Las Arras
Las Arras
El término arras, al igual que el instituto jurídico que con tal nombre se designa, es de
origen oriental, constituye ésta una afirmación inicial unánimemente admitida, que carece de
todo contradictor entre los tratadistas de la materia.
Del significado o carácter que esta intervención tenía en el tráfico comercial sólo puede
decirse que se trataba de una garantía, de un instrumento de reforzamiento de determinados
contratos entre las partes, y más concretamente del de compraventa. Sólo esto puede decirse
de la configuración de las arras en estas coordenadas históricas, ya que, si bien las arras tal y
como aparecen en el Derecho griego, cuyo estudio abordaré a continuación, representan una
fusión de elementos griegos y fenicios, no es posible establecer la medida de las respectivas
aportaciones.
Aparece aquí otra constante que puede apreciarse en todo el proceso de evolución de la
figura: la utilización y recurso a las arras circunscrito a un determinado contrato, el de
compraventa. Manifestación de lo cual es de un lado la alusión constante que a la compraventa
se hace en la definición del instituto, y de otro el hecho de que todas las investigaciones en
torno a este tema, desarrolladas por especialistas, son abordadas desde la óptica del citado
contrato. Lo cual ha llevado a algunos autores a decir que la configuración jurídica de las arras
está estrechamente conectada con aquella otra de la configuración de la compraventa.
En un sentido muy amplio, las arras podrían definirse como “cantidades o cosas que
pueden mediar en los contratos o dación de una cosa en especie o de una suma de dinero en
garantía del cumplimiento de una obligación”. Las arras son una especie de garantía que se
entrega ya sea para confirmar un contrato, o como parte de indemnización para poder
desistir de dicho contrato, por esto el derecho civil las divide en arras confirmatorias y arras
de retractación.
Generalmente se considera que las arras están constituidas por la entrega de una cosa
que un contratante hace a otro con el fin de asegurar un contrato, confirmarlo, garantizar su
cumplimiento facultar su rescisión.
Se toma en cuenta, pues, el aspecto material de la arras, o sea su entrega, olvidando que
esta entrega no tiene significado jurídico alguno si no es el resultado de un acuerdo de
voluntades de los contratantes para conferir el carácter de arras. Este acuerdo de voluntades
es denominado usualmente “pacto arral”, que puede ser definido como la cláusula inserta en o
anexa en un contrato llamado “principal” o “básico”, en virtud de la cual se conviene en
otorgar a esta entrega los efectos jurídicos que las partes desean darte, según la clase de arras
de que se trate.
El pacto arral y el contrato principal, si bien íntimamente unidos por cuanto aquel es
accesorio de este, son dos actos jurídicos distintos. El contrato principal, que puede ser de la
más variada naturaleza, crea su propia relación jurídica obligacional. El pacto arral se limita a
calificar las arras que se acuerde entregar al celebrarse dicho contrato.
– A la suma entregada en el momento de perfección del contrato; como pago a cuenta del precio
del negocio principal al que sirve (arras confirmatorias).
– En su caso, como cláusula penal dirigida a indemnizar al contratante que cumplió su obligación
frente al que no la cumplió (arras penales).
Según parte de la doctrina también pueden ser arras penales en la medida que existan
previamente las arras confirmatorias, ello implica que necesariamente las arras penales
constituirían una sub-especie de las arras confirmatorias.
La entrega de arras confirmatorias tiene la idea de ser una señal o prueba de seriedad
que de todos modos se dé la celebración del contrato, sin otorgar el derecho de desistirse de
él. En caso que se ratifique la celebración del contrato y el mismo se cumpla, la parte que
recibió las arras puede optar por: devolverlas o en todo caso imputarlas como parte del precio
del pago, ello obviamente de acuerdo a la propia naturaleza del contrato.
Las arras confirmatorias están reguladas en el Código Civil Peruano desde los artículos
1477º al 1479º de la siguiente manera:
El artículo 1478º precisa que es lo que se entiende por arras penales. En dicho artículo
se menciona que si la parte que hubiese entregado las arras no cumple la obligación por causa
imputable a ella, la otra parte puede dejar sin efecto el contrato conservando las arras. Si
quien no cumplió es la parte que las ha recibido, la otra puede dejar sin efecto el contrato y
exigir el doble de las arras.
Finalmente, el texto del artículo 1479º recoge las normas aplicables a la indemnización.
Este dispositivo considera que si la parte que no ha incumplido la obligación prefiere
demandar la ejecución o la resolución del contrato, la indemnización de daños y perjuicios se
regula por las normas generales.
Su entrega otorga la facultad de ejercer el derecho de desistirse del negocio que está
contenido en un contrato, tanto para la parte que cumplió con entregarla como para la
contraparte que las recibió.
Finalmente, cuando la parte fiel al contrato tiene el derecho de apropiarse de las arras
confirmatorias o cuando la incumplidora las tiene que devolver dobladas, estas adquieren una
naturaleza de arras penales, advirtiendo que es una sub-especie de las confirmatorias.
Las arras de retractación están reguladas en el Código Civil Peruano desde los artículos
1477º al 1479 de la siguiente manera:
El artículo 1480º regula los alcances y derecho de retractación. Este dispositivo precisa
que la entrega de las arras de retractación sólo es válida en los contratos preparatorios y
concede a las partes el derecho de retractarse de ellos.
El texto del artículo 1481º consigna los efectos de la retractación. Dentro de los efectos se
menciona que si se retracta la parte que entrega las arras, las pierde en provecho del otro
contratante. Por el contrario, si se retracta quien recibe las arras, debe devolverlas dobladas al
tiempo de ejercitar el derecho. El artículo 1482º considera la posibilidad de la renuncia al
derecho de retractación, al mencionar que la parte que recibe las arras puede renunciar al
derecho de retractación.
Finalmente, el texto del artículo 1483º regula el destino de las arras por contrato
definitivo. Allí se precisa que si se celebra el contrato definitivo, quien recibe las arras las
devolverá de inmediato o las imputará sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.