Magia Teúrgica PDF
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TEÚRGICA
QUINTÍN L Ó P E Z GÓ M EZ
^ 3 iS
%
BARCELONA, SAN MARTÍN
II.
En qué se difereneia la m a g ia Blanoa
de la JSlegpa.
III.
Uso qüe haeían en la antigüedad de la s
m a g ia s B lanea y hlegpa.
IV .
El velo del misterio.
V.
E fe c to s de la m a g ia n a tu iral.
VII.
Efeetos de la magia matemática.
No vamos á tratar aquí de las matemáticas pro
píamente dichas, ni siquiera de las ideas ni de los
oróscopos que de los números deducían les anti
guos. Cuanto á lo primero, á las matemáticas, ha
cemos justicia al lector suponiéndole conocedor de
cuanto por nuestra parte pudiéramos decirle de esa
ciencia positiva, la más positiva entre todas; res
pecto á lo segundo, á las ideas que con los núme
ros reflejaban los antiguos magos, hemos dicho lo
suficiente en nuestro capítulo IV; y en lo relativo á
los oróscopos en que servían de base los guarismos,
esperamos desenvolver nuestro plan en el capítulo
IV dej libro segundo de esta parte.
Empero, si nada tenemos que decir de las mate
máticas propiamente dichas, ni de las ideas referi
das á los números, ni de la onomancia, tenemos, en
— 40 —
+ 5j=9...
(94-5=14;=) -141-9=23)=»
(94-8=174=8 .174-9—26, = S 4264-9=35;=*
— 42 —
09 - 0+ 9 - 9 99 9+ 9 18 = = t
18 = 1 + 8 ■ 9 108 = 1 + 0+ 8 - 9
27 = 2+ 7 9 117 = 1 + 1-17 = 9
36 = 3+ 6 - 9 126 - 1 + 2-1 6 - 9
45 - 4 + 5 = 9 135 = 1 + 3+ 5 - 9
54 = 5 -1- 4 - 9 144 = 1 + 4+ 4 = 9
63 = 6+ 3 = 9 153 = 1 + 5+ 3 = 9
72 = 7 + 2= 9 162 1+ 6+ 2 = 9
81 = 8 + 1-9 171 = 1 + 7+ 1= 9
90 = 9 + 0=9 180 — ! + 8H 0= 9, etc..
VIII.
lúa Goeeia.
ART ES AD I VI NA T O R I A S
Dice un celebrado autor contemporáneo, maestro
en ciencias ocultas, que las reglas que se dan para
todas y cada una de las artes adivinatorias, son nu
las ó casi nulas cuando el agorero carece de inspi
ración ó no tiene la suficiente fijeza para interpre
tar su don profético; pero que son de mucha im
portancia y proporcionan grandes recursos al inspi
rado, cuando ésté, poseído de su papel, se vale de
ellas para coordinar sus pensamientos.
Opinamos de igual modo que el aludido cabalista;
y como nuestra persuasión es la de que ningún fru
to puede sacarse de un arte, aunque se conozca
teóricamente, si no se tienen predisposición y apti
tudes para la práctica del mismo; y como tenemos
el decidido propósito de hacer de nuestro libro un
algo útil y práctico para todos sin excepción; y co
mo nos duele en el alma perder tiempo, écupar es
pacio y consumir la paciencia de quien nos lea en
lo que después de todo apenas si servirá para sa
tisfacer su curiosidad frívola, estimamos convenien
te pasar por alto todas aquellas artes adivinatorias
que no ofrecen en la práctica, no ya un éxito com
pleto, si que ni siquiera un éxito remoto, ni una idea
que pueda servir de verdadera base á más ó menos
ingeniosas conjeturas.
De este trasiego haremos excepción en favor de
la Astrología, la Quiromancia, la Cartomancia y al
guna otra, no porque sinceramente creamos que los
vaticinios que con ellas puedan deducirse hayan de
ser una verdad reconocida, sino porque al menos
se basan en un cálculo de probabilidades y revelan
perspicacia.
Nuestra opinión es que el verdadero porvenir del
ser, por lo que respecta á sus particularidades, lo
constituye un encerado en blanco, donde cada cual
y sólo cada cual ha de ir escribiendo su propia his
toria. Pensar de otro modo equivale á reconocer la
fatalidad, y quien reconoce la fatalidad le niega al
individuo lo que tiene de más noble y elevado: su
albedrío. 'E l ser que no es libre, no es.» Así dijo
Víctor Hugo y así repetimos nosotros. Y como no
podemos negarle ser á la entidad que piensa, siente y
quiere, no podemos negarle tampoco el albedrío, y
no negando éste, no podemos admitir la fatalidad.
Conste, pues, que descartamos de nuestra Magia
todas las artes adivinatorias en las que no hemos
visto ningún viso de fundamento, que damos á co
nocer algunas que se basan solamente en un cálcu
lo de probabilidades, y que describimos otras que
son hijas de la observación; pero conste también que
tanto de unas como de otras opinamos no debe ha
cerse ninguna clase de ilusiones el lector por lo que
se refiere á su porvenir., h^o,' exclusivo de su pasa-
do y de su presente, y que sólo las damos á título
de curiosidad y para que se vea y admire la pers
picacia ó potencia inductiva y deductiva de nuestros
antepasados. Esto nos dicta nuestra conciencia que
debemos hacer y esto hacemos: el lector no podrá
decir jamás que le hemos engañado.
Una palabra todayía antes de cerrar el preámbu
lo de este libro. Estudiando detenidamente las ba
ses de las artes adivinatorias que más abajo se ex
ponen, hemos visto en ellas una transcendencia filo
sófica, y en cierto modo científica, que no se ve ni
remotamente en la a e r e o m a n c i a , en la a s t r a g a l o -
m a n c i a , en la b o t a n o m ü n c i a , etc., etc. ¿No serán es
tas últimas artes un burdo aditamento que la igno
rancia ó el comercio hayan hecho, y en este caso
desde muy antiguo, á la ciencia y filosofía de los ver
daderos magos? Nosotros nos inclinamos á creerlo.
Y ahora, ya podemos entrar en materia.
Astpología.
Cantom aneia.
(oposición)
Rey Reina
(positivo) (negativo)
Sota
oo
(neutro)
Además, los bastos y las copas representan á los
buenos, y los oros y las espadas á los malos; así co
mo los bastos y las espadas representan á los more
nos y los oros y las copas á los blancos.
Tenemos, pues, que las cuatro figuras típicas
simbolizan:
Bastos Copa- Espada- Oros
blanco
Rey. . . hombre. . "bueno. bueno. malo. malo.
Reina. . mujer. . . id. id. id. id.
Caballo, joven. . . id. id. id. id.
Sota. . . neutro.. . id. id. id. id. -
Las diez cartas restantes de cada uno de los pa-
los, se leen:
As. . . Principio J | Cuairp. Principio ¡
Dos . . OpoMcion [ del principio Cinco.. Oposición de Ijoposicióif
Tres. . Equilibrio ] | S e is.. . Equilibrio^
Siete. . Pr.ncipio i I D¡>f, Indeterminado, que solo los
Ocho. . Oposición ! del equilibrio paquetes siguientes pueden darle
Nueve.. Equilibrio] | Mgnificidón.
I
Infancia
Virilidad Apogeo
En el hombrelo En las
Edad madura Declinación
Vejez C aidaó ruina
lo cual presupone que las cartas liar, de ocupar y
representar, por consecuencia, cuatro puntos, opues
tos dos á dos, sobre los que colocaremos las Jámi-
— 64 —
Vejez—Caída
Apogeo
1»
2
3
4
'Vi VII
N eerom aneia.
IV.
Onomsineia.
6
— 1898 = 26
8 pasivo del tercer temario, del ternario mate
rial, que nos revela que si moralmente considerado
l ’a l e n t í n no promete nada bueno, tampoco lo pro
mete en el orden material, puesto que al llegar á
la edad viril, á los 26 años, será, según los núme
ros, pasta dispuesta á todo lo que se quiera, sin
iniciativas propias, sin nada, en una palabra, que le
revele digno. Más tarde todavía, en el 1924, cuan
do cumpla 42 años, V a l e n t í n , según los números,
despertará algo de su letargo en lo material, pues
las operaciones: 1898
-f~ 1
-I 8
+ 9
+ 8
1 9 2 4 = 1 6 = 7 nos indican que
después de 16 años de pasividad acéfala, inaugura
rá una época de actividad (asilo manifiesta el núme
ro 7, a c t i v o del tercer ternario); pero pronto se pre-
— 74 —
+ 4
1940 -- 14
" ,5 ó sea catorce años más tarde, al frisar él en los
56, caerá de nuevo en el p a s i v o moral, que dada la
edad, será la idiocia.
Esto en cuanto á la o n o m a n c i a a r i t m é t i c a .
La o n o m a n c i a a n a g r a m á t i c a consiste en dedu
cir del nombre del individuo otro ú otros nombres
cuyo significado indique alguna prenda ó cualidad,
por ejemplo: ANSELMO=/bV¿w— L o m a s — S a l m ó n
— A í a l e s n o , etc.; todo lo cual revelaría que el tal
A n s e l m o , sería fornido, pendenciero y apreciado, y
que no se vería expuesto á males.
Frecuentemente, con el propósito de completar
el vaticinio lo más y mejor posible, se entrelaza
ban las dos o n o m a n c i a s , deduciendo anagramáti-
camente el valor de cada operación aritmética y
formando la síntesis después de la quinta operación.
No negaremos que estas combinaciones resultan á
veces muy felices, como por ejemplo: El año en
que terminó el terror en Francia, fué el 1794; aña
diendo á este año el valor de sus cifras 1 + 7 4 -9
+ 4, da el año 18 15 , que es el de la caída del im
perio; si á este último le agregamos también el va
lor de sus cifras 1 + 8 + 1 + 5, nos dará el del
advenimiento de los Orleans en 1830; nueva adi
ción de las cifras 1 + 8 + 3 + o, y tendremos el
— 75 “
Quiromancia.
* *
Al terminar el libro repetimos lo que queda con
signado en su principio: L a s r e g l a s d e l a s a r l e s
a d iv in a t o r ia s so n n u la s ó casi n u la s cuando el
a go rero carece de i n s p i r a c i ó n , ó n o t ie n e l a su fi
c ie n t e f i j e z a en la in te r p r e ta c ió n d e s u d o n p r o f é -
t ic o .
De éste don y de sus positivas aplicaciones nos
ocuparemos en la segunda parte.
LIBRO TERCERO
El Anillo de G yges.
IV .
V.
El Tridente de P araeelso.
El Pentaelo de S a n Ju a n .
Vil.
Espejos m ágicos.
V III.
A
AG
SCH I A A GL
SCH I A R A GL A
HCHIAR1
SCHIARIR
s n i I A R I R f
Ltos A m uletos.
III.
IV.
voluntatis.
— '3 4 —
V II.
V III.
El S a b a t de los heehieepos.
El N u e ta m e ü ó n .
S in b u k , juez; R a s p h n i a , nigromántico; A a h u u , g e
nio del escándalo; H e i g l o t , genio de las nieves; M i : -
k u n , genio de los amuletos; y H a v e n , genio de la
dignidad.
E xplicación: E s preciso convertirnos en médi
cos y jueces de nosotros mismos para vencer los
maleficios del- nigromántico; conjurar y despreciar
el genio del escándalo; triunfar de la opinión que
hiela todos los entusiasmos y confunde todas las
cosas en un mismo hielo glacial, y conocer la virtud t
de los signos y encadenar el genio de los amuletos
para alcanzar la dignidad del mago.
G enios de i .a segunda hora: S i s e r a , genio del
deseo; T o r v a t u s , genio de la discordia; N i t i b u s , ge
nio de las estrellas; H i s a r b i u , genio de los mares,
S c h l u p h , genio de las plantas; B a g l i s , genio de la
medida y del equilibrio; L a b e c e r i n , genio del éxito.
E xplicación: Hay que aprender y querer trans
formar en fuerza el genio del deseo y el genio de
la discordia, que es el obstáculo de la voluntad, me
diante la ciencia de la armonía, que es el genio de
las estrellas y de los mares; hay que estudiar la vir
tud de las plantas y comprender el equilibrio de
las leyes para llegar al éxito.
G enios de la tercera ijora : B a l / a b i , genio del
terror, P h l o g a b i t u s , genio de los ornamentos; E i r -
n e u s , genio destructor délos ídolos; M a s c a r a n , g e
nio de la muerte; Z a r o b i , genio de los precipicios:
B a t a t a r , genio de los cálculos; C a h o r , genio de la
decepción.
E xplicación: Cuando por la fuerza creciente de
tu voluntad hayas vencido al genio del terror, sa-
bras que los dogmas son el ornamento sagrado de.
la verdad desconocida del vulgo; pero tu derribarás
en tu inteligencia todos los ídolos, encadenarás al
genio de la muerte, sondearás los precipicios y so
meterás al mismo infinito á la proporción de tus cáb
culos, evitándote así para siempre las emboscadas
del genio de la decepción.
G enios de da cuarta hora: F h a l g u s , genio del
juicio; T h a g r i n u s , genio de la confusión; E i s t i b u s ,
genio de la adivinación; P h a r z u p h , genio de la for
nicación; S i s l a u , genio de los tósicos; S c k i e / c r o n ,
genio del amor de las bestias; A c l a h a y r , genio del
juego.
E xplicación: La fuerza del mago está en su
juicio que le hace evitar la confusión resultante de
la antinomia y del antagonismo de los principios;
practica la adivinación de los sabios, pero despre
cia los prestigios de los encantadores, esclavos de
la fornicación, artistas de tósicos, y servidores del
amor bestial; y, finalmente, triunfa de la fatalidad,
que es el genio del juego.
G enios de la quinta hora: Z e i r n h a , genio de
las enfermedades; T a b l i b i k , genio de la fascinación;
T a c r i t a u , genio de la Goecia; S u f i l c l a í u s , genio de
la polvareda; S a i r , genio del antimonio de los sa
bios; B a r c u s , genio de la quintiesencia; C a m a i s a r »
genio del enlace de los contrarios.
E xplicación: Triunfando de las enfermedades
humanas, el mago deja de ser juguete de la fasci
nación, somete á sus pies las vanas y peligrosas
prácticas de la Goecia— cuyo poder sólo estriba en
la polvareda que levanta la fama— por el antimonio
10
>46 -
X.
II.
B u rb u ja s de fu e g o d e b a jo d e l a g u a . — Échense
raspaduras de fósforo en un vaso, agréguesele agua
hasta más de la mitad, adiciónesele una parte de
clorato de potasa en lentejuelas, é introdúzcase en
el fondo del líquido por medio de un tubo en forma
de cono una cantidad de ácido sulfúrico. En. el acto
se ven subir á la superficie burbujas de agua infla
madas.
V a s o s m á g i c o s . — Llénense un par de vasos de
agua, echando en cada uno una ó dos cucharadas
de tintura de tornasol, que le darán un color azul
muy obscuro; añádase solamente una gota de ácido
sulfúrico en uno y de amoniaco líquido en otro, y el
primero cambiará su color por un carmesí hermoso
y el segundo por un verde brillante; y, finalmente,
si en este último vaso se hace deslizar una sola g o
ta de ácido sulfúrico, y en el primero se le echan
un par ó tres de amoniaco líquido, se verá en el
fondo de aquél un color carmesí, en la parte media
un color púrpura y en la parte superior un color ver
de, y en éste habrá cambiado el color carmesí por
un verde obscuro en el fondo y un púrpura en la par
te media y superior.
R o s a s e n s i b l e . — Tómese una rosa roja totalmen
te abierta y expóngasela al vapor de azufre en com
bustión: al momento se vuelve blanca. Echándola
en el agua, recobra su primitivo color.
C a m b i o d e c o l o r e n v a s o s v a c í o s . — Se toman tres
vasos que se hayan enjuagado, el primero, con vi
nagre, el segundo con una disolución de potasa, y
el tercero, con una disolución de alumbre; se tiene
preparada una disolución de campeche, y después
— 166 —
III.
IV.
Lta a sp ip a e ió n s u p re m a .
MAGIA AG OR E RA
Grafologia.
t i n c i ó n . Escritura ^
magistral, p ero
menor en tamaño, con grandes letras mayúsculas y
minúsculas de igual altura, regulares y bien espa
ciadas, firma sin rúbrica ó con ella muy discreta y
elegante, indica d i g n i d a d p r o v i n i e n t e d e l a d i s t i n
c i ó n . La d e l i c a d e z a se revela en la escritura por la
forma elegante y esbelta de los trazos; y la s i m p l i
c i d a d , por la ausencia absoluta de floreos inútiles y
de rasgos supérfluos.
Revélase la b a j e z a en una escritura vulgar, fre
cuentemente apiñada y sin originalidad ni regulari
dad; y la t o n t e r í a , en las mayúsculas mal formadas
y sin gusto, las minúsculas desiguales y despropor
cionadas y el conjunto desagradable á la vista.
E l v a l o r da trazos claros y sin vacilación, palos
recios y largos y rúbricas muy sencillas, general
mente una raya yendo de derecha á izquierda ter
minando en punta ó con una especie de media vuel
ta. L a f i r m e z a , que pertenece al mismo orden, da
caracteres idénticos, con la sola diferencia de ser
más gruesos. L a f r a n q u e z a se revela en la igual
dad de las letras, algunas veces más gruesas al fin
que al principio, y siempre por la claridad y limpie
za. Y la t e n a c i d a d , último de los aspectos del va-
lor, presenta los mismos caracteres que los prece
dentes, adición a-
— dos solamente con
la ligación de las
palabras, con los
tildes largos de las
t e s y con las f ma
yúsculas y minús
culas circunvala
das por sus tildes.
T i m i d e z . — Se
reconoce en la es
critura la timidez por la finura de las letras, por los
Fisiognom ía.
I
— 196 —
{/>) M W 'O 7)
£ 0 0
<F¡&. 1.”
5 Sentido de la cruel
dad........................... i Destructividad. . 7 Destructividad. .
1 y 2 Organo del amor fí
sico...................... 2 Amatividad. . . 1 Amatividad. . .
A ..................................... 3 Concentratividad 4 Concentratividad
BOrgano de la amistad. 4 Adhesividad. . 5 Adhesividad. .
-- 208 ---
io Sentido de la previ
sión................................A Conservatividad. 9 Conservatividad.
..................................................B Alimentividad. . 8 Alimentividad. .
2 } Sentido del ta len to
poético.......................... C . . . . . . A Penetrabilidad. ..
24 Sentido de la benevo
lencia.......................D .................................. B Suavidad.. . .
............................................E .............................• C Tactibilidad.. ,
............................................F . . D Conyugabilidad.
f .............................2
G KlnnsnWnn
Filogenitura .
IV.
A b m a te r ia liz a e ió n , u b ie u id a d .
¡ H Á G A S E L A LUZ!
g S S S E S S ™
firma y avalora. Igual acontece con la mecánica.
Esta nos dice que la fuerza no se crea ni se pierde;
que sólo se transforma: nosotros decimos que de la
fuerza increada proceden todas las manifestaciones
del mundo orgánico é inorgánico, que no son otro
que expresiones diferenciales de esa misma fuerza
por virtud del grado de actividad que haya des
arrollado; y que' esa misma fuerza, al involucionar
de lo abstracto á lo concreto para producir cuerpos,
y al evolucionar de lo concreto á lo ábstracto para
producir espíritus senscientes, inteligentes y voliti
vos, no ha variado, no ha modificado en nada s u
s e r , perfecto por sí, sino su m o d o d e s e r , perfecti
ble á lo infinito. Más concreto: al igual que la me
cánica, sostenemos que la fuerza no se crea ni se
pierde, que sólo se transforma en manifestación pro
gresiva.
Resumamos: Sólo existe un elemento generador
de todos los seres y de todas las cosas: l a e s e n c i a .
Este elemento posee una sola propiedad: l a
fu e rz a .
Esta fuerza tiene dos modos manifestativos: la
y la r e p u l s i ó n .
a t r a c c ió n
Por la atracción se c o r p o r a l i z a la esencia.
Por la repulsión se s i m p l i f i c a é i n d i v i d u a l i z a .
En ambos modos hay i n f i n i t o s g r a d o s que pro
porcionan i n f i n i t a s f ó r m u l a s d e c o m b i n a c i ó n é i n
f i n i t o s e fe c to s m a n if e s t a t iv o s .
Pero cada efecto manifestativo, como cada fór
mula de combinación, no es más que e l s í m b o l o , l a
e x p r e s i ó n de un grado de desarrollo de la poten
cialidad de la esencia, nunca la esencia en sí, que
— 232 —
II.
III.
ACCI ÓN D E L V E R B O
II.
.
las vibraciones. E l aura física de tales seres está en
perpetua sobrescitación, y como no otra cosa se ne
cesita para producir tos fenómenos apetecidos, bas
ta la voz de mando del operador para que el ritmo
se acelere un poco más y se presente la crisis mag
nética ó hipnótica. L a fascinación y la sujestión no hay
apenas necesidad de provocarla, porque ese es, ó
punto menos, el estado corriente de los histéricos.
Se ha observado, y esto concuerda también con
nuestras teorías, que entre sujeto y operador, para
que los fenómenos se produzcan más completa y
nítidamente, es preciso que exista cierta corriente
afín ó simpática, lo que raras veces se consigue
desde el primer momento. D e aquí la necesidad de
repetidos ensayos, cada vez con mayor éxito, que
deben preceder á toda sesión experimental defini
tiva. En tales ensayos el sujeto se va entregando á
discreción á la voluntad del operador, hasta que
por fin pierde en absoluto el dominio sobre sí mis
mo y queda prendido en la red que aquél le tiende,
sea por la mirada, sea por la palabra, por el ade
mán ó simplemente con el pensamiento.
Finalmente, queda tan supeditado el sujeto á la
voluntad del operante, que éste, y sólo éste, es el
que puede disponer de él á su arbitrio, manejarle
como si fuera un instrumento, utilizarle en cierto mo
do como si fuera una cosa. Hay que hacer, empero,
una salvedad: la de que el sujeto no haya llegado
á tan elevado grado de la hipnosis ó de la magne
tización, que rompa las amarras que le sujetan á su
hipnotizador y se declare independiente y aún en re
beldía. En este caso es él quien señorea, porque
— 253 —
III.
Sugestión y fascinación.
Hipnotismo y m agnetism o.
(11 Una prueba de lo que decimos nos la da Cullere en los siguientes pá
rrafos, que tomamos del primer capitulo de su obra Magnetismo é Hipno-
“El magnetismo animal es un conjunto de procedimientos destinados á
producir sobre el cuerpo humano fenómenos insólitos, explicables sólo por
una doctrina particular. Por lo extraño de sus prácticas, lo vago de su sis
tema, lo incierto de sus efectos posibles y lo maravilloso de sus supuestos
resultados, el magnetismo animal se acerca más á las ciencias ocultas que
á la ciencia positiva. Pero así como de las primeras han ido saliendo poco á
poco los más nobles conocimientos del espíritu humano, así del magnetismo
animal se han apartado en nuestros días algunas nociones reales, precisas
v accesibles á la comprobación de nuestros sentidos y de nuestro juicio, v
que se han designado bajo el nombre de hipnotismo.
“El hipnotismo es el grupo de fenómenos nerviosos que se producen en un
individuo sometido á diversos procedimientos, cuyo resultado es paralizar
ciertas regiones del cerebro y excitar otras. Es una especie de sueño más ó
menos profundo y más ó menos acompañado de caracteres especiales quc
permiten dividirle en diversos períodos, durante los cuales el sujeto reac
ciona de diferente manera...
‘•El magnetismo animal produce los mismos fenómenos, ó perturbaciones
del mismo orden. Pero, además, tiene la pretensión de determinar otros
mucho más extraordinarios. Ciertos sujetos, sumidos en el sueño magnéti
co, tienen la facultad de conocer el pasado y el porvenir, de leer en el pen
samiento, de ver á través de las paredes y en el espacio, de leer por la nuca
v el estómago, de descubrir la naturaleza de las enfermedades y remedios
apropiados, y así por el estilo.
“A principios de este siglo hubo una sonámbula magnética en Wurtem-
bcrg, que veia en el ojo derecho del hombre la imagen de un segundo él. En
una burbuja de jabón veía las personas ausentes y los acontecimientos ve
nideros. Leia palabras colocadas sobre su estómago, distinguía sus órganos
interiores y los de los demás, hacia profecías y anunciaba la muerte de sus
parientes. A más, conocía las enfermedades ó indicaba los remedios que en
!57 -
Iros fenómenos.
a C r e d ib ilid a d .
Generalmente se da el nombre de s o n a m b u l i s m o
á lo que nosotros, insiguiendo la opinión de perso
nalidades competentes, llamamos c r e d i b i l i d a d . Fún
danse los autores que proponen esta enmienda, en
que habiendo en los fenómenos psíquicos dos clases
de sonambulismo, el que se presenta al iniciarse los
primeros estados extra normales del sujeto, y el que
constituye lo que pudiéramos decir cimera de los
fenómenos, no basta el aditamento ó adjetivo de
l ú c i d o que se le aplica al último para evitar se le
confunda con el primero, máxime cuando es muy
corriente suprimir tal aditamento en las reseñas de
las experiencias, bien sea por obviar repeticiones,
bien por cualquiera otro motivo. Además, dicen, el
estado de c r e d i b i l i d a d es condición previa, casi casi
indispensable en los sujetos; y como el nombre na
da prejuzga, y como, llámesele como se quiera, es
te estado no ofrece otras particularidades que las
peculiares á la inmersión en otra fase ó aspecto de
la hipnosis ó del magnetismo, donde verdaderamen
te se presentan los fenómenos dignos de estudiarse,
juzgamos que ningún inconveniente debe oponerse
á que se adopte este nombre, máxime cuando con
él quedan perfectamente deslindados los campos de
uno y otro sonambulismo. De no ser así, y apuran-
do la materia, no vemos por qué se han admitido
las otras fases clásicas, puesto que todas ellas son
grados diferenciales de un sonambulismo único.
b) C a t a le p s ia .
c) L e ta rg ía .
d ) S o n a m b u lis m o .
I. A n e s te s ia é h ip e r e s t e s ia .
II. A m n e s ia é h ip e r m n e s ia .
A lo a:
cuya llama la
que nos retenían á nosotros A respetuosa distancia. Durante este tiempo no
cesaron los cánticos de la multitud, los gritos las mujeres ni los conjuros
del gran sacerdote. De entre los asistentes salid un indio, luego otro, luego
un tercero, más tarde 10, 50, 100, que se precipitaron en la hornaza como an
tes lo hicieron los sacerdotes. Con el corazón acongojado hubimos de adver
tir entre los tales, A niños de cuatro y cinco años. Uno de los de nuestro gru
po se precipitó también en el fuego, donde le vimos pasear tranquila v len
tamente. Al volver A nuestro lado nos dijo que la impresión que había sen
tido era semejante A la que sentirla cualquiera al andar por sobre arena
caliente.
(1) El Dr. Bemheim, después de dormir á un sujeto, le colocó en el brazo
derecho un trozo de papel de Albcspeyrcs de un decímetro cuadrado, y de
viva voz le hizo la sujestión de que el revulsivo no produciría efecto alguno
en el brazo en que estaba aplicado y sí en el otro en que no había nada. A la
mañana siguiente, término fijado por el hipnotizador, levantó el cáustico y
debajo de él no había ni una lijera tinta rosada; en cambio en la región aná
loga del otro brazo en que no se aplicó el papel de Albespeyres, apareció la
piel roja y llena de ficlenas.
Ochorowictz llevó el experimento mucho más lejos, puesto que sólo por su
gestión mental v á distancia alcanzó los mismos resultados en una sujeto á
quien estaba tratando.
Bourro y Burot dijéronle á un sujeto: “E sta noche á las cuatro te queda
rás dormido, y sangrarás por las lineas (imaginarias) que acabo de trazar
en tus brazos;" y el sujeto, llegada la hora, se durmió y sangró.
(Véanse Le Grande Histeria, de Berjon; R aport Medical sur Louise L a
tean, de Warlomont, La suggestión, de Bernheim, etc.)
— 271
III. C a m b io d e p e r s o n a li d a d .
V. T r a s p o s i c i ó n d e lo s s e n t id o s .
VI. E x t e r io r iz a c ió n d e la s e n s ib ilid a d .
VII. E x t e r io r iz a c ió n d e la p e r c e p t iv id a d .
VIII. E x t e r io r iz a c ió n d e la fu e r z a m o t r iz .
\
— 28o —
ponía, y ¿1 ignoraba por completo que yo hiciese
experiencias de clarividencia. Le encargué que me
escribiera haciéndome un relato minucioso de sus
ocupaciones en el día y horas indicados.
El día i i , á las tres de la tarde, dormí á S... y le
ordené que buscara á Ramón Valle; que mirara lo
que hacía; si conversaba con alguien, y que se fijara
en las personas con quien’ estaba.
Despierto S..., me dice que Ramón estaba con su
amigo A. P., en cuya casa había comido, y que se
hallaba allí la familia del Sr. V.; que vestía de levita
y sombrero de copa; que hablaba, entre otras cosas,
de su próximo viaje á Madrid, viaje que pensaba
hacer con unos maragatos...
Tomé nota de todo, y por la noche, á las nueve,
dormí á S...; le desperté á las nueve y cincuenta, y
me dijo que Valle estaba en el casino, jugando al
m o n t e , de pié, á la derecha del banquero, y que per
día; que su traje era< distinto al de por la mañana,
vistiendo ahora chaqueta y sombrero felpudo de
alas anchas; que cerca de mi amigo estaban R a
món V..., Joaquín S..., Ramón P... y Rafael M...
Creí que la experiencia no tendría valor alguno,
porque yo sabía que de las tres á las cuatro de la
tarde Valle recibía lección de esgrima, á que es muy
aficionado, y por otra parte, ignoraba que jugase.
Sin embargo, y á pesar de mis dudas, le escribí re
firiéndole los detalles que me diera S... y pregun
tándole si en ellos había algo de cierto. Esta carta
se cruzó en el camino con la que él me escribía, que
yo recibí el 14, y que dice así:
— 290 —
«S a n t ia g o n —I I I —90.
>Querido amigo: cumplo tu encargo. Hoy de tres
á cuatro, contra toda costumbre, pues es la hora de
s c h e r m a , me encontraba en casa de P..., donde he
comido en compañía de S... y de la familia V... Ha
blamos de mil cosas; de una beata á quien, según
Consuelo, hace el amor-S...; de mi viaje á Madrid y
de sí pensaba hacerlo con maragatos... Hablamos
de mis amores, y...
sPor la noche jugué en el casino con V..., M...,
S... y P..., que no apuntó una sola m o t a en toda la
noche. He perdido bastante.
»Recuerdos á Pepe. T e abraza tu amigo,—
R. V alle.»
El 18 recibí esta otra:
« S a n tia g o 1 5 — I I I — 90.
«Mi querido amigo:
«Tuyo,— R. V alle .»
X. T e le p a t í a , t e le c in e s ia , t e le fa n ía y t e le p la s t ia .
XI. A c c i ó n d e lo s m e d ic a m e n t o s á d i s t a n c i a .
V II.
V III.
A n im ism o y Espiritism o.
que'deseaba darnos una prueba evidente del poder que dimana del mundo
espiritual, á miro efecto, anularía la fuerza expansiva de la pólvora. Nos
(1) .«.Víase la nota de la página ÜóS.
— 3 14 —
S in t e s is .
Preliminar.
II.
Esotetúsmo spagirúeo.
Eí spagim sm o moderno.
IV .
c o n c l u s ió n
FIN
ÍNDICE
l’Jgs.
Dedicatoria. .
Introducción.
P K I lf lK K A P A B T E
L A M A G IA EN L A A N TIG Ü E D A D
SEGUNDA P A R T E
RASGANDO EL VELO
Libro primero.— La Magia en nuestro siglo.
I. Diferencia de forma y colorido.................................. 155
II. Magia útil y Magia recreativa..................................... 162
III. Objetivo de la Magia en nuestros tiem pos.. . . 173
IV. La aspiración suprema................................................. 176
- 35'
Pfg*.
Libro segundo.—Magia A gorera.
I. Grafología...................................................................... 179
II. Fisiognomía................................................................... 191
III. Craneoscopia, Cefalometría y Frenología. . . . 301
IV. Don profético y doble vista.................................. 219
V. Abmaterialización, ubicuidad.................................... 222
Libro tercero.—¡Hágase la hig!
I. Lo físico y lo suprafísico............................................. 225
II. Lo mental y lo moral.................................................. 232
III. Fuerzas ocultas y poderes psíquicos....................... 237
Libro cuarto.— Acción del Verbo.
I. Preparación personal del operador............................. 347
II. Los sujetos..................................................................... 350
III. Sugestión y fascinación.............................................. 253
IV. Hipnotismo y Magnetismo................................... 256
V. Los fenómenos.............................................................. 262
a) Credibilidad............................... 264
bj Catalepsia................................................. 2Ó5
c) Letargía............................................................. 2 66
d) Sonambulismo..........................................................267
I. Anestesia é hiperestesia......................... 208
II. Amnesia é hipermnesia.......................... 270
III. Cambio de personalidad......................... 275
IV. Hemisonambulismo, hemiletargia,hemica-
talepsia................................................ 275
V. Trasposición de los sentidos................. 276
VI. Exteriorización de la sensibilidad. . . . 277
VIL Exteriorización de la .perceptividad. . . . 280
VIII. Exteriorización de la fuerza motriz. . . . 3S2
IX. Abmaterialización.................................... 287
X. Telepatía, telecinesia, telefania y teleplastía 291
XI. Acción de los medicamentosá distancia. . 297
VI. Hipnotización y magnetización á distancia y á pla
zo fijo........................................................................ 300
Vil. Auto-sugestión, auto-fascinación y auto-magneti
zación.......................................................................
VIH. Animismo y Espiritismo.............................................
IX. Síntesis...........................................................................
Libro quinto.— Magia Terapéutica.
I. Preliminar............................. . . . ■ •
II. Esoterismo spagírico...................................................
III. El spagirismo moderno.................................... •
IV. Hipno-magnetismo inconsciente...............................
V. Magnetismo del imán............................. • ■
Conclusión..............................................' •' v •
•V