DIALECTO

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Enfoque curricular Psicologista:

Enfoque curricular Psicologista:

La ejecución de las prácticas pedagógicas encontramos las directrices que señalan al educador el
rumbo que debe seguir al planificar y ejecutar los procesos de enseñanza y aprendizaje. La toma
de decisiones oportunas garantiza la prudente elección del enfoque curricular, el cual dará las
pautas en la oferta educativa y pedagógica. Este enfoque se refiere a la posición teórica que se
adopta y desde la cual se caracterizan los elementos y los procesos curriculares. Los modelos y/o
formas de planeamiento varían según los autores sobre esta temática, estos eluden a algunas
tipificaciones de los enfoques curriculares. Este esfuerzo compilativo aborda algunos de los
enfoques considerados por algunos como los más utilizados. Los mencionados a continuación con
grandes soportes para profundizar en las realidades educativas: el enfoque Psicologista, el
academicista o intelectualista, el tecnológico, el socio-reconstruccionista, el dialéctico y el enfoque
constructivista. El proceso de planeamiento curricular se identifica por la interacción y la
adicionamiento entre los diferentes elementos que entran en juego en su desarrollo. Por tanto, el
que hacer pedagógico debe ser adecuado a la orientación curricular vigente. En ocasiones los
documentos curriculares orientadores (como la política curricular, los planes y programas de
estudio o las guías didácticas dirigidas a los docentes) no especifican el enfoque curricular
asumido. En estos casos hay que efectuar un análisis de los planeamientos hechos para
determinar cómo se asumirán los diversos elementos del currículo, en cuál de ellos de enfatizará,
qué papel jugará el docente y el alumno, cómo se trabajará el contenido, etc., para poder obtener
conclusiones sobre él o sobre los enfoques curriculares por los que se ha optado.

Se pueden considerar los enfoques como el método de racionalización de procesos y recursos


utilizados para introducir reformas o cambios en la estructura del proceso educativo, mediante la
cual se busca construir caminos futuros y que estos sirvan de base para establecer condiciones
para el desarrollo de acciones identificadas y priorizadas, para poder llenar expectativas y
conseguir óptimos resultados. La tarea de la utilización de los mismos en el área educativa tiene
como objetivo visualizar correctamente y de una forma concreta cuales son los procesos que
realmente se requieren para llevar a cabo un proceso de enseñanza-aprendizaje productivo en el
cual tanto el docente como el discente obtengan los mejores beneficios en cuanto a cualidad y
calidad se refiere.

1. La planificación educativa debe darse de acuerdo a las necesidades, realidad social y económica
del país.

2. Este proceso debe tener un enfoque en el cual puedan participar distintas ramas de la
educación que sirvan para su complementación.

3. La misma debe ser altamente flexible permitiendo así cambios para su adecuada actualización.
4. En su dimensión gubernamental debe estar anuente a cambios una vez el sistema así lo
disponga o lo requiera.

Enfoque psicologista: Este enfoque se centra en los análisis psicológicos del individuo, los cuales
adoptan un carácter conductista y personalista elementos función o rol Objetivo Se considera
como elemento central el alumno. Alumno Al ser el elemento principal, el mismo debe ser 100%
participativo en cuanto a material de estudio, estrategias de aprendizaje y procedimientos
evaluativos se refiere. Docente El docente debe ser apto para determinar y considerar las
necesidades e intereses del alumno y para garantizar buenas respuestas a las expectativas
requeridas. Contenido Para este enfoque el contenido debe ser rico en material que pueda
garantizarle al docente una clara visión de las necesidades del alumno y al alumno una buena
asimilación del tema en cuestión. Metodología Para esta fase se debe considerar la parte
cognoscitiva, afectiva, social y psicomotora del alumno para partir así con buena base e ideas clara
sobre las necesidades del alumno y como poder ayudarlo a un mejor desempeño. Contenido social
Basándose en este enfoque este contenido va muy de la mano con el vivir del alumno, ya que una
vez el mismo obtenga una buena asimilación del tema lo puede poner en práctica en su entorno
social. Recursos Deben tomarse en cuenta aquellos recursos que enfaticen en el trabajo del
alumno, en su participación activa, dinámica y creativa. Evaluación La evaluación en este enfoque
va a depender mucho de las características que presente el alumno, con respecto a sus
conocimientos, deficiencias, desempeño y aprendizajes previos.

Tener en cuenta el nivel de desarrollo del pensamiento y el ritmo de los alumnos, a la hora de
seleccionar y organizar el contenido curricular y las estrategias de aprendizaje y evaluación.

Considerar la dimensión cognitiva, afectiva, social, psicomotora, de tal forma que se garantice el
desarrollo integral del potencial de los educandos. Cuando se selecciona o se planifican las
estrategias didácticas se debe tomar en cuenta aquellas que enfatizan el trabajo de los alumnos,
su participación activa, dinámica y creativa.1

1
http://planificacioncurricular6.blogspot.pe/2015/10/en-que-consiste-el-enfoque-
curricular.html?m=1
ENFOQUE DIALÉCTICO DEL CURRÍCULO:

 Baltazar Lantaròn Núñez

Currículo: “Ordenador de la vida social que le da unidad, contextoy sentido a los quehaceres
humanos y hace posible la producción, la reproducción y la transformación Mde las sociedades
concretas”

 Bonfil Bataglia (1986)

Esta es una propuesta sobre muchas otras que podrían existir sobre el currículo. Luego de analizar
y contextualizar la obra de Alicia Sequeira R. “Hacia un currículo de enfoque humanista”, se
propone el constructo que denominaremos: enfoque dialéctico del currículo. (Este artículo se
publicó en el 2006, cuando me desempeñaba como Director Regional de Educación de Apurímac –
Perú). Esta es una oportunidad para plasmar en blanco y negro un desafío surgido de la
experiencia docente y del bagaje teórico que aprehendemos de los cientistas de la educación.
Siento que esta propuesta puede generar un “nudo de reflexión” en nuestro quehacer educativo.

Considero, que la mayoría de las instituciones educativas, al elaborar su proyecto curricular


institucional (PCI), no siguen los procedimientos básicos del planeamiento curricular, porque se
desconoce sus propósitos y procesos. La manera como los docentes proceden en la formulación
curricular es de una forma espontánea y muchas veces de espaldas al contexto donde se ubica la
institución educativa, las características del escenario educativo, los protagonistas de la educación,
los agentes educativos y las innovaciones y adelantos en este campo.

“El currículo entendido como la totalidad del quehacer educativo es un proceso científico e
interdisciplinario. Para hacer ciencia curricular no sólo necesitamos tiempo sino también espacio
de investigación y reflexión sobre los logros y desaciertos. No podemos improvisar planes y
programas. El currículo es un quehacer científico que demanda procesos participativos y
dialógicos” .Es necesario reconocer que, en el desarrollo de la institución educativa, que es
principalmente el desarrollo curricular, no consiste en seguir a ciegas las sendas señaladas en el
paradigma que impone las “nuevas corrientes pedagógicas o psicológicas”, por el contrario, es
necesario asumir una posición autocrítica y de reflexión, para plantear una concepción dialéctica
del currículo, la misma que nos oriente hacia nuevos horizontes educativos.

Anteriormente, se irradió una concepción academicista del currículo, donde el docente era el
protagonista de la acción educativa, era el “cajero” de contenidos que se encargaba en depositar
en el cerebro vacío de los estudiantes. En este modelo educativo “tradicional”, los docentes eran
los únicos poseedores del conocimiento y que los estudiantes eran considerados como “esponjas”
“recipientes vacíos”, “casette en blanco”, a quienes hay que depositar los conocimientos, de la
forma como se efectúa un depósito bancario. A esta concepción educativa, Paulo Freire la
denominaba bancaria, en la cual, el estudiante saca los conocimientos depositados por sus
maestros al momento de dar un examen.
Esta manera de percibir la educación, hizo del estudiante un ser pasivo e inactivo, frente al
contexto en que vivimos. Nos hacemos la pregunta: ¿Por qué la educación desempeño este
papelón? Porque existieron factores internos y externos a la educación que influenciaron en la
edificación de barreras para traspasar de un modelo educativo obsoleto a otro nuevo, en el que el
estudiante sea considerado como sujeto principal de la educación, y muchos asumieron y asumen
el facilismo de mantenerse indiferente a este desafío. Existen dos clases de docentes, aquellos
pasivos que laboran en base al “esfuerzo mínimo” y contemplativos de la realidad, que son los
soldados preferidos y galardonados del sistema, que “laboran” para su perennización. Y los otros,
muy pocos, activos, reflexivos y creativos, que critican y enjuician los paradigmas del sistema, y
proponen desde su práctica educativa nuevos enfoques con principios de desarrollo humano y
compromiso social (de clase). Los primeros tienen un pensamiento convergente, aceptan su status
quo y su se resignan a su destino, y los segundos un pensamiento divergente, que luchan por
querer transformar desde las escuelas las estructuras educativas, culturales, sociales y económicas
de nuestra actual sociedad peruana.

Existen en Apurímac y en el Perú, docentes apáticos, desconfiados, indiferentes a lo que pasa en


nuestra región; contemplamos a diario escenarios donde se han perdido los valores, acusaciones
de corrupción, estafa a la sociedad y el Estado, se ha declarado la “Emergencia Educativa”, los
gobiernos municipales, regionales y el nacional se preocupan más en “sembrar cemento” que
“sembrar educación” y desarrollar las capacidades de nuestros estudiantes. La respuesta frente a
esta crítica realidad, son las famosas “recetas nuevas” que nos llegan de afuera, son las
“recomendaciones especiales” de los organismos supra nacionales, que el la mayoría de las veces
han sido descartadas en otras latitudes, pero se nos presenta como innovaciones y las
incorporamos a nuestro quehacer educativo como acuartelados de la globalización, sin dudas ni
murmuraciones, sin mayor análisis ni reflexión.

El gran pedagogo brasileño Paulo Freire, pregonaba la necesidad de cambiarle el rostro a la


institución educativa, y hasta cuando vamos esperar los docentes para asumir esta propuesta de
cambio, supongo que no se trata de un cambio cosmético, se está proponiendo de la
responsabilidad que debe asumir la institución educativa de ser guía que oriente el quehacer
formativo de la sociedad, un cambio que coadyuve a remover las estructuras de un sistema social,
económico, político, educativo que genera desigualdades e injusticia, que nos oprime y violenta la
libertad del ser humano.
No puede existir una educación sin contexto inmediato, mediato y global. Nuestro currículo
educativo tiene que asumir una posición dialéctica que renazca de la realidad en la cual vivimos y
desde aquí impulsar nuevos retos, mediante la acción y la reflexión para contribuir a la formación
integral de nuestros estudiantes como seres humanos. Se tiene la tarea de recuperar y revalorar
nuestro patrimonio histórico, debemos superar los clivajes existentes entre los pobladores de las
siete provincias de Apurímac, por ejemplo, es necesario reformular el Area de Ciencias Sociales,
donde todos los estudiantes tienen que conocer la historia y geografía de nuestra región, porque
lo que no se conoce, no se quiere. Reconocer nuestra situación en donde nos encontramos, y a
partir de ahí construir nuestra visión hacia donde vamos y nuestra misión como debemos de
asumirla. Nuestra opción es regional, sin descuidar lo nacional y reconocer lo global.

Asistimos a diario a nuestra “aldea global” con temor compartido, especialmente en el nivel
económico: la globalización con rostro económico, como lógica del mercado. Un nuevo orden
económico se impone a nivel mundial, incluye a nuestro país, esta es una fase más del sistema
capitalista, que se ha iniciado en nuestro continente desde el “encontronazo de las dos culturas”
en 1492.

En cuanto a la globalización, lo global no podría pensarse sin nacional, regional y local, su


comprensión homogenizadora sin su diferencia, su comprensión capitalista sin su generación de
pobreza, su comprensión neoliberal sin la represión, su comprensión económica sin el
enriquecimiento de pocos, su lógica del mercado sin la explotación, su comprensión triunfalista sin
su resistencia, su comprensión ideológica sin las ideologías alternativas, su comprensión
antiecológica sin la lucha por vivir en plenitud. La globalización no quiere ver sus contradicciones,
las virtudes de la globalización ignoran la importancia de lo local, de la diferencia, de la explotación
y de la forma como la globalización genera el enriquecimiento de pocos y el empobrecimiento de
la mayoría, no puede ver su dogmatismo, su represión, la resistencia, el surgimiento de ideologías
alternativas y las luchas liberadoras. Habrá quienes piensen sólo en las ventajas de la globalización
o quienes piensen sólo en sus contradicciones. Los maestros no podemos evadir ninguna de ellas,
hacerlo restaría valor social a nuestro quehacer educativo. Lo que no podemos obviar es que
nuestra aproximación a este fenómeno de la globalización tiene que hacerse desde la América
Latina, condicionada por la forma como en el contexto local se piensa puesto que vivimos en un
continente donde no se originó el proceso de globalización, los conceptos que traspasan nuestras
fronteras tienen importancia capital tanto en el nivel económico, social, político, educativo, en fin
cultural, y no podemos evadir sus contradicciones. Por ejemplo, la globalización como expansión
del sistema capitalista, como proceso neoliberal y como economía, enriquece a pocos –los que
tienen el poder económico, se benefician y se incorporan al proceso globalizador – y condenan a
las mayorías globalizadas a la pobreza, a la ignorancia y a la exclusión. Esas contradicciones no las
podemos evadir porque son realidades que viven nuestros pueblos.

En cuanto al currículo educativo es hora que las instituciones educativas propongan una opción
por un currículo que ofrece mayores posibilidades emancipatorias, procesos liberadores
integrales, que implica la formación de un ser humano consciente de “ser-en-el mundo” y “con-el-
mundo”, el enfoque humanista, no en el sentido individualista como el currículo liberal lo plantea
sino el humanista que intencionalmente forme un ser humano lúcido, crítico y creativo, partícipe
de la cotidianidad que se viven en nuestras instituciones educativas y que hay que construir o
transformar. El currículo educativo no puede ser el academicista que le da prioridad al docente
que dicta contenidos, que margina al estudiante, que lo convierte en un ser pasivo, sumiso y
reproductor de contenidos. Las instituciones educativas deben dar el salto cualitativo al proceso
cuyo quehacer académico coadyuve a la transformación de la sociedad en un espacio más vivible.
Por eso, la tarea curricular debe superar sus contradicciones, la lejanía de aquellos que hacen
teoría curricular en relación con la práctica concreta, que acentúa la dicotomía entre teoría y
práctica, que importan acríticamente enfoques elaborados en otros contextos sin tomar en cuenta
los contextos de origen que dan sentido ni los contextos locales donde pensamos aplicarlos.

Necesitamos con urgencia una aproximación curricular que tome en cuenta las contradicciones,
deberá ser dialéctica, tanto para pensar el concepto de globalización y el currículo como para la
superación de las contradicciones. Una posición dialéctica la consideramos acorde con el proceso
de desarrollo humano de un pueblo como el nuestro y de la humanidad en su totalidad. Para ser
científicos(as) y a la vez vinculados(as) con nuestras necesidades concretas nos interesa la
situación global, regional y local, porque en esa dinámica dialéctica vamos contribuyendo a la
formación de un ser humano integral que piensa y actúa en el escenario próximo en que vive sin
olvidar el escenario global.

El currículo lleva implícita una determinada orientación ideológico-política. Por eso, el concepto de
globalización en sus diferentes expresiones está presente en el concepto de currículo. El currículo
como el proceso de selección y organización de cultura debe partir de un análisis crítico del
proyecto histórico social y planes estratégicos de desarrollo de un pueblo, en nuestro caso, del
pueblo apurimeño. Esta comprensión de currículo sugiere tomar en cuenta el contexto histórico,
social, político y cultural global en el cual el mismo se construye. Entendemos por cultura, la forma
“radical” (de raíz) como Freire (1976) la concibe, como “el aporte que el ser humano hace al
mundo…, el resultado de su trabajo, de su esfuerzo creador y recreador”. La comprensión de
currículo mencionada no contradice lo que Bonfil Batalla (1986) concibe, en un plano global, como
el “ordenador de la vida social que le da unidad, contexto y sentido a los quehaceres humanos y
hace posible la producción, la reproducción y la transformación de las sociedades concretas”.

Además, existe un drama social en nuestro región de Apurímac que no escapa de nuestro
escenario nacional, incrementado últimamente por la globalización, como la inequidad en la
distribución del bienestar en el Perú, repercutiendo en la educación, salud, nutrición y
alimentación producto de la ineficacia en el gasto social. Tenemos que concebir una agenda social
que considere una demanda educativa con ciertos desafíos como: conseguir mayor equidad entre
la educación urbana y rural, evitar que los niños urbanos trabaja en lugar de estudiar, conseguir
mayor acceso de la mujer a la educación, especialmente en el área rural, promover la educación
temprana, promover la formación productiva, intensificar la lucha contra el desempleo juvenil,
reducir la transmisión intergeneracional de la pobreza de las madres adolescentes, lucha frontal
contra el analfabetismo, profesionalización del magisterio, respeto a la interculturalidad e igualdad
de oportunidades para todos. Frente a todo lo expuesto en los párrafos anteriores, es
imprescindible reconocer que:
1. El mundo está viviendo una nueva época cuyas características no están claramente definidas, de
ahí los diferentes sentidos como se comprende la globalización y el currículo educativo.

2. Los conceptos de globalización y currículo tienen además, un sentido específico en el Perú, por
razones históricas tanto por su herencia precolonial como por su herencia colonial.

3. Además de los diferentes sentidos de los términos –globalización y currículo educativo– existen
contradicciones internas en esos conceptos. Sin embargo, las contradicciones que interesan en el
Perú son aquellas que prevalecen entre los conceptos que llegan desde fuera y los que tenemos
en el nivel nacional o regional, contradicciones que debemos comprender y asumir.

4. Apurímac no se escapa del impacto de las contradicciones de la globalización y el currículo


educativo. Este impacto se siente en el nivel económico, social, político y cultural.

5. El aceptar las contracciones que producen la globalización y el currículo en el nivel local, provee
las condiciones para iniciar el proceso de una participación lúcida y autónoma.

6. El currículo educativo debe conducirse como proceso social, científico y técnico, y tiene que
tomar en cuenta las previsiones cuantitativas y cualitativos del proceso educativo y el enfoque
curricular que se priorice debe estar claramente especificado de manera que se asuman sus
implicaciones sociales, culturales, políticas, económicas y éticas.

7. Existe un drama social que genera cada día mayor desigualdad y pobreza, por ello tenemos unir
esfuerzos para superar esta situación crítica. En Apurímac, los maestros y autoridades tenemos
que asumir el compromiso de que “si es posible otro tipo de educación”.

PROPUESTA:

1. Que el Consejo Participativo Regional de Educación (COPARE) sustente un enfoque dialéctico


del currículo que se oponga a una concepción economicista elaborada por organismos supra
nacionales que buscan convertir a la educación pública en un simple mecanismo de mercado.

2. Las instituciones educativas públicas deben ser un motor de cambio que conduce a la
formación de ciudadanos y ciudadanas, y que tanto las autoridades educativas, los profesores y los
estudiantes deberán cumplir el papel de conciencia lúcida, crítica y creativa, a favor del desarrollo
humano de nuestro pueblo.

3. Que se tome en cuenta, en su quehacer educativo los intereses y problemas de sus educandos,
así como de la sociedad para la cual vive. Por esta razón, los ejes temáticos que se estudien, los
métodos, las técnicas, las estrategias pedagógicas y la evaluación deberán corresponder a las
exigencias históricas de esos educandos y de su propio contexto.

4. Que la razón de ser del sistema educativo son los estudiantes (niños, adolescentes, jóvenes y
adultos) y que son ellos los que deben de disfrutar de una educación humana, pertinente, de
calidad y accesible a todos y a todas con igualdad de derechos y deberes.

5. Los profesores y las autoridades necesitan un ambiente de madurez que genere, con urgencia,
espacios de reflexión educativa que los exponga a los desafíos de nuestro tiempo y a la generación
de pensamiento divergente.
6. Se hace necesaria la existencia de criterios más homogéneos en relación con el fenómeno de
globalización y el currículo y no dejarse llevar por tendencias políticas coyunturales que interfieran
la marcha de la descentralización y autónoma educativa. Debemos aclarar que no compartimos
que exista en el mundo alguna educación que no tenga significación política; al contrario, toda
educación tiene significación política. Lo que afirmamos es que la gestión educativa debe llevar
como política la autonomía educativa, que es el espacio necesario para que su contribución
educativa sea más significativa, no en el sentido partidista sino en el sentido de la “polis”, de los
intereses que beneficien al pueblo.

7. No olvidar que el trabajo educativo es una gestión humana. La institución educativa es la


instancia que genera cultura, que profundiza la identidad local, nacional y que desde esta
ubicación espera enriquecerse –inclusive aportar– con el conocimiento nacional y universal. La
relación dialéctica entre lo universal y lo particular es lo que le da sentido a la formación
humanista que esa instancia formativa pretenda.

8. La institución educativa debe tener clara su visión y misión, sus propósitos generales, los fines
concretos que quiere lograr, los objetivos generales hacia dónde quiere ir y conducir su labor
educativa, guiado por procesos auto evaluativos y críticos que conduzcan a la superación de las
contradicciones que se presentan.

9. Que el currículo no puede ser elaborado descuidando el contexto en el cuál se impulsan los
procesos formativos en este caso, el contexto apurimeño.

10. El currículo debe ser un proceso interdisciplinario donde las disciplinas que se imparten deben
ser presentadas desde la perspectiva de su interrelación y no como “estancos”, independientes,
sin relación entre ellas.

11. Que el proceso curricular que se impulse nazca de las necesidades reales de la población a la
cuál sirve la institución educativa y que los agentes educativos estén familiarizados con el proceso,
lo conozcan, lo critiquen, lo modifiquen y que ningún procedimiento se haga a espaldas de la
población y la comunidad educativa a la cual responde el currículo.

Lo que hemos pretendido es plantear algunas inquietudes nacidas de la práctica cotidiana que
observamos en el quehacer educativo de Apurímac.

Urge un currículo con orientación humanista (dialéctica) que contribuya a crear hombres y
mujeres con mentes inquisidoras, críticas, creativas y lúcidas. Seres humanos integrales que
piensen acertadamente y contribuyan a transformar la sociedad en la cuál vivimos en una
sociedad más justa y más humana.2

https://baltazarlantaron.wordpress.com/enfoque-dialectico-del-curriculo/

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