El Patrimonio Biocultural de Los Pueblos Indígenas de México. Eckart Boege
El Patrimonio Biocultural de Los Pueblos Indígenas de México. Eckart Boege
El Patrimonio Biocultural de Los Pueblos Indígenas de México. Eckart Boege
Eckart Boege
Agradecimientos 11
Introducción 13
Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación de agua correspondientes a los territorios
de los pueblos indígenas 84
La cubierta vegetal y el uso del suelo en los territorios de los pueblos indígenas 99
Las zonas ecológicas que conforman la cubierta de vegetación en los territorios indígenas 101
Evaluación general de la cobertura de la vegetación primaria y secundaria en los territorios
indígenas 130
Las regiones bioculturales para la conservación y desarrollo de la biodiversidad 137
Criterios para definir las regiones bioculturales prioritarias para la conservación 137
Bibliografía 279
Anexos 293
Agradecimientos
L
as siguientes personas aclararon dudas de manera generosa, dedicaron parte de su tiempo
para revisar el manuscrito y hacer sugerencias valiosas, y asimismo permitieron el acceso
a las bases de datos actualizadas, sin las cuales este trabajo hubiese sido imposible:
Mi querida compañera Luisa Paré, del IIS-UNAM; doctor Víctor M. Toledo, del Centro de Investiga-
ciones de los Ecosistemas, UNAM, Unidad Morelia; maestro Antony Challenger, asesor del subse-
cretario de Planeación y Política Ambiental de la Semarnat, quien generosamente revisó la primera
versión; doctor Gerardo Bocco de la Dirección General de Investigación en Ordenamiento Ecoló-
gico y Conservación del Instituto Nacional de Ecología; doctor Enrique Serrano del CDI-PNUD; in-
geniero Francisco Chapela, Coinbio; doctor Gerardo Segura, Procymaf-Conafor; biólogo Gilberto
Hernández, UAM-I, Departamento de Biología; doctor Rafael Ortega Pazcka, Universidad Autóno-
ma de Chapingo; doctor Antonio Turrent, INIFAP; doctor Jorge Soberón, secretario ejecutivo de la
Conabio; licenciada Regina Barba, jefa de la Unidad Coordinadora de Participación Social y
Transparencia de la Semarnat (2000-2006); antropólogo Ricardo Garibay, quien me propuso realizar
este trabajo; doctor Fernando Tudela, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Se-
marnat; ingeniero Manolo Mondragón y doctor Hipólito Rodríguez del CIESAS-Golfo, y finalmente,
agradezco al Instituto Nacional de Antropología e Historia, mi institución, por el apoyo recibido.
11
Introducción
os Acuerdos de San Andrés Sakam Ch’en de los Pobres, firmados por el EZLN y el gobierno de
L Ernesto Zedillo no fueron respetados por ese ni por el siguiente gobierno. Sin embargo, con-
tienen respuestas clave para la adecuada inserción de la sociedad indígena en la nación mexi-
cana: planteaban las cuestiones de la territorialidad, la autodeterminación, las autonomías1 dentro de la
Constitución, la defensa de las lenguas y cultura indígenas, el acceso colectivo y cuidado de sus recur-
sos naturales y medios de comunicación autónomos. Al respecto, el territorio de los pueblos indígenas
es un referente necesario para cualquier política que busque desarrollar la cultura, los recursos naturales
y el bienestar de los pueblos indígenas. Es decir, para desarrollar el concepto de patrimonio biocultural
de los pueblos indígenas es imprescindible clarificar la dimensión de la territorialidad de los pueblos
indígenas en un espacio determinado. Así, desglosamos el patrimonio biocultural de los pueblos indí-
genas en los siguientes componentes: recursos naturales bióticos intervenidos en distintos gradientes
de intensidad por el manejo diferenciado y el uso de los recursos naturales según patrones culturales,
los agroecosistemas tradicionales, la diversidad biológica domesticada con sus respectivos recursos fito-
genéticos desarrollados y/o adaptados localmente. Estas actividades se desarrollan alrededor de prácti-
cas productivas (praxis) organizadas bajo un repertorio de conocimientos tradicionales2 (corpus) y rela-
cionando la interpretación de la naturaleza con ese quehacer, el sistema simbólico en relación con el
sistema de creencias (cosmos) ligados a los rituales y mitos de origen (Toledo et al., 1993; 2001). En las
1
La autonomía es un sistema por el cual grupos socioculturales ejercen el derecho a la autodeterminación. Véase discu-
sión exhaustiva en Díaz-Polanco (1999).
2
El PNUMA (s.f.), al explicar los alcances del Convenio de la Diversidad Biológica, da la siguiente definición: “Bajo cono-
cimiento tradicional se entiende las prácticas de las comunidades indígenas y locales de todo el mundo. Concebido a partir
de la experiencia adquirida a través de los siglos, y adaptado a la cultura y al entorno locales, el conocimiento tradicional se
transmite por vía oral, de generación en generación. Tiende a ser de propiedad colectiva y adquiere la forma de mitos, histo-
rias, canciones, folclor, refranes, valores culturales, leyes comunitarias, idioma local y prácticas agrícolas, incluso abarca la
evolución de las especies vegetales y razas animales. El conocimiento tradicional básicamente es de naturaleza práctica, en
especial en los campos de la agricultura, pesca, salud, horticultura y silvicultura”.
regiones bioculturales se generan diversos paisa- generar un nuevo modelo de sociedad, donde se
jes entre la vegetación natural y los agroecosiste- intenta afrontar la crisis civilizatoria y ambiental a
mas a veces itinerantes de la actividad agrícola. nivel mundial.
Si consideramos que la mayoría de los Revisando la importancia biológica de los
agricultores a nivel mundial practican la agricul- principales territorios indígenas, se estima que al-
tura tradicional, no se trata de un tema irrelevante canzan entre 12 y 20 por ciento de las áreas del
en el problema de la crisis ambiental nacional y planeta bajo manejo humano (Toledo et al., 2001).
mundial provocada por la sociedad dominante y Este enfoque implica que los pueblos indígenas y
que involucra decididamente a las sociedades sus organizaciones se replantean las políticas te-
subalternas. Postulamos aquí, junto con Toledo et rritoriales y públicas. El presente trabajo tiene
al. (2001) —y adelantamos conclusiones—, que como finalidad aportar información básica para
los pueblos indígenas de México son clave para diseñar una estrategia nacional de conservación,
14
Introducción
desarrollo y custodia de la biodiversidad y agro- gativos en los ciclos biogeoquímicos que impac-
biodiversidad mesoamericana. tan la habilidad de los ecosistemas para propor-
Cabe destacar que la crisis ambiental o “défi- cionar los recursos ambientales necesarios para la
cit ecológico” renovado e intensificado por la glo- reproducción de la vida y de los propios humanos.
balización de la economía, se podría medir en las Incluso, advierten que con esta perspectiva hay
cuentas nacionales anuales mediante el balance que observar con cautela la sustitución en aparien-
entre la capacidad biológica de regeneración para cia sustentable de los energéticos de origen fósil
mantener los servicios ambientales básicos en un por biomasa, en caso de que las grandes plantacio-
nivel determinado y la pérdida anual misma; pe- nes —cuyo objetivo sería acaparar energía fotosin-
ro si la tendencia persiste, será cada vez más críti- tética— sustituyan los bosques y selvas primarias
ca. Por ejemplo, si hacemos el balance anual en- (vegetación natural en ecosistemas poco interve-
tre lo que se usa y destruye de los recursos bióticos nidos) y secundarias (vegetación natural interveni-
y lo que se repone, en octubre de 2006 la Tierra da por el hombre o por un fenómeno natural, en
rebasó la capacidad biológica para recuperarse. El regeneración en diversas fases sucesionales).
siguiente “ciclo anual” inicia en condiciones pre- En esta situación, ¿qué les corresponde a los
carias (Footprint network, 2006) el deterioro se va pueblos indígenas? El alto índice de deterioro am-
acumulando, reduciéndose así las posibilidades biental en el México contemporáneo vaticina una
de la biorregulación de la vida en el planeta. En la drástica reducción de los recursos naturales en las
actualidad, 45 por ciento de los ecosistemas natu- primeras décadas del siglo XXI. El deterioro am-
rales del mundo están severamente impactados y biental no sólo implica pérdida de biodiversidad,
han dejado de ser funcionales, el restante 55 por sino también la aceleración de los procesos de de-
ciento sostiene los servicios ambientales para la sertificación, pérdida de suelos, incapacidad de
vida del planeta y se calcula que para 2025 la cifra captación de agua, salinización de suelos por riego
anterior será sólo de 30 por ciento (Ramos, 2004). inadecuado, pérdida de reservas de agua fósil, in-
Al respecto, Vitousek y colaboradores (1997) se- trusión de agua salina en las costas, deterioro o de-
ñalan que la economía humana se apropia de 25 saparición de lagunas costeras, contaminación
por ciento de toda la producción primaria neta creciente y aguda de agua y suelo; en resumen, la
(microorganismos, plantas y animales) generada salud y funcionalidad de los ecosistemas, y con
mediante fotosíntesis en la tierra y en el mar. En ello la degradación de los recursos ambientales,
la parte terrestre afirman que esta cifra llega a 40 básicos para la supervivencia humana y del país.
por ciento. En estos momentos en que los proce- Respecto a la pérdida de vegetación primaria, una
sos de globalización entran en nuevas etapas de investigación reciente evaluó la reducción a partir
“descreme” y destrucción de áreas de vegetación de un estudio comparado con datos de los años de
natural, se realizan estudios con más información cobertura de vegetación recolectados por el INEGI
de la que disponían Vitousek y colegas. En efec- en el año 1993 y en el 2002 (Semarnat). Siguiendo
to, Haberl et al. (2007) utilizan todo tipo de infor- el modelo, Velázquez et al. (en prensa) destacan
mación proveniente de los sistemas de informa- que el deterioro de los bosques y selvas es tal que
ción geográfica para concluir que la dominancia en 2020 sobrevivirán en México sólo 30 por ciento
humana y la transformación del uso de la tierra en de los bosques primarios; según nuestro estudio,
los ecosistemas terrestres ha sido considerable, de ya estamos en esta situación en los territorios de
manera que se aprecian cambios sustanciales ne- los pueblos indígenas. Los indígenas no destru-
15
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
yen la vegetación primaria más aceleradamente desarrollar una teoría y práctica biocultural (Ovie-
que otros sectores sociales. Lo que sucede es que do et al., 2000) a la crisis planetaria del medio am-
el modelo general de Velázquez se basa en la eva- biente. En otras palabras, esta manera de pensar
luación de toda la vegetación primaria de México, implica que la sociedad en su conjunto reconozca
incluyendo desiertos y semidesiertos, siendo que que la conservación de la biodiversidad debe es-
la mayor parte de los territorios indígenas no se tar relacionada con la diversidad cultural de los
encuentran en esos ecosistemas. La tendencia de pueblos indígenas. Lo “tradicional” de los pue-
deterioro de la vegetación primaria se acentúa en blos indígenas se refiere aquí a cómo es adquirido
orden de uno a tres para las selvas tropicales. o usado el conocimiento por las culturas únicas de
Los orígenes multicausales del deterioro im- los pueblos indígenas, incluidas las diferencias
plican respuestas múltiples. Por ello, la crisis am- de grupos de edad y género.
biental debe ser entendida sobre una base de El enfoque biocultural para la conservación y
aproximaciones diferenciadas según la evaluación el desarrollo sustentable alrededor de los pueblos
de un amplio espectro de variables: culturales, so- indígenas es estratégico para países megadiversos
ciales, económicas, políticas y ecológicas. La inte- como México. Baste examinar la siguiente figura
racción entre las ciencias sociales y las biológicas para darnos cuenta de la posición del país en el
adquiere relevancia para estudiar estos sistemas ámbito internacional.
complejos. Si bien el mercado globalizante y el uso
generalizado de la energía alinea y aliena a las enti- FIGURA 1.Países con gran diversidad cultural y biológica.
Morán K., citado en Conabio, 1998.
dades ecológico-culturales que actúan en peque-
ñas escalas, las respuestas multipolares deben par-
tir de acciones pluriculturales (Leff, 1998). Ante la )NDONESIA
#OLOMBIA
importancia y los aportes de los territorios de los 0APÞA .UEVA
'UINEA
)NDIA
#HINA
!USTRALIA
pueblos indígenas a la biodiversidad, los ecosiste- -ÏXICO 0ERÞ
.IGERIA
:AIRE -ALASIA
mas y sus recursos ambientales, pensamos que sin "RASIL %CUADOR
la incorporación de los pueblos indígenas a las es- #AMERÞN
-ADAGASCAR
trategias de conservación y desarrollo de las polí-
ticas públicas, México no podrá cumplir con los
0AÓSES CON GRAN DIVERSIDAD 0AÓSES CON GRAN DIVERSIDAD
propósitos comprometidos en la Convención de CULTURAL BIOLØGICA
16
Introducción
17
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
contiene una energía social importante para fre- México, por su particular geografía montañosa
nar el deterioro social, cultural y ambiental en los enclavada entre dos océanos, donde confluyen las
procesos de globalización tal como se presentan vegetaciones neárticas y neotropicales en forma
en la actualidad. de embudo, presenta una alta diversidad en espa-
Los campesinos con influencia mesoamerica- cios relativamente pequeños, característica que
na y los pueblos indígenas intervienen tanto en dificulta su conservación. En México y Centro-
las áreas naturales protegidas como fuera de ellas. américa los paisajes naturales y culturales cam-
La experiencia indica que cuando se presentan bian en pocos kilómetros. Con frecuencia, las co-
condiciones políticas y sociales adecuadas, la pro- munidades florísticas en los diversos tipos de
tección indígena y campesina de los recursos na- vegetación son relativamente pequeñas en cuan-
turales por medio de paisajes manejados es relati- to a su extensión, lo que las hace muy vulnerables
vamente eficiente en algunas áreas del país. Así lo ante la intervención humana o el cambio climáti-
consignan los manejos forestales comunitarios en co global. Halffter (2005), uno de los fundadores
la Sierra de Juárez, Oaxaca, en Quintana Roo, Du- del concepto de reservas de la biosfera con parti-
rango y Michoacán, entre otros. Varias regiones cipación social, en un artículo reciente destaca el
consideradas prístinas desde el punto de vista hecho de que las políticas de conservación se han
biológico son paisajes en donde interviene directa centrado en áreas específicas pensando en sitios
o indirectamente la mano de la cultura humana, en donde hay altas concentraciones de especies
modificando las relaciones entre especies, comu- por área determinada (diversidad alfa). Sin sosla-
nidades vegetales y animales, en los ecosistemas yar la importancia de este enfoque, resulta que
y los servicios ambientales en su conjunto. uno de los componentes de la riqueza biológica
En este trabajo se analiza la importancia de los en México reside en el ensamble diferente de
pueblos indígenas respecto a la cubierta de vege- especies de un mismo tipo de vegetación debido
tación primaria y secundaria, a la diversidad bioló- a la heterogeneidad topográfica, de suelos, de
gica y agrobiodiversidad del país, así como en el microclimas, u orientación hacia la luz, etcétera.
tema de los servicios ecosistémicos (como el caso Además, tenemos en los territorios de los pueblos
del agua, la conservación de la diversidad biológi- indígenas manchones de distintos tipos de ecosis-
ca o captura de carbono, mantenimiento de los temas de vegetación natural e intervenida, usos
suelos, etcétera) que aportan sus territorios. Con del suelo agrícola y ganadero permanente o semi-
ello hacemos hincapié en un tema central para la permanente; todo ello conforma un ensamble
sobrevivencia del país: la generación de estrate- paisajístico natural-cultural. Estos conjuntos de
gias nacionales para fortalecer las comunidades diversidad biológica ocurren en los más variados
de los pueblos indígenas en sus prácticas de con- ambientes y entre predio y predio pueden aso-
servación biocultural in situ. En síntesis, quere- ciarse algunos tipos de vegetación afines conside-
mos aportar un sistema de información ambiental rados corredores o conectores a los “archipiélagos
centrado en el reconocimiento de los pueblos in- de conservación” y que Halffter (2005) propone
dígenas, en sus comunidades, ejidos y pequeña como un método de protección de la diversidad
propiedad, es decir, en sus organizaciones, como biológica.
actores fundamentales para la conservación de la La supervivencia de los pueblos indígenas ba-
biodiversidad y agrobiodiversidad que se encuen- sada en la agricultura está relacionada con el uso
tra en sus territorios. de estos ecosistemas naturales y la manera en que
18
Introducción
se insertan en ellos para satisfacer sus necesidades Oriente, Asia o ahora Norteamérica—, sino pro-
básicas. La dependencia de las vicisitudes climá- ducir en cantidades moderadas una amplia gama
ticas, tanto del ciclo anual de las lluvias como de la de cultivos y especies para enfrentar la diversidad
temporada de heladas, y los distintos pisos ecoló- geográfica, biótica y los ciclos anuales climáticos
gicos en muy cortas distancias y barreras naturales con frecuencia erráticos. Esta estrategia producti-
en las regiones montañosas, los obligó a desarro- va garantiza suficiente biomasa y bioenergía para
llar estrategias agrícolas basadas en la diversidad satisfacer las necesidades básicas de la población.
biológica para satisfacer dichas necesidades. No Asimismo, de este proceso se deriva la enorme va-
se trató de producir mucho con una sola especie riedad de especies, razas y adaptaciones regiona-
de gramínea o leguminosa —como en el Cercano les de diversas plantas usadas dentro del sistema
19
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
20
Introducción
dad (Conabio, 1998) consigna entre 3 500 a 4 000 variadísimas cepas que se encuentran sólo en su
especies de plantas medicinales utilizadas regu- centro de domesticación, esto es, en el altiplano
larmente por la población mexicana. Los pueblos andino. Por otro lado, existen experiencias amar-
indígenas utilizan de 5 000 a 7 000 especies de gas que apuntalan la necesidad de conservar la
plantas en diversas actividades culturales. El siste- mayor variedad de especies en sus centros de ori-
ma alimentario de los pueblos indígenas se basa gen para enfrentar problemas de la erosión gené-
en la extraordinaria cantidad de 1 000 a 1 500 espe- tica y la vulnerabilidad de los cultivos. Y es que la
cies con sus variantes, mientras que el sistema ali- apuesta actual de los sistemas alimentarios masi-
mentario mundial se centra en 15 especies (Caba- vos es de muy pocos cultivos y líneas genéticas
llero, 1985). De las especies principales 15.4 por (como promueven actualmente las empresas
ciento del sistema alimentario mundial provienen transnacionales de las semillas) (Fowler y Moo-
de las plantas domesticadas en Mesoamérica (Co- ney, 1990) los hace vulnerables a eventos climáti-
nabio, 2006a) y cuyo germoplasma (original) se cos extraordinarios y/o incidencia de plagas. La
encuentra principalmente en los territorios de los literatura señala que un cambio climático mínimo
pueblos indígenas. como en el invierno europeo de 1845, en especial
No es casual que varios de esos centros de di- caluroso y húmedo, provocó que en Irlanda el hon-
versificación biológica coincidan en parte con las go Phytophora infestans infectara de manera masiva
regiones donde se encuentran actualmente los la papa de una sola línea genética; como conse-
pueblos indígenas. Antes de la introducción de la cuencia se presentó una hambruna generalizada,
Revolución Verde y de la dependencia de los fito- muriendo casi un millón de personas (Gore, 1993).
mejoradores “científicos” y de las compañías pú- Asimismo, el riesgo de utilizar pocas líneas gené-
blicas y privadas de control de semillas, el sistema ticas para producir el maíz híbrido tipo Texas im-
alimentario nacional se basaba en el germoplasma plicó que ahí se perdieran masivamente las cose-
y en la experiencia campesina mesoamericana, chas por la infestación del Helmithosporium maydis
además de poseer determinada influencia agríco- raza T en los años setenta del siglo pasado, lo cual
la arábigo-española en algunas áreas. promovió que la Academia Nacional de Ciencias
En la figura 2 se muestran los lugares donde las de Estados Unidos estableciera un comité de es-
culturas nativas domesticaron las plantas que con- pecialistas para estudiar la vulnerabilidad genéti-
forman la base del sistema alimentario mundial. ca de los principales cultivos en Estados Unidos.
Estas regiones, conocidas como “Centros Va- El comité encontró que la diversidad genética de
vilov”, son refugios irremplazables de biodiversi- muchos de los cultivos importantes para ese país
dad y esenciales para la alimentación humana. era peligrosamente estrecha. Por ejemplo, 96 por
Vavilov, el autor de esta clasificación, dice que el ciento de los frijoles sembrados en Estados Uni-
agrónomo o agricultor que quiera mejorar sus va- dos procedían de sólo dos variedades y 95 por cien-
riedades de maíz u otros cultivos tiene que tener to de los cacahuates cultivados, de sólo nueve
acceso a especímenes originales provenientes de variedades. El fenómeno es extrapolable a nume-
sus centros de origen y diversificación genética, rosos cultivos y países, y datos más recientes mues-
incluyendo los parientes silvestres. Independien- tran una clara tendencia al empeoramiento de la
temente de que la papa sea cultivada en Alema- situación. En Asia, una sola población de Oryza
nia, Irlanda o Idaho, para ser viable como alimen- nivara de arroz fue la que opuso resistencia al vi-
to, ésta necesita para su mejoramiento de las rus Grassy Stunt, que pudo haber infectado a todas
21
CENTROS DE ORIGEN Y DIVERSIDAD DE LA AGRICULTURA
SUROESTE ASIÁTICO
NORTEAMÉRICA MEDITERRÁNEO Centeno
Girasol Cebada CHINA
Avena
Trigo Mijo cola
Colza
Arvejas de zorro
BIRMANIA Soya
MESOAMÉRICA Arroz
Maíz Arroz
ASIA Trigo enano
Frijoles CENTRAL
Chile Trigo
Jitomate
COLOMBIA
Mandioca ABISINIA
Cebada
Trigo
Mijo SUDESTE ASIÁTICO
Plátano
ANDES
Caña de azúcar
Papas SUR DE BRASIL Ñame
Quinua Y PARAGUAY Arroz
Mandioca
las poblaciones de arroz de alto rendimiento, y pecie o especies afines, y agricultores nativos que
que de no existir la variedad mencionada hubiese por centurias o milenios han cultivado y transfor-
generado hambrunas catastróficas en pleno final mado de manera ininterrumpida estas especies.
del siglo XX. Otra característica importante para determinar los
Menos de 120 especies cultivadas de plantas centros de origen es la presencia de parientes sil-
proporcionan al sistema alimentario mundial 90 vestres que intercambian su germoplasma con las
por ciento de los alimentos, y sólo 12 especies ve- especies domesticadas. Esta ecuación se presenta
getales y cinco especies animales suministran más en pocas regiones del mundo, y México y Centro-
de 70 por ciento de los alimentos. Únicamente américa son, según Vavilov, unas de ellas. Por tan-
cuatro especies vegetales (papa, arroz, maíz y tri- to, México, junto con los países de Centroaméri-
go) y tres especies animales (vacas, cerdos y po- ca, pertenecen a la categoría de centro de origen
llos) aportan más de la mitad (Esquinas, 2003). primario y secundario, de diversificación genéti-
Vavilov (1927) analizaba constantes geográfi- ca, de endemismos (en algunas zonas ecológicas
cas en estos centros de origen y de diversificación. hasta 70 por ciento), de una alta incidencia de los
Estos centros se caracterizan por ubicarse dentro parientes silvestres, de pervivencia hasta la actua-
de barreras naturales (orográficas, de vegetación y lidad de procesos de domesticación ininterrumpi-
climáticas) de concentración en espacios relativa- da de “plantas útiles”, por lo tanto tiene la respon-
mente delimitados de variedades, de la misma es- sabilidad de desarrollar políticas de conservación
22
Introducción
y desarrollo que tomen en cuenta a los pueblos desérticas, templadas y selváticas húmedas y se-
indígenas y comunidades campesinas. mihúmedas, refleja un abanico impresionante
La actividad del origen está aún presente en el de interacción (coevolución) en todos los ámbitos
germoplasma actual. Los pueblos indígenas han de la cultura (caza, recolección, agricultura trashu-
coevolucionado (Oviedo et al., 2000) con los ecosis- mante, de temporal, de humedad, medicina, cons-
temas, seleccionando algunos rasgos de plantas o trucción, simbólico, ritual). De esta manera, el
animales y desechando otros, de manera que se patrimonio biocultural de los pueblos indígenas
construye así la biocultura de las “gentes de los se traducirá en bancos genéticos, de plantas y ani-
ecosistemas” (Dasman, 1964). Es así que, con la males domesticados, semidomesticados, agroeco-
presión de la selección humana de las plantas, en sistemas, plantas medicinales, conocimientos, ri-
un sustratum de presiones naturales (suelo, hume- tuales y formas simbólicas de apropiación de los
dad, clima, así como la presencia de parientes sil- territorios. En torno a la agricultura desarrollaron
vestres) se van domesticando las plantas en un su espiritualidad e interpretaron la naturaleza.
laboratorio “biocultural”. Este autor propone el Las culturas indígenas participan de saberes y ex-
concepto de “gentes de los ecosistemas” para periencias milenarios en el manejo de la biomasa y
ubicar a los productores que desde siempre se han la biodiversidad. En casi 350 generaciones de siem-
relacionado directamente con los ecosistemas y se bra de maíz (Antonio Turrent, 2005, comunicación
distinguen del resto de la sociedad que desempe- personal), los indígenas construyeron un patrimo-
ña un papel predominante de “consumidor”.5 Así
se formó el patrimonio fitogenético en nuestro Hombre indígena chapoleando o chapeando, región
país, mismo que debe relacionarse con los dere- de la Huasteca veracruzana.
chos colectivos de los campesinos y pueblos indí-
genas (farmers rights)6 y con el reconocimiento y
desarrollo de sus agroecosistemas. En México, el
patrimonio fitogenético de las “gentes de los eco-
sistemas” reviste una situación particular única
para cada pueblo indígena: su presencia ininte-
rrumpida en una o más zonas ecológicas semi-
5
El autor distingue entre sociedades cosmopolitas, que
no dependen directamente de los ecosistemas ni conviven
con ellos, que no conocen el entorno de la producción que
consumen, y las sociedades que están en contacto directo
con los ecosistemas, que por lo común se consideran parte
de la naturaleza. Éstas dependen directamente de ella para
satisfacer sus necesidades básicas como vivienda, alimenta-
ción, medicina y bienestar espiritual (Dasman, 1964).
6
La discusión acerca de los derechos colectivos de los
recursos fitogenéticos se enmarca en la disputa por el control
de los mismos. La contradicción que en torno a este proble-
ma se plantea es que se proteja con patentes las variedades
generadas, pero el soporte natural de todos los desarrollos
genéticos que es la biodiversidad y agrodiversidad de los
países de origen permanece como bien natural y, en este
sentido, disponible para toda la humanidad, por costumbre
accesible a cualquiera sin trabas (Aboites y Martínez, 1995).
23
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
24
Introducción
La pérdida directa de la agrobiodiversidad in- 2) Que el deterioro global es parte del límite
dígena puede reducir dramáticamente la seguri- entrópico (Georgescu-Roegen, 1971) de un mo-
dad alimentaria nacional y mundial. Los peligros delo de desarrollo basado en la lógica del creci-
de la reducción de la agrobiodiversidad incluyen: miento económico sin límites, de un uso indis-
1) vulnerabilidad incrementada a ataques de in- criminado de la energía fósil no renovable que
sectos y enfermedades; 2) efectos negativos en la destruye la energía neguentrópica (biomasa) de
nutrición humana, porque la oferta de la diversi- manera minera, además que desarticula sistemas
dad de alimentos se pierde aceleradamente; 3) in- naturales, sociales y culturales de las diferentes
cremento de riesgos económicos; 4) pérdida de la comunidades humanas en el mundo.
viabilidad de varios agroecosistemas, y 5) reduc- 3) Que la incorporación de los instrumentos
ción de la seguridad alimentaria. Lo más grave en del mercado, la elevación de la productividad, la
una situación de cambio climático es que si se pier- conservación de la biodiversidad y los servicios
de el germoplasma de las plantas indígenas, se ambientales no han logrado soluciones viables a
reducen las posibilidades de que futuras genera- la crisis ambiental y solución de la pobreza (Stern,
ciones puedan utilizarlas, se dilapida el conoci- 2007). Una de las grandes fallas del mercado es
miento humano acumulado y se ponen en riesgo precisamente la incapacidad para incorporar al
las comunidades rurales. sistema de precios los enormes déficit ambienta-
El presente estudio tiene varias deudas teóri- les que implica la actividad humana.
co-metodológicas. Siguiendo a Leff (1998) y a To- 4) Que el conocimiento va más allá del con-
ledo (múltiples ensayos) este trabajo reconoce los cepto occidental de ciencia. Éste reúne saberes
siguientes puntos: de las culturas milenarias y que son parte del pen-
1) Que la crisis ambiental actual es parte de la samiento complejo del cual hay que partir para
crisis civilizatoria de Occidente. replantear el modelo civilizatorio dominante.
25
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
26
Introducción
os centros de origen y diversidad genética “Vavi- nético en las dos vías: de las plantas silvestres a las
L lov” se denominan así porque su creador afirma-
ba que el agrónomo o agricultor que deseara mejorar
domesticadas y de las domesticadas a las silvestres.
Existen además plantas domesticadas que se “asilves-
sus variedades de maíz u otros cultivos debía tener ac- traron” y que ahora aparecen como silvestres.
ceso a especímenes originales provenientes de sus El proceso de domesticación y diversificación es en
centros de origen y de los centros de diversificación, Mesoamérica un proceso dinámico, aun en las zonas
incluyendo los parientes silvestres. Vavilov estudió y rurales donde no se presentan actualmente los pares
visitó los distintos centros de origen y los caracterizó silvestres.
como regiones localizadas dentro de barreras natura- Los procesos de domesticación son de larga du-
les (orográficas, de vegetación y climáticas) que con- ración y no terminan con la obtención de los especíme-
centran, en espacios relativamente pequeños, una nes domesticados a partir de los silvestres. Más allá de
gran cantidad de variedades de la misma especie o los territorios originales, los indígenas y campesinos
especies afines, así como la presencia de agricultores mesoamericanos han dispersado y adaptado en todo
nativos que por centurias o milenios han cultivado el país el germoplasma original, combinando —en
(sembrado, seleccionado y transformado) de modo in- caso de presencia— estos recursos con los pares silves-
interrumpido estas especies. Se trata de laboratorios na- tres que aparecen en las regiones y creando nuevas
turales y culturales que subsisten hasta la actualidad. variedades que se adaptan a los distintos microclimas.
Los centros de origen tienen presencia de parien- Si bien no siempre aparecen los pares silvestres en una
tes silvestres y con frecuencia presentan un flujo ge- región determinada, el proceso de diversificación ininte-
27
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
28
Introducción
sultar para cada pueblo indígena distintos temas, el papel fundamental de los campesinos y pue-
lo que el autor denomina cosmos, corpus y praxis. blos indígenas para el conocimiento y desarrollo
Otra fuente de inspiración es el extraordinario li- de nuestro país. Desde la muerte del maestro va-
bro de Antony Challenger (1998)8 en colaboración rios temas que él planteaba han sido retomados,
con J. Caballero: Utilización y conservación de los ti- incluso en discusiones internacionales, como los
pos de vegetación terrestres de México. Se trata del tex- derechos de los agricultores (farmers rights) frente
to más completo sobre la historia ambiental y usos a las grandes compañías productoras de semillas,
de los grandes ecosistemas terrestres en México o bien el estatus de países como el nuestro que
que se haya escrito hasta ahora. Ha sido necesario siendo centro de origen de la agricultura deben
consultar constantemente ese texto debido a que obedecer a aquellos que dictan las políticas inter-
varios de los temas referidos en el presente traba- nacionales, mucho más pobres en agrobiodiversi-
jo están desarrollados en la obra mencionada con dad y cultura indígena. Varios son los seguidores
gran conocimiento de causa. de esta corriente de interpretación de la agricultu-
Una escuela importante —en la cual se adscri- ra llamada “tradicional”, plasmada en la reciente
be este libro— es la que estableció el maestro E. obra colectiva Sin maíz no hay país (Esteva y Ma-
Hernández X. (1985, 1987, 1993) y sus seguidores rielle [eds.], 2003), y que me ha inspirado para es-
acerca de los agroecosistemas mesoamericanos y tudiar las áreas prioritarias de la agrobiodiversidad
en territorios indígenas.
Otro autor cuyo espíritu ronda este libro es
8
Este texto contiene una recopilación sistemática y ex-
haustiva de los sistemas productivos indígenas y campesinos
Guillermo Bonfil, cuya obra paradigmática culmi-
por zonas ecológicas del país. na en el México profundo: una civilización negada.
29
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
30
De la conservación de facto
a la conservación in situ
ay dos formas por lo menos para conservar la diversidad biológica: una que confina la vida
P. 32 Tronco de árbol. 33
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
la siembra mixta de cereales con leguminosas, so- riedades. Al considerar la diversidad biológica
lanáceas y cucurbitáceas permiten que si las con- como un recurso para su supervivencia y desa-
diciones de una temporada agrícola no son muy rrollo, las comunidades mesoamericanas se han
buenas para el cultivo principal, aún haya cosecha convertido en “resguardadoras” principales de
de las variedades o especies más resistentes, aun- una parte importante del patrimonio biológico
que de menor rendimiento. Esta estrategia no da de la Tierra.
excedentes abundantes para el mercado de larga Sin embargo, en las últimas décadas, las po-
distancia. Sin embargo, como cultivos especiali- líticas de industrialización de la agricultura y el
zados, reconocidos en el mercado por su singula- llamado desarrollo rural intentaron fomentar la
ridad, podrían desempeñar un papel importante, producción mediante técnicas de alto rendi-
como lo hacen los llamados productos orgánicos. miento, estableciendo como estrategia producti-
Es muy común que en zonas de larga tradición va central la especialización a gran escala. Esta
cultural los productores tengan parcelas con di- aproximación no incorpora en su diseño el riesgo
versas especies o variedades, a pesar de que los ambiental (deterioro de suelos, acceso al agua,
técnicos agropecuarios convencionales insistan contaminación, pérdida de cultígenos no comer-
en que con el empleo de variedades de alto ren- ciales), social y aun económico. Respecto a la fac-
dimiento se pueden obtener mayores beneficios tura ecológica que han de pagar las generaciones
económicos. La reducción del riesgo es un ele- futuras, podemos afirmar que la agricultura indus-
mento muy valioso en las culturas tradicionales trial de la revolución verde reduce la diversidad
y es común que se pague con una disminución genética de especies y sus variedades, y deteriora
en los rendimientos. Por estas y otras razones, las la capacidad de otorgar servicios ambientales de los
comunidades indígenas en las zonas de culturas agroecosistemas. Las zonas de poca biodiversidad,
tradicionales, como Mesoamérica1 o los Andes, como el Bajío o La Laguna, se vieron favorecidas
han resguardado diversos paisajes, especies y va- por estas políticas. Las zonas de alta biodiversidad
en el sur de México se vieron marginadas.2
1
Este concepto fue desarrollado por Kirchhoff en 1943,
Diferenciar entre la conservación de facto, in
a partir de consideraciones de Clark Wissler y Eduard Seler. situ y ex situ es un recurso para indicar que la con-
Las principales características de los pueblos mesoamerica-
nos que Kirchhoff consideró son: 1) utilización de un bastón
servación de facto se refiere a tradiciones de larga
plantador; 2) cultivo del maíz y su transformación en nixta- duración de manejo o aproximación de la rela-
mal con el empleo de cal, y luego en masa; 3) producción de
papel, aguamiel y pulque a partir del maguey; 4) práctica de la
ción naturaleza-sociedad de los pueblos indíge-
autoflagelación y sacrificios humanos con fines religiosos; 5) nas. Una política in situ debe ser responsabilidad
cultivo del cacao; 6) construcción de pirámides escalonadas
como basamento de los templos; 7) práctica del juego de pe-
explícita de la nación para la conservación y el
lota; 8) fabricación de armas con bordes pétreos; 9) escritura; desarrollo de la biodiversidad y la agrobiodiver-
y 10) sociedad jerarquizada (Kirchhoff, 1960). Mesoamérica
comprende cinco zonas geográficas en México: área maya,
sidad. Jarvis et al. (2000), citados en Gil (2006),
que ocupa Centroamérica y el sureste de México; zona de definen la conservación in situ como “la conser-
Oaxaca, que abarca ese estado hasta el Istmo de Tehuante-
pec y el sur de Puebla; zona del Golfo, correspondiente a
vación de ecosistemas, hábitat naturales y el
Veracruz y Tabasco; occidente de México, que incluye Gue- mantenimiento y recuperación de poblaciones
rrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y partes de Zaca-
tecas y el Altiplano Central, que comprende el estado de
viables de las especies en sus entornos naturales,
México, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos y Querétaro, así como la
porción septentrional de Puebla y el Distrito Federal. Meso-
2
américa se extiende hasta Centroamérica (Guatemala, Beli- Declaratoria y presentación de Servicios Ambientales
ce, y parte de Nicaragua, Salvador, Honduras y Costa Rica). de Oaxaca, A.C., Oaxaca, 2002.
34
De la conservación de facto a la conservación in situ
y, en el caso de las especies domesticadas o culti- res. Esta responsabilidad adquiere una dimen-
vadas, en el entorno donde han desarrollado sus sión específica con los pueblos indígenas, misma
propiedades distintivas”. Agregan que que trataré de dilucidar en el presente trabajo.
Hay varias formas de conservación ex situ,3 co-
la conservación in situ de los recursos domestica- mo los jardines botánicos, zoológicos y la genera-
dos se enfoca a los campos de los agricultores como ción de bancos específicos de germoplasma. Este
parte de los agroecosistemas existentes, mientras tipo de conservación que se enfoca sobre todo en
que otros tipos de conservación in situ se ocupan las especies y en sus variantes es importante, pero
de las poblaciones silvestres que crecen en sus há- tiene limitaciones graves por su costo, por el aisla-
bitat originales, que constituyen sus “reservas ge- miento de sus ecosistemas y por la interrupción
néticas”. La conservación in situ tiene ventajas de los procesos evolutivos en sus condiciones na-
significativas: 1) la conservación tanto del material turales. Enfoco la atención en este trabajo en la
genético como de los procesos que originan la di- búsqueda sistemática para la conservación in situ
versidad; 2) la sustentabilidad de los programas de como política explícita que convoca la conserva-
fitomejoramiento depende en cierta forma de la ción y los saberes ambientales de los que han
disponibilidad continua de variación genética que convivido directamente con los ecosistemas.
pueda mantenerse y desarrollarse en los campos
de los agricultores, y 3) permite la conservación de 3
Casas (2001) utiliza el concepto ex situ para indicar el
uso de los cultígenos fuera de su ámbito natural original e
un gran número de especies en un solo sitio. inmediato, de manera que aquí se describe una de las condi-
ciones de domesticación y adaptación de las plantas cultura-
les. En este trabajo utilizo el concepto ex situ para la conser-
Se puede agregar que además se cuenta con el vación del germoplasma en laboratorios y en parcelas
conocimiento empírico de millones de agriculto- especializadas.
35
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
A partir de la evolución del conocimiento de grupos o especies del mismo ecosistema puede
la biodiversidad, es necesario replantear las prio- ser muy alto (diversidad beta); la complementa-
ridades y actividades de la bioconservación y riedad entre los fragmentos tiene importancia
asociarlas al concepto de desarrollo sustentable. para la conservación de los bosques y selvas, ya
Para ello es necesario definir qué se entiende que otros grupos de especies, flora, fauna y hon-
aquí por biodiversidad, ya que según la acepción, gos, dependen de la estructura vegetal y podrán
se formulan las políticas para su conservación. tener también una riqueza complementaria, y
1) Un organismo viviente contiene genes que 3) en una escala de paisaje, la diversidad incluye
definen las características específicas de este or- distintos ecosistemas de vegetación natural e in-
ganismo. tervenida de bosques y selvas, e inmersas en una
2) Las especies definidas como organismos matriz formada por espacios dedicados a usos del
que pueden reproducirse entre sí, aun cuando suelo agrícola y ganadero permanente o intermi-
existen variaciones en una misma especie. Una tente, y que contribuyen a mantener la biodiver-
especie es producto de miles o millones de años sidad regional; por ello, es muy importante la
de evolución. conservación de la diversidad biológica de un pai-
3) Los individuos de especies determinadas saje determinado (diversidad gamma). La cuali-
necesitan formar comunidades para que la carac- dad más importante de la biodiversidad es la de
terística “especie” se conserve, reproduzca o impulsar las trampas de energía complejas y per-
evolucione. Es decir, una especie no se puede fectas, adaptadas a cada condición ambiental es-
definir sólo describiendo al individuo o sus ca- pecífica, y que los desechos generados por el me-
racterísticas específicas. tabolismo del sistema se tornan recursos accesibles
4) Las especies por sí solas no pueden sobre- para el siguiente ciclo energético (dicho sea de
vivir, evolucionar o desarrollarse si no interaccio- paso, el humano en la época industrial utiliza la
nan en “co-evolución” con otras especies. La energía entrópicamente, lo que quiere decir que
compleja interacción abiótica y biótica, energéti- en el metabolismo el desecho se vuelve energía
ca, cadenas tróficas, la ubicación, el metabolis- calórica no accesible al siguiente ciclo, como pro-
mo, recurso-desecho-recurso, forman ecosiste- ductos contaminantes que se acumulan en la at-
mas, los cuales son difíciles de delimitar porque mósfera, suelos y mares).
interaccionan en su conjunto. Por ejemplo, hay El metabolismo de los ecosistemas propor-
ecosistemas tropicales húmedos, secos, de bos- ciona los siguientes servicios ambientales bási-
que templado, de montaña. cos (Millennium Ecosystem Assessment, 2005):
Williams-Linera (2007) describe la diversi- 1) de soporte (como la capacidad de los ecosistemas
dad biológica en sus tres componentes: 1) se ma- de capturar la energía solar y convertirla en tejido
nifiesta a escala local y se puede medir por la vegetal, o productividad primaria, de la cual de-
riqueza de especies en un área determinada (di- pendemos todos los seres vivos); 2) de regulación
versidad alfa); 2) se expresa en la unión de gru- (regular la composición química de la atmósfera,
pos o especies distintos dentro de los mismos la temperatura global, capacidad de intervenir en
ecosistemas en una “mesoescala”, debido a la el ciclo del agua —evotranspiración, infiltración,
heterogeneidad topográfica y ambiental que escurrimiento—, el control de la erosión, control
cambia las condiciones microclimáticas en dis- de vectores responsables de enfermedades, cali-
tancias geográficas muy cortas; el recambio de dad del aire); 3) de provisión de bienes (agua,
36
De la conservación de facto a la conservación in situ
Hoja elegante.
alimentos, medicinas y fibras); 4) de conservación diversidad biológica dentro del enfoque gené-
in situ de acervos genéticos endémicos domesticados tico tienen objetivos muy específicos, relativa-
(E.B.), y 5) culturales (recreación, educación y mente fáciles de definir. Se ha acusado a las trasna-
simbólicos, como lugares sagrados). cionales de fomentar las áreas naturales protegidas
Ante la complejidad de lo que significa la bio- (ANP) para tener acceso monopólico a un acervo
diversidad hay varias aproximaciones y enfoques genético amplio, que podría utilizar la biotecnolo-
posibles para la protección in situ (Johnson, gía. Reforzando esa idea, en México hubo inten-
1995), enfoques que dependen de los objetivos tos para que la compañía bioprospectora Diversa
de la conservación: Corporation, con sede en San Diego, California,
1) La aproximación genética. La estrategia junto con la UNAM revisaran de manera sistemáti-
de conservación para preservar algunas caracterís- ca los inventarios genéticos en terrenos de pro-
ticas genéticas es una opción limitada a determi- piedad federal (léase áreas naturales protegidas)
nadas especies. Esta aproximación podría apor- (Nadal, 1999). Con este convenio, en sólo diez
tar información indispensable para el éxito o no años Diversa Corporation hubiese tenido la pro-
de especies raras o amenazadas. También es útil piedad para comercializar las secuencias de ADN
para identificar las prioridades en la conserva- de las especies de interés de prácticamente to-
ción de especies domesticadas relacionadas con das las ANP. Afortunadamente, la alerta ciudada-
sus parientes silvestres; en especial, en aquellas na abortó ese esquema de bioprospección. Por
donde se sospecha que existe vulnerabilidad ello, se debe regular de manera decidida la apro-
genética. Las prioridades de conservación de la piación de los recursos biológicos genéticos por
37
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
38
De la conservación de facto a la conservación in situ
de las cajas negras”, poco conoce las dinámicas de aproximaciones provienen de disciplinas dife-
conservación de las áreas naturales de libre flujo rentes a las biológicas. La presencia humana en
e intercambio genético y de sus procesos evolu- todos los ecosistemas y sus partes vitales exige
tivos. La estrategia de conservación in situ me- una aproximación a ellos como sistemas comple-
diante esta aproximación es sencilla. Una vez jos que dé cuenta de las relaciones de contorno
que se clasifican los hábitat o ecosistemas y se de cada uno de los subsistemas que lo compo-
define su tamaño no sólo se protegen las espe- nen. Así, los ecosistemas adquieren una dimen-
cies amenazadas (que posiblemente requerirían sión distinta ya que su devenir ha sido modifica-
un tratamiento especial como tales) sino también do por los sistemas de intervención humana
la diversidad general de las especies. Además, se (Millennium Ecosystem Assessment, 2005).
protegen los procesos evolutivos y los servicios Hoy estamos ante un cambio paradigmático
ambientales que estos sistemas proporcionan. de la conservación en el cual se considera que to-
Esta aproximación no requiere necesariamente dos los componentes de un paisaje determinado
del conocimiento de los ciclos completos de las están integrados, de modo que las áreas natura-
interacciones biológicas y geofísicas que les per- les protegidas y no protegidas forman una unidad
miten sobrevivir, pero presenta dificultades para funcional. La conservación in situ, con una visión
definir y recortar metodológicamente los eco- integrada, toma en cuenta no sólo las prioridades
sistemas naturales, sus límites y su protección. que exige la conservación biológica, sino que las
4) La aproximación biocultural. El Convenio ubica en los términos culturales, políticos, socia-
sobre Diversidad Biológica ha adoptado el en- les y económicos que satisfagan las necesidades
foque ecosistémico para abordar tres objetivos, humanas básicas. Esta aproximación es compleja
que deben aplicarse estrictamente en todos los y poco explorada, ya que en la fijación de las prio-
ámbitos geográficos: a) conservación regional de ridades de conservación pueden intervenir más
la diversidad biológica; b) utilización sostenible variables que las estrictamente biológicas. Sin em-
de sus componentes, y c) participación justa y bargo, una estrategia de este tipo podría proteger
equitativa de la utilización de los recursos gené- mejor la megadiversidad de México, esto es, la
ticos (UICN, 2000). Para ello, la Conferencia de diversidad beta, sobre todo en las vastas regiones
Partes sostiene que es necesario desarrollar siste- montañosas en donde viven los pueblos indíge-
mas de planificación biorregional a escalas nas y las comunidades campesinas en general.
adecuadas, a partir de los grupos sociales que ha- Como en todas las otras aproximaciones, lo
bitan y utilizan la diversidad biológica. Los eco- importante es trabajar en las escalas apropiadas.
sistemas no son unidades biológicas aisladas; el En esta última manera de concebir la conserva-
humano es un componente del ecosistema. El ción podemos ubicar el tema que nos ocupa en
concepto de diversidad biológica involucra este libro: la conservación in situ de la diversidad
genes, especies, poblaciones, comunidades y biológica y agrobiológica en territorios de los
ecosistemas y servicios ambientales vitales. Sin pueblos indígenas de México. En sentido estric-
embargo, el estudio de cada uno de estos aspec- to, el concepto adecuado para este libro sería in
tos ha crecido con tiempos y ritmos distintos y etno situ (Challenger, 1998).
ha sido fragmentado o especializado en las disci- En el siglo pasado, los taxónomos de la Es-
plinas de la biología. Paradójicamente, el con- cuela Mexicana de Biólogos avanzaron a grandes
cepto de conservación y desarrollo y sus distintas pasos en el recuento de la diversidad biológica
39
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
en México (Toledo y Ordóñez, 1993). La docu- se incluyen en las siguientes categorías de protec-
mentación de su extraordinaria riqueza permitió ción: Parques Marinos Nacionales, Reservas de la
que los especialistas clasificaran al país entre las Biosfera, Zonas de Refugio Submarino, Áreas de
diez naciones megadiversas a nivel mundial (To- Protección de la Flora y Fauna, Área de Protec-
ledo et al., 2001). No obstante, esta noción ha ción de los Recursos Naturales, Santuarios, Zonas
tenido pocas repercusiones en el ámbito social y de Protección Forestal, Parque Nacional, Área de
político, salvo si tomamos en cuenta las áreas na- Protección de Flora y Fauna Silvestres y Acuáti-
turales protegidas. México tiene, por un lado, la ca. Estas distintas categorías de protección tie-
enorme responsabilidad de preservar esta rique- nen procedimientos administrativos diferencia-
za y, por el otro, el desafío de incorporar esta les (en caso que existan).
megabiodiversidad como uno de los pivotes de En el capítulo referente al análisis de la rique-
su desarrollo. Amplios territorios de los pueblos za de la biodiversidad en territorio indígena se
indígenas son portadores de esta megabiodiver- puede apreciar que de las 18 727 860 hectáreas
sidad. En este sentido, en combinación con los que tienen las ANP federales en el territorio nacio-
conocimientos antropológicos, varios biólogos y nal, 1 467 034 de hectáreas son parte de los terri-
agrónomos han desarrollado una disciplina im- torios de los pueblos indígenas. Es decir, en este
portante: la etnoecología, cuyos exponentes más momento no existe un procedimiento específico
destacados para México, entre muchos otros se- que eleve a alguna categoría de protección a mi-
rían B. Berlin, Víctor Manuel Toledo, Robert llones de hectáreas en que se encuentran los pue-
Bye, Alejandro Casas, Javier Caballero, Bruce F. blos indígenas. Las ANP tienen un conjunto de
Benz, Cristina Mapes, Rafael Lira, Miguel Mar- variantes que no siempre logran la conservación
tínez Alfaro, Janis Alcorn, Patricia Colunga, ni la integración de las poblaciones locales en la
Daniel Zizumbo, Efraín Hernández X., Rafael administración de las mismas. A veces, los polígo-
Ortega P., Mauricio Bellón, Abel Muñoz, Alejan- nos de estas áreas han quedado en el papel o no
dro de Ávila, Arturo Gómez Pompa, etcétera. hay recursos para ejercer la protección.
Así concebida, la conservación in situ es parte En las ANP no se protege territorialmente la
del cambio frente al paradigma científico-comer- agrobiodiversidad ni los agroecosistemas creados
cial dominante. En este sentido, las políticas por los pueblos indígenas y campesinos. La ex-
públicas deben admitir el conocimiento de los cepción es la Reserva de la Biosfera de Manan-
productores y productoras campesinos e indíge- tlán, única área natural que se creó para proteger
nas en su calidad de actores activos dentro de los el teocintle.
procesos productivos, e incluso como socios en A partir de estos trabajos, el debate respecto
la construcción de un sistema alimentario nacio- a la conservación de los recursos fitogenéticos in
nal sustentable, soberano y autosuficiente. situ-ex situ ha estado presente en el ámbito acadé-
La conservación in situ que de manera explíci- mico (Ortega et al., 2003a). Sin embargo, a pesar
ta se ha dado en la nación mexicana es el Sistema de que constantemente se ha expresado la nece-
Nacional de Áreas Protegidas de México (Sinanp) sidad de impulsar la conservación de la agrobio-
y a nivel estatal y municipal se establecen otras diversidad in situ, defendiendo la postura de Her-
categorías de protección. Este sistema nacional de nández X., poco se ha hecho en la práctica.
áreas protegidas federales (Conanp, 2005) com- Escribía el maestro Hernández X. (en Ortega
prende las áreas terrestres y marinas, mismas que et al., 2003a) que la conservación ex situ es impor-
40
De la conservación de facto a la conservación in situ
tante porque se tienen colecciones de plasma del proceso evolutivo y de consumo cultural, y
germinal de todo el mundo fuera de sus áreas de 3) promover en la comunidad mundial el libre
origen; además, teóricamente se incluyen los me- acceso a estos materiales (Hernández X., y M.
jores materiales utilizados en el fitomejoramien- Zarate 1991), siempre y cuando se reconozca su
to, creando así una gama de materiales conserva- origen y se evite que alguien los patente y lucre
dos y manejados en centros mundiales de origen. por encima de los productores originales.
Otra de las ventajas de la conservación ex situ es Hace algunos años se pensaba que la conser-
que resguardan especímenes de germoplasma vación in situ significaba construir vallas y man-
extintos o en vía de extinción. La gran desventa- tener a los agricultores y al germoplasma en algo
ja para los fitomejoradores indígenas y campesi- parecido a una caja de cristal. Sin embargo, los
nos es que de estos bancos de libre acceso se agroecosistemas más tradicionales son dinámi-
extrae plasma germinal que ellos produjeron, y cos y es necesario promover intercambios gené-
en combinación con recursos fitogenéticos de ticos para resolver la acumulación de mutaciones
otras partes generan especímenes, iniciándose en
consecuencia la enajenación, monopolización, Agave.
restricción y discriminación al acceso del germo-
plasma nativo. Por ejemplo, las empresas trasna-
cionales productoras de semillas han tenido el
libre acceso a las semillas que se encuentran en
los bancos de germoplasma del CIMMyT, generan
híbridos y especímenes mejorados, y mantienen
en secreto el origen de las mismas. Éste es un
tema importante que implica la pérdida de la so-
beranía nacional sobre el sistema alimentario,
por un lado, y la monopolización de los sistemas
alimentarios, por otro.
Una desventaja más de la conservación ex situ
es el alto costo del mantenimiento y de la repro-
ducción del germoplasma, por lo que los países
ricos en biodiversidad, pero con insuficientes re-
cursos económicos, no pueden sostener adecua-
damente estos centros. Un último inconveniente
es que los bancos de germoplasma aíslan a los espe-
címenes recolectados de sus procesos evolutivos.
Por ello, es imperativo conservar in situ los re-
cursos fitogenéticos originales, con los siguientes
objetivos: 1) mantener los sitios naturales, donde
se utilicen y manipulen los materiales genéticos
básicos para el consumo alimentario; 2) mante-
ner y desarrollar los materiales genéticos mediante
sistemas agrícolas que permitan la continuidad
41
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
perjudiciales. Para que esto suceda es preciso: 1) el uno de los pilares centrales de las fuerzas produc-
intercambio regional del material genético; 2) es- tivas de las culturas mesoamericanas e indígenas
tudios sistemáticos de fitomejoramiento con desde la Colonia hasta ahora ha sido el manejo,
centros de investigación interesados, y 3) capacita- domesticación y diversificación de la agrobiodi-
ción técnica local para la creación de fitomejora- versidad. El concepto de progreso y moderni-
dores del germoplasma indígena. dad, la visión de la “revolución verde” del desa-
La conservación in situ como objetivo de la rrollo agrícola e industrial, así como el dominio
política pública debe reconocer a los campesinos de las trasnacionales en el establecimiento de la
y pueblos indígenas en sus ecosistemas como los agricultura industrializada, se reflejó en la investi-
resguardadores de reservorios de germoplasma, gación agronómica dominante, y aún es parte del
el cual es estratégico para el sistema alimentario desprecio de las políticas públicas tanto de una
nacional y mundial. Tal estrategia debe impul- parte de los centros de investigación como de los
sarse desde la visión que propone Leff (1998: responsables de la política agrícola del país.
67) de un mundo pluricultural y multipolar que
promueve la emancipación de los pueblos indí- Se ha dejado de lado el manejo de la agrodiversi-
genas y comunidades campesinas. dad, que implica el conocimiento del medio y un
¿Qué ventajas tendría la conservación in situ trabajo de domesticación y manejo de los recursos
en los territorios de los pueblos indígenas y co- genéticos de plantas bajo una organización social
munidades locales? La variabilidad en los recur- que dispone de hombres y mujeres empeñados
sos fitogenéticos indígenas es resultado de su en esta tarea, movidos por un sistema cultural que
cultivo en distintos pisos ecológicos y micro hábi- les permite una visión, una identidad y un sentido
tat. A diferencia de la agricultura industrial a de la vida. La agrodiversidad implica que se ha
gran escala, que produce sus monocultivos en domesticado una parte de la diversidad biológica,
grandes extensiones y terrenos planos preferen- por lo que requiere ser analizada con una catego-
temente con riego, la mayoría de los productores ría particular, sobre todo porque es un elemento
de milpa cultivan sus terrenos en unidades de vital del desarrollo, pero que su falta de reconoci-
menos de cinco hectáreas, en la montaña y con miento ha impedido su conservación, protección,
un sistema de temporal sujeto a las vicisitudes del aliento e incluso su incorporación a la economía
clima y de las plagas. Para asegurar la cosecha, la de mercado (Blanco, 2006).
agricultura mesoamericana no desarrolló grandes
sistemas de riego ni monocultivos. Su principal Estamos ahora en condiciones de definir la agro-
estrategia productiva fue “botánica” (Rojas, biodiversidad mesoamericana, como la diversi-
1988; Terán y Rasmussen, 1994), en el sentido dad biológica que los indígenas domesticaron y
de desarrollar las variedades de una misma plan- diversificaron para asegurar la satisfacción de sus
ta para enfrentar cualquier contratiempo, y a su necesidades básicas, generando una gama de
vez asociarlas con otras especies. Los grandes es- agroecosistemas que van desde la intervención
tudiosos de la evolución de las sociedades meso- en la vegetación natural, la parcela o la milpa, has-
americanas hicieron más hincapié en las grandes ta el huerto familiar. El diseño de los espacios de
construcciones o infraestructura de los sistemas cultivo intenta asegurar los mejores resultados y
agrícolas; sin embargo, como lo demuestran los el ensamble entre las plantas cultivadas, y las ar-
estudios de Hernández X. (1987) y Rojas (1988), venses, e intenta desarrollar interacciones positi-
42
De la conservación de facto a la conservación in situ
vas entre las mismas. Se construyen así agroeco- semidomesticadas acompañan a las domestica-
sistemas en donde un tipo de cultivo protege al das en un constante intercambio del flujo gené-
otro, que genera nichos de humedad, que sostie- tico en el interior de los sistemas regionales, for-
ne a las enredaderas, que repele a las plagas, y mando paisajes y ecosistemas funcionales de
que mejora y restituye los nutrientes del suelo larga duración.
(que es una de las funciones de algunas legumi- Esta cuestión no es un tema menor, ya que
nosas), etcétera. Es decir, la sustentabilidad de para la conservación in situ se requieren áreas na-
los agroecosistemas depende del ensamble en- turales y zonas de cultivo juntas, además de algu-
tre los distintos elementos de los policultivos, nos microhábitat donde el agricultor pueda de-
que en el caso de Mesoamérica depende de muy sarrollar su destreza. Estos espacios son campos
pocos insumos exteriores. de producción y experimentación a la vez. Las
Para resumir lo anterior, en los territorios de regiones montañosas o selváticas en que habita
los pueblos indígenas siguen los procesos de do- la mayoría de los pueblos indígenas reúnen estas
mesticación y diversificación, por lo que podría- condiciones complejas. La producción maya, por
mos llamarlos laboratorios fitogenéticos de larga ejemplo, toma en cuenta el área de la milpa re-
duración en constante transformación. Según la cién desmontada, visualiza desde el principio
FAO los recursos fitogenéticos se definen como las qué árboles va a dejar, genera rodales manipula-
plantas cultivadas, cultivares en desuso, varieda- dos, toma en cuenta porciones de selva en distin-
des locales, los pares silvestres, las arvenses próxi- to estado sucesional donde se tiene una agricul-
mas a las variedades cultivadas, y estirpes especia- tura semisilvestre con tubérculos, árboles frutales
les que resultan de la selección de ese material —como el chicozapote (Manilkara zapota), las
genético.4 Esta definición debe aplicarse a la agro- guayas (Meliococcus bijugatus)—; el huerto fami-
biodiversidad nativa o indígena de México. liar con frecuencia contiene frutales que provie-
Especial atención para la conservación in situ nen de especies arbóreas y arbustivas de la selva,
merecen los centros de origen (Toledo et al., animales silvestres domesticados, como patos
2001) primarios y de diversificación, tanto de la pijije (Dendrocygna autumnales), guajolotes silves-
diversidad biológica como de la diversidad de las tres (Agriocharis ocellata) o algún tepescuintle o
plantas cultivadas. Estos centros de domestica- pecarí. Es evidente que estos sistemas agrosil-
ción son áreas geográficas donde las especies vopastoriles son marginales respecto a la agricul-
fueron adaptadas y que en la actualidad presen- tura industrializada, pero que, sin embargo, ma-
tan una alta variabilidad genética, en la cual se nejan, manipulan y elaboran un conocimiento
incluyen los parientes semidomesticados o silves- concreto como “gente de los ecosistemas”. Este
tres. En esos centros se incrementa la diversidad conocimiento concreto es “la selva culta” a la que
genética disponible para los agricultores me- se refiere Descola (1996) para los pueblos achuar
diante la hibridación o la introgresión (Mapes, de Ecuador.
1991). Las fronteras entre lo específicamente La lógica y el paradigma de la agricultura in-
natural y las plantas culturales mesoamericanas dustrializada es otra. Los agricultores dependen
no son claras. Las especies silvestres, ruderales y de semillas, insumos y energía, es decir, del uso
intensivo de la energía fósil y sus consecuencias
4
Véase el Tratado Internacional sobre los Recursos Fito-
negativas para el medio ambiente. Las semillas
genéticos para la Alimentación y la Agricultura, FAO, 2001. son más genéricas y están diseñadas por los mo-
43
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
nopolios agroindustriales para obtener una pro- pulsó la revolución verde o la ganadería extensi-
ducción a gran escala con características homo- va. Por otro lado, las condiciones naturales y los
géneas, que se desarrollan en áreas favorables subsidios norteamericanos a su agricultura hacen
para la agricultura, como suelos profundos, pla- que el maíz, sorgo y arroz mexicano sean menos
nos, sistemas de riego y mecanizables. En Méxi- competitivos, lo que conlleva a la quiebra de los
co, estas condiciones se presentan sólo en un ter- productores que participan en el mercado.
cio de las tierras arables. El desarrollo industrial En este marco, al imponerse las semillas de
y los procesos masivos de urbanización requirie- alta productividad de tipo industrial y monopóli-
ron del aumento sustancial de la productividad co sobre la variabilidad de los cultivos mesoame-
de la agricultura de escala. Así, la revolución ver- ricanos, se genera lo que podríamos denominar la
de aumentó drásticamente la productividad del erosión genética de los principales cultígenos del
campo, de manera que la agricultura creció más sistema alimentario mundial y nacional. Los pro-
rápido que la población. Sin embargo, el sistema ductores y consumidores del campo pierden co-
intensivo en energía e insumos, desplazando bos- nocimientos importantes de la cultura agrícola
ques y selva primarios, se orientó a producir pro- tradicional.
teína animal y no a cubrir las necesidades básicas La concepción industrializada y productivista
de la población. Miles de campesinos quedaron influyó en la investigación para el fitomejora-
excluidos de los sistemas de producción que im- miento en México. Hasta la década de 1970 los
44
De la conservación de facto a la conservación in situ
45
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
junto, lo que incluye el desarrollo de la cultura de versificación, ni la adaptación de las especies a las
los pueblos indígenas en una nueva dimensión. nuevas condiciones ambientales; en especial en
En el caso de la conservación del germoplas- el contexto del cambio climático global; b) las po-
ma indígena y campesino de facto, in situ y ex situ, blaciones silvestres proporcionan materiales que
podemos adelantar con Ortega (2000) las siguien- evolucionan de acuerdo con los cambios en el cli-
tes conclusiones: ma, enemigos naturales, contaminación, etcétera;
1) Con la conservación de facto se han mante- el principio básico de reserva genética es conser-
nido vivos los ecosistemas y paisajes durante lar- var la suficiente diversidad que permita a las es-
gos periodos. Los pueblos indígenas con su cul- pecies llevar a cabo su potencial evolutivo com-
tura mesoamericana han “coevolucionado” con pleto. La conservación de un lugar en donde
la flora y fauna, participando en esa proeza cultu- crece una especie no necesariamente implica que
ral de domesticar o semidomesticar un abanico se conserva su variación genética; es necesario
de especies que conforma 15.4 por ciento del sis- disponer de estrategias diseñadas de acuerdo con
tema alimentario mundial. La reforma agraria las necesidades de cada especie o pariente silves-
permitió, en parte, la reorganización de los territo- tre; c) se evita la erosión genética (por manipula-
rios, y se crearon nuevos modelos comunitarios ción de las colecciones) del acervo genético nacio-
de silvicultura después de varios movimientos so- nal, y d) se evita el flujo unilateral de los recursos
ciales. Sin embargo, la revolución verde, el aban- genéticos desde los productores campesinos e in-
dono del campo por el Estado, la expropiación o dígenas hacia los bancos de germoplasma nacio-
negación del germoplasma domesticado por pro- nales e internacionales, las instituciones acadé-
gramas oficiales de la Secretaría de Agricultura, micas y las empresas trasnacionales.
los subsidios norteamericanos a su agricultura de 3) La conservación ex situ, más interesada en
exportación y las nuevas oleadas de emigración los genes y, a veces, en el fitomejoramiento de
ponen en riesgo este tipo de conservación. las variedades, no ha redundado en una experien-
2) Con la conservación in situ como política de cia de intercambio fructífero entre los producto-
una nueva aproximación hacia el campo mexi- res campesinos indígenas y los centros de inves-
cano se evita que se pierdan valores sociales, cul- tigación públicos.
turales y ecológicos centrales: a) no se detienen
los procesos evolutivos, de domesticación, de di- P. 47 Cerca viva en Ocotillo, San Luis Potosí.
Regiones, territorio, lenguas
y cultura de los pueblos indígenas
n este capítulo presentaré el marco teórico y metodológico para definir los territorios de los
1
Esta sección está inspirada por las discusiones realizadas en la última década que relacionan lengua, conocimiento y
medio ambiente. Véase Maffi (2001).
Si bien varios autores se han referido a la pérdi- 1998). Son lenguas ágrafas (aunque históricamen-
da de la diversidad biológica (Wilson, 1989: 108- te algunas tuvieron escritura) que no tienen más
116), es menos conocida la relación entre la pérdi- documentación que la práctica cultural, y cuya
da de las especies y el deterioro de las lenguas y pérdida es equiparable con la que sufren las espe-
las culturas del mundo. Se estima que existen ac- cies o los ecosistemas. Si se pierde una especie o
tualmente más de 6 000 lenguas en el planeta. un paisaje, la humanidad habrá perdido conoci-
Sin embargo, varias pertenecen a comunidades miento de los pueblos en cuestión. Al perder un
relativamente pequeñas, y por ello están en ries- idioma desaparece el conocimiento cultural de
go de perderse. El caso de México es muy impor- las relaciones humanas, los saberes ambientales,
tante en esta discusión, ya que todas las lenguas las formas de vida y las concepciones del mundo
de los pueblos indígenas son “endémicas” y se de sus hablantes. Mühlhäusler (1996) estableció
localizan en regiones geográficas determinadas, la noción de “ecologías lingüísticas”, que define
por lo que representan una filosofía de territorios, como relaciones de redes que no sólo se refieren
ecosistemas y prácticas determinadas (Boege, al ámbito lingüístico y social, sino a la interrela-
50
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
ción entre la concepción del mundo y el medio de los pueblos indígenas, pero sin reconocerlos.
ambiente.2 Las lenguas son el principal instru- Asimismo, se observa una lenta pero segura re-
mento cultural utilizado para desarrollar, mante- apropiación de los recursos naturales, en especial
ner y transmitir el conocimiento generado en la de los forestales, por parte de varias comunidades
praxis cotidiana y, en el ámbito ecológico, para campesinas e indígenas. Se trata de un proceso
usar y transformar los ecosistemas continuo de lucha por la autonomía y el control
Sin embargo, la crisis por la pérdida de las len- colectivo de los recursos y de los poderes locales.
guas es mucho mayor que la generada por la pér- En la situación actual, de cambio sociocultural
dida de la misma biodiversidad. Se estima que a y económico generado por la nueva globalización,
nivel global 90 por ciento de las 6 000 lenguas na- se reorganizan los paradigmas para analizar y defi-
tivas desaparecerán en los siguientes 100 años nir políticas específicas para las bioculturas mino-
(Oviedo, Maffi y Larsen, 2000: 13). Por tanto, es ritarias. Los conocimientos locales no se pudieron
crucial preguntar acerca de la crisis de extinción ni se pueden expresar o traducir fácilmente a las
tanto de la naturaleza como de la cultura y la dis- lenguas dominantes; éstas no son un vehículo
rupción del complejo entramado de las relaciones equivalente para expresar significados lingüísti-
ecológicas con contenido tanto natural como cul- cos, culturales y ecológicos de los grupos sociales
tural (idem). Como consecuencia de esta crisis, las subalternos. En el proceso de globalización y uni-
adaptaciones locales a los ecosistemas se pierden versalización de la mercancía, presenciamos una
debido a las modalidades de consumo de mercan- ruptura en las interacciones de larga duración en-
cías producidas en otras latitudes en economías tre la sociedad indígena y la naturaleza. En múlti-
de escala. En este contexto, Chapin (1992) afirma ples casos observamos la desaparición de la diver-
que la adaptación y resistencia de las culturas lo- sidad cultural a favor de sociedades alineadas a la
cales y de los pueblos indígenas a estas situacio- monocultura global, cuya base es la economía de
nes cambiantes se da cuando éstas logran mante- mercado a gran escala sostenida por la sobreex-
ner su autonomía y retener el control de los plotación y expoliación “cortoplacista” de los re-
procesos de cambio. cursos naturales. Posey y Dutfield (1996), llaman
Desde el punto de vista histórico, la transfor- la atención acerca de este fenómeno que afecta
mación ecológica y sociocultural, así como la de tanto a las sociedades industrializadas como a las
los territorios indígenas, ha sido desigual, de ma- indígenas, por la interdependencia y la crisis a es-
nera que no se trata de culturas estáticas y con re- cala global que genera. Como consecuencia de
sultados homogéneos. La migración, colonización esta situación se impone el fortalecimiento de los
y la pérdida de las lenguas han sido procesos diná- derechos de autonomía y del manejo de los recur-
micos desde antes de la Colonia. No todos los sos naturales por parte de los pueblos indígenas
pueblos indígenas tienen la misma presencia en como estrategia global para la conservación y el
un territorio determinado. En este continuo mo- desarrollo de la biodiversidad. La ecología como
vimiento de subordinación y búsqueda de la auto- ciencia nos enseña que la diversidad es un prerre-
nomía, la reforma agraria desde los años treinta del quisito para la supervivencia biológica del plane-
siglo pasado, reforzó y dio un sello a los territorios ta. Modelos culturales que se basan en monocul-
turas y monocultivos representan riesgos muy
2
Al respecto, Toledo et al. (2001) desarrollan una biblio-
altos frente a cualquier contingencia (Oviedo,
grafía muy completa . Maffi y Larsen, 2000: 15).
51
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Sin embargo, estas relaciones de larga dura- genas con una actividad de largo aliento de convi-
ción entre la sociedad indígena y la naturaleza vencia, uso y transformación de los paisajes,
están en la base de la identidad sociocultural de principalmente modelado por la cultura de origen
los territorios originales. Por lo anterior, uno de los meso, árido y oasis América, transformados entre
componentes para definir el territorio es esta rela- otros por la Colonia y los procesos agrarios con-
ción con la naturaleza, el conocimiento estableci- temporáneos.
do y readaptado mediante la praxis cotidiana y el El artículo 2o de la Constitución Política de los
patrimonio biocultural asociado al manejo de la Estados Unidos Mexicanos, legislado en su forma
biodiversidad y la agrobiodiversidad. actual por el Congreso de la Unión en 2001, reco-
noce a los distintos grupos autóctonos de México
el carácter de pueblo y los define como pueblo indí-
Regiones y territorios gena. Esto nos lleva de inmediato a la discusión de
de los pueblos indígenas3 finales del siglo XIX y principios del XX acerca de la
cuestión nacional. La pregunta era si podría haber
En el siguiente ensayo voy a aproximarme a un pueblos sin territorio, y si esta situación era transi-
concepto de territorio contrastándolo con el de toria, o bien se maneja un concepto restringido de
región indígena, usado oficialmente, y que sea pueblo (Díaz-Polanco, 1999: 159). Este asunto
útil a los pueblos indígenas contemporáneos para rebasa el ámbito académico, ya que en ella se tra-
impulsar políticas propias de autonomía y auto- tan consecuencias políticas como se mostró, por
determinación, el reconocimiento de recursos ejemplo, en la discusión “territorial” de la autode-
naturales y biológicos colectivos, de propiedad terminación, autonomía y derechos humanos (Sta-
intelectual y que, además, pueda servir para reali- venhagen, 2001; López y Rivas, 2000; Díaz-Po-
zar un inventario biocultural que incluya los re- lanco, 1999) dentro del marco de la Constitución,
cursos hídricos. La definición de los territorios que se impulsó en los acuerdos de San Andrés,
será la clave para la evaluación espacial del patri- misma que posteriormente las cámaras de Dipu-
monio biocultural de los pueblos indígenas. Al tados y Senadores dejó en una gran ambigüedad.
preguntar por los territorios de los pueblos indí- Las reformas constitucionales de 2001 reconocen
genas nos encontramos con los problemas de una que “El derecho de los pueblos indígenas a la li-
reforma constitucional incompleta, declarativa y bre determinación se ejercerá en un marco cons-
poco práctica. Y es que los componentes espacia- titucional de autonomía que asegure la unidad
les, políticos y administrativos de los territorios nacional”. El reconocimiento de los pueblos y co-
son agendas pendientes, que tendrán que ser munidades indígenas se hará en las constitucio-
abordadas a la brevedad posible. Por lo anterior, nes y leyes de las entidades federativas, “las que
lo que propongo en las siguientes páginas como deberán tomar en cuenta, además de los princi-
territorios actuales es una aproximación usando pios generales establecidos en los párrafos ante-
los datos más actualizados y los defino como es- riores de este artículo, criterios etnolingüísticos y
pacios geográficos ocupados por los pueblos indí- de asentamiento físico”. Ante el carácter declara-
tivo, difícilmente traducible a acciones por parte
de los pueblos indígenas, las instituciones que
3
El concepto de pueblo indígena se usa aquí tal como lo
definió la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
desarrollan políticas públicas hacia los pueblos
canos en su artículo 2o, inciso 1. indígenas tienen una referencia regional.
52
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
Por otro lado, el enfoque regional en la cues- ca abandonada desde hace más de dos décadas)
tión indígena ha dominado en el pensamiento por medio del concepto de macrocuencas, como
indigenista. En efecto, Aguirre Beltrán, teórico las del Tepalcatepec, el Papaloapan o Balsas.
del indigenismo,4 creó el concepto de regiones Después de abandonada la política de regio-
de refugio como marco para la acción indigenista nes por macrocuencas, el número de centros
(Aguirre Beltrán, 1991); éstas definieron el ámbito coordinadores se elevó drásticamente a 60 (cuan-
territorial en que se desarrollaron los centros coor- do el doctor Aguirre Beltrán era subsecretario de
dinadores del Instituto Nacional Indigenista (INI) Educación Pública, en el régimen del presidente
para la intervención de la política indigenista. Echeverría). La finalidad era acabar con las “regio-
Posteriormente se relacionaron las políticas públi- nes de refugio” y las relaciones “dominicales” o
cas indigenistas con el desarrollo regional (políti- de dominio que se establecían regionalmente en-
tre los grupos de poder y los indígenas. “Estos úl-
4
El concepto de indigenismo se refiere a la política de
timos sujetos a la explotación de los grupos de
una entidad exterior, por ejemplo el Estado o la Iglesia (pas- población culturalmente más avanzados, enclaus-
toral indigenista), hacia los pueblos indígenas. El indigenis-
mo no es una política impulsada por las mismas organizacio-
trados en sus regiones de refugio, viviendo una
nes indígenas para reforzar su identidad como pueblo. vida de mera subsistencia y manteniendo incon-
53
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
movibles sus antiguos valores y patrones de con- dígenas, de los cuales 481 tienen más de 70 por
ducta, a favor de un conservatismo tenaz que crea ciento, y 174 de 40 a 70 por ciento de población
motivaciones y actitudes contrarias al cambio y a de indígena. Estos 655 “municipios indígenas”
la transformación” (Aguirre Beltrán, 1987). abarcan un área del 25 866 726 hectáreas (toman-
En el régimen de López Portillo, los pueblos do en cuenta los municipios definidos en el cen-
indígenas fueron “reclasificados” según su condi- so de población 2000), esto es, 13.3 por ciento del
ción de marginación por la Coordinación General territorio nacional, con una población de más de
del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Gru- seis millones de indígenas (Serrano, 2006).
pos Marginados (Coplamar); con este enfoque La clasificación de regiones indígenas de la CDI
indigenista, la política pública diluyó la especifi- incluye, aparte de los 655 municipios netamente
cidad cultural y lingüística y la convirtió en un indígenas, a otros 190 “con presencia de pobla-
problema de marginación. Este enfoque, con sus ción indígena”, mismos que concentran 3.2 millo-
distintas modalidades, sigue vigente. Podemos nes de indígenas. Finalmente, existen 1 572 mu-
concluir, entonces, que los conceptos generados nicipios con población indígena dispersa o sin
por las políticas públicas han sido funcionales pa- población indígena que suman 934 943 indígenas
ra la acción indigenista, según cada periodo sexe- (Serrano, 2006). Así, pienso que los 655 munici-
nal, pero no para los propios pueblos indígenas. pios indígenas podrían, en una primera aproxima-
En consecuencia, la Comisión Nacional de De- ción aceptable, ser reconocidos constitucionalmen-
sarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) ha deter- te como territorios de los pueblos indígenas de
minado “las regiones indígenas de México” co- México donde se ejerciera la autodeterminación
mo marco de los indicadores para la acción de las y autonomía. Los 190 municipios con presencia
políticas públicas. Como unidad de planeación de población indígena podrían ser definidos co-
del desarrollo, la región indígena es la unidad de mo regiones interculturales que requieren una
acción de políticas y programas de gobierno, y tra- política cultural específica hacia las minorías dis-
dicionalmente se define por un conjunto de mu- persas y de pérdida acelerada de condiciones cul-
nicipios. El concepto rescata, de las regiones de turales y lingüísticas indígenas.
refugio de Aguirre Beltrán, el carácter “de región La concepción de regiones organizadas con
cultural” concebida como los territorios “donde base en los municipios de las distintas entidades
las comunidades indígenas, en su mayoría vincu- federativas es de utilidad para las políticas públicas
ladas con la población mestiza, realizan los proce- porque éstas son instrumentos nacionales de
sos de reproducción generando una dinámica administración política y territorial de la población
económica, social y cultural que resulta parti- indígena. Es un instrumento para ejercer la políti-
cular”. La finalidad de tal proceder es “proponer ca pública hacia los indígenas desde la federación,
una nueva tipología de los municipios que per- estados y municipios, incluyendo las culturales,
mita determinar con mayor precisión unidades como por ejemplo las universidades intercultura-
políticas administrativas donde se encuentran les o las radios comunitarias que administra la
asentados los pueblos indígenas” (Serrano, 2006: CDI. Puede relacionar las políticas públicas con los
citando un documento de trabajo del Instituto Na- tres niveles de gobierno (federal, estatal y muni-
cional Indigenista 1993). Tenemos 26 regiones cipal); los censos del INEGI están organizados
que organizan la población indígena según el ti- en esos tres ámbitos, incluyendo las localidades, y
po de municipio: 1) 655 municipios netamente in- también puede hacer mediciones de impacto co-
54
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
55
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
las formas de gobierno indígena con las agrarias. to) y netamente de propiedad privada, son las
Ubicar el derecho a la autodeterminación y auto- modalidades de la territorialidad expresada en las
nomía en casi 24 000 localidades con mayoría de distintas formas de propiedad. Son las unidades
hogares indígenas es igualmente reduccionista en que se da el manejo individual y colectivo de
respecto al conjunto de cada pueblo indígena. Sin los bienes comunes. Respecto a este tipo de co-
embargo, es importante señalar que una de las munidades agrarias, la Constitución establece
conquistas más importantes de los pueblos indí- que es imperativo
genas en el siglo XX fue recuperar sus tierras por
medio de lo que en México se llama propiedad conservar y mejorar el hábitat y preservar la inte-
social (ejidos y comunidades). Los núcleos agra- gridad de sus tierras en los términos establecidos
rios —ejidales y comunales—, además de formas en esta constitución […] Acceder, con respeto a las
de propiedad privada en condueñazgo (surgidos formas y modalidades de propiedad y tenencia de
de la compra de sus propias tierras en el porfiria- la tierra establecidas en esta Constitución y a las
56
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
leyes de la materia, así como a los derechos adqui- Cultura de los Pueblos Indígenas, la presencia de
ridos por terceros o por integrantes de la comuni- localidades con distintas lenguas en los munici-
dad, al uso y disfrute referente de los recursos na- pios generó confusiones teórico-metodológicas
turales de los lugares que habitan y ocupan las para definir regiones, distritos o comarcas indíge-
comunidades, salvo aquellos que corresponden a nas. Sin embargo, más adelante veremos que los
las áreas estratégicas, en términos de esta Consti- territorios en donde se encuentran los indígenas
tución. Para estos efectos las comunidades podrán por lo general no están tan mezclados, de manera
asociarse en términos de ley. que hoy es posible adscribir —con el criterio et-
nolingüístico de la primera lengua en las localida-
En mi opinión, la crítica del movimiento indí- des— un territorio determinado a los distintos
gena a las reformas constitucionales de 2001 resu- pueblos indígenas. También habrá situaciones de
me con nitidez la discusión acerca de si los pue- contorno donde se comparten espacios con más
blos indígenas son sujetos de interés público o de de una lengua indígena. La confusión teórico-
derecho público (Zolla y Zolla, 2004). Los autores metodológica la origina el mismo establecimiento
citados nos dicen: de los municipios. Es decir, para instituir las re-
giones etnolingüísticas, la metodología empleada
La remisión a los estados para que sean éstos los tanto en el sector público como en el académico
que reconozcan en sus constituciones a los pueblos se basa en los municipios que tienen más de un
y comunidades como sujetos de derecho, situación porcentaje determinado de hablantes de lengua
que podría dar lugar a que existan distintas catego- indígena.
rías de indígenas, dependiendo de la entidad fede- ¿Cómo generar una base confiable de la defini-
rativa en que se asienten; negación del sustento te- ción de los territorios indígenas en donde se pueda
rritorial al ejercicio de autodeterminación de los decir a qué pueblo indígena pertenecen? Por un
pueblos; las limitaciones a la libre determinación y lado, con la herramienta de los censos de pobla-
a la autonomía, ción y con la aproximación etnolingüística tene-
mos la posibilidad de acercarnos de manera sincró-
entre ellas al uso y disfrute de los recursos natura- nica a los territorios demarcados histórica y
les que es el tema que ocupa este libro. Los pue- socialmente. Por el otro, los censos también dan
blos indígenas como sujetos “de interés público” cuenta, parcialmente, de la migración regional y
y no sujetos “de derecho” refleja la concepción suprarregional de miembros de una familia indí-
de que los indígenas son los pobres de los pobres, gena o incluso de familias enteras. Estas migracio-
y que lo que hay que atacar fundamentalmente nes pertenecen, de manera generalizada, a las es-
es la pobreza con programas genéricos para todos trategias de reproducción económico-social y a
los pobres de México. En el decenio de 1980 re- veces cultural que garantizan la subsistencia de los
surgieron discusiones respecto a la territorialidad hogares indígenas en su lugar de origen. Por su-
desde los mismos pueblos indígenas, y en espe- puesto que existen otras modalidades de migra-
cial a partir de 1994, cuando se definieron las ba- ción, una de las cuales puede ser definitiva. Éste
ses para los Acuerdos de San Andrés, en los años es un fenómeno creciente y cambiante, y su mag-
subsiguientes al levantamiento zapatista en Chia- nitud se explica por las políticas económicas y so-
pas. En la discusión de los Acuerdos de San An- ciales que generan una crisis en los lugares de ori-
drés para proponer una nueva Ley de Derechos y gen. De hecho, el recuento de la población en
57
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
2005 (INEGI, 2000, 2005) reporta por primera vez social, temporal o definitiva, en el lugar de desti-
desde los años cincuenta del siglo pasado una infle- no generan nuevas situaciones sociales, culturales
xión en el crecimiento de la población indígena en y económicas, tienen como referente identitario
términos absolutos y relativos (véase el cuadro 1). durante un largo periodo a las localidades, muni-
El principal bien de exportación de México, cipios o regiones de ese territorio “original”. La
después del petróleo, es la fuerza de trabajo. La territorialidad indígena está fuertemente ligada al
misma tesis podemos desarrollar para los pueblos modo de vida generado alrededor del conoci-
indígenas: su principal capital es la generación de miento y el manejo de los ecosistemas, y por me-
mano de obra que produce riqueza en otras latitu- dio de bienes tangibles e intangibles creados his-
des. Cada vez más hay menos jóvenes en las co- tóricamente.
munidades de origen, lo que pone en riesgo la En este trabajo me enfocaré en la discusión de
transmisión de la cultura, el conocimiento, la len- territorios de los pueblos indígenas pensando en
gua y la identidad (en la región del lago de Pátz- aquellos históricos-sociales tal como se presentan,
cuaro, por ejemplo, el promedio de edad de los hoy por hoy, de manera sincrónica, a partir de los
agricultores activos es de 60 años. (M. Astier co- criterios etnolingüísticos y sociológicos de “hogar
municación personal). indígena”.
De ninguna manera podemos adscribir el La aproximación a los territorios indígenas vía
concepto territorio de pueblos indígenas a los asenta- la clasificación de presencia o ausencia de hablan-
mientos indígenas que se encuentran en barrios o tes de una lengua indígena en los distintos muni-
localidades de California o Virginia, en Estados cipios tiene sentido cuando esta presencia es muy
Unidos, o bien en el Valle del Fuerte, Cancún o el alta y controlada por la propia población indígena,
Distrito Federal. Sería una confusión teórico-me- como en el caso de los 655 municipios aludidos.
todológica y política, relacionar el fenómeno so- Sin embargo, los municipios que tienen más de
cial de la reproducción de los hogares indígenas un pueblo indígena presentan un centro urbano
con el espacio que se genera en el destino de una donde se realizan transacciones comerciales, ad-
migración. Si bien la migración y la reproducción ministrativas y políticas, el cual no refleja necesa-
HLI* de 5 años y más 5 863 022 HLI* de 5 años y más 5 856 975
0 a 4 años 1 251 164 0 a 4 años 1 113 763
5 y más no HLI* 2 899 401 5 y más no HLI* 2 719 520
HLI*de 5 años y más afuera HLI*de 5 años y más afuera
de sus hogares 240 040 de sus hogares 413 313
2000 10 253 627 2005 10 103 571
Porcentaje respecto a la población Porcentaje respecto a la población
nacional 2000 10.5 nacional 2005 9.8
58
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
riamente los intereses de los habitantes indíge- habitantes, esto es, 10.5 por ciento del total. Este
nas, ya que su población o la élite que gobierna es cálculo se realiza de la siguiente manera: para es-
sobre todo mestiza. tablecer el criterio de pertenencia y el de auto-
A continuación, intentaré desarrollar una se- adscripción (limitado por la encuesta para el cen-
gunda aproximación de territorio que se estable- so de población 2000 de INEGI), se usa el criterio
ce a partir de las localidades y núcleos agrarios con etnolingüístico. En este sentido, el XII Censo
mayoría de población indígena, y que dé cuenta General de Población y Vivienda 2000, registra a
exactamente de los espacios donde viven hoy en los hablantes de lengua indígena que tengan cin-
día los pueblos indígenas. co años y más, lo que nos daría una población de
Con base en el X Censo de Población y Vi- 6 044547 de indígenas. A esta cantidad se agregan
vienda 2000 del INEGI y los Indicadores Socioeco- los niños y niñas de 0 a 4 años. Aun siguiendo el
nómicos de los Pueblos Indígenas de México 2000 criterio etnolingüístico, no todos los miembros de
elaborados por el Conapo, el INI y el PNUD (Se- los hogares indígenas hablan alguna lengua indí-
rrano et al., 2002: 47), la estimación más alta de gena. A los hablantes de lengua indígena se les
población indígena en México llega a 10253627 suman 4 209 080 de habitantes de los hogares en
59
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
los cuales un cónyuge o su ascendiente inmediato más adecuada para identificar y definir la ubica-
practican alguna lengua indígena. Esta estima- ción de los pueblos indígenas. Según el texto ci-
ción nos introduce a la discusión acerca de quién tado, existen 62 lenguas registradas en 32 estados
pertenece a un grupo indígena según el criterio de la República (De la Vega, 2001: 26).
lingüístico. Esta clasificación no deja de ser problemática
Al respecto, vale insistir de acuerdo con la CDI ya que si utilizamos el criterio de inteligibilidad
y el PNUD, que la aproximación metodológica ha- entre los hablantes para definir las lenguas, encon-
cia el tamaño de la población indígena de México tramos que en las mismas hay variantes que hacen
utilizando el criterio de hogar indígena es la que difícil decidir si el grado de diferenciación devie-
tiene mayores ventajas, en tanto que introduce ne en una nueva lengua.5 Por ello, el Instituto Lin-
en la discusión los factores sociales, culturales y güístico de Verano (ILV) reconoce muchas más
demográficos que aparecen en las variables cen- lenguas; el método que usaron para medir la inte-
sales. Siempre siguiendo la metodología CDI- ligibilidad entre las variantes dialectales de una
PNUD, utilizamos el concepto “población indíge- misma lengua fue escoger palabras sueltas de una
na” el cual se construye a partir de los hogares variante y presentarlas a los miembros de otra va-
indígenas en donde por lo menos un cónyuge o riante, se mide cuántas palabras entienden para
su ascendiente inmediato declaró en el Censo de evaluar que “tiene una inteligibilidad de x por
Población 2000 ser hablante de lengua indígena. ciento”; cuando el porcentaje rebasa cierto nivel,
Con esta metodología de “población indígena” afirman que es otra lengua. Sin embargo, es im-
compuesta por hogares, el II Conteo de Población prescindible que se generen procesos unificadores
y Vivienda 2005 reporta, por primera vez en 55 mediante una política cultural. Para clasificar des-
años, una inflexión del crecimiento, de manera de el punto de vista lingüístico a los pueblos indí-
que para ese año se reportan 10 103 571. genas, el Instituto Nacional de Lenguas Indíge-
El criterio etnolingüístico plasmado en los nas (INALI) ha realizado un trabajo minucioso con
censos permite dar cuenta de la dinámica lingüís- los siguientes criterios: 1) familias lingüísticas;
tica de los distintos pueblos (Serrano, 2006), y en 2) 68 agrupaciones lingüísticas, y 3) 364 variantes
especial de la existencia, pérdida o preservación lingüisticas que deberían denominarse lenguas.6
del idioma en los distintos grupos de edad. Con
esta aproximación se genera una base de datos
5
El INEGI (2005) reconoce las siguientes lenguas para los
con georreferencia, en la que se ubican las locali- mixtecos, zapotecos, chinantecos, amuzgos, chontales, po-
dades por porcentaje de población en hogares in- puluca y tepehuano: lenguas mixtecas (mixteco, mixteco de
la costa, mixteco de la Mixteca Alta, mixteco de la Mixteca
dígenas, de hablantes de lengua indígena y por el Baja, mixteco de la zona mazateca, mixteco de Puebla y ta-
tipo de municipios en que se encuentran (Serra- cuate), lenguas zapotecas (zapoteco de Cuixtla, zapoteco de
Ixtlán, zapoteco del Istmo, zapoteco del rincón, zapoteco
no et al., 2002). La metodología aplicada en el es- sureño, zapoteco Valles Centrales y zapoteco vijano), len-
tudio referido se realizó con base en los resultados guas chinantecas (chinanteco, chinanteco de Lalana, chi-
nanteco de Ojitlán, chinanteco de Petlapa, chinanteco de
estadísticos y no tiene su equivalente para definir Usila y chinanteco de Valle Nacional), lenguas amuzgas
el sentido de pertenencia en el terreno cultural, (amuzgo de Guerrero y Amuzgo de Oaxaca), lenguas chon-
tales (chontal de Tabasco y chontal de Oaxaca), lenguas po-
político, administrativo e histórico. Los mapas polucas (popoluca de la sierra, popoluca de Oluta y popoluca
que se generan a partir de los censos y las locali- de Texistepec), y lenguas tepehuanes (tepehuano de Du-
rango y tepehuano de Chihuahua).
dades que tienen cierto porcentaje de población 6
Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (2007), www.
en hogares indígenas representa la aproximación inali.gob.mx/catálogo2007.
60
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
En este trabajo nos referiremos a principal- los mixes como ayuuk, a los seris k’onkaak, etc. Por
mente a las agrupaciones lingüísticas cuya clasifi- ello, en el cuadro 5 se indica cómo cada pueblo se
cación aproximada usa el Censo de Población y autodenomina y sería deseable que esta nomen-
Vivienda 2000 del INEGI. Con la nueva clasifica- clatura fuera reconocida constitucionalmente, al
ción oficial del INALI, el INEGI tendrá que reagru- igual que las denominaciones geográficas de los
par en el futuro las lenguas. Las variantes tienen territorios en donde se practican los idiomas de
que ver con procesos históricos diferenciados, los pueblos indígenas.
movimientos poblacionales y aislamiento geográ- El criterio etnolingüístico utilizado en los cen-
fico. Las variantes de agrupaciones lingüísticas sos de población por hogares permite esclarecer
mayores tienen —igual que los pueblos indíge- la dinámica lingüística de los distintos pueblos,
nas pequeños— el problema de la pérdida de len- en particular si existe pérdida del idioma o no. Con
gua, ya que puede haber muy pocos que hablan esta aproximación se genera una base de datos por
la variante y por ello se pasa al español como len- localidades con una georreferencia a partir de x
gua principal. porcentaje (y más) de hogares con hablantes de len-
Los nombres de las lenguas tienen que ser re- gua indígena (Serrano et.al., 2002). La metodolo-
definidos como lo proponen los integrantes de los gía aplicada en el estudio referido se realiza con
pueblos indígenas, ya que las designaciones ac- base en los resultados estadísticos y no presenta
tuales frecuentemente las pusieron los conquis- un equivalente para definir el sentido de perte-
tadores. Así, a los otomíes se les debe reconocer nencia en el terreno cultural, político, administra-
como hñahñu, a los tarahumaras como rarámuri, a tivo e histórico. Los mapas creados a partir de los
61
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
egados por los estados nacionales, los espacios sión política, que se refiere a la jurisdicción, gobierno,
N en que hoy viven los pueblos indígenas no son
territorios reconocidos como autonómicos en donde la
normas, y decisiones” (Toledo Llancaqueo 2007), que
en México se expresa atomizadamente en núcleos
población indígena pueda reproducir su cultura, eco- agrarios por lo general contiguos de un mismo pueblo
nomía y sociedad. Por ello, su delimitación es difícil más indígena, y legalmente en alguna representación (no
no imposible. Detrás de la negación a la autodetermi- ejercida) en los cabildos municipales. “La dimensión
nación por parte del Estado mexicano, está el temor cultural que es un espacio socialmente organizado, esto
infundado de la balcanización del país mismo que no es, un espacio siginifcativo culturalmente, en el cual se
es el tema desde los movimientos indígenas. Cuando localizan, distribuyen y organizan las redes sociales del
se habla de territorio, se piensa en límites, en el adentro asentamiento, significados” (idem), y acciones colecti-
y el afuera. Es evidente que los límites municipales en vas de un grupo. La dimensión cultural incluye el terri-
su generalidad coinciden con los espacios en donde torio simbólico, ocupado por los pueblos indígenas en
vive mayoritariamente la población indígena. Sin em- sus peregrinaciones, rituales religiosos, los lugares don-
bargo, en un municipio pueden vivir distintos pueblos de el mito de origen le asigna un nombre a los ríos, ce-
indígenas. Asimismo, frecuentemente localidades con- rros y montañas en lengua indígena, que la nomencla-
tiguas a los municipios indígenas que pertenecen a las tura de la cartografía oficial ignora. “La dimensión
mismas etnias pueden estar en un municipio aledaño natural del territorio se refiere a los recursos naturales,
sin que se reconozca como parte de un municipio indí- agua, tierra y vegetación” (idem). La estrecha relación
gena. Tampoco los límites de los distritos judiciales, entre lengua, actividad productiva y la dimensión natu-
electorales y estatales coinciden. En la actualidad, la ral se refiere a los “los conocimientos de los pueblos in-
Constitución mexicana ignora que una abrumadora dígenas sobre biodiversidad [que] se han generado en
mayoría de la población indígena vive en espacios geo- interacción con sus territorios y están compuestos por
gráficos importantes y cuyas localidades muestran el conjunto de usos, costumbres e informaciones sobre
contigüidad de carácter lingüístico. Es obvio que el ser los organismos vivientes y los complejos ecosistemas en
indígena no sólo lo define la lengua que habla, sin em- los que viven. Estos conocimientos generalmente se
bargo, sí podemos afirmar que los que hablan lengua producen de manera colectiva y son de carácter inter-
indígena son el núcleo de los pueblos indígenas. Una generacional y acumulativo, además son producidos y
región indígena, como es definida por la CDI, abarca mantenidos en el contexto cultural y biológico. Desde
uno o más municipios de mayoría indígena, mas no este punto de vista, el territorio es para los indígenas
puede dar cuenta de áreas que se pueden adscribir a tal una prolongación una expresión material de la red de
o cual pueblo indígena. Los territorios de los pueblos relaciones que construye el conocimiento colectivo. Por
indígenas que propongo en este libro, permiten deter- esto, los derechos intelectuales colectivos son para los
minar áreas geográficas compactas por pueblo indíge- indígenas una prolongación de los derechos territoria-
na. Se trata de una aproximación que se puede calificar les, ya que el territorio y el conocimiento conforman
como el núcleo duro, en donde la composición pobla- una unidad indisoluble. De hecho, la noción de territo-
cional es de un 80.9 por ciento de hogares indígenas. rio indígena debe ser entendida como garantía de con-
El territorio tiene varias interpretaciones, acepciones tinuidad de los conocimientos sobre biodiversidad”
y dimensiones. Para nuestro caso, tenemos “la dimen- (idem) y sede de las lenguas autóctonas.
62
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
censos y la identificación de las localidades que los pueblos indígenas se reproducen cultural, eco-
tienen cierto porcentaje de hablantes de una len- nómica y socialmente. Asimismo, esta metodolo-
gua indígena representan hoy por hoy la aproxi- gía puede documentar la pérdida lingüística como
mación más precisa para definir la ubicación y los producto de la crisis en que se encuentran inmer-
territorios de los pueblos indígenas. Se trata de de- sos los pueblos indígenas.
finir territorios por la densidad de ocupación de los Este trabajo tiene como objetivo hacer un ba-
pueblos indígenas contemporáneos de México. lance de la diversidad biocultural en los territorios
Entonces, ¿qué es el territorio de los pueblos de los pueblos indígenas. Por tanto, trataremos de
indígenas? El territorio es un concepto pero tam- reconstruir los territorios actuales según la pre-
bién un referente identitario, es un paisaje cultu- sencia de los pueblos indígenas que los habitan.
ral y una historia social y natural. Para acercanos a El concepto territorio le da a esta aproximación
su descripción propongo una metodología que un enfoque específico, ya que las culturas de los
puede ser perfeccionada cuando se revisen de pueblos indígenas se desarrollan en ecosistemas
nuevo las territorialidades entre el movimiento determinados que han usado y transformado, en
indígena y el Estado mexicano. Por lo pronto, con- algunos casos, durante milenios o siglos.
sidero territorios de los pueblos indígenas las por-
ciones en donde hoy viven los pueblos indígenas,
según los registros del Censo Nacional de Po- Metodología para la delimitación de
blación y Vivienda 2000 efectuado por el INEGI. Si los territorios de los pueblos indígenas
le damos la dimensión agraria de las localidades contemporáneos
mayoritariamente indígenas, e incorporamos ade-
más algunos accidentes geográficos con población A partir de las consideraciones anteriores, utilicé
indígena, se tiene un núcleo duro de los territorios los siguientes criterios para redefinir los territorios
indígenas actuales que representa 14.3 por ciento de los pueblos indígenas.
de toda la República mexicana. 1) Criterio de las localidades de 40 por ciento y
Para definir en el ámbito nacional los territo- más de hogares de hablantes de lengua indígena.
rios actuales de los pueblos indígenas, la aproxima- Para evaluar la composición poblacional en un es-
ción etnolingüística es la que más recursos geográ- pacio determinado, así como sus inventarios bio-
fico-territoriales nos ofrece, independientemente culturales y de captación de agua, se requiere un
de la definición de lengua, familias lingüísticas, instrumento de mayor precisión territorial que la
agrupaciones lingüísticas, variantes lingüísticas, delimitación municipal según la presencia o no
como lo presenta el INALI (2007). Los censos de de hablantes de lengua indígena. Por ello, el pun-
localidades con georreferencia nos ayudan a ubi- to de partida fue la elaboración de una base de da-
car a la población que practica el idioma predomi- tos que incluyera todas las localidades en que vi-
nante. Esta aproximación etnolingüística y social ven los pueblos indígenas, que identificara de
(hogares) sólo podría ser complementada y supera- qué pueblo se trataba y cuántos habitantes indí-
da por la autoadscripción de cada población, que genas hay. Para desarrollar este criterio se depuró
iría más allá de si habla alguna lengua indígena. la base completa del Censo General de Población
El criterio de asociar a los hablantes con los ho- y Vivienda (datos por localidad) para el año 2000
gares (Serrano et al., 2002) implica asociar tam- con el siguiente enfoque: en la base completa
bién a la familia como la unidad a partir de la cual para el país existen 206 816 registros, de los cua-
63
Chiautla
de Tapia Acatlán
L ENGUAS MIXTECAS
18º
Huajuapan
de León
SI
ER
RA
JU
Chilpancingo
ÁR
EZ
SIE
RRA GUERRERO
MA
DR
ED
EL
SUR
Oaxaca
17º
OC Miahuatlán
ÉA OAXAC A
NO
PA
CÍF
ICO
16º
CUADRO 2. Población en localidades con presencia indígena por hogares dentro de los
territorios de los pueblos indígenas
Porcentaje de localidades con Número de Población total Población
presencia indígena por hogares localidades indígena
Fuente:
les 199 391 son datos de localidades con las varia- hogares indígenas permite conocer la dinámica
bles del Censo de Población y con valores de coor- lingüística de los distintos pueblos. En especial,
denadas de su ubicación espacial. Partimos de la refleja la preservación o la pérdida del idioma por
información de la población indígena que desa- grupos de edad.
rrolló el programa Indicadores de la Población Para generar las regiones indígenas en Méxi-
Indígena de México 2002, elaborada por CDI y co, la CDI y el PNUD definieron a los municipios in-
PNUD, a partir del X Censo de Población y Vivien- dígenas como los que tienen 40 por ciento, o más
da 2000 del INEGI. Este método es muy interesan- de población en hogares indígenas. La CDI y el
te cuando se trata de microetnias. En el INEGI no PNUD consideraron importante la presencia indí-
están contabilizados aquellos que tienen menos gena que, aun teniendo un porcentaje menor del
de cinco años. Por ello, la CDI y el PNUD desarrolla- 40 por ciento, es igual o mayor a 5000 personas en
ron una aproximación metodológica para el tama- una región determinada. Hasta aquí la metodolo-
ño de la población indígena de México que utiliza gía CDI-PNUD. Al igual que la CDI y el PNUD, inicio
el criterio de hogar indígena. Esta aproximación el análisis del territorio con las localidades que
ofrece las mayores ventajas, en tanto que introdu- tienen 40 por ciento o más de población indígena.
ce en el análisis los factores sociales, culturales y De este modo tenemos a nivel nacional 23 084
demográficos que aparecen en las variables censa- localidades con 40 por ciento y más, de hogares
les. Se considera “hogar indígena” aquel en el cual con población indígena. De esas 23084 localida-
el jefe(a) del hogar o su cónyuge o alguno de los des, 22616 presentan contigüidad con otras indí-
ascendientes de cualquiera de ambos habla algu- genas, o bien forman un núcleo agrario aislado,
na lengua indígena; así, se considera que todos mayoritariamente indígena.
sus integrantes son parte de la población indígena 2) Criterio de la contigüidad. Para ubicar todas
de México. De este modo el CDI-PNUD maneja la las localidades indígenas que tengan 40 por cien-
cifra para la población indígena de 10 220 863 ha- to y más de hogares se desarrolló una primera
bitantes (esta cifra no incluye a los hablantes de aproximación espacial, proyectando un polígono
lenguas indígenas en viviendas colectivas, ni a los alrededor de cada localidad. Esta metodología,
indígenas que han emigrado a Estados Unidos). ideada por Thiessen, consiste en crear polígonos7
Con esta aproximación, al concepto de “población
indígena” se le agrega el criterio social además del 7
En la literatura se conocen como “polígonos de Thies-
etnolingüístico. Asimismo, la aproximación por sen o Vernier”.
65
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
al unir los puntos de las localidades indígenas en- grupo etnolingüístico. Este criterio fue aplicado a
tre sí, y trazar las mediatrices de los segmentos de todos los territorios de los pueblos indígenas, con
la unión de manera que el perímetro de los polí- excepción del territorio de los zoques de Chimala-
gonos generados sea equidistante a los puntos pas y de los maya-lacandones de la selva Lacando-
vecinos y con el fin de definir así su área de in- na. La razón de esta diferencia es que en sus terri-
fluencia. Con esta aproximación tenemos la cer- torios no forman localidades contiguas, ya que
teza de la ubicación de la población indígena en éstas son los polígonos de los decretos agrarios, a
territorios sin todavía definir sus límites exactos. las cuales hay que restarles áreas que han sido ocu-
Crear los territorios con este núcleo compacto padas por colonos, generalmente otros indígenas.
de localidades indígenas tiene varias ventajas. En Con el criterio de la contigüidad se logró defi-
primer lugar, se pueden incorporar a los territorios nir las áreas más densamente pobladas por pue-
indígenas las localidades que se encuentran en blos indígenas. Este criterio permite determinar
franca minoría en municipios y que no tenían ex- un núcleo consolidado de localidades en donde
presión territorial y política alguna. En segundo hay un promedio de 80.9 por ciento de presencia
lugar, se pueden excluir las partes no indígenas de indígena. Por ende, y para efectos de este trabajo,
los municipios con alta presencia indígena. En ter- el criterio de 40 por ciento y más de hogares da la
cer lugar, a diferencia de las regiones indígenas de certeza de la presencia indígena en espacios que
la CDI, en este caso podemos ubicar territorios por precisaremos en la siguiente sección.
FIGURA 1. Polígonos de Thiessen desarrollados con localidades de distinto tamaño y composición de la población indígena.
Los polígonos de color azul claro representan localidades de 30 por ciento de población indígena, los azul oscuro, de 40 a
70 por ciento, mientras que los de color rosa representan localidades de 70 a 100 por ciento. Nótese la contigüidad de los
polígonos desde los azules hasta los rosas. Las nubes de polígonos pequeños denotan mayor densidad de población.
66
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
Nuevo Ixcatlán
L ENGUAS ZAPOTECAS
Suchilapan
Santiago Zacatepec
Oaxaca CHIAPAS
17º
Tlacolula
SIERR A DE TEHUAN T E P E C
Juchitán
G o l fo d e Te h u a n te p e c
Santiago
16º Puerto Astata
Escondido
Puerto Ángel
97º 96º 95º
67
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
3) Criterio de la ocupación espacial de las lo- so ejidal 2002). Tenemos, además, 6 952 845 de
calidades en núcleos agrarios. Los polígonos de hectáreas que corresponden principalmente a la
Thiessen no reflejan la topografía ni los límites de pequeña propiedad o a algunos ejidos y comunida-
los núcleos agrarios ni los límites físicos entre la des que están en litigio y que no aparecen en el
población mayoritariamente indígena y no indí- registro agrario. Esta superficie se obtuvo con los
gena. De esta manera, la siguiente tarea fue expan- polígonos de Thiessen antes mencionado.
dir los polígonos hacia los límites irregulares de Predomina la propiedad ejidal con 91.9 por
los núcleos agrarios, según el INEGI (2002). En este ciento en los núcleos agrarios, y los bienes comu-
trabajo contamos con la información del VIII Cen- nales se expresan con 8.1 por ciento, (INEGI 2008)
so Ejidal que presenta 30 305 ejidos y comunida- excepto en el estado de Oaxaca, que alberga 50
des agrarias con alrededor de 105 millones de hec- por ciento de todas las tierras comunales del país.
táreas. Para expandir cada polígono a los límites Históricamente, las instituciones agrarias na-
que marca la tenencia de la tierra ejidal o de bienes cionales han desarrollado una política explícita
comunales, se utilizaron 12 501 polígonos de nú- para “ejidalizar” los territorios comunales de los
cleos agrarios. En este caso se trata de 21 080 248 pueblos indígenas. Con este mecanismo es más
hectáreas en territorio indígena enlistadas en el Re- fácil que accedan fuerzas externas al usufructo de
gistro Agrario Nacional a finales de 2002 (VIII Cen- los recursos naturales y a la apropiación privada
68
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
del territorio, creándose así —por lo menos de 2002, 4.7 millones corresponde al área de uso co-
manera teórica— mercados de tierras y las bases mún, mientras que la tercera parte —esto es, dos
para la nueva concentración de la tierra por el ca- millones de hectáreas— corresponde al usufructo
pital privado. Esto se acentúa a partir de las refor- individual de los parcelarios (Robles y Concheiro,
mas al artículo 27 constitucional en 1992, que 2004). El INEGI (2008) reporta que de 105.9 millo-
permiten convertir vía Procede los bienes comu- nes de hectáreas de tierra propiedad social a nivel
nales en ejidales y así llegar paulatinamente a la nacional, 65.4 millones son de uso común. Cuan-
desincorporación de la llamada propiedad social. do se trata de tierras aprovechables desde el pun-
Sin embargo, este último pronóstico no se con- to de vista agrícola, el Procede ha impulsado la
cretó ya que el número de ejidos y comunidades parcelación, a veces de la totalidad de los ejidos,
agrarias creció 4 por ciento, pasando de 30 305 en lo que hace prácticamente inviable el aprovecha-
2001 a 31 518 en 2007 (INEGI 2008). miento colectivo de los bosques y selvas.8 Esta
Desde el Porfiriato, algunos pueblos indíge- área aumentará si la certificación agraria avanza;
nas tuvieron la posibilidad de comprar como pro- sin embargo, muchas comunidades indígenas se
piedad privada su propio territorio comunal. Por niegan entrar al Procede por temor, entre otras ra-
ejemplo, en la sierra mazateca de Oaxaca; en Zon- zones, a la privatización y pérdida de sus tierras.
golica, Veracruz; en la Sierra Norte de Puebla, o Al respecto, la discusión teórica impulsada a
bien en Pantepec, Simojovel, San Cristóbal de las nivel mundial se enfoca en el control de los recur-
Casas, Salto de Agua y San Juan Cancuc, Chiapas. sos por el gobierno de los bienes comunes, cuan-
En cada uno de estos lugares advertimos un pre- do las tierras de uso común tienen esta caracte-
dominio de la pequeña propiedad o bien la mo- rística específica (Ostrom, 2000). No ha habido
dalidad del “condueñazgo”, presente todavía en atención suficiente por parte de las políticas
la Huasteca veracruzana. En el trabajo de Toledo públicas a las formas de gobierno de los bienes
(Toledo et al., 2001), citando a la Procuraduría comunes con relación a la conservación y el desa-
Agraria, encontramos que se estima que 300 mil rrollo. Al contrario, a partir de las reformas cons-
familias indígenas tienen sus tierras en propiedad titucionales al Artículo 27, la Procuraduría Agra-
privada. ria, en su programa del Procede, inició ilegalmente
Que predomine la modalidad ejidal sobre la procesos de parcelación de áreas de uso común
comunal no significa que se eliminen las tierras de bosques y selvas, haciendo más difícil el apro-
de uso común. Éstas pueden tener acceso colec- vechamiento racional. Especialmente, en el su-
tivo con reglas claras mediante los acuerdos de las reste se encontraron modalidades indirectas de
comunidades agrarias o bien pueden ser apropia-
das por poderosos locales o abandonadas por no 8
Un ejemplo dramático serían las acciones de la Secreta-
ría de la Reforma Agraria —o su antecesor, el Deparamento
ser tierras aptas para la agricultura. Las tierras de de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC)— y el Procede
uso común conservan una gran porción de la ve- en los territorios nahua y popolucas en los Tuxtlas, Veracruz.
Aquí se negaron los títulos coloniales de tierras comunales,
getación natural (92.4 %) frente a los predios par- se “ejidalizaron” las tierras comunales muy parcialmente
celados (INEGI 2008). Estas tierras proporcionan, respecto a su titulación original, se expropiaron partes para
obras de Pemex que después no se realizaron, caciques loca-
asimismo, la leña que consumen los hogares cam- les indígenas y no indígenas se apropiaron parte de las tie-
pesinos e indígenas. Así, de los siete millones 199 rras. Procede para contrarrestar este proceso distribuyó la
tierra en parcelas individuales y las comunidades pierden así
mil hectáreas de superficie titulada y certificada los últimos manchones de selvas y bosques. (Lazos y Paré,
en los ejidos y comunidades indígenas en el año 2000; Velázquez, 2004).
69
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
repartición del bosque y las selvas en parcelas Conclusiones respecto a los territorios actuales
de igual tamaño, aunque de modo formal aparez- de los pueblos indígenas
can como de uso común. Por otro lado, a pesar de
que existan las tierras de uso común en tal magni- Como se podrá observar, la definición de los terri-
tud, casi no se destinan recursos públicos para de- torios es parte de un proceso cultural, social y polí-
sarrollar y conservar esos espacios. Por ejemplo, la tico, y se efectúa por aproximaciones. A los munici-
Sagarpa destina los fondos regionales a tierras agrí- pios indígenas de las regiones planteadas por la
colas y ganaderas, mientras que el resto de la tie- CDI se añadieron las localidades indígenas conti-
rra no ha obtenido históricamente apoyo alguno. guas a los municipios clasificados “con presencia
Los recursos aplicados al desarrollo forestal son, indígena”; y viceversa, a los municipios netamen-
en comparación, muy exiguos. te indígenas se les quitaron partes que no tenían
4) Criterio de los límites municipales compar- localidades indígenas. Los territorios definidos
tidos. Existen espacios que, por la falta de infor- con la metodología propuesta son el “núcleo du-
mación de la tenencia, son difíciles de adscribir a ro” mínimo de los pueblos indígenas actuales, en
tal o cual localidad. Si en estos espacios no hay lo- los que se pueden desarrollar políticas autonómi-
calidades con población no indígena significativa, cas, sociales, culturales, económicas que irradien
se aplica por igual el criterio de la contigüidad. hacia sus periferias. Los territorios indígenas defi-
Si se trata de límites municipales, con la situación nidos aquí con criterios etnolingüísticos y por hoga-
descrita se incorpora el territorio hasta el límite res pueden ser la plataforma inicial para otras comu-
municipal. nidades que deseen adscribirse o asumirse como
5) Criterio del contorno compartido por ejidos, parte de éstos, sin que necesariamente hablen el
comunidades o agrupaciones de pequeñas pro- idioma respectivo. Por ejemplo, en la Sierra Norte
piedades que tienen menos de 40 por ciento de de Oaxaca varias comunidades se autoadscriben
hogares de población indígena. Casi todos los te- como zapotecas, y aunque el idioma se ha perdi-
rritorios tienen miembros dispersos de su comu- do, la cultura permanece. La adscripción volunta-
nidad etnolingüística en sus contornos. Se trata ria es una asignatura pendiente que puede resol-
de localidades con hogares indígenas que convi- verse con una reforma constitucional al artículo
ven con otras localidades no indígenas dentro de 2o, al reconocerse los territorios autonómicos.
ejidos y comunidades o de pequeñas propieda- Por las escalas en que se manejó el sistema de
des. El problema para definir el límite territorial información geográfica, los límites propuestos no
de estas localidades es de orden metodológico. son aptos para litigios entre núcleos agrarios. La
Las localidades indígenas contiguas se incluye- contigüidad lingüística de las localidades, la do-
ron en los territorios sin conocer exactamente el minancia de los hogares indígenas (en 80.9 % de
límite territorial real. Una solución menos subje- la población total) y su ubicación dentro de los
tiva para resolver el problema es generalizar un núcleos agrarios y límites municipales permite
criterio uniforme identificando las localidades replantear políticas nacionales y la de los propios
indígenas con las limítrofes no indígenas, de ma- pueblos indígenas, y definir a partir de estos te-
nera que cada una se convierte en centro de los po- rritorios: 1) formas de organización sociopolítica
lígonos de Thiessen. La línea equidistante (me- (comarcas o distritos) que necesariamente reba-
diatriz) entre las distintas localidades indígenas y san a los municipios, distritos judiciales y límites
no indígenas indica el límite del territorio. estatales. Las formas de representación política
70
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
71
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 3. Propiedad social y privada en los territorios de los pueblos indígenas (CONTINUACIÓN)
Pueblo Polígonos de Superficie de Propiedad Superficie total
indígena ejidos y bienes ejidos o bienes privada de territorios
comunales comunales (hectáreas) indígenas
(hectáreas) (hectáreas)
podrían ser múltiples, como sería la asamblea de culturales hacia aquellos indígenas que viven en los
representantes de comunidades o grupos de co- alrededores de los territorios (por lo menos tres
munidades por variantes lingüísticas que según millones a nivel nacional), y 3) formas de defensa
el INALI serían lo equivalente a las lenguas; 2) for- del patrimonio biocultural, con políticas de mane-
mas de organización sociocultural, donde se defi- jo sustentable de recursos naturales, desde las or-
nan políticas lingüísticas, culturales, de educación, ganizaciones indígenas. En efecto, la apropiación
de universidades interculturales, y las radios comu- de los recursos naturales desempeña un papel
nitarias; desde este núcleo duro se irradian políticas crucial en el futuro de los pueblos indígenas.
72
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
Esta propuesta metodológica permite superar masivas y colonización; por ejemplo, en Uxpana-
discusiones públicas acerca de cómo definir los pa, Veracruz; la zona reclamada por Chiapas de
territorios cuando se presenta más de un pueblo Chimalapas y Oaxaca; en Montes Azules o al sur
indígena en uno o varios municipios. La cuestión del municipio de Calakmul, Campeche.
básica es que los municipios y sus cabeceras no La utilización genérica de las lenguas de los
fueron organizados en función de las identidades pueblos indígenas (por ejemplo: otomí, zapoteco,
de los pueblos indígenas, sino como centros de mixteco, nahua, etcétera) puede dar una idea de
relaciones de poder. Por ello, la idea de la remuni- unidad territorial para los portadores de las len-
cipalización se estancó rápidamente. guas específicas, cuando en realidad alguna re-
Se puede objetar que esta metodología sosla- gión ya se ha separado lingüística y culturalmen-
ya la profundidad histórica. En efecto, la metodo- te por siglos. Sin embargo, tal como se propone
logía hace un corte sincrónico ubicado en el esta- esta aproximación puede ser el inicio para el re-
do de cosas actuales con cara al futuro, sin tratar conocimiento constitucional de los territorios de
de entrar en el pantanoso e ideológico proceso de los pueblos indígenas. Las variantes lingüísticas
legitimar “territorios históricos”. Lo cierto es que de un grupo lingüístico pueden agruparse por afi-
lo que observamos hoy como territorios es la su- nidades regionales.
perficie de procesos históricos complejos. En esta Con los criterios anteriores se generaron los
complejidad incluimos polígonos con población polígonos de los territorios de los pueblos indí-
indígena afuera de su territorio original, mismos genas actuales. En estos territorios viven en total
que se formaron en procesos de relocalizaciones 8 391 944 habitantes, de los cuales 6 792 438 son
73
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
población indígena, lo que nos da una abrumado- Así de los 10 113 411 de población total indígena
ra presencia en ese territorio de por lo menos 80.9 3 339 857 vive afuera de manera dispersa, 33 por
por ciento. Estos territorios densamente habita- ciento del total, en 28 344 localidades con uno o
dos por la población indígena suman 28 033 092 más hogares indígenas. Sin embargo, de estos ha-
hectáreas, las que representan el 14.3 por ciento bitantes indígenas que viven en el exterior de los
del territorio nacional. territorios, 3 172 772 se ubican en un promedio de
Del cuadro 4 se puede concluir que 6.2 por 50 kilómetros a la redonda a partir de los límites
ciento de las localidades con población predomi- territoriales. Podrían considerarse migrantes de
nantemente indígena tiene menos de 100 habi- larga distancia dentro de la República mexicana
tantes; 80 por ciento vive en poblaciones de entre 565 163 indígenas. La presencia de este “col-
100 y 4 999 habitantes, y el 13.5 por ciento en ciu- chón” de población indígena alrededor de los te-
dades con poblaciones de entre 5000 y 58 697 ha- rritorios puede tener varias explicaciones: 1) los lí-
bitantes indígenas. Es así como el carácter rural mites entre una región netamente indígena con la
domina en los territorios. no indígena no son precisos y las dos regiones tie-
Si se considera como ciudades a las que tienen nen un área de influencia importante; 2) se trata
un núcleo urbano con más de 5 000 habitantes, de territorios históricos en que la población ha per-
entonces tendríamos en los territorios indígenas dido y está perdiendo su lengua; 3) hay en este
alrededor de 80 ciudades con 994648 habitantes “colchón” zonas agrícolas de riego que atraen ma-
indígenas (véase el anexo 1) con una presencia de no de obra indígena; 4) hay ciudades cercanas en
hogares indígenas de 40 por ciento y más. donde los indígenas se arraigan por más de una
Una vez definido el “núcleo duro” de los terri- generación, y 5) hay zonas indígenas históricas en
torios de los pueblos indígenas podemos exami- los alrededores de las ciudades y se convierten
nar cómo se distribuyen los habitantes indígenas en barrios o colonias que mantienen una estrecha
que viven dispersos en el territorio nacional. relación rural-urbano y urbano-rural, como podría
74
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
Pueblo indígena Nombre que se otorga cada Extensión Población Porcentaje Población Porcentaje Población
en español y número pueblo en su lengua* * * territorios indígena de indígena población indígena
de variantes indígenas dentro población fuera indígena total
o lenguas* * (hectáreas) de los indígena de los fuera de los (dentro y
territorios dentro territorios territorios fuera de los
de los territorios)
territorios
* El INEGI (2000) no registra el ku’ahl, mam, olulteco, q’tok, sayulteco, teko, texistepequeño, akateco, ayapaneco. En cambio, se menciona el
tacuate que es una variante del mixteco. Véase Catálogo de Lenguas INALI. http://www.inali.gob.mx/catalogo2007/#agrupaciones.
** INALI (2007).
*** Zolla y Zolla (2004); INALI (2007).
75
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Pueblo indígena Nombre que se otorga cada Extensión Población Porcentaje Población Porcentaje Población
en español y número pueblo en su lengua* * * territorios indígena de indígena población indígena
de variantes indígenas dentro población fuera indígena total
o lenguas* * (hectáreas) de los indígena de los fuera de los (dentro y
territorios dentro territorios territorios fuera de los
de los territorios)
territorios
76
Regiones, territorio, lenguas y cultura de los pueblos indígenas
ser el área de Texcoco, o Milpa Alta. El inciso 5 vale Cancún, la ciudad que fue construida por manos
especialmente para los nahuas de la zona metro- mayas, tiene 121 600 habitantes indígenas de una
politana, donde viven 722 371 hablantes. población de 410 117 habitantes esto es 29 por
Atención especial merece el fenómeno migra- ciento. A diferencia de Mérida, Cancún, Playa del
torio en la península de Yucatán. La relación co- Carmen, Cozumel y en general la costa caribeña
munidades de origen con ciudades y zonas atrac- mexicana presentan procesos inmigratorios acu-
toras en el Caribe mexicano, se ha mantenido mulados y recientes de muy altos a extremos. En
estrecha. En general, desde antes de que se desa- Chetumal el ritmo disminuyó ligeramente, ya
rrollaran los procesos migratorios masivos, las ciu- que pasó de inmigración fuerte a moderada.
dades de la península tenían una altísima presen- La fuente básica para la formación territorial
cia de indígenas mayas con predominancia de de los pueblos indígenas es la propiedad social
más de 50 por ciento como, por ejemplo, Vallado- que se expresa principalmente en ejidos y bienes
lid, Hunucmá. Mérida es, junto con las ciudades comunales. En efecto, tenemos por lo menos
de México y Cancún, la que más indígenas alber- 6 081 ejidos y bienes comunales completos que
ga. En Mérida tenemos una inmigración débil junto a los fragmentos de propiedad social suma-
acumulada y moderada reciente, esto es, que se ron 21 080 248 hectáreas del total de 28 033 092.
trata de una ciudad con gran presencia indígena La propiedad social en territorios de los pueblos
de larga duración. En el año 2000, 200 963 habi- indígenas abarca por lo menos 77.6 por ciento.
tantes mayas yucatecos —de un total de 664 Este hecho marca definitivamente las bases de su
550—, esto es 30 por ciento, vivían en la ciudad. organización y territorialización.
77
C UCAPÁ
DE
C OCHIMÍ SIE
RT
P AIPAI O
DE
K UMIAI AL
TA
R P ÁPAGO
K ILIWA
SIE
SIER
RR
30º
RA
A
DE
LO S
Isla Ángel
SA
de la Guarda
N
HOR
PE
DR
NIT
S ERI P IMA
O
OS
MÁ
Isla Tiburón
RT
Isla Cedros
IR
28º
G UARIJÍO
GO
Y AQUI
LF
O
T ARAHUMARA
DE
M AYO
CA
26º
LIF
OR
T EPEHUÁN
NI
A
T EPEHUÁN
N AHUA DE D URANGO
22º
C ORA
H UICHOL
Islas Marías
20º
P URHÉPECHA
Archipiélago Juárez
O
18º CÉ N AHUA
AN DE M ICHOACÁN
O
PA
Cí
FIC
O
16º
Arrecife Alacranes
PAME H UASTECO
N AHUA
DE S AN L UIS P OTOSÍ ,
GOLF O
MAYA
SIERRA NORTE DE P UEBLA ,
NORTE DE V ERACRUZ DE Isla Cozumel
O TOMÍ MÉXIC O
T OTONACA I XIL
T EPEHUA
T ZELTAL
MAME
MAZAHUA
P OPOLOCA
Y C HOCHO T ZOTZIL Banco
N AHUA C HONTAL Chinchorro
Z ONGOLICA
P OPOLUCA C HOL
M AZATECO N AHUA DEL
C HINANTECO SUR DE V ERACRUZ
N AHUA DE G UERERO , C UICATECO
A LTIPLANO , EDOMEX, O AX .
C HOL
MIXTECO T RIQUI
T LAPANECO Z APOTECO MIXE T ZOTZIL T ZELTAL
VALLES Z OQUE M AYA
CENTRALES Z APOTECO T OJOLABAL L ACANDÓN
A MUZGO DEL I STMO
C HATINO
Z APOTECO H UAVE K ANJOBAL
DEL SUR C HONTAL JACALTECO
DE O AXACA
100º 98º 96º 94º 92º 90º 88º
Construyendo las regiones bioculturales
prioritarias para la conservación in situ
y el desarrollo sustentable
ara definir las regiones prioritarias bioculturales para la conservación y el desarrollo sustentable
P es necesario analizar la captación de agua y la riqueza biológica tanto natural como domesticada
en los territorios de los pueblos indígenas. La aproximación se hará de la siguiente manera.
I. Estudiar la captación de agua y la localización de los territorios de los pueblos indígenas respecto
a las cuencas, así como realizar el inventario de captación y producción de agua en territorios indíge-
nas, según las isoyetas de precipitación anual.
II. Determinar la riqueza biológica natural en los territorios de los pueblos indígenas; se realizará
mediante dos grandes aproximaciones: 1) el análisis de la Cartografía de Uso del Suelo y Vegetación
(series II y III) (INEGI,1993 y 2002 respectivamente), y 2) el análisis geográfico de cuatro instrumentos
institucionales para el diagnóstico y protección de la biodiversidad mexicana, del cual se “propone
que se deriven políticas concretas para su preservación, conservación, rehabilitación y recuperación”
(Soberón, 2000): a) las áreas naturales protegidas (ANP) reconocidas por el Sistema Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (Sinanp) en distintas modalidades, así como las estatales y municipales, b) las
regiones terrestres prioritarias (RTP), c) las regiones hidrológicas prioritarias (RHP), desde el punto de
vista de la riqueza biológica, y d) las áreas de importancia para la conservación de las aves (AICA).1
III. Analizar la agrobiodiversidad tomando en cuenta los centros de origen y diversificación de las
plantas domesticadas en Mesoamérica en el conjunto de los territorios de los pueblos indígenas en un
área de influencia de diez kilómetros más allá de los límites.
Se conjuntarán los tres grandes rubros para definir las regiones bioculturales prioritarias para la con-
servación in situ de la biodiversidad de los pueblos indígenas.
1
En este estudio no se tomó en cuenta a las Unidades de Conservación, Manejo y Aprovechamiento sustentable de la
Vida Silvestre (UMAS) por carecer de información georreferenciada de los ecosistemas en los cuales se encuentran.
81
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
La captación de agua en los territorios etcétera, y del papel de las regiones y territorios
indígenas, cuencas e isoyetas de indígenas dentro de eventos especiales como tor-
precipitación anual mentas y ciclones tropicales. La importancia de
la ubicación de los territorios de los pueblos indí-
En esta parte presento un estudio de la captación genas estriba en que la mayoría de los mismos se
de agua de los territorios de los pueblos indígenas ubican por lo general en las cabeceras de cuenca,
para las cuencas (alta, media y baja) utilizando las lugares clave en la captura de agua para el resto
isoyetas de precipitación media anual. Con esta de los ecosistemas y para la sociedad. En la siguien-
metodología se tiene una aproximación del papel te parte no presento un balance de agua (o balan-
de los territorios de los pueblos indígenas en la ce hídrico), sino sólo la captación de lluvia según
captura de agua para el riego de planicies, para las las isoyetas de precipitación anual, esto es: super-
lagunas costeras, para las presas hidroeléctricas, ficie del territorio indígena “por” precipitación
Veracruz
P RECIPITACIÓN EN LOS TERRITORIOS INDÍGENAS
GOLFO
19º Córdoba
DE MÉXICO Ciudad del Carmen Escárcega
Laguna
La Tinaja Laguna Frontera de Términos
Río Machona Tupilco
Laguna
Tehuacán
Papaloapan del Carmen
Coatzacoalcos
Tuxtepec Villahermosa
Acayucan Río Tonalá
GUATEMALA
18
Río Río Grijalva– Río Chixoy
Coatzacoalcos Villahermosa Palenque Tenosique
Oaxaca Ocosingo
Tuxtla
Gutiérrez San Cristóbal
Río Atoyac de las Casas
Río Grijalva–
Tuxtla Gutiérrez Río Lacantún
Laguna
Río Tehuantepec Superior Comitán
Laguna SIMBOLOGÍA
Inferior Mar Muerto
Río Grijalva– Precipitación en milímetros
Río Colotepec Río Astata y otros Concordia De 350 a 550
y otros GOLFO 550 a 700
Puerto Río D E T E H U A N T E P E C Río Pijijiapan 700 a 900
Escondido Copalita Bahías de y otros
Huatulco 900 a 1100
1100 a 1900
1900 a 3250
Río Huixtla 3250 a 3750
3750 a 4250
Tapachula 4250 a 4600
Principales cuencas
97º
7 6 5 4 3 2
82
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
media anual = captación en millones de metros de, la evaporación, y en el caso de las laderas, la
cúbicos por territorio indígena. velocidad del agua y su descarga superficial au-
El territorio mexicano se ha subdivido de ma- mentan de modo significativo, de manera que
nera convencional en 38 regiones hidrológicas, aun con índices de precipitación alta las cuencas
incluyendo las islas del Golfo de Baja California. se vacían con rapidez. Tenemos así los llamados
Sin embargo, cada una de estas regiones está con- ríos de respuesta rápida con avenidas de agua im-
formada por una o más cuencas hidrológicas, mis- petuosas. Es notoria la ubicación de los territorios
mas que van a ser recortadas por los territorios de de los pueblos indígenas dentro de las cuencas y
los pueblos indígenas. Este recorte permite anali- subcuencas; su ubicación domina claramente en
zar la captación de agua, contabilizada en millo- las cabeceras de cuenca. Las corrientes que co-
nes de metros cúbicos (Mm3). Con ello intentaré rresponden a las cabeceras en la clasificación de
responder a la pregunta ¿cuál es la contribución Strahler Horton (García e Hinojosa, 2001) domi-
en la captación de agua por cuenca de cada pue- nan las corrientes de agua con las categorías 1, 2, 3
blo indígena? de 7. Las ramificaciones más alejadas de la corrien-
La captación de agua que se calcula en la pre- te principal reciben la categoría 1; la conjunción
cipitación (obtenida de las isoyetas) por superfi- de dos dendritas 1 forman la ramificación 2; la
cie es parte del ciclo hidrológico, en el cual una unión de las categorías 2 de las corrientes gene-
parte regresa al ciclo mediante la evaporación y ran la categoría 3, y así sucesivamente. Para me-
transpiración, sin que sea accesible directamente jorar la captación y formación de los acuíferos, en
para uso humano. Según la condición del am- el manual de la ciudad de Nueva York, además
biente, esto es, la calidad de la vegetación natural, de mitigar los impactos de tormentas extremas,
los suelos, la precipitación y la captación de agua: esta clasificación de Strahler-Horton es muy útil
1) se intercepta (bosques, selvas, acahuales —bos- porque propone procedimientos claros para cada
ques y selvas secundarios—, cultivos, pastizales, categoría.
etc.); 2) se evapora según la temperatura, veloci- En la clasificación hidrológica de las cuencas,
dad de los vientos, estación del año, del día, etc.; la parte que corresponde a las categorías 1 y 2 es la
3) se evo-transpira según las cubiertas vegetales; que tiene laderas más fuertes, así cuando aumen-
4) se infiltra según las condiciones del suelo y su ta la velocidad del agua junto con el flujo y la pen-
capacidad de retención; si la cubierta vegetal es diente da el gradiente de erosión. Las categorías
buena, los suelos tienen suficiente porosidad para 3 y 4 se consideran zonas de recarga de los acuí-
generar de manera óptima la infiltración; hay ti- feros, ya que la velocidad y la pendiente son
pos de suelos que lentamente liberan el agua menores, con una capacidad erosiva también me-
mientras que otros son impermeables, y 5) los es- nor. Las categorías 5 y 6 se consideran zonas de
currimientos superficiales y subsuperficiales que saturación de agua sin erosión, y la categoría 7 es
se generan principalmente cuando la capacidad área de inundación en las planicies.
de infiltración es excedida por cambios de topo- Los servicios ecosistémicos que corresponden
grafía dependiendo del clima y calidad de la ve- a las categorías espaciales 1, 2 y 3 se pueden carac-
getación. La dinámica del ciclo del agua se altera terizar de la siguiente forma: al captar el agua, las
gravemente cuando la cubierta vegetal (sobre laderas con vegetación pueden controlar par-
todo en su estrato arbóreo) es trastocada por acti- cialmente el flujo de agua y regular mejor el vacia-
vidades humanas inadecuadas. Cuando esto suce- miento de la cuenca; al reducir el flujo y veloci-
83
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
dad de agua, la erosión del suelo disminuye y con ción, retención y liberación paulatina del agua;
ello el azolvamiento de las corrientes de las cate- 2) retención y generación de suelo; 3) regulación
gorías 5, 6 y 7. El tema del azolvamiento no es de la composición atmosférica porque la captura
menor, ya que en tormentas extremas los ríos sa- de CO2 deviene en la fijación del carbono en los
len de sus cauces y generan inundaciones consi- organismos, incluyendo la materia orgánica del
derables en las planicies. Asimismo, si no se redu- suelo y la liberación del oxígeno, y 4) permanen-
ce la velocidad del agua y se regula de alguna cia y desarrollo de la diversidad biológica; éste es
manera el flujo, se generan ríos de rápida respues- uno de los servicios ambientales menos obvio, pe-
ta a lluvias fuertes y tormentas extremas. Por lo ro de suma importancia para el buen funciona-
anterior, las compensaciones por servicios ambien- miento de los ecosistemas.
tales a los moradores de las cuencas altas debe En el siguiente segmento evaluaré la impor-
darse principalmente a los que custodian las co- tancia de la captación de agua en los territorios de
rrientes de agua de las categorías 1, 2 y 3. los pueblos indígenas.
Con la erosión del suelo se disminuye la infil-
tración o la capa porosa, lo que ocasiona la desapa-
rición de los manantiales y su posibilidad de apro- Las regiones hidrológicas, las cuencas y la
vechamiento cuenca abajo o de generación de captación de agua correspondientes a los
mantos de acuíferos. Los ríos y las lagunas se azol- territorios de los pueblos indígenas
van por la pérdida del suelo cuenca arriba, y el
arrastre de materiales genera inundaciones espe- De la sierra tarahumara: pima, guarijío,
cialmente en eventos extraordinarios de lluvia. tarahumara y tepehuán de Chihuahua
La sola presencia de la vegetación fomenta al me- Las cabezas de cuenca del río Fuerte (vertiente
nos los siguientes servicios ambientales: 1) capta- del Pacífico) se encuentran dentro de los territo-
rios de los pueblos tarahumara y tepehuán, mien-
FIGURA 1. Zonas críticas (categorías 1, 2, 3) para determinar
tras que la cabeza del río Conchos (en vertiente
las áreas de alto riesgo en las partes altas de las cuencas. del Golfo) se encuentra principalmente en área
Sistema Horton-Strahler para clasificar la posición de las
corrientes de agua, velocidad y flujo. Los territorios de
de influencia del territorio tarahumara. Los tepe-
los pueblos indígenas se encuentran principalmente en las huanes se encuentran también en el parteaguas
categorías 1, 2 y 3, esto es, de alto riesgo
de la cuenca del río Sinaloa. Los pimas forman
parte de la cabecera de la cuenca del río Yaqui,
mientras que los guarijíos forman parte de la ca-
1
becera de la cuenca del río Mayo.
1
Las isoyetas de precipitación anual de las ca-
1
1 bezas de cuenca de los ríos Fuerte, Conchos, Si-
2
3 3 1
1
1 2 naloa y Mayo, ubicadas dentro de los territorios
1
2 indígenas, son las que tienen registrada la mayor
1
3 1
2 cantidad de lluvias anuales.
1 1
El río Conchos da servicio a la presa El Grane-
ro, misma que surte a los distritos de riego 005 de
Delicias y 090 del bajo Conchos, que se encuen-
tran en la zona limítrofe con Estados Unidos. To-
84
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
85
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
más del sistema de humedales costeros. De la sa- Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación
lud de estos ecosistemas depende la captación de de agua correspondientes a la Sierra Norte de Puebla,
agua para las presas Aguamilpa y El Cajón. Hidalgo,Veracruz y San Luis Potosí: huastecos, pames,
En efecto, si la deforestación avanza, el azolve nahuas, otomíes, totonacos.
por arrastre de suelo hacia las presas las hará invia- La Sierra Madre Oriental con cara a la vertiente
bles en el mediano o largo plazo. Asimismo, el dis- del Golfo de México tiene una importancia pri-
trito de riego con agricultura de escala, sobre todo mordial en la captación de agua. Las isoyetas de
del tabaco, depende de la salud de las presas y de precipitación anual llegan en las serranías a más
los ecosistemas de los territorios indígenas men- de 4000 mm anuales. En la caída de la sierra hacia
cionados. La ciudad de Tepic igualmente se nu- el Golfo habitan los pueblos indígenas huasteco,
tre del agua de la sierra Huicot. pame, nahua, otomí y totonaco. Asimismo, en la
Las isoyetas de precipitación anual con valores sombra de humedad, en Hidalgo y San Luis Po-
regionales más altos coinciden con los territorios tosí se encuentran zonas áridas habitadas por los
indígenas. Estas serranías son también amortigua- pame y otomíes del valle del Mezquital. De he-
dores de eventos extraordinarios como tormentas cho, los cambios en la precipitación, como en la
tropicales, huracanes y ciclones. Estos sucesos tie- altura, posibilitan el desarrollo de varios tipos de
nen una recurrencia de 2 a 4 años en la parte norte vegetación en distancias relativamente peque-
de la región Huicot; de 5 a 7 años en el territorio ñas. En la Sierra Norte, los huastecos y nahuas vi-
huichol, y en la parte media de 8 a 26 años.2 Cuan- ven en la cabeza de cuenca de uno de los afluen-
do entra un huracán en la zona se generan desla- tes del río Pánuco, el Moctezuma. El sistema de
ves, erosión severa y sobre todo desbordamiento los ríos de la cuenca del Pánuco forma una serie
de los principales ríos e inundaciones en las plani- de humedales en la planicie costera. La cuenca
cies costeras. En la región Huicot se provocan pre- del río Tuxpan tiene altos valores de precipita-
cipitaciones intensas que derivan en inundacio- ción anual en la cabecera, está habitada por oto-
nes en las partes bajas (planicies y costa); entre los míes, nahuas y totonacos. La cuenca del río Cazo-
años 1950 a 1989 se registraron de 91 a 135 even- nes tiene una configuración similar a la anterior, y
tos de alta intensidad de lluvias, lo que provocó su cabecera está habitada por comunidades na-
136 inundaciones (INI, 2000). huas y totonacas. La cuenca del río Tecolutla tie-
El territorio purhépecha se ubica en el macizo ne en su cabecera igualmente los valores de preci-
montañoso del Tancítaro. Se trata de un partea- pitación anual más altos (mayores a 4 000 mm),
guas que vierte hacia la cuenca Lerma-Chapala región que comparten nahuas y totonacos. Estos
por un lado y a la cuenca del Tepaltepec-Balsas últimos extienden su presencia prácticamente
por otro. También se localizan los sistemas de rie- hasta la costa. La cuenca forma humedales impor-
go que de ahí se generan. Por otro lado, las localida- tantes en su salida hacia el mar.
des mazahuas y otomíes están representadas por En 1999 se presentaron en toda esta sierra
puntos en una de las cabeceras de cuenca del siste- eventos especiales de lluvia durante tres días, pre-
ma Lerma- Chapala, desde el Nevado de Toluca. cipitándose en sólo 24 horas más de 420 mm, ori-
ginando uno de los mayores desastres por inunda-
ción que se haya vivido en México. En efecto, las
2
Véase el mapa “Estados afectados por la penetración
de ciclones tropicales, según su periodo de recurrencia 1961-
inundaciones de 1999 generaron en la región
1988”, en INI (2000). muertes, miles de damnificados y pérdidas econó-
86
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
micas considerables (INI, 2000: 32). La pregunta mixteco de Guerrero y Oaxaca, amuzgo de Gue-
obligada es si con un buen manejo de las laderas, rrero y Oaxaca y los triqui conforman lo que lla-
y con la preservación de las cubiertas de vegeta- mamos la Montaña de Guerrero y la Mixteca alta
ción, el desastre hubiese sido menor. La velocidad y baja. La delimitación de la región es problemá-
de vaciamiento de las cuencas depende necesaria- tica porque los estados dividen a los mixtecos y a
mente de la calidad de la cubierta vegetal. Hubo los amuzgos a pesar de que los territorios forman
deslaves importantes y millones de toneladas de una unidad social y lingüística, que es el criterio
suelo se fueron hacia las planicies costeras y el que sigo a lo largo de este trabajo.
mar elevando el lecho de los ríos, situación que Los territorios indígenas se ubican principal-
devino en el desbordamiento de los mismos. mente en los parteaguas de varias subcuencas
que alimentan al río Balsas y a varios ríos de la ver-
Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación tiente del océano Pacífico. Para la vertiente del
de agua correspondientes a la Montaña de Guerrero Atlántico se encuentra el parteaguas del Papa-
y Mixteca alta y baja: nahua de Guerrero, tlapaneca, loapan.
mixteco, amuzgo, triqui La cuenca del río Balsas es una de las más gran-
El pueblo indígena nahua de Guerrero y sus colin- des e importantes del país. Se forma entre las sie-
dantes de Puebla, así como los pueblos tlapaneca, rras Madre Oriental y Occidental. Hacia la ver-
Ritual para pedir la lluvia el día de la Santa Cruz, manantial en Albarrada, Chiapas.
87
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
tiente del Pacífico, la cuenca del Balsas tiene sas-Mezcala, del río Tlapaneco, y una pequeña
longitudinalmente su cabecera de cuenca colin- fracción se ubica en el parteaguas del río Papaga-
dando con varias cuencas y ríos que se originan yo. Los tlapanecas se ubican en la cuenca alta del
en esas cabeceras. Los ríos forman en su salida al Papagayo, en la cabecera del río Marquelia, mien-
mar las llamadas isla barrera, mismas que forman tras que los mixtecos de esta zona se ubican ex-
un rosario de lagunas costeras muy dinámicas y clusivamente en la cuenca alta del río Nexpa. La
vitales para las pesquerías ribereñas. En las cabe- cuenca del río Ometepec tiene en su cabecera a
ceras de cuenca, las isoyetas señalan una concen- los mixtecos y en su parte media a los amuzgos,
tración mayor de humedad por la influencia de mientras que los mixtecos de la Mixteca baja se
los vientos húmedos provenientes del océano Pa- encuentran en una pequeña cuenca con salida al
cífico que se condensan en las laderas. Al otro la- mar de la laguna Notengo.
do del parteaguas, de cara a la cuenca del Balsas, Sorprende el nivel de precipitación en el terri-
las isoyetas señalan una sombra de humedad. Los torio mixteco, ya que va desde los 350 mm hasta
nahuas de la Montaña de Guerrero tienen princi- los 3 250 mm anuales. Los tlapanecos también
palmente sus territorios hacia la cuenca del Bal- tienen un rango impresionante, entre 450 mm y
FIGURA 2. Territorios rarámuris y tepehuán y áreas de riego en la costa de Sonora y Sinaloa. Los rarámuris y tepehuanes
“producen” agua para alimentar las lagunas costeras, las grandes represas para la generación de energía eléctrica y el riego de
la agricultura comercial, principalmente de exportación. En la imagen se observan los límites de los territorios indígenas; en las
planicies costeras los canales de riego de la agricultura comercial en Sinaloa y Sonora.
88
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
2250 mm, en un territorio relativamente peque- Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación
ño. Viven en el parteaguas de tres cuencas: Papa- de agua correspondientes a las sierras Norte de
gayo, Nexpa y Ometepec. Oaxaca y Zongolica de Veracruz: mixes, zapotecos,
chinantecos, mazatecos, cuicatecos y nahuas de
Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación Zongolica
de agua correspondientes a la sierra sur de Oaxaca: Esta región de los territorios indígenas es cabeza
chatino y zapoteco del Istmo, chontal de cuenca de uno de los ríos más importantes del
de Oaxaca, huave y mixe país: el Papaloapan. Las isoyetas de precipitación
Los pueblos indígenas de la sierra sur de Oaxaca anual señalan valores por arriba de los 4 000 mm
ocupan una extensión aproximada de 800 000 ha; de lluvias al año. La sierra de Juárez forma una
se trata de pueblos serranos que viven en los par- barrera montañosa que capta la humedad prove-
teaguas de las cuencas. Así, los chatinos abarcan niente del Golfo de México, de tal manera que
una pequeña porción de las cabeceras de cuencas en su ladera oriente se precipita la mayor parte de
del río Verde, que da servicio a un distrito de riego la lluvia mientras de su lado occidente se forma
en las planicies costeras y a la laguna de Chacahua, una sombra de humedad con precipitaciones ba-
que es una área natural protegida. Hacia el otro jas y que conforma regiones con vegetación xeró-
lado del parteaguas y mirando directamente hacia fita del valle de Cuicatlán-Tehuacán. En estas se-
el océano Pacífico, los territorios chatinos son ca- rranías se originan los afluentes del río Papaloapan
beza de la cuenca del río Grande, Colotepec, y y allí se encuentran los territorios de los pueblos
otras más pequeñas que desembocan en las lagu- indígenas. En las áreas en donde terminan las se-
nas costeras. Los zapotecos del sur se encuentran rranías y comienza la planicie costera se encuen-
en los parteaguas de un sistema de cuencas y mi- tran dos presas importantes, la Cerro de Oro y la
crocuencas que se denominan cuencas de la Barra Miguel Alemán, cuyo objetivo original fue amorti-
de Coyula y del río Copalita. Este sistema de ríos guar el impacto de las avenidas de agua en even-
también da servicio a las lagunas costeras. Final- tos extraordinarios como los de 1946 que inunda-
mente, la cuenca del río Tehuantepec en el parte- ron ampliamente la planicie costera. Estas dos
aguas con la cuenca del río Coatzacoalcos tiene a presas se utilizan para generación de energía eléc-
mixes y, en los valles, a representantes del pueblo trica y están en un proceso de azolvamiento seve-
zapoteco. Sus territorios abastecen a la presa Beni- ro. De la salud de los ecosistemas que se encuen-
to Juárez y al distrito de riego que se encuentra en tran en los territorios indígenas depende el azolve
el istmo de Tehuantepec, en territorio zapoteco. o no de las presas y de los sistemas más importan-
Las cabezas de cuenca del río Atoyac B que tes de humedales de México. En esta zona se pro-
forma el río Verde son de alto impacto de huraca- vocaron más de 136 eventos de inundaciones du-
nes y en especial en una parte pequeña de la rante 1950-1989 (INI, 2000).
cuenca del río Verde donde se ubican los munici- La sierra de los Tuxtlas es cabeza de cuenca
pios mixtecos de Santo Domingo Nuxiño, Santo tanto del río Papaloapan como del Coatzacoalcos.
Tomás Mazatepec y Santa Inés de Zaragoza, y los Las isoyetas nos muestran las más altas precipita-
municipios triqui. En estos lugares hubo varios ciones del país: entre 4 000 y 4500 mm anuales.
eventos extraordinarios de lluvia mayores a 400 Sólo en las partes serranas y en las cabezas de
mm en 24 horas durante el periodo de 1940 a cuenca se conservan las selvas altas y bosques me-
1980 (INI 2000). sófilos de montaña, mientras que en la mayoría
89
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
90
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
La Sierra del Sur de Chiapas —donde conver- Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación
gen diversos pueblos indígenas: tzotziles, tezelta- de agua correspondientes a los territorios de los
les, tojolabales, mames, kanjobales, chujs y jacal- pueblos indígenas de la costa de Chiapas y el río
tecos— es la principal proveedora de agua de la Pijijiapan respectivamente
depresión del Grijalva. En efecto, esta sierra tie- En el parteaguas entre la cuenca Grijalva-La Con-
ne altos índices de precipitación, en especial ha- cordia y del río Pijijiapan de la Reserva del Triunfo
cia Guatemala y en el parteaguas entre la vertien- se encuentran asentadas algunas comunidades
te del Golfo de México y la del Pacífico. En esta tzeltales. Hacia el lado de la costa de Chiapas una
zona existen áreas de bosque mesófilo donde pequeña porción corresponde a este grupo étnico.
llueven entre 2000 y 3500 mm anuales.
En el lado de la depresión del Grijalva se ubi- Apantle en Jiquipilco El Viejo, Estado de México.
can varias comunidades tzeltales, así como en di-
rección a la frontera con Guatemala se encuentran
comunidades mames, kanjobales y chuj. En el
otro lado de la depresión, hacia el parteaguas entre
la cuenca del Grijalva y el Usumacinta, se encuen-
tran varias comunidades tzeltales. La cuenca alta
del Grijalva da servicio a las presas La Concordia,
Angostura y Sumidero.
La parte correspondiente del parteaguas ha-
cia la cuenca del Pacífico tiene pocas localidades
correspondientes a pueblos indígenas. En el Gri-
jalva medio, alrededor de la Reserva de la Bios-
fera del Ocote, se encuentran comunidades tzo-
tziles que colonizaron la parte oriental.
En los Altos de Chiapas de cara hacia las pla-
nicies de Tabasco, están los bosques mesófilos en
sitios de muy alta precipitación habitados princi-
palmente por zoques, tzeltales y choles, y unas
localidades tzotziles. Ubicados principalmente
en el parteaguas, los distintos pueblos indígenas
de la depresión del alto Grijalva se localizan en las
cabeceras de cuenca: en específico, en el partea-
guas de la Sierra Madre del Sur de Chiapas, don-
de se encuentra el bosque mesófilo. Los tojola-
bales viven en una de las cabeceras de cuenca del
Usumacinta en la selva Lacandona. Se trata de
áreas con alto riesgo hidrometereológico, tanto
de influencias de eventos de ciclones tropicales
del Atlántico como del Pacífico.
91
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 1. Resumen de captura de agua por cuenca, dentro de los territorios indígenas*
Pánuco Río Moctezuma Nahua SLP SNP y NVER, Nahua Gro., Altiplano
Edomex y Oax., Huasteco, Matlatzinca, Mazahua,
Mixteco, Nahua, Otomí, Tepehua, Totonaca 40 455.37 12 161.09 30.06
* Sólo con valores mayores o iguales a 15 por ciento de captación de agua expresada en millones de metros cúbicos (Mm3).
92
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Papaloapan Río Papaloapan Chinanteco, Chocho, Cuicateco, Mazateco, 87 092.44 50 392.13 57.86
Mixe, Mixteco, Nahua del Sur de Veracruz,
Nahua Zongolica - Pico de Orizaba, Popoloca,
Popoluca, Zapoteco
Presidio- Río San Pedro Cora, Huichol, Nahua de Durango, Tepehuán 27 123.95 9 295.92 34.27
San Pedro Río Acaponeta Cora, Huichol, Nahua de Durango, Tepehuán 13 722.29 4 406.87 32.11
Sinaloa Río Fuerte Mayo, Tarahumara, Tepehuán 27 598.63 16 311.07 59.10
Estero de Bacorehuis Mayo 1 725.04 348.99 20.23
Tehuantepec Río Tehuantepec Chontal de Oaxaca, Huave, Mixe, Zapoteco 9 191.16 6 103.02 66.40
Laguna Superior e Inferior Cucapa, Huave, Mixteco, Tzotzil, Zapoteco, Zoque 7 591.17 5 116.90 67.41
Tuxpan-Nautla Río Tuxpan Nahua SLP SNP y NVER, Huasteco, Otomí, 10 251.31 4 297.90 41.93
Tepehua, Totonaca
Río Tecolutla Nahua SLP SNP y NVER, Totonaca 13 625.12 7 856.83 57.66
Río Cazones Nahua SLP SNP y NVER, Otomí, Totonaca 6 522.10 2 249.95 34.50
Yucatán Norte Yucatán Maya 45 146.30 39 662.74 87.85
Quintana Roo Kanjobal, Maya 18 604.81 14 438.05 77.60
Yucatán Este Cuencas Cerradas-B Chol, Maya, Otomí, Totonaca, Tzeltal, Tzotzil 26 487.60 18 916.63 71.42
Bahía de Chetumal y otras Chol, Ixil, Kekchi, Maya, Nahua, Quiché, Tzotzil 20 037.81 5 401.67 26.96
Yucatán Oeste Río Champotón y otros Chol, Chontal de Tabasco, Ixil, Kanjobal, Kekchi,
Mame, Maya, Quiché, Tzeltal, Tzotzil 16 900.53 5 693.12 33.69
Cuencas Cerradas-A Chol, Maya, Quiché, Tzeltal 11 310.73 4 406.13 38.96
TOTAL 741179.2 364387.47 49.16
Las regiones hidrológicas, las cuencas y la captación mente y cuyos acuíferos drenan lentamente de
de agua correspondientes a los territorios de los sur a norte hacia la costa.
pueblos indígenas de la Península de Yucatán
Las regiones hidrológicas de la Península de Yuca- Conclusiones
tán se clasifican de la siguiente manera: Yucatán En los territorios de los pueblos indígenas de Mé-
Norte, Este y Oeste, con sus respectivas cuencas. xico se captan anualmente 364 387.47 Mm3 de
No hay escurrimientos superficiales, en especial agua en promedio anual. Esta cifra comparada con
en el norte, por lo que el sistema de cuenca no es la captación nacional, que es de 1 566 301.39 Mm3 ,
muy claro. En efecto, la Península de Yucatán es significa 23.3 por ciento del total nacional, esto en
una plataforma cárstica relativamente reciente, cuanto a captación vertical. Si se descuenta la evo-
sin cabezas hidrostáticas, donde se infiltra rápida- transpiración, los territorios de los pueblos indíge-
93
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
nas suministran 121 462.49 Mm3 de agua, misma tre territorios indígenas y precipitación, la com-
que sirve para el abasto de los territorios, para el paración del territorio que abarcan las isoyetas de
equilibrio de los ecosistemas y para la sociedad precipitación anual a nivel nacional con los terri-
en general. torios indígenas arroja los siguientes valores:
En su mayoría, los territorios de los pueblos Los porcentajes en el cuadro 2 se establecen
indígenas se ubican en las cabezas de cuencas, respecto a los valores nacionales. A partir de los
ahí donde principalmente están las categorías 1, 2 valores de precipitación en territorios indígenas
y 3 dentro de la clasificación de Strahler-Holton, comparados con los nacionales podemos concluir
es decir, donde se captura el agua y adquiere la que si bien éstos abarcan 14.3 por ciento del terri-
mayor velocidad en el escurrimiento, y que reci- torio nacional, se encuentran en la mitad o más
ben un impacto directo de eventos extraordina- de los territorios donde más precipitación hay.
rios, como los huracanes o tormentas tropicales Los pueblos indígenas que más altos valores al-
El cuadro 1 posiciona a los pueblos indígenas canzan —4 000 mm y más— en la precipitación
de manera especial en el tema de la “producción” son los mame, choles, zoques, chinantecos, ma-
del agua ante la creciente demanda nacional. El zatecos, nahuas de Zongolica, nahuas de la Sierra
cuadro 2 presenta una correlación importante en- Norte de Puebla, nahuas de los Tuxtlas, popolu-
94
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 2. Área de precipitación anual respecto del territorio nacional y los territorios indígenas
Precipitación anual Territorio nacional Territorio indígena isoyetas Porcentaje respecto a los
rangos (mm) isoyetas de precipitación de precipitación anual valores nacionales
anual (por hectárea) (por hectárea)
cas, y totonacos. Estas regiones se consideran cuencas para el abastecimiento de las ciudades
como de alto impacto de tormentas tropicales o puede reducir drásticamente el acceso de las co-
huracanes, así como nortes con carga de agua in- munidades al agua, tanto para consumo humano
usual. A veces son áreas de confluencia de dos o como para la pequeña irrigación (caso de los ma-
más fenómenos climáticos. El buen manejo de las zahuas y la ciudad de México). El intento de apro-
laderas puede redundar en la mitigación de desga- piación de los manantiales por parte de la indus-
jamientos de cerros e inundaciones graves en las tria refresquera es una realidad en algunos estados
planicies principalmente costeras. de la República (por ejemplo, Oaxaca).
En los territorios indígenas se captura el agua En el año 2000, 42 por ciento de hogares indí-
para la mayoría de las presas que en el norte del genas carecían de agua entubada y 70 por ciento
país forman los distritos de riego de la agricultura carecía de servicios de saneamiento de las aguas
de alto rendimiento y de sistemas importantes servidas (Peña, 2004: 93). En la administración
para la generación de electricidad. Asimismo, ciu- del agua, los usuarios (las comunidades) entregan
dades importantes, incluyendo el Distrito Fede- su trabajo gratis para generar la infraestructura del
ral, son abastecidas de agua parcial o totalmente abastecimiento. La administración del agua en
por los pueblos indígenas. Sin embargo, no exis- los territorios indígenas por parte de los usuarios
ten prácticamente procesos compensatorios para (riego y hogares) tiene varias modalidades que
los pueblos indígenas por este servicio. En este van desde acuerdos comunitarios para mantener
sentido, llama la atención que no haya una clara forestado tal o cual manantial, comités de riego
política pública con relación a los pueblos indí- cuando hay escasez de agua para la irrigación,
genas para que conserven la salud de los ecosis- hasta la formación de comités para la introduc-
temas de estas cabeceras de cuenca en sus territo- ción y la conservación del agua para uso domésti-
rios. Al contrario, según Peña (2004: 93), la gestión co. Destaca aquí el trabajo de faena (comunitario
del agua a nivel nacional es un campo de conflic- obligatorio) para la construcción de cajas de agua,
tividad con los pueblos indígenas; desde las ciu- zanjas y colocación de tuberías. Los comités de
dades el agua se considera “dada” y no se admite agua velan por el mantenimiento y el buen funcio-
la necesidad de procedimiento compensatorio namiento del abasto de agua.
para los dueños de los territorios ni obras para me- Ante la importancia del papel de los territorios
jorar la captación. Asimismo, el trasvase entre de los pueblos indígenas para la captación de
95
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
agua cuenca arriba, debe impulsarse una alianza Sur de Oaxaca, la Mixteca Alta, el alto Papa-
estratégica entre pueblos indígenas y Estado para loapan, los Valles Centrales y zona centro de
garantizar el derecho humano de acceso al agua Chiapas presentan niveles de alta a muy alta ero-
de las poblaciones indígenas, así como políticas sión hídrica (de 50 a 200 toneladas de suelo fértil)
de retribución como parte del desarrollo susten- (Bravo y Reséndiz, 1996).
table para estas zonas. La política de desarrollo El alto riesgo hidrometereológico que se mani-
sustentable en los territorios de los pueblos indí- fiesta por la incursión recurrente de los huracanes
genas pasa por el fortalecimiento y empoderamien- en las laderas de las sierras, repercute en las pla-
to de las organizaciones locales y regionales para nicies costeras, ya que los suelos deslavados se
el manejo del bien común. Asimismo, las estrate- arrastran con gran fuerza azolvando los cauces de
gias de organización y de manejo de las cuencas los ríos y lagunas costeras, lo que provoca graves
requieren ordenamientos territoriales para forta- inundaciones. La prevención y el manejo adecua-
lecer las reglas del gobierno de ese bien común. do de los desastres hidrometereológicos, el res-
De la integridad de los ecosistemas depende la guardo de la población y de los bienes, y la con-
calidad de la captación d e agua, la infiltración, la servación de suelos no están adecuadamente
evotranspiración y los escurrimientos superficia- desarrollados en nuestro país, de manera que se
les y subsuperficiales. La velocidad del vaciamien- privilegia la remediación inmediata antes que
to de la cuenca depende, asimismo, de la calidad evitar los efectos graves.
de la cubierta vegetal. Los ecosistemas naturales Por lo anterior, en un ambiente de huracanes
en su mayor complejidad son los mejores méto- y lluvias torrenciales cada vez más intensas, así
dos para la infiltración del agua y dosifican el escu- como de sequías prolongadas, la protección de la
rrimiento superficial y la evotranspiración. vegetación natural, la reforestación en curvas a ni-
Por otro lado, la remoción de la vegetación ge- vel, el manejo de laderas en la agricultura y la ga-
nera erosión del suelo, acelera el escurrimiento y nadería son clave en los territorios de los pueblos
el vaciamiento de la cuenca, así como el azolva- indígenas y comunidades campesinas.
miento de los cuerpos de agua naturales y artifi- Como conclusión general podemos afirmar
ciales, incluyendo ríos, lagunas costeras y presas, que los territorios de los pueblos indígenas y las
lo que pone en entredicho la sustentabilidad y comunidades que en ellos viven son ignorados co-
funcionamiento a mediano y largo plazos de las mo custodios, guardianes, o proveedores de agua.
mismas. Casi todas las cabezas de cuencas están Por ello, es necesario desarrollar una política en
perdiendo suelos, las presas se están azolvando y que la sociedad reconozca su papel como guardia-
la sustentabilidad de la generación de electrici- nes o “proveedores de agua”. En efecto, no están
dad a largo plazo tiene una merma importante ya representados los propietarios del bosque ni los
que las presas pierden su capacidad de almace- actores sociales, como ejidos y comunidades, en
namiento para el riego. En efecto, los territorios los consejos de cuenca, y por esta vía no hay una
de los pueblos indígenas tarahumara, huicot, ma- plataforma para negociar.
zahua otomí, nahua de Zongolica-Córdoba, Sie-
rra Norte de Puebla, Huasteca, la Costa y Sierra P. 97 Selva subcaducifolia en el sur de Puebla.
96
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
La cubierta vegetal y el uso del suelo cuperarán. Otras grandes perturbaciones son la
en los territorios de los pueblos indígenas extracción de suelo, fauna y vegetación por perio-
dos prolongados sin planes de control y de recu-
Una vez definidos los territorios de los pueblos in- peración. Esta “extracción minera” tiene efectos
dígenas se puede ubicar desde la Cartografía de acumulativos y reducir gravemente la funcionali-
Uso del Suelo y Vegetación (series I, II y III) la cu- dad de los ecosistemas. Los procesos de ganade-
bierta vegetal que contiene vegetación primaria, ría extensiva y la apertura de la frontera agrícola y
secundaria arbórea y arbustiva y herbácea, así como urbana aún son las principales causas de la destruc-
las áreas agrícolas de riego y temporal, y plan- ción de la cubierta vegetal primaria y secundaria.
taciones y zonas ganaderas. Cabe decir que en este La vegetación arbórea primaria y secundaria
caso se trata de un inventario de gran visión a una comprende los macizos forestales y selváticos
escala de 1:250 000, que no refleja escalas y me- más cohesionados, mientras la vegetación secun-
diciones necesarias para el manejo forestal susten- daria arbustiva y herbácea nos permite observar
table. varios procesos sucesionales, así como la intensi-
Para los efectos del presente trabajo utilizaré dad de perturbación y fragmentación. En la prime-
la CUSV Serie III 2004 del INEGI (en adelante la ra categoría es difícil determinar lo que se deno-
“Serie III”). Con esta información se destacará mina “el descreme” de las especies comerciales.
la importancia relativa de los pueblos indígenas Así tenemos, por ejemplo, en Chimalapas y en las
respecto a los valores nacionales, aunque mos- selvas de Quintana Roo y Campeche en algunos
tremos la numeralia de las cubiertas en términos ejidos y comunidades el “descreme” del cedro y
absolutos. la caoba sin que ninguna estrategia importante in-
La Serie III no identifica la calidad del bosque tente reponer las “existencias” de estas especies.
o la selva ni la diversidad beta —esto es, el ensam- No tenemos un registro sistemático de la fauna
ble de especies de un mismo tipo de vegetación que permita evaluar los procesos de defaunación
en distintas regiones— tampoco se especifica creciente. En el estudio mencionado podemos ad-
quién controla los recursos. Los procesos de dis- vertir que la ganadería afecta en mayor medida a
turbio pueden ser originados por factores natura- la vegetación primaria, mientras que la secundaria
les como incendios naturales, inundaciones, se- sufre relativamente un cambio mayor debido a la
quías prolongadas o los efectos de un volcán en agricultura (Instituto Geografía de la UNAM, 2002).
erupción, los cuales se han vivido en los últimos Nos proponemos hacer aquí el estudio de la
100 años en mayor o menor intensidad. Frecuen- vegetación primaria y secundaria en los territorios
temente, los disturbios son funcionales a los eco- de los pueblos indígenas siguiendo las definicio-
sistemas. La resiliencia es efectiva cuando a estos nes de vegetación primaria y secundaria y de uso
desastres no anteceden o siguen perturbaciones del suelo propuestas en la Serie III .
de origen antrópico. Los desmontes a gran escala La Serie III muestra en general menores índi-
y de manera tecnificada, generalmente inducida ces de deforestación que el Inventario Forestal
por programas gubernamentales, dejaron grandes 2000. Habría que estudiar las razones de esta apa-
cicatrices sin que la vegetación ni la fauna se re- rente desaceleración.
El sistema de clasificación de la vegetación uti-
lizado es el denominado Sistema de clasificación del
P. 98 Peñascos, Sierra de San Luis de la Paz, Guanajuato. INEGI para comunidades vegetales primarias de Méxi-
99
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
co, adaptado a partir del sistema de clasificación definidas tanto desde el punto de vista florístico,
convencional de la CUSV Serie II y la versión digi- fisonómico como ecológico.
tal de la Serie I, del INEGI. Este sistema utiliza una 2) Caracterización de comunidades vegetales
combinación de criterios para clasificar y describir por su afinidad ecológica y composición florística
comunidades vegetales; parte de un punto de vis- denominados “tipos de vegetación”. Tipos de cu-
ta descriptivo del paisaje y da más importancia a bierta vegetal definidos por sus dominancias flo-
diferentes aspectos para caracterizar el tipo repre- rísticas, fisonómicas y/o sus características ecológi-
sentativo de comunidad vegetal. cas. La clasificación de la vegetación que utiliza
1) Agrupación de tipos de vegetación relaciona- el INEGI se basa principalmente en los trabajos de
dos ecológica y/o florísticamente, a las cuales se Miranda y Hernández (1963), Flores et al. (1971) y
denomina “formaciones de vegetación”. Éstas se Rzedowski (1978). Este último considera los si-
refieren a grandes tipos de cubiertas vegetales, guientes ecosistemas vegetales: bosque de conífe-
100
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
101
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
prende hoy en día 6 810 738 hectáreas, de las cua- lo menos 29 pueblos indígenas utilizan las selvas
les 5 751 739 se encuentran en territorios de los húmedas perennifolias y subperennifolias.
pueblos indígenas. Esto significa que de 10 por En las selvas húmedas mexicanas no se domes-
ciento de las selvas húmedas que sobreviven en ticaron granos básicos; más bien éstos han sido
el territorio mexicano, 84 por ciento está en territo- adaptados a las condiciones que estos ecosistemas
rios indígenas. Esta correlación aumenta conside- representan para la agricultura mesoamericana.
rablemente en los tipos de vegetación que com- Sin embargo, los tubérculos y frutales, así como
ponen las selvas húmedas. En la actualidad, por plantas del estrato herbáceo y arbóreo, fueron do-
mesticados o semidomesticados, mismos que ac-
Papayo silvestre, ch’ich’put o put (maya yucateco), tualmente tienen usos como alimento, ornamento,
(Papaya carica).
material de construcción, medicinas, saborizan-
tes, colorantes, resinas, etcétera. En ocasiones,
su origen es controvertido, ya que los productos
de la selva húmeda son frecuentemente compar-
tidos con las culturas de Centroamérica y Suda-
mérica (Challenger, 1998: 337).
Algunas de las plantas domesticadas y semi-
domesticadas en selvas húmedas tropicales son:
yuca (Manihot esculenta), camote (Ipomoea batatas),
sagú (Maranta arundinacea), malanga nativa (Xan-
thosoma sp., X. robustum y X. Sagittifolium), vainilla
(Vainilla plannifolia), marañon (Anacardium occi-
dentale), piña (Ananas comosus), chirimoya (Annona
cherimola), ilama (A. diversifolia), anona (A. glabra),
anona (A. muricata), anona colorada (A. reticulata),
anona (A. squamosa), ramón (Brosinmun alicas-
trum), nanche (Byrsonima crassifolia), papaya (Pa-
paya carica), zapote blanco (Casimiroa edulis), za-
pote amarillo (Pouteria campechiana), zapote
amarillo (P. hypoglauca), barbasco (Dioscorea spp),
jícama (Pachyrrhizus erosus), tepejilote (Chaemedo-
ra tepejilote), pacaya (Chaemedora wendlaniana),
acuyo o yerba santa (Piper sanctus), guayabilla (P.
sartorianum), ciruela (Spondias bombin), hule (Cas-
tilla elástica), cacao (Theobroma cacao), cacao (The-
obroma bicolor), cacao (Theobroma angustifolium),
zapote blanco (C. Viride), caimito (Chrysophyllum
cainito), pitahaya (Hylocereus undatus), aguacate
(Persea americana), zapote negro (Diospyros digy-
na), chicozapote (Manilkara zapota), chinini (P. shie-
deana), zapote mamey (P. sapota).
102
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
103
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Selva mediana subperennifolia. Esta selva se desa- norte de Chiapas y en Tabasco, afuera de los terri-
rrolla principalmente en la península de Yucatán, torios indígenas.
en Belice y en el Petén guatemalteco. Según la
cusv Serie III, abarca 2 889 501 hectáreas en terri- Selva baja espinosa subperennifolia. Del total de
torios indígenas de México, de un total de 5 775 059 1 035 679 hectáreas a nivel nacional, 373243 co-
a nivel nacional, lo que significa que 50.03 por rresponden a territorios de los pueblos indígenas,
ciento se encuentra en territorios indígenas. lo que representa 36 por ciento. Si bien esta selva
Los mayas yucatecos, principalmente los cru- está clasificada por la Serie III como selva espino-
zo’ob —descendientes de los rebeldes que se refu- sa, en este caso se refiere a una modalidad de las
giaron en el centro de Quintana Roo—, tienen en selvas subperennifolias del sur y oriente de la Pe-
sus territorios, a nivel nacional, 36 por ciento de la nínsula de Yucatán. Aparecen también en la parte
selva subperennifolia. La vegetación secundaria inundable del noroccidente de la misma Penínsu-
en estas selvas es considerable. Se trata de un eco- la. En general, se trata de selvas inundables que re-
sistema que padece una constante perturbación sisten inundaciones intermitentes cuando entran
desde el punto de vista natural y cultural. En efec- a la región las tormentas tropicales, principalmen-
to, los huracanes que ingresan a tierra firme desde te desde el Caribe. En el suroriente de la penínsu-
el mar Caribe golpean directamente las selvas, la tenemos los tintales (Haematoxylum campechia-
además de que producen suficiente material infla- num) como vegetación dominante. Es evidente
mable para que se generen incendios importan- que los mayas yucatecos son los que tienen un am-
tes. Asimismo, la presencia maya que emplea las plio territorio de este tipo de selvas. Los otros pue-
técnicas de roza, tumba y quema contribuye a esta blos que tienen en sus territorios este tipo de selva
perturbación funcional. Es así que tenemos una son colonizadores y refugiados de Guatemala.
gran cantidad de vegetación heliófila como la cao-
ba y el cedro, por ejemplo. Igualmente, en los últi- Zona ecológica tropical subhúmeda
mos años la colonización ha fomentado desmontes A la zona ecológica tropical subhúmeda, Challen-
y la generación de acahuales. Sin embargo, tam- ger (1998) le adscribe las selvas subaducifolias y
bién es cierto que el manejo forestal, con su nueva caducifolias.
estrategia de consensos internos de los ejidos que
establecen áreas forestales permanentes en la Selva subcaducifolia. A esta categoría integraré tres
zona maya y en el sur de Quintana Roo, ha logra- tipos de vegetación: selva baja, selva mediana sub-
do mantener un macizo selvático de por lo menos caducifolia y selva espinosa. Los primeros dos ti-
500 000 hectáreas, mismas que forman parte del pos de vegetación suman, a nivel nacional,
Corredor Biológico Calakmul-Sian Ka’an. Con 4 737 330 hectáreas, de las cuales 2 802 729 se
esta forma de manejo no se utiliza el fuego y se encuentran en territorios indígenas, es decir, 62.7
tienen que diseñar tecnologías para abrir claros por ciento.
necesarios para la producción de la flora heliófila. Estas selvas son el hábitat ancestral de muchas
plantas domesticadas como el maíz, frijol, caca-
Selva baja perennifolia. Este tipo de vegetación huate, jitomate, algodón para el caso de México.
está representada en territorios indígenas única- También la mixteca en Oaxaca y Guerrero, y la
mente en la selva Lacandona con 1 176 hectáreas; maya en la región norte de Yucatán, pudieron ser
el resto —42 397 hectáreas— se encuentra en el los centros originales de domesticación y/o diver-
104
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
sificación subsiguiente de varias especies de ár- (Bursera copallifera), barbasco comestible (Dis-
boles frutales nativos, algunos, en un proceso vi- corea nelsonii), maíz (Zea mays) y teocintes varios.
gente y activo (Challenger, 1998). Amaranto
(Amarantus leucocarpus), frijol (Phaseolus vulgaris, Selva baja subcaducifolia. Este tipo de selva apare-
P. lunatus), crotalarias (Crotalaria pumila), calaba- ce únicamente en el oriente del estado de Yuca-
zas (Curcubita mochata, C. pepo), chaya (Cnidosculos tán, al sureste de Quintana Roo y en Tamaulipas.
spp.), chile (Capsicum Nahum L.), nanche (Byrso- Se trata de manchones inconexos. A nivel nacio-
nina geometrizans), algodón (Gossypium hirsutum), nal existen 70770 hectáreas, de las cuales 9306 se
xoconochtli (Stenocereus spp.), guayaba (Psidium encuentran en territorios de los pueblos indíge-
guajava), garambullo (Myrtillocactus geometrizans), nas, y son los mayas yucatecos los únicos que tie-
ciruelo o jocote (Spondias spp.), ramón (Brosinum nen este tipo de vegetación con 13 por ciento del
alicastrum), guajes (Leucaenia spp.), agave (Agave total nacional. También los mayas son los que tie-
cupreata), jitomate (Licopersicum esculentum), nen la mitad de la selva baja subcaducifolia arbó-
guamúchil (Pithecellobium dulce), bonete (Pileus rea. Según Rzedowski (1978) estas selvas tienen
mexicanus), cacalosúchil (Plumeria rubra), copal 6000 diferentes especies de flora.
105
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 3. Zona ecológica tropical húmeda en los territorios de los pueblos indígenas
(hectáreas)
106
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Selva mediana subcaducifolia. Las selvas medianas desde el noreste al suroeste de la Península. Asi-
subcaducifolias abarcan a nivel nacional 4 737 330 mismo, este tipo de vegetación se encuentra prin-
hectáreas, de las cuales 2 963 515 están en territo- cipalmente en las planicies costeras de la costa
rio de los pueblos indígenas, lo que representa del Pacífico. En especial, hay que mencionar que
63.5 por ciento. Destacan los mayas de Yucatán, la vegetación secundaria abarca grandes extensio-
quienes abarcan una vasta área de la Península nes en su modalidad de arbórea y arbustiva. Esta
con este tipo de vegetación, la cual se extiende vegetación secundaria en los territorios mayas
107
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
abarca 89 por ciento de todo el macizo selvático maria, de las 992 264 que este tipo de vegetación
de los territorios indígenas de México. abarca a nivel nacional, esto es 3.75 por ciento del
total nacional.
Selva caducifolia. Estas selvas abarcan en México
16 859 406 hectáreas, de las cuales 2 730 224 es- Selva baja caducifolia. Este tipo de selvas abarcan
tán en territorios de los pueblos indígenas, esto 16859407 hectáreas a nivel nacional, de las cuales
es, 16.1 por ciento del total nacional. La Serie III 1825026 pertenecen a 28 pueblos indígenas, esto
clasifica las selvas caducifolias en matorral sub- es, 12.75 por ciento del total nacional. Se trata de
tropical, selva baja caducifolia y selva mediana una de las selvas más ricas y menos estudiadas.
caducifolia. La composición florística depende de las distin-
tas regiones en que aparecen en el país. De los
Matorral subtropical. El yaqui es el único pueblo pueblos indígenas que comparten este tipo de
indígena que tiene matorral subtropical en su te- vegetación destacan, en orden de aparición los
rritorio con 54 005 hectáreas de vegetación pri- tarahumaras, huicholes, zapotecos, tepehuanes,
108
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
nahuas de Guerrero, guarijios, mixtecos, cora, pa- blos mixtecos y nahuas, y la Península de Yuca-
me, mixe y mayos. Se trata del ecosistema fores- tán, donde hay un proceso de secundarización
tal más extenso del país, distribuido desde el sur muy importante.
de Sonora, a lo largo de las planicies costeras del
Pacífico y en las faldas adyacentes de la Sierra Ma- Selva mediana caducifolia. Esta clasificación en la
dre Occidental y del Sur, la depresión del Balsas, Serie III se encuentran en el noroccidente de la pe-
centro de Veracruz, sur de Tamaulipas, hasta la nínsula de Yucatán y en el sur de Oaxaca. Es el
depresión central del estado de Chiapas y penín- tipo de vegetación con mayor presencia indígena
sula de Yucatán (Challenger, 1998: 377). En esta a nivel nacional; se tiene un registro de 1109638
última región, a pesar de la presencia de especies hectáreas, de las cuales 851 193 están en territo-
endémicas, el número de especies por unidad de rios de los pueblos indígenas maya, chontal de
área es baja. Esto se debe a la intensidad de uso Oaxaca y zapoteco; la extensión corresponde al
de la selva por parte de los mayas. Se trata de un 76.7 por ciento del total nacional. Destacan los
tipo de vegetación muy amenazado, sobre todo mayas yucatecos que tienen una superficie consi-
porque en las planicies costeras avanza la agricul- derable de este tipo de vegetación que han inter-
tura de riego, la ganadería extensiva y los desarro- venido de tal manera que sus exponentes arbó-
llos turísticos y urbanos. En territorios de los pue- reos más destacados no rebasan los 40 años de edad
blos indígenas, los tarahumaras, tepehuanes, (Challenger, 1998).
huicholes, guarijios tienen vastas zonas de vege-
tación primaria, y se encuentran principalmente Selva espinosa (Challenger, 1998: 405).4 La Serie
en el fondo de las barrancas. En el nororiente del III clasifica en esta formación los siguientes tipos
país mencionamos a los pames, puesto que la de vegetación: mezquital, selva baja espinosa ca-
gran mayoría de su territorio tiene este tipo de ve- ducifolia y selva espinosa subperennifolia, que
getación. incluimos en las selvas húmedas.
La depresión del Balsas es especialmente rica Del total de 1 872 052 hectáreas que abarca a
en las selvas bajas caducifolias, área importante nivel nacional este tipo de vegetación 326 334 co-
como centro de origen de las burseras, B. bonetii, rresponden a territorios de los pueblos indígenas,
B. longipes, B. morelensis, B. copallifera (copal), en- esto es, 17.4 por ciento del total nacional. Los ár-
tre otras especies (Toledo, 1982). Se trata de uno boles de estas selvas tienen un rango de 4 a 14 m
de los grandes centros de endemismos. En esta de altitud. En condiciones más áridas, encontra-
región hay presencia de teocintes (Zea mays sp. mos los mezquites como vegetación dominante.
parviglunis Iltis & Doebley). Estos últimos se incorporan a la zona ecológica
Los zapotecos y mixes tienen presencia en es- árida y semiárida.
tas selvas, principalmente en las laderas que mi-
ran hacia el océano Pacífico. En las distintas re- Mezquital. Los mayos presentan este tipo de vege-
giones hay presencia indígena, en especial en las tación en su territorio con 84 762 hectáreas esto es
estribaciones de las sierras o en las barrancas pro- 3.17 por ciento del total.
fundas, donde con frecuencia el nivel de conser-
vación es mejor que en las planicies costeras. Las
4
Incluye a la selva espinosa dentro de las selvas subhú-
excepciones son las zonas de pastoreo de caprinos medas, aunque en las zonas más áridas se alternan con las
en la depresión del Balsas, donde habitan los pue- vegetación xerófita
109
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Selvas subcaducifolias
Selvas caducifolias
110
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
111
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Selva espinosa caducifolia. Del total de 748375 hec- tal, Occidental y del Sur forman barreras formida-
táreas, 47661 pertenecen a territorios de los pue- bles en las cuales se condensa la humedad
blos indígenas, lo que corresponde a 6.3 por cien- recogida de los océanos. Es en estas zonas donde
to del total nacional. Los territorios que destacan se encuentran los bosques mesófilos de montaña.
con esta vegetación son los de los pueblos in- Ubicados en las caídas más importantes de las
dígenas huaves y zapoteco del istmo de Tehuan- sierras hacia las planicies costeras, los bosques de
tepec. niebla o mesófilos presentan una riqueza florísti-
ca extraordinaria.
Zona ecológica templada húmeda En la Sierra Norte de Oaxaca, los Tuxtlas y
Bosque mesófilo de montaña. De cara al océano Pací- Chiapas llueve 4 000 mm o más al año, lo que ex-
fico y al Golfo de México, las sierras Madre Orien- plica los caudales de los grandes ríos mexicanos.
112
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
A nivel nacional se registran 1 823 379 hectá- siembra el café a sombra, y muy frecuentemente
reas de bosque mesófilo de montaña. De este to- en la modalidad orgánica integradas a los esque-
tal, 992 196 se encuentran en territorios de los mas de comercio justo. Por otro lado, 70 por cien-
pueblos indígenas, esto es, el 54.4 por ciento. to de los productores indígenas de café tienen en
Este tipo de bosque solía cubrir vastas regio- promedio 2 hectáreas, de los cuales una modali-
nes de México; sin embargo, hoy sobrevive como dad más tradicional es de sombra con árboles de
relicto en forma de archipiélagos de vegetación. vegetación original, convirtiendo a éstos en los
Sus territorios son reducidos y padecen una inten- últimos refugios para una fauna y flora fuerte-
sa intervención humana, por lo que se trata de uno
Hombre nahua dedicado a vender en el mercado
de los ecosistemas más amenazados en nuestro de Cuetzalan, Puebla.
país. Actualmente sobrevive en menos de 1 por
ciento del territorio nacional, pero alberga entre
10 a 12 por ciento de las especies florísticas del
país. Alrededor de 2 500 a 3 000 especies habitan
de modo preferencial o exclusivo en estos bos-
ques, particularmente las epífitas, los arbustos, las
herbáceas y los helechos (Challenger, 1998: 462).
En México existen, por lo menos, cuatro provin-
cias florísticas en los bosques de niebla: 1) Sierra
Madre Occidental (Sonora, Sinaloa y Nayarit);
2) Sierra Madre Oriental (desde Nuevo León
hasta Veracruz); 3) serranías meridionales dividi-
das en Faja Volcánica Transmexicana (Nayarit,
Jalisco, Michoacán y Morelos); Sierra Madre del
Sur (Michoacán, Guerrero y Oaxaca), y sierras
del norte de Oaxaca (Sierra Norte de Oaxaca has-
ta las serranías de Misantla); y 4) sierras transísmi-
cas (desde Chiapas hasta los Tuxtlas) (Challenger,
1998, citando a Rzedowski, 1978: 460 y ss.).
Los bosques mesófilos de montaña son com-
partidos por 28 pueblos indígenas; la mayor
superficie de este bosque se localiza, en orden
descendente, en los territorios de los pueblos za-
poteco, tzeltal, chinanteco, mixe, zoque, nahua
de la Sierra Norte de Puebla y tzotzil. Los bos-
ques mesófilos son utilizados para dar sombra a
los cafetales; por ello, el estrato secundario arbó-
reo está muy desarrollado. El porcentaje de los
bosques secundarios en territorios indígenas es
de 62 por ciento, lo que indica que este territorio
se está utilizando intensamente. Es ahí donde se
113
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
114
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
115
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Madre y las partes montañosas de la Faja Volcáni- Bosque de coníferas (pinos). Estos ecosistemas ve-
ca Transmexicana. Ambos tipos de vegetación getales, de acuerdo con la Serie III, abarcan los si-
pueden presentarse en ciertas regiones de mane- guientes tipos de vegetación: bosques de ayarín,
ra dominante o mezclada; sin embargo, existe un cedro, oyamel, tascate, pino, y de pino-encino.
predominio de una u otra especie (pino-encino o En esta categoría la Serie III también incluye los
encino-pino, entre otras). A veces, la preponde- bosques mezclados con encino, siendo predomi-
rancia de los encinos sobre los pinos se debe a la nantes los encino-pino. El bosque de coníferas en
perturbación humana de las poblaciones comercia- su conjunto abarca 16 774862 hectáreas en todo
les de pino. Los encinos son más resilientes cuan- México, de las cuales 4298449 están en territorios
do no existen claros abiertos, y se regeneran una de los pueblos indígenas, esto es, 25.6 por ciento
vez cortados a partir de los mismos tocones. Los del total nacional.
pinos pertenecen a las vegetaciones heliófilas
que para reproducirse necesitan claros y pertur- Bosque de ayarín (Juniperus sp.). Varias especies del
bación dentro de los bosques. bosque de ayarín se encuentran listadas como ra-
México es el centro primario mundial de diver- ras o en peligro de extinción. Este tipo de bosque
sidad de los pinos y el centro primario de diversi- se encuentra en el norte del país; a nivel nacional
dad del hemisferio occidental de los encinos. Son existen 40007 hectáreas, de las cuales 5503 se en-
los dos géneros más representativos y económica- cuentran en territorios de los pueblos indígenas,
mente importantes entre los árboles de clima es decir, 13.8 por ciento del total nacional.
templado (Challenger, 1998: 519).
Casi todos los cultivos básicos importantes tu- Bosque de cedro (Cupressus sp.). Igual que el ayarín,
vieron su origen en los trópicos subhúmedos. Sin hay muy pocos bosques de cedro en México. Los
embargo, fueron adaptados a ambientes templa- pequeños manchones registrados en territorios
dos por parte de agricultores indígenas. Así, por mazahua (648 hectáreas) y tojolabal (222) llegan
ejemplo el maíz cacahuacintle, probablemente apenas a 870 hectáreas y representan el 37.6 por
de origen sudamericano (Wellhausen et al., 1951), ciento del total nacional.
se adapta hasta por lo menos 2 800 msnm. Entre
las plantas que pertenecen al estrato herbáceo Bosque de oyamel (Abies). Este tipo de vegetación
domesticadas está el tomate verde (Physalis cheno- suma 142 269 hectáreas a nivel nacional de las cua-
podifolia), huauzontle (Chenopodium berlandieri les 13 939 se encuentran en territorios indígenas,
spp nuttalliae), chilacayote (Curcubita ficifolia), esto es, 9.8 por ciento del total. Los bosques de
huautli (Amaranthus hypocondriacus), alegría (Ama- oyamel se encuentran en pequeñas islas en el cen-
ranthus cruentus) y dos especies de lamiaceas que tro del país y se ubican entre los 2 400 y 3 600
tienen el homónimo vernáculo de chía (Salvia msnm. La mayoría de estos bosques son relictos.
hispanica e Hyptis suaveolens). También se reporta la
domesticación de varias plantas ornamentales en- Bosque de tascate. Suma 37 739 hectáreas en territo-
tre ellas el nardo (Polianthes tuberosa) y el cempa- rios indígenas y representan 11.3 por ciento del
súchitl (Tagetes erecta). Hay que mencionar que el total nacional.
estrato herbáceo es fuente de gran cantidad de
plantas medicinales usadas por curanderos indíge- Bosque de pino. Para analizar este ecosistema sepa-
nas (Challenger, 1998: 577 y ss.). raré el bosque de pino del bosque de pino-encino,
116
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Bosque de ayarín
Tepehuán 5 214 - -
Tarahumara 288 - -
TOTAL 5 502 - -
Mazahua 649 - -
Tojolabal 223 - -
TOTAL 872 - -
Bosque de oyamel
Bosque de tascate
tal como viene en la clasificación de la Serie III. es compartida por 36 pueblos indígenas y los tara-
Entre los dos tipos de vegetación, el bosque de humaras tienen en su territorio más de la mitad
pino cubre a nivel nacional 7 448 026 hectáreas, de todos ellos. La diversidad de pinos mexicanos
de las cuales 2 047 382 se encuentran en territo- llega a 49 especies —la mayoría de ellas endémi-
rios de los pueblos indígenas, esto es, 27.4 por cas—, lo que representa 50 por ciento de la diver-
ciento del total nacional. La vegetación de pino sidad mundial, y México es el país con la concen-
117
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
118
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
119
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
tración más rica de especies de pinos del mundo, 4266590 hectáreas a nivel nacional, 907460 se ubi-
por lo que se le considera centro mundial de di- can en 28 territorios de los pueblos indígenas, esto
versidad de este género (Challenger, 1998). es, 21 por ciento. Al igual que los bosques de enci-
no, los tarahumaras encabezan los bosques de en-
Bosque de pino-encino. Este tipo de vegetación si- cino-pino, y le siguen en orden descendente los
gue clasificado como bosque de coníferas por la tepehuanes, huicholes, mixtecos, tlapanecos, co-
dominancia de los pinos. Sin embargo, el derribo ras, nahuas del altiplano, zoques, pimas y tzotziles.
de los pinos como el principal maderable del país Los bosques templados de coníferas y latifolia-
—sin un manejo adecuado— desplaza a los pinos das con dominancia del encino abarcan los territo-
por los encinos. Según la Serie III, tenemos para rios de 52 pueblos indígenas ocupando 6 958 759
este tipo de vegetación a nivel nacional 8821970 hectáreas de un total de 32 304 554. Esto signi-
hectáreas, y 36 pueblos indígenas albergan en sus fica que en los territorios indígenas está 21 por
territorios 2828031, lo que significa 32 por ciento ciento de los bosques templados, 61.4 por ciento de
del total nacional. sus bosques templados son primarios —4 277 753
En la Serie III, en el tema de formación de ve- hectáreas— y la intervención de 38.6 por ciento
getación, los bosques de encino abarcan dos tipos si hemos de considerar como tales los bosques
de vegetación: los de encino-pino y los de encino. secundarios —2 681 005 hectáreas— con vegeta-
A nivel nacional se tienen registradas 15529691 ción arbórea, herbácea y arbustiva. La mayor su-
hectáreas con este tipo de vegetación, de las cua- perficie de estos bosques se encuentra en áreas
les 1 386 255 se encuentran en territorios de los donde habitan los indígenas tarahumaras, tepe-
pueblos indígenas, lo que representa 12 por cien- huanes, zapotecos, huicholes y mixtecos.
to del total nacional. Resulta extraordinario que
haya 173 especies de encinos, de las cuales 115 son Zona ecológica árida y semiárida
endémicas. Por tanto, México es un centro de di- Los tipos de vegetación identificados en esta zo-
versidad del género quercus en el hemisferio occi- na ecológica son los matorrales xerófitos, mezqui-
dental (Challenger, 1998: 544). tales y huizachales. Desde el punto de vista bioló-
gico, las especies endémicas en esta zona suman
Bosque de encino y encino-pino. El territorio nacional más de 60 por ciento a nivel mundial; ya que los
tiene 11 263 101 hectáreas de bosques de enci- ecosistemas áridos son el centro de origen y evo-
nos, de las cuales 1 386 255 se encuentran en terri- lución de muchas taxa, y el centro mundial más
torios de los pueblos indígenas, lo que representa importante de evolución de las cactáceas.
12.3 por ciento del total nacional. Es el tipo de ve- Esta zona abarca una extensa área del norte
getación más distribuido en territorios indígenas del país, además de las áreas que se crean a partir
ya que abarca 43 etnias desde el norte del país has- de la sombra de humedad generadas en las distin-
ta Chiapas. tas sierras Madre, las cuales producen situaciones
climáticas, topográficas y edáficas muy heterogé-
Bosque de encino-pino. A diferencia del tipo de vege- neas que explican la enorme diversificación y los
tación donde el pino domina sobre el encino, te- endemismos (Challenger, 1998: 617). Estas situa-
nemos vastas regiones donde el encino domina ciones geomorfológicas complejas generan una
sobre los pinos; por tanto, se clasifica como una for- situación de aislamiento y procesos de especia-
mación de vegetación de bosque de encino. De ción importantes.
120
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
En este bioma, la Serie III incorpora a los país tienen una larga tradición de convivencia con
matorrales xerófilos los siguientes tipos de vege- este tipo de ecosistemas. En Aridoamérica desta-
tación: chaparral, matorral crasicaule, desértico, can los yaquis, seris, mayos, paipai, kiliwas, cochi-
micrófilo, rosetófilo, sarcocrasicaule de neblina, míes, chichimecas jonaz y cucapás. En el centro
sarcocrasicaule, submontano, subtropical, así del país los otomíes son especialistas en el mane-
como el mezquital (huizachal) y la selva baja es- jo de la zona desértica, y en el área mesoamerica-
pinosa. na del valle de Tehuacán-Cuicatlán destacan los
A pesar de ser pocos los habitantes indígenas nahuas, popolocas y mixtecos.
que conviven con estos ecosistemas, y además Entre las plantas domesticadas tenemos los
muy reducido en proporción con los territorios na- nopales opuntia (Ficus indica, O. Streptacamba),
cionales, se trata de pueblos indígenas de los de- magueyes para producir pulque (Agave atrovirens,
siertos —como los define Kirchhoff (1960)— que A. mapisaga, A. salmiana), algodón nativo (Gossy-
han convivido con estos tipos de sistemas ecoló- pium hirsutum) y pasto cola de zorra (Setaria ma-
gicos y florísticos desde milenios. Los conoci- crostachya) que fue uno de los primeros cereales
mientos generados por la gente de los desiertos silvestres que se comenzaron a domesticar. Varios
para su manejo y uso son únicos en México y en cactos han estado sujetos a manipulación huma-
general en el mundo. En especial hay que mencio- na, como el nopalito (Nopalea spp., Opuntiae spp.),
nar que los pueblos indígenas del noroeste del frijol tepario (Phaseolus acutifolius), calabacita del
121
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
122
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
123
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 10. Bosque de encino-pino en los territorios de los pueblos indígenas (hectáreas)
124
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
mesoamericana en áreas muy desérticas produ- CUADRO 11. Zona ecológica árida y semiárida
(hectáreas)
cidas por la sombra de humedad.
Pueblo indígena Primaria Secundaria
Matorral crasicaule. Del total de 1 556 787 hectá- arbustiva
este tipo de vegetación, de las cuales el pueblo ki- Matorral desértico micrófilo
kapú detenta 4 522 hectáreas, es decir, 0.13 por Seri 71 579 -
ciento del total nacional. Cucapa 56 952 -
Yaqui 56 921 1 391
Paipai 36 237 -
Matorral sarcocuale. De las 5 276 413 hectáreas a
Kiliwa 15 109 481
nivel nacional, 338 477 se encuentran en territorios Pápago 12 966 1 115
de los pueblos indígenas, esto es, 6.26 por ciento. Tarahumara 5 547 128
Esta vegetación es parte del desierto del noroeste Mayo 3 842 -
de México; en el conocimiento y uso de este terri- Otomí 497 2 610
TOTAL 259 650 5 725
torio destacan los pueblos yaqui, seri y mayo.
125
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
126
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Selva de galería. Este tipo de vegetación, así clasi- CUADRO 12. Vegetación hidrófila (hectáreas)
ficado por la Serie III, se encuentra en un área
Pueblo indígena Primaria Secundaria
muy reducida en territorio huichol, con 252 hec- arbórea
táreas de 3781 a nivel nacional.
Manglares
Maya 76 564 -
Tular. De 936 395 hectáreas de tulares, los pue-
Chontal de Tabasco 4 245 -
blos indígenas tienen en sus territorios 90 951; es Yaqui 3 050 -
decir, casi 9.67 por ciento del total nacional. Seri 1 598 -
Zapoteco 1 478 357
Vegetación de galería. La Serie III deslinda la selva Mixteco 1 219 -
Tzotzil 1 091 -
de galería, vegetación de galería y bosque de gale-
Nahua del sur de Veracruz 1 067 -
ría como distintos tipos de vegetación. Ésta apa- Totonaca 838 -
rece junto a las corrientes de agua en lugares de Mayo 605 -
las selvas caducifolias y matorrales xerófilos. Huave 521 16 121
A nivel nacional se tiene un registro de 141 517 Ixil 466 -
hectáreas de este tipo de vegetación, mientras Amuzgo 393 -
Nahua de SLP, S.N. de Puebla, N. de Ver. 305 -
que en territorios de los pueblos indígenas son
Huasteco 125 -
374, esto es, 0.26 por ciento del total nacional. Chuj 38 -
Cucapa - 46
Vegetación de petenes. En la península de Yucatán, TOTAL 93 603 16 524
de origen cárstico, tenemos en una amplia franja Petenes
costera disoluciones de los carbonatos lo que jun- Maya 17 374.33 2 225.91
to con los mantos freáticos de agua dulce fósil per-
Vegetación halófila
miten el desarrollo de “islas de vegetación” que
presentan una variada flora y fauna específica de Yaqui 54 736 611
Mayo 14 979 1 483
selvas bajas y medianas subperennifolias en el
Seri 12 711 -
centro del Petén. De las 45 005 hectáreas que hay Cucapa 7 769 -
a nivel nacional, 19 600 están en territorios mayas, Nahua de SLP, S.N. de Puebla, N. de Ver. 981 -
lo que representa 43.5 por ciento del total. Tlapaneco 650 -
Mixteco 96 -
127
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
están en territorios de los pueblos indígenas, lo al tejido de sombreros y de otras artesanías utilizan-
que representa 4.51 por ciento del total nacional. do diversos tipos de palmas como materia prima.
128
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
129
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
130
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 14. Superficie por tipos de vegetación a nivel nacional y en los territorios indígenas:
estudio comparativo (hectáreas)
Selva mediana caducifolia 851 193 11 356 42 172 1 109 647 76.71
Selva alta perennifolia 2 428 343 435 530 1 702 942 3 440 961 70.57
Selva mediana subcaducifolia 2 963 515 74 394 313 456 4 666 591 63.50
Bosque mesófilo de montaña 992 196 30 855 758 485 1 823 395 54.41
Selva mediana subperennifolia 2 889501 279 868 1 658 841 5 775 106 50.03
Vegetación de petén 19 600 36 750 19 452 45 006 43.55
Bosque de cedro (Cupressus sp.) 871 172 871 2 314 37.67
Selva alta subperennifolia 59 476 32 469 47 027 160 884 36.97
Palmar inducido 38 971 - 13 251 105 939 36.79
Selva baja espinosa subperennifolia 373 243 78 046 299 757 1 035 689 36.04
Sabanoide 49 230 - 1 901 148 003 33.26
Bosque de pino-encino 2 828 031 33 976 1 258 585 8 821 997 32.06
Bosque de pino 2 047 382 26 484 1 126 383 7 448 030 27.49
Bosque de encino-pino 907 460 37 463 323 886 4 266 591 21.27
Sabana 35 836 8 464 20 601 207 255 17.29
Bosque de ayarín 5 503 - 5 004 40 008 13.75
Selva baja subcaducifolia 9 306 249 1 026 70 771 13.15
Selva baja caducifolia 1 825 026 169 699 642 238 14 309 308 12.75
Bosque de encino 1 386 255 71 859 431 226 11 263 106 12.31
Manglar 110 129 111 968 78 386 915 025 12.04
Sin vegetación aparente 108 167 28 614 16 804 956 334 11.31
Bosque de tascate 37 739 3 982 15 967 333 896 11.30
Bosque de oyamel 13 939 11 542 5 913 142 270 9.80
Tular 90 591 54 891 80 019 936 404 9.67
Selva baja espinosa caducifolia 47 661 3 561 748 375 6.37
Matorral sarcocaule 338 477 72 507 131 919 5 410 263 6.26
Selva de galería 252 - 2 4 940 5.09
Matorral crasicaule 73 390 41 612 30 569 1 560 156 4.70
Vegetación de dunas costeras 7 016 1 751 3 690 155 519 4.51
Bosque de galería 849 - - 21 622 3.93
Matorral subtropical 54 005 - 29 255 1 440 492 3.75
Mezquital 84 762 1 130 6 599 2 676 340 3.17
Vegetación halófila 94 065 5 013 12 316 2 984 528 3.15
Chaparral 62 419 6 670 29 931 2 093 834 2.98
Popal 3 668 2 837 131 666 2.79
131
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 14. Superficie por tipos de vegetación a nivel nacional y en los territorios indígenas:
estudio comparativo (hectáreas) (CONTINUACIÓN)
GRÁFICA 1. Porcentaje nacional por tipo de vegetación en los territorios de los pueblos indígenas de México
132
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
GRÁFICA 2. Distribución de la vegetación primaria, secundaria estas plantas viene indudablemente de los pueblos
y uso del suelo en los territorios de los pueblos indígenas
(no se incluyen cuerpos de agua ni centros urbanos) indígenas que han convivido con estas selvas.
Como síntesis de esta evaluación al agrupar
los diversos tipos de vegetación y usos de suelo en
Uso las regiones indígenas, se observa que los bosques,
agrícola
Vegetación selvas y matorrales con vegetación primaria ocu-
primaria 12.2%
32.6% pan cerca de 32.8 por ciento de la superficie total,
Uso pecuario la vegetación secundaria 43.6 por ciento; mientras
11.3%
que el área destinada al uso pecuario es 11.3 por
Vegetación secundaria
ciento, el agrícola 12.2 por ciento, es decir, en las
43.6% zonas indígenas más de 76 por ciento de la su-
perficie conserva una cubierta vegetal natural.
Si hemos de considerar a la vegetación secunda-
ria herbácea y arbustiva como un indicador de per-
turbación, podemos hablar de un promedio de
27.2 por ciento de áreas fuertemente impactadas.
ximaciones que se matizan según la ubicación geo- Como se trata de áreas dinámicas, las 10 638 561
gráfica y el uso, casi cada pueblo indígena presenta hectáreas de vegetación secundaria incluyendo la
situaciones específicas que marcan una riqueza ex- arbórea con cara hacia el futuro tienen un poten-
traordinaria. Así, aunque los matorrales xerófitos cial invaluable de captura de carbono.
estén escasamente representados en los territorios La riqueza biológica se expresa en las varie-
indígenas, los pueblos indígenas del norte de dades de tipos de vegetación en sus territorios.
América Árida tienen una larga tradición de convi- De esta manera, por ejemplo, los otomíes tienen
vencia con este tipo de vegetación y los ecosiste- 17 tipos de vegetación en sólo 488 627 hectáreas,
mas respectivos. De 33 a 50 por ciento de las plan- lo que nos lleva a la pregunta ¿cómo se adaptó la
tas medicinales recolectadas en estado silvestre en cultura del maíz mesoamericano a los diferentes
México son originarias de las selvas subhúmedas; ecosistemas? La hipótesis a desarrollar en el fu-
en especial, de las selvas bajas caducifolias (Cha- turo es que los paisajes culturales interaccionan
llenger, 1998: 413). El conocimiento original de activamente con la biodiversidad.
133
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Respecto al cambio de uso del suelo observa- dades del VIII Censo Ejidal del año 2001, que
mos en el cuadro 17 una disminución importante según el INEGI (2008) abarcaban 105 millones de
de la vegetación primaria, y a la vez un aumento hectáreas. De 2001 a 2008 la superficie de los eji-
fuerte en la vegetación secundaria arbórea. Final- dos y comunidades ha crecido 4 por ciento. Cabe
mente, en el cuadro 18 se presenta la tenencia de destacar que 42 por ciento de la propiedad social
la tierra en los bosques y selvas. Hay que desta- de los bosques y selvas está en los territorios indí-
car que emplearon para ello los ejidos y comuni- genas.
CUADRO 16. Diversidad de tipos de vegetación en los territorios de los pueblos indígenas
134
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 17. Comparación de la vegetación y el uso del suelo Serie II de 1993 y Serie III de
2002 respecto al mismo territorio de los pueblos indígenas (hectáreas)
Vegetación y uso del suelo Serie II, 1993 Serie III, 2002 Porcentaje
Serie III
Vegetación primaria (incluye pastizales naturales) 15 174 089 8 997 908 -40.70
Vegetación secundaria 7 010 832 11 946 083 +70.39
Subtotal 22 184 921 20 943 991 -5.59
Agrícola 2 715 529 3 355 111 +23.55
Pecuario 2 443 868 3 094 965 +26.64
Subtotal 5 159 397 6 450 076 +25.02
TOTAL 27 344 318 27 394 067 0.18
CUADRO 18. Propiedad social* y privada de los bosques y selvas** a nivel nacional
y en los territorios de los pueblos indígenas de un total de 65 595 255 hectáreas
Cubierta de uso Ejidal y Privados, Ejidal y Porcentaje Privados Porcentaje Total Total Porcentaje
del suelo y comunal tierras comunal indígena indígena indígena x zona x zona total
vegetal general nacionales indígena ejidal y ecológica ecológica indígena
Serie III, 2002 generales comunal a nivel en terri- x zona
(INEGI) b y selvas nacional torios ecológica
indígenas
Bosques templados 19 916 426 14 226 123 9 327 345 46.8 1 375 279 9.7 34 142 549 10 702 624 31.3
humedos y subhúmedos
Bosques de coníferas 10 935 122 5 854 388 4 017 878 36.7 786 319 13.4 16 789 510 4 804 197 28.6
(incl. pino-encino)
Bosques mesófilos 1 131 117 692 280 719 516 63.6 316 726 45.8 1 823 397 1 036 242 54.4
de montaña
Bosques de encinos 7 850 187 7 679 455 4 589 951 58.5 272 234 3.5 15 529 642 4 862 185 31.3
(incl. encino-pino)
Selvas húmedas y 19 529 213 11 923 493 7 231 480 37.0 2 330 461 19.5 31 452 706 9 561 941 30.4
subhúmedas
Selvas caducifolias 8 621 730 6 797 205 353 736 4.1 455 822 6.7 15 418 935 809 558 5.3
Selvas perennifolias 6 758 979 2 665 412 4 527 993 67.0 833 497 31.3 9 424 391 5 361 490 56.9
Selvas subcaducifolias 3 064 828 1 672 543 1 996 015 65.1 972 627 58.2 4 737 371 2 968 642 62.7
Selvas espinosas 1 083 676 788 333 353 736 32.6 68 515 8.7 1 872 009 422 251 22.6
Total bosques y selvas 39 445 639 26 149 616 16 558 825 3 705 740 65 595 255 20 264 565
Porcentaje total 60.1 39.9 42.0 14.2 30.9
* Según el VIII Censo Ejidal del año 2001 la propiedad social era de 105 millones de hectáreas con 30 305 ejidos. Utiliza-
mos en nuestro estudio 100 millones de hectáreas, ya que no se incluyen los polígonos de ejidos y comunidades que están
en litigio. Las tierras nacionales se incluyen provisionalmente en la propiedad privada hasta que tengamos más precisión en
los datos. Para el año 2007, la superficie y cantidad de ejidos han aumentado en 4 por ciento (INEGI 2008).
** Las zonas ecológicas con bosques y selvas tienen, según la Serie III, los siguientes tipos de vegetación. Selvas húme-
das y subhúmedas: selva mediana caducifolia, selva alta perennifolia, selva mediana subcaducifolia, selva mediana subperen-
nifolia, selva baja espinosa, espinosa caducifolia, selva alta subperennifolia, selva baja perennifolia, selva baja caducifolia,
selva baja subperennifolia, de la selva espinosa los mezquitales. Bosques templados húmedos y subhúmedos: bosque mesó-
filo de montaña, bosque de encino-pino, bosque de pino, bosque de pino- encino, bosque de ayarín, selva baja subcaducifo-
lia, bosque de encino, bosque de tascate, bosque de galería, bosque de oyamel, bosque de cedro. No se incluyen en este es-
tudio los matorrales de la selva caducifolia ni los matorrales xerófilos y la vegetación hidrófila incluidos los manglares.
135
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
136
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Las regiones bioculturales para la los polígonos del Sinanp y los estatales sólo prote-
conservación y desarrollo de la biodiversidad gen (en caso de que fueran eficientes) una peque-
ña parte de los biomas en México. Cuando se creó
Criterios para definir las regiones bioculturales la Conabio se idearon varios sistemas de evalua-
prioritarias para la conservación ción y distribución geográfica de la biodiversidad:
a) las regiones terrestres prioritarias (RTP), b) las
Después de analizar la riqueza biológica median- regiones hidrológicas prioritarias (RHP),5 c) las áreas
te el estudio de los tipos de vegetación y su exten- de importancia para la conservación de las aves
sión en territorios de los pueblos indígenas, tengo (AICA),6 y d) regiones marinas prioritarias (RMP).
los elementos para analizar desde el punto de vis-
ta más cualitativo la biodiversidad y agrobiodiversi-
5
Regiones Hidrológicas Prioritarias (RHP). En mayo de
dad en esos mismos lugares. Las Series I, II y III, 1998, la Conabio inició el Programa de Regiones Hidrológicas
dimensionan la importancia de la riqueza biológi- Prioritarias, con el objetivo de obtener un diagnóstico de las
principales subcuencas y sistemas acuáticos del país conside-
ca por los tipos de vegetación que se encuentran rando las características de biodiversidad y los patrones socia-
en territorios de los pueblos indígenas. Esta infor- les y económicos de las áreas identificadas. Todo ello con el
fin de establecer un marco de referencia que pueda ser consi-
mación es básica para el diseño de la preservación derado por los diferentes sectores para el desarrollo de planes
y el manejo de la biodiversidad de cada una de las de investigación, conservación, uso y manejo sostenido. Los
hábitat acuáticos epicontinentales son más variados en rasgos
zonas ecológicas, así como de los recursos ambien- físicos y químicos que los del ambiente marino. Aparte de los
tales que nos pueden proporcionar esos ecosiste- pantanos, que tradicionalmente se agrupan como humedales
continentales, los sistemas epicontinentales incluyen lagos,
mas. Sin embargo, junto con la Cartografía de uso ríos, estanques, corrientes, aguas subterráneas, manantiales,
del suelo y vegetación, Series II y III, hay otros instru- cavernas sumergidas, planicies de inundación, charcos e in-
cluso el agua acumulada en las cavidades de los árboles. Las
mentos que podrían ayudarnos para establecer de diferencias en la química del agua, transparencia, velocidad o
manera específica y cualitativa las regiones bio- turbulencia de la corriente, así como de profundidad y morfo-
metría del cuerpo acuático, contribuyen a la diversidad de los
culturales prioritarias para la conservación y desa- recursos biológicos que se presentan.
rrollo de la biodiversidad. 6
Para el establecimiento de las AICA se fijaron los siguien-
tes criterios. Categoría 1: 1) El sitio que contiene una pobla-
En los últimos diez años se han desarrollado ción de una especie considerada como globalmente amena-
varios instrumentos institucionales para el diagnós- zada, en peligro o vulnerable (según el libro rojo de BIRDLIFE).
2) El sitio contiene una población de una especie considerada
tico de la biodiversidad mexicana, y a partir de ahí como amenazada, en peligro o vulnerable para Norteamérica
se propone que se deriven políticas concretas para (al menos una especie en alguna categoría de amenaza com-
partida por al menos dos países). 3) El sitio contiene al menos
su preservación, conservación, rehabilitación y re- una población de una especie considerada en las listas oficia-
cuperación (Soberón, 2000). En primer lugar tene- les del país como amenazada, en peligro o vulnerable. 4) El
sitio que contiene al menos una población de una especie
mos el Sistema Nacional de Áreas Naturales Pro- considerada en las listas oficiales del Estado como amenazada,
tegidas (Sinanp) federales y las áreas naturales en peligro o vulnerable. Categoría 2: 1) El sitio mantiene
poblaciones, locales, con rangos de distribución restringida.
protegidas estatales y municipales. Los polígonos 2) El sitio mantiene poblaciones significativas de un grupo de
de las ANP fueron delimitados con base en criterios especies de distribución restringida (menor a 50 000 km2)
(EBA). 3) Esta categoría incluye sitios importantes para espe-
de conservación que consideraban valiosos algu- cies con rangos globales restringidos, aunque mayores a
nos macizos de vegetación primaria, relativamen- 50 000 km2, pero que presentan poblaciones grandes dentro
de Norteamérica y que no están restringidos a un bioma en
te bien conservados, o bien cuando hubiera espe- particular. Categoría 3: 1) El sitio que mantiene conjuntos de
cies determinadas que proteger —por ejemplo, el especies restringidos a un bioma o hábitat único o amenazado.
2) El sitio que presenta poblaciones significativas de un grupo
flamenco (Phoenicopterus rubber)—. Todas las ANP de especies que se sabe están restringidas a un bioma. Sólo se
tienen algún nivel de evaluación. Sin embargo, aplica a sitios globales, porque aun cuando el bioma estuviese
137
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Los criterios para definir estas regiones varían mayor que en el resto del país, y además se tenga
según cada tipo de prioridad para la conservación. la oportunidad real de conservación. Por ahora
En el siguiente apartado examinaré qué territo- se han determinado 152 RTP que cubren una
rios indígenas comparten estos polígonos, para superficie de 55 051 683 hectáreas, de las cuales
ello, se contó con el ejercicio de un grupo de ex- 10 786 914 se localizan en territorios de los pue-
pertos. Es una aproximación que permite evaluar blos indígenas, esto es, 19.5 por ciento del total.
dónde se encuentran los ecosistemas más ínte- Desde el punto de vista de los territorios indíge-
gros, así como los valores específicos de su diversi- nas, 38 por ciento son clasificadas como RTP. Asi-
dad biológica. mismo, las RHP abarcan 13 006 551 hectáreas y las
Desde el punto de vista ambiental, la identifi- AICA 6 794 371 de los territorios mencionados.
cación de las RTP tiene como objetivo la determi- Evidentemente, las áreas de las RTP, RHP, ANP y
nación de unidades que destaquen la presencia AICA se traslapan en algunas partes, pero en otras
de una riqueza ecosistémica comparativamente no, por lo que su conjunto abarca 19 675 979 hec-
táreas de territorios indígenas. Con ello podemos
decir que 70 por ciento del territorio de los pue-
restringido a un país o región, éste sería único y el área se con-
sideraría como de importancia global. Categoría 4: Sitios que
blos indígenas tiene alguna categoría de valores
se caracterizan por presentar congregaciones grandes de indi- de biodiversidad establecidos por la Conabio.
viduos. Esta categoría se aplica a especies que se caracterizan
por ser vulnerables, por presentarse en números grandes en
Para hacer el balance cualitativo y definir las
sitios clave durante la reproducción o la migración. 1) El sitio regiones bioculturales prioritarias para la conser-
contiene más de 1 por ciento de la población mundial de una
especie acuática gregaria (Criterio Ramsar). 2) El sitio contie-
vación y el desarrollo, analizaré primero la rela-
ne más de 1 por ciento de la población mundial de una espe- ción de los territorios de los pueblos indígenas
cie no acuática gregaria. 3) El sitio contiene más de 20 000
aves acuáticas o 10 000 pares de aves marinas de una o más
con las ANP; en segundo lugar con las RTP, y en una
especies, 500 000 aves playeras (o 30 por ciento de su pobla- tabla final de este capítulo estableceré la relación
ción). Esta categoría debe usarse sólo cuando el número glo-
bal no se conozca. 4) El sitio parece mantener estándares
territorial con las RTP, AICA y RHP.
apropiados para especies migratorias en sitios “cuello de bote- Cabe aclarar que las RTP no sólo se refieren a la
lla”. 5) Sitio que contiene más de 1 por ciento de la “pobla-
ción” continental de una especie de ave acuática gregaria
importancia de los centros de origen y endemis-
(Criterio Ramsar). 6) Sitio que contiene más de 1 por ciento mos de las especies, sino también a la diversidad
de la “población” continental de una especie de ave no
acuática gregaria. 7) Sitio que contiene más de 15 000 aves
biológica domesticada.
acuáticas o 7 500 pares de aves marinas de una o más especies,
100 000 aves playeras. Esta categoría debe usarse sólo cuando
el número global no se conozca. 8) Sitio que presenta números
Los territorios de los pueblos indígenas y las áreas
que parecen exceder los estándares para especies migratorias naturales protegidas (ANP) federales y estatales
en sitios “cuello de botella”. 9) Sitio que contiene más de
1 por ciento de la “población” nacional de una especie de ave
Varias de las ANP del país se intersectan con los terri-
acuática gregaria (Criterio Ramsar). 10) Sitio que contiene torios de los pueblos indígenas. Por lo menos 52 de
más de 1 por ciento de la “población” nacional de una especie
de ave no acuática gregaria.11) Sitio que contiene más de 10
las poligonales declaradas como ANP por la federa-
000 aves acuáticas o 5 000 pares de aves marinas de una o más ción habita población indígena. Para hacer la eva-
especies, más de 20 000 aves playeras. Esta categoría debe
usarse sólo cuando el número global no se conozca. 12) Sitio
luación de la presencia de los pueblos indígenas
que presenta números que parecen exceder los estándares dentro de las ANP utilizamos todos los polígonos
para especies migratorias en sitios “cuello de botella”. Cate-
goría 5: Sitios importantes para la investigación ornitológica.
que presentan algún tipo de protección. Este Sis-
Áreas donde la realización de trabajo de investigación en orni- tema Nacional de Áreas Protegidas (Sinanp) inclu-
tología sea de relevancia para la conservación de las aves a ni-
vel global. Fuente: http://CONABIOweb.CONABIO.gob.mx/AICAs/
ye las siguientes categorías de protección: Parques
doctos/criterios-AICAs.html, consultado el 30 de abril de 2004. Marinos Nacionales, Reservas de la Biosfera, Zonas
138
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
de Refugio Submarino, Áreas de Protección de la de las cuales 1 467 034 corresponden a los territo-
Flora y Fauna, Área de Protección de los Recursos rios de los pueblos indígenas, lo que representa
Naturales, Santuarios, Zonas de Protección Fores- 26.2 por ciento de la superficie total de las mismas.
tal, Parque Nacional, Área de Protección de Flora y Las 16 reservas que están en territorios de los pue-
Fauna Silvestres y Acuática. Estas distintas catego- blos indígenas tienen un rango de extensión terri-
rías de protección tienen procedimientos adminis- torial que va de 10 mil a 358 443 hectáreas por área
trativos diferenciales (en caso de que existan). protegida. Por esta razón, las ANP tendrían que te-
La intersección de las ANP federales con los te- ner un procedimiento específico de participación
rritorios de los pueblos indígenas dio los siguientes para los pueblos indígenas en las mismas, del cual
resultados: del total de 152 ANP, 52 tienen pobla- tendría que dar cuenta el marco legal que significa
ción indígena. Estas 52 suman 5 578 645 hectáreas, la firma por parte de México del CDB y las Confe-
139
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
O RDENAMIENTOS ECOLÓGICOS
Y RESERVAS COMUNITARIAS DE
Guanajuato M ICHOACÁN , G UERRERO Y O AXACA
Querétaro
Guadalajara
Pachuca
20º
18º
Chilpancingo
Oaxaca
S IMBOLOGÍA
Reservas comunitarias OCÉA NO
16º
Territorios actuales de PACÍF ICO
los pueblos indígenas
96º 94º 92º 90º
rencias de Partes que se han venido realizando. dígenas, y que conforman los territorios de los
Las cifras arriba mencionadas tienen gran impor- pueblos indígenas dentro de estas áreas protegi-
tancia para la conservación in situ de la biodiversi- das que arrojan la cantidad de 83 214 habitantes
dad mexicana, ya que presentan la necesidad de pertenecientes a un pueblo indígena.
la representación indígena en la toma de decisio- Además los pueblos indígenas y comunidades
nes tanto para la designación de las autoridades campesinas están involucrados en los instrumen-
como para el diseño de las políticas hacia las mis- tos de conservación estatales con 533 264 hectá-
mas ANP. reas lo que se suma a las federales 2 000 298 hec-
En estas reservas que contienen territorios in- táreas de su territorio.
dígenas, la población total es de 787 316, de la cual La conservación en los territorios indígenas se
147 317 corresponde a la población indígena, esto desarrolla principalmente por las propias iniciati-
es, 18.7 por ciento. Sin embargo, hay 269 localida- vas comunitarias. Estas últimas obedecen a varios
des que tienen 40 por ciento y más de hogares in- procesos con experiencias distintas que van des-
140
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 19. Áreas naturales protegidas (ANP) federales y territorios de los pueblos indígenas
ANP Pueblo indígena Superficie Superficie Superficie Población Población Porcentaje Categoría
ANP en total total de indígena total que de ANP de manejo*
territorio de los la ANP que vive vive en las en cada
indígena territorios (hectáreas) en las ANP ANP que territorio
(hectáreas) indígenas tienen indígena
(hectáreas) territorios
indígenas
Barranca de Metztitlán Otomí 15 631 488 627 95 339 1 258 26 127 16.40 RB
Maya 205 479 7 440 854 719 838 1 352 2 568 28.55 RB
Cañón del Sumidero Tzotzil 4 085 774 323 21 912 1 018 1 853 18.64 PN
Cascada de Agua Azul Chol 754 792 334 2 320 1 445 1 537 32.51 APFF
Cuenca Hidrográfica Nahua de SLP, SNP, NVER 20 326 947 703 41 406 53 697 119 583 49.09 APRN
El Triunfo Tzeltal 6 741 924 774 120 192 1 054 10 128 5.61 RB
Islas del Golfo Mayo 729 321 124 317 508 - - 0.23 APFF
Popocatépetl Altiplano, Edomex, Oax. 6 017 663 813 89 875 0 243 6.70 RB
La Sepultura Tzeltal 1 391 924 774 168 244 917 9 389 0.83 RB
Los Mármoles Otomí 4 493 488 627 23 328 1 334 8 027 19.26 RB
* Reserva de la biosfera (RB), parque nacional (PN), área de protección de flora y fauna (APFF), área de protección de los recursos naturales
(APRN), santuario (S), monumento natural (MN).
141
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 19. Áreas naturales protegidas (ANP) federales y territorios de los pueblos indígenas
(CONTINUACIÓN )
ANP Pueblo indígena Superficie Superficie Superficie Población Población Porcentaje Categoría
ANP en total total de indígena total que de ANP de manejo*
territorio de los la ANP que vive vive en las en cada
indígena territorios (hectáreas) en las ANP ANP que territorio
(hectáreas) indígenas tienen indígena
(hectáreas) territorios
indígenas
Montes Azules Chol 18 127 792 334 328 104 3 553 6 496 5.52 RB
Otoch Ma Ax Yetel Kooh Maya 5 326 7 440 854 5 326 138 151 100.00 PN
Papigochic Tarahumara 1 720 2 647 372 242 418 303 9 842 0.71 APFF
Ría Celestún Maya 25 918 7 440 854 80 856 1 500 6 698 32.05 RB
Ría Lagartos Maya 49 466 7 440 854 59 745 1 928 6 394 82.80 RB
Selva El Ocote Tzeltal 513 924 774 101 568 4 062 6 948 0.50 RB
Sian Ka’an Maya 36 687 7 440 854 525 148 116 578 6.99 RB
Sierra de Álamos-río Mayo 3 692 321 124 92 189 1 629 4.01 APFF
Cuchujaqui
Sierra Gorda Huasteco 2 494 250 712 374 980 1 003 93 939 0.67 RB
Tehuacán-Cuicatlán Cuicateco 21 096 104 314 489 755 16 611 36 563 4.31 RB
142
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 19. Áreas naturales protegidas (ANP) federales y territorios de los pueblos indígenas
(CONTINUACIÓN )
ANP Pueblo indígena Superficie Superficie Superficie Población Población Porcentaje Categoría
ANP en total total de indígena total que de ANP de manejo*
territorio de los la ANP que vive vive en las en cada
indígena territorios (hectáreas) en las ANP ANP que territorio
(hectáreas) indígenas tienen indígena
(hectáreas) territorios
indígenas
ca-Pico de Orizaba
Popoloca 9 832 42 272 2.01 RB
Tutuaca Pima 5 686 53 767 361 807 625 4 251 1.57 APFF
Yum Balam Maya 23 009 7 440 854 152 593 452 2 342 15.08 APFF
TOTAL 1 467 034 23 562 441 5 578 645 147 317 787316 26.30
de los ordenamientos forestales de la silvicultura Procymaf, Coinbio y los programas piloto como el
comunitaria —áreas forestales permanentes con Manejo Integrado de los Ecosistemas (GEF).7 Es
superficies exclusivas para aprovechamiento y así que entre 2000 y 2007 se han ordenado, con el
otras para conservación—, hasta iniciativas indí- apoyo de varias instituciones, incluyendo a la Co-
genas y campesinas para la conservación de bos- nafor y ONG, 8 218 ejidos y comunidades en terri-
ques, selvas y vegetación de zonas áridas, con flora torios de los pueblos indígenas y que suman en
y fauna de alto valor en biodiversidad. Ejemplos total 1 987 456 hectáreas, de las cuales 507 183 se
de estos procedimientos de conservación los tene- designaron para conservación y 677 917 para apro-
mos en las áreas forestales permanentes en Quin- vechamiento sustentable. En esta superficie do-
tana Roo y Campeche impulsados por el Plan Pi- minan sobre los ejidos los bienes comunales or-
loto Forestal; en comunidades de la Sierra Norte denados que suman 1 801 257 hectáreas. De ellas,
de Oaxaca, y en organizaciones como la Unión de las asambleas han designado 458 520 para la con-
Comunidades Zapoteco-Chinanteca (Uzachi) o servación y 602 589 para el aprovechamiento sus-
la Unión Ixtlán Etla (Ixeto), con el apoyo de la tentable; 35 unidades agrarias aparecen sin datos.
ONG Estudios Rurales y Asesoría (ERA). Además Por otro lado tenemos, para el mismo periodo, 50
hay iniciativas comunitarias en las que se han de- ejidos indígenas con 48 662 hectáreas para con-
signado, en sus respectivas asambleas, áreas para
la conservación, sin más registro que en sus pro-
pios documentos, que reflejan acuerdos comuni- 7
Procymaf, Coinbio, ERA, GAIA, Conanp, CBMM, MIETEP,
tarios para la conservación, alguno impulsado por WWF y Fundación Ford.
143
32º
1
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Mexicali
30º
Isla Ángel
de la Guarda
2 Hermosillo
Isla Tiburón
28º Isla Cedros Chihuahua
3 12
GO
LF
O
4
DE
CA
26º
LIF
OR
NI
Saltillo
A
Culiacán
24º Isla Santa Isla Cerralvo
Margarita Durango
La Paz
Zacatecas
22º
5
Aguascalientes
Islas Marías Tepic
Guanajuato
20º Guadalajara
Morelia
Colima 7
O
18º CÉ 6
AN
O
PA
Cí
FIC
O
16º
R EGIONES BIOCULTURALES
1 RBP Sierra de Juárez- Delta Río Colorado
2 RBP Isla Tiburón - Río Bacoachi
3 RBP Parte baja Río Yaqui- Río Mayo
4 RBP Alta Tarahumara, Guadalupe y Calvo
5 RBP Huicot
6 RBP Sierra Coalcoman
7 RBP Tancítaro
8 RBP Sierra de Chincua, Cabecera Río Lerma
9 RBP Sierra de Taxco, Lagunas Zempoala, La Malinche
10 Sierra Mixteca- Triqui, cuenca Papagayo- Ometepec
11 RBP Sierra Sur de Oaxaca
12 RBP Kikapoa
13 RBP Huastecas - Sierra Norte de Puebla
San Luis
Potosí
Mérida
GOLF O
14 13 DE
Isla
Cozumel
Querétaro
MÉXIC O
Pachuca
Campeche
Ciudad 22
de México Banco
Tlaxcala Xalapa Chinchorro
8 Puebla Chetumal
Cuernavaca 19
15 17
9 Villahermosa
Chilpancingo 16 BELICE
Oaxaca
10 18 Tuxtla
21
Gutiérrrez
11 20 GUATEMALA
100º 98º 96º 94º 92º 90º 88º
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
servación y 75 328 para aprovechamiento forestal. cidos, selva baja espinosa subperennifolia, chapa-
Destacan en estos ordenamientos las comunida- rral, matorral crasicaule.
des zapotecas con 67, las chinantecas con 49, las En el mapa Ordenamientos ecológicos y reser-
mixtecas con 22, los mixes con 12, nahuas del alti- vas comunitarias de Michoacán, Guerrero y Oaxa-
plano con 10, purhépechas 9, chontales de Oaxa- ca se pueden observar corredores biológicos y cul-
ca 9, tlapanecas 5, tzotziles 5, zoques 5, cuicatecas turales con las reservas comunitarias y sus áreas de
4, tzeltales 4, mazatecas 3, popolocas 1, nahua de aprovechamiento sustentable.
Michoacán 1 y trique 1. Es importante señalar Con base en el artículo 59 de la LGEEPA y en el
que en estos procesos generalmente las áreas de artículo 48 de la Ley General de la Vida Silvestre
aprovechamiento tienen un alto nivel de susten- la legislación apoya este tipo de conservación
tabildad, y podemos sumar así a la conservación y comunitaria. En 2007, bajo esta modalidad la Co-
desarrollo más de 1 800 000 hectáreas en territo- misión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
rios indígenas. En general, en estas áreas comuni- (Conanp) certificó alrededor de 170 mil hectáreas.
tarias de conservación, se protegen 16 tipos de Esta forma novedosa de conservación tiene varias
vegetación: bosque de encino, encino-pino, pino- ventajas, ya que en las comunidades se fijan los
encino, pino, oyamel, tascate, bosque mesófilo de consensos y se acuerdan en asamblea las reglas
montaña, selva alta perennifolia, selva mediana que son legalizadas por las instancias del Registro
subperennifolia, selva mediana subcaducifolia, Agrario Nacional (RAN). Casi todos los ejidos y co-
selva mediana caducifolia, tulares, palmares indu- munidades certificados por la Conanp tienen orde-
146
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
* Área natural protegida de valor escénico (ANPVEHC), áreas naturales típicas (ANPT), parque estatal (PE), monumento natural (MN), Reserva Bióti-
ca (RB), Reserva Ecológica (RE); Parque Natural para la Recreación Popular (PNRP); Sitio sagrado natural (SSN); Parque Estatal Turístico Recreativo
(PETR); y Zona Especial Protección de Flora y Fauna Silvestre y Acuática (ZEPFFA).
147
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
namientos ecológico-territoriales, y con ellos reglas Asimismo, tenemos territorios indígenas des-
de uso generados por las asambleas (Comisión Na- tinados a la conservación para desarrollar el ecotu-
cional de Áreas Naturales Protegidas, 2005). Sin rismo (Anta y Pérez, 2004).
embargo, la expedición de certificados no significa
la certificación independiente de un buen manejo. Los territorios de los pueblos indígenas y las regiones
Finalmente, tenemos las formas de conserva- terrestres prioritarias, las regiones hidrológicas
ción de cafetales bajo sombra y que, por ejemplo prioritarias para la conservación de la biodiversidad y las
en alrededor de 50 municipios zapotecos, están áreas de importancia para la conservación de las aves
impulsando esta modalidad para producir café or- Para lograr una evaluación cualitativa que nos ayu-
gánico; y la conservación del bosque mesófilo. de a definir las áreas bioculturales (de los pueblos
UCIRI, una de las organizaciones vinculadas a proce- indígenas) respecto a la riqueza biológica y agro-
sos de comercio justo, café bajo sombra y produc- biodiversidad, utilizo inicialmente la clasificación
ción orgánica, aglutina 2 600 familias, la mayoría y territorialización de las RTP que realizó —bajo la
indígenas que abarcan casi 11 mil hectáreas. dirección de la Conabio— un grupo de expertos,
148
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
compuesto por investigadores de distintos centros perficie original, nivel de fragmentación, cambios
y ONG. En el cuarto capítulo se enriquecen estas de densidad poblacional, presión sobre especies
áreas con la distribución de los maíces indígenas. clave, concentración de especies en riesgo, prácti-
De los territorios indígenas, 40 por ciento per- cas de manejo inadecuado, proporción del área
tenece a alguna RTP, lo que nos confirma la extraor- bajo manejo adecuado, importancia por servicios
dinaria importancia que tienen los pueblos indíge- ambientales y presencia de grupos organizados
nas para la conservación de la diversidad biológica. (Arriaga 2000).
Los criterios que permitieron la definición es- El grupo de expertos calificó cada una de estas
pacial y cualitativa de los valores de la diversidad variables de 0 (menor valor) a 3 (mayor valor), de-
biológica por parte del grupo de expertos fueron: pendiendo de su importancia para la conserva-
diversidad ecosistémica, tipos de vegetación pri- ción. Adicionalmente, cuando aparece la categoría
maria, integridad ecológica funcional, función de tipos de vegetación primaria se pone la cantidad
como corredor biológico, fenómenos naturales real de tipos, lo que significa que, a nivel de pai-
extraordinarios, presencia de endemismos, ri- saje en un área prioritaria, entre más tipos de vege-
queza específica, función como centro de origen tación existan, mejor es su calificación. Esto su-
y diversificación natural, función como centro de cede también en la evaluación de integridad
domesticación de especies útiles, pérdida de su- ecológica funcional, cuya valoración alta (5 pun-
149
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
La Tierra del Faisán 9 670 San Felipe Usila, Oaxaca Comunidad de Santa Cruz Tepetotutla
Cerro Chango 8 129 Santiago Jocotepec, Oaxaca Ejido San José Río Manso
Lachiguxe-Peña Blanca 5 865 Santa María Guienagati, Oaxaca Comunidad de Santa María Guienagati
Área de Conservación de San Pedro Tlatepusco 5 050 San Felipe Usila, Oaxaca Comunidad de San Pedro Tlatepusco
Área de Conservación de Santiago Tlatepusco 4 300 San Felipe Usila, Oaxaca Comunidad de Santiago Tlatepusco
Área de Conservación de La Ventosa 2 178 Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Ejido La Ventosa
Cerro Azul 1 754 Santa María Chimalapa, Oaxaca Comunidad de Sta. Ma. Chimalapas
Cerro de Las Flores-Chayotepec 1 652.19 Santa María Guienagati, Oaxaca Comunidad de Santa María Guienagati
Área de Conservación de San Antonio del Barrio 1 500 San Felipe Usila, Oaxaca Comunidad de San Antonio del Barrio
Cerro de Las Flores 1 453.83 Santiago Lachiguiri, Oaxaca Comunidad de Santiago Lachiguiri
Ojo de Agua de Tolistoque 1 307 Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Ejido La Venta
El Chilar 762 San Miguel Chimalapa, Oaxaca Ejido El Porvenir
Río Verde de Tolistoque 725 Asunción Ixtaltepec, Oaxaca Comunidad Agraria de Santa María Huatulco
Sistema Comunal de Áreas Protegidas 700 Santa María Huatulco, Oaxaca Santa María Huatulco
Cerro Bandera en Sierra Tolistoque 327 Asunción Ixtaltepec, Oaxaca Ejido Mazahua
Rancho Griver 25 San Juan Guichicovi, Oaxaca Particular
TOTAL 45 398
tos) significa su mayor importancia. En el cuadro Sin minimizar ninguna de las 36 RTP en que se
23, donde se realiza una evaluación cualitativa, se encuentran 66 fracciones de territorios indígenas,
agregó el valor 3 a las regiones indígenas que co- se puede observar que los pueblos mazateco, na-
inciden con los centros de diversidad de plantas y en- hua, mixe, cuicateco, mixteco, chinanteco, zapote-
demismos. Como podrá observar, la calificación co, zoque, tzotzil, chol, tzeltal, tzotzil, tojolabal y
también integra cuestiones críticas y de riesgo maya lacandón tienen en sus territorios los valores
como la dinámica poblacional regional (creci- más altos de diversidad biológica a nivel nacional, in-
miento, migración, inmigración), o bien niveles cluyendo la domesticada. Si agregamos a estas RTP
de destrucción o conservación por manejo ina- el recorte territorial de los pueblos indígenas de las
decuado o adecuado. El promedio de las califica- AICA y RHP, tenemos que 70 por ciento (19 675 979
ciones proporciona un índice de la importancia de hectáreas) de los territorios indígenas están bajo
la diversidad biológica por área geográfica y por alguna categoría de prioridad de conservación por
pueblo indígena. Todas las regiones indígenas su riqueza biológica. Con la información del si-
prioritarias son importantes. Sin embargo, los pro- guiente apartado que se refiere a los centros de
medios de cada uno de los criterios para evaluar origen y diversificación de la agrobiodiversidad
RTP que presento en la última columna del cuadro mesoamericana, tenemos las bases para definir las
15 permite generar una jerarquización de las áreas regiones bioculturales prioritarias para la conserva-
bioculturales más importantes del país. ción in situ y el desarrollo sustentable.
150
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Nivel de fragmentación
RTP (Conabio)
Estados
ANP
151
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Nivel de fragmentación
RTP (Conabio)
Estados
ANP
152
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Nivel de fragmentación
RTP (Conabio)
Estados
ANP
153
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Núm. Región Pueblos Zonas Áreas naturales Regiones Regiones hídricas AICA en
biocultural indígenas ecológicas protegidas terrestres prioritarias en la RBP
prioritaria en las RBP federales en prioritarias en la RBP
(RBP) la RBP la RBP
1 San Pedro Cochimi, AS, VH Delta del Río Sierra Juárez, Delta del Río Sierra Juárez
Mártir kumai TS Colorado San Pedro Mártir Colorado,
cucapa, Santa María Sierra de Juárez
kiliwa El Descanso
paipai
2 Konkaak Seri AS, M Islas del Golfo Sierra Seri Isla Tiburón, Isla Tiburón, Río
de California Canal Infiernillo, Estero Bacoachi,
Santa Cruz Islas del Golfo de
California
3 Yaqui Mayo Yaqui AS, TS Islas del Golfo Sierra El Bacatete Río Yaqui, Cascada Cuenca del río Yaqui,
mayo de California Las Bocas Bassaseachic, Río Sistemas:
Mayo, Cuenca alta La Luna, Guásimas,
del Río Fuerte Algodones; zonas
húmedas de Yávaros
Agiabampo
4 Tarahumara Pima, AS, TS Tutuaca Yécora El Reparo, Río Yaqui-Cascada, Cuenca del río Yaqui,
guarijio, TRS Papigochic Cuenca Río Jesús Bassaseachic, Río Sistemas:
tepehuán, María, Alta Tarahu- Mayo, Cuenca alta La Luna, Guásimas,
rarámuri mara, Guadalupe de los ríos Culiacán y Algodones; zonas
Calvo, Mohinota, Humaya, Cuenca alta húmedas de Yávaros
Cañón Chínipas, de los ríos Conchos Agiabampo,
Barranca Sinforo- y Florido, Cuenca Cuenca del Río
sa, Rocahuachi, alta del Río Fuerte, Yaqui, Álamos, Río
Barrancas Nanaruchi, Río Nazas, Cascada, Mayo, Pericos,
Guacamayita Bassaseachic Guacamayita
5 Huicot Cora, nahua TRS, Cuenca del Río Jesús Río Baluarte, El Carricito
huichol, TS María, Sierra Marismas Nacionales,
tepehuán TH Los Huicholes Lagos Cráter de
Nayarit, San Blas
La Tovara
6 Sierra Nahua de TRS Playa de Maruata Sierra Coalcomán Río Coalcomán Coalcomán
Coalcomán Michoacán y Colola y Nexpa Pómaro
7 Tancítaro Purhépecha TRS, TS, TH Tancítaro Pátzcuaro y Pátzcuaro
cuencas endorréicas
* Zonas ecológicas y sus tipos de vegetación: (TrH) zona ecológica tropical húmeda o selva perennifolia: selvas perennifolia y subperennifolia alta,
mediana y baja. (TrS) zona ecológica tropical subhúmeda selva subcaducifolia, mediana, baja, espinosa; selvas caducifolia: mediana y baja. (TH)
zona ecológica templada húmeda bosque mesófilo de montaña. Zona ecológica templada subhúmeda, (TS) bosque de coníferas: bosques de
ayarín, cedro, oyamel, pino, mixtos pino encino; bosque de encino: bosque de encino, mixtos encino pino (AS) Zona ecológica árida y semiárida:
matorral xerófilo y pastizal semidesértico, matorral, crasicuale, chaparral, desértico micrófilo y rosetófilo, espinoso tamaulipeco, sarco crasicuale,
mezquital, desiertos arenosos, submontano, vegetación halófila (Toledo y Ordóñez 1993; Challenger, 1998; INEGI 2002).
154
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Núm. Región Pueblos Zonas Áreas naturales Regiones Regiones hídricas AICA en
biocultural indígenas ecológicas protegidas terrestres prioritarias en la RBP
prioritaria en las RBP federales en prioritarias en la RBP
(RBP) la RBP la RBP
8 Sierra de Otomí TS Mariposa Sierra de Chincua, Cabecera del Lerma, Sierra de Chincua,
Chincua mazahua, Monarca, Nevado de Toluca humedales de Sierra de Taxco y
Nevado de matlazinca Bosencheve, Xilotepec Ixtlahuaca, Nevado de Toluca
Toluca Nevado de Toluca Los Azufres
9 Montaña Nahuas de TRS, TS Cañón del Cañón del Zopilote, Río Amacuzac, Cañón del Zopilote,
Guerrero, Guerrero, Zopilote, sierras de Taxco y Río Papagayo, Sierra de Huautla
Sierras Taxco Morelos, Sierra de Huautla Huautla Acapulco
y Huautla Edo. de
México
10 Sierra Nahuas, TS La Malinche o Sierra Nevada Volcanes
Nevada y otomí del Matlalcueyetl La Malinche Iztaccíhuatl y
La Malinche altiplano Popocatépetl
11 Mixteca Tlapaneco, TRS, TS, Sierras Triqui, Tlaxiaco, cuenca alta
Alta, Baja, triqui, amuzgo, AS, TH Mixteca, Tlacuache, del Río Ometepec,
Costa mixteco de cerros Negro Río Papagayo
la Mixteca Yucaño, Bajo Río Acapulco, Río Verde,
Alta y Baja, Verde, Chacahua Laguna de Chacahua
mixteco de la
Costa
12 Sierra Sur Zapoteco su- TS, TH, El Tlacuache, Rio Verde, Sierra de
Oaxaca reño, chatino, TS Sierra Sur y Costa de Chacahua Miahuatlán
chontal de Oaxaca
Oaxaca
13 Kikapú Kikapú AS Sierras Encantada y
Santa Rosa
14 Huastecas, Huasteco TS, TH Cuenca hidrográfica Sierra Gorda, Río Confluencia de Tlanchinol,
Sierra Norte otomí, nahuas TRH del Río Necaxa Moctezuma, las Huastecas, Cuetzalan,
de Puebla del norte bosques mesófilos Río Tecolutla, Huayacocotla
de Puebla, SMO, Laguna de Río Támesi
Veracruz, Tamiahua,
S.L. Potosí, Cuetzalan
tepehua,
totonaca
15 Sierra Gorda Otomí, pame, AS, TS, Barranca Meztititlán, Cerro Zamorano, Confluencia Reserva de la
Mármoles chichimeca, TRS Los Marmoles Sierra Gorda, de las Huastecas Biosfera Sierra
Meztitlán jonaz Sierra Gorda Río Moctezuma Gorda
16 Valle de Chocho, AS, TS Tehuacán, Valle Tehuacán, Valle de Tehuacán
Tehuacán popoloca, Cuicatlán Cuicatlán
nahuas de
Zongolica,
155
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Núm. Región Pueblos Zonas Áreas naturales Regiones Regiones hídricas AICA en
biocultural indígenas ecológicas protegidas terrestres prioritarias en la RBP
prioritaria en las RBP federales en prioritarias en la RBP
(RBP) la RBP la RBP
cuicateco,
mazateco,
chinanteco,
mixteco
17 Zongolica- Nahua de TH, TS, Cañón del Río Pico de Orizaba, Río Metlac, Presa Sierra de Zongolica,
Sierra Norte Zongolica, TRS; TRH Blanco sierras del norte de Miguel Alemán-Cerro Presa Temascal,
de Oaxaca mazateco, Oaxaca Mixe de Oro, San Vicente y Cerro de Oro,
chinanteco, San Juan, humedales Sierra Norte,
cuicateco, del Papaloapan, Unión Zapoteca-
zapoteco, cuencas media alta Chinanteca
mixe del Coatzacoalcos
18 Los Tuxtlas- Nahuas TRH Los Tuxtlas Sierra de los Tuxtlas, Los Tuxtlas, cuencas Los Tuxtlas
Sierra Santa del sur de TRH, TH Laguna del Ostión media y alta del Río
Martha Veracruz, Coatzacoalcos, hume-
popoluca dales del Papaloapan,
San Vicente, San Juan
19 Selva Zoque Zoque, TS, La Sepultura, Selva Zoque, Chimalapas, cuencas Sierra de Tabasco,
Sepultura tzotzil, TH, El Ocote La Sepultura Zoque, media y alta del Río Chimalapas,
tzeltal, chol, TRH, TRS La Sepultura, Coatzacoalcos, cabe- Uxpanapa
mixteco, El Manzanillal cera del Río Tonalá, cerros de Tapalapa
totonaco, cuencas media y alta
chinanteco del Río Uxpanapa,
La Sepultura-
Suchiapa, Malpaso
TRH, Pichucalco
20 Bosques Zoque, maya TRS, TH, Huitepec, Bosques mesófilos Comitán, Lagunas Cordón Jolvit,
Mesófilos lacandón, TS, Tzotenhuitz, de los Altos de de Montebello, Montes Azules,
Altos de chol, TS, TH, Palenque, Naha, Chiapas, Lacantún y Cerro Saybal Cerro
Chiapas, kanjobal, TRH Cascadas Agua Lacandona, Tributarios, Cavahlná, Cerro
Selva cluj, Azul, Montes El Momón, Río San Pedro, Blanco, Cerros de San
Lacandona, tojolabal, Azules, Chankin, Montebello, Río Tulijá, Altos Cristóbal las Casas, de
Lagunas de tzotzil, Metzabok, Huitepec, de Chiapas Chalchihuitán, La Yer-
Montebello tzeltal, Yaxchilán Tzontehuitz, babuena Jotolchen,
chontal de La Chacona, Sierra Canja, Sierra
Tabasco, Cañón del Anover, Montes Azu-
mame, Sumidero les Corredor Laguna
chinanteco Bélgica, Sierra Limón
Cañón del Sumidero,
Sierra Chixtontic
156
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Núm. Región Pueblos Zonas Áreas naturales Regiones Regiones hídricas AICA en
biocultural indígenas ecológicas protegidas terrestres prioritarias en la RBP
prioritaria en las RBP federales en prioritarias en la RBP
(RBP) la RBP la RBP
157
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Las regiones bioculturales según los maíz se adapta a distintas situaciones ambientales
inventarios de la diversidad biológica en las múltiples regiones. De este proceso se deri-
domesticada y semidomesticada va la enorme variedad de especies, razas y adapta-
ciones regionales de diversas plantas usadas dentro
Los territorios de los pueblos indígenas como del sistema alimentario que llamamos agrobiodi-
laboratorios de domesticación, experimentación versidad o diversidad biológica domesticada. Las
y manipulación genética de las especies especies domesticadas en los agroecosistemas
silvestres, semisilvestres y domesticadas (Hernández X. 1985) se ubican con frecuencia en
espacios donde conviven con sus pares silvestres,
En México y Centroamérica los paisajes naturales generándose así flujos genéticos ocasionales entre
y culturales cambian en pocos kilómetros. Las se- las plantas culturales con las variedades arvences,
rranías, los valles y las cañadas, junto con las con- silvestres o ruderales (Casas et al., 2000). Así, en
diciones de inestabilidad climática, tanto en el los sistemas indígenas hay por lo menos tres espa-
régimen de lluvias como en el de temperatura cios de domesticación: 1) el espacio con vegetación
(principalmente heladas), obligaron a los pueblos natural donde se seleccionan y manejan cultural-
indígenas a buscar estrategias agrícolas para ga- mente algunas especies (Casas et al., 2000); 2) la mil-
rantizar su subsistencia. Dichas estrategias se de- pa en todas sus variantes (Rojas 1988) y 3) el huer-
sarrollan en distintas zonas ecológicas. Una de es- to familiar (Boege, 1988; Challenger, 1998; Toledo
tas estrategias peculiares de Mesoamérica como et al., 2002). De esta manera, los etnoecólogos ha-
centro de domesticación mundial fueron las es- blan de plantas cultivadas, fomentadas y tolera-
trategias “botánicas” agroproductivas de sus habi- das. Existe, así, una conformación paisajística que
tantes originales (Rojas, 1988; Terán y Rasmus- integra en una sola unidad lo “natural y maneja-
sen, 1994). Este hecho fue poco atendido por los do”. Varios de los agroecosistemas indígenas actua-
estudiosos de los procesos civilizatorios mesoame- les se localizan en los centros de origen y de diver-
ricanos (Blanco, 2006). Sin embargo, con los estu- sidad de los recursos fitogenéticos que contienen
dios de Hernández X. y sus discípulos, así como cultivares muy bien adaptados (Mapes, 1991) y que
con la corriente de estudios etnoecológicos, tene- debieran reconocerse por la sociedad como verda-
mos más evidencias de que la diversidad es una deros laboratorios genéticos bioculturales.
estrategia y fuerza productiva en sí misma. Éstas Como “gentes de los ecosistemas”, los pue-
se centran en producir alimentos en cantidades blos indígenas se han adaptado a los ecosistemas
moderadas de una amplia gama de cultivos y espe- naturales, y con las actividades silvícola, agrícola y
cies naturales, para enfrentar la diversidad geo- ganadera han impreso un sello particular a los pai-
gráfica, biótica y los ciclos anuales climáticos an- sajes que llamamos bioculturales. Los sistemas de
tes aludidos. Las estrategias productivas basadas pensamiento, la concepción del mundo, así como
en policultivos se impulsan principalmente para la organización de la cultura, giran alrededor de es-
minimizar riesgos y garantizar la suficiente bioe- ta relación sociedad-naturaleza. Piénsese en la mil-
nergía para satisfacer las necesidades básicas de la pa generada por roza, tumba y quema en medio de
población durante el ciclo anual. La cultura del la selva y que presenta distintas fases sucesionales
de la vegetación natural forzada por la actividad
P. 158 Ritual otomí en una milpa de Jiquipilco El Viejo,
humana. Asimismo, en mercados regionales prin-
Estado de México. cipalmente serranos, se intercambian semillas,
159
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
material vegetativo, productos elaborados local- blos indígenas deben ser reconocidos como tales
mente y artesanías originarios de distintos pisos y declarados patrimonio de la humanidad. Así co-
ecológicos. Esta interrelación es la que imprime mo la diversidad biológica en general, la agrobio-
la particularidad a los pueblos indígenas que toda- diversidad está gravemente amenazada y tiende
vía practican este tipo de agricultura frente a las a desaparecer, con todo y sus agroecosistemas.
estrategias agrícolas industriales. Sin embargo, Los derechos de los campesinos y la agricultu-
hoy se presentan procesos de hibridización de ra tradicional con su diversidad genética han sido
prácticas donde parte de la agricultura indígena considerados como bien común de la humanidad.
utiliza elementos de la agricultura industrial (ferti- Así lo establece la FAO (y resoluciones posteriores
lizantes, semillas, plaguicidas, mecanización pro- de 1988 y 1991). Sin embargo, más que la reparti-
funda, etcétera), o bien la adopción de elementos ción equitativa de los beneficios entre las partes a
arábigos españoles (rebaños mixtos de ganado, partir de la Convención de Diversidad Biológica
animales de tiro, transporte multiusos, abono ani- y la Agenda 21, los recursos genéticos de los indí-
mal para la fertilización de los campos agrícolas, genas y campesinos se convirtieron en un bien de
jagüeyes o recolectores de agua, labranza con ani- acceso abierto para las instituciones públicas y
males, arado egipcio y transporte con carretones compañías privadas principalmente trasnaciona-
tirados por bueyes o caballos). les. La propiedad colectiva de los recursos fitoge-
Entre los expertos existe consenso de que la néticos de los pueblos indígenas no fue tomada
conservación de los recursos genéticos indígenas en cuenta más que declarativamente (sistemas sui
y campesinos es posible, siempre y cuando se generis para la protección del conocimiento tradi-
sostengan y desarrollen los usos culturales de los cional), respecto a la protección de la propiedad
mismos (Hernández X., Ortega, Turrent, Espino- intelectual del conocimiento tradicional. Para los
sa, Bellón, etcétera). Los especialistas expresan países del norte, que son pobres en recursos gené-
que en la conservación in situ no se trata de conge- ticos, la propiedad intelectual se vuelve objeto de
lar lo que existe, sino desarrollar un ciclo virtuoso política global. La protección de “nuevas varieda-
entre el germoplasma y su evolución con cara a des” y la patente de las mismas, ha limitado aún
los problemas del siglo XXI que pueda contribuir más el derecho de los productores a reproducir su
a la satisfacción de las necesidades básicas de la propio germoplasma como lo han hecho durante
población mexicana en general. Corroer o destruir miles de años, tratando de obligarlos a depender
conscientemente el germoplasma y los conoci- de los productores de semillas e insumos de la in-
mientos indígenas, como lo están haciendo los dustria privada trasnacional (Lazos y Espinosa,
programas oficiales, es extinguir y dilapidar un pa- 2004). Así, la lista de patentes a favor de estas com-
trimonio en aras de proteger los intereses comer- pañías de germoplasma de origen nativo aumenta
ciales trasnacionales que pretenden el control de día con día, poniendo en riesgo el patrimonio bio-
la agricultura mexicana. Hoy más que nunca es cultural y los derechos8 indígenas y campesinos
necesario localizar estos territorios que fungen co-
mo reservorios fitogenéticos y desarrollar junto
8
“Los derechos de los agricultores” (farmers rights) fueron
con los centros de investigación públicos y los fito- definidos por la FAO en 1983 como aquellos que surgen de la
mejoradores indígenas, estrategias de conserva- contribución del pasado, presente y futuro de los agricultores
al conservar, mejorar y hacer accesibles los recursos genéticos
ción y desarrollo de este acervo biocultural. Este de las plantas, en particular de aquellos que se localizan en los
patrimonio genético y los agroecosistemas de pue- centros de origen de la diverisdad (FAO, 1988 y 1991).
160
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
(Swaminathan, 1996), mismos que están protegi- La Conabio ha elaborado catálogos importan-
dos por resoluciones internacionales de los cuales tes de las colectas tanto de la diversidad biológica
México es signante (FAO, 1988 y 1991). como de la agrobiodiversidad que tiene registros
En este trabajo se pretende evidenciar la enor- en el Sistema Nacional de Información Biológica
me riqueza biocultural de los pueblos indígenas, (SNIB). Se incorporará información relativa a las
como plataforma para la búsqueda de mecanis- colectas realizadas por diversos investigadores y
mos para lograr su defensa. organizaciones sociales interesadas en la conser-
Primero hago un análisis de los territorios de vación de los maíces indígenas, así como la infor-
los pueblos indígenas que se refieren a la agricul- mación accesible de los policultivos principalmen-
tura y ganadería. Respecto a estos territorios se te de origen mesoamericanos que existen de facto.
analizará la agricultura de riego y de temporal y Con estas colectas no exhaustivas se puede tener
las pendientes de los suelos. Se ubicarán, además, una orientación para identificar los territorios que
las colectas de maíz y de otros cultivos mesoame-
ricanos que han realizado el CIMMyT y el Instituto
de libre acceso con colecciones de recursos genéticos de la
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrope- agrobiodiversidad mesoamericana son: Centro de Investiga-
cuarias y Pecuarias (INIFAP) durante más de 60 ciones Cocotero CICY Yuc.; Ciencias Agropecuarias del Instituo
de Ecología Aplicada de Guerrero; Colegio de Posgraduados
años y que están depositados en forma ex situ en Campus Tabasco, Instituto de Recursos Genéticos y Producti-
los bancos de germoplasma.9 vidad; Departamento de Química, Universidad de Aguasca-
lientes; Universidad de Gudalajara División de Ciencias Agro-
nómicas; Facultad de Agronomía de la Universidad de Nuevo
9
El CIMMTyT y el INIFAP se centran en colectas del maíz León; Fundación Salvador Sánchez Colín; Instituto de Ecolo-
(tienen duplicados del germoplasma de maíz colectado). gía de Alimentos, Universidad Autónoma de Tamaulipas;
El INIFAP, además, tiene colecciones de germoplasma princi- Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” y la Univer-
palmente mesoamericano aparte del maíz; otras instituciones sidad Autónoma de Chapingo. Fuente: Knudsen (2000).
161
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
162
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
Uso del Serie II Serie II Serie III Serie III Cambio de Total Total Cambio Uso del Uso del suelo
suelo en los 1993 respecto 2003 respecto uso del suelo serie II serie III de uso suelo serie III
territorios (hectáreas) al total indígenas al total respecto a 1993 2003 del suelo serie II territorio
de los territorios (hectáreas) territorios la serie II nacional nacional vs. serie II territorio nacional
pueblos indígenas indígenas indígenas (hectáreas) (hectáreas) nacional nacional (%)
indígenas (%) (%) (hectáreas) (hectáreas) (%)
Pecuario 2 484 906 8.86 3 094 965 11.04 610 059 15 790 213 18 990 101 3 199 887 8.10 9.74
Agrícola 2 705 193 9.65 3 355 111 11.97 649 918 27 977 090 30 074 695 2 097 604 14.34 15.42
Acuícola - - 3 673 0.01 3 673 64 886 64 886 0.03
Plantación
Forestal 10 336 0.04 11 716 0.04 1 380 20 650 31 876 11 226 0.01 0.02
TOTAL 5 200 435 18.55 6 465 466 23.06 1 265 031 43 787 955 49 161 559 5 373 604 22.45 25.21
dójico es que en Estados Unidos se cultivan, cre- los que cultivan con el acervo genético mesoame-
cientemente, variedades indígenas de color, así ricano son los campesinos y los indígenas.10
como variedades blancas (para harina de maíz), Si comparamos la Serie II con la Serie III de la
sembradas específicamente para el mercado me- Cartografía del Uso del Suelo y Vegetación (INEGI),
xicano o para el consumo de comidas mexicanas se concluye que hubo la siguiente apertura de la
en Estados Unidos (Barkin, D. 2003). frontera agrícola y ganadera en territorios indíge-
En México, la siembra de maíz es “bimodal”, nas: respecto a pastizales inducidos, cultivados y
la cual se expresa en el hecho de que una minoría vegetación inducida sabanoide, la cifra de cambio
son grandes agricultores, y una abrumadora ma- está entre 2 528 769 y 2 724 923 hectáreas, esto es,
yoría (casi dos millones de pequeños productores aumentó alrededor de 200 000 hectáreas en 10
que producen para el autoconsumo o mercados años, lo que significa la ampliación de la frontera
locales). El maíz se siembra en México en 71 por pecuaria en 0.8 por ciento respecto al total del te-
ciento de la superficie de temporal y en menos de rritorio indígena. A nivel nacional la comparación
la tercera parte de la superficie nacional regada. de las dos series indica un avance de 1440235, es-
Anualmente se siembran entre seis y siete millo- to es, 0.7 por ciento. En el caso de la apertura de la
nes de hectáreas de maíz en tierras de temporal frontera agrícola, ésta avanzó en territorios indíge-
(Barkin, 2003: 157). Con base en cifras oficiales, nas en 258761 hectáreas, lo equivalente a 1.1 por
el autor antes citado calcula que para un grupo de ciento, y en comparación con el nivel nacional au-
agricultores resulta rentable cultivar maíz debido mentó en 992 138 hectáreas, lo que significó un
a que tienen acceso a créditos oficiales y sistemas aumento de 0.4 por ciento. Cabe señalar que la
de comercialización privilegiados (cada vez me- apertura de la frontera pecuaria medida sólo por
nos), por lo que siembran el maíz en uno de sus ci- el aumento de los pastizales no da una idea exacta
clos agrícolas (por ejemplo en Sinaloa), lo que repre- del impacto ocasionado por el avance de la gana-
senta entre uno y dos millones de hectáreas. El
germoplasma que utilizan proviene principalmen- 10
Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y
te de las semilleras trasnacionales, mientras que Pesquera, Sagarpa, 2005.
163
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
dería en las áreas forestales. Por un lado, muchos ra dominante la agricultura en tierras de temporal
fuegos agropecuarios provocados para renovar los y en laderas. Las estadísticas de las pendientes en
pastos se desbordan hacia los bosques y selvas. la agricultura de temporal indican que 43 por cien-
Por otro lado, la ganadería, principalmente indí- to de la agricultura indígena se desarrolla en lade-
gena, no sólo se desarrolla en los pastizales, sino ras de más de 10 grados. De ellas, casi 100 000
también en los bosques y selvas, así como la gana- hectáreas presentan suelos fuertemente inclina-
dería menor (en ocasiones trashumante) en am- dos, de 20 a 45 grados. Si descontamos las tierras
plias zonas semidesérticas y en parques nacio- de agricultura de temporal de los mayas de la pe-
nales, arriba de los tres mil metros de altura. nínsula de Yucatán, tendríamos que 52 por ciento
Una de las preguntas más importantes que de las tierras cultivadas indígenas se encuentran
surgen en torno a este tema es cómo se comporta en laderas. En estas condiciones, la mecanización
la agricultura de temporal respecto a las pendien- es difícil y los suelos tienen que trabajarse con cui-
tes de los terrenos. El cuadro 25 muestra que poco dado para evitar la erosión.
menos de la mitad de la agricultura de temporal La Serie III tiene tres categorías respecto a los
se desarrolla en terrenos de ladera. Así, constata- pastizales: 1) pastizales naturales; 2) pastizales in-
mos que los pueblos indígenas practican de mane- ducidos, y 3) pastizales cultivados. Para hacer el
CUADRO 25. Usos del suelo en los territorios indígenas, superficie y grados
de inclinación de la pendiente
Pecuario
Acuícola 3 671 0.01 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 3 671
Agrícola
Agricultura 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 15 874
Acuícola
de humedad 17 957 0.06 10º-20º. Pendientes medianamente inclinadas 1 946
Plantación 20º-45º. Pendientes fuertemente inclinadas 137
forestal
Agricultura 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 385 685
Total
de riego 388 363 1.39 10º-20º. Pendientes medianamente inclinadas 2 628
20º-45º. Pendientes fuertemente inclinadas 50
Agricultura 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 2 138 095
de temporal 2 948 684 10.52 10º-20º. Pendientes medianamente inclinadas 704 694
20º-45º. Pendientes fuertemente inclinadas 105 895
Bosque 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 11 713
cultivado 11 714 0.04 10º-20º. Pendientes medianamente inclinadas 1
Pastizal 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 1 870 637
cultivado 2 039 807 7.28 10º-20º. Pendientes medianamente inclinadas 160 260
20º-45º. Pendientes fuertemente inclinadas 8 910
Pastizal 1º-10º. Pendientes ligeramente inclinadas 614 083
inducido 1 052 854 3.76 10º-20º. Pendientes medianamente inclinadas 396 317
20º-45º. Pendientes fuertemente inclinadas 42 454
164
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
balance agropecuario usamos la segunda y tercera mos que con ese método pretenden adelantar los
categoría, ya que no estamos seguros que la prime- renuevos de los pastos naturales. Estos últimos
ra refleje el uso pecuario, sobre todo en las altas también fueron objeto de atención de Hernán-
montañas. Sin embargo, hay que aclarar que en dez X. (1985, 1987), que frecuentemente son en-
vastas zonas de México, principalmente en el nor- démicos y están siendo sustituidos por los africa-
te, se sobreexplotan los pastos naturales. Por otro nos y/o brasileños.
lado, los pastizales inducidos y cultivados no refle- La ganadería extensiva se practica en casi 1.1
jan toda la dimensión de la ganadería mayor y me- millones de km2, 56 por ciento de la superficie to-
nor (sobre todo cabras y borregos), ya que ésta se tal de la República mexicana. Sólo 16 por ciento
extiende en los sistemas naturales en las áreas de de la superficie nacional está formada por pastiza-
vegetación subhúmeda y semidesérticas, inclu- les, de modo que la superficie restante, es decir,
yendo los bosques templados, afectando de mane- 40 por ciento, debe corresponder a la vegetación
ra constante la regeneración de los mismos. Tam- natural (Semarnat, 2002: 37, 70 y 71).
bién la ganadería menor ovi-caprina se practica A nivel nacional hay presencia de pastos indu-
principalmente en las áreas semidesérticas, por lo cidos y cultivados, mientras que en territorios de los
general de uso común, con un grave impacto no pueblos indígenas se registran 2720923 hectáreas,
evaluado hasta el momento. Parte de los incen- es decir, 11.3 por ciento del total de su territorio.
dios forestales (tlachinolli) en bosques templados La política de desmontes oficial de las selvas
de altura, en los parques nacionales, son atribui- tropicales hasta los bosques mesófilos que dieron
bles a los pastores de ganados ovi-caprino, mis- lugar a la ganadería extensiva tropical y subtro-
165
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
166
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 26. Pastizal inducido y cultivado en los territorios de los pueblos indígenas de México
167
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 26. Pastizal inducido y cultivado en los territorios de los pueblos indígenas de México
(CONTINUACIÓN )
nantecos con 112550, los huastecos con 111 844, Recursos fitogenéticos domesticados en los territorios
los tzotziles con 109 438, los tepehuanes con de los pueblos indígenas de México. Interacción de
110 701, los zapotecos con 105729. En términos tres espacios: el área natural intervenida, la milpa y el
relativos la proporción de pastizales con el total huerto familiar
de cada territorio indígena, destacan los nahuas Los procesos de domesticación de las plantas úti-
del sur de Veracruz con 83 por ciento, los chonta- les, especialmente las comestibles, abarcan tres es-
les de Tabasco con 47 por ciento, los popolucas 44 pacios: 1) el área de vegetación natural e inter-
por ciento, los huastecos con 40.3 por ciento, y los venida: vegetación primaria y secundaria; 2) la
totonacos con 34 por ciento. milpa fija o itinerante, y 3) los huertos familiares. Se
El cuadro 26 revela la magnitud del cambio en interacciona en los tres espacios, se modifican y se
el uso de suelo por esta actividad y los procesos de utilizan distintas áreas para aprovechar la diversidad
desmonte y sustitución de la vegetación original. de condiciones físicas y se intercambia germo-
168
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
FIGURA 2. Paisajes indígenas. Esquema ideal de interrelación de los procesos de domesticación y manejo del área natural
intervenida, la milpa y el huerto familiar. Tomado de Challenger, 1998.
MOSAICO DE
AMBIENTES NATURALES
Y TRANSFORMADOS
RESULTADO DE LA
169
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
plasma 1 con 2, 2 con 3 y 1 con 3. Los paisajes indí- lo hicieron los abuelos, es decir, la escuela es la prác-
genas son una mezcla de comunidades naturales tica de la comunidad. El mito y el ritual enmarcan
de vegetación, seminaturales, y artificiales cuya el conocimiento y le dan estructura para explicar
combinación alberga una riqueza biológica extraor- fenómenos extraordinarios, o garantizar la sobre-
dinaria (Challenger, 1998). Como espacios de do- vivencia. Las lenguas indígenas son la plataforma
mesticación, el huerto familiar y la milpa son dos para transmitir y conceptualizar este conocimien-
áreas en constante transformación. El huerto fami- to; en este sentido es filosofía práctica con sus inte-
liar tiene plantas medicinales, abejas sin aguijón lectuales locales, incluyendo a los hombres y mu-
para producción de miel, plantas útiles, hortalizas jeres de conocimiento (Boege, 1988).
anuales, perennes y semiperennes, animales de co- La producción agrícola depende de la dispo-
rral, árboles frutales y plantas ornamentales. Para nibilidad de semilla o de los cultivares en general.
los indígenas este lugar significa simbólicamente el Pero no se trata de cualquier semilla o cultivar ge-
espacio donde “gobierna la gente”. La milpa es un nérico. Los agricultores indígenas y campesinos
espacio de interacción entre el humano y los due- siembran tal o cual semilla que ha sido sometida a
ños de la naturaleza donde hay que dar para recibir. la adaptación de los microhábitat y a las preferen-
Es, al igual que el huerto familiar, el espacio de cul- cias y necesidades culturales. Por ejemplo, el
tivo, campo de experimentación y de resguardo del maíz nativo tiene 350 generaciones de selección y
plasma germinal mesoamericano. Las milpas tie- cultivo desde que se crearon los primeros linajes
nen una función múltiple: producir alimentos bási- en condiciones muy diversas (A. Turrent, comu-
cos y cultivos para el mercado, forrajes, material nicación personal, 2006). Las dos líneas de selec-
para construcción, hierbas, especias y plantas ali- ción, la presión ambiental y la cultural, dan a los
menticias toleradas que en la agricultura industrial creadores de semillas culturales un ingrediente
se consideran “hierba mala”. Entre los acahuales, particular frente a los fitomejoradores profesiona-
huamiles o vegetación secundaria los mayas siem- les de los centros de investigación. Abarcan, según
bran para su seguridad alimentaria algunos tubér- zonas ecológicas y agroecosistemas complejos,
culos que resisten la sequía o las inundaciones. distintas variedades de razas de maíz, frijoles, ca-
Lo que genéricamente llamamos milpa, son labazas, chiles, jitomates, tomates, quelites, quin-
policultivos, con distintas formas de aproxima- toniles, huauzontles, epazote, acuyo, chayotes,
ción según las variadas condiciones físicas, climá- chipile, verdolagas, amaranto, camotes, girasoles,
ticas y bióticas. En otras palabras, hay muchas chía, agaves, aguacates, frutas, etcétera (Conabio,
milpas según cada productor, pueblo indígena o 1998). La milpa tiene cultivos universales, como
región climática. Los sistemas agrícolas en las distin- es el maíz, frijol, calabaza, chile y jitomate, y otros
tas circunstancias permitieron adaptar y seleccio- cultivos más específicos muy ligados a las condi-
nar las plantas, a lo largo de siglos de observación, ciones locales.
prácticas de manejo y adaptación de diversas plan- Una de las características específicas de la agri-
tas. Asimismo, las formas de estructuración del cultura indígena es la interconexión entre las plan-
conocimiento y de su transmisión son netamente tas cultivadas y sus pares silvestres, de manera
indígenas y campesinas que involucra a mujeres y que los estudiosos de la etnobotánica hablan de
hombres de distintos grupos de edad. El apren- plantas cultivadas, fomentadas y toleradas (Casas
dizaje se da por medio de la práctica, “aprender et al., 2000). Se trata de una canasta de productos
haciendo”, y viendo cómo lo hace el vecino, cómo que, según la región indígena, son sembrados,
170
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
cuidados, recolectados, en suma “cultivados” e in- habilidad práctica de cada agricultor y se transmi-
tercambiados con frecuencia en mercados serra- te de generación a generación de agricultores (as)
nos locales y regionales, mismos que integran cul- de manera directa (Hernández y Zárate, 1991).
turalmente los productos de varios pisos ecológi- Es decir, los campesinos e indígenas reproducen
cos. Dichos mercados regionales mantienen el el germoplasma ancestral sin recurrir mayormen-
germoplasma dinámico en extensiones considera- te al mercado nacional de semillas. Son los intelec-
bles. Los distintos ambientes de las cañadas, tuales de su propio proceso, tanto en la produc-
montañas y planicies generan la presión ambien- ción, distribución y consumo. Mientras que en la
tal necesaria para que la mano humana vaya selec- agricultura industrial se depende cada vez más de
cionando los mejores cultígenos y fenotipos. La los centros de investigación estatales y principal-
particularidad de estos recursos es que están adap- mente privados, interviniendo cada vez más los
tados a presiones ambientales de distinta índole: procesos intelectuales de producción y mercadeo,
tipo de suelo, humedad, sequía, heladas. Así, hay sobre todo cuando se controla vía satélite la apor-
una mayor especialización en las distintas zonas tación de los insumos y agua en lo que se denomi-
ecológicas de los mismos productos, lo que se re- na precision farming.
fleja en una mayor diversidad. La milpa es en rea- En la agricultura de subsistencia no industrial,
lidad un agrosistema de múltiples caras, difícil de el fondo de reposición del germoplasma corre ge-
describir en una sola fórmula. neralmente por cuenta del agricultor y de su fami-
La agricultura tradicional se caracteriza por el lia, y en caso de crisis como la pérdida de semillas
uso de un gran número de especies y variedades y cultígenos, está a cargo de la comunidad. Los agri-
de las mismas en una parcela. Se desarrolla con la cultores con escasos recursos económicos siem-
171
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
bran materiales más heterogéneos para asegurar las características específicas de la milpa es el po-
la producción. Se trata por lo general de unidades sible flujo genético entre las plantas cultivadas y
de producción con potencial limitado a pequeños sus pares silvestres, en ocasiones inducido por los
espacios que enfrenta la inestabilidad climática y mismos agricultores; y agregaría 9) control de
condiciones de suelo extremas. Pero estas condi- las semillas y cultivares por los indígenas (selec-
ciones extremas son las que obligan a fomentar las ción de semillas por parte de las mujeres y hom-
variedades que se adaptan mejor a ellas. Como bres del campo, almacen y reserva de semillas y
agroecosistema, la milpa mantiene funcionando cultivares para el siguiente ciclo y reservorios de
algunos de los principios ecológicos de un ecosis- emergencia según las comunidades).
tema (Aguilar, Illsley y Marielle, 2003; Challen- Es un ecosistema agrícola sujeto a la producti-
ger, 1998); 1) diversidad importante de especies y vidad ecológica natural y sus ciclos (fertilidad del
variedades de una misma especie manteniendo suelo, humedad residual, reposición de la materia
en un mismo espacio un acervo genético variado; orgánica y sus nutrientes), que le imponen las in-
2) creación de microclimas favorables al desarro- tervenciones humanas que pretenden ampliar las
llo de los cultivos y fomento de interacciones sim- posibilidades productivas para compensar las defi-
bióticas o “cooperativas” entre plantas (unas apor- ciencias o restricciones ambientales. Los agroeco-
tan sostén, otras guardan humedad del suelo, sistemas industriales “compensan” la disminu-
otras dan sombra y controlan las malezas por su ción de la productividad ecológica con el uso
carácter alelopático, o bien sirven de hospederas intensivo de la energía y de insumos exteriores,
de insectos benéficos y otras como repelentes); principalmente energía de origen fósil, mientras
3) utilización óptima del espacio, tanto horizontal que la agricultura campesina e indígena emplea
como verticalmente, propiciando mayor eficien- fuerza de trabajo humana, lo que implica que se
cia en el aprovechamiento de la energía solar, así usa más la energía solar que la fósil (Pimentel et
como de la humedad; los distintos sistemas radicu- al., 1979).
lares en diferentes estratos del suelo aprovechan En conclusión, los agroecosistemas indígenas
al máximo la humedad y los distintos nutrientes; y campesinos son, en México y en el mundo, los
las leguminosas fijan el nitrógeno atmosférico reservorios genéticos de origen más importante
que es aprovechado por los demás cultivos; 4) uti- de las plantas domesticadas. Una visita a los mer-
lización adecuada del tiempo; con frecuencia, cados indígenas es suficiente para darse cuenta
mientras el maíz ya está madurando, el frijol está de la inverosímil variedad que existe en cuanto a
en pleno desarrollo, lo cual es aún más acentuado forma, coloración y nomenclatura de maíz, cala-
en milpas en que las fechas de siembra de sus di- baza, chile y frijol (Hernández X., 1993).
ferentes componentes difieren por meses; 5) el El uso de distintas variedades de maíz y de-
policultivo proporciona una dieta balanceada y más plantas del agroecosistema mesoamericano
variada durante un tiempo prolongado; 6) mayor tiene un valor agronómico estratégico en la pro-
capacidad de regulación y control de plagas y en- ducción de la unidad familiar. Por ejemplo, un
fermedades; 7) mayor capacidad para enfrentar mismo agroecosistema alberga variedades de
riesgos y limitaciones ante fenómenos climáticos, maíz que se mantienen latentes en su crecimien-
enfermedades o plagas; por ejemplo, en algunas to, sin daño importante, cuando se presenta una
condiciones responde mejor el maíz; en otras, co- sequía intermedia, y se dispara cuando se reanu-
mo una sequía, responde mejor el frijol; 8) una de dan las lluvias.
172
ARROCLLO AMARILLO BLANDO DE SONORA
BOLITA CACAHUACINTLE
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
La gráfica 3, tomada de Altieri (1990), nos ex- GRÁFICA 3. Ilustración comparativa entre las semillas
“tradicionales” y las “mejoradas”
plica las bondades y restricciones del germoplas-
ma indígena comparado con el industrial. Productividad
La gráfica 3 contiene dos gráficas hipotéticas marginal óptima marginal
Productividad
y otra con las llamadas semillas “milagrosas” o de
alto rendimiento, de la revolución verde y transgé-
nicas, ahora distribuidas principalmente por com-
pañías trasnacionales. La cordenada “y” represen-
ta el rendimiento por hectárea, mientras que la
X
cordenada “x” las variaciones climáticas. Si com- Gradientes de climas de montaña o latitudinales del trópico húmedo al desierto
174
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
11
Esto lo debieran considerar los teóricos y políticos neo-
liberales que fomentan la idea de que el maíz debe ser susti-
tuido por cultivos más rentables. La importación masiva de
maíz subvencionado de Estados Unidos es un grave peligro
para México como país de origen.
12
En una aclaración pertinente, Rafael Ortega Pazcka in-
dica que el concepto de variedades criollas o razas criollas es
inadecuado porque la idea de autóctono se formula en Euro-
pa, incluyendo a los colonizadores españoles. Estos maíces
son generados y desarrollados por pueblos indígenas y cam-
pesinos que retoman la tradición. El concepto de “indígena”
también tiene su carga histórico-colonial, pero es una noción
definida por la Constitución y por ello preferimos definir los
maíces nativos como “maíces indígenas”. El concepto se usa
para deslindar las variedades de maíces tradicionales de las Paisaje biocultural: selva, platanar y milpa.
generadas a partir de híbridos y de las llamadas “variedades Los hombres preparan la tierra para sembrar después
mejoradas”. Ortega, (2003b: 23). de quemar el terreno en la Huasteca veracruzana.
175
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
ANUALES
176
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
PERENNES
que se identificaba como chalqueño en los territo- terior expansión hacia los demás países sudameri-
rios de los pueblos purhépecha, resultó una línea canos, y después al mundo, ha generado nuevas
clara de una variedad que ahora se denomina Pur- variedades o combinaciones de ellas.
hépecha (Mijangos, 2005). La distribución de las variedades indígenas
En los procesos de domesticación y dispersión del maíz por toda la República se mantuvo intacta
del maíz hay razas que han desaparecido; y respec- hasta la introducción de la agricultura industrializa-
to a las técnicas de identificación se modifican, da en Estados Unidos en la década de 1930. En
pues cambia también la percepción de las varieda- ese esquema se generaron pocas variedades híbri-
des. En el momento de la conquista española el das que resultaron muy productivas y uniformes
maíz se había expandido desde lo que hoy es el sur para las necesidades de una producción a gran es-
y centro de Estados Unidos hasta Bolivia. La pos- cala en forma de monocultivo en las mejores tie-
177
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
rras. Este sistema produce masivamente alimento CUADRO 28. Inventario de razas de maíz en
para las urbes y la sociedad en general. Los rendi- México, según diversos investigadores
mientos se incrementaron a partir de inversión in- Autor Razas identificadas
tensiva de energía fósil e insumos exteriores, sin
importar el daño a los sistemas de producción Wellhausen et al. (1951) 25 razas y siete por definir
campesinos, la polarización social y la erosión de Hernández X. y Alanis (1970) Agregan cinco más
Ortega P. et al. (1991) (Taba, 1995) 41 razas
los ecosistemas. Es también, en esta fase, que la
Sánchez et al. (2000) 59 razas
investigación fitogenética para aumentar la pro-
Conabio ( 2006 a) 62
ductividad comenzó a cobrar interés público y pri-
vado. En nuestro tiempo, la mayoría de los maíces
indígenas ha quedado marginada del mejoramien-
to fitogenético nacional. De hecho, para el mejo- de Estados Unidos estableció un comité para el
ramiento genético moderno de maíz en México estudio de la vulnerabilidad genética de los princi-
se ha aprovechado menos de 10 de las 59 razas na- pales cultivos en Estados Unidos. El futuro del
tivas (Antonio Turrent, comunicación personal). maíz en Norteamérica parecía estar en entredicho
Ortega (2003b) hace la siguiente síntesis del hasta que se descubrió en el sur de México una va-
proceso de recolección y sistematización de los riedad inmune a la plaga. Especímenes de ésta se
maíces indígenas de México. Desde la década de enviaron de inmediato a Estados Unidos para cru-
1930 y hasta la de 1950 la Secretaría de Agricultu- zarlos con las variedades comerciales, salvando así
ra por medio de la Dirección de Campos Experi- la agricultura estadounidense de una catástrofe.
mentales y el Instituto de Investigaciones Agríco- EI comité encontró que la diversidad genética
las realizó colectas de poblaciones nativas que se en muchos de los cultivos importantes de ese país
constituyeron en antecedentes directos de muchos era peligrosamente estrecha. Por ejemplo, 96 por
maíces mejorados mexicanos. Esta experiencia ciento de los frijoles sembrados en ese país proce-
no fue documentada y las colecciones se perdie- dían de sólo dos variedades y 95 por ciento de los
ron. No fue sino hasta la década de 1940 cuando se cacahuates cultivados de sólo nueve variedades.
formaron las valiosas colecciones que ahora se en- En esta misma época, la mirada y la conciencia
cuentran depositadas en el INIFAP y el CIMMyT. Es- del tema de la erosión genética y de la vulnerabi-
ta colecta dio origen a la obra clásica Las razas de lidad de los cultivos masivos monoespecíficos re-
maíz en México de Wellhausen, Roberts, Hernán- novaron el interés por los maíces nativos. Asimis-
dez X., en colaboración con Mangelsdorf (1951). mo, la intención de mejorar la producción de maíz
Después de una intensa actividad de colecta de calidad para las zonas de temporal con condicio-
se fue perdiendo el interés porque se consideraba nes climáticas y edáficas calificadas de regular a
que había suficientes muestras que conservaban malas, fracasó debido al tipo de recursos genéti-
lo esencial de la diversidad. En los años de 1970 cos que se introducían en las distintas regiones.
se produjo un serio revés en la agricultura indus- Dicho de otra manera, la experiencia acumulada
trializada de Estados Unidos, ya que en los mono- durante siglos por los fitomejoradores indígenas y
cultivos de los híbridos tipo Texas entró masiva- campesinos fue superior para resolver situaciones
mente una enfermedad (Helminthosporium maydis climáticas y de suelo extremas en que se encuen-
raza T). Como consecuencia del ataque del Hel- tra la mayoría de la agricultura de temporal mexi-
minthosporium, la Academia Nacional de Ciencias cana (Muñoz, 2003). La agricultura campesina e
178
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
indígena especializa su germoplasma en las pe- tudio de la diversidad nativa del maíz en México,
queñas diferencias de suelo, clima o ubicación de así como hacia el conocimiento relacionado con el
la parcela, mientras que la agricultura de “promo- poder de los campesinos y las comunidades indí-
ción” o comercial usa semillas genéricas. genas. Varios investigadores han retomado hoy el
Además de las múltiples variedades indígenas camino del maestro, y en especial organizaciones
y mejoradas, en México y Centroamérica existen campesinas e indígenas —preocupadas por la pér-
poblaciones de teocintle, consideradas como uno dida— están desarrollando metodologías con base
de los ancestros del maíz; recurso amenazado que en la agricultura tradicional para aumentar la pro-
también debe ser protegido. Por otro lado exis- ductividad y a la vez garantizar la seguridad ali-
ten, poblaciones de zea, que son gramíneas empa- mentaria de los campesinos e indígenas pobres.
rentadas con el maíz, y que junto con el teocintle Son cuatro los factores de la diversidad de los
forman el acervo genético in situ original más im- maíces de México (Hernández et al., 1987):. 1) ra-
portante del mundo. zas primitivas que en países como Perú se en-
El maestro Efraím Hernández X. reanudó en cuentran principalmente como reliquias arqueo-
1970 sus trabajos acerca de la diversidad de maíz y lógicas, mientras que en México existen como
la etnobotánica, volcando su atención hacia el es- variedades vivas e interactuando con todo tipo de
Diversidad de variedades de maíz. Fuente: Feria de intercambio de semillas nativas en Vicente Guerrero, Tlaxcala
(febrero de 2007).
179
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
maíz; 2) durante algunas épocas, incluyendo la cuantas variedades. En México, casi 50 por ciento
prehispánica, las variedades de maíz se vieron en- de la superficie sembrada con maíz ha perdido los
riquecidas con variedades de América del Sur y maíces indígenas en sus líneas más originales. De
viceversa; 3) el teocintle se ha cruzado de manera esta sustitución, 25 por ciento de las semillas mejo-
natural con el maíz y ha introducido nuevas varie- radas tiene elementos de cuatro razas indígenas y
dades y características a los maíces de ambas re- el 25 por ciento restante son nuevas generaciones
giones; incluso hay informes de que algunos pue- de las mismas (Ortega, 2003b), principalmente
blos indígenas han sembrado teocintle en la milpa aplicadas a las zonas de riego de alta productivi-
para mejorar su maíz; en los popolucas, por ejem- dad (por ejemplo, Sinaloa). Del total de la super-
plo, existe el término o concepto de maíz silvestre ficie sembrada de maíz, 3.1 millones de hectáreas
(Blanco, 2006), y 4) el aislamiento geográfico y las concentran dos millones de productores con me-
distintas culturas de México favorecen la rápida nos de una hectárea o hasta cinco hectáreas. Los
diferenciación, pues poseen varias clases de fac- indígenas tienen más generaciones de maíz adap-
tores aislantes. tadas a las distintas zonas ecológicas que cualquier
Las ventajas que tienen los maíces indígenas, otro grupo o institución científica.
después de un tiempo considerable de adaptación De aquí se desprenden tres conclusiones de
a la altura, a los distintos regímenes climáticos y a importancia vital para México. En México, en te-
sus variantes —precipitación y temperaturas— rritorios de los pueblos indígenas y en comunida-
son: 1) rusticidad; se refiere a que es de manejo des campesinas no indígenas aún existe una gran
campesino, que no requiere de procesos comple- riqueza genética de maíz. Los pueblos indígenas
jos de hibridación y especializados por compañías y comunidades campesinas con sus agroecosiste-
semilleras, y que, además, es tolerante a diversas mas tradicionales tienen los reservorios de germo-
situaciones ambientales adversas; 2) rendimiento plasma mesoamericano más importantes del país
en condiciones adversas (véase más adelante la y del mundo, cuyo valor no es reconocido por la
gráfica 4 ; 3) desarrollo de múltiples variedades sociedad en su conjunto. Este patrimonio repre-
para usos específicos; 4) tolerancia a plagas y enfer- senta —en los recursos biológicos y genéticos co-
medades; 5) tolerancia al acame de algunas varie- lectivos13 de los pueblos indígenas clave— un im-
dades de maíz, y 6) variedades con alta calidad portante potencial para la conservación in situ y
proteínica, alto contenido de aceite en el germen, desarrollo del país en el siguiente sentido: 1) la con-
resistencia a algunas plagas y a enfermedades del servación in situ de los maíces indígenas no sólo
follaje y en almacén, raíz y mazorca, resistencia a responde a la necesidad de enfrentar con el acervo
plagas y enfermedades, adaptación a hiperacidez genético situaciones adversas actuales y futuras
e hiperalcalinidad del suelo; relaciones asociativas para el sistema alimentario nacional y mundial (co-
con microorganismos para la fijación de nitrógeno, mo nuevas situaciones por el cambio climático glo-
y accesible a fósforo (Antonio Turrent, comunica- bal y megaplagas), sino que los maíces están adap-
ción verbal).
En México, en los territorios de los pueblos
13
Se entiende como “recursos biológicos” a los organis-
indígenas y en las comunidades campesinas no mos o parte de ellos, las poblaciones o cualquier tipo del com-
indígenas, aún persiste una gran riqueza genética ponente biótico de los ecosistemas de valor o utilidad real o
potencial para la humanidad. Los recursos genéticos son mate-
de maíz a pesar de los programas oficiales y reque- rial genético de valor real o potencial (Diario Oficial de la Fede-
rimientos del mercado para que se siembren unas ración, 7 de mayo de 1993).
180
CELAYA COMITECO
CONEJO CÓNICO
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
182
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
183
CÓNICO NORTEÑO CHALQUEÑO
l maíz nativo “olotón” no es frecuente, y el reco- tifúngicas; II) 17 cepas de azospirillum, fijadoras de ni-
E lectado en Totontepec corresponde por lo menos a
las variedades distribuidas en las elevaciones medias de
trógeno en gramíneas; III) 18 cepas aisladas de Derxia,
IV) 15 cepas de Azotobacter; V) 12 cepas para Beije-
Oaxaca (sierra Mixe y Miahuatlán) y en Chiapas (sierras rinckia, esta última mostró mayor significancia en el in-
del Soconusco y San Cristobal). El “olotón” de la sierra cremento de nitrógeno en maíz.
mixe se denomina también “serrano mixe” (Sánchez y Características de las cepas con funciones múlti-
Goodman, 1992, citado en González, 1994a). Su culti- ples aisladas de mucigel y suelo rizoférico de maíz
vo en un ambiente de suelo saturado por agua (llueve “olotón” de Totontepec.
en promedio 4 m anuales) tiene un manejo agroecoló-
gico bajo en energía e insumos exteriores. De tamaño Especie FN AB SF Origen
alto, presenta características singulares, como altura
Pseudomonas fluorescens + + - Mucigel
hasta de 6 m con raíces adventicias (aéreas) en el tallo a
Azospirillum sp + + + Mucigel
una altura de 1 a 1.5 m con un abundante mucigel. El
Azospirillum sp + + - Mucigel
mucigel son exudados pegajosos en el cual se desarro-
Klebsiella pneumononiae + + - Mucigel
llan varios tipos de colonias de bacterias y hongos, bené-
No identificada + + - Mucigel
ficos al desempeño de las plantas, por lo que es impor-
Citrobacter freundii + + + Suelo
tante su esudio, ya que son varios sus efectos positivos,
Enterobacter cloacae + + + Suelo
como procesos regulatorios de crecimiento, protección
Enterobacter cloacae + + + Suelo
contra patógenos, incremento de la captación de nitró-
Xanthobacter + + - Suelo
geno y modificación positiva en la asimilación de nutri-
No identificada + - + Suelo
mentos como el fósforo. Por ello es altamente resistente
al chahuixtle de la mesa central. Se aislaron 93 cepas
FN: Organismos fijadores de nitrógeno en gramíneas
diferentes que se pueden dividir en cinco grupos: I) 33
AB: Antibióticos
cepas de Pseudomonas, mismas que son altamente an- SF: Solubilización de fosfato tricálcico
185
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
estas colecciones también resultaron ser un tesoro go, de las 11 000 colectas, sólo se tomaron en cuen-
invaluable en contra de la erosión genética pre- ta 7 144 para este trabajo, debido a que la informa-
sente y futura (Taba, 1995). En la actualidad hay ción restante no está bien integrada. En general,
en varios países de Latinoamérica y en Estados el objetivo de este banco de datos era obtener el
Unidos bancos de germoplasma ex situ. Con los germoplasma, por lo que no registraron los facto-
auspicios del gobierno estadunidense —USDA— y res climáticos, de suelo o culturales como formas
del Nacional Seed Storage Laboratory, el CIMMyT de selección y propagación, incluso ni las asociacio-
organizó una campaña internacional en Latino- nes con otras especies —con arvenses toleradas o
américa para resembrar las semillas, algunos ejem- suprimidas, o con plantas silvestres de la misma
plares en peligro de extinción. De este modo, el especie—, ni los agroecosistemas asociados y los
germoplasma ex situ en América Latina y Estados usos culturales. Tampoco se registran en estos
Unidos constaba de 26 mil colectas en 1994, de bancos de datos los actores sociales y nombres de
las cuales nueve mil se encuentran como ejempla- los agricultores involucrados en los procesos de cul-
res únicos en los bancos de germoplasma naciona- tivo y en la toma de decisiones sobre ese germo-
les. En México, el INIFAP y el CIMMyT tienen 11 000 plasma. Esto es indebido porque se está utilizan-
colectas en sus bancos de germoplasma formados do material producto de procesos intelectuales de
con colectas en el territorio nacional. Sin embar- otros. Estas colectas se hicieron para generar un
186
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
14
El Centro de Investigación de la Fundación Swamina-
than, en India, ha desarrollado toda una estrategia de conser-
vación ex situ e in situ en que se llega a acuerdos con las comu-
nidades campesinas donde se realizó la colecta para la
conservación del germoplasma de las variedades de arroz, im-
pulsando técnicas de ecodesarrollo comunitario que incluyen
a los que nada tienen, creando, además, escuelas de fitomejo-
radores(as) locales. Maíces nativos en San Andrés Tlalnelhuayocan, Veracruz.
187
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Inventarios de las razas de teocintle y maíz posición genética con el maíz indígena. En el re-
de los pueblos indígenas sultado más sorpresivo de esta investigación, el
Poblaciones de teocintle aún existentes se repor- proceso de domesticación involucró un solo gen
tan en Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Co- tb1 que activó el proceso de domesticación, mis-
lima, Michoacán, Guerrero, Morelos, Estado de mo que modifica la estructura de los granos y
México, Guanajuato y Oaxaca (Sánchez y Ordaz, arquitectura de la planta (Iltis, 2000). Según Doe-
1987). Frecuentemente este acervo genético, de bley, el teocintle subespecie Balsas fue seleccio-
riqueza invaluable, es considerado por los produc- nado por los antecesores de los pueblos indígenas
tores como maleza o es utilizado como forraje. Sin actuales y tiene muy altas posibilidades de que
embargo, el naturalista Lumholtz (1902), a finales fuera el origen de las razas modernas. Estos even-
del siglo XIX observó cómo en el occidente de Mé- tos de domesticación sucedieron entre nueve mil
xico el teocintle se sembraba junto con el maíz y seis mil años. Los registros más antiguos se loca-
para mejorar las cosechas (Benz, 1997: 22). Según lizan en el valle de Oaxaca, cerca de Mitla, en el
Miranda (citado en Muñoz, 2003), esta misma sitio Guilá Naquitz; tres mazorcas primitivas con
práctica se realiza en Huetamo, Michoacán, don- una morfología prototípica del maíz moderno y
de abundan poblaciones de teocintle y cuyos pro- una edad estimada en 6250 años (Flannery, 1986).
ductores afirmaban que amansaba el maíz, resistía Ante las escasas investigaciones en el Balsas y la
la sequía y tenía una mejor producción en condi- abundancia en los Valles Centrales de Oaxaca y
ciones extremas (citado en Muñoz, 2003: 82). Es- Tehuacán, es difícil determinar el lugar de origen.
te hecho debe llevarnos a considerar al teocintle, Actualmente tenemos que las razas de maíz como
igual que al maíz, como una planta cultural me- el Pepitilla, Tabloncillo (en Jalisco) y Maíz Ancho
soamericana y como plasma germinal pertenece a coinciden regionalmente con el teocintle arriba
varias generaciones de fitomejoradores anónimos, mencionado.
incluyendo los actuales, de los pueblos indígenas. Hay que notar que la mayoría de los sitios de
Hay múltiples teorías del origen del maíz; la colecta del teocintle se encuentra en localidades
más aceptada es la que vincula su origen con el afuera de los territorios de los pueblos indígenas.
teocintle. Esta última especie data de hace unos Sin embargo, los que presentamos en el cuadro
80 mil años (Muñoz 2003) , y según su estructura 22 se encuentran en áreas de influencia y con pre-
genética debe haberse originado en Guatemala y sencia indígena importante en las localidades de
Honduras, desplazándose después hacia México. recolección.
El teocintle más reciente tiene nudos cromosó- Si se compara este árbol filogenético con las
micos más parecidos al maíz actual. En México colectas de maíz indígena en todo el país, nos per-
crece en la Sierra Madre del Sur y en la Sierra Ma- cataremos que si bien hay razas más cercanas al
dre Transversal. Según los autores mencionados, teocintle, prácticamente todo México se puede
su domesticación debió desarrollarse entre los pa- presentar como país de origen, ya que la domesti-
ralelos 19, 20 y 21, con mayor involucramiento en cación, diversificación y mantenimiento del ger-
la región centro-occidente. En efecto, recientes moplasma es todavía una práctica indígena y cam-
estudios genéticos realizados por Doebley mues- pesina. La discusión alrededor de la domesticación
tran al teocinte clasificado en México como Balsas y centro de origen ha dejado de ser un tema neta-
Zea mays spp parviglunis Iltis & Doebley, que precisa- mente académico para convertirse en un tema es-
mente encuentran en la cuenca del Balsas la sobre- tratégico de defensa de la diversidad biológica y
188
DULCILLO DEL NOROESTE
HARINOSO DE OCHO
JALA MUSHITO
NAL-TEL OLOTILLO
OLOTÓN ONAVEÑO
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
191
S ERI
Hermosillo
Mazatán
El Triunfo
Bahía Kino
SIE
RR
Tecoripa
A
EL
EN
SONORA
CI
NA
L
Ortíz
Nuri
Guaymas
Y AQUI
Bahía
Guásimas
Esperanza
S IMBOLOGÍA DE LAS RAZAS DE Ciudad
MAÍZ Obregón
Santa Rosalía
Apachito Isla Lobos Pueblo Yaqui
Isla San Marcos
Argentino
Azul
Blando (i)
Blanco (j)
Bolita Navojoa
Celaya
Cónico
GOLFO DE CALIFO RNIA
Cónico Norteño
Complejo Cristalino (MAR DE COR TÉS) Huatabampo
Chihuahua M AYO
Dulcillo del Noroeste (a)
Dulcillo del Noroeste (b)
Harinoso
Hembra
Lady Finger
Maíces Dulces
Mushito Isla Partida
Onaveño
Palomero
Perla
Reventador Isla El Carmen
San Juan
Tabloncillo
Tabloncillo Perla
Tampiqueño Los Mochis
Isla Santa Catalina
Tunicado
Tuxpeño Topolobampo
Gordo
112º
111º 110º 109º
RAZAS DE MAÍZ EN LOS TERRITORIOS INDÍGENAS YAQUI,
MAYO, TARAHUMARA, TEPEHUÁN, PIMA Y GUARIJÍO
Madera
30º
Aldama
Álvaro Obregón
Chihuahua
Guerrero
Yécora
P IMA Ciudad
Cuauhtémoc
San Juanito
G UARIJÍO
29º
CHIHUAHUA
Creel
San
Bernardo T ARAHUMARA
La Bufa
Álamos
Hidalgo
del Parral 28º
San Pablo Balleza
Santa
Guachochi Bárbara
Choix
T EPEHUÁN
SINALOA DURANGO
San Blas Guadalupe
y Calvo
27º
Nal Tel
(Yucatán)
Nal Tel
(Oaxaca)
Zapalote
(Oaxaca y Chiapas)
Conejo
(Oaxaca)
Harinoso de Ocho
(Nayarit)
Olotillo
(Chiapas)
Chapalote
(Sinaloa) Reventador
(Michoacán)
Dzit Bacal
(Yucatán)
Reventador
(Nayarit) Bolita
(Oaxaca)
Reventador
(Guerrero)
Olotillo
(Guerrero)
Reventador
(Jalisco)
Jala
(Nayarit)
Maíz Ancho
(Guerrero)
Pepitilla
(Guerrero)
Tabloncillo
(Jalisco)
Balsas Teocinte
(Luvianos)
Balsas Teocinte
(Teloloapan)
Balsas Teocinte
(Huetamo)
FIGURA 3. Árbol filogenético derivado de nudos cromosómicos que muestra el patrón de ramificación del maíz del
complejo mexicano de mazorca estrecha. Tomado y modificado de Benz (1997: 21).
194
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 29. El teocintle en los territorios de los pueblos indígenas o áreas de influencia
Cónico a los mixtecos de la Mixteca Alta; el Oloti- son más antiguas. El grupo de los maíces de los al-
llo, Tuxpeño x Conejo a los mixtecos de la Costa; tiplanos centrales (Arrocillo, Cacahuacintle, Cóni-
el Cónico a los triques. co Chalqueño y Palomero Toluqueño, clasifica-
Benz (1997a) nos presenta una asociación en- dos como cónicos) existía por lo menos desde el
tre el Grueso de Nayarit, Tabloncillo de Jalisco, primer siglo de nuestra era (Benz, 1997a).
Maíz Ancho y Conejo de Guerrero, Olotillo de En un artículo reciente se analizan los posibles
Chiapas, Bolita, Chatino, Maizón y Zapalote Chi- orígenes de la diferenciación fenotípica de las mis-
co de Oaxaca que se distribuyen a lo largo de te- mas variedades de maíz olotón y el comiteco se-
rritorios de los pueblos indígenas de la familia gún los pueblos indígenas tzeltal y tzotzil (Pera-
lingüística otomangue. La coincidencia geográfi- les, Benz y Brush, 2005). Se trata de un examen del
ca entre esta familia y las variedades sugiere que papel de la cultura para generar la agrodiversidad.
compartieron una historia cultural y biológica co- El estudio sugiere que a pesar de que las semillas
mún. Esas variedades también insinúan que el son reconocidas como diferentes por parte de ca-
maíz fue domesticado por antepasados que habla- da una de las comunidades etnolingüísticas, las
ban lenguas antecesoras del otomí, matlatzinca, isozymas sólo muestran una diferenciación genéti-
tlapaneco, amuzgo y zapoteco, entre otras. El léxi- ca débil. En general, la diferenciación está relacio-
co más rico alrededor del maíz lo tenemos en la nada con adaptaciones a condiciones ambientales
protolengua del otomangue. Según este enfoque, locales diferenciales, y son las mismas presiones
las variedades Nal-Tel de Yucatán y Chapalote de ambientales las que marcan la diferencia. Pero
Sinaloa no son las más primitivas, como se pensa- también las identidades grupales van generando
ba. El árbol filogenético sugiere, más bien, que preferencia en algún tipo de maíz, en un ejercicio
las variedades Tabloncillo, Maíz Ancho y Pepitilla para enfrentar la pérdida de las variedades.
195
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
El inventario de los maíces en territorios indí- GRÁFICA 4. Adaptación de las variedades de maíces
indígenas a condiciones climáticas y alturas contrastantes.
genas permite documentar las adaptaciones que
hicieron los productores(as) en condiciones agro-
ecológicas extremas, como la sequía o la abundan-
cia de lluvias, las altas o bajas temperaturas du-
3,500
rante el ciclo agrícola, la altitud, vientos, suelos
3,000
someros, ácidos, alcalinos, etcétera. Así, tenemos 2,500
Altitud
msnm
cia cuando no llueve y sin la merma normal por el 1,500
1,000
estrés hídrico y vuelven a despegar al momento 500
en que se desata la lluvia. En cada microrregión 0
500 0
1,00,500
Có Tuxpe
existe un conjunto de variedades específicas. Al- Pre 1 ,000
2 Bol Cacah nico ño
cip 2,500 00 Tep ita uac
3,0 O ec intl
gunos tipos o variedades pueden adscribirse a un m itac
m ión 3,500 Zap lotillo intle e
alot
e ch
pueblo indígena; otras a una región determinada, ico
196
DURANGO RAZAS DE MAÍZ EN LOS TERRITORIOS
INDÍGENAS TEPEHUÁN, NAHUA DE
Durango
DURANGO, HUICHOL Y CORA
El Salto
Aserradero
Mezquital
La Flor Chalchihuites
T EPEHUÁN
Z AC AT E C A S
22º
Acaponeta
C ORA
NAYARIT
S IMBOLOGÍADE LAS
RAZAS DE MAÍZ H UICHOL
Azul 22º
Tablilla Magdalena
Tabloncillo Tequila
Tabloncillo Perla JA L I SCO
Tamaulipeco
Tunicado Guadalajara
Bahía de Puerto Vallarta
Tuxpeño Banderas Mascota
Vandeño
Ameca
106º 105º
PALOMERO TOLUQEÑO PEPITILLA
199
Salinas de Hidalgo
Ciud
Valle
Río Verde
Ojuelos
de Jalisco SAN LUIS POTOSÍ PAME
Pedro Montoya
H UAST
San Felipe
Jalpan
Dolores
León Hidalgo
Guanajuato
San Miguel
de Allende
GUANA JUATO
QUERÉ TARO
Irapuato
Querétaro
Salamanca O TOMÍ
Celaya
HIDALGO
San Juan del Río
Mixquiahuala
Salvatierra
Maravatío
Zacapu
MAZAHUA
Ciudad Hidalgo
P URHÉPECHA Morelia
Zitácuaro
CIUDAD
DE
MICHOAC ÁN MÉXICO
Toluca
100º 99º
101º
RAZAS DE MAÍZ DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS HUASTECO,
TAMAULIPAS
NAHUA, TOTONACA, PAME, OTOMÍ, MAZAHUA Y TEPEHUA
Tampico
Ébano S IMBOLOGÍA DE LAS RAZAS DE
M AÍZ
Arrocillo Amarillo 22º
ad Arrocillo
es Arrocillo Blanco
Bolita
Cacahuacintle
El Higo
Celaya
Chalqueño
ECO
Cónico
Cabo Rojo Cónico Norteño
Complejo Serrano
H UASTECO de Jalisco
Dulcillo del Noroeste
Elotes Cónicos
GOLFO Maíces Dulces
Cerro Azul DE Mushito
Olotillo
MÉXICO Palomero 21º
N AHUA Pepitilla
DE S AN L UIS P OTOSÍ , Tuxpan Tabloncillo
S IERRA N ORTE DE P UEBLA
Y N ORTE DE V ERACRUZ Tepecintle
Tuxpeño
Cazones Vandeño
T EPEHUA T OTONACA
Poza Rica
Papantla
Gutiérrez
de Zamora
Nautla
Tlapacoya
VERACRUZ
Altotonga
Tlaxcala N AHUA DE
N AHUA Z ONGOLICA
PUEBLA Veracruz
Puebla 19º
97º 96º
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
mas naturales, México participa a pasos agiganta- blicas para el aparente mejoramiento de los culti-
dos en lo que ecólogos y paleontólogos han deno- vos consistentes en la sustitución del germoplasma
minado la sexta gran extinción de las especies local por el de las trasnacionales, la introducción
(Leakey y Levin, 1997). En paralelo, tenemos la sistemática de insumos industriales como fertili-
pérdida de la diversidad biológica domesticada y zantes, insecticidas y herbicidas, y el mismo Pro-
las culturas que la acompañan. En efecto, un campo son incompatibles con los agroecosistemas
tema básico para la supervivencia de los pueblos agrícolas de los policultivos y de la conservación
indígenas, así como de México como país y su sis- de las selvas. Los trabajos que los indígenas con-
tema alimentario, es la pérdida de los agroecosiste- seguían temporalmente en Pemex y ahora en Es-
mas indígenas y campesinos, con la consiguiente tados Unidos han servido para desmontar, gana-
pérdida y erosión genética de los recursos fito- derizar la economía y, sobre todo, comprar insumos
genéticos, que son patrimonio de los pueblos in- “modernos” como fertilizantes, herbicidas e insec-
dígenas, de su identidad y de México en general. ticidas. La pérdida de control de las semillas, en
“La erosión genética es la pérdida de genes en un los procesos de producción indígenas de la milpa
acervo genético a causa de la eliminación de pobla- se hace evidente en los territorios nahuas y popolu-
ciones por factores como la adopción de varie- cas de los Tuxtlas. Se trata de un periodo de 40 años
dades modernas y el desmonte de tierras con ve- en que la región perdió una de las selvas tropica-
getación” (Ortega, 2003b). les altas perennifolias más importantes del país.
La preocupación por la pérdida del germo- Para la región lacustre de Pátzcuaro, Michoa-
plasma nativo y regional ha estado presente en va- cán, se mencionaba la existencia de 20 variedades
rios investigadores, de manera que Ortega (1973a) del frijol Phaseolus vulgaris, mientras que para 1990
genera un estudio para evaluar si en Chiapas en- se encontraron sólo cinco variedades. Ello parece
tre 1946 y 1971 se produce el mismo fenómeno sugerir la pérdida de gran cantidad de variedades
de pérdida que en las grandes zonas maiceras de existentes en sólo seis décadas (Mapes, 2007).
Estados Unidos, cuando se introducen las varie- Lazos y Espinosa (2004), en un estudio realiza-
dades mejoradas. Él encuentra que la pérdida do en Oaxaca, concluyen que la pérdida de la agro-
en un ambiente campesino indígena no es tan biodiversidad y de los sistemas productivos lo-
evidente. Sin embargo, en casi la mitad del país cales son multifactoriales: 1) factor ecológico: la
se ha sustituido el maíz indígena por el mejorado pérdida de fertilidad del suelo, inestabilidad cli-
e híbrido, principalmente en áreas de riego y de mática, sequías prolongadas, abandono de agro-
temporal con buenas condiciones de lluvias anua- ecosistemas complejos; 2) factor económico: con-
les. Esto quiere decir que la gran mayoría de los trol transnacional de los mercados y monopólico
campesinos e indígenas pobres, que son el 80 por de la harina para tortilla, importación masiva del
ciento de todos los productores mantienen el ger- maíz amarillo, privilegio del mercado por el maíz
moplasma nativo en condiciones tanto ambienta- blanco discriminando a los de color; los bajos pre-
les como sociales muy difíciles. El análisis de pro- cios y la ausencia de mercados diferenciados por
cesos recientes no son tan optimistas. Así, Blanco variedades constituyen, según las autoras, las ma-
(2006) hace un estudio puntual, en los Tuxtlas, Ve- yores amenazas a la conservación de los maíces
racruz, acerca de la pérdida de 70 por ciento de las nativos; 3) factores sociales: migración masiva que
especies cultivadas en cuatro ejidos del territorio erosiona el tejido social solidario en el trabajo, la
popoluca. Su estudio indica cómo las políticas pú- mano y vuelta ya no funciona, ya no hay jóvenes
202
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
en las comunidades; por lo mismo, la circulación partir del germoplasma de semillas indígenas han
de semillas se reduce y se empobrece el germo- sido sistemáticamente boicoteadas por la actual
plasma, y 4) políticas públicas agrícolas que favo- Sagarpa. Incluso, los intentos por desarrollar maí-
recen los intereses de las compañias trasnaciona- ces indígenas mejorando los agroecosistemas por
les, abandono por parte del Estado de políticas parte del INIFAP obtuvieron para el año 2005 un
públicas hacia los pequeños productores. financiamiento mínimo (50 mil pesos) por parte
Las políticas oficiales hacia centros de investi- del Conacyt-Sagarpa, mientras que el Cinvestav
gación públicos para crear maíces mejorados a Irapuato obtuvo en un solo año 70 millones de
203
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 30. Custodio del patrimonio fitogénetico por los pueblos indígenas: distribución de
los tipos y algunas variedades de maíz y otros cultivos mesoamericanos en los territorios
de los pueblos indígenas
Región Territorios Tipos y variedades de maíz Otras especies comestibles domesticadas, cultivadas o arvenses
biocultural indígenas reportados en territorios que aparecen en la milpa y huertos indígenas, así como algunos
prioritaria indígenas* de sus pares silvestres reportados en territorios de los pueblos
(RBP) indígenas. Especies manejadas, toleradas o protegidas**
* Fuentes consultadas para la distribución de variedad de maíz: (A) CIMMyT, Wellhausen et al. (1987), Hernández X. (1985, 1987);
(B) Ortega (2003b); (C) Illsley, Aguilar y Marielle (2003); (D) V. Heerwaarden y Solís (2003); (E) Blanco (2006); (F) Aragón (2007); (G) Navarro
(2004) (H); (I) Muñoz (2003); (J) Perales, Benz y Brush (2005); (K) Ortega (a) (1973); (L) Martínez et al. (2000); (M) Astier y Barrera (2006).
** Fuentes consultadas para la distribución de la agrobiodiversidad: (1) Conabio 2007; como los territorios indígenas y comunidades cam-
pesinas son centros de origen de domesticación y diversificación genética, las especies enunciadas provienen de colectas de los pares silvestres a
veces sembradas por los indígenas. Tal es el caso de los registros de la distribución nacional de los chiles Capsicum annuum variedad glabriuscu-
lum; Cucúrbita. pepo l. y sus parientes silvestres que se pueden hibridizar y tener descendencia viable; del jitomate Lycopersicon esculenta y su
variedad silvestre Lesculentum leptophyllum; de los frijoles (cinco especies) que se relaciona con el Phaseolus vulgaris silvestre. Conabio (2007a,
2007b,2007c, 2007d); (2) Terán, Rasmussen y May (1998; (3) Colunga y May (1992); (4) Blanco (2006); (5) González (1989); (6) Dávila
(2003); (7) Arellano y Casas (2003), Casas et al. (1999b, 1999c); Casas y Barbera (2002), Cruz y Casas (2002), Otero-Arnaiz et al., (2003,
2005a, 2005b); Carmona y Casas (2005), Casas et al. (1999b, 1999c); (8) Martínez et al. (2000); (9) García-Mendoza, Ordóñez, Briones-Salas
(2004); (10) Berlín (2000); (11) Mapes (2007); (12) Gispert y Rodríguez (1998); (13) Vázquez-Dávila (2001); (14) Nations y Nigh (1980); (15)
Martínez A. et al. (2001); (16) Navarro (2004).
204
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 30. Custodio del patrimonio fitogénetico por los pueblos indígenas: distribución de
los tipos y algunas variedades de maíz y otros cultivos mesoamericanos en los territorios
de los pueblos indígenas (CONTINUACIÓN)
Región Territorios Tipos y variedades de maíz Otras especies comestibles domesticadas, cultivadas o arvenses
biocultural indígenas reportados en territorios que aparecen en la milpa y huertos indígenas, así como algunos
prioritaria indígenas* de sus pares silvestres reportados en territorios de los pueblos
(RBP) indígenas. Especies manejadas, toleradas o protegidas**
7 Tancítaro Purhépecha Arrocillo, Cacahuacintle, Celaya, Milpa. Agave atrovirens (maguey), Agave inaequidens;
Cristalino norteño, Cónico norteño, Amaranto: Amaranthus hybridus (quelites), Amaranthus
Elotes cónicos, Dulce, Mushito, retroflexus; Frijoles: Phaseolus pluriflorus, Phaseolus
Palomero toluqueño, Pepitilla, vulgaris, Phaseolus coccineus; Tomates: Jaltomata
Tabloncillo, Tuxpeño, Vandeño, procumbens, Physalis Pubescens, Solanum stoloniferum,
Zapalote grande, Purhépecha Solanum verrucosum; Calabazas: Cucurbita ficifolia, C.
(A, B, M) Moschata; Chía: Chenopodium mexicanun, C. album, C.
berlandieri. Huerto. Annona cherimola (1, 11)
8 Sierra de Otomí, Arrocillo amarillo, Arrocillo azul, Milpa. Agaves: Agave atrovirens. Calabazas: Cucurbita
Chincua, matlazinca, Cacahuacintle, Chalqueño, pepo, C. ficifolia; Frijoles: Phaseolus vulgaris (1)
Nevado de mazahua Cristalino norteño, Cónico norteño,
Toluca Elotes cónicos, Palomero,
Palomero toluqueño (A, B, C)
9 Montaña de Nahuas de Ancho, Ancho pozolero, Bolita, Milpa. Agave americana, Agave cupreata; Amaranto:
Guerrero, Guerrero, Elotes cónicos, Pepitilla, Bolita, Amarantus sp; Cacahuate: Arachis hypogaea; Calabazas:
sierras Taxco Morelos, Edo. Elotes cónicos, Tabloncillo, Cucurbita moschata, C. pepo; Guajes: Leucaena esculenta;
y Huautla de México, sur Olotillo, Nal tel, Palomero, Frijoles: Phaseolus coccineus, P.vulgaris, P. leptostachyus;
de Puebla Vandeño (A) Chiles: Capsicum nahum (1)
10 Sierra Nahua, otomí Arrocillo azul, Arrocillo blanco, Milpa. Agaves: Agave atrovirens(maguey), A. Angustifolia;
Nevada y de Ixtenco Bolita, Cacahuacintle, Chiles: Capsicum annuum; Calabazas: Cucurbita ficifolia,
La Malinche Chalqueño, Cristalino norteño, C. pepo; Guajes: Leucaena esculenta; Nopales: Opuntia
Tuxpeño, Palomero (A, C, H) strepacantha; Papas: Solanum stoloniferum (papa de monte
o voladora), S. demissum (papa cimarrona); Chayote:
Secchium edulis; Tomate: Physalis chenopodifolia, P.
philadelphica; Jitomates: Lycopersicon esculentum; Frijoles:
Phaseolus vulgaris, P. coccineus, P. leptostachyus,
Huerto: Aguacate: Persea americana; Anonas: Annona
angustifolia, A. cherimola, A. verticulata (1)
205
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 30. Custodio del patrimonio fitogénetico por los pueblos indígenas: distribución de
los tipos y algunas variedades de maíz y otros cultivos mesoamericanos en los territorios
de los pueblos indígenas (CONTINUACIÓN)
Región Territorios Tipos y variedades de maíz Otras especies comestibles domesticadas, cultivadas o arvenses
biocultural indígenas reportados en territorios que aparecen en la milpa y huertos indígenas, así como algunos
prioritaria indígenas* de sus pares silvestres reportados en territorios de los pueblos
(RBP) indígenas. Especies manejadas, toleradas o protegidas**
11 Mixteca Tlapaneco, Ancho, Arrocillo, Bolita, Milpa. Agaves: Agave atrovirens (maguey); Amaranto:
Alta, triqui, amuzgo, Celaya, Chalqueño, Chiquito, Amaranthus hybridus (quelite), Chenopodium mexicanun
Baja, Costa mixteco de las Conejo, Cristalino norteño, (huauzontle); Calabazas: Cucurbita argyrosperma, C.
Mixtecas Alta y Cónico x Comiteco, Carriceño, frutenscens, C. pepo; Guaje: Leucaena esculenta; Frijol:
Baja, mixteco Condensado, Elotes Cónicos, Phaseolus coccineus, P. leptostachyus, P. vulgaris, P.
de la costa Fascia, Maizón, Sapo, chiapasanus.
Magueyano, Mixeño, Huerto familiar. Allium glandusolum (cebollin); Aguacate:
Mixteco, Mushito, Nal tel, Persea americana; Chayote: Sechium edule (1)
Naranjero, Olotón, Olotón
Imbricado, Olotillo, Comiteco,
Pastor veracruzano, Pepitilla,
Serrano Mixe, Mushito,
Serrano de Oaxaca, Tablita,
Tehua, Tehuacanero,
Tehuanito, Tepecintle,
Tuxpeño, Vandeño
(A, E, F, G, I, J, K)
12 Sierra Sur Zapoteco Bolita, Chalqueño, Cristalino Milpa. Tubérculos: Ipomea batatas; Yuca: Manihot sp.;
Oaxaca sureño del norteño, Cuarenteño amarillo, Frijoles: Phaseolus spp (garrote. enredador, piñero, shumil,
Istmo, chatino, Magueyano, Maíz Boca de tacaná; Calabazas: Cucucurbita, sp. (tamala, chompa
chontal de Monte, Maíz Hoja Morada, cáscara dura), Crotallaria pumila; Verdolaga: Portulaca
Oaxaca Maizón, Mushito, Mejorado oleracea; Xicama: Pachyrhizus erosus; Lycopersicon
nativizado, Nal tel, Olotón, lycopersicum (1).
Olotillo, Olotillo amarillo,
Rocamay Tablita grande,
Amarillo, blanco, Tempranero
Amarillo, Tepecintle, Tuxpeño,
Vandeño, Zapalote chico (A, F)
13 Kikapú Kikapú Tehua, Tuxpeño (A) Milpa. Phaseolus sp., Cucurbita sp.
14 Huastecas, Huasteco, Arrocillo, Arrocillo amarillo, Milpa. Amarantos: Amaranthus hypochondriacus, A.
Sierra Norte otomí, nahuas Arrocillo blanco, Arrocillo azul, hybridus (quelite); Calabazas: Cucurbita ficifolia, C.
de Puebla del norte de Cacahuacintle, Celaya, Cónico okeechobeensi, C. Pepo, C. moschata, C. argyrosperma;
Puebla, norteño, Cristalino norteño, Chiles: Capsicum annuum, C. pubescens, Diospyros digyna;
Veracruz, Elotes cónicos, Mushito, Olotillo, Tubérculos: Ipomoea batatas, Ipomoea hederacea, Ipomoea
San Luis Palomero, Pepitilla, Tamaulipeco, indica, Ipomoea edule, Ipomoea phillomega, Manihot
Potosí, Tepecintle, Tepecintle 7, esculenta, Pachyrhizus erosus; Frijoles: Phaseolus acutifolius,
tepehua, Tuxpeño, Tuxpeño 8, Tuxpeño Phaseolus acutifolius, P. coccineus, Phaseolus vulgaris, P.
totonaca 9, Ts’it Bakal, Ratón (A, B, H, L) polyanthus, P. lunatus, P. vulgaris, Vigna unguiculata; Tomate:
Physalis philadelphica, Porophyllum ruderale, Prunas serrotina;
206
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 30. Custodio del patrimonio fitogénetico por los pueblos indígenas: distribución de
los tipos y algunas variedades de maíz y otros cultivos mesoamericanos en los territorios
de los pueblos indígenas (CONTINUACIÓN)
Región Territorios Tipos y variedades de maíz Otras especies comestibles domesticadas, cultivadas o arvenses
biocultural indígenas reportados en territorios que aparecen en la milpa y huertos indígenas, así como algunos
prioritaria indígenas* de sus pares silvestres reportados en territorios de los pueblos
(RBP) indígenas. Especies manejadas, toleradas o protegidas**
207
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
CUADRO 30. Custodio del patrimonio fitogénetico por los pueblos indígenas: distribución de
los tipos y algunas variedades de maíz y otros cultivos mesoamericanos en los territorios
de los pueblos indígenas (CONTINUACIÓN)
Región Territorios Tipos y variedades de maíz Otras especies comestibles domesticadas, cultivadas o arvenses
biocultural indígenas reportados en territorios que aparecen en la milpa y huertos indígenas, así como algunos
prioritaria indígenas* de sus pares silvestres reportados en territorios de los pueblos
(RBP) indígenas. Especies manejadas, toleradas o protegidas**
208
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 30. Custodio del patrimonio fitogénetico por los pueblos indígenas: distribución de
los tipos y algunas variedades de maíz y otros cultivos mesoamericanos en los territorios
de los pueblos indígenas (CONTINUACIÓN)
Región Territorios Tipos y variedades de maíz Otras especies comestibles domesticadas, cultivadas o arvenses
biocultural indígenas reportados en territorios que aparecen en la milpa y huertos indígenas, así como algunos
prioritaria indígenas* de sus pares silvestres reportados en territorios de los pueblos
(RBP) indígenas. Especies manejadas, toleradas o protegidas**
22 Chontalpa Chontal de Olotillo, Tuxpeño, Marceño Milpa. Chile: Capsicum annuum; Calabazas: Cucurbita
Tabasco ( A, C) lundeliana.
Huerto. Byrsonima crassifolia (nance); Cacao: Theobroma
cacao; Palmas: Acoelorrhaphe wrightii, Acronimia
mexicana (cocoyol), Bactris balonoidea, Rystonea
dunlapiana, Sabal mexicana, Scheelea liebmannii,
Spondias mombasa, Hylocereus undatus (Pitahaya de
monte), Tradescantia pendula, Trema micrantha (1)
23 Maya Maya de Boxloch, Chac chob, Bekech Chiles: Capsicum annuum, C. argyrosperma, C. Frutesces
Península Yucatán, Bakal, Chuya, Clavillo, Cubana, L., C. pubescens, C. Sinense; calabazas: Cucurbita ochata,
Yucatán chol, tzeltal, E hub, Ek sa kaa, Nal tel, Nal C. argyrosperma, C. pepo, C. foetidissima, C. lundelliana,
kekchi, xoy, Olotillo, Sak tux, Sak nal, Lagenaria siceraria; Frijoles: Phaseolus vulgaris, P. lunatus,
kanjobal Servera, Tepecintle, Ts’it Bakal, Vigna unguiculata, Cajanus cajan; Tubérculos: Xanthosoma
Zapalote chico, Xnuk nal yucatanese, (ñame), Ipomoea batatas, Manihot esculenta,
(Tuxpeño), Xkan nal, Xee ju, Solanum tuberosum, Pachyrhizus erosus; Jitomates:
Xtuo nal (Nal tel x Tuxpeño) Lycopersicon esculentum, Cnidoscolus chayamansa;
(A, B, D) Papaya: Carica papaya, Carica pennata.
Huerto: Aarachis hypogaea, Acrocomia mexicana (cocoyol),
Annona muricata; Annona squamosa, Annona
diversifolia, Annona squamosa, Ananas comosus, Achras
zapota (Manilkara zapota), Bixa orellana (achiote),
Brosimum alicastrum, Byrsonima crassifolia (nance),
Chrysophyllum cainito, Cnidoscolus chayamansansces,
Cocos nucifera, Cordia dodecandra Discorea alata,
Hylocereus undatus, Manilkara Achras, Persea americana,
Psidium guajava, Pimenta dioica, Sechium edule,
Spondia spp., Talisia olivaeformis (1, 2, 3)
209
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
pesos para investigar maíces transgénicos para sa- ción. Esta nativización de los híbridos ha formado
tisfacer la demanda de validación de las trasnacio- buenas variedades de maíz, pero también han es-
nales (Espinosa, 2006). tado acompañados de grandes presiones y subsi-
Las ventas de semilla mejorada en México cu- dios para que los agricultores los adopten y aban-
bren entre 27 y 34 por ciento de la superficie cul- donen sus poblaciones nativas (Ortega, 2003b).
tivada, principalmente en Sinaloa, Sonora, Ta- Las amenazas son multicausales: 1) adopción
maulipas, Jalisco, Colima y Guanajuato, donde la de semillas mejoradas, mismas que son incorpo-
superficie sembrada con semilla mejorada cubre radas de manera compulsiva por los principales
70 por ciento, con las mejores condiciones produc- procesos de comercialización; asimismo, el des-
tivas. Adicionalmente, entre 20 y 25 por ciento de mantelamiento de la empresa estatal Productora
la superficie maicera está ocupada por generacio- Nacional de Semillas (Pronase) puso en manos de
nes de maíces mejorados por los propios agricul- muy pocas trasnacionales la producción de semi-
tores, frecuentemente combinadas con maíces lla, de modo que más de 90 por ciento de la se-
nativos. Además, existe una mayor variación, ya milla de maíz para cultivos comerciales proviene
que sólo una parte de los productores puede adop- de estas empresas; evidentemente éste es un fac-
tar las nuevas semillas, y por medio de infiltración tor que uniforma la producción y genera erosión
genética se establece un continuum entre los maí- genética, ya que los cultivos masivos se basan en
ces mejorados introducidos y se amplía la varia- muy pocas variedades; 2) el abandono del cultivo
210
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
CUADRO 31. Algunos usos de los maíces nativos o indígenas más allá de las tortillas
del maíz para dedicarse a otros más remunerati- fermentación del “nixtamal”, se generan varios
vos, o bien para emigrar a otras regiones del país procesos bioquímicos que favorecen los cambios
o Estados Unidos (no hay posibilidad de compe- de la composición nutricional durante el proceso de
tir con la producción estadunidense de maíz elaboración que dan la maleabilidad a la masa y a
subsidiada; pérdida de experiencia de los jóve- las tortillas. La biodisponibilidad de aminoácidos,
nes; simplificación de los agroecosistemas y sus- el contenido de calcio y fósforo, de fibra soluble y
titución de áreas por cultivos de psicotrópicos), y almidón resistente, el contenido de ácido fítico
3) catástrofes naturales y sociales (el Estado in- disminuye también, mejorando con ello la absor-
troduce a las zonas devastadas después de un ción de minerales en mamíferos monogástricos
huracán maíces que no son de la región (Ortega, (incluyendo al hombre). El proceso de nixtamaliza-
2003b: 141 y ss.). ción aumenta la disponibilidad de niancina (com-
El mismo autor señala que la pérdida de las plejo de vitaminas B) eliminando con ello el riesgo
poblaciones nativas de maíz se ha agravado des- de desarrollar la pelagra, enfermedad por defi-
pués del Tratado de Libre Comercio de América ciencia de vitamina B que se desarrolla si se consu-
del Norte (TLCAN), ya que las variedades locales me en grandes cantidades maíz sin estos procedi-
no encuentran mercado o tienen un precio casti- mientos biotecnológicos mesoamericanos.
gado. Importar maíz sin aranceles, las políticas de La pregunta obligada sería ¿qué segmentos de
sustitución indiscriminada de maíces nativos por la población siguen reproduciendo los maíces na-
mejorados, es un crimen contra los indígenas y un tivos? Planteamos aquí que son los campesinos
duro golpe contra las poblaciones nativas de maíz. indígenas y pobres de la economía de subsisten-
La tendencia a la monopolización de la produc- cia que aún mantienen el germoplasma nativo
ción de la tortilla de maíz, principalmente por por razones culturales, sociales y económicas. Sin
parte de MASECA, está fortaleciendo el desarrollo embargo, la población que sostiene este tipo de
de maíces tipo harinoso, bajando la calidad alimen- germoplasma está envejeciendo rápidamente,
ticia de las tortillas al sustituir los procesos biotec- mientras que los jóvenes optan por migrar acele-
nológicos mesoamericanos —esto es la nixtamali- rando la pérdida. En resumen, según Ortega
zación— por harinas de maíz. Al agregar cal y la (2003a), 1) paradójicamente, los maíces indígenas
211
20º
Unión de Tula
Sayula
Tamazula
Ciudad Guzmán
Nevado de Colima
Tecaltlán
Minatitlán
COLIMA
Colima
Tepalcatepec
Manzanillo
19º
Armería Tecomán
Coalcoman
Cacahuacintle
Celaya
Chalqueño
Conejo
Cónico
Cónico Norteño
Elotes Cónicos N AHUA
Jala
Maíces Dulces DE M ICHOACÁN
Olotillo
Pepitilla
Perla
Reventador
Tabloncillo
Tabloncillo Perla OCÉANO PACÍFICO
Tampiqueño
Tuxpeño
Vandeño
Zamorano Amarillo
104º 103º
R AZAS DE MAÍZ EN TERRITORIOS
Jacona
PURHÉPECHA Y NAHUA DE M ICHOACÁN
Lago Cuitzeo
Zacapu
Morelia
MICHOAC ÁN
Uruapan
Tacámbaro
c
Apatzingán
Nueva Italia
Presa El Infiernillo
Arteaga
102º 101º
Lázaro Cárdenas
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
sustituidos, de excelente calidad y que se desen- te (adaptado a las regiones subtropicales secas del
volvían en tierras tanto de riego como de tempo- norte del país); 8) siempre siguiendo a los autores
ral de buenas condiciones, son muy vulnerables citados, parece que la variedad Vandeño ha sido
ante la competencia de maíces híbridos comer- desplazada por la Tuxpeña y el Tepecintle por ca-
ciales; 2) el uso de la variedad chalqueño práctica- fetales; este es un proceso que ha contribuido a la
mente se perdió porque su cutícula era muy dura, erosión genética de lunatus (ibes) en la agricultura
según las compañías que procesan el maíz para la tradicional maya; los otros riesgos de erosión gené-
producción de tortilla; 3) los maíces de color o va- tica radican en el empobrecimiento de las varieda-
riedades como el Pepitilla de muy buena calidad des (Colunga, Zizumbo y Martínez, 2002); 9) esta
pero ligero, fue extinguido de áreas importantes tendencia se ha acentuado desde la política del
por las políticas públicas de comercialización; pa- GATT y el TLCAN, en las cuales las políticas públi-
radójicamente, la economía agrícola subsidiada cas han promovido la importación masiva del maíz
en el sureste de Estados Unidos, reporta un creci- y la transformación de las regiones maiceras en
miento importante de siembra de maíces de color pastizales o productoras de algodón, sorgo y culti-
y blanco de variedades indígenas mexicanas, vos de exportación; 10) hoy día la erosión genética
principalmente para los consumidores mexicanos también se da en la medida que los campesinos
de esa nación (Barkin, 2003); 4) gran parte de los abandonan la agricultura en forma total o parcial
acervos del germoplasma indígena ha sido evalua- para migrar; con frecuencia, el germoplasma nati-
da desde el punto de vista agronómico;16 sin em- vo es sostenido por los más pobres o los ancianos;
bargo, por la estructura y diseño de las investigacio- 11) la erosión genética no sólo se da en cantidad
nes no se cuenta con catálogos descriptivos de las sino en calidad; se ha observado el abandono de
muestras individuales, por lo que se pierden expe- cultivares de algunas variedades más productivas,
riencias de investigación muy valiosas; 5) el caso como el Celaya, Vandeño, Tuxpeño y Chalqueño,
del maíz en México es la política de sustitución mundialmente consideradas como el germoplas-
de esta semilla por otros cultivos (Ortega, 2003b: ma más importante para el mejoramiento por su
165); 6) también se registran pérdidas importan- capacidad productiva (Ortega, 2003b: 166), y
tes de 19 variedades indígenas de frijoles Phaseo- 12) riesgo de perder algunos recursos fitogenéti-
lus sp.; el mismo autor,citando a Brush (1995: 352) cos regionales por abandono o por eventos extra-
indica que las poblaciones locales de los cultivos ordinarios únicos, como sequías prolongadas y
adaptadas a condiciones óptimas son particular- huracanes.
mente vulnerables a desaparecer; es precisamen- El cuadro 32 muestra, a grandes rasgos, las va-
te en estas áreas donde se sustituyen las varieda- riedades de maíz que son raras y están en peligro
des indígenas por las llamadas semillas mejoradas; de extinción, o en franca declinación.17
7) en los últimos 50 años se perdieron poblaciones
de las variedades Celaya (en la región de El Bajío 17
Los sitios de recolección, que nos presenta el CIMMyT
no fueron escogidos para ser representativos respecto de los
y en los llanos de Jalisco), Tuxpeño (propio del usos de las variedades de maíz relacionadas con los pueblos
trópico de temporal en suelos roturados y en algu- indígenas.Asi mismo, no hay visitas nuevas a los mismos sitios
para renovar el germoplasma, o bien para corroborar si todavía
nas áreas subtropicales de riego) y el Tuxpeño Nor- existe esa variedad o ha sido desplazada. Como recurso del
método se asocia el lugar de recolección con el territorio indí-
gena más cercano, así como la presencia de indígenas en el
16
Un estudio reciente acerca de la evaluación de los maí- sitio, de manera que las probabilidades de que todavía existan
ces indígenas o nativos fue publicado por Muñoz (2003). estas variedades son muy altas.
214
TABLONCILLO TEHUA
TEPECINTLE TUXPEÑO
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
216
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
les, culturales, sociales y económicos que vale la go. Respecto a estas colecciones, los productores
pena desglosar en caso de que se produzca co- indígenas y campesinos no tienen el control de su
mercialmente el maíz transgénico. germoplasma ni de los procesos locales que deter-
Las semillas transgénicas se produjeron para minan la domesticación. Comparativamente, en
satisfacer necesidades comerciales de las empre- la India el equivalente al CIMMyT el Centro de In-
sas trasnacionales. Hay que recordar que México vestigaciones M.S. Swaminathan Research Foun-
no es un estado del “cinturón maicero” de Esta- dation, localizado en Madras, India, desarrolló
dos Unidos, donde no hay cultura mesoamericana una nueva política que no sólo tiene en sus labo-
y campesinos e indígenas que siembren el germo- ratorios el germoplasma ex situ y hace biotecnolo-
plasma producto de generaciones de productores. gía de punta, sino que tiene convenios firmes con
Allá, en caso que se cambie anualmente el ger- las comunidades que conservan in situ, con el com-
moplasma con transgénicos de las compañías co-
mercializadoras, el problema es de dependencia Mujer dedicada a desgranar maíz en la Huasteca
económica de los productores hacia la compañía. hidalguense.
Aquí, la introducción comercial de los transgéni-
cos generaría un problema cultural, social, eco-
nómico y de soberanía nacional, y además se des-
truiría la experiencia y el reservorio genético de
las plantas domesticadas, únicos en el mundo.
La política pública actual pretende delimitar
zonas para permitir siembra de híbridos trans-
génicos; es la continuación de intentos de susti-
tución de maíces nativos por líneas mejoradas e
híbridas que no tienen relación con los maíces na-
tivos sembrados localmente. Así se desarrollan es-
tímulos en los subsidios cuando se sustituyen los
maíces nativos favoreciendo netamente a las pro-
ductoras de semillas trasnacionales. Refleja, ade-
más, la renuncia del Estado para la producción de
semillas (cierre de PRONASE) y el control trasnacio-
nal de la producción y mercado de semillas, apun-
talado por recientes cambios en la legislación,
como la Ley de Producción, Certificación y Co-
mercio de Semillas.
A pesar que ha habido procesos de sustitución
de semillas nativas por mejoradas, la presencia de
maíces indígenas es general en México. La salva-
guarda del germoplasma nativo o indígena no de-
be ser sólo en los centros de conservación ex situ,
como el CIMMyT, el INIFAP o el Colegio de Posgra-
duados de la Universidad Autónoma de Chapin-
217
Distrito Federal TLAXC ALA Xalapa
Tlaxcala
Toluca
Puebla
Cuernavaca Atlixco
Orizaba
Cuautla Ciudad Mendoza
MORELOS
Izúcar N AHUA DE
Taxco Tehuacán
POPOLOCA Z ONGOLICA
Y CHOCHO
PUEBLA
Iguala
MAZATECO
SI
ER
RA
N AHUA C HIN
Huajuapan
DE G URERERO de León C UICATECO
Chilpancingo
Z APOTECO DE LA
MIXTECO SIERRA DE J UÁREZ
A MUZGO
Copala
OAXAC A
Pinotepa Nacional C HATINO
S IMBOLOGÍA DE LAS RAZAS DE MAÍZ
Alvarado
VERACRUZ GOLF O
Catemaco DE MÉXIC O Tupilco
Tecolutilla
Cosamalpapan
N AHUA
DEL SUR DE V ERACRUZ Agua Dulce
POPOLUCA
Juan Díaz Cobarrubias TABASCO 18º
Tuxtepec Coatzacoalcos Villahermosa
Acayucan Huimanguillo
NANTECO
Sunuapa
Jesús Carranza
17º
MIXE
Z OQUE
T ZOTZIL Tuxtla
ISTMO DE TEHUANTEPEC Gutiérrez
Z APOTECO Cintalapa
DEL I STMO CHIAPAS
Niltepec
Villa Flores
Salina Cruz Arriaga
C HONTAL H UAVE 16º
DE O AXACA
Puerto Arista
Santiago Astata
GOLF O
DE TEHU ANTE PEC
o Angel
Arriba: Comida mesoamericana: maíz, frijoles, salsa de chile verde y chayotes (izquierda). Calabaza (derecha).
Abajo: Tuna tapona (izquierda). Miltomate (derecha).
promiso que si se pierde por alguna razón ese ger- Los argumentos que se han esgrimido acerca
moplasma, la fundación lo repara. El programa de las amenazas de los transgénicos a los maíces
promueve la evaluación, conservación y manejo nativos son:
sustentable de los recursos biológicos colectivos, 1) El maíz es un grano de polinización abierta
con las tribus y comunidades con especial hinca- y fertilización cruzada. Las compañías que pre-
pié en el trabajo de equidad de género. De esta tenden introducir comercialmente maíces trans-
manera se establecen programas conjuntos para génicos aducen que se hará sólo en terrenos “li-
áreas protegidas en peligro de conservación de bres” de maíces indígenas o nativos. Por ello, hay
biodiversidad por parte de las tribus y comunida- un esfuerzo mayor de los “científicos” ligados a
des, bancos comunitarios de germoplasma en una las trasnacionales y de algunos de instituciones
relación entre la conservación in situ y ex situ. Ade- públicas que intentan demostrar que es reducida
más, se desarrollan las políticas de denominación la posibilidad de intercruza de polen entre las
de origen y marcas campesinas y la ardua lucha en plantas transgéncias y las indígenas y los teocin-
contra de las patentes estadunidenses de los sub- tes. Para ellos, la contaminación es un problema
productos de árbol del neem, planta cultural de de distancias entre el cultivo transgénico y el de
tribus y campesinos de India. los maíces nativos. Sin embargo, este argumento
220
Construyendo las regiones bioculturales prioritarias para la conservación in situ y el desarrollo sustentable
ha sido refutado una y otra vez por distintos espe- ras de poder, comerciales y culturales, puesto que
cialistas del tema. El aislamiento total es imposi- la biotecnología genética está dominada por el sec-
ble. La dispersión a larga distancia del polen ocu- tor privado principalmente por cinco poderosas
rre con una fracción pequeña del polen total, lo trasnacionales. Las semillas transgénicas de ahora
que hace que simplemente se reduzca la veloci- no han demostrado ser más productivas que las
dad de contaminación, pero no la evita. mejoradas o nativas. Lentamente estas trasnacio-
2) Si bien el flujo genético biológico es impor- nales se han impuesto para que las leyes mexi-
tante, es necesario destacar que son mucho más im- canas las favorezcan y avalen sus estructuras de
portantes los flujos sociales (Álvarez, 2005). En poder. Si se generalizara el uso de semillas trans-
efecto, que suceda un intercambio entre producto- génicas habría un cambio fundamental en la toma
res campesinos indígenas no se puede controlar de decisiones de los agricultores tanto pobres co-
con leyes ad hoc para favorecer la propiedad intelec- mo empresariales. Primero, renunciarían a la tra-
tual de las trasnacionales. Es necesario recordar que dición milenaria de producir semillas. En segun-
basta que un campesino siembre deliberada o acci- do lugar, no habría los procesos de adaptación
dentalmente semillas transgénicas o indígenas con finos que existen en todas las regiones ecológicas
estos transgenes, y éstas contaminarán a las demás. de México. Y en tercer lugar se perdería el acervo
3) Lo grave sería que, más temprano que tar- y diversidad genética de los cultígenos mesoame-
de, los maíces indígenas se conviertan en el basu- ricanos. Todo ello para satisfacer los negocios de
rero genético de las trasnacionales por el fenóme- las trasnacionales y sus aliados gubernamentales.
no gene stacking, incluso con líneas o variedades En un país de origen, la presencia de las distin-
que se desarrollen para medicamentos, por ejem- tas razas de maíz, como de los agroecosistemas en
plo (Bellon y Berthaud, 2005). Este fenómeno se territorios de los pueblos indígenas, son prioritarios
da porque los transgenes de distintos orígenes y para la conservación de los agroecosistemas y ger-
posiciones en el ADN, incluso los que se introduci- moplasma nativo. El reconocimiento del carácter
rían para producir medicamentos o productos para prioritario requiere procedimientos específicos
uso industrial, se van acumulando en las varie- para su conservación para garantizar su viabilidad
dades. Es posible que estos transgenes no tengan con cara al siglo de las grandes extinciones. Las co-
una expresión visible inmediata (Turrent 2008). lecciones de germoplasma ex situ y los centros de
Esto pondría en riesgo la seguridad alimentaria de investigación deben relacionarse estrechamente
México y Centroamérica (Álvarez, 2005). con las comunidades para garantizar así una política
4) Está demostrada la posibilidad de que por de Estado para la conservación y el desarrollo.
medio de variedades indígenas se transmitan La argumentación acerca de que si el maíz trans-
transgenes resistentes a herbicidas a las varieda- génico de los campos de experimentación pueda
des silvestres, pudiéndose generar superinfesta- contaminar a los maíces nativos por polinización,
ciones de las mismas en los cultivos. es parcial y deliberadamente engañosa. Una vez
5) Puede haber resultados inesperados en el instaurada la producción comercial y masiva de maí-
uso de semillas transgénicas (Bellon y Berthaud, ces transgénicos para uso industrial, animal o hu-
2005). mano, la contaminación se dará a larga distancia
6) En el tema de la introducción de los transgé- en las rutas de la comercialización y consumo. Así
nicos a México no se trata de la “modernización” lo demostró la contaminación transgénica en los
del agro, sino de la imposición de nuevas estructu- maíces nativos de la Sierra de Juárez, Oaxaca.
221
VANDEÑO ZAMORANO AMARILLO
223
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
224
RAZAS DE MAÍZ EN EL TERRITORIO
INDÍGENA MAYA DE YUCATÁN
22º
Cabo Catoche
Río Lagartos Isla Holbox
Punta Holochit
Isla
Mujeres
Dzilam de Bravo Cancún
Progreso
Tizimín
Tekantó
Mérida
21º
Celestún
Valladolid
Cozumel
Isla
M AYA Cozumel
Tulúm
YUCATÁN
20º Bahía de
Campeche Ascensión
Felipe
Carrillo Puerto
T ZOTZIL M AME
Champotón
19º CAMPECHE
QUINTANA Chetumal
Escárcega ROO
S IMBOLOGÍA
DE LAS RAZAS DE MAÍZ
Clavillo
C HOL Dzit Bacal (a)
Dzit Bacal (b)
Nal Tel
18º Olotillo
Tepecintle
Nuevo Coahuila Tuxpeño
BELIZE Zapalote Chico
Xmehen Nal
91º 90º 89º 88º
Teapa
C HOL
Z OQUE
T ZOTZIL
San Cristóbal
Tuxtla Gutiérrez de las Casas
Cintalapa
CHIAPAS
Arriaga
Villaflores
Puerto Arista
KA
M AME
Jericó
93º
Palenque
R AZAS DE MAÍZ EN LOS TERRITORIOS INDÍGENAS
ZOQUE , TZOTZIL , TZELTAL , CHOL , MAYA LACANDÓN ,
TOJOLABAL , KANJOBAL , MAME Y JACALTECO
17º
T ZELTAL
Ocosingo
M AYA L ACANDÓN
T OJOLABAL
K ANJOBAL
Comitán
de Domínguez
Lagunas
de Montebello
16º
GUATEMALA
NJOBAL S IMBOLOGÍA
DE LAS RAZAS DE MAÍZ
M AME
Chalqueño
Clavillo
Comiteco
Cónico
Cubano Amarillo
Elotes Cónicos
Nal Tel
Río
J ACALTECO Olortillo
Olotón
Guerrero Tehua
Tepecintle
Tuxpeño
Vandeño
Zapalote Chico
Zapalote Grande
92º 91º
32º
30º
Isla Tiburón
28º Isla Cedros
GO
LFO
DE
CA
26º
LIF
OR
NI
A
22º
Islas Marías
Arrecife Alacranes
GOLFO
DE
Isla Cozumel
MÉXIC O
Banco
Chinchorro
Consideraciones generales
os artículos 7, 8 y 10 del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) signado por México a partir
L de la Conferencia de Río en 1992, son un buen pretexto para analizar el papel de los pueblos
indígenas con cara al futuro de México. El artículo 7 se refiere a la identificación nacional de
los componentes de la diversidad biológica que sean importantes para la conservación y la utilización
sostenible. El artículo 8 trata de la conservación in situ de la diversidad biológica, en particular el artícu-
lo 8j que se refiere al respeto y desarrollo de los conocimientos tradicionales para la conservación. Final-
mente, el artículo 10 trata acerca de la utilización sostenible de los componentes de la diversidad bioló-
gica, esto es, la relación entre la conservación, la construcción de los sistemas productivos y la resolución
de problemas de pobreza, y la satisfacción de las necesidades básicas de la población del país.
En México no se ha creado una comisión específica, con participación directa y representativa de las
organizaciones indígenas, que logre transformar las directrices pactadas internacionalmente en políti-
cas públicas de Estado explícitas, así como garantizar su evaluación y seguimiento.
A continuación transcribimos los compromisos básicos de estos acuerdos. La Conferencia de Partes
insta a los paises signantes.
a) Desarrollar estrategias nacionales, programas y planes que deben potenciar a las comunidades indígenas y
locales, y fortalecer sus capacidades para la conservación y uso sostenible in situ así como la gestión de la diver-
sidad biológica agrícola basándose en los sistemas de conocimiento y prácticas indígenas con la mención es-
pecífica de las funciones de género. b) Reconocer según las leyes nacionales los territorios de los pueblos in-
dígenas o los que corresponden a las comunidades agrarias. (Convenio sobre Poblaciones Indígenas y Tribales
169, OIT.) c) Respetar los lugares sagrados y los manantiales y otras fuentes de agua de las comunidades indí-
genas y locales. d) Proponer mecanismos de participación efectiva, particularmente de las mujeres, en la toma
de decisiones sobre los recursos naturales en territorios o tierras de los pueblos indígenas. e) Reconocer los
conocimientos indígenas en tierras áridas y subhú- sos naturales, así como las áreas protegidas propie-
medas, especialmente en lo que se refiere a las dad de los pueblos indígenas en la clasificación de
plantas medicinales y la gestión de los ecosistemas. la UICN sobre manejo de áreas protegidas. 6) Se crea-
f) Reconocer la importancia del papel de las comu- rá un programa de creación de capacidad para las
nidades indígenas y locales en la aplicación del comunidades locales y pueblos indígenas a fin de
programa de trabajo en la conservación y uso soste- que puedan participar efectivamente en la conser-
nible de la biodiversidad forestal integrando el co- vación y gestión de áreas protegidas. 7) Se esta-
nocimiento tradicional. g) Desarrollar medidas le- blecerán mejores formas de gobernabilidad que
gislativas y de políticas administrativas nacionales reconozcan métodos tanto tradicionales como inno-
acerca del acceso y participación en beneficio de re- vadores de gran valor potencial para la conserva-
cursos genéticos. Aborda, además, el papel del co- ción (CDB, artículo 8j) (Conferencia de Dubay, en
nocimiento indígena y tradicional para la mitigación Estrategias de Conservación, 2005).
de cambios climáticos en el contexto de ecosistemas
de bosques. h) Promover prácticas de conocimiento El Convenio de Diversidad Biológica signado
tradicional e indígena para la gestión en ecosiste- por casi todos los países del orbe reconoce en su
mas de montaña, en especial para el cuidado de la- artículo 8j que se refiere a la conservación in situ, y
deras, recursos hídricos, biodiversidad y agrobiodi- en las Conferencias de Partes subsiguientes, el
versidad. i) Reconocer los sistemas sui generis para la papel y la capacidad de los pueblos indígenas y
protección de los conocimientos, innovaciones y comunidades tradicionales para preservar la diver-
prácticas de comunidades indígenas y locales. sidad biológica desde su conocimiento tradicio-
nal. Casi todas las decisiones tomadas tanto en el
En Dubay se llegó a los siguientes acuerdos: Convenio de Diversidad Biológica como en las
Conferencias de Partes, los acuerdos de Durban,
1) Promover la participación de las comunidades Cartagena, etcétera, y convenios afines son en la
locales y pueblos indígenas en la creación, declara- mayoría vinculantes para México. Sin embargo el
ción y gestión de las ANP. Los pueblos indígenas y lenguaje del CDB “sin dientes” (promovido por Es-
comunidades locales estarán representados en la tados Unidos para después no firmar, o ser ratifi-
gestión de las ANP por representantes electos, de for- cado por el Senado), dificulta su ejecución obliga-
ma proporcional a sus derechos e intereses. 2) Pro- toria.
mover una gestión de áreas protegidas que procure Después de 15 años de existencia del CDB, y
reducir la pobreza y que en ningún caso la agrave, otros convenio más del artículo 169 de la OIT, los
que comparta los beneficios con los pueblos indí- acuerdos de Cartagena, y los derechos de los agri-
genas y las comunidades locales. 3) Reconocer, for- cultores tradicionales (FAO, 1988) y resoluciones
talecer y proteger las áreas de conservación comu- subsiguientes vinculantes o no, existe un laberin-
nitaria y prestarles apoyo. 4) Se reconocerán los to de compromisos que el país tiene que cumplir
derechos consuetudinarios y otros derechos de las por mandato de las Naciones Unidas para impul-
comunidades locales y de los pueblos indígenas sar a los pueblos indígenas como sujetos sociales
con relación a sus tierras y recursos naturales. 5) Se importantes en la preservación del patrimonio na-
reconocerán oficialmente la contribución de las tural y cultural. Sin embargo, los mencionados
áreas conservadas por comunidades y las modali- acuerdos no se han cumplido ni traducido en accio-
dades conexas de protección y gestión de los recur- nes de políticas públicas vigorosas. En especial,
232
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
los tratados internacionales comerciales y la pre- estratégica para la preservación y gestión de los
sión de los países desarrollados para regular la pro- ecosistemas clave del país en tres sentidos: 1) la
piedad intelectual, y la no claridad del significado cubierta vegetal o macizos de vegetación que se
en la práctica de los derechos colectivos sui generis, traducen en biomasa que captura carbono, mantie-
o los recursos biológicos colectivos, para proteger ne los suelos, e interviene positivamente en la re-
sus conocimientos y patrimonio propio, están ce- gulación del ciclo del agua; 2) la riqueza biológica
rrando los espacios de opciones de protección. que alberga cada uno de estos tipos de vegetación
El CDB acordó crear programas de apoyo a los en un país megadiverso, y 3) la interacción entre
gobiernos signantes para la conservación de la di- los ecosistemas y agroecosistemas indígenas que
versidad biológica, en especial la de los pueblos mantienen el reservorio fitogenético más impor-
indígenas y comunidades locales (Fondo Interna- tante que se ha producido en Mesoamérica.
cional para el Apoyo y la Protección de los Ecosis- Para llegar a esta conclusión se desarrolló una
temas, GEF por sus siglas en inglés). Sin embargo, metodología que define los territorios mínimos
a pesar de avances puntuales, como los proyectos actuales de los pueblos indígenas. He demostra-
de Conservación de la Biodiversidad de Comuni- do que existen territorios indígenas que rebasan
dades Indígenas (Coinbio), Programa de Desarro- la imprecisión de los “municipios indígenas”, “re-
llo Rural Sustentable (Proders), Proyecto para la giones indígenas”, “microrregiones de alta margi-
Conservación y Manejo Sustentable de Recursos nación”, o los mismos límites estatales, todos
Forestales en México (Procymaf), Corredor Bio- ellos instrumentos político-administrativos del
lógico Mesoamericano-México, pago por servicios Estado mexicano. Con esta metodología se obtu-
ambientales o programas de reforestación masi- vieron territorios que abarcan 28 033 092 hectá-
vos con limitada eficacia, o esfuerzos puntuales y reas, lo que representa 14.3 por ciento del total
efímeros para la conservación in situ de la agrobio- nacional. Este territorio es el núcleo duro, donde
diversidad), México presenta un gran déficit en se aglutina la población indígena que se compone
cuanto a la aplicación de los derechos de los pue- por localidades contiguas de 40 por ciento y más
blos indígenas, de sus territorios, de participación de hogares indígenas, mismos que frecuente-
equitativa de los beneficios que se derivan por el mente son parte de núcleos agrarios de tipo ejidal
uso comercial de terceros de la diversidad domes- o comunal, a veces en conjunción con pequeñas
ticada, de recursos biológicos colectivos y de cono- propiedades. Hay entonces condiciones inmejo-
cimientos tradicionales. rables para impulsar con los pueblos indígenas
Sostengo que depende del gobierno y Estado nuevas culturas ambientales sostenibles y apos-
mexicanos, y principalmente de las organizacio- tarle a la resiliencia de los ecosistemas y sus servi-
nes sociales, la profundidad con que se apliquen cios ambientales globales y regionales. Esta tesis
las directrices obligatorias generadas en el concier- se deriva de la conclusión que 75 por ciento del
to internacional, y en este sentido tenemos expe- territorio de los pueblos indígenas está cubierto
riencias nacionales de suma importancia que po- de vegetación natural, esto es, 21286469 hectá-
drían ser ejemplos a generalizar. reas, de las cuales 42.2 por ciento es vegetación
De la evaluación general de la diversidad bioló- primaria, 29.3 por ciento secundaria arbórea, 26.3
gica, de la agrobiodiversidad y de la ubicación de por ciento secundaria arbustiva.
los territorios de los pueblos indígenas respecto a Los bosques y selvas primarias —se supone—
la captación del agua, se desprende la importancia deben contener la cadena trófica completa. Tene-
233
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
mos un gradiente de intervención humana en la genas (entre otras regiones), al estar mayoritaria-
cubierta vegetal primaria y secundaria principal- mente en las cabeceras de cuenca de las serranías
mente arbolada (que suma 54 por ciento de los te- principales del país, son áreas de alto impacto y
rritorios indígenas, esto es, 15237253 hectáreas), riesgo de las tormentas y ciclones tropicales.
por lo que no se trata de bosques y selvas prísti- Cuando en los Acuerdos de San Andrés se ha-
nas. Su diversidad se debe más a la interacción blaba sobre el manejo de los recursos naturales
compleja entre las formas de uso de los recursos por parte de los pueblos indígenas, se referían en
naturales y los ecosistemas. Los aspectos cultura- realidad a la gestión indígena o social de la diversi-
les tienen mucho que ver con esta paradoja apa- dad biológica, de la agrobiodiversidad del agua
rente, en la que coexisten bosques alterados y como recursos naturales y de los territorios. En
fragmentados con una enorme diversidad biológi- este trabajo quisimos contribuir en la evaluación
ca (Madrid y Chapela, 2002). de los mismos. Por ello, este trabajo intenta hacer
Al analizar las cubiertas vegetales en territorios una aportación en este sentido. Con la metodolo-
de los pueblos indígenas se concluye que en ellos gía para delinear los territorios (por lo menos sus
se encuentran más de 50 por ciento de selvas altas núcleos duros) se realizó un marco espacial para
y medianas, bosque mesófilo, la cuarta parte de los evaluar los recursos naturales y biológicos como
bosques de pino y la cuarta parte de toda la produc- base para proponer políticas específicas. Los terri-
ción de agua nacional. Contrastando esta visión torios así planteados guían necesariamente a la
general con las cubiertas de vegetación y uso espe- pregunta sobre la autodeterminación y autonomía
cífico por pueblo indígena, además con su posi- para lograr un aspecto básico de los territorios y su
ción en la captación del agua en las cabezas de proyecto de desarrollo: la gobernanza ambiental-
cuenca se definieron las Regiones Bioculturales territorial por parte de los grupos sociales que en
Prioritarias para la Conservación y el Desarrollo. ellos viven. En este tenor es importante generar
Éstas se refieren a los centros de origen de diversi- convenciones por pueblo indígena para que deli-
dad biológica, de la agrobiodiversidad y de áreas neen sus proyectos culturales, económicos, políti-
de importancia vital para la conservación de las es- cos y sociales. En este marco destaca el tema de
pecies, los ecosistemas y los servicios ambientales tratar especialmente a los guardianes, o “captado-
vitales. Las áreas de las RTP, RHP, ANP y AICA sobre- res” de agua, de la diversidad biológica y agrobiodi-
puestas, cubren 19675979 hectáreas, lo que sig- versidad de México como estrategia para comba-
nifica que más de 70 por ciento del territorio de los tir la pobreza.
pueblos indígenas tiene alguna categoría de prio- Para ello, el marco de las reformas constitucio-
ridad para la conservación desarrollada por la Co- nales del 2001 es insuficiente. Mientras que el ar-
nabio. Por ello, las áreas prioritarias bioculturales tículo 2o de la Constitución mexicana por una par-
en territorios de los pueblos indígenas están te reconoce el carácter de pueblos a los indígenas
acompañadas de una lista jerarquizada de los más de México, por otra les niega dos componentes
altos valores de diversidad biológica nacional (di- importantes esenciales: ser sujetos sociales con
versidad de especies, de ecosistemas, centros de plenos derechos (y no sujetos de interés público)
origen tanto natural como de diversidad domesti- y el territorio. No puede haber pueblos, autono-
cada, de su mantenimiento, corredores biológicos, mía y autodeterminación sin territorios en donde
etcétera) que serían prioritarias para la conserva- se pueda ejercerlas. Respecto a la diversidad bio-
ción. Asimismo, demostramos que las zonas indí- lógica, la Constitución refiere indirectamente el
234
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
235
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
nalmente la protección para las semillas y plantas como recursos biológicos colectivos1 cuando en-
que los indígenas domesticaron y que hoy se en- tran al circuito comercial o pretenden ser utiliza-
cuentran todavía en sus territorios, siendo que los dos por terceros, como las compañías semilleras
derivados de esta proeza que contribuyen con trasnacionales y farmacéuticas.
15.4 por ciento de las plantas y semillas al sistema Los indígenas no aparecen como colectivo en
alimentario mundial proviene de México (Cona- las comisiones y consejos en instituciones interna-
bio, 2006a), en especial de los pueblos indígenas cionales, nacionales, estatales, regionales o munici-
que mantienen y hacen evolucionar ese acervo. pales que afectan sus intereses y los acervos que
Por tanto, es necesaria una reforma constitucional tratan sobre la diversidad biológica y agrobiodiver-
y del Estado que responda al gobierno de los pue- sidad; comisiones forestales, de derechos intelec-
blos indígenas, al derecho al territorio, a México tuales, de bioseguridad, de propiedad intelectual,
como centro de origen de la diversidad biológica, de cuenca, de desarrollo sustentable o de la misma
al agua, al uso y acceso colectivo de los recursos Conabio, de áreas naturales protegidas, etcétera.
naturales y agrobiodiversidad como bien común y
su manejo sustentable, a la propiedad intelectual 1
Por recursos biológicos “se entiende los recursos genéti-
cos, los organismos o partes de ellos, las poblaciones, o cual-
sui generis de los conocimientos tradicionales y, en quier otro componente biótico de los ecosistemas con valor real
especial, de las semillas y plantas domesticadas o utilidad real o potencial para la humanidad”, Larson (2002).
236
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
De cara al cambio climático global, los pueblos 2) la propiedad intelectual, y 3) el acceso y desa-
indígenas podrían participar significativamente rrollo de los recursos por parte de los pueblos in-
en la agenda mínima para conservar y aumentar la dígenas.
captura de carbono, manejar y asegurar la capta- Tenemos experiencias que nos brindan la opor-
ción de agua (la quinta parte del país), custodiar o tunidad de establecer la defensa y desarrollo de la
ser guardianes de los pocos ecosistemas funciona- enorme riqueza de la biodiversidad y agrobiodi-
les y de la mitad de las especies que se encuen- versidad en México para que los pueblos indíge-
tran en el país, y salvaguardar el germoplasma nas integren un eje estratégico (en caso que sea
cultural de la biodiversidad cultivada. posible) en alianza con el Estado para enfrentar el
En este capítulo deseo presentar, a partir de deterioro ambiental y combatir la pobreza. A partir
las conclusiones generales anteriormente plan- de las experiencias y conocimientos de los pue-
teadas, algunos procesos de fortalecimiento de lo blos indígenas, las comunidades han elaborado
que podemos llamar culturas indígenas de conserva- programas y procedimientos que apuntan al uso
ción, en estas áreas prioritarias bioculturales como sustentable de los recursos naturales en áreas de
parte de la discusión estratégica de qué hacer en uso común y en las propias parcelas, con benefi-
un país megadiverso, de origen del sistema ali- cios sociales y económicos evidentes, creándose
mentario nacional e internacional. En efecto, tan- superficies de conservación importantes, lo que se
to a nivel internacional desde el CDB hasta las co- puede denominar sustentabilidad espacial de los re-
munidades locales se ha desarrollado el interés de cursos naturales. Ésta responde íntegramente a los
cómo construir modelos de organización partici- planteamientos del Milenio de las Naciones Uni-
pativa que miren hacia la sustentabilidad. En este das (Millennium Ecosystem Assessment, 2005)
sentido, sobre la base del conocimiento local se cuando se postula que no sólo se trata de preservar
crea un nuevo conocimiento de conservación, or- genes, especies en peligro, interacciones entre las
ganismos de gobierno local creados ad hoc, y orga- especies y ecosistemas, sino también sus servicios
nismos de segundo nivel para la “gobernanza” ambientales. Algunos de ellos serían la conserva-
que conduzcan a la conservación y al desarrollo ción de la diversidad biológica, la agrobiodiver-
local. También observamos cómo estas nuevas sidad, los suelos, el agua y la masa forestal.
culturas de conservación tienen como uno de sus
atributos la resiliencia de la vegetación natural y
de la fauna. Experiencias en la gestión ambiental de los
En México, la creación de las culturas indígenas ecosistemas por parte de las comunidades
de conservación son un hecho y se están multipli- y los ejidos en los territorios de los pueblos
cando sus experiencias, de manera que se co- indígenas. Definiendo las regiones bioculturales
mienza a tener nuevos paisajes con cubierta vege- de conservación y desarrollo
tal como en la Sierra Norte de Oaxaca-Mixe, entre
muchas otras regiones. Partimos de las experiencias de lo que podemos
¿Cuáles podrían ser las experiencias y leccio- denominar “las nuevas políticas de las comunida-
nes a aprender para desarrollar las “culturas indí- des indígenas y campesinas hacia la sustentabili-
genas” y campesinas de conservación? La defen- dad” que se han ido forjando desde la década de
sa de los recursos biológicos colectivos se 1980 en territorios de los pueblos indígenas. Pre-
interseccionan en tres ámbitos: 1) bioseguridad, viamente, las comunidades campesinas e indíge-
237
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
nas habían recuperado mediante los procesos de sarrollan la capacidad para mejorar los recursos
reforma agraria territorios importantes de selvas y ecosistémicos que se dan local, regional y nacional-
bosques. Miles de hectáreas de selva en manos de mente; también aportan métodos y técnicas pro-
empresas estadunidenses y mexicanas fueron re- pias para enfrentar los problemas de la pobreza.
partidas a los ejidos para el aprovechamiento del Dividiremos en cuatro partes estas experien-
chicle y con criterio de sustentablidad el gobierno cias de conservación de los bosques y selvas prima-
de Lázaro Cárdenas dio en uso común 400 hectá- rias y secundarias, y de la agrobiodiversidad en las
reas por chiclero, fundándose las primeras selvas regiones bioculturales y, en general, en territorios
extractivas en América Latina (Boege y González, de los pueblos indígenas: 1) programas para el me-
1996). Estas experiencias tienen como origen mo- joramiento de la funcionalidad de los ecosistemas
vimientos sociales, principalmente en Quintana naturales: conservación y restauración de la cu-
Roo, Campeche, Oaxaca, Durango y Michoacán, bierta de vegetación primaria y secundaria princi-
por la recuperación de los recursos forestales en palmente arbórea con cubierta de muy alto valor
contra de las concesiones a industrias privadas y biológico y de especies en vía de extinción; 2) ini-
estatales que arrasaron o descremaron los bosques ciativas de conservación en comunidades indíge-
y selvas primarias. Posteriormente incursionan en nas; en este apartado consideramos los siguientes
otros ámbitos como el manejo de fauna, no made- aspectos: A) ordenamiento ecológico y territorial:
rables y la agroforestería y agroecología. Estas ex- definición y delimitación de áreas de cultivo, de
periencias revalúan los recursos naturales en los ganadería, manejo forestal, conservación y restau-
territorios de los pueblos indígenas, refuerzan la ración, y B) administración de los recursos bio-
organización social autónoma y democrática, y de- lógicos colectivos; en esta sección se clasifican los
238
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
siguientes temas: a) iniciativas indígenas para el éstas cubren una superficie de 19 675979 hectá-
establecimiento de reservas comunitarias para la reas, esto es, 70 por ciento. Para 2006 esta superficie
conservación; b) manejo de cuencas y microcuen- incluía las áreas naturales protegidas federales y es-
cas como acción colectiva, y c) forestería social o tatales, sumando un total de 2039057 hectáreas,
comunitaria: manejo forestal sustentable; manejo por lo que podemos conluir que la enorme riqueza
de no maderables: café bajo sombra; 3) programa biológica y de la agrobiodiversidad no tiene oficial-
indígena para la conservación in situ de la agrobio- mente más que una cobertura de 7 por ciento.
diversidad mesoamericana, y 4) de la organización Obviamente, el ANP para la conservación es im-
social democrática para la defensa y desarrollo portante pero insuficiente cuando están involu-
sustentable de los recursos naturales. cradas comunidades y territorios indígenas. En la
Para estructurar estas experiencias dentro de discusión internacional y nacional sobre los dis-
un proyecto nacional con los pueblos indígenas, tintos mecanismos de conservación, son cada vez
documentamos suficientes ejemplos que permi- más las voces, tanto de los propios actores como
tan proponer líneas de trabajo futuro para las orga- de la academia, que señalan que cuando se crea-
nizaciones sociales y las políticas públicas. ron las reservas o parques naturales, no se tomó
en cuenta la opinión ni se impulsó la participa-
ción activa de la población local para “gobernar” a
Programas para el mejoramiento de la las ANP. Del mismo modo, desde el punto técnico,
funcionalidad de los ecosistemas naturales: las ANP no pueden ser el único instrumento para
conservación y restauración de la cubierta de construir la estrategia de conservación en un país
vegetación primaria y secundaria principalmente (Halffter, 2005; Toledo, 2005; Gerez, 1999; Jan-
arbórea con cubierta de muy alto valor zen, 2000). La relación ANP con los distintos gru-
biológico y de especies en vías de extinción pos sociales, incluyendo los indígenas, no siem-
pre ha sido de sinergia. Paré y Cortés (2006)
Frente al siglo XXI, el reto más importante para la hacen un estudio comparativo de Montes Azules
humanidad es enfrentar en todos los ámbitos so- y Los Tuxtlas, dos reservas de la biosfera con im-
ciales, incluyendo a los pueblos indígenas, la crisis portante presencia indígena y nos presentan las
ambiental generada por el proceso civilizatorio de siguientes conclusiones:
Occidente. Esta crisis se manifiesta no sólo en los En las dos se muestran los intereses contradic-
altos índices de deforestación, sino en la pérdida torios entre los distintos actores, como son colo-
de acervos genéticos, de especies, y de funcionali- nizadores originales que fueron incitados por el
dad de los ecosistemas para proveer los servicios Estado a colonizar estas regiones de compañías
ecosistémicos globales y regionales regulatorios madereras privadas y paraestatales, de los distin-
(como clima, agua, enfermedades), de suministro tos intereses con políticas específicas de cada una
(como agua y suelos), básicos (como agua, materias de las dependencias gubernamentales tanto fede-
primas, alimentos) y culturales (como paisajes es- rales como estatales, de organizaciones de media-
téticos y espirituales). Las RTP, RHP y AICA son los ción política del PRI y otros partidos que se dedican
primeros instrumentos analíticos espaciales que a la invasión de áreas federales, o bien la presencia
ideó la Conabio para ubicar la megadiversidad de del movimiento autonómico zapatista, de las ONG
México. Resulta que si sobreponemos las poligo- de gestión ambiental nacionales e internacionales
nales de estas regiones a los territorios indígenas, cada una con sus propias agendas. Hay zonas en
239
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
las reservas y afuera de ellas, que se vuelven terri- chinantecos o tzotziles en la sierra norte de Oaxa-
torios con poderes fácticos de los narcotraficantes ca o Chiapas respectivamente. En los territorios
o de taladores. En este coctel de intereses, los indígenas hay una presencia inmejorable desde el
pueblos indígenas quedan prácticamente a la de- punto de vista de la variedad de ecosistemas y es-
riva, ya que no participan como tales en los conse- pecies, por lo que si México quiere preservar su
jos de las reservas. Así se decreta una reserva y se diversidad biológica, tiene que incorporar obliga-
dan casos en que los directivos, o la misma PROFE- toriamente además de las ANP otros esquemas a la
PA, no comprende que en esos territorios se han conservación, mismos que los pueblos indígenas
desarrollado actividades de larga duración en la y comunidades campesinas pueden proporcionar
misma como sería la pesca de la corvina por parte de manera protagónica.
de los cucapás en el delta del río Colorado, o la En conclusión, la cuestión central es entender
recolección de palma por los otomíes en la Barran- cómo las comunidades, organizaciones indígenas
ca de Meztitlán. Por otro lado, las políticas de pro- y campesinas participan activamente en lo que po-
tección de las ANP no incluyen la conservación in demos llamar una sustentabilidad espacial más
situ de la agrobiodiversidad, ni los agroecosiste- allá del Sistema Nacional de Áreas Naturales Pro-
mas creados históricamente por los pueblos indí- tegidas y las ANP estatales. En realidad, en la con-
genas. Justamente, las distintas reservas presen- servación se trata de la “gobernanza” sobre territo-
tan diferentes tipos de vegetación y adaptaciones rios de alto valor en diversidad biológica que
específicas a esos ecosistemas por los indígenas proporcionan a la sociedad servicios ecosistémi-
que deberían ser objeto de conservación. cos globales, regionales y locales imprescindibles
Halffter (2005) nos explica que la riqueza de para sobreviviencia del planeta y de las regiones.
la biodiversidad en México no sólo se encuentra Según la experiencia indígena en la conservación
en la diversidad alfa (número de especies por área de facto, y de varios procesos de conservación in situ,
determinada), atendida en parte para su conser- tanto de la forestería social y/o de áreas de conser-
vación por las ANP, sino que está en la diversidad vación comunitaria, podemos afirmar que los me-
beta (ensambles distintos entre el medio físico, la jores caminos hacia el combate a la desertificación
flora y fauna de un mismo tipo de ecosistema o ti- del país, la protección de los ecosistemas, de la
po de vegetación). El análisis comparativo entre vegetación primaria y secundaria, pasan por el
la presencia nacional de los tipos de vegetación control social autogestivo de las propias comuni-
con aquella que se encuentra en territorios indí- dades principalmente indígenas. Inclusive, para
genas, nos lleva a concluir que los pueblos indíge- las propias reservas en sus múltiples modalidades
nas son imprescindibles para la preservación de la es necesario lanzar una nueva política para que los
diversidad biológica y sus servicios ecosistémicos. habitantes que viven dentro de ellas, y en espe-
Esta importancia se magnifica con la observación cial los indígenas, participen junto a las demás co-
de Halffter para crear algo así como “reservas ar- munidades en la toma de decisiones tanto estra-
chipiélago” para atender la conservación de la di- tégicas como de los programas operativos anuales
versidad beta, que es uno de los secretos de la me- de las mismas. Esto se logra con tener representa-
gadiversidad en México. Por ejemplo, la diversidad ción como indígenas en los consejos técnicos de
de ecosistemas y variedades de coníferas o enci- las reservas, cuando éstos existen.
nos en los territorios de los rarámuri, no son las mis- Hay un tema que apenas se menciona en la con-
mas que las que se encuentran en los territorios servación nacional. Son los lugares sagrados de los
240
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
Ritual de la fertilidad y petición de agua de los indígenas nahuas en el paraje llamado El Cruzco, municipio de Zitlala,
Guerrero.
pueblos indígenas, como por ejemplo los sitios de dos bajo la batuta autogestiva de las comunidades
la peregrinación huichola que culminan en Wiri- indígenas y por supuesto no por planes de manejo
kuta, situado en Real del Catorce, San Luis Potosí; desarrollados por cualquier consultora externa.
el Cerro Rabón en la Sierra Mazateca: el Cerro Por lo anterior, es central el desarrollo de polí-
Cempoaltépetl en la Mixe, o el Cerro Monteflor ticas públicas y de los propios pueblos indígenas
en la comunidad chinanteca de San Miguel Mali- en tres ámbitos de sus territorios y comunidades:
naltepec, Oaxaca, etcétera. De hecho, no existe un defender el bosque y selvas primarias, mejorar las
catálogo nacional de lugares sagrados de los pue- selvas y bosques secundarios, reconstruir y refo-
blos indígenas mismos que deberían tener un es- restar las partes más destruidas, y desarrollar las
tatus de protección constitucional. Como en todos áreas de defensa de la agrobiodiversidad. Hoy en
los casos estos lugares sagrados deben ser maneja- día ya no sólo se trata de conservar el acervo de los
241
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
242
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
243
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
versidad biológica y área focal como centro de ori- cultural u otro). Para garantizar la sustentabilidad
gen de diversificación de la agrobiodiversidad y las experiencias comunitarias de la forestería so-
mesoamericana. Las cuestiones son cómo gene- cial, el manejo de microcuencas, como las inicia-
ralizar las experiencias de manejo comunitario en tivas de áreas comunitarias protegidas tienen
toda la RTP, y cómo asimilar las enseñanzas para procesos en común ordenamientos ecológicos y
impulsarlas en otras zonas. Con estas experiencias territoriales, reorganización social y reglas claras
que podemos denominar in etno situ (Challenger, de acceso a los recursos naturales.
1998) se han registrado avances importantes en el Lecciones para la conservación del patrimonio
aprovechamiento sustentable de los recursos natu- biocultural de los pueblos indígenas: 1) estableci-
rales. Las experiencias más exitosas para la conser- miento de reservas comunitarias para la conserva-
vación y el desarrollo biorregional, se refieren a la ción de selvas y bosques primarios y secundarios;
integración de políticas de manejo sustentable en 2) manejo de cuencas, subcuencas y microcuencas
tres frentes articulados: el frente regional (con or- como acción colectiva de comunidades indígenas
ganizaciones de segundo nivel), de las comunida- y campesinas; 3) manejo forestal comunitario sus-
des dentro de su territorio agrario principalmente tentable que incluye los no maderables como el
en las tierras comunales y de uso común, y el de chicle, palma camaedora y pita, miel multifloral de
los productores(as) individuales (integrados en las distintas selvas; 4) el desarrollo de la produc-
cooperativas o asociaciones de tipo productivo ción de café bajo sombra y en parte de miles de
244
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
245
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
munales con una perspectiva a largo plazo implica nejo de los recursos y hacia la autogestión comu-
que la colectividad ha decidido voluntariamente nitaria.
sujetarse a un régimen normativo establecido que 2) La integración de ordenamientos comunita-
favorece a los socios y no necesariamente a los indi- rios a nivel de cuenca hidrográfica y región puede
viduos. Continúa señalando que regenerar, por constituir la base para una política de ordenamien-
ejemplo, áreas de bosques degradadas obedece a to regional y desarrollo sustentable construida “de
una necesidad de formar los “almacenes” de re- abajo hacia arriba”, que oriente las inversiones pro-
cursos forestales del futuro y que no se puede ex- ductivas del gobierno hacia los programas diseña-
plicar la decisión como un estricto requerimiento dos por las comunidades.
productivo de los comuneros que hoy ahí viven. 3) Para las comunidades, el ordenamiento es un
La regeneración emerge como un interés colecti- medio para mejorar la organización social y obtener
vo que antes no existía. Una experiencia típica de apoyos para proyectos productivos sustentables.
los ordenamientos territoriales comunitarios como 4) Con ello se logra establecer una plataforma
instrumento de planeación es la que se da en un de negociación interna para fijar las reglas de apro-
proceso de intercambio de saberes y de coopera- piación del recurso, restricción al acceso abierto y
ción activa entre gente designada por la asamblea, desordenado y la recuperación del recurso aprove-
la comunidad y voluntarios por sectores (mujeres, chado.
ancianos, comuneros activos, niños), con gran co- 5) Para los tres niveles de gobierno, el ordena-
nocimiento de causa y capacidad de generar con- miento genera certidumbre para invertir en pro-
sensos entre grupos contradictorios y un equipo gramas diseñados en función de la vocación de
técnico multidisciplinario que maneja sistemas de uso del suelo y con el consenso comunitario.
información geográfica. En talleres de planeación 6) Para las organizaciones civiles que promue-
participativa se habla por primera vez de manera ven los ordenamientos, éstos son instrumentos
sistemática de prácticas de aprovechamiento, de que permiten una planeación a largo plazo del de-
la calidad de los recursos e incluso de formas inde- sarrollo de la comunidad con base en criterios loca-
bidas o ilegales de apropiación por algunos de sus les de bienestar.
miembros. Uno de los ejes conductores es la pre- 7) El principal logro de los ordenamientos es
gunta de cómo hacer para que los recursos no se llegar a consensos sobre normas de uso del territo-
acaben, esto es, la necesidad de un uso sustenta- rio, que integran el conocimiento local con criterios
ble. Otro punto clave es construir la confianza de técnicos de optimización del aprovechamiento.
que los acuerdos y reglas se respeten. En resu- 8) Una de las principales limitantes para la im-
men, Pardo (2003) presenta la siguiente síntesis plementación de los ordenamientos ecológicos
de los ordenamientos territoriales comunitarios comunitarios es que no tienen vinculación legal,
que estudió: al no estar reconocidos en ningún instrumento
1) El ordenamiento del territorio es una he- normativo. Para su validación, deben ser expedi-
rramienta de gran utilidad para la planeación de dos por las autoridades municipales o, una vez in-
los recursos comunitarios, al combinar técnicas cluidos en Reglamentos o Estatutos Comunita-
de análisis y modelación geográfica y metodolo- rios, validados en el Registro Agrario Nacional.
gías de participación comunitaria. El ordena- 9) Los ordenamientos comunitarios deben
miento puede considerarse la plataforma hacia la adaptarse a los tiempos locales y no a los calenda-
autonomía en la toma de decisiones acerca del ma- rios fiscales. Para que la comunidad se apropie del
246
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
Cultivo de jitomate.
proceso, se recomienda realizar el trabajo por fa- prometer a dar seguimiento al proyecto, debe plan-
ses. Un ejercicio completo puede durar entre uno tearse si es oportuno comenzar el estudio.
y dos años. 13) Para llegar a acuerdos sobre el uso colecti-
10) No existe una propuesta metodológica ho- vo del territorio en comunidades o ejidos parcela-
mogénea entre las diferentes organizaciones que dos es conveniente buscar la reflexión sobre pro-
promueven este tipo de estudios. La variedad de blemáticas comunes: la contaminación del agua,
técnicas, productos y calidad de los trabajos impi- la escasez de leña, la productividad agrícola, el
de que en la actualidad puedan homologarse o in- mercado, etc. A partir de ahí se debe buscar la con-
tegrarse hacia la construcción de un ordenamien- cientización sobre la importancia de trabajar en
to regional. común.
11) El ordenamiento debe responder a una ne- 14) La integración de ordenamientos comunita-
cesidad de la comunidad de mejorar el manejo de rios para construir un “plan de gestión de la cuen-
sus recursos naturales. Se debe incluir en las discu- ca hidrológica” debe partir del interés de las comu-
siones a todos los sectores interesados, incluso los nidades hacia una estrategia regional. La búsqueda
que tradicionalmente no tienen derechos de de- de objetivos comunes, como el pago de servicios
cisión (mujeres, avecindados, etcétera). ambientales, puede servir de detonante, por ejem-
12) A la hora de comenzar un estudio de orde- plo, en el caso del Sistema Comunitario para la
namiento se deben prever los mecanismos y finan- Biodiversidad que promueve GAIA en la Cuenca
ciamiento necesarios para dar seguimiento a los de Huatulco-Copalita.
acuerdos y poner en marcha los programas de tra- 15) La elaboración de acuerdos y reglas comu-
bajo que se deriven. Si el equipo no se puede com- nitarias para el manejo de los recursos debe partir
247
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Reforestación
Acuacultura
Manejo Manejo integral
de microcuencas
de vida silvestre
Infraestructura social
y productiva
Conservación
y restauración del suelo
Ejido
o comunidad
Intensificación Producción
ganadera de leña
Infraestructura
de riego
Agricultura sustentable
de un análisis profundo del sistema de usos y cos- conservación federales y estatales con 2000298 has
tumbres locales, pues allí se puede encontrar la de su territorio. Sin embargo, la conservación en
clave de gestión responsable que ha permitido los territorios indígenas se está desarrollando por
la conservación de la biodiversidad a lo largo de afuera del Sinanp, por las iniciativas comunitarias
los siglos. de conservación y desarrollo sustentable. Estas úl-
No todas las experiencias de ordenamiento timas obedecen a varios procesos con experien-
territorial y ecológica han sido exitosas. Por una cias distintas como los ordenamientos forestales
parte, depende en gran medida de la motivación de la forestería comunitaria en áreas forestales per-
de las comunidades, pero también de los grupos manentes. Estas consisten en áreas de aprovecha-
promotores y de su experiencia. A veces se aplican miento forestal y otras de conservación de la flora
mecánicamente los procedimientos de ordena- y fauna. Aparte de los ordenamientos forestales
ción territorial sin que las comunidades se apro- tenemos iniciativas comunitarias en donde se han
pien realmente del proceso. Todos los involucra- designado en sus respectivas asambleas, áreas
dos tienen que darle seguimiento al proceso y es para la conservación, mismas que no tienen re-
imprescindible la formación de técnicos(as) de las gistro más que en los propios anales, y otras certifi-
propias comunidades. cadas por la Conanp. Las iniciativas de conserva-
ción comunitaria y su certificación por parte de la
Administración de los recursos biológicos colectivos, Conanp se apoyan legalmente en el artículo 59 de
Iniciativas indígenas para el establecimiento de reservas la LGEEPA o en el artículo 48 de la Ley de Vida Sil-
comunitarias para la conservación vestre. Esta modalidad en la ley fue una propues-
Decíamos en el tercer capítulo que los pueblos in- ta impulsada por iniciativa de comunidades indí-
dígenas están involucrados en los instrumentos de genas de los Chimalapas, que ante la amenaza de
248
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
que se decretara una reserva de la biosfera por en- rias cuentan con ordenamientos territoriales y
cima de la voluntad de las comunidades, propu- ecológicos. En ellos se zonifica y se delimita con
sieron vincular la conservación con la gestión claridad el área a proteger, las zonas de cultivo, de
campesina e indígena de sus territorios. aprovechamientos forestales y/o de productos no
En Oaxaca se han originado estas iniciativas maderables y de protección. La asamblea general
indígenas y campesinas para el establecimiento aprueba los lineamientos, criterios y acciones para
de reservas comunitarias para la conservación. todo el ejido y en especial para la reserva comuni-
Con esta modalidad, la Comisión Nacional de taria, mismos que son adoptados y respetados por
Áreas Naturales Protegidas (CONANP-SEMARNAT, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegi-
2005) ha certificado alrededor de 50 mil hectáreas das. Se compromete, además, a realizar progresi-
para el año 2004 y se pretende lograr 170 mil para vamente los inventarios florístico y faunísticos
finales del 2007 en los estados de Oaxaca, Guerre- que están bajo custodia de la asamblea. El manejo
ro y Michoacán. Sólo las comunidades chinante- del área quedará a cargo del ejido, con la finalidad
cas organizadas en el Comité Regional de Recur- de mantener en buen estado de conservación sus
sos Naturales de la Chinantla A.C. (Corenchi) han recursos naturales, permitiendo su uso y aprove-
certificado en las regiones terrestres prioritarias chamiento en términos de las disposiciones lega-
30 000 hectáreas de bosque mesófilo en combina- les y reglamentos que los ejidatarios o comuneros
ción con selvas altas perennifolias y bosque en- establecieron. Las áreas en las que el ejido decida
cino-pino primario. Hay además en proceso de permitir el acceso público se dotarán de las insta-
certificación 20 000 más, como iniciativa de las co- laciones necesarias y que estén de acuerdo con el
munidades indígenas para la creación de un corre- paisaje. Idealmente, las reservas deben tener un
dor biológico. Las comunidades presentan a la componente didáctico para los niños de las escue-
Conanp para su certificación: 1) la cartografía de la las de la región, habitantes locales y visitantes. La
comunidad, ejido; 2) descripción general del área Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
a proteger: características físicas, valores bio- colaborará con los ejidos y comunidades para for-
lógicos y culturales (por ejemplo, sitios sagrados); mar inspectores y sistemas de vigilancia comuni-
3) estudios o proyectos con que cuenta; 4) acredi- taria, previa aprobación de la asamblea.
tación de la propiedad y seguridad jurídica; 5) ma- La certificación de estas áreas ha promovido el
nifestación comunitaria de la temporalidad que se fortalecimiento de las comunidades indígenas en
desea dar a la protección, el uso que se le dará a la las negociaciones y gestiones para que las accio-
tierra, las reglas de acceso; 6) programa de mane- nes del gobierno federal y estatal prioritarias, nor-
jo; 7) acta de asamblea validada por la Procuradu- malmente dispersas y caóticas, pasen por el tamiz
ría Agraria, para ser inscrita en el Registro Agrario de las autoridades de los ejidos. Asimismo, se faci-
Nacional, y que contenga los acuerdos relativos al lita la solicitud y operación de programas específi-
nuevo destino de la superficie a certificar, se no- cos de compensaciones que paga la sociedad por
tifica al municipio correspondiente que se ha in- los servicios ambientales ecosistémicos: hídricos,
corporado al ejido o comunidad un área de conser- custodio de la diversidad biológica, conservación
vación, y se solicita al gobierno del estado que de los acervos de carbono. Chapela (s.f.) calcu-
incorpore estas áreas a su sistema estatal de áreas la que las comunidades principalmente indíge-
protegidas. En el estado de Oaxaca, la mayoría de nas agrupadas en las organizaciones regionales de
los ejidos y comunidades con reservas comunita- IXETO y UZACHI, aumentarán sus acervos de carbo-
249
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
no secuestrado en 200 mil toneladas en treinta del país.Un bosque bien manejado, con laderas
años. Las condiciones para incorporar a las re- cubiertas de vegetación, con sistemas de manejo
servas comunitarias la conservación in situ de la de suelo agrícola, que logre la retención e infiltra-
agrobiodiversidad mesoamericana son excelen- ción del agua cuenca arriba, debe ser central en
tes. Hasta ahora no se ha legislado a nivel federal el un enfoque ecosistémico de gestión ambiental.
reconocimiento e incorporación de las reservas co- La Ley de Aguas Nacionales propone que
munitarias dentro del Sinanp, lo que obligaría a la dentro de los usuarios se incluya a los ecosistemas
federación a canalizar recursos para el manejo y y que los recursos hídricos que éstos usan se defi-
custodia de estos territorios por parte de los cam- nan como: “el caudal o volumen mínimo necesa-
pesinos y miembros de los pueblos indígenas. rio en cuerpos receptores, incluyendo corrientes
de diversa índole, embalses o el caudal mínimo
Manejo de cuencas y microcuencas de descarga natural de un acuífero que debe con-
como acción colectiva servarse para proteger las condiciones ambienta-
En los territorios de los pueblos indígenas se cap- les y el equilibrio ecológico del sistema”. Sin em-
ta el 23.3 por ciento de todas las aguas nacionales. bargo, no hay procedimientos operativos que
La captación se establece con base en la precipi- traduzcan la definición de caudal o volumen nece-
tación, y depende de la gestión de los ecosistemas sario mínimo. Así los ecosistemas no están repre-
la calidad de la captura. El agua captada se infiltra, sentados por la autoridad ambiental en los Conse-
escurre o se evotranspira según la presencia espa- jos de Cuenca para definir cuánta agua necesitan
cial de la vegetación, y si domina la forma primaria para sobrevivir.
o si ha entrado en estados sucesionales recientes. Incluso los indígenas, como guardianes, custo-
La pregunta sería cómo maximizar esa captura dios, productores o proveedores de grandes canti-
para el provecho de todos los usuarios, incluyendo dades de agua, no tienen representación en los
los propios ecosistemas. En el capítulo tres se lle- Consejos de Cuenca porque no son considerados
gó a la conclusión de que los territorios de los pue- como usuarios.
blos indígenas se encuentran principalmente en Al incluir en la Ley General de Desarrollo Fo-
las cabeceras de cuencas y que por su ubicación restal Sustentable la problemática del agua al ma-
tiene riesgos enormes en caso de eventos metereo- nejo integral por cuencas hídrico forestales, consta-
lógicos como los huracanes. tamos que los permisos para aprovechamientos
Se presentan consecuentemente distintos gra- forestales maderables y no maderables subordi-
dientes de erodibilidad del suelo, así como de ve- nan los recursos hídricos al manejo forestal. La
locidad de las corrientes de agua. En el caso de cam- pregunta que surge es qué sucederá cuando no
bio de uso del suelo para actividades ganaderas y existan aprovechamientos forestales, siendo que
agrícolas la erosión contribuye a la desertificación5
78.30 por ciento de la superficie del país. Las entidades más
afectadas son: Oaxaca, Tamaulipas, Yucatán, Veracruz, Chia-
5
La erosión es probablemente uno de los principales pro- pas, Nuevo León, Estado de México, Coahuila, San Luis Po-
motores de la desertificación de la superficie nacional, por lo tosí y Michoacán. Actualmente, como consecuencia de lo an-
que es considerada como uno de los problemas ecológicos terior, sólo 14 por ciento de la superficie cultivable se
más severos de los recursos naturales renovables de México. encuentra en óptimas condiciones para la siembra, además
De los casi 200 millones de hectáreas del territorio nacional, existen poco más de 400000 hectáreas de tierra de riego con
154 millones están sujetos a diversos grados de erosión (leve y problemas de salinización, ésta es referida al deterioro de los
moderada entre 74 y 94 millones de hectáreas; severa y muy suelos por el incremento en el nivel de sales solubles que re-
severa entre 60 y 80 millones de hectáreas), lo que representa ducen su capacidad productiva (INE 1994).
250
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
251
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
les y subsuperficiales. La velocidad del vaciamien- Por otro lado, desde las ciudades el agua se consi-
to de la cuenca depende, asimismo, de la calidad dera “dada” y no se ve la necesidad de procedi-
de la cubierta vegetal. Los ecosistemas naturales miento compensatorio para los dueños de los terri-
en su mayor complejidad son las mejores trampas torios ni obras para mejorar la captación.
para la infiltración del agua y dosifican el escurri- Paré y Robles (2006) presentan el caso concre-
miento superficial y la evotranspiración. Por otro to de negociación para la compensación por parte
lado, la remoción de la vegetación genera erosión de las ciudades de Minatitlán y Coatzacoalcos pa-
del suelo, acelera el escurrimiento y el vaciamien- ra las comunidades popolucas y nahuas de la parte
to de la cuenca, así como el azolvamiento de los alta de la Sierra Santa Marta y San Martín Pajapan
cuerpos de agua naturales y artificiales, incluyen- que viven en la parte alta de la cuenca. De este
do los ríos, lagunas costeras, presas, lo que pone modo, el conflicto entre las ciudades y las comuni-
en entredicho la sustentabilidad y funcionamien- dades indígenas llevó a experimentar la creación
to a mediano y largo plazo de las mismas. de nuevas instituciones para llenar el vacío que
Otro espacio de conflictividad es el abasto de implicó la acción de los gobiernos de tomar sim-
agua para las ciudades desde los territorios de los plemente el agua sin importar de donde provenía.
pueblos indígenas. Por un lado, el manejo inade- Asimismo, el trasvase entre cuencas para el abaste-
cuado de las laderas va azolvando los sistemas de cimiento de las ciudades, puede reducir dramática-
captación de agua para canalizarla a las ciudades. mente el acceso de las comunidades al agua, tanto
Los mixtecos hacen zanjas a nivel para captar el agua y revivir los manantiales en la Mixteca Alta, Oaxaca.
252
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
para consumo humano como para la pequeña irriga- Miranda, 2006). La defensa del agua, como dere-
ción (caso de los mazahuas y la ciudad de México). cho humano y no como mercancía, requiere un
Por otro lado, tenemos experiencias exitosas trabajo colectivo importante dentro de las comuni-
en un enfoque integral, y en la culminación de un dades. Tal vez el proyecto más ambicioso y com-
proceso de algunos años, se está construyendo un pleto en territorios indígenas para el manejo del
proyecto para el manejo de la subcuenca de los agua, laderas, subcuencas y microcuencas, ligado
ríos Copalita-Zimatán-Huatulco, misma que abas- a la recuperación de suelos, agua, maíces indíge-
tece de agua al desarrollo del complejo turístico nas y el amaranto, lo tenemos en la mixteca pobla-
Bahías de Huatulco. Esta subcuenca, forma parte na y oaxaqueña impulsado por Alternativas, A.C.
de la RTP Sierra Sur y Costa de Oaxaca con domi- en alianza con las comunidades principalmente
nancia de los pueblos indígenas zapoteco del sur indígenas mixtecas en los estados de Puebla y Oa-
y chatinos. La importancia de la gestión de la xaca. Se trata del desarrollo de un proyecto en el
cuenca es que integra un rosario de comunidades sitio donde se encuentran la mayor cantidad de
que a su vez integran ecosistemas que abarcan cactáceas endémicas del mundo. Ante la escasez
incluso bosques templados, algunos bajo aprove- de agua, la gente de las comunidades solicitó al
chamiento forestal por parte de empresas comuni- gobierno la perforación de varios pozos. Sin em-
tarias. En la parte intermedia tenemos el bosque bargo, esta estrategia no resolvía la problemática
mesófilo, selva alta y mediana subperennifolia del creciente deterioro de la captación de agua,
que permite una de las áreas más importantes de pérdida de suelos, abatimiento de los mantos
café bajo sombra del estado de Oaxaca, y en la par- acuíferos y el acceso desigual al agua disponible.
te baja de la cuenca se encuentra un mosaico de En diagnósticos con la gente, se identificó la pér-
selvas secas caducifolias con 20 mil hectáreas. dida de vegetación por la tala de subsistencia agra-
SICOBI (Sistema Comunitario para la Biodiversidad) vada por la comercial. Asimismo, los desmontes
ha logrado ordenar alrededor de 100 mil hectáreas para la utilización agrícola de la tierra constituyen
de una cuenca que abarca 270 mil hectáreas, de pérdidas importantes de ejemplares de mamila-
las cuales 27 793 se redestinaron a la conservación, rias o bien cactáceas columnares de cientos de años
27 265 a la protección y 6 046 a la restauración. de antigüedad. El sobrepastoreo principalmente
Mediante la organización social regional se ge- de ganado caprino y ovino ha sido desde siglos
nera una comunidad de aprendizaje entre organi- uno de los principales problemas de pérdidas de
zaciones regionales, comunidades que la com- vegetación y del suelo. Esta situación ha provoca-
ponen y una ONG que la acompaña, un proyecto do que los escurrimientos superficiales no se infil-
regional que tiene como límites la cuenca. Este tren, el agua escurra más rápido y se generen cár-
proyecto, como otros, está ligado a los ordena- cavas profundas. Estamos ante el avance de la
mientos territoriales comunitarios, con planes de desertificación.
uso de suelo y una estrategia de desarrollo inter- A partir de este diagnóstico y estimulando las
comunitario. Las comunidades involucradas reci- técnicas tradicionales de captación y manejo de
ben 4 millones de pesos como compensación de agua nació el programa de largo aliento Agua
servicios ambientales por parte de la Conafor, Compartida para Todos. En lugar de iniciar una
mismos que son aplicados por la organización para gran represa al final de las barrancas, se comenzó
pagar proyectos de conservación, restauración y el en los lugares más elevados de los cerros y colinas,
salario de los técnicos comunitarios (González y en donde el agua se empieza a juntar para produ-
253
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
cir una pequeña corriente. Las actividades de re- lapa, Guerrero, Alternativas, con comunidades
cuperación de suelos, y de la diversidad biológica mixtecas y nahuas, así como GAIA-Sistema Comu-
en contra de la desertificación, consisten en cons- nitario para la Biodiversidad, Sicobi, con comunida-
truir zanjas trinchera y reforestar en las curvas de des zapotecas y chontales de Oaxaca, le apuestan
nivel con especies nativas principalmente de va- a la formación de comunidades indígenas y cam-
lor comercial, como el agave mezcalero nativo de pesinas de conservación, regeneración y resilien-
la zona (Agave cupreata), árboles para leña, repre- cia ecológica teniendo como ejes centrales la pla-
sas filtrantes, pequeños jagüeyes, la construcción nificación en el manejo de la cuenca, subcuenca o
de bordos para retener el agua, represas de mam- microcuenca. En estos proyectos se incluyen tam-
postería, rompeolas para los bordos y digestores bién las reservas comunitarias para la conservación
para las aguas negras. La acumulación del azolve de la diversidad biológica, jardines botánicos co-
en las represas filtrantes funciona como esponja munitarios, conservación y restauración de suelos
que soltará lentamente el agua logrando un peque- y la defensa de la agrobiodiversidad mesoamerica-
ño flujo semi-permanente, en lugar del torrente na a nivel regional, así como la generación de la ca-
que dura unas cuantas horas. Con represas y terra- pacidad técnica local. Para este último rubro, la
zas y reforestación se logra aumentar la humedad compensación por los servicios ambientales que
del suelo y la posibilidad de reconstruir flujos per- recibe SICOBI por parte de la Conafor, se aplican a
manentes de agua (Hernández G.R., G. Herre- las actividades de conservación y restauración y al
rías, 2002). Es así como se logra la recuperación de pago de los técnicos comunitarios de las mismas co-
tres recursos básicos: diversidad biológica, agua y munidades locales. Con ello, tenemos experien-
suelo. A través del tiempo la tierra fértil y los sue- cias de avanzada para la construcción de las regio-
los se restauran, lo que provocará la cicatrización nes bioculturales de conservación y desarrollo.
en barrancas y laderas heridas por cárcavas.
Como conclusión podemos afirmar que los te- Silvicultura comunitaria: manejo forestal
rritorios de los pueblos indígenas y sus comunida- sustentable y de no maderables
des son ignorados como custodios, guardianes, Con la Cartografía de Uso del Suelo y Vegetación Serie
proveedores o productores de agua. Por ello, es III, (INEGI, 2002), determinamos que en territorios
necesario desarrollar una política en que la socie- de los pueblos indígenas 20 264 565 ha son selvas
dad reconozca ese papel como guardianes o “pro- (desde altas perennifolias hasta las selvas secas
veedores de agua” y evitar su expropiación por subcaducifolias) y bosques templados (bosques
parte de grandes compañías refresqueras o priva- de pino, pino-encino, encino, encino-pino, ayarín,
das que crecientemente proporcionan este servi- mesófilo de montaña); 72 por ciento ha de ellas
cio a las ciudades. En efecto, en los consejos de pertenecen al estrato arbóreo, de las cuales 57.9
cuenca, no están representados los propietarios por ciento son primarias y 42.1 por ciento secun-
del bosque ni los actores sociales tales como eji- darias del estrato arbóreo, mientras 26.8 por cien-
dos y comunidades, y por esta vía no hay platafor- to son clasificadas como secundarias en el estrato
ma alguna para negociar. Sin embargo, tenemos arbustivo y herbáceo.
varios ejemplos documentados de la participación En estas selvas y bosques arbolados se registran
activa de algunos pueblos indígenas contra la de- varias actividades, desde el aprovechamiento de los
sertificación. GEA-Sansekan Tinemi en alianza con maderables y leña hasta la recolección de chicle, miel,
las comunidades nahuas y campesinas de Chi- plantas medicinales, manejo de fauna, recolección
254
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
10
3 5
4 7
8 8
6
11 15
13 18
9 12 14
16
1
2
17
FIGURA 2. Esquema del manejo integrado y sostenible de las cuencas. Grupo Alternativas y Procesos en Participación Social,
Tehuacán, Puebla.
de paxtle, palma camaedor, hongos, como pasto- sinos han permitido en los últimos treinta años
reo extensivo de ganado menor y mayor, y el apro- del siglo pasado, la reapropiación productiva sus-
vechamiento de la madera para el autoconsumo. tentable y organizacional de los bosques y selvas,
La silvicultura social o comunitaria sostenible aunque hay vastas zonas que reflejan lo contrario.
es una experiencia importante para vincular la Para lograr la conservación y el desarrollo es preci-
conservación y el aprovechamiento sostenible so que se avance de manera sostenida y acelerada
con la organización social indígena y campesina, en la apropiación y manejo de los recursos (biodi-
misma que se ha desarrollado en ejidos y comuni- versidad, agrobiodiversidad y agua) por parte de
dades campesinas. El marco original y general son los pueblos indígenas, construyendo así una go-
los movimientos sociales del siglo XX que permitie- bernanza del bien común. Las experiencias múl-
ron mediante la Reforma Agraria, la reapropiación tiples son minoritarias en la dimensión geográfica,
de la tierra por parte de millones de indígenas y ya que no todas las comunidades con recursos fo-
campesinos. En el caso de los recursos forestales, restales han adoptado los procedimientos de la
los movimientos sociales de los indígenas y campe- forestería comunitaria, sin embargo, son cualitati-
255
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
256
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
silvicultura comunitaria del bosque natural y Las áreas forestales permanentes más los or-
cuentan con programas de manejo forestal que denamientos forestales, provocaron el efecto del
abarcan 650 mil hectáreas en donde se generan principio de exclusión (Ostrom, 2000), mismo
alrededor de 22 mil empleos, 30 cuentan con em- que no permite el uso del suelo para otros fines
presas forestales comunales a nivel de aserrío y al- que no sean forestales. Este hecho permite a la
gunas tienen fábrica de muebles. Además, varias comunidad fijar las reglas de manejo forestal y de
de las comunidades se organizan en organismos otras actividades como la extracción de chicle, ca-
de segundo nivel para compartir servicios foresta- cería, etcétera. Sin embargo, no dejó de ser conflic-
les, frentes de comercialización y diseño de políti- tivo para algunos ejidos forestales mayas y aun pa-
cas forestales comunes. De toda la superficie fo- ra el manejo de especies forestales como la caoba
restal con permisos de aprovechamiento, 15 por y el cedro que requieren para reproducirse claros
ciento se encuentra certificada bajo los estándares en la selva como los generados por la perturbación
internacionales del Forest Stewardship Council producida por roza, tumba y quema.
(Anta y Pérez, 2004). Un siguiente nivel necesario para la silvicultu-
Aparte de los éxitos de la silvicultura comunita- ra comunitaria es el que se refiere al manejo fores-
ria en Oaxaca, es de mencionarse la estrategia del tal de los productos no maderables. Son notorias
Plan Piloto Forestal de Quintana Roo y Campe- las nuevas incursiones de las empresas forestales
che, que promovió en el proceso de ordenación comunitarias en la venta de agua embotellada,
forestal, la asignación consciente y voluntaria en servicios ecoturísticos o recolección de resinas
los ejidos no parcelados, de un “área forestal per- (chicle), y secado de hongos silvestres.
manente”. La finalidad era doble: crear un espa- Casi todas las experiencias de empresas co-
cio en la conciencia grupal de que se trataba de un munales exitosas han invertido en mejorar su ca-
área de manejo de sus recursos destinada exclusi- pacidad técnica local y sus principales cuadros se
vamente a lo forestal, y por otro lado para estable- van formando desde las filas de los jóvenes capa-
cer reglas de acceso para una ordenación forestal, citados y especializados para el manejo técnico de
para su aprovechamiento sostenible. Implicaba las empresas. En comparación con las empresas
ejercicios democráticos para levantar los inven- privadas, las estrategias económicas de las empre-
tarios con nomenclaturas mayas de suelos y el sas sociales no se centran en generar ganancias
conocimiento del arbolado en un intercambio de repartibles entre unos cuantos socios, sino más
saberes, y de formar técnicos campesinos para el bien se basan en esta etapa de su desarrollo, en la
campo y para la administración. Este procedimien- generación de nuevos empleos. Algunos ejidos y
to fue un ejemplo de varios de los primeros orde- comunidades invierten en un aserradero, en pe-
namientos territoriales de la forestería social. Se queñas empresas subsidiarias como es la produc-
construyó así un ordenamiento territorial del bien ción de agua embotellada, carpinterías de la gran
común (de los socios ejidatarios) para el aprove- empresa o empresas de transporte; en otras oca-
chamiento forestal, de acceso ordenado, y las siones se generan pequeñas empresas de algunos
áreas para el desarrollo ganadero, y agrícola. Aun- socios.
que no se nombró así a estas primeras experien- México es el país que cuenta con el mayor nú-
cias sistemáticas, sí han contribuido a lo que pos- mero de empresas forestales comunitarias en el
teriormente se describiera como ordenamiento mundo. Además, de acuerdo con Bray (2007), se
territorial comunitario. tienen identificadas 164 empresas forestales, inclu-
257
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
yendo las indígenas, que tienen la capacidad de café benéfico al medio ambiente, o café orgánico
transformar y agregar valor a sus materias primas. en el sistema de comercio justo. De manera alter-
La segunda gran experiencia productiva de los nativa, las organizaciones oficiales, unos 66 mil pe-
pueblos indígenas y campesinos, que a la vez con- queños agricultores —la mayoría indígenas— se
serva la diversidad biológica y los servicios ambien- agrupan en la Coordinadora Nacional de Organiza-
tales, es la producción de café orgánico a sombra, ciones Cafetaleras (CNOC). Precisamente es en
ligada a esquemas de comercio justo, que integra Oaxaca, Chiapas y Puebla en donde se desarrolla
a miles de productores indígenas. En México, se el manejo orgánico de café bajo sombra y comer-
cultiva el café en 690000 ha, en 12 estados y 400 cio justo (Bartra, 2001: 14). Estos pequeños pro-
municipios, produciéndose alrededor de 5 millo- ductores producen el café en lo que podemos cla-
nes de sacos de 60 kg cada uno. De los 280 mil sificar como “jardines de café” diversificados o
productores, 92 por ciento tienen menos de cinco huertos de café, que albergan hasta 200 especies
hectáreas y casi 200 mil tienen dos hectáreas y distintas entre árboles, arbustos, hierbas y epífitas
menos, de los cuales 60 por ciento pertenecen a (Moguel y Toledo, 2001).
las comunidades de los pueblos indígenas. Justa- Otras experiencias importantes que ligan la
mente, estos pequeños productores siembran en conservación con la producción y la defensa de
las modalidades que aparecen a veces en las eti- recursos biológicos colectivos de los pequeños
quetas como “café de sombra benéfico a las aves”, productores indígenas se refiere a la producción
FIGURA 3. Esquema de ordenamiento territorial y ecológico para los ejidos con áreas forestales permanentes del Plan Piloto
Forestal en Quintan Roo, incluyendo la Zona Maya.
Recursos maderables
Ecoturismo Inventarios
arqueológico Plan de manejo
Circuitos ejidales Reproducción natural Agricultura Apicultura
Enriquecimiento forestal permanente
Área forestal
y de fauna
Recursos no maderables
Manejo de la fauna Ganadería mayor y
Apicultura menor semiestabulada
Recolección de pimienta
Recolección de palmas
Recolección de chicle Huerto familiar Área agroforestal
intensivo
UNA UNIDAD DE
APROVECHAMIENTO ANUAL UNA PARCELA
258
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
de miel en la selva seca y húmeda, con las abejas los pueblos indígenas es un tesoro invaluable para
europeas pero también de las meliponas o nativas construir el Sistema Nacional Alimentario de
sin aguijón. También tenemos el chicle, la pita, la México. En el tercer capítulo presentamos el va-
pimienta gorda, la vainilla, el cacao, la palma ca- lor comercial de los productos domesticados en
maedora, distintos agaves mezcaleros, Agave cu- mesoamérica que presenta un tercio de los ingre-
preata, A. potatorum, A.espadín, A. angustifolia, A. sos del campo mexicano. El germoplasma original
korwinnski, A. tequilana o azul, A. fourcroydes (hene- de estos productos se encuentra todavía en territo-
quén), A. lechuguilla; magueyes pulqueros (A. sla- rios de los pueblos indígenas. Por lo tanto, es nece-
mamiana, A. mapisaga y A. atrovirens), todo tipo de sario que se desarrolle una política pública explíci-
cactáceas principalmente de los subgéneros opun- ta para la conservación in situ de los agroecosistemas
tia y nopalea. Ante el auge de la demanda de tequi- y los recursos fitogenéticos en México. Sus agro-
la, la siembra masiva del agave azul está despla- ecosistemas se adaptan a casi todos los ecosiste-
zando a otros agaves nativos. Por ello, son pioneros mas, en las distintas latitudes y altitudes con sus
los proyectos de defensa de los recursos biológicos gradientes de temperatura y humedad. Los agro-
colectivos de los indígenas nahuas y de comuni- ecosistemas tradicionales constituyen el principal
dades campesinas de Chilapa, Guerrero que rea- repositorio del germoplasma y su evolución, tanto
liza la organización regional Sanzekan Tinemi- de las plantas cultivadas como de sus variedades
GEA. El proyecto consiste en la cosecha del Agave silvestres. Su evolución ha dependido principal-
cupreata, la siembra de un millón de agaves anua- mente de las prácticas agrícolas de las culturas
les, respetando las adaptaciones locales de la plan- particulares construidas por generaciones. La pre-
ta, la siembra de árboles para el uso de la leña que sencia de tal diversidad genética, sobre todo en
se ocupa en el proceso de destilación, la organiza- los centros de origen, ha sido fundamental para
ción artesanal para garantizar la calidad en que conservar, defender y mejorar la productividad de
cada botella de mezcal, y reglas claras en la co- los cultivos agrícolas del sistema alimentario na-
mercialización del producto. Finalmente, este pro- cional y agroindustrial (Altieri, 2003).
ducto tiene identidad regional y su defensa como Los pueblos indígenas y comunidades locales
recurso biológico colectivo indígena es promovi- deben ser un componente importante para la cons-
do desde la misma organización. trucción de denominaciones de origen, regiones
En las selvas secas bajas, el manejo tradicional exclusivas, áreas de conocimiento original, etcé-
de los productos maderables no es factible, aun- tera. Son los custodios in situ del germoplasma
que frecuentemente esta madera es utilizada para nativo que ha estado profundamente anclado en
artesanía y la recolección de resinas como es el la cultura mesoamericana y mexicana sin necesi-
copal y de leña. Asimismo, las selvas subcaducifo- dad específica de protección. Como estamos atra-
lias albergan una enorme variedad de plantas me- vesando por una historia de desplazamiento,
dicinales utilizadas en el sistema informal de ven- apropiación ilegítima y degradación cultural es
ta de plantas medicinales (Challenger, 1998). urgente definir políticas públicas que reconozcan
el papel de los indígenas y campesinos como ex-
Programa indígena para la conservación in situ perimentadores y mejoradores fitogenéticos que
de la agrobiodiversidad mesoamericana tienen en “custodia” un acervo genético único de
Partimos del reconocimiento de los especialistas sus antepasados, equivalente a los endemismos
que el germoplasma de la agrobiodiversidad de biológicos.
259
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
FIGURA 4. Perfil de un transecto de 200 metros en un policultivo tradicional o “jardín de café” en Santos Reyes Nopala, Oaxaca
(región indígena chatina). Fuente: Moguel y Toledo 2004.
260
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
nera ecológica prudente podrían ser el vínculo aprovechamiento de los nutrientes en distintos
entre los saberes ambientales campesinos e indí- sistemas radiculares, aumento de la biomasa y di-
genas con una nueva agricultura y gestión de los versidad en general por unidad de superficie, ma-
recursos naturales. Es necesaria una segunda re- nejo y conservación de la humedad de los suelos,
volución verde que incorpore los nuevos conoci- sistemas de labranza que conservan la estructura
mientos de la agroecología a la conservación del y humedad del suelo, policultivos y selección de
germoplasma indígena de los centros de origen y semillas en campo, según preferencias del agricul-
diversificación genética. tor, rescate y cuidado de semillas en proceso de
La agroecología finca su estrategia productiva extinción regional, formación de técnicos locales
en la biodiversidad, agrobiodiversidad, en las se- en agroecología, incluyendo fitomejoradores(as),
millas y plantas culturales, en la energía solar, con intercambio de los acervos de germoplasma en
bajos insumos exteriores y rendimientos altamen- ferias regionales, intercambio de experiencias, y
te satisfactorios, sin deteriorar y poner en peligro fomento de la cultura culinaria tradicional. Es im-
los servicios ambientales de los ecosistemas natu- portante señalar que estas políticas focales de orga-
rales y agroecosistemas. La agroecología integra a nizaciones campesinas e indígenas han llevado a
su estrategia la “productividad ecológica”, tal sus protagonistas a organizarse para defender la agri-
como el mejoramiento de los suelos con materia cultura campesina y sus recursos fitogenéticos en
orgánica (incluyendo los estiércoles), manejo de distintos foros ante las amenazas de que represen-
la humedad, imitación de la condición de producti- ta la introducción de los transgénicos al agro mexi-
vidad ecológica del bosque, como lo propone la cano por parte de las compañías trasnacionales, pro-
agroforestería tropical y subtropical y aun en las tegidas por cierto sector del gobierno mexicano.
áreas templadas. Asimismo, esta aproximación a Asimismo, la protección de agroecosistemas
la agricultura es adecuada para el manejo de lade- indígenas, que incluyen la agroecología como es-
ras y la reconstrucción de áreas degradadas me- trategia productiva, incluye la defensa de los recur-
diante policultivos y hortalizas, cortinas rompe- sos fitogenéticos indígenas, plantas medicinales,
vientos y manejo de cuencas con terrazas, cubierta germoplasma de plantas ornamentales con mar-
de vegetación y pequeñas obras hidráulicas que cas regionales, denominaciones de origen y el re-
pueden mitigar los impactos de tormentas, lluvias gistro como recursos biológicos colectivos. Tam-
torrenciales y sequías prolongadas. bién productos y subproductos que entran en los
Por supuesto, existen tecnologías intermedias circuitos de comercialización e impulsan la protec-
que logran con pocos insumos exteriores o de man- ción y los servicios ambientales como café orgáni-
tenimiento aumentar la eficiencia de los sistemas co de sombra ligado al comercio justo, mezcales
agrosilvopastoriles integrados de la agroecología: indígenas regionales, colorantes tradicionales.
el uso de abonos como los estiércoles procesados En los últimos años se han desarrollado expe-
por sistemas de biodigestores, manejo de suelos en riencias de conservación in situ por parte de algu-
laderas, labranza de conservación y cultivos de co- nas organizaciones campesinas y proyectos de in-
bertera con abonos verdes, siembra en terrazas se- vestigación-participación, que han proporcionado
gún las curvas a nivel, aumento sustancial de la la información que integramos en la tabla del in-
materia orgánica y de la diversidad biológica en ventario de los maíces indígenas de México (Be-
los suelos, integración a la agricultura de sistemas llón, Lazos y Espinoza, 2004; Aragón et al., 2006;
agroforestales, incorporación de abonos orgánicos, Blanco, 2002, Martínez, 2002). En especial hay
261
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
262
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
nes honrosas, excluyen a los actores sociales tanto nocultivo) han mostrado tener costos ecológicos
de sus objetivos como, para explorar junto a los in- inadmisibles (pérdida de biodiversidad, contami-
dígenas, del mejoramiento de tecnologías interme- nación de cauces de ríos, pérdida de suelo, salini-
dias para la conservación, custodia y desarrollo de zación por riego, plagas, etcétera). La agricultura
la agrobiodiversidad. industrializada, intensiva en recursos financieros
A nivel nacional es urgente el impulso de un y tecnológicos que acapara grandes extensiones
programa para la revaloración de la agrobiodiver- de las mejores tierras, excluye los conocimientos,
sidad indígena, sus agroecosistemas mejorados tecnologías y germoplasma de los campesinos e
por métodos agroecológicos. En casi todos los pro- indígenas, aunque paradójicamente en nuestros
yectos de conservación de la biodiversidad no se países la mayoría de las unidades de producción
incluyen la agrobiodiversidad de los pueblos indí- del campo son precisamente de ese origen.
genas. Sin embargo, las tareas para la defensa de En términos de rendimiento y costos por hec-
los recursos fitogenéticos de los pueblos indí- tárea, la agricultura tradicional campesina no pue-
genas son amplias. La agricultura y las plantacio- de competir con la agricultura industrializada. Si
nes forestales industrializadas de uso intensivos de bien, el campesino no cobra su trabajo para produ-
energía fósil (máquinas, combustible, fertilizantes cir la agrobiodiversidad, observamos un deterioro
y plaguicidas, semillas de alto rendimiento y mo- de los sistemas productivos y pérdida de recursos
263
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
naturales como suelo, biodiversidad y agua, y con cada una, contribuyan al avance en la producción,
la migración, el deterioro de la transmisión del co- productividad y sustentabilidad en México. Es ne-
nocimiento a los jóvenes. En términos de eficien- cesario, por lo tanto, en el tema de los maíces ge-
cia ecológica, el sistema productivo de las agricul- nerar corredores para la conservación y desarrollo
turas indígenas y campesinas significa adaptaciones in situ del germoplasma. En el caso de los transgé-
culturales al clima, suelos y a la biodiversidad. nicos, estos corredores no deben ser pretexto para
Para enfrentar las necesidades alimentarias de tener confinado el maíz indígena y otras áreas para
una población creciente en un ambiente climáti- la siembra del maíz transgénico, sino como cen-
co más adverso se requiere por lo menos doblar o tros de desarrollo y experimentación y agotar al
triplicar la producción de maíz para el año 2050 (Es- máximo sus posibilidades. Como hemos mostra-
pinosa, 2006). El autor citado expresa que el país do en diversos lugares de este trabajo que todo
ha sostenido su producción con base en las 237 México debe considerarse país de origen y diver-
variedades de maíz desarrolladas a través del tiem- sificación y por ello no se debe ni importar ni sem-
po por parte de los fitomejoradores indígenas, brar transgénicos (más que harinas) por más aisla-
campesinos y de los centros de investigación agrí- do que sea el lugar.
colas públicos. Nos dice que son necesarias por lo Por su complejidad, la conservación y defensa
menos otras 500 variedades mejoradas, que sem- de la agrobiodiversidad mesoamericana como re-
bradas en superficies no mayores a 5000 hectáreas cursos biológicos colectivos, con denominación de
264
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
origen, marcas indígenas o derechos de propiedad agroforestería, el mejoramiento del suelo en cada
sui generis debe incorporarse como política de Es- ciclo agrícola, la introducción de materia orgánica,
tado en alianza con los pueblos indígenas. Se trata el trazo de curvas a nivel o labranza de conserva-
de un enfoque biocultural del desarrollo de las re- ción, el manejo de la humedad, zanjas a nivel en
giones y territorios sin estar bajo la lógica de las laderas, almacénes de agua, producción de abo-
regionalizaciones que nos impone el Tratado de Li- nos en base de estiércoles con sus respectivos bio-
bre Comercio para el mercado principalmente de digestores, abono verdes, barreras vivas, pastos de
larga distancia. La globalización, los tratados corta para la ganadería. Integración de la ganade-
de libre comercio y sobre todo la apropiación de ría a la agricultura y a la agroforestería
los recursos genéticos que los pueblos indígenas y 6) Restitución de los maíces y agrobiodiversi-
campesinos de México han desarrollado, nos obli- dad perdida en la región. Programa especial estra-
gan a buscar instrumentos para su defensa. tégico para la restitución y conservación in situ de
De las iniciativas de defensa del germoplasma los maíces y otros recursos fitogenéticos en peli-
indígena, del Grupo de Desarrollo Rural Integral gro de perderse.
Vicente Guerrero en Tlaxcala, UNITONA de la Sie- 7) Creación de fondos de semillas de emergen-
rra de Puebla, PNUD Península de Yucatán, Grupo cia bajo custodio cooperativo de los grupos.
Yaxkabá Yucatán, Proyecto SAS GEA-Sansekan Ti- 8) Formación de corredores maiceros regionales,
nemi, Conservación in situ de los maíces nativos en los cuales se “cultivan” los maíces nativos, y del
en el valle de Oaxaca, CEDICAM en la Mixteca Alta, germoplasma mesoamericano que los acompañan.
destacamos los siguientes temas para la conserva- 9) Mejoramiento de las prácticas de cultivo con
ción in situ mediante métodos agroecológicos: principios agroecológicos.
1) Diagnóstico regional y comunitario de la 10) Mejoramiento genético por intercambio
agrobiodiversidad indígena regional, la vege- en ferias regionales del germoplasma indígena.
tación natural, sus usos y los agroecosistemas 11) Métodos eficientes para el almacenamien-
construidos. to, tomando en cuenta que la principal pérdida de
2) Priorización de las acciones para la conserva- las cosechas de maíz no está en el campo, sino en
ción y desarrollo de la agrobiodiversidad. La for- el almacenamiento.
mación de grupos de indígenas y campesinos in- 12) Impulso decidido al uso cultural por parte
teresados en la preservación, desarrollo y defensa de los pueblos indígenas específicos del germo-
de la agrobiodiversidad, comenzando por los maí- plasma regional: ferias culinarias, ferias regionales
ces para la autosuficiencia alimentaria. de productos de la biodiversidad indígena como
3) Desarrollo de una estrategia campesina indí- son los nopales, mezcales, aguacates, maíces, frijo-
gena comunitaria y regional para la preservación les, etcétera. Intercambio de experiencias entre
del germoplasma nativo. los mejores agricultores.
4) Formación y detección mediante métodos 13) Visitas de intercambio de conocimientos
de campesino a campesino los mejores fitomejo- con las metodologías de campesino a campesino.
radores locales con que realizan las mejores prác- 14) Mecanismos de defensa regional en contra
ticas agroecológicos. de la biopiratería de los derechos intelectuales de
5) En los minifundios la creación de verda- los indígenas. Declaración de patrimonio de la hu-
deros huertos agrointensivos indígenas de poli- manidad, denominaciones de origen, geográficas
cultivos que tienen como ejes el maíz indígena, la y étnicas.
265
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
266
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
267
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
cada uno de los ciclos posteriores lográndose seis ciclos resistencia a sequía, en general, eran más precoces por
de selección. Lo importante es que todo este trabajo se lo que la polinización de las plantas sobrevivientes no
hacía con las 25 razas con sólo dos polinizadores: los se hacía en el momento oportuno, o de por sí ya tenían
doctores Luis Sahagún Sandoval y Erasmo Barrera Gutié- cierta resistencia. Se cree entonces, que con menos ra-
rrez. Los resultados se basaron en varios experimentos zas y más facilidades de trabajo de campo, el método
bajo sequía y bajo temporal. Después del ciclo 3 de resis- puede resultar mucho más efectivo.
tencia a sequía los resultados indicaron que las 11 razas
3/4: Bolita, Tuxpeño Norteño, Pepitilla (en 2 versiones),
Celaya, Ratón, Amarillo Zamorano, Reventador, Com-
plejo Serrano de Jalisco, Ancho de Morelos y Vandeño,
fueron superiores en rendimiento de grano a las razas,
en un rango de 9 a 25 por ciento. Este trabajo se llevó a
cabo en 4 años, de 2000 a 2004, como se dijo, inclu-
yendo la experimentación. Desde luego que bajo tem-
poral las razas resistentes a sequía también resultaron
superiores en rendimiento a las razas originales.
Finalmente, los investigadores creen que las razas
Ritual otomí en una milpa de Jiquipilco El Viejo,
que no respondieron significativamente al método de Estado de México.
blos Indígenas en el “acceso preferente”. Este te- ción común incluye los sitios sagrados, apenas re-
ma fue mal interpretado por algunos sectores y conocidos por el Estado mexicano.
diputaciones de derecha, aduciendo que se pro- La evidencia empírica en los territorios de los
ponía algo así como una colectivización forzada. pueblos indígenas muestra una gama de situacio-
El buen gobierno de los bienes comunes (Os- nes que van desde la deforestación y pérdida de
trom, 2000) es clave y estratégico para el manejo recursos hasta los aprovechamientos sostenibles.
sustentable de los recursos naturales y de la con- Todas las experiencias tienen como tema central
servación de la diversidad biológica en México, la gobernanza de los bienes comunes: tenemos
puesto que millones de hectáreas de bosques, sel- situaciones de éxitos y sustentabilidad a partir del
vas y vegetación desértica y semidesértica se en- manejo de los recursos naturales; otras, de posibi-
cuentran en ejidos y comunidades. lidad para llegar a la sustentabilidad, y un tercer
Al respecto, la discusión teórica sobre bases escenario donde dominan la desorganización so-
empíricas que se ha impulsado a nivel mundial se cial, los intereses ajenos y privados en los bienes
centra en el control de los recursos a través del go- comunes tanto de afuera como del interior de la
bierno de los bienes comunes cuando las tierras comunidad indígena (Gerez, 1999). En los mejo-
de uso común tienen esta característica específica res escenarios se da lo que podemos llamar la
(Ostrom, 2000). En efecto, a nivel mundial 370 construcción de la economía política del manejo
millones de hectáreas están en manos de comuni- indígena de los recursos biológicos comunes, co-
dades campesinas e indígenas y son manejadas mo serían bosques, selvas en general o recursos
como bien común (White y Martin, 2002). La ac- determinados en particular, incluyendo el agua.
268
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
269
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
270
Tejiendo la red biocultural de conservación y desarrollo
ñalar que en lugares donde hay ordenamiento, para aquellos que rompan las reglas basadas en re-
manejo y acuerdos sobre el acceso, las masas fo- ciprocidades. Un ejemplo de reglas específicas
restales han aumentado en superficie y en calidad sobre el uso adecuado de los recursos son las que
(Anta y Pérez, 2004). impone la asamblea tradicional o bien las que no
2) Delimitación de los usuarios y del territorio para están escritas pero son entendidas por todos. Nos
el manejo. Para lograr el buen gobierno de los bie- referimos aquí al trabajo de Aguilar et al. (2006),
nes comunes tiene que haber una delimitación donde describen las normas y reglas internas de
clara de quiénes tienen derecho sobre los recursos tres comunidades indígenas para el manejo del te-
naturales y de qué superficie territorial se trata. rritorio y en específico de la hoja de palma. En es-
Desde el punto de vista de la organización interna te trabajo se describen los mecanismos exteriores
de los ejidos o comunidades, la delimitación del e interiores a las comunidades que deterioran es-
área de aprovechamiento es un aspecto crítico. Se tos acuerdos escritos y no escritos.
trata de una sociedad en una comunidad agraria 4) Organización social consensuada y legitimada
que ha decidido manejar mejor sus recursos natu- por todos los participantes. Al respecto presento
rales, llámese bosques, selvas, fauna, etcétera. Co- aquí por lo menos tres situaciones distintas: a) la
mo ejidatario o comunero se tiene derecho a parti- que se refiere a las situaciones en que la asamblea
cipar de los beneficios que resultan de la gestión ha perdido el control sobre los recursos y en que si
del bosque. Para el aprovechamiento de ciertos bien no existe un escenario de acceso abierto al
recursos, como la madera, los “derechosos” son exterior, grupos internos se apropian ilegítima-
personas por lo común del género masculino, avala- mente del recurso (Merino, Gerez y Madrid, 2000);
dos por el Estado en el Registro Agrario. No tienen b) la asamblea controla a sus autoridades y al re-
derechos sobre el recurso maderable los avecinda- curso, y c) las empresas forestales vuelven más
dos, los hijos de los ejidatarios y las mujeres que no complejo su quehacer y generan estrategias em-
estén acreditadas como ejidatarias. En el caso de la presariales a mediano y largo plazo, creando ins-
modalidad comunal de tenencia de la tierra, el ca- tancias intermedias de toma de decisión.
rácter de comunero —en algunas comunidades— El desempeño de la organización social es cla-
se adquiere cuando se cumplen los 16 años. Esto ve para la reapropiación de los bienes comunes
vale tanto para los hombres como para las muje- tanto maderables o no maderables. Es aquí donde
res. Lo interesante de este esquema es que el pa- se debate el acceso abierto a los recursos, el acceso
drón de socios se va renovando al integrar a las nue- de unos cuantos, excluyendo a los demás, o si los
vas generaciones y en especial a las mujeres. Este miembros del ejido y/o comunidad controlan los
modelo es una excepción más que la norma. recursos y sus beneficios. En los ejidos y comuni-
3) La regulación de cantidad y frecuencia de la dades exitosos analizados en este libro, se observa
apropiación del recurso. Por la naturaleza del apro- que cuando hay la posibilidad de construcción de
vechamiento de los recursos, la regulación y fre- consensos y de resolución de conflictos internos
cuencia de la apropiación del recurso tiene un res- se tiene la capacidad de plantear políticas y accio-
paldo técnico y legal. Es importante señalar que nes más estratégicas que benefician tanto al bos-
ciertas comunidades tradicionales tienen regula- que como a los socios.
ciones para distintos recursos (agua, fauna, leña, Avalada por la Ley Agraria, la asamblea es la
madera para construcción, etcétera), incluso hay máxima autoridad de un ejido o comunidad y está
algunas ancladas en códigos míticos y de castigo en la base del gobierno de los bienes comunes.
271
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Bien manejada se trata de un esquema organiza- se encuentran descremados por la acción de los
do de manera autogestionaria, lo que implica sis- concesionarios privados y estatales que controla-
temas complejos de toma de decisiones colectivas ban los aprovechamientos forestales. Para resti-
y auditadas internamente. tuir la productividad robada, deben incorporarse
5) La economía de la acción común es compleja. La en la apreciación de los productos forestales los
asamblea tiene el derecho de elegir a sus autori- servicios ambientales que éstos producen, la es-
dades, la presidencia del comisariado ejidal o co- pecialización, la integración de cadenas producti-
munal y el consejo de vigilancia, de decidir qué vas y, sobre todo, otros productos no maderables.
equipo se va adquirir y qué proporción del volu- La silvicultura comunitaria es un laboratorio im-
men autorizado se va a aprovechar. Las autorida- portante para analizar la ocupación social y cultu-
des ejidales o comunales son parte de la directiva ral del territorio que generalmente contiene una
de la empresa. La ventaja de esta forma de orga- parte importante de la alta biodiversidad. Se trata
nización es que hay un recambio constante y mu- del manejo del bosque natural mediante ordena-
chos ejidatarios y comuneros pueden acceder a mientos territoriales para garantizar las aproxima-
los puestos directivos. Éstos están vinculados a ciones culturales y productivas múltiples.
los sistemas de cargos tradicionales. Son las auto- No aplica aquí el análisis de la “tragedia de los
ridades comunales mismas las que administran comunes” (Hardin, 1968), cuyo marco simplista,
los acuerdos básicos para mantener el acceso con- abstracto y generalizante sólo toca a una de las dis-
trolado (Alatorre, 2000), clínicas, caminos, intro- tintas posibilidades del manejo y economía del
ducción de agua potable, seguro social y de vida bien común. Gran parte de la diversidad biológica
de los socios. Los altos costos de administración, y de los pueblos indígenas se encuentra en las tie-
muchas veces su lógica distinta a la de los costos y rras de uso común, por lo que los acuerdos y reglas
beneficios directos de una empresa colectiva, ge- de acceso de los ejidatarios y comuneros es con-
neran descontento en los socios que están al tanto dición necesaria para evitar lo que se denomina la
del volumen de madera autorizado, el extraído y “tragedia de los comunes” y la ingobernabilidad
los ingresos que debieran repartirse. Desde hace regional impuestas por los taladores y los narcotra-
algunos años, y amparados en la Ley Agraria de ficantes. Sin embargo, ésta si aplica en múltiples
1992, existen socios que se organizan en grupos comunidades y regiones cuando no existen orga-
para desarrollar las actividades de extracción, aca- nización y reglas claras de acceso; en resumen, un
rreo y transformación de la parte del volumen au- buen gobierno de los comunes. La tragedia de los
torizado que les corresponde sin pasar por la admi- comunes se cumple cuando se pierden o violen-
nistración central de la empresa. Este fenómeno tan las reglas colectivas del uso y acceso de los re-
se da en tres ejidos forestales importantes tanto cursos y cuando, para apropiarse de este bien co-
en Durango como en Quintana Roo (Boege, mún, se impone una minoría de personas o grupos
2006). La economía de la acción común requiere privados de origen externo o interno a las comu-
apoyos y transferencias económicas por parte del nidades.
Estado ante una competencia desleal de planta-
ciones de enormes empresas privadas, como las
que se desenvuelven en el sur de Chile, que ex-
propiaron de los territorios mapuches para ese
efecto. Los bosques y selvas primarios mexicanos P. 273 Niña chamula, Chiapas.
272
Siglas y acrónimos
276
Siglas y acrónimos
277
Bibliografía
ABOITES, G. y F. Martínez (1995), “La disputa por ALATORRE, G. (2000), La construcción de una cultura
el control de los recursos filogenéticos: cronolo- gerencial democrática en las empresas forestales,
gía analítica y propuesta”, en J. González, V. de Premio Estudios Agrarios 1998, Casa Juan Pa-
la Cruz, J. Aguilar, V. González, D. Delgado, A. blos-Procuraduría Agraria, México.
Vargas (eds.), Agroecología y desarrollo sustentable, ALTIERI, M.A. (1990), “Agroecology and Rural
Universidad Autónoma de Chapingo, México. Development in Latin America”, en M. Altie-
AGUILAR, J., C. Illsley, T. Gómez, J. Acosta, E. ri y S. Hecht (eds.), Agroecology and Small Farm
Quintanar, A. Tlacotempa, A. Flores y S. Man- Development, A/A Press, Florida.
cilla (2006), “Normas, acuerdos y mecanismos ——— y L.C. Merrick (1987), “In situ Conserva-
comunitarios para regular el aprovechamiento tion of Crop Genetic Resources through Main-
de los recursos naturales de acceso común en tenance of Traditional Farming Systems”, en
comunidades indígenas de la región de Chila- Economic Botany, núm. 41, pp. 86-96.
pa, Guerrero, México”, en E. Boege y L. Me- ÁLVAREZ, B.E. (2005), “Aspectos ecológicos, bioló-
rino, El desarrollo forestal comunitario en México, gicos y de agrobiodiversidad de los impactos
en preparación. del maíz transgénico”, documento preparado
——— , C. Illsley y C. Marielle (2003), “Los sis- para la Comisión para la Cooperación Ambien-
temas agrícolas de maíz y sus procesos técni- tal de América del Norte.
cos”, en G. Esteva y C. Marielle (coords.), Sin ANTA, S. y D.P. Pérez (2004), Atlas de experiencias
maíz no hay país, Conaculta, Dirección General comunitarias en manejo sostenible de los recursos
de Culturas Populares, Museo de Culturas Po- naturales en Oaxaca, Semarnat, México.
pulares, México, pp. 84 y ss. ARAGÓN, F., E. Paredes, H. Castro, S. Taba y J.
AGUIRRE BELTRÁN, G. (1987, 1991), Regiones de re- Díaz (s. f.), Conservation in situ and Improve-
fugio: el desarrollo de la comunidad y el proceso ment in the Sierra Norte de Oaxaca. Scientific Basis
dominical en mestizo América, Fondo de Cultura of Participatory Plant Breeding and Conservation
Económica, México. of Genetic Resources, Oaxtepec, Morelos, resúme-
nes, reporte núm. 25, University of California, del et al., Un café por la causa. Hacia un comercio
Division of Agriculture and Natural Resour- justo, Equiterre, Montreal.
ces, Genetic Resources Conservation Pro- BELLÓN, M.R., (s. f.), Plural Poverty Mapping in
gram, Davis, California. Mexico, CIMMyT, http://www.cimmyt/gis/pover-
ARAGÓN, F., S. Taba, J.M. Hernández, J.D. Figue- tymexico.
roa, V. Serrano, F.H. Castro (2006), Catálogo de ——— y J. Berthaud (2005), Transgenic Maize and
maíces criollos de Oaxaca, INIFAP, Libro técnico the Evolution of Landrace Diversity in Mexico. The
6, Oaxaca. Importance of Farmers’ Behavior, CIMMyT, Insti-
ARELLANO, E. y A. Casas (2003), “Morphological tut de Recherche pour le Développement,
Variation and Domestication of Escorentia chio- Montpellier, www.plantphysiol.org/cgi/
rilla (Cactaceae) under Silvicultural Manage- content/full/134/3/883 (consultado el 3 de fe-
ment in Tehuacan Valley, Mexico”, en Genetic brero de 2006).
Resources and Crop Evolution 50, pp. 439-453. ———, J. Berthaud, M. Smale, J.A. Aguirre, S.
ARRIAGA, L., J.M. Espinoza, C. Aguilar, E. Martí- Taba, F. Aragón, J. Díaz, H. Castro (2003),
nez, L. Gómez y E. Loa (coords.) (2000), Re- “Participatory Landrace Selection for On-
giones terrestres prioritarias de México, Comisión Farm Conservation: An Example from the
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Central Valleys of Oaxaca, Mexico”, en Genetic
Biodiversidad, México. Resources and Crop Evolution, núm. 50, pp. 401-
ASTIER, M. y N. Barrera (2005), Catálogo de maíces 416.
criollos de las cuencas de Pátzcuaro y Zirahuén, BENZ, B. (1997a), “Diversidad y distribución pre-
Michoacán, Instituto Nacional de Ecología, hispánica del maíz mexicano”, en Arqueología
México. Mexicana, núm. 25, vol. V, México.
BARABAS, A., M.A. Bartolomé y B. Maldonado ———, (1997b), “On the origin, evolution, and
(2004), Los pueblos indígenas de Oaxaca. Atlas etno- dispersal of maize”, en M. Blake (ed.), Pacific
gráfico, Fondo de Cultura Económica, Secreta- Latin America in Prehistory: The Evolution of Ar-
ría de Asuntos Indígenas, Gobierno del Estado chaic and Formative Cultures, State University
de Oaxaca, Etnografía de los Pueblos Indíge- Press, Washington.
nas de México, Conaculta-INAH, México. BERLIN, B. (2000), La etnobiología de los recursos
———, M.A. Bartolomé (1973), Hydraulic Develop- nutritivos en las comunidades tzeltales en los Altos de
ment and Ethnocide. The Mazatec and Chinantec Chiapas, Informe final, Conabio, México, 13 pp.
People of Oaxaca, International Workgroup for BLAIKIE, P., T. Cannon, I. David y B. Wisner (1996),
Indigenous Affairs, núm. 15, Copenhague. Vulnerabilidad. El entorno social, político y econó-
——— (coord.) (2003), Diálogos con el territorio: mico de los desastres, Red de Estudios Sociales
Simbolizaciones sobre el espacio en las cultras indí- en Prevención de Desastres en América Lati-
genas de México, Etnografia de los Pueblos In- na, www.desenredando.org/public/libros/1996/
dígenas de México-INAH, México. vesped/vespedcap05_AB_sep-09-2002.pdf
BARKIN, D. (2003), “El maíz y la economía”, en G. (consultado en agosto de 2006).
Esteva y C. Marielle (eds.), Sin maíz no hay BLAKE, M. (2005), “Dating Initial Spread of Zea
país, Conaculta, Dirección General de Cultu- mays”, en J. Staller, R. Tykot y B. Benz, Histo-
ras Populares, Museo de Culturas Populares, ries of Maize: Multidisciplinary Approaches to Pre-
México. history, Biogeography, Domestication and Evolu-
BARTRA, A. (2001), “La hora del café”, en L. Wari- tion of Maiz, Elsevier, Amsterdam.
280
Bibliografía
BLANCO, J.L. (2006), “La erosión de la agrobiodi- años de silvicultura y construcción de empresas fo-
versidad en la milpa de los zoque popoluca de restales comunitarias, Consejo Civil Mexicano
Soteapan: Xutunchincon y Aktevet”, tesis doc- para la Silvicultura Sostenible, Fundación
toral en antropología, Universidad Iberoame- Ford, Semarnat, Instituto Nacional de Ecolo-
ricana, México. gía, México.
BLAUERT, J., M. Rosas, S. Anta y S. Graff (2006), BRUSH, S. (1995), “In situ Conservation of Landra-
“¿Espacios para la deliberación o la toma de ces in Centers of Crop Diversity”, en Crop
decisiones? Lecciones para la participación y Science, núm. 35, pp. 346-354.
las políticas en consejos ambientales en Méxi- BYE, R. (1998), “La intervención del hombre en la
co”, en E. Isunsa y A. Olvera, Democratización, diversificación de las plantas en México”, en
rendición de cuentas y sociedad civil: participación Ramamoorty T.P., R. Bye, A. Lot y J. Fa (eds.),
ciudadana y control social, Cámara de Diputa- Diversidad biológica en México. Orígenes y distri-
dos, CIESAS, UV, Porrúa, México. bución, Instituto de Biología-UNAM, México.
BOEGE, E. (1988), Los mazatecos ante la nación. Las CABALLERO, J. (1984), “Recursos comestibles po-
contradicciones de la identidad étnica en el México tenciales”, en T. Reyna (ed.), Seminario sobre
actual, Siglo XXI, México. la alimentación en México, Instituto de Geogra-
——— (2004), Protegiendo lo nuestro. Manual para fía-UNAM, México, pp. 114 y ss.
la gestión ambiental comunitaria, uso y conserva- ——— (1985), “Exploración de recursos genéti-
ción de los campesinos indígenas de América Latina, cos potenciales”, en H. Palomino y E. Pimienta
2a. ed., Serie Manuales de Educación y Capa- (eds.), Memorias del Seminario sobre Investiga-
citación Ambiental 3, Programa de Naciones ción Genética Básica en el Conocimiento y Evalua-
Unidas para el Medio Ambiente, Semarnat, ción de los Recursos Genéticos, Jardín Botánico de
Conabio, Correo Biológico Mesoamericano- la UNAM, Somefi, México, pp. 28-40.
Mexicano, Fondo para el Desarrollo de los Pue- CASAS, A. (1992), “Etnobotánica y procesos de do-
blos Indígenas de América Latina, México. mesticación en Leucaenia esculenta”, tesis, UNAM,
——— (2006), “Los bienes comunes, la foreste- México, 233 pp.
ría social y las reservas de la biosfera en Quin- ——— (2001), “Silvicultura y domesticación de
tana Roo y Campeche, Mexico”, en E. Boege plantas en Mesoamérica”, en B. Rendón, S.
y L. Merino, El desarrollo forestal comunitario Rebollar, J. Caballero y M. Martínez (eds.),
en México, en preparación. Plantas, cultura y sociedad. Estudios sobre la rela-
——— y D. González (1996), “Extractivismo en ción entre los seres humanos y plantas en los albores
la selva maya de México. ¿Una alternativa para del siglo XXI, UAM-I, Semarnap, México.
el desarrollo de un polo verde en el sureste me- ———, J. Caballero, C. Mapes y S. Zárate (1997),
xicano?”, en Bosques y plantaciones forestales, “Manejo de la vegetación, domesticación de
Cuadernos Agrarios, núm. 14, México. plantas y origen de la agricultura en Mesoamé-
BONFIL, G. (1990), México profundo: una civiliza- rica”, en Boletín de la Sociedad Botánica de Méxi-
ción negada, Conaculta, Grijalvo, México. co, núm. 61, pp. 31-47.
BRAVO, F. y R. Reséndiz (1996), Intensidad erosiva ———, B. Pickersgill, J. Caballero y A. Valiente-
en las regiones indígenas de México, INI-Subdirec- Banuet (1997), “Ethnobotany and Domesti-
ción de Investigación-SIG, México. cation in Xoconochtli Stenocereus stellatus (Cac-
BRAY, B. y D.L. Merino (2004), La experiencia de taceae) in the Tehuacan Valley and la Mixteca
las comunidades forestales en México. Veinticinco Baja”, en Economic Botany, 51 (3), pp. 279-292.
281
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
———, M.C. Vázquez, J.L. Viveros y J. Caballero America”, en Research and Exploration, 8 (1).
(2000), “Plant Management among the Na- CIMMyT (1999), A core subset of LAMP. From the
hua and the Mixtec of the Balsas River Basin: Latin American Maize Project 1986-1988, Mé-
An Ethnobotanical Approach to the Study of xico.
Plant Domestication”, en Human Ecology, 24 COLUNGA, P. y F. May (1992), “El sistema milpero
(4), pp. 455-478. y sus recursos genéticos”, en D. Zizumbo, C.
——— y G. Barbera (2002), Mesoamerican Do- Rasmussen, L.M. Arias y S. Terán (eds.), La
mestication and Difusion”, en P. Nobel (ed.), modernización de la milpa en Yucatán. Utopía o
Cacti, Biology and Uses, University of California realidad, Centro de Investigación Científica
Press, Berkeley, pp. 143-162. de Yucatán (CICY), Asistencia Danesa para el
CDI-PNUD (2002), Sistema de Indicadores sobre la Po- Desarrollo Internacional (Danida), Mérida.
blación Indígena, Instituto Nacional de Estadís- COLUNGA, P., L. Eguiarte, A. Larqué-Saavedra y
tica, Geografía e Informática, XII Censo Ge- D. Zizumbo (2007), En lo ancestral hay futuro:
neral de Población y Vivienda 2000, México. del tequila, los mezcales y otros agaves, CICY, Co-
——— (2006), Sistema de Indicadores sobre la Po- nacyt, CONABIO, INE, México.
blación Indígena, Instituto Nacional de Estadís- ——— D. Zizumbo y J. Martínez (2002), “Con-
tica, Geografía e Informática, II Conteo de Po- servación in situ de las variedades locales de la
blación y Vivienda 2005, México. milpa”, en Manejo de la diversidad cultivada en
CHALLENGER, A. y J. Caballero (1998), Utilización los agrosistemas tradicionales, IPGRI, Simposio,
y conservación de los tipos de vegetación terrestres Mérida, Yucatán.
de México. Pasado, presente y futuro, Conabio, COMISIÓN NACIONAL DE ÁREAS NATURALES PROTE-
Instituto de Biología-UNAM, Agrupación Sierra GIDAS (Conanp) (2005), Estrategias de conserva-
Madre, México. ción: certificación de iniciativas de conservación
CHAPELA, F. y Y. Lara (1996), “La planeación co- comunitaria, Semarnat, México.
munitaria del manejo del territorio”, en Cua- COMISIÓN PARA LA COOPERACIÓN AMBIENTAL DE
dernos para la Silvicultura Sustentable, Serie AMÉRICA DEL NORTE (2004), Maíz y biodiversi-
Métodos para la Participación, núm. 2, CCMSS, dad: efectos del maíz transgénico en México, Infor-
Era, México. me del Secretariado para la Cooperación Am-
——— (2006), “Reconocimiento de los derechos biental, Quebec.
colectivos y ordenamiento de los territorios co- CONABIO (1998), Diversidad biológica de México. Es-
munales en América Latina y el Caribe”, en S. tudio de país, Conabio, México.
Anta, A. Arreola, M.A. González y J. Acosta ——— (2006a), México como centro de origen de
(comps.), Ordenamiento territorial comunitario. plantas cultivadas, Coordinación de Análisis de
Un debate de la sociedad civil hacia la construcción Riesgo y Bioseguridad, www.conabio.gob.mx/
de políticas públicas, Semarnat-INE, Instituto pa- conocimiento/bioseguridad/doctos/Doc_Cde
ra el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica, OCdeDG.pdf (consultado en febrero).
Grupo Autónomo para la Investigación Am- ——— (2006b), Capital natural y bienestar social.
biental, Grupo de Estudios Ambientales GEA, Comisión Nacional para el Conocimiento y
Methodus Consultora, Servicios Alternativos Uso de la Biodiversidad, México.
para la Educación y Desarrollo, México. ——— (2006c), Documento base sobre centros de ori-
CHAPIN, M. (1992), “The Coexistence of Indige- gen y diversidad en el caso de maíz en México, Co-
nous Peoples and Environments in Central nabio, México.
282
Bibliografía
——— (2007a), Distribución puntual de las especies CRUZ, E. de la, C. Mapes y J. García (2004), Infor-
del género Capsicum L. en México, Shapefile, me del proyecto Colecta, conservación, caracteriza-
Sistema de Información de Organismos Vivos ción y mejoramiento de seudocereales nativos en
Modificados (SIOVM), Coordinación de Análisis México, INI, México.
de Riesgo y Bioseguridad, Conabio, México. DASMAN, R. (1964), Wildlife Biology, Willey, Nueva
——— (2007b), Distribución puntual de Cucurbita York.
pepo L. y sus parientes silvestres con los que puede DÁVILA, P. y J. Sánchez (1994), Flora del Valle de
hibridizar y tener descendencia viable en México, Tehuacán-Cuicatlán, Instituto de Biología-
Shapefile, Sistema de Información de Orga- UNAM, México.
nismos Vivos Modificados (SIOVM), Coordina- DESCOLA, P. (1996), La selva culta, simbología y praxis
ción de Análisis de Riesgo y Bioseguridad, Co- en la ecología de los achuar, Serie Pueblos del Ecua-
nabio, México. dor, núm. 3, Abya-yala, Cayambe, Ecuador.
——— (2007c), Distribución puntual de Lycoper- DÍAZ- POLANCO, H. (1999), Autonomía regional: la
sicon esculentum variedad leptophyllum (Du- autodeterminación de los pueblos indios, 3a. ed.,
nal), D’Arcy, Shapefile, Sistema de Infor- Siglo XXI, México.
mación de Organismos Vivos Modificados ENCISO, Angélica (2006), “La falta de corredores
(SIOVM), Coordinación de Análisis de Riesgo y biológicos pone en riesgo las áreas protegidas:
Bioseguridad, Conabio, México. Enkerlin”, en La Jornada, Sociedad y Justicia,
——— (2007d), Distribución puntual de las especies 21 de abril, p. 62.
del género Phaseolus L. en México, Shapefile, ESPINOSA, A. (2006), Carta para la consulta pública
Sistema de Información de Organismos Vivos sobre la siembra experimental de maíces transgéni-
Modificados (SIOVM), Coordinación de Análisis cos, http://senasicaw.senasica.sagarpa.gob.mx/
de Riesgo y Bioseguridad, Conabio, México. portal/ html/inocuidad_agroalimentaria/eva-
——— (2007e), Distribución puntual de las especies luacion_y_registro_de_insumos_fitosanitarios/
cultivadas del género Phaseolus L. en México, consulta_publica_solicitudes_permisosOGMs_
Shapefile, Sistema de Información de Orga- uso agricola/ consulta_publica_2.html (consul-
nismos Vivos Modificados (SIOVM), Coordina- tado en febrero).
ción de Análisis de Riesgo y Bioseguridad, ESQUINAS, J. (2003), Una contribución importante
Conabio, México. para la construcción de un planeta sostenible y sin
——— (2007f), Distribución puntual de Phaseolus hambre, en www.fao.og/tc/tca/esp/refito_rsos
vulgaris L. silvestre en México, Shapefile, Siste- tenibles.asp#nota1#nota1.
ma de Información de Organismos Vivos Mo- ESTEVA, G. y C. Marielle (eds.) (2003), Sin maíz
dificados (SIOVM), Coordinación de Análisis de no hay país, Conaculta, Dirección General de
Riesgo y Bioseguridad, Conabio, México. Culturas Populares, Museo de Culturas Popu-
——— (2007g), Distribución puntual de las razas de lares, México.
maíces nativos en México, Shapefile, Sistema de FAO (2001), Tratado Internacional sobre los Recur-
Información de Organismos Vivos Modifica- sos Fitogenéticos para la Alimentación y la
dos (SIOVM), Coordinación de Análisis de Ries- Agricultura.
go y Bioseguridad, Conabio, México. ——— (1988 y 1991), Farmers Rights Resolutions
CONANP (2005), Estrategias de conservación: Certifi- 5/89 and 3/91, Roma, http://www/fao.org/FO-
cación de iniciativas de conservación comunitaria, CUS/E/96/06/07-e.htm, consultado en agosto
Semarnat, México. de 2006.
283
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
——— (2005), Forests and Floods. Drowning in y Desarrollo Sustentable (LEAD-Mex), El Co-
Fiction or Thriving on Facts?, RAP Publication legio de México, México, noviembre.
2005/03, Forests Perspectives, 2. GIL, A. (2006), “Conservación in situ”, en J.L.
FLANNERY, K. V. (1986), Guilá Naquitz. Archaic Fo- Molina y L. Cordova (eds.), Recursos fitogenéti-
raging and Early Agriculture in Oaxaca, México, cos en México para la alimentación y la agricultu-
Museum of Anthropology-Ann Arbor Univer- ra. Informe nacional 2006, Secretaría de Agri-
sity of Michigan, Michigan. cultura y Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
FLORES, G., J. Jiménez, X. Madrigal, F. Moncayo, Alimentación, Sociedad Mexicana de Filoge-
y R. y F. Takaki T. (1971), Memoria del mapa de nética, México.
tipos de vegetación de la República Mexicana, Se- GIMÉNEZ G. (1996), “Territorio y cultura”, en Es-
cretaría de Recursos Hidráulicos, México. tudios sobre culturas contemporáneas, vol. 11(4),
FLORESCANO, E. y A. Moreno (1987), Bibliografía pp. 9-20, Colima.
general del maíz en México, Colección Fuentes, GISPERT, M. y H. Rodríguez (1998), Los coras:
INAH, México. Plantas alimentarias y medicinales, Colección
FOOTPRINT NETWORK (2006), http://www/foot- Cultura Popular y Biodiversidad, México.
printnetwork.org/gfn_subphp?content=overs GONZÁLEZ, M.C. (1989), “Estudio etnobotánico
hoot (consultado en octubre). de plantas comestibles de cuatro ejidos zoque
FOWLER C.y P. Mooney (1990), Shattering Food, popoluca de la Sierra de Santa Marta, Vera-
Politics, and the Loss of Genetic Diversity, The cruz”, tesis de licenciatura en biología, Facul-
University of Arizona Press, Tucson. tad de Biología, UDICEA, UV, Xalapa.
GAIA, ERA, CCMSS (2006), Ordenamiento comuni- GONZÁLEZ, L.P. (1994a), “Caracterización de mi-
tario del territorio en México (base de datos), croorganismos de mucigel de raíces adventicias
Reporte de Consultoría al Fondo Mexicano y suelo rizoférico de maíz olotón de la región
para la Conservación de la Naturaleza, Inicia- mixe, Oaxaca”, tesis, Universidad Autónoma
tiva Cuencas, inédito. Benito Juárez de Oaxaca, Oaxaca.
GARCÍA-MENDOZA, A., M.J. Ordóñez y M. Brio- GONZÁLEZ, M.A. y M. Miranda (2006), http://www.
nes-Salas (coords.) (2004), Biodiversidad de raises.org/centros/Gestiónterritorial.pdf (con-
Oaxaca, Instituto de Biología-UNAM, Fondo sultado en marzo de 2006).
Oaxaqueño para la Conservación, WWF. GORE, A. (1993), Earth in Balance. Ecology and the
GARCÍA, J.L. y A. Hinojosa (2001), Aplicación de tres Human Spirit, A Plume Book, Nueva York.
métodos de sistemas de información geográfica para GRIMES, B.J. (2002), www.ethnologue.com.
la caracterización de la hidrología superficial en la GRUPO DE ESTUDIOS AMBIENTALES (2006), Sistemas
región de Puentecitos, San Luis Gonzaga, B.C., alimentarios sustentables, en http://www.gea-ac.
GEOS, Unión Mexicana, Guadalajara. org/sas.htm (consultado en octubre de 2006).
GEORGESCU-ROEGEN, N. (1971), The Entropy Law HALFFTER, G. (2005), “Towards a Culture of Bio-
and the Economic Process, Harvard University diversity Cconservation”, en Acta Zoológica Me-
Press, Cambridge. xicana, 21 (2), pp. 133-153.
GEREZ, P. (1999), “Aprendizaje de dos estrate- gias HARDIN, G. (1968), “The Tragedy of the Com-
aparentemente contradictorias hacia los bos- mons”, en Science, vol. 162, pp. 1243-1248.
ques: manejo forestal y protección de la bio- HARMON, D. (1996), “Losing Species, Losing
diversidad”, ponencia presentada en el Foro In- Languages: Connections between Biological
tergeneracional del Programa Medio Ambiente and Linguistic Diversity”, citado en D. Har-
284
Bibliografía
mon (2001), “On the Meaning and Moral Im- da, Instituto Nacional de Estadística, Geogra-
perative of Biodiversity”, en L. Maffi (ed.), On fía e Informática 2005.
Biocultural Diversity, Linking Language, Know- ——— (2000), XII Censo General de Población y Vi-
ledge, and the Environment, Smithsonian Insti- vienda 2000, INEGI, México.
tution Press, Washington y Londres. ——— (2000), Diccionario de datos de uso de suelo y
HERNÁNDEZ, R. y G. Herrerías (2002), “Progra- vegetación: Escalas 1:250 000.
ma agua para siempre. Obtención de agua y ——— (2000), Diccionario de datos de uso de suelo
conservación de suelos a través de la regenera- y vegetación: Escalas 1:250 000. Diccionario de
ción de cuencas. Alternativas y procesos de par- datos geográficos, Dirección General de Geo-
ticipación social, A.C.”, en Experiencias locales en grafía, INEGI, 51 pp.http://mapserver.inegi.
la lucha contra la desertificación en zonas semiá- gob.mx/geografia/español/normatividad/dic-
ridas de América Latina y el Caribe. http://www. cio/USUE_HER.PDF (consultado en diciembre
fidamerica.cl/actividades/conferencias/deser- de 2003).
tificación/misxteca.html (consultado el 20 de ——— (2000b), XII Censo General de Población
mayo de 2006). y Vivienda 2000, Instituto Nacional de Esta-
HERNÁNDEZ, X.E. (1985), “Xolocotzia”, en Obras dística, Geografía e Informática México.
de Efraim Hernández Xolocotzi, t. I Revista de ——— (2002), Cartografía y uso del suelo y vege-
Geografía Agrícola, Universidad Autónoma de tación. Serie III. Instituto Nacional de Esta-
Chapingo, México. dística, Geografía e Informática México.
——— (1987), “Xolocotzia. Obras de Efraim ——— (2004), www.mapserver.inegi.gob.mx/
Hernández Xolocotzi”, en Revista de Geografía geografia/espanol/cartcat/avances (consultado
Agrícola, Universidad Autónoma de Chapingo, en marzo de 2005).
t. II, México. ——— (2005a), II Conteo de Población y Vivienda,
——— y M.A. Zárate (1991), “Agricultura tradi- INEGI, México.
cional y conservación de los recursos genéticos ——— (2005b), Instituto Nacional de Estadísti-
in situ”, en P. Ortega, G. Palomino, F. Castillo, ca, Geografía e Informática www.mapserver.
V. González y M. Livera (eds.), Avances en el es- inegi.gob.mx/geografia/espanol/cartcat/avances.,
tudio de los recursos fitogenéticos de México, Socie- Avances 1 diciembre, 2004 (consultado en mar-
dad Mexicana de Fitogenética. zo de 2005).
——— (1993), “Aspects of Plant Domestication ——— (2008), Informe sobre la propiedad social,
in México: A Personal View”, en T.P. Ramma- Comunicación Social, INEGI, Comunicado núm.
moorthy, R. Bye, A. Lot y J. Fa (comps.), Bio- 069/08, 11 de abril de 2008.
logical Diversity of México. Origins and Distribu- INI (1993), “Regiones Indígenas de México (do-
tion, Oxford University Press, Oxford. cumento de trabajo)”, México.
ILTIS, H.H. (2000), “Homeotic sexual transloca- ——— (2000), Riesgos y desastres naturales en
tion and origin of maize (Zea mays poaceae). A regiones indígenas de México, México.
look at an old problem”, en Economic Botany, INOCENTE, O., L. Sumar y A. Loaiza (2006), De-
54, pp. 7-42. nominación de origen de Maíz Blanco Gigante,
INEGI (1993), Cartografía y uso del suelo y vegeta- COSUDE, Agencia Suiza para el Desarrollo y la
ción. Serie II, Instituto Nacional de Estadísti- Cooperación, Perú.
ca, Geografía e Informática México. INSTITUTO DE GEOGRAFÍA, UNAM (2002), Análisis
——— (2000), II Conteo de Población y Vivien- del cambio del uso del suelo, México.
285
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
INSTITUTO NACIONAL DE LENGUAS INDÍGENAS (Inali) de plata u oro de tontos? Una revisión global de
(2007), www.inali.gob.mx/catálogo 2007. mercados para servicios ambientales forestales y
INSTITUTO NACIONAL INDIGENISTA (INI) (1993), sus impactos en la pobreza, International Ins-
“Regiones indígenas de México, documento titute for Environment and Development,
de trabajo, México. Londres.
——— (2000), Riesgos y desastres naturales en regio- LARSON, J. (2002), Recursos biológicos en México: una
nes indígenas de México, INI, México. lectura desde el Convenio de Diversidad Biológica
INVENTARIO FORESTAL NACIONAL (2000), escala de de Río a Johannesburgo, Taller PNUMA, UAM, INE,
1: 250 000, Semarnap, Instituto de Geografía- Semarnat, 7 de mayo.
UNAM, México. ——— y L. Neyra (2004), “Programa Recursos
JANZEN, D. (2000), “Ingredientes esenciales de Biológicos Colectivos”, Biodiversitas, núm. 53,
un enfoque por ecosistemas para la conserva- marzo, Boletín bimestral de la Comisión Na-
ción de la biodiversidad de las áreas silvestres cional para el Conocimiento y Uso de la Biodi-
tropicales”, ponencia presentada al Cuerpo versidad.
Técnico Subsidiario en preparación de la 5a. LAURIOLA, V. (2005), “Managing the Commons.
Conferencia de las Partes para la Convención Thematic Introduction, Indigenous Rights
sobre Diversidad Biológica (COP5), Montreal, and the Commons: Land, Governance, Deve-
primero de febrero. lopment and Identity”, en L. Merino y J. Ro-
JARVIS, D.I., L. Klemick, H. Guarino, L. Smale, binson (eds.), Managing the Commons. Indige-
M. Brown, A.H.D. Sadki, M. Sthapit y T. Ho- nous Rights, Economic Development and Identity,
dkin (2000), A Training Guide to in situ Conser- Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura
vation On-Farm, versión 1, International Plant Sostenible, The Christensen Funds Ford
Genetic Resources Institute, Roma. Foundation, Semarnat, Instituto Nacional de
JOHNSON, N. (1995), Biodiversity in Balance: Appro- Ecología, México.
aches to Setting Geographic Conservation Priori- LAZOS, E. y D. Espinosa (2004), “El maíz como
ties, BSP, WWF, TNC, WRI, pp. 17 y ss. un bien común para las poblaciones rurales en
KIRCHHOFF, P. (1960), “Mesoamérica. Sus lími- Oaxaca”, ponencia presentada ante el IASP,
tes geográficos, composición étnica y caracte- agosto, Oaxaca.
res culturales”, en Tlatoani (suplemento), Es- ——— y L. Paré (2000), Miradas indígenas sobre
cuela Nacional de Antropología e Historia, una naturaleza entristecida. Percepciones del dete-
México. rioro ambiental entre nahuas del sur de Veracruz,
KNUDSEN, H. (2000), Directorio de colecciones de UNAM, Plaza y Valdés, México.
germoplasma en América Latina y el Caribe, Inter- ——— (2007), “La introducción de cultivos
national Plant Genetic Resources Institute, transgénicos en la agricultura mexicana. ¿Nue-
Roma. vas relaciones entre sociedad y cultura?, en A.
LAMBROU, Y. y R. Laub (2006), “Gender, Local Contreras y S. Córdova (coords.), El cambio en
Knowledge, and Lessons Learnt in Docu- la sociedad mexicana. ¿Se valoran los recursos es-
menting and Conserving Agrobiodiversity”, trégicos?, vol. IV, Producción agraria y recursos
Research Paper núm. 2006, p. 69, www.wider. naturales, México.
unu.edu/rps/rps2006/rp2006-69 (consultado LEAKEY, R. y R. Levin (1997), La sexta extinción. El
en febrero de 2007). futuro de la vida y de la humanidad, Metatemas,
LANDELL-MILLS, N. e I.T. Porras (2002), ¿Bala 50, Barcelona.
286
Bibliografía
LEFF, E. (1998), Saber ambiental: sustentabilidad, de plantas útiles de la Sierra Norte de Puebla”,
racionalidad, complejidad, poder, Siglo XXI, en Cuadernos 27, Instituto de Biología-UNAM,
CCIH-UNAM, PNUMA, México. México.
——— (2005), “Pensar la complejidad ambien- MERINO, L., P. Gerez y S. Madrid (2000), “Políti-
tal”, en E. Leff (coord.), La complejidad ambien- cas, instituciones comunitarias y uso de recur-
tal, Siglo XXI, CCIH-UNAM, PNUMA, México. sos comunes en México”, en M. Bañuelos
LÓPEZ y RIVAS, G. (2000), Nación y pueblos indios en (ed.), Sociedad, derecho y medio ambiente, Conse-
el neoliberalismo, ed. corregida y aumentada, jo Nacional de Ciencia y Tecnología, Univer-
Universidad Iberoamericana, Plaza y Valdéz, sidad Autónoma Metropolitana, Semarnap,
México. Profepa, México.
LUMHOLTZ, C. (1902), “El México desconocido. ——— y G. Segura (2002), “El manejo de los re-
Cinco años de exploración entre las tribus de cursos forestales en México 1992-2002. Proce-
la Sierra Madre Occidental”, en Tierra Caliente sos, tendencias y políticas públicas”, en E. Leff,
de Tepic y Jalisco y los tarascos de Michoacán, vol. E. Escurra, I. Pisanty y P. Romero (coords.), La
I, Museo Americano de Historia Natural, Nue- transición hacia el desarrollo sustentable. Perspecti-
va York. vas de América Latina y el Caribe, INE, UNAM, PNUMA,
MADRID S. y F. Chapela (2002), La certificación fores- México.
tal en México: los casos de Durango y Oaxaca, m.s. ——— y J. Robinson (eds.) (2005), Managing the
MAFFI, L. (2001), On Biocultural Diversity: Lin- Commons. Indigenous Rights, Economic Develop-
king Language, Knowledge, and the Environment, ment and Identity, Consejo Civil Mexicano para
Smithsonian Institution Press, Washington y la Silvicultura Sostenible, The Christensen
Londres. Funds Ford Foundation, Semarnat, Instituto
MAPES, C. (1991), “La importancia de las comuni- Nacional de Ecología, México.
dades campesinas tradicionales en la conser- MIJANGOS, C.J.O. (2005), “Estudio de la diversi-
vación de los recursos fitogenéticos”, en R. dad genética y relaciones filogenéticos en po-
Ortega Paczka, G. Palomino, F. Castillo, V. blaciones de maíz de la Sierra Tarasca de Mi-
González y M. Livera (eds.), Avances en el estu- choacán”, tesis doctoral, Recursos Genéticos y
dio de los recursos fitogenéticos de México, Socie- Productividad Genética, Colegio de Posgra-
dad Mexicana de Fitogenética, México. duados, México.
——— (2007), “El papel de la milpa en la cultura MILLENNIUM ECOSYSTEM ASSESSMENT (2005),
y la subsistencia purhépecha en el lago de Pátz- Ecosystem and Human Well-Being, síntesis,
cuaro”, inédito. Island Press, Washington (Milenio de las Na-
MARCUSE, H. (1969), El hombre unidimensional, ciones Unidas, Ecosistemas y Bienestar Hu-
Seix Barral, Barcelona. mano).
MARTÍNEZ, A., V. Evangelista, F.A. Basurto y M. MIRANDA, F. y X. Hernández (1963), “Los tipos
Mendoza (2000), “La etnobotánica y los recur- de vegetación de México y su clasificación”,
sos fitogenéticos: el caso de la Sierra Norte de en Boletín de la Sociedad Botánica de México,
Puebla”, en Geografía agrícola. Estudios regiona- núm. 28, México.
les de la agricultura mexicana. Etnobotánica y re- MITTERMEIER, R.A. y C. Goettsch (1992), “La im-
cursos fitogenéticos, 31, UACH, julio-diciembre. portancia de la diversidad biológica de Méxi-
MARTÍNEZ, M.A., E. Oliva, M. Mendoza, G. Mo- co”, en J. Sarukhan y R. Dirzo, México ante los
rales, G. Toledo y A. Wong (2001), “Catálogo retos de la biodiversidad, Conabio, México.
287
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
288
Bibliografía
OSTROM, E. (2000), El gobierno de los bienes comu- national Development Research Centre, Otta-
nes. La evolución de las instituciones de acción co- wa, Canadá.
lectiva, UNAM (CRIM), Fondo de Cultura Econó- RAMOS, F. (1998), Grupo Vicente Guerrero de Españi-
mica, México. ta, Tlaxcala. Dos décadas de promoción de campe-
OVIEDO, G., L. Maffi y P.B. Larsen (2000), Indige- sino a campesino, Serie estudios de caso sobre
nous and Traditional Peoples of the World Ecoregion participación campesina, generación, valida-
Conservation. An Integrated Approach to Conser- ción y transferencia de tecnología, Fundación
ving the World’s Biological and Cultural Diversity, Rockefeller, México.
WWF International, Terra Lingua, Gland, Suiza. RAMOS, M. (2004), “Negociación internacional y
PARDO E. (2003), Estudio de reconstrucción metodo- desarrollo sostenible”, ponencia sustentada en
lógica y participativa de ordenamientos comunita- la mesa redonda Desarrollo Sostenible “Alter-
rios, L. Paré (coord.), IIS-UNAM. Proyecto núm. nativa XXI: La distribución social del conoci-
145 Conacyt-INE, SEMARNAT 2001-2002, docu- miento”, Feria Internacional del Libro Uni-
mento inédito, México. versitario, Xalapa, 10 de septiembre.
PARÉ, L. y C. Cortés (2006), “Conflicting Rights ROBLES, H. y L. Concheiro (2004), Entre las fábu-
and Agendas in Protected Natural Areas in las y la realidad, los ejidos y las comunidades con
México: A Case for Accountability”, en L.P. población indígena, CDI, UAM-X, México.
Newel y J. Wheeler (coords.), Rights and ac- ROJAS, T. (1988), Las siembras de ayer. La agricultu-
countability, Zed Books, Londres. ra indígena del siglo XVI, SEP, CIESAS, México.
——— y C. Robles (2006), “En búsqueda de un RZEDOWSKI, J. (1978), Vegetación de México, Limusa,
manejo territorial del agua, transparente e in- México.
cluyente: una experiencia en el sur de Vera- ——— (1998), “La flora”, en E. Florescano (ed.),
cruz”, en V. Vázquez, D. Soares, A. de la Rosa El patrimonio nacional de México, vol. I, FCE,
Delgado y A. Serrano (coords.), Gestión y cultu- CNCA, México, p. 146.
ra del agua, t. II, IMTA, Colegio de Posgradua- ——— (1992), “Diversidad y orígenes de la flora
dos, México, pp. 62-92. fanerogámica de México”, en Ciencias, núm.
PEÑA, F. (2004), Los pueblos indígenas y el agua: de- especial 6, pp. 47-56.
safíos del siglo XXI, El Colegio de San Luis, Se- SÁNCHEZ, G.J.J. y S.L. Ordaz (1987), Systematic
marnat, IMTA, WALIR, México. and Ecogeographic Studies on Crop Genepools: El
PERALES, H., B.F. Benz y S.B. Brush (2005), Maize teocintle en México. Distribución y situación actual
Diversity and Ethnolinguistic Diversity in Chia- de las poblaciones, IBPGR, Roma.
pas Mexico, PNAS, vol. 102, Handbook of Energy SÁNCHEZ, J., M. Goodman y G.W. Stuber (2000),
Utilization in Agriculture, núm. 3, 18 de enero, “Isozimatic and Morphological Diversity in
pp. 949-954. the Races of Maize of Mexico”, en Economic
PIMENTEL, D. et al. (1979), “Food Production and Botany, núm. 54, pp. 43-59.
Energy Crisis”, en Science, núm. 182, pp. 443-449. SÁNCHEZ, J.J. y T.A. Kato Yamamake, M.A. San
POLANCO, H. (1999), Autonomía regional. La auto- Miguel, J.M. Hernández, A. López y J.A. Ruiz
determinación de los pueblos indios, Siglo XXI, (1998), Distribución y caracterización del teocintle,
México. INIFAP, SAGAR, México.
POSEY, D. y G. Dutfield (1996), Beyond Intellectual SANSEKAN, Tinemi y GEA (2007), Reforestación,
Property: Toward Traditional Resource Rights for http://www.laneta.apc.org/sanzekan/reforest.
Indigenous Peoples and Local Communities, Inter- htm (consultado en marzo).
289
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
SEMARNAP (1999), La gestión ambiental en México, ———, C. Rasmussen y O. May (1998), Las plan-
Semarnap, México. tas de la milpa entre los mayas. Etnobotánica de
SEMARNAT (2002), Informe de la situación del medio las plantas cultivadas entre los mayas en las milpas
ambiente en México. Compendio de estadísticas am- en el noreste de Yucatán, Fundación Tun Ben Kin,
bientales, México. Mérida, 294 pp.
SERVICIO DE INFORMACIÓN Y ESTADÍSTICA AGROALI- TOLEDO, C.A. (1982), “El género Bursera (Burse-
MENTARIA Y PESQUERA, SAGARPA, 2005. raceae) en el estado de Guerrero”, tesis, UNAM,
SERRANO, E., A. Embriz y P. Fernández (2002), México.
Indicadores socioeconómicos de los pueblos indíge- TOLEDO LLANCAQUEO, Víctor (2007), “El nuevo
nas de México, INI, UNDP, Conapo, México. régimen internacional de derechos de propie-
———, (coord.) (2006), Regiones indígenas de Méxi- dad intelectual y los derechos de los pueblos
co, Comisión Nacional para el Desarrollo de indígenas”, en L. Concheiro y F. López (coords.),
los Pueblos Indígenas, Programa de las Nacio- Biodiversidad y conocimiento tradicional en la so-
nes Unidas para el Desarrollo. ciedad rural. Entre el común y la propiedad pri-
SOBERÓN, J. (2000), “Presentación”, en L. Arria- vada, Colección Estudios e Investigaciones,
ga, J.M. Espinoza, C. Aguilar, E. Martínez, L. Centro de Estudios para el Desarrollo Rural
Gómez y E. Loa (coords.), Regiones terrestres Sustentable y la Soberanía Alimentaria, Cá-
prioritarias de México, Comisión Nacional para mara de Diputados, IX Legislatura, México.
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, TOLEDO, V.M. et. al. (1985), Ecología y autosuficien-
México. cia alimentaria, Siglo XXI, México.
SOLÍS, I. y J. van Heerwaarden (2003), Informe fi- ——— y M. Ordóñez (1993), “The Biodiversity
nal del proyecto: Rescate del sistema milpero tradi- Scenario of México. A Review of Terrestrial
cional maya ante el fenómeno del huracán Isidore: Habitats”, en T.P. Ramamoorty, R. Bye, A. Lot
la importancia de las especies criollas, Programa y J. Fa (eds.), Biological Diversity of Mexico. Ori-
de Pequeñas Donaciones, Red de Organiza- gin and Distribution, Oxford University Press,
ciones del Sureste para el Desarrollo Sustenta- Nueva York.
ble, PNUD, Mérida. ——— et al. (2001), “Atlas etnoecológico de
STAVENHAGEN, R. (2001), La cuestión étnica, El Co- México y Centro América; fundamentos, mé-
legio de México, México. todos y resultados”, en Etnoecológica, vol. 6,
STERN, N. (2007), “The Economics of Climate núm. 8, pp. 7-41.
Change”, en The Stern Review, Cambridge Uni- ——— et al. (2002), “Biodiversidad y pueblos in-
versity Press. dios en México y Centroamérica”, en Biodi-
SWAMINATHAN, M.S. (1996), Agrobiodiversity and versitas, núm. 43, pp. 1-8, Conabio, México.
Farmers Rights: Proceedings of a Technical Consulta- ———, B. Ortiz-Espejel, L.Cortés, P. Moguel y
tion on an Implementation Framework for Farmers M. de J. Ordóñez (2003), “The Multiple Use
Rights, Swaminathan Research Institute, Madrás. of Tropical Forests by Indigenous Peoples in
TABA, S. (ed.) (1995), Maize Genetic Resources. Mai- Mexico: A Case of Adaptive Management”,
ze Program Special Report: Latin America Maiz en Conservation Ecology, 7 (3), p. 9.
Germoplasm Regeneration and Conservation, ——— (2004), “Hacia un modelo biorregional en
CIMMyT, México. las regiones tropicales de México: biodiversi-
TERÁN, S. y C. Rasmussen (1994), La milpa de los dad, sustentabilidad y pueblos indígenas de
mayas prehispánicos y actuales, Danida. México”, en A. Gómez-Pompa et al. (eds.), La
290
Bibliografía
conservación en las regiones tropicales de México, VELÁZQUEZ, A. et al.(en prensa), “30 Years of Pro-
Universidad Veracruzana, Xalapa. gression of Mexican Forest Resources”, en
——— (2005), Repensar la conservación ¿Áreas na- Singapore Journal of Tropical Geography.
turales protegidas o estrategias biorregionales?, VITOUSEK P., H. Mooney, J. Lubchenco y J.M.
Congreso “Estrategias para la Conservación Melillo (1997), “Human domination of earth’s
de Áreas Naturales Protegidas de Designación ecosystems”, en Science, núm. 25, julio 1997,
Internacional”, Instituto de Ecología y MAB- vol. 277, pp. 494-499
Unesco, Xalapa, octubre. WELLHAUSEN E.J., L.M. Roberts, E. Hernández X.,
UICN (2000), Recomendaciones políticas, Quinta Reu- P.C. Mangelsdorf (coords. ) (1987), “Razas de maíz
nión del Órgano Subsidiario de Asesoramiento en México. Su origen, características y distribu-
Científico Técnico y Tecnología de la Confe- ción”, en Xolocotzia, Obras de Efraim Hernández
rencia de Partes, Montreal. Xolocotzi, Revista de Geografía Agrícola, Universi-
VAVILOV, N.I. (1927), Origin and Geography of Culti- dad Autónoma de Chapingo, tomo II, México.
vated Plants, Cambridge University Press, Cam- WHITE A. y A. Martín (2002), ¿De quién son los bosques
bridge. del mundo? Tenencia forestal y bosques públicos en
VÁZQUEZ-DÁVILA, M.A. (2001), “Etnoecología transición, Forest Trends (CD Forest Trends).
chontal de Tabasco”, en Etnoecológica, vol. VI, WILSON, E.O. (1989), “Threats to Biodiversity”,
núm. 8-9, México. en Scientific American, septiembre.
VEGA, S. de la (2001), “Índice de desarrollo social WILLIAMS-LINERA, G. (2007), El bosque de niebla del
de los pueblos indígenas”, en E. Serrano, P. centro de Veracruz: ecología, historia y destino en
Fernández y A. Embriz, Indicadores socioeconó- tiempos de fragmentación y cambio climático, Co-
micos de los pueblos indígenas de México, INI, UNDP, nabio, Instituto de Ecología, México.
Conapo, México. ZEDER, M.A., (2006), “Central Questions in Do-
VELÁZQUEZ, E. (2004), “Distintas formas de la apro- mestication of Plants and Animals”, en Evolu-
piación legal del Procede en la Sierra de Santa tionary Anthropology Issues: News, and Reviews,
Marta, Veracruz”, en E. Leonard, A. Quesnel núm. 15, pp. 105-117.
y E. Velázquez (coords.), Políticas y regulaciones ZOLLA, C. y E. Zolla (2004), Los pueblos indígenas
agrarias dinámicas de poder y juegos de actores, de México, 100 preguntas, Colección La plurali-
CIESAS-IRA, México. dad Cultural de México, UNAM, México.
291
Anexos
ANEXO 1. Ciudades con más de 5000 habitantes de población indígena según el Censo General
de Población y Vivienda, INEGI 2000
San Mateo del Mar Oaxaca 5 161 5 161 100 97.96 Huave
294
Anexos
San Isidro Buen Suceso Tlaxcala 6 253 6 253 100 93.76 Nahua
295
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
296
Anexos
ANEXO 2. Inventario forestal y cubierta de vegetación primaria y secundaria y uso del suelo en
los territorios de los pueblos indígenas. (No se consideraron asentamientos humanos, obras
de infraestructura ni cuerpos de agua.)
Arbustiva 44 112
Selva baja caducifolia Secundario
Arbórea 743
SUBTOTAL 15 605
297
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbórea 2 964
Bosque de encino Secundario
Arbustiva 11 172
Arbórea 687
Bosque de encino-pino Secundario
Arbustiva 5 293
SUBTOTAL 55 273
298
Anexos
SUBTOTAL 3 165
Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo Superficie de uso
del suelo (ha)
Agricultura de temporal Ninguna Anual 1 220
SUBTOTAL 1 220
299
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Anual 778
Agricultura de riego Ninguna
Semipermanente 299
Anual 29 352
Chinanteco Ninguna
Agricultura de temporal Semipermanente 33 592
SUBTOTAL 6 846
300
Anexos
Herbácea 1 696
SUBTOTAL 22 6183
301
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Subtotal 9 508
SUBTOTAL 46 633
Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo Superficie de uso
del suelo (ha)
Anual 1 374
Agricultura de temporal Ninguna
Semipermanente 19
302
Anexos
SUBTOTAL 896
Arbórea 521
Chuj - Kanjobal Selva alta perennifolia Secundario
Arbustiva 102
SUBTOTAL 683
303
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbórea 12 556
Bosque de encino
Secundario Arbustiva 12 905
Herbácea 2 399
Arbórea 2 560
Bosque de encino-pino
Secundario Arbustiva 517
Herbácea 825
Arbórea 2 495
Bosque de pino
Secundario Arbustiva 398
Herbácea 341
Arbórea 35 473
Bosque de pino-encino
Secundario Arbustiva 22 547
Herbácea 4 264
Arbórea 198
Bosque mesófilo de montaña
Secundario Arbustiva 1 546
Herbácea 106
Arbórea 295
Selva baja caducifolia
Secundario Arbustiva 15 040
Herbácea 225
Arbórea 26 784
Selva mediana subcaducifolia
Secundario Arbustiva 13 953
Herbácea 838
Arbórea 13 621
Selva mediana subperennifolia
Secundario Arbustiva 2 055
Herbácea 171
304
Anexos
SUBTOTAL 28 487
305
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
SUBTOTAL 12 101
SUBTOTAL 76 684
SUBTOTAL 6 291
306
Anexos
Arbórea 39 620
Selva mediana subperennifolia
Secundario Arbustiva 18 287
Huasteco Herbácea 623
SUBTOTAL 96 246
SUBTOTAL 53 758
SUBTOTAL 13 578
307
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbustiva 46 778
Bosque de encino
Secundario Arbórea 9 658
Herbácea 4 585
Arbustiva 4 104
Bosque de encino-pino
Secundario Arbórea 17 239
Herbácea 426
Arbustiva 364
Bosque de pino
Secundario Arbórea 1 543
Herbácea 363
Arbustiva 14 852
Bosque de pino-encino
Secundario Arbórea 50 784
Herbácea 868
Huichol
Bosque mesófilo de montaña Primario Ninguna 1341
Arbustiva 47 119
Selva baja caducifolia
Secundario Arbórea 25 191
Herbácea 552
Arbustiva 19 686
Selva mediana subcaducifolia
Secundario Arbórea 8 871
Herbácea 133
308
Anexos
Arbórea 9 293
Selva mediana caducifolia Secundario
Arbustiva 398
Ixil Primario Ninguna 1 050
Selva mediana subperennifolia
Secundario Arbórea 31
SUBTOTAL 13 511
Arbórea 1 113
Selva baja caducifolia Secundario
Arbustiva 295
SUBTOTAL 1 174
309
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
SUBTOTAL 11 912
SUBTOTAL 1 119
310
Anexos
SUBTOTAL 6 181
SUBTOTAL 27 216
SUBTOTAL 341
SUBTOTAL 857
311
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
312
Anexos
Arbustiva 89 702
Selva baja caducifolia
Secundario Arbórea 68 164
Herbácea 1 296
Arbustiva 2 600
Selva baja espinosa caducifolia Secundario
Arbórea 4 312
Herbácea 293
Herbácea 9 855
Herbácea 9 690
Herbácea 1 815
313
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Anual 36 235
Ninguna
Agricultura de riego Semipermanente 1 356
314
Anexos
SUBTOTAL 24 005
315
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
316
Anexos
Anual 3 282
Mazateco Agricultura de riego Ninguna
Semipermanente 11
Anual 31 720
Ninguna
Semipermanente 34 779
Agricultura de temporal
317
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
318
Anexos
Anual 12 260
Ninguna
Agricultura de riego Semipermanente 109
319
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
320
Anexos
SUBTOTAL 35 718
Nahua de Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo Superficie de uso
Durango del suelo (ha)
Agricultura de temporal Ninguna Anual 96
SUBTOTAL 863
Arbórea 753
Bosque de encino-pino Secundario
Arbustiva 854
SUBTOTAL 68 931
SUBTOTAL 7 159
321
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
322
Anexos
Arbórea 2 055
Bosque de encino
Secundario Arbustiva 1 114
Herbácea 16
Arbórea 3 554
Bosque de pino-encino
Secundario Arbustiva 6 448
Herbácea 2 561
Arbórea 28 169
Selva alta perennifolia
Secundario Arbustiva 89 174
Herbácea 11 190
Primario Ninguna 4
Arbórea 6 648
Selva alta subperennifolia
Secundario Arbustiva 2 710
Herbácea 433
Primario Ninguna 90
323
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Primario Ninguna 80
Arbórea 10 761
Selva mediana subperennifolia
Secundario Arbustiva 42 531
Herbácea 4 149
Luis Potosí, Sierra Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo Superficie de uso
Norte de Puebla, del suelo (ha)
norte de Veracruz Agricultura de humedad Ninguna Anual 50
324
Anexos
325
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbórea 2 577
Herbácea 1 178
326
Anexos
SUBTOTAL 67 793
SUBTOTAL 1 230
Arbustiva 12 244
Bosque de encino
Secundario Arbórea 1 565
Herbácea 121
Primario Ninguna 55
Bosque mesófilo de montaña
Secundario Arbustiva 87
SUBTOTAL 88 778
Anual 11 595
Agricultura de temporal Ninguna
Semipermanente 818
SUBTOTAL 15 521
327
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
SUBTOTAL 53
SUBTOTAL 50 858
SUBTOTAL 2 908
328
Anexos
SUBTOTAL 23 338
SUBTOTAL 16 623.3
Arbórea 29
Popoluca Selva baja caducifolia Secundario
Arbustiva 222
SUBTOTAL 46 022
SUBTOTAL 86 052
329
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Primario Ninguna 2
SUBTOTAL 88 739
330
Anexos
Arbórea 23 243
Selva mediana subperennifolia Secundario
Arbustiva 2 673
SUBTOTAL 1 608
331
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbórea 116
Herbácea 787
SUBTOTAL 5 932
332
Anexos
Arbustiva 26 905
Bosque de encino
Secundario Arbórea 13 716
Herbácea 5 170
Arbustiva 15 785
Bosque de encino-pino
Secundario Arbórea 12 740
Herbácea 1 258
Arbustiva 25 290
Bosque de pino
Secundario Arbórea 11 997
Herbácea 1 746
Arbustiva 25 879
Bosque de pino-encino
Secundario Arbórea 37 436
Tepehuán
Herbácea 7 293
Arbustiva 15 987
Selva baja caducifolia
Secundario Arbórea 9 024
Herbácea 211
Arbustiva 6 590
Selva mediana subcaducifolia
Secundario Arbórea 20 216
Herbácea 1 078
333
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbustiva 21 177
Bosque de pino-encino
Secundario Arbórea 7 528
Herbácea 187
Arbustiva 1 209
Selva mediana subcaducifolia Secundario
Arbórea 1 159
SUBTOTAL 58 257
334
Anexos
Superficie de uso
Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo
del suelo (ha)
Agricultura de riego Ninguna Anual 1274
Agricultura de temporal Ninguna Anual 33 599
Pastizal cultivado Ninguna Permanente 16 115
Pastizal inducido No disponible No disponible 27 803
SUBTOTAL 78 791
335
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbórea 4 281
Selva alta perennifolia
Secundario Arbustiva 18 137
Herbácea 6 697
Arbórea 6 806
Selva mediana subperennifolia
Totonaca Secundario Arbustiva 3 580
Herbácea 337
SUBTOTAL 63 058
336
Anexos
SUBTOTAL 44 360
Triqui Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo Superficie de uso
del suelo (ha)
Agricultura de riego Ninguna Anual 1 298
SUBTOTAL 5 856
Arbustiva 292
Selva baja espinosa subperennifolia Secundario
Arbórea 6
337
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Arbórea 50
Primario
Arbustiva 2 918
Selva mediana subcaducifolia
Arbórea 9 197
Secundario
Herbácea 65
338
Anexos
Primario Ninguna 43
Arbustiva 1 262
Selva baja espinosa subperennifolia Secundario
Arbórea 12
Arbustiva 1 240
Selva mediana subcaducifolia Secundario
Arbórea 5 534
Primario Ninguna 16
339
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
SUBTOTAL 36 541
340
Anexos
Arbustiva 19 665
Selva alta perennifolia
Secundario Arbórea 13 825
Herbácea 115
Arbustiva 680
Selva mediana caducifolia Secundario
Arbórea 14 150
Arbustiva 28 980
Selva mediana subcaducifolia Secundario
Arbórea 15 163
Zapotecos
Primario Ninguna 20 794
Anual 39 494
Agricultura de riego Ninguna
Semipermanente 2 426
341
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México
Superficie de uso
Uso del suelo Tipo de plantación Tipo de cultivo
del suelo (ha)
Agricultura de riego Ninguna Anual 57
SUBTOTAL 89 927
342
El patrimonio biocultural
de los pueblos indígenas de México
Hacia la conservación in situ de la biodiversi-
dad y agrodiversidad en los territorios indígenas
se terminó de imprimir en diciembre de 2008 en los ta-
lleres de Offset Rebosán, S.A. de C.V. Av. Acueducto
415, Col. San Lorenzo Huipulco, Tlalpan, 14370 México,
D.F. Producción: Dirección de Publicaciones de la
Coordinación Nacional de Difusión.