ALAN PARSONS PROJECT Memorias de Una Carta Amistosa
ALAN PARSONS PROJECT Memorias de Una Carta Amistosa
ALAN PARSONS PROJECT Memorias de Una Carta Amistosa
carta amistosa
autopoietican.blogspot.com/2017/03/the-alan-parsons-project-memorias-de.html
Hoy se da el turno de una muy amistosa carta progresiva, específicamente, el quinto disco
de THE ALAN PARSONS PROJECT “The Turn Of A Friendly Card”. Grabado entre fines
de 1979 y la primera mitad de 1980 en el Acousti Studio de París, el disco fue gestado y
producido mientras los Sres. Parsons y Woolfson, con sus respectivas esposas y familias,
se asentaban en la Europa francófona, más exactamente, Mónaco, una mudanza que se
había iniciado en la segunda mitad del año 1978. Justamente el concepto central del disco
está inspirado en la combinación de excitación, glamour, vigilancia, neurosis y decadencia
que se respira en el día a día de los casinos de Montecarlo, un mundo donde el azar del
destino humano se traduce en un negocio drástico. La convivencia de la luz de las
pequeñas victorias esporádicas y la oscuridad de la derrota definitiva de quienes osan
enfrentarse a una casa que siempre gana con artimañas cuestionables está plasmada con
suma elegancia en este disco que muchos seguidores de THE ALAN PARSONS
PROJECT consideran como la máxima cúspide de su creatividad. El impresionante vitral
con el rey de diamantes de la portada refleja con suprema perfección este contraste de luz
y oscuridad: es una obra diseñada por Lol Creme y Kevin Godley, quienes entonces
conformaban un dúo dedicado a desarrollar carreras simultáneas en la música y los
medios audiovisuales tras su paso por la alineación original de la brillante banda británica
10CC. Sin duda, es un clásico perpetuo de la imaginería rockera. Como era habitual desde
los tiempos del “Pyramid”, el arsenal instrumental estaba a cargo de Eric Woolfson
1/8
[teclados], Ian Bairnson [guitarras eléctricas y acústicas], David Paton [bajo y guitarra
acústica adicional], Stuart Elliott [batería y percusión], más un Alan Parsons que añade
labores ocasionales de tecladista a su permanente jefatura de ingeniería de sonido en las
consolas y demás artefactos del estudio de grabación. Elmer Gantry, Lenny Zakatek, Chris
Rainbow y el propio Woolfson se alternan en el rol vocal. Si el grupo y los cantantes
operaban en París, el ensamble de cámara a cargo de las partes orquestadas fue la
Orquesta de la Cámara de Música de Munich (en la entonces República Federal de
Alemania), que estuvo bajo la dirección de Eberhard Schoener a la hora de plasmar los
arreglos escritos por el leal Andrew Powell. Ya desde el sensible fallecimiento de Woolfson
a inicios de diciembre del 2009 toda reedición del catálogo de THE ALAN PARSONS
PROJECT tiene de por sí un aura nostálgica, pero además, teniendo en cuenta que esta
reedición de “The Turn Of A Friendly Card” tuvo lugar en el año 2015, se añade una elegía
más en honor a Chris Rainbow (nacido como Christopher James Harley), quien partió al
más allá el 22 de febrero de dicho año. El disco salió originalmente al mercado el 1 de
noviembre de 1980, siendo así que esta reedición del 2015 hizo lo propio a inicios de
octubre, o sea, a un mes del cumplimiento exacto de tu 35to aniversario.
4/8
Las cosas varían totalmente de registro
con la emergencia del soberbio
instrumental ‘The Ace Of Swords’ – uno
de los picos más altos de la creatividad
compositiva de Alan Parsons –, el cual
comienza con aires barrocos signados
por una serenidad palaciega en la
triangulación de clavicordio, oboe y
ensamble de cuerdas, para luego
proyectarse hacia un vivaz despliegue
de pomposa luminosidad en la que
grupo y orquesta viajan fluidamente por
elegantes desarrollos melódicos sobre el sustento de sofisticados esquemas rítmicos. La
cuarta parte de la suite, ‘Nothing Left To Lose’, nos lleva hacia otro giro radical de
atmósfera, esta vez con un talante reflexivo basado en un ambiente de barrio parisino con
guitarras acústicas, el suave canto de Woolfson, un tenue arreglo de la dupla rítmica y un
ensoñador solo de acordeón que emerge en algún momento. La coda nos sorprende con
un reprise instrumental de ‘Snake Eyes’ que nos lleva a territorio de pleno rock duro, con
una correcta base de guitarra rítmica, piano eléctrico, bajo y batería que sostiene los
frenéticos solos de guitarra que sirven simultáneamente para reflejar la furia del perdedor
que aún quiere intentar ganar una vez más y derrotar la resistencia tenazmente imperial de
los dueños del casino. El breve interludio con ritmo reggae tras las expresivas líneas
“Nothing sacred or profane / Everything to gain / ‘cause there’s nothing left” es revelador
del embate emocional que se retrata eficazmente en el viraje musical inmediato hacia esta
electrizante exhibición de polenta rockera. Bairnson se luce como un auténtico dios del
rock. Pocas veces han sonado TAPP tan pesados y realmente lo han hecho muy bien en
esta ocasión particular. La parte 2 de la balada homónima cierra la suite como debe ser,
poniendo a los ornamentos orquestales al servicio de la capitalización de las melodías y
matices más esplendorosos que se habían manifestado en instancias anteriores. El
jugador se revela finalmente como una figura trágica atada a un drama que rota sobre su
propio eje sin parar: “There are unsmiling faces in fetters and chains / On a wheel in
perpetual motion / Who belong to all races and answer all names.” Es simplemente
conmovedor el modo en que, tras el último estribillo, se suceden el último solo de guitarra,
la sección de cornos y el diálogo entre cuerdas y maderas mientras vamos en camino
hacia el opulento fade-out.
5/8
En cuanto a los bonus tracks, éstos son
generosamente numerosos,
aprovechando el espacio de disfrute
melómano que se puede obtener en un
formato de doble CD. Por ejemplo, el
volumen 2 comienza con una nutrida
serie de diarios musicales de Eric
Woolfson donde su piano y sus
tarareos motivan la gestación de varias
canciones que habrían de ser incluidas
en el disco: dado que él no sabía leer
ni escribir anotaciones musicales, estos
diarios registrados en casetes le
servían como guía de evolución y maquetas iniciales para futuras canciones de TAPP.
Vaya todo nuestro agradecimiento a Lorna y Sally, hijas del maestro Woolfson, por
recopilar estas viejas cintas de casete para que los admiradores del legado Parsons-
Woolfsoniano podamos echar una mirada privilegiada a estos estupendos momentos
prehistóricos. No importa mucho la irregular calidad de sonido, la prestancia melódica en
gestación se hace notar como si nada. La octava pista de estos diarios seleccionados nos
muestra la ilación de la balada central de la suite, ‘Snake Eyes’ y ‘I Don’t Wanna Go
Home’: ¡era el momento preciso en el que Woolfson empezaba a pensar en una
composición de gran amplitud! Imperdible, realmente imperdible. También tenemos
rarezas reveladoras como sendas versiones de ‘May Be A Price To Pay’ y ‘The Turn Of A
Friendly Card (Part 2)’ con intervenciones más destacadas del guitarrista Bairnson: un solo
de guitarra que se omitió en la versión definitiva de la primera canción y un solo más
extenso que al final tuvo que cortarse para la segunda por causa de la irrupción de los
arreglos orquestales de bronces y cuerdas al primer plano. También están las versiones de
sencillo de ‘Games People Play’, ‘The Turn Of A Friendly Card’ y ‘Snake Eyes’: la segunda
de éstas, que sintetizaba las Partes 1 y 2 fue la primera vía de acceso al gran público de
este long-play porque se publicó un mes antes del mismo. Volviendo al volumen 1, tras el
repertorio oficial del disco, hallamos sendas maquetas hechas por Parsons a los
sintetizadores (uno de ellos, su propio Projectron) para la fanfarria prologar de ‘May Be A
Price To Pay’ y para ‘The Gold Bug’: la idea inicial de Parsons fue hacer de la primera una
pieza con un lugar autónomo dentro del disco, pero ya sabemos que se insertó como
preparación para las secciones cantadas. Todo esto suena como maquetas para un disco
de JEAN-MICHEL JARRE, algo muy revelador del lugar que la electrónica tiene en la
mente musical de Parsons. También encontramos dos versiones de la pista básica de
‘Nothing Left To Lose’ con la guía del dúo de pianos acústico y eléctrico de Woolfson,
finalmente reemplazado por una dupla de guitarras acústicas; la segunda de estas pistas
contiene no solo el canto de Woolfson sino también el flotante solo de sintetizador que
finalmente fue reemplazado por el acordeón. Siguiendo con esta canción en particular,
también se nos brinda una recopilación de geniales coros y armonías sobregrabadas de
Chris Rainbow: un homenaje totalmente oportuno que también implica un tremendo placer
melómano para nosotros.
6/8
En el libro que acompaña a esta reedición hallamos entrevistas a Bairnson, Paton, Elliott y
Zakatek, así como al propio Parsons. Éste recuerda que la grabación de la parte rockera
del disco duró menos de dos meses – siendo así que por lo habitual empleaban varios
meses – y cuenta que en una reciente visita al Acousti Studio percibió que se mantenía
actualizado en la tecnología de sonido. La rutina consistía en viajar de Niza a París para
regresar a Mónaco y disfrutar de la vida familiar: ya el disco anterior “Eve” había sido
grabado en Niza pero para esta nueva ocasión el dúo creador prefirió la capital francesa.
Aprovechando la estadía monegasca, Parsons, Woolfson y sus esposas disfrutaron del
Monaco Grand Prix de Fórmula 1 que tuvo lugar por aquel entonces. Por su parte, los
músicos recuerdan la generosidad de Woolfson a la hora de llevarlos a pasear por lugares
significativamente históricos de París, invitándoles costosos almuerzos en lugares de lujo…
y también cómo a veces le decían a Woolfson en las sesiones de ensayo cosas como “no
nos gusta mucho esta pieza que estás tocando, ¿no tienes otra que sea mejor?”. Según
Paton, la primera sesión de grabación para ‘Games People Play’ fue genial pero quedó
borrada de las máquinas del estudio al sufrir un horrible desperfecto: aunque los cuatro
músicos estaban un poco decepcionados de que el momentum haya quedado borrado de
uan forma tan desafortunada, el conjunto se dio maña para repetir la magia inicial un par
de horas después con los magníficos resultados que todos conocemos. También tenemos
en el libro la interesante anécdota sobre la nacionalidad francesa de los músicos que tocan
el saxofón en ‘The Gold Bug’ y el acordeón en ‘Nothing Left To Lose’… ¡y que sus
nombres se perdieron en la niebla de la historia porque no quedaron propiamente
anotados en los archivos de Parsons y de Woolfson! Bueno, al menos les pagaron sus
cuotas debidas por el trabajo hecho. Todo esto fue lo que se nos mostró en esta reedición
de lujo de “The Turn Of A Friendly Card”, el recuento minucioso y entrañable de una época
de particular esplendor creativo de la dupla Alan Parsons-Eric Woolfson, y con este
recuento estamos dispuestos a echar una mirada nueva a este disco que muchos
consideramos (como ya se señaló antes) como la obra cumbre de THE ALAN PARSONS
PROJECT.
7/8
Muestras de “The Turn Of A Friendly Card”.-
Time: https://www.youtube.com/watch?v=zhRzORqNa0E
The Ace Of Swords + Nothing Left To Lose: https://www.youtube.com/watch?
v=kKSZeEUk6Io
Games People Play [video-clip del single]: https://www.youtube.com/watch?v=SLi7Ljcy6n8
The Turn Of A Friendly Card (Parts 1 & 2) [video clip del single]:
https://www.youtube.com/watch?v=kyDw_zbOZOk
May Be A Price To Pay (maqueta del pasaje introductorio):
https://www.youtube.com/watch?v=C7nWKVFVSmY
The Gold Bug (maqueta): https://www.youtube.com/watch?v=ACB22j7tQP8
* Esta figura del vigilante omnisciente situado en el top de nuestras cabezas volverá en el
hit homónimo del siguiente LP “Eye In The Sky”, aunque ése es tema de otra reseña.
8/8