La Era de Los Juguetes Ópticos
La Era de Los Juguetes Ópticos
La Era de Los Juguetes Ópticos
El taumatropo
El Fenaquistiscopio
Por el año 1833, dos físicos belgas, sin relación alguna entre
ambos, inventaron dos aparatos muy similares, basados también, en
los principios de la persistencia retiniana: Joseph Antoine
Plateau inventó el fenasquisticopio y Simos Ritter von Stampfer el
estroboscopio.
El fenasquisticopio fue un disco de cartón, con ranuras dispuestas
a lo largo de todo su contorno. Un mango en la parte inferior
servía para poder cogerlo con comodidad, y éste, a su vez, se
encontraba conectado a un eje en el centro del disco, por la parte
trasera, que hacía posible que el disco girase libremente. De
igual modo, una serie de dibujos, en posiciones ligeramente
distintas y, dispuestos entre cada ranura y por todo el contorno,
daban la sensación de moverse al hacer girar el disco y observar a
través de las ranuras con la ayuda de un espejo que reflejaba las
imágenes. Al girar el disco las imágenes daban la sensación de
moverse como si se encontraran dentro de un remolino perpetuo.
Los primeros temas, utilizados por Plateau y Stampfer, fueron
científicos. Luego, los comerciantes impusieron su imaginario con
una serie de distintos temas. Algunos de ellos fueron el caballo
saltando, el perro sabio, Gimnasta, Danzarín equilibrista,
Bailarina, Pareja bailando vals, Trapecista, Boxeadores,
Luchadores, Duelistas, Bebedor, Dos hombres con su bomba, Enfermo
cómico en gran plano a quien le duelen las muelas, Carpintero
serrando una tabla, Gendarme y ladrón, Herrero y un yunque,
Gallina picoteando, Payasos. (2)
El zoótropo
El praxinoxcopio
Los privilegiados
Del mismo modo y, como sucede hasta hoy, las novedades traídas por
las familias que tenían un contacto directo con Europa y que
viajaban con regularidad y traían, a modo de regalos, fue
indudablemente otra forma como los juguetes científicos llegaron
al País. Finalmente, los buhoneros trashumantes que viajaban de
ciudad en ciudad y de país en país, llevando la linterna mágica y
otros aparatos que llamaran la atención al público, fueron los
hombres invisibles que dejaron sus huellas imborrables en las
retinas de las generaciones precedentes que tuvieron la dicha de
verlos.
Referencias