Tema: Cada noche se cantará el himno.
Sermón: Predicador
Oración final: Predicador
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9. Al terminar de recoger la ofrenda de gratitud, hable con el te-
sorero para contarlo inmediatamente, pidan a los ancianos que
apoyen a contar. Informe al pastor inmediatamente la cantidad
que se recogió. En algunos distritos se realiza un festival de gra-
titud el sábado por la tarde y cada iglesia informa la cantidad
recogida. Si se ha planificado dicho festival, entonces pida a los
miembros de la Junta Directiva de Mayordomía que asistan para
que el tesorero entregue la ofrenda. Envíe el total de la ofrenda
a la tesorería de su Asociación. No caiga en la tentación de re-
tenerlo o dejar alguna cantidad. El primer anciano o encargado,
el tesorero y el director de Mayordomía son los responsables de
que el 100% de las ofrendas se envíe a la Asociación o Misión.
DESPUÉS
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Sábado
9 de diciembre de 2017
I.INTRODUCCIÓN
Jorge= El agricultor
Marcos= Martillo
II.DESARROLLO
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Abdías, siervo de Dios agradecido
que no llovía por más de tres años y que seguramente no había mucha
comida, él seguía amando y confiando en ese Dios que le había bendeci-
do tanto.
Ser un mayordomo en los tiempos bíblicos era algo muy especial, todo
lo que el mayordomo hacía o decía la gente lo tomaba como que venía
directamente del amo, en otras palabras, lo que estaba en juego era el
carácter del amo. Pero Abdías sabía muy bien que lo que estaba en juego
no era tanto el carácter de Acab pues éste se había corrompido, más bien,
lo que estaba en juego era el carácter de Dios y como mayordomo, Ab-
días trataba de representarlo lo mejor posible, tanto que Acab no podía
prescindir de sus servicios en el palacio, aunque no cediera a la adoración
a Baal.
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Transformados para ser agradecidos
“¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los
profetas de Jehová; que escondí a cien varones de los profetas de Jeho-
vá de cincuenta en cincuenta en cuevas, ¿y los mantuve con pan y agua?
Como buen administrador, Abdías tenía recursos económicos, produc-
to de su trabajo en la corte del rey. Pudo haberlos utilizado en sí mismo,
pero amaba tanto la causa de Dios que cuando vio que había una ne-
cesidad grande con los profetas de Dios, no vaciló en ningún momento
en dedicar sus recursos para financiar la obra de Dios, Él le había dado
mucho, estaba consciente que solo era un mayordomo del Rey celestial y
como agradecimiento él quiso que sus recursos se usaran para sostener
su obra aquí en la tierra.
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Abdías, siervo de Dios agradecido
CONCLUSIÓN
ILUSTRACIÓN
Que Dios nos ayude a ser como Abdías, siervos de Dios agradecidos y el
próximo sábado seamos agradecidos con Dios y generosos con su causa.
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Domingo
10 de diciembre de 2017
I.INTRODUCCIÓN
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Los marineros agradecidos
II.DESARROLLO
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Transformados para ser agradecidos
Hermano que me escuchas, tal vez este año se presentó alguna tor-
menta en el mar de tu vida, tal vez fue una enfermedad, algún problema
económico, o algún problema de familia, pero Dios te sacó adelante y
estás aquí como los marineros para alabar y agradecer a Dios por haberte
librado de la tormenta.
Otra pregunta obligada es ¿En qué lugar ofrecieron sus ofrendas, sus
sacrificios? Según los comentaristas las personas acostumbraban a ofre-
cer sacrificios a su dios en el templo designado no en cualquier lugar, si
fuese así, los marineros una vez a salvo investigaron dónde se podía ofre-
cer sacrificios a Jehová y esto los llevaría entonces al templo de Jerusa-
lén. Es probable, por lo tanto, que los marineros, finalizada la tempestad,
hubieran vuelto a Jope ¿para qué proseguir con el viaje si habían perdido
todos los enseres? y, después de hacer las necesarias consultas acerca del
lugar correcto para ofrecer sacrificios a Jehová, hubieran subido juntos a
Jerusalén para adorar.
Ojalá que así como los marineros, el próximo sábado traigamos al tem-
plo nuestras ofrendas de agradecimiento al Eterno. Los marineros pu-
dieron dar gracias a Dios solo de palabras, pero era tanto su respeto, su
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Los marineros agradecidos
Si como creemos, que Jonás es el autor del libro que lleva su nombre,
¿cómo pudo narrar los acontecimientos del versículo 16? Hasta el v. 15
puede ser el propio testimonio de Jonás, pero ¿cómo supo que los mari-
neros ofrecieron sacrificios e hicieron votos de fidelidad si él ya no estaba
con ellos? Nuevamente los comentaristas creen que hubo un encuentro
posterior entre Jonás y los marineros. Seguramente el arrepentimiento
de los ninivitas cruzó las fronteras y llegó a oídos de los marineros la obra
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Transformados para ser agradecidos
que Dios había hecho a través de Jonás, y más aún, pudo haber sido pro-
bable que al cumplir sus votos de fidelidad, tanto Jonás como los marine-
ros, se habrían encontrado en el templo de Jehová (2:9) y ellos mismos
dieron testimonio a la gente del suceso entre ellos y Jonás en aquella
inolvidable tormenta, juntos habrían agradecido y glorificado al Dios que
salva de las tormentas.
CONCLUSIÓN
Felipe, como tantas veces lo había hecho, salió de su hogar para aden-
trarse en el mar en su pequeña embarcación en busca de pescado con
otros compañeros para ganar el sustento para su familia. Seguramente ya
se habían enfrentado a varias tormentas, pero habían podido salir de es-
tas. Siempre estaban al tanto de los noticieros y si estos anunciaban una
tormenta mejor no salían. Pero esta vez la tormenta los tomó por sorpre-
sa, el viento era demasiado fuerte y las olas tan enormes que comenzó
a entrar agua en aquel bote que los acogía. Poco a poco aquel barquito
se iba hundiendo y el enfurecido viento y la copiosa lluvia hicieron que
el bote fuese tragado por el embravecido mar. De los demás compañeros
no se volvió a saber nada, solo sabemos que Felipe en su desesperación
se amarró a una boya para tratar de salvar su vida, solo que fue imposible
aguantar los cuatro días que les tomó a las autoridades marítimas en en-
contrarlo, cuando por fin lo hallaron su rostro estaba casi irreconocible las
aves carroñeras se habían dado un festín con su cuerpo.
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Lunes
11 de diciembre de 2017
I. INTRODUCCIÓN
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Transformados para ser agradecidos
II.DESARROLLO
Al leer el texto surge una pregunta ¿era esta casa realmente de Pedro?
él era de Betsaida (Juan 1:44) y si tenía casa la tuvo en Betsaida, no en
Capernaum. Los comentaristas mencionan que la casa que se menciona
en este texto es muy probable que no era la de Pedro sino de su suegra,
pero que finalmente la heredó Pedro. Sin embargo, la Biblia dice que era
de Pedro. Si es así, él la había dedicado para albergar además de su es-
posa, (para los que dudan que si Pedro tenía esposa lean 1 Corintios 9:5)
a Andrés el hermano de Pedro (Marcos 1:29) a su suegra y muchas veces
también a Jesús porque decidió hacer de Capernaum el centro de su mi-
nisterio (Mateo 17:24-25)
Se cree que era una casa grande pues tenía la capacidad de albergar a
varias personas y Pedro seguramente pensó si el Señor la necesita la voy a
dedicar para que sirva en la predicación del evangelio. Cuando el evange-
lio llegó a Pedro, él estuvo tan agradecido que no solo dedicó su vida, sino
también sus cosas materiales para que el reino de Dios se extendiese.
El ejemplo de este discípulo que amaba mucho a Jesús y que estaba
muy agradecido con Él, nos motiva a mostrar agradecimiento de tal forma
que todo lo que tenemos realmente esté a la disposición del Señor.
HISTORIA: En cierto país, un misionero llegó a cierta iglesia para cele-
brar una campaña evangelística, pero había un problema, nadie quería
ofrecer su casa para hospedar al predicador, presentaron muchas razones
para no hacerlo. Finalmente hubo un feligrés que tenía un familiar de otra
denominación y este familiar estuvo dispuesto a compartir su casa para
que el predicador se hospedara allí. El predicador llegaba a esa casa y lo
trataban de maravilla, sin embargo, el predicador no se sentía muy có-
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Amor y agradecimiento van juntos
Tal vez llegue el día en que vamos a querer dedicar las cosas que Dios
nos ha dado para adelantar su obra y el Señor nos diga es demasiado
tarde. Mis hermanos es hoy que debemos ser agradecidos con Dios y
dedicar lo que él nos ha confiado para que su reino siga creciendo en esta
tierra.
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Transformados para ser agradecidos
Sin duda que fue un gran apoyo para su hija durante las constantes
ausencias de su yerno Pedro. Es muy probable que fue el mismo Pedro
quien le compartió el evangelio y ahora se gozaba en apoyar el ministerio
de su yerno y atender al mismo Señor Jesucristo, pero lo hacía con gusto
porque amaba a Jesús y creía que era el Hijo de Dios. Pero llegó un mo-
mento en que la enfermedad llegó a su cuerpo y se vio muy grave; Lucas
que era médico diagnosticó la enfermedad como “una gran fiebre” (Lucas
4:38). Quizá una forma de malaria, las enfermedades de paludismo según
datos históricos eran muy frecuentes en la zona donde desembocaba el
Jordán en el Mar de Galilea; por lo tanto, era algo muy difícil de curar en
esos días.
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Amor y agradecimiento van juntos
Para este momento Jesús debió estar físicamente muy cansado, du-
rante el día (sábado) había enseñado en la sinagoga por varias horas,
había tenido un altercado con un hombre endemoniado y había sana-
do al endemoniado, al siervo del centurión y a la suegra de Pedro (Mar-
cos 1:21–31; Lucas 4:31–39). Todas esas actividades eran agotadoras. En
aquel entonces, el anochecer era la hora habitual de descansar y, lógica-
mente, Jesús desearía meterse en la cama. Cualquier médico profesional
habría establecido sus horarios laborales. Pero Jesús no. Estaba dispuesto
a atender en todo momento a todos los necesitados. Esto no quiere decir
que no estuviera dispuesto a buscar momentos de tranquilidad y escapar
del agobio de las multitudes. De hecho, estaba a punto de hacerlo (v. 18).
Pero, cuando la gente le buscaba, atendía a sus necesidades.
¿Sabes por qué? Por amor, por amor a las personas servía, daba su
tiempo, sanaba, sacrificaba su descanso. Ese amor fue el que transformó
el corazón de Pedro y el de su suegra, y es el mismo amor que necesita
transformarnos para ser más agradecidos de lo que hemos sido en el pa-
sado.
III.CONCLUSIÓN
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Transformados para ser agradecidos
Hoy más que nunca expresamos nuestro amor y gratitud a Dios y quere-
mos así como Pedro, su suegra y el mismo Señor Jesucristo, gastar nues-
tra vida en el servicio a Él y dedicar las cosas y los dones que nos ha dado
para hacer avanzar su obra hasta su venida o hasta que nos dé fuerzas
para hacerlo. ¡Bendito sea el nombre de nuestro buen Dios, Padre de
muchas misericordias!
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Martes
12 de diciembre de 2017
I. INTRODUCCIÓN
31
Transformados para ser agradecidos
II. DESARROLLO
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Curado, transformado y agradecido
Sin embargo, no solo llevó plata, también llevó “seis mil piezas de oro y
diez mudas de vestidos”. Los comentaristas dicen que eran aproximada-
mente 70 kilos de oro. El kilo de oro hoy día tiene un valor aproximado
de $600,000 pesos, vaya presente de agradecimiento de Naamán. Los
vestidos eran por supuesto de lo más fino, tanto, que Giezi no aguantó la
tentación de tener dos por lo menos.
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Transformados para ser agradecidos
III. CONCLUSIÓN
HISTORIA: Alejandro vivía una vida lejos de Dios, no quería que le habla-
ran de la Biblia, tomaba y fumaba con sus amigos despilfarrando lo que
con su buen trabajo ganaba. Económicamente estaba bien, pero un día
le dijeron que tenía un cáncer en su cuerpo y allí sintió que su mundo se
vino abajo, fue entonces que sintió la necesidad de Dios. Alguien le co-
mentó de un lugar donde podía ser sanado y sin pensarlo mucho se fue, y
allí se encontró con Dios, después de unos meses le dijeron que su cáncer
estaba curado y antes de venirse se bautizó juntamente con su esposa. A
partir de allí decidió que como gratitud sería fiel a Dios, hoy junto con su
familia asisten a la iglesia, él es anciano ordenado, es fiel en los diezmos y
las ofrendas y vive una vida de servicio a nuestro Dios.
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Miércoles
13 de diciembre de 2017
I.INTRODUCCIÓN
Te has preguntado alguna vez ¿cuál es la ofrenda que honra a Dios? Pro-
verbios 3:9 dice que debemos honrar a Dios con nuestros bienes, y muy a
menudo cuando venimos al templo traemos ofrendas al Señor, es más, el
próximo sábado daremos una ofrenda de gratitud. Pero la pregunta sigue
en pie ¿cómo podemos estar seguros de qué es una ofrenda que honra
a Dios? En esta ocasión, basados en San Juan 12:1-7 descubriremos que
María presentó una ofrenda que honró al Señor Jesús. Mateo, Marcos y
Juan registraron el acontecimiento para la posteridad a fin de que supié-
35
Transformados para ser agradecidos
ramos lo que realmente es una ofrenda que honra a Dios. Veamos cuál es
esa ofrenda que honra a Dios.
II.DESARROLLO
Así que el primer ingrediente de una ofrenda que honra a Dios, debe
ser ante todo una ofrenda que es valiosa para nosotros. El mismo rey Da-
vid dijo: “…Porque no ofreceré a Jehová mi Dios, holocaustos que no me
cuesten nada…” (2 Samuel 24:24). La ofrenda de María era muy valiosa
para ella, el versículo tres dice que era un perfume de mucho precio, de
mucho valor para ella, fue una ofrenda con un valor de trescientos dena-
rios. Imagínense mis hermanos, esta mujer trajo el equivalente del salario
de un año, y lo derramó a los pies de Jesús.
María pudo haber metido su dedo dentro del frasco y con eso frotar
el cuerpo de Jesús, o bien pudo vaciar un poco en una cucharita y con
eso ungir a Jesús, pero ella decidió romper su frasco y derramarlo todo,
porque amaba a Jesús y estaba muy agradecida por lo que Él había hecho
por ella. La motivación de María fue el amor, la gratitud por lo que Cristo
había hecho a favor de su familia, se acercó a Jesús con un corazón agra-
decido. Cuando hay amor en el corazón hay un deseo de sacrificar algo
por el objeto de nuestra devoción. Por eso decimos que una ofrenda que
honra a Dios es algo que es valioso para nosotros.
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Una ofrenda de gratitud que honra a Dios
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Transformados para ser agradecidos
CONCLUSIÓN
Mucho antes de que nosotros pensáramos en dar a Dios, ¡Dios nos dio
a nosotros! Él quebró su propio frasco de alabastro y lo derramó sobre
usted; su ofrenda era valiosa para Él pero con gusto dio a su Hijo por amor
a nosotros. El regalo que nos dio no fue por impulso, sino que la planeó
desde antes de la eternidad y finalmente el regalo de Dios fue agradable
para Él mismo, Isaías 53:10 dice que “el Señor quiso quebrantarlo” hizo la
mejor obra a favor de nosotros. Este sábado como agradecimiento, que-
bremos nuestro frasco de alabastro para honra y gloria de Dios.
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Jueves
14 de diciembre de 2017
I. INTRODUCCIÓN
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Transformados para ser agradecidos
II. DESARROLLO
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Pablo, transformado y agradecido
Él lo había tenido todo, se cree que sus padres eran personas ricas, lo
enviaron a la mejor escuela, con el mejor maestro pero los comentaristas
dicen que fue desheredado por causa del evangelio y se quedó sin nada
y en su ministerio supo lo que era tener hambre, sed, frío, desnudez, su-
frimiento físico, tortura mental, persecución, etc., pero él seguía gozoso.
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Transformados para ser agradecidos
Pablo estaba agradecido con los hermanos de Filipos porque sabía que
ellos también tenían necesidades, pero aun así habían sido generosos en
apoyarlo. Y más aún, porque ya lo habían hecho en ocasiones anteriores.
Él teniendo a Cristo en el corazón, expresaba su gratitud: “Dad gracias
en todo”, escribió a los tesalonicenses (1 Ts. 5:18), y luego a los de Éfeso
les exhorta a dar siempre “gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo” (5:20). Cuán importante es que el creyente
manifieste siempre esta conducta cristiana.
“No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra
cuenta. Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno, ha-
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Pablo, transformado y agradecido
Cuando se despidió de los ancianos de Éfeso (Hch. 20) les recordó cómo
se había conducido entre ellos por tres años, cómo había comunicado
todo el consejo de Dios, cómo les había enseñado aun con lágrimas de
noche y de día, pero también recalca que “ni plata ni oro, ni vestido de
nadie he codiciado” (20:33).
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús”.
Dios no ha prometido satisfacer “todos” nuestros caprichos o deseos,
especialmente los que no son de provecho para nuestra vida ni dan gloria
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Transformados para ser agradecidos
III. CONCLUSIÓN
HISTORIA: Una madre joven, con una hija muy crecida recostada en una
almohada, llegó y se puso en los primeros bancos de la iglesia. La hija que
traía en brazos tenía ahora cuatro años, pero era totalmente incapaz ni
aun de llevarse a la boca el alimento. Escasamente podía tragar. Cada día
se veía obligada la madre a darle de comer durante seis horas. No nece-
sito decirles cuán desolada se hallaba esta madre por el lastimoso estado
de esta criatura que no podía responder a su amor, pero allí estaba en la
iglesia y agradecía a Dios esta carga que la acercaba más a él y teniendo
la plena certeza de que Dios la sacaría adelante y supliría todas sus nece-
sidades.
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Viernes
15 de diciembre de 2017
LA GRATITUD DE UN MUCHACHO
TEXTO: Juan 6:1-14
I. INTRODUCCIÓN
II. DESARROLLO
“Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió en-
tre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; así
mismo de los peces, cuanto querían.”
Su corazón había sido impactado por las palabras que escuchó de Cris-
to, su corazón fue tocado, transformado, a tal grado que cuando supo que
Jesús necesitaba algo de él, no vaciló en dar. Ahora bien, probablemente
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La gratitud de un muchacho
había otras personas que también llevaban comida, pero fue este mucha-
cho quien estuvo dispuesto a dar. Pudo haberse aferrado a su almuerzo,
pero se lo dio al Señor Jesucristo y lo dio todo; podría haber dado un pan
y un pescadito, y quedarse con el resto, pero dio todo lo que tenía. El mu-
chacho nos recuerda hoy que él dio y lo dio todo, y luego se quedó para
ver un milagro.
Ahora había doce canastos de comida que había sobrado y “el conteni-
do de los canastos fue distribuido entre la ávida muchedumbre y llevado
por toda la región circundante. Así también los que estuvieron en el festín
debían dar a otros el pan del cielo para satisfacer el hambre del alma”
(DTG, p. 384) Aun los que no tenían nada al principio Jesús les dio, para
que a su vez ellos dieran a otros.
Este año sin duda Dios nos ha dado muchas bendiciones, pero al dar-
nos, Él espera que también nosotros demos para su causa y si damos,
Dios nos dará más para que podamos continuar dando. Como aquél mu-
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Transformados para ser agradecidos
chacho que dio todo, pero al dar todo Jesús le volvió a dar, entonces el
joven volvió a dar para que otros más fueran beneficiados.
Es cierto que Jesús fue quien dijo esas palabras, pero podemos imagi-
narnos a aquel muchacho obedeciendo el mandato de Cristo y recogien-
do todos los pedazos de pan de tal manera que ni un pedazo de comida se
perdiera, apreciaba tanto cada trozo de comida porque era el resultado
de lo que él había dado, cada pedazo representaba el amor y el poder de
Cristo manifestado a sus hijos. Así nosotros no debemos permitir que las
bendiciones que Dios nos da sean derrochadas, debemos administrarlas
bien para que sean bendición para nosotros y para otros también.
Quiero que nos fijemos en un detalle más. La Biblia dice “para que no
se pierda nada” (v. 12), es la misma palabra griega que se traduce “pier-
da” en Juan 3:16. Es la misma palabra griega que se traduce “perder” en
Mateo 9:17, y es la misma palabra que se traduce “perece” en Juan 6:27.
Cristo quiere que todos sepamos que él está en el negocio de “recoger
los pedazos” de vidas perdidas, echadas a perder, que perecen, que se
desperdician, que se arruinan para ¡usarlas nuevamente! Desea recoger
los pedazos de vidas quebrantadas hoy, para que ninguna se desperdicie
o se pierda.
Así como Cristo y así como aquel muchacho, debemos anhelar que nada
se pierda. Por lo tanto, podemos también dar nuestro almuerzo a Cristo,
para que otros se sacien del Pan de Vida y que nadie se pierda. Nuestro
almuerzo puede ser nuestra ofrenda de gratitud, nuestros talentos y aun-
que nuestro almuerzo sea pequeño si lo ponemos en las manos de Cristo,
ese almuerzo podrá ser una bendición para otros.
48
La gratitud de un muchacho
sonas, y ni siquiera lo sabía. Alguien tal vez piense no puedo hacer mucho
o no puedo dar mucho, mi almuerzo es muy pequeño; lo cierto es que
todos tenemos potencial, todo lo que se necesita para que se haga un mi-
lagro es un muchacho, un almuerzo, y el Señor. Lo poco es mucho cuando
Dios está presente y lo hacemos o lo damos de todo corazón.
III. CONCLUSIÓN
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Sábado
16 de diciembre de 2017
I. INTRODUCCIÓN
En esta ocasión vamos a considerar cuatro maneras en las que Booz fue
bondadoso e increíblemente generoso con Rut, porque estaba agradeci-
do con Dios por las bendiciones que él le había otorgado.
II. DESARROLLO
“Entonces Booz dijo a Rut: oye, hija mía, no vayas a espigar a otro cam-
po ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas” (v. 8).
No la conocía, pero había oído hablar de ella. ¿Te puedes imaginar cómo
era la condición física de Rut en ese momento? Había estado trabajando
toda la mañana bajo el intenso calor, seguramente estaba sudada, ¿ma-
quillaje? Ni pensarlo, tal vez estaba pobremente peinada, su vestimenta
no era muy limpia ni elegante pues estaba trabajando. Pero Booz sabía la
clase de corazón que tenía esa mujer, lo había dejado todo por apoyar a
su suegra. Y se había convertido a Jehová.
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Transformados para ser agradecidos
Así como Booz, Cristo no solamente nos da trabajo para poder vivir, sino
también nos brinda protección. Este año nos ha protegido de muchos
peligros, de tentaciones, de todas las asechanzas del enemigo.
Y ahora va más allá, Booz le dice que cuando tenga sed solamente tiene
que ir a las vasijas y beber toda el agua que quiera de allí. En una sociedad
como la que se menciona las mujeres tenían que servirle a los varones,
pero Booz le está diciendo tú aquí no eres una criada eres de la familia y
quiero ayudarte. ¿No es maravilloso? Rut no solo encuentra trabajo, pro-
tección, sino también el refrigerio del agua cuando el intenso sol hiciera
que no soportara la sed. De la misma forma Cristo ha suplido nuestra sed
espiritual en todo este tiempo, cuando más lo necesitamos, allí estuvo
Cristo para saciar nuestra sed y darnos fuerzas para seguir adelante en
nuestra vida cristiana. Para él no somos sus criados somos su familia, sus
hijos.
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Increíblemente agradecido y generoso
“Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí y come del pan y moja tu
bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del
potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró” (v. 14).
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Transformados para ser agradecidos
ILUSTRACIÓN
Esa noche no había para cenar y pensaron que tendrían que dormir así
y tampoco habría nada para el desayuno, de repente alguien tocó a la
puerta y apareció una persona que traía dos bolsas grandes de despensa
y se las entregó a ellas. Las jóvenes dieron gracias a Dios porque tenían
qué comer durante varios días.
Rut al final del día tenía un “efa de cebada” (v. 17) aproximadamente 37
litros de grano de cebada, era más de lo que necesitaba, más de lo que
merecía, pero la bondad de Booz lo había hecho posible. Les dijo a sus
segadores que dejaran caer a propósito algo de los manojos para Rut de
tal manera que ella pudo recoger bendición a puños. Este año los ángeles
han dejado caer los manojos para que podamos recoger puños de bendi-
ciones, bendito sea el nombre de nuestro Señor Jesucristo. ¡Gracias por
tanta bondad!
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Increíblemente agradecido y generoso
III. CONCLUSIÓN
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