Terapia Sistémica
Terapia Sistémica
Terapia Sistémica
Praxis
La frecuencia de las sesiones suele ser menor que la observada en terapias de
otras orientaciones. Puede mediar bastante tiempo entre una sesión y la siguiente
(de dos a seis semanas), mientras que el número total de sesiones se sitúa en un
promedio de entre 10-14 sesiones aunque el tiempo de atención dependerá de los
avances obtenidos a lo largo del proceso psicoterapéutico.
La terapia sistémica ha tenido logros como complemento de los trastornos
alimentarios, drogodependencias y conductas infantiles disfuncionales, así como
en ciertas depresiones clínicas donde la terapia sistémica de pareja ha resultado
eficaz, aunque no tanto como otras aproximaciones clínicas
INTRODUCCIÓN A LA SISTÉMICA Y TERAPIA FAMILIAR.
EL PRIMER CONTACTO.
CONSIDERACIONES GENERALES
Las claves para el diagnóstico que el terapeuta necesita obtener, las encuentra
más en el proceso no verbal que en el contenido verbal. Debe determinar el grado
de homeostasis que opera dentro del sistema familiar. Necesita apreciar los
modelos de comunicación, las alianzas internas, las coaliciones, los papeles que
desempeñan los miembros de la familia y el modo en que el sistema lo afecta
como terapeuta.
A) Primera etapa:
B) Segunda etapa:
Nunca debe preguntarle a alguien cómo se siente con respecto a algo, sino que se
limitará a recoger hechos y opiniones. Si alguien interrumpe al que está
hablando, el terapeuta no intervendrá de inmediato: lo dejará hablar un poco
para observar brevemente la índole de la interrupción y luego intervendrá para
pedir al que estaba hablando antes que continúe, diciendo, cordialmente, al que
interrumpió que ya le llegará su turno. No se deben permitir disertaciones
prolongadas.
C) Tercera etapa:
D) Cuarta etapa:
El problema a ser resuelto por el terapeuta debe ser uno que la familia desee
solucionar, pero planteado en forma tal que lo haga resoluble. Haley comenta,
claramente, que ninguna categoría de diagnóstico tradicional es un problema
resoluble. Así, por ejemplo, si una familia define como problema la "angustia" de
uno de sus miembros, el problema será el modo en que se manifieste esa
angustia y la reacción de la persona angustiada. El mismo autor pone otro
ejemplo: Una "fobia escolar" no es un problema que podamos resolver, pero sí es
un problema operacionalizable el del niño que no quiere ir al colegio.
Una de las razones por la que debe especificarse claramente el problema es que
así podremos saber si se ha conseguido el objetivo; si este es confuso, también lo
será la evaluación de los resultados.
Si al término de la primera entrevista se tiene una idea lo suficientemente clara
del problema, se pueden fijar otros elementos del contrato terapéutico como son
la duración, frecuencia y número de sesiones.