Mayordomía en Cuatro Palabras
Mayordomía en Cuatro Palabras
Mayordomía en Cuatro Palabras
INTRODUCCIÓN
Cada vez que hablamos de mayordomía, pensamos en la devolución de
los diezmos y las ofrendas. No obstante, mayordomía encierra más que
eso. Es entregarse plenamente a Dios con nuestra vida, con nuestra
familia, con nuestros dones y talentos y con nuestros recursos
materiales.
Hay algunas palabras que son afines a la fidelidad y que están muy
ligadas a lo que en realidad es un buen mayordomo. Descubriremos al
analizarlas, que mayordomía es más que entregar dinero: es entregar
todo nuestro ser con todo lo que nos rodea.
I- GENEROSIDAD
El diccionario Larousse define la palabra generosidad de la siguiente
manera: “Calidad de generoso. Persona dadivosa, desprendida, noble y
magnánimo”.
Dios nos da ejemplo de generosidad en relación con el ser humano.
No podemos olvidar que Dios es dueño de todas las cosas y que él en su
infinita misericordia nos ha concedido, “generosamente”, muchos
privilegios inmerecidos.
¿Cuantas cosas nos ha dado Dios?
- Nos dio la vida. Génesis 1:27.
- Nos dio un mundo donde vivir. Génesis 2:1,2.
- Nos dio recursos naturales para que los usáramos. Génesis 1:29.
- Nos regala una familia para que incrementemos la felicidad.
Génesis 1:28.
- Nos dejó su Santa Palabra para que ella nos guíe en esta vida.
Salmos 119:105.
- Nos dejó la oración para que podamos comunicarnos con él.
Jeremías. 33:3.
- Nos dejó la esperanza de que regresará por nosotros. Juan 14:1-3.
- Nos dio el sábado para que lo recordemos. Génesis 2:1-3.
- Nos dio a Jesús para que muriera por nosotros y así pudiéramos
reactivar la esperanza de la salvación. Juan 3:16.
- Nos dejó la compañía del su Santo Espíritu, para que no estemos
solos.
- Nos dará un cielo nuevo y una tierra nueva donde ya no existirá ni
dolor ni llanto ni muerte. Apocalipsis 21:1-8.
Dios ha sido muy generoso con nosotros y por eso él espera que
nosotros lo seamos con él.
De Jesús mismo la biblia dice: Haya, pues, en vosotros, este mismo sentir
que hubo en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta
la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8.
III- HONESTIDAD.
IV- DADIVOSIDAD
- La frase, dadivosidad sistemática es muy usada en nuestra iglesia
para referirse a la mayordomía. Por cierto que es una palabra que
se deriva de dádiva.
- Decimos que una persona es dadivosa cuando le gusta dar, hacer
regalos.
- En el contexto de la mayordomía, esta palabra es muy importante.
Igualmente Dios es sinónimo de dadivosidad ya que lo dio todo por
nosotros, incluyendo a su Hijo Unigénito.
- La dadivosidad es totalmente opuesta al egoísmo. El egoísmo se
enfoca en sí mismo. La dadivosidad se enfoca en las otras
personas.
- Dios quiere que nuestra mayordomía esté fundamentada en el
principio del amor a Dios. Cuando esto es así, no nos cuesta dar
para la obra del Señor ya que es un gozo compartir las bendiciones
del cielo.
- La dadivosidad que a Dios le agrada tiene algunas características:
1- Es voluntaria. Dios no nos impone cuánto debe ser la ofrenda.
2- Debe ser pactada con el señor. Yo y mi Señor acordamos el
porcentaje. 2Corintios 9:7.
3- No debe ser dejada a las circunstancias. 1Corintios 16:2.
4- Debe ser sistemática, continua, y no solo cuando tengo
mucho dinero.
5- La dadivosidad nos lleva a proveer primero para Dios y luego
lo nuestro.
“El asunto de la dadivosidad no ha sido librado al impulso. Dios nos ha
dado instrucciones definidas concernientes a él. Ha especificado que los
diezmos y las ofrendas constituyen nuestra obligación, y desea que demos
en forma regular y sistemática. Que cada uno examine periódicamente
sus entradas, las que constituyen una bendición de Dios, y aparte el
diezmo para que sea del Señor en forma sagrada”. CMC. 86
Léase Proverbios 3:9; Mateo 16:26;
CONCLUSIÓN.
Dios requiere que sus mayordomos seamos cristianos generosos,
abnegados y honestos para con Dios y los hombres.
Cristianos que busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia,
y dejemos que las demás cosas vengan por añadidura, por la voluntad
de Dios.
La generosidad, la benevolencia, la dadivosidad y la honestidad, solo
son posibles si tratamos de seguir el ejemplo de nuestro Dios, y le
pedimos a él que mediante su Santo Espíritu nos ayude cada día.