La Importancia de Los Escudos Fiscales
La Importancia de Los Escudos Fiscales
La Importancia de Los Escudos Fiscales
21/03/2012
Los escudos fiscales (EF) son todos aquellos gastos que, registrados en el estado de resultados de la
empresa, determinan, al reducir el monto imponible, un menor pago del impuesto a la renta. Bajo esa
definición, entonces, TODOS (así subrayado y en negrita) los gastos anuales en los que incurre la firma
(materia prima, salarios, alquileres, etc.) se convierten en EF.
Si bien esto es correcto en Finanzas y, sobre todo, a la hora de que se evalúan proyectos, los EF que nos
interesan son los que se derivan de tres rubros del gasto, a saber: la depreciación, los gastos financieros y
los derivados de las ventas de los activos fijos al inicio o al final del momento de la inversión. La
respuesta del porqué es simple y fácil de entender: todo lo que reduzca la salida de efectivo del proyecto
-y el pago del impuesto a la renta es una de ellas- redundará en una mayor disponibilidad de caja, lo que
a la vez se traducirá en una mayor generación de valor para el accionista.
Los EF que provienen de la depreciación (EFD) y de los gastos financieros (EFI), son fáciles de
entender. Los resumo en los cuadros siguientes, en los cuales se asume una tasa de impuesto a la renta de
30%:
Queda claro que la inclusión de ambos rubros de gasto ha reducido el monto imponible y el pago del
impuesto a la renta. Alguien podría observar que también la utilidad ha disminuido, pero, como
sabemos, lo que manda es la caja y no la utilidad a la hora de generar valor (si no está de acuerdo
conmigo, le pido que revise la entrega “Caja o utilidad… ¿Qué prefieren ustedes?” de fecha
23.11.2009; por lo que, al final del día, el pagar menos tributos, hace que el proyecto tenga más caja y,
por ende, genere más valor para sus accionistas.
Hay un efecto que hay que resaltar y es que el EFI reduce la tasa de interés que efectivamente paga la
empresa o el proyecto cuando toma deudas. Si no le queda claro el porqué, le pido que revise las
entregas Y usted le da crédito al crédito (Parte 2) y El flujo de caja del accionista de fechas
07.12.2009 y 28.07.2010 respectivamente. Asimismo, la depreciación no representa una salida de
efectivo. Es más bien una provisión contable que se registra en el estado de resultados para tener en
cuenta el desgaste por el uso de los activos fijos en el proceso productivo. Un aparte, muchas personas,
consideran a la depreciación como un generador de efectivo. Esto no es verdad: la depreciación per
se no -repito: no- genera efectivo. Es más bien su efecto al reducir el monto imponible lo que le entrega
efectivo al proyecto.
Dos puntos que son importantes considerar:
Uno. Los escudos fiscales sólo operan cuando hay utilidades (Tatúeselo en la frente, por favor, para
que nunca se le olvide). Obviamente, si la empresa no tiene utilidades, no tiene que pagar impuesto a la
renta y, por lo tanto, pierde totalmente importancia el hecho de que se registren rubros de gasto que
reduzcan el monto imponible, simplemente porque este no existe.
Dos. La manera más sencilla de calcular el menor pago de impuesto derivado de los EF es fácil de
entender. Por ejemplo, en el caso de la depreciación, la menor salida de caja fue de S/.6.00 y, en el caso
de los gastos financieros, el monto ahorrado fue de S/.4.50. Para obtenerlos, siga estos dos pasos:
Paso 1. Verifique que ese año existan utilidades en el proyecto o empresa. Si la respuesta es sí, entonces
pase al paso 2.
Paso 2. Multiplique la tasa de impuesto a la renta, en nuestro caso 30%, por la depreciación del período
en caso que esté buscando el EFD o por los gastos financieros cuando busque el EFI. El monto así
obtenido será el ahorro producido en el impuesto a la renta.
En la siguiente entrega, abordaré los EF que se originan en la venta de los activos fijos o cuando se
presentan costos de oportunidad por el uso de maquinaria y equipo ya adquirido por la empresa y que
será utilizado en el proyecto cuando pudo haberse vendido.
AVISO PARROQUIAL: Para estar a tono con la modernidad quiero informarles, queridos amigos, que
he creado mi cuenta en Twitter, @finance_rules, y espero contar con su preferencia.
Victor
Muy interesante, pero discrepo en cuanto al ahorro tributario por efecto del EFI, ya que la empresa o proyecto
en este caso, efectivamente realizó ese gasto y afectó su caja (salida de efectivo), por lo que este gasto a mi
parecer debe de estar en el escenario 1 de su caso.
Saludos.
luis
estimado paul
muy interesante la publicación… tenia una duda… como dices, el escudo fiscal solo se aplica cuando hay
utilidades… entonces queria saber como calcular el impuesto a la renta para un periodo de utilidad positiva, si
es q la suma de mis periodos anteriores acumulados de utilidades negativas son mayores a la utilidad positiva
del periodo?
ALBERTO ZEVALLOS
Estimado Paul:
Teniendo en cuenta las siguientes variables:
Tasa de interes anual 8%
Impuesto a la renta 30%
Jesus Delgado
Disculpe tengo una duda con respecto al escudo tributario, cuando lleve el curso de evaluación de proyectos
en la universidad me enseñaron que después del flujo de caja económico se le resta la amortización del
préstamo y los intereses del préstamo; y se le suma el escudo tributario que es el 30% de los intereses para
cada año.
Esto se da porque para mi proyecto estoy considerando un préstamo al banco para cubrir el 40% de la
inversión tangible y el prestamo lo pago en los dos primeros años del proyecto.
Es esto correcto profesor sobre el escudo tributario y me podría explicar la lógica de este ya que
matemáticamente lo entiendo pero en este caso particular no.
Oscar Ubillus
Profesor, muy interesante su persentación del escudo fiscal,
pero tengo una duda al respecto para el uso del escudo fiscal en el cálculo del wacc.
¿ que pasa cuando se tiene participación de los trabajadores en la empresa?
Para la formula del Wacc seria Wacc = (D/E+D) * Rd x (1-t)* (1-pp) + Re*E/D+E y si contablemente la
participación se asienta como gasto administrativo..se deberia usar dentro de la formula del wacc o no?
Escudo fiscal
Un escudo fiscal es cualquier deducción que el código fiscal le permite a las empresas a reducir su base
imponible y, en consecuencia, pagar menos en impuestos sobre la renta del negocio. Los escudos
fiscales toman varias formas, pero la mayoría incluye cierto tipo de gastos deducibles de impuestos. Por
ejemplo, si una empresa toma un préstamo y paga intereses sobre el mismo todos los meses, los pagos de
intereses son deducibles de impuestos. Las tasas de intereses más altas crean escudos fiscales más
grandes. El dinero que una empresa ahorra con un escudo fiscal es dinero que no tiene que pagar al
gobierno como impuesto.
Cálculos
El proceso para calcular el impacto de un escudo fiscal es relativamente sencillo. El valor del ahorro en
impuestos es la cantidad de dinero que se ahorra en impuestos. Un escudo fiscal de interés es igual al
costo de los intereses multiplicado por la tasa de impuestos de la compañía. El costo de interés aparece
en otros lugares en el estado de flujos de efectivo como pago a la entidad crediticia. Sin embargo, este es
el costo de hacer negocios en el cual la empresa incurriría independientemente de sus implicaciones
fiscales. Algunos estados de flujo de efectivo pueden mostrar múltiples escudos fiscales, cada uno
basado en una multiplicación simple, la cual puede añadirse en conjunto para determinar el valor total de
ahorro en impuestos para el período de tiempo que abarca la declaración.
Significado
Los líderes de una compañía financiera, inversionistas y posibles compradores de valores posibles todos
tienen un interés en un análisis de flujo de efectivo. El flujo de caja indica la probabilidad de una
empresa es ser capaz de cumplir con su obligación futura, incluida la nómina, los impuestos y las
deudas. Los analistas llevan a cabo una serie de cálculos para contabilizar los escudos fiscales y otras
variables en el flujo de caja, incluyendo el análisis del flujo de caja descontado y cálculos del valor
actual ajustado. Si el flujo de efectivo de una empresa se basa en los escudos fiscales que no pueden
mantenerse (deducciones por intereses sobre un préstamo que pronto pagará por completo, por ejemplo),
puede indicar un problema inminente. Del mismo modo, un flujo de caja que se beneficie de un ahorro
fiscal en curso hace que un negocio parezca más fuerte.
Ejemplo
Supongamos que una empresa tiene US$ 100.000 en ingresos y US$ 50.000 en gastos
de operación, lo que significa que tiene unarenta imponible de US$ 50.000. En un tipo
impositivo del 30 por ciento, los impuestos adeudados son US$ 15.000. Sin embargo, si
esa misma empresa también es propietaria de un activo amortizable, eso proporciona una
deducción por depreciación de US$ 20.000, la base imponible es ahora de US$ 30.000 y
los impuestos adeudados suman US$ 9.000. El escudo fiscal por depreciación es de US$
6.000.
Gasto versus escudo fiscal
El escudo fiscal por depreciación es diferente de la depreciación registrada en los
registros contables y reportada para efectos fiscales. En el ejemplo, el gasto de
depreciación es de US$ 20.000. El escudo fiscal de 6.000 dólares sólo representa un
ahorro fiscal.
Consideraciones
Una empresa tendrá en cuenta el efecto del escudo fiscal por depreciación al momento de
decidir si comprar o arrendar equipos u otros activos, porque los activos arrendados no
generan un escudo fiscal. Por supuesto, otros factores entran en juego en esta decisión,
como las tasas de interés para financiar los activos y la duración de los planes de negocio
para mantener los activos.
Cómo calcular correctamente el valor de los escudos fiscales
Fernández López, Pablo
Los impuestos son algo más que una mera preocupación de los directivos financieros, puesto que
influyen enormemente en la toma de decisiones de carácter financiero. Por ejemplo, los escudos
fiscales alteran las decisiones de presupuesto de capital, afectan a la estructura de capital, etc. El
escudo fiscal es una reducción de los impuestos sobre ingresos como resultado de una desgravación
fiscal de los ingresos imponibles. En muchas ocasiones, debido a que el interés de la deuda es un
gasto deducible, las empresas asumen deuda para que les haga las veces de escudo fiscal.
Aun siendo un tema importante, no parece haber consenso entre la literatura existente sobre cuál es
el método correcto para calcular el valor de los escudos fiscales. La mayoría de los autores conciben el
cálculo del valor del escudo fiscal en términos del correspondiente valor actualizado del ahorro fiscal
debido a los pagos del interés de la deuda. Otros proponen que se descuente el ahorro fiscal del coste
de la deuda, o del coste del capital en el caso de una empresa sin apalancamiento.
En el documento de investigación "The Value of Tax Shields and the Risk of the Net Increase of Debt"
("El valor de los escudos fiscales y el riesgo del aumento neto de la deuda"), Pablo Fernández,
profesor de Dirección Financiera de IESE, muestra que una forma lógica de calcular el valor del ahorro
fiscal es no considerarlo el valor actualizado de una serie de flujos de caja, sino la diferencia entre los
valores actualizados de dos series de flujos de caja diferentes: para la empresa sin apalancamiento y
para la empresa apalancada.
Fernández sigue un nuevo método para demostrar que, en un escenario sin costes de apalancamiento,
el valor de los escudos fiscales es el tipo fiscal por la deuda, más la tasa fiscal por el valor actualizado
de los aumentos netos de la deuda. Esta expresión es la diferencia entre los valores actualizados de
dos flujos de caja diferentes, cada uno con su propio riesgo: el valor actualizado de los impuestos para
la empresa sin apalancamiento y el valor actualizado de los impuestos para la empresa apalancada.
El documento aplica este resultado general a situaciones concretas (deuda perpetua, deuda de un año
de vencimiento pero refinanciada perpetuamente, deuda proporcional al valor de los recursos propios,
etc.) y obtiene la relación entre la rentabilidad sobre activos y la rentabilidad sobre recursos propios
para perpetuidades en un escenario sin costes de apalancamiento. También obtiene la relación
correspondiente entre el beta de los recursos propios apalancados, el de los recursos propios sin
apalancamiento y el de la deuda.
El autor muestra que en el caso de la deuda perpetua, el valor de los escudos fiscales equivale al tipo
fiscal por el valor de la deuda. Cuando se espera que la empresa liquide la deuda corriente sin emitir
nueva deuda, el valor de los escudos fiscales es el valor actualizado del interés de la deuda por el tipo
fiscal, descontado de la rentabilidad sobre la deuda. En el caso de empresas en continuo crecimiento,
y bajo determinados supuestos, el valor de los escudos fiscales en un escenario sin costes de
apalancamiento equivale al valor actualizado de la deuda por el tipo fiscal por la rentabilidad sobre los
recursos propios sin apalancamiento, descontado del coste de los recursos propios sin
apalancamiento.
Una parte sustancial del documento está dedicada a revisar y analizar la literatura de finanzas
existente acerca del valor de los escudos fiscales. Fernández descubre que la mayoría de los
documentos anteriores calculan el valor de los escudos fiscales como el valor actualizado del ahorro
fiscal debido al pago de intereses.
El autor sostiene que, en cambio, la medida correcta del valor de los escudos fiscales es la diferencia
entre dos valores actualizados, el de los impuestos para la empresa sin apalancamiento y el de los
impuestos para la empresa apalancada. Fernández demuestra que las metodologías que descuentan
los escudos fiscales esperados de la rentabilidad sobre los recursos propios sin apalancamiento arrojan
resultados contradictorios en lo que respecta al valor actualizado de los aumentos netos de la deuda.
Dada la gran cantidad de métodos alternativos para calcular el valor de los escudos fiscales que
existen, Fernández propone tres formas de compararlos y diferenciarlos: calcular el valor de los
escudos fiscales para perpetuidades; comprobar el valor actualizado implícito de los aumentos netos
de la deuda, o comprobar la relación implícita entre el coste de los recursos propios sin
apalancamiento y el de los recursos propios apalancados con cada uno de los métodos recogidos por
la literatura.