Sentencia
Sentencia
EXP. N° : 03164-2015-0-1401-JR-PE-01
SENTENCIA
VISTOS Y OIDOS:
En audiencia oral y pública, el juzgamiento llevado a cabo por el Juzgado Penal Colegiado
Supraprovincial Zona Sur integrado por los señores magistrados Marlon Neil Aybar Guillén (Presidente),
Lucy Julliana Castro Chacaltana (Directora de Debate), y Angela García Vivanco, quien se avoca al
conocimiento del presente juzgamiento por disposición superior, contra la persona del acusado
ALEJANDRO JAIR MORON HUAMAN, identificado con DNI N° 48343236, de 21 años de edad,
nacido en Ica el 19 de mayo de 1994, de grado de instrucción cuarto de secundaria, de ocupación chofer
de camión, percibiendo la suma de mil nuevos soles mensuales, de estado civil soltero, con dos hijos
menores de edad, hijo de don Julio Alberto y de doña Adela Cristina, con domicilio en Caserío Sunampe
A-26 – Los Aquijes - Ica, no registra antecedentes, tiene tatuaje en la espalda con los nombres de Mia y
Patrick, no tiene cicatriz, si bebe licor en reuniones, no consume droga, no fuma, no padece de
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enfermedad infecto contagiosa; por el delito Contra el Patrimonio en la modalidad de ROBO
AGRAVADO, en agravio de Karina Saccatoma Camasca.
I. ANTECEDENTES:
1.1. Que, el día diecisiete de diciembre del dos mil quince a las 22:00 horas aproximadamente la
agraviada Karina Saccatoma Camasca se encontraba hablando por su teléfono celular en la esquina de
su vivienda ubicada en calle Manco Cápac N° 708° del distrito de Parcona.
1.2. Que, en esos instantes de manera intempestiva hace su aparición el imputado Alejandro Jair Morón
Huamán, quien encontrándose en estado de ebriedad y sin motivo alguno insulta a la citada agraviada
para luego cogerla de los cabellos logrando tumbarla al suelo amenazando con matarla si no le entregaba
su huaco, momento en que el celular de la agraviada cae al piso, el cual es recogido por el imputado,
quien saca un arma de fuego color plateada con el cual apunta a la agraviada amenazando nuevamente
con matarla para luego darse a la fuga.
1.3. Es así que a horas 01.00 aproximadamente el día dieciocho de diciembre del dos mil quince en
circunstancias que personal policial de la comisaría de Parcona se encontraba realizando rondas
inopinadas por el mencionado distrito, son alertados que por inmediaciones de la intersección de la calle
Sebastián Barranca con la avenida Pachacutec Yupanqui había una persona en actitud sospechosa
portando un arma de fuego, por lo que constituido a dicho lugar aprecian al imputado Alejandro Jair Morón
Huamán el mismo que al notar la presencia policial arroja un arma de fuego (réplica encendedor) con las
inscripciones US. 9, M9-P.BERETTA, modelo 92FS, calibre 9, color plateado al jardín de una de las
viviendas, logrando intervenirlo encontrándose en su poder el celular marca Alcatel color blanco con lila
de propiedad de la agravada Karina Saccatoma Camasca, así como una bolsita hermética conteniendo al
parecer cannabis sativa (marihuana) siendo trasladado a la comisaría del distrito.
La representante del Ministerio Público precisa que los hechos materia del presente juzgamiento se
encuentra previsto en el artículo 188° del Código Penal, concordante con el artículo 189° primer párrafo
inciso 2) en la vertiente “durante la noche” de la citada norma penal.
2.1. Solicitud principal de tipificación.- Los hechos materia del presente juzgamiento fueron tipificados
por el representante del Ministerio Público en el tipo penal previsto en el artículo 188° del Código Penal
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con la agravante prevista en el inciso 2) del primer párrafo del artículo 189° del Código Penal, el cual
establece lo siguiente:
Artículo 188° del Código Penal (tipo base): “El que se apodera ilegítimamente de un bien mueble
total o parcialmente ajeno, para aprovecharse de él, sustrayéndolo del lugar en que se encuentra,
empleando violencia contra la persona, amenazándola con un peligro inminente para su vida o integridad
física, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años.”
Artículo 189° – primer párrafo inciso 2: “La pena será no menor de doce ni mayor de veinte años, si
el robo es cometido: “[…] 2) “durante la noche o en lugar desolado”.
3.1. Realizar la adecuada subsunción del hecho punible en el Derecho implica narrar cómo la conducta
ilícita asumida por el imputado o imputados encuadra en cada uno de los elementos del tipo penal
atribuido, mediante la indicación expresa de las características propias del delito, lo cual permite ello el
adecuado engranaje de la acción típica, antijurídica y culpable en los elementos descriptivos del tipo
penal. Subsumir de forma clara y precisa el hecho permitirá un correcto ejercicio del derecho a la defensa,
pudiendo el imputado oponerse a las consideraciones fácticas y jurídicas.
3.2. El proceso de subsunción es a los únicos efectos de la calificación jurídica de la conducta como
delictiva, a fin de que se realice correctamente la imputación y se puede realizar el derecho a la defensa
del imputado. La necesaria actividad procesal referida a precisar los hechos, no consiste meramente en
señalar los acontecimientos que informan el supuesto fáctico atribuido al imputado, sino en subsumir los
mismos al supuesto de derecho que configura el tipo de delito que se le imputa. En el presente caso, se
ha realizado el análisis y subsunción de las normas anteriormente citadas para su aplicación conforme los
hechos acontecidos, en razón de los elementos de convicción obtenidos, explicándose las razones o
motivos por los cuales la conducta punible de los acusados se subsume en el tipo penal anteriormente
señalado.
3.3. La defensa técnica del acusado objetó la calificación jurídica efectuada por el representante del
Ministerio Público, y sobre cuya base se realizó el juzgamiento.
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4.2. DE LA DEFENSA TÉCNICA DEL ACUSADO ALEJANDRO JAIR MORON HUAMAN.- Por su
parte el abogado del acusado en su alegato de apertura sostuvo que en este juzgamiento demostrara que
su patrocinado no ha cometido el delito de robo agravado, que la defensa técnica demostrara que ha
existido un apoderamiento mediante el recogimiento del celular de la agraviada, jamás se le agredió ni se
le toco ni amenazo, por lo que en juicio establecerá que se ha cometido el delito de hurto durante la
noche esperando la imposición de una pena en ese sentido.
Así también, en su alegato de clausura expresó que en juicio oral se ha probado que su patrocinado el
día de los hechos se encontraba en estado de ebriedad, que no se encuentra acreditado que su
patrocinado haya ejercido la violencia ni amenaza contra la agraviada, por lo que solicita se desvincule el
tipo penal requerido y se imponga una pena por el delito de hurto agravado por haber sido realizado
durante la noche.
Por su parte el acusado Alejandro Jair Morón Huamán al ser preguntado si se acogía a la conclusión
anticipada del juicio, manifestó que no por cuanto no había amenazado ni violentado a la agraviada, sin
embargo acepta el pago de la reparación civil que solicita el Ministerio Público en el monto de seiscientos
nuevos soles.
1.1. - De acuerdo a la conducta incriminado, el delito Robo Agravado previsto en el tipo base del
artículo 188° del Código Penal, con la agravante contenida en el primer párrafo del artículo 189° inciso 2)
se requiere como elementos objetivos:
a) El apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble, total o parcialmente ajena, sustrayéndola del lugar
donde se encuentra, con el propósito de aprovecharse de ella mediante el empleo de la violencia o
amenaza contra una persona;
c) “El dolo”, esto es el conocimiento y voluntad del agente de realizar los elementos del tipo objetivo,
conducta que además debe ser antijurídica y culpable.
1.2.- Es de precisar que, conforme al criterio adoptado por la Sentencia Plenaria Nº 1-2005/DJ-
301-A.I de la Corte Suprema, el delito bajo comentario queda consumado, con la disponibilidad
de la cosa sustraída por el agente, la misma que debe ser entendida como la posibilidad material de
disposición o realización de cualquier acto de dominio del bien sustraído .
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1.3.- Se trata de un delito pluriofensivo, en el que no sólo se lesiona el bien jurídico patrimonio, sino
también otros bienes jurídicos como la vida y la integridad física de las personas, así como su libertad
individual, y que precisamente tienen relación con el elemento del tipo objetivo que describe el uso de la
violencia que consiste en el empleo de medios materiales para anular o quebrantar la resistencia que
ofrece la víctima o para evitar una resistencia que se esperaba, o la amenaza entendida como el anuncio
de un mal inmediato destinado a vencer la voluntad del sujeto pasivo para que éste entregue el bien o
posibilite o no dificulte el acto de apoderamiento.
1.4.- La violencia requerida en el delito de robo es la directa o inmediata. Por ello se dice "empleando
violencia contra las personas". Dicho esto, cualquier clase de violencia, con tal de que constituya el medio
comisivo de apoderamiento, es suficiente para integrar el delito de robo. Pero, como puntualiza parte de
la doctrina, no es necesario que tal violencia recaiga sobre el titular de la cosa, sino que puede afectar a
un tercero que trate de impedir la sustracción o el apoderamiento. Lo decisivo será siempre que ese acto
de violencia personal constituya un medio de realización del acto de apoderamiento de la cosa o bien
mueble. Tal conexión típica entre violencia personal y apoderamiento es lo que cualifica el delito de robo,
y se dará siempre que la violencia opere como medio consumativo, aunque se trate de una violencia
sobrevenida al apoderamiento.
1.5. De otro lado, en relación a la intimidación o amenaza se debe señalar que esta se halla constituida
por el anuncio de un mal inmediato, grave, personal y posible que despierte o inspire en la víctima un
sentimiento de miedo, angustia o desasosiego ante la contingencia de un daño real o imaginario. Se trata
de una vis psíquica, que exige la amenaza de un mal suficiente para producir el temor deseado, más no la
idoneidad lesiva del medio intimidatorio. Asimismo, la intimidación puede estar dirigida contra el titular del
bien mueble o un tercero. Nótese que la violencia es una vis compulsiva contra las personas, mientras
que en la intimidación no llega a haber contacto personal o uso efectivo de la fuerza material. Para el
caso de que concurran ambas, violencia e intimidación, la segunda queda absorbida en la primera. Es
frecuente que esto ocurra normalmente.
PRIMERO: De la actividad probatoria. En el desarrollo del juicio oral, una vez instalada legalmente la
audiencia, después de haberse informado al acusado sobre sus derechos y preguntársele si deseaba
declarar de manera libre y voluntaria, al consultar con su abogado respondió que si iba a declarar
procediendo a rendir su respectiva declaración como sigue:
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mareado y no sabe que le dio para pedirle el celular y plata a la chica, lo único que quería era
seguir tomando; que la réplica del arma de fuego se la encontró en una moto taxi, que estaba
tomando en Parcona por Jhon F. Kenedi con unos amigos desde las cuatro de la tarde y de allí
se fue a tomar a otro sitio a la Zona Sur de Parcona en la loza por lo que agarró una moto taxi y
es allí donde se encuentra eso y se quedo con ella encontrándose mareado; que en ningún
momento le mostro el arma ni amenazo a la chica; que la chica soltó el celular porque se puso
nerviosa cuando él se acercó por lo que solo recogió el celular; que después de este hecho ha
seguido tomando en Jhon Kenedi, y de allí se estaba yendo a la casa de su papá.
Que, ha tomado mas de dos cajas de cerveza por ser el cumpleaños de un amigo; que cuando
se acerco a la señorita el encendedor lo tenía en un morral y el lugar era una esquina donde
había bastante luz y habían mas personas; que cuando se acerca a la chica estaba mareado
porque había estado tomando como cuatro horas; que no recuerda a que hora ni en donde le
hicieron el dosaje etílico porque estaba bien mareado.
Que, cuando se le acerco a la agraviada solo le dijo dame plata y ella retrocedió y se puso
nerviosa, pero no se cayo; que no se acuerda si la agraviada pidió auxilio; que la chica era baja
como de su tamaño; que no recuerda si la chica se golpeo en la pared; que cuando lo
intervinieron estaba solo por la curva de Parcona queriendo tomar un taxi para ir donde su papá
pero no lo querían llevar porque estaba mareado; que se dio cuenta que la chica se puso
nerviosa porque empezó a retroceder.
- Prueba personal: Testigo que fue advertida de sus derechos y obligaciones, prestó juramento o
promesa de decir la verdad, y se encuentra debidamente individualizada, según consta en el registro de la
audiencia.
Que, cuando refiere equimosis en cara anterior de tercio superior de región anterofemoral se ubica en el
muslo izquierdo cara anterior, y esta lesión era compatible con la data que le refirió la peritada; que la
dimensión de 1.2 x1 cm. puede ser compatible con un puño o un choque contra una superficie, siendo
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difícil que una caída golpee en esa zona, siendo probable que el objeto vaya al cuerpo, es decir una
lesión directa.
En audiencia pública de juicio oral de fecha siete de enero del dos mil dieciséis se
prescindió de la declaración de los testigos de cargo del Ministerio Público Walter Porras
Olortegui, José Ascencio Huamán, Karina Saccatoma Camasca, Fernando Rivera
Guerrero y Milton Taype Córdova, sin objeción de la señora Fiscal y defensa técnica.
o Acta de Denuncia Verbal, de fecha dieciocho de diciembre del dos mil quince, obrante a fojas
cinco de la carpeta fiscal; con lo cual acredita que la agraviada narra como sucedieron los
hechos, la forma agresiva mediante la violencia física como se le arrebato su celular que tenía
en su poder.
o Acta de Intervención Policial, de fecha dieciocho de diciembre del dos mil quince, obrante a
fojas seis de la carpeta fiscal; con lo cual acredita que el ahora acusado tenía en su poder el
celular sustraído a la agraviada.
o Acta de Reconocimiento Físico, de fecha dieciocho de diciembre del dos mil quince, obrante
de fojas diecinueve a veinte de la carpeta fiscal; con lo cual acredita que la agraviada reconoce
al acusado como el autor del robo que fue víctima el día diecisiete de diciembre del dos mil
quince.
o Certificado de Dosaje Etílico N° 0018 – 000636, de fecha dieciocho de diciembre del dos
mil quince, obrante a fojas treinta y dos de la carpeta fiscal; con lo cual acredita que el acusado
el día de los hechos se encontraba en estado de ebriedad.
- Prueba personal: En audiencia pública de juicio oral de fecha siete de enero del dos mil dieciséis se
prescindió de la declaración del testigo de descargo Milton Taype Córdova, sin objeción de la defensa
técnica y señora Fiscal.
o Copia de DNI de Tatiana Verenise Hernández Luján, copia de DNI de Patrick Jhair
Morón Hernández y copia de DNI de Mia Daleskha Morón Hernández , obrante de fojas
ochenta y ocho a noventa del expediente; con lo cual acredita las condiciones personales del
acusado, al ser padre de familia de dos menores.
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o Constancia de trabajo expedido por la empresa DIESTRA S.A.C. a favor del acusado
Morón Huamán Alejandro Jair, de fecha veintiuno de diciembre del dos mil quince, obrante a
fojas noventa y uno del expediente; con lo cual acredita que el acusado se ha venido
desempeñando como chofer de la citada empresa, siendo una persona honesta y con trabajo.
o Certificado de Dosaje Etílico N° 0018 – 000636, de fecha dieciocho de diciembre del dos
mil quince, obrante a fojas treinta y dos de la carpeta fiscal; con lo cual acredita que el hecho se
realizó a las diez de la noche del día diecisiete de diciembre del dos mil quince, sin embargo la
hora de extracción fue a las 02.18 horas del día dieciocho de diciembre del dos mil quince, es
decir cuatro horas después de ocurrido el hecho arrojando 1.88 gr/lt., por lo que el acusado se
encontraba completamente embriagado al momento de cometido el ilícito.
CUARTO: En efecto, los hechos objeto de prueba pueden ser acreditados por cualquier medio de
prueba, incluso único, siempre que esa prueba resulte convincente, lo cual está subordinado a su
coherencia interna y razonabilidad en un contexto histórico-social determinado. Consecuentemente, en
general, no es posible establecer que para probar ciertos hechos deba necesariamente hacerse uso
exclusivo de determinados elementos de prueba, ni tampoco puede descartarse a priori su credibilidad.
En cuanto al principio de valoración razonable de la prueba, debe decirse que en la evolución del derecho
procesal penal, se han dado diversos sistemas de valoración de prueba, siendo que el artículo 393°.2 del
Código Procesal Penal establece que el Juez Penal para la apreciación de las pruebas procederá primero
a examinarlas individualmente y luego conjuntamente con los demás. La valoración probatoria respetará
las reglas de la sana crítica, especialmente los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicos. El límite de la libertad del juez para apreciar las pruebas lo constituyen las
normas que gobiernan la corrección del pensamiento humano. La libre convicción se caracteriza, por la
posibilidad de que el juez arribe a sus conclusiones, valorando la prueba con total libertad pero
respetando los principios de la recta razón, sea, las normas de la lógica, la psicología y la experiencia
común.
QUINTO: Como hecho precedente se tiene que no existe controversia respecto que con fecha dieciocho
de diciembre del dos mil quince a 01.00 horas aproximadamente el acusado Alejandro Jair Morón
Huamán fue puesto a disposición de la comisaría de Parcona por el efectivo policial Walter Porras
Olortegui, ello conforme a lo señalado por el acusado y el acta de intervención policial obrante a fojas seis
de la carpeta fiscal.
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5.1. Ahora bien, en tal contexto se deberá determinar si el imputado es autor del apoderamiento ilegitimo
bajo violencia y amenaza del celular de la agraviada, conforme ha sido sostenido por la parte acusadora
o, si; contrariamente no participó en los hechos materia de Juzgamiento habiendo cogido el bien de la
agraviada al momento que se le cayó, tal como lo sostiene la defensa.
Los hechos materia de investigación se sustentan en los datos proporcionados por la agraviada
Karina Saccatoma Camasca quien conforme al acta de denuncia verbal de fecha dieciocho de diciembre
del dos mil quince que corre a fojas cinco oralizada en juicio señaló lo siguiente: “que siendo el día de
ayer a horas 22.00 aproximadamente en circunstancias que se encontraba en la esquina de su casa
llamando por celular se apareció un sujeto y la insulto de lo peor con palabras irreproducibles y la jaloneo
de los cabellos y la tiro al suelo y le dijo que la iba a matar y le pidió su huaco y le dijo si no aquí se
moriría y se le cayo el celular y le dijo que lo cogiera ya que estaba en el suelo luego este sujeto saco de
la parte de atrás una pistola de color plateada y le apuntó y le dijo que la iba a matar, para luego darse a
la fuga y la agraviada dirigirse a su casa”.
Queda acreditado con el acta de intervención policial que el efectivo policial Walter Porras Olortegui
condujo al acusado Alejandro Jair Morón Huamán manifestando “que el día dieciocho de diciembre del
dos mil quince a la 01.00 horas aproximadamente en circunstancias que se encontraba de ronda policial
por la Av. Pachacutec Yupanqui a mérito de haberse suscitado el robo agravado a mano armada en la
farmacia Inka Farma – Parcona, se desplego rondas inopinadas por inmediaciones de la misma, al recibir
una llamada telefónica que por inmediaciones de la calle Sebastián Barranca con la Av. Pachacutec se
encontraba una persona sospechosa al parecer provisto de arma de fuego, es así que el suscrito se
dirigió al lugar antes indicado donde el sujeto al notar la presencia del personal policial procedió a arrojar
al jardín de una de las viviendas de alrededor un arma de fuego (réplica encendedor) con las
inscripciones US. 9 mm M9-P. BERETTA Modelo 92 FS Cal. 9 de color plateado para luego darse a la
fuga, donde metros mas adelante se procedió inmediatamente a reducir a dicho sujeto, para
posteriormente conducirlo a la comisaría de Parcona donde se procedió con la plena identificación de
Alejandro Morón Huamán (21) identificado con DNI N° 48343236, domiciliado en Sunampe S/N – Los
Aquijes, asimismo se procedió al registro personal encontrándose una bolsita hermética al parecer
Cannabis Sativa (marihuana) y un celular marca Alcatel, color blanco con lila. Asimismo personal policial
al preguntar a Alejandro Morón Huamán (21) por el celular en su poder menciono que le había robado a
una chica en horas de la noche del día diecisiete de diciembre del dos mil quince en Parcona”.
SEXTO: La prueba indiciaria.- El indicio es un medio de prueba crítico, lógico e indirecto, estructurado
por el juez a partir de encontrar acreditado por otros medios autorizados por la ley, un hecho (indicador)
del cual razonadamente, según los postulados de la sana crítica, se infiere la existencia de otro hecho
(indicado) hasta ahora desconocido que interesa al objeto del proceso, el cual puede recaer sobre los
hechos, o sobre su agente, o sobre la manera como se realizaron, cuya importancia deviene de su
conexión con otros acaecimientos fácticos que, estando debidamente demostrados y dentro de
determinadas circunstancias, permite establecer, de modo más o menos probable, la realidad de lo
acontecido. Los indicios pueden ser necesarios cuando el hecho indicador revela en forma cierta o
inequívoca, la existencia de otro hecho a partir de relaciones de determinación constantes como las que
se presentan en las leyes de la naturaleza; y contingentes, cuando según el grado de probabilidad de su
causa o efecto, el hecho indicador evidencie la presencia del hecho indicado. Estos últimos, a su vez,
pueden ser calificados de graves, cuando entre el hecho indicador y el indicado media un nexo de
determinación racional, lógico, probable e inmediato, fundado en razones serias y estables, que no deben
surgir de la imaginación ni de la arbitrariedad del juzgador, sino de la común ocurrencia de las cosas; y de
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leves, cuando el nexo entre el hecho indicador y el indicado constituye apenas una de las varias
posibilidades que el fenómeno ofrece.
6.1. De conformidad con la previsión legal sobre la prueba indiciaria, conforme a lo establecido en el
inciso 3) del artículo 158° del Código Procesal Penal, la prueba por indicio requiere: a) que el indicio o
hecho indicador del cual se infiere la existencia de otro acaecimiento fáctico, debe estar debidamente
acreditado por los medios directos de prueba (testimonio, peritación, inspección, documento, confesión);
b) que la inferencia esté basada en las reglas de la lógica, la ciencia o de la experiencia; y c) que cuando
se trate de indicios contingentes, estos sean plurales, concordantes y convergentes, así como que no se
presenten contraindicios consistentes; es decir el indicio ha de ser indivisible, pues los elementos que lo
integran no pueden a su vez tomarse como hechos indicadores de otros acaecimientos fácticos;
independiente, ya que a partir de un hecho indicador no pueden estructurarse varios hechos indicados.
En el escenario estudiado, se debe considerar que los medios de prueba disponibles suelen ser de este
tipo (prueba indirecta o indiciaria), dadas las circunstancias en que ocurren los hechos, por lo que se ha
considerado indispensable dar relevancia especial y valorar con especial cuidado los indicios. Siendo el
caso que el acusado Alejandro Jair Morón Huamán ha reconocido el hecho de haberse encontrado en el
lugar [Calle Manco Cápac del distrito de Parcona] fecha y hora en que se suscitó el hecho [17 de
diciembre del 2015 a las 22:00 horas aproximadamente] así como haberle sustraído a la agraviada Karina
Saccatoma Camasca su celular, pero alegando que se trató de un hurto agravado por haberse producido
en horas de la noche, ya que no hubo violencia ni amenaza.
7.1. Por lo que corresponde delimitar el debate probatorio para determinarse la calificación jurídica y con
ello la pena y la reparación civil, es menester resaltar las diferencias sustanciales entre hurto y robo. De la
lectura de los textos de doctrina y de los tipos penales que regula nuestro Código Penal, las figuras de
hurto y robo tienen clara diferencias. Pedagógicamente, las diferencias sustanciales y más importantes
son las siguientes:1
1
SALINAS SICHA, Ramiro “DERECHO PENAL – PARTE ESPECIAL” Volumen II. Editorial Grijley. Cuarta Edición.
Noviembre del 2010. Pág. 932.
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7.2. Para el caso concreto se advierte que se ha acreditado la violencia ejercida por el acusado en
contra de la agraviada, conforme a lo señalado por la médico legista Zoila Rosa Patricia Mendoza Zavala
en audiencia de fecha siete de enero del año en curso con relación al Certificado Médico Legal N°
002725-L practicado a la agraviada Karina Saccatoma Camasca con fecha dieciocho de diciembre del
dos mil quince, en donde le manifestó “haber sufrido robo y agresión de un varón adulto con un arma que
cree que era de juguete”, y la lesión que presentaba la peritada era compatible con la data que le refirió,
así como la dimensión podía ser compatible con un puño o un choque contra una superficie, es decir era
una lesión directa; quedando acreditado indubitablemente que la agraviada al ser sometida al examen
físico aproximadamente a las once horas después del evento delictivo presentaba lesiones, la misma que
era compatible con la data mencionada por ésta, por lo que se demuestra que cuando la agraviada fue
asaltada fue agredida físicamente, tal como lo ha manifestado al momento de sentar su denuncia policial
cuando señala “se encontraba en la esquina de su casa llamando por celular se apareció un sujeto y la
insulto de lo peor con palabras irreproducibles y la jaloneo de los cabellos y la tiro al suelo”.
7.3. Así también se encuentra acreditado la amenaza ejercida la cual ha sido descrita por la agraviada al
momento de interponer su denuncia verbal, en donde narra la forma y circunstancias en la que el acusado
procedió a arrebatarle su celular por medio de amenazas e insultos, e incluso saco de la parte de atrás
una pistola de color plateada diciéndole que la iba a matar si no le entregaba le entregaba su celular,
versión que ha sido debidamente corroborada con lo dicho por el acusado, quien en juicio oral ha
manifestado que “efectivamente se le acercó a la agraviada con el fin de pedirle dinero y su celular, y al
ponerse nerviosa debido a su presencia se le cayó su celular, así como tenía en su poder una réplica de
arma de fuego, la cual se la había encontrado ese mismo día en una moto taxi”.
7.4. Por lo cual se infiere que el acusado se acercó violentamente a la agraviada sintiéndose
atemorizada ya que incluso tenía una pistola con lo cual podría atentar contra su vida, siendo que durante
la investigación preliminar se determinó que se trataba de una réplica de arma de fuego (encendedor) , y
de allí el peligro inminente que representó para su integridad física y que doblegó a la agraviada quien no
se resistió a que el acusado le sustrajera su celular, quien además “la insultaba con palabras
irreproducibles” , con lo cual queda desvirtuado lo alegado por el acusado y su defensa técnica de que la
agraviada no fue objeto de insultos ni amenazas, por lo que de acuerdo con las reglas de la máxima de la
experiencia quien se acerca a un ciudadano que no conoce con el fin de apoderarse de sus pertenencias,
utiliza la amenaza y/o violencia para los efectos de intimidar a la víctima con el fin de lograr su cometido.
OCTAVO: Que, por otro lado la defensa técnica del acusado también expone que su patrocinado el día
de los hechos había bebido gran cantidad de alcohol y se encontraba mareado, habiendo tan solo
recogido el celular que se le cayo a la agraviada, mas no lo ha amenazado ni violentado, argumento que
ha sido aceptado por el propio acusado al deponer ante el plenario cuando expone: “que estuvo tomando
desde las cinco de la tarde cuando vio a una chica parada y lo único que hizo fue acercarse y pedirle su
celular y plata para seguir tomando, pero la chica se puso nerviosa arrojo el celular por lo que él lo agarro
y siguió caminando para seguir tomando y allí se quiso ir donde su papá que no se recuerda porque le
pidió sus cosas a la agraviada porque se encontraba mareado”; es decir el acusado acepta su
presencia el día y hora en el lugar de los hechos, así como el apoderamiento del celular de la
agraviada; y que si bien niega haber amenazado y violentado a la agraviada para sustraer el bien de su
propiedad, también lo es que la agraviada al momento de interponer su denuncia policial refiere haber
sido agredida físicamente por el acusado, lo cual se encuentra debidamente acreditado con el certificado
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médico legal practicado a su persona habiendo concurrido ante el colegiado la perito médico legal que
practicó el examen físico refiriendo que la lesión que presenta la misma es compatible con la data que
refiere, lo cual no hace otra cosa más que dar credibilidad a la teoría del caso expuesta por la
Representante del Ministerio Público; más aún si se tiene en cuenta que el propio acusado reconoce las
circunstancias de tiempo y lugar, constituyendo como argumento de defensa lo dicho en el extremo que
no recuerda lo acontecido en el instante mismo de la comisión del delito, sin embargo contradictoriamente
asegura que solo se acerco a la agraviada para pedirle dinero y su celular, no empleando la violencia ni
amenaza, habiendo incluso aceptado tener en su poder una réplica de arma de fuego.
NOVENO: Que, de lo expuesto se concluye que la prueba de cargo es suficiente para enervar la
presunción de inocencia del acusado Alejandro Jair Morón Huamán, por lo que corresponde determinar sí
se encuentra exento de responsabilidad penal en aplicación de lo dispuesto en el artículo 20.1 del Código
Penal. Al respecto, se debe señalar que para poder apreciar el estado de embriaguez como eximente
completa de responsabilidad penal se requiere que los efectos producidos por la ingesta de bebidas
alcohólicas sea especialmente intenso e incida en la mente de la gente, hasta el punto de afectar
gravemente su concepción de la realidad y su facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto,
es decir, se debe determinar una disminución de sus facultades intelectivas y volitivas o de las facultades
psíquicas que impida al autor del hecho delictivo comprender la ilicitud del mismo o actuar conforme a esa
comprensión. Cuando la pérdida de las facultades intelectivas o volitivas del imputado, a consecuencia de
la embriaguez, sin privarle de la capacidad de comprender la ilicitud del acto o de actuar conforme a ley,
disminuya tal capacidad de comprensión y de decisión, deberá valorarse la eximente incompleta de
intoxicación etílica prevista en el artículo 21° de Código Penal.
DECIMO: En el presente caso, no se cuenta con datos objetivos que permita apreciar que el acusado
Alejandro Jair Morón Huamán al tiempo de la comisión del hecho punible tuviera afectada o mermada
gravemente sus facultades intelectivas o volitivas, sin desconocerse que sí estuvo bajo los efectos del
alcohol. En este sentido, si bien es cierto existe el Certificado de Dosaje Etílico N° 0018-000636
practicado al acusado el cual arroja como resultado 1.88 gr/lt. siendo positivo para alcohol, lo cierto es
que no se encuentra probado que el elemento intelectivo, constituido por la capacidad de comprender el
carácter ilícito de la conducta, no se encontraba gravemente menoscabado por ingesta de bebidas
alcohólicas, siendo que su dicho en el extremo “que no se acuerda de los hechos porque estaba
mareado”, debe ser considerado como un argumento de defensa, por cuanto en aplicación del principio
de inmediación el colegiado aprecia que el imputado recuerda todo lo acontecido, toda vez que al ser
intervenido policialmente el día dieciocho de diciembre del dos mil quince a las 01.00 horas
aproximadamente y al ser preguntado por el celular que se le encontró en su poder mencionó que “se lo
había robado a una chica en horas de la noche del día diecisiete de diciembre del dos mil quince en
Parcona”, por lo que no se puede considerar acreditada una mayor afectación que la anteriormente
señalada en sus facultades intelectivas y volitivas; por consiguiente, corresponde aplicar únicamente la
atenuante por haberse actuado bajo los efectos del alcohol, máxime si se tiene en cuenta que de acuerdo
con lo dicho por el propio acusado después de perpetrar el ilícito continuo bebiendo licor, por lo que no
presentaba grave alteración de la conciencia. . .
DECIMO PRIMERO: Que, del análisis en comento se verifica que las situaciones fácticas que
configuran dicha forma de comisión delictual vinculan al acusado con la conducta atribuida por el contexto
12
del lugar y modo en que la misma aconteció, por lo tanto la presunción de inocencia consagrada a favor
del acusado ha sido desvirtuada y como tal debe imponerse la pena correspondiente y la reparación civil
por el delito de robo agravado, siendo que el propio acusado en juicio oral dijo que cuando se acerco la
agraviada se puso nerviosa soltando su celular, por lo tanto se trató de un robo más no de un hurto
agravado pues medió la amenaza.
11.1. Delito de Robo que se agrava por la agravante del inciso 2) del primer párrafo del artículo 189° del
Código Penal, esto es “durante la noche”, debe precisarse que los hechos ocurrieron a las 22:00 horas
aproximadamente, así constituye circunstancia agravante el realizar o ejecutar el robo aprovechando la
circunstancia de la noche conforme se precisara en la acusación 2, entendida como el lapso en el cual falta
sobre el horizonte la claridad de la luz solar. El agente debe buscar la noche para realizar su accionar de
sustracción ilegítima de bienes, pues se sabe que la protección de los bienes muebles por parte de la
víctima se ha relajado y que tendrá mayores posibilidades de consumar su hecho al sorprender a su
víctima, lo cual para el caso concreto si bien la agraviada sostiene fue en la esquina de su casa, también
lo es que dado la hora diez de la noche fue aprovechado por el acusado para facilitar la sustracción del
celular que portaba la agraviada.
11.2. Por lo tanto la conducta del acusado se encuentra subsumida en el artículo 188° del Código Penal,
el mismo que regula el delito de robo que importa un atentado contra el patrimonio donde el sujeto activo
emplea la violencia, así como procede con la amenaza de un peligro inminente para la integridad física
de la agraviada, puesto que no solo la insultaba con palabras irreproducibles pidiéndole su celular, sino
que también la tiro al suelo, así como se ha señalado tenía en su poder una réplica de un arma de fuego
con lo cual intimidó a la agraviada quien no se resistió al asalto, máxime si había ingerido licor,
sustracción que evidentemente tiene algún propósito de beneficio , es así que la norma sanciona
esta conducta con pena privativa de la libertad. El tipo base encuentra agravantes en lo señalado en el
primer párrafo del artículo 189° del Código Penal, es decir en las modalidades que el articulado señala
siendo que en el presente caso la representante del Ministerio Publico ha precisado que es la señalada
en el inciso 2) durante la noche, por cuanto el hecho se cometió siendo las 22:00 horas de la
noche, lo que aprovechó ya que dado la hora y que la agraviada se encontraba llamando por
celular, la tomó por sorpresa, por lo tanto la conducta resulta típica.
2
Precisado por la señora Fiscal en el alegato de apertura oralizada en audiencia de fecha 07-01-2016.
13
DECIMO TERCERO: DETERMINACION JUDICIAL DE LA PENA
13.1. Habiéndose establecido la existencia del hecho delictivo y estando vigente el interés del Estado por
castigar este hecho, resulta necesario determinar la consecuencia jurídico–penal que le corresponde al
autor del delito cometido, que tiene por función identificar y decidir la calidad e intensidad de las
consecuencias jurídicas que corresponden aplicar al autor o partícipe de un delito. Se trata de un
procedimiento técnico y valorativo realizado por el Juez, quien debe incidir en la tarea funcional de
individualizar, en el caso concreto, la pena aplicable al condenado, lo cual se hará en coherencia con los
principios de legalidad, lesividad, culpabilidad y proporcionalidad previstos en los artículos II, IV, V, VII y
VIII del Título Preliminar del Código Penal, en concordancia con lo dispuesto por el artículo 45° del
Código Penal, modificado por la Ley N° 30076 que establece que el Juez al momento de fundamentar y
determinar la pena, tiene en cuenta: 1.- Las carencias sociales que hubiese sufrido el agente o el abuso
de su cargo, posición económica, formación, poder, oficio, profesión o función que ocupe en la sociedad.
2.- Su cultura y costumbre. 3.- Los intereses de la víctima, de su familia o de las personas que de ella
dependen.
13.2. Teniendo en cuenta que cada delito tipificado en la Parte Especial del Código Penal tiene señalado,
por regla general, una o más penas a partir de extremos de duración mínimos o máximos; en
consecuencia, la realización culpable y comprobada judicialmente de un delito, conlleva a la
determinación de la pena entre ambos límites punitivos.
14.1.- La determinación judicial de la pena se estructura y desarrolla en base a dos etapas o fases
secuenciales. En la primera etapa se deben definir los límites de la pena o identificación de la pena
básica, en cuya virtud corresponde establecer un espacio punitivo que tiene un mínimo o límite inicial y un
máximo o límite final. En la segunda etapa se debe identificar la pena concreta dentro del espacio y límite
prefijados por la pena básica en la etapa precedente, sin que esta sea más grave que la requerida por el
Fiscal. La identificación de la pena concreta se realiza en función a la presencia de circunstancias
legalmente relevantes y que están presentes en cada caso; estas circunstancias, son factores o
indicadores de carácter objetivo o subjetivo que ayudan a la medición de la intensidad de un delito; es
decir, posibilitan apreciar la mayor o menor desvaloración de la conducta ilícita -antijuricidad del hecho– o
el mayor o menor grado de reproche que cabe formular al autor de dicha conducta -culpabilidad del
agente–, permitiendo de este modo ponderar el alcance cualitativo y cuantitativo de la pena que debe
imponerse a su autor o partícipe, conforme a lo dispuesto en el artículo 45-A del Código Penal.
14.2. Para el presente caso, se toma en cuenta dos criterios establecidos, primero, la pena abstracta
establecida en el tipo penal contenida en el artículo 188° del Código Penal, con la agravante contenida en
el primer párrafo del artículo 189° inciso 2) de la norma acotada, que está fijado con pena no menor de
doce ni mayor de veinte años de pena privativa de la libertad, y segundo a efecto de precisar la pena
concreta que le corresponde al acusado se toma en cuenta los criterios establecidos en los artículos 45° y
46° del Código Penal, referido a sus condiciones personales, la forma y circunstancias en que ocurrieron
los hechos, precisándose lo siguiente:
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El acusado es una persona de veintiún años de edad, con grado de instrucción cuarto de secundaria,
de ocupación chofer de camión, por lo que en su condición de ciudadano estaba en la obligación de
respetar las normas que rigen el reglamento interno ello conforme a lo establecido en el artículo 38° de la
Constitución Política del Estado.
El acusado resulta ser agente primario, quien no registra antecedentes penales, al no haber hecho
referencia el Representante del Ministerio Público sobre reincidencia o habitualidad, aspectos detallados
que permiten graduar la responsabilidad penal.
Uno de los objetivos del derecho penal es proporcionar la reinserción a la sociedad de quienes
delinquen o se apartan de ella, a fin de que puedan forjarse un futuro dentro del marco de respeto a la ley
y sus semejantes.
Finalmente, se debe precisar que el artículo IX del Título Preliminar del Código Penal debe
interpretarse sistemáticamente con el artículo I del mismo título en cuanto prescribe que la legislación
penal tiene por objeto la prevención de delitos y faltas como medio protector de la persona humana y la
sociedad, esto es como medio de protección de bienes jurídicos, contexto en el cual, la determinación
judicial de la pena debe efectuarse en coherencia con los principios de legalidad, lesividad, culpabilidad y
proporcionalidad (artículos II, IV, V, VII y VIII del Título Preliminar del Código Penal), por este último
principio, la graduación de la misma es entendida como “la correspondencia debida entre la gravedad del
hecho y la pena que debe aplicarse a su autor” 4 circunstancias por las cuales la pena arribada por el
Colegiado es ajustada a la culpabilidad del agente.
Es evidente que conforme al artículo 92° del Código Penal, el objeto del proceso penal, es doble: “el
penal y el civil y su satisfacción, más allá del interés de la víctima –que no ostenta la titularidad del
derecho de penar, pero tiene el derecho a ser reparada por los daños y perjuicios que produzca la
3
Este principio supone que cuando los Jueces o tribunales aplican cualquier clase de pena o medidas cautelares que sean
restrictivas de derechos o libertades, esa aplicación ha de ajustarse a los siguientes principios: a) Adecuación al fin de la pena: la
pena ha de ser adecuada a su finalidad, no se puede considerar hoy en día el fin de la pena sólo como castigo. b) Necesidad de
la pena: la pena ha de ser proporcional y útil al hecho antijurídico que se comete, y en el caso de que la pena sea
desproporcional se infringiría el principio de proporcionalidad.
4
SALA PENAL PERMANENTE R.N. Nº. 2671-2009 MADRE DE DIOS Lima, veintinueve de enero de dos mil diez.
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comisión del delito-”5. En tal sentido acreditado que ha sido el delito se debe determinar el monto
indemnizatorio que corresponde a efecto de otorgar una adecuada tutela en concordancia con el artículo
139° inciso 3) de la Constitución Política del Perú, en cuya virtud garantiza “la satisfacción de intereses
que el Estado no puede dejar sin protección”.6
Que, las consecuencias jurídicas del delito no se agotan con la imposición de una pena o una medida de
seguridad, sino que surge la necesidad de imponer una sanción civil reparadora, cuyo fundamento está
en función a que el hecho delictivo no solo constituyen un ilícito penal sino también un ilícito de carácter
civil y en cuanto al monto de la Reparación Civil, ésta se rige por el principio del daño causado cuya
unidad procesal civil y penal protegen el bien jurídico en su totalidad así como a la víctima, por ello su
imposición debe ser Proporcional con la magnitud del daño y la naturaleza del delito, debiendo regularse
prudencialmente.
Que, el artículo 497° del Código Procesal Penal ha introducido el instituto jurídico de las costas del
proceso, las mismas que deben ser establecidas en toda decisión que ponga fin al proceso, como es el
caso de la presente resolución, y son de cargo del vencido, y en el caso concreto, siendo el acusado, la
parte vencida, de conformidad con lo dispuesto por el inciso 1° del artículo 499° del Código Adjetivo
acotado deberá de cumplir con el pago de la misma.
F A L L A M O S:
I.- CONDENANDO al acusado ALEJANDRO JAIR MORON HUAMAN cuyas generales de ley y
demás datos de identificación se consignan en la parte introductoria de la presente sentencia, como
AUTOR y responsable del delito Contra el Patrimonio – ROBO AGRAVADO, delito previsto y
sancionado en el artículo 189° primer párrafo inciso 2) del Código Penal , concordante con su tipo
base establecido en el artículo 188° de la acotada norma penal, en agravio de Karina Saccatoma
Camasca.
5
ACUERDO PLENARIO Nº 6-2006/CJ-116 sobre Reparación civil y delitos de peligro
6
ASENCIO MELLADO, JOSÉ MARÍA: Derecho Procesal Penal, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2004, página 27
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II.- IMPONEMOS al sentenciado ALEJANDRO JAIR MORON HUAMAN DIEZ AÑOS DE
PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD 7, la que misma que computada desde el dieciocho de
diciembre del dos mil quince fecha en que se produjo su detención, conforme se aprecia de la
notificación de detención, vencerá el diecisiete de diciembre del dos mil veinticinco , la misma que
deberá cumplir en el establecimiento penal que designe el INPE, a cuyo vencimiento deberá ser
puesto en libertad siempre y cuando no registre otro mandato de detención emanado de
autoridad competente que lo prive de ella.
III. FIJAMOS en la suma de SEISCIENTOS NUEVOS SOLES el monto que por concepto de
reparación civil deberá pagar el sentenciado a favor de la agraviada Karina Saccatoma
Camasca, con el producto de su trabajo a falta de bienes patrimoniales.
V. MANDAMOS que consentida y/o ejecutoria que sea la presente sentencia se comunique a la
Sala Penal de Apelaciones y se confeccionen los boletines y testimonios de condena para su
registro respectivo, así como se ordene se oficie al Director del Establecimiento Penal de Ica, al
Registro Nacional de Detenidos y Sentenciado a pena privativa de libertad efectiva
RENADESPPLE en cumplimiento de la Ley N° 26295. Déjese copia de la presente sentencia en
el legajo que corresponda. TÓMESE RAZÓN Y HÁGASE SABER.
S.S.
AYBAR GUILLEN.-
GARCIA VIVANCO.-
7
El Art.418.2 del Código Procesal Penal establece que tratándose de una sentencia condenatoria que imponga pena privativa de
libertad efectiva, este extremo se ejecutará provisionalmente.
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