Tribunales Maritimos
Tribunales Maritimos
Tribunales Maritimos
Tribunales Maritimos
Loreto Perla
Tavares Fabiana
Octubre de 2018
Indice
Portada 1
Indice 2
Introduccion 3
Antecedentes 4
Funciones 17
Conclusion 25
Bibliografia 26
2
Introducción
3
Antecedentes
Desde el libro segundo del Código de Comercio de 1955 el cual reguló todo lo
pertinente al comercio marítimo, los Tribunales Civiles ordinarios eran competentes
sobre los distintos asuntos de naturaleza marítima, fluvial y lacustre hasta la entrada
en vigencia de la nueva legislación acuática nacional la cual derogó expresamente
las referidas disposiciones postuladas en Código de Comercio, entre ellas creando
y atribuyendo una competencia especial a los novedosos Tribunales Marítimos de
primer y segundo grado que primigeniamente tendrían su sede la Ciudad de
Caracas y por mandato expreso de la misma Ley Orgánica de Espacios Acuáticos
e Insulares de 2001 vigente ratione temporis creando tres (3) tribunales superiores
4
producido una serie de Convenciones Internacionales de las cuales Venezuela no
es parte.
De esta manera los jueces de las circunscripciones acuáticas así creadas tendrán
en sus manos una herramienta que le facilitará la ardua tarea de administrar justicia
a personas naturales y jurídicas, venezolanas o extranjeras que efectúen
actividades en este medio, sobre los buques inscritos en el Registro Naval
Venezolano independientemente de las aguas donde se encuentren; y sobre los
buques extranjeros que se encuentren en aguas bajo jurisdicción nacional;
conocerá, además, de los derechos y acciones derivados de las operaciones que
tengan lugar en las zonas portuarias, y de cualquier actividad sobre todo el espacio
acuático nacional en la medida que las mencionadas leyes del ámbito acuático le
den competencia.
5
instrumento legal, amén de establecer los principios rectores de la actividad
marítimo-portuaria venezolana, estableció en su Título XVI la creación de la
jurisdicción especial acuática a traves de la Ley de Procedimiento Maritimo, un viejo
clamor de la comunidad marítima, esto mediante un esquema que comprende el
establecimiento de tres (3) Tribunales Superiores Marítimos y cinco (5) Tribunales
de Primera Instancia Marítimos. Así, los artículos 109 y 110 eiusdem señalan lo
siguiente:
Artículo 109. Se crean tres (3) Tribunales Superiores Marítimos con jurisdicción
sobre todo el espacio acuático nacional y sobre los buques inscritos en el Registro
Naval Venezolano, independientemente de la jurisdicción de las aguas donde se
encuentren.
El Tribunal Superior Marítimo es un tribunal unipersonal, el juez deberá ser
abogado, venezolano, mayor de treinta años, de reconocida honorabilidad y
competencia. Será condición preferente para su escogencia poseer especialización
en Derecho Marítimo, Derecho de la Navegación y Comercio Exterior o su
equivalente, ser docente de nivel superior en esta rama o haber ejercido la abogacía
por más de diez (10) años en el mismo campo.
6
participaron abogados maritimistas, miembros todos de la Asociación Venezolana
de Derecho Marítimo, representantes del Poder Judicial, Cámaras de Comercio,
Colegios de Abogados, Asociación Naviera de Venezuela y Asociaciones Navieras
locales.
En fecha 03 de mayo de 2017 la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia emitió
la Resolución N° 2017-0011. La misma otorga, en su artículo 1, competencia
marítima (y en consecuencia, también aeronáutica) a los tribunales que conforman
la Jurisdicción Civil, que se mencionan a continuación:
Anzoátegui: Tribunal Segundo de Primera Instancia,
Bolívar: Tribunal Primero de Primera Instancia con Sede en Puerto Ordaz,
Carabobo: Tribunal Tercero de Primera Instancia,
Falcón: Tribunal Cuarto de Primera Instancia con Sede en Punto Fijo,
Nueva Esparta: Tribunal Primero de Primera Instancia,
7
Sucre: Tribunal Primero de Primera Instancia,
Trujillo: Tribunal Primero de Primera Instancia y
Zulia: Tribunal Primero de Primera Instancia;
8
La Resolución in comento evidentemente está cargada de buenas intenciones, al
tratar de acercar la justicia en casos marítimos y aeronáuticos a las personas que
hacen vida en el interior del país, con fundamento en el principio pro actione. Sin
embargo, como explicaremos a continuación, la misma desconoce varios principios
constitucionales y resulta contraproducente.
4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las
jurisdicciones ordinarias o especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin
conocer la identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales
de excepción o por comisiones creadas para tal efecto.
“En la persona del juez natural, además de ser un juez predeterminado por la
ley, como lo señala el autor Vicente Gimeno Sendra (Constitución y Proceso.
Editorial Tecnos. Madrid 1988) y de la exigencia de su constitución legítima,
deben confluir varios requisitos para que pueda considerarse tal. Dichos
9
requisitos, básicamente, surgen de la garantía judicial que ofrecen los
artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
y son los siguientes: 1) Ser independiente, en el sentido de no recibir órdenes
o instrucciones de persona alguna en el ejercicio de su magistratura; 2) ser
imparcial, lo cual se refiere a una imparcialidad consciente y objetiva,
separable como tal de las influencias psicológicas y sociales que puedan
gravitar sobre el juez y que le crean inclinaciones inconscientes (…); 3)
tratarse de una persona identificada e identificable; 4) preexistir como juez,
para ejercer la jurisdicción sobre el caso, con anterioridad al acaecimiento de
los hechos que se van a juzgar, es decir, no ser un Tribunal de excepción;
5) ser un juez idóneo, como lo garantiza el artículo 26 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, de manera que en la
especialidad a que se refiere su competencia, el juez sea apto para
juzgar; en otras palabras, sea un especialista en el área jurisdiccional
donde vaya a obrar.”
10
Esto traerá como consecuencia que las decisiones de estos tribunales adolezcan
de una precaria calidad técnica-jurídica.
Por otro lado, también se desconoce el derecho al juez natural con el otorgamiento
de competencia en materia Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario al Tribunal de
Primera Instancia Marítimo y al Tribunal Superior Marítimo. Es evidente que los
jueces marítimos no necesariamente son especialistas en materia civil, mercantil,
tránsito y mucho menos bancaria.
Celeridad procesal
Reserva Legal
11
Constitución; por lo que una resolución, que tiene carácter de acto administrativo,
no puede modificar la competencia de los tribunales del país.
Según el artículo 128 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de los Espacios
Acuáticos, las competencias de los tribunales marítimos son las siguientes:
12
3. Los casos que involucren a más de un buque y que alguno fuere de matrícula
nacional, o cuando resulte aplicable la legislación nacional en virtud del
contrato o de la ley, o cuando se trate de buques extranjeros que se
encuentre en aguas jurisdiccionales de la República.
4. Los procedimientos de ejecución de hipotecas navales, y de las acciones
para el reclamo de privilegios marítimos.
5. La ejecución de sentencias extranjeras, previo al exequátur correspondiente.
6. La ejecución de laudos arbítrales y resoluciones relacionadas con causas
marítimas.
7. Juicios concúrsales de limitación de responsabilidad de propietarios o
armadores de buques.
8. Las acciones derivadas con ocasión de la avería gruesa.
9. Las acciones derivadas con ocasión de los servicios de pilotaje, remolques,
lanchaje, señalización acuática, labores hidrográficas, meteorológicas,
oceanográficas, la cartografía náutica y el dragado y mantenimiento de las
vías navegables.
10. Las acciones que se propongan con ocasión del manejo de contenedores,
mercancías, materiales, provisiones, combustibles y equipos suministrados
o servicios prestados al buque para su explotación, gestión, conservación o
mantenimiento.
11. Las acciones que se propongan con ocasión de la construcción,
mantenimiento, reparación, modificación y reciclaje de buques.
12. Las acciones que se propongan con ocasión de primas de seguro, incluidas
las cotizaciones de seguro mutuo, pagaderas por el propietario del buque o
el arrendatario a casco desnudo o, por cuenta, en relación con el buque.
13. Las acciones relativas a comisiones, corretajes u honorarios de agencias
navieras pagaderos por el propietario del buque o el arrendatario a casco
desnudo, por su cuenta, en relación con el buque.
14. Controversias a la propiedad o a la posesión del buque, así como de su
utilización o del producto de su explotación.
13
15. Las acciones derivadas del uso de los diversos medios y modos de transporte
utilizados con ocasión del comercio marítimo.
16. Las hipotecas o gravámenes que pesen sobre el buque.
17. Las acciones derivadas del hecho ilícito con ocasión del transporte marítimo,
fluvial y lacustre nacional e internacional de bienes y personas y, delitos
ambientales perpetrados en los espacios acuáticos de conformidad con el
ordenamiento jurídico, según el procedimiento establecido en el Código
Orgánico Procesal Penal.
18. Cualquier otra acción, medida o controversia en materia regulada por la ley.
14
participación indirecta de toda la colectividad a través de una página web, puesta
en servicio para este fin.
15
asesoramiento para la formulación y seguimiento de políticas, planes y programas
del citado sector acuático.
16
sobre cualquier otra actividad que señale la ley. A tales efectos se crean tres (3)
tribunales superiores y cinco (5) tribunales de primera instancia.
Funciones
Entre las funciones de estos Tribunales esta garantizar que se cumplan los
principios que están establecidos en las leyes venezolanas y estas se enumeran y
describen los principios que conformar el novísimo procedimiento marítimo:
* El Principio de Inmediación.
17
aula de la audiencia, en que los defensores se encuentran tan distantes de los
jueces, es poco propicia a aquel contacto espiritual, sobre todo si a la inmediación
se refiere. Pero más cuenta el observar a este propósito que las partes,
desgraciadamente, en el noventa y nueve por ciento de los casos, son enemigas; y,
en cuanto a la relación entre parte y juez, existe un desnivel, el cual es más grave
que una lejanía.
“La audiencia o debate oral, es así el centro del juicio oral, y en ella deben
practicarse todas las pruebas, bajo la inmediata dirección del Juez que ha de decidir
la causa …”.
18
impretermitiblemente, tanto para el debate (…) como para la recepción de la prueba
(…)”.
• El Principio de Oralidad.
El proceso oral es retomado por la legislación latinoamericana, siguiendo los pasos
de la doctrina procesal moderna, siendo Venezuela uno de los países, destacado
en el desarrollo jurídico de las instituciones públicas, que más tardíamente ha hecho
19
recepción de esta modalidad, tan antigua como el Derecho Romano, pero con una
solución de continuidad de siglos en el civil law. En el nuevo proceso oral subyace
latente el peligro del formalismo estéril –formalismo de oralidad-, como lo muestran
los repugnantes efectos que introdujo la lectura de instrumentos, textos legales,
citas jurisprudenciales, cuyo uso siempre han dado al traste con la oralidad.
Un ejemplo de ello fue sustituir la oralidad por la escritura en los actos de informes
y observaciones del procedimiento ordinario, en la audiencia constitucional de la
Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales). Un
principio fundamental y característico del procedimiento marítimo es justamente el
referido al juicio oral, a que se refiere el Artículo 8 de la Ley de Procedimiento
Marítimo; es decir, aquel que se lleva a cabo de viva voz y ante el juez o tribunal
que conoce de la causa. En el proceso oral, las evidencias, defensas y exposiciones
de las partes se realizan ante el Juez ante el cual se ventila el litigio en forma verbal.
La oralidad es fundamental para la inmediación, prevista en la norma citada y, según
muchos juristas, representa una forma esencial para la razonable y moderada
administración de justicia.
• El Principio de Brevedad.
En lo concerniente al Principio de Brevedad a que se refiere el Artículo 8 de la Ley
de Procedimiento Marítimo, Belisario (2005) ha señalado que es el que caracteriza
al procedimiento breve; que es aquel que, atendiendo a razones de cuantía o de la
materia, se realiza con una abreviación de los lapsos procesales y de las
oportunidades para hacer valer los medios de accionar y excepcionarse las partes,
acortando en tal forma las garantías del procedimiento ordinario, el cual por su
extensión de gestiones y diligencias y multiplicidad de ocasiones para hacer valer
los medios ofensivos y de defensa, congrega las más altas garantías procesales.
Sobre este principio el artículo 811, in fine, del Código de Procedimiento Civil
preceptúa textualmente lo siguiente: “…se tramitarán también por el procedimiento
breve aquellas demandas que se indiquen en leyes especiales”.
20
En sintonía con esta disposición la Ley de Procedimiento Marítimo (2001) dispone
textualmente en su artículo 8, lo siguiente:
El procedimiento marítimo, cualquiera sea su cuantía, se desarrollará en forma oral,
aplicando los principios de la brevedad, concentración, inmediación, gratuidad y
publicidad conforme a las disposiciones contenidas en el Libro Cuarto, Título XI del
Código de Procedimiento Civil, con las modificaciones señaladas en este Capítulo.
• El Principio de concentración.
Para referirse al principio de concentración previsto en la Ley de Procedimiento
Marítimo (2001), el Dr. Bentata (2004), señala que siguiendo al procedimiento breve
contemplado en el Código de Procedimiento Civil, el procedimiento ordinario
marítimo consta esencialmente de dos etapas: considera el autor la existencia de
una primera etapa de preparación o instrucción de la causa con miras a la audiencia
oral; y la segunda, la audiencia oral propiamente dicha. Por ello, el Título XI del Libro
Cuarto del Código de Procedimiento Civil (1986), referido al procedimiento oral,
tiene un Capítulo referido a la “Instrucción Preliminar” de la causa (Capítulo III), y
otro referido a la “Audiencia o Debate Oral” (Capítulo IV). Sólo entendiendo la
existencia de estas dos etapas distintas en el proceso, y distinguiendo claramente
una de la otra, tendrá lógica y sentido procesal el procedimiento ordinario marítimo.
En este orden de ideas, la etapa de “Instrucción Preliminar” es una etapa
preparatoria. En ella se busca reunir todos los elementos y alegatos de hecho y de
derecho que serán debatidos en la Audiencia Oral. Por eso, no será imprescindible
la inmediación del Juez en esta etapa.
Por otro lado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 862 del Código
de Procedimiento Civil (1986) en principio toda la actividad probatoria distinta a
aquélla propia de la fase de Instrucción, debe llevarse a cabo en la Audiencia Oral.
Esta es la consagración del principio de concentración de la prueba.
21
proceso debe quedar agrupada en la audiencia oral, pública, contradictoria. A juicio
del citado autor, se necesita que el juez, para decidir inmediatamente en la misma
audiencia oral y pública, con breves prórrogas, tenga ante sí las pruebas evacuadas
con su intervención y control, o pueda visualizar en conjunto, como si estuviera
presente, el desarrollo cumplido de esa actividad probatoria y de las alegaciones de
las partes; aunque el diligenciamiento de ciertas pruebas requieran una tramitación
anticipada.
Cappelletti citado por Henríquez La Roche (2005), al referirse al principio de
Concentración, sostiene:
22
Por tal razón, se adopta en los tiempos presentes el principio de la disminución de
los lapsos, no por consentimiento de las partes, sino por mandato de la ley.
• El Principio de Publicidad.
Este principio de Publicidad también presente en el procedimiento marítimo, es en
la actualidad la regla esencial de la actividad procesal, opuesto rotundamente a la
confidencialidad o reserva de los procesos inquisitoriales. Este principio establece
como máxima garantía de las partes que litigan, que la sustanciación de las causas,
la práctica de las evidencias, las exposiciones de los litigantes y los fundamentos
de los fallos judiciales, sean debidamente conocidos y apreciados no solamente por
los que están involucrados en las causas y aquellos que participan en los procesos,
sino por el público en general.
La jurisdicción marítima está íntimamente vinculada al Principio de la Publicidad,
por cuanto la mayoría de las actuaciones y diligencias que conforman el proceso
deben realizarse en audiencia pública, para que sean debidamente conocidas por
todos en general.
• El Principio de Gratuidad.
Finalmente, el Principio de la Gratuidad se encuentra fundamentado en el artículo
26 de la Constitución, conforme al cual:
23
pueden en consecuencia los Tribunales Marítimos cobrar aranceles o cantidad
alguna bajo otra figura por las actuaciones que se realicen. Sin embargo, a decir del
autor, ello no obsta, para que, en obsequio de permitir celeridad, las partes
sufraguen los costos de ciertas actuaciones para las cuales el Tribunal no está
provisto de recursos, y que pueden incluir desde los gastos de transporte del
traslado, sobre todo fuera de la ciudad, como el pago de reproducciones o ciertos
medios de prueba que por lo sofisticado, el Tribunal puede o no tener disponible, en
cuyo caso la parte interesada deberá costearlas, a reserva de su derecho a
recuperarlas de la otra en caso de producirse condenatoria en costas a su favor.
24
Conclusión
25
Bibliografia
26