Métodos Ergonómicos
Métodos Ergonómicos
Métodos Ergonómicos
Existen diversos métodos que permiten la evaluación del riesgo asociado a la carga postural,
diferenciándose por el ámbito de aplicación, la evaluación de posturas individuales o por
conjuntos de posturas, los condicionantes para su aplicación o por las partes del cuerpo evaluadas
o consideradas para su evaluación. REBA es uno de los métodos observacionales para la
evaluación de posturas más extendido en la práctica. De forma general REBA es un método basado
en el conocido método RULA, diferenciándose fundamentalmente en la inclusión en la evaluación
de las extremidades inferiores (de hecho, REBA es el acrónimo de Rapid Entire Body Assessment).
El método permite el análisis conjunto de las posiciones adoptadas por los miembros superiores
del cuerpo (brazo, antebrazo, muñeca), del tronco, del cuello y de las piernas. Para desarrollar el
método sus autores, apoyados por un equipo de ergónomos, fisioterapeutas, terapeutas
ocupacionales y enfermeras, valoraron alrededor de 600 posturas de trabajo. Para la definición de
los segmentos corporales, se analizaron tareas simples con variaciones en la carga y los
movimientos. El estudio se realizó aplicando varios métodos previamente desarrollados como la
ecuación de Niosh (Waters et al.,1993), la Escala de Percepción de Esfuerzo (Borg, 1985), el
método OWAS (Karhu et al., 1994), la técnica BPD (Corlett y Bishop,1976) y el método RULA
(McAtamney y Corlett,1993).
El método RULA fue básico para la elaboración de los rangos angulares de las posiciones de las
distintas partes del cuerpo, por lo que existe gran similitud entre ambos métodos. Además de la
postura en sí misma, se valoran otros aspectos influyentes en la carga física como la carga o fuerza
manejada, el tipo de agarre o el tipo de actividad muscular desarrollada por el trabajador (tanto
posturas estáticas como dinámicas). Otra novedad respecto al método Rula es la consideración de
la existencia de cambios bruscos de postura o posturas inestables, y si la postura de los brazos se
mantiene a favor de la gravedad.
REBA es un método de análisis postural especialmente sensible con las tareas que conllevan
cambios inesperados de postura, como consecuencia normalmente de la manipulación de cargas
inestables o impredecibles. Su aplicación previene al evaluador sobre el riesgo de lesiones
asociadas a una postura, principalmente de tipo músculo-esquelético, indicando en cada caso la
urgencia con que se deberían aplicar acciones correctivas.
Introducción
El método REBA evalúa posturas individuales y no conjuntos o secuencias de posturas, por ello, es
necesario seleccionar aquellas posturas que serán evaluadas de entre las que adopta el trabajador
en el puesto. Se seleccionarán aquellas que, a priori, supongan una mayor carga postural bien por
su duración, bien por su frecuencia o porque presentan mayor desviación respecto a la posición
neutra.
Para ello, el primer paso consiste en la observación de las tareas que desempeña el trabajador. Se
observarán varios ciclos de trabajo y se determinarán las posturas que se evaluarán. Si el ciclo es
muy largo o no existen ciclos, se pueden realizar evaluaciones a intervalos regulares. En este caso
se considerará, además, el tiempo que pasa el trabajador en cada postura.
Las mediciones a realizar sobre las posturas adoptadas por el trabajador son fundamentalmente
angulares (los ángulos que forman los diferentes miembros del cuerpo respecto a determinadas
referencias). Estas mediciones pueden realizarse directamente sobre el trabajador mediante
transportadores de ángulos, electrogoniómetros, o cualquier dispositivo que permita la toma de
datos angulares. También es posible emplear fotografías del trabajador adoptando la postura
estudiada y medir los ángulos sobre éstas. Si se utilizan fotografías es necesario realizar un
número suficiente de tomas desde diferentes puntos de vista (alzado, perfil, vistas de detalle...). Es
muy importante en este caso asegurarse de que los ángulos a medir aparecen en verdadera
magnitud en las imágenes, es decir, que el plano en el que se encuentra el ángulo a medir es
paralelo al plano de la cámara (Figura 1).
El método debe ser aplicado al lado derecho y al lado izquierdo del cuerpo por separado. El
evaluador experto puede elegir a priori el lado que aparentemente esté sometido a mayor carga
postural, pero en caso de duda es preferible analizar los dos lados.
REBA divide el cuerpo en dos grupos, el Grupo A que incluye las piernas, el tronco y el cuello y
el Grupo B, que comprende los miembros superiores (brazos, antebrazos y muñecas). Mediante las
tablas asociadas al método, se asigna una puntuación a cada zona corporal (piernas, muñecas,
brazos, tronco...) para, en función de dichas puntuaciones, asignar valores globales a cada uno de
los grupos A y B.
La clave para la asignación de puntuaciones a los miembros es la medición de los ángulos que forman
las diferentes partes del cuerpo del operario. El método determina para cada miembro la forma de
medición del ángulo. Posteriormente, las puntuaciones globales de los grupos A y B son modificadas
en función del tipo de actividad muscular desarrollada, el tipo y calidad del agarre de objetos con la
mano, así como de la fuerza aplicada durante la realización de la tarea. Por último, se obtiene la
puntuación final a partir de dichos valores globales modificados.
El valor final proporcionado por el método REBA es proporcional al riesgo que conlleva la realización
de la tarea, de forma que valores altos indican un mayor riesgo de aparición de lesiones
musculoesqueléticas. El método organiza las puntuaciones finales en niveles de actuación que
orientan al evaluador sobre las decisiones a tomar tras el análisis. Los niveles de actuación
propuestos van del nivel 0, que estima que la postura evaluada resulta aceptable, al nivel 4, que
indica la necesidad urgente de cambios en la actividad.
El procedimiento para aplicar el método REBA puede resumirse en los siguientes pasos:
1. Determinar los ciclos de trabajo y observar al trabajador durante varios de estos ciclos: Si el
ciclo es muy largo o no existen ciclos, se pueden realizar evaluaciones a intervalos regulares.
2. Seleccionar las posturas que se evaluarán: Se seleccionarán aquellas que, a priori, supongan
una mayor carga postural bien por su duración, bien por su frecuencia o porque presentan
mayor desviación respecto a la posición neutra.
3. Determinar si se evaluará el lado izquierdo del cuerpo o el derecho: En caso de duda se
analizarán los dos lados.
4. Tomar los datos angulares requeridos:
5. Pueden tomarse fotografías desde los puntos de vista adecuados para realizar las
mediciones.
6. Determinar las puntuaciones para cada parte del cuerpo: Empleando la tabla
correspondiente a cada miembro.
7. Obtener las puntuaciones parciales y finales del método para determinar la existencia de
riesgos y establecer el Nivel de Actuación
8. Si se requieren, determinar qué tipo de medidas deben adoptarse: Revisar las puntuaciones
de las diferentes partes del cuerpo para determinar dónde es necesario aplicar
correcciones.
9. Rediseñar el puesto o introducir cambios para mejorar la postura si es necesario
10. En caso de haber introducido cambios, evaluar de nuevo la postura con el método REBA
para comprobar la efectividad de la mejora
La puntuación del Grupo A se obtiene a partir de las puntuaciones de cada uno de los miembros que
lo componen (tronco, cuello y piernas). Por ello, como paso previo a la obtención de la puntuación
del grupo hay que obtener las puntuaciones de cada miembro.
La puntuación del tronco dependerá del ángulo de flexión del tronco medido por el ángulo entre el
eje del tronco y la vertical. La Figura 3 muestra las referencias para realizar la medición. La
puntuación del tronco se obtiene mediante la Tabla 1.
La puntuación obtenida de esta forma valora la flexión del tronco. Esta puntuación será aumentada
en un punto si existe rotación o inclinación lateral del tronco. Si no se da ninguna de estas
circunstancias la puntuación del tronco no se modifica. Para obtener la puntuación definitiva del
tronco puede consultarse la Tabla 2 y la Figura 4.
La puntuación del cuello se obtiene a partir de la flexión/extensión medida por el ángulo formado
por el eje de la cabeza y el eje del tronco. Se consideran tres posibilidades: flexión de cuello menor
de 20º, flexión mayor de 20º y extensión. La Figura 5 muestra las puntuaciones a asignar en función
de la posición de la cabeza. Además, la puntuación del cuello puede obtenerse mediante la Tabla 3.
La puntuación obtenida de esta forma valora la flexión del cuello. Esta puntuación será aumentada
en un punto si existe rotación o inclinación lateral de la cabeza. Si no se da ninguna de estas
circunstancias la puntuación del cuello no se modifica. Para obtener la puntuación definitiva del
cuello puede consultarse la Tabla 4 y la Figura 6.
La puntuación de las piernas dependerá de la distribución del peso entre las ellas y los apoyos
existentes. La puntuación de las piernas se obtiene mediante la Tabla 5 o la Figura 9.
La puntuación de las piernas se incrementará si existe flexión de una o ambas rodillas (Tabla
6 y Figura 7). El incremento podrá ser de hasta 2 unidades si existe flexión de más de 60°. Si el
trabajador se encuentra sentado no existe flexión y por tanto no se incrementará la puntuación de
las piernas.
Evaluación del Grupo B
La puntuación del Grupo B se obtiene a partir de las puntuaciones de cada uno de los miembros que
lo componen (brazo, antebrazo y muñeca). Así pues, como paso previo a la obtención de la
puntuación del grupo hay que obtener las puntuaciones de cada miembro. Dado que el método
evalúa sólo una parte del cuerpo (izquierda o derecha), los datos del Grupo B deben recogerse sólo
de uno de los dos lados.
La puntuación obtenida de esta forma valora la flexión del brazo. Esta puntuación será aumentada
en un punto si existe elevación del hombro, si el brazo está abducido (separado del tronco en el
plano sagital) o si existe rotación del brazo. Si existe un punto de apoyo sobre el que descansa el
brazo del trabajador mientras desarrolla la tarea la puntuación del brazo disminuye en un punto. Si
no se da ninguna de estas circunstancias la puntuación del brazo no se modifica.
Por otra parte, se considera una circunstancia que disminuye el riesgo, disminuyendo en tal caso la
puntuación inicial del brazo, la existencia de puntos de apoyo para el brazo o que éste adopte una
posición a favor de la gravedad. Un ejemplo de esto último es el caso en el que, con el tronco
flexionado hacia delante, el brazo cuelga verticalmente. Para obtener la puntuación definitiva del
brazo puede consultarse la Tabla 8 y la Figura 9.
Puntuación del antebrazo
La puntuación del antebrazo se obtiene a partir de su ángulo de flexión, medido como el ángulo
formado por el eje del antebrazo y el eje del brazo. La Figura 10 muestra los intervalos de flexión
considerados por el método. La puntuación del antebrazo se obtiene mediante la Tabla 9.
La puntuación del antebrazo no será modificada por otras circunstancias adicionales siento la
obtenida por flexión la puntuación definitiva.
Puntuación de la muñeca
Obtenidas las puntuaciones de cada uno de los miembros que conforman los Grupos A y B se
calculará las puntuaciones globales de cada Grupo. Para obtener la puntuación del Grupo A se
empleará la Tabla 12, mientras que para la del Grupo B se utilizará la Tabla 13.
Puntuaciones parciales
La calidad del agarre de objetos con la mano aumentará la puntuación del Grupo B, excepto en el
caso de que la calidad del agarre sea buena o no existan agarres. La Tabla 16 muestra los
incrementos a aplicar según la calidad del agarre y la Tabla 17 muestra ejemplos para clasificar la
calidad del agarre. La puntuación del Grupo B modificada por la calidad del agarre se
denominará Puntuación B.
Puntuación final
Las puntuaciones de los Grupos A y B han sido modificadas dando lugar a la Puntuación A y a
la Puntuación B respectivamente. A partir de estas dos puntuaciones, y empleando la Tabla 18, se
obtendrá la Puntuación C
Finalmente, para obtener la Puntuación Final, la Puntuación C recién obtenida se incrementará
según el tipo de actividad muscular desarrollada en la tarea. Los tres tipos de actividad considerados
por el método no son excluyentes y por tanto la Puntuación Final podría ser superior a la Puntuación
C hasta en 3 unidades (Tabla 20).
Nivel de Actuación
Obtenida la puntuación final, se proponen diferentes Niveles de Actuación sobre el puesto. El valor
de la puntuación obtenida será mayor cuanto mayor sea el riesgo para el trabajador; el valor 1 indica
un riesgo inapreciable mientras que el valor máximo, 15, indica riesgo muy elevado por lo que se
debería actuar de inmediato. Se clasifican las puntuaciones en 5 rangos de valores teniendo cada
uno de ellos asociado un Nivel de Actuación. Cada Nivel establece un nivel de riesgo y recomienda
una actuación sobre la postura evaluada, señalando en cada caso la urgencia de la intervención.
La Tabla 21 muestra los Niveles de Actuación según la puntuación final.
OWAS: Ovako Working Analysis System
El método Owas permite la valoración de la carga física derivada de las posturas adoptadas
durante el trabajo. A diferencia de otros métodos de evaluación postural como Rula o Reba, que
valoran posturas individuales, Owas se caracteriza por su capacidad de valorar de forma global
todas las posturas adoptadas durante el desempeño de la tarea. Como contrapartida, Owas
proporciona valoraciones menos precisas que los anteriores. Es esta capacidad de considerar
múltiples posturas a lo largo del tiempo, la que hace que Owas, a pesar de ser un método
relativamente antiguo, continúe siendo en la actualidad uno de los más empleados en la
evaluación de la carga postural.
Cada postura observada es clasificada asignándole un código de postura. A partir del código de
cada postura se obtiene una valoración del riesgo o incomodidad que supone su adopción
asignándole una Categoría de riego (Owas distingue cuatro Niveles o Categorías de riesgo para
cada postura).
Así pues, realizada la codificación de las posturas, el método determina la Categoría de riesgo de
cada una de ellas individualmente. Posteriormente se evalúa el riesgo o incomodidad para cada
parte del cuerpo (espalda, brazos y piernas) de forma global, es decir, considerando todas las
posturas adoptadas. Para ello se asigna una Categoría de riesgo a cada parte del cuerpo en función
de la frecuencia relativa de las diversas posiciones que adoptan en las diferentes posturas
observadas.
Finalmente, el análisis de las Categorías de riesgo calculadas para cada postura observada, así
como para las distintas partes del cuerpo de forma global, permitirá identificar las posturas y
posiciones más críticas, así como las acciones correctivas necesarias para mejorar el puesto.
La aplicación del método comienza con la observación de la tarea desarrollada por el trabajador. Si
existen diferentes actividades a lo largo del periodo observado se establecerá una división en
diferentes fases de trabajo. Esta división es conveniente cuando las actividades desarrolladas por
el trabajador son muy diferentes en diversos momentos de su trabajo. Así pues, si la tarea
realizada por el trabajador es homogénea y la actividad desarrollada es constante la evaluación
será simple, si la tarea realizada por el trabajador no es homogénea y puede ser descompuesta en
diversas actividades o fases la evaluación será multifase. Si se han establecido fases la evaluación
se realizará separadamente para cada fase.
El procedimiento para aplicar el método Owas puede resumirse en los siguientes pasos:
1. Determinar si la la tarea debe ser dividida en varias fases (evaluación simple o multi-
fase): Si las actividades desarrolladas por el trabajador son muy diferentes en diversos
momentos de su trabajo se llevará a cabo una evaluación multifase.
2. Establecer el tiempo total de observación de la tarea dependiendo del número y
frecuencia de las posturas adoptadas: Habitualmente oscilará entre 20 y 40 minutos.
3. Determinar la frecuencia de observación o muestreo: Indicar cada cuánto tiempo se
registrará la postura del trabajador. Habitualmente oscilará entre 30 y 60 segundos.
4. Observación y registro de posturas: Observación de la tarea durante el periodo de
observación definido y registro las posturas a la frecuencia de muestreo establecida.
Pueden tomarse fotografías o vídeos desde los puntos de vista adecuados para realizar las
observaciones. Para cada postura se anotará la posición de la espalda, los brazos y las
piernas, así como la carga manipulada y la fase a la que pertenece si la evaluación es
multifase.
5. Codificación de las posturas observadas: A cada postura observada se le asignará
un Código de postura que dependerá de la posición de cada miembro y la carga. Se
emplearán para ello las tablas correspondientes a cada miembro,
6. Cálculo de la Categoría de riesgo de cada postura: A partir de su Categoría de riesgo se
identificarán aquellas posturas críticas o de mayor nivel de riesgo para el trabajador.
7. Cálculo del porcentaje de repeticiones o frecuencia relativa de cada posición de cada
miembro: Se calculará el porcentaje de cada posición de cada miembro (espalda, brazos y
piernas) respecto al total de posturas adoptadas.
8. Cálculo de la Categoría de riesgo para cada miembro en función de la frecuencia relativa:
Se conocerá así qué miembros soportan un mayor riesgo y la necesidad de rediseño de la
tarea.
9. Determinar, en función de los resultados obtenidos, las acciones correctivas y de
rediseño necesarias
10. En caso de haber introducido cambios, evaluar de nuevo la tarea con el método Owas
para comprobar la efectividad de la mejora
La tarea será observada durante el periodo de observación definido y se registraran las posturas a
la frecuencia de muestreo. Aunque esto puede realizarse mediante la observación in situ del
trabajador, filmar en vídeo la tarea y detener la imagen en los momentos oportunos puede
facilitar el registro de las posturas.
A cada postura se le asignará un Código de postura conformado por cuatro dígitos. El primer dígito
dependerá de la posición de la espalda del trabajador en la postura valorada (Tabla 1), el segundo
de la posición de los brazos (Tabla 2), el tercero de la posición de las piernas (Tabla 3) y el cuarto
de la carga manipulada (Tabla 4). La Figura 1 muestra un ejemplo de codificación de una postura.
Cálculo del riesgo
Una vez codificadas las posturas incluidas en la evaluación se deberá calcular la Categoría de
riesgo de cada una de ellas. Owas asigna una Categoría de riesgo a cada postura a partir de
su Código de postura.
Existen cuatro Categorías de riesgo (Tabla 5) numeradas del 1 al 4 en orden creciente de riesgo
respecto a su efecto sobre el sistema músculo-esquelético. Cada una, a su vez, establece la prioridad
de posibles acciones correctivas.
Para conocer a qué Categoría de riesgo pertenece cada postura se empleará la Tabla 6. En ella, a
partir de cada dígito del Código de postura, se indica la Categoría de riesgo a la que pertenece la
postura.
Conocidas las Categorías de riesgo de cada postura es posible determinar cuáles son aquellas que
pueden ocasionar una mayor carga postural para el trabajador. Para considerar el riesgo de todas
las posturas de forma global, se calculará a continuación la frecuencia relativa de cada posición
adoptada por cada miembro. Es decir, en qué porcentaje del total de posturas registradas, cada
miembro se encuentra en una posición determinada. Por ejemplo, si se han registrado 50 posturas
y en 10 de ellas la espalda estaba doblada, la frecuencia relativa de espalda doblada es 20%. Este
procedimiento deberá aplicarse a todas las posiciones posibles de todos los miembros. Una vez
conocidas las frecuencias relativas la consulta de la Tabla 7 permitirá conocer las Categorías de
riesgo para la espalda, los brazos y las piernas de manera global. A partir de esta información será
posible identificar que partes del cuerpo soportan una mayor incomodidad y decidir las medidas
correctivas a aplicar.
Análisis biomecánico: biomecánica estática
coplanar
Introducción
Las lesiones músculo-esqueléticas debidas a la carga física suelen tener un origen común: la
sobrecarga de estructuras corporales (articulaciones, tendones y vainas tendinosas, ligamentos,
músculos, etc.) debido a niveles repetidos y/o excesivos de esfuerzos en posturas inadecuadas.
Aunque muchos métodos de evaluación ergonómica abordan la cuestión de valorar el nivel de
riesgo de la realización de esfuerzos, es la aplicación de procedimientos propios de la biomecánica
los que permitirán una evaluación más detallada y específica del riesgo.
Modelos Humanos
Existen modificaciones o adaptaciones sobre este modelo básico. Los más comunes son: dividir el
tronco en dos, tres o más segmentos (tórax, abdomen y pelvis), siendo éste el modelo
desarrollado inicialmente por Dempster (1955) y Plagenhoef (1962, 1971), o simplificar el modelo
reduciendo el número de segmentos, lo que implica asumir que determinadas articulaciones se
comportan de forma rígida, perdiéndose la movilidad entre ellas.
El estudio del peso y la posición del centro de gravedad de cada uno de los segmentos corporales
se ha abordado mediante técnicas experimentales, ya que dependen de la cantidad de materia
que tienen los segmentos y de su distribución espacial, algo que es individual y particular de cada
persona.
Lo más habitual es expresar el peso de cada segmento como un porcentaje del peso total del
individuo. Existen diversos modelos de este estilo. El más habitualmente empleado es el
procedente de los estudios de Dempster (1955) y Clauser (1969):
Otros estudios, como los de Drillis y Contini (1966) permiten realizar una estimación de la longitud
de los diferentes segmentos corporales en función de la estatura del individuo. Puede emplearse
cuando se desconocen dichos valores y su medición directa es imposible. Los datos de la longitud
de los segmentos fueron obtenidos mediante mediciones sobre sujetos vivos, llevando a cabo una
regresión estadística respecto a la variable estatura. De esta forma se obtuvieron las dimensiones
de cada segmento como una proporción de la estatura del individuo. En general se encontraron
correlaciones con r2>0.5, excepto en el caso de la longitud del pie y de la longitud de la mano en
los que r2<0.5. Debe recordarse que los valores obtenidos son estimados, y que en cualquier caso
es preferible la medición directa de las longitudes. No obstante, el empleo de las correlaciones
entre la estatura y las longitudes de los segmentos corporales provoca un error estándar inferior a
un centímetro. Es decir, en el 95% de las ocasiones, la longitud real y la estimada diferirán en
menos de 2 centímetros.
Momentos Máximos
Como ya se ha indicado, con el movimiento varía el grado de estiramiento muscular, y con ello la
capacidad de los músculos de producir fuerza. Por otro lado, también suele existir una modificación
del ángulo que forma el brazo de palanca respecto a la acción de la propia fuerza; por ello, el valor
de este brazo de palanca también varía.
Existen estudios que determinan las fuerzas musculares máximas en función de las posturas y tipos
de movimientos, y, consecuentemente, permiten deducir los momentos máximos en cada caso. En
esencia y para evitar cualquier tipo de lesión, cuando alguien intenta tirar, empujar o levantar una
carga con el máximo esfuerzo, los momentos generados por la aplicación de la carga y el propio
peso deberían ser de menor o igual magnitud que los momentos que son capaces de generar los
músculos implicados en el movimiento.
Basándose en el hecho de que en cada articulación existe un momento de fuerza muscular medible
que no debe ser superado por los momentos generados por cargas externas, se puede generar un
modelo biomecánico capaz de predecir el máximo esfuerzo permitido en cada articulación en
función del tipo de movimiento. Uno de los primeros modelos fue desarrollado por Chaffin (1969).
Se trata de un modelo estático y coplanar (plano sagital) para el estudio de movimientos implicados
en el manejo de cargas. Este modelo, haciendo referencia a la limitación del par de fuerza del
músculo, establece que debe cumplirse que:
Donde:
-Sj es el momento máximo que puede producirse en la articulación j cuando actúan los
músculos extensores.
Mj/L es el momento que actúa en cada articulación j debido a la carga externa L sostenida y
al peso de los segmentos corporales que sostiene dicha articulación j.
Para calcular Sj y -Sj se requiere la realización de pruebas con distintos tipos de sujetos. La
estimación requiere tener en cuenta multitud de factores, entre los que destacan: la postura, la
constitución física del operario, el tiempo, y la longitud del movimiento (a mayor longitud, menor
momento). Teniendo en cuenta estos factores y siguiendo el método adecuado pueden obtenerse
unos valores máximos que sirven de patrón. Un estudio de este estilo fue realizado por Stobbe en
1982. Como ya se ha mencionado, los momentos de fuerza de los músculos varían según el rango
de giro de la articulación. Por tanto, se deben conocer los ángulos entre segmentos para poder
calcular Sj y -Sj. En el modelo empleado en este caso los ángulos deben medirse tal y como muestra
la Figura 4.
En la Tabla 3 se muestran algunas de las ecuaciones propuestas por Chaffin para el cálculo de Sj y -
Sj.
Procedimiento de cálculo
Suponiendo que se desea conocer el momento máximo al que puede someterse el codo en la
postura reflejada en la Figura 1, habrá de determinarse si los paquetes musculares activos son los
flectores o los extensores. Mantener el antebrazo en la postura de dicha figura requiere la actuación
de los músculos bíceps, braquial y braquirradial, es decir, los músculos flectores del antebrazo. Así
pues, se trata de una Flexión de Codo. En la primera fila de la Tabla 3 puede observarse que las
articulaciones primaria y adyacente para Flexión de Codo son el Codo y el Hombro, por lo que habrá
que determinar los ángulos αe y αs en grados sexagesimales tal y como se muestra en la Figura 4. El
valor de dichos ángulos se introduce en la ecuación correspondiente:
junto con el correspondiente a G, que tratándose de un hombre tomará el valor 0.1924 según la
tabla 3. Considerando que αe =90º y αs =0º se obtiene que Se = 78.19 Nm.
Por otra parte, el valor calculado es el máximo recomendable para posturas y esfuerzos puntuales
de corta duración. Este valor deberá ser disminuido si los esfuerzos son realizados durante tiempos
prolongados o con frecuencia. Los límites recomendados dependerán de la duración de la acción y
de su repetitividad. En función de la repetitividad de la acción los esfuerzos se clasificarán en:
Esfuerzos que se repite con una frecuencia inferior a una vez cada 5 minutos
La aplicación del modelo descrito para la evaluación de esfuerzos en las diferentes articulaciones es
un procedimiento que puede resultar complejo sin el apoyo de una herramienta informática. La
herramienta de cálculo ofrecida en Ergonautas permite realizar los cálculos físicos y la aplicación del
modelo a partir de los datos de entrada, proporcionando como resultados: el nivel de esfuerzo en
cada articulación, la carga máxima recomendable, el porcentaje de población protegida, además de
la estabilidad de la postura, la posibilidad de deslizamiento y la de vuelco del trabajador bajo las
cargas soportadas.
Para proceder al cálculo deben recogerse una serie de datos sobre la tarea:
Además, si se desea calcular la posibilidad de deslizamiento del trabajador por la postura adoptada
y carga sostenida, deberá conocerse el coeficiente de rozamiento entre el calzado y el suelo.
A partir de estos datos el software calculará la tensión y los momentos generados en cada
articulación y los comparará con los máximos permisibles en dicha postura obtenidos del modelo
antes expuesto, modificados en función de la duración y frecuencia del esfuerzo, y del porcentaje
de población a la que se desee proteger. A partir de la diferencia entre el momento actuante y el
permisible en cada articulación el programa determinará el riesgo existente.
FANGER: Estimación de la sensación térmica
Introducción
La falta de confort térmico es uno de los principales factores de riesgo ergonómico y está
íntimamente relacionado con la aparición de trastornos músculo-esqueléticos.
Para que una determinada situación pueda considerarse térmicamente confortable debe
cumplirse, como condición básica, que permita a los mecanismos fisiológicos encargados de la
termorregulación alcanzar el equilibrio térmico; es decir, que el cuerpo sea capaz de equilibrar el
calor ganado (de origen metabólico o procedente del entorno) y el calor eliminado mediante
diferentes procedimientos.
Sin embargo, alcanzar el equilibrio térmico no garantiza el confort. El cuerpo humano es capaz de
equilibrar el balance térmico en situaciones en las que no existe confort, por lo que para valorar si
existe dicha sensación deben considerarse otros factores ambientales; por ejemplo, para que
exista el confort es necesario que la cantidad de sudor excretado o la temperatura de la piel estén
situados dentro de ciertos límites. Además, las situaciones de confort dependen de la actividad
que se esté realizando. Por ejemplo, al aumentar el nivel de actividad (y por lo tanto el consumo
metabólico) la cantidad de sudor evaporado debe crecer para mantener el confort, mientras que
la temperatura de la piel debe decrecer.
Existen diversos métodos que pretenden evaluar en qué medida se alcanza el confort térmico en
una determinada situación, pero la mayoría de ellos no consideran variables que en un ambiente
industrial son de gran importancia como la presencia de calor radiante, la intensidad de trabajo,
etc., por lo que su utilidad en el campo laboral es muy limitada.
Fue P.O. Fanger (Thermal Confort, McGraw-Hill, 1973) quien elaboró un procedimiento que
contemplaba las diferentes variables que influyen en la valoración del ambiente térmico en un
entorno laboral. El método de Fanger considera el nivel de actividad, las características de la ropa,
la temperatura seca, la humedad relativa, la temperatura radiante media y la velocidad del aire.
Todas estas variables influyen en los intercambios térmicos hombre-entorno, afectando a la
sensación de confort.
El método de Fanger, en la actualidad uno de los más extendidos para la estimación del confort
térmico, calcula dos índices denominados Voto medio estimado (predicted mean vote)
y Porcentaje de personas insatisfechas (predicted percentage dissatisfied), que indican la
sensación térmica media de un entorno y el porcentaje de personas que se sentirán inconfortables
en un ambiente determinado. Esto resulta de gran interés no sólo cuando se trata de evaluar una
situación sino cuando se pretende proyectar o modificar un ambiente térmico.
El Voto medio estimado es un índice que refleja el valor medio de los votos emitidos por un grupo
numeroso de personas respecto a una situación dada en una escala de sensación térmica de 7
niveles (frío, fresco, ligeramente fresco, neutro, ligeramente caluroso, caluroso, muy caluroso),
basado en el equilibrio térmico del cuerpo humano (la diferencia entre la producción interna de
calor del cuerpo y su pérdida hacia el ambiente).
El Voto medio estimado predice el valor medio de la sensación térmica, no obstante, los votos
individuales se distribuirán alrededor de dicho valor medio, por lo que resulta útil estimar
el Porcentaje de personas insatisfechas por notar demasiado frío o calor, es decir aquellas
personas que considerarían la sensación térmica provocada por el entorno como desagradable.
Mediante el cálculo del Voto medio estimado (PMV), el método Fanger permite valorar la
sensación térmica global correspondiente a determinado ambiente térmico. El cálculo
del Porcentaje de personas insatisfechas (PPD) permitirá predecir el porcentaje de personas que
considerarán dicha situación como no confortable.
Aplicar el método de Fanger para valorar el confort térmico de un determinado entorno supone
aplicar los pasos del siguiente procedimiento:
Las unidades empleadas habitualmente para los cálculos de la tasa metabólica son el met y
el W/m². La siguiente tabla muestra sus equivalencias:
1 Kcal 4,184 KJ
1 Kcal/h 1,161 W
1W 0,861 Kcal/h
Tasa metabólica comprendida entre 46 y 232 W/m² (entre 0,8 met. y 4 met).
Aislamiento de la ropa entre 0 y 0,31 m² K/W (0 clo. y 2 clo).
Temperatura del aire entre 10 Cº y 30 Cº.
Temperatura radiante media entre 10 Cº y 40 Cº.
Velocidad del aire entre 0 m/s y 1 m/s.
Presión del vapor de agua entre 0 y 2700 Pa.
Para aplicar el método es necesario conocer el grado de aislamiento que la ropa habitual o de
trabajo proporciona al usuario. Sin embargo, conocer exactamente el aislamiento que
proporcionan las prendas es una tarea complicada. La solución más conveniente es estimar el
aislamiento, para lo cual existen diferentes procedimientos como, por ejemplo, los indicados en
las normas ISO 7730 e ISO 9920.
Estas tablas permiten el cálculo del aislamiento térmico de la ropa a partir de combinaciones
habituales de prendas, o bien mediante la selección personalizada de las prendas que configuran
el atuendo del trabajador. Además, si la actividad se realiza en posición sentada, permite añadir al
aislamiento calculado para la ropa el proporcionado por el asiento.
Las unidades para medir el aislamiento térmico de la ropa son el clo. y los metros cuadrados kelvin
por vatio (m²K/W). Para la obtención del Voto Medio Estimado se requiere el valor del aislamiento
de la ropa medido en m²K/W. Si se dispone de la medida en unidades clo. se aplicará la siguiente
conversión: 1 clo. = 0,155 m²K/W.
La Tasa metabólica
La tasa metabólica mide el gasto energético muscular que experimenta el trabajador cuando
desarrolla una tarea. Gran parte de dicha energía es transformada directamente en calor.
Aproximadamente sólo el 25% de la energía es aprovechada en realizar el trabajo, el resto se
convierte en calor.
El cálculo de la tasa metabólica será necesario no sólo como variable para la estimación del
bienestar térmico mediante el Voto Medio Estimado, sino también para la evaluación de la carga
física asociada a la tarea, al observarse una relación directa entre la dureza de la actividad
desarrollada y el valor de la tasa metabólica.
Por ejemplo, según la NTP177, el desarrollo de un trabajo ligero supone una tasa metabólica
inferior a 1600 Kcal en una jornada de 8 horas, entre 1600 y 2000 si el nivel de actividad es medio
y superior a 2000 si el trabajo es duro.
Pueden aplicarse cinco procedimientos normalizados de diferente grado de precisión para calcular
la tasa metabólica:
Si la tasa metabólica varía en el tiempo debe calcularse su valor medio ponderado durante una
hora. La Tabla 2 muestra los valores de la tasa metabólica en función de la actividad desarrollada y
puede servir al evaluador como primera aproximación. Para el cálculo del Voto Medio Estimado la
variable Tasa metabólica deberá estar medida en W/m², si se dispone de la medida en unidades
met. se aplicará la siguiente conversión: (1 met. = 58,15 W/m²)
Caracterización térmica del entorno
Las características térmicas del entorno que es necesario medir para la aplicación del método son:
En la que:
Una vez finalizada la fase de recogida de información se debe calcular el Voto Medio
Estimado (PMV). El Voto medio estimado es un índice que refleja el valor medio de los votos
emitidos por un grupo numeroso de personas respecto a una situación dada en una escala de
sensación térmica de 7 niveles (frío, fresco, ligeramente fresco, neutro, ligeramente caluroso,
caluroso, muy caluroso), basado en el equilibrio térmico del cuerpo humano.
Para realizar el cálculo se empleará la ecuación de confort de Fanger. Esta ecuación, que se
muestra más abajo, es una ecuación paramétrica cuya resolución requiere de cálculos iterativos.
Por ello es conveniente contar con el apoyo de un software para obtener el valor de PVM. De
forma alternativa pueden emplearse tablas normalizadas como las de la norma ISO 7730, aunque
en este caso debe obtenerse previamente la temperatura operativa en la recopilación de datos
inicial.
Obtenido el voto medio estimado mediante la ecuación de confort, se comparará su valor en la
escala de sensación térmica de la Tabla 3, con el fin de determinar la sensación térmica global
percibida por la mayoría de los trabajadores correspondiente a las condiciones evaluadas.
+3 Muy caluroso
PMV SENSACIÓN TÉRMICA
+2 Caluroso
+1 Ligeramente caluroso
0 Neutro
-1 Ligeramente fresco
-2 Fresco
-3 Frio
Conocido el voto medio estimado es posible calcular el Porcentaje de personas insatisfechas (PPD)
en el entorno térmico evaluado. Este índice estima la dispersión de los votos de las personas
alrededor del PVM obtenido, y representa el porcentaje de personas que considerarían la
sensación térmica como desagradable, demasiado fría o calurosa.
Si el valor del voto medio estimado (PMV) está en el rango de valores comprendidos entre -0,5 y
0,5 la situación térmica es satisfactoria y confortable para la mayoría de las personas. En otro caso
la situación se considerará inadecuada y por tanto deberían implantarse medidas correctoras para
mejora la sensación térmica.
El mejor valor del porcentaje de personas insatisfechas que se puede obtener es de un 5%,
correspondiente a una situación de neutralidad térmica, o lo que es lo mismo, con un valor cero
del voto medio estimado. La ecuación no contempla por tanto la situación ideal de que no exista
ningún trabajador insatisfecho con las condiciones térmicas, estimando que en las mejores
condiciones de confort térmico al menos un 5% puede no estar conforme.
El análisis de los valores obtenidos en los diferentes términos de la ecuación de confort de Fanger,
que identifican los diferentes mecanismos de perdida de calor, puede orientar al evaluador sobre
los aspectos térmicos más desfavorables y sobre los que es más urgente intervenir.
El cálculo del voto medio estimado y del porcentaje de personas insatisfechas permite identificar
situaciones de incomodidad térmica percibidas por el cuerpo en su conjunto, sin embargo existen
una serie de factores tales como las corrientes de aire, la diferencia de temperatura vertical, la
existencia de techos, paredes o suelos fríos o calientes (asimetría de la temperatura radiante), que
pueden provocar incomodidad al trabajador aun cuando la situación global haya sido valorada
como satisfactoria por el método Fanger. Así pues, en tales casos debería completarse la
evaluación con el estudio de la llamada "incomodidad térmica local".
LEST: Método del laboratorio de economía y
sociología del trabajo
Introducción
El método Lest fue desarrollado por F. Guélaud, M.N. Beauchesne, J. Gautrat y G. Roustang,
miembros del Laboratoire d'Economie et Sociologie du Travail (L.E.S.T.), y pretende la evaluación
de las condiciones de trabajo de la forma más objetiva y global posible, estableciendo un
diagnóstico final que indique si cada una de las situaciones consideradas en el puesto es
satisfactoria, molesta o nociva.
El método es de carácter global considerando cada aspecto del puesto de trabajo de manera
general. No se profundiza en cada uno de esos aspectos, si no que se obtiene una primera
valoración que permite establecer si se requiere un análisis más profundo con métodos
específicos. El objetivo es, según los autores, evaluar el conjunto de factores relativos al contenido
del trabajo que pueden tener repercusión tanto sobre la salud como sobre la vida personal de los
trabajadores. Antes de la aplicación del método deben haberse considerado y resuelto los riesgos
laborales referentes a la Seguridad e Higiene en el Trabajo dado que no son contemplados por el
método.
La información que es preciso recoger para aplicar el método tiene un doble carácter objetivo-
subjetivo. Por un lado, se emplean variables cuantitativas como la temperatura o el nivel sonoro, y
por otra, es necesario recoger la opinión del trabajador respecto a la labor que realiza en el puesto
para valorar la carga mental o los aspectos psicosociales del mismo. Es pues necesaria la
participación en la evaluación del personal implicado
1. Entorno físico
2. Carga física
3. Carga mental
4. Aspectos psicosociales
5. Tiempo de trabajo
La evaluación se basa en las puntuaciones obtenidas para cada una de las 16 variables
consideradas.
Para aplicar el método LEST debe recogerse la información requerida para valorar cada una de las
6 dimensiones que considera. Cada dimensión se subdivide en una serie de variables mostrada en
la Tabla 1.
Es mucha la información que es preciso recoger para la valoración. La Tabla 2 es un resumen de los
ítems a considerar. Para obtener la información detallada debe utilizarse una Hoja de Campo, en la
que se recoge de forma ordenada.
Una vez recogidos los datos deben consultarse una serie de tablas de puntuaciones que permiten
obtener las valoraciones de cada variable y dimensión. La valoración obtenida para cada
dimensión oscila entre 0 y 10 y la interpretación de dichas puntuaciones se realiza según la Tabla
3:
Introducción
La lista de comprobación de riesgos ergonómicos es una herramienta que tiene como objetivo
principal contribuir a una aplicación sistemática de los principios ergonómicos. Fue desarrollada
con el propósito de ofrecer soluciones prácticas y de bajo coste a los problemas ergonómicos,
particularmente para la pequeña y mediana empresa. Pretende mejorar las condiciones de trabajo
de una manera sencilla, a través de la mejora de la seguridad, la salud y la eficiencia.
Se trata de una herramienta especialmente adecuada para llevar a cabo una evaluación de nivel
básico (o identificación inicial de riesgos) previa a la evaluación de nivel avanzado.
La lista de comprobación está dirigida a quienes deseen mejorar las condiciones de trabajo por
medio de un análisis sistematizado y una búsqueda de soluciones prácticas a problemas
específicos. Los puntos de comprobación han sido desarrollados para uso de gran variedad de
usuarios: empresarios, supervisores, trabajadores, ingenieros, profesionales de la Salud y
Seguridad, formadores e instructores, inspectores, "extension workers", ergónomos, diseñadores
de lugares de trabajo y otras personas que puedan estar interesadas en mejorar los lugares,
equipos y condiciones de trabajo.
La lista cubre todos los principales factores ergonómicos de los lugares de trabajo, lo que ayudará
a supervisarlos de manera organizada.
La lista de comprobación ergonómica realiza un análisis de diez áreas diferentes en las que la
ergonomía influye en las condiciones de trabajo. Para cada área existen de 10 a 20 puntos de
comprobación. En su totalidad la lista está formada por 128 puntos. Cada punto de comprobación
indica una acción. Para cada una de las acciones se dan opciones y algunas indicaciones
adicionales. De esta manera, existe la posibilidad de seleccionar los puntos de comprobación que
sean de aplicación a un lugar de trabajo concreto y utilizar las proposiciones de acción como una
lista de comprobación adaptada.
1. Definir el área de trabajo que será inspeccionada. En el caso de una empresa pequeña
puede llegar a ser toda el área de trabajo.
2. Conocer las características y factores más importantes del lugar de trabajo que se va a
analizar, como los diferentes productos y procesos que se realizan, el número de
trabajadores, los turnos, las pausas, las horas extras y cualquier problema o incidente que
pueda existir en el lugar de trabajo.
3. Utilizar la lista de comprobación para seleccionar y aplicar los puntos de comprobación
que sean relevantes en el lugar de trabajo.
4. Leer detenidamente cada ítem para saber cómo aplicarlo, en caso de duda, preguntar a los
jefes o empleados.
5. Organizar un grupo de discusión empleando la lista de comprobación específica del
usuario como material de referencia. Un grupo de personas puede examinar el lugar de
trabajo para realizar un estudio de campo.
6. Marcar en cada punto de comprobación, en el apartado "¿Propone alguna acción?", un
"SÍ", si el punto de comprobación se está cumpliendo. Si piensa que debería cumplirse y
no es así, marcar un "NO". Utilizar el apartado de Observaciones por si desea añadir
alguna sugerencia o localización.
7. Una vez terminado, volver a analizar los ítems marcados con "NO". Seleccionar aquellos
cuyas mejoras parezcan más importantes y marcarlos como PRIORITARIO.
La Lista de Comprobación
A continuación, se muestra la lista de comprobación ergonómica con sus 128 ítems o puntos de
comprobación agrupados en las áreas:
Mantener los pasillos y corredores con una anchura suficiente para permitir un transporte
002
de doble sentido.
Que la superficie de las vías de transporte sea uniforme, antideslizante y libre de
003
obstáculos.
Mejorar la disposición del área de trabajo de forma que sea mínima la necesidad de mover
005
materiales.
007 Emplear carros auxiliares móviles para evitar cargas y descargas innecesarias.
Usar estantes a varias alturas, o estanterías, próximos al área de trabajo, para minimizar el
008
transporte manual de materiales.
009 Usar ayudas mecánicas para levantar, depositar y mover los materiales pesados.
En lugar de transportar cargas pesadas, repartir el peso en paquetes menores y más ligeros,
011
en contenedores o en bandejas.
012 Proporcionar asas, agarres o buenos puntos de sujeción a todos los paquetes y cajas.
013 Eliminar o reducir las diferencias de altura cuando se muevan a mano los materiales.
015 Cuando se manipulen cargas, eliminar las tareas que requieran el inclinarse o girarse.
Levantar y depositar los materiales despacio, por delante del cuerpo, sin realizar giros ni
017
inclinaciones profundas.
Cuando se transporte una carga más allá de una corta distancia, extender la carga
018
simétricamente sobre ambos hombros para proporcionar equilibrio y reducir el esfuerzo.
Combinar el levantamiento de cargas pesadas con tareas físicamente más ligeras para
019
evitar lesiones y fatiga, y aumentar la eficiencia.
Herramientas manuales
023 Suministrar herramientas mecánicas seguras y asegurar que se utilicen los resguardos.
025 Utilizar tornillos de banco o mordazas para sujetar materiales u objetos de trabajo.
028 Elegir herramientas que puedan manejarse con una mínima fuerza.
Proporcionar herramientas manuales con agarres, que tengan la fricción adecuada, o con
030
resguardos o retenedores que eviten deslizamientos y pellizcos.
Proporcionar un espacio suficiente y un apoyo estable de los pies para el manejo de las
036
herramientas mecánicas.
040 Asegurar que el trabajador pueda ver y alcanzar todos los controles cómodamente.
043 Limitar el número de pedales y, si se usan, hacer que sean fáciles de operar.
Hacer que las señales e indicadores sean fácilmente distinguibles unas de otras y fáciles de
044
leer.
Utilizar marcas o colores en los indicadores que ayuden a los trabajadores a comprender lo
045
que deben hacer.
047 Utilizar símbolos solamente si éstos son entendidos fácilmente por los trabajadores locales.
Utilizar sistemas de sujeción o fijación con el fin de que la operación de mecanizado sea
050
estable, segura y eficiente.
Utilizar dispositivos de alimentación y expulsión, para mantener las manos lejos de las
052
zonas peligrosas de la maquinaria.
Utilizar guardas o barreras apropiadas para prevenir contactos con las partes móviles de la
053
maquinaria.
Usar barreras interconectadas para hacer imposible que los trabajadores alcancen puntos
054
peligrosos cuando la máquina esté en funcionamiento.
056 Formar a los trabajadores para que operen de forma segura y eficiente.
Ajustar la altura de trabajo a cada trabajador, situándola al nivel de los codos o ligeramente
057
más abajo.
Asegurarse de que los trabajadores más pequeños pueden alcanzar los controles y
058
materiales en una postura natural.
Asegurarse de que los trabajadores más grandes tienen bastante espacio para mover
059
cómodamente las piernas y el cuerpo.
Situar los materiales, herramientas y controles más frecuentemente utilizados en una zona
060
de cómodo alcance.
061 Proporcionar una superficie de trabajo estable y multiusos en cada puesto de trabajo.
Proporcionar sitios para trabajar sentados a los trabajadores que realicen tareas que exijan
062 precisión o una inspección detallada de elementos, y sitios donde trabajar de pie a los que
realicen tareas que demanden movimientos del cuerpo y una mayor fuerza.
Asegurarse de que el trabajador pueda estar de pie con naturalidad, apoyado sobre ambos
063
pies, y realizando el trabajo cerca y delante del cuerpo.
Permitir que los trabajadores alternen el estar sentados con estar de pie durante el trabajo,
064
tanto como sea posible.
Proporcionar sillas o banquetas para que se sienten en ocasiones los trabajadores que
065
están de pie.
066 Dotar, de buenas sillas regulables con respaldo a los trabajadores sentados.
Hacer que los puestos con pantallas y teclados, tales como los puestos con pantallas de
068
visualización de datos (PVD), puedan ser regulados por los trabajadores.
Proporcionar reconocimientos de los ojos y gafas apropiadas a los trabajadores que utilicen
069
habitualmente un equipo con una pantalla de visualización de datos (PVD).
071 Implicar a los trabajadores en la mejora del diseño de su propio puesto de trabajo.
Iluminación
Usar colores claros para las paredes y techos cuando se requieran mayores niveles de
073
iluminación.
074 Iluminar los pasillos, escaleras, rampas y demás áreas donde pueda haber gente.
075 Iluminar el área de trabajo y minimizar los cambios de luminosidad.
079 Eliminar las superficies brillantes del campo de visión del trabajador.
Elegir un fondo apropiado de la tarea visual para realizar trabajos que requieran una
080
atención continua e importante.
Locales
083 Proteger el lugar de trabajo del excesivo calor o frío procedente del exterior.
Mejorar y mantener los sistemas de ventilación para asegurar una buena calidad del aire en
087
los lugares de trabajo.
Riesgos ambientales
088 Aislar o cubrir las máquinas ruidosas o ciertas partes de las mismas.
Reducir las vibraciones que afectan a los trabajadores a fin de mejorar la seguridad, la salud
091
y la eficiencia en el trabajo.
Elegir lámparas manuales eléctricas que estén bien aisladas contra las descargas eléctricas
092
y el calor.
093 Asegurarse de que las conexiones de los cables de las lámparas y equipos sean seguras.
Con el fin de asegurar una buena higiene y aseo personales, suministrar y mantener en
094
buen estado vestuarios, locales de aseo y servicios higiénicos.
Proporcionar áreas para comer, locales de descanso y dispensadores de bebidas, con el fin
095
de asegurar el bienestar y una buena realización del trabajo.
Señalizar claramente las áreas en las que sea obligatorio el uso de equipos de protección
098
individual.
Cuando los riesgos no puedan ser eliminados por otros medios, elegir un equipo de
100
protección individual adecuado para el trabajador y de mantenimiento sencillo.
Proteger a los trabajadores de los riesgos químicos para que puedan realizar su trabajo de
101
forma segura y eficiente.
Asegurar el uso habitual del equipo de protección individual mediante las instrucciones y la
102
formación adecuadas, y periodos de prueba para la adaptación.
103 Asegurarse de que todos utilizan los equipos de protección individual donde sea preciso.
Asegurarse de que los equipos de protección individual sean aceptados por los
104
trabajadores.
109 Consultar a los trabajadores sobre cómo mejorar la organización del tiempo de trabajo.
110 Resolver los problemas del trabajo implicando a los trabajadores en grupos.
Formar a los trabajadores para que asuman responsabilidades y dotarles de medios para
114
que hagan mejoras en sus tareas.
115 Propiciar ocasiones para una fácil comunicación y apoyo mutuo en el lugar de trabajo.
116 Dar oportunidades para que los trabajadores aprendan nuevas técnicas.
Formar grupos de trabajo, de modo que en cada uno de ellos se trabaje colectivamente y
117
se responsabilicen de los resultados.
119 Combinar las tareas para hacer que el trabajo sea más interesante y variado.
Colocar un pequeño stock de productos inacabados (stock intermedio) entre los diferentes
120
puestos de trabajo.
Combinar el trabajo ante una pantalla de visualización con otras tareas para incrementar la
121
productividad y reducir la fatiga.
Proporcionar pausas cortas y frecuentes durante los trabajos continuos con pantallas de
122
visualización de datos.
Adaptar las instalaciones y equipos a los trabajadores discapacitados para que puedan
124
trabajar con toda seguridad y eficiencia.
Tomar medidas para que los trabajadores de más edad puedan realizar su trabajo con
126
seguridad y eficiencia.
La carga física asociada a una tarea puede medirse a través del consumo de energía que requiere
su desarrollo por parte del trabajador (metabolismo energético). La tasa metabólica puede
estimarse a través del consumo de oxígeno del trabajador cuando desempeña la tarea, dado que
existe una relación conocida entre consumo de oxígeno y consumo de energía. Sin embargo, medir
el consumo de oxígeno mientras el trabajador desempeña la tarea puede resultar poco operativo
por el instrumental a emplear. En este caso es posible estimar el consumo de energía a través de
la frecuencia cardiaca dado que, a frecuencias no excesivamente altas (hasta unas 170 pulsaciones
por minuto), existe una relación lineal entre la frecuencia cardiaca y el consumo de energía.
Para emplear este procedimiento es necesario emplear un pulsómetro para medir la frecuencia
cardiaca del trabajador a ciertos intervalos. Existen dispositivos de este estilo que permiten el
registro continuado de la frecuencia cardiaca y el almacenamiento de los datos para su posterior
análisis.
Además de la edad y el sexo del trabajador, los datos que es necesario recabar para realizar el
análisis son los siguientes:
Donde:
Calculadas estas variables es posible valorar la demanda energética de los puestos y clasificarlos
en función de la penosidad que supone la tarea para el trabajador. La valoración y la clasificación
puede hacerse en función de dos tipos de criterios: los de Frimat y los de Chamoux.
El criterio de Frimat se empleará cuando se están valorando fases cortas del trabajo, mientras que
si se desea evaluar globalmente el puesto durante la jornada laboral completa se empleará el
criterio de Chamoux.
Criterios de Frimat
El criterio de Frimat es el que se debe emplear cuando se están valorando fases cortas del trabajo.
Valora cinco variables asignando a cada una un Coeficiente de penosidad cuyo valor oscila entre 1
y 6 en orden de penosidad creciente (Tabla 1). La suma de dichos coeficientes permite obtener un
valor final en función del cual se valora la tarea.
Obtenidas las cinco variables y sus coeficientes de penosidad, la suma de estos coeficientes
permite valorar la tarea según la Tabla 2.
Criterios de Chamoux
El criterio de Chamoux es el que se debe emplear cuando se está valorando de manera global la
carga física del puesto de trabajo ocupado durante jornadas completas (8 horas). Para obtener la
valoración emplea dos variables: el coste cardiaco absoluto CCA, y el coste cardiaco relativo CCR.
Conocido el valora de ambas variables es posible obtener dos valoraciones mediante las Tablas 3 y
4. La valoración realizada con CCA que permite estimar el coste físico que supone la tarea
desarrollada en términos absolutos, es decir, independientemente de las características del
trabajador que la desempeña. La valoración obtenida mediante CCR estima el grado en el que el
sujeto que realiza la tarea está adaptado al puesto y a su demanda energética.