José Luis Alamilla López
José Luis Alamilla López
José Luis Alamilla López
FACULTAD DE INGENIERÍA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO
TESIS
PRESENTADA POR:
DOCTOR EN INGENIERÍA
( ESTRUCTURAS )
DIRIGIDA POR:
mi madre: Miriam
a mi maestro el Dr. Luis Esteva por la formación académica, por mostrarme y enseñarme
una visión única de lo que es la ingeniería sísmica. Este trabajo representa una pequeña
parte de sus enseñanzas, ideas y contribuciones a la ingeniería sísmica.
los valiosos comentarios y agudas observaciones de los miembros del Comité Tutoral, los
Doctores*: Gustavo Ayala, José Alberto Escobar, Ernesto Heredia, Oscar López, Eduardo
Reinoso y Sonia Ruiz. También agradezco las asesorias y observaciones que durante el
desarrollo del presente trabajo hicieron los Doctores: Orlando Díaz y Jaime García.
al Dr. Carlos Reyes por calcular especialmente para este trabajo los valores que describen a
la función de atenuación de las intensidades en Ciudad Universitaria.
al Ing. Santiago Loera por la asesoría en el cálculo de los edificios que incluyen muros en
su configuración.
Resumen
Abstract
CAPITULO 1. INTRODUCCIÓN
1.1 Antecedentes ....................................................................................................................1
1.2 Objetivo general ...............................................................................................................6
1.3 Objetivos específicos ........................................................................................................6
1.4 Alcances y limitaciones ....................................................................................................7
1.5 Contribuciones del trabajo .............................................................................................11
REFERENCIAS
APÉNDICE A
Simulación de variables aleatorias correlacionadas a partir de distribuciones de
probabilidad marginales .........................................................................................................I
APÉNDICE B
Estimación del coeficiente de correlación entre variables aleatorias con base
en información subjetiva sobre la variabilidad de su cociente .............................................IV
APÉNDICE C
Estimación del coeficiente de correlación entre una variable
aleatoria Y y la función aleatoria Z = X a partir de los
primeros momentos estadísticos de sus distribuciones de
probabilidad marginales .......................................................................................................VI
APÉNDICE D
Estimación de respuestas sísmicas de sistemas no lineales de múltiples
grados de libertad por medio de sistemas simplificados equivalentes .................................IX
RESUMEN
En esta disertación se plantea un modelo para el análisis de confiabilidad de estructuras en
zonas sísmicas. La confiabilidad se evalúa en términos de índices de confiabilidad para
intensidades dadas, tasas de falla por unidad de tiempo y probabilidades de falla para lapsos
de tiempo dados. Estas formas de medir la probabilidad de falla están referidas a un margen
de seguridad que se relaciona con el desplazamiento del extremo superior de la estructura con
respecto a su base. Este desplazamiento se vincula directamente con la configuración
desplazada en el instante de la falla, que es función de las peculiaridades del movimiento del
terreno sobre las características de la estructura. El movimiento se especifica en términos de
temblores de intensidades dadas, que se miden por medio de la ordenada espectral de
seudoaceleracion de un oscilador de un grado de libertad con periodo natural igual al periodo
fundamental de la estructura analizada. El modelo considera las fuentes de incertidumbre que
pueden ser significativas en la respuesta estructural; entre ellas están las referidas al
movimiento del terreno, las que tienen que ver con las propiedades geométricas y mecánicas
de los elementos estructurales, así como las asociadas con la masa estructural, caracterizada
por cargas vivas y muertas actuantes. Las características detalladas del movimiento del
terreno se representan mediante un proceso estocástico modulado en amplitud y frecuencia,
en el que sus propiedades evolutivas, tales como duración, amplitud y contenido de
frecuencias, se tratan como variables inciertas dependientes de la distancia al foco sísmico y
de la magnitud. Estas últimas cantidades también son inciertas para niveles de intensidades
dadas, por lo que dicha incertidumbre se trata por medio del teorema de Bayes en términos de
atenuación y de la sismicidad de las fuentes cercanas. Por lo que se refiere a las características
estructurales, estas se representa por medio de funciones de distribución de probabilidad, de
las que resultan valores similares a los encontrados en estructuras reales construidas.
1.1. Antecedentes
Actualmente, las normas de diseño sísmico en México especifican el movimiento del
terreno mediante un espectro que relaciona aceleraciones máximas efectivas con periodos
naturales de estructuras de un grado de libertad. Este espectro se define a través de
coeficientes sísmicos y parámetros que caracterizan su forma, de acuerdo con el tipo de
terreno en el que será proyectada la estructura. Además, las normas de diseño proveen
fórmulas simples que determinan una distribución lateral de fuerzas y toman en cuenta la
disipación de energía, asociada con la posible incursión de la estructura en el intervalo
inelástico mediante la reducción de las fuerzas sísmicas.
De acuerdo con Esteva y col. (2001) el objetivo final de toda norma de diseño es lograr que
las estructuras construidas tengan un óptimo desempeño durante su ciclo de vida; por lo
tanto las propiedades mecánicas, rigidez y resistencia, de un sistema deberían ser
determinadas sobre las bases de un análisis de optimación como el propuesto por
Rosenblueth (1976). De acuerdo con los autores mencionados, este análisis debe tomar en
cuenta las incertidumbres en las acciones a las que se somete la estructura durante su ciclo
de vida, así como la variabilidad en las propiedades geométricas y mecánicas de los
elementos que integran dicha estructura. Dicho análisis requiere de un estudio de
confiabilidad donde intervengan las incertidumbres mencionadas y un análisis de costo-
beneficio donde se maximicen las utilidades esperadas. Así, el primer paso es efectuar un
análisis de confiabilidad que de acuerdo con Esteva (1995) consiste en los siguientes
puntos: 1) un estudio de análisis de daños para temblores de intensidades dadas, que tome
1
en cuenta las incertidumbres en las propiedades estructurales como son, las características
geométricas de los elementos, propiedades mecánicas, e incertidumbres en las acciones
verticales y acciones sísmicas, entre otros efectos. 2) un análisis de peligro sísmico a fin de
evaluar las probabilidades de ocurrencia de temblores para intervalos dados de tiempo.
En México se han dedicado esfuerzos a estudiar varios de los conceptos mencionados; entre
ellos destacan los trabajos siguientes: Esteva y Villaverde (1973) representan aceleraciones
y velocidades máximas de las excitaciones sísmicas mediante funciones de atenuación,
Ordaz y col. (1994) caracterizan el espectro de amplitudes de Fourier de las aceleraciones
sísmicas del terreno por medio de funciones de atenuación; Ordaz y col. (1995) obtienen
historias sísmicas mediante funciones de Green empíricas; Grigoriu y col. (1988)
representan las características detalladas del movimiento del terreno por medio de procesos
estocásticos modulados en amplitud y frecuencia; Ordaz y col. (1988) estiman ordenadas
espectrales máximas mediante la técnica de vibraciones aleatorias; Esteva (1969, 1970,
1976) desarrolla un método probabilista para evaluar la sismicidad de las fuentes cercanas;
Ruiz y Soriano (1997) estiman cargas vivas sobre edificios de oficinas; Mendoza (1984,
1991), Meli y Mendoza (1991) y Rodríguez y Botero (1996) mediante estudios
experimentales caracterizan las propiedades estadísticas del concreto y del acero
estructural. Sin embargo, poco se ha hecho por unificar estos conceptos e integrarlos en un
formato de análisis de confiabilidad con el fin de evaluar el desempeño estructural de
manera que incorpore las principales fuentes de incertidumbres que intervienen en la
seguridad estructural. Dentro de los pocos trabajos que van en esta dirección es posible
mencionar los trabajos de Esteva y col. (1989, 2000a, 2000b 2001), Heredia-Zavoni y col.
(2000) y Montes-Iturrizaga y col. (2001). En Estados Unidos destacan los trabajos de
Sewell y Cornell (1987), Bazurro y Cornell (1994) y Collins y col. (1996). En lo que sigue
se discuten algunas de las aportaciones y limitaciones de estos últimos trabajos.
Esteva y Ruiz (1989) calculan tasas esperadas de falla de estructuras de concreto reforzado
sujetas a acciones sísmicas inciertas. Las características geométricas y mecánicas, así como
las acciones verticales, son simuladas aplicando el método de Monte Carlo. En dicho
trabajo, el mecanismo de falla estructural se evalúa en términos del mínimo factor de
2
seguridad en los entrepisos que integran el conjunto estructural. Este factor es estimado a
partir de la ductilidad demandada por las acciones sísmicas, y la ductilidad disponible. Para
esta última ductilidad se adopta una función de distribución logarítmico normal. Un paso
importante con respecto al anterior son los trabajos de Esteva y col. (2000b, 2001) quienes
calculan índices de confiabilidad de sistemas de múltiples niveles y los relacionan con
ductilidades esperadas de un sistema de cortante de un grado de libertad, cuyas propiedades
mecánicas se estiman a partir de un sistema estructural complejo. Además, se toma en
cuenta la variabilidad del movimiento del terreno en términos de las características de
fuente, así como también se estudia la sensibilidad de dicho índice con respecto a las fuerza
cortante basal de diseño y al tipo de función constitutiva utilizada para describir el
comportamiento de los elementos cuando están sujetos a cargas cíclicas. Estos autores
concluyen que el índice de confiabilidad varía linealmente con el logaritmo de la ductilidad
y que es independiente de las características de rigidez y resistencia del sistema. En los
trabajos de Esteva y col. (2001a) además de la capacidad del sistema en términos de
ductilidades de entrepiso se propone un indicador de colapso en términos de la capacidad
de deformación máxima, asociada a un estado de fuerzas laterales que da como resultado
una configuración desplazada en el primer modo de vibrar de la estructura. La principal
limitante en estos trabajos se debe a que la configuración desplazada del sistema que se
adopta para establecer la capacidad de deformación estructural es independiente de las
características de rigidez y resistencia del sistema, y de las características del movimiento
del terreno.
3
es modelado mediante un proceso de Markov. En este modelo, el daño al final de un evento
sísmico depende del nivel de daño al inicio de dicho evento, siendo ésta una de las
principales virtudes del modelo. Además de que dicho modelo puede ser orientado a
establecer criterios de diseño sísmico; sin embargo, esto no es considerado por los autores.
Por otra parte, Sewell y Cornell (1987) y Bazurro y Cornell (1994) calculan espectros de
peligro uniforme para varios estados de daño en estructuras de múltiples niveles. El nivel
de daño en estos trabajos está dado en términos de ductilidades globales que se obtienen a
partir del desplazamiento experimentado en el extremo superior del edificio. De acuerdo
con esto, para alcanzar un estado de daño específico, la estructura se somete a una
excitación sísmica multiplicada por un factor adecuado que se obtiene mediante un
procedimiento iterativo de análisis de respuesta. La principal aportación de estos trabajos
consiste en que el nivel de daño esperado se relaciona con la configuración estructural
desplazada impuesta por las características del movimiento en cuestión. Sin embargo,
dichos trabajos tienen el inconveniente de que las propiedades de la estructura se suponen
conocidas en forma determinista; además, no se estima el nivel de daño en la estructura en
relación con el estado del daño asociado con el colapso de la estructura.
4
se toma en cuenta la contribución de todo el posible intervalo de intensidades sísmicas que
pueden afectar el comportamiento de la estructura y por lo tanto, no se tiene idea de la
probabilidad de falla del sistema.
5
1.2. Objetivo general
Se trata de desarrollar una metodología aplicable en condiciones de la práctica profesional
para estimar la confiabilidad de estructuras de concreto reforzado sujetas a perturbaciones
sísmicas definidas por su intensidad. La metodología tomará en cuenta las incertidumbres
significativas en la evaluación de la confiabilidad y se espera que pueda usarse tanto para la
formulación de normas y reglamentos de diseño sísmico con formatos similares a los
convencionales, como para el estudio de estructuras específicas.
6
5. Formular recomendaciones para la aplicación de los criterios y resultados obtenidos
en problemas de la práctica profesional.
La intensidad sísmica del movimiento del terreno puede expresarse, por ejemplo: 1) en
términos de la ordenada espectral que corresponde al periodo natural de vibración de la
estructura, 2) en función de la máxima ordenada espectral que corresponde a un periodo de
recurrencia dado, 3) a través de la intensidad de Arias (1971), que se define como la
cantidad de energía contenida en el intervalo de tiempo que comprende a la fase intensa del
movimiento del terreno en el sitio, y 4) por medio de la intensidad de Housner (1952), que
se define como el área del espectro de seudo velocidad contenida en un intervalo de
periodos. El caso 1 conduce a resultados con menos dispersión en cuanto a las respuestas
estructurales que los casos 2, 3 y 4, debido a la estrecha relación entre la intensidad y
dichas respuestas. Cualquier definición de intensidad que se emplee es posible relacionarla
con la combinación más probable de magnitud M, y distancia R, que puede afectar a una
7
determinada estructura en el sitio de interés; en esta combinación están implícitas las
características de fuente que influyen en la respuesta de cada estructura.
Para calcular tasas de falla por unidad de tiempo, es esencial estimar la probabilidad de
falla ante temblores de distintas intensidades, o su complemento, la probabilidad de
supervivencia. La forma más simple para estimar estas probabilidades es a través de un
índice de confiabilidad, basado en la media y desviación estándar de un margen o factor de
seguridad que considere los modos de falla más significativos. Aquí, dicho factor se
expresará en términos del coeficiente por el que se debe multiplicar un registro sísmico para
alcanzar la falla de la estructura y tomará en cuenta los modos más probables de falla del
sistema estructural, así como la posible participación de modos superiores. Además, en
este trabajo se calculan probabilidades de falla para lapsos de tiempo dados, que se
obtienen a partir del proceso de ocurrencia de intensidades y del criterio de falla adoptado.
De esta manera la probabilidad de falla aceptable es evaluada por las tres alternativas
descritas arriba.
Por otra parte, cuando se trata de establecer criterios de diseño es común que las
excitaciones sísmicas se representen por medio de espectros de peligro uniforme; de
manera que, para una estructura en particular, la excitación del movimiento del terreno esté
caracterizada por la ordenada espectral que corresponde al periodo de vibración del sistema
para un intervalo de recurrencia dado. Sin embargo, para establecer dichos criterios, es
importante tomar en cuenta otras características que son relevantes durante el movimiento
8
del terreno y que pueden afectar radicalmente el desempeño de los sistemas estructurales.
De particular importancia, entre otras características, están: la duración de la excitación, la
evolución de la varianza instantánea de la aceleración, así como la evolución del contenido
de frecuencias durante la misma. Además, rigurosamente, debe considerarse la variabilidad
de estas características con las peculiaridades de fuente, como pueden ser, entre otras, la
magnitud M y la distancia R. No obstante, evaluar las características detalladas del
movimiento en función de M y R no basta para especificar criterios de diseño; es necesario,
además, definir en términos de fuente las características de la excitación que dominan la
amenaza sísmica en el sitio, o más específicamente, es esencial evaluar cuáles son las
características detalladas de la excitación en términos de M y R que son más probables de
ocurrir y que afectan a una estructura dada, con características conocidas o inciertas.
También es importante definir cómo se afectan las características detalladas del
movimiento debido a las características de fuente cuando la excitación se asocia a un
determinado nivel de intensidad.
En esta investigación, las características estadísticas del movimiento del terreno durante
sismos, que tienen que ver con la evolución de la varianza instantánea de la aceleración, así
como la evolución del contenido de frecuencias y duración, se representan mediante un
proceso estocástico modulado en amplitud y frecuencia. Estas características se relacionan
con las variables de fuente, M y R, que controlan la historia detallada del movimiento del
terreno durante cada evento sísmico. Además, para representar adecuadamente dicha
historia detallada, cuando ésta es definida por un nivel de intensidad dado, se evalúa la
distribución conjunta de M y R para intensidades dadas y se desarrolla una modelo de
simulación con base en el método de Monte Carlo para estimar pares de valores de M y R,
o la combinación mas probable de M y R que afecta a una estructura en particular.
Por otra parte, cuando se llevan a cabo estudios de peligro sísmico es común asumir que las
incertidumbres en la excitación controlan la amenaza sísmica en el sitio, y que la
incertidumbre sobre las características de la estructura no influyen radicalmente en los
resultados. Por ello, una gran cantidad de estos estudios considera a la estructura como un
sistema de un grado de libertad con propiedades deterministas; mientras que solo unos
9
pocos consideran a la estructura como un sistema de múltiples grados de libertad con
propiedades estructurales nominales o, en estudios más refinados con propiedades medias.
Esto trae como consecuencia que las estimaciones de respuesta estructural estén sesgadas
en menor o mayor grado.
En este estudio se plantean modelos de múltiples grados de libertad que toman en cuenta la
aparición de los posibles modos de falla, así como la aparición de modos superiores, entre
otros efectos, que es necesario evaluar para estimar confiabilidades de estructuras sujetas a
sismo. Además, se estiman las incertidumbres asociadas con las características propias de la
estructura, que se consideran más importantes, que influyen en la sobre-resistencia, así
como en la disipación de energía de deformación de los elementos estructurales y, como
consecuencia, sobre la respuesta dinámica del sistema. Dichas incertidumbres están
asociadas con las características geométricas de las secciones transversales de los
elementos, con las propiedades mecánicas de los materiales (concreto y acero de refuerzo),
así como con las acciones verticales (carga muerta y viva).
Por otra parte, este trabajo está sujeto a las siguientes observaciones y restricciones: no se
considera la influencia de la interacción suelo-estructura; se considera que los elementos no
estructurales, como son muros divisorios, puertas, ventanas, instalaciones y barandales,
entre otros, están suficientemente desligados de la estructura principal, por lo que no
contribuyen a la rigidez y resistencia total de la estructura. Con base en las normas de
diseño, se considera que la falla por flexión es más probable de ocurrir que la falla por
cortante o carga axial; y finalmente, el error en el modelo de las estimaciones de respuesta
dinámica no se contempla en el cálculo de la probabilidad de falla.
10
1.5. Contribuciones del trabajo
1. Se desarrolla un modelo para obtener acelerogramas artificiales. Cada historia de
tiempo es considerada un proceso estocástico gaussiano no estacionario con
propiedades estadísticas dependientes de la magnitud y la distancia al sitio.
3. Con base en los modelos probabilistas de cargas vivas más recientes se obtienen
expresiones para evaluar la matriz de covarianzas de cargas en un edificio dado. En
esta matriz están contenidas las correlaciones de las cargas de un piso a otro, así
como la correlación espacial de las cargas en un piso dado.
11
• El daño depende de las características del sistema, así como de las
características detalladas de la excitación sísmica, por lo que no se necesita
adoptar una configuración preestablecida para estimar la capacidad de
deformación.
6. Los criterios propuestos pueden servir de base para formular criterios para diseño
sísmico con metas especificadas de confiabilidad
12
CAPITULO 2. ANÁLISIS DE INCERTIDUMBRE EN EL MOVIMIENTO DEL
TERRENO EN DIFERENTES SITIOS
2.1 Análisis de incertidumbre sobre características del movimiento del terreno durante
sismos
Para caracterizar acertadamente la respuesta estructural es necesario contar con historias
detalladas del movimiento del terreno durante sismos; sin embargo, con frecuencia las muestras
disponibles de acelerogramas registrados durante sismos no son suficientes para llevar a cabo un
análisis de confiabilidad; por ello se han destinado esfuerzos a desarrollar modelos matemáticos
de procesos estocásticos para representar las características detalladas del movimiento del terreno
durante posibles eventos futuros. Entre estos modelos es posible mencionar el método de las
funciones de Green propuesto por Hartzell (1978), y mejorado por Ordaz y col. (1995). Dicho
método utiliza un acelerograma pequeño como función de Green y parámetros sismológicos de
dicha función y del sismo objetivo. La historia del movimiento del terreno durante un temblor de
magnitud elevada se obtiene como la superposición en el tiempo de un conjunto de movimientos
de temblores de menor magnitud, generados en la misma fuente, y cuyos tiempos de inicio están
desfasados. Una de las desventajas de dicho método es que necesita previamente una historia de
aceleraciones sísmicas para poder obtener un registro simulado, además de que el número de
superposiciones de la función de Green aumenta y el factor de escala disminuye a medida que el
temblor objetivo crece con respecto a la función de Green, lo que trae como consecuencia un
aumento en la varianza y por lo tanto, la verosimilitud del registro simulado decrece. Otro
método en el que es posible involucrar parámetros de fuente con las características del
movimiento del terreno en el sitio, es el método de las funciones de atenuación generalizadas que
relaciona las propiedades evolutivas del movimiento, amplitud y frecuencia, en términos de
magnitud y distancia, entre otros. Este método tiene la ventaja de ser aplicable a cualquier
combinación de parámetros de fuente que se requiera; sin embargo, para definir las propiedades
estadísticas de los parámetros que controlan el movimiento se requiere de una muestra de
acelerogramas registrados en el sitio de interés.
13
funciones, así como sus correspondientes parámetros, se determinan a partir de la información de
historias de aceleraciones de sismos ocurridos en diferentes fuentes sísmicas. Estos parámetros se
relacionan directamente con M y R, a los que se ajustan funciones semi-empíricas de atenuación
con el fin de caracterizar las propiedades estadísticas de las funciones que controlan la evolución
del movimiento del terreno durante un sismo.
De acuerdo con Grigoriu y col.(1988) y Yeh y Wen (1989) es posible considerar un acelerograma
como una realización de un proceso gaussiano modulado en amplitud y frecuencia:
ξ( t ) = I( t )ζ (φ( t )) (2.1)
Aquí, ξ( t ) es la aceleración del movimiento del terreno como función del tiempo, t . I(t) es una
función determinista que constituye la envolvente que controla la amplitud de ξ( t ) ; ζ (φ( t )) es un
ruido blanco filtrado en φ ; φ( t ) transforma la escala de tiempos, es la función de modulación de
frecuencias que determina la tasa de cambios de las frecuencias dominantes de ξ( t ) . El
procedimiento para obtener simulaciones del movimiento del terreno se desarrolla en forma
detallada en un trabajo realizado por Alamilla (1997).
Si se adopta una forma adecuada para cada una de las funciones que aparecen en el segundo
miembro de la ec 2.1, los parámetros correspondientes permitirán estimar en función de M y R
las funciones moduladoras siguientes:
14
los intervalos de la escala del tiempo mostrados en la fig 2.1. En esta figura, los
instantes t .025 , t .25 , t .75 y t .975 corresponden a valores de W(t) iguales a 0.025, 0.25,
• Función de modulación de frecuencias. Depende del número medio de cruces por cero y
de acuerdo con Yeh y Wen (1989) está dada por φ(t)=μo(t)/μo´(to). μ 0 ( t ) es la función que
describe el número de veces que las aceleraciones sísmicas cruzan por cero, la prima
t .75 + t .25
denota la primera derivada y t o = corresponde a un tiempo de referencia para el
2
que se obtiene la densidad espectral del proceso. En este estudio se supone que μo(t) está
dada por
donde p, q y r, son parámetros por determinar. Además de estas funciones, para describir
el movimiento del terreno se requiere la densidad espectral en un instante dado. De
acuerdo con Yeh y Wen (1989) esta adopta la forma de la función de Clough-Penzien,
definida por los parámetros So, ωg, ζg, ωf, ζf, donde So representa un factor de escala y los
demás la forma de la densidad espectral del proceso modulado.
15
Con el fin de estimar los parámetros que definen las características del proceso no estacionario
del movimiento del terreno en términos de M y R, se adopta el siguiente conjunto de parámetros
que se toman como base para la simulación de la excitación sísmica.
t .25 − t .025
α= (2.4b)
Δ
t .975 − t .75
β= (2.4c)
Δ
Aquí, cada parámetro corresponde a cierta fase de tiempo de la distribución de la energía del
movimiento del terreno. Δ está relacionada con la duración de la parte más intensa del
movimiento en el sitio, durante el cual W(t) varía entre el 25 y 75% de W0. α define en forma
normalizada con respecto a Δ el intervalo que corresponde a valores de W(t) comprendidas entre
el 2.5 y el 25% de W0. β define, también en forma normalizada la parte del movimiento que
corresponde a energías acumuladas entre el 75 y el 97.5% de W0. En este trabajo, el movimiento
se representa hasta el tiempo t.975, que corresponde al 97.5 % de la energía total. Se considera que
la parte final del movimiento no influye en los análisis de respuesta. Por no ser un valor crucial
en los parámetros que caracterizan al movimiento, el tiempo t.025, que corresponde al 2.5% de la
energía total que representa la fase inicial del movimiento, se toma como el valor promedio de la
muestra de acelerogramas que se tienen.
W0
z2 = (2.5)
2Δ
16
b) La evolución del contenido de frecuencias en el tiempo se estima a través de la esperanza
del número de veces que el proceso cruza el eje del tiempo; tal esperanza está dada por la
ec 2.3. y se representa en la fig 2.2. Es conveniente caracterizar esta función a través de
los parámetros de las ecs 2.6a-2.6e. Estos parámetros representan el número esperado de
cruces que corresponde a un segmento de tiempo, normalizado por la duración de dicho
segmento. Estos segmentos de tiempos están asociados a los instantes definidos arriba
μ .025
η.025 = (2.6a)
t .025
μ .25 − μ .025
η.25 = (2.6b)
t .25 − t .025
μ o − μ .25
ηo = (2.6c)
t o − t .25
μ .75 − μ o
η.75 = (2.6d)
t .75 − t o
μ .975 − μ .75
η.975 = (2.6e)
t .975 − t .75
Aquí, μn es el número de cruces acumulado hasta el tiempo tn; to es el tiempo que corresponde en
forma aproximada al 50% de la energía total del movimiento.
So =
1 [( )
2
( ) (
2ζ gζ f ω 2g − ω 2f + 4ω 2gω 2f ζ g2 + ζ 2f + 4ζ gζ f ω gω f ω 2g + ω 2f )]
[ )]
(2.7)
( ) (
π ω 4g ζ gω f + ζ f ω g + 4ζ 2gω 2g ζ gω 3f + ζ f ω 3g + 4ζ gζ f ω gω f ζ gω f + ζ f ω g
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Actualmente no se cuenta con soluciones analíticas al problema de predecir las propiedades
estadísticas evolutivas del movimiento del terreno durante un temblor, incorporando las
incertidumbres inherentes de dichas propiedades. Debido al gran número de variables
involucradas, se utiliza el método de Monte Carlo, que es la única opción disponible hasta ahora.
Para aplicar dicho método es necesario evaluar a partir de acelerogramas registrados en el sitio de
estudio, el vector de medias y la matriz de covarianzas de los parámetros: z , Δ , α , β , η.025 ,
El modelo descrito se calibró a partir de 8 sismos ocurridos en la costa del Pacífico que van de
magnitudes de 5.6 a 8.1, tal como se muestra en la fig 2.3, registrados en dos sitios de terreno
blando ubicados en la zona blanda del valle de México. Dichos sitios corresponden a dos
estaciones acelerograficas, la primera ubicada en el sótano del edificio de la Secretaria de
Comunicaciones y Transportes ubicado sobre la avenida Eje Central, y la segunda estación
ubicada en una unidad habitacional del Instituto Mexicano del Seguro Social, cercana a las
avenidas Reforma y Chapultepec. En lo que sigue, a la primera se le denominará estación SCT y
a la segunda, estación 44.
En la figs 2.4 y 2.5 se muestran respectivamente, los espectros de respuesta lineal de los
acelerogramas reales registrados en las estaciones SCT y 44 que se emplearon para calibrar el
modelo estocástico. De éstas figuras se observa que el periodo dominante del terreno en SCT es
18
cercano a 2 segundos, mientras que en la estación 44 es cercano a 1.2 segundos; sin embargo,
estos valores pueden variar de temblor a temblor, como se muestra en las figuras mencionadas.
Por otra parte, a cada parámetro involucrado se ajustó una ecuación en función de M y R. Así, la
variable z se representa como
ln X = a + bM + cR (2.9)
En las tablas 2.1 y 2.3 se muestran los valores que tomaron los coeficientes de las funciones de
atenuación generalizadas descritas por las ecuaciones 2.8 y 2.9. También en las tablas 2.2 y 2.4 se
consigna la varianza del logaritmo natural de cada parámetro, así como los coeficientes de
correlación entre ellos.
En las figuras 2.6, 2.7, 2.11 y 2.12 se muestra en escala logarítmica la variación del parámetro z
en términos de M y R en las estaciones acelerograficas de estudio. Se observa que dicho
parámetro no muestra sensibilidad alguna con R, mientras que con M, los valores de z crecen, lo
que significa que la energía por unidad de tiempo durante la fase intensa del movimiento del
terreno crece con la magnitud del temblor.
En las figuras 2.8 y 2.13 se muestran en escala logarítmica los valores medios de los parámetros
Δ , α y β que describen la forma de la variación de las amplitudes del movimiento en función de
M y R para las dos estaciones de estudio. En éstas figuras se observa que Δ decrece con M y
aumenta con R, mientras que los valores de los parámetros α y β aumentan con M y disminuyen
19
con R. Un mejor análisis de los parámetros descritos y de la dependencia existente entre ellos se
obtiene a partir de los coeficientes de correlación que se muestran en las tablas 2.2 y 2.4. De
estos coeficientes se observa que al aumentar z con M, los valores de Δ disminuyen y, α y β
aumentan. Esto significa que mientras el número de ciclos, asociado con el 50% de la energía
total entre los tiempos t .75 y t .25 disminuye con M, las amplitudes del movimiento crecen en este
intervalo, también se observa que mientras esto ocurre, la duración del movimiento crece en
términos de los parámetros α y β .
Los parámetros η.025 , η.25 , η o , η.75 y η.975 que caracterizan el número medio de cruces por cero
y describen la evolución de las frecuencias en el tiempo se muestran en las figuras 2.9 y 2.14 para
las dos estaciones de interés. Puede verse que los valores de dichos parámetros decrecen con R,
lo que indica que a mayor distancia menor número de cruces por cero, es decir las ondas de alta
frecuencia se atenúan con la distancia. Sin embargo esto no se observa en la estación 44, donde se
muestra insensibilidad de estos parámetros en términos de R. También, en las figuras 2.9 y 2.14
se observa una disminución sistemática de los parámetros de cruces con la magnitud, lo que
significa que a mayor magnitud menor número de cruces, es decir a mayor magnitud mayor
generación de ondas de periodo largo, lo que está de acuerdo con lo que se conoce del proceso
geofísico.
La sensibilidad de los parámetros que describen la forma de la densidad espectral del proceso
modulado, representados por ω g , ζ g , ω f y ζ f , se muestran en las figuras 2.10 y 2.15. De las
tablas 2.2 y 2.4 se observa que el parámetro ωg que caracteriza a las frecuencias dominantes
muestra buena correlación con los parámetros de cruces, especialmente con η 0 que es la variable
central que define el intervalo de mayor intensidad del movimiento del terreno. De los parámetros
ζ g , ω f y ζ f no es posible señalar detalle alguno debido a la carencia de significado físico de
estas variables.
En las figuras 2.16 y 2.17 se aprecian acelerogramas simulados en las estaciones SCT y 44
respectivamente, para varias combinaciones de M y R, así como sus espectros de respuesta lineal
para 5% de amortiguamiento critico. Se observa que estos espectros son similares en forma a los
20
espectros de respuesta lineal de acelerogramas reales de las figuras 2.4 y 2.5 respectivamente.
Esto denota que el contenido de frecuencias de los acelerogramas simulados está de acuerdo con
los de la muestra utilizada. Un análisis estadístico de valores correlacionados simulados de los
parámetros: z , Δ , α , β , η.025 , η.25 , η o , η.75 , η.975 , ω g , ζ g , ω f y ζ f mostró que los primeros
momentos estadísticos de estas variables son similares a los de la muestra empleada. De acuerdo
con lo anterior y con base en las figuras 2.16 y 2.17 es posible enunciar que la variabilidad en las
características detalladas de los acelerogramas simulados son similares a los de la muestra de
acelerogramas reales utilizados para calibrar el modelo en los dos sitios de estudio.
Por otra parte, la calidad de los acelerogramas puede mejorarse a medida de que se cuente con
una mayor cantidad de acelerogramas útiles de sismos ocurridos, además de que las propiedades
estadísticas de los parámetros que controlan el movimiento puedan referirse a zonas sísmogenicas
con características peculiares. También dicha calidad puede lograrse mediante el desarrollo de
nuevas alternativas para caracterizar principalmente el contenido de frecuencias del proceso
modulado.
2.2 Análisis de incertidumbre asociada a las aportaciones de las diversas fuentes sísmicas a
las probabilidades de ocurrencia de temblores de intensidades dadas en el sitio de interés
Cuando se trata de establecer criterios de diseño sísmico, es común representar la intensidad de
diseño en términos de la ordenada espectral que corresponde a un periodo de recurrencia dado, o
alternativamente como la probabilidad de ser excedida durante un intervalo de tiempo dado. Esto
conduce a ciertas limitaciones importantes. Usualmente las ordenadas de un espectro de peligro
uniforme reflejan las contribuciones de diferentes fuentes sísmicas en la vecindad del sitio,
mientras que las formas espectrales e intensidades asociadas con el movimiento del terreno varían
de acuerdo con las condiciones de fuente, expresadas en términos de magnitud y distancia. Esto
trae como consecuencia que los valores relativos de las contribuciones de las ondas sísmicas de
cada fuente sísmica a las ordenadas espectrales no sean constantes al variar la frecuencia.
21
variables son determinantes en la respuesta no lineal de sistemas estructurales; en general de ella
dependerán la degradación de rigidez y resistencia de los elementos.
Por otra parte, si se aplicara el modelo de simulación descrito arriba para obtener realizaciones
del movimiento del terreno para una intensidad dada y que corresponde a una M y R dados, surge
el problema de definir la combinación de magnitud y distancia que dan lugar a dicha intensidad.
La selección de esta combinación es importante, pues determina los parámetros del movimiento
del terreno que describen la evolución de la intensidad y el contenido de frecuencia en el tiempo.
Para resolver este problema, McGuire (1995) propuso una metodología a partir de estimar la
sismicidad en el sitio basada en seleccionar la combinación más probable de M y R condicionada
a un nivel de intensidad especifico. En este trabajo se presenta una metodología más general,
desarrollada por Alamilla y col. (2001b) basada explícitamente en evaluar la distribución de
probabilidad conjunta condicionada a cualquier medida de intensidad. Esta metodología se
describe a continuación
En problemas reales, los temblores que determinan el peligro sísmico en un sitio pueden ser
generados en diferentes fuentes. Cada fuente está caracterizada por una localización espacial
respecto al sitio, así como por diferentes tasas de actividad y diferente distribución de
magnitudes. Así, para el caso de varias fuentes sísmicas la función de densidad de probabilidad
de M y R dado un valor de la intensidad Y=y, en vez de la ec 2.10 se obtiene la siguiente
22
f M ,R ( m, r | y) = kf Y ( y | m, r )∑ p j f ( M , R ) j ( m, r ) (2.11)
λ0j
donde, p j = es la probabilidad de que un temblor ocurra en la j-ésima fuente. λ 0 j es la
λ0
tasa de ocurrencia de temblores mayores que una magnitud suficientemente baja, tal que valores
menores que dicha magnitud no contribuyen al peligro sísmico en el sitio. λ 0 es la suma total de
Para cada fuente sísmica, es posible considerar f M ,R (m, r ) = f R (r | m)f M (m) , donde f M ( m) se
De la ecuación anterior, es fácil ver que en el integrando la j-ésima fuente está representada por
f ( M ,R ) j (m, r | y) / k j , en donde k j es un factor de normalización tal que la integral de esta función
de distribución sea igual a la unidad. De acuerdo con esto, es posible representar la ec 2.12 por
medio de la siguiente ecuación
fácilmente el método de Monte Carlo para obtener valores simulados de M y R para intensidades
dadas mediante la siguiente metodología:
23
variable aleatoria con distribución multinomial con parámetros α j , j=1, Nf, donde Nf es el
número de fuentes.
f ( M ,R ) j (m, r | y)
f Rj (r | m, y) = (2.15)
f Mj (m | y)
Para evaluar las características detalladas del movimiento sísmico que pueden generar un nivel de
intensidad dado en una estructura con características dinámicas conocidas, es fundamental
evaluar en términos de la sismicidad de las fuentes cercanas y de atenuación los valores mas
probables de M y R para intensidades dadas que controlan el peligro sísmico en el sitio de
estudio. Para aplicar la metodología descrita a los sitios mencionados, se consideró que la
amenaza sísmica en el valle es controlada principalmente por la actividad sísmica que ocurre en
la región acotada que se muestra en la fig 2.18 y que obedece al proceso de subducción que se
desarrolla en la costa del Pacífico de México. La actividad sísmica en dicha región se representa
en la figura por medio de los epicentros ocurridos durante la última mitad del siglo XX, de
acuerdo con el catálogo elaborado por el Instituto de Geofísica. La actividad sísmica en dicha
región se clasificó de acuerdo con el trabajo de Díaz y col. (1999) como la superposición de tres
procesos individuales de generación de temblores, el primero denominado mecanismo de falla
inversa, asociado con el proceso de ruptura que ocurre en la interfase entre la placa oceánica de
subducción y la placa continental subducida; el segundo, asociado a un mecanismo de falla
normal que es originado por la ruptura de la placa subducida en su región baja, y por último el
24
proceso de generación de temblores asociado a fallas secundarias en la placa continental
denominado sismicidad difusa.
Considerando que la sismicidad es uniforme en las regiones que se muestran en las figs 2.18 y
2.19, se calcularon las tasa de magnitudes de cada proceso, como se muestra en la fig. 2.20. De
acuerdo con el trabajo de Díaz y col (1999) las tasas de magnitudes de los mecanismos de falla
inversa y normal se representan por medio de la función
λ M1 (M ) + λ M 2 (M ) M 0 ≤ M < M1
λ (M ) = (2.16)
λ M1 (M ) M1 ≤ M < M 2
donde
⎡ 1 ⎤
λ M1 (M ) = α 1 ⎢1 − exp[− (M 2 − M )](1 + γ exp[− γ (M 2 − M )])⎥ (2.17)
⎣ γ ⎦
exp(− β M ) − exp(− βM 1 )
λ M 2 (M) = α 2 (2.18)
exp(− β M 0 ) − exp(− β M 1 )
25
tasa, de manera que a los eventos ocurridos en el intervalo de magnitudes M 0 ≤ M < M 1 se les
conoce como temblores de actividad de fondo y se asocian a un proceso de Poisson, mientras que
a los ocurridos en el intervalo de magnitudes M 1 ≤ M < M 2 se les conoce como temblores
característicos y se asocian a un proceso de Renovación. La magnitud M 1 que sirve de frontera
entre estos dos tipos de temblores se muestra en la fig. 2.20 mediante un cambio abrupto en las
pendientes que describen a la tasa de magnitudes, por lo que dichas tasas se representan por las
funciones 2.17 y 2.18. Aquí, los valores que toman los parámetros de dichas funciones son los
siguientes: para el proceso de falla inversa α 1 = 0.0968 , α 2 = 0.0024 , β = 1.2002 , γ = −0.7006 ,
M 0 = 3.0 , M 1 = 6.1 y M 2 = 8.3 . Para el proceso de falla normal α 1 = 0.0330 , α 2 = 0.0006 ,
β = 1.3005 , γ = 0.1311 , M 0 = 3.0 , M 1 = 6.1 y M 2 = 7.9 . Para la sismicidad difusa se ajustó una
M 1 = 6.1 . En la fig 2.20 se muestra la forma que toman las funciones ajustadas para cada uno de
los procesos de generación de temblores descritos y se observa que dichas funciones representan
adecuadamente los valores observados de la sismicidad de la zona de estudio.
Con base en la ec. 2.16, que caracteriza a los procesos de falla inversa y normal, se adoptaron
dos funciones de probabilidad, la primera asociada con los temblores de actividad de fondo y la
segunda, asociada con los temblores característicos. La función de densidad de probabilidad para
los temblores de actividad de fondo adopta la siguiente forma
f MAF (M ) = −
1 d
[λ M1 (M) + λ M 2 (M)] M 0 ≤ M < M1 (2.19)
λ 0 AF − λ 0 TC dM
⎡ 1 ⎤
λ 0 AF = α 1 ⎢1 − exp[− (M 2 − M 0 )](1 + γ exp[− γ (M 2 − M 0 )])⎥ + α 2 (2.20)
⎣ γ ⎦
26
⎡ 1 ⎤
λ 0 TC = α 1 ⎢1 − exp[− (M 2 − M 1 )](1 + γ exp[− γ (M 2 − M 1 )])⎥ (2.21)
⎣ γ ⎦
1 dλ M 1 ( M )
f MTC ( M ) = − M1 ≤ M < M 2 (2.22)
λ 0 TC dM
1 dλ M 2 ( M )
f MSD ( M ) = − M 0 ≤ M < M1 (2.23)
α2 dM
Por otra parte, las distancias se calcularon a partir de la localización espacial de los epicentros de
la fig 2.18 y de las coordenadas del sitio. Aquí, estos sitios están referidos a las estaciones SCT y
44 del valle de México; sin embargo, por simplicidad y debido a que no se introducen errores
significativos en las distancias calculadas se asume que las distancias referidas a la estación SCT
son similares a las de la estación 44 y por lo tanto, también las funciones de distribución de
probabilidad de dichas distancias.
Con base en las distancias calculadas, se adoptaron funciones de distribución logaritmico normal
de R para cada mecanismo de falla descrito. Así, los primeros momentos estadísticos de dichas
distribuciones, media del logaritmo L R (⋅) , y desviación estándar del logaritmo σ L , de cada
mecanismo adoptaron las siguientes funciones, para falla inversa L R ( M ) = 5.813 − 0.008M ,
σ L = 0.140 , para falla normal L R ( M ) = 5.424 − 0.017 M , σ L = 0.223 , y para sismicidad difusa
L R = 5.503 , σ L = 0.250 . En la fig. 2.21 los valores del logaritmo natural de las distancias L R , se
representan en papel de probabilidad normal en términos de la variable U = [L R − L R ( M )] σ L , de
la que se observa que las funciones de distribución logarítmicas representan adecuadamente el
comportamiento estadístico de las distancias calculadas, al menos en el intervalo de interés.
27
Por otra parte, la distribución de probabilidad f ( y M, R ) de las intensidades y, para M y R dados,
y σ y = 0.4059 .
Una vez definidas las funciones de distribución de probabilidad que intervienen en el problema,
es posible estimar las características del movimiento en términos de M y R, y por lo tanto inferir
las características detalladas que causan un determinado nivel de intensidad en la estructura. Así,
los valores de M y R que controlan la amenaza sísmica en los sitios de estudio para una
aceleración de y=250 cm/s2 en la estructura descrita, se muestran en la figs 2.22 y 2.23. En estas
figuras la contribución de dicha amenaza se muestra en términos de frecuencias relativas en
intervalos de M y R. En general se observa que es poco probable que dicho nivel de intensidad
pueda ser causado por una magnitud menor a 6.5 o por eventos generados a distancias menores
que 150 km, y mayores que 400 km. La combinación mas probable en la estación SCT resultó en
el intervalo de magnitudes que va de 7.8 a 8.0, y distancias en el intervalo de 300 a 350 km. Para
la misma estructura, ubicada en la estación 44 la combinación mas probable resultó en el
intervalo de magnitudes que va de 7.5 a 7.7, y distancias en el intervalo de 250 a 300 km. De
acuerdo con esto, en la estación SCT la amenaza sísmica para la intensidad de estudio es
controlada por magnitudes y distancias mayores que las correspondientes a la estación 44, lo que
obedece a que el factor de amplificación en esta última estación sea mayor para el periodo de la
estructura de estudio.
28
Tabla 2.1 Parámetros estimados de funciones generalizadas en estación SCT.
Parámetro a b c d k
ln Z 1.42E+00 1.15E-01 2.60E+01 5.96E-01 1.07E-03
ln Δ 3.36E+00 -2.03E-01 3.61E-03
ln α -2.05E+00 3.33E-01 -2.13E-03
ln β -2.76E+00 5.15E-01 -1.02E-03
ln η.025 5.23E-01 2.18E-01 -2.82E-03
ln η.25 1.08E+00 3.85E-02 -2.25E-03
ln η0 2.17E+00 -1.78E-01 -1.57E-03
ln η.75 1.97E+00 -2.01E-01 -8.56E-04
ln η.975 9.67E-01 -8.23E-02 -9.66E-05
ln ζg -6.64E-01 -2.66E-03
ln ζf -2.94E-02
ln η.75 0.06 -0.34 0.07 -0.43 -0.51 0.28 0.65 0.60 1.00
ln η.975 0.04 -0.41 0.18 -0.32 -0.36 0.03 0.24 0.46 0.50 1.00
ln ωg 0.02 -0.41 0.21 -0.23 -0.39 0.45 0.39 0.49 0.24 -0.07 1.00
ln ζg 0.04 0.06 -0.25 0.01 -0.08 0.13 0.28 0.02 0.47 -0.01 0.30 1.00
ln ωf 0.50 -0.14 -0.33 -0.08 0.02 0.44 -0.13 0.06 -0.44 0.07 0.04 -0.26 1.00
ln ζf 0.90 -0.09 -0.20 -0.13 -0.26 -0.45 0.04 0.29 0.38 0.30 -0.09 0.07 -0.55 1.00
29
Tabla 2.3 Parámetros estimados de funciones generalizadas en estación 44
Parámetro a b c d k
ln Z 2.76E+00 1.70E+00 1.11E+00 1.07E+00 3.06E-02
ln Δ 1.58E+00 -8.41E-02 4.91E-03
ln α -4.07E+00 4.79E-01 6.22E-04
ln β 2.13E+00 -4.17E-03
ln η.025 1.54E+00
ln η.25 3.87E+00 -4.71E-01
ln η0 6.33E-01 2.29E-02
ln η.75 9.53E-01 -3.17E-02
ln η.975 2.58E+00 -2.77E-01
ln ωg 1.14E+00 8.09E-02
ln ζg -1.27E+00 -4.74E-03
ln ωf 3.80E+00 -8.41E-03
ln ζf -1.00E+00
ln η.75 0.07 -0.37 0.55 -0.27 -0.34 0.34 0.12 -0.05 1.00
ln η.975 0.02 -0.60 0.32 -0.14 -0.58 0.23 0.19 0.28 0.80 1.00
ln ωg 0.02 0.26 -0.43 0.19 0.57 0.30 0.10 0.48 -0.04 -0.26 1.00
ln ζg 0.13 -0.30 0.54 0.26 -0.23 0.53 0.24 -0.37 0.55 0.53 -0.30 1.00
ln ωf 0.41 0.04 0.09 0.72 0.44 0.66 0.35 0.16 -0.01 -0.08 0.46 0.43 1.00
ln ζf 1.60 -0.03 -0.17 -0.50 -0.59 -0.65 -0.40 0.33 -0.10 0.22 -0.39 -0.51 -0.78 1.00
30
T=1 s; y=250 cm/s2; estación SCT
0.140
0.120
0.100
0.080
%
0.060
0.040
425 0.020
Fig. 2.22 Histograma de magnitudes y distancias para una intensidad de 250 cm/s2 en una
estructura de un segundo de periodo de vibración, en la estación SCT.
0.120
0.100
0.080
0.060 %
0.040
425 0.020
Fig. 2.23 Histograma de magnitudes y distancias para una intensidad de 250 cm/s2 en una
estructura de un segundo de periodo de vibración, en la estación 44.
49
CAPITULO 3. MODELOS PROBABILÍSTICOS DE LAS CARACTERÍSTICAS
ESTRUCTURALES QUE DEFINEN EL COMPORTAMIENTO DE EDIFICIOS DE
MÚLTIPLES NIVELES
w ( x, y) = m + γ b + γ f + ε ( x, y) (3.1)
Las propiedades estadísticas: esperanza, E[⋅], y covarianza, cov[⋅], de w en dos sitios (x0,y0)
y (x1,y1), sobre un mismo piso, están dadas por las siguientes ecuaciones:
E[ w ( x, y)] = m (3.2)
horizontal entre (x0,y0) y (x1,y1) y d es una constante estimada. No obstante, cuando dos
puntos (x0,y0) y (x2,y2), están localizados en diferentes pisos, la ecuación anterior adopta la
50
−r2
forma, cov[ε( x 0 , y 0 ), ε( x 2 , y 2 )] = ρ c σ sp
2
e d
; donde, ρc representa la correlación espacial
de la intensidad de las cargas en dos pisos diferentes. Esta correlación se da cuando los
inquilinos que habitan un edificio tienden a cargar de la misma manera los pisos, y en
general, depende del número de pisos; sin embargo, por simplicidad se toma como
constante.
E[ U(A )] = m (3.4)
K( A )
var[ U(A )] = σ 2b + σ 2f + σ 2U (3.5)
A
donde
σ 2U = πdσ sp
2
(3.6)
2
⎡ ⎛ A⎞ d ⎛ ⎤
⎜ 1 − e d ⎟⎞ ⎥
−A
K(A ) = ⎢erf ⎜ ⎟− (3.7)
⎢⎣ ⎝ d ⎠ Aπ ⎝ ⎠
⎥⎦
∫
z
2 2
erf ( z) =
−t
e dt (3.8)
π 0
Para n pisos con área rectangular común de un edificio dado, las propiedades estadísticas
del modelo están dadas por
51
E[ U(A n )] = m (3.9)
σ 2f σ 2U K(A ) ⎛ n − 1⎞ σ sp K(A )
2
var[ U(A n )] = σ +2
+ + ρc ⎜ ⎟ (3.10)
b
n nA ⎝ n ⎠ A
Pier y Cornell (1973) calibraron el modelo descrito mediante el ajuste a casos reales de los
coeficientes de variación var[U ( A )] m contra A, y var[U (A n )] m contra n. El valor
de la media en el ajuste del modelo resultó igual a m =57.6 kg/m2 (11.8 psf) y los valores
de los parámetros estimados fueron los siguientes: σ 2b + σ 2f =482.7 (kg/m2)2 (20.25 (psf)2);
σ 2b = 71.5 (kg/m2)2 (3 (psf)2); σ 2sp = 6197.9 (kg/m2)2 (260 (psf)2); ρ c = 0.7; d =0.836 m2 (9
E[ U(A )]
2 2
m
k= = (3.11)
var[ U(A )] 2 2 K( A )
2
σb + σf + σU
A
E[ U(A )] m
λ= = (3.12)
var[ U(A )] K( A )
σ +σ +σ
2
b
2
f
2
U
A
Los parámetros del modelo de cargas vivas descrito arriba se ajustaron con datos de cargas
vivas de edificios desplantados en Inglaterra y Estados Unidos, donde las cargas sobre las
áreas de influencia son menores comparadas con las cargas sobre los edificios desplantados
en la ciudad de México. Este hecho obedece a una mayor demanda de espacios y
consecuentemente, indica que el valor medio de cargas vivas en la ciudad de México es
mayor que la media empleada en el ajuste de los parámetros del modelo descrito arriba.
Esto puede observarse en un estudio estadístico de cargas vivas sobre edificios de oficinas
52
desplantados en la ciudad de México, realizado por Ruiz y Soriano (1997), donde el valor
medio de la carga viva de cuatro edificios resultó igual a m0=75.1 kg/m2.
El utilizar el modelo con los parámetros estadísticos obtenidos por Pier y Cornell (1973) y
aplicarlo directamente a casos de edificios en la ciudad de México, conduciría a una
modelación errónea de las cargas, dado que la media empleada no es la representativa para
edificios construidos en la ciudad de México. Una solución a este problema, es utilizar el
valor medio da la carga viva dada por Ruiz y Soriano (1997) y expresar la incertidumbre
en el modelo citado en términos de coeficientes de variación para calcular los parámetros
que definen al modelo de cargas vivas para edificios construidos en la ciudad de México.
Está suposición se justifica, ya que los datos estadísticos expresados en términos de
coeficientes de variación de cargas vivas de edificios desplantados en la ciudad de México
se ajustan adecuadamente al modelo ajustado por Pier y Cornell (1973) como se muestra en
la fig 3.1. De acuerdo con lo anterior, dados los valores de las varianzas σ 2b , σ f2 , σ 2U del
que toman dichas varianzas se obtienen como sigue: σ f20 = (m 0 m ) σ f2 = 698.72 (kg/m2)2,
2
Actualmente, para describir las cargas que actúan sobre los diferentes niveles de un edificio
se emplean modelos probabilistas, ya que dichas cargas son inciertas. Por ello en este
trabajo se adoptan métodos de Monte Carlo para obtener cargas gravitacionales sobre
edificios. Para realizar esto se emplea el modelo cargas propuesto por Pier y Cornell
(1973), con parámetros estadísticos representativos de cargas vivas sobre edificios de la
ciudad de México. Para aplicar dicho método y obtener cargas unitarias utilizando el
modelo mencionado, es necesario contar con la distribución marginal de probabilidades de
las variables involucradas γb, γf, y ε, de manera que U(A) se comporte de acuerdo con una
función de distribución de probabilidad gamma, con propiedades estadísticas definidas por
las ecs 3.3 y 3.4. Además, ε debe tener la característica de ser multivariada debido a que
esta variable toma en cuenta la correlación espacial entre dos pisos diferentes. Sin embargo,
53
no se cuenta con las distribuciones marginales de probabilidad que intervienen en el
modelo. Con base en el modelo de cargas descrito, la única información disponible es que
U(A) posee función de distribución gamma con propiedades estadísticas dadas por las ecs
3.3 y 3.4; y las variables involucradas, γb, γf, y ε, son independientes, con esperanzas nulas,
varianzas conocidas y con funciones de distribución de probabilidad no definidas. Para
satisfacer las condiciones del modelo, se evalúan los coeficientes de correlación entre
diferentes pisos, de manera que se considere el efecto de todas las variables aleatorias
involucradas. En lo que sigue se determinan dichas correlaciones a partir del modelo de
cargas vivas unitarias actuantes en dos pisos diferentes.
Sean las variables Uij(Aj), y Ukl(Al), definidas en las ecs 3.13 y 3.14, cargas vivas unitarias
en dos entrepisos diferentes, donde el primer sub-indice indica el entrepiso, y el segundo la
columna asociada a un área de influencia, A.
U ij (A j ) = m + γ b + γ fi + ε ij (A j ) (3.13)
U kl (A l ) = m + γ b + γ fk + ε kl (A l ) (3.14)
En estas ecuaciones, m es el valor medio de la carga viva unitaria y las variables aleatorias
γb, γf, y ε(A) están definidas en el modelo descrito arriba. De acuerdo con esto, la
covarianza entre estas variables está dada en forma general por la siguiente ecuación
cov[ U i (A ), U k (A )] = σ b + ρ c σ U
2 2 K( A )
(3.16)
A
54
por lo tanto, el coeficiente de correlación entre estas variables aleatorias se define como
sigue
2 K( A ) 2
σ b + ρc σ U
ρ Ui U k = A (3.17)
2 2 2 K( A )
σb + σf + σU
A
[
cov U ij , U kl = σ b ] 2
(3.18)
por lo tanto, bajo esta hipótesis el coeficiente de correlación entre las variables U se obtiene
como sigue
2
σb
ρ U ijU kl = (3.19)
2 2 2 K( A j ) 2 2 2K( A l )
σb + σf + σU σb + σf + σU
Aj Al
55
3.2 Cargas muertas en edificios
Las estimaciones de cargas muertas actuantes en edificios son afectadas cuantitativamente
por las variaciones en las dimensiones de los elementos, así como por las variaciones en los
pesos específicos de los materiales empleados. Actualmente no se cuenta con datos
estadísticos que describan la variabilidad espacial de la carga muerta en los edificios; la
única información disponible es la que se refiere a la variabilidad en los pesos específicos
de los materiales, de la que es posible inferir en forma aproximada la cargas muertas
actuantes sobre las estructuras.
El reglamento de construcciones del Departamento del Distrito Federal establece, para fines
de diseño, un valor nominal de carga muerta. Dicho valor corresponde a una probabilidad
de ser excedida que en general varía entre 2 y 5%. De acuerdo con Meli (1976) la relación
entre el valor nominal de carga muerta wn, y la media de la carga, mcm, se expresa
adecuadamente mediante la siguiente expresión
wn
m cm = (3.20)
1 + 2Cv
donde Cv es el coeficiente de variación de la carga muerta que puede tomarse igual a 0.08,
como valor típico. Este coeficiente de variación resulta ser muy pequeño si se compara con
el coeficiente de variación de carga viva para un área dada, que toma valores entre 0.6 y
0.4, para áreas grandes. Sin embargo, la media de la carga muerta puede tomar valores
superiores a la correspondiente a carga viva, lo que significa que la variabilidad en la
intensidad de la carga muerta puede ser mayor que la que corresponde a carga viva.
Debido a que no se cuenta con algún modelo que describa el comportamiento probabilistico
de la carga muerta sobre las estructuras, en este estudio las magnitudes de las cargas se
consideran como variables aleatorias correlacionadas de piso a piso. Por cada entrepiso se
adopta una variable aleatoria, caracterizada por una función de distribución marginal tipo
gamma, con media dada por la ec 3.20 y coeficiente de variación igual a Cv=0.08. La
correlación entre cargas que proviene de diferentes niveles se obtuvo en forma subjetiva a
56
partir de la distribución del cociente entre cargas, como se muestra en el apéndice B. Esta
correlación se evalúo de manera que la probabilidad de que dicho cociente tomara valores
entre 0.8 y 1.25 fuera igual a 0.90. De ello resultó un coeficiente de correlación igual a 0.5.
De acuerdo con lo anterior, es posible aplicar la metodología descrita en el apéndice A para
obtener simulaciones de valores de cargas muertas en edificios, aplicando el método de
Monte Carlo.
57
Para obtener valores representativos de las variaciones que experimentan las características
geométricas de las secciones durante el proceso de construcción, se aplica el método de
Monte Carlo. Para llevar a cabo esto, se obtienen simulaciones de los errores de las
variables descritas y, posteriormente, estos valores simulados se suman a las dimensiones
proyectadas de diseño.
Por otra parte, la resistencia del concreto en una estructura difiere de la de los cilindros; en
general, tiende a ser menor por diversas condiciones, como son procedimientos de curado,
cantidad de agua en ciertas zonas debido a la altura del elemento, tamaño y forma de los
elementos, temperatura, humedad y efecto de los diferentes regímenes de esfuerzo a los
que es sometida la estructura.
58
Con base en pruebas de cilindros de concreto de resistencias nominales especificadas, Meli
y Mendoza (1991) estimaron los primeros momentos estadísticos de la resistencia a
compresión de concretos, y determinaron que es posible representar dicha resistencia
mediante una función de distribución de probabilidad Normal. De acuerdo con estos
investigadores, para una resistencia nominal igual a f c′ = 250 kg/cm2, que es la que se
utiliza en este trabajo, la resistencia a compresión del concreto en cilindros tiene media
igual a fc = 268 kg/cm2 y coeficiente de variación, Vc = 0.167 .
59
Para obtener valores simulados de la resistencia a compresión del concreto en elementos
estructurales, se considera que dicha resistencia se comporta de acuerdo con una función de
distribución Lognormal, ya que los valores de las resistencias del concreto unicamente
pueden tomar valores positivos.
Vφ = 0.20 . De acuerdo con la estructura de esta ecuación es fácil darse cuenta que la
De acuerdo con esta metodología, se asume que la resistencia a tensión y compresión del
concreto son variables aleatorias representadas por Ft y Fc , respectivamente, que se
relacionan de la siguiente forma
Ft = β Fc (3.22)
60
donde β es variable aleatoria independiente, con media β , y coeficiente de variación Vβ ,
dados por las ecs 3.23 y 3.24, obtenidas de acuerdo como se especifica en el apéndice C.
⎡ F ⎤ φ t f c′
β = E⎢ t ⎥ =
f c (1 − Vc2 8)
(3.23)
⎢⎣ Fc ⎥⎦
(
Vφ2t 8 − Vc2 )2
− 16Vc2
V =
2
β (3.24)
64 + Vc4
donde E[]
· denota al operador esperanza y Vc es el coeficiente de variación de la
61
Por otra parte, el estimar el coeficiente de correlación entre F t y Fc , intuitivamente, da
una mejor idea acerca de la dependencia entre estas variables. Dicho coeficiente se calcula
al sustituir los valores estadísticos de la resistencia a compresión del concreto y la variable
φ en la ec C7 dada en el apéndice C. Así, para una resistencia nominal a compresión del
concreto, f c′ = 250 kg/cm2, el coeficiente de correlación evaluado es igual a 0.4, lo que
muestra en términos cuantitativos la correlación que existe entre la resistencia a compresión
y la resistencia a tensión del concreto.
E c = φ E f c′ (3.25)
62
y f c′ se consideran variables aleatorias representadas por M E y Fc , respectivamente, y
relacionadas mediante la siguiente expresión
M E = γ Fc (3.26)
dados por las relaciones 3.27 y 3.28, obtenidas de acuerdo como se especifica en el
apéndice C. En dichas relaciones el operador E[]
· denota esperanza y la ec 3.28 es valida
para todo Vφ2E > V 2Fc = (16Vc2 (8 − Vc2 ) 2 ) .
⎡M ⎤ φ E f c′
γ = E⎢ E ⎥=
f c (1 − Vc2 8)
(3.27)
⎢⎣ Fc ⎥⎦
(
Vφ2E 8 − Vc2 )
2
− 16Vc2
V =
γ
2
(3.28)
64 + Vc4
De acuerdo con la ec 3.26, dada la resistencia a compresión del concreto y obteniendo por
simulación un valor de la variable γ, es posible obtener el valor de E c asociado con dicha
resistencia.
63
De pruebas experimentales de probetas de acero ensayadas a tensión, Rodríguez y Botero
(1996) determinaron el comportamiento esfuerzo-deformación de varillas fabricadas en
México y representaron dicho comportamiento por medio de una función caracterizada por
tres zonas, que se definen a continuación: a) zona elástica: el esfuerzo está dado por la
relación f s = E s ε s y ocurre en el intervalo 0 ≤ ε s ≤ ε y , donde ε s es la deformación de la
de elasticidad del acero, b) zona plástica: el esfuerzo esta dado por la relación f s = f y y
P
⎛ ε − εs ⎞
f s = f su + (f y − f su )⎜⎜ su ⎟⎟ para f y ≤ f s ≤ f su (3.29)
⎝ ε su − ε sh ⎠
Con base en los resultados experimentales obtenidos de la probetas ensayadas y con el fin
de representar las características observadas por medio de las ecuaciones descritas arriba, se
evaluaron las propiedades estadísticas (media y desviación estándar) de los parámetros que
controlan la curva esfuerzo-deformación del acero a partir del siguiente conjunto de
variables
fy = fy (3.30a)
ξ 0 = f su − f y (3.30b)
64
ξ1 = ε sh − ε y (3.30c)
ξ 2 = ε su − ε sh (3.30d)
ξ 3 = ε suu − ε su (3.30e)
Estas variables se definieron con el fin de que tomen valores positivos y que se garantice
que los valores simulados representen adecuadamente a la función constitutiva del acero.
Se obtuvo la matriz de covarianzas de las variables anteriores, y a cada una de dichas
variables, se ajustó una función de distribución de probabilidad logaritmico normal, como
se muestra en la fig 3.2. En general, dicha distribución se ajustó adecuadamente, en el
intervalo de interés, a los puntos experimentales dados de cada una de la variables; excepto
la variable ξ 1 que muestra un comportamiento totalmente diferente; sin embargo, en este
trabajo se asume con comportamiento lognormal. En la tabla 3.1 se muestran los valores de
los parámetros estadísticos de las variables anteriores, así como las correlaciones entre
ellas.
variabilidad dentro del lote y R L representa la variabilidad de lote a lote. Con base en el
trabajo de los autores mencionados y con fines prácticos se considera que los coeficientes
de variación V, de las variables R 0 y R L son iguales, por lo que dichos coeficientes
de f y , definida en la ec 3.30a.
65
De acuerdo con lo anterior, el procedimiento para obtener valores simulados de la curva de
comportamiento del acero para cada lecho de acero es el siguiente: a) se simula un valor de
R L , b) para cada lecho de acero en la estructura se simula un valor de R 0 , y c) dado un
valor de la resistencia de fluencia del acero en cada lecho y con base en las ecs 44 se
simulan los parámetros que definen a la curva esfuerzo-deformación del acero en cada
lecho.
66
las respuestas dinámicas no lineales que resultan de aplicar programas de análisis no lineal
posean un sesgo considerable.
Los coeficientes de rigidez de cada elemento se calculan, aplicando el método del trabajo
virtual, a partir de las rigideces a flexión, EI = M y φ y , que se obtienen de los diagramas de
67
resistencia del elemento. Este modelo se basa en el concepto de daño acumulado, y toma en
cuenta la rotación máxima experimentada en cada ciclo. Este modelo necesita como datos
un parámetro α = 0.0671 cuyo valor es obtenido por los autores citados a partir de datos
experimentales. También necesita la curva de momento-rotación del extremo del elemento,
que se calcula dando giros en los extremos del elemento de interés e integrando las
curvaturas asociadas sobre la longitud del miembro. Una descripción detallada del modelo
se encuentra en el trabajo de los autores mencionados.
68
Tabla 3.1 Parámetros estadísticos del logaritmo de las variables que describen el
comportamiento del acero estructural
Coeficientes de correlación
1.6
1.4
1.2
1.0
0.4
0.2
0.0
0 20 40 60 80 100 120 140
Área A, (m2)
Fig. 3.1. Coeficientes de variación de cargas vivas en México, medidas por Ruiz y Soriano
(1997). Con línea continua el modelo ajustado de Pier y Cornell.
69
Zonas Rigidas
Trabe
Columna
Columna
Qo Lo Lo 2 Lo Lo Lo Q1
EI α1 EI α2 EI α3 EI α4 EI
71
CAPITULO 4. ANÁLISIS DE RIESGO SÍSMICO PARA ESTRUCTURAS DE
MÚLTIPLES NIVELES EN DIFERENTES SITIOS
Por otra parte, la falla en un sistema estructural está controlada por la falla de un conjunto
de elementos, de manera que el número de posibles modos en que este evento puede ocurrir
aumenta con el número de grados de libertad del sistema. A esto se añade la probable
aparición de modos de falla debidos a la influencia de modos superiores de vibrar, así como
a la interacción entre ellos. Aquí, cuando se describe la aparición de modos de falla, se hace
referencia al agotamiento de la capacidad de deformación del sistema asociada con la
pérdida total de rigidez y resistencia de un conjunto de elementos estructurales, como
pueden ser los que constituyen un entrepiso, un conjunto de entrepisos o el sistema en
general. La ocurrencia de un modo de falla de este tipo en un sistema estructural ocasiona
desplazamientos excesivos en el sistema y por consiguiente el colapso del mismo. De
manera que, si la falla se presenta en alguno de los entrepisos, esto se reflejará directamente
en un aumento excesivo en el desplazamiento del extremo superior del edificio. De acuerdo
con esto, en este trabajo la falla del sistema se relacionará con el valor del desplazamiento
en el extremo superior del edificio con respecto a su base.
En este trabajo se trata de mejorar los planteamientos que se presentan con más frecuencia
en la literatura, y que consisten en expresar el margen de seguridad en términos de la
relación entre la capacidad de deformación del sistema C, y la demanda de deformación D,
72
asociada a la respuesta estructural. Un inconveniente importante de este tipo de
planteamientos es que no toma en cuenta el hecho de que la capacidad de deformación
depende de la configuración del sistema cuando el cociente entre la capacidad y demanda
es mínimo y dicha configuración depende de la historia detallada de la respuesta y por lo
tanto, de la excitación sísmica. Por lo anterior, se adopta un criterio que expresa la
capacidad del sistema en términos de un parámetro que define la intensidad del temblor
capaz de producir el desplazamiento de falla de la estructura.
⎛C ⎞
Z = ⎜ = F⎟ (4.1)
⎝D ⎠
De esta expresión es fácil ver que la condición de falla del sistema se presenta cuando
Z ≤ 1 . De acuerdo con Rosenblueth y Esteva (1972), si se toma el logaritmo natural ln(⋅) ,
de Z es posible definir el margen de seguridad W = ln (Z ) , y por consiguiente, la condición
de falla en términos de esta nueva variable se presenta cuando W ≤ 0 . Para esta condición,
la probabilidad de falla de una estructura sometida a una excitación sísmica de intensidad
Y = y está dada por P[W ≤ 0 Y = y ] .
73
4.2 Tasa de falla en términos de funciones de confiabilidad
De acuerdo con Esteva y Ruiz (1989) la tasa media anual de falla ν F , de una estructura con
propiedades estructurales inciertas está dada como sigue
dν Y ( y) ∞
P[W ≤ 0 Y = y, S = s]f S (s)dsdy
∞
νF = ∫ −
dy ∫0
(4.2)
0
dν Y ( y)
P[W ≤ 0 Y = y]dy
∞
νF = ∫ − (4.4)
0
dy
analítica. Una solución alternativa a este problema es aplicar el método de Monte Carlo
para obtener dicha probabilidad; sin embargo, se requeriría de un gran número de
simulaciones para obtener dicha probabilidad, ya que su valor es bajo para la mayor parte
de los casos de interés. Una forma de evitarlas es trabajar con un índice de confiabilidad
como el definido por Cornell (1969) que se expresa como sigue:
74
W
β= (4.5)
σW
dν Y ( y)
Φ[− β(y )]dy
∞
νF = ∫ − (4.7)
0
dy
Integrando por partes esta última ecuación y mediante un cambio de variable, es posible
evaluar ν F en términos de β( y) como sigue
ν F = ∫ ν Y (y(− β))φ(β)dβ
∞
(4.8)
−∞
1 d 2 ν Y (y(− β ))
ν F ≈ ν Y (y(0 )) + (4.9)
2 dβ 2 β=0
75
d 2 ν Y (y(− β ))
donde es la segunda derivada de ν Y (·) con respecto a β , calculada en
dβ 2 β=0
FT (t ) = 1 − exp(− ν Y (r )t ) (4.10)
donde el operador exp(·) denota el inverso del logaritmo natural. Cuando la intensidad
resistente de la estructura es incierta, como ocurre en la mayoría de los casos, la
probabilidad de falla anterior se calcula como sigue
FT (t ) = 1 − ∫ exp(− ν Y (r ) t )f R (r )dr
∞
(4.11)
0
76
donde P1 = ξ 2 (ξ 1 + ξ 2 ) , P2 = 1 − P1 , ξ 1 = γ 2 + 1 − (γ 2 ) , ξ 2 = ξ 1 − γ , r1 = R + ξ 1 σ R ,
2
1 k=N
FT (t ) = 1 − ∑ exp[− ν Y (rk )t ]
N k =1
(4.13)
77
Este sistema debe ser simple y debe representar adecuadamente, en forma aproximada, la
respuesta de la estructura compleja. Aquí, se adopta un sistema de cortante de un grado de
libertad propuesto por Esteva (2001), cuyas propiedades se determinan a partir de la masa y
rigidez del sistema complejo, de manera que el periodo del SSR y el fundamental de la
estructura sean iguales. De acuerdo con el autor citado, bastará con multiplicar la respuesta
del sistema de un grado de libertad por el factor de participación de la estructura de
múltiples niveles para obtener la respuesta del SSR en forma aproximada. Para el SSR se
asume un comportamiento inelástico bilineal sin degradación de rigidez, ni de resistencia.
La resistencia y la pendiente postfluencia se determinan a partir de una curva que relaciona
el cortante en la base con el desplazamiento en el extremo superior de la estructura. Esta
curva se muestra en la fig 4.1 y se obtiene de un análisis de empuje lateral que consiste en
someter a la estructura a una aceleración monotónicamente creciente en su base. Una
descripción mas detallada del SSR se encuentra en el trabajo de Esteva (2001); sin
embargo, por conveniencia se ha transcrito en el apéndice D.
Del universo de valores que pueden tomar las propiedades y características de la estructura
se considera la que corresponde a las propiedades medias para especificar las características
del SSR que sirven como base para relacionar la respuesta estructural con las intensidades
del movimiento del terreno. En este trabajo, estas intensidades se definen en términos de
ordenadas espectrales elásticas de historias de aceleraciones sísmicas que corresponden a
un intervalo amplio de intensidades de interés. Así, para cada historia de aceleración se
calcula el desplazamiento máximo δ MAX , del SSR asociado. Posteriormente se determina el
valor esperado de dicho desplazamiento δ MAX ( y) , en términos de la intensidad sísmica y,
de manera que este valor esperado sea la liga entre la respuesta estructural y la intensidad
sísmica para una estructura de periodo dado.
78
con la respuesta de sistemas de cortante de un grado de libertad. Por ello, en este trabajo el
margen de seguridad W se relaciona con la intensidad sísmica y, a través de la respuesta de
un sistema de referencia determinista, de modo que W se vincula con δ MAX ( y) y por lo tanto
con y, por medio de la variable η( y) = δ MAX (y ) δ F ; donde δ F denota el valor del
desplazamiento de falla del sistema complejo con propiedades medias y corresponde a una
disminución del 20% de la capacidad máxima resistente del sistema estructural, como se
muestra en la fig 4.1. De acuerdo con lo anterior, la variable η relaciona el valor esperado
de δ MAX para cada intensidad sísmica con el desplazamiento que determina el colapso ante
carga monotónica del sistema complejo con propiedades medias; es decir, η representa la
respuesta máxima aproximada del sistema complejo con propiedades medias, ante cargas
alternantes, normalizada por la capacidad lateral del sistema sujeto a una aceleración
creciente en su base. La variable η también puede relacionarse con la ductilidad media
global μ para intensidades dadas por medio de una constante, de manera que
μ (y ) = (δ F δ y )·η( y) .
Con base en lo anterior, dado un conjunto de realizaciones del movimiento del terreno que
cubren un intervalo amplio de intensidades y un conjunto de estructuras con características
inciertas, es posible calcular valores de W=w para valores de η(y ) asociados. Para calcular
estos valores se estima el factor F vinculado al desplazamiento de falla en el extremo
superior del edificio mediante el siguiente procedimiento iterativo: a) se somete la
estructura a una historia de aceleraciones escaladas por un valor adecuado de F, b) se revisa
la historia de desplazamientos en el extremo superior del edificio; si dichos
desplazamientos aumentan excesivamente en un intervalo corto de tiempo de manera que
causan la inestabilidad del sistema, entonces se considera que el sistema ha llegado a la
falla. Para garantizar que la falla sea incipiente se debe identificar la mínima intensidad
capaz de hacer que el sistema falle, de manera que si se multiplican las aceleraciones del
temblor en cuestión, escaladas por el factor F, por (1- ε ), en donde ε es un valor positivo
cercano a cero, la falla no debe presentarse c) si las condiciones anteriores no se satisfacen
entonces se elige otro valor de F y el procedimiento se repite.
79
Obtenidos los factores F y por lo tanto valores W=w para cada y, y relacionando W con η
a través de y, es posible obtener la media W (η( y)) y la desviación estándar σ W (η( y)) , de
W. Por lo tanto el índice de confiabilidad para intensidades dadas se expresará como
β( y) = W (η( y)) σ W (η( y)) .
4. De acuerdo con los procedimientos del capítulo 2, se obtienen por simulación pares
de valores de magnitud y distancia para diferentes niveles de intensidades,
procurando cubrir un amplio intervalo de intensidades posibles.
5. De acuerdo con el modelo de probabilista del movimiento del terreno del capítulo 2,
se simula un acelerograma para cada combinación de magnitud y distancia obtenida
del paso anterior, de manera que el número de acelerogramas simulados
corresponda con el número de estructuras simuladas
80
7. Mediante el proceso iterativo descrito arriba, se somete cada estructura simulada a
una excitación obtenida del paso 5 y se calcula el valor de W=w asociado.
Para calcular la probabilidad de falla para lapsos de tiempo dados se calcula la tasa ν Y ( rk )
para cada valor de la intensidad resistente rk , que se determina mediante los pasos
anteriores, y se aplica la ec. 4.13.
81
4.6 Descripción general de estructuras estudiadas
Con el fin de aplicar el modelo de confiabilidad descrito y poder calcular probabilidades de
falla para intensidades dadas, así como tasas de falla y probabilidades de falla durante
lapsos de tiempo dados, se diseñaron dos grupos de estructuras, el primero integrado por
marcos estructurales de concreto reforzado a base de trabes y columnas de 5, 10 y 15
niveles, el segundo de 10, 15 y 20 niveles a base de trabes, columnas y muros de concreto
reforzado. Cada estructura se modeló tridimensionalmente como se muestra en las figuras
4.2 a 4.7, en forma simétrica en geometría, masa y rigidez, de modo que los efectos de
torsión fueran minimizados. Esto obedece a que en este trabajo el análisis de confiabilidad
es determinado con base en modelos de marcos planos donde la torsión no es considerada.
La configuración geométrica, así como las dimensiones de las secciones transversales de
los elementos estructurales de los edificios a base de trabes y columnas se tomó del trabajo
de Esteva (1997).
Las estructuras descritas fueron analizadas y diseñadas de acuerdo con los procedimientos
del reglamento de construcciones del Departamento del Distrito Federal DDF, (1998), y sus
normas técnicas complementarias para diseño por sismo (1993) y concreto (1996). Con
base en estas normas se aplicaron los procedimientos de diseño por marco dúctil, por lo que
el factor de comportamiento sísmico de diseño fue de 4 para las estructuras del primer
grupo y 3 para las del segundo grupo. Para la distorsión máxima tolerable se consideró un
valor de 0.012. Además, para el diseño se consideró una resistencia nominal del concreto
de 250 kg/cm2 y para el acero estructural, de 4200 kg/cm2.
En este trabajo la respuesta dinámica no lineal es determinada con base en un marco plano
típico del conjunto estructural, que es señalado en las figs 4.2 a 4.7. Dicha respuesta es
evaluada por medio del programa de computadora Drain 2D, desarrollado por Powell
(1973) y modificado por Campos y Esteva (1997). En los análisis de respuesta se
consideraron efectos de segundo orden, llamados comúnmente efectos P-Δ.
Por otra parte, debido a que el nivel de fuerzas sísmicas sobre la estructura, que es función
de las aceleraciones y la masa estructural, es equilibrado principalmente por las
82
aportaciones de rigidez de cada marco a la rigidez del conjunto, se considera que la masa
tributaria de cada marco es función de la rigidez de dicho marco con respecto a la
correspondiente del conjunto. De acuerdo con esto, la masa mi, de cada entrepiso i para
cada marco específico esta dada por m i = (k k T )m iT , donde k es la rigidez lateral del marco
de estudio, kT la rigidez lateral total del conjunto que resulta de sumar la rigidez lateral de
los marcos en cuestión, y miT la masa total del entrepiso i del conjunto estructural.
Para el caso específico de los edificios con muros estructurales que se muestran en las figs
4.5 a 4.7, es claro que los muros estructurales perpendiculares a los marcos de estudio
contribuyen a la rigidez lateral de estos, por ello se consideró que 1 4 de la longitud del
muro contribuye a la rigidez lateral de los marcos adyacentes.
83
empuje lateral real que resulta de integrar numéricamente dicha curva hasta δ M , sea igual al
área bajo la curva idealizada, de manera que δ Y = (2A − VMAX δ M ) (κδ M − VMAX ) y VY = κδ Y .
Aquí, κ es la pendiente de la rama elástica que se asume conocida y se evalúa
adecuadamente por medio de mínimos cuadrados a partir de la curva real para valores sobre
la rama elástica que se encuentran por debajo de 0.3VMAX .
⎡ ⎤ ⎡ ⎤
ε ε
ν(y ) = κ 1 y − ε1 ⎢1 − ⎛⎜ y ⎞⎟ ⎥ + κ 2 ⎢1 − ⎛⎜ y ⎞⎟ ⎥
2 3
(4.14)
⎣ ⎝ yM ⎠ ⎦ ⎣ ⎝ yM ⎠ ⎦
84
ya que representa de mejor manera los valores de ν( y) . En la tabla 4.3 se muestran los
valores de los parámetros de la ec 4.14 para cada estructura y sitio considerado.
En este trabajo las curvas de peligro en los sitios de estudio se evaluaron a partir de la tasa
de excedencia de intensidades de una estructura con periodo natural de un segundo en
Ciudad Universitaria CU, y de la distribución del cociente de las intensidades calculadas
en CU y las correspondientes al sitio y estructura de interés. Para lograr esto se aplicó el
procedimiento desarrollado por Esteva (1976). En este trabajo la tasa de excedencias en CU
se determinó a partir de una función de atenuación dada por Reyes (1999) y de magnitudes
y coordenadas epicentrales de sismos registrados en la costa sur del país.
Dado el conjunto de historias detalladas simuladas y las características de los edificios con
propiedades medias que se muestran en la tabla 4.1, se calcularon valores de δ MAX para cada
SSR y se relacionaron con la intensidad correspondiente como se muestra en las figs 4.8 y
4.9. De estas figuras es fácil ver que la respuesta tiene comportamiento lineal en el
intervalo de intensidades 0 ≤ y ≤ y 0 debido a que δ MAX varía linealmente con y. Aquí,
85
fluencia del sistema. De acuerdo con lo anterior, se deduce que δ MAX en el intervalo citado
depende únicamente de las características del sistema. Si el sistema fuera lineal en todo el
intervalo de intensidades, el valor calculado de δ MAX y su valor esperado serían iguales y
tiene como consecuencia que los valores de δ MAX tengan dispersión alrededor del
desplazamiento que experimentaría dicho sistema si la respuesta en esta región fuera lineal.
De acuerdo con lo anterior, la variabilidad de δ MAX para aceleraciones espectrales dadas será
nula mientras la respuesta se mantenga en el intervalo lineal; las características detalladas
de la excitación tendrán influencia sobre δ MAX únicamente cuando la estructura experimente
comportamiento no lineal. Esto se muestra al comparar la fig 4.8 y 4.9 para cada SSR. Así,
por ejemplo, para el edificio de 15 niveles a base de trabes y columnas, desplantado en un
sitio con características semejantes a la de la estación SCT, sometido a una excitación de
intensidad y = 200 cm/s2 corresponderá un δ MAX igual al que resultaría de someter a dicha
estructura a una excitación sísmica de igual intensidad pero con características idénticas a
las registradas en la estación 44. Esto se muestra al comparar las gráficas en cuestión de las
figuras 4.8 y 4.9. Con base en lo anterior se adopta la siguiente función para representar el
valor esperado de δ MAX .
se suman para obtener valores de δ MAX , conviene que los tres coeficientes se obtengan
mediante la minimización del error cuadrático. En las figs 4.8 y 4.9 se muestra con línea
continua δ MAX para cada intensidad, y en la tabla 4.4 los coeficientes ajustados para cada
estructura y sitio.
86
Dadas las estructuras simuladas y las realizaciones del movimiento del terreno generadas
artificialmente, se obtuvieron factores de seguridad Z y se relacionaron con la variable η
correspondiente como se observa en la fig 4.10, donde se muestra Z para cada estructura
desplantada en los sitios de estudio. De acuerdo con las gráficas de dicha figura, se observa
que W= ln Z varía en forma aproximadamente lineal con pendiente negativa en función del
logaritmo natural de η ; por ello, para el valor esperado de W se adoptó la ec 4.16, donde
B1 a B 5 son coeficientes ajustados.
Por otra parte, la variabilidad del error estadístico de la ec 4.16 no presentó variación
sistemática con el logaritmo de la variable η , por lo que la desviación estándar σ W de W se
evalúo independiente de dicha variable, tomando valores entre 0.25 y 0.45 como se muestra
en la fig 4.10 y en la tabla 4.5. Además en esta tabla se muestran, para cada estructura y
sitio, los valores de los coeficientes ajustados de la ec. 4.16.
directamente la ec 4.5 como se observa en la fig 4.11, donde se muestra que el índice β
varía aproximadamente en forma lineal con el logaritmo de η como consecuencia de que
W varia linealmente con pendiente negativa en función del logaritmo de dicha variable.
Resultados similares han sido obtenidos por Esteva y col (1989, 2000, 2001), en los que se
relaciona β en función de intensidades y ductilidades globales. En general, también puede
observarse al comparar las diferentes gráficas de la figura que los valores de β para un
mismo valor de η pueden diferir aproximadamente hasta en un factor de 2.
Las funciones de confiabilidad no muestran tendencia alguna con el número de pisos o con
la relación entre el periodo fundamental de la estructura y el dominante del sitio, como se
observa en la fig 4.11. Aún para estructuras con características idénticas, pero desplantadas
en diferentes sitios, las diferencias entre sus funciones de confiabilidad no son constantes.
Sin embargo, estás diferencias se atribuyen a la configuración desplazada en el instante en
87
que se presenta inestabilidad en el sistema debido a las características detalladas del
movimiento sísmico. En esta configuración interviene en menor o mayor grado la variación
de rigideces y resistencias en todo el sistema; así como la forma en que se han degradado
las propiedades mecánicas de los diversos miembros estructurales como consecuencia del
daño acumulado. A la sensibilidad de las funciones de confiabilidad se añade la influencia
de la relación que guarda el periodo fundamental de la estructura y la de sus modos
superiores con respecto a los periodos dominantes del terreno. Otro de los factores que
pueden afectar los valores de β como función de η , se debe a que esta última variable
depende de la tasa de variación del valor medio del desplazamiento máximo δ MAX con
respecto a las intensidades; además no se toma en cuenta la incertidumbre en los valores de
δ MAX , ni se considera la incertidumbre en los valores de la capacidad de deformación del
sistema al definir η .
En la fig 4.11 se representan con diversos símbolos los índices β para valores de η
asociados a intensidades con periodos de recurrencia de 100 y 150 años, y en las tablas 4.6
y 4.7 se muestran los valores de estos índices y los valores de η e intensidades sísmicas en
cuestión. De esta última figura se aprecia que para todas las estructuras, excepto la de 10
niveles que incluye muros de concreto en su configuración, los índices β para las
intensidades con periodo de recurrencia de 100 años son similares a los índices para
intensidades de 150 años, lo que es consecuencia de que los valores de y para estos
periodos de recurrencia no son muy diferentes, como se muestra en las tablas 4.6 y 4.7.
También se aprecia en cada gráfica de la fig 4.11 que los índices β asociados a
intensidades con periodos de recurrencia similares son comparables. Sin embargo, este
hecho no es resultado directo de alguna condición preestablecida en las normas de diseño.
De la misma manera se observa que a pesar de que los valores de β son similares, estos
están asociados a diferentes valores de η , obteniéndose valores mayores de esta variable en
las estructuras cuyo periodo fundamental esta más cerca del dominante del sitio, lo que es
congruente con la teoría de la dinámica estructural, que establece que a medida que el
periodo de la estructura se acerca al dominante de la excitación las amplificaciones de la
respuesta aumentan. También se observa que los índices de confiabilidad de las estructuras
88
de 10 y 15 niveles a base de trabes y columnas toman valores cercanos a 2, y por tanto
implica que dichos índices conduzcan a niveles altos de probabilidades de falla para
intensidades que corresponden a los periodos de recurrencia citados. Por el contrario, las
confiabilidades de las otras estructuras son mucho mayores a 2, alcanzando valores del
orden de 4 o más, y consecuentemente a probabilidades de falla menores.
Por otra parte, es posible relacionar β con algún otro indicador de respuesta no lineal,
como puede ser la ductilidad media global μ , que se logra mediante un cambio de escala,
multiplicando la variable de respuesta no lineal normalizada η por la constante asociada
como se indica en la sección 4.5. En la fig. 4.12 se muestra β contra μ , para la cual se
aplican las observaciones del párrafo anterior. Sin embargo, merece mencionarse que las
estructuras a base de trabes y columnas, sometidas a temblores cuyas intensidades
corresponden a periodos de recurrencia de 100 y 150 años presentan índices β iguales a 2
para ductilidades globales del orden de 3. Por lo que respecta a las estructuras que incluyen
muros de concreto, exhiben índices β del orden del doble que las primeras con ductilidades
menores que las anteriores.
Por otra parte, los índices de confiabilidad obtenidos solo relacionan probabilidades de falla
con valores dados de las intensidades. Una mejor descripción de las probabilidades de falla
debe tomar en cuenta la frecuencia de ocurrencia de las intensidades, lo que permite
calcular la tasa de falla de cada estructura. Para ello se sustituyen la función de
confiabilidad y la tasa de excedencia de intensidades en las ecs 4.7, 4.8 ó 4.9. En la Tabla
4.8 se indica la tasa media de falla anual para cada estructura considerada. De esta tabla se
observa que las estructuras de 10 niveles, así como la estructura de 15 niveles a base de
trabes y columnas muestran las mayores tasas de falla calculadas. Las estructuras restantes
exhiben tasas de falla menores que las estructuras anteriores. Estas tasas están de acuerdo
con las deseadas por la práctica profesional, que aproximadamente deben tomar valores del
orden de 0.0004. Sin embargo, los edificios que incluyen muros de concreto en su
configuración resultaron con tasas de falla mucho menores que este último valor. De
acuerdo con lo anterior, se observa que las normas de diseño conducen a tasas de fallas no
89
uniformes, lo que obedece a funciones de confiabilidad diferentes y a curvas de riesgo
sísmico que cambian con los periodos fundamentales de la estructura.
Como es de esperarse, los valores de ν F , obtenidos y descritos arriba, están de acuerdo con
las probabilidades de falla p( t ) , calculadas para periodos de tiempo dados, como se
muestran en la fig 4.13. De está figura se advierten valores altos en las probabilidades de
falla para periodos cortos de tiempo en las estructuras de 10 y 15 niveles a base de trabes y
columnas. Por el contrario el resto de las estructuras presentaron valores relativamente
bajos en dichas probabilidades.
90
con lo anterior las diferencias entre las funciones de confiabilidad de la fig 4.15 se
relacionan con los siguientes aspectos:
2. El módulo tangente de las estructuras modeladas con secciones brutas es del orden
del doble que el correspondiente al de las estructuras con secciones agrietadas, lo
que conduce a que las primeras sean más rígidas, con periodos más cortos, como se
muestra en la fig 4.15. Lo anterior, también se refleja en la pendiente inicial de la
curva cortante contra desplazamiento del extremo superior del edificio que resulta
se someter a la estructura a una aceleración creciente en su base.
Lo anterior conduce a que los elementos modelados con secciones agrietadas alcancen
mayores momentos flexionantes y rotaciones que los modeladas con secciones brutas.
Sin embargo, las ductilidades que se alcanzan con estas últimas son mayores, debido a
que poseen mayor rigidez y por lo tanto deformaciones de fluencia pequeñas. De
acuerdo con esto, es posible decir que a pesar de que las estructuras posean las mismas
características geométricas y hayan sido diseñadas con las mismas normas, los modelos
de rigidez y resistencia pueden conducir a estructuras diferentes con distintos modos de
falla y por tanto distintas curvas de confiabilidad.
91
Tabla 4.1 Parámetros de sistemas simplificados de referencia SSR, de estructuras con
propiedades medias
Edificios niveles T Fp K r
Trabes y columnas 5 0.91 1.31 3.48E+03 1.31
10 1.41 1.42 4.08E+03 1.42
15 1.71 1.49 6.88E+03 1.50
92
Tabla 4.3 Coeficientes de funciones de tasas de excedencia de intensidades en los sitios
SCT y 44 de estructuras con propiedades medias
93
Tabla 4.5 Parámetros de la esperanza del margen de seguridad W y desviación estándar de
W de estructuras de múltiples niveles en los sitios SCT y 44.
94
Tabla 4.7 Índices de confiabilidad e indicadores de respuesta no lineal para intensidades
con periodo de recurrencia de 150 años en los sitios SCT y 44
Tabla 4.8 Tasas de falla por unidad de tiempo de estructuras de múltiples niveles en los
sitios SCT y 44
Tasa de falla
Sitio Edificios Niveles νF
Trabes y columnas 5 4.5E-04
10 3.6E-03
15 1.1E-03
SCT
Trabes, columnas y 10 2.1E-08
muros 15 3.1E-05
20 7.1E-06
Trabes y columnas 5 2.6E-05
10 6.3E-04
15 5.3E-04
44
Trabes, columnas y 10 1.3E-05
muros 15 6.4E-05
20 1.8E-05
95
curva idealizada
0.8 VMAX
Cortante, V
Vy
δy δM δF
Desplazamiento, δ
96
Fig. 4.3 Configuración geométrica de edificio de 10 niveles a base de trabes y columnas.
97
Fig. 4.5. Configuración geométrica de edificio de 10 niveles a base de trabes, columnas y
muros.
98
Fig. 4.7. Configuración geométrica de edificio de 20 niveles a base de trabes, columnas y
muros.
99
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Se ha planteado un modelo para el análisis de confiabilidad de estructuras en zonas
sísmicas. La confiabilidad es evaluada en términos de índices de confiabilidad para
intensidades dadas, tasas de falla por unidad de tiempo y probabilidades de falla para lapsos
de tiempo dados. Estas formas de medir la probabilidad de falla están referidas un margen
de seguridad, que se relaciona con el desplazamiento del extremo superior de la estructura
con respecto a su base. Este desplazamiento está vinculado directamente con la
inestabilidad del sistema y por tanto con la configuración desplazada de falla que es función
de las peculiaridades del movimiento del terreno sobre las características de la estructura.
El movimiento se especifica en términos de temblores de intensidades dadas. La intensidad
está definida como la ordenada espectral de seudoaceleracion de un oscilador elástico de un
grado de libertad con periodo natural igual al periodo fundamental de la estructura
analizada. Además, en el método de confiabilidad se considera la frecuencia de ocurrencias
de las intensidades mediante la tasa de excedencia de intensidades.
a. Las estructuras que resultan de aplicar las normas de diseño vigentes presentan
diferentes niveles de seguridad, es decir, los valores de β como función de η o μ
presentan diferencias que no siguen necesariamente un variabilidad sistemática.
108
Estas diferencias se deben principalmente a que no se toma en cuenta la
incertidumbre en los valores de la capacidad de deformación del sistema al definir
η o μ . Esta capacidad de deformación no solo es sensible a las características
detalladas de la variación de rigideces y resistencias en todo el sistema, si no
también a la configuración del sistema en el instante en que se alcanza la
inestabilidad en el sistema y a la forma en que se han degradado las propiedades
mecánicas de los diversos miembros estructurales como consecuencia del daño
acumulado. Esto no se refleja en los indicadores η o μ .
c. Aun para estructuras con características idénticas, los márgenes de seguridad de las
estructuras varían en función de las peculiaridades del movimiento del terreno en
cada sitio, lo que implica que las características de los movimientos en cada sitio
estén relacionados con la aparición de modos de falla probables. Estas variaciones
probablemente, se deban a la relación que guarda el periodo fundamental de la
estructura y la de los modos superiores con respecto a los periodos dominantes del
sitio. Esto merece atención detallada en estudios futuros.
d. Las estructuras que incluyen muros de concreto pueden conducir a estructuras con
probabilidades de falla menores que las estructuras que no incluyen muros en su
configuración.
109
de daño estructural asociados a temblores de diseño con probabilidades de excedencia
dadas, donde cada nivel de daño está referido con una deformación lateral tolerable.
Un paso más adelante en esta dirección tiene que ver con el establecimiento de criterios de
diseño sísmico basados en confiabilidad, como el que se plantea en este trabajo o en los
trabajos de Esteva y col (1989, 2000a, 2000b, 2002), donde se consideran las variables más
importantes que tienen que ver con el desempeño estructural. Estas variables tienen que ver
con las características estructurales, con las peculiaridades del movimiento del terreno y
con la frecuencia de ocurrencia de movimientos de diversas intensidades. Dichas variables
son consideradas como aleatorias y los valores que toman son similares a los que se
encuentran en estructuras reales construidas. Con base en lo anterior, un posible
planteamiento consiste en que el nivel de confiabilidad esté especificado por la tasa de falla
media anual ν F , o por la probabilidad de falla para un periodo de tiempo dado p( t ) . Sin
embargo, de manera práctica se prefiere a ν F , ya que para calcular este indicador se
necesita la función de confiabilidad y la función de peligro sísmico, mientras que p( t )
requiere además de la distribución de los tiempos de arribo de las intensidades sísmicas.
Aunque lo siguiente requiere de estudio, una factible aplicación puede consistir en que el
comité encargado de proyectar las normas de diseño especifique valores de intensidades de
diseño y * , para periodos de recurrencia dados, e índices de confiabilidad β * , de manera que
las estructuras diseñadas satisfagan un valor tolerable de tasa de falla ν *F . Una alternativa
práctica, en la que le diseñador no tenga que efectuar análisis dinámicos de respuesta paso a
paso consiste en que el comité redactor de las normas de diseño proporcionen parámetros
estadísticos (medias y coeficientes de variación) que liguen la respuesta de sistemas
estructurales complejos con la respuesta de sistemas simplificados de referencia; así como
parámetros estadísticos que permitan incorporar las incertidumbre en la capacidad de
deformación del edificio. Lo que se plantea es que el diseñador estime el índice de
confiabilidad de su estructura diseñada a partir de factores adecuados, propios de las
características del edificio y del movimiento sísmico en el sitio. En esta alternativa, el
sistema simplificado de referencia permite relacionar la respuesta del sistema con la que
resulta de un espectro de diseño o espectro asociado a un periodo de recurrencia dado. El
110
procedimiento de diseño partiría de un diseño preliminar, y a partir de dicho diseño se
evalúan los parámetros que caracterizan al sistema de referencia, para esto se somete a la
estructura a un análisis de empuje lateral (pushover). Se seleccionan los parámetros
estadísticos adecuados que caracterizan la respuesta y capacidad del sistema, y se calcula el
valor de β para la estructura. Si este valor es mayor que β * el diseño se acepta, en caso
contrario la estructura se diseña para otro valor de y * .
Una alternativa más rigurosa, factible para estructuras importantes, consiste en la aplicación
directa del método de confiabilidad propuesto. En este planteamiento el diseñador debe
contar previamente con historias de aceleraciones sísmicas reales o simuladas del sitio y
con funciones de amenaza sísmica. A partir de un diseño estructural convencional se
simulan estructuras a fin de incorporar las incertidumbres en sus propiedades. Se aplica un
procedimiento similar al del capítulo 4 y se obtiene la función de confiabilidad. La tasa de
falla de la estructura se calcula a partir de la ec 4.9. Si ν F ≤ ν *F entonces el diseño se acepta,
en caso contrario la estructura se diseña para otro valor de y * . Un procedimiento de diseño
basado en tasas medias de falla ha sido propuesto por Cornell y col. (2001) para ser
aplicado en Estados Unidos a diseños de estructuras de acero y plataformas marinas. En el
trabajo de Esteva y col. (2002) se discute la posible aplicación de alternativas de diseño
afines.
Por otra parte, la aplicación del método de confiabilidad propuesto puede servir como
referencia al grupo encargado de proyectar las normas para obtener estimaciones de los
niveles de seguridad relativos de estructuras diseñadas, y con base en ello mejorar la toma
de decisiones basada en la intuición que acompaña a toda norma de diseño.
El principal objetivo de todo trabajo de ingeniería sísmica es lograr que las estructuras
tengan un óptimo desempeño durante las historias sísmicas a las que puede ser sometida
durante su ciclo de vida. Aquí, cuando se habla de desempeño óptimo se hace referencia al
comportamiento esperado de la estructura durante sismos de intensidades dadas. En este
trabajo se ha dado un pequeño paso para lograr este objetivo; sin embargo, es necesario
calibrar algoritmos y proponer alternativas prácticas para alcanzar dicho objetivo de manera
111
satisfactoria. En lo que sigue se mencionan algunos tópicos que merecen tratarse y
discutirse en futuros trabajos.
112
aceleración. Además, estas características deben estar referidas a cada fuente
sísmica que contribuye a la amenaza sísmica en el sitio.
113
REFERENCIAS
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earthquakes resistant design”, aceptado para su publicación en Journal of Reliability
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and the United States”, Journal of Structural Engineering, Vol. 123, No. 6, Junio.
118
APÉNDICE A
[ ] [ ]
ecuación cov X i , X j = ρ ij var[ X i ] var X j , donde ρ es el coeficiente de correlación y var[.]
1. Se considera que cada variable X i está relacionada en forma determínistica con una
caracterizada por una función de densidad de probabilidad normal estándar N(0,1), cuya
función de distribución acumulada es Φ[.].
u = Φ −1 (FX ( x ) ) .
I
x = exp(α 1 + α 2 u i + α 3 u i2 + α 4 u 3i ) (A.1)
1 α 3 2 2α 32 − α 2 α 4 3
u≈ z− 3 z + z (A.3)
α2 α2 α 52
[ ]
6. Con el fin de estimar cov U i , U j , se supone que Û i = U i , de manera que para obtener
x k1 = ξ k1 σ k + X k (A.3.a)
x k2 = Xk − ξ k2σk (A.3.b)
γk
ξ k1 = + 1 + (γ k 2 ) y ξ k 2 = ξ k1 − γ k , el subíndice k denota a la variable en
2
donde
2
cuestión, X su valor medio, σ = var[]
· y γ es el coeficiente de asimetría. Las magnitudes
de las concentraciones de probabilidades se obtienen satisfaciendo el momento de orden cero
que siempre es igual a uno, y tres momentos de segundo orden dados por var[X i ] , var X j y [ ]
[ ]
cov X i X j . Así, las covarianzas entre las variables U están dadas por la siguiente ec.
II
[ ]
cov U i U j = ∑ ∑ G (x ik )G (x jl )Pkl
2 2
(A.4)
k =1 l =1
7. Dada la matriz de covarianzas para las Ui, se emplea el método de Monte Carlo para
simular valores de dichas variables. Estos valores simulados son transformados a la
variable asociada X i por medio de la relación A.1.
referencias
Rosenblueth E. (1983) “Estimaciones bipuntuales en probabilidades”, Serie Azul del Instituto de
Ingeniería, No. 464.
xj
P21 P11
xj1
xj
xj2
P22 P12
xi2 xi xi1
xi
III
APÉNDICE B
Estimación del coeficiente de correlación entre variables aleatorias con base en información
subjetiva sobre la variabilidad de su cociente
Sean las variables aleatorias positivas Yi, Yj, ambas con media Y , coeficiente de correlación, ρ .
Estás variables pueden representarse de la siguiente forma
Yi = X (B.1)
Yj = β X (B.2)
anterior, las varianzas var[Yi] y var[Yj] de Yi y Yj, respectivamente, así como la covarianza entre
dichas variables, cov[Yi, Yj], están dadas por las siguientes ecuaciones
[ ]
cov Yi , Yj = β var[ X] (B.5)
1
ρ= (B.6)
⎛ ⎞
1 + Vβ2 ⎜1 + 1 2 ⎟
⎝ VX ⎠
IV
La probabilidad de que β se encuentre entre los valores ε y 1/ε, con 0<ε<1, vale Pε. Esto equivale
a que la probabilidad de que U=ln β esté comprendida entre los valores u1=ln ε y u2=-ln ε sea
igual a Pε. La esperanza de U es igual a cero y su varianza, var[U], se determina de la condición
presentada en el renglón anterior. Dado var[U] es posible obtener Vβ a partir de la siguiente
ecuación que es una propiedad de la distribución lognormal
Vβ = exp[ var[ U] − 1]
2
(B.7)
Una vez obtenido Vβ y dado VX se obtiene el coeficiente de correlación ρ por medio de la ec.
B.6.
V
APÉNDICE C
Y = βZ(X) (C.1)
Y
β= (C.2)
Z
VY2 − VZ2
Vβ2 = (C.3)
1 + VZ2
Esta última ec es valida para VY2 > VZ2 . La media de Z se obtiene mediante una aproximación de
segundo orden en serie de Taylor alrededor de X y se define por medio de la siguiente ecuación
⎛ V2 ⎞
Z ≈ X ⎜1 − X ⎟ (C.4)
⎝ 8 ⎠
VI
La varianza de Z se calcula mediante una aproximación de primer orden por medio de la
siguiente expresión
XVX2
var[Z] ≈ (C.5)
4
4VX
por lo tanto VZ ≈ . De acuerdo con esta ec, la ec C.3 se calcula aproximadamente por
8 − VX2
medio de la relación
2 (
V 2 8 − VX2 − 16VX2
V ≈ Y
)
2
(C.6)
β
64 + VX4
VZ 4VX
ρ XY ≈ ≈
( )
(C.7)
VY VY 8 − VX2
Por otra parte, la ec C.1 no es válida cuando VY2 < VZ2 y por tanto, tampoco la ec C.3. En este
caso una posible solución al problema consiste en transformar la ec. C.1 en la siguiente
Z(X )
Y= (C.8)
γ
VII
donde Z ya ha sido definida en la ec. C.1, con propiedades estadísticas dadas por las ecs C.4 y
C.5. γ es variable aleatoria independiente con media γ , y coeficiente de variación Vγ , dados por
Z
γ= (C.9)
Y
De acuerdo con la C.8 el coeficiente de correlación dado por la ec. C.7 adquiere la siguiente
forma
VY VY (8 − VX2 )
ρ XY ≈ ≈ (C.11)
VZ 4VX
VIII
APÉNDICE D
M = matriz de masas
K = matriz de rigideces
Φ = configuración deformada en el análisis de empuje lateral; esta configuración se
considera igual a la configuración dominante durante la respuesta sísmica.
V = fuerza cortante en la base
u N = desplazamiento del extremo superior, relativo a la base
De igual manera, las propiedades del sistema simplificado equivalente son las siguientes:
m = masa
k = rigidez lateral
u = desplazamiento relativo a la base
v = fuerza cortante
v y , u y = fuerza cortante y desplazamiento de fluencia
Supóngase ahora que la configuración del modelo detallado del sistema se mantiene igual
a Φ durante toda la historia de su respuesta sísmica a una aceleración de la base igual a
x 0 ( t ) .Bajo esta hipótesis, la ecuación del movimiento es la siguiente:
IX
En esta ecuación,
p = k 1 m1
k 1 = Φ T KΦ
m 1 = Φ T MΦ ,
Φ T MJ
FP =
m1
De acuerdo con lo anterior, la relación entre las respuestas de ambos sistemas está dada
por u N = FP u . Para que las deformaciones de fluencia se alcancen simultáneamente en
X
Por otra parte, m deberá hacerse igual a m 1 rFP a fin de conservar el periodo natural . Otra
opción es tomar k = k 1 , lo que conduce a v y = Vy (rFP ) y m = m 1 . En estas
u Ny = u y , y v y = Vy (rFP ) .
XI