Acabados para La Madera
Acabados para La Madera
Acabados para La Madera
– Cera blanca, aporta una veladura blanquecina. Además se utiliza junto con la cera teñida
para dar un aspecto envejecido y crear efectos.
– Cera amarilla, es la que más resalta el tono de la madera.
– Cera con color, se utiliza para dar color o subir el tono del tinte.
La cera virgen no se puede utilizar pura sino que se ha de diluir en esencia de trementina
(aguarrás vegetal). Existen varias fórmulas para preparar tu propia cera casera con la que
encerar tus muebles, desde las más profesionales a otras más básicas. Para la receta
que utilizan ebanistas y restauradores necesitarás los siguientes ingredientes: 200
gramos de cera virgen de abeja, 80 gramos de cera de carnauba, 10 gramos de colofonia, 10
mililitros de alcohol de 96º y 300 mililitros de trementina. En el siguiente vídeo puedes ver
cómo se prepara:
Pero si quieres empezar por algo más sencillo, te recomiendo esta receta básica para la que
únicamente se necesita cera de abejas y esencia de trementina:
1º.- Fundir al baño maría 100 gramos de cera virgen y retirar del fuego cuando esté líquida
para evitar que arda.
2º.- Añadir medio litro de esencia de trementina y remover hasta obtener una pasta cremosa.
Dejar enfriar antes de aplicar.
Por otra parte si lo que quieres es renovar y volver a dar lustre a los muebles ya
encerados, puedes utilizar la misma receta anterior pero sustituyendo la esencia de
trementina por aceite de oliva.
Para aplicar la cera sobre el mueble se ha de extender con un trapo de algodón o una brocha,
dejar secar y pulir con movimientos circulares con una muñequilla de algodón, estopa o lana
de acero. En este enlace se puede ver el paso a paso de cómo enceré mi mesa del comedor.
Entre las principales ventajas del encerado de la madera destacaría las siguientes:
Por contra su principal desventaja es que con el tiempo el polvo se acumula sobre las
capas de cera y las ennegrece, poco a poco va perdiendo brillo y la madera se vuelve mat e y
apagada, por lo que hay que volver a encerar para que recupere el lustre.
También se puede encontrar goma laca ya preparada o en escamas para diluir con alcohol
(mucho más económica), si bien en este último caso hay que tener en cuenta que si nos sobra
producto no podemos guardarlo ya que pierde sus propiedades.
El acabado con goma laca se utiliza para proteger muebles y, sobretodo, para el
tratamiento de instrumentos musicales. No resiste bien el calor ni los productos
químicos, de hecho se puede dañar fácilmente si colocamos una taza caliente encima, por
ello no resulta recomendable para tratar una mesa o muebles que vayan a tener un uso
intensivo. Sin embargo cuenta con la ventaja de que en caso de dañarse se puede restaurar
fácilmente con una muñequilla y un poco de laca.
En El racó de les cadires se puede encontrar un paso a paso de una mesita de noche en la
que los frentes de los cajones han sido tratados con goma laca.
La goma laca se puede aplicar con pincel o muñequilla de algodón, en caso de hacerlo con
esta última conviene añadirle una gota de aceite de oliva para que se deslice mejor. Para
aplicar la goma laca hay que dar varias capas muy seguidas siguiendo el veteado de la madera,
además se ha de tener en cuenta que para obtener un buen resultado no se debe pasar dos
veces por el mismo sitio cuando todavía esté húmeda. El trabajo de barnizado habrá
finalizado cuando los poros de la madera se hayan cerrado y la superficie esté lisa y brillante.
El acabado a la laca o lacado se suele utilizar para proteger muebles de interior de estilo
moderno o contemporáneo, aunque también se puede usar para restaurar mobiliario
antiguo y darle un aspecto renovado. Por otra parte es posible combinar cualquier color de
laca (cartas RAL, NCS y Pantone) con madera para crear muebles personalizados y muy
decorativos.
Es una técnica que requiere práctica y experiencia, por lo que no aconsejo emplearla
con un mueble si no se ha ensayado previamente sobre restos de maderas por ejemplo.
Aunque solo se aconseja para maderas duras, el acabado al aceite es uno de los más
naturales que existen ya que proporciona un tacto sedoso y realza especialmente la veta.
El aceite se integra formando parte de la madera rellenando sus poros y endureciéndose al
entrar en contacto con el oxígeno, si bien no la sella totalmente. Esta característica hace que
el mueble pueda respirar y no sufra con los cambios de temperatura, además evita cambios
de color por la humedad o el sol en los muebles de exterior.
Existen diversos tipos de aceite, cada uno con sus propiedades, siendo los más utilizados:
– Aceite de linaza. Se obtiene de las semillas del lino y proporciona un acabado satinado muy
suave que oscurece con el tiempo.
– Aceite de tung. Se obtiene de la semillas del fruto del árbol de Tung originario de China, es
más transparente e impermeabiliza más que el aceite de linaza, pero no proporciona un
acabado tan suave.
– Aceite de teca. Se extrae del árbol de teca y ofrece una gran resistencia a los hongos y a la
humedad por lo que está especialmente indicado para muebles de exterior.
Del mismo modo que el encerado, el acabado al aceite hay que renovarlo una o dos
veces al año en el caso de muebles para exterior, por lo que si además tenemos en cuenta
el prolongado tiempo de secado, puede que sea poco práctico para ciertos tipos de muebles
ya que no podremos utilizar para colocar objetos sobre ellos hasta que se haya secado
totalmente (mesas, aparadores, consolas, etc.).
RESUMIENDO…
Los acabados para la madera con productos naturales como la cera, la goma laca o el aceite
son los que más se utilizan en muebles de madera maciza y con solera ya que resaltarán
de forma natural la veta y proporcionarán un acabado rústico.
Para conseguir un acabado con brillo es más apropiada la goma laca, siempre y cuando el
mueble no tenga un uso intensivo o vaya a estar en el exterior o expuesto a la humedad. Si
así fuera conviene decantarse por el encerado o el aceitado, graduando la intensidad del brillo
con más capas de cera o añadiendo barniz al aceite.
Tanto los acabados a la cera como al aceite requieren renovarse una o dos veces al año,
siendo una tarea que requiere más tiempo en el caso del aceite. La goma laca no precisa
renovación pero sí reparación en el caso de que se produzcan arañazos.
Espero que esta primera parte de la guía sobre acabados de la madera te haya
servido para aclarar tus dudas sobre los productos naturales para proteger la madera, cómo
y cuándo es mejor utilizarlos. En la segunda parte se tratan a fondo los acabados de la madera
sintéticos (puedes acceder a ella desde este enlace), de esta forma conocerás todas las
opciones para saber cual te conviene elegir a la hora de proteger tus muebles.
El poliuretano con base agua cuenta con la ventaja de que apenas se nota su olor, es
incoloro y se seca bastante rápido, sin embargo no soporta bien el calor ni los productos
químicos, por lo que su uso solo se recomienda para muebles de interior y que no vayan a
tener un uso muy intensivo.
Para su aplicación conviene utilizar brochas de cerdas sintéticas ya que, al igual que sucede
con las pinturas al agua, las cerdas naturales se reblandecen con una base acuosa (puedes
ver mis recomendaciones para pintar con brocha o rodillo en este enlace). También se puede
aplicar con rodillos de espuma y flocados (piel de melocotón). Además para un acabado
perfecto, resulta conveniente un lijado entre capas con una lija de grano muy fino (300 o
más).
Por otra parte, el poliuretano con base aceite o al disolvente resulta más resistente al
calor, a los golpes y a los arañazos en comparación con el de base agua. Es el que se suele
utilizar para pisos o tarimas de madera, mesas y encimeras.
Por último hay que tener en cuenta que cuando se quiera proteger un mueble de madera con
efecto decapado, tanto el poliuretano con base agua como el poliuretano con base aceite se
puede aplicar indistintamente sobre pinturas de ambas bases, si bien el poliuretano con base
aceite proporcionará un tono ámbar, más acentuado en el caso de pinturas de color claro.
Particularmente he utilizado poliuretano mate sobre una librería de madera teñida y sobre
una mesa de escritorio decorada con decoupage, obteniendo un acabado resistente en ambos
casos.
Los barnices acrílicos o al agua se secan muy rápidamente, si bien requieren que se
aplique bastantes capas para obtener un resultado tan resistente como el de un barniz
sintético.
Los barnices sintéticos tardan en secarse unas 5 horas y se debe esperar 24 horas para
aplicar una nueva capa, preferiblemente con una brocha o paletina de cerdas naturales. Su
principal ventaja es que es muy resistente, especialmente el barniz Spar o marino que resulta
perfecto para muebles que vayan a estar al aire libre y expuestos a la humedad, así como para
puertas de exterior. Este tipo de barniz protege la madera tanto de la humedad como de los
rayos ultravioleta.
Respecto al acabado, hay que tener en cuenta que un barniz brillante intensificará el color
de la madera pero también hará que resalten sus imperfecciones. El barniz satinado es el que
más se utiliza para proteger suelos aunque hay que tener en cuenta que oscurece con el
tiempo. Por último, el barniz mate es bastante resistente y se utiliza preferiblemente e n
puertas y ventanas.
Conclusión
Los tratamientos con cera protegen las superficies de madera, recuperan el aspecto original de
ésta y le otorgan un acabado brillante. Estas características hacen que este tipo de producto
sea el más adecuado para conservar la naturalidad de los muebles rústicos.
Las ceras pueden ser blancas o amarillas, en tonos marrones o rojizos. Estas últimas se utilizan
tanto para reforzar el efecto de un tinte, como para sustituirlo. No obstante, la cera que más
realza el color de la madera es la de color amarillo.
Respecto a los tintes, se utilizan para subir el tono del color original, disimular pequeñas
imperfecciones, resaltar el veteado o mejorar el acabado de maderas de menor calidad.
Estos tintes pueden ser de origen mineral, sintético o vegetal y, aunque a menudo se venden
en forma de polvos colorantes preparados para disolver en agua, alcohol u otro disolvente
sintético, también hay mezclas ya disueltas, como los tintes al agua. La elección entre uno u
otro depende del tipo de material que se tiña. En el caso de estos últimos, su gran poder de
penetración los hace idóneos para superficies de madera maciza.
Respecto al acabado mate, éste es más susceptible a las manchas, pero disimula con más
eficacia las imperfecciones.
Introducción
Muchos de ellos son combinaciones o variaciones de los dos acabados más usuales: con
cera y con goma laca. El barnizado con productos comerciales es fácil de aplicar y asegura
un resultado óptimo sobre superficies teñidas o pintadas. En ciertas ocasiones, habrá que
efectuar retoques para disimular pequeñas lagunas de color una vez finalizado el acabado.