Educación y Alienación
Educación y Alienación
Educación y Alienación
Introducción
Es común oír en las últimas dos décadas que la educación impartida al hombre
no responde a la realidad, que le aparte en lugar de acercarle a la misma. No
sólo saca al hombre de la realidad, de su mundo; sino que, no contenta con
eso, también le "saca de quicio", de sí mismo. Esto es en grandes rasgos lo
que puede entenderse como enajenación humana, enajenación que patrocinan
los sistemas educativos.
En este trabajo se estudiarán aquellos aspectos que tienen que ver, primero,
con el desarrollo histórico de la alienación; luego la relación existente entre la
educación y la alienación, y por fin hablaré de la superación de la alineación.
La nostalgia del hombre que sufre de la soledad y del dolor de una existencia
anónima y mecánica han sido descritas por Kafka y toda la escuela
existencialista en general: Kierkegaard, Tillich, Heidegger, Sartre. El destino de
enajenación y aislamiento del hombre ha sido descrito también por novelistas
tanto europeos como americanos: Hesse, Thomas Wolfe, Arthur Miller, Camus,
etc.
3. Causas de la alienación
Educación y Alienación
Hasta aquí, casi todas las aseveraciones que se han hecho y citado están
fundamentadas en observaciones, experiencias propias, intuiciones e
interpretaciones teóricas. No quiere decir que tengan más o menos valor que
las aseveraciones que provienen de una investigación en donde se usa el
método científico. Aquí expondremos las aplicaciones de los resultados de las
investigaciones hechas en los últimos cinco años acerca de la alienación de los
estudiantes. Estas investigaciones se llevaron a cabo, casi todas, en escuelas
y colegios de Estados Unidos.
En otro estudio hecho por Sandhu (1972) sobre la alienación de los profesores,
encontró entre los más alienados los profesores más jóvenes, varones,
casados, de un rango más bajo y peor pagado.
Superación de la Alineación
1. Transformación de la sociedad
Los críticos clasificados bajo esta categoría son todos aquellos que de una u
otra forma parten del supuesto de que el hombre es producto de la historia, que
su pensamiento obedece a la realidad económica, social, política, religiosa y
cultural. El hombre está básicamente determinado por estos factores externos;
por lo tanto, de una sociedad alienada básicamente no cabe esperar un
hombre sano. Entre ellos podríamos mencionar a Marx, Fromm, Marcuse y a
toda la Escuela de Frankfort, Pappenheim, Castillo del Pino.
Marx rechazó la pretensión de "superar la alienación dentro del marco de la
alienación", de superar la alienación de una sociedad que gira en torno a
relaciones mercantiles. Si se desea luchar contra las fuerzas de la alienación,
es necesario "luchar por un nuevo fundamento de la sociedad, por el desarrollo
de instituciones económicas y sociales que ya no estén dominadas por una
estructura de explotación" (Pappenheim, 1965). Marx, en "La Sagrada Familia"
tiene una frase reveladora: "Si el ser humano es un producto de sus
circunstancias, tendremos que humanizar las circunstancias". El diseño de una
sociedad no-opresora, en la que reine el principio de la libertad y no el de la
realidad, una sociedad donde el individuo no se vea subordinado ni sea objeto
de manipulaciones por parte de ningún otro poder exterior a él mismo, ya sea
estado, medios de comunicación y de producción, educación, o donde el
individuo sea activo, creativo e independiente, lo hayamos a través de toda la
obra de Fromm y Marcuse.
Estos autores no esperan gran cosa del sistema educativo, ni de los medios de
información por el hecho de que son, diríamos, "la agencia de publicidad" que
le hace a uno creer que necesita la sociedad tal como está. Lo más que se
puede hacer a través de la educación en una sociedad como la nuestra que
permite libertades formales, es vivir la alienación impuesta como una
aceptación "lógica", insuperable e incluso satisfactoria. Marcuse no cree que la
educación pueda ofrecer la posibilidad de preparar, siquiera eso, la sociedad
futura, por el hecho de que esa misma preparación representa una amenaza
para la sociedad presente. "El cambio cualitativo de la educación es un cambio
social cualitativo, y existen pocas posibilidades de que tal cambio se organice y
administre" Marcuse, 1970.
La educación, pues, seguirá siendo la que es, mientras la sociedad sea la que
es. Hablar y proponer una pedagogía liberal, crítica y progresiva no es más
que hacer el juego al sistema y hacer sus defectos más invisibles. Entonces
¿qué hacer mientras llega el cambio o revolución, si es que algún día
llega? Unos se dedicarán a diagnosticar y poner al descubierto las
contradicciones del sistema, pensando en el presente "no en términos de
etapas pasadas, sino en términos de sus propias posibilidades" (Marcuse,
1968). Otros se darán a la tarea de desenmascarar las reformas pedagógicas,
por más liberales que sean e impedir su funcionamiento: "La universidad no
puede funcionar, por tanto hay que impedirla funcionar para que esta
imposibilidad se muestre evidente" (Gorz, 1970). Aunque según la lógica
marxista, lo propio sería desenmascarar al sistema social y no al sistema
educativo, que es su secuela.
2. Transformación de la educación
Aquí muy bien podemos situar a todos los pensadores que hablan de una
escuela libertadora, de la pedagogía de la no-represión, de la nueva educación,
de la revolución de la enseñanza, e incluso de la enseñanza
desescolarizada. Pronto nos vienen a la mente, empezando por Dewey,
autores, tales como Freire, Neill, Reimer, Montessori, Illich. Para todos ellos la
educación es importante en cuanto agente de cambio social y cambio en el
individuo, siempre y cuando vaya dirigida hacia la liberación total de la persona
humana. Es posible eliminar elementos alienantes de la educación, es posible
educar sin despersonalizar,. sin represión y para la libertad. La crítica que
estos pensadores hacen a la escuela moderna, tal vez hay que exceptuar a
Illich y Reimer, es pedagógica y política. Se dirige a qué se enseña y cómo se
enseña, a las edificaciones y ambiente; a la política de administración y
estructura burocrática. Se proponen nuevos currículos y métodos de
enseñanza, participación y acceso del estudiante en todo el proceso educativo
y administrativo; se favorece, por supuesto, la iniciativa, creatividad, crítica y
concientización; el educador viene a ser educando y el educando educador.
Neill, debido a una influencia freudo-neomarxista, toma otros rumbos que creo
son más consecuentes con los supuestos teóricos. No se sitúa al lado de los
idealistas reformistas que creen cambiar el mundo, ya sea transformando a los
hombres o cambiando las estructuras. "Summerhill" se coloca fuera de la
sociedad, fuera del mundo alienado. No niega la sociedad, sino que la
yuxtapone. Summerhill no es una anti-sociedad, sino más bien una contra-
sociedad, una contra-institución que contiene su propio fin en sí misma. El fin
de la educación de Summerhil está en el niño, y no en la sociedad
alienada. "Neill se niega a desempeñar el papel de mediador entre la sociedad
y los niños" (Laguillaumie, 1973). No es posible una educación liberadora en
una sociedad alienante, y por eso es que busca soluciones prácticas para
liberar al niño del peso de la represión, permitiéndole conocer una realidad no
alienada. Neill, consciente de la imposibilidad de encontrar una solución al
problema social por medio de la educación, se niega tanto a ser un pedagogo
crítico, como a ser el agente directo de la ideología burguesa al amparo de una
pedagogía "liberal" y activa.
A pesar de todos los pros y contras que pueda tener Summerhill, esa
experiencia muestra lo que podría ser una sociedad no represiva en la que no
sería necesaria la educación como conjunto de normas coercitivas y sistema de
represión.
3. Transformación interna