Tesis Amor Violencia Personalidad
Tesis Amor Violencia Personalidad
Tesis Amor Violencia Personalidad
Facultad de Psicología
TESIS DOCTORAL
RD 1393/2007
PRESENTADA POR:
Mª Cristina Santos González
DIRIGIDA POR:
Dra. Mª José Báguena Puigcerver
Dra. Mª Ángeles Beleña Mateo
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar me gustaría dar las gracias a mis tutoras de tesis Mª José y Ángela por
su grandísima ayuda, asesoramiento, sugerencias y su gran profesionalidad. En todo
momento han estado pendientes de mí, aun estando en la distancia, y me han brindado
todo lo que he necesitado en cada momento incondicionalmente. Este trabajo se lo debo
en gran parte a ellas y siempre estaré agradecida, especialmente porque han hecho que
este camino fuera fácil por su cercanía y apoyo en todo momento. ¡Mil gracias!
A Wolfgang Gralke por su colaboración en los análisis estadísticos y sobre todo por su
simpatía y buen humor.
Finalmente, a todos los jóvenes que han formado parte de este proyecto y que han cedido
su tiempo, porque gracias a ellos hemos podido llevar a cabo nuestros objetivos.
¡Muchas gracias!
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 1
I
CAPÍTULO II. MÉTODO 61
2.1. Introducción 61
2.2. Diseño 61
3.1. Introducción 75
3.2.1. Fiabilidad 76
II
3.4.1. Violencias 101
III
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 197
ANEXOS 223
IV
ÍNDICE DE TABLAS
V
Tabla 14. ANOVA: Influencia de la edad sobre las variables 109
de la LAS
VI
Tabla 29. Correlaciones en el grupo de mujeres (N=212) entre
las variables de la LAS y las del NEO-FFI 129
VII
Tabla 44. Medias y Desviaciones Típicas de las variables del
ASPA, LAS y NEO-FFI en los grupos de 22, 23, 24, 25 y 26 años 252
VIII
Figura 15. Representación de las medias de la edad en 5
variables del CUVINO-R (B) (N=309) 105
IX
Introducción
INTRODUCCIÓN
1
Introducción
2
Introducción
Una vez realizada esta pequeña introducción para justificar el objetivo general del
estudio, vamos a presentar cada uno de los apartados de los que va a constar nuestro
trabajo. En primer lugar expondremos el marco teórico de la investigación para explicar
en qué consiste la violencia en el noviazgo, los datos de prevalencia de las víctimas de
dicha violencia, los factores de riesgo y las problemáticas asociadas a este tipo de
conductas, los instrumentos de evaluación más característicos en la violencia en parejas
jóvenes y los programas de prevención de este tipo de violencia como futuras formas de
erradicarla. A continuación presentaremos las principales teorías sobre los estilos de
comunicación, los estilos de amor y la personalidad, junto con los autores que han sido
más relevantes en estas áreas; así como sus relaciones con la violencia en las parejas
jóvenes, objetivo principal de este trabajo. En este caso hablaremos de autores que han
trabajado en este campo de investigación y sus principales estudios y conclusiones
relacionadas con el tema. Por último se expondrán los objetivos de esta investigación, así
como las hipótesis, las cuáles veremos si se cumplen o no en función de los resultados
obtenidos en nuestro trabajo.
El tercer capítulo reflejará los resultados que hemos obtenido con la muestra de
personas jóvenes que han participado en la investigación.
3
Capítulo I. Marco Teórico
Wolfe y otros (1996) la definen como cualquier intento por controlar o dominar a
una persona física, sexual o psicológicamente, generando algún tipo de daño sobre ella.
La violencia en las parejas jóvenes, al igual que ocurre con la violencia contra la
pareja en adultos, incluye diversas formas de maltrato (físico, psicológico o sexual) y
puede manifestarse desde las formas más leves hasta las más extremas (asesinato). Sin
5
Capítulo I. Marco Teórico
Tabla 1
Conductas de violencia de pareja en adolescentes. Fuente: Provedano, A. y Monreal, M.C
La conducta Los abusos El abuso físico El abuso sexual
dominante verbales y
emocionales
-No permitir salir -Le insulta con -Empujones. -Manoseos y besos
al otro/a con sus apodos indeseables. indeseados.
amistades. -Golpes.
-Tiene celos con -Relaciones
-Llama o trata de frecuencia. -Patadas. sexuales obligadas.
localizar a la pareja
constantemente -Le da poca -Puñetazos. -Privación del uso
(teléfono móvil). importancia. de medios para el
-Bofetadas. control de la
-Le ordena qué -Le amenaza con natalidad.
ropa debe vestir. hacerle daño a -Pellizcos.
él/ella, a su familia -Juegos sexuales
-Le acompaña o a sí mismo -Tirar del cabello. por la fuerza.
obligadamente todo (suicidio) si no
el tiempo. hace lo que él/ella -Estrangular (el
desea. cuello).
Además, hoy en día no podemos olvidarnos de los nuevos tipos de violencia que
se dan a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC)
(Instituto Nacional de Tecnología de la Comunicación, 2012) como son el ciberacoso,
con las particularidades del cyberbullying y el network mobbing. El más común es el
6
Capítulo I. Marco Teórico
ciberacoso que consiste en amenazar, hostigar, humillar o realizar otras acciones molestas
por medio de las tecnologías telemáticas de comunicación, como Internet, teléfonos
móviles, correo electrónico, mensajería instantánea, videoconsolas online, etc. El
cyberbullying se produce en el período de escolarización de niños y niñas y tiene la
particularidad de que sólo están implicados/as en él menores de edad y se produce entre
iguales. Se basa en las mismas conductas del ciberacoso, insultos, humillaciones,
amenazas, etc. Por último, dentro de esta primera modalidad, el network mobbing, se da
en el ámbito laboral entre trabajadores/as digitales y consiste en el hecho de que los
acosadores vierten informaciones falsas sobre la víctima a través de la red con la intención
de dañar su imagen profesional. Otras formas de violencia son el sexting que consiste en
el envío, difusión o publicación de contenidos eróticos o pornográficos, producidos por
el mismo remitente y utilizando un dispositivo móvil; el grooming que es el acoso ejercido
por una persona adulta para establecer una relación y control emocional sobre el niño/a,
con el fin de preparar el terreno para el abuso sexual del o de la menor; y el happy slapping
que consiste en la grabación de peleas a través de teléfonos móviles y donde las imágenes
se cuelgan posteriormente en la red.
Varios autores han señalado que la violencia en este tipo de relaciones podría
predecir la violencia durante el matrimonio o la convivencia (Muñoz-Rivas et al., 2007;
Rodríguez, et al., 2001; Browne y Herbert, 1997). Además, dicha forma de violencia
parece ser un factor de riesgo para varias dificultades de salud, como el abuso de
sustancias, el sexo inseguro, las conductas inadecuadas de control de peso, la baja
autoestima y los intentos de suicidio. Por ello, resulta justificable brindarle una mayor
atención, tanto como la que tiene la violencia en las relaciones adultas (Centers for
Disease Control and Prevention, 2006; Matud, 2007; Muñoz-Rivas et al., 2007).
7
Capítulo I. Marco Teórico
Los estudios que se han realizado en las últimas dos décadas sobre la prevalencia
de esta forma de violencia de pareja han revelado que este fenómeno es más común de lo
que anteriormente se pensaba. De acuerdo con Lewis y Fremouw (2001), este tipo de
8
Capítulo I. Marco Teórico
violencia antes era considerado insignificante o muy raro, por lo que la investigación
especializada se había centrado en las parejas maritales o en convivencia.
Sears, Byers y Price (2007) encontraron que el 43% de los adolescentes y el 51%
de las adolescentes de su estudio habían ejercido alguna conducta de maltrato físico,
psicológico o sexual hacia su pareja. En particular, hallaron que el 35%, el 15% y el 17%
de los varones habían realizado actos de violencia psicológica, física y sexual,
respectivamente; mientras que un 47%, un 28% y un 5% de las mujeres habían ejecutado
actos de la misma naturaleza, respectivamente. Estos resultados señalan que las mujeres
9
Capítulo I. Marco Teórico
ejercen mayoritariamente más actos de violencia psicológica y física que los varones, si
bien menos actos de violencia sexual que estos.
Vázquez, Torres, Otero, Blanco y López (2010) en su estudio sobre una muestra
de mujeres universitarias españolas, encontraron que un 15,2% sufrió algún tipo de
10
Capítulo I. Marco Teórico
maltrato (físico, emocional o sexual) a lo largo de su vida, mientras un 7,1% refirió haber
sido víctima de violencia en los doce meses previos al estudio.
11
Capítulo I. Marco Teórico
parejas casadas, en donde la frecuencia de mujeres victimizadas tiende a ser mayor que
la de los varones (Krug et al., 2003). Diversos autores han expuesto el hecho de que los
chicos tienden más a legitimar las conductas violentas como respuesta y les restan
importancia, mientras que las chicas realizan una sobrevaloración de sus actos y se sienten
culpables por ello (González-Ortega, Echeburúa y Corral, 2008). Algunos resultados han
puesto de relieve que los varones suelen rechazar menos la violencia y la justifican más
que las chicas (Garaigordobil, Aliri y Martínez-Valderrey, 2013); una de las posibles
explicaciones es el alto grado con el que éstos asimilan las actitudes y creencias machistas
de la sociedad (Arenas-García, 2013). No obstante, estos mismos datos muestran que las
tasas de prevalencia varían de acuerdo con los tipos de violencia examinados (Hanson,
2002), la definición operacional de violencia y los instrumentos utilizados (Lewis y
Fremouw, 2001).
Antes de finalizar este apartado, vamos presentar algunos datos obtenidos a través
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad sobre las víctimas mortales por
violencia de género desde enero del 2003 hasta diciembre del 2016, para ver la
importancia y extensión de este fenómeno. Los datos hacen referencia a mujeres, por ser
el género que presenta mayor porcentaje, pero no podemos olvidar que este tipo de
violencia aparece también en varones, aunque en menor medida. En primer lugar, en la
Figura 1 mostramos el número de víctimas por año (desde el 2003 hasta el 2016).
12
Capítulo I. Marco Teórico
30
20
10
0
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Total año
Figura 1. Número de víctimas mortales por violencia de género desde enero del 2013 hasta
diciembre del 2016
Como podemos observar, el número de víctimas mortales entre enero del 2013 y
diciembre del 2016 ascendió a un total de 870 mujeres, presentando la distribución que
aparece en la Figura 1. Las cifras se refieren a mujeres muertas a manos de su pareja o
expareja, en los términos del artículo 1 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de enero, de
medidas de protección integral contra la violencia de género.
13
Capítulo I. Marco Teórico
Tabla 2
Características sociodemográficas de las mujeres víctimas de violencia
de género en el año 2015, 2016, Enero y Febrero del 2017
Año 2015 Año 2016 Enero y Febrero
(N=60) (N= 44) 2017 (N=15)
País de nacimiento
España 38 (63.3%) 25 (56.8%) 10 (66.7%)
Otros países 22 (36.7%) 19 (43.2%) 5 (33.3%)
Edad
<16 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 0 (0.0%)
16-17 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 0 (0.0%)
18-20 años 0 (0.0%) 1 (2.3%) 0 (0.0%)
21-30 años 12 (20.0%) 7 (15.9%) 2 (13.3)
31-40 años 18 (30.0%) 12 (27.3%) 5 (33.3%)
41-50 años 19 (31.7%) 12 (27.3%) 4 (26.7%)
51-64 años 2 (3.3%) 8 (18.2%) 1 (6.7%)
65-74 años 8 (13.3%) 3 (6.8%) 0 (0.0%)
75-84 años 1 (1.7%) 1 (2.3%) 2 (13.3%)
>85 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 1 (6.7%)
Convivencia
Sí 40 (66.7%) 30 (68.2%) 9 (60.0%)
No 20 (33.3%) 14 (31.8%) 5 (33.3%)
No consta 0 (0.0%) 0 (0.0%) 1 (6.7%)
Tipo de relación
Expareja o en fase de 28 (46.7%) 22 (50.0%) 5 (33.3%)
ruptura
Pareja 32 (53.3%) 22 (50.0%) 10 (66.7%)
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Delegación
del Gobierno para la Violencia de Género.
Nota= N (Número de víctimas mortales de violencia de género)
Tabla 3
Características sociodemográficas de los agresores de violencia de género
en el año 2015, 2016, Enero y Febrero del 2017
Año 2015 Año 2016 Enero y Febrero
(N=60) (N= 44) 2017 (N=15)
País de nacimiento
España 44 (73.3%) 29 (65.90%) 10 (66.7%)
Otros países 16 (26.7%) 15 (34.10%) 5 (33.3%)
Edad
<16 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 0 (0.0%)
16-17 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 0 (0.0%)
18-20 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 1 (6.7%)
21-30 años 3 (5.0%) 5 (11.40%) 2 (13.3%)
31-40 años 19 (31.7%) 12 (27.30%) 1 (6.7%)
41-50 años 18 (30.0%) 12 (27.30%) 3 (20.0%)
51-64 años 14 (23.3%) 9 (20.50%) 4 (26.7%)
65-74 años 4 (6.7%) 3 (6.80%) 0 (0.0%)
75-84 años 2 (3.3%) 3 (6.80%) 1 (6.7%)
>85 años 0 (0.0%) 0 (0.0%) 2 (13.3%)
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Delegación
del Gobierno para la Violencia de Género.
Nota= N (Número de agresores de violencia de género)
14
Capítulo I. Marco Teórico
Las Tablas 2 y 3 arrojan datos que demuestran que nos encontramos ante un
acontecimiento sobre el que debemos trabajar de manera inmediata. Según los datos
ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, si nos centramos
en la franja de edad sobre la que hemos realizado la presente investigación (16-26 años),
podemos observar cómo en el año 2015 fueron 12 mujeres víctimas mortales de violencia
de género y 3 agresores; en el año 2016, 8 mujeres víctimas y 5 agresores; y en los meses
de Enero y Febrero del 2017, 2 mujeres víctimas y 3 agresores. Esto nos indica, que entre
estas edades también se establece una de las formas de violencia más peligrosas y graves,
la física, que termina con la vida de la víctima. En este caso únicamente hemos expuesto
datos sobre la violencia física hacia las mujeres, pero no podemos olvidar la importancia
de la misma hacia los varones y la importancia de la violencia psicológica y sexual, sobre
la que también debemos trabajar y sobre todo en la psicológica que, según los estudios
comentados anteriormente, es la que más prevalencia tiene entre los jóvenes (tanto
varones como mujeres). De todo esto se desprende la importancia, como ya hemos
comentado, de trabajar con este tipo de población y establecer la prevención (primaria,
secundaria y terciaria) en cualquier ámbito (educativo, familiar, etc.) para reeducar a
nuestros jóvenes en este problema social grave, y sobre todo, disminuir los datos de
prevalencia con los que por desgracia contamos en la actualidad.
Los factores de riesgo de la violencia en las parejas jóvenes que han sido más
estudiados son la observación de violencia entre los padres, la aceptación de la violencia
en la relación de pareja, tener amigos o conocidos que han sido víctimas o victimarios de
dicha violencia, los roles tradicionales de género y la experiencia de haber sido víctima
de violencia por parte de la pareja o en la familia de origen (Matud, 2007; Sears et al.,
2007).
Con el fin de obtener mayor información en relación con los factores de riesgo de
los tres principales tipos de maltrato en este tipo de parejas jóvenes (física, psicológica y
sexual), Sears et al. (2007) examinaron la relación entre haber ejercido alguna de estas
formas de violencia y los siguientes factores: grado educativo, actitudes conservadoras
hacia la mujer, aceptación del uso de la violencia en la pareja, temor a ser objeto de
violencia en la familia, afiliación con pares que habían ejercido violencia física o sexual
hacia su pareja y haber sido objeto de violencia. Los resultados de la investigación
15
Capítulo I. Marco Teórico
mostraron que el tipo de violencia ejercido depende en parte del tipo de violencia al cual
ha estado expuesto el individuo tanto directamente (en su familia de origen o por parte de
su pareja) como indirectamente (a través del conocimiento de los tipos de violencia que
ejercen sus conocidos con sus parejas).
Los resultados del ya reseñado estudio de Sears et al. (2007), en el cual se halló
una tendencia hacia actitudes conservadoras sobre el rol de la mujer entre los varones que
habían ejercido actos de maltrato físico, psicológico y sexual, pero no entre las mujeres
que habían cometido estos mismo actos, y donde también se encontró que tanto los
varones como las mujeres aceptaban el uso de la violencia es su pareja, señalan
claramente que la violencia en las parejas jóvenes obedece, indistintamente del género, a
un asunto instrumental, posiblemente mediado en el caso de los varones, por una
búsqueda de reafirmación de la masculinidad y, en el caso de las mujeres, por una
búsqueda de equidad.
16
Capítulo I. Marco Teórico
7. Para finalizar, un último factor de riesgo podría estar relacionado con el hecho
de que los adolescentes no están suficientemente preparados para responder a los
problemas que se presentan en las relaciones románticas (Weisz et al., 2007).
El apartado que presentamos a continuación está relacionado con los mitos sobre
el amor romántico y su relación con la violencia de género. En este caso, podría estar
incluido dentro de los factores de riesgo (de hecho es un factor de riesgo) pero debido a
su relevancia vamos a profundizar en el mismo a continuación.
Un mito no es más que una creencia, aunque se halla formulada de tal manera que
aparece como una verdad y es expresada de forma absoluta y poco flexible. Este tipo de
creencias suelen poseer una gran carga emotiva, concentra muchos sentimientos, a
menudo contribuyen a crear y mantener la ideología del grupo, y por ello suelen ser
resistentes al cambio y al razonamiento.
En este sentido, y tal y como señala Yela (2003), podemos considerar que los
mitos románticos son el conjunto de creencias socialmente compartidas sobre la
“supuesta verdadera naturaleza del amor” y, al igual que sucede en otros ámbitos, también
los mitos románticos suelen ser ficticios, absurdos, engañosos, irracionales e imposibles
de cumplir. Por tanto, es importante profundizar en nuestra socialización amorosa y en el
papel que ésta desempeña como mantenedora de las relaciones donde existe violencia, así
como en la posibilidad de que la presencia y aceptación de estos mitos actúe como un
factor de riesgo y, por tanto, aumente la probabilidad de sufrir maltrato en una relación
de pareja. Según Yela (2003) los principales mitos románticos serían el mito de la media
naranja (creencia de que elegimos a la pareja que teníamos predestinada de algún modo
y que ha sido la única elección posible), el mito del emparejamiento (creencia de que la
pareja heterosexual es algo natural y universal y que la monogamia amorosa está presente
en todas las épocas y culturas), el mito de la exclusividad (creencia en que es imposible
estar enamorado/a de dos personas a la vez), el mito de la fidelidad (creencia de que todos
los deseos pasionales, románticos y eróticos deben satisfacerse exclusivamente con una
única persona, la propia pareja, si es que se le ama de verdad), el mito de los celos
(creencia de que los celos son un signo de amor, e incluso el requisito indispensable de
un verdadero amor), el mito de la equivalencia (creencia de que el amor, como
sentimiento, y el enamoramiento, como estado más o menos duradero, son equivalentes
19
Capítulo I. Marco Teórico
y, por tanto, si una persona deja de estar apasionadamente enamorada es que ya no ama a
su pareja y, por ello, lo mejor es abandonar la relación), el mito de la omnipotencia
(creencia de que “el amor lo puede todo” y por tanto si hay verdadero amor no deben
influir los obstáculos externos o internos sobre la pareja, y es suficiente con el amor para
solucionar todos los problemas), el mito de libre albedrío (creencia de que nuestros
sentimientos amorosos son absolutamente íntimos y no están influidos por factores socio-
biológico-culturales ajenos a nuestra voluntad y conciencia), el mito del matrimonio o de
la convivencia (creencia de que el romántico-pasional debe conducir a la unión estable de
la pareja y constituirse en la única base de la convivencia de la pareja) y el mito de la
pasión eterna o de la perdurabilidad (creencia de que el amor romántico y pasional de
los primeros meses de una relación puede y debe perdurar tras años de convivencia).
Pero no podemos olvidarnos de los llamados neomitos (Lorente, 2009), esto es,
nuevos mitos, evolucionados desde los tradicionales y que mantienen y refuerzan las
posiciones patriarcales más tradicionales en torno a la violencia. Entre ellos estarían el
Síndrome de Alienación Parental (SAP) que se caracteriza por la presencia de una
campaña de denigración hacia uno de los progenitores previamente queridos por el niño,
que se inicia instigando temor y animadversión injustificadas y que suele producirse
durante el litigio por la custodia del niño en un proceso de divorcio, siendo una forma
grave de maltrato psicológico; la consideración de que las leyes criminalizan
20
Capítulo I. Marco Teórico
Una investigación muy reciente llevada a cabo por Ferrer, López, Bosch y Navarro
(2016) trató de estudiar la vigencia de ciertos mitos sobre la violencia de género, dada la
proliferación de comentarios, noticias y reflexiones, más o menos contradictorias, sobre
la vigencia o superación de estos mitos (tanto los “antiguos” como los neomitos).
Concretamente el trabajo se centró de forma específica en analizar si persisten creencias
erróneas sobre quienes cometen y padecen violencia de género, sobre la existencia de
denuncias falsas y sobre las causas de esta violencia. Los resultados mostraron que existe
una creencia general de que los hombres comenten la violencia de género y las mujeres
la padecen; un porcentaje considerable de participantes consideraron que se trataba de un
problema más frecuente en la adultez que en otras etapas de la vida; tres de cada diez
personas de la muestra consideraron que se ponen muchas denuncias falsas,
especialmente para obtener beneficios (como la custodia de los/as hijos/as o la vivienda)
y por venganza; y los participantes señalaron como causas de esta violencia las
características personales (sentimientos de superioridad, celos, envidia, problemas de
pareja, alcohol y drogas, machismo, etc.).
Por lo tanto, según este estudio, al igual que otros previos, realizados tanto con
población general (González et al., 2011), como con alumnado universitario (Ferrer,
Bosch, Ramis, Torres y Navarro, 2006) y con profesionales sanitarios (Arredondo et al.,
2012), se ha detectado la persistencia de creencias erróneas, estereotipos y mitos en
relación con estas cuestiones en una proporción no desdeñable (en torno a un tercio) de
personas encuestadas, y tanto en general, como entre hombres y mujeres, personas de
diferentes edades, niveles de estudios o cualificaciones profesionales.
21
Capítulo I. Marco Teórico
En relación a los estudios que han tratado este tema, se ha encontrado que las
principales problemáticas son el uso o abuso de sustancias psicoactivas, la conducta
sexual de riesgo y diferentes problemas de conducta externalizante (peleas, ser miembro
de una pandilla, etc.). Chase, Treboux y O´Leary (2002) compararon un grupo de
adolescentes en riesgo de ejercer dicho tipo de violencia con otro sin dicho riesgo,
descubriendo que los varones del primer grupo habían ejercido actos de violencia hacia
su última pareja con mayor probabilidad que los del segundo grupo y tenían una mayor
tendencia al consumo de marihuana en el último año; también presentaban más conductas
externalizantes, en comparación con el segundo grupo. Por su parte, las adolescentes del
primer grupo exhibían un porcentaje mayor de conductas internalizantes y sus padres
habían ejercido un menos grado de supervisión y control sobre ellas, que las adolescentes
del segundo grupo.
Por otro lado, las adolescentes víctimas de violencia por parte de su pareja
presentan, de forma más común, conductas sexuales de riesgo, abuso de sustancias,
embarazo, intentos de suicidio y conductas inapropiadas para controlar su peso corporal
22
Capítulo I. Marco Teórico
(uso de laxantes, inducción del vómito, etc., Matud, 2007). Roberts, Auinger y Klein
(2005), examinando los datos proporcionados por 973 adolescentes sexualmente activas
que tenían o habían tenido una pareja íntima en los últimos 18 meses, hallando que
aquellas que habían sido objeto de malos tratos verbales (insultos en público, amenazas,
etc.) tenían una mayor probabilidad de que en su última relación sexual su pareja no
hubiere utilizado preservativo. Las adolescentes que habían sido víctimas de actos de
violencia física leve (lanzar cosas, empujones, apretones, etc.), además, informaron con
mayor frecuencia haber estado embarazadas.
Son pocos los estudios sobre las conductas de riesgo para la salud más frecuentes
entre los/as adolescentes víctimas de violencia de pareja, aunque se pueden mencionar las
relaciones sexuales, los intentos de suicidio, los episodios de ingesta excesiva de bebidas
alcohólicas y las peleas físicas (Centers for Disease Control and Prevention, 2006).
De entre las diferentes pruebas existentes, posiblemente las más usadas han sido
el Psychological Maltreatment Women Inventory (PMWI) (Tolman, 1989), la Sexual
Experiences Survey (SES) (Koss y Oros, 1982) y, sobre todo, la Conflict Tactics Scale
(CTS) (Straus, 1979). Inicialmente estas herramientas fueron diseñadas para adultos algo
que ha suscitado las críticas de diferentes investigadores, debido a que las relaciones de
los jóvenes y las de los adultos muchas veces no son equiparables en cuanto a duración,
compromiso, grado de intimidad sexual y forma de resolver conflictos (Furman y
Wehner, 1997). Por eso, es bastante probable que estos instrumentos no evalúen
adecuadamente lo que sucede a estas edades (Molidor y Tolman, 1998). Todas ellas
cuentan con alguna limitación, en el caso del PMWI sólo analiza la violencia psicológica;
la SES se centra exclusivamente en las agresiones sexuales; y el CTS presenta una
tendencia a sobreestimar la violencia femenina y subestimar la masculina, por el tipo de
actos violentos que evalúa (Ryan, Frieze y Sinclair, 1999). Es por ello, que en el caso de
la escala CTS, los autores Straus, Hamby, Money-McCoy y Sugarman (1996) publicaron
la Revised Conflict Tactics Scale (CTS2) para subsanar las limitaciones que presentaba su
23
Capítulo I. Marco Teórico
antecesora. Entre estas mejoras, se pretendió hacer un mayor énfasis en otras formas de
violencia como las agresiones verbales y las amenazas, que a menudo ocurren
simultáneamente o preceden a las agresiones físicas y/o las sexuales (Capaldi y Crosby,
1997). En el caso de la adolescencia esto último cobra mayor importancia, si cabe, ya que
las agresiones emocionales y las tácticas indirectas de control suelen ser más frecuentes
que las agresiones físicas (Jezl, Molidor y Wright, 1996).
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, Wolfe et al. (2001) elaboraron el Conflict
in Adolescent Dating Relationships Inventory (CADRI). Estos investigadores se basan en
la CTS y en el PMWI pero, sobre todo, en la forma en que los jóvenes establecen sus
relaciones de pareja y en aquellos tipos de violencia que pueden ayudar a discriminar
entre sujetos violentos y no violentos. El CADRI es una escala diseñada exclusivamente
para la población adolescente y no hace falta adaptarla como en el caso de las otras escalas
que hemos mencionado.
En este apartado vamos a presentar algunos estudios que han hecho uso del
CUVINO en sus investigaciones sobre la violencia en parejas jóvenes.
24
Capítulo I. Marco Teórico
El siguiente estudio llevado a cabo por Cortés-Ayala et al. (2015) tuvo como
objetivo examinar la prevalencia general de conductas constitutivas de violencia de pareja
o de maltrato, así como las diferencias por sexo y nivel de estudios a través de los ocho
factores aislados por el CUVINO (coerción, sexual, género, instrumental, físico,
desapego, humillación y castigo emocional, cada uno de ellos los veremos con más
detenimiento en el capítulo II –método-), en una muestra de jóvenes mexicanos
(preuniversitarios y universitarios). Los resultados del estudio mostraron una elevada
prevalencia de victimización, puntuando más alto los universitarios, resultado coincidente
con otros estudios que muestran que a mayor edad, mayor propensión a ser víctima de
violencia de pareja (Chase, Treboux y O´Leary, 2002; Muñoz-Rivas et al., 2009; Soria,
Armadans, Viñas y Yepes, 2009) y siendo menor la violencia informada por las mujeres.
El tipo de maltrato con más prevalencia fue el psicológico (Muñoz-Rivas et al., 2007;
Sears et al., 2007), siendo la forma de victimización informada (y perpetrada) con más
frecuencia tanto para varones como para mujeres el maltrato por desapego (“no reconoce
responsabilidad sobre la relación, impone reglas según su conveniencia”); y con menos
prevalencia el físico, siendo los varones los que recibieron significativamente más
maltrato de este tipo. Estos resultados coinciden con lo expuesto por estudios de parejas
de novios donde se muestra que las agresiones físicas son bidireccionales y no sólo
perpetradas por los varones hacia las mujeres (Archer, 2000; O´Leary y Smith-Slep, 2003;
Rey-Anacona, 2013).
25
Capítulo I. Marco Teórico
Una de las formas de intervención que han demostrado ser más eficaces para
enfrentar este problema, ha sido la implementación de programas educativos en institutos
y universidades o en educación primaria, los cuales se han desarrollado principalmente
en Estados Unidos y Canadá. Entre los más representativos se encuentran Skills for
Violence Free Relation-ships (Levy, 1984), Touch with Teens (Aldridge, Friedman y
Gigans, 1993) y Safe Dates (Foshee, Bauman, Arriaga, Helms, Koch y Linder, 1998)
entre otros. Programas que también han demostrado su eficacia han sido Sin violencia es
mejor (Ramos, Fuentes de Iturbe, Flores y Ruíz, 2014), donde la novedad es que se trata
de una intervención accesible vía Internet, herramienta con mayor uso y acceso entre los
jóvenes; Construyendo una Relación de Pareja Saludable (Póo y Vizcarra, 2008); y los
desarrollados en España por Hernando (2007) y Muñoz-Rivas et al. (2010). En todos ellos
se muestra un aumento en el conocimiento de la violencia de pareja y de las actitudes de
búsqueda de ayuda y una disminución de las conductas conflictivas y de las actitudes que
soportan la violencia de pareja.
26
Capítulo I. Marco Teórico
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Capítulo I. Marco Teórico
se respeta, las mujeres eran ligeramente más asertivas que los hombres, pero en la mayoría
de las áreas evaluadas no aparecieron diferencias estadísticamente significativas. Sin
embargo, en el estudio de Appelbaum (1976, citado en Chandler et al. 1978) no se
observaron diferencias estadísticamente significativas entre géneros al evaluar la
asertividad. Estas disparidades pueden ser explicadas por el hecho de que pueden existir
diferencias de género en áreas específicas de la asertividad, ya que las personas no suelen
ser asertivas en todos los aspectos de su vida. Por otro lado, diversos autores demuestran
que las mujeres tienen más tendencia a expresar el afecto negativo y las quejas durante
una discusión (estilo asertivo), mientras que los hombres tienden a retirarse o a evitarla
(estilo pasivo) (Christensen y Heavey, 1990; Gottman y Levenson, 1988; Heavey, Layne
y Christensen, 1993).
Las personas con un estilo pasivo suelen mostrar cierto grado de sumisión, quizás
guiado por el temor al enfado del entorno, ya sea personal o profesional, realizando
continuas muestras para agradar a todo el mundo. No expresan sus opiniones o modifican
éstas en función de la opinión del interlocutor.
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Capítulo I. Marco Teórico
Los estilos de comunicación se agrupan en dos polos, uno positivo y otro negativo,
dentro del primero están el ser abierto y claro; mientras que del lado negativo se
encuentran formas de comunicación agresivas, apáticas y violentas (Sánchez y Díaz-
Loving, 2003). En este sentido se ha encontrado que la comunicación negativa influye en
la aparición de patrones destructivos de conflicto en las parejas (Balderrama-Durbin,
2009). Es por ello que las investigaciones sobre los estilos de comunicación y la
satisfacción marital sugieren una correlación significativa entre estilos de comunicación
positivos y buena calidad de relación (Roca, 2003).
A continuación vamos a presentar algunos estudios en los que podemos ver cómo
los estilos de comunicación positivos o negativos predicen un uso de estrategias de
manejo de conflictos positivas o negativas en las relaciones de noviazgo en parejas
jóvenes.
29
Capítulo I. Marco Teórico
Por último, en el estudio llevado a cabo por López-Parra, Rivera, García y Reidl
(2013) los instrumentos que se utilizaron fueron la Subescala de Manejo del Conflicto Yo
(López-Parra, García y Rivera, 2010), la Subescala de Manejo del Conflicto Pareja
(López-Parra et al., 2010) y el Inventario de Estilos de Comunicación en la Pareja
(Sánchez y Díaz-Loving, 2003). En los resultados del estudio se observaron que los estilos
de comunicación negativos estuvieron relacionados con el manejo del conflicto de
evitación, mientras que la mezcla de estilos de comunicación positivos y negativos se
relacionó con el manejo del conflicto ambivalente. El manejo del conflicto de evitación
fue predicho en hombres y mujeres por el uso de estilos de comunicación negativos (tanto
los que utiliza la persona como la pareja). Dichos resultados fueron consistentes con
30
Capítulo I. Marco Teórico
Aunque la falta de estudios acerca de los estilos de comunicación entre las parejas
jóvenes es considerable, la investigación sobre parejas adultas ya casadas apuntan en el
mismo sentido y señalan la falta de habilidades de comunicación adecuadas y de
asertividad como uno de los factores influyentes en la violencia dentro de las parejas de
mayor edad. Por ejemplo, se ha observado que, ante las situaciones que implican
conflictos en la pareja, los hombres que han maltratado a su pareja tienen una tendencia
a contestar con mayor enfado y hostilidad y a ser menos asertivos que los hombres que
no han sido violentos con su pareja; y que los principales motivos que incrementaban este
tipo de respuestas son las amenazas de abandono y los celos (Holtzworth-Munroe y
Anglin, 1991; citado en Riggs et al. 2000).
En el estudio de Riggs et al. (2000) también se resalta que las relaciones en las
que hay malos tratos se caracterizan por ser más conflictivas, y por tener más
interacciones negativas; y que el motivo de la agresión parte en la mayoría de los casos
de una discusión verbal y es, o bien, una escalada del conflicto, o bien, un intento de poner
fin a la discusión (Hyden, 1995; citado en Riggs et al., 2000). En otro estudio con parejas
adultas se comparó a maridos conflictivos no maltratadores con maridos conflictivos y
maltratadores, se observó que ambos grupos presentaban altas puntuaciones en necesidad
de poder y control, pero se diferenciaban en las puntuaciones en asertividad. De estos
resultados se concluyó que los hombres conflictivos que agredían a sus parejas
presentaban unas fuertes necesidades de poder y control sobre ella, pero no tenían las
habilidades verbales necesarias o los medios verbales necesarios para satisfacer sus
necesidades, y por ello recurrían a la violencia física (Dutton y Strachan, 1987).
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Capítulo I. Marco Teórico
Amor es una palabra que está cargada de diversos significados, por lo que definirla
no es fácil. Sin embargo, diversos autores han hablado sobre tal concepto y cabe decir
que cada quien tiene su propia definición (Yela, 2005). De acuerdo con Ortega y Gasset
(1927), el amor es sentirse encantado por otro ser que nos produce una ilusión íntegra y
sentirse absorbido por él hasta la raíz de nuestra persona, como si nos hubieran arrancando
de nuestro propio fondo vital y viviésemos trasplantados con nuestras raíces vitales en él.
Melendo (2002) apunta: “En su sentido más sublime, el amor es el acto supremo de la
libertad, la actividad reciamente humana por la que una persona elige y realiza el bien del
otro en cuanto otro”. Hendrick (1995) estima que el amor es el elemento más poderoso e
importante de las relaciones en pareja ya que desempeña un gran dominio sobre los otros
aspectos que la conforman, al mismo tiempo que es influido por ellos. Para Gaja (1995)
es un sentimiento de agrado hacia la otra persona que se manifiesta por la comprensión,
la complicidad, el entendimiento, la pasión, en definitiva, por las habilidades de
convivencia.
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Capítulo I. Marco Teórico
las relaciones íntimas, relaciones amorosas y la conducta sexual. Entre las teorías más
representativas sobre los tipos de amor, y la que hemos utilizado en nuestra investigación,
se encuentra los Estilos de Amor de Lee (1988, citado en Heaven et al., 2004) y la
ampliación que hicieron de la misma Hendrick y Hendrick (1986). A continuación vamos
a exponerla con mayor detenimiento para continuar con una breve explicación del resto
de teorías sobre el amor.
El segundo color primario del amor sería ludus (amor como juego). El amante
lúdico ve el amor como un juego para ser jugado con habilidad y con varias parejas de
forma simultánea. No existe el componente de la pasión y el compromiso que supone el
amor erótico. En este caso no hay intención de incluir a la actual pareja en ningún plan
de vida futuro ni existen pensamientos relacionados con el matrimonio ni la necesidad de
unión con la pareja. Se podría decir que existe una especie de fobia al compromiso. En
33
Capítulo I. Marco Teórico
este tipo de amor se evita ver a la pareja muy a menudo, cree que la mentira y el engaño
son justificados y espera que la pareja mantenga el control de sus emociones. Además, el
amante lúdico prefiere una gran variedad de estilos físicos y ve la actividad sexual como
una oportunidad para el placer, más que como una emoción intensa de unión. Suele ser
un amor rara vez posesivo y celoso, siempre dispuesto a divertirse y a amar.
Estorge (amor basado en la amistad), sería el tercer color primario del amor. Se
asemeja al concepto de Lee sobre el afecto, el cual es estable y está basado en la confianza,
el respeto y la amistad. La pareja es tratada como un “viejo amigo”, no experimenta la
emoción intensa o la atracción física hacia la pareja ni está asociado con un amor erótico.
En este caso se prefiere hablar y compartir intereses con la pareja más que la expresión
directa de sentimientos. Con respecto al sexo, desempeña un papel secundario, brillando
por su ausencia los sentimientos intensos, es tímido y prefiere demostrar los afectos a la
otra persona a través de diferentes formas no sexuales. Es un amor pacífico y sosegado,
nace sin apenas uno darse cuenta, del trato frecuente y del que forman parte los demás
miembros de la familia. Es el más estable, no se da precisamente el éxtasis, pero tampoco
la desesperación. El amor es considerado como una extensión de la amistad y sería una
parte importante de la vida pero no sería un objetivo valioso en sí mismo.
Estos tres colores primarios del amor (eros, ludus y estorge) pueden combinarse
dando lugar a los colores secundarios del amor. Estos tres estilos secundarios poseen
características de los primarios pero también contienen sus propias características:
Pragma (amor práctico), sería una combinación de estorge y ludus, según Lee
(1973) es “el amor que va a comprar una pareja adecuada”. Es una forma racional de
enfocar el amor. Se busca la compatibilidad de humor y carácter, similitud de intereses,
educación y la coincidencia de principios morales. El amante pragmático tiene una
perspectiva práctica acerca del amor y busca un amante compatible. Él o ella genera una
especie de lista de la compra sobre las características deseadas o atributos que quieren
que tenga su pareja y la escogen en función de si el individuo cumple o no con tales
requisitos (de forma similar, él o ella descartará a la pareja que no esté a la altura de sus
expectativas). Aunque puede parecerlo, no es un amor tan frío. Elegido el compañero/a
estable, pueden desarrollarse sentimientos más intensos.
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Capítulo I. Marco Teórico
intentos desesperados para forzar el afecto de la persona amada e incapacidad para creer
o confiar en cualquier afecto mostrado por el ser querido. El amante maníaco está
desesperado por caer en el amor y ser amado, comienza inmediatamente a imaginar un
futuro con la pareja, quiere ver a la pareja diariamente, intenta forzar a la pareja para que
muestre amor y compromiso, desconfía de la sinceridad de la pareja y es extremadamente
posesivo. Este tipo de amor es “irracional, extremadamente celoso, obsesivo e infeliz”
(Lee, 1973). Otras de sus características son agitación, pérdida de sueño/apetito y fiebre.
Sediento de afecto, la más pequeña falta de atención o el mínimo signo de frialdad, le
provocan excesiva ansiedad y dolor. Puede pasar del éxtasis a la desesperación. En su
mayoría están convencidos de no valer nada si no son amados. Rara vez esto acaba bien,
pueden emplear la violencia e incluso recurrir al suicidio. El proceso de ruptura, en
general, se prolonga incluso años.
Por último, ágape (amor altruista), una combinación de eros y estorge. Representa
sentimientos tan intensos como los del amor erótico pero acompañados de la tranquilidad
y estabilidad del amor de amistad. Este concepto representa un “darlo todo”, un estilo de
amor desinteresado que implica una obligación de amar y cuidar a los otros sin ninguna
expectativa de recibir recompensa por la otra parte. Este tipo de amor es universal en el
sentido de que el típico amante altruista cree que todo el mundo es digno del amor y que
amar a los demás es un deber de una persona madura. Con respecto a la relación personal
de amor, un amante altruista se dedicará desinteresadamente a su pareja por completo.
Aunque Lee piensa que muchos amantes se esfuerzan por alcanzar este amor altruista,
también cree que el dar y recibir que caracteriza muchas relaciones románticas impide la
ocurrencia del amor altruista puro.
En una ampliación del trabajo de Lee (1975, citado en Heaven et al., 2004),
Hendrick y Hendrick (1986) construyeron escalas válidas y fiables para medir los seis
estilos de amor. Fue un estudio importante que propició la investigación psicológica que
examina las correlaciones entre estilos de amor y atributos de personalidad, y que se
expone a continuación.
35
Capítulo I. Marco Teórico
1986; Hendrick, Hendrick, Foote y Slapion-Foote, 1984). Esta escala fue creada para
medir las diferentes actitudes ante el amor (Fricker y Moore, 2004). En el capítulo II –
método-, se describe más detalladamente este instrumento y se muestran algunos
ejemplos de ítems correspondientes a cada subescala.
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Capítulo I. Marco Teórico
etapa de sus vidas la atracción física tiene un rol muy importante, más que en otras etapas.
Igualmente, la atracción emocional cumple un rol importante.
estilos amorosos como manía y ágape (siendo esta tendencia más fuerte entre las mujeres
que entre los hombres).
En definitiva, los resultados obtenidos indican que el estilo eros o amor romántico
es el que genera mayores niveles de aceptación entre las personas entrevistadas (por
encima del 80%) y tanto entre varones como entre mujeres de todas las edades. Este
resultado muestra de forma clara la vigencia en nuestro entorno del modelo de amor
romántico y cómo esta vigencia no sólo se da entre la población más joven (como se
desprendía de los estudios sobre el tema realizados con población universitaria), sino
entre la población española en su conjunto.
Sternberg (1998) desarrolló la Escala Triangular del Amor para evaluar los tres
elementos básicos del amor (intimidad, pasión y compromiso).
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Capítulo I. Marco Teórico
2. Los Prototipos del Amor de Eleanor Rosch: en este enfoque teórico se lleva a
cabo la recogida directa de datos de hombres y mujeres sobre sus conocimientos,
creencias y actitudes (sus representaciones mentales) sobre el concepto de amor. De
acuerdo con Rosch (1978, citado en Heaven et al., 2004), los individuos utilizan
prototipos para ayudarse a decidir si un elemento nuevo o una experiencia pertenecen o
se ajustan a un concepto particular. Por ejemplo, al tratar de decidir si él está enamorado
o no de su pareja, un hombre puede comparar sentimientos (“soy feliz cuando ella está
aquí y estoy triste cuando no lo está”), pensamientos (“pienso en ella todo el tiempo”,
“me pregunto a quién se parecerían nuestros hijos”), y comportamientos (“reorganizo mi
horario para pasar tiempo con ella e ir a todos los sitios juntos”) que ha experimentado
durante su relación con su prototipo (su modelo mental) de “estar enamorado”. Si lo que
el hombre está experimentando coincide con su prototipo, es probable que concluya que
él está enamorado de su pareja.
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Capítulo I. Marco Teórico
Una vez descritas las principales teorías sobre el amor, vamos a continuar con la
explicación de las relaciones entre la violencia en parejas jóvenes y los estilos de amor.
Principalmente nos vamos a centrar en los estilos de amor descritos por Lee (1988), por
el hecho de que en nuestra investigación hemos utilizado la Escala de Actitudes hacia el
Amor (LAS) donde se miden los seis estilos de amor de su teoría.
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Capítulo I. Marco Teórico
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Capítulo I. Marco Teórico
Por otra parte, los hombres manifestaron recibir más violencia que las mujeres. Es
posible que esto ocurra en las últimas generaciones de jóvenes, en las que las mujeres
tienen ideas y comportamientos menos tradicionales que los hombres y esto genere más
probabilidad de que ejerzan conductas violentas sobre los hombres, principalmente las
consideradas de nivel leve (empujones y pellizcos).
(iv) En los hombres, que manifestaron una preferencia por el estilo ludus, en
donde el amor y la sexualidad se establecen como una relación de juego, hubo
posibilidades de que recibieran violencia de sus parejas. Esto quizás pueda ser debido a
que al principio de la relación algunas expresiones de violencia se hayan establecido de
común acuerdo con la pareja como parte de la relación afectiva, por no distinguirlas como
violencia, y poco a poco se hayan arraigado hasta llegar al grado de que el varón las
considere ya no como un juego inofensivo sino como una manifestación incómoda e
incluso violenta por parte de la mujer.
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Capítulo I. Marco Teórico
Son muy pocas las investigaciones que estudian exclusivamente las relaciones
entre los estilos de amor de Lee y la violencia en parejas jóvenes. Si bien es cierto que, la
mayoría de los estudios encontrados en relación con esta temática incluyen siempre
alguna variable más, por ejemplo el tipo de apoyo percibido por la pareja, el apego, el
ajuste matrimonial, la infidelidad y los micromachismos. Siguiendo con nuestra revisión
de investigaciones de los estilos de amor de Lee, la violencia entre los miembros de la
pareja y otras variables, vamos a presentar, a continuación, algunas de ellas con más
detenimiento:
(i) El estilo de amor estorge fue el más frecuente, siendo donde se percibe un
apoyo positivo que brinda soporte emocional y fortalece una buena comunicación. En el
estilo de amor ludus, hubo un alto índice de hostilidad y falta de apoyo hacia la pareja.
En el estilo de amor eros, hubo un gran sentimiento de apoyo positivo, que se puede
relacionar con la pasión que se siente por la pareja. En el estilo de amor manía, se percibió
un apoyo bastante acentuado, pero la expresión de éste fue prácticamente nula. En los
estilos de amor pragma y ágape, se encontró que el índice de apoyo positivo era elevado.
(ii) De acuerdo con el género, se encontró que en las mujeres, el estilo de amor
lúdico fue el que menos apoyo positivo y más apoyo negativo implicó. En los varones, el
que mayor apoyo positivo y expresado presentó fue el erótico y el que presentó un mayor
apoyo negativo fue el lúdico.
Todos estos resultados denotan que si en una pareja existe un apoyo negativo, éste
estará relacionado al mismo tiempo con los estilos de amor ludus y manía, que implican
precisamente hostilidad, falta de apoyo, obsesión, posesión y dependencia del objeto
amado. Todo ello conformaría los ingredientes necesarios para que pudiera existir una
relación violenta entre los miembros de la pareja. Estos resultados pueden servir de guía
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Capítulo I. Marco Teórico
para implementar modelos para trabajar con parejas donde se fortalezca la comunicación
y la expresión del afecto, y con ello se incremente el apoyo percibido por la pareja y así
formar relaciones de pareja saludables.
(i) Las mujeres maltratadas presentaron un estilo de amor estorge y manía. Las
secuelas del maltrato hacen que las mujeres se muestren inseguras y que necesiten la
reafirmación de sentirse amadas y con miedo de amar, características del amor manía
(Gheler, 1995; Neves, 2001). Las mujeres no maltratadas presentaron los estilos de amor
eros y ágape. Su relación está marcada por una intensa emoción, con la valoración física
y sexual, se preocupan por el bienestar de su pareja y hacen todo lo posible por la felicidad
de la misma.
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Capítulo I. Marco Teórico
Estos resultados son coherentes con los de otros estudios que señalan que los tipos
de amor eros y ágape predicen relaciones de pareja gratificantes y saludables; y el amor
manía y ludus, presentan poca satisfacción con la relación de pareja (Frazier y Esterly,
1990; Fricker y Moore, 2001; Lucariello y Fajardo, 2010).
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Capítulo I. Marco Teórico
(i) Los estilos de amor más predominantes en la muestra fueron eros, pragma y
estorge. Ludus fue el menos valorado en ambos sexos. Los hombres obtuvieron mayores
puntuaciones en ágape y las mujeres en pragma, datos que coinciden con otras
investigaciones (Ferrer et al., 2008).
(iv) Finalmente, los estilos ludus, pragma y manía obtuvieron puntuaciones altas
respecto al grado en que se consideraban celosos/as; mientras que eros, pragma y manía
mostraron resultados positivos en cuanto al nivel de romanticismo.
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Capítulo I. Marco Teórico
Estos resultados nos permiten tener una visión de cómo ciertos estilos de amor
serían más propensos a ejercer y mantener la violencia en la relación de pareja. Este es el
caso del estilo manía ya que se han obtenido unos resultados que indican una alta
sensibilidad hacia la infidelidad, acompañado con una alta consideración por parte de
los/las participantes como celosos/as y una correlación positiva con algunos de los
factores de los micromachismos, al mismo tiempo que se autoevalúan como
románticos/as. Además los varones manía obtuvieron puntuaciones más elevadas que las
mujeres en la escala de micromachismos, puntuando significativamente en más factores
que las mujeres.
Por último, y dejando de lado la teoría de Lee (1973) que venimos describiendo
hasta el momento y de sus relaciones con la violencia en la pareja y otras variables, vamos
a presentar un estudio en el que relacionan los tipos de amor descritos por Sternberg
(1986), y de los que ya hemos hablado al comienzo de este apartado, en mujeres víctimas
y no víctimas de violencia en la pareja. Se trata de una investigación llevada a cabo por
León y Peña (2015) con mujeres de edades comprendidas entre 20 y 35 años de edad. El
instrumento utilizado fue la Escala Triangular del Amor de Sternberg (1989) donde se
evalúan los componentes intimidad, pasión y compromiso. Los resultados del estudio
demostraron que en las mujeres no maltratadas, entre los 20-25 años aparecieron en
mayor medida los componentes intimidad y pasión y en menor medida el compromiso;
entre los 26-30 años predominó el tipo de amor consumado (consummate love, alta
intimidad, pasión y compromiso); y entre los 31-35 años predominó el tipo de amor
compañero (companionate love, alta intimidad y compromiso y baja pasión). En las
mujeres maltratadas predominó, en general, el tipo de amor romántico (romantic love,
alta intimidad y pasión y bajo compromiso) y en las mujeres con edades entre 20-25 años
aparecieron en menor medida los tres componentes.
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Capítulo I. Marco Teórico
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Capítulo I. Marco Teórico
(i) En las dos muestras, las diferencias intergénero aparecen en tres de los cinco
grandes factores (neuroticismo, cordialidad y escrupulosidad) puntuando las mujeres más
alto que los hombres. En el caso de la dimensión extraversión, las mujeres puntúan más
alto que los hombres en la faceta de gregarismo y más bajo en asertividad y búsqueda de
emociones. Finalmente, en el factor de apertura a la experiencia, las mujeres puntúan más
alto en las facetas de estética y sentimientos.
(ii) Con respecto a la variable edad, en general, en ambos grupos se observa que
existen cambios cuantitativos más allá de los 30 años, en la misma dirección a los
apuntados por McCrae et al. (2000), aunque no en el caso del neuroticismo.
Principalmente se observan estos cambios en los factores y las facetas de extraversión
(búsqueda de emociones y emociones positivas), apertura a la experiencia (fantasía,
estética, sentimientos, acciones, ideas y valores) y escrupulosidad (sentido del deber,
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Capítulo I. Marco Teórico
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Capítulo I. Marco Teórico
Los factores que se han asociado más al funcionamiento interpersonal han sido el
neuroticismo, la cordialidad (Schroeder, Wormtorth y Livesley, 1992) y la extraversión
(Nysaeter, Langvik, Berthelsen y Nordvik, 2009). Según el estudio de Schroeder et al.
(1992), la cordialidad mantiene una relación negativa con diversas escalas que miden
comportamientos interpersonales problemáticos. En el estudio de Nysaeter et al. (2009),
además del factor cordialidad, también se tuvo en cuenta la extraversión, ya que
consideraban que ambos factores podían estar relacionados con aspectos positivos del
comportamiento interpersonal. En ambos estudios, el neuroticismo apareció como un
factor claramente asociado a los problemas interpersonales. Una puntuación alta en este
factor indicaba dificultades para el establecimiento y mantenimiento de unas relaciones
interpersonales adecuadas (Schroeder et al., 1992). Siguiendo con los rasgos de
personalidad, los resultados del estudio de Mazariegos (2014), en mujeres con edades
comprendidas entre 16-70 años víctimas de violencia intrafamiliar, sugirió que estas
mujeres presentaban bajas puntuaciones en cordialidad y apertura a la experiencia. El
primer rasgo indica que estas mujeres tienen la idea de que los demás no son dignos de
confianza, honestos o decentes y por ello se muestran poco amigables, generosas y
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Capítulo I. Marco Teórico
serviciales. En cuanto a las bajas puntuaciones en apertura, indica que son mujeres que
aceptan la rutina, son poco receptivas a nuevas ideas y difícilmente cambiarán su forma
de pensar. Además de la poca necesidad de nuevos conocimientos y expansión de
horizontes. Las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar no reconocerían este problema
social, por el contrario, sí lo reconocerían como parte natural de la vida y por ello se
habrían adaptado a este estilo de vida y a la cultura violenta, habiéndola aceptado. En un
estudio de Muris, Meesters y Timmermans (2013) con agresores adolescentes en el que
se utilizó el NEO-FFI, se observaron perfiles elaborados en base a los rasgos del modelo
de los cinco factores, relacionados con psicopatía, maquiavelismo y narcisismo; estando
a su vez relacionados con la agresión (Kerig y Stellwagen, 2010; citado en Muris et al.,
2013). Tanto para maquiavelismo como para psicopatía se observó el siguiente perfil de
rasgos: baja cordialidad, baja escrupulosidad, baja apertura a la experiencia y alto
neuroticismo. Los resultados del estudio con respecto al narcisismo son cuestionables tal
y como apuntan los propios autores, ya que presenta el siguiente perfil: alta cordialidad,
escrupulosidad, extraversión y apertura a la experiencia. Mientras la literatura previa al
respecto habla de una elevada extraversión y una baja cordialidad y escrupulosidad. La
conclusión de estos estudios es que los factores de personalidad que se asocian de forma
más consistente con las relaciones personales problemáticas y/o agresivas son el alto
neuroticismo, la baja escrupulosidad y la baja cordialidad. Del mismo modo, pero desde
el punto de vista de las víctimas, Boladale, Yetunde, Adesanmi, Olutayo y Olanrewaju
(2014) en su investigación con población joven (18 a 35 años) en el que utilizaron el
cuestionario EPQ, se observó que los rasgos más asociados a la victimización dentro de
la pareja fueron el neuroticismo, y en mayor medida el psicoticismo. Según Eysenck
(1990), el psicoticismo presenta características como: la falta de consideración,
hostilidad, ira e impulsividad; lo que podría englobar los rasgos de escrupulosidad y
cordialidad del modelo de McCrae y Costa y así obtener un perfil muy similar al del
agresor: alto neuroticismo y baja escrupulosidad y cordialidad.
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Capítulo I. Marco Teórico
bien el varón agresor utiliza conscientemente el consumo de alcohol como excusa para
ejercer su violencia.
Desde el punto de vista del agresor, los Trastornos de Personalidad (TP) más
frecuentes que se han encontrado a lo largo de la literatura son el trastorno antisocial de
la personalidad, el límite y el narcisista (Hamberger y Hastings, 1988, 1991; Huss y
Langhinrichsen-Rohling, 2000). En consonancia con el perfil más antisocial de algunos
tipos de agresores, se ha estudiado la presencia de características psicopáticas en algunos
grupos de maltratadores. Algunos datos arrojan cifras cercanas a un 12% de sujetos con
rasgos psicopáticos manifiestos (Echeburúa y Fernández-Montalvo, 2007). Otros TP
encontrados en los agresores, han sido el dependiente, el compulsivo y el paranoide. En
este sentido, la excesiva dependencia emocional, la obsesión por tenerlo todo controlado
y la atribución sistemática de los males propios a otras personas hacen más probable la
aparición de la violencia grave contra la pareja. Un dato muy interesante que nos
encontramos cuando tratamos de esclarecer la relación entre los TP y la violencia en las
parejas, es que si diferenciamos a los agresores que están en prisión con los que no lo
están, aparece en los primeros una mayor frecuencia de TP de mayor gravedad, como son
el esquizotípico, límite y paranoide. Probablemente algunas características del entorno
carcelario, que acrecientan todavía más la suspicacia y los componentes paranoicos
debido a una convivencia interna más tensa y agresiva, puedan contribuir a ello (Echauri,
Martínez, Fernández-Montalvo y Azcárate, 2011).
Desde el punto de vista de las víctimas de violencia en la pareja, existe una gran
escasez de estudios que traten de investigar los TP en los sujetos que reciben violencia
por parte de sus parejas. Dentro de éstos, aparecen como el más frecuente el dependiente,
es decir, la tendencia a depender de otros, el miedo al abandono y la tendencia a la
indefensión (Sharhabani-Arzy, Amir y Swisa, 2005). Por lo que se refiere a las
consecuencias psicológicas más comunes en mujeres víctimas de violencia, cabe destacar
53
Capítulo I. Marco Teórico
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Capítulo I. Marco Teórico
Por lo que se refiere al segundo de los objetivos, se han seleccionado cinco ítems
del CUVINO (no forman parte de ninguno de los factores que evalúa este cuestionario),
pues proporcionan información sobre el grado de conocimiento y/o experiencia de los
jóvenes con la violencia. A priori podríamos distinguir dos tipos de ítems: (i) aquellos que
interrogan sobre la creencia y/o conocimiento general que tienen los jóvenes en cuanto a
la existencia de la violencia en la pareja; (ii) aquellos que interrogan sobre la experiencia
propia que los jóvenes tienen con su pareja. Aunque el segundo tipo de ítems proporciona
información más interesante, aventuramos las siguientes hipótesis al respecto.
2.1. Considerando las respuestas a las preguntas: ¿Crees que es posible que exista
maltrato entre novios? y ¿Conoces algún amigo/a cercano/a que sea o haya sido
maltratado/a en su relación de noviazgo?, se espera que los jóvenes que han respondido
que “sí”, manifiesten mayor frecuencia de aparición y mayor malestar ante las diferentes
conductas agresivas dentro de la relación de pareja, tanto psicológicas, como físicas y/o
sexuales, debido a que es más fácil reconocer este tipo de conductas a través de respuestas
indirectas (referidas a otros) que si les preguntaran directamente por ellas, donde por
vergüenza, pudieran no llegar a reconocerlas. No obstante, estos resultados son más bien
exploratorios puesto que no disponemos de bibliografía al respecto.
2.2. Considerando las respuestas a las preguntas: ¿Te sientes o te has sentido
atrapado/a en tu relación?, ¿Sientes o has sentido miedo alguna vez de tu pareja? y ¿Te
55
Capítulo I. Marco Teórico
has sentido maltratado/a?, se espera que los jóvenes que han respondido que “sí”,
obtengan puntuaciones mayores en las siguientes variables: (i) en la frecuencia y malestar
ante los diferentes subtipos de violencia, en este caso los jóvenes que manifiestan haber
experimentado estos sentimientos es porque esgrimen pautas de comportamiento
inadecuadas en la relación; (ii) en la comunicación agresiva, pasiva o pasiva-agresiva,
debido a que estos tres estilos se desarrollan entre las parejas donde existen patrones de
relación problemáticos (Balderrama-Durbin, 2009; González-Lozano et al., 2003; López-
Parra et al., 2013); (iii) en los estilos de amor ludus y manía, donde se ha comprobado en
diversas investigaciones que estos estilos se presentan en mayor medida entre los jóvenes
donde su relación de pareja presenta conductas violentas (Frazier y Esterly, 1990; Fricker
y Moore, 2001; Galicia Moyeda et al., 2013; Lucariello y Fajardo, 2010, 2012; Pedrós y
Ballester, 2016; Solares et al. 2011); y (iv) en la dimensión de neuroticismo, donde los
jóvenes que presentan mayor insatisfacción con la pareja y mayores relaciones
interpersonales violentas, presentan mayor inestabilidad emocional (Boladade et al.,
2014; Caughlin et al., 2000; Costa et al., 1987; Hurtado et al., 2004; Karney y Bradbury,
1997; Muris et al., 2013; Nysaeter et al., 2009; Schroeder et al., 1992).
De otro modo, los jóvenes que han respondido que “no”, obtendrán puntuaciones
menores en la frecuencia de aparición y en el malestar que generan los diferentes subtipos
de violencia; puntuaciones mayores en asertividad, puesto que este estilo de
comunicación está relacionado con la satisfacción en la relación de pareja y con una buena
calidad de la misma (Roca, 2003); puntuaciones mayores en eros y ágape, por ser los
estilos que están relacionados con menor presencia de conductas violentas entre las
parejas (Frazier y Esterly, 1990; Fricker y Moore, 2001; Galicia Moyeda et al., 2013;
Lucariello y Fajardo, 2010, 2012; Pedrós y Ballester, 2016; Solares et al., 2011); y
puntuaciones más elevadas en extraversión, cordialidad y escrupulosidad, donde se ha
comprobado en diferentes estudios que estos tres rasgos de personalidad están asociados
con una mayor satisfacción con la pareja y con un buen funcionamiento de la misma
(Bouchard y Lee, 1999; Costa et al., 1987; Muris et al., 2013; Nysaeter et al., 2009;
Schroeder et al., 1992).
56
Capítulo I. Marco Teórico
3.3. Teniendo en cuenta que se trata de una muestra de jóvenes, esperamos que,
en general, el estilo de amor predominante sea eros (Cooper y Pinto, 2008). Por otra parte,
esperamos que ludus, esté más presente en los jóvenes de menor edad, mientras que
pragma y ágape sean más característicos de los participantes más mayores (Hendrick y
Hendrick, 1986).
57
Capítulo I. Marco Teórico
4.1. En relación con las pautas de covariación empírica entre los diferentes
constructos evaluados en la investigación (violencia, estilos de comunicación, de amor y
personalidad) se espera alguna pauta diferencial clara entre varones y mujeres. En el caso
de los varones, esperamos pautas de covariación más positivas y fuertes entre: (i) la
frecuencia de aparición de cualquier subtipo de violencia (en especial de tipo psicológico)
con el estilo pasivo de comunicación y con ludus, puesto que, tanto los estilos de
comunicación disfuncionales, como el pasivo, y los estilos de amor, como ludus, son más
característicos de los varones (Christensen y Heavey, 1990; García Palma et al., 2012;
Galicia Moyeda et al., 2013; Gottman y Levenson, 1988; Heaven et al., 2004; Heavey et
al., 1993); (ii) los estilos de comunicación agresivo, pasivo y/o pasivo-agresivo con el
estilo de amor ludus; y (iii) la comunicación asertiva con la extraversión, puesto que
suponemos que ambas dimensiones, al ser positivas, correlacionarán de la misma manera.
58
Capítulo I. Marco Teórico
4.4. Teniendo en cuenta el género y los estilos de amor se espera que las mujeres
obtengan puntuaciones más elevadas en estorge y pragma, mientras que los varones
obtendrían puntuaciones más elevadas en ludus y ágape (Ferrer et al., 2008; Galicia
Moyeda et al., 2013; García Palma et al., 2012; Hall, Hendrick y Hendrick, 1991;
Hendrick et al., 1984, 1998, citado en Heaven et al., 2004; Pedrós y Ballester (2016);
Rotenberg y Korol, 1995, citado en Heaven et al., 2004; Ubillos et al., 2001). Esta
afirmación puede verse matizada cuando se considera a su vez la personalidad de los
jóvenes, donde serán las mujeres y los varones con puntuaciones elevadas en
extraversión, cordialidad o escrupulosidad los que puntúen más alto en estorge y pragma
en el primer caso y en ágape en el segundo. En cuanto a ludus, serán los varones con
puntuaciones elevadas en neuroticismo, los que puntúen más alto en este estilo de amor.
59
Capítulo II. Método
2.1. Introducción
En este capítulo se describe el tipo de diseño utilizado en esta investigación. A
continuación se detallan las características de la muestra y los instrumentos que hemos
utilizado para la obtención de los datos. Por último detallaremos el procedimiento seguido
para recoger toda la información de la muestra y mencionaremos los tipos de análisis
estadísticos realizados.
2.2. Diseño
El diseño de investigación planteado en este caso está dentro de los llamados
estudios empíricos con metodología cuantitativa, según la clasificación de Montero y
León (2007). En estos estudios se incluyen todos aquellos que presentan datos empíricos
originales producidos por los autores y enmarcados dentro de la lógica epistemológica de
tradición objetivista. Además, dentro de esta categoría, nuestra investigación es un
estudio ex post facto retrospectivo con un solo grupo o simple.
61
Capítulo II. Método
Género
212
250
200
150 97
100
50
Varones Mujeres
La edad de la muestra se sitúa entre los 16 y los 26 años, con una media de edad
de 20.71 años y una desviación típica de 3.27. En la Tabla 4 y en la Figura 3 se presenta
el número de sujetos en función del género pertenecientes a cada rango de edad.
Tabla 4
Número de sujetos en función del género y de la edad
Género
Edad Mujer Varón Total
16 25 17 42
17 15 20 35
18 12 8 20
19 15 6 21
20 30 3 33
21 16 6 22
22 28 5 33
23 13 5 18
24 32 7 39
25 10 11 21
26 16 9 25
Total 212 97 309
62
Capítulo II. Método
Género-Edad
35 32
30
30 28
25
25
20
20 17
15 15 16 16
15 12 13
1110
8 9
10 7
6 6 5 5
5 3
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Varones Mujeres
63
Capítulo II. Método
Curso
60 53
50 45
41
36 36
40 32
27
30 21
20 13
10 5
Sujetos
64
Capítulo II. Método
Relación de pareja
285
300
250
200
150
100
22
50 2
65
Capítulo II. Método
66
Capítulo II. Método
de forma indirecta, a través del daño a objetos con significación emocional para la
víctima. Por ejemplo: te ha golpeado; te ha abofeteado, empujado o zarandeado; etc.
67
Capítulo II. Método
de .93. En cuanto a las subescalas, mostraron un alpha de Cronbach entre .58 y .81, con
seis factores por encima de .70, en concreto, violencia por coerción: .73, violencia sexual:
.77, violencia de género: .74, violencia instrumental: .58, violencia física: .70, violencia
por desapego: .79, violencia por humillación: .81 y violencia por castigo emocional: .68.
Del mismo modo, en otro estudio de Rodríguez-Franco et al. (2012) la fiabilidad total del
cuestionario fue de .93, por lo tanto podemos afirmar que se trata de un instrumento con
unas cualidades psicométricas suficientes para considerarlo una herramienta válida y
confiable a la hora de medir la posible existencia de violencia en las relaciones de pareja
de adolescentes y jóvenes.
El ASPA es un cuestionario creado por María José Carrasco Galán en 1996 que
trata de evaluar cuatro tipos de estrategias de comunicación que cada miembro de una
pareja puede poner en marcha para afrontar situaciones problemáticas corrientes en la
convivencia (Carrasco, 1996). Estas estrategias son: asertiva, agresiva, pasiva o inhibida
y pasiva-agresiva. A continuación describimos brevemente cada una de ellas:
Agresiva: esta estrategia carece de total empatía, quien la emplea no siente interés
por las ideas del otro, simplemente impone sus puntos de vista, valiéndose en ocasiones
de la intimidación y la violencia. Por ejemplo: si mi pareja no hace algo que me prometió,
le amenazo con hacerle la vida imposible hasta que lo haga.
Pasiva o Inhibida: esta es la que usa la persona que frente a una situación prefiere
no decir nada, no reaccionar, por temor a enfrentarse. Aunque supone un no hacer, un no
decir, comunica un sentimiento o una actitud de inseguridad frente a una situación
determinada. Un ejemplo de ítem de esta escala sería: cuando mi pareja dice algo que me
hiere, intento que no se dé cuenta del daño que me ha hecho.
68
Capítulo II. Método
que mi pareja se responsabilice más de aquellas tareas de la casa que a ambos nos
desagradan, espero que se dé cuenta de la situación mostrándome frío/a y distante.
69
Capítulo II. Método
cinco puntos, que comprende desde 1 (nada de acuerdo) hasta 5 (totalmente de acuerdo)
(véase Anexo III).
Eros: los ítems tienen que ver con sentirse atraído por otro rápidamente, amor a
primera vista: la persona que quiero y yo nos sentimos atraídos inmediatamente en cuanto
nos vimos por primera vez.
Ludus: los ítems tratan con el ser capaz de recuperarse o de afrontar con facilidad
una ruptura en la relación: generalmente salgo de los asuntos amorosos con rapidez y
facilidad.
Estorge: una amistad larga en último extremo conduce a una relación de amor
buena y duradera: la mejor relación amorosa surge de una larga amistad.
Pragma: los ítems sugieren que poner en orden la vida de uno tiene prioridad a
una relación de amor: intento planificar mi vida con cuidado antes de elegir pareja.
Las propiedades psicométricas del instrumento que ofrecen los autores se plasman
en unos indicadores de fiabilidad test-retest que oscilan alrededor de .70 para las
diferentes subescalas. Por otro lado los coeficientes alfa de Cronbach oscilan entre α=.68
hasta α=.83, reflejando una adecuada consistencia interna (Hendrick y Hendrick, 1986).
Estos resultados coinciden con los obtenidos en otras investigaciones, por ejemplo,
Brenlla, Brizzio y Carreras (2007) con una muestra de N=280 encontraron una
70
Capítulo II. Método
consistencia interna aceptable para la puntuación total (.73) al igual que para cada uno de
los tipos (entre .64 y .72) y, el análisis factorial realizado, señala que los seis factores
considerados explican aproximadamente el 41% del total de la varianza.
71
Capítulo II. Método
72
Capítulo II. Método
carga factorial como en su consistencia interna. Mientras que cordialidad (A) y apertura
a la experiencia (O) son las áreas con mayores dificultades, probablemente debido al
impacto de las influencias culturales que estarían afectando la comprensión de estos
reactivos y la manifestación misma del rasgo.
73
Capítulo III. Resultados
3.1. Introducción
75
Capítulo III. Resultados
3.2.1. Fiabilidad
Tabla 5
Análisis de fiabilidad del CUVINO-R (A y B), ASPA, LAS y NEO-FFI, media y desviación típica
(N=309)
Nº de Ítems Rango M DT Alfa de
Cronbanch
CUVINO-R (A)
V. desapego 7 0-4 .48 .60 .85
V. humillación 7 0-4 .25 .44 .87
V. sexual 6 0-4 .20 .42 .77
V. coerción 6 0-4 .34 .45 .71
V. física 5 0-4 .08 .27 .85
V. género 5 0-4 .22 .37 .76
V. castigo 3 0-4 .36 .49 .61
emocional
V. instrument. 3 0-4 .04 .18 .36
Punt. Total 42 0-4 .26 .33 .94
CUVINO-R (B)
V. desapego 7 0-4 3.07 1.00 .92
V. humillación 7 0-4 3.10 1.14 .94
V. sexual 6 0-4 2.76 1.30 .94
V. coerción 6 0-4 2.78 1.05 .88
V. física 5 0-4 3.18 1.26 .95
V. género 5 0-4 2.75 1.23 .92
V. castigo 3 0-4 2.89 1.10 .81
emocional
V. instrument. 3 0-4 3.02 1.29 .90
Punt. Total 42 0-4 2.95 1.08 .99
76
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 5
ASPA
Asertivo 10 0-100 65.21 19.73 .85
Por lo que se refiere a los datos de la Tabla 5, en primer lugar señalar que en el
caso del CUVINO-R (A y B), en el número de ítems el rango es de 0-4 ya que cada ítem
tiene esos valores y lo que se presentan son los valores medios ponderados para cada
factor. En cuanto a la fiabilidad, en términos generales podemos afirmar que todas las
variables de los cuestionarios utilizados en nuestra investigación, gozan de unos
coeficientes de consistencia interna entre moderados y altos, en concreto entre .54 y .99,
a excepción de la variable violencia instrumental que presenta un coeficiente muy bajo
para la parte A del cuestionario CUVINO-R (.36), que significa que algunas de las
hipótesis planteadas o algunas de las conclusiones que expondremos al finalizar la
investigación, serán más débiles.
77
Capítulo III. Resultados
Por otra parte, las variables de la parte B del CUVINO-R presentan unos
coeficientes de consistencia interna más altos que los de la parte A. De hecho, la mayor
parte de ellos poseen valores cercanos a .90 o superior. El coeficiente más bajo, aunque
muy aceptable, se relaciona con la violencia por castigo emocional (.81). El Alpha de
Cronbach más alto, casi perfecto, lo ha obtenido la puntuación total (.99). En suma
podemos afirmar que esta parte del CUVINO-R presenta muy buena fiabilidad, ya que
sus valores están por encima del α=.80.
Las variables del cuestionario ASPA presentan unos coeficientes altos que oscilan
entre .81 y .88, presentando el valor más alto el tipo de comunicación agresiva (.88) y el
más bajo la comunicación pasiva (.81).
En el caso de los estilos de amor, los más valorados por los participantes del
estudio han sido eros (M=27.03 y DT=4.72), ágape (M=26.07 y DT=4.68) y estorge
(M=21.61 y DT=4.93).
78
Capítulo III. Resultados
En este apartado vamos a presentar los valores medios ponderados (mean ítem
score) relativos a cada variable del cuestionario CUVINO-R para la muestra total
(N=309) (Figuras 6 y 7). Estos valores nos permiten ver el peso que posee cada uno de
los tipos de violencia evaluados.
La Figura 6 hace referencia a la parte A del CUVINO-R y muestra que los subtipos
de violencia que se producen más habitualmente entre las parejas de jóvenes son los de
violencia por desapego (.48), por castigo emocional (.36) y por coerción (.34). El
siguiente subtipo de violencia más frecuente es la violencia por humillación (.25), seguida
de la violencia de género (.22) y la sexual (.20). En este caso debemos destacar la
gravedad de estos tipos de violencia muy presentes también en las relaciones entre
jóvenes. Finalmente, los subtipos de violencia menos presentes han sido la violencia física
(.08) y la violencia instrumental (.04).
CUVINO-A
Figura 6. Puntuaciones medias en función del número de ítems del cuestionario CUVINO-A
(N=309)
79
Capítulo III. Resultados
primer lugar es la referente a la violencia física (3.18), algo lógico teniendo en cuenta que
es una de las violencias consideradas más graves. Este tipo de molestia es seguida por la
que genera la violencia por humillación (3.10), por desapego (3.07) y por la violencia
instrumental (3.02). Un dato curioso es que la violencia física e instrumental, como hemos
visto anteriormente, son las menos frecuentes entre los jóvenes pero son las valoradas
como más molestas entre los mismos si estuvieran presentes en sus relaciones de pareja.
Siguiendo el orden de los subtipos de violencia que generan mayor malestar, aparece la
violencia por castigo emocional (2.89), por coerción (2.78), sexual (2.76) y de género
(2.75). En general, los índices de molestia, tanto para los subtipos de violencia que
generan más malestar como para los que generan menos, son bastante altos e igualados
entre ellos.
CUVINO-B
Figura 7. Puntuaciones medias en función del número de ítems del cuestionario CUVINO-B
(N=309)
Tabla 6
Análisis factorial: CUVINO-R (A y B), ASPA, LAS y NEO-FFI (N=309)
Matriz de componentes rotados Comunalidades
1 2 3 4 5 6 7 h2
CUVINO-R (A)
V. desapego -.02 .78 .07 .07 -.12 .15 .04 .65
V. humillación -.03 .90 .12 -.01 .02 -.06 .05 .82
V. sexual -.04 .67 .02 .04 -.04 .15 -.06 .47
V. coerción -.11 .77 .11 -.06 -.12 .11 -.18 .68
V. física -.04 .79 -.01 -.03 .04 -.08 -.01 .63
V. género -.04 .77 .11 -.12 -.06 -.04 .14 .64
V. castigo -.07 .70 .04 .18 -.21 .08 -.11 .59
emocional
V. instrumen. -.03 .64 -.01 -.13 .16 -.07 -.02 .46
CUVINO-R (B)
V. desapego .92 .02 .06 .06 -.00 -.02 .08 .86
V. humillación .96 -.00 -.00 -.02 .04 .02 .05 .93
V. sexual .91 -.08 -.03 -.01 .05 .02 .08 .85
V. coerción .93 -.02 -.05 -.05 -.01 .02 .03 .87
V. física .95 -.08 .02 -.02 .04 .01 .01 .92
V. género .92 -.13 -.08 .01 .03 .06 .09 .88
V. castigo .89 -.03 -.01 .09 -.01 -.05 .03 .81
emocional
V. nstrumen. .93 -.08 .05 .01 .02 .03 .00 .88
ASPA
Asertivo .25 -.09 .16 .04 .30 -.01 .61 .56
Agresivo .06 .29 .79 .10 .08 .06 .05 .73
Pasivo -.10 .32 .04 .28 -.19 .43 -.49 .65
Pasivo-Agresivo -.02 .27 .57 .28 .01 .34 -.31 .69
LAS
Eros .04 -.26 -.06 .46 .41 -.30 .16 .57
Ludus -.07 .05 .31 -.39 -.22 .47 .06 .53
Estorge .05 .04 -.12 -.05 -.01 .66 .03 .45
Pragma .04 -.00 .08 -.01 .05 .69 -.00 .49
Manía .08 .06 .31 .69 -.17 .11 .15 .64
Ágape -.03 -.08 -.22 .80 .08 -.12 -.13 .73
NEO-FFI
Neuroticismo .08 .10 .23 .23 -.71 .19 .20 .70
Extraversión .03 -.05 .14 .08 .73 .06 .10 .57
Apertura a la .02 .06 -.20 .05 -.09 .08 .75 .63
experiencia
Cordialidad .05 .04 -.69 .27 .22 .12 .08 .62
Escrupulosidad .12 -.00 -.31 .11 .47 .11 .21 .40
81
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 6
(i) Este análisis ha dado lugar a una estructura de siete factores con valores propios
por encima de 1.00 que explican el 67.44% de la varianza total.
(iv) El factor III presenta un valor propio de 2.29 y explica un 6.36% de la varianza
total y un 9.43% de la varianza rotada. Las saturaciones más altas están presentes en dos
variables del cuestionario ASPA, en concreto, en la comunicación agresiva y en la pasiva-
agresiva; y en una variable del cuestionario NEO-FFI, la cordialidad. Este factor estaría
formado por un estilo de comunicación con componentes agresivos, es decir, falta de
empatía por los sentimientos de la otra persona e imposición de los puntos de vista sin
tener en cuenta los de los demás a través de la intimidación y la violencia; además de por
82
Capítulo III. Resultados
una dimensión de la personalidad que nada tiene que ver con aspectos agresivos o
negativos, sino todo lo contrario, las personas cordiales son personas amables, altruistas,
que simpatizan con los demás y que están dispuestas a ayudar a todo el que lo necesite.
De ahí, que las variables comunicación agresiva y pasiva-agresiva saturen de manera
positiva y cordialidad lo haga de manera negativa. De hecho, si observamos la Tabla 39
de correlaciones del Anexo V, vemos como la variable cordialidad correlaciona de
manera negativa y significativa con la comunicación agresiva (r=-.36; p<.001) y pasiva-
agresiva (r=-.18; p<.01)
(viii) Por último, el factor VII posee un valor propio de 1.28 y explica un 4.97%
de la varianza total y un 7.37% de la varianza rotada. Las saturaciones más altas se
encuentran en las variables del ASPA, comunicación asertiva y pasiva (con signos
opuestos); y en la variable del NEO-FFI, apertura a la experiencia (positiva). Si
observamos las correlaciones en el Anexo V (véase Tabla 39), la comunicación asertiva
83
Capítulo III. Resultados
En este apartado se presenta, en primer lugar, las respuestas dadas por los jóvenes
(N=309) a una serie de preguntas que se formulaban en la segunda parte del CUVINO-R
y que denotan una información muy valiosa con respecto al conocimiento y experiencia
que poseen los jóvenes con la violencia de pareja. Posteriormente, se muestran las tablas
con la media, la desviación típica, las diferencias y el tamaño del efecto para cada una de
las variables utilizadas en el estudio en función de si los sujetos habían respondido “no”
o “sí” a las preguntas planteadas. Para establecer las diferencias entre los dos grupos se
ha utilizado la t de Student o la U de Mann-Whitney, según la composición de los grupos.
En la Figura 8 se muestran los datos que hacen referencia al ítem 47 del CUVINO-
R, que dice así: ¿Crees que es posible que exista maltrato entre novios? En este caso, 24
participantes en el estudio (7.8%) han dicho que no y 285 (92.2%) que sí.
84
Capítulo III. Resultados
285
300
250
200
150
100 24
50
0
No Sí
Tabla 7
Comparación de medias del ítem 47 del CUVINO-R en función de los participantes en el estudio
que han respondido que no (N=24) y los que han respondido que sí (N=285) mediante la U de
Mann-Whitney
No (N=24) Sí (N=285)
M DT M DT U r
Desapego A .32 .36 .50 .61 2959.0 /
Desapego B 3.18 .87 3.06 3.01 3212.5 /
Humillación A .11 .21 .26 .45 2712.0 /
Humillación B 3.18 1.04 3.10 1.14 3319.0 /
Sexual A .13 .23 .21 .43 3088.5 /
Sexual B 2.49 1.37 2.78 1.29 2978.5 /
Coerción A .31 .36 .34 .46 3344.0 /
Coerción B 2.88 .94 2.77 1.06 3321.0 /
Física A .02 .06 .08 .28 3030.0 /
Física B 3.23 1.34 3.18 1.26 3134.0 /
Género A .21 .29 .22 .38 3347.0 /
Género B 2.78 1.28 2.75 1.22 3266.0 /
85
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 7
Castigo .32 .49 .36 .49 3220.0 /
emocional A
Castigo 3.00 1.11 2.88 1.10 3158.0 /
emocional B
Instrumental A .00 .00 .05 .19 3120.0 /
Instrumental B 2.99 1.35 3.02 1.29 3351.0 /
Punt. Total A .19 .19 .27 .34 3051.0 /
Punt. Total B 3.14 .98 3.21 1.11 3167.0 /
Asertivo 62.17 17.99 65.47 19.87 2999.5 /
Agresivo 13.08 12.38 18.07 16.86 2847.0 /
Pasivo 20.33 14.95 21.40 15.45 3281.0 /
Pasivo- 25.17 17.86 27.31 16.57 3039.5 /
Agresivo
Eros 29.29 4.34 26.84 4.70 2455.5* .13
Ludus 17.08 4.78 16.30 4.47 3159.0 /
Estorge 20.08 5.43 21.74 4.87 2824.5 /
Pragma 14.83 5.13 16.34 4.78 2663.0 /
Manía 20.33 5.16 20.64 4.58 3125.0 /
Ágape 27.71 4.60 25.93 4.67 2627.0 /
Neuroticismo 20.88 7.48 21.96 7.39 3123.5 /
Extraversión 33.21 6.61 32.64 7.10 3201.0 /
Apertura a la 25.67 8.13 27.37 7.31 3059.5 /
experiencia
Cordialidad 30.92 5.75 29.99 6.28 3112.0 /
Escrupulosidad 30.92 6.77 30.45 7.56 3285.0 /
*
Nota= = p<.05; M (Media); DT (Desviación típica); U (U de Mann-Whitney); r (r de
Rosenthal)
86
Capítulo III. Resultados
191
200
118
150
100
50
No Sí
87
Capítulo III. Resultados
Tabla 8
Comparación de medias del ítem 46 del CUVINO-R en función de los participantes en el estudio
que han respondido que no (N=118) y los que han respondido que sí (N=191) mediante la t de
Student
No (N=118) Sí (N=191)
M DT M DT t d
Desapego A .45 .57 .50 .61 -.76 /
Desapego B 3.09 .94 3.06 1.04 .27 /
Humillación A .21 .35 .27 .49 -1.27 /
Humillación B 3.07 1.15 3.12 1.13 -.43 /
Sexual A .16 .37 .23 .44 -1.32 /
Sexual B 2.63 1.31 2.84 1.29 -1.38 /
Coerción A .31 .36 .36 .50 -.97 /
Coerción B 2.77 1.05 2.78 1.05 -.04 /
Física A .05 .14 .10 .33 -2.01* .21
Física B 3.13 1.28 3.22 1.25 -.62 /
Género A .20 .29 .23 .41 -.78 /
Género B 2.75 1.24 2.75 1.22 -.02 /
Castigo .33 .48 .38 .49 -.87 /
emocional A
Castigo 2.87 1.10 2.90 1.11 -.25 /
emocional B
Instrumental A .03 .14 .05 .20 -1.40 /
Instrumental B 2.98 1.29 3.05 1.29 -.41 /
Punt. Total A .23 .25 .28 .37 -1.40 /
Punt. Total B 3.14 1.06 3.24 1.12 -.81 /
Asertivo 62.53 19.33 66.87 19.84 -1.90 /
Agresivo 17.73 16.42 17.65 16.75 .04 /
Pasivo 22.20 13.62 20.77 16.40 .83 /
Pasivo-Agresivo 28.78 16.41 26.14 16.77 1.36 /
Eros 26.77 4.55 27.19 4.82 -.77 /
Ludus 16.53 4.37 16.26 4.56 .53 /
Estorge 20.85 4.97 22.08 4.86 -2.13* .25
Pragma 16.16 4.75 16.26 4.87 -.18 /
Manía 21.00 4.73 20.38 4.54 1.14 /
Ágape 26.33 4.78 25.91 4.62 .77 /
Neuroticismo 21.36 7.05 22.19 7.59 -.98 /
Extraversión 32.58 7.04 32.75 7.08 -.22 /
Apertura a la 26.61 7.16 27.63 7.50 -1.19 /
experiencia
Cordialidad 29.65 6.66 30.32 5.96 -.89 /
Escrupulosidad 29.58 7.76 31.04 7.28 -1.64 /
Nota= *=p<.05; M (Media); DT (Desviación típica); t (t de Student); d (d de Cohen)
88
Capítulo III. Resultados
su relación de noviazgo?, puntúan más alto en este tipo de violencia (M=.10 y DT=.33)
que los que han respondido que no (M=.05 y DT=.14). Es posible que, al tratarse de
jóvenes que sufren una situación similar, compartan ese tipo de información y sean
conscientes de las circunstancias que están viviendo sus iguales o sus amigos/as.
89
Capítulo III. Resultados
214
250
200
150 95
100
50
No Sí
Tabla 9
Comparación de medias del ítem 44 del CUVINO-R en función de los participantes en el estudio
que han respondido que no (N=214) y los que han respondido que sí (N=95) mediante la t de
Student
No (N=214) Sí (N=95)
M DT M DT t d
Desapego A .31 .45 .87 .70 -7.06*** .97
Desapego B 3.06 1.06 3.09 .86 -.32 /
Humillación A .12 .22 .54 .64 -6.39*** .98
Humillación B 3.09 1.20 3.13 .99 -.29 /
Sexual A .12 .30 .39 .56 -4.40*** .63
Sexual B 2.79 1.31 2.69 1.26 .58 /
Coerción A .22 .30 .61 .59 -6.10*** .88
Coerción B 2.79 1.08 2.76 .96 .24 /
Física A .04 .11 .16 .45 -2.58** .43
Física B 3.19 1.27 3.18 1.27 .05 /
Género A .14 .23 .39 .53 -4.30*** .66
Género B 2.79 1.25 2.67 1.18 .75 /
Castigo .24 .41 .62 .55 -6.15*** .79
emocional A
Castigo 2.91 1.12 2.85 1.06 .48 /
emocional B
Instrumental A .02 .10 .09 .28 -2.23* .37
Instrumental B 3.04 1.27 2.98 1.34 .41 /
Punt. Total A .16 .19 .49 .45 -6.99*** 1.03
Punt. Total B 3.11 1.13 3.41 1.00 -2.30* .28
Asertivo 65.15 19.39 65.35 20.58 -.08 /
Agresivo 15.25 15.81 23.16 17.11 -3.84*** .48
Pasivo 19.46 14.58 25.52 16.39 -3.10** .39
90
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 9
91
Capítulo III. Resultados
significativas en la puntuación total del CUVINO-B (t=-2.30; p<.05) con un tamaño del
efecto débil (d=.28). En este caso los sujetos que se han sentido atrapados/as en su
relación puntúan más alto (M=3.41 y DT=1.00) que los que no se han sentido atrapados
(M=3.11 y DT=1.13). Este hecho está relacionado con el punto anterior, es decir, es
normal que los sujetos que han experimentado en mayor medida cada uno de los subtipos
de violencia sientan mayor malestar hacia los mismos, que aquellos que no los han
sufrido.
92
Capítulo III. Resultados
93
Capítulo III. Resultados
283
300
250
200
150
100 26
50
0
No Sí
Tabla 10
Comparación de medias del ítem 43 del CUVINO-R en función de los participantes en el estudio
que han respondido que no (N=283) y los que han respondido que sí (N=26) mediante la U de
Mann-Whitney
No (N= 283) Sí (N= 26)
M DT M DT U r
Desapego A .42 .51 1.18 .96 1545.0*** .28
Desapego B 3.04 1.02 3.36 .75 3015.0 /
Humillación A .21 .37 .66 .83 1710.0*** .28
Humillación B 3.09 1.16 3.20 .85 3598.0 /
Sexual A .17 .36 .58 .71 2301.0*** .20
Sexual B 2.76 1.32 2.76 1.11 3419.0 /
Coerción A .28 .36 1.00 .71 950.0*** .37
Coerción B 2.75 1.07 3.04 .76 3217.5 /
Física A .05 .18 .37 .65 2377.0*** .25
Física B 3.18 1.28 3.22 1.04 3317.5 /
*
Género A .20 .32 .42 .68 2732.5 .14
Género B 2.75 1.24 2.77 1.09 3544.5 /
Castigo .31 .43 .85 .76 2034.5*** .23
emocional A
Castigo 2.86 1.11 3.22 .91 3015.0 /
emocional B
Instrumental A .04 .17 .08 .27 3536.0 /
Instrumental B 3.03 1.30 2.96 1.19 3268.5 /
Punt.Total A .22 .27 .69 .60 1229.0*** .32
Punt. Total B 3.15 1.10 3.75 .96 2741.5* .12
Asertivo 65.27 19.70 64.54 20.38 3641.0 /
**
Agresivo 17.08 16.55 24.23 15.95 2475.5 .16
Pasivo 20.56 15.19 29.62 15.41 2309.5** .18
Pasivo- 26.52 16.49 34.00 17.25 2713.0 .13
Agresivo
94
Capítulo III. Resultados
Pasivo-
Continuación Tabla 26.52
10 16.49 34.00 17.25 2713.0* .13
Agresivo
Pasivo- 26.52 16.49 34.00 17.25 2713.0* .13
Agresivo
Eros 27.20 4.70 25.19 4.67 2775.5* .12
Ludus 16.31 4.44 16.92 5.07 3402.5 /
Estorge 21.55 4.83 22.23 6.00 3548.5 /
Pragma 16.20 4.85 16.42 4.53 3564.5 /
Manía 20.52 4.57 21.69 5.10 3136.5 /
Ágape 26.06 4.64 26.15 5.24 3555.5 /
Neuroticismo 21.65 7.32 24.31 7.89 2957.5 /
Extraversión 32.94 7.04 29.92 6.81 2801.0* .11
Apertura a la 27.33 7.20 26.31 9.25 3412.0 /
experiencia
Cordialidad 30.14 6.22 29.27 6.45 3396.5 /
Escrupulosidad 30.70 7.57 28.15 6.18 2876.0 /
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001; M (Media); DT (Desviación típica); U (U de Mann-
Whitney); r (r de Rosenthal)
95
Capítulo III. Resultados
96
Capítulo III. Resultados
287
300
250
200
150
100
22
50
No Sí
Tabla 11
Comparación de medias del ítem 45 del CUVINO-R en función de los participantes en el estudio
que han respondido que no (N=287) y los que han respondido que sí (N=22) mediante la U de
Mann-Whitney
No (N= 287) Sí (N= 22)
M DT M DT U r
***
Desapego A .41 .50 1.44 .89 756.5 .34
Desapego B 3.07 1.02 3.08 .69 2798.5 /
Humillación A .19 .29 1.03 1.01 902.5*** .34
Humillación B 3.11 1.16 3.07 .76 2625.0 /
Sexual A .16 .35 .75 .74 1208.0*** .31
Sexual B 2.79 1.29 2.30 1.28 2398.0 /
***
Coerción A .29 .37 1.05 .71 757.0 .35
Coerción B 2.80 1.05 2.50 .98 2453.0 /
Física A .04 .12 .53 .82 1757.5*** .29
Física B 3.22 1.26 2.71 1.30 2117.5** .15
Género A .18 .28 .73 .80 1464.5*** .26
Género B 2.79 1.23 2.29 1.11 2300.5* .12
97
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 11
Castigo .32 .44 .91 .69 1459.5*** .26
emocional A
Castigo 2.92 1.09 2.53 1.18 2437.0 /
emocional B
Instrumental A .03 .10 .26 .51 2470.5*** .20
Instrumental B 3.07 1.27 2.44 1.41 2212.5* .14
Punt. Total A .21 .23 .90 .67 517.5*** .37
Punt. Total B 3.18 1.09 3.55 1.09 2801.0 /
Asertivo 65.52 19.47 61.18 22.97 2885.5 /
Agresivo 17.12 16.41 25.09 17.68 2242.0* .13
Pasivo 20.72 14.94 29.18 19.08 2314.0* .12
Pasivo-Agresivo 26.72 16.56 32.64 17.31 2506.0 /
Eros 27.15 4.66 25.45 5.29 2601.0 /
Ludus 16.33 4.45 16.77 5.10 2979.0 /
Estorge 21.68 4.82 20.64 6.29 2851.5 /
Pragma 16.29 4.86 15.41 4.16 2944.5 /
Manía 20.49 4.56 22.23 5.21 2602.5 /
Ágape 26.10 4.66 25.68 5.09 2939.0 /
Neuroticismo 21.59 7.31 25.68 7.59 2213.5* .13
Extraversión 32.80 7.09 31.18 6.57 2729.0 /
Apertura a la 27.05 7.40 29.73 6.80 2495.5 /
experiencia
Cordialidad 30.14 6.24 29.05 6.20 2735.0 /
Escrupulosidad 30.65 7.50 28.32 7.19 2434.5 /
* ** ***
Nota= =p<.05; =p<.01; =p<.001; M (Media); DT (Desviación típica); U (U de Mann-
Whitney); r (r de Rosenthal)
98
Capítulo III. Resultados
99
Capítulo III. Resultados
más alto (M=25.68 y DT=7.59) en comparación con los que no han sido maltratados/as
(M=21.59 y DT=7.31). En el caso de los sujetos que sí reconocen el maltrato existe cierto
desajuste o inestabilidad emocional debido a la situación que están viviendo y hace que
aparezcan sentimientos negativos como el miedo, la ira, la vergüenza, la culpa o la
melancolía.
100
Capítulo III. Resultados
3.4.1. Violencia
En la Tabla 12 se presentan las diferencias entre los 11 grupos de edad que han
participado en nuestra investigación (edades comprendidas entre los 16 y los 26 años) en
cada una de las variables de cuestionario CUVINO-R (A y B).
Tabla 12
ANOVA: Influencia de la edad sobre las variables del CUVINO-R (A y B)
Suma de Media
cuadrados Gl cuadrática F Sig.
CUVINO-R (A)
V. desapego Entre grupos 196.37 10 19.64 1.13 .34
Dentro de grupos 5170.80 298 17.35
101
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 12
CUVINO-R (B)
V. desapego Entre grupos 1065.32 10 106.53 2.25 .02
Dentro de grupos 14095.86 298 47.30
(i) Violencia por desapego, donde aparecen diferencias significativas entre los
grupos de edad de 17 y 22 años (t=-3.88; p<.001), siendo los jóvenes que tienen 22 años
102
Capítulo III. Resultados
los que manifiestan mayor malestar ante este subtipo de violencia (M=3.45 y DT=.44)
que los que tienen 17 (M=2.56 y DT=1.28).
(iii) Violencia por coerción, donde existen diferencias significativas entre el grupo
de edad de 17 y 22 años (t=-4.87; p<.001) y entre el grupo de 17 y 26 años (t=-3.40;
p<.001). En el primer caso son los jóvenes de 22 años los que puntúan más alto en esta
variable (M=3.27 y DT=.49) en comparación con el grupo de 17 (M=2.17 y DT=1.24); y
en el segundo, también son los más mayores, los de 26 años (M=3.17 y DT=1.03), los que
manifiestan mayor malestar ante la ocurrencia de este subtipo de violencia en
comparación con los de menor edad.
(iv) En la violencia física, las diferencias significativas aparecen entre los grupos
de edad de 17 y 22 años (t=-4.12; p<.001), siendo los jóvenes de 22 los que puntúan más
alto (M=3.78 y DT=.37) que los de 17 años (M=2.66 y DT=1.56) en esta variable.
103
Capítulo III. Resultados
2.88; p<.01) y 26 años (t=-2.70; p<.01), donde, de nuevo, los más mayores obtienen
puntuaciones más altas que los más jóvenes.
En líneas generales podemos concluir que en todos los casos en los que han
aparecido diferencias estadísticamente significativas, generalmente ocurren entre el
grupo de 17 años con el de 22 y con el de 26 años, siendo los más jóvenes los que han
obtenido menores puntuaciones en las diferentes variables que los sujetos más mayores,
lo que nos indica que a esas edades se tiene una menor percepción o conciencia de la
gravedad que puede suponer el hecho de que aparezcan o lleguen a aparecer en un futuro
situaciones de violencia, del tipo que sean, entre la pareja, ya sean de una manera más
sutil o enmascarada o de una forma mucho más visible y clara. De ahí, la importancia de
que los adolescentes empiecen a tomar conciencia de este tipo de situaciones para poder
detectarlas y evitar que se desarrollen.
Finalmente, y para tener una visión más clara del perfil que va trazando la edad
en cada variable del CUVINO-R (A y B), vamos a representar las medias de la edad en
cada una de las variables en 4 gráficos (véase Figuras 13, 14, 15 y 16), dos para cada parte
del CUVINO-R, debido a que se observa con mayor claridad si separamos la información
de esta manera.
CUVINO-R (A)
4
3,5
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Figura 13. Representación de las medias de la edad en 5 variables del CUVINO-R (A) (N=309)
104
Capítulo III. Resultados
CUVINO-R (A)
4
3,5
2,5
1,5
0,5
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Figura 14. Representación de las medias de la edad en 4 variables del CUVINO-R (A) (N=309)
CUVINO-R (B)
4
3,5
2,5
1,5
0,5
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Figura 15. Representación de las medias de la edad en 5 variables del CUVINO-R (B) (N=309)
105
Capítulo III. Resultados
CUVINO-R (B)
4
3,5
2,5
1,5
0,5
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Figura 16. Representación de las medias de la edad en 4 variables del CUVINO-R (B) (N=309)
A continuación presentamos las diferencias entre los 11 grupos de edad que han
participado en nuestra investigación (edades comprendidas entre los 16 y los 26 años) en
cada una de las variables de cuestionario ASPA.
106
Capítulo III. Resultados
Tabla 13
ANOVA: Influencia de la edad sobre las variables del ASPA
Suma de Media
cuadrados Gl cuadrática F Sig.
ASPA
Asertivo Entre grupos 7074.06 10 707.41 1.87 .05
Dentro de grupos 112797.26 298 378.51
107
Capítulo III. Resultados
Del mismo modo que en el caso anterior, las medias de edad en cada una de las
variables del ASPA quedarían representadas de la siguiente manera:
Estilos de comunicación
80
70
60
50
40
30
20
10
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Figura 17. Representación de las medias de la edad en las variables del ASPA (N=309)
108
Capítulo III. Resultados
En este apartado presentamos las diferencias entre los 11 grupos de edad que han
participado en nuestra investigación (edades comprendidas entre los 16 y los 26 años) en
cada una de las variables de cuestionario LAS.
Tabla 14
ANOVA: Influencia de la edad sobre las variables de la LAS
Suma de Media
cuadrados Gl cuadrática F Sig.
LAS
Eros Entre grupos 218.07 10 21.81 .98 .46
Dentro de grupos 6640.67 298 22.28
Como podemos observar en la Tabla 14, el análisis de varianza realizado para ver
la influencia de la edad sobre los distintos estilos de amor, tampoco ha arrojado ninguna
diferencia estadísticamente significativa, a excepción de ludus. Al igual que ocurría con
109
Capítulo III. Resultados
la asertividad en el apartado anterior, en este caso ocurre con el estilo de amor ludus
(F=1.93; p=.04), de tal manera que la tendencia de las diferencias iría encaminada en la
siguiente dirección: diferencias entre el grupo de 16 años con 18 (t=2.32; p<.05), 20
(t=2.33; p<.05), 22 (t=2.70; p<.01) y 24 años (t=2.56; p<.05); entre el grupo de 17 y 22
años (t=2.10; p<.05); entre el grupo de 18 y 25 años (t=-2.06; p<.05); entre el grupo de
20 y 25 años (t=-2.02; p<.05); entre el grupo de 22 con 25 años (t=-2.36; p<.05); y entre
el grupo de 24 con 25 años (t=-2.18; p<.05). Centrándonos en cada una de ellas, los
resultados serían los siguientes:
Estos resultados nos indican que hay una tendencia a desarrollar en las relaciones
un estilo lúdico y sin un compromiso amoroso firme con respecto a la otra persona
implicada en la relación en los sujetos más jóvenes (en nuestro caso entre los participantes
de 16 y 17 años) que es menos común en los sujetos más mayores, pero que vuelve a
aparecer a cierta edad, que en nuestro caso sería en el grupo de 25 años. Este hecho nos
hace pensar que ludus puede aparecer a cualquier edad y que dependerá del deseo o de la
necesidad que en ese momento tenga la persona para embarcarse en una relación amorosa,
con todo lo que ello implica, o de lo contrario, seguir disfrutando de las relaciones
libremente y sin adquirir ningún compromiso con nadie.
El perfil que va trazando la edad en cada una de las variables de la LAS, se vería
reflejado del siguiente modo:
110
Capítulo III. Resultados
Estilos de amor
30
25
20
15
10
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Figura 18. Representación de las medias de la edad en las variables de la LAS (N=309)
3.4.4. Personalidad
Tabla 15
ANOVA: Influencia de la edad sobre las variables del NEO-FFI
Suma de Media
cuadrados Gl cuadrática F Sig.
NEO-FFI
Neuroticismo Entre grupos 393.24 10 39.32 .71 .71
Dentro de grupos 16438.08 298 55.16
111
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 15
(i) Entre los grupos de 17 y 24 años y entre los de 17 y 26 años, son los de 17
(M=26.49 y DT=5.67) los que obtienen puntuaciones menores en la dimensión de
personalidad escrupulosidad que los grupos de 24 (M=34.92 y DT=8.44) y de 26
(M=32.76 y DT=6.64).
Como se desprende los resultados anteriores, en todos los casos, son los sujetos
de menor edad los que puntúan más bajo en escrupulosidad que los sujetos más mayores.
La escrupulosidad hace referencia a la responsabilidad, el sentido del deber y la
autodisciplina, lo que supone que estos aspectos aumenten a medida que el ser humano
se va desarrollando en su ciclo vital y va teniendo más responsabilidades en cualquiera
de las facetas de la vida.
112
Capítulo III. Resultados
Dimensiones de personalidad
40
35
30
25
20
15
10
5
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Neuroticismo Extraversión
Apertura a la Experiencia Cordialidad
Escrupulosidad
Figura 19. Representación de las medias de la edad en las variables del NEO-FFI (N=309)
113
Capítulo III. Resultados
3.5.1. Violencia
Tabla 16
Media, desviación típica, prueba de diferencias (t de Student) y tamaño del efecto (d de Cohen)
en las variables del CUVINO-R (A y B) entre varones (N=97) y mujeres (N=212)
Varones (N=97) Mujeres (N=212)
M DT M DT t d
CUVINO-R (A)
V. desapego .54 .65 .46 .57 1.00 /
V. humillación .27 .47 .24 .43 .63 /
V. sexual .23 .51 .19 .36 .68 /
V. coerción .45 .54 .29 .39 2.55** .34
V. física .11 .30 .07 .26 1.09 /
V. género .23 .33 .21 .39 .53 /
V. castigo .47 .57 .31 .44 2.63** .34
emocional
V. instrumen. .06 .22 .03 .16 .96 /
Punt. Total .31 .36 .24 .32 1.58 /
CUVINO-R (B)
V. desapego 2.68 1.13 3.25 .89 -4.34*** .56
***
V. humillación 2.56 1.23 3.35 1.00 -5.59 .71
V. sexual 1.83 1.22 3.18 1.10 -9.30*** 1.16
V. coerción 2.31 1.10 2.99 .95 -5.19*** .66
V. física 2.58 1.33 3.46 1.13 -5.63*** .71
V. género 2.01 1.22 3.09 1.07 -7.55*** .95
V. castigo 2.41 1.15 3.11 1.01 -5.13*** .65
emocional
V. instrumen. 2.50 1.39 3.26 1.17 -4.71*** .60
Punt. Total 2.66 1.18 3.45 .96 -5.76*** .74
Nota= **=p<.01; ***=p<.001; M (Media); DT (Desviación típica); t (t de Student); d (d de
Cohen); CUVINO-R (A y B) (Cuestionario de Violencia entre Novios de Rodríguez-Franco y
Rodríguez-Díaz, 2004)
(i) Con respecto a la parte A del CUVINO-R, que recordamos que hace referencia
a la frecuencia con que la persona ha experimentado cualquiera de los tipos de violencia
que se describen en él, vemos que existen diferencias significativas entre ambos géneros
114
Capítulo III. Resultados
(ii) En las variables relacionadas con la parte B del CUVINO-R, que hacen
referencia al malestar provocado por los diferentes tipos de violencia, vemos que existen
diferencias estadísticamente significativas entre varones y mujeres tanto en la puntuación
total (t=-5.76; p<.001; d=.74) como en los diferentes subtipos de violencia. Las
diferencias son especialmente elevadas en los casos de la violencia sexual (t=-9.30;
p<.001; d=1.16) y de género (t=-7.55; p<.001; d=.95), con tamaños del efecto fuertes y
en los que las mujeres obtienen puntuaciones más elevadas que los hombres. Lo mismo
sucede en el resto de tipos de violencia, siendo las diferencias sustanciales y llevando
asociados tamaños de efecto moderados.
En suma, en todos los subtipos de violencia las mujeres puntúan más alto que los
hombres, por lo tanto sienten mayor malestar en el caso de que hayan sucedido o fueran
a suceder algún tipo de las agresiones mencionadas anteriormente, tanto físicas como
psicológicas y/o sexuales. Los varones presentan un malestar mucho menor y por tanto
presentan una tolerancia más elevada que las mujeres. Además, estos subtipos de
violencia también obtuvieron los pesos más elevados en análisis anteriores (véase Figura
7).
115
Capítulo III. Resultados
Tabla 17
Media, desviación típica, prueba de diferencias (t de Student) y tamaño del efecto (d de Cohen)
en las variables del ASPA entre varones (N=97) y mujeres (N=212)
Varones (N=97) Mujeres (N=212)
M DT M DT t d
Asertivo 56.49 20.57 69.20 18.02 -5.23*** .66
Agresivo 15.67 16.66 18.60 16.53 -1.44 /
Pasivo 27.30 16.94 18.58 13.83 4.43*** .57
Pasivo-Agresivo 26.49 16.63 27.44 16.69 -.47 /
Nota= ***=p<.001; M (Media); DT (Desviación típica); t (t de Student); d (d de Cohen)
116
Capítulo III. Resultados
Tabla 18
Media, desviación típica, prueba de diferencias (t de Student) y tamaño del efecto (d de Cohen)
en las variables de la LAS entre varones (N=97) y mujeres (N=212)
Varones (N=97) Mujeres (N=212)
M DT M DT t d
Eros 26.42 4.78 27.31 4.68 -1.52 /
Ludus 17.03 5.00 16.06 4.21 1.67 /
Estorge 22.08 5.18 21.39 4.80 1.11 /
Pragma 16.43 5.20 16.13 4.63 .50 /
Manía 20.09 4.38 20.85 4.71 -1.38 /
**
Ágape 27.06 4.59 25.61 4.67 2.56 .31
Nota= **=p<.01; M (Media); DT (Desviación típica); t (t de Student); d (d de Cohen)
Teniendo en cuenta los datos obtenidos en la Tabla 18, cabe destacar que, en
función de los estilos de amor, las diferencias estadísticamente significativas entre
varones y mujeres se encuentran en el estilo ágape (t=2.56; p<.01), con un tamaño del
efecto débil (d=.31). En este caso, lo varones puntúan más alto (M=27.06 y DT=4.59) que
las mujeres (M=25.61 y DT=4.67). Este hecho refleja, al igual que en la literatura (García
Palma et al., 2012; Hendrick et al., 1991; Ubillos, Páez y Zubieta, 2001) que existen
diferencias en función del género en los estilos de amor y además que los varones puntúan
más alto en ágape, lo que sugiere que se muestran más altruistas de lo que en un principio
podría pensarse en las relaciones de pareja que las mujeres.
117
Capítulo III. Resultados
3.5.4. Personalidad
Tabla 19
Media, desviación típica, prueba de diferencias (t de Student) y tamaño del efecto (d de Cohen)
en las variables del NEO-FFI entre varones (N=97) y mujeres (N=212)
Varones (N=97) Mujeres (N=212)
M DT M DT t d
Neuroticismo 19.78 6.93 22.83 7.41 -3.51*** .43
Extraversión 32.36 6.62 32.83 7.26 -.57 /
Apertura a la 25.91 7.26 27.85 7.37 -2.17* .27
experiencia
Cordialidad 28.78 6.06 30.65 6.24 -2.49* .30
Escrupulosidad 29.75 7.16 30.82 7.63 -1.19 /
Nota= *=p<.05; ***=p<.001; M (Media); DT (Desviación típica); t (t de Student); d (d de Cohen)
118
Capítulo III. Resultados
En este apartado vamos a presentar los análisis de correlación entre las variables
de nuestro estudio diferenciando según el género: varones (N=97) y mujeres (N=212).
Tabla 20
Correlaciones en el grupo de varones (N=97) entre las variables del CUVINO-A y CUVINO-B
V. instrum. A
V. castigo A
V. género A
V. sexual A
V. desap. A
V. coerc. A
V. humi. A
V. física A
V. desap. B .13 .07 -.04 -.04 -.03 .05 .12 -.06
V. humi. B .08 .10 .05 -.05 .00 .04 .10 .05
V. sexual B .01 .02 .01 -.06 -.02 -.03 .03 .05
V. coerc. B .04 .10 .13 .10 .06 -.01 .15 -.00
V. física B -.01 .01 -.02 -.06 -.07 -.02 .05 .02
V. género B -.02 -.07 -.06 -.16 -.07 -.14 -.03 -.08
V. castigo B .03 .04 -.06 -.07 -.04 -.01 .16 .00
V. instru. B .00 .00 -.01 -.08 -.06 .00 .10 -.01
Tabla 21
Correlaciones en el grupo de mujeres (N=212) entre las variables del CUVINO-A y CUVINO-B V. instrum. A
V. castigo A
V. género A
V. sexual A
V. desap. A
V. coerc. A
V. humi. A
V. física A
B, que, recordamos, nos indican el malestar provocado por cada uno de los subtipos de
violencia en caso de que se produzcan o en caso de que se llegaran a producir en un futuro
(véase Tabla 20). Esto nos indica, que en el caso de los varones, la exposición a
comportamientos violentos es independiente del impacto que estos comportamientos
pueden causar.
En suma, la cuantía de los coeficientes muestra que las partes A y B del CUVINO,
evalúan dos aspectos claramente independientes al margen de que se trate de los varones
o de las mujeres, tendencia que quedó claramente reflejada en el análisis factorial
realizado en la muestra total (apartado 3.3.2), donde ambas partes del CUVINO-R
concluían en factores independientes.
120
Capítulo III. Resultados
Tabla 22
Correlaciones en el grupo de varones (N=97) entre las variables del CUVINO-A y las del ASPA,
LAS y NEO-FFI
V. instrum. A
V. castigo A
V. género A
V. sexual A
V. desap. A
V. coerc. A
V. humi. A
V. física A
Asertivo -.07 .10 -.16 -.10 -.01 .02 -.12 -.06
Agresivo .32** .58*** .24* .33** .32** .41*** .29** .21*
*** ***
Pasivo .37 .35 .34** .40*** .33** .26** .46*** .29**
*** ***
Pasivo- .39 .47 .38*** .50*** .34** .34** .40*** .25*
Agresivo
Eros -.46*** -.32** -.25* -.42*** -.22* -.30** -.43*** -.20
Ludus .09 .08 .13 .32** .15 .15 .17 .01
Estorge -.03 -.05 .17 .15 .15 .01 .08 .02
Pragma .04 .01 .10 .15 .11 .07 .04 .04
Manía .09 .08 -.01 .02 .03 .03 .12 -.03
Ágape -.16 -.13 -.16 -.27** -.13 -.20* -.06 -.15
Neuroti. .19 .19 .13 .23* .12 .20* .17 -.04
Extraver. -.16 -.11 -.11 -.26** -.08 -.04 -.13 -.01
Aper. .11 .02 .01 -.08 -.11 .01 .02 .02
Experien.
Cordiali. -.05 -.16 -.03 -.15 -.06 -.17 .02 -.08
Escrupul. .12 .05 -.03 -.12 -.01 -.10 -.07 .13
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001
Tabla 23
Correlaciones en el grupo de mujeres (N=212) entre las variables del CUVINO-A y las del ASPA,
LAS y NEO-FFI
V. instrum. A
V. castigo A
V. género A
V. sexual A
V. desap. A
V. coerc. A
V. humi. A
V. física A
121
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 23
Cordiali. -.00 .04 .03 -.09 .01 -.03 .02 .01
Escrupul. -.02 -.11 .02 -.16* -.12 -.08 -.12 -.05
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001
122
Capítulo III. Resultados
p<.01) y con la violencia de género en las mujeres (r=.16; p<.05). Este estilo de amor sí
estaría relacionado con la frecuencia de aparición de diferentes conductas violentas en la
relación de pareja (Solares et al., 2011) y presentaría poca satisfacción con ésta (Frazier
y Esterly, 1990; Fricker y Moore, 2001; Lucariello y Fajardo, 2010). En el estilo ágape
ocurre lo mismo que en ludus pero en este caso la tendencia es negativa y muy débil con
la violencia por coerción (r=-.27; p<.01) y de género (r=-.20; p<.05) en los varones y con
la violencia de género en las mujeres (r=-.14; p<.05). Este resultado indica que los sujetos
con un estilo de amor altruista y que dan todo por y para su pareja sin esperar recibir nada
a cambio (Lee, 1973), puntúan muy bajo en la cantidad de conductas violentas
experimentadas. Además, al igual que ocurre con el estilo de amor eros, también es
predictivo de relaciones de pareja gratificantes y saludables (Frazier y Esterly, 1990;
Fricker y Moore, 2001; Lucariello y Fajardo, 2010). Finalmente, una diferencia entre
ambos géneros se encuentra en el estilo manía, donde no han surgido correlaciones
estadísticamente significativas en el caso de los varones pero en ellas sí podemos hablar
de una tendencia significativa y positiva con la violencia por desapego (r=.21; p<.01),
sexual (r=.15; p<.05) y por castigo emocional (r=.24; p<.01). Este resultado es muy
interesante porque los individuos que presentan un estilo de amor manía, al tratarse de un
estilo celoso, posesivo, desconfiado y que intenta forzar constantemente el afecto de la
persona amada (Lee, 1973), pueden desarrollar patrones disfuncionales de relación en los
que pueden aparecer ciertos subtipos de violencia entre los miembros de la misma. De
hecho, en el estudio de Lucariello y Fajardo (2012), el grupo de mujeres que sí
experimentó algún comportamiento violento por parte de su pareja, obtuvo puntuaciones
más altas en manía. En todos los casos las correlaciones entre los subtipos de violencia y
los estilos de amor se muestran débiles.
(iii) Por último, atendiendo a las dimensiones de personalidad, las pautas comunes
a ambos géneros se encuentran en la dimensión neuroticismo. Esta pauta es más fuerte en
el caso de las mujeres, donde aparecen correlaciones estadísticamente significativas y
positivas con la violencia por desapego (r=.21; p<.01), la violencia sexual (r=.20; p<.01),
la violencia por coerción (r=.14; p<.05) y la violencia por castigo emocional (r=.27;
p<.001). En el caso de los varones las correlaciones significativas se muestran de la
siguiente manera: con la violencia por coerción (r=.23; p<.05) y con la violencia de
género (r=.20; p<.05). Es normal que los sujetos que viven una relación de violencia por
parte de su pareja, experimenten sentimientos negativos como ira, miedo, culpabilidad,
123
Capítulo III. Resultados
Tabla 24
Correlaciones en el grupo de varones (N=97) entre las variables del CUVINO-B y las del ASPA,
LAS y NEO-FFI
V. instrum. B
V. castigo B
V. género B
V. sexual B
V. desap. B
V. coerc. B
V. humi. B
V. física B
124
Capítulo III. Resultados
Tabla 25
Correlaciones en el grupo de mujeres (N=212) entre las variables del CUVINO-B y las del ASPA,
LAS y NEO-FFI
V. instrum. B
V. castigo B
V. género B
V. sexual B
V. desap. B
V. coerc. B
V. humi. B
V. física B
Asertivo .13 .16* .23** .14* .20** .16* .19** .19**
Agresivo .07 .00 -.04 -.04 .04 -.03 .01 .07
Pasivo -.02 .02 -.04 -.03 .02 -.03 -.01 .02
Pasivo- .00 -.03 -.04 -.07 .01 -.06 -.05 .02
Agresivo
Eros .11 .09 .09 .07 .12 .08 .10 .10
Ludus .08 .07 .01 .10 .02 .08 -.04 .04
Estorge .12 .12 .10 .06 .13 .14* .11 .14*
Pragma .10 .13 .11 .07 .09 .09 .12 .10
Manía .13 .02 .03 -.03 .02 -.00 .11 .04
Ágape .01 -.04 -.04 -.08 -.04 -.04 .07 -.05
Neuroti. -.06 -.10 -.13 -.07 -.11 -.11 -.07 -.08
Extraver. .08 .05 .06 .04 .06 .02 .00 .07
Aper. .01 .02 -.04 .06 -.03 .03 -.03 -.02
Experien.
Cordiali. -.04 .01 .02 -.03 -.07 .03 -.04 -.08
Escrupul. .11 .11 .12 -.14* .10 .13 .07 .07
Nota= *=p<.05; **=p<.01
125
Capítulo III. Resultados
(ii) En los estilos de amor aparecen diferencias entre ambos géneros. En los
varones, las tendencias significativas aparecen en el estilo ágape con la violencia de
género (r=.26; p<.05) y por castigo emocional (r=.21; p<.05), siendo en ambos casos
positivas. En las mujeres esta tendencia aparece en estorge con la violencia de género e
instrumental (r=.14; p<.05), siendo también positivas. De nuevo, las correlaciones entre
los estilos de amor y los subtipos de violencia son débiles.
Tabla 26
Correlaciones en el grupo de varones (N=97) entre las variables del ASPA y las de la LAS y
NEO-FFI
Agresivo
Agresivo
Asertivo
Pasivo-
Pasivo
126
Capítulo III. Resultados
Tabla 27
Correlaciones en el grupo de mujeres (N=212) entre las variables del ASPA y las de la LAS y
NEO-FFI
Agresivo
Agresivo
Asertivo
Pasivo-
Pasivo
Eros .10 -.05 -.17* -.08
Ludus -.16* .10 .10 .12
Estorge .03 .05 .07 -.02
Pragma .03 .01 .12 .10
Manía .02 .21** .13 .30***
Ágape -.04 -.04 .15* .06
Neuroticismo -.13 .24** .27*** .27***
Extraversión .13 .10 -.05 .04
Apertura .21** -.13 -.14* -.20**
Experiencia
Cordialidad .09 -.35*** .03 -.18*
Escrupulosidad .09 -.11 -.12 -.11
Nota= =p<.05; =p<.01; ***=p<.001
* **
127
Capítulo III. Resultados
una tendencia significativa en el grupo de las mujeres con la comunicación pasiva (r=.15;
p<.05) siendo positiva. En general, todas las correlaciones comentadas son débiles.
Estos resultados nos indican que la asertividad es el estilo ideal para comunicar,
ya que se defienden los derechos, opiniones y deseos propios, teniendo en cuenta en todo
momento los de los demás, por tanto, es coherente que correlacione de manera positiva
con estilos de amor positivos, como es eros, y con dimensiones de personalidad también
positivas, como son extraversión, apertura a la experiencia y escrupulosidad. Por el
contrario, el estilo de comunicación agresivo no respeta los derechos y las opiniones de
los demás y son amenazantes e intentan imponer sus opiniones, de ahí que correlacione
positivamente con estilos de amor con rasgos negativos, como son ludus y manía y la
dimensión de personalidad neuroticismo que también se caracteriza por emociones
negativas, y negativamente con eros y cordialidad que serían totalmente incompatibles
con un estilo de comunicación agresivo, sobre todo en el caso de cordialidad, de ahí que
hayan sido las correlaciones más altas en ambos géneros considerando el resto de
correlaciones significativas. Finalmente, los estilos de comunicación pasivo y pasivo-
agresivo, que también surgen cuando se dan situaciones disfuncionales en la pareja, como
puede ser una situación de violencia, correlacionarán negativamente con estilos de amor
y de personalidad positivos, como son eros, extraversión, apertura a la experiencia y
128
Capítulo III. Resultados
Tabla 28
Correlaciones en el grupo de varones (N=97) entre las variables de la LAS y las del NEO-FFI
Estorge
Pragma
Ágape
Manía
Ludus
Eros
Tabla 29
Correlaciones en el grupo de mujeres (N=212) entre las variables de la LAS y las del NEO-FFI
Estorge
Pragma
Ágape
Manía
Ludus
Eros
129
Capítulo III. Resultados
en los varones; y una tendencia significativa en la misma línea, aunque más débil, en el
grupo de las mujeres.
Como podemos observar todas las correlaciones entre los estilos de amor y las
dimensiones de personalidad en ambos géneros se muestra débiles.
130
Capítulo III. Resultados
Tabla 30
Análisis discriminante paso a paso para la variable género: varones (N=97) y mujeres (N=212)
A. Resumen de pasos
Paso Variable Lambda Sig. V de Cambio en Sig.
de Wilks Rao V de Rao cambio
1 Violencia .77 .00 93.93 93.93 .00
sexual B
2 Violencia .71 .00 125.51 31.58 .00
instrumental B
3 Neuroticismo .68 .00 141.91 16.40 .00
4 Pasivo .65 .00 168.63 26.73 .00
5 Pasivo- .63 .00 183.97 15.34 .00
Agresivo
6 Cordialidad .61 .00 198.41 14.44 .00
7 Ágape .60 .00 209.34 10.93 .00
8 Eros .58 .00 218.78 9.44 .00
9 Violencia por .58 .00 225.85 7.07 .01
coerción B
10 Violencia de .56 .00 237.61 11.75 .00
género B
11 Ludus .56 .00 244.88 7.27 .01
Nota= Sig. (Niveles críticos)
131
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 30
B. Función discriminante
Función Valor % de Correlación Lambda Chi- Gl Sig.
propio varianza canónica de Wilks cuadrado
1 .80 100.0 .67 .56 176.82 11 .00
Nota= Gl (Grados de libertad); Sig. (Niveles críticos)
C. Coeficientes estandarizados
de las funciones
discriminantes canónicas
Función
1
Violencia sexual B 1.13
Violencia por coerción B -.48
Violencia de género B .54
Violencia instrumental B -.68
Pasivo -.47
Pasivo-Agresivo .39
Eros .25
Ludus -.20
Ágape -.43
Neuroticismo .47
Cordialidad .26
D. Coeficientes de estructura
Función
1
Violencia sexual B .62
Violencia de género B .51
Violencia por humillación Bª .41
Violencia física Bª .40
Violencia por desapego Bª .37
Violencia por coerción B .35
Violencia instrumental B .32
Pasivo -.31
Violencia por castigo emocional Bª .28
Asertivoª .23
Neuroticismo .22
Escrupulosidadª .16
Ágape -.16
Violencia por coerción Aª -.16
Cordialidad .16
Violencia por castigo emocional Aª -.14
Ludus -.11
Eros .10
Violencia física Aª -.08
Violencia por humillación Aª -.08
Violencia sexual Aª -.08
Violencia de género Aª -.08
Maníaª .05
Estorgeª .04
132
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 30
Violencia por desapego Aª -.04
Pragmaª .03
Apertura a la experienciaª .03
Pasivo-Agresivo .03
Agresivoª .02
Violencia instrumental Aª -.00
Extraversiónª -.00
Nota= ª= Esta variable no se utiliza en el análisis
F. Resultados de la clasificación
Grupo de pertenencia pronosticado
Casos Grupo Varón Mujer
97 Varón 79 (81.4%) 18 (18.6%)
212 Mujer 30 (14.2%) 182 (85.8%)
Clasificados correctamente el 84.5% de los casos agrupados originales
133
Capítulo III. Resultados
(c) Los coeficientes estandarizados indican que las variables violencia sexual, por
coerción, de género, e instrumental (pertenecientes a la parte B del CUVINO-R), la
comunicación pasiva y pasiva-agresiva, los estilos de amor eros, ludus y ágape, y las
dimensiones de personalidad neuroticismo y cordialidad; son las que aportan
discriminación entre el grupo de varones y mujeres. En especial la violencia sexual, ya
que presenta un peso muy alto (1.13) para poder diferenciar a los grupos.
(d) Los coeficientes de estructura nos indican que las variables seleccionadas
presentan correlaciones entre bajas y moderadas-altas con la función discriminante. Las
correlaciones más altas las presentan la violencia sexual (.62) y de género (.51), no
obstante hay correlaciones muy bajas, como es el caso de ágape (-.16), cordialidad (.16),
ludus (-.11), eros (.10) y comunicación pasiva-agresiva (.03).
(e) El valor de los centroides nos indica que los varones puntúan de modo negativo
(-1.32) en la función discriminante y las mujeres lo hacen de modo positivo (.60). Por lo
tanto se concluye que las mujeres indican mayor malestar en el caso de que haya ocurrido
o llegara a ocurrir la violencia sexual y de género por parte de sus parejas, al contrario
que los varones que indican mayor malestar con la violencia por coerción e instrumental.
En el caso de los estilos de comunicación, las mujeres puntúan más alto en el estilo
pasivo-agresivo y los hombres lo hacen en el pasivo. Las mujeres presentan un estilo de
amor más romántico (eros) y ellos un estilo de amor más altruista (ágape) y, en algunos
casos, sin una estabilidad y compromiso por su parte en la relación amorosa (ludus). Por
último, las mujeres puntúan más alto en neuroticismo y cordialidad que los varones.
134
Capítulo III. Resultados
estilos de amor), distinguiendo si se trata de los varones o de las mujeres. Se han realizado
cinco bloques de análisis, uno por cada variable independiente que, en este caso, son las
cinco dimensiones de personalidad analizas por el cuestionario NEO-FFI junto con el
género de los participantes en el estudio, secuenciados en un diseño factorial 2x2. Las
variables dependientes son todas las proporcionadas por el cuestionario CUVINO-R,
ASPA y LAS.
3.5.7.1. Neuroticismo
Tabla 31
ANOVA factorial. La influencia del género: Bajo neuroticismo en varones (N=40) y mujeres (N=60)/ Alto
neuroticismo en varones (N=22) y mujeres (N=84)
Medias/DT Género Neurotic. Neur.*Gén.
Varones Mujeres Total
F p F p F p
(N=62) (N=144) (N=206)
CUVINO-R
N
.40/.58 .26/.33 .32/.45
Bajo
V.
N 2.27 .13 10.25 .00 .01 .91
desapego .66/.74 .54/.58 .57/.62
Alto
Total .49/.64 .43/.51 .45/.55
N
.16/.36 .13/.23 .14/.29
Bajo
V.
N .89 .35 7.56 .01 .14 .71
humillac. .31/.37 .25/.32 .26/.33
Alto
Total .21/.37 .20/.30 .20/.32
N
.10/.20 .09/.20 .10/.20
Bajo
V. sexual N .12 .73 8.13 .01 .06 .81
.27/.52 .23/.41 .24/.43
Alto
Total .16/.35 .18/.34 .17/.35
135
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 31
N
.33/.40 .20/.27 .25/.33
Bajo
V.
N 10.63 .00 10.42 .00 1.12 .29
coerción .60/.69 .33/.36 .39/.46
Alto
Total .43/.53 .28/.33 .32/.41
N
.05/.13 .02/.07 .03/.10
Bajo
V. física N 3.97 .05 9.53 .00 .21 .64
.13/.21 .07/.16 .08/.17
Alto
Total .08/.16 .05/.13 .06/.14
N
.13/.17 .14/.28 .13/.24
Bajo
V. género N .01 .92 6.12 .01 .02 .88
.25/.27 .24/.34 .24/.33
Alto
Total .17/.22 .20/.32 .19/.29
N
.38/.53 .13/.26 .23/.41
Bajo
V. castig.
N 7.45 .01 11.37 .00 .57 .45
emocional .56/.54 .42/.49 .45/.50
Alto
Total .44/.54 .30/.43 .34/.47
N
.03/.17 .02/.09 .03/.12
Bajo
V. instrum. N .28 .60 .00 .96 .02 .89
.03/.10 .02/.09 .03/.09
Alto
Total .03/.14 .02/.09 .03/.11
N
.20/.25 .14/.16 .16/.20
Bajo
Puntuación
N 4.37 .04 16.94 .00 .08 .78
Total .37/.32 .28/.27 .30/.28
Alto
Total .26/.28 .22/.24 .23/.25
ASPA
N
62.05/19.98 71.20/17.81 67.54/19.15
Bajo
Asertivo N 14.58 .00 3.75 .05 .45 .50
54.45/20.77 67.52/17.61 64.81/18.97
Alto
Total 59.35/20.43 69.06/17.72 66.14/19.06
136
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 31
N
11.10/12.92 13.97/13.77 12.82/13.45
Bajo
Agresivo N 4.80 .03 6.70 .01 1.18 .28
15.00/16.89 23.52/19.47 21.75/19.20
Alto
Total 12.48/14.44 19.54/17.91 17.42/17.21
N
21.75/13.77 15.20/9.88 17.82/11.97
Bajo
Pasivo N 12.32 .00 11.91 .00 .31 .58
30.64/17.75 21.62/15.66 23.49/16.45
Alto
Total 24.90/15.75 18.94/13.88 20.74/14.69
N
21.50/14.16 21.67/13.78 21.60/13.86
Bajo
Pasivo-
N 2.39 .12 8.43 .00 2.19 .14
Agresivo 25.09/14.02 32.74/18.66 31.15/18.01
Alto
Total 22.77/14.10 28.13/17.62 26.51/16.79
LAS
N
28.10/4.45 28.57/4.02 28.38/4.18
Bajo
Eros N 1.51 .22 10.71 .00 .36 .55
25.23/5.10 26.58/5.17 26.30/5.16
Alto
Total 27.08/4.85 27.41/4.81 27.31/4.81
N
16.40/4.74 15.13/4.04 15.64/4.36
Bajo
Ludus N 4.04 .05 5.04 .03 .07 .79
18.23/5.91 16.57/4.58 16.92/4.90
Alto
Total 17.05/5.21 15.97/4.41 16.30/4.68
N
21.18/5.37 20.40/4.34 20.71/4.77
Bajo
Estorge N 2.85 .09 3.64 .06 .47 .49
23.18/5.32 21.35/4.97 21.73/5.07
Alto
Total 21.89/5.40 20.95/4.73 21.23/4.94
N
15.25/4.63 15.78/4.96 15.57/4.82
Bajo
Pragma N .03 .87 1.69 .20 .72 .40
16.91/6.11 16.13/4.63 16.30/4.95
Alto
Total 15.84/5.21 15.99/4.76 15.94/4.89
137
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 31
N
18.88/4.85 19.18/4.44 19.06/4.59
Bajo
Manía N 1.71 .19 13.79 .00 .79 .38
20.95/4.48 22.57/4.81 22.24/4.76
Alto
Total 19.61/4.79 21.16/4.94 20.69/4.94
N
26.93/4.83 25.62/5.15 26.14/5.04
Bajo
Ágape N 4.05 .05 .42 .52 .08 .77
27.64/4.74 25.89/4.59 26.25/4.65
Alto
Total 27.18/4.77 25.78/4.81 26.20/4.83
138
Capítulo III. Resultados
puntuaciones más bajas (M=12.82, M=17.82 y M=21.60). Este resultado coincide con los
obtenidos en el punto 3.5.5 del análisis correlacional. Por último, dentro de los estilos de
amor, el neuroticismo tiene un efecto principal significativo sobre eros (F=10.71; p=.00),
ludus (F=5.04; p=.03) y manía (F=13.79; p=.00). En el primer caso, los jóvenes que
obtienen puntuaciones más bajas en neuroticismo son los que puntúan más alto en eros
(M=28.38) en comparación con los que obtienen puntuaciones más altas en neuroticismo
que puntúan más bajo en eros (M=26.30). En el caso de ludus, los jóvenes que puntúan
más alto en neuroticismo son los que puntúan más alto en este estilo de amor (M=16.92).
Finalmente, en el estilo de amor manía los jóvenes que puntúan más alto en neuroticismo
son los que puntúan más alto en manía (M=22.24), en comparación con los que puntúan
más bajo (M=19.06). Estos resultados también coinciden con el anterior análisis
correlacional (punto 3.5.5), donde el neuroticismo, que se trata de una dimensión de
personalidad negativa, favorece la relación con estilos de amor con rasgos negativos,
como son ludus y manía; y es incompatible con aspectos positivos del amor como es eros.
139
Capítulo III. Resultados
por el hecho de que las mujeres podrían mostrar mayor implicación emocional que éstos
en las relaciones de pareja y ludus carece de este tipo de implicación. En el estilo de amor
ágape, el grupo de hombres también puntúa más alto (M=27.18) que las mujeres
(M=25.78), resultado que coincide con el análisis de medias del punto 3.5.3.
3.5.7.2. Extraversión
Tabla 32
ANOVA factorial. La influencia del género: Baja extraversión en varones (N=32) y mujeres (N=73)/ Alta
extraversión en varones (N=28) y mujeres (N=75)
140
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 32
E
.62/.66 .34/.47 .42/.55
Bajo
V. coerción E 7.90 .01 3.10 .08 1.36 .24
.41/.44 .29/.36 .33/.38
Alto
Total .52/.57 .31/.42 .37/.48
E
.13/.24 .07/.32 .09/.30
Bajo
V. física E .65 .42 .21 .65 .23 .63
.09/.17 .07/.27 .08/.25
Alto
Total .11/.21 .07/.29 .08/.27
E
.29/.37 .29/.52 .29/.48
Bajo
V. género E .00 .99 1.99 .16 .01 .92
.21/.25 .20/.32 .20/.30
Alto
Total .25/.32 .25/.43 .25/.40
E
.61/.57 .33/.50 .42/.53
Bajo
V. castigo
E 9.10 .00 2.30 .13 .65 .42
emocional .44/.60 .28/.39 .32/.46
Alto
Total .53/.58 .30/.45 .37/.50
E
.06/.16 .05/.23 .06/.21
Bajo
V. instrum. E .01 .94 1.26 .26 .14 .71
.02/.09 .04/.12 .03/.11
Alto
Total .04/.13 .05/.18 .04/.17
E
.41/.35 .27/0.39 .31/.39
Bajo
Puntuación
E 2.49 .12 1.64 .20 1.09 .30
Total .29/.29 .26/.32 .27/.31
Alto
Total .35/.33 .26/.36 .30/.35
ASPA
E
48.94/18.65 66.27/18.81 60.99/20.32
Bajo
Asertivo E 23.51 .00 11.46 .00 1.96 .16
62.21/20.06 71.79/16.33 69.18/17.84
Alto
Total 55.13/20.29 69.07/17.75 65.05/19.52
141
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 32
E
16.50/12.57 15.81/17.08 16.02/15.78
Bajo
Agresivo E .01 .95 1.75 .19 .04 .84
19.43/21.53 19.76/16.57 19.67/17.94
Alto
Total 17.87/17.24 17.81/16.88 17.83/16.94
E
34.56/15.24 18.88/14.73 23.66/16.50
Bajo
Pasivo E 17.59 .00 3.81 .05 6.63 .01
24.07/16.39 20.32/14.95 21.34/15.36
Alto
Total 29.67/16.52 19.61/14.81 22.51/15.95
E
30.00/15.43 26.79/16.76 27.77/16.36
Bajo
Pasivo-
E .05 .83 .04 .85 1.04 .31
Agresivo 27.86/17.43 29.95/17.53 29.38/17.44
Alto
Total 29.00/16.29 28.39/17.17 28.57/16.88
LAS
E
24.84/4.70 26.30/5.19 25.86/5.07
Bajo
Eros E 2.95 .09 12.50 .00 .10 .75
27.61/3.97 28.61/4.39 28.34/4.28
Alto
Total 26.13/4.56 27.47/4.92 27.09/4.85
E
17.75/5.36 16.51/4.48 16.89/4.77
Bajo
Ludus E 7.07 .01 .15 .70 .73 .40
18.07/4.78 15.65/3.96 16.31/4.32
Alto
Total 17.90/5.06 16.07/4.23 16.60/4.55
E
21.97/4.78 21.08/4.32 21.35/4.46
Bajo
Estorge E 1.33 .25 1.39 .24 .00 .99
22.86/6.18 21.99/5.13 22.22/5.42
Alto
Total 22.38/5.45 21.54/4.75 21.78/4.97
E
17.56/5.25 16.07/4.53 16.52/4.79
Bajo
Pragma E .22 .64 2.43 .12 2.60 .11
15.29/4.69 16.11/4.58 15.88/4.60
Alto
Total 16.50/5.09 16.09/4.54 16.21/4.69
142
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 32
E
21.25/4.94 20.56/5.60 20.77/5.39
Bajo
Manía E .00 .99 .01 .91 .82 .37
20.64/4.30 21.35/4.69 21.16/4.58
Alto
Total 20.97/4.62 20.96/5.16 20.96/5.00
E
27.00/5.47 25.52/5.09 25.97/5.22
Bajo
Ágape E 1.47 .23 .00 .97 .57 .45
26.46/4.30 26.12/4.66 26.21/4.55
Alto
Total 26.75/4.93 25.82/4.87 26.09/4.89
143
Capítulo III. Resultados
144
Capítulo III. Resultados
Tabla 33
ANOVA factorial. La influencia del género: Baja apertura en varones (N=40) y mujeres (N=63)/ Alta
apertura en varones (N=24) y mujeres (N=78)
Medias/DT Género Apertura Aper.*Gén.
Varones Mujeres Total
F p F p F p
(N=64) (N=141) (N=205)
CUVINO-R
O
.52/.56 .42/.64 .46/.60
Bajo
V.
O 1.53 .22 .56 .46 .06 .81
desapego .61/.84 .47/.57 .50/.64
Alto
Total .55/.67 .45/.60 .48/.62
O
.34/.57 .19/.32 .25/.44
Bajo
V.
O 1.19 .28 .02 .89 .99 .32
humillac. .26/.49 .25/.48 .25/.48
Alto
Total .31/.54 .22/.41 .25/.46
O
.28/.65 .16/.36 .17/.34
Bajo
V. sexual O .60 .44 .71 .40 .84 .36
.16/.25 .17/.36 .17/.34
Alto
Total .23/.54 .17/.36 .19/.42
O
.51/.52 .29/.35 .37/.44
Bajo
V. coerción O 4.92 .03 2.05 .15 1.23 .27
.34/.47 .27/.42 .28/.43
Alto
Total .45/.51 .28/.39 .33/.43
O
.18/.42 .03/.11 .09/.28
Bajo
V. física O .82 .37 .88 .35 5.38 .02
.03/.13 .09/.32 .08/.29
Alto
Total .12/.35 .07/.25 .08/.28
O
.25/.35 .16/.32 .19/.33
Bajo
V. género O .02 .88 .22 .64 1.46 .23
.20/.37 .26/.47 .25/.45
Alto
Total .23/.36 .22/.41 .22/.39
145
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 33
O
.50/.60 .30/.50 .38/.55
Bajo
V. castigo
O 6.58 .01 .10 .76 .00 .96
emocional .47/.52 .28/.40 .33/.43
Alto
Total .49/.57 .29/.45 .35/.50
O
.08/.29 .02/.08 .04/.19
Bajo
V. instrum. O 1.43 .23 .00 .97 .54 .46
.06/.13 .04/.18 .05/.17
Alto
Total .07/.24 .03/.15 .04/.18
O
.35/.42 .21/.28 .26/.35
Bajo
Puntuación
O 2.45 .12 .07 .79 .87 .35
Total .28/.34 .25/.35 .26/.34
Alto
Total .32/.39 .23/.32 .26/.34
ASPA
O
52.85/19.74 64.38/18.45 59.90/19.69
Bajo
Asertivo O 14.84 .00 10.61 .00 .02 .89
62.67/21.29 73.31/17.32 70.80/18.77
Alto
Total 56.53/20.73 69.32/18.32 65.33/19.96
O
18.65/18.17 18.38/19.32 18.49/18.79
Bajo
Agresivo O .06 .81 1.01 .32 .12 .74
15.08/20.33 16.62/13.40 16.25/15.21
Alto
Total 17.31/18.93 17.40/16.27 17.38/17.10
O
26.75/15.52 20.00/13.66 22.62/14.71
Bajo
Pasivo O 14.38 .00 .10 .75 .79 .38
28.08/20.71 17.21/13.83 19.76/16.28
Alto
Total 27.25/17.50 18.45/13.78 21.20/15.54
O
29.65/15.52 29.27/19.27 29.42/17.83
Bajo
Pasivo-
O .11 .74 5.90 .02 .23 .63
Agresivo 22.08/19.79 24.21/14.20 23.71/15.61
Alto
Total 26.81/17.49 26.47/16.79 26.58/16.97
146
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 33
LAS
O
26.15/5.04 27.02/5.03 26.68/5.02
Bajo
Eros O 1.35 .35 2.01 .16 .00 .99
27.21/5.13 28.09/4.57 27.88/4.70
Alto
Total 26.55/5.06 27.61/4.79 27.28/4.89
O
17.38/3.92 15.19/4.02 16.04/4.10
Bajo
Ludus O 2.42 .12 .31 .58 3.45 .07
15.83/5.98 16.03/3.66 15.98/4.28
Alto
Total 16.80/4.81 15.65/3.83 16.01/4.18
O
24.00/4.88 20.62/4.96 21.93/5.18
Bajo
Estorge O 1.40 .24 1.80 .18 11.42 .00
20.50/5.06 22.13/4.54 21.75/4.69
Alto
Total 22.69/5.20 21.45/4.78 21.84/4.93
O
17.35/4.92 15.97/4.34 16.50/4.60
Bajo
Pragma O .09 .77 3.34 .07 4.79 .03
14.42/5.17 16.23/4.79 15.80/4.92
Alto
Total 16.25/5.18 16.11/4.58 16.16/4.76
O
20.13/4.27 20.11/5.23 20.12/4.86
Bajo
Manía O 1.35 .25 1.02 .31 1.40 .24
20.00/4.58 21.69/4.42 21.29/4.49
Alto
Total 20.08/4.35 20.99/4.85 20.70/4.71
O
27.63/3.96 25.29/4.99 26.19/4.73
Bajo
Ágape O 7.70 .01 .12 .73 .22 .64
27.54/5.50 25.87/4.49 26.26/4.77
Alto
Total 27.59/4.56 25.61/4.71 26.23/4.74
147
Capítulo III. Resultados
148
Capítulo III. Resultados
de amor y son las mujeres que puntúan alto en apertura las que también lo hacen en estos
estilos de amor (M=22.13 y M=16.23 respectivamente).
3.5.7.4. Cordialidad
Tabla 34
ANOVA factorial. La influencia del género: Baja cordialidad en varones (N=41) y mujeres (N=59)/ Alta
cordialidad en varones (N=20) y mujeres (N=71)
Medias/DT Género Cordialid. Cord.*Gén.
Varones Mujeres Total
F p F p F p
(N=61) (N=130) (N=191)
CUVINO-R
A
.61/.68 .49/.54 .54/.60
Bajo
V.
A 2.69 .10 .05 .82 .25 .62
desapego .69/.86 .46/.63 .51/.69
Alto
Total .63/.73 .48/.59 .53/.64
A
.34/.59 .22/.31 .27/.45
Bajo
V.
A .30 .59 .01 .93 .80 .37
humillac. .26/.43 .29/.59 .28/.55
Alto
Total .31/.54 .26/.48 .27/.50
A
.22/.48 .18/.28 .20/.37
Bajo
V. sexual A .13 .72 .21 .65 .09 .76
.23/.34 .23/.44 .23/.42
Alto
Total .23/.43 .21/.38 .21/.39
A
.52/.48 .31/.38 .40/.44
Bajo
V. coerción A 6.09 .02 .87 .35 .12 .73
.43/.59 .27/.46 .30/.49
Alto
Total .49/.52 .29/.43 .35/.47
149
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 34
A
.12/.41 .09/.18 .10/.29
Bajo
V. física A .06 .81 .04 .84 .09 .77
.09/.18 .09/.40 .09/.37
Alto
Total .11/.35 .09/.32 .10/.33
A
.30/.36 .24/.31 .26/.33
Bajo
V. género A .12 .73 .37 .54 .31 .58
.22/.37 .23/.50 .23/.48
Alto
Total .27/.36 .24/.43 .25/.41
A
.45/.50 .33/.46 .38/.48
Bajo
V. castigo
A 7.43 .01 1.25 .27 1.81 .18
emocional .65/.78 .31/.45 .39/.55
Alto
Total .51/.61 .32/.45 .38/.51
A
.08/.29 .02/.08 .05/.20
Bajo
V. instrum. A 1.11 .29 .03 .85 .65 .42
.05/.22 .04/.19 .04/.19
Alto
Total .07/.27 .03/.15 .05/.19
A
.35/.42 .25/.24 .29/.33
Bajo
Puntuación
A 2.08 .15 .00 .96 .03 .87
Total .34/.43 .26/.43 .28/.42
Alto
Total .35/.42 .26/.35 .29/.38
ASPA
A
57.02/19.68 65.80/19.09 62.20/19.72
Bajo
Asertivo A 19.04 .00 .13 .72 2.19 .14
53.60/20.87 71.38/17.23 67.47/19.44
Alto
Total 55.90/19.97 68.85/18.24 64.71/19.71
A
22.39/20.04 25.02/19.94 23.94/19.92
Bajo
Agresivo A 1.27 .26 22.03 .00 .01 .91
10.00/8.44 13.18/9.84 12.48/9.59
Alto
Total 18.33/18.02 18.55/16.32 18.48/16.83
150
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 34
A
25.71/14.56 18.10/12.79 21.22/13.98
Bajo
Pasivo A 20.12 .00 .44 .51 1.36 .25
29.90/19.42 16.96/13.15 19.80/15.59
Alto
Total 27.08/16.27 17.48/12.95 20.54/14.75
A
29.85/15.17 30.27/16.62 30.10/15.96
Bajo
Pasivo-
A .20 .65 6.23 .01 .08 .77
Agresivo 22.50/19.13 24.45/15.71 24.02/16.43
Alto
Total 27.44/16.77 27.09/16.33 27.20/16.43
LAS
A
25.59/4.82 26.92/5.27 26.37/5.10
Bajo
Eros A 1.68 .20 1.63 .20 .19 .67
26.90/4.70 27.56/4.22 27.42/4.31
Alto
Total 26.02/4.78 27.27/4.71 26.87/4.76
A
19.22/4.96 17.03/4.73 17.93/4.92
Bajo
Ludus A 1.06 .30 17.60 .00 3.74 .06
14.70/5.31 15.37/3.85 15.22/4.19
Alto
Total 17.74/5.47 16.12/4.34 16.64/4.77
A
20.88/4.89 20.64/4.82 20.74/4.83
Bajo
Estorge A 1.17 .28 2.00 .16 .61 .44
22.60/4.90 21.14/4.78 21.46/4.82
Alto
Total 21.44/4.92 20.92/4.79 21.08/4.82
A
17.17/5.26 16.75/4.66 16.92/4.90
Bajo
Pragma A .09 .77 5.89 .02 .73 .40
14.65/4.75 15.54/4.47 15.34/4.52
Alto
Total 16.34/5.20 16.08/4.58 16.17/4.77
151
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 34
A
20.22/4.26 22.08/4.97 21.32/4.76
Bajo
Manía A 1.12 .29 1.10 .30 2.26 .14
20.55/4.71 20.23/4.11 20.30/4.23
Alto
Total 20.33/4.38 21.07/4.60 20.83/4.53
A
25.12/4.84 24.93/5.53 25.01/5.23
Bajo
Ágape A 5.38 .02 9.76 .00 4.33 .04
29.25/3.57 25.76/4.64 26.53/4.64
Alto
Total 26.48/4.84 25.38/5.06 25.73/5.01
(ii) En la variable ágape aparecen dos efectos principales significativos, uno por
parte de la variable género (F=5.38; p=.02) y otro por parte de la variable cordialidad
(F=9.76; p=.00), así como un efecto de interacción significativo (F=4.33; p=.04). En este
caso, el grupo de varones puntúa más alto en esta variable (M=26.48) que el grupo de
mujeres (M=25.38), resultado que coincide con análisis anteriores. Por otro lado, los
jóvenes que puntúan más alto en cordialidad lo hacen también en este estilo de amor
(M=26.53), en comparación con los que puntúan más bajo (M=25.01), resultado que
también aparece en nuestro análisis correlacional. Finalmente, tanto varones (M=29.25)
como mujeres (M=25.76) que puntúan alto en cordialidad, lo hacen también en ágape,
siendo coherente, con el hecho de que los sujetos altruistas que dan todo sin esperar recibir
nada a cambio tienen que tener una buena manera de relacionarse con los demás, que es
una de las característica que define a la cordialidad.
152
Capítulo III. Resultados
(iii) La cordialidad, a parte del efecto principal que ejerce sobre ágape y que hemos
comentado en el punto anterior, tiene otros efectos principales sobre las variables
comunicación agresiva (F=22.03; p=.00) y pasiva-agresiva (F=6.23; p=.01), y sobre los
estilos de amor ludus (F=17.60; p=.00) y pragma (F=5.89; p=.02). En el caso de la
comunicación agresiva y pasiva-agresiva, los jóvenes que puntúan más bajo en
cordialidad obtienen puntuaciones más altas en estos estilos de comunicación (M=23.94
y M=30.10 respectivamente) en comparación con los que puntúan más alto en cordialidad
(M=12.48 y M=24.02 respectivamente), coincidiendo este hecho con análisis anteriores.
En cuanto a ludus y pragma, ocurre lo mismo, son los jóvenes que obtienen puntuaciones
más bajas en cordialidad los que puntúan más alto en estos estilos de amor (M=17.93 y
M=16.92 respectivamente) en comparación con los que puntúan más alto (M=15.22 y
M=15.34 respectivamente). Ambos efectos surgen porque ludus y pragma pueden parecer
en un principio unos estilos de amor fríos, ya que cada uno busca su propia satisfacción
sexual y bienestar personal, por tanto la cordialidad al tratarse de una variable positiva y
que tiene en cuenta los sentimientos de los demás y la felicidad de los mismos, no
encajaría dentro de estos estilos de amor.
153
Capítulo III. Resultados
3.5.7.5. Escrupulosidad
Tabla 35
ANOVA factorial. La influencia del género: Baja escrupulosidad en varones (N=34) y mujeres (N=67)/ Alta
escrupulosidad en varones (N=29) y mujeres (N=74)
Medias/DT Género Escrupul. Escrup.*Gén.
Varones (N=63) Mujeres (N=141) Total (N=204) F p F p F p
CUVINO-R
C
.58/.50 .51/.62 .53/.58
Bajo
V. desapego C 4.34 .04 .22 .64 1.77 .19
.74/.94 .42/.49 .51/.66
Alto
Total .65/.74 .46/.55 .52/.62
C
.32/.45 .31/.48 .31/.46
Bajo
V. humillac. C 2.75 .10 .17 .68 2.10 .15
.39/.68 .18/.28 .24/.44
Alto
Total .36/.55 .24/.39 .28/.45
C
.30/.56 .17/.35 .21/.43
Bajo
V. sexual C 2.58 .11 .02 .90 .16 .69
.28/.54 .21/.34 .23/.41
Alto
Total .29/.55 .19/.34 .22/.42
C
.55/.48 .39/.44 .45/.46
Bajo
V. coerción C 7.56 .01 5.33 .02 .07 .79
.42/.61 .22/.30 .28/.42
Alto
Total .49/.54 .30/.38 .36/.45
154
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 35
C
.12/.24 .10/.29 .11/.28
Bajo
C
.13/.45 .02/.07 .05/.25
V. física Alto 2.51 .12 .59 .45 1.22 .27
C
.13/.45 .02/.07 .05/.25
Alto
Total .12/.35 .06/.21 .08/.26
C
.30/.38 .28/.41 .29/.40
Bajo
V. género C .11 .74 3.09 .08 .01 .94
.20/.36 .19/.29 .19/.31
Alto
Total .25/.37 .23/.35 .24/.36
C
.63/.65 .40/.51 .48/.57
Bajo
V. castigo
C 12.16 .00 2.62 .11 .22 .64
emocional .54/.60 .24/.35 .32/.45
Alto
Total .59/.62 .31/.44 .40/.52
C
.06/.21 .04/.18 .05/.19
Bajo
V. instrum. C 1.84 .18 .07 .79 .76 .38
.09/.32 .03/.11 .05/.19
Alto
Total .07/.26 .04/.15 .05/.19
C
.37/.31 .29/.35 .32/.34
Bajo
Puntuación
C 5.94 .02 .66 .42 .80 .37
Total .37/.52 .21/.21 .25/.33
Alto
Total .37/.41 .25/.29 .29/.34
ASPA
C
51.88/16.89 66.90/18.88 61.84/19.50
Bajo
Asertivo C 24.08 .00 5.35 .02 .14 .71
59.52/23.15 72.41/17.39 68.78/19.94
Alto
Total 55.40/20.21 69.79/18.26 65.34/19.98
C
19.41/18.30 21.82/18.14 21.01/18.14
Bajo
Agresivo C .35 .56 2.25 .14 .09 .76
16.21/18.70 16.97/16.52 16.76/17.07
Alto
Total 17.94/18.41 19.28/17.41 18.86/17.69
155
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 35
C
30.71/14.45 20.42/13.63 23.88/14.68
Bajo
Pasivo C 15.88 .00 3.83 .05 .16 .69
25.17/19.35 16.78/15.67 19.15/17.11
Alto
Total 28.16/16.97 18.51/14.80 21.49/16.09
C
31.18/16.57 31.22/18.23 31.21/17.61
Bajo
Pasivo-
C .34 .56 5.28 .02 .32 .58
Agresivo 23.86/16.61 26.78/15.68 25.96/15.92
Alto
Total 27.81/16.86 28.89/17.03 28.56/16.94
LAS
C
24.68/4.55 25.70/5.27 25.36/5.04
Bajo
Eros C 1.48 .23 15.34 .00 .03 .86
27.69/5.23 28.46/4.40 28.24/4.64
Alto
Total 26.06/5.07 27.15/5.01 26.81/5.04
C
17.79/5.19 16.49/4.42 16.93/4.71
Bajo
Ludus C 1.12 .29 6.16 .01 .70 .40
15.52/5.15 15.36/3.98 15.41/4.31
Alto
Total 16.75/5.25 15.90/4.22 16.16/4.57
C
22.00/4.90 21.31/4.67 21.54/4.73
Bajo
Estorge C .00 .96 1.08 .30 .76 .39
20.59/5.27 21.19/4.91 21.02/4.99
Alto
Total 21.35/5.08 21.25/4.78 21.28/4.86
C
16.76/5.55 15.55/3.56 15.96/4.34
Bajo
Pragma C .15 .70 .02 .88 4.36 .04
15.38/4.96 17.15/5.06 16.65/5.07
Alto
Total 16.13/5.29 16.39/4.47 16.31/4.73
156
Capítulo III. Resultados
Continuación Tabla 35
C
20.29/4.59 21.67/4.41 21.21/4.50
Bajo
Manía C 1.65 .20 1.09 .30 .51 .48
20.07/3.51 20.46/4.95 20.35/4.58
Alto
Total 20.19/4.10 21.04/4.72 20.77/4.55
C
25.94/5.14 25.76/4.75 25.82/4.86
Bajo
Ágape C 5.26 .02 3.89 .05 4.15 .04
28.76/3.81 25.72/4.55 26.57/4.55
Alto
Total 27.24/4.76 25.74/4.63 26.20/4.71
157
Capítulo III. Resultados
(ii) El género ejerce efectos principales significativos sobre las variables violencia
por desapego (F=4.34; p=.04), por coerción (F=7.56; p=.01), por castigo emocional
(F=12.16; p=.00) y sobre la puntuación total del CUVINO-R (F=5.94; p=.02). También
ejerce efectos principales significativos sobre la comunicación asertiva (F=24.08; p=.00)
y pasiva (F=15.88; p=.00), y sobre el estilo de amor ágape (F=5.26; p=.02). En cuanto a
los subtipos de violencia, incluida la puntuación total del CUVINO-R, en todos los casos,
son los varones los que puntúan más alto (M=.65, M=.49, M=.59 y M=.37
respectivamente) que las mujeres (M=.46, M=.30, M=.31 y M=.25 respectivamente). Este
resultado coincide con los análisis anteriores. En el caso de los estilos de comunicación
asertiva y pasiva, también obtenemos los mismo resultados que en ocasiones anteriores,
son ellas las que puntúan más alto en asertividad (M=69.79) en comparación con los
varones (M=55.40); y son ellos los que puntúan más alto en la comunicación pasiva
(M=28.16) en comparación con las mujeres (M=18.51). Por último, en el estilo de amor
ágape puntúan más alto los varones (M=27.24) que las mujeres (M=25.74), resultado que
también se ha venido repitiendo durante los análisis anteriores.
159
Capítulo III. Resultados
160
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
4.1. Introducción
161
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
resultado costoso debido a la falta de investigaciones que hemos encontrado con respecto
a este tema.
Respecto a los resultados, se ofrecen cuatro bloques, cada uno de los cuales se
corresponde con los objetivos planteados y con la finalidad de comprobar las hipótesis
del estudio. En el primer bloque de resultados se presentan los análisis descriptivos de las
variables empleadas en la investigación para dar cuenta del primer objetivo, donde se
presentan la fiabilidad de los instrumentos de evaluación utilizados; así como un análisis
de medias y desviaciones típicas para ver qué tipos de violencia, de estilos de
comunicación, de amor y rasgos de personalidad son más característicos de los jóvenes;
finalmente se realiza un análisis factorial con el fin de determinar la configuración que
adquieren las distintas características psicológicas evaluadas en la investigación. En el
segundo bloque de resultados hemos realizado un análisis de medias y desviaciones
típicas sobre el conocimiento y experiencia que tienen los jóvenes con respecto a la
violencia de pareja a través de los ítems críticos del CUVINO-R y de su influencia sobre
el resto de variables empleadas en el estudio, todo ello para satisfacer el segundo objetivo
de la investigación. En el tercer bloque de resultados, presentamos los análisis de varianza
univariados (ANOVA) que hacen referencia al tercer objetivo que persigue aclarar la
posible influencia de la edad sobre las distintas variables del estudio. Por último, el cuarto
bloque refleja la influencia del género sobre las variables estudiadas, a través de análisis
correlacionales, discriminante y de cinco análisis secuenciados en un diseño factorial 2x2
para ver la influencia que tienen conjuntamente las dimensiones de personalidad y el
género sobre las variables empleadas en la investigación. Todo ello con el fin de cumplir
con el cuarto objetivo.
162
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
Finalmente, con respecto a las conclusiones a las que hemos llegado tras haber
realizado la investigación, podemos señalar que tanto los estilos de comunicación
disfuncionales como el agresivo, pasivo o pasivo-agresivo; los estilos de amor con rasgos
negativos como manía y ludus; y las dimensiones de personalidad también negativas
como el neuroticismo, influyen en la aparición de conductas violentas en las relaciones
de pareja de los jóvenes. Por ello es fundamental intervenir con los jóvenes para fomentar
la comunicación asertiva; la expresión de formas de amar con características de los estilos
de amor como eros, estorge o ágape; y estrategias para mantenerse emocional y
mentalmente sanos. Así, con todo ello, poder establecer relaciones interpersonales
adecuadas y positivas.
163
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
por desapego, por castigo emocional y por coerción, todas ellas de carácter psicológico,
siendo la violencia sexual y la física las menos comunes en la muestra de participantes.
En cuanto a la segunda parte, referida a la tolerancia frente a los tipos de violencia, la
hipótesis se confirma parcialmente, puesto que los jóvenes han manifestado una menor
tolerancia hacia la violencia física, aunque los siguientes tipos hacia los que han mostrado
menos tolerancia han sido la violencia por humillación y por desapego, siendo ambas de
carácter psicológico, como hipotetizábamos en un principio. Este dato, como
comentábamos en el apartado 3.2.2, puede ser debido a que los jóvenes tengan un mayor
conocimiento de la violencia física, por ser, por ejemplo, la más común en los medios de
comunicación, de ahí que sea hacia la que manifiesten mayor malestar, y por supuesto,
otra razón es que sean conscientes de la gravedad de este tipo de violencia, que puede
terminar con la muerte de la víctima.
164
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
165
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
la parte A del CUVINO-R, los jóvenes que han respondido que “sí” han obtenido
puntuaciones mayores que los que han respondido que “no”. En este caso la hipótesis
tendería a confirmarse y podría ser debido a que es más fácil reconocer que alguien es
maltratado por su pareja si le preguntan de manera indirecta que si lo tienen reconocer
directamente. Siguiendo con la misma pregunta, cuando se trata de responder a la parte
B del CUVINO-R, la hipótesis se confirma parcialmente puesto que los jóvenes que han
respondido que “sí” no han manifestado una menor tolerancia hacia todos los subtipos de
violencia, sino que por el contrario, han manifestado menor malestar en todos los casos,
excepto en la violencia sexual, instrumental y en la puntuación total. Este hecho nos hace
plantear dos cosas: en primer lugar, que los jóvenes que han respondido que “no” a la
existencia de maltrato entre novios aunque crean que no existe sí manifiestan su malestar
ante el mismo; y en segundo lugar, que los que creen que sí existe demuestran una mayor
tolerancia hacia casi todas las formas de maltrato porque si lo han experimentado puede
que hayan desarrollado cierta habituación a esa forma de vida y no lo consideren tan
grave.
166
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
sentido de que los jóvenes que manifiestan recibir violencia en sus relaciones de pareja,
sean también los que demuestren menor tolerancia hacia ella.
De otro modo, los jóvenes que han respondido que “no”, obtendrán los siguientes
resultados: (i) puntuaciones menores en la frecuencia de aparición y en el malestar que
generan los diferentes subtipos de violencia; (ii) puntuaciones mayores en asertividad,
puesto que este estilo de comunicación está relacionado con la satisfacción en la relación
de pareja y con una buena calidad de la misma; (iii) puntuaciones mayores en eros y
167
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
ágape, por ser los estilos que están relacionados con menor presencia de conductas
violentas entre las parejas; y (iv) puntuaciones más elevadas en extraversión, cordialidad
y escrupulosidad, donde se ha comprobado en diferentes estudios que estos tres rasgos
de personalidad están asociados con una mayor satisfacción con la pareja y con un buen
funcionamiento de la misma.
168
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
169
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
preguntas, donde los jóvenes que han manifestado no sentir miedo ni haber sido
maltratados por su pareja han puntuado más alto en asertividad, hecho que coincide con
investigaciones como las de Roca (2003), donde surgieron correlaciones significativas y
positivas entre estilos de comunicación positivos y una buena calidad de relación En el
caso de presentar mayor asertividad cuando existen patrones de comportamiento
disfuncionales puede ser debido a que las personas que sufren estas conductas pretendan
ser asertivos con sus parejas para comunicar y manifestar su malestar de una manera
adecuada y así, poner fin a la situación de violencia, independientemente de que lleguen
o no a consumar estos comportamientos, porque siendo asertivos es más factible
conseguir los resultados deseados.
170
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
sexual y compromiso hacia ella, de ahí que los jóvenes con estas características busquen
parejas que se asemejen a ellos, y por tanto, que sus relaciones estén exentas de patrones
inadecuados de comportamiento. Lo mismo ocurre con ágape, que es un amor altruista
dispuesto a dar todo por y para su pareja y donde el bienestar y la felicidad de la persona
amada son primordiales. En esta misma línea, se han obtenido resultados similares en
investigaciones como las de Galicia Moyeda et al. (2013), donde aparecieron
correlaciones positivas y significativas de manía y ludus y negativas de eros y ágape con
la violencia recibida por las parejas. Pero, coincidiendo con nuestra investigación y
teniendo en cuenta que nuestra muestra está formada por mujeres en su mayoría, estos
autores encontraron en ágape una excepción, las mujeres que habían puntuado más alto
en ágape eran las que manifestaban mayores conductas violentas por parte de sus parejas,
hecho que puede justificarse porque el altruismo que demuestran pueda desembocar en
un descuido de sí mismas y en una aceptación de cualquier tipo de actos por parte de su
pareja, considerándolos como manifestaciones de amor. Autores como Solares et al.
(2011) también encontraron que ludus y manía eran los estilos que presentaban mayor
hostilidad y falta de apoyo hacia la pareja, por el contrario, eros y ágape eran los que
manifestaban un apoyo positivo. Lucariello y Fajardo (2012) encontraron que las mujeres
maltratadas presentaron un estilo de amor manía y las no maltratadas los estilos eros y
ágape. Otros autores como Frazier y Esterly (1990), Fricker y Moore (2001) y Lucariello
y Fajardo (2010), concluyeron que eros y ágape predicen relaciones de pareja gratificantes
y saludables, y el amor manía y ludus, presentan poca satisfacción con la relación de
pareja. Finalmente, Pedrós y Ballester (2016) encontraron que ludus y manía
correlacionaban positivamente con la infidelidad y los micromachismos, y eros lo hizo
negativamente.
171
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
melancolía, a causa de las situaciones estresantes que están viviendo, de ahí que su
puntuación en neuroticismo sea más elevada que el otro grupo. De otro modo, los que no
reconocen experimentar estas vivencias, obtienen puntuaciones mayores en extraversión,
cordialidad y escrupulosidad, que son dimensiones de la personalidad positivas
características de personas que desarrollan relaciones interpersonales adecuadas y sanas
y en las que no aparece la inestabilidad emocional que caracteriza al neuroticismo. En
este caso las personas extravertidas son activas, habladoras, sociables, asertivas,
optimistas y alegres; las cordiales son altruistas, simpáticas y dispuestas ayudar en todo
lo que necesiten los demás; finalmente las personas escrupulosas son responsables,
fiables, con un alto grado de organización, persistencia y control. Estos aspectos hacen
que estas dimensiones sean incompatibles con la presencia de violencia en las relaciones
de pareja. Todos estos resultados están en consonancia con investigaciones como las de
Muris et al. (2013) donde las relaciones personales problemáticas y/o agresivas se
caracterizaron por un alto neuroticismo y una baja escrupulosidad y cordialidad. Boladade
et al. (2014) concluyeron que el rasgo de personalidad más asociado a la victimización
dentro de la pareja era el neuroticismo. En la investigación de Mazariegos (2014), las
mujeres víctimas de violencia intrafamiliar presentaron puntuaciones bajas en cordialidad
y apertura a la experiencia. Autores como Nysaeter et al. (2009) y Schroeder et al. (1992)
argumentaron que la cordialidad y la extraversión estaban relacionadas con aspectos
positivos del comportamiento interpersonal, por el contrario, el neuroticismo estuvo
relacionado con los problemas interpersonales. Por último, en investigaciones como las
de Costa et al. (1987), Karney y Bradbury (1997), Caughlin et al. (2000) y Hurtado et al.,
(2004) la extraversión estuvo relacionada positivamente con la satisfacción con la pareja
y el neuroticismo lo hizo negativamente.
literatura encontrada al respecto de que esta violencia es más común de lo que pensamos
en cualquiera de estas edades. En segundo lugar, esperamos que en los sujetos más
mayores estas conductas violentas generen mayor malestar, por el hecho de que pueden
tener mayor percepción o conocimiento de las mismas.
173
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
son más bien exploratorios ya que la bibliografía encontrada en relación con este aspecto
es escasa.
La hipótesis 3.3 consideraba que: Teniendo en cuenta que se trata de una muestra
de jóvenes, esperamos que, en general, el estilo de amor predominante sea eros. Por otra
parte, esperamos que ludus, esté más presente en los jóvenes de menor edad, mientras
que pragma y ágape sean más característicos de los participantes más mayores.
174
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
Este resultado coincide con los de Hendrick y Hendrick (1986) donde pragma y ágape
aumentarían con la edad y ludus disminuiría.
175
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
la pareja, por ejemplo, al principio pueden desarrollar un estilo erótico que se convierte
en altruista a medida que van avanzando en la relación.
Por otro lado, como hemos comentado anteriormente, en el caso del neuroticismo
la hipótesis no se confirma del todo. En este caso, aunque las diferencias no hayan sido
significativas, si tenemos en cuenta el Anexo VI, las medias en esta variable en los
diferentes grupos de edad no van de más a menos, sino que son muy variables entre un
grupo y otro (véase Tablas 42 y 44). No obstante, es cierto que los que han puntuado más
alto en esta dimensión han sido los jóvenes de 19 años y los que han puntuado menos han
sido los de 26 años, por tanto, en cierta medida estos resultados irían en la línea
hipotetizada. El neuroticismo puede ser más característico de los más jóvenes porque al
empezar a establecer relaciones con los demás pueden aparecer sentimientos de miedo,
celos y desconfianza hacia la pareja que a medida que se va consolidando la relación van
desapareciendo al estar más seguros de ella.
176
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
177
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
comunicación y todos los subtipos de violencia, siendo en general más altas con los
subtipos de violencia psicológicos. En el caso de las mujeres (véase Tabla 23), esta pauta
se repite pero las correlaciones son más débiles y en algunos casos no han sido
significativas. Por tanto podemos concluir, como hemos comentado a lo largo de la
investigación y como se ha ido repitiendo este resultado en diferentes análisis, que una
comunicación negativa y disfuncional está relacionada con la presencia de violencia,
siendo esta situación de presión y de estrés a la que están sometidos los jóvenes que la
sufren, la que hace que no se desarrolle una comunicación adecuada y positiva hacia su
pareja, debido a la presencia de sentimientos negativos que la impiden. De ahí, que en el
análisis, la asertividad correlacione negativamente con todos los subtipos de violencia
tanto en varones como en mujeres. Además, las correlaciones son más fuertes en los
varones, porque el estilo pasivo es más característicos de ellos, resultado que podemos
corroborar con el análisis de medias de las variables del ASPA en función del género
(véase Tabla 17), donde han obtenido puntuaciones mayores en este estilo de
comunicación que las mujeres, siendo significativas las diferencias. Este hecho coincide
con autores como Christensen y Heavey (1990), Gottman y Levenson (1988) y Heavey
et al. (1993), que demuestran que los hombres tienden a retirarse o a evitar una discusión
(estilo pasivo), mientras que las mujeres expresan el afecto negativo y las quejas durante
la misma (estilo asertivo).
178
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
(2013) llegaron a la misma conclusión, el estilo ludus era más aceptado entre los varones
que entre las mujeres.
179
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
180
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
cumpliéndose nuestra premisa. A pesar de que una parte se ha cumplido y la otra no, lo
que sí es cierto es que manía y neuroticismo, que presentan cualidades negativas
relacionadas con la inestabilidad emocional y con sentimientos negativos, es lógico que
se relacionen con estilos negativos de comunicación como son el agresivo, pasivo y
pasivo-agresivo, y no con los positivos como es la asertividad. Un elevado neuroticismo
o un estilo de amor manía influirán negativamente en el desarrollo de una comunicación
positiva y adecuada de los jóvenes hacia sus parejas.
(iii) Pautas de covariación más positivas y fuertes entre el estilo asertivo con la
dimensión apertura a la experiencia. La premisa se cumple. Si observamos el análisis
correlacional entre las variables del ASPA y las del NEO-FFI (véase Tablas 26 y 27), en
ambos géneros la correlación es positiva entre el estilo asertivo y la dimensión de apertura
a la experiencia, pero en las mujeres (véase Tabla 27) esta correlación es más fuerte y
significativa que en los varones (véase Tabla 26), donde ha resultado más débil y no
significativa. Además, considerando el análisis de medias para las variables del NEO-FFI
en función del género (véase Tabla 19) son las mujeres las que obtienen puntuaciones más
altas en apertura a la experiencia que los varones, siendo significativas las diferencias.
Estos resultados nos indican que la dimensión de apertura a la experiencia es positiva y
se relaciona por ello con la asertividad, que es el estilo de comunicación más adecuado
en las relaciones interpersonales; y por otro lado, que las mujeres son más exploradoras
y tienen mayor motivación por ampliar y examinar la experiencia que los varones. Este
aspecto coincide con autoras como De Miguel (2005) donde las mujeres también
puntuaron más alto en esta dimensión que los varones.
181
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
La última parte de la hipótesis que recordamos decía así: Esta afirmación puede
verse matizada cuando se consideran a su vez las características temperamentales de los
jóvenes, de manera que serán especialmente los varones altos en neuroticismo, los que
manifiesten mayores conductas violentas en la relación de pareja, no se confirma. Es
cierto que, si tenemos en cuenta el ANOVA factorial para ver la influencia de las
puntuaciones altas y bajas del neuroticismo sobre el género (véase Tabla 31), esta
182
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
La hipótesis 4.3 recordamos decía así: Teniendo en cuenta el género y los estilos
de comunicación se espera que, en general, las mujeres puntúen de forma más elevada
en asertividad y los varones lo hagan en el estilo pasivo. Esta afirmación puede verse
matizada cuando se considera a su vez el temperamento de los participantes, donde serán
las mujeres con rasgos positivos de personalidad, como la extraversión, cordialidad o
escrupulosidad, las que obtengan mayores puntuaciones en asertividad; y por el
contrario, serán los varones con una alta puntuación en neuroticismo los que puntúen
más alto en el estilo pasivo.
(1988) y Heavey et al. (1993) concluyeron que las mujeres tienen más tendencia a
expresar el afecto negativo y las quejas durante una discusión (estilo asertivo), mientras
que los hombres tienden a retirarse o a evitarla (estilo pasivo).
185
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
Sin embargo, si tenemos en cuenta la premisa que hemos realizado hacia las
mujeres, de que ellas son las obtienen puntuaciones mayores en estorge y pragma, y
considerando las investigaciones anteriormente citadas donde aparecieron estos mismos
resultados, en nuestra investigación no se ha cumplido. Son los varones los que obtienen
mayores puntuaciones en estos dos estilos de amor, aunque las diferencias no han sido
significativas (véase Tabla 18). Esto nos hace pensar que cualquier estilo de amor puede
estar presente en cualquier persona, independientemente del género, y especialmente en
los tiempos que corren donde muchos de los roles de los varones y de las mujeres han
cambiado. A priori hemos pensado que ellas serían las que mostraría un estilo de amor
basado en la amistad, donde prefieren compartir intereses con la persona amada y la
atracción física y el sexo pasan a un segundo plano (estorge). A su vez también mostrarían
un estilo práctico donde lo importante es buscar a una pareja que tenga intereses, carácter,
educación y principios morales similares a ella (pragma). Pero como hemos podido
comprobar han sido los varones los que en mayor medida han manifestado estos estilos
de amor.
186
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
4.4. Conclusiones
En este apartado se recogen las principales conclusiones obtenidas en la presente
investigación.
(i) Las variables de las escalas ofrecen una buena consistencia interna, siendo sus
valores aceptables, y en muchos casos, altos. A excepción de la variable violencia
instrumental de la parte A del CUVINO-R (.36).
(ii) Los tipos de violencia más característicos entre los jóvenes son los de tipo
psicológico, y entre ellos la violencia por desapego, por castigo emocional y por coerción;
y los menos habituales la violencia física e instrumental. Los jóvenes son menos
tolerantes hacia la violencia física, por humillación, por desapego e instrumental; y más
tolerantes hacia la violencia sexual y de género. Los estilos de comunicación, de amor y
los rasgos de personalidad más prototípicos de la muestra han sido el asertivo, eros, ágape,
187
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
(v) En definitiva, de todos los resultados que hemos obtenido en este estudio, sería
interesante realizar algunos perfiles, por ejemplo, hemos podido comprobar cómo en
relaciones violentas, los jóvenes que han vivido esas situaciones se caracterizan por
utilizar patrones disfuncionales de comunicación que no son productivos en una relación
de pareja; también presentan estilos de amor con rasgos negativos como son ludus, manía
e incluso pragma. En el caso de ludus y pragma ya hemos comentado a lo largo de la
investigación, que pueden tratarse de estilos fríos en un primer momento de la relación,
de ahí que presenten cierta relación con aspectos negativos. Del mismo modo, presentan
ciertos rasgos y emociones negativas que les llevan a una inestabilidad y desajuste
emocional importante (neuroticismo). Asimismo, es fundamental tener en cuenta cómo
el perfil de jóvenes que dicen recibir violencia por parte de sus parejas son varones, en
mayor medida, con mayor tolerancia hacia la violencia, siendo los más jóvenes los que
también manifiestan esta mayor tolerancia. Por el contrario, las relaciones sanas y en las
que predomina el bienestar propio y el de la otra persona, demuestran que están basadas
en una comunicación asertiva y de comprensión hacia el otro; se basan en estilos de amor
188
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
románticos, con cierta confianza, complicidad y altruismo, como son eros, estorge y
ágape; y sobre todo, se caracterizan por rasgos positivos de la personalidad como son
extraversión, apertura a la experiencia, cordialidad y escrupulosidad. Además, teniendo
en cuenta únicamente el género, también han quedado demostrados varios aspectos que
se han ido repitiendo a lo largo de todo el estudio, por ejemplo, son los varones los que
manifiestan estrategias de comunicación más pasivas, mantienen preferencia por un amor
sin compromiso (ludus) o altruista (ágape) y presentan rasgos de personalidad como la
extraversión; y son ellas las que manifiestan estrategias más asertivas de comunicación
así como un amor más romántico (eros) u obsesivo (manía) y presencia de rasgos como
el neuroticismo y cordialidad. A partir de estos perfiles podemos tener una guía para
prevenir y detectar disfuncionalidades en la pareja y trabajar sobre ellas para que no
desemboquen en un mayor problema que pueda llegar a ser irreversible.
(i) La primera limitación que debemos destacar como una de las más importantes,
es la baja fiabilidad que han presentado algunas variables, en concreto la violencia
instrumental (parte A del CUVINO-R) (.36), ludus (.54), estorge (.56) y manía (.59).
Como hemos comentado en el capítulo III de resultados, esto significa que o bien las
hipótesis que hemos planteado o bien alguna de las conclusiones a las que hemos llegado,
han sido más débiles.
(ii) Por lo que se refiere al tamaño de la muestra, a la hora de realizar los análisis
moduladores en función de la edad y del género, los grupos han quedado descompensados
(en cuanto a la edad: 16 años (42 participantes), 17 (35), 18 (20), 19 (21), 20 (33), 21
(22), 22 (33), 23 (18), 24 (39), 25 (21) y 26 (25); y 97 varones y 212 mujeres), lo que ha
influido en otros análisis, como en el ANOVA factorial para ver la influencia del género
y la personalidad sobre el resto de variables, donde también han quedado descompensados
los grupos que han puntuado alto y bajo en cada dimensión de personalidad. Este
resultado se ha debido en parte por el hecho de que una parte de la muestra al tratarse de
chicos y chicas estudiantes de institutos, a la hora de acceder a ellos para realizar las
pruebas y obtener un mayor tamaño muestral, nos hemos encontrado con la negación por
parte del centro para realizarlas. Cuando se trata de una investigación en la que la
participación es voluntaria, como en este caso, es muy difícil controlar este aspecto y
189
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
calibrar a la perfección los diferentes grupos. El hecho de haber igualado los grupos desde
un principio y haber elegido a la muestra en consecuencia con ello, hubiera resultado más
costoso y difícil, ya que no todo el mundo hubiera estado dispuesto a participar y tampoco
se puede forzar a ello a nadie. Además, esta descompensación entre grupos ha impedido
asimismo la realización de análisis estadísticos que nos hubieran permitido profundizar
en nuestros resultados. Por ejemplo, no ha sido posible cruzar las variables género y edad
y ver cómo éstas influyen en las distintas variables consideradas en el estudio.
(iii) Otro de los problemas que hemos tenido a la hora de pasar los cuestionarios
ha sido el tiempo de aplicación. Al tratarse de un cuadernillo con cuatro cuestionarios,
implicaba cierto tiempo y cierta tranquilidad para leerlo todo con calma y entender bien
las preguntas y respuestas. Pues bien, los institutos que aceptaron aplicar las pruebas a
sus alumnos, nos dejaron hacerlo en sus horas de tutoría, lo que conllevaba tener muy
poco tiempo para la contestación de todas las preguntas de los cuatro cuestionarios, por
lo que muchos jóvenes no terminaron de rellenarlos completamente o lo hicieron de forma
rápida para acabarlo a tiempo, lo que hace que no estemos seguros completamente de si
las respuestas por parte de los jóvenes, en algunas ocasiones, hayan sido las correctas.
Esto mismo ha ocurrido con jóvenes universitarios o pertenecientes a otros cursos, que la
falta de tiempo, y quizás en algunas ocasiones, la falta de interés, pueda haber alterado
los resultados en cierta manera. También debemos hablar sobre las limitaciones
presentadas por algunos cuestionarios, como el ASPA, donde muchas de las situaciones
de las que habla están relacionadas con la vida adulta o con parejas en convivencia, y en
este sentido muchos de los jóvenes podrían no sentirse identificados con estas situaciones,
por lo que fue necesario adaptar algunas preguntas que presentaban este problema a la
vida cotidiana de los mismo, por ejemplo, los ítems que hablan de las tareas de la casa
del día a día, se les pidió que imaginaran esa situación cuando se van de vacaciones y
tienen que pasar juntos más tiempo del habitual. Otra limitación en cuanto a los
cuestionarios, es que al haber utilizado el NEO-FFI (cuestionario breve) hemos evaluado
los rasgos de personalidad de forma muy general, siendo interesante, en futuras
investigaciones, aplicar el NEO-PI-R para aportar información mucho más concreta de
todas las facetas de cada dimensión.
(v) Uno de los grandes problemas a los que nos hemos enfrentado a lo largo de
toda nuestra investigación, ha sido la falta de estudios con respecto a la violencia en este
tipo de población (jóvenes en la etapa de noviazgo), y a su posible relación con las
variables que hemos utilizado (estilos de comunicación, de amor y personalidad), debido
a que casi todos ellos se centraban en la vida adulta y en parejas casadas o en convivencia.
Por ello creemos que es necesario realizar más investigaciones y poder detectar estos
aspectos en los jóvenes para prevenir futuros actos de maltrato en la relación de pareja,
porque como hemos podido comprobar, es una realidad que existe y que tiene
consecuencias muy negativas en ellos, las cuáles pueden continuar en su vida adulta. En
este sentido también debemos destacar la escasa información que existe sobre la violencia
de pareja en personas con diferentes orientaciones sexuales, como gays, lesbianas y
bisexuales, ya que la mayor parte de los estudios se centran en parejas heterosexuales.
(vi) Por último, otra de las limitaciones hace referencia a que los datos que hemos
obtenido están basados en autoinformes. Futuros trabajos podrían incorporar
calificaciones de los estilos de comunicación o de amor por otros individuos, por ejemplo,
parejas o amantes, siendo importante la visión de uno y otro, ya que puede ser diferente.
Tampoco podemos controlar el grado de veracidad de las respuestas, sobre todo en
aspectos tan delicados como el haberse sentido maltratado o no en la relación de pareja.
Por otro lado, los resultados de este estudio están basados en un diseño de corte
transversal, dejando sin conocimiento el grado en que un diseño longitudinal podría haber
dado lugar a resultados similares o diferentes, ya que no olvidemos que por ejemplo, los
estilos de amor, pueden cambiar a lo largo del tiempo y lo que en un principio puede ser
ludus, a la larga puede convertirse en pragma.
El estudio del amor cobra particular importancia por su posible relación con un
problema social de máxima relevancia actualmente como es la violencia entre las parejas
de jóvenes, que tan devastadoras consecuencias puede llegar a tener para su salud física
y/o mental, o incluso para sus vidas. En este sentido, como hemos apuntado en el capítulo
I del presente trabajo, las cifras de prevalencia de la violencia en parejas de jóvenes que
son novios señalan que es una problemática que merece mayor atención y que su
relevancia debería ser parecida a la de la violencia marital. De hecho, en las últimas
décadas la visibilización de esta realidad ha fomentado el interés y la preocupación de la
191
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
comunidad social, educativa y académica sobre un problema que afecta a muchos jóvenes
en todo el mundo y se ha desarrollado una cantidad creciente de investigación que ayuda
a comprender las causas y las consecuencias de este problema social y una parte de esta
investigación ha centrado su interés en el origen de la violencia en las primeras relaciones
de pareja que ocurren durante la adolescencia. Por ello es importante hacer visible esta
realidad a través de estudios rigurosos sobre sus posibles causas, las consecuencias para
las personas implicadas y la definición clara de los tipos de violencia en las relaciones de
pareja en los jóvenes. Los datos de los estudios que muestran que las víctimas de dicha
violencia tienden a la revictimización, señalan claramente que dichos jóvenes serán los
adultos victimizados por su pareja durante el matrimonio o la convivencia por lo que
deberían de ser objeto de campañas de identificación y prevención de la violencia de
pareja, junto con los victimarios. Es importante destacar en este sentido, que si bien se ha
considerado que la violencia en el noviazgo podría predecir la violencia durante la
convivencia (Browne y Herbert, 1997; Rodríguez et al., 2001) no existen estudios
retrospectivos o de tipo longitudinal que confirmen esta relación. Además hay que resaltar
la aparente ausencia de investigaciones en las que se dé cuenta de las características de
los jóvenes que ejercen y han sido víctimas de violencia por parte de su pareja, ya que la
mayor parte de las investigaciones se centran en la vida adulta o en parejas en convivencia
y casadas.
A pesar de los cambios en las últimas décadas (al menos en las sociedades
192
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
Por otro lado, para tratar el tema del maltrato en las parejas jóvenes, sería muy
interesante la realización de conferencias (charlas) en el nivel de bachillerato, ya que
aportan evidencias de que es posible sensibilizar a los adolescentes sobre el tema de la
violencia. Según Pick, Leenen, Givaudan y Prado (2010), una conferencia de corta
duración puede promover cambios importantes respecto al conocimiento y
sensibilización frente a la violencia cotidiana y a la comprensión de que una relación
romántica no excluye la autonomía, la asertividad y la sinceridad en la pareja. Las
conferencias también permiten que el sometimiento, los celos y el control sean vistos
como una forma de violencia psicológica en el noviazgo que debe ser descartada. Así
mismo, se logra que se identifiquen formas saludables de expresar el amor. No obstante,
además de las conferencias se deberían de emplear otras estrategias de intervención más
193
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
194
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
En este estudio hemos podido comprobar que existe relación entre la violencia en
parejas jóvenes, los estilos de comunicación, los estilos de amor y la personalidad. En
este sentido creemos que sería conveniente abordar la forma en la que se comunican los
jóvenes de manera temprana, ya que puede servir para sentar las bases para la creación
de patrones de comunicación e interacción más eficaces y así, tener un manejo del
conflicto más adecuado. Deberíamos promover estrategias de comunicación asertivas,
que, como hemos visto, es la manera más adecuada de comunicar, exponiendo nuestros
puntos de vista pero teniendo en cuenta en todo momento a la otra persona implicada en
el mismo proceso comunicativo. En cuanto a los estilos de amor, los datos encontrados
en estudios como el de Galicia Moyeda et al. (2013) sugieren que si las mujeres adoptan
estilos amorosos como el de manía y ágape son más susceptibles a recibir y ejercer
violencia. Por fortuna estos estilos no fueron los más frecuentes en la población estudiada,
por lo que adoptando una óptica educativa orientada a la prevención de conductas de
riesgo de violencia se puede aprovechar la escasa presencia de estos estilos para promover
en los/as jóvenes, a través de las instituciones educativas, otros estilos que conduzcan a
relaciones de noviazgo más igualitarias. Cuando tratamos el tema del amor, hay una
creencia errónea muy generalizada entre los/as jóvenes, especialmente entre las chicas,
de que los celos, la obsesión y la posesión hacia la pareja son sinónimos de ser amados/as
(Lucariello y Fajardo, 2012). Estos sentimientos en una relación de pareja pueden llevar
al maltrato y al sufrimiento de ambos, por tanto, es muy importante destacar esta
195
Capítulo IV. Discusión y Conclusiones
información para ayudar a las mujeres, y también a los varones, que están dentro o están
entrando en una relación conflictiva, que si continúan con estos pensamientos, aunque
cambiaran de pareja, las relaciones futuras seguirían siendo conflictivas. Es necesario
intervenir en estas creencias e ideas erróneas sobre el amor, “siento celos porque amo”, y
educar a nuestra sociedad, cuando comienzan las primeras relaciones de pareja, de qué es
realmente una relación sana y armoniosa y de que los celos no son positivos en una
relación de pareja. Finalmente, como hemos podido comprobar a lo largo de nuestra
investigación, los rasgos de personalidad se presentan en diferentes niveles en cada
persona, lo que crea un perfil de personalidad, este perfil puede explicar la manera en que
las personas se comportan y actúan. Gracias a esto mismo se pueden detectar rasgos de
trastornos específicos de personalidad. Los jóvenes que han sido víctimas de violencia,
han desarrollado rasgos de personalidad para adaptarse a este problema psicológico y
sociocultural. Por tanto, una manera de intervenir con este tipo de víctimas es que
conozcan sus rasgos y los niveles en los que se encuentran y, así, identificar sus puntos
débiles y mejorar sus respuestas ante problemas o momentos difíciles. Al conocer los
mismos, se puede enfocar el apoyo a estos rasgos y ayudar a los jóvenes a encontrar
mejores formas de solucionar sus problemas.
Por último, sería importante seguir profundizando en este tema para comprender
más y mejor las relaciones entre la violencia en parejas jóvenes, los estilos de
comunicación y de amor y la personalidad, así como para poder delimitar las posibles
relaciones existentes entre estos constructos y la génesis y/o mantenimiento de la
violencia de género.
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221
ANEXOS
Anexo I. Cuestionario de Violencia entre Novios (CUVINO)
CUVINO-Revisado 2011
ENCUESTA DE RELACIÓN DE PAREJAS DE NOVIOS
Grupo de Investigación de Psicología Clínica y de la Salud y GIP (España)
Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla y de Oviedo
INSTRUCCIONES
Te pedimos que nos des cierta información acerca de tus relaciones afectivas
de pareja. Para responder la encuesta, piensa en una relación de pareja (esto es, que
hayas mantenido, al menos, durante un mes).
Esta encuesta es anónima; no debes escribir ningún dato como nombre, teléfono,
email… que pueda identificarte. Las respuestas se analizarán de forma conjunta, de modo
que no se conocerán los datos de nadie en particular. Teniendo en cuenta esto, por favor,
responde con sinceridad; tus respuestas son muy útiles para seguir mejorando.
225
RECUERDA: Frecuencia Molestia
1- Cuánto te ha ocurrido
Casi siempre
Frecuente
2- Cuánto te molestó, si te ha ocurrido, o
Bastante
Habitual
A veces
Mucho
Nunca
Nada
Algo
Poco
cuánto te molestaría, si es que no te ha
pasado
7 Te humilla en público
8 Te niega sexo o afecto como
forma de enfadarse
9 Te habla sobre relaciones que
imagina que tienes
10 Insiste en tocamientos que no te
son agradables y que tú no quieres
11 Piensa que los del otro sexo son
inferiores y manifiesta que deben
obedecer a los hombres (o
mujeres), o no lo
dice, pero actúa de acuerdo con
este principio
12 Te quita las llaves del coche o el
dinero
13 Te ha abofeteado, empujado o
zarandeado
14 No reconoce su responsabilidad
sobre la relación de pareja, ni
sobre lo que os sucede a ambos
15 Te critica, subestima tu forma de
ser, o humilla tu amor propio
16 Te niega apoyo, afecto o aprecio
como forma de castigarte
17 Amenaza con suicidarse o hacerse
daño si lo/la dejas
18 Te ha tratado como un objeto
sexual
226
RECUERDA: Frecuencia Molestia
1- Cuánto te ha ocurrido
Casi siempre
Frecuente
2- Cuánto te molestó, si te ha ocurrido, o
Bastante
Habitual
A veces
Mucho
Nunca
Nada
Algo
Poco
cuánto te molestaría, si es que no te ha
pasado
227
RECUERDA: Frecuencia Molestia
1- Cuánto te ha ocurrido
Casi siempre
Frecuente
2- Cuánto te molestó, si te ha ocurrido, o
Bastante
Habitual
A veces
Mucho
Nunca
Nada
Algo
Poco
cuánto te molestaría, si es que no te ha
pasado
228
En algún momento de tu relación…
Si No
43 ¿Sientes o has sentido miedo alguna vez de tu pareja?
44 ¿Te sientes o te has sentido atrapado/a en tu relación?
45 ¿Te has sentido maltratado/a?
46 ¿Conoces a algún amigo/a cercano/a que sea o haya sido
maltratado/a en una relación de noviazgo?
47 ¿Crees que es posible que exista el maltrato entre novios?
229
57 ¿Cuánto tardaste en conseguirlo?
(años y meses)
58 ¿Te ayudó alguien a romper esa Sí No
relación?
59 ¿Crees que alguien debió Sí No
ayudarte a romper?
60 Si respondiste que si a la anterior,
di quién (amigos, cura,
padres, psicólogos/as u otros)
61 La persona con quien te sentiste Sí No
maltratada, ¿se mostraba
(¿quiénes?)
violenta con otras personas
(amigos, compañeros, etc)?
230
Anexo II. Cuestionario de Aserción en la Pareja (ASPA)
ASPA
Instrucciones:
A continuación se describen una serie de situaciones que pueden plantearse en la
convivencia de una pareja. Indique, por favor, con qué frecuencia tiende a comportarse
de manera similar a la que se describe. Aunque puede que no se comporte de forma
exacta a la descrita, imagínese comportándose de forma parecida y señale con qué
frecuencia tiende a comportarse de esa manera. Por favor, conteste a todas las
situaciones planteadas.
RECUERDE:
1 2 3 4 5 6
Si por ejemplo, cree que se comporta de esa manera OCASIONALMENTE, deberá marcarlo
así:
1 2 3 4 5 6
1. Cuando quiero que mi pareja se responsabilice más de aquellas tareas de la casa que a ambos nos
desagradan, espero que se dé cuenta de la situación mostrándome frío/a y distante.
1 2 3 4 5 6
2. Si mi pareja no hace algo que me prometió, le amenazo con hacerle la vida imposible hasta que
lo haga.
1 2 3 4 5 6
3. Cuando mi pareja y yo discutimos sobre algo en lo que no nos ponemos de acuerdo, cambio de
tema o le doy la razón para evitar una pelea.
1 2 3 4 5 6
4. Cuando intento dar apoyo o ayuda a mi pareja y no parece darse cuenta o apreciarlo, no digo nada,
pongo «mala cara» y decido no volver a interesarme por sus cosas.
1 2 3 4 5 6
231
5. Cuando mi pareja dice algo que me hiere, intento que no se dé cuenta del daño que me ha hecho.
1 2 3 4 5 6
6. Cuando quiero pasar las vacaciones de una manera y mi pareja de otra, me meto con él/ella por
su mal gusto y discuto para conseguir lo que quiero.
1 2 3 4 5 6
7. Cuando mi pareja se porta injustamente conmigo, no digo nada pero me muestro frío/a y distante.
1 2 3 4 5 6
8. Cuando mi pareja me dice algo que me parece «humillante», me muestro distante y frío/a para
darle una lección.
1 2 3 4 5 6
10. Cuando intento hablar claramente de nuestras preferencias sexuales, pero mi pareja le quita
importancia a la cuestión y cambia de tema, lo dejo pasar y sigo con su tema.
1 2 3 4 5 6
11. Cuando quiero que mi pareja se responsabilice más de aquellas tareas de la casa que a ambos
nos desagradan, no digo nada pero espero que se dé cuenta de la situación.
1 2 3 4 5 6
12. Si mi pareja no hace algo que me prometió, lo dejo pasar pero busco la ocasión para, sutilmente,
echarle en cara que no cumple sus promesas.
1 2 3 4 5 6
13. Cuando mi pareja y yo discutimos sobre algo en lo que no nos ponemos de acuerdo, acabo
dándole gritos y «poniéndole verde».
1 2 3 4 5 6
14. Cuando intento dar apoyo o ayuda a mi pareja y no parece darse cuenta o apreciarlo, me rindo e
intento esconder mis sentimientos por su rechazo.
1 2 3 4 5 6
232
15. Cuando mi pareja dice algo que me hiere, no le contesto, pero durante un tiempo estoy «en
silencio» enfadado/a.
1 2 3 4 5 6
16. Cuando quiero pasar las vacaciones de una manera y mi pareja de otra, cedo para evitar una
pelea.
1 2 3 4 5 6
17. Cuando mi pareja se porta injustamente conmigo, le digo qué es exactamente lo que me parece
injusto.
1 2 3 4 5 6
18. Cuando mi pareja me dice algo que me parece «humillante», intento no hacer caso y olvidarlo.
1 2 3 4 5 6
19. Cuando le pregunto algo a mi pareja y no me responde, me siente herido/a, dejo de hablarle y
pongo «cara de enfado».
1 2 3 4 5 6
20. Cuando intento hablar claramente de nuestras preferencias sexuales, pero mi pareja le quita
importancia a la cuestión y cambia de tema, lo dejo pasar pero decido no tener relaciones sexuales
cuando él/ella las desee.
1 2 3 4 5 6
21. Cuando quiero que mi pareja se responsabilice más de aquellas tareas de la casa que a ambos
nos desagradan, le digo que comprendo que a ninguno de los dos nos gusta hacer estas cosas y
sugiero que dividamos las tareas.
1 2 3 4 5 6
22. Si mi pareja no hace algo que me prometió, le recuerdo que quiero que lo haga.
1 2 3 4 5 6
233
23. Cuando mi pareja y yo discutimos sobre algo en lo que no nos ponemos de acuerdo, me callo y
pongo «cara de enfado».
1 2 3 4 5 6
24. Cuando intento dar apoyo o ayuda a mi pareja y no parece darse cuenta o apreciarlo, le digo que
estoy intentado ayudarle y que me siento mal cuando no reconoce mi esfuerzo.
1 2 3 4 5 6
25. Cuando mi pareja dice algo que me hiere, le ataco verbalmente y «desahogo» así mis
sentimientos.
1 2 3 4 5 6
26. Cuando quiero pasar las vacaciones de una manera y mi pareja de otra, le sugiero que lo
hablemos y busquemos un acuerdo.
1 2 3 4 5 6
27. Cuando mi pareja se porta injustamente conmigo, me siento herido/a pero intento que no se dé
cuenta.
1 2 3 4 5 6
28. Cuando mi pareja me dice algo que me parece «humillante», le hago saber mis sentimientos y
que eso que me dice me «duele».
1 2 3 4 5 6
29. Cuando le pregunto algo a mi pareja y no me responde, le grito por no prestarme atención.
1 2 3 4 5 6
30. Cuando intento hablar claramente de nuestras preferencias sexuales, pero mi pareja le quita
importancia a la cuestión y cambia de tema, me enfado y comienzo a atacarle por ser un reprimido/a
o no importarle el tema.
1 2 3 4 5 6
31. Cuando quiero que mi pareja se responsabilice más de aquellas tareas de la casa que a ambos
nos desagradan, acabo gritándole y le llama todo tipo de cosas de las que luego me arrepiento.
1 2 3 4 5 6
234
32. Si mi pareja no hace algo que me prometió, lo dejo pasar antes que armar lío.
1 2 3 4 5 6
33. Cuando mi pareja y yo discutimos sobre algo en lo que no nos ponemos de acuerdo, yo, con
calma, le repito, las veces que sea necesario, cuáles son mis ideas.
1 2 3 4 5 6
34. Cuando intento dar apoyo o ayuda a mi pareja y no parece darse cuenta o apreciarlo, le digo que
está tan pendiente de sí mismo que ni siquiera se da cuenta de lo que los demás hacen por él/ella.
1 2 3 4 5 6
35. Cuando mi pareja dice algo que me hiere, le expongo mis sentimientos y que no me gusta lo que
me ha dicho.
1 2 3 4 5 6
36. Cuando quiero pasar las vacaciones de una manera y mi pareja de otra, cedo y muestro mi
disgusto quejándome.
1 2 3 4 5 6
37. Cuando mi pareja se porta injustamente conmigo, le ataco verbalmente y luego me arrepiento de
las cosas que le he dicho.
1 2 3 4 5 6
38. Cuando mi pareja me dice algo que me parece «humillante», intento humillarle también para
recuperar el respeto por mí mismo/a.
1 2 3 4 5 6
40. Cuando intento hablar claramente de nuestras preferencias sexuales, pero mi pareja le quita
importancia a la cuestión y cambia de tema, le digo que me parece mal que se niegue a hablar de
ello.
1 2 3 4 5 6
235
Anexo III. Escala de Actitudes hacia el Amor
ESCALA LAS
Instrucciones:
Piense en la persona de quién está enamorado o enamorada en este momento (si no lo está
en la actualidad piense en una relación anterior). Le presentamos una serie de enunciados.
Al lado de cada uno aparece una escala de 5 puntos, correspondiendo:
1 = Nada de acuerdo
2 = Poco de acuerdo
3 = Ni de acuerdo ni en desacuerdo (a medias)
4 = Bastante de acuerdo
5 = Totalmente de acuerdo
En cada uno de los enunciados, marque con una cruz el número de la escala que mejor se
ajuste a su opinión
1 2 3 4 5
No. PREGUNTA 1 2 3 4 5
1 La persona que quiero y yo nos sentimos atraídos
inmediatamente en cuanto nos vimos la primera vez.
2 Intento mantener a mi pareja con algo de incertidumbre
acerca de mi compromiso hacia él/ella.
3 No caía en la cuenta de que estaba enamorado/a hasta que
llevaba cierto tiempo en esta situación (Es difícil decir con
exactitud dónde acaba la amistad y dónde empieza el amor).
4 Considero qué es lo que va a ser una persona en la vida antes
de comprometerme con él/ella.
5 Cuando las cosas no van bien con mi pareja, mi estómago se
resiente.
6 Intento ayudar a mi pareja en los momentos difíciles
7 Entre la persona que quiero y yo hay química.
237
8 Creo que lo que mi pareja desconozca sobre mí no le herirá.
9 No puedo amar si antes no ha habido cariño.
10 Intento planificar mi vida con cuidado antes de elegir pareja.
11 Cuando fracaso en los asuntos amorosos me siento tan
deprimido/a que incluso he pensado en el suicidio.
12 Prefiero sufrir yo a que sufra mi pareja.
13 Nuestra forma de amarnos es muy intensa y satisfactoria.
14 A veces he tenido relaciones sentimentales con dos
personas.
15 Todavía tengo buenos amigos entre las personas con quienes
he mantenido relaciones amorosas.
16 Lo mejor es querer a alguien que venga de tu mismo medio
social.
17 A veces estoy tan excitado/a cuando me enamoro que no
puedo dormir.
18 No puedo ser feliz si mi pareja no es feliz
238
37 Mi pareja se ajusta a mi ideal de belleza física
38 Me gusta jugar el juego del amor con diferentes personas.
39 Mi relación amorosa más satisfactoria ha surgido de una
buena amistad.
40 Antes de implicarme mucho con una persona, intento
averiguar si su herencia genética es compatible o no con la
mía, en el caso de que decidamos tener hijos.
41 Si mi pareja me ignora, a veces hago cosas estúpidas solo
por atraer su atención.
42 Daría todo por mi pareja.
239
Anexo IV. Inventario de Personalidad breve de los Cinco Factores (NEO-FFI)
NEO FFI
Instrucciones:
Por favor, antes de comenzar lea cuidadosamente estas instrucciones. Este cuestionario
consta de 60 frases. Lea cada frase con atención e marque la alternativa que refleje mejor
su acuerdo o desacuerdo con ella. Marque en el casillero de cada frase con una cruz:
A si la frase es completamente falsa en su caso, si está en total desacuerdo con ella (nunca)
B si la frase es frecuentemente falsa en su caso, si está en desacuerdo con ella (casi nunca)
C si la frase es tan cierta como falsa, si no puede decidirse o si usted se considera neutral
en relación con lo que se dice en ella (a veces)
D si la frase es frecuentemente cierta, si usted está de acuerdo con ella (a menudo)
E si la frase es completamente cierta, si está completamente de acuerdo (siempre)
A B C D E
En total En Neutral. De acuerdo. Totalmente de
desacuerdo. desacuerdo. A veces. A menudo. acuerdo.
Nunca. Casi nunca. Siempre.
IT PREGUNTA A B C D E
1 A menudo me siento inferior a los demás.
2 Soy una persona alegre y animosa.
3 A veces, cuando leo poesía o contemplo una obra de arte,
siento una profunda emoción o excitación.
4 Tiendo a pensar lo mejor de la gente.
5 Parece que nunca soy capaz de organizarme.
6 Rara vez me siento con miedo o ansioso.
7 Disfruto mucho hablando con la gente.
8 La poesía tiene poco o ningún efecto sobre mí.
241
9 A veces intimido o adulo a la gente para que haga lo que yo
quiero.
10 Tengo unos objetivos claros y me esfuerzo por alcanzarlos de
una forma ordenada.
11 A veces me viene a la mente pensamientos aterradores.
12 Disfruto en las fiestas en las que hay mucha gente.
13 Tengo una gran variedad de intereses intelectuales.
14 A veces consigo con artimañas que la gente haga lo que yo
quiero.
15 Trabajo mucho para conseguir mis metas.
16 A veces me parece que no valgo absolutamente nada.
17 No me considero especialmente alegre.
18 Me despiertan la curiosidad las formas que encuentro en el
arte y en la naturaleza.
19 Si alguien empieza a pelearse conmigo, yo también estoy
dispuesto a pelear.
20 Tengo mucha auto-disciplina.
21 A veces las cosas me parecen demasiado sombrías y sin
esperanza.
22 Me gusta tener mucha gente alrededor.
23 Encuentro aburridas las discusiones filosóficas.
24 Cuando me han ofendido, lo que intento es perdonar y olvidar.
25 Antes de emprender una acción, siempre considero sus
consecuencias.
26 Cuando estoy bajo un fuerte estrés, a veces pienso que me voy
a desmoronar.
27 No soy tan vivo ni tan animado como otras personas.
28 Tengo mucha fantasía.
29 Mi primera reacción es confiar en la gente.
30 Trato de hacer mis tareas con cuidado, para que no haya que
hacerlas otra vez.
31 A menudo me siento tenso e inquieto.
32 Soy una persona muy activa.
33 Me gusta concentrarme en un ensueño o fantasía y, dejándolo
crecer y desarrollarse, explorar todas sus posibilidades.
34 Algunas personas piensan de mí que soy frío y calculador.
35 Me esfuerzo por llegar a la perfección en todo lo que hago.
36 A veces me he sentido amargado y resentido.
37 En reuniones, por lo general prefiero que hablen otros.
38 Tengo poco interés en andar pensando sobre la naturaleza del
universo o de la condición humana.
39 Tengo mucha fe en la naturaleza humana.
40 Soy eficiente y eficaz en mi trabajo.
41 Soy bastante estable emocionalmente.
42 Huyo de las multitudes.
43 A veces pierdo el interés cuando la gente habla de cuestiones
muy abstractas y teóricas.
44 Trato de ser humilde.
45 Soy una persona productiva, que siempre termina su trabajo.
242
46 Rara vez estoy triste o deprimido.
47 A veces reboso felicidad.
48 Experimento una gran variedad de emociones o sentimientos.
49 Creo que la mayoría de la gente con la que trato es honrada y
fidedigna.
50 En ocasiones primero actúo y luego pienso.
51 A veces hago las cosas impulsivamente y luego me arrepiento.
52 Me gusta estar donde está la acción.
53 Con frecuencia pruebo comidas nuevas o de otros países.
54 Puedo ser sarcástico y mordaz si es necesario.
55 Hay tantas pequeñas cosas que hacer que a veces lo que hago
no atender a ninguna.
56 Es difícil que yo pierda los estribos.
57 No me gusta mucho charlar con la gente.
58 Rara vez experimento emociones fuertes.
59 Los mendigos no me inspiran simpatía.
60 Muchas veces no preparo de antemano lo que tengo que hacer.
243
Anexo V. Tablas de correlaciones entre las variables del CUVINO-R (A y B), ASPA,
LAS y NEO-FFI para la muestra total (N=309)
Tabla 36
Correlaciones entre las variables del CUVINO-R (A) y CUVINO-R (B) (N=309)
V. género A
V. castig. A
V. sexual A
V. desap. A
V. instru. A
V. coerc. A
V. humi. A
V. física A
V. desap. B .05 -.00 -.07 -.12* -.04 .01 -.01 -.06
V. humi. B -.02 -.02 -.04 -.14* -.05 -.03 -.09 -.02
V. sexual B -.08 -.10 -.10 -.18** -.08 -.10 -.16** -.03
V. coerc. B -.08 -.05 -.04 -.11 -.02 -.07 -.10 -.04
V. física B -.07 -.10 -.09 -.15** -.10 -.10 -.13* -.06
V. género B -.12* -.13* -.16** -.23*** -.14* -.13* -.19** -.08
V. castig. B -.06 -.05 -.09 -.14* -.04 -.06 -.04 -.08
** *
V. instru. B -.08 -.10 -.09 -.15 -.11 -.07 -.13 -.08
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001
Tabla 37
Correlaciones entre las variables del CUVINO-R (A), ASPA, LAS y NEO-FFI (N=309)
V. género A
V. castig. A
V. sexual A
V. desap. A
V. instru. A
V. coerc. A
V. humi. A
V. física A
245
Continuación Tabla 37
Aper. Expe. .03 .04 -.01 -.08 .04 .08 -.04 .04
Cordialidad -.03 -.03 -.00 -.13* -.02 -.07 -.00 -.03
Escrupulos. .20 -.06 -.00 -.15** -.08 -.09 -.11 .02
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001
Tabla 38
Correlaciones entre las variables del CUVINO-R (B), ASPA, LAS y NEO-FFI (N=309)
V. género B
V. castig. B
V. sexual B
V. desap. B
V. instru. B
V. coerc. B
V. humi. B
V. física B
Asertivo .25*** .25*** .31*** .22*** .26*** .26*** .26*** .24***
Agresivo .10 .06 .02 .01 .05 -.02 .04 .08
Pasivo -.11 -.10 -.17** -.10 -.11 -.15** -.10 -.09
Pasiv-Agres. -.01 -.03 -.04 -.05 -.02 -.08 -.07 -.00
Eros .09 .06 .08 .04 .09 .08 .10 .07
Ludus .00 -.04 -.08 -.02 -.06 -.05 -.11 -.04
Estorge .03 .04 .05 .04 .06 .08 .04 .09
Pragma .01 .06 .06 .03 .04 .06 .02 .04
** *
Manía .15 .06 .07 .02 .04 .07 .13 .09
Ágape .02 -.04 -.04 -.04 -.03 -.01 .07 -.01
Neuroticis. .07 .04 .07 .06 .03 .05 .04 .06
Extravers. .07 .07 .05 .03 .05 .06 .03 .07
Aper. Expe. .08 .08 .03 .08 .05 .10 .03 .04
Cordialidad -.00 .05 .11 .05 .01 .14* .03 .01
Escrupulos. .11* .13* .16** .14* .12* .15** .11 .07
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001
246
Tabla 39
Correlaciones entre las variables del ASPA, LAS Y NEO-FFI (N=309)
Agresivo
Agresivo
Asertivo
Pasivo-
Pasivo
Eros .17** -.10 -.24*** -.15**
Ludus -.11 .16** .16** .18**
Estorge .01 .03 .12* .05
Pragma .04 .06 .18** .18**
Manía .04 .21*** .15** .30***
Ágape -.03 -.10 .13* -.01
Neuroticismo .05 .24*** .19** .23***
Extraversión .18** .10 -.12* .01
Aper. Experienc. .22*** -.09 -.09 -.17**
Cordialidad .08 -.36*** .03 -.18**
Escrupulosidad .15** -.11 -.15** -.12*
Nota= *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001
Tabla 40
Correlaciones entre las variables de la LAS y del NEO-FFI (N=309)
Estorge
Pragma
Ágape
Manía
Ludus
Eros
247
Anexo VI. Medias y Desviaciones típicas en los 11 grupos de edad en las variables
CUVINO-R (A y B), ASPA, LAS y NEO-FFI
Tabla 41
Medias y Desviaciones Típicas de las variables del CUVINO-R (A y B) en los grupos de 16, 17,
18, 19, 20 y 21 años
16 17 18 19 20 21
M DT M DT M DT M DT M DT M DT
CUVINO-R (A)
V. desapeg. .56 .61 .46 .66 .71 .86 .48 .79 .60 .76 .27 .33
V. humilla. .21 .36 .25 .37 .43 .69 .20 .40 .38 .73 .13 .19
V. sexual .33 .68 .14 .26 .42 .58 .17 .39 .21 .36 .06 .13
V. coerción .44 .54 .42 .45 .53 .53 .30 .39 .36 .54 .21 .29
V. física .04 .10 .06 .13 .21 .51 .01 .04 .13 .46 .03 .09
V. género .18 .25 .22 .35 .19 .31 .12 .34 .36 .67 .22 .26
V. castigo .38 .39 .36 .53 .55 .68 .35 .54 .32 .47 .24 .41
emocional
V. instrum. .02 .07 .00 .00 .02 .07 .00 .00 .09 .33 .03 .10
Puntuación .29 .28 .26 .31 .41 .48 .22 .36 .33 .50 .15 .17
Total
CUVINO-R (B)
V. desapeg. 2.82 1.18 2.56 1.28 2.99 1.02 3.18 1.15 3.06 .82 3.29 .66
V. humilla. 2.93 1.26 2.61 1.36 2.84 1.43 3.22 1.23 3.12 .98 3.18 .99
V. sexual 2.36 1.41 2.13 1.55 2.35 1.26 3.10 1.35 2.83 1.10 2.79 1.26
V. coerción 2.49 1.15 2.17 1.24 2.64 1.14 2.87 1.08 2.68 1.00 2.95 .79
V. física 2.92 1.42 2.66 1.56 2.80 1.40 3.31 1.34 3.21 1.19 3.19 1.19
V. género 2.49 1.45 2.19 1.42 2.42 1.41 2.98 1.35 2.76 1.01 3.01 .90
V. castigo 2.63 1.18 2.43 1.25 2.88 1.02 3.03 1.07 2.67 1.18 3.26 .76
emocional
V. instrum. 2.72 1.46 2.59 1.58 2.80 1.46 3.10 1.42 2.95 1.28 3.11 1.14
Puntuación 2.68 1.21 2.41 1.33 2.71 1.19 3.11 1.20 2.93 .94 3.09 .86
Total
Nota= M (Media); DT (Desviación típica); CUVINO-R (A y B) (Cuestionario de Violencia entre
Novios de Rodríguez-Franco y Rodríguez-Díaz, 2004)
249
Tabla 42
Medias y Desviaciones Típicas de las variables del ASPA, LAS y NEO-FFI en los grupos de 16, 17, 18, 19, 20 y
21 años
16 17 18 19 20 21
M DT M DT M DT M DT M DT M DT
ASPA
Asertivo 57.05 20.92 61.26 20.93 66.90 15.00 73.43 19.05 64.06 19.34 66.27 18.71
Agresivo 16.71 17.86 15.20 13.61 18.10 14.79 18.10 13.96 17.58 11.11 18.27 17.29
Pasivo 25.86 17.34 23.49 15.68 22.60 14.68 20.67 18.93 20.61 13.73 19.00 12.51
Pasivo- 30.76 19.41 27.66 15.89 30.90 10.59 27.05 18.24 30.67 15.30 25.45 15.05
Agresivo
LAS
Eros 26.17 5.60 26.89 4.92 26.05 5.29 27.48 4.70 28.00 5.14 27.68 3.91
Ludus 17.90 5.31 17.23 4.80 15.05 4.12 17.10 4.02 15.33 4.25 17.14 4.79
Estorge 22.12 5.60 22.09 5.05 21.50 5.48 21.00 5.83 19.73 4.52 22.27 4.72
Pragma 16.45 4.36 16.31 5.06 16.45 4.31 15.19 5.43 16.00 5.19 16.32 4.40
Manía 19.88 4.53 20.40 4.28 22.50 5.23 20.86 4.27 21.18 5.73 21.45 4.18
Ágape 24.21 5.48 25.91 4.04 26.10 5.70 26.76 4.50 26.73 5.56 26.59 4.75
NEO-FFI
Neuroticismo 21.71 7.55 20.86 7.26 22.70 7.15 24.48 9.06 22.48 8.11 22.27 6.13
Extraversión 34.29 7.79 34.63 6.08 31.90 6.32 29.52 6.36 31.24 6.97 33.59 6.93
Apertura a la 26.55 8.18 25.71 8.49 25.55 6.30 27.05 6.40 26.73 7.78 28.82 7.23
experiencia
Cordialidad 27.71 7.04 29.74 6.22 30.00 8.15 30.00 5.12 28.33 5.44 31.50 6.49
Escrupulosidad 29.79 7.08 26.49 5.67 26.95 8.48 26.95 6.86 31.12 5.67 30.50 5.71
Nota= M (Media); DT (Desviación típica); ASPA (Cuestionario de Aserción en la Pareja de Carrasco, 1996); LAS
(Escala de Actitudes hacia el amor de Hendrick y Hendrick, 1986); NEO-FFI (Inventario de Personalidad breve de
los Cinco Factores de Costa y McCrae, adaptación española de Sanz, Silva y Ávila, 1999)
250
Tabla 43
Medias y Desviaciones Típicas de las variables del CUVINO-R (A y B) en los grupos
de 22, 23, 24, 25 y 26 años
22 23 24 25 26
M DT M DT M DT M DT M DT
CUVINO-R (A)
V. desapeg. .34 .34 .53 .58 .53 .55 .41 .39 .38 .43
V. humilla. .19 .24 .25 .34 .30 .55 .19 .30 .17 .22
V. sexual .14 .28 .10 .20 .19 .47 .25 .31 .17 .25
V. coerción .28 .32 .33 .42 .27 .46 .33 .47 .25 .31
V. física .08 .17 .10 .27 .11 .39 .06 .13 .05 .14
V. género .16 .26 .20 .32 .29 .39 .23 .37 .15 .25
V. castigo .31 .46 .41 .48 .40 .47 .30 .41 .32 .57
emocional
V. instrum. .04 .11 .04 .16 .09 .29 .08 .23 .05 .12
Puntuación .20 .19 .26 .29 .29 .41 .24 .21 .20 .19
Total
CUVINO-R (B)
V. desapeg. 3.45 .44 3.31 .67 3.10 1.12 2.95 1.09 3.38 .74
V. humilla. 3.60 .48 3.33 .63 3.10 1.19 3.03 1.20 3.38 1.10
V. sexual 3.45 .68 3.03 1.05 2.85 1.26 2.60 1.35 3.10 1.26
V. coerción 3.27 .49 3.04 .69 2.81 1.00 2.83 1.17 3.17 1.03
V. física 3.78 .37 3.46 .69 3.29 1.31 3.10 1.35 3.45 1.17
V. género 3.32 .66 2.98 .80 2.72 1.19 2.56 1.24 3.10 1.31
V. castigo 3.28 .66 3.04 .83 2.88 1.20 2.62 1.29 3.45 .92
emocional
V. instrum. 3.53 .55 3.39 .77 3.07 1.31 2.95 1.30 3.32 1.23
Puntuación 3.47 .43 3.20 .65 2.98 1.12 2.84 1.15 3.28 1.02
Total
Nota= M (Media); DT (Desviación típica); CUVINO-R (A y B) (Cuestionario de
Violencia entre Novios de Rodríguez-Franco y Rodríguez-Díaz, 2004)
251
Tabla 44
Medias y Desviaciones Típicas de las variables del ASPA, LAS y NEO-FFI en los grupos de
22, 23, 24, 25 y 26 años
22 23 24 25 26
M DT M DT M DT M DT M DT
ASPA
Asertivo 69.88 16.94 63.22 19.31 70.46 13.22 67.24 25.25 62.16 24.32
Agresivo 17.52 17.56 14.22 11.72 22.36 19.53 20.67 23.33 14.64 18.11
Pasivo 19.88 11.56 23.44 16.84 16.51 14.01 23.81 18.22 18.96 15.79
Pasivo- 25.45 15.35 24.00 19.26 27.38 16.72 24.67 16.17 20.48 18.07
Agresivo
LAS
Eros 28.03 4.53 28.17 4.40 27.15 3.54 25.57 4.87 26.12 4.37
Ludus 14.94 4.20 16.39 4.67 15.33 3.65 17.81 4.47 15.92 3.76
Estorge 20.55 5.11 22.89 3.74 22.03 4.07 23.33 4.83 20.96 4.47
Pragma 16.03 4.33 17.61 4.37 16.62 5.43 15.33 3.88 16.00 5.92
Manía 21.61 4.81 20.67 4.20 20.64 4.39 18.76 4.06 19.12 4.18
Ágape 26.27 4.16 26.78 4.85 26.38 4.03 26.10 3.75 26.16 4.23
NEO-FFI
Neuroticismo 21.18 8.71 22.17 7.01 22.77 5.38 20.90 8.79 19.72 6.09
Extraversión 31.45 7.15 32.39 7.15 33.41 7.09 31.62 7.59 33.28 7.21
Apertura a la 28.03 10.00 29.83 6.32 27.62 5.76 28.29 5.13 26.96 6.15
experiencia
Cordialidad 32.15 6.04 31.28 4.53 31.28 5.02 29.10 6.83 30.88 6.28
Escrupulosidad 32.12 7.66 30.83 7.13 34.92 8.44 30.62 8.71 32.76 6.64
252