Sexismo y Juguetes Infantiles
Sexismo y Juguetes Infantiles
Sexismo y Juguetes Infantiles
Puede que pienses que los niños y niñas son diferentes, que por eso escogen juguetes
diferentes, pero esto no es verdad, no escogen libremente. Niños y niñas son diferentes
biologicamente o genitalmente, pero los roles diferenciados que adoptan los define la
sociedad.
No hay un componente biológico que haga que niños y niñas tengan una preferencia
diferenciada por los juguetes. Esta diferenciación, que hace que la mayoría de las niñas
prefieran una muñeca y a mayoría de los niños prefieran un coche, viene dado por factores
culturales, por influencia de la publicidad, los dibujos animados, los mensajes que reciben de
los adultos…
Los juguetes no son sexistas, lo es el uso que les damos, cómo los presentamos, cómo los
publicitamos y el mensaje que trasmitimos con ellos. Decidir, como hacen la mayoría de los
catálogos o tiendas de juguetes, que hay juguetes de niña y juguetes de niño es sexista.
Una muñeca no es sexista. Lo que es sexista es que regalemos una muñeca a una niña por ser
niña, mandando el mensaje de que es el juguete que le pertenece.
Un coche tampoco es sexista. Es sexista que se lo regalemos a un niño por ser niño, mandando
el mensaje de que es el juguete que le pertenece. También es sexista que si un niño quiere
una muñeca no se la compremos porque pensamos que es un juguete de niña.
Para cambiar estas dinámicas hace falta un gran cambio social, ya que los estereotipos de
género están tan arraigados a nivel social que las familias que intentamos educar en igualdad
nos encontramos constantemente deconstruyendo y reexplicando los mensajes sexistas de la
sociedad.
El machismo y el sexismo no han cambiado, ha cambiado la forma de transmitirlo, de
influir socialmente, pero se sigue educando con los mismos roles de género que antaño.
La publicidad no ofrece una imagen igualitaria. En los anuncios de juguetes “para niñas”
es todo rosa, suave, delicado, bonito. En los anuncios “para niños” es todo acción, emoción,
con una voz de “machote”. Esto manda un mensaje subliminal muy dañino para los pequeños.
Y tampoco se queda corto el lenguaje. El lenguaje está lleno de machismo, donde la mujer
es inexistente. Las palabras “padres o niños” usadas para englobar ambos géneros son dos
claros ejemplos. Es tan fácil como en lugar de presentar “juguete de niña” o “juguete de niño”
etiquetamos simplemente como “juguete infantil”, y dejemos que ellos libremente elijan el
tipo de juguete que quieren y del color que prefieran.
Debemos dejar que escojan libremente, sin limitar ni influir su juego por motivos de
género. Debemos ofrecer juguetes más neutros, regular la publicidad, y también los
dibujos animados, cargados también de sexismo. Hace falta trabajar de manera conjunta para
cambiar las cosas, trabajar conjuntamente familia, escuela y administración.
Hay que tener en cuenta que a través del juego los pequeños adquieren la socialización
primaria, que tiene un papel fundamental en la creación del universo simbólico. A través
del juego aprenden y construyen su desarrollo cognitivo, social y emocional.
Por eso es importante ofrecer juegos igualitarios. Ya que, con los juguetes tan diferenciados
a nivel de género, con roles tan marcados de machismo, están reproduciendo estructuras
sociales donde las mujeres asumen el papel de sumisas y los hombres el de dominantes. Estos
aprendizajes se normalizan des de la infancia y se mantienen o incluso potencian durante la
adolescencia.
Rompamos con la dicotomía masculino-femenino. Dejemos de sexualizar a las niñas.
Dejemos llorar a los niños. Eduquemos en igualdad, en diversidad, en pluralidad de personas
y en libertad.