Entrevista Madre Covadonga AYACUCHO PERÚ

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MADRE COVITA

Entrevistado por Isaí López Cahuana.

Maria Estrella Valcárcel Muñiz o Madre Covadonga y para los ayacuchanos Madre
Covita. Su historia comienza el 27 de mayo de 1922 en un pueblecillo de Campomanes,
Asturias, España. Mujer aguerrida como toda asturiana, hija de un minero y una campesina
asturiana, tenía en total 10 hermanos de los cuales seis, más ella, fueron misioneros. A los 18
años de edad siente el llamado de Dios, «vete lejos» le decía su corazón, después de esto le
dijo a su madre qué quería ir lejos y ella le dijo: «hija prepárate a sufrir» y contenta ella se
preparó y comenzó su travesía en la fe.

El llamado que ella sintió le nació del corazón y dicho y hecho llego al Perú en el año de
1949, arribó por el lago Titicaca. Paso por diferentes lugares del Perú, Cañete, Huacho, Piura
y otros lugares más, de esta manera llega a Ayacucho en 1971 donde según la descripción de
la madre un lugar tranquilo, donde no existía el robo, acogedor, solidario y lleno de fe. Ella
se sentía ya parte de este hermoso lugar que le hacía recordar a su pueblo Campomanes, ya
va 46 años en este lugar y no piensa dejarlo.

Nunca se sintió alejada de su familia por la decisión que tomó, «a mi familia la siento tan
cerca a través de las llamadas, de los paquetes que mi hermana me manda de España». Ahora
su familia es ayacuchana, una gran multitud que le sigue y a través de ella siguen a cristo. Su
fe la llevó a hacer cosas extraordinarias en esta época donde el terror y la sangre corrían como
ríos acrecentados por el caudal del dolor y nostalgia, hacía llegar su ayuda al que más lo
necesita y al que menos recibía, noches que eran de toque de queda, con atentados en cada
esquina, con muertos hasta en las cárceles y hospitales, es donde ella llegaba aportando con
significativa amistad y hermandad al prójimo.

No fue fácil la tarea que se le encomendó hace más de 77 años, pero es feliz y esta complacida
de ser sierva de Dios. Ganadora de muchos premios y reconocimientos entre ellos el galardón
máximo que otorga el Gobierno Español La Encomienda de Isabel La Católica y también
ser la presidenta emérita del consejo por la paz en Perú y muchos otros reconocimientos más.
Nos encontramos a las 3:30 pm de hoy lunes 11 de diciembre. Muchas de nuestras citas
pactadas se postergaron por motivos personales y muchas otras razones, pero este es el
momento preciso. Es un día soleado que simplemente resplandece a esta ciudad tan religiosa
y devota del amor hacia su fe. Estaba en el jr. 3 mascaras, por la Iglesia Buena Muerte, al
costado viven las hermanas Misioneras Dominicas del Rosario,ellas son las que llevan el
amor hacia los rincones más lejanos y cercanos de Ayacucho. Toqué la puerta y me abrió
la puerta una de las hermanas de esta comunidad, me hizo pasar, me senté, mientras esperaba
pensaba como sería mi encuentro con ella, pensaba en las preguntas, si es que me entendería.
La espera se hacía un poco larga, pero sabía que solo faltaba poco para poder ya hablar con
ella. Al escuchar «puedes subir joven», caminé por las escaleras a la parte superior donde ya
estaba en la espera la Madre Covita, recién acababa de almorzar, estaba sentada limpiándose
los labios, la salude y me dijo «siéntate a mi lado, ¿cuál es tu nombre?», «me llamo Isaí
López», «un gusto Isaí» dijo. Me sorprendió que captara mi nombre en una sola vez que le
dije, ya que muchas veces me confunden con los nombres de Isaías, Esaú, Said, y ahí vi que
ella está más lucida que muchas otras personas que a esa edad donde no se puede entablar
una conversación tan ligera como estaba teniendo con ella.

La madre Covita es una de las personas más sencillas que llegué a conocer, desconocía
mucho de ella, de la gran ayuda que brindo a huamanguinos y en general a los ayacuchanos,
que en una etapa tan difícil sobrevivían en esta tierra. Las labores que ella sembró en esta
tierra son tan significativas como son las instituciones de alfabetización, basta mencionar la
Red de Educación de la Niña Rural; la Coordinadora de Trabajo con Mujeres, la Red
Internacional para la Atención y prevención de violencia familiar. La entidad por la paz y
concertación, Amnistía Internacional, el Colectivo de Derechos Humanos, etc. Y de manera
personal su gran labor de ayuda con los afectados de la época de terrorismo, saliendo en
horarios de toque de queda, yendo a las cárceles después de un atentado, siempre socorriendo
al más necesitado que hasta hoy en día lo sigue haciendo con ese mismo ímpetu.

Ella, la madre Covadonga, luce tan frágil, por su misma edad avanzada, se nota el cansancio
en sus manos, su mirada tan profunda transmite fuerza de labor para continuar en ese trabajo
que se le encomendó. «Va, comencemos» dijo, «si comencemos madre» respondí.
ISAÍ LÓPEZ le quisiera preguntar, ¿Cómo se siente en el servicio del Señor en la
misión que emprendió?

MADRE COVADONGA  Que buena pregunta, yo comencé en la labor del Señor


a los 18 años y ahora ya tengo 95 años, llevo en el Perú 68 años. Llegué a América por una
intuición que tenía en mi corazón que me decía: «vete lejos», esto lo comente a mi madre y
ella me dijo: «hija prepárate para sufrir». Así entre a la congregación de Dominicas, me
prepare, y cuando llego el momento de mandarnos a la misión, el 15 de setiembre de 1949,
la madre superiora nos llama a 6 misioneras, como era la más menor entre al último, miraba
como mis compañeras salían llorando y me preguntaba «que les Habrá hecho para que salgan
llorando». Cuando me tocó ingresar, la madre me dio un sobre en el cual decía: «destinada
al Perú», en ese momento el corazón me saltaba del pecho, el corazón se movió, sentía una
gran alegría cuando escuché en nombre del Perú, salté hasta arriba. Ya el 29 de setiembre de
1949 llegué al Perú por el Titicaca. Y ahora estoy aquí feliz y contenta para trabajar en mi
tierra y sobre todo en Ayacucho.

¿Cuál es la obra más grande que vio del espíritu santo en Ayacucho?

Yo pienso que a partir de Todo lo que me paso, del llamado a mi corazón, esto lo que tomé
como norma: «lo que el Señor me dice» lo que el Señor quiere que haga. Un domingo de
1980 me informaron que en la morgue en la morgue antigua no el de ahora había 15
cadáveres, yo estaba en la misa y me llego esa noticia, en esa época no existía motos, ni
carros, todo era a pie. Me fui a la morgue después de desayunar, entonces vi que era verdad,
si había una pierna por aquí, una cabeza por allá, «dios mío de mi alma» dije, fui solita a la
morgue y me asusté tremendamente. Salí del hospital, donde estaba la morgue, y en eso me
pregunté « ¿cómo es posible que ayacuchanos con ayacuchanos hayan hecho esto?» entonces
dije: «Señor que quieres que haga en el Perú, en Ayacucho» en eso me hablaban aquí
señalando su oído y me decía: «has lo que cristo aria» y desde ahí mi lema siempre ha sido
este «lo que cristo aria». Desde la mañana hasta la noche es lo que trataba de hacer, de ayudar
a los más necesitados, a los que están en la cárcel, en el hospital, iba a los cementerios, a los
velorios y esto es lo que cristo aria.
Es muy hermoso lo que usted relata, ¿todavía que anhela hacer por los ayacuchanos, por
los huamanguinos?

No ya tengo 95 años, pero yo quisiera si desde lo más profundo de mi corazón que Ayacucho
vuelva a ser lo que era Ayacucho, como la conocí. ¿Sabes como yo encontré a Ayacucho?
Yo vine aquí en 1971, y en el jirón 28 de julio todas las puertas de las casas estaban abiertas,
los pasillos, y todo porque no había robos, porque pasaba la gente y nadie robaba. Otra cosa
que aprendí en Ayacucho el Ayacucho que conoció en aquellos tiempos, yo veía una
familia que tenía 8 hijos y un niño mendigo en la calle, la familia que tenía 8 hijos recogía a
ese niño abandonado, y ya no eran 8 si no 9 con esto que te quiero decir, la familia
ayacuchana era acogedora, no ponía excusas que ya tengo 8 hijos y no podre con uno más,
sino que lo hacían eran acogedores. Y otra cosa que aprendí en Ayacucho, yo aprendí aquí
me enseñaron bastante, en los velorios o en cualquier situación adversa los ayacuchanos
punnn se reunían todos, toda la familia, los vecinos todos se reunían, esa solidaridad es
que aprendí de los ayacuchanos « ¿qué bonito no?», yo quisiera que se vuelva a ese pueblo
ayacuchano, así como era antes, tranquilo, sereno, honesto cobijador, solidario.

Sabes tú que eres joven, te voy a dar una lección, ¿sabes porque cambió ese Ayacucho?
Porque hubo y hay este intento de quitar a Dios de sus vidas, los jóvenes ya no confían en
Dios. Yo recuerdo en esa época como la misa era a las 4 de la mañana y ya después de eso
recién se iban al trabajo. Eso de las 4 de la mañana la iglesia estaba ¡llena, muy llena¡ pero
ahora con la idea de que Dios no existe, de que la ciencia sustituye a Dios, esto se metió, y
ahora los jóvenes no quieren saber nada de Dios pero están muy equivocados. Mientras Dios
este presente vamos a volver a la solidaridad, a la honradez, a la seguridad, a ser cobijadores.
¡Qué bonito¡

Entonces para usted la solución es estar en cristo ¿para usted que significa Cristo?

Para mí, hijo, Cristo es todo, es todo, es todo, es el que me da la vida, es el motivo por el cual
estoy aquí, me siento firme en mi vocación, el me da las fuerzas. Es todo, no puedo decir
nada más, es todo para mí.

Y en su vida, ¿Cuál fue el momento más difícil para luchar con su fe?
Eso sí es cierto, el momento más difícil para luchar con mi fe cuando en una circunstancia
me levantaron una calumnia grandaza, grandaza, yo en aquel momento podía haber dicho:
«ya que me calumnian así, no me entienden, mejor me voy a mi casa, a mi tierra» pero no
lo hice, me sentí fuerte y confié en el Señor. Diez años duro la calumnia y recién diez años
después se dieron cuenta que toda las calumnias que decían de mi eran mentira, pero estos
diez años los pase así, hizo una seña con la mano en señal de desgano como diciendo «para
que estoy aquí, ¿para esto?», pero mi confianza en el Señor me hizo fuerte, y más que nada
la fe, la fe hermanito me ayudó.

¿Y aquí en Ayacucho a quien considera sus amigos?

Yo considero a todos mis amigos, aunque hubo personas que hablan mal de mí y ahora
también hay personas que me están calumniando pero yo no los considero mis enemigos,
dice el Señor: «al que te hace daño hazle el bien» y sigo esto tal como me mando el Señor.
Yo he tenido la suerte sabes de que cosa, hasta el año de 1960 no podíamos leer la biblia 
¿porque? pregunte por que estaba prohibido por la iglesia leer la biblia, pero en 1963 el
vaticano de juan XXIII hizo un congreso donde se reunieron más de 2500 teólogos,
sacerdotes, etc. Donde acordaron que la iglesia estaba muy equivocada por que no dejaba
leer la biblia, entonces ellos dijeron que la biblia tiene que leer no solo los sacerdotes sino
todo el mundo tiene que leer. Y partir de entonces es que yo tuve la oportunidad de tener la
biblia en mis manos y desde ese día es que todo lo que dice la biblia lo tengo como sagrado,
como un mandato y cumplía todo lo que decía la biblia.

Yo quisiera agregar algo, desde que comencé la misión nunca me sentí alejada de mi familia
siempre la tuve cerca de mí a través de las llamadas, de los paquetes que me mandaba, a este
paquete ¨yo lo llamo la carta del rey¨ porque para mí esto era el mejor regalo cuando estaba
en momentos difíciles de mi vida. Cuando llegaba la encomienda que mi hermana me
mandaba yo me iba corriendo a recogerlo. A mí me gusta los chocolates que me mandan de
España, y con todo esto no me siento alejada de mi familia sino más que eso encontré una
nueva familia también aquí en Ayacucho.

Ahora que viene el Papa Francisco ¿ira a encontrarse con él?


No, no podemos, nosotras somos muy pobres, para poder ir a ver al Papa hay que tener plata,
hay que ir por lo menos en avión y más aún yo por mi edad, ya tengo 95 años y es muy
complicado que yo vaya yendo en bus a lugares tan lejos. Y bueno como todo el pueblo lo
voy a ver, al Papa por la televisión o el internet.

¿Cuál es la misión de la iglesia ayacuchana?

Sabe hermanito, la verdadera misión de la iglesia ayacuchana es ser fieles al reino de Dios
para que el viva en los hogares y esté presente en nosotros. No me lo destrocen, los hogares,
como lo están destrozando, ahora hay matrimonios de críos de 15, 16, 17 años, « ¿qué haces
esos críos en matrimonio? No saben de la vida» qué clase de familia van hacer, se cambió
todo ya no van acorde a lo que Dios nos dice.

Yo a los 18 año solo teníamos amigos no novios ¡que va¡ dijo, pero esa cosa de tener
enamorado o enamorada no. A los 15 años no estoy preparada para tener una familia es así
como se ha distorsionado lo que es matrimonio , la familia que es primordial para la sociedad.
Mientras invirtamos el plan de Dios todo será un caos.

Tu eres joven hermanito, cree en Dios, Cree en Dios ya, lo más grande para ti es que tengas
como amigo a Cristo, Cristo que sea tu amigo, pero se coherente no vas a ser amigo de Cristo
si tienes 4 o 5 mujeres con hijos regados por todo lado, eso no sería coherente, siendo amigo
de cristo te libra de todo eso,con una carcajada y una sonrisa termina este discurso.

Muy bonita la reflexión, y ¿Cuáles son las organizaciones que maneja dentro de Ayacucho?

No, sabes una cosa, nosotras somos como unidad, ósea aquí por ejemplo, la Madre Viki es
ayacuchana, la Madre Victorita es cusqueña y yo soy ayacuchana-asturiana lo dice con
alegría y una sonrisa y todas formamos un solo corazón, nos une la fe y la llamada de Dios,
entonces yo no tengo un proyecto propio sino junto con mis hermanas que es la comunidad
y alguno de nuestros proyectos es trabajar con la comunidad carcelaria, con los
discapacitados, en los hospitales con los enfermos, con los que más nos necesita, también ser
voz de los que no la tienen y este último es una labor muy bonita porque es donde más
contacto tengo con mis hermanitos.

Y, ¿cuál es su mensaje para el pueblo ayacuchano?


Yo le digo al pueblo ayacuchano: pueblo ayacuchano lo único que te pido que cuanto más
cerca de Dios estén más felices van a ser, no dejen a Dios a un lado, no vivan a espaldas de
Dios, ténganlo contento, cumplan con su deber de ser verdaderamente hijos de Dios y ámense
como hermanos, tratarse como hermanos, volver a nuestras raíces solidario, acogedor,
honrado, eso es Ayacucho.

Huamanga, diciembre 2017


ANEXO

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