Técnicas de Tratamiento Del Drenaje Ácido
Técnicas de Tratamiento Del Drenaje Ácido
Técnicas de Tratamiento Del Drenaje Ácido
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PLAN DE CIERRE DE MINAS ISGM IX 2018-II
Los metales presentes pueden precipitar con las distintas fases sólidas (sulfatos,
hidróxidos, carbonatos, arseniatos, etc.). Al respecto, Loomer et al (3: 829-838) destacan
el riesgo que presentan los barros resultantes del proceso, cuyo pH es superior a 9, si un
posterior descenso de pH permite la redisolución de los metales pesados que contiene
(Cu, Zn, Cd, etc.).
Entre los beneficios de la tecnología, Mitchell destaca:
Economía de espacio.
Facilidad para enfrentar cambios de composición y flujo del drenaje ácido.
Los cambios de temperatura afectan poco al proceso.
El Método es efectivo, incluso con aguas altamente ácidas.
Se trata de una tecnología bien conocida y probada.
En cambio, implica limitaciones y algunos problemas cómo:
• Necesidades altas de mantención del equipo (efecto sales).
• Si el pH se eleva con el objeto de precipitar manganeso, otros metales pueden
formar compuestos solubles (p.ej., Al(OH)3 puede formar un aluminato soluble).
• Los barros son inestables, y los metales que contienen pueden redisolverse al
disminuir o al aumentar su pH (ver Loomer, op. cit.).
• La disposición de los barros es complicada. Poseen un elevado contenido de agua,
cuya eliminación es muy costosa, ya sea económica o ambientalmente (según el
procedimiento seleccionado).
• La eventual recuperación de metales pesados valiosos de los barros no es
económica con las actuales tecnologías.
Se han desarrollado variables más efectivas del método de neutralización, que permiten
la obtención de barros con mayor contenido de sólidos (10 – 30 %, contra 2% del método
tradicional). Ellos requieren el uso de reactores y una mayor inversión de capital, pero
incluso así resultan más económicos que otras alternativas, como las de extracción
bioquímica.
1.3. Sistemas de Tratamiento Pasivo.
Los sistemas de tratamiento pasivo combinan procesos naturales de tipo físico, químico
y biológico, que pueden ser satisfactoriamente aplicados al agua de mina con reducidos
costes de ejecución y mantenimiento.
La construcción de humedales artificiales procura reproducir los mecanismos naturales
de precipitación y fijación de metales pesados, así como de neutralización de la acidez
que actúan en esos ecosistemas. La actividad bacteriana anaeróbica juega un rol
importante en ellos, a través de mecanismos como la disminución de la acidez a través de
la reducción del sulfato a sulfuro y la capacidad de este último ion para precipitar sulfuros
de los metales pesados. Por otra parte, la materia orgánica junto con la fracción arcillosa,
favorece la adsorción de metales, colaborando a purificar las soluciones.
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Comparados con los métodos activos, los humedales artificiales requieren una mayor
superficie, pero usan materiales de menor coste (como desechos orgánicos) y demandan
menos mantención y atención.
Normalmente operan conforme a una serie de unidades, que realizan distintos procesos:
• Lagunas anóxicas: reducen oxígeno y disminuyen acidez (SO4 2- - S2 -)
• Intercepciones de drenaje anóxicas con caliza (reducen acidez y oxígeno).
• Celdas aeróbicas vegetales, que remueven Fe y Al como hidróxidos.
• Celdas anaeróbicas, ricas en materia orgánica. Pueden o no estar vegetadas.
Convierten SO4 2- en S2-, que precipita metales pesados.
• Filtros de roca: sustrato para crecimiento de algas y bacterias Monoxidantes.
Entre los beneficios de este método están:
• Bajos costes de capital, operación y mantención.
• Las celdas anaeróbicas pueden utilizar desechos orgánicos problemáticos (p.ej.,
vinazas, barros de aguas residuales, etc.).
• Pueden albergar especies silvestres.
Sus limitaciones y aspectos negativos comprenden:
• Requieren grandes extensiones de tierra.
• Están afectados por los cambios estacionales.
• Requieren años o décadas para alcanzar su régimen estable.
• No operan indefinidamente.
• Su impacto final en el contenido metálico local y en la cadena alimenticia regional
es aún desconocido.
• Se pueden producir remociones de metal del humedal (wetland) al drenaje si las
características y flujo de drenaje ácido exceden su capacidad.
• El material del humedal se puede convertir en sí mismo en un residuo peligroso
al fin de su vida útil (unos 25 años).
Considerando los aspectos recién reseñados, Mitchell sugiere que el uso de esta
tecnología es más apropiado cuando se requieren tratamientos a largo plazo de soluciones
que poseen bajas concentraciones de contaminantes.
1.3.1. Tratamiento Pasivo in situ.
Consiste en distintos tipos de operaciones, como excavar en parte del acuífero
contaminado, reemplazando el material por una mezcla reactiva permeable, que actúa
como barrera química. Si ésta incluye carbono orgánico, puede contribuir a la acción
anaeróbica sulfato-reductora. Mc Cartney et al (3: 577-582) proponen una variante
denominada “atenuación natural”, consistente en infiltrar efluentes líquidos a través de
tuberías, para aprovechar reacciones químicas en la zona vadosa (vale decir, sobre el nivel
freático del agua subterránea). El procedimiento se ha utilizado en Nevada (USA) para
tratar efluentes líquidos neutros o ligeramente básicos de las pilas de lixiviación aurífera
con cianuro. En condiciones de clima, hidrogeología y materiales de relleno favorables
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