Puebla
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Verano 2018
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“JARABES POBLANOS”
RECONSTRUCCIÓN ETNOCOREOGRÁFICA Y
MUSICAL
MONOGRAFÍA
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Hoja de Contenidos
Introducción
Marco teórico de Puebla
- Toponimia
Sones Poblanos
Jarabe Nacional
China Poblana
Traje de “China Poblana”
- Traje de Gala
- Partes del traje
Chinaco
- Traje de Chinaco Poblano
Notas Anexas
- Jarabes Poblanos
- Breve Historia de la Nao de Manila
- Los Jarabes
- Letra de Jarabe Nacional en Puebla
- Coplas de la China Poblana
- Ilustración
- Versos Poblanos
- Conclusión
- Bibliografía y fuentes de información
Introducción
Jarabes Poblanos
Con la marcada inquietud de saber que bailaba la China Poblana y los Chinacos
contemporáneos buscó en archivos oficiales, en archivos de la prensa, en iglesias como
la de San José, la de San Miguelito, la del Carmen, la de Analco, pregunto a todas las
personas mayores que pudo; a sus abuelos a sus padres, a los vecinos, a los músicos que
tocaban en los mercados, a los músicos ambulantes, en las cantinas, en las pulquerías, a
los mariachis más viejos del barrio de los sapos, a los músicos viejos de las
comunidades aledañas; habló muchas veces con los invidentes que tocaban en la calle 5
de Mayo de la ciudad. Naturalmente que recurrió a los escritores del siglo XVI, XVII,
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XVIII y XIX; a los cronistas, a los pintores de las diversas épocas, a las litografías; a las
consejas, a los dichos, a los refranes del pueblo; como coleccionista de indumentaria y
de trajes de México buscó lo apropiado, mientras tanto su grupo de músicos y bailarines
del Ballet Folklórico de Puebla presentaban en el escenario, diversas estampas de
Puebla y del país, material que fue de su propia investigación.
Pasaron casi 10 años para que el producto de tan minuciosa tarea rindiera frutos.
Posiblemente un investigador con recursos y técnicas adecuadas se hubiera tardado
mucho menos tiempo, pero entre su trabajo de docente, las prácticas, las giras y
funciones del Ballet Folklórico de Puebla y los casi 3 años que permaneció en el Ballet
Folklórico de México de Amalia Hernández, se prolongó el montaje. Fue hasta que
haciendo un análisis detenido del material que ya tenía, que consistía en: trozos de
versos del pueblo, frases sueltas de música, de cantos; a veces tarareados, a veces
cantados, a veces tocados; se percató que el material con el que contaba le era mas que
suficiente para montar un cuadro completo, integral, que reflejara la Puebla antigua, con
sus músicos gritones, con algún floreador de reata, con los chinacos bailadores, que
entre los arreboles de sus sones y jarabes, lanzan dichos diversos; a veces
“troquimochos”, o albures, o graciosas y finas frases a las chinas bonitas, que luciendo
rebozos mexicanos, castores populares o zagalejos de gala hacen la fiesta y el colorido
del jaleo en los paseos, arreboles y jarabes.
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Pues bien, la China aparece en las calles de la Puebla desde la segunda mitad del
siglo XVII, en los parques, en los patios poblanos, en los tianguis, en las quermeses; lo
mismo vistió con su alegría los fandangos, que siendo agualojera, mitigaba la sed de los
paseantes con sus aguas de chía, jamaica, de limón y muchas frutas más; en sus puestos
muy adornados de alfalfa y flores con arcos de papel de china, luciendo su gracia y su
salero, con su camisa de gran escote provocativo y su cintura ajustada con la banda de
burato cuyas puntas y flecos bailaban en su cadera al ritmo del ir y venir de sus
quehaceres o al bailar los palomos, gatunos, arreboles y jarabes en los fandangos, en
esos fandangos trasnochados que con frecuencia tenían que esconder, detener,
disimular, por que la guardia, el sereno, pero especialmente los mochos anticuados, que
mas rápido que pronto, corrían con el chisme al cura y por ende a La Santa Inquisición,
que tenía prohibido tocar esos satánicos meneos por faltar al pudor y a las buenas
costumbres de las gentes de bien.
Naturalmente no faltaron Chinas que se dedicaron a la vida alegre, por lo que era
común que cuando alguien le preguntaba a la comadre: -¿Y el compadre?, no lo hemos
visto- y si la comadre no sabía donde estaba el compadre recibía por respuesta: -Pos
oiga usted comadre que el zorrastra del compadre se fue de picos pardos- refiriéndose a
que el susodicho compadre se fue al alcance de los picos color melón que en alguna
época prevaleció como una moda y que adornaba hermosamente la parte baja de los
castores de las Chinas de los barrios, el cual les llegaba un poco debajo de la pantorrilla.
Las Chinas vivían en los barrios: el Alto, la Acocota, la Luz, Xonaca, el Carmen,
Santa Anita, San Antonio, Santiago, Xanenetla y algunos otros que desde la fundación
de la Puebla fueron habitados por obreros, artesanos especializados en algún oficio; ya
que en cada barrio había uno diferente, el cual los vecinos desempañaban con gran
brillo, hermosura y destreza.
Cabe la aclaración que la palabra “China“ era aplicada, como ya se dijo, a las
muchachas del pueblo, de clase media, piel de durazno, hacendosas, alegres, bailadoras
de jarabes, hacedoras de mil ricuras para el gusto; y hay que aclarar que desde la
segunda mitad del siglo XVII, se vieron en las plazas, lo mismo en Puebla, que en
Oaxaca, en Querétaro, en Morelia, en Guadalajara, en Veracruz, en Guanajuato, en la
capital de México y también en varios países de centro y Sudamérica. Fue un fenómeno
social nacido del mestizaje entre el español, el moro, el negro y el indígena de la etnia
del lugar.
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alternando, reacomodando diseños en el vestido, en los olores, en los materiales, en los
alimentos, en los cantos, en los bailes, en las costumbres, como ha sido siempre con
todo lo que es el folclor, que no es estable ni comercial, por el contrario, es cambiante,
anónimo, no tiene autor, no tiene fecha ni lugar de origen preciso; solo es el hecho
social costumbrista, lo que le da valor cultural, valor de identidad, así en tantos lugares
y países, fueron desapareciendo las Chinas, las chatitas, las cholitas, las chaparritas, las
mocitas, como se les llamaba y de muchos otros modos mas, pero finalmente las Chinas
de Puebla perduraron por mas de dos siglos, pues fue hasta 1911, ya iniciada la
revolución, cuando murieron las últimas dos Chinas Poblanas legítimas; fue en la 11
poniente y 7 sur, donde estaba el merendero poblano llamado: “Las Chinitas Poblanas”
cuyas dueñas, hermanas ancianas, vestían aún a la usanza de la China Poblana de otros
tiempos que mucho dieron a los pintores, a los poetas, a los escritores, que perduraron
en litografías, en pinturas, poesías, versos, dichos, corazones rotos, maltratados por sus
desaires o gracias.
Las Chinas de Puebla nada tienen que ver con la persona que llego como esclava
traída de Gran Mogor, la India. Comprada y educada por un matrimonio mayor que
pronto falleció, dejando en la orfandad a la joven que había llegado a los 12 ó 13 años y
que había permanecido mas de dos años en las galeras de los barcos piratas, vendida
aquí , allá o mas allá. ¿En qué condiciones podía haber llegado a Puebla una adolescente
que fue raptada a los 8 o 9 años? ¿Bien? ¿Mal? Lo mas seguro es que quien sabe.
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PUEBLA
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Sones Poblanos
Son bailes de carácter festivo que surgieron al calor del jarabe, por la gente de
clase media y citadina, que improvisaban coplas e hilaban frases musicales, mientras
que los bailadores improvisaban pasos.
La característica de estos son el de ser bailados siempre por parejas que actuaban
de acuerdo a lo que decía el ver, entre cada son hacían “paseíllos para descansar”
llamados “arreboles”, mientras que los músicos o los bailadores gritaban versos
ingeniosos que hacían más alegre la convivencia.
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Jarabe Nacional
Haremos un breve recorrido histórico para encontrar las raíces del baile.
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separación) que va con la letra de la canción “Pica, pica, pica perica (o perico)”. Según
el nombre de la pieza, los bailarines imitan los movimientos característicos del animal
que mencione cada son.
Los bailarines visten elegantemente y con mucho orgullo los trajes de “Chinaco”
y “China Poblana” o “Charro” y “China Poblana”.
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“China Poblana”
La mujer citadina del siglo XIX, que desempeñaba labores de servicio en casas y
cocinas, como las moleneras, las tortilleras, las vendedoras de aguas frescas, se
ataviaban coquetamente con una falda de color, a veces con un zagalejo blanco en la
parte superior, blusa blanca muy escotada y rebozo. Algunas castas del siglo XVIII,
sobre todo las mulatas, vestían de modo parecido y mucho antes de esto, en 1625, el
sacerdote dominico Tomás Gage decía: “El vestido y atavío de las Negras y Mulatas es
tan lascivo, y sus ademanes y donaires tan embelezadores, que hay muchos españoles
que por ellas dejan a sus mujeres. Llevan de ordinario una saya de seda o de indiana
finísima, recamada de randas de oro y plata… cuando de casa añaden a su atavío una
mantilla de linón o cambray… algunas la llevan en los hombros, otras en la cabeza, pero
todas cuidan que no les pase la cintura y le impida lucir el talle y la cadera”.
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nuestra China Poblana- fue llevada a Cochín, por ende bautizada ahí, bajo el nombre
cristiano de Catarina de San Juan.
Además debemos recordar que la china fue una de las castas de los tiempos del
virreinato, por lo cual es probable que a esto se refiere el nombre de la China Poblana.
Es difícil de creer, por otra parte, que “poblana “signifique, en este caso, la oriunda de la
ciudad de Puebla, pues el personaje existió igualmente en otras ciudades y parece
haberse originado en la capital de México. Se le dice “poblano” al que proviene o
pertenece al pueblo, de esta manera que China Poblana quiere decir mujer del pueblo,
que es descendiente de una casta determinada.
La china poblana ha sido una de las figuras populares mas pintadas, estampadas
y fotografiadas desde la época colonial.
El traje de gala:
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llamado toquilla o botón siempre irá del lado izquierdo. El ala y la orilla irán
bordadas con figuras varias como flores, guías, hojas, etc.
- Aretes: los más preciados son en forma de pera, gota o calabacito (el arete de
filigrana y arracada es usual en el sureste)
Cintura: picos que unen la cintura con el cielo en la tela de raso o satín.
Cielo: bordado con símbolos ornamentales sobre tela de paño también
llamada castor, generalmente rojo, recamado de lentejuelas con dibujos
geométricos y florales lleva al frente “el Águila”, del lado derecho “el
Charro”, del izquierdo “la China” y atrás “el Calendario Azteca”. Los
cuatro van entrelazados con guías florales.
Picos pardos o Chinela: son los picos en tela de raso o satín del mismo
color que los de la cintura, con el fondo o base blanco en satín o dacrón.
Esta base lleva adornos de encaje de bolillo o encaje, pasalistón, listón
tricolor, y se rematan al lado izquierdo con un moñito, opcional el lado
derecho.
Cuenta además con refajo, fondo o crinolina: en tela de algodón con tres
alones nutridos adornados con pasalistón y listón tricolor también
termina en picos y va mas o menos a la altura de la chinela, la crinolina
se ve solamente cuando se baila.
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La china poblana nunca usará el sombrero charro si va acompañada por el
chinaco o el charro.
Nunca lo usará cuando baila sones y jarabes
Nunca lo usará en ceremonias dentro de espacios cerrados o salones, tampoco en
ceremonias protocolarias de la charrería.
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Solamente le es permitido usar el sombrero charro, en desfiles, a caballo, en
charreadas, yendo en carretas o carretelas y/o presenciando coleaderos o
competencias charras.
1. Chapetón de águila
2. Copa
3. Toquilla o botón
4. Ala
5. Cordón de calabrote, galoneado o bordado
5ª. Topa
6. Trenzas con listones tricolores
7. Rebozo
8. Blusa con bordado de chaquira
9. Escapulario
10. Faja roja, verde o listada tricolor
11. Picos en raso o satín de color rojo o verde
12. Zagalejo (falda de castor rojo)
13. Picos pardos o chinela
Son picos pardos por que en la intervención francesa se puso de moda el color
marrón entre amarillo, café, melón, pardo. La degradación del traje vino con el
uso cotidiano. Se llamó posteriormente a la mujer cualquiera, la mujer parda, la
mujer de todos, la mala mujer a tal grado que ya no lo quisieron usar las mujeres
de bien o de buena casta. Se decía que los hombres se iban de picos pardos
cuando andan de mujeriegos o en busca de mujeres públicas.
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“Chinaco”
Durante el periodo colonial español, los mestizos con sangre africana
pertenecían a las castas que realizaban los empleos de servidumbre y eran llamados
Chinacos, con el tiempo los criollos y los españoles comenzaron a llamar así en general
a los mestizos de diversas castas, también conocidos como “la plebe” (a la fecha
despóticamente se dice la chinaza popular a la gente común, no refinada, es una
expresión clasista). Como chinaco conocemos a los guerrilleros liberales mexicanos
durante la lucha de independencia (1810), la Guerra de Reforma (1857-1861) y la
invasión Francesa (1862-1867) de México.
Chinaco es una palabra náhuatl, castellanizada, que se refiere al hombre sin ropa,
o poca ropa más claramente, “tzinácatl”, “chinacate”, “encuerado”; por que era muy
común entre los hombres de a caballo que usan trajes de cuero.
- Sombrero de ala ancha, de palma, de vara, de raíz o sombrero de tres telas tiene
galón o toquilla.
- Mascada en la cabeza y en el cuello
- Camisa blanca o listada de color claro, con “batas”, mucho pliegue, manga
ancha y larga, cuello muy amplio.
- Pantalón con aberturas a los lados que rematan con abanicos de color claro,
desde debajo de la rodilla hasta el “botín”, el color del pantalón es siempre de
color obscuro; puede ser negro, azul, guinda, marrón o color gamuza. Bordado a
los lados con dibujos amplios, simulando las hojas de acanto que adornan los
edificios barrocos. Tiene botones entrelazos y se ajusta con una faja ancha de
telar o de tela roja, fuerte y cuyas puntas caen de lado izquierdo.
- El chinaco poblano tiene en su indumentaria, siempre una “manga” o “gabán” o
“cotón”, que generalmente es de rayas largas y es de lana; algunas veces tiene
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gamuza en la bocamanga y en las puntas o flecos. Lo usa de varios modos, ya
sea en el hombro, cruzado o a manera de envolverse.
- El botín del chinaco es negro o café, nunca blanco.
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NOTAS ANEXAS
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Jarabe Poblano
A finales del siglo XVII, y a principios del siglo XIX, surge en nuestro país una
expresión musical que se introdujo en el gusto del pueblo y que en nuestros días
conocemos con el nombre de jarabe.
En Puebla se dieron los jarabes de pan y de manteca así como el jarabe gatuno:
unos llegados de la península yucateca y otros de la costa guerrerense, y en épocas
posteriores, en la intervención francesa, con en asentamiento temporal de los
ejércitos del centro de la república, llegaron influencias de otros lugares como los
rifleros de San Luis, los cazadores del Bajío, los rojos de Apatzingan, incluso los
escopeteros de Oaxaca y muchos mas.
Después de las jornadas militares, para celebrar triunfos por la misma necesidad
de compartir, aportaban estilos de música, su canto y su baile en alucinantes
fandangos donde el gozo, la nostalgia, el traje, el verso, el baile y el licor resultaban
abigarradas expresiones costumbristas que quedaron plasmadas en los lienzos de los
pintores mas famosos de la época, así como en el corazón y en la mente de todos los
que participaban en esas vivencias, enriqueciendo el costumbrismo y la tradición de
los poblanos.
Para hablar del baile mexicano, es necesario poner en primer término al jarabe,
que debe su nombre a un licor hecho de frutas y que tomándolo en las cantinas, les
salían versos ingeniosos y en ocasiones de doble sentido. Así fue haciéndose de
gusto popular y extendiéndose por toda la república.
Así que aunque en la época de la colonia estos bailes fueron prohibidos, nunca
desaparecieron, pues sobrevivieron a las guerras de independencia, y en la
intervención francesa se dieron en Puebla muchas formas de Jarabes:
Los músicos ambulantes, improvisaban versos intercalados entres los sones. Los
instrumentos con los que se tocan los jarabes son: el violín, el arpa, el bajo sexto y la
guitarra.
Surgieron bailes que se iban improvisando y encadenando con los arreglos, y las
coplas ejecutadas ya sea por una pareja de china y chinaco, por una china y un
lépero, un lagartijo con una china galana que en algún cambio del jaleo o del verso
era arrebatada por un chinaco de daga y manga mientras le ofrecía sus galanteos,
arriesgándose al filo del puñal del ofendido.
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Los fragmentos musicales de aquellos tiempos, atravesando décadas atropelladas
por nuestra historia patria, llegaron a nosotros, empolvados e incompletos y los
hemos recogido con gran cariño y cuidado.
México en el tiempo
Revista de Historia y Conservación
(Número 25, julio/agosto 1998)
Para entonces con el beneplácito del papa Alexandro VI, Portugal y España se
habían repartido el Nuevo Mundo apenas descubierto 20 años atrás. La dominación
de la Mar del Sur – el Océano Pacífico- era de vital importancia para ambos
poderosos reinos, ya que quien lograra tal hazaña sería sin cuestionamiento alguno
“El dueño del Orbe”.
Europa había conocido y gustado desde el siglo XIV del refinamiento de los
productos orientales y en algunos casos de la importancia estratégica de su posesión,
por lo que el descubrimiento y la colonización de América replanteó la necesidad de
establecer el tan deseado contacto permanente con el imperio del Gran Kan, el
dueño de las islas de las especierías, las sedas, las porcelanas, los exóticos perfumes,
las gigantescas perlas y la pólvora.
El comercio con Asia había representado para Europa una aventura fascinante a
partir de las noticias y evidencias ofrecidas por Marco Polo, de ahí que cualquier
producto proveniente de aquellas remotas tierras nos sólo era altamente codiciado,
sino también adquirido a precios exorbitantes.
Por su posición geográfica, la Nueva España era el sitio ideal para intentar
establecer el tan anhelado contacto, ya que lo que España había pretendido al enviar
a Andrés Niño en 1520, y Jofre de Loaiza en 1525, bordeando África y adentrándose
por el Océano Indico, aparte de resultar viajes inmensamente costosos, se habían
traducido en rotundos fracasos; por ello, Hernán Cortés y Pedro de Alvarado, apenas
terminada la conquista de México, costearon la construcción de varias naves que
fueron armadas en Zihuatanejo con los mejores materiales.
Fueron estas dos primeras expediciones que intentarían desde la Nueva España
llegar a las costas Orientales; sin embargo y a pesar de las perspectivas de éxito
ambas fracasaron por diferentes razones apenas adentradas en el Océano Pacífico.
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Esta expedición logró llegar al archipiélago al que Magallanes había llamado
San Lázaro y que entonces fue rebautizado con el nombre de “Filipinas”, en honor
del entonces príncipe heredero.
Con el éxito obtenido a partir del retorno a Acapulco del Galeón San Pedro, la
nave comandada por Urdaneta, Europa y el Extremo Oriente quedarían enlazados
comercialmente por México.
Los nombres de Catharina de San Juan, aquella princesa hindú que llegara a
radicarse en la ciudad de Puebla, la famosa “China Poblana”, y el de Felipe de las
Casas, mejor conocido como San Felipe de Jesús, quedaron asociados para siempre
en el Galeón de Manila, la Nao China o la nave de sedas.
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Los Jarabes
Xarab.- Se dice de una miel de dátil que tomaban los árabes “bereberes”.
Harabe.- Se dice de una infusión de frutas.
Jarabe.- Se dice de una bebida hecha de frutas con una dosis de alcohol que en las
piqueras de la Puebla antigua era consumida por los léperos, pelados, chinacos, etc.
Gabriel Saldívar cree que la mayoría de los jarabes primitivos, modelados sobre
los zapateados españoles y aún sin influencia del medio americano, fueron denunciados
en la segunda mitad del siglo XVIII, al Tribunal de la Inquisición, por sus coplas
consideradas ofensivas para la moral y contrarias a las leyes divinas. Entre los primeros
documentos en los que se menciona el nombre del baile, cuentan dos denuncias que
hace un misionero al Tribunal, (la segunda de ellas fechada en 1789) en las que se
señala a un “son deshonesto y provocativo que llaman pan de jarabe”. En el obispado de
Puebla presentaron al autor de las denuncias las coplas que se cantaban en el pan de
jarabe, “no solo deshonestas, sino también piarum ausium ofensivas y escandalosas”.
Como por ejemplo:
Ya el infierno se acabó
ya los diablos se murieron
ahora sí, chinita mía
ya no nos condenaremos
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Cuando estés en los infiernos
todito lleno de moscas
allá te dirán los diablos:
Ahí te va, te dije, de roscas
De la misma época datan algunas letras que, como en el caso de las boleras y
seguidillas, no tienen otro título que al del baile que se refiere:
Jarabe (1795)
G. Saldívar, quien comunica el documento, supone que el jarabe gatuno pudo ser
un son africano, como el de Chuchumbe que se menciona en este mismo edicto. Pero
once años después, en los documentos de la averiguación que el Santo Oficio practicó
contra la Conspiración de Valladolid se puede ver como el espíritu sedicioso del pueblo
se halla robustecido y la lucha de la Iglesia y de la administración colonial contra los
bailarines populares había sido inútil. En casa del Prevendo García, dice uno de los
documentos, se cantó “el jarabe cuyo composición musical se dice ser insurgente”. En
otro expediente, contra uno de los conspiradores, se puede leer que, “en un baile que se
hizo cierto pueblo cercano a la ciudad de Puebla , llamado Villa de Carreón (ahora
Atlixco), con motivo de una boda, dijo este reo que bailaran jarabe gatuno; se
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resistieron los concurrentes diciéndole que si no estaba excomulgado el tal jarabe; a lo
que les contestó que no había tal excomunión, ni era válida”.
Jarabe Mexicano:
Tan variado en ritmos y melodías como un “jarabe para tomarse” hecho de
mieles. Tan vivo, tan dulce o tan atrevido y tosco como un vaso de jarabe de tejocote o
un “saltapatrás” o un “tenteáy”.
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Beso de ángel
Café
Guayabito
Los perejiles
Ay te voy
La catrina
Y mucho muchos mas…
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Jarabe Nacional
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COPLAS DE LA CHINA POBLANA
Mueve la luz de la aurora Con plateados espolones,
campanario tus campanas andan siguiendo a mi China
y por sus quejidos desaflora, en Corpus, Charros panzones,
por la china más cantora montados en carretones
de las chinitas poblanas. y en una mula cansina.
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Canta sexta por la ingrata
que se me fue a la verbena;
bajo un farol de hojalata;
con agua fresca de horchata
hará cenizas mi pena
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VERSOS POBLANOS
- Barrabás le dio a Gestas
- Al pasar por un panteón y por eso no fue santo
vi una mata de ruda que chulas son las morenas
que ojotes me pelara el muerto por eso las quiero tanto
si me viera con su viuda.
- Y dele, dele, dele
- Ay chinita mira como me has y dele para la cumbre
ponido, seco, ñango, flaco y mujer en aguas de llama
descolorido. ya llegó calzón de lumbre
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Conclusión:
Hirschberg, 2000.
INEGI, 2005.
INEGI, 2005.
INEGI, 2006.
INEGI, 2006a: 10.1.
INEGI, 2006a: 9.3.
INEGI, 2006a: 9.3.
Serrano Carreto, 2006: 42.
Serrano Carreto, 2006: 48.
Serrano Carreto, 2006: 185; INEGI, 2005b.
Ley de Fomento Cultural, artículo 14º.
"Mole Poblano", en la página en internet de la Fonda de Santa Clara, consultada
el 28 de noviembre de 2007.
"San Salvador Huixcolotla, cuna del papel picado", en México Desconocido,
mayo de 2001, consultado el 11 de diciembre de 2007.
“Alistan carnaval en Huejotzingo" en El Sol de Puebla, 10 de enero de 2007,
consultada el 10 de diciembre de 2007.
"La fiesta de carnaval en Puebla", en El Sol de Puebla, 12 de febrero de 2007,
consultado el 10 de diciembre de 2007.
"Tonantzintla (Puebla)", en México Desconocido, consultada el 12 de diciembre
de 2007
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Elias Guerra Castillo
Nació en Cuesta Blanca, Puebla. El 17 de Agosto de 1942.
Estudios:
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POSTERIORMENTE, ASISTENTE EN EL TALLER DE LA ESCULTORA
REBECA TELIS FLORES, MANEJANDO TALLA DIRECTA,
EMPASTADOS, VACIADOS, PINTURA Y DORADOS PARA
IMAGINERIA.
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Experiencia en la docencia.
Proyección Profesional.
. 1980-1997 FUNDADOR Y DIRECTOR DEL BALLET
FOLKLORICO DE LA CASA DE
CULTURA DE HUAUCHINANGO, PUEBLA.
1980- 1983- 1985 GRABACION DE 3 DISCOS L.P. DE
MUSICA POBLANA, CON MUSICOS DEL BALLET
FOLKLORICO DE PUEBLA.
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1977. CONFERENCISTA E INSTRUCTOR EN MUSICA Y
DANZA MEXICANA EN EL CONGRESO INTERNACIONAL
DE LA ASOCIACION DE GRUPOS FOLKLORICOS DE
ESTADOS UNIDOS, EN ALBUQUERQUE N.M.
37
1993. CONFERENCIA Y EXPOSICION DE 75 TRAJES
POBLANOS EN LA ESCUELA DE ANTROPOLOGIA DE
JALAPA, VERACRUZ.
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