Llamados de Amor - Todos
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Tabla de contenido
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Llamados de Amor y Conversión – Año 2013
Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 15
Julio 2013
La Santísima Madre dice: este cuarto es mi casita, de aquí saldrá mi Gloria y Amor, aquí vivo contigo y mi
amado Hijo Jesús.
Nuestro amor se hará uno y Nuestros Corazones Unidos estarán contigo. Yo soy María Madre de Gracia,
Madre del Corazón Doloroso e Inmaculado, la que te ama.
Manuel: en las dos últimas semanas del mes Octubre Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Santísima
Madre han entregado sus Llamados de Amor sobre la inmoralidad en la que se ha sumergido el mundo.
Queridas almas que aun andan erradas, quiero decirles que todo esto destruye a los niños y jóvenes,
Hogares y familias, matrimonios.
Pídanme perdón porque Yo les amo y tengo sed de vuestro amor. No tengan miedo porque muy amados
son de mi Sagrado Corazón.
Yo sufro mis queridos hijos por el aborto, el pecado del homosexualismo, feminismo, divorcio, impurezas
de todo tipo y en todas partes.
Oren, oren, oren, por estas almas, nadie se acuerda de ellas, Yo amo estas almas que divagan sin amor.
Estas almas también tienen que ser de DIOS, oren mucho, para que acabe el reinado y dominio del
pecado y triunfe por siempre mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Amén.
Jesús me dice: hijo necesito almas que se entreguen y se junten a mi Cruz, necesito almas dispuestas a
escuchar y obedecer; necesito almas que se entreguen a Mí. A ti te he escogido ¿quieres entregarte a
Mi?
Manuel: Jesús yo soy indigno y así frágil y pecador desde el primer momento.
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Jesús dice: Yo te haré digno, y así frágil y pecador Yo te he escogido, no duces en entregarme a Mí, no
temas, contigo estaré hasta el final para que después te entregues a Mí, completamente en la eternidad.
Mira mi Sagrado Corazón está enamorado de ti.
Jesús: Esposo seré Yo para tu alma y tú en mi Sagrado Corazón el más pequeño serás.
Sean libres
Sean libres, vivan libres, no tengan miedo, Yo soy quien los hace dignos, ustedes no son dignos, Yo los
hago dignos, dejen al mundo y sus placeres.
Sean libres no sean esclavos del pecado, ofrezcan sus vidas en continua oración, alabanza y sacrificio en
el Divino Amor. Sean libres, no tenga miedo, vivan en paz, en armonía, ámense y sean libres. Mi Madre
les ama. Mi Madre les ama. Mi Madre les ama.
La sencillez de María
Hijito, Yo soy María, la mujer sencilla de Nazaret, la mujer pobre de Nazaret (san Lucas 1, 26-28), que
atendía con amor a San José y educaba con paciencia a Jesús en el pequeño taller. Imítame hijo, se
sencillo y busca a la mujer sencilla de Nazaret, ella te llevara a Jesús.
Manuel: preguntando a nuestra Santa Madre porque me escogía para colmarme de tantas gracias. La
Santa Madre en locución interior me dice:
La Santísima Madre: Querido hijo el motivo de nuestras revelaciones es para pedirles consuelo,
reparación y expiación en honor a Nuestros Corazones Unidos. No ofendan más a DIOS que ya está muy
ofendido.
La Santísima Madre: Querido hijo quiero que cada familia sea un santuario familiar, un lugar especial
para compartir el amor de DIOS, tengan sobre un altar la Santa Biblia, el Santo Rosario, imágenes
sagradas, agua bendita, crucifijos, para que mediten la pasión de mi Hijo, también tengan velas benditas
que mi Corazón Doloroso e Inmaculado reine en cada corazón. Deseo hogares y familias santas.
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Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 1
Diciembre 2013
Yo soy tu seguridad
Querido hijo no dudes, soy tu refugio, Yo soy tu seguridad, pruebas te he dado de que todo esto es cierto,
todo es para que mi Corazón Doloroso e Inmaculado triunfe en ti y así te asemejas mas a Jesús. Jesús es
el centro de toda esta obra. Amén.
Mi madre les ama, Yo les amo y les bendigo. Mi Sagrado Corazón les ama. Amén.
El Hijo de Dios tomó mi Carne y mi Sangre, materia humana, carne humana. El pecado hijitos míos, os ha
contaminado y ¿cómo iba ser posible que el Hijo de Dios Santo, Poderoso pero sobre todo Misericordioso
y Amoroso, tomara mi Carne y mi Sangre, si yo hubiera estado contaminada por el pecado? Por eso
canto las grandezas del Señor, maravillas ha hecho en Mi El que todo lo puede. Para mi Padre no hay
nada imposible, sería su Madre, a la vez que su Hija y su Esposa, a la vez que su Tabernáculo.
Yo soy el Primer Sagrario, sólo en mi Vientre y formándose en Él, entrando hijitos míos en mi Vientre
Materno Puro e Inmaculado, ustedes pueden asemejarse a Jesús. En mi Vientre, mi pequeño, está la
moldura para hacer “nuevos Cristos”. Por eso el Espíritu Santo, mi Divino y Casto Esposo, que antes de
ser mi Esposo es mi Dios, me colmó de su Santidad y gracias necesarias para mi vocación de Madre,
Madre de Dios-Hombre, Madre de todos ustedes los pecadores desde la Cruz.
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Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 27
Febrero 2014
Por eso Yo fui preservada de toda mancha desde mi primer instante natural. Desde mi Ser primero, el
Espíritu Santo actuó allí para limpiar mis cadenas genéticas y mis líneas ancestrales para que yo no
quedara manchada. Por eso, el Espíritu Santo actuó en el Misterio de mi Concepción, de mi Inmaculada
Concepción. El Espíritu Santo me colmó, me llenó, me santificó. Ave llena de gracia, fue el saludo de la
Santísima Trinidad, Ave llena de gracia, no por Mí, sino por la misericordia de mi Padre, no por mis
méritos, sino por la misericordia de mi Padre. Así que Yo soy la llena de gracia porque me abrí a la acción
del Espíritu Santo.
Así también ustedes, hijos míos, tienen que dejarse formar por Mí. En mi Vientre ingresen en fe, en mi
Corazón, en mis cuidados maternos, que desde la Cruz los llevaré hasta mi Hijo Jesús. Mi Inmaculado
Vientre les espera. Yo los llevaré hasta Jesús que está en el Calvario, hasta la plenitud de los tiempos. A
Él, consuelo y adoración, por infinitos siglos de los siglos.
Hijo mío, debes comprender y aceptar que vuestra limpieza y purificación debe empezar desde vuestros
ancestros y cadenas genéticas para ir purificando vuestra vida hasta llegar a vuestra concepción, y desde
allí, pedid entrar a mi Vientre Inmaculado de esta manera:
Querida Madre, dejadme entrar en vuestro Purísimo y Materno Vientre, concededme ser formado
por el Divino Espíritu Santo para ser otro Cristo y asemejarme más a Él.
Divino Purísimo Vientre de la Virgen María: guárdame.
Divino Purísimo Vientre de la Virgen María: fórmame.
Amén.
Orad así, queridos hijos, porque ya estando espiritualmente en mi Santo Vientre, serán formados y sus
heridas serán sanadas, serán desatadas, serán transformados y liberados por la misericordia del Padre.
Amén.
La acción del Espíritu Santo en la Santa Infancia de la Santísima Madre, la Virgen María.
Nuestra Señora:
Aprendan, queridos hijos, a escuchar mis Llamados y Consejos maternos. Así yo escuché y obedecía al
Padre Todopoderoso que desde su Trono me instruía y enseñaba. Así como me preservó de todo pecado
original, así me preservó de todo pecado en el mundo, no porque no era hija de Adán y Eva como sois
vosotros, sino por la misión que me encomendó; cuidar y dar a luz, para todos vosotros, a mi Santo Hijo
Jesús. Así, desde la Cruz, mi Divino Hijo me dijo: “He ahí a tu hijo”, que son todos ustedes. Así ustedes,
como todo hijo, deben estar en el vientre de sus madres, así deben estar en mi Vientre para llenarse de
Mí, a la vez del Espíritu Santo que habita en Mí, así serán formados y transformados en Cristo.
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Cielo son del Jardín más precioso; el Inmaculado Vientre de la Santísima Madre. Cada rosa es una de
sus excelencias y virtudes.
Nuestra Señora:
Víctima Santa Teresita de Lisieux fue por mi hijo Jesús para la salvación de la Iglesia y de las almas.
“Madre, abrígame y apártame del mundo para tu Hijo Jesús. En tu Purísimo Vientre, séllame con la
Sangre que llenaste a tu Hijo, cúbreme con esa Purísima Sangre y Carne y llévame a la verdadera
Vida en Dios, en su Luz, en su Amor. Amén”.
Sólo en Mi Vientre, encontrarán un verdadero camino para asemejarse a Mi Hijo. Yo, desde pequeña, fui
del Señor, y cuando fui consagrada el Señor me dotó de dones y carismas para esta gran misión.
¿Acaso no soy Yo, la Llena de Gracia del Espíritu Santo? Por eso, hijitos, desde Mi Consagración en el
Templo, Mi Vientre fue sellado como fueron sellados los hogares israelitas en Egipto, cuando el ángel del
señor pasó por sus calles destruyendo y aniquilando todo aquello que no era del Señor. Por eso, sólo en
Mi Vientre, déjenme que yo aniquile, destierre, todo aquello que es del mundo y de la carne, y llénense de
Jesús, de los pensamientos de Jesús, de la vida de Jesús. Amén, Amén, Amén.
Mira oh humanidad que estoy solo y crucificado, hoy te llamo alma, Manuel de mi desconsolado Corazón
que amo hasta el extremo, ayúdame a salvar almas.
El tiempo de nuestra purificación se acerca y verán sus pecados como Yo los veo, solo les pido oren
desde el corazón. Amén.
La Santa Madre:
Hijos, Dios fue mi Dios, pero también fue y es mi Padre. Sólo con la obediencia y la humildad se puede
ser grato a sus Ojos, obedientes en cumplir sus Palabras, como Yo en el momento de la Encarnación. Así
como mi Vientre fue apartado del pecado y consagrado para mi Hijo Jesús, así yo fui preservada para
decir “Sí”; “Sí” en el dolor, “Sí” en las pruebas, “Sí”... Yo tenía clara mi misión de ser la Madre del Hijo de
Dios.
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Yo soy, he sido el centro de este gran misterio, mi Vientre fue el Santuario del Padre, el Trono del Hijo, y
el Sagrario del Espíritu Santo. Por eso soy obediente, soy humilde, porque dejé mi ser totalmente para Él.
Soy humilde porque le di mi Vientre para dar a Luz a su Hijo. Soy humilde para acogerlos a todos
ustedes, en mi Vientre desde la Cruz. Cuando mi Hijo dijo en la Cruz “Mujer he ahí a tu hijo”, desde ese
momento mi Vientre se abrió y continuamente se abre, para ustedes.
Déjense formar por mí, acérquense a la Luz. Dejen que la Carne Inmaculada del Hijo, que es mi Carne,
dejen que la Preciosísima Sangre de Cristo, que es mi Sangre, se funda en ustedes, los llene y los libere
de esta carne impura que han dejado contaminar con el pecado. Dejad que yo os forme, que yo os lleve,
que yo os dé a luz para el Cielo, para Cristo, para el Padre. Fórmense, edúquense y crezcan con esta
Madre, Madre de dolor, Madre de amor, pero más Madre de todos vosotros pecadores. Yo os guiaré, yo
gestaré en ustedes una Nueva Humanidad, para la Gloria de Cristo.
Mi Hijo pronto viene, y se me ha encargado desde el principio de la Iglesia, llevar la Luz. Guiarlos y
formarlos a todos mis hijos para prepararlos para la Nueva Humanidad, que se deja redimir, humanidad
que se deja guiar, humanidad que se deja conducir. Por eso estoy aquí con amor de Madre, con mi
acompañamiento maternal y quiero llevarlos a Jesús. Yo, como buena madre, quiero la luz y la salvación,
el conocimiento de Dios para ustedes. Yo los vengo a llamar nuevamente, acepten mis llamados de amor
a la humanidad e ingresen en la escuela del Divino Espíritu, mi Purismo e Inmaculado Vientre. Así sea.
Mis pequeños, dejad que yo los dé a luz para Dios, para el Cielo. Amén.
Jesús, el Unigénito del Padre, obediente se encarnó en el Vientre de una Creatura salida del Corazón del
Padre. El Señor se encarnó, se abajó, con humildad a nuestra condición y se hizo hombre por obediencia
al Padre. Pero no podemos hablar de obediencia y humildad sin amor, amor para el Padre. Es el amor el
que nos lleva a la humildad, es decir, reconocernos creaturas, hijos del Padre y así llegaremos a la
obediencia. María la más humilde en el momento del Fiat y la más obediente reconociendo, aceptando,
obedeciendo y poniendo, en primer lugar, la Voluntad amadísima al Padre. Practicando con amor, la
humildad y la obediencia, nos asemejaremos más a Jesús y reconoceremos la Santísima Voluntad del
Padre, como la hizo la Santísima Madre. Así sea.
Alabado sea Jesucristo, con nuestra Santísima Madre, sea por siempre alabado.
Hijos no saben en la gran oscuridad en la que viven, por eso, hoy en estos tiempos, con estos mensajes,
les doy las claves, las pautas, las reglas, porque como Madre amo, como madre les corrijo. No le causen
más dolor a mi Hijo que aún está en la Cruz, sino que busquen como consolarle. Ábranse, y déjense guiar
por Mí, sólo así podrán ser gratos a mi Hijo. Amen los mandamientos de la Ley de Dios.
Vivan en gracia y crezcan en oración, en los Sacramentos. Dejándose guiar en mi Purísimo e Inmaculado
Vientre como cualquier madre yo los voy moldeando, les doy los rasgos, les doy las apariencias, los lleno
de mis sentimientos, de mis actitudes, de mis altos y profundos deseos.
Hijitos, como cualquier madre, quiero lo mejor para ustedes, y lo mejor para ustedes es el Cielo. Yo, la
humilde, como creatura reconocí al Creador. Yo como Hija obediente, fui fiel a la Cruz. Yo, como
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vosotros, fui humana, ignorante, pero Dios mi Padre me apartó, me guió, me formó, me moldeó y yo
quiero sacarlos de esa ignorancia que viven.
Vivan en el Corazón del Padre porque ustedes hijitos perecen por ignorancia. “Mi pueblo perece por falta
de conocimiento” (Oseas 4; 6). Amén, amén, amén.
Busquen el Reino de Cristo, el Redentor, mi Hijo por excelencia, y en mi Vientre, busquen un lugar
espiritual, un refugio que hallareis. En mi Vientre les hablaré, los educaré, los llevaré al Padre, los daré a
luz a la Vida, la Vida en Dios.
Quiero llenarles del Espíritu Santo para asemejarlos al Maestro de maestros, Rey y Señor, Cristo Jesús,
el Redentor, el Salvador, el Amante de todos los corazones, el que desea salvar sus almas, para la mayor
gloria de Dios. Yo fui quien habló a la primera Iglesia de mi Hijo. Yo los guie, los acompañé en oración y
por eso fueron fieles, porque fueron humildes y obedientes. Dejad pequeños que mi Pie Virginal doblegue
ese vuestro orgullo, soberbia, destruya vuestra ignorancia. Amad al Padre, no sigáis crucificando al Hijo, y
fórmense por el Divino Espíritu Santo en mi Santísimo Vientre.
Les amo con Amor de Madre. Les ama el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo de Amor, y Maestro de la
conversión. Amén.
¿Quien como Dios? Yo soy San Miguel, uno de los siete seres de luz que sirven al altísimo. Yo voy
delante del Ejército Triunfante de Jesús y de María. Yo los bendigo y protejo, los cubro con mi manto y
con mi escudo de la verdad, en esta batalla espiritual. ¿Quien como Dios? Nadie como Dios.
La Madre de la conversión
Queridos hijos soy la Madre de la conversión, es necesario que oren conmigo.
No pueden seguir siendo esclavos del pecado, ya que es tiempo que maduren y elijan entre el bien y el
mal, entre el mal y el pecado o entre mi Hijo y el Cielo (San Mateo 5, 37).
El peso del brazo de mi Hijo no soporta más, pues es el peso de la Justicia Divina, porque mucho ofenden
a DIOS y crucifican nuevamente a mi Hijo.
Oren por los niños abortados, oren por México, oren por Nicaragua que serán purificados, oren por Rusia,
que ella misma se destruirá, oren por Ucrania y Yugoslavia sufrirán.
Hagan la paz, no dejen que el pecado les domine, oración, sacrificio y penitencia. Mi Espíritu Maternal se
derrama en ustedes, conversión es lo que quiero, paz perdón y reconciliación, Yo soy Santa María Madre
de la conversión.
Obedezcan a mis llamados. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En Fátima, Yo les dije a mis pequeños que vendrían muchas modas que ofenderían a DIOS, pero no solo
eran modas para el mundo secular, sino también modas que se infiltrarían en la Iglesia de mi Hijo, como
la Comunión en la mano, solo las manos consagradas pueden tocar a mi Hijo en la Eucaristía.
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Queridos hijos vuelvan al Padre mis pequeños soldados, amen a DIOS y a su sagrada tradición y
enseñanzas, de mi Hijo, a mi hija mayor la Iglesia le digo, crean en mis palabras y a la mayor de mis
revelaciones, JESUS, que está en la Iglesia.
Queridos hijos oren por los sacerdotes, oren mucho porque Roma será sacudida y muchos de mis
consagrados dejaran el servicio y serán arrastrados al error, oren por las iglesias que no están unidas al
Santo Padre, sean uno como el Padre y el Hijo son uno (San Juan 17, 21).
Oren, oren, oren, rezando el Santo Rosario no se dividan y recen en este tiempo tan especial el santo
viacrucis, la liturgia de la Iglesia en la tierra, es la misma a la liturgia del Cielo, por eso mi Hijo Jesucristo
no desea que sea cambiada.
Manuelito tus eres mi profeta, te envió a unir mi Ejército y háblales de mi deseo de unir mi Ejército
Triunfante. Con la oración y el amor haremos una fogata que no solo cegara a Satanás, sino que con el
amor lo fulminaremos.
Vuelvan a la enseñanza de los apóstoles. Queridos hijos los formare en mi Vientre y serán llevados al
Santuario del Corazón Doloroso e Inmaculado y desde aquí serán entregados al Sagrado Corazón de
Jesús de mi Hijo Jesús y los asemejare mas a Él, mi Hijo los llevara al Padre para que sean uno con el
Eterno Padre.
Mi Vientre es el arca de la salvación donde quiero formarlos. Manuelito mi niño, diles que sean uno como
yo te he enseñado a hacer uno Conmigo.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María, Purísima
sin pecado concebida.
Así, mi niño, tú y tus hermanos serán moldeados en estas Divinas Manos, en este sencillo Molde tan
grato al Padre, que es mi Purísimo Vientre, Primera Mesa Eucarística, Primer Altar. Otro ejemplo, amado
mío, que te doy es el pan que se inicia como trigo, trigo que es limpiado, lavado, secado, y que luego se
separa el bueno y el malo. El bueno se aparta para la creación del pan, el malo se desecha para el fuego.
En mi Vientre este trigo son ustedes, niños, que serán molidos, triturados y limpiados. Créanme que duele
pero es que el dolor anticipa la alegría; es que la cruz anticipa la resurrección; es que la pasión anticipa el
Cielo y la redención de las almas. Hijos míos, es necesario este proceso para obtener, en el primer caso,
una buena y bella vasija, y en el segundo, un rico y provechoso manjar. Ahora amados, fórmense en mi
Vientre. Yo les doy mi bendición en el nombre del Padre, y del Hijo, el del Espíritu Santo. Amén.
Oren, alaben, dancen, pregonen que el Reinado de Cristo esta cerca y el Reinado del Sagrado Corazón
de Jesús, trae el triunfo de mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
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Ven Señor Jesús, maranatha, y que el reinado de Nuestros Dos Corazones inicie en sus pequeños
corazones.
Les ama y les bendice María de Nazaret. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
La Santa Madre, hijo mío, se dejó guiar por el Señor. Jesús fue para la Santa Madre, la escuela de Gracia
y Amor que desde su Vientre la formó. La Santa Madre desde la Encarnación se puso a servir (pues es y
era su misión), servir a las almas, al Amor, al Tesoro, que salió del Corazón del Padre. La Santa Madre
nunca quiso ser servida, aún más, la Santa Madre fue la siempre Esclava del Señor que con su amor y su
dolor agradó al Padre. Así ustedes, mis hermanos y hermanas, deben agradar al Padre, con su vida de
oblación, con su entrega como alma víctima. Los que quieren ingresar a esta etapa espiritual deben
asumir, hijo mío, el dolor y el sufrimiento, la humillación, la negación, el quebrantar su espíritu para existir
nada más que en Jesús, que nos ama.
Así, hijo mío, podrán acercarse a esta Escuela de Enseñanza, el Vientre de la Santa Madre, donde todo
corazón es moldeado y formado a la Voluntad y Decisión del Padre. Sólo así seremos gratos al Padre. Os
entrego mi Bendición Sacerdotal. Amén.
En este Vientre nos formamos, con dolor y amor, para renacer a la Nueva Vida en Cristo. Hermanos, el
proceso es doloroso y difícil (yo también pasé por él) porque es nuestra imperfección lo que el Señor, en
este Purísimo Vientre, destruye.
Sólo así se alcanzará la santidad; por el camino del dolor y del amor. Porque María es el camino, ejemplo,
imagen viva del dolor y del amor, acojan al Purísimo Vientre y pidan, deseen ser moldeados por él. Amén.
Cuenten con mi oración intercesora.
Aprendan queridos hijos a encarnar la palabra, la palabra se encarna en ustedes cuando luchan por
practicarla, cuando se esfuerzan por vivirla, obedezcan a la palabra, así se encarna la palabra, CRISTO
JESUS, se encarno en mi Vientre, ahora se encarna en la Eucaristía.
Mi ¿niño que te aflige? ¿porque tu tristeza, no estoy Yo aquí que soy tu Madre, acaso no te tengo en mis
brazos?, eres mi vaso de escogido, mi pequeña alma victima de la cual brotan las palabras para el
mundo, no dudes en verdad te hablo, te hablo a tus sentidos espirituales, en todos los tiempos el Señor a
dado a su pueblo profetas. Eres profeta aunque la revelación sea una, dile a mis hijos que caminen por
senderos rectos (Isaías 26, 7), para que se unan mas a Jesús, que es el camino, la verdad y la vida (San
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Juan 14, 6), el camino de la verdad está en la Iglesia, en los sacramentos, en la palabra y en el mayor
sacramento, la Sagrada Eucaristía (San Mateo 26, 26).
Prepárense para estar unidos a mi Hijo en esta semana sagrada, semana de dolor y de gloria, mi Corazón
se guarda en ustedes. (Estaba iniciando la Semana Santa de la Pasión de Nuestro Señor)
Animo mi niño te uso, tu eres mi profeta, mi comunicador.
Procura en todo agradar al Padre, Consuela al Hijo, se dócil al Espíritu Santo y escúchame a mi tu
Santísima Madre. En Nuestros Corazones Unidos está tu refugio seguro. Amén.
El Corazón Inmaculado y Doloroso de María es la Fuente Mayor de ese Mar… ¿no se dan cuenta mis
amores que aquí está la Sangre que derramé?
Mi pequeño, purifícate en este Manantial de Gracia, en esta Fuente misericordiosa… ¿No veis que esta
Sangre, es mi Sangre, que esta Agua que os lava es mi Agua? ¿Por qué tanta dureza de corazón pueblo
mío, rebaño mío?: “no endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como en el día de Masáh en el
desierto” (Salmo 95, 8.). ¿No ven que mi Madre es el Vaso Precioso de la Gracia, que esta Gracia es mi
Preciosa Sangre y Agua?
Hijito, en este Vientre, anonádate. Sólo así encontrareis mi Paz; Paz duradera y es de corazón… Después
de vuestra purificación estarán dispuestos para servir, amar y orar. De que te sirve, hijo, si cumples por
mera obligación y no por amor, o ves mis gracias como un compromiso que obligatoriamente tienes que
adquirir.
Mi amado pueblo, amor es lo que quiero, amor a mi Madre, amor a mi Palabra, amor a mi Iglesia (el que
no ama a la Iglesia no ama a Cristo) y a mis ministros, amor entre ustedes. En este Mar insondable de
Amor, el Inmaculado Vientre de mi Madre, encontrarán amor, serán purificados, serán lavados; muchos
serán limpios, y emblanquecidos, y purgados. Y los impíos se empeorarán, y ninguno de los impíos
entenderá, “entenderán los entendidos”. Hijos, en mi Iglesia (en la única Iglesia) está en el Vientre
Materno de mí amada Madre. Es aquí en mi Iglesia donde, mi amada Madre, les gesta, les prepara y
enseña para que vivan vuestro Cielo; que es el Amor y la Presencia Trinitaria.
Amado brote de mi Corazón, se mi pequeño útil y dócil, y déjame conducir la barquilla de tu alma, y se
compenetre y nade mar a dentro de este hermoso Mar de Misericordia y Amor, el Vientre Inmaculado de
mi Amada Madre. Amén.
Mi locura de amor
Amado hijo, YO SOY, DIOS PADRE, quien os ama con locura de amor que ha entregado a su único Hijo
por amor (San Juan 3, 16).
Hijito cree al hombre para que viviera en una íntima unión Conmigo, esta fue la intención primera, crear al
hombre y a la mujer para que vivieran en una unión íntima Conmigo, pero vuestros corazones se alejaron
de mí (Isaías 29, 13), están hoy como el pueblo rebelde de Israel, a quien busque y protegí, no solo como
Padre, sino como un esposo enamorado de su amada, y envié a mis profetas porque quería que
obedecieran.
Hijito sabes que yo te amo y quiero que vivas en unión íntima Conmigo en el amor. Vivan esta unidad
desde hoy hasta el Cielo.
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“Yo Soy”, me manifiesto en lo sencillo, prueba de mi amor por la creación fue la familia y el matrimonio,
vivo reflejo del amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Ustedes fueron creados para vivir en caridad. Vuestro Padre quien les ama. En mi Poderoso y Eterno
Corazón. Se bendito y bienaventurado. Amén.
Hijo Yo soy condenado cuando en sus corazones no hay caridad, así como derramé Sangre y Agua en la
Cruz, la sigo derramando en cada Eucaristía porque les amo. Quiero enseñarles, educarles, formarles en
mí Sagrado Corazón para que aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón, quiero que vuestro
corazón se convierta en una llama y que esta llama encienda corazones fríos, aprenda de Mí y busquen
en todo agradarme.
Búsquenme en la escritura sobre todo en la Sagrada Eucaristía, vivan en la luz de mi Sagrado Corazón,
sean luz y sean uno Conmigo (1 Juan 2, 10).
Te bendigo mi pequeño. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Yo sufro continuamente por vuestros pecados, no se dan cuenta del mal que le hacen a su almas,
cuantas almas se pierden, pero hay un bien eterno al que deben aspirar, vuestras vidas no son de
ustedes, pues fueron creados para vivir en comunión con el Padre, Yo Soy, su DIOS ¿Por qué no abren
sus corazones a las gracias de mi Sagrado Corazón?, me tienen en un Getsemaní eterno, cuantas veces
les he llamado pero no se preocupan en saber qué es lo que nuestros Corazones Unidos les están
pidiendo.
El dragón del Apocalipsis (apoc 12, 3) ya se está cercando al mundo y le abren las puertas y la cierran a
mi Misericordia. Busquen los Sacramentos, hagan todo por amor a Mí ¿no creen hijos que soy su DIOS?
Yo entregue mi vida por ustedes, ya están cerca de los días de vuestra purificación (hebreos 1, 3),
queridos hijos confiésense, comulguen. El alma que no comulga pierde la vida eterna, comulgar es un
asunto de vida o muerte eterna.
Hijitos abran sus corazones a mi Bendición. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Manuel: Más tarde ese mismo día, Nuestra Santísima Madre como la Madre Dolorosa se presenta
en visión interior y dice:
Querido hijo me envía mi Hijo Jesús para enseñarles a orar porque solo en la oración vivirán en comunión
con mi Padre.
Pequeño soy vuestra Madre Dolorosa, que derramo lágrimas de sangre por ustedes. Querido hijo el
mundo camina a su destrucción, dile al mundo que ya no ofenda a Nuestro Señor, pues viven días de
gracias.
Pequeño acompáñame a orar, entonces Nuestra Madre decía una oración la cual yo repetía uniéndome a
sus suplicas.
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Al finalizar Nuestra Madre de orar dice:
Ora querido hijo para que la luz de DIOS invada al mundo entero, para que el corazón del mundo vuelva
su corazón a DIOS, ora querido hijo para que los días de la purificación sean mitigados. Ora para que los
pastores no tengan miedo de anunciar la verdad del Evangelio.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Se puede decir, hijito mío, que el Primer Calvario fue mi Santísimo Vientre, porque en Él se anonadó el
Hijo del Hombre profetizado por Daniel, porque en mi Vientre se entregó a la Voluntad del Padre y aquí en
mi Vientre se inició toda la historia bella del amor y redención de las almas. Amén.
Queridos hijos gracias por escuchar mis llamados, gracias por orar conmigo, con alegría oren y esperen la
gloriosa venida de Jesús.
Les amo y les bendigo Hijos de mi Doloroso e Inmaculado Corazón. En el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos los moldee del barro (Génesis 2, 7), de la nada les hice algo, del barro les di carne, los crié
para que vivieran en unión Conmigo. (1 Corintios 15, 47)
Cuantos deseos tiene mi Corazón Eterno para unirse con vosotros, pero el pecado de mis hijos los ha
alejado de Mí.
A través de las escrituras les he pedido conversión, que se acerquen a Mí y me reconozcan como su Dios
y su Padre, no desprecien mis mensajes.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y Conversión de DIOS PADRE - 28 Abril 2014
Yo Soy tu Dios
Hijo Yo soy, tu DIOS YAHVE quien os habla y os ama, Yo te he escogido hijo, eres mi mensajero, Yo
quiero guiar vuestros pasos. Tu misión hijo mío es encender al mundo con el fuego del amor divino
(Zacarías 12, 6), porque os amo, resplandezcan a mi amor.
Hijo, mientras mis pastores os guían con la doctrina y el magisterio, Yo os guio con mis mensajeros,
profetas y manifestaciones (Números 12, 6) porque quiero guiar vuestras almas a la más alta unión
Conmigo. Yo os amo. Amén.
Comentario de Manuel de Jesús: Entonces Señor, ahora comprendo que el Fuego del Amor Divino es la
presencia de Dios Espíritu Santo en cada alma.
Comentario de Manuel de Jesús: El Fuego del Amor Divino entonces ahora se convierte en el Fuego de
un nuevo Pentecostés.
Hermanito debes saber que tus dones y gracias te las ha dado el Eterno Padre, como parte de su divino
querer y es en tu alma que Él imprime su Amor, ten entendido que las cosas que el Padre Eterno te ha
revelado ya estaban grabados en tu alma. El Padre Eterno te ha escogido y Él mismo te formara. Con los
mensajes que el Padre te revela quiere encender el mundo con el Fuego del Amor Divino y este amor te
llevara a cumplir su Santa Voluntad.
El Señor actúa en el silencio en tu alma, como lo hizo en el alma de la Santísima Virgen. Ama a la Divina
Voluntad de DIOS. (Salmos 143, 10). Amén.
Mis hijos, formados en mi Santísimo Vientre, cumplen la Divina Voluntad de la Santísima Trinidad.
Hijitos, mis hijos cumplen con la Santísima Voluntad del Divino Querer, es por eso que el Padre se
complace en ellos. Miren hijos míos, cuando un alma cumple la Santísima Voluntad, se llena de luz que
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significa la presencia de la Santísima Trinidad en esa alma, y la llena de Amor. Amor porque esa es su
esencia. Sólo con amor a la Santísima Trinidad, se cumple hijos míos, el amor a la Santa Voluntad.
Muchos de mis hijos preguntan ¿cuál es la Voluntad de Dios para mí? Yo les contesto mis niños: amar a
Dios sobre todo y todos, y amor a tus hermanos como a ti mismo. En esto radica la base, la roca, el
baluarte, el pendón de la Santísima Voluntad. La Voluntad del Padre sobre sus hijos es el amor, amor
sacrificado, amor entregado, amor anonadado, amor en oblación. Mis hijos, mis verdaderos hijos, los que
realmente nacen del Santísimo Vientre, son aquellos que se complacen en cumplir la Voluntad del Padre,
aquellos que sin entender se sumergen en su Misericordia.
Yo, vuestra Santa Mamá, mis niños, no comprendí bien el anuncio del ángel (cfLc 1, 26-38) pero me
anonadé en la Santísima Trinidad, en su Divino Querer, y eso fue mi alimento y sostén; cumplir la Divina
Voluntad del Padre en el Fiat. Así que, mis niños, verdaderamente míos, digan el Fiat a la Voluntad del
Padre no importa lo que ello implique: renuncias, sufrimiento, dolor… La Voluntad de la Santísima
Trinidad está viva y presente en la Sagrada Escritura, en la Santa Doctrina y en la Enseñanza de los
Apóstoles de la Iglesia de mi Hijo, de mi Grey. Yo, Madre de la Divina Voluntad, os enseñaré a cumplir
con amor, negación, oración. Les pido, mis niños, que crezcáis en amor y obediencia a la Santísima
Voluntad de la Santísima Trinidad, crezcan sumergidos en mi Amor. Amén.
Tiempos de Misericordia
Querido hijo, “Yo Soy”, vuestro Padre. Hijo mío, estáis viviendo tiempos de gracias y misericordia. Estoy
derramando sobre ustedes mi Amor, porque quiero encender en vuestras almas el Fuego del Amor
Divino, para salvar a todas las almas, dejando que mi Amor, les llene.
Hijo en verdad te hablo y te envió para que enciendas a toda la humanidad con el Fuego del Amor Divino.
(San Mateo 10, 34) Amén.
Manuel:
El verdadero Apóstol del Inmaculado Corazón de María, es también el Apóstol de los últimos tiempos, son
aquellos que realmente llevan en sus corazones el celo por el anuncio del Evangelio y la salvación de
todas las almas.
El Apóstol es alegre, servicial, transparente, humilde y obediente, vive con amor la Sagrada Eucaristía,
lucha por el triunfo del Jesucristo y su Santa Iglesia.
Este Fuego del Amor Divino, es el Fuego de un nuevo Pentecostés, un nuevo y eterno derramamiento del
Espíritu Santo, que nos obtendrá Nuestra Santísima Madre.
El tiempo apremia mis niños, hoy los llamo a la conversión, a la oración, a la paz, a la penitencia, al
sacrificio, pero sobre todo al amor, amor hacia mi Hijo Jesucristo y amor hacia sus hermanos.
Os bendigo con mi amor maternal. Soy vuestra Madre del infinito amor. Amén.
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Vuestras almas deben ser limpiadas y purificadas de toda mancha y egoísmo, soberbia y egoísmo del
orgullo, para que la presencia de mi amado Padre ingrese en sus pequeños corazones, corazones que mi
Preciosa Sangre ira limpiando, purificando.
Les quiero limpios interiormente, que mis mandatos reinen en cada corazón, cuanto mal se podrá evitar,
pero ustedes se dejan dominar por mi adversario, que es un ser soberbio y orgulloso (el Señor
Jesucristo describe y revela al demonio llamándole soberbio y orgulloso), los quiero limpios y sanos
de mente, intención y acción, quiero servidores que dejen el pecado y renuncien a sus voluntades
(Gálatas 2, 20), voluntad que es débil y se convierte en libertinaje, porque la verdadera libertad está en la
Santa Voluntad de mi Eterno Padre, que los ha creado, para amarlo, servirlo, adorarlo, que vuestra única
preocupación primera sea cumplir mis mandatos.
Yo os amo y deseo ser amado, Yo soy vuestro servidor y deseo que ustedes me sirvan, necesito que
imiten a mi Sagrado Corazón. Mi Sagrado Corazón desea que me sigan, sigan el camino de la Cruz (San
Mateo 16, 24), del servicio, de la entrega, del amor sincero e incondicional, si supieran cuanto les amo,
me amarían y vivirían en una unión tan intima que la única preocupación del alma seria amarme y darme
todo su ser.
¿Por qué mezquinan a su ser a Mi? Yo sufro mis pequeños, abran sus ojos, vean el tiempo que se
aproxima, tiempo de otra crucifixión, crucificados serán muchos por amor a Mí y ellos detendrán el brazo
de mi Justicia.
Alma mía Yo deseo reinar en ti, antes de que mi Voz no se escuche porque querrán oírme y ya no podrán
(Isaías 55, 6) , acérquense a mi Sagrado Corazón Eucarístico, antes de que oscurezca llamo a la Iglesia a
la pronta disposición para que reine mi Sagrado Corazón y mis intenciones sean realizadas en mi
Creación, os amo pecadores y no quiero vuestra condenación (1 Timoteo 2, 4), fueron creados por amor,
fueron creados para el Cielo, fueron creados para amarme pero se alejan constantemente de mi Sagrado
Corazón, deseo vuestra salvación, les espero en mis Sacramentos de amor, especialmente en la Sagrada
Eucaristía.
Amor, amor, os pido, en mi Reino entran las almas que realmente se unieron a mi Voluntad y la amaron,
sumérjanse a mi Sagrada Voluntad que es el amor y la misericordia misma que en mi Sagrado Corazón
son una misma gracia.
Os espera Jesús que les ama. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen, Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
La criatura que se deja formar en mi Vientre Purísimo, ama y cumple la Santísima Voluntad
manifestada en las Sagradas Escrituras y la Enseñanza Apostólica.
Queridos hijos, Yo, vuestra Madre, os inculco en vuestros seres amor a la obediencia de la Divina
Voluntad. Es así, hijos míos, que cada alma se va transformando en una esencia pura y cristalina, pues
cumple y ama lo que cumple; la Santísima Voluntad de la Santísima Trinidad.
La Voluntad del Eterno Padre para todos sus hijos es que sean fieles, fieles en el amor, felices en la
comunidad y vida en paz en vuestras conciencias, paz en vuestras acciones, paz para con los hermanos.
La paz hijos míos debe reinar en cada corazón y en la conciencia, así mis hijos tendrán paz pero si
cumplen con la Santísima Voluntad.
La Santísima Voluntad del Padre esta manifestada en las Sagradas Escrituras. Los profetas alzaron su
voz en el desierto y yo hoy alzo mi voz en cada hijo mío: ¡Volved pequeños a la práctica de los Santos
Mandamientos, a la práctica de la Santa Doctrina, al amor; amor que debe unirlos para seguir juntos y
alcanzar misericordia para el mundo!
El alma de cada hijo mío se sumerge en mi Vientre cuando se anonada en la buena práctica de la
Santísima Voluntad: los diez mandamientos, las bienaventuranzas, el mandamiento mayor (amor a Dios y
al prójimo). Así el alma se va limpiando y sanando, conforme vaya creciendo y profundizando en la
experiencia del Amor de Dios, manifestado en mi Hijo Jesús. Mi Vientre os llama a todos a una profunda
oración, sincera conversión y llama a las almas a cumplir la Santísima Voluntad manifestada en las
Sagradas Escrituras y la Enseñanza Apostólica.
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Un DIOS enamorado de sus criaturas
Queridos hijos, almas mías, “Yo Soy” vuestro DIOS, Yo soy vuestro Padre, quien os ama, con su eterno y
os abraza en mi insondable Corazón.
Queridos hijos Yo soy vuestro Creador ¿me reconocen? Debe el alma, deben mis hijos reconocer a su
DIOS y creador, creados han sido para el amor y en el amor, cada Apóstol del Corazón Doloroso e
Inmaculado de mi amantísima Hija, debe amar, amando es como el alma se adhiere a mi Divina Voluntad.
Hijos míos cuando al alma me ama, ama mi Sagrada Voluntad y mi Voluntad esta manifestada en la
Sagrada Escritura, a mi unigénito Hijo hecho palabra y hecho carne, ahora hecho Pan y Vino en cada
Altar Eucarístico.
Hijos si me aman cumplen mis mandamientos, nacidos de mi Amor Santo y Divino para cada uno de
ustedes y así el alma en consecuencia ama mis mandamientos y los cumplirá, un alma así es humilde y
sencilla, arrebata una infinidad de gracias de mi eterna bondad ámenme que Yo os amo, Yo soy vuestro
eterno enamorado, enamorado de mis criaturas, a los cuales abrigo en estos tiempos de misericordia.
Con amor vuestro Padre y vuestro DIOS YAHVE “Yo Soy”, el eterno enamorado, el amor pleno, el amor
entregado al mundo en mi Hijo Cristo Jesús. Les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Los hijos de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, hijos y apóstoles de los últimos tiempos
Queridos hijos de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, son ustedes los apóstoles de los últimos tiempos,
apóstoles de amor y dolor, apóstoles que sufren y aman junto a Mí, su Santa Madre al pie de la Cruz.
Quiero apóstoles que consuelan a mi Doloroso e Inmaculado Corazón, les llamo y convoco a la
conversión, hacia el Sagrado Corazón de mi Hijo, convertíos en este instante.
Hijos les llamo a la conversión, conversión en el amor, la paz, la fe, en la unidad, únanse a mi Doloroso e
Inmaculado Corazón y llénense de mis gracias.
Obedezcan a mi Hijo esto es lo que más anhela vuestra Madre acuérdense que les dije:”hagan todo lo
que Él les diga” (San Juan 2, 5), hoy vengo nuevamente a decirles, hagan lo que Él les diga. Conozcan a
mi Hijo en la Sagrada Eucaristía y en la Sagrada Escritura, en ella esta revelada la voluntad de mi Hijo, en
ella crezcan y vivan, apóstoles míos Yo soy vuestra Madre que les enseña. El mundo está muy mal,
debido porque no aman a Nuestro Señor y Padre y en consecuencia de ello no hay amor entre ustedes.
El mundo de hoy está guiado por el paganismo, el egoísmo y la soberbia que reina en los corazones de
mis pobres hijos, Yo vengo ayudar a la salvación de sus almas. Abran las puertas porque mi Hijo se
acerca, sean apóstoles de mi Doloroso e Inmaculado Corazón y complazcan a DIOS Nuestro Señor al
que mucho se le ha ofendido. Mis apariciones, manifestaciones a mis escogidos, videntes e instrumentos
representa mi presencia en el mundo y mi intercesión ante el Trono del Eterno Padre.
Quiero la salvación de todos los hijos y los quiero juntos en el retorno de mi Hijo, por eso hijos con la
oración, sacrificio y penitencia preparen sus almas, oren, oren, oren para que el Reinado del Sagrado
Corazón de Jesús descienda al mundo.
Les ama y bendice vuestra Madre María, Reina victoriosa en el Sagrado Corazón de Jesús y en la
Santísima Trinidad. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y Conversión del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús - 18
Mayo 2014
En el centro un gran aro luminoso se abrió y dentro del globo de luz estaba Nuestro Señor, con las manos
abiertas, vestido de blanco, un cinturón de color celeste muy claro, con las Sagradas Llagas en sus
manos y pies.
El Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús dijo: Quiero que mi Sagrada Voluntad, reine en cada alma,
cada espíritu, cada esencia, que el alma se compenetre profundamente en mi divino querer.
La oración además de una relación íntima con el Padre, es una oración que debe cooperar con la
redención de cada alma. Cuando un hijo mío ingresa en mi Vientre Santo y Purísimo, ora, ora, ora
incesantemente y todo ofrece en la oración; ya sea suplicante, de alabanza o contemplativa. La oración,
mi muy amado, debe transformarte de tal manera que no seas tú quien vivas, sino Cristo en ti; así Cristo,
el Rey y Señor del universo, Esposo de la Iglesia, Cordero degollado y sentado en el Trono vivirá en ti, se
dirigirá al Padre en ti, se compadecerá por el mundo en ti, y así serás instrumento de Paz y Amor, que
transforme de tal manera tu ser carnal (en la vida interior, vida de comunión entre el alma y su creador),
que tendrá el objetivo nada mas de alabar, bendecir y servir a su Señor.
Hijos míos, si obedecieran ¡cuántas mercedes obtendrían del Cielo!, pero sus maldades acarrearan
muchas penas para el mundo. Mis justos elegidos, oren, oren y crezcan en el amor a Dios y los
hermanos, ¿quién os ama y más que su Dios y, yo, su Amada Madre? Nadie mis niños. Amén.
Los verdaderos hijos que nacen en el Espíritu (en mi Santo Vientre) no negocian la verdad.
Queridos hijos, os he ido guiando poco a poco en mi pequeña escuela, escuela del amor, escuela
eucarística, escuela de oración, escuela de contemplación, escuela de acción y entrega. Poco a poco los
voy formando a una nueva vida, vida en, vida escondida en Cristo: Porque “habéis muerto, y vuestra vida
está escondida con Cristo en Dios” (Col 3, 3). Donde mi “yo”, ha muerto para dar vida al Fiat, Fiat de
entrega, Fiat de la verdad, FIAT MIHI SECUMDUN VERBUM TUUM (hágase en mi según tu Palabra). Es
Verdad, la Palabra de mi Hijo, es Verdad y ¿a quién irán a buscar si sólo Jesús tiene Palabras de Vida
Eterna?
Cambien sus vidas y no negocien la Verdad. ¿Qué es esto, mi niño? ¿Qué es negociar la verdad?, hijo,
hay una sola Verdad es Cristo y su Palabra, así que, hijos, no cambien la Verdad, por la mentira.
En estos tiempos, mis niños, se cambia la Verdad, como la Libertad es cambiada por el libertinaje, el
amor por lujuria, la bondad por el rechazo al otro (que no tiene nada, que no vale nada ante el mundo),
porque ante mí, su Madre, vale la Santísima Sangre de Cristo. Hijos, cambian la gracia de la Verdad por
la mentira del pecado, transgrediendo las leyes divinas, los Diez Mandamientos. Todos quieren vivir su
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verdad. Todo, para muchas pobres almas, es relativo. Si se dieran cuenta de la Verdad (que mi hijo les
trae) se salvarían muchísimas almas que tienen sed de la Verdad.
¿Quién es la Verdad? Os lo vuelvo repetir, Cristo Jesús, y su Verdad es su Enseñanza. Esto es el amor a
Dios y al prójimo, obediencia y humildad. Yo, por consecuencia entonces, soy la Madre de la Verdad
Encarnada, la Verdad Eucarística, guíense con mis llamados… Verdad, caridad, sencillez y transparencia
son cualidades que os daré, en mi Santo Vientre, si se dejan moldear por Mí. Solo la Verdad, vivan la
Verdad. No cambien la Verdad por la mentira, la Gracia por el pecado, el Cielo por el infierno. Os ama
Vuestra Madre, la Madre de Jesús, el Maestro de Verdad. Amén.
Como cada hijo mío nacido de mis Purísimas Entrañas, lucha por vivir en santidad en cada
momento presente de su vida.
Hijo mío, Dios creó al hombre y a la mujer para que fuesen santos e irreprochables a sus ojos. Todos
ustedes, mis hijos, tienen una vocación en común, la santidad en el amor, en el perdón, santidad es
vuestra vida, vuestra vida verdadera en Dios. Yo quiero que todos mis hijos sean santos y ¡cómo no me
voy a preocupar de mis niños! Jesús me los entregó a mis cuidados maternos desde la Cruz, desde el
Calvario. Allí, mi Purísimo Vientre, se abrió para todas las almas, así como también se abrió el Purísimo
Corazón de mi Hijo, y Sangre y Agua brotaron para el mundo.
Hijos, la santidad no es una prenda que se encuentra en cualquier lugar, es una gracia que el Padre le
concede a las almas en su Infinita Misericordia. Santo, por eso hijos míos, no es el que no peca sino el
que reconoce humildemente sus miserias y me las entrega y acoge en su alma el perdón y la misericordia
de mi Padre. Santo es el que abre sus heridas para que mi hijo las sane. Santo, hijos míos, es el que
cierra su corazón al mundo y solo lo abre para el Cielo. La apertura de un alma es necesaria, mis
pequeños. El alma debe estar consciente de sus miserias y de la necesidad del Amor que mi Padre os
ofrece, Amor que no solo sana, sino que perdona, salva y redime.
La santidad no se consigue con vuestros esfuerzos, sino con la gracia que proviene del Padre, que os
ama sin medida. La santidad es una lucha ardua, pero feliz. El alma que emprende ese caminar de rosas
con espinas que os han de purificar en el dolor, de rosas que los guiaran al camino, hacia la gracia más
grande del Padre, es decir, a mi Hijo Jesús, venciendo su voluntad para aceptar la del Padre, renunciando
a su ego, luchando por amor a Dios y a sus hermanos, ira consiguiendo y trabajando en su santificación, y
luchará y se esforzará para alcanzarla en el Santo Temor a Dios y con mi Divina Protección. Sumérjanse
en la santidad que no es nada más que abrir el corazón a Cristo, reconocerlo y servirlo en la verdad y
honestidad que daré a cada hijo mío, a cada alma. Os amo, mis pequeños, María Madre y Maestra de
santidad. Amén.
Hijo hoy te llamo a ti y a través de ti llamo a toda la humanidad, humanidad que debe ser regenerada en
la Sangre de mi Hijo, Sangre ungidora y santificadora.
Hoy les llamo a una nueva misión que es pedirles orar en mi Doloroso e Inmaculado Corazón, puerta del
Cielo y auxilio, escóndanse en mi Corazón para los tiempos que vendrán, cuanto sufrimiento les espera
hijo mío, todo esto es condicional si el mundo ora, cree, cambia, no pasara la horrible crisis, crisis que os
espera, crisis que se sentirá fuertemente cuando llegue el anticristo (2 Tesalonicenses 2, 3). Si oran y
hacen penitencia por sus pecados todo esto será mitigado, será saldado (Colosenses 2, 14), pues deben
pagar sus crímenes que aunque hayan sido mitigados, perdonados por la divina e insondable misericordia
aún no han sido reparados, por eso como Madre Misericordiosa os prevengo para que estéis alerta de las
nuevas herejías que vendrán, mas escándalos en muchos sacerdotes de mi Corazón, os pido en la
caridad de DIOS obediencia y confianza.
Mis queridos hijos todos con sus pecados han sido anticristo (1 Juan 2, 22), pues todas las maldades del
mundo y el odio soberbio del averno se concentrara en un solo ser, así como en mi Hijo Jesucristo se
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concentraran todas las gracias y el amor santo, en esta pobre alma exiliada del infierno, se han
concentrado los pecados del odio.
Solo los Sacramentos, la oración, especialmente la Sagrada Eucaristía les fortalecerá, pero no os
asustéis, no tengas miedo, vuestra Madre triunfara y junto a Mí el Sacratísimo Corazón redentor del
mundo, el Buen Pastor, Divino Amor y Rey Universal, por lo tanto mis niños entréguense con amor, en mi
Doloroso e Inmaculado Corazón, solo con amor y la conversión del corazón y pongan el empeño en todo
por amor a DIOS, podrán salir victoriosos en mi amor, corredentor.
Os habla vuestra Madre quien es el auxilio de los que siguen a mi Hijo.
Les amo y les bendice María Auxiliadora de los cristianos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mis hijos anuncian el Glorioso Retorno de Nuestro Señor Jesucristo, nuestro Señor y Amor.
Hijos muy amados de mi Corazón Doloroso e Inmaculado, hoy vengo nuevamente a enseñarles con estos
mensajes que brotan de mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Hijos, los que nacen de mi Vientre son como Yo, Vuestra Madre. Yo les enseño e instruyo, en este
caminar, con estos llamamientos al amor. Por eso, hoy vengo como la Madre del Segundo Retorno de mi
Hijo con poder y gloria.
Hijos míos, deben saber y comprender que mis verdaderos hijos claman continuamente “Ven Señor
Jesús”. Este es su grito de lucha, grito de júbilo, grito victorioso. Por eso les pido que anhelen la Venida
del Señor. Hemos sido creados para amarle, servirle y adorarle a Él solamente y cuanto deseo que llegue
el momento en que nos reuniremos todos juntos a Él. Mi Corazón ansia ese momento. Por eso id, mis
pequeños, y anunciad que mi Hijo viene, que mi Hijo está en vosotros, en vuestros hogares, en vuestras
vidas, clamad al Padre: ¡Ven Padre y envíanos a tu Hijo!
Cristo, hijos míos, traerá la luz, el amor, la misericordia y el perdón, la verdadera paz y una sincera
unidad. Por eso clamen, mis pequeños, clamen. Es necesario que mi Hijo venga, porque él es Rey y
como él es Rey entonces reinará verdaderamente. Cuando ustedes, pequeños, claman “Ven Señor
Jesús”, no sólo claman su Venida, también su Reino, su Misericordia, su Paz, su Presencia en cada alma.
¡Clamen! porque este clamor simboliza su pronta llegada y la pronta liberación del mal sobre la tierra.
Clamad, mi niño, ¡VEN SEÑOR JESUS! y El traerá su Triunfo, el Reino del Amor y de la Paz, la Unidad, el
verdadero perdón en cada hijo de mi Inmaculado y Doloroso Corazón. ¡Cómo se estremece el Corazón de
mi Hijo cuando claman VEN SEÑOR JESUS! Hijos, Cristo es Rey y el reina en la vida de cada hijo mío
nacido de mi Purísimo Vientre.
Esta jaculatoria os la doy, mis niños, desde lo más profundo de mi Corazón Doloroso e Inmaculado que
os ama infinitamente. Amén.
Manuel: Veo horribles creaturas, negras altas y flacas, con colas y cuernos que merodean por unos
pasillos que me imagino son los aposentos del Santo Padre, muchos traman algo maligno contra él.
La Santísima Madre dice: Habrá persecuciones, presiones, destrucción, no solo para el Santo Padre,
sino para todos aquellos que sigan fielmente al mandato de Jesucristo y sean obedientes al magisterio del
Papa. Dentro de lo más profundo del Vaticano hay sectas masónicas que estarán imposibilitando los
pedidos por Jesús y María al mundo y a la Iglesia.
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Existen muchos Cardenales contra Cardenales, Obispos, contra Obispos, muchos Sacerdotes y Obispos
van por el camino del mal llevándose con ellos miles de almas, con sus ejemplos hacen que muchos
pierdan la fe y odien a la Santa Madre Iglesia.
En este tiempo quien honre y ame a Nuestra Señora sufrirá mucho, muchos serán muertos y otros
humillados, mientras que en el mundo esté en un reino mundial sacrílego (Romanos 12, 2) y blasfemo,
reino ateo y apostata, muchos dejaran su fe por el bienestar y amor al dinero, cuantas almas se olvidaran
de DIOS he aquí una gran señal, como el colapso de dos planetas, como la luz de una estrella que será
visto y sentido por todos espiritualmente, cada alma, esencia, y conciencia, vera todo lo malo que han
hecho (1 Corintios 4, 5), hacen y harán en un futuro, cada alma sentirá vergüenza y dolor por el pecado
visto como lo ha visto DIOS Nuestro Señor, muchas personas morirán físicamente de pena moral y otros
se desesperaran (Apocalipsis 6, 16), los verdaderos hijos de María sufrirán también, pero para ellos no
será destrucción, sino una purificación, después de esto habrán grandes milagros en los Santuarios
Marianos, lugares de grandes manifestaciones de DIOS, pero si el mundo sigue igual y no cambia,
entonces la Divina Justicia caerá, será la imposición obligatoria de la marca de infernal (Apocalipsis 13,
17), la destrucción de todo lo que sea cristiano, aparecerá el anticristo a dominar la tierra, dos grandes
profetas surgirán del Corazón de Nuestra Señora, Enoc y Elías, que predicaran en el mundo la enseñanza
de Jesús (Apocalipsis 11, 3), ellos serán martirizados y su sangre clamara a la Corte Celestial y entonces
vendrán los tres días de oscuridad (Isaías 60,2) y tinieblas, hay de aquellos que se atrevan a dejar sus
hogares que antes de todo esto deben ser consagrados como santuarios familiares.
Cada casa y familia tendrá que ser consagrada a los Divinos Corazones Unidos y deberán tener objetos
benditos, las velas benditas duraran los tres días, en el ultimo y tercer día vendrá San Miguel Arcángel
con todos los Ejércitos Celestiales y vendrán alzando su voz ¿Quién como DIOS? ¡Nadie como DIOS!
(Apocalipsis 12, 7) Contestaran las huestes celestiales y una lucha se desata donde el triunfador es DIOS
en el poder de San Miguel Arcángel, los demonios serán destruidos, Satanás, el dragón rojo, el falso
profeta, serán atados y arrojados a los abismos del infierno (Apocalipsis 12, 9) y he aquí una gran señal,
una Mujer vestida de sol, con un manto azul profundo y una corona de doce estrellas, la mujer abrigaba a
la Iglesia con su Santísimo Manto.
Manuel: Luego veo la iglesia, vestida como una novia de todas las vírgenes , la más hermosa
(Apocalipsis 19, 7), veo al Santo Padre reinando con humildad, viviendo en austeridad, guiándonos con
las enseñanzas de Jesús y María, entonces habrá un solo Pastor, un solo rebaño (Ezequiel 34, 23), esta
es la gran victoria de la Iglesia.
Manuel: Vivir en la Divina Voluntad es una importancia a la vida de conversión ya que la Divina Voluntad,
la vida de gracias se hace vida, actos, potencias en acción en el hombre, cuando el hombre se deja
seducir por eterno querer de DIOS, entonces es la Santísima Trinidad misma quien habita, vive e incluso
respira, respira porque la vida es el soplo de DIOS en el corazón del hombre, así que DIOS trino y uno
está vivo y actuante a través de la creatura cuando esta es dócil a su Amor.
Cómo mis hijos actúan y oran para que las intenciones de mi Doloroso e Inmaculado Corazón y las
del Sagrado Corazón de mi Hijo, sean realizadas y cumplidas.
Queridos hijos míos, Yo, Vuestra Madre de Amor infinito y Maestra de la indiscutible Verdad que es mi
Hijo, les quiero enseñar que mis apóstoles, que mis hijos son luchadores de mis causas, luchadores de mi
amor, heraldos de mis mensajes, custodios de mi intenciones. Oren, hijos míos, las intenciones de esta
Celestial Mama deben ser realizadas.
¡Cuánto os pasaría en el corazón! Sería una fiesta sin término, una felicidad celestial que ustedes, mis
hijos, sean los primeros en orar diciendo al Padre que las intenciones de vuestra Santa Madre sean
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llevadas a cabo. Cuanto os he pedido la consagración de Rusia y ¿cuantos han orado por ello?... oren,
oren, para que mis pedidos se realicen en el mundo y lo más importante, hijos míos, sean cumplidos en
vuestro corazón. Allí, hijos míos, serán obedientes a mis llamados y encontrarán en mi Hijo la Luz y el
Amor, que solo de Él provienen, para realizar en cada alma la santidad, la perfección y el amor. Por eso,
hijos míos, sean los apóstoles de mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Cada hijo mío comparte conmigo las intenciones de su Buena Madre que os ama, oren y actúan por amor
a mi Hijo y amor a Mí. Yo los conduzco a mi Hijo. Él es el centro y la existencia, Alfa y Omega y Roca
Sólida de la Santa Iglesia.
Hijos míos, una virtud (tan amada por mí) es la humildad. La humildad les hace reconocer su pequeñez y
así obedecerán, serán mis hijos obedientes queridos. Busquen la pureza, pureza no sólo de cuerpo, sino
de alma, de espíritu. Quiero pureza interior para que así no os convirtáis en sepulcros blanqueados. Mis
niños, sean puros. Ser puros consiste en ver en todo a Dios y hacerlo todo con amor a Dios, pues el amor
a Dios, no los va a engañar, sino que mi Padre les dará el Santo Don del Temor a Dios.
Hijos, otra gran virtud es el amor, amor es entregarse sin reservas alguna, sin egoísmo aparente, sin
condición soberbia e hipócrita. Mi hijo, vivir estos mensajes sin amor, les hace unos sepulcros
blanqueados. Hijitos míos, ¡ánimo! mis virtudes no son mías, las tengo porque Dios (en su misericordia)
me las ha confiado.
A través de ti, llamo a mis hijos a la modestia y la templanza, a la pureza que agrada a Dios, al amor que
los llevará a una vida de penitencia y sobria de oración y sacrificio, de humildad y obediencia. Mis hijos
síganme, imítenme y custodien en lo más profundo de su corazón, mis enseñanzas. Yo soy Vuestra
Madre María, maestra de las virtudes.
Manuel: Durante el rezo del Santo Rosario, Nuestra Señora se presento y dijo: Querido hijo, Yo soy
vuestra Madre, hijo debes saber que cada alma, ingresa a mi Corazón Doloroso e Inmaculado a través de
la oración. La oración les llevara a la paz, paz de corazón, paz que dará mi Hijo, porque mi Hijo es la paz,
busquen la fuente de paz, que es mi Hijo.
Querido hijo te llamo a ti y a todos mis hijos a la paz, gracias por atender los llamados de vuestra Santa
Madre. Te bendice tu Madre, la Señora de la Paz. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Los hijos predilectos de mi Vientre Inmaculado son mis sacerdotes, ministros de mi Hijo.
Querido hijo, hoy te digo que cada hijo mío nacido de mi Purísimo Vientre ama y venera a los sacerdotes.
Sacerdotes cuyas manos están consagradas para dar el culto divino, culto santo, culto sagrado, culto
inviolable. Mis hijos, entregándose al Padre a favor del mundo. Por eso, cada hijo mío, ama y venera a los
sacerdotes. Cada sacerdote, mi místico, es otro Cristo ¿Por qué otro Cristo? Porque cada sacerdote ha
recibido el don de Dios en sus vidas. Mi hijo, (el don) vive en ellos, en ellos está el ministerio de Cristo, en
ellos está la presencia de Dios, en ellos está la presencia de mi Hijo Jesús en plenitud, en amor
incondicional.
Oh, mi niño, ¡cuánto amo a los sacerdotes y cuanto sufro por ellos! Hijito, ora por ellos, por los
sacerdotes, mis escogidos. Salva muchas almas sacerdotales, con tus oraciones y sacrificios. Cada hijo
mío sacerdote, cada una de sus almas son preciosas al Padre. Cada sacerdote es señal verídica de que
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mi Hijo vive. Hijo mío, místico de mi corazón, sabes que yo no puedo hacer lo que ellos hacen. Yo anduve
a mi hijo nueve meses en mi regazo, lo di a Luz para el mundo en Belén y se lo entregué en la Cruz.
Hijo, ahora (hoy) cada sacerdote lo trae diariamente al mundo a vuestros corazones. Si supieran que mi
Corazón no sólo es Inmaculado sino también es Sacerdotal… Yo soy María Madre Sacerdotal, que hoy te
llama para que oremos por los sacerdotes. Sacrifíquense por ellos y alégrense con ellos, sufran con ellos,
luchen por ellos. Cada sacerdote debe abrirse a mis gracias, gracias que brotan de mi Corazón Doloroso
e Inmaculado y Sacerdotal especialmente para ellos. ¡Cuánto deseo sacerdotes santos! llenos de piedad,
fe y devoción cargando diariamente la cruz.
Las manos de un sacerdote, querido hijo, brillan en el cielo. Son las estrellas del firmamento eterno, son
las rosas de mi Inmaculado y Doloroso Corazón. Son mis perlas, las perlas de mi Corona, y son mis
Lágrimas preciosas por cada sacerdote que es infiel a mi Hijo.
Hijito mío, muy amado, el mundo aún se sostiene no solo por mi oración, sino por cada Santa Misa,
celebrada diariamente por cada sacerdote. El mundo hoy vive con la luz del sol y el resplandor de la luna
por cada oración sacerdotal. Oren, amen y busquen a mis sacerdotes predilectos que son mis más
amados, mis niños más perseguidos. ¡Oh sacerdotes de mi corazón regresen a vuestra madre que les
llama! Amén.
Como deben ser los sacerdotes nacidos del Vientre Purísimo e Inmaculado de mi Santa Hija.
Mi niño, te habla tu Dios, Yahvé tu Padre, el que te ama, desde el principio te he amado… Hijo, en mi
Corazón Eterno, yo ya había pensado en la creación de un precioso Tabernáculo no sólo materia, sino
carne, carne para santificar toda carne. Hijito, ese Tabernáculo es el Vientre de mi Santa y Preciosa Hija,
de tu Santa Madre a la que tanto amas y tantos deseos tienes de amar. Hoy, mi precioso hijo, te quiero
hablar sobre mis destinatarios, heraldos del Rey y misioneros de mi Amor, administradores de mis Dones
y Misericordia. Hijo, ellos son los sacerdotes. Cada sacerdote ha sido elegido desde el principio por Mí,
pues lo amé antes que sus padres, que sus hijos espirituales, lo conocieran. ¡Cómo deseo encender en
ellos el Fuego del Amor Divino! Fuego que los hará piadosos, santos y puros. Fuego que los consagrará,
purificará y liberará.
Cada ministro de mi altar debe ser en todo santo, santo, santo porque en el veo a mi Hijo. En el veo a mi
Siervo, el gran Siervo de Yahvé, revelado por mí en el libro del Santo Profeta Isaías. Leed, mis queridos
sacerdotes, los cantos del Siervo de Yahvé en el Libro de Isaías. Cómo me duele mi enamorado Corazón
ver sacerdotes tan tibios, sin tomar conciencia de que su misión no es explicar el mundo; es salvar almas
y ¡cuántas almas están condenándose con sus vidas y enseñanzas!
Sacerdotes volved a mí, que yo os amo y perdonaré todos vuestros pecados, fracasos. Mi enemigo se
goza en los sacerdotes fríos, serios en su deber no de salvar almas sino en hallar la ciencia mundana y
pagana donde no hallarán mi Verdad. Por eso, hijos míos, muchos se frustran y se arrepienten del camino
que han tomado. Mi sacerdocio no es para saber mucho, sino para amar mucho, para entregarse a mis
pobres hijos pecadores. Hoy llamo a los ministros de mi Hijo, sacerdotes de mi Corazón, que se formen
por Mí en el Vientre Purísimo de mi Santa Hija.
Los sacerdotes nacidos del Vientre Purísimo de mi Hija, son sacerdotes conscientes de su misión de
reconciliar al mundo y a las almas conmigo, su Dios. Ellos son piadosos, puros y pulcros pues aman tanto
a sus ministerios y me reconocen realmente en la Sagrada Eucaristía.
Debo recordar, hijo, que donde está mi Hijo Jesucristo allí estoy Yo. Del Vientre Purísimo de mi Hija están
formados sacerdotes santos, espirituales más no carnales, inocentes más no sabios en las cosas del
mundo sino en mi Ciencia Divina. Su única enseñanza es hacer conocer a las almas que Yo os amo.
Necesito sacerdotes piadosos, marianos y eucarísticos. Salvad con vuestras oraciones a las almas
sacerdotales.
Hoy te ha hablado, el Padre Sacerdotal, el que se goza en los sacerdotes como Melquisedec, (sacerdote
de mi Corazón) que honra y gloria a los sacerdotes fieles a mis verdaderas enseñanzas, que cada
necesidad Mía está en sus corazones sacerdotales. Os amo sacerdotes y a ti mi instrumento también.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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Mis queridos hijos, hoy nuevamente, vengo a ustedes y quiero hablarles a vuestras almas, la oración
queridos hijos les llevara a cumplir obras, obras de amor, la obra hecha oración (Santiago 2, 18).
Si abren sus corazones a mis gracias, háganlo con la oración, abriéndose a mis gracias con la oración y
desde la oración. La oración les acerca a mi Hijo, la oración purifica sus almas (1 Pedro 1, 22), la oración
sana vuestro interior. Puede asemejarse la oración a un rayo de luz, que penetra vuestro interior y les va
iluminando y así verán que necesita el alma, verán claramente sus pecados con los que ofenden a mi Hijo
Jesús, purificando de esta forma sus almas, sintiendo claramente el dolor de haber sido infieles a mi Hijo.
Hijos míos solo la oración, es el arma poderosa sobre todo mi Santo Rosario les guiara en estos últimos
tiempos de tribulación, orad, orad, orad, con vuestra Madre. Su Santa Madre quiere guiarles a la Gloria
del Padre, Yo su Santa Madre quiere guiarles a la Gloria del Padre, Yo su Santa Madre como medianera
de todas las gracias sanare todas sus heridas.
Soy su Madre orante que les quiere enseñar a orar, porque orando sus almas son llevadas a la presencia
de DIOS (2 Corintios 12, 2), sus lágrimas son enjugadas con la oración, orando se obtienen gracias.
Hijo mío mira el mundo, pide la paz, pero sino abren sus corazones con la oración, no obtendrán la paz, la
paz verdadera solo puede darla mi Hijo Jesucristo, la paz, la justicia, la santidad, brotan del Sagrado
Corazón de Jesús.
La oración les llevara a la paz, la paz a la caridad, a la prudencia, la prudencia los llevara a la delicadeza,
con sus hermanos, así no ofenderán a mi Hijo que vive en cada uno de sus hermanos, les quiero conducir
a la más alta unión perfecta con el Padre.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima,
sin pecado concebida.
Como mis hijos permiten que mi Inmaculado y Doloroso corazón triunfe en ellos.
Querido hijo, hoy vengo a decirte que aquellos que yo misma he formado en mi Santísimo Vientre, son
aquellos hijos míos que con amor se abren a mis gracias, son aquellos que con constancia luchan por
hacerme triunfar en sus vidas, vidas que eran muertas por el pecado, almas que eran deformes por sus
defectos. Hijo mío, debes aprender que el peor defecto es el egoísmo, que no permite amar, este
egoísmo debe ser quebrantado con la entrega del amor mismo, amor que ha de ser cultivado en Dios,
que será productivo, fructífero en su misericordia.
Hijos míos, si oran mi Corazón triunfa, triunfa en la oración. Mis hijos, yo deseo triunfar en sus vidas y
¿cómo hacen esto, como cooperan con mi Triunfo? Siendo obedientes al Amor que les doy en cada
mensaje.
Quiero soldados de mi Reino que pregonen el Señorío y Reinado de Jesucristo, soldados de mi Santo
Rosario. Hijo, Yo triunfo en ti cuando renuncias a ti por otros, por Dios. Yo triunfo en ti cuando vives en la
pureza, creces en virtud. Hijo, se tú mi gran apóstol. Cada hijo mío nacido de mi Vientre, dado a luz en
Jesús, es mi hijo pues yo lo he formado y educado. No crean que mi misión de Madre de todos los
hombres ha acabado, por eso les llamo quiero que triunfen en el Doloroso e Inmaculado Corazón de
María.
Solo viviendo mis mensajes y practicándolos, obedeciéndoles y viviendo en comunión con mi Santa
Iglesia que sin duda alguna (conmigo vuestra Madre que os ama) triunfará. Amén.
Yo, la Santa Madre de ustedes, les llamo a la conversión y a la paz, paz que irradiara en sus corazones y
brillará para el mundo. Hoy, Yo deseo formarles, educarles (como Madre que soy) y por eso después de
todas mis enseñanzas, mi único fin es enseñarles a hacer lo que Jesús dice y ser obedientes y dóciles a
su Palabra. Amén.
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Llamado de Amor y Conversión de Dios Padre - 3 Junio 2014
Por eso Llamo nuevamente a toda la humanidad a que abra su corazón a Mi presencia. Y que el Fuego
del Amor Divino en los Santísimos Corazones de Mis Santos Hijos Jesús y María les bendiga. Tu Padre
Yahvé quien te ama. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima
sin Pecado Concebida.
¡Cuánto deseo tiene mi Doloroso e Inmaculado Corazón de ver a las almas rodeando los altares
eucarísticos! Días vendrán en que los sagrarios estarán vacíos, y las Iglesias de Jesús Nuestro Señor
serán cerradas, y sólo Mi remanente quedará en vela. Mi resto santo, hoy lo llamo a que desprenda de sí
toda hipocresía y la falta de caridad que tanto ofende al Señor. Escucha Mi pequeño, Yo trabajo en cada
alma de manera distinta. Cada alma es una y agraciada al Padre Eterno. Así como cada alma es una así
actúo de forma única también. Cada alma debe ser pulida, purificada y salvada. Hijo, cada alma es
valiosa y tú tienes que cooperar con su salvación. Si cada hijo Mío se preocupara por salvar aunque sea
un alma muy pocos se condenarían. Por eso hoy les llamo a la entrega suprema, a la consagración
perfecta en mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Te ama y te bendice vuestra Madre, Mi pequeño místico. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
Más tarde estando en oración El Sagrado Corazón de Jesús habló y en locución interior me dijo:
Mi pequeño nazareno, Manuelito, Mi pequeño corazón, Mi pequeño nazareno, hoy te digo que todas las
oraciones de todos Mis niños, de todos los que son como niños y me aman, son las que Me confortan y
sostienen en la gran batalla espiritual que se ha desatado sobre Mi pueblo.
¡Orad mi pequeño clavel! ¡Orad delicada espina de mi Sagrado Corazón! Juntos venceremos esta guerra.
Gloria sea siempre al Padre Eterno, Yahvé nuestro Abba. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida
Manuel dice: Veo como Jesús me impone el Escapulario, que en su parte delantera tiene una Cruz
Blanca y los cinco puntos en la parte de las Heridas. En la parte de atrás del Escapulario, que va sobre la
espalda, está el Doloroso e Inmaculado Corazón de María rodeado con tres rosas, blanca, roja y amarilla,
y una daga atravesando el Corazón. En la punta de la daga una gotita de Sangre. El Escapulario era
grande de color café.
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Jesús prosigue el mensaje y dice: Por eso mi apóstol vengo nuevamente a consagrarte. Te doy Mis
dos Rayos Misericordiosos que llenen tu ser. Hijo Mío, el camino es duro, pero conmigo se vuelve
transitable. ¡Ya es hora que el mundo vuelva a mi Sagrado Corazón! Te consagro, por eso, con este
Escapulario. No es nuevo. Ya estaba presente en el misterio de Mi vida. Con este Escapulario al ponerlo
sobre ti también pongo Mi vida sobre ti. Desde hoy serás Mi pregonero.
Yo pronto vendré a reinar en cada corazón. Hijo, cada conciencia será tocada y cada ser volverá a la
justicia y al orden con que ha sido creado.
Hoy llamo a todos Mis discípulos a usar este Escapulario que pregona Mi Segunda Venida. Mi Cruz
simboliza Mi sacrificio y las Heridas son las que se abren para alcanzar Misericordia para el mundo. La
Cruz Blanca simboliza a Mí que soy el Blanquísimo Cordero que está en el Trono. Y también está Mi
Madre, Mi seguidora por excelencia. Ella está también en Mi Gloria, así como sufrió la ignominia de la
Cruz que sufrí por Amor. Hijo, ya es hora de decirle al mundo que Estoy cerca.
Hoy te bendigo y te consagro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima sin Pecado Concebida.
¡Consuelen a Mi Amado Padre! Orando junto a Mi Sagrado Corazón imploren hijos Míos sin cesar por la
Venida de Mi Reino: Reino de Amor, de Justicia y de Paz. Te estrecho a Mi Sagrado Corazón. Oren para
que el Reinado de Mi Sagrado Corazón llegue a cada corazón.
Que el Corazón Doloroso e Inmaculado de María les bendiga a todos. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
En Mi Hija está el Triunfo Final, la victoriosa batalla que ganará Mi Iglesia, de Mi Hijo, que ha sido
confiada a Mi Hija, María. Por eso llama a las familias, consagrados, sacerdotes y al mundo entero a que
acudan a Mi Sierva. Ella les llevará a Jesús, les enseñará, como hasta ahora lo ha hecho, el verdadero
Camino a Mi Corazón Paternal.
Les bendigo en Mi Amor y Misericordia, vuestro Eterno y Amado Padre Yahvé. Yo Soy El Que Soy. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
27
Mi Hijo Jesús. Quiero la salvación y la santidad del mundo. Vengo como la Corredentora de las Almas. Y
vengo como la Señora de la Oración. Oren desde el corazón para que sientan la presencia del Señor en
sus vidas.
Querido hijo, lean la Santa Palabra, que Ella les acercará a Mi Hijo. Yo estoy junto a ustedes cuando
reciben a Mi Hijo, por eso Soy la Madre de la Eucaristía. Abran sus pequeños corazones a Mi Intercesión
y hagan todo lo que Mi Hijo les pide. ¡Sed obedientes como Yo su Madre soy obediente!
Hijos Míos, deben ser ustedes los sagrarios de Mi Hijo. Ustedes deben ser los sagrarios en estos Últimos
Tiempos. Ábranse en estos tiempos a Mis Gracias rezando el Santo Rosario y Mi Corazón triunfará junto
a sus oraciones. Con el sacrificio y la penitencia destruiremos el reino de Satanás. Hoy los consagro con
Mi Amor.
Querido hijo, te bendigo y te unjo con Mis Lágrimas Maternas. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
En Mi Manto Inmaculado sean benditos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
Quiero que todos estén al lado de Mi Hijo al pie de la Cruz y en el Cenáculo Apostólico de Oración y
deseo llenar sus vidas con el Espíritu Santo. Caminen a Mi lado; luchen conmigo; quiero enseñarles
siempre; abríguense a Mi Corazón; soy vuestra Madre y así Me presento ante ustedes. Reciban a Mi Hijo
en la Eucaristía para que tengan fuerzas en los días que vendrán. Busquen la Confesión.
Conversión les pido a todos Mis hijos. Porque soy la Madre Protectora de estos tiempos. Mi Corazón
Inmaculado es el estandarte que ha de levantarse en estos tiempos para preparar Mi Segunda Venida
junto a Mi Hijo en la Tierra. El Triunfo del Reino de Jesús vendrá junto al Triunfo de Mi Doloroso e
Inmaculado Corazón.
Yo soy vuestra Madre que les ama y les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
Mi pequeño alumno.
Hoy querido hijo, Mi pequeño alumno, tú que deseas agradarme de todo corazón, soy el Maestro,
Camino, Verdad y Vida; sabes mi niño, sólo el reconocer tus miserias y errores Me agradas, y en el
momento en que tu pequeña alma las reconoce Me agradas. Pues así destruyes la soberbia y el egoísmo
de tu alma. Yo quiero enseñarte lo que un día hiciste mal. Lo haremos juntos bien y será oración al Padre.
Cuando un alma se acerca sedienta de amor y sabiduría, Yo le instruyo; pero si en ella hay soberbia, no.
Porque Mi Corazón Paternal no puede ayudar a un alma que en la soberbia se acerca a Mi Sagrado
Corazón para justificar sus actos y actuar de acuerdo a sus criterios, creyendo ciegamente que tiene
razón.
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¡Cuánto le agradan a Mi Sagrado Corazón las almas humildes! La humildad les hace grandes para Mí. Yo
te quiero humilde, Mi niño. Porque debes reconocer que eres creatura y que Yo soy tu Maestro, tu
Camino, tu Verdad, tu única Vida. Vive tu vida escondido en Mi Sagrado Corazón.
Yo soy Jesús tu Divino Maestro: el que te lleva a la Cruz del Padre. En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima sin Pecado Concebida.
Queridos hijos, hoy vengo nuevamente a instruirlos, sepan que cada enseñanza que les doy, brotan de la
fuente del Divino Amor para ustedes y para el mundo entero. Siempre están en GETSEMANI conmigo.
En el silencio de mi adorable Corazón aprenderán a acercarse a mí, YO les amo, por eso les instruyo, no
quiero que ninguno se pierda, Mi Corazón se desvela y sufre en GETSEMANI por muchos que dicen
amarme y por los que no me aman , pero lo que mas hace sufrir a Mi Glorioso Corazón, son los que dicen
conocerme y no me aman, no me imitan, YO SOY Luz para cada conciencia oscura, SOY Refugio para
cada corazón , SOY la Salud para el alma y el cuerpo y deseo con todo Mi Corazón, vuestro amor .
¡Cuanto deseo ser amado por los que rescate de la muerte y de la esclavitud del pecado! Hoy los
consagro en Mi Bendita Agua y Sangre que brotan como dos rayos de Misericordia viva para cada alma,
que con sinceridad y humildad se acercan a Mí.
YO necesito de vuestros consuelos, quiero penitencia y transparencia en los míos, solo YO Soy Su
Maestro, Sacerdote y Padre, crean en Mi, crean en mi Madre. El Getsemaní de mi corazón y el
Getsemaní interior del Doloroso e Inmaculado Corazón de mi Madre serán su refugio para los días de
tribulación y purificación. Acudan a mí, antes de que el Hijo del Hombre vuelva como Justo Juez.
Amen, ámenme, y ámense. Les bendigo con la Preciosa Sangre, en el Nombre del Padre, de la Madre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijo Yo te amo, más que ninguna persona te amara, Yo te cree y te saque del abismo, se cuándo me
fallas, te amo y te perdono, así hijo mío cuando un alma triste y herida se acerca a Mí no la juzgo, ni le
reprocho, sino como su Padre amoroso le abrazo, le curó (Juan 12, 47), así debes ser tu mi criatura, amar
sin negar, entregarte sin reservas y amar a tus hermanos aceptándoles, sin juzgarles.
Aprende humanidad a amar, que son hermanos, no jueces, soy Yahvé, Señor, Padre, Rey y Juez de la
Creación (Isaías 44, 6).
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo amen. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Por dureza de corazón de los hombres es un deseo de mi Doloroso e Inmaculado Corazón repetir lo que
dije en el Escorial: Amad más a mi Hijo, dejad de ofenderlo, pensad más en su dolorosa Pasión y amarga
Agonía. Quiero cubrir al mundo para darles, a todos los que se dejaran guiar por Mí vuestra celestial
Madre, luz, amor, comprensión, discernimiento, y mucha fidelidad, porque los tiempos son duros.
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Oren por España, Brasil, Canadá, Ecuador y Costa Rica. El Padre purificará estas naciones por su bien.
Si oran conmigo desde el corazón, puede evitarse muchos males. Busquen mis llamados y atiendan mis
deseos.
Vuestra Madre Dolorosa del Escorial. Amén. En el nombre del Padre. Del Hijo. Y del Espíritu Santo.
Amen
La perfección cristiana
Querido hijo la perfección cristiana puede relacionarse con la Santísima Voluntad pues en eso consiste la
perfección en cumplir la Voluntad del Padre.
El Sagrado Corazón se hace presente y me dice: La perfección es cumplir mi Voluntad, quien cumple mi
Voluntad es perfecto, es perfecto pues hace las cosas no como a la criatura le parece sino como a Mí me
parecen que se haga, cuantos errores, dolores y equivocaciones se hubieran evitado, si hubieran actuado
acuerdo a mis enseñanzas, cada falta, a la Santa Voluntad crea en el alma una herida que solo Yo puedo
sanar. Te llamo a la perfección, perfección es entonces la entrega, la donación, la vida como Yo viví y
pensé, siempre actuando y pensando en la Voluntad del Padre. Hoy llamo a esta generación, porque
entre más alejada esta generación de mi Sagrado Corazón más la llamare. Hoy te llamo creación retorna
a Mí, tu Jesús, el que murió en la Cruz para darte perfección, ámame perfectamente quiero ser amado
como Yo les amo, hasta entregar el último aliento, pidan perdón y serán perdonados, busquen y
encontraran, pidan y se les dará (S. Mateo 7, 8), regresa a mi rebaño mío antes de que anochezca y los
aceche el lobo.
Oren por Japón, Rusia, Inglaterra, Chile, Brasil. Hijos comprendan, o soy Yo o el mundo.
Jesús Divino Amor llamando para que regresen. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amen Ave María Purísima sin pecado concebida.
En mi pan, en mi pan encontraran fortaleza, paz, amor, fuego, unción no se preocupen si no han
alimentado su cuerpo, preocúpense si no han alimentado su alma, te envió hijo y quiero que lleves mi
presencia Eucarística al mundo, en tu corazón y en tus mensajes que de mi parte llevas guardados en tu
corazón. Yo soy Jesús, tu pan y vino. Te enseño esta jaculatoria:
En el silencio de los Santos Sagrarios sigue clamando en estos últimos tiempos Señor. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Madre de la salvación
He aquí la esclava del Señor, hágase en Mí según tu palabra, cuando dije estas palabras mi Hijo estaba
abriendo mi Doloroso e Inmaculado Corazón y entregando todo mí ser al Padre por la salvación de toda la
humanidad.
Hijo mío cuan necesario es que el hombre vuelva a DIOS, se acerque a Él, DIOS te ama humanidad,
creación vuelve a DIOS, Yo estoy al pie de la Cruz en el calvario por ustedes, quiero su salvación,
grandes males acontecerán en el mundo si no cambian, como la tercera guerra mundial. Ama a tu DIOS
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oh humanidad, cuanto has desobedecido a tu Santa Madre, cambia por amor a mi Hijo, hoy intercede por
ti la Madre de la salvación.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Reina de la Paz
Querido hijo hoy me presento a tu alma, como Reina de la Paz. Vengo al mundo y vengo a tu alma
santuario de mi Corazón. Es muy fuerte la lucha para mantener cerrado este Santuario cerrado al ruido de
los mercaderes, al mundo, al ruido, a la tecnología mal usada, la ciencia que se desvía de su propósito y
el hombre que vive sin amor, ni temor a DIOS (Romanos 3, 17-19). ¿Verdad que es dura Manuelito?, pero
nunca nada hay más valioso que el sufrimiento, la alegría, la pena y el dolor, esto quiere decir la vida
misma del hombre que sea solamente para DIOS.
Hijos hoy abro al mundo las puertas del Reino Celestial, y les pido que ingresen a la Casa de mi Padre
Celestial, limpios, por eso les digo, ayunen, oren, sacrificio y penitencia, les pide hoy su Madre, como
Madre derramo gracias sobre el mundo, sobre la Iglesia de mi Hijo, sobre el Papa y todos mis predilectos,
oren, oren, oren, por sus pastores para que sean santos, guíen bien a mis hijos.
Del norte, del sur, del este y oeste, hoy les bendice la Dama Blanca y Señora Purísima. María, Reina de
la Paz. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Mis muy queridos hijos los problemas y dificultades de la vida son inevitables, pues bien sabéis que desde
cuando el pecado entro en el mundo, desde cuando el pecado entro en el corazón del hombre, hay
muerte, tristeza y aflicción (Romanos 5, 12).
Hijo cada dolor ofrecido al Padre Eterno junto a los dolores de mi Hijo y los dolores de mi Corazón
Maternal, tienen gran valor para vuestra alma en la eternidad, si supieran mis pequeños cuanto pueden
hacer por la salvación de la humanidad. Cuando me ofrecen sus sufrimientos las almas sanan; los
enfermos se curan, los pecados son expiados, los pecadores se arrepienten, la Iglesia es reconfortada,
cada consagrado y consagrada así como mis hijos predilectos, los sacerdotes son santificados, por eso
como Madre y Reina de la eterna ayuda les invito al ayuno y la oración. Oren, oren, oren, por la Iglesia, la
paz del mundo, la conversión de los pecadores, el alivio de mis hijos en el purgatorio, para el pronto
retorno de mi Hijo Jesucristo.
Les ama y les socorre vuestra Señora del Perpetuo Socorro. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Yo soy vuestra protectora, soy vuestro auxilio y protectora de cada alma, yo llevo la corona de la Gloria
(Apocalipsis 12, 1), no por mis méritos sino porque me entregue para proteger a los hijos de mi Padre, Yo
soy la custodia de las almas, la guardiana de la creación, que los ampara de los ataques, visibles e
invisibles de Satanás, ves aquí a San Miguel siempre lucha Conmigo y me sirve. Ahora ustedes ya no
solo son consagrados como hijos de María, son compañeros de lucha de mi amado Siervo Miguel.
Quiero que sepan que este día de mi Perpetuo Socorro es día de la poderosa intercesión de San Miguel,
él es quien resguarda mi Doloroso e Inmaculado Corazón e invita a cada alma que ingrese a mi Corazón
y los llevare en mis brazos como llevo a mi niño, así es que cada alma que ingrese a mi Corazón, a cada
alma que se acerque a Mí, la llevare en mis brazos como llevo al niño Jesús.
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Mi Hijo Jesús desea que se acerquen a mi Corazón de Madre.
El niño Jesús me dice: Es necesario amar a mi Madre, si quieren encontrarme verdaderamente, porque
me encontraran junto a mi Madre.
Nuestra Santísima Madre dice: Hijos queridos en mi manto les bendigo, oren Conmigo por la salvación
del mundo, la redención de las almas. Yo soy la siempre Madre, Reina y Señora del Perpetuo Socorro. Mi
niño Jesús les da su bendición.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
YO SOY San MIGUEL, vengo con Mi Espada y en ella el Fuego Abrazador, es el Fuego del Amor Divino
que enciende esta Espada Gloriosa.
Hoy vengo a unirme a ustedes y estar en oración con ustedes, vengo a consagrarlos como EJERCITO
MARIANO, ejercito que triunfara con mi guía y amparo, pero sobre todo con Mi Intercesión y el de la
Santísima Madre, vengo a entregarles la Espada Gloriosa de la Lucha y del Amor. Amor que también ha
sido entregado a cada corazón, oren, oren y venzan conmigo a Satanás y sus secuaces. Hoy vengo en
gloria y majestad, cada uno de ustedes es apóstol, son los apóstoles de la oración, guerreros del amor y
soldados de Cristo Rey y María Reina del Universo.
Siempre lucho junto a ustedes, estoy aquí desde el inicio de la oración, son mis guerreros y soldados que
guiaremos hacia el triunfo a la Iglesia y vendrá por fin el Reino EUCARÍSTICO de JESÚS por medio del
INMACULADO CORAZÓN de MARIA.
Para este gran mes se abrirá una fuente poderosa de mi Misericordia para todo el mundo y todas las
almas. Por eso llamo a todas las almas, a todas las ovejas que no andan en mis humildes rebaños, que
vuelvan a Mí. Serán sanadas y santificadas por mi Preciosísima Sangre. Volved ovejas de mi rebaño
antes que se desaten los lobos y les sacrifiquen a mi adversario. Sellad vuestras cabezas con mi
Preciosísima Sangre, sellad vuestras familias, hogares y casas, posesiones y trabajos. Comulgad y
confesaos, antes que mi Padre pase con mi divina Sangre y se lleve lo que no era de su agrado. Salvad
vuestras almas con mi Preciosísima Sangre. Bajo el poder de mi Sagrada Sangre sean benditos. En el
nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
Yo soy Dios, el que les cuida como a una flor. Los he alimentado así, como los polluelos debajo del
plumaje de su madre, así les tengo yo bajo el poder y refugio del Divino Corazón de Jesús y María,
cubiertos con el calor de mi Divino Fuego, y ahora, en el gran mes de julio, están cubiertos con la
Preciosísima Sangre. Invóquenme que estoy cerca, búsquenme y déjense encontrar. Yo soy la Luz en las
tinieblas.
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Oh creación, acérquense a tu Amado Padre. El no te juzgará, limpiará tus heridas y te salvará.
Yahvé quien les ama, les bendice. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Corazón se abre como un Santuario para que todos mis hijos entren y se salven.
Queridos hijos, mi Corazón Doloroso e Inmaculado será el Refugio para estos tiempos. Mi Corazón
Doloroso e Inmaculado se abre como un Santuario para que ingresen y se salven. Yo quiero buscar, hijos
míos, la salvación de todas las almas. Cuantas almas se están perdiendo y se perderán. Oren y
sacrifíquense por el resto de mis hijos en el mundo. Yo debo llegar a todos para llevar la salvación. Yo soy
la Señora y la Madre de la Salvación. Les pido que ayunen a pan y agua y en este gran mes de julio, mes
de la Preciosísima Sangre, sellen a sus hijos, sellen sus familias, sus hogares.
Orad por el Santo Padre Francisco, por la Iglesia. Destruid el Reino de Satanás con vuestras oraciones,
que mi Hijo Jesucristo reine en vuestras vidas, alegraos que el Reino está cerca.
Hijos míos, que aún dormís, despierten. El mundo cada vez más agrava sus pecados y la Copa Celestial
ya se está desbordando, acudan a la Confesión y la Sagrada Comunión.
Queridos soldados de mi Ejército, nunca desconfíen, siempre estoy con ustedes. Hijos luchen junto a Mi
Yo su Madre, Señora y Reina los tengo a todos en mi Corazón. Gracias hijos por confiar vuestros seres a
mi intercesión materna.
Explicación del Escapulario de los Apóstoles de los Últimos Tiempos - 5 Julio 2014
El color marrón significa la vida de entrega y de sacrificio de Jesús. El Sagrado Corazón de Jesús, dijo
que este Escapulario y su color representan toda su vida expiatoria en la tierra. La Cruz representa el
máximo Amor de Dios y a la que todo apóstol de Jesús y María debe aspirar unirse; blanca porque
significa su Triunfo, con el borde celeste que representa la compañía de la Madre Bendita en la vida de
Nuestro Señor. Atrás está el Corazón Doloroso e Inmaculado de la Santísima Madre que se une al
Sagrado Corazón de su Hijo por medio de las cintas. Sus tres rosas representan los dones y la
espiritualidad del Corazón Doloroso e Inmaculado de María que deben vivir los apóstoles de los últimos
tiempos como son; la oración, el sacrificio y la penitencia.
Hijo, te preparo para nuevas enseñanzas, te acercaré más a la perfección cristiana y mi Luz irradiará
sobre ti y sobre todas las almas que obedezcan mis enseñanzas. Soy la Señora Perfecta del Amor, y de
la poderosa intercesión. Cada intención que yo ponga en tu corazón debe darse a conocer. Vive en mi
paz, pequeño mío.
Veo con mi alma a Jesús Agonizante y Crucificado (traía expuesto su Sagrado Corazón).
Querido hijo, mi Amada Sangre se derrama sobre el mundo como un manantial que calma toda sed, alivia
todo mal y lava todo pecado. Hoy mi Sangre Sacrosanta la ves brotando de mis Poderosas Heridas. Cada
Herida, cada Llaga es una Fuente de Luz clarísima para mis elegidos y siervos perpetuos de mi
redención. Quiero unirlos a Mí, sumergirlos en mi Preciosa Sangre y serán lavadas sus culpas. Cada Gota
de Mi Sangre bañará al mundo.
Oren, oren, oren, mi Preciosa Sangre les dará mi Paz, una conversión radical y profunda en sus vidas.
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Son promesas de Vida, mi pequeño siervo, para todas las almas. Hoy mis gracias serán derramadas por
todas aquellas almas que necesitan conversión. Quiero decirles a todos que les amo. Mi promesa la he
cumplido ¿verdad, almas mías, que desde que conocieron mi Amor y Acción Redentora en Mi
Sacrosantas y Preciosas Llagas, sus vidas han cambiado? No desconfíen y sean como la cierva del
monte que busca aguas vivas para su sed. Vean como les amo en ustedes, mis hijos.
En el poder de mi Preciosísima Sangre sean benditos y consagrados. En el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Comentario del instrumento: veo a los Dos Sagrados Corazones Unidos. Jesús y María están aquí con
sus Corazones expuestos.
Vuestra misión es estar conmigo en Getsemaní. En Getsemaní, alaban conmigo al Eterno Padre, mi Dios
y vuestro Dios, mi Padre y vuestro Padre.
Clamemos por la salvación de la humanidad. Orad por mis sacerdotes. Orad por mis benditos vicarios
Francisco y Benedicto XVI. Días difíciles se acercan a mi Esposa, la Iglesia, que será crucificada como su
Esposo que está crucificado.
Oren, oren mucho, cantidad de almas se están perdiendo. Confiésense y reciban mi Cuerpo y mi Sangre.
Deseo que sean los tabernáculos vivos de estos últimos tiempos.
Nuestro Señor les da su Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo les pido, vuelvan a Dios, acérquense a Él sin demora. Sean su pueblo y Él será vuestro Dios. Mis
Palabras, queridos hijos, urgen porque mis Palabras, mis mensajes representan mi Presencia entre
ustedes. Por eso, si el hombre más se aleja de Dios, más insistiré para llamarlo a su conversión. Mira, hijo
mío, al mundo cada vez más se automutila y todo por falta de amor a Dios. Hijo mío, ya hubieran
sobrevenido tantos desastres y males… ahora mismo podría abrirse la tierra y caer fuego del cielo pero
Yo, vuestra Madre insisto y mi Presencia les protege de calamidades. Yo soy Madre de Misericordia.
¡Humanidad! Vendrán los próximos días de Justicia y los espero en mi Corazón, espero que me
obedezcan lo más pronto posible.
Os amo y os bendigo. Escucha Mis Palabras y guárdalas en tu Corazón. En el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Consagro tu corazón, hijo, y deseo consagrar el corazón de cada hijo que quiera consagrarse a Mí, como
siervo y apóstol.
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En mi Doloroso e Inmaculado Corazón, hoy invito a la oración y a la conversión. Les digo que vendrán
cambios para el mundo y la Iglesia. Guerras que estaban dormidas volverán a despertar y pronto Rusia se
despertará con hambre y deseo de venganza. Alístate mi niño, el mundo no desea cambiar y es inminente
el cumplimiento de mi mensaje, te envío mi Elías, mi carmelita a salvar almas.
Dice el instrumento: El día 15 de julio, Nuestra Señora lo ha nombrado, el día de su Corazón Doloroso e
Inmaculado, aniversario anual de la Obra universal de los Sagrados Corazones Unidos.
La oración que emana de mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Querido hijo, hablo a tu corazón, todo tu
pequeño ser se adhiere totalmente a mí. Hijo mío, la oración es una en su esencia, es ecuménica pues es
un llamado a todas las Iglesias Apostólicas (se refiere a las Iglesias nacidas de la Tradición Apostólica;
Católica, Ortodoxa, Copta, Bizantina, etc. Iglesias históricas de Tradición Apostólica). Es universal porque
es un llamado a todos los hombres. Repara conmigo, querido hijo, orando; oremos por todas las almas
del mundo. ¿Ves, hijo mío, como sufre la humanidad y el mundo se autodestruye?
Yo como Madre con Mi Oración les acerco a todos a mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Yo, como María
Arca de la Salvación, quiero que suban a Mi Barca. Hoy, con mi intercesión sobre el mundo, se abre una
nueva esperanza. Camina Iglesia junto a sus Pastores.
Oren, oren, oren, el Triunfo vendrá si oran, si mis intenciones son escuchadas y las intenciones de
nuestros Sagrados Corazones son atendidas, el mundo cambiará.
Hoy te bendice tu Santa Madre Arca de la Salvación. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Querido hijo, feliz fiesta de Vuestra Señora del Carmen, hoy llego con mi Amado Jesús al mundo y con mi
amado Escapulario. Es un deseo de mi Corazón, hijos míos, que vuelvan a propagar la imposición del
sagrado Escapulario. Mi Escapulario del Carmen es un signo de que sois mis hijos. Ya estaba revelado en
la vida del siervo de Yahvé, el profeta Elías. Orad, hijos, y cubríos con mi Escapulario, signo externo de
que estáis sellados y cubiertos con Mi Manto. Oren, oren y busquen pronto a Jesús. Iglesia ora y
comulga, ora sin cesar el Santo Rosario con mi Escapulario puesto.
Oren por Benedicto XVI y Francisco, mi amado Papa. Oren por ellos porque sufren mucho. Quieren
perfeccionar a mi Hija Mayor, la Iglesia, pero no se lo permiten. Cúbranlos con mi Escapulario y triunfarán.
Oren y busquen a mi Hijo.
Yo soy la Señora del Carmen que traerá junto con mis hijos, los apóstoles de los últimos tiempos de mi
Doloroso e Inmaculado Corazón, el Triunfo del Sagrado Corazón de Jesús. En el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Hijos, reciban el Cuerpo de Mi Hijo de rodillas. En los altares deben quemar incienso. Recen el responso
de los fieles difuntos. Las Santas Misas tridentinas dan mucho alivio a las almas del purgatorio.
Hijos míos, conságrense siempre a Mí Séllense con mi aceite bendito. Revístanse con mi presencia. El
mundo debe volver de nuevo a Dios y a la Verdad.
Oren, oren, oren para que la Iglesia haga lo que debe hacer. Queridos hijos, verán que los templos serán
cerrados y mi Hijo ya no estará en los Sagrarios. Sólo con la oración, sacrificio y penitencia pueden
mitigar los sufrimientos del tiempo de la tribulación. Vivan los mandamientos de la Ley de Dios. Escuchen
la Voz de la Iglesia y mi Voz, he aquí que el Reino de Cristo se acerca. San Miguel ruega por Ustedes.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo soy Madre de Dios y Madre Vuestra, Socorro, Auxilio, Poderosa Omnipotencia Suplicante. Soy
también la “Madre Nuestra”. Permanezco en tu corazón y en cada corazón de aquel hijo que desea
consagrarse a Mí. Amén.
Repara hijo mío. Repara hijo, repara los pecados del mundo. Hoy nadie repara, repara con amor y
sinceridad. Reparando, salva tu alma. Con tu dolor asociado a Mi Dolor, salvaremos almas. Yo tu Jesús,
velo por ti.
No desconfíes, hijo, muchas almas encontraron de nuevo el camino. Une a los apóstoles de los últimos
tiempos, Elías de mi corazón. Ermitaño del silencio lucha hoy conmigo. Hijito, estrella de los últimos
tiempos, proclama mis mensajes que te doy de corazón a corazón. Aquellos que dudan, hijo, blasfeman
contra el Espíritu Santo, porque dudan de Su Presencia
Hijo de mi Corazón, Yo soy San José, tu Protector y te consagro. Mira el glorioso día de la Segunda
Venida y recibe las gracias de mi Amantísimo y Castísimo Corazón.
De Corazón a corazón.
Mi niño, hoy te hablo de Corazón a corazón pues en la pequeñez de tu corazón, me complazco en mi
Gloria y Majestad. Cómo se alegra mi Eterno Corazón cuando en el amor te humillas ante Mí, reconoces
así que soy Dios. Quiero ser no sólo tu Dios, sino tu Padre, quiero que mis hijos me reconozcan. Diles a
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mis hijos que estoy cercano, estoy en cada corazón. Cada alma me pertenece pero mi Amor no se
apodera sino que admira y contempla.
Cómo se aflige mi Eterno Corazón cuando las almas están ya condenadas. En vida diles que acudan a
mis sacerdotes. Ellos que han recibido el gran poder de mi Hijo Jesús, confesaos almas y tendrán
liberación. No quiero sangre, ni sacrificios, sino misericordia y amor. Amor para Mí, amor entre ustedes en
Mí. Hoy te bendigo, bendigo tu patria. ¡Oh Nicaragua! Cuánto has sufrido, por tu iniquidad y
desobediencia seguirás en tus calamidades. Ora por tu pueblo, hijo, y diles que el reinado de la oscuridad
aquí ya se terminará pero sufrirás, amado pueblo, para ser liberado. ¡Oh patria!, ¡oh pueblo! Amor les pido
y con dolor me pagáis.
Criatura quiero de ti sacrificio, oración y penitencia. Y el dolor… ofrécemelo por la redención de tus
hermanos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Comentario del instrumento: En este día, en el cenáculo de oración, se hizo presente el Padre Eterno y
Nuestra Santa Madre.
Yo soy Yahvé el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de Abraham, y los Profetas. En Mi Corazón
Paternal sean benditos. Amén.
La Santísima Virgen:
Querido hijo, hoy te habla tu Santísima Madre, Reina y Señora de cielos y tierra. Querido hijo, vengo con
el Eterno y Padre, recuerda que te dijimos que más gracias recibirías. A través de ti llamo al mundo a un
pronto cambio.
Mi hija Nicaragua sufrirá mucho. Yo insisto con oración y Mi Amor Maternal por todos ustedes.
Querido hijo, te he hablado del quinto dogma mariano, protegerá al mundo de toda calamidad, por eso
hoy te entrego una nueva gracia desde el Cielo. Hijo, mi cooperador, te entrego el Ave María clamando
por la gracia de la Corredención.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tu eres, entre todas las
mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La jaculatoria es: María, Corredentora de las almas y de la Iglesia, ruega por nosotros.
Querido hijo, hoy te consagro como el apóstol de Mi Corredención. A todos los cubro con Mi Manto, les
doy la Bendición de mi Corredentor Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Regresad a Mí
Hijo Yo Soy. Soy tu Dios y tu Padre. Amados de mi Eterno y Omnipotente Corazón. Escúchenme en el
silencio y llénense de mi Paz. Aquí hoy, hijo, abro mi Eterno Corazón para que toda la creación vuelva a
Mí.
¡Oh Pueblo Mío! ¡Iglesia Mía! Almas todas salidas de mi Amante Corazón regresad. Soy Vuestro Dios y
Vuestro Padre. Conozcan Mi Amor y Mi Redención. Yo les amo y les quiero a todos junto a Mí. Ora, hijo
Mío, para que Mi Iglesia reconozca Mi Llamado.
Hoy te bendigo desde la Bóveda del Cielo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Volved a Mí.
Querido hijo, Manuel, siente Mi Amor al pronunciar tu nombre. Así llamo a cada criatura. ¡Oh hijo! Derrite
tu corazón, en el Fuego de Mi Amor. Llamo con dulzura a cada hombre, cada criatura. Pues Yo Soy Dios
y Dios es Amor. Dejad que su alma se deje amar por Mí y así cada alma Me reconozca, cada corazón me
pertenezca y cada uno, Yo su Dios, les amo y les pido que vuelvan a Mí con sus corazones puros. Volved
a Mí con lutos por vuestros pecados.
Mirad como tratáis al Leño Verde, ¡oh leño seco! Cómo serás tratado, con la misma vara que has medido,
la Corte de Mi Reino te medirá. Acercaos a Mí sin demora, Mi Corazón es para todos.
Unidad, unidad, unidad de todas las iglesias bajo Mi Eterno Guía, el Pedro de mis corderos, el Pastor de
mis ovejas. Ahora es el Santo Padre Francisco quien los guía a la Luz y la Verdad. Amadme, Pueblo Mío,
sacrificio, ayuno y penitencia. Consuelo y adoración espero de mis hijos. En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Comentario del instrumento: ante ciertas dudas que oprimían mi alma, la Santísima Madre consoló mi
corazón y dijo:
Hijo, lo importante no es ver el milagro material sino el milagro espiritual. No es verlo con los ojos del
cuerpo sino con los ojos del alma. No es que me veas externa a ti, lo importante es que veas y oigas,
querido niño, con tu ser interior, con tu alma y con tu corazón. Amén.
Queridos hijos, sientan Mi Presencia Maternal entre ustedes. Yo soy Vuestra Madre que les ama, si
supieran cuanto les ama, hijos míos, llorarían de alegría. Les digo, abran sus corazones y tomen
conciencia de mi Amor Maternal por ustedes. Oración, sacrificio y penitencia, esto les pide este Corazón
que tanto les ama y bendice. Cuantas gracias se pierden por causa del hombre. No interfieran en las
gracias que les da mi Hijo. Oren para que sean realizadas.
Les bendigo a todos, bendigo a aquellos que con fe y devoción me han presentado a sus familias, hijos y
sus hogares. Están bajo Mi Manto. Amén.
Estad en vela.
Hermano soy Miguel (no se está refiriendo al Arcángel San Miguel, es otro…), tu Ángel Guardián, el
custodio de tu alma. Yo vengo a anunciarte los designios de misericordia que tiene el Padre Eterno sobre
ti; que los Corazones Unidos de Jesús, José y María te brindarán. Gracias del Amor Santo para ti, para
tus hermanos. No temas recibir estas gracias ya que tus hermanos deben gozar de las gracias que
recibes. Las manifestaciones y tu vida mística no son sólo para ti sino que es un llamado al corazón de los
hombres para su conversión.
Ve y diles a tus hermanos el siguiente llamado del Señor: “Estad en vela así como el centinela espera la
aurora. Estad en vela para que estéis preparados para el gran aviso que será la iluminación de cada
conciencia. Estad en vela para que seáis partícipes del retorno del Hijo del hombre, en Gloria y
Majestad”.
Velad hermano, velad y orad, Cristo vendrá y el Triunfo del Inmaculado Corazón de María está muy
próximo.
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reunir a todos mis hijos bajo Mi Manto, por eso alégrense y regocíjense en torno a su Madre. Queridos
hijos, hoy derramo infinidad de gracias sobre todo el mundo es la respuesta a sus oraciones.
Hijos, oren, oren, oren. Ya estáis entrando en tiempos de tribulación. Sólo basta con mirar la violencia en
el mundo y el odio en el mundo y en las familias. Sólo el sacrificio, la oración y la penitencia podrán
mitigar este tiempo que estáis viviendo. Conságrense pues a Mi Corazón, sus hogares, sus familias, sus
hijos.
Lleven sobre los cuerpos objetos benditos. Invoquen la unción de Mis Santísimas Lágrimas y yo estaré
con ustedes todo el tiempo.
Querido hijo, hoy te revelo que el día de mi nacimiento es el 5 de agosto. Prepárense para ese día con
oraciones y ayuno. La Santísima Madre los tiene a todos en su Corazón. Reciban a mi Hijo Jesús en la
Sagrada Eucaristía.
El Rosario de Mi Corredención que se ha revelado, el mitigará la oscuridad de muchos hijos. Les entrego
mi Santísima Bendición Maternal. En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi único Amor.
Jesús: Hijo, Yo Soy el que Soy, tu Dios y tu único Amor. Cuando te reúnes con tus hermanos para honrar
a mi Amada Madre derramo gracias y bendiciones.
Jesús: Hijo mío, cuántas gracias han recibido muchas almas por tus oraciones y cuántos desastres has
evitado por invocar el Poderoso Auxilio de Mi Madre. Mi Manuel ora, cuando oras tu alma asciende a Mi
Presencia. Ora, ora, ora, busca Mis Enseñanzas y amadme.
Jesús: Si, mi niño, ora pero haz saber que este pueblo será salvado después de la tribulación, se unirá a
Mi Pedro y me reconocerá como Su Señor y Su Dios. Oren, oren, oren porque el tiempo de la tribulación
ya está en sus puertas.
Jesús: Invocadme así: Oh Jesús, mi único Señor, mi único Dios, te pido por las almas del mundo. Que tu
Preciosa Sangre se derrame sobre el mundo. Oh Sagrado Corazón de Jesús, perdónanos y ten
misericordia. Amén.
Jesús: Querido hijo, déjame caminar en el prado de tu alma. Deja que guíe mi rebaño a la Fuente de
Aguas tranquilas. Cuanto necesito ovejas que me sigan. Las cosas del Espíritu son infinitas como Yo Soy
infinito. Ámame y confía en Mi Amor por ti, juntos venceremos.
Yo prometo que uniré a mi rebaño bajo el Redil de Pedro. Pedro, de Mi amadísimo. Sufre por él, hijo mío,
que tu vida mística conforta a mi Pedro, a mi Iglesia. ¿Tú y yo?
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Yo hago nuevos hijos de Dios.
Yo hago nuevas todas las cosas. Lo digo así como lo ha enseñado Mi Hijo Jesús. Hago nuevas todas las
cosas porque comparto la divinidad de mi Hijo Jesucristo, así como El compartió mi humanidad. En mi
Vientre Yo formo, nuevos hijos, hijos de la Luz, apóstoles de la misericordia, cooperadores de la
Redención. Porqué Yo soy la Madre que gesta a los nuevos hijos de Dios.
Soy la Medianera entre Dios y los hombres. Soy la Madre y Señora de la Corredención y Alivio de este
mundo cansado. Hoy mira, mi querido hijo, que yo sostengo al mundo cansado en mis manos.
Hijo, mis mensajes llegarán a cada corazón dependiendo de vuestros esfuerzos y de la apertura que esta
creación de a mis llamamientos al Amor. Soy Tu Madre que te guarda en la Escuela de su Corazón.
Amén.
Mis Palabras quieran o no, serán Luz para estos tiempos. Oh amor Mío, hijo Mío, niña de Mis Ojos, Yo Tu
Padre, Te amo. Amo a los hombres.
Hombres insensatos que de mañana piensas en la justicia, y en la tarde piensas en el pecado. Hasta
cuando Me seréis fieles. Mi Mano no soporta y anhela descargarse y purificar Mi creación, más Mi
Misericordia es aún más grande y espero una respuesta de mis hijos.
Cambiáis vuestros corazones y pensamientos a otros dioses; dioses falsos y que los llevarán a la
condenación. Abre tu boca y que de ti salga la Palabra que es Espada de doble filo para herir y sanar, dar
muerte y dar vida, Yo Tu Dios te lo mando.
Pueblo nuevo de Israel, pueblo comprado con la Sangre del Unigénito Hijo, Yo Os llamo y Os digo: estad
vigilantes y sed valerosos pues la lucha contra los espíritus y potestades ya se ha iniciado y el resultado
será salvación de muchos y condenación para otros.
Yo Soy Amor, pero mi Amor me inclina a corregir y rectificar a perfeccionar y esperar que ustedes, almas
Mías, me amen como su Dios, pues deben ser maduros en su Fe, astutos y mansos, reconocerse
pecadores para que en Mi Corazón sean santos.
Aprende siempre en Mi Corazón, escudriña Mis Palabras en las Sagradas Escrituras, ámame y hazme Tu
Padre Feliz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijo, las revelaciones que te son dadas, se te otorgan a través del silencio de la oración, esto es
decir, una vida mística. La oración te une a Mí y así gozas de Mis Gracias; visión y profecía son el fruto de
Mi gran Amor por ti.
Madre Corredentora.
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Querido hijo, alma pura… de mi Corazón, que gracias recibes en tu vida mística. Vives escondido en
Nuestros Corazones. Hijo, cada una de mis maternales encargos a tu pequeña alma, te anuncian que Yo
soy Madre Corredentora y que ninguna gracia llega a ustedes sino por mediación Mía.
En estos tiempos de caos es necesario que me proclaméis como Corredentora “la Theotokos”, la Madre
que estrega Su Vida junto a sus hijos fieles. Como la madre de los Santos Macabeos, Yo la Auxiliadora
invito a que Me invoquéis con el Santo Rosario que se les ha confiado y pongáis a la humanidad en Mi
Corazón. Yo Soy Puerto seguro para ustedes, pero les digo, hijitos, que aún hace falta mucho que
naufragar. Seguid en Mi Enseñanza y perseverad en Mi Amor.
Yo prometo que quien me honrase con el Santo Rosario de mi Corredención, sentirá el efecto de Mi
Llama de Amor.
Letanías:
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Madre Portadora de Jesús,
Madre de la Eucaristía,
Madre de la Paz,
Madre de la plegaria.
Haced esta consagración, hijos Míos, diariamente junto al Ave María de la Corredención:
Rezad, hijos Míos, y venceremos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
No se dan cuenta que ustedes son el templo del Espíritu Santo, que mi Sacrosanta Trinidad habita en
cada uno de sus cuerpos. ¡Oh creación! El homosexualismo ha llegado a sus límites pues no son
complejos ni causas, son la expresión de la aberración del hombre al tener como dios falso el placer y su
gusto.
Se ha degenerado esta generación y será purificada con el Fuego del Amor Divino. Caerá (Justicia
Divina), escuchen y obedezcan.
Manuel, pequeño cayado en Mis Manos no temas, dile al mundo que se convierta y haga penitencia. El
Amo ya está cerca. Por siempre en mi Corazón, Tu Padre Yahvé. Amén.
Luego tuve una visión en la que el padre (Gobbi) aparece en mi habitación y me bendecía, me repetía: fe
y confianza.
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YO soy la SEÑORA, Reina de los hijos victoriosos del Padre. Yo subí al Cielo como Corredentora de las
almas, Corredentora de la Iglesia, Mi Hijo JESÚS esta pronto a llegar y Yo seré la Estrella que en la
noche brillara y traerá esperanza. Hoy Su Madre se alza como Reina Victoriosa a los Cielos.
Querido hijo te he mostrado el Misterio de mi Asunción, vean mi Corazón con gloria y majestad.
Pido oración y sacrificio para que por la Misericordia de Dios, sean ustedes resucitados, como YO la
primera entre los Santos después de CRISTO.
Soy la Madre de cada uno de ustedes, protejo al mundo en mi Sagrado Manto, lleven la paz, hagan la paz
y el SEÑOR se las dará, EL enaltece a los humildes y derriba del trono a los poderosos y soberbios,
alaben siempre el Sacratísimo Corazón de mi Hijo JESÚS y al final la Inmaculada traerá el triunfo de los
nuevos hijos de Dios, nuevos hijos porque recibirán en mi Corazón Inmaculado el Nuevo Pentecostés,
clamen al ESPÍRITU SANTO , por el triunfo de Nuestros Corazones unidos oren así :
Divino Esposo de María Santísima, mi Dios y Señor Espíritu Santo, enciende en cada alma el
Fuego de un Nuevo Pentecostés, para que nos consagres como apóstoles del Corazón Inmaculado
de María y apóstoles de los últimos tiempos, protege con tu sombra a la Iglesia Católica, salva a
las almas del mundo y regálanos el Reino inflamado de amor de los Corazones unidos de Jesús y
María. Amén.
Hoy sello con el Fuego del Espíritu Santo sus corazones. YO estoy con ustedes, reciban Mi Bendición, en
el Nombre del PADRE del HIJO y del ESPÍRITU SANTO...Amén
Vengo a abrazar al mundo con el efecto de Mi Corredención. Hijos, Yo Soy Corredentora porque sufrí la
crucifixión mística junto a Mi Hijo en el Calvario. Soy Corredentora porque las Heridas de Mi Hijo, las lleva
la Madre, llevo Sus Llagas en Mi Alma y en Mi Corazón. Soy Corredentora porque Soy la Perfecta
Colaboradora en la misión de salvar almas. La imagen con la que Me he revelado, hijo, es un signo vivo
de Mi Amor. Esta imagen será un refugio seguro para Mis hijos. Allí está el Doloroso e Inmaculado
Corazón, Arca de la Salvación para estos tiempos de tribulación y apostasía. Yo llamo, advierto, guío y
educo pero la humanidad no escucha a esta Madre que les ama. Oración, sacrificio y penitencia, hijos
Míos. Rezad, rezad, rezad siempre.
El Triunfo de la Inmaculada está cerca. María y la Eucaristía serán los sustentos en este día. Yo he
vencido y venceré con el Poder de Jesús Eucaristía.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Veo a Jesús y María, traen cada Uno, sobre sus Pechos, Sus Sacratísimos Corazones
expuestos.
Jesús dice: Mi Sagrado Corazón Misericordioso se derrama sobre el mundo. Mi Sagrado Corazón tiene
la Paz, pídanla: “Señor, danos la Paz”. Paz a Israel, Paz al nuevo Pueblo de Israel.
Mi Sagrado Corazón, Mi Manuel, está abierto a todos los hombres, a todas las razas, a todas las
religiones, pero la Verdad sólo está en Mi Iglesia a la que tanto amo y de la que espero obediencia a Mis
Pedidos.
Oh Manuel, verás algún día no muy lejano, el Triunfo y Reinado de Nuestros Corazones Unidos. Ese será
el Día del Señor, día grande y majestuoso.
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En cada alma quiero sembrar la Paz.
Shalom, Mi Manuel.
Shalom Israel.
Ámame y déjate amar por Mi Sagrado Corazón. Amén.
La Santa Madre dice: Alabado sea Jesucristo. Hijos Míos, brote de Mi Dolorido Corazón, que tanto ama
pero que tanto sufre, el mundo se está destruyendo. Buscad al Padre Abbá que ama al mundo y quiere
sanarlo. Si no regresan pronto al Eterno Padre serán purificados con terrible dolor. Hijitos, no son
amenazas las que os comunico, son advertencias pues no van por buen camino. La noche cae, el sueño
os cansa, hijos Míos. Sino velan y oran serán pues presas del león rugiente que busca a quien devorar.
Oren y velen, mis pequeños, Vuestra Madre que os ama. Amén.
Invito a mis hijos a ingresar en el Cenáculo Purísimo de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Yo deseo
vivamente hijos míos en torno a Mí y en torno a la mesa del Banquete Pascual.
Yo, en Mi Hijo, pido devoción y amor. Vivan de los Sacramento, alimentaos con mi Hijo Eucaristía y así
gracias recibirán.
Vuestra Madre que os ama, Santísima Virgen del Rocío. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Yo hoy te pido, hijo, la unificación de Mi Iglesia. Reconstruye Mi Casa que se está cayendo. Caen muchos
sacerdotes, ora por ellos. Yo quiero santidad. Os vuelvo a repetir así, Pueblo Nuevo de Israel, que serás
purificado para ser mis herederos y coherederos con Cristo de mi Gloria que vendrá con el Triunfo del
Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Amada Hija “la Kejaritomene”, María de Nazaret.
Yo te amo y te bendigo, Mi Manuel. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, vengo a darles Vida y no muerte, Paz y no violencia y a despertar vuestro espíritu para que no
caigan en el pecado y la violencia, vagabundeando así en las tinieblas.
Quiero que descansen en Mi Sagrado Corazón, como Mi amado Juan. Descansad en Mi Pecho, Pueblo
Mío. Hijo ve tus hermanos, en ellos Mi Corazón agoniza. Mi Sagrado Corazón ha puesto sobre ti su
Trono, te ha mirado con Misericordia y una vez más quiero anunciar en ti todos los deseos de Mi Sagrado
Corazón. Te amo, hijo, y quiero que anuncies mi Amor a Mi Pueblo. Yo quiero que Mi Pueblo vuelva a Mí.
Mi Sagrado Corazón les ama y bendice. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús: Hijo, habla Mi Sagrado Corazón. Oh Manuel de mi Agonizante Corazón, quiero enseñarte que
aquellos que me aman de verdad, son estos pequeños, los humildes en aceptar mi corrección en Mi
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Sagrado Corazón para sus vidas. Hijo, aquellos que me aman mueren poco a poco a sí mismos, son
aquellos que entrelazan su mirada en la Mía.
Mi pequeño Manuel, el mundo no sabe que Mi Voluntad es Mi Doctrina en las Sagradas Escrituras. Vivan
en el Amor a Dios y al prójimo.
Pidan el auxilio de Mi Santo Espíritu pues el mundo aun hoy no lo conocen. Pidan Mi Santo Espíritu, que
Él instaure en cada uno el Reino de los Sagrados Corazones Unidos. Buscad Mi Reino. Pedid el Espíritu
Santo que haga Reinar Mi Sagrado Corazón en vuestros seres y todo lo demás se añadirá.
Os amo y te amo, pequeño de Mi Sagrado Corazón.
Hijo, te digo que en estos tiempos quiero apóstoles porque ellos son los que lucharán no sólo por una
misión encomendada, sino que lucharán por todos los pedidos que Mi Madre y Yo le hemos dado al
mundo.
Quiero apóstoles que se dejen guiar por los deseos de Nuestros Corazones Unidos. Yo quiero almas que
se entreguen sin cesar. Desde ahora son los apóstoles, id mi pequeño y anunciad que mi retorno está
próximo. Amén.
Queridos hijos: mi Sacratísimo Corazón se encuentra con ustedes, Soy el camino, la verdad y la vida.
El mensaje de hoy es de urgencia para ustedes. El tiempo se acorta, deben trabajar más, a través de mi
siervo les he hecho muchos pedidos y pocos se han obedecido.
Los mensajes que he revelado son vida y verdad. Se los he dado para que sean vida en cada alma, no
para que permanezcan ocultos.
El Escapulario lo necesitan ahora y deben de propagarlo. Yo Soy JESÚS llamando al mundo a que
regresen.
Los mensajes que he revelado son los que guiaran a cada alma, pero ocultos no iluminaran al mundo. Les
pido hoy que me hagan conocer, necesito que cada alma me conozca y mis mensajes darán luz y el amor
que tengo a las almas y mi celo a que se salven, pero escondidos no darán ningún fruto. Vayan y
anuncien. El mundo se está perdiendo por falta de luz y ustedes todos deben llevar esa luz, desde hoy
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serán mis Apóstoles del Inmaculado Corazón de María y deben luchar por las revelaciones dadas, estoy
con ustedes, pero deben cargar la cruz conmigo.
Mediten los mensajes, léanlos, no los quiero escondidos, yo prometo salvar a muchas almas. Yo bendigo
esta Parroquia y les entrego una nueva jaculatoria:
Queridos hijos, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado les llama a ser sus apóstoles.
Querido Manuel, brote de Mi Corazón, hoy digo al mundo que sean apóstoles de Mi Inmaculado Corazón,
apóstoles de la Corredención y la Misericordia. Derribemos los muros del pecado y la impureza con mi
Llama de Amor, Llama que arde en celo por su salvación eterna, Llama que no se consume queriendo ser
Fuego purificador para cada alma.
Hijos, no tengan miedo de seguirme y amarme. Mi Corazón Inmaculado fue el discípulo y apóstol fiel de
Jesús porque guardaba todas las cosas en Mi Corazón y así como Mi Hijo Jesucristo vino al mundo
nacido y encarnado, hecho hombre por vosotros, por Mí, así también Mi Doloroso e Inmaculado Corazón
de Madre lo traerá de nuevo porque verán al Hijo del Hombre a la derecha del Padre venir en Gloria y
Majestad. Por eso, hijos de Mi Inmaculado Corazón difundid este último y nuevo apostolado y acercaos
más a la Sagrada Eucaristía y alimentaos con la Divina Palabra para que la encarnéis en vuestro corazón.
Amén.
Hoy inicio un nuevo trabajo con todos ustedes queridos hijos. No vengan acá buscando el milagro, venid
mes a mes a orar conmigo, perseveren los primeros sábados de cada mes.
Hijos, únanse en oración conmigo. Intercedan por Nicaragua. No me dejen esperando a Mí, su Madre.
Regresad pronto a la Casa Paterna antes de que la oscuridad y las tinieblas los pierda. Oren mucho por
Nicaragua, seguirá en sus penas porque no me obedecen, no viven los mandamientos de la Santa Ley de
Dios y lo que es más doloroso para Mi Corazón, no viven los Sacramentos. Confiésense, comulguen,
vayan a la Santa Eucaristía. Mi Hijo les espera en la Santa Eucaristía por Amor. Rezad constantemente el
Santo Rosario porque Soy Madre que protege y salva a sus hijos desde ahora en adelante serán
llamados apóstoles de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Pregonad Mi Triunfo en la tierra.
Nicaragua seguirá triunfando, rueguen con el Santo Rosario. Oren, hijos que vuestra oración es una
relación amorosa con el Eterno Padre.
A todos los bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llamado de Amor y Conversión del Santísimo Siervo de Jesús y María, Fray Pio de
Pietrelcina - 14 Septiembre 2014
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Dice: Soy Fray Pio de Pietrelcina hoy me envía el Sagrado Corazón de Nuestro Redentor a entregarles
un mensaje de amor, los invito a unir la Devoción de la Preciosísima Sangre, a la del Corazón Doloroso e
Inmaculado de María, porque la mayor devota y piadosa oración a la Preciosa Sangre la ha dirigido la
Santa Madre María, que nos ha realizado la Obra de la Corredención, la Sangre Bendita de María, Madre
Nuestra, es la misma Preciosa Sangre que ha derramado Nuestro Señor.
Ya ha llegado el tiempo que proclaméis la urgencia de ser Apóstoles y Evangelizadores de tan gran
Corazón, de esta afligidísima Madre.
Vuestras vidas deben tornarse alabanza al Padre, debéis consagrar vuestra vidas y comprender la
urgencia de esta consagración, debéis ser molidos y triturados como el trigo, escuchad estos llamados
con la mayor devoción, el mundo debe consagrarse, así como lo ha hecho el Supremo Pastor, Francisco,
esta Consagración del Santo Padre (se refiere a la Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de
María 13 de octubre de 2013) ha retrasado la tercera guerra mundial y ha obtenido una ayuda especial
para la Iglesia, pero hoy les digo hablad con vuestros pastores y consagrad cada hogar y cada familia a
los Sagrados Corazones de Amor.
Yo, Fray Pio de Pietrelcina y San Luis Grignion de Montfort, oramos por ustedes. Manuel ve y predica la
importancia de la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado y Doloroso Corazón de
María, juntos ceguemos a Satanás, luchemos por este país, Nicaragua ha sufrido y cuanto seguirá
sufriendo, cambiad Oh nación y volved tu corazón a DIOS.
Queridísimos Corazones de Jesús y María, que tanto aman y que tanto sufren, tomad Mi Cuerpo y
Mi Alma, elevadme a la Sacrosanta y Trinitaria Gloria, yo (nombre completo), quiero consagrarme a
Ustedes en cuerpo y alma, entregar mis obras y mi vida para ser Apóstol de Vuestros Gloriosos
Corazones, consagro mi país (nombrar País), mi familia, mis actos, y todo mi ser, lo que tengo y lo
que hago, cubro mi consagración con la Preciosísima Sangre de Cristo (persignarse) y la proteja
con las (persignarse) lagrimas de la Divina Señora, la resguardo con la Espada de San Miguel, para
vivir en la Divina Voluntad haciendo, amando, sirviendo, viviendo, y entregándome desde hoy
hasta el día de mi encuentro pleno con Cristo. Amén.
Os bendigo hijito y hermanos, preparen el terreno, tiren las redes y pesquen almas.
Conozcan Mi Amor.
Hoy guío Mis Pasos a la tierra para inundarla de Amor. Amor que está allí esperando como una Fuente,
esta Fuente de Amor espera que las almas acudan a beberla.
En el silencio de Mi Corazón aléjense del ruido. En la soledad de Mi Cruz vivan en Mi Divina Voluntad
vaciándose del pecado, mortificando sus sentidos y orando se salvarán muchas almas. Mi Corazón hoy
desciende de lo Alto del Cielo a abrazar cada alma y aliviar todo dolor.
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Gracias, queridos hijos, por acompañarme esta noche. Soy Jesús Agonizante, El que les cubre a todos
con su Preciosa Sangre. Les entrego la rosa de la perfecta pureza.
Aprended de Mí que soy manso y humilde de Corazón. Hoy no sólo queden consagrados a Mí, también
son los apóstoles, son los misioneros de la renovación del tiempo y de la Iglesia. Este santo Apostolado
que encomiendo a mi siervo Manuel, el nuevo Elías, deben llamarse apóstoles de los Sagrados
Corazones Unidos y apóstoles de los últimos tiempos. Luchen como apóstoles por todos mis pedidos e
intenciones. Deseo que se conviertan en un real y vivo Apostolado. Difundan mis mensajes.
Preparen al mundo para Mi Segunda Venida. Todos los mensajes que doy, los repito una última vez a mi
siervo Manuel. Los apóstoles que llevarán a cabo la última evangelización en toda la tierra.
Quiero que estén dispuestos a consolar a Mi Padre.
Mi Corazón les ama y bendice. Recen siempre el Salmo 27. En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridísimos Corazones de Jesús y María que tanto aman y que tanto sufren, tomad mi cuerpo y
mi alma, elevadme a la Sacrosanta y Trinitaria Gloria. Yo (nombre) quiero consagrarme a Ustedes
en cuerpo y alma, entregar mis obras y mi vida para ser apóstol de Vuestros Corazones Gloriosos.
Consagro mi nación (nombre), mi familia, mis actos y todo mi ser, lo que tengo y lo que hago.
Cubro mi consagración con la Preciosísima Sangre de Cristo y la protejo con las Lágrimas de la
Divina Señora, la resguardo con la espada de San Miguel para vivir en la Divina Voluntad haciendo,
amando, sirviendo, viviendo y entregándome desde hoy hasta el día de mi encuentro pleno con
Cristo. Amén.
Los apóstoles de los últimos tiempos, los apóstoles de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón,
apóstoles de Mi Triunfo.
Desde hace mucho, pequeño mío, ya se había revelado que al final se suscitarán apóstoles, aquellos que
llevarían la grande, nueva, única y final evangelización de la tierra pues en su corazón hubo un cenáculo y
se derramó el Divino Espíritu, y estaba Yo Su Madre perseverando con esa alma en oración.
He aquí, querido hijo, que el tiempo ha llegado, tiempo de proclamar la Buena Nueva, tiempo de
evangelizar, tiempo de consagrar cada alma, cada familia, cada rincón del mundo. De una manera
especial pido la consagración única y especial de Rusia sino será un azote terrible para mis hijos fieles.
Hoy quiero que cada uno sea sellado. Renazcan en Mi Amor. Estos apóstoles consagrados han sido
gestados en Mi Vientre pues les he dado a luz así como Eva les dio a luz para la vida terrena. Yo quiero,
hijos míos que despertéis de vuestro letargo pues poco o nada se está logrando y el ejército del dragón
rojo se está acercando.
Así como su ejército está conformado por el comunismo, ateísmo, masonería, terrorismo y muchos otros
hijos de las tinieblas y de la oscuridad, así la Santísima Trinidad me envía para reunir a sus fieles, justos y
humildes.
No es un nuevo carisma o una nueva misión. Son aquellos que toman muy a pecho las Palabras de mi
Hijo: Id y anunciad. Ellos estarán encendidos con el Fuego del Amor Divino, el celo de la Casa de Mi
Padre les consume, predican a tiempo y a destiempo, llevan la Palabra de Mi Hijo como su regla de oro y
su único tesoro, ayudan a los sacerdotes, ayudan a los Pastores de las almas, salen en busca de la oveja
perdida, aman a Dios, aman al prójimo. Hijos conságrense a Mi Corazón, tomen a pecho los compromisos
y pedidos de la Iglesia, vivan en plenitud su Bautismo y Confirmación. Por eso no importa del carisma
espiritual que proceda el alma que quiera consagrarse. Lo importante es ser sal y luz del mundo donde Mi
Hijo los ha puesto siendo testimonio de que por Mi Corazón se llega al Corazón de Mi Hijo. Son ustedes
que traerán Mi Triunfo final, almas humildes y generosas.
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Hacer vida su consagración bautismal.
Vivir el compromiso de su Confirmación de la fe en Mi Hijo Jesús y su Iglesia.
Predicar, testimoniar y evangelizar.
Ayudar a los apóstoles en la tarea de la salvación de las almas.
Vivir las virtudes de la fe, esperanza y caridad, humildad, obediencia, abnegación, paz sobre
todo, el sacrificio, oración, penitencia, teniendo como único programa de vida la Ley de Dios y el
Evangelio de Mi Hijo.
Hijos, imponeros el Escapulario que los consagrará a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado como apóstoles
de los últimos tiempos. Hagan la renuncia a Satanás. Renueven vuestra fe.
Mi querida Madre que tanto amas mi alma y su salvación, me uno totalmente a Ti, me despojo del
hombre viejo y sus acciones para morir al mundo y vivir escondido en Tu Corazón. Por eso yo
(nombre) me consagro a Ti, como siervo del Fiat y evangelizador, siendo apóstol de tu Doloroso e
Inmaculado Corazón.
Deseo vivir mi consagración llevando a Cristo en mí, cubriendo con mi oración al Santo Padre,
cardenales, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, misioneros, catequistas, seglares. Madre,
deseo llevar mi consagración a las familias y matrimonios en los cuales el enemigo se está
centrando para la destrucción del Reino de Dios.
Deseo ser siervo de tu tarea universal de salvar a la humanidad y apóstol de tu Triunfo. Renuncio a
Satanás, renuevo mi Bautismo, confirmo mi “sí” en Cristo y acepto su Divina Voluntad en mí.
Quiero ser Sagrario vivo de Jesús, protector de las almas benditas del purgatorio y también
apóstol de la vida. Apadrino a todos los niños inocentes abortados, pido la conversión del mundo,
pido la paz y justicia.
Deseo vivir en oración, sacrificio, reparación, expiación y penitencia implorando al Padre el pronto
retorno de Su Hijo Jesucristo y prometo vivir con María, para María, en María, por María, desde hoy
hasta mi total y definitiva entrega al Padre Eterno. Amén.
Queridos hijos, invocad la ayuda del Santos implorando con sus letanías a los Santos y Santas de Dios.
Junto con ustedes Mi Corazón Doloroso e Inmaculado triunfará. Os amo y os bendigo a todos. Mi
Corazón Doloroso e Inmaculado triunfará. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Luego tuve una visión de la Santísima Padre, Hijo y Espíritu Santo, una voz fuerte y solemne decía:
Divina Voluntad, Divina Voluntad, vive en la Divina Voluntad.
Querido hijo, quiero explicarte el significado del Escapulario que se te ha entregado. Su color marrón
significa que toda la vida de Nuestros Sagrados Corazones Unidos, fue una vida de sacrificio y penitencia,
de dolor y expiación. Todo el Escapulario es de este color, significando que cargáis los 33 años de vida de
Mi Hijo en la tierra sobre vuestros hombros y como Mi Hijo debéis dar testimonio de amor a Dios.
La Cruz Blanca, hijo Mío, significa vuestra redención, además es una señal de estos tiempos. Es la señal
que alumbrará el cielo. Es la gran señal prometida a Santa Faustina, es la Cruz del Triunfo. Ya no es el
leño seco del Calvario, es el leño verde y glorificado; Jesucristo resucitado viene conmigo al mundo. Es la
cruzada de amor, es la señal que guiará a Mi Ejército Mariano.
El Corazón atrás es Mi Corazón Doloroso e Inmaculado traspasado por la espada de dolor, dolor que fue
causado por la pérdida de tantas almas, atrás porque Yo Soy la Esclava del Señor. La Gota de Sangre
que derramo es la gracia de mi Corredención.
Hijos, con este Escapulario seréis los apóstoles de los últimos tiempos anunciado en la Salette,
profetizado por mi hijo San Luis de Montfort. El Escapulario será el escudo espiritual para las almas.
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Yo les amo y les he traído este tesoro del Cielo para cada alma. Soy Madre que vela por sus hijos. Soy la
Dama Blanca de la Paz, Corredentora del mundo. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Profundiza en Mi Amor.
Querido hijo, hoy te envío a que aquietes tu corazón, a que silencies tu vida interior, a que profundices en
Mi Amor. Abre tu ser interior y deja que Mi Misericordia invada tu vida. Abre tu conciencia y date cuenta
que el único remedio a vuestras almas es Mi Misericordia.
Se dan cuenta de la necesidad de purificación, se dan cuenta que sólo una cosa es importante; escuchar
Mis Palabras, Palabras que les harán libres bajo Mi Poderoso Amor Bendito. En el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo.
Queridos hijos, Manuelito es la última Lágrima que derramo por la humanidad. Lean los mensajes cada
día junto al Santo Evangelio. Todos los días porque son mensajes de salvación. Mi Corazón Inmaculado
es el Refugio, bajo al mundo para instruirles con mi mensaje.
Deben invocar siempre a San Luis de Montfort. Ustedes mis apóstoles preparan Mi Reinado. La vida de
mis apóstoles está contenida en el libro de San Luis de Montfort.
Quiero apóstoles, la Iglesia de Mi Hijo se está dividiendo; Roma perderá la fe. Ustedes, mis apóstoles,
deberán mantenerse unidos. Hijos, son tiempos urgentes. Satanás ha desatado su furia contra mis hijos
(Apoc. 12, 17), así que el mundo debe acogerse a Nuestros Corazones Unidos. Apóstoles id y anunciad.
El tiempo ha llegado, levanten la espada del amor, la espada de San Miguel.
Oren, oren conmigo. Yo Soy Su Madre, les hablo porque les amo. Digno es el Cordero degollado de abrir
el Sello y reina como Dios Supremo.
Bajo la Preciosísima Sangre de su sacrificio les bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Mi Iglesia sufrirá.
Jesús: Querido hijo, Mi Sagrado Corazón Eucarístico se siente feliz de estar aquí contigo porque Yo Soy
el Pan Vivo bajado del Cielo. Hijo, sabes cuánto se goza Mi Sagrado Corazón cuando se reúnen para
orar. Donde dos o tres se reúnen en Mi Nombre allí estoy Yo.
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Hablo a Mi Iglesia. Sufrirá, mi Manuelito. Hoy te digo que les digas a Mis Ministros; unidad, unidad,
unidad. Que no acepten las falsas doctrinas sino que hagan llegar a estos hijos a la Luz, que me adoran
pero fuera de donde verdaderamente me encuentro.
Hijo, es el fin, no del mundo sino el fin de las profecías, porque ya se está iniciando el tiempo en que se
cumplan.
Las sectas crecen cada día más. Muchas almas de protestantes se condenan por falta de confesión, no
comen Mi Carne ni beben Mi Sangre. Pero Mi Sangrado Corazón está aquí, sólo basta pedir perdón y ser
absuelto de sus culpas.
Manuel, mi Manuel, sólo ora porque ya está oscureciendo. Solo digo a los míos que sean fieles.
Jesús: No todos escuchan Mi Voz y no todos los que me han seguido están limpios. Oren, oren, reparen,
expíen. Quiero que el mundo se consagre que Mi Pueblo se una y que el mundo se acoja al Corazón
Doloroso e Inmaculado de Mi Madre. Sólo digo una vez más; une a Mi Ejército. Contigo, hijo, hago un
resumen de todos Mis Llamados a la humanidad. La sombra de la muerte envuelve a muchas almas. El
anticristo está por llegar. Sólo con mi Madre vencerán.
Te bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración de corazón.
Queridos hijos de mi Corazón Doloroso e Inmaculado, gracias por estar conmigo. Les amo y les bendigo,
a sus hogares y familia. Queridos hijos, les invito a abrirse a la oración del corazón, aquella que agrada al
Padre, la que alegra al Sagrado Corazón de Jesús.
Oren por América Central mucho dolor y sufrimiento reina en este pueblo y si no cambia el Padre, como
buen Padre corregirá a sus hijos. Ustedes, queridos hijos, oren. Abran sus corazones a la paz, al perdón.
Rezad diario el Santo Rosario. Busquen pronto a Jesús en la Eucaristía. Él es la Paz y la Salud. Les amo
a todos, pequeños hijos Míos, reciban Mi Triunfo y Amor Maternal en sus corazones.
Con este Santo Rosario me uno, yo y mi familia, protejo a la Santa Iglesia Católica, al Papa,
obispos y sacerdotes. Con esta Gloriosa Arma ato a Satanás y sus secuaces, destierro los
pecados del mundo, pido la paz y la conversión para toda la humanidad por el Doloroso e
Inmaculado Corazón de María. Amén.
Les amo, mis pequeños, recibid mi bendición. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos de Dios, este llamado es una invitación a todos los hombres para que se consagren al
Doloroso e Inmaculado Corazón de la Madre María, porque su Corazón Materno es el grande regalo en la
misericordia y en Jesucristo, que la Santísima Trinidad les concede. El Señor me envía a reclutar a esas
almas dispuestas que desde sus acciones y sus apostolados, con sus testimonios y compromiso, llevarán
adelante la batalla espiritual. La Madre María me envía a reclutar a su armada y alistarlos al ejército de los
escogidos, que han lavado sus corazones en la Sangre del Cordero para anunciar que el Reino de Dios
en los dos Corazones está cerca.
Una gran ola de violencia, plaga de pecados y pestes de impurezas y paganismo se han desatado. El
vómito del adversario arrastra muchas almas, perdiendo así muchos hombres la oportunidad que tenían a
la salvación. María, la madre del Arca de la Salvación me envía a anunciar a que suban al Arca, a la
Iglesia guiada por María bajo la guía del Espíritu Santo. Se subirán con tres escalones sencillos:
conversión, arrepentimiento y consagración a los dos Corazones Santísimos de Jesús y de María, quien
no suba no porque no lo sepa, sino que aquellos que oyeron el mensaje del cielo y no lo obedecieron,
serán arrastrados por este mar tempestuoso de pecado y dolor.
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Suban al Arca, acojan al Inmaculado Corazón en sus vidas. Permitan que la Madre María les lleve a un
encuentro íntimo y eterno con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Les amo y les bendigo. ¿Quién como Dios? Nadie como Dios.
Ave María Purísima. Sin pecado concebid
El instrumento: Nuestra Madre Bendita abre Sus Manos derramando Rayos de Luz sobre toda la
pequeña habitación. Luego dijo:
Madre Bendita: Querido hijo, Yo estoy aquí. Yo vivo aquí pero más que en la estructura física vivo en mi
pequeño siervo y así deseo vivir en cada alma, en cada hijo, en cada familia. Y derramo Mis Lágrimas de
Sangre Materna sobre este lugar y sobre ti, mi querido hijo, sobre tus padres, sobre tu familia.
Ves estas Cruces de Sangre rodeando este lugar, es la Sangre de Mi Hijo y Sus Lágrimas y Mis Lágrimas
Maternas. Hijo, quiero vivir aquí, quiero morar aquí, quiero abrazar a Mis Hijos desde aquí.
Queridos hijos, les digo que se unan en oración para la gran batalla que les espera a mis consagrados,
comulgando, confesándose, ayunando. El rezo del Santo Rosario, con la oración, sacrificio y penitencia,
son las tres rosas que adornan este sagrado altar y son rosas que deben fructificar en sus almas.
Hijos míos, oren por Japón, Colombia. Suecia será estremecida. Por Colombia, sus aguas subirán a sus
ciudades. Querido México, te has convertido en la Sodoma de estos tiempos, te espera una gran
purificación porque mi Dios te ama y como te ama, te corregirá.
Hijos míos, vuelvan a Mí antes que el demonio desate lobos furiosos que os quieren devorar. Hijo querido,
Mi Corazón se queda contigo, me uno a ti por siempre. Tú y yo, querido hijo.
Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
De Corazón a corazón.
Jesús: Querido Pueblo Mío, me envía el Padre Eterno a hablar a sus corazones, en este sagrado recinto.
Mi Corazón Eucaristía es el Amo del silencio y de la paz.
Mi Sagrado Corazón escucha tu interior, tu silencio. Tu alma es la silenciosa de la humanidad y eres una
última gota de sangre para mis planes de redención y misericordia. Hoy te consagro, niño mío.
Jesús: Recibe Mi Amor, Mi Silencio y Oración, querido hijo. Contigo estoy siempre, querido hijo. Amén.
Yo os amo y os espero, Yo toco la puerta de tu corazón y si me dejan entrar cenare con ustedes.
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Cenar Conmigo, hijo es que comulguen Conmigo, que es llenarse de Mí, morir a ti para que viva Yo.
Cuando Yo quiero que cenen Conmigo es que quiero transmitirles Mi Amor, quiero ser confidente de tus
secretos, y quiero compartir tu dolor. Hijos míos os suplico ved aquí a un DIOS SUPLICANTE a una
criatura, ved aquí A UN REY arrodillado suplicante a un súbdito, pero Yo aun insisto.
Mi Padre les ha pedido una sola cosa, amor y obediencia, los profetas os dijeron sed fieles a DIOS pero
ninguno escucho, por eso hoy escúchenme no quiero la perdición de nadie, de ningún alma, Yo os amo y
quiero vuestro amor. Yo te amo y Te bendigo espina delicada del Sagrado Corazón. En el Nombre del
Padre, de la Madre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En estos tiempos esta profetizado el derramamiento del Espíritu Santo, yo vengo con la Gloria del Padre y
vengo como DIOS, para sus almas, abran hoy su ser a Mi Presencia e invóquenme pues estoy cercano.
Yo siempre espero de Mis almas amor, amor, amor, quiero que en sus vidas reine el amor, reine el
silencio, silencio que os dejara vivir Mi Palabra, leerla e interiorizarla, dentro de cada corazón.
Yo espero que me conozcan, pues Mi Divina Esposa, el primer Tabernáculo obtendrá para Su remanente
fiel Mi Presencia, el Divino Espíritu se refiere a la Santa Madre María.
Os amo, Mi brote, brote de Mi Sombra Luminosa, dile a las almas que me conozcan y Yo entrare en cada
alma y la santificare, transformare y transfigurare en un nuevo Cristo, yo les daré el verdadero amor a
Jesús Redentor. Les ama DIOS ESPIRITU SANTO Su Abogado y Consuelo. Bajo Mis Lenguas de Fuego
sean santificados. Amén. Gozad de Mi Consuelo, los Dones que doy a las almas son Signos de Mi
Presencia entre Mi Pueblo.
Mi pasión materna.
Queridos hijos, Yo les amo y les he llamado a que se reúnan porque soy Madre, soy Reina.
Oren mucho, les pido que hagan oración por la Iglesia, por el Santo Padre, por los obispos y sacerdotes.
La masonería quiere dividir la Santa Iglesia, quiere desterrar al Santo Padre del Trono de San Pedro .Y he
aquí mi gran dolor porque los que se vayan siguiendo a estos (masonería), perecerán.
No dejen solo a Mi Hijo en la Sagrada Comunión, en la Santa Eucaristía. Ustedes tienen la dicha de
tenerlo. No lo dejen solo. Mis hijos están pereciendo. Oren por sus sacerdotes. Confiésense y comulguen,
hagan Hora Santa, hagan vigilia expiatoria, acudan a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Hijos, no tengan miedo. Difundan mis Llamados, es necesario que Mi Doloroso e Inmaculado Corazón
sea conocido y entronizado en cada lugar, en cada casa. Una gran guerra se avecina sobre el mundo.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María os pido ardientemente con amor hacia Tu Hijo, Jesús
Eucaristía, que venga el Reino Eucarístico y venga Tu pronto Triunfo. Nosotros, querida Madre,
queremos ayudarte a hacer viva Tu Promesa: Al final Mi Doloroso e Inmaculado Corazón triunfará.
Amén.
Oren, oren, oren. Les bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre Eterno: Queridos hijos de mi Omnipotencia, hoy quiero brindarles al mundo Mi Amor. Os hablo
porque os amo, me manifiesto porque quiero que Mi Pueblo sienta mi presencia y me honren no con los
labios sino con el corazón.
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Querido hijo mío, hoy este Dios Poderoso y Eterno acude a ti, en Justicia y Verdad, pero con Compasión
y Amor. Hijos de Mi Eterno Corazón, hijos de Mi Presencia, llamo al mundo, a Mi Iglesia que Mi Hijo
fundó, porque esta es la Iglesia, esta es la Casa del Padre en la tierra.
No es la doctrina, no es la filosofía, no es la religión como los sabios del mundo la catalogan. Es Mi Casa,
Casa del Padre que se abrió para el mundo desde la Cruz. Es Mi Casa donde están todos los medios
para poder vivir en paz. Me refiero a los Sacramentos, son ellos la guía, la regla, el orden que rigen Mi
Casa. Hijos míos, no se confundan, una sola Iglesia, con una sola autoridad que viene directamente del
brazo derecho.
Padre Eterno: Sí, mi niño, brote de Mi Silencio, el Santo Padre a quien le he dado las Llaves de Mi Casa.
Llaves que se abrirán si mi honran. Llaves que abrirán las puertas, las cuales ni el infierno puede romper.
Hijos míos, es Mi Casa, es Mi Iglesia, es Mi Reino, es mi Presencia Paternal en el mundo. Mi Iglesia, mi
amada Iglesia, oren por Ella, únanse a Ella, abarcan todos en Ella.
Yo siempre, querido niño, estoy en Ella y sus enemigos, los peores están dentro de Ella. Oren para que
sean expulsados y Mi Reino no tenga obstáculos en el camino de Gloria que les he prometido.
Recuerden, hijos míos, que no es filosofía o mera creencia, es estar con su corazón dispuesto a creer,
obedecer y ser fiel a Mi Palabra y gozar de Mi Presencia en la Iglesia.
Padre Eterno: Digo, hijo mío, no iglesias en el mundo; sólo una Iglesia, la que fundó Mi Hijo, Apostólica y
Universal. Las demás sólo son filosofías, creencias e incluso soberbia porque por sus soberbias huyeron
de Mi Casa para hacer su voluntad, que los llevará a la muerte, y no Mi Voluntad que les dará la Vida y
Vida en abundancia.
Te amo, mi brote y brote de Mi Dolor. Te bendigo. Bendigo a Mi Casa, Mi Iglesia. En el nombre del Padre,
de la Madre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oh Pueblo Mío, Mi Nuevo Israel, les amo y cómo quiero vuestro bien les he entregado Mi Santa Ley. Ley
que iluminará sus caminos, pues lámpara para vuestros senderos es Mis Palabras. Ley que les indicará
las buenas obras. Ley que es hecha en el Amor, desde el Amor. Ley que inundará sus seres desde el
interior porque la Ley se resume en esto, en el Amor; amor a Mí su Dios; amor hacia su prójimo; amor
porque Yo soy Amor, y el Amor Soy Yo. Amor que les he demostrado. Pero alejan su corazón de Mi como
sus padres en el desierto.
Al principio Yo creé el mundo con orden, un orden perfecto, armonía, estabilidad, cada cosa tenía su lugar
y cada creatura su espacio, espacio que no se basaba en el egoísmo y la soledad sino en la unión y
amor. Yo le di Mi Ley a mi pueblo para que viviera en el camino perfecto del amor.
No sólo evitáis Mi Camino sino que alteran, distorsionan e incluso destruyen el orden con que todo fue
creado. Os hacéis daño a vosotros mismos, os herís, os dais muerte.
Cuánto has sufrido pueblo mío, cuánto ha sufrido la humanidad pero es porque obedecéis mis preceptos.
Cuando desobedecen el daño que se hacen es enorme, terrible porque eliminan Mi Presencia de vuestra
vida. Por eso todo sale mal, por eso todo destruyen y hieren, porque actúan sin Mi Bendición. Sólo les
pido, vivan en Mi Ley, la Ley del Amor.
No os dais cuenta de cuantos males están preparando vosotros mismos; destruyen su alma y matan su
conciencia. El alma y la conciencia se las he dado como dos potencias de Mi Espíritu Providente para
ustedes, para que comprendan y obedezcan que Yo Soy Amor y lo único que pido es vuestro amor.
Reparen, confiesen sus pecados y hagan diez días de oración y ayuno, Santa Misa y Comunión por cada
uno de Mis Diez Mandamientos quebrantados por la soberbia y el no-amor. Este pueblo debe
obedecerme y Yo seré vuestro Dios, si me obedecéis. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
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Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 12
Octubre 2014
Hijo mío, Yo he querido guiar cada alma. Soy Madre y soy Maestra. En Fátima se reveló el misterio de Mi
Amor, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Yo permití enseñarles a mis hijos los misterios de Mi Doloroso
e Inmaculado Corazón. He querido propagar Mi Amor, que es la Presencia de Mi Señor en Mí, Su Llama
de Amor Ardiente. La Llama, el Fuego que Mi Hijo ha deseado que arda en Su Pueblo, es la Llama de Mi
Amor, la Llama del Amor Eucarístico, la Llama que enciende las almas de amor por Jesús.
Hijo, quiero que propagues la devoción a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón así como Yo me manifiesto
a tu espíritu. Reúno todos los misterios de Mi Corazón, todas las reliquias de Mi Amor y todas las
advocaciones y mensajes que el Padre os envía a través de Mí, la Esclava del Señor. Así como me ves,
brote del alma, así Yo presento la Puerta de la salvación al mundo, así como Yo traigo una vez más
reunidas todas mis manifestaciones. Por eso te he llamado apóstol de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón
porque te he confiado todos los deseos de Mi Amor, todos los secretos de Mi Doloroso e Inmaculado
Corazón, todas las Lágrimas de Mi Dolor, ahora eres apóstol y eres mi hijo porque te he dado todo lo que
he recibido del Padre.
Al final vendrá un Nuevo Pentecostés. Será la Llama de Mi Amor en cada alma y al último tiempo, Mi
Doloroso e Inmaculado Corazón Triunfará. Serán un solo Pueblo, una sola Iglesia, un solo Rebaño.
Por ahora os digo, luchen por la unidad y la propagación del Reino de Dios-Reino de Jesús y María.
Unidos, hijos míos, venceremos. Unido Mi Corazón a cada alma vencerá.
En esta sagrada imagen vengo a unir todas mis gracias. Yo te amo y te bendigo. En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
La Gran Obra de Mi Sagrado Corazón es la Redención. Mi Sagrado Corazón está abierto y herido por
amor, por su salvación.
En esta vida hijos todo es pasajero y Yo no quiero que ningún alma se pierda, por eso hoy abro Mi
Corazón para iniciar la Gran Obra, la única y nueva evangelización, anunciar que el Reino de Mi Amor
está llegando a las almas, la Gran Infusión de Mi Espíritu Santo está por llegar, solo oren y trabajen para
mi Sagrado Corazón.
Les amo hijos. Jesús, Sagrado Corazón de la Eucaristía. Amén. En el Nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Pero es necesario que las almas tracen el camino por donde pase el mensaje del siervo de Yahvé, aquel
que baja de los montes trayendo la Palabra de Dios. Así cada alma entenderá, purificará y transformará y
la Palabra de Dios no subirá de nuevo a Mi Padre sin dar fruto, pero es necesario la disposición de almas
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en la oración ya que la oración es una condición requerida por Mi Padre, así el alma será receptora de
Mis Gracias y del Amor de Dios.
Vengo a abrir sus corazones a la Gracia de mi Hijo Jesús. Sientan el Fuego de la Llama de Mi Amor para
todos mis hijos. Hijos queridos de Mi Alma y de Mi Corazón, les invito a la oración. Oren constantemente,
mis pequeños. Oren por esta Nicaragua tan sufrida, tan agitada pero muy desobediente a los llamados de
Su Amada Madre. Queridos hijos, oren para que los planes de purificación del Eterno Padre no caigan
sobre esta nación.
Oración, sacrificio y el ayuno mitigarán el dolor. Mis pequeños, les invito a sellar vuestras casas, puertas,
ventanas; aspergen agua bendita sobre su familia, sobre sus hogares, busquen el Amor de Mi Doloroso e
Inmaculado Corazón. Yo Vuestra Madre que tanto les ama, les traigo el urgente llamado a la Paz.
Prepárense, mis niños, porque muchos males vendrán, nuevos cismas en la tierra e inundaciones porque
la madre tierra clama ser purificada.
Orad, mis pequeños, retornad al camino angosto, al camino de la cruz. Queridos hijos, les amo y les
bendigo. En nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Hijos míos, el mundo sucumbe a causa de tantas ideas, opiniones, corrientes y contaminación de muchas
almas. El Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Santa Madre intercede por el mundo. Poco a poco el
humo de Satanás, es decir, su influencia, atentan en el espíritu y en la mente de muchos.
Pero he aquí un Resto Fiel con los que Mi Padre me ha concedido para reconstruir Mi Iglesia. Porque Yo
advertí que ni el infierno prevalecerá contra Ella. Os pido perseverancia, oración, obediencia a mi Sagrado
Corazón.
Reconstruyan Mi Iglesia, unan a Mi Pueblo, salven sus almas. Nuestro Jesús les ama. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Alma mía, deja que la Llama de Mi Sagrado Corazón te consuma, busca siempre al Amor, ama al Amor
que no es amado y, por lo tanto, no buscado. Por eso mi siervo, abre tu espíritu para que Mi Sagrado
Corazón tome todo tu ser, toda tu vida. Déjame ser Dios en tu vida y agrada siempre a Mi Sagrado
Corazón.
56
Fuego de Amor del Sagrado Corazón de Jesús, enciende mi alma en la Llama de la Caridad
perfecta y con ese Fuego encendido en mi alma, haz que adore y repare y lleve el Triunfo de Mi
Sagrado Corazón, obedeciendo a su Divino Querer. Viviendo el Evangelio, cargando la cruz.
Amén.
Yo estoy aquí.
Amado Pueblo Mío, Yo estoy aquí tan cierto como el aire que respiras, tan cierto como cada mañana se
pone el sol. Yo estoy aquí, Manuel de Mi Sagrado Corazón. Te digo que infundiré Mi Espíritu sobre toda
carne y reconocerán que Mi Padre es el Dios de Israel y Yo Soy su Hijo, el Mesías, el Redentor del
mundo.
Iglesia Mía, despierta y reconoce a Tu Señor. Yo quiero abrazaros a todos dentro de Mi Corazón. Por hoy,
mi pequeño, te pido ayuno y oración para que Mi Rebaño escuche Mi Voz.
Te amor y te bendigo, siervo de Mi Sagrado Corazón. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Cuando ustedes, mis pequeños, oran, abren un camino espiritual para mis gracias que recorren las
almas. Pero al igual que en Belén, muchos corazones no responden al Amor. Cuando oran permiten que
Mi Presencia llegue a ustedes y a través de ustedes a los suyos. Cuando oran, Yo concedo gracias en
especial durante el rezo del Santo Rosario, y así permiten que mis gracias sean concedidas.
Pero ustedes, mis niños, no oran. Esas gracias que hubieran sido derramadas, ya no llegan a las almas
pues necesito del apoyo de la oración de mis hijos para poder acercarme a los que no han conocido el
Amor de Mi Hijo. Yo Soy Madre y Señora de la oración.
En mi Doloroso e Inmaculado Corazón te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Querido hijo de Mi Sagrado Corazón, te digo que el Doloroso e Inmaculado Corazón de Mi Madre fue
revelado, por primera vez, cuando al presentarme en el Templo, Simeón dijo a Mi Madre: una espada de
dolor atravesará Tu Corazón. Este es el fundamento bíblico de tan grandiosa devoción y tan amada
advocación de Mi Madre
.
Esta es la primera devoción mariana; Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y será la última, la del
Triunfo, el día del Triunfo de Mi Sagrado Corazón junto al Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Madre.
Dicha advocación, hijito, recibe todas mis gracias.
Querido hijo, yo permití que mi sierva Pierina me viera ahora como tú me contemplas con tu espíritu.
57
Yo dije: Soy Santa María de las Gracias, en Mis Pies estaba la fortaleza de María y la Catedral (de
Montechiari). Esto significa, hijo, que la fortaleza de María es Mi Ejército triunfante de Mi Corazón, que
junto con la Iglesia de Mi Hijo traerán y extenderán el Reinado Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesús
junto al Triunfo de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón de Madre.
Mi portavoz, traigo la más grande gracia que mi Hijo Jesucristo le entrega a la humanidad, la devoción a
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, toma mi caudal de gracias. Revístete de Mi Corredención, haz ayuno
y penitencia.
Te bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Yo, Vuestra Santa Mamá, vengo como el Rayo hermoso de la aurora que cegará a Satanás.
Ora, mi pequeño, por Rusia. Será el flagelo de la humanidad. Hijos, muchos gobiernos creen que este
imperio, Rusia, es aliado, es amigo de dichas naciones. Si supieran, mis hijos, a los que se les ha
confiado el cuidado de estos pueblos que Rusia sólo quiere expandir su imperio y los esclavizará a los
pueblos que le han abierto las puertas de sus naciones.
Hijos míos, muchos pueblos eran súbditos de Rusia. Al ver las otras grandes potencias esto, se
molestarán por falta de su economía y poderío. Así estas naciones atacarán a los pequeños pueblos que
han sido creados, y así iniciará la tercera guerra mundial.
Ora por el Santo Padre, se ha ganado muchos enemigos con el Sínodo. Mi predilecto, Pedro de mis
rebaños fue valiente.
Mis niños, os amo tanto… Despertad de vuestro letargo. Les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén. Yo Soy María Madre de todos los pueblos. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Es Uno, es Eterno ¡Ven Señor Jesús! Mi Hijo viene pronto. No os asustéis, si no que Mi Hijo se encontrará
con su Rebaño. Orad y cantad. Cantares alabar, orar, no sólo con el interior ni la voz, sino con la
animación espiritual donde eleváis el espíritu de la Presencia de Mi Padre. Cuando cantan se abre en mis
hijos un santuario de amor, porque el canto prepara la adoración, la entrega, el amor. Cada canto, cada
himno ofrecerlo, no para alargar el tiempo, sino para adorar a Mi Padre. A través de la alegría del canto,
Mi Hijo derrama gracias. Un canto es una petición, una oración hecha himno.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado
concebida.
58
Hijo, Yo he protegido el mundo de las tribulaciones deteniendo desgracias y calamidades, pero se hacen
sordos al Llamado de Vuestra Madre. Pero yo os amo y no quiero la perdición de la humanidad. Yo les
quiero proteger con mi Gracia Corredentora y aliviar a la humanidad en sus sufrimientos.
Queridos hijos, todo lo que ocurrirá en el universo es para llamarlos y despertaros por intercesión de la
Madre Corredentora. Por eso, apóstoles míos y discípulos del Sagrado Corazón de Jesús, mi Gracia
Corredentora traerá al mundo una nueva oportunidad.
Gracias por obedecer mi Llamado. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
El instrumento: Tuve un visión. Vi a mi Ángel de mi Guarda, Miguel (no se refiere al Arcángel San
Miguel). Caminaba hacia mí, luego extendió su mano hacia delante y me mostraba una montaña. Había
arboles.
Hubo un destello blanco, luminoso. Se formó una gran Cruz Blanca y se me dijo:
Estás viendo el gran despertar de las conciencias, donde resucitarán las almas de todos aquellos muertos
sin la gracia. Es la presencia del Cordero que quita los pecados del mundo. Habrá en ese día muchas
curaciones corporales pero lo más importante serán los milagros espirituales.
Esta gracia se obtiene por la Corredención Intercesora de María. Este signo se dará por Mediación de su
Doloroso e Inmaculado Corazón para la salvación de muchas almas.
Mi Lugar santo
Querido hijo de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, hoy vengo a visitarte en mi lugar santo, refugio de
Nuestro Sagrados Corazones Unidos.
Querido hijo, medita en tu interior, medita en Jesús y escucha las Palabras de Tu Santa Madre. Una
nueva Fuente de Gracia brota aquí, el fluir del Espíritu de Dios que vendrá muy pronto de traer el Fuego
de Pentecostés después del despertar de conciencia de todos mis hijos, de la humanidad. El Divino
Espíritu fluye en cada alma de cada hijo mío.
Cuando me invocan, el Espíritu Santo vuelve a derramar la Gracia en aquellos que acudan a Mí, Santa
Madre de Dios, así como lo hizo en el momento de Mi Visitación a mi prima Santa Isabel. Al decirme
“Bendita Madre del Señor”, el Espíritu Santo fluyó, el niño en su vientre saltó de gozo al comprender que
Yo, la humilde esclava, llevaba en Mi Purísimo Vientre al Salvador, a quien San Juan el Bautista venía a
preparar el camino.
Hijos míos, rezad a Vuestra Madre con más devoción pues cuando me invocáis, el Espíritu de Dios se
transforma en Ríos de Agua Viva. Sólo así lo ha dispuesto Mi Señor. El verdadero Espíritu de
Pentecostés se derrame en mis hijos cuando lo clamáis en el nombre de Vuestra Santa Madre. Hijos,
llenaos del Espíritu Santo clamando su presencia por medio y a través de Mi Doloroso e Inmaculado
Corazón. Hijos, llénense del Espíritu Santo clamando su presencia por medio de Mi Doloroso e
Inmaculado Corazón orando como les enseñé:
“Ven, Mi Dios Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Doloroso e Inmaculado
Corazón de María, Tu Amadísima Esposa”.
Clama para que en sus vidas se derrame un nuevo Pentecostés. Oren mucho pidiendo la presencia del
Espíritu Santo, haciendo especialmente el Santo Rosario, el arma que le estoy contra Satanás.
En Mi Dios Espíritu Santo, te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María purísima, sin pecado concebida.
59
Jesús: Querido hijo de Mi Sagrado Corazón, hoy es vengo a anunciar una gran noticia, el Triunfo de
Nuestros Dos Corazones está próximo. Orad para que llegue. Orad por las almas, almas de Mi Padre.
Despertad, ya llega el momento de la redención, las almas tendrán conciencia de sus faltas al Amor Santo
y así podrán ser redimidas ya que lo que asume, se sostiene. Si se tiene conciencia de cada falta contra
el Amor Santo puede y debe, con Mi Amor Misericordioso ser redimido.
Hijos de Mi Rebaño, entrad en el camino espiritual a Nuestros Dos Corazones Unidos. Hoy vengo a
formar a los apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos, profetas de Mi Reino y pregoneros del
Evangelio.
Madre bendita: Cada alma, brote de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, puede ser salvado en la
práctica de nuestro amor. Aquellos que aman mucho, mucho se les perdonará. El Amor Santo abre el
interior de mis hijos para que ellos puedan vivir la Santa Ley del Amor, Amor Santo y Santificador.
Nuestro Triunfo, mi pequeño vendrá con el Amor Santo presente en cada corazón, Amor que se
extenderá como Llama que abrazará al mundo en el Amor del Padre. Hijitos, atended mis llamados.
Creed espiritualmente. Vivir Mi Triunfo, pequeños de Mi Corazón, es vivir en el Amor Santo, en cada
momento presente, en la unión de vuestros pequeños seres a la Santísima Voluntad de Dios.
Jesús: les ama y les bendice. Nuestros Sagrados Corazones Unidos les protegemos siempre. En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María purísima, sin pecado concebida.
Yo soy Amor y deseo ser Amado. Humanidad ingrata e insensata ¿hasta cuándo responderás a Mi Amor?
amarme significa imitarme, seguirme y obedecerme. Yo traigo Fuego encendido del Amor Santo para
cada alma, pues los quiero calientes y no tibios porque el tibio lo vomito de mi boca.
En el silencio de cada alma se abre un nuevo horizonte, es el atardecer donde el sol se opaca y deja
brillar Mi Luz; clarísima y bella. El sol de las pasiones, el fuego del egoísmo y el odio, sólo existen
tinieblas.
Vendrá la Fuente del Amor, Mi Sagrado Corazón que ha de brillar en su interior. Dejad que esta Luz brille
para que los hombres viendo vuestras buenas obras, glorifiquen al Padre que está en los Cielos. Sólo así
se conocerá el Fuego del Amor, de Mi Sagrado Corazón.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Yo Soy, quiero hablar a cada alma, cada corazón a fin de que Me conozcan y sigan Mi Camino, camino
de amor y entrega y de sacrificio. En este Camino, mi pequeño instrumento, serán purificados y
perfeccionados llevando la cruz de la obediencia, la obediencia a la Santa Ley que os dio Mi Padre,
obediencia al gran mandato del Amor.
Siguiendo con perfección Mi Camino de entrega, cumpliendo cada deber con espíritu penitente, y diciendo
como Mi Madre, a través de lo que el Ángel de la Paz os enseñó en Fátima: “todo por Ti, Jesús, por Tu
Amor”.
60
Cuando se adhieren a Mi Sagrado Corazón experimentan la belleza de Mi Amor. Sean devotos, a Mi
Sagrado Corazón, imitándome. Pero para hacerlo, antes deben conocerme; lean las Escrituras y
sumérjanse en los Ríos de Gracia y en los Tesoros que les entrego en mi Sagrado Corazón. Éste
mensaje está ungido con Mi Sagrado Corazón, a fin de que muchas almas sean tocadas. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado
concebida.
Gracias hijos de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, gracias por estar unidos en oración conmigo,
Vuestra Madre del Cielo. Queridos hijos, vengo a llenarlos de las Bendiciones de Mi Hijo Jesús. Yo soy
Vuestra Madre que intercede por ustedes.
Les invito a orar por Centroamérica; Panamá, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Salvador, Guatemala.
Oren mucho, queridos hijos, por EEUU, Inglaterra. Les pido mucha oración por el Santo Padre Francisco.
Les invito a la oración, sacrificio y penitencia. Rezando el Santo Rosario, mis soldados, sus armas para
esta guerra espiritual son la oración, ayuno, confesión, santa comunión. La Paz del Sagrado Corazón de
Mi Hijo está con todos ustedes.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, les harán obedecer, cumplir, amar su cruz, amar su responsabilidad, sus
obligaciones. Yo llegué al Calvario, sobreviviendo ante tantos males juntos, porque amo, amo tanto a la
humanidad que quise aún sufrir Mi Muerte en crucifixión, soportando tres horas de agonía y muerte.
¿Cómo entonces desconfían de Mi Amor? Yo les amo y les libero. Les espero en Mi Sagrado Corazón.
Como se angustia Mi Corazón cuando desconfían de este Corazón que tanto les ama… Es la mayor pena
que pueden darme, dudar de Mi Amor.
Este Pastor llevará a su Rebaño a la tierra donde mana leche y miel. En sus praderas, el niño se sentará
al lado de la víbora, de los leones y mansas ovejas, junto a la pantera. Todas las bestias del campo
convivirán juntas. Serán el Rebaño de Mi Padre, será en el atrio de su Templo. De su Altar fluirán y
correrán Ríos de Agua Viva para calmar la sed de las almas.
Hijo, cada Palabra de Mi Sagrado Corazón de Jesús es desde el Amor y con Amor. Yo, Tu Jesús, con Mi
Corazón de Buen Pastor, vendré a reunir a Mi Resto Fiel. Dile a mi Pueblo de Israel que este vigilante.
Pronto pasaré a buscar a Mi Resto Fiel. Conversión y paz, les pido en Mi Sagrado Corazón.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
61
Llamado de Amor y Conversión del Sagrado y Agonizante Corazón de Jesús - 7
Noviembre 2014
El instrumento: Jesús, Mi Señor, Mi Dios, Mi único y gran Amor, miro a Tu Pueblo en confusión,
tinieblas, opresión, gente destrozada espiritualmente.
Jesús: Mi niño pequeño, girasol en Mis Manos Llagadas, ves bien, ves la realidad ¿Recuerdas cuando te
mostré al mundo?
El instrumento: Si Jesús, en esa visión el mundo era una llaga abierta, ella era carne putrefacta y sangre
contaminada.
Jesús: Bien mi hijo, el mundo, la humanidad así está porque desde antes de Mi Venida, como Mi Pueblo
ignoraba las Palabras de Mi Padre, Palabras de Amor y Misericordia, mataron a los profetas ignorando los
Mandatos del Señor. Es decir, mis pequeños no me amaron y como no amaron destruyeron y
desobedecieron. Si las almas, mis pequeñas ovejas, le dieran apertura al Amor que les regalo de Mi
Sagrado Corazón…
Jesús: Esta apertura se da desde la humildad. Sólo el alma humilde reconocerá la necesidad que tiene
de Mí. ¡Oh, Abeles de estos tiempos! cuántas almas heridas, oprimidas, asechadas, perturbadas. ¡Oh, mi
niño, diles que Mi Amor los liberará pero deben amar, amar mucho! Cuando me aman de verdad desde la
libertad, se purifican. Recuerden que el Amor borra cantidad de pecados. Por eso amen y perdonen y
serán sanados, amén. Y serán liberados, purificados. La sanación es el amor, amor entregado, amor
devoto, amor santo.
El instrumento: La liberación del mundo depende de él mismo cuando en su voluntad, te acepta y te ama
a Ti, Mi Señor.
Jesús: Pequeño, hijo de Mi Sagrado Corazón, el mundo se liberará desde el amor, cuando empieza a
amar. Yo te he prometido, y hoy solemnemente lo prometo nuevamente, enseñaré a cada alma cuan poco
amor ha mostrado y dolerá ver el daño que os hacéis siempre. Amén.
En mi Amor está la conversión del mundo pues cuando aman de verdad, aman lo que Yo amo. Su Jesús,
Mi Sagrado Corazón les ama. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Rebaño mío, Pueblo mío camina, llevas mucho tiempo por este árido desierto, camina que pronto llegarás
al Monte Sión, a la tierra donde mana leche y miel.
Cada vez más el mundo odia más, ya Satanás no se preocupa por infundir la maldad en las criaturas
humanas; la humanidad peca, me ofende con pleno uso de su libertad, con clara conciencia de la
maldad.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, el mundo no ama. No ama y como no demuestra amor, destruye por qué
odia, destruye por qué no ama. La falta de amor en un alma es la muerte de la misma. ¡Oh Pueblo Nuevo
de Israel si supieran lo que es amar…!
Amar es desear el bien del otro. Amar es mirar la delicada intimidad del otro para no herir interiormente.
Cuando de verdad amen, tienen que ver a la Fuente Eterna del Amor. “Yo Soy” la Fuente Eterna del
Divino Amor.
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Cuando amen, a Mí su Dios, me verán en el hermano, en el prójimo, en la viuda, el enfermo, el huérfano y
el pecador, en el que sufre. Cuando aprenderán a valorar a los demás. Como no aman se encarga el
hombre de destruir al hombre. Porque no valoran Dios, mucho menos al hombre.
La política debe ser pregonera del valor del hombre. Como los líderes políticos no aman, porque lo que
desean es el enriquecimiento del hombre, de la carne y no del espíritu, por eso se olvidan de las
necesidades del hermano.
Vendrá una política mundial, más fuerte de la que ahora existe, donde el hombre será una máquina, un
medio y no un fin, no una meta sino un obstáculo, que destruir.
Orad, orad, el egoísmo domina el corazón del mundo y no puede seguir así. Vendrá por eso un gran
aviso, donde un pequeño Rebaño Fiel dará el paso hacia una Nueva Generación redimida en el Amor de
Mi Sagrado Corazón.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima,
sin pecado concebida.
La unidad de mi rebaño
Querido hijo de mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Yo soy vuestra Mama del Cielo, la Divina Pastora de
las almas. Yo como Madre, deseo reunir a mis hijos, junto a mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Yo
vengo de parte de Mi Hijo Jesús, para expresarles que deseo la unidad. Unida comenzó la Iglesia, unida
debe estar. Cada alma, desde su realidad, desde su misión, pero con un solo objetivo, extender el
Reinado del Sagrado Corazón de Jesús, junto al Triunfo de mi Doloroso e Inmaculado Corazón de Madre.
Pronto vendré a reinar mis rebaños junto a Mi Hijo Jesús. En el Movimiento Sacerdotal Mariano, quiero
reunir a mis hijos predilectos, los sacerdotes, pero pocos han escuchado mi voz. Únanse y junto a Mí, su
Santa Madre, venceremos.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida
El instrumento: Jesús me siento agobiado y triste al ver como el mundo racionaliza tus mensajes. Cómo
te ignoramos sin poner atención a Tus Mensajes, somos sordos a Tus Llamados de Amor.
Jesús: Querido hijo, mi pequeño, cuando el mundo me ame de verdad dará valor a Mi Palabra, cuando el
mundo abra su vida a Mi Presencia, obedecerá. No te preocupes si creen o no, muchos creen pero no
aman Mis Palabras. Muchos dicen conocerme más no saben ni conocen a Jesús Nazaret. ¡Oh
humanidad! cuando me ames me conocerás. Gracias, mi pequeño. Mi Sagrado Corazón les ama.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Mi verdadera prisión.
La verdadera prisión es aquella que ata Mi Corazón a la miseria humana, donde una vez más, mi
pequeño, soy juzgado, soy atado y soy condenado. Continuamente en muchos corazones humanos soy
crucificado. Ora y repara porque el Amor no es amado.
Te ama y te bendice, Tu Amor Eucarístico. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
63
Busquen el Reino de Dios.
Queridos hijos, vengo como María Rosa Mística y derramo Gracias sobre sus almas. No deseen, mis
pequeños soldados, riquezas materiales, busquen el Reino de Dios y su Justicia Divina.
El tiempo ya no es tiempo. El mundo está en tinieblas y oscuridad, las almas se han alejado de Dios y a la
Santa Misa se le da poca importancia. Por eso les invito a orar y reparar, a que vivan el Evangelio de Mi
Hijo Jesús. Vivan de oración, sacrificio y penitencia. Reciban a Mi Hijo Jesús en la Eucaristía.
Pidan y hagan la paz. Si no hacen la paz no habrá paz, pero si piden la fuerza para hacer la paz, Mi Hijo
Jesús se la otorgará. Les pido nuevamente, vivan en entrega y sacrificio, cargando cada día sus cruces
hasta el Calvario para que muera el yo egoísta, y resucite Mi Hijo Jesús en cada uno de sus corazones.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María purísima, sin pecado concebida
Siempre he anhelado guiar como Madre tierna a la Iglesia. Muchas pequeñas ovejas han seguido a la
Divina Pastora.
Muchos consagrados no escuchan la Voz de esta Pastora que desea guiarlos a ser fieles al Evangelio de
Mi Hijo Jesús, por eso van por el camino ancho, llevando detrás de ellos muchas almas.
Pero mi intercesión nunca abandonará a Mi Resto Fiel. Recen el Santo Rosario, hagan el Santo Viacrucis,
meditando en la Pasión de Mi Hijo. Acudan a la confesión, comulguen a Mi Hijo Jesús Eucaristía.
Retornen a la Casa del Padre antes que las tinieblas se acerquen y rodeen la tierra.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Cuánto les he amado y cuán poco han correspondido a Mi Amor. Yo te amo y te bendigo. En el nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida
Oren por las familias que viven en desunión, cada cual buscando sus comodidades y bienestar.
Oren porque todos, deben reunirse en un solo Ejército, la lucha se ha iniciado. No crean, queridos hijos,
que hace poco…, la lucha espiritual empezó desde que vino Jesús al mundo y durará hasta que los
hombres aprendan a rechazar completamente al padre de la mentira y al pecado.
Oren para que las gracias de la oración se depositen en cada corazón.
64
Oren para que sus almas sean tierras fértiles y provechosas, tierras donde la semilla que es la Palabra de
Mi Hijo Jesús, de buen y abundante fruto.
Oren para dar fortaleza al Santo Padre en esta batalla espiritual.
Oren por Indonesia, Chile, Japón, Suecia. Oren por esta tierra de Nicaragua.
Les ama y bendice, Vuestra Madre y Reina Victoriosa. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Hijito, hoy te animo a predicar la Gran Obra de Mi Corazón Corredentor. Vengo a ti para que juntos con la
oración, salvemos a la humanidad. Necesita ser redimida. Yo necesito apóstoles de estos últimos tiempos
que predican y llevan la Buena Noticia de Mi Hijo, el Señor. Es necesario que oren por Cuba, necesita ser
purificada para ser liberada. Oren por toda la Iglesia.
Quiero de usted sacrificio, oración y penitencia. Clamen junto a Mí con el Santo Rosario, participen de la
Sagrada Eucaristía. Cuando están en la Santa Misa, están conmigo junto a Mí, Su Santísima Madre al pie
de la Cruz del Amor y Reconciliación de Mi Hijo Jesús, en el Gólgota.
Yo te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
La gracia de la oración.
Querido hijo, hoy quiero enseñarte sobre la oración, oración que debe ser perseverante y continua. La
oración tiene que ser desde el corazón. La oración purifica la mente, libera el alma, santifica el espíritu.
Eleva la conciencia del hombre hacia Dios y allí es iluminada, donde determina claramente sus pecados.
Con la oración puedes combatir al enemigo, combatir su ego humano, sus pecados, sus pasiones, sus
malas inclinaciones.
La oración es una fuente de agua viva que riega la tierra del alma y sequía. Sólo con la oración verdadera
vencerán. Clamen a Dios Espíritu Santo que les enseña a orar, pues mora en cada alma de cada hijo mío,
pues es él quien les hace clamar ¡Abba, Padre! La oración, brote de Mi Corazón, es universal pues
abrazan con su pequeño amor a la tierra, a los hombres, a la Iglesia. Cuando un alma ora, se sostiene.
Cuando un alma ora, vence. Cuando un alma ora, confía y espera. Cuando un alma se fortalece es
porque ora. Cuando mis hijos oran demuestran que tienen sed de mi hijo Jesús.
Les llamo a orar, a experimentar, primero en ustedes, el Gran Pentecostés que pronto llegará. El efecto
de gracia de Mi Llama de Amor, es la oración. La oración que se enciende en cada corazón humano en
amor a Dios y en servicio caritativo al prójimo. Orar, hijos míos, es también servir. Sólo cuando oren de
verdad, conocerán el verdadero amor y experimentarán la verdadera alegría.
Muy pronto llegaré a traer, por orden de Mi Hijo, a Mi Resto Fiel. Velen y estén preparados. Oren por
Japón, un nuevo desastre natural caerá sobre esta nación.
Oren por Indonesia y Tailandia.
Oren por el continente africano.
Oren por aquellas grandes potencias del mundo que con su soberbia y orgullo se destruirán.
Pero yo nunca los dejaré solos. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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Querido hijo, hablo a tu corazón, quiero enseñarte que es la oración. Necesitan de la oración. La oración
abre un camino de luz, es decir, ese camino que se abre con la oración les acercará a la Luz, Cristo
Jesús, Mi Hijo, es la Luz, el es el Camino, la Verdad y la Vida.
Cuando oran se acercan más a Mi Hijo Jesús y se llenan de confianza y paz. Pues en el principio la
Palabra era la Luz, la Luz que ilumina el camino del alma hacia Dios, pues lámpara para tus pies es la
Palabra del Señor. Les invito a orar más. Oren con fe y devoción.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, hoy los convoco a escuchar el Llamado de Mi Hijo y anunciarlo a los demás hermanos.
Quiero, mis pequeños hijos, suscitar apóstoles, guerreros de la Verdad, guardianes de la Fe, hijos de
Nuestros Dos Corazones Unidos que triunfarán y vencerán.
Nicaragua debes cambiar y volver al Corazón de Dios. Cuando todos los hijos de esta patria se
congreguen en la Persona de Mi Hijo Jesucristo, encontrarán la paz, paz duradera, paz verdadera, paz
del corazón. Sólo Mi Hijo puede darles la verdadera Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Yo soy Corredentora, la perfecta Colaboradora de la Obra de la Redención. Yo soy Victoriosa porque soy
la Mujer vestida de Sol con la luna bajo sus pies.
Yo deseo que Nicaragua se convierta. Recen diariamente el Santo Rosario y se confiesen. Pido para el
mundo oración, sacrificio y penitencia, les acercará a Mi Hijo Jesús en la Sagrada Escritura y visítenlo
siempre en el Tabernáculo.
Queridos hijos, vengo a consagrar Nicaragua a Nuestros Dos Corazones Unidos y les entrego la Paz del
Señor, del Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús.
Yo estoy con ustedes y siempre estaré intercediendo por ustedes. En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
En este Sagrado Aposento en donde sus defectos y pecados que son el no-amor, el orgullo y la soberbia
de la vida, serán purificados con la Llama de la Ardiente Caridad. ¡Enciéndete generación en Mi Fuego de
Amor, porque los días de misericordia darán paso a la Justicia! Que en cada alma se inaugure el Sagrario
donde Mi Corazón Eucarístico posará, esperando el surgimiento de la Nueva Humanidad en Cristo, en Mí.
Todo será redimido, será restaurado.
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¡Oh humanidad! abandonad el pecado, abridme sus corazones, vengo a anunciar que el Glorioso Reino
de Santidad y Justicia vendrá. Para ello despertaré las conciencias adormilados por el pecado. ¡Despierta
Israel desde tiempo!
Orad mucho por los sacerdotes, consagrados, religiosos, religiosas. Trabajad para difundir Mi Amor. Que
estas Palabras os den consuelo en estos tiempos de tribulación.
Tres años vendrán de lucha espiritual, tres años de purificación interior, para dar a la purificación del
mundo. Oren mucho; muchos sacerdotes caerán. Estén vigilantes.
Quiero la unidad de los apóstoles de los últimos tiempos que pregonen el Triunfo y el Reinado de
Nuestros Dos Corazones Unidos. Oren por China, Colombia, México, Nicaragua, Venezuela, Costa de
Marfil.
Misionad, queridos hijos, de Mi Sagrado Corazón y anunciad que la oración, sacrificio y penitencia
preparan el camino recto donde regresará Su Señor. Jesús te ama, mi Manuelito, pequeño custodio de Mi
Sagrado Corazón. Avisa al mundo que mi Reino está cerca y que es necesaria la conversión.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
La oración, mi pequeño, prepara el alma como así prepara el sembrador la tierra, antes de tirar la semilla
para que esta se fructífera. El Espíritu Santo actúa en su interior a medida que oran con fe y devoción.
Amor a la oración es la llave para que reciban estos caudales de gracia y misericordia. A través de la
oración, el Divino Espíritu Santo camina en sus almas, prepara este terreno espiritual.
Cuando oran, mis pequeños, se vuelven pararrayos de amor y gracia para ustedes y para toda la
humanidad. Antes de escucharme en las Sagradas Escrituras y en estos Sagrados Llamados de Amor y
Conversión para toda la humanidad, invocad a Dios Espíritu Santo para que El habite en ustedes y así, mi
pequeño, no permita que Mi Santa Palabra caiga en tierra estéril.
El Divino Espíritu actúa en tal manera que esta tierra (esto es, mi pequeño, tu alma y tu oración de
corazón) sea fructífera, fértil y productiva de tal modo, que la Sagrada Palabra esparcida no suba al Trono
del Padre Eterno sin dar fruto de una abundante cosecha.
Orad, queridos hijos, para que las gracias y misericordias que derramo en sus almas den frutos. Orad así,
mi pequeño, clamando Mi Espíritu:
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!, enciende Mi Corazón con el Fuego de la Caridad perfecta.
Que tu Espíritu Divino, dado a los hombres el día de Pentecostés, more en mí y haga en mi interior
un espacio preparado con fervor, una tierra buena y fértil que reciba la Sagrada Semilla de Su
Palabra y de Su Fruto a tiempo.
Querida Santa Madre de Dios y Madre Nuestra, ayúdame a guardar las Sagradas Palabras de Tu
Divino Hijo en mi mente, en mi alma y en mi corazón, y no suba al Reino Celestial sin haber
producido una abundante cosecha de amor, paz y redención que tanto necesita el hombre, el
mundo.
Querido hijo, dile a las almas que guardan Mis Palabras que las mediten en su corazón. Que mis
Sagradas Palabras os den consuelo, fortaleza, ánimo y paz en los tiempos que vendrán y sus almas y sus
corazones se preparen para recibirme con la oración. Confesión y Eucaristía les mantendrán unidos a Mí
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Ora, hijo de Mi Sagrado Corazón por Roma, Brasil, Uruguay. Amada tierra chilena, no has escuchado a
Mi Madre, serás sacudida por tu desobediencia. Argentina te he bendecido y me pagas con tus pecados e
ingratitudes. Ora, mi niño, por Polonia y España.
Bajo la Fuente del Amor de Mi Sagrado Corazón sean benditos y protegidos de los días que vendrán.
No anhelen escuchar los mensajes, anhelen vivirlos y escucharlos en silencio, oración y devoción.
Mi Sagrado Corazón te ama. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Cómo deseo que el mundo se incendiara en la Llama Ardiente que arde en Mi Sagrado Corazón y en el
Corazón Doloroso e Inmaculado de María.
En esta Llama, Satanás será fulminado y junto con él, sus secuaces que han perturbado millones de
almas.
Humanidad, a través del último y el más querido apóstol de Nuestros Sagrados Corazones Unidos, te
invito a que ores sin cesar. Primero aleja de tu corazón al pecado, a los ídolos, al dinero, al placer, al
poseer, para que Dios Espíritu Santo actúe en tu corazón. Reconstruye tu casa sobre la roca firme de mi
Sagrado Corazón.
Humanidad deseo encenderte en el Fuego del Nuevo Pentecostés prepárate para el tiempo que llega.
Conversión, penitencia, arrepentimiento son las llaves que abren el Cofre Bendito de Mi Sacratísimo
Corazón. Cuando las almas contemplen una vez más Mi Gloria y Poder, quedarán prendidos de Mi
Majestuosidad.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y el Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Oración, es decir, un contacto directo con Dios Trino y Uno, es mirar, hablar, abrazar al Creador. Orar es
alabar, es amar a Tu Padre. Sólo se ora de verdad cuando se ora de corazón. Invito a la humanidad del
mundo sobre todo a la oración para que encuentren guía, respuesta y orientación en la oración y en la
Sagrada Escritura.
Sacrificio representa la renuncia de sí mismo, el decir “no” a ti mismo para decir “si” a Jesús. Yo, querido
niño, sacrifiqué Mi Ser al decir “Fiat”, porque amaba y me sacrificaba. No hay amor más grande que el
Amor que damos Jesús y Yo a cada alma.
Penitencia se refiere a una vida de entrega y modestia, que se deje al alma que se conduzca por la
Palabra de Jesús en el camino de restitución de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Queridos hijos, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado viene a renovar sus corazones porque Mi Corazón es
la Fuente de donde brota Dios Espíritu Santo. Acordaos que soy la “Llena de Gracia”, la toda “Llena del
Espíritu de Dios”.
Hago un llamado al Amor, escuchen mis mensajes que les entrego, con amor, fe y devoción.
Silencien vuestro interior para que sólo escuchen la Voz de Dios. Aquieten los pensamientos para que
puedan atender Mis Llamados a la conversión. Controlen sus voluntades para que sean al Sagrado
Querer de Mi Hijo Jesús para con cada alma. Hoy les llamo a la paz, paz que debe reinar, del hombre
hacia Dios, paz que debe existir entre el hombre y la creación misma.
Necesitamos almas que se ofrendan por sus hermanos, almas consagradas que lleven a cabo la gran
cruzada de los Sagrados Corazones Unidos. Esa conquista llevada a cabo con la oración, sacrificio y
penitencia.
Mi querido niño, mi último profeta, grita al mundo la conversión y el Hijo del Hombre vendrá cuando
menos lo esperen.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Cuando Yo hablo.
Querido hijo, escribe Mi Mensaje, cuando Yo hablo a sus corazones lo hago con el fin de instruirlos.
Quiero ayudarlos a comprender Mi Amor, el Horno Ardiente de la Caridad en el que se convierte Mi
Sagrado Corazón, cuando me escuchan con el corazón.
El Pueblo de Israel fue duro de corazón, ellos estaban acostumbrados a los Llamados de Dios a través de
los Profetas, pero no oían con el corazón. Para ellos era una palabra más.
Cuando Yo hablo a ustedes, lo hago para que me escuchen y me sientan con sus pequeños corazones.
Muchos desean saber que dije pero no quieren hacer lo que dije. Escuchen Mis Llamados de Amor que
regalo en estos últimos tiempos a través de ti.
Mi brote pequeño, con el corazón medita y ora. Cierren sus ojos y véanme a Mi hablando de Corazón a
corazón. Preocúpense por guardar Mis Palabras como lo hacía Mi Madre, que guardaba y meditaba todo
en su Doloroso e Inmaculado Corazón. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Voluntad Divina, Ley de vida para los consagrados a Nuestros Dos Corazones.
El instrumento: Meditaba en la Divina Voluntad de Dios y cómo los apóstoles de los últimos tiempos (que
son la gran obra de salvación para la humanidad de parte de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y
María) debemos vivir esta espiritualidad. Meditaba como nuestra acción, vida y apostolado debe regirse
bajo esta Luz y Gracia de Misericordia. La Divina Voluntad, es decir, la Vida del Sagrado Corazón de
Jesús, es la misma Voluntad del Padre.
Se me presentó Jesús con Sus Manos tendidas hacia Mí, exponiendo Su Sagrado Corazón y dijo:
Jesús: Querido hijo de Mi Sagrado Corazón, la espiritualidad de la Voluntad Sagrada que es el Divino
Querer de Mi Abba Padre, debe ser parte integral, esencial, única en vuestras pequeñas voluntades,
donde el alma renuncie a su pequeña voluntad para que la Divina Voluntad sea Vida en cada alma.
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Ustedes, queridas almas, son los hijos de Nuestros Sagrados Corazones Unidos que suscitamos la gran
obra de la evangelización de este mundo. Los apóstoles de los últimos tiempos deben vivir en Mi
Voluntad.
Vivir en Mi Divina Voluntad es vivir en Mi Amor Santo, es vivir anhelando y deseando lo que Mi Sagrado
Corazón anhela y desea; amor, amor y amor. Amando la salvación de cada alma, amando la redención de
este mundo, amando la unidad. Hoy más que nunca Mi Sagrado Corazón clama ¡unidad!, dentro de un
rebaño, con un solo Pastor al que le he confiado la unidad y la promulgación del quinto dogma mariano;
María Corredentora de las almas y Medianera de todas las Gracias.
Querido hijo, cuando un alma se une a Mi Divina Voluntad, renuncia a su propia voluntad y permite que Mi
Sagrado Corazón haga Vida en su corazón. Cada movimiento, cada obra, cada voluntad, cada mirada,
cada palpitar actúa en Mi Sagrada Voluntad. Vivir la Divina Espiritualidad de Mi Voluntad consiste en que
sus almas den permiso a Mi Sagrado Corazón a hacer Vida en ellas y así actuando en el mundo a través
de las capacidades y potencias, afectos y ser entero humano y espiritual de esta creatura. Vivir Mí Divina
Voluntad, es dar un paso en Mi Nombre en los caminos de este mundo.
Mi Sagrada Voluntad es vivir la Ley de la Divina Voluntad, amar a Dios sobre todas las cosas y dejar a
Dios a los demás pero a través de ti. Mirar a las creaturas pero con los Ojos de Dios, sentir a las almas
con los Sentimientos de Dios. Vivir Mí Divina Voluntad, es volver a darme vida, dar vida a Mi Sagrada
Voluntad en la tierra. Apóstoles de los últimos tiempos, vivan en el camino de Mi Divina Voluntad.
Ora, hijo, por Brasil, Colombia, Argentina, las Antillas y los Andes. Ora mucho por la Iglesia.
Mi Sagrado Corazón les ama. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
A través de los apóstoles de los últimos tiempos quiero expandir el don de Fátima. En Fátima se inicia la
Era de María. Para que Mis Pedidos sean cumplidos, es necesaria la unidad, unidad que debe formarse
desde el corazón. Cuando un corazón conozca la fuerza de Mis Palabras, conozca la urgencia de Mis
Mensajes, reconocerá también la fuerza de la unidad.
Oren, oren, oren el Santo Rosario, mis queridos apóstoles. Yo Su Madre les animo a la conversión y al
amor. Mis queridos hijos, Yo siempre estoy con ustedes y en los tiempos difíciles no los dejaré solos.
Ora, mi pequeño, Nicaragua seguirá sufriendo, mucha dureza de corazón como vuestras pasadas
generaciones. Oren, oren, oren hasta tener fe.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado será vuestro refugio para estos tiempos. Querido hijo, el más pequeño
y sencillo en mí corazón maternal, hoy quiero consagrar tu alma, tu mente, tu carne y espíritu, dos
potencias del cuerpo y del espíritu a mi Corazón.
Querido niño, Mi Corazón desea ardientemente consagrar al mundo entero a nuestros dos Corazones
Unidos. Nunca busquen el refugio fuera de mí, la Madre de la Iglesia. Cuando oigan un mensaje fuera de
la verdad del evangelio, reconozcan que no es de Dios.
Yo deseo la unidad de mis hijos, pero en la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia cimentada en la roca
de Pedro, pastor de este rebaño, te muestro mi Corazón que será vuestro refugio en los tiempos que
acercarán a la creación, a toda la humanidad.
Mi Corazón será su refugio para estos días, será mi Corazón Doloroso Inmaculado Arca de la Salvación
del mundo. Acoged mi llamado y regresad pronto a sumergiros en la misericordia del Sagrado Corazón de
Mi Hijo, en quien debéis confiar. Yo quiero apóstoles, apóstoles de la misericordia con las obras de
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caridad, con la oración, con el ayuno y el sacrificio, pero sobre todo en el amor, diciéndoles a los hombres
que el Reino de Dios está en sus corazones, en su interior y deben guiarse por Dios.
Hijos es momento de responder y aceptar mis Llamados. Les amo y les bendigo en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo a derramar Mi Presencia en ustedes pero quiero que de su interior se disipe toda duda, violencia y
falta de fe en Mí. Quiero que me amen con sinceridad y no sólo de palabra. Muchos dicen conocerme y
amarme pero son instrumentos de calumnias y mentiras. Muchos dicen conocerme y amarme pero
prefieren el pecado, la sensualidad, el orgullo, la vanagloria y el no amar que a Mí, Jesús, que agonizo por
sus pecados.
Yo deseo almas vivas, no muertas, perfectas, santas que digan “si” y no mediocres. Quiero almas
valientes y decididas en la labor de extender el Reinado de Nuestros Corazones Unidos.
Mi Madre está contigo, mi pequeño siervo, y con todos aquellos que vengan acá con recta intención. Les
pido que oren y trabajen desde el silencio y la obediencia. Oren para que Mi Madre, el Rayo hermoso de
la Aurora y la Llama de Amor de Su Corazón Doloroso e Inmaculado cieguen a Satanás y a todos los
inmundos que buscan la condenación de mis almas. Si oran y son obedientes a Mis Llamados triunfarán,
si perseveran en oración.
Quiero sinceridad en ustedes y busquen de verdad con el alma y la pasión de sus pequeños corazones,
Mi Reino. Mi Sagrado Corazón les ama. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, Mi Llama de Amor enciende sus corazones para que en ustedes exista un Nuevo
Pentecostés en este día. Deseo verdaderos hijos y Mi Hijo Jesucristo desea verdaderos apóstoles de su
gran e infinita Misericordia. Deseo verdaderos cristianos que abran su corazón y lleven la imagen de Mi
Hijo Jesucristo al mundo. Deseo la conversión de cada uno de ustedes rezando siempre el Santo Rosario,
cadena de salvación del mundo.
Queridos hijos, oren, oren, oren. Vivir en pecado pone en peligro la salvación de sus almas. Sean
decididos y valientes. Queridos hijos, no se preocupen si son perseguidos, calumniados, criticados…
porque Mi Hijo Jesús también sufrió persecución. Les amo y les bendigo, pero les quiero en santidad.
Queridos hijos, que su vida sea una alabanza continua al Sagrado Corazón de Jesús. Amén.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Mi pequeño, es un deseo de Mi Padre que el mundo y sobre todo Mi Esposa la Iglesia, quien es dirigida
por Mis Pastores, Pastores del Rebaño, que vuelvan juntos (fieles y ministros) a la vida de Nazaret, donde
vivíamos en una comunidad de fe.
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Mi Amada Madre María, San José el Casto y Justo hombre, padre nutricio de Mi Sagrado Corazón,
éramos modelo de Iglesia, modelo de familia, modelo de apostolado. Orábamos y nos entregábamos al
Padre por toda la humanidad, el anhelo más profundo de Nuestros Sagrados Corazones era la comunión
con el Eterno Padre.
Muchos se han ido de la Iglesia causando cismas y divisiones pero es que sus almas no comprendieron la
importancia de unidad y comunión espiritual. Mi Casa es la Iglesia, la Iglesia debe transformarse en la
pequeña Casa de la Bendita y Sagrada Familia de Nazaret.
Cuando lo comprendan sabrán que es necesaria la unidad. Mi Iglesia es la Casa de Mi Padre en la tierra,
la tierra debe renovarse en la íntima comunión con Nuestros Corazones Unidos. El pequeño reino que
establezco en ti y en los hermanos es un Llamado para unir.
Es apostolado porque es una vida de entrega. Apóstol porque es el que anuncia. Es un deseo de Mi
Sagrado Corazón que las almas que se consagren a este gran apostolado hablen con las obras, trabajen
con la oración y su vida sea un ejemplo claro y santo de la comunión con Nuestros Corazones Unidos.
Deseo reunir nuevamente a Mi Iglesia junto a Mi Vicario, junto a las almas sacerdotales, junto al Pueblo
fiel. Forma conmigo, Mi Manuel, la parte de la Sagrada Familia que aún hoy debe ser reunida y así
extender el Reinado de Dios y de Nuestros Corazones en toda la humanidad. Este es el apostolado de
Nuestros Sagrados Corazones Unidos, un Llamado a la verdadera vida en Dios.
Con vuestra oración unan a Mi Pueblo.
Jesús de Nazaret, Hijo obediente y amoroso de José y María. Les ama y les bendice. En el Nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida
Jesús: Escribe Mis Palabras en tu alma, no dudes de mi acción misericordiosa en tu vida. Eres el místico
de Nuestros Sagrados Corazones Unidos porque mi Amada Madre y Yo habitamos en tu corazón. Eres
místico porque vives en Mí, y tu relación conmigo jamás nadie podrá imaginar. Tu alma, mi esposa, es la
receptora de Nuestros Pedidos, pedidos que manifiestan una gran cruzada de amor, misericordia y
salvación.
Tu pequeño corazón se adhiere a Mi Sagrado Corazón y más cuando oras con y desde el corazón.
La Bendita Madre: Mi querido hijo, Mi Doloroso e Inmaculado Corazón viene a ti para rebosarte el
corazón en un derramamiento del amor, donde la Gracia misericordiosa del Padre fluye desde Nuestros
Corazones Unidos dejando que nuestras miradas se fundan en una sola, que nuestros pensamientos
sean uno, y así para ti, mi pequeña alma mística, se desvelan Nuestros Corazones Unidos y nuestras
intenciones de amor.
Ora, ora, ora mucho y triunfaremos. Recen el Santo Rosario. No busquen soluciones a los problemas de
la vida, busquen y pidan la fortaleza para soportarlos pues el alma que sufre y ora, es el alma que ama
realmente al Padre.
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Cuando un hombre sufre, Yo sufro en él porque él tiene parte de Mí. Cuando un alma llora, Yo lloro con
esa alma porque es luz de Mi Sagrado Corazón, es decir, una lámpara en el cual reflejo Mi Luz, así como
el sol a la luna. No estoy sentado en el Trono de Gloria mientras veo como el mundo sufre y llora.
Pero sabes, mi pequeño, que lo que me fortaleció, me sostuvo, me guio, fue el Divino Santo Espíritu
Santo, a Quien les he enviado para que sea Vuestro Consolador, Quien les guiará al pleno conocimiento
de la Verdad, les enseñará y preparará.
Cada Palabra de Dios a Israel, fueron acogidas por muchos y también rechazadas por otros. Clamen al
Divino Espíritu que guarde vuestros corazones para que el demonio no entre en sus corazones y arrebate
Mis Palabras, como lo hace con muchos que confían en su humanidad y esfuerzo y no en la asistencia de
la Gracia. Por eso, hijo, el mundo hoy aún lejos de su propósito y misión.
Tú clama por un Nuevo Pentecostés para que Dios Espíritu Santo guié a la humanidad, guié al
conocimiento pleno de Dios. Dios que será descubierto con el auxilio del Espíritu Santo. A la humanidad
le hace falta conocer al Espíritu Santo.
En Mi Sagrado Corazón que te ama, se bendito. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
El hombre y el mundo
Querido hijo de Mi Sagrado Corazón, hoy toco tu alma con Mis Dos Rayos de Misericordia que derramé
sobre el mundo con Mi Amor y Justicia.
Mi Sagrado Corazón quiere reinar en el mundo, pero Mi Reino no es de este mundo, sino de las almas.
Desde que el pecado ingresó en la creación, desde ese momento, Mi Amor y Gracia no pueden reinar en
un lugar dominado por el príncipe de este mundo, Satanás. Por eso tampoco Mi Sagrado Corazón puede
reinar en un corazón dominado por el padre de la mentira. El hombre es hijo del Padre, pero desde que
fue infiel a Mi Padre, hijo de Satanás. Si hay almas que desean encontrarme con la oración, el sacrificio y
la conversión, lo lograrán contando siempre con la ayuda de Mi Gracia. Yo deseo que el hombre sea uno
con Dios, y no uno con el pecado.
Cuanta oscuridad domina al mundo, y en ese mundo están mis criaturas bienamadas a las cuales les pido
valor, fuerza, ánimo, cargando sus cruces con la Mía, como faro en la oscuridad.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Mirad al sol.
Mi pequeño, mi escogido, la culminación de todas Mis Gracias en tu alma, a la cual he revelado el
mensaje y la devoción que salvará a toda la humanidad. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es la
culminación de todo Mi Ser.
Yo ahora, como la Nueva Eva, revelo a tu alma la advocación que es universal y mística en su esencia,
de la cual derramo gracias abundantes para la Iglesia y el mundo.
Cuántos Llamados y Pedidos se han ignorado. Hoy deseo repetir lo que dije en Fátima; mirad al Sol,
mirad la Luz, mirad la claridad de Dios. Cuándo os pedí “mirad al Sol”, os pedí “mirad a Cristo”; al Astro
Rey, el que ilumina las tinieblas, el que dará Luz y Resplandor donde no se necesita el sol, ni la luna,
porque Mi Hijo Jesús es vuestra Luz. Y ahora os digo: Mirad a la Mujer vestida de Sol, la Madre del Sol,
que es Cristo, el Señor.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
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Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 9
Febrero 2015
Yo quiero desterrar de ustedes todo lo que no agrade a Mi Hijo Jesús, porque Mi Hijo Jesús sufre por
vuestros pecados, y Su Madre derrama Lágrimas, y Lágrimas de Sangre, al ver como mis hijos se van
condenando.
Oren, hijos, oren mucho, y sean valientes y decididos a cargar la Cruz de Mi Hijo Jesús. En esta mi
pequeña casa de oración, les entrego mis Gracias Maternales, Gracias que necesitan para ser fieles a Mi
Hijo en su vida cotidiana.
Recen todos los días el Santo Rosario y podrán vencer las pruebas y tentaciones, y el pecado de vuestros
corazones. Se irán purificando porque Yo vengo a buscarles, almas que le pertenecen al Señor. Queridos
hijos, Yo siempre les espero en Mi Corazón Doloroso e Inmaculado de María, pero entristece Mi Corazón
de Madre cuando no cumplen este pedido. Porque Yo deseo derramar Gracias sobre ustedes y no puedo
actuar sin su consentimiento, porque Mi Padre les ha dado la libertad y la voluntad. Por eso, hijos, oren,
oren hasta que se enamoren de Mi Hijo Jesús.
Oren para que sean fuertes en la misión. Este pequeño cenáculo de oración, son mis escogidos de Mi
Corazón y no quiero que desfallezcan sino que sigan siempre perseverando; oren mucho.
Queridos hijos, conviértanse verdaderamente y busquen con sinceridad a Mi Hijo Jesucristo. Y espero el
“sí” de cada uno de ustedes porque es un tiempo de decisiones valientes, si se comprometen con Mi
Causa, saldremos valientes.
Gracias por haber respondido a Mi Llamado. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Mi Mensaje de Lourdes, es un Llamado a la penitencia. Las rosas amarillas sobre mis pies simbolizan el
espíritu de penitencia ya que el mundo necesita penitencia para salvarse.
Les pido, hijos, que sean almas víctimas, que todo lo que sufran con paciencia por amor a Mi Hijo
Jesucristo. Yo les prometo la felicidad del Cielo, pero si cargan fielmente sus cruces con amor. Les
entrego la rosa de la perfecta penitencia, la cual les llevará a una vida de obediencia, modestia, pureza.
Recen, recen mucho hasta que sus corazones se conviertan en corazones orantes.
Queridos hijos, Yo necesito que el mundo ame a Jesús y conozcan su Amor, por eso les pido, oren, oren
y no se olviden que también deben amar porque Dios es amor.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
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Mi querido hijo, quiero revelar a tu alma, el don escondido de Lourdes, cuando me manifesté como la
Inmaculada Concepción.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado tenía una gracia especial para los hijos de Dios. Mi Mensaje en
Massabielle, fue el Mensaje de la penitencia. Quiero dar ahora a mis hijos el motivo de Mi Manifestación a
Bernardita.
Las dos rosas que traía sobre Mis Sagrados Pies, representan la penitencia del cristiano. Camina el
hombre entregado a Dios en un camino de rosas y espinas. La penitencia es el deber del alma que debe
ser fiel a Mi Hijo Jesucristo, renunciando día a día a sí mismo y cargando la cruz.
La penitencia, es la modestia de que los hijos de Dios deben ser imitadores. En Colosenses 3, está el
programa de la vida de penitencia donde el hombre debe sujetarse a las Leyes de Dios y no a las del
mismo hombre.
Yo, tu Amada Madre, quiero entregar a tu pequeño corazón el don de Lourdes, la rosa de la perfecta
penitencia. Con esta rosa adorna el jardín del Señor que es tu alma. Cuando un alma se encuentra con la
perfecta penitencia, ama. Ama porque su deseo no es agradar al mundo sino al Señor.
Te entrego la rosa de la perfecta penitencia para que tu alma crezca en virtud con tu vida sometida a una
esclavitud de amor a Nuestro Señor Jesucristo, y que den frutos abundantes donde los hombres vean tu
buen obrar y glorifiquen al Padre Celestial que está en el Cielo.
Los hombres creen que Mi Hijo os quiere esclavos, Mi Hijo los quiere libres. Sólo logrará vivir en perfecta
penitencia aquella alma que ame de todo corazón a Mi Hijo pues su deseo será agradar a Dios y liberarse
de la esclavitud del mundo.
La rosa de la perfecta penitencia os elevará a la más alta santidad del Cielo, porque los que lloran, en el
Cielo serán consolados.
Quiero llamar nuevamente a una sincera y profunda conversión porque deseo que el mundo se convierta
a Dios. La humanidad se convertirá a Dios pero eso sí, querido hijo, requiere de la penitencia de los hijos
de mi consagración maternal. Desde lo más profundo de Mi Ser, quiero decir al mundo: “Hagan penitencia
por sus pecados y los del mundo entero”.
Que los enfermos, hijos muy especiales de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, ofrezcan su enfermedad
como penitencia para Dios, entregándose como “ofrendas vivas” para el Creador. En este tiempo se
necesita de almas víctimas que sean pararrayos de la Divina Misericordia.
Oren, oren, oren hasta que el mundo vuelva al Corazón de Dios a través del Amor Santo.
Quiero decir que Francia será el Trono de la Cruz Gloriosa de donde brotará la señal para la humanidad,
donde el Cielo advierte a la humanidad para el Retorno del Señor.
Únanse a Mi Jardín, sean rosas que vivan en perfecta penitencia y sean regadas con la Fuente de Mis
Lágrimas.
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En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Tú, mi pequeño, tienes toda Mi Autoridad Materna para que hables con la verdad de Mis Palabras a la
humanidad. Cuando de tu pequeña boca, mi niño, salgan Mis Palabras, se estremecerá la tierra pues eres
el más pequeño y el último de mis enviados. En ti recojo todos Mis Dones marianos.
En ti deposito todos mis credenciales. En ti, querido de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, el cual
consagro como “el alma, hijo de Fátima”. Recibe Mi Sello y pregona Mis Mensajes. Te recompensaré por
haber luchado por Mi Causa de Corredentora. Querido hijo, has salido en defensa de Mi Gloria y hoy,
Fátima queda guardada en tu corazón.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Se mi imagen.
Se mi imagen en el mundo, mi niño, donde quiera que vayas llevas Mi Mensaje de amor y conversión.
Se Mis Manos que recogen unidas las plegarias de las almas.
Se Mis Pies que peregrinan en el mundo en busca de almas.
Se Mi Corazón que se abre como Refugio para la humanidad.
Se Mi Boca que proclama que la única Verdad es mi Hijo Jesucristo.
Se tú, mi pequeño misionero del Amor, de Mi Amor de Madre.
Mi amado Francisco quiere llevar al mundo una experiencia de fe, ministros de la Casa de Mi Hijo,
colaborad con él.
Eres mi escogido, eres el hijo de Dios a quien consagro como mi embajador en toda la tierra.
Ora por el Papa Francisco, el Papa de los hijos de María, el Papa de la Era de María.
Fátima queda guardada en tu corazón y sello tu corazón con el sagrado don de Fátima.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Te llevaré a mi desierto.
Escribe, hijo de Mi Sagrado Corazón, Mis Palabras y guárdalas en lo más profundo de tu corazón. Inicia
hoy la Cuaresma en Mi Inmenso Amor y déjame sumergirte en el mar insondable de Misericordia;
Misericordia infinita, Misericordia eterna, dejándome construir en ti (con Mi Misericordia) un corazón puro,
que poco a poco limpiaré con Mi Amor, Desterraré de ti, el egoísmo y la pasión desordenada, derribando
los afectos humanos y la falta de fe. ¡Oh alma! Mi grande Amor conoces.
El desierto crecerá en ti, con carácter, virtud. Te enseñaré a caminar conmigo, cuarenta días orando y
ayunando, implorando a Mi Padre Misericordia para esta generación humana. Al llevarte a mi desierto,
sacudiré tu corazón, removiendo tu voluntad y dejando en el centro de tu vida Mi Voluntad Santa, Mi
Voluntad Justa, Mi Voluntad Amorosa que crecerá a medida que el Amor Santo crezca en ti.
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Aprende mi niño, a orar, a orar desde el corazón, que sea el amor a Mi Padre lo que mueve tu voluntad a
la oración; oración comunitaria, oración liberadora, oración purificante que te transformará poco a poco en
“otro Cristo”, “un Cristo” que agoniza porque esta generación ha sobrepasado en maldad y pecado a las
pasadas generaciones.
Cuando ingreses conmigo al desierto, apreciarás la belleza del silencio, de la confianza en Dios,
experimentarás desde tu corazón Mi Divina Misericordia, “desgarraremos nuestros vestidos y pondremos
cenizas sobre nuestras cabezas”, cantando himnos penitenciales, y así sentir el dolor de haber ofendido a
Dios y Padre infinitamente Santo, infinitamente Justo.
¡Ora, oh Israel! conviértete el tiempo de la Gracia y Misericordia ha llegado. Confía en Mí, confía mucho
en Mi Sagrado Corazón que tanto te ama.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida. Amén
Querido hijo, las Palabras que en el silencio de tu corazón te transmito, son los últimos Llamados de Amor
y Conversión para toda la humanidad. Por eso, este Mensaje ha de ser llevado en el corazón y en el
silencio de las almas santas, víctimas, reparadoras. Seguirá adelante Nuestra Obra.
Querido hijo, has sido una bandera discutida, una pared atacada con dardos escondidos de calumnias por
la defensa de Mi Gloria. Siempre has salido en mi defensa y honra y Yo, Tu Santísima Madre, te he
guardado en lo más profundo de Mi Vientre Inmaculado. Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, triunfará
sobre la Iglesia de Mi Hijo y por lo tanto la humanidad debe prepararse porque el tiempo es muy corto.
Tú, pequeño brote de Mi Alma, sufres porque muchos hacen caso omiso a Mis Palabras. Muchos se
vuelven sordos a la Voz de Mi Hijo Jesucristo. Pero deseo consolarte, hijo mío, porque te he escogido
como mi hijo especial de Fátima. Fátima queda en tu alma. El mensaje de Fátima se guarda en Mi
Corazón. El don de Fátima ha quedado sellado, impreso, fundido total y plenamente en ti.
Querido hijo, gracias por aceptar Mi Llamado. Gracias por tu docilidad a que Yo, Tu Amada Madre, te
haya escogido desde siempre, como el hijo especial de Fátima. Fátima se guarda en tu corazón.
Lucía, Francisco y Jacinta están intercediendo por ti.
Busca siempre el honor y la gloria de Tu Amadísima Madre. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
En este tiempo en que viven en ruido y comodidad, deseo consagrar las almas (aunque no todas) como
tabernáculo viviente en los cuales estaré siempre junto a ustedes en los días de la purificación.
Pronto vendré a reinar y tú, hijo mío, consuélate porque Mi Amada Madre y Yo, nos manifestamos en tu
santuario interior, en tu corazón.
Aprende a vivir en Mi Divina Voluntad, obedeciendo a Mi Agonizante Corazón pero desde tu corazón, en
el amor. Fátima queda siempre contigo.
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Abran sus corazones con fe.
Queridos hijos, abran sus corazones a Dios Espíritu Santo para que El more en ustedes y desde el Amor
sentirán a Su Madre del Cielo.
Queridos hijos, en este Sagrado Tiempo de la Cuaresma les invito a orar y a meditar en la Sagrada
Pasión de Mi Hijo Jesucristo porque El cargó con todas su rebeliones. Sus heridas fueron sanadas en Sus
Sagradas Llagas.
La Cólera del Padre cayó sobre Mi Hijo por Amor a ustedes. Él se hizo pecado por ustedes y recibió
vuestros castigos para que ustedes fueran sanados, salvados y redimidos.
Queridos hijos, en este tiempo no les invito a pedir fortuna, bienestar, salud. Les invito a orar por su
conversión, por la salud de su alma, que es lo más importante. Por la liberación de sus pecados. Con este
tiempo derramo Gracias sobre todo a Mi Resto Fiel. Así, Yo preparo a Mi Ejército, al Ejército de María,
que son los apóstoles de los últimos tiempos. Recen, recen diariamente, recen hasta que se conviertan,
para que la paz caiga sobre el mundo. Les invito al ayuno, a la oración, a la confesión. Adoren a Mi Hijo
Jesús en la Sagrada Eucaristía y reciban dignamente cada día a Mi Hijo Eucaristía. Él será vuestro
alimento y fortaleza en estos tiempos difíciles. Y Yo Vuestra Madre, les prometo mi protección y mi
amparo en la oración porque Yo estoy, y estaré, siempre junto a ustedes.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Querido hijo, Mi Palabra dada a tu corazón es un pararrayos de Gracia y Misericordia. Cuando envío Mi
Palabra lo hago para guiar a mi creación que camina en tinieblas.
Mientras el mundo cae en la apostasía de la fe, da paso a la tentación y se deja consumir por la soberbia
de la vida. Tú, mi pequeño confidente, el Secretario de Tu Padre, atiende a Mis Deseos. Mi Deseo es que
las almas retornen a la Casa del Padre. Soy Padre porque corrijo, porque instruyo, porque advierto. Soy
Madre porque sostengo, porque consuelo, porque amo.
Mi deseo es que el mundo Me conozca, como el Dios de Amor. Dios que desea ver a sus hijos alrededor
de Él, escuchándome y amándome. Yo envié a Mi Hija a Fátima para enseñarles a decir “hágase”. Yo
envío a Mi Amada Hija hasta ti, para enseñarles a decir “hágase”. Hágase Mi Voluntad en toda la tierra,
en toda Mi Casa, la Iglesia. Yo deseo sellarte con el Sello de Fátima, (….) con la Sangre del Cordero que
reina conmigo, el Cordero de Dios. Mi deseo es amarte, que ese también sea el tuyo.
Te bendigo con mi Amor de Padre, amigo, confidente y hermano. Fátima se queda guardada en tu
corazón. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
No te preocupes si ellos no creen en estos últimos tiempos. Estoy utilizándote como mi instrumento,
pregonero y mensajero de Mis Oráculos. Cúmplelos desde el amor.
El mundo conocerá la Verdad que se ha inscrito en tu corazón. Cree en Mis Palabras reveladas a tu
espíritu.
Ve sobre la nieve de estos últimos tiempos y diles que se vistan de sayal, de arrepentimiento, dolor de
pecado, de la mentira y de la injusticia. El mundo se purificará con Mi Llama de Amor, de Ardiente Caridad
y Misericordia.
Tú, hijo especial de Fátima, dile a mi creación: “Vuestro Abbá Padre les llama a Su Casa”.
78
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Mi pequeño, quiero decir que los Mensajes y Pedidos del Cielo, no se han escuchado, algunos se han
ocultado y muchas de Mis Maternales Palabras has sido alteradas. Ni el mundo, ni los pastores desean
acatar los Pedidos del Cielo.
Ora, ora, ora siempre porque la Iglesia entrará en gran crisis de fe. La Sagrada Comunión se convertirá
nada más que en un signo de reunión social, de hermanamiento, de comunión eclesiológica y no se
creerá en Ella como lo que es, el Cuerpo de Mi Amado Hijo.
Fátima ha sido un Llamado de atención y muchos desobedecieron el Pedido Dios hizo a través de Mí, su
Humilde Esclava.
Mi querida alma sellada, con Mis Credenciales quiero que digas, desde el silencio de tu corazón, que
deseas ser apóstol de los últimos tiempos.
Tú, mi escogido, a quien poco a poco desvelo el secreto de Fátima, se el heraldo de Mi Mensaje en
Fátima. Lo guardo en tu corazón.
Muy pronto conocerán lo que han construido y eso mismo que han construido los destruirá. En cambio Mi
Reinado, Mis apóstoles, Mi Ejército, los confío a ti, porque tú eres el hijo especial de Fátima.
Ora, ora, ora, el Padre tendrá que permitir que la reconstrucción y la restauración de su Templo lleve
consigo el dolor; destruir para construir, herir para sanar, matar para dar vida porque he aquí el tiempo.
Mi pequeño, que Mi Mensaje y Advertencia se cumplen, te entrego una autoridad de la Nueva Arca de la
Salvación.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado muy pronto triunfará, mi hijo especial de Fátima, y se queda contigo.
Te amo y te bendigo desde la Salette hasta Fátima. Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Espíritu Santo es quien ha actuado en cada Manifestación de Mi Madre. Fue Él quien vino con Mi
Madre a Cuapa, pero muchos corazones no obedecieron a Mi Madre.
Ora, ora, ora para que llegue pronto el Nuevo Pentecostés. Querida alma, apóstol de los últimos tiempos,
te invito a pedir la fe, la confianza, la alegría pero sobre todo el amor para que con estas virtudes vivas
dentro de Mi Sagrada Voluntad. Será el Espíritu Santo quien te enseñará y ayudará a vivir Mi Mensaje y
los de Mi Amada Madre.
En Sus Siete Dones se bendita querida alma con la presencia del Espíritu Santo. En el Nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
79
El mundo clama misericordia.
Estos tiempos, queridos, son para clamar misericordia por toda la humanidad. El mundo clama
misericordia pero con sus obras aflige Mi Corazón de Madre.
Es necesario entonces, querido hijo, clamar por un Nuevo Pentecostés. Yo, María, Madre y Fuente del
Santo Espíritu Mi Dios, Mi Esposo, les invito a invocar al Espíritu santo para que Él regenere en ustedes
una nueva vida, un nuevo amor, una nueva luz. Mi Señor Espíritu Santo les ayudará a vivir Mi Mensaje.
Yo deseo vivamente encender en cada corazón Mi Llama de Amor que es Fuego para luchar contra
Satanás. Será el Espíritu Santo quien te guiará. Será su Luz la que te dirigirá a los apóstoles de los
últimos tiempos. Será el Espíritu Santo quien dará Vida a Mi Mensaje en Fátima, Cuapa, la Salette y aquí.
Querido hijo, te consagro como el hijo especial de Fátima cuyo Mensaje y Devoción están inscritos en tu
pequeño corazón.
Recibe Mi Bendición de Madre. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 1 Marzo
2015
Cuando Nuestros Corazones reinen, saldrán los verdaderos apóstoles de Cristo, apóstoles encendidos en
el Fuego del Amor Divino, Fuego de un Nuevo Pentecostés.
Nuestros Sagrados Corazones Unidos brillarán para todas las almas que desean ser conducidas
nuevamente a la Casa del Padre, Casa del Padre que en la tierra, es la Iglesia y que será nuevamente
ordenada, limpiada y glorificada como Esposa digna del Cordero. Mientras tanto te pido, mi Manuelito,
azucena de mi Amante y Casto Corazón, que seas fiel apóstol de estos tiempos.
Verás los frutos abundantes de Nuestra Obra, Nuestra Obra consiste en suscitar en la Iglesia, un
verdadero espíritu apostólico, una verdadera familia de Dios, unida en la fe y la caridad en la Iglesia
Universal de la cual soy protector.
Rezad a mi Castísimo y Amante Corazón para que el Señor envíe pastores que protejan la fe, la devoción
y susciten un verdadero carisma apostólico y unificador que Mi Amado Hijo adoptivo Jesucristo, quiso
establecer en el mundo; una Iglesia, una familia, un arbusto que dará bastantes frutos.
Te amo y te bendigo, mi pequeño. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
Ábranse a la conversión.
En este tiempo les invito a abrirse a la oración, a Mi Hijo Jesús. En este Tiempo de Cuaresma quiero que
abran su interior a la conversión. Conversión que es volver a Dios, es estar con Dios, es dejar las obras y
pensamientos, las palabras del hombre malo y regresar a Dios con un corazón contrito y humillado,
porque un corazón así el Padre nunca lo desprecia. Y ustedes, queridos hijos, ábranse a las Gracias que
Yo les traigo.
Confíen siempre en su Divina Providencia, que Él provee todo para el bien de sus familias y también para
sus almas. El verdadero bienestar es el espiritual, es el alma de un hijo en gracia.
En la gracia de Dios invoquen siempre al Espíritu Santo para que sea Él quien les ayude a vivir estos
Mensajes. El Espíritu Santo dará Vida a Mis Mensajes en el corazón de ustedes. Si oran con fe y amor, Mi
Hijo Jesús actuará en sus corazones y vidas.
Gracias por aceptar Mis Consejos Maternales. Les ama y les bendice María Templo y Sagrario de la
Santísima Trinidad y Medianera de todas las Gracias.
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Reciban mi bendición con fe. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
El Reino de María es el Reino de mi Sagrado Corazón. Las almas que respondan a nuestro llamado,
serán los apóstoles de los últimos tiempos que recibirán la fuerza de un nuevo Pentecostés, el Fuego de
Mi Espíritu Paráclito, que encenderá en sus corazones, el Reino inflamado de Amor, la Llama del Amor
del Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Madre, que es el celo de la salvación de las almas, el coraje y
la fuerza de predicar Mi Evangelio y la gracia de vivirlo.
Desde Fátima ha iniciado el último tiempo. Trabajaremos en el silencio para nuestro Triunfo y Reinado. La
plenitud del Evangelio y el cumplimiento de Mis mensajes y pedidos, quedan inscritos en tu corazón.
Estos son los últimos llamados de amor y conversión que prepararán Nuestro Triunfo y Reinado. En tu
pequeñez y humildad vengo a construir Mi Santuario.
Hoy les invito a vivir su fe. Digan sí a Dios y aléjense del pecado y del demonio. El mundo ya no es la
creación que Dios ha hecho con un propósito, sino que el mundo está esclavizado por el enemigo de la
salvación de las almas.
Queridos hijos, les invito a que vivan felices pero en Dios. El mundo hiere, deshonra y esclaviza.
Oren con mucha fe para que sean liberados por la verdad.
Hijos míos, hoy les hago un Llamado para que despierten de su letargo profundo, estáis en gran peligro, y
si ustedes no se convierten, en verdad muchas almas perecerán. Queridos hijos, os pido obediencia y
fidelidad al mensaje que aquí les entrego. Hijos mío, es tiempo de despertar, de orar, y que se conviertan
y reúnan en oración con más perseverancia en este pequeño lugar, Fátima de los últimos tiempos.
Clamen piedad y misericordia para el mundo.
Queridos hijos, los vengo preparando por eso quiero un “si” sincero y obediente. Oren para que la
oscuridad que envuelve al mundo no ciegue a mis hijos. Mi Llama de Amor los despertará. Sean fieles
soldados de esta batalla espiritual, acudan a los Sacramentos y adoren a Mi Hijo Jesús en el Santísimo
Sacramento del Altar.
Muchos corazones son indiferentes a Nuestro Llamado, entréguense a nosotros con la oración, el
sacrificio y la penitencia. Oren por Nicaragua que sufrirá por los problemas sociales que agobia este
pueblo. Oren por Venezuela, Estados Unidos, Brasil y Uruguay. Por todo Medio Oriente que está
entregando mártires a la Iglesia de Jesús.
Les entrego mi bendición. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
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Sobre las ruinas construiré mi santuario.
Mi Manuel, Yo Soy quien desea avivar tu pequeño corazón en el Amor de Dios, el verdadero Amor, que
espera, que se entrega. Es Mi Amor incondicional, es incondicional porque a pesar de las muchas
infidelidades, les amo y les perdono porque Yo Soy Dios, y Dios es Amor.
Mi Divino Espíritu entrará a ti purificando tu ser para que sobre tus ruinas construya Mi Templo, Templo
que será un tabernáculo para las almas eucarísticas.
El Espíritu Santo descenderá sobre toda carne restituyendo, reconstruyendo los cadáveres, los huesos
secos. Mi Espíritu vendrá y dará Vida. Es mi promesa, edificaré un Templo Inmaculado, un Templo
gobernado por el Señor.
Sobre esta ruina del mundo vendrá Mi Espíritu Santo inaugurando el Triunfo y Reinado de los Santos
Corazones de Jesús y María. Adórenme desde el corazón, vuelvan su mirada a su interior, vean a un Dios
escondido. Cuando invoquen el Nombre del Señor, todo será estremecido pues se inicia el tiempo en el
que restituiré Mi Templo, Mi Pueblo, Mi Iglesia.
Ora, ora pequeño Templo de Mi Eterna Palabra para que el mundo escuche. No sigan endureciendo los
corazones como lo hacían en el desierto. Mi Eterno Corazón de Padre pronto reinará.
Te amo y te bendigo, el Eterno y gran “Yo Soy”. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mi querido niño, los apóstoles de los últimos tiempos son también apóstoles de Nuestros Dos Corazones
Unidos. Son los mismos apóstoles, porque lucharán y extenderán el Reinado de Nuestros Sagrados
Corazones Unidos.
Que Nuestro Triunfo y Reinado se vea primeramente en sus pequeños corazones, para que esta Luz que
es la Llama de Amor de Mi Corazón también llegue a otros por medio de ti. Por eso debes decidirte por
Mí, hijo.
Que el mundo vea y tenga muy claro que viven tiempos decisivos en los que el adversario desea
extraviarlos y evitar todo el cumplimiento de los Pedidos e Intenciones de Nuestros Sagrados Corazones
Unidos.
Por eso, hijo especial de Fátima, ora, ora, ora… porque es urgente que triunfemos y reinemos en las
almas, antes de que muchos se pierdan sin esperanza, y a causa de ello, la fe y caridad.
Ora por los tiempos difíciles que están por llegar. Ora para que los ministros de la Casa de Mi Padre,
cumplan nuestros Pedidos y se dejen guiar por nuestras directrices. La Luz de Fátima brillará.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Querido hijo, te invito a la renuncia del mundo para que seas apóstol de los últimos tiempos
Aquí estoy, hijo, contestando tu llamada. Levanta la cruz para bendecirla. Toca con ella a mis hijos y
serán sanados del cuerpo y del alma.
Mi pequeño, tú como apóstol de los últimos tiempos, debes comprender que la renuncia de los hombres a
sus placeres, a sus comodidades y bienestar, es importante en esta batalla espiritual. Mis hijos, que
desean ser apóstoles de Mi Amor, deben aprender a vivir en oración, sacrificio, penitencia, orando y
ayunando, entregándose a la oblación por la Iglesia, por toda la humanidad.
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Mis queridos hijos, deben ayunar y orar porque cuando desvacían sus cuerpos con la abstinencia,
permiten que Mi Padre, a través del Espíritu Santo, les llene en plenitud. Por eso deben primero
desvaciarse del espíritu del mundo y la carne, y llenarse así del Espíritu de Dios.
Hijo, debes nacer de nuevo en el Espíritu de Dios. Diles a mis hijos que ayunen miércoles y viernes para
que Yo pueda efectuar Mis Planes en el mundo, la Iglesia, en sus corazones y en sus vidas, para destruir
el plan de Satanás.
Orad y ayunad porque el tiempo que queda es tiempo de lucha espiritual. Sed mis soldados y mensajeros
de la Paz. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado está por triunfar. Ora y ayúdame en la gran evangelización
del mundo porque aún hay muchas almas que salvar.
Te amo y te bendigo siempre. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
En este Tiempo de Cuaresma les invito a orar y ayunar para que su corazón sea un espacio completo
para Dios. No compartan su corazón con el mundo sino que déjenlo totalmente a disposición de la Divina
Voluntad.
Mi Hijo Jesús, hoy les invita a una sincera conversión y a un profundo arrepentimiento.
Oren siempre, oren más. Oren por Inglaterra que sufrirá, oren por Colombia cuyas aguas inundarán sus
tierras. Oren por México, Oren por Nicaragua y Venezuela. Oren, queridos hijos, porque el próximo
Retorno de Jesús a la tierra está muy cerca. Oren para que puedan cambiar, y Yo les prometo siempre Mi
Auxilio Materno. Yo estoy aquí siempre con ustedes.
Ábranse a la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Eres a quien hemos escogido para comunicarte todas Nuestra Intenciones de Nuestros Sagrados
Corazones Unidos.
Mi querido hijo, a ti se te está desvelando las Intenciones y Pedidos de Nuestros Sagrados Corazones
Unidos. Para esto, mi pequeño, fuiste escogido, llamado y consagrado como nuestro fiel esclavo y apóstol
de los últimos tiempos, Elías del Sagrado Corazón de Jesús.
Tú, a quien el Padre ha permitido que abra las Fuentes de la Misericordia Divina, a quien hemos escogido
y guardado como el hijo especial de Fátima, te revelamos la Obra grande y única donde se reúnen todas
las gracias. El más pequeño de Mi Corazón, te hemos escogido para que seas el más pequeño y último
pregonero de Mis Llamados. Nosotros queremos extender el Triunfo y Reinado de Nuestros Sagrados
Corazones Unidos en toda la tierra, en toda la Iglesia, después de la purificación del mundo.
Estos mensajes serán guía para todos los hijos de María. Ora, ora y repara. Guarda las Palabras de Mi
Hijo y las Mías en tu corazón. Cuando muchas almas respondan, no será aún tarde pero ya habrá pasado
el tiempo establecido por Dios.
El Triunfo y Reinado de Nuestros Sagrados Corazones es lo que hemos anhelado desde el principio de la
Iglesia y ha llegado el tiempo de establecerlo junto con mis apóstoles, (la Iglesia de los últimos tiempos)
que guardarán fielmente el mandato de Jesús “hagan esto en conmemoración Mía”.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
83
Cuando triunfemos y reinemos.
Sólo hasta que triunfemos y reinemos, los corazones de los hombres serán capaces de obedecer Mis
Mensajes que a lo largo de esta historia humana, hemos entregado a almas escogidas.
Después del Gran Pentecostés que vendrá después del Gran Aviso, los hombres responderán y con los
Mensajes que entregamos se guiarán hacia el Triunfo y Reinado de Nuestros Sagrados Corazones
Unidos.
El Reino de María se implementará en la tierra con la lucha de los apóstoles de los últimos tiempos y de
los Sagrados Corazones Unidos.
Hago un nuevo Llamado, quiero almas que me ayuden a salvar almas con sus oraciones y ayunos,
pidiendo conversión de los pobres pecadores. Almas que sean los apóstoles de Nuestra Misericordia
entregada desde el Calvario, porque aún hoy es necesario consolar más que nunca el Sagrado Corazón
de Mi Hijo por tanto pecado.
Padres ámense, amen a sus hijos. Esposos sean fieles a sus esposas porque los corazones serán
sanados desde el amor. Esposas oren y sacrifíquense por sus esposos.
Familia, únanse para orar juntos aunque sea una decena del Rosario. El Santo Rosario salvará las
familias y a las futuras vocaciones. Cuando me ofrecen el Santo Rosario, se ofrecen ustedes mismos y se
abren al Espíritu Santo, Mi Dios y Señor, que obrará maravillas en sus corazones.
Mi niño, estás viviendo en los tiempos decisivos, tiempos que marcan la llegada del Mesías, tiempos
oscuros que pronto verán la Luz que iluminará cada corazón para que las intenciones de muchos sean
reveladas.
Ora, mi pequeño, por Irak, Japón, China, Indonesia, Filipinas, Australia, Centro América, Bolivia.
Ora, ora, ora porque el Brazo Justo de Dios os corregirá porque os ama.
Te amo y te bendigo, hijo especial de Fátima. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mis queridos hijos, Yo quiero apóstoles de la Misericordia, apóstoles que sean imagen viva de Mi Hijo en
el mundo, y ustedes, queridos hijos, respondan con oraciones y ayunos al Llamado de Vuestra Madre.
Les amo, les amo de todo Corazón. Tanto les amo… que sus corazones los derrito en Mi Llama de Amor.
Oren, oren, oren para que se conviertan. Oren por Venezuela, por Nicaragua, por China. Oren por el
mundo entero, para que el mundo esté preparado para convertirse.
Yo les llamo a ser sal y luz del mundo apocado por el pecado.
Gracias por haber respondido a Mi Llamado. Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 23
Marzo 2015
Queridos hijos, no es posible que el mundo cierre su corazón a Dios. El mundo, por su soberbia, tendrá
que sufrir para ser purificado. Hay muchas almas que no se dejan guiar por el Espíritu Santo, por eso
perecen. Ore, oren por ellas, oren por todos aquellos que no conocen el Amor de Mi Hijo porque ellos en
su mundo de oscuridad sufren mucho. Si abren sus corazones con fe y amor a estos Mensajes, Mi Hijo
Jesús y Yo Vuestra Madre, reinaremos en su vida. Pero eso depende del “si” libre y voluntario de cada
alma.
Hoy acuden a Mí, con sus problemas, sus peticiones, sus múltiples oraciones pero en muchos de estos
corazones no hay amor para Dios. Si no aman a Dios, Mi Hijo no puede hacer nada por ustedes. Deben
convertirse primeramente y creer en el Evangelio para que puedan vivir de verdad. Yo sigo insistiendo en
que escuchen y obedezcan.
Queridos hijos, como Madre, con Mis Lágrimas y Lágrimas de Sangre por el dolor causado en Mi Hijo por
sus actitudes ateas.
Antes de iniciar la Sagrada Semana, les invito a confesarse, rezar el Santo Viacrucis y ayunar para que
puedan cambiar y la Voluntad de Mi Hijo reine en ustedes y en sus vidas.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Y tú, mi pequeño hijo especial de Fátima, dile a Mi Pueblo que crea, que me ame y escuche, que me
obedezca.
“Yo Soy”, deseo la salvación de los hombres, deseo que vivan felices, que vivan en paz, pero el hombre
sufre tanto más porque no ama, no se ama, ni ama a sus hermanos y coherederos.
Yo deseo vivamente que los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María triunfen y reinen y así,
quede disipado todo mal en los corazones de mis hijos, pero es necesario la conversión interior y la
oración de corazón. Sobre todo el amor para que regresen a Mi Redil. Confiesen sus culpas. “Yo Soy”,
soy un Dios de Misericordia, un Padre amorosísimo que desea reunir a todos mis hijos en la Arca de la
Salvación. Vengan y no dejen esperando los Brazos de Su Padre.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Clamen misericordia para toda la humanidad porque el instante de los instantes se acerca a todo el
mundo. Sientan palpitar Mi Sagrado Corazón, este Sagrado Corazón que viene a iluminar el mundo. Este
Sagrado Corazón que limpia toda la tierra.
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Yo deseo todo bien para sus almas, búsquenme en la Sagrada Escritura, ahí estoy con ustedes en
plenitud. Y hoy vuelvo a pasar como pasé por las calles de Jerusalén para limpiar a los leprosos, sanar a
los enfermos, para dar vista a los ciegos, para curar a los sordos. Hoy vengo a sanar a las almas tullidas,
a las almas paralíticas, a las almas que aún no quieren levantarse. Y hoy ustedes, con Mi Preciosa
Sangre, quedan consagrados como el Ejército de María.
Doy consuelo a sus corazones y los libero de toda atadura para que crean que Yo Soy el Hijo de Dios. He
muerto por ustedes pero también he resucitado.
Oren, oren, oren mucho por el peso de los pecados de la humanidad. Oren, oren, oren, mis pequeños
discípulos, que Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo, y Mi Madre, Arca de la Nueva Alianza, la
Zarza que arde sin consumirse, está con ustedes, orando junto a ustedes.
A todos los bendigo y todos quedan en Mi Sagrado Corazón. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Deseo que el mundo, que Mi Iglesia se una, pues la deseo toda reunida en Mi Templo Santo. Recordad
que Mi Iglesia es Una y debe permanecer Una, Católica y Apostólica. Reuniré a todos los hombres de
toda raza y nación, lengua y creencia, en un solo Rebaño, guiado por Mi Hijo Jesucristo y sus pastores.
Pueblo Mío, recogeros en oración, trabajo y uniros con sinceridad. Sed Mi Pueblo y Yo seré Vuestro
Dios.
Clamen a Mi Espíritu Santo que os de discernimiento y fuerza para acelerar el Triunfo de los Sagrados
Corazones Unidos. Orad y clamad para extender Mi Reino, como un solo Pueblo que ama y ora.
Te amo y te bendigo, mi pequeño. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
El Espíritu Santo puede colmarles de Mi Presencia. Deben desvaciar su corazón y llenarse de Mi Amor. El
silencio deberá comenzar con vuestra oración. El silencio es paz interior. Donde Mi Sagrado Corazón
reina, reina el silencio. Desde Mi Misericordia sean mis discípulos orando, y en la oración crezcan y
conozcan Mi Amor redentor. Pero los que escuchan Mi Palabra les prometo Vida y Verdad.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Madre Victoriosa
He aquí, querido hijo, el Corazón de Tu Madre que tanto ama, Vuestra Madre Victoriosa que ha aplastado
la cabeza de la serpiente y ha vencido (con las Gracias) el pecado.
Mi querido niño, hoy deseo revelar a tu corazón las gracias de Mi Presencia de Santa María de las
Victorias. Cuando me presenté a mi hijo Bernardo, fue Mi Corazón quien quiso quedarse con este pueblo
tan sufrido y necesitado de la Misericordia del Señor.
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Les pido que ingresen a Dios y confiesen su fe para que el pueblo pueda volver a amar a la Iglesia y lo
Sagrado. Yo crucé la puerta para representar, que Yo, con Mi Amor de Madre, quiero atravesar las
puertas espiritualmente cerradas de este pueblo y de muchas almas que sufren, pero aun así, no desean
alcanzar el Amor de Mi Hijo Jesús a quien se los presenté herido por tanto rechazo, indiferencia y
negación a Su Amor Redentor.
Abran sus corazones para que Nuestros Sagrados Corazones Unidos puedan ingresar a su interior y
hacer allí Nuestro Templo. Porque el Reino de Dios está en ustedes pero aún es necesario que lo
descubran con la oración, el sacrificio y la penitencia.
Pidiendo el auxilio del Espíritu Santo lograrán discernir y entrar en Nuestra Presencia recibiendo siempre
a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar en estado de gracia. En el Nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Ustedes pequeños que me siguen con dedicación y oyen Mis Mensajes con la mayor devoción, os invito a
orar y actuar desde la oración que contempla. Les invito a la unidad, deben unirse en Mi Rebaño bajo la
sombre de Pedro, en el Arca de Salvación del Doloroso e Inmaculado Corazón de María.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Hijo de Mi Materna Fe
Mi querido hijo de Mi Materna Fe, pequeño especial de Fátima, hijo de los Sagrados Corazones Unidos, el
mundo debe cerrar sus oídos al demonio porque ello lo lleva a un continuo caos y desastres.
Yo debo suscitar a Mi Ejército, a los hijos de los Sagrados Corazones Unidos que como Juan viven en el
Sagrado Corazón de Jesús y me acogen también a Mí, como Madre.
Deseo suscitar almas devotas y piadosas que desde la oración, el sacrificio y la penitencia están
combatiendo la gran batalla espiritual que está sobre la tierra pero que las almas insensatas no ven
porque no desean ser crucificados como Jesús para luego ser resucitados con Él.
Sean Mi Llama de Amor encendida en la tierra, deseo la unidad de mis hijos y no la separación que es el
fruto del orgullo y la ambición.
Ora, ora, ora porque Mi Materno Corazón que está trabajando para forjar la unidad de la Iglesia, el Nuevo
Rebaño de Cristo. Hijos de Nuestros Dos Corazones, es que el hijo de María es hijo también del Sagrado
Corazón de mi Hijo.
Oren siempre y construyan el Reino de Dios en el mundo, ahora y siempre. El resto dejadlo al Divino
Espíritu que sopla donde quiere.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida
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Mis queridos hijos, estamos en los tiempos de Misericordia donde reuniré a mi Pueblo Fiel, no aquellos
que decían conocerme en concepto e historia, sino que ellos que han tenido un encuentro de amor vivo y
real conmigo. Seré Yo quien reuniré a mi Rebaño que con Mi Madre, la Divina Pastora de las almas, os
conduciré, guiaré y enseñaré la Gloria de Mi Reino, extendiéndose como una Llama de Amor en todos los
corazones que crean.
Oren, oren, oren por aquellos que creen en Mí, que son los que han dicho su “sí” para seguirme, y
aquellos que aún tengan sus almas junto a Mí, dependerá de ellas si aceptan Mi Redención pues Mi
Misericordia es ahora para aquellos que lo aceptan.
Te amo hijo, confidente de Mi Sagrado Corazón, que está en continua agonía. En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
He aquí el tiempo, mi pequeño, que te nombro Elías, Elías de Mi Sagrado y Agonizante Corazón, hijo
especial de Fátima, alma del Carmelo, es ahora el tiempo en que los hijos de Nuestros Sagrados
Corazones, refrescan con Nuestras Palabras los corazones de muchos. Mi pequeño Rebaño Fiel, sean
valientes al llamado de mi Vicario, Francisco, el Papa de Nuestros Dos Corazones que desea unificar Mi
Casa.
Oren, oren, oren para que Mis Intenciones se realicen. Da testimonio, que desde el silencio de tu alma,
clames con voz fuerte en el desierto de la humanidad. Tú, mi pequeño profeta, ve delante para que
acerques mis hijos a Mi Sagrado Corazón.
Nuestro apostolado será un ejército Mariano. Desde lo profundo de Mi Sagrado Corazón, te amo y te
bendigo, Elías de mi corazón. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Verdaderos cristianos
Los hijos de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, a todos los cobijo con Mi Amor Materno, a todos los
guardo en el Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, les invito a abrir sus corazones con amor, con fe, al Padre del Cielo para que ustedes
sean sanados y liberados de sus múltiples cargas. Hoy vengo a reunir Mi pequeño Ejército, aquellas
almas que desean combatir contra el mal y el pecado.
Oren, oren, oren hijos míos, para que puedan convertirse en verdaderos cristianos. Porque el cristiano
carga su cruz día a día con amor, con fe y esperanza, y así poco a poco, paso a paso, avanzarán en el
camino de la santidad.
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Si ustedes, hijo mío, responden a Mi Llamado, Yo les prometo mi protección maternal. Les invito a
convertirse en verdaderos hijos, en verdaderos soldados del Evangelio, para que se extienda el Reinado
de Nuestros Corazones Unidos en todo el mundo.
En este pequeño lugar está Mi Presencia de Madre, y así, Yo deseo atravesar las puertas de sus
corazones, de sus familias. Oren constantemente el Santo Rosario, adoren y veneren las Llagas de Mi
Hijo Jesucristo. Mis Lágrimas Maternas y Lágrimas de Sangre se quedan en ustedes para bendecirlos.
Oren, oren por Nicaragua porque la violencia la está destruyendo. Cambien ahora y también siempre. Hoy
les invito al camino de la conversión y así serán mis verdaderos hijos. En el Nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, que de su boca salgan palabras para edificar, para dar vida. Cuando abran sus bocas,
ábranla para orar, no para hablar, porque hablando no se gana el Cielo, se gana orando, se gana
amando, crucificándose.
Queridos hijos, hagan caso, obedezcan, por Mi Venida aquí, por la venida a este siervo mío, les suplico
cambien, conviértanse.
Yo no les vengo a enseñar nada diferente, nada fuera del Evangelio de Mi Hijo Jesucristo, sólo quiero
guiarlos con Mi Amor Materno para cumplir este Evangelio, y mejor. Yo soy la Madre que escucha la
Palabra de Su Hijo y la pone en práctica.
Queridos hijos, ustedes vivan Mis Enseñanzas, que es la explicación que les doy del Evangelio de Mi Hijo
con Mis Palabras Maternas. Yo sólo deseo recordarles el Evangelio de Mi Hijo Jesús. En este lugar y por
Mi Venida hasta aquí, les invito a la unidad en la fe, la oración y para que sean agradables al Padre
Eterno. Les invito a orar como siempre por este pequeñísimo instrumento de Nuestros Dos Corazones
Unidos que, con su pequeño esfuerzo, trata de hacer llegar Mi Llamado de Madre a ustedes. No
desprecien Mi Presencia Materna.
Queridos hijos, el mundo en este tiempo me necesita mucho porque Yo soy la que intercede para que la
cólera del Padre no caiga sobre esta generación. Queridos hijos, es un Dios de Amor y de misericordia
pero también como Padre, es un Dios de Justicia. El desea corregir a sus hijos porque le ama y no quiere
la perdición de nadie si no su salvación. Y tanto les ama, que ha enviado a su único Hijo Jesucristo a
padecer por ustedes, por su salvación.
Queridos hijos, abran sus corazones y no desobedezcan Mis Pedidos de Madre. Yo le amo y les prometo
que Yo estaré con ustedes siempre. Mi pequeño rebaño, Yo Vuestra Mamita del Cielo les amo
inmensamente. Yo soy vuestra verdadera Madre, la verdadera Madre que murió junto a su Hijo en la Cruz
del Calvario por Amor a sus hijos. Queridos hijos les amo inmensamente, pero les invito a cargar su cruz
diariamente por la salvación de las almas, por la conversión de los pecadores y por la paz del mundo.
Ayunen, queridos hijos, les invito a que ayunen para que, vaciándose de la material, se llenen de lo
espiritual, y el demonio no tenga cabida en sus pequeños corazones.
Confíen en Mi Hijo Jesús que les ama mucho y a este último y pequeño Apostolado que lo conformarán
ustedes y se extenderá. Oren, oren, oren para que Mis Planes sean cumplidos. La falta de oración de
estos tiempos retrasa el proyecto de Dios en este mundo. Por eso, sacrifíquense para que estos planes
se realicen y ustedes, pequeños hijos de María, sean siempre predilectos para Mí Su Madre.
Yo le amo y les bendigo. Gracias, queridos hijos, por unirse conmigo en oración. En el Nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
89
Llamado de Amor y Conversión del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús - 14
Abril 2015
Reúne al final a todos los consagrados a Nuestros Dos Corazones. Te amo y te bendigo. En el Nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Deben, queridos hijos, en estos últimos tiempos ordenar vuestra vida. Deben, queridos hijos, emprender
el camino de regreso al Padre unidos como una sola Iglesia, para ello pido especialmente a todo Mi
Ejército, apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos, una buena administración de su tiempo. Os pido y
recuerdo que lo importante es escuchar la Palabra del Señor. No os dais cuenta del mar insondable de
misericordia que pierden cuando no acceden a Mi Llamado. Es necesario organizar y ordenar vuestras
vidas y vuestro tiempo. Cada lunes les espero con los brazos abiertos.
Perseverancia, obediencia pero sobre todo os pido no desatendáis lo que os pido con humildad. Deseo
que cada alma consagrada a Nuestro Apostolado responda, y no importa el día en que otros hijos de esta
Obra se reúnan en comunidad para orar. Este Apostolado ha salido de Mi Corazón. Les pido entrega,
confianza y obediencia en caridad a Mi Sagrado Corazón. Es necesario organizar vuestras vidas ya que
Satanás les toma y no se dan cuenta. Vivan alerta, vivan despiertos y vigilantes.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Querido hijo, ahora proclama con Mi Voz que resuena en la tierra, desde el silencio de tu alma que desea
escucharme. Las almas que desean escucharme deben buscar en el silencio, en callar todo lo que sois
para escucharme y poder convertiros en lo que aún no son. Mi Fuerza les daré si me claman con fe, fe
desde el amor.
Deseo enderezar sus corazones, pero sólo la oración es la llave que ustedes me han de entregar para
entrar en su recinto. Cuando me claman grandes cosas hago en vosotros, cuando invocan Mi Nombre me
dan el permiso para actuar en sus vidas, cuando me llaman llego a ustedes a darles fuerzas, paciencia,
sabiduría, piedad, temor de Dios, todas estas gracias que os llevan a un cambio, a un camino de
santidad. Vengo sobre el mundo pues deseo otra vez más renovar, encender, reunir a Mi Iglesia.
Oren, con vuestra oración podré actuar en todos los corazones. En Mis Dones de Misericordia se bendito.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
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Con mi Luz, guío a las almas.
Querido hijo, con la Luz del Padre deseo guiar a este Pueblo.
Muchos corazones de hoy, en este mundo, andan como ovejas sin pastor, como pueblo sin rumbo.
El Eterno Padre desea reavivar Mi Presencia derramando sobre el mundo Mi Espíritu para abrazar (al
mundo) en la Llama de Amor así como abrazo los Corazones de Jesús y de María. Así serán desveladas
las sendas para que las almas comprendan el camino hacia el Corazón del Padre, para que sean
sanadas sus heridas, perdonados de sus pecados, limpiados de sus manchas.
Yo, como Fuente de Luz inagotable, guiaré a las almas en estos últimos tiempos, pero es necesario que
me invoquéis, así como siempre lo hacen: “Ven Mi Dios Espíritu Santo, a través de la Poderosa
Intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa”.
Abran sus pequeños corazones a Mi Presencia, permítanme llevarles de la oscuridad a la Luz de Cristo
Resucitado para que con Mi Auxilio puedan cambiar sus vidas, abandonar las obras del pecado y vivir en
Dios.
Queridos hijos, Mi Presencia les permitirá llegar al conocimiento de la Verdad. Oren, oren, oren porque Yo
entraré en sus vidas, les consagraré y les despertaré del letargo satánico que envuelve al mundo. Oren,
oren y vean la Luz con Mi Presencia. Yo el Paráclito os enseñaré la Verdad. Invocad siempre Mi
Presencia en la Luz de la Santísima Trinidad.
Se bendito mi pequeño siervo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Mi querido hijo, te invito a entregarte en oblación así como lo hizo Mi Señor Jesucristo. Mi pequeño
consolida esto en tu pequeño corazón, las Gracias del Cielo se derraman en tu espíritu. Nace del Espíritu
en la fe, verás realmente Mi Corazón.
Mi querido hijo, estás escondido y vives en Mí. No es necesario, pequeño, venir a un lugar cuando puedo
llegar a tu alma y hablar desde tu pequeño corazón a mis hijos. Te visto de Sol poco a poco. Te voy
convirtiendo, consagrando como el hijo especial de Fátima.
He aquí, mi querido niño, la Obra. Este Apostolado que Jesús y Yo te hemos confiado es la culminación
de toda Obra, pues con este Apostolado deseo reunir a Mi Iglesia y a Mi Ejército como un solo Pueblo,
unidos en sola causa, extender el Reino de Dios y de María. Este Reino, querido hijo, debe ser propagado
primeramente en las almas de mis hijos. El Reino de Dios, es decir, Su Presencia, está entre vosotros por
eso os pido perseverancia en la oración, porque la oración hace germinar ese Reino en sus pequeños
corazones.
Querido hijo, la Iglesia nació de Nuestros Sagrados Corazones Unidos, Dolorosos y Victoriosos, y ahora
es momento que regrese a Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Mi Hijo les presentó la última Tabla de
Salvación en Su Divina Misericordia. Yo les revelo ahora el Arca de Salvación de Mi Doloroso e
Inmaculado Corazón, sólo los que suban a esta barca serán refugiados, protegidos, preservados. Llevad
esta gracia a vuestros hogares, al mundo.
Orando, orando y ayunando en sacrificio, luchemos juntos para extender el Imperio del Sagrado Corazón
de Jesús, Rey del universo. Por eso les pido que se reúnan en oración porque es reunidos que estarán en
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón. A través de ti, mi pequeño brote, Elías del Carmelo, última Lágrima
por las almas que derramo en Mi Amor Maternal, deseo encender nuevamente el celo, la caridad, el
compromiso que tiene todo cristiano. Este es un Llamado de alerta a las almas. Ya es hora, queridas
almas, que despierten de su sueño.
Y ahora tú, mi pequeño, pregona, defiende, enseña y lucha por el Reino de Dios, Reino de María.
Gracias por entregarme todo tu ser, hasta sufrir junto a Mí. Con Mi Hijo Jesús, grandes maravillas ha
hecho el Señor contigo, mi pequeñísimo siervo profeta. Nada podrá apartarte de Nuestros Sagrados
Corazones Unidos.
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En Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, Arca de la Salvación, se bendito. En el Nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mis queridos hijos, les invito a participar en esta Obra culmen para estos tiempos.
Mis queridos hijos, es necesario que abran sus corazones con fe y que se renueven cada día en la acción
de la Caridad del Espíritu Santo para que puedan transformarse y ser imagen viva de Jesús.
Cada día, queridos hijos, es una lucha, pero esa lucha trae Gracias para que perseveren, para que
purifiquen y purifiquen también, con su oración, al mundo entero. Oren, queridos hijos, oren por la
conversión del mundo entero. Oren, queridos hijo, oren por la conversión de los pecadores. Oren por la
paz, por la paz del mundo entero. Oren por la Iglesia de Cristo. Mis queridos hijos, sean fieles al Llamado
de la oración, la penitencia, el sacrificio y el ayuno, para que puedan ser soldados y discípulos de Cristo.
Hoy derramo abundantes gracias sobre sus pequeños corazones, sobre sus familias, sobre sus hogares.
Hoy los consagro al Sagrado Corazón de Jesús como sus discípulos.
Oren, queridos hijos, y no tengan miedo porque Yo, Su Madre del Cielo, estoy con cada uno de ustedes.
Abran sus corazones a la Paz, a la acción del Espíritu Santo y suban al Arca de la Salvación que es Mi
Doloroso e Inmaculado Corazón, rezando el Santo Rosario, viviendo mis mensajes. Y ahora les pido,
como otra Petición, queridos hijos, ayuno miércoles y viernes a pan y agua para que se fortalezcan
ustedes mismos en la vida de fe, también para que expíen por los pecados del mundo y la conversión de
los pecadores.
Oren, queridos hijos, oren por la misión que les entrego para que todos ustedes puedan responder a Mis
Llamados.
Mi Hijo Jesús les ama y les entrega su Bendición. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado se abre para que
todos ustedes se refugien en Él. Gracias por responder a Mi Llamado. En el Nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Jesús: Bendito seas, mi pequeño Elías, porque tu amor es el fruto de la presencia del Espíritu Santo de
Dios en ti.
Mira Mi pequeño Huerto, Huerto seco, árido y desértico, pero Mi Amor y Misericordia vendrán a
embellecer Mi Jardín, cultivando un Huerto de flores que darán los mejores aromas de Mi Presencia. Mi
pequeño, en este Jardín reuniré todas las bellezas de la creación, porque el hombre y su vanidad lo han
dividido. Pero Mi Sagrado Corazón reinará y reunirá a todas las flores en un solo Huerto. Ustedes son las
flores, el Huerto es Mi Iglesia, la acción es el Apostolado. Con él, deseo la unidad y la reconciliación de
los hombres, y de los hombres con Dios.
Mis pequeñas flores, vean este Apostolado como un servicio. La caridad, fruto mayor del Espíritu Santo
les animará a comprometerse con mi Causa.
Hijos queridos de Mi Agonizante Corazón, sean siervos, sean esclavos por amor, sean pequeñas flores
abandonadas en las Manos del Jardinero.
Queridos míos, trabajemos juntos porque es hora de regresar a Dios y conquistar más flores, las almas
marchitas de los pobres pecadores y los que aún no me conocen.
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Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Oigan Mi Voz
Mi querido hijo, escucha la Palabra de Tu Buen Pastor que desea guiarte a los prados reparadores de Su
Sagrado Corazón. Escucha, Pueblo mío, Mi Voz. Cambiaré sus corazones de piedra por corazones de
carne, de tal manera que me puedan amar con sinceridad. Serán próximos los días de tu purificación. He
aquí que envío a la Mensajera de la Paz a preparar a Mi Iglesia Fiel.
Oigan Mi Voz y aprendan de Mí, que deseo un Pueblo Santo y una Iglesia Justa. La Voz del Buen Pastor
sólo la oirán las ovejas de Su Redil. Las ovejas del otro redil tendrán que alejarse de su rebaño para
seguirme en una vida de consagración y entrega. Mi pequeño profeta, poco a poco tu alma se guía a la
plenitud de la Verdad. Oyendo Mi Voz, la Voz de Mi Sagrado Corazón, caminarás sin tropezar al
Santuario del Señor. Yo envío a Mis Ángeles que cuiden a tu caminar espiritual, espíritu raquítico sin
conversión, sin amor.
Oren, oren, oren, los días se acortan y sólo las ovejas de Mi Rebaño que oigan estos Mensajes
reconocerán Mi Voz.
Les pido, oren por la Iglesia. Oren por todos los pastores de las almas. Oren por las almas consagradas.
Oren para que preparen su corazón y cuando llame a Mi Rebaño puedan escucharme y acudir a Mi
Llamado. Oren porque Yo estoy llegando junto a Mi Divina Madre, la Divina Pastora de las almas.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Queridos hijos, muchas Gracias del Cielo vienen al mundo cuando oran.
Queridos hijos, muchas Gracias del Cielo vienen al mundo cuando oran con fe, cuando oran desde el
corazón, cuando oran con amor. Porque Dios es Amor.
Queridos hijos, les invito a transformarse por el Amor de Jesús, para que sus vidas sean una continua
alabanza y gloria al Amor del Padre que les ha amado hasta el extremo, hasta entregar a Su Hijo Único
Jesucristo en remisión de todos los pecados del mundo.
Queridos hijos, entreguen sus vidas a Dios, no tengan miedo de entregarse a Él. La Palabra de Mi Hijo,
deben leerla diariamente para que puedan guiarse y vivir en estos tiempos de tinieblas.
Oren, oren, oren por Asia, oren por Brasil, oren por México, oren por Nicaragua. Consuelen a Mi Padre
con su vida de oración y de sacrificio. Renunciad, queridos hijos, a vuestra voluntad, a sus gustos, a sus
planes. Entréguense a Mi Hijo Jesús, y porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida, así les llevará al
Regazo del Padre, donde serán felices eternamente.
Amén a la Verdad, a sus hermanos y a Dios porque en esto radica la salvación, en el amor. Porque Dios
es Amor.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
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Yo les invito a un cambio de corazón, con sinceridad para ya no ofendan más al Padre, que está muy
ofendido por los pecados de esta generación. Yo les invito a que, con la oración, abran sus corazones y
puedan cumplir la misión que el Padre les ha encomendado. Yo los protejo a todos porque todos son mis
hijos y a todos ustedes los guardo en Mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, oren para que venga el pronto Triunfo de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Oren,
oren por la Iglesia y por la conversión de los pecadores. Oren para que no tengan miedo de entregarse
totalmente a Jesús y así, el Espíritu Santo actuará en ustedes. Cuando conozcan el Amor del Señor,
pidan ese Amor para sus hermanos, para sanar, para construir, para edificar. No tengan miedo, queridos
hijos de entregarse totalmente a Jesús porque Él, es Él que sabe lo que verdaderamente necesitan.
Abran sus corazones a la Paz, para que la Paz reine en ustedes y en sus familias.
Recen el Santo Rosario en familia por el mundo, para que mis intenciones se realicen y el Reino
Eucarístico de Jesús venga pronto a ustedes. Yo he bendecido estas rosas para que lleven Mi Amor de
Madre y Mis Gracias Maternas lleguen a sus hogares.
Gracias, queridos hijos, por escuchar a Vuestra Madre Celestial. Les amo y les bendigo. En el Nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, en este caminar encontrarán muchas dificultades, muchos problemas, muchas
decepciones, más espinas que rosas, pero esto es necesario para que así ustedes se purifiquen y se
transfiguren en Cristo Jesús.
Hijos, no teman y no huyan de los problemas de la vida sino que afróntelos con la oración, con el ayuno y
con rezo del Santo Rosario. Laven sus pecados en la confesión y reciban en Gracia Santificante a Jesús
Eucaristía.
En este tiempo, queridos hijos, es muy necesaria Mi Presencia de Madre porque Yo los cubro, les protejo,
les animo. Recen, recen, recen mucho. Queridos hijos, oren mucho por la Iglesia aquí en la tierra porque
van a sufrir mucho por la fidelidad a Mi Hijo.
Oren por Colombia, oren por Inglaterra, oren por Costa Rica, oren por México. Queridos hijos, oren, que
sus vidas sean oración.
Oren, queridos hijos, para que Mis Mensajes dados en Cuapa se propaguen, se obedezcan, se
escuchen… y Yo les prometo, queridos hijos, que Nuestros Dos Corazones triunfarán con la ayuda de sus
oraciones y sacrificios.
Este pequeño Apostolado, en el tiempo que Dios designe, será el remedio para la Iglesia que reunirá a
todo el Remanente Fiel después de la purificación de toda la humanidad.
Ustedes, queridos hijos, siéntanse dichosos porque a todos los abrigo bajo Mi Manto. Yo siempre los
recuerdo porque una Madre no se olvida de sus hijos que sufren. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado
triunfará.
Oren ustedes, miembros de este pequeño Apostolado, oren también por este mi pequeño instrumento,
nunca se cansen de orar.
Yo les amo y les bendigo, queridos hijos. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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Mensaje de esperanza.
Mi querido hijo, Mi Mensaje de Fátima, fue un Llamado a la esperanza. Si el mundo cambia habrá
esperanza, si el mundo cambia habrá esperanza, pero aún muchos no obedecen los designios de Mi
Padre; unos por no conocerlos, otros por no tener fe.
Manuelito, Fátima se encenderá como un faro de luz para el mundo. El año 2017 será un año de
grandes sucesos, un año de despertar al mundo de su letargo.
Reza mucho el Santo Rosario, no tengas miedo de expresar los deseos de Nuestros Sagrados Corazones
Unidos. Nuestro Triunfo y Reinado, pequeño, está próximo. No te perturbes, ni te dejes quitar la Paz sino
que persevera y se valiente. Junto a Mi estarás después de un lucha bien ganada.
La Iglesia será despertada y la Jerarquía reaccionará. Ora por ellos, por los ministros de la Casa de Mi
Hijo.
Te amo y te bendigo, tú eres el hijo especial de Fátima. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mi querido hijo, las familias deben convertirse en comunidades de oración para contrarrestar los planes de
Satanás, para que desde su núcleo familiar se extienda nuevamente el Reino de Dios. Cuando la familia
ora junta, se aman como Mi Hijo Jesús enseña, entonces habrá paz en la sociedad. Pero eso está en
manos de ustedes, decidan entre la vida o la muerte.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Pero aún son pocos los que reconocen la Voz de Jesús en Mis Mensajes porque no todos me aceptan y
desean como Madre de ustedes pecadores. El mundo encontrará la paz cuando ore, cuando se
reconcilie, cuando invoque al Espíritu Santo sobre sí mismo trayendo un Nuevo Pentecostés.
Mis pequeños es necesario que sean heraldos de nuestros Mensajes dando testimonio con vuestras
vidas.
En Cuapa les llamé a una verdadera vida cristiana y Yo, como Madre de pecadores, les instruyo como
vivir en Dios. Por eso les pido dejarse instruir por Mi Amor.
Oren, oren, oren por Colombia, Costa Rica, Nicaragua debe orar para vivir y obedecer Mis Llamados. La
Luz que manifesté en Cuapa, hoy la entrego a sus pequeños corazones.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 11
Mayo 2015
Hijitos hagan penitencia y construyan la paz, no se dejen dominar por la ira, por la impaciencia, por el
enojo [4], porque eso no permite que el espíritu de DIOS obre en ustedes, recuerden que DIOS es amor.
Hijos míos sean valientes en los problemas de la vida, no pidan que se resuelvan, sino que afróntenlos
con valentía y con el santo rosario, con el ayuno, con la oración. Recuerden que para Jesús nada hay
imposible [5].
Oren, oren, oren, por esta tierra que ha sufrido y seguirá sufriendo desastres de la naturaleza porque los
grandes y poderosos de este pueblo están destruyendo esta tierra, esta tierra clama justicia al trono de
DIOS [6].
Queridos hijos oren para que el aborto se detenga, oren por los centros abortistas, porque ellos destruyen
la vida y esos lugares ofrecen sacrificios y holocaustos al enemigo de las almas, por la falta de obediencia
de muchos a mis mensajes la tierra tiene que ser purificada. Oren oren, oren, por centro América, oren
por México [7], oren por mis hijos y hermanos vuestros de Nepal [8]. Oren queridos hijos.
Queridos hijos yo les amo y bendigo y todo lo traen aquí lo bendigo con mi bendición maternal estarán
benditos para que sean escudo y corazas en la lucha de cada día. Hijitos una vez más les pido
conviértanse de verdad, la bendición del Cielo queda con ustedes.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, oren, oren, oren para que se puedan convertir y con la oración del corazón conozcan a
Dios.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado derrama gracias sobre ustedes, sobre este pequeño Ejército, y sobre
todos aquellos que son mis hijos.
Queridos hijos, les invito a la Consagración a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado para que lleven Mí
Triunfo. El Triunfo de Mi Inmaculado Corazón consiste en la conversión del hombre a Dios. Cuando el
hombre se convierta habrá paz, pero necesito sinceridad y compromiso de todos ustedes, para que Mis
Obras, mis intenciones, se lleven a cabo tal y como el Padre me las ha confiado.
Yo les amo y les bendigo. Bendigo estos objetos religiosos que traen ustedes. En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 16
Mayo 2015
El hombre del mal pretende destruir las familias ya que cada familia es imagen de la santísima trinidad [1].
Queridos hijos custodien y vigilen a sus familias. La abominación ha entrado en muchos hogares que
ahora viven acostumbrados al pecado. Conviertan sus familias en cenáculos de oración constantes,
ámense, perdónense, sopórtense, ayúdense [2], no le den entrada al padre de la mentira [3] que envía
sus agentes espirituales, a perturbar las familias, moral y psicológicamente.
En muchos países se han aceptado las familias del anticristo, las familias no naturales, no designadas por
DIOS, en este país se está filtrando esta corriente en silencio pero rápidamente. Oren, oren, oren,
detengamos juntos esta nueva destrucción de las familias.
La familia es hombre y mujer creados en DIOS [4] para continuar su obra procreadora, pero Satanás
desea implementar todo lo que sea contrario a la enseñanza de la iglesia de mi hijo JESUS.
Yo te amo y te bendigo.
Queridos hijos reciban al Espíritu Santo de un Nuevo Pentecostés porque Yo, Jesús, estoy derramando
mi Santo Espíritu sobre toda la tierra con el efecto de gracia de la llama de amor del Corazón Doloroso e
Inmaculado de mí Madre, queridos hijos sean dóciles a los impulsos del Espíritu Santo.
Invoquen la ayuda del Espíritu Santo para que ustedes puedan responder con fe y poder seguir así, mis
llamados. Mi Sagrado Corazón es una fuente de gracia, Yo deseo que lo conozcan, el Espíritu Santo les
ira guiando para poder encontrarse en plenitud conmigo. Mis rayos de misericordia iluminaran al mundo
en la medida que ustedes clamen la presencia del Espíritu Santo sobre todas sus almas.
Queridos hijos oren, oren, oren por todas aquellas almas que rechazan mis gracias, oren aun por aquellas
almas que no me conocen, oren por las almas que me conocen pero que no me aman. Pidan al Espíritu
Santo que les ayude a conocerme mejor, pidan al Espíritu Santo que El les de la fe, esperanza y la
caridad para seguirme en el camino de la cruz.
Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo [3], aunque ustedes no puedan verme, Yo les transmito mis
mensajes paternos a través de estas pequeñas almas que Yo escojo y es más que estoy con ustedes con
el más pequeño signo, el Pan que es elaborado con trigo y agua, pero ahí estoy Yo, porque les amo.
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Oren, oren, oren para que mi luz se expanda a todo el mundo especialmente en los lugares donde
abundan las tinieblas [4].
El Espíritu Santo quitara las tinieblas de sus corazones pero si tiene fe, porque la fe es la fuerza espiritual
del Espíritu Santo que les ayuda a creer, que les anima a entregarse, que les da fortaleza en mi
seguimiento. Oren hijos oren siempre nunca se cansen de orar y amen como Yo amo, como Yo les he
amado [5].
Mira, hijito, que cuando dirijo Mi Mirada al mundo… Yo derramo Lágrimas de dolor cuando sólo veo
muerte y pecado. Muchos quieren seguirme a Mí pero con mi adversario a su lado. Otros deciden dar un
rotundo y definitivo “no” a Mi Invitación. Esto es la pérdida de la fe, anunciada por mi Apóstol Pablo.
Mucho se está cumpliendo ya, de Mis Palabras evangélicas.
Pero ¡ay de estas almas quienes desperdician Mis Gracias y que por su falta de entrega darán cuenta
porque han despreciado el precio de su redención! ¡Mi Preciosa Sangre! Más aquellas almas que sean
rociadas con Mi Preciosa Sangre, serán restituidos, edificados, serán plantados como hermosas flores en
el huerto de Mi Padre.
Querido hijo, Yo ya he de venir como un Buen Jardinero a recolectar mis rosas. Mi pequeño, les pregunto
a las almas… ¿están preparados para recibirme? ¿O serán las hojas secas que el fuego ha de consumir?
¡Oh humanidad! Nuestro Corazones Unidos, el de Mi Santa Madre y el Mío, sufren por lo que ha de
cumplirse, porque muchas cosas acontecerán. Por eso les digo a las ovejas fieles de Mi Redil, orad, orad,
orad, que vuestros corazones no se cansen de orar.
Ora por la Iglesia a quien he de glorificar en la Cruz como el Padre Eterno me glorificó a Mí, porque la
Esposa debe asemejarse a su Esposo ¿o acaso no son los Dos una misma cosa? Mi Iglesia, Mi Cuerpo
Místico, es Mi Esposa, a quien purificaré para que quede exenta, limpia y pura para la Nueva Jerusalén.
Porque Mi Iglesia es cada alma consagrada a Mí desde su Bautismo y deben, cada uno de ustedes,
limpiarse para estar vestidos con el traje de fiesta en las Bodas del Cordero.
Hijito, gracias por sufrir conmigo. ¿Creación estás preparada para recibirme?
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Jesús: Mi querido Manuelito que compartes conmigo las tristezas y alegrías de Mi Sagrado Corazón,
¡cómo he ido guiando tu alma en los aposentos de Nuestros Sagrados Corazones Unidos para que ya no
seas tú, sino Yo que vivo en ti!. Te he regalado una gracia especial, es un fuego nuevo del Amor Divino
que consume tu pequeño corazón, y lo lleno solamente Yo con Mi Amor. Y así, con ese fuego, fruto y
presencia del Espíritu Santo, llegarás a Mi Plenitud, a Mi Sagrado Corazón que tanto te ama. Se mío y
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seré tuyo, seamos un solo ser, con un mismo corazón y que nada más nos separe, ya que nos hemos
unido en un solo fuego de amor.
Te amo y te bendigo, con el Fuego de un Nuevo Pentecostés. Mi querido hijo, Mis Rayos de Pentecostés
iluminarán el mundo en las tinieblas que se acercan. Por eso, ora para que la Luz del Espíritu Santo se
vierta sobre todos. La lucha del Espíritu Santo contra el espíritu maligno ha comenzado… Redoblad
vuestras oraciones, mi pequeño, para que todo sea conforme al proyecto de Amor y Misericordia de Mi
Amado Padre.
María, Mi Madre, y el Espíritu Santo han sido y serán vuestros guías en estos últimos tiempos.
El instrumento: Jesús, porque nuestros pastores, no todos creen en tus revelaciones, o las callan,
incluso otros las rechazan e ignoran. Señor quita el velo de nuestros ojos que creamos y obedezcamos
Tus Palabras.
Jesús: Hijito, un gran cisma habrá en la Iglesia y ya no será necesario que ellos se den cuenta de lo
profetizado porque verán los signos que Yo os he anunciado. Entonces, verán que Nuestras Palabras
eran ciertas.
No vivan tristes hijos porque la tristeza opaca la luz de DIOS, vivan alegres [2] porque Jesús nuestro
Salvador y Redentor está vivo, verdaderamente ha resucitado y Él les ha enviado al Espíritu Santo [3]
para enseñarles la verdad.
La tercera persona de la Santísima Trinidad siempre está con ustedes. Llámenlo, invóquenlo cada día
para que El los encamine al pleno conocimiento de DIOS [4], y vivan así sus mandamientos, sus
preceptos, sus mandatos y sus palabras.
Hijitos conviértanse y ya no ofendan mas a Jesús porque también causan dolor a mi Corazón Doloroso e
Inmaculado, porque muchas almas se están perdiendo, incluso almas de niños se están perdiendo porque
ya no hay inocencia en el corazón de los hombres, porque no viven de amor, ni de fe.
Queridos hijos el castigo eterno existe y el adversario ha usado todo lo que tenia de su parte para
hacerles creer a muchos que el infierno no existe.
Queridos hijos yo les animo a que vivan de verdad en el corazón de mi Hijo y a que crean en su palabra
[5]. Oren, oren, oren, muchos abortos se están llevando a cabo, muchas almas se están manchando con
el pecado, oren porque muchas guerras otra vez se están tramando y la vida de muchos pueblos corren
gran peligro, porque no se convierten.
Hasta cuando queridos hijos van a ignorar mis palabras Yo les advierto porque les amo el que quiera
escucharme y creer que lo haga, ya que Yo soy Madre de todos pero no todos me aceptan como Madre.
Oren por India [6], oren por Filipinas, oren por Medio Oriente [7], oren por México [8] y Colombia, oren
mucho por Nicaragua. Yo estoy con ustedes siempre.
99
Llamado de Amor y Conversión del Doloroso e Inmaculado Corazón de María - 27
Mayo 2015
Queridos hijos, miren cuánto tiempo han perdido en sus trabajos en el mundo, en el pecado. Examinen su
conciencia y vean cuan poco tiempo le han dado al Señor. Muchos, cuando están orando, miden el
tiempo. Hijitos, ¿cuánto tiempo le han dado al Señor? y ¿cuanto tiempo les ha dado el Señor de la Vida?
Hijos, el tiempo es una gracia y darán cuentas al Padre por cómo emplean su tiempo sirviendo al señor.
¿En qué has utilizado tu tiempo hijo, hija? ¿en el pecado? ¿en el trabajo? ¿a los hombres?
¿A Dios que le has dado? dolor y sufrimiento en la Cruz, eso se le ha dado.
Hijitos, cuando oran no se preocupen de cuánto tiempo oran 2, 3, 4 o 5 horas, no importa. Hijito, ¿no es
Dios el dueño del tiempo? ustedes no son dueños de sus vidas ¿por qué se afligen de las cosas que
dejan en su hogar, en el trabajo, en el mundo? ¿no están pues ustedes consagrados a Mí? ¿no velo Yo
por sus necesidades y problemas? ¿no me llaman Madre de sus familias, Reina de sus hogares? ¿me lo
han demostrado?
Hijitos, el tiempo pasa y se acorta y los días que vienen no serán días fáciles.
Oren y prepárense ustedes. Mi pequeño Ejército, miren pues que hemos ganado grandes batallas,
grandes luchas. Por eso cuando oren no midan el tiempo. Oren para que puedan convertirse, oren para
que puedan ser santos, oren para que puedan encontrar el Amor de Jesús.
El hombre ocupa su lengua blasfemando e irrespetando, la usa como espada hiriente que mata al
prójimo. Hijitos ahora ¿en que la ocuparán entonces? su lengua y el tiempo de cada uno de ustedes…
Acepten la invitación al sacrificio, oración y penitencia. Oren, oren, oren por la paz del mundo, por la
conversión de los pobres pecadores. Oren de verdad.
Yo les amo y los bendigo. Hijitos conviértase en otros cristos. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Consúmete en Mi Presencia.
Siente los impulsos de Mi Sagrado Corazón en tu corazón. Son impulsos, son deseos de amor. Amar a
Dios con toda tu vida, con toda tu mente, con todo tu corazón, es decir, Manuel de Mi Corazón, entrega tu
vida en una continua alabanza y sacrificio. Crucifícate conmigo para la salvación de muchas almas, que
tu pequeña alma sea oración, sacrificio y penitencia.
Hijito, ama al señor. Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
De Mi Sagrado Corazón y Costado salen, aun hoy, muchas gracias para el mundo. Mi Sagrado Corazón
ha regalado a la Iglesia actual un don precioso, Mi Divina Misericordia.
Querido hijo, adorar la Sagrada Llaga de Mi Costado me da un alivio, pues también mi Sagrado Corazón
se desgarró con la punta de la lanza. Mi querido hijo, Sangre y Agua cayó sobre los ojos de aquel
centurión que enseguida vio al que crucificaron.
100
Querido hijo, hay muchas almas ciegas, muchas almas sin luz. Invoquen Mi Sagrada Llaga que broten
Sangre y Agua para cada uno de ustedes, y sean sanados de sus cegueras, y sus ojos se abran con la
fuerza de Mi Misericordia.
Reconoce, hijito, al que crucificaron y traspasaron con la devoción a Mi Sagrado Corazón, a Mi Sagrada
Llaga la cual es la puerta principal para entrar a Mi Sagrado Corazón y recibir la fuerza insondable de Mi
Misericordia.
Jesús te bendice con Su Sagrado Corazón rasgado. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Desde Su Sagrado Corazón abierto que es la Puerta, es Velo, el Camino que les ingresa en el Santo de
los Santos; Su Sacratísimos Corazón, Fuente de toda Gracia para las almas.
Contigo, pequeño, yo deseo ingresar al Corazón de Mi Hijo, que le ames y le conozcas y hagas todo lo
que Jesús te pida.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Es necesario que desapeguen su corazón de todo lo que es pasajero, vano y mundano. No inquieten sus
corazones con los problemas de la vida vana, finita y terrena. Porque la verdadera vida es la vida del
Espíritu. Porque dónde está el Espíritu Santo de Dios hay libertad y vida.
Mi Sagrado Corazón con sus Rayos de Misericordia llegan a ustedes, y a través de ustedes a toda la
humanidad. Por eso les pido que sean un reflejo de Mi Misericordia en la humanidad herida y descuidada
por el mismo hombre.
Oren, oren, oren para que puedan ser sanados con Mi Misericordia, y limpiadas sus almas con Mi
Sagrado Espíritu Santo, el cual les guiará y les está guiando hacia la Verdad. Oren por ustedes para que
respondan, perseveren y vivan Mis Mensajes que aquí les entrego.
Muchos han venido y así se han ido, porque sólo han sido llamados pero no escogidos. Y a ustedes los
he escogido, preservado y consagrado con Mi Preciosa Sangre y Lágrimas de Sangre de Mi Amada
Madre.
Por los que han escuchado estos Llamados pero no perseveran ya no oren, porque sus corazones no
desean ser moldeados según el Espíritu Santo, más ustedes han sido escogidos.
Siempre oren. Nunca bajen sus manos haciendo tregua con este mundo, sino que luchen hasta el final
como Yo lo hice, ayudado por Mi Padre, amándoles hasta el final, hasta la Cruz, por amor a ustedes. Pero
he resucitado porque Yo soy el Camino, la Luz, la Verdad y la Vida. Si ustedes creen en Mí y en Mis
Palabras no andarán más en tinieblas. Tendrán Vida, la Vida de Dios, la Vida por la Gracia de la
Misericordia, la Vida del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, en sus corazones para que así sean
realmente cristianos verdaderos qué oran y que aman a Su Maestro de Nazaret.
Yo vengo con Mis Poderosos Llagas para sanarlos y purificarnos, y que me sirvan en Espíritu y Verdad.
101
Esta obra se extenderá porque muchas almas son escogidas, porque muchos rebaños estoy uniendo,
porque esta es la última gracia que entregó a la humanidad a través de este pequeñísimo siervo. Les pido
que oren y trabajen con él y Conmigo para extender el Reinado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos:
el Mío y el de Mi Madre.
Porque eso es lo que he deseado desde la creación del mundo, que el Reino de Dios venga al mundo.
Aunque no todos los reciben, el Reinado se extenderá porque esta Obra es Mía y su vida se volverá
apostolado, es decir, discipulado, testimonio. Desde su vida diaria darán testimonio Mío de que Yo y Mi
Madre reinamos en sus corazones.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, vuestras oraciones (cada primer sábado de mes) alivia Mi Corazón Maternal de todas las
cargas del mundo, de todas las ingratitudes de los hombres, por toda la indiferencia que se vive en estos
tiempos.
Yo les invito a orar siempre el Santo Rosario, con la oración y con el ayuno fortalecerán sus vidas de
cristianos.
Mis queridos hijos, infinidad de gracias les estoy entregando a sus pequeños corazones este primer
sábado, pero sólo las recibirán aquellas que se abran con la oración, con amor y con fe al Espíritu Santo
de Dios.
Queridos hijos, así como se refresca la tierra con la lluvia, así se refresca Mi Inmaculado Corazón con sus
oraciones.
Cuando veo tantas almas que se condenan… Queridos hijos, oren, arrepiéntanse, conviértanse, hagan
todo lo que Jesús les diga, adórenlo en el Santísimo Sacramento del Altar y recíbanlo en la Sagrada
Comunión siempre.
Queridos hijos, Mi Manto hoy se abre y los abriga a todos. No duden que todo lo que han pedido ya se les
ha concedido si es Voluntad de Dios. Cumplan con sus compromisos de cristianos, obedezcan los
mandamientos de la Ley de Dios, y todo se les vendrá por añadidura. Éste primer sábado los espero.
Hijitos, Gracias se ganan, para las almas, cada primer sábado.
Queridos hijos, oren por esta patria, cada primer sábado. Hemos librado almas de calamidades, oren por
Nicaragua, Brasil, oren por Inglaterra. Oren por el Papa, oren por los obispos y los sacerdotes, religiosos y
religiosas, oren mucho por ustedes y por sus familias.
Gracias por vivir y aceptar Mi Llamado Maternal. Queridos hijos, les doy la Bendición del Cielo. En el
Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Un llamado a la oración.
Queridos hijos gracias por acudir a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Gracias por aceptar mi Llamado a
la oración, al rezo del Santo Rosario y a la escuela de la Palabra.
Queridos hijos, gracias por acogerme en esta pequeña casita a la cual consagro, bendigo y protejo con Mi
Presencia y con la Preciosa Sangre de Mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, la Llama de Amor de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es una Fuente de Gracias
inagotable, por eso invóquenla siempre en sus oraciones, como lo hacen al final de cada cenáculo en
donde Yo uno Mi Amor de Madre a su pequeño amor de hijos. Ustedes no saben cuantas gracias reciben.
Pero si oran e invocan al Espíritu Santo podrán ir comprendiendo y viviendo.
102
Queridos hijos, son testigos de Mi Gracia de Amor por las familias. Oren por las familias, oren por sus
familias y, a esta familia tan querida por Nuestros Sagrados Corazones Unidos, les agradezco por aceptar
Mis Llamados porque lo guardan en lo más profundo de sus corazones.
Queridos hijos, la oración también es un servicio. Queridos hijos, cada vez que se reúnen a orar, con sus
oraciones cooperan conmigo a ayudar a este mundo tan herido, tan cansado, tan solo. Por eso, queridos
hijos, oren sirviendo y amando. Sirvan amando y sirviendo y orando. Amen viviendo y orando.
Queridos hijos, al final Mi Corazón Doloroso e Inmaculado triunfará, y vendrá el tiempo de paz para el
mundo. Pero oren, queridos hijos, nunca se cansen de orar y ayunar.
Yo les amo y les bendigo a todos y cada uno especialmente. Les doy Mi Bendición Maternal. Nunca,
queridos hijos, se desanimen, nunca se cansen de trabajar en Mi Misión. Gracias por aceptar mi Llamado
y ruego a Dios para que lo vivan. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado de Madre triunfará. Con sus oraciones, sus sacrificios y penitencias
triunfará.
Les invito a creer y a confiar en el Nombre de Jesús, Nombre que está sobre todo nombre, y ante el cual
toda rodilla se debe doblar. El Señor Jesús, Mi Amado Hijo, es el Príncipe de la Paz, y dará Paz a todos
aquellos que abran su corazón y se conviertan. Vuestras lágrimas de arrepentimiento han purificado Mi
Manto Inmaculado dejándome más radiante que el sol, más bella que la luna, más hermosa que la flor.
Queridos hijos, gracias por las oraciones, nunca se cansen de orar. Recuerden que el ayuno es muy
importante para la vida espiritual, acudan siempre a la confesión, y a adorar a Mi Hijo Jesús
verdaderamente presente en todos los Tabernáculos del mundo.
Queridos hijos, les invito nuevamente a la conversión, vuelvan siempre sus corazones hacia Dios cada
mañana. Éste debe ser vuestro primer sentimiento, el amor a Dios, y al finalizar cada día arrodíllense y
alaben en Nombre del señor. Gracias hijitos, por aceptar mis Llamados Maternales. Les amo y les
bendigo. También hoy bendigo de una manera especial a mi hijo predilecto, consagrado en el altar por el
servicio de Mi Hijo. Hoy les entregó a todos Mi Bendición Maternal. Recuerden, hijos, arrodillarse siempre
que un sacerdote les dé la bendición porque Yo también me inclino ante el corazón de mis hijos, los
sacerdotes. Queden en paz.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
La oración perseverante.
Queridos hijos, les invito a la oración perseverante para que puedan lograr en ustedes un cambio de
corazón. La oración y la caridad cambiarán vuestras vidas, en la medida en que ustedes le pidan al
Espíritu Santo, que les ayude y animé a cambiar. Por eso, queridos hijos, yo les invito a que sean dóciles
a Mis Mensajes, a que los vivan y escuchen.
Queridos hijos, todo lo que yo les enseño es la Palabra de Dios. Nada hay contrario en Mis Mensajes que
no sea lo que Jesús ya les ha enseñado en Su Palabra. Por eso lean diariamente el Evangelio y
meditándolo diariamente.
Oren, oren, oren para que ustedes se conviertan en verdaderos cristianos como Jesús quiere que sean.
Oren por la paz, oren por la iglesia, oren por la conversión de los pecadores. Oren, queridos hijos, por sus
familias.
El Señor les muestra Su Rostro y les bendice. Les doy Mi Bendición Maternal. En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
103
Llamado de Amor y Conversión del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús - 14
Junio 2015
Mi querido hijo, cuando Adán y Eva fueron tentados y cayeron en la tentación movidos por el no-amor a
Dios y a sus órdenes, cayeron en la desgracia de perder la comunión con Dios. Cuando un alma peca y
cede a la tentación, pierde su comunión con Mi Padre.
El Padre Eterno entonces, anunció a la Madre y al Hijo. Desde el principio de la Obra de Mi Redención, el
Corazón Inmaculado de Mi Madre tenía un especial trabajo. El Eterno Padre dijo la serpiente antigua:
pondré enemistad entre tú y la Mujer. Ella te aplastará la cabeza y tú le morderás el Talón.
Hijo, Mi Madre es la que ha aplastado y seguirá aplastando a Satanás, pero con la fuerza que ha bajado
de lo Alto, y que ha hecho que la Madre sea un Santuario para Mí, Hijo Unigénito de Dios, encarnado,
nacido, resucitado.
El Padre, desde el principio de la creación, ha anunciado el Triunfo de Nuestros Dos Corazones Unidos
en el Amor Santo. Mi madre y Yo, hemos sido el Auxilio de la humanidad pecadora. Mi Madre por
dignificar nuevamente al hombre con su aventura al Proyecto del Padre, y Yo por redimir al mundo entero
en Mi Sacrificio de la Cruz. Por eso, hijo, la Nueva Eva y Nuevo Adán, Nuestros Dos Corazones Unidos
iniciaron el Proyecto de la Salvación. La Madre y el Hijo aplastando el mal. La Madre y el Hijo que
reinarán y triunfarán.
Esperen e invoquen Nuestro pronto Triunfo. Con vuestras oraciones, sacrificios y penitencias, preparen a
las almas para el Reino de Dios y de Nuestro Sagrados Corazones Unidos. Mi pequeño, te amo y te
bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, oren por su conversión para que sean verdaderos imitadores del Sagrado Corazón de Mi
Hijo Jesús. Queridos hijos, no desatiendan los Llamados que el Cielo les hace a través de Vuestra Madre
Celestial, antes bien, cumplidlos, acogedlos, meditadlos, y léanlos siempre en oración, para que Mis
Consejos Maternales les ayuden a acercarse cada vez más a Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Recen siempre el santo rosario por la conversión de los pecadores, por la paz del mundo, y por aquellos
que aún no creen que Dios existe.
Queridos hijos, les invito a ser verdaderos discípulos de Mi Hijo Jesús, a leer diariamente la Santa
Palabra, visiten a Jesús en el Sagrario (donde está día y noche, donde permanece por Amor), a confesar
sus culpas y a recibir a Mi Hijo en estado de gracia. Porque vuestros corazones necesitan las Fuerzas
que vienen de lo Alto para poder enderezar vuestro camino, para poder caminar en la conversión a Dios,
y para que aprendan amar.
Queridos hijos, sean santos y perfectos en vuestro obrar, como lo es Mi Hijo Jesús. Invoquen siempre al
Espíritu Santo, porque Él les dará la Fuerza para poder hacerlo así. Gracias, queridos hijos, aceptarán y
responderán viviendo mis Llamados.
Oren, queridos hijos, especialmente por Rusia, Estados Unidos, Bélgica, Inglaterra, China y Japón,
Nicaragua y Venezuela, para que las Gracias del Cielo den la conversión y la paz a estos pueblos. Les
amo y les bendigo.
Yo, Madre y Reina de la Paz, les doy Mi Paz. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
104
Llamado de Amor y Conversión del Doloroso e Inmaculado Corazón de María - 22
Junio 2015
Mis queridos hijos, guarden Mis Palabras en sus corazones y no permitan que el olvido humano arranque
de ustedes Mis Consejos Maternos.
Queridos hijos, Yo, junto ustedes, estoy construyendo poco a poco el Reino de Dios, reuniendo en un solo
Corazón, en el Sagrado Corazón de Cristo, a todas mis almas escogidas. Todas sus almas son gratas
para Mí.
Queridos hijos, Yo deseo actuar a través de ustedes. Que en sus obras se vea a Cristo para que los
hombres, que aún no creen, vean sus obras y se conviertan. Conozcan con la oración y con el ayuno el
Amor de Dios para el mundo.
Queridos hijos, Yo les invito a que den testimonio de que Mi Hijo Jesús está llegando, y así preparen sus
almas para recibirlo con todo el amor, fervor, y devoción de sus pequeños corazones.
Queridos hijos, siempre abran sus corazones a la acción de Dios, para que Dios pueda hacer en ustedes
lo que Él siempre ha deseado para los hombres; almas redimidas, imagen y semejanza de Dios que tanto
les ama. Gracias, queridos hijos, por aceptar mi Llamado.
Le llamo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Reuniré a Mi Rebaño
Querido hijo, ansiar al Padre, es tener deseos de Su Presencia, sed de plenitud, pero sobretodo, un
corazón muy lleno de amor, de amor santo, para cumplir Su Voluntad. Cuando un alma ansía y anhela
cumplir la Voluntad Divina va iniciando su camino de conversión, pero es necesario que invoque el auxilio
del Paráclito Celestial, Dios Espíritu Santo, y en sus corazones, para que les lleve al pleno conocimiento
de la Verdad. Jesucristo es la plenitud de la verdad.
Mi querido hijo, el Espíritu Santo en este tiempo, me envía a reunir a los que se mantienen fieles a las
Enseñanzas de Jesús y que ahora están siendo grandemente atacados por Satanás que causa confusión,
desunión, desamparo y letargo.
A todos los que Yo llamo, Madre Misericordiosa, los he escogido y consagrado apóstoles de Nuestros
Sagrados Corazones Unidos y de los últimos tiempos. Lo reuniré en un solo Corazón, en un solo Espíritu
y en un mismo sentir.
Yo como Madre, la Divina Pastora de las almas, reuniré a Mi Rebaño que está disperso por el egoísmo y
la confusión. Querido, Yo estoy reuniendo a todos mis hijos como un solo Ejército, pues yo soy la
Hermosa y Poderosa, como un Ejército en orden de batalla. Y este Ejército, son todos los que se han
consagrado a Nuestros Dos Corazones Unidos. De todas partes y confines de la tierra acudirán. Que
crean y acepten el Llamado de Dios. Toda la tierra está oyendo Mi Voz. Es un Llamado a todos mis hijos,
a mi único Rebaño, en el Corazón Sagrado y Eucarístico de Jesús.
Queridos hijos, escuchen Mi Voz y Mi Mensaje y alístense en el Ejército de Cristo, sean soldados de
Cristo y prediquen el Evangelio. La armadura espiritual y el Espíritu Santo, se os dará en la medida
respondan a la Palabra. Reuniré en un solo Rebaño a mis ovejas y corderos fieles.
Yo como Madre, les llamo a la unidad ahora. Después de la purificación del mundo reconstruiremos el
Reino de Dios y Mi Castillo y Fortaleza, donde tendré mis hijos siempre bajo mi protección de Madre.
Todo se cumplirá, toda Palabra salida de la boca de Dios.
Orad, orad, orad siempre, mi pequeño, para que mis intenciones y las del Sagrado Corazón puedan
llevarse a cabo.
105
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, no tengan miedo, nunca sientan miedo. El miedo es un obstáculo que pone el adversario
para que no se abandonen en las Manos del Señor.
Queridos hijos, con Mi Presencia Materna, Yo les invito a conocer a Dios, a experimentarlo sus vidas, a
encontrarse con Él, para que cada día se renueven en la fe, la esperanza, y en la caridad.
Oren queridos, oren, oren mucho para que puedan comprender lo que les digo, y así sus corazones sean
liberados de la esclavitud del pecado y de la miseria espiritual en la que están sumidas muchas almas por
falta de oración.
Yo les invito a leer siempre la Sagrada Escritura, para que en Ella, conozcan a Dios, y cumplan Sus
Preceptos, que es amarlo sobre todas las cosas, con todo el corazón, con toda su mente, con todo su ser,
y a vuestro prójimo tratándolo como si fuera el mismo Cristo vivo. Porque el Amor de Dios nos conducirá a
la vida eterna.
Yo les muestro, queridos hijos, el Camino que deben seguir para encontrarse con Dios, y ese Camino es
Mi corazón Doloroso e Inmaculado, Tabernáculo de la Santísima Trinidad. Queridos hijos, siempre oren,
siempre tengan sed de Mi Hijo Jesús. Él les dará la Paz, que muchas almas necesitan, la Confianza que
muchas almas perdidas han abandonado y el Amor que hace falte en muchos corazones. Por eso oren,
oren siempre, oren con el Santo Rosario y con el corazón.
Nunca se olviden de los mensajes que les doy a través de este instrumento, sino que medítenlos y
vívanlos y recuérdenlos siempre.
Yo les doy Mi Bendición Maternal. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
Llamado de Amor y Conversión del Amante y Casto Corazón de San José - 26 Junio
2015
Queridos hijos, han sido confiados también a Mí, y Yo José de Nazaret siempre les protejo, les auxilio, les
daré fuerzas, les daré pautas, para servir, para ejercer el ministerio que, en estos últimos tiempos, el Cielo
les ha confiado.
Queridos hijos, oren siempre Mis Siete Dolores y Gozos porque en ellos está el camino que tracé para
aquellos que aman a los Grandes Amores de Jesús y María, a quienes tanto amo, y a quienes me
entregué con el Corazón.
El Padre Eterno me envía para este ministerio, para que puedan aprender a amar según Mis Enseñanzas,
a Jesús y a María, y sean verdaderos custodios de los Tesoros del Cielo.
Querido hijo, este camino, es un camino de consagración, ahora les encomiendo una pequeña misión, a
que se reúnan los custodios de oración, de este pequeñísimo siervo, cada miércoles a las siete de la
noche para meditar, solamente por 10 minutos, mis Siete Dolores y Gozos, cada miércoles. Mi Amante y
Casto Corazón les traerá los pasos que deben seguir para el servicio, para el camino, para encontrar de
nuevo la ruta hacia el Hogar Sagrado de Nazaret.
Yo les amo les bendigo, Mi Casto y Amante Corazón les ama y espera que también sean hijos de Mi
Amante y Casto Corazón Paternal.
Yo les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
106
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Como no aman a Dios, no cumplen la Ley, como no aman al prójimo le ofenden, como no se aman a
ustedes mismos no se preocupan por la salvación de sus almas.
Recuerda pequeño, este paso sencillo pero profundo, el arrepentimiento. Éste arrepentimiento sincero es
el primer paso de la conversión.
Te amo alma. Mi sagrado corazón te bendice. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, y sólo aquellas almas que tengan un encuentro profundo e
insondable con Mi Sagrado Corazón, lograrán encontrarse con la Verdad. La Verdad está esperando a
que la vivan y se guíen con la Verdad y Amor Santo.
Si deseas comprender a Mi Sagrado Corazón, anhela la Verdad, la Verdad les hará libres. Y si Mi
Sagrado Corazón es la Fuente de la Verdad entonces Mi Sagrado Corazón les dará la libertad para sus
corazones, pero es necesario tres cosas fundamentales para esas gracias: obediencia, confianza y amor.
Aquellas almas que obedecen lo hacen porque con confianza saben que Yo les amo. Por lo tanto, inicien
el camino a la Casa de la Verdad, Mi Sagrado Corazón.
Yo, el Amor y la Verdad, te amo y te doy Mi Bendición. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Yo, como el Pastor que une a su Rebaño, antes de llevárselo a verdes prados les digo: Sean uno, la
Iglesia debe ser Una, en los profetas, mis sacerdotes y todo el pueblo debe ser un solo corazón. Clama
por esa unidad, clama por la llegada del Espíritu Santo, que unirá a todas las almas en Nuestros
Sagrados Corazones Unidos como estábamos unidos en la Casa Bendita de Nazaret y en el Reino de
Dios. Se manifiesta en esa unidad, en el amor. Se siempre uno, mi siervo.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
107
Llamado de Amor y Conversión del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús - 2 Julio
2015
Se tu mismo.
Pequeño confidente, no tengas miedo de hablar, que el miedo no calle la verdad en tu boca, hablas
siempre en Mi Voluntad.
Hay almas que me conocen y se han encontrado conmigo, pero amor es lo que aún debe florear en ellos.
A ti, mi pequeño, yo te he concedido el don de la caridad, no tengas miedo de ser tú mismo, ser amor
para el amor, amor para los hombres que acuden a ti porque se sienten escuchados.
Hay almas que también juzgan Mis Revelaciones y critican a mis profetas. No temas esas almas, no oyen
esas revelaciones porque no me aman. Si supieran que Yo me manifiesto a ti porque te amo…
Manuelito, ama y sé tú mismo. Ama y sufre conmigo, como Yo lo hago desde la Cruz pero se siempre
astuto, prudente y sabio. Invoca al Divino Espíritu para que todo lo hagas como Yo lo deseo.
Te amo y te bendigo, pequeña alma. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
La oración es un don.
La oración es un don entregado por Dios Espíritu Santo. La oración también es una Gracia y deben pedir
constantemente la Gracia y deben pedir aprender a orar. Orar no sólo es pedir, orar es comunicarse con
Dios, estar con Dios, esconderse en Dios. Orar es tener un encuentro íntimo con el Corazón del Padre,
por eso Yo les invito a orar porque sólo orando sabrán lo que Jesús les pide, y orando hacen la Voluntad
de Dios. Por eso, queridos hijos, comprendan que orar es muy importante para su crecimiento espiritual
porque así como alimentan el cuerpo tienen que alimentar el alma.
La mayor y la mas grande oración de alabanza y acción de gracias se da en la Santa Misa. Deben
prepararse con momentos de oración, pidiéndole al Espíritu Santo que les ayude a vivirla como la primera
y la última.
Queridos hijos, oren, oren, oren porque muchas almas necesitan oración. El mundo necesita oración, la
Iglesia de Mi Hijo necesita oración.
Oren también, queridos hijos, para que puedan comprender las Gracias que el Señor les da.
Gracias por aceptar Mi Llamado Maternal. Les pido que oren siempre y sin cesar, y en estos 12 días de
oración, no se cansen de perseverar.
Les doy Mi Bendición Maternal. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
La oración es un camino
Queridos hijos, la oración también es un camino, el camino que nos lleva al encuentro con el Sagrado
Corazón de Mi Hijo. La oración les regala el don del discernimiento, humildad y fe para que puedan
comprender la invitación que les hace Jesús de cargar con la Cruz día a día. La oración es la fuerza en su
caminar espiritual.
Queridos hijos, orar también es confiar, orar también es abandonarse en los Brazos del Señor. Orar
también es vivir en el Divino Querer de Dios, actuar desde la Voluntad de Dios, amar desde la Voluntad
de Dios. También la oración les ayudará a servir a Dios, como Él también desea ser servido. Queridos
hijos, a Dios sólo se le sirve de verdad así como Él desea ser servido. No es como el hombre muchas
veces desea servirle, sino servirle como Él quiere ser servido y la oración les dará las gracias necesarias
para alcanzar esa misma santa intención.
Les invito a la oración del corazón. Le amo y les bendigo sigan orando siempre. En el Nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
108
Llamado de Amor y Conversión del Doloroso e Inmaculado Corazón de María - 4
Julio 2015
Renunciar a sí mismo.
Queridos hijitos, les invito a comprender que renunciar a vuestra voluntad para someterse a la Voluntad
de Dios, es la mayor reparación que cada uno de mis hijos puede realizar. Renunciar a sí mismo, morir a
sí mismo, para que ya no sea el hombre sino Cristo viviendo en el corazón del hombre.
Queridos hijos, les invito a comprender que vuestro “sí” es importante en estos tiempos, ya que se
necesitan almas que reparen, que oren por todos los pecados del mundo que cada día van en aumento
ofendiendo al Sagrado Corazón que tanto les ama. Es necesario que invoquen las gracias de la Sagrada
Pasión de Mi Hijo Jesús para que puedan entender el Misterio de la Redención, para que puedan vivir
constantemente en Jesús, para que comprendan que vuestro sacrificio es muy importante para que se
abra una Fuente de Gracias para el mundo. Porque hay muchas almas que necesitan esas Gracias para
poder convertirse.
Queridos hijos, oren por sus familias, oren por la juventud del mundo recuerden que en Fátima dice que
vendrían modas que ofenderían al Señor. Queridos hijos, oren para que puedan convertirse, discernir.
Invoquen siempre al Espíritu Santo. Sellen vuestros hogares, vuestras familias, vuestros hijos con la
Preciosa Sangre de Mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, el enemigo de las almas se mueve más que nunca, es necesario que se unan
constantemente para orar, para reparar, para llevar el Triunfo de los Sagrados Corazones Unidos.
Queridos hijos, con vuestras oraciones, sacrificios y penitencias seguramente Mi Corazón Doloroso e
Inmaculado triunfará.
A todos los objetos religiosos que han traído los bendigo. Los bendigo a ustedes con la Preciosísima
Sangre de vuestra redención. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, hoy les invito al camino de la humildad. La humildad es obedecer los Mandatos del Señor.
La humildad es caminar aún sin comprender y confiar en la Voluntad de Dios. La humildad les llevará
siempre a una verdadera relación de intimidad con Dios, sean humildes.
Queridos hijos, para aceptar mis Llamados, para poder vivirlos, lo más importante, sean humildes para
obedecerlos. Queridos hijos, la desobediencia es soberbia, y la soberbia asesina el alma porque el
hombre cree que sólo él, conoce lo que es mejor para él, y no se da cuenta que camina hacia el abismo.
Queridos hijos, quiten la soberbia de su corazón, llénense de humildad y sinceridad para que puedan
perseverar en el camino que Mi Hijo les ha entregado, el camino del amor y del dolor, la entrega y el
sacrificio y la renuncia. Gracias, queridos hijos, por aceptar mi Llamados. Le amo y les bendigo. Les
entrego una nueva Gracia, queridos hijos; todos los objetos religiosos y la rosas que traigan a mi
santuario serán bendecidos con el Amor de los Corazones Unidos y poseerán las gracias de la sanación
del cuerpo y del alma y de la liberación, porque así pueden servir al Señor. Cada pétalo de rosa lleva la
gracia de la conversión, de la sanación y es un signo de amor de Mi Presencia Materna.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Escuchen Mi Voz.
El instrumento: Escuché que el Eterno Padre me llamaba con urgencia para orar y escucharle. Entonces
Él me habló y dijo:
109
Dios Padre: ven, confía en Mí, abandónate a Mí, búscame como la cierva busca corrientes de agua. Ama
al Amor.
Querido hijo, Yo deseo explicarte lo que ahora está pasando, esta generación se ha depravado. Ahora,
hasta las almas que me juraron amor, que me servirían eternamente, me han dejado negándome delante
de los hombres. Esta depravación y abominación os destruirá.
Cuando llame a mi pueblo estará listo, estará preparado un Nuevo Israel para ir a la Nueva Jerusalén.
Hijos, la abominación les ha hecho sordos a Mi Voz. Mis advertencias son ignoradas, mientras ellos
siguen su vida de pecado. Pero Mi Voz resonará, como Fuego encendido despertará el corazón del
mundo. Como Trueno verán abrirse Mi Santuario. Como luz imprescindible verán su mal y su pecado y allí
estará el momento que oirán Mi Voz. Hijo, ¿crees tú que es necesario usar de Justicia para llamar a la
creación de nuevo hacia Mí?
El instrumento: No Señor, yo creo que no es tan necesario llamar con dureza al hombre. Dios Padre:
Hijito, no es necesario pero será inevitable porque ya no escucha Mi Voz. Estados Unidos y México los he
escogido, los he guardado en el Manto de la Mujer vestida de Sol. Las he tratado con delicadeza y las he
levantado del polvo, pero ahora dan la espalda a Mi Voz, ignoran Mi Palabra… y te atreves a aseverarte
como pero tu rebeldía te destruirá…
Después que Yo purifique los Míos, los restituiré como Mi Santuario, los cultivaré como Mi Huerto, los
resucitaré pues estaban muertos. Pero ahora se necesitan grandes reparaciones, oraciones, conversión,
mitigarán lo que se aproxima.
Hijito, pero Yo te prometo que no dejaré a los Míos sin Mi Fuerza y Ayuda. Pero Yo daré a cada quien
según sus obras.
Hijito, orando y clamando incesantemente por Mi Misericordia con el Salmo 25. Te he escogido para que
seas receptor de Mis Mensajes. Ve y profetiza, hijo de hombre. Vuelvan pronto su corazón a Dios. En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Llamado de Amor y Conversión del Amante y Casto Corazón de San José - 8 Julio
2015
Mensaje de esperanza
Queridos hijos en el Señor Jesucristo, Mi Casto y Amante Corazón les bendice. Les traigo un nuevo
Mensaje del Cielo, un Mensaje de ánimo, de esperanza y de consuelo para que sigan adelante en el
seguimiento del Jesús, para que puedan encontrarse cara a cara con Dios, para que puedan vivir según
el Divino Querer de Dios, en su Divina Voluntad, sirviendo y amando como el Señor lo desea, como el
Señor lo espera de ustedes. Por eso vengo a formar los apóstoles, aquellos que mantendrán viva la
Llama de la Fe en los próximos días difíciles que vendrán para la vida espiritual.
Queridos hijos, les animo a no ceder a la pereza, a no decaer en la oración, a vivir de la fe, de la
esperanza y del amor, para que puedan encontrar a Cristo en los demás y en ustedes mismos.
Queridos hijos, cuiden a sus familias, cuiden a sus hijos, sean apóstoles en vuestros hogares, en vuestros
trabajos, en vuestra vida diaria, porque estos apóstoles lucharán por extender el Reinado de Jesús y
María en todo el mundo.
Queridos hijos, estos apóstoles estarán encendidos en el Fuego del Amor Divino, Amor de Dios. Un
Fuego que les invita a salvar almas. Este Fuego se le concede a cada uno de ustedes cuando oran con
fe.
Sigan adelante y pongan en práctica la Palabra de Dios. Nunca decaigan en esta misión, en esta última
misión que el Cielo entrega para salvar almas, aquellas almas que escuchan y obedecen, aquellas almas
que voluntariamente aceptan a Dios.
Queridos hijos, oren, oren, oren, el Cielo me envía para formarles como los nuevos apóstoles de los
Sagrados Corazones Unidos.
Les entrego Mi Bendición Paterna. Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
110
Tres espiritualidades.
Mis queridos hijos, hoy los invito a la oración, al sacrificio y a la penitencia. Estas tres espiritualidades
reúnen toda la vida cristiana. Vivir en la oración, sacrificarse y en penitencia, es decir, cumplir sus deberes
para con Dios. Pero todo lo que hagan para Gloria de Dios, háganlo por amor a Dios. Todo lo que hagan,
ofrézcanlo por la conversión de los pobres pecadores, por la paz del mundo por el Santo padre y por toda
la iglesia universal.
Queridos hijos, muchos aún siguen durmiendo, ya es hora de que despierten de su letargo, porque el
tiempo que se aproxima son tiempos terribles porque ustedes, queridos hijos, no comprenden lo que el
cielo debe de hacer para limpiar el mundo, para purificar al mundo, para sanar al mundo… pero para eso
es necesario una purificación del mundo. Muchos de ustedes, como madres, sufren al ver a sus hijos en
mal estado y Yo queridos hijos, veo a millares de almas condenándose. Por eso, consuélenme con sus
oraciones. Muchas almas se están condenando, muchas almas se están perdiendo, porque no hay
quienes oren, se sacrifiquen y sufran por ellas, porque les gusta la comodidad y la falta de compromiso.
Queridos hijos, encontrarse con Cristo es comprometerse con Cristo, no ser cristianos de vida dormida
sino cristianos que ofrecen toda su vida en expiación, en sacrificio, al pie de la Cruz. Por eso queridos
hijos, conviértanse de verdad porque el tiempo que se aproxima, son tiempos de grandes batallas
espirituales. Cambien, recen, amen y busquen entregarse de verdad al Señor por aquellos que no lo
glorifican. Entréguense de verdad al Señor por aquellos que nos se entregan. Consuelen al Señor por
aquellos que no le consuelan. Oren y ayunen por aquellos que no lo hacen. Todos, queridos hijos, pueden
ayunar, entregarse, darse sin egoísmo por la salvación de las almas. Dar su tiempo sin egoísmo para orar
por el mundo.
Queridos hijos, les invito al amor, al amor que les llevará al Amor a amar de verdad a Dios, a amar con
firmeza a Dios y al prójimo.
Yo soy María, Reina de la oración, del sacrificio y de la penitencia, y les invita a vivir estas tres rosas.
Les amo y les bendigo. Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, cada día que van uniéndose en oración, va creciendo espiritualmente, van dando un paso
más en su vida cristiana. Por eso es importante la perseverancia en el seguimiento a Jesús, para que las
gracias que el Señor les ha concedido, las vayan adquiriendo a lo largo de este caminar en el momento
de Dios, cuando Él quiera otorgárselas.
Queridos hijos, sean mis apóstoles y muestren el mundo que son mis hijos, sean testimonio de Mi Voz
Materna, porque mi presencia en este lugar es consuelo, es fortaleza, es medicina para muchas almas
enfermas. Con Mi presencia entre ustedes, queridos hijos, también estoy derramando dones, gracias y
carismas para el servicio. Están llamados el servicio, están llamados a la entrega, están llamados al amor
desde su Bautismo. Por eso, queridos hijos, sean fieles a la invitación de Jesús, Jesús sana sus heridas,
Jesús libera sus almas, Jesús es consuelo, ese ánimo y alegría.
Por eso les invito, queridos hijos, a ser siempre mi pequeño Ejército orante que crecerá y crecerá como
las estrellas del cielo, porque la hora del Triunfo y Reinado de los Sagrados Corazones Unidos está
llegando y se implantará en sus hogares, en sus familias, en sus corazones, en muchos corazones de mis
hijos.
Ya estoy reuniendo y gobierno como Reina y Señora de todos los hijos de Dios y por eso les invito a la
oración, la alegría del testimonio, a la perseverancia en el seguimiento, la confianza en la tribulación y a la
esperanza en la persecución y en el dolor.
Por eso, queridos hijos, no teman Yo siempre escucho vuestras súplicas. Yo les pido confianza, fe y
amor, enamórense verdaderamente de Jesús. Amen con todo el corazón a Jesús. Sigan sin vacilar a
Jesús.
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Les amo y les bendigo. Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
La oración es el encuentro del alma con Dios, donde los débiles reciben la fuerza, donde los fuertes
reciben fortaleza para seguir perseverando, donde los enfermos reciben salud y donde lo sedientos y
hambrientos de Dios son saciados. La oración es un don importante para todos ustedes, para que puedan
seguir fieles al seguimiento del señor.
El sacrificio, queridos hijos, indica la renuncia de sí mismo, morir a ustedes mismos para que Cristo viva
en ustedes, Para que sufriendo y expiando por ustedes y por todos los pecadores del mundo, muchas
almas sean salvadas.
La penitencia, queridos hijos, quiere decir el cumplimiento de sus deberes para con Dios, es cumplir sus
votos y promesas hechas a Dios, ser fieles a la Palabra de Dios, ser penitentes y ser fieles observadores
de la Palabra de Dios.
Por eso, queridos hijos, les invito a adquirir éstos tres dones, lo harán con la oración de corazón, con la
perseverancia en el camino, con la ayuda de Dios Espíritu Santo, con la lectura asidua de la Palabra de
Dios y sobre todo, con Jesús presente en el Santísimo Sacramento del Altar, recibiéndole y adorándole.
Queridos hijos, sean fieles a Mis Mensajes de Madre, vívanlos, practíquenlos. Correspondan (de la mejor
manera) con vuestro amor al amor que Dios les tiene a cada uno de ustedes. Ese Dios que entregó a su
Hijo Único en el Santo Sacrificio de la Cruz por la remisión de sus pecados y para darles la vida eterna.
Viendo a Cristo crucificado, mediten el gran Amor que Dios les tiene.
Vuestra Madre del Cielo les ama y les bendice. Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Es un título bíblico y apocalíptico, porque separa la maldad del corazón de los hombres con el amor que
aún existe en el corazón de los hombres, con el amor que aún existe en muchas almas.
Este título en honor de Mi Madre, recibe todas las Gracias del Cielo, pues este título del Corazón
Doloroso e Inmaculado de Mi Madre, es la culminación de toda la Maternidad de Mi Madre, Pura e
Inmaculada en el principio, su fuente y, Dolorosa al pie de la Cruz. Reinando y Victoriosa al final conmigo,
por eso hónrenla con este maravilloso Nombre, pues su Doloroso e Inmaculado Corazón será el Refugio
para ustedes en estos tiempos.
Es la más grande Obra y Apostolado, hacer que Mi Madre reine conmigo hasta la eternidad. Por eso sean
siempre obedientes a Mis Llamados.
Les amo y les bendigo en el Amor Santo de Nuestros Sagrados Corazones. En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Hijo, tu fe es grande.
Hijo, tu fe es grande, es grande porque no me ves con el cuerpo y la razón, sino con tu espíritu y corazón.
El señor te ama y a toda tu familia, tus padres centinelas y custodios que te ayudan en esta misión, y los
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más perseverantes y que más renuncias han hecho, junto a ti, para servir. Gracias hijito, por sacrificarte
en todo tiempo y momento. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado se alegra de estar aquí, en mi santuario,
en esta pequeña Fátima de los últimos tiempos, en este pequeño huerto de Getsemaní donde los
Corazones Unidos de Jesús y María agonizan junto a ti.
Hijito, mi alegría es grande al ver tu esfuerzo para llevar Mi Palabra, para presentarse ante las
autoridades de la tierra, para obedecer la Autoridad del Cielo. Hijito, esto también lo sufrieron los Profetas,
Yo Tu Amada Madre, y Jesús para servir al Señor, en todo tiempo y circunstancia. Hijitos, pero también
mi dolor es grande al ver tanta tibieza en los corazones de los hombres, al ver tanta indiferencia ante Mi
Presencia Materna.
Hijitos, el Brazo del Señor pesa sobre el mundo. Hijitos, el Corazón del Señor sufre, cuantas almas dicen
“si” y con sus obras rechazan Mi Invitación.
Hijito, la tibieza espiritual pesa sobre el mundo, y por eso vengo nuevamente a llamarlos a la conversión,
a la entrega, a la consagración, a la renuncia, porque hay que renunciar para poder aceptar el Mensaje
del Señor. Sin renuncia no hay entrega, sin amor no hay fidelidad y compromiso.
Hijito, ora, ora, ora, para que los hombres se den cuenta en el estado que viven. Ora para que sean
iluminados por el Espíritu Santo, ora para que sean tocados por Mi Fuerza de Madre, por la conversión.
Hijitos, abran sus corazones, porque la dureza de los corazones hiere Mi Corazón. Corazón que tanto les
ama pero que tanto sufre por causa de los hombres.
Hijito, Yo bendigo y consagro este cuarto con la Sangre Sacrosanta del Cordero. En el Nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es el culmen de todas Mis Manifestaciones de Madre
y es el Refugio para estos tiempos, para que ustedes y sus familias se abriguen en Él.
Pero recuerden también que el mayor milagro que puedo darles, es el milagro de la conversión. La
conversión es el primer paso para aceptar a Dios. Por eso conviértanse y acepten al Señor, y
entréguense totalmente Su Sagrado Corazón que tanto les ama.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Apertura de corazón.
Queridos hijos, hoy les invito a una apertura de vuestros corazones para que puedan amar, creer y confiar
en el Señor.
Queridos hijos, el Señor les ama inmensamente pero Él también necesita ser amado por ustedes. No
desconfíen del amor del Señor porque la desconfianza lástima el Sagrado Corazón de Jesús. Ámenlo con
todo el corazón, que el Señor sea el centro de sus vidas. Les invito a ser apóstoles encendidos en ese
Fuego de Amor Divino para que acepten al Señor como el único Juez y Señor de sus vidas, para que el
Señor gobierne a vuestras familias y en esta nación.
113
Oren por esta nación, hagan ayuno y penitencia por este pueblo. Oren por las familias, sean pastores de
sus familias, enséñenles a sus hijos a orar, amar, a confiar en el señor, porque para eso se les han
prestado para que les enseñen a orar y amar a Dios y al prójimo.
Yo le llamo y les bendigo. Oren, oren, oren, sean conscientes del momento que viven, sean responsables
con las Gracias que les damos. Hagan silencio y oración en todo tiempo. Oren por Nicaragua, porque la
violencia la destruirá. Oren por este pueblo.
Queridos hijos, por favor, oren y obedezcan a Mis Llamados que con Amor de Madre de Misericordia, yo
les entrego en este lugar donde el cielo toca la tierra. Oren siempre.
Les amo y los bendigo, María Vuestra Madre Celestial. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida
Después de estas calamidades, sufrimientos, persecuciones que Mi Madre les ha prevenido, vendrá un
nuevo tiempo de paz. Pero ahora viven tiempo de decisiones, de discernimiento y de sacrificio. ¡Discierne,
humanidad, Mi Palabra! reconoce que estás en los últimos tiempos, tiempos de una lucha imperiosa. Pero
Mi Madre y Yo estamos preparando pequeñas almas orantes, almas víctimas, almas que sean apóstoles
de los últimos tiempos, quienes también estamos reuniendo en el Santísimo Vientre de Mi Madre.
Ora para que nuestros planes se realicen. Ora por tus hermanos y hermanas de Venezuela quienes
sufren y seguirán en su tribulación hasta que todos se consagren a Nuestros Sagrados Corazones
Unidos.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Llamado de Amor y Conversión del Amante y Casto Corazón de San José - 29 Julio
2015
Queridos hijos, el Cielo urge de vuestras oraciones para poder derramar un nuevo tiempo, una nueva
etapa de misericordia y gracia, porque van por muy mal camino sin la conversión arrepentimiento del
Amor de Dios, al prójimo.
El tiempo urge de verdaderos discípulos de Jesucristo, de verdaderos hijos de María, comprometidos con
la Reina del Cielo para la salvación del mundo entero.
Yo les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
114
Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 1
Agosto 2015
No olvides que Él es Dios y Creador del universo y de las almas. Correspondan a su Amor, déjense
inundar por su Amor, vivan en el Amor del Padre porque la Voluntad del Padre es Amor. Misericordia que
el Padre, en estos últimos tiempos, les da dos signos maternos para vuestra salvación: el Rosario y el
Escapulario.
Y Mi Corazón Doloroso e Inmaculado serán vuestras Llaves para abrir las Puertas del Cielo.
Les invito a que amen, amen, amen hasta la locura infinita. Dios es Amor y Dios les ama.
Hoy les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
La tierra está siendo tocada por Mi Mano Izquierda de Pastor. La tierra se estremece y seguirá
estremeciéndose para despertarlos del letargo y la indiferencia.
Mis apóstoles que tendrán en los santuarios que Yo he de construir sobre las ruinas del mundo porque ha
llegado el momento de almas radicales, profundas en oración y perseverantes en sacrificios. Mis
apóstoles en este fin del tiempo se desplazan acercándose cada vez más, pero el llamado de la Madre los
reunirá a todos al pie de la Cruz de Amor, de Dulzura y de Gracia.
Así también la tierra se estremece al escuchar la Voz de la Madre Suplicante y a esa Voz que suplica con
dolor. Pero ese estremecer, no sólo del mundo sino también de los corazones de los hombres, es
causado y motivado por la Gracia de la conversión, conversión, conversión, que se les está dando tiempo
que se conviertan diariamente y gocen del Amor de Dios que lo sana todo, lo limpia todo, lo llena todo.
Oren, oren, oren porque nuevas tierras serán estremecidas para un nuevo cambio de amor y conversión.
También la tierra se estremece por el llanto de los niños abortados. Protejan sus familias.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Queridos hijos, Mi Presencia Materna les da al Hijo para que se alimenten del Hijo, el Hijo que llevo en Mi
Vientre desde la Apocalipsis. Yo deseo dárselo a ustedes, para que ustedes, den testimonio del Amor de
Jesús al mundo.
Queridos hijos, este es el instante de los instantes donde los cuatro puntos cardinales de la tierra, oirán el
Llamado de la Madre. Queridos hijos, atiendan a Mis Llamados y permitan ser modelados en Mi Vientre
Inmaculado.
115
Dios no quiere perfección si no la disposición del corazón para que ustedes, a quienes El tanto ama, vivan
en Su Divina Voluntad, le adoren y le amen y lleven mi testimonio de Palabra Materna a vuestros
hermanos.
Oren por Nicaragua, el aborto estropea esta tierra. Oren por México porque el ocultismo y paganismo se
ha apoderado de las almas. Oren por Sudamérica que será purificada desde su cimiento. Queridos hijos,
oren, oren, oren. Yo les insisto en la oración. No tengan miedo de orar, de amar, y sobretodo de ser
apóstoles en este fin del tiempo.
Queridos hijos, no tengan miedo, Yo Vuestra Madre siempre les protejo, les amo, les bendigo, y también a
todos los objetos religiosos que han traído para consagrarlos a Mi Protección. Queridos hijos, sean
siempre fieles a la Voz de Jesús.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Queridos hijos, sientan palpitar Mi Divina Voluntad en sus corazones. Siempre pregúntese si lo que
hacen, lo que dicen, lo que piensan es Mi Voluntad. Siempre pregunten si esto le agrada Jesús para que
estén todo el tiempo en Mi Presencia. Yo le amo y les bendigo. Recuerden Mi Voluntad es para que la
pidan, la vivan, para que la anhelen.
Yo estoy con ustedes, Mi Paz les doy. Jesús Misericordioso está con ustedes. En el Nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Ustedes reparen por estas almas, ofrézcanse en expiación por estas almas, ya que aún no escuchan,
para que ellas se encuentren con el Amor de Jesús.
Queridos hijos, Yo los guío a la verdad de Cristo. Mi Amada Esposa y Vuestra Amada Madre también les
lleva a esa verdad, con Sus Manifestaciones, les indica el Camino que deben seguir ahora. Esto
guárdenlo en lo más profundo de sus corazones, lo que aquí está pasando es pura Misericordia y Amor.
Todo lo que aquí sucede, es para adentrarnos a la Escuela de Amor de los Sagrados Corazones Unidos
de Jesús y María, y sólo las almas que contemplan esta Obra con amor, reconocerán que aquí esta Dios,
porque Dios es Amor. Aquí es Mi Escuela de Amor y sólo el corazón que ame podrá aprender en la
Escuela de Amor. Ahora hijos, eleven las cruces de sus corazones y abrácense a ellas, porque llega el
momento de las víctimas, de las ofrendas, de las primicias para la salvación de muchos. Hijos, oren por la
Iglesia. Oren por la juventud. Oren por los niños del mundo entero. Oren para que el tiempo de oración y
entrega sea desde el amor. Esto es una Escuela de Amor a Dios. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
En mi Escuela de Amor
Querido hijito, preparo tu alma, también a las almas que han sido escogidas por el Señor en Mi Escuelita
de Amor. En Mi Escuela de Amor, aprenderás el valor del silencio y el sufrimiento, el valor de la
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persecución, las gracias que trae toda pena sufrida en el Divino Querer, es decir, las gracias vividas, pero
vividas a la manera de Jesús.
En Mi Escuelita de Amor, Yo preparo a mis soldaditos del Triunfo y del Reinado de Nuestros Sagrados
Corazones Unidos. Ora, ora, ora. Aprendan orando en Mi Escuelita de Amor. Escuchándome en la
Escuelita de Amor. Que siempre Mi Voz resuene como en las bodas de cana: “hagan lo que Él les diga”,
en esta Escuelita de Amor es lo único que les enseño. Como lo hice con los apóstoles y todos los
creyentes en el cenáculo de Jerusalén, recordándoles, animándoles, instruyéndolos con la Palabra de
Jesús.
Solamente un corazón lleno de fe, esperanza y de amor podrá ingresar a la Escuelita del Amor que es Mi
Corazón Doloroso e Inmaculado de Madre, en el cual, mi pequeño, aprenderás el silencio de la
contemplación, de la oración, de la donación del Amor que nace del Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús.
Se siempre soldadito del Amor, estudiante de la Palabra del Amor, en mi Escuelita del Amor.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Hijitos, cada cual cumple con su voluntad humana pero pocas son mis almas que se preocupan en
conocer Mi Voluntad. Mi Voluntad Divina es Amor. Mi Voluntad Divina es la realización desde el Amor. Por
eso les he dado los diez Mandamientos, para que los vivan desde el Amor. Pero ya has visto, pequeño
hijo, que el hombre al no cumplir Mi Ley acarrea dolor, tristeza, angustia. Un alma herida y cerrada a Mi
Amor, muere por falta de caridad y abandono, más aún ahora, cuán pocos son aquellos que se preocupan
en vivir y enseñar la Ley del Amor a los niños, a los jóvenes, que ahora guiados por la modernidad se
alejan de Mi Corazón.
Padres de familia ¡despertad! y eduquen a vuestros hijos el tesoro y la herencia más grande que pueden
darles, es que me amen con todo su corazón. Hijos, vuelvan a Mí con oraciones, reparaciones ayuno y
sacrificio. Conviértanse a Mí, sean niños, es decir déjenme guiarles, que vele por ustedes ahora.
Oren, oren, oren porque mis niños, los jóvenes, incluso muchas almas más maduras en la vida corren el
grave peligro de perderse eternamente. Apóstoles quiero, apóstoles prepara, aquellas que resplandecen,
con amor a Mi Mensaje y lo hagan siendo mis pequeños apóstoles.
Te amo y te bendigo. Hijito, quédate en Mi Paz. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Si sus corazones me aman, cumplirán Mi Ley. Ley que es Amor. Ley que en sí misma, es un Camino a Mi
Corazón Amoroso de Papá. Pero… cuanto más el hombre ha cometido contra el hombre por no cumplir
Mi Amor, Mi Ley.
Los niños ahora son educados sin Mi Ley. Hijos míos, recuerden, enseñen, eduquen a sus hijos desde Mi
Ley. Yo Soy un Papá Tiernísimo que les ama y les conducirá, si así me lo permiten, a un remanso del
Amor. Con ustedes, hijos todos, tengo un Proyecto de Amor que se unifica en los Corazones Unidos de
Jesús y María. Para eso déjense amar por Mí
Les amo y los bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 17
Agosto 2015
Queridos hijitos, yo les amo y les bendigo. Oren por Asia y por Medio Oriente para que soporten sus
pruebas. Oren mucho por Nicaragua, a todos los tengo en Mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Los Dos Corazones de Jesús y de María son las Puertas para entrar a ese Reino, Para que a través de
vuestra consagración a Ellos, puedan conocer más al Padre, y en este tiempo entregarse como víctimas
reparadoras para la salvación de las almas, la conversión del mundo y la paz en los corazones.
Queridos hijos, guarden estas Palabras en sus corazones, sobre todo vívanlas, porque si el Señor les
está concediendo estas Gracias, es para que las valoren, las cuiden y despierten, para que se den cuenta
de vuestra responsabilidad, de vuestro Llamado, a sentir y servir a los Corazones Unidos de Jesús y
María en estos últimos tiempos. Pidan siempre al Espíritu Santo que los despierte para que vean la
Voluntad de Amor de Dios Padre.
Les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
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En Mi Vientre Inmaculado está el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que me consagró, me escogió, me
formó para esta Misión Materna, ser la Madre del Señor, de su Hijo, y también Madre de aquellos que se
mantienen fieles a Su Palabra. Les invito, queridos hijos, a leer la Sagrada Escritura diariamente, a
meditarla, a vivirla en sus pequeños corazones. Hijos, pídanle al Espíritu Santo que les haga conciencia
de vuestra misión porque no sólo son Mi Ejército Mariano, también son apóstoles del Sagrado Corazón de
Jesús.
Es necesaria una apertura desde vuestro “sí”, renunciando a vuestras voluntades para que la Voluntad de
Mi Señor se haga vida en ustedes. Les animo a ser siempre guerreros de oración. El mundo necesita
soldados orantes. El mundo, sus hermanos, necesitan adoradores, reparadores. No tengan miedo de
entregarse del todo por el Todo. No escatimen sus vidas, su ser, al gran Proyecto del Amor que les tiene
el Señor. Queridos hijos, sean prontos para responder a Mi Mensaje de Amor.
Yo le llamo y les bendigo. Dependan de Dios, dependan de Mi Maternidad Divina. En el Nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Hijitos, oren y hagan sacrificios, consuelen y sequen Mis Lágrimas por las Manifestaciones del Señor que
no han sido escuchadas, porque Yo sólo hago lo que el Señor manda.
Hijitos, oren y reparen, sean oradores, reparen y adoren en Espíritu y Verdad, pero también intercedan y
doblen las rodillas por la salvación de los hermanos, de mis hijos. Queridos hijos, en este tiempo una cosa
importante, sólo una, la salvación de sus almas, de sus hijos, la conversión de los pecadores.
Oren con el Santo Rosario, no sólo es una palabra que se repite, cuando se dice con amor cada Ave
María es una oración, única irrepetible. Sacrificio, penitencia, oración. Haciéndolo así salvarán la familia,
al mundo, a Estados Unidos, Colombia, México, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Alemania, Brasil,
Singapur, Venezuela.
Hijos, oren, oren, oren. Queridos hijos, necesito de almas fuertes en la oración que se atreven a
desahogarse con Jesús Eucaristía. Yo necesito que este apostolado sea fuerte, de adoración, de
intercesión. Hijitos, el Llamado que les hago a todos ustedes es un llamado importante, urgente, fuerte a
cada uno de ustedes, necesitan donarse con la alegría de Jesús.
Necesitan oración con la fuerza del Espíritu Santo. No tenga miedo de orar, orar, que sus vidas sean
vidas de oración, fuerte, incesante. Hijitos sean un Ejército fuerte de oración. Les animo a todos ustedes
hijitos a ser almas Orantes como de las encendidos. Oren, perseveren en la oración conmigo. Sean
soldados valientes, discípulos fieles, apóstoles fuertes y oren sin cesar en la Divina Voluntad de Dios En
el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, están en un tiempo de una fuerte lucha espiritual donde abunda el pecado, pero un tiempo
donde sobreabunda la Gracia y Misericordia.
Queridos hijos, oren para que el mundo pueda recuperar a Dios, para que los eventos que se aproximan
se disminuyan con sus oraciones, para que quede un Resto Fiel a Jesús. Hijos, es necesario tomar
nuevamente conciencia de esta gran Misión, porque es luchar por el Reino de Jesús y María, que Ellos
triunfan, que Ellos reinan. Hijos, sigan orando, manténganse siempre en oración para que todo lo que
suceda sea conforme a la Divina Voluntad, y así también ustedes, se puedan entregar como víctimas de
oblación por la salvación de muchas almas.
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Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Soy la Guardiana de la fe
Mi querido niño, Yo soy Vuestra Mamá del Cielo, Vuestra Guardiana de la Fe, la que te ama. El Cielo, el
Padre junto al Hijo, en la presencia del Espíritu Santo me envían el mundo para guardar la Fe. Te
acuerdas, hijito, las Palabras de Mi Hijo en el Evangelio cuando dijo: ¿cuando venga el Hijo del Hombre
encontrará la fe sobre la tierra?
Hijito, Yo soy la Guardiana de la Fe, vengo a este mundo a guiar al Resto Fiel, al Resto que ha guardado
la Fe. Amados hijos de Mi Corazón Guardián de la Fe, el mundo ha perdido la fe, la esperanza pero sobre
todo la caridad, porque hay ahora tantas doctrinas, tantas creencias y tanta confusión, que la mayoría de
hombres y mujeres han optado por no creer. La fe en Jesús no es sólo creer en Jesús, es vivir en Jesús,
amar como Jesús, y sobre todo escuchar con el corazón.
Mi Corazón Inmaculado es el Refugio de esa Fe. Fe que doy a mis hijos cuando, con sus corazones
abiertos, permiten que Yo actúe con la infusión del Espíritu Santo en sus corazones. Manténganse
aferrados a Mi Inmaculado Corazón y nunca cesará vuestro amor y fe en el Corazón Eucarístico de
Jesús.
Oren, ayunen, alimenten así vuestra fe. No hay verdad fuera de la que Mi Hijo, ya les enseñó en el
Evangelio. Hijitos, cuando me invoquen Yo defenderé vuestra fe en sus pequeños corazones pues soy la
Mujer de Fe.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Queridos, hijos, Nicaragua ha recibido la Bendición a través de sus oraciones. Mi Hijo Jesús Eucaristía ha
tomado nuevamente posesión de este pueblo, pero deben orar más porque una guerra conquistada trae
más luchas que pelear.
Queridos hijos, nunca se desanimen porque el Reino de Jesús y de Vuestra Madre del Cielo está pronto
para llegar a la tierra. Hijitos, oren con fe, entréguense con amor y sean soldados del Ejército que triunfa.
Bendigo todos los objetos que han traído para bendecirlos. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
El día se acerca
Queridos hijos, no hay tiempo que perder, poco a poco el día se acerca, el día del Triunfo, el día del
Reinado de los Dos Corazones Unidos de Jesús y María.
Queridos hijos, en este tiempo dispersen de sus corazones la tibieza, la frialdad, la desconfianza, el enojo,
la impaciencia. Comprendan las cosas desde la humildad, desde la sencillez. Si quieren ser mis niños
deben aprender que un niño no necesita explicación sino que sólo obedece y cree como un niño que es,
así los quiero para que puedan sumergirse, dice el Señor, en Mi Amor de Padre, en Mi Amor Trinitario.
Queridos hijos, estamos en el tiempo que Yo reúno a Mi Ejército, un Ejército fuerte y perseverante.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida
120
Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María - 1
Septiembre 2015
Pueblo de María.
Vuestra dulce Madre y Corredentora de las almas rescatadas por Hijo Jesucristo, desde la Cruz les
entregó todo su Amor y Mi Amor Materno. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado está irradiando sobre el
mundo, pero sólo perciben esta Luz de Amor las almas que respondan con el “hágase en mi Tu
Voluntad”.
Hijito, Yo como Madre y Señora de todos los pueblos estoy reuniendo a Mi Pueblo. Mi Pueblo son todas
las almas que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón.
Hijito, cuando Mi Hijo en la Cruz me dijo: “Mujer, he ahí a Tu Hijo”, que era Juan y en Juan todos los
creyentes, Mi Hijo Jesús les invitó a ustedes a consagrarse a Mi Inmaculado Corazón de Madre y a Mí me
dio la misión de acogerlos como hijos. Con Mi Llamado Materno entonces les exhorto a que sean Mi
Pueblo consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Si responden con fe, entonces serán mis hijos. Yo soy
Vuestra Madre pero aún, ustedes deben aceptarme como Vuestra Madre para que sean mis verdaderos
hijos, el Pueblo de María, hijos de María.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Hijito, todas las figuras del Antiguo Testamento como el Arca de la Alianza, la Columna de Fuego, Esther,
Judit, Raquel y Nohemí, son prototipos de Aquella, Gloria de Israel, Hija de Sión y Montaña de Adoración,
Mi Madre. Que fue enviada por el Espíritu Santo a consagrar a Juan; que fue impulsada por el Espíritu
Santo a que Yo realizase el primer milagro en Caná, aunque no era mi hora de mostrarme, de revelarme.
Mi Madre adelanta el proyecto de la Redención. Mi Madre dijo “sí” en la Cruz a la Voluntad del Padre, y
gracias a ese “si”, dije: “todo está cumplido”, porque no sólo era Yo quien debía de entregarme, también
debía hacerlo Mi Madre, como la Nueva Eva.
Hijo, he enviado a Mi Madre Bendita para anunciar, para ayudar, para animar, para impulsar una
verdadera acción apostólica, como lo hizo estando aún viva en la tierra cuando Mi Espíritu Santo la llevó a
manifestarse al Apóstol Santiago animándole con las Palabras que recibió de Mi Santo Espíritu. A lo largo
de la historia de Mi Iglesia he enviado a Mi Madre para que les transmita Mis Palabras.
Ella, la Llena del Espíritu Santo, es no sólo Reina, también profetiza, porque anuncia y denuncia,
amonesta y corrige. Mi Madre es un instrumento único y predilecto del Espíritu Santo, el Espíritu que
actúa a favor de la salvación de los hombres. Mi Madre sólo os dice lo que el Espíritu Santo le indica, pero
sus Palabras no han sido escuchadas ni sus Consejos obedecidos, haciendo caso omiso a sus
Advertencias. Ahora son testigos de lo que Mi Madre quería evitarles; guerras, violencia, persecución,
tiranía, aborto y desastres morales, espirituales, naturales. Pero aún muchos siguen ignorantes a los
serios Mensajes de Mi Madre.
Ella que, a través del Espíritu Santo, les guía como la Columna de Fuego que guía al pueblo de Israel en
medio del desierto, pero muchos aun viendo la Mano de Mi Padre, dudaban y desobedecían. Ahora que
Mi Pueblo, comprado con Mi Sangre, cruza este desierto el cual aún no termina, envío con Mi Espíritu, a
que Mi Madre os guie, pero así también, muchos la ignoran y desobedecen cayendo en trampas del
enemigo, andando caminos de perdición y siendo todo menos mis discípulos.
Hijos, obedezcan a Mi Madre y Vuestra Reina, la Madre que es Receptora de Mis Secretos y lo único que
desea (como sus deseos son mis deseos) es la salvación de las almas. En este tiempo de tribulación que
viven, escúchenla, sino serán ustedes los hombres causantes de sus males. Tomen con seriedad Sus
Palabras de Madre.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
121
Llamado de Amor y Conversión del Amante y Casto Corazón de San José - 2
Septiembre 2015
Queridos hijos, les invito a la práctica de las virtudes, sobre todo el silencio, para que en el silencio
puedan encontrar al Señor. Practiquen el silencio pero también hagan silencio con sus pensamientos, con
sus emociones, con su interior, con sus palabras. Hagan silencio para que puedan contemplar, para que
puedan escuchar, para que puedan obedecer desde el silencio. Porque el Señor está en el silencio,
escucha el silencio.
Con vuestro silencio, hagan reparación por todas aquellas palabras que se dicen en contra de Dios, por
todas las palabras mal empleadas, inmodestas, innecesarias. Con su silencio reparen, pidan perdón para
que también ustedes alcancen virtudes y alcancen gracias.
Los apóstoles de los Corazones de Jesús y María están llamados a vivir y practicar las virtudes. Hijos,
refúgiense en el silencio para que el silencio purifique su corazón. Gracias por responder a Mi Llamado.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, sigan orando, sigan rezando el Santo Rosario, no se dejan vencer por la comodidad, por
la falta de fe y por la desconfianza, sino que oren, combatan al enemigo, ofrézcanse en holocausto a Mi
Hijo Jesús para vuestra salvación y la salvación del mundo entero.
Recuerden, hijos, reunirse a orar el 14 de septiembre, a las 24:00 (madrugada) es la hora del Triunfo y
Reinado del Sagrado Corazón de Jesús, junto a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado para bien del mundo
y para que los Corazones de Jesús y María (Vuestra Mama del Cielo) triunfen y reinen en la Iglesia, en el
mundo, en este Ejército Mariano.
Hijitos gracias por responder a Mi Llamado. Alabado sea Jesucristo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida
Mis Manifestaciones en el mundo pedidas por el Eterno Padre, no sólo son un gran ayuda, también son
una guerra contra el dragón infernal, es una ardua batalla por la salvación o la condenación de las almas.
En estos últimos tiempos se está llevando una lucha muy fuerte contra el Cielo y la tierra. Hay que salvar
muchas almas, hijito, y Mi Presencia viene a purificar a mis hijos. Porque donde Yo voy, donde me
manifiesto llevo la pureza del Espíritu Santo y llevo un gran Ejército de Ángeles y Santos para que
combatan por las almas, para salvar muchas almas.
Por eso ellos, o sea los enemigos del alma, que huyen donde Yo llego, los demonios son expulsados
porque llevo a Jesús ya que está pronta su derrota. Porque la Mujer vestida de Sol, que es el Rayo
hermoso de la Aurora, imponente como Batallón, grande e ilustre Defensora de la Iglesia, de mis hijos,
vengo a ustedes para enlistarlos en el Ejército de Dios que deben enfrentarse, almas que deben vencer al
122
mal, que deben limpiar al mundo del mal con sus oraciones, sacrificios, ayunos, con una vida de oración
pura y llena de amor por el mundo, una entrega sacrificante por el mundo. Vence con Mi Doloroso e
Inmaculado Corazón. Venciendo conquista almas para Mi Hijo Jesús.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Un regalo de Paz
Queridos hijos, les traigo el regalo de la Paz, para que la paz pueda florear en sus pequeños corazones.
Vivir de la paz y del silencio para que así puedan discernir la Palabra de Mi Hijo que se escucha en el
silencio y en quien lo practica. Vivir en la paz. Por eso vivan la paz y dejen florear la rosa de la paz en sus
corazones.
La paz es una gran virtud, porque la Paz es un don de Dios Espíritu Santo. Así, queridos hijitos, vivan de
la paz, pidan la paz, pero también practiquen la paz, no sólo la pidan, sino que hagan la paz, para que la
Paz de Jesús reine en sus corazones, reine en sus vidas.
Vivan en paz y pidan por la paz en Medio Oriente, en África, en México, en Ecuador, en Venezuela, en
Nicaragua, en Costa Rica, en Honduras, en Filipinas, en EEUU, Austria y Rusia. Pidan por la paz, muchos
hombres viven sin paz. Ofrézcanse en sacrificio por todos ellos.
Les animo, queridos hijos, entréguenlo todo por el Todo. Cristo es el Todo, entréguense a El totalmente,
es Mi Consejo de Madre. Entréguense a Cristo sin miedo, sin reservas, sin egoísmo. Sólo Cristo, en
Cristo, por Cristo y para Cristo, sin miedo, sin reservas, sin egoísmo.
Quien les ama y, a través de Vuestra Madre del Cielo, les bendice. Bendigo los objetos sagrados que
puesto bajo Mis Pies. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Hijo, eres una primicia, las almas víctimas, apóstoles de los últimos tiempos y consoladores de Nuestros
Dos Corazones, son primicias, son sacrificios, la ofrenda prima, el holocausto primero, como lo hacía mi
pueblo, lo primero y lo mejor para Mi Padre.
Ahora, hijo, en este tiempo Mi Madre, es la Madre de estas primicias. Mi Madre es la que se entrega y
entrega conjuntamente con mis almas víctimas, sus primicias. Mi Madre viene llamando y reuniendo las
primicias, las almas que se ofrecerán por medio del Corazón de Mi Madre.
Mi Madre quien entregará y ya está entregando de Sus propias Manos Purísimas, todas las primicias que
son las almas víctimas, en Su Sacrificio de alabanza y consuelo al Padre, junto al Hijo, con el Espíritu
Santo. Hijito, se una primicia, se mi alma consoladora.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
123
Hijito, para ello no es necesario tener grandes dones y carismas o vivir fuera de la realidad humana. No
se necesita ser un experto para orar, para que reclinen sus Corazones en Mi Corazón Amante. Lo pueden
hacer desde la oración que nace de corazones sencillos, humildes, pequeños corazones de niño que
cuando escuchan la voz de sus padres atienden y cuando le piden algo sus papás, lo hacen desde la
humildad. Así, así, con esa confianza, pronta, segura y perdurable quiero que seas. Hijito, deseo
nuevamente que cada hombre y mujer, que cada familia y comunidad, que cada pueblo y raza, en unidad
a la Iglesia, consagren nuevamente los pueblos a Nuestros Dos Corazones para que sean preservados
de la corrupción, del pecado, de lo oculto, de lo malo, de la violencia, de la guerra, de los desastres
naturales, de la idolatría y el paganismo. Así sus pueblos, entregados a Mi Sagrado Corazón y al Corazón
Doloroso e Inmaculado de Mi Madre, encontrarán la paz, la concordia, la libertad según el Evangelio, y el
progreso de las almas.
Haced la consagración de vuestros pueblos antes de la hora final y ya no seáis rociados de la Sangre del
Cordero. Consagren ahora, les urge, hijitos:
Hacedlo así:
Sagrado Corazón de Jesús, formado en el Purísimo Vientre de María Inmaculada, Medianera de las
Gracias y Corredentora de las almas, nos postramos en humildad, arrepentimiento, alabanza y
acción de gracias a Tus Pies en la Santísima Eucaristía, y llenos de amor, de obediencia y de fe
queremos escuchar Tu Voz de Buen Pastor. Queremos ser niños de Tu Amor y desear Tu Amor
desde la pequeñez pues queremos y deseamos unirnos más a Tu Sagrado y Eucarístico Corazón
presente desde la Cruz de donde manó Agua y Sangre para lavarnos y redimirnos. Jesucristo,
Señor de la historia, Dueño del tiempo, Nombre sobre todo nombre y Príncipe de la Paz, rogamos
en nombre de Tu Sagrado Corazón sacrificado y crucificado al Padre Yahvé, el Padre Nuestro, la
liberación de mi pueblo del yugo del pecado y de la esclavitud del demonio, la sanación de sus
enfermos, la conversión de los pecadores especialmente los más empedernidos, en el pecado, la
santidad de las familias, que haya hombres y mujeres que, con su cruz a cuestas, sigan tu camino
y ayuden a los pobres, a los marginados, a los enfermos, sostengan al desvalido y fortalezcan al
que sufre. Rocía con Tu Sangre Preciosa, la Miel de la Santa Cruz, a mi pueblo (NOMBRE DEL
PAIS), que de un polo a otro de mi pueblo fluya como manantiales de Misericordia la Preciosa
Sangre del Cordero degollado. Sella y consagra especialmente a tus fieles, obispos y sacerdotes,
religiosos y religiosas para que sean ejemplos vivos de santidad apostólica. Sella y consagra,
Amado Corazón de Jesús unido profundamente al Doloroso e Inmaculado Corazón de María, que
Gobiernan y Reinan, Triunfan y Conquistan desde la Cruz Gloriosa, a los niños no nacidos y
abortados; niños y jóvenes; hombres y mujeres; ancianos y enfermos; pecadores y justos; vivos
como difuntos y desata de este pueblo toda represalia, maldición, ligamento, atadura de Satanás y
sus secuaces. Pedimos la intercesión de San Miguel Arcángel y de nuestro Padre Protector San
José, puro azote y terror de los demonios. ¡Oh Corazón Doloroso e Inmaculado de María! protege a
mi pueblo, salva a mi pueblo, llama con tu Voz de Madre a mi pueblo y con esta consagración de
este pueblo a tu Doloroso e Inmaculado Corazón trae tu pronto Triunfo y así se establezca en mi
pueblo y en el mundo entero el Reino Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesucristo, Rey del
universo. Te suplicamos y entregamos todo en Divina Voluntad. Amén. Preciosísima Sangre de
Jesucristo reina en mi vida y en la vida de todos los hombres. Preciosísima Sangre de Jesucristo
salva a la Iglesia y salva al mundo. Preciosísima Sangre de Jesucristo libera a las almas y destruye
a Satanás.
Hijito ora por tu pueblo, sufre y expía por este pueblo, que falta aún para su purificación para que quede
más bello, más limpio, más pulcro para los ojos de Mi Eterno Padre.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida. Oye siempre como buen discípulo la Palabra de Tu Divino Maestro que te ama.
124
porque no hay pastores dispuestos a dejarse conducir por el Dios oculto, el Dios que se revela, el Dios
que guía y conduce.
Hijito, todo es confusión, guerras internas, cisma y abuso de autoridad. Todo eso ha dividido Mi Cuerpo
fragmentándolo. No lo hicieron mis enemigos en el Calvario y lo han hecho mis amigos en la Iglesia. La
Iglesia está dividida, Ella sufre y llora por la abominación y la desunión de sus hijos, pero nuestros Dos
Corazones han trazado un plan de amor, un proyecto precioso de restauración, remoción. Así después de
la apostasía general y completada, de las purificaciones y tribulaciones por venir y del gran aviso, vendrá
el gran milagro, la fe, y todos serán Uno. Al final Nuestros Sagrados Corazones unirán a toda la Iglesia.
Este Apostolado es el instrumento que utilizo, desde ya, para ese fin de Amor y Misericordia.
Que reinaremos desde la Cruz en el Espíritu Santo a la Iglesia universal, a las almas unidas y rescatadas
en Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Hijos míos, el mundo está disperso y distraído de las cosas del Cielo. Todos buscan sus intereses, su
bienestar, su comodidad. Nadie practica la fe, la mortificación, la sencillez, la humildad, la penitencia,
como desearían de ser practicados.
Hijos, la hora se acorta e incluso muchos de ustedes no se dan cuenta de la urgencia del tiempo, de la
gravedad del mismo Mensaje ¿Hijos míos, cuántos sobrevivirán en lo que les espera sobre toda esta
patria? ¿Quiénes guardarán la fe? ¿Cuándo el mundo será capaz de obedecer los Mensajes, de dejar de
perseguir los profetas, de buscar la conversión, la unidad, la paz que nace del Sagrado Corazón de
Jesús? Queridos hijos, les invito al despojo total.
Queridos hijos, despojarse es quitar del corazón todas las cosas que no le agradan a Dios. Despojarse es
confiar en la Voluntad de Dios. Despojarse es depender de la Divina Providencia como un niño depende
de sus padres. Queridos hijos, les invito al despojamiento, porque si no se despojan de ustedes mismos,
no pueden abrazarse a Cristo.
Queridos hijos, no es sólo llamarse cristiano, no es sólo vivir de los Sacramentos, muchos reciben los
Sacramentos pero no viven lo que reciben. Deben vivir diariamente cada Sacramento. Queridos hijos el
mundo sigue dormido, aletargado, sin ánimo de alzar sus ojos al Cielo y decir: “Aquí estoy, Padre, hágase
en mí según Tu Palabra como lo hicieron Jesús y María, y de Quien aprendí”. Queridos hijos, las horas
terribles se acercan.
Queridos hijos, mientras las horas pasan el peligro se acerca. Despiértense y comprométanse, obedezcan
el Mensaje que el Cielo les confía porque ya no hay tiempo para la tibieza espiritual; o somos de Cristo o
somos del demonio. ¿Ustedes de quien quieren ser?
Queridos hijos, recuerden que ser cristiano es vivir como Cristo vivió, si no hacen esto entonces no son
cristianos. Oren mucho por el tiempo que se acerca, comprométanse con la fe mientras puedan y
obedezcan a la Iglesia. Estos Mensajes les invitan a ser verdaderos hijos de la Iglesia.
Yo San José, Protector de la Iglesia, les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
125
Hijo, cuantas almas han vuelto a Mi Casa, la Iglesia, al escuchar a Mi Madre. Mi Dulce Madre viene a
encender la chispa de fe en los corazones incrédulos, a renovar la fe en las almas cansadas y
comprometer en la fe a los corazones a su Voz Maternal.
Hijito, también los Apóstoles no sólo fueron Apóstoles míos, también lo fueron de Mi Santa Mamá. En
conclusión, los Apóstoles fueron los primeros consagrados a Nuestros Corazones Unidos; el Mío y el de
Mi Madre. Ellos conocieron a Mi Padre por Mí y ellos me conocieron a Mí por el testimonio de Mi Madre.
Así que les invito a que se comprometan con la fe. Mi Madre viene en este Apostolado para esa Misión;
comprometer, renovar, aumentar y sostener en la fe a Mi Rebaño, a Mi Iglesia.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Hoy en día muchas almas se olvidan de Mi Ley y otras muchas ni saben que he dado una Ley. Padres,
eduquen a sus hijos, comuníquenles la fe, la más grande herencia que podéis darles es que me amen y
conozcan. Hoy reina el egocentrismo y también la egolatría, el hombre es el dios de hoy que puede dar,
matar, destruir cuando le plazca. Esto, hijos míos, es el engaño de Satanás que hizo a los primeros
padres en el Edén, “poder ser como dioses”. No, hijos míos, no son dioses, son mis hijos y deben
obedecerme, no por remordimientos sino por amor. El mundo, los hombres se creen autosuficientes y se
creen dueños de toda mi creación. La insolencia, la desobediencia y la egolatría está atrayendo
desgracias sobre vosotros porque la creación misma hacerlos conscientes de lo mal que actúan.
Yo como Padre advierto y aconsejo, como Dios juzgo y guío, pero pocos obedecen, pocos creen, porque
han perdido la noción de Mi Espíritu. Ya no se dejan sorprender por Mi Espíritu que está siempre en
acción en los corazones de niños, sencillos, simples y confiados. La Reina del Cielo, la Criatura más Bella
que os he dado, les anuncia por Mi Nombre que regresen a Mí, Su Padre, pero pocos escuchan el
Mensaje y caminan ciegos y sordos por la misma razón. Ahora el hombre es quien decide, no Yo, Su
Dios, esto acabará mal. Queridos hijos, el hombre destruirá al hombre sino obedecen.
Yo les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Hijos míos, Yo estoy llamando a 144.000, antes de la batalla final para que todos ustedes con el
estandarte de los Dos Corazones Unidos digan “si” al Advenimiento del Reino de los Dos Corazones que
triunfarán, reinarán y vencerán.
Hijos, dejen que Mi Amor les moldee que Yo haga en ustedes los cambios que necesitan, que Yo haga en
ustedes las liberaciones, purificaciones, la perfección que quiero en cada uno de mis siervos.
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Queridos hijos, no tengan miedo de acercarse y dejarlo todo por Mí porque aquel que lo deja todo por Mí,
con confianza y despojamiento, lo encontrará todo nuevamente multiplicado porque Yo soy el Dios que no
se deja ganar en generosidad.
Queridos hijos, que Mi Misericordia les anime y les bendiga. No tengan miedo de entregarse al Corazón
del Padre, así como lo hice Yo desde la Cruz. Sean mis apóstoles a quienes amo e instruyo.
Queridos, denlo todo por la Obra de Nuestros Dos Corazones, sigan adelante en el camino de la cruz. No
teman, que Mi Divina Misericordia esta con ustedes y Mi Gracia les basta para tener confianza para la
entrega, para la inmolación, para el sacrificio.
Hijos, Yo les amo mucho y me sigo entregando por ustedes desde la Cruz, en Mi Altar Eucarístico. Hijos,
les amo y les bendigo, perseveren. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
Mi Mensaje en la Salette.
Mi querido niño, vengo nuevamente a visitar tu alma y deseo que atiendas Mis Palabras para toda la
humanidad. Mi niño, he amonestado, he advertido, he anunciado pero desde mucho tiempo atrás todavía
desobedecen a Mis Llamados urgentes a toda la humanidad pero especialmente a Mi Hija mayor, la
Iglesia.
Hijito, mi Llamado en la Salette fue de corredención amorosa, de amonestación y llamado a que los
hombres sobre todo los bautizados, se comprometan con Mi Hijo para anunciar la buena noticia de la
salvación y denunciar los errores que los hombres cometen inducidos por Satanás, quien poco a poco se
apodera del mundo y de los corazones de los hombres. Hijos, estén vigilantes en la oración y en el ayuno
con estos dos aspectos de la vida espiritual, venzan la tibieza del alma.
Hijo, el mundo seguirá sufriendo y lo anunciado sucederá porque ya no hay mucho tiempo pues cuando el
tiempo de misericordia avanza dará paso al tiempo de la justicia. El hombre se cree Dios y olvida a Dios y
olvida a su hermano, convirtiéndoos en ídolo.
Hijitos míos, apóstoles de los últimos tiempos, sean conscientes de vuestro Llamado, combatan con
compromiso en la batalla espiritual. No tengan miedo pues al final la Verdad Cristo y la Mensajera de la
Verdad en el Espíritu Santo, Vuestra Mama del Cielo triunfarán.
Hijito, ora mucho porque el Mensaje de La Salette se cumple, se ha cumplido, el hombre no obedeció, no
cambió, no evitó el error que Yo Vuestra Madre les advertí. Mi Padre es un Dios de Amor y Misericordia
pero es un Dios de Rectitud y Justicia y dará a cada quien según su proceder. Mi niño, haz conocer Mi
Mensaje, Mi Ejército me necesita. Cuiden sus vidas espirituales, estén alerta y alcen sus oraciones. Llegó
el tiempo de la oración, del sacrificio. Hijito, penitencia, penitencia, penitencia. ¡Oh humanidad!, por amor
a tu salvación te llamo, regresa, repara, arrepiéntete.
Te amo, mi brote y te bendigo, mi apóstol de la Salette. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, la Iglesia se está estremeciendo desde sus cimientos. El Papa Francisco y Benedicto XVI
están sufriendo mucho y el Cielo llama y urge a los hijos de María para que defiendan la Iglesia donde
está el Ejército de Jesús y de María para que luchen por la Iglesia. Queridos hijos, les animo a que no se
dejen vencer por las tinieblas y la tibieza espiritual porque ya están en el momento de la batalla.
Queridos hijos, les animo no se dejen vencer por las tinieblas, el Espíritu Santo me está enviando en este
momento a que les haga conscientes de vuestra misión. Son soldados escogidos y se les está confiando
mucho, y al que mucho se le confía, mucho se le exigirá.
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Queridos hijos, están protegidos por el Corazón Inmaculado de Mi Amada Esposa, deben darlo todo por
el Todo, sin miedo, sin desconfianza al principio de la misión. Yo también dudé, me perturbé, pero el
Espíritu Santo me confirmó que todo era una Obra de Dios. Por eso, queridos, oren y trabajen en este
pequeño Rebaño porque Dios va actuar en la Iglesia y en el mundo desde los oculto.
Permanezcan en lo oculto para cuando llegue el momento de que vayan a iluminar toda la tierra con estas
últimas palabras. Que como apóstoles de los Dos Corazones y de los últimos tiempos, resuciten a la
Iglesia y así traigan un Nuevo Pentecostés y nunca tengan miedo, nunca se dejen perturbar por la
desconfianza, por la impaciencia o por la falta de paz porque estos son elementos que ocupa (usa) el
enemigo de las almas para alejarlos de la tranquilidad y del Amor del Señor, que son los signos vivos de
que el Espíritu Santo está con ustedes.
Hijitos, háganse conscientes de que son soldados, de que son Ejército, y a ustedes les va a corresponder
en su momento, en la hora de Dios, conquistarán el mundo. Les estamos preparando, siempre vengan a
nuestro encuentro porque cada día que se termina, damos gracias, dones y carismas para la gran batalla
espiritual.
Ora por la unidad del Cuerpo Místico de Cristo. Ora para que los apóstoles de los últimos tiempos sean un
solo Ejército. Se les ha confiado mucho, porque se les ama mucho. En el Nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, están en proceso de gestación espiritual. Yo los voy formando en Mi Vientre para la Gloria
de Dios. Para la Gloria de Dios, pero sólo cuando estén formados completamente podrán ser dados a luz
en el Espíritu Santo al pie de la cruz.
Queridos hijos, cada encuentro de oración conmigo es una nueva etapa en sus vidas espirituales, Les
hemos llamado y por eso queremos hacerles conscientes de su misión. Recuerden que les dije que toda
la Iglesia ha sido confiada a sus oraciones. No es poco lo que les he confiado. Tomen conciencia de su
responsabilidad conmigo. Son hijos y son soldados.
Queridos hijos, el soldado obedece, porque lucha contra sí mismo, lucha contra su voluntad, renuncia a él
para seguir las órdenes que se le da. Por eso aumenten su confianza y también crezcan con disposición
para que la Voluntad de Dios se haga en cada uno de ustedes. Queridos hijos, está llegando el tiempo de
Mi Triunfo y por eso vengo como Su Madre de Guadalupe. Porque es así, queridos hijos, que Yo daré a
luz a los nuevos hijos de Dios, de los apóstoles de los últimos tiempos a quienes formo en la oración, en
la lectura de la Santa Palabra, en el ayuno.
Queridos hijos, Yo les amo y les animo a disponerse a crecer en santidad, verdad, con sinceridad, con
confianza, abriendo su corazón despojando la de todo, desvaciándose de todo para que se llene
solamente de Dios.
Queridos hijos, desde 1917 se inició la Era de María. Desde este tiempo Yo había pensado en cada uno
de ustedes para este servicio que desde Fátima he ido anunciado al mundo entero.
Queridos hijos, vienen tiempos de grandes crisis mundiales y son ustedes, los apóstoles de María,
quienes deben ser sostén de sus familias, de la sociedad, de la Iglesia. No tambaleen con los problemas
sino que aférrense al Santo Rosario. No se dejen vencer por la tristeza, el desánimo, la depresión, la
tibieza sino que oren con más fuerza, oren con más intensidad. Porque el Cielo urge, a que cada uno de
ustedes, estén viviendo en este tiempo que no es para distracciones, no es para bajar de sus manos el
Santo Rosario.
Oren, oren porque Mi Llamado es urgente, sólo les pido que oren, sean obedientes a Mis Mensajes y
regalen agua de esta fuente al enfermo. Bendigo esta fuente de gracia, les insto a que la usen con
devoción, a que rocíen sus familias, sus hogares, cada gota de esta fuente será una Lágrima de Mi
Doloroso e Inmaculado Corazón que sufre porque el mundo no cambia y camina hacia un abismo y
destrucción.
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Queridos hijos, he advertido, he amonestado, he avisado pero los hombres endurecen más su corazón.
En cambio, ustedes, consuelen y reparen con su tiempo y vida, oraciones, con su entrega, reparen y
consuelen. No tengan miedo que todo lo que es vuestro, es Mío.
A todos les tengo en Mi Corazón Inmaculado, les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
El Señor me envía a reclutar a esas almas dispuestas que, desde sus acciones y sus apostolados con sus
testimonios y compromiso, llevarán adelante la batalla espiritual.
La Madre María me envía a reclutar a su Armada y alistarlos al Ejército de los escogidos que han lavado
sus corazones en la Sangre del Cordero para anunciar que el Reino de Dios en los Dos Corazones está
cerca.
Una gran ola de violencia, plaga de pecados y pestes de impurezas y paganismo se han desatado. El
vómito del adversario arrastra muchas almas perdiendo así muchos hombres la oportunidad que tenían a
la salvación. María, la Madre del Arca de Salvación me envía a anunciarles a que se suban al Arca, la
Iglesia, guiada por María bajo la guía del Espíritu Santo, se subirán con tres escalones sencillos;
conversión, arrepentimiento y consagración a los Dos Corazones Santísimos de Jesús y María. Quien no
suba, no porque no lo sepa, sino que aquellos que oyeron el Mensaje del Cielo y no lo obedecieron, serán
arrastrados por este mar impetuoso de pecado y dolor.
Suban al Arca, acojan al Inmaculado Corazón en sus vidas y permitan que la Madre María les lleve a un
encuentro íntimo y eterno con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Les amo y les bendigo. ¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios! Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Despierten y velen
La Cruz que les estoy dando será un puente por el cual ustedes cruzarán al otro lado del monte. Si esta
Cruz que les entrego la dejan por el camino, no podrán cruzar por el enorme abismo que se les hará
imposible terminar el camino, y serán devorados por la inconstancia, por la tibieza, por la pereza, por la
inconsciencia. Hijos, este es el momento de despertar, de ver, con la cruz, a Mi Sagrado Corazón.
La oscuridad que les envuelve, es la oscuridad que ha entrado en los hogares, ha entrado quitando de Mi
Corazón muchas almas, porque la oscuridad confunde, la oscuridad engaña.
Queridos hijos, se les ha confiado la única y última misión la cual ya había sido profetizada desde hace
mucho. Aquellas almas que se consagrarán a los Dos Corazones Unidos, y serán sellados como
apóstoles de los últimos tiempos, y serán Mi Resto Fiel que llevarán la última y grande evangelización de
la tierra. Cuando esta tarea haya terminado, estarán conmigo en Mi Reino, y vendrá entonces la decisión
definitivamente del mundo; si quieren salvarse o condenarse.
Porque el Brazo de la Justicia de Mi Padre ya no se soporta, los Ángeles tiemblan y los Santos lloran. Mi
Madre y el Espíritu Santo profetizan para su salvación pero muy pocos obedecen el Mensaje como debe
ser obedecido, muy pocos reciben las Gracias como deben ser recibidas.
Les llamo a que se comprometan con su fe, les llamo a una solidez en su fe, les llamo a una entrega sin
regateos. Entréguenlo todo o no recibirán nada, porque este tiempo exige de cristianos decididos,
valientes, esforzados, dejen de lado sus miedos, sus inseguridades, trabajen por Mí y la salvación de las
almas. Mi Misericordia les invita a ser obedientes, decididos.
Mis apóstoles, les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y Conversión del Amante y Casto Corazón de San José - 30
Septiembre 2015
Queridos hijos, les invito a cargar la Cruz con fidelidad. Confíen, no nieguen nada a Dios, entréguenlo
todo. Queridos hijos, Mi Corazón Amantísimo les protege y les enseñará a servir a Jesús y María. Mediten
en la vida espiritual a la luz del Evangelio. Y yo, José, varón justo y silencioso, fiel y comedido por la
causa del Reino de Dios en los Dos Corazones a quienes tanto amo, Jesús y María, les invito
nuevamente a ser verdaderos apóstoles, a estos apóstoles les guiaré a que sean amantes de estos
Corazones Unidos, con una vida de oración, de acción cristiana y palabras de esperanza.
Les invito a crecer en estos Mensajes, meditándolos. Es necesario que conozcan los mensajes como
tesoros que les estamos entregando.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Hijitos, lo que era imposible para los hombres, la salvación, no es imposible para Mí, Yo actúo en Divina
Voluntad en la criatura. Cuando disponen todo su ser a Mí, viven, actúan, en Divina Voluntad, y vivir en
Divina Voluntad es hacer lo que a Mi Corazón Trinitario agrada.
Yo, Padre, consagro a la creatura, el Hijo la redime y el Espíritu Santo actúa en ella moviéndola,
impulsándola, recreándola en la verdad para que llegue a un conocimiento pleno pero lo harán viviendo
en gracia, rechazando el pecado, orando y ayunando, centrándose en la Eucaristía. Cuando vuestros
cuerpos reciben al Hijo, con el Padre, en el Espíritu Santo en la Sagrado Forma, reciben a la Santísima
Trinidad y su vida en comunión de amor y vuestros cuerpos se transforman en el Templo visible del Dios
Uno y Trino, invisible.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Querido hijo de Mi Corazón Inmaculado, Yo vengo en estos tiempos como el Refugio de los pecadores,
como Corredentora de sus almas. Querido hijo, Refugio será Mi Inmaculado Corazón para las almas,
sencillas, almas orantes, almas heridas, almas extraviadas, para las almas del mundo.
El Padre Eterno me ha confiado a la humanidad y envía a la siempre Esclava para que, con Voz Maternal,
les ayude y les guie. Mi Corazón Inmaculado es la Luz y Guía, pero sólo ilumina a las almas que se
130
refugian en Él. Es guía porque estoy guiando a Mi Resto Fiel a la Casa de Dios pero en este caminar hay
muchos peligros, obstáculos y muchas almas son alcanzadas por las tinieblas.
Por eso, hijito, aférrate de Mi Mano, refúgiate en la Nueva Arca de la Alianza Eterna, Mi Inmaculado
Corazón que viene a pediros la Consagración total de ustedes mismos a Mi Doloroso e Inmaculado
Corazón.
Diariamente en sus oraciones y vida diaria vivan aferrados a mi cadenilla del amor, el Santo Rosario y a la
Consagración a Mi Inmaculado Corazón Materno, así no serán presa del adversario, caminarán a la
Verdad y no titubearán en este valle de lágrimas. Juan y mi amada hija María Magdalena llegaron, a
pesar de todo lo difícil que fue el camino del viacrucis, hasta el pie de la Cruz porque iban refugiados en
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, y refugiados en Mi Manto de Madre también fueron testigos de la
Resurrección de Mi Hijo Jesucristo.
Así, queridos, Mi Inmaculado Corazón desea que se refugien en Él, para que lleguen hasta el final de
vuestra misión que el Señor Trino y Uno les ha confiado. De Mí, Vuestra Madre, obtendrán la fuerza para
culminar todo en Cristo Jesús.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Queridos hijos, el camino de la fe, es un camino de crecimiento desde la Cruz. Aprendan a crecer desde
la Cruz, y así en Divina Voluntad puedan ofrecerse como hostias vivas para la salvación del mundo, para
la conversión de los pobres pecadores, para el bien de la Iglesia que sufre y para consolar el Corazón de
Mi Hijo y Mi Corazón Inmaculado que sufre por los pecados, las ingratitudes, la desobediencia del hombre
a Mi Palabra Materna. La Palabra que les transmito es la que he escuchado de Mi Hijo para su pueblo.
Queridos hijos, ármense con los valores del Espíritu, cúbranse con la gracia de los sacramentos, luchen
por su santidad. El Señor me envía a preparar a Mi gran Ejército.
Hijitos míos, son mis soldados orantes, no se cansen de portar y rezar el Santo Rosario y la Cruz de Mi
Hijo para que con estas armas propaguen para el mundo el imperio de Nuestros Dos Corazones, un
Reino basado en el Amor y la Verdad, en Divina Voluntad.
Hijitos, Mi Corazón Inmaculado es Vuestro Refugio, refúgiense en Él. Les espero en la oración.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Oren, queridos hijos, les invito a tener devoción al Santo Rosario porque con el Rosario se obtienen
Gracias para el mundo, se detienen las guerras y se salvan muchas almas. Recen el Santo Rosario todos
los días para alcanzar la paz de muchos pueblos en conflictos, para alcanzar la paz y la conversión de
muchos pecadores y para que también ustedes tengan paz, y el Santo Rosario sea su camino, el
Evangelio hecho oración, para que caminen en este tiempo de oscuridad, confusión y tinieblas.
131
Vuestra Madre viene a guiarles al Corazón de Mi Hijo y así aumenten su fe y encuentren la verdadera
paz, el absoluto amor, y el perdón y remisión de todos sus pecados desde la Cruz de Mi Hijo que les ama.
Y me envía a bendecir esta fuente de gracia y misericordia que será agua que sanará, agua que servirá
para transmitir a quien la beba la Gracia de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón que se derrama en mis
hijos. Derramo también Mis Lágrimas de Amor sobre esta fuente para el refugio de mis hijos, para el bien
de sus almas, para que crezcan en este camino hacia Jesús.
Queridos hijos, aspiren siempre a vivir en la Divina Voluntad de Dios. Les amo y les bendigo. En el
Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
El instrumento: En oración le pregunté a mi Jesús sobre una intención que tenía en mi corazón de
peregrinar imágenes de Mi Santa Mamá a lo que inmediatamente Jesús me dijo:
Jesús: las imágenes peregrinas de Mi Madre obtendrán de mi parte Mi Bendición, irán en el mundo y
extenderán, con el Triunfo del Inmaculado Corazón de Mi Madre, Mi Reino Eucarístico. Cada imagen será
como una red, pescará almas para Mi Sagrado Corazón, les otorgaré (como un canal de gracia) el don de
la conversión y de Mi Amor. Extiende el Reino de Mi Padre en nuestros Dos Sacratísimos Corazones
Unidos en la humanidad.
Querido hijo, Mi Sagrado Corazón Eucarístico se desangra de Amor, por el rechazo de los hombres a Mi
Amor. Con vuestras vidas de pecado, hieren y hacen que vuelva a agonizar ya no en el Calvario sino en
la soledad de sus corazones. Querido hijo, Mi Sagrado Corazón siempre ha cargado con todos los
pecados del mundo por amor y misericordia, siempre la Santísima Trinidad ha querido renovar la Alianza
con su pueblo pero siempre son infieles a Nuestra Alianza de Amor.
En la Salette enviamos, Mi Padre y Yo, en el Espíritu Santo a Mi Amada Madre para encender
nuevamente la Llama del Amor y de la Fe, haciéndoles un Llamado esperanzador al mundo y a Mi Iglesia,
pero ningún profeta es aceptado en su pueblo. Mis profetas no son aceptados en Mi Iglesia porque
muchos corazones pretenden dirigir Mi Iglesia con las experiencias y no con la acción de Mi Espíritu
Santo, racionalizando todas las gracias y mis gracias no son para la razón sino para ya sean acogidas
con fe en corazones amorosos. Sólo aquellos que tengan amor santo reconocerán el Amor Santo en las
manifestaciones de Mi Amada Madre y en las Palabras que les transmito.
En Mi Iglesia se desata una guerra terrible en los corazones. Una guerra de la sabiduría humana contra la
Sabiduría de Dios. Guerra de aquellos que pretenden alejar de Mi Iglesia las Manifestaciones. Antes de
que toda fe, por muy débil que sea, se extinga envié a Mi Santa Mama en la Salette, en el mundo entero y
a ti, para que cuando Yo retorne encuentre un Resto Fiel que haya defendido Mi Causa. Este Resto Fiel
unirá la fe y la razón, entendiendo a Mi Espíritu Santo, con la razón pero desde la fe que obtendrán al vivir
Mis Llamados y obedecer a los profetas. Dos grandes Ejércitos hay en Mi Iglesia, los que creen y aceptan
el Mensaje y lo que rechazando Mi Espíritu Santo se alejan cada vez más de Mi Santuario dejando sola
Mi Casa. Hijito, el tiempo de la desolación de Mi Casa se acerca, el tiempo de la abominación dentro de
Mi Santuario está en plenitud.
Hijos que creen, hijos que son niños, siempre vean los frutos del Espíritu Santo, nunca duden de su
acción. Lo que hace Mi Espíritu Santo es por Amor, lo comprenderán desde el Santo Amor. Yo nunca
dejaré de manifestarme en Mi Iglesia.
Hijito, este Apostolado es un reclutamiento de almas para Mi Sagrado Corazón, muchos rechazarán Mi
Obra, porque esta Obra es de Dios y no del hombre, es para Dios mismo no para los hombres, y sólo los
que sean niños y la acepten como niños, sentirán Mi Amor en esta sublime y final misión. Este Apostolado
mantendrá unida a la Iglesia en lo oculto y en el rechazo, en el cisma que se avecina. Ora. Te amo y
tengo esta Obra en Mis Manos porque es de Mis Manos y no del mundo, y como no es del mundo, será
siempre perseguida. Al final será el grupo fiel que se levante, viviendo fieles y preparando conmigo mi
Reino Eucarístico-Mariano en el mundo.
Te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
132
Mi Ejército de amor oculto
Hijito de Mi Corazón Inmaculado habla para tu alma, desea acercarte más al Eucarístico y Sagrado
Corazón de Jesús que también te ama. Hijo, el tiempo de Mi Obra está aquí, ahora, vengo desde 1917 en
Fátima iniciando, reclutando y preparando a Mi Ejército, los hijos y apóstoles de los Sagrados Corazones
Unidos. Este Ejército que anuncié en la Salette. Este Ejército de almas y apóstoles míos son perseguidos
y son calumniados pues los hombres de razón y materialismo no comprenden el objetivo de mis hijos, el
ideal que los anima y no sienten en sus corazones soberbios Mi Presencia Materna.
Hijito, Mi Ejército trabaja en lo oculto, en lo escondido, ofreciéndose como almas víctimas por la Iglesia y
la humanidad. Mis Ejércitos llevan Mi Obra en el silencio para que muchas almas sean tocadas. Los
apóstoles de los Sagrados Corazones deben vivir en el cenáculo de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón
que les ama mucho. Esta Obra de Mi Hijo que me confía a Mí, es para las almas, no para el mundo. Esas
pocas almas que como niños han confiado desde el silencio. Mi Ejército permanece como custodio de la
Palabra de Mi Hijo Jesucristo.
En Culavaggio me presenté para hacer un Llamado nuevo a la humanidad pero no obedecieron, de Mis
Manos y Rodillas salió Sangre, sufro por mis hijos, soy la Corredentora que suplica y se interpone
abrazando a la tierra para que la Misericordia-Justicia reprenda por Amor a la creación. Mis apóstoles con
sus manos en oración sangran ofreciendo víctimas de expiación y consuelo, las rodillas de mis apóstoles
postrados en adoración eterna a la Divina Eucaristía, sangran implorando misericordia pero después de
las grandes señales reconocerán lo que en nombre de la Santísima Trinidad hago por ustedes.
Hijito, cumple con el pedido del Cielo, en un silencio de Amor. Haz lo que te toca hacer y a Padre Dios
hará lo que falta aún, por eso solamente confía y ora confiando en Nuestros Corazones Unidos que te
aman y te bendicen. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Queridos hijos, Yo Vuestra Madre soy el Pilar de la Fe, construyan sobre este Pilar su fe, construyan
sobre este Pilar para que tengan un amor decidido, un amor inseparable para Mi Hijo Jesús, vengo a
mostrarles el camino del Evangelio y anunciarles las Palabras que Mi Hijo ya les ha enseñado en las
Sagradas Escrituras.
Vengo para animarles, para enseñarles y para transmitirles los deseos del Sagrado Corazón de Mi Hijo
Jesús. Oren y lean la Sagrada Escritura, cimienten en Buena Nueva del Evangelio. Cuando me presenté
en el Pilar al Apóstol Santiago, lo hice para animar su fe. La fe de estos creyentes que sucumbían ante la
inconstancia y la desobediencia de aquellas almas, pero el Señor me envió para reanimarlos y enseñarles
que confiados en un Corazón Inmaculado Firme y Fuerte, como una Columna, Columna de Fuego de
Amor y pudieran perseverar para que el Evangelio fuera escuchado así nuevamente me presento al
mundo que sucumbiendo ante estas tormentas confusas se aleja del Corazón de Dios y Yo extiendo Mi
Mano de Madre hacia mis hijos para que se acerquen al Señor y acercándose al Corazón de Jesús
fortalezcan sus vidas, vivan la caridad, reencuentren la esperanza que con los sufrimientos humanos,
muchas almas han perdido, vengo a conquistar almas para Jesús, vengo a rescatar corazones, vengo a
liberar muchos corazones de la esclavitud del pecado y del adversario.
Mi hijo me envía como misionera en la vida de mis hijos para que aferrados a Mi Corazón Inmaculado
caminen en el camino del Evangelio que es la Palabra de Vida que es Mi Hijo Jesucristo a quien deseo
llevarlos. Hijos, conságrense a Mi Corazón Inmaculado y consagrados a Mí tendrán una vida espiritual
consolidada en la fe, firme en la esperanza y aumentarán cada día en el Amor a Dios y al hermano.
Oren, oren, oren mucho para que vuestra vida de fe sea perseverante hasta el día que Mi Hijo les llame.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
133
Las Bendiciones del Señor son para las almas sencillas, para los corazones orantes para que se hagan
como niños, como niños de Dios. Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es un Canal de Gracias, cada
vez que invocan Mi Intercesión. La Santísima Trinidad me envía como Medianera y como Corredentora,
por eso, queridos hijos, es muy importante consagrarse cada día, a Mi Corazón Inmaculado para que el
Espíritu Santo limpie sus corazones del mundo.
Queridos hijos, mis apóstoles, les entrego Mi Bendición Materna para que sirva con alegría al Señor para
que no tengan miedo de decir “hágase en Mí”, porque la Voluntad del Padre quiere la felicidad de sus
hijos, pero esa felicidad es eterna, no para el mundo, sino para el Espíritu. Por eso, queridos hijos, aspiren
solamente a las cosas del Cielo, amen la oración, a las cosas del Cielo, amén a la oración, alcen sus ojos,
sus corazones, sus manos en alabanza y agradecimiento, para el Señor que muriendo en la Cruz, les dio
la Vida Eterna.
Queridos hijos, el mundo se ha hecho renuente a Mis Palabras, pobres almas, pocas almas escuchan el
mensaje y muy pocos obedecen. Sean Mis Apóstoles escuchando con el corazón mis palabras. Pero lo
más importante es vivir el Mensaje, es obedecerlo, porque en la obediencia nace la humildad, de la
humildad nace el verdadero Amor de Dios. Les invito a orar, y a responder, con obras a Mis Mensajes.
Les amo y les bendigo y estoy con ustedes. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos pero es un deseo del Señor que todo lo que yo guardaba en el silencio en la vida de
Nazaret se los transmita a ustedes para que conozcan mas a Jesús, para que conozcan mas al
Inmaculado Corazón de María, como a quienes ame y protegí y viví en una intima comunión con sus Dos
Corazones de amor.
El Señor me envía como protector, como siervo, el Señor me envía como protector para los siervos de los
Dos Corazones Unidos de Jesús y María, para que ustedes conociéndole les amen y les sirvan. Mi
protección paterna siempre está con ustedes porque así como protegí a Jesús y María, los sustentaba,
con el trabajo de mis manos y les proporcionaba lo necesario para esta vida en la tierra, así el Señor
desea que les cuide a sus siervos, que proteja con mi amante y casto corazón a todos los Apóstoles de
los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y María.
Queridos hijos les quiero guiar a una íntima comunión en nuestro hogar de Nazaret. El hogar de Nazaret
fue donde la Iglesia se formo, fue la primera Iglesia y la Iglesia ahora debe volver al hogar de Nazaret
donde vivíamos con amor, donde sustentábamos nuestra esperanza con la oración y donde vivíamos de
la fe, así se convertirán en niños y siendo almas niñas entraran en el Reino de Dios. Sean siempre
humildes, vivan la sencillez, amen el silencio, siempre amen a Jesús y a María.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
El Pueblo pelea contra el mismo, causando una gran herida de división y de desolación.
Yo, como Madre de la Iglesia, he querido advertir a los consagrados y a todos mis hijos lo que sucedería
si no obedecían lo que mi Hijo Jesucristo les pide. Pero ahora después de que la oscuridad de mi
adversario ha entrado en muchos corazones, robando la fe y dando un letargo profundo, cayendo éstos
pobres corazones en una oscuridad y confusión, que llevan muchas almas detrás, y así muchos se
pierden y se extravían del verdadero Camino.
134
Como Madre del verdadero Camino, Jesucristo, y con la Palabra del Espíritu Santo, he amonestado, he
insistido con mis manifestaciones, que estarán llegando a las garras del adversario, pero no han
escuchado, no han escuchado lo que el Señor les quiere transmitir a Su Iglesia universal, racionalizándolo
todo, tratando de comprender a Dios, no han querido dejarse guiar por las Buenas Nuevas y Santas
Noticias de Dios.
Entonces hijito vengo buscando una ayuda para Mi pobre Iglesia. Mientras Satanás y sus secuaces
quieren dividir la Iglesia, como Madre de la Iglesia vengo a protegerla, porque el Infierno nunca podrá
vencerla.
Cuando Mis hijos estén reunidos Conmigo, Mi ejército mariano mantendrá viva la fe, será entonces un
resto fiel que sufrirá por causa de la Iglesia, por causa de mi Hijo, pero que unirá. Y con estas almas tan
ofrecidas en el sufrimiento y con amor, que se convierten en hostias vivas de oblación, vendrá el Triunfo
de mi Corazón Doloroso e Inmaculado y así se extenderá en el mundo el Reino Eucarístico del Sagrado
Corazón de Jesús.
La Iglesia que será dentro de un tiempo, el resto fiel consagrado a nuestros Sagrados Corazones Unidos,
debe ser crucificada para ser glorificada y resucitada, pero vuestra buena Madre, la Inmaculada, os
cuidará.
Ora, ora, ora, para que los planes del Señor se realicen según su Divina Voluntad.
Te amo y te bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima
sin pecado concebida.
La oración es un don
Querido hijo de Mi Sagrado Corazón, yo aún sigo hablando a Mi Iglesia y a las almas que rescato del
abismo porque soy un Dios de revelaciones. Hijito, me encanta revelarme a mis criaturas, esto lo hago por
Amor y ahora por Misericordia; las almas a quienes amo, esas a las que deseo llegar, es decir, al mundo
entero, pero la historia del éxodo se repite, dudan de Mi Amor reniegan de Mis Obras y cierran sus
corazones a Mi Palabra.
Hijito, si Mi Padre se reveló a los profetas en la Antigua Alianza, lo hará ahora porque su Palabra es activa
y viva, siempre se actualiza. La Escritura guía, enseña y da Vida pero con mis relaciones ahora es
confirmada, explicada y actualizada al mundo, al hombre que ahora más que nunca ha despreciado Mi
Sacrificio en la Cruz. Hijito, Mi Palabra se expandirá a las almas que se hagan como niños y que con su
corazón de niño escuchen y obedezcan al Abbá.
Hijito, sólo con la oración se logrará propagar la Obra. La oración tiene más fuerza que la palabra humana
pero cuando se ora de corazón. Al orar permite primero que Mi Presencia ore en ti, invoca al Espíritu
Santo, pídele a Mi Espíritu el don de la oración, ya que la oración es un don, un regalo de Amor. Porque
soy un Dios que le gusta conversar con su creación. Cuando ores cuéntame, háblame de tu vida, de los
tuyos, del mundo, luego pide que deseas, que anhelas, ofreces… Debes ofrecerte y ofrecer todo lo que
debas o quieras ofrecerme, del ofrecimiento se ganan méritos para las almas, luego agradece, alaba, ama
y quédate un momento de silencio en amor. Cuando termines tu oración, cúbrela con Mi Preciosa Sangre
y séllala, todo en Divina Voluntad, en Mi Voluntad. La oración, sobre todo ante el Sagrario, te hará
conocerme mejor. Primero, hijo mío, habla conmigo para que después hables de mí.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Hijo, siempre creí, siempre he querido que el hombre me escuche y aún más me viva, les he transmitido
el Espíritu Santo que les enseña todo, pero incluso Mi Espíritu ha sido rechazado, ignorado, es entonces
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donde muchos corazones que han expulsado de las almas aliento del Espíritu Santo caminan sin luz, sin
dirección, caminan hacia un abismo terrible de miseria y dolor. Como ahora muy pocos creen en Mi
Palabra, tal y como fue revelada, envío a Mi Santa Madre la Llena del Espíritu Santo. Y es el Espíritu
Santo que habla en Ella, y por medio de Su Corazón Inmaculado transmite Mis Deseos y comunica Mis
Palabras a las almas sencillas, a las almas que son niños de Mi Padre.
Todo lo que Mi Amadísima Madre os ha anunciado, ha sido recibido del Espíritu Santo, Quien dirige la
Iglesia. Pero muchos hombres y mujeres consagrados y guías de Mi Pueblo han caído en la apostasía
que día con día se hace más grande, aún dentro de las estructuras eclesiales. Ustedes hijos y apóstoles
de Mi Sagrado Corazón, que por medio de Mi Madre escuchan al Divino Espíritu, obedezcan con amor y
sean custodios pero también heraldos de la Palabra que la Santísima Trinidad transmite por medio del
Corazón Inmaculado de Mi Madre.
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida
Querido hijo, en esta era donde la maldad y el pecado dominan, la Gracia y la Misericordia abunda. Estas
gracias se reciben con amor, y con fe.
Hijito preparo a mi Ejército, desde la Salette. Preparo a mi Ejército, para la gran batalla, que enfrentan
ahora la justicia y el pecado. Una batalla terrible de guerra espiritual y división.
La Iglesia es sacudida pero no será vencida, aunque quede un resto de almas fieles, que quede en pie,
allí estará la Iglesia para la salvación de las almas.
Así querido niño, el Señor iniciará la nueva humanidad entregada al Padre Eterno, por mis Manos
Maternas.
Mi niño, pero el mundo no escucha mis palabras, son ignoradas y hasta rechazadas.
Llamo a mi Ejército Mariano, y les digo que formen y que tomen con seriedad mi llamado. El tiempo es
serio, la crisis aumentará por la misma causa del hombre. Cuando el pecado aumenta, aumenta también
sus consecuencias.
Mis hijos, quienes deben prepararse, deben consagrarse a mi Corazón Inmaculado, y a través de Mí, al
Sagrado Corazón de mi Hijo, y a quién deben adorar en el Santísimo Sacramento del Altar.
Hijito, cae una lluvia de agua, fuego y tierra sobre el mundo, que debe ser purificado. El agua hundirá los
cimientos del reino de Satanás y el Anticristo. El fuego exterminará al mal, la tierra cubrirá sus maldades
hasta desaparecerla, para que el Señor tome nuevamente el Poder, y la Voluntad Divina, en su Amor. Su
Amor es el Poder de DIOS, y reina en todos los corazones.
Hijo guarda, alimentos, ropas, agua, especialmente almacenen en recipientes grandes, agua de la Fuente
para ti, tu familia y tus hermanos. Hijos guarden en sus hogares lo necesario para mantenerse, en el
tiempo que el Padre envía para vuestro bien. Ahora hijo, es hora de que sellen sus casas, con la Sangre
de mi Hijo, y mis Lágrimas Maternas.
En vuestros hogares debe estar un altar principal, la cruz, los Sagrados Corazones Unidos, el de Jesús y
el Mío, la Sagrada Escritura, agua y velas benditas. No se quiten de sus cuerpos los sacramentales, que
por amor se les entrega, unjan con el aceite bendito de mis rosas, sus posesiones, familias, hijos y
asperjan agua bendita en todo su hogar.
Hijito ha llegado el tiempo que prepares a mi Ejército. Hijo no crean, y no se dejen confundir por fechas y
números. Todo sucederá en la hora, en el tiempo y en el día del Padre Celestial. Solo les toca estar
preparados para ese momento.
Hijito, enséñale a mi pueblo que mi llamado es serio, y con seriedad, por amor y no por obligación, debe
obedecerlo y responder con el Fiat.
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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijo, la revelación que hago es para tu corazón, pero a través de ti, para el mundo, especialmente
es un llamado para la Iglesia, mis palabras maternas no han sido obedecidas, sino puestas en juicio y
algunas condenadas.
Muchos pretenden hacer una Iglesia a su manera, no a la manera del Evangelio, he venido como
misionera obedeciendo a mi Hijo en la Cruz: he ahí a tu hijo.
Queridos hijos mi única preocupación materna es que sean fieles a la Voz del Buen Pastor, porque
guiados por su Voz podrán encontrar la plenitud de la verdad y el amor, pero mis hijos no han escuchado,
han obedecido la voz de la razón humana y no la Voz mística y silenciosa del Espíritu Santo, que guía a la
Iglesia no solo a través de los sacerdotes que deben ser los primeros en guiar, pero también lo hace a
través de sus profetas, pues la Iglesia es sacerdotal, pero el demonio la ha tentado para que olvide su
sentido profético.
Hijo, mi Hijo os anuncio que a pesar de la prueba más grande nunca les dejaría solos, la escritura enseña
a la Iglesia lo que debían hacer para seguir fieles al mandato de Jesús y como muchos corazones lo han
olvidado el Señor me envía solamente a hacer lo que mi Hijo les dijo.
Hijito como no me han escuchado, van muchos, la mitad de este pueblo a un gran abismo, por querer
realizar sus proyectos humanos en una institución divina.
Hijito ora porque la apostasía toma su puesto en esta lucha y ha comenzado a destruir muchas almas,
oren para que puedan discernir las señales que mi Hijo os transmite y envía a través de Mí
Hijito sufro mucho porque me han rechazado, han tenido muy poca fe y sin luz de la fe se han
dejado confundir. Ora por todos los pastores que están siendo probados.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima,
sin pecado concebida.
Aprovechen la ayuda espiritual y corporal que de parte de la Santísima Trinidad les entregamos
Querido hijo de Mi Corazón Inmaculado, así como en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, e
incluso algunas obras realizadas por mi Hijo, así también el Cielo, que es mi Hijo porque Él es la Vida
Eterna, viene a pedirles que guarden y conserven signos, elementos de la naturaleza y ayuda material
que la Creación del Padre les ha dado para estos últimos tiempos; tiempos de gran calamidad,
sufrimientos y pruebas. Así como mi Hijo utilizó signos para sanar tantos corazones, así les pedimos
aprovechar los remedios que a través de muchos siervos y profetas les hemos revelado.
Vendrán nuevas enfermedades muy dolorosas, sobre todo para los tejidos del cuerpo a causa de la
radiación solar, y la energía nuclear que se escapa al ambiente causando muchas enfermedades, virus y
epidemias que mis hijos ignoran su origen. Para ello les hemos regalado muchos remedios, uno de ellos
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que ahora les entrego es el uso de la miel, debe estar bendecida ya que al ser ingerida una cucharada
tres veces al día sanará heridas del cuerpo y del corazón.
Usen agua de las fuentes milagrosas o de gracia que les he regalado. Las rosas que ponen en mis altares
servirán para múltiples enfermedades, pueden comerlas en sus pétalos o hacer sus pétalos en té. Hijo,
las rosas benditas sumergidas en aceite puro de oliva deben dejarlas reposar en el aceite durante 9 días,
13 días e incluso si así lo prevén 33 días sobre el altar que haya en vuestros hogares o en mis Refugios
Marianos. No importa si depositan en el aceite, la rosa entera o los pétalos, la cantidad no es necesaria.
El aceite será un bálsamo suave que tendrá mi protección para que se unjan con él siempre, y los
enfermos sientan Mis Caricias de Madre. Es muy importante y no sustituye el Sacramento de la Unción de
Enfermos. Las uvas benditas serán provisión para mis hijos.
Usen la medalla conocida como la Milagrosa aunque es la medalla de nuestros Sagrados Corazones
Unidos.
Usen la medalla de San Benito y mi Escapulario, el del Carmelo o el que les he dado para los últimos
tiempos que reúne todas las gracias y promesas. Tengan imágenes y libros santos, especialmente las
Sagradas Escrituras y los mensajes que les hemos entregado que os explicarán nada más lo revelado y
os guiarán como consejos amorosos. En vuestras manos el Santo Rosario, no debe faltar. Hijo, le he
dado a la humanidad numerosos consejos de Madre, utilizadlos bien. Son un canal de gracias, escudos y
corazas para que les protejan de las represalias del adversario.
Les amo y les bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Mi querido hijo, decir Fiat para el Señor, es dar un permiso total a DIOS, para hacerlo todo como si Él lo
hiciera, como que para Él fuera. Un alma unida a Jesús sabe que así es, todo para Jesús.
Hijito de mi Corazón Inmaculado, los sellos, dentro de la Divina Voluntad, se están abriendo, el mensaje
de cada sello se está revelando, no solo en las palabras sino con los hechos. El tiempo en Divina
Voluntad será transformado en la hora de DIOS. Nuestro Padre amantísimo actuara según su querer
divino.
Cada sello antes de ser abierto es advertido, pero no han escuchado las advertencias, y el sello, se haya
escuchado y obedecido, la advertencia o no, será abierto.
Hijito el reinado de Satanás, la doctrina del anticristo se ha extendido. Incluso almas de la Iglesia de mi
Hijo, han aceptado tales doctrinas. Doctrina que ha llegado a los hogares, a los niños, jóvenes y familias.
La música, películas e imágenes que permiten que lleguen a sus corazones es doctrina satánica, no
permitáis que vuestros hijos anden con música, juegos, imágenes y símbolos que saben que no son de
DIOS, quitad de la mano de los jóvenes sus teléfonos y músicas y en su lugar poned la Cruz de mi Hijo
que ha muerto por amor. Cuidad a vuestros niños y educadles según la Divina Voluntad que es Amor.
Muy pronto no os equivoquéis que habrá un día y una hora, solo estad preparados pues ya les he
advertido y anunciado, muy pronto el hombre inicuo se dará a conocer pero se llamara Cristo, pero será el
anticristo, el hombre inicuo que dividirá y destruirá.
No permitáis que los más pequeños se pierdan por esta tecnología que en su momento será toda y
completa para que sea usada por el hombre malvado. Consagrad vuestro hogar a nuestros Dos
Corazones que tanto os aman.
El glorioso San José y el Arcángel San Miguel, según la Divina Voluntad serán vuestros guías y
protectores.
Vendrá un enfermedad causada por los venenos químicos que os imponen en muchas formas, causara
heridas en la piel, mi aceite de rosas bendito será el bálsamo que curara. Guarden miel, consúmanla tres
veces al día, cada vez que se sientan afectados en el estomago. La miel debe estar bendita, mi miel
sanara. No salgan a la calle sin sellarse con la Sangre de mi Hijo y las Lagrimas Materna de mi amante
Corazón. No se expongan en estos días mucho al sol.
138
Oren por México, las aguas lo seguirán limpiando. Oren por Bogotá y Madrid serán estremecidos. Oren
por el mundo porque esta corrupto, a causa del silencio que han guardado los que deberían haber
hablado y primeramente escuchado. Protéjanse con los signos del Cielo.
Te amo y te bendigo. Mi carmelita llega el tiempo de la denuncia. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado concebida.
La llama de amor de mi Corazón Inmaculado les purificará el traje de su alma para que queden limpios.
La llama de amor de mi Corazón Inmaculado es el fuego que recibí en Pentecostés. La llama de amor de
mi Corazón Inmaculado les limpiará el alma, consumirá sus defectos y les transformará en el amor. Amor
hacia Dios, amor hacia sus hermanos. Parte de ese amor es sufrir y perdonar. Parte de ese amor es amar
aún sin ser correspondidos porque Dios es el que corresponde a vuestro amor.
Queridos hijos vivan mi llama de amor, pidan mi llama de amor, invoquen mi llama de amor, que es un
canal de gracias para todos ustedes en la bendición del Señor. En mi llama de amor, en la Divina
Voluntad serán transformados a imagen y semejanza de mi Hijo Jesús. Sufran con paciencia y en
silencio. Amen con perseverancia y con celo de salvación por las almas.
Les amo y les bendijo. Bendigo todo lo que han puesto bajo mis pies. Hijos aprovechen la medicina que
les hemos entregado. Si tienen una herida en el corazón beban de la miel que les bendigo. Esta miel
representa la dulzura del sacrificio de mi Hijo en la Cruz que sana toda herida causada por el pecado.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Querido hijo, Mi Sagrado Corazón y el Doloroso e Inmaculado Corazón de Mi Santa Mamá estuvieron
profundamente unidos en la tierra como ahora están en el Cielo unidos por el Infinito Amor. Y así como
para Mi Sagrado Corazón hacer la Voluntad de Mi Padre era mi único alimento, así también lo era para Mi
Madre (la que mantenía con Vida y con Amor encendido Nuestros Corazones Unidos) hacer la Voluntad
amorosa y perfecta del Padre. Esa Voluntad nos unía totalmente el Reino de Dios ya que la Voluntad de
Mi Padre es que su Reino estuviera en todos los corazones y vivieron su Reino en Divina Voluntad. Vivir
la Divina Voluntad es vivir el Reino de Mi Padre, y vivir el Reino de Mi Padre es vivir en la Divina Voluntad.
En Nuestros Dos Corazones, el de Mi Madre y el Mío, se da una perfecta comunión del Reino de Dios
vivido en Divina Voluntad. Hijo, vivir el Reino de Dios, actuar, estar, sentir y amar el Reino de Mi Padre
Dios, es vivir, actuar, estar y amar la Divina Voluntad. La Divina Voluntad se hizo vida en Nuestros
Corazones Unidos en el Amor, amando la Ley de Dios, haciendo lo que es agradable a sus Ojos, viviendo
para Él, únicamente por puro Amor a Dios Padre. En todo quería Nuestros Corazones agradable. Hijo,
para luego crecer en ese caminar de amor evangélico-eucarístico viene el auxilio del Espíritu Santo
Quien, luego que el alma se decide a seguirme en el camino de la conversión, le guía, le ilumina, y le
limpia del mundo y de sus ataduras, es liberada mostrándole la Verdad y llevándolo a la plenitud del Amor
de Dios. Cuando el alma se deja conducir con radicalidad y firmeza, logra asemejarse a Mí y
transformados en Mí, se inician a vivir el Reino de Dios.
El Reino de Dios es cuando un alma se ha dejado gobernar totalmente y en perfecto amor por la Divina
Voluntad de Mi Padre Dios. Mi Madre, que nació en el Amor de la Divina Voluntad, condujo a mi padre
adoptivo San José por este caminar. Invoca también la intercesión de San José, nadie mejor que él,
conoce este caminar espiritual del Reino de Dios en la Divina Voluntad de Amor. Hijito, ora por Francia
que caminará hacia el Reino de Dios pero antes deberán ser cumplidas y ya se están cumpliendo las
profecías que fueron dadas por orden de la Divina Voluntad.
139
La corrección que la Divina Voluntad envía por orden de Mi Padre para Centroamérica está pronto para
empezar, enderezando los pobres corazones de este pueblo. Te amo y te bendigo. En el Nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Vengo a instruirles para que caminen en la senda de la Verdad, puedan llegar al conocimiento de Dios y
alcancen la conversión, que cada día se deben esforzar por conquistar la conversión.
Queridos hijos, el Señor actúa en los corazones que se abren a su Amor y se dejan seducir por el Espíritu
Santo para que lleven una vida de santidad, de caridad, de fe y esperanza.
Hijitos siembren los lirios de la santidad en sus corazones.
El mundo está tan corrupto que se ha salido del Orden establecido por el Padre y se necesitan almas que
voluntariamente se decidan por la santidad para vivir en unión con el Señor.
Queridos hijos, si Nicaragua no busca la paz, un desorden social vendrá, sobre este pueblo, sobre toda
Centroamérica, por que han cerrado los corazones al Señor, y si no cambian el hombre será amenaza
para el hombre. Por eso queridos hijos, oren por la paz, pidan la paz, llevad el lirio de la paz a sus
corazones, a sus hogares, sean portadores de paz. Oren por este pueblo que ha sufrido y seguirá
sufriendo, por la falta de conversión de los gobernantes, de los dirigentes, de los lideres, que no han
actuado según la Divina Voluntad. Y así el pastor que está ciego guía al rebaño hacia el despeñadero,
porque no piden la luz al Espíritu Santo para guiarse en sus vidas.
Sin embargo ustedes reparen y expíen con su vida entregada a Jesús y María y ofrézcanse por la
conversión del corazón del mundo, herido cansado de tanto pecado.
El Señor ama a sus niños que obedecen, que escuchan, que confían, que se abandonan sin pensarlo en
Sus brazos de Padre, como lo hiciera Yo un día, en Nazaret, sin comprender, con muchas inquietudes en
Mi corazón dije ¨SI¨ al Proyecto de Dios.
Les amo y les bendigo, bendigo los objetos que han traído para ponerlos bajo mi protección.
Recuerden guardar alimento, agua medicinas, miel. Estad preparados porque el día y la hora, el Señor
las conoce. Vivan preparados para encontrase con el Amado.
Quiero que vayas ahora conmigo en este caminar porque iré mostrándote, desde Mi Corazón, la Pasión
de Mi Iglesia. La Iglesia debe ser crucificada al igual que su Esposo y Señor. Ha llegado el momento que
la Cabeza será coronada de espinas. Ya se había dicho que la Iglesia era azotada, pues bien sigue y
seguirá siendo azotada pero ahora será coronada. La Cabeza se dispersará; de Alemania, Francia y
Roma nacerá el gran cisma dispersando el Rebaño porque herirán al Pastor.
Hijito, ora, ora, Mi Resto Fiel debe unirse en oración, y a través de ti irás caminando con Mi Remanente
Fiel en el camino de la Pasión de la Iglesia. Hijito, África, la Iglesia de África será fiel pues ha sido muy
probada, pero su fe es madura. Ahora, hijo, al ser dividida, herida la Cabeza, seguirán a la Cruz, no a
donde el pecado será bendecido por los hombres, sino donde estará la Cruz, donde los sacerdotes y mis
profetas defenderán la Enseñanza de Mi Hijo Jesucristo.
Atraeré hacia Mi Hijo a todo Mi Remanente. Hijito, el anticristo está aquí y él mismo se encarga de la
destrucción de la piedad. Su doctrina está en muchos corazones que no se dan cuenta de ello. Quien
ama a la Cruz y el Santo Rosario será fiel, quien siga el libertinaje y un evangelio paganizado será del
anticristo. Hijito, camina conmigo, soy la Madre de la Pasión de la Iglesia.
140
Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
El tiempo se agota
Hijo, el tiempo se agota. Yo le pedí al mundo y a los pastores que regresaran a Mí antes que oscureciera,
ignoraron Mi Llamado. Ahora hijo, la oscuridad está aquí reinando incluso en almas consagradas. Ora y
repara por estas almas. Mi Santa Mamá que te ha ido guiando lo largo de este nuevo tiempo de
Misericordia. Me pidió llevarte con Su Inmaculado Corazón a lo largo de la Pasión de la Iglesia, y te he
dicho que como la Corredentora, tiene Mi Omnipotencia Suplicante y Materna para guiar a Su Resto, a Mi
Remanente Fiel.
Hoy deseo explicarte lo que Mi Pueblo Fiel debe hacer para seguir unidos a Mi Doctrina. La Iglesia
azotada y coronada de espinas, será condenada por su mismo pueblo, porque los pastores, no todos pero
si muchos, han sido infieles a Mi Pacto de Amor con ellos, han alejado a Mi Pueblo de la Verdad y
condenan y persiguen a los que permanecen fieles.
Cuando el cisma suceda, la parte dividida en la rebeldía e idolatría (que ya están en apostasía) condenará
a los que guardan Mis Palabras. Así, Mi pequeño Resto Fiel debe permanecer unido no olvidando las
Palabras de Mi Evangelio. Quien niegue Mi Evangelio, a Mí me negará. Nunca alejen de vuestros
pensamientos la Palabra que les he dado. La iglesia camina a su Pascua, camina a su liberación del
dominio del dragón. Resto fiel, se siempre valiente y radical. Hijo, la Iglesia empezará a caminar su éxodo,
el camino de la Cruz, para llegar a la colina de la Cruz. Mi Madre os habló de esto en Fátima, Mi Iglesia
será crucificada junto a los pastores, fieles, almas que fueron obedientes a Mi Doctrina evangélica. Todo
esto sucederá para que la Iglesia sea resucitada y glorificada. Ahora, hijo, todo esto empezará a darse
después del gran aviso. Quienes mucho por rabia con la maldad que se les ha presentado arremeterán
contra mis fieles. Seguido de esto, el gran Milagro pero que será dado después de la purificación, pues
será un milagro de Mi Misericordia que Mi Resto Fiel siga en pie y firme. Este gran milagro, hijito,
consistirá en el Triunfo del Inmaculado Corazón de Mi Madre que traerá el Reinado de Mi Espíritu Santo
en todos los corazones.
En el Advenimiento, del Espíritu, el Pentecostés de la Iglesia universal, será cuando por fin la señal de la
Cruz gloriosa quedará como testimonio del Triunfo y Reinado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos
desde la Cruz en el Espíritu Santo y realizado por Divina Voluntad. Recuerda, hijo, que esto es un éxodo
espiritual desde los corazones. Mi Madre y Yo seguiremos ahora marcando el camino por este desierto
que tendrán que atravesar. Estad atentos a Nuestra Voz en el Espíritu Santo. Ora, prepara a Mi Resto de
apóstoles fieles.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Nosotros te iremos señalando el camino y la estación sufriente de Mi Iglesia
Mi Corazón Inmaculado derrama gracias sobre todos Mis hijos. Vengo a enseñarles el Evangelio del
Señor, a mostrarles el Camino a seguir, porque Jesús es el Camino y Yo soy la Madre de ese Camino, en
mi Vientre Inmaculado se formó ese Camino que es Verdad y Vida.
Queridos hijos oren por la juventud del mundo, que los jóvenes consagrados a mi Corazón Inmaculado
sean lámparas para la juventud que se pervierte y se pierde, y los jóvenes deben salvar a los jóvenes. No
sean renuentes a Mis palabras de amor y de misericordia.
Queridos hijos protejan a sus niños, enséñeles a orar, tráiganlos a orar, porque Satanás está buscando
venganza en la niñez del mundo. Traigan a sus niños en este momento, nunca permitan que estén fuera
del cenáculo de oración, porque la hora es urgente. Los niños deben aprender de sus padres a ser santos
y obedientes porque los niños están contaminando su corazón con el ruido del mundo. Queridos padres
de familia, el Señor pedirá cuenta de las almas de sus hijos. ¿Por qué no los cuidan? ¿Por qué no ejercen
autoridad espiritual sobre ellos? Cuiden a la niñez porque Satanás ha contaminado a la familia a través de
los más vulnerables, los niños y los jóvenes. ¿Hasta cuando el mundo se decidirá a la santidad? La hora
es urgente, el Señor llama urgentemente a Sus apóstoles para que oren, porque Mi Hijo quiere encontrar
a Mis apóstoles en oración y en vela.
141
Queridos hijos se acerca la liberación del reinado de Satanás, pero se enfrentarán a la gran batalla entre
el bien y el mal. Hijos Míos no sigan ignorando las palabras de mi Corazón Inmaculado, que ya han sido
muy ignoradas; en Fátima les advertí sobre la corrupción de los niños y jóvenes, pero no quisieron dar a
conocer Mi mensaje. Ahora aquí, queridos hijos, tomen muy apecho Mis palabras de Madre, hagan todo
lo que Jesús les diga, obedezcan, sean humildes. Por la falta de esas dos virtudes, muchos ángeles se
cayeron de la eternidad, por creerse más que Dios, por desobedecer al Amor del Señor.
Hijos estén preparados porque Mi Hijo pronto viene. Yo soy la Madre de la Segunda Venida. En mi
Corazón Inmaculado saldrá el Corazón de Mi Hijo. Yo soy el Camino que Él recorre para llegar pronto a
esta humanidad que ha perdido la fe, se ha degenerado, y ha olvidado el temor y amor a Mi Padre
Celestial. Respondan a Mi llamado con oraciones y obediencia.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos recuerden agradar a Jesús, que llora mucho por los pecados del mundo.
Queridos hijos, Yo San José, el Custodio de los Dos Corazones, vengo hoy a través de Mi siervo. Es un
deseo del Señor menguar al hombre para que crezca Él, Jesús, verdadero Hijo de Dios, verdadero Hijo de
María.
Queridos hijos, el egoísmo del hombre que domina las mentes humanas se ha apoderado de los
gobernantes del mundo que pretenden esclavizar al pueblo de Dios. No quieren un pueblo santo y libre
como el Espíritu sino un pueblo esclavo, un pueblo que no conozca nada de Dios. ¡Oren! ¡Oren! Oren y
prepárense porque la mente del hombre está tramando un colapso económico para destruir el bienestar y
así obligar al pueblo a ser siervos del Dragón Infernal y no del Señor.
Oren mucho, porque en muchos países se quiere seguir legalizando el aborto. El aborto lleva muchas
almas al Infierno. El aborto es la peor desgracia para un pueblo. ¡Oren! Ofrezcan oraciones de reparación.
Cubran al mundo con sus oraciones. Pidan perdón por los que abortan. Pidan perdón en nombre de
aquellos que han matado inocentes y no han pedido perdón. Oren por ellos. Porque muchos están vivos y
pueden salvarse.
El mundo camina de manera precipitada a las brasas del Infierno por no escuchar al Señor, por no
obedecer los preceptos y por ignorar las palabras que Él envía a través de los profetas de este tiempo.
Porque el Padre Celestial es un Dios de sacerdotes, pero también es un Dios de profetas y Él va a seguir
suscitando profetas.
Ahora el linaje de la Mujer Vestida del Sol está siendo reunido. Todos los que escuchan la Voz del Señor
son del linaje de la Mujer, la Madre María que reúne a su ejército. ¡Oren! ¡Prepárense! Vigilen en todo
momento con oraciones, acción de gracias, sacrificios. No se dejen alcanzar por la mano del Inicuo que
consigue llevar muchas almas a la muerte eterna por no amar al Señor. Oren por los hombres de duro
corazón. Oren para que todos los pueblos alcancen Paz, Verdad y conozcan a Jesucristo, como único
Señor, y no sigan ignorando las Palabras que el Cielo le envía a Su pueblo a través de los profetas.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, están llamados a la santidad. Mi Corazón Inmaculado es esa ayuda que envía el Espíritu Santo
para guiar a los hijos del Señor a la santidad, a la fe, a la esperanza.
Apóstoles Míos, no se cansen de orar; orando ganan muchas gracias para el mundo entero. Mi Corazón
Inmaculado es desagraviado cuando Mis hijos oran con fe, con amor, y con un sentido de reparar las
ofensas que los pobres pecadores infieren a Mi Corazón, pero Yo les amo y les bendigo.
142
Gracias por vuestros esfuerzos para darme el Fiat, el Hágase, y dejarme actuar en sus corazones según
la Divina Voluntad de Mi Hijo.
Mi Corazón Inmaculado es vuestra ayuda, vuestra fuerza, vuestra lumbrera, para llegar al Sagrado
Corazón de Mi Hijo Jesús.
La santidad proviene del Padre a través del Hijo en el Espíritu Santo y Yo como Medianera y Abogada
regalo esta santidad a los hijos que con fe y disposición la invocan.
Gracias por responder a Mi llamado. Les ama y les bendice María Reina de la Paz y del Amor. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es una fuente de gracias para los que se refugian en Él. Mi
Corazón Inmaculado es una escuela para que aprendan del Espíritu Santo, para que Él reine en sus vidas
y toda vuestra vida sea una renovación constante en amor a Dios, en amor a sus Leyes, en amor a Mi
Hijo presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Queridos hijos, siempre invoquen la ayuda del Espíritu Santo para que Él les asista y les enseñe a orar. El
Espíritu Santo está en los corazones de las almas que Me tienen como Madre. Dedíquense a la oración,
al amor a Dios, y todo se le dará por añadidura en la Divina Voluntad.
Pero Mis hijos deben ser santos e irreprochables a los ojos del Señor. Les animo, queridos hijos, a vivir en
santidad. Mi Intercesión siempre estará con ustedes. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Desde la renuncia del Santo Padre, se ha iniciado la pasión eucarística de Mi Santa Iglesia
Hijito, estad alerta, la crucifixión de Mi Cuerpo Místico se inició con la renuncia del Santo padre Benedicto,
lo humillaron, lo insultaron, le desobedecieron, le traicionaron y luego lo expulsaron por defender Mi
Doctrina, por mantenerse firme en la Enseñanza Apostólica, por querer tener la Iglesia en la Cruz y servir
a Mi Pueblo desde la Cruz. Pero muchos corazones no quieren cruz, no quieren sacrificio, por eso ahora
tratan de eliminar Mi Santa Eucaristía, el sentido sacrificial, el sentido de la Cruz, el Fiat de Mi Corazón
que agoniza, Ese Fiat que lo aprendí de la Reina del Reino del Fiat Supremo.
Ahora Mi Pasión no sólo se da en los corazones que pecan, se da en Mi Cuerpo, Mi Iglesia. En la Cruz no
quebraron mis huesos para no dividir este Templo, ahora si lo quieren hacer y ya han fragmentado Mi
Pueblo, y en Mi mismo Reino han dividido otra vez. Dividieron a los pastores y los pastores divididos,
dividirán y confundirán a Mi Pueblo Fiel.
Por esto, hijito, estad alerta, porque camino otra vez hacia el Pretorio y del Pretorio al Calvario, pero allí
triunfaré con Mi Madre y tu triunfarás conmigo. Hijito, Mi Sagrado Corazón sufrió al ver derribar a mi
Benedicto, que no soportó la presión diabólica de muchos. Ahora se necesita que acompañes a Mi
Francisco, que sea fuerte que resista. Él será y es mártir de Mi Casa por mantener Mi Doctrina, por ser
valiente al sacar de Mi Casa a los que negocian con la fe. Hijo, Mi Pasión Eucarística se da, pero esta vez
en Mi Cuerpo Místico.
Obedeced al Pastor que lleva a Mi Santa Mamá como Madre, al Pastor que predica de María, que lleva a
Mi Cruz como báculo y el Fiat en su corazón. A ese pastor que lleve estas señales de Mi Amor crucificado
seguirán, no a aquel que comparta su corazón con el mundo y el anticristo, a él, no. Ora y protege a tu
Pastor Francisco y a Benedicto, acompáñame en Mi Vía Dolorosa nuevamente. En el Nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, para entrar en el Sagrado Corazón de Jesús tienen que pasar por la Puerta Santa. Es el
Corazón Inmaculado de María la Puerta para entrar al Reino Eucarístico de Jesús. Pero para eso deben
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invocar la Divina Voluntad. Deben abrirse como niños al Reino del Fiat, para que vuestra pequeña
voluntad sea ‘una’ con la Voluntad de Jesús.
Jóvenes que vuestro más grande anhelo sea servir al único Dueño y Señor; no aspiren a nada más. Lo
más grande es servir a Jesús y consagrarse al Inmaculado Corazón de María. Mi juventud en Nazaret se
la entregué a Jesús. Di todo por Jesús. Amé a Jesús. Esa debe ser su aspiración. Ese debe ser el anhelo
de sus corazones.
Las madres de familia invoquen la Divina Maternidad. Que no sea vuestra maternidad reinando sino la
Maternidad de María. La Santa y Divina Maternidad de María gobernará su casa y su familia. ¡Invoquen
su Divina Maternidad! ¡Anhelen unir su maternidad a la Maternidad de María! Sólo así el Espíritu Santo
actuará verdaderamente porque donde está María está el Espíritu Santo.
Acojan en sus corazones la Llama de Amor del Inmaculado Corazón y vivan unidos, en todo momento
presente, a la Divina Voluntad, que es el mismo Amor Infinito de Dios, como Yo José de Nazaret lo hice
en el pequeño taller. Ahora en este taller les enseñaré a trabajar para Dios.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Espíritu Santo, querido hermano, es la Verdad; quien se aleja del Espíritu Santo se aleja de la Verdad.
Guarda, hijito, la presencia de Dios en tu corazón. Vívelo desde un silencio de Amor Recíproco. Ámale
totalmente y únete en ese Amor en el Divino Reino interior del Fiat. Cuando dices un Fiat vives en Paz.
Pues el alma reconoce el Amor en Divina Voluntad de su Dios. Guárdate en ese Fiat. Viviendo en ese Fiat
vives en la presencia de Dios. Pero primero debe existir en el corazón Amor. Desde el Amor aceptarás el
Amor y vivirás desde el Amor. Pues Dios es Amor. Vive en su Fiat de Amor.
Te amo en el Señor y te bendigo: Chárbel, monje del Sagrado Corazón de Jesús. En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima sin pecado concebida.
Queridos hijos de mi Corazón Inmaculado escuchen la Voz Interior del Espíritu Santo. En cada uno de
ustedes guarden silencio en su mente y en su corazón para que escuchen el Silencio de Dios. Por eso
muchas almas viven atribuladas y sin Paz porque no quieren escuchar a Dios. Cuando un alma tiene Paz,
acepta la Voluntad del Señor, en Paz, y no se opone a su Querer, porque ama: Ama la Divina Voluntad.
Por eso pidan el Don del Silencio Interior para que puedan comprender muchas cosas del Espíritu;
aunque no todas, porque no está en la Divina Voluntad.
Queridos hijos, vivan en el silencio, oren, vean, esperen, porque todo pasará. Las profecías se cumplirán.
Porque los hombres del mundo están peor que los de antes. Está generación se ha depravado
inmensamente; están muy rebeldes a la Voz del Señor. Porque el ruido del mundo, de la tecnología, de
las ciencias sin conciencia, está alterando el corazón del hombre. Por eso queridos hijos oren y pidan la
Paz del mundo.
¡Hijos de María despierten que el tiempo ha llegado! ¡He aquí que Mi Hijo Jesucristo prepara Su Regreso!
Oren queridos hijos; escuchen la Voz de vuestra Madre que les ama. Oren por la Paz en todos los
corazones. Ofrezcan la Novena de la Inmaculada Concepción por la Paz del mundo.
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Sobre esta imagen dejo un pedacito de Mi Corazón Inmaculado para que los que la veneren encuentren
el Don de la Paz, si en su corazón hay sinceridad y obediencia la encontrarán.
Pidan queridos hijos, para que el mundo cambie. La Tercera Guerra Mundial avanza y ahora les espera
una Cuarta, porque no hay conversión. El Hombre del Mal pretende conquistar todo el mundo para sus
planes.
Es hora de que escuchen y obedezcan Mis Llamados Maternos. Les amo y les bendigo queridos hijos; así
bendigo todo lo que han puesto en Mi altar. En el nombre de Dios Padre, en el nombre de Dios Hijo, en el
nombre del Espíritu Santo de Dios. Amén.
El materialismo, la comodidad, el egoísmo que ha destruido el mundo, a muchos de mis escogidos. Toda
esa cadena de pecados y de vicios espirituales han llevado al corazón humano a la desolación. Mis
templos vacíos, pocos acuden a la Santa Misa con la debida devoción, pocos desean escuchar a mis
profetas y a los sacerdotes, rechazando mi amor.
Queridos hijos, el Llamado del Señor a la conversión se hace desde el Evangelio, desde las profecías.
Las profecías son para anunciar, para proclamar, para advertir. Porque el Señor nunca dejará a Su pueblo
sin orientación ni ayuda.
Mi Corazón Casto y Amante es vuestro protector y custodio. Protejo a los que sirven en el Ejército de
María. Protejo a los que aman al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, les invito: que vuestro amor sea
encarnado y decidido. ‘Sí’ cuando es ‘Sí’; ‘No’ cuando es ‘No’.
No compartan con el mundo su corazón. Porque son de Dios. En vida y en muerte serán de Dios. Pero si
vuestro corazón no recoge con el Sembrador la Divina Cosecha entonces no están de parte del Enviado.
Por eso, queridos hijos, el Enviado es Jesucristo, la Cosecha son las almas. Y para trabajar con Él deben
ser decididos, valientes, prestos para crecer en santidad, en amor, en rectitud.
¡Que el Espíritu Santo les ayude a tener un sólo corazón decidido por Jesús y el Evangelio! Así como lo
hizo en Mí: Me formó y Me hizo capaz de entregar Mi vida a Jesús y de Consagrarme sin miedo al
Inmaculado Corazón de María.
El Sagrado Corazón de Jesús Reinará. María trae ese Triunfo y Yo lo protejo. El Sagrado Corazón de
Jesús, Rey del Universo, extenderá en el mundo el Reino del Fiat. Y vivirán constantes en esa Divina
Voluntad después de la Purificación de las Almas.
Les amo y les bendigo. El Ejército Mariano cuenta con Mi Intercesión y la de San Miguel Arcángel.
Bendigo el aceite de los lirios: bálsamo de sanación para las nuevas enfermedades que atacarán a los
hombres. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 23
Noviembre 2015
Deben abrir los corazones en conversión hacia Dios. Deben cambiar sus corazones. Para que a través de
ustedes llegue la conversión al mundo y a esta sociedad tan contaminada por el pecado. Les invito a vivir
en santidad y a orar. Pidan el Espíritu Santo que los enamore más de Mi Hijo Jesús. Recuerden ofrecer la
Novena de la Inmaculada Concepción por la Paz en el mundo.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, abran sus corazones al servicio del Señor. No permitan que la tibieza espiritual arroje de
sus corazones el Fuego del Amor de Dios. Antes bien, abran sus corazones. Sirvan con amor. Porque
cuando sirven con amor el Señor deja Su Sello Indeleble en vuestras obras. Pero este servicio de amor
debe ser primeramente hecho hacia a Dios. Renuncien a todo. Cuando todo se oponga al servicio de Dios
es más preferible perder lo material que perder nuestra amistad con el Señor. Es más preferible vivir
escondido en Dios que vivir con las comodidades que atan y encadenan el corazón a las cosas del mundo
y nos alejan de la amistad con Dios.
Abran sus corazones y trabajen con amor. Trabajen en sus vidas. Apliquen los Llamados de Amor y
Conversión que nuestros Sagrados Corazones Unidos les estamos entregando en cada una de sus vidas.
Que vuestra vida se convierta en un servicio de amor para Dios, solamente para Dios. Porque todo pasa.
Todo se acaba. Las criaturas cambian. Pero Dios siempre es fiel. Que vuestro Primer Amor y vuestro
servicio auténtico sea primero para Dios, como lo hice Yo en el Hogar de Nazaret: Todo para Jesús por
medio del Inmaculado Corazón de María. Siempre recuerden: Todo para Jesús.
Bendigo esta imagen que han puesto en Mis pies. Los bendigo a todos y a cada uno. Ésta bendición les
impulse a servir totalmente y sin miedo, sin reservas, para Dios. Sean participes de este ejército que se
levantará como un batallón cuando suene la trompeta que anuncie la Llegada del Cordero. Abran sus
corazones totalmente para Dios. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, abran sus corazones a la Gracia del Amor de Dios y con esa Gracia de Amor encendida
en cada uno de ustedes reciban la Salud: el remedio que es Mi Hijo Jesucristo, el Príncipe de la Paz.
Vengo como Intercesora por todas sus almas. Confíen totalmente en Mi Maternidad y ábranse al Amor de
Dios. Confíen en el Amor de Dios. Sean soldados del Amor de Dios. Es decir que deben luchar para que
cada corazón se abra al Amor de Dios y así serán portadores de la Paz.
Les amo y les bendigo. Intercedo ante Mi Hijo por ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Que nuestros Dos Corazones sean vuestra medalla y vuestro escudo. Conságrense a nuestros Dos
Corazones. Vivan en el Amor de Jesús.
Queridos hijos, les invito que abran sus corazones a la práctica de la Sagrada Escritura. Lean la Sagrada
Escritura diariamente. Aprendan a orar con los Salmos. Lean un Salmo en sus oraciones. Tengan
146
contacto con Cristo Palabra. La Escritura es el Verbo, el Verbo que es Dios. Adán y Eva cayeron en el
pecado, conocían la Palabra que el Señor les había dado, sin embargo desobedecieron.
El Señor Me ha enviado al mundo a anunciar, a conducir, a guiar, y sin embargo muy pocas almas
responden y obedecen Mis palabras.
Queridos hijos, abran sus corazones a la Santa Obediencia. Obedezcan lo que nuestros Dos Corazones
les piden. No se dejen desanimar. Porque el Enemigo de las Almas pondrá toda clase de obstáculo para
que no cumplan con Mi Hijo. Pero no pueden dejarse vencer; si no que luchen como mis soldados
marianos y cumplan con nuestros pedidos. Porque sólo Venimos a darles explicaciones de lo que ya ha
sido revelado para que lo entiendan, lo comprendan, y lo puedan vivir.
Hijos, abran sus corazones. Lean la Palabra de Dios. Practiquen Mis mensajes. Obedezcan a nuestros
pedidos. No caigan en desobediencia como Adán y Eva. Cayeron en la desgracia. Y el mundo está en
desgracia por no obedecer. No sean soberbios y sean apóstoles humildes y sencillos de nuestros Dos
Corazones, que tanto les aman. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Oren por la Paz en los corazones, queridos hijos. Oren mucho por la Paz.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es el canal de la Gracia. Ninguna Bendición ni Gracia de parte de
la Santísima Trinidad pasa a ustedes si no es por Mi Corazón Inmaculado. Porque la Santísima Trinidad
tiene Su sagrario y templo viviente en Mi Corazón Inmaculado.
Hijos, aprendan de Mis enseñanzas, obedezcan Mis mensajes. Como buena Madre les indico el camino
correcto para vuestro bien, pero el Bien eterno. No les promete el Señor felicidad y alegría en la Tierra.
Porque deben purificar sus pecados, sus faltas de amor. Pero si perseveran y se esfuerzan, con la ayuda
del Espíritu Santo, y consagrándose a Mi Corazón Inmaculado, lograrán todo. Porque la fuerza es el
Amor. Si realmente aman Mis palabras me obedecerán. Sólo un corazón que ama pertenece a Mi Ejército
Mariano. Los corazones que no aman, como no tienen amor, no Me escuchan ni Me obedecen.
Hijos Míos, oren, para que logren la perseverancia; oren, para que puedan amar. Porque el verdadero
Amor lo da el Espíritu Santo, a Quien el mundo lo tiene olvidado.
Hijos Míos, no rechacen a vuestra Madre que les ama, y como les ama, les corrige, les enseña. Porque
estoy preocupada por la cantidad de almas que se están perdiendo.
Hijos, ofrezcan sus sufrimientos por las almas que se condenen. No se preocupen por cuanto sufran. Que
vuestro sufrimiento esté oculto. Preocúpense por cuanto aman. Y que vuestro amor lo vean los demás
hombres para que conozcan a Jesús. ¡Oren! ¡Oren! ¡Oren por ustedes mismos! ¡Oren por Nicaragua! Por
la falta de amor del hombre a la Creación están destruyendo la Naturaleza. Un desastre natural está por
acaecer a Centroamérica. Porque la Tierra clama justicia por los pecados de los hombres.
Queridos hijos, preocúpense por obedecer Mis mensajes. Mis mensajes son las Palabras que he
escuchado de Jesús y se las transmito a ustedes. Si rechazan a la Madre rechazan al Hijo. Y quien
rechaza al Hijo rechaza al Padre Celestial que está con Él.
Hijos, arrepiéntase y vuelvan a Dios con corazones sinceros, con oraciones y sacrificios, que Mi Hijo les
ama. Y la mayor felicidad consiste en estar unido al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
Hijos Míos, respondan cuanto antes a Nuestra invitación. Porque la hora es urgente, el tiempo es corto, y
la liberación de Mis hijos se está acercando. Comprendan que estoy preocupada por vuestra salvación.
Pero todo aquí es pasajero; el Cielo o el Castigo es eterno. Sean verdaderos cristianos y Mis verdaderos
hijos. Les doy Mi bendición.
Bendigo la Corona de Adviento. La Corona de Adviento representa el caminar de Mis hijos de la oscuridad
a la Luz. Y así en este tiempo Yo vengo a ustedes a darles Luz, para que no se dejen seducir por la
oscuridad que les envuelve, aunque no la vean; pero está entrando en los corazones de Mis pobres hijos.
Oren y vigilen, porque el día y la hora el Padre la conoce. Mi Hijo está pronto para venir a llevarse a Sus
fieles, solamente a los que se dejaron marcar, con su Preciosa Sangre, a los que se esforzaron, a los que
fueron valientes, a los que no tuvieron miedo de abrir el corazón a Jesucristo.
147
Hijos Míos, el tiempo urge; las almas urgen. ¡Escúchennos! Una bola de fuego amenaza la Tierra.
Managua y Granada son inundadas. La vida del Papa Francisco corre peligro. Unas letras arriba doradas
dicen: ¡Hijos despierten!
Queridos hijos, Mi Hijo Jesucristo es la Luz del Mundo para los corazones que caminan en tinieblas. Pero
muchos corazones viendo esta Luz no la siguen porque no la aman. La Luz es el Señor. Él les ilumina sus
corazones para que cambien, para que se conviertan. Esta Luz que envía el Señor, como los dones y los
carismas, como los siervos y los profetas, es una Luz que no se recibe. Porque los corazones del mundo
no quieren tener ninguna relación con Dios. Porque el mundo no quiere estar con Dios. ¡Sean apóstoles
de la Luz! Lleven en sus corazones esta Luz viviendo la Sagrada Escritura, escuchando Mis mensajes, y
recibiendo a la Luz en la Sagrada Eucaristía; porque allí está verdaderamente Mi Hijo. Mi Hijo es la Luz
del Mundo. Por eso, reciban esa Luz. ¡Vivan en la Luz! Hagan actos de amor para con nuestros Dos
Corazones, tan ofendido y rechazado por la humanidad. Hijos, les amo y les bendigo. Vivan en la Luz; la
Luz del Espíritu Santo.
Bendigo todo lo que han puesto sobre Mi altar. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Valoren, queridos hijos, la presencia de nuestros Dos Corazones que aún están con ustedes, por Amor y
Misericordia concedidas por el Padre Dios. Hijos no pierdan el tiempo; acérquense a la Luz porque la
oscuridad avanza.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado derrama sobre sus corazones bendiciones de fe, de esperanza, y
de caridad, para que con éstas tres virtudes crezcan como el ejército de nuestros Dos Corazones, para
que con éstas tres virtudes perseveren en el seguimiento del Señor, para que con éstas tres virtudes no
se desanimen y sigan adelante, aunque todo esté turbio y oscuro. La Luz del Señor lo aclara.
Por eso, queridos hijos, aprendan a vivir Mis mensajes, recíbanlos con fe, practíquenlos con mucho amor.
Confíen totalmente en Mis palabras, que son palabras de amor para un mundo cansado, triste, herido de
tanta corrupción.
Queridos hijos, entre más sea la intensidad con que abran el corazón, responderán aún más al llamado
evangélico del Señor. ¡Vivan su Evangelio! ¡Vivan Mis palabras! Porque Yo les invito y les exhorto a que
comprendan lo que Mi Hijo ya les ha enseñado.
Queridos hijos, sean corazones alegres, sean corazones niños. Aprendan a alabar mucho a Jesús.
Alábenlo sin cesar con mucha alegría. Y adórenlo en el Santísimo Sacramento del Altar. Adoren a Mi
Hijo, que tanto les ama. Él os llama a que se refugien y consagren a nuestros Dos Corazones Unidos por
el Amor.
Queridos hijos, Yo vuestra Madre intercedo por cada uno de ustedes ante Mi Hijo. No se perturben.
Espérenlo todo de nuestras manos generosas. El Espíritu Santo lo hace, lo ha hecho, y lo hará todo para
la Gloria de Dios, la salvación de sus almas, y el bien de la Santa Iglesia.
Les amo y les bendigo. Bendigo lo que han puesto en Mi Altar. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, como Madre Eucarística, Yo les invito a amar a Jesús Sacramentado, que es el Sol de
vuestras vidas; que su Luz les acompañe en su caminar, y que no tengan otro alimento más que Jesús, el
Pan de Vida.
Transfórmense cada día en Jesús. Cuando reciben a Jesús en la Eucaristía se transforman en Jesús;
ustedes dejan de ser, para ser en Jesús, para ser un sólo corazón con Jesús.
148
Por eso, es importante estar en la Gracia con la confesión frecuente. Porque un corazón en pecado pone
límites a la Gracia recibida con los Sagrados Sacramentos. Pero un corazón limpio, donde está el Espíritu
Santo, abre totalmente al hombre a la acción de Dios.
Por eso, queridos hijos, den, gracias y alabanzas, adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del
Altar, donde también estoy Yo adorándolo como Madre Eucarística. Estoy en esa boda eucarística donde
Jesús Eucaristía se desposa con el alma que lo recibe. Yo soy la Medianera en esa boda eucarística,
boda mesiánica, y lo que será plenamente en la Boda del Cordero, cuando Mi Corazón Inmaculado
Triunfe y todos los corazones sean uno en Jesús, en el Cordero.
¡Amen a la Eucaristía! ¡Adoren a Jesús en la Eucaristía! Oren por los sacerdotes para que sean dignos
servidores del Altar y sean a imagen de Cristo en la tierra.
Les amo hijitos y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, sean portadores del Amor; prediquen el Evangelio de Jesús con vuestras acciones. No
desperdicien el tiempo condenando vuestras almas; si no que luchen por la santidad, por la pureza del
corazón. Abran sus corazones a la acción del Corazón Eucarístico de Jesús. Consúmanse en el Amor de
mi Hijo; porque Él les ama y Él ha sufrido por ustedes en la Cruz.
Hijos Míos, no den más tiempo al pecado; conviértanse ahora. ¡Vivan en la santidad! ¡Vivan en el Amor! Y
el Espíritu Santo estará con ustedes si obedecen la Palabra, si reciben a Jesús en la Sagrada Eucaristía;
y cuando oren el Santo Rosario el Espíritu Santo los transformará a la medida que ustedes abran sus
corazones al Amor de Dios, al Amor Infinito del Señor. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Dice el Hermano Manuel de Jesús: Nuestra Santa Mamá está dejando caer una lluvia de rosas sobre
esté lugar.
Continúa el mensaje del Doloroso e Inmaculado Corazón de María: Mis escarchas ya anticipaban esta
gracia. Hijos Míos, correspondan a lo que les estamos dando. Esfuércense en amar a Mi Corazón
Inmaculado. Ya no den tiempo a la frialdad. Comprométanse con la Cruz de Mi Hijo; porque Él les ama.
Queridos hijos, abran sus corazones a la Paz de Dios. Que la Paz vele sus corazones para que puedan
comprender la Palabra de Mi Hijo, para que puedan aceptar la Divina Voluntad. Porque la Paz es un fruto
del Espíritu Santo. Y donde está el Espíritu Santo hay Paz. No se perturben por las cosas materiales de la
vida. Abran sus corazones a la Divina Providencia. Dependan de la mano del Señor, que Él conoce sus
necesidades. Vivan en Paz para que puedan Amar. Vivan en Paz para que puedan perdonar. Vivan en
Paz para que vivan la felicidad, la alegría de Jesús Niño que viene a salvarlos.
Queridos hijos, abran sus corazones a la Presencia de Dios. Y sean mis verdaderos hijos cumpliendo mis
peticiones. Bendigo todo lo que han puesto en el Altar. Yo les amo y les bendigo queridos hijos. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Abran sus corazones para que reciban la Buena Nueva que les envía el Señor: Un mensaje de amor, un
mensaje de esperanza, para que todos los corazones se vuelvan a Dios.
Queridos hijos, pidan el Espíritu Santo que les ayude a vivir las virtudes: La virtud del silencio, la virtud de
la templanza, la virtud de la caridad, de la esperanza y de la fe. Con estas virtudes adornen sus
corazones. Para que vuestra casa esté ordenada. Para que reciban al Niño Rey que trae la Salvación
para todos los hombres. Pídanle a la Reina del Amor paciencia en sus sufrimientos, tranquilidad en la
desesperanza, fortaleza en vuestras tormentas. Encuentren en la oración la Luz para caminar, para servir.
149
Queridos hijos, no tengan miedo de amar mucho a Jesús. Conságrense al Inmaculado Corazón de María.
Vivan en el Amor Fiat; es decir, vivan amando la Divina Voluntad. Siempre digan: Fiat, Fiat, Fiat, y el
Señor obrará por ustedes, en ustedes, cuando se abandonen en su Divino Querer.
Bendigo lo que han puesto en mi Altar. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, que su voluntad se abra a la Divina Voluntad. Que vuestro Fiat permita al Espíritu Santo
actuar en sus vidas. Cuando un alma pide Gracias, pero su voluntad está lejos de Su Gracia, no lo
logrará, porque no ha renunciado. Pero si ustedes renuncian y aceptan las Gracias vivirán en el Espíritu
Santo.
Abran sus corazones como un pequeño Belén. Para que en él se refugie el fuego del Amor Divino. Para
que las almas necesitadas, los ciegos, los hambrientos, los desnudos, los que tienen su corazón lejos de
Dios, encuentren en ustedes al Niño de Belén. Para que sean ustedes el portal bendito de Belén. Para
que en ustedes se haga la Vida de Gracia de José, María y Jesús. Que la Sagrada Familia les bendiga y
ustedes aprendan, mis queridos hijos, a vivir de la Palabra de Dios y a obedecer los mensajes, sin miedo
y sin tardanza.
Gracias por responder a Mi Llamado Maternal. Les amo y les bendigo. El Verbo se hizo Carne y habitará
entre vosotros. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Abran espacio en su corazón para Jesús. Des vacíen totalmente su corazón para que Jesús lo ocupe
totalmente. No den cabida al pecado, a la impaciencia, a la tibieza, a la desesperanza; si no que teniendo
a Jesús en sus corazones deben cambiar de actitud, de sentimientos, de vida; deben cambiar para poder
ser transformados. Si no empiezan el camino de la conversión, como debe de ser, entonces el Señor no
podrá acercarlos a un camino de santidad. Deben morir a ustedes mismos, a todo lo que son, para poder
vivir en Cristo y nacer en Él del Vientre Inmaculado de la siempre Virgen y Madre, para que también Ella
sea vuestra verdadera Madre, Reina y Señora.
Conságrense siempre a sus Dos Corazones. Vivan y dependan de Ellos. En este tiempo les invito a que
ustedes sean los establos, que ustedes sean los portales abiertos para Jesús, para los hermanos.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Espíritu Santo está en los corazones que oran. La oración abre sus corazones a la Gracia de Dios. Por
eso deben orar mucho, visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Hijos Míos, Mis soldados no se cansan, perseveran, piden la fuerza y la sabiduría del Cielo, para actuar
conforme a la Divina Voluntad.
Queridos hijos, sean obedientes a Mis consejos maternos, no los desprecien, y escuchen la Voz de
vuestra Madre que viene a decirles que Dios les ama y está preocupado por la salvación de sus almas.
Hijos Míos: ¡oren! No se cansen de seguirme en el camino de la Cruz junto al Sagrado Corazón de Jesús.
Invoquen siempre la bendición de Mi Inmaculado Corazón. Les amo y les bendigo. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Los Apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María están llamados a una vida de
servicio y de entrega. No se niegan a la Obra de Dios. Sus manos trabajan para la construcción del Reino.
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Sus pies peregrinos conquistando almas para Jesús y María. Sus corazones están enamorados de los
Dos Corazones de Jesús y de María.
Estos Apóstoles no deben de tener miedo a entregarse a la Obra de la Salvación. Desde su Bautismo
están llamados a ser Apóstoles. Muy pocas almas están conscientes de eso. Sean ustedes verdaderos
Apóstoles. No tengan miedo de servir al Señor a tiempo y destiempo. Recuerden a los Santos Profetas y
Patriarcas del Pueblo del Señor: No negaron su vida y su obra a la Historia de la Salvación. Así ustedes,
queridos hijos, no nieguen su vida y su obra a la construcción del Reino de los Sagrados Corazones
Unidos de Jesús y de María. Vivan, actúen y oren en el Divino Querer de Dios. Siempre, queridos hijos,
pregúntense cuál es el Divino Querer de Dios para actuar en sus Mandamientos, en sus Leyes y vivir su
Palabra. Mi Amante y Casto Corazón intercede por todos los hijos de María y apóstoles de Cristo Jesús.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, les invito a que sean apóstoles de Jesús, a que escuchen a Jesús en la Sagrada
Escritura, a que hablen con Jesús a través de la oración constante, a que se unan con Jesús cuando lo
reciben en la Eucaristía.
Queridos hijos, Mis palabras sólo les confirman, les enseñan, les recuerdan, les explican, lo que ya Jesús
les ha dicho en el Evangelio. Por eso, Mis queridos hijos, amen mucho a la Palabra de Dios, tengan la
Sagrada Escritura en un lugar honorable en vuestros hogares, no guardada, si no puesta sobre el altar;
porque la Biblia es Cristo que se ha hecho Palabra.
Hijos Míos, el apóstol oye para luego realizar lo que se le ha confiado. El apóstol obedece a lo que se le
pide. El apóstol confía totalmente en su Maestro. Y vuestro Maestro es el Camino, la Verdad y la Vida de
Quien soy Madre. Por eso, queridos hijos, no se cansen de perseverar y de seguir en el Camino.
El objetivo de ser Iglesia son las almas. No olviden que lo más importante es la salvación de las almas.
Los sacramentos y todas las Gracias que hay dentro de la Iglesia de Mi Hijo son para la salvación de sus
almas. Y Mis palabras guían sus almas hacia esa salvación que es Jesucristo mismo.
Hijos Míos perseveren cargando sus cruces sin cansancio. Hijos no desistan en la lucha contra el Mal. No
desistan en caminar por la Vía de la Cruz. Porque Yo vuestra Madre estoy intercediendo por cada uno de
ustedes. Y en Mi Inmaculado Corazón a todos los refugio, los guardo, y les enseño como una pequeña
escuela de amor. Hijos estoy con ustedes y donde estoy Yo está Mi Hijo y el Espíritu de Dios.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi querido hermanito, os muestro un camino sencillo, silencioso, humilde; pero, grande, infinito,
insondable es el camino de la reparación.
Hermano, estás llamado para caminar con Jesús consolándole hasta el Calvario. Has sido escogido por el
Espíritu Santo para que seas el reparador y portavoz de su Amadísima Esposa, Aquella a Quién la
Santísima Trinidad con Su Luz a vestido del Sol. María te ha llamado a ser Su embajador.
Hermano, este camino de reparación es de sacrificio y de oración al mismo tiempo. Es un camino hacia la
santidad. Empieza a recorrer este camino cargando tu cruz diariamente, renunciando siempre al ego
humano, ofreciendo tus sufrimientos voluntarios o involuntarios a Jesús, y sufriendo y padeciendo en
silencio, con paciencia. Así con esta vida oculta y santa sufre por Jesús. Con tus sufrimientos alivia los
sufrimientos de su Sagrado Corazón; con tus lágrimas seca y consuela las lágrimas de la Dulce Mama.
Hermanito, los Dos Corazones están contigo. Adora y repara, alaba, consuela a Jesús en el Tabernáculo.
Enséñale a tu corazón a repetir siempre las santas oraciones que os enseñé en Fátima.
151
Se feliz porque Jesús es feliz por Su pequeño mártir. Te doy la bendición y junto a Mí tu Ángel Custodio.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Póstrense cada día en adoración a Jesús. Reconozcan en ese Niño al Dios hecho hombre. Pidan a la
Madre y Reina María que les enseñe a adorar a Jesús.
Hijos, la adoración es importante para los Apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de
María. El incienso de la oración y de la alabanza hace grandes maravillas en los hijos de Dios. Por eso,
alaben sin cesar el Nombre del Señor. Pidan al Espíritu Santo el oro de la caridad, el oro del perdón, el
oro de la fe, para que puedan vivir como los hijos que Dios quiere.
Vivan la mirra del sacrificio, de la penitencia. Todo lo que están sufriendo en el momento presente,
cualquier sufrimiento por muy pequeño que sea, ofrézcanlo al Padre, como una oración, y no desconfíen
de su infinito amor. Porque Él siempre les espera, siempre les escucha, siempre interviene a la hora
providente. Confíen en su amor.
Pidan, queridos hijos, estas tres gracias: La oración, la caridad y la confianza en el sacrificio y el dolor.
Hijos Míos, la Madre de Dios está con ustedes. Mi Casto y Amante Corazón intercede por las almas fieles.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, están viviendo en el tiempo de la Batalla Espiritual, y lo que está en riesgo son las almas,
las almas de los pobres pecadores, por las cuales Mi Inmaculado Corazón sufre mucho. Muy pocos
escuchan Mis palabras, muy pocos las creen. Hijitos, oren, reparen, pidan perdón en nombre de esas
almas, entréguense por ellas.
Hijitos, en esta Lucha Espiritual deben entregar como una ofrenda de amor todos sus sufrimientos, todos
sus problemas, todas sus tribulaciones, son necesarias e importantes para salvar almas. No se aquejen,
queridos hijos, sufran en silencio. El sufrimiento del silencio tiene mucho valor. Hijitos Míos, ofrézcanse.
Esta Batalla es dura, se hará más intensa porque la Bestia avanza. Los siervos de Mi Adversario son
ágiles, son astutos. Ustedes, queridos hijos, conviértanse en palomas mensajeras, anuncien que Mi Hijo
Regresa.
Hijos Míos, despierten del letargo espiritual, abran sus ojos a la realidad. Viven en plena Batalla; viven en
plena Tercera Guerra Mundial. Hijos Míos, son Mis soldados, son el Ejército de Mi Inmaculado Corazón.
Escuchen la voz de vuestra Madre que les indica el camino a seguir a Jesús. Él está en el Sagrario
esperándolos, adórenlo siempre. Aférrense a mi Santo Rosario, no lo quiten de vuestra mano, de vuestros
labios, de vuestro corazón.
Hijos Míos, Yo les protejo y les guío. Hagan lo que Mi Hijo Jesús les diga, lo que Mi Hijo Jesús les ha
enseñado en el Santo Evangelio. Y ofrézcanse hijos, ofrézcanse sin miedo, ofrézcanse como hostias
vivas.
Yo les amo y les bendigo. Las rosas que pongan bajo Mis pies tienen el don de la sanación, de la
protección, de la liberación. En cada rosa que bendigo está Mi Amor Maternal así como en el Santo
Rosario, cadena de salvación. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Los hombres se ahogan en este mundo de pecado y no se preocupan por la salvación de sus almas. Más
Yo, hijitos Míos, intercedo por todos ustedes. Es una bendición del Cielo que Yo esté aquí con Mis hijos.
Siempre agradezcan al Señor por cada mensaje y por Mi presencia en el mundo.
Hijitos Míos, Yo reúno a los escogidos; muchos son llamados, pero sólo los escogidos subirán al Arca de
María. Hijitos, nunca tengan miedo de responder a Mi llamado. Yo reúno al pequeño Resto Fiel de Mi Hijo.
Un pequeño grupo de almas en todo el mundo, Mi ejército mariano, para que se ofrezcan en reparación,
en oración, por las almas de los pobres pecadores.
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Hijos Míos, no se cansen de orar, de entregarse. El Triunfo de Mi Inmaculado Corazón, el Reinado del
Espíritu Santo, está pronto, hijos Míos. Gracias por responder a Mi llamado de Madre. Les amo y les
bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, oren por las intenciones de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Que los Planes de Dios
para el mundo se realicen en Divina Voluntad. Hijitos Míos, oren mucho, oren siempre. Nunca el Señor los
deja solos: Me envía a cuidar, a proteger, y a guiar a Sus pequeñas almas fieles.
Hijos Míos, vivan conscientes de que el Espíritu Santo habita en cada uno de ustedes. Desde el momento
de su bautismo son templos del Padre, son templos del Hijo, son templos del Espíritu Santo. Vivan en
adoración constante y no olviden que también Jesús está en el Sagrario esperándolos siempre. Recen
siempre el Santo Rosario. Conságrense a Mi Corazón Inmaculado.
Vivan como niños dependiendo de vuestra Madre, que les ama y les bendice. En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Que la Gracia del Espíritu Santo pueda descender sobre ustedes, abriendo sus corazones con humildad y
sencillez a la Honra y a la Gloria del Señor.
Mis queridos hijos, que los sentimientos de vuestro corazón se eleven más alto, más perfectos, a Dios.
Queridos hijos, aspiren al Cielo, deseen la Santidad, anhelen llegar a la Santidad. Sean santos, sean
celosos, cuiden sus almas, vivan las virtudes, oren mucho.
Hijos, conviertan vuestro corazón en un precioso jardín para Dios. Oren, pidan mucho, para que ustedes
sean esos Santuarios Vivos del Señor.
Hijos Míos, adórnense con las Virtudes del Espíritu Santo, con Sus Dones, con Sus Gracias, con Sus
Carismas.
Hijos, anhelen ser santos porque están llamados a la Perfección del Amor. Están llamados a la Santidad
de Dios. No distraigan sus corazones de éste pensamiento y deseo santo. Ser agradables para Dios, eso
es lo que importa, queridos hijos.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
(A continuación: El Hombre Providencial con el Espíritu de Elías es movido por el Espíritu Santo a
orar y alabar con el Don de Lenguas):
El Santo de los Santos está con ustedes. La alabanza resuene en su Casa Santa. El Señor está pronto a
oír sus suplicas. Amen la adoración y la alabanza. El Espíritu que se movía en las aguas se mueve en sus
corazones cuando alaban. En alabanza y adoración nos postramos ante Ti Señor. Bendito y alabado sea
tu Nombre Señor. Bendito y glorificado seas Señor. Porque eres Santo. Porque eres Bueno. Porque eres
Justo Señor. Santo, Santo, Santo eres Señor. Bendito y alabado seas Señor. Luz tres veces Santa. Luz
tres veces Justa. Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Bendito y alabado seas por todas las Gracias que nos
regalas, porque aún tienes Misericordia para con nosotros. Aún cuando nadie quiere escucharte, Tú
sigues enviando profetas para recordar Tu Palabra. Bendito y alabado seas Señor, porque aún cuando
somos desobedientes, Tú sigues insistiendo por nuestra salvación. Bendito y alabado seas.
Te alabamos y te agradecemos por Tu infinita Misericordia que tienes para con nosotros Señor, porque
nos envuelve tiempo y oscuridad de apostasía, de tiniebla. Pero Tú siempre estás Señor guiándonos por
el Camino Recto. La Iglesia de Cristo, Aquella donde estará Él Presente en la Santísima Eucaristía, hacia
Ahí nos llamas Señor, para adorarte y glorificar Tu Nombre. Porque estás con el Padre, porque estás con
el Hijo, porque estás con el Espíritu Santo, y María está al pie de ése Sagrario, adorándote y alabándote,
153
día y noche, por aquellos que no lo hacemos, por aquellos que no vamos, por aquellos que no te
visitamos.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado intercede por cada uno de ustedes. Así, queridos hijos, con Mi
oración y guiados de Mi Mano llegarán al puerto seguro, cruzaran esta turbulencia de pecado y de
idolatría. Y con Mi Protección llegaran al Corazón de Mi Hijo. Por eso, les invito a la oración constante con
la Santa Escritura y con la Adoración Eucarística.
Hijitos Míos, Yo les protejo, están siempre Conmigo. Y en este tiempo de tanta división, oren por la
Iglesia, oren por el Papa Francisco.
Hijos Míos, Yo protejo a Mi Resto Fiel. Yo les guiaré y estarán Conmigo en el Reino del Amor y de la Paz
del Sagrado Corazón de Mi Hijo.
Hijos Míos, vivan Mis mensajes. Oren al Espíritu Santo para que les enseñe como ser mis verdaderos
hijos en la Divina Voluntad. Yo les amo y les bendigo.
Bendigo lo que han puesto en Mis Pies. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, las horas se acortan, el día se acaba, la oscuridad avanza, la guerra contra los hijos de
Dios ha comenzado. Es una guerra secreta, callada, escondida, que hará tambalear la fe de muchos,
sacudirá los cimientos de la Casa del Señor, pero prevalecerá, pero muchos corazones serán
confundidos.
Hijos Míos, así, como protegí a Mi Amada Esposa María y al Niño Jesús, cuando huíamos a Egipto, a
través del desierto, así, Yo protegeré a los Hijos de la Madre, a los Apóstoles de Jesucristo, y los guiaré al
Templo del Señor. San Miguel Arcángel y los ángeles combatirán por ustedes.
Hijos Míos, Resto Fiel, confíen mucho; no pongan en duda mis palabras, sino que hagan solamente, en
obediencia, lo que se les pide. La Divina Providencia está con ustedes, confíen y abandónense mucho.
Pero guarden en vuestras casas todo lo necesario para ustedes y sus familias; aspergen agua bendita
muy seguido; pero no pierdan la paz. Oren mucho; oren siempre. Mi protección de Padre está con
ustedes.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Como Niño Jesús, necesito decirles algo, necesito que hoy aprendan algo: La leche que Yo tomé de Mi
Madre se las comparto a ustedes cada lunes que se reúnen con Mi Madre. Se reúnen a tomar de la leche
materna de Mi Madre porque quiero dejarlos bien nutridos y formados para que soporten la prueba que
viene a Mis Hijos. Aún necesito formarlos. Cada lunes reciben el alimento de Mi Madre. Cada miércoles
reciben el alimento de Mi Padre. Quiero alimentarlos bien, quiero que estén fuertes, para que defiendan a
Mi Casita.
El Niño Jesús, El Que Les Ama, está con ustedes y la Miel de Mi Sangre les marca, les sella, les bendice.
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Más ahora hijo se cumple Mi Profecía: Desolaron Mi Casa. La Sombra de la Muerte llegó a Mi Templo
Santo. No lo podrán derribar pero confundirá. Ya hay muchos cegados y ensordecidos. Desolarán Mi
Casa. Me sacan de Ella. Me arrastran sin piedad.
Yo mantendré a Mis almas fieles en lo más profundo de Mi Corazón. Pues, serán las primeras en sufrir
Conmigo la Desolación que se está dando ahora. Uníos solamente a Pedro y a Aquellos que reconocen
su primacía. Pero más, sin embargo, orad y velad. Descansen junto a Mí. La Desolación de Mi Casa será
terrible; cuando Me hayan querido quitar por completo lo que os entregué por amor: Mi Iglesia.
Te amo Mi Pequeño y bendigo Tu Ser. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, desde el Santísimo Sacramento regalo muchas Gracias para los corazones.
Desde el Santísimo Sacramento del Altar, Yo toco los corazones para convertirlos y regresarlos al Camino
del Amor y de la Santidad.
En el Santísimo Sacramento del Altar está Mi Sagrado Corazón Eucarístico. Adórenme con amor, con
fervor; adórenme encendidos en el Fuego de la Santidad. Tiemblen de un temor amoroso por estar
delante de Dios. Hijos Míos, postrados ante Mi Presencia, como Moisés se postró ante la Presencia de Mi
Padre, ya no es la zarza que ardía en el monte, ahora es el Corazón Eucarístico que se consume por el
Espíritu Santo.
Hijos Míos, cuando están ante Mi Presencia deben tocar el suelo con vuestra pequeñez, deben humillarse
totalmente ante Mi Amor. Yo les pido a las almas que no se resistan al Amor Eucarístico sino que sean
niñas totalmente, niños que se vienen a postrar ante su Padre, que se sientan a sus pies para escucharlo
y se recuestan sobre Su Corazón para perderse y abandonarse totalmente en Él.
Hijos Míos, junto al Sacerdocio, el Santísimo Sacramento es el Don más grande que les he dado a las
almas y a la Iglesia. Oren, hijos Míos, para que las almas de los Apóstoles de los Últimos Tiempos
permanezcan fieles a Mi Voz, a Mi Doctrina, a Mi Presencia Eucarística.
Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Si los corazones aceptan esta Llama de Amor serán liberados, serán limpiados, serán purificados. Porque
esta Llama de Amor es el Fuego que recibí del Espíritu Santo en la Anunciación y en Pentecostés.
Y es esta Llama de Amor la que Yo vengo a entregarles a ustedes. Para que esta Llama de Amor los
consuma y no se preocupen por las situaciones de la vida, sino que se sostengan con Mi Llama de Amor,
que se pierdan en Mi Llama de Amor, que enciendan sus corazones como pequeños faros en Mi Llama
de Amor.
Para que ustedes, hijos Míos, alumbren en estos tiempos de oscuridad. Para que ustedes con Mi Llama
de Amor calienten los corazones tibios. Para que ustedes con Mi Llama de Amor entreguen ese Calor a
los corazones fríos. El Calor del Amor de Dios. El Calor del Espíritu Santo. El Calor de Jesús en la
Eucaristía.
Hijos Míos, reciban Mi Llama de Amor, abrácense a Mi Corazón Inmaculado. Permanezcan fieles a la Voz
de Jesús y de vuestra Madre Celestial. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, tengo que tomaros de Mi Mano porque quiero presentarlos al Corazón de Jesús.
Hijos Míos, el Señor Me escogió a Mí para llegar a ustedes. El Señor Me envía de nuevo para que
ustedes lleguen a Jesús. Hijos Míos, tomen Mi Mano y caminen Conmigo. La oscuridad es mucha y la
confusión está en todas partes. Pero de Mi Mano, hijos Míos, no van a caer en el error. Porque Soy Torre
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Firme. Porque Soy Columna de Gracia. Porque el Señor Me ha constituido un Ejército en Orden de
Batalla. Por eso, queridos hijos, tomen Mi Mano, caminen Conmigo, guíense por Mis Mensajes.
Hijos Míos, Yo preparo a todas las Almas del Ejército Fiel para llevarlos de Mi Mano al Reino donde el
Corazón Eucarístico de Jesús estará por siempre.
Hijos Míos, oren siempre el Santo Rosario. Con la lectura de la Sagrada Escritura y con la fuerza del
ayuno serán firmes en las tormentas de la vida.
Hijos Míos, siempre escucho sus oraciones. Mi Hijo Jesús y Yo estamos con todos ustedes. Les amo y les
bendigo con Mi Llama de Amor para que ceguemos juntos a Satanás y destruyamos el pecado. Hijos
Míos, la Paz del Señor está con ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, por la Divina Voluntad estoy con ustedes y les guío y les enseño para que con vuestra
vida glorifiquen al Santo de los Santos.
Que sus trabajos, que sus familias, que sus quehaceres, vayan dirigidos a la mayor Gloria de Dios.
Glorifiquen a Dios siempre. En sus problemas y en sus tribulaciones, alaben y agradezcan. En sus
sufrimientos y enfermedades, alaben y agradezcan. En sus tribulaciones y penas, alaben y agradezcan.
Ofrezcan a Dios todo lo que son, todo lo que viven. Regálenselo a Jesús como a una ofrenda de amor.
Ninguna de sus obras quedará sin ninguna Gracia por parte de la Divina Misericordia si ustedes la
consagran a Jesús.
Hijos Míos, almas fieles, escuchen siempre a la Voz del Espíritu Santo. Oren y no pierdan la Paz. Vivan
en la oración constante. Y en los tiempos de confusión y de prueba vuestro auxilio está en la oración y en
la enseñanza de Nuestros mensajes. Porque Nuestros mensajes sólo les vienen a explicar y a enseñar lo
que ya Jesucristo les ha dicho por medio del Santo Evangelio. Pero Nuestros Corazones Unidos como
Intercesores vienen al encuentro de las almas fieles.
Hijos Míos, ovejitas del rebaño, no se dispersen porque los lobos son muchos y herirán al rebaño y al
pastor si no están unidos al Buen y Divino Pastor Jesucristo. Escuchen Nuestra palabra. Reciban la
Gracia del Espíritu Santo. El Señor les ama y les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, deben orar para que las intenciones del Señor se hagan vida en ustedes. El Señor tiene
intenciones y planes de amor y de misericordia para con Sus hijos. Pero Sus hijos se alejan del Proyecto
de Dios, porque no oran, porque no esperan.
Hijos Míos, ustedes, Mis apóstoles, díganle a Jesús que las intenciones de Su Sagrado Corazón para con
cada uno de ustedes se realicen en Divina Voluntad.
Hijos Míos, así, glorifiquen al Señor, entréguense a Su proyecto de amor, confíen totalmente en Su
Palabra. Y recuerden, hijos Míos, que también el Señor tiene intenciones para con sus hijos.
Con la oración descubrirán la Divina Voluntad y el Divino Querer de Dios para con ustedes. Yo les amo y
les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado renueva sus corazones la Presencia de Dios, que se disipa en las
almas por el mundo y el pecado.
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Queridos hijos, el Señor Me ha enviado para salvar a las almas, para tocar los corazones, para pedir la
conversión de los pecadores.
Hijos Míos, por Mi Presencia en todo el mundo, Yo traigo la Buena Nueva del Reino Eucarístico de Mi
Hijo. Pero muchos corazones siguen ignorando Mi Voz, siguen ultrajando Mi Corazón Inmaculado, siguen
ofendiendo a Nuestro Señor.
Hijos Míos, pocas almas escuchan la Voz de vuestra Madre, a esas pocas almas protegeré con Mi Amor,
los bendeciré y los guiaré en los momentos de tribulación, de persecución, de prueba, para que no
titubeen en la fe.
Hijos Míos, les invito a ser cristianos: El cristiano se entrega; el cristiano ama; el cristiano perdona; el
cristiano vive en el silencio; el cristiano carga su cruz y ofrece todo su sufrimiento a Jesús.
Hijos Míos, seguid a Mi Hijo en este mundo no es fácil porque el mundo ha odiado primero a Mi Hijo y
odia a Sus discípulos e hijos Míos. Por eso, hijitos, sean verdaderos soldados del Ejército de Mi Amor
Maternal, sean verdaderos discípulos de Nuestro Señor Jesucristo. Clamen al Espíritu Santo que les
enseñe todas las cosas.
Estoy con ustedes e intercedo por cada uno de ustedes. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, es grande la oración. He venido como maestra de oración. He tomado sus manos y les he
enseñado a orar.
Hijos Míos, no teman abandonarse totalmente al Espíritu Santo. Si creen verán la Gloria de Dios.
Hijos Míos, los corazones dispuestos reciben la ayuda del Espíritu Santo. Por eso, no teman. Que Mi
Señor Me envía a Mis hijos para orar juntos, para enseñarles, para interceder, para estar con ustedes, y
regalarles la Gracia de Amor y de Misericordia que el Padre envía a Sus hijos muy amados.
Les amo y les bendigo. En el nombre Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, regresen al Señor con sacrificios, con oraciones, con penitencias.
Hijos Míos, vivan en la Santidad; reparen por aquellas almas que no aman la Santidad. Pidan perdón con
vuestras vidas y con sus oraciones por los que no viven en la Santidad.
Hijos Míos, amen la Santidad; hijos, Míos, y en este tiempo de Gracia y de Misericordia ofrézcanse en
sacrificios vivos. Pidan perdón, reparen, adoren y amen a Jesús por los pecados de toda la humanidad.
Yo les amo y les bendigo queridos hijos. Prepárense con todas sus fuerzas para el día de Mañana;
‘Mañana’ serán hijos totales de María como lo fui Yo también, Su esposo y Su hijo. Gracias, hijos Míos,
por sus corazones dispuestos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
157
Hijos Míos, piensen más en los sufrimientos de Jesús, olvídense de los vuestros. Unan sus sufrimientos a
los de Jesucristo y tendrán más méritos. Hijos Míos, mediten en la Pasión Dolorosa de Jesús. No se
olviden de todo lo que Mi Hijo ha sufrido por Amor a ustedes.
Hijos Míos, abran sus corazones a la Cruz, amen la Cruz. La Cruz es señal de victoria y de redención,
pero hay que morir en Ella para resucitar.
Hijos Míos, les espero en Mi Corazón Inmaculado; en Mi Corazón Inmaculado les enseñaré a amar,
adorar, reparar y consolar al Sagrado Corazón de Mi Hijo, que sufre por Amor.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, el Espíritu Santo, por medio de la intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de
María, Me ha enviado para enseñarles la Gracia del Desprendimiento.
Hijos Míos, deben desprenderse de las cosas superficiales. Deben dejar ir esos malos sentimientos, esos
recuerdos, rencores, celos, ira, soberbia. Deben de vaciarse del espíritu mundano para ser llenos del
Espíritu Celestial. Renuncien cada día a su ego y a su voluntad. Y preparen vuestro espíritu desde la
oración, el ayuno, de la lectura constante de la Sagrada Escritura, para que vuestros corazones vivan
atentos a la Presencia de Dios.
Queridos hijos, en este tiempo de misericordia, escuchen nuestras palabras, para que despojados del
hombre viejo y de sus malas acciones, resuciten en Jesucristo, y vivan en constante adoración al Padre,
al Hijo, y al Espíritu Santo, que vive y que reina en los corazones abiertos al Espíritu Santo y que son
dóciles a la Divina Voluntad. En eso consiste, hijitos, la infancia espiritual: Ser niños del Reino de Dios;
depender de éste Eterno y Buen Padre; ansiar agradarle siempre.
Así, hijos Míos, abran sus corazones. Así, como cuando un niño abre sus brazos para abrazar a su padre,
así abran sus corazones para abrazar a Dios que es Amor Infinito. Yo les amo y les bendigo, intercedo
por ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, en la Iglesia de Mi Hijo está lo necesario para vuestra salvación: los Sacramentos y el perdón
de los pecados. Hijos Míos, estad atentos a Mis palabras que como Buena Madre sólo deseo conducirlos
al Bien, al Bien Eterno, que es Dios. No ignoren Mi llamada. No se separen de mi Corazón Inmaculado.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, amen mucho al Señor. Entréguense al Corazón Inmaculado de la Santísima Madre. Junto a
Ella aprenderán a ser esclavos de su Divina Voluntad. Así, lo aprendí Yo, José, imitando el ejemplo de la
Santísima Madre, le dije al Señor: “Aquí está tu Esclavo, a quien has escogido por Esposo Virginal de tu
Dulce Esclava”.
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Hijos Míos, en esta Casa, que es la Iglesia, sean esclavos de amor de Jesús por María. Y que abriendo
sus corazones, el Espíritu Santo grabe en ellos la Ley y el Evangelio.
Hijos Míos, no distraigan sus corazones de lo único importante: servir al Señor. Yo les amo y les bendigo.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, no desconfíen de Dios. Por muy oscuro que se encuentre vuestro caminar no desconfíen del
Señor. Esperen en el Señor. Oren con paciencia. No den lugar a Mi Adversario, renegando de sus
problemas y quejándose de sus situaciones. Sino más bien, ofrézcanse. Ofrezcan sus sufrimientos, sin
medir. Totalmente ofrézcanse sin miedo y sin reserva. Porque el alma justa alcanza siempre la
Misericordia de Dios.
Hijos Míos, estoy con vosotros. Les animo a seguir. Porque el seguimiento de Mi Hijo es el Camino del
Calvario con la Cruz a cuesta.
Hijos Míos, oren mucho y carguen sus cruces, sin miedo y sin desconfianza. Ofrezcan sus sufrimientos
por los pobres pecadores, por la Iglesia, por las almas que no conocen a Dios. Les amo y les bendigo. En
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, les llamo a refugiarse en el Inmaculado Corazón de María en estos tiempos de tribulación
y de confusión. En el Corazón Inmaculado de María encontrarán la Paz y la Luz porque en su Corazón
Inmaculado está Jesús, Rey de la Paz y Vida Eterna.
Hijos Míos, para enamorarse del Señor es necesario enamorarse de María, conocer el gran secreto de
María que es el Amor Infinito de Dios. A través de esta Madre y Reina encontrarán el Camino y la Guía
para ir al Sagrado Corazón de Jesús. Así, como el Espíritu Santo me lo iba indicando en mi vida de
Nazaret con Ellos.
Hijos Míos, para llegar a conocer a Jesucristo primero deben conocer a María Santísima. Caminen por
este Sendero de Amor que la Divina Voluntad le pide al Ejército Mariano, llegar a María para llegar a
Jesucristo. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Amada Madre desea que oren desde el corazón, pero en Divina Voluntad. Nunca, hijo Mío, la oración
debe exigir la voluntad humana. Una oración bien hecha, y desde el corazón, se rinde a la Divina
Voluntad. Al recibir las oraciones, a través de Mi Santa Mama, Yo cubro con Mi Preciosa Sangre esas
oraciones y plegarias, para presentarlas a Mi Eterno Padre, Él al ver Mi Sangre derramada se apiada de
sus creaturas.
Hijo, cuando un alma ore que no lo haga si primero no ha pedido a Mi Espíritu Santo que ore con ella y
por ella, para que la Trinidad Santísima y la Santa Mama del Cielo actuemos desde la Divina Voluntad en
favor de las almas. Hijos, oren desde el corazón. Hijos, oren en el Espíritu Santo.
159
Hijos, oren y vivan en la Divina Voluntad. Te amo y te bendigo custodio reparador de Mi Sagrado
Corazón. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Mis queridos hijos, los miro a todos con Mi Corazón Inmaculado, les protejo con Mi Manto Celestial. Todas
sus oraciones, hechas desde el corazón, Yo las bendigo y se las presento a Mi Amadísimo Hijo
Jesucristo.
Por eso, hijos Míos, les invito a orar con mucha fe, a orar desde el corazón, a orar desde el amor. Que
sea el Amor Santo y Divino del Espíritu Santo de Dios que los mueva a la oración. No dejen de orar.
Ofrezcan sus acciones y sus obras, sus movimientos, los latidos de sus corazones, como una súplica
constante, como una plegaria permanente.
Hijos Míos, el Señor siempre oye a sus hijos y me envía para orar con ellos, a orar por ustedes. Hijos
Míos, gracias por responder a Mi Llamado Materno: Oren desde el corazón. Les amo y les bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados hijos, la oración abre en ustedes vuestros corazones a Dios. Cuando oran sus vidas dan
lugar al Espíritu Santo para que actúe y haga maravillas en Sus hijos. Pero cuando no oran cierran sus
corazones y sus voluntades humanas a la acción de Dios.
Por eso, hijitos Míos, les invito a orar con mucha fe. Abran el corazón a la oración. No se cansen de orar.
Porque el que ora cambia también en la medida que ora. Porque en la oración se derrama mucha Gracia
del Cielo para vuestra conversión. Cuando oran desde el corazón experimentarán el gran Amor de Dios
por cada uno de ustedes.
Oren sumergiéndose en el Amor de Jesús. Oren sintiendo al Amor Crucificado. Hijos Míos, oren con
amor. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijo, vengo a anunciarles que esta misión a la amada tierra española, va a ser un gran triunfo
para Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Mi pequeño profeta Elías, yo te envío a que reúnas el
Rebaño Fiel, empezando por España, donde grandes promesas he dado de parte del Señor para el bien
de la humanidad. Hijito mío, ve y reúne al Resto Fiel de España, las almas escucharán mi llamado de
amor.
La Consagración de España, debe ser dada a conocer, para que desde todo el mundo se unan, cada
alma en oración y también consagren sus propios pueblos y naciones.
Hijito mío, el Resto Fiel, yo lo reuniré. Ve con mi bendición materna, mi pequeño carmelita. Ha llegado el
momento, de reunir a este rebaño.
Te amo y te bendigo. Que la Consagración de España sea conocida por todo el Resto Fiel para que se
unan en oración.
Hijos Míos, como protector de la Iglesia, reúno a los hijos del Señor, en Su Casa, porque la oscuridad
avanza, la confusión general empeora. Los corazones de los hombres se han olvidado de Dios y de Su
Ley. El mundo debe ser purificado para ser renovado, hijos Míos, y muchos corazones no comprenden la
urgencia de la conversión. Todo está por suceder. Las profecías del Señor se cumplirán, todas y cada
una, para el bien de Su Resto Fiel.
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Por eso, hijos Míos, la Sagrada Familia de Nazaret les está llamando a que regresen a la Casa Paterna,
que vuelvan a la Ley de Dios y al Santo Evangelio, a la Adoración Eucarística y a la Santa Comunión. El
tiempo es urgente. Y el Dragón está avanzando, contaminando muchas almas. Mientras muchos caen en
el letargo y en el desánimo, Satanás condena muchas almas. Es hora de ser verdaderos hijos de la
Madre, que se levanten como Su Ejército Militante y Triunfante, porque la hora de la batalla ya ha
comenzado en sus corazones; pero la Tribulación está a sus puertas porque el mundo no se convierte.
Durante todo este tiempo cuenten con Mi Intercesión y el Auxilio que la Divina Voluntad le regala a Su
Remanente Fiel.
La Sagrada Familia de Nazaret les ama y les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Mi Corazón Inmaculado sangra de dolor al ver la dureza del corazón de los hombres, que prefieren hacer
en todo su voluntad, y vivir atados al mundo y al pecado, y no se dan cuenta del gran daño que hacen a
sus propias almas. Muchas almas se condenan por ignorancia y por rechazar la Palabra de Mi Hijo.
Hijos Míos, lean la Sagrada Escritura para que aprendan más de Mi Hijo Jesús. También lleven una vida
de entrega, ayunen y hagan oración, ofrézcanse por los pobres pecadores. Hijos Míos, con vuestras vidas
de santidad consuelen Mi Corazón Doloroso que sufre al ver cuántos de Mis hijos se condenan por no
amar a Dios, por no amar a sus hermanos, por no amarse ellos mismos.
Hijos Míos, pidan perdón al Cielo, que aún hay tiempo para hacerlo, porque la purificación de la Creación
del Señor está cerca. Prepárense, hijos, para recibir a Jesús que regresa. Les amo y les bendigo. Y no
quiero que ninguna alma se pierda cuando el Señor regrese. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Les invito a abrir sus corazones a la bendición del Cielo para que cada uno de ustedes sea fiel al llamado
del Señor. El Señor me envía como Protector de la Iglesia: a proteger a todos Sus hijos.
Por eso, les invita a que se consagren al Inmaculado Corazón de María todos los días y consagren sus
familias. Porque el Inmaculado Corazón de María es el refugio seguro contra las asechanzas y ataques
del Enemigo.
Hijos Míos, les invito a ser siervos, a ser profetas, y a dar testimonio de Jesucristo en estos Últimos
Tiempos de apostasía, de pecado, de desorden moral y espiritual. Sean verdaderos siervos de Jesucristo
y sean verdaderos hijos de María. Y mi Casto y Amante Corazón, así como cuidó a Jesús y a María,
cuidará a las almas que sean fieles al Evangelio y a la enseñanza de Jesús. Gracias por acoger el
llamado del Cielo. Les amo y les bendigo.
Hijos Míos, por eso, las grandes Gracias y Promesas que he dado alrededor del mundo son para vuestra
conversión, para vuestro arrepentimiento y para que también tengan una mejor relación con Dios.
Por eso, hijos Míos, el Gran Aviso que he prometido al mundo, cuando cada ser humano vea sus pecados
como el Señor los ve, es una Gracia de mi Corredención, para que sus corazones sean tocados, para que
los caminos sean allanados, para que Mis hijos vean el mal causado por ellos mismos y se arrepientan.
Eso es, hijos Míos, el Gran Aviso: Un pequeño juicio, pero lleno de Amor y de Misericordia de parte de
Dios para las almas del mundo y realmente se conviertan.
161
No todos, hijos Míos, van a aceptar esta Gracia. Muchos hombres empeorarán su vida. Por eso, hijos
Míos, oren mucho, oren siempre, confíen en mis palabras y en lo que les digo. Todo lo hago por orden de
la Divina Voluntad pero con todo el Amor de Madre porque quiero vuestro bien. Pero recuerden, hijos
Míos, que vuestro bien es el Cielo, es Jesús, es la salvación de sus almas.
Gracias por acoger en sus pequeños corazones Mi Llamado Maternal. Les amo y les bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El niño se preocupa de agradarles a sus padres, y por eso les obedece, porque les ama. Ser niños para el
Señor consiste en no ofenderle, en hacer lo que a Él le agrada, y aceptar Su Voluntad, aunque no
comprendan, pero se dejan tomar por Su mano y los guiará a fuentes tranquilas y a prados calmos, donde
encontraran la paz, el perdón, y tendrán un desapego de las cosas del mundo, porque lo único importante
será agradar a Dios Padre.
En este tiempo, hijos, es necesario almas que se entreguen, que se donen, desde la Eucaristía, desde el
Amor Santo, que diciendo a la Divina Voluntad, ‘Fiat’, beban Conmigo del Cáliz que nos ofrece el Padre, y
así con el Cáliz y con la Mama del Cielo cargaremos juntos la Cruz. Esta Santa Mama os dará fuerza y
ánimo, como lo hizo Conmigo Juan y María Magdalena. Une tu corazón en mi Sagrado Corazón unido al
Corazón Inmaculado de mi Madre y haz de tu vida un Eterno Getsemaní en el Amor: En el Fiat Santo y
vivir Conmigo y mi Amada Madre en el Fiat Supremo.
Te amo mi enviado del Getsemaní. Os bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Tu Señor Crucificado
La Cruz es ese lazo de unión del Cielo y de la tierra. Mi Cruz es el puente que la Santa Mama del Cielo os
muestra para que lleguen a Mí Muchas almas cuando ven la cruz huyen de este signo de amor, por temor
a abrazarse a ella y morir para vivir, renunciar para recibir.
Hijito, vivir en el Espíritu de la Cruz significa vivir de mi Amor y meditar en mi Amor, ya que fue por puro
Amor y Misericordia que me he entregado a ustedes y al Padre. Mi Santa Cruz es el Altar del Sacrificio del
Cordero y ese Cordero fue ofrecido por la Santísima Virgen, Madre Nuestra. Por eso, hijito, también vivir
en el Espíritu de la Cruz significa recibir a María como Madre al pie de la Cruz.
Mi Cruz es un caramelo de amor para las almas víctimas ya que mi Cruz es dulce para mis siervos. Vivir
en la Cruz es reconciliar a Dios y a los hombres por eso deben unirse a Mi, crucificado en la Cruz, y ser
almas que se entreguen por otras almas ofreciéndose en un solo corazón con el Mío y el de mi Madre al
Padre, como una hostia viva oblatoria.
Vive en mi Cruz. Búscame en mi Cruz. Sígueme con tu cruz. Te amo y te bendigo. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
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Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 26
Marzo 2016
Vigilia Pascual
Queridos hijos, que la alegría de la Resurrección de Mi Hijo esté en sus corazones. Vístanse a través de
la oración, de la Luz del Resucitado. Que el Espíritu Santo llene sus almas a través de la Gracia de los
Sacramentos, de la Adoración Eucarística, para que vivan unidos al Sagrado Corazón de Mi Hijo y
encuentren la verdadera Paz.
Reconozcan en Mi Hijo Resucitado el origen de la Vida. A Él, hijos Míos, deben volver. No aparten su
vista de la Luz de Jesús Resucitado. Hacia Él deben caminar. Con Mi intercesión, con la de los Santos y
de los Ángeles, serán ayudados y fortalecidos para seguir siempre con ánimo y con esperanza a la Luz de
Jesús.
Yo les amo y les bendigo. Que la alegría de Jesús Resucitado y la fuerza de su Amor se quede en sus
pequeños corazones. Gracias por haber recibido Mi Llamamiento al Amor. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón está con las pequeñas almas que adoran, que están como los apóstoles,
escuchando Mi Palabra. Mi Sagrado Corazón es fuente de amor, de paciencia y de fortaleza. Mi Sagrado
Corazón es luz y es camino. Gracias por consolarlo, con vuestro sacrificio, con vuestra renuncia y con
vuestra entrega. Les amo y les bendigo a todos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
San Pedro
Queridos hijos, hoy los llamo a caminar junto a Mí como niños sostenidos por su Madre,
abandonándose a Mi Inmaculado Corazón y confiando en mis palabras de Madre llegarán a Jesús.
Por eso, hijos míos, no se preocupen, ni atribulen sus corazones, confíen solamente en mi guía materna.
Escuchándome aprenderán más de Mi Hijo Jesús y de su Evangelio Santo y comprenderán su Sagrado
Corazón. Bendigo los hogares que se consagran a Mi Inmaculado Corazón, para que en momentos
difíciles no se desesperen, sino que sean testimonio de luz, de amor y de paz, para el resto de las almas
atribuladas.
Hijos míos, Mi Corazón Inmaculado está abierto para todos y para que en ese calor materno también
abracen a Jesús que se ha hecho Niño en Mi Vientre. Hijos míos, les animo a seguir, así como han visto
el ejemplo de los santos, una vida de perseverancia y de cruz, pero una vida llena de amor de Dios.
Hijos míos, no os canséis de cargar la cruz y de vivir en el amor de la cruz para que lleguen a la dulzura
de la resurrección. Yo vuestra Madre intercedo por cada uno de ustedes, les amo y les bendigo.
Santuario de Covadonga
Queridos hijos, Mientras Satanás extiende en el mundo su reino de oscuridad, también la Reina del Cielo
reúne a su Ejército Mariano para extender el Reino Eucarístico a través del Triunfo del Inmaculado
Corazón.
Por eso, hijos míos, refúgiense cada día en el Inmaculado Corazón de la Madre de Dios, porque Ella es el
Refugio seguro contra las asechanzas del enemigo y los peligros del alma. Hijos míos, aprendan de la
Madre para que vivan unidos a la Divina Voluntad diciendo en cada momento: "hágase en mi".
La confusión y la oscuridad contaminan muchas almas, ustedes en cambio déjense guiar por la Luz del
Espíritu Santo, que está en María, y con María formará en cada uno de ustedes a Jesús en sus
corazones.
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Este llamado es a la conversión, a la completa unión con Jesús por medio de María. Les amo y les
bendigo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Garabandal
Queridos hijos, los he traído para entregarles una bendición especial a cada uno de ustedes, desde mi
Corazón Inmaculado brotan para ustedes ríos de agua viva del Espíritu Santo, porque les amo y el
Espíritu Santo les ha escogido para que sean apóstoles de los últimos tiempos y conquisten el mundo
para nuestros Sagrados Corazones Unidos, desde la cruz.
Hijos míos; hoy deposito una gracia especial en cada uno de sus corazones, una gracia para este fin de
los tiempos. Invocad al Espíritu Santo, para que le preserve, la desarrolle, la aumente, cuenten con mi
intercesión, en estos días le mostraré a cada uno de ustedes el gran misterio que encierra mi mensaje de
Garabandal, les amo, les doy un beso en la frente a cada uno de ustedes, les cubro con mi manto
materno, pueden ir en paz y que mi Hijo Cristo Sacerdote les dé su bendición.
Queridos hijos, por intercesión del Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Arcángel San
Miguel, San Gabriel y San Rafael, vengo nuevamente a repetir mi último llamado porque este pueblo es
duro de corazón, soberbio de espíritu y no viven unidos a la Divina voluntad de mi Hijo.
Hijos míos, con vuestros Santos Rosarios destruid las barreras de Satanás, orad mucho por las almas
consagradas, especialmente por el Papa que sufre y que sufrirá mucho, también oren por Benedicto XVI
que es mártir viviente de la Iglesia de mi Hijo. Oren por los obispos, oren por mis hijos predilectos los
sacerdotes porque están ignorando a la Madre de Cristo Sacerdote, ignoran mis consejos maternos.
Con vuestro Santo Rosario en las manos, con la oración en el corazón y el Ave María en vuestros labios
conquisten muchas almas para el Reino de Dios. Ayer les entregué una gracia especial a cada uno de
ustedes, pero hoy pongo la armadura espiritual en cada uno de ustedes, una gracia intercedida por San
Miguel Arcángel que él obtuvo con sus oraciones son depositadas sobre los Santos Rosarios que hoy
traen a este lugar.
Hijos míos, oren, reparen y consuelen el Corazón de mi Hijo que está muy ofendido. El Reino de mi Amor
Maternal se extenderá en muchos corazones, con la ayuda de mi Ejército de los últimos tiempos.
Fátima, Garabandal, Medjugorje, no han sido obedecidos, por eso el Señor me permitió dar los últimos
llamados de Amor y Conversión a la humanidad para rescatar muchas almas, para reunir a mi remanente
fiel y para consolar a mi Hijo que tiene su Cuerpo herido y que pronto también será fragmentado por la
dureza de los corazones.
Hijos míos, yo les amo, les protejo y el Espíritu Santo con mi intercesión les dará luz para seguir el camino
de la cruz, para seguir a mi Hijo, para vivir con nuestros dos Corazones en el Reino Glorioso. Gracias por
unir sus pasos a nuestros Sagrados Corazones en el camino de la cruz.
Queridos hijos, vengo a repetir mi llamado de Garabandal, pero ahora para mi remanente fiel. Sean
obedientes y dóciles al Espíritu Santo y sigan paso a paso mis consejos maternos para que el enemigo no
los extravíe del Inmaculado Corazón.
Hijos míos, sean buenos, sean santos, sean perfectos en el amor a Dios, en el amor al prójimo, en el
amor a vuestra salvación. Hagan mucho sacrificio, oración y penitencia para que el Sagrado Corazón de
mi Hijo sea consolado.
Hijos míos, el Santo Rosario derrama muchas gracias para toda la humanidad. Cuando ustedes oran se
ofrecen junto conmigo al pie de la Cruz, por eso la oración es de importancia para mi Remanente Fiel,
porque orar es unirse a mi Hijo Jesús crucificado, es aceptarme como Madre al pie de la cruz, es
convertirse en discípulos amados de nuestros Corazones Unidos.
Hijos míos, el mundo camina a la perdición a consecuencia de su ignorancia y rechazo a los llamados del
Señor, pero vengo a llamar a los hijos de Israel, a los hijos de la Iglesia, porque no quiero que los
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seguidores de mi Hijo también se extravíen y se pierdan, sino que así como mi Hijo me confió la Iglesia
primitiva, así también cuido ahora de la Iglesia peregrina.
Hijos míos, vivan mis mensajes, sean buenos, entréguense como hostia viva en sacrificio en el altar,
beban con mi Hijo de la copa de Getsemaní para que vivan unidos a su Sagrado Corazón y se alimenten
de su Divina voluntad.
Hijos míos, como yo les amo prometí tres grandes acontecimientos pero se cumplirán en la hora de Dios,
mi resto fiel sólo obedezcan y confíen en mi vuestra Madre, que todo lo que os anuncio y el Señor envía
es para bien de vuestras almas, Yo les amo, gracias por ser obedientes a mis mensajes. En el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por eso hijos míos, no tengan miedo de abrir de par en par las puertas de su corazón al llamado que les
doy porque es un llamado de parte del Cielo para todo mi Remanente Fiel, mientras Satanás ensordece al
mundo, mi Corazón Inmaculado prepara a mis hijos. Todo lo comprenderán a la luz de la Palabra de Dios
y del Espíritu Santo.
Por eso, hijos míos, sean dóciles a mi llamamiento y vivan cada día mis mensajes. Hay mucha confusión,
hay muchas doctrinas, hay muchos falsos enviados, todo aquello que no les encamine a mi Corazón
Inmaculado no viene de parte del Cielo, porque Yo soy el camino de quien es el Camino, Yo di vida a
quien es la Vida.
Muchas gracias del Cielo van a recibir las almas que se consagran a mi Inmaculado Corazón y a esas
almas serán otorgadas las gracias y las promesas de los regalos que de la misericordia de Dios han sido
dados a la humanidad, pero la humanidad no comprendió, rechazó el mensaje y desperdició gracias.
Ahora el Señor me envía a acoger, a guiar y a proteger a su remanente fiel, gracias por aceptar mi
llamado (Dio la bendición el Padre Pablo). En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos míos, la Eucaristía debe ser el alimento primordial para sus corazones, para que día a día se
transformen a imagen de mi Hijo Jesús. Todo el ejército de los últimos tiempos está llamado para la
Adoración Eucarística, para no dejar solo a mi Hijo Jesús en los Tabernáculos de la tierra.
Hijos míos de cada Sagrario corren ríos de gracia para el remanente fiel. Oren mucho adorando a la
Eucaristía pidiendo por el Papa, por la Iglesia que está siendo estremecida. Oren mucho porque Yo por
orden de mi Hijo vengo a llamar a las almas dispuestas a Luchar, a Orar, a Crucificarse, para que mi
Inmaculado Corazón Triunfe, para que mi Inmaculado Corazón Reine, para que mi Inmaculado Corazón
sea la puerta para el Triunfo y el Reinado Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesús.
Hijos míos, como mi ejército, les invito a tener en sus manos el Santo Rosario, la Cruz en su corazón, y
sus rodillas postradas en Adoración frente al Santísimo Sacramento.
Hijos míos y así me ayudarán con sus oraciones y ayunos, para que las intenciones de nuestros
Sagrados Corazones Unidos se realicen en las almas. Ayúdenme hijos a soportar el dolor de la
humanidad tan herida, tan vacía de Dios, tan llena de maldad y de oscuridad.
Hijos míos, no tengan miedo, que Yo vuestra Mamá del cielo intercedo ante Jesucristo por cada uno de
ustedes. Les Amo y les Bendigo. Gracias por escuchar mi llamado de Amor y de Conversión.
165
Vivan en paz. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Les invito a consagrarse al Inmaculado Corazón de María cada instante de sus vidas, que sus corazones
se unan a su Corazón Inmaculado, que los latidos de sus pequeños corazones se unan a los latidos de su
Corazón Maternal unidos a este Corazón darán mucha más Gloria a Dios y cada latido de sus corazones
pequeños será un FIAT proclamado por el Corazón de María, con María, para Jesús.
Hijos míos, para ser siervos de Jesucristo hay que depender totalmente de María, hay que nacer de María
y hay que vivir con y en María, porque solo a través de ella seremos buenos servidores de Jesucristo.
A María le ha sido confiada reunir y formar a todo el ejército de los apóstoles de estos últimos tiempos,
por eso acojan su llamado con amor, con obediencia y sean miembros de su ejército del remanente fiel.
Hijos, cuando se consagra un pueblo a los dos corazones de Jesús y de María muchas cosas que
contaminaban que el dragón había vomitado sobre este pueblo son destruidas, cuando un pueblo se
consagra a los Sagrados Corazones de Jesús y de María sus cadenas son liberadas, sus nudos son
sueltos y puede caminar libremente hacia Jesús pero se necesita de almas que se entreguen, de almas
que se ofrezcan, de almas que lo hagan, para así conquistar muchas almas para Jesús a través de la
Consagración Total a María, por eso hijos míos cada día renueven su consagración a nuestros Corazones
Unidos, cada día renueven la Consagración de este pueblo a los Sagrados Corazones de Jesús y de
María para que el Espíritu Santo actúe y se derrame como un nuevo Pentecostés sobre los corazones
dispuestos y humildes, vivan el ejemplo del hogar de Nazaret, vivan en paz. Gracias por escuchar a San
José esposo virginal de la Santísima Virgen y a esta imagen que han puesto sobre mi Altar también le doy
mi Bendición.
Antes de la Consagración en la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles del Cerro 6 de abril de
2016
Queridos hijos, el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón también está unido a la Adoración Eucarística. Antes
de cualquier devoción, sus ojos y sus corazones deben dirigirse hacia el Sagrario donde está mi Hijo
verdaderamente presente.
Hijos míos, del Sagrario mi Hijo derrama muchas gracias y me envía como Mediadora de sus Gracias a
entregarla a los corazones dispuestos, sinceros, humildes. Vuestra vida, hijos míos, debe girar en torno al
Sagrario, morir al pie de la Cruz de la Eucaristía, entregarse con Mi Hijo al Eterno Padre desde el altar.
Jesús dijo: Padre que todos sean UNO como Tú y Yo lo somos. Hijos míos, esa unidad con Jesucristo se
da en plenitud y por excelencia desde la Eucaristía y cuando mi Remanente Fiel recibe a Jesús realmente
presente en el Santísimo Sacramento, el Reinado Eucarístico de mi Hijo se establece en sus corazones y
en esa vida de conversión Eucarística, Triunfa mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Yo les Amo y les Bendigo e impongo mis manos sobre cada uno de ustedes. Hijos míos, les regalo mi
bendición Maternal y como Madre hago la Señal de la Cruz en su frente. A todos les sonrío porque a
todos les amo. Gracias por escuchar mi llamado de amor y de conversión. Hoy el cielo derrama muchas
gracias sobre cada uno de ustedes y sus oraciones han sido presentadas por Mí a Mi Hijo Jesucristo. En
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos Míos, clamo con Mi Voz Maternal al mundo entero. Las Últimas Trompetas del Cielo están sonando
para llamar a todos los hombres al arrepentimiento y a la conversión. La Última Trompeta se oye en Mis
166
Llamados de Amor y Conversión; estos mensajes que son para recoger a Mi Resto Fiel, para preparar a
Mi Ejército Mariano.
Hijos Míos, el mundo está viviendo tiempos críticos. Y muchos de Mis hijos no se dan cuenta de la
urgencia de este tiempo. Es el tiempo de la decisión. Es el tiempo de la confirmación. Es el tiempo para
decir ‘si’ o para decir ‘no’. Mi Hijo Jesucristo me envía a recoger a Su Resto Fiel antes de Su Regreso.
Mi Corazón Inmaculado se alegra al ver cuántas almas responden a Mi Llamado Maternal. Hoy llamo al
Ejército de los Apóstoles de los Últimos Tiempos a que sean valientes y firmes, que proclamen con celo
que Jesucristo es el único Dios y Señor. La Corredentora de Sus Almas intercede por el mundo.
Gracias, hijos Míos, por responder a Mi Llamada. Y preparen también sus hogares como los Refugios
Marianos. Hijos Míos, vivan Mis Mensajes y obedezcan a lo que les pido, para que la Oscuridad no les
sorprenda y no sean atacados por los Lobos, que Satanás soltará para atacar a Mis pequeños. Les amo y
les bendigo con la Alegría de la Pascua. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, el Amor de Dios se está derramando sobre toda la humanidad. Pero los hombres
están rechazando el Amor de Dios. Por eso el mundo está herido, cansado, triste. Porque no ha permitido
que Dios actúe en su vida. El Señor ha querido salvar a la humanidad.
En diferentes partes de la historia del mundo Él ha intervenido para llamar a los hombres, para que
regresen a Él. Pero son sordos a la Voz del Señor. Son sordos como sus primeros padres en el desierto,
que renegaron del Señor.
Hijos Míos, ya no rechacen el Amor de Dios. Llénense a través de la oración de su Amor Santo. Hijos
Míos, Dios les ama inmensamente, pero con vuestros pecados Lo rechazan. Lean la Palabra de Dios.
Mediten los Diez Mandamientos. Vivan en oración.
Hijos Míos, el mundo está muy mal a causa del pecado. Sólo basta mirar la juventud como se aleja del
Proyecto de Dios, haciendo su propia voluntad, viviendo placeres desordenados y haciendo sufrir
nuevamente a Mi Jesús.
Hijos Míos, les llamo a Mi Corazón Inmaculado; ofrézcanse Conmigo al Señor. Yo intercedo por todos.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis lirios de amor y de pureza son entregados a las almas que se consagran al Inmaculado Corazón de la
Madre que sufre por Sus hijos.
Estos lirios de pureza sirven también como luz para aquellos hijos de la Sagrada Familia de Nazaret; luz
que ilumina el camino para que no se extravíen y tropiecen.
Estos lirios de amor y de pureza son también virtudes que el Espíritu Santo hará florecer en cada uno de
los corazones que cumplan con el Mandato de Jesús y acepten a María como Madre y se consagren a su
Doloroso e Inmaculado Corazón.
Estos lirios de amor y de pureza darán serenidad, consuelo, paciencia, paz en el corazón, para los
tiempos que la humanidad está viviendo y los eventos que aún vendrán; porque el mundo está
desordenado por el pecado y el Señor en su Infinita Misericordia purificará su Creación.
Oren por vuestros hermanos que están sufriendo en muchas partes del mundo. Oren por aquellas almas
que no encuentran paz y han perdido la esperanza al ver tanto dolor en sus propias naciones. Oren por
vuestro pueblo. Oren por los gobernantes. Oren por los pastores de la Iglesia.
167
Queridos hijos, Herodes salió en busca de los pequeños seguidores de Jesús y Yo los protegeré y les
llevaré al refugio seguro del Inmaculado Corazón de María. Escuchen estos últimos Llamados de Amor y
de Conversión y vívanlos. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos, oren con el corazón, sientan con su corazón cada palabra que expresan de vuestra boca.
Que esa oración encendida en vuestro corazón por el Fuego del Espíritu Santo suba como incienso a la
Santísima Trinidad, del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, para que se ofrezcan como pequeñas
hostias, para calmar la justa Ira de Dios, para ofrecerse por la conversión de los pecadores, para el bien
de toda la Iglesia.
Queridos hijos, oren siempre. Estos tiempos de mucha oscuridad necesitan de la oración de todos mis
hijos. Hijitos Míos, estoy con ustedes, les animo a seguir como Mi Ejército Obediente y Valiente,
encendidos en el Fuego de la Llama de Amor de Mi Corazón Inmaculado, iluminados por el Espíritu
Santo, y encendidos en el Seno de la Gloria de Dios y Salvación de las Almas. Gracias hijos Míos por
escuchar Mi Llamada Materna. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Llamado de Amor se centra en la Eucaristía y en el Rosario. Adoren a Jesús rezando el
Santo Rosario. Rezando el Santo Rosario de la mano de la Madre Celestial lleguen al Sagrado Corazón
de Jesús.
Estos Tiempos de mucha Tribulación, el Resto Fiel se mantendrá unido y fortalecido con la Eucaristía y el
Santo Rosario. Con éstas dos armas poderosas para el espíritu, detengan la avalancha del odio de
Satanás para la Iglesia, para los que creen en Jesús, para los hijos de María. Con la Eucaristía y el Santo
Rosario salven a sus jóvenes, salven a sus hijos, salven sus hogares. Con la Eucaristía y el Santo
Rosario disminuyan la maldad del mundo y consuelen a Dios Padre por tanto pecado.
Queridos hijos, el Cielo invita a centrarse en la Eucaristía y el Rosario. Adoren al Corazón Eucarístico de
Jesús de la mano de la Madre y con el Corazón Eucarístico de Jesús anonádense en el Vientre
Inmaculado de María, para que sean protegidos, preservados, y sellados con la Sangre del Cordero del
gran sufrimiento en el que está la Iglesia, los pastores, el mundo en general. Toda la Creación ha entrado
a la agonía de Getsemaní.
Hijos, oren, oren, oren: conviértanse, porque Jesús está compartiendo su agonía con su Iglesia. Es
tiempo de orar, de perseverar, y de ser fieles. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Hijo, Mi Sagrado Corazón sangra y sufre por el mundo de hoy, todo es poder, egoísmo e idolatría. Se han
olvidado de Mí hasta en Mi propia Casa, Mi iglesia. Ahora, muchos de los que me sirven, todo lo hacen
monótono por tradición y ocupación. La profundidad del Misterio Eucarístico, que es una nueva
encarnación en el pan y en el vino, ya es ignorado y es olvidado.
Al ocupar (usar) la imagen de la Encarnación, te quiero decir amado, que ese milagro de la
transustanciación se da por medio del Fíat de Mi Madre dicho por cada corazón de mis sacerdotes, es un
Fiat sacerdotal.
Pequeño, qué grande es Mi Santo Sacrificio actualizado hoy en cada Altar, pero que poco amor hacia Él.
No se ama Mi Santa Eucaristía. Hijo, muchos hablan del rito y de las formas de celebrar. Hijo, el rito es
168
importante, claro que sí, pero es importante en su amor. El Amor, Mi Amor hace importante la Liturgia, Mi
Sacrificio Eucarístico. Mi Santa Misa es lo más debe amarse y cuidarse.
Velen, mis sacerdotes, por mis derechos y no busquen complacer a la creatura sino al Creador, Redentor
y Paráclito, Dios Trino y Uno que os ama tanto.
En Mi Casa han querido esconderme, ocultándome, apartando los Sagrarios del Sagrado Altar. ¡Ay hijos!,
les digo, velen por el Maestro y vivan sus Enseñanzas. Agrádenme a Mí y no al mundo. Vivan la
Eucaristía con amor. Oren el Rosario de Mi Mama Celestial por amor. Te amo y te bendigo. En el Nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado se abre a las súplicas y a los sufrimientos de Mis hijos en todo el
mundo. El mundo está lleno de dolor, de tristeza, falta de fe, y la falta de esperanza domina los
corazones.
Queridos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, sean luz en este tiempo; que los hombres vean en
ustedes la confianza y la serenidad en el Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, en estos tiempos, muchos están atribulados, confundidos, con mucha falta de fe, de
confianza, de amor. Les pido que oren por el mundo, que oren por todos los pueblos que están en su
tribulación, que oren por su propia nación.
Hijos Míos, en este tiempo, lo importante es orar, reparar, y consolar al Sagrado Corazón de Mi Hijo.
Oren, hijos Míos, esa es vuestra misión: Orad por la Iglesia, que está sufriendo; orad por vuestros
hermanos, que están sumidos en calamidades, tinieblas, y tribulaciones; orad por vosotros mismos, para
que sean fieles, para que comprendan Mi Mensaje, para que amen de verdad a Jesús.
Hijos Míos, oren, desde Mi Corazón Inmaculado; ofrézcanse, también, por la humanidad. Les amo y les
bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, el tiempo en el que el mundo está sumido es un tiempo de dolor, de confusión. Muchos hombres y
mujeres están desorientados: viven el relativismo, viven sin amor. Muchos corazones están enceguecidos
por el materialismo. Y muchos jóvenes viven en la idolatría. Muchos niños ya no se acuerdan de orar y de
pedir por la paz. La oración hace falta en muchos corazones. Y sólo orando desde el corazón podrán
conseguir la paz, detener las guerras, y cambiar el mundo: con oración y el ayuno.
Queridos hijos, la paz de muchas naciones está amenazada y la Tercera Guerra Mundial profetizada por
la Santísima Virgen está en su curso, porque los hombres no han querido escuchar a Dios y se están
destruyendo. El pecado del aborto clama justicia y muchas almas se condenan.
Queridos hijos, ustedes que se reúnen para escuchar nuestros mensajes y que son hijos del Inmaculado
Corazón de la Madre Celestial: oren; no se cansen de orar, no se cansen de escuchar nuestros mensajes,
no se cansen de perseverar, porque son almas de oración las que necesitamos, para que intercedan por
la paz, por la conversión de los pecadores.
Hijos, oren, oren por el mundo. Muchos pueblos están siendo aniquilados por la guerra, muchos hombres
y mujeres abandonan sus países y lo que encuentran es violencia y rechazo; ya la vida humana desde el
vientre materno es amenazada. Hijos, obedezcan el Llamado de su Madre. Yo intercederé por los hijos de
la Madre y Yo los protegeré de los Herodes de este tiempo, pero es necesario docilidad y voluntad.
Mis Lirios de Amor y de Pureza les entregarán esa Gracia si oran con fe y con perseverancia. Les amo y
les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Jesús: Queridas almas, Mi Sagrado Corazón de Amor es un Tesoro infinito de Misericordia para todos los
hombres. Cuando Mi Costado fue abierto, Mi Corazón fue traspasado y brotaron infinitas Gracias para el
mundo entero.
Hijos míos, reparen Mi Sagrado Corazón, con sus oraciones, sacrificios, penitencias… por el dolor que los
hombres causan a Mi Sacratísimo Corazón.
Oren por mis predilectos, los sacerdotes. Oren por todo Mi Rebaño. Oren por todo el mundo, y beban de
esta Fuente inagotable que Yo dejé que fuera abierta para todos. Sáciense de estos divinos dulces de
Amor. Llénense de Mi Amor.
Mi Sagrado Corazón les ama, les bendice. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados hijos, la oración abre en ustedes vuestros corazones a Dios. Cuando oran, sus vidas dan
lugar al Espíritu Santo para que actúe y haga maravillas en sus hijos, pero cuando no oran cierran sus
corazones y sus voluntades humanas a la acción de Dios.
Por eso, hijitos míos, les invito a orar con mucha fe. Abran el corazón a la oración. No se cansen de orar
porque el que ora cambia también en la medida que ora, porque en la oración se derraman muchas
gracias del Cielo para vuestra conversión. Cuando oran desde el corazón experimentarán el gran Amor de
Dios por cada uno de ustedes.
Oren sumergiéndose en el Amor de Jesús, oren sintiendo al Amor crucificado. Hijos míos, oren con amor.
Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado intercede por Mis hijos y como Madre les exhorto al camino recto,
al camino de la justicia, a una vida de santidad, a una vida de amor, a una vida en Dios.
Hijos Míos, vivan en el amor para que reciban paz, para que se reconcilien unos con otros. Porque
Satanás es el padre de la división, de la mentira, y del odio. Y Jesús es unidad con el Espíritu Santo y con
el Padre, es amor, es perdón, y Me envía a invitar a todos los hombres a la reconciliación.
Hijos, sean humildes, sean sencillos. Todos sean pequeños y no se dejen llenar por la soberbia y el
orgullo, porque ofenden a Mi Hijo, porque son actitudes llenas de egoísmo que están destruyendo el
mundo causando guerras y causando sufrimientos de muchos hijos Míos.
Hijos Míos, oren con fe para que puedan vivir en paz, para que puedan perdonar, para que puedan
caminar de Mi mano hasta Mi Hijo Jesús. Oren por las familias, oren por la juventud, oren por los niños.
Oren, oren, oren, para que sus corazones encuentren una verdadera conversión.
Hijos Míos, Yo les amo y les bendigo y les acompaño en vuestro peregrinar. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, pidan por la conversión de los corazones. Esta generación de esta sociedad actual ha
caído en la degradación moral. Los hombres ya no respetan a sus hermanos y, por lo tanto, ya no creen
en Dios. Esta generación es acusada por los Ángeles, por los pecados que se cometen, y los abortos
claman justicia al Padre. La violencia está destruyendo vuestros pueblos. Los gobiernos están buscando
un sólo ideal: Reemplazar a Dios por las riquezas humanas.
Hijos, esta generación se dirige a un abismo y se auto-destruye, porque no hay sinceridad y conversión.
Muy pocos escuchan a nuestros profetas y, otros, pocos más, son los que, les creen, creen en la palabra
que se les ha sido dada paran advertir, anunciar, edificar y denunciar.
170
Hijos, conságrense diariamente a nuestros Sacratísimos Corazones, serán vuestra protección en esta Era
de Maldad. Oren, oren, y no se cansen de orar, de elevar súplicas y plegarias, a Dios Padre para que
tenga misericordia del mundo. Hijos, Mi protección paternal estará con todas las almas sencillas y
obedientes que buscan con sinceridad al Señor. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
La Santísima Madre: Mi bien amado hijo, mi gran promesa de Fátima se cumplirá según la Voluntad de
Mi Hijo. La devoción a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es la devoción del Cielo, porque es amar toda
Mi Persona, Mis Sentimientos, Mi Amor a Dios. Hijo, esta devoción tan amada por la Santísima Trinidad,
se establecerá en el mundo con su Triunfo Final. Será este Triunfo la puerta que dará paso al Reino
Eucarístico del Sagrado Corazón de Mi Hijo y se establecerá la paz… la paz, la unidad, la conformidad a
la Divina Voluntad. Ora, hijito, por mis intenciones.
La Santísima Madre: Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, los miro a todos ustedes con Ojos de Misericordia porque con fe y con amor oran Mi Santo
Rosario. Mis amadísimos hijos, el Espíritu Santo desea actuar con libertad en los corazones, pero el
pecado y el materialismo, que se guardan en el interior de Mis hijos, no permiten que el Espíritu Santo
haga Su Obra, porque no se abandonan a Su Divino Querer. Pero a través de Mi Intercesión, Yo
derramaré la presencia del Espíritu Santo sobre cada uno de los hijos que se consagran a Mi Inmaculado
Corazón y están atentos a las Palabras de Mi Hijo, en el Santo Evangelio, y se dejan guiar por Mis
Consejos Maternos.
Queridos hijos, les invito a vivir en el Espíritu Santo, a aclamar la presencia del Espíritu Santo a través de
Mi Inmaculado Corazón, para que el Espíritu Santo y Mi Intercesión Maternal conceda la paz en los
corazones, protección, y santidad para toda la Iglesia, y una unción de Mi Amor Materno para todo Mi
Ejército.
Queridos hijos, el Espíritu Santo y el Santo Rosario aumentarán vuestra fe, vuestro amor, y vuestra
adoración a Jesús verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Les amo y les bendigo
a todos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Mi amado Padre Celestial, te pido que tengas paciencia con nosotros. Papá Celestial, mi
alma sufre al verte olvidado e ignorado por tus creaturas, los hombres. Este mundo, Papá del Cielo, está
terriblemente mal, la degradación del hombre en todo aspecto está en su culmen. Cuantas almitas, Padre,
se están perdiendo. Los pecados de la carne y contra la naturaleza son inimaginables. Señor, hasta
donde hemos llegado los hombres, los que Tú amas.
Dios Padre: Hijito mi muy amado, te doy un poco de Mi Dolor de Amor. Hijo, soy Padre, y como Padre me
he decepcionado de los hombres. Cambiaron su libertad en libertinaje y vuestra capacidad de amar en
lujuria y depravación. ¡Ay hijo! Esta generación está peor que Sodoma y Gomorra y es necesario purificar
Mi creación.
El instrumento: Señor, yo no quiero contradecirte, tu sabes lo que es correcto, bueno y necesario para
nosotros. Sólo te pido que me ayudes a consolarte unido a mi Jesús.
171
Dios Padre: Hijo, sabes que del pecado de la carne y de los pecados contra la naturaleza han dado como
resultado el abominable pecado del aborto. Unos por tener placer barato sin responsabilidad y otros
porque la depravación de sus corazones ya ha llegado a la máxima oscuridad.
Sabes también, hijito, la impureza es terrible en el mundo de hoy. Los pecados contra la pureza están a
su orden del día. Muchos promueven la impureza de muchísimas formas. Solamente lo que hacen es
condenar sus almas, ellos mismos, por propagar las obras y seducciones de Satanás. Las violaciones, la
prostitución y el libertinaje han sido la ruina de la sociedad. Cómo sufrirán en el fuego eterno los que se
han entregado a estos pecados.
Hijo ofrécete, ofrécete con Jesús en la Cruz por ellas. Clama con Mi Hijo Crucificado amor, perdón,
conversión por estas almas. Hijito sufre en la Cruz de Amor y Redención, por esas almas que se alejaron
de Mi Divino Querer. Ora y repara. Te amo, hijo.
Dios Padre: Mi Espíritu Santo, Jesús y María te enseñarán. Ten Mi Paz. Vive en Mi Amor. En el nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos de María, invoquen al Espíritu Santo, cada día, en vuestras oraciones, y, que, a través del
Inmaculado Corazón de María, el Espíritu Santo derrame sobre sus pequeños corazones la Unción
Celestial, que pasa a través de las Manos de María, y, para que, esa Unción, les haga siervos fieles del
Inmaculado Corazón de la Reina del Cielo, como el Espíritu Santo lo hizo también Conmigo, en Nazaret.
Queridos hijos, Mi Hijo adoptivo Jesucristo quiere que ustedes vean en Mi Casto y Amante Corazón un
ejemplo de vida interior, de silencio, y de contemplación. Hijitos, para que vuestra vida espiritual sea una
incesante vida de oración, los apóstoles de los últimos tiempos tienen que llevar una vida de oración. Con
sus oraciones destruyan las obras de Satanás y sean fuertes contra el Enemigo de Jesucristo y de su
Iglesia, para que no caigan en sus trampas.
Hijos Míos, recuerden que Soy el Santo del Silencio. Vivan la vida interior del espíritu que se abandona
totalmente a la Divina Voluntad y al Espíritu Santo. Hijos, intercedan y oren por la Paz, que está
amenazada. Los Enemigos, los Herodes, avanzan, pretendiendo quitar toda fe en la tierra, todo amor a
María, y toda adoración al Santísimo Sacramento del Altar.
Sean perseverantes y fieles y Yo caminaré delante del Ejército Mariano en este Éxodo de los corazones.
Hijos, no desconfíen, ni se desesperen por las cosas del mundo, sólo oren, oren, y oren mucho. Les amo
y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Jesús eres eternamente el Amor de la Cruz, pero perdona mi ignorancia y dime Jesús
que son las almas esposas.
Jesús: Hijito, desde el Bautismo, las almas son liberadas de la esclavitud del pecado, el alma es
perdonada y consagrada a mi Sagrado Corazón. Esa alma bautizada no sólo es parte de la Iglesia, sino
que se vuelve Iglesia. Entiende, hijo, que el alma es Iglesia, unida a Mi Cuerpo Místico. El alma al ser
Iglesia se vuelve Mi Esposa, pues la Iglesia es Mi Esposa. Pero hoy, en vuestra actualidad, las almas han
perdido la conciencia de Mis Esposas y la responsabilidad que conlleva el ser Mis Esposas. Cuando un
alma comete un pecado es infiel a Mí y a la Alianza de Amor que Yo firmé con Mi Preciosa Sangre en la
Cruz del Calvario. Hijo, cada Santa Comunión es una renovación de nuestra unión espiritual. Cuando me
recibes en el Santísimo Sacramento del Altar ocurre una y otra vez un desposorio eterno, del alma y el
Cordero de Dios.
El instrumento: Jesús que me pides para comprender en tu Divina Voluntad este Misterio de Amor.
Jesús: Mi Madre, Señora y Reina de las Bodas Mesiánicas, os ayuda a comprender este Misterio de
Amor y Redención, pero como parte introductoria, y pedida por Mi Padre del Cielo, es necesario
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consagrarse primero a su Doloroso e Inmaculado Corazón. Desde su Corazón Purísimo de Hija, de
Madre, y Esposa comprenderán y vivirán las delicias de la Santísima Trinidad. Mientras las almas y el
mundo no se entreguen a su Purísimo Corazón no encontrarán la Verdad. No porque Yo no lo desee, sino
porque su Corazón Inmaculado es el único que se ha abandonado plenamente y creído sin vacilar en Mi
Divino Querer Trinitario de Amor y de Misericordia.
Jesús: Si, Puerta de Salvación, es decir, que es Corredentora. Hasta que nuestra Santa Madre no sea
reconocida como Mi Perfecta Colaboradora de Mi Plan de Salvación y Corredentora de las Almas y de la
Iglesia, el mundo, la humanidad, no entenderán Mis Palabras y no acogerán Mis Pedidos.
El instrumento: Gracias Jesús, por ser mi Maestro; siempre me demuestras tu Amor, enseñándome la
Verdad.
Jesús: Porque les amo, les enseño la Verdad. Hijito te amo y te bendigo. Consagra con Mi Preciosa
Sangre tu alma pequeña, Mi Esposa. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
La Santísima Madre: Hijito recuerdas que te enseñé sobre la misión de San José, el Varón Justo, que
será la de custodiar a todos los apóstoles de nuestros Sagrados Corazones, y la misión de San Miguel, el
Arcángel del Señor, que será dirigir el Ejército Mariano y de entablar y vencer la Batalla contra Satanás.
La Santísima Madre: Pues ahora, hijito, he confiado a Mi Remanente Fiel a la intercesión de dos Santas
Almas que son ejemplo de amor, valor, y predilección de Mi Amor Maternal: Santa Filomena, Patrona de
los hijos de Mi Inmaculado Corazón, y el pequeño San Tarsicio. Pequeño, estas dos almas han sido
celosas con Jesucristo, buscando sobre todo la mayor Gloria de Dios. Mi Remanente Fiel debe implorar la
intercesión de Santa Filomena, a la que estando en sus sufrimientos y martirio visité; ella protegerá a las
almas consagradas a Mi Corazón Inmaculado, y es ejemplo de fidelidad y radicalidad evangélica. Y ahora,
pequeño, también he encomendado a mi pequeño mártir San Tarsicio que suplique por el Remanente
Fiel, para que aprendan de este niño el celo y el amor a la Santa Eucaristía, que así como el dio la vida
física para defender a Mi Hijo, Mi Remanente Fiel de su vida también a través de la oración, la adoración
eucarística, y la reparación. Hijito, estas dos Almas Santas intercederán por Mi Pueblo para que sea fiel a
la entrega que ha hecho a Mi Inmaculado Corazón Corredentor y para que sean adoradores y
reparadores de la Sagrada Eucaristía, que es Mi Hijo Jesucristo entregado por Amor.
El instrumento: Gracias Mama Celestial por esta enseñanza y por estos dos grandes Santos que nos
protegen.
La Santísima Madre: Mi pequeño, Lucía, Francisco y Jacinta te acompañan e interceden por ti.
La Santísima Madre: Te amo hijito y te doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
173
Queridos hijos, amado Pueblo Mío, Mi Sagrado Corazón quiere la conversión de todos pero muy pocos
están atentos a la Voz del Buen Pastor.
Mi Santo Vicario el Papa sufre mucho. Oren por él. Grandes guerras espirituales existen en los míos,
porque no se comprenden y porque no unen su pequeñísima voluntad divina que es Una sola y nunca
cambia.
Hijos míos, obedezcan a Mi Madre. Ella es la Tesorera de las Gracias del Cielo. Obedézcanla. Mi
Sagrado Corazón sufre grandemente cuando critican, cuando se burlan y cuando dudan de Mis Palabras
dichas a través de la Boca Santa de Mi Madre.
Hijos míos, hasta cuando escuchareis Mi Voz. Al mundo le falta muy poco tiempo para que vean
cumplirse Mis Palabras. ¡Ay de los que no me escucharon! ¡Ay de los que desobedecieron! ¡Ay de los
incrédulos! porque también a ellos los llamé y no me obedecieron, rechazando Mi Espíritu Santo.
Hijos míos, remanente fiel, oren y reparen. Y no se cansen de reunirse en vuestros Cenáculos de oración
para unirse conmigo y Mi Madre del Cielo en santo amor. A todos mis hijos dispersos por el mundo les
llamo a que empiecen a reunirse en pequeños cenáculos de oración como las primeras comunidades de
mis apóstoles y discípulos en torno a Mi Santa Mama.
Con el poder de Mi Sangre y la unción de Mi Sagradas Llagas. Les entrego la bendición en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, os muestro Mi Corazón para que en Él depositen vuestras oraciones y súplicas, las
cuales Yo presentaré ante Mi Hijo Jesucristo y Él las entregará al Eterno Padre, desde la Cruz, Cruz de
Amor y de Reconciliación.
Hijos Míos, les invito a que oren para que Jesús reine en vuestros corazones. Oren mucho y oren de
verdad. Contemplen a Mi Hijo en la Cruz y no tengan miedo de abandonarse en el Amor.
Hijitos, oren mucho para que Satanás sea debilitado con vuestras oraciones. Porque cada hijo de Dios,
consagrado al Señor desde el Bautismo, tiene las Gracias necesarias para vencer al demonio, al mundo,
y a la carne.
Hijitos, con sus oraciones rescaten a las familias, que están grandemente sometidas a la influencia de
Satanás. Todo este ilusionismo del hombre de crear familias según sus gustos y placeres es pura fantasía
que Satanás ha puesto en los corazones de los hombres para alejarlos del proyecto del Padre Eterno.
Hijos Míos, oren mucho porque Satanás está atacando con mucha fuerza a las familias y a la Iglesia de
Mi Hijo. Sean fuertes en el Espíritu Santo y vivan en el Amor de Dios. Les amo y les bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Casto y Amante Corazón fue moldeado por el Espíritu de Dios a través de la Santísima
Virgen. Mi Casto y Amante Corazón recibió dones y virtudes a través de las Manos Inmaculadas de
María. Mi Casto y Amante Corazón fue conquistado por María; en la medida en que Me consagraba a su
Inmaculado Corazón, el Espíritu Santo actuaba con más apertura en Mi Vida en la Sagrada Familia.
Hijos Míos, abran sus corazones al Espíritu Santo, pero ábranlos de verdad, que la mala cizaña, que se
esconde en los corazones, sea podada por el Espíritu Santo a través del Inmaculado Corazón de la Reina
Celestial.
Queridos hijos, vivan las virtudes, las virtudes adornan el alma y la Gracia sostiene las virtudes, para que
con vuestras obras, vuestra vida, vuestro ser entero, den testimonio de Jesucristo, la Luz del Mundo.
Hijos, no tengan miedo de aceptar a María, en vuestras casas, en vuestros corazones, para que Ella
moldee cada corazón a imagen de su Corazón Inmaculado, que tanto agrada al Señor. Yo rogaré por
todos los hijos de María para que sean fieles a su entrega total a la Madre de Dios. Les amo y les
bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
174
Llamado de Amor y de Conversión del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús - 27
Mayo 2016
Mi Sagrado Corazón es la Fuente de toda Sabiduría y Mi Voluntad actúa de acuerdo a Mi Sabiduría, por
eso, hijos, pidan Mi Sabiduría, para que con el Don de la Sabiduría conozcan Mi Divina Voluntad para sus
almas.
Hijitos, no tengan miedo, estoy con ustedes. Mi Sagrado Corazón acompaña a Mi Pueblo Fiel y Yo como
Buen Pastor los conduciré a la Tierra donde Mana Leche y Miel, la Tierra Bendita del Inmaculado Vientre
de Mi Mama Celestial, y allí inauguraré el Reinado Eucarístico de Mi Sagrado Corazón.
Oren y a través de la oración prepárense para la Purificación, donde separaré las ovejas de los lobos,
donde limpiaré el trigo que ha sido cosechado, donde colaré las malezas de las primicias.
Hijos, oren, perseveren, carguen vuestras cruces, y unan su voluntad a Mi Divina Voluntad, porque pronto
el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora triunfará. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Te explicaré Mi Promesa
El instrumento: Jesús, me postro ante Ti, te reconozco como Rey, Señor y Salvador de los hombres. Te
doy gracias infinitamente por el don de la Sagrada Eucaristía. Jesús hoy recurro a Ti y te pido que regales
luz, sabiduría y discernimiento a Tu pueblo para que no sea confundido y comprenda Tu Palabra.
Jesús: Amado hijito, Mi pueblo debe pedir la Eterna Sabiduría para comprender Mi Eterna Palabra, y
comprendiendo Mi Eterna Palabra goce de Mis Promesas.
Te hablaré hoy de Mi Reino Glorioso del Fiat y de la Paz, Mi Reino Eucarístico. Hijo, todo aquel que
recibe Mi Espíritu Santo en el Bautismo está llamado a vivir Mi Reino, pero las almas no son conscientes
de este llamado. Y para vivir este Reino de Amor-Hostia es necesario consagrarse al Doloroso e
Inmaculado Corazón de la Mamá Corredentora. Pero tú eres testigo, hijo, del desprecio y rechazo a
Nuestra “Mater Coeli”. Hijo, muy pocas almas creen y aceptan Su Sabiduría que es uno de los dones de
la Corredentora, que reúne y prepara a los 144.000, apóstoles de los últimos tiempos.
El instrumento: Mi amado Jesús ¿Cuál es la primera puerta para entrar a este Reino? Y ¿Cómo vivimos
ese Reino? ¿O cuando vendrá este Reino Glorioso?
Jesús: Hijito, la puerta es la consagración total al Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial. A través de
esta consagración empiezan a vivir el Reinado Eucarístico de Mi Sagrado Corazón. Este Reinado, hijito,
es un Reino de Corazones, es un Imperio de Amor dentro de los corazones. Corazones que, una vez
consagrados a Nuestros Sagrados Corazones Unidos y que empiezan el vivir este Evangelio en tu
tiempo, se convierte en un apóstol de los últimos tiempos, formado, educado y consagrado por, en, con y
para María. Ahora bien, hijito, vivir ese Reino, es vivir en la Divina Voluntad, es hacer vida la consagración
total que hicieron a Mi Santa Madre. Vivir ese Reino, es vivir el Evangelio y Mis Llamados de amor y
conversión. Es un vivir espiritual, es un vivir en Dios.
Si bien, hijo, he prometido un Reino Glorioso de Amor y Paz, es para que todas las almas lo vivan “ya” en
sus corazones, pero vivir este Reino significará para muchos… martirio, para otros… testimonio, según Mi
Divina Sabiduría. Unos se ofrecerán en oblación por el Reino, otras almas quedarán para dar testimonio
de Mí, pero las dos situaciones espirituales son signos de Mi Reino: unos dan la vida y otros entregan a
sus hermanos su vida de sí con el testimonio.
No se desconcierten, hijos,… quien estará “aquí o allá”… vivan ya Mi Reino, estén donde estén.
Jesús: (…) advierte a Mi pueblo, muchos profetas hablan en Mi Nombre pero no vienen de Mí. Te amo,
mi pequeñín, por tu sencillez y dependencia total. Te doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
175
Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 30
Mayo 2016
Queridos hijos, Mi invitación para la humanidad es que invoquen la Divina Maternidad. La Divina
Maternidad, hijitos, consiste en que Dios se hizo Hombre en Mi Vientre Inmaculado, pero no dejo de ser
Dios. Acogí a Dios como Hijo y Dios tomó de Mí, Carne y Sangre, para convertirse en Hombre.
Hijos, en eso consiste el misterio de la Maternidad Divina en que Yo, criatura, fui Madre del Señor, Dios y
Hombre verdadero. Esta Gracia tan poco conocida, pero tan amada por Jesús, deben invocarla las
madres del mundo, para que en el gobierno de sus hijos los dirijan según el Espíritu Santo y no en los
criterios humanos. Porque el Espíritu Santo es la fuente de verdadera sabiduría y de conocimiento. Y si
vivimos y formamos a los niños en el espíritu del mundo se llenaran de egoísmo, de soberbia, de
prepotencia, e incluso hasta el ateísmo práctico.
Por eso, hijos, enseñen a los pequeños que primero está Dios. Lo primero que deben aprender los niños
es a obedecer los Diez Mandamientos para que eviten el pecado y la desgracia. Hijos, el mundo ignora
las Palabras del Señor, e incluso muchos seguirán ignorando las Enseñanzas de Mi Hijo, porque no hay
apertura de corazón en los hombres de hoy.
Hijitos, ustedes clamen la Divina Maternidad para que Mi Inmaculado Corazón de Amor Maternal gobierne
a sus hijos, gobierne sus familias, gobierne sus vidas. Donde está Mi Inmaculado Corazón hay sabiduría
porque Yo soy el Trono de la Sabiduría. Hijas, no olviden de invocar diariamente, sobre vuestro ministerio
de madre, la Divina Maternidad, para que guíen a los hijos con amor, con sabiduría, y, sobre todo, en el
Espíritu del Señor, que eso es lo más importante: Amar y servir al Señor. Yo les amo y les bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Si, mi amado Jesús, que Tu Divina Sabiduría me guíe y me ilumine para conocerte y
amarte más y mejor porque quiero, Jesús, estar siempre dispuesto para Ti
Jesús: (…) hoy aprenderás sobre los siete regalos de Mi Amor. Siete signos que di a Mi Iglesia como
muestra viva y testimonio fiel de que a través del Espíritu Santo, Yo vivo y actúo en Mi Iglesia. Estos siete
regalos son Mis Siete Sacramentos, todos y cada uno de ellos son signos de salvación que han salido
desde lo más profundo y tierno de Mi Sagrado Corazón.
Hijito, estos Sacramentos guardados y entregados a Mi Iglesia a través de Mi Sagrado Corazón son las
señales de Mi Corazón palpitante en la Iglesia a la que tanto amo. Pequeño, Siete Sacramentos de Amor
que os he dado para la salvación de las almas. Siete Sacramentos que santifican a los hombres y
dignifican la vida. Siente Sacramentos que son las siete lumbreras que ha guiado y guiará a Mi Fiel
Rebaño.
El instrumento: Jesús, ¡gracias! ¡Cómo pensaste en todo para nuestro bien! ¡Oh, Jesús, Misericordia y
Amor! Cada vez más, me hacen tan pequeño y me estremezco al ir conociendo la profundidad de Tu
Sagrado Corazón. Jesús, quiero preguntar si tu Amor Redentor, al entregarnos los Sacramentos, actúo
también unido con tu Divino Querer.
Jesús: Hijito, Mi Sagrado Corazón es la Fuente inagotable de Gracias. Mi Amor Eucarístico es su Fuente
de Vida. Mi Amor Santo lo quiso, Mi Divina Voluntad lo hizo. El Amor al Querer, lo lleva a la Voluntad para
el Hacer. Hijito, al explicarte esto, conoce el movimiento de Mi Sabiduría, siempre nueva y viva.
Te pido que repares por cada Sacramento de Mi Amor; desvalorizado, rechazado y sacrilegado, orando
con Mi Sagrado Corazón siete Padre Nuestro y consuela a Mi Padre y a Mi Sagrado Corazón tan
rechazado. Te amo, pequeño.
El instrumento: Te amo, Jesús. Mi amor es tan pequeño… dame el Tuyo para amarte más, Jesús.
176
Jesús: Lo hago en cada Santa Comunión. Ten Mi Paz. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, Mi Casto y Amante Corazón intercede por el Pueblo de María. Mi Casto y Amante
Corazón es el protector de las almas que se han consagrado al Inmaculado Corazón de la Reina
Celestial. Por eso, queridos hijos, la invitación que hago es que vivan y renueven, en cada momento de
sus vidas, a través de la Oración, de la Adoración Eucarística, y del Santo Rosario, la consagración al
Corazón Inmaculado de María, y, a través de la Madre Celestial, al Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, el Mensaje del Cielo es para cada alma, es para que cada uno de los hijos de Dios lo
asuma y tome su responsabilidad en cada Llamado de Amor y de Conversión.
Hijos Míos, vivan los Mensajes; el mundo necesita personas decididas y valientes, que renuncien a lo que
deben renunciar, que digan 'Si' a la Voluntad del Señor, y sean testimonio vivo del Evangelio de Mi amado
Hijo adoptivo Jesús.
Hijos, no se cansen de orar, de leer las Sagradas Escrituras, y conocer en profundidad el Gran Misterio de
Amor que se guarda en los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. Ese Misterio de Amor será
revelado a las almas cuando oren con fe, cuando den apertura al Espíritu Santo, y cuando se decidan por
la conversión y la santidad. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Jesús: Pequeño, escribe. No te canses de escribir porque a través de estos Llamados de Amor y
Conversión os iré mostrando la belleza de Mi Sagrado Corazón. Quiero enseñarte de Mi Sabiduría,
pequeño.
El instrumento: Mi amado Jesús, ¿qué puedo Yo decirte, sino solamente “gracias” y ofrecerte toda mi
vida en adoración continua por Tu inmenso Amor?
Jesús: Permanece pequeño, se siempre pequeño. ¿Recuerdas la jaculatoria que te había entregado para
que se la dirigieras a Nuestro “ABBA PADRE”?
Hijo, en otro pasaje del Evangelio le digo a Nicodemo que deben nacer del Agua y el Espíritu; otra vez Mi
Sagrado Corazón entregando las primicias de este Sacramento. Luego en la Cruz, hijo de Mi Sagrado
Corazón, valiéndose por Mi Santa Herida del Costado, fluyeron Sangre y Agua con los cuales bauticé la
humanidad desde el Calvario para quitar la ceguera y (así) contemplaran al que traspasaron.
Hijo, nacer del Agua y del Espíritu es el Sacramento del Bautismo unido a un Pentecostés, porque cuando
una creatura es bautizada se convierte en hija, por misericordia y en mis méritos, recibiendo en ese
mismo instante al Espíritu Santo, entonces se convierte en Templo del Espíritu Santo, sacerdote, rey y
profeta.
El Bautismo es el primer paso para la vida en Dios y es un requisito para la salvación porque, aquel que
crea y se bautice, alcanzará la Vida Eterna. El Agua Santa del Bautismo os hace, por mis méritos, hijos
del Padre. El Bautismo entierra y esfuma, por pura misericordia, el pecado en vuestras almas, dando así
muerte al hombre de pecado para que, dando su “Fiat” en ese momento de consagración, resucite al
hombre de la gracia. Cómo anhela Mi Sagrado Corazón que los niños sean educados para que los niños
cuiden y valoren su gracia bautismal.
177
Hijos, no permitan que Satanás os distraiga con las cosas de este mundo, vivan su Santo Bautismo
viviendo la vida espiritual de la Gracia. Hijito, el Sacramento del Bautismo es un Sacramento de
Salvación.
¡Pedid al Inmaculado Corazón de Mi Madre que ayude a sus corazones a vivir esa consagración
bautismal! A ser fieles, a este santo propósito y a vivir como verdaderos hijos de Dios por el Bautismo que
han recibido.
Te amo y te bendigo.
El instrumento: Gracias, Jesús, ayúdame a valorar este Sacramento que he recibido y a dar testimonio
de ser un verdadero hijo de Dios.
Jesús: La Paz. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Queridos hijos, cuando ustedes oran con amor y con fe, Mi Sagrado Corazón es consolado por todas las
ofensas y pecados que cometen los hombres.
Hijitos, les llamo a la conversión y a la adoración eucarística. No me dejen solo en el Sagrario, vivan de Mi
Corazón-Eucaristía.
Hijitos, Mi Sagrado Corazón es la imagen del Amor que se entrega, del Amor crucificado, del Amor que
muere, pero de un Amor que también resucita.
Hijitos, amen Mi Sagrado Corazón, no tengan miedo de seguirme en vuestra vida de consagrados a los
Dos Corazones.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón les ama tanto... Por eso confíen en Mí Amor Maternal,
entréguense a la Obra de Mi Inmaculado Corazón. La devoción a Nuestros Dos Corazones, es la
devoción que salvará al mundo. Hijos míos, y si el mundo no escucha, entonces Nuestros Dos Corazones
serán el Arca y el Refugio seguro para las almas que creen, escuchan, obedecen y esperan.
Hijos, Mi Corazón Inmaculado es la Fuente del Amor de Dios. El Amor de Dios demostrado en la Cruz que
es Mi Hijo Jesucristo. El es el Agua de Mi Fuente Inmaculada. Yo soy la Fuente y Jesús es el Agua. Yo
soy el Árbol y Jesús es el Fruto. Yo soy la Madre y Jesús es el Hijo. Por eso confiando y acercándose a
Mi Inmaculado Corazón se encontrarán realmente con el Sagrado Corazón de Jesús.
Hijos míos, digan "sí" y no miren para atrás porque el Reino Eucarístico de Mi Amado Jesús ya está en los
corazones que dan apertura a Nuestra Presencia, en todo el mundo.
Hijos míos, el Reino Eucarístico del Corazón de Mi Hijo se encuentra en los corazones sencillos,
obedientes, y que esperan en el Señor.
Mi Inmaculado Corazón les ayudará si piden con fe, a ser fieles a Jesús. Eso es lo importante, ser fiel a
Jesús y a su Evangelio. Y todo lo demás, Mi Hijo les concederá según Su Divinos Designios.
Oren, oren, oren siempre para que puedan comprender Mis Mensajes y Mi Presencia entre mis hijos. No
cesen de orar. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Mis queridos hijos, les invito a la oración para que con sus corazones orantes reciban la luz del Espíritu
Santo. Hijitos, es importante que no dejen de orar, es importante que oren en familia, porque Satanás
tiene una batalla muy fuerte contra la familia y contra la Iglesia.
Hijos míos, y deben estar dispuestos, despiertos y vigilantes para que protejan, con la fuerza del Cielo, las
almas de sus familias, de sus hijos.
178
Queridos hijos, oren mucho por vuestras naciones para que con la oración toda esclavitud y opresión del
enemigo, sean liberadas de vuestros pueblos, con la entrega de vuestras naciones a Nuestros Sagrados
Corazones Unidos.
Hijos míos, oren mucho el Santo Rosario, es el arma que les doy para vencer al enemigo, es el arma que
le doy a todos los hijitos consagrados a Mi Inmaculado Corazón para que no caigan en las perversidades
y en las trampas del enemigo y sean fuertes en la lucha espiritual. Hijos, oren con más fe y con más
fuerza del Espíritu para que no vacilen en vuestro seguimiento a Jesús.
Hijos míos, oren por Venezuela, oren por Nicaragua, oren por Méjico, oren por España, oren por Brasil.
Oren hijos míos, oren más y no olviden que Mi Hijo está en el Santísimo Sacramento esperando vuestra
adoración y consuelo.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, Mi Corazón Amante hace un llamado a los hombres para que todos miren al Corazón
Herido de Jesús y al Corazón Afligido de María, por los pecados de los hombres que cada día se agravan
más. La oscuridad y el pecado han tomado la mayor parte de los corazones como propiedad suya, y los
hombres también han declinado su voluntad para ofender al Señor.
El mundo necesita a los hijos del Inmaculado Corazón de María, que deben orar mucho por la paz.
Hijos, acójanse a Mi Manto y Casto Corazón porque en estos tiempos postreros, Yo protegeré a los hijos
de María y a los discípulos del Corazón de Cristo, para que los Herodes, el anticristo y la falsa iglesia no
ataquen a los hijos de María.
Mi Corazón de Padre les protegerá y les conduciré de Mi Mano hacia la Santa Casa Celestial de Jesús y
de María para que juntos vivan el Eterno Cenáculo de Amor, que desde ya pueden vivirlo haciendo vida
nuestros mensajes y siendo fieles a la Consagración a los Dos Corazones de Amor.
Hijitos, pidan Mi Intercesión y Yo les enseñaré a que sean fieles a Jesús y a María.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre. Y del Hijo y del Espíritu Santo.
Los niños también deben de orar.
Unan sus corazones a Mi Sagrado Corazón y vivan de Mi Amor, llénense de Mi Amor y sientan Mi Amor;
Amor crucificado, Amor resucitado, Amor glorificado, Amor eucarístico.
Hijitos míos, sientan Mi Amor, y con vuestros sufrimientos consuélenme de Mis Sufrimientos Divinos. Yo
sufro, hijitos míos, al ver que Mi Muerte de Cruz es ignorada y se desperdicia la Gracia de la Redención
en las almas que se condenan, en las almas que pecando me ofenden, porque Yo me entregué para que
tuvieran Vida y la tuvieran en abundancia. Yo me entregué para que fueran santos y perfectos, pero sin
embargo el mundo sigue igual, los corazones me ignoran, me critican, tergiversan Mis Palabras y
persiguen a Mis siervos y profetas.
Hijos ¿a quién hablaré? sino sólo a Mi pequeño Remanente Fiel al que está allí conmigo, no sólo en la
Gloria del Tabor sino en el Monte Calvario. Mi Madre Amantísima… Juan, Mi discípulo a quien mucho
amo… y María Magdalena, que me amó de verdad y creyó en Mi Palabra, son la prefiguración de ese
pequeño Resto Fiel que estuvo conmigo en la Cruz del Calvario.
Hijitos míos, sigan conmigo, sigan en Mi Corazón, sigan en el silencio y en Mi Amor, perseveren y no se
cansen de seguirme.
Yo les amo y les bendigo, y quiero corazones que me amen con mucho Amor de Dios. El Espíritu Santo,
si piden con fe, quitará vuestro querer humano y pondrá el Querer Celestial, y así, hijitos míos, me
consolarán más.
179
Llamado de Amor y de Conversión del Padre Eterno - 12 Junio 2016
Con el Sacramento de la Confirmación el alma, al igual que la Reina del Cielo, vuelve a decir Fiat, ese
hágase divino, y el alma recibe al Espíritu Santo que hará de esa creatura un verdadero discípulo de
Jesucristo, un verdadero soldado del Ejército del Cordero que ha vencido. Con este Sacramento la
creatura toda, recibe las gracias necesarias para ser fiel y encender su corazón con el santo celo de Mi
Gloria y por Mi Amor.
Con el Sacramento de la Confirmación reciben la armadura espiritual para batalla contra el mundo, el
demonio y el pecado. Este Sacramento hace de la criatura un verdadero apóstol de Jesucristo y un
verdadero soldado e hijo de la Mujer vestida de Sol, que dijo “Fiat”.
Te amo y te bendigo. Vive cada día este Sacramento declarando que Jesús es el Camino, la Verdad y la
Vida de su vida. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado derrama Gracias Maternas cuando oran el Santo Rosario. Hijitos,
oren; oren por la paz del mundo que está amenazada; oren por vuestro país. La oscuridad es muy densa,
las almas no se arrepienten, no quieren dejar el pecado, y un pueblo atado al pecado es un pueblo que
clama sobre sí la desgracia y la corrección. Mi Pequeño Remanente, les invito a orar y reparar por
vuestros países; desagravien nuestros Corazones Unidos en el Amor por tanto pecado y dolor.
Hijitos, abran sus corazones a Mis Mensajes, y vívanlos con amor, sean realmente Apóstoles de los
Últimos Tiempos, no tengan miedo que Mi Hijo Jesús protege a los hijos de la Mujer Vestida del Sol.
Hijitos Míos, oren; oren por la paz; oren y ayunen, para que cambien el corazón de muchos pecadores y
se conviertan.
Hijitos, Yo estoy con ustedes y les invito a que no se alejen de Mi Inmaculado Corazón. Les amo y les
bendigo, porque Mi Hijo Jesús también les ama y les bendice con su Preciosa Sangre. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Vuestra Madre Celestial, como el Arca de la Alianza que llevo en Mí al único y verdadero Maná del
Cielo, os llamo a adorar, reparar y consolar a Mi Jesús hecho Sacramento en cada Sacrificio de la Misa.
Mi pequeño, Mi Hijo os ha dado el Sacramento más grande de Amor, la Eucaristía, para no dejaros solos,
para que tengan Su Corazón verdaderamente Eucarístico para adorarlo, para alimentarse de Él, para
llenarse de Él, para vivir de Él y con Él. La Santa Eucaristía, es el mayor regalo del Corazón de Jesús
para que unan sus corazones a Su Sagrado Corazón. La Santa Eucaristía alimenta vuestros cuerpos
elevándolos a la dignidad de templos del Espíritu Santo y santificando sus almas. La Santa Eucaristía es
el Sacramento que hace que, aún hoy, haya tiempos de misericordia. La Santa Eucaristía es Jesús en
Persona, Quien se ofrece por Amor a vosotros. Hijitos, la Santa Eucaristía es el Amor de Dios que abraza
y toca, como lo hizo en el pasado, vuestra miseria y pobreza.
180
¡Cuanto los ama Jesús! verdadera Comida que ha querido hacerse Pan, para alimentaros de Su Amor
Crucificado, para transmitiros en cada Santa Comunión, la Vida de la Santísima Trinidad y para que
exclamen con el corazón unido a Su Corazón Eucarístico: “Padre, hágase Tu Voluntad y no la mía”.
Hijito, la Santa Comunión es la unión perfecta y amorosa de Jesús con las almas. ¡Cómo arde Jesús de
Amor queriendo que todas las almas se arrepientan, se conviertan y se unan a Él a través de la Sagrada
Eucaristía! ¡Oh hijito! Ora para que Su Reinado Eucarístico se apresure y el Triunfo de Mi Corazón
Inmaculado sea la Puerta Santa que transmita Su Reino de Amor a mis hijos.
Como Madre de la Eucaristía y de los sacerdotes, te doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mi Casto y Amante Corazón intercede por todos ustedes; ruego a Mi Hijo Jesucristo, el Hijo de la siempre
Virgen María, que tenga piedad y misericordia por toda la humanidad.
Hijos Míos, es importante que oren el Santo Rosario y hagan Adoración Eucarística, para que con el
Inmaculado Corazón de María y el Sagrado Corazón de Jesús muchas almas sean salvadas de la
esclavitud del pecado y del dominio de Satanás en muchos corazones. Hijos, el tiempo es urgente, el
mundo necesita de vuestras oraciones; conságrense todos los días al Inmaculado Corazón de María y al
Sagrado Corazón de Jesús; lean la Santa Palabra del Señor; y, así, ofrézcanse, como una ofrenda viva, a
la Santísima Trinidad por la conversión de los pecadores y la paz del mundo.
Hijos, vean en Mí el ejemplo de amor y entrega total a Jesús por medio de María; así, hijitos Míos, por
medio de su Inmaculado Corazón serán verdaderos adoradores, en espíritu y en verdad, del Sagrado
Corazón de Jesús, y el Señor les concederá la Paz. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis pequeños, Mi Sagrado Corazón que tanto les ama, les anima y les bendice.
Mi Sagrado Corazón y todas las obras y las almas que entregan su vida para extender el Reinado de Mi
Sagrado Corazón no perecerán, sino que triunfarán Conmigo.
Mi Sagrado Corazón traerá el Reino de la Paz que vencerá la violencia. Mi Sagrado Corazón traerá el
Reino del Amor que vencerá al odio.
Mi Sagrado Corazón traerá el Reino de la Alegría que vencerá a la tristeza.
Mi Sagrado Corazón traerá el Reino de la Eucaristía y las almas adorarán al Cordero Inmolado en el Altar.
Hijitos, no tengan miedo de amarme y servirme; porque el mundo es a Mí a quien odia; el mundo es a Mí
a quien persigue; el mundo es a Mí a quien critica. Y si el mundo rechaza a Mis pequeños, me rechaza a
Mí; porque Yo les he enviado a los pequeños, a los siervos, a los profetas de Mi pueblo.
Hijitos, si el mundo les odia es porque el Cielo les ama; si no son agradables al mundo es porque no
actúan como el mundo actúa, sino que actúan bajo el Espíritu de Dios. Gracias serán derramadas por
aquellas almas que son fieles hasta el momento de su pascua, hasta el día que se entreguen Conmigo al
Padre Eterno.
Yo les amo, les acompaño en vuestro peregrinar, les alimento con Mi Santo Cuerpo, y al final los recibiré
de la Mano de Mi Madre: La Corredentora, la Medianera, el Templo de la Santísima Trinidad. Les amo y
les bendigo con Mi Santa y Preciosa Sangre. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Mis pequeños, Mi Corazón Inmaculado les protegerá de todas las calamidades, de todos los eventos, de
todos los sucesos que se acercan para la humanidad.
Hijitos, oren y no desconfíen de Mi Amor Maternal.
Mi pequeño, recibe las instrucciones y las indicaciones de Mi Corazón Inmaculado para tu bien, para el
bien de la familia, para el bien de mis pequeños apóstoles. A todos los protejo con Mi Manto de Amor pero
181
no dejen de orar con el Santo Rosario para que Mi Amor Maternal los proteja de todos los eventos que,
por Misericordia, vendrán a la tierra.
Mis pequeños, soy la Corredentora, la Medianera, la Tesorera de las Gracias del Cielo, confíen en Mí,
llénense de Mi Amor. No teman pero prepárense, preparen vuestro corazón. Mis pequeños, Mi Señor les
ama y les cubre con la Preciosa Sangre.
Hijitos, no pierdan la Paz sino que oren, adoren, reparen, consuelen. Pequeños, estoy con ustedes. Con
vuestra entrega y amor serán parte del Triunfo de Mi Inmaculado Corazón si así están dispuestos de
dejarse guiar por Mi Presencia Materna.
Pequeños, como Mi pequeño Ejército, oren para que vuestras oraciones salven a muchos de mis
pequeños que aún no escuchan las Palabras de Mi Hijo Jesús.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús: Pequeño.
El instrumento: Sagrado Corazón, he aquí a tu esclavo de amor, a quien has liberado de la esclavitud del
demonio, del mundo y de la carne.
Jesús: Hijito, así es, Yo he librado a la humanidad del pecado pero aún la voluntad humana no se decide
por la santidad cuando gratuitamente, a través de la gracia del arrepentimiento, pueden reconciliarse
conmigo.
Pequeñito, a Pedro y a mis apóstoles les concedí al Espíritu Santo y les di en Mi Nombre la autoridad
para atar y desatar, para perdonar los pecados.
Hijito, este Sacramento de la penitencia ha salido de Mi Sagrado Corazón que les ama para que no sólo
tuvieran la gracia santificante recibida en el Sacramento del Bautismo por un tiempo determinado sino
que, cada vez que sus corazones arrepentidos necesitaran ser absueltos de sus culpas a través de mis
ministros, recibieran la gracia santificante que borre los pecados, sane las heridas de sus corazones y los
liberara de la esclavitud del pecado.
Les amo tanto que he dado a Mi Iglesia este Sacramento de Misericordia para que siempre se
reconciliaran con Mi Amor que es tan rechazado por las creaturas.
Pequeño discípulo, te pido que ores para que Mi Pueblo conozca la grandeza de Mi Misericordia
manifestada a los hombres a través del Sacramento de la Penitencia. Fiat, pequeño.
Jesús: Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Mis pequeños hijos, el Señor les ama grandemente y les pide, con amor, que también ustedes le amen, le
adoren, y reparen.
Hijitos, el Padre está sufrimiento grandemente; Él es Dios, pero también es Padre, y sufre por la pérdida
de millones de almas. Hijos, consuelen al Padre; oren y adoren; clamen misericordia; sean pequeños
niños en las manos del Padre; entréguense a Él; abrácenlo con amor; reparen con vuestro amor, el amor
que las demás criaturas no le ofrecen.
182
Hijos, sean niños: vivan de la alegría del Espíritu; vivan la alegría del Evangelio; vivan la esperanza de
nuestros mensajes. El mundo os quiere quitar la Paz; no se dejen contaminar por el mundo, por el
pecado, por el demonio.
Hijitos, sean fuertes y entre más pequeños se hagan en el Espíritu del Señor más grandes serán en la
presencia de los hombres; porque siendo como almas niñas, que el Padre eleva y abraza, se elevarán
como palomas hacia el Nido del Padre y la Madre. ¡Sean pequeños! ¡Oren mucho! No se cansen de orar
por el mundo entero, por los sacerdotes, por vuestras naciones; oren por Israel, por Francia, por México.
Oren, oren, oren con el corazón; ése es Mi Llamado. Mi Casto y Amante Corazón les bendice en el
nombre de Jesús. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús: ¿Hijito?
El Sacerdocio es el Sacramento del sacrificio y del servicio. Cada hombre que escuchó Mi llamado y
respondió “Fiat” a mi invitación, recibe Mi Santo Espíritu y con Él, la autoridad para actuar en Mi Nombre y
servir a Mi Pueblo “in persona Christi”.
Las manos ungidas de mis sacerdotes han sido consagradas para hacerme presente en el altar y
ofrecerme al Eterno Abba por las almas. El sacerdote en el altar deja de ser para ser verdaderamente Yo
actuando y entregándome en sacrificio a Mi Padre.
Este hermoso Sacramento tan amado por Mí, es un Sacramento de servicio y de entrega; de cruz y
oblación, de amor y reparación. Sacerdote y Eucaristía es la unión mística de cada alma sacerdotal
porque sin sacerdote no habría Eucaristía y sin Eucaristía. ¿de qué se sustentaría Mi Iglesia? Hijo, este
Sacramento nace de Mi Iglesia especialmente para la Eucaristía.
Ora por los sacerdotes para que aprecien y valoren este Ministerio-Sacramento que comparto con ellos.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima,
sin pecado concebida.
Esta unión es entre el varón y la mujer, la obra perfecta de Mi Padre, ya que el ser humano ha sido la
única creatura hecha a imagen y semejanza Nuestra. El hombre es la única creatura que ha sido llamada
y escogida por Mi Padre para tener una vocación a la unidad perfecta con Dios, unidad perfecta que se
vivía en el Edén antes del pecado. Esta unidad fue rota por la desgracia del pecado y los hombres
prefirieron usar la voluntad humana que vivir la Voluntad Divina.
Pero Mi Padre, que es Amor y Misericordia, lento a la Ira y rico en Clemencia (cfr, Nm. 14, 18), quiso que
la vida del hombre se dignificara y santificara y que las generaciones fueran Pueblo Santo, Pueblo que ha
sido redimido por Mí en la Santa Cruz.
El Sacramento del Matrimonio es un Sacramento de Amor para dignificar la descendencia del hombre, y
que la familia sea la imagen (reflejada en el mundo) de la Santísima Trinidad. De las almas unidas en
matrimonio se hace almas-sacramento, pues el Sacramento son la pareja, varón y mujer, cuya unión es
183
consagrada al Señor y donde Yo en la persona del sacerdote entrego esa unión como mediador al Eterno
Padre, y los hijos de un matrimonio son hijos nacidos en el orden y en la gracia.
Por eso debes orar por los matrimonios para que varón y mujer profundicen esta vocación, que es un
llamado que nunca se acaba (durante el curso de la vida terrestre). Un llamado para amar siempre, amar
para procrear, amar para servir, amar para amar.
Pequeño, en este Sacramento del matrimonio, que seguidamente se transforma en familia, se crea una
unidad de amor, y esta unidad es un reflejo del Amor Trinitario. Por eso Satanás se afana buscando, por
todo medio, acabar con el matrimonio y la familia. El divorcio, el adulterio, la fornicación, la infidelidad, son
ataques del enemigo a la familia, proponiéndoles a los hombres una vida fácil sin amor, sin cruz.
Es egolatría total, y de esta egolatría nace el aborto, las aberraciones contra la naturaleza y toda clase de
concepto (con el) que quieren nada más que invertir la imagen de la familia a una imagen de bestialismo
total (la acción de la bestia en los hombres).
El Sacramento del Matrimonio es varón y mujer. El (mal llamado) matrimonio de Satanás y el anticristo es
todo lo contrario. La familia de Dios es: padre, madre e hijos. La familia del anticristo es todo lo opuesto.
El Sacramento del Matrimonio es un llamado al amor y la procreación según el deseo del Padre. La unión
ilícita del anticristo es desorden, lujuria, desobediencia y, como fruto, la muerte. El fruto del Sacramento
del Matrimonio entre varón y mujer es vida, amor y bendición.
Hijito, dile a mi pueblo que reconozca, con espíritu diligente y corazón orante, las obras del enemigo,
para que vean las señales de los tiempos y no se dejen confundir.
Pequeño, ora por toda la persecución a la familia que cada día se agrava más. Pequeño, mi pueblo no
quiere conocer la Verdad, conocerme a Mí.
Ora por el Santo Padre y por todos los sacerdotes; ora por los religiosos y religiosas; ora por todo Mi
Pueblo Fiel, para que defienda con valentía, como lo hizo Mi Amado Padre Nutricio San José y Mi Madre
María, la joya del Señor: la familia y el matrimonio.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Jesús:
Pequeño hoy quiero seguiros enseñando.
El instrumento:
Todo lo que dispongas, Jesús, es lo mejor para mi alma.
Jesús:
Sí, hijo, todo lo que nace de Mi Sagrado Corazón, nace con amor y en sabiduría, y Mi Divina Voluntad es
ofrecida a mis almas para que ellas libremente acepten mis gracias y mis cruces.
Pequeño en mi misión pública en la tierra, sané a los enfermos, consolé a los afligidos, fortalecí a los
débiles, di luz a los ciegos y abrí los oídos a los sordos, los mudos hablaron y los cojos caminaron y me
siguieron pues anuncié el tiempo favorable de Señor (Lc 4, 18-19. Este era Mi Pueblo, almas sufridas,
almas pobres, gente sencilla. Y a este pueblo por quien me entregué como víctima al Padre Celestial, no
los quise dejar solos ni desamparados sino que, en Mi Sabiduría y Mi Voluntad Amante dejé a este, Mi
pequeño Rebaño, una Madre que con su presencia da ánimo, consejos y fortaleza a mis pequeños.
Os di los Sacramentos, que es Mi Corazón que aún está vivo y obrante dentro de Mi Iglesia.
Es por medio del sacerdote que actúo Yo mismo, ungiendo a los enfermos. Este Sacramento es una
gracia de Amor Misericordioso para con los hombres. El Sacramento de la Unción sana principalmente el
corazón a quien lo recibe. El Sacramento de la Unción dona fortaleza y paciencia al enfermo. El
Sacramento de la Unción, a través de Mi Espíritu Santo santifica el dolor humano para que se unan a Mi
Dolor. En este Sacramento toco la miseria de los hombres y por medio de este Sacramento las
enfermedades se convierten en obras de glorificación para Mi Corazón (Jn 11,4).
184
No he dejado a Mi Pueblo solo, con hambre y enfermo sino que a través de Mis Sacramentos estoy con
mi pueblo, sanando y alimentando a Mi Rebaño.
Los Sacramentos son Mi Vida obrante aún hoy dentro de Mi Iglesia.
Te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos, Mi Sagrado Corazón desea almas reparadoras, almas eucarísticas, almas que se entreguen en
sacrificio, todos los días de vuestra vida, por las demás almas que aún no Me conocen, por las almas que
viven en pecado, por las almas que viven sin Paz, por las almas que viven rechazando Mi Amor.
Pequeños, recuerdan el mensaje de San Juan el Bautista, penitencia y conversión, ese mensaje vuelve a
resonar en toda la Tierra, con Mis Llamados de Amor y las Manifestaciones de Mi Santísima Madre en
todo el mundo, penitencia y conversión, para que vivan en santidad y para que vean los hombres, en
vosotros, el testimonio de una vida entregada, de corazones que perdonan, de corazones que aman, de
corazones que viven en Mi Paz.
Oren, pequeños Míos; oren a cada momento; la oración nunca acaba; la oración debe ser permanente y
constante; oren por vuestra conversión; oren para que el Espíritu Santo les ayude a vivir en santidad; la
santidad que brota viviendo Mi Divino Querer, viviendo los Mandamientos, viviendo el Evangelio.
Hijos, les amo y les bendigo, y recuerden la conversión y la penitencia es Mi Mensaje para el mundo
entero antes de Mi Regreso. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos, invoquen siempre Mi ayuda; Yo Soy la Omnipotente Súplica que como Corredentora viene a
socorrerlos de la maldad de los corazones que aún no ven la Luz de la Palabra de Mi Hijo; mas ustedes,
pequeños, con Mi intercesión conviértanse en luz, en testimonio; sean la imagen de nuestros Dos
Corazones para los demás; den testimonio con vuestras vidas y no tengan miedo de glorificar al Señor
con vuestro testimonio y ejemplo, porque Yo socorreré a Mi hijos en cada una de sus necesidades, pero
tengan fe, paciencia y fortaleza.
Mi Hijo siempre actúa en sus vidas, pero en el momento adecuado según la Divina Voluntad de Mi Hijo.
Oren, pidan fe; Yo estoy con ustedes y les prometo Mi auxilio durante vuestra vida terrena. Yo les amo y
les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mi Hijo Jesús, en sus brazos, los
lleva a todos en su Sagrado Corazón; glorifiquen siempre al Señor.
Queridos pequeños hijos de la Santísima Virgen, Mi Casto y Amante Corazón ruega e intercede por todos
aquellos consagrados al Inmaculado Corazón de la Madre Celestial. Pequeños, en estos tiempos tan
difíciles y peligrosos, tanto para las almas como para todos los hombres, el Santo Rosario y la Adoración
Eucarística, la Oración y el Ayuno, son las armas espirituales, la coraza de sus mentes y de sus
corazones, para ser fuertes contra los ataques del Enemigo del Alma.
Yo protegeré a todas las almas pequeñas apóstoles de los Dos Corazones de Jesús y de María en este
árido desierto de apostasía, de la falta de fe, de la persecución. A todas las pequeñas almas que sean
fieles al Señor Yo los conduciré al Arca de la Salvación. En el pasado, el siervo del Señor, Noé levantó un
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Arca para salvar a los hombres y a las criaturas del Diluvio de la Purificación; en estos tiempos, el Señor
envía al Inmaculado Corazón de la Reina del Cielo como el Arca de la Salvación, para que se refugien en
esta Arca y sean protegidos del Diluvio de pecado, de blasfemias y de aberraciones, que están
ofendiendo el Corazón de Jesús y están condenando muchas almas.
Oren, oren siempre, oren por todos los hombres, porque aún hay muchos que con sus oraciones pueden
ser salvados, convertidos, sentir dolor de sus pecados. Pequeños hijos del Inmaculado Corazón de la
Madre y Reina Celestial intercedan por todas las criaturas. Les entrego la bendición del Señor: en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, no sólo invoquen Mi Preciosa Sangre sino que adoren la prenda de salvación, adoren Mi
Preciosísima Sangre, vuestro escudo y fortaleza en los días de apostasía en los que viven.
Pequeños, Mi Preciosa Sangre será la marca en sus almas con la cual Yo reuniré a todo Mi pequeño
Rebaño, a todas la ovejitas que Yo amo, y esparciré Mi Preciosa Sangre en muchos corazones a través
de vuestras oraciones para la conversión de muchas almas.
Invoquen los méritos de Mi Preciosísima Sangre y a través del sufrimiento de Mi Cruz pidan por la
conversión del mundo entero. Pequeños, Yo les amo y les bendigo.
Les he entregado Mi Sangre Preciosa, como signo de donación y de misericordia. Escóndanse en lo más
profundo de Mi Sagrado Corazón para que allí vivan en la Luz y no en la oscuridad en la que actualmente
está toda la humanidad.
Pidan a Mi Preciosa Sangre por la juventud del mundo, por los niños, por los enfermos, por los pecadores.
Yo estoy atento a la súplica de mis pequeños apóstoles.
Les amo y les bendigo con Mi Preciosa Sangre. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Mis pequeños hijos, Mi Corazón Inmaculado se abre para toda la humanidad para que en Él encuentren a
Mi Hijo Jesús, y en Mi Corazón Inmaculado sean renovados, transformados, moldeados en el Espíritu
Santo según la Divina Voluntad.
Mis queridos hijos, escuchen Mis Mensajes, muy pocos creen en Mis Palabras y persiguen y critican a Mis
pequeños apóstoles.
Hijitos, obedezcan Mis Llamados de Amor y de Conversión, preparen vuestras almas, procuren obedecer
Mis Mensajes que son un don de Mi Hijo Jesús para todos ustedes. Estoy aquí por ustedes, porque les
amo y no quiero que más almas se sigan perdiendo.
Pequeños, la copa está rebosando y caerá sobre la tierra como una lluvia de la justicia para lavar y
purificar lo que los hombres con sus pecados han manchado y destruido.
Pequeños míos, oren, oren…, reparen, ayunen, hagan penitencia, para que el Corazón de Mi Hijo sea
consolado por todas las faltas de amor que recibe de la humanidad. Sean buenos, pequeños, sean
santos, estoy con ustedes.
Mi Corazón Inmaculado intercede por ustedes. Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amen
186
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es el refugio de pecadores, es el refugio de la humanidad. Mi
Corazón Inmaculado es el puerto seguro, es la roca firme para cimentar una vida en Dios. Mi Corazón
Inmaculado intercede por todos mis hijos pecadores; pero también os pide que oren por la conversión del
mundo, por la paz en los corazones.
Pequeños, pidan al Espíritu Santo que les comunique los dones y las gracias de Mi Inmaculado Corazón
hacia sus corazones, para que vivan las virtudes, para que vivan el amor. Pequeños, Mi Corazón
Inmaculado está libre de pecado, por misericordia y designio del Señor, y vuestros corazones deberán
estar puros para ver a Dios. Por eso, pequeños, pidan perdón con sinceridad, arrepiéntanse, y acudan al
Sacramento de la Penitencia, para que sus corazones estén libres de la atadura del pecado y de las
cadenas del egoísmo.
Pequeños, imiten Mi Corazón Inmaculado para que luego perfectamente imiten el Sagrado Corazón de Mi
Hijo Jesús. Les amo y les bendigo. Para llegar al Corazón de Mi Hijo tienen que estar en Mi Corazón. Yo
vuestra Madre, refugio de los pecadores, ruego al Señor por ustedes. En el nombre del Padre, del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Mi llamado es a la conversión y a la oración para que Mis pequeños apóstoles, con su vida de conversión
y con la oración, den testimonio al mundo de la Buena Nueva de Mi Hijo Jesucristo.
Pequeños míos, la conversión es una gracia que deben pedirla diariamente. Con la Divina Sabiduría
comprenderán la Divina Voluntad. Morir y renunciar a sus voluntades humanas inclinadas al egoísmo por
aceptar y vivir la Divina Voluntad de Mi Hijo, eso es caminar en la conversión; hacer todo lo que Mi Hijo os
pide, hacer todo lo que a Mi Hijo agrada.
Recordad, pequeños Míos, que Mi Hijo y Yo sólo deseamos vuestro bien, no el bienestar del mundo, sino
el bienestar espiritual, la paz con Dios, la gracia en sus corazones, la santidad. Mis pequeños están
llamados para ser santos, y a través de la oración, del sacrificio y de la penitencia pero sobretodo con
amor, poniendo en todo esto el amor, agradaran al Señor.
Pequeños Míos, oren por toda la humanidad, es el más grande acto que pueden hacer, el acto de caridad
que pueden realizar; orar por el mundo entero. Que los cenáculos de oración sean ese consuelo y alivio
para el mundo herido. Mis cenáculos de oración son una gracia para toda la humanidad porque con sus
oraciones alcanzan misericordia y paz para los hombres.
Sigan orando por el mundo, sigan siendo Mis pequeños cenáculos de oración, Mis pequeñas arcas de
salvación, con las cuales muchos hombres suban y se libren de la tormenta que está cayendo en todo el
mundo; una tormenta de pecado, de apostasía, de ateísmo; una tormenta de rechazo al Amor de Dios.
Mis pequeños cenáculos de oración, con vuestras oraciones y entrega aliviad Nuestros Dos Corazones.
Oren para que en el mundo entero pequeñas almas sigan reuniéndose para orar y salvemos juntos
muchos corazones de la esclavitud de Mi adversario.
Como Padre Nutricio de Jesús vengo a mostrarles el camino para llevarles a Su Corazón Eucarístico. Mis
pequeños hijos, llegar al Sagrado Corazón de Jesús es ir guiados por Mi Protección Paternal y pasar por
el Aposento Santo del Corazón Inmaculado de la Reina del Cielo.
Queridos hijos, y en este caminar espiritual, el Espíritu Santo estará con ustedes para revelarles vuestro
interior a través de la oración. El Espíritu Santo dará Luz y Sabiduría a las pequeñas almas que se
entregan totalmente al Corazón de la Madre y al Corazón del Hijo como lo hizo Conmigo en Nazaret.
Pequeños, y con la Luz del Espíritu Santo sabrán, qué agrada a Dios y qué ofende su Amor. Pero como
muchos corazones no están dispuestos a este cambio y a crecer en santidad, el Padre Eterno por un acto
de misericordia enviará un gran Aviso a toda la humanidad para que los hombres malvados dejen sus
malas vidas y se arrepientan, y vuelvan a Yahvé. Y aquellos hombres que no se arrepientan serán
echados fuera y el fuego los consumirá, pero si en cambio, las almas sencillas y pequeñas perseveran en
187
la oración, el sacrificio, en la consagración a los Dos Sagrados Corazones encontraran misericordia,
amor, perdón.
Queridos hijos, vuelvan a Dios, no sigan ofendiendo más al Eterno Padre, porque El ama a todos los
hombres y quiere la salvación de todos.
Yo, José de Nazaret, intercedo por todo el Remanente Fiel de Jesús y de María, en el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado está con todos Mis pequeños apóstoles para infundir en ustedes
sabiduría y amor para con Mi Hijo Jesús.
Mis queridos hijos, como Madre de la Palabra Encarnada vengo a ustedes a transmitirles el Evangelio de
Mi Hijo; por eso, pequeños apóstoles, lean diariamente la Sagrada Escritura, mediten en la Palabra del
Señor. La Sagrada Biblia debe estar en un lugar visible y digno. Porque la Sagrada Escritura es Mi Hijo
Jesús hecho Palabra. Pequeños, esta Palabra se hizo Carne en Mi Vientre Inmaculado. Lean la Palabra
de Dios y medítenla en su corazón, así tendrán la luz y la sabiduría necesaria para que no sucumban ante
los errores y falsas doctrinas que Mi adversario está instalando en los corazones de muchos.
Pequeños, todo lo que os enseño y anuncio, y Mis Venidas a este mundo, son un Don de Dios para todos
los hombres, pero siempre el mundo rechaza los Dones de Dios porque quieren vivir según su espíritu
mundano, materialista y egoísta, y no según el Espíritu Evangélico de renuncia, de Amor Santo.
Pequeños, todo lo que les he advertido, en Mis diferentes Manifestaciones, son por vuestro propio bien y
para que muchas almas sean salvadas. Pequeños, cuando la Bola de la Redención sea visible este será
un aviso para que todo Mi ejército se una a Mi Corazón Inmaculado y ore por misericordia.
Yo les protegeré pequeños, no tengan miedo, que todo es parte de un hermoso Plan de Dios. Oren y
amen a Jesús, y vivirán en paz, y amarán a los demás hombres y orarán por ellos. Acepten el Amor Santo
y Divino en sus corazones. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Mis queridas almas, Mi Preciosa Sangre derramada por ustedes en la cruz del Calvario es prenda de
vuestra salvación eterna. Mi Preciosa Sangre y Mi Sacratísimo Cuerpo se ofrecieron como una ofrenda al
Padre para alcanzar vuestra salvación, redención y misericordia. Mi Preciosa Sangre es aún hoy
derramada en el Santo Sacrificio de la Misa pero muy pocos hacen reparación por las Gracias que se
conceden a toda la humanidad y son desperdiciadas.
Pequeños míos, oren conmigo en Getsemaní, oren conmigo pequeños. No se cansen de orar, no
desoigan la súplica de Mi Madre Dolorosa. El mundo ya, se enfrentará a las horas terribles, y aún los
corazones no están preparados. ¿Cuántos sobrevivirán? ¿Cuántos serán fieles? ¿Cuántos se
acobardarán y me negarán?
Pequeños, oren más para que sean fuertes, acompáñenme en Mi Getsemaní. Mi Getsemaní no sólo son
las noches de los jueves sino que ahora es todo el poco tiempo que quedo en agonía en el Getsemaní de
Mi Iglesia. La Iglesia está en su pleno Jueves Santo donde será traicionada y entregada a los hombres
malvados. ¿Cuántos velarán conmigo una hora? Estoy sudando Sangre y Mi Corazón explota de tristeza
porque los hombres se olvidan de su Dios, de Quien los ama, de Quien los rescata.
Pequeños, ¿escucharán Mis Palabras? ¿las obedecerán? Yo estoy con ustedes y os quiero también a Mi
Lado, aquí en Getsemaní. Pronto Mi Preciosa Sangre triunfará. Les amo y les bendigo, en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado está con ustedes intercediendo por cada uno de Mis
pequeños apóstoles.
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Pequeños, el Llamado que hoy hago es que abran sus corazones al Amor Santo y Divino que el Espíritu
Santo os da. A través del Amor Santo y Divino amen y perdonen, y pidan perdón.
Satanás quiere quitarles la paz en sus corazones. Satanás quiere que destruyan con la lengua a los
demás. Satanás quiere división, desobediencia y mucha falta de Amor a Dios. Pequeños abran sus
corazones y reciban la paz, vivan la paz y pidan perdón.
Sean humildes, sean pequeños, sean sencillos, porque el Amor Santo y Divino no es el amor egoísta y
humano, es el Amor que viene del Espíritu Santo. Vivan la paz. Siempre oren.
Recuerden que Mi adversario siempre intentará quitarles la paz, no den cabida a sus trampas.
Oren, oren, oren. Lean Colosenses 3.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, abran sus corazones a la Paz, para que a través de la Paz que proviene del Espíritu de
Dios, se reconcilien con Dios, se reconcilien con los hombres.
Queridos hijos, sean testimonio de la Paz. Hagan la Paz en sus hogares, con su familia, porque la Paz
que viene de Dios, es un Don que se da a través de la oración. Por eso, pequeños, acepten la Paz.
La desunión, la ira, la crítica, no vienen de Dios. Sin embargo, pequeños, Yo les exhorto a ser humildes, a
ser pequeños y a vivir en Paz. Para que en sus corazones y desde sus corazones, brille para los demás la
Luz de Dios y se conviertan en testimonios de Paz.
Yo, vuestro amado Jesús, estoy con todos ustedes; les entrego Mi amor y Mi bendición. Fijen su mirada
en Mi Sagrado Corazón, herido por los pecados de los hombres, herido por aquellos a quienes más amo.
Hijos, fijen su mirada en Mi Sagrado Corazón, vean en Mí la santa pobreza, vean la simplicidad, la
obediencia, el Amor Santo.
Queridos hijos, Mi Sagrado Corazón quiere habitar en ustedes; ábranlos a través de la oración; Yo quiero
obrar en vuestras vidas. Sigan el ejemplo de Mi buena Madre y digan 'si' a la Voluntad de Mi Padre.
Pequeños, Mi Sagrado Corazón les invita a la santidad, a la pobreza santa, al amor y a la paz; vivan Mi
Evangelio, Mi Evangelio de la Cruz.
¡Les amo tanto hijos! Los bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, vengo acompañada de Mi castísimo esposo San José, y por intercesión de San Rafael
Arcángel, a encontrarme con ustedes y a darles el Mensaje del Cielo, el Mensaje de Mi Hijo.
Queridos hijos, es preciso que abran sus corazones al Amor Santo, es preciso que en sus corazones
haya Amor, para que haya Paz en sus familias. Deben cambiar sus corazones con la oración, y a través
de la oración aprendan a vivir en Paz.
Queridos hijos, el odio, el egoísmo, la ira, son grandes males que azotan vuestra generación, vuestros
pueblos, vuestras familias. Aprendan a vivir en Paz abriendo sus corazones al Amor con la oración, el
sacrificio, que representa la renuncia a uno mismo, y de la penitencia, que significa dar a Dios lo que es
de Dios y dejar en el mundo lo que pertenece al mundo.
Queridos hijos, sirvan al Señor y decídanse por Jesús para que vivan en Santidad, en Paz, en Amor
Santo. Yo vuestra Madre, la Rosa Misteriosa del Paraíso de Dios, intercede por ustedes y pido al Señor
que derrame su Santo Espíritu cuando oran con fe y con amor, cuando oran desde el corazón.
Lean la Carta Primera del Evangelista San Juan. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 14
Julio 2016
Queridos hijos, Mi Corazón Maternal les llama a todos a la conversión. La conversión es el primer paso
para el camino de amor, de perdón y de comunión con Mi Hijo.
Queridos hijos, la conversión es un don que deben pedirlo diariamente. Diariamente deben de rogar a Mi
Hijo Jesús que les conceda la gracia de una conversión sincera y profunda para que día a día caminen en
santidad y glorifiquen al Padre.
Queridos hijos, pidan al Espíritu Santo el don de la conversión, les entrego Mi Bendición Maternal, en el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
La Madre vino como Nuestra Señora del Carmen pero sin el Niño Jesús. Ella vino con el profeta
San Elías que estaba detrás y a su lado derecho.
Mis queridos hijos, les invito a que oren para que, a través de la oración, pidan el Don de la Fe, y la Fe
llegará a sus corazones cuando oren con confianza.
Queridos hijos, cuando oren, conversen con Jesús como vuestro mejor amigo, hablen con Jesús de la
manera más sencilla, más sincera, y háganse pequeños en su presencia y así, queridos hijos, el Espíritu
Santo, y por intercesión de Mi Inmaculado Corazón, os dará el don de la fe.
El profeta San Elías intercede por todo Mi pequeño Rebaño. Les amo y les entrego Mi Bendición
Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, les exhorto a que vivan en la paz del corazón, a que vivan en la oración confiando en la
Divina Voluntad de Mi Hijo; y que vivan del Amor, el Amor que proviene de la Santísima Trinidad, el Amor
que se encarna y que redime, el Amor que se entrega y que sirve, el Amor que se dispone a vivir la Divina
Palabra de Mi Hijo dado en el Santo Evangelio.
Queridos hijos, es en ese Amor con el que deben amar a Dios con todas vuestras fuerzas, con vuestra
mente, y con vuestro corazón; y amando al Señor amaran el Evangelio, amaran los Diez Mandamientos, y
rechazaran el pecado; y amando con el Amor de Dios amaran a los hombres y oraran por ellos.
Pequeños, en este tiempo de Gracias, oren, porque el mundo necesita de sus oraciones; oren por la paz;
oren para que los corazones de los hombres dejen el pecado y sigan a Mi Hijo.
Oren, hijitos Míos; con vuestras oraciones Yo puedo actuar en sus vidas y en la vida de Mis demás hijos.
Pero oren, confíen, y esperen. Mi Hijo Jesús y Yo estamos con ustedes. Les amo y les bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Instrumento: Amado Padre te bendigo y quiero darle consuelo por todas las ofensas que recibes del
mundo. Eres Dios pero también eres Padre Tiernísimo y sufres por el mal vivir de tus creaturas. Padre
perdónanos, danos tu Luz, establece muy pronto el Santo Reino de tu Palabra en el mundo.
Dios Padre: Pequeño, Mi Eterno Corazón impregnado de Santo Amor hacia los hombres, es un Corazón
Paciente y Misericordioso que espera hasta el último instante que los hombres vuelvan hacia Mi su
corazón pecador; tanto les amo que entregué a Mi Primogénito Jesucristo para vuestra Redención; pero,
sin embargo, la mayoría de los hombres no quiere ver, ni escuchar, y ni obedecer Mi Santa Palabra; pero,
he aquí que, vuestro Padre aún sigue llamando a los hombres a que escuchen y vivan Mi Voluntad que es
Amor Puro y Trinitario; éste Amor Purísimo Trinitario es el que lleva Mi Corazón a acercarse a los
hombres; así, como lo hiciera al acercarme a vuestro padre Abraham y anunciarle que Sara su mujer le
daría descendencia. ¿Ves esto pequeño? ¿Entiendes esto carmelita?
190
El Instrumento: Señor, dímelo Tú; enséñame, Maestro Bueno.
Dios Padre: Mi niño, nuestro Amor Trinitario así como fue a buscar a Abraham, así busca ahora al
hombre, y acercándose al hombre busca a la familia, núcleo de toda raza y nación; y si esta base que es
la familia está bendecida y consagrada a Mi, toda raza y pueblo será santo y vivirá en Mi Presencia; pero,
si esta base está en adulterio, fornicación, y pecado, todo vuestro pueblo vivirá esclavizado en pecado y
contaminará muchas generaciones, ocasionando que las nuevas generaciones cometan pecados más
graves. Por eso, pequeño Elías, llamo a este pueblo para que con decisión y firmeza corten toda cadena
de pecado con la Sagrada Sangre de Mi Hijo Sacrificado. De una familia santa nacerá un pueblo santo;
pero de una familia en pecado nacerá un pueblo en pecado y ésta es la desgracia de esta generación.
Familia es hombre, mujer, e hijos bendecidos por la Iglesia y los Sacramentos; todo lo demás fuera de
ése Orden es una alteración a la Creación y una rebelión a Mis Preceptos. Satanás lucha hoy, en tu
tiempo, fuertemente, en contra de la familia y de la Iglesia; reconoce, pueblo Mío, las señales de este Fin
de vuestro Tiempo. Carmelita, ora por Mis Intenciones y para que se establezca muy pronto el Reino de
Mi Eterna Palabra, el Regnum Verbum Dei: Reino de Amor Trinitario y de la familia. Pequeñito, ora, ora,
ora; tú y Yo.
Dios Padre: Recuerda niño, Amor Trinitario. Te doy Mi Bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Amante y Casto Corazón ruega ante Jesús por todos los hijos de la Reina del Cielo, la
Santísima Virgen. Pequeños, es un deseo de Jesús que todos se consagren y entreguen a nuestros
Sagrados Corazones Unidos en el Amor Perfecto; consagren a Mi Protección Paternal a vuestras familias,
a vuestros hijos; Yo intercedo por todos.
El Señor me envía a proteger a las almas que le pertenecen, especialmente, a los niños, a los jóvenes, y
a los enfermos, de este gran Tiempo de Tribulación que vivís; un Tiempo lleno de confusión y de
oscuridad, donde el pecado lo gobierna todo. Pequeños, entréguenme vuestras familias y Yo os conduciré
al refugio donde estarán unidos con la Sagrada Familia de Nazaret.
Yo les amo y les bendigo. Y todas vuestras peticiones, por intercesión de la Madre del Cielo, son
presentadas a Jesús. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Escribe, pequeño carmelita, las Palabras de tu Padre y aprende de Mi doctrina, porque estas enseñanzas
son vida y bendición para los hombres que las pongan en práctica, porque Mi Palabra es Luz para vuestro
caminar en el sendero de estos Últimos Tiempos de caos y confusión.
Satanás está engañando a muchos hombres, porque se dejan seducir por la tibieza y la comodidad que
predica; es decir, un relajamiento espiritual y un relativismo generalizado para muchas almas parece ser
mejor que vivir Mi Palabra y Mi Divina Voluntad.
Como sabes, pequeño, y te lo he dicho desde el principio, Mis Llamados de Amor y Conversión a la
Humanidad tienen como fundamento Mi Palabra y lo que deseo con ellos es recordaros la importancia de
vivir Mi Palabra; muchos han olvidado Mi Palabra por las distracciones del mundo. Pequeño, Mi Palabra
es rocío que refresca la tierra reseca y agostada sin agua. El mundo sin Mi Palabra sería estéril, muerto, y
no sustentaría al hombre mismo; pero, ahora, la apostasía y la falsedad lo dominan todo, desviando a
muchos, pero Yo como Padre de Misericordia no me olvido de Mi pequeño resto; es, por eso, que hoy, os
doy una gran esperanza al venir el vino eucarístico de Mi Hijo, la Palabra encarnada; por medio del
Triunfo del Inmaculado Corazón de la Mujer Vestida del Sol, también vendrá el Reino de la Palabra, ya
que vivirán Mi Palabra y al vivirla vivirán Mi Divina Voluntad.
191
Todo esto, pequeño, es parte del derramamiento de Mi Espíritu, vuestro Paráclito. Te entregó una
pequeña oración para que pidas el Reinado de Mi Palabra: Amado Padre que el Reino de la Palabra de
Dios venga pronto a nuestros corazones. María, Reina del Reino de la Palabra de Dios, ruega por
nosotros. Amén.
Pequeño, redobla tus oraciones y esfuerzos porque el tiempo es urgente y como el más pequeño de Mis
profetas te he confiado mucho. Te amo, pequeño. El Reino de la Palabra de Dios iniciará, también, con el
cumplimiento de las profecías; mientras el mundo se encarga de una guerra y de una destrucción, el Cielo
pronto vendrá a implantar el Reino de la Palabra de Dios pero en Mi remanente, a quien amo y cuido por
ser pequeño, humilde y sencillo.
El Reino de la Palabra de Dios es vuestra esperanza. Te bendigo. Ten Mi paz. En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, como Vuestra Madre Celestial vengo a protegerlos y a cubrirlos con Mi Manto Inmaculado,
Mi Manto lleno de Amor y de Misericordia. Manto que se extiende también sobre sus familias, por eso
también es necesario que me entreguen a sus familias para que, en Mi Corazón Inmaculado, Yo también
las tenga presentes
Queridos hijos, les invito a la oración. Oren mucho para que a través de la oración se enamoren de Mí
Hijo. Oren, pequeños, y sentirán en vuestras oraciones el Abrazo de Mi Hijo Jesús que tanto les ama.
Sean testimonio de oración para el resto de los hombres que aún no han aceptado el Mensaje del
Evangelio de Mi Hijo.
Mis queridos hijos, intercedo por ustedes. Yo, Vuestra Madre, oro junto a ustedes.
Les invito a meditar y reflexionar en el capítulo 4 del Profeta Jeremías.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis pequeños discípulos, de Mi Sagrado Corazón que tanto les ama, vengo a ustedes para entregarles
Mis Palabras que son Vida y Verdad. Porque les amo, Yo deseo que vivan en la Verdad.
El mundo está inclinado a la mentira, a la comodidad y al egoísmo, pero Yo les muestro un camino de
amor, de servicio y de renuncia, porque es a través del camino del Calvario que cargando sus cruces
junto a la Mía, llegaremos a la gloria de la resurrección.
Por tanto, pequeños, no renuncien y no renieguen de vuestros sufrimientos sino que ofrézcanlos junto a
Mis Sufrimientos a Dios Padre. Porque Mi Sagrado Corazón también sufre, sufre por aquellos que me
odian, sufre por las almas que no me conocen, sufre por la falta de amor en el mundo. Y con vuestras
oraciones, mis pequeños discípulos, dan consuelo y alivio a Mi Corazón y a Mi Madre Dolorosa que sufre
juntamente conmigo.
Pequeños, les amo y quiero que a través de sus oraciones sientan Mi Amor palpitando vivamente en el
Sagrario. Pequeños, Mi Preciosa Sangre pronto triunfará.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón, Fuente de las Gracias y de las Bendiciones que la Santísima
Trinidad envía sobre sus hijos, les llama a que oren e intercedan por el mundo entero.
Mi Corazón Inmaculado es el Refugio del mundo entero, es el Refugio de las familias, de los jóvenes, de
los niños y de los enfermos. Y como Madre Bondadosa llego a todos con el objetivo de acercarlos a Dios
y que abran los corazones al Amor de Dios.
Mis queridos hijos, oren e intercedan por la humanidad, grandes pruebas y calamidades están sucediendo
en muchas naciones pero Mi Corazón Inmaculado es el Refugio para el mundo. Os pido, pequeños, que
pidan siempre el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón para que el Señor, a través de Mi intercesión, envíe
su Espíritu sobre toda la tierra, y las guerras, las calamidades y los abortos acaben.
192
Pequeños, Yo estoy con todos ustedes. Soy la Corredentora y la Medianera de todas las Gracias. Mi
Llamado, hijos, es que sean almas intercesoras, intercedan por todos, por todo el mundo. Les amo y les
bendigo con Mi Bendición Materna, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Inmaculado Corazón, les invito a orar con más fe y sentir en vuestros corazones
la presencia del Espíritu Santo y Mi Amor Maternal, que es el Amor Santo y Divino que sana vuestros
corazones, sana vuestros espíritus y vuestras enfermedades.
Porque el Amor Santo y Divino, que procede de la unión del Espíritu Santo y y de los Corazones Unidos
de la Madre y del Hijo, dan Vida y lo renuevan todo. Por eso, pequeños, entréguense cada día más, oren
más.
Oren para que se enamoren de vuestra misión y acepten Nuestros Llamados de Amor y de Conversión.
Mis pequeños hijos, Mi Corazón Inmaculado se regocija en los corazones pequeños y sencillos que se
abren para alabar a Jesús.
Queridos hijos, Yo nunca les dejo solos y les invito a ser parte, cada día de vuestras vidas, de Mi Ejército
Mariano que espiritualmente lucha por extender el Reino de la Palabra de Dios en el mundo entero. Reino
de la Palabra de Dios que se ha hecho Carne en Mi Vientre y que está ahora Sacramentado en todos los
Tabernáculos del mundo.
Mis queridos hijos, vuestra Madre del Cielo trae el Amor de Dios a sus corazones y sólo a través de la
santa oración, y con el corazón abierto a Mi Hijo, podrán recibir este Amor Infinito del Padre.
Cuando ustedes oran, pequeños, y piden Mi Intercesión Materna, Yo tomo vuestras oraciones en Mis
Manos, como pequeñas rosas, y se las llevo a Mi Hijo, y esas oraciones son purificadas, por Mi
Inmaculado Corazón, del egoísmo, de la mundaneidad, y de la pequeñez humana, conque, a veces,
muchos de Mis hijos hacen sus peticiones; así, pequeños, a estás rosas, que son sus oraciones, les quito
las espinas y se las llevo a Jesús y Él os concede Gracias Espirituales y Celestiales.
Queridos hijos, lo importante no es tener en el mundo sino en el corazón, para que cuando Mi Hijo les
llame, en su corazón, haya mucho amor para Dios, para sus hermanos. Pequeños, sean testimonio de
Mis mensajes en el mundo. Les amo y les bendigo. Pidan siempre en vuestras oraciones Mi
Omnipotencia Suplicante. Y si vuestras oraciones están hechas con sencillez, con amor, con humildad, y
confianza, el Señor se regocijará en ustedes.
Hijitos, recuerden que deben ser pequeños para ser grandes en el Reino de Mi Hijo Jesús. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, intercedo ante Mi Hijo Jesús por ustedes y, a través de Mi Corazón Inmaculado, todas
vuestras oraciones y súplicas son escuchadas por Mi Hijo. Por eso les pido, aumenten más vuestra fe,
crean más en Mi Hijo y perseveren en la oración.
Hijos, oren para que vivan en la Alegría de Jesús, y se llenen de Su Amor y sean testigos en el mundo de
Nuestros Dos Corazones que les aman.
Pequeños, también les invito a tener una tierna y profunda devoción por Mis padres terrenales; San
Joaquín y Santa Ana.
193
Hijitos, el Señor me confió al cuidado de estas dos criaturas que aman mucho al Señor. De Mi madre
Santa Ana aprendí la devoción y la oración profunda, y de Mi padre San Joaquín aprendí a amar la Ley y
los Profetas.
Queridos hijos, estas dos almas fueron las precursoras del Triunfo de Mi Inmaculado Corazón. Yo fui hija
pero Mi Corazón Inmaculado triunfó también en sus corazones.
Hijitos, hoy les pido a pedir por intercesión de Mis padres, San Joaquín y Santa Ana, el Triunfo de Mi
Inmaculado.
Hijos, oren especialmente por todas las familias. Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, el mundo está repitiendo la tragedia que pasó en Belén, cuando Mi Amada Esposa
Virginal y Yo, José, buscábamos hospedaje para el alumbramiento del Niño Jesús y fuimos rechazados.
Sólo en una cueva, pequeña, insignificante, ignorada por todos, fue la testigo de ver a Dios hecho Niño.
Ahora los hombres repiten lo mismo, María y Yo buscamos hospedaje para darles a Jesús, pero muy
pocos corazones abren la casa para que entremos y Jesús pueda cenar con ustedes.
Pequeños, el corazón de los hombres se ha endurecido, nadie cree, nadie obedece, nadie escucha a los
profetas del Señor, excepto unas pocas almas, escondidas, calladas, ignoradas, y a veces, hasta, odiadas
por los demás hombres.
Mientras el mundo se aleja del Corazón del Niño Jesús, invito al Remanente Fiel de la Santísima Madre
acercarse al Hogar de Nazaret, con oraciones y ayuno, y allí recibirán el Amor de una Mamá, de un Papá,
y de un Redentor, es decir, el Amor de Dios; digan 'si' y el Espíritu Santo hará lo demás.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Inmaculado Corazón, intercedo por ustedes, y les pido, en el Nombre de Mi Hijo
Jesús, que entreguen sus corazones al Sagrado Corazón de Mi Hijo, por medio de Mi Inmaculado
Corazón.
Queridos hijos, Mis Llamados de Amor y de Conversión deben producir en sus corazones: Amor y
Confianza; y que todo lo que se ha profetizado no cause en ustedes ni miedo ni inseguridad, porque todo
es parte de un hermoso Plan de Dios.
Ustedes, Mis pequeños, sean testimonio de Mis mensajes, sean testigos del Amor de Mi Hijo, que los
hombres vean en ustedes a Mi Hijo Jesús, y con vuestro testimonio muchas almas se salven.
Pequeños, Mi Hijo, no Me ha enviado al mundo, Me ha enviado a pequeñas almas, escogidas por Él;
siéntanse bienaventurados; vivan en el Amor; practiquen la Paz; sean fuertes contra el Espíritu de las
Tinieblas, que en todo momento hace la guerra a los hijos de la Mujer Vestida del Sol.
Queridos hijos, les animo y lleven la Obra de Nuestros Sagrados Corazones desde el Amor y en el Amor
dará mucho fruto. Yo les amo y les bendigo. La Paz de Mi Hijo se quede en sus corazones. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, soy Jesús el Buen Maestro, Crucificado por Amor a ustedes,
por Amor a la salvación de las almas.
Mi Sagrado Corazón les exhorta a que perseveren en la oración, a que sean fuertes para que me sigan y
acompañen a Mi Sagrado Corazón que místicamente está sufriendo la Pasión de la Iglesia.
Pequeños, deben de reconocer las señales de los tiempos, el ejército de mi adversario asesina a mis
escogidos y servidores. La masonería dentro de la Iglesia destruye la Doctrina que Yo les he enseñado y
194
que no cambia. Y la guerra, que poco a poco se agrava más en todo el mundo, está destruyendo muchas
vidas y el resto de los hombres no se dan cuenta de la urgencia de estos tiempos.
La Pasión Mística de la Iglesia que camina hacia la crucifixión está aquí, sucede ahora y por eso Mi
Madre ha venido preparando un Resto Fiel para que acompañen a Mi Cuerpo Místico y sean fieles como
lo fue Mi Madre al pie de la Cruz.
No dejen de orar, de hacer oraciones de reparación. Oren para que muchas almas aún tengan
oportunidad de ser rescatadas con el precio infinito de Mi Preciosa Sangre.
Convertíos y arrepentíos, es Mi Llamado al mundo entero porque el tiempo del Profeta Daniel, Mi Iglesia,
Mi resto fiel, lo vive ahora, el tiempo de la desolación, de la destrucción de la fe.
Pequeños, estoy con ustedes, les animó a seguirme. Con Mi Preciosa Sangre les doy Mi Bendición, en el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, intercedo por toda la Iglesia ante Mí Hijo Jesús para que Mi Hijo, a través de Mi
Inmaculado Corazón, regale el don de la fortaleza, la fuerza del Espíritu Santo, para que Mis pequeños
hijos fieles se mantengan firmes en este tiempo donde el odio a la fe y a la Iglesia se ha incrementado en
muchos lugares de la tierra; unos pelean por implantar su religión; otros por implantar ideas erróneas;
otros para destruir la imagen de la familia.
Mis pequeños, les invito a todos a la oración, para que con vuestra oración, pidan la fortaleza para toda la
Iglesia Universal.
Pequeños, el Triunfo de Nuestros Dos Corazones está muy pronto para venir a ustedes iniciando con un
Nuevo Pentecostés.
Los sufrimientos que está pasando la Iglesia de Mi Hijo y la tribulación que se acerca deben tomarlos
como purificación por vuestros pecados y los pecados del mundo entero, pero Vuestra Madre Celestial,
Reina del Amor y de La Paz, no dejará solo a ningún siervo de Mi Hijo.
Queridos hijos, Mi Presencia, en medio de ustedes, es un regalo de Mi Hijo Jesús, es un don que deben
valorar, y, por el cual, darle gracias a Dios. Porque con estos Mensajes, Yo, vuestra Madre, les instruyo
por el camino del bien.
Es un deseo de Mi Hijo Jesús que vivan los Mensajes, y que se entreguen de corazón a la oración y a la
adoración del Santísimo Sacramento.
Queridos hijos, Yo, vuestra Madre, con estos Mensajes, les voy guiando poco a poco y mostrando el
camino que deben seguir, para que no se extravíen, y tomados de Mi Mano conozcan y vivan el Evangelio
de Mi Hijo.
Vuestra Madre les anunciará todo, pero, también, todo lo que se les anunciará está en conformidad con la
Hora de Dios. No se adelanten a los hechos y profecías sino que vivan de corazón Mis Mensajes, que es
un Llamado de Amor a la Conversión para la humanidad.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
195
Queridos hijos, los invito a la oración y al ayuno para que sus corazones se fortalezcan. Y a través de la
oración y del ayuno reciban Gracias de Mi Hijo Jesús para vuestras vidas y para la vida de los demás.
Con la oración y el ayuno, también, aprenderán a vivir con la paz del corazón.
Cuando ayunen, ayunen desde el amor, y, así, no sentirán ningún dolor corporal; pero ayunen desde el
corazón, ayunen con amor y no por compromiso. Y cuando oren confíen más, porque Mi Hijo les ha
enseñado que todo lo que pidan en su nombre ya deben tener la confianza que se les ha sido concedido;
por eso, oren.
Recuerden hijos Míos que la oración es confianza. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijitos de la Mamá del Cielo y siervos de Jesús, el Espíritu Santo quiere que les hable a sus
pequeños corazones y les enseñe a través de la Sabiduría que procede de Dios, el camino más seguro
para llegar a Jesús y ser fieles en esta peregrinación.
Queridos hijos, para ser fieles a Jesús deben ser fieles y estar unidos al Inmaculado Corazón de la
Santísima Virgen. Mi Casto y Amante Corazón se mantuvo firme y fiel a Jesús en el camino a Egipto (Mc
2, 13-15) cuando huíamos de Herodes, por medio de Mi Consagración total al Inmaculado Corazón de
María, Mi Amada y Virginal Esposa.
Pequeños, ahora el desierto que debéis cruzar, es un desierto espiritual donde son perseguidos,
humillados, odiados por aquellos que no comprenden las señales de los tiempos, y no creen en las
manifestaciones del Altísimo Padre.
Deben ser siempre fieles al Corazón de Jesús a través de vuestra consagración, entrega, servicio y
fidelidad al Inmaculado Corazón de María, Mi Castísima Esposa, y a través de su Corazón Inmaculado, se
mantendrán firmes en la Voluntad del Señor. Porque en Su Corazón Inmaculado resuena está sola
plegaria: "que se haga Tu Voluntad, Señor". Y la Madre María y Vuestro Protector San José les protegen
y ruegan por ustedes y oramos junto a ustedes.
Sean fieles a pesar de los muchos Herodes que quieren malograr la presencia de Dios en los corazones
de los humildes. Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hermanos y hermanas, les invito a orar por los sacerdotes para que, con vuestras oraciones, los
sacerdotes reciban ayuda y consuelo de parte de sus oraciones.
Mis queridos hermanos y hermanas, el Señor me ha escogido para ser el Santo Protector de los
sacerdotes de estos últimos tiempos que se han consagrado, no sólo como sacerdotes de los últimos
tiempos, sino también como sacerdotes del Cordero de Dios que preparan el Triunfo del Cordero de Dios.
Mis queridos hermanos y hermanas, con vuestras oraciones ayuden a cada sacerdote de estos últimos
tiempos. Y llénense, junto a ellos, del Fuego de un Nuevo Pentecostés.
El Santo Rosario y la Adoración Eucarística renovarán el mundo entero y prepararán para la Era de Paz y
Amor de la Divina Voluntad.
Les entrego la Bendición de Cristo Sacerdote, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Y yo, San Juan María Vianney ruego por todos los apóstoles de los últimos tiempos al Corazón
Eucarístico de Jesús. Paz.
Amados apóstoles de Mi Sagrado Corazón, cuando reverencian Mi Preciosa Sangre reverencian el Precio
de su Salvación; cuando adoran Mi Preciosa Sangre adoran Mi Sacrificio en la Cruz del Calvario; cuando
se sumergen en Mi Dolorosa Pasión, a través de la oración, viven de Mi Infinita Misericordia.
196
Pensar en Mi Dolorosa Pasión, reflexionar en Mis Sufrimientos, adorar Mi Muerte de Cruz, se abre para el
mundo una Fuente Insondable de Misericordia. Por eso, es necesario, pequeños Míos, que piensen más
en Mi Dolorosa Pasión, meditando en Ella, en los relatos del Santo Evangelio, y comprenderán en Mis
Sufrimientos el Gran Amor que tengo por los hombres.
También es un deseo de Mi Sagrado Corazón que el Inmaculado Corazón de Mi Madre sea exaltado y
glorificado, proclamándola Corredentora de los hombres y Mediadora de toda Gracia; cuando el dogma de
la Corredención de Mi Madre sea proclamado se le dará a la humanidad y a toda la Iglesia una Era de
Paz y de Amor.
Oren por las intenciones de Nuestros Sagrados Corazones. Les ama Mi Amor Crucificado. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, no se turben vuestros corazones y pidan siempre la Fuerza del Espíritu Santo y, así,
también, serán transfigurados por el Espíritu Santo, a través del Inmaculado Corazón de Mi Mama
Celestial.
Queridos hijos, oren para que Mi Madre sea enaltecida y conocida como la Corredentora del Redentor y
que su Corazón Doloroso e Inmaculado Triunfe en el mundo entero. Oren por las intenciones de Nuestros
Sagrados Corazones para que puedan realizarse en Divina Voluntad, según el Proyecto de Mi Eterno
Padre.
Mi Amor Eucarístico, que transfigura sus corazones en Mi Amor, les bendice. En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, con Amor Maternal los voy guiando para que en este caminar del Evangelio conozcan
más el Corazón de Mi Hijo y comprendan con Mi Intercesión Materna las Palabras de Jesús.
Queridos hijos, lean la Sagrada Escritura porque en Ella encontrarán, también, las Palabras de Dios a su
pueblo; Mis Mensajes Maternos les recuerdan esas Palabras.
Pequeños Míos, Mi Corazón Inmaculado protege al Pequeño Resto Fiel que camina en las tinieblas de
este mundo; con vuestras oraciones y testimonio de vida sean luz para aquellos que la necesitan.
Hijitos, les animo a seguir en el camino del Evangelio de Mi Hijo Jesús; lean el Capítulo Cinco del
Evangelio de San Mateo. Les ama vuestra Mama del Cielo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Mensaje Materno es vuestra esperanza, porque en Mi Mensaje les anuncio la única
Verdad, a Mi Hijo Jesucristo, que es la esperanza misma de Mi Pequeño Ejército Mariano, que camina en
este éxodo de corazones, que poco a poco se irá incrementando en esta peregrinación, hacia el Reino
Eucarístico de Mi Hijo.
Queridos hijos, les pido que oren mucho y que perseveren en vuestras santas intenciones de orar y
sacrificarse, porque el mundo necesita de oraciones que suban al Cielo y hagan bajar bendición y
misericordia sobre toda la tierra.
197
Pequeños, oren porque los pueblos se están inclinando hacia el Hombre de la Iniquidad, que pretende,
con falacias y engaños, seducir a muchos hombres para arrastrarlos aún más al pecado.
Queridos hijos, estas calamidades que el mundo está viviendo son parte de las profecías ya anunciadas,
los hombres no escucharon al Señor, y ahora el dolor y la desesperación empiezan a esparcirse sobre
muchas naciones de la tierra, pero al final Mi Corazón Inmaculado Triunfará y será la Puerta al Reino
Eucarístico del Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús.
Pequeños, oren; y con vuestras oraciones y vida de piedad preparen sus corazones. Yo no los dejo solos.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Discípulos de Mi Sagrado Corazón, escuchen las Palabras del Buen Maestro que es la Verdad, el
Camino, y la Vida. Pequeños, los dirigentes del mundo y los gobiernos civiles se han dejado corromper
por la Masonería y el Ocultismo para no perder ningún poder humano, y los corazones de los poderosos
se han cegado a la Luz de la Verdad, mientras su pueblo perece de ignorancia y hambre espiritual;
porque los hombres tienen hambre y sed, pero no se dan cuenta que Mi Palabra y Mi Verdad saciará el
hambre y calmará la sed, y entonces engañados siguen, otra vez, el mismo camino de Sodoma y
Gomorra, pervirtiendo los corazones.
Pequeños, es necesario que oren por los gobiernos y dirigentes de este mundo porque aún hay tiempo de
que sean tocados con Mi Misericordia, pero que triste será el Juicio para aquellos que corrompieron a los
pequeños y sencillos; Mi Divina Misericordia espera por toda la humanidad, quiere dar el perdón y la
misericordia.
Oren para que el mundo, mientras haya tiempo, se acerque a Mí con corazón contrito y humillado. A mis
pequeñas ovejas Yo las cuido, guió, y pastoreo hacia el Reino de Mi Padre. Llénense de la alegría de Mi
Amor, mis pequeños rebaños.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Lean el capítulo
seis de la Epístola a los Gálatas.
Queridos hijos, cuando ustedes se consagran al Inmaculado Corazón de la Mama Celestial, el Espíritu
Santo fluye, como ríos de agua viva, en los corazones que se entregan a su Inmaculado Corazón; así fue
Conmigo, en Nazaret, al consagrarme totalmente a Jesús por medio de María, recibí muchas Gracias,
Dones, y Bienes Espirituales y Celestiales.
Cuando un corazón se une al Inmaculado Corazón de la Reina Celestial experimenta la unión con el
Espíritu Santo de Dios y su corazón es abierto, por medio de la Gracia Divina, al Amor Santo y a la
Verdad; todas estas Gracias las recibe un corazón que acepta a María como Madre y se consagra
eternamente a la Mama Celestial.
Queridos hijos, conságrense a su Inmaculado Corazón para que sean, también, parte del Triunfo de su
Corazón Inmaculado en toda la tierra y testigos del Advenimiento del Reino Eucarístico del Sagrado
Corazón de Jesús. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, las Gracias que brotan de Mi Corazón Inmaculado son las Gracias que la Santísima
Trinidad me otorga para dispensarlas a Mis hijos; por eso, pequeños hijos, pidan en vuestras oraciones
que todas las Gracias, que Mi Hijo Jesús quiere concederles, sean otorgadas por medio de Mi Corazón
Inmaculado y, así, pequeños, el Espíritu Santo al ver esa Unción Materna, en estas Gracias, les animará,
les multiplicará, y les hará producir más Gracias Espirituales en sus corazones, a través de Mi Intercesión
Materna; por eso, es muy importante que en estos tiempos, el mundo, la Iglesia, las almas, se consagren,
prontamente, y con urgencia, a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, para que las Gracias del Padre
caigan en toda la humanidad y muchas almas sean salvadas con Mi Omnipotencia Suplicante y
Corredentora.
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El Quinto Dogma Mariano le abrirá al mundo una Puerta de Amor Santo pero, también, el Padre permitirá
la Purificación, para que Mis pequeños fieles gocen, con corazones limpios, del Reinado del Santísimo
Sacramento. Hijitos, Santa Filomena y Santa Clara, ejemplos de amor a la Eucaristía y de consagración a
Mi Corazón Inmaculado, interceden por ustedes. Les amo y les bendigo. Lean al profeta Malaquías, en el
capítulo dos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Sagrado Corazón palpita eternamente en el Santísimo Sacramento; allí, estoy
verdaderamente presente; es Mi Amor que se ha hecho indefenso en un pedazo pequeño de Pan, para
estar con vosotros; pero, también, en este Sacramento de Mi Amor Redentor recibo sacrilegios,
irrespetos, indiferencias, y muchas almas se olvidan de que, también, estoy en el Sagrario, esperando ser
adorado y amado por Mis hijos, a quienes redimí con Mi Sacrificio en la Cruz.
Pequeños soldados del Ejército de Mi Madre, la Conquistadora de los corazones, les hago un llamado a
que no se desanimen, a pesar de las cruces que les corresponde llevar. Mis almas, no caigan en la tibieza
espiritual, porque la tibieza aleja el alma de Dios.
Oren, sean perseverantes en la oración, y escuchen nuestros mensajes, porque, no son para el mundo,
son para el Remanente Fiel, y Yo deseo preparar y educar a Mi Rebaño, pero no se alejen de Mí, porque
si no la oscuridad los va a cegar, extraviar, y confundir. Acérquense a Mi Sagrado Corazón y reciban Mi
Paz, Amor, y Consuelo.
Oren para que muchas almas, con vuestras oraciones, sean rescatadas del Ocultismo, de la Masonería,
del Paganismo; que estas almas, también, sientan Mi Divina Misericordia por medio de sus oraciones. Yo
les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, les invito a orar por toda la Iglesia de Mi Hijo para que el Espíritu Santo la siga guiando,
iluminando y mostrándoles la Verdad del Evangelio de Mi Hijo.
Oren por el Santo Padre porque la responsabilidad es mucha sobre sus hombros y el sufrimiento es
grande. Oren por los obispos y sacerdotes, especialmente por aquellos que creen en Mis Palabras y viven
con amor y fe las manifestaciones del Espíritu Santo, porque estas almas consagradas a Mi Corazón
Inmaculado son las más perseguidas, humilladas, rechazadas, sufridas, porque el enemigo está haciendo
la guerra a los hijos de Mi Amor Maternal. Oren, pequeños, oren siempre por toda la Iglesia, y oren por
todo el Pequeño Resto Fiel de Nuestros Sagrados Corazones.
Queridos hijos, oren por la Iglesia en el mundo entero. A través de la oración, el amor aumentará y vivirán
en paz; pero es necesaria la oración constante, la lectura de la Palabra de Dios, el ayuno, y los
sacramentos.
Yo estoy con vosotros y Mi Hijo Jesús les ama. Les entrego Mi Bendición Maternal; en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, que como apóstoles fieles de Nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Hijo Jesús y Mi
Corazón, se reúnen en torno a Vuestra Mama del Cielo, que les ama y les instruye en la Palabra de Dios;
vean en el Misterio de Mi Dormición, el descanso que el Espíritu Santo da a las almas que en Él esperan
y creen en las promesas de Mi Hijo.
Queridos hijos, en ese estado en el que me encontraba, Mi Hijo me llamó hacia Su Reino y fue Mi
Corazón que subía anhelante y ardiendo de Amor por Jesús; el Amor de Mi Hijo me llevó hacia Él; fue un
arrebatamiento de Amor, de Mi Amor de Madre y de Fiel Esclava hacia el Amor de Mi Hijo y Mi Dios.
Queridos hijos, ahora estoy junto a Mi Hijo, para cumplir más perfectamente Mi Misión de Madre de toda
la Iglesia.
Mis queridos hijos, soy la Mediadora de Todas las Gracias, y todas sus oraciones son entregadas a Mi
Corazón Inmaculado y Yo se las presento a Mi Hijo Jesús; y, desde ahora, estoy en la Gloria del Padre,
velando y protegiendo por cada uno de Mis hijos; no se sientan solos; vuestra Mama camina de la mano
199
con Mi Ejército Fiel hacia el Reino de la Sagrada Eucaristía, donde proclamaremos juntos la grandeza del
Señor.
Queridos hijos, vean en este Misterio de Mi Asunción al Cielo la esperanza de que Mi Hijo les espera,
para que gocemos juntos como la Gran Familia de Dios del Amor Trinitario. Les amo y les bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, con Mi Manto Inmaculado los cubro y los protejo del maligno enemigo para que sean
siempre decididos a decir “sí” a la Voluntad del Señor, y estén dispuestos a vivir la Palabra de Dios.
Cuando viven la Palabra de Dios, las promesas que Ella contiene se hacen realidad en vuestros
pequeños corazones. Y la Palabra de Dios les iluminará, purificará y glorificará, cuando sean llamados por
Jesús.
Mis queridos hijos, subo al Cielo como la Corredentora de las almas, y me reconocen los coros
celestiales, y la creación entera, y mis hijos fieles, como la Medianera de todas las Gracias. Por eso,
pequeños, fui Asunta al Cielo por el Amor de Jesús, Mi Hijo, y junto a Él, Corredentora de su Redención, e
intercedo por toda la Iglesia y por todo Mi Ejército Mariano.
Queridos hijos, Mi Asunción es la derrota de Satanás porque, levantada por Mi Hijo, es humillado con mi
humildad y es cegado por la claridad de la Pureza de Dios en Mi Corazón Inmaculado.
Queridos hijos, oren con alegría, oren con fe y vivan en la esperanza Mis Llamados de Amor y de
Conversión.
Les amo y les bendigo, con Mi Maternal Bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos, como Vuestra Mama del Cielo, hoy deseo enseñarles las cosas del Cielo. Quiero,
también, que ustedes vivan lo que el Sagrado Corazón de Mi Hijo vivió a sus doce años cuando, perdido
por tres días, San José y Yo lo encontramos predicando en el Templo con los maestros de la Ley; cuando
le pregunté porque nos había hecho esto, porque estábamos preocupados por Él, Mi Hijo Jesús
respondió: Debo ocuparme de las cosas del Padre.
Queridos hijos, preocúpense, también, ustedes por las cosas del Padre Celestial, lean la Palabra de Dios
y, a través de la oración y el ayuno, fortalezcan su relación con Dios. Hijitos, las preocupaciones de la vida
no deben sobreponerse con las cosas celestiales, porque recuerden el mandato que dio el Señor en la
Ley a Moisés: Amar a Dios sobre todas las cosas. Y Mi Hijo Jesús les ha enseñado: Busquen primero el
Reino de Dios y todo lo demás, es decir, lo necesario, les será dado por añadidura. Vuestra primera
ocupación debe ser Mi Hijo Jesús, atiéndanlo con amor, escuchen su Evangelio, y acompáñenme a Mí,
Vuestra Mama, al pie de la Cruz, donde está Mi Hijo Jesús, y juntos recibiremos el nuevo Reino
Eucarístico que vendrá a toda la tierra.
Oren y aumenten vuestra fe, con la oración, y con la oración vivan en esperanza los Llamados de Amor y
de Conversión. Vuestra Mama les ama. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de María, al caminar en este desierto espiritual en que todas las pequeñas almas están
pasando, cruzando un umbral de sufrimiento, de dolor, de angustia, deben cruzarlo bajo la sombra de la
Reina Celestial.
Pequeños, el mundo está desértico, árido, infértil en la vida espiritual. No hay interés por la virtud, por la
santidad, por el Amor Santo que viene del Padre y los hombres se alejan, corren tras ídolos, y no se
arrepienten.
200
El pequeño Resto Fiel que ora y persevera, deben interceder por esas almas que no conocen el Amor de
Dios. Jesús conoce vuestras necesidades, problemas y sufrimientos, pero Él les pide que ofrezcan esos
dolores, y junto a estos dolores, ofrézcanse también ustedes mismos para que sean pararrayos de
Gracias y de Misericordia para el mundo entero. Y no tengan miedo de caminar en el desierto porque, al
igual que pasó conmigo, irán acompañados de Jesús y de la Mama Celestial hacia un refugio de Amor, de
Luz y de Paz.
Oren y confíen porque el Triunfo de los Sagrados Corazones de Jesús y de María está cerca. Les amo y
les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Almas de Mi Sacratísimo y Eucarístico Corazón, a quienes he redimido con Mi Muerte en la Cruz, les
muestro la Luz de la Verdad, de la Verdad que se ha encarnado, de la Verdad que ha nacido del Vientre
de la Mamá del Cielo y esa Verdad Encarnada, soy Yo, Jesucristo que soy la Verdad, el Camino y la Vida.
Queridas almas, preparen vuestros corazones con la oración y con el ayuno, y con vuestros corazones
abiertos a Mi Palabra, reciban Mi Verdad. Oren, queridos hijos, para que comprendan la Verdad contenida
en Mi Evangelio. Oren, queridas almas, para que puedan vivir la Verdad que les he enseñado a lo largo
de las Escrituras. Recuerden, queridos hijos, que soy el Verbo Encarnado, y este Verbo es la Verdad
Eterna.
Oren, Mis pequeños apóstoles del fin de los tiempos, para que vivan en la Verdad y preparen sus
corazones para vivir esta Verdad en plenitud en el Reino de la Palabra de Dios, que está muy cerca para
implantarse en amor y con devoción en los corazones que se han preparado. El Reino de Mi Verdad, de
la Verdad del Santísimo Sacramento, está cerca.
Les amo y les doy Mi Bendición Eucarística, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Discípulos de Mi Sagrado Corazón, deseo invitarlos a que vivan en la Aurora del Nuevo Pentecostés.
Pequeños, vivir la Brisa del Nuevo Pentecostés es recibir, discernir, y vivir los Dones de Dios enviados
para estos tiempos.
Queridos hijos, viven en el Nuevo Pentecostés cuando escuchan Mis Palabras, cuando de corazón se
acercan a Mí, cuando con amor se dirigen a Mi Padre en oración. Pequeños, viven el Nuevo Pentecostés
cuando abren sus corazones para recibir al Espíritu Santo por medio del Corazón Inmaculado de Mi
Mama Celestial.
Hijitos, esta Brisa del Nuevo Pentecostés los purifica, los limpia, los prepara para recibir el Espíritu Santo,
en la Era del Reino de Mi Sagrado Corazón, en plenitud, donde serán transformados y llenos de Mi
Espíritu, para hacer junto Conmigo el Pueblo Conquistado, por Mi Sangre Preciosa, que Yo mismo se lo
entrego al Padre.
Queridos hijos, renuévense viviendo en la Fuerza del Espíritu Santo y, en esa vivencia del Nuevo
Pentecostés, recibirán el Triunfo de la Reina de los Apóstoles.
Queridos hijos, les animo a seguir Mis Palabras y hacerlas vida. Les amo y les bendigo. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, oren continuamente y pidan en sus oraciones el Don del Espíritu Santo para que el
Espíritu de Dios haga en sus corazones un Sagrario de Amor a Mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, es importante que oren pidiendo la Fuerza que viene del Espíritu Santo para que actúen
según Su Divina Sabiduría conforme a la Divina Voluntad de Mi Hijo.
Hijitos, en estos últimos tiempos, necesitan la Fuerza del Espíritu Santo para que actúen con radicalidad
en la vivencia del Evangelio que Mi Hijo les ha enseñado.
201
Pidan el Espíritu Santo para que sean testimonio de paz y de amor empezando en sus familias. Pidan el
Espíritu Santo para que reciban la Luz del Cielo y puedan distinguir entre los engaños del enemigo y el
camino recto.
Mi Corazón Inmaculado es la Fuente del Espíritu Santo. Pedid al Espíritu de Dios que, a través de Mi
Corazón Inmaculado, llene vuestros corazones.
Queridos hijos, les doy la Paz. Oren siempre por la Iglesia. Les bendigo, en el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado sigue intercediendo para que sus corazones adquieran el Don
del Espíritu Santo. Queridos hijos, es necesario abrir el corazón al Amor de Dios para recibir la Presencia
del Espíritu Santo prometido por Mi Hijo.
Queridos hijos, cuando el Espíritu Santo esté en ustedes, actuará en ustedes, quitando con su Fuego
Divino las malezas y los defectos, y todo lo que sea opuesto al Amor Santo.
Queridos hijos, y así el Espíritu de Dios hará en vosotros almas puras, almas nuevas. Y formará con Mi
Presencia Materna a Jesús en cada uno de mis hijos, implantará en vosotros la imagen de Jesús. Y el
Espíritu Santo dará a vuestros corazones, un amor tierno y profundo al Corazón Eucarístico de Mi Hijo
Sacramentado.
Y en la lectura de la Palabra abrirá vuestras mentes y corazones para que comprendan que Nuestros
Llamados de Amor y de Conversión, dados al mundo a través de este pequeño portavoz de Nuestros
Sagrados Corazones, están basados en la Sagrada Escritura para guiar a los hombres a una verdadera
conversión.
Queridos hijos, y así lentamente como en un proceso de gestación, sólo que espiritual, el Espíritu de Dios
hará de ustedes verdaderos apóstoles del fin de los tiempos y verdaderos hijos míos.
Pequeños, oro por vosotros. Les amo y les bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Pequeños apóstoles de Mi Corazón Inmaculado, como Reina del Universo y como Madre del Rey, traigo
Mis Manos llenas de Gracias, de Dones y muchas Bendiciones espirituales y celestiales para todos Mis
hijos de parte del Rey, Jesucristo.
Queridos hijos, cuando la Santísima Trinidad me coronó y declaró como Reina de todo lo creado, toda la
creación fue consagrada por Dios Padre a Mi Corazón Inmaculado. La Sangre de Mi Hijo Jesús selló esta
Consagración Eterna y el Espíritu Santo empezó a actuar con más fuerza en las creaturas del Señor,
porque Mi Corazón Inmaculado fue la Puerta que se abrió para que el hombre y Dios se encontraran en el
Amor Santo.
Por eso ahora es necesario que Mis pequeños hijos renueven cada día su consagración a Mi Corazón,
así como hoy la tierra es entregada totalmente a Mi Corazón Inmaculado, Mi Divina Maternidad como
Reina Universal, abraza a toda la creación, especialmente a los hombres, hijos adoptivos del Padre por el
Santo Bautismo.
Queridos hijos, y cuando sus corazones sean de verdad entregados a Mi Corazón Inmaculado, el Espíritu
Santo hará de Mis hijos, verdaderos apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones. El Espíritu Santo
renovará vuestra consagración bautismal y les animará a vivir el Evangelio de Jesús y a reafirmar vuestra
fe en el Divino Redentor.
Queridos hijos, como Reina del Universo les traigo el Don precioso del Espíritu Santo para que habite en
vosotros y les haga verdaderos discípulos del Corazón de Mi Hijo y prediquen con vuestro testimonio de
vida con amor, con humildad, la Buena Nueva de Mi Hijo.
202
La Reina intercede ante el Rey por su Pueblo. Les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, cuando el Espíritu Santo entre en vuestros corazones, reavivará la fe, la esperanza y
el amor, que son las tres virtudes que da Mi Corazón Inmaculado a las almas de los apóstoles de estos
últimos tiempos.
Queridos hijos, y el Espíritu Santo les moverá a actuar en el amor y abrirá vuestros corazones para que,
desde el amor, vivan los dones y los frutos del Espíritu de Dios. Queridos hijos, y así ustedes se
convertirán en piedras vivas del Santuario de Mi Hijo.
Pequeños, con la Unción del Espíritu Santo serán verdaderos apóstoles de los últimos tiempos
encendidos en el celo de amor por la Gloria del Padre y la salvación de sus demás hermanos. Como
apóstoles de los últimos tiempos exaltarán la Eucaristía y amarán el Santo Rosario. Como apóstoles de
los últimos tiempos creerán en el Espíritu Santo que sopla y vive en los corazones consagrados a Mi
Corazón Inmaculado.
Pequeños, les animo a que se levanten y me sigan como mis pequeños apóstoles en este fin de los
tiempos, y llevemos al mundo la Presencia Eucarística de Mi Hijo Jesús.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijitos, Mi Casto y Amante Corazón les invita a acercarse a la Sagrada Familia. En Ella
encontrarán amor, encontrarán consuelo, encontrarán fortaleza, encontrarán la verdadera paz. De la
Sagrada Familia de Nazaret brotan muchos Ríos de Gracia para vuestras familias, y vuestros corazones,
pero Jesús quiere que aprovechen esas Gracias de Amor Santo que son esparcidas sobre vuestras
familias.
Hijitos, es parte de la vida el sufrimiento, los problemas, las inquietudes, las dudas, el desánimo. Es parte
de la vida los contratiempos y los sufrimientos pequeños del hombre.
Hijitos, ofrézcanlos por los pecadores, por las almas que están en peligro de condenarse eternamente.
Ofrézcanlos, como apóstoles de los últimos tiempos, por los corazones inconversos y que no conocen el
Amor de Dios.
Queridos hijos, acérquense a la Sagrada Familia y vivan el Espíritu de Nazaret. Sean sencillos, pequeños,
obedientes… Yo les protegeré como verdadero Padre, María les acompañará como verdadera Madre y
Jesús estará siempre a vuestro lado como verdadero Amigo.
Acérquense a la Sagrada Familia de Nazaret y reciban el Don del Espíritu Santo. Y en esta pequeña
Casita de Nazaret aprenderán a ser verdaderos apóstoles de los últimos tiempos y miembros del
Remanente Fiel de Jesús y de María, del cual Yo fui el primer escogido para servirles a los Dos
Corazones.
Les amo y les bendigo, aumenten vuestro amor y vuestra confianza, en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Oren por toda la Iglesia extendida en el mundo, oren por el Papa Francisco, oren por los obispos y
sacerdotes, oren especialmente por aquellas almas consagradas como ministros de Mi Hijo que no creen
en la Presencia Real Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, oren por los ministros que no esperan
en las Palabras del Señor dadas a través de los profetas de estos últimos tiempos, oren por los ministros
de Mi Hijo que están en el camino del error.
203
Oren por todos ellos, para que con vuestras oraciones sean ayudados, para que reciban el Don del
Espíritu Santo y puedan encontrarse nuevamente con la Verdad de Mi Hijo. Oren por los ministros de Mi
Hijo, los sacerdotes consagrados a Mi Corazón Inmaculado. Oren por los sacerdotes pertenecientes a Mi
Ejército Mariano, oren por los sacerdotes que también son apóstoles en estos últimos tiempos. Oren por
los consagrados y consagradas que son esposas del Corazón de Mi Hijo.
Hijitos, el mundo no debe juzgar a estas almas, ni criticarlas. Deben orar, amar y esperar, deben tener
paciencia y fe, para soportar las pruebas, sufrimientos y dolores. Oren, y con la oración, las almas
consagradas y vuestros corazones se fortalecerán, se animaran en la Fuerza del Espíritu de Dios, serán
verdaderos apóstoles de estos últimos tiempos consagrados a Nuestros Sagrados Corazones.
Hijitos, oren mucho, para que el mundo entienda que debe retornar al Corazón de Mi Hijo antes que los
corazones de los poderosos se llenen de odio y muerte. Hijitos, vean los signos de los últimos tiempos,
todo ya está pasando. Les animo a seguirme. Mi Corazón Inmaculado les protege. Les bendigo en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Sagrado Corazón, les invito a entrar en las profundidades de Mi Corazón. Y en Mi
Corazón, pequeño, encontrarán el amor, la paz, la tranquilidad y la confianza.
Amados míos, no desesperen. Muchas almas cometen el error de decir que Dios los ha abandonado, que
Dios los ha olvidado, que Dios no les perdonará, que Dios está molesto con ellas. No, hijos, ese no es el
Corazón de Mi Padre Celestial. Mi Padre es un Dios de Amor, de Misericordia, de Consuelo. Mi Padre es
un Padre Dulcísimo, es Misericordioso, pero es Justo. Es Padre, pero es Dios.
Queridos hijos, el pecado atrae desgracias, la maldad atrae tristeza, la desconfianza atrae el miedo, y Mis
apóstoles de los últimos tiempos no deben vivir de esa manera.
El Espíritu Santo que se les ha dado les enseñará a vivir, a perdonar, a trabajar por la paz. El Espíritu
Santo hará todo por ustedes, pero confíen en Mi Espíritu. Y así Yo, el Hijo, me glorificaré por la
Intercesión de la Corredentora.
Las guerras, las calamidades, los sufrimientos del mundo, provienen de una causa muy olvidada e
ignorada por la gran mayoría, y es la falta del Espíritu de Dios en los corazones. Oren para que el mundo
sea ordenado en lo establecido por Mi Padre.
Hijitos, no tengan miedo porque todo sucederá para la Gloria de Nuestros Dos Corazones. Les amo y les
bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, hoy les invito a abrir vuestro corazón al Amor, a la Esperanza y a la Fe. Mis pequeños,
estas tres virtudes, regaladas por el Espíritu de Dios, serán vuestra vida y vuestra luz. Con estas tres
virtudes caminarán en el Evangelio de Mi Hijo pisando las mismas Huellas de Jesús de Nazaret.
Hijitos, con la Fe recibirán y creerán en Nuestros Mensajes, con la Esperanza los pondrán en práctica y
esperarán en Nuestras Palabras, con la caridad vivirán Mis Mensajes con amor.
Pequeños, Yo estoy con ustedes e intercedo ante Mi Hijo Jesús por ustedes. Mi Corazón Inmaculado le
sigue pidiendo a Mi Ejército Remanente, pidan insistentemente el Don del Espíritu Santo. Pidan el Don del
Espíritu Santo, para que sean verdaderos apóstoles de los últimos tiempos. Pidan el Don del Espíritu
Santo, para que pongan en práctica Mis Mensajes. Pidan el Don del Espíritu Santo, en vuestros
problemas familiares, económicos, personales. Pidan la Sabiduría del Espíritu Santo y el les revelará, con
Mi Intercesión Materna, la Voluntad del Padre.
Hijitos, no alejen su corazón de Mi Hijo Jesús, sigan orando, sigan ayunando, lean la Palabra de Mi Hijo.
Preparen vuestros corazones para que los eventos profetizados no os sorprendan, pequeños, sino que
con esperanza vivan la alegría de la salvación.
Les amo, Mis niños. Les doy la Bendición de la Santísima Trinidad, en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos, Mi Corazón Inmaculado es vuestro protector cuando vuestra fe y confianza sucumbe, se tambalea,
se estremece; cuando vuestra fe sea probada acudan a Mi Corazón Inmaculado de Madre; cuando
vuestro amor sea rechazado acudan a Mi Corazón Inmaculado; cuando vuestra esperanza se nuble
acudan a Mi Corazón Inmaculado; Yo como Madre os defenderé y protegeré vuestra fe.
Hijitos, la fe es un don precioso de Mi Hijo y Satanás quiere arrebatarles vuestra pequeña fe; por eso,
pequeños, oren, oren, y con la oración alimenten vuestra fe, clamen a Mi Corazón Inmaculado, que en la
Divina Voluntad de Mi Hijo sabré responder; soy vuestra Guardiana de la Fe, y en estos momentos de la
humanidad dominada por la apostasía y el ateísmo práctico, acudan a vuestra Madre, que con fe les
enseñará a hacer lo que Mi Hijo les pide y a tener fe en sus Palabras, pero no dejen a un lado Mi Santo
Rosario, órenlo cada día, a cada instante, que el Avemaría sea una constante alabanza en sus
corazones.
Yo vuestra Madre protejo la fe de Mis pequeños; hijos de Mi Corazón Inmaculado, les entrego Mi
bendición maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Abran sus corazones a la verdad, confíen en las Palabras de Mi Hijo Jesús dadas a ustedes en el Santo
Evangelio.
Mis queridos hijitos, pidan el Don del Espíritu Santo, no actúen a su manera humana, no tomen
decisiones si primero no han consultado con Mi Hijo Jesús en la oración y en la Palabra.
Mis pequeños hijos, no actúen como el resto de los hombres, sean especiales, sean santos, perdonen y
amen. Porque Satanás siempre rondará vuestros corazones para robarles la paz, para hacerles sentir que
Mi Hijo les ha abandonado. Satanás es ruido y escándalo, y las cosas de Mi Hijo son silencio, paz y
rectitud.
Queridos hijos, para que sean apóstoles del fin de los tiempos, actúen y vivan en la verdad, en la
integridad y en la rectitud. Mi Hijo se goza en corazones humildes y no prepotentes, en corazones
sencillos y no orgullosos, en corazones que callan y no escandalosos.
Queridos hijos, como apóstoles, como Mis apóstoles en este final de la era de Satanás y el anticristo,
vivan en amor, en verdad, y no se contaminen por las cosas del mundo. Mis pequeños, con mi ayuda
maternal y el Don del Espíritu Santo, serán auténticos apóstoles del fin de los tiempos.
Les doy Mi Bendición de Madre, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, Yo Vuestra Madre, Reina de la Verdad y de la Sabiduría, les invito,
hijos Míos, a abrir vuestros corazones al Amor de Mi Hijo Jesús y sientan en sus corazones la Presencia
del Espíritu Santo.
Ábranse con amor a la oración, oren en paz, oren en silencio, oren con amor. Las oraciones que se rezan
con velocidad y sin meditar en las palabras que salen de vuestros labios, son oraciones áridas, secas, sin
mérito. En cambio, la oración que se hace con el corazón, es una oración confiada, sincera, pura.
Hijitos, pidan al Espíritu Santo el Don de la oración para que oren con el corazón. Oren sintiendo en
vuestros corazones la oración que pronuncian vuestros labios, oren confiando, oren esperando, oren
amando al Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús.
205
Amados siervos de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, Mi Casto y Amante Corazón, Protector
de los apóstoles de este fin de los tiempos de apostasía y de abominación, Mi Casto y Amante Corazón
quiere revelarles a sus pequeños corazones la importancia del servicio a Jesús y a María.
Cuando se consagran a los Dos Corazones de Jesús y de María, se entregan a una vida de completo
amor, de completa entrega y de santidad, sin importar los sufrimientos, las cruces y el dolor que el mundo
cause. Porque para ustedes, lo primordial debe ser el amor a Jesús y a María, y en este amor, que les
dará el Espíritu de Dios, a la medida en que abran sus corazones y renuncien a vuestras voluntades
humanas, aumentará en vosotros la confianza, el abandono, la fe y la obediencia, y no tendrán miedo de
los múltiples Herodes que salgan a vuestro encuentro para obstaculizar vuestra misión. Porque así como
lo hizo conmigo el Espíritu Santo, inflamará vuestros corazones de amor y de celo por Jesús y María, y no
tendrán temor sino que buscarán en todo la Gloria de los Dos Corazones.
Mi Llamado de Amor es para los apóstoles de los últimos tiempos, entréguense al servicio y a la fidelidad
a Jesús y a María, y el Cielo velará por vosotros y vuestras cosas.
Oren especialmente por las familias, por los jóvenes y los niños. Les amo y les bendigo, en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, les invito a que a través de la oración, constante y confiada, se enamoren de Mi Hijo
Jesús. Cuando vosotros, pequeños, se encuentren con el Amor de Mi Hijo cambiarán vuestras vidas y
serán testimonios de paz y de amor para los demás.
Pequeños, preciso en este tiempo a Mis pequeños apóstoles. Hijitos, sean reflejos del Amor y de la Paz
de Jesús. La paz del mundo está amenazada con una Guerra Mundial y Ataques Nucleares. Muchos de
Mis hijos sufren la persecución y el martirio por ser fieles al Evangelio que Mi Hijo les ha enseñado. Y las
familias están atravesando una gran prueba. Y de esta violencia con la que Mi Adversario está atacando
al Pueblo de Mi Hijo, vuestra única fuerza es la oración y la adoración eucarística. Vayan a los pies de
Jesús Sacramentado y pidan la paz del mundo y la conversión de los pueblos.
Queridos hijos, pidan insistentemente el Don del Espíritu Santo para que con la ayuda y la guía del
Espíritu de Dios encuentren luz en vuestros problemas, consuelo en vuestras aflicciones, y sean Mis
verdaderos y auténticos apóstoles de Mi Corazón Inmaculado.
Yo vuestra Madre les amo y les bendigo. Oren, hijitos Míos, por la paz. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos siervos de Mi Sagrado Corazón, Yo soy Jesucristo, el Hijo del Eterno y Altísimo Padre, que está
sobre todos y hace brillar el sol sobre justos y pecadores, buenos y malos, enfermos y sanos.
Queridos hijos, abran vuestras almas a Mi Amor Redentor, Mi Amor de Cruz, Mi Amor Humilde, Mi Amor
que Perdona, Mi Amor que ama; abran vuestros corazones, y reciban Mi Amor y sus corazones sean
sanados.
Hijitos, practiquen la humildad de corazón, practiquen la caridad con los hermanos, practiquen el ayuno y
la oración; no tengan miedo de lo que suceda, sino que oren y prepárense, porque el Reino del Santísimo
Sacramento está tocando las puertas del mundo, que se abrirán con poder y fuerza, cuando la
Misericordia de Mi Padre toque los corazones y rectifique las conciencias de los hombres.
El Cordero de Dios es vuestra luz y auxilio. Busquen en Mi Sagrado Corazón Mi Amor que les ama, Mi
Amor que les sana, Mi Amor que perdona, y sean santos practicando Mis Palabras y viviendo Mis
Mandamientos, el resto sobra. Porque para las almas que se han encontrado con Mi Amor lo demás ya no
importa, sino hacer la Voluntad de Mi Padre.
Hijos, les amo y les bendigo con Mi Corazón Eucarístico. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
206
Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, Yo Vuestra Madre de la Palabra Encarnada, Jesucristo, vengo a
vosotros porque necesitan de Mi Presencia y Mi Ayuda Maternal. Hijos, el mundo ofrece a las almas el
camino de Mi adversario, el camino ancho, el camino de la perdición. Y a esto, hijitos, contribuye la
confusión de doctrinas, de falsos profetas y hombres cegados por el pecado, y el pueblo de Mi Hijo, por
ignorancia y falta de oración, se confunden y extravían.
Hijitos, hago un Llamado de Amor a toda la humanidad; regresen al Evangelio que Mi Hijo ha enseñado.
Oren por toda la Iglesia. Amen al Santo Padre. Que vuestra vida sea eucarística. Visiten a Jesús en el
Santo Sacramento de la Eucaristía, en los Sagrarios, y tengan una tierna y profunda devoción por Mi
Corazón Doloroso e Inmaculado.
Pequeños, vivan Mis Mensajes para que vivan en la Verdad. No se preocupen de lo que van a comer, o
como van a vestir, o que harán mañana, preocúpense más bien de las cosas del Cielo preparando los
corazones con oraciones, especialmente la Adoración Eucarística y el Santo Rosario, con ayunos y con la
lectura frecuente de la Palabra de Dios.
Hijos, Mi Corazón Inmaculado os quiere profundamente e intercede ante Mi Hijo por ustedes y sus
peticiones. Les amo y les bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús: Pequeño, únete a Mi Sagrado Corazón y recibe gracias de Amor y de Misericordia para tu vida.
Hijito, hoy es otro día para seguir aprendiendo.
Hijo, sé que son noticias duras y tristes las que hago conocer pero Mi Promesa es viva e incambiable, al
final el Corazón Doloroso e Inmaculado de Nuestra Mamá triunfará y será Puerta del Reinado de la
Eucaristía. En este triunfo final el comunismo mundial caerá, la masonería desaparecerá y el Cordero con
sus Ejércitos Celestiales atará y arrojará al lago de azufre al anticristo, al falso profeta y a Satanás.
Hijo, al final de la noche terrible que pesa sobre la humanidad, brillará el Sol del Resucitado.
Ora por los pueblos, por eso es urgente y necesario la consagración de los pueblos y el mundo a
Nuestros Sagrados Corazones triunfantes. Te bendigo. Bendigo tu misión; une a los pueblos a Nuestros
Corazones Unidos. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos amados de Mi Corazón Inmaculado Mi Presencia Maternal está entre ustedes para enseñarles el
verdadero camino de Mi Hijo: Un camino de amor y de cruz, un camino de salvación eterna; camino que
deben recorrer, iluminados por la luz de la Palabra de Dios, con la Gracia de los Sacramentos de la
Iglesia, y con el Santo Rosario, éste camino es vuestro peregrinar terrenal, camino de silencio, que
necesita paciencia y amor santo para llegar hasta el final, y cuando lleguen a las puertas de la Casa de Mi
Hijo, vuestras manos estén llenas de santas obras, por Dios y por los hombres, y vuestros pies estén
marcados con las huellas que Mi Hijo les dejo en esta tierra; es decir, pequeños, el camino del amor, del
perdón, de la paz, que sólo provienen de escuchar y vivir el Evangelio de Jesús.
Hijos Míos, caminen junto a vuestra Madre para que perseveren y lleguen al final. Hijitos, caminen en
santidad; vuestra Madre les ama y quiere enseñarles a que amen, perdonen, y vivan en paz. Porque si no
viven en paz, en el amor, y en el perdón, el hombre es capaz de destruir al hombre.
Hijos, oren y pidan el don de la paz, del amor, y del perdón. Vuestra Madre que peregrina junto a ustedes
les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y de Conversión del Arcángel San Miguel - 6 Septiembre 2016
Queridos hermanos y hermanas, vuestro protector el Arcángel San Miguel, intercede por ustedes. Y como
uno de los príncipes del Trono Celestial que sirve al Altísimo Padre, yo, San Miguel Arcángel, le pido al
Ejército Mariano, adoración, reparación y desagravio.
Los sacrilegios eucarísticos, la profanación de las cosas sagradas, la destrucción de las Casas del
Señor… está aumentando en el mundo. Y la persecución de la Iglesia de Dios, de las almas consagradas
y de los profetas, ha iniciado porque están persiguiendo, condenando y sacando fuera del Templo, a
Jesús, el Sumo Sacerdote, el Primogénito del Padre y Rey de los Profetas.
Hermanos y hermanas, levanten sus corazones en oración. Pidan perdón por los que no piden perdón.
Adoren al Santísimo Sacramento del Altar. Almas, este es el tiempo que como hijos de la Virgen
Santísima sean soldados valientes, radicales, celosos.
Hermanos y hermanas, el momento de defender la Verdad está aquí. Defiendan a la Verdad, a Jesucristo,
postrándose en oración. Hermanos y hermanas, hagan oraciones de reparación junto al Santo Rosario, al
Sagrado Corazón de Nuestro Amadísimo Jesús, y sean verdaderos soldados del Ejército de María, y que
vuestros corazones se decidan ahora por la santidad, el amor, la entrega… a estos Dos Corazones tan
ultrajados y tan ofendidos por los hombres del mundo.
Es hora de que vosotros se levanten junto a la Mujer vestida del Sol y luchen junto al Cordero de Dios,
empezando con oraciones y ayunos. Les doy la bendición de la Santísima Trinidad, en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Castísimo Corazón, vuestro Protector, San José, les anima a que abran sus
corazones, vivan nuestros mensajes, y trabajen por la Paz.
Pequeños, para que en vuestros corazones, en vuestras vidas, y en vuestras familias, haya Paz: Oren. No
se cansen de orar, de ayunar, de leer la Palabra de Jesús.
Queridos hijos, que en vuestros corazones reine: La humildad, el amor, la esperanza, y la fe. Y no tengan
miedo por las órdenes de los Herodes de este tiempo, sino que sean fuertes en el Espíritu Santo.
Pequeños, les animo a ser mansos con vuestros hermanos, fervorosos para con Dios, y astutos contra los
Enemigos.
Hijitos, busquen el refugio de Mi Casto Corazón, en Él serán protegidos de la persecución, del odio, de la
impureza, del libertinaje del mundo.
Hijos, como Protector del Pueblo de Jesús, les llamo para que unan sus corazones a Mi Casto y Amante
Corazón. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ha venido como una niña de seis años, con un vestido grande rosado, sus manos abiertas, y un
Corazoncito lleno de fuego en su pecho, su pelo suelto color miel brillante, en su manita derecha cuelga
un rosario. Nuestra Mama nos dice:
Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, les invito a honrar los méritos de Mi Infancia. Pequeños, Mi Infancia fue
totalmente consagrada al Señor. Desde que Yo fui dada a luz al mundo por mi madre Santa Ana, fui
dedicada, consagrada y entregada por los brazos de mis padres terrenales a los Brazos de Padre Eterno
para servirle en Su Templo.
Hijitos, desde muy Niña, Yo confiaba, esperaba y creía en el Señor, y oraba por la venida del Mesías
prometido, de la cual la Misericordia de Mi Padre me escogió para ser la Madre del Mesías Redentor.
Hijitos, honren, mediten y contemplen los méritos de Mi Infancia. La Niña María vivió la pureza, vivió la
sencillez, vivió la humildad y sobre todo el Amor Santo.
208
Hijitos, cuando piensen y mediten en Mi Infancia, estas gracias y virtudes les serán comunicadas a sus
corazones por medio de Mis Manos Maternas llenas de muchas Bendiciones para los hombres.
Pequeños, sean también ustedes pequeñitos, no se separen de los Brazos del Padre Altísimo, no se
crean suficientes sino que necesitados de la Misericordia de Jesús.
Que vuestros corazones sean corazones de niños, porque el que se hace como un niño en el espíritu
entrará en el Reino de los Cielos. El Reino de la Divina Voluntad, es el Reino de los corazones pequeños
que se anonadan como el Pan de la Santa Hostia en oblación y sacrificio.
Hijitos, por los méritos de Mi Infancia vivan Mi Mensaje y reciban la Paz. Vuestra Madre, la Niña María, les
bendice, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Jesús está aquí. Tiene en su Pecho la Santa Eucaristía y los Rayos de la Misericordia que brotan de su
Sagrado Corazón en la Santa Eucaristía. Jesús dice:
Almas de Mi Sagrado Corazón, Mi Amor está con ustedes y Mi Misericordia se derrama sin fin en
ustedes.
Hijos de Mi Amor Divino, vean Mi Poderosa Presencia en la Cruz y de Mi Amor Crucificado reciban la
fuerza y la paciencia para cargar con sus cruces. Amados hijos, vean en la Cruz el Amor de un Dios que
espera, de un Dios que ama, de un Dios que sufre los sufrimientos de las criaturas, de un Dios que se
goza en las alegrías de las criaturas, de un Dios que tiene paciencia por los pecados de las criaturas.
Hijos muy amados de Mi Sagrado Corazón preparen sus almas con confesión, ayunos, oraciones,
adoración eucarística, para que reciban el Sello Divino en sus almas y entren Conmigo y Nuestra Mama
Celestial al Reino de la Divina Voluntad que está pronto por llegar. Después de las calamidades que sufre
el mundo, Nuestros Dos Corazones; el de la Mujer que aplasta la cabeza de la serpiente y el Hijo de esta
Mujer vestida del Sol, triunfarán, vencerán y reinarán.
Hijos muy amados, confíen en Mi Amor de la Cruz, confíen en Mi Amor entregado en la Cruz. Les doy Mi
Bendición Eucarística, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Yo Vuestra Madre deseo invitarlos al Amor perfecto y santo, el Amor que da el Espíritu de
Dios a las almas que se abren con fe, a través de la oración, de los sacramentos y en la lectura de la
Palabra de Dios, al Espíritu Santo para que Él haga en vosotros un Nuevo Pentecostés en el Amor.
Hijos, oren por el mundo y por los hombres. No juzguen ni tampoco condenen a los demás sino que con
amor y con discernimiento se conviertan en pequeños soldados de la Paz y del Amor. Pequeños, que los
hombres vean en ustedes un testimonio de amor santo para que los hombres, viendo vuestras obras,
conozcan a Mi Hijo.
Oren pequeños, oren mucho. Pidan el don del testimonio santo, pídanlo con insistencia en estos tiempos
tan caóticos, oscuros y confusos en los que viven, y no tengan miedo que Nuestros Dos Corazones están
con ustedes. Apóstoles de Mi Corazón Inmaculado pidan el don del testimonio santo.
Pidan con fe, oren con fe, adoren a Mi Hijo con fe. Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús: Hijo de Mi Sagrado Corazón, deseo que te hagas pequeño ante Mí; una pequeñez en el amor y en
el abandono total. Pequeño, en este abandono total caminarás al siguiente aposento de las virtudes y
llegarás al santo aposento de la pobreza. Con el don de la pobreza espiritual reconocerás la miseria
209
humana y verás con Mis Ojos tu pequeñez y pecaminosidad. Y te daré Mi Espíritu Santo para que recibas
luz, paz, amor, y Mi Espíritu te purifique.
Pequeño, al ser purificado, por Mi Espíritu, te convertirás en una pequeña hostia de amor. Esta pequeña
hostia, en el Altar de Mi Santísima Cruz, será llevada ante Mi Padre como una ofrenda que se une a Mi
Sacrificio Perpetuo, que clama por la Redención de los hombres. Hijo, esta generación actual precisa de
oración, sacrificio, y penitencia, todo en reparación por los pecados de los hombres de hoy día, tan tibios
y lejos de Mi Amor. Mientras que a ti y a todos los apóstoles de nuestros Sagrados Corazones les invito a
ser una ofrenda de pequeñas hostias entregadas en sacrificio, sólo por amor.
Te bendigo pequeña hostia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos amantísimos de Mi paterno Corazón, Yo vuestro Protector, San José, deseo invitarles a que vivan la
Santidad con mucho amor.
Pequeños, ser Santos es tener alegría en el corazón, pureza en la intención, caridad en el testimonio.
Hijitos muy amados, vivan la Santidad, vívanla con amor. Los apóstoles de los Sagrados Corazones de
Jesús y de María deben vivir en Santidad, en alegría, con amor, viviendo y practicando el Evangelio de
Jesús.
Hijos Míos, mediten en Mis siete Dolores y Gozos, y contemplen, en Mi vida terrenal, Mi unión profunda
con Jesús y con María. Hijos, vean en Mí el primer apóstol de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María; apóstol que vivió la alegría, la Santidad, y el silencio, con amor, no con esfuerzos humanos, sino
con el Amor Santo que viene de Dios. Y con el Amor Santo lograrán vivir las virtudes y la Santidad, para
mayor Gloria de Jesucristo y honra de la Mama Celestial. Como sus apóstoles, vivan en la Santidad, vivan
en la alegría del Evangelio, y con vuestro testimonio declaren que Jesús ha resucitado y está vivo y
verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
María: Pequeño, como la Madre Dolorosa vengo a tu alma. Escribe las palabras de Mi Doloroso Corazón.
Pequeño, he revelado a la Iglesia de Mi Hijo los Siete Dolores y Gozos de Vuestra Mama Celeste. Siete
Dolores y Gozos que Mi Hijo me ha permitido expresar a Su Pueblo fiel. Siete Dolores y Gozos que
revelan a Mis apóstoles los Dolores más sublimes de Mi Amor Maternal y Alegrías Santas en Divina
Voluntad, cómo Medianera y Abogada de los cristianos. Dolores y Gozos que siempre os he pedido que
oren con el corazón.
Cuando meditan con amor Mis Siete Dolores y Gozos se unen a Mi Doloroso Corazón, y sus pequeños
corazones se unen al Corazón de Mi Hijo y a Mi Corazón en el momento más sublime y místico, en el
Monte Calvario, donde Mi Corazón fue traspasado junto al de Mi Hijo por Amor a ustedes.
Pequeños, cada uno de Mis Dolores y de Mis Gozos encierran de una forma mística cada dolor y pecado;
cada alegría y gracia de los hombres. Por eso, Mi embajador, Mis Dolores al igual que Mis Alegrías son
Siete, porque son muchos e infinitos, incontables e incompresibles. Por cada Dolor y Gozo que mediten
obtienen una gracia y una virtud escogidas previamente por Mi Hijo. No olvidéis, pequeños, esta promesa
que os doy. Cuando meditéis Mis Dolores y Alegrías iréis conmigo siguiendo a Mi Hijo.
María: Hijito, es grande Mi Dolor, pero es tan necesaria la purificación… Oren, Mi amado ejército de almas
eucarísticas. Oren por Centroamérica, grandes desastres naturales ocurren y ocurrirán a gran magnitud.
El pueblo no escucha a la Madre, ni a Mis profetas, entonces la creación anunciará y profetizará.
Hijito, ora junto a Mi Corazón y por Mis intenciones, será vuestra ayuda y luz.
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Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, Mi Amor Eucarístico desciende a sus corazones cuando piden al Espíritu
de Dios, a través de la poderosa intercesión del Corazón de Mi Mama del Cielo, morar en ustedes.
Queridos hijos, les invito, contemplen Mi Sagrado Corazón y beban de Él santidad y alegría, porque Mi
Sagrado Corazón es la Fuente del Amor Santo.
Amados hijos, practiquen la santidad, vean la santidad como un don celestial. Hijos, no sean tibios en el
camino de la santidad. Practiquen en este camino el amor y las virtudes, sólo véanme a Mí y no vean a
los hombres, sólo síganme a Mí y no sigan a los hombres.
Les invito a orar por las autoridades civiles y religiosas, pero no pongan en ellas su esperanza sino que
sólo en Mi Sagrado Corazón vean el amor perfecto, la alegría plena y la comunión con Mi Padre.
Hijos, amen a Mi Sagrado Corazón, adoren Mi Sagrado Corazón en la Sagrada Eucaristía, confíen en Mi
Amor y sean santos como Mi Padre y Mi Mama del Cielo también son santos.
Les doy Mi Bendición y cuenten con la asistencia del Espíritu Santo para caminar en santidad. En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, les invito a vivir Mis Mensajes con amor y con alegría. La práctica de
Mis Llamados de Amor y de Conversión a la humanidad son una medicina para las enfermedades del
hombre, y vivir Mis Mensajes es la solución de cambiar el rumbo del mundo y del futuro de la humanidad.
Hijos, en las manos de los hombres está la solución para cambiar los acontecimientos obedeciendo a Mis
Mensajes para cambiar vuestros corazones, o desobedecer e ignorar Mis Palabras y las de Mi Hijo. En las
manos del hombre, el Padre Eterno ha puesto la bendición o la maldición.
Amados hijos, oren para que el hombre escoja la bendición y la vida, viviendo y practicando el Evangelio
de Mi Hijo y Mis Mensajes Maternos. Hijitos, oren, oren mucho para que los hombres cambien de corazón.
Hijitos, acompáñenme en Mis ruegos por la humanidad, oren junto a Mí. Yo les amo y les bendigo.
Pequeños míos, vean a vuestros hermanos que son perseguidos a causa de la fe en mi Hijo Jesucristo,
imiten el valor y la alegría de esas almas en holocaustos; cuantas almas de mártires ha dado esa grey del
rebaño de Mi Hijo.
Pequeños, despierten, despierten ahora, y observen como el Enemigo avanza rápidamente trayendo caos
y destrucción y dejando muerte y paganismo a su paso. Es necesario, hijitos Míos, que sean fuertes en el
Espíritu Santo y no tengan miedo. Vean el ejemplo de los cristianos perseguidos: prefieren entregar la
vida antes que renunciar a Mi Hijo.
Ustedes, hijitos, no tengan miedo, propagad sin descanso los Cenáculos de Oración y hacedlo llegar a las
familias. Quiero que vosotros, apóstoles de los últimos tiempos, sean misioneros celosos, incansables, y
no den tregua a la frialdad; sean verdaderos apóstoles de Mi Amor.
211
Queridos Míos, los quiero activos y en marcha, vayan a evangelizar, propagad por doquier la Obra culmen
de nuestros Sagrados Corazones, sean activos en Mi servicio y no tengan miedo. Sobretodo os pido orad,
orad mucho por los cristianos perseguidos; únanse a Mi Corazón en oración por esas almas, no den paso
al Enemigo.
Despierten, velen y oren, sean Mis apóstoles misioneros. Les amo y les bendigo desde La Salette. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, Yo vuestra Madre Perfecta les invito: abran sus corazones a
Mis Llamados de Amor y de Conversión; tómenlos a pecho, vívanlos, y practíquenlos, para que a través
de los Santos Mensajes y de la Palabra de Mi Hijo aprendan a orar con el corazón y no tengan miedo al
Espíritu Santo, ni a las acciones del Espíritu de Dios en sus vidas.
Amados hijitos, vivan Mis Mensajes y oren con el corazón, para que en sus corazones haya paz y sus
corazones se conviertan en instrumentos de paz en sus hogares y en el mundo.
Hijos muy amados, les invito a todo Mi Ejército Mariano de los Apóstoles de nuestros Sagrados
Corazones: oren; no se olviden de Mis hijos perseguidos; oren por los cristianos refugiados; oren por la
Iglesia que sufre; oren por Mis hijos que sufren la persecución por odio a la fe y a la fidelidad a Mi Hijo
Jesús. Hago un Llamado a todos Mis hijos: oren mucho por los cristianos que sufren.
Hijitos, oren Conmigo, oren con el corazón por la Iglesia que sufre. Les doy Mi Bendición. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Llamado de la Salette
Jesús: Escribe hoy, pequeño, abro Mi Sagrado Corazón. El Divino Salvador sigue revelando sus amores
y dolores, al hombre. Y por el hombre, aún sigo insistiendo porque quiero salvar almas ¿me ayudas?
Jesús: Si, pequeño, ya con tu esfuerzo me ayudas y alivias. Hijo, ven conmigo a la Salette, donde Mi
Madre y yo fuimos enviados por nuestro “Abba” para dar, a través de sencillas almas, un mensaje de
conversión y amonestación. El don de la Salette, es un don de exhortación y conversión. Es un mensaje
de radicalidad y fidelidad, un mensaje fiel y verdadero, un mensaje urgente e importante para este tiempo.
Hijo, Mi Iglesia no sabe que la Salette es una manifestación, matriz de la Era de Mi Madre y es fuente
actual de profecía. Hago una vez más un Llamado por medio de ti, pequeño profeta del Reino de María, a
todos los apóstoles de los últimos tiempos y al Resto Fiel: vivan mi mensaje. Recuerden el Llamado de la
Salette, salgan “ya” a evangelizar con el testimonio y unan a las almas en oración en nuestros cenáculos.
Pidan especialmente por Medio Oriente y el pueblo cristiano. Oren por la Iglesia que sufre. No callen, si
callan las piedras hablarán, digan la verdad. Pequeño te escogí para recordar Mis últimos Llamados al
mundo. No estás solo, no caminas solo, confía y se fiel. Mi Madre de la Salette dice: “Salgan a iluminar el
mundo, apóstoles de los últimos tiempos”.
Te amo, pequeño de Mi Sagrado Corazón, hijo de la Salette. En el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi amor paternal, les invito a que invoquen Mi presencia; Yo, José de Nazaret, estoy
atento a las súplicas de los Apóstoles de estos Últimos Tiempos, y Mi promesa que siempre les doy de no
abandonarlos y de cuidarlos, en el desierto árido que atraviesa el Ejército Mariano, la ratifico, la confirmo,
212
y os la vuelvo a repetir para que no se olviden de que vuestro Patriarca San José también intercede por
ustedes.
Amados Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, oren mucho, pidan que Mi Casto y
Amante Corazón también interceda y proteja a los cristianos perseguidos, a los justos que son odiados
por el mundo, y a las pequeñas almas que son fieles a nuestros mensajes; porque con vuestras oraciones
ayudan mucho al Cielo a llevar a cabo los Proyectos de Dios empezando en sus vidas y luego al mundo
entero; miren Mi ejemplo en Nazaret, dije 'Si' a la Voluntad del Padre y protegí, con Mi vida, la vida de
Jesús y de María.
Hijos, no tengan miedo; oren por el mundo entero, especialmente, por el Rebaño de Jesús, aquel que
está siendo perseguido y martirizado, no se olviden en sus oraciones del sufrimiento de los hombres, que
la oración abra sus corazones, primeramente, a Dios y luego a todos, que vuestras oraciones no sean
egoístas, sino que pidan, oren, intercedan por todos, por todo.
Les doy Mi bendición patriarcal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oren por las personas que les causan daño y ámenlas en la oración. Perdonen en la Cruz, vivan en la
Cruz, amen la Cruz. No teman al Misterio del Calvario, porque en el Calvario está la salvación del mundo.
Y cuando la Cruz triunfe, triunfará en lo alto de la creación. Y levantada por la excelsa Madre de Dios,
triunfará también Su Corazón Inmaculado.
Hermanos y hermanas, para llegar al Reino final del Santísimo Sacramento del Corazón de Jesús, es
necesario primero que vivan ahora en el Reino de la Palabra de Dios. Vivan el Reino de la Sagrada
Escritura y conozcan las Palabras del Padre. Pónganlas en práctica. Amen y sean santos, y viviendo la
Palabra de Jesús podrán vivir su Divina Voluntad manifestada en la Cruz.
Abracen y besen la Cruz. Adoren, amen y mediten en las Llagas del Amado, Jesús Eucaristía. No tengan
miedo al misterio del Amor Crucificado. Sean santos que para eso están en el mundo, para ser santos.
Les doy mi bendición sacerdotal. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Instrumento: San Pío de Pietrelcina y San Juan Bautista María Vianney están presentes.
San Pío de Pietrelcina: Escribe, hijo mío, este apremiante llamado a todos los Apóstoles de los Últimos
Tiempo, Ejército de la Reina Celestial, escuchen y obedezcan: Ha llegado el momento de que iluminen la
tierra, ya que ésta agoniza en la oscuridad de la muerte. Apóstoles de Jesús y de María, salgan con las
antorchas encendidas de la Palabra de Dios a iluminar a este mundo cegado y oscurecido por el denso
humo de Satanás.
Pequeños Apóstoles, salgan, por doquier, a propagar los cenáculos de salvación y de oración, pequeñas
barquillas para rescatar almas y preparar al Ejército del Remanente Fiel a Dios y a Su Cordero. Hijos,
iluminen la tierra con el testimonio de vuestras vidas, viviendo en el Espíritu de la Cruz los Llamados de
Amor y de Conversión, para que desde el amor vivan en santidad.
Llamamos a todas las almas consagradas, sacerdotes, religiosos y religiosas, que son almas apostólicas
del Remanente Fiel, a defender con vuestra vida y ejemplo la Iglesia de Jesús. Ve tú, pequeño, y prepara
el Pequeño Rebaño para que pronto el Pastor os encuentre preparados para guiarlos a las Praderas del
Reino Eucarístico. Apóstoles de los Últimos Tiempos amen la Sagrada Eucaristía.
Hijo te bendecimos y a tu director espiritual. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
213
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, deseo invitarlos a que abran sus corazones con amor y sean testimonios vivos de Mis
Llamados de Amor y de Conversión. Abran sus pequeños corazones para que puedan vivir Mis Mensajes.
Alejen de vuestros corazones la angustia y la desconfianza, el miedo y la tibieza espiritual, que esto sólo
afecta a sus vidas de fe. Abran sus corazones con confianza, sin miedo, sean misioneros de Mis
Mensajes.
Mi Hijo Jesús desea que ustedes sean sus verdaderos Apóstoles de estos Últimos Tiempos que con amor
y con fe vivan Mis Mensajes. Abran sus corazones y vivan de la alegría. Mi Hijo quiere santos, pero
santos que se sientan alegres de sentirse amados por el Padre en el Hijo; santos que conozcan el
verdadero Amor de Dios. ¡Oren! Con vuestras vidas den testimonio a aquellos hijos que no conocen el
Amor de Mi Hijo Jesús.
Sean ustedes instrumentos de amor y de paz en el mundo. ¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! Les doy Mi Bendición
Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Castísimo Corazón, Yo estoy intercediendo por vosotros ante el Sagrado Corazón de
Mi Hijo Jesucristo.
Amados hijos, Mi Casto y Amante Corazón se está volviendo, ahora, el Camino para llegar al Inmaculado
Corazón de la Mama Celestial. Es en el Camino de San José que serán purificados, transformados, y
guiados, y el Espíritu Santo mostrará a sus corazones lo que deben cambiar; es decir, a las almas que
quieran ser fieles el Espíritu de Dios mostrará lo que agrada y desagrada a Jesús, y, así, sus corazones
serán purificados de los pecados.
Es por eso, hijos amados, que el Cielo revela el Camino de San José y para que viviendo las virtudes
crezcan en amor y en santidad.
Hijos, vivan en paz. Lo primero que deben hacer es controlar vuestras lenguas de los juicios, de las
críticas, de las calumnias, y orar. Pequeños, vivan en paz. No juzguen al mundo. Oren por el mundo.
Conmigo vengan a este Camino Josefino y les enseñaré a amar y servir a Jesús y a María.
Lean, queridos hijos, la Palabra de Dios y practíquenla. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Lean el capítulo cuatro de la Epístola a los Hebreos.
Pequeñas ovejas de Mi Sagrado Corazón, hoy como el Buen Pastor deseo reunir a Mis ovejas en el Redil
de Mi Sagrado Corazón, para que en Él sean alimentados, apacentados, sanados, curados, liberados.
Pequeñas ovejas, déjense encontrar por Mí. Muchas ovejitas cuando me ven, huyen y corren alejándose
aún más de Mí. Ovejitas, ustedes no huyan, déjense encontrar por Mí, que no les de vergüenza que las
vea heridas, que las vea culpables, que las vea desnudas, que las vea con hambre, que las vea
enfermas, porque necesito ver la realidad de sus corazones para poder transformarlos y cambiarlos en la
Voluntad de Mi Padre.
Ovejas de Mis rebaños, vivan en paz, aprendan a vivir en paz. ¿Hasta cuándo dejarán de condenarse
entre ustedes? ¿Hasta cuándo dejarán de catalogar a los demás como peores o pecadores? ¿Cuando
dejarán de ofenderse entre ustedes?
Ovejas, Mis Lágrimas de Buen Pastor se derraman continuamente porque Mi rebaño no vive en paz.
¡Vivan en paz! ámense como Yo les he amado. Dejen ya de condenarse y criticarse porque sólo siguen el
ejemplo de los fariseos y maestros de la Ley. No sean sepulcros blanqueados, ovejitas. Sean humildes,
transparentes, sencillas. Aprendan a amar, a servir, a orar.
214
Mi Mama, la Corredentora desea que vivan su ejemplo de orar, callar, amar y esperar en la Voluntad de
Mi Padre.
Vivan en paz. Es necesario que ustedes, viviendo en paz, reparen por la violencia en la que está sumida
la humanidad. Vivan la unión para que, con la unidad, reparen la división que hay en las familias, en la
Iglesia en la creación.
Les amo y les bendigo. Yo soy el Buen Pastor que da la vida por ustedes en el Santo Sacrificio de la
Eucaristía. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amado pueblo de Mi Corazón Inmaculado, Yo vuestra Madre vengo a ustedes porque me necesitan,
necesitan de la protección de Mi Omnipotencia Suplicante, y necesitan de Mi Presencia como la
Corredentora del mundo.
Amados hijos, la situación del mundo es compleja: Hay confusión y decaimiento moral en los gobiernos,
en la sociedad, en el pueblo de Mi Hijo. El relajamiento espiritual aflige Mi Corazón Inmaculado.
Hijos Míos, ¡cuántas almas se están perdiendo! Millones de almas caen al Abismo, más que en épocas
pasadas. Esta generación, hijos, está muy alejada de Dios. Ustedes,
Mis pequeños apóstoles, oren Conmigo. La Devoción de los Primeros Sábados de cada mes, en
reparación a Mi Corazón Inmaculado, abre en el Cielo Puertas de Misericordia para que muchas almas
sean rescatadas. Amados hijos, la Adoración Eucarística y la Devoción de los Primeros sábados van a
rescatar muchas almas de las Puertas del Infierno.
Hijos Míos, oren mucho. No olviden en sus oraciones a los cristianos perseguidos, al Santo Padre. Oren
por la paz en el mundo y la conversión de los pecadores.
Hijitos Míos, oren para que la naturaleza no les sorprenda. Pequeños, Yo protejo a Mi Remanente Fiel. Yo
estoy con vosotros. Mi Hijo les da Su Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón Materno, deseo que se abran a la paz con Dios. Hijos de Mi Corazón
Inmaculado, reciban la presencia de Dios en sus corazones y en sus vidas a través de la oración. Por eso,
es importante que oren, porque a través de la oración reciben muchas Gracias de Mi Hijo, a través de la
oración obtendrán la paz de corazón, a través de la oración los hombres se reconcilian entre ellos y,
también, con Dios; en la oración el hombre es purificado por el Espíritu Santo.
Hijos Míos, un fruto de la Divina Misericordia de Mi Hijo para la humanidad es el don de la oración, para
que los hombres se encuentren en constante unión con Él, para que unidos a Mi Hijo en la oración sean
receptores del Precio de su Salvación.
Hijitos Míos, Mi Hijo en la Cruz manifestó su Divina Misericordia y la Sangre y el Agua que brotaron de su
Corazón llegaron a todo el mundo pasando a través de Mi Corazón Inmaculado. Mi Corazón Inmaculado
es el canal de la Divina Misericordia a los hombres; la Divina Misericordia de Mi Hijo Jesús llega al mundo
por medio de Mi Corredención Materna. Así, que la oración, hijos Míos, es fruto de la Divina Misericordia y
de Mi Corredención.
Oren, hijos, para que el Enemigo no divida sus familias; oren para que tengan la paz de corazón; oren
para que el mundo sea liberado de la violencia, del odio, y del error; oren por la Iglesia perseguida, por la
Iglesia que sufre.
Les doy Mi Maternal Bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
215
Pequeño, deseo hablarte de los corazones que acogen Mi Divina Misericordia, así las almas
comprenderán lo que significa aceptar el perdón y recibir Mi Amor Misericordioso en sus vidas.
Hijo, cuando un corazón acoge Mi Divina Misericordia es porque ha sentido, como un Don de Mi Espíritu
Santo, el dolor del arrepentimiento; dolor no sólo de la conciencia sino un verdadero dolor de haber
traicionado el Amor de Dios con sus pecados. Al recibir esta iluminación y corrección, el alma necesitada
y herida, guiada por Mi Espíritu, recurre a Mi Corazón a entregar sus maldades y pecados, y reconoce
ante el Cristo-sacerdote sus culpas, las cuales asume humildemente; y recibe Mi Divina Misericordia al
pedir perdón y al dejarse perdonar por Nuestro Amor Trinitario que abraza al alma, la vigoriza e impulsa a
seguir en el mundo pero ya no a vivir según el mundo sino según Mi Palabra, es decir un alma que acepta
Mi Divina Misericordia vive el Reino de Mi Palabra.
Como ejemplo, Manuelito, ve a San Francisco de Asís, “el esposo de la Cruz pobre”, quien después de
arrepentirse, acoger Mi Divina Misericordia y actuar según Mi Espíritu, se hizo evangelio viviente. San
Francisco, el “esposo de la Cruz” fue y es un verdadero heraldo del Reino de la Palabra de Dios. Palabra
que encarnó viviendo el ejemplo de Mi Mamá. San Francisco fue un verdadero misionero que quiso
evangelizar Mi Iglesia y propagar por doquier el Reinado de Mi Palabra haciéndolo con el testimonio y la
renuncia.
Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, como San Francisco “esposo pobre de Mi Cruz”, les invito: vivan con
fuerza y radicalidad el Reinado de la Palabra de Dios. Te amo y bendigo, hijo. En el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Casto Corazón, con Mi Amor y Protección Paternal, deseo invitarlos a que siguiendo
el Camino Josefino hacia los Sagrados Corazones de Jesús y de la Mama Celestial imiten la virtud de la
obediencia. La obediencia consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, porque amando al Padre
evitarán ofender al Señor. Amando al Padre vivirán, obedecerán, y amarán la Ley de Dios, y amando al
Padre en la Santa Obediencia amarán al prójimo como a ustedes mismos, amarán a los hombres, y
vivirán en paz en sus corazones.
Ahora la obediencia, como virtud, se otorga a los Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María como un Don, porque el mundo ya no obedece y vive por el camino ancho de la perdición.
Mis pequeños apóstoles, oren mucho para que la Gracia de la Obediencia sea fructífera en ustedes; oren
mucho por los que escuchan a los profetas y no obedecen el Mensaje de Dios, y oren mucho por aquellas
almas que ni siquiera se acuerdan del Señor. Amados hijos, oren por vuestras tierras serán sacudidas
fuertemente y la naturaleza profetiza en nombre del Señor; oren por vuestros pueblos, para que los
pueblos obedezcan al Todopoderoso.
Hijitos, como el Resto Fiel de San José los protejo y los llevo de Mi Mano al Hogar de Nazaret; el Señor
está con ustedes y les da Su bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, Mi Amor Eucarístico ha venido al mundo por medio del ‘Fiat’ de Mi
Mama Celestial, cuando en el momento de la Anunciación dijo ‘Si’ y se dio el gran misterio de la
Corredención. Mi Madre se hace Corredentora desde que Me encarné en su Vientre Inmaculado a través
del Espíritu Santo.
Hijos Míos, por eso, Yo Soy Jesús el Verbo Encarnado en María Corredentora. Y la más grande
manifestación de la Corredención de Mi Madre es el Santo Rosario, porque en Él meditan la vida de Mi
Madre unida a la Mía, la misión de Mi Mama Celestial unida a Mi misión redentora.
El Santo Rosario es la cadena de salvación y la prenda de la Corredentora que salva muchas almas. Por
el Poder Corredentor que se le ha otorgado a Mi Madre todo es posible para sus hijos: Obtener la paz, la
conversión, detener guerras y desastres. A través del poder del Santo Rosario el mundo puede ser
salvado de sus calamidades, los enfermos pueden ser sanados, los pueblos liberados, las almas del
purgatorio pueden encontrar el descanso.
Oren, hijos Míos, el Santo Rosario continuamente, para que estén unidos a Nuestros Dos Corazones, y, a
través de la oración del Santo Rosario, Dios haga maravillas en ustedes como Mi Madre lo proclama en el
Magníficat; que se alegren vuestros espíritus junto al de Mi Madre al admirar la Gran Misericordia de Dios.
216
Hijos Míos, el Santo Rosario es el cordón umbilical que los une a Mi Mama Celestial y, por lo tanto, es
prenda de salvación. Yo les amo y les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Jesús: Pequeñito, invoca Mi Espíritu Santo para que entiendas con tu corazón Mis Palabras, y Mi
Palabra sea Vida de tu vida.
Instrumento: Amado Jesús, dame ahora Tu Santo Espíritu para acoger Tu Palabra con amor y decir “fíat”
total a Tu Evangelio, y poder vivir en mi corazón el Reino de la Palabra de Dios.
Jesús: Almita, La Primera en vivir en plenitud y perfección el Reinado de Mi Palabra fue Nuestra Mamá
Celestial, que dando un “hágase en Mí” al Ángel del Señor que traía la Palabra de Dios, permitió que la
Palabra se encarnara. Mi Madre es el Trono de la Palabra Encarnada en el Reino de la Palabra de Dios.
En una ocasión me saludaron y me dijeron: “dichoso el vientre que te cargó y los pechos que te
alimentaron”, pero Yo repuse y corregí esta exclamación diciendo: “dichosos los que escuchan la Palabra
y viven la Voluntad de Mi Padre”. Una alabanza imperfecta a Mi Mamá, Yo la convertí en alabanza
perfecta. Ya que Mi Madre, al cargarme en Su Vientre Inmaculado, vivió como ninguna otra criatura la
Voluntad de Mi Padre y con su “Fíat”, alimentaba a la Palabra Encarnada a cada momento. Así fue que,
de una manera más sublime, alabé a Nuestra Mamá, ya que esta Reina y Madre del Verbo ha vivido y
alimentado a la Palabra de Dios. Así, pequeño, dichosos los que son como Mi Mamá Celestial que
escuchan la Palabra, cargándola en su corazón y la nutren haciendo la Divina Voluntad. De esta manera
vivirán aún más unidos al Reinado del Verbo Encarnado.
Te amo y te doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amado hijito y el más pequeño de todos, deseo vivamente expresarte Mi gran Amor.
Bendigo a todos los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones Unidos de estos últimos tiempos.
Bendigo cada alma que ha escuchado Nuestros Llamados de Amor y Conversión. Bendigo el esfuerzo, y
les pido y exijo desde el Amor Santo, den más.
Hijitos, ayúdennos a salvar almas, ayuden a Mi Mamá a llegar a todos los corazones orando para que se
multipliquen por doquier los cenáculos de oración, arcas de salvación.
Tu pequeño, has sido preparado. Ahora, hijo, junto a tus guías espirituales y unido a ellos, debes
evangelizar al Residuo Santo. Hijo, ahora hay que guiar a los que me obedecen, hacia Nuestro Reinado
Eucarístico y el Triunfo Final de la Mujer vestida del Sol.
Hijo, guía y predica al Resto Fiel para que siendo fieles a Pedro, a la Santa Eucaristía y a Mi Mamá
Celestial, rescaten muchas almas del gran engaño de Satanás.
Amado Pueblo Mío, agradece las tantas manifestaciones del Cielo a lo largo del peregrinar de Mi Iglesia.
Agradece, cada manifestación Celestial como un Llamado amoroso a la conversión. Mi Pueblo, no sean
como los leprosos; nueve eran de Mi Pueblo, uno extranjero. El único que recibió con amor, aceptó con fe
y dijo el Fiat de Mi Mamá del Cielo, fue el leproso extranjero que ya sano se me acercó y agradeció.
Hijos, muchas gracias han sido dadas para Mi Iglesia. Muchos míos las han ignorado y desperdiciado
mientras que almas pequeñas y sencillas, insignificantes y ocultas, han acogido las gracias del Amor
Trinitario con fe. Pueblo Mío, agradece, se un rebaño agradecido con su Buen Pastor.
Te amo y te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, soy la Madre de la Misericordia e intercedo ante Mi Hijo Jesús por la humanidad, por todos
los hombres, por todos Mis hijos.
217
Queridos hijos, Yo di a luz al Dios de la Misericordia y por llevarle en Mi Vientre Inmaculado soy el Trono
de la Misericordia de Dios.
Hijos, Mis Manos sangran de dolor por sostener al mundo y no dejar, con Mi Intercesión, que la Ira de Mi
Hijo caiga sobre la creación.
Queridos hijos, Mis Rodillas sangran de dolor al estar suplicante ante Mi Hijo clamando Misericordia por el
mundo entero.
Hijitos míos, Yo sangro como Corredentora, doy Mi Vida y Mi Sangre por la salvación de la humanidad
porque Mi Hijo me ha confiado al mundo al pie de la Cruz.
Hijos, les invito a la penitencia, al ayuno y a la oración. No renieguen de sus sufrimientos, de sus dolores,
de sus problemas… únanlos a Mis dolores maternos y ayúdenme a llevar muchas almas a Jesús, y con
vuestros sacrificios, oraciones y penitencias, salvar muchas almas que aún pueden ser rescatadas del
demonio, del mundo y del pecado.
Hijos míos, oren conmigo. No renieguen de los sufrimientos sino que acéptenlos en el Amor Santo y en la
Divina Voluntad. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, muestro a los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María
el camino que recorrí para llegar al Hogar de Nazaret, este mismo camino deben recorrer los apóstoles,
en estos últimos tiempos, y deben cruzar el mismo desierto para librarse de la persecución y del odio, del
mundo, de Satanás, y esconderse en el desierto, en el desierto en el que también está la Mujer Vestida
del Sol.
Este desierto espiritual que es como un retirarse del mundo, de los placeres, de la comodidad, del
pecado, y vivir en abstinencia, en la penitencia, en la meditación, y en la oración del Corazón Inmaculado
de la Madre y Reina Celestial
Queridos hijos, por eso, ustedes caminen este desierto para que sean fuertes en la fe, inmovibles como
la roca, que a pesar de las tormentas y adversidades no se destruye sino que permanece firme y en pie.
Hijos, por eso, se les ha concedido, por Orden de la Divina Voluntad, que la Mama Celestial se haya
presentado al Apóstol Santiago y le haya mostrado su Santo Pilar, para que en este Pilar, que la Madre y
Reina les muestra y les dona, cimienten sus vidas, cimienten sus corazones, y abrazados a este Santo
Pilar tengan una fe firme, confianza, y obediencia a Jesús y a la Madre del Cielo. Fue en este Santo Pilar
en el que Yo, José de Nazaret, también me abracé y doné Mi Vida para servir a sus Dos Corazones. Por
eso, este Santo Pilar es símbolo de fe, de firmeza, de obediencia, de entrega, y donación a la Divina
Voluntad del Padre Celestial.
Hijos, sean fuertes abrazados al Pilar del Cielo que es el Corazón Inmaculado de la Madre de Dios. Yo les
amo y les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, deseo hablarles de un gran regalo de Mi Divina Misericordia
para toda la humanidad, y es el regalo de la Corredención de Mi Mama Celeste para todos los hombres.
Hijos, Mi Madre escogida por Designio Divino y Eterno ha sido la Corredentora desde el inicio de la
Historia de la Salvación, cuando se profetizó que aplastaría con su Talón Inmaculado a Satanás. Mi
Madre, María, es la Corredentora en Mi Ministerio Salvífico: Al interceder en las Bodas de Caná se reveló
la Omnipotencia Suplicante de Mi Amada Mama y al declararla como Madre de los hombres, cuando
estaba al pie de Mi Cruz, y será la Corredentora asunta al Cielo y coronada como Reina y Madre de todo
lo creado.
Mi Madre, María, es la Corredentora de sus almas y esta Gracia de María Corredentora es el regalo que
salió de Mi Sagrado Corazón cuando manifesté Mi Misericordia a los hombres en la Cruz. Y es por esta
Gracia de Mi Madre que el mundo se salvará, la Iglesia se renovará, y todos los acontecimientos
anunciados son una clara intervención de Mi Madre Corredentora.
218
Hónrenla como la Corredentora y Medianera de todas las Gracias. Les amo y les bendigo, Jesús el Buen
Pastor que ama a Su rebaño: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Instrumento: El Niño Jesús está aquí; tiene sus dos bracitos abiertos, como para recibirnos, y su
Pequeño Corazón de Niño sobre su pecho.
El Niño Jesús nos dice: Pequeños, miren Mi Pequeño Corazón y háganse pequeños como Yo. Mi
Pequeño y Sagrado Corazón fue como un pequeño grano de trigo que se dejo triturar hasta morir, para
ser fecundo y para dar vida.
Pequeños, dejen que Yo pueda tocar sus corazones, para hacerlos agradables a nuestro Padre Abba y
juntos, pequeños, como un gran rebaño de corazones humildes y sencillos hagamos una gran cruzada de
Amor Santo, conquistando almas para Mi Padre.
Pequeños, cuando se reúnen para orar en los Cenáculos de Oración son atendidos por Mi Madre, y, así,
como cuando los hijos visitan a su mamá en la tierra y esta mamá les atiende, les llena de su amor, y les
da toda su protección maternal, así, los pequeños Apóstoles de los Últimos Tiempos, cuando se reúnen
en los Cenáculos de Oración reciben todo el Amor de la Mama Celestial: Son nutridos y alimentados por
Ella misma, abrigados por sus Manos Maternas, acariciados y besados en su Corazón Inmaculado.
Por eso, es importante que los Cenáculos de Oración se extiendan en el mundo entero, para que las
caricias de Mi Madre y su Amor Maternal sanen a la humanidad, y sus Gracias, como la Corredentora,
liberen al mundo del no-amor y del egoísmo. Mi Mama como buena samaritana se acerca a través de su
Ejército Mariano y Eucarístico a las almas enfermas, heridas, y asaltadas por el mundo, el pecado, y el
demonio.
Pequeños, sean también humildes y pequeños como la Esclava de Mi Padre, que fue pequeña como Yo
me hice pequeño y niño en la cruz por Amor a ustedes. Les amo y les bendigo. El Niño Jesús derrama su
Amor Divino sobre la humanidad: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, soy vuestra Madre, la Reina de la Paz, hoy deseo invitarles a que oren por la
evangelización de las familias; oren, hijos Míos, para que las familias tengan en el centro de su corazón a
Mi amado Hijo Jesús, especialmente, demostrando un gran amor a Jesús, en el Santísimo Sacramento
del Altar, y una gran y predilecta devoción a Mi Corazón Inmaculado; a través del Santo Rosario y de la
Santa Misa encuentren la Paz, la Buena Nueva, que Mi Hijo les anuncia y la unión en Mi Corazón de
Madre, que tanto les ama.
Pequeños, como familia, es mi deseo que se unan, que se apoyen, que se sostengan mutuamente; no
vean los defectos del otro, no revelen los defectos del otro, no den espacio a la crítica, a la ira, a la
injusticia, y vivan en Mi Paz. A todos los Apóstoles de los Últimos Tiempos hago la invitación de que vivan
el Amor Santo, para que puedan vivir en Paz: Amor Santo con Dios; Amor Santo entre los hermanos;
Amor Santo en sus propios corazones. Y, así, vencerán a Satanás, que no descansa, que con sus
falacias y mentiras divide las familias; no den cabida al Enemigo, viviendo en la unidad y en la oración
común en familia.
Yo les amo y les bendigo; la Reina de la Paz y Madre de Jesús ruega por ustedes; oren junto a Mí por la
evangelización de las familias en el mundo entero: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
El Instrumento: La Sagrada Familia está aquí presente y traen sus Sagrados Corazones; nuestra Mama
Celestial dice:
219
Queridos hijos, la Sagrada Familia viene al encuentro de la humanidad, porque desea que todos los
hombres conozcan el Amor de Dios; pero, para conocer el Amor de Dios deben tener corazones sencillos,
pequeños, puros; porque un corazón puro ve a Dios y escucha el Evangelio de Mi Hijo.
Queridos hijos, abran sus corazones al Amor a través de la escucha del Santo Evangelio, de la adoración
de Mi Hijo en la Santa Eucaristía, y de la oración frecuente del Santo Rosario; caminen junto a la Sagrada
Familia hacia el Corazón del Padre.
Queridos hijos, para que vivan en Paz ámense unos a otros y vivan los mandamientos que Mi Hijo les ha
enseñado.
Hijitos, la Sagrada Familia intercede por vosotros y les invita a conocer el Amor de Dios; les amamos y les
bendecimos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, escuchen Mis Palabras desde el amor, para que Mi Mensaje
sea fructífero en sus corazones. Los Llamados de Amor y de Conversión de Nuestros Sagrados
Corazones, el de Mi Madre y el Mío, deben ser escuchados con amor, porque sólo desde el amor
recibirán la Unción Divina que estos Mensajes contienen para el Remanente Fiel.
Mis Llamados de Amor y de Conversión son Ungidos en el Amor y los corazones que tengan amor los
escucharán. Y más grandes serán las Gracias para aquellas almas que los vivan y los obedezcan.
Hijos, Mi invitación es que abran sus corazones a Mi Amor, y, con Mi Amor Redentor, recibirán la Fuerza
del Espíritu Santo y también recibirán el Don de la Divina Maternidad de Mi Mama del Cielo.
Hijos, un corazón que Me ama, ama a los demás sin distinción; un corazón que Me ama, vive Mi Palabra
y Mis Mensajes; un corazón que Me ama, vive en Paz.
Pequeños, oren, oren de todo corazón, para que, ya, Mis Apóstoles empiecen a vivir, en el corazón, el
Reinado de Amor y de Paz del Cordero de Dios y de la Mujer Vestida del Sol.
Hijos, los que Me aman viven en Paz. Yo les amo y les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, quiero invitarles a que sean misioneros de Mi Inmaculado Corazón viviendo Mis Mensajes
con amor y obedeciendo Mis Pedidos Maternos, que son revelados a Mis hijos por voluntad de Mi Hijo
Jesús.
Pequeños, sean misioneros y den a conocer con vuestro testimonio de vida Mis Llamados de Amor y de
Conversión al mundo.
Hijos, deseo que todo Mi Ejército Mariano sea misionero dando a conocer Mis Mensajes, difundiendo y
reuniéndose en Mis Cenáculos de Oración, y con la ayuda de todos Mis hijos el Amor pronto triunfará.
Queridos hijos, Mi Gran Deseo es que todos ustedes sean misioneros de Mi Inmaculado Corazón y
tengan a Mi Hijo Jesús Eucaristía en el centro de sus vidas.
San Antonio María Claret ruega por todos los Apóstoles de Nuestros Dos Corazones. Yo les amo mucho y
les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeño heraldo final de Fátima, ora mucho, y hazle saber al pueblo de Jesús y de María que retomen
desde el corazón las oraciones que se les fueron entregadas en la Cova da Iría.
220
Amadísimo hermanito, estamos acercándonos en el Cielo y la tierra a los cien años de Fátima; cien años
de gracias y oportunidades rechazadas por la humanidad; cien años de un mensaje ocultado, rechazado y
perseguido pero cien años de un Amor Maternal que ha llamado a su Ejército para formarse en una gran
Cruzada montada, reparadora y eucarística.
Pequeño pastorcito de almas, el Pueblo de los Dos Corazones Gloriosos de Fátima; María y Jesús Pan
de Vida, debe prepararse para estos próximos días, para recibir estos cien años de gracia con amor, fe y
piedad.
Ayuno, oración, penitencia, lectura de la Santa Palabra y meditación de los Llamados de Amor y
Conversión, confesión y comunión frecuente junto a la adoración eucarística, poniendo gran empeño e
importancia a los primeros sábados de cada mes. Todo esto prepara los corazones para los cien años de
amor y conversión de Fátima.
Hijito, todo el Ejército de los apóstoles de los últimos tiempos, debe prepararse espiritualmente para los
cien años del mensaje de Fátima. Fátima triunfará. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón les muestro el camino al Hogar de Nazaret, pero recuerden, hijos, que
este camino es angosto, porque es un camino de purificación espiritual, y la llave para abrir la puerta del
Hogar de Nazaret es la llave de la Cruz, así, queridos hijos, carguen sus cruces para que al final de este
camino puedan abrir esta puerta, que está abierta para todos, pero no todos se unen a la Divina Voluntad
cargando la amada Cruz.
Hijos, no tiren ni rechacen las cruces porque la Cruz es salvación y hace de los seguidores de Mi Hijo
Adoptivo verdaderos apóstoles.
Hijos, vean el ejemplo de los Tres Pastorcitos de Fátima, sufrieron mucho, tuvieron miedo, fueron
perseguidos y hasta encarcelados, pero, a pesar de ser unos niños, fueron muy valientes, fueron almitas
victimas que se ofrecieron por el mundo.
Hijos, invoquen la intercesión de Lucía, Francisco y Jacinta, para que ustedes, siendo pequeños,
obedezcan los Llamados de Amor y de Conversión; retomen el camino, como el Resto Santo, hacia el
Hogar de Nazaret y en este caminar glorifiquen la Cruz.
Yo les amo y les bendigo; y, así, como Yo bendije al mundo, el 13 de octubre, en Fátima, así, esta
bendición se renueva con Mi Presencia y Mis Llamados de Amor y de Conversión: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo
Cuerpo, Sangre, Alma, y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo verdaderamente presente en todos los
tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los
cuales es ofendido; por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Doloroso e
Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores, la paz del mundo, la santidad de
la Iglesia, y el descanso de las benditas almas del purgatorio. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, Yo, vuestro Maestro de la Misericordia, deseo enseñar a Mis
pequeñas almas a vivir de la Misericordia Eterna.
Hijos, para vivir de Mi Misericordia deben recibirla; recibir Mi Misericordia y no rechazar el Amor y el
Perdón de Dios.
Hijos, las almas al sentirse perdonadas y amadas, por Mí, amarán en la Misericordia a los demás, sin
distinción alguna, como Yo Amo.
Queridos hijos, Yo deseo que sean instrumentos de Mi Divina Misericordia, lleven la Luz de Mi Divina
Misericordia al mundo entero, y sean canales de gracias de Mi Sangre y Agua para la humanidad.
221
Queridos hijos, Mi Divina Misericordia y la Corredención de Mi Mama del Cielo sostienen a la humanidad y
deseo que ustedes, hijos Míos, sean misioneros de Mi Divina Misericordia practicando las obras de
misericordia, espirituales y corporales, y sean corredentores con Mi Madre Corredentora; ayuden a
nuestra Mama a salvar almas. Les amo y les bendigo, no cesen de orar:
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón deseo invitarlos a que sean almas pequeñas, almas
necesitadas de Mi Divina Misericordia, almas sencillas y humildes, almas que estén conscientes de que
Me necesitan, y de que sin Mí no serían nada; más.
Mi Espíritu de Misericordia es derramado sobre ustedes cuando se humillan ante Mi Misericordia; por eso,
hijitos amados, no crezcan en la vida espiritual con las fuerzas humanas, con esfuerzos humanos, sino
que, solamente, abandónense a Mi Divina Misericordia, y Yo los elevaré a las alturas insondables y
desconocidas de la Misericordia de Mi Padre.
Hijos, sólo, háganse pequeños y humíllense, Mi Amor lo hará todo. Les doy Mi Bendición Misericordiosa:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, deseo que abran sus corazones en la humildad, en la
sencillez y en la pequeñez, y así, mis hijitos, conocerán los secretos insondables de Mi Divina
Misericordia. No los conocerán todos de una sola vez sino que como gotas de un rocío de Gracia que cae
sobre sus almas se les irán dando pequeñas gotas de Sabiduría, de Entendimiento, de Amor. Para eso es
necesario tener el corazón abierto; tener el corazón dispuesto; abrirse a Mi Misericordia.
Pequeños, Mi Amor está en vosotros, sólo deben dejarlo actuar, con un corazón contrito y humillado que
al escucharme aceptan Mi Llamado y me deja, a entrar, a compartir con él. No es necesario que me vean
de largo como lo hizo Zaqueo, sino que déjenme hablarles a su corazón. Y cuando ustedes me abran las
puertas, compartiremos aquí y luego en la Mansión Eterna.
Hijos, Mi Divina Misericordia, está dispuesta como un caudal de Gracias para revelarles los Tesoros de
Dios.
Pequeños corazones contritos y humillados, son corazones que han aceptado Mi Divina Misericordia. Yo
les amo y les doy la Bendición de Mi Divina Misericordia. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
El Instrumento: Los Sagrados Corazones de Jesús y de María están aquí, y nos muestran Sus
Corazones.
Hijitos Míos, Mis apóstoles, es necesario que hagan oraciones de reparación con sus familias y ante Mi
Hijo en el Santísimo Sacramento del Altar.
Hijitos, con vuestra vida de oración consuelan Nuestros Sagrados Corazones. Reparen y oren por todas
las almas que rechazan, ignoran, y desobedecen a Mi Hijo y al Gran Amor que Él les tiene.
Pequeños, vivan ustedes en el Amor, practiquen la paz, oren, oren, oren mucho, pidan por todos los
pecadores, especialmente los más empedernidos y entregados directamente al servicio de Satanás, oren
por ellos, para que estas almas sean rescatadas con sus oraciones y con los testimonios de vida.
222
Apóstoles Míos, les doy la Bendición de Mi Hijo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, les invito, queridos hijos, a vivir la virtud del Amor Santo,
para que a través del Amor Santo amen a Mi Padre Celestial, con vuestra mente y corazón, con todas sus
fuerzas, y en ese Amor Santo amen a vuestro prójimo, como a ustedes mismos.
Recuerden, queridos hijos, que en eso se resume la Ley y los Profetas, en el Amor, y viviendo con Amor
las Sagradas Escrituras, poniéndolas en práctica, caminarán en santidad, en firmeza, en la Luz.
Queridos hijos, para ser santos: Amen, lean, mediten, y vivan la Palabra de Dios. Mi Mama Celestial,
Reina de Todos los Santos y Reina de la Palabra de Dios, intercede por todos los hombres de buena
voluntad, para que los que sean tibios sean fervorosos, para que los que son fervorosos sean santos.
Les doy Mi Bendición Misericordiosa: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Yo Vuestro Padre Protector San José, les muestro el Amor de Mi Corazón por el Corazón
de Mi Hijo Jesús. Este Amor, es un Amor que se entrega; es un Amor que se dona sin reservas; es un
Amor que obedece y calla.
Hijitos, Yo también tuve grandes dificultades en la tierra; pruebas muy duras que el hombre, sin la ayuda
del Espíritu de Dios, jamás soportaría. Por eso, amados hijos, invoquen al Espíritu Santo. Estén en
constante oración. Vivan más en el silencio que en el hablar; que en el ruido. Vivan más en la
contemplación que en la distracción del mundo.
Satanás, quiere alejar a la humanidad del Corazón de Mi Hijo. Yo vengo a llamar a la humanidad al
Corazón de Mi Hijo, por medio del Corazón de la Mama del Cielo.
Hijos de la Sagrada Familia, sean fuertes. Vivan en paz. Vean las cruces y los sufrimientos con los ojos
de Jesús, y amarán vuestras cruces y dolores que tienen un valor salvífico. Con vuestros sufrimientos
salven almas, queridos hijos. Aprovechen la gracia de sufrir en el amor.
Yo les amo y les bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Dios Padre está aquí. Trae sobre Sus Manos un Libro y encima del Libro un Cordero.
Dios Padre: Criaturas, soy un Padre Tiernísimo; soy un Padre que ama. No soy el Dios castigador, pero
si soy Justo. No soy el Dios que extermina a los pueblos, pero purifico a las almas. Soy Amor, soy
Justicia. Soy Misericordia y soy Rectitud.
Hijos míos, soy el Padre del Cordero del Sacrificio. Quiero, queridos hijos, que en estos últimos tiempos
de vuestro tiempo, me reconozcan como Dios Padre del Cordero del Sacrificio, porque es el momento de
glorificar y exaltar el Santísimo Sacramento del Altar. Es el momento de que todos los ejércitos del
Cordero de Dios formados por la Mujer vestida del Sol, la Inmaculada, la Dolorosa, Mi Hija y Madre
Vuestra, se alcen y proclamen el Triunfo de Su Corazón Inmaculado, y venga el Reinado Eucarístico del
Cordero del Sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza.
Hijos míos, para vivir el Reino de Amor y de Paz de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, deben
primero vivir ahora el Reino de la Palabra de Dios porque conociendo Mi Palabra, conocerán Mi Voluntad
y vivirán en plenitud Mi Reinado de Amor y de Paz. Primero, hijos míos, está vivir la Palabra de Dios y
poner en práctica las palabras de Mis profetas.
Hijos, como la moneda perdida que se perdió pero que se dejó encontrar, así ustedes, así la humanidad
que está perdida en el mundo, debe dejarse encontrar por la Misericordia que les he manifestado en el
Sacrificio de este Cordero.
223
Soy un Padre Tierno, les amo a todos. Escuchen a Mis profetas. Les doy Mi Bendición. En el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeñas almas, Mi Divina Misericordia junto al Amor Santo son los grandes atributos de la Santísima
Trinidad, y para que las almas reciban y vivan en este espíritu de Amor Misericordioso deben aceptar el
perdón en sus vidas. Quien acepta el perdón, acepta Mi Divina Misericordia, y quien perdona y sirve a los
hombres, vive Mi Divina Misericordia. Aceptar y vivir, es la dinámica de este Amor Misericordioso, porque
no se puede vivir lo que no se ha recibido.
Hijos míos, el Reino de Mi Padre, es un Reino de Amor y de Misericordia, por eso apóstoles míos, reciban
la Misericordia y vivan el Amor Santo para que, desde sus corazones, ya estén viviendo el Triunfo y
Reinado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Hijos, en este tiempo están viviendo el Reino de la Palabra; un tiempo de predicación, de profecías, y de
cumplimiento de las mismas.
Hijos míos, Yo estoy con vosotros. Les doy la Paz. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Porque es necesario, queridos hijos, que oren continuamente. Pero sus corazones deben estar
dispuestos a recibir lo que en oración han pedido, a vivir lo que han pedido.
Queridos hijos, confíen que todo lo que piden en Mi Nombre, por intercesión del Corazón Inmaculado de
Mi Madre Celeste, se les concede.
Hijos, toda oración, toda Santa Comunión, toda obra espiritual, deben hacerla en el Corazón Inmaculado
de Mi Madre. Y lo harán todo en Divina Voluntad porque Mi Madre es la cumplidora perfecta de la Divina
Voluntad.
Hijos, ábranme sus corazones. Hijos míos, anhelen vivir en Mi Amor Misericordioso.
Les doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, deseo invitarles, hijos míos, a que oren por las almas tibias
porque estas almas tibias causan gran dolor al Corazón de Mi Hijo.
Queridos hijos, ábranme sus corazones para que la Llama de Amor de Mi Corazón Inmaculado disipe el
espíritu de la tibieza y sean fervientes, y estén encendidos en el Fuego del Amor Divino.
Hijos míos, alejen la tibieza del corazón, perseveren y sean fuertes. Todos los apóstoles de los últimos
tiempos pidan con oraciones continuas el Don del Fuego del Amor Divino; el Fuego del Pentecostés, para
que estén encendidos en el Amor a Dios, a las almas.
Hijos míos, les doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
224
Queridos hijos, deseo invitarles a que abran sus corazones a Mi Amor Maternal y, con el Amor que viene
del Espíritu Santo, vivan Mis Santos Mensajes.
Queridos hijos, les invito a que sean portadores de la Buena Nueva de Mi Hijo Jesús y proclamen en el
mundo el Reino de su Sagrado Corazón.
Hijos, no teman porque Mi Amor Maternal es más fuerte que el Adversario, que el pecado, que el mundo.
El Amor de Mi Hijo y Mi Amor, que es un sólo Amor Divino, es más fuerte que toda la maldad que hay en
el mundo.
Hijos Míos, oren y vivan en paz. Mi Hijo y Yo estamos con ustedes. Les amo y les bendigo: En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, quiero que oren con el corazón para consolar el Corazón de Mi Hijo, herido y rechazado
por los pecados de la humanidad.
Hijos, conozco vuestros sufrimientos, dolores, las cruces que, día a día, deben cargar; si unen su dolor al
Dolor de Mi Hijo tendrá un valor corredentor, al unirse en la cruz con Mi Hijo, y el dolor que ofrecen traerá
muchas gracias, sobre todo de conversión para sus propias familias.
Hijos, también, el sufrimiento tiene muchas gracias y el sufrimiento que se ofrece rescata almas. Mi
Ejército Mariano debe preocuparse por rescatar almas.
Hijos, ocúpense de las cosas de Mi Hijo y de propagar la devoción a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado.
La Sagrada Familia de Nazaret se encarga ahora de vuestros trabajos.
Hijos, si el mundo obedece a Mis Mensajes muchas almas serán salvadas. Hijos, oren, oren mucho por
toda la humanidad; sus dolores ofrézcanlos para que el mundo se salve. Estoy con vosotros y, como dije
en Fátima, no teman.
Les doy Mi bendición; bendigo lo que han puesto a los pies del Altar. En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón deseo que en sus corazones se renueve el amor, la fe, y la esperanza,
para que, con estas tres virtudes, crezcan en santidad.
Hijos, deseo que conozcan a Jesús; pero, primero, es importante: Amar, conocer, y consagrarse al
Inmaculado Corazón de la Reina del Cielo. Oren, oren siempre por sus familias, invoquen Mi especial
Intercesión sobre vuestras familias; Jesús me ha concedido la gracia de ser protector de las familias en
estos tiempos de tanta oscuridad.
Queridos hijos, vivan la Palabra de Dios y acérquense a adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del
Altar; Él a todos les espera, les muestra el camino para que vengan Conmigo al Santo Hogar de Nazaret.
Les doy la bendición: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Hijos de Mi Corazón Inmaculado deseo que abran sus corazones al Amor de Jesús, Él ofreció su Vida por
Amor a ustedes en la Cruz; ustedes, queridos hijos, respondan al Amor de Jesús: Amando a Jesús,
adorándolo en la Sagrada Eucaristía, leyendo diariamente la Palabra de Dios.
Hijos Míos, oren con el corazón, no perturben sus corazones con el ruido del mundo y los problemas de la
vida, sean instrumentos de paz, de amor, de unidad.
Hijos Míos, es necesario que ustedes sean testimonios y copias vivas de Mi Corazón en el mundo. Si
aceptan y viven Mis Mensajes ustedes se harán instrumentos de tan buena Madre.
225
Hijos Míos, gracias por acoger Mis Palabras con el corazón. Bendigo todos los objetos religiosos: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Divina Misericordia está cayendo sobre todos los corazones que se abren a Mi Presencia Redentora.
Queridos apóstoles, Mi Misericordia es para el mundo entero, todos caben en Mi Sagrado Corazón, todos
son importantes para Mí, todos, incluso el más pecador tiene una Gracia Especial; pero el pecado
envuelve a las almas en oscuridad y confusión; pero todos están invitados a vivir Mi Divina Misericordia.
Este Mensaje de Amor Misericordioso es para el mundo, pero pocas almas escuchan y comprenden lo
que quiero decirles.
Hijos, oren para que comprendan Mis Palabras; oren para que sepan que Yo no juzgo al pecador, si éste
se arrepiente de corazón está invitado a la santidad; oren para que puedan conocer Mi Sagrado Corazón;
oren para que todo el mundo conozca Mi Divina Misericordia. Esta es Mi Invitación: Oren y en la oración
Me comprenderán, porque recibirán Mi Amor, Mi Paz, y Mi Misericordia; pero oren con fe. Yo estoy con
ustedes.
Les bendigo con Amor Misericordioso: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, hoy, abro Mi Corazón para que reciban de Él Mi Amor
Maternal y también la Sabiduría de la Santísima Trinidad.
Mis queridos hijos, apóstoles de los últimos tiempos, disciernan las señales del tiempo y los signos que se
están dando.
Hijos Míos, como ya les he dicho, deben estar preparados en todo momento, porque el día en que Mi Hijo
venga al mundo, vendrá como un ladrón en la noche, sin avisar, así, queridos hijos, como el ladrón que no
avisa y llega a la casa y asombra a los que en ella habitan, así, hijos Míos, vendrá Mi Hijo y encontrará al
mundo de manera inconsciente. El mundo no se prepara sino que se hunde cada vez mas en el pecado y
la desobediencia. Por eso, queridos hijos, Mi Ejército no debe esperar fechas ni días señalados, pues
todo sucederá en la Hora de Dios.
Hijos Míos, Mi Intercesión Corredentora puede cambiar los acontecimientos del mundo, las oraciones
ayudan mucho a la humanidad; pero es necesario la preparación, estar preparados en todo momento.
Hijos Míos, el tiempo, la creación, Mis Llamados de Amor y de Conversión darán las señales para que
estén preparados, perseveren en la oración, oren para que comprendan los signos de los tiempos. Yo
estoy con ustedes.
Les amo y les bendigo. Paz, Paz, Paz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, muestro Mi Amor Maternal en sus vidas, soy Madre de la Misericordia, soy Madre de los
Últimos Tiempos, soy el Corazón Doloroso e Inmaculado, porque Mi Hijo Jesús, así, lo ha querido. Este
Nombre es la Medicina para el mundo de hoy, es el Arca de Salvación para el Resto Fiel, es la Estrella
que guía a la Iglesia en medio de la oscuridad. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es la culminación de
Mis Promesas Maternales y el último llamado al mundo.
Hijos, es necesario la apertura de los corazones, para que, a través de la oración, puedan comprender
Mis Llamados de Amor y de Conversión, que son necesarios para el mundo entero y de vital importancia
para los Apóstoles de los Últimos Tiempos.
Hijos Míos, este Apostolado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos es la última llamada al mundo, para
que reconozcan el Corazón de Mi Hijo a través de Mi Corazón como lo hicieron los primeros cristianos.
226
Hijos Míos, este Apostolado es universal, es para todos, porque como Madre, a través de esta Obra,
recojo la Primicias del Señor, que son todos aquellos corazones que escuchan, obedecen, y viven Mis
Mensajes. Todos están invitados a ser Primicias de Mi Hijo, para ello, Hijos Míos, abran sus corazones y
confíen, confíen, y obedezcan desde el Amor. Mi Divina Sabiduría, es decir, Mi Hijo Jesús, Sabiduría
Encarnada, les asiste con su Santo Espíritu, tengan Paz, vivan Mis Mensajes.
Les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo hablarles a sus corazones, para que sus corazones se conviertan
en otro pequeño pesebre de Belén, donde reciban a Jesús y a María, y den abrigo a los Dos Corazones
que tanto les aman. Amados hijos, en el mundo se está volviendo a repetir el rechazo de Belén cuando Mi
Amada y Virginal Esposa y Yo, siervo de Jesús y de María, buscábamos hospedaje, pero éramos
rechazados. Ahora buscamos hospedaje para Jesús en los corazones del mundo a través de Nuestros
Llamados de Amor y de Conversión, pero muchos corazones cierran sus puertas y rechazan el Amor
Santo que queremos compartir: A Jesús, el Amor Santo.
Hijos Míos, abran vuestros corazones y reciban a Jesús y cuando sus corazones hayan recibido a Jesús
podrán darlo a sus familias, a los demás hombres.
Hijos es necesario aceptar a María como Madre, a recibir a Jesús, a servir y consagrarse a estos Dos
Corazones de Amor, que tanto les aman, para que en la humanidad haya paz y conversión. Pero, hijos
Míos, es una promesa que el Reino de la Sagrada Familia está muy pronto en llegar al mundo; sólo oren,
perseveren, y vivan de la fe.
Les doy Mi Bendición Patriarcal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, deseo, queridos hijos, enviar a sus corazones al Espíritu Santo y construir
en ustedes un santuario para Mi Padre, para que en ese santuario, que es el corazón, se eleve
eternamente en alabanza y sacrificio a la Santísima Trinidad.
Hijos, así como el Padre envío el Espíritu Santo a morar en Mi Madre María, así deseo, queridos hijos,
que a imagen de Mi Madre cada uno de ustedes se deje moldear por el Espíritu Santo y se constituyan un
santuario de amor para la Santísima Trinidad. Sólo hasta que en los corazones del mundo se establezca
el Reinado de la Santísima Trinidad habrá paz.
Hijos, oren para que Yo pueda hacer de ustedes un santuario para Mi Padre.
Oren por la unidad de la Iglesia, por la unidad de todos los cristianos en Mi Iglesia.
Les amo y les bendigo. No se olviden de orar por Mis Intenciones. Paz. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, fui creada para una misión específica, ser Madre del Hijo de Dios, pero como cualquier
criatura tuve padre y madre. Y mi padre San Joaquín, y mi madre Santa Ana, eran fieles cumplidores de
la Ley del Señor, y como correspondía a todo recién nacido primogénito, debía ser presentado en el
Templo por manos del sacerdote al Señor, y consagrar a esa criatura que se presentaba al servicio de
Dios.
Queridos hijos, fui presentada ante el Señor en el momento en que fui tomada por las manos del
sacerdote del templo y presentada ante el Padre fui ofrecida como la Primicia de las primicias, como la
Ofrenda de todas las ofrendas. Y en ese momento, en que fui entregada al Padre Eterno, fui ungida por el
227
Espíritu de Dios para ser la Corredentora de todo el Pueblo de Dios, es decir, la que más perfectamente
estará unida a la misión redentora de Jesús.
Por eso, hijos míos, en el momento de Mi Presentación al Templo, fui la primera Redimida y fui también la
Corredentora, fui la Primicia y la Ofrenda que prepararía el ofrecimiento del mayor sacrificio de Jesús en
la Cruz.
Hijos, ahora, a todo Mi Ejército Mariano, los hijos que me aman y se consagran a Mi Corazón Inmaculado,
Yo los quiero llevar como primicias en reparación y salvación por la humanidad. Hijos, acepten mi
invitación.
Les amo y les bendigo como la Madre de las Primicias. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amen
Amados hijos de Mi Castísimo Corazón, como el Protector del Ejército Mariano deseo también proteger
sus corazones y proteger a sus familias. Queridos hijos, es un deseo de Jesús que Mi Corazón Paternal
proteja a las familias, y las familias, en este tiempo, se consagren a Mi Casto y Amante Corazón, porque
Mi Protección Paternal les protegerá de las insidias de Satanás, de los ataques, de los Herodes de este
tiempo, como lo son: el aborto, el libertinaje, la inmoralidad, la apostasía general en todo el mundo.
Queridos hijos, Satanás está atacando a las familias y lo está haciendo a través de la desunión y en la
falta de la comunión de los corazones de las familias, en un solo objetivo, en Jesús; el enemigo quiere
separar a las familias, separándolas de Jesús. Por eso, sean astutos y reconozcan la división que el
espíritu del mal está poniendo en la mente, en las palabras, en las actitudes, en los corazones. Hijos, oren
por las familias, oren por las familias del mundo entero. El Ejército de María debe prepararse con
oraciones y ayunos y cuentan con Mi Intercesión.
Yo les amo y les bendigo como el Patriarca de la Sagrada Familia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Amados hijos de Mi Sagrado Corazón, Yo deseo revelar a los corazones de todos los hombres el Gran
Amor que tengo por la humanidad. Mi Sagrado Corazón es un caudal de Gracias, es un Templo Divino,
poco conocido, poco amado, y abandonado por los hombres.
Queridos hijos, Mi Sagrado Corazón es un horno encendido en el Fuego del Amor Santo. En Mi Sagrado
Corazón está la plenitud del Evangelio y la riqueza de la Palabra de Dios. En Mi Sagrado Corazón está el
Reino Eucarístico. Y las almas que se dejan seducir por Mi Amor viven, ya, el preludio del Reinado
Eucarístico. Cuando se acercan a Mí en la Santa Comunión reciben las primicias de este Reinado de
Amor y de Paz.
Hijos, conozcan Mi Corazón, profundicen en Mi Sagrado Corazón, mediten cuánto les amo, oren para que
toda la humanidad adore Mi Sagrado Corazón.
Queridos hijos, hoy vengo como la Madre del Verbo Encarnado, Mi Hijo Jesús, el Verbo hecho Carne, la
Palabra de Dios que se ha hecho Hombre y Evangelio viviente, para que la humanidad conozca la Verdad
y creyendo en Mi Hijo se salve.
Hijos Míos, deseo como Madre que en sus corazones haya un amor profundo, real, y comprometido con
la Palabra de Mi Hijo. A causa de la desobediencia, a la Palabra de Dios, el mundo, y todo el género
humano, se perdió, y a causa de la obediencia de Mi Hijo, y de Mi obediencia, muchas almas se
rescataron.
228
Ahora, queridos hijos, en este tiempo, las almas que escuchan la Palabra de Dios y prestan atención
piadosa a Mis Llamados de Amor y de Conversión, dados alrededor de todo el mundo, muchas almas,
aquellas que se consagran a Nuestros Sagrados Corazones, serán rescatadas.
Les pido a ustedes, apóstoles Míos, oren, para que todo el mundo ame la Palabra de Dios. Les amo y les
bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, muestro Mi Corazón a toda la humanidad, la Santísima Trinidad desea que Mi Corazón
sea revelado, conocido, aceptado por todos los hombres; es, por eso, queridos hijos, que obedeciendo a
los Divinos Designios del Señor me he manifestado en muchos lugares de la tierra y enseñado las
Palabras de Mi Hijo, para que los hombres se conviertan, pero muy pocas almas escuchan, Mis Palabras
son rechazadas, Mis profetas son despreciados, y un Resto muy Pequeño de almas son fieles y me aman
de verdad.
Pequeños, deseo que los Apóstoles de Mi Corazón Inmaculado sean siempre buenos; oren, Mis
pequeños, oren por la conversión de muchas almas; hijos, oren para que, también, ustedes se enamoren
de Mis Mensajes Maternos y desde el amor los vivan, enamórense de Mis Llamados de Amor y de
Conversión.
Les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Casto Corazón, deseo invitarles a que oren con perseverancia, para que en cada uno de
ustedes, Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en estos Últimos Tiempos, se
cumplan las Intenciones y Deseos de Dios para la humanidad, pero que estas Intenciones de Dios se
cumplan primeramente en ustedes, para que sean las Primicias de entre los hombres.
Hijos, para que las Promesas de Dios se hagan vida en ustedes imiten Mi Ejemplo en Nazaret: Confiar y
abrir el Corazón, sin temer a lo que implique aceptar la Cruz.
Hijos, miren con esperanza el Reino de Amor y de Paz que está por venir. Hijos, renueven en sus vidas el
Mensaje de Fátima: Penitencia, oración, y conversión. Conságrense, totalmente y frecuentemente, al
Inmaculado Corazón de la Reina Celestial y al Corazón Eucarístico de Jesús.
Pequeños, con los Llamados de Amor y de Conversión actualizamos para la humanidad, hoy, el Mensaje
de Fátima. Hijos, les amo y les bendigo, como el Patriarca de Nazaret: En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento:
Hoy vino la Mama toda vestida de blanco con un manto azul abrochado con un botón de oro sobre su
hombro derecho y con sus manitas abiertas. Con su manita izquierda levantaba el manto hacia un lado.
Tenía un velo blanco y su túnica venía ajustada en su cintura. Dijo que era el consuelo de los afligidos y
me mando rezar un avemaría por las almas afligidas. Hizo la señal de la cruz en el aire y dijo que
bendecía a todo el Apostolado y luego dio el mensaje siguiente:
Que la humanidad afligida, que Mi Ejército Mariano de Mi Remanente Fiel, en sus tribulaciones,
angustias, persecución, aflicciones… encuentren en Mi Corazón Inmaculado el consuelo, la paz, la unión,
la salud, la alegría y la fuerza del Espíritu de Dios.
Queridos hijos, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es el Refugio seguro para las almas y es el Consuelo
de los corazones afligidos. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado será el Consuelo de todas las almas, y de
229
toda la creación, cuando pasen las tribulaciones, la purificación… porque Mi Corazón Inmaculado
triunfará, y consolará a las almas que fueron fieles al Cordero de Dios y a Su Santa Palabra.
Queridos hijos, como el Consuelo de los afligidos les doy la bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento:
Jesús vino como en el Cuadro del Apostolado; con el Corazón Eucarístico Misericordioso en la Cruz.
Debajo de cada una de las Llagas de Sus Manos clavadas en la Cruz, había sendos ángeles con un gran
Cáliz. Uno (cuyo vestido era rosado) estaba debajo de una mano recogiendo la Sangre de la Llaga, y el
otro (cuyo vestido era azul-morado) recogiendo la de la otra mano. Luego Jesús me dijo que tocara Su
Corazón y en la visión me quedaron mis dos dedos con Su Sangre. Entonces me dijo que hiciera la señal
de la Cruz sellándome con Su Sangre: la frente, los hombros, el pecho y mi boca. Luego seguidamente
dio el mensaje:
Hijos, es necesario que todos los hombres mediten también en el final de la existencia terrena, porque la
humanidad, por haber olvidado que al final será juzgada por sus frutos, vive y actúa en el desorden, en la
inmoralidad, en la corrupción. Todos los aspectos del hombre, social, religioso, político… se han
degenerado por el pecado, y esto a consecuencia ha traído la destrucción general de toda la sociedad, y
esa destrucción espiritual se refleja en todos los problemas y tribulaciones que el mundo enfrenta hoy.
Por eso, hijos míos, mis discípulos, ustedes oren por la humanidad, intercedan, porque en esta calamidad
en la que viven muchos, muchas almas pueden ser rescatadas a través de sus oraciones. Intercedan,
sean intercesores ante Mi Desolado Corazón.
Hijos, todos, incluyendo a Mi propia Casa, muchos han abandonado Mi Sagrado Corazón.
Ustedes, oren por ellos, oren por todos. Recuerden, hijos, en meditar Mis Palabras porque son para
vuestra salvación.
Les doy Mi Bendición en el Amor Eucarístico, Jesús Misericordioso que les ama. En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nota aclaratoria:
En la Liturgia de Adviento el rosa significa el gozo por la cercanía del Salvador. Y el morado; indica la
esperanza, el ansia de encontrar a Jesús.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado se regocija y se consuela cuando todo Mi Ejército Mariano me
acompaña, repara y proclama su devoción a Mi Inmaculado Corazón.
Los primeros sábados de cada mes, también son un ancla de salvación para el mundo entero; cada
primer sábado, el Ejército Celestial de los Ángeles, viene a recoger las oraciones de Mis hijos fieles, y
estas oraciones regresan a la tierra en bendiciones y en misericordia. Los primeros sábados de cada mes
y los primeros viernes dedicados al Corazón de Mi Hijo, son días de misericordia, pues estas dos grandes
devociones han detenido el Brazo del Padre.
Hijos, cada primer sábado que se reúnen para orar junto a Mi, como hijos en torno a Su Madre, también
las almas del purgatorio reciben consuelo y compañía, e incluso muchas almas son liberadas por las
oraciones que se ofrecen.
Queridos hijos, que todo Mi Ejército, que todo Mi Remanente Fiel, reavive en sus corazones la devoción
de los primeros sábados a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado y los primeros viernes al Sagrado Corazón
de Mi Hijo Jesús, estas dos devociones son tablas de salvación.
Vuestra Madre que les ama, la siempre Virgen Inmaculada, Santa María de las Gracias les da Su
Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
230
Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 4
Diciembre 2016
Queridos hijos, deseo invitarlos a que, en sus corazones, siempre vivan el Tiempo del Adviento. El
Adviento, hijos míos, significa advenimiento, es decir; la esperanza, la espera de una Venida, de un Rey y
Mesías por venir.
Queridos hijos, todas las almas a Mí consagradas deben vivir un eterno Tiempo de Adviento. Siempre en
sus corazones, queridos hijos, deben estar vigilantes, preparados, esperando la Venida de Mi Hijo.
Queridos hijos, siempre esperen en el Señor, siempre clamen por Su Venida, estén vigilantes en la
oración. Soy la Madre que espera junto a Sus hijos la Venida del Redentor para que, a través de Mi
Corazón, Él establezca en sus corazones Su Reino de Amor.
Hijos, vivan en Adviento, en espera, toda vuestra vida. Estén siempre vigilantes en la oración y
fortalecidos con el ayuno y el sacrificio.
Hijos les doy Mi Bendición Maternal, les anuncio que Mi Hijo está por llegar. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, oren con todo el corazón, para que, a través de la oración, vuestros corazones reciban la
Paz de Mi Hijo Jesús. Queridos hijos, oren en Paz, para que orando en Paz, orando en confianza, orando
y esperando en Mi Hijo, la Paz, también, tenga efectos en su vida ordinaria. A pesar de todas las
tribulaciones de la vida humana,
Mis hijos, con la oración, pueden afrontarlas y solucionarlas en Paz, pero si oran con el corazón, y la Paz
dará incluso la salud al alma y al cuerpo, porque el alma que está en Paz, con Dios y con los hombres, es
un alma sana y limpia y en su vida tendrá Amor y la compañía permanente del Espíritu de Dios.
Por eso, hijitos Míos, Mi Invitación es: Oren, con el corazón, para que tengan Paz y la Paz dará frutos
abundantes de caridad en sus vidas. Yo, la Madre de la Paz y del Amor, les bendigo: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Amados hijos, como Madre Amantísima vengo a tocar sus corazones, Mi Presencia Materna en el mundo
es necesaria, para que muchas almas escuchen las Palabras de Mi Hijo, y se puedan salvar.
Queridos hijos, Yo les invito a que valoren Mi Presencia, a que tomen con mucha seriedad y compromiso
Mis Santos Mensajes.
Recuerden, hijos Míos, que este tiempo son tiempos decisivos, son tiempos para tomar una decisión
seria, firme, y permanente con Jesús o con el mundo, pero de Mis hijos depende la Eternidad. Vuestras
obras, hijos Míos, deben glorificar a Mi Hijo. Y a pesar de todos los sufrimientos de la vida humana, a
pesar de todo el ruido del mundo, a pesar de todas las distracciones, deben evitar que vuestro corazón se
disperse de Mi Hijo, porque el Enemigo está actuando más fuerte en este tiempo.
Por eso, hijos Míos, una forma de reparar y de consolar a Mi Corazón Inmaculado es que tomen con
seriedad estas palabras y que vivan Mis Mensajes.
Hijos, deben dar gracias a la Santísima Trinidad porque me envía a ustedes, me envía a la humanidad, a
enseñarles el Camino de la Verdad.
Hijos, soy la Madre de la Verdad, escuchen Mis Palabras. Les doy Mi Bendición Materna: En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
231
Queridos hijos, la Madre Inmaculada está con ustedes; hijo, y es por esta Gracia de la Inmaculada
Concepción que el Don de la Corredención se ha formado unido al Don de la Inmaculada Concepción.
Soy Corredentora porque soy Inmaculada, sin mancha alguna, y con la pureza de Mi Ser fui dócil a los
Planes del Señor y fui una parte activa, más que ninguna otra criatura, en la Obra de la Redención.
Por eso, hijos Míos, al celebrar Mi Inmaculada Concepción, también, celebran Mi Predestinación como la
Corredentora de la Humanidad, porque, así, lo ha querido el Señor.
Hijos Míos, sigan Mi Ejemplo: Oren al Espíritu de Dios, para que tengan pureza en sus intenciones,
pureza en sus acciones, pureza en sus corazones. Hijos Míos, la pureza es amar, amar a Dios sobre
todas las cosas; pero, también, es amar de verdad, amar con el corazón a los hermanos, para que tengan
ojos de pureza y de caridad con todos.
Hijos Míos, Mi Hijo les invita a que sean fieles devotos de Mi Inmaculada Concepción, un Don que es la
Puerta de la Corredención. Hijos, como la Corredentora, como la Inmaculada les doy la bendición: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón deseo que el mundo entero acepte el Mensaje de Paz del
Inmaculado Corazón de Mi Madre Celestial.
Hijos, las autoridades religiosas rechazan los Mensajes de Amor para el mundo; pero, en Mi Casa hay
almas sencillas, pequeñas, fieles; dentro de Mis Consagrados hay siervos muy fieles, adoradores en
espíritu y en verdad, y enamorados de Mi Mama Celestial.
Por eso, hijos Míos, aunque sea este Pequeño Resto Luminoso de Almas que quieren vivir Mi Palabra en
su plenitud, Yo deseo que vean el ejemplo de Juan Diego, siervo humilde, silencioso, obediente, que
perseveró, tuvo adversidades, pero, no se dejó vencer, porque fue dócil a Mi Madre.
Vean, hijos Míos, Pequeño Ejército de María, este ejemplo y pidan su intercesión, para que ningún
mensaje, ni pedidos de nuestra Madre queden en el olvido, sino que obedeciendo fielmente, en el amor,
al Corazón de Mi Madre vivan sus Planes de Gracia y de Misericordia, para que venga el Triunfo de su
Corazón Inmaculado, así, como triunfó en el pequeño Juan Diego.
Hijos, sean siervos de nuestros Sagrados Corazones, les doy Mi Bendición Eucarística: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, como Padre Adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús y Esposo Virginal
de la Reina del Cielo, deseo hablar a sus corazones, corazones consagrados a los Corazones de Jesús y
de María, en este tiempo espiritual, que la humanidad está atravesando, se vive un tiempo de adviento,
pero, también, un tiempo de rechazo. La Madre Celestial junto a Mi Casto Corazón buscamos hospedaje
en el belén, frío, indiferente, de la humanidad. La mayoría de los corazones rechazan y se niegan a
recibirnos. Pero hay corazones fieles que son los que están escondidos en silencio, odiados por los
demás hombres, rechazados por el mundo, perseguidos por los Herodes actuales, pero, a pesar de tanto
desierto, son fieles y abren sus corazones, para darnos hospedaje, y que nazca Jesús.
Ese Pequeño Resto Fiel de los Corazones sufre soledad, tristeza, pruebas, que son purificaciones para
limpiar el corazón de todas las espinas y hierba mala, para que, en su lugar, crezca hierba y pasto,
frescos, suaves, para recostar al Niño Jesús en un corazón limpio, lleno del Espíritu de Dios.
Pequeños Corazones del Remanente Fiel sean firmes, valientes, decididos, juntos, con la Madre Celestial
y Yo, llegaremos hasta la Gruta Santa de Belén. Sigan a Nuestros Corazones, no se desvíen; porque el
ruido, la perturbación, el escándalo, el desorden, abundan en el caminar. Sigan la antorcha encendida de
Nuestros Santos Mensajes de Amor y de Conversión.
El Espíritu Santo protege a los Corazones del Remanente Fiel y, en su nombre, les doy Mi Bendición
Patriarcal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
232
Queridos hijos de Mi Sagrado Corazón, les invito a que dirijan su mirada hacia el mundo, observen bien
como vive, como actúa, como camina el hombre del mundo. El ruido, la distracción, la ignorancia y la falta
de amor. El Amor que proviene de Mi Espíritu Santo está exento en los corazones, pero es que Mi
Espíritu respeta la libertad del hombre. Mientras muchas almas pudieran, en este momento, escuchar Mis
Palabras, prefieren el mundo; sus distracciones, la dispersión… porque el demonio de la acedia espiritual
está actuando; el demonio sordo y el demonio mudo han hecho que muchas almas se olviden de Mí.
Me dirijo a vosotros, pequeñas almas fieles, que me están oyendo y se reúnen para adorar y reparar:
sean fieles, sean Mi pequeño Remanente Fiel. Oremos juntos y ofrezcámonos juntos, como sólo el
Espíritu Santo lo puede hacer; uniéndolos a ustedes a Mí y, como una sola Víctima, entreguémonos a
Nuestro Padre para Su Mayor Gloria, para consolarlo, también para librarlos a ustedes del gran castigo
que caerá sobre el hombre de iniquidad.
Ustedes, pequeños, amen mucho. Ámense en la Caridad, ámense en Mi Corazón, porque la Caridad nos
unirá a Nuestro Padre. Yo deseo que oren por Mis Intenciones. Siempre oren por Mis Peticiones.
Estoy con ustedes. La Paz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, deseo que mediten en la entrega perfecta de Mi Hijo Jesús, Él que se hizo tan pequeño,
que se hizo uno de nosotros, miren a Mi Hijo con el corazón, se ha hecho un Niño atado a la Cruz y este
Niño Crucificado salvará a la humanidad. El Corazón de Jesús Niño es la fuente de la Divina Misericordia.
Este Corazón tan pequeño, pero tan grande, tan sencillo, pero poderoso, tan puro, y es la fuente de la
Eterna Sabiduría, es el Corazón que salvará a la humanidad, y solamente a través de Mi Corazón
Inmaculado sus corazones pueden llegar a unirse al Corazón del Niño Jesús, al Corazón del Niño
Crucificado.
Queridos hijos, los invito a vivir en paz, tengan paz en sus corazones, para que haya paz en su contorno
con los demás hermanos, porque si en sus corazones no hay paz, no podrán dar la paz a ninguno de sus
hermanos. Es voluntad de Mi Hijo que en ustedes habite la paz, para que haya paz en la tierra, para que
haya paz en los corazones de buena voluntad.
Hijos, amen Mi Presencia de Madre, amen Mis Mensajes, Yo la Madre del Niño en la Cruz les bendigo: En
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Corazón Paternal, les invito nuevamente a recorrer este caminar josefino; el camino de amor,
de servicio, de entrega, de consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Queridos hijos, un deseo del Cielo: que como apóstoles de estos Sagrados Corazones se den cuenta y
comprendan que, estar en el servicio de Sus Dos Corazones, es un camino de transformación, es un
camino de purificación, es un camino de perfección espiritual. Mientras van avanzando en este caminar,
ustedes deben ser dóciles y dejarse ir moldeando por el Espíritu de Dios; perdonar las ofensas, pedir
perdón, orar sin cesar, la lectura diaria de la Santa Palabra, el ayuno, la oración, los sacramentos.
Queridos hijos, ser apóstol de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, es ser dóciles también a las
acciones del Espíritu Santo en los corazones. Recuerden que me turbé ante aquello que me reveló la
Señora, al conocer que concibió al Hijo de Dios, pero aún no me había sido revelado el Misterio, pero el
Espíritu Santo me invitó a escucharlo y aceptar el camino que me proponía, y lo hice porque estaba
enamorado y sigo enamorado de la Pureza de la Inmaculada.
Así, queridos hijos, ustedes deben escuchar Nuestras Santas Palabras y ser dóciles. Pocos nos van a
escuchar, pocos serán fieles, de ahora en adelante nos seguirán los corazones dispuestos, valientes,
fieles.
Queridos hijos, estoy con vosotros, y como las primicias que son, con sus oraciones impulsen el
Advenimiento del Reino de Jesús por medio del Triunfo del Inmaculado Corazón de la Madre Celestial.
El Cielo les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
233
Llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón del Niño Jesús - 23
Diciembre 2016
Queridos hijos de Mi Padre, Mi Pequeño Corazón se llena de gozo y de amor cuando las almas se reúnen
para adorar a la Santísima Trinidad es por eso, queridos hijos, que envío Mi Invitación a todos los
corazones fieles, que me aman, para que, en estos tiempos, se reúnan en pequeños pesebres, pesebres
elaborados con amor, pesebres que son pequeños cenáculos de oración. ¡Qué la humanidad encuentre
en Mis apóstoles un pesebre caluroso, un pesebre acogedor, un pesebre de unión y de fraternidad!
Les pido, queridos hijos, que aunque vean las malas obras de los hombres no juzguen ni, tampoco,
condenen, porque eso, solamente, le corresponde a Mi Padre, ustedes, más bien, oren, oren por los
hombres, pero no los critiquen, para que en sus corazones no se albergue la cizaña y el pecado; Satanás
es astuto y quiere sembrar discordia, de los justos hacia los pecadores, no es así, queridos hijos, los
justos deben orar y ayudar a los pecadores.
Hijitos, sean como Mi Madre y Mi Padre San José que, aunque fueron rechazados y humillados en Belén,
sufrieron todo con paciencia, imploraron a Mi Padre, y el mejor lugar para que Yo naciera fue un pequeño,
acogedor, y puro pesebre, de una cueva tan oscura que recibió Mi Luz y, la Luz de Mi Madre
Corredentora, se expandió esa Luz hacia todos los pueblos de la tierra. Vine a salvar al mundo, no para
condenarlo.
Oren, amen, esperen, confíen en Mi Corazón. Yo, el Niño Jesús, le pido a Mi Abba Padre que les
bendiga. Con Mi Corazón en Mi Mano les quiero demostrar cuanto les amo. Jesús nos dará su bendición
con su Corazón: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Adoro Tu Corazón de Niño Jesús, que has bajado del Cielo, que has dejado la Gloria de
la Santísima Trinidad gloriosa y reinante para traer esa Presencia Trinitaria a la tierra. Te adoro y te doy
gracias por hacerte pequeño, frágil creatura, creatura y creador, hombre y Dios. Gracias, Niño Divino,
Infante Redentor, por demostrarme Tu Amor haciéndote también uno como yo, igual a los hombres,
menos en el pecado. Querida Mama, gracias por Tu “Sí” que nos ha dado la salvación.
Niño Jesús: Manuelito, adórame pero no me adores solo, adórame viéndome en el Regazo de Mi Mamita
Inmaculada, que la Mamá reciba tu adoración y me la entregue a Mi Pequeño Corazón como una ofrenda
de amor.
Hijito, almita, quiero revelarte dos misterios: la Encarnación, primicia del gran Pentecostés, y el
Nacimiento en Belén. Mi Madre en Belén se convirtió en la Puerta de la Salvación, por Mi Madre vine al
mundo, por Su “hágase” se inició la salvación. Mi Mamá Corredentora en Nazaret y Corredentora en
Belén.
Con el anuncio de los ángeles, los pastores acudieron al Pesebre, pero se dio allí una gran gracia a los
corazones humildes, reconocieron a Mi Madre y me reconocieron a Mí. Mi Madre triunfó en ellos y Yo,
como una gracia de su obediencia y del triunfo de Mi Madre en los pastores, nací en sus corazones. Es
así, almita de mi Pequeño Corazón que quiero nacer en los corazones de los hombres, pero es necesario
que reconozcan a Mi Madre: acepten y conságrense al Doloroso e Inmaculado Corazón de Mi Madre y
Yo, Jesús, el Niño del Reino de Mi Abba Padre, naceré en sus corazones.
Escuchen a los nuevos mensajeros de Dios y acepten el mensaje como lo hicieron aquellos pastorcitos.
Te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin
pecado concebida.
Queridos hijos, les invito a abrir sus corazones y reciban al Niño de Belén que tengo en Mis Brazos, para
que los pastores, que son ahora las almas pequeñas del Resto Fiel, y los magos, que son ahora el signo
de las almas consagradas del Resto Fiel, adoren a Mi Hijo Jesús. ¡Abran sus corazones para que puedan
recibir al Niño y puedan vivir según el Espíritu del Verbo Encarnado!
Es necesario, queridos hijos, que renueven sus corazones a través de la oración y vivan con amor Mis
Mensajes, porque a través de estos Llamados de Amor y de Conversión Yo deseo transformar a Mis
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pequeños en la Imagen de Jesús. Pero veo que en los corazones hay poca apertura, porque se antepone
siempre su humanidad, y no son humildes para aprender a decir 'no' a sus voluntades humanas y vivir la
Voluntad del Amor Divino.
Hijitos, en este tiempo, quiero transformarlos en Jesús: Jesús que ama a todos; ora por todos; acepta a
todos; Jesús que a todos los mira con amor. Y si en sus corazones no nace el Amor no podrán vivir Mi
Mensaje ni asemejarse a Jesús. Obedezcan Mis Palabras y acepten al Amor para que puedan vivir en
Paz; la Paz que viene a la tierra a todos los hombres que viven la Divina Voluntad.
Yo les amo y les bendigo, y quiero triunfar, primeramente, en ustedes para después triunfar en el mundo
entero. ¡Acéptenme que estoy con ustedes! Les doy la bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Niño Jesús: Tu Niño Jesús que tanto te ama, está contigo, vivo dentro de tu pequeño corazón. Tu
corazón es muy receptivo, sensible y dócil, y el don de la fe que se te ha dado es incalculable. Por eso un
corazón como el tuyo, pequeño Elías de Garabandal, es un corazón que se abandona en la fe, se entrega
sin reproches ni orgullos a la Santísima Trinidad. Gracias pequeño, por la apertura de tu corazón a Mi
Sagrado Corazón.
El instrumento: Yo no soy nada, soy un siervo, esclavo, y obedezco a la Palabra. Es el Espíritu quien
obra según tus designios.
Niño Jesús: Sí, pequeño, Mi Espíritu obra según Mi Divino Querer. Un Divino Querer que se excede en el
Amor, pues deseo que los hombres realmente se dejaran tocar por Mi Inmenso Amor. Quien se encuentra
con Mi Amor, ama, renace, resucita y cambia íntegramente toda su vida.
En Belén cuando los Mensajeros del Cielo anunciaron a los pastores Mi Nacimiento, y al revelarles el
signo de Mis Pañales y de Mi Madre, que serían las pruebas físicas de lo que se les había revelado, en
ese instante en que los pastores llegaron al portal, me reconocieron y me adoraron en el corazón. En ese
mismo instante, de una forma oculta y misteriosa según la Divina Sabiduría lo disponía, presenté a Mi
Madre como Madre de todos los que en Mí creyeran. Y esta predestinación de Mi Mamá en Belén, la
confirmé en Mi Sacrificio de Cruz cuando recibió de Mi Corazón y de Mi Palabra la autoridad de la Divina
Maternidad. Así que Mi Madre en Mi Nacimiento fue predestinada como “Corredentora Mater” y en la Cruz
fue confirmada y sellada, y hasta consagrada, como la “Corredentora Mater”; la Madre del Pueblo que
adora, cree y acepta al Verbo de Dios, la Iglesia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima sin pecado concebida.
Comentario del instrumento: El Papá San José venía con un vestido blanco y capa dorada. El báculo
con lirios en la parte de arriba y rodeados por bastantes angelitos que parecían bebés. San José dijo:
Queridos hijos, deseo que mediten en el pasaje evangélico de la matanza de los niños en Belén; el odio y
el desprecio hacia el Salvador llevó a los hombres a ese extremo, hasta este punto los hombres son
capaces de llegar cuando no quieren recibir la Buena Nueva del Evangelio, y el pecado de un hombre
contamina también a los demás, es por esto la degradación espiritual y moral del mundo actual. Las hijas
de Belén lloraban la pérdida de sus criaturas porque amaban de verdad a sus hijos, incluso algunas
también padecieron por defender el fruto de sus entrañas. Ahora la mujer permite que profanen el
santuario de la vida, su vientre, y asesinan a las criaturas indefensas e inocentes.
Satanás ataca a una de las criaturas más queridas por Dios, la mujer; y es a través de la mujer que
Satanás ahora quiere destruir la imagen del Hijo del hombre en cada niño abortado. Por eso, ahora, las
mujeres devotas y piadosas de este Resto Fiel deben levantarse en la esperanza, caminar en la alegría,
predicar el Evangelio con su vida. En las mujeres de este santo Resto Fiel, el Padre tiene puestas sus
esperanzas. En el principio el hombre condenó a la mujer, en la plenitud de los tiempos, la Mujer, María,
concibió al hombre, Emmanuel, y en este tiempo la mujer debe ser luz.
Oren, oren para que todos, hombres y mujeres, tomen conciencia de ser hijos de Dios. Yo les amo y les
bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
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Llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón del Niño Jesús - 30
Diciembre 2016
Queridas almas, hijas de Mi Padre, les invito nuevamente a que abran sus corazones. No importa si están
heridos, enfermos, abandonados por la Gracia Divina, recuerden que Mi Madre Corredentora, de una
cueva abandonada, pobre y desordenada, hizo la mejor cuna para Dios, y desde esa cueva, ignorada y
desconocida, brillo la Luz para el mundo entero. Así Yo deseo transformar sus corazones enviando a Mi
Madre y al Espíritu Santo para que actúen en ustedes, y a través de ustedes deseo que sus corazones
sean como un espejo que refleje Mi Corazón a los demás.
Pequeños, es necesario vivir los mensajes porque los mensajes son la explicitación o la actualización de
la Palabra de Dios, y mis mensajes solo desean recordar y renovar en Mi Resto Fiel la verdad del
Evangelio.
Pequeños, reciban al Verbo Encarnado, imítenlo, llévenlo a los demás, para que haya Paz, verdadera
Paz, en sus corazones y en toda la humanidad.
Oren, oren de verdad, para que sean instrumentos de Paz y del Amor que provienen de Mi Padre y del
Espíritu Santo.
Yo les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: Madre, sólo quiero servirte y ser un instrumento útil del Corazón Inmaculado; trabajar
para Tu Gloria.
Madre Celestial: Pequeño mío, todas las almas que son dóciles, que se hacen pequeñas y obedecen
desde el Amor Santo, y se consagran al Corazón de Mi Jesús y a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, son
instrumentos útiles para el Señor. Trabajar para la Gloria de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es
trabajar para la Gloria de la Santísima Trinidad.
Deseo que Mis hijos profundicen en el misterio de Mi Maternidad humana y divina; soy Madre del
Hombre-Dios, soy Madre de los hombres. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios y todo fue
creado para Mi Hijo, y en Él. Así la Santísima Trinidad me escogió para ser Madre del Hijo Dios que se
hizo Hombre a través de Mi “Fiat”, y se hizo Hombre para rescatar a los hombres. Y así, como Él vino a
través de Mí al mundo, el mundo debe ir a través de Mi a Jesús, a través de Mi Mediación como Madre.
En Belén les di a Dios y Dios me dio a ustedes, porque también Mi Maternidad debía extenderse a todos
para que la misión del Redentor se extendiera a toda la humanidad. Mi Maternidad extendió Su
Redención, y es por eso que en la Cruz, para que se cumpliera todo el designio salvador, dijo: He ahí a
Tu Madre. Y Jesús, al hacerse Hombre en Mi Purísimo Vientre, dignificó a todo el género humano. Mi
Maternidad me ha llevado a manifestarme a Mis hijos, como en Fátima.
Te doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, quiero que sus corazones sean receptores de la Palabra y de la Presencia de Mi Hijo
Jesús, porque, así, como la Santísima Trinidad dispuso que Yo diera a Jesús a la humanidad, ahora
Nuestros Sagrados Corazones disponen que las almas a Nosotros consagradas den a Jesús al mundo,
lleven la Presencia y la Luz de Jesús con sus acciones y testimonio, y con sus oraciones pidan por la paz
del mundo entero, por la Iglesia que está siendo muy perseguida, para que el mundo entero sea
entregado de verdad a Nuestros Dos Corazones.
Mis queridos hijos, oren, también, por Nuestras Intenciones. Les pido, queridos hijos, tengan paz, para
que la paz se refleje a los demás, y sean testimonio de la Luz que ha venido al mundo. Las Almas de Mi
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Ejército Mariano no deben vivir en las Tinieblas, porque la Luz se les ha sido dada: A Mi Hijo ¡Lleven esta
Luz que brilla a todos!
Oren, oren, oren mucho, para que sus corazones reciban esta Luz: A Mi Hijo que se ha hecho Hombre.
Pequeños, vean la Luz, tómenla, y llévenla al mundo. Yo estoy con ustedes y les doy Mi Bendición: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi pequeño, sólo los corazones que estén abiertos y dispuestos al servicio del Padre podrán gozar de Su
Amor y Presencia; pues estos corazones que con gozo y arrepentimiento lo reciben, han dado su voluntad
a Dios y obedecen con alegría Su Palabra y gozan de Su Reinado en sus corazones y vidas. Estos
corazones, que sí deseo que sean también todos los hombres, han entendido el Misterio del Dulce y
Santo Nombre de Jesús: Dios que salva. Cuando el corazón del hombre entroniza el Santo Nombre, y se
goza en Él, y vive en Él, ha descubierto que Dios Hijo, Jesús, lo ha salvado.
Pequeño, Mi Casto Esposo San José y Yo, fuimos los primeros Corazones que, con la fuerza del Espíritu
Santo, hemos entronizado este Nombre Poderoso, viviendo de Él y reflejándolo sólo a Él. Poderoso
Nombre que salva al Pueblo escogido, es decir, a la Iglesia. Por eso deseo que las almas, que viven y
aceptan Mis Mensajes y son consagrados a Mi Corazón, entronicen y glorifiquen este Santo y Dulce
Nombre.
Pequeño, en Fátima he querido glorificar este Glorioso Nombre en toda la tierra, por eso las almas fieles
mediten en Mi Mensaje, vívanlo. Y como quise dar a conocer a Mi Hijo en Fátima, lo doy a conocer a mis
pequeños apóstoles; Jesús es el dulce y Santo Nombre de Fátima. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Castísimo Corazón, recorran junto a la Sagrada Familia el camino al desierto. El
desierto representa el despojamiento, el abandono total en Dios, caminar solamente en la fe. Caminar al
desierto es caminar a donde está la Mujer Vestida del Sol. Y entrar en este desierto es refugiarse de los
Herodes, del pecado, de la riqueza material, para que estando con Nosotros, en este desierto espiritual,
los corazones se transformen en corazones orantes, corazones contemplativos, corazones adoradores en
espíritu y en verdad.
En el silencio del desierto escuchar a Dios, estar vacíos del mundo, para llenarse del Espíritu Santo. En
este desierto de silencio, de soledad completa, abandonado sólo en Dios, hagan oraciones de reparación,
oraciones de perdón, pidiendo perdón al Padre por los pecados del mundo. En Fátima, el Santo Ángel de
la Paz les dio a tres pastorcitos, y por medio de ellos a toda la humanidad, oraciones de reparación;
hagan con el corazón las oraciones de Fátima.
Queridos hijos de Mi Sagrado Corazón, deseo que sus corazones contemplen el misterio de Mi Epifanía
con la Adoración de los Sabios.
Pequeños, deseo que sus corazones, también, adoren Mi Corazón, quiero que Me reconozcan como el
Hijo de Dios, y den con sus vidas una profesión de fe, clara y firme, de que creen en Mí.
Pequeños, que los corazones del mundo se vuelvan hacia Mi Corazón, que los corazones de Mi Pequeño
Rebaño Fiel consuelen Mi Pequeño Corazón, porque aún hay muchas almas que Me rechazan, la
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mayoría de los hombres Me rechazan. Por eso, pequeños, quiero que sus corazones sean corazones
reparadores que adoren en espíritu y en verdad, que contemplen en oración Mi Corazón.
Quiero, pequeños, que sean contemplativos y adoradores, pero adórenme en el Seno y en el Corazón de
Mi Madre. Oren para que el mundo entero sea consagrado a Nuestros Sagrados Corazones y Mi Madre
sea reconocida como Corredentora. Estas dos acciones, tan importantes, salvarán al mundo entero.
Pequeños, oren, oren mucho, y en sus oraciones recuerden, también, Mis Pedidos; no se olviden de orar
por Nuestras Intenciones. Les doy Mi Bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos, deseo renovar lo que dije en Fátima, la Santísima Trinidad quiere establecer en todo el
mundo la devoción a Mi Corazón Doloroso e Inmaculado por medio de la práctica reparadora de la
devoción de los primeros sábados, de la confesión y de la santa comunión, acompañados ahora del
ayuno y de una obra de caridad y de misericordia corporal o espiritual, para que sus corazones, no sólo
reparen Mi Corazón, sino que también consuelen el corazón de los hermanos que sufren.
Queridos hijos, los primeros sábados abren al mundo torrentes de gracias, y es esta devoción a Mi
Corazón Doloroso e Inmaculado que pido sea renovada en todos los corazones, porque esta devoción ha
obtenido de la Santísima Trinidad, misericordia y tiempos de paz para los pueblos.
Oren también, oren mucho por los cristianos perseguidos, oren mucho por todo el Ejército Mariano, oren
Mis pequeños apóstoles unos por otros. Manténgase unidos en la oración para que, juntos a Mi Corazón
Inmaculado, ganemos esta batalla para establecer el Reinado de Jesucristo en todos los corazones por
medio del Triunfo de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, Corredentor y Triunfante.
Pequeños, oren con el corazón para que vivan Mis Mensajes y la Palabra de Mi Hijo.
Les bendigo. Lean la Palabra del Señor en Gálatas 4. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén
Nuestra Santísima Madre está toda vestida de blanco, tiene en sus pechos Tres Rosas; la Madre dice:
Queridos hijos, Soy la Rosa del Amor Perfecto, y, con el símbolo de estas Rosas, traigo la Fragancia del
Dios Amor hacia ustedes, Mis pequeños apóstoles. Y deseo con Mi Corazón que abran sus corazones,
abandonándolo todo, desvaciándose por completo, para que se llenen del Espíritu del Amor de Dios.
Queridos hijos, y cuando el Espíritu del Amor de Dios esté en sus corazones, serán capaces de perdonar
de verdad, de amar de verdad, pero también de vivir en la Verdad, serán capaces de discernir y glorificar
a Jesús; porque con sus vidas, como pequeñitas rosas, expandirán la Fragancia del Amor de Jesús en el
mundo; serán luz, serán fragancias, signos que acompañan a Mis hijos, a Mis apóstoles, en la
propagación y anuncio de Mis Palabras Maternas y del Evangelio de Mi Hijo.
Pequeños, como pequeñas rosas que adornan Mi Corazón, permítanme presentarlos a la Santísima
Trinidad, solamente abran su corazón al Amor: ¡Jesús les ama! En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hermanos y hermanas, como el Ángel del Don de la Paz, por intención de la Reina del Cielo, la
Señora y Madre de Fátima, deseo invitarles a que vivan el Don de la Paz, a que pidan el Don de la Paz.
Mis queridos hermanos y hermanas, y cuando el Espíritu Santo concede el Don de la Paz, dependiendo,
también, de vuestra fe, entrega, y perseverancia en la oración, tendrán sabiduría para sobrellevar con Paz
y paciencia los sufrimientos de la vida humana.
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Queridos hermanos y hermanas, como apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María,
ofrezcan sus vidas, dolores y sufrimientos, así como las alegrías y consuelos del Cielo a sus corazones,
como una ofrenda de amor, como una ofrenda eucarística; ofrézcanse en sacrificio, en reparación, sin
reprochar, sin negarse, sin poner obstáculos; ofrézcanse como una ofrenda que consuele a vuestro
Padre, en Paz, en confianza, en total abandono.
Vean a Jesús, presente en la Santa Eucaristía, que se ofrece sin reprochar, sin negar; se ofrece en el
Pan, para que todos coman de Él, para que todos se acerquen a Él; y Jesús en el Altar se ofrece en Paz
por los hombres. Así, sus pequeños apóstoles, hijos de María, ofrézcanse y vivan su vida de
consagración de Jesús y de María en Paz.
Oren en Paz. Reparen en Paz. Vivan en silencio y en Paz. ¡Jesús sea adorado en todos los Tabernáculos
del mundo! En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo que mediten en Mis Palabras y las guarden en su corazón,
solamente deseo compartir con ustedes lo que viví junto a Jesús y la Madre María y lo que aprendí de sus
Sagrados Corazones, y ustedes, como pequeños apóstoles que quieren formarse, deben también
aprender a enamorarse de verdad de estos Dos Corazones.
Pequeños, invoquen al Espíritu de Dios sobre sus vidas, invóquenlo de corazón, en espíritu y en verdad,
que el Espíritu de Dios revele a sus corazones lo que está en los corazones y no agrada a Jesús, que con
la Luz de su Espíritu Santo conozcan lo que está en sus corazones y debe ser purificado, para que sirvan
a Jesús y a la Madre María con pureza de corazón. No desaprovechen las gracias de los sufrimientos,
que les causan los demás y el mundo, aprovechen las pequeñas crucifixiones, para que sean purificados.
Queridos hijos, entréguense como ofrendas al Señor; el Espíritu Santo actúo en Mi Vida revelándome lo
que no debía hacer y lo que sí debía hacer, por eso, es que, Me turbé y sufrí, pero acepté y asumí lo que
Dios tenía para Mí y era cuidar Su más grande Tesoro: Jesús y María. ¡Sean dóciles! ¡Escúchennos con
el corazón! ¡Vivan Mis Palabras!
Les doy Mi Bendición, como el Patriarca de la Sagrada Familia. ¡Sean hijos de Fátima! Cumplan con la
fuerza del Espíritu Santo la promesa: El Inmaculado Corazón de María triunfará; sean partícipes de este
triunfo y, así, como triunfó en Mi Vida triunfe en la de ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, deseo invitarles a interiorizar y a reflexionar en vuestra vida espiritual; es necesario que,
Mis pequeños apóstoles, hijos de Mi Corazón Inmaculado, reflexionen sobre sus vidas espiritualmente.
Pequeños apóstoles, deben dar el ciento por ciento de sus fuerzas, de sus vidas, para vivir nuestros
Mensajes. Siempre hace falta crecer y crecer cada día más. Nunca, Mis pequeños hijos, es mucho;
siempre se debe hacer más por la Obra de Mi Hijo.
Pequeños, sean Mis apóstoles en el mundo. Mi Mensajes, los Llamados de Amor y de Conversión, ahora
ya no son para el mundo, para todos; son para las almas que los quieran acoger y vivir. Apóstoles míos,
oren mucho. Jesús está contento con su Resto Fiel, y sus oraciones siempre son escuchadas. Soy la
Señora del Santo Rosario, la Madre de Fátima.
Pequeñitos, oren mucho; nunca es suficiente, siempre se debe orar más y transformarse aún más en la
persona de Jesús cada día.
Mis pequeños apóstoles, los miro y me sonrío porque consuelan Mi Corazón. En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús -13 Enero 2017
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, los veo con Misericordia y Mi Corazón les estrecha a Mi
Pecho para que se llenen de la Fuente de Mi Divina Misericordia.
Pequeños apóstoles Míos, quiero recordar la Palabra de Mi Mamá Celestial en Fátima cuando anunció
que vendrían modas que ofendería aún más a Mi Padre. Mi Madre se refería a todas las corrientes del
mundo; y estas nuevas corrientes, que se han infiltrado en la humanidad, han destruido la dignidad del
hombre, y han dañado a Mi Casa, y han estremecido a muchos de los que habitaban en Mi Casa.
Pequeños, me refiero también a la apostasía generalizada. Ahora para muchos de Mis seguidores, todo
se arregla con la razón y la ciencia, y la fe ya no tiene importancia para muchos. Las nuevas corrientes
que han entrado para deteriorar el Santo Sacrificio de la Misa y de los Sacramentos, las nuevas modas
diabólicas que ofenden a Mi Corazón; el aborto, el homosexualismo, el divorcio, la inmoralidad en todo
género.
Que las familias de los últimos tiempos consagradas a Nuestros Dos Corazones, reparen los
pecados de las familias con la paz, la oración, el respeto y la caridad.
Que las almas consagradas a Nuestros Dos Corazones en estos últimos tiempos, reparen la
apostasía, la impiedad y la irreverencia siendo almas santas y fervorosas.
Que la juventud que se consagra a Nuestros Dos Corazones, reparen con su vida virtuosa y de
oración, los pecados del resto de los jóvenes.
Que los niños consagrados a Nuestros Dos Corazones, ofrezcan el pequeño sacrificio de orar y
de asistir también a Mis cenáculos apostólicos de oración; que los niños vean a Mi Francisco, a
mi pequeña Jacinta ya Mi amada Lucía, cómo un ejemplo de niñez santa y virtuosa.
Que todas las almas de Mi Ejército Fiel en sus estados de vida, reparen los pecados de la
humanidad y así, vivirán mejor y serán mejores hijos de la gran Promesa de Mi Mamita en
Fátima: al final Su Corazón triunfará.
Jesús que les ama. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado está con ustedes, y los Ojos de Misericordia de Mi Hijo se dirigen
a toda la humanidad porque este es un tiempo de gracia.
Fátima ha alcanzado para los hombres un tiempo de paz, pero también es un tiempo de preparación
espiritual, de reparación y adoración al Corazón Eucarístico de Jesús.
Queridos hijos, Yo deseo conducirlos al Puerto seguro; a Mi Corazón, para que en Mi Corazón, que es el
Sagrario Vivo y por excelencia de Jesús, se encuentren con Él, reciban Su Amor, sientan Su Poder
Misericordioso que sana sus corazones. Pequeños, Yo deseo moldear sus corazones según el modelo
del Corazón de Mi Hijo.
Pequeñitos, sean dóciles, dejen que Mis Manos destruyan sus corazones para construir un nuevo
corazón, el Corazón de Mi Hijo que es Mi propio Corazón en ustedes, y así, pequeñitos, vivirán de verdad
Nuestras Palabras. Escuchemos juntos el silencio de Jesús.
Pequeñitos, como Lucía, Francisco y Jacinta, oremos también en silencio, un silencio que repare el ruido
blasfemo del mundo. Yo les amo y les bendigo.
Pequeñitos, Yo haré de ustedes, si aman y escuchan Mis Palabras, verdaderos hijos de la Promesa de
Fátima, y así Mi Corazón Inmaculado triunfará en ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, soy Vuestra Madre de Fátima y hoy, con Amor profundo y materno, quiero que
comprendan la grandeza y el compromiso de convertirse en los hijos, en la descendencia, en el pueblo de
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la gran Promesa de Fátima, donde a Mis tres niños les dije que al final Mi Corazón Inmaculado triunfará. A
pesar de toda la maldad y errores del mundo, Mi Corazón triunfará.
Pero pequeños, este Triunfo no viene solo, viene acompañado con el Resto Fiel de ese Triunfo. Los
apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y el Mío, en estos últimos tiempos son la Heredad y el
Pueblo de la Promesa de Fátima.
Pequeños apóstoles, para ustedes esto ya no debe ser una promesa sino un cumplimiento, una
obligación que Mi Corazón Doloroso e Inmaculado triunfe en sus vidas, en sus corazones y en sus
familias. Mi Corazón Inmaculado quiere triunfar en ustedes, y a través de ustedes pequeños apóstoles,
extender el Reino Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, vivan esta gran Promesa, sean descendientes de la Promesa. Pequeñitos, vivan Mis
Mensajes y Mi Corazón Inmaculado triunfará en cada uno de ustedes, serán como "primicias" para el
Reino Eucarístico de Jesús.
Les doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, soy la Señora del Santo Rosario, la Madre que en Fátima les entregó un mensaje de
conversión a través de tres pequeños indefensos y pobres niños a los que nadie creía; nadie afirmaba las
Palabras que les daba a Mis niños. Tres niños que sufrieron por ser fieles a Mi Llamada Maternal. Pero, a
través de estos tres pastorcitos, les entregué una gran Promesa; y es que Mi Corazón Doloroso e
Inmaculado triunfará. Y todos los que creen en Mi Palabra y se esfuerzan por vivir Mis Pedidos, y oran por
Mis Intenciones, y oran por el Triunfo final de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, al vivir Mi Llamado
Maternal, se hacen también Mis apóstoles e hijos de Mi Promesa.
Hijos, porque nacen de Mi Promesa, los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en
estos últimos tiempos, son la descendencia y el fruto de Mi Promesa, quienes ya tienen que empezar a
vivir porque ya he triunfado en vuestras vidas la gran Promesa de Fátima. Y es a través de sus pequeños
esfuerzos y oraciones, que Mi Corazón Inmaculado también triunfará. Por eso, pequeños, como semilla
que se esparce por la tierra, esparzan con sus sacrificios, esfuerzos, oraciones y ayunos, los cenáculos
de oración, para que este Triunfo llegue a las familias, y de las familias a la Iglesia, y de la Iglesia al
mundo.
Queridos hijos, que sus corazones, sean corazones de reparación. Que en sus corazones, Mi Hijo Jesús
encuentre consuelo y alivio.
Pequeños, que en sus corazones reciban el Amor Santo de Dios y den amor a los hermanos. Reparen el
Corazón de Mi hijo reparando también el corazón de los hermanos. Mi mensaje de Fátima también es un
mensaje y una invitación a la caridad.
Queridos hijos, sean Mis apóstoles con su testimonio de vida. Sean apóstoles que amen a Mi Hijo
presente en la Santa Eucaristía y en el corazón de los hombres.
Pequeños, sean Mis apóstoles y transmitan Mis mensajes con sus acciones y testimonios para que Mi
Hijo sea consolado y glorificado por cada uno de ustedes. Mi invitación es que también sean apóstoles de
la caridad.
Les doy Mi Bendición Maternal. Mediten siempre Mis Palabras. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
El instrumento: el Patriarca San José está acompañado con los tres pastorcitos de Fátima, y dice:
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San José: Hijos de Mi Casto Corazón, los Sagrados Corazones de Jesús y de María tienen gracias y
dones de Misericordia para todos los que se consagran y entregan a Sus Sagrados Corazones. Los
designios de Misericordia de estos Dos Corazones están puestos sobre todos los apóstoles en estos
últimos tiempos; porque también queridos hijos, deben comprender que las gracias de los Sagrados
Corazones solamente las reciben los corazones que están abiertos y dispuestos a recibirlas. Jesús y
María quieren dar gracias de Misericordia a todos los hombres pero, como en Belén sucedió, muchos
corazones responden con un 'no', y las gracias entonces las reciben los corazones que han dicho un
humilde 'sí' al Mensaje de Dios.
Pequeños, así como el Padre me miró con Misericordia, y a través de los Dos Corazones de Jesús y de
María, me regaló gracias para servirles porque Mi Corazón estaba abierto y dispuesto, así ahora, Jesús y
María, quieren que sean receptores de estas gracias para que su Resto Fiel les sirva con mayor empeño,
esfuerzo y entrega, sin mezquinar; toda vuestra vida a su servicio.
Pequeños, pidan el Don de la total entrega a Jesús y a María, por medición de Mi Casto y Amante
Corazón que se entregó plenamente a amarles y servirles. Les doy Mi Bendición como el Patriarca y
Protector de la Sagrada Familia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hermanos y hermanas, les invito a que reflexionen y mediten en los mensajes de Fátima. En las
primeras apariciones a los tres pastorcitos, cuando el Señor me envió a manifestarme a ellos, se les
preparó el corazón y se les invitó, a ellos, a la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Los tres pastorcitos con mis mensajes, en las tres apariciones comprendieron la importancia en
consagrarse y entregarse a los Corazones de Jesús y de María, como almas víctimas y reparadoras que
centren su vida en la Presencia Real de Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar, de la Eucaristía.
Los tres niños de Fátima, entonces, se hicieron apóstoles eucarísticos de los Sagrados Corazones de
Jesús y de María; y al final de las apariciones también se hicieron hijos de San José, al verlo sobre el sol
el día de la última aparición.
Por eso, pequeños apóstoles, ustedes deben amar de verdad a los Sagrados Corazones de Jesús, José y
María, y centrar sus vidas en la Sagrada Eucaristía. Así, viviendo los mensajes, serán verdaderos hijos de
la gran Promesa de Fátima.
Los hijos de Fátima, son los hijos de los Sagrados Corazones de Jesús, José y María en estos últimos
tiempos.
Pequeños apóstoles, amen a la Sagrada Familia y sean adoradores eucarísticos, y que la gran Promesa
de Fátima, con sus disposiciones de corazón, se haga vida en ustedes.
Que el Corazón Doloroso e Inmaculado de la Reina Celestial triunfe ahora y siempre. La Bendición del
Cielo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Sea adorado Jesucristo en todos los
Tabernáculos del mundo. Amén.
Sean tierra fértil y buena, que caiga la Palabra en sus corazones y de fruto abundante, para que no sólo
prediquen Mi Palabra con su boca sino que la prediquen con su testimonio.
Queridos apóstoles, no digan que Dios es Amor cuando ustedes no dan amor. No digan que Dios es Paz,
cuando vosotros no la practicáis. No, queridos hijos Míos, sino que demostrando amor, prediquen que
Dios es Amor. Sino que viviendo en paz, prediquen que Dios es Paz. Sean realmente Mis instrumentos;
ofrézcanse a Mi Corazón sin miedo, acepten los sacrificios y sufrimientos que se les permiten vivir para
consolar Mi Corazón por todas las ofensas del mundo.
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Hijos, Yo sufro mucho, no se quejen de sus sufrimientos sino que únanlos a los Míos y alcancemos
Misericordia para todo el mundo.
Les doy Mi Paz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. SHALOM.
El instrumento: La Madre María está como se apareció en Fátima y en Su Mano tiene Su Corazón
Inmaculado rodeado de fuego y espinas. En el lado izquierdo de Nuestra Señora, hay un alma bendita del
purgatorio (es una mujer). Nuestra Mamá Celestial dice:
La Santísima Virgen: Mis pequeños hijos, hoy les muestro Mi Corazón Inmaculado encendido de Amor
por los hombres, por la salvación de toda la humanidad, pero rodeado de espinas; que son los pecados y
la falta de amor de los hombres para con Dios y de los hombres para con sus mismos hermanos. La
causa del mal y del pecado consiste en la falta de amor a Dios y al prójimo; pero en la Era de Paz, el
Amor de Mi Corazón, que es el Amor perfecto, reinará.
Mis queridos hijos, quiero que se entreguen a Mi Corazón Inmaculado, Mi Corazón que también es
traspasado diariamente por todos los pecados del mundo. Unos de los grandes dolores de Mi Corazón
son causados por la ignorancia, el rechazo y la indiferencia a la Palabra de Dios. Están viviendo, Mis
pequeños apóstoles, el Reinado de la Palabra de Dios; el tiempo del anuncio, del mensaje, de las
profecías y el cumplimiento de ellas, para ser purificados a la Luz de la Palabra de Mi Hijo y entrar al
Reino Eucarístico de Jesús por la Puerta de Gracia de Mi Corazón Inmaculado.
Pequeños, Mi Corazón Inmaculado, es el Refugio de todas las almas que aman a Nuestros Sagrados
Corazones y, al igual que San José, se entregan totalmente a amarles y servirles. En el Cielo, en el
Purgatorio, en la Tierra, estoy formando al Ejército de Dios.
Y tu pequeño, como el Profeta Elías que cuido de la huérfana y de la viuda, víctimas en su tiempo, ahora
acompaña con tu oración a todas las almas víctimas de todos los tiempos que también son parte
importante de esta Obra final de Nuestros Sagrados Corazones.
Les doy Mi Bendición Maternal con Mi Corazón Inmaculado. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles, Mi Corazón Inmaculado quiere preparar vuestros pequeños corazones para que sean
apóstoles según la Divina Voluntad de Mi Hijo Jesús, y sean apóstoles preparados por Vuestra Madre.
Mis queridos hijos, deseo que mediten la importancia de la obediencia, la obediencia desde el amor.
Cuando se ama, se es obediente; quien no ama, es desobediente. Jesús, Mi Hijo, amó tanto al Padre, y
les ama tanto a ustedes, que fue obediente hasta morir en la Cruz.
Ustedes, Mis pequeños apóstoles, deben también obedecer; obedecer con amor hasta morir en la cruz, y
vencer vuestro egoísmo y voluntades humanas. En Mi Ejército de los últimos tiempos, la Voluntad que
debe reinar es la Divina, la de Mi Padre. Pequeños, obedezcan con amor el Evangelio de Mi Hijo y Mis
santos Llamados de Amor y de Conversión. Y por lo demás no se preocupen, porque primero deben
buscar el Reino de Mi Hijo, y todo lo demás, lo necesario, se les dará.
El Padre en su Divina Providencia y Eterna Sabiduría, jamás los abandona y está atento a todas sus
necesidades. Obedezcan también, pequeños, para que vivan en armonía entre ustedes. Si el mundo
hubiera obedecido de corazón Mi Mensaje dado en Fátima, estas calamidades de hoy no estarían en su
pleno apogeo; porque la desobediencia del mundo al Evangelio y a Mis Mensajes, ha conseguido su
propia destrucción.
Mis pequeños apóstoles, sean obedientes para que el Espíritu Santo viva y actúe en ustedes y, a través
de ustedes, en los demás hermanos. Pequeñitos, digan con todo el corazón: “He aquí el esclavo del
Señor, hijo de Tu Esclava; hágase en mí Su Divina Palabra Encarnada”. Como una Esclava obediente del
Señor, Madre del Siervo fiel de Yavéh, les doy Mi Bendición.
Lean la Palabra de Dios en Isaías 44. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
243
Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 23
Enero 2017
Queridos hijos, Mi Corazón Maternal exhorta a Mis pequeños apóstoles a la oración del corazón. Cuando
se ora con fe y con el corazón sus corazones recibirán la Fuerza del Espíritu Santo y transformarán sus
vidas en alabanza para Mi Hijo. La oración que se hace con el corazón, la oración que se siente con el
alma cuando se ora, tiene el poder de transformar sus vidas y las vidas de sus familias; por eso en las
familias existen muchos conflictos y dificultades porque no se ora con el corazón.
Mis pequeños apóstoles de los últimos tiempos, a ustedes se les ha entregado la Gracia del Avemaría de
los Últimos Tiempos; con este Avemaría tienen la fuerza necesaria hasta para detener guerras, cambiar
leyes de la naturaleza, cambiar pueblos y los rumbos de las naciones; con este Avemaría, dicha con el
corazón, tienen la Gracia de tocar los corazones de los hombres y de los pecadores más empedernidos.
Pequeños, oren esta Avemaría con el corazón; es necesaria la oración hecha con el corazón, porque es
la oración que sube al Cielo. Pequeñitos, oren mucho, para que con sus oraciones se salven almas que
pueden condenarse eternamente, para que con este Avemaría destruyan el Imperio de Satanás y sus
acciones en vuestro mundo.
Pequeñitos, oren con el corazón, para que sean Mis instrumentos y heraldos del Reino del Amor y de la
Paz. Yo estoy con vosotros; soy la Reina de los Apóstoles de los Últimos Tiempos.
Les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado les exhorta a que abran sus corazones a Mis Gracias, como lo
hicieron los tres pastorcitos en Fátima; ellos sufrieron mucho, a pesar de ser unos niños; muy pocas
veces comprendieron la cruz que se les daba, pero aunque no comprendieran llevaban ese sufrimiento
con mucho amor, por la conversión de los pecadores y el fin de la guerra.
Pequeños Apóstoles, todos Mis hijos tienen sufrimientos, de una u otra manera, les digo no se
desesperen ni se desanimen sino que ofrezcan sus dolores y sufrimientos, por la conversión de ustedes
mismos y el fin de la guerra en sus corazones y en sus familias; porque habiendo Paz en sus corazones
habrá Paz en sus familias, y habiendo Paz en la familia habrá Paz en el mundo, pero la Paz que viene de
Jesús.
¡Pequeños vivan Mis Mensajes! Oración, sacrificios, y penitencias necesitan para fortalecer sus espíritus y
para consolar a Nuestros Sagrados Corazones, que sufren por los pecados de la humanidad.
Pequeños, vivan el ejemplo de los tres pastorcitos de Fátima: Sufrieron y amaron; obedecieron y fueron
fieles. Mi Pequeño Ejército vivan en Mi Corazón Inmaculado y nunca se salgan de Él. Yo estoy con
ustedes, con cariño de Madre, permanezco con ustedes.
Les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Casto y Amante Corazón, con amor paterno Mi Casto y Amante Corazón, como el tesorero de
la Sagrada Familia de Nazaret y administrador de la Casa del Señor, deseo entregar a sus corazones el
don de la oración de corazón, porque es a través de la oración, que se hace con el corazón, que el
Espíritu Santo actuará. No oraciones repetitivas, ni que sólo se pronuncien con los labios, sino oraciones
que salgan del corazón, para que la Presencia de Mi Señor pueda purificar sus corazones.
Pequeñitos, en Nazaret, conocí un gran misterio que para servir y amar a Jesús hay que enamorarse
totalmente de María, y parecerse a Ella para agradar a Jesús, porque Jesús es copia viviente de María y
María es copia viviente de Jesús, y Mi Corazón se hizo copia viviente de sus Sagrados Corazones. Y es
lo que desean Nuestra Señora y Jesús que entregándose al servicio de los Dos Corazones sus corazones
se asemejen a Ellos, para que abran sus corazones y reciban el Amor de Dios.
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Queridos hijos, en Fátima se manifestó el Amor de Dios, pero el mundo no abrió su corazón para recibir el
Amor y el Perdón Divino, y aún, hoy, el mensaje de Fátima es rechazado, ignorado, y muchas veces
condenado.
Pequeños, vivan el mensaje de Fátima, vívanlo con el corazón, para que sean Hijos de la Gran Promesa
de Fátima. ¡El Corazón Inmaculado de la Reina Celestial y Madre de Nazaret triunfará! Así, pequeñitos,
viviendo este mensaje serán Hijos de Fátima, no sólo de palabras sino con testimonio y de corazón.
Nuestros Llamados de Amor y de Conversión y esta Gran Obra del Apostolado de los Sagrados
Corazones Unidos es continuación de Fátima.
Les amo y les bendigo, así como bendije al mundo en Fátima: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Corazón Inmaculado, como vuestra Señora de Fátima, les exhorto a que mediten en ser Hijos
de la Gran Promesa de Fátima.
Pequeños, en Fátima, por medio de los tres pastorcitos, di una promesa al mundo entero, era: Al Final Mi
Corazón Inmaculado Triunfará. Esta es la Gran Promesa de Fátima: El Triunfo Final y Definitivo de Mi
Corazón Doloroso e Inmaculado. Pequeños, y para ser Hijos de esta Gran Promesa, deben ser Hijos de
Mi Corazón Inmaculado, consagrándose a Él y sirviéndole, como sus fieles soldados, como Ejército
Mariano.
Pequeñitos, y al vivir, como Mi Pueblo Fiel, Mis Mensajes, con el corazón, se hacen Hijos de Mis Palabras
y viviendo Mis Mensajes se hacen partícipes de Mi Promesa. Y por eso, pequeños, todos los Apóstoles de
los Últimos Tiempos de Nuestros Sagrados Corazones Unidos son Hijos de esta Gran Promesa de
Fátima.
Ahora, pequeños, les digo: Pidan el Don de los Últimos Tiempos, que como Mi Pueblo Remanente y Fiel
pidan el Don de los Últimos Tiempos. ¿Y qué es este Don, pequeños? Es la Gracia de Discernir las
Señales de los Tiempos. Disciernan con este Don, dado para ustedes, en este tiempo, las Señales que
Dios les envía.
Pequeños, desde Fátima, Yo Bendigo a todo el mundo y animo a Mi Ejército a luchar, como soldados
fieles, por Mi Causa: La Causa del Reinado de Jesús. Les doy Mi Bendición Materna: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, deben saber que el Mensaje de Fátima es también un
Mensaje de Unidad. El Don de la Unidad proviene de la unión mística y profunda que el Espíritu Santo ha
forjado y cimentado de Mi Sagrado Corazón con el Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Mamá
Celestial, y de esta unión nace como fruto el Don de la Unidad.
Esta unidad se pidió en Fátima cuando Mi Madre anunció que la guerra acabaría y los soldados volverían
a sus hogares; esta fue la unidad del pueblo y la unidad de la familia. La Madre, en Fátima, pidió la unión
de toda la Iglesia a Su Corazón Inmaculado pero ahora, queridos hijos, en el tiempo de los Sagrados
Corazones de Jesús y de María, vengo a pedir como Dios y como Redentor, la Unidad: que toda la Iglesia
pida el Don de la Unidad, que todos los cristianos unidos al Santo Padre y a sus pastores, pidan el Don de
la Unidad; que las familias pidan el Don de la Unidad; que los apóstoles de Nuestros Sagrados
Corazones, de estos últimos tiempos, pidan en oración el Don de la Unidad.
Mis pequeños apóstoles de los últimos tiempos, vivan en unidad, ábranse en la unidad, estén unidos en
Nuestros Sagrados Corazones, ámense y sopórtense mutuamente, perdónense y anímense mutuamente.
Todos, como el Ejército de Mi Madre, acompáñense en este éxodo de los corazones.
Queridos hijos, les invito a que consuelen Mi Corazón como lo hizo el pequeño Francisco. Les invito a que
se entreguen por la conversión de los pecadores, por el Santo Padre, por los sacerdotes, como almas
víctimas; como lo hizo Mi amada Jacinta.
Y ahora, propaguen en el mundo la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. A Mi hija
Lucía se le encomendó la misión de propagar la devoción al Inmaculado Corazón de Mi Madre Celestial,
pero a vosotros, en estos últimos tiempos, y al pequeño Elías que dirige a los apóstoles de Nuestros
245
Sagrados Corazones, se les pide y se les encomienda propagar la devoción a Nuestros Sagrados
Corazones unidos por el Amor del Espíritu Santo. Únanse, todo Mi Resto Fiel, para consolar, para
entregarse como almas víctimas, y para extender en el mundo el Reino Eucarístico de Mi Corazón por
medio del Triunfo del Corazón de Mi Madre.
La Madre Celestial vino con vestido y manto de color blanco; con sus brazos abiertos; en el centro su
Inmaculado Corazón rodeado de espinas; en su mano derecha el Santo Rosario; en su mano izquierda
una rosa roja.
(Visión Previa a la entrega del Llamado): La Madre mostró una Barca sobre un mar; las olas del mar
golpeaban la Barca; había rayos y caía una lluvia muy fuerte; pero encima de la Barca iba Nuestra
Señora.
Queridos hijos, de manera especial, les invito a que aumenten vuestra fe. Pequeños, el mundo se ha
vuelto un agua turbulenta, vientos fuertes golpean a la humanidad, la tormenta es muy fuerte.
Pequeños Apóstoles de los Últimos Tiempos, Ejército Mariano, aumenten vuestra fe. La Barca de Mi
Corazón Doloroso e Inmaculado está recogiendo a sus hijos y formándolos en una Gran Armada
Espiritual, para vencer esta tormenta; pero unidos todos, sin distinción, sin divisiones. Unidos todos a Mi
Corazón Inmaculado vencerán y triunfarán. Jesús que calma la tempestad y vence a Satanás está dentro
de la Barca, como el mayor tesoro en el Santísimo Sacramento, y Él parará la tormenta. Pero primero es
necesario recoger a Mis hijos, formarlos como un Ejército de Amor en una Armada Espiritual.
Todos los Apóstoles de los Últimos Tiempos escuchen Mi Llamado. ¡Únanse! Mi Corazón Inmaculado
triunfará y unidos se convertirán en Hijos de la Gran Promesa de Fátima. Apóstoles de los Últimos
Tiempos de Nuestros Sagrados Corazones sean uno, como Mi Corazón y el de Mi Hijo son un sólo
Corazón.
¡Soy la Madre de la Preciosa Sangre de Jesús! De Mi Corazón Doloroso e Inmaculado fluyo la Sangre
hacia el Sagrado Corazón de Mi Hijo y esta Preciosa Sangre les salvará. Invoquen a la Sangre de Mi hijo,
vuestra armadura. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado está velando por todo el Ejército Mariano de los Apóstoles de los
Últimos Tiempos y estoy intercediendo, ante Mi Hijo, para que todos los Apóstoles de los Últimos Tiempos
del mundo entero se unan. Cada Apóstol de Nuestros Sagrados Corazones debe procurar la unidad, la
fraternidad, y buscar en todo momento la comunión que viene del Corazón de Mi Hijo.
Pequeños, sean instrumentos de amor, de paz, y de unidad. A través de Mis Mensajes propaguen el
Triunfo y el Reinado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Únanse Mis Pequeños Apóstoles y
reparen la división que ha entrado en muchos corazones dentro de la Casa de Mi Hijo.
Recuerden Pequeños Apóstoles unidos a Mi Corazón Inmaculado triunfaremos. Les doy Mi Bendición
Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, la Voz del Señor resuena por medio de los Llamados de Amor y de Conversión que hago
al mundo de la Gran Obra Final de Nuestros Sagrados Corazones. Porque Mi Corazón Doloroso e
Inmaculado, como un Arca de Salvación, está recogiendo a todos sus hijos dispersos en el mundo entero,
para reunirlos y entregarlos a Mi Hijo.
¡Yo Soy la Nueva Arca de la Alianza! Y, así como estuvo en Mi Vientre, por virtud del Espíritu Santo, toda
la Divina Presencia de Dios, así, ahora, por medio del Espíritu Santo, reúno a toda la humanidad, a todos
los Apóstoles de los Últimos Tiempos, a todo el Remanente Fiel, para formarlos a imagen de Mi Hijo. Es la
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Unión de Nuestros Dos Corazones la que el Espíritu Santo desea cimentar en los Apóstoles de los
Últimos Tiempos. Todos los que escuchan y viven Mis Llamados Maternos son Mis Apóstoles, porque Soy
Madre de todos.
Pequeños de Mi Ejército, oren mucho, oren con todo su corazón, porque la oración abre los caminos y,
así, este éxodo de los corazones hacia el Reino de Mi Hijo, que ha comenzado desde Fátima, con el
anuncio del Triunfo de Mi Corazón Inmaculado y el Advenimiento del Reino de Mi Hijo, si todos Mis hijos
oran se abrirán los caminos, se abrirán los mares, se abrirá la tierra y el aire, para que todos lleguen al
Reino de Mi Hijo.
El Pueblo de Israel guiado por el Arca de la Alianza llegó a la Tierra Prometida. El Pueblo del Nuevo
Israel, comprado con la Sangre de Mi Hijo, guiado por Mi Corazón Inmaculado, el Arca de la Nueva
Alianza y de la Salvación guiará a sus hijos a la Tierra Eucarística de Adoración y de Reparación.
Oren, oren con el corazón, y abrirán caminos. Les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nuestra Madre Celestial pidió que se leyera el Capítulo 1 de la Primera Epístola de San Pedro
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado y Materno desea que los corazones de Mis pequeños apóstoles
se abran a Mis Gracias, por medio de la oración, del perdón, y de la caridad, para que sus corazones,
realmente, estén abiertos a la purificación que el Espíritu Santo desea realizar en sus vidas. Una
purificación espiritual, e incluso física, para que se asemejen más a Mi Inmaculado Corazón en el silencio,
en la humildad, en la caridad, en la obediencia, en la dulzura y ternura de Dios.
Hijos Míos, entréguense a Mi Corazón Inmaculado y Yo los formaré, educaré, corregiré, enseñaré, y
guiaré a la Tierra Prometida, al Corazón de Mi Hijo, el Hombre Nuevo, que redimió al mundo. Pequeños,
síganme en este caminar. Mis apóstoles de los últimos tiempos están rodeados por la densa oscuridad de
esta noche que ha envuelto al mundo y Mi Corazón Inmaculado es el rayo de luz, la columna de fuego,
que ilumina el caminar de Mi pueblo.
Síganme y escuchen la Voz del Señor en Mis Santos Llamados de Amor y de Conversión. Fátima es un
faro de luz para todo Mi pueblo. El Mensaje de Fátima es la antorcha, para Mi ejército mariano, para que
vean con esta luz, de Mi Mensaje de Fátima, los peligros y obstáculos que Satanás pone a lo largo del
camino, para el tropiezo de las almas.
Hijos, síganme con humildad, obediencia y amor, y llegaremos a la Tierra preparada por Nuestros
Sagrados Corazones. Síganme con la oración de corazón y la adoración eucarística. Les doy Mi
Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Amado pueblo de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, Mi Casto y Amante Corazón les
exhorta a la oración de corazón.
Pequeños, cuando un alma ora se purifica; se purifica del ruido, del materialismo, de los enojos y sin
sabores de la vida humana. Cuando un alma ora se limpia de las manchas que el mundo ha provocado en
los corazones. Cuando un alma ora se eleva a la Santísima Trinidad, por las manos de su Ángel de la
Guarda y de la Madre Celestial. Cuando un alma ora se une a Dios.
Pequeños, recuerden a Nuestra Señora en Fátima cuando preguntaron si el pequeño Francisco iría al
Cielo, y la respuesta de la Madre fue que debía rezar muchos rosarios. Pequeños, la oración del rosario
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hecha con el corazón purifica sus vidas, así como purificó al pequeño Francisco, el consolador de Jesús.
Abran sus corazones, eleven sus espíritus a la presencia del Señor por medio de la oración.
Jesús y María les bendicen. Les doy Mi Bendición Patriarcal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
La Santísima Virgen: Queridos hijos, en el Misterio de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de
Jerusalén, llegó la Luz al mundo entero; la Luz que el Señor tenía preparada se desveló y brilló en la
Presentación del Niño.
Mediten en este Misterio, pequeños apóstoles, y contemplen al Corazón de la Madre unido al Corazón del
Hijo en el Templo de Jerusalén; nos ofrecimos los Dos con un solo Corazón por la salvación de la
humanidad. Y la Luz que lleva Mi Hijo encendió Mi Corazón como una Llama de Amor ardiendo por la
salvación de todos los hombres. Y a través del Profeta Simeón se confirmó que el Niño era el Redentor de
los hombres. Y al profetizar que la espada atravesaría Mi Corazón, me reveló el Espíritu Santo, por boca
de Simeón, que era la Corredentora de este Niño Redentor. En este Misterio de la Presentación, es el
Misterio del nombramiento de Vuestra Madre como Corredentora. La Llama de Amor de Mi Corazón que
descenderá a toda la humanidad para transformarlos y purificarlos para el Reino de Mi Hijo; es una
prenda de gracias de Mi Corredención.
Pero ahora, pequeños, como Madre Corredentora deseo presentarlos a la Santísima Trinidad, en estos
últimos tiempos, como las primicias de Amor de Mi Inmaculado Corazón. Sólo acepten la Palabra del
Espíritu Santo en sus vidas y digan: “hágase en mí”, con todo su corazón a Mi Hijo.
Les doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeños, adoren Mi dolorosa Pasión, amen los sufrimientos en la Cruz, que sufrió su Redentor; no
olviden que morí por todos ustedes; di Mi Vida para que tuvieran Vida en abundancia.
Es necesario que todos los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones reaviven La Devoción de los
Primeros Viernes de Mes. Cada primer viernes, de cada mes: Confesarse, ayunar, recibir la Sagrada
Comunión, en reparación por los pecados del mundo, acompañarme en el Santísimo Sacramento, y
realizar una obra de caridad, para que Mi Corazón sea consolado de tantas ofensas. Los primeros viernes
están íntimamente unidos a los primeros sábados del Inmaculado Corazón de Mi Madre; éstas Dos
Devociones detendrán el Brazo de Mi Padre.
Les pido, pequeños apóstoles, oren con el corazón. Les doy Mi Bendición: En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, la devoción de los Primeros Viernes al Sagrado Corazón de Mi Hijo, la devoción de los
Primeros Sábados a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, preparan a Mis apóstoles para el Reinado de
Paz de Mi Hijo que se va aperturar con el Triunfo de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
A Santa Margarita Alacoque se reveló la devoción al Corazón de Mi Hijo, y en Fátima revelé el Misterio de
Mi Corazón a los tres pastorcitos. Y ahora, en esta Obra de Nuestros Sagrados Corazones, revelo la
unidad, la continuidad y la Alianza de Amor de estas dos grandes devociones que calman la Ira del Padre.
Pequeñitos, Nuestros Sagrados Corazones Unidos, por medio de la devoción a Nuestros Sagrados
Corazones a través de los cenáculos de oración, junto a los últimos Llamados de Amor y de Conversión a
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toda la humanidad, preparamos, formamos, convocamos a los hijos fieles de Dios para que caminen
siguiendo Nuestra Luz enriquecida por la Palabra de Dios y sin cansancio en este éxodo de corazones.
Pequeños, el Reino Eucarístico de Mi Hijo les espera. San Miguel, San Gabriel, San Rafael, el Ángel de la
Paz y sus Ángeles de la Guarda, peregrinan con ustedes.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, deseo encender en ustedes el amor de sus corazones con la Llama de Amor de Mi
Corazón Inmaculado, para que reciban esta Gracia de Amor, y amen más a Mi Hijo y se amen, en caridad
fraterna, entre ustedes.
Recuerden, pequeñitos, que en el Purgatorio se expía la falta de amor a Dios, a los hombres. ¡Ustedes
amén! Al final de su peregrinación en la tierra se les revisará en el amor.
Pequeños, recuerden el Mensaje de Fátima: No ofendan más al Señor, que ya está muy ofendido. Mi
Mensaje de Fátima es un Mensaje de Reparación. Por eso, pequeños: ¡Penitencia! ¡Penitencia!
¡Penitencia! ¡Consuelen a Mi Hijo! Con sus sacrificios y oraciones consuelen a Jesús. ¡Oren y velen! No
se queden dormidos por las falacias de Satanás sino que acompañen a Jesús, adoren a Mi Hijo en el
Sagrario, no se cansen de orar.
Pequeñitos, no se cansen de orar. Les invito a la oración reparadora. Les amo y les bendigo: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, les invito al conocimiento de Mi Hijo Jesús. Pequeñitos, Mis hijos no se preocupan por
conocer a Jesús. El mundo se centra en otras cosas que no es Mi Hijo. Los hombres buscan enseñanzas,
filosofías, doctrinas que están alejadas de Mi Hijo.
Queridos hijos, preocúpense por conocer a Jesús, que el estudio de su Sagrado Corazón sea vuestra vida
entera: Conocer el Corazón de Mi Hijo, conocer su Palabra, conocer su Mensaje, conocer su Amor,
conocer su Vida, para que se encuentren realmente con Jesús, para que conozcan con el corazón a Mi
Hijo. ¡Lean la Palabra de Dios! ¡Adoren a Mi Hijo en el Santísimo Sacramento! ¡Vivan y mediten en los
Diez Mandamientos! Mi Hijo desea ser conocido y amado, para que vuestra Madre triunfe en todos los
corazones.
Pequeños, preocúpense en vivir como Jesús vivió, que vuestra vida se configure con la Vida de Jesús. Mi
Corazón Inmaculado les guiará si abren de verdad sus corazones. Les amo y les bendigo: En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El sufrimiento, queridos hijos, es una Gracia en la vida del cristiano. Porque la cruz purifica, la cruz sana,
la cruz redime, y la cruz perfecciona.
Mis queridos apóstoles no teman a la cruz. ¡Ofrezcan sus sufrimientos a Mi Hijo! Todo Mi Ejército Mariano
sufre de diferentes formas. Pero es que, en este tiempo, se necesitan más corazones expiatorios, porque
aumentan más los pecados, y se necesitan corazones que se transformen en hostias vivas, para
alcanzar, aún, tiempos de misericordia.
Pequeños, estén dispuestos a ofrecer los sufrimientos que el Señor os envíe, para la salvación del mundo
entero y, especialmente, la salvación de la Iglesia Peregrina de Mi Hijo Jesús y de las almas consagradas.
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Pequeños les doy Mi Bendición y Mi Hijo Jesús está siempre con ustedes: En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Casto y Amante Corazón desea convertir sus corazones en corazones de adoración y
de reparación.
Pequeños, la batalla de los hijos de Dios con el mundo está muy fuerte, pero, siempre, vencerá el Amor
de Dios. Esta guerra espiritual representa el Triunfo de Dios y de su Amor, es decir Satanás ya está
vencido, triunfará el Amor del Corazón Inmaculado de la Reina Celestial. Pero es necesario que sus
sufrimientos, sus cruces, sus dolores, los ofrezcan, los soporten con amor, ya que el dolor hace fuertes a
los hijos del Señor. El dolor que se une y entrega a Dios fortalece a sus hijos. Y como en Fátima, la
Señora dijo, a los tres pastorcitos, que la Gracia de Dios será vuestra fortaleza, así todos los apóstoles de
Nuestros Sagrados Corazones tienen la fortaleza de la Gracia de Dios.
No se preocupen, ni se turben, que Satanás ya está vencido. Ustedes perseveren, oren, y como soldados
de Jesucristo luchen por el Triunfo del Amor de Dios.
Les amo, les bendigo como el Patriarca de la Sagrada Familia: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hermanos y hermanas, en Fátima los tres pastorcitos se les exhortó a no tener miedo, porque
esos tres pequeños mensajeros del Cielo iban a sufrir mucho desde las apariciones de Nuestra Señora.
Toda su vida fue victimación, cruz, pasión configurada a la de Nuestro Señor. Por eso, ahora, se les invita
a los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María a no tener miedo.
Satanás, el diablo, infunde miedo en los corazones porque el miedo es un instrumento que el maligno
ocupa para paralizar y a veces destruir las Obras de Dios. No teman, porque han sido llamados para el
servicio de Jesús y de María, y esto no lo entenderá el mundo, los sabios, los poderosos; e incluso
muchos dentro de la Casa de Dios, no entienden vuestra misión. Pero vosotros, apóstoles de los últimos
tiempos, no tengan miedo.
Sigan adelante porque el Triunfo de la Señora del Cielo está muy cerca para realizarse. Pequeño, el
Santo Padre Juan Pablo II fue uno de los más grandes hijos de Fátima, y por eso él invitaba al Pueblo de
Dios con la palabra “no tengan miedo”; porque sabía que grandes pruebas espera a la Iglesia, al mundo, y
sufrimientos a cada uno de los que Nuestra Señora ha escogido para que sean parte de Su Ejército y de
su Obra.
No tengan miedo porque el Cielo está con ustedes, y la Santísima Trinidad y la Reina de Fátima tienen
sobre todos ustedes designios de misericordia. El Cielo les pide abandono, paciencia, perseverancia.
Jesús y la Madre María lo harán todo.
El Santo Padre Juan Pablo II y el Ángel de la Paz ruegan por todos ustedes.
Sea adorado Jesús en todos los Tabernáculos de la tierra. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, Mi Corazón está atento a sus oraciones. Es la Voluntad del
Padre Celestial que no se desesperen ni se impacienten porque todas las oraciones son escuchadas.
Pero las oraciones deben configurarse según la Divina Voluntad y serán respondidas todas pero según
los designios de Mi Padre. Ustedes oren, porque la oración da fortaleza, da paz, amor y unión con la
Santísima Trinidad.
Pequeños, deseo invitarlos a que abran sus corazones y escuchen el Llamado que Mi Madre hizo en
Lourdes; penitencia, penitencia, penitencia. El Llamado de Lourdes es una invitación a la penitencia para
que los hombres cambien su corazón y vuelvan a Dios. La Madre de la penitencia llegó a Lourdes para
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invitarlos a que vuelvan sus corazones sinceros y dispuestos a servir a Mi Padre. El Espíritu Santo purifica
los corazones de los que amamos. Perseveren, que la penitencia sea parte de sus vidas.
Les doy Mi Bendición Misericordiosa. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, desde la Gruta de Massabielle en Lourdes, hice un Llamado al mundo entero a la
penitencia. Los signos, los mensajes, son Llamados insistentes a la penitencia. Y los secretos, son la
introducción a los secretos de Fátima; que si el mundo no cambia vendrá una gran purificación, porque los
seres humanos no escuchan Mis Mensajes, condenan a Mis profetas, persiguen Mis Obras.
Pequeños, el rechazo a Mi Corazón y a Mis Mensajes, por parte de los hombres, también atraen la Ira del
Señor porque rechazan Su Palabra.
Penitencia, queridos hijos, penitencia; ofrezcan sus sufrimientos en satisfacción por los pecados del
mundo, por la conversión de los pobres pecadores. Les regalo, queridos hijos, la Rosa de la penitencia
para que la cultiven en la tierra de sus corazones, y de frutos abundantes de amor y de conversión, y
propaguen por doquier el Buen Olor de Mi Hijo Jesús.
Les amo y le bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijito, profeta de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, soy la Madre que, por Divino Encargo, se
presentó y manifestó en Lourdes, y por los méritos de la Santísima Trinidad soy el Consuelo de los
afligidos, Salud de los enfermos, Abogada de los que sufren y Mediadora de todas las Gracias.
Ahora tú, Mi pequeño, a través de ti, hago un último repaso de Mis Mensajes del mundo. Dichosos los que
escuchen y se unan a Mi Ejército que estoy reuniendo en este gran Apostolado de la Sagrada Familia.
Pequeño, ahora debes besar la tierra en señal de aceptación de la cruz de amor; la hierba amarga que
ingestas a través de los ataques del demonio, el vómito del dragón y el agua fangosa que sale de Satanás
y aquellos que se dejan utilizar por él. Esto, Mi amado carmelita, debes sufrirlo para que otros también
puedan salvarse. Amado hijo, Jesús sufre contigo, y es humillado junto a ti, porque Su Espíritu está en ti.
Se fiel, Mi pequeño, todo esto consiste en el amor. Al final de este largo caminar, de este camino lleno de
barro que es el pecado y piedras que son mis enemigos, Mi Corazón Inmaculado vencerá, triunfará y
reinará. Por ahora, Mi pequeño, vive el Mensaje de Lourdes: penitencia, penitencia, penitencia. Jesús
está sufriendo en ti y junto a ti. Mi Corazón de Madre Penitente y Orante es tu Refugio de amor, consuelo
y paz.
Te amo y te pido dar a conocer a Mi Resto Fiel lo que se te mande desde el amor, guíalos que la noche
es muy oscura. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nuestra Madre ha venido toda vestida de blanco, sobre su pecho tiene el Sagrado Corazón de
Jesús, sus manos abiertas derramando Gracia y Misericordia; la Madre dice:
Queridos hijos, soy la Madre del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús; soy la Mediadora entre Mi Hijo y
vosotros, porque la Divina Voluntad, así, lo ha querido; soy la Dispensadora de las Gracias de Mi Hijo y
soy la que Distribuye la Misericordia del Corazón de Jesús.
251
Hijos Míos, soy la Madre de la Misericordia del Sagrado Corazón de Jesús, deseo, pequeños apóstoles,
que sean amantes del Corazón de Mi Hijo y que adoren su Corazón, consuelen su Corazón, acompañen
al Corazón Sacramentado de Mi Hijo en el Sagrario.
Pequeñitos, propaguen en el mundo entero las buenas obras, demuestren que son hijos de la Luz
Celestial; Satanás pone obstáculos y crea disturbios para apagar la Luz en Mis hijos; alégrense, hijos
Míos, porque vuestra luz brilla y disipa las tinieblas.
Hago una invitación especial a todos Mis apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones en el mundo,
propaguen los Escapularios de Nuestros Sagrados Corazones; este Escapulario es un compendio de
todas las Gracias del Cielo y reunión de toda la Revelación de Nuestros Sagrados Corazones. Pequeños,
estén alegres porque Jesús les ama.
Les doy Mi Bendición como Madre Misericordiosa: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Amado hijito, desde el inicio de las manifestaciones en Fátima, se anunció que era una Obra realizada por
medio de los Sagrados Corazones de la Madre y del Hijo.
El Eterno Padre ha deseado que en Fátima se manifiesten los Sagrados Corazones, y en este bendito
lugar escogido por el Padre, se anunció el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón. Esta es, mi pequeñito, la
gran Promesa de Fátima, y como hijos de Mi Corazón son también heredad de esta gran Promesa, pues
como Madre deseo que Mi Rebaño Fiel participe de Mi Triunfo. A Santa Margarita se le anunció el
Reinado del Sagrado Corazón de Jesús. A los tres pastorcitos; Lucía, Francisco y Jacinta, se les anunció
el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
Ahora, estas dos grandes profecías y carismas, del Triunfo y Reinado de Nuestros Sagrados Corazones,
encuentran su plenitud y cumplimiento en el Apostolado de Nuestros Sagrados Corazones. Porque es con
los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones que se realizará el Triunfo de Mi Corazón Doloroso e
Inmaculado, y fruto de este Triunfo, será el advenimiento del Reino Eucarístico del Sagrado Corazón de
Mi Hijo.
Ahora, pequeño Elías, comprende porque te enviamos a Fátima; para que desde este lugar hagas la
entrega del Mensaje y de la Promesa a la Divina Voluntad del Eterno Padre, a través de Nuestros
Sagrados Corazones, para que esta gran Obra de Amor se realice según Sus Santos Planes, y sean
purificadas estas Manifestaciones del Cielo en Fátima de la intervención humana que ha detenido
infinidad de gracias por pensar y actuar no como Dios sino como los hombres, haciendo que este
Mensaje sea mal interpretado, desviado y hasta ignorado por los hombres.
Consagra. Y repara, pequeño mío, esta desviación de Mi Mensaje que han causado los hombres por
ignorar Mi Mensaje y no vivirlo. Haz esta oración:
Santísima Trinidad; Padre, Hijo y Espíritu Santo, que siempre intervienen en la historia humana
para la salvación de las almas, y que suscitan profetas para que anuncien Tus Palabras de Vida y
Consuelo, te damos gracias por el Don de Fátima; que es una invitación a la adoración
eucarística, a la reparación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, a vivir la Santa Ley de
Dios, y a la reconciliación de los hombres.
Permítenos, Padre, escuchar a Tu Hijo que por medio de la Fuerza del Espíritu Santo nos habla con
y por medio del Inmaculado Corazón de Nuestra Santísima Madre. Y vivir, acoger y obedecer el
Santo Mensaje de Fátima que es el arrepentimiento, sacrificio, penitencia, reparación y santidad; y
consolar así a los Santísimos Corazones de Jesús y de María.
Santa y Adorable Trinidad, te entregamos las Manifestaciones del Cielo y los Mensajes de Fátima
para que la humanidad crea y viva este Santo Mensaje del Ángel de la Paz y de Nuestra Señora,
para que la Iglesia de Jesús crea y obedezca, y así como es responsabilidad anunciar y denunciar
como Profeta, pregone el Santo Mensaje de Fátima.
Te pedimos, Padre, que por medio del Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, venga
pronto el Reino del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
252
Santísima Trinidad, que por medio de la Intercesión de la Santísima Madre del Rosario de Fátima,
se realice pronto el Triunfo final de Su Corazón Inmaculado, se disipen las tinieblas que han
entrado en la Casa de Dios confundiendo muchos corazones, y la Paz sea concedida a todos, de
manera especial en las familias, y el mundo deje de ofender a Jesús, que ya está muy ofendido.
Te entregamos, Santísima Trinidad, a Fátima, sus Mensajes, y sus Signos para que se realice su
cumplimiento profético para la mayor Gloria de Dios y la salvación de las almas. Por intercesión de
Lucía, Francisco, Jacinta y el Ángel de la Paz. Amén.
Orad así, pequeñito, ayudadme a realizar Mis Intenciones Maternales. Te doy las gracias. Te amo y te
bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, les invito a abrir el corazón. Cuando el hombre cierra su corazón a Dios,
aunque ore y pida luz pero no abre su corazón, no comprenderá los designios de Dios.
Es necesario abrir el corazón, y orar con el corazón, para que el Espíritu Santo actúe en ustedes haciendo
una obra de perfeccionamiento espiritual como lo hizo en Mí.
Así, queridos hijos, abran sus corazones; no lo comprenderán todo, ni entenderán todo, pero serán
capaces de aceptar el Mensaje, de vivirlo, de obedecer. Pequeños, oren mucho, oren siempre con el
corazón.
Mi Casto y Amante Corazón, que también se manifestó en Fátima, les ama y les bendice. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús: Pequeño, la disposición de tu pequeño corazón me agrada. Siempre te ves pequeño, frágil, débil,
impotente. Siempre tu corazón late y ansía Mi Presencia.
Tu corazón siempre está necesitado de Mi Sagrado Corazón, y esto consuela Mi Corazón. Eres pequeño,
frágil, sufrido y perseguido, para que el mundo vea que esta Obra, que a través tuyo he impulsado, es Mía
y proviene de Mi Sagrado Corazón. Contigo, pequeño, confundo al sabio de este mundo.
El instrumento: Jesús, gracias. Soy pequeño, te agradezco por esto. Soy pequeño, y siempre quiero ser
sólo esclavo de amor de Tu Sagrado Corazón.
Jesús: Hijo, y como esclavo de amor, te pido que te ofrezcas por tres cosas importantes para la
realización de Mi Reinado de Paz: ofrécete como una ofrenda de amor.
Jesús: Hijo, ofrécete entonces porque el tiempo es urgente. Ofrécete para que la Iglesia pregone el
Reinado de Mi Sagrado Corazón, anunciando y proclamando el quinto dogma mariano del Corazón
Corredentor de Mi Madre. Ofrécete por la consagración de Rusia, ahora, a Nuestros Sagrados Corazones
Unidos, y la conversión de muchos hombres. Y para que venga Mi Reinado Eucarístico por medio del
Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María.
Ahora, hijito, el tiempo es urgido y el Cielo llama, convoca y prepara a los apóstoles de los últimos
tiempos para que, con el Apostolado, apresuren el cumplimiento de la Divina Voluntad sobre la tierra.
253
Padre, en estos últimos tiempos donde el peligro de la condenación eterna predomina, te pedimos
que se manifieste la Divina Misericordia del Sagrado Corazón de Jesús para alcanzar a la tierra,
paz, consuelo y salvación.
Adorable Santísima Trinidad que has dispuesto ahora que la humanidad se restablezca en el orden
y en santidad a través de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, queremos como
esclavos de Tu Amor Trinitario; hijos de la Mujer vestida del Sol y miembros de Tu Cuerpo Místico,
la Iglesia; unidos al Santo Padre, y a los obispos y sacerdotes en comunión con él; como reyes,
sacerdotes y profetas desde nuestro bautismo; entregar y consagrar, según el pedido de Nuestra
Señora en Fátima, a la Iglesia, para que sea limpiada y rociada con la Preciosa Sangre de Tu Hijo
Jesús y las Lágrimas Maternales de María, y aumente en santidad y espíritu de conversión a todos
sus miembros.
Te consagramos a Rusia, a través de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, para que el
Rocío de Tu Espíritu reavive, sane y convierta esta nación y no sea instrumento de maldad del
enemigo y sus agentes. Que esta tierra crezca y florezca en santidad, piedad y conversión.
Te entregamos el mundo entero, para que en cada rincón de la tierra se proclame el Reino
Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesús a través del Corazón Triunfante de María Inmaculada. Y
que en el mundo entero se susciten apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de
María que pregonen por doquier la semilla de la Palabra de Dios y las almas se salven, para
consolar Vuestro Amor Trinitario tan ultrajado por los hombres.
Recibe nuestra consagración por las Manos de la Madre Corredentora, y escucha y responde a
nuestra plegaria según Tu Divina Voluntad.
Dios mío, creo, adoro, espero y te amo, y te pide perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no te aman. Amen
Ora siempre así Mi esclavo de amor, la caridad de la Santísima Trinidad urge. Te amo y te bendigo. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeños, los reúno en Mi Corazón Inmaculado. Cada uno es llamado de manera especial, y Yo los he
llamado para que se encuentren con mi Hijo y sean verdaderos apóstoles de Nuestros Sagrados
Corazones, unidos en el Amor Santo.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado triunfará en toda la humanidad, pero primero tiene que triunfar en
cada uno de ustedes. Y de vuestra conversión, oración, penitencia y vidas santas, depende que se
cumpla Mi Promesa.
Gracias pequeños. Oren por Mis Intenciones para con ustedes y para todos mis hijos.
Bendigo de una manera especial a todos mis hijos, mis predilectos Cristos Sacerdotes. Bendigo todos
vuestros objetos religiosos. Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
254
Oren por mis sacerdotes; los sacerdotes marianos son los pastores de mi rebaño fiel. Y juntos, mis hijos y
los sacerdotes, oren por el Santo Padre que sufre mucho porque en la misma casa de Mi Hijo están sus
enemigos.
Pequeños permanezcan unidos en oración, no permitan que mi ejército, al que Yo estoy formando, por
ningún motivo se divida: la división no es de Dios. La unidad en el amor, en la Sagrada Eucaristía, es el
deseo que Mi Hijo Jesús tiene para todo su Pueblo.
Mis pequeños apóstoles, unidos y en oración, con caridad fraterna, van a irradiar en el mundo la Luz de
Nuestros Sagrados Corazones, y muchas almas serán tocadas por esta Luz que es la Palabra de Mi Hijo
y Mis Santos Mensajes, que sólo les recuerdan el Evangelio. Pequeñitos, oren con el corazón, que no se
ensordezcan sus corazones a Nuestras Palabras, y que sus ojos no sean cegados por el enemigo para
evitar que disciernan los signos de los tiempos, sino que con la Luz del Espíritu Santo, en oración
permanente, sacrificio y penitencia serán firmes, fuertes y decididos por la causa de Mi Hijo, y Yo como
Madre permanezco con ustedes en ustedes. Les amo a todos de una manera muy especial. Les doy mi
bendición maternal.
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, estoy con todos ustedes. Mi Corazón Inmaculado es vuestro
Refugio seguro, vuestro Consuelo y vuestra Fuerza. En Mi Corazón Inmaculado encuentran a Mi Hijo que
quiere reinar en sus vidas, y este Reino nace en los corazones cuando viven de los sacramentos
especialmente de la confesión y de la Sagrada Comunión.
Hijos, transfórmense en Mi Hijo, sean copias vivientes de Jesús, y den a Jesús a los demás. La oración, el
ayuno, son vuestra fuerza espiritual. La oración, el sacrificio, la penitencia sostiene a mis pequeños
apóstoles para que estén firmes conmigo al pie de la Cruz de Mi Hijo. Porque la Cruz de Mi Hijo es el
mayor testimonio de Amor de Dios para los hombres. Adoren a Mi Hijo con el corazón.
Queridos hijos, los invito nuevamente a que se dejen transformar por el Amor de Jesús. Mi Hijo Jesús
desea hacer de cada uno de ustedes un verdadero apóstol de estos últimos tiempos, que vivan en la fe,
en la esperanza y en la caridad.
Pequeños, déjense transformar por el Amor de Jesús: renovará sus vidas, sus fuerzas, sus corazones,
con la presencia del Espíritu Santo, les invito a sacrificarse y a ofrecer cada uno de sus sufrimientos por la
Iglesia, la conversión de los pecadores, y la paz en el mundo, especialmente en las familias; porque si la
familia está dividida el mundo también lo estará y la Iglesia de Mi Hijo también lo estará.
Oren por las familias, para que sean cenáculos de oración. Oren unidos y ofrézcanse juntos, como Mi Hijo
Jesús y Yo, vuestra Madre, nos ofrecimos unidos al pie de la cruz al Padre.
Abran sus corazones y vivan Mis Mensajes. Les amo y les doy Mi Bendición Maternal. He venido a
renovar el Mensaje de Fátima para el mundo entero.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, así como bendije al mundo en Fátima, vengo nuevamente a bendecir al
mundo desde Fátima, y a renovar junto a Nuestra Señora del Rosario el Mensaje de Fátima.
Les invito queridos hijos a vivir y recorrer el camino de la infancia espiritual, para que puedan pasar al
Hogar de Nazaret: entregando la soberbia, el egoísmo, la hipocresía y el pecado, y que se encuentren
con Jesús y con María limpios y puros de corazón, porque es un deseo de Dios que sean santos como Él
es Santo.
Pequeños, el Espíritu Santo les asistirá, así como me asistió a Mí, iluminándome y haciéndome
comprender la Divina Voluntad de Dios. Por eso, ahora les invito a abrir el corazón, a ser sencillos y
pequeños, para que como niños vivan con amor y con obediencia los Mensajes de Nuestros Sagrados
Corazones a la luz de la Palabra de Dios.
255
Les doy Mi Bendición Patriarcal. Soy el Protector de los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y
de María. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, es muy importante su docilidad. El cielo implora a los pequeños apóstoles de estos últimos
tiempos que ayuden a vuestra Madre a apresurar el cumplimiento de las Promesas para estos tiempos.
Es necesario, que al tomar el arado no miren para atrás.
Pequeños, sean colaboradores con Nuestros Sagrados Corazones, ustedes necesitan de Vuestra Madre
y Vuestra Madre necesita de ustedes para glorificar y realizar las Obras de Mi Hijo.
La Peregrinación apenas está comenzando porque debéis llevar Mi Palabra al mundo entero y siempre
los reuniré en un Cenáculo de Amor porque necesito que se formen, que maduren, que crezcan, en el
Espíritu, porque el Cielo necesita ahora mas que nunca Heraldos del Reino, y Vuestra Madre los prepara
y los continuará preparando. Sean dóciles, sean obedientes, y tengan fe. Mi Hijo Jesús y Yo, vuestra
Madre, lo haremos todo, para la mayor Gloria de Dios y la salvación de las almas y para el bien espiritual
de la Iglesia de Mi Hijo.
Oren y estén atentos a Mis Llamados de Amor y Conversión. Los estoy preparando para que sean
peregrinos del Amor de Jesús y de María en el mundo.
Les doy Mi Bendición Maternal. Glorifiquen a Mi Hijo. Con cariño de Madre bendigo todos los objetos
religiosos, pero les pido: sean muy piadosos y fervorosos con la bendición de los sacerdotes. Los llevaré
donde más necesitan de Mi Presencia Maternal.
Mis queridos hijos, los invito a abrir sus corazones y que la Luz del Espíritu Santo guíe sus almas, ilumine
sus mentes, y gobierne sus corazones, para que puedan ser discípulos de Mi Hijo.
Pequeños, permitan que el Espíritu Santo gobierne sus corazones, que el Espíritu Santo gobierne sus
vidas, que Él hable por ustedes, que Él actúe por ustedes, que Él viva en ustedes.
El Espíritu Santo, fuente de sabiduría, les llevará al conocimiento perfecto de Mi Hijo Jesús, pero Él sólo
camina por medio de Mi Corazón Inmaculado, así, pequeños, cuando invoquen al Espíritu Santo háganlo
a través de Mi Corazón Inmaculado, porque Él asiste a las almas que son devotas y apóstoles de Mi
Inmaculado Corazón, y sólo a través de Mi Corazón el Espíritu Santo se manifestará.
Pequeños, vivan en paz; no se acongojen. ¡El Espíritu Santo les guiará! Sólo vivan Mis Mensajes; sólo
escúchenme y no se perderán. Con el Mensaje de Fátima quise guiar el mundo hacia la paz, pero no me
escucharon.
Pequeños apóstoles, escuchen Mis Mensajes y lleguen hasta el Corazón de Mi Hijo Jesús. Yo les amo y
les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos de Mi Casto y Amante Corazón, miren Mi Corazón, este Corazón que ama tanto a Jesús, a
María, a la humanidad. Y aquí en Mi Corazón, queridos hijos, encontrarán un Refugio para ustedes, para
sus familias, para sus oraciones.
256
Dios Padre me confió los Dos grandes Tesoros del Reino; el Inmaculado Corazón de María y el Sagrado
Corazón de Jesús. Pero, en este tiempo, los Sagrados Corazones de Jesús y de María me han confiado a
las almas, y es por eso, pequeños, que les invito a que tengan una verdadera y profunda devoción a Mi
Casto y Amante Corazón, que es el Refugio para los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María en estos tiempos, y en Mi Corazón encontrarán el amor, el servicio, la consagración, la humildad, el
silencio, la obediencia y el amor santo que agrada a Jesús y a María. Entren en Mi Corazón y llénense de
Jesús y de María, que colmaron totalmente Mi Corazón ahora para darlo a ustedes.
Les amo y les doy Mi Bendición como el Patriarca de Nazaret. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Amado pueblo Mío, desde la Cruz manifiesto el Amor más grande para el mundo entero; el dolor y el
sufrimiento dio luz, vida, y resurrección a Mis hijos fieles; la Cruz no es el final sino el comienzo de la vida
y en Mi Cruz, en esta Cruz que tanto amo, está la victoria de Mi pueblo sobre Satanás, el pecado y el
mundo; y he dado a Mi pueblo pequeñas cruces, que han salido como frutos de Mi Santa Cruz, por eso no
rechacen las pequeñas cruces, cárguenlas y súfranlas sin temor, porque con ellas salvan sus almas y
también son salvadas muchas almas de los pobres pecadores.
Pequeños: ¡acompáñenme! Me condenaron para cargar la Cruz y morir en Ella; hoy, ahora, soy
condenado para morir en el mundo de vuestro tiempo; todo lo que tiene fragancia a Mí es condenado a
muerte: muero en los niños abortados; soy condenado en los que quieren seguirme y ser fieles; soy
condenado en Mis profetas; soy condenado en Mis Mensajes; soy condenado en las familias; soy
condenado en los jóvenes y en los niños; soy condenado en los enfermos que no tienen la paciencia para
sufrir sus dolores y ofrecerlos; soy condenado hijos Míos; pero el Espíritu Santo da fuerza a los que
quieren seguirme, porque la condena sólo dirige a la resurrección.
Desde Mi Cruz les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, háganse pequeños. ¿Cómo se hacen pequeños, hijos míos? Dejándome conducir sus
vidas, no pidiendo comprender todas las cosas, sin embargo obedecer y creer no poniendo resistencia en
sus corazones para sufrir, sino que sufriendo todas las adversidades de esta vida purificar sus corazones.
Hijos míos, el sufrimiento es una gracia, no la desperdicien huyendo de ella, sino ofrézcanlos para
purificarse.
Hijos míos, háganse pequeños obedeciendo Mis Mensajes, leyendo la Palabra de Mi Hijo, aunque no
comprendan, no entiendan, pero practicando lo que les pedimos. No pongan obstáculos a practicar Mis
Mensajes; ayunen, oren, reparen, así se harán pequeños.
No crean, hijos, que tienen la sabiduría y que lo entienden todo, y que saben mucho. No, hijos, siéntanse
nada, servidor de todos, menos que los demás, porque en estos que se hacen pequeños es el Reino de
Mi Hijo.
Hijos, Mi Corazón Inmaculado es su Refugio, y es la Fortaleza que les protege de las tormentas y
tribulaciones de la vida. Yo soy la que guarda sus corazones si ustedes así me lo permiten. Entonces, así
como el Señor hizo en Mí maravillas, por medio de Mí las hará en ustedes. Pequeñez, sencillez,
humildad, cooperen con Mis Planes de Amor y de Paz.
Oren por Mis Intenciones. Yo estoy con ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Mis queridos hijos, he venido a ustedes como Madre, para que escuchen, con el corazón, la invitación de
Mi Hijo a la conversión, conversión sincera y radical. Pequeños, oren y abran sus corazones, para que de
verdad Yo los pueda utilizar como Heraldos del Reino de Mi Hijo.
Yo deseo, como Madre, que sean todos Mis instrumentos, por eso necesito que sus corazones sean de
verdad dóciles y se dejen utilizar por vuestra Madre. Todos tienen un designio de Mi Hijo para ayudarme a
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que se cumplan Mis Promesas, pero deben ser dóciles y humildes y alejar de sus corazones la dureza y
la humanidad, que se antepone, y por eso muchas veces Mi Palabra no llega pura a sus corazones,
porque siempre, queridos hijos, ven primero por ustedes y dejan a Mi Hijo de último.
Queridos hijos, escúchenme, he venido para la conversión del mundo y para prepararlo para la Venida del
Señor; Mi Corazón Inmaculado es vuestro guía y Mis Palabras su antorcha en esta oscuridad; solamente
confíen y déjense conducir por Mí; no hagan nada, porque Mi Hijo Jesús y Yo, en el Espíritu Santo, lo
haremos todo; les invito a abrir el corazón
¡Oren por Mis Intenciones! Les doy Mi Bendición Materna Especial: En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, les invito que sus corazones crezcan y aumenten la devoción a Mi Casto
y Amante Corazón; Mi Corazón de Patriarca es el refugio donde encontrarán comprensión, fuerza, y a
Jesús y a María; los Dos Corazones me fueron confiados por Divina Voluntad y, ahora, en Divina
Voluntad, el Cielo quiere propagar la devoción a Mi Casto y Amante Corazón unido a los Sagrados
Corazones de Jesús y de María.
Acompáñenme en Mi Viacrucis, Mis Siete Dolores, los Dolores que sufrí en Mi misión y ministerio al
servicio de Jesús y de María en la tierra; esas son las Siete Estaciones Dolorosas de Mi Cruz.
Comprendan, pequeños, en este camino, que si van de la mano conmigo irán seguros con Jesús y con
María. ¡Oren! ¡Crean! ¡Obedezcan!
Sigan la Luz de Nuestros Mensajes, para que se establezca el Reino de la Sagrada Familia de Nazaret en
todas las familias y en el mundo entero.
¡Oren! ¡Oren! ¡Oren! Les doy Mi Bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Amados discípulos de Mi Corazón, estoy saliendo del Pretorio con la corona de espinas en Mi Cabeza,
con la túnica en Mi Cuerpo, y la cruz; cargo con la Cruz, la Cruz que es la misma, pero en este tiempo
más pesada, todos los pecados de la actualidad hacen que pesa Mi Cruz.
Pequeños, no les digo que el mundo está mal, porque ya lo saben, y no les enumero los pecados, porque
ya lo saben, sólo quiero que me miren a Mí y me sigan a Mí; pero no olviden que cargué la Cruz por el
mundo, por ustedes, así que, cuando me sigan, no olviden a los que quedan, ofrézcanse por ellos, no los
condenen; oren por los pecadores, no los critiquen; intercedan por el mundo, pero déjenme sólo a Mí
juzgarlo; ustedes amen, oren, sirvan, cargando la cruz, junto a Mí, y ofreciéndose por los demás; que el
Amor que reciben de la Santísima Trinidad no se quede sólo en ustedes, lleven el Amor, como llevan la
Cruz, adonde vayan, que los hombres vean que ustedes los aman y cargan su cruz por los pecadores.
¡Ayudadme en Mis Intenciones! Les amo y les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Queridos hijos, los invito a que abran el corazón a Mis Mensajes. Es un deseo de Mi Hijo Jesús que
valoren las Gracias que les son dadas a ustedes. No sólo escuchen el Mensaje como palabras vacías
sino que abran el corazón para que cada palabra se guarde en sus corazones.
Pequeños míos, enamórense de esta Obra, entréguense a esta Obra. Aún existen corazones duros, aún
existen corazones en desconfianza, aún hay corazones que ponen en primer lugar al mundo, al trabajo, al
dinero, al poseer, no se acuerdan de Mi Hijo Jesús, y ni un pensamiento durante el día elevan a Nuestros
Corazones Unidos.
Por favor, hijos míos, déjenme ayudarles; estoy aquí porque me necesitan. Obedezcan Mis Palabras para
que lleguen al conocimiento de la Verdad y descubran el Amor de Dios. Oren para que realmente puedan
comprender los Planes que tengo en Mi Corazón a través de esta Obra. Oren para que puedan vivir, de
verdad, Mis Mensajes.
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Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo que meditemos juntos el "Primer Dolor" de Mi Casto y Amante
Corazón; cuando la Reina Celestial me dijo que lo tenía gestando en su Vientre era fruto del Espíritu
Santo. Pero lo que me turbó no era la Obra Divina de la Encarnación sino que Yo pensaba, como
humano, que la Madre había faltado a Su Voto de Virginidad. Eso perturbó Mi Corazón, pensé dejarla en
secreto. Pero el Espíritu Santo me hizo saber, dándome una "alegría eterna" en Mi Corazón, que la Madre
no había faltado a Su Virginidad y que seguiría siendo Virgen perpetuamente.
Y así, siendo Madre del Hijo de Dios, fue grande alegría para Mí ver a Mi Prometida ser Madre de Dios,
Reina del Cielo; y me sentí tan pequeño, impotente, ignorante. Cuando me confiaron cuidar a María no
entendía, no sabía cómo hacerlo, pero creí, obedecí. Y las respuestas que esperaba, no me las dieron
con palabras sino con hechos concretos, con acciones prodigiosas realizadas por el Amor de Dios.
Aprendan, pequeños, con este "dolor y gozo", que no es necesario que entiendan todo, que comprendan
todo; lo importante es creer, obedecer; y el Espíritu Santo de Dios les guiará como lo hizo en Mí; les
mostrará la Verdad como a Mí me lo mostró; y les llevará al pleno conocimiento de Dios como a Mí me
llevó a conocer los Sagrados Misterios de Dios y de Su Madre. Caminen, confíen y esperen.
Les doy Mi Bendición Patriarcal. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, recorramos juntos el Camino de la Cruz. Salgo, coronado de espinas, flagelado, sin
dignidad, como al Cordero que llevan al Altar para el sacrificio, y salgo caminando, cargando la pesada
Cruz, entre insultos, entre bofetadas, me tiran piedras, me dan latigazos, pero camino hacia el Calvario.
Cargo Mi Cruz y soporto todos estos sufrimientos, con Amor, por cada uno de ustedes, por el mundo, por
Mi Iglesia. Camino marcando el suelo con la Sangre, que fluía de Mi Cuerpo, herido y maltratado, y es por
esta Sangre, derramada, que sus pecados son perdonados y liberados de la esclavitud del Demonio. Y es
en este Camino de la Cruz donde encontrarán el Verdadero Amor, la Verdadera Compasión, la Mística
Unión de Dios con los hombres.
¡Recorran Conmigo el Camino de la Cruz! Los del mundo insultan, ofenden, y los Míos van Conmigo, a Mi
Lado, ayudándome con la Cruz. ¡Vengan Conmigo y les daré Vida Nueva! ¡Pasemos por el Calvario para
llegar a la Resurrección! Yo camino, también, con las pequeñas almas, que con amor se ofrecen y cargan
su cruz.
Animo, queridos hijos, todos los sufrimientos que soportan: Ofrézcanlos. ¡Imítenme! Carguen con esos
sufrimientos junto a Mí, su Maestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, como Madre, les pido que reparen los Dolores de Mi Inmaculado Corazón ofendido,
ultrajado, herido, y olvidado por sus hijos. Como Madre, deseo que todos Mis hijos se encuentren con
Jesús.
Pequeños, ¿quieren paz en sus familias? ¿quieren amor y conversión entre ustedes? ¿quieren,
realmente, vivir Mis Mensajes junto a la Palabra de Mi Hijo? Pequeños Míos, primero encuéntrense con
Jesús, si se encuentran con Jesús, lo demás vendrá como Gracia y Bendición.
Pequeños, reparen Mis Dolores viviendo Mis Mensajes y oren por Mis Intenciones. Yo tengo Intenciones
de Madre, para con toda la humanidad. Oren para que Mis Intenciones, y los Deseos de Amor y de Paz
de Mi Hijo, se puedan cumplir.
Oren, oren con todo el corazón, y contemplen a Mi Hijo en la Cruz; únanse a Él y encuéntrense con el
Amor más grande, más perfecto, más puro, que Jesús tiene y, encontrándose con este Amor, llévenlo a
los demás, sean Mis apóstoles transmitiendo el Evangelio y el Amor de Jesús.
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Así, queridos hijos, consuelan Mi Corazón de Madre, que tanto les ama. Les amo y les bendigo: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Casto y Amante Corazón meditemos en el Nacimiento de Jesús: Con Mi Amada
Esposa, llegamos a Belén y al pedir una posada, para que la Virginal Señora diera a luz a Dios Hijo, se
nos negaron, cerraron las puertas, diciéndonos: No hay espacio. Esto sucede ahora, en el mundo, en la
familia, incluso en la niñez, ya no hay espacio, no hay espacio para los Tres Corazones y se cierran las
puertas, porque es más cómodo el mundo y sus distracciones que la oración y el servicio.
Llegando luego a una Cueva pequeña, abandonada, fría, sucia, que nos acogió, la Madre María y Yo
arreglamos esta Cueva, la limpiamos, la ordenamos, sacamos todo lo inservible y todo lo que
obstaculizaba que ese pequeño lugar se transformara en un Sagrario, en el Primer Sagrario.
El Vientre de María se transformó en todo el pesebre donde junto al Hijo Dios, ya nacido, fui acogido, Yo
también, y todos los hombres, para ser Sus hijos y hermanos de Cristo, la Palabra Encarnada.
Me dio Gran Dolor ver al Hijo de Dios y a su Madre, Mi Virginal Esposa María, en tan grande pobreza,
pero la presencia de los Dos Corazones transformó ese Lugar y transformó Mi Vida en una Eterna
Alegría, porque me encontraba ante el Prodigio de la Virgen que daba a luz al Redentor del mundo. Y fui
por Misericordia escogido para ser el Primero, de los hombres, ver tan grande Prodigio Celestial.
Intercedo para que sus corazones se encuentren verdaderamente con María, sean perfectos
colaboradores con Ella, y reciban y se encuentren con el Dios Que Salva.
Les amo y les bendigo, como el Patriarca de la Gruta de Belén: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, contemplen y adoren, en el espíritu, Mis Caídas bajo el peso de la Cruz, en
el camino hacia el Calvario.
Iba cansado, flagelado, derramando abundante Sangre, coronado de espinas, y la Sangre que cegaba
Mis Ojos; la túnica se me pegaba al manto por la Sangre y el Sudor; cada vez que me jalaban el manto,
los Brazos, y me azotaban, volvían a desgarrar Mi Cuerpo y el camino quedaba marcado por Mi Preciosa
Sangre.
Queridos hijos, caí, no por Mi Propia Voluntad, sino por el peso de la Cruz, los empujones, que me daban
los soldados y que también permitían que las gentes que me miraban pasar me empujaran, caí con Mi
Cruz, pero me levanté con la Cruz.
Mis pequeños hijos, adoren Mis Caídas, en el camino hacia el Calvario, porque con Mis Caídas, en tierra,
al caer en el suelo, al tocar el suelo con Mi Cuerpo Inmolado y levantarme, reparé las caídas de la
humanidad, reparé la caída del hombre, su desobediencia, su pecado, su fragilidad, su pequeñez, y, junto
a Mí, elevé su dignidad, y Mi dignidad de criatura y de Hijo de Dios, caí con la Cruz, para levantar al
hombre caído en el pecado.
¡Adoren Mis Caídas bajo el peso de la Cruz y reparen las caídas de los hombres en el pecado!
¡Contemplen y adoren Mi Corazón que se hace nada y se humilla para salvarlos! Les amo con Amor
Redentor: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, nuevamente, les invito a abrir el corazón a Mi Hijo y a su Palabra, les invito a que reciban
el Amor de Jesús; el Amor que viene de parte del Corazón de Mi Hijo es el Amor que no juzga, que no
ofende, que no se perturba; el Amor de Mi Hijo es el Amor que da la paz, el perdón, la misericordia y la
alegría.
Pequeños es verdad que Mi Hijo Jesús sufrió en la Cruz por Amor a todos ustedes, pero sufrió con
alegría, con disposición, con su Corazón Abierto, porque el dolor de la Cruz salvó a todos los hombres.
260
Por eso, ustedes, pequeños apóstoles de Mi Corazón Materno, vivan en la alegría de saberse amados y
salvados por Jesús, vivan en alegría y practiquen el amor, estas dos Gracias que vienen de Dios y que les
ayudarán a vivir su Palabra por amor y con alegría.
Oren, hijitos Míos, por las Intenciones que tengo como Madre para todos Mis hijos. Les amo porque Soy
vuestra Madre, la Madre de todos los hombres, de la Iglesia y de todos los que se consagran a Mi
Inmaculado Corazón.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, les invito a contemplar con el corazón el Misterio de la Circuncisión de
Jesús, fue el Primer derramamiento de la Preciosísima Sangre, fue la Primera pequeña crucifixión del
Redentor hecho Niño; el dolor humano del Niño Jesús traspasó Mi Corazón, porque desde su Concepción
Inmaculada en el Seno de la Madre María conoció el dolor, el sufrimiento, la cruz; desde Niño se enfrentó
y conoció el dolor, pero la alegría invadió Mi Corazón al imponerle, como su Padre Legal, el Nombre
Poderoso de Jesús, que quiere decir: Dios salva.
Jesús Niño derramó por primera vez su Preciosa Sangre porque Él estaba destinado a salvar al mundo
entero.
En el Nombre Poderoso de Jesús están las delicias del Padre, en el Nombre Poderoso de Jesús está la
manifestación del Espíritu de Dios, en el Nombre Poderoso de Jesús su Madre María y Yo nos alegramos
de adorar éste Nombre que está sobre todo Nombre, y en el Nombre Poderoso de Jesús se encuentra la
salvación del mundo entero.
¡Adoren la Preciosa Sangre del Niño Jesús derramada en la Circuncisión! Yo vuestro Padre Protector les
amo y les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Doliente Corazón, contemplen hijos Míos a su Redentor: ¿Quién ha amado como
Yo? ¿Quién ha sido capaz de aceptar a todos como Yo? ¿Quién ha amado y servido, sin distinción, a los
hombres como Yo? Por eso, pequeños, les invito a que me miren sufriente y doliente, pero no por maldad,
sino por Amor; del odio de Mis enemigos, Yo tuve en Mis Sufrimientos el Amor para salvarlos a ellos, para
salvarlos a ustedes, para salvarlos a todos
¡Síganme en la Vía Dolorosa! Vean a Mi Amada Madre que se acerca, entre la multitud, que odia, que
está ciega por el humo de Satanás, se acerca a consolarme, y con Su mirada me ofrece su Corazón, y
con Su mirada me dice: Te amo y estoy aquí, estoy por Ti
¡Sigan el ejemplo de Mi Madre y sean consoladores de Mi Corazón! Miren a Mi Corazón en los vuestros,
en sus prójimos, en ustedes mismos, mírenme allí, y digan: Jesús estoy aquí, como lo hizo Mi Madre.
Pequeños, vivan en paz; si quieren la paz, el amor, la suavidad del Espíritu, la tranquilidad de la
conciencia, la unión en los corazones, vivan Nuestros Mensajes; si los viven tendrán paz. No digo esto al
mundo, lo digo a ustedes porque los amo. ¡Síganme! No rechacen a Su Señor sufriendo, sufre porque les
ama y les ama mucho.
Yo les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
261
Pequeños, no aparten su mirada de la Cruz; véanla, adórenla, mediten en ella y abrácenla, de la Cruz
viene la salvación. La Cruz significa renuncia, morir a ustedes mismos, para que viva Jesucristo.
Pequeños apóstoles, renuncien al ruido y a la distracción, renuncien a las conversaciones con el mundo y
conversen con Mi Hijo en el Santísimo Sacramento del Altar, renuncien a sus comodidades y estén
dispuestos a cumplir con Mis Mensajes. No tengan miedo porque el alma que camina Conmigo está
protegida por Mi Corazón Inmaculado.
Cumplan, hijitos, con sus deberes con Nuestros Dos Corazones, encárguense de Nuestros Asuntos y Mi
Hijo y Yo nos encargaremos de los vuestros. También les digo, hijos, no pidan por la paz de otros, pidan
por la paz en vuestros corazones; no pidan por la conversión de otros, pidan para que ustedes se
conviertan de verdad y se vuelvan imagen de Jesús a los demás.
Pequeños, con esta Obra he iniciado la gran evangelización del mundo para reunir a todo el Resto Fiel.
Llevad al mundo Mi Mensaje, reunir al Resto del Señor, consuelen así Mi Corazón Inmaculado. Vayan por
todas las naciones y digan al mundo que Jesús está regresando.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, deseo invitarlos a que abran sus corazones y permitan que Mis Mensajes Maternales
transformen sus vidas. Mis Mensajes de Amor y de Conversión no son para que los escuchen como
simples palabras sino que permitan que Mis Mensajes transformen y renueven sus corazones.
Abran sus corazones al Amor de Jesús y no permitan que la soberbia, el orgullo, la falsa humildad, la
falsa vida de piedad y el amor propio gobierne sus corazones, porque si no se conducirán al camino de la
perdición.
Déjenme enseñarles, queridos hijos, pero obedezcan. Deseo enseñarles sobre el amor, la fe, la paz, la
caridad, la unidad en Mi Hijo; solamente si abren sus corazones me van a permitir ayudarles.
Queridos hijos, intercedo por ustedes pero también ustedes deben colaborar con Mis Intenciones.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Llamado de Amor y de Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 5 Abril
2017
Hijos de Mi Castísimo Corazón, en aquel tiempo, según la Ley de Moisés, estaba escrito que todo
primogénito sería presentado al Señor y la purificación de la Madre, Jesús, el Hijo de Dios, y María, la
Inmaculada, humildemente se sometieron a la Ley del Señor, para cumplir por amor, y no como por
obligación, lo mandado por el Señor, y Yo, como el Patriarca de la Santa Familia, lleve a Mi Familia a los
pies del Todopoderoso.
¡Qué dolor sintió Mi Casto y Amante Corazón cuando nos encontramos con el profeta Simeón, que
anunció el futuro sacrificio de Jesús y la pasión espiritual del Corazón Inmaculado de María, que como la
Corredentora se uniría a los sufrimientos de su Hijo!
Pero la alegría que invadió Mi Corazón fue cuando presentamos al Niño al Señor y recibió del Espíritu
Santo la unción como Mesías en el Templo de Dios. Nadie se daba cuenta, excepto nosotros sus padres,
Simeón, y la profeta Ana, que el Redentor ya estaba entre los hombres.
Hijos, preséntese ustedes junto al Niño Jesús, en unión de Él, al Padre Eterno, como una sola Hostia, que
se sacrifica en el altar, para que se vuelvan santos e irreprochables a los ojos del Señor.
¡Vivan, queridos hijos, este Misterio de la Presentación del Niño Jesús, continuamente! Nunca alejando de
sus corazones que Dios está en ustedes siempre; Él, siempre, permanece en ustedes.
Les bendigo como el Padre del Niño Presentado en el Templo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
262
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, deseo que mediten la Pasión Dolorosa que vivió Mi Sagrado
Corazón, las estaciones interiores de Mi Corazón; deseo que perciban el Amor, la Paz, la Fuerza con los
cuales Mi Corazón recorría, meditaba, adoraba, contemplaba, cada estación en la Vía Dolorosa hasta
llegar al Calvario.
Mi Sagrado Corazón iba repleto de Amor, de Amor por toda la humanidad, de Amor por las generaciones
antes de Mi Presencia en la tierra, durante Mi Vida en la tierra, y todas las generaciones por venir. Mi
Pasión la soporté hasta por la última alma que habitará en la tierra. Mi Corazón recorrió este camino y lo
recorre ahora, cada instante, cada momento; en muchas estaciones de muchos corazones Mi Sagrado
Corazón sufre.
Por eso, Mi Madre ha venido reuniendo a los Juanes, a las Marías, a las mujeres piadosas, a los Cirineos,
a las Verónicas, a los hombres y mujeres que han escuchado el Llamado de Mi Madre para que
consuelen el Corazón del Hijo.
Mi Sagrado Corazón cuando llegó al Calvario, y fui crucificado, explotó en Amor, en Amor Santo, en Amor
Perfecto, en el Amor de Dios, y Mi Corazón explota de Amor ahora, hoy, en cada momento presente,
porque desea la salvación de todos los hombres. Hombres, y mujeres piadosas, escuchen a Mi Madre,
hagan lo que Mi Madre les diga, para que consuelen este Corazón, que tanto les ama. Mi
Corazón doloroso, pero apasionado por sus almas, les ama, les bendice: En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, contemplen el pasaje del Santo Evangelio donde una mujer ungió los Pies de Mi Hijo, con
aceite, y humillándose, totalmente, ante Jesús secó con sus cabellos los Pies de Mi Hijo.
Pequeños, les invito a que imiten a esta mujer, que arrepentida de sus pecados y humillándose ante
Jesús le pidió perdón.
Pequeños, permitan que Jesús entre a las casas de sus corazones y con su arrepentimiento, de sus
pecados y de la falta del amor en sus vidas, derrame en sus lágrimas, de arrepentimiento, como aceite; y
con sus buenas obras y testimonio sequen las lágrimas que han causado a Jesús.
Humíllense, como esta mujer del Evangelio, y pidan a Jesús un verdadero amor, que los haga olvidarse
de sus egoísmos, para vivir con Jesús y agradar, solamente, a Mi Hijo.
Les invito a que sus corazones se abran y se humillen, postrándose, en adoración a Mi Hijo. Yo les amo y
les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos queridos de Mi Castísimo Corazón, el Cielo llama a todos los Apóstoles de los Sagrados Corazones,
que junto a Mí, desean estar al servicio y a la entrega total a Jesús y a María, a recorrer el camino del
desierto.
Queridos hijos, el Ángel del Señor me advirtió que Herodes quería asesinar a todos los recién nacidos de
Belén, entre los cuales se encontraba Mi Hijo Adoptivo, y para proteger la vida y la misión del Niño Jesús
y a Su Madre, la Santísima Virgen, debíamos huir a Egipto.
Recorrí este camino de Belén a Egipto con gran dolor en Mi Corazón, sin saber, sin comprender,
solamente con mi fe y mi obediencia. No quería que faltara nada a la Madre y al Hijo. Pero al llegar a
Egipto Mi Corazón se transformó en un refugio para Jesús y María y la alegría invadió Mi Corazón al ver
al Hijo de Dios llegar a tierras paganas y destruir, con Su sola Presencia y con la Inmaculada Señora, los
dioses paganos de Egipto.
Ahora, abran sus corazones y permitan que Yo vuestro Padre, San José, lleve a Jesús y a María al Egipto
de los corazones, y sean derribados todo lo que ocupa sus corazones y los aleja del Señor, y se
transformen en Tierra Santa, escogida y bendita.
Les doy Mi Bendición de Patriarca: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
263
Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María – 17
Abril 2017
Queridos hijos, les invito a que abran sus corazones a la alegría de la Pascua del Señor. Él ha resucitado,
pero ya no de un sepulcro cavado en una roca, ha resucitado del sepulcro del mundo, de la muerte, del
pecado, del dominio de la maldad. Él, Jesús, resucita como vencedor de la muerte, del demonio, del
pecado. Él resucita como un signo de amor por ustedes, para permanecer con ustedes.
Jesús resucita para dar Vida, Vida eterna, Vida abundante.
Dejen, queridos hijos, que la roca de los corazones sean removidas para que reciban la Luz de Jesús
Resucitado. Que todos ustedes, queridos hijos, como Mis pequeños apóstoles, den testimonio del Amor
de Dios que nunca muere, que nunca acaba, sino que es un Amor constante y eterno.
Demuestren con la oración y con las obras el Amor de Jesús que ha resucitado. Como Madre de la
Pascua les doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, los invito a meditar, y a profundizar a través de la oración, y dirigir sus corazones hacia
Nuestro Pequeño Refugio, en tierras de Egipto.
Cuando el Ángel Mensajero del Señor me fue enviado, nuevamente, para anunciarme que Herodes había
muerto, y que el Niño no corría peligro, nuevamente, agradecimos con mi Esposa Virginal a Dios, por Sus
Misericordias, cantamos himnos y salmos, de acción de gracias, a Nuestro Dios, porque había
nuevamente renovado Sus Promesas, para con Nuestra Pequeña Familia.
Caminamos de regreso el desierto hasta Nazaret. Me entristecía el saber que Herodes hijo reinaba, pero
confiaba en la Promesa del Señor que el peligro para el Niño ya había cesado. En Nazaret volvimos a
Nuestro Hogar, a Nuestra Tierra, a Nuestra Fe, y construimos junto a la Madre Celestial un Hogar para el
Señor, donde creciera en Edad, Santidad y Sabiduría.
Regresen a Nazaret y, con sus corazones dispuestos y abiertos, háganse miembros de Nuestra Sagrada
Familia, viviendo en caridad, creciendo en caridad, amando al Amor que es Dios, amando al Dios que es
Amor, y amando a vuestro prójimo con el corazón.
Yo les doy Mi Bendición Patriarcal: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, con gran alegría en Mi Corazón Inmaculado, vengo a anunciarles la Misericordia de
Dios que ha resucitado a Nuestro Señor, para que Sus hijos tengan Vida y Perdón.
Pequeños Míos, canten las Misericordias de Dios para con Su pueblo, porque el Señor ha resucitado.
Pequeños, Mis apóstoles, reciban la Buena Noticia de Nuestros Sagrados Corazones y créenla, hónrenla,
vívanla. Pequeños, quiero recordarles las vivencias de la Primera Comunidad Cristiana cuando Mi Hijo
Resucitó, cuando estábamos reunidos en el Cenáculo de Jerusalén y las mujeres avisaron que el Señor
no estaba en el sepulcro y que los Ángeles anunciaron su Resurrección, unos creyeron, otros no, pues,
no confiaban en la Promesa del Señor.
Pequeños, una comunidad que se deja perturbar por habladurías, Satanás la destruye, pero si una
comunidad cree en la Palabra y espera en la Promesa Mi Hijo la construye y la fortifica.
¡Alégrense y vivan en el Amor! Eso es lo que desea Mi Hijo que ha Resucitado por nosotros. Con alegría
les doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
264
Llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón de Jesús - 25 Abril 2017
Queridos Apóstoles, abro Mi Corazón y dirijo Mi Llamado al mundo, Aunque sea un resto fiel el que me
escuche, Mi Misericordia abarca al mundo entero.
Pequeños, con Mi Crucifixión los redimí del pecado; quise crucificar en la Cruz, sus pecados, su pasado,
sus errores. Con Mi Cruz, y Mi Sangre derramada, borré sus pecados y lavé sus almas, pero también,
hijos míos, resucité con vida nueva, y transformado, glorificado.
Pequeños, Yo quiero, con Mi Resurrección, transformarlos a ustedes, glorificarlos con Mi Gloria. Abran
sus corazones, ábranse al amor, a la paz, al perdón, quiero transformarlos pero sólo lo haré con su
colaboración. Sean santos, conviértanse ahora mismo, no esperen más tiempo; el tiempo es ahora.
Arrepiéntase y conviértanse.
Vuestro Amor, Jesús Redentor, les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, les invito a contemplar la peregrinación de la Sagrada Familia hacia el
Templo de Jerusalén, sobre el cual habitaba la Shekinah, la Gloria de Dios.
Llevábamos al Niño, con doce años edad, en todo el camino, íbamos orando y compartiendo la Palabra.
Al llegar al Templo, nos estremecimos de amor al sentir la presencia del Padre Eterno y ofrecimos
Nuestro Sacrificio al Señor, profetizando el Sacrificio del Verdadero Cordero: Jesucristo.
Recordamos en el Templo la profecía del profeta Simeón, cómo el Espíritu Santo se había manifestado,
todo este tiempo, en nosotros, confirmando la Palabra de Dios.
Nos regresábamos a nuestra tierra y, durante el regreso, nos dimos cuenta que Jesús no iba con
nosotros. Lo buscamos en toda la peregrinación. Regresamos a Jerusalén, buscándolo en la calle, en las
plazas, y en el Templo, durante tres días. Tres días lo perdimos, como tres días lo perdió Su Amadísima
Madre cuando Él estaba en el Sepulcro. Hallamos al Niño hablando con los doctores y maestros del
Templo, que angustia sintió Nuestro Corazón; así, deberían angustiarse los corazones que por el pecado
pierden a Jesús. Pero nos llenamos de alegría al saber que el Niño iba comprendiendo, también, Su
Misión de estar en las cosas del Padre.
Hijos Míos, también, es un Llamado para que todos se consagren al Servicio de Dios y las dos mejores
formas de crecer en la vida espiritual es el ayuno, los días miércoles, por la Iglesia, por los pecadores, por
sus intenciones, y los días viernes, en reparación, expiación, desagravio, y consuelo a los Corazones de
Jesús y de María, y la oración en todo tiempo.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, abran sus corazones, ábranlos por medio de la mortificación, de la oración,
de la aceptación, y de la resignación, ábranlos y estén en paz; porque si sus almas están perturbadas:
¿cómo experimentarán el amor, el perdón y la paz? ¿Y cómo podré llegar a los demás, por medio de
ustedes, si ustedes están así?
Repito, nuevamente, hijos Míos: sus obras no contradigan su fe, sus acciones no contradigan lo que
creen, sus palabras no contradigan lo que pronuncian; sino, hijos Míos: ¿como los podré utilizar? ¿Como
los podré utilizar para que me lleven a Mí a los demás?
Necesito de ustedes para salvar a otros y necesito que ustedes Me hagan conocer a los demás. Pero
demuestren el amor, el amor en las obras. Si abren sus corazones podré actuar libremente.
265
Ya saben, queridos hijos, que todos son dueños de sus actos, de su voluntad, de su libre albedrío, y Yo
respeto; pero, si deciden abrirme, verdaderamente, sus corazones los utilizaré, para Mi Mayor Gloria. Por
eso, les invito, espero que sus corazones acojan Mis Palabras y las pongan en práctica.
Yo Soy el Dios Paciente que espera por el pecador. Les amo con Amor Misericordioso: en el Nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, Mi Deseo es que cada uno de ustedes se convierta de verdad.
Pequeñitos, nunca deben de cesar, de perseverar, porque la conversión es una conquista diariamente;
así, como diariamente deben vencerse a ustedes mismos, vencer sus voluntades, vencer sus egoísmos,
vencer sus debilidades, diariamente deben morir, renunciar, y cargar la Cruz.
Hijos Míos, les hago un Llamado: crezcan en el amor al prójimo, porque quien odia a su hermano es un
suicida, quien odia a su prójimo es un homicida, quien guarda odio en su corazón ya ha matado su propio
corazón; el rechazo, el desamor y la prepotencia no son dones son maldiciones, porque alejan sus
corazones de la Ley del Amor.
Si quieren seguirme, amen sin medidas, sin condiciones, porque, así, Yo Amo, así, Yo, también, los
soporto a ustedes, así, Yo, también, tengo paciencia con ustedes, así, Yo, también, tengo que
perdonarlos a ustedes.
¡Crezcan en el Amor, para que puedan crecer en la Divina Voluntad! Amor y Divina Voluntad son dos
prendas iguales y hermanas, hijas de la Divina Misericordia. Pongan atención a Mis Palabras, Yo les
hablo porque les amo y quiero vuestra salvación.
Les bendigo con Amor Misericordioso: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, deseo, como Madre, tocar sus corazones y abrigarlos con Mi Corazón Inmaculado,
para que sientan el calor de la Madre, el amor de su Madre, y Mi Protección Maternal.
La frialdad, la dureza y el egoísmo del mundo, hieren sus corazones, más, Yo, como Madre, con Mi Amor
Maternal vengo a ayudarles a que conozcan el Amor de Dios y a proteger a Mis pequeños, porque soy
vuestra Madre.
Queridos hijos, pero, para que sus corazones estén abiertos a la Gracia deben desvaciarse de ustedes
mismos, deben desvaciarse de las aguas del mundo, para que tengan espacio, para llenarse de las
Aguas de la Gracia y del Santuario de Dios.
Pequeños, recuerden que lo que hace impuros sus corazones es lo que nace del corazón humano: el
odio, el rencor, los deseos pecaminosos, el rechazo, los celos, la envidia; en una palabra, queridos hijos,
del corazón del que vive sin Dios sólo nacerá el no-amor, el no amar a Dios, y como no se ama al Amor
no se amará a ninguna creatura.
Pequeños, vigilen sus corazones, para que no nazca un sentimiento que los haga impuros, sino que estén
vigilantes, orantes y atentos. Porque recuerden, hijos Míos, que el Amor es el que los salvará y en la
caridad serán examinados, porque en todo esto se resume la Ley de Dios: amar a Dios y amar al prójimo.
Éstos Dos Mandatos, que son uno solo, si los viven con todo el corazón les darán la salvación que Mi Hijo
les promete, y así en el Amor tengan corazones puros. Yo les amo, les bendigo con amor maternal: en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, con Amor de Madre he venido abriendo Mi Corazón y entregando Mis Mensajes a lo
largo de la historia en el mundo entero. He entregado Mi Corazón a todos, porque Mi Deseo es que todos
se acerquen a Jesús; pero, aún, queridos hijos, los corazones están duros: rechazan el sacrificio,
rechazan el ayuno, desprecian la vida de oración.
266
Pequeños, ¿qué más puede hacer el Cielo, por los hombres, si Mi Hijo, también, ya se ha entregado,
totalmente, abrazándose en la Cruz?
Pequeñitos, como deseo que los corazones se abran sinceramente, con amor puro y desinteresado; pero,
aún, no sucede, porque no hay oración de corazón, no hay entrega ni perseverancia, y Mis Mensajes son
ignorados.
Hijos, consuelen Mi Corazón Inmaculado viviendo de verdad Mis Mensajes, porque son para vuestro bien.
No vivan como si fueran del mundo, porque es verdad que están en él, pero, no son del mundo, son y
deben ser para Dios.
Les amo y les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, deseo enseñarles uno de los Atributos que la Misericordia de Dios me ha otorgado y es
que, por Su Misericordia, la Santísima Trinidad me ha consagrado como el Altar del Cielo.
Pequeños, el Cielo necesita de almas que se entreguen, que se donen, y que vivan con humildad, con
sinceridad, y testimoniando a todos el Amor de Dios: en la oración, en el ayuno y en la vida sacramental.
Así, queridos Hijos, se entregarán a la Santa Trinidad en el Altar de Mi Corazón Inmaculado.
Les amo y les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo que mediten con el Espíritu en Mi Vida con Jesús y con
María. Yo, José de Nazaret, conozco el trabajo, conozco el cansancio, conozco la enfermedad, conozco
del pan que se gana con el sudor y el esfuerzo; pero la vida cansada del mundo y del trabajo no deben
impedirles, en ningún momento, abandonar a Jesús; con el trabajo también se glorifica a Dios; con la
enfermedad también se ruega a Dios; con la vida diaria también se puede vivir con Jesús.
Hijos Míos, el mundo está cometiendo el grave error de expulsar a Jesús de todos los ambientes, porque
para el mundo Jesús estorba, incomoda; igual como en Belén no hay espacio, no hay lugar, para Jesús.
Reflexionen, sinceramente, si en sus corazones hay lugar o no hay lugar para Dios. Examínense y
entiendan que Dios debe tener siempre el primer lugar en todo: en el trabajo, en la enfermedad, en la
familia; en la vida ordinaria todas las cosas deben ordenarlas en el Amor de Dios.
Pequeños, unan sus vidas a la Sagrada Familia y aprenderán a amar a Dios, a escuchar a Dios, a trabajar
y a vivir con Dios.
Les amo y les bendigo, vuestro Protector San José: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
El 4 de Mayo de 2008 fueron aprobadas por la Iglesia las apariciones de Nuestra Señora de Laus,
Francia
Vengo como Madre de la Reconciliación y el Refugio de los pecadores.
267
Pequeñitos, abran sus corazones al Amor de Dios, y descubran a través del silencio, de la oración, y del
perdón, la presencia viva de Jesús en ustedes.
He traído Mi Mensaje al mundo, para que toda la Tierra, escuche Mi voz y Mi Llamado, pero la humanidad
ha sido indiferente a la voz de Dios y de su Mensajera, Vuestra Madre. El Mensaje que les doy, es un
mensaje a la reconciliación, al perdón, al amor.
Es necesario, queridos hijos, que mediten Mis Mensajes, porque a través de los Llamados de Amor y de
Conversión que les doy, haré un último repaso de todas mis palabras y consejos Maternales, dados a la
humanidad desde: Laus, La Salette, Fátima, y los Llamados de Amor y de Conversión.
Quiero invitar a la reconciliación, atiendan Mi Mensaje, que es por vuestro bien, vivan Mis Mensajes con
amor.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Hijos de Mi Sagrado Corazón, deseo invitarlos a que honren a Mi Madre con el corazón. Mi Madre es la
Reina de los Apóstoles, es la Señora de Pentecostés, y es la Madre de la Iglesia: honren, amen, veneren
a Mi Madre, porque se las he entregado al pie de la Cruz para que también fuera vuestra Madre.
Mi Madre, Reina de los Apóstoles, les enseñará el verdadero camino del Evangelio, les hará comprender
las Escrituras, y esperar en las Promesas de Dios.
Abandónense y entréguense a Mi Madre, y conocerán a Mi Sagrado Corazón, porque nadie mejor que Mi
Madre, conoce Mi Corazón. Mi Madre es Vuestro Refugio, y el Camino que los conducirá a Mi Corazón
Eucarístico.
Les doy Mi Bendición Misericordiosa, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeños, la Misericordia de Dios, me ha dado la Gracia de ser la Omnipotente Suplicante, es decir, Mis
pequeños, que todo lo que Yo pido a Jesús por ustedes, se me concede; no por sus meritos humanos,
sino por Gracia y Misericordia.
Sepan, queridos hijos, que cuando piden a la Santísima Trinidad en nombre de Mi Corazón Inmaculado,
todo se obtiene, pero deben confiar, y deben orar más.
Pequeñitos, Satanás busca, por todo medio, quitar la paz. Sean sensatos y entendidos: todo lo que quita
la paz, no es de Dios, no viene de Dios; la Paz, es Mi Hijo Jesucristo.
Tengan confianza, aumenten su amor y devoción por Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, porque este
Título, alcanzará la salvación del mundo entero. María Corredentora triunfará, pero deben confiar más.
Les amo y, con Amor Maternal, les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
268
Queridos hijos de Mi Rebaño, escuchen Mi Mensaje, Yo Soy el Buen Pastor y como Buen Pastor di Mi
Vida por Mis ovejas, pero resucité, para estar con Mis ovejas hasta el fin del mundo.
Queridos hijos, sigan la Voz de su Pastor, que quiere guiarlos a prados verdes, a manantiales tranquilos,
a una tierra de reposo, de descanso, de silencio.
Es en Mi Corazón donde quiero aliviar las cargas de Mis ovejas, donde quiero reconfortar a Mi rebaño,
donde quiero dar luz y paz a todos. Y como Buen Pastor he mandado a Mi Madre al mundo, la Divina
Pastora de las Almas, para que guie a Mi rebaño a Mi Corazón Eucarístico.
Mi Madre, la Divina Pastora, ha invitado a la conversión, al arrepentimiento, al perdón, pero los hombres
no cambian y sus corazones están duros, son ovejas desobedientes que se escapan del Amor de Dios.
Pequeños, revivan el Mensaje de Mi Madre, vívanlos, porque la Divina Pastora sufre cuando una oveja se
extravía.
Fátima, Cuapa y los Llamados de Amor y de Conversión son un sólo Mensaje, escuchen a sus Pastores,
Nuestros Sagrados Corazones, que solamente quieren su salvación.
Les Ama el Buen Pastor, con Mi Cayado les protejo, y les bendigo, con Mi Corazón Amante: en el Nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Nuestra Madre ha venido como Nuestra Señora de Cuapa; en su Pecho tiene su Corazón
Inmaculado rodeado de espinas
Queridos hijos, vean Mi Corazón Inmaculado rodeado de espinas, que son todos los pecados,
desobediencias, ingratitudes que los hombres cometen contra Mi Corazón de Madre.
Pequeños, vengo al mundo para instruirles en la oración, para hablarles de la Paz, para enseñarles el
Amor de Jesús, pero aún veo que sus corazones están lejos de comprenderme y, aún más, de obedecer.
¿Porqué, queridos hijos, causan sufrimiento a esta Madre que tanto les ama? ¿Por qué Mi Mensaje de
Cuapa de hacer la paz, de orar diario el Santo Rosario, de amarse unos a otros con el corazón lo han
olvidado? El mundo está empeorando porque olvida e ignora la Palabra de Dios.
¡Hijos Míos, consuelen Mi Corazón! Se los digo nuevamente consuelen Mi Corazón: obedeciéndome y
viviendo Mis Palabras. Les Amo, con Amor de Madre, y no quiero que rechacen a nadie.
Yo Deseo la salvación de todos. Les bendigo: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amen
Mi Sagrado Corazón es una Llama Ardiente de Amor, Compasión y Misericordia. He traído al mundo a Mi
Corazón, para Amar a todos los hombres, para demostrar que les amo.
En Mi Cruz, con Mi Sangre, he escrito un "Te Amo" a todos, pero de manera personal. Todos son amados
por Mí, pero cada uno es amado de manera especial. Por eso, firmé ese “Te Amo” con los clavos que
traspasaron Mis Manos. Y sellé eternamente ese “Te Amo” con los clavos que traspasaron Mis Pies. Y
ese “Te Amo” brotó como Fuente de Misericordia de Mi Costado abierto, para bañar a cada hombre con
Mi Amor.
Por eso, pequeños, si Yo los he amado a ustedes, si Yo he amado a todos, ustedes pueden perdonar y
amar, porque el hombre ha sido creado para amar. Pueden amar con Mi Amor. Si los he rescatado a
ustedes con Amor, por medio de ustedes, con el Amor, necesito rescatar a otros.
No olviden que son pescadores de almas y Yo podré salvar a otros por medio de ustedes. ¡Nunca olviden
eso! Que por medio de ustedes puedo demostrar amor a los demás. ¡Sean dóciles! ¡Abran sus
voluntades! Yo Soy un Dios Misericordioso, pero quiero que ustedes practiquen la Misericordia.
Les Amo con Amor Misericordioso: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
269
Llamado de Amor y de Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 10
Mayo 2017
Hijos de Mi Amado Corazón, les exhorto, como Padre, a que mediten Mi Vida, a que contemplen Mi Vida
con Jesús, como Padre Adoptivo, y con María, como Esposo Virginal.
Hijos queridos, Mi Vida siempre estuvo al servicio de la Voluntad de Dios, para cumplir con su designio,
para cuidar de Jesús y de María. Di Mi Vida entera, Mi tiempo, Mi Ser, sin reservas, al servicio, de los
Sagrados Corazones de Jesús y de María, completamente me entregue, a Ellos.
Les invito a que, con la ayuda de la oración de corazón y del ayuno, puedan entregarse completamente al
servicio de todos, viendo en cada hombre a Jesús y a María, que también fueron pobres y sufrieron
mucho.
Entréguense completamente a servir a Dios, con sus estados de vida, para que sean santos en cada
momento presente de su existencia. No alejen sus corazones del servicio, del amor, de la paz. Sirvan
completamente, sin reservarse nada para ustedes, a Jesús, a María, y al prójimo; esto les hará santos, la
fe y el amor santifican los corazones.
Les invito a una vida de profunda oración, de amor y de servicio. Su Santo Patriarca y Protector, les
bendice, en el nombre de Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón espera de cada uno de ustedes una conversión real, no sean como los hipócritas,
que creyendo decir: ¡Señor! ¡Señor!, se van a salvar.
Sólo los que viven Mis Palabras, y me obedecen con obras, y viven de verdad en el Amor, serán los que
se encontrarán con Mi Misericordia. Por eso, Yo estoy invitándolos continuamente a la conversión, pero
son continuamente desobedientes
¿Por qué no entienden y no cambian de verdad? ¿no ven que me hacen sufrir cuando están orando, pero
luego se comportan como el mundo? ¿por qué no cambian de verdad? ¿qué puede hacer el Cielo ya por
vosotros, si el Sacrificio de la Cruz no lo consideran?
Abran, por favor, el entendimiento, ¡cambien!, no sean como las vírgenes imprudentes, que por creer que
Mi Venida era larga, no entraron al Banquete. ¡Cambien!, se lo suplico desde la Cruz, ¡conviértanse!
¡basta ya, de comportarse como del mundo! ¿Es que aún no están convencidos que Yo amo de Verdad?
¿es que aún no están convencidos, que hay un Cielo y un infierno en el cual estarán eternamente?
Espero, que cuando comprendan Mi Mensaje, ya no sea demasiado tarde, porque vuestra libertad, Yo la
respeto. No me hagan sufrir, que necesito compartir Mis Sufrimientos con almas que de verdad me
comprenden y amen.
¿Por qué muchos de los hombres, por más que oyen no entienden? ¿por más que ven, no creen? ¿por
más que experimentan, no cambian? son corazones duros. ¡Qué triste tienen al Espíritu Santo! ¿Hasta
cuándo cambiarán? ¿Hasta cuándo vivirán en paz? ¿Hasta cuándo, entenderán que Satanás busca
cualquier cosa para crear guerra, y se hacen lamentablemente, instrumentos de Satanás? ¡Ay, hijos
Míos! ¿Hasta cuando me obedecerán?
Yo les doy Mi Bendición, pero espero que cambien de verdad ¿qué más quieren? ¿Qué más puedo hacer
por ustedes? ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a tus profetas! ¿Qué más puedo hacer por ti?
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, deseo que abran, de verdad, sus corazones, porque, como Madre,
insisto para que todos Mis hijos vivan en santidad, en amor, en paz.
Mis pequeños, quisiera recordar Mi Mensaje de Fátima: ofrezcan sacrificios, y sus sufrimientos, a Jesús,
para la purificación de sus corazones y del mundo entero; recen diariamente el Santo Rosario,
consagrándose a Nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Hijo y el Mío, para que alcancen, para ustedes,
la Paz que viene de Dios, y sus familias tengan paz, y ustedes practiquen la paz.
270
Que ya no se ofenda más a Jesús, porque mucho se le ha ofendido. En este tiempo, Jesús sufre mucho
por vuestros pecados; la falta de amor y de paz, y por los pecados de todo el mundo. Oren con el
corazón.
Mi Mensaje de Fátima, no ha sido atendido, ni obedecido, como el Cielo lo desea. Reparen, hijos Míos,
obedeciéndome de verdad. Por la desobediencia que los hombres han tenido a Mi Mensaje, quiero, hijos,
que reparen a Mi Corazón Inmaculado; que los sacerdotes consagrados a Nuestros Dos Corazones,
ofrezcan Santas Misas de Reparación, y que todos Mis hijos se unan también para reparar Nuestros Dos
Corazones. No olviden Mis Mensajes, ¡vívanlos!, que son para vuestro bien.
Con Amor de Madre les bendigo, en este tiempo tan especial. Mi Corazón Inmaculado triunfará si
cooperan con Mi Obra. Tengan paz, vivan en paz. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
La Madre ha venido como Nuestra Señora del Rosario de Fátima, acompañada de San Francisco y
Santa Jacinta Marto. Los dos niños traen, cada uno, el Santo Rosario muy luminoso. Y Nuestra
Señora dice:
Queridos Hijos, les invito a comprender el Mensaje de Mi Corazón, es un Mensaje para la Salvación.
Necesito, queridos hijos, que vivan Mis Mensajes. Vengo a evangelizar sus corazones: quiero que
reciban, con el corazón abierto, la Buena Nueva del Cielo.
Pequeños, son ya cien años de Mi Mensaje en Fátima, pero han sido, hijos míos, cien años de
desobediencia, cien años de ignorancia, cien años de persecución y de rechazo. El vicio pecaminoso de
destruir al profeta y sus mensajes, en muchos corazones, dentro de la Casa de Mi Hijo, no ha cesado.
Hijos Míos, reparen con sus oraciones, reparen con sus vidas santas, y consuelen Mi Corazón, como
Francisco y Jacinta, que se entregaron hasta el final, para consolar Nuestros Corazones ofendidos por los
pecados y el rechazo de Dios.
Hijitos Míos, pidan perdón, ofrezcan oraciones, y sus sufrimientos de cada día, por los que no han
aceptado y ni han vivido Mis Mensajes.
Hijos, ábranse totalmente, ámenme de verdad, porque, con Mi Corazón Inmaculado, quiero conducirlos al
Cielo. Escúchenme y cambien, porque Jesús quiere la salvación eterna de cada una de sus almas. Sean
santos, en el amor, y en la fe, y en la misericordia.
Les doy Mi Bendición. Francisco y Jacinta ruegan por todos Mis apóstoles. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es la Luz que los conducirá al Corazón de Jesús. Yo, como
Madre de Jesús, porto la Luz de su Evangelio y con Mi Presencia Maternal quiero iluminarles su camino,
para que puedan encontrarse verdaderamente con el Amor de Dios.
La Luz que envuelve Mi Corazón es la Luz de la Santísima Trinidad; pidan esta Luz Trinitaria con todo el
corazón, para que puedan conocer lo que agrada y lo que ofende a Jesús y a los hermanos; porque el
Amor de Dios se mide también en la caridad con el prójimo.
Pequeñitos, invoquen la Luz del Espíritu Santo, para que ilumine sus caminos, para que santifique sus
obras, para que les de sabiduría, para que les otorgue prudencia en el pensar, en el hablar, en el actuar;
porque la conversión también se da en el testimonio con obras.
Hijitos Míos, como "Madre de la Luz" quiero conducirlos a la Luz Eterna. ¡Abran el corazón! ¡Obedezcan
Mis Mensajes! ¡Hagan vida Mis Mensajes!
271
Les ruego a todos Mis hijos que escuchen Mi Consejo de Madre, así tendrán paz en ustedes, en su
familia, en el mundo; si obedecen lo que les pido habrá paz.
Les doy Mi Bendición: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Corazón Paternal, Mi Casto Corazón es el Tesorero de Dios. Él me encomendó cuidar las Dos
Perlas de la Revelación Salvífica: Jesús y María. Y en este cuidado, de Mi Corazón, hacia los Dos
Corazones, también se ha extendido desde la Cruz, al ser María Madre de toda la Humanidad, también se
extendió Mi Paternidad a todos los hijos de Dios. Y en este tiempo, el Cielo me ha pedido cuidar y
proteger a las almas Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en todo el mundo.
Pidan a Mi Casto Corazón por la salvación de su familia, porque, YO LES PROMETO: Cuidar y atender
las familias, de todos los que se consagran a los Sagrados Corazones.
Queridos hijos, ustedes sin embargo, deben seguir caminando tras las huellas de la Sagrada Familia,
deben seguirnos con obediencia. No esperen que los demás me sigan o cambien.
¡Hijos, síganme ustedes! ¡cambien ustedes!, para que regresemos a la Casa de la Sagrada Familia.
Ustedes deben servir como ejemplo para los demás; no esperen que los demás los comprendan, los
escuchen. Les digo, sólo los que tengan abierto el corazón, y de verdad quieren cambiar de vida, van a
aceptar de ustedes el testimonio, no las palabras, sino que, con el testimonio y con sus obras,
demuestren que viven con Jesús y con María en el corazón.
Si ustedes son portadores de la paz, abra paz en sus hogares, porque ustedes han sido escogidos, para
ser instrumentos de paz y de amor. NO FALTEN, NI TRAICIONEN ESTA GRACIA que ha dado el Cielo
para estos últimos tiempos.
Ustedes sean los servidores, en Espíritu y en Verdad, de Jesús y de María, y de la Palabra de Dios.
Yo estoy con ustedes y Mi Protección les acompaña siempre: En el nombre del Padre, del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
QUERIDOS HIJOS, MI SAGRADO CORAZÓN LES HA ENSEÑADO: "ÁMENSE LOS UNOS A LOS
OTROS, COMO YO LES HE AMADO".
En eso consiste Mi Voluntad, en que primero amen en el Amor de Dios, para que amando en este Amor,
puedan Amar Mis Leyes y Preceptos; es en este Amor, que serán capaces de cumplir Mi Palabra. Pero si
en ustedes, no está la fuerza del Amor cimentada en la voluntad, ampliada en la libertad; entonces,
pequeños, no progresaran en el camino espiritual. Porque el Amor es la fuerza que los moverá a cambiar
de verdad. Por eso, al final, serán examinados en el amor.
Serán revisados en la práctica del Amor con Dios, y con todos los hombres. Porque en cada ser humano
esta una semilla de la presencia de Dios, Y QUIEN FALTA A LA CARIDAD CON CUALQUIER
HOMBRE, FALTA A LA CARIDAD CONMIGO.
Practiquen el Amor, este Amor de Dios, es la "Roca", que fortalece y cimenta toda la vida de la santidad,
el amor, la fe, y la oración". Abran de verdad sus corazones, porque sólo los que Me reciben con amor, y
Me escuchan con el corazón, cumplirán Mis Preceptos.
Yo Soy Misericordioso, y Quiero que todos se salven, y todos conozcan la verdad, la verdad que los
llevará a la "Vida Eterna".
Yo, les doy Mi Bendición. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Les invito a abrir, no sólo sus corazones, sino también el entendimiento, para que comprendan el Mensaje
de Salvación.
272
Pequeños, la Gracia que el Señor les da, es para que sus vidas cambien, y vean, entiendan, escuchen, y
actúen con el Espíritu Celestial. No se dejen contaminar por el espíritu maligno del mundo, que quiere
arrastrar almas solamente a la perdición.
Ustedes, pequeños, tengan la sabiduría, para que vivan y practiquen Mis Palabras. No tengan miedo de
morir a la voluntad humana, para que, en ustedes, solamente reine la Voluntad, de Mi Hijo Jesús.
Yo intercedo por todos, para que puedan entender y vivir Mis Mensajes. Orar, orar y cambiar, sin
detenerse en el camino de la Santidad. La oración, les dará fortaleza para cambiar, pero cuando oren,
crean, hijos Míos, que lo que han pedido, ya se les ha concedido. ¡Aprendan de la oración confiada!
¡Aprendan a orar confiando!
Les doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Amados hijitos de Mi Corazón Inmaculado, Mi Corazón desea que se abran al Amor de Dios.
Pequeñitos, todos los seres humanos cometen pecados, y el pecado también produce el orgullo, y cuando
un corazón no acepta el Amor y el Perdón de Dios porque cree que su pecado es más grande que el
Amor de Dios está en el error; porque no hay ningún pecado que no pueda ser absuelto por el Amor de
Dios, porque la Misericordia de Dios alcanza a todos y lo puede y lo ha perdonado todo, con Jesús en la
Cruz.
Por eso, el corazón que ha pecado, pero que reconoce su culpa y se arrepiente, y recibe con humildad el
Amor y el beso del Perdón de Dios es un corazón grande, porque se ha hecho pequeño.
Hijitos, abran su corazón al Amor y al Perdón de Dios, porque Él quiere perdonar, amar y llegar a todos,
Él espera pacientemente que le abran la puerta de su corazón, y Él estará esperando hasta el último día
de su existencia a que le hayan recibido.
Hijos Míos, abandonen el orgullo y sean tan sencillos y tan pequeños para que en la Gloria de Mi Hijo
sean tan grandes y tan gloriosos. No tengan miedo de la pequeñez, no teman a la humildad, porque en
eso consiste la alegría perfecta en ser tan pequeños aquí, para que sean tan grandes con nosotros, en el
Cielo y la Tierra Nueva de la Celestial Jerusalén.
Pequeñitos, pidan el don de la humildad, el don de la pequeñez, porque esos pequeños son los que
entrarán a la Gloria de Jesús, porque la Puerta del Cielo es muy baja muy pequeñita.
Les invito, queridos hijos, a que vivan Mis Mensajes. ¡Vívanlos! Porque necesitan de Mi Presencia
Materna y vengo a ustedes y entrego Mis Últimos Llamados de Amor y Conversión a la Humanidad, por
voluntad de Mi Hijo, que les ama tanto.
Yo les bendigo con Mi Amor Maternal: en Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, Jesús ya les ha hecho saber que Él ha enviado al Paráclito, al
Defensor, al Espíritu Santo, que muestra a los hijos de Dios la Verdad y hace que los corazones disfruten
y gocen de sentir Su Presencia.
Hijos Míos, Mi amado Hijo Jesús ya les ha concedido el Espíritu del Amor. Pero para que el Espíritu Santo
habite en ustedes, ustedes deben estar vacíos de todo lo que el mundo ha hecho llenar en sus vidas con
su corrupción y pecado. Porque lo Santo no se puede mezclar con lo impuro.
Porque el Espíritu del Amor de Dios no puede habitar en un corazón que no está abierto a practicar la
caridad. Porque el Espíritu de Dios no puede dar Paz a un corazón que no está dispuesto a practicar la
paz. Así que de ustedes, y en ustedes, depende y está la decisión de recibir al Espíritu Santo.
Espero, hijos Míos, que entiendan Mis Palabras, pero más que entenderlas: ¡Obedézcanlas! ¡Dios es
Amor! ¡Dios es Paz! ¡Vivan también como hijos del Padre en Amor y en Paz!
Pequeños, Yo, como Madre, no quiero que más almas se sigan condenando. Pero Yo no puedo elegir por
ustedes; en ustedes está la última decisión.
273
Yo no puedo, hijos Míos, obligarlos a cambiar. Sólo transmito las Palabras que Mi Hijo me ha mandado a
decir. Espero como Madre: crean, escuchen y obedezcan. Como Madre les cuido y quiero que se
encuentren siempre con Jesús.
Les doy Mi Bendición Maternal: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Amados hijos de Mi Castísimo Corazón, cuando el corazón humano abre su corazón a Dios, recibe la
Fuerza del Espíritu Santo para hacer lo que Dios le pida con amor y misericordia, a ese hijo que ha
abierto su corazón para recibirlo.
Así fue conmigo, Dios me escogió, y abrí Mi Corazón, me hice muchas preguntas, tenía muchas dudas, y
también demasiada confusión en Mi pobre Humanidad, pero aprendí que con Dios no se debe razonar
sino vivir, vivir a Dios, y en este vivir de Dios, recibirán la luz para saber discernir los caminos.
El hombre piensa mucho, razona mucho, pero ora poco, vive poco en el silencio. Hijos, sepan que cuando
mucho se habla, mucho se peca, y cuando mucho en silencio viven sus corazones, mucho se ora.
El hombre le gusta expresar, hablar, pero ¿por qué no guarda esa capacidad para orar?, ¿para servir?,
¿para amar?, ¿para perdonar y pedir perdón? Tienen la Fuerza del Espíritu Santo, pero la desgastan
fuera del servicio de Dios.
Cuando, realmente, vivan en Jesús y en María, conocerán el valor de la oración, del silencio del
sufrimiento que se oculta; eso da más mérito a sus almas.
Hijos, les digo: no esperen aquí en la tierra comprender a Dios, vívanlo, crean en Él, obedezcan sus
Palabras; haciendo esto, de verdad, serán siervos como María. Ella, la Auxiliadora del género humano,
les enseña con su Ejemplo y sus Mensajes: Vivir y conocer a Jesús. Pero no aprenden, aún, porque no
han orado lo suficiente para comprender sus Mensajes. Crezcan en santidad, porque es el deber de todo
hijo de María; ser santo.
Como el Patriarca de la Sagrada Familia les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Hijos de mi Sagrado Corazón, mi Corazón es Misericordia. Quiero que sepan, que Yo veo a todos con
Misericordia.
Yo sé que todos son pecadores, y sé que todos están bajo la Ley que se estableció desde la
desobediencia de sus primeros padres. Y es por eso, que el Padre del Cielo me mandó a Mí, su único
Hijo, a entregarme como Cordero Pascual para la remisión de todos los pecados de los hombres;
pasados, presentes y futuros.
En Mí, acogí, tome, asumí, todos los pecados de todos los hombres.
¿Pueden comprender ustedes, el dolor, la angustia, que esto significa? ¿pueden ser capaces de soportar
un poco de lo que Yo sufrí? Porque mi sufrimiento, no sólo fue físico, fue un dolor también en el Espíritu, y
este dolor espiritual y moral, es lo que más me dolió, y ahora es lo que más me hace sufrir; los pecados y
la condenación de muchas almas.
Yo quiero que ustedes aprendan de mi Amor; mi Amor no selecciona, mi Amor no separa, mi Amor no
escoge, mi Amor ama a todos, a cada uno de una manera muy especial.
Los amo a todos, pero a cada uno. Es un Amor de Salvación, es un Amor de Redención, y Yo deseo que,
con sus ejemplos de santidad, con el testimonio, con el perdón, con el sufrimiento que se oculta para
purificarse, ustedes rescaten otras almas.
En cada acto humano, desde el trabajo hasta el descanso, en el sufrimiento y en la alegría, en cada
momento presente de sus vidas, pueden ser pescadores de almas perdidas. Ofrézcalo todo junto a Mí,
hagan todo como si Yo lo estuviera haciendo.
274
Y les pido enamórense, enamórense de mi Amor, siéntase atraídos por su Dios Eucaristía, amen a su
Jesús en la Cruz. Pidan a su Espíritu Santo que los enamore de mi Sagrado Corazón, y con mi Amor tan
enamorado de sus creaturas, de sus Almas que ha redimido en la Cruz, los bendigo. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, Vuestra Madre viene a revelarles la Sed que tiene Jesús. Mi
Hijo, no sólo hace dos mil años, en la Cruz dijo ¡TENGO SED!, ahora, en vuestro tiempo, ¡Jesús, tiene
Sed!; Sed de ustedes. Tiene Sed de amor, tiene Sed de misericordia. Jesús, el Príncipe de la Paz, está
sediento; para que los hombres, para que las familias, para que la Iglesia, viva en paz.
Hijos, Yo Soy Madre y me duele profundamente pedir a Mi Hijo, Amor. Me duele, porque el Pedido que Él
hace hacia a ustedes, no es correspondido.
No midan, hijos Míos su amor; porque el Amor de Dios no se mide; el Amor de Dios solamente se ofrece,
se entrega, se dona sin esperar. Jesús sufre ¿Hijos, calmarán ustedes la Sed de Jesús? ¿Podrán ustedes
aliviar los Dolores de Jesús? Pregúntenselo, si con su vida, si con sus acciones, si con sus palabras,
ustedes alivian el Dolor de Mi Señor en la Cruz.
Hijos Míos, Yo también tengo Sed; Sed de sus almas, Sed de sus oraciones hechas con el corazón, Sed
de un cambio, de una conversión, ¡ahora! Una conversión de verdad, sincera. Conviértanse, pero no
esperen nada. Conviértanse solamente por amor a Dios, ¡Porque Él les ama, y les ama mucho! Alivien la
Sed de Nuestros Dos Corazones. Hijos, escuchen Mi Llamado, Obedézcanme, que el tiempo pasa.
Obedézcanme.
Como Madre del Hijo Crucificado, les bendigo. En el nombre, del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Mi Castísimo Corazón, Servidor de la Señora de todos los pueblos, invita, a cada uno de ustedes, al
recogimiento interior, a la oración, a la contemplación, al silencio.
Hijos, porque sólo a través del silencio profundizarán en la oración, y sólo por medio de la oración podrán
entender cuál es el camino que Dios está trazando, a través de Nuestros Sagrados Corazones.
Recuerden, hijos, que el ruido, que el ruido de la mente, de los labios y del entorno, perturba, apaga, la
silenciosa Voz de Dios. En Nazaret, con Jesús y María, conocí el valor del silencio; porque el silencio
marca el tiempo de la oración. Y cuando ustedes oren en silencio, aprenderán a vivir cada Mensaje,
comprenderán la importancia y la urgencia de cada Palabra que trasmiten Nuestros Sagrados Corazones.
Están viviendo, hijos, un tiempo de definición ¡URGENTÍSIMO!, en el que se debe amar, amar
completamente a Dios, o se debe ser totalmente frío. ¡PERO YA NO HAY TIEMPO! para ninguna tibieza,
porque el Cielo, a través de Nuestros Sagrados Corazones, está reuniendo de todos los pueblos, a los
apóstoles de los últimos tiempos.
Hijos Míos, sólo a través de la oración y del ayuno, a través de la fe y del amor, santificarán sus vidas.
Santifiquen sus vidas y déjense, permítanse a ustedes mismos, ¡ser amados de Dios! Porque, ustedes,
deciden si quieren sentir la Caricia del Amor de Dios, o no la quieren recibir. Dios quiere que todos se
"sientan amados por Él".
Les doy la Bendición, como Patriarca y el Protector de todos los pueblos, de toda la Iglesia. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Corazón, es una Fuente de Caridad. Acérquense a esta Fuente y beban, para que su sed y fatiga sean
transformadas en gozo y descanso.
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Beban de esta Fuente para que el odio, el rechazo, los celos, la envidia, sean eliminados con esta Agua
de Gracia. Beban de esta Fuente para que sus corazones, de una forma verdadera, dejen a un lado la
dureza.
Porque, ustedes, no saben lo que Yo sufro, y ningún ser humano es capaz de sufrir Mi Dolor. No se
imaginan la grave Herida que ustedes me hacen a Mí, cuando faltan a la caridad, al amor, a la prudencia,
a la paz. Mi Corazón es rasgado, terriblemente, cuando pecan contra el Amor.
Pequeños, no se vanaglorien diciendo, que me conocen ¡no!, porque el alma que me conoce guarda
silencio, ora, adora, contempla, ama mucho y sirve a todos.
Quiero que me conozcan de verdad, pero necesitan un cambio profundo, porque si no dejan su
humanidad, sus sentimientos, sus apegos, a un lado, Yo no puedo transformarlos, llenos de tantas cosas
del mundo. Yo los necesito vacíos para poder llenarlos con la Fuente de Mi Gracia; vacíos para que
reciban todo lo que quiero entregarles; pequeñez, sencillez, humildad.
Esos que viven estas virtudes, esas almas que se hacen pequeñas, heredarán Mi Reino. Yo les digo esto
porque los quiero en Mi Reino, les amo.
Les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado ha pedido la devoción de los Primeros Sábados de cada
mes: de la Sagrada Comunión Reparadora, el Santo Rosario y la Confesión, para reparar y consolar Mi
Corazón Inmaculado y Doloroso por los pecados del mundo entero.
Esta devoción está unida a los Primeros Viernes de cada mes, junto a la Sagrada Comunión
Reparadora, a la Adoración Eucarística y a la Confesión, y en la meditación de la Dolorosa Pasión de Mi
Amado Hijo Jesús.
Estas dos devociones, representan la Unión, de los Corazones de la Madre y del Hijo. Pero Mi Corazón,
aun sufre, y como Madre me entristece ver la dureza, la pérdida de muchas almas. Porque como Madre
que soy de toda la humanidad, veo a cada momento, a muchos hijos Míos perderse continuamente; y me
duele tanto el rechazo del mundo al Sacrificio Doloroso de Jesús en el Calvario.
Hijos Míos, pidan perdón con corazones sinceros. No olviden la importancia del ayuno y de la Oración, y
de leer la Palabra de Dios.
Cambien, hijos Míos, el Señor me ha enviado para ayudarles, como Madre, a cambiar sus vidas. Estén
abiertos al cambio que Dios quiere hacer en sus vidas. El Espíritu Santo hará el resto; se encargará de
ustedes, velará por todas sus necesidades.
Les bendigo, como Tierna Madre, de Gracia y de Misericordia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Hijitos de Mi Corazón Inmaculado, cuando estaba con los Apóstoles y la Iglesia Primitiva, reunidos todos
en el Cenáculo de Jerusalén, el Espíritu Santo, que ya había tomado todo Mi Ser desde Mi Concepción,
confirmó la Presencia de la Santísima Trinidad en la Anunciación.
Este mismo Espíritu que me utiliza como Instrumento de Gracia para derramarse en las almas que Él
escoge, se derramó en Pentecostés POR MEDIO DE MI PRESENCIA Y DE MI PLEGARIA, porque ya
habitaba desde antes en Mí. Dios así lo quiso, Dios así lo quiere ahora; que su Espíritu se derrame, POR
MI MEDIACIÓN MATERNA.
Yo deseo derramar el Espíritu Santo en sus vidas, pero es necesario ORAR MUCHO, es necesario,
CAMBIAR EL CORAZÓN, es necesario que SE ABRAN para vivir Mis Mensajes. Porque cuando ustedes
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se abandonan sin miedo, porque cuando se entregan sin miedo, dejan que el Espíritu Santo actúe
libremente en sus vidas, y por medio de ustedes, a los demás.
Yo quiero que Mi Mensaje llegue a todos, pero no todos quieren escucharlo. Por lo menos ustedes, hijos
Míos, den testimonio de ellos para iluminar con la Luz del Espíritu Santo a los demás. Yo quiero hacer de
ustedes, y de todas las Familias, un Nuevo Pentecostés. Si oran con fe, si obedecen a Mi Mensaje, si
reciben la caridad y la practican, verán los prodigios del Espíritu de Dios.
Como Madre de Pentecostés y la Esposa del Espíritu Santo, ruego por ustedes y les bendigo con Mi
Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Mi Casto y Amante Corazón en todo momento contempló a los Santos Corazones de Jesús y de María;
no hubo un momento en Mi vida terrenal que no pensara solamente en amar a Jesús y en amar a María.
Estaba en la tierra, y lo estoy ahora aún más en el Cielo, enamorado y totalmente inundado de la Fuerza
del Amor de Jesús y de Mi Esposa Celestial, la Virgen de Nazaret.
Quiero decirles que en sus vidas ordinarias, en la vida diaria, en los afanes, trabajos, ocupaciones y
deberes, en cualquier momento presente, ustedes pueden estar unidos a Jesús y a María haciéndolo
todo, incluso las labores más sencillas haciéndolas un acto de amor y de reparación.
Cada movimiento del cuerpo, cada pensamiento, cada palabra, cada respirar y palpitar del corazón,
pueden ser un continuo: ¡Jesús, María, les amo! ¡Oh Jesús, oh María, cuánto les amo! ¡Y cómo ruego por
el mundo entero, para que también les amen con locura y con pasión!
Pequeños, el amor a Jesús y a María que florezca en los corazones de los hombres salvará al mundo y,
especialmente, a las familias. Y cuando en su entorno les persigan, les calumnien, les odien, ofrezcan
esos momentos como Jesús se ofreció en el Calvario. Aún en la Cruz, Jesús no condenó; Jesús amó;
Jesús perdonó. Aún en la cruz, les invito a que amen de verdad; el amor es la virtud que nunca pasará.
El Protector de la Iglesia, San José, vuestro Padre Adoptivo también, les bendice: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos Apóstoles de Mi Corazón, deseo que conozcan Mi Corazón; Mi Corazón, Fuente Inacabable de
Perdón, de Amor, de Misericordia.
Mi Corazón los ama a todos y a cada uno. Lo que la humanidad ve como un pecador, como un ser
destruido, como un hombre sin dignidad, Mi Corazón lo ve como un alma que puede ser santa, como un
alma que puede ser preciosa, como un alma que puede salvarse.
Mi Corazón, hijos Míos, ¡es tan profundo en Caridad! ¡Como deseo que los Míos abran su corazón para
que reciban Mi Amor! Apóstoles de los Últimos Tiempos, pidan la Caridad, porque el Don de la Caridad es
una virtud que cada Apóstol de los Sagrados Corazones, el Mío y el de Mí Amada Madre, debe cultivar,
practicar, y testimoniar.
Mi Amor es un Tesoro Interminable y quiero darlo a todos, sólo digan "sí", sólo proclamen un Fiat con todo
el corazón, en sinceridad, en humildad, y Mi Amor descenderá a ustedes como Manantiales de Gracias.
Yo les bendigo con el Amor que redime. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado se ha manifestado, en muchas partes del mundo, llamando a la
humanidad a la conversión, a la paz, a la caridad fraterna, pero, así como me he manifestado en el
mundo, he sido y soy rechazada.
277
Hijitos, no se dan cuenta de eso, pero, aún hoy, soy ignorada, porque Mi Mensaje no es solamente para
escucharlo, Mi Mensaje es para que lo vivan.
Como Madre Corredentora estoy deteniendo El Brazo de Mi Padre, pero sepan, hijos Míos, que la
Purificación ya no se puede evitar. Han pasado los años y ha aumentado los pecados. Como Madre
deseo que Mis hijos mejoren sus vidas.
Pequeñitos, siervos y apóstoles de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, les invito al silencio; guarden
silencio para que escuchen a Jesús, para que reflexionen, para que contemplen.
Les invito a la oración, para que crezcan en el espíritu, para que crezca su amistad con Jesús, para que
aumente su fe.
Les invito, hijos Míos, a que vivan de verdad Mi Mensaje, para que reparen por los que no viven Mis
Palabras. El Corazón Doloroso e Inmaculado de María Corredentora guarda a todos sus hijos.
Como Madre les bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Amada Esposa Celestial, como Madre Dolorosa, se ha manifestado en muchos lugares de la tierra
llamando a todos sus hijos a que cambien de vida. Y como Madre de los Dolores también invita,
especialmente, a que contemplen lo que Jesús ha sufrido por declararles, a cada uno de ustedes, el Amor
que les tiene. La Cruz: la Locura del Amor Santo; sólo Jesús ha amado sin medir.
A Mi Hijo Adoptivo no le importó si su Amor iba a ser correspondido o no. Jesús no pensó si iba a ser
aceptado o no. Él se ofreció a todos, sin distinción de nadie. Él amó sin rechazar a ninguno. Y la Madre de
los Dolores, con la que Yo compartí también mis dolores, junto a Jesús y a María en la tierra, invita que
ustedes, sus hijos, no hagan a un lado la Cruz. Porque muchos por olvidar la Cruz se han alejado del
Corazón de Cristo. No estuve físicamente en el Calvario, pero también estuve contemplando el
sufrimiento y la Cruz de Jesucristo ¡Oh humanidad sino olvidaras la Cruz de verdad supieras amar con el
corazón!
La Cruz está reuniendo una corte de almas que igual que Jesús se están dejando crucificar por amor a Él.
El Cielo lo está haciendo, para detener la Justicia y el Castigo que del Cielo viene, porque los pecados
son muchos y son graves.
Junto a la Madre Dolorosa con sus ayunos, penitencias y oraciones, imploren misericordia y oren ¡Oren!
¡No pidan! ¡Oren! ¡Oren con el corazón! Aprendan a orar mirando siempre a Jesús Crucificado. Y cuando
entiendan lo que Jesús hizo en la Cruz aprenderán a vivir, a amar, a orar.
Como el Padre Adoptivo de Jesús Crucificado les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Muy amados hijos, deseo invitarles a que tomen Mis Mensajes con mucha seriedad y disposición del
corazón. El tiempo se agota y muchos de Mis hijos están en el mundo viviendo como ovejas sin pastor; es
por eso que, una vez más, Jesús envía Mi Corazón Doloroso e Inmaculado a llamar a todos los pueblos a
Mi Corazón Maternal, para que, a través de Mi Corazón, reciban el Amor, el Perdón y la Paz.
Queridos hijos, es muy necesario un cambio de corazón. Permítanme, queridos hijos, decirles que cuando
ustedes quieren cambiar se olvidan, también de cargar la cruz, y el alma que quiere cambiar, cambiará
cargando la cruz. Muchos creyentes creen que acercarse a Mi Hijo es alejarse del sufrimiento. Y no es
así, queridos hijos, el que se acerca a Mi Hijo debe cargar su cruz, debe sufrir y reparar sus pecados y los
del mundo.
También, queridos hijos, muchos se preguntan, muchos quisieran saber, ¿cuánto aman a Jesús? Yo les
digo, hijos, que así como ustedes aman y se relacionan con vuestro prójimo así aman y es su relación con
Mi Hijo.
278
Hijos Míos, en estos tiempos urge que ustedes vivan con responsabilidad la caridad, la perseverancia y la
aceptación de la cruz. No se alejen de esto, para que no se desvíen del camino que Mi Hijo les ha
indicado. Pequeños, quiero la salvación de todos y eso se logrará con la oración y con la aceptación de Mi
Mensaje.
Yo les bendigo como Tierna Madre: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Amante Corazón vivió del silencio y del servicio en Nazaret; con Jesús y con María vivía de la
contemplación de Dios; me vivía llenando del Amor de Dios. Y este Amor de Dios transformó Mi Corazón;
este Amor de Dios, que desde muy pequeño, en mi casa paterna, me hizo practicar la humildad, el
anonadamiento, el silencio.
Sepan, queridos hijos, que Yo vuestro Padre San José, en mi casa paterna, fui humillado, por mis padres
y hermanos, fui rechazado, siempre fui dejado a un lado. Pero entendí que eso lo permitió el Señor,
porque ésos sufrimientos cultivaban en Mí: Gracias, para mi futura vocación: ser Padre Nutricio del Dios
Vivo.
Es por eso que, ahora, así como el Corazón Doloroso e Inmaculado de María es el camino que los lleva a
Dios, Mi Casto y Amante Corazón es el camino que los lleva al servicio de Dios ¡Aprendan de la humildad!
¡Aprendan del ocultamiento! ¡No hablen de ustedes mismos! ¡No se alaben a ustedes mismos! Si van a
hablar de ustedes que sea de sus pecados, de sus defectos, y del inmenso perdón que Dios ha dado a
sus almas.
Libérense del ruido y del querer ser escogidos, amados; no hijos, el camino de Dios es el camino de la
humildad, el camino del ocultamiento, el camino de la renuncia total. Y cuando de verdad se hayan
encontrado con este Amor de Dios verán hijitos que hasta su forma de hablar, de mirar, de actuar, hasta
el más mínimo respiro y latido de su corazón, dará testimonio del Amor que experimentan de Dios.
Porque el hombre sólo expresa lo que hay en su corazón y si su corazón se llena de Dios manifestarán a
Dios
¡Sean siervos! El siervo no hace más de lo que debe hacer ¡Humildes! ¡Silenciosos! ¡De corazones puros!
¡De mirada limpia! ¡De acciones nobles! Así manifestaran, así mostraran, el Amor de un Padre Amoroso.
Yo intercedo por ustedes. Les bendigo, como San José Obrero, silencioso y oculto: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeños, cuando adoran Mi Corazón adoran Mi Humanidad, porque Yo, Jesús, amé con Corazón de
carne, amé con Corazón humano. Cuando adoran Mi Sagrado Corazón, también, adoran Mis
sentimientos, adoran Mis afectos, adoran Mis deseos, Mis angustias, Mis dolores, Mi sufrimiento.
Cuando adoran Mi Sagrado Corazón adoran al Dios hecho carne, al Dios Hombre, al Dios Hijo, que por
obra del Espíritu se encarnó en la Inmaculada Virgen y se entregó a la Cruz por Amor a cada uno de
ustedes.
Todos tienen el precio de Mi Sangre derramada y de Mi Corazón abierto. Cuando adoran Mi Sagrado
Corazón adoran toda Mi Persona, humana y divina, por eso, cuando adoran Mi Corazón, Me consuelan,
reparan y alivian Mis sufrimientos.
¡Sean verdaderos reparadores y adoradores de Mi Sagrado Corazón! Con Amor Misericordioso los
bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
279
Amados hijitos de Mi Corazón Inmaculado, deseo invitarlos a que se abran con la voluntad, con la libertad
y con el conocimiento, con que el Padre los ha creado, al Amor, al Perdón y a la Misericordia.
Mi Hijo me envía a establecer la Paz de los hombres con Dios y a establecer la Paz entre los hombres.
Pero no la paz que se logra con esfuerzos humanos, sino la Paz que el Espíritu de Dios deposita en los
corazones que oran, que confían y creen.
Hijos, el mundo necesítalos y es por eso, apóstoles Míos, que los invito a ustedes a que seriamente
tomen de la Luz de Mi Corazón, para que lo propaguen por el mundo, no tanto con sus palabras sino con
ejemplo, con testimonio.
Hijos Míos, oren, para que puedan comprender Mis Palabras; oren, para que Mis Mensajes puedan dar
fruto en ustedes; oren con corazones dispuestos y confiados, para que puedan cambiar. Con Amor de
Madre he deseado que el mundo conozca al Amor de Jesús. Pero muy pocos deciden escuchar y aún
menos son las pequeñas almas que desean poner en práctica Mis Palabras.
¡Consuélenme, hijos Míos! Que cada uno viva con un compromiso de amor Mi invitación de Madre.
Quiero la salvación de todos y ruego ante Mi Hijo por ustedes.
Los miro, los sonrío y los bendigo a todos. Si supieran cuánto les amo llorarían sin cesar, al saberse que
cada uno es especial e importante para Mí vuestra Madre.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, el Océano Infinito de la Misericordia les ama inmensamente y cómo deseo,
hijos Míos, que comprendan este Amor: un Amor Infinito, sin principio ni fin; un Amor que se dejó
crucificar, pero a pesar de la ingratitud humana, este Amor, que soy Yo mismo, permanece en el
Santísimo Sacramento esperando siempre, cada día, que este Amor Misericordioso sea correspondido.
Es por eso, hijos Míos, que deseo que se vuelvan almas contemplativas, porque el alma que contempla
Mi Amor, Mi Cruz y la Eucaristía, es el alma que si persevera se volverá sensible a Mi Dolor, a Mis Gozos,
a Mi Amor. No puede un alma acercarse a Mí si no es tocada con los Rayos de la Luz Divina; es lo
mismo, no puede ninguna criatura en la tierra no ser tocada por la luz del sol. Mi Amor está dado, Mi Amor
está ofrecido, pero Mi Amor quiere ser correspondido.
Es por eso que, cada día guarden un momento de silencio, para meditar en la correspondencia que han
dado al Amor que les entrego. No tengan miedo de las tribulaciones de la vida, la Señora, Mi Madre, será
la ayuda Perpetua, el Socorro Incondicional, la Protectora Incansable, de los adoradores de Mi Corazón.
Ella es Madre del Perpetuo Socorro porque los ha socorrido dando su Sí, ha dado la ayuda, el Socorro, la
Redención, al Cristo, para que los hombres sean salvados
¡Permanezco con ustedes! ¡Adoren siempre, incluso en sus actividades ordinarias! ¡Permanezcan en
actitud de adoración!
Yo les bendigo con Amor Redentor: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Casto y Amante Corazón, primer apóstol de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María, estuvo dispuesto incondicionalmente a servir a Dios, por medio de estos Sagrados Corazones, en
Ellos y por Ellos.
Además de la sabiduría, con la que ya el Señor me iba preparando, recibí tantas Gracias, para amarles y
servirles mejor. Pero el secreto para caminar este sendero espiritual consiste en el silencio, en la escucha
y el recogimiento interior y exterior.
Mi Corazón recibía muchas manifestaciones del Amor de Dios, pero las atesoraba en Mi Corazón, con el
silencio, porque si las sacaba de Mi Corazón, porque si me tentaba el deseo de darlas a conocer, se
perderían: primero, por Mi falta de recogimiento, y segundo, porque los demás no comprenderían.
Hijos Míos, los invito a que no se dejen tentar por la vanidad que pretende exteriorizar, hablar, centrar en
sí mismo la atención; todo esto se resume en egoísmo y el egoísmo aleja al alma del servicio.
280
Ustedes, en cambio, hijos, que desean ser apóstoles de los Sagrados Corazones: oren, confíen y
esperen. Recogimiento, silencio, humildad, simplicidad y el abandono total en el Señor son instrumentos
con los que avanzarán rápidamente en el camino de la virtud. Pero de esto, el silencio y el recogimiento
son los más importantes, para los que desean adorar en espíritu y verdad, como Yo lo aprendía
continuamente en Nazaret.
Como el Padre San José que contempla, que calla, que ora, los bendigo: en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados hijitos, soy la Madre de la Humildad, soy la Esclava del Señor y Sierva de Todos los Hombres
en Dios, soy la pequeña María, la sencilla Virgen en Nazaret, soy la que se alegra por ser humilde, por ser
pequeña, y Mi Corazón se regocija al saber que Dios es todo, que Dios hace todo.
Pequeños, la vida de la Sagrada Familia siempre estuvo revestida con el don de la humildad; pero la
humildad, queridos hijos, no los hace excluirse, sino que los convierte en servidores; la verdadera
humildad los lleva a servir a los demás.
Jesús, Mi Hijo, fue siempre humilde y con humildad aceptó el sacrificio de la Cruz. Mi Hijo Dios no
pensaba si su muerte en Cruz era injusta. Mi Hijo humildemente pensaba que era la Voluntad de Dios.
¿Por qué es tan difícil que comprendan esto? ¿Por qué el hombre, una y otra vez, cae en la tentación de
querer ser Dios? ¿No es Dios el que gobierna sus vidas? ¿No es Dios el que sabe lo que ustedes
necesitan antes de que se lo pidan? ¿No viste Él a las aves del campo, a las flores? Y si ustedes son sus
hijos son más importantes que eso. Entonces, hijos Míos, ¿porqué pretenden enaltecerse ustedes? El
orgullo, el egoísmo, la soberbia, es lo que está destruyendo a la familia; la incomprensión, el querer ser, y
no dejar que Dios sea.
Hijos Míos, si comprendieran que todo depende de Dios, y todo sucede porque Él lo permite, todo pasa
en sus vidas porque Él así lo quiere.
¡Paz! ¡Reciban las Gracias con paz! ¡Alégrense de ser poco o nada en la presencia de Dios! Sólo la
humildad hace grandes santos. El trigo que se levanta orgulloso hacia el sol está vacío, pero el trigo que
está doblado se dobla bajo el peso de los granos, que abundan en él, y Jesús se dobló, y Jesús se hizo
nada en una Cruz.
Humildad y paz, queridos hijos, es Mi exhortación. Les amo y les bendigo: en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Casto y Amante Corazón hace un llamado a los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María, en estos últimos tiempos, al silencio y a la adoración. No se puede, queridos hijos, tener un espíritu
adorador sino se practica el silencio.
Hijos Míos, practicar el silencio es hablar solamente cuando fuera necesario. Practicar el silencio es
silenciar el interior, la mente, los pensamientos, los afectos. Practicar el silencio es meditar; es pensar en
Dios y permitir que Dios hable.
Hijos, el silencio es un arma poderosa. No tienen mejor arma contra los que los odian, los humillan y los
persiguen, que el silencio. No un silencio de cobardía, sino un silencio de humildad de saber que el único
que es nuestro escudo y protección es el Dios Todopoderoso. Y de ese silencio su espíritu se fortalecerá
y podrá orar y adorar mejor. La adoración debe estar siempre unida al silencio, porque deben permitir que
sea el corazón el que adore.
En Nazaret, hijos Míos, viví en silencio. No necesitaba hablar mucho. Mi deseo era admirar a Dios. Mi
descanso estaba en ver su Rostro de niño. Mi alegría consistía en poder llevar el pan y el sustento a
Jesús y a María.
No hay que hacer mucho ruido, hijos Míos. Hay que adorar. Hay que callar y esperar en Él. ¡Él nos ama
tanto, Jesús ama tanto, que el cielo y la tierra se estremecerían de sentir toda la intensidad del Amor de
Dios!
281
Les invito a esto, hijos: silencio y adoración ¡Confíen en la Providencia de Dios! Soy vuestro Padre San
José, les bendigo, les protejo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón, desde el momento en que empezó a formarse en el Vientre Puro e Inmaculado de
Mi Amada Madre, fue una Víctima de Amor. Mi Corazón fue formado para ser una Víctima por los
pecados del mundo, y para ser Ofrenda Expiatoria.
Hijos, Mi Corazón, en cada palpitar, decía un te amo y te perdono, y ese palpitar se ha extendido hasta
hoy; especialmente en los Sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía. En estos dos Sacramentos
renuevo y actualizo ese te amo y te perdono. Mi Corazón, al amar y al perdonar, asumía y asume todos
los pecados de ustedes y del mundo, para seguir alcanzando Misericordia a Mí Padre.
Pero ¿qué quiero enseñarles con esto, hijos? quiero que comprendan que aún ahora, después de Mi
Resurrección, Mis Sufrimientos, que se convirtieron en místicos, no han cesado; sigo sufriendo, sigo
siendo Víctima, sigo asumiendo el pecado, que en estos tiempos se ha multiplicado y se han hecho más
graves.
Hijos, Mi Corazón, Víctima y Hostia, sufre mucho; pero aún observo la dureza de sus corazones. Yo
quiero reposar en los corazones, pero cuando busco posada en ustedes, encuentro una roca; encuentro
la dureza, y el desamor. Yo quiero descansar en ustedes, quiero reposar en ustedes.
Hijos, cuando adoren Mi Corazón Eucarístico recuerden que aún sufro, y quiero almas piadosas que me
consuelen en este Calvario. Hijos, pueden dejar que Yo convierta sus corazones de piedra en corazones
de carne. Sin su permiso, nada puedo hacer. Espero que tengan también Misericordia de su Jesús.
Les amo, como la Victima Eterna. Les bendigo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos, los invito a abrir el corazón y, con el corazón humildemente abierto para Jesús,
permítanse ser transformados por Jesús, permitan al Querer Divino que tome la dirección de sus vidas,
para que todas sus acciones, pensamientos, actitudes y sus mismos corazones, sean dirigidos por la
Divina Voluntad de Mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, es necesario que se abran al Amor, al Amor que proviene de Dios, al Amor que nace de
Dios, para que sean tocados por su Amor Misericordioso y puedan vivir la Palabra de Dios, no como regla
sino como un ritmo de vida, acogido no por obligación ni por imposición sino por amor, para demostrar en
la vida, con acciones, el amor que ustedes tienen para Dios.
Oren, oren mucho, oren, hasta que sus oraciones se conviertan en obras ¡Conviertan en obras lo que
creen, hijos, y transformaran su vida y la del mundo!
Les bendigo con Amor Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados hijos de Mi Corazón Eucarístico, en cada Sagrario del mundo está Mi Corazón palpitando,
pidiendo en silencio ser amado, ser adorado, ser visitado.
El Sagrario, es la Roca de la Iglesia, porque en Él, se guarda, la Vida y la Fuerza del Cuerpo Místico, que
es la Sagrada Eucaristía. Y en cada Eucaristía estoy pidiendo Adoración y Reparación.
Hijos, muchas almas han perdido el conocimiento y el valor de la Santa Misa, y al Santo Sacrificio. En
estos últimos tiempos, se da poca importancia y Mi Corazón sufre porque en cada Altar me entrego como
lo hiciera en el Calvario, me entrego para que Mi Padre aun tenga Misericordia.
Pero, hijos Míos, ahora son ustedes los que deben tener misericordia y piedad con su Dios. Son ustedes
los que deben, ahora, practicar la caridad con vuestro Dios.
Dios los ama y no puede ningún ser humano dudar del Amor que la Santa Trinidad tiene por ustedes.
282
Pero ahora le corresponde al hombre ser misericordioso con Dios, escuchar a Dios, aceptar el Amor de
Dios. Si el mundo rechaza aun más el Amor de Dios, el pecado y el egoísmo, avanzarán y destruirá
muchas vidas. Hijos, en el Amor Santo está la llave de la Bendición y la Salvación. Ámense unos a
otros, amen a su Dios.
Los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, Mi Hijo Jesús ha venido al mundo con un mensaje de paz, de
conversión, con una invitación a la conversión y al cambio de corazón; su mensaje fue rechazado, hasta
el punto de que el rechazo humano lo llevó a la Cruz. Pero, ahora, Mi Hijo, que es Misericordia Eterna, me
envía como Madre a transmitir a su pueblo los últimos Llamados de Amor y de Conversión, para que su
mensaje no sea olvidado.
Hijos, muchos se preguntan: ¿por qué tantos mensajes? Hijos Míos, una madre no se cansa de repetir los
mismos consejos a sus hijos y Yo soy vuestra Madre; les invito, hijos Míos, nuevamente, a que tomen con
mucha seriedad Mis mensajes ¡Vívanlos! ¡Oren! Oren para que Mis mensajes se encarnen en sus vidas, y
sean testimonio para los hombres, y sean consuelo para Dios, que está muy ofendido.
Mis mensajes son del Cielo y deben tomarlos en su corazón con un espíritu de devoción, de piedad, de
respeto, pero, sobre todo, con un espíritu dispuesto y humilde.
Vuelvan su mirada a Nazaret, el día de la Anunciación, y no alejen de sus corazones esta frase: hágase
en Mí según su Palabra.
Les doy Mi bendición maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, los invito a contemplar el taller de Nazaret, allí, en silencio, Yo trabajaba para sustentar a
Jesús y a María. Allí, como grano que se tritura para hacer la harina y formar la hostia, de igual modo, me
entregaba Yo, como una Hostia, para consolar, servir y amar a Jesús y a María.
Mi Corazón también fue y también es Hostia Víctima, porque, como hijo de Israel, reparé el rechazo del
pueblo hacia su Mesías aceptándolo como Mi Hijo, y, como hombre justo, reparé el rechazo hacia la
Virgen María, cuando salió embarazada por obra del Espíritu Santo, aceptándola como Mi Esposa,
porque su vida corría peligro al ser repudiada, y, continuamente, reparé y consolé a los Sagrados
Corazones.
Hijos Míos, una de las formas más grandes de reparar y de consolar a los Sagrados Corazones de Jesús
y de María es renunciar a la voluntad propia, cuando renuncian a su voluntad, en cada momento, aceptan
la Voluntad de Dios. Oren y ayunen, para que tengan corazones firmes y espíritus fuertes que, sin
desmayar, estén siempre dispuestos a servir a Jesús y a María, y, también, por medio de Ellos a los
demás.
Les bendigo como el Patriarca de la Familia de Nazaret: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Cuando el trigo es cortado, se lleva al molino para formar, con la harina que se obtiene, el pan. Y de una
semilla que a simple vista pareciera inservible, inútil; una semilla plantada sin sentido. El que la ve, ignora
la grandeza de una simple semilla de un mismo trigo, que se hace pan, que se hace Hostia. Yo me
encarno, Yo me hago Vida. Yo soy ese Pan que se consagra en el Altar.
Así, hijos de Mi Corazón, así es el cristiano para el mundo, así es la Fe para el mundo; un grano
inservible, un grano que a primera vista no tiene sentido. Sin embargo, esos granos esconden la Gracia
de Mi Espíritu.
283
Así, hijos, ustedes granos de trigo, cuando se humillan, cuando sufren con paciencia, cuando desean
enfrentarse a los demás pero guardan el silencio, cuando dicen "no" a su voluntad humana; se hacen
harina, harina que con Mi Sangre Yo amaso para hacerlos Pan.
Envío Mi Espíritu a ustedes para consagrarlos y para hacerlos copias vivientes de Mi Corazón. Hijos,
encarnen Mis Mensajes. Cada Mensaje de nuestros Sagrados Corazones es un recordatorio del
Evangelio. Vivan Mis Mensajes, tengan compasión de su Dios.
El mundo hoy está gritando otra vez ¡Barrabás! ¡Barrabás!, ¡Barrabás! Hijos, resto fiel, tengan misericordia
de Vuestro Jesús, apiádense de Mi Corazón, apiádense de Vuestra Madre, tengan misericordia de
Nuestros Sagrados Corazones.
Con Amor Misericordioso, Yo los bendigo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, los invito a abrir el corazón con alegría. Nuestros mensajes son mensajes de esperanza
que marcan el camino e iluminan el sendero, para que todas las almitas fieles no se extravíen por la
densa tiniebla que pesa sobre el mundo.
Hijos, escuchar, obedecer y vivir nuestros mensajes debe ser para ustedes motivo de alegría y de
esperanza. Sólo con el corazón alegre y en paz nuestros mensajes darán fruto en ustedes.
Hijos, les exhorto: céntrense en la oración, que su mente, alma, cuerpo, ore y, así, orando aprenderán a
orar. Abran sus corazones con alegría.
Les doy Mi bendición maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Instrumento: San José ha venido acompañado del Niño Jesús, de San Joaquín y de Santa Ana.
El Padre San José: Amadísimos hijos de Mi Castísimo Corazón, contemplen a la Sagrada Familia,
regresen su mirada a la cueva de Belén, vean en esa oscuridad, que envolvía esa cueva, el frío, la dureza
de las piedras y de la tierra, que la formaba. Ahí, en ese lugar, tan despreciado por el pueblo de Belén,
Dios quiso nacer, Dios fue Niño, fue Hombre, amó con Corazón humano y sufrió el sufrimiento y el dolor
humano, pero siempre fue fiel al Padre.
Los exhorto, vean el misterio del Nacimiento del Niño: Dios puede transformar una cueva en una cuna, en
un altar, en un sagrario; Dios puede transformar los corazones, pero éstos tienen que estar abiertos como
la cueva de Belén estaba abierta, a pesar de ser un lugar incómodo, indeseable, estaba abierta.
Hijos, abran la cueva del corazón, que el Niño Jesús transforme esas piedras en carne viva, en corazones
sensibles, en corazones dispuestos a vivir la Palabra de Dios. ¡Oren! Oren, para que puedan comprender
la importancia de la oración, la necesidad del ayuno; oren, para que puedan discernir Nuestras Palabras.
¡Oren por las familias! ¡Oren en las familias! La familia fue la primera creación magnífica de Dios y que
Satanás, desde un principio, quiso destruir en el jardín del Edén. Y en estos Últimos Tiempos, Satanás
lucha contra la familia, porque sabe que la Iglesia ha nacido del seno de la familia.
Hijos, comprométanse con las intenciones de Jesús y de María. Les doy la bendición de la Santísima
Trinidad: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Esa Crucifixión, esa Alianza firmada con Mi Sangre, sellada con los clavos que traspasaron Mis Manos y
Mis pies y por la lanza que traspasó Mi Costado, es la Alianza Nueva, es la Alianza Eterna, que se
actualiza, que se hace viva nuevamente en la Santa Misa.
284
Los hombres continuamente olvidaban la Alianza de Dios con sus padres, y el Padre Eterno llamaba
profetas a que anunciaran nuevamente su Promesa, su Mensaje, su Alianza. Sin embargo a Mi Padre
siempre se le ignoró. En la plenitud de los tiempos me envió, nacido de la Virgen Santísima, y también a
su Hijo se le ignoró, se le odió, y se lo llevó hasta la Cruz. Y ahora suscito nuevos profetas a que
anuncien otra vez Mi Evangelio, a que restauren otra vez Mi Iglesia
¡Ay, hijos Míos, y a éstos también se les ignora y se les odia! Con el Corazón triste, pero lleno de Amor,
humanidad: ¿hasta cuándo te rendirás a Mis Pies? ¿Hasta cuando ustedes tendrán corazones de piedra?
Con esas mismas piedras golpean a su Jesús.
Queridos hijos, ¿hasta cuándo rechazareis Mi Espíritu e ignorarán Mis Palabras? Les amo y quiero salvar
al mundo entero ¡Escúchenme con el corazón! En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es el Trono y el Sagrario de la Sabiduría Divina. El Espíritu Santo
por medio de Mi Corazón Inmaculado distribuye la Divina Sabiduría a quienes con fe la piden.
Hijos, por eso, los invito a que derriben la orgullosa Torre de Babel de sus corazones, sólo un corazón
humilde es capaz de reconocer sus pecados, pero aún más humilde es el corazón que acepta ser
perdonado por Mi Hijo.
Hijos, alégrense porque vuestra condición de pecado ha hecho que el Padre envíe a Jesús a salvarlos
¡Alégrense y reciban el Amor, el Perdón y la Redención que Cristo quiere darles! ¡Sean humildes! El
orgullo confunde, equivoca y destruye. La humildad construye, guía y fortalece. Si los hombres levantaron
la Torre de Babel con orgullo, el Cielo levantó la Torre humilde de la Cruz. La Torre de Babel destruyó y
desunió. La Torre humilde de la Cruz unió el Cielo y la tierra y salvó al mundo.
Mi Llamado, hijos, es a la humildad y a que se aparten del pecado del orgullo. La oración y el ayuno les
ayudará en practicar la virtud de la humildad.
Les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi esposa María fue siempre simple, sencilla, mínima, evitaba en todo ser vista, ser atendida. La Madre
del Mundo servía, pero evitaba ser servida; amaba, pero nunca buscó ser amada; se entregó a todos en
Dios, pero jamás reclamó nada para Ella misma. Todo le entregó, hasta su propio ser; se anonadó, se
inmoló, se humilló profundamente, para no ser Ella, sino que en todo fuera Dios. Y mi Corazón humano,
de hombre, de padre, de esposo, pero también de hijo, aprendió de Ella, la imitó, se consagró a Dios por
medio de Ella.
Yo vuestro Padre San José viví en silencio, para contemplarla, para no perderla nunca de vista, para no
dispersarme con el ruido y el pensamiento, de la devoción, del amor y de la piedad, con la que María vivía
en la tierra.
Ay hijos, sus corazones aún están muy duros, para contemplar y comprender la sensibilidad de María: su
profundo amor y humildad. ¡Torre de Babel destrúyanse, para que se levante la Torre de Marfil, la Torre
de Gracia, la Columna del Cielo! María la humilde, María la silenciosa, María la servicial, y hasta que sus
corazones se hagan muy pequeñitos, hasta que sus corazones aprendan a perdonar, hasta que en la
familia vivan en paz, comprenderán la grandeza de María.
Lean a Sofonías en el capítulo uno. María, la humilde, y vuestro Padre San José, vuestro protector, los
bendecimos: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
285
Llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón de Jesús - 4 Agosto 2017
Queridos Hijos, los invito a contemplar, a meditar, y adorar Mis Santas Llagas; cada herida de Mi
Cuerpo, cada parte de Mi Cuerpo, que fue rasgada, abierta. En la más pequeña herida de Mi Cuerpo. Con
Mi Sangre, declaré Mi Amor a la humanidad, declaré Mi Amor por cada uno.
Por eso, invito a que me contemples. ¡Alma! contémplame crucificado, comprende también que Mi
Sacrificio fue para salvar a otros, a todos, como a ti mismo.
Hijos, saben que el pecado que destruye, que destruye el mundo, la sociedad, Mi Iglesia, es el pecado del
egoísmo. El egoísmo es igual, es lo mismo, que decir el no-amor. El egoísmo es el desamor y,
lamentablemente, incluso Mis discípulos cargan con el pecado del no-amor.
Hijos, al final serán examinados, nada más que en el mismo amor. Al final, lo que importará para la
salvación eterna de sus almas será la práctica del amor. No olviden, hijos, lo que dijo ya Mi Apóstol Pedro,
"la Caridad de Cristo urge". El Amor de Dios en el mundo de hoy, en ustedes, urge, y de cada herida de
Mi Cuerpo, yo he dado a ustedes el Amor.
No lo desprecien, porque ya mucha indiferencia y rechazo he soportado. Ámense los unos a los otros,
como Yo los Amo. Los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Queridos hijos, vuestra Madre los exhorta a abrir el corazón, veo en sus corazones la dureza de la roca.
Aún, hijitos, no han permitido que mi Hijo, con su Palabra, ablande sus corazones.
La roca es rígida, es dura, no se mueve, no avanza, por la misma dureza de que está compuesta. Los
corazones duros no avanzan, no caminan, no mejoran, porque están rígidos, y cuando llega la Palabra de
Dios, al caer en la roca; cuando como semilla se siembra, crece, pero llega un momento en que se ahoga
la semilla, el fruto, la Palabra, se ahoga y se seca.
La Palabra de Mi Hijo que cae en corazones duros, se ahoga. Los invito a abrir el corazón, a tener
corazones sinceros Conmigo, vuestra Madre, y a tener una voluntad decidida. Los invito a un cambio
profundo, a un verdadero cambio.
Hijos, los invito a la santidad. No es un honor ser santos; para los cristianos, la Santidad es un deber: ser
santos, como nuestro Padre es Santo, porque son imagen y semejanza de Dios.
Sean pues la imagen de Dios en el mundo. Los amo con Amor Maternal, en el nombre del Padre, del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, los llamo a que contemplen, con Mi Corazón y con Mis Ojos, a Jesús.
Hijitos, es muy importante sentir los sentimientos de Jesús, ponerse en el lugar de Jesús, para entender a
Jesús. Mi Hijo, no con impaciencia ni enojo, dijo a Pedro y a los apóstoles: ¡hombres de poca fe! Mi Hijo lo
dijo con tristeza, con dolor; tanto tiempo los apóstoles con Mi Hijo y aún no entendían la Palabra de Dios,
y su fe era muy pequeña.
Hijos, deben pedir la fe, es necesario orar para que aumente vuestra fe, pero también es muy importante,
que a la par de vuestra fe, pidan el don del amor. La fe y el amor darán como fruto la esperanza. ¡Tanto
tiempo oyendo la Palabra de Mi Hijo! ¡Tanto tiempo que Nuestros Sagrados Corazones les están
enseñando! y aún tienen poco fe, y aún no demuestran el amor a los demás.
Para decir con los labios que Dios es Amor, deben mostrarlo con sus obras. ¿Acaso vuestra fe tiene que
contradecir sus obras? Hijos, el amor es importante, la caridad es importante; caridad en las miradas,
caridad en los gestos, caridad en el hablar.
286
Que vuestro amor crezca y también crezca en su interior el silencio, para que puedan comprender mis
palabras, para que tengan fuerzas para vivir mis mensajes. Oración, fe, caridad y silencio, para que
crezcan en el camino del Evangelio.
Hijitos, respondan con obediencia a mi mensaje. Con Amor maternal los bendigo; en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos queridos, desde antes de comprometerme con María, como lo ordenaba la ley judía, Yo ya
admiraba, contemplaba, a María. La pureza, la humildad, el amor que María irradiaba en la tierra, sólo
Jesús pudo superarlo porque era Dios; pero María, aún siendo pequeña criatura, ya reflejaba lo divino, lo
eterno.
Y desde el momento de la Encarnación del Verbo, en su Vientre, María se hizo la Entrada al Reino de la
Divina Voluntad, porque María actuaba, hablaba, oraba, haciéndolo todo, con el Amor Santo, y este Amor
Santo la unía en la tierra a la Divina Voluntad.
Ahora es, por eso, que Yo los invito a reflexionar: ¿cómo actuaría María en mi lugar?, ¿cómo respondería
María si fuera yo?, ¿con qué amor?, ¿con cuánta dedicación María serviría a mis hermanos si fuera yo?
Hijos, para ser hijos de María no basta con consagrarse a Ella, la Consagración a su Doloroso e
Inmaculado Corazón es la puerta de entrada, pero la Consagración debe vivirse, nuestros Llamados de
Amor y de Conversión son un estilo de vida, por eso mediten si actúan, hablan, sirven, incluso si oran
como María y si, aún, no es así: ¡qué más esperan para empezar a imitar a la única criatura que jamás
ofendió al Señor!
Imiten, pues, en todo, totalmente en todo, a la Reina Celestial. Y cuando Jesús los vea a ustedes
transformados en María serán ustedes muy agradables para Él. Con amor de Padre, que quiere educar a
sus hijos, les doy mi bendición: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Aquella Noche Eucarística cuando, con mis amados Apóstoles, celebré la fracción del Pan pidiendo que
conmemorarán esta Santa Cena, en el Cenáculo de Jerusalén, mi Sacrificio fue simbólico, pero en el
momento que impuse mis Manos sobre el pan y el vino, se dio el milagro de la Transubstanciación, donde
el Pan y el Vino era mi Cuerpo Vivo y mi Sangre Real. Así que la Pascua dejó de ser simbólica para
convertirse, en esa noche, en un Sacrificio Vivo y Real.
El Jueves Santo, mi Sacrificio fue en el Pan y en el Vino, y el Viernes Santo, mi Sacrificio fue con la Cruz.
Esa Noche Santa, me retiré al Huerto, fuera de la ciudad, a orar. En ese momento, mientras caminaba
hacia el Huerto, mi Corazón se despedía del Corazón de mi Madre. Cuantas veces mi Madre me protegió,
pero esa Noche sabía que no podía hacer nada por Mí, porque para eso había venido al mundo. Mi
Madre, también muy afligida, aceptó con paciencia, el Querer de Dios.
Llegando a Getsemaní, me postré y oré; oré por el mundo, oré por los pecadores, oré por Judas, por
Anás, por Caifás, por los soldados romanos, oré por ustedes. En ese momento, mi Corazón entró en
agonía; todos los pecados del mundo, desde el primero, los vuestros, y el pecado del último hombre en la
faz de la tierra, recayeron sobre Mí, y me hice pecado por ustedes, y en ese momento Dios estaba solo,
Dios se hizo nada por ustedes.
Y aun el mundo cae siempre en la mentira de creerse algo. El orgullo humano jamás va a entender, mi
Agonía en el Huerto, solo los humildes alcanzan en este lugar. Cada pecado pasó frente a Mí, y el dolor
que sentía era como si Yo, Jesús, los hubiera cometido, pero Yo asumí sus pecados para que ustedes se
salvaran.
Tenía miedo, nostalgia, pero mi Corazón estalla de Amor; el Sudor de Sangre de mi Frente, fue por
Amor. Lamentablemente, mi dolorosa Pasión es olvidada. Si el mundo pensara más en lo que sufrí
seguramente vivirían más en santidad, pero mi Corazón sufre al ver que, incluso los Consagrados, se
olvidan de mi Pasión.
Sólo los humildes pueden comprender esto, sólo los pequeños de corazón pueden entender mi Dolor.
¡Háganse pequeños! ¡háganse pequeños con todo el corazón! para que acompañen a vuestro Jesús en el
Dolor.
287
Les invito a orar conmigo en mi Agonía de Getsemaní. Les doy Mi Bendición; en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo.
Queridos hijos, como Madre de Jesús y Madre de todos los pecadores, deseo invitarlos a que abran sus
corazones al Amor de Dios. Jesús los ama. Mírenlo a Él en la Cruz, con sus Brazos abiertos, para
recibirlos a todos y conceder el perdón ¡Jesús los ama!
El dolor más grande que puede dar el mundo a nuestros Corazones Unidos es dudar del Amor De Dios.
Cuando un alma duda del Amor de Dios entristece grandemente el Corazón de mi Hijo. Jesús Crucificado
es la prueba más grande del Amor Verdadero, del Amor Santo y Divino.
Abandónense en los Brazos de Jesús, inúndese del Amor de Dios, y también transmitan este Amor Santo
a los demás. Sean faros de Luz y Amor en el mundo, en la Iglesia, en sus familias.
Oren, oren mucho, oren sin cesar, para que también ustedes experimenten el Amor de Dios. Yo vuestra
Madre, les bendigo y les protejo, les doy mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Pequeño carmelita, ven conmigo al Cenáculo de Jerusalén, donde mi Hijo Jesús celebró la Pascua e
instituyó la Sagrada Eucaristía con los Apóstoles. En este mismo lugar sucedió el gran milagro de
Pentecostés, y en este mismo lugar "mi Alma fue arrobada, en un acto de Amor," para volar hacia el
encuentro con Jesús.
Días antes de mi Pascua, es decir, de mi Paso al Cielo, me dirigí al Cenáculo de Jerusalén, acompañada
por Juan "el discípulo amado", y María Magdalena "la fiel reparadora" que, con sus lágrimas, expiaba y
reparaba por los pecados de los demás.
Estando ya en el Cenáculo, he pedido encontrarme con todos los Apóstoles, discípulos y servidores de mi
Hijo. He sido para todos ellos; Madre, Maestra, Educadora, Consejera.
Les hablaba de mi Vida, de Jesús. ¿Qué mejor que una Madre Santa para hablar de su Hijo a los demás?
Todos me llamaban Madre, todos me reconocían como Madre, porque como una Iglesia Tierna, Naciente,
Inocente, Jesús la confió a mi Cuidado Materno. Y estando allí, di mis últimos Consejos, mis últimas
Palabras, mis últimos Besos y Abrazos de Madre, a todos ellos.
Ellos no sabían que estaba ocurriendo, pero Yo fui iluminada por el Espíritu de mi Hijo. Era tanto mi
deseo, mi anhelo, mi añoranza de Jesús, que rogaba siempre que mi Hijo viniera por Mí. Mi Paso a la
Eternidad no ocurrió por ninguna enfermedad, solamente mi Espíritu fue arrebatado por el Amor, el Amor
Inmenso que tenía hacia mi Hijo. Y con este mismo Amor de Madre hacia Jesús, también lo dispuse a la
Iglesia, y antes de mi Pascua, encomendé muy bien la Iglesia en el corazón de Pedro. Besé a mis
pequeños en la frente, los miré, sonreí, conversé con todos.
Miren hacia el Cielo, anhelen el Cielo, piensen en la Eternidad; pero eso no justifica de que no practiquen
bien la vida terrenal. ¡Caridad! ¡Caridad! ¡Caridad!, serán juzgados al final por el amor. Recuerden, por la
falta de amor muchísimas almas ya se han perdido. El misterio de mi Tránsito al Cielo está impregnado
por una Caridad Inconmensurable. Hijos, sólo la Caridad hará de ustedes grandes santos. ¡No esperen
más tiempo! ¡ya tienen suficiente tiempo y vida para vivir y encarnar el Evangelio de mi Hijo!
Los animo: "sean santos". En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
288
Mensaje de Manuel de Jesús: San José vino vestido de blanco, capa dorada, su Corazón en el pecho.
En su mano derecha, tres lirios grandes en una sola rama y una corona de lirios en su cabeza.
El padre San José dijo algo que me impresionó:
San José: Pequeño mensajero, del Carmelo, recuerda la escena del Profeta Elías orando en el Monte;
una pequeña nube se levantó desde el mar hacia el cielo. Esto lo contemplaba el Profeta Elías, quien
descubrió en ese signo un Mensaje escondido de Dios. Eso que miró el Profeta Elías, la nube que se
alzaba hacia el cielo, es una Profecía de la Asunción de la Santísima Madre al Cielo.
Ahora nos dirigimos a Jerusalén; la Madre suspiró lentamente mirando al cielo, cerró sus ojos y durmió.
Todos los creyentes, lloraron por su Madre; Apóstoles, discípulos, las piadosas mujeres, los nuevos
cristianos, se reunían para dar un último beso de amor a la Reina.
Los Apóstoles cargaron el Cuerpo de Nuestra Madre hacia un sepulcro muy cerca, del sepulcro donde fue
colocado el Cuerpo de Jesús, y allí Pedro, Juan, Santiago, pusieron el Cuerpo de la Virgen,
piadosamente, dentro del sepulcro; un aroma a rosas se extendía sobre todo el lugar. Los reunidos ahí,
podían escuchar Cantos Celestiales.
Depositaron el Cuerpo, cerraron el sepulcro, y alrededor de él cantaron, oraron, esperaron. La Señora fue
llevada al Cielo por una Legión de Ángeles. Jesús también bajó del Cielo para recibir a su Madre.
En la Puerta del Reino, estaba Yo, San José, para recibir a Mi Madre, a Mi Reina, a Mi Esposa, fue un Día
Solemne en la tierra y en el Cielo. Todos los bienaventurados contemplaban y decían: ¡Allí está la Señora!
¡Ahí está la Corredentora! ¡Ahí está la Madre del Universo! ¡Dulce María! ¡Hermosa María! ¡fuiste
glorificada por tu humildad, fuiste glorificada por ser tan pequeña en todo, fuiste glorificada por humillarte
continuamente!
Hijos, los hombres cometen el error de imponerse, cometen el error de trasmitir miedo para ser
respetados y no, hijos, el hombre y la mujer de Dios, son amados por su servicio. El poder de todo
cristiano, y de todo hijo de María, está en ser humillado, en servir. La pequeñez, al igual que la pequeña
María, es el arma que doblega las torres orgullosas, porque, en María, los humildes servidores de Cristo,
contemplan también la Gloria que les espera ¡Salve Reina!, San José, te recibe y te saluda.
Hijos muy amados de María, mírenla, imítenla y obedézcanla. Los bendigo con alegría, en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrada y Dolorosa Pasión, no sólo fue vivida en Jerusalén del Huerto al Sepulcro, también he sufrido
mi Condena en sus corazones. Reflexionen ¿Cuántas veces me han negado como Pedro? pero Pedro se
arrepintió ¿Cuántas almas han preferido los bienes de la tierra y han vendido a Jesús como
Judas? ¿Cuántas veces los que se llaman mis amigos se han comportado como los soldados del
Templo, o los soldados del Gobernador? ¿Cuántas veces sus corazones han tenido la actitud de Caifás,
de Anás, y de los que me injuriaban? ¿Cuántos hombres han caído en el error de traicionarme y lavar sus
manos?
Humanidad, "mi Lamento es Eterno". Soy Dios y estoy en la Gloria, pero también "soy Redentor" y sufro
por los que amo. ¡Almas!, que se han dejado atrapar por la sordera, por el mudismo, por la
desobediencia.
Hijos, "piensen más en mi Pasión", mi Pasión no es sólo verme Crucificado, "mi Pasión es sentir mis
Sentimientos, sentir el Dolor de cuando me taladraron mis Manos y mis Pies". ¡Cuántos se desaniman por
el peso de la misión! y Yo cargué con una Cruz. Lo único que me motivaba a seguir al Calvario, era el
saber que "cancelaría sus deudas".
¡Hombres! ¿Por qué no valoran eso? He dado mi Vida por Ustedes, una y otra vez. Ahora "en la Santa
Misa doy mi Vida por ustedes".
¡Cómo anhelo que cambien sus corazones! pero Yo como Dios sólo puedo enseñar, corregir; la libertad
está en ustedes, los que se hacen daño son ustedes. ¿Hasta cuándo oirán mi Mensaje? Reflexionen un
poco en mi Dolor, cada día. ¡Y cuando piensen en lo que sufrí por todos...! porque a todos los amo
inmensamente, ningún ser humano está fuera de mi Mirada de Misericordia.
289
Piensen más en mi Dolor. Y de los apóstoles de mi Corazón, "¡misericordia quiero! misericordia quiero
que practiquen" ¿Hasta cuándo almas mías? En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Mis muy queridos hijos, Yo, como Madre de Jesús, estaba orando con los Apóstoles y los discípulos de mi
Hijo, en el mismo lugar donde Jesús celebró la Cena de la Pascua; el Cenáculo, en Jerusalén. En ese
mismo lugar donde se efectuó la Santa Misa instituida por mi Hijo y continuada a lo largo de los siglos,
vino el Espíritu Santo en Pentecostés.
Ahora, como Madre de la Iglesia, vengo nuevamente a llamar, a reunir, a congregar a todos mis
apóstoles, a todos los seguidores de mi Hijo, a todos los ministros de la Casa de Dios, en un NUEVO
CENÁCULO DE ORACIÓN, porque en el Cenáculo nació el Santísimo Sacramento del Altar. Y también
del Cenáculo nació la Iglesia con el Don de Pentecostés.
Por eso, para revivir de nuevo a la Iglesia de mi Hijo, para salvar muchas almas, para congregar al pueblo
de mi Hijo en mi Corazón, VENGO A INSISTIR; QUE TODOS MIS HIJOS SE REÚNAN EN TORNO A SU
MADRE, EN UN NUEVO Y ETERNO CENÁCULO DE ORACIÓN, para que con la ORACIÓN QUE LES
ENSEÑÓ MI HIJO, y con LA ORACIÓN CON QUE FUI SALUDADA POR DIOS ¡clamen! ¡oren y pidan por
un Nuevo Advenimiento del Espíritu Santo!
En esta MI OBRA, a los Apóstoles de los Sagrados Corazones, por medio de mi Mensajero, REVELÉ EL
CENÁCULO DE ORACIÓN, para que unidos RECIBAN EL ESPÍRITU DE DIOS.
Cada oración que he revelado y que forma parte de este Cenáculo de Oración, es un CLAMOR DE
GRACIAS y de MISERICORDIA.
Cada oración contiene, UNA GRACIA PARTICULAR PARA LOS HIJOS DE DIOS, EN ESTOS ÚLTIMOS
TIEMPOS, es por eso que como Madre insisto: VUELVAN COMO FAMILIA A LA ORACIÓN.
La Oración de un alma justa podrá salvar a muchas otras. LA VOZ DE LA MADRE URGE QUE LLEGUE
A TODA LA TIERRA, para que muchas almas se encuentren con mi Hijo. Y tu pequeño Carmelita, donde
se te pida llevar el mensaje, debes de ir. Porque si un alma pide escuchar el Mensaje, es porque ha sido
tocada por la Divina Misericordia de Dios. Debes ir y proclamar, QUE VUESTRA MADRE MUY PRONTO
TRIUNFARÁ, Y DESEA QUE TODOS SUS HIJOS, PARTICIPEN DE ESE TRIUNFO.
Hijos, los animo a orar mucho el Cenáculo que he revelado para conseguir la paz del mundo, la
conversión de muchos pecadores, la unión de las familias y, sobre todo, la Gracia de la Santidad.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, la Santísima Trinidad; el Padre, el Hijo, y el Espíritu de Dios, han consagrado a María
como Madre de todos los hombres y la han coronado como Reina y Dueña de Toda la Creación. María
fue glorificada porque, en todo momento de su existencia terrena, se humilló totalmente y glorificó a Dios,
por medio de su Hijo Jesucristo.
María se eleva al Cielo por su humildad. María fue coronada como Reina por su humillación, su
anonadamiento, su silencio, y autonegación, porque renunció a su propia voluntad siempre. A María se le
entregó todo, porque María todo dio a Dios; jamás Nuestra Señora se quedó con algo para Ella. María
vence a la serpiente antigua por ser humilde.
Porque Dios a través de Ella derriba del trono a los poderosos y dispersa a los soberbios, y con Ella los
humildes apóstoles de Cristo son ensalzados. En el misterio de su Coronación, María es reconocida como
la Corredentora del mundo. Y el poder de la Reina, aún hoy, lo manifiesta en su servicio de Madre en
estos últimos tiempos.
¡Vean en María un ejemplo de humildad! ¡Vean en María una Reina que está con los pobres de espíritu!
¡Vean en María a una Madre que cuida por todos los que la invocan! Pero contémplenla con el corazón,
para que ustedes sus hijos sigan su ejemplo.
290
Y tú, pequeño Elías, ve a los reinos del mundo a entregar a la tierra a la Reina Celestial. Todos los
apóstoles de los últimos tiempos deben esforzarse por concretar la unión de corazón, el servicio humilde,
y la caridad fraterna.
Les doy Mi Bendición Patriarcal: en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón es un Abismo Insondable de Amor, Misericordia y Ternura. Cualquier hombre que se
acerque a mi Corazón va a experimentar el Abrazo que le da Dios como un Padre a su hijo. Es un gran
deseo de mi Sagrado Corazón que todos reconozcan, en mi Corazón, el Inmenso y Eterno Amor que
tengo por cada uno. Es muy sencillo hablar del Amor de Dios, es muy sencillo hablar de las cosas de
Dios, pero lo importante es que lleguen a experimentar el Amor de Dios, porque de verdad no se puede
hablar de mi Amor cuando no me permiten dárselo a ustedes.
Cuando se hacen pequeños, cuando reconocen que nada pueden, que nada saben, que sólo son
criaturas, pero se alegran de ser pequeños, pero se ponen felices en sus corazones cuando saben que
dependen totalmente de Mí. Sólo así despojados de todo, incluso de todas las ataduras y problemas que
les atan a la tierra, van a ser sensibles al Amor que les tengo. La materia, la comodidad, el tener, el poder,
el placer, ha adormecido sus corazones, Y el hombre de hoy se preocupa más para construir su vida aquí
en la tierra pero no se preocupa de la vida eterna, la olvida totalmente creyendo que no hay cielo, o que
no hay infierno, y cuantas almas llegan al final de su vida terrena en el mismo error.
Yo he suscitado esta Obra reuniendo y llamando, a través de mi Madre, a todos los apóstoles de nuestros
Sagrados Corazones, en el mundo entero. Esta Obra es incomprensible si no oran. Hijos, lo que he
suscitado con todos ustedes, es una Obra llena de Amor pero de urgencia.
¡Oren, oren mucho! ¡oren con todo el corazón! para que comprendan la importancia de esta Obra. Y tú, mi
pequeño mensajero, no temas; debes reunir, debes congregar, debes de guiar a todo el Ejército de mi
Madre. No temas, porque adonde te enviemos iremos contigo. Y así, con todos los apóstoles de nuestros
Sagrados Corazones. Oren para que todos los corazones se unan al Corazón de mi Madre y el Mío, y así
van a comprender la grandeza de nuestros Mensajes.
Yo con Amor Misericordioso los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soy vuestra Madre, la Guardiana de la Fe, Maestra de Oración y Educadora del Espíritu.
Escuchen, hijos, el ruido y la confusión en el mundo diariamente aumentan. Dentro de la Casa de mi Hijo
se han infiltrado muchos, también anunciando y profetizando, pero no bajo el Espíritu de Dios, sino para
confundir, y con la confusión llevar a la división.
Hijos, es verdad que a lo largo del tiempo, Jesús me ha enviado a muchos lugares de la tierra, a recordar
el Mensaje del Evangelio.
En este tiempo, he venido preparando con mis diferentes Manifestaciones, para llegar a este lugar y
revelar aquí la culminación de mi Mensaje.
En muchos lugares me he manifestado y he estado con todos mis hijos, pero también, hijos míos, no
todos los que dicen venir en nombre de mi Hijo, y en mi Nombre, son enviados del Cielo. El Mensaje es
uno, y el Mensaje se está dando por medio de los Llamados de Amor y de Conversión.
No desvíen su atención de este Mensaje, porque el enemigo, ahora, está confundiendo, y ustedes, hijos,
saben bien que en este tiempo la oscuridad es vista como luz, lo malo es visto como bueno, la muerte es
vista como vida.
Hijos, soy Guardiana de la Fe, y sólo los que se acogen a éste mi Mensaje, van a tener la fuerza para
discernir y orientarse. Quien no toma el Consejo de la Madre, en la tribulación se pierde y se confunde.
Vean a vuestra Madre, vean a la que cuida de vuestra Fe. Obedezcan a la Maestra y Reina de los
Apóstoles.
291
Hijos míos, todo aquel que peregrine y ore en mi pequeño jardín y tome de la fuente de Gracia y
Misericordia, y se consagre allí a nuestros Sagrados Corazones, con la Sangre de mi Hijo, los Ángeles
marcarán la cruz en su frente y en su corazón como signo de su consagración totalmente para Dios.
En mi Corazón Doloroso e Inmaculado están reunidos todos los Títulos que Dios y mis hijos han dado a
su Madre. Los quiero reunir a todos en mi Corazón para que ninguno se pierda. Y en mi Corazón cuidaré
de todos. Escuchen a su Madre; Madre de la Palabra, Guardiana de la Fe, y Protectora de los creyentes
en Jesucristo.
Los bendigo con Amor Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Divino Hijo Adoptivo, el Santo Niño Jesús, tiene en su pequeño Corazón una coronita de espinas y
cada espina representa la debilidad de la voluntad humana. Porque a Jesús cada acto que va en contra
de Su Voluntad, ya sea cualquier pecado, especialmente el de la caridad, en el que se resume todo
pecado, porque el hombre peca, porque no tiene caridad, ese pecado contra el Amor es lo que más ha
herido el Corazón de Jesús. De la virtud del amor nacen todos los otros dones: la humildad, la prudencia,
el servicio. Toda la vida de santidad tiene su fundamento en el Amor.
Hijos, si las creaturas amaran al Señor obedecerían con amor cada Mandamiento por el Amor mismo,
pero como no hay Amor no se obedece la Palabra y la Voluntad de Dios. Si el Pueblo Escogido del
Antiguo y del Nuevo Testamento hubiera tenido Amor no matarían a los profetas y hubieran recibido el
Mensaje de Jesús. Si esta generación tuviera Amor recibiría a los profetas y su mensaje. Si los apóstoles
de los Sagrados Corazones tuvieran Amor con cuanto empeño practicarían los mensajes. El Amor es la
fuerza para vivir en Dios. El que no tiene Amor no vive en la verdad, sino que se engaña a sí mismo.
El mundo es un desierto, pero en ese desierto todavía existen algunas rosas que necesitan del riego de la
Palabra. Tú, pequeño Elías, ve sin miedo a recoger esas rosas y a plantarlas en el Corazón de María.
Aquella rosa, por muy sencilla que sea y pida el mensaje, debes ir a regarla. No temas, porque el Cielo
entero irá contigo y con los que obedezcan esta invitación de evangelizar, en el Amor, desde el Amor,
tendrán la fuerza para cambiar sus corazones.
Si no hay Amor estarán siempre vacíos. Yo les Amo y les Bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Mis preciosas almas, el Inmenso Amor que tengo por ustedes es Infinito. Es por eso que estoy en la Cruz
por Amor a ustedes.
Muchas obras que he suscitado se han destruido, desviado, recorriendo caminos que no son los de
Dios. Por eso, ahora, con mi Obra del Apostolado, Yo he suscitado una gran Gracia para todo el mundo,
y no permitiré que mi Obra sea bloqueada.
Es por eso que, a todos los apóstoles de nuestros Sagrados Corazones, los exhorto a seguir al pequeño
Elías, porque él, interiormente, conoce los sentimientos, la urgencia, el deseo, la gravedad de los
acontecimientos. Únanse a él, escúchenlo, acompáñenlo, porque él ha sido designado por Mí, a guiar, a
todos los amantes de nuestros Sagrados Corazones, al Reino Eucarístico del Amor Santo, donde todos
los hombres tendrán una sola y Divina Voluntad. Sean atentos a mis Palabras.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, los llamo a ser apóstoles de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, y reflejen, a los
demás, la Paz de Dios y el Amor de Jesús.
292
Hijos míos, ser apóstoles de mi Mensaje, no es solamente ¡escucharlo!, ¡leerlo!; un verdadero apóstol de
mi Mensaje, además de escucharlo y leerlo con el corazón, los pone en práctica y, aunque eso implique
dolor, lo vive con amor y alegría, porque un apóstol también es un testigo.
Hijos, den testimonio de alegría y de amor. Contemplen a mi Hijo Jesús y aseméjense a Él. Es tiempo,
hijos míos, de que se decidan por la santidad, de que perdonen y que oren mucho, hasta que la oración
se vuelva para ustedes un santo hábito en todo momento presente. Invito a que sean apóstoles de mi
Obra. Todas las Corrientes de Gracias que hemos suscitado anteriormente, las congregamos aquí, en
nuestro Ejército de apóstoles de nuestros Dos Corazones.
Y por eso, también, todas las Gracias de mis Santuarios, están aquí en el pequeño Jardín, porque es
desde la pequeñez y la humildad, que mi Hijo venció al pecado y vencerá al Final de los Tiempos. Y la
pequeñez de esta Obra es fiel testigo de que Nosotros estamos aquí.
Hijos, amen y comprométanse a vivir nuestros Llamados de Amor y Conversión, porque el Amor es la
única fuerza que tienen para vivir estos Mensajes con todo el corazón. Mi Mensaje y mi Apostolado,
deben ir al mundo, y el mundo debe acercarse a mi Apostolado, y vivir mi Mensaje.
Les doy las gracias porque sé que responderán a mi Llamado. Les doy mi Bendición Maternal, en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es vuestra protección en estos tiempos donde la perdida de la fe,
el ateísmo práctico, y la inmoralidad, prevalecen. Sólo los que se acogen en mi Corazón, pero además
viven mis Mensajes, serán protegidos siempre de este vómito de Satanás sobre la tierra.
Mis muy amados hijos, la Fe debe vivirse, la Fe debe ir acompañada siempre de obras. Si dicen creer en
mi Hijo y en Mí, deben demostrarlo; porque la Fe, el Amor y el Testimonio, son un camino inseparable,
indivisible, que se debe recorrer para llegar a nuestros Sagrados Corazones y encarnar la Divina
Voluntad.
Hijos míos, en este mi Apostolado, he querido congregar a todos mis hijos fieles, para que sean
testimonios en la oscuridad que hoy está sobre el mundo. Todos mis pequeños Apóstoles están
protegidos por Mí, pero es importante vivir los Mensajes unidos a la Palabra de Dios.
Mis pequeños, todas las pequeñas almas que vengan aquí, a mi Jardín, y se persignen y beban del Agua
de la Fuente de Gracia y Misericordia, serán marcados con la Sangre de mi Hijo, y cubiertos por las
Lágrimas de vuestra Madre. Quiero reunir a mis Hijos, y enviaré a mi pequeño hijo, a reunir a mi Ejército.
Hijos, el Triunfo de la Mujer vestida del Sol, que soy Yo vuestra Madre, debe iniciar ya en sus corazones.
El Triunfo de mi Corazón Inmaculado deben vivirlo, ahora, desde sus corazones.
Les doy mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu del Espíritu Santo.
Amén.
En Belén, cuando pedíamos posada, en todas las casas se negaron y cerraron las puertas, al seguir
caminando, contemplamos una cueva convertida en un Pesebre, en un establo, donde los animales se
refugiaban. Mi Amada y Virginal Esposa me animó a ir a ese lugar. Apenas llegamos la Hermosa María
inmediatamente se puso a trabajar, a arreglar, a limpiar, a ordenar, mientras Yo prendía con la leña el
fuego y apartaba los animales de la cunita improvisada, donde descansaría Dios Todopoderoso.
¡Qué hermoso era ver a María trabajar y servir! Donde María llegaba, llegaba a servir, a ponerse a la
disposición del más pequeño de sus hermanos. También allí, en su estado, María se puso a servir a Dios.
Pero de allí, de ese lugar olvidado, ignorado, ni valorado, nació el Redentor y nació su Obra. Los primeros
en ir a recibirlo fueron unos pastores, unos cuidadores de rebaños de ovejas, hombres bruscos sin
educación, pero pobres, pero muy humildes, esos hombres de almas pequeñas lo fueron a adorar.
Hijos míos, con esto quiero enseñarles que el Cielo no necesita de grandes cosas o de grandes
personajes para construir una Obra. Aquí en este bendito lugar en un Pequeño Jardín, en un Pesebre
Espiritual, en este espacio tan pequeño, están los Tres Corazones, que estaban unidos aquella noche en
293
Belén, Jesús, María y Yo San José. No necesitamos de algo grande para construir el Reino de Dios. Las
cosas más pequeñas y las almas más sencillas son la piedra de la que construimos una gran Obra.
Y con esto también les invito a ser sencillos y a ser pequeños. Sólo las almitas pequeñas comprenderán
que esta pequeña Obra es algo grande para Dios. El Padre enaltece a los humildes, y a los hambrientos
de amor y santidad los colma con su Espíritu. El corazón sencillo es un corazón dócil, obediente y
servicial.
Les invito a todos los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones que no olviden que están con nosotros
en el Pequeño Pesebre de los Últimos Tiempos.
Les amo y les doy Mi Bendición Patriarcal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis hijos amados deseo hablarles de la pequeñez espiritual, ser pequeño espiritualmente no debe
confundirse con la mediocridad espiritual, ser pequeño es tener un corazón de niño y ser pobre de
espíritu. Ser pobre de espíritu significa: despojarse de tu humanidad y abandonarse en las Manos del
Padre, para que Él disponga, para que Él decida, para que Él actúe según su Divina Sabiduría.
Y ¿Por qué en este tiempo he escogido un pequeño Elías? Porque una alma grande en sí misma jamás
entendería Mis Deseos y Mi Voluntad; tiene que ser una alma pequeña para que trasmita Mi Mensaje. Y
¿porqué un Elías? Porque Elías es el que reúne, el que congrega, el que exhorta al pueblo a abandonar:
la prostitución espiritual, la infidelidad a Dios, la división del pueblo de Dios, para unirse, para amarse,
para servirse.
Y en este tiempo donde la división, la confusión, y el odio gobiernan al mundo es necesaria un alma
pequeña, para que recoja, reúna y congregue. Es, por eso, que, también, solamente las almas pequeñas
escucharán al Niño que guía el rebaño ¡Sólo las almas pequeñas! ¡Es tan grande en el Cielo el alma que
es pequeña en la tierra!
Yo también soy pequeño en la Eucaristía, escondido en un sencillo pedacito de Pan ¡Dios también es
pequeño! Y en eso consiste la grandeza de Dios en ser: tan sencillo, tan pequeño, tan misericordioso.
Les amo y les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Mis queridos hijos, deseo invitarlos a que abran su corazón a la verdad, al amor, y a la paz.
Cuando abren sus corazones, el Espíritu Santo, actúa en ustedes, porque han permitido, que Dios haga
su obra, pero cuando un corazón es duro y está cerrado, a las inspiraciones de Dios, y al encerrarse en si
mismo se aleja de Dios.
Hijos Míos, Apóstoles de los Últimos Tiempos, le invito a orar y que pidan el Don del Discernimiento, para
que puedan reconocer la verdad y también la mentira, para que puedan reconocer la voz de Dios, y
también la voz del adversario, y así con el DON DEL DISCERNIMIENTO se mantengan despiertos y
atentos, para que no caigan en las garras del padre de la mentira.
Hijos Míos, este tiempo es muy confuso y la mayoría de las almas están desorientadas, con Mi Voz de
Madre, quiero Llamar a Todos a la Verdad, pero muy pocos quieren escucharme.
Oren, oren mucho, por las ovejas que andan sin guía, sin luz, y sin el amor de Dios. Oren mucho, por las
almas que caminan perdidas sin orientación, oren mucho para que todos conozcan la verdad y La Verdad,
El Camino, y la Vida es Mi Hijo Jesucristo.
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Les doy Mi bendición Maternal. En el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén...
Mis queridos hijos, deseo invitarlos a que sigan orando pidiendo el Don del Discernimiento. Mis amados
hijos, el Espíritu Santo los conducirá a la Verdad.
Hijos, sí me he aparecido en el mundo, pero no en todo el mundo. Cuando me manifiesto es para una
Obra seria, importante.
Hijos Míos, disciernan siempre la Voz de Dios, cada uno de Mis Mensajes debe ser tomado con seriedad
y compromiso, especialmente Mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión, que son para el Bien
Eterno de todos Mis hijos. Estoy con ustedes: Paz.
Les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, les invito, exhorto y animo a la oración, pidiendo docilidad en el corazón,
para que Dios pueda realizar los Planes de Paz y de Amor en sus vidas y a través de ustedes para la
humanidad. Observen mi ejemplo, en Nazaret, cuando la Madre María me anuncia, también a Mí, el
Misterio de la Divina Encarnación me deje seducir por la Voz del Espíritu Santo que me invitaba a no
dejarla, sino a protegerla a Ella, para proteger la vida del Mesías.
Hijos, su corazón debe abrirse a la luz del Espíritu Santo, para que vivan los Llamados de Amor y de
Conversión. Muchas almas caen en el error de dispersarse, leyendo, distrayéndose, confundiéndose,
muchas veces en mensajes que no vienen del Cielo. Es por eso, por Orden de Dios, que invito a
centrarse en los Llamados de Amor y de Conversión, por medio de los cuales se recordarán las
auténticas revelaciones del Cielo.
No esperen y no busquen más cosas extraordinarias, el milagro está en el Mensaje donde se les exhorta
y se les anima a vivir con amor, con santidad, y centrando toda su vida en el Evangelio. Es por eso que el
Cielo desea que escuchen con atención los Últimos Llamados de Amor y de Conversión para toda la
humanidad, que hace el Cielo desde este Pequeño Pesebre de los Últimos Tiempos.
Estoy con todos ustedes como su Padre Protector en el Señor. Les doy Mi Bendición como el Patriarca de
la Sagrada Familia: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Sagrado Corazón de Jesús está aquí Crucificado, mostrando su Corazón Eucarístico y sus
Rayos de Misericordia. A los Pies de nuestro Señor Crucificado está nuestra Madre de los Dolores.
Jesús nos dice:
Hijos míos, deseo que comprendan que mi Santa Mamá también sufrió Conmigo. Cada Herida de mi
Cuerpo, cada Herida sentimental, emocional, psicológica, también la sufrió mi Madre. Mi Mamá compartió
conmigo los Sufrimientos físicos, morales y espirituales. Es por eso que, mi Madre, es la Colaboradora
Perfecta en la Redención. Porque Ella sufrió la consecuencia del pecado, junto a Mí, en el Dolor.
Yo me hice pecado, por Designio Divino, para redimir a todos los hombres, y mi Madre se hizo la
Mediadora, la Abogada que también soportó en su Corazón las consecuencias del pecado. ¡Madre mía,
aun hoy sufres por la indiferencia de tus hijos! ¡Cada alma que se pierde, mi Madre la ve y sufre, es un
Dolor constante, pero es un Dolor infinito!
Hijos míos, mi Madre se está apareciendo en varios lugares de la tierra, pero sus auténticas revelaciones
son pocas. Mi Madre no viene al mundo de forma desordenada, viene con un Proyecto serio y con un
Mensaje firme.
295
Aquí, con mis Llamados de Amor y de Conversión, hacemos una Recopilación de los auténticos Mensajes
del Cielo. Apóstoles de los Últimos Tiempos, no se permitan ser confundidos, escúchenlos con todo el
corazón.
Oren, sacrifíquense, ayunen, para que puedan comprender nuestros Mensajes y la Obra que estamos
realizando Aquí. Sólo con la oración comprenderá mis Palabras.
Les amo infinitamente. Les bendigo con Amor Misericordioso: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, deseo hablarles de manera muy clara, abierta y precisa. Por orden de mi Hijo Jesús me he
manifestado en muchos lugares de la tierra, pero cuando me manifiesto, es para impulsar una Obra muy
seria, ordenada y obediente. Vengo al mundo con un Mensaje de Amor para la conversión de todos, pero
Satanás también ha querido estropear mis Obras. Donde mi Hijo y Yo estamos presentes, también está
Satanás para desviar, confundir y alejar de la Verdad a las almas.
Por eso, hijitos míos, deben tener muy claro que siempre que el Cielo envía un profeta, el adversario
envía muchos, pero falsos profetas, para tratar de opacar la Luz de la Verdad.
Hijos míos, muchas almas están distraídas; buscando, queriendo ver, sentir... y se olvidan de lo
importante: escuchar el Mensaje, y vivirlo. Hijos, Yo les aconsejo: no busquen tanto, no se alejen de la
Verdad en sus pensamientos, reciban con sencillez, con humildad y con alegría, mis últimos Llamados de
Amor y de Conversión, por medio de los cuales se repasará al mundo los auténticos Mensajes del Cielo.
Todos los que vengan a mi pequeño Jardín con corazones de niños dispuestos a escuchar, a aceptar y
vivir el Mensaje, recibirán las Gracias del Cielo. Solamente los que están dispuestos a seguirnos
comprenderán nuestros Mensajes, sólo los corazones bien dispuestos nos podrán entender y obedecer.
Les animo, queridos hijos, a orar mucho. No se confundan, lean y mediten mis Llamados de Amor y de
Conversión a la Luz de la Palabra de Dios.
Les doy mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, como vine a La Salette, hoy vengo también aquí para manifestar los dolores y
angustias de mi Corazón Maternal. Mi Hijo Jesús me ha enviado, en obediencia a la Divina Voluntad del
Padre, a mi Jardín de Gracias. Y he venido para educarlos; he venido para enseñar, para guiar, y para
corregir; he venido para llevar a los hombres de nuevo al Sagrado Corazón de mi Hijo.
Mis pequeños, en La Salette hice manifiesta mis Preocupaciones de Madre, nuevamente vuelvo a
expresar mis Preocupaciones de Madre, en La Salette advertí de las falsas profecías, de la falsa Iglesia,
de la falsa espiritualidad.
Hijitos míos, no lean más, mas bien contaminan sus corazones con falsedades, el espíritu de la falsa
profecía está confundiendo, desviando, desorientando a mis hijos; es por eso que nuevamente anuncio
que todo auténtico Mensaje del Cielo, como Buena Maestra, lo repasaré en mis Últimos Llamados de
Amor y de Conversión.
¡Cuántos eventos están sucediendo alrededor del mundo! Esto no sucede para que ustedes se distraigan
sino para que se centren, por medio de la oración y del ayuno, a vivir mis Últimos Llamados de Amor y de
Conversión.
Hijos míos, no se confundan, la falsa profecía está multiplicándose, sólo los que estén firmes en la fe y
que se han consagrado a Nuestros Sagrados Corazones reconocerán la Voz de vuestra Madre. Hijos,
oren y disciernan. Yo estoy con ustedes, pero también ustedes deben obedecer a vuestra Madre.
Les amo y les bendigo. Vuestra Madre de las Lágrimas de La Salette intercede por todos mis apóstoles
de estos tiempos. Les doy mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
296
Llamado de Amor y de Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 20
Septiembre 2017
Hijos de mi Castísimo Corazón, deseo trasmitir mi Llamado de Amor y de Conversión a la luz del mensaje
que Nuestra Señora dio en La Salette.
En estos tiempos, hijitos, hay muchos profetas de los cuales muy pocos son del Cielo. Los otros falsos
profetas, que se han multiplicado en este siglo, sólo quieren desviar, desorientar y confundir al Pueblo de
Dios. Muchos hablan en contra de Pedro, el Papa, otros hablan en contra de la Iglesia, otros sólo hablan
para confundir.
Queridos hijos, cuando un auténtico profeta viene del Cielo las señales que lo acompañan son: la
persecución, el odio y la cruz. Un auténtico profeta no desviará la atención de lo más importante: vivir el
Mensaje, vivir el Evangelio.
Hijos queridos, disciernan mucho, oren constantemente, están viendo señales denominadas milagrosas,
tantas cosas extraordinarias, tengan cuidado. Una auténtica señal del Cielo es la insistencia a vivir los
Mensajes. Dios no quiere tantos emocionalismos, ni fanatismos, ni demostraciones sorprendentes;
algunas veces lo ha hecho para demostrar la verdad de sus pequeños siervos.
Pero ahora, hijos, lo importante es obedecer, obedecer los Llamados de Amor y de Conversión, dados en
este pequeño Pesebre de los Últimos Tiempos, y el Evangelio de Jesucristo son vuestra guía.
Estén atentos a la Luz y a la Voz del Espíritu Santo. Oren, oren sin cesar, y no se dejen robar ni la alegría
ni la paz. Como el Patriarca de Nazaret los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén
Almas de Mi Sagrado Corazón, contemplen Mi Corazón herido por vuestras imperfecciones y faltas al
amor con Dios y con los hermanos. Hijos, lo que más hace sufrir a Mi Corazón es la ausencia del Amor.
Yo Soy Amor y he ordenado que se amen como Yo los he amado.
Queridos hijos, el mundo está en este estado porque no hay Amor, el Amor de Dios lo es todo, mis muy
amados hijos, y en esta ausencia del Amor es que han caído muchas almas. Los falsos profetas están
envueltos en el orgullo y en la vanagloria, muchos se autodenominan profetas cuando no lo son, y
colaboran con las artimañas de Satanás haciendo que los Mensajes del Cielo se vuelvan algo vano.
Cuando me manifiesto es para una Obra muy seria, ordenada y obediente, y cuantas almas están
desfigurando Mis Obras convirtiéndose en instrumentos del mal. Mis hijos muy amados, reparen y
consuelen Nuestros Sagrados Corazones, y ¿cómo lo harán?, obedeciendo y amando Nuestros
Llamados.
Hijos, llamo a todos, sacerdotes, religiosos y fieles, a ustedes, a dar la cara con fuerza y valor por Nuestra
Obra. Sean valientes y defiéndala, porque es la Obra Magna de Mi Sagrado Corazón. Hijo, tú no temas,
sigue fuerte, a dónde te envíe o a dónde te llamen, cualquier lugar que sea, desde ahora en adelante,
debes llevar el Mensaje y todos mis apóstoles no deben oponerse sino colaborar, para que Mi Mensaje se
dé a conocer y se desenmascaren los falsos, enemigos de Nuestra Obra. Tú ve a cualquier lugar donde
las almas te necesiten.
Hijos, fuerza, estén alegres, porque el Cielo ha confiado en ustedes; alégrense, porque su Jesús está con
ustedes y nada los va a separar de Mi Amor y de la Verdad, si son obedientes a Mis Deseos. Los Amo
con Amor Misericordioso.
Los bendigo con Mi Preciosa Sangre: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeño Elías del Tiempo de María, reza, no te preocupes y confía en los Llamados del Cielo. Por medio
de esta Obra, Jesús y María realizan un compendio de todas las Gracias y Manifestaciones auténticas,
297
celestiales. Por medio de este Apostolado se están reuniendo todas las almas del Resto Fiel. Confía,
tienes un director y padre espiritual que cree en esta Obra y en los últimos Llamados de Amor y
Conversión. Él no te impedirá extender el Reinado de los Sagrados Corazones sino que te ayudará a
concretar tu misión en servicio de la Iglesia.
¡Alégrate! porque todo ha sido dispuesto para el Triunfo de Jesús y María. No te preocupes o perturbes, el
Cielo te dirá hacia donde debes llevar la Misión y el Mensaje. Tú, confía en el Cielo y en tu director.
Manuelito, siempre permanezco aquí, te cuido en las horas nocturnas, te acompaño en el trabajo del día,
siempre estoy aquí en el Jardín de María y en la Fuente de Gracia y Misericordia, porque el Corazón
Doloroso e Inmaculado de María así me lo ha encargado.
Te bendigo. Paz. Aleja al enemigo con esta sencilla oración: “Por intercesión del Doloroso e Inmaculado
Corazón de María, aléjate, Satanás, y déjame en paz. Soy de Jesús Crucificado y sólo a Él pertenezco”.
Te bendigo, también como tu Protector, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Como Madre de la Verdad y de la Esperanza, queridos hijos, les invito, les exhorto, y les animo: confíen
en nuestros Llamados de Amor y de Conversión. Mis queridos hijos, Yo estoy con ustedes pero ustedes
deben abandonarse en las Manos de vuestra Madre. Son almas preciosas para Mí y a todos quiero
llevarlos a la Verdad. Pequeños, confíen y tengan esperanza en lo que el Cielo les está enseñando.
¡Amen nuestra Obra! ¡Amen esta misión que el Espíritu Santo está despertando con fuerza, para la gran
evangelización del mundo!
Desde aquí, acompañada de mi hijo predilecto, el Padre Pío, bendigo mi Jardín: es el Hogar de Nazaret
abiertos para todo el mundo en estos últimos tiempos. Pequeños, tengan esperanza y alégrense de que el
Cielo los ha llamado.
Les doy mi Bendición Maternal. El Padre Pío les bendice: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Mi Corazón Inmaculado, es la Fuente de la Paz, porque de mi Corazón ha nacido para el mundo la Paz,
que es mi Hijo. Deseo invitarlos a la Paz. Vivan en el silencio interior para que el ruido de la mente y del
corazón, de los sentimientos y de la razón, estén en silencio y escuchen a Dios.
Y así, en este recogimiento del alma, se llenen del Espíritu Santo, crezcan en la oración, y vivan el Amor.
Pero es importante, queridos hijos, la Paz. La paz del corazón se consigue cuando se han abandonado a
Jesús y confían plenamente, sin defecto, en el Amor de Jesús. Queridos hijos, invito a que confíen
solamente en el Amor de Jesús, y tengan paz.
Queridos Apóstoles de nuestros Sagrados Corazones: Propaguen los Cenáculos de Oración, unida a la
devoción del Sagrado Escapulario de nuestros Corazones Unidos, para que el mundo entero se consagre
a nuestros Sagrados Corazones, que es la devoción de éstos Últimos Tiempos, devoción tan querida, tan
deseada, por el Padre Eterno.
Les doy mi Bendición Maternal, vivan en paz, en silencio, y en mucha y contante oración, en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de mi Castísimo Corazón, deseo trasmitirles los Sentimientos de Jesús, nuestro Señor. Está triste
porque muchas de las almas, que Él ha escogido, llamado y reunido en este Apostolado para los Últimos
Tiempos, no comprenden la grandeza, la profundidad y el valor, así también, la responsabilidad que
significa ser apóstol de los Sagrados Corazones.
298
Esta Obra, mis queridos hijos, es el Hogar de la Sagrada Familia abierto para todo el mundo. De una
Familia en Nazaret nació la Misión Redentora para la Humanidad. En esta misma Familia ha nacido la
Obra para los Últimos Tiempos, nuestro Apostolado.
Dios quiere establecer en el mundo entero, la Devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Nuestra Señora lo anunció en Fátima, pero con esta Obra quiere concretizar esa Promesa.
Pequeños, oren mucho, oren siempre, aún en sus corazones hay dureza, orgullo y desobediencia a los
Últimos Llamados de Amor y de Conversión.
Hijos míos, ¡alégrense! porque son parte de nuestra Obra, comprométanse con Ella. Decídanse por la
Verdad, no esperen más, ni busquen más. ¡Escúchennos! y se les conducirá por la Verdad.
Oren, hijos míos, oren sin cesar, hagan de sus vidas y de sus obras una oración sin fin.
Pequeños, amen esta Misión que se les ha confiado y no se dejen seducir por los falsos mensajeros que
quieren confundir al Resto Santo de Jesús.
Les doy mi Bendición Patriarcal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, amar mi Corazón no sólo es orar largamente. Amar mi Corazón no es ayunar como por
compromiso. Amar mi Corazón no es ver mi Obra como un peso sino como un Acto de Misericordia. Amar
mi Corazón también son hechos; amarme también son acciones reales, palpables, que sean testimonio
de la presencia de mi Espíritu en ustedes.
Amar mi Corazón es confiar en lo que les digo. Amarme es creer en lo que estoy haciendo Aquí. Amarme
es tener la firme esperanza de que, con la ayuda de mi Gracia y del Amor Santo, pueden cambiar.
Hijos, demuéstrenme el amor. Yo quiero ver sus actos de amor. Quiero ver como se vencen a ustedes
mismos. Quiero verlos como soportan con paciencia la cruz y como sirven sin esperar nada. Quiero verlos
amar el silencio, el ocultamiento y el desapego.
Hijos, quiero verlo Yo también, demuéstrenme a Mí, vuestro Jesús, que me aman, y si me aman
cumplirán lo que les he mandado. Quiero, además, que todos comprendan que esta es la Obra de mi
Sagrado Corazón, no hay más por donde desviarse o confundirse, si son fieles a mis Últimos Llamados
de Amor y de Conversión. Si creen en Mí, creerán en esta Obra y no se confundirán.
Quiero que todos los Apóstoles de nuestros Sagrados Corazones, propaguen los Cenáculos de Oración,
el Santo Escapulario y el Cuadro de los Sagrados Corazones, por doquier. Ha llegado el momento que
también le demuestren a vuestro Jesús, que creen y confían en mi Palabra. Yo estoy con ustedes, y lo
único que pido de ustedes es obediencia, y mucho amor a Dios y a vuestros hermanos.
Les bendigo con Amor Misericordioso, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Santa Teresita del Niño Jesús: Pequeño hermanito del Carmelo, Elías del Nuevo Tiempo del Corazón
Inmaculado, te saludo de parte de Nuestra Mama del Carmen, que en su título de Corazón Doloroso e
Inmaculado es glorificada plenamente en Dios.
Pequeño hijo del Carmelo, mientras estaba en la tierra fui una pequeña flor que plantada en el Jardín me
dejaba totalmente en las Manos del Divino Jardinero. No subí con esfuerzos humanos, porque nada
hubiera logrado; subí el Monte del Amor Perfecto desde las Manos de mi Jesús. Esto es el caminito
espiritual: crecer, ir, fructificar, allí dónde Jesús nos llame, para Su Gloria, la salvación de las almas y el
bien de la Iglesia.
Tú, como pequeño profeta, debes seguir este caminito, sólo dejándote indicar por Jesús y confiando en
Su Amor por ti. Pero, hermano mío, te hago manifiesto un pedido de Jesús, que tu servicio de amor
también te lleve a decir la verdad, anunciar y denunciar, a predicar y a desmentir, porque las almas en
este tiempo, como nunca ha pasado en anteriores épocas, se están condenando por millares.
299
Hermano mío, el Cielo está contigo. No tengas temor de salir al mundo e iluminarlo con los Llamados de
Amor y de Conversión. Bendigamos al Señor, hermanito: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén
El Instrumento: Nuestra Mama ha venido vestida toda de blanco rodeada de muchos Ángeles.
Queridos hijos, como Reina de todo el Ejército de los Ángeles, vengo a invitarlos a que renueven la
devoción a los Santos Ángeles. Todo el Ejército Angélico está acompañando, cuidando, defendiendo y
protegiendo la Grande Obra de Nuestros Sagrados Corazones.
Mis Ángeles cuidan y velan en Mi Jardín donde derramo tantas Gracias, que son invisibles e innotables
para el mundo pero son grandes e infinitas para los hijos que confían en Mí.
¡Acojan en sus corazones la devoción a los Santos Ángeles de la Guarda! ¡Pidan su intercesión! Ámenlos,
porque son sus compañeros y consejeros en la peregrinación de vuestra vida en la tierra. Los Ángeles
velan y ruegan por las almas que le son encomendadas. Invito a que revivan su devoción a estos
Mensajeros del Señor que también son vuestros compañeros, en la peregrinación de Mi Ejército
Triunfante en estos Últimos Tiempos.
Los bendigo con Mi Bendición Maternal y con la intercesión de los Santos Mensajeros de Dios: en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
He aquí este Corazón que tanto ama a los hombres y que es tan ofendido, tan ultrajado. Mi Corazón es
triplemente Traspasado: primero, por las almas que no me conocen; segundo, por las almas indiferentes;
tercero, son las almas que más me duelen, que conociéndome, comulgando mi Cuerpo y mi Sangre,
escuchando y leyendo mi Palabra, aún siguen con sus corazones duros. Este último grupo de almas son
los que más hieren mi Corazón porque, conociéndome, no viven lo que les enseño. Pequeños, si me
aman obedecerán mis Preceptos; y el más grande de los Mandamientos es el amor a Dios y el amor al
prójimo.
Cuando Juan, el Bautista, estaba en la tierra lo criticaban por ayunar, por orar y por vivir en la soledad.
Cuando Yo estuve en la tierra me criticaban por servir, por sentarme a la mesa, por compartir con los
pecadores, las prostitutas y los recaudadores de impuestos. Jamás el mundo entenderá mis Proyectos,
porque si no hay amor todo les será confuso pero si confían, en lo que Yo hago y digo, encontrarán la
Verdad.
¡Amor, amor es lo que pido! ¡amen especialmente a aquellos que son difíciles, para ustedes, de aceptar!
¡ámenlos! Porque ¿qué mérito tienen si aman a aquellos que los aman? ¿cuál es su expiación? ¿cuál es
la renuncia a su voluntad? ¡ninguna! Por eso ¡hagan lo que les es más difícil; perdonar, servir y
humillarse! ¿Se les olvida, hijos, que Yo soy el primer humillado que estuve despojado de todo, a la vista
de todos, en lo alto de una Cruz?
Si no olvidan el Acto más humilde del Hombre-Dios, serán capaces de amar mucho. Pero si se olvidan de
que su Maestro fue Crucificado, se alejarán del Camino de la Verdad ¡siguen a un Crucificado! ¡siguen a
un Traspasado! entonces ¿porque no quieren la Cruz? en la Cruz hay Verdad, y a los que más amo los
limpio en la Cruz.
La Cruz es necesaria, sin Cruz no hay entrada al Reino, porque la Cruz es la Puerta de los de corazón
pequeño y humilde ¿están dispuestos a abrazar esta Puerta de amor y humildad? Los invito; ¡oren! Pero,
también ¡amen para que puedan comprender!
Esta es mi Obra, y quiero que mi Obra se extienda en el mundo entero; porque es la Obra del Sagrado
Corazón Crucificado en la Cruz. Hijos, les pido que me amen en sus hermanos. Les bendigo con Amor
Misericordioso, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
300
Llamado de Amor y de Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 4
Octubre 2017
Apóstoles de la Sagrada Familia, el Cielo los invita a orar, a orar con todo el corazón, si no oran, y si no
cambian, no podrán comprender la inmensidad de esta Obra; pero si oran y se deciden ser santos podrán
comprender para lo que el Cielo los ha escogido. Deben cambiar con todo el corazón, porque si toman el
arado pero miran para atrás no serán dignos del Reino.
Por eso, ruego por ustedes para que puedan cambiar, para que tomen el Evangelio con mucha
disposición y cambien con todo el corazón. El Evangelio se vive solamente cuando se vive por completo.
No pueden servir a dos señores, o son de Cristo o son del mundo; pero no pueden servir a los dos. Oro y
los invito a que tomen una decisión. La santidad es una obligación de todo bautizado.
Yo prometo a todas las almas que se dediquen a tiempo completo a trabajar en la Obra de los Sagrados
Corazones mi protección en la tierra, mi asistencia en su paso al Cielo, y la compañía de la Sagrada
Familia en la Eternidad.
Yo les bendigo, como vuestro Padre y Protector: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
¡Hay que vivir el Evangelio! El mundo los va a definir de locos, fanáticos, ignorantes. Pero el que se ha
encontrado con el Evangelio tiene fuerza para dar lo último, hasta la más pequeña gota de sangre por
amor.
Hijos ámense, el amor que tienen a su hermano es el amor que tienen a su Dios, porque Yo estoy en el
prójimo. ¡Ámense y serán hermosos! ¡Ámense y serán transparentes! ¡Ámense y serán santos! ¡El
Evangelio debe vivirse con radicalidad! En este tiempo Mi Corazón necesita de almas fuertemente
decididas, que lo den todo por el Evangelio.
Llamo a los apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones de estos últimos tiempos a tomar con decisión
radical la Obra de Mi Apostolado, o son del Apostolado o son del mundo. Es momento de que todos los
apóstoles de los últimos tiempos se decidan completamente por el Evangelio y para difundir Mis Llamados
de Amor y de Conversión.
Propaguen por el mundo entero Mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión. Esparzan en el mundo
el cenáculo de oración, el escapulario y el cuadro de Nuestros Sagrados Corazones. ¡Nuestros Dos
Corazones salvarán a la humanidad! Vivan el Evangelio hasta en sus últimas consecuencias, porque si
pierden la vida por Mi Causa la encontrarán eternamente en el Paraíso. Sean fuertes y vivan el Amor,
porque en eso se resume todo: en el Amor Santo.
Los bendigo con Mi Amor Divino: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Mis pequeños, los invito al silencio que contempla, al silencio que escucha, y al silencio que obedece.
301
Para poder escuchar a Dios se necesita el silencio interior. Para poner en práctica su Palabra se necesita
silencio interior. Para obedecer sin temor a Dios se necesita la paz y la confianza, el que confía obedece
en paz.
Vuestra vida, queridos hijos, es como el Misterio del Rosario; tienen momentos de gozo, momentos de
luz, hay momentos de dolor, pero también momentos de gloria. Si unen sus vidas a mi Corazón Maternal,
también su vida la transformarán en un Rosario, y recuerden que en el Rosario meditan las Alegrías pero
también contemplan los Dolores. Si unen sus sufrimientos al Dolor de nuestros Sagrados Corazones, sus
sufrimientos, tendrán un valor corredentor.
Hijos, muchas almas se están condenando porque mis hijos no quieren sufrir y ofrecer sus sufrimientos
por la conversión de los pecadores.
Miren el corazón del mundo tan herido y tan necesitado de almas que se entreguen por la conversión de
los demás.
Ha llegado el momento, queridos hijos, de que tomen con responsabilidad, con madurez y seriedad mis
Santos Mensajes. Ya no hay tiempo para tibiezas, ya no hay tiempo para seguir en la mediocridad. Se
necesitan Rosarios Vivientes, se necesitan almitas que oren y que sean decididas.
Pequeños, al Cielo le urge vuestra conversión. Ya no hay tiempo, decídanse en ser Santos, decídanse en
entregar hasta la última gota de vida a mi Hijo, por la salvación de sus hermanos.
Al final es el Amor el que reinará.
¡Oh hijos míos! aprendan de vuestra Madre, Ella ama tanto a los que están alejados de Dios, que
suplica a su Ejército; oren, sacrifíquense y hagan penitencia por los que están lejos e indiferentes al Amor
de Jesús.
Mis queridos hijos, soy el Corazón Doloroso e Inmaculado de María, la Protectora de mis hijos en estos
Últimos Tiempos. Soy la Madre del Reinado Eucarístico del Corazón Sacratísimo de mi Hijo Jesucristo.
Pequeños, deseo que sus corazones se hagan más pequeños, más humildes, más silenciosos, más
pacientes. Recuerden que toda virtud está cimentada en el Amor a Dios. La virtud del Amor es la fuente,
la sede, y la madre de todas las virtudes. Del Amor Santo nace la humildad. Del Amor Santo nace la
confianza. Del Amor Santo nace el silencio. Del Amor Santo nace la prudencia y también la obediencia. Y
así todas las virtudes nacen del Amor Santo.
He venido como Madre Protectora en estos Últimos Tiempos a llamar al mundo entero a que regresen a
Dios. He venido a advertir, a guiar, a enseñar y también, como Madre, a atender, a cuidar, a proteger a
mis hijos. En la parábola del buen samaritano el hombre que estaba herido se confío en los brazos del
otro hombre que quiso atenderlo, curarlo y reparar el daño que le habían hecho.
Mi Hijo Jesús me envía ahora a transmitir mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión desde mi
Jardín de Gracias. También he querido sanar las heridas de sus corazones, derramar el vino de la Sangre
de mi Hijo, depositar en sus heridas el aceite del Espíritu Santo. He querido lavarlos con mis Lágrimas de
Madre, arroparlos con mi manto, pero, al contrario del hombre herido de esta parábola, el hombre se
corre, las almas huyen de la Luz, no quieren acercarse a nuestros Sagrados Corazones. La humanidad
no quiere ser sanada, no quiere ser guiada, no quiere cambiar.
Yo sólo ruego ante mi Hijo por los corazones que están duros y que no comprenden la grandeza de lo que
estoy transmitiendo. Esta es la Obra de los Últimos Tiempos. Con esta Obra quiero reunir, quiero
enseñar, quiero sanar el corazón herido del mundo. Pero mis hijos se resisten a las Gracias, se resisten al
Amor de Jesús, y cada vez, que dicen 'no' al Amor de Dios, se hacen un daño más grande.
La naturaleza se está manifestando en contra del hombre, porque el pecado del hombre ha tenido
consecuencias negativas también sobre la Creación. Mientras sus corazones no cambien también en la
Creación verán las consecuencias del pecado. ¡Estén atentos a mis Llamados de Amor y de Conversión!
¡Estén atentos!
302
Vendrán muchos profetas, y harán grandes milagros frente a sus ojos, devolverán a la vida incluso a los
hombres. Harán grandes milagros solamente para llamar su atención. Los verdaderos profetas solamente
transmiten el Mensaje del Cielo, anuncian y denuncian, para que cambien.
Hijos míos confíen en vuestra Madre, porque les ama mucho. Como la Madre Protectora en estos Últimos
Tiempos les entrego mi Bendición Maternal y los espero a que regresen a Dios: en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Te bendigo, hijito mío, Elías del Reino del Inmaculado Corazón, que con tu ministerio transmites el Fuego
de la Llama de Amor de su Corazón y el Don del Espíritu Santo. Mi pequeño niño, pastor de pequeñas
almas del Resto Fiel, no temas.
Hijo, tú recibes mis conocimientos y deseos, no solamente las Manifestaciones que por medio tuyo hago
al mundo, también tienes mis Gracias infundidas, conocimiento y discernimiento infuso. No temas, confía
en tu Padre Celestial. Tus oraciones y pequeños ofrecimientos por el Santo Padre, Vicario de Jesucristo,
son recibidos. Sigue cubriendo con tu oración al Santo Padre y te animo a que sigas ofreciéndote por Él,
como siempre lo has hecho.
Deseo revelarte y dar a todo mi Resto Fiel una Coronilla, por medio de la cual clamarán Misericordia. Es
la Coronilla de Reparación a la Santísima Trinidad por los pecadores. Es una Coronilla completamente
mariana, trinitaria y eucarística.
Al alma que ore esta Coronilla le prometo: Conversión y deseo profundo de santidad, amor y hambre
insaciable por el Pan Eucarístico durante esta vida, haciéndose totalmente un ser eucarístico, prometo la
conversión hasta la quinta generación y el alivio o la liberación de sus familiares en el Purgatorio. Con
esta Coronilla intercederán para que también los más empecinados pecadores se conviertan y se hagan
almas escogidas como Apóstoles de los Sagrados Corazones en este Fin de los Tiempos.
Se comenzará haciendo la Señal de la Cruz, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
La invocación a Dios Espíritu Santo, como te fue revelada. Dirás tres veces:
Ven mi Dios Espíritu Santo a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de
María, tu Amadísima Esposa.
Divino Espíritu Santo, Esposo de María, mi Dios y Señor, enciende en cada alma el fuego de un Nuevo
Pentecostés, para que nos consagremos como Apóstoles del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y
Apóstoles de los Últimos Tiempos. Protege con tu Sombra a la Iglesia. Salva a las almas del mundo. Y
realiza el Reino Inflamado de Amor de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. Amén.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Precioso Cuerpo
y Sangre, Alma y Divinidad, de tu Amadísimo Hijo realmente presente en los Sagrarios de la tierra, en
expiación, desagravio, reparación, adoración y consuelo, por las blasfemias, sacrilegios e indiferencias
con las que Jesús es ofendido. Te ofrezco los Infinitos Méritos del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
y del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, por la conversión de los pobres pecadores y la paz del
mundo.
Dios mío, yo creó, adoro, espero y te amo, y te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y
no te aman.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María ruega por nosotros que nos refugiamos en ti. Sagrado Corazón
Eucarístico de Jesús venga a nosotros tu Reino Eucarístico, a través del Triunfo del Doloroso e
Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu
Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.
303
Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas,
especialmente las más necesitadas de tu Misericordia. Amén.
Dios Padre mira el Rostro sufriente y el Corazón Traspasado de tu Hijo Jesucristo, y convierte en elegidos
a los pobres pecadores.
Al final recitas la Consagración al Corazón Eucarístico de Jesús que la Santísima Virgen dio en Akita:
Terminas la Coronilla: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Quien así lo haga obtendrá paz en su corazón y paciencia para expiar sus pecados. Tu Padre te ama y te
bendice.
En la última Aparición de nuestra Señora en Fátima, Dios Padre también me envío a Mí para que los tres
pastorcitos me vieran, junto al Niño Jesús, bendiciendo al mundo.
Así prefiguramos la devoción más deseada por el Cielo; la devoción a los Tres Corazones de la Sagrada
Familia: el Corazón del Redentor, el Corazón de la Madre de Dios y el Corazón del Primer Apóstol de
Jesús y de María, mi Casto y Amante Corazón. Los Tres Corazones.
No se limita sólo al miembro físico, sino que ser apóstoles devotos de nuestros Sagrados Corazones,
también son apóstoles de nuestro Querer, de nuestras Intenciones, de nuestros Deseos.
En el Corazón se centra toda la Persona. Cuando adoran el Corazón de Jesús, adoran su Humanidad y
su Divinidad, todo su Ser. Es por eso mismo que, ser apóstoles de los Sagrados Corazones, es ser
reflejos de Ellos en el mundo; sus corazones deben ser copias vivientes de los Sagrados Corazones.
Así, con esta Aparición de los Tres Corazones en Fátima, se anunció la llegada de esta Obra de los
Últimos Tiempos. Y ahora, desde estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión, anunciamos por
última vez, lo que se anunció en Fátima.
¡Estén atentos! todos los amantes de Jesús y de María deben unirse a ésta Obra, no hay otra, porque
aquí resuenan, una vez más, las autenticas Revelaciones del Cielo que ya ha hecho en tiempos pasados
¡céntrense en esta Obra!
Mi llamado, para todos los apóstoles de los Últimos Tiempos, es que no se dejen quitar la paz por falsas
profecías, recuerden que hasta el demonio puede hacer grandes manifestaciones. Dios se manifiesta en
lo sencillo, en el silencio, en el orden. Esta Obra es obediente en primer lugar al Cielo, está al servicio de
la Iglesia de Cristo, es una Obra para la Gloria de Dios y la salvación de las almas. También es una Obra
que ama y ora por el Santo Padre.
Al Cielo le duele mucho cuando se desvían y se dejan confundir por seres vestidos de luz que dividen la
Iglesia y al Ejercito Mariano. No se dejen confundir. Y les digo: no busquen más, esta es la Obra de los
Últimos Tiempos. Oren y ayunen para que comprendan la importancia de esto.
Los bendigo, así como un 13 de Octubre bendije al mundo; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón ha derramado Misericordias Infinitas sobre la humanidad, pero los hombres no han
querido recibirlas, se han resistido y han llegado a la depravación. El corazón de los hombres se ha
304
desviado de la Voluntad de mi Padre, y los mismos demonios se sorprenden, ahora, de la maldad de la
que es capaz el hombre.
Hijos míos, se han alejado de Dios, han olvidado a Dios, y dentro de mi propia Casa ya me están dejando
Solo. La Abominación de la Desolación, es decir, que ya no habrá el Santo Sacrificio en los Altares del
mundo, poco a poco va avanzando, llenando de frialdad los corazones de aquellos que dicen servirse de
mi Pan y de mi Palabra, para darlo a los hombres.
Ministros de mi Casa, almas fieles de mi Cuerpo Místico, restauren mi Casa, reparen mi Casa,
obedézcanme. La Obediencia es la mejor Reparación. Obedecer mis Llamados de Amor y de Conversión
es la mejor Reparación.
Les he entregado una Coronilla de Reparación a la Santísima Trinidad, por los pecados. Ésta Coronilla les
ha sido dada para que imploren por los pecadores y que, también ellos, se unan a mi Resto Fiel. Por
medio de esta poderosa Oración, los castigos aminorarán, y muchos desastres naturales podrán ser
detenidos, con sólo que clamen para que muchos pecadores tengan la oportunidad de arrepentirse.
Hijos, oren para que comprendan lo que les enseño, sólo con la oración humilde comprenderán mis
Llamados y podrán obedecerlos con amor.
Los bendigo con Amor Misericordioso, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Dios Padre: Mi pequeño hijo, cuantas señales y avisos celestiales he dado a través de Mi Espíritu al
mundo, pero los hombres siguen sin escuchar y sin mirar. No porque no tengan la capacidad de acatar
Mis Llamados, sino porque no quieren escuchar para no cambiar. Son un Pueblo de cerviz dura y espíritu
frío. Las almas se han materializado tanto que ya no quieren encontrar en la jornada diaria un momento
de oración y de meditación. Han olvidado el valor de la penitencia, del sacrificio y del ayuno. El hombre no
desea encontrar algo que incomode, como el dolor o la renuncia. Porque no quieren sufrir.
Hijo, dile a Mi Pueblo que el sufrir con paciencia cualquier dolor, suave o intenso, físico, moral o espiritual,
es una oportunidad de expiación. Y por no desear sufrir con paciencia no se liberan, ni interceden por los
demás. ¿No es esto el Mensaje de Fátima? ¡Penitencia! Porque es necesario luchar contra la inclinación
del corazón hacia el pecado.
Pequeño, quiero que ahora peregrines a los Santuarios que te ordenaré peregrinar. A restituir y
consagrar Nuestros Auténticos Llamados. Porque hacer esto también es reparación. Pequeño, mientras
los hombres pelean reclamando sus derechos, vanos y pasajeros, tú, pequeño consolador de tu Abbá,
interésate y vigila por Mis Derechos.
¡Oh pequeño, cómo anhelo que un día la humanidad se interese por agradar a vuestro Padre Dios! Te
bendigo Mi Consolador. Cuando no puedas ir con tus dos padres espirituales, si es necesario que te
acompañe tu director y padre espiritual porque a través de él llevas la presencia, el ministerio y la
bendición de Jesucristo Sacerdote junto a tu Misión en estos Últimos Tiempos.
Yo estoy contigo. El día 13 de octubre de cada año deben ser celebrados el Reinado Eucarístico y María
Corredentora. La Coronilla de reparación a la Santísima Trinidad por los pecadores me consuela y, por lo
tanto, aplaca la Divina Justicia. Mi consolador, te amo.
El Instrumento: ¡Fiat Abbá! Siempre quiero estar bajo el Estrado de Tus Pies, dispuesto a obedecerte y
obedeciéndote, demostrándote mi amor, aunque sea pequeño y defectuoso.
Dios Padre: Pequeño Consolador, te bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
305
Las Moradas de los Sagrados Corazones.
¡Sea loado Jesucristo y su Santísima Madre del Carmen!, pequeño carmelita, Elías consolador del Padre,
Dios nos une, son Mercedes de su Majestad, el Señor. Dios ahora nos hace encontrarnos en este Tiempo
de Gracia y de Misericordia, para que te guíe y te enseñe como interiorizar en la vida espiritual y
progresar así a la Obra que Dios ya ha empezado, pero que desea darle impulso y fuerza para llegar
hasta esa etapa espiritual en que este Apostolado será la Obra que lleve la Gran Evangelización de la
Tierra. Obra que ya fue profetizada y deseada por los Santos y Mártires devotos de Jesús y de María.
Pero, carmelita, ya la Obra está aquí y es el Apostolado.
¡No hay más camino que recorrer! Ya están en el Apostolado, así contesto las preguntas de muchos que
están en el incierto de saber ¿qué quiere la Divina Majestad de ellos? Pues, los quiere trabajando en esta
Obra. Los quiere cuidando, promoviendo, guiando a este Ejército Fiel y a las almas que se irán uniendo.
Dios desea que trabajen ahora para Él, que lo demás no turbe su corazón. Trabajen por esta Obra,
porque es importante y urgido está el Cielo de ver a sus hijos dispuestos a amar, servir y trabajar.
Pequeño carmelita, poco a poco el Cielo, con mi intercesión, te dará, guiará, y enseñará en los auténticos
Aposentos que un alma recorre dentro de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Ahora estaremos
unidos. Nuestra Señora del Monte Carmelo, San José, mi consejero, y yo Santa Teresa de Jesús te
amamos y te bendecimos. Junto conmigo iremos recorriendo cada Morada de los Sagrados Corazones.
Esta caminata exige mucha paciencia y perseverancia. Estas virtudes los dará el Amor si recorren estas
Moradas y aprenden con Amor.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.
Queridos hijos, Yo al igual que ustedes sufrí mucho en la tierra. El dolor ha entrado al mundo por el
pecado y el pecado es lo contrario al Amor. El Amor de Dios es Vida y Gracia. El pecado es muerte, dolor
y condenación.
Y ustedes, mis hijos, son libres para tomar cualquiera de los dos caminos. El camino de la penitencia, de
la paciencia, de soportarlo todo con amor, de la oración y del ayuno, de la confesión y la recepción
eucarística, el camino de la observancia de la Ley y el Evangelio, es el camino que lleva al Cielo. ¡El
camino del Amor! El camino del odio, de la lujuria, de las iras, de las impaciencias, el camino de la
rebeldía, de la desobediencia, del orgullo, de la vanidad, de la envidia, de todo lo que es contrario al
Amor, es el camino al Infierno.
Hijitos míos, el Cielo existe y también el Infierno. Y las almas llegan a éstos, cualquiera de estos dos
lugares, con su propia decisión, libertad y voluntad. Yo sufro porque veo continuamente cuantas almas
caen al Infierno. Yo puedo ver cuantas almas se condenan ahora mismo. ¿Por qué no quieren sufrir?
¿Por qué no quieren obedecer? ¿Por qué no quieren seguir radicalmente mis mensajes? ¿Por qué sus
corazones están tan duros?
Hijos míos, tengan corazones sencillos, tengan corazones pacientes. No se dejen dominar por el impulso
sino por la templanza y el Amor. La decisión de ser santos es de ustedes. Ustedes eligen el Cielo o el
Infierno. No Dios. Ustedes lo eligen. Apóstoles míos, hago un llamado, muchos de mis hijos se están
dispersando: leen, buscan y siguen a muchos falsos profetas y esto desvía a mi pueblo del tiempo
urgente.
Hijos, ¿no han entendido que en este lugar estoy dando los Últimos Llamados de Amor y de Conversión
al Mundo? ¿Aún no han comprendido que esta es la Obra de los Últimos Tiempos? Los quiero aquí,
trabajando en mi Obra, concentrándose en lo importante. Hijos, en este tiempo ya no hay ignorancia sino
indiferencia, y por indiferencia y desobediencia no me quieren escuchar.
Hijos míos, ¿hasta cuándo se amarán entre ustedes y tendrán la paz y dejarán de ofender a mi Hijo, que
ya está muy ofendido? Les doy mi bendición maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Mi Corazón Eucarístico recibe consuelo con la Coronilla de Reparación a la Santísima Trinidad por los
pecadores. ¡Cuántas almas por medio de esta Coronita de Amor Reparador obtendrán por Misericordia el
306
Don de la conversión! Mi pequeño Elías, consolador de Mi Tristísimo Corazón, deseo compartir contigo
Mis Derramamientos Amorosos del Amor Infinito de Mi Corazón, que ama tanto y que sólo desea ser
correspondido con Amor: Amor Santo, Amor Caritativo, Amor Misericordioso. Porque como ya
anteriormente te lo he hecho saber, mi pequeño, Yo también quiero y espero de los hombres misericordia
hacia Mí.
¡Manuelito de Mi Sagrado Corazón, el hombre me trata tan mal! Pequeñito, en la gran revelación que
hago aquí sobre Mi Sagrado Corazón reúno Mi Misericordia Divina, Mi Santísimo Cuerpo Eucarístico, Mi
Corazón Abierto en la Cruz, es decir, así como me has visto, reúno todas las revelaciones y atributos de
Mi Persona, Humana y Divina, en una sola y gran revelación: Mi Sagrado Corazón Eucarístico.
A ti, pequeño, se te han entregado los Epílogos Finales de Nuestros Sagrados Corazones, porque son
hoy el remedio del mundo, la sociedad y la Iglesia. Aquí mis revelaciones, y agrego auténticas
revelaciones, se conjugan, reúnen y resumen en una sola: Mi Sagrado Corazón. A la vez invito a los
Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, y a toda la humanidad, que a la luz de Nuestros Llamados
de Amor y de Conversión siempre hagan un examen de conciencia.
A la luz de los Últimos Llamados Celestiales a la humanidad examinen sus corazones, conciencias y
vidas. Así reconocerán sus pecados o imperfecciones, reconocerán lo que los aparta o acerca a Mí, lo
que deben dejar o mejorar. Si revisan sus vidas con Mi Evangelio y Mis Llamados de Amor y de
Conversión el dolor moral y espiritual en el Aviso o en su juicio particular disminuirá, pues estarán limpios.
Cuando reconozcan sus fallas, las confiesen, y se enmienden será así. Pequeñito, dile al mundo que todo
es condicional. Yo quiero salvar al mundo no condenarlo, pero sus pecados me hacen a un lado y me
alejan de ustedes. Mi niño, ¡cuánto amo a esta generación! Pero son mal agradecidos.
Te imparto Mi Bendición: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María
Purísima, sin pecado concebida.
Queridos hijos, servir a Jesús es servir a María. Para servir a Jesús es necesario primero encontrarse con
Nuestra Señora. Quien sirve a Jesús es porque ya se ha consagrado al Corazón Inmaculado de la
Santísima Madre. Pero encontrarse con María es imitar a María, es encontrarse corazón a Corazón con
María. No pueden servir al Señor sino han cambiado sus corazones. No pueden servir a Jesús si la
vanidad, el orgullo, la ira, la impaciencia, y pecados como éstos, dominan sus vidas. El que se ha
encontrado con María, para servir a Jesús, es humilde, piensa antes de hablar, es obediente, vive en la
paciencia, no se deja dominar por los impulsos, las pasiones de la ira o de la carne.
Servir a Jesús y encontrarse con María significa ser santos, y ser santo hasta en el más mínimo
pensamiento. Porque la santidad es santidad cuando es completa. La mediocridad no es agradable a los
ojos del Señor. Se es santo cuando verdaderamente se es santo, cuando sus pensamientos, sus
palabras, o sus mismas actitudes, reflejan santidad.
Sigan mi ejemplo. Nuestra Señora me transformó, me cambió, me educó, para servir como padre nutricio
a Jesús. ¡Oren! ¡Sean humildes! ¡Vivan en la sencillez!
Les doy la bendición de la Sagrada Familia: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Mi Sacratísimo Corazón es un Oasis de Paz, de Amor, de Consuelo. Las almas que confían
verdaderamente en Mí, a pesar de cualquier turbación, de cualquier sufrimiento, no se inquietan sino que
confían venga lo que venga, suceda lo que tiene que suceder. Las almas que en Mí confían no pierden la
paz. Por eso, Yo los exhorto a que confíen en Mí.
El hombre tiene deseos de cosas grandes y buenas, pero lo que Yo quiero para el hombre es aún más
grande y mejor de lo que cualquier ser humano puede imaginarse. Las almas que en Mí confían no tienen
miedo, porque el dolor y el sufrimiento solamente purifica, expía y limpia. Las almas que confían en Mí, no
tienen miedo al sufrimiento ni mucho menos a la cruz, porque la cruz es Amor ¿acaso le tienen miedo al
Amor? Hijos, el dolor purifica, fortalece, da sabiduría y conocimiento y, sobretodo, limpia el alma.
307
Muchos hombres tienen miedo de Dios, no se han dado cuenta que Dios solamente es Amor y que todo lo
malo que pase en el mundo no es culpa de Dios sino de vuestros pecados, porque a través del pecado en
el mundo ha entrado el dolor.
No me traten con ingratitud, el mundo ya ha sido demasiado malagradecido conmigo. Yo no quiero que
los que dicen amarme, también me paguen mal tanto Amor.
Hijos, ustedes ámenme, pero también ámense.
¡El mundo me da, continuamente, tantas amarguras y me duele tanto, que almas que se dicen cristianas
también aumenten mis amarguras! Consuélenme, que mi Corazón necesita ser consolado.
¡Cambien de vida! no es difícil, solamente digan “sí”. Estén dispuestos que Yo me encargo de lo demás,
sólo quiero que tengan voluntades dispuestas a vivir mi Palabra.
Comprendan que está es mi Obra, la Obra de los últimos tiempos, y quiero que trabajen por Ella,
empezando con un cambio de vida pero ¡ya! ¡ahora! ¿Qué esperan? ¡Cambien, ahora! ¡decídanse, ahora,
por ser santos!
Les doy mi Bendición con mi Amor Misericordioso. En el nombre del Padre, y del Hijo, y de Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos, el mundo está siempre sediento, siempre quiere más y más, cometiendo el pecado de la
codicia, de la avaricia, de la vanidad, y también del orgullo. El mundo está tan sediento de Dios, del Amor
y de la Verdad, que lo busca, pero fuera de Dios. Hijos Míos, los invito como siempre a abrir el corazón, a
escuchar a Jesús, y a cambiar de vida. Es tiempo de que haya almas santas. Es momento de que Mis
apóstoles busquen sobretodo ser santos. Hijos, si practican la mortificación y el sacrificio, si mortifican la
lengua, la mente, los sentimientos, harán un buen ejercicio espiritual para empezar a vivir la santidad. El
alma santa hasta en los detalles más pequeños demuestra la santidad.
¡Hijos, Jesús ya está muy ofendido, Jesús ya está muy triste por vuestros pecados y los del mundo! Es el
momento de un cambio de corazón. Recuerden hijos que el Cielo existe, pero también el Infierno, y Jesús
quiere que todos se salven. ¡Oro por ustedes como Madre! Yo oro, para que ustedes abran su corazón y
conozcan el Amor de Dios. Hijos Míos, el alma que conoce, que se encuentra con el Amor de Jesús es un
alma feliz, incluso en las adversidades es un alma feliz. Les invito: decídanse por Mi Hijo, busquen a Mi
Hijo, y sean apóstoles de Mi Corazón.
Recuerden que en los Llamados de Amor y de Conversión está resonando por última vez las Trompetas
que Avisan el Retorno de Jesús. Hijos, en Mi Fuente de Gracia y de Misericordia, además de beber del
agua, enjuáguense las manos y los pies, como signo de purificación y arrepentimiento. ¡Hijos, escuchen a
su Madre, cambien el corazón hacia Dios!
Les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Cielo mismo prepara a los hijos de Dios. Cuando Dios escoge un alma para su servicio, Dios mismo los
prepara. Primero les hace ver lo que está mal y lo que deben cambiar. Luego les da conciencia de
pecado, para que reconozcan sus culpas. Y en ese momento, el alma comprende que una palabra, un
pensamiento o una mirada, ya puede ofender a Dios. El alma que entonces se deja iluminar y se
arrepiente, cambia, y en todo busca agradar a Dios.
Las almas que se encuentran con el Amor de Jesús no quieren ser vistas ni escuchadas, ni admiradas,
sencillamente se quieren esconder, se esconden. Allí en lo oculto, en el anonimato, en el silencio, quieren
servir a Dios. Porque sólo Dios es el objeto de su amor. Nada ni nadie. Y comprenden que sólo Dios 'Es'.
Así, del mismo modo, el Espíritu Santo y Nuestra Señora hicieron conmigo; me iluminaron, me indicaron
lo que debía hacer y obedecí. Esa obediencia es decir 'no' a la voluntad humana. La voluntad humana
lleva al pecado, a la muerte, a la condenación. Renunciar a vuestra voluntad, para vivir lo que Jesús
quiere y les ha enseñado, es un acto de amor. Renunciar a ustedes mismos es un acto de fe y también de
confianza, porque todo lo esperan de Dios.
308
La verdad y el amor, la seguridad y la alegría, esa alma que confía la encuentra en Dios. Los invito a esto.
A pesar de todas las tormentas de la vida nunca pierdan la confianza en Dios. Aún cuando están en la
más terrible prueba, pero confían en Dios, no les falta la paz, creen y siguen adelante. ¡Eso quiere Jesús!
Sigan adelante, por muy largo el desierto, deben caminar. ¡Nunca se desanimen de la pequeña cruz que
Dios les ha dado para salvarlos!
Los bendigo como el Padre Nutricio de Jesús, el Verbo que se hizo Carne para redimir a toda la
humanidad. ¡Miren a Cristo crucificado! ¡En la Cruz tienen la más grande prueba de Amor!
Cuando mi Corazón fue abierto por la lanza en la Cruz brotaron sangre y agua, brotó mi Espíritu y mi
Vida, mi Humanidad y mi Divinidad, porque Yo Jesucristo soy verdadero Hombre y verdadero Dios.
Al pie de la Cruz, no sólo estaba mi Madre, estaba mi amado Juan y María Magdalena, ellos fueron
testigos de la apertura de mi Corazón, ya no sólo en Espíritu, sino también en Verdad, porque se abrió
para recibirlos a todos. Juan y María, al pie de la cruz, por intercesión de mi Madre, se hicieron los
Nuevos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, siguiendo el ejemplo de mi padre San José. Y ellos
se entregaron para consolar, amar y reparar Nuestros Sagrados Corazones, y, por eso mismo, San Juan
y Santa María Magdalena son intercesores de esta Obra de los Últimos Tiempos. Es un ejemplo a seguir
para ustedes. Los dos cambiaron de vida, los dos se arrepintieron, los dos se dejaron amar y también
amaron. Sigan también el ejemplo de éstos Dos Apóstoles de Nuestros Dos Corazones y dediquen su
vida a consolarnos, a obedecernos y a cambiar cada día.
Le doy mi bendición con misericordia: en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Mi amado Hijo Jesús, cuando escogió a los Apóstoles les miró al corazón; eran hombres necesitados,
eran hombres pecadores. Pero además anhelaban la Verdad, ansiaban la Libertad y querían encontrarse
con Dios. Jesús los escoge. Jesús conociendo sus debilidades, Jesús conociendo sus corazones, Jesús
sabiendo sus defectos, Jesús los escoge, los llama. Y ellos se sienten amados y reconocen en Jesús, el
Amor.
Jesús ha enviado Mi Corazón Doloroso e Inmaculado a reunir a los Apóstoles de los Últimos Tiempos
para que Yo, como Madre, los forme, los eduque, los prepare. Jesús me ha enviado a revelar la Obra de
los Últimos Tiempos, para que, desde la familia y los cenáculos de Oración, que son también una familia
espiritual, se salven muchas almas, se reúna el Resto Fiel, y preparar al mundo para la Segunda Venida
de Mi Hijo. Y me envía vestida del Sol, como la Aurora que anuncia la llegada de su Reino.
Hijitos Míos, escuchen Mis Llamados, escuchen Mis Enseñanzas. Lo que anuncié en Fátima, en
Garabandal, y lo que anunció en Medjugorje, aquí, en Mi Jardín, en este Santuario Espiritual de los
Últimos Tiempos, resuena, una última vez. Escuchen a Vuestra Madre. El que me escucha no se va a
confundir, ni extraviar.
Yo los amo y les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Mis queridos hijos, deseo que profundicemos en la importancia de los Cenáculos de Oración. En los
Cenáculos de Oración que he dado a todos los Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones de estos
Últimos Tiempos, por medio de Mi Instrumento, es un compendio de Gracias y también una reunión de
todas las Revelaciones Auténticas, que hemos dado en el mundo. Los Cenáculos de Oración son para
implorar con vuestra Madre que 'Venga pronto el Reino del Santísimo Sacramento de la Eucaristía'. Cada
hijo Mío que ora el Cenáculo debe vivir desde ya el Triunfo de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Hijitos Míos, no esperen que el Triunfo se dé, no permitan que sólo sea un anuncio profético, sino que
vivan desde ahora en sus corazones el Triunfo de Mi Corazón Maternal. Los Cenáculos de Oración serán
309
como fogatas que irradiarán Luz y transmitirán Fuego: Luz Divina y Fuego del Espíritu Santo. ¡En Mis
Cenáculos de Oración se contiene todo!
Haciendo los Misterios Gozosos pidan por sus familias, por los jóvenes.
Haciendo los Misterios Luminosos oren por la Iglesia, por los sacerdotes, por los religiosos,
religiosas, misioneros, por toda la Iglesia.
Orando los Misterios Dolorosos hacen reparación, expiación, adoran la Preciosa Sangre,
acompañan a Mi Hijo en Getsemaní, lo consuelan en la Cruz.
Orando los Misterios Gloriosos piden por el Triunfo de Mi Corazón Inmaculado y el Reinado
Eucarístico de Mi Hijo.
Comprendan hijos Míos que en el Cenáculo de Oración se congregan todas la Auténticas Oraciones
Divinamente Reveladas. ¡Hagan, oren, y propaguen Mis Cenáculos de Oración! ¡En Mis Cenáculos de
Oración está todo! Después de la Santa Misa la oración que agrada a Jesús son los Cenáculos.
Los invito a orar con el corazón. Doy Mi Bendición Maternal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón llama a sus hijos, para que adoren, reparen y consuelen. A Santa Margarita le
mostré Mi Sagrado Corazón, para renovar la devoción a Mi Corazón Incendiado de Amor. Pero ahora
vengo nuevamente a mostrar Mi Sagrado Corazón, pero con todos los Atributos, Humanos y Divinos, con
los que el Padre ha adornado Mi Persona. Es Mi Cuerpo Crucificado, derramando la Preciosa Sangre,
pero también es la Misericordia, es el Amor, y todo tiene su centro en la Santísima Eucaristía; porque ésa
es la devoción auténtica a Mi Sagrado Corazón. ¡Adorar Mi Corazón que está realmente en la Santa
Hostia! Es Mi Corazón transformado en Pan, para que lo coman, para que este en sus entrañas y puedan
unirse, en espíritu y en verdad, a Mí.
Aquí retomo el Mensaje que di a Santa Margarita, aquí lo renuevo, aquí lo actualizo, y aquí lo recuerdo
una última vez, para el bien del mundo. Aunque sea al final un pequeño grupo de almas que
permanezcan fieles, Yo llamo a todos los hombres a la conversión.
Yo les amo y les doy Mi Bendición Misericordiosa: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón derramo sobre ustedes Mi Bendición Paternal. Pequeños, los Santos
miran a la Cruz. Las almas santas aman la Cruz por muy pesada, dura, que la Cruz sea. Los Santos se
han hecho Santos amando la Cruz. Es un deseo de Jesús que todos oren, para que pidan el Don de la
Santidad, de la Humildad, pero sobretodo de la Obediencia. La Obediencia y el Amor hacen almas santas.
Hijos, alégrense, porque Cristo los ha escogido, para que sean Santos. La Fiesta de Todos los Santos es
la Fiesta de los Apóstoles de los Sagrados Corazones.
Pidan al que hace Santos al hombre, clamen al Espíritu Santo que los edifique en Santos Apóstoles de la
Inmaculada y de la Eucaristía.
Yo los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Apóstoles de mi Sagrado Corazón Eucarístico, miren mi Sagrado Corazón, contémplenlo con amor,
observen la herida del Costado, que también la lanza abrió mi Corazón cuando me atravesó desde el
Costado. ¡Cuánto Amor tiene Jesús por ustedes! Almas, ¿por qué han olvidado el Amor que tengo por
ustedes? Lo olvidan y cuando lo olvidan se alejan. Vean mi Corazón. Nadie, alma, te ha amado tanto
como Yo. Déjate amar, porque también es necesario, alma, que te dejes amar por Mí.
Mi Sagrado Corazón es ese tesoro escondido, mi Corazón es el cofre y dentro de él encontraran las
perlas divinas, como lo son la Misericordia Divina, el Amor Santo, la Eucaristía, los Sacramentos. Mi
Corazón es el cofre de las Gracias Celestiales. ¡Adórenlo, ámenlo, enamórense, y confíen en Mí! Porque
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el dolor más grande que me pueden dar, y que me dan, es desconfiar de Mí. No desconfíen del que los ha
amado tanto.
Mi Corazón Eucarístico reinará y reinará cuando el Corazón de mi Madre triunfe. Así, mis pequeños
apóstoles, permitan que mi Corazón reine en ustedes, dejando que mi Madre triunfe en ustedes.
¡Déjense vencer por el Amor! Dobleguen el orgullo y háganse humildes, y cuando sean humildes, no sólo
me entenderán, también me dejaran actuar. Y a ti, mi pequeño carmelita, te doy una Gracia Especial: el
Corazón Mío y de mi Madre, que son un sólo Corazón, lo encarnaremos en tu corazón, y no serán tres
corazones, serán uno sólo, unidos con el Amor y la Cruz.
Los bendigo con Amor Misericordioso: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Comentario del instrumento: Hoy Jesús vino con su Sagrado Corazón Eucarístico. Con la Mano
Izquierda se tocaba su Corazón y en la Mano derecha extendida tenía el Corazón de la Santísima Virgen.
Queridos hijos, pequeños apóstoles de nuestros Sagrados Corazones, como vuestra Madre de las
Lágrimas deseo trasmitir mi Llamado.
En muchos lugares del mundo me he manifestado derramando Lágrimas. Como Madre he llorado por
todos mis hijos, porque. Como Madre amo a cada hijo de Dios con un Amor único y especial ¡y sufro tanto
porque veo continuamente caer almas al fuego del infierno!
Comprendan que grande es mi Dolor, el amor de una madre en la tierra no se puede comparar al Amor de
vuestra Madre del Cielo, que es un Amor único, infinito e irrepetible, para cada hijo mío. Consideren las
Lágrimas y los Dolores de vuestra Madre. Vean en mis Lágrimas el Llamado de Amor y de Conversión.
Lloro porque mis hijos no quieren entender, lloro porque la humanidad se aleja, cada instante, más del
Amor de Jesús. Hijos, no quiero que se extravíen, no quiero que se confundan, sigan mis Llamados de
Amor y de Conversión, porque en Ellos les muestro el camino que deben recorrer en este éxodo de los
Últimos Tiempos. No se desvíen sino que escúchenme.
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es la Estrella que debe guiarlos. Confíen y conságrense a vuestra
Mamá del Cielo.
Y a ti, pequeño, que se te otorgo la Gracia de la Unión de nuestros Dos Corazones al tuyo, ya no es una
unión en Espíritu, sino también en Verdad. Nuestros Dos Corazones con el tuyo, son un mismo palpitar,
unidos en un mismo Amor y sufriendo un "único” Dolor. Nuestros Dos Corazones verdaderamente están
en ti. Te entrego mi Bendición Maternal.
Y desde mi Jardín, esparzo sobre el Mundo, mis Lágrimas Maternas, en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
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Presencia, dan el permiso para que Dios, por medio de su Espíritu, empiece a conducirle por el Sendero
de la Vida y por las Moradas del Reino.
Dios quiere guiar a las almas por un Camino de Perfección, que comienza en reconocer que Dios hace
falta en el corazón, y debe adentrarse en su Misericordia, dejarse amar por el Esposo, y ser dócil al
Camino de Perfección por el cual el Esposo Celestial desea conducir al alma. El alma entretanto sin darse
cuenta muchas veces comienza a recorrer cada Morada del Reino Celestial. El primer paso para este
sendero espiritual es la humildad, reconocimiento del pecado, deseo de santidad, es decir todo lo
contrario al orgullo y a la soberbia de la vida.
Carmelita, tu corazón está en esa Unión Transformante, donde la creatura se modela a su Creador y
aspira los anhelos y deseos solamente del Esposo.
Te bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, cuando un alma se ha decidido seguir a Jesús debe ser consciente de la
cruz y de la prueba con las que deberá purificar su vida. Cuando una alma se deja encontrar por Dios y
permite que la Luz del Espíritu Santo ilumine su vida, el alma reconoce lo que ha hecho mal, el alma
asume sus pecados, y una alma sincera, de corazón limpio, se arrepiente y sigue a Dios en una vida de
santidad, de rectitud y también de paciencia.
El alma que se ha encontrado con el Amor de Dios no reniega de sus hermanos, sino que los soporta con
misericordia; el alma que se ha encontrado con Dios no se rinde en el camino del calvario, sino que sabe
que después de la cruz, viene la resurrección; el alma que ha conocido a Jesús no se queja por la cruz, la
abraza, guarda silencio, y sufre con paciencia.
El Espíritu Santo transformó Mi Vida cuando dije "sí" al Proyecto de la Redención. Dios mismo me
transformó, me capacito, me ayudó y me iluminó, me dio paciencia para recorrer Mi Viacrucis. ¡Oren! No
se quejen de sus sufrimientos, llévenlos con paciencia, porque también la cruz debe ser amada, como
Jesús amo su Cruz. Oren, pero oren con todo el corazón, y permitan que Dios transforme sus vidas, para
que puedan experimentar el Amor de Dios. Oren, para que aumente vuestra confianza; oren, para que
tengan luz y sepan actuar como actuaría Jesús en lugar de ustedes.
El Cielo me ha encargado de ser el Custodio de esta Alianza de los Sagrados Corazones con tu corazón.
Ellos palpitan, respiran y sienten en tu corazón. Yo soy el Custodio de esta Alianza.
Te bendigo y los bendigo con Mi Bendición Patriarcal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
El alma reparadora reconoce el pecado original y vive en santidad, sabiendo su inclinación al pecado,
conociendo sus debilidades y flaquezas, y se vigila, y de esta manera repara la inclinación al pecado de
todo ser humano.
El alma reparadora es fiel a Jesús, reconoce cuantas veces soy traicionado, cuantas veces la humanidad
me es infiel, y con su entrega, su fidelidad, y su obediencia repara el daño que me causa el mundo.
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El alma reparadora me consuela.
El alma reparadora guarda silencio reparando las muchas palabras innecesarias, y a veces hasta
blasfemas de la humanidad; el alma repara guardando silencio.
El alma reparadora repara con su docilidad y confianza la necedad del mundo. Pido que cada apóstol de
Nuestros Sagrados Corazones sea un alma reparadora y repare según su estado. Los matrimonios
pueden reparar por los pecados contra el Sacramento del Matrimonio, por los pecados contra la familia.
Los jóvenes pueden reparar por los pecados de la juventud. Los enfermos pueden reparar por los
pecadores que no aceptan su purificación. Todos según su estado de vida pueden reparar, pueden
expiar. ¡Oren! ¡Mediten en la Cruz! Las almas reparadoras ven la Cruz con amor, saben que la Cruz los
une a Mí.
El alma reparadora es como la Cruz, siempre está detrás de Jesús, siempre está unida a Jesús. Los
exhorto: sean almas reparadoras. Cada quien repare en su vida por sus pecados y los del mundo
uniéndose a Mi Dolor. Sean pacientes, el alma reparadora es paciente y sobre todo sabe que es amada
por el Esposo Celestial.
El alma reparadora también se deja amar, porque sabe que el Amor no es amado.
Pequeño carmelita, la encarnación mística de Nuestros Sagrados Corazones en el tuyo también es una
reparación, porque junto a ti hemos reparado el rechazo que la humanidad le ha dado a Dios, hemos
reparado la expulsión de Dios en el mundo actual.
Los bendigo con Amor Misericordioso: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soy la Madre de la Palabra y Madre de los Últimos Tiempos. He venido a reunir al Resto Fiel. He venido,
como Madre, a reunir a la Familia. En éstos Últimos Tiempos solamente vengo a recordar, a explicar y a
enseñar el Evangelio de mi Hijo Jesús.
Con nuestros Llamados de Amor y Conversión no pretendemos cambiar, agregar o quitar a la Divina
Revelación, sino venimos a recordarla, a enseñarla y a predicarla.
Por eso, hijos míos, siempre que mediten mis Llamados, háganlo juntamente con el Santo Evangelio,
cada día lean la Palabra de Dios y pónganla en práctica.
Hijos míos, les digo: ¡vivan felices! ¡vivan en la alegría que el Evangelio quiere trasmitirles! ¡La alegría de
la Salvación!
Siéntase amados. Cuando se sientan amados por Dios, su vida cambiará, la manera de ver las cosas,
cambiarán; el sentido del dolor, del sufrimiento y de las pruebas, cambiarán cuando sepan que son
amados. Nunca olviden que son amados por Dios, y el día que se sientan amados, sus vidas cambiarán,
todo cambiará.
Les invito a leer la Carta del Apóstol San Judas y a meditarla con el corazón.
Los bendigo con Amor Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, acompañada del Santo Padre Pío y del Arcángel San Miguel y como Madre del Carmen
de Garabandal, deseo dar Mi Llamado al Mundo:
Mis pequeños hijos, el mundo está sufriendo fuertes convulsiones en diversos aspectos, lo que sucede es
que el egoísmo se acrecienta, la ambición, la avaricia y el poder están alejando el corazón de los hombres
de Dios. Pequeños, Mis apóstoles, hay que ser muy buenos, deben ser muy santos, para entrar al Cielo
se debe ser bueno. La Ira de Dios quiere corregir al mundo, pero su Divina Misericordia está deteniendo
su Santo Brazo, para que más almas puedan salvarse.
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Hijos, escuchen Mis Llamados, estén con sus corazones atentos, que Mis Llamados de Amor y de
Conversión son el Llamado Final a la humanidad. Les advierto, y siempre lo haré, de los falsos profetas y
mensajeros que están desuniendo a Mi Pueblo, confundiendo los corazones. Si escuchan Nuestros
Llamados y leen diariamente la Palabra de Dios caminarán en la Verdad. Lean y mediten el capítulo dos
del Evangelio de San Lucas, saquen de Él enseñanzas provechosas para sus vidas espirituales y
ordinarias.
Hijitos, los bendigo con Amor Maternal, el Padre Pío y el Arcángel San Miguel ruegan por Mis apóstoles:
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo hablarles sobre el don del agradecimiento. Un alma agradecida es
un alma que se sabe amada; es un alma que sabe que Dios la ama infinitamente. En Nazaret mi única
oración era una continua acción de gracias, porque el Padre Todopoderoso me confío lo más precioso, a
su Hijo y a la Creatura que después de Jesús es la más Perfecta y la mas Santa, la Inmaculada Virgen,
los Dos Tesoros del Reino Celestial. Mi Corazón exultaba de gozo y agradecía, porque Dios ha sido
bueno con su Pueblo.
Queridos hijos, ustedes tienen mucho porque agradecer a Dios, Él siempre es Bueno, Paciente y Tierno
con ustedes. Agradezcan en sus sufrimientos, porque los purifican; agradezcan en las pruebas, porque
los hace fuertes; agradezcan en la alegría, porque Él siempre está con ustedes; agradezcan por estos
Llamados de Amor y de Conversión que son un tesoro de la Divina Misericordia, para salvar muchas
almas.
Y desde este hogar de Nazaret de los Últimos Tiempos, donde la Reina Celestial está reuniendo a su
Ejército, Yo los bendigo como el Padre de la Sagrada Familia: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Soy la Madre de las Bodas del Cordero y de los Últimos Tiempos y, desde mi Corazón
Doloroso e Inmaculado, trasmito mi Llamado al mundo.
Queridos hijos, sus almas son esposas de Jesús. Él las rescató, del pecado y de la muerte, muriendo en
la Cruz. Y desde el día que reciben a mi Hijo por primera vez en la Sagrada Eucaristía, sus almas se
desposan con el Señor, sus almas se unen, como en un matrimonio espiritual, con Jesús. Pero la mayoría
de mis hijos no lo entienden porque les falta fe, porque la oración no se ha hecho alegría en sus vidas.
Sus almas son esposas del Cordero de Dios y cuando una alma comete un pecado, le es infiel a su
Esposo; la infidelidad espiritual consiste en desear otras cosas que no son de Dios, en desear la voluntad
humana y no la Voluntad Divina.
Comprendan, que son esposas del Esposo Celestial, deben ser fieles a la Majestad Divina que los ha
rescatado desde su Humanidad. Desde su Corazón Humano traspasado en la Cruz, Jesús los rescató.
Hijos, el Corazón de Jesús es un Corazón de Dios y de Hombre, los ama, los comprende y los ha
rescatado. Hijos, amen a Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Santa Gertrudis intercede, junto Conmigo, ante el Corazón de mi Hijo, por todos ustedes, mis apóstoles.
Yo les doy mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Desde aquí, mi Madre vestida del Sol, como el Ángel Mensajero del Apocalipsis, viene a anunciar: "El
Advenimiento del Reino de Dios y mi Venida a la Tierra".
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Escuchen nuestros Llamados de Amor y de Conversión, nuestros Dos Corazones son los Dos Testigos
del Apocalipsis que están predicando la conversión e invitando a toda la humanidad a que se consagre a
nuestros Sagrados Corazones.
Yo les invito a tener Paz, la Paz es muy importante para que escuchen la Voz de Dios y puedan
discernirla, y obedecerla.
Y tu pequeño Elías, nuestros Corazones están unidos con la misma Corona y atravesados con la misma
Espada, que ha unido mi Corazón con el de mi Madre. Y ahora, por Gracia y Misericordia, con tu pequeño
corazón.
Esta alianza de nuestros Sagrados Corazones es un Llamado también a todos, a que se entreguen
totalmente a esta Obra del Reino de Dios.
Los bendigo con Amor Misericordioso: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, hoy les invito a caminar el sendero hacia las moradas de la perfección. Es el camino de la
fe. Es el camino de los Sacramentos. Es la vida de oración y ayuno. Es muy necesario pedir la Gracia del
arrepentimiento porque el alma que ama a Jesús sufre por no corresponder al Amor de Jesús y al
experimentar el dolor del pecado, pero asistidos con la Fe y la Luz que les transmite el Espíritu Santo se
da una conversión sincera.
Cuando el alma sabe que en lo más mínimo no ha correspondido al Amor de Dios, cuando el alma
reconoce sus pecados y es absuelta de sus culpas, debe seguir caminando a la Luz del Evangelio. En
ese caminar de la fe estarán presentes las pruebas, pruebas que purifican el corazón y cuando purifican
el corazón lo hacen más precioso a los Ojos de Dios. Pruebas de fe, sufrimientos físicos, o ataques e
incomprensiones, pero todo ello ofrecido con amor limpia el alma y al seguir mis Llamados de Amor y al
practicar el Evangelio, llegan a la primera morada qué es mi Corazón: el adentrarse en mi Corazón y en
recibir desde mi Corazón Gracias especiales, sobre todo la Gracia del Amor Santo.
Por eso siempre les invito a que oren incesantemente para que primero puedan conocer el Amor de Jesús
y cuando conozcan el Amor de Jesús todo en su vida será nuevo. Oren y que la oración sea para ustedes
alegría, gozo y confianza. Les doy mi Bendición Maternal.
MI Divina Misericordia desea abrazar al mundo entero con sus rayos de Amor, pero el mundo está tan
sumergido en el mismo que se olvida de la presencia eterna de Dios. He venido con un mensaje de
Misericordia para que las almas crean; se conviertan y sean felices porque la confianza en Mí Corazón da
Paz y la alegría es fruto de la Paz. Quien no tiene paz en su corazón vive en la amargura y en la tristeza
ensuciando su alma de desconfianza en Mi Misericordia y la mayor pena que pueden dar a Mi Corazón es
desconfiar de Mi Amor.
Aunque el camino de la Cruz se torne oscuro y la Cruz de cada día sea pesada es un camino de amor, de
entrega y de confianza. Cuánto he deseado derramar el don de la humildad, de la sencillez, de la caridad
y cuando lo hago solo recibo un no de sus corazones. Cuánto les he enseñado en la Palabra de Dios y
cuánto Mi Madre les ha invitado al Amor y sus corazones están duros y fríos muriendo por la falta de Paz.
Quien cree en Mí eso le basta, la Fe. Y la Fe unida al Amor lo puede todo.
Los invito; Vivan su Fe unida al Amor y vencerán conmigo. Mi Misericordia desea tanto abrazarlos, pero
necesito humildad de corazón. Los Amo tiernamente. Los invito a sembrar paz.
Les doy mi bendición con Mi Amor Misericordioso en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Pequeño carmelita de nuestros Sagrados Corazones: nuestros Dos Corazones comprenden que nadie
tiene méritos, ni virtudes, por sí mismo, sino que es el Espíritu de Dios quien los transmite; pero el Cielo
admira tu paciencia, tu fortaleza y tu continuo “Fiat”, y a través de cada pequeño sufrimiento muchas
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almas, de grandes pecadores, se están convirtiendo en apóstoles de los últimos tiempos sin que nadie, ni
tú mismo te des cuenta de esto.
Mi Llamado es que se adhieran al Corazón de Cristo. Cuando se unan al Corazón de Jesús y cuando no
coloquen obstáculos a la Gracia, al Amor y a la Luz de Jesús, los corazones se transformarán y sus vidas
cambiarán. Es necesario unirse al Corazón de Jesús, recostarse sobre Él y escuchar, a cada momento, el
“te amo” de Dios. Cuando conozcan el Amor de Jesús comprenderán el sentido de la paciencia, del
silencio y del soportar con amor las pequeñas cruces de la vida. Cuando un alma conoce el Amor de
Jesús todo cambia y todo tiene un nuevo sentido, todo es visto de otra forma, porque el Amor de Jesús
basta para que haya luz, entendimiento, sentido y fuerza. Oro para que de verdad puedan conocer el
Amor de Dios.
Que la oración en sus vidas se convierta también en acciones concretas: oración y trabajo, oración y
testimonio. Esto transformará sus vidas y serán luces para los demás. Los bendigo con Amor Maternal.
Queridos apóstoles de mi Sagrado Corazón, deseo que comprendan que por el primer pecado entró la
muerte y el sufrimiento al mundo, ya que el dolor es la paga de sus pecados. Pequeños, Yo vine a
redimirlos y a salvarlos derramando mi Sangre para lavar sus delitos, pero ustedes viven como almas
condenadas, no viven como almas salvadas, sumergidas en el dolor, en la angustia y en la desconfianza,
se adentran cada vez más a un abismo profundo de oscuridad.
Mi Luz está dada y permanece expuesta para que todos la vean, sin embargo ustedes al verla sienten
más cómoda la oscuridad. Yo estoy con mis brazos extendidos, no los he cerrado, son ustedes los que no
se acercan a Mí. Los llamo con Amor y Misericordia. Vivan como hijos de la Luz, vivan con la alegría de
que Dios se hizo hombre y los ha redimido. Vuestros corazones es mi Templo, no lo conviertan en cueva
de ladrones, no permitan que los ladrones de la fe, los ladrones de la paz, los ladrones de la confianza, se
aniden en sus corazones. No conviertan mi Templo en cueva de malhechores sino que muéstrense como
son: hijos de Dios y portadores de la Luz de mi Corazón.
Los bendigo con mi Amor Misericordioso, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, quiero que escuchen a vuestra Madre con todo el corazón, cuando el corazón es sincero,
pequeño y humilde, acoge y vive Nuestros Llamados.
Yo oro sin cesar por ustedes, para que el Espíritu Santo pueda ablandar sus corazones, ya que la
soberbia de la vida los endurece más y más.
Pero también es necesario que ustedes tengan la disposición de cambiar, que tengan el deseo de
cambiar y que se esfuercen para lograr ese cambio.
Pequeños, Yo quiero que sean almas humildes, sencillas y obedientes, recuerden que seguir a Mi Hijo, no
es sólo pertenecer a un Cenáculo de Oración, también seguir a Mi Hijo, requiere testimonio, requiere
acciones, y requiere obras concretas, movidas por la fe, cimentadas en el amor y una absoluta confianza.
Tu Mi pequeño Carmelita, de ahora en adelante debes preocuparte por dar el Llamado, por anunciar y
denunciar.
Si Mis otros hijos, ya no quieren obedecer Mi Mensaje, si Mis hijos, ya no quieren atender Mi Llamado, si
Mis hijos ya no quieren obedecerme, ya no pesa sobre tu hombro, porque tu cumpliste de amonestar y
exhortar, brindando la guía para que se salven, pero si ellos, si el mundo no quiere escuchar, no turbes tu
corazón, y se fiel solamente a dar el Llamado.
Te Amo con Amor Infinito y los bendigo a todos con Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo
316
Queridos hijos de mi Casto y Amante Corazón, Nuestra Señora del Corazón de Oro les dijo: “sean
siempre buenos”. Es el Evangelio resumido en una frase: sean buenos. Y el alma que es buena es un
alma que ama y, como ama, observa los Mandamientos del Señor. El ser siempre buenos es un cambio
radical de vida y ese cambio de vida también se manifiesta en lo exterior: en el hablar, en el mirar, en el
actuar, incluso en el vestir la bondad se manifiesta. La bondad es ser honesto, transparente, y a la vez
demuestra amor. El que no ama no es bueno, porque el amor ligado a la bondad es un testimonio en sí
mismo. Y el que ama sabe como actuar. El que ama sabe lo que puede decir y como lo debe decir. El que
ama escucha, aprende, practica. El que ama es consciente de que en él no hay nada bueno y que debe
luchar en todo momento para practicar las virtudes. Y el que ama, y el que es bueno, confía y espera todo
de Dios y pone en Dios su esperanza. Y si empiezan a practicar la bondad y la caridad acercaran más
almas a Dios con el testimonio que con palabras. Los invito: oren, para que aprendiendo a orar comiencen
a amar y a ser buenos.
Los bendigo como el Padre de la Sagrada Familia y Protector de los Últimos Tiempos: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón es un Corazón sencillo. A pesar de ser un Corazón de Rey y Dios, es un Corazón
sencillo y humilde. Mi Corazón siempre buscó lo más sencillo, lo más pequeño, lo más insignificante.
Aquello que era rechazado por los hombres, Yo lo amaba. Así que escogí una cueva para nacer; sin
comodidad, sin facilidad, con muchos obstáculos. Para aquella aldea fue una locura de mis queridos
Padres terrenales. Mi Madre María y mi Padre que me adoptó, San José, fueron vistos de mal modo, sin
embargo siguieron las inspiraciones de Dios. En nuestra vida familiar nunca buscamos llamar la atención.
Nuestros Tres Corazones jamás buscaron ser vistos, ser elegidos, ser los primeros. Queríamos en todo
pasar ocultos, desapercibidos, porque nuestros Tres Corazones siempre serán los más sencillos.
Lo que para aquel pueblo eran hombres ignorantes, para Mí fueron mis Apóstoles y amigos. Lo que era
una mujer de mala vida, usada, tan destruida moralmente, considerada una desgraciada de Dios, para Mí,
después de mi Madre, fue la mujer valiente que dio la cara al anunciar que Yo había resucitado.
Aprendan mis apóstoles, busquen la sencillez. El Corazón sencillo no busca ser admirado, ser escuchado.
El corazón de un alma sencilla: ora, calla y trabaja.
Miren a mis Profetas, ellos no buscaron ser Profetas, los escogió mi Padre para serlo. Recuerden a Santa
Margarita, ella no buscó ser la impulsadora del Mensaje de mi Sagrado Corazón. Recuerden aquellos tres
niños pastores pobres pero tan llenos de amor, ellos no escogieron ser portadores de un Mensaje de
conversión para el mundo, los escogí Yo.
Quiero enseñarles a que amen esto; amen la sencillez, amen la vida simple, amen el silencio, pero
sobretodo y ante todo dedíquense a servir. En el servicio no es necesario que los vean o que los
escuchen, sólo sirvan con amor. No les digan a otros que me aman, demuéstrenlo con una vida
silenciosa, con una vida de testimonio, con una vida de paz y de silencio. Por favor, recuerden mis
apóstoles que el primer Corazón sencillo es mi Corazón.
Los bendigo con Amor Misericordioso, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, los invito a renovar la oración en sus vidas. No han orado lo suficiente y como no han
orado lo suficiente, sus vidas no cambian. La oración transforma, transforma incluso hasta el
pensamiento, porque la oración transfigura sus vidas a imagen de Jesús. La oración aún no es alegría
para ustedes, muchos hijos míos oran porque están sufriendo pero al orar no se alegran, no saben que
orar es hablar con mi Hijo. Y si tanto aman a mi Hijo ¿por qué no se alegra vuestro corazón cuando van a
orar? Recuerden, hijos míos que la oración no debe resumirse solamente en palabras, la oración debe
llevarlos a una conversión total, la oración debe ser alimento y alegría, la oración debe ser el refugio en
las situaciones adversas de la vida. Hasta que aprendan a orar con el corazón y hasta que oren lo
suficiente, sus vidas cambiarán.
Queridos hijos, alégrense cuando vayan a orar porque es Dios quien les abraza cuando oran. Que la
oración se convierta en acciones concretas, acciones que glorifiquen a mi Hijo y den luz a las tinieblas de
este mundo. Deben intensificar más los cenáculos de oración y propagarlos desde las familias.
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Recuerden, hijos, que los primeros sábados de cada mes, los primeros viernes de cada mes y ahora el
Cielo agrega los primeros miércoles en honor de San José, cada mes salvarán a la humanidad. Oren,
oren hijos míos, sin oración no hay conversión. Oren sin cesar, oren por la paz en sus corazones y
cuando haya paz en sus corazones habrá paz en las familias. Les doy mi Bendición Maternal, en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Instrumento: Santa Teresa de Jesús está aquí, y en lo alto de su derecha el Corazón Casto y Amante
de San José; Santa Teresa de Ávila dice:
Es necesario que comprendan que si quieren avanzar por el camino de la perfección y la santidad no
pueden hacerlo guardando tantas cosas negativas en el corazón, porque cuando el corazón está cargado
y lleno de tanto dolor, odio, miedo, desconfianza, entre tantos aspectos que no vienen de Dios, el corazón
se detiene. Un corazón con miedo no llega a la santidad. Un corazón con odio es un corazón que se
enferma cada vez más y se aleja de la Luz, del Amor y del Perdón de Jesús. Un corazón triste jamás, por
causa de su tristeza, podrá experimentar ni la liberación, ni la sanación, ni mucho menos la alegría. Es
necesario que limpien el corazón, es necesario que lo purifiquen, es necesario, que sean humildes.
El humilde recibe el Amor, el humilde da el amor. El corazón que no es humilde difícilmente avanzará,
porque este camino de santidad es un camino para los humildes. Vean el modelo de San José, Corazón
humilde, Corazón sencillo, Corazón de silencio, Corazón de servicio, Corazón que amó. Él, el Glorioso
Patriarca, será quien los conducirá por este camino de santidad.
Y si escuchan con atención mi mensaje, y practican lo que en este Llamado les enseño, avanzarán
rápidamente hacia las moradas de la perfección, que se encuentran plenamente en los Sagrados
Corazones de Jesús y de María. San José es el iniciador de este camino. ¡Síganlo! Que el letargo, que la
pereza, y que la debilidad humana, que siempre es la excusa de las almas miedosas, no los detenga.
Los bendigo en el nombre de la Santísima Trinidad, y por intercesión del Padre San José, primero en
recorrer este camino de perfección en los Sagrados Corazones de Jesús y de María: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Castísimo Corazón, gracias al Espíritu Santo, fue un Corazón dócil. Mi Corazón renunciando a su
voluntad se dejó modelar, formar y educar por el Espíritu Santo. Fue el Espíritu Santo quien guío mi vida;
quien me fue guiando en mi misión; quien me fue enseñando para servir a sus Sagrados Corazones. El
Espíritu Santo me llamó, habló a mi Corazón, me confirmó los deseos de Dios Padre y los designios que
tenía sobre Mí. Queridos hijos, el Espíritu Santo forma, para que puedan servir a Jesús. El Espíritu Santo
llama, para que se dejen conducir por la Verdad. Y todo Don y Gracia que da el Espíritu Santo es
primeramente para servir. Ninguna Gracia del Cielo está libre del servicio humilde. Toda Gracia es para
servir, primero a Dios y también a todos los hermanos.
El Espíritu Santo los va a conducir al servicio, y van a comprender mejor las cosas, sin juzgar por
apariencias, van a entender mejor las situaciones adversas de la vida, sin adelantarse a las Obras que
Dios ya tiene preparadas, van a escuchar, a ver y a hablar desde la Verdad.
¡Oren al Espíritu Santo! ¡Oren y sus vidas se van a transformar! ¡Oren al Espíritu Santo y las virtudes
florecerán! Oren al Espíritu Santo y el amor a los Sagrados Corazones aumentará en ustedes, y será un
amor que los permitirá comprender, actuar y hacer la Divina Voluntad. Junto a mi Esposa Virginal y con el
Amado Niño en mis brazos les damos la Bendición de Nuestra Sagrada Familia. Y tú, pequeño mensajero
que bajas del Monte Carmelo, anuncia y denuncia. La respuesta que la humanidad dé a mi Llamado es
una responsabilidad personal de cada alma. Tú anuncia con alegría y denuncia sin miedo; ésa es tu
misión: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Apóstoles de mi Sagrado Corazón deseo que escuchen mi Llamado, no que lo oigan, así como un ruido
se oye, sino que lo escuchen, y presten atención. Porque las almas por más que oigan no escuchan, por
más que ven no entienden, por más que les hablo no obedecen. Mi Llamado al mundo ya está siendo
dado. Oportunidad para salvación y tiempo de conversión ya se les está dando, pero no aprovechan ni las
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Gracias ni las Enseñanzas. Porque las Gracias las desaprovechan y porque las Enseñanzas que les doy
las olvidan, las desobedecen, y hasta las ignoran.
Yo, mis apóstoles, sólo puedo seguir insistiendo a un cambio total de vida, pero, como Dios, respeto
infinitamente su libre albedrío, forzarlos a vivir en santidad no puedo. Es de ustedes. Es su decisión. Es su
voluntad. A través de mi profeta, Yo sólo anuncio la alegría de la salvación. A través de mi profeta, Yo
sólo denuncio lo que están haciendo mal. La respuesta es de ustedes.
Observen a mi Madre la Inmaculada, la Pura, la Sin Mancha, mi Madre preservada desde el principio de
toda culpa y mancha, porque iba a dar a luz al Hijo de Dios. Por una Gracia especial fue librada de la
cadena del pecado original, pero ustedes, queridos hijos, deben esforzarse, deben estar vigilantes.
Necesito ver en ustedes decisiones concretas y firmes, para que puedan crecer. Se bien que todos nacen
con el pecado original, pero en la Confesión sus pecados, después del Bautismo, les son perdonados y
pueden vivir sin pecados, sin mancha, sin tropiezo. Pero la excusa que ponen es que somos débiles. No
es excusa. Es falta de voluntad. Es falta de decisión. ¡Hasta cuándo serán blandengues! ¡Hasta cuándo
serán tibios! ¡Hasta cuando obedecerán! Mi Madre Inmaculada intercede por ustedes, ora por ustedes,
para que se decidan al camino recto y santo. La tibieza no es bien vista desde el Cielo.
Nunca relajen sus vidas de oración. ¡Oración y ayuno! ¡Ayuno y oración! Los amo y como los amo mucho
también los corrijo.
El instrumento: El Corazón Doloroso e Inmaculado de nuestra Madre está acompañado con San Juan
Diego. Nuestra Señora dice:
Queridos hijos, deseo que oren. Los invito a una vida de oración, de oración profunda, de oración
incesante, de oración humilde. Pequeñitos, la oración del humilde es la oración que Dios escucha. La
oración del humilde es la oración que agrada a mi Hijo. La oración humilde no impone a Dios lo que debe
hacer y cuando. La oración humilde solamente lo entrega todo a la Divina Providencia y confía que, en su
debido momento, Dios actuará.
El humilde confía. El humilde obedece. El humilde trabaja, ora y calla. El humilde reconoce el Tesoro
escondido en el silencio. El humilde ama el silencio porque sabe que en el silencio puede escuchar.
Los invito a imitar el ejemplo de mi siervo Juan Diego, que en su sencillez se esforzó por obedecerme y
cumplir los deseos de Dios. Pidan su intercesión, sigan su ejemplo, sean dóciles a la escucha y a la
práctica de la Palabra y de mis Llamados.
Pequeños, muchos hijos míos se están desviando, se están extraviando al seguir a los profetas que no
vienen de Dios. Es verdad que hay muchos profetas pero los profetas del Cielo son muy pocos y se
pueden contar con los dedos de la mano. Pero aún no han comprendido que “este” es el epílogo, el
compendio, el resumen y el repaso de los auténticos Mensajes de Dios. Y si no comprenden ¿por qué
esperan? Dispónganse a orar para que puedan comprender lo que les estoy enseñando.
Yo los invito a tener paz en el corazón y ya no mezclen tanto ruido en su interior que eso los aleja de mi
Hijo. Les doy mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, deseo con todo el Amor, que arde en Mi Corazón por cada uno de
ustedes, a que oren. Transformen sus vidas con la oración. Nada será transformado si no hay oración y
acción. La oración da fuerzas para que actúen en la misión. Por eso, Yo oraba a Mi Padre todas las
noches, para tener fuerza, para realizar Mi Misión, al día siguiente entre los pobres, entre los enfermos,
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entre los posesos, entre los afligidos. La oración lo cambia todo. Pero si no oran no verán los frutos,
porque la oración es importante. Si oran de verdad con el corazón, si oran sin mezquindad ni egoísmo, si
oran según Mi Divina Voluntad, si oran con amor, si aman lo que oran, van a cambiar, sus vidas
cambiarán por la Gracia de Mi Padre y la fuerza del Espíritu Santo.
¡No dejen de orar! ¡No cesen de alabar! ¡Oren! ¡Oren siempre! ¡Oren también para que puedan
comprender la grandeza de Mi Apostolado y la urgencia de Mis Llamados de Amor y de Conversión! Oren
y crean en la fe que entenderán lo que Nuestros Sagrados Corazones quieren hacer en cada uno de
ustedes.
Y a ti, pequeño profeta, las tres espinas, que místicamente se te dieron, una es para reparar la rebeldía
de la humanidad hacia Mi Padre, la segunda para reparar la dureza del corazón del hombre para
escucharme, la tercera por todos los que rechazan Mi Espíritu Santo y no dejan que Él actué y transforme
sus vidas. Hablarás con la fuerza de Mi Espíritu, porque es urgente la conversión.
Yo los bendigo con Amor y Misericordia: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijitos, Mi Corazón Inmaculado es el Árbol de la Vida Eterna que da el Fruto para Siempre
Eterno, Jesucristo, y Yo los invito con Amor de Madre, acérquense a este Fruto Eucarístico, consúmanlo,
llénense de Él, y déjense transformar por este Fruto Bendito, porque no sólo deben adorar a Mi Hijo en la
Eucaristía, que también es importante, pero también deben de darlo, de testimoniarlo, de encarnarlo, de
mostrarlo. Mi Hijo los llenará de su Luz, los inundara de su Amor, si van en Gracia, y con toda la fe del
corazón, a recibirlo en la Sagrada Eucaristía y con esa Luz ustedes deben iluminar las tinieblas en las que
el mundo está envuelto.
Hijitos, no apaguen la Luz, sino que propaguen la Luz, y que esa Luz ilumine vuestras buenas obras de
amor y viendo los demás vuestro buen ejemplo se acerquen también a Mi Hijo, como Yo lo hice en la
tierra, y como lo volví a hacer en el Tepeyac, traje la Luz de nuevo al mundo, para iluminar esos
corazones sumergidos en la oscuridad de la idolatría, y con esta Luz evangelizarlos, y acercarlos a Mi Hijo
en los Sacramentos. ¡Brille vuestras buenas obras, para que también iluminen la oscuridad de este
mundo que vive otro tipo de idolatrías!
¡Pequeños sean luz! A ti Mi niño te sello la mente, los labios y tu corazón, para que hables con Fuego y
Espíritu, para herir y para sanar. Pequeño, Satanás ha querido siempre deformar Mis Obras con falsos
mensajes, con falsas manifestaciones, es por eso que aquí también he venido para retomar las auténticas
manifestaciones de Dios, y al transmitir fielmente Mis Llamados de Amor y Conversión y dar a conocer la
Obra de Nuestro Apostolado defiendes la causa de Mi Corazón Inmaculado. Yo los invito a ser Mis
verdaderos hijos y a seguirme humildemente en la Verdad. Les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nota: “Jesús es siempre y en todas partes el fruto e Hijo de María; y María es en todas partes el
verdadero árbol que lleva el fruto de vida y la verdadera Madre que lo produce” (San Luis María Grignon
de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, nº 44).
Nota: En diciembre de 1531, en el cerro del Tepeyac se apareció la siempre Virgen Santa María de
Guadalupe al humilde San Juan Diego.
Almas, las Moradas de la Perfección son los estados y los grados de la vida espiritual, que el alma recorre
hasta unirse plenamente, ya desde en la tierra, con Dios; esas Moradas están plenamente abiertas dentro
de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
San José como el iniciador de este caminar es también el protector, el consejero y el compañero que
ayuda a las almas a avanzar en la vida espiritual. Pero entrar en estos Aposentos a través de los
Sagrados Corazones de Jesús y de María es un Llamado de Dios a todas las almas, pero no todas
responden, e incluso por muchos años en la vida cristiana o por muchos conocimientos en la vida
espiritual, muy pocas son las que se atreven con la humildad a aceptar esta Invitación de Dios.
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Y para entrar en este caminar es Dios quien llama, y el alma, haciendo un verdadero acto de fe, de
humildad y de obediencia, segura y confiada de que Dios la ama, da su 'sí'; se siente amada, se siente
deseada, se siente aceptada por el Amor Divino y da su 'sí' a esta transformación, a este caminar, a esta
peregrinación espiritual. El alma que ha perdido el sentido del Amor, el alma que ha perdido el sentido, el
horizonte de la Cruz de Cristo, el alma que ha olvidado que es amada infinitamente por Dios, difícilmente
aceptará está Invitación.
Queridos hermanos, yo los exhorto a orar y en la oración sentirse amados, porque en la vida espiritual el
Amor, únicamente el Amor, es la fuerza para ser santos, es la fuerza para vivir el Evangelio y practicar
nuestros Llamados de Amor y de Conversión. ¡Solamente en el Amor está el secreto para empezar a
desear ser santos! El alma que cae en la tibieza, en el desánimo, en el cansancio, ya está perdiendo el
sentido del Amor. ¡Pidan, pues, a su Divina Majestad nunca perder el sentido del Amor!
Los bendigo con amor fraterno: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo que reflexionen, que mediten, y que contemplen el
Misterio de Dios hecho Hombre, que habiendo llegado la Plenitud de los Tiempos se encarnó de la
Santísima Virgen, y naciendo vino a redimir al mundo. Dios no sólo se hizo Hombre, Dios se rebajó por
Amor de su dignidad. ¿Saben lo que implica en el Orden de la Naturaleza Divina que Dios se haya
humillado totalmente a la creatura para nacer? ¿Saben ustedes la humillación infinita de Dios de no hacer
alarde de su condición para nacer como Hombre? Dios es el primero en humillarse, Dios es el primero en
hacerse débil, pequeño, indefenso. Ustedes, conociendo este Misterio van a comprender de verdad lo que
es ser manso y humilde de corazón.
Dios no vino a condenar a los pecadores sino a mostrarse un hermano, un amigo, un pobre. Ser manso y
humilde de corazón, como el Niño de Belén, implica mirar con ojos de humildad, implica convencerse de
que no somos nada. Ser humildes de corazón implica aceptar el dolor, como la purificación del pecado.
Vean en el Nacimiento del Niño el nacimiento de la humildad, de la mansedumbre, de la pequeñez de
espíritu. Porque solamente los que imiten al Niño de Belén, y se hagan pequeños, entrarán en el Reino.
La Puerta del Reino es pequeña, porque es para las almas humildes.
¡Oren y mediten en Mi Llamado! Pidan la Gracia de ser pequeños, porque el pequeño sabe mirar a Dios;
sabe adorarlo; el pequeño sabe agradecer; el pequeño se vuelve como una estrella luminosa, para los
que lo rodean; el pequeño nunca llega sólo al Cielo, lleva muchas almas que rescató con su ejemplo. No
tengan miedo de ser pequeños, es más pidan la Gracia de hacerse pequeños.
Les doy Mi Bendición Patriarcal y recuerden que Yo también me hice pequeño y dije 'sí' al Proyecto de Mi
Padre Celestial. No olviden que la Cueva de Belén es una Cueva Abierta porque es pequeña y siendo
pequeña alcanzan todos, en el corazón pequeño alcanzan todos.
Dios se hizo pobre, Dios se hizo Humano, Dios se hizo Hermano, Dios se hizo Creatura, solamente por
una razón, "AMOR", locura de Amor, exceso de Amor.
Dios se hizo Hombre para reconciliarlos entre ustedes y para reconciliarlos con el Padre. Nací Humano,
nací Hombre, pero sepan, queridos hijos, que Dios es el más Humano.
Esta generación ha perdido la humanidad, Yo fui Humano y pude ver, tocar, la miseria del corazón. Pude
condolerme con el prójimo, lloré con el que lloraba, acompañé al que estaba solo, sentí el dolor de una
madre, de una viuda, de un huérfano. Yo fui muy Humano y ustedes, almas, han perdido la humanidad.
321
Hijos, "la Natividad de la Humildad", vine desnudo y me recostaron sobre unas tablitas en una Cueva, y
me sacrifiqué muriendo por ustedes, desnudo, despojado de todo, también sobre unas tablitas que eran
Mi Cruz.
¿Por qué buscan entonces tanto, cuando Yo sólo necesité una Cruz para salvarlos a todos? Sean muy
humildes, sean muy pequeños y podrán comprenderme ¡Porque a Mí sólo me comprenden las almas muy
humildes, sencillas y pequeñas!
Los bendigo con Amor Misericordioso, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Queridos hijos, como Madre de la Dulce Espera, los invito a abrir el corazón a la esperanza. La esperanza
y la fe unidas dan fuerzas a Mis hijos a caminar. La esperanza y la fe animan a Mis hijos a no apartarse
del camino del Evangelio. El que tiene esperanza y fe no rechaza la cruz, espera en el Señor y confía en
su Misericordia. La esperanza, hijos Míos, es confianza, el que espera confía.
Hijitos, los invito a confiar, confíen en Mi Hijo. El los Ama con Amor Infinito, su Amor no cambia, no es
condicional, es un Amor gratuito, perdurable, eterno. Confíen en Jesús, Él se ha abajado a la condición de
Creatura, solamente por Amor, y este Amor merece toda la confianza.
Muchos hijos Míos no confían en Jesús, oran, pero oran desconfiando, oran desesperados, oran sin amor,
y esta oración es una oración seca y sin vida.
Mas la oración que se hace en esperanza, es una oración que llega al Padre, que glorifica la
Omnipotencia, la Omnisciencia y la Omnipresencia de Dios. Esperen en Dios, confíen en Mi Hijo y librarán
su vida de la amargura, de la desesperación.
Soy Madre de la Dulce Espera, también espero con Mis hijos al Mesías que nazca. Yo espero que Jesús
nazca en sus corazones. Estoy sin cesar a la par del corazón de Mis hijos, para que den lugar a la Vida
de Dios, a la Gracia, a la Reconciliación.
Reciban en sus corazones al Príncipe de la Paz, y cuando lo reciban no lo guarden para ustedes, también
llévenlo a los demás.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo hablarles sobre los Apóstoles de la Sagrada Familia.
Dios Padre dijo: Pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre Su Linaje y tu linaje, pero Ella con Su Talón
aplastará tu cabeza. Fueron las Palabras del Padre a la serpiente antigua.
El Linaje de esa Mujer, son los hijos que consagrándose a Ella, a María, sirven a Jesús. Los Apóstoles,
los discípulos, los primeros cristianos, siempre la vieron, la reconocieron como Madre. Pero hubo una
Gran Batalla y la Mujer vestida del Sol dio a Luz, pero Dios protegió a la Mujer y a Su Hijo. Y en la tierra
quedaron los hijos de la Mujer, los Apóstoles de los Últimos Tiempos, los Apóstoles de los Tres
Corazones.
Este Apostolado es la imagen de la Sagrada Familia en el mundo entero y cada alma que se reconoce
parte de esos hijos del Resto Fiel, del grupo que se mantiene fiel al Señor, se sentirán no sólo
identificados sino llamados a este Ejército.
Mi Apostolado, que Yo protejo, es la Reunión de las Gracias del Cielo porque es la Reunión de la Familia,
de la Familia de Dios.
322
Mi Apostolado es la Obra Grande por medio de la cual el Corazón Inmaculado triunfará y Jesús reinará.
Este Apostolado es la Obra de las almas fieles, de las almas víctimas, de las almas reparadoras, de las
almas pequeñas. En este Apostolado alcanzan todos los hijos de Dios porque es una Obra para todos los
hijos de Dios. Así como la Cueva de Belén se abrió para todos aquella Noche Santa, así espiritualmente
se abre el Santuario de los Tres Corazones para todos, con este Apostolado.
La Natividad de Jesús es el Nacimiento de la Humildad, y los humildes, solamente los humildes, podrán
ser capaces de escuchar la Verdad y obedecer lo que Jesús les pide.
Les doy Mi Bendición de Padre y de Protector de los Apóstoles de los Sagrados Corazones de la Madre y
del Niño de Belén, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón del Niño Jesús - 29 Diciembre
2017
Con Mis Manitas pequeñas, débiles, frágiles, me uno a ti y descanso en ti. Pequeño, hazle saber a Mi
pueblo que ando buscando corazones donde descansar. Pequeño, muchas almas siempre vienen a
buscarme para que Yo les alivie, para que Yo les cure, para que Yo los libere hasta de la misma cruz, que
los ha de salvar.
Son pocas las almitas que como tú, solo están dispuestas a darme descanso, a darme agua para Mi sed,
a darme el corazón para que sea Mi almohada y a darme su silencio para que sea Mi cobijo. Muy pocas
almas, de verdad me tratan como su Dios. Es verdad que muchos hablan de Dios, pero ¿quién vive en
Dios?; ¿quién reconoce a Dios? Pequeño, tú también tienes un alma pequeña como la Mía y esas almas,
así, mínimas, que no se engrandecen, ni en la vanagloria, ni en la ira, ni en la prepotencia, son las almitas
que entran al Cielo, porque la Puerta del Cielo es la humildad y el Camino al Cielo es el amor; quien no
vive con amor no vive de Dios.
Pequeños, Mi Apostolado es una Obra de Amor, es un Acto de Misericordia de Mi Corazón, para dar una
oportunidad a la humanidad a que cambien. Yo vengo a buscar a Mi Resto Fiel, Mi Resto Fiel está
dispersado, Yo con Mi Apostolado vengo a reunirlo, vengo a formarlo, vengo a educarlo. Por eso, Mi
Espíritu habla en tu boca y quien te oiga escucha la Verdad, quien lo ignore ignora Mi Espíritu, que obra y
actúa en quien quiere, como quiere, y a donde quiere; porque también los profetas son miembros de Mi
Cuerpo.
¡Cómo deseo almas pequeñas! Porque muchas almas incluso cuando oran se están buscando a ellas
mismas y no a Dios. ¡Cómo deseo almas que solamente den descanso a Mi Corazón, viviendo en la paz,
viendo Mi Rostro en las almas que están a su alrededor, sabiendo que para llegar al Cielo es preciso
amar a los que uno se encuentra en el camino! Pequeño, pide a todo Mi pueblo que ore por el Amor, han
perdido el Amor, el Amor se fue, lo expulsaron, Yo lo puedo volver a dar, porque Yo soy Amor. Dile a este
pueblo que ore pidiendo Amor, el Amor es absoluto y lo es todo, y quien vive en el Amor vive en la
Verdad.
La alegría de Mi Infancia es la alegría de la pequeñez espiritual, las almas en la tierra viven de la Divina
Infancia Espiritual para cuando llegue su hora vivan de la Gloria de la Resurrección. Por eso, para
resucitar Conmigo deben nacer y ser niños Conmigo.
Todo es un Orden de Amor, porque el Amor lo ordena todo. ¡Oh locura inmensa de Amor, que sólo las
almas que comprenden la Cruz te comprenden Amor Divino! Mi Bendición Misericordiosa, Mi Bendición
Tierna y Pequeña, guarde sus corazones en el Amor: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Hijitos, los invito a renovar en sus vidas la oración. En todo momento deben orar, en todas las
circunstancias de la vida deben orar, y a lo largo de todo su peregrinar en la tierra deben orar. La oración
de alabanza, es una oración de fuerza, es una oración de agradecimiento, es una oración que consuela a
Dios. En todo momento, y por cualquier motivo, deben alabar y agradecer al Señor.
Queridos hijos, la oración ilumina, la oración transforma, la oración cambia, la oración da mucha paz. La
oración, la Sagrada Eucaristía y el Santo Rosario, son las armaduras de Mis hijos.
Los invito, amen la oración y que la oración sea motivo de alegría, que la oración sea escuela de
humildad y obediencia, que la oración sea un encuentro del alma con Dios.
323
Los bendigo con Amor de Madre, queridos hijos, como la Madre de la Oración Intercedo por todos
ustedes.
Dios Padre ordenó al pueblo que todo primogénito sería circuncidado, como símbolo de la Alianza del
Pueblo Escogido con Dios. La circuncisión era el rito por el cual los hijos de Israel prolongaban la Alianza
con Dios Padre. Llegado el día, también Dios, que se hizo Niño, humildemente se sometió. Yo, su Padre
Adoptivo, lo lleve en mis brazos hasta el Altar, para que allí Dios Niño también fuera circuncidado. Dios se
humilló y Dios fue el primero en someterse a la Ley, porque también siendo Dios es obediente. Mi
Corazón se abrió de dolor al ver al Niño derramando su Sangre en el Altar, profetizando que en el Altar
del Calvario, derramando su Sangre, salvaría a toda la humanidad.
Como su Padre en la Ley, por mandato de Dios Padre, le impuse el Nombre de Jesús, Nombre que quiere
decir: Dios salva. Y ciertamente Jesús vino a esto, vino a salvar. Mediten profundamente en esto, Dios
desde que nació se humilló profundamente. Él fue el primero en obedecer, en padecer, porque Él es el
Primogénito y la Primicia que salva a todos los hombres. Por eso, siempre recuerden que Dios también es
el primero en ser humilde y su Corazón es más humano, más sensible que el corazón de esta generación.
Adoren este Nombre Precioso de Jesús, porque está escrito: Que toda rodilla se doblará ante este
Nombre y que el Cielo, la tierra, los abismos, adorarán este Nombre. Cuando ya no puedan decir más,
cuando estén cansados y agobiados, cuando estén desesperados y sin paz, sólo digan con el corazón:
Jesús. Y esto es ya una oración poderosa. Por eso, el Nombre más Alto, más Santo, más Adorable, más
Precioso, más Poderoso, de Jesús sea eternamente adorado y amado.
Graben en su mente, en sus corazones y también en sus actos, este Nombre de Jesús, y bajo ese
Poderoso Nombre les doy la bendición: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón se manifiesta continuamente. Mi Corazón fue abierto en la Cruz, Mi Corazón pidió
ser amado, reparado, consolado por los hombres ingratos que continuamente infligen tristezas y
amarguras al Amor que les tengo. Pero Mi Corazón, con el Amor Infinito que tiene por ustedes, no se
detiene y vengo ahora, insistiendo sin cesar con Mis Llamados de Amor y de Conversión, buscando al
hombre, para que el hombre se convierta y cambie, porque es el hombre el que necesita la Salvación
Eterna.
Con esta Obra Magna de Mi Sagrado Corazón y con los Llamados de Amor y de Conversión de los
Sagrados Corazones Unidos, vengo a reunir concretamente a todo Mi Remanente Fiel, el Ejército Mariano
de los Últimos Tiempos.
Mi Sagrado Corazón se vuelve a manifestar no solo ahora para ser amado, conocido y adorado,
sino también para congregar, reunir, unir, a todo Mi Cuerpo Místico, la Iglesia de la Tierra, para que
comprendan que sólo Mi Sagrado Corazón es el remedio a los males del mundo entero. Y cuando Mi
Sagrado Corazón se manifiesta, les estoy revelando Mi Persona Humana y Divina, les estoy revelando
Mis Sentimientos, Mis Pensamientos, Mi Vida Interior. Porque en Mi Corazón se encuentra y se reúne
todo lo que Soy, porque Mi Corazón es Corazón Humano, pero también ama con Amor de Dios, es
Humano y Divino. En Mi Corazón se encuentra el Cielo y la Tierra, por eso en Mi Corazón están todos los
Tesoros Celestiales. Y vengo, con Mi Apostolado, a buscar el amor de los hombres, a reunir a Mis
apóstoles, y a enseñar a todos los pueblos.
Recuerden que solamente Mi Sagrado Corazón es el Auxilio para todo y para todos.
Les doy Mi Bendición Misericordiosa, Bendición que nace de lo profundo de Mi Corazón de Padre, de
Hermano, de Amigo, de Dios, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
324
Soy la Estrella Luminosa, de los Últimos Tiempos, que con la Luz que el Espíritu Santo ha depositado en
Mi Corazón, guio y conduzco a todos Mis Hijos para que se encuentren con Jesús, para que lo adoren y
para que se postren ante Él.
Como la Evangelizadora de éstos Tiempos ¡estoy exhortando! que todos los hombres miren a Jesucristo,
lo escuchen, se conviertan y cambien de vida, porque la salvación de las almas urge.
Hijos Míos ¿es que no comprenden lo duro que será para ustedes encontrarse con la Divina Justicia? ¿Es
que no comprenden que los sufrimientos y las purificaciones después de esta vida son infinitos? no son
limitados como ahora en la tierra. Es por eso necesario sufrir y expiar aquí en la tierra, padecer aquí en la
tierra, limpiarse de sus pecados aquí en la tierra, para cuando Mi Hijo los convoque a su Presencia estén
limpios de corazón, de alma, de mente.
Hijos Míos, como los Sabios que vinieron adorar a Jesús y le ofrecieron los dones del oro, incienso y
mirra, Yo quiero que todos también vengan a los pies de Jesús y le ofrezcan el mejor regalo, el corazón
arrepentido y un cambio radical y profundo de conducta, de vida.
Hijos Míos, los invito a la conversión, les doy Mi Bendición Maternal y con Mi Presencia en éste Mi
Apostolado y con Mis Llamados de Amor y de Conversión, vengo a reunir de forma definitiva, a todo Mi
Resto Fiel, que Mi Bendición Maternal, ilumine sus corazones y puedan reconocer y adorar a Mi Hijo
Jesús, como su Dios y Redentor, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 10 Enero
2018
Hijos de Mi Amantísimo Corazón, cuando peregriné en la tierra, todo el tiempo que viví sobre ella, traté y
me esforcé de considerar la virtud del silencio. En Mi infancia, en Mi juventud y en Mi adultez pasaba
cultivando horas de silencio.
En Mi niñez, en Mi casa paterna, me retiraba al exterior, a un lugar solitario donde estuviera solamente
con Dios y ahí me ponía en silencio a pensar en Él.
En Mi juventud, a pesar de los trabajos y quehaceres normales de la vida, dedicaba mucho tiempo al
silencio y a la oración.
Cuando fui un hombre y trabajaba para sostener a Jesús y a María, dividía Mi jornada en el trabajo, en la
oración y en el silencio.
Queridos hijos, el silencio es bueno, el silencio sana el alma y la mente, el silencio purifica el interior, los
sentimientos y los pensamientos, el silencio permite ver a Dios. Se puede estar enfrentando muchas
tribulaciones y sufrimientos pero cuando se tiene el alma en silencio, Dios da paciencia, regala paz y, a
pesar de todo, seguridad.
Cuando ustedes practican el silencio en los momentos más adversos de la vida humana encontrarán
mucha paz y tendrán más claridad sobre lo que Dios quiere. Cuando están en silencio saben discernir el
Divino Querer del Padre.
Es por eso Apóstoles de los Últimos Tiempos que los invito a orar en el silencio, a practicar el silencio.
Todos los Apóstoles de Jesús y de María deben amar el silencio, porque en el silencio se escucha al
Padre, a la Madre y al Espíritu.
Como San José, el Padre Silencioso de Jesús, intercedo por todos ustedes y les doy la Bendición, en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, ha sido Mi Corazón que con Infinita Misericordia los ha escogido y con
ternura los ha llamado, porque Mi Corazón Sacratísimo está reuniendo a todas las Almas Apostólicas de
los Últimos Tiempos. Es decir, a todos los que escuchan Mi Palabra con el corazón los estoy reuniendo,
para que ese pequeño grupito de almas mantengan la fe encendida en la tierra, y para que restauren, con
la Fuerza de Mi Espíritu, Mi Iglesia. Yo estoy llamando, estoy rogando, estoy pidiendo que las almas
regresen a Mí.
La humanidad está envuelta en oscuridad, y esa oscuridad ya no permite ver, ni diferenciar lo bueno de
lo malo, y sólo con la Luz de Mi Palabra y de Mis Llamados de Amor y de Conversión las almas no se van
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a extraviar ni a perder. Esta Luz de Mis Últimos Llamados, dados en este Santuario Espiritual, son para
todo el mundo, pero un Resto Fiel es el que va a responder. ¿Por qué hijos Míos? Porque no todos los
hombres quieren vivir en santidad, porque muchos hombres y mujeres están tan deleitados del pecado
que ya no quieren nada con Dios. También muchos dentro de Mi Casa, ignoran, persiguen a Mis profetas,
porque saben que escuchar al profeta es un llamado a cambiar de vida y no quieren cambiar.
He venido con Misericordia a abrir las puertas de Mi Corazón, con esta Obra. No todos quieren penetrar
en Mi Corazón, pero los que me escuchan y deciden seguirme, van a experimentar paz, perdón y un
nuevo cambio de corazón, una nueva vida. Quiero que conozcan Mi Corazón, Mi Corazón los Ama
Infinitamente, Mi Corazón Ama hasta el Infinito, es un Amor que nunca cambiará. Deseo que oren y pidan
al Espíritu Santo, para que puedan conocer Mi Amor, para que puedan encontrarse con Mi Amor, y para
que Mi Amor los motive a cambiar, a ser santos y a ser hijos de la Luz.
Los bendigo con Amor y Misericordia, con Mi Corazón Compasivo y Sediento de almas; Yo Soy Jesús
Sediento, sediento de almas: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, los contemplo con ternura de Madre y al verlos a cada uno, de manera única y especial,
se entristece Mi Corazón, porque no han abierto sus corazones y no me han dado el permiso para que Yo
les dé a conocer el Amor de Jesús.
He venido a insistir ¡cambien! Mi Hijo Jesús me envía por ustedes y lo que les trasmito es lo que Dios me
ha pedido trasmitirles.
Jesús los ama, pero sus corazones no aman a Jesús como Él lo quiere.
La oración no ha sido la base fundamental de sus vidas y como no han orado con el corazón, no han
visto frutos, porque cuando oran a veces solamente se buscan a ustedes y no a Dios. Y la oración es un
despojarse totalmente para adherirse al Corazón de Dios. Pequeños,
Mi preocupación es infinita ¿Es que no basta Mi Invitación y Mi Palabra? No cumplan lo que dice la
Escritura, tienen ojos más no ven, oídos más no oyen.
No, hijos Míos, no permitan que la sordera y la ceguera, unidas a la necedad humana, los aleje del
Camino de Dios. Yo vengo a indicarles el Camino, yo vengo a llamarlos a que regresen al Camino del
Evangelio, de las buenas obras, del amor.
Hijos Míos, como Madre, Intercesora y Corredentora, seguiré insistiendo, seguiré dando Mi Palabra, para
que los hijos que quieran oírme, me oigan.
Pequeños, Nuestros Sagrados Corazones les bendicen con Amor pero también con Dolor, les doy Mi
Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Casto y Amante Corazón, deseo que comprendan Mi Paternidad Espiritual sobre ustedes.
Este Gran Apostolado está figurado en el Libro de Génesis, capítulo 3, versículo 15, en ese pasaje de la
Escritura, se anuncia a la Mujer, se anuncia a su Hijo, se anuncia a su Linaje, María, Jesucristo y todos
nosotros. El primero en vivir, en conocer, el Misterio de este Apostolado fui Yo San José, porque fui y soy
el Primer Apóstol de los Dos Corazones. Fui el primero en consagrarme al Doloroso e Inmaculado
Corazón de Mamá María, consagrándome a Ella como Esposo Virginal y, por medio de Ella, me consagré
al Sagrado Corazón de Jesús. Soy por la Divina Voluntad el iniciador de este Apostolado, de allí, que
todos los que reconocen a María como Madre y a Jesús como Señor siguen el camino de consagración
que Yo inicié. Por tanto, me vuelvo Protector, pero al ser Padre Adoptivo de Jesús, Me vuelvo Padre
Adoptivo de todos sus discípulos y apóstoles, no sólo Padre Adoptivo de la Cabeza, Jesucristo, sino de su
Cuerpo, los fieles, la Iglesia.
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Todos los Apóstoles de los Sagrados Corazones de estos Últimos Tiempos son también Mis hijos, a
quienes Yo protejo, cuido y guardo de los Herodes, del Dragón, de la Bestia de estos Últimos Tiempos.
Por eso, hijos Míos, por este Misterio tan hermoso, el Cielo me envía, y envía Mi Casto y Amante
Corazón, que esta tan incendiado y enamorado de Amor por Jesús y María, a mostrarme como Padre de
los apóstoles de estos tiempos.
Contemplen Mi Corazón, amen Mi Corazón y también conságrense a Mi Corazón, para que Yo pueda
conducirlos, para que Yo pueda llevarlos en Mis brazos de Padre, hasta el Corazón de la Señora, para
que como niños, tomados de Mis manos y tomados de las manos de Nuestra Señora, se postren ante los
pies de Jesús, porque todo el honor, el poder y la gloria deben ser dados a su Nombre.
Yo soy San José y Mi Casto y Amante Corazón es la devoción de éstos Últimos Tiempos; por eso, les
pido, que cada miércoles todos los Apóstoles de los Sagrados Corazones mediten en mis Siete Dolores y
Gozos con los Llamados de Amor y de Conversión que les he trasmitido por orden de Dios. Hijos Míos los
amo, los amo, y reflejo para ustedes el inmenso Amor Paterno de Dios. Y Mi Corazón, pequeño carmelita,
está sobre tu pecho cuidando la Alianza de sus Dos Corazones con el tuyo, como un signo y un llamado
de que nuestros Tres Corazones quieren y desean acercarse a los hombres, a la familia. La Iglesia
necesita de familias santas, para que se salve el mundo.
Los bendigo y los guardo como un Padre Protector, y también enamorado de sus hijos: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¡Ven y Sígueme! Alma, Mi Sagrado Corazón está enamorado, deseoso y anhelante de tu amor. Yo te he
mirado con Misericordia, te he perdonado, he curado la lepra de tu corazón, pero a veces te comportas
como aquellos paralíticos que dudaban de su sanación, o como aquellos leprosos que sólo uno se acordó
de agradecer.
He venido a tocar tu corazón y te he llamado, te he llamado para que me conozcas y para que te
encuentres con Mi Amor Infinito.
Alma ¿que te ha detenido? tu sabes bien que te ha detenido y porque te cuesta responder a Mi Amor.
Apóstoles de Mi Corazón ¡vengan y síganme! no tengas miedo de tu Dios.
El no viene a juzgar, El viene a perdonar, porque he venido a llamar a los que más necesitan de Mi
Misericordia.
¡Ven y Sígueme! y sabes que seguirme también implica renunciar, principalmente al pecado.
Las almas que no renuncian a su razón, que no se doblegan por su orgullo, que no escuchan por su
soberbia, esas almas no pueden seguirme porque eso pesa sobre ellas y les impide caminar, pero las
almas despojadas, confiadas, las almas que son capaces de ser humildes, ellas si pueden seguirme
porque nada pesa sobre sus hombros y pueden dar bien el paso y caminar libremente.
Apóstol de Mi Corazón, nuevamente te digo, ¡Ven y Sígueme! porque aunque tú no quieras amarme, yo
si quiero y necesito amarte, porque Mi naturaleza también es el Amor. Yo necesito dar Amor y cuando tú
me hayas seguido, vas a dar amor.
Porque el Evangelio se resume ¡amar a Dios y amar a tu prójimo! porque en el prójimo, está la imagen de
Dios. Y el mejor Evangelio que en estos Últimos Tiempos se puede seguir, no es el de la palabra, sino el
de la obra, el de la práctica. Y los otros verán tu luz, la Luz que Yo te he dado y también ellos, si quieren,
podrán seguirme.
Pero a ti alma ¡ven y sígueme!, derramo Mi Bendición Misericordiosa sobre toda la humanidad, desde
este Mi Santuario Espiritual de los Últimos Tiempos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Queridos hijos, la Santísima Trinidad me ha concedido el título del Corazón Doloroso e Inmaculado de
María o María Corredentora. Este Título es una Gracia muy grande para el mundo entero porque me lo ha
dado Dios y, con Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, el Espíritu Santo realiza el epílogo final de todas Mis
Mariofanías alrededor del mundo, a la vez que vengo a dar, como buena Madre, un repaso de Mis
auténticos Llamados a la humanidad.
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Mi Corazón Doloroso e Inmaculado será la Llave que abrirá el Reino de Dios para que se implante en la
tierra su Reinado Eucarístico. Mi Doloroso e Inmaculado Corazón reúne en sí mismo todos los títulos que
el Cielo y que Mis hijos en la tierra me han otorgado, porque por medio de esta advocación vengo a
anunciar la llegada de Mi Hijo como la Mujer vestida del Sol.
Pequeños, deseo que escuchen y que abran sus corazones al Amor de Mi Hijo Jesús. ¡Escuchen Mis
Llamados, Mis Consejos y Mis pedidos! por medio de este pequeño profeta que Dios Padre me dio el
permiso de escoger para que fuera el anunciador del Triunfo de los Dos Corazones. No desvíen su
atención, no se confundan, Satanás quiere confundirlos pero si escuchan con atención Mis Llamados de
Amor y de Conversión no se van a extraviar, porque Yo estoy con Mis Hijos, Yo cuido y protejo a los que
se consagran a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Les doy Mi Bendición Maternal desde este Mi
Santuario Espiritual de los últimos tiempos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, deseo hablarles de Corazón a corazón e invitarlos a la confianza, porque
el corazón que confía en Dios es un corazón de niño, y en el Reino de los Cielos los que se hagan como
niños son los que entrarán, es decir los que han confiado en Dios, los que han visto en Dios un Padre, un
Amigo, un Consejero, una Roca Firme y Sabiduría Eterna. Las almas que han levantado sus ojos al Cielo,
con mirada confiada en Dios, son las almas que agradan y consuelan al Corazón de Jesús. Los
corazones humildes, capaces de hacerse pequeños, capaces de no creer en sus fuerzas sino en las de
Dios, son los corazones que pueden confiar. La confianza es un acto de fe. La confianza es un acto de
abandono en Dios. Confiar es dejar que Dios tome el camino, la voluntad, la libertad. Confiar es creer que
Dios todo lo sabe, todo lo puede y todo lo ve. El corazón que confía desde que empieza a orar sabe que
su oración ya es escuchada. El corazón que confía no pone exigencias a Dios, sino que espera en Él y en
el momento en que Él actuará, porque Él es Sabiduría Infinita y Él sabe como intervenir en la vida de sus
hijos. Mi Corazón confío. Yo confié en su Palabra. Yo confié en su Mensaje. Y por mi confianza obtuve
sabiduría, entendimiento, pude creer, pude servir, pude entregarme al Padre en mi total abandono a
Jesús y a María.
Como San José, el Padre de la Confianza, los invito: Oren, y, cuando oren, confíen en que Dios ya está
obrando. Les doy Mi Bendición Patriarcal: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos Míos, deseo con todo Mi Corazón que comprendan: Yo no vine a salvarlos a secas, no vine a dar
unas palabras sin sentido, compré sus almas arrebatándoselas a Satanás, pagando una deuda con Mi
Padre. Los rescaté con Mi Vida, los rescaté con Mi Sangre, los salvé entregando Mi Cuerpo a duros
clavos y a un camino sangriento hacia el Calvario.
¿Es tan difícil para el ser humano entenderlo? porque el hombre desde que pecó se apartó del Amor a
Dios ¿Es tan difícil, entonces, que comprendan el Inmenso Dolor con que Yo les he rescatado? Sus
corazones se han vuelto tan duros que ya no creen en el Amor de Dios, y como ya no creen en el Amor
de Dios, ya no quieren cambiar, vivir diferentes, dar testimonio.
Apóstoles de Mi Amor ¿no pueden acaso velar una hora conmigo? ¿es muy difícil estar una hora
conmigo? ¡Almas! ¿es tan complicado dedicarse a Mí por completo? y si no lo es ¿porqué entonces
siempre me dicen “no”?
Porqué sus mentes están endurecidas que ya no son capaces de pensar en Dios.
Hijos, Yo deseo salvarlos, Yo deseo que Mi Sacrificio de Cruz no haya sido en vano para ustedes.
Les estoy dando los Tesoros de Mi Sagrado Corazón, pero en cuanto los toman, los tiran a la calle para
que sean pisados y robados.
No, hijos, guarden en su corazón cada perla entregada a ustedes, perlas de Mi Corazón que es el cofre
de la Misericordia de Dios.
¡Hijos, velen una hora Conmigo! quiere decir, denme su tiempo, ofrézcanme su corazón, concédanme un
espacio en sus vidas.
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Hijos, pidan al Espíritu Santo que puedan conocer el Amor de Su Jesús. No rechacen Mi Amor, no
rechacen el Amor que los va a salvar.
Les doy Mi Misericordiosa Bendición. Mi Corazón está agonizando por falta de amor, por el amor de
ustedes los hombres que me hace falta. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado desea, con tanta urgencia, la conversión de corazón. Sus
corazones están muy humanizados, no pueden ver más allá. Todavía no han aprendido a perdonar ni a
pedir perdón, no han aprendido a servir ni a ser humildes. La soberbia de la vida tiene atado los
corazones, no los deja ensancharse y abrirse al Amor de Mi Hijo, porque el egoísmo es el que domina a
esta generación. Los corazones escuchan Mis Llamados pero la voluntad no está dispuesta a vivir lo que
les pido.
Yo deseo, hijos, que vivan en santidad, y la santidad no sólo en la vida de oración, la santidad también se
practica desde la lengua hasta el corazón. Hijos ¡iluminen sus vidas! Mi Luz, en Mis Llamados de Amor y
de Conversión, les está siendo otorgada ¡Tomen esa Luz! iluminen la oscuridad de su interior, de la mente
y del corazón, para que el Evangelio de Mi Hijo, que es lo que Yo vengo a transmitir, sea el centro de sus
vidas y den testimonio del Amor de Dios.
Pequeños ¡decídanse por el amor! ¡decídanse a amar! decídanse a buscar la Gloria de Dios y a consolar
a Jesús que ya está muy herido por todos vuestros pecados. Pidan perdón de corazón y serán
escuchados, y arrepentidos acudan a la confesión. Reconcíliense con Dios y también con el hermano,
porque también en su prójimo está la imagen de Mi Hijo Jesús. Los invito ¡abran su corazón a Mis
Llamados! Les doy Mi Maternal Bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Castísimo Corazón comprendió por Gracia y Misericordia del Padre la misión que me había
encomendado de cuidar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que son los Dos Tesoros de
Dios y que son las Dos Anclas de salvación de la Iglesia y de todo el mundo. Pero esta misión de cuidar a
los Sagrados Corazones es una misión extensiva, quiero decir: todos Mis hijos están llamados a cuidar a
Jesús y a María. Cuidándolos en sus corazones, cuidándolos en sus vidas, cuidándolos en sus
expresiones exteriores. A Jesús y a María no solamente se les debe servir sino también cuidar y valorar,
porque son las Dos Perlas que iluminan el Trono del Padre. Ustedes pueden cuidar a Jesús y a María
viviendo los Llamados de Amor y de Conversión, practicando con mucha delicadeza y especial atención
los pedidos de Nuestros Sagrados Corazones, también confiando en sus Dos Corazones, sabiendo que
Dios todo lo da por medio de sus Dos Corazones. También cuidar a Jesús y a María significa cuidar a tu
prójimo, valorar a tu hermano, contemplar la imagen de Dios en los demás, porque todo hombre es
imagen y semejanza de Dios.
Quien cuida a Jesús y a María no pecará, quien cuida a Jesús y a María no se confundirá, quien cuida a
Jesús y a María nunca será extraviado, porque los Dos Corazones, como lo son en Mí, serán el centro, la
guía, el horizonte, la meta a seguir.
Como el Amante Padre San José que cuidó de Jesús y a María, y ahora todos los Apóstoles de sus
Sagrados Corazones, les doy Mi Bendición Patriarcal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Cuando Mi Madre dijo “Sí” al Plan Redentor de Mi Padre Eterno, el Espíritu Santo la tomó. A través de la
rendición de la Voluntad de Mi Madre a la Voluntad del Padre, el Espíritu Santo produjo el gran Milagro de
la Encarnación, es así cuando Yo fui concebido en el Seno de Mi Mamá por medio de la Gracia Divina.
Cuando Mi Mamá dijo “Sí”, la Trinidad Santísima actuó en la Vida y en el Ser de Mi Mamá Celestial.
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impulsos, sus sentimientos, sus imperfecciones los detienen, cuando están propensos a la ira, a la
impaciencia, al desanimo, a la desconfianza, pero se niegan a eso ante la Voluntad del Padre ¡Dios hace
Maravillas!
Es necesario que oren para que viendo el ejemplo de Mi Mamá al decir “Sí” a Dios y al decir “No” a Ella
misma, se produjo la Gracia de la Encarnación y desde la Encarnación, la Redención de todos los
hombres.
Cuando ustedes se dicen “no” y dicen “sí” a lo que Nuestros Sagrados Corazones esperan de ustedes, Mi
Insondable Misericordia puede hacer grandes Obras.
Yo deseo con todo Mi Corazón que sean santos para que cada día sean nuevos pasos hacia la santidad y
no hacia la perdición. Pero todo inicia con el “sí”, con el “hágase”, con la rendición de vuestras voluntades
a la Mía.
Mi Voluntad solamente es Amor, solamente es Misericordia y solamente desea producir frutos de paz, de
amor y de santidad en sus vidas.
Yo soy Hijo del “Fiat” de Mi Mamá Celestial. Oren, queridos hijos, para que ese “Fiat” de Mi Mamá se
multiplique en ustedes, de fruto en ustedes, sea visible en ustedes.
Recuerden poner mucha atención a Mi Evangelio y a Mis Llamados de Amor y de Conversión, para que
puedan profundizar cada día más en los designios de Misericordia.
Les doy Mi Bendición Compasiva, Piadosa, Anhelante del amor de ustedes, deseosa de ser amada por
ustedes, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, cada Primer Sábado es el día que se renuevan las Gracias de Mi Corazón Doloroso e Inmaculado,
cada Primer Sábado debe ser considerado como el día de María Corredentora, porque los Primeros
Sábados de cada mes el Padre del Cielo renueva su Misericordia para con toda la humanidad.
El Padre, al contemplar a los hijos reparar, pedir perdón y consolar a Nuestros Sagrados Corazones,
detiene la Justicia y la Corrección para otorgar Paz, Perdón, para renovar la Alianza que Mi Hijo Jesús
firmó con su Sangre en la Cruz.
Los Primeros Sábados de cada mes y la Santa Adoración Eucarística son como una misma Llave que
abre las Puertas de la Misericordia.
Cada Primer Sábado debe ser un renovar la Consagración que ustedes, Mis hijos, han hecho a Mi
Corazón.
Yo les pido a todos Mis Apóstoles en el mundo entero: sigan propagando las Fogatas de Amor que son
Mis Cenáculos de Oración, para que ilumine al mundo, para fulminar el reino de Satanás, para calentar
los corazones fríos y tibios.
Mis Cenáculos de Oración son Mis Brazos y Mi Corazón abiertos para acoger a toda la humanidad, para
que Yo pueda conducirlos hacia el Padre, hacia el Hijo, con el Espíritu Santo.
Pequeños, renueven en sus vidas, el ayuno, la oración, las visitas a Mi Hijo Jesús Sacramentado, todo
esto fortalece sus almas y mantiene esa llamita de la fe encendida en ustedes.
Que cada Cenáculo de Oración sea un motivo de alegría porque vienen a encontrarse y a escuchar a
Nuestros Sagrados Corazones. La Paz que es Jesús mismo, la Paz verdadera reine en sus corazones.
Les bendigo con Amor Materno, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hermanito, hoy, para continuar este itinerario espiritual de la peregrinación del alma, a través de
las Moradas de la Perfección, que no solamente han recorrido los Corazones de José y de María sino
que, unidos perfectamente al Sagrado Corazón de Jesús, forman parte de estos Aposentos de Santidad.
El alma iluminada por una Gracia Especialísima de Dios siente sed, hambre y necesidad de adentrarse en
los Aposentos de sus Sagrados Corazones. Antes de ingresar reconoce sus pecados, pero no se encierra
tanto en el error y el pecado sino lo que duele más al alma es haber dicho “no” al Amor Eterno, que es
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Dios. Ese “no” que es una rebelión al Padre. Ese “no” que mata al alma. El pecador reconoce su rechazo
a Dios. Pide perdón por esa negación al Amor Divino, que ha propuesto Mandamientos no para
entristecer al hombre sino para que sea plenamente feliz.
El primer Acto de Dios con esta alma, que anhela caminar y progresar gradualmente en los Aposentos de
la Santidad, los Sagrados Corazones, es una iluminación, por medio del Espíritu Santo, que mueve al
alma a la humillación y al perdón. El primer paso de este recorrido espiritual es la iluminación del alma por
el Espíritu Santo, que le muestra la verdad plena de su vida y del Amor inmenso de Dios hacia ella. El
alma no se resiste, pide perdón y al ser perdonado sigue avanzando. Es la Luz del Espíritu Santo como el
Primer Aposento.
Unidos en la Luz de su Corazón, te bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Mi Castísimo Corazón siempre tuvo necesidad de Dios. Desde que era niño anhelaba dedicar mi vida al
servicio del Señor. Oraba, para que un día pudiera Yo servir al Mesías prometido. Sin embargo, no sabía
que el Mesías sería mi Hijo. Y al recordar esto, Mi Corazón tiembla de tanto amor y admiración. Cuando
sus corazones están abiertos, pero también cuando los tienen vacíos de tanta mundanidad, de tanto ruido
del dios ego, cuando se han despojado de todo para llenarse de Dios, y lo ponen todo en las Manos del
Señor, el Padre sorprende, el Padre nunca se deja ganar en generosidad.
El Padre me tomó, me llamó, pero lo pude escuchar porque estaba en silencio, porque estaba en
incesante oración, porque acompañaba mi oración con el ayuno. ¡El Padre quiere sorprenderlos! El Padre
quiere atraerlos hacia Él. Pero es muy necesario la oración, la oración incesante, la oración a cada
momento, y el silencio, un silencio de escucha, un silencio de contemplación, un silencio del alma que
espera escuchar y aprender.
Recuerden que Dios llama para dos cosas fundamentales: amar, amar mucho, y servir, servir sin parar. El
amor y el servicio es la espiritualidad del Hogar de Nazaret. Amor y servicio que se convierte en oración,
en alabanza, en acción de gracias, en una continua admiración y contemplación del Amor y la
Misericordia del Padre.
Yo, San José, iluminado por el Espíritu Santo, amé y serví a Dios, a Jesús, y a María, y a todos los
hombres. Soy el Padre del Servicio, del Silencio oculto, de la Contemplación, y los bendigo con Amor de
Padre, de Protector: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, vean la Llaga de Mi Costado, la lanza no sólo abrió Mi Costado, abrió Mi Corazón; de Mi Corazón
brotó, para ustedes, Agua y Sangre, es decir, Vida Eterna y Espíritu Santo.
Hijos, no lo comprenden, porque cuando no se ama demasiado no van a comprender un Amor Eterno.
Muchos sólo piensan que fui Crucificado, sin más, se olvidan del Dolor, se olvidan de la Cruz, se olvidan
de las Tres Horas de Agonía que tuve que soportar. Aún no comprenden que todo el pecado del mundo,
de los hombres del pasado, del presente y del futuro, recayó sobre Mí y Yo siendo Dios, Cordero Sin
Mancha, Me hice pecado, Me hice pecado para cancelar sus deudas con Mi Padre Eterno; y, aún así, no
lo comprenden, porque el amor de ustedes es un amor tan pequeño, tan limitado por unos horizontes que
se llaman egoísmos.
Hijos, quien no sabe amar nunca podrá comprender Mi Sacrificio en la Cruz. Mi Cruz para el mundo es
necedad, pero para las almas que saben amar es el Mayor Signo del Amor, del Servicio, de la Entrega
Total. ¡Mi Cruz es el Signo por Excelencia del Amor! Pero les digo, queridos hijos: quien no ama, quien no
se atreva a amar como Yo he amado, no podrá entender Mi Cruz, y para poder entenderme deben amar.
Queridos Apóstoles de Mi Corazón, los invito a que reflexionen: quien no ama no encontrará la Sabiduría
de la Cruz. ¡Atrévanse a amar! ¡Atrévanse a perdonar y a pedir perdón! ¡Atrévanse a vivir en Paz! ¡Quién
me obedece no se equivoca!
Yo les Amo y Mi Corazón agoniza de dolor, porque no comprenden cuanto les Amo. Con la oración, con
el ayuno, con la Santa Misa, con la lectura diaria de Mi Evangelio y de Mis Llamados de Amor y
Conversión, podrán entender, podrán comprender; si obedecen podrán vivir en la Verdad.
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Les doy Mi Bendición Misericordiosa, con Amor Infinito: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amen
Mis queridos hijos, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es el Corazón que fue formado por Dios, sin
pecado, Inmaculado, sin mancha, para reparar la desobediencia, el pecado y la falta de amor y de
confianza a Dios de los Primeros Padres.
Pero Mi Corazón también es Doloroso porque es verdad que vine sin pecado al mundo, pero vine a
corregir, con la ayuda de la Gracia, el pecado de la humanidad.
Yo soy Creatura Humana, pero de Mi Humanidad, el Padre forma a su Hijo Jesús para reparar y elevar la
dignidad que perdió el hombre cuando pecó y la dignidad que aún sigue perdiendo el hombre cuando
peca.
También Mi Corazón sufrió las consecuencias del pecado de la humanidad; sufrí unida a Jesús, sufrí el
Dolor de Jesús y Mi Corazón al pie de la Cruz se hizo Corredentor, porque también con Mi Dolor entregué
al Padre el Dolor de Su Hijo, en un solo y único Dolor, Dolor soportado para reparar los crímenes de todos
los hombres. Por eso, Dios Padre ha querido darme el Título de Doloroso e Inmaculado Corazón de
María.
Y como el Último Dogma que será proclamado por la Iglesia de Mi Hijo, María Corredentora, unida a
esta Obra de la Proclamación de este Quinto y Último Dogma, vengo como ¡última vez! a preparar a Mis
Hijos como Corredentora.
¡Me duele tanto la dureza de sus corazones! aún muchos hijos Míos dudan de Mis Palabras. Les digo,
hijos: el Cielo jamás se equivoca.
Muchos de Mis hijos andan sin sentido, buscando la verdad detrás de muchos falsos profetas,
involucrándose en muchas cosas que al final no dejan sabiduría en su corazón.
Escuchen Mis Llamados, tómenlos con seriedad y sean todos corresponsables de esta Mi Gran Misión.
Si escuchan Mis Llamados de Amor y de Conversión, si centran su atención en Nuestros Sagrados
Corazones Unidos, podrán ver la verdad, podrán ser capaces de vivir en obediencia.
Hijitos Míos, escúchenme y no se perderán. Es necesario que tomen con mucha importancia Nuestras
Palabras.
Con Amor de Madre los exhorto, con Amor de Madre los bendigo, y como Madre quiero la salvación de
todos. ¡Hijitos, aprendan a vivir en la paz¡ Quien vive, medita y lee el Evangelio de Mi Hijo con los
Llamados de Amor y de Conversión, tendrá paz y no será confundido.
Lean Filipenses, capítulo cuatro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón Paternal, están viviendo un Tiempo de Gracia, donde se les otorga la
oportunidad del arrepentimiento, del cambio de vida, de la humillación.
Queridos hijos, los hombres están tan impregnados del orgullo, de la autosuficiencia, de la egolatría, que
tienen miedo a la humillación y quien no se humilla no será enaltecido nunca, porque sólo el que es capaz
de vencer su voluntad humana y se humilla, puede ser exaltado junto al Señor. Esta generación tiene
miedo a la humillación ¡En éso se parece a Satanás! Satanás teme ser humillado. Satanás huye de la
humildad. Hijos, abran sus corazones a la humildad, Satanás es el primer soberbio y orgulloso, no sean
hijos de la soberbia ni del orgullo, porque sino Satanás es su padre. Mientras el que ama la humildad, el
que se vence a sí mismo, el que sabe perdonar y pedir perdón, el que sabe cubrir su cabeza con ceniza y
humillarse ante el Padre, y ante sus hermanos, por haber pecado, ése es hijo de la Misericordia, es hijo
del Dios del Amor.
Abran sus corazones, para que puedan tener el Don de la Humildad, para que escuchen con humildad,
para que aprendan con humildad, para que observen sin alterar la Verdad en sus pensamientos, para que
sus palabras no estén movidas por el orgullo y el enojo sino que de sus labios brote la humildad. ¡Hablen
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con humildad! ¡Aprendan a expresarse con humildad! María es la primera humilde, pues sabe en su
humildad glorificarse en Dios, y no buscar nada para Ella misma sino que todo lo retribuye al Señor. El
humilde todo lo devuelve al Señor. El humilde cuando ora se llena de recogimiento interior, se encierra en
el cuarto de su corazón y ora en lo secreto a su Padre. El humilde sirve con sencillez a sus hermanos.
Aquel que es capaz de obedecer a Nuestros Sagrados Corazones es capaz de ser humilde, porque, en
Nazaret, María, Jesús y Yo, José, practicamos la humildad, la vida sencilla y la pobreza de espíritu, que
consiste en abandonarse en Dios, a su Misericordia y a su Providencia.
Mi Corazón Castísimo, Padre de la Humildad y de la Vida Sencilla, les da la Bendición: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Dolorosa Pasión comenzó en el Cenáculo cuando me reuní con los Doce para celebrar la Pascua.
Mi Dolorosa Pasión es totalmente Eucarística porque comenzó con la Fracción del Pan.
Sacramentalmente sacrifiqué Mi Cuerpo. “Tomen y coman de Mi Cuerpo”, les dije. Y luego tomé el Cáliz y
les dije: “tomen y beban de Mi Sangre”, entregué sacramentalmente Mi Sangre.
Mi Cuerpo, en la Mesa Eucarística, empezó a ser sacrificado por Amor a todos ustedes.
Terminada esa Cena me fui a despedir de Mi Mamá, alenté a Mi Madre a que siguiera creyendo que al
tercer día resucitaría.
Mi Corazón estaba destrozado. Mi Corazón, aún ahora, está destrozado. El egoísmo y la soberbia son los
reyes de la vida del hombre.
Yo vine para dar Vida y Luz, pero el hombre quiere estar sumergido en la muerte y en las tinieblas. La
cerrazón de sus corazones ¡me hace sufrir tanto! Hijos Míos, son tan egoístas, son tan duros y fríos de
corazón, que se han vuelto incapaces para comprender la Voz de Dios.
Mi Corazón aún se entrega en cada Eucaristía actualizando Mi Sacrificio.
Muchos se olvidan que en la Eucaristía le estoy diciendo a Mi Padre: "perdónalos porque no saben lo que
hacen".
El Corazón que de verdad quiere amarme se convertirá en un corazón sencillo, un corazón que sepa
escuchar, pero sobre todo, un corazón que con amor pueda obedecer.
Mi Precioso Cuerpo, que comenzó a entregarse en la Cena Pascual, desea nutrirlos. No rechacen más Mi
Voz, contemplen y piensen continuamente que Mi Pasión también es Eucarística.
Los bendigo con Amor, los perdono con Misericordia, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Queridos hijos, Mi Corazón siempre estuvo unido al Sacrificio de Mi Hijo en la Cena cuando instituyó el
Don de la Eucaristía.
Estuve unida contemplando a Mi Hijo, meditando sus Palabras con Mi Corazón. Me encontraba en otro
lugar de la Casa en Jerusalén, pero eso no impidió que Mi Hijo y Yo estuviéramos unidos cuando Él
sacrificaba sacramentalmente Su Cuerpo y Su Sangre. La Pasión de Mi Hijo es completamente
Eucarística, la Eucaristía actualiza y renueva el Sacrificio de Mi Hijo Jesús.
Mi Corazón es Traspasado al ver la indiferencia hacia la Santa Misa. Mi Corazón es Traspasado al ver
que el mundo ha olvidado el valor infinito de la Santa Misa y de la Adoración a Jesús Eucaristía.
Mi Corazón es Traspasado cuando se olvidan de lo que Mi Hijo tuvo que sufrir por todos ustedes.
Mi Corazón es Traspasado cuando no toman con seriedad Mis Llamados de Amor y de Conversión.
Oren, oren mucho por los sacerdotes, oren mucho por la Iglesia de Mi Hijo Jesús, oren mucho para que
comprendan el valor sacrificial qué hay en la Eucaristía.
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Los exhorto, trabajen responsablemente por Mis Intenciones, que Yo, maternalmente, me encargaré
de sus cosas.
No desechen las Gracias entregadas para ustedes, guárdenlas con oración, con sacrificio, penitencias,
ayunos y confesión frecuente.
Soy la Madre del Corazón Doloroso, los bendigo con Amor Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Queridas almas rescatadas a precio de Sangre por el Buen Jesús, hoy, en obediencia a la Divina
Voluntad, deseo profundizar más sobre el Primer Aposento. El Primer Estado del Alma, en su proceso de
santidad, este Primer Estado o Primer Paso es el Espíritu Santo mismo, que ilumina el alma, para que el
alma no pierda la conciencia de pecado, y, así, con la ayuda de la Gracia, pueda ver todos sus pecados,
pueda arrepentirse, confesarlos en el Sacramento de la Penitencia, y cambiar de vida.
En este Primer Aposento de los Sagrados Corazones el alma es ayudada por el Espíritu de Dios; se
encuentra con el Espíritu Santo; es iluminada en su caminar; reconoce lo que ha hecho mal; reconoce el
bien que no ha hecho; reconoce el bien que debe hacer; reconoce lo malo de sus acciones, que puede
reparar, porque no es sólo pedir perdón, es también reparar el daño hecho. Por ejemplo, almas, si alguien
destruye una casa y le pide perdón al dueño de la casa, no ha hecho nada; en cambio, si pide perdón al
dueño de la casa, pero además la construye nuevamente, para reparar el daño que hizo, ya hizo todo.
Queridos hijos del Corazón de Jesús, no es sólo pedir perdón, es también reparar el mal que han hecho.
Y, en este Primer Estado, el alma ayudada por el Espíritu Santo lo consigue. Al entrar en este Primer
Estado el alma se encuentra con el Espíritu Santo y el Espíritu Santo se vuelve su Consejero, su Director,
su Guía; e iluminado, por el Espíritu Santo, comienza un nuevo camino de gracia, de virtud.
Entonces el Primer Paso para la conversión es la iluminación de la conciencia, por medio del Espíritu de
Dios. Entonces supliquen al Divino Espíritu que ilumine sus mentes y sus corazones, para poder cambiar
y puedan seguir avanzando, por medio de estos Aposentos de Santidad que son los Corazones de Jesús
y de María.
Les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Casto y Amante Corazón, la oración debe ser vital para ustedes, así como el cuerpo
depende del oxigeno, para vivir, así la oración debe ser tan necesaria en sus vidas, para vivir, vivir en
Dios, vivir obrando en su Divina Voluntad, vivir anhelando su Voluntad. La oración es la fuerza del alma; la
oración baja en bendición y en fortaleza para ustedes; la oración debe ser el centro en el cual gire toda su
vida.
Queridos hijos, mucho se habla, mucho se conversa, poco se ora, poco se medita, poco se valora la virtud
del silencio, de la reflexión, de la meditación. Las almas silenciosas son almas que oran, y las almas que
oran y guardan silencio son almas muy fuertes, capaces de llegar hasta el final con la cruz. Las almas que
oran mucho y hablan poco son almas sabias, son almas prudentes, son almas de Dios.
Cuando Yo vivía en Nazaret anhelaba el silencio, porque con el silencio podía contemplar al Niño, podía
escucharlo, podía adorarlo, podía aprender, pero estando en silencio, en oración.
¡Confíen en el Señor! ¡Confíen en Dios! Nuestros Llamados de Amor y de Conversión son muy serios, son
reales y concretos, y, como una apelación urgente, deben ser obedecidos. Las Revelaciones de Nuestros
Sagrados Corazones en este Santuario Espiritual son únicas y no pueden ser comparadas a ninguna otra,
porque aquí el Cielo está explicitando el Evangelio desde el mismo Corazón de Jesús.
¡Pongan mucha atención y vivan con compromiso el Espíritu de este Gran Apostolado! Esta Obra del
Cielo debe ser considerada con seriedad, y obedeciendo con amor serán verdaderos Apóstoles de
Nuestros Sagrados Corazones; nunca separen la obediencia con el amor.
334
Como el Padre de los Apóstoles de los Corazones de Jesús y de María los bendigo: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Por intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, he venido a trasmitir este Llamado. Soy el
Arcángel San Miguel y a Mí está confiada la defensa de los hijos de Dios en esta Batalla Espiritual de los
Últimos Tiempos, luchando contra los ataques de Satanás que quiere impedir que se establezca el
Reinado Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesús.
Y desde este Santuario Espiritual para los apóstoles de los Últimos Tiempos, los Sagrados Corazones de
Jesús, María y José, quieren preparar al Ejercito del Cordero de Dios.
Es por eso de suma importancia que escuchen con el corazón cada Llamado de Amor y de Conversión,
no se distraigan de lo importante. Trabajen junto a Mí para que las intenciones de los Sagrados
Corazones de Jesús, José y Santa María sean una realidad, pero empezando por ustedes mismos con la
obediencia, con la oración, con el ayuno y los Sacramentos.
Hermanitos, enciendan con la oración sus corazones, no permitan que se duerman sino que estén
despiertos para que estén prontos a obedecer al Señor.
Estas revelaciones privadas son importantísimas para sus almas porque se les está revelando los
Tesoros del Corazón de Jesús.
No se dejen extraviar ni confundir, mediten los Llamados de Amor y de Conversión junto a la Palabra de
Dios. Lean el Primer Capítulo del Libro del Profeta Ezequiel.
¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios!. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ven y acompáñame, caminemos hacia el Huerto en Getsemaní, y juntos en un mismo Corazón, pidamos
Misericordia al Padre.
Alma, ven y acompáñame, clamemos a Mi Padre que tenga Piedad y Misericordia de los pecados de los
hombres.
Cada pecado es un movimiento. El pecado no se estanca, crece, crece mucho, y contamina, y mata por
donde pasa.
El mundo está contaminado y por el pecado está muerto en el espíritu. Porque los pecados se multiplican,
es una cadena continua, y el pecado mismo atrae la desgracia, porque la paga del pecado es la muerte,
el dolor y la desgracia.
Alma, ven y acompáñame, y oremos por Mi Iglesia, la división de Mi Cuerpo Místico me causa gran Dolor.
Oremos por los Sacerdotes, especialmente por aquellos que ya no quieren seguir el camino de la
Consagración y de la Cruz.
Alma, vela conmigo aunque sea una hora y oremos. Observa a tu alrededor: aborto, eutanasia, divorcios,
drogas, inmoralidad ¿Qué más puedes ver a tu alrededor?
Entonces, ven y acompáñame, que Mi Corazón se destroza de Dolor. Alma, me duele mucho que aún
oyéndome no entiendan, que aún viendo no crean y que aún conociéndome no me obedezcan.
Alma, ven, Yo pediré perdón por ti a Mi Padre. Ven, ven a Getsemaní. Oremos, oremos mucho, no dejes
que el frío del mundo endurezca tu corazón.
Mi Misericordia está sobre todos ¡pídanla! Vivan Mis Llamados con todo el corazón.
Pequeñas almas, los bendigo con Misericordia. Les Recuerdo: “no se dispersen, centren sus vidas en el
Evangelio y en los Llamados”. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Hijos, Mi Corazón de Madre los abriga a todos para que, con la Llama de Amor de Mi Corazón que es el
Fuego del Espíritu Santo, sientan el Calor de Vuestra Madre.
Vengo, queridos hijos, a enseñarles. Vengo, queridos hijos, a guiarlos. Vengo, queridos hijos, a reunir de
forma decisiva y urgente a todos los Apóstoles de los Últimos Tiempos.
Queridos hijos, pero para que puedan comprender las Palabras de Vuestra Madre deben orar mucho,
pero orar con paciencia y orar en paz.
Queridos hijos, es muy importante que sus corazones estén abiertos, es decir, dispuestos a recibir el
Amor de Mi Hijo Jesús.
Con Mis Llamados de Amor y de Conversión, desde este Mi Santuario Espiritual para Mis Apóstoles,
deseo dar a conocer el Amor Inmenso del Corazón de Jesús por ustedes.
Jesús quiere de ustedes un cambio de corazón, una vida de sacrificio sin miedo a las penitencias, al
ayuno, para que también puedan expiar sus pecados y los pecados del mundo entero.
Queridos hijos, este es mi Último Llamado a la humanidad, atiéndalo con amor, pidan perdón y serán
perdonados, y comiencen a caminar en la senda del amor, de la paz, de las virtudes cristianas.
Es importante que se esfuercen para que venga pronto el Reinado de los Sagrados Corazones, de Mi
Hijo unido al Mío.
Pequeños, oro por todos ustedes para que puedan comprender y aceptar el Inmenso Amor que Dios tiene
por sus hijos.
Les pido piensen más en el Amor de Dios, mediten en el Amor de Dios. Quiero que lean, el Primer
Capítulo de la Primera Carta de Juan.
Les doy Mi Bendición Maternal, con Mi Corazón de Madre, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amen.
Pequeño mensajero del Glorioso Reino de Nuestros Sagrados Corazones, Nuestros Dos Corazones con
el tuyo laten al unísono, porque están encarnados misteriosamente en el tuyo, y es así como te damos
más sabiduría, para que guíes al Resto Fiel. Se te han revelado siete partes de un mismo secreto, sólo se
te ha mostrado lo que acaecerá, algunos de esos secretos son condicionados por la respuesta que de la
humanidad a Dios.
Los falsos profetas con las falsas profecías los están distrayendo y alejando de la Verdad. Lean el
Evangelio, escuchen al Santo Padre, y mediten y vivan Mis Llamados de Amor y de Conversión. ¡No
estén buscando ni esperando más!
Es la hora de Dios para actuar; es la hora de Dios para el esfuerzo. Dios quiere que todos vivan los
Llamados de Amor y de Conversión y que en el mundo entero se formen Cenáculos de Oración, para
avivar, acrecentar y preservar la fe en estos tiempos.
Es necesario que vivan la Santa Misa y Mis Cenáculos de Oración, para que puedan formarse, nutrirse y
crecer, así vivirán en la Verdad, así entenderán al Corazón de Jesús, y así también serán felices en medio
de la tribulación. Hijos Míos, escúchenme, ya no pongan oídos sordos a la Voz de su Madre, ya no
endurezcan la mente y el corazón, y trabajen incansablemente por las intenciones de Nuestros Sagrados
Corazones Unidos por el Espíritu Santo.
Como Madre de los Apóstoles de los Últimos Tiempos les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
336
Llamado de Amor y de Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 28
Febrero 2018
Hijos, Mi Castísimo Corazón de Padre ora por ustedes. La cerrazón y la dureza de sus corazones ofenden
mucho a Dios, porque Él se está manifestando para salvar a la humanidad, en estos tiempos de
profundas crisis, humanas y espirituales, de fe y de moral. Pero sus corazones siguen obstinados;
escuchan, pero no obedecen; oran y no cambian, porque no escuchan ni oran con el corazón sino por
cumplimiento.
Dios Misericordioso quiere en este tiempo de gracias que cambien sus corazones. Dios quiere liberarlos
de la oscuridad, pero están en la necedad de vivir en las tinieblas y no recibir la luz.
Queridos hijos, cambien el corazón, ofrézcanle al Señor un corazón manso, dócil y humilde. ¡Déjense
sorprender por el Espíritu Santo! ¡Déjense moldear por las Manos de Dios! El Espíritu Santo quiere
transformar sus vidas, pero no lo hace sin el permiso y la disposición de ustedes. En Nazaret, el Espíritu
Santo me transformó, me moldeó, cambió Mi Corazón, para recibir la Buena Nueva de Dios. Y como fui
dócil y humilde, en mi voluntad, Él pudo hacer de Mí lo que Dios tenía ya previsto: ser el Protector de los
Corazones de Jesús y de María.
Queridos hijos que la rebelión no sea la guía de sus corazones. Cambien y oren, oren y cambien el
corazón, para que el Espíritu Santo, Espíritu de mansedumbre, de humildad y de obediencia, de confianza
y abandono total, pueda conducirlos al Corazón del Padre y puedan hacer la Divina Voluntad de Dios.
Pero es necesario docilidad y confianza. Los bendigo con amor de Padre: en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Santo Espíritu, Mi Madre Celestial, junto Conmigo, se han manifestado alrededor del mundo,
levantando zarzas ardientes del Amor Misericordioso de Dios para que todos los hombres regresen a
Casa, pero Nuestros Llamados y Nuestras Manifestaciones a la humanidad no han sido recibidas de buen
agrado. Hemos querido advertir que iban por el camino del mal y que todo terminaría en la destrucción,
pero no han escuchado, se han burlado de Mi Espíritu y la rebelión del hombre ha sido más grave.
Y Nuestros Sagrados Corazones se manifiestan en este Mi Santuario Espiritual para los Últimos
Tiempos, realizando una recopilación de todas las auténticas señales celestiales para dar al mundo una
nueva oportunidad de salvación, de conversión, de enseñanza, para que a la Luz de Mis Llamados de
Amor y de Conversión comprendieran la Sagrada Escritura y profundizaran más en el Misterio de Mi
Iglesia, pero tampoco han querido escuchar.
Aquí reúno todas las Corrientes de Gracias en una sola Corriente de Misericordia. Nuestros Sagrados
Corazones que vienen a reunir, a formar y a preparar a todos los apóstoles de Nuestros Sagrados
Corazones, sin embargo muchos se alejan por el camino por distintas razones.
Queridos hijos, esta es Mi Obra de Gracia para los Últimos Tiempos ¡acójanla! y no se alejen del objetivo
más importante: escuchar a Mi Corazón y permitir que Mi Espíritu los forme y los eduque.
Yo, Jesús, Hijo del Padre, ordeno que cada Cenáculo de Oración sea un hogar de amor, de servicio y de
oración, viviendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas que se reunían alrededor de Mi
Madre para escuchar la Palabra y adorar Mi Presencia en el Santísimo Sacramento.
Queridos hijos, no se dejen confundir por tanto ruido que Satanás ha provocado. Nuevamente los invito,
lean Mi Santo Evangelio, escuchen a Mi Santo Padre y vivan y obedezcan los Llamados de Amor y de
Conversión. No se alejen de Nuestros Sagrados Corazones.
Les doy Mi Bendición con Misericordia, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón, el Espíritu Santo y el Doloroso e Inmaculado Corazón de Mi Mamá han escogido tu
ser, para Mi Sagrado Corazón. Por la misma razón, Mi Espíritu Santo y el Corazón de Nuestra Mamá
siempre te asisten y ungen Nuestros Llamados, para que la humanidad se reconcilie con Dios, para que
los hombres vuelvan a Casa.
Este Apostolado es Mi Corazón reuniendo a Mis almas fieles en la tierra, en el Cenáculo Viviente del
Corazón de Mi Madre. Pequeño, Mi Corazón unido de forma especial al tuyo comparte las agonías
espirituales que sufro repetidamente; desde Getsemaní hasta hoy estoy en agonía.
337
Mi agonía la sufro cuando las almas se separan de Mí, cuando para muchas almas es vano Mi Sacrificio,
porque no reciben la Redención sino que quieren seguir viviendo sin Dios, sin Ley, sobretodo, sin Amor.
Esta agonía la sufro por los Míos, que no pueden velar ni una hora conmigo, que han olvidado Mis
Preceptos, los Mandamientos, la Palabra de Mi Padre. Esta agonía la sufro por cada niño no nacido,
asesinado en el seno materno. Esta agonía la sufro cuando muchos, que dicen conocerme y amarme, se
burlan de Mi Espíritu, reniegan de Mi Espíritu, y quieren desaparecer cualquier manifestación de Mi
Espíritu y de Mi Madre. Esta agonía la sufro cuando Mis Palabras no son tomadas con el corazón ni
vividas por ustedes.
Mi agonía no sólo fue en Getsemaní, también ahora estoy en Getsemaní, estoy en el Getsemaní de los
corazones, porque muchos corazones ya se han alejado de Dios, porque muchos corazones ya están
muertos en vida, porque muchos corazones se han olvidado de la Casa Misericordiosa del Padre, y
porque muchas almas se han perdido y se pierden eternamente.
Pequeño, compartamos Mi agonía, porque necesitamos rescatar aún muchas almas que pueden
salvarse. No olviden que también estoy agonizando en cada Sagrario olvidado, abandonado,
menospreciado. Mi agonía es plenamente eucarística.
Mi Corazón agonizante y sediento de ser amado les bendice: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, deseo invitarlos a que regresen a la Casa del Padre. La
humanidad se ha alejado de Dios y se aleja cada vez más del Amor del Padre, y cada vez que se alejan
de su Amor Misericordioso, la oscuridad rodea, domina y enceguece las almas.
El Amor del Padre Ilumina porque es Verdad Eterna. El Amor del Padre perdona porque es Misericordia
y Piedad Infinita. El Amor del Padre sana porque es un Amor que reconstruye la dignidad y el corazón del
hombre. El Amor del Padre es Infinito.
Queridos hijos, regresen al Señor, con ayunos, penitencias y oraciones, escuchando atentamente Mis
Llamados de Amor y de Conversión para los Últimos Tiempos y practicándolos juntamente con la Palabra
de Dios.
Queridos hijos, Mis Llamados de Amor y de Conversión sólo quieren recordar la Palabra de Mi Hijo y su
Santo Evangelio. Abran sus corazones pero también dispóngase a recibir el Amor de Dios.
Cada Primer Sábado de mes es un retornar a Dios por medio de Mi Corazón Inmaculado. Renueven la
devoción de los Primeros Sábados con la Santa Misa y con el Cenáculo de Oración. Los Primeros
Sábados de cada mes, el Espíritu Santo por medio de Mi Corazón Inmaculado y Materno, derrama
infinitas Gracias para la humanidad, sobre todo para aquellas almas que aun no conocen el Amor de Dios.
Yo Vuestra Madre, sólo quiero darles el Amor de Mi Hijo ¡recíbanlo!. Les doy Mi bendición Maternal como
Madre de toda la Iglesia: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridas almas rescatadas por el Inmenso Amor de Jesús, por medio del Sacrificio y de la Cruz, la
Voluntad Divina a querido manifestarse por medio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de
María unidos al Casto y Amante Corazón de San José.
Todos nuestros Llamados de Amor y de Conversión son los profundos deseos del Cielo, para con todos
los hombres en la tierra. Porque el Corazón del Hijo se ha abierto plenamente, para que su Corazón sea
amado, conocido, adorado. Su Corazón es la Fuente misma de esta Obra de los Últimos Tiempos. Es
verdad que los Llamados son revelaciones privadas, pero están al servicio para aclarar, para subrayar,
para esclarecer y para llamar a todos los corazones que vuelvan a la Palabra de Dios.
Los Llamados de Amor y de Conversión sólo quieren que la humanidad regrese a la Palabra de Dios y al
Santo Evangelio. Por eso, nuestras revelaciones en este santuario espiritual, para los Apóstoles de los
Últimos Tiempos, son revelaciones importantísimas que deben ser tomadas con el corazón; porque a
medida que escuchen, que obedezcan, que atiendan los Llamados de Amor y de Conversión se irán
338
acercando al Corazón de Jesús por medio de los Sacramentos, por medio de la oración, por medio del
ayuno.
Queridos hermanos y hermanas, el Primer Aposento para entrar hasta el Corazón de Jesús es el Espíritu
Santo, que da a conocer la Verdad Plena, que guía y que es el Abogado de sus almas, el Consejero de
los creyentes, Luz de los que oran. La primera acción que provoca el Espíritu Santo en el alma que se
deja encontrar por Él es la conversión. La conversión y el dolor profundo de haber ofendido a Dios es el
primer paso para regresar al Corazón de Jesús. Oro por todos ustedes. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pequeño hijo de Mi Corazón, comparto contigo la tristeza de Mi Corazón. Mi Corazón aún está triste hasta
la muerte de forma misteriosa en los corazones que comparten conmigo Mi Dolor, por las almas que viven
sumergidas en el pecado, en la soberbia de la vida, en la dureza de corazón. Muchos de los que también
se consagran a Mi Servicio entristecen Mi Corazón, dando malos ejemplos y haciendo que muchas almas
se alejen y pierdan la fe. Me duele también que muchas almas que se llaman cristianas no viven el
Evangelio.
Queridos hijos, muchos hablan del Amor de Dios, muchos dicen que Dios es Amor, pero ¿por qué sus
actos más que sus palabras no lo demuestran? Queridos hijos, muchos hombres han perdido la fe,
porque muchas almas que se llaman cristianas no llevan Mi Evangelio a la práctica y escandalizan a los
corazones tibios, débiles.
Queridos hijos, sus oraciones no tienen porque contradecir sus acciones. Lleven la oración a la práctica y
lleven sus acciones al Evangelio. Alma, pequeño de Mi Corazón, Mi Corazón está triste hasta la muerte,
porque los que dicen amarme con el testimonio de vida demuestran todo lo contrario. ¡Me duele tanto Mi
Corazón! Los corazones de esta generación están duros, no tienen voluntad de cambiar.
La soberbia es el pecado que domina a esta humanidad. Soberbia, porque no obedecen; soberbia,
porque no escuchan; soberbia, porque solo hacen lo que el mundo les pide hacer y no lo que Mi
Evangelio y Mis Llamados de Amor y de Conversión les proponen hacer.
Queridos hijos, son Mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión, no ha habido una efusión de Gracia
tan grande como la que está germinando en este Mi Santuario Espiritual. Mis Llamados de Amor y de
Conversión son el repaso de todos Mis Llamados a la humanidad. Con Mis Llamados de Amor y de
Conversión estoy resumiendo todos Mis Mensajes de Amor, atiéndanlos y obedézcanlos. Mi Corazón está
triste, porque no han valorado los tesoros celestiales que se les han brindado.
Con Mi Corazón tristísimo y agonizante los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Castísimo y Amantísimo Corazón, de Padre, de Esposo, de Siervo, les exhorto: ¡oren
con el corazón! Y, ¿qué es orar con el corazón? Es orar solamente por amor a Dios, sin ningún interés de
querer un milagro, una señal, una prueba. Orar con el corazón solamente es orar por puro amor a Dios,
sin esperar nada y sin pensar que merecemos algo. Orar con el corazón es abandonarse en Él, es confiar
en Él y es esperar en Él. Orar con el corazón es sentirse escuchado por Él, abrazado por su Espíritu,
atendido por su Misericordia. Queridos hijos, oren con el corazón; no exijan al Señor, confíen en su Amor.
El corazón del hombre es tan materializado que todo lo quiere ahora, todo lo quiere palpar, ver, para tener
una vana seguridad del futuro y de las cosas terrenas. El que confía en el Señor no actúa así, solamente
espera en Él, se abandona a su Divina Providencia, vive agradeciendo su Misericordia y alabando su
Nombre.
El que ora con el corazón ora con pureza de intención. El que ora con el corazón solamente quiere estar
viendo a su Señor, amando a su Señor, humillándose ante su Creador. Éso es orar con el corazón.
Queridos hijos, oren con el corazón y supliquen al Espíritu Santo que los enamore del Corazón
Inmaculado de María, como Él y Yo estamos enamorados de la más pura de las criaturas. ¡Trabajen por
la Virgen! ¡Esfuércense por sus intenciones! ¡Conságrense a su Corazón! Porque su Corazón conduce al
Corazón del Hijo. Y toda Gracia de Nuestra Señora conduce a los hombres a conocer el Amor de Dios.
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Pequeño, a ti el Espíritu Santo y el Corazón Inmaculado de María, te resguardan continuamente y te
ungen para ser el mensajero de los Sagrados Corazones. Y el Dolor de Jesús es compartido contigo, para
que muchas almas puedan convertirse y conocer el Amor de Dios. Yo les amo y les bendigo, como Padre
de todos los consagrados a los Sagrados Corazones de Jesús y de María: en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijito de Mi Sagrado Corazón, Mi Vida fue siempre un permanente sacrificio de expiación, de reparación,
y para saldar las deudas que la humanidad contrajo con Mi Padre Eterno. Quiero que todos los hombres
mediten en el gran acto de la humillación de Dios. Era Dios junto a Mi Padre y el Padre, por medio del
Espíritu Santo, me envía a la humanidad; primeramente al Seno de la más Pura, de la más Bella, de la
más humilde de las criaturas.
El Espíritu Santo libró a Mi Mamá Celestial del pecado original para, por medio de Ella, custodiarme y que
se cumpliera la Escritura, del Cordero sin mancha que salvaría a la humanidad ¿Saben lo que significa
que Dios Todopoderoso se rebajara a una Criatura? ¿Saben que muchos ángeles en el Cielo no podían
concebir que Dios se hiciera Criatura? Y muchos ángeles se rebelaron por esa Voluntad de Mi Padre ¡fue
un Dolor tan infinito para Mí y para Mi Padre! ¡bajar hasta la criatura humana sumergida y ahogada en el
pecado!
Desde que fui concebido en Mi Madre, empezó Mi Agonía, Mi Dolor… porque en el Seno de Mi Madre me
desprendí de Mi Divinidad, me desprendí de Mi Condición para ser uno igual a ustedes menos en el
pecado ¡pero igual a ustedes! para poder reparar lo que ustedes destruyen con el pecado.
El pecado es un movimiento, es un acto que arrastra a otros pecados de tal forma que ¡toda la humanidad
está contaminada! porque un pecado da origen a otro pecado. En la Cruz los redimí pero sin embargo el
hombre orgulloso como Satanás, orgulloso desde el principio, no quiere aceptar su pecado, pedir perdón
y regresar a Mi Padre.
¡Humanidad! Eres solamente una criatura ¡y te volviste tan orgullosa! y Yo que soy Dios, soy el más
Humilde, Manso y Obediente de Corazón.
Yo, Jesús, el humilde de Corazón los amo, los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amen.
Almas de Mi Sagrado Corazón, necesito que comprendan que en la Eucaristía está toda la plenitud de Mi
Persona como Dios y Hombre. La Eucaristía es el centro de Mi Obra Redentora. La Eucaristía es la
plenitud y el cumplimiento perfecto de Mi Evangelio. La Eucaristía es la Vida misma y quien no se acerca
en gracia a comulgar Mi Cuerpo y Mi Sangre, muere interiormente. Los que no se alimentan de Mi Cuerpo
y de Mi Sangre no tienen fuerzas, están confundidos, sus vidas no tienen sentido, sus corazones están
rotos. Los que si se alimentan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre tienen fuerzas para seguir cargando con la
cruz, tienen fuerza para darlo todo por el Amor de Dios, tienen fuerza para llegar hasta el Calvario y
resucitar Conmigo.
Queridos hijos, la Sagrada Eucaristía no quita la cruz, la cruz es necesaria, la cruz es importante ¡la cruz
es el altar eucarístico sacrificial por excelencia!
Mi Cuerpo y Mi Sangre les dan fuerzas para cargar la cruz, les dan sabiduría para que puedan
comprender la cruz, les dan paciencia y perseverancia para que no tiren la cruz.
La unión que existe entre la Cruz y la Eucaristía ¡es tan infinita! es un unión indisoluble e insondable ¡la
Cruz y la Santa Hostia! De la Cruz nace Mi Cuerpo entregado por ustedes, de la Cruz ha brotado Mi Agua
y Mi Sangre de Misericordia, de la Cruz pude obtener la Redención para todos ustedes que amo
inmensamente.
Almas mías, la Cruz y la Eucaristía están perpetuamente unidas ahora en el Santo Sacrificio de la Misa.
¡Amen la Cruz para que puedan amarme en el Eucaristía! ¡Ámenme presente en la Eucaristía para que
puedan amar la Cruz!
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Mi Corazón sacrificado en el Altar de la Cruz también les pide ¡oren por el gran milagro de los sacerdotes!
¡Oren por los sacerdotes, sacrifíquense por Mis ministros! también recuerden el sacerdote es un gran
milagro.
Mi Sagrado Corazón de Víctima y Sacerdote en el Altar de la Cruz los bendice con Amor Infinito, en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Mi Corazón los acoge a todos. Como Madre Mis Brazos se extienden para todos. Como Madre insisto,
aconsejo y advierto, pero también como Madre sufro porque aún no han correspondido al Amor de Dios.
Porque ustedes corresponden al Amor de Dios según su entendimiento y también a su manera, y Dios no
lo quiere así. Para responder al Amor de Dios hay que arrepentirse de verdad. Para responder al Amor de
Dios hay que pedir perdón y aprender a perdonar. Para recibir el Amor de Dios deben tener una
disposición muy seria para cambiar de vida. Para responder el Amor de Dios se necesita tener el corazón
abierto, ser humilde y renunciar a ustedes mismos.
El Amor de Dios no puede residir donde hay impureza de mente, de palabra, de corazón. El Amor de Dios
no puede residir donde hay odio y rencor. El Amor de Dios no puede residir donde hay rebelión. El Amor
de Dios no puede estar en un corazón que continuamente se desespera de su cruz y no la carga con
paciencia. El Amor de Dios, que también es Gracia, no puede convivir con el pecado.
Queridos hijos ¡abran sus corazones y entiendan que, como Madre, estoy preocupada por la salvación
eterna de sus almas! ¡sólo una alma tienen y no quiero que la pierdan eternamente!
Queridos hijos, han olvidado que lo importante es cuidar el alma, lo importante es atender al espíritu, lo
importante es la vida cristiana.
Mi Hijo Jesús les dijo ¿de qué sirve ganar el mundo si tu alma la estás perdiendo? Hijos de Mi Corazón
¡cuiden el alma! ¡cambien de vida! ¡obedezcan al Señor! ¡Penitencia, penitencia, penitencia! Regresen
al Corazón de Mi Hijo, regresen porque se han alejado de Mi Hijo. Que el Corazón Eucarístico de Jesús
sea el Centro de toda vuestra vida. Que el enemigo de sus almas ¡no robe las Palabras que están
recibiendo!
Como Madre de Amor y de los Dolores les doy Mi Bendición Maternal. Queridos hijos, lo importante son
sus almas y es Mi Intención que cuiden y velen para estar atentos al Espíritu Santo de Dios. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Almas, en la primer morada de la santidad o el primer paso para la conversión a la vida cristiana, es el
Espíritu Santo, el Espíritu Santo ilumina la conciencia y el corazón, de manera que el corazón humano
puede distinguir lo bueno de lo malo, la gracia del pecado. Y las almas que desean convertirse al Señor
no se ponen obstinadas en sus pecados sino que humildemente los reconocen y piden al Señor perdón y
reciben la absolución de sus culpas. Y el Espíritu Santo, con el don de la fortaleza, ayuda al alma a que
se proponga a no pecar más. Así el camino de la santidad existe la primera puerta y es el Espíritu Santo
que ilumina, que guía, que dirige y que mueve al corazón humano a arrepentirse de su pecado y lo invita
a vivir en gracia santificante. Pidan al Espíritu Santo que les ayude a caminar en una conversión sincera,
un arrepentimiento honesto, una vida agradecida con la Infinita Misericordia del Padre manifestada en Su
Hijo Jesús.
Queridos hermanos y hermanas, yo, Santa Teresa de Jesús, oro por ustedes para que puedan ser dóciles
a las Obras de santidad del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
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Hijo, el más pequeño lirio de Mi Corazón, Nuestros Sacratísimos Corazones están tristes, porque las
almas están ignorando Nuestros Llamados de Amor y de Conversión. Nos escuchan solamente como una
profecía más y luego se comportan indiferentes a los deseos del Señor. Muy pocas son las almas que
están tomando con firme compromiso los Llamados para toda la humanidad.
Pequeño, Nuestros Corazones sufren, porque el mundo no está obedeciendo Nuestros Consejos y va
recorriendo un camino de perdición; el hombre se está alejando más de Dios. Cuando el ser humano
olvida el Amor de Dios, olvida el valor de sí mismo, y el valor que tiene su prójimo, y, por eso, la
humanidad se destruye, se hacen daño entre hermanos; las madres asesinan a sus hijos en su propio
vientre; el hombre ha olvidado el amor que debe existir entre ellos como hermanos y de ellos con Dios
como hijos.
No están escuchando Nuestros Llamados de Amor y de Conversión, que son los Últimos Llamados. No
escuchan Nuestras Advertencias y muchos se dejan seducir por los falsos profetas, que desunen el
Ejército Remanente del Cordero de Dios. Humanidad, almas, no están escuchando, siguen sordos a la
Voz del Padre.
Queridos apóstoles, no están respondiendo como el Señor y la Madre esperan de ustedes; el fruto de la
desobediencia es la confusión. Queridos hijos, regresen a la Casa de Nazaret; regresen, para que
escuchen la Voz del Señor; regresen, para que se encuentren con el Amor de Jesús; regresen, para que
también ustedes sean luz para los demás.
Se les ha dado la Luz del Fuego del Espíritu, no la escondan, no la apaguen; pero escúchennos en
Nuestros Llamados de Amor y de Conversión, que a la luz de la Palabra de Dios y de la Enseñanza
Apostólica los ayudaremos a ser verdaderos apóstoles de los Sagrados Corazones. ¡Escucha Pueblo de
Dios ya no sean sordos a la Voz del Señor!
Como el Protector de la Iglesia los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos apóstoles de Mi Sagrado Corazón, he venido a revelar los Tesoros Escondidos que hay en Mi
Corazón por medio de Mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión a la humanidad.
A través de Mi Corazón, el Espíritu Santo, con los Llamados de Amor y de Conversión, le está revelando
a Mi humanidad, a Mis almas, a Mi Iglesia que tanto amo, la Verdad de Mi Corazón ¡Verdad a la luz de la
Palabra de Dios!. Pero Mis Llamados no han sido escuchados, Mis Llamados no han sido atendidos,
porque aun la mayoría de las almas viven en la obstinación, viven en la rebeldía y la desobediencia.
Mi Corazón ha venido ¡con tanta Misericordia! a encontrarse con ustedes y no ha sido bien recibido ni
amado y tampoco obedecido.
¡Cuántas Advertencias hemos dado! ¡cuántos Consejos de Amor les hemos brindado! ¡cuántas
Enseñanzas les hemos rebelado! pero su incapacidad para abrirse al Amor es inmensa, porque aún
existe el orgullo, aún existe la vanagloria, aún existe la falsa humildad.
¡Almas de Mi Corazón! les he mostrado Mi Corazón lleno de Misericordia y lo han rechazado. Con Mi
Obra del Apostolado de Nuestros Sagrados Corazones, hemos querido unir, hemos querido guiar, hemos
querido advertir, y poco y nada se nos ha atendido.
Mi Corazón sufre, sufre en ustedes porque sus almas al no escucharme, porque sus almas al no regresar
a la Iglesia y a los Sacramentos, porque sus almas al no obedecer, están agonizando, están muriendo.
¡Regresen a Mi Corazón! ¡escuchen Nuestros Llamados de Amor y de Conversión y obedezcan! porque
Nuestros Llamados de Amor y de Conversión, son los Deseos del Padre para los apóstoles de
Nuestros Sagrados Corazones.
Entréguense por completo a Mi Corazón y vivan Nuestros Llamados de Amor y de Conversión. Es una
Promesa para quien viva Nuestros Llamados de Amor y de Conversión y se entregue a trabajar por la
Obra de Nuestros Sagrados Corazones; que la Divina Providencia nunca los va a desamparar.
Pero confían muy poco en Mis Palabras, y Mis Palabras son Verdad, y Mi Mensaje es Vida, y esta Obra
es Amor, pero aún no creen.
Mi Amor Misericordioso los bendice, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Mi Sagrado Corazón les ama. Los miro con Ojos llenos de Misericordia. Mi Misericordia por ti, alma, es
infinita. Mi Apostolado es Mi Corazón mismo Abierto, para los hombres en la tierra. Nuestros Llamados de
Amor y de Conversión son el compendio de todas las Gracias Celestiales dadas a la humanidad a lo largo
del tiempo.
Nuestros Sagrados Corazones quieren educarlos en la fe para que sean apóstoles valientes,
perseverantes, y fuertes, para estos Últimos Tiempos. Y desde éste Nuestro Santuario Espiritual para los
Últimos Tiempos, estamos reuniendo a todo el Ejército Fiel de Dios.
Queridos hijos, escúchenme con el corazón, permítanme que los transforme, que los sane, que los
eduque; permitan a Mi Espíritu que hagan de ustedes grandes santos, para la mayor Gloria de Mi Padre.
Mi Madre y Yo estamos haciendo una Llamada Final, para que todos los Apóstoles de Nuestros Sagrados
Corazones se reúnan en un sólo Ejército de Almas Orantes. ¡Que el Corazón de Mi Madre triunfe en sus
corazones, para que puedan construir MI REINADO EUCARÍSTICO que está por llegar en su plenitud!
Escúchenme con amor; con mucha importancia tomen Nuestras Palabras, reflexionen, medítenlas,
vívanlas. Con Amor de Misericordia los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón, con Mi Manto de Sol, Manto de Gloria, Manto del Reino Eucarístico, los
amparo, los cubro, los arropo con Amor de Madre.
Queridos hijos, Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es la Estrella que ilumina esta noche oscura de los
Últimos Tiempos. Y los que se consagran a Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, y viven y practican
Nuestros Deseos Celestiales, tienen la Luz para no perderse.
Queridos hijos, muchos falsos profetas quieren dividir a Mi Rebaño de los Apóstoles de los Últimos
Tiempos. No escuchen, queridos hijos, a los que quieren dividir a Mi Pueblo y atacan a Mi hijo predilecto,
el Santo Padre.
Mis Llamados de Amor y de Conversión, les recuerdo nuevamente, es el Epílogo de todas las Lecciones
que el Cielo ha dado a los hombres a lo largo del tiempo. Por eso ¡escúchenlos con el corazón!
¡escúchenlos con amor! ¡obedézcanlos prontamente que el tiempo es urgente! ¡Oro, queridos hijos, para
que puedan comprender y discernir los signos de los tiempos!.
Queridos hijos ¡escúchennos con el corazón! Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Queridos hijos de Mi Casto y Amante Corazón, Mi Corazón de Padre los invita a consagrarse a Jesús por
María y a María por Jesús. En estos tiempos, Dios Padre ha querido enviarme a ustedes, para que, así
como Yo pude acercarme a Él por medio de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, ustedes y el
mundo entero, y la Iglesia universal, se acerquen a Dios, por medio de los Sagrados Corazones de Jesús
y de María.
Queridos hijos, los invito a que vivan Nuestros Llamados de Amor y de Conversión, que son un medio
para acercarlos al Corazón de Jesús ¡Qué el espíritu diabólico de la obstinación que domina al mundo no
343
los contamine también a ustedes, y sigan obstinados sin querer escuchar, sin querer aprender, sin querer
servir! No sólo reciban la Bendición para ustedes, conviértanse en luz para todos.
¡Vivan de la Paz y, unido al Don de la Paz, practiquen el silencio! El silencio no sólo se vive en la oración.
¡Trabajen en silencio! para reparar tantas blasfemias, hablen lo necesario. Y solamente hablen lo que
alaba a Dios y construye a tu hermano. Si no será así, ofrece tu silencio como sacrificio, por los que
hablan de más y caen en el pecado. Soy San José, Padre del Silencio, Hombre Prudentísimo y Siervo
Obediente, por medio del Espíritu Santo también sigan Mi Ejemplo, les doy Mi Bendición Patriarcal: en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Santa Teresa dice: Queridos hermanos y hermanas, en la Primera Morada, donde el alma comienza el
camino de la santidad, es importante meditar, con la ayuda del Espíritu Divino, sobre la Pasión Dolorosa
de Nuestro Señor Jesucristo, por eso, Nuestra Señora, Nuestra Madre del Cielo, en sus verdaderas
Manifestaciones, invita a la humanidad a meditar y a pensar más en la Dolorosa Pasión de Jesús, porque
es la invitación al arrepentimiento y porque, en este Primer Estado Espiritual, el alma, iluminada por el
Espíritu de Dios, reflexiona en el Sufrimiento de Jesús, reconoce que Jesús padeció por sus pecados.
En esta Primera Morada existe el dolor, el alma mire el estado en el que está y en cada uno de sus
pecados reconoce todo el rechazo al Amor de Dios, y éso mueve al alma a arrepentirse por haber dicho
'no' al Amor del Padre. ¡Pidan al Espíritu Santo que les toque su corazón! ¡Humíllense profundamente!
Cada uno de tus pecados son el 'no' al Amor de Dios; tus pecados son el rechazo a la presencia del
Espíritu Santo en tu vida.
Oren, oren en el silencio, oren y piensen en todo lo que Jesús ha sufrido por ti. Él se humilló hasta la
muerte, para salvarte. ¡Sé humilde, alma! Jesús te ha dado todo y tú mezquinas darle algo a Él. Jesús no
consideró si agradecerías la Redención. Y tú, alma, sino te cumple Dios lo que pides te resientes con Él.
Reconoce tu ingratitud; reconoce tu rebeldía con Dios; pide perdón, para que puedas comenzar tu camino
hacia el Padre.
Yo, Santa Teresa de Jesús unida a Santa Catalina de Siena intercedemos por ustedes, para que puedan
comprender el Inmenso Amor que has rechazado y puedas arrepentirte. En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Casto y Amante Corazón, muestro a ustedes el don de la contemplación, orar con el
corazón es orar por amor puro a Dios, y contemplar es profundizar en la oración, y la contemplación
transforma de tal manera toda la vida que hasta el trabajo se hace en silencio y en oración. Cuando el
alma se deja abrir por la Luz del Espíritu Santo la contemplación se difunde en toda el alma y no sólo se
vive en la oración sino también en el trabajo, en las cosas ordinarias de la vida. Cuando el alma practica
la contemplación le es más fácil comprender a Dios, porque está en Dios, que lo puede escuchar en el
corazón. Cuando una alma es contemplativa se demuestra incluso en sus palabras, en su mirada, en su
obrar. La contemplación es un don precioso a los ojos de Dios, porque contemplar es mirar a Dios con el
corazón y dejar que Dios vea al alma, es una comunión de espíritu, es una unión con el Señor. Los invito
a orar contemplando, meditando en la oración. Y cada Llamado de Amor y de Conversión que Nuestros
Sagrados Corazones están dando, a través de este pequeño lirio, escúchenlos con oídos contemplativos,
para que puedan entender y comprender, pero lo más importante practicar lo que el Cielo desea para
ustedes y lo que el Padre quiere de ustedes.
Muchas almas confundidas se preguntan: ¿cuál es la Voluntad de Dios? Hoy con Amor Paternal les digo:
la Voluntad de Dios para ti está en la Sagrada Escritura y Dios mismo te viene a explicar Su Voluntad con
Nuestros Llamados de Amor y de Conversión; por eso, estas manifestaciones de Dios, desde este
santuario espiritual de los últimos tiempos, son tan especiales y únicas, que el Corazón de Jesús te está
diciendo: ¡qué quiere de ti! Por eso, el Cielo, con mucha urgencia, pide para ustedes que escuchen estos
Llamados de Amor y de Conversión, porque con estos Llamados el Cielo quiere que ustedes regresen a
la Palabra de Dios y al amor y a la veneración del Santo Padre. ¡Escúchennos! Hay muchas voces en el
mundo, no se confundan.
Les doy Mi Bendición de Padre, de Protector, y de Patriarca del Resto Fiel: en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús - 23 Marzo 2018
Almas ¡Mi Corazón que los ama tanto! pero con un Amor infinitamente Misericordioso, con un Amor
eternamente Fiel, con un Amor sin condiciones.
Los amo tanto, porque son Mis criaturas y las compré a un precio muy alto, con Mi propia Vida.
Yo, Jesús, he querido manifestar los Deseos de Mi Sagrado Corazón. He venido para acercarme a
ustedes los hombres. He venido para llamarlos y revelarles el Amor que les tengo, pero no quieren.
Tienen la capacidad de escucharme, la voluntad para poder cambiar y también la libertad para decidir por
Amor, pero no quieren escucharme y si no escuchan tampoco quieren cambiar.
Mi Corazón ha venido manifestándose con Amor para abrazarlos con Misericordia, pero ustedes se van,
se corren, se escapan de Mis Brazos y ni siquiera me escuchan.
Mis Llamados de Amor y de Conversión son el Torrente Abierto de Mi Corazón para todos, para que me
escuchen, para que me conozcan, para que me amen.
En Mis Llamados de Amor y de Conversión, Yo les expreso lo que quiero de ustedes y también lo que
quiero para ustedes y es que vivan del Amor, de la Paz, practicando Mi Palabra.
Pero por hacer caso a la necedad mundana y su voluntad contaminada por la mundanidad, todo está mal,
porque el pecado todo lo hace destrucción, muerte, maldad.
En Mis llamados de Amor y de Conversión quiero mostrarles los Anhelos de un Padre Misericordioso para
todos Mis hijos. Escuchen Mis Llamados de Amor y de Conversión ¡escúchennos! ¡arrepiéntanse!
¡purifíquense por medio del Sacramento de la Penitencia y regresen a Mí! con un corazón dispuesto a
cambiar de vida.
Insisto nuevamente ¡escúchenme!
Les doy Mi Bendición Misericordiosa, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, sus corazones se alejan continuamente de Mi Hijo Jesús, he venido para acercarlos al
Señor.
Querido hijos Míos, el mundo cada vez se destruye más porque no hay amor, porque no hay paz, porque
no hay reconciliación.
Con Amor de Madre les suplico ¡regresen a Dios! vean en Mi Hijo Crucificado el Amor Eterno que Él tiene
por cada uno de ustedes.
Él dio la Vida en la Cruz y también la da ahora en el Santo Sacrificio de la Misa, por cada uno de ustedes.
Queridos hijos, en cada Cenáculo de Oración Yo reúno a todas las almas en Mi Corazón y cada una de
sus necesidades Yo se las presento a Mi Hijo Jesús. Confíen en Dios. Como Madre les vengo a pedir:
“abran sus corazones al Amor de Dios”.
Queridos hijos, en estos Mis Llamados de Amor y de Conversión, vuestra Madre Celestial los exhorta a
que cambien de vida, a que regresen a la oración, al ayuno, a la lectura diaria de la Palabra de Mi Hijo.
Vuelvan a la práctica de los Sacramentos. No se alejen de Dios, quien se aleja de Nuestros Sagrados
Corazones vive en la oscuridad, vive en el odio, vive en la inseguridad. Pero quien escucha a la Madre y
regresa a Jesús, todo sanará, todo cambiará y la Fe les dará la confianza y la fortaleza que necesitan
para perseverar.
Con Amor Maternal bendigo todos los objetos piadosos, beso las frentes de cada uno de ustedes y les
invito nuevamente: "Vuelvan a mirar al Crucificado y contemplen el Amor Inmenso que Dios les
tiene”. Reciban Mi Amorosa Bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Mi Corazón, cuando Yo peregrinaba en la tierra, el Padre, por medio de su Espíritu, me
hizo comprender el valor de la penitencia.
345
Queridos hijos, la penitencia es la cruz, es el dolor, son las pruebas y las tentaciones, y son los
sufrimientos normales de la vida que no se pueden evitar y que deben soportar con paciencia.
En la tierra yo no me quejaba de los defectos de Mis hermanos, me hacían sufrir pero nunca me queje de
ningún ser humano, los ofrecí a Mi Padre.
Nunca me deje dominar por la ira, nunca me dejé gobernar por el egoísmo, siempre ante todo pensaba en
Dios y en los hombres.
Queridos hijos, penitencia es soportar con misericordia los defectos ajenos, penitencia es ofrecer la
enfermedad y los problemas ordinarios de la pequeñez de la vida humana, penitencia es sufrir y ofrecer
cualquier dolor, moral o físico, pequeño o grande.
El alma penitente, recuerden, no se queja, obedece sin murmurar, trabaja y sirve sin querer ser notado.
El alma penitente me mira y reconoce que, después de Mi Hijo Jesucristo, Yo he vivido la penitencia en su
perfección. Nunca corriéndome de la cruz, nunca renegando del dolor, todo con paciencia lo soportaba
por Amor a Mi Dios.
Y con Mi Corazón Doloroso, los invito a la penitencia ¡ofrézcanlo todo! ¡súfranlo todo! ¡sopórtenlo todo con
Amor!.
Porque bienaventurados los que sufren y lloran aquí, porque en el Cielo gozarán con Mi Hijo
eternamente.
Y la Vida Eterna, ni ojo vio, ni oído ha escuchado, las bellezas que Dios te ha preparado.
Súfrelo todo. El sufrimiento no es malo, el sufrimiento purifica, fortalece, limpia tu alma y te hace idéntico a
Jesús.
Los exhorto, queridos hijos, que la vida de todos Mis Apóstoles de Mi Corazón, sea una vida de
penitencia.
Y tú, pequeño hijo Mío, tus agonías espirituales, síguelas ofreciendo, para que pronto triunfe Mi Corazón
Doloroso e Inmaculado.
Almas amadas infinitamente por su Divina Majestad, debemos seguir reflexionando sobre el camino de la
perfección, que es un recorrido espiritual a través de los Sagrados Corazones de Jesús, José, y de María.
En el primer paso para la conversión, tú debes contemplar, auxiliado por el Espíritu Santo, las Llagas de
Nuestro Señor Jesucristo y darte cuenta que cada una de sus heridas fueron causadas por ti y por nadie
más, solamente por ti .Y al ver al Esposo Celestial así, Crucificado, Muerto, debes moverte a compasión y
arrepentimiento.
Alma, piensas poco en la Pasión de Jesús o mejor dicho no piensas absolutamente nada sobre la Pasión
de tu Señor. Míralo en la Cruz, y por tu causa está en la Cruz, y al ver sus Heridas, arrepiéntete, cambia.
Por las Heridas de su Cabeza deja de vagar en tu mente y pensamientos vanos. Por las Heridas de sus
Labios deja de azotar a tu hermano con tu lengua; prívate de las palabras ofensivas, prívate de las
quejas, prívate del mucho hablar y habla solamente lo necesario. Por las Heridas de sus Hombros y
Espalda carga tu cruz, vive los Mandamientos de la Ley de Dios, pon en práctica estos Últimos Llamados
a la Humanidad. Por las Heridas de sus Rodillas humíllate, confiesa tus pecados. Por las Heridas de sus
Manos deja ya de actuar como el mundo actúa, deja ya de afanarte por lo que el mundo quiere que te
afanes, deja ya de trabajar por algo sin sentido. Por las Heridas de sus Pies cambia tu caminar,
arrepiéntete, cambia de vida, no des más pasos al Infierno. ¡Para! ¡escucha! ¡examínate y cambia de vida!
Y deja que la Herida de su Costado con el Torrente de su Misericordia, te purifique, te restaure, te limpie y
te sane.
Alma, en este Primer Aposento, el Espíritu Santo te revelará la Pasión de tu Señor para que te
arrepientas. Y tú, pequeño lirio del Carmelo, sigue haciéndole compañía a tu Esposo Jesús, que con tus
sufrimientos se adelante la glorificación de la Santa Iglesia y el Reinado de la Sagrada Eucaristía.
346
Oremos, para que las almas puedan comprender que estos son los últimos Llamados de Amor y de
Conversión a la humanidad.
Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José - 28 Marzo
del 2018
Ustedes, queridos hijos, pueden pensar solamente en los Dolores Físicos de Jesús y ni siquiera pensando
en los Dolores del Cuerpo que soportó Jesús, se pueden dar cuenta del Inmenso Dolor que sufrió.
También ignoran los Sufrimientos Espirituales de Jesús, el Dolor Moral que Él tuvo que soportar por
ustedes.
¿Ustedes no saben lo que implica que Dios se hiciera pecado por ustedes? ¿No se dan cuenta de la
Infinita Humillación de Dios por ustedes? El corazón humano está tan encerrado en sí mismo que ni
siquiera puede pensar en los Sufrimientos del Redentor ¡Ni siquiera tienen el deseo de regresar su vista a
la Cruz! Y ¿por qué digo regresar su vista a la Cruz? porque han apartado su mirada de Dios y ahora ven,
aspiran, desean, todo lo bueno que el mundo les propone, y ya no ven, no aspiran ni desean, todo lo
perfecto que el Evangelio les propone.
Recuerden que lo que es bueno para el mundo, ante la Ley de Dios es malo, porque el mundo, la virtud la
ha abandonado por el pecado. Y el mundo cree que vivir haciendo lo que le plazca, satisfaciendo sus
deseos, viviendo en el materialismo y pisoteando a los demás, es bueno.
Regresen su mirada a la Cruz, dense cuenta que no sirve ganar el mundo porque vas a perder el alma,
que para el cristiano no debe existir comodidad sino debe ser su vida una continua peregrinación, que la
única riqueza es la pobreza del espíritu y que feliz es aquel que cumple los Mandamientos del Señor.
Regresen su mirada a la Cruz. Ya no sean indiferentes a lo que Él, Jesucristo, ha sufrido por todos
nosotros.
Y para pagar tanto Amor que Él ha tenido, busca la santidad, ama la humildad y la obediencia, anhela el
silencio y la oración, y que tu vida y todo lo que hagas, sea siempre una continua vida de penitencia, de
sacrificio y de reparación.
Les invito, hijos de Mi Amante Corazón, vuelvan su mirada a la Cruz. Y en la Cruz, escucha a Jesús que
te dice, que si cumples sus Mandatos estarás con Él en el Paraíso y que para eso, debes cargar tu cruz,
negarte a ti mismo y seguirle hasta el final.
Yo, el Patriarca San José, que místicamente también contemplé la Pasión de Jesús, les doy la Bendición,
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Corazón de Madre es también Corazón Eucarístico, porque Yo fui el Agua y la Harina por medio de las
cuales el Espíritu Divino hizo a Jesucristo. Mi Sangre Su Sangre, Mi Carne Su Carne, Mi Corazón moldeo
el Suyo.
Yo fui entonces el Primer Altar donde Jesús Víctima y, a la vez, Sacerdote, se ofreció al Padre no sólo en
la Cruz, sino desde la Encarnación, Él se ofreció, por medio de Mí, al Padre.
Y cada sacerdote es otro Cristo y entonces el Espíritu me hace Madre Sacerdotal, porque también
estuve ofreciendo al Padre la Primera Comunidad Sacerdotal, los Apóstoles reunidos en Pentecostés.
347
Y por medio de Mi Corazón, el Espíritu Santo los llenó de Su Fuerza y de la Unción para que ejercieran el
Ministerio Sacerdotal de Jesús. Ministerio que ya Mi Hijo en la Santa Cena de la Eucaristía les entregó,
pero que también por miedo lo habían opacado, pero el Espíritu Santo por medio de Mi Corazón de
Madre, Eucarístico y Sacerdotal, los llenó de la Fuerza de lo Alto para continuar el Sacerdocio Único de
Jesús y elevar el Sacrificio Único que se perpetúa a través de los tiempos en el Santo Sacrificio de la
Misa.
Por eso, queridos hijos, oren por el Don del sacerdote, el sacerdote es un Gran Milagro porque eleva al
Cordero de Mi Hijo para que no caiga la Ira del Padre.
Oren para que Mi Resto Fiel tenga muchos y santos sacerdotes. Y tú, pequeño hijo, las tres espinas que
tu Ángel Custodio puso en tu cabeza, junto al dolor, ofrécelos para reparar por aquellos que ya no creen
en la Eucaristía, para reparar por aquellos que ya no creen en la Confesión, para reparar por aquellos que
ya no creen en el Ministerio del Sacerdocio.
Queridos hijos, los invito a hacer oraciones de reparación y de intercesión por los sacerdotes.
Ofrezcan el Cenáculo de Oración que Nuestros Sagrados Corazones les han dado, también por los
sacerdotes de todo el mundo.
Como Madre de Jesús Eucaristía, como Madre de Jesús Sacerdote les doy Mi Bendición.
Un Mandamiento nuevo les da Mi Hijo, que se amen como Él los ama.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Sábado Santo
Mi Corazón de Madre, en aquel instante en que dejé a Mi Hijo en el Sepulcro, al recorrer de nuevo
aquellos lugares donde Mi Hijo padeció, pasando primeramente por el Calvario, recordando en los tres
lugares donde Él cayó con el peso de la Cruz, pasando sobre el Pretorio, sobre el Huerto... en cada uno
de esos lugares... acompañada por Juan y otras mujeres que Mi Hijo había sanado, orábamos la oración
que Jesús había enseñado, el Padre Nuestro, adorando aquellos lugares que aún tenían la Sangre fresca
de Jesús derramada en aquellas piedras, en aquel camino... pero Mi Corazón se había quedado con Él en
el Sepulcro.
Al regresar al Cenáculo en Jerusalén, me quedé sentada contemplando aquella Mesa donde Mi Hijo
había constituido la Santa Misa. ¡Cómo deseaba verlo vivo de nuevo! ¡Anhelaba tanto al Señor! Y desde
el aposento más alto de aquella casa, pasé toda la noche contemplando hacia donde se había erigido el
sepulcro que estaba muy cerca del Monte Calvario. Si no hubiera sido por las peticiones de estos hijos
piadosos, Yo me hubiera quedado afuera en el sepulcro adorando en el Señor. Nunca dudé de la
Promesa de Su Resurrección pero el Dolor más trágico no fue la muerte de Mi Hijo, porque era Dios y
además iba a resucitar, el Dolor que actualmente sufro es la muerte de ustedes, queridos hijos.
Mis Llamados de Amor y de Conversión los guían hacia una vida verdadera. ¡Cuántos Consejos les he
dado! ¡Cuántas Enseñanzas les he compartido con Mis Llamados! Pero ustedes, queridos hijos,
continuamente se están dando muerte a ustedes mismos. ¡Saben lo que el Cielo quiere mas no lo
obedecen! ¡Saben lo que el Cielo les ha pedido mas no se esfuerzan por vivir la Divina Voluntad!. Es de
su conocimiento lo que el Padre quiere que ustedes hagan, mas no lo hacen y se encierran en ustedes
mismos. Recuerden, queridos hijos, el egoísmo se convierte en hipocresía, la hipocresía se transforma en
desobediencia y al final todo pecado quita la Gracia y la Paz. ¡Ya no sigan muriendo en sus
desobediencias! ¡Ya no sigan muriendo por su falta de obediencia a Mis Llamados! Están en un Tiempo
de Gracia muy especial ¡arrepiéntanse, por favor, queridos hijos! ¡cambien para que puedan resucitar con
Jesús! ¡Soy una Madre preocupada por ustedes! ¡Cambien, queridos hijos, cambien el corazón y déjense
transformar por su Amor! ¡Cambien que Mi hijo ya está cerca! ¡Cambien el corazón!
Querido hijo, lirio de Nuestros Corazones, Yo estoy unida también a ti y en esta unión de Corazones,
donde Nuestros Corazones son uno mismo, esperemos al Señor, esperémoslo en reparación y en
silencio. Querido hijo, tu corazón me hace compañía en la soledad que tus hermanos me causan, porque
como no obedecen al Cielo, entonces se alejan de La Luz y la Verdad.
Aquí está Mi Llamado para que quien quiera tomarlo y vivirlo, para que regresen a Dios. Aquí está Mi
Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José
- 4 Abril 2018
Hijos de Mi Castísimo Corazón ¡paz! La paz, el silencio y la sencillez de espíritu, les están haciendo falta
porque no hay apertura sincera, ni de corazón, a Nuestros últimos Llamados de Amor y de Conversión.
También muchas almas no viven los Llamados de Amor y de Conversión esperando que otros los vivan y
no es así, queridos hijos. Tú, alma, debes ser la primera que viva los Llamados de Amor y de Conversión
sin depender de la respuesta que otros den.
Queridos hijos, es que muchos esperan avanzar en la vida espiritual poniéndose a nivel de otros.
Queridos hijos, cada cual debe caminar por si solo y la respuesta es personal, y la decisión es individual.
Es verdad que el bien que haces repercute alrededor tuyo y da testimonio y luz, pero tu testimonio no
tiene por qué detenerse por otros. Debes tener paz en tu corazón, la paz interior es una condición
necesaria para poder escuchar con más claridad la Voz del Espíritu Santo. Cuando el alma está en paz
puede escuchar mejor, puede discernir más y tiene la fuerza necesaria para actuar. Cuando Yo estuve en
Nazaret dejé entrar la paz en Mi Corazón y la paz interior facilitó que el Ángel del Señor me hablara
claramente y poder vivir y obedecer Su Santo Designio de cuidar los Sagrados Corazones de Jesús y de
María.
Yo los invito, queridos hijos, a la paz interior. Oren en paz, sirvan en paz. Quiero decir con esto que todo
lo que hagan, lo hagan confiando en la Divina Providencia, que Ella sabe hacer mejor lo que el hombre,
por su humanidad, está limitado hacer. Pero es necesaria la confianza, si no hay confianza no hay
abandono. Si el alma confía se abandona en Dios y es más dócil al Santo Querer de Dios. Queridos hijos,
paz, confianza y abandono en la Divina Voluntad, es lo que necesitan poner en práctica.
Como el Patriarca de la Sagrada Familia que se abandonó a la Divina Voluntad, os doy la Bendición, en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Humanidad, con esta Obra de Mi Apostolado quiero atraerte nuevamente a Mi Corazón, ya no endurezcas
el corazón; con Amor Divino te bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, Mi Presencia Maternal está aquí con ustedes. Están recibiendo Dones preciosos por
Mi Venida aquí, pero observo en sus corazones ¡tanto miedo! ¡tanta desconfianza en sus corazones!.
Queridos hijos, el miedo, la desconfianza y la inseguridad, solamente se pueden esperar de almas que no
conocen al Espíritu Santo, si así actúan entonces dudan del Poder del Espíritu Santo y la duda cierra sus
corazones a la Gracia del Amor de Dios y eso ofende a Mi Hijo.
¿Por qué muchos hijitos Míos son esclavos del miedo? ¿Por qué desconfían si todo depende de la
Voluntad del Padre? Quien piense preocupado en el futuro se está olvidando de la Divina Providencia y
eso, queridos hijos, es un pecado.
Cada primer sábado de mes es un día especial de intercesión porque, como Madre, me uno a Mis hijos
en la tierra y oro junto a ustedes por la conversión y por los que no conocen el Infinito Amor de Dios.
349
Muchos de Mis hijos cristianos, muchos de los que se consagran a Nuestros Corazones, aún no conocen
el Amor de Dios porque no se dan por completo al Señor, porque guardan una parte en ustedes que no le
entregan.
Querido lirio, cada primer sábado vengo a orar por los que no conocen el Precioso Amor de Jesús. Las
almas que no conocen el Amor de Mi Hijo viven inseguras, viven con miedos, viven preocupados y
perturbados, pero quien de verdad se abra al Amor de Jesús confiará totalmente y la paz reinará en el
corazón. Confíen en el Amor de Dios pero confíen con el corazón ¡de verdad! no confíen de labios y
duden en su interior.
El Amor de Jesús es el Don más grande que el Padre les está dando, no defrauden ese Amor.
Mi lirio, cada primer sábado lo consagro para orar junto a ti y con todos Mis apóstoles para que el mundo
pueda conocer el Amor de Dios. Hasta que todo el mundo conozca el Amor de Dios ya no existirá más
dolor porque todos se sentirán amados y la preocupación será amar y crear la paz. Oro por cada uno de
ustedes para que puedan acoger Mi Llamado y lo puedan vivir. Paz, Paz, Paz. Mi Bendición Maternal: en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, el Espíritu Santo arde con Fuego Vivo en
deseos de mover sus corazones hacia el Amor del Padre, pero sus corazones se han resistido al Espíritu
Santo y por esa causa, de la rebelión de sus corazones, el Espíritu Santo no puede actuar libremente,
para que ustedes se abran al Amor de Dios. Apóstoles del Corazón de Jesús, Yo, San José, por un
momento me resistí al Espíritu Santo al dudar sobre la Encarnación de Dios Hijo en María, no dude de
Dios sino que conocía que la Madre había hecho su entrega virginal perpetua a Dios y mi humanidad
pensó que había sido infiel. Satanás quiso con la duda alejarme a Mí del Plan que Dios tenía trazado,
pero el Espíritu Santo vino pronto en ayudarme, en darme luz y en revelarme que la Madre esperaba al
Fruto del Padre, que venía a redimir al mundo entero. Mi Corazón desde ese instante se abandonó en el
Espíritu Santo y por mi total confianza a las Promesas de Dios pude ver su Gloria.
Queridos hijos, nunca duden del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo es Espíritu de la Verdad y quien
duda de Él está dudando de la Verdad. Hijos Míos, en este Santuario espiritual para los Apóstoles de los
Últimos Tiempos estamos dando muchas Gracias y Dones de Dios, pero hay alguna apertura al Enemigo
en sus corazones, que hacen que las Gracias se pierdan. Esas grietas pueden ser el mucho hablar, la
murmuración o la crítica, la duda y la desconfianza, o la pereza espiritual; esas grietas pueden ser algún
pecado. Alma, el Señor quiere que te examines: ¿qué grietas hay en tu vida por medio de las cuales,
Satanás, se está robando las Gracias que el Cielo está dando en este Santo Lugar? Y cuando descubras
esa grieta, ciérrala con una buena Confesión; séllala con la oración y el ayuno. Y para fortalecerte practica
mucho el silencio y la prudencia.
Hijitos Míos, Yo, el Padre San José, conocí el Plan de Dios cuando me abandoné confiado a su Espíritu;
de la misma manera, los invito a ustedes a que comprendan lo que Dios está haciendo con esta Obra de
los Sagrados Corazones, confiando en el Espíritu Santo.
Como San José, Siervo del Espíritu Santo, los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
He deseado que ustedes, los hombres, se enamoren de Mi Corazón. Es muy importante que sus
corazones Me reconozcan.
En la vida del cristiano la única fuerza debe ser el amor, el único objetivo amar y el fruto de sus acciones,
amor.
Los Diez Mandamientos, tienen su fuente en el Primero: "Amar a Dios sobre todas las cosas". Si me amas
cumplirás Mis Mandamientos, porque solamente el que ama obedece al que ama y amar a tu prójimo
como te amas a ti mismo, para que el ego no sea el centro de tu vida, para que salgas de ti mismo al
encuentro de los demás.
350
Recuerden, hijos Míos que el Gran Aviso, consiste en el Amor y su Juicio Particular, consistirá en el
Amor.
Yo solamente te haré saber que lo primero es el Amor. También recuerden que el Amor borra una gran
cantidad de pecados, pero esa gran cantidad de pecados más bien aumentan, porque en la humanidad
no hay amor, hay odio, egoísmo, idolatría. El hombre se ha vuelto ídolo de sí mismo, por lo tanto se han
olvidado de Dios.
Queridas almas, aprendan a orar, no pidan tantas soluciones a sus problemas, oren por lo importante,
oren para que conozcan Mi Amor, oren para que se encuentren con Mi Amor, oren para que puedan
sentirse amados por Mí.
Queridos hijos de Mi Corazón, aprendan a orar, oren por lo que es importante; la santidad, conocer a
Dios, aprender a amar.
Regresen y oren para que puedan amarme de verdad, no de labios, de verdad, de corazón y de
testimonio.
Les doy Mi Bendición Eucarística, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos, el mundo ha apagado la Luz del Amor y de la Verdad que Mi Hijo dio enviando al
Espíritu Santo; Espíritu de Amor, Espíritu de Paz, Espíritu de Unidad.
La humanidad ha apagado esa Luz a través del pecado, de la desobediencia a la Ley del Señor. Y las
consecuencias del pecado y de la desobediencia, es la oscuridad, es la muerte, es el dolor.
El mundo no quiere escuchar a Dios. El hombre de esta generación se cree autosuficiente, que todo lo
puede, que todo lo sabe... y se olvida que existe una Ley que Dios ha dado para que el mundo viva en
paz, en orden. Por eso Nuestros Últimos Llamados son de Amor y de Conversión.
Oren, queridos hijos, oren para que puedan tener en su corazón el Don de la Confianza.
Dios lo puede todo y Dios está por encima de todo y Él siempre sale al encuentro de sus hijos. ¡Confíen
en el Señor!
Mi querido hijo, Nuestros Sagrados Corazones, encarnados místicamente en tu pequeño corazón,
también comparten contigo el dolor porque no podemos ser indiferentes al dolor de la humanidad.
Nuestros Sagrados Corazones comparten contigo el dolor y la preocupación que tenemos por la salvación
del mundo. ¡Dolor, porque el mundo se está perdiendo!
Ora con nosotros para que los hombres puedan abrirse al Amor de Dios, recibir el Perdón de Dios y amar
a Dios.
Nuestros Corazones, unidos al tuyo, vamos a ofrecer súplicas para que la humanidad pueda confiar en
Dios, para que la humanidad no se olvide del Señor.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
351
El Espíritu Santo con fuego y con luz hiere suavemente el alma del pecador, abriéndole el corazón, para
que pueda recibir la luz en la oscuridad que hay en el corazón. La herida es un Acto de Amor de Dios,
debe abrir el corazón, por medio de la Verdad y cuando la Luz de la Verdad ha entrado en el fondo del
corazón se revelan al alma todos los males que ha cometido, compartido y guardado. Primero, este Acto
de Misericordia duele, porque el corazón humano es orgulloso y no desea encontrarse a sí mismo
imperfecto; pero cuando el alma se deja guiar por el Espíritu se torna humilde y se responsabiliza de su
maldad cometida por su falta de caridad, ya que todo pecado está impulsado por el no-amor al Señor.
Luego que el alma es iluminada puede más sencillamente examinarse y ser consciente de todo lo malo y
repararlo, pidiendo perdón a Dios y actuando en el amor. Todo lo malo que hacía antes lo hará bien en
adelante, para expiar con sus buenas obras las malas. Éso es vida de reparación. Esta vida santa
reparadora puede ser posible invocando permanentemente el Auxilio del Espíritu Santo, que es Él mismo
la Primera Morada de Santidad, porque es Quien conduce al alma en la Vida de la Gracia y alimentándola
de todas las Luces Divinas.
La encarnación misteriosa de los Sagrados Corazones de Jesús y de María también es un Don dado por
el Espíritu Santo. Pues, Él ha sido la unión misma de estos tres corazones, el de Jesús, el de María, y el
tuyo. El Espíritu Santo rodea, gobierna y alimenta con su Amor Divino ésta unidad mística.
Te bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
La Paz es una Gracia que solamente Dios puede otorgar. En el corazón humano no habita la Paz, porque
desde cuando sus primeros padres, Adán y Eva, se rebelaron contra el Señor, la Paz y la Gracia huyeron
de sus corazones. La Paz, ahora, es un Don de Dios, la Paz es un Regalo de su Amor, y deben orar
suplicando el Don de la Paz en el corazón y deben poner en práctica la Paz. La Paz es una Gracia que no
sólo se manifiesta interiormente, también la Paz se manifiesta en el hablar, en el escuchar, en el mirar y
en el sentir. El alma que tiene Paz se nota que vive en Paz, porque también sus actos externos
demuestran que está en Paz; pero quien no está en la Paz también en sus actos externos se nota
claramente que no está en Paz. Queridos hijos, quien no está en la Paz se expresa fácilmente que no vive
en Paz, vive iracundo, preocupado, sin paciencia, todo lo que observa le molesta, al igual que todo lo que
oye y todo lo que le dicen, y como está sin Paz está sumergido en mucho ruido y el ruido hace
complicado que el alma escuche la Voz silenciosa del Señor, la Voz serena del Espíritu Santo, la Voz
amorosa del Hijo de Dios.
Yo los invito, hijos de Mi Castísimo Corazón, a orar pidiendo el Don de la Paz. La Paz la necesita el
mundo, pero también la Paz la necesitan en sus corazones. La Paz se convierte en un silencio
contemplativo, porque el alma que está en Paz está en silencio y puede escuchar mejor al Señor.
Yo, San José, Hombre de Paz y de Silencio, los bendice: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Mi Espíritu Santo es la Fuerza Viva del Padre y del Hijo. Y el Espíritu Santo confirma que Mis Palabras
son la Verdad. El Espíritu Santo es el Alma Misma de la Divina Voluntad. Quien vive en el Espíritu Santo
vive en la Divina Voluntad, porque el Espíritu Santo es Verdad y conduce a las almas a vivir la Divina
Voluntad del Padre. El Espíritu Santo es la fuerza que mueve la voluntad. El Espíritu Santo siembra la
Voluntad del Padre en el corazón, la riega, la protege y la hace crecer. Y el Espíritu Santo va podando esa
plantita que crece, quitándole todo lo que la desfigura, como es el pecado, el amor propio, el orgullo y la
vanidad. El Espíritu Santo da fuerza a Mis hijos a vivir Mis Mandamientos, que son el Camino de la Divina
Voluntad en la tierra. Quien no vive del Espíritu Santo entonces está muerto en el alma, porque el Espíritu
Santo es el Alma de las almas, es el Soplo de Vida que da la Vida, es el Aliento que permite que las
criaturas vivan. El Espíritu Santo es el Amor Mismo que mueve todo y lo ordena, dirigiéndolo al Padre.
¡Vivan del Espíritu Santo y vivirán en Paz! ¡Vivan en el Espíritu Santo y tendrán confianza! Y permitan que
el Espíritu Santo hable y actúe por medio de ustedes y en ustedes. El Espíritu Santo es el que nutre esta
Obra de los Últimos Tiempos, para que sea dócil y realice en el mundo el Reino de Nuestros Sagrados
Corazones, que es el Reino mismo del Espíritu Santo.
Les doy Mi Bendición con Misericordia, en el Espíritu Santo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
352
Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de
María - 21 Abril 2018
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado y Dios Espíritu Santo han pedido al Padre que te escogiera y te
ungiera, desde antes de venir al mundo, para que fueras el apóstol enviado de Nuestros Sagrados
Corazones. Querido hijo, tu misión es transmitir como profeta a la humanidad Nuestros Últimos Llamados
de Amor y de Conversión. El profeta dice la verdad. El profeta no pretende quedar bien con nadie,
solamente decir la verdad. El profeta no da gloria al mundo sino que, con agua cristalina, le muestra al
mundo lo malo que hace. El profeta no busca agradar sino enseñar. El profeta no teme porque sabe que
anunciar y denunciar es su misión.
Queridos hijos ¡cuántos profetas les ha enviado Mi Padre! A todos los mataron antes de que Mi Hijo
viniera al mundo, a unos físicamente a otros moralmente. Y, cuantos profetas no ha enviado Mi Hijo
después de su Resurrección, comenzando por los Apóstoles y los presbíteros y por pequeñas almas que
recibían revelaciones del Señor, como ahora. Y todos los han perseguido, porque escuchar al profeta
implica cambiar de vida. La palabra del profeta destruye y construye, hiere y sana, porque es el Espíritu
Santo Quien habla, Quien indica y Quien transmite.
Queridos hijos, abran sus corazones, nuevamente les digo que solamente las pequeñas almas que viven
de la humildad pueden comprender los Últimos Llamados, y todos pueden, queridos hijos, solamente oren
y practiquen el don de la sencillez, de la humildad, del amor, y traten de vivir en paz. Mis queridos hijos,
les muestro el camino hacia Mi Hijo, el camino de la Verdad, el camino de la Voluntad de Dios.
Yo, vuestra Madre, quiero conducirlos a Mi Hijo Jesús y quiero enseñarles la Verdad. ¡Escúchenme con el
corazón! ¡Decídanse por la santidad! Les amo y le doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijo, lirio clavado en la cruz con Jesús, transmite sin cansarte Nuestros Últimos Llamados de
Amor y de Conversión para la humanidad. Muchos no creen e incluso persiguen; pero las almas que si
creen y que van a vivir fielmente Nuestros Últimos Llamados serán almas que van a saber discernir los
tiempos, serán almas que caminarán bajo la Luz del Espíritu Santo, y serán almas que con sus vidas van
a acelerar el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
Cuando Yo era muy pequeño meditaba, oraba y ansiaba conocer, servir, y seguir al Mesías de Dios, que
rescataría a Israel, y el Señor sorprendió Mi Corazón, porque no solo sería un seguidor del Mesías sino
también su Padre Legal, su amparo, su refugio, su sostén, que lo iba a educar como a un Hijo, que lo iba
a mantener durante treinta años bajo mi autoridad paternal, y cuando Él, Jesús, ya estaba listo para su
misión fui llamado para esperarlo en la Eternidad y poder estar con Él, cuando Él con su Sacrificio abriera
el Paraíso para todos. ¡Permitan al Padre sorprenderlos también, que sus almas sean seducidas por el
Espíritu Santo! El Espíritu Santo les dará fuerza y perseverancia para vivir fielmente estos Últimos
Llamados al mundo entero.
¡No permitan que el enemigo malo los confunda! Hay muchas voces en esta generación y la mayoría de
esas voces son del maligno, que quiere alejar por todo medio las almas de Dios; dentro de esas voces
también hay falsos profetas. Escuchen con el corazón Nuestros Llamados de Amor y de Conversión y
vívanlos. Y como es el mismo Sagrado Corazón que ha suscitado esta Obra, en este tiempo, todos los
que la acojan serán protegidos y guiados a la Verdad en un camino de santidad. Por eso, es importante:
¡escuchen y mediten Nuestros Últimos Llamados de Amor y de Conversión!
Yo, San José, también, anhelo, ahora, que regrese el Mesías a implantar su Reino Eucarístico, e
intercedo por todos ustedes, para que siguiendo mi ejemplo sean dóciles al Plan de Dios.
Les doy Mi Bendición Paternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
353
Mi bendito hijo, transmite Nuestros Últimos Llamados de Amor para la conversión de la humanidad.
Transmite Nuestras Palabras, hijito, el Espíritu Santo y el Doloroso e Inmaculado Corazón de Mi Madre te
han ungido para esto.
Mi Sagrado Corazón es un Rio Infinito de Amor, es un Río de Agua Viva que no se seca jamás y que no
tiene principio ni fin, porque es un Rio Inmenso, es un Rio Infinito, es un Rio Inabarcable y ese Rio son
Mis Gracias y Mi Misericordia. Este Rio corre sin detenerse y nunca se seca, y es accesible para todos,
todos pueden venir a tomar de las Aguas de Mi Sagrado Corazón. Para eso me estoy revelando en esta
Obra que es Mía, para dar a conocer Mi Corazón.
Las almas están lejos, las almas no se acercan. ¡Humanidad! ¡alma! ¡bebe de este Rio de Gracia!.
Mi Sagrado Corazón, que es el Mar que contiene toda la Misericordia del Padre, te purificará con sus
Aguas. Tu mente… el ruido… todo lo que ves, todo lo que escuchas, todo lo que tú entiendes e
interpretas, contamina tu mente, te la llena de ruido y el ruido te roba la paz de tu corazón. Estas aguas
de Gracia van a purificar tus labios, limpiarán tu boca. Recuerda que cada palabra salida de la boca del
hombre será presentada ante el Trono de la Justicia. Estas aguas purificarán tu boca, estas aguas
purificarán tu interior; los afectos, los deseos, los movimientos interiores de tu alma serán purificados
también. Y la misma fuerza y empeño que utilizabas para cometer el pecado serán cambiadas para,
ahora, obrar bien. La misma fuerza ocupada en la acción del pecado, ahora la ocuparás para vencerte a ti
mismo y buscar la santidad. ¡Ven a estas aguas, alma! ¡libérate! ¡sánate! ¡límpiate! Porque este Rio está
abierto ¡todos pueden acercarse! Sólo es necesario que tú, alma, quieras acercarte. Esta Agua calmará tu
sed, sed de Amor, sed de Paz, sed de Dios.
Te bendigo con Mi Amor Misericordioso. Las Aguas de Mi Corazón son las Aguas de la Vida Eterna que
calman la sed de todo el mundo ¡bébanlas!.
He venido a transmitir Mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión para llamar a Mis hijos y reunir a
todos Mis Apóstoles de los Últimos Tiempos en el Ejército de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Con
esta Obra estoy reuniendo a Mi Ejército, y con los cenáculos de oración los estoy formando, enseñando,
alimentando y educando.
Mis queridos hijos, abran sus corazones a Mis Llamados, medítenlos con inmenso amor. Profundicen, a la
luz de la Palabra de Dios, en Mis Últimos Llamados y, así, disciernan los signos que Dios está dando para
estos tiempos.
Mi Corazón es el Refugio de todos y por todos velo y oro, y deseo que todos cooperen conmigo y que
vivan, desde ahora, el Triunfo de Mi Corazón obedeciéndome, viviendo Mis Llamados y orando con el
corazón.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Los invito a abrir con confianza su corazón a Jesús. Jesús es la Palabra Encarnada y Sus Obras, son
Obras de Amor y Misericordia. No desconfíen nunca de Jesús, que es el mayor dolor que pueden dar a su
Sagrado Corazón. Los invito a vivir el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón, obedeciendo Mi Llamado de
Amor y de Conversión, viviendo en gracia los sacramentos que Mi Hijo les ha dado por medio de la Iglesia
y confiando. Él se dio todo en la Cruz por ustedes, confíen que solamente demostraciones de Amor por
ustedes Él hace. Les invito, crezcan mas en la confianza a la Divina Misericordia del Corazón de Jesús,
les doy Mi Bendición Maternal. Los exhorto, vivan Mis Llamados. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amen.
354
Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de
María - 1 Mayo 2018
Con Amor Materno he venido a reunir a Mis hijos, a educarlos, y a hablarles de Jesús, y como Madre,
deseo que todos vivan en la rectitud, y ese camino de rectitud solamente se puede vivir practicando y
observando el Evangelio de Mi Hijo. Es el único camino hacia la Verdad. Queridos hijos, como Madre de
la Palabra de Dios, así como vine a Fátima, vengo ahora a revelar Mi Corazón para transmitirles la
Palabra de Dios desde Mi Corazón. Queridos hijos, quien vive, quien medita, y quien cumple el Evangelio,
ya está viviendo el Triunfo de Mi Corazón. Oren, queridos hijos, y supliquen al Espíritu Santo, infunde
amor en sus corazones para que puedan también amar la Palabra de Dios. Mediten en Ella, porque Mi
Llamado de Amor y de Conversión solo quiere recordar en ustedes lo que Mi Hijo ya les ha enseñado. A
todos los tengo en Mi Corazón y oro ante Jesús por todas sus intenciones y les pido oren por Mis
Intenciones, y así destruir las obras de Satanás. Queridos hijos, doy un Beso de Amor Materno a sus
corazones, confíen en el Amor de Dios, deseo que todos conozcan el Amor de Dios, Paz. En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Castísimo Corazón intercede por cada uno de ustedes, lo importante, queridos hijos, es buscar el
Reino de Dios y si así conviene todas las demás cosas que sirvan para su salvación eterna vendrán por
añadidura.
Queridos hijos, es importante tener un espíritu contemplativo, las almas en el mundo viven dispersas,
distraídas y sumergidas en todo lo material, es necesario tener el silencio en el corazón para escuchar a
Jesús, para comprender a Jesús. En el silencio escuchen a Dios cuando estuve en la tierra procuraba el
mayor silencio para ver, para escuchar, para guardar todo lo que Jesús hacía y decía en Mi
Corazón. Aprendí a servir a Jesús por medio de María y aprendí a servir a María por medio de Jesús y es
Mi Llamado para este tiempo, servir a Jesús y a María escuchándome, guardando Mis Llamados de Amor
y de Conversión y refugiándose en mi Casto y Amante Corazón. Vivan en la paz y en un silencio
contemplativo. Oro por cada uno de ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Se nos manifestó en el mismo lugar donde les enseñó a los pastorcillos las oraciones. Este llamado se
nos dio al casi finalizar la Coronilla a la Santísima Trinidad.
Soy el Ángel de la Paz y por orden de Nuestra Señora los exhorto a una profunda Adoración Eucarística,
adorando por los que no adoran, amando a Jesús en la Eucaristía por los que no lo aman y también
comulgando el Cuerpo Eucarístico de Jesús por los que no comulgan o por los que comulgan en pecado
mortal. Queridos hermanos, la Santa Eucaristía es el Centro de toda la creación, cada Sacrificio
Eucarístico ha detenido la Divina Justicia. ¡Adoren! ¡Reparen! ¡Pidan perdón sinceramente por sus
pecados y Jesús los perdonará!. Y que sus vidas sean un continuo testimonio de la Presencia de Jesús
Eucaristía en sus corazones y con Jesús sean una sola Hostia. Y con Él, por medio de Nuestra Señora,
imploren Misericordia para el mundo entero y que toda vuestra vida de oración sea una vida de paz, de
recogimiento interior y de profunda devoción a los Sagrados Corazones Unidos y Eucarísticos de Jesús y
María. La Paz.
Queridos hijos, Mi Sagrado Corazón está enamorado de ustedes. Me he dado sin reservas desde aquel
momento en la Cruz y me sigo entregando, en cada Santa Misa, por todos.
Queridos hijos, oren para que puedan comprender el valor infinito que tiene el Santo Sacrificio de la Misa,
enamórense de la Santa Misa y vívanla con todo el corazón, porque estar en la Santa Misa es estar al pie
de la Cruz, con Mi Mamá Celestial, contemplando y adorando a Mi Corazón que se entrega en Sacrificio
por ustedes. Almas, yo les amo inmensamente y quiero ser correspondido de ustedes. Es por eso que Yo
necesito que también se enamoren de Mi Corazón.
355
Los primeros jueves de cada mes, dedíquenlos a reparar por todos los pecados contra la Santa Eucaristía
y por Mis Predilectos los Sacerdotes. Los primeros jueves de cada mes, consuelen Mi Corazón
Eucarístico con Mi Mamá Celestial.
Doy la Bendición sobre ustedes y bendigo todos los objetos religiosos, en el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón es una Fuente Eterna de Misericordia. Yo pido que todos los hombres,
especialmente los que están mas empecinados en pecar, se acerquen a Mi Corazón. Yo no seré su Juez
sino un Padre que abraza, que perdona y que anima a que sigan adelante caminando, perseverando. Yo
amo inmensamente a todas las almas, pues me entregué con Amor y sin reserva para que todas fueran
salvadas. Confíen más en Mi Corazón.
Queridos hijos, comprendan que en la Santa Eucaristía los nutro con Mi Propio Corazón, para que
ustedes tengan fuerzas y también porque Yo he deseado quedarme no solamente con ustedes sino
dentro de ustedes. Permitan que Mi Espíritu Santo sea el alma de sus almas, La Vida de sus vidas y el
Centro de todo su ser.
Queridos hijos, mi Mamá celestial ha buscado darme a conocer y a amar, escúchenla que por haber
ignorado a Mi Madre, el mundo se aleja más de Dios. No ignoren a Mi Madre, obedézcanla, Ella los quiere
conducir ya no sólo de su Mano sino desde Su Corazón hacia Mí. Escucha pueblo de Dios, Yo soy Jesús
y Mi Corazón les ama y deseo ser amado también. Correspondan al Amor de Dios.
Los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Corazón Inmaculado es la Salud para la humanidad enferma hoy. Mi Hijo Jesucristo en su Divina
Providencia ha deseado que Mi Corazón sea revelado, dado a conocer y a amar, para que a través de Mi
Corazón de Madre reciban sanación, perdón y el Amor de Dios. Con cariño de Madre vengo al encuentro
de todos mis hijos, Yo quiero darles a conocer el inmenso Amor de Jesús, quiero que lo amen que se
encuentren con Él, que se enamoren de Jesús.
Queridos hijos, Yo oro continuamente por ustedes, porque estoy urgida que todos conozcan, reciban y
acepten el Amor de Dios. Sólo el Amor de Dios puede rescatar al mundo entero. Sólo el Amor de Dios
puede sanar las heridas de sus corazones, de sus familias. Sólo el Amor de Dios puede llenar los vacíos
del corazón. Queridos hijos, oren conmigo, que Yo deseo que todos reciban este Amor. En Fátima
manifesté el inmenso Amor de Jesús que por ser tan rechazado desea ser reparado. Todos los apóstoles
de Nuestros Sagrados Corazones deben vivir en reparación continua.
El Amor no es amado. Amen a Jesús por los que no lo aman. Escuchen a Jesús por los que no lo
escuchan. Vivan de la Santa Prudencia para reparar todos los pecados contra la caridad y de omisión.
Queridos hijos, Dios los ama y quiere que ustedes lo amen también. Oren, oren, oren mucho pidiendo la
Gracia de poder encontrarse con el Amor de Dios. Les doy Mi Bendición Maternal.
Almas, escuchen a Mi Sagrado Corazón, que por medio de Él habla Mi Espíritu Santo y el Espíritu Santo
es el Espíritu de Dios, que conduce a las almas a la Verdad y a la Plenitud. Quien escucha al Espíritu
Santo nunca se equivoca. Quien obedece al Espíritu Santo está obedeciendo a Mi Sagrado Corazón,
porque Mi Sagrado Corazón también es la Fuente Eterna de donde salta el Espíritu Santo para toda la
humanidad.
¡Escuchen a Mi Sagrado Corazón! ¡Sufro por la indiferencia de los hombres a Mis Palabras! El mundo
está convulsionado por la rebeldía y el pecado. Mi Palabra es Belleza, es Orden, es Verdad. En cambio,
el pecado es destrucción, es desorden y mentira; y el único fruto del pecado es la muerte.
356
Vengo con Mi Sagrado Corazón pidiendo que me escuchen, que me obedezcan y que me amen con el
corazón. Ya no quiero cristianos de labios; quiero cristianos de testimonio, de acciones, de raíces; no
cristianos superficiales. ¡Ánimo, queridos hijos, sean verdaderamente Apóstoles de Mi Sagrado Corazón!
Yo estoy con ustedes, los alimento con Mi Cuerpo Eucarístico y con Mi Palabra.
Tienen la fuerza suficiente para hacer lo que les digo; solamente, son sus voluntades humanas las que
ponen obstáculos a Mis Obras, pero pueden y deben poner manos a la Obra. ¡Ya no más tibieza!
Escuchen y obedezcan, porque son Mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión para la humanidad,
porque son las Últimas Apariciones de Nuestros Sagrados Corazones pidiendo que regresen al Amor de
Dios.
Les doy Mi Bendición Misericordiosa: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Corazón de Madre continuamente se está manifestando, para mostrarles el Amor del Corazón de
Jesús, para recordarles lo que Jesús les ha enseñado, para guiarles por el camino de la rectitud. Observo
sus corazones y sólo encuentro una dureza que se resiste a comprender. Ustedes, queridos hijos, pueden
entender Mis Palabras; pero se resisten a entenderlas, y, a veces, el hombre quiere acomodar la Palabra
de Dios, según su criterio.
Queridos hijos, sus corazones están duros, ustedes pueden cambiar, tienen desde su Bautismo al Espíritu
Santo y pueden cambiar; pero, ante todo, se dejan conducir por sus criterios humanos.
Queridos hijos, con mucho Dolor en Mi Corazón, les digo: ustedes no están enamorados de Dios, porque
aún domina el ego humano, el pensar, el actuar, el creer que lo que mi ego me orienta es el camino
correcto. ¡No se han dejado vencer por Dios! ¡La prepotencia y la soberbia matan sus almas!
Pequeño, Yo sé que sufres inmensamente las agonías que Mi Hijo te comparte. Te digo hijo que no te
desanimes. ¡Sigue sufriendo por Él! Jesús con tu dolor está haciendo grandes obras. ¡Sigue agonizando
con Jesús! Hijito, tu dolor nos consuela. Nuestros Sagrados Corazones están en ti y también en ti está
Nuestro Infinito Dolor. Te digo esto para que sepas el gran bien que haces ofreciendo. Nos consuelas. No
te entristezcas que, aunque veas que tus hermanos en el mundo no cambian, Nuestros Corazones son
consolados.
Les doy Mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Almas, deben implorar más al Espíritu Santo, desde el Bautismo lo recibieron y por Él fueron consagrados
a Dios. Pero la acción del Espíritu Santo la han detenido, la han truncado con los pecados, entonces el
Espíritu de Dios se entristece porque es un Espíritu de Libertad y Él no pretende obligarlos a actuar en el
camino de la santidad. El Espíritu Santo, si lo permiten actuar, transformará sus vidas por medio del Amor
y de la Paz. El Espíritu Santo es la primera Morada de la perfección, es el primer Aposento donde el alma
empieza su camino hacia la santidad, desde el Espíritu Santo, y con Él, avanzará por el camino del
Evangelio, del amor y de la santidad. Invoquen seguidamente la Ayuda y la Asistencia del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo ha sido el Dios desconocido.
Yo, Teresa de Jesús, intercedo para que el Espíritu Santo ya no sea un Dios desconocido para ustedes y,
con el Espíritu Santo, encendidos en su Amor, de verdad estén enamorados del Corazón de Jesús. Quien
no tiene al Espíritu Santo no puede estar enamorado de Dios y mucho menos tener disposición para
servir al prójimo. El Espíritu Santo lo es todo en la práctica del Evangelio, invóquenlo. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
357
Pequeño lirio crucificado con Jesús, transmite sin desanimarte Nuestros Últimos Llamados de Amor y de
Conversión. No te entristezcas si los hombres responden o no al Llamado de la Conversión. Tú transmite,
ya que la humanidad debe responder por sí misma a vivir el Llamado de Dios o a rechazarlo. Tú, pequeño
hijo, solamente transmite lo que el Cielo desea decir al mundo.
Consagrarse a los Sagrados Corazones también es una forma de vivir. No es solamente hacer un acto de
piedad; es practicar la consagración día a día, con testimonio y fidelidad. Yo, San José, hacía actos de fe
y de piedad, pero vivía mi consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María diariamente, en
mi trabajo y en mi cansancio, en el tener o en la escasez, en la alegría y en el sufrimiento; día a día, ponía
en práctica mi entrega a Jesús y a María. Queridos hijos, los invito a poner en práctica con fidelidad la
consagración que han hecho, a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, viviendo y obedeciendo
con fidelidad los Llamados de Amor y de Conversión, a la luz de la Palabra de Dios, y que en toda su vida
ordinaria ustedes la hagan distinta del mundo, poniendo en cada momento su corazón en Dios y
esforzándose, con la ayuda del Espíritu Santo, para vivir estos Últimos Llamados de Amor y de
Conversión para la humanidad. Estos Últimos Llamados han sido una Gracia de la Misericordia de Dios,
pero la humanidad también, estos Últimos Llamados, la ha rechazado. Oren, oren de verdad, para que
también ustedes puedan convertirse de verdad y tengan la verdadera paz, que nace del corazón que está
con Dios. Los que están con Dios no deben temer, porque el que teme está dudando del Amor de Dios.
Queridos hijos, aumenten su confianza en Dios, como Yo también lo aprendí en Nazaret de Jesús y de
María. Les doy Mi Bendición Paternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¡Cómo desea Mi Corazón que estuvieran enamorados de Mí! Yo no quiero que sólo crean; Yo quiero que
estén enamorados de Mí, como Yo lo estoy de ustedes. Almas, Yo no pensé resguardar Mi Vida; cuando
supe que para salvarlas debía morir, no dudé en decirle a Mi Padre: ‘Aquí estoy’; no lo dudé. Porque Yo
los amo y me entregué sin pensarlo más, para salvarlos; aún sabiendo el suplicio que implicaba. Almas,
Yo las amo ¿qué más puedo hacer para convencerlas de que las amo? Me entregué en la Cruz. Les doy
Mi Cuerpo y Mi Sangre para que me coman y beban.
Estoy dando los Últimos Llamados de Amor a la humanidad, para que conozcan Mi Misericordia. ¿De qué
otra forma puedo convencerlos de que los amo? Eres tú, alma, la que pones condiciones al Amor que te
tengo. Eres tú, quien quieres estar sola. Eres tú, quien quiere permanecer enferma. Mis Brazos están
abiertos. Quiero estar contigo. Quiero sanarte. Pero tú no te dejas. ¡Sólo ámame! ¡Ámame con celo y con
locura! Y eso basta para que Yo pueda hacer Mi Obra en ti. Mi Apostolado es una prenda de Amor de Mi
Corazón, que doy a la humanidad en este tiempo. Y con esta Obra he querido abrazar al mundo entero.
¡Ven la Luz y no se acercan! ¡Ven el Refugio y se alejan! ¡Ven Mi Amor y Mi Dolor y se ponen
indiferentes! Alma, Yo te amo, regresa a Mi Corazón.
Pequeño lirio, crucificado por Mí y conmigo, el dolor es parte de la encarnación mística de Nuestros
Sagrados Corazones en el tuyo, no te entristezcas; el dolor te hace bello para Mí, hijito, y el dolor que me
das, ofrecido en holocausto, consuela grandemente Mi Corazón y alivia el dolor de nuestra Mamá. Lirio,
crucificado conmigo, que el celo que el Espíritu Santo ha puesto en tu corazón te haga una voz, que llame
al mundo a entregarse a Mi Corazón. El Corazón Inmaculado de Mi Madre y el Espíritu Santo también te
consagraron un día como una alma víctima. Por tres cosas: consolar, desagraviar y expiar a Nuestros
Sagrados Corazones Unidos, por la santidad de todas las almas consagradas a Dios y, finalmente, para
que el mundo entero conozca y reciba el Amor Divino de Mi Corazón. Y por estas tres cosas, tú, sufres,
hijito; pero el dolor te realiza, te hace grande para Mí y fuerte en el espíritu.
¡Cómo quisiera que el mundo, al fin, pudiera recibir el Amor que le tengo! ¡Humanidad te amo y te
bendigo! ¡Recibe el Amor que te tengo! ¡Humanidad escucha al Señor! En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es el Refugio de todos. Yo, como Madre deseo que todos encuentren
en Mi Corazón, alivio, paz y alegría. Con Mis Llamados de Amor y de Conversión vengo a revelarles el
Amor de Jesús y quiero que todos conozcan el Inmenso Amor de Jesús. Si un solo corazón se encontrara
con el Amor de Jesús habría ¡ya! paz en el mundo. Si todo el mundo se encontrara con el Amor de Jesús,
el Reino de la Paz ya estuviere en el mundo. Queridos hijos, el primer paso, después del arrepentimiento,
para iniciar el camino de la santidad, es pedir al Espíritu Santo que les muestre el Amor de Jesús y sólo
con el Amor de Jesús ya lo van a tener todo.
358
¡Oro, queridos hijos! para que el Amor de Jesús reine en cada corazón y cada corazón, por el Espíritu
Santo, se transformen en corazones pequeños, corazones sencillos, corazones que den luz a todos.
Queridos hijos, no tengan miedo de ser pequeños, es más ¡alégrense en ser pequeños y humildes! eso
consuela mucho al Corazón de Jesús.
Queridos hijos, oro continuamente para que todos puedan comprender que encontrarse con Jesús es
urgente y necesario. Queridos hijos, insisto ¡déjense encontrar por Jesús! transformar por Su Amor,
confiar en Dios.
Les doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Queridos hijos, el corazón debe estar abierto, para recibir la semilla de la Palabra de Dios. Y para que la
Semilla de la Palabra de Dios reviente y de fruto es necesario regarla. Se riega la Semilla de la Palabra
que cae en tu corazón con la oración constante. La oración es el Agua de Vida que riega la Semilla de la
Palabra y la hace germinar en ti. Y para mantener la planta, que crece, es necesario abonarla con el
ayuno, con la mortificación, con el sacrificio y con la penitencia. Y esa plantita que es la vida espiritual del
alma crecerá fuerte y grande y producirá muchos frutos. Y esos frutos son las virtudes, los dones y los
carismas que, no son para alimentar la planta, son para alimentar a los demás. Los dones y los frutos del
Espíritu Santo no son para que el alma los guarde sino para que, en humildad, ayude, anime y sostenga a
los demás.
Queridos hijos, insisto nuevamente, abran el corazón a Mis Llamados de Amor y de Conversión; éstos
Últimos Llamados deben ser acogidos por un espíritu humilde y para ser comprendidos deben orar, orar
incesantemente.
Queridos hijos, mi exhortación es para que crezcan en la virtud y en el espíritu, el Padre envía su Espíritu
Santo sobre ustedes, también como lo envió para Mí, y así realizar los Planes del Señor. Y tú, pequeño,
eres la primera ofrenda víctima, que está viviendo no sólo el carisma de los Sagrados Corazones sino
también el carisma del Espíritu Santo y del Inmaculado Corazón de María; ya que, el Espíritu Santo y el
Corazón de Nuestra Señora pidieron a Jesús que te tomara como víctima y como esposo de sangre, dolor
y amor.
Doy Mi Bendición Paternal sobre el mundo entero: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Mi pequeño crucificado, Yo amo tanto a los hombres que quise quedarme escondido, pero
verdaderamente presente, en la Sagrada Eucaristía.
Queridas almas, los hombres han olvidado el valor de la Adoración Eucarística. Estoy solo, abandonado y
olvidado en muchos Tabernáculos en el mundo, y tengo Mi Corazón Desbordante de Gracias y de Amor,
y de ese Corazón fluye un Manantial de Aguas Vivas queriendo ser bebidas por los hombres, pero se
olvidan que Yo estoy ¡Vivo! en el Santísimo Sacramento. Si los hombres supieran que desde el Santísimo
Sacramento Yo sano sus enfermedades, desato sus ataduras, doy Luz y Claridad a sus mentes y
corazones, perdono y abrazo, remedio y consuelo y, aún más, demuestro el Amor Infinito. Pero lo ignoran,
queridos hijos, lo olvidan. Yo soy Jesús olvidado en cada Sagrario.
Queridos hijos, son Mis Últimos Llamados de Amor para la humanidad y los hombres me siguen
ignorando y también muchos me siguen desobedeciendo. Son Mis Palabras de Amor ¡escúchenlas con el
corazón y vívanlas!.
Yo les doy Mi Bendición Misericordiosa. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
359
Queridos hijos de Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, Mi Corazón está abierto porque deseo, con Amor
Maternal, que todos estén adentro de Mi Corazón, porque es el único Refugio Seguro para los hombres.
Quien no está en Mi Corazón está expuesto al mal, está abandonado a las insidias del enemigo, está en
oscuridad, frío y tiniebla. Pero si entran en Mi Corazón tendrán el calor del Amor de Madre, tendrán casa,
refugio, abrigo, luz, fe y paz. Pero para entrar en Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es importante vivir
Mis Llamados de Amor y de Conversión, que son Mis Últimas Palabras para el mundo.
Queridos hijos, escuchen atentamente, sólo quien vive y obedece Mis Llamados de Amor está viviendo
dentro de Mi Corazón, porque así lo quiere el Espíritu Santo. Deseo que tengan más fidelidad y
compromiso con Mis Intenciones.
Queridos hijos, quiero que tomen seriamente Mis Advertencias, Mis Intenciones y que sean fieles
propagadores y, también, practicantes de Mis Cenáculos de Oración. Es de vital importancia, queridos
hijos, vivir esto, para ser verdaderos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones. Con Amor Maternal os
bendigo a todos.
Queridos hijos, soy el Padre y Creador de los hombres. He mandado a los Dos Profetas de los Últimos
Tiempos; el Sagrado Corazón de Mi Unigénito Hijo Jesucristo y el Doloroso e Inmaculado Corazón de Mi
Eterna y Amadísima Esclava María. ¡Oh almas, creadas por la única Ley que existe en Mi Naturaleza, la
Ley del Amor! ¡Oh almas, soy Vuestro Padre Tiernísimo y Amante! Los hombres han hecho una imagen
de Su Dios como un vengador poderoso y castigador. Es verdad, almas mías, que soy Poderoso pero Mi
Poder consiste en el Amor Infinito y la Misericordia Inabarcable que tengo por ustedes. ¡Oh almas, que
rechazado se siente Su Padre Dios! Yo soy un Dios Bueno, soy el más Tierno de los Padres, soy el más
Bueno. Queridos hijos, Mi Bondad es Infinita. He querido que todos vivan en la bondad, en el amor y
también en la fraternidad, porque todo bautizado es hermano e hijos Míos, pero el egoísmo siempre ha
sido puesto en primer lugar por ustedes, los hombres.
Yo no sólo los invito ¡los ordeno! pero es una Orden de Amor. Piensen más en Mí, deseen lo que Yo
deseo y busquen los Tesoros del Reino, nada más. Yo, así como actúe por Mi Pueblo Israel, del mismo
modo cuidaré, defenderé y actuaré en favor de ustedes. ¡Confíen! ¡lo exhorto! ¡confíen más en Vuestro
Padre Celestial!. ¡Escuchen! Que ahí tienen a los Dos Profetas; Jesús y María, escúchenlos y
obedézcanlos.
Te amo, alma, te amo, y como el más Amoroso de los Padres, Yo no permitiré, al menos que tú también
colabores conmigo, que pierdas tu alma. Dame tu “sí”, solamente quiero tu “fiat”, el resto lo hará Vuestro
Papá. Mi Omnipotente Bendición, que todo lo abarca, que todo lo renueva, y que damos, el Padre, Mi Hijo
y el Espíritu a través de las manos de Mis ministros, desciendan sobre todos.
Almas de Mi Sagrado Corazón ¿qué es reparar? Almas Mías, con vuestro “sí” al pecado han desviado el
Plan de Dios para con ustedes. Mi Padre creó al hombre para que viviera en gracia. El hombre con su
desobediencia atrajo el pecado. Mi Padre con los Diez Mandamientos quiso guiarlos a una vida en orden,
santa y perfecta, pero los hombres, con su desobediencia, atrayeron sobre si los castigos y las
consecuencias de sus actos malos.
Yo vine a revelarles Mi Evangelio para que tuvieran vida de verdad, luz en vuestros corazones y vivieran
en paz como lo que son, hermanos. Pero los hombres, con su desobediencia, han atraído la muerte y los
frutos de la condenación; odio, venganza, celos, orgullo, lujuria y todos los demás pecados.
Hijos Míos, reparar, entonces, es hacer todo lo que han hecho mal hasta hoy, bueno, bien ¿Cómo reparas
un odio? amando ¿Cómo reparas el orgullo? sirviendo ¿Cómo reparas Mi Corazón? obedeciéndome.
Todo lo que Yo les he dicho en Mis Llamados de Amor y de Conversión, si lo viven, si lo obedecen, ya
están reparando Mi Corazón ¿Cómo reparan el Corazón de Mi Madre Santísima, obedeciéndola,
haciendo todo lo que les pide. Eso es reparar.
Apóstoles Míos, aún me han causado mucho Dolor ¿Por qué no no se deciden? ¿Por qué ven la Luz y no
la siguen? ¿Por qué escuchan la Verdad y no la practican? Todo esto vuelve a matar Mi Corazón. Porque
los pecados eso hacen, me vuelven a matar, me vuelven a quitar la Vida en ustedes.
360
¡Ay, hijos Míos! entre más pecado acumule la humanidad más grande será la destrucción y el dolor. Y en
el día del aviso, tú veras que con tus pecados no sólo te dañaste a ti, verás la inmensidad del daño que
causa tu pecado ¿No es mejor cambiar ya? ¿No es mejor abandonar tu pecado y convertirte ahora?
Apóstoles de Mi Corazón, aquí está Mi Corazón ¡Contémplalo! Corazón que tú has herido, ofendido y
ultrajado ¡Tómalo! Consuela Mi Corazón llevando una vida de obediencia a Mis Últimos Llamados de
Amor y de Conversión y practicando y frecuentando los sacramentos. Ya no hay tiempo.
Mi Corazón que también está Traspasado por el Dolor que le has causado, te dice que te ama y te
perdona, pero no vuelvas a ofender más al Señor.
Doy Mi Bendición Misericordiosa. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Queridos hijos, deseo transmitirles, desde Mi Corazón a sus corazones, la Paz de Mi Hijo.
¿Por qué se inquietan? ¿Por qué desconfían? ¿Por qué reniegan? ¿Por qué tanta inseguridad observo en
sus corazones? Sólo los hombres que no conocen a Dios pueden vivir así, solamente los hombres que no
conocen el Amor de Jesús pueden estar inseguros, con miedo y sin confianza.
Acaso, hijitos Míos, ustedes ¿aún no conocen a Jesús? ¡Cuánto tiempo Mi Hijo ha estado entre ustedes,
les ha enseñado en Su Palabra, los ha alimentado con Su Cuerpo, los ha asistido con los Sacramentos y
aún no conocen a Jesús!. Queridos hijos, eso sucede porque no oran lo suficiente, solamente quien no
ora, no conoce a Jesús, no está en paz, y si oras pero no tienes paz es porque debes orar con el
corazón.
Amados hijos, son Mis Últimos Llamados para la humanidad y quiero guiarlos por el camino de la Verdad,
del Evangelio y de la Cruz. Por favor, hijitos Míos ¡les exhorto! atiendan Mis Palabras. Sólo hasta que
obedezcan Mis Llamados el mundo podrá obtener la Paz, sólo hasta que confíen en Nuestros Sagrados
Corazones podrán obtener la Paz para ustedes, sus familias, para el mundo entero. No desoigan a Su
Madre, el mundo ya ha sido lo suficientemente indiferente con Vuestra Madre.
Les doy Mi Bendición ¡con un Corazón lleno de preocupación! porque Mis hijos no me quieren escuchar.
Soy la Madre de la Angustia y del Dolor porque no quiero que ni uno de ustedes se pierda. En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Dios Padre quiso que aquel trece de octubre en la última aparición en Fátima me manifestara, para
profetizar la Era de los Tres Corazones de la Sagrada Familia; profecía que se ha cumplido con Nuestro
Apostolado, y que por medio de los Llamados de Amor y de Conversión se está consolidando,
concretizando y realizando la misión que el Padre confió a Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
La humanidad está tan dispersa, muchos hombres quieren escuchar lo que les agrada pero de aquello
que los compromete huyen; humanidad, tienes a la Iglesia, al Santo Padre, al Evangelio y a Nuestros
Últimos Llamados de Amor y de Conversión, esto debe ser tu luz y guía, y ya no te permitas confundir y,
así, alejarte de la Verdad. Amadas almas, aún no han comprendido la importancia de esta Obra y
tampoco han comprendido la urgencia de Mis Llamados, pareciera que sus corazones aún no terminan de
convencerse de que estos son las Últimas Revelaciones de los Sagrados Corazones y las más
importantes para la humanidad.
Queridas almas, hemos venido a consagrar este recinto como el Hogar de Nazaret para estos tiempos,
quiero que comprendan que este lugar es la Casa de la Santa Familia para los Últimos Tiempos, y que es
preciso que se guarde el recogimiento y la oración. Y todas las almas que desean peregrinar a Nuestra
Casa de Nazaret para los Últimos Tiempos cuando vengan y oren serán marcadas con el Sello de los
Últimos Tiempos, el Sello del Apocalípsis, la Marca del Cordero de Dios, su Sangre Preciosa, y este Sello
además de recibirlo quien venga a orar a Nuestro Hogar de Nazaret en estos Últimos Tiempos lo recibirá
también su familia. Queridos hijos, aún es necesario que oren con el corazón, aún es importante que
cambien de vida sin esperar más, aún es importante que escuchen con más recogimiento Nuestros
Llamados de Amor.
361
Como el Protector de los Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, los bendigo, y
desde este Hogar de Nazaret de los Últimos Tiempos bendigo al mundo entero: en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
(1) NOTA: En la Santa Comunión, puedo decir con la Sierva de Dios Luisa Margherita Claret de la
Touche: “El que mantiene el mundo está en mí. La Sangre de un Dios circula por mis venas. No temas
alma mía: El Señor del mundo te ha cogido en Sus brazos y quiere que te recuestes en Él”.
(2) NOTA: A Santa Margarita María de Alacoque, durante la Sagrada Comunión, el adorable Corazón de
Jesús le dijo: “Yo te prometo, por el exceso de la misericordia de Mi Corazón, que su Amor todopoderoso
concederá a todos aquellos que comulguen los primeros viernes, nueve meses seguidos, la gracia de la
penitencia final; que no morirán en mi enemistad, ni sin recibir los sacramentos y que Mi corazón les será
asilo seguro en su hora postrera”.
Amados hijos, deberían de agradecer al Señor por Mis Últimas Venidas a la tierra en este Lugar Sagrado,
y en ese agradecimiento, deberían alegrarse porque Mi Hijo Jesús los ha escogido por pura Misericordia.
Mis Venidas a este Lugar son cruciales para la humanidad y, aunque Mis Últimos Llamados de Amor y
de Conversión no sean considerados por la humanidad, los Planes de Nuestros Sagrados Corazones
Unidos se van a realizar.
Amados hijos, Yo los invito a reflexionar en Mis Llamados de Amor, es importante que los escuchen pero
además quiero que profundicen en meditación en Mis Palabras, para que Mis Palabras puedan calar en
sus corazones y dar abundantes frutos. Queridos hijos, como Madre los estoy preparando para la
Segunda Venida de Jesús, no sean renuentes a las instrucciones de Vuestra Madre, quiero que todos
estén presentes en la Gloria de Jesús.
¡Humanidad! Desde este Lugar Sagrado, donde Nuestros Corazones Unidos están dando Sus Últimos
Llamados para que el mundo se convierta, te invito a abrir tu corazón al Amor de Jesús. Ya no rechaces
el Amor de Dios, pero además déjate amar por Dios y en toda circunstancia de tu vida ¡siéntete amado de
Dios! Un gran pecado que los hombres ignoran es olvidar el Infinito Amor de Dios. Si la humanidad
sintiera ese Amor y no lo olvidara, la realidad de este mundo sería muy distinta a las penas y sufrimientos
que ahora vive.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, la Advocación de la plenitud de los tiempos, intercede por todos
Mis hijos. Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
362
Mis amados hijos, Mi Casto y Amante Corazón desea que profundicen en Mis Llamados. He venido a este
Lugar Santo para acompañar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María que están dando Sus
Últimos Llamados por Amor y para la Conversión del mundo entero. Mis queridos hijitos, vengo a revelar
una Espiritualidad para estos Últimos Tiempos; es el Camino Josefino. Mis queridos hijitos, en este
Camino de San José, es imperativo que la Palabra de Dios ocupe un lugar de honor, mediten en la
Palabra, lean diariamente la Palabra y, junto a la Palabra de Dios, profundicen en Mis Llamados, para que
la Palabra de Dios ilumine sus corazones y fluya a través de sus obras. Hijos Míos, cada uno de ustedes
tiene que ser obra encarnada de la Palabra de Dios, es decir, cada apóstol de Nuestros Sagrados
Corazones tiene que poner por obra y testimonio la Palabra de Dios.
Les doy Mi Bendición Paternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Alma, Mi Corazón debe ser para ti todo; tu Alimento y tu Sostén; tu Abrigo y tu Hogar; tu Maestro y tu
Padre. Considera a Mi Sagrado Corazón todo lo que necesitas. Te estoy entregando Mi Corazón para que
lo ames, para que lo consueles y, también, para que lo obedezcas.
Alma, Yo te invito a confiar, confía mucho en Mi Amor. Todo lo que tu aspiras y que es bueno, Yo aspiro
más, lo mejor para ti mismo, confía que Tu Dios no quiere ningún mal para ti. Las almas que desconfían
del Amor de Su Dios es porque aún no conocen el Amor de Mi Corazón.
¡Yo quiero que oren más y pidan conocer Mi Amor! ¡Piensen más en Mi Amor y crean más en Mi Amor!.
Aquí está Mi Amor ¡cree! ¡acéptalo! ¡déjate amar por Mi Amor!.
¡Estoy tan triste porque el mundo no quiere conocer Mi Amor! Si el mundo empezara a conocer Mi Amor
evitarían más daño del que ya se está haciendo. Si las familias empezaran a orar para conocer el Amor
de Jesús ¡habrían muchas familias santas!. Conozcan Mi amor ¡oren al Espíritu Santo que les revele Mi
Amor!.
Los bendigo con Amor y Misericordia Infinitos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amen.
Queridos hijos, pero aunque me escuchen no han querido poner en práctica Mis Palabras, porque no
quieren renunciar a ustedes mismos. Para vivir Nuestros Llamados de Amor y de Conversión y por
consiguiente al Santo Evangelio, es necesario la renuncia propia. Con el amor propio, queridos hijos, no
lograrán nada. Ya han visto que el amor propio de los hombres sólo causa al final destrucción.
Queridos hijos, renuncien a ustedes, cambien, no sigan el mismo camino que han recorrido hasta ahora,
cambien. Y ese cambio implica: confesión, ayuno, oración, perdón, servicio y práctica de las virtudes
como la prudencia, la paciencia, la confianza absoluta, la caridad perfecta.
Queridos hijos, para que Nuestros Llamados de Amor y de Conversión den frutos en ustedes, aprendan a
renunciar al amor propio y abandónense en el Espíritu.
No guarden su voluntad, entréguenla para que sea sustituida por la Voluntad Divina.
Hijitos, les pido que, además de escucharme, pongan en práctica Mis Palabras de Madre.
También los exhorto a que el Ave María de los Últimos Tiempos lo recen en toda su vida de devoción, a
cada instante y a cada momento. Todo lo que me pidan a través del Ave maría de los Últimos
Tiempos lo concederé pero pidan con Fe.
363
Y el Escapulario de los Sagrados Corazones Unidos en tamaño grande, lo pondrán en sus hogares y dará
Bendición y Protección a sus familias en estos tiempos tan convulsionados y amenazados por el mal.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Castísimo Corazón de Padre, anhela que los hombres se enamoren de Dios; enamorarse de Dios es
amarlo sobre todas las cosas, confiar en Él, creer que es un Padre Providencial, y que las alegrías y las
tristezas que Él permite que sus hijos vivan son para el bien de sus mismos hijos. Amar a Dios es creer
que es un Dios de amor y que de su Corazón solamente fluye una eterna Fuente de Amor.
La humanidad cada día está empeorando más, las familias cada vez se destruyen y se dividen más, los
jóvenes y los niños cada vez se confunden, porque la humanidad entera ha quitado su atención en el
Amor del Crucificado. Queridos hijos, cuando Yo estuve en la tierra era un joven normal, trabajaba, oraba,
pero cada día trataba de experimentar el Amor de Dios, en todo momento mi pensamiento estaba
centrado en el Amor de Dios y aunque satanás me dijera que Dios no me amaba, nunca caí en su
tentación. Hijos, es necesario de que mediten más en el Amor de Dios, el mundo se está destruyendo por
falta de amor, y el único amor que puede salvarlos es el Amor de Dios, que ya ha sido entregado a
ustedes en el Corazón de Jesús.
Queridos hijos, Yo, San José, un hombre de trabajo y de casa, un hombre de oración y de familia, un
hombre de fe y de vida ordinaria, los exhorto, piensen más en el Amor de Dios, crean más en el Amor de
Dios. Queridos hijos, es urgente y necesario que cada corazón se ocupe en pensar más en el Amor de
Dios y orar al Espíritu Santo, implorando, que nos revele el Amor de Dios. Yo estoy con ustedes hijos de
mi Casto Corazón y quiero guiarlos al Reino del Amor de Dios.
Y a ti pequeño lirio, se te ha concedido que Luisa Picarreta y el Padre Pío sean tus dos protectores
celestiales, y unido al don de la encarnación mística vienen las heridas de Jesús, y te confirmo, porque
Jesús me lo ha pedido, que tú tienes las heridas de Jesús, invisibles, pero reales; y, recuerda que una de
las cosas por las que te ofreces como víctima es para que la humanidad reciba el Amor de Dios. Les doy
mi bendición, como el Padre San José seducido y llamado por el Amor de Dios: en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Dios murió por ti, Dios se hizo nada por ti. Alma ¿aún no comprendes el precio de tu Amor? ¿aún no
comprendes que redimirte fue muy caro para tu Dios?.
Queridos hijos, miren Mi Corazón tan Humilde, tan Pequeño, tan Inocente y Manso. Míralo, alma, tu
puedes imitarme y, en esa imitación de Tu Cristo, corresponder al Amor que te tengo. Mi Espíritu Santo y
el Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial te ayudará si lo quieres y si lo pides.
Son Mis Últimos Llamados para la conversión del mundo, escúchenlos atentamente y correspondan al
Amor de Cruz que tengo por cada uno de ustedes.
Pequeño Lirio, Mi Corazón Encarnado en ti, sufre en ti y suplica contigo al Padre, para que Mis hijos
reciban el Amor que Dios les tiene. Si la humanidad pudiera comprender el Amor que le tengo sería otra
realidad. Mi Amor Desbordante, que espera pacientemente en volver a las almas, los bendice; en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
364
Pequeño crucificado, Luisa (la santa) y el Padre Pio, te protegen e interceden por ti. Transmite Mis
Últimos Llamados para el mundo.
Queridos hijos, he venido con Mi Doloroso e Inmaculado Corazón a reunir, a formar y a congregar al
Ejército Mariano de los Últimos Tiempos, al Resto Fiel de Dios. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es
el título que más ama el Padre, es el título que envía el Hijo y es el título que, unido al Espíritu Santo,
viene a la tierra a prepararla para el Nuevo Pentecostés.
Hijitos, el Padre quiere que en el mundo entero Mi Doloroso e Inmaculado Corazón sea conocido y
amado, y que todos Mis hijos se reúnan y oren los cenáculos de oración, empezando en la familia.
Hijitos, Mis Llamados son urgentes, son Palabras de urgencia y quiero que acojan Mis Llamados con el
corazón. Por caridad, hijitos Míos, vivan Mis Palabras, pónganlas en práctica.
Les doy Mi Bendición Maternal, desde este Lugar Santo, a todo el mundo.
Oren, queridos hijos, oren para que puedan comprender la Obra que estoy realizando en este Lugar. Oren
mucho y cambien de vida.
Y en éste Camino Josefino prevalece la Divina Voluntad que es la Palabra de Dios, porque la Palabra ya
les ha revelado lo que Dios quiere de todos ustedes. Ámense los unos a los otros como yo les he amado.
Oren por los que los persigan y bendigan a los que los maldicen.
Hijitos Míos, el Camino de San José es practicar la Palabra y las Virtudes, en éste Camino sus corazones
serán iluminados y con la Luz del Espíritu Santo, que también lo hizo primero en Mí, reconocerán el
Designio Maravilloso de Dios.
La meta de éste Camino, es la Unión con los Sagrados Corazones, vivir a Jesús y a María, encarnarlos,
practicar la vida de Jesús y de María, obedecer a Jesús y a María. Y en éste camino, Mis queridos
apóstoles, serán protegidos por Mí.
Yo, el Padre San José de la Buena Ayuda, los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
No se está meditando en el Amor de Dios, el mundo ha olvidado el Valor Infinito que tiene la Caridad.
Por eso la humanidad aun sigue en el estado que se encuentra, por eso las familias se destruyen, por eso
las almas arrastran sus pecados y sus vicios, porque aun no meditan en el Amor que les tengo.
Queridos hijos, piensen más en el Amor de Dios y crean en el Amor de Dios y clamen a Mi Espíritu
Santo, que les enseñe el Amor que les tengo.
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Alma, si te dejaras Amar por Mi, tu vida sería muy diferente, si te dejaras Amar por Mi, no estarías en la
zozobra en la que vives, si te dejaras Amar por Mí, no estarías vacío, si te dejaras Amar por Mi, también
tu serías instrumento de Misericordia para los demás.
El Amor que les tengo, no sólo transforma la vida de quien recibe Mi Amor, también transforma la vida de
los que le rodean. ¿Quieres que tu entorno cambie?, ¿Quieres que tu familia cambie? Se entonces
instrumento de Misericordia, para ellos.
El Amor que recibe el alma cuando ya se encuentra conmigo, se transforma en Obras de Misericordia,
para los demás.
Entonces el Amor que yo les doy, no solamente es para ustedes, también por medio de ustedes llega el
Amor a los demás.
Por eso, no solo los invito a que reciban Mi Amor, también los invito, a que lo trasmitan. Queridos hijos
sean instrumentos del Amor de Dios.
Adéntrate alma en Mi Corazón, inúndate del Amor que te tengo y con tu vida diaria y con tus acciones
normales de la vida, trasmite este Amor a los demás.
El Amor Reinará, ¿Cuando he dicho que Mi Sagrado Corazón Reinará? He dicho que el Amor Reinara.
El Amor de Mi Corazón lo cambiará todo, pero deben iniciar a pedirlo, a vivirlo y a trasmitirlo.
Yo, vuestro Jesús, desde éste lugar Santo de Nuestros Sagrados Corazones, Bendigo a todo el mundo,
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Es necesario en este tiempo que los hombres se encarguen de orar y suplicar al Espíritu Santo que les
revele el Amor de Dios. No se está amando a Dios y Dios continua infinitamente ofendido.
Queridos hijos, con preocupación de Madre les digo: sólo el Amor de Dios es el remedio a todos sus
males, sólo el Amor de Dios puede detener las guerras en el mundo y en sus propios corazones, sólo el
Amor de Dios puede rescatar a los pecadores que están en peligro de condenarse eternamente.
Queridos hijos, con mucho Dolor en Mi Corazón les digo: no rechacen más el Amor de Dios; “la Caridad
de Cristo les urge”.
Humanidad ¡hijos! vengo a dar Mis Últimos Llamados para el mundo y tampoco así quieren escuchar a
Vuestra Madre.
Pidan perdón sinceramente, cambien el corazón y oren pidiendo al Divino Espíritu que les muestre el
Amor de Dios.
Queridos hijos, Mi Corazón está muy preocupado porque no quieren abrirse al Amor de Dios. Creación,
Pueblo Mío, déjense amar por Dios. El camino para que la paz venga es el Amor.
Como Madre del Amor Divino, pero un Amor tan rechazado, y con Dolor porque no quiero que ni uno de
mis hijos viva y muera sin conocer el Infinito Amor de Dios, les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, a través de Nuestros Últimos Llamados de Amor y de Conversión, deseo que comprendan
el Inmenso Amor que en ellos fluye para la humanidad.
Hijitos, Nuestros Llamados de Amor y Conversión y Nuestro Apostolado, son una Prenda de Amor para
todos ustedes.
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Es necesario que a través de la meditación, de la oración y de la perseverancia, vayan comprendiendo
esta Obra del Amor de Dios para ustedes.
Hijos, los invito a la humildad, la humildad es: Reconocerse nada ante Dios y dejarse ayudar por Dios y
por el hermano.
El alma humilde reconoce que nada puede, pero se abandona en Dios, "porque para Dios nada hay
imposible", pero también, el humilde reconoce que cuando no puede realizar algo necesita de la ayuda de
su hermano.
Por eso, amados hijos, en humildad reconozcan la ayuda que Nuestros Sagrados Corazones Unidos les
están brindando, para que recorran este desierto árido de la vida humana hacia el Glorioso Reino de
Dios.
Hijos, entren a Mi Castísimo Corazón, recorran el Camino de San José, porque en este caminar con
vuestro Padre San José, la humildad es primordial para recorrerlo.
Yo Vuestro Padre San José, el Humilde Obrero y Servidor por Jesús y por María, desde éste Santo Lugar,
bendigo al mundo entero, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo Amén.
Quiero, queridos hijos, que sean Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, quiero que se acerquen más, que
confíen, que se abandonen en Mi Amor, sin miedo, sin desconfianza; porque Yo, Vuestro Maestro, todo lo
que pase en sus vidas, les daré una Enseñanza; y les mostraré, el porqué permití un dolor o el porqué, les
concedí una gracia.
Quiero que sean Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, no se desesperen, no le den permiso a Satanás que
les robe la paz, porque aunque el mundo esté en plena guerra, el alma que conoce Mi Amor está en paz,
porque confía en Mi Amor, sean Apóstoles de Mi Amor.
Oren y escuchen Mis Palabras y escuchando Mis Palabras vívanlas y viviéndolas caminen por el sendero
del Amor de Dios y no se perderán y no serán confundidas y conocerán Mi Divina Voluntad.
Yo, Jesús, deseo que cada uno de ustedes profundice realmente en el Amor de Dios.
Insisto, queridos hijos, mediten en el Amor de Dios, piensen más en el Amor de Dios.
Déjate Amar por Jesús. Alma, no te preocupes tanto: si no amas, si pecas, si fallas, preocúpate más en
dejarte amar por Mí, en ser más íntimo a los Deseos de Mi Corazón y a vivir Mis Enseñanzas. Recuerda
que todo lo hago Yo.
Hijos queridos, Mi Corazón se llena de dolor cuando le dan permiso a Satanás, que les robe la paz.
Satanás sabe que turbando su interior se llenarán de ruido, actuarán en su voluntad humana y serán
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confundidos, pero si, al contrario, ustedes, Mis hijos, no se dejan robar la paz del corazón, serán fuertes
contra satanás y tendrán firmes sus pies en el Camino del Evangelio y de la Cruz.
Y aunque la cruz sea muy pesada la cargarán con paz y llegarán hasta la resurrección, porque la paz da
fuerza, calma y consuelo ¡pero la paz que viene de Dios!.
Hijitos queridos, Mi Alma glorifica al Señor y Yo les invito a que renueven la Devoción y el Amor Primero,
a los Primeros Sábados y a los Primeros Viernes, porque la Reparación es el camino de la santidad en
éstos Últimos Tiempos.
Hijitos, mediten en la oración del Magníficat y hagan vida las Virtudes que el Espíritu Santo les revela en
ésta oración, porque el Señor mira la humillación de sus siervos y se enaltece en la bajeza de sus pobres
porque se humillan, pero en el espíritu son enaltecidos en Dios.
Les doy Mi Bendición Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Desde este Lugar, que es el Refugio de los Tres Corazones, los bendigo junto a San Benito que también
ora por ustedes; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen
Hijitos, ustedes deben comprender que sufren más por vuestra voluntad humana, por el amor propio y por
el egoísmo, que por las pruebas, tentaciones y cruces que Yo les permito. Sufren más a causa de ustedes
mismos y no por causa del seguimiento a Mí. Queridos hijos, por eso es importante renunciar cada día a
la voluntad humana para vivir en Mi Voluntad Divina. El alma que me sigue con todo el corazón no le
importa las críticas, no le importa las persecuciones, no le importa agradar o no agradar, solamente le
importa buscar Mi Reino. Alma, te invito a la madurez cristiana, te invito al amor, te invito al perdón, te
invito a la paz. Mira Mi Corazón, que por medio de esta Obra de Mi Apostolado, ha venido encontrarse
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con todos ustedes; he venido a enseñarles; he venido a formarles; he venido a guiarles; y en cada
Llamado de Amor y de Conversión está Mi Divina Voluntad manifestada; en cada Llamado yo les hago
saber lo que quiero que ustedes hagan. Por eso, queridos hijos, no tomen estas palabras como frases
vacías, sin sentido.
Hijos, escúchenme con el corazón y permitan que Mi Palabra germine en el silencio y en la oración,
comprenderán Mi Palabra y dará abundante fruto en cada uno de ustedes, si de corazón obedecen lo que
les enseño. Queridos hijos, este Apostolado es la Obra donde quiero recoger Mi Cosecha Final; quiero
que sacerdotes, religiosos y seglares, por el mundo entero, al escuchar Mi Llamado se conviertan en
Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, con la obediencia, con el servicio, con el amor a Dios y con
el amor al prójimo, en cada estado de vida, en tu realidad, alma, da testimonio del Reinado de Nuestros
Dos Corazones, allí donde estás, allí donde te toca trabajar y servir, allí, de manera sencilla y silenciosa,
da testimonio del Reinado de Amor de Nuestros Sagrados Corazones.
Y a ti, pequeño lirio y esposo de la Cruz, sigue abrazándola, sigue caminando teniéndola como lámpara
en el camino, pues así consuelas Nuestros Corazones, encarnados místicamente en el tuyo, siente la
gloria, siente la dulzura, siente el amor, y vive el dolor de la cruz, para que todos por fin, puedan
reconocer el Amor de Jesús.
Con Mi Madre, aquí presente también, les doy la Bendición desde este Refugio de Nuestros Corazones
para el mundo entero; en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La humanidad, por haberse alejado de Dios, está convulsionada; está enferma; está en guerra, pero si
regresan a Dios, encontrarán la paz; encontrarán el perdón; encontrarán a Dios. Es por eso que la
Santísima Trinidad, para estos Últimos Tiempos, ha mandado al Corazón Doloroso e Inmaculado de
Vuestra Madre, para enseñar, para reunir, para sanar con Amor Maternal a todos Mis hijos. Mi Corazón
Doloroso e Inmaculado, es, para estos Últimos Tiempos, el SIGNO MAS GRANDE DE MI AMOR
MATERNAL.
Queridos hijos, cada 15 de Julio, en las vísperas de la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, celebren el
título más grande, más completo y más hermoso que Dios le ha dado a Vuestra Madre; Corazón Doloroso
e Inmaculado de María. Queridos hijos escúchenme, en Mi Corazón está Vuestro Hogar y en él
encontrarán al Pan de la Vida, a Jesús. Humanidad ¡escúchame! que por no escuchar a Dios, has caído
en la ignorancia y la ignorancia te ha llevado al pecado. Humanidad ¡escúchame!
Queridos hijos, los amo y quiero que todos ustedes, conozcan y reciban el Amor de Dios, que es lo que
vengo a darles; el Amor de Dios. Les doy Mi Bendición Maternal; en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, como la Nube que se alzaba sobre el Carmelo para iluminar a Israel y
a todos los justos, viene en Divina Voluntad a manifestarse en estos tiempos para iluminarlos a todos. Y
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con el Fuego de Amor, que corona Mi Corazón, irradio claridad, paz y caridad a todos Mis hijos. Y con el
Escapulario de los Sagrados Corazones los revisto con una Gracia nueva, una Fuerza nueva. Como
Madre del Corazón Doloroso e Inmaculado del Carmelo les digo; que la Advocación por excelencia de
estos Últimos Tiempos, Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, está profundamente unida a la Fiesta de
Vuestra Madre del Carmen, de tal forma que la revelación del Corazón Doloroso e Inmaculado es el inicio
de la Solemnidad del Carmelo. Desde este Lugar, que Yo considero Mi Carmelo de los Últimos Tiempos,
los bendigo; en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos, escuchen a Mi Casto y Amante Corazón, soy San José, hombre como ustedes, conozco el trabajo,
conozco el sudor del esfuerzo, el cansancio de la jornada diaria. Yo fui Obrero, pero saben, queridos
hijos, trabajaba en todo por Dios. Hijitos, en lo que les toca hacer en esta vida, háganlo para Mayor Gloria
de Dios, no importa que trabajo u oficio te toque hacer, pero hazlo para glorificar a Dios. Mira el trabajo
con amor, como la purificación de los pecados de tu alma.
Hijos, he venido a revelarles el Camino de San José y Mi Corazón es el Camino. Estar recorriendo este
Camino es vivir Mis Virtudes, Virtudes que me concedió el Espíritu de Dios, por la sencillez y la obediencia
a Su Palabra. Queridos hijos, en este Camino de San José, brilla el Amor, el Amor de Cristo, este Amor
no es sentimentalismo, este Amor es una Virtud que se traduce en obras concretas, como lo pueden ser:
el perdón, ponerse al servicio de tu prójimo, ver en tu prójimo, el Rostro de Jesús, ya sea desfigurado por
el pecado, ya sea glorificado por la Gracia, pero en cada hombre mira a Jesús. Acciones concretas, como
interceder en tus oraciones por el mundo, acciones pequeñas que irradien luz para los demás, que los
demás vean en ti a Jesús. No es necesario el mucho hablar, lo importante es el actuar. Hijos, en este
Camino de San José, Yo les quiero enseñar, que las acciones cotidianas de cada día, los pueden a
ustedes hacer santos y pueden acercar a Dios a los que les rodean, eso quiero para vosotros. ¿Y como
van a caminar en este Sendero Josefino? lo harán de una forma muy simple, obedeciéndome. Sólo con la
obediencia ya están recorriendo el Camino de Vuestro Padre José.
Soy San José Peregrino y a todos los bendigo; en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Hay dos actitudes que enternecen mucho el Amor de Dios: el perdón y el servicio. A quien mucho
perdona en la tierra, mucho le será perdonado el Día del Juicio. Al que siempre perdona en la tierra, todo
le será perdonado el Día del Juicio. Al que sirva haciéndose el último, sin deseos de ser reconocido o
visto, sino más bien con el deseo del ocultamiento y del silencio, en el Cielo será enaltecido. Almas, pero
la gran mayoría de los hombres quieren poder en la tierra, quieren grandes cargos, hacen grandes
empresas buscando el reconocimiento y la superación, incluso sobre su prójimo aquí en la tierra. Pero
aquel que trabaja con pura intención, aquel que ha recibido mucho, pero sigue siendo el mismo sencillo y
sigue con su alma simple, y eso mucho que tiene lo pone al servicio, recibirá el ciento por uno.
Hoy, quiero invitarlos a que vivan en la simpleza, porque si son simples podrán perdonar fácilmente,
podrán servir, prontamente, sin esperar que se los pidan servirán. Sólo basta apóstoles Míos que vean la
necesidad y sin esperar que tu prójimo te pida tu ayuda, bríndasela. El apóstol de mi Corazón está
siempre sensible a las necesidades de sus hermanos.
Hijos, quiero que comprendan que mi Corazón ha sido el primero en perdonarte, mi Corazón ha sido el
primero en servirte, mi Corazón ha sido el primero en amarte. Apóstoles Míos, escúchenme, regresen a la
sencillez del niño, regresen a la pureza y a la santidad que recibieron el día de su Bautismo; ya no
destruyan más sus almas, porque ustedes son templos del Espíritu Santo, y cada vez que son infieles, al
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compromiso y a la consagración del Bautismo, entristecen y arrojan fuera de ustedes al Espíritu de Dios.
¡Ya no lo hagan! ¡Ya no rechacen más mi Espíritu! Oren y reparen, porque nunca como antes en la
humanidad se había ofendido y pecado tanto contra el Espíritu Santo, como en el tiempo que viven.
Con mi Apostolado, con mis Llamados de Amor y de Conversión, en este refugio de Nuestros Sagrados
Corazones, vengo a recoger a mi fiel rebaño de almas de apóstoles en estos últimos tiempos.
¡Escúchenme con el corazón! Los bendigo con Amor Misericordioso: en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Hijito, Luisa Picarreta me acompaña, por intercesión de ella doy mi Llamado de Amor y de Conversión.
Hijito, la Divina Voluntad es el Sol de la Justicia de Dios, porque las Obras de Dios son justas y esas
Obras se realizan por orden de su Divina Voluntad. La Redención, los Sacramentos, la Iglesia, mis
Venidas a este lugar, todas han sido Obras de Dios, Obras justas que se han realizado en obediencia a
Su Voluntad.
Vengo Vestida de ese Sol, vengo Vestida de la Luz de la Divina Voluntad, por eso mi Manto de Oro
representa que estoy toda envuelta del Reinado del Fiat Divino. Y vengo como la Reina de la Divina
Voluntad a revelarles lo que Dios quiere de ustedes en mis Llamados de Amor para el mundo.
Hijitos, escuchen mis Llamados de Amor, lo que Dios quiere para ustedes; Yo lo vengo a dar a conocer,
pero también a recordarles la Palabra de Jesús. Mis Llamados y mis Venidas a este lugar quieren que sus
corazones regresen a la Palabra de Dios, a leerla, a meditarla y a ponerla en práctica.
Hijos míos, los invito nuevamente a que comprendan la unión profunda que existe entre la Palabra de
Dios y mis Llamados de Amor y de Conversión. Hijos míos, no tengan miedo de escuchar a vuestra
Madre, que mi Manto, que brilla por el Sol del Querer de Dios, los ilumine. ¡Vean mi Corazón, es el
camino para llegar hasta Jesús!
Hijitos míos, lean y mediten el capítulo quince del Libro del Apocalipsis. Los bendigo con Amor Maternal:
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos, los invito a meditar en la humildad profunda, humildad que no es exterior, humildad
profunda es la humildad del corazón: saberse creado por Dios y que nada podemos hacer sin su Espíritu
Santo; humildad que nos hace comprender que hemos sido perdonados, porque hemos pecado; humildad
que nos hace crecer en la caridad, porque el alma humilde ante todo ama, ama pero en el Amor de Cristo,
el alma humilde en ese Amor sabe orar y sabe servir. Hijitos, Yo, San José después de Jesús y de la
Santísima Virgen, fui el primer fiel, el primer consagrado a los Dos Corazones, que practicó la oración y el
servicio con la ayuda de la humildad. Hijos, aunque Yo no entendía, aunque muchas cosas mi Corazón no
podía comprenderlas, Yo decía si al Plan de Dios, porque la humildad me hacía entender que no era Yo
quien haría lo encomendado si no el Espíritu Santo utilizándome.
Hijos, no son ustedes los que van a poner en práctica nuestros Llamados, será el Espíritu Santo a través
de ustedes; para ello, hijos, es necesario poner la voluntad humana a un lado, para que domine el Divino
Querer de Dios. Hijos, Dios solo quiere el “si” de cada uno de ustedes, Él se encargará de todo como lo
hizo conmigo, cuando peregriné en la tierra.
Hijitos, escuchen los Llamados de Amor, por Voluntad Divina nuestros Tres Corazones están diciéndole al
mundo lo que Dios quiere de los hombres, por medio de cada Llamado de Amor y Conversión; por eso, el
Padre nos envía y, por eso, el Padre permite nuestras venidas a este Lugar Santo, para transmitir a los
hombres el Divino Querer. Y por medio de los Llamados de Amor y del Apostolado, el Padre ha venido a
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través de los Sagrados Corazones a reunir, a recoger, y a formar al Ejército de Apóstoles de estos
Últimos Tiempos. Por eso, queridos hijos, escúchenos con el corazón.
¡Que la paz reine en ustedes y que puedan transmitir la paz y la cercanía de Dios a los demás! Como el
Padre San José, primer discípulo del Corazón de Jesús, los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amen
Pequeño lirio, te regalo una Jaculatoria de Gracia Nueva y Súplica Ardiente, esta Jaculatoria, junto al Ave
María de los Últimos Tiempos, va a acelerar el Triunfo de Nuestros Corazones, pero además esta
Sagrada Jaculatoria que hoy te doy y, a través de ti, a todos los Apóstoles de Nuestros Sagrados
Corazones, anuncia que ya están viviendo la Era de los Tres Sagrados Corazones de la familia de
Nazaret: Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Corazón Doloroso e Inmaculado de María, Casto y
Amante Corazón de San José, triunfen y reinen. Amén.
Esta Jaculatoria, hijito, anuncia la Era de los Tres Corazones de Paz, Era de Amor, Era de Misericordia.
Yo los bendigo con Amor Misericordioso y en el Sol Ardiente de mi Amor Divino: en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de mi Corazón, escuchen mis palabras, vengo porque Jesús quiere que esté entre ustedes,
agradezcan a Dios por el Don de mi presencia Maternal, agradezcan con oraciones, agradezcan con
obediencia a mis llamados Maternos. Hijos los invito nuevamente: oren, oren, oren sin cesar, para que
comprendan mis Llamados de Amor y Conversión y comprendiéndolos puedan vivirlos.
Les doy mi bendición maternal: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llamado de Amor y de Conversión de Casto y Amante Corazón de San José - 1 Agosto 2018
Queridos hijos de Mi Casto y Amante Corazón, quiero que comprendan que la jaculatoria, que Jesucristo
les ha entregado, anuncia que ya están viviendo la Era de los Tres Corazones de la Sagrada Familia y
que, además, es una invocación a las tres advocaciones y títulos otorgados por la Santísima Trinidad para
éstos últimos tiempos: el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, el Doloroso e Inmaculado Corazón de
María y el Casto y Amante Corazón de San José. Tres títulos que están haciendo derramar en la
humanidad inmensidad de Gracias como nunca antes. Tres advocaciones para los últimos tiempos que
Dios ha otorgado como un Regalo de Salvación a todo el Ejército del Resto Fiel. Tres advocaciones
finales y universales que se manifiestan en este Pequeño Refugio de Nuestros Tres Corazones. Tres
advocaciones que van a sanar y a salvar al mundo.
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Hijitos, pero también es importante que recuerden que el Cielo les ha pedido también la devoción al
primer miércoles de cada mes, en honor al Casto y Amante Corazón de vuestro Padre Protector, San
José. Hijitos también los primeros miércoles son una Fuente de Gracia para el mundo entero. Hijos muy
amados, cada primer miércoles de mes van a reparar por siete causas: la primera, el rechazo al Amor de
Dios; la segunda, la infidelidad, la ignorancia y la desobediencia a los Mandamientos del Señor; la tercera,
para reparar a los Tres Corazones Unidos de la Santa Familia de Nazaret; la cuarta, para reparar por los
pecados y la infidelidad de los sacerdotes del Señor; la quinta, para reparar por los pecados y la
infidelidad de los religiosos y religiosas; la sexta, para reparar por los pecados y la infidelidad de todos los
bautizados miembros del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia; la séptima, para reparar por las
almas que viven sumergidas en cualquier clase de vicio y pecado, especialmente por los pecados contra
la pureza.
Hijitos, al meditar Mis Dolores y Gozos, cada primer miércoles, mediten también en las siete causas que
deben reparar, para que el mundo pronto se convierta y regrese a Dios. Hijos, recuerden que para
comprender Nuestros Llamados de Amor y Nuestras Venidas a este Lugar es importante orar y leer
continuamente Nuestros Llamados, y las perlas preciosas en cada Llamado se irán guardando en sus
corazones. Nuevamente les invito: ¡escúchennos con el corazón!
Yo vuestro Padre San José, Primer Consolador de los Corazones de Jesús y de María, los bendigo: en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen
¡Escúchenme con el corazón! Mediten el capítulo dos de la Carta a los Efesios. Les doy la Bendición de
Mi Amor Divino. Quiero que todos los Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones comiencen a reparar a
orar con el corazón y a escucharme con todo el empeño y el esfuerzo que necesito de Mis hijos. Les
bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oren, oren, oren hasta que puedan comprender mis Llamados. Desde este Refugio de nuestros Sagrados
Corazones, los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
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Llamado de Amor y de Conversión de Casto y Amante Corazón de San
José - 8 Agosto 2018
Queridos hijos, con la intercesión de Santo Domingo de Guzmán, quien me acompaña, les doy Mi
Llamado de Amor: Hijos Míos de Mi Casto Corazón, es necesario que comprendan que la oración no se
limita solamente a pedir favores a Dios, la oración es un camino de santidad, también es un camino de
transformación y es un camino de crecimiento interior.
Queridos hijos, cuando oran con el corazón son purificados; cuando oran con el corazón sus oraciones se
elevan con más fuerza al Trono de Dios; cuando oran con el corazón conmueven al Espíritu de Dios, para
que actúe en ustedes; cuando oran con el corazón pueden comprender Nuestros Llamados de Amor y
esa oración del corazón les da fuerza y gracia para vivirlos. Hijos Míos, orar con el corazón simplemente
es orar por amor; cuando el alma está enamorada de Dios se alza con la oración, para abrazar a Dios, y
solamente el alma que está enamorada del Padre ora constantemente. Los invito: enamórense de Dios;
Él ya les ha dado su Amor; Él ya les ha dado la Misericordia; Él ya les ha dado su Gracia, rechazar ésto
es rechazar al Espíritu Santo. Y recuerden que vuestra generación es la que más ha rechazado al Espíritu
de Dios. Ingresen a Mi Camino Josefino con el Rosario, no sólo en las manos, ni en los labios, sino en el
corazón, y el corazón con cada Avemaría se irá transformando en el Corazón de María. Háganlo con fe,
por amor, y el Espíritu Santo hará que sus oraciones sean eficaces y sean instrumentos de Gracias, para
que los Planes de Nuestros Sagrados Corazones al cumplirse en ustedes también se realicen en el
mundo entero. Con Santo Domingo a quien la Virginal Señora le entregó ese Camino de Oración Mariano,
el Santo Rosario, Yo los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Sagrado Corazón en estos tiempos está desbordante de Gracias, más que en tiempos pasados, y
muestro Mi Corazón de Hermano, de Padre y de Esposo, para que todas las almas conozcan y reciban el
Amor que tengo por cada uno de ustedes. Hijitos, Mi Apostolado es la mano que está guiando a las
almas, sosteniéndolas, para que no perezcan.
Mis Llamados de Amor es Mi Voz que les revela a las almas Mi Voluntad, Mis Deseos, Mis Palabras.
Hijitos de Mi Sagrado Corazón, abran sus corazones, ábranlos por medio de la oración y del ayuno, así,
hijitos Míos, comprenderán Mis Llamados y Mi Espíritu los fortalecerá, para que los pongan en práctica.
Nuevamente los invito: ¡miren Mi Corazón entregado totalmente por ustedes! Es importante adorar Mi
Corazón, pero también es importante imitarlo. Hijos, Yo Soy vuestra Luz, no la rechacen. Y prometo a
todas las almas del Resto Fiel de estos últimos tiempos que quienes vengan a este Refugio de Nuestros
Sagrados Corazones, además de ser marcados con el Sello de los Últimos Tiempos, el Sello del
Apocalipsis, Mi Sangre Preciosa, también experimentarán Mi Amor Misericordioso y daré la Gracia de una
conversión profunda. Y desde este mismo Refugio de los Tres Corazones de la Sagrada Familia bendigo
al mundo entero: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos Míos, es importante que comprendan que este Lugar, que la Divina Voluntad del Padre en su
Eterna Sabiduría ha escogido, es el Refugio donde Nuestros Tres Sagrados Corazones; el Corazón de
Jesús, el Corazón de San José y Mi Corazón; nos encontramos manifestándonos con las Tres
Advocaciones más grandes, más completas y más amadas por el Padre:
el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, el Casto y Amante Corazón de San José, y Mi Doloroso e
Inmaculado Corazón.
Este Lugar Santo nos refugia y desde éste Refugio, damos Nuestros Últimos Llamados por Amor al
mundo.
Y por eso, hemos prometido que todas las almas que acudan acá serán marcadas con el Sello de los
Últimos Tiempos, el Sello del Apocalipsis, el Sello con la Sangre del Cordero Divino. Y, además, las almas
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que peregrinen a Nuestro Refugio, van a experimentar el Inmenso Amor Misericordioso de Dios, que lo es
Todo. Ya que experimentando este Amor regresarán a la Iglesia, a los Sacramentos, a la Eucaristía.
Hijitos muy amados, y desde éste Refugio donde está la Fuente de Gracia y Misericordia para las almas,
cumpliré Mi Promesa en Fátima; el Triunfo de Mi Corazón Maternal.
Por eso es importante que me escuchen y por eso es urgente que Mi Ejército se una en la Obra Magna
del Corazón de Dios; Nuestro Apostolado.
Hijitos muy amados, vengo para explicarles como Madre, el Evangelio de Jesús. No vengo a agregar, ni a
quitar, ni a corregir la Palabra de Dios, vengo a recordarla, vengo a ayudarles a que vivan el Evangelio.
Hijitos, insisto, ¡escúchenme! ¡abran sus corazones! y oren con amor ¡oren con amor! Porque con la
oración se van a encontrar con la Persona que más los ama, a Jesús. ¡Decídanse por Jesús! y vivan Su
Evangelio.
Nuestros Llamados de Amor y de Conversión quieren guiar a la humanidad a vivir el Evangelio de Mi Hijo.
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, la Advocación para estos Últimos Tiempos, los bendice con Amor
Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo . Amén.
Queridos hermanos y hermanas, Yo, Santa Teresa de Jesús, por Orden de su Majestad Divina, vengo
nuevamente a enseñarles sobre los Aposentos de Santidad dentro de los Sagrados Corazones Unidos de
Jesús, José y María Santísima. Hermanos e hijitos míos, estos Aposentos es la vida interior de los Tres
Sagrados Corazones Unidos por la virtud del Espíritu de Dios. A la vez que es un camino de perfección
interior, camino que se va dividiendo en diferentes etapas de la vida espiritual hasta llegar a la perfecta
unión con el Padre y su Voluntad Divina. Al caminar en estos Aposentos en el interior de los Sagrados
Corazones, el alma se purifica, el alma se perfecciona, el alma se humilla y hace vida la Voluntad
Reinante en la Vida de la Santísima Trinidad, que para estos tiempos es lo que Jesús desea. Por eso,
también almas por orden expresa de Jesús, deseo también decirles que las almas que peregrinan a este
Santo Lugar, el Carmelo de los Últimos Tiempos, se adentran en este sendero de perfección. Porque,
primero, el alma llega al Jardín de María donde es purificada con el Agua de la Fuente de Gracia y
Misericordia, al purificar simbólicamente su vida, tomando de esta Agua de Gracia y lavando sus manos y
sus pies, que representan el obrar y el caminar de la vida del hombre, al ser purificados entran en este
Refugio, en este Aposento de Oración donde se realizan las venidas del Cielo a trasmitir los Últimos
Llamados de Amor al mundo; en este Aposento, el alma escucha la Voz de Dios. Y al recorrer este
peregrinaje y este ejercicio espiritual de la Fuente de Gracia y Misericordia hacia el Aposento de los
Sagrados Corazones Unidos el alma, al ser marcada con la Sangre del Divino Cordero de Dios, recibe
escrito en su corazón la palabra "Fiat Mihi", "Hágase en Mi",y así serán sellados todos los Apóstoles de
los Sagrados Corazones; preparando así la venida del Reino Divino de la Voluntad Transformante de
Dios. El alma que peregrina al Aposento de los Tres Sagrados Corazones también recibe escrito en su
corazón el Testamento Divino, el Fiat Mihi, el Hágase en Mí, que también es la meta del recorrido
espiritual del alma cristiana a través de los Aposentos de los Sagrados Corazones. En este lugar bendito,
Cristo y la Mama Celestial están escribiendo en el corazón de los Apóstoles de estos Últimos Tiempos el
“Fiat Mihi”, y así ya abriendo paso en la Creación hacia la llegada de su Reino.Yo les bendigo:en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Queridos hijos de Mi Castísimo Corazón, es necesario que comprendan que la Divina Voluntad es el Acto
Creador de Dios, es el Poder de Crear y, esa misma Divina Voluntad, el Padre quiere darla a sus hijos.
La ha manifestado para que los hombres pudieran vivirla en el Antiguo Testamento dando los Santos
Mandamientos, en el Nuevo Testamento dando, por medio de su Hijo, el Evangelio.
En la Sagrada Palabra de Dios está escrito el Querer Divino, es decir, lo que Dios quiere que ustedes
hagan.
Y, también, el Padre ha permitido que en éstos Últimos Tiempos, Nuestros Tres Sagrados Corazones
trasmitieran al mundo, a través de los Llamados de Amor, su Querer Divino, reafirmando la Palabra de
Dios y conduciendo a las almas a la Iglesia.
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Hijos Míos, en el Misterio de la Asunción de Nuestra Señora, contemplen lo que realiza la Divina
Voluntad: glorifica a la creatura, cuando la creatura vive en el Querer Santo de Dios.
Por eso, Nuestra Señora fue elevada en Cuerpo y Alma al Trono de Dios, porque nadie, después de
Jesucristo, vivió la Voluntad Divina tan perfectamente pero en el Amor, como Nuestra Señora.
María, nos enseña a nosotros que Dios no nos quiere esclavos haciendo su voluntad, nos quiere libres,
pero esa libertad sólo está cumpliendo el Santo Querer del Padre.
Por eso, la Santísima Trinidad elevó a la Mamá Santa a tan grande estado de Gloria, porque vivió con
Amor la Divina Voluntad.
Quiero que todos los Apóstoles de los Sagrados Corazones de éstos Últimos Tiempos, cada quince de
agosto, celebren la Glorificación de la Divina Voluntad, porque la Asunción de Nuestra Señora es el más
vivo testimonio de esa Glorificación.
Vivir la Voluntad de Dios, es fácil, queridos hijos, solamente digan “no” a sus inclinaciones y pecados y
digan “si” a los Llamados de Amor que quieren conducirlos a una práctica perfecta de la Palabra de Dios.
Glorifiquen la Divina Voluntad manifestada en la Asunción de Nuestra Señora, contemplen como la
creatura es tan grandemente exaltada cuando vive en la Voluntad de Dios.
Yo, Vuestro Padre San José, junto a la Mamá Santa, Reina y Señora de la Divina Voluntad, los
bendecimos; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Alma, te miro y al mirarte te amo, pero puedo observar las muchas heridas que tu voluntad humana te ha
causado. Alma, sufres más por tu voluntad humana que por cargar Mi Cruz, porque Mi Cruz es suave y
ligera, pero tu voluntad es dura y pesada, pues te encierra en tu razón y tu razón rechaza Mi Luz.
Alma, en este Lugar Santo, he manifestado la Puerta de la Salvación para estos tiempos, Mi Corazón
Eucarístico manifestando la Misericordia de Dios.
Por eso, Mi Corazón viene todo vestido de Eucaristía y derramando Mi Sangre y el Agua de Vida y de
Perdón.
¡Alma, no endurezcas tu corazón! ¿No puedes inclinarte ante tu Señor? ¿No puedes hacer un acto
de amor y de reparación? ¿No puedes renunciar a tu comodidad y buscar Mi Gloria en todos tus actos?
Desde este Lugar, quiero abrazar con Mi Amor Misericordioso a todas las almas; es Mi Promesa. Y
cuando todas las almas escuchen Mi Voz, reciban Mi Amor, se encuentren con Mi Divina Misericordia,
regresen a la Iglesia y regresen a los Sacramentos y a la Adoración Eucarística, van a acelerar la venida
del Gran Pentecostés. Pero todo, hijitos Míos, también depende de vuestra docilidad, de vuestra humildad
y del amor con que respondan a Mis Llamados de Conversión. Hijitos Míos, abran vuestra mente y
vuestro corazón a Mis Palabras.
Pequeño confidente de Mi Corazón Eucarístico, dile a Mi Pueblo que medite en el Capítulo 13 del Profeta
Ezequiel.
Los bendigo, reciban con el corazón Mi Bendición: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amen.
Mi Manto de Sol representa que Yo soy la Perfecta Custodia del Corazón Eucarístico de Jesucristo.
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Queridos hijos, Nuestras Manifestaciones en éste lugar muy amado por Mi Corazón, son totalmente
Eucarísticas y Yo deseo invitarte, querida alma, a ser también custodia de la Eucaristía.
Hijos, Jesús permanece con ustedes todo el tiempo que se lo permitan. Jesús quiere estar todo el tiempo
con ustedes, pero es necesario también cuidar la Presencia de Jesús; el silencio, la humildad y la
pequeñez, convierten al alma en un sagrario. Pero si, en cambio, la imprudencia, la vanagloria y el
orgullo, gobiernan en el corazón del hombre, Dios no puede estar.
Hijos Míos, Yo Vuestra Madre vivía en el silencio y en el ocultamiento, nadie más que Mi Padre Celestial
sabía Mis Vivencias con Dios.
Hijos Míos, sean pequeños, sean sencillos y alégrense cuando la cruz llega a vuestras vidas, la cruz del
dolor, la cruz de la humillación, la cruz que es recibida y cargada por amor. Hijitos Míos, Yo también
cargue con Mi Cruz, carguen con amor las vuestras y, si así se hace, se parecerán a Jesús. Mírenlo
escondido, callado e indefenso, en la Sagrada Eucaristía, imítenlo.
Hijitos Míos, con Mi Título de Doloroso e Inmaculado Corazón, soy la Aurora que anuncia la Venida del
Reinado Eucarístico. Como María, el Perfecto Sagrario de Jesús Eucaristía, los bendigo con Amor
Maternal. Escuchadme y obedecedme para que Nuestros Corazones Unidos puedan obrar en sus vidas.
Les invito a pedir el don de la docilidad.
Los Amo con Amor Maternal, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Castísimo Corazón, en estos últimos tiempos el camino de toda alma cristiana es el Camino
de San José. Todos los cristianos, miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, están llamados a recorrer
el Camino Josefino por orden del Padre. Porque, Yo, fui la primera creatura que se consagró al Sagrado
Corazón de Jesús por medio del Doloroso e Inmaculado Corazón de María; es decir, queridos hijos, fui el
Primer Apóstol de los Sagrados Corazones Unidos. Y para estos tiempos el Espíritu Santo ha querido que
en este Santo Lugar se manifieste la advocación más completa y culmen de San José: El Casto y Amante
Corazón de San José, Padre de los Apóstoles de los Últimos Tiempos. A través de Mis Llamados de
Amor y Conversión, Yo, les estoy enseñando y conduciendo al Corazón de María, para que la Madre
María y el Espíritu Santo conciban en sus corazones a Jesús. Queridos hijos, es urgente que respondan a
Mis Llamados de Amor. De la misma manera con que el Padre actúo conmigo, Yo quiero hacerlos con
ustedes: conduciéndolos, formándolos y enseñándoles con misericordia, con paciencia y sobre todo con
amor. Escuchen a vuestro Padre San José, para que los conduzca a las Dos Grandes Antorchas de los
Últimos Tiempos; tiempos de oscuridad iluminados por los Corazones de Jesús y de María. Y Yo como
Patriarca y Protector voy delante del Ejército Mariano guiándoles con Amor Paternal. Soy San José,
Padre de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amen.
El sentido de Mi Misericordia es sufrir con los hombres. Yo sufrí también para estar más cerca de ustedes
y Yo sufro ahora en el Cuerpo Místico de Mi Iglesia; sufro en cada alma que vive esclavizada en el
pecado; sufro por las almas que se condenan eternamente; sufro en el enfermo, en el pobre, en el
necesitado. Alma, también sufro en ti y sufro contigo, pero lo que causa dolor a Mi Sagrado Corazón es tu
desconfianza.
Almas, los invito nuevamente, abran sus corazones al Amor que les tengo, no rechacen el Amor Infinito
que, Yo, Jesucristo, tengo por ustedes.
Oren y ayunen clamando a Mi Espíritu que les revele el Inmenso Amor que tengo por los hombres.
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He venido a éste lugar, tan amado por la Trinidad Santísima, a revelar al mundo y hacerles comprender el
Amor tan Infinito que tengo por sus almas.
Amor que cada día se está ofreciendo en el Altar deteniendo la Justicia del Padre.
Recuerden, queridos hijos, que el castigo que ustedes merecían por sus pecados, Yo lo asumí y lo sufrí
para redimirlos. Quiero de ustedes, Apóstoles de Mi Corazón, amor hacia Mí y amor hacia sus hermanos.
El Amor se mide con amor y el Amor se paga y se retribuye con amor.
Por eso, les pido; amen a su Dios y amen a sus hermanos. Sólo el Amor de Dios, manifestado en Mi
Sagrado Corazón Eucarístico, salvará a la humanidad.
Con Amor y Misericordia, Yo los bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos Míos, y al venerar Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, adoran la Santísima Trinidad, al escuchar a
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado, escuchan a la Santísima Trinidad y al consagrarse a Mi Corazón
Doloroso e Inmaculado, se consagran a la Santísima Trinidad.
Este Título es el más amado por la Trinidad Sacrosanta y prueba de ello es que la Beatísima Trinidad
Corona Mi Corazón y me envían a Mis hijos a llevarlos de regreso a Dios.
Hijitos Míos, oren por Mis intenciones; oren para que puedan comprender lo que estoy haciendo, en
medio de vosotros, desde este Santo Lugar. Yo, Vuestra Madre, los bendigo y los amo. Soy el Templo, el
Trono y el Sagrario de la Trinidad Santísima.
La Santísima Trinidad para estos tiempos ya había reservado que Yo, vuestro Padre San José, me
manifestara en obediencia a la Divina Voluntad, pues, para estos tiempos, se tenía que revelar el más
grande atributo, título y la más completa devoción a san José: el Casto y Amante Corazón de San José.
378
Me envían como modelo, como fiel discípulo y como celoso Apóstol de los Sagrados Corazones en estos
Últimos Tiempos, pues mi alma fue la primicia que vivió el Reinado de los Dos Sagrados Corazones y
vengo a ustedes para prepararlos para este Reinado. Mi Casto y Amante Corazón es la advocación
enviada por el Padre, más amada por el Hijo y ungida por el Espíritu Santo, y todos los que acojan mi
Corazón, viviendo y obedeciendo mis palabras paternales, serán conducidos a las Gloriosas Moradas de
los Sagrados Corazones de la Madre y del Hijo.
Queridos hijos, con mi Manto de Oro soy el reflejo de la Mujer Vestida de Oro, anunciando el Triunfo de
su Corazón Inmaculado, pues mi Manto de Oro significa que vengo vestido del Triunfo del Doloroso e
Inmaculado Corazón de Mi Esposa Virgen, y quiero, como protector de todos los cristianos, conducirlos a
vivir el Triunfo del Corazón de María. ¡Escuchen atentamente mis palabras! Soy San José el que anuncia
el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Y con mi Apostolado vengo a reunir a todos los
miembros de nuestra Santa Familia: sacerdotes, religiosos y seglares, todos apóstoles de los Sagrados
Corazones en estos tiempos.
¡Vivan y respondan con fidelidad a nuestros Llamados de Amor! Y bendigo a todo el mundo, desde este
Aposento de los Sagrados Corazones. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
He venido con Mi Sagrado Corazón Eucarístico a darme a todos, a llamar a todos, a enseñarles a todos.
Queridos hijos ¿por qué no me escuchan? no endurezcan más sus corazones, porque la voluntad
humana al dominarlos, los endurece. Escuchen Mis Últimos Llamados de Amor, en ellos está manifestada
Mi Divina Voluntad, es decir, lo que quiero, lo que deseo y lo que sueño; que Mis creaturas hagan y sean
hijos del Amor de Dios y hermanos todos.
Mi Sagrado Corazón ha venido a renovar lo que dijo a Santa Margarita: “Este es el Corazón que tanto ha
amado a los hombres y que, de los hombres, sólo recibe ingratitud y desobediencia”.
Alma, Yo muero en cada hombre que vive de pecado, Yo muero en cada hombre que es esclavo de sus
vicios, Yo muero en cada hombre que me desplaza por su humana voluntad y rechaza Mis Enseñanzas
en la Sagrada Escritura.
¿Quieres reparar tanto rechazo? entonces ámame, hazme amar y ama a tus hermanos.
Este es el Aposento de los Sagrados Corazones y quiero atraer a todos hacia Mí. Abran sus corazones y
escuchen.
Los bendigo con Amor Infinito. El Corazón Paciente y Desolado de Jesús, desde éste Aposento, bendice
al mundo entero. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, soy la Madre del Amor Hermoso. Yo quiero que todos conozcan al Amor, a Jesucristo. Él
Llenará vuestros corazones y, también, ustedes podrán dar el Amor de Cristo a los demás. El Triunfo de
Mi Doloroso e Inmaculado Corazón, también, es el Triunfo del Amor de Dios. Vivan este Triunfo
obedeciendo y viviendo Mis Llamados Maternos. Los bendigo, como la Madre del Amor Divino, desde
este Aposento de Nuestros Sagrados Corazones, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
379
Llamado de Amor y de Conversión de Casto y Amante Corazón de San
José - 5 Septiembre 2018
Queridos hijos, Mi Corazón Paternal los acoge a todos para que, en la Escuela de Mi Corazón, aprendan
a hacer verdaderos apóstoles de Jesús y de María.
Hijos Míos, es necesario que comprendan que, al consagrarse a Nuestros Sagrados Corazones Unidos
haciéndose apóstol de ésta Obra de los Últimos Tiempos, son llamados a una vida continua de oración,
ayunos, de reparación y sacrificios.
Hijos Míos, éste Apostolado, la Gran Obra para los últimos tiempos, es una llamada para una cruzada
constante de oración y reparación.
Así que, al ser parte de éste Apostolado, todos son exhortados a orar, reparar y ayunar continuamente;
Porque también ésta Obra es para consolar al Padre, al Hijo, al Espíritu de Dios y el Corazón de la Mama
Celestial.
Hijos Míos, y como apóstoles de los últimos tiempos, tienen un día constante de oración, ayuno e
intercesión, que son los días miércoles; y también tienen un día constante de oración, ayuno y
reparación, que son los días viernes.
Hijos Míos, todo esto les ayuda a santificar también sus vidas.
Hijos Míos, Yo, Vuestro Padre San José, quiero enseñarles en la Escuela de Mi Casto Corazón a que
sean verdaderos apóstoles y siervos de Jesús y de María.
Por eso, nuevamente les invito, escuchen atentamente Mis Llamados de Amor y Conversión.
Soy el Padre San José, el Primer Apóstol Reparador de los Sagrados Corazones, y desde éste Aposento
de la Madre y del Hijo, doy la Bendición al mundo entero, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Te revelo tres promesas, para el alma que ore continuamente, esta Corona de Amor Reparador:
1- El alma, al orar y contemplar en ésta Corona, avanzará en el camino de santidad Recorriendo las
Moradas de Perfección de Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
2- El alma que ore y contemple con ésta Corona, va a hacer un Acto de Reparación al Amor rechazado de
Dios, pues se dejará amar por Mí.
3- El alma que ore y contemple esta Corona a Nuestros Corazones Unidos, comprenderá Nuestros
Llamados de Amor y se irá perfeccionando con la asistencia del Espíritu Santo y del Doloroso e
Inmaculado Corazón de María.
Comienzas con:
- La Señal de la Cruz
- Acto de Contrición.
- Invocar al Espíritu Santo como la Mama Celestial les enseñó, tres veces la siguiente invocación a Dios
Espíritu Santo: Ven mi Dios Espíritu Santo a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e
Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa.
- La oración al Espíritu Santo, que también fue revelada: Divino Espíritu Santo, Esposo de María, mi Dios
y Señor, enciende en cada alma el Fuego de un Nuevo Pentecostés, para que nos consagremos como
apóstoles del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y apóstoles de los Últimos Tiempos. Protege con
Tu Sombra a la Iglesia. Salva a las almas del mundo. Y realiza el Reino Inflamado de Amor de los
Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. Amén.
- Un Credo
- Un Padre Nuestro
380
- Ave María de los Últimos Tiempos
- Gloria al Padre...
Ofrecimiento:
Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José, abro mi corazón y voluntad a Vuestros Corazones
Unidos, para que el Espíritu Santo me conduzca por las Moradas de Perfección en Sus Sagrados
Corazones y así santificar mi vida recorriendo éste itinerario espiritual, en las Moradas de Sus
Sacratísimos Corazones Unidos y así mi vida, corazón, voluntad y espíritu, esté perfectamente unido y
sumergido en la Santísima Trinidad y mis intenciones estén siempre presentes, en su Divina Presencia.
Amén.
Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Habitación Pura y Santa, cobijad mi alma con Vuestra Maternal
Protección. Por este medio, permaneceré fiel a la Voz de Jesús y mi alma podrá corresponder a Su Amor,
y obedecer Su Divina Voluntad. ¡Oh Madre mía!, mi deseo es mantener ante mi vista, sin cesar, Vuestra
participación de Corredentora. Con este recuerdo viviré íntimamente unido a Vuestro Corazón Doloroso e
Inmaculado, que siempre permanece totalmente unido al Sagrado Corazón de Vuestro Divino Hijo. Por los
méritos de Vuestras Virtudes y Angustias, clavadme a este Divino Corazón, protegedme ahora y siempre.
Amén.
Los Misterios:
381
Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, José y María, triunfen y reinen. Les amo, salven a las almas,
salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de
María, y Protector de la Iglesia, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti . Amén.
Al finalizar las dos oraciones de Consagración y Reparación que la Mama Celestial y el Santo Padre Pio,
ya han revelado y están en el Cenáculo de Oración.
Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María (dictada el 10 de agosto del 2014).
Sacratísimos Corazones de Jesús y María, os amo y reparo, consuelo y alivio Vuestros Corazones
Dolorosos, que sufren místicamente por la maldad del mundo, que aún los tiene en un eterno Calvario, e
ininterrumpidamente los encamino al sufrimiento del Gólgota. He aquí a vuestro hijo, quiero ser vuestro
siervo; alejad de mí a Satanás, porque hoy en Vuestro Nombre renuncio a él; desterrad de mí toda falta
de amor a Dios y al prójimo; hacedme vuestro siervo y templo viviente, os quiero con toda mi alma y solo
os pido: ayudadme a buscar el Reino del Eterno Padre y su Divina Justicia, y todo se me dará por
añadidura. Soy todo vuestro desde ahora hasta la Eternidad. Amén. ¡Oh Jesús! ¡Oh María! salvad mi
alma y aumente mi amor por Vuestros Corazones Unidos.
Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María (dictada por el Santo Padre Pio de
Pietrelcina, el 14 de Septiembre del 2014).
Queridísimos Corazones de Jesús y María que tanto sufren y tanto aman, tomad mi cuerpo y mi alma,
elevadme a la Sacrosanta y Trinitaria Gloria. Yo (nombre), quiero consagrarme a Ustedes en cuerpo y
alma, entregar mis obras y mi vida, para ser apóstol de Vuestros Corazones Gloriosos. Consagro mi país,
mi familia, mis actos, todo lo que tengo, lo que soy y lo que hago. Cubro mi consagración con la Preciosa
Sangre de Cristo, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y la protejo con las Lágrimas de
la Divina Señora, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; la resguardo con la Espada de
San Miguel para vivir en la Divina Voluntad; haciendo, amando, sirviendo, viviendo, entregándome desde
hoy hasta el día de mi encuentro pleno con Cristo. Amén.
Jesús me dice: te bendigo, Heraldo más pequeño del Reinado de Nuestros Santos Corazones, en el
Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Cada primer viernes de mes se manifiesta el título más amado por el Padre, y escogido por el Hijo, y a
través del cual el Espíritu de Dios está llamando a los hombres, Mi Sagrado Corazón Eucarístico, que
contiene todas las Gracias y los Tesoros de la Misericordia Divina, del Querer Divino, de la Providencia
Divina. Hijos Míos, les exhorto que me amen sinceramente, que me amen de verdad, que me amen con
todo el corazón, porque sólo Mi Amor es el que puede salvarlos. Soy el Sagrado Corazón Eucarístico de
Jesús la advocación más tierna, más plena y culmen de vuestro amado Jesús.
Y con Amor y Misericordia bendigo al mundo, desde esta Morada, donde Nuestros Tres Sagrados
Corazones se refugian y enseñan: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos bienamados de Dios, deben comprender que los Aposentos en los Sagrados Corazones son el
crecimiento del alma en la vida espiritual. El alma viviendo los Llamados de Amor y de Conversión de los
382
Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José vive el Reinado y la Era de los Tres Corazones, y
con la Ayuda y las Gracias que los Tres Corazones dan a sus hijos el alma avanza a la perfecta unión con
Dios. Es importante que comprendan que la Corona de los Sagrados Corazones Unidos es una Corona
de Perfección, porque el alma crece hasta la perfecta Voluntad Divina y su voluntad muere
voluntariamente, para vivir el Divino Querer de Dios. Y Dios con el alma intercambian sus corazones, el
alma le entrega su corazón al Padre y el Padre le da a la criatura el Corazón de Jesús. Continuamente
oren la Corona de los Sagrados Corazones, les ayudará a vivir los Últimos Llamados de Amor y de
Conversión. Yo, Teresa de Jesús, intercedo para que todos los hombres sean verdaderos Apóstoles de
los Sagrados Corazones Unidos. Los bendigo con mi intercesión: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amen
Hijitos míos, con mis Siete Dolores y Gozos les he mostrado el Camino de vuestro Padre y Protector San
José, y con Mis Llamados de Amor y de Conversión quiero conducirlos, como un padre Cariñoso, en este
Camino, para que aprendan de las virtudes, del Evangelio, y para que crezcan en la Vida del Espíritu y de
la Gracia. Hijos míos, Yo fui el primero en recorrer este Camino, conducido por la Madre y el Hijo y con la
Asistencia del Espíritu de Dios, y ahora, desde este Aposento de los Sagrados Corazones, vengo a
conducir a todos mis hijos por ese mismo Camino de Consagración a los Sagrados Corazones. ¡Hijos,
escúchenme con todo el corazón, Yo, vuestro Padre San José, soy el Maestro de todos los Apóstoles de
los Sagrados Corazones en estos Últimos Tiempos! Los bendigo con amor paterno: en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Escuchen Mis Palabras de Amor y de Vida para que todos sean alimentados con Mi Espíritu. Hijitos Míos,
deseo que comprendan que el Corazón de Mi Mamá Celestial estuvo y está profundamente unido a Mi
Corazón en la Cruz. Mi Madre, místicamente, también fue crucificada por Amor, de tal forma que Nuestros
Corazones se ofrecieron como una sola Ofrenda al Padre Celestial. Hijos Míos, la Cruz es el Trono de
Nuestros Corazones Unidos y por eso exaltar la Cruz y glorificarla, es exaltar y glorificar los Corazones de
la Madre y del Hijo unidos en la Santa Cruz.
Hijos de Mi Corazón Eucarístico, abran sus corazones a Mis Últimos Llamados de Amor. Yo, Jesús,
Salvador de todos los hombres, y Mi Madre la Corredentora, los bendecimos desde este Aposento de
Nuestros Sagrados Corazones Unidos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Queridos hijos, es importante que comprendan la urgencia de Mis Llamados de Amor y de Conversión
porque el Señor quiere, hijitos Míos, que todos sean conscientes de la Misión que Jesús me ha
encomendado desde este lugar para todo el mundo. Hijitos Míos, oren y abran sus corazones a Mi
Presencia Maternal. Permítanme que Yo pueda conducirlos, educarlos, formarlos y llevarlos al Corazón
de Jesús, permítanme ser Vuestra Madre. Uno de los Grandes Dolores que hoy afligen a Mi Corazón, es
el rechazo de los hombres a Mi Maternidad. Hijos Míos, reparen este rechazo escuchando y obedeciendo
a Vuestra Mamá Celestial. Queridos hijos, Mis Dolores Corredentores los entrego al Padre Celestial por la
conversión de todos ustedes y como la Madre de los Dolores los bendigo, en el Nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
383
Llamado de Amor y de Conversión de Casto y Amante Corazón de San
José - 19 Septiembre 2018
Amados hijitos de Mi Castisimo Corazón, Nuestros Corazones Unidos han venido para formar, educar y
guiar, a todos los apóstoles de Jesucristo. Hijos míos, Nuestros Corazones Unidos han formado este
Apostolado para reunir a todo el resto fiel. Nuestros Llamados de Amor y de Conversión desean conducir
a todas las almas al conocimiento de Dios.
Hijos míos, al meditar en los Dolores y Gozos están recorriendo espiritualmente el Camino de Vuestro
Padre San José y Yo, Vuestro Padre y Protector, quiero enseñarles en este Camino el Amor a Dios y al
prójimo, la importancia del servicio, de la misericordia y de la oración. Quiero formarlos a todos como
verdaderos apóstoles de los Corazones de la Madre y del Hijo, porque Yo fui el primer Apóstol de sus
Corazones Unidos y en este tiempo el Padre Eterno me envía para formar a todos sus hijos y que sean
apóstoles de los Sagrados Corazones. Hijos, escuchen, oren y abran sus corazones a Nuestros Últimos
Llamados de Amor. Desde este Aposento que es el Refugio de la Sagrada Familia de Nazaret en estos
Últimos Tiempos, bendecimos al mundo entero y llamamos a todos los apóstoles de los Últimos Tiempos;
en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos muy amados, Mi Sagrado Corazón revela su Amor, su cercanía y su deseo de estar con la criatura;
la forma más plena en donde Yo me encuentro con el hombre es en la Sagrada Eucaristía, donde doy Mi
Cuerpo, para que el hombre se alimente y sea una sola vida conmigo. Pero también manifiesto Mi
Corazón, como una gracia especial, en mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión llamando a las
criaturas a regresar a Dios, enseñando, exhortando y revelando mi Amor Eterno por ustedes. Pero la
humanidad permanece indiferente, han olvidado el valor precioso de la Santa Eucaristía y al olvidar,
ignorar y ser indiferentes al tesoro más grande que tienen, también se vuelven indiferentes a mis
Llamados de Amor.
Queridos hijos, comprendan que hay muchas voces hablando con mucho ruido, por eso he dado mis
Llamados de Amor por medio de esta obra de Mi Corazón, para que las almas regresen a la Iglesia,
regresen a los Sacramentos y regresen a Mi Corazón. Queridos hijos, los exhorto: atiendan a lo
importante, atiendan mis Llamados y no se dejen confundir por más ruido, porque el ruido los aleja de lo
importante. Les estoy dando mis Últimos Llamados de Amor, escúchenme y abran sus corazones a
Nuestros Corazones Unidos y no permitan que el enemigo los extravíe del camino a Nuestros Sagrados
Corazones.
Este es el Aposento de Nuestros Sagrados Corazones Unidos y desde aquí llamamos a todos los
apóstoles de estos tiempos. Yo les amo infinitamente. Mi Amor y Misericordia no tienen límites. ¡Abran
sus corazones a mi Amor! Les invito nuevamente escuchen nuestros Llamados y no serán confundidos.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos míos, soy la Mujer vestida del Sol y les anunció que el Reinado del Corazón Eucarístico de Mi Hijo
está llegando. Para recibir este Glorioso Reino preparen sus corazones orando, ayunando y viviendo Mis
Últimos Llamados de Amor. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es la Advocación que reúne todo el Amor
Maternal, Corredentor y Misericordioso de Vuestra Madre. Abran sus corazones y reciban Mi Amor de
Madre y recibiendo Mi Amor de Madre vivirán en la fe, en la esperanza y en el amor perfecto.
384
Y desde este Refugio de Mi Corazón doy Mi Bendición Maternal a todos Mis hijos. En el Nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijitos, escúchenme con el corazón. Desde este Refugio de la Sagrada Familia bendigo al mundo entero;
en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Comprendan, queridos hijos, que de una forma muy especial, Mi Sagrado Corazón se está acercando a
ustedes, les está hablando, les está llamando con Amor, para que conviertan sus corazones. Hijitos Míos,
pidan al Espíritu Santo y Yo se los daré. ¡Que Mi Divino Espíritu transforme sus corazones a semejanza
del Mío, para que sean agradables al Padre Celestial! ¡Aumenten más su confianza en Mi Corazón
Eucarístico! Cuando confíen más y se abandonen más, amarán más.
Hijos, como Prenda de Mi Amor estoy llamando, con Mi Apostolado, a que toda la humanidad reconozca
el Amor Infinito que en Mi Sagrado Corazón Eucarístico existe para cada criatura humana. Hijitos, los
invito: reciban el Amor de Dios, abran sus corazones a este Amor tan infinito.
Desde este Lugar Santo, abrazo con Amor Misericordioso al mundo entero: en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Arcángel San Miguel intercede, protege y acompaña a todo el Ejército de mis apóstoles.
¡Abran sus corazones y reciban mis Llamados de Amor! En mis Llamados de Amor sientan mi Cariño
Maternal.
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado junto al Arcángel San Miguel los bendicen; en el nombre del Padre,
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
385
Llamado de Amor y de Conversión de Casto y Amante Corazón de San
José - 3 Octubre 2018
Los Sagrados Corazones de Jesús, María y José están aquí. Hoy vinieron los Tres. San José vestido de
blanco y manto dorado; el Niño Jesús vestido de blanco; y la Mamá del Cielo vestida de blanco y su
manto dorado. Los Tres mostraban sus Corazones.
Pequeños hijos, mi Castísimo Corazón fue dócil a la Voz del Señor. Su Espíritu Santo me guió
conduciéndome en el camino de la santidad. El Espíritu Santo me iluminó y me llevó a consagrarme al
Corazón de la Madre. Y la Madre y el Espíritu Santo me prepararon para consagrarme al Corazón de
Jesús. También, queridos hijos, el Espíritu Santo me llevó a las Sagradas Escrituras, infundió en mí un
Amor tan grande a la Palabra Eterna que pude comprender las Escrituras, de tal forma que cuando miré
al Divino Redentor recién nacido, pude contemplar la misma Palabra Eterna hecha hombre. Queridos
hijos, Yo quiero conducirlos a los Sagrados Corazones de la Mamá Celestial y del Hijo de Dios, pero
también quiero conducirlos a amar, a meditar y a leer la Palabra de Dios, porque nuestros Llamados de
Amor y de Conversión quieren exaltar la Palabra, quieren darla a conocer. Nuestros Llamados de Amor
sólo exhortan a que vuelvan a leer y a practicar la Palabra de Dios.
Para este tiempo, el Eterno Padre tenía designado revelar las Tres grandes Devociones, y los Tres
grandes Títulos, que deben darse a conocer y que la humanidad entera debe amar y consagrarse: el
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y el Doloroso e Inmaculado Corazón de María y mi Casto y
Amante Corazón. Estas Tres grandes Devociones son las más amadas, han sido las más
esperadas y deben ser las más conocidas en estos tiempos. En este lugar nuestra Sagrada Familia
ha pedido posar como un refugio para nuestros Tres Corazones, porque desde aquí queremos llamar,
reunir y formar a todos los apóstoles de los Sagrados Corazones unidos, en estos tiempos.
Nuestros Sacratísimos Corazones los bendicen. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amen.
Mi Corazón y el Corazón de Mi Hijo se ofrecen al Eterno Padre por toda la humanidad. Hijos míos, toda
revelación auténtica o Palabra Celestial que por Divina Voluntad he dado a otras almas, Santos profetas,
lo recordaré una vez más, en mis Llamados de Amor, por eso son los Últimos Llamados, porque he
venido a reunir a mi ejército de Apóstoles y he venido a ayudarles a discernir porque también el
adversario se ha vestido de Ángel de luz para dividir mi Rebaño de los Últimos Tiempos. Hijos míos, este
Apostolado es el ejército Remanente que anunció el Apóstol Juan, por eso vivan mis Llamados de Amor y
386
acojan está Obra en sus corazones. Si me aman, me escucharán y obedecerán a Vuestra Mamá del
Cielo.
Hijos míos, la Santísima Trinidad ha dado a sus hijos una Gracia muy Especial al revelar a mi Doloroso e
Inmaculado Corazón. Conságrense a mi Corazón y escuchen sus Llamados Maternales. Les amo y les
doy mi Bendición Maternal, desde este Aposento de Nuestros Corazones Unidos bendigo a toda la
humanidad e intercedo por toda la Iglesia y Ministros de Mi Hijo. En el Nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Nuestros Sagrados Corazones el cielo los está llamando para que sus corazones se abran a
Nuestros Llamados de Amor. Hijos míos, los Sagrados Corazones se han manifestado por Orden de Dios
en este lugar Santo para cumplir aquí plenamente lo que se profetizo en Fátima, Los Tres Corazones
bendiciendo al mundo.
En este Aposento se están manifestando las advocaciones más queridas y deseadas por el Padre, el
Padre está pidiendo que todos acojan está devoción para los Últimos Tiempos: Los Tres Corazones. Con
Nuestro Apostolado reunimos a los Apóstoles de los Últimos Tiempos. Hemos encontrado en este lugar
nuestro Refugio convirtiéndolo en nuestro Aposento y desde aquí llamar, enseñar y guiar a los Hijos de
María. Nuestros Llamados de Amor son los Últimos llamamientos a la conversión.
Queridos hijos, deben comprender que los Llamados de Amor son las trompetas del Apocalipsis
anunciando a todos los hombres la Era de los Tres Sagrados Corazones. Escuchennos y con la Oración y
el corazón abierto comprendan la importancia de esta Obra y la urgencia de Nuestros Llamados de Amor.
Los tres Corazones bendicen al mundo. En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Apostolado, mis Cenáculos de Oración y mis Llamados de Amor y de Conversión son una Obra
pensada en Mi Corazón desde siempre. Con mi Obra quiero establecer en el mundo el Reino Glorioso de
la Eucaristía. Desde este lugar santo hemos revelado y estamos glorificando a Nuestros Sagrados
Corazones Unidos. Hijos, todos han sido llamados a ser parte de esta Obra para los Últimos Tiempos.
Que sus corazones sean agradecidos con Dios por haberles escogido como Apóstoles de Mi Corazón
Eucarístico. Con mi Apostolado tienen todo, porque tienen a mi Corazón y el Corazón de Mi Mamá
Celestial, entonces ábranse en el corazón, en el espíritu y en la voluntad a las Intenciones de Nuestros
Corazones Unidos.
Con mi Sacratísimo Corazón bendigo a todos mis hijos. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Hijos míos, no sean indiferentes y abran sus corazones a la Voz de vuestra Madre del Cielo. Queridos
hijos, mi Doloroso e Inmaculado Corazón anuncia el Triunfo de la Corredentora y la Venida del Reino de
mi HIjo. Para eso estoy preparando a mis apóstoles con los cenáculos de oración y mis Llamados de
387
Amor. Quiero que todos mis hijos, escuchen y obedezcan la Voz Maternal. Hijos míos, es importante y es
urgente que acojan los Llamados en sus corazones y oren, oren con todo el corazón, porque a través de
la oración y del ayuno, el Espíritu Santo les dará fuerzas para que vivan estos Últimos Llamados y sus
corazones estén dispuestos, junto a vuestra voluntad, a vivir los Designios de Amor de los Sagrados
Corazones Unidos. Queridos hijos, oren por lo importante y necesario; oren pidiendo la realización de los
Designios y de las Intenciones de nuestros Corazones. Les pido, abran sus corazones.
En el secreto distribuido en siete partes que he dado a mi pequeño hijo, el Triunfo de la Corredentora y el
Reinado Eucarístico del Corazón de Jesús, son un Designio importante para la conversión del mundo. Por
eso, nuevamente les digo, oren por nuestros Designios de Misericordia. Les doy mi Bendición Maternal;
en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Yo, Santa Teresa de Jesús, intercedo por todos ustedes, para que comprendan la importancia de abrir
sus corazones a los Llamados de Amor y de Conversión. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
388
Hijos Míos, Mi Corazón Eucarístico les insiste de nuevo: ¡escuchen Mis Llamados de Amor y de
Conversión y oren con perseverancia Mis cenáculos de oración! Que con su entrega, oración y obediencia
se expanda por el mundo entero la Gran Devoción a los Sagrados Corazones Unidos. Abran sus
corazones a Mi Amor Misericordioso y que Mi Espíritu de fuerza y alegría a sus corazones.
Bendigo al mundo entero con Mi Corazón Eucarístico, desde éste Aposento de la Sagrada Familia: en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos míos, quiero que comprendan que todo el cenáculo de oración, ha sido dictado por el Espíritu Santo,
por el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y por mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Todas las
oraciones que el cenáculo contiene, han sido dadas en Divina Voluntad, pero además reúnen todas las
oraciones divinamente reveladas a otros profetas y santos. Porque es importante que entiendan que en el
cenáculo de oración se concentra todo el Amor Misericordioso del Padre. Y he venido a formar y quiero
que se propaguen por toda la tierra, cenáculos de oración, almas fieles reunidas en oración, intercediendo
por la Iglesia, pidiendo el Triunfo de mi Corazón Maternal y el Reinado Eucarístico del Corazón de Jesús.
Hijos míos, entiendan la urgencia de éstos tiempos. Ustedes son los hijos de la Mujer vestida del Sol y Yo
soy la Mujer vestida del Sol y quiero encender a toda la humanidad en el Nuevo Pentecostés.
Hijos míos, es importante atender a los últimos Llamados de Amor y perseverar en los cenáculos de
oración. Viviendo mis Llamados y orando en mi Corazón, podremos realizar los designios de Misericordia
de Jesucristo, a través de su Madre, para el mundo entero y la Iglesia. Recuerden que todo lo que Yo,
vuestra Madre, he dicho a muchas otras almas escogidas, lo diré y recordaré por última vez en mis
Llamados de Amor, porque mi Apostolado es el epílogo final de los Corazones de Jesús y María. Les
doy mi Bendición Maternal; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Y en esta misma Obra, revelar y manifestar las Tres Devociones más amadas, más plenas y urgentes, los
Tres Sagrados Corazones; anunciando por medio de estos Signos y de los Últimos Llamados de Amor la
Era Gloriosa de los Tres Corazones. Era donde Reinará el Espíritu Santo. Era donde el corazón humano
cumplirá con amor la Divina Voluntad, es decir, que en esta Era Reinará el Espíritu de la Sagrada Familia.
Hijos de Mi Casto y Amante Corazón, en este tiempo con Mi Apostolado y en este Lugar Santo se ha
cumplido lo profetizado en Fátima: la devoción a los Tres Sagrados Corazones. Por eso, es necesario
que comprendan que esta es la Gran Obra del Corazón de Dios. Con este Apostolado el Padre Celestial
está reuniendo a su ejército y en este Lugar Santo los está sellando; preparando a su Resto Fiel para el
Triunfo del Cordero de Dios.
Hijos Míos, por eso, la Santísima Trinidad a través del Corazón de la Reina del Cielo está insistiendo en
formar en todo el mundo Cenáculos de Oración. Cenáculo que ha sido dado a todos Mis hijos a través de
este pequeño confidente. Así todo el Ejercito de María se prepara, se educa, se forma, para trabajar y
orar por los Designios de Misericordia del Padre manifestado en el Corazón del Hijo, y que el Hijo envía al
Corazón de su Madre Celestial y al Corazón de su Padre Adoptivo, a llamar a la humanidad a recibir su
Amor Misericordioso y consagrarse a su Sacratísimo Corazón.
Este Apostolado tan amado por el Corazón de Jesús es un llamado a la conversión y a la santidad. Como
el Padre de todos los Apóstoles de los Corazones de Jesús y María los bendigo, desde este Aposento de
Nuestra Sagrada Familia: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Apóstoles de Mi Corazón Eucarístico, para que puedan profundizar en la grandeza de Mi Apostolado,
deben comprender que todas las oraciones que auténticamente han sido dadas por medio de otros
profetas, verdaderamente escogidos por Mí, se han reunido en el cenáculo de oración que he dado a Mi
remanente fiel, los apóstoles de los últimos tiempos, a través de este pequeño esposo de la cruz. De igual
modo, el Apostolado y los cenáculos de oración son instrumentos de Dios, para reunir a los apóstoles de
Nuestros Sagrados Corazones en todas las naciones de la tierra. Es importante, y es urgente, que todos
los que escuchan con el corazón y creen en Mis Últimos Llamados de Amor, desde este Aposento
Sagrado, formen por el mundo los cenáculos de oración, llevando la presencia de los Sagrados
Corazones Unidos. Hijos Míos, los Dos Sagrados Corazones Unidos, que han sido plasmados en este
Icono Santo, son las últimas advocaciones de vuestra Mamá Celestial y de vuestro Redentor Jesucristo.
Todos los atributos de Mi Madre y todos los atributos de Mi Corazón están contenidos en este Icono
Sagrado y por tanto con este estandarte, al igual que Mi Apostolado, vengo a reunir a todas las naciones.
Abran sus corazones y escúchenme, no repitan el error de vuestros padres, que en aquel tiempo
pudiéndome escuchar, ver y tocar no quisieron creer. Ustedes reparen la incredulidad escuchándome,
obedeciéndome y confiando en Mí. Todos ustedes son apóstoles escogidos y apartados por Mi Madre
como primicias, por medio de esta Obra, para Mi Corazón. Por eso, desde este Lugar Sagrado, bendigo a
todos Mis apóstoles, y Mi Madre y Mi Padre Adoptivo y, unidos a ellos, los Ángeles y Santos oran
continuamente por todos ustedes, para que me digan fiat con el corazón sincero y vivan ese fiat con
radicalidad; con Amor Misericordioso los bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
En este Título se revela el dogma más grande, importante y urgente; María Corredentora. Queridos hijos,
el Doloroso e Inmaculado Corazón de su Madre Celestial, es la Devoción más tierna y más amada por el
Padre y el Padre desea que en todo el mundo se establezca esta Devoción.
Hijos míos, si abren los ojos del alma con fe podrán discernir y darse cuenta que la profecía de la Mujer
vestida del Sol se ha cumplido con mis Venidas a mi Lugar Santo. Ustedes, todos los que escuchan la
invitación de Jesús a consagrarse a nuestros Sagrados Corazones por medio del Apostolado, son el
Resto, los hijos de la Mujer.
Hijos míos, abran sus corazones, reciban mi Amor Maternal en mi Doloroso e Inmaculado Corazón y
crean.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón Corredentor, bendigo a todos mis hijos; en el Nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Llamado de Amor y de Conversión de Casto y Amante Corazón de San
José - 31 Octubre 2018
Apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en mi Castísimo Corazón los guardo y con mi
Báculo de Patriarca los defiendo. Queridos hijos, el Padre me ha enviado como el Casto y Amante
Corazón, la Devoción a San José de estos tiempos. Y, como Siervo que soy de su Voluntad Divina,
también doy los Últimos Llamados a la conversión. Con los Llamados de Amor, el Padre, a través de mi
Corazón, quiere formar, reunir y congregar a todos los apóstoles de Jesús y de María, a todos los que
escuchan al Señor y guardan su Mandato.
En los cenáculos de oración, revelado por los Sagrados Corazones, las almas se reúnen a escuchar la
Palabra de Dios y a orar con María, pidiendo el Espíritu de Jesús. Es importante que el mundo entero
comprenda que en los cenáculos de oración y por medio de ellos, Dios está derramando Gracias y
dando tiempos de Misericordia para que la humanidad se convierta y vuelva a Dios. Queridos hijos, Yo,
vuestro Padre San José, quiero guiarlos y hacer de cada uno, un verdadero apóstol de Jesús y de María.
En cada cenáculo de oración, la Sagrada Familia acoge a todos sus hijos y sus intenciones. Soy San
José, Servidor de la Divina Voluntad. Los bendigo; en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
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