Quiénes Son Los Socios Auxiliares

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¿Quiénes son los socios auxiliares?

Primeramente cada grupo de la Legión de María debe crear y mantener en derredor suyo un buen
número de auxiliares.
Piénsese en un regimiento de soldados bien dirigidos, valientes, perfectamente disciplinados y
equipados: ¿acaso no son más que fuerzas irresistibles? Y, sin embargo, ellos solos no son más que
una fuerza efímera. Día tras día dependen de una ingente multitud de operarios que les proveen de
municiones, víveres, ropas y asistencia médica. Retiradles esas provisiones, y veréis lo que queda
de ese magnífico ejército al cabo de algunas horas de combate.
Lo que estos suministradores son para el ejército, eso son los auxiliares respecto al praesidium
(grupo legionario). Ellos forman parte integral de la organización. Sin ellos el praesidium es
incompleto.

¿Quiénes pueden ser socios auxiliares?


En calidad de Socios Auxiliares pueden ingresar sacerdotes, religiosos y seglares. Son aquellos que
no pueden o no quieren asumir los deberes del socio activo, pero se asocian a la Legión
emprendiendo en su nombre un servicio de Oración.
Los Auxiliares se dividen en dos grados:
A) el primario, cuyos miembros están llamados simplemente Auxiliares, y
B) el grado superior, cuyos miembros serán llamados más propiamente Adjutores Legionis, o
sencillamente Adjutores.

¿En qué consiste ser un AUXILIAR de la Legión de María?


1) Grado primario: LOS AUXILIARES (ala izquierda suplicante)
El servicio de los Auxiliares consiste en rezar diariamente las oraciones contenidas en la Téssera, a
saber: La invocación y la oración al Espíritu Santo; cinco decenas del Rosario y las oraciones que
siguen después; la Catena y, por último, las oraciones finales.
Se puede repartir este rezo a lo largo del día, según la conveniencia de cada cual.
Los que ya recen el rosario diariamente por cualquier intención que sea, pueden hacerse socios
Auxiliares sin obligaciones de añadir otro Rosario.
2) Grado superior: LOS ADJUTORES. (ala derecha suplicante)
Este grado se compone de aquellos que, además de cumplir con los requisitos del grado primario,
se comprometen a vivir la Misa y comulgar diariamente y a rezar cada día alguna forma de oficio
aprobado por la Iglesia.
No se exige un oficio a los religiosos no obligados a él su regla.

No hay alguna cuota para ser miembro de la Legión de María. Lo único que la Legión exige del
socio Auxiliar es buena voluntad e intención sincera de cumplir con las oraciones prescritas.

Estas dos clases de socios auxiliares son para la Legión lo que las alas para el ave; ampliamente
extendidas por su gran número de auxiliares y batiéndolas poderosamente al impulso rítmico de la
fidelidad en sus oraciones, la Legión podrá remontar vuelo hasta las regiones encumbradas del
ideal y del esfuerzo sobrenaturales. Volará donde quiera con raudo vuelo, y no habrá montaña, por
alta que sea, que impida su paso. Pero, si estas alas se pliegan, la Legión se irá deslizando por los
suelos lenta y penosamente, y el menor obstáculo bastará para detenerla.
Los Auxiliares que se hayan logrado por los miembros activos, quedarán alistados en los registros
del Praesidium (grupo local). Cada praesidium guarda un registro temporal, y otro permanente,
anotando en el primero los nombre de los Auxiliares nuevamente reclutados, y en el otro, los de
aquellos que, terminada la prueba de tres meses, hayan permanecido fieles en el cumplimiento de
sus obligaciones y expresado deseos de continuar con ello.

¿Qué recibimos con ser auxiliares?


Por generoso que se muestre el socio auxiliar para con la Legión, ésta le devuelve el ciento, el mil,
el millón por uno. En esto, lo mismo que el socio activo: les revela las grandezas de María, los alista
en el servicio de tan excelsa Reina, les ayuda a profesar a María un verdadero amor; ventajas todas
tan inmensas, que decir "el millón por uno" es quedarnos cortos en ponderar la ganancia. La Legión
eleva su vida espiritual de sus socios a un plano superior, y de este modo les asegura un aumento
de bienes eternos.

¿Quién puede negar a María una ofrenda como ésta?


Además, Ella, que es la Reina de la Legión, es igualmente la Reina del mundo y de todo lo que el
mundo encierra; por consiguiente, dárselo todo a María es darlo todo allí donde la necesidad es
más apremiante, donde nuestra oración tendrá más eficacia.

Participación de los Auxiliares en el trabajo legionario

El socio auxiliar tiene la sensación que es simplemente un adjunto a la Legión y al


que los activos no valoran mucho; sin embargo, eso está muy lejos de la verdad.

La Legión de María sitúa a los auxiliares en el mismo plano que a sus socios
activos, insiste en que son verdaderos socios, aprecia mucho el valor de su oración.

Para comprender mejor esta insistencia, puede ser de utilidad recordar el primer
año de la Guerra Europea. A causa de las rápidas victorias alemanas se alistaron
muchos reclutas, que se entrenaban apresuradamente, y se les enviaba al Frente,
pero su presencia allí no hizo cambiar enseguida en le curso de la batalla. ¿Por
qué? Porque el ejército tenía escasez de suministros, les faltaba municiones para
mantener un fuego continuo. Por ello se crearon fábricas, y miles de trabajadores
se colocaron para fabricar municiones. Estos trabajadores creían que estaban
aportando "su granito de arena" como era en realidad, aunque no del mismo modo
que los que estaban en servicio activo, y tenían razón.

La Legión de María desde sus comienzos, como un ejército, el ejército de María, para luchar las
batallas del Señor, comprobó que, una vez que se empieza a extender el frente de batalla, se
necesita cada vez mayores cantidades de municiones. Pero las municiones de la lucha de la Legión
de María son las oraciones y los buenos trabajos. En esto se diferencia la Legión de un ejército
ordinario, en que sus compañías pueden fabricar municiones aunque estén en servicio activo, aún
cuando la cantidad necesaria exceda con mucho de su capacidad, aunque se esfuercen al máximo.
Así, los auxiliares de la Legión están llamados a ser los que compensan con oraciones el servicio del
trabajo activo, que, por causa u otra, no pueden ofrecer.

Siempre han sido reconocidos auténticos legionarios.

Existe una vieja historia de un famoso predicador que fue enviado a combatir la herejía de un país,
que nos puede ayudar a entender mejor la función del auxiliar. Este predicador iba acompañado de
un hermano lego, y predicaba la fe católica con celo ardiente y elocuencia apasionada. Su trabajo
era bendecido por muchas conversiones. En el lecho de muerte daba gracias a Dios por haber sido
instrumento de salvación para tantos. Entonces le fue revelado que no fueron sus palabras, sino la
recitación constante del "Ave María" el hermano lego durante sus sermones la que atraía la gracia a
aquellas almas. Por eso la Legión valora tanto a sus auxiliares, y por eso es tan cuidadosa en su
reclutamiento y atención.

Así como no sería correcto infravalorar la importancia del Auxiliar, tampoco lo sería pensar que la
entrega es sólo por una parte y que no se recibe nada de la Legión en recompensa por las
oraciones ofrecidas por Ella. Por el contrario, la Legión concede a sus miembros dones mucho más
preciosos que los que recibe de ellos.
A los auxiliares en particular puede darles un sentido de participar en la lucha por la fe, de luchar
en la batalla de Dios en el mundo, que ellos apenas podrían conseguir de otro modo. Ellos son de
verdad una parte esencial de ese ejército que, bajo la capitanía de María, está luchando en los
cinco continentes contra el mal. Las batallas de la Legión de María son sus batallas; las victorias de
la Legión son sus conquistas.

Hágase socio auxiliar de la Legión de María, contáctese con un miembro o socio activo en alguna
parroquia.

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