Ceremonia Bautismo Moraleja
Ceremonia Bautismo Moraleja
Ceremonia Bautismo Moraleja
DEL
BAUTISMO
ORDEN DE LA CELEBRACIÓN
ACOGIDA
LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas
Homilía
Oración universal
CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO
Letanía de los santos
Oración de exorcismo
Unción pre bautismal
Bendición e invocación a Dios sobre el agua
Renuncias y profesión de fe
Bautismo
Unción con el crisma
Imposición de la vestidura blanca
Entrega del cirio
Effeta
CONCLUSIÓN
Padre nuestro
Bendición
Parroquia Nuestra Señora de la Moraleja
RITO DE ACOGIDA
Saludo
Interrogatorio:
Si son numerosos los niños que van a ser bautizados, el celebrante pregunta al mismo
tiempo a todos los padres el nombre de los niños. Cada familia responde sucesivamente.
A la segunda pregunta pueden responder todos a la vez:
Todos: El Bautismo.
Entonces el celebrante se dirige luego a los padres con estas u otras palabras semejantes:
Padres: Si lo sabemos.
Esta respuesta debe darla cada familiar por separado. Sin embargo, si son muy numerosos
los bautizados, pueden responder todos conjuntamente.
Dirigiéndose después a los padrinos, les pregunta con estas u otras palabras:
N., N., la comunidad cristiana os recibe con gran alegría. Yo, en su nombre,
os signo con la señal de Cristo Salvador. Y vosotros padres (y padrinos),
haced también sobre ellos la señal de la cruz.
Y en silencio signa a cada niño en la frente. Después invita a los padres, y si parece oportuno
a los padrinos, para que hagan lo mismo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
Salmo Responsorial
(Puede hacerse una Segunda lectura)
Evangelio
Celebrante: Hermanos oremos ahora por estos niños que van a ser
bautizados, por sus padres y padrinos, y por todo el pueblo Santo de Dios.
Parroquia Nuestra Señora de la Moraleja
Lector: Para que a través de una vida santa, lleguen al Reino de los cielos.
Roguemos al Señor.
Lector: Para que sus padres y padrinos sean para ellos un ejemplo vivo de
fe.
A continuación, el celebrante invita a los presentes a invocar a los santos. En este momento,
se introduce a los niños en la iglesia, si se les había llevado a otro lugar al comienzo de la
celebración de la palabra.
Al final se dice:
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo para que nos
librara del dominio de Satanás, el espíritu del mal, y una vez arrancados de
las tinieblas, nos llevara al reino admirable de tu luz, te pedimos que en
estos niños, libres ya del pecado original, sean templo tuyo y que el Espíritu
Santo habite en ellos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
Prosigue el celebrante:
Para que el poder de Cristo Salvador les fortalezca, les ungimos con este
óleo de salvación en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Es la parte culminante del Rito a la cual están ordenadas todas las demás.
Comprende: una preparación que consiste en la bendición del agua, en la
renuncia de los padres y padrinos al pecado, en la profesión de la fe seguida
del asentimiento del celebrante y de la comunidad y en la última
interrogación a los padres y padrinos; el rito del Bautismo y los ritos
complementarios de la crismación, vestidura blanca, cirio encendido y
“effeta”.
¡Oh Dios!, que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder
invisible, y de diversos modos te has servido de tu creatura, el agua para
significar la gracia del Bautismo.
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¡Oh Dios!, cuyo Espíritu, en los orígenes del mundo, se cernía sobre las
aguas, para que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.
¡Oh Dios!, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de modo que una misma agua pusiera
fin al pecado y diera origen a la santidad.
¡Oh Dios! que hiciste pasar a pie enjuto por el mar Rojo a los hijos de
Abraham, para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera
imagen de la familia de los bautizados.
¡Oh Dios!, cuyo Hijo, al ser bautizado en el agua del Jordán, fue ungido por
el Espíritu Santo; colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con la
sangre; y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: «Id y haced
discípulos de todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo.»
Mira, ahora, a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del Bautismo:
Que este agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu Unigénito, para
que el hombre, creado a tu imagen y limpio en el Bautismo, muera al
hombre viejo y renazca, como niño, a nueva vida por el agua y el Espíritu.
Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo, descienda
sobre el agua de esta fuente, para que los sepultados con Cristo en su
muerte, por el Bautismo, resuciten con él a la vida. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Todos: Amén
Renuncia y profesión de fe
Monición
Todos: Amén
Bautismo
Llega el momento de bautizar al niño, el celebrante recuerda a los presentes, con breves
palabras, el admirable designio de Dios que ha querido santificar el cuerpo y el alma del ser
humano por medio del agua. El celebrante pregunta a los padres y padrinos:
y del Hijo
Monición
Tras haber bautizado al niño el sacerdote lo unge en la coronilla con el crisma. El Celebrante
dice:
Todos: Amén.
N., sois ya nueva creatura y habéis sido revestido de Cristo. Esta vestidura
blanca sea signo de vuestra dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y
el ejemplo de los vuestros, consérvala sin mancha hasta la vida eterna.
Todos: Amén.
Los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido. Aleluya,
aleluya.
El celebrante, de pie ante el altar, se dirige a los padres, a los padrinos y a todos los
presentes, con estas u otras palabras semejantes:
Hermanos: Estos niños, que han renacido por el Bautismo, se llaman y son
hijos de Dios. Un día recibirán por la Confirmación la plenitud del Espíritu
Santo, se acercarán al altar del Señor, participarán en la mesa de su
sacrificio y lo invocarán como Padre en medio de su Iglesia. Ahora nosotros,
en nombre de estos niños, que son ya hijos por el espíritu de adopción que
todos hemos recibido, oremos juntos como Cristo nos enseñó.
Effeta
Si al celebrante le parece oportuno, puede añadir el rito del “effeta” de la forma siguiente:
tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca de cada uno de los niños dice:
El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a
su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para alabanza y gloria de
Dios Padre.
Amén.
Y todos juntos con el celebrante recitan el Padre Nuestro.
Bendición
El celebrante bendice a las madres (que sostendrán a sus hijos en los brazos), a los padres y
a todos los presentes:
Todos: Amén.
Parroquia Nuestra Señora de la Moraleja
Todos: Amén.
Todos: Amén.
Todos: Amén.