M24 El Código de Sirio y El Banco PSI (1º Parte) PDF
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DESMANTELANDO EL SISTEMA / A LOS BUSCADORES DE LA VERDAD
EL CÓDIGO DE SIRIO Y EL BANCO PSI (1º parte)
El ciclo de cerca de 26.000 años en el que la Tierra transita a través de cada uno de los 12
signos zodiacales es también la duración del ciclo de traslación del Sol alrededor de la estrella
Alcyone, la estrella central de la constelación de las Pléyades. El 21 de diciembre de 2012
marcaba una fecha importante por la "Sincronización Galáctica", la alineación astronómica
del Sol con el centro de la galaxia (Hunab Ku). Para los mayas, el fin del ciclo precesional
marca el inicio de un nuevo mundo, una nueva creación en la Tierra. Es interesante ver que
este gran ciclo de 26.000 años (también denominado Giro Galáctico), tiene una
correspondencia fractal con el ciclo de 260 días del calendario sagrado Tzolkin, el mismo que
se ajusta aproximadamente al periodo de gestación del ser humano.
Si observamos cuidadosamente la matriz del Tzolkin, vemos que hay una repetición de los
números del 1 al 13 que ocurre 20 veces, dando un total de 260 unidades. Además, notamos
que hay un patrón (los "cuadritos" negros en la figura) que consiste en 52 unidades, 26 a cada
lado de la columna central (la séptima), por lo que decimos que tiene una simetría bilateral
(los dos lados), y una simetría radial (desde el centro de toda la matriz), que en conjunto
crean una simetría radial binaria.
Para los mayas el ciclo de 26.000 años estaba compuesto de cinco ciclos menores de 5.125
años de duración cada uno. Cada uno de estos ciclos constituía un Ciclo de Creación o una
Era. Esto puede apreciarse también en el "calendario" o Piedra del Sol de los aztecas, donde
cada ciclo está regido (y es destruido) por uno de los cinco elementos.
Nuestro ciclo actual (3113 a.C. 2012 d.C.) es llamado la Era del Quinto Sol.
La fecha del 13 de agosto de 3113 a.C. es tan precisa y exacta como uno pudiera desear para el
inicio de la historia: la primera dinastía egipcia está fechada cerca del año 3100 a.C.; el Kali
Yuga de los hindúes se inicia en el 3102 a.C.; la primera "ciudad", Uruk, en Mesopotamia,
también data de cerca del 3100 a.C.; y lo más interesante, la división del tiempo en 24 horas de
60 minutos cada una y cada minuto 60 segundos (y la división del círculo en 360 grados),
también ocurrió cerca del año 3100 a.C., en Sumeria.
Dentro del ciclo de 5.125 años hay 13 ciclos menores que integran la "cuenta de los 13
Baktunes" o "la cuenta larga". Cada Baktun dura 394 años, o 144.000 días. Cada uno de los 13
Baktunes representa una época bien definida y tiene un sentido histórico específico.
Visualmente, el Tzolkin es una tabla de 20 filas y 13 columnas que dan un total de 260
combinaciones o casillas. Por supuesto, los números 13 y 20 se refieren a la frecuencia 13:20,
y cada una de las 260 combinaciones es la codificación de un minuto NET en términos de un
"sello" y un "tono" (un minuto NET es una unidad de tiempo noosférico, equivalente a un
día o kin). Los dos ciclos de 365 y 260 días coinciden cada 52 años solares para formar un año
NET.
El calendario o instrumento para llevar la cuenta del tiempo es el calendario lunar, cada
"mes" o Luna contiene 28 días, el equivalente del ciclo femenino de la menstruación.
¿Cómo hacer equivaler los 260 días del Tzolkin con los 365 días del calendario? El
mecanismo para hacer esto es así. Cada uno de los días "torre" (las casillas negras en la figura
del módulo del tzolkin), se cuenta tres veces; como en un anillo hay 52 "días torre", entonces
en las 13 Lunas se tienen 3x52 = 156 días. El resto de los días, 208, los sumamos a 156 para
obtener 156+208 = 364 (recuerde que el 365vo día es el Día Fuera del Tiempo).
Las partes esenciales del Tzolkin son los trece números, veinte símbolos, y cuatro
posiciones direccionales rotativas que regresan siempre a sí mismas, repitiéndose y
pulsando incesantemente.
Aquello que es tejido en el Telar Maya es la matriz de posibilidades que corresponden a
nuestra experiencia del mundo. Esta matriz tejida es una tela de 260 componentes o símbolos
que informan a nuestros sentidos y a nuestra mente con las claves informáticas necesarias
para relacionarse y trabajar con este mundo.
¿Qué son los hilos tejidos por este Telar Maya? Los hilos verticales están representados por
los trece números y los hilos horizontales por los veinte símbolos.
Pero, ¿qué representan ellos?
Los trece números representan modelos primarios de energía radiante, a los que pudiéramos
llamar radiopulsos. Los veinte símbolos representan el ciclo de posibles rangos de
frecuencia para la transformación o evolución que cada una de estas radiopulsaciones
pueda sufrir.
El 20 se refiere a un código de frecuencia corporizado en el orden permutativo o sistema de
notación mismo de 4 x 5, también conocido como código 019. Las 20 unidades de este código
también se traducen a un lenguaje icónico codificado por color que consiste de 20 símbolos o
sellos solares.
La combinación de cualquiera de los trece números y las veinte posiciones direccionales, crea
un símbolo o modelo de pulsación radiante que contiene una clase particular de información.
Las 260 pulsaciones tejidas por el Telar Maya dan origen a todo el campo resonante que
experimentamos como realidad.
¿Qué es un símbolo? Un símbolo es una estructura resonante, es la reverberación de una
cualidad particular de energía radiante que toma forma en nuestros sentidos.
El propósito de la mente es “entender el sentido” de símbolos o estructuras resonantes que han
sido informadas por nuestras facultades sensitivas. Nuestros acondicionamientos afectan las
“interpretaciones” de la mente.
Platón y Jung llamaron “arquetipos” a las estructuras resonantes.
El Telar Maya teje los símbolos en el tapiz entero que experimentamos a través de nuestra
mente y nuestros sentidos. No sólo como metáfora, sino en realidad, el universo es un tejido
de símbolos, y es a través de símbolos como tejemos nuestro entendimiento del universo.
Como estructuras resonantes, literalmente los símbolos construyen nuestro cuerpo de luz,
trabajan con él, y le suministran información. El fundamento de nuestro cuerpo de luz
corresponde a la infraestructura vibratoria del ADN y éste puede ser activado a través del uso
de los símbolos. Este cuerpo de luz, criador de símbolos, no debe ser visto como una entidad
separada de lo que llamamos nuestro cuerpo físico.
Si los trece números son rayos de pulsación, los veinte signos son las posibilidades de rangos
de frecuencias, que permiten que las estructuras armónicas lleguen a existir. Se podrían
comparar los veinte símbolos con los veinte aminoácidos que contiene el ADN, al igual que
los diecinueve intervalos que hay entre los veinte símbolos podrían ser comparados con los
diecinueve giros que los filamentos del ADN complementario hacen para completar un
codón, que es una de las 64 estructuras de seis partes que constituyen el código genético.
Las 13 Lunas, de 28 días cada una, forman 364 días, a los que se agrega uno, el llamado Día
Fuera del Tiempo, correspondiente al 25 de julio. El año solarlunar está sincronizado además
con la elevación heliacal de la estrella Sirio del 26 de julio, fecha que se considera como la de
inicio del año en el modelo de tiempo noosférico NET.
Tanto el calendario gregoriano como el de 13 lunas actúan anualmente con 52 semanas de
siete días (364 días).
El ciclo solar galáctico de 52 años es emitido directamente, como una transmisión Siriana,
hacia la órbita solar de V.24.3 (el planeta Tierra). Esta transmisión de doble emisión estelar
de Sirio se denomina el código de Sirio.
52 días terrestres = 1 día de SirioB
52 semanas terrestres de 7 días = 1 semana de SirioB
52 años terrestres = 1 año de SirioB
Cada tono galáctico es el equivalente de un pulso galáctico de Sirio‐A. Sirio‐B genera 20
pulsos, que constituyen una trayectoria armónica, sincronizándose con los 13 pulsos
galácticos de Sirio‐A. Coordinado por los pulsos de Sirio‐A, la cromática (pulso) de 260 kines
de Sirio‐B, está organizada como un sistema de 20 ondas de Sirio‐A de 13 pulsos/ tonos,
sincronizados por las 13 trayectorias armónicas de 20 pulsos de Sirio‐B.
Integradas en la órbita de Sirio‐B, estas corrientes del espectro cósmico galáctico son luego
emitidas, a su vez, hacia la órbita solar de V.24.3 (recordemos que así es denominado por los
mayas el planeta Tierra, el Sol se llama Velatropa 24 y el tercer planeta en su órbita es la
Tierra, por lo tanto, V.24.3).
Debería observarse, que no sólo Sirio‐B tiene un ciclo de 52 años terrestres alrededor de
Sirio‐A, sino que también tiene un diámetro de 26.000 millas terrestres, mientras que Sirio‐A
es 26 veces más brillante que nuestro sol. 26 días, es el ciclo de rotación de nuestro sol Kinich
Ahau, cerca a su ecuador (28 días en una latitud de 30° – puntos de iniciación de los ciclos de
manchas solares – y 33 días en sus polos).
26, por supuesto, es la mitad de 52 y un fractal del giro galáctico de 260 kines o la cromática
de Sirio.
La cadena de mando parte de Hunab Ku, pasando por Sirio, hasta nuestro Sol. Es el código
que rige el poder de auto‐transmitir y auto‐transformar la energía radiante y lo encontramos
emanado desde Hunab Ku con comentes espirales de pulsación, y en movimiento de spin y
contraspin.
El 26 de julio de 1987, fecha conocida como la Convergencia Armónica marca el comienzo
de la nueva dispensación del tiempo. Un nuevo sistema de cronología es posicionado desde
esta fecha. La nueva cronología es conocida como “la Cronología de los Ciclos del Nuevo
Sirio”.
Se debe tener en cuenta que Sirio es un sistema trinario, compuesto por SirioA, SirioB y
SirioC (cuyas deidades eran respectivamente Sothis, Satais y Anu).
SirioB colapsó, atravesando sus propias cuerdas astrales. Lo que quedó atrás, en el mundo de
la materia es, en términos estelares, una minúscula estrella enana de materia súper densa que
fue atraída finalmente a una órbita elíptica alrededor de la estrella dominante (SirioA), como
también lo fue SirioC, que mucho antes (hace más de 300.000 años) también había colapsado
(en este blog la hemos denominado con el nombre de Zaos, estrella de origen de los Annunaki
y del planeta Nibiru).
Para entender la alineación de bandas de frecuencia, uno podría pensar en círculos dentro de
círculos (ciclos dentro de ciclos), a los cuales están atados imanes, girando a diferentes
distancias. Claramente, periódicamente ellos podrían alinearse, formando un poderoso y largo
imán. Eso actuaría como una poderosa corriente electromagnética.
La estrella de Canis Mayor (Sirio) se conecta con el cinturón de Orión, con Alción del cúmulo
de las Pléyades en la Constelación de Tauro, y con Andrómeda.
Algunos esperan los efectos de la supernova provocada por Betelgeuse, conocida también
como Alpha Orionis, en la Constelación de Orión.
Os comparto, para analizar, lo que en líneas generales algunas canalizaciones han informado
de dichas alineaciones y que es denominado el “Evento”.
***Cuando el próximo anillo de la gran espiral cósmica de la galaxia y el nuevo ciclo terrestre de
veintiséis mil años empiecen simultáneamente en el año 2013, esto es lo que ya habrá ocurrido:
1) La variación de los polos habrá hecho variar la posición de la Tierra en relación con el
Sol.
2) El Sol, a su vez, se habrá recolocado en virtud de una variación de polos similar, en
relación a las Pléyades.
3) Las Pléyades habrán llegado al término de una espiral, que habrá recolocado a ese
sistema en relación a Orión.
4) El sistema entero de Orión habrá quedado oscurecido por un período de lo que en la
Tierra serían veinticuatro horas, variando así los polos de cada estrella y planeta de ese
sistema. Se habrá consumado la vaporización de muchos de los planetas de ese sistema,
así como la reapertura y reconversión de Orión como portal galáctico al Centro de esta
Galaxia y fuera de ella. Sirio ha venido cumpliendo esta función durante
aproximadamente los últimos trescientos mil años, desde que los liranos invadieron
Orión y tomaron allí el acceso al portal galáctico.
5) La pauta orbital actual de vuestro anillo solar alrededor de Alción, sol central de las
Pléyades, será reemplazada por la del sistema pleyadiano entero, que empezará a
orbitar alrededor de Sirio. Sirio será el nuevo sol central de este brazo de la galaxia y las
Pléyades habrán pasado a formar parte del sistema solar de Sirio.
6) Una onda Galáctica se envía desde el Sol Central Galáctico cada 26.000 años. Este
fenómeno es como el pulso del corazón humano.
7) El plazo y fecha límite para la transformación de la Tierra es entre 1975 y 2025.
8) El Sol Central Galáctico está enviando ondas Gamma dirigidas hacia la Tierra, la nave
espacial Voyager2 ha detectado esta fuerte radiación gamma.
9) Todo el mundo es el catalizador del evento, hemos entrado en un momento crítico de la
elección.
10) La humanidad necesita tomar una decisión ahora. A partir de marzo de 2016 se ha
entrado en la etapa final.
***
Este texto será analizado en los próximos artículos.
Continúa en la 2º parte.