Clase 3
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Como bien lo señalaba Reinhart Koselleck la historia del tiempo presente es “una bella
expresión, pero un difícil concepto”,1 principalmente porque solo puede ser comprendida
en relación a las grandes transformaciones mundiales de las últimas décadas y las
vicisitudes presentes que implican la “resemantización de la categoría historia”.2
Además, como afirma Michel Dumoulin, en Europa todavía viven numerosos testigos y
actores del pasado inmediato que participan activamente en la construcción de
interpretaciones históricas sobre el mismo. Se multiplican así las memorias personales,
1 KOSSELECK, Reinhart, Los estratos del tiempo. Estudios sobre la historia. Barcelona, Paidós, 2001, p.
115.
2FAZIO VENGOA, Hugo. “La historia del tiempo presente y la modernidad mundo”, Historia Crítica; No. 34,
Bogotá, julio-diCiemBre 2007, pp. 184-207
los diarios íntimos y hasta ensayos históricos que, en general, parten “con enorme buena
fe de un único recurso, constituido por sus recuerdos personales”. Lo positivo de este
proceso ha sido la construcción de un enorme corpus de fuentes, aunque en principio su
uso por parte de politólogos y juristas ha desembocado muchas veces “en generalidades
que encubren o desfiguran el pasado histórico” (135).3
Precisamente, esta situación llevó ya fines de los ochenta a un cierto malestar entre
los historiadores europeos, ante la alteración y manipulación de los testimonios de
los protagonistas y la difusión e imposición de afirmaciones unívocas en el
discurso historiográfico sobre el pasado inmediato.
3DUMOULIN, Michel. “Cómo hacer hoy la historia de Europa”. En: Massimo Montanari et. al. Problemas
actuales de la historia, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1993, pp. 131-140.
4Cfr. SOULET, Jean-François. “L´Histoire immédiate en Europa occidentale”, Cahiers d’histoire immédiate,
N°16, automne 1999, pp. 45-57.
En Alemania, el desarrollo de los estudios históricos sobre el pasado reciente debió hacer
frente a la resistencia moral y social en relación al proyecto totalitario fallido del nazismo.
Junto a las primeras publicaciones ensayística de fines de los años cuarenta (Friedrich
Meinecke y Gerhard Ritter), el estudio del pasado cercano se vio impulsado tanto por la
creación en Munich del Instituto de historia inmediata (1947) como por la publicación de
actas del proceso de Núremberg y documentos diplomáticos, a los que se sumaron
innumerables fuentes orales. Esto promovió las investigaciones sobre el pasado
inmediato que si bien en un primer momento características del régimen nazi y las formas
de resistencia social al mismo (años 40´ y 50´) se limitaron al estudio de las,
posteriormente avanzaron sobre el período de post-guerra (años 60´ y 70´). Como ya
vimos, en la década del ochenta tuvo lugar la denominada “querella de los
historiadores” (Historikerstreit), iniciada con el debate entre Ernst Nolte y Jürgen
Habermas respecto a la “excepcionalidad” y “culpabilidad alemana” en la Segunda Guerra
Mundial.5 Este contexto incentivó las investigaciones sobre las formas en que el pasado
es utilizado por distintos actores sociales con objetivos y fines diversos, además de la
renovación metodológica en torno a los estudios de historia social y vida cotidiana.6
En Italia, los estudios sobre el pasado reciente también debieron afrontar la difícil
coyuntura de posguerra tras el fracaso del fascismo, al igual que en el caso alemán.
Aunque una mayoría de historiadores permaneció reacia al estudio de la historia
inmediata, hubo una minoría de jóvenes investigadores que inició estudios de este tipo
entre los años 50´ y 70´, acompañados también por un proceso de renovación temática y
metodológica de la disciplina histórica y por la presión que la misma demanda social
ejercía sobre el establishment académico italiano.
En Francia, las indagaciones sobre el pasado reciente inician tímidamente hacia fines de
la Segunda Guerra Mundial con la creación de una Comisión de Historia.7 A pesar de los
pioneros esfuerzos de Pierre Renouvin y René Rémond,8 las investigaciones quedaron
5 Véase ACHA, Omar. “El pasado que no pasa. La Historikerstreit y algunos problemas actuales de la
historiografía”, Entrepasados. Revista de Historia, número 9, 1995.
6Véase BERNECKER, Walther. “La investigación histórica del tiempo presente en Alemania”, Cuadernos de
Historia Contemporánea, 1998, número 20, pp. 83-98.
Por ejemplo, el término “genocidio” fue creado por el jurista Raphael Lemkin en 1944 y
reconocido en el derecho penal internacional en 1948, por la Convención para la Sanción
y Prevención del Delito de Genocidio por parte de la Organización de Naciones Unidas.13
Lemkin lo interpretaba como “aniquilación planificada y sistemática de un grupo nacional,
étnico, racial o religioso, o su destrucción hasta que deja de existir como grupo”. Lo
característico de este fenómeno estaba dado por la implementación de una serie de
acciones planificadas que tenían por fin destruir los elementos básicos -sociales,
culturales- de un grupo social. Pero su uso para explicar otros procesos históricos previos
a la segunda guerra mundial -como la deportación forzosa y asesinato masivo de
armenios por el gobierno de los Jóvenes Turcos entre 1915 y 1923- o posteriores -como
las dictaduras latinoamericanas- han generado conflictos de interpretación no sólo
conceptuales o historiográficos sino también políticos y jurídicos.
De igual manera, y como vimos en la Clase 2, el historiador Enzo Traverso explica que el
“holocausto” no sólo fue un concepto histórico sino que se transformó en el paradigma
para explicar la violencia en el siglo XX y es precisamente por su difusión y usos que
puede ser entendido como una “religión civil”. También señala Traverso que la novedad
del “holocausto” no fue tanto el ejercicio estatal deliberado de la violencia, el racismo y
12A la que anteceden publicaciones colectivas como La Guerra de España (dirigida por Edward Malefakis,
1986) o La Guerra Civil Española 50 años después (1985).
13En términos jurídicos el genocidio refiere a las acciones llevadas a cabo contra un grupo religioso, étnico,
nacional o racial, con el objetivo de destruirlo parcial o totalmente.
nacionalismo exacerbados o el exterminio masivo de personas, como la “importación” a
Europa occidental de las mismas prácticas implementadas en el siglo XIX, por parte de
las potencias occidentales (Inglaterra, Francia), en territorio asiático y africano.
Los campos de estudio, como lo señala Cuesta Bustillo, son variados y pueden abarcar
desde la historia oral y la memoria colectiva, la represión y el colaboracionismo, el
fenómeno asociativo, la historia urbana, historia económica, historia de la segunda guerra
mundial, historia de la ciencia y la tecnología, la religión y la sociedad, hasta estudios
sobre descolonización, lo político y sobre las mujeres.
14RUIZ TORRES, Pedro. “Los discursos de la memoria histórica en España”, Hispania Nova. Revista de
Historia Contemporánea. Número 7 (2007), p. 13.
RECURSO AUDIOVISUAL
Zeitler, Tomás Elias (2017). Clase 3: Problemas de historia reciente europea. Curso
de Capacitación “Historia Reciente: problemas y perspectivas”. Resistencia:
Facultad de Humanidades-UNNE.
BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA:
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA:
-ACHA, Omar. “El pasado que no pasa. La Historikerstreit y algunos problemas actuales
de la historiografía”, Entrepasados. Revista de Historia, número 9, 1995.
-BERNECKER, Walther. “La investigación histórica del tiempo presente en Alemania”,
Cuadernos de Historia Contemporánea, 1998, número 20, pp. 83-98.
-BERNECKER, Walther. “La historia del tiempo presente: España en perspectiva
europea”, en Actas del V Simposio de Historia Actual, Logroño, 4 al 6 de noviembre de
2004.
-CUESTA BUSTILLO, Josefina. La historia del tiempo presente en España: reflexiones.
Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca, 1997.
-DUMOULIN, Michel. “Cómo hacer hoy la historia de Europa”. En: Massimo Montanari et.
al. Problemas actuales de la historia, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca,
1993, pp. 131-140.
-FAZIO VENGOA, Hugo. “La historia del tiempo presente y la modernidad mundo”,
Historia Crítica; número 34, Bogotá, julio-diCiemBre 2007, pp. 184-207.
-INSTITUT D´HISTOIRE DU TEMPS PRÉSENT. Écrire l'histoire du temps présent, en
Hommage à François Bedarida. París, IHTP, 1993.
-NORA, Pierre. Seminario “Historia del Presente”, Annuaire de l´École des Hautes Etudes
en Sciences Sociales. Curso 1977-1978, París, 1980.
-RUIZ TORRES, Pedro. “Los discursos de la memoria histórica en España”, Hispania
Nova. Revista de Historia Contemporánea, número 7, 2007.
-SÁNCHEZ GONZÁLEZ, Juan. “La historia del tiempo presente en España y los estudios
sobre la Transición democrática española: un balance y algunas reflexiones”, en Rafael
Quirosa-Cheyrouze y Muñoz (coord.), Historia de la transición en España: los inicios del
proceso democratizador, 2007, pp. 45-59.
-SAUVAGE, Pierre. “Una historia del tiempo presente”, Historia Crítica, [en linea] 1998,
(Julio-Diciembre).
-SOULET, Jean-François. “L´Histoire immédiate en Europa occidentale”, Cahiers d’histoire
immédiate, número 16, automne 1999, pp. 45-57.