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Poesía

Este poema contiene varios poemas cortos que exploran temas del amor, la añoranza y la nostalgia. Expresan sentimientos de querer a alguien a pesar de la distancia o ausencia, recordar momentos felices pasados juntos, y el deseo de volver a estar con esa persona amada.
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Poesía

Este poema contiene varios poemas cortos que exploran temas del amor, la añoranza y la nostalgia. Expresan sentimientos de querer a alguien a pesar de la distancia o ausencia, recordar momentos felices pasados juntos, y el deseo de volver a estar con esa persona amada.
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Antología

poética
Juan Vélez
El azar, el destino y tú

Te vi y solo leía en tus ojos poesía,


y me grito la nostalgia
que no te merecía.

Te encontré en los ojos del destino,


yo era sus lágrimas.

La amarga y funesta rutina,


gusta de fallecer convirtiéndose en nada,
al saber que abrazo a la alegría
cuando te abrazo a ti.

Sabré que eres mía…


cuando lea en tus ojos un te quiero,
y te escriba un beso en la sonrisa.

Sabrás que soy tuyo…


cuando tu reflejo en mis pupilas,
quiera ser eternidad al verte.

Me senté al lado del destino,


empecé hablando blasfemias del azar,
termino sabiendo con que sentimiento te miro.

Cuando al fin le murmure que te quería,


exilio de mi vida el azar,
y me sentó a tu lado.
No pienso enamorarla con falsos artificios,
porque es verdad que te quiero,
y no quererte es el sendero de múltiples precipicios.

No sé si llegaría a enamorarla,
pero es un lindo preámbulo,
pensar que me quieres como yo a ti.

Y si llegas a conocer el origen de mis tristezas,


es porque a aquellas alturas,
mis alegrías habrán convergido contigo.

Tengo delirios de romántico,


pero en este instante esos delirios son por ti.

Eres…
Eres ese momento en que la cordura se despide y la felicidad me aprende, eres ese instante donde lo
demás se vuelve ajeno, donde toda mi atención yace rendida a tu mirada, eres tú la alegoría más inmediata
de la ternura, eres la definición más certera de lo bello.

Lo que usted desconoce


No tiene idea cuanto la adoro, cuanto tiempo he estado deambulando en cada rincón de la memoria, solo
por buscar ese escenario donde ríes, te sonrojas, caminas, corres, saltas, te apartas, te escondes, disimulas,
te apenas, me miras, te recuestas, me abrazas o lloras, mientras yo, te quiero.

Poesía libre

No sé qué tan banal sea para usted un beso,


pero lo que es poco común,
es llegar al corazón con uno de esos.

Amarte es una sospecha,


pero es seguro que te quiero.
Que trillado es nuestro amor,
que choca entre banalidades y rompe
la costumbre de no querernos,
oblígame a odiarte
Y entonces sabrás lo que es
que te amén por siempre.

La memoria dando a luz el recuerdo,


y son mis ojos quienes lloran,
grita mi alma en aquel llanto mudo,
Que sepa tu alma que el olvido no fue mutuo.

Que decirle a la nostalgia,


que decirles a los pétalos caídos de la rosa de la muerte,
que decirles…
¡Que ha suplicas! no les haya dicho mi suerte.

Formularon sonrisas tus labios…


que en mis anhelos fueron “te amo”.

Con la cercanía del abrazo,


quedo el perfume de tu cuerpo impregnado en el mío,
ese aroma de tu vida que amé tanto como a ti.

Con la evasión de la cordura


fue la melodía de tus risas un arrullo de mí amargura.

Yo que me aburro en soledad,


tú que en mi compañía nos haces felices a ambos.

Exiliemos de la vida el tedio,


y si no existo para ti,
y si no existes para mí,
aunque nos ciegue el olvido,
entre tanta distancia,
que la felicidad se quede en medio.

Dejaste mi palpito más apurado,


si me ahogo es porque
me falta el aire y me faltas tú
Sí siempre te dibujaba una sonrisa,
¿cómo borrarte del recuerdo?

Moriré en el hastío infinito

de un sueño inconcluso.
Viviré en tu recuerdo,
sí es que aún te queda uno,
si no te regalaré uno nuestro.

¿Dónde se fueron nuestras voces


cuando el silencio y los besos nos hablaron?

Yo queriéndole gritar a la vida que te amo,


tú que te haces muda con el mundo.

A su lado, mi corazón es más infantil que yo,


con latidos apresurados
convence a mi espíritu como cómplice,
ambos en su inocencia;
son presas furtivas de una efímera pasión.

Alguna vez hube querido tanto,


que de tanto amor que di,
me quede sin nada para mí.
No preciso encontrar tu confianza en un abrazo,
no vengo a dármelas de elocuente contigo,
pero cada verso es mi manera de decir “te quiero”,
no me preguntes porqué,
pues aún me lo pregunto.

Verdes campos recorrí con ella,


con un destino ajeno a mi imaginación,
pero yo me dirigía a su mirada.

Aún
Sí, aún me encantas con la misma intensidad, aún grita mi corazón miles “te quiero” y te susurra mi alma
un te amo.
Aun sabiendo que nunca me querrás, te quiero como si toda una vida me hubieras querido.

Prosa poética

Con todo el pronóstico en mi contra lucharé por ella. Sé que la felicidad aguarda sentada a su lado, pero
ambos abrazamos en este instante la tristeza.

Me sonreían sus ojos, y los míos no eran capaz de mirarla.


Ella es un recuerdo eterno, es ausencia, es belleza y tristeza, es carisma, es encanto es un sueño, y su
lejanía es un tormento.

Cuando en la azarosa rutina te atraviese un efímero recuerdo,


niégale la eternidad.

Mi memoria no duda en inmortalizar aquello que fuiste, por ejemplo, dejar impregnado tu aroma en mi
pecho a causa de esos abrazos. O sea, un recuerdo casi tan bello, como tú.

No te aparezcas solo en mi memoria…


ven llora conmigo nuestra ausencia
o riamos hasta las lágrimas por nuestro encuentro.
Y aunque la felicidad sea efímera,
quiero apostarle a la eternidad.

Eres un cúmulo de misterios,


y yo con insaciable curiosidad,
he de quererte porque el corazón me lo ha propuesto.

No creo en el pronóstico de un destino,


tampoco es que juegue con el azar.
pero en cada ocasión que te miro,
es un recuerdo por amar.

Quería taparte con un beso la sonrisa,


callarte con mis labios cada risa.
amarte sin misterios y sin prisa.
Pero es cierto,
“quería”.

En las noches hace tanto frío que amanezco con roció en los párpados, un insomnio y cien recuerdos.

En un rincón de su memoria, en un recuerdo que se aferra a la eternidad y una voluntad ajena, ahí estaré
yo.
Ya lo decía yo que los sentimientos tienen algo de infantil, porque les encanta jugar entre metáforas.

Mientras tu mirabas al mundo, yo estaba atento a tus ojos viendo su reflejo

Un beso es un rose de labios que calla nuestras bocas, un verso es romper el silencio y decir que te amo.

Suelo profanar el pasado,


y mi memoria se deprime, queriendo morir en mi lugar.

Desconozco las manecillas del tiempo al lado tuyo,


la eternidad es todavía muy poco para quererte tanto.

Ven callo tus risas en un intercambio de besos.

Un “Te amo” es toda una vida de recuerdos,


que se hacen instante en esas palabras.

No te necesito

Es cierto, te amé más que a mí mismo.


te quiero no lo niego, te adore lo sé, te quise más que a nadie lo sabes.
No merezco esta infelicidad y ahora por fin lo entiendo.
Asecha a la nostalgia al frívolo mártir del recuerdo.

Intente suplantar tu recuerdo con otro más ajeno,


no logro engañarme si es que he querido,
pero a ti te quise más.

Y sí me duermo en el engaño me levanta la cobardía,


sé que no me perteneces a mí,
mira como envidió a la vida.
Pero,
¡soy feliz!
Es lo único que me grito…
y aunque sé que te perdí,
sé también que no te necesito.

La natural felicidad

Cuando se debe,
o no se puede o no se quiere,
y sí se quiere se puede amar,
y sí se ama, se debe por naturaleza encontrar la felicidad,
yo la hallé en ti, y escapo de mí,
no seas tan egoísta,
explícale que nació de nosotros dos.

A ti y a mi…

A ti y a mi memoria, yo me engaño y te extraño más,


a ti y a mi nostalgia, que ya no sé a quién quiero más,
a ti y a mi hipocresía, que eres verdugo y mi poesía,
a ti y a mí, a nuestro recuerdo dile que es lo más presente.
Dile,
que la imagen tuya,
siempre es la más bella,
incluso queriéndote ausente.

Así
Este amor que no es dolencia, pero quiere fingir serlo,
este amor que sí se incluye como hipócrita,
sea para herirme a mí,
no a ti,
que, aunque suela lastimar,
tu naturaleza es la felicidad,
la mía es verte de lejos,
verte en el cielo, sus estrellas
y el reflejo del mar.

Te quiero amar
No nos encontremos en el banal saludo,
o en el abrazo amistoso,
conóceme como quien te quiere
porque ahí te veo y no te tengo,
porque ahí te quiero amar.

Te Quiero, te amo

No te obligo a quererme,
simplemente te quiero
y en el egoísmo más mundano,
soy yo quien define quererte como el amor más cercano.

Quiero amarte

Quiero amarte hasta el hastío,


quiero amarte hasta que te canses de amarme,
quiero amarte hasta que la alegría sea rutina,
quiero amarte hasta que la felicidad sea costumbre,
quiero amarte hasta decirte que te amo más,
porque sí este amor muere,
nace de ti y de mí uno más grande.

Conversaciones contigo

¿Me decías entonces que no te habías enamorado realmente antes?


Yo lo hice una vez,
vivo desde entonces buscando sentir lo mismo,
contigo quiero ir más allá de quererte,
y te querré amar,
y sí te amo, querré ir más allá,
y si lo que sigue es el odio,
odiaré no amarte.
Deambulando en el recuerdo
te encontré a ti sobre un jardín de margaritas,
me encontré a mí apreciándote,
y ambos aún nos queríamos.

Nos discutimos la nostalgia, la melancolía y yo


dice la nostalgia que ya te echa de menos,
me exclama la melancolía que es por quererte románticamente.
les explico a ambos que fue un encanto insospechado,
lo que nos aniquiló.

Eres tú el decoro intempestivo de soledad,


o eres más que eso y yo soy menos.

Caminando por un campo tan grande como este sentimiento por ti, estaba yo buscando esas flores blancas,
flores que todavía no sé porque aprecias tanto, han de ocultar una historia, y yo no oculto que te quiero.
Como mi acompañante estaba el tedio marginal, que competía con tu recuerdo y unos tantos más.
Y es que son pocos los recuerdos, pero tantas las ganas de quererte.
Más que quererte supón un amor insospechado. Pero claro, cómo se puede amar sin conocer, y no digo
que ya te amé, mi insistencia es querer hacerlo.

Aún me pregunto de qué huyes,


aún me pregunto de qué me escondo,
y sin caer en viejas costumbres,
ni con quererte me respondo.

Mi cuerpo, aunque débil no logra hacer cómplice a mi corazón, que te sigue siendo fiel sin motivos. No sé,
pero ya me canso de insinuar estar nadando en otros besos, cuando al extrañarte, te beso con mayor
pasión en mis recuerdos.

No consigo obligar a mi memoria a que no tergiverse esos escenarios contigo. Recuerdo por ejemplo
aquella ocasión en que el paralelo de una calle nos limitaba a cada extremo. Aunque por derecha e
izquierda nos rodeaban pastizales, caminábamos a la mitad, sin más excusa que las risas, sin más motivos
que la amistad y yo con más ganas de quererte.
El cielo nocturno hacía de tu mirada un par de estrellas.
No era suficiente decirte que te quiero. Debí amarte primero, o te amé demasiado en otras vidas, y en esta
nos quedaba poco amor.
Recuéstate en la eternidad que es ahí donde te sueño.

Duermo con sueños que me perturban,


son hermosos porque ahí estás tú,
pero sé que despierto sin ti.

Siento fatiga y hastío, el tedio llama por mí. Recuerdo cuando caminábamos por esos prados. Dejabas
huellas en el césped, un tanto más en mi alma, y unas cuantas en mí corazón. Yo mientras tanto te
embriagaba risueña.

Me persigue la nostalgia, y poco o más tímida la incertidumbre me toma de la mano; es ella quien se
asegura en mí. Yo temo, tengo miedo, no lo dudes. Mentí a tantas personas y no pude conmigo.

Volví al camino que recorrí a su lado, aún permanecían huellas de ternura indiscutiblemente suyas.
“…Caminé de nuevo por ahí, creí que al final te encontraría, pero llegué tarde; y es que, el tiempo era un
imposible contigo.”

Ella, yo…

Ella,
letanía de recuerdos y metáforas,
yo,
memoria de aquellos días.
ella,
refugio y purgatorio de mis pasiones,
yo,
débil mártir de lo romántico.

1. Una carta para ti


“Me levanté con poco o más pesares que ayer, pero con el mismo cariño a la tristeza. Este
día como de costumbre te extraño.
Con el cuerpo más pesado que mi conciencia, y la memoria más cansada que mi espíritu.
Pero aun así logré ponerme de pie, aunque mi mente sigue en esa alfombra de nubes donde
yaces sentada.
Hoy salí a caminar con un conocido que presume de mi amistad. Llegamos a un parque con
vestigios verdes, era de noche, pero aun así había transeúntes jugando, hablando o
simplemente merodeando. Nos dirigimos a una tienda cercana por unos cigarrillos, luego
buscamos donde sentarnos. En efecto, nos dispusimos a encenderlos, y con el humo se
nublo también mi calma, y sentí en los pulmones la nostalgia. Después de un corto mutismo,
procedió mi amigo con la palabra. Él con orgullo y elocuencia me comento hasta el hastío
sus logros de vida, todos y cada uno rosando el más banal absurdo. Yo fingí escucharlo y
simular con mis gestos aceptación. Me contaba como compartía besos, se embriagaba
desnudando cuerpos, pero jamás almas. Jactándose en arrogancia, cree que está viviendo,
pero todo tan mundano, con una felicidad más hipócrita que el mundo.
Yo por mi parte…
Sé lo que es la verdadera felicidad. Lo sé, porque yo la conocía, la vi contigo, la vi a tu lado,
la vi en tus parpados, tus pupilas y el conjunto de tu mirada, la vi escrita en tu sonrisa, la vi
de rojo en tus mejillas, la sentí en el tacto con cada abrazo, y huyo contigo a cada paso.”

2. Una carta para ti


“…Aquel fue un día especial, despertaron mis ánimos de repente; ánimos más inesperados
que tu ausencia. Yo admirando tu ternura, me olvidaba ser delatado por mis gestos, o talvez
era consciente, no lo sé. Mis ojos fotografiando recuerdos, mi pensamiento confundido en un
sueño, se preguntaban ambos donde había huido la amarga realidad.”

3. Una carta para ti

“…Y continúo divagando pues el cuerpo me es pesado, pútrida y


moribunda la inspiración. Lo que le pesa a mí cuerpo le concierne a mi
alma, el desasosiego es continuo y lo único seguro es la duda. No la
duda de quererte, sino la de preguntarme por qué no te quise más.

Aunque le sigo escribiendo a ese tiempo en que nos quisimos.”

4. Una carta para ti


“…Es invierno, pero caen copos de cristal y el cielo llora por mí. En las
noches, sé que atreves de las estrellas me miras, fútil consuelo para
este insomnio. No le puedo revelar como me siento porque todavía no
lo sé. Y si se lo pregunta, es porque vivo de sospechas, el que yo la
haya querido también lo fue, y si no la quise lo suficiente, la culpa es de
mí afán por amarla.”

Posdata:
Una carta que no se envía, es una historia para uno mismo. Por
cierto...eso es el amor.

Como un niño

El cielo esta rojo,


dos estrellas me miran,
ese cielo son tus mejillas,
y yo como un niño te lloro.

No supe el valor de un grito,


hasta que tu voz sentenció mi nombre.
yo como un niño suspiro;
el cielo se tiñe de cobre.

Te Quiero
Te quiero, juro que te quiero, pero para qué te quiero te preguntarás, y yo aún sin la certeza de una
respuesta, sospecho que su sonrisa me persuade una explicación, a pesar de que se contradiga a la ingenua
ternura de su mirada, y aunque su voz sea dulce; son obstinadas palabras lo que esta fórmula. Pero, te
quiero.

Ya no sé de ti
Ya no sé de ti mi amor y aunque me pregunto a diario por ti, sólo el silencio es oportuno en responderme.

Sé que te conocí libre, así te amé, así te quise, así me enamore y por eso te he dejado ir.
Siento no haber ido por ti cuando llamabas por mí, pero tú corazón ya se aferraba a un sueño, y en aquel,
no era yo quien te acompañaba.

En cada mísera especulación con que me torturan los celos, siguen siendo protagonistas tus ojos, que con
cada recuerdo no han dejado de mirarme.

Extraño en especial los delicados cabellos rojizos que embellecían tu imagen. Juró que, en tu rostro,
aunque casi imperceptibles amaba esas pecas, sólo visibles a la cercanía de tu aliento, de tus labios y de tus
por siempre ausentes besos.

Me duele recordarte, pero es lo que más amo desde que me negaste amarte.

Marchita

Cae una rosa, marchita pues no estás tú.

Veo como se quiebran sus pétalos, uno a uno contra el petrificado suelo. La rama aún en poca firmeza,
lástima con tu ausencia, hiere hasta al más experto botánico.

Y es que somos humanos, pero en esa rosa te veo, no como metáfora, más como recuerdo, pues no eras
una flor, pero en mis manos tu recuerdo lástima.
Cada pétalo es un sueño, una razón, un motivo, un recuerdo, una promesa. Que caen, haciendo más fuerte
la idea...

de que no te olvido.

Sobre la felicidad…
- Te has preguntado ¿Que es la felicidad?

Es para muchos la meta final en la carrera de la vida, para el tren del tiempo es su última estación, es el
regocijo de una madre para con el fruto de su sangre, es lo inalcanzable para los escépticos, es lo efímero
para los nostálgicos, es la conclusión ultima para todo aquel que ama, es la belleza para el de moral
bondadosa; pero sí me lo preguntas en este preciso instante y bajo la premisa de mis circunstancias, la
felicidad para mí eres tú.
Enamorarse de ti…

En brevedad de detalles,

enamorarse de ti...

Es ese preciso instante en que lo incierto me sorprende.

Es el preludio lleno de expectativas chocantes unas con otras frente a la realidad.

Es el pasaje al tren del tiempo con ruta a lo más cercano de la felicidad.

Es ese eterno recuerdo del cruce efímero de nuestras miradas.

Fragmento de una carta


Me encanta tanto tu sonrisa, que, entre tu presencia y el recuerdo, el corazón se apropia de ambas cosas.

Poco te conozco, poco me conoces,


¿Pero no es igual de desconocido el amor?
Es carencia y también fortuna.
Pero como su definición misma es algo inacabado.

En las palabras que siguen sabrás quien soy, quien fui y


quien quiero ser contigo.

Y cometo el error de escribirte sin saber con exactitud tu historia,


por el momento me basta con que sepas la mía. Obviando que quiero conocerte también.

Sé que odias las mentiras,


también las odio tanto, que lo que más amo en el mundo es la filosofía. Que es la búsqueda de la verdad.
No digo que no haya mentido alguna vez, no vengo con esto a convencerte de ser un santo.

No sé qué tanto hayas sufrido en la vida, no quiero ser víctima, ni hacerte a ti tampoco.
No soy un tipo de muchas relaciones, ni siquiera de amistad.
En verdad apenas a finales del año pasado me permití hablar más con los demás, y no tenía amigos no
porque me hayan traicionado antes. Sino porque nunca me fue fácil confiar en alguien tanto como lo hacía
conmigo mismo. Sin embargo, ciertamente y por razones que aún no tengo claras he tenido dos relaciones.
La primera (2014 – 2016) fue real, allí amé y fui amado, pero no fue suficiente, la segunda agradezco el
carácter efímero que tuvo… (parte retirada)
…pretendían conmigo para algo más. Pero siempre fue imposible recordando que mi prioridad eres tú.

De eso he estado seguro, pero realmente lo viví cuando estuve contigo…

Cuando te tome de la mano, y sentía que me sujetaba a la felicidad.


cuando te besé y sentí un pacto entre dos almas
cuando entre caricias me creí en un sueño.
cuando tu sonrisa exilio de mi vida la nostalgia,
cuando tu mirada la sentí enamorada
y la mía te decía…
Te Quiero.

Lo que te escribí después de la fiesta, fue porque sentí que en definitiva te había perdido para siempre. Y
me dije que él te merecía más que yo, él no te ignoro, él estuvo pendiente. Él no es yo.

Mí cobardía era un miedo entre no ser quien esperabas que fuera y decepcionarte siendo yo mismo.
Y el propio miedo fue mi fallo. El amor se ve influido por el mérito, al menos el romántico, se ama porque
se gana ese amor. Yo me cansé de buscar ser amado. Y no me he rendido contigo porque sé que la
sinceridad de lo que sientes por mí, no la encontraré en otra persona. Tu amor es algo invaluable. Quiero
ganarlo, quiero merecerlo, quiero amarte, quiero hacerte feliz.

No tienes idea como puedo llegar a amar a alguien. Y contigo sigue siempre la sospecha de llegar a ese
sentimiento por ti.
No te pido ahora mismo que me ames, que conveniente para el corazón sería ello, pero la razón se queja
conmigo.
Me basta por el momento ser tu felicidad, al menos una parte de ella. Aunque comparto eso de que eres lo
más grandioso que me está ocurriendo. Ese día contigo fui tan FELIZ… que los días siguientes a ello aún se
alegra el corazón con sus recuerdos.
¿Por qué no puedo encariñarme mucho contigo?
Tengo la certeza de que no será suficiente. Porque con el tiempo a tu lado, y el resto sin ti; en ambos eres
protagonista en mi memoria, imagina cuanto más para el corazón.
Ese cariño es sincero, el que yo te quiera también; te pido no niegues eso. No te obligo a corresponderme.
Pero ya me enamoré.
No es más significativo el tiempo necesario para enamorarse, es más significativo la honestidad con que
uno se enamora.

La nostalgia cree que la extraño,


y le grité que a ti te quiero más.
Yo le dije a mi alma desde antaño,
que, si no te hube querido,
es porque ahora,
quiero amar.

No cometamos el error de la banalidad innata de un primer encuentro,


ese en el que la mirada es distinta, porque ya se confesó el querer,
ese en el que nos habla la expresión sincera del sentimiento
ese en el que para tu alma y la mía, amarnos es más que un deber.

¿Habías sido musa antes?


pues mi poesía añora ser tuya,
y mis besos también.

Dos extraños queriéndose como si de un encuentro después de años se tratara.


Un par de desconocidos deambulando en sentimiento.
Ese fue el preludio en que la melodía de tu voz,
Arrullo este corazón inquieto.

Siendo objeto de tu mirada, soy presa también de un naufragio,


donde me quiero perder contigo.

Y sí alguna vez de la alegría que te ofrezco huyes,


sí alguna vez de la felicidad que tanto extraño te huyo,
volvámonos a encontrar primero en el recuerdo,
luego que griten nuestras vidas la amargura,
de un después.
Y que, en última instancia, la sentencia sean los abrazos, los besos, y un eterno querer.

Pero aún en la duda soy humano, y la manera como te quiero presume de divinidad…

Y yo en estos versos, te digo:

Te Amo.

Posdata: ¿Tienes miedo de enamorarme, o de enamorarte?


Ya extrañaba escribirle a la felicidad, lo sé te escribo a ti, ¿pero acaso no es lo mismo?

Cuando el corazón es un enigma


(Periplo sobre el amor y otras cuestiones)

 La cursilería, qué sería de un escritor, sin ese sutil rose de


sensibilidad…

 Esa poesía no sirve con una poeta que sabe de los trucos. ¡Oh bella escritura! Tú, que
eres tan perfecta en boca de la persona perfecta. No me persuades, no me convences.

 Pero la pluma es tu figura fidedigna, fecundada en pensamientos, que solo claman por
nacer.

 Pero nacen y no cumplen su trabajo. No usemos la tinta y el papel para tratar de bajar
una estrella del cielo. No usemos la poesía para enamorar a una mujer que no se
enamora ni de la más conmovedora historia de amor.
 El amor no es el único género que existe y sin embargo prevalece, aunque a veces tímido hace
temblar hasta el olvido. El terror le envidia porque asombra más que el mismo, el drama es su
cómplice, la fantasía es su primogénito y el mismo amor a veces no sabe quién es.

 Eso ya lo sé. ¿Por qué usted, por este medio y ahora, ha decidido escribir esto? ¿Por
qué a mí? Sus palabras son sabias, como si ya fuera un experto en la materia.

 Que divina elocuencia que en su respuesta me hallé yo con más preguntas... No soy
experto en la materia, y dudo si haya sido suerte, pero si esto de germinar
poéticamente un pensamiento es un don. A veces pensaría que es el alma quien
escribe.

 Así es y será siempre, cualquier respuesta nos deja con más preguntas.

 En efecto, se trata del hálito de la curiosidad, que versa en cada diálogo.

 Sepa usted, que soy muy curiosa, concuerdo con que es el alma quien escribe; como
puede ver, soy muy sencilla al escribir.

 Y esa sencillez es también equilibrio en alguien como yo que se pierde divagando


muchas veces en párrafos imponentes pero moribundos.

 Pensaba yo, que el artista era siempre el que sin perder la esencia escribía las cosas
de manera más simple. Pero siempre estoy yo detrás de sus párrafos para responder
con un: "en palabras más simples...”

 Porque cada palabra también tiene la posibilidad de embellecerse, y la realidad no es


algo tan sencillo sí uno decide aventurarse.

 Aventurarse, pero no equivocarse. Eso es lo difícil.


 O perderse.

 No es malo perderse, yo sigo pérdida y aún no quiero encontrarme.

 Y yo perdido sin siquiera querer estarlo. ¿Qué te ha hecho no querer encontrarte? O,


¿se trata de costumbre?

 Que aburrido es acostumbrarse a algo, ¿no? Solo me pierdo a veces, sin darme cuenta.
Y no sé por qué me pierdo, pero cuando estoy pérdida se siente tan bien.

 Completamente de acuerdo, la costumbre es un cadáver con alientos para decir que


quiere vivir. Respecto a sentirse perdido, es toda una aventura cuando no se choca uno
contra el miedo, y el alma abre sus ojos con múltiples fantasías en cada pupila.
 Si... Así es. Prefiero perderme sin saber el motivo, a tener un motivo para desear
perderme. Sin miedo... Qué difícil es eso, ¿no?

 Siempre lo he dicho, el miedo es el velo de la verdad.

 El miedo nos hace tan indefensos y tan peligrosos al mismo tiempo.

 El miedo es instintivo una estrategia de defensa, de un inconsciente que es más fuerte


que uno. Cuando ese inconsciente y el raciocinio se miran a la cara, no tardan en
disputarse el poder.

 ¿A qué le teme?

 A morir sin haber aprendido lo suficiente de este mundo. Soy como usted, en cuanto a
que vivo preguntando.

 Somos muchos los que nos vivimos preguntando. Muchos, pero junto al resto somos
tan pocos. Que gran decepción.

 Es lo que me genera una gran tristeza, ya ni siquiera angustia, tal vez vértigo, en
ocasiones náusea. Pero de igual manera no desaparece el hecho de que el asombro y
la curiosidad, aunque actos humanos, son una maravilla de nuestra propia naturaleza.

 Que sería de nosotros sin la curiosidad, seríamos aún primitivos. Aún cavernícolas.

 Era a lo que se refería Platón en el mito de la caverna.

 Exacto.

 Y usted, ¿tiene algún temor?

 "Triste debe ser morir sin encontrarle un sentido a tu vida." -T.D.P. R- No busque las
siglas, es un libro que estoy leyendo.

 Y ¿deduces haberlo encontrado? Aunque por lo anterior dicho, sospecho que no.

 Realmente no. Tengo razones para seguir viviendo, pero aún no sé cuál sea el sentido
de mi vida. Ahora tengo muchas hipótesis, pero sé que solo al final de mis días sabré
cual de todas es. Aún soy muy joven.

 No pienso que deba ser al final de tus días, por lo menos el destino, sí es que hay uno
(exceptuando la muerte), debe darnos un tiempo para disfrutar la vida con dicho
sentido en nuestras manos.
 ¿Qué sentido tiene encontrarle un sentido? Espero encontrarlo al final de mis días. Vivo
de misterio, ¿por qué el mago no revela sus secretos? La vida da tantos giros.

 La misma pregunta me he hecho. El sentido por el propio sentido, es algo


insospechado. Al menos para mí.

 Creo que prefiero saberlo en mi último día. Creo que así es más encantador.
Como ya lo dije, vivo del misterio.

 A lo que ignoras es lo que con mayor recelo persuades, no fueron ni siquiera los magos
los buscadores del misterio, sino los filósofos en cuyo asombro encontraron el sentido
de sus vidas, el preguntarse era su pasión, esa pasión por el conocimiento. Además de
virtud, es amor.

 Usé el ejemplo de un mago por la frase tan conocida: "un mago no revela sus
secretos."
Conozco los propósitos del antiguo filósofo, como también del nuevo.
Amor... ¿Usted ama?

 Mi única certeza es saber que puedo dudar. Sí acaso alguna vez hice esa pregunta, ni
yo ni el amor nos pusimos de acuerdo.

 Al parecer el amor huye de mí, que triste.


No quiere decir que yo busque amor, es que busco amar. A veces me pregunto si amo
a mi familia y ni siquiera siendo a ellos... hallo la respuesta.
Creo que no los amo, que triste, porque al parecer me aman tanto, me aman como a
nadie. Sobre todo, mis padres.
¿Ama a sus padres?

 Antes solía decirme a mí mismo que los amaba, luego me di cuenta que lo hacía por un
simple cumplido, aunque en mi infancia ese amor fue puro, fue honesto. Sé que los
amo, lo que no estoy seguro es del porqué.

 ¿Tal vez porque han sido buenos o porque te aman?

 Fueron mis primeros argumentos de un porqué.

 Yo ni siquiera sé si los amo, no amo a nadie. Y un día se lo dije a mi madre. La hice


llorar ese día, también lamenté ser tan directa.
Decir así, sencillo: "es que no amo a nadie, no soy capaz de amar". Después tuve que
decirle que me refería a personas que no eran mi familia.
¿Y no sirvieron de argumento?

 No debería preocuparse tu madre, después de amarse a uno mismo, el amor por su


familia (y habiendo descrito el cómo son) es natural.
Sí, sé que amo a mis padres, también sé que me olvido en ocasiones de ellos. Y eso a
veces, me repugna de mí mismo.
 A ella si le duele, es tan sensible. Y la entiendo.

 También soy sensible, tal vez por eso convierto todo en poesía.

 Yo no. Soy muy dura, hasta conmigo misma. Digo las cosas sin pelos en la lengua, sin
compasión, soy directa, y no puedo querer; tal vez por eso amo la poesía.

 Dicen que la mentira es necesaria, cuando la verdad es muy difícil de creer.

 Hablando de la mentira...soy mitómana.

Entonces tomé una pausa y le enseñé el texto que sigue:

"Muchos corren buscando apariencias. Yo corro sin saber qué busco, excusándome bajo
la idea de encontrar la felicidad, cuando en realidad a lo que le huyo es al miedo. De
ese tengo bastante, tengo temor camuflado en nostalgia, remordimiento escondido en
orgullo, tristeza recostada en mi alma.

Ya la fábula no me escuda y la metáfora me escupe en la cara. Me gritan: - ¡Poeta!


¡Loco! ¡Mentiroso!

Si escribir se trata de mentirme todo el tiempo creando escenarios donde anhelo estar,
entonces de hecho, soy un mitómano por excelencia. Ya me quejé lo suficiente con
Dios, conmigo y con el mundo, ninguno supo con exactitud cuál era el rostro del
germen para tanta ansiedad, nostalgia y sentimentalismo..."

 Ese es un fragmento de algo que tengo escrito de un texto más grande-. Le expliqué.

 Me encanta.

 ¡Oh, gracias!

Entonces procedió a enseñarme un escrito suyo:

"Voy por el mundo creando historias, miento, a veces miento tan bien. Es tan
impecable mi trabajo que hasta yo mismo suelo creer lo que invento."
"Prefiero regalar una mentira al mundo, que dar a conocer mi aburrida realidad."
"Que sería del mundo sin las bellas mentiras, el mundo mismo es una mentira. No me
vengan a llamar mitómana cuando ustedes mismos tratan de convencerse de que
viven en una realidad. Eso también es mentirse.”

 Genial. No dejes de hacerlo. Necesitamos más escritores y menos futbolistas.

 Amo escribir, aunque mucho nazca del dolor. De hecho, lo último que escribo se titula
Anhedonia.

 Ya veo, Anhedonia ¿Crees que presentas esto?


 Sí, pero no me quejo, al menos sé que vivo, conozco lo que es la felicidad, de lo
contrario no tendría sentido su contraparte: la tristeza.

 Entiendo.

 Muéstrame más de lo que escribes… No tardes mucho que las ganas de leerte me
carcomen.

Le mostré lo que sigue:

“Cuando llegara el día, si es que aún le queda esa definición al detenimiento del
tiempo...

Azaroso el deseo, irascible instinto que de golpe llega y nos sorprende, sin nada que
nos amortigüe.

¿Quién eres que con ese maquillaje de sentimiento te confundo?

Conocerte fue cortesía,


El quererte; un capricho...
Amarte,
una simple sospecha.”

 ¿A quién fue dedicado?

 A un imposible.

 ¿Cuantos imposibles?

 Bueno, pensé que en mi vida solo sería uno, pero en realidad han sido dos. Ahora que
lo pienso... Bah, nada.

 No, no, no, no. ¡No!


Me gusta el misterio, pero no esto. ¡Dime!
 Bueno lo diré, solo que no sé cómo explicarlo. Tampoco sé si sea correcto.

 Solo dilo.

 Lo que iba a decir es, que no he hecho un poema describiendo lo que me gusta de una
chica.

 ¿Por qué?

 He descrito tal y como las conocí, pero no he descrito una ideal. Porque me parece
abusar de la ficción. Y no me supone algo correcto, es más natural y sincero detallar
cómo es en realidad.
 ¿Cómo te gusta una chica? ¿Qué le ves?

 Lo irónico es que cada capítulo nostálgico que me provocan, se convierte en una


fuente más de inspiración.
Bueno, respondiendo a tu pregunta...

 El dolor inspira.
Respondiendo a mi pregunta...

 Me gusta que sean decididas, que tengan la seguridad en ellas mismas. Suelen tener
ternura en la mirada, no importa realmente el color de ojos, basta con que me generen
intriga. El sexo es natural, pero lo que me interesa realmente es desnudar su alma,
que me ocasione en el espíritu no sé qué afán, que me fecunde una duda en el
pensamiento, que su sonrisa me persuada un beso.

 Entiendo. ¿Entonces, le gusta robar besos? (Digo, a veces. Cuando la persona se lo


inspira).

 ¿Uno realmente los roba o los regala?

 No sabría decirle, nunca he robado un beso o me lo han robado a mí.


Supongo que depende.

 Es como que te digan: “—¡Te Quiero! —. (Y tu respondes.) ¿Para qué?” —.

 Eso fue un poco triste; pero cierto.

 En algún escrito tengo la respuesta a ese "para qué", aunque me tardaría buscándolo,
luego te enseño.

 Que alguien que escribe, te quiera enseñar sus escritos es…

 Me alegra cuando encuentro alguien que sabe apreciar

 Solo debes encontrar a alguien que ame leer.

 Amo leer.

 "Sabio es aquel lector que sin importar quien escribe. Lee el libro con ojo crítico."

 Exacto.

 Esa frase es mía, un día la escribí. Pero no sé si la he escuchado en alguna parte.

 Es parecida a una que leí de Karl Marx

 Una vez me pasó así, una maestra me dijo que ya había leído una frase que yo creí
haber inventado. Tal vez la haya leído. Soy algo olvidadiza.
 O puede que no. Igual, se llegan a conclusiones iguales sin mediar palabras con otro—.

Después de un corto mutismo, exclama.

 ¿Puedes creer que ya son las 5am? El tiempo vuelva y nosotros vamos a pie.

 Lo note.

 La madrugada trae consigo trino de pájaros y a gallos cantantes. Fue lindo hablar
contigo hasta escuchar a mi padre salir por el habitual café que lo espera en la cocina.
Bonito leerte y que me leyeras.
Habiendo entregado una copia de mi primer libro le dije:
—Me gustaría tu opinión cuando hayas leído alguna parte

—Sería un placer—.

Un tiempo después me reclama como sigue:


—En la corta edad que tiene ¿ya se ha enamorado? Eso es lo que me sorprende.
Bien, que bello lo describe usted. Es como una linda canción de amor, fácilmente toda
la estructura de su libro tiembla de pura poesía. Pero nunca tuve un ponto tan positivo
sobre el amor de alguien tan joven.

—Hermosa antítesis.
Habría que desquebrajar el cuerpo imponente de eso que llaman Amor, yo lo vi en
unos ojos ajenos, y el sentimiento seguía siendo mío. Debí ser bastante platónico por
la idealización donde senté al Amor. Sé que alguna vez me enamoré.

—Hermoso libro—.

Segunda parte:

—Tu mirada:
Siento que ya hice algo así.
Ya he dicho un "te quiero" Para no lastimar. "Yo no canto la gloria de nadie, ni la de
Dios por encima de la tuya”

 “A ti”, Walt Whitman.

 A mí...
No me gusta la poesía.
Porque casi siempre habla de amor ¡En sí es puro amor!
Y yo aún no logro amar, el amor aún no me ciega ante la realidad. Y las palabras... Ni
siquiera las que están en tinta sobre el papel logran conquistar mi oscuro corazón.
¡No quiero escuchar más de amor! ¡No me vengan con sus bellas historias de príncipes
y princesas o esclavos y plebeyos que viven felizmente enamorados hasta el final de
sus días! ¡No quiero escuchar siquiera la palabra amor!
Mas sin embargo... Amo la poesía.

—Aunque no haya poetas, la poesía siempre existirá, Bécquer.


¿Por qué piensas que existe la poesía?

—Porque existe el amor.

—Ahora que lo recuerdo, Bukowski tenía tal prestigio, que uno de sus libros se titula
así: Amor… "Estamos más enamorados del deseo que de lo deseado" ¿Qué opinas de esa frase?

—¿Qué quieres que opine? No creo que de mi parte sea así. Creo que si deseo algo...
Cuando lo tenga, lo voy a hacer tan mío, lo voy a exprimir. Es lo que siempre deseé,
¿no? Haré que valga la pena lo esperado, lo deseado.
Cuando tenga el amor frente a mí... lo tomaré de las manos, lo miraré a los ojos y le
diré: ámame hoy, porque no hay nadie que te amé más que yo. Ámame hoy porque
mañana ya es muy tarde.

—Hay que escribirle al amor, porque muchos escriben sobre él, pero nadie para él.

—Le he escrito tantas veces que no apure su llegada. Pero que al menos llegue.

—No encuentro, lo que antes le he escrito, pero sé que lo hice…Oh, aquí esta:

“El amor vive de metáforas, se esconde en los sueños de casi cualquier ingenuo, pero
sobrevive en quien, en vez de soñar, lo llega a vivir. En algunos es natural que se siembre
ese sentimiento. Siempre me he preguntado que sí en una moneda una cara es el amor y la
otra el odio, ¿Que le corresponde al borde de esa moneda? …el amor, aunque humano,
resiste su existencia en el mundo.” —.

—Desearía ser un ángel...

—¿Por qué?

—El amor humano hace tanto daño. Pero los ángeles, algunos lo buscan; si yo fuera un
ángel, correría a por esa fuerza que es el amor.

—Estoy de acuerdo con que la costumbre es aburrida, pero he escrito sobre el amor,
siempre desde su naturaleza humana. Desconozco el amor por el que corren los
ángeles.

—El mismo, es el mismo. El amor en sí. Por eso mi nombre, ángel caído.
Creo en una vieja historia sobre ellos. ¿Quieres que te la cuente?

—Sí, por favor.

—Bueno…
“Cuenta una historia muy antigua. Que cuando el cielo se dividió, porque luzbel se
reveló ante Dios. El mismo Dios hizo que los ángeles eligieran si querían quedarse con
él o ir con luzbel (Quien al revelarse tomó el nombre de "lucifer")
Así fue como los ángeles tomaron diferentes caminos, y unos eligieron quedarse bajo
el mandato de Dios mientras otros se fueron con lucifer.
Pero hubo un ángel, el Ángel Rebelde, que no quiso elegir.
Decía que por lo único por lo que quería luchar era una fuerza, que nosotros los
humanos llamamos: Amor.

Y así Dios, dejó que lucifer se llevara aquellos ángeles que querían estar con él. Y él se
quedó con los que pidieron seguir en el Reino de los cielos.

Enviando al ángel rebelde y todos los que no quisieron elegir, a la tierra. Para que
buscaran esa fuerza que tanto querían encontrar.

Esos son, los ángeles caídos.”

—Oh, ya la conocía, pero había olvidado lo del amor. Sin embargo, no deja de
sorprenderme.

—Me encanta—.

Tercera parte:
—Muéstrame más escritos, por favor.

—Aquí están:
"Eres un cúmulo de ternura,
Yo soy las hojas de verano que te rodean,
Eres las lágrimas en mis mejillas,
Yo soy los dedos que secan las tuyas."

—Me encanta.

—He aquí otros más:

"No sé…qué tan banal sea para usted un beso,


pero lo que es poco común,
es llegar al corazón con uno de esos."

"Con la certeza de que nunca me querrás, te quiero, como si toda una vida me
hubieses querido"
"No era suficiente decirte que te quiero, debí amarte primero, o nos amamos
demasiado en otras vidas, y en esta nos quedaba poco amor."

—Los hombres como usted, escriben pura poesía como si fuera la última vez que
tocaran la pluma y el papel.
Pero ¿cómo pretenden conquistar? Pocos aprecian tal belleza

—Yo diferencio lo que escribo porque le he escrito a la nostalgia, pero también le he


escrito al enamoramiento en pleno acto. Ya no sé si realmente escribo para conquistar,
de lo que estoy seguro, es que me enamoré de escribir.

—La escritura es en sí una droga. Consumes y consumes, y quieres consumir más. Al


final mueres por los poemas y revives por los amores.

—No lo había visto de esa manera, admiro su conclusión.

—Admiro de usted, como escribe.

—"Esta infinita retórica la desprenderé desde una premisa simple:


¿Esto es amor? ¿Es algo más o es algo menos?

Si es menos, soy un conformista, si es más caigo en la carencia de un lenguaje que lo


describa. Si la definición última de esto es el amor, aunque tu vida y la mía no logren
definirlo, me encanta vivirlo contigo."

—¿A quién fue esa? No te engañes con esa mierda, no te mientas. Romeó y Julieta lo
comprobaron; no importa la situación, las circunstancias valen menos que mierda.
Siempre hay espacio cuando amas. No hay límites, no hay excusas. No te amaba. Y si
lo hacía, no supo hacerlo. No con la fuerza suficiente que requiere el amor.

—Gracias, sí tienes razón.

—Lo siento, por eso no tengo muchos amigos. Digo las cosas en la cara, soy tan sincera y
concreta. Soy como un balde de agua fría, cuando se trata de amor, más.

—Todo lo contrario. Me encanta, es la sinceridad necesaria.

—Ah, pero en el resto si soy mitómana. Mentir está en mi sangre.

—Siempre le digo a todo aquel que se hace realmente me amigo:


"Se tan honesto conmigo, hasta punto que pienses que yo podría odiarte."

—Sincera pero mentirosa, ¿quién lo diría? ¿Hay un enredo que le gane a ese?

—Sobre la mentira también sé.

—Creo que nos llevaremos bien si es así.

—Y no se preocupe que la realidad misma es una paradoja.


—Una gran mentira…

—Eso sí, la mentira persuade a cualquiera, yo diría que me gusta, pero a la verdad
la amo, porque me representa un hermoso reto.

—No se meta con alguien que miente joven, esas personas suelen hacer sufrir hasta
inconscientemente.

—El sufrimiento piensa que yo le amo, pero la felicidad es mi amante

—Lo digo por experiencia, no porque me lo hayan hecho. Sino que soy una experta en
la materia. Ojalá no lastimara, pero es mi naturaleza. Creo que nací hermana del dolor.

—Le debo al dolor tanto por lo que he escrito... Le agradezco en esta vida y en la
muerte seguramente también. La inspiración nunca fue tan fuerte antes de él.

—Un corazón roto, causa, aunque dolor, también mucha inspiración. ¿Cuantos
corazones rotos cree que sean? Digamos que son como la barra de vida de un luchador
en mortal combat.
¿Cuántas vidas le quedan joven?

—Hasta en esto me sigue la santísima trinidad...

—Yo creo que si le quedan tres vidas. Una persona como yo, puede arrancárselas.
Aunque sea en contra de las reglas.
Ya sabe, una vida por un amor.

—Mi corazón es un niño al que la razón anda siempre corrigiendo.

—Qué triste que hay corazones que se dediquen a asesinar niños.

—¡Ese niño está agotado y confundido! ¡Matadlo por favor! Resucitaría uno más fuerte
que te diera las gracias.

—No creo que resucite.

—Yo pienso que sí.

—No, no lo hará

—… "Te quiero, juro que te quiero, pero para qué te quiero... te preguntarás. Y yo aún
sin la certeza de una respuesta, sospecho que su sonrisa me persuade una explicación,
aunque se contradiga a la ingenua ternura de su mirada, y aún si su voz es dulce, son
obstinadas palabras lo que esta fórmula."

—Tal vez el amor no se da porque ya ni en la poesía se cree.

—Esa ingenuidad le compete a lo humano. Me decía usted que es un ángel.


—Le decía yo a usted, que ojalá fuera un ángel.

—Concuerda el cielo con que el amor en la tierra es el mismo que allá.


También eso mencionó.

—Sí, es cierto… Bueno, en realidad el de la tierra es un poco distinto. Por eso los
ángeles lo buscan.

—¿Qué tiene de diferente?

—Tal vez sea lo que el amor de acá trae consigo.

—¿Dolor?

—¿Acaso en el cielo se besan tan apasionadamente los ángeles? Tal vez la pasión. O el
dolor. No lo sé.
Tal vez sea, que el amor de acá es mucho más difícil de conseguir. Y cuando se tiene
en manos, ya no se quiere dejar ir.

—El amor en el cielo abunda, y acá es muy escaso. ¿Es lo que quiere decir?

—El amor en el cielo abunda. Pero es un amor tan entregado a Dios, que no les queda
para amarse entre ellos.
Tal vez sea eso.

—Pienso lo mismo. Sin embargo...

—…

—Imagine que el espíritu de la abundancia y el de la escasez se conocen. Ambos


tienen un hijo; eso es el amor.

—Un hijo malditamente escaso. Pero trae consigo tanta abundancia.

—Cada alma humana, también es padre y madre de ese amor.

—Maldito amor. No sé, maldito.

—El problema es que las almas, se pierden en todo, se confunden con nada, y no se
funden entre ellas.

—Vida, ¿será que solo te he soñado y por la primavera de tus cielos galopé apenas un
corcel rosado?, Serguei Esenin

—La vida se habría quedado pensando si amar es también un sueño.

—Si se ama soñar, y se sueña con amar. Tal vez sí... Tal vez sí.
—¡Créame que el amor es real, lo que ocurre es que a uno le encanta vivirlo soñando,
mientras se olvida que lo está viviendo!

—¿Qué piensa del amor? Usted que ya se ha enamorado, usted que puede amar. ¿Por
qué esta triste entonces? ¿Porque no es correspondido?
El amor sigue siendo un mecanismo de sufrimiento nato. Pero el humano siempre ha
sido masoquista.

—Sí, soy masoquista, me resulta cómico lo que digo cuando parafraseo algo a lo que le
agrego "ella". Es la única razón. No porque le recuerde o me duela. Me es cómico.

—Bien, porque hacemos lo mismo. Igualmente yo, cuando digo "él".

—Me entiendes perfectamente.

—Exacto—.

Tiempo después escribe:

—Imagina al amor como un viaje en tren, cuyos boletos son escasos, y aunque no
tienen marcado el destino. Uno anhela subirse.

—Sinceramente no quiero subirme en ese tren.

—Uno es ciego cuando llega, por eso no lo sabrá.

—Tendré los ojos bien abiertos y mis lentes puestos

—Tu razón es precavida, sospecho que tu corazón también.

—Lo es. Y cuando quiero algo, lo obtengo. No se trata de caprichos, es más bien
perseverancia.

Cuarta parte:

(parte extraída) …

Ella escribe:
—Lo raro es que siempre pensé en tener relaciones así. A larga distancia y
decirle a mi pareja "mientras estés allá haz lo que se te plazca y cuando estés
conmigo dame mi lugar. Puedes tener otros amores, siempre y cuando al
volvernos a ver, me dediques tiempo.”

Respondo:

—Es de valientes…los que asumen esa naturaleza.


—Pero no creo llegar a esos extremos en los que se encontró Simone (beauvoir)

—Exacto.

—Porque no puedo seguir a una sola persona, creo que... ¿No es aburrido?

—No sé, Sartre buscaba pasión, pero para escribir, aunque su mente rozaba el
filo de un cinismo, que a Simone molestaba.

—A quien no molesta eso. "Amor entre escritores"

—Cuando se es escritor, se es sapiosexual casi por naturaleza.

—Sapiosexual: Atracción por la inteligencia.

—Sí.

—Tendré que conseguirme uno de esos.

—Así se desnuda el alma.

—¿Como?

—Abrazando a las pasiones.

—¿Puede describirlo?

—"El cuerpo se puede persuadir, pero ¿qué tan vulnerable es el corazón?” He


ahí la paradoja de las pasiones.

—Ahora sí… creo que el mío está dentro de un cubo de concreto. Porque nadie
logra llegar a él. Debe ser por eso.

 Aún tienes corazón.

 Suena más como una pregunta, joven

 Es una certeza.

 Sé que aún lo tengo, pero nadie lo encuentra. Sabe protegerse.

 Sí se encuentra en un cubo de concreto, debe ser un lugar oscuro ¿no? ¿Tendrá


su propia luz?

 Él brilla a su manera, pero no deja de ser oscuro un lugar cerrado a todo.

 Y ¿Brilla como llama de una vela o podría ser un pequeño sol?


 No, es más grande. Es como una estrella.

 Una estrella no debería quedarse en un espacio tan chico. Sé que es necesaria la


oscuridad para que su brillo se haga más fuerte. Pero es necesario también su
libertad.

 Libertad... Igual en el cielo también están condenadas a no moverse. Es lo


mismo. Ella no saldrá de ahí.

 Al menos en el cielo, ven la belleza de su luz.

 Pero son más vulnerables. Al menos esta sí.

 ¿Un corazón vulnerable?

 Si está fuera del cubo... Tal vez. No lo sé, nunca ha sido vulnerable hasta ahora.

 ¿Sí tu corazón fuera Julieta y el amor fuera Romeo?

 Ese Romeó moriría solo.

 Aunque se conocieran el destino sería el mismo para él. Aun sabiendo que
moriría, se arrojaría con corceles y espadas a despertarla, porque le presume
dormida.

"Ya lo decía yo que los sentimientos tienen algo de infantil porque les encanta
jugar entre metáforas."

 Pobre Romeó...

 No pienso que su alma quiera ser pesimista.

 ¿La suya o la mía?

 Es lo que pienso, pero cuando se vean a los ojos se sabrá.

 Tal vez...

Quinta parte:

 ¿Tu tomarías la definición científica del amor?


Los filósofos antes, eran personas que se especializaban en todas las materias.

 Ciertamente. Ohm, y la definición científica se debe tener siempre en cuenta,


para que lo traiga a uno de nuevo a la tierra.
 No lo sé. Darle una definición al amor me parece un tanto aburrido.

 No, es que lo aburrido es quedarse con una sola definición.

 No, no, no, no y no.


No le den una definición al amor, definir es limitar.

 "...Y que sigamos con esa búsqueda del sentido que, como el amor, es
inalcanzable."
La verdad es provisional no es definitiva nunca.

 Bueno, sí...

 Y qué decir de la verdad...

 Que nunca es Totalmente verdadera.

 Nunca se alcanza verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella,


Aristóteles.

 Sí... estoy de acuerdo.

Sexta parte:
 ¿Qué tal?

 Bien, he continuado mis estudios, trotado hasta cima del Everest y caído de ahí con
estilo, llegué hasta la luna, pero no encontré queso, fui a Disney World y me robe unos
guantes de Mickey Mouse, fui hasta el monte Himalaya y regale peinetas, llegue a
china y les dije que eran igualitos, fui a España y grite en las calles "Sobrino"(porque a
todos les dicen tío).

 ¿Y? Faltan más cosas.

 Y no te encontré.

 ¿A mí o a ella?

 A ti.

 ¿Me buscabas?

 Sí.
 ¿Desde cuándo?

 Mucho tiempo.

 ¿Cómo sabes si era yo a quien buscabas?

 Porque te encontré y ese lugar ya no estaba oscuro.

 No soy quien buscas, yo no amo. Yo soy brusca para hablar, digo las cosas sin pensar en
que pueden herir.

 Eso

 ¿Que?

 Es lo que merezco, y es hermoso y me aterra. No lo primero, sino que me recuerda que


he herido yo antes. Me recuerda también cuando reía llorando, y escribía mientras eso.
Era hermoso.

 ¿A dónde quiere llegar con eso?

 Sí, el dolor es inspirador.

 ¡El dolor!

 ¡Puede buscarlo en otra parte!

 Es que en otras partes ya lo he acabado

 Estoy cansada de causar dolor, señor.

 El cansancio es también costumbre, y la costumbre... eso aburre.

 ¡Bien! ¡Asunto arreglado! ¿Está aburrido porque no encuentra fuente de inspiración?


¿Busca dolor? El que causo yo, no inspira. Solo destruye.
Así que no.

 Yo ya venía destruido, no habría mayor diferencia.

 No me importa.

 Dolor, inspiración. Alguna vez fueron sinónimos para mí.

 Usted va por ahí, buscando dolor; no. Deje que llegue por sí solo.
 También pensé eso, que buscaba dolor. Pero, no, yo no lo buscaba. Ese como que le
encanta encontrarme. Y es que se disfraza, es astuto.

 No trate usarme. Si yo fuese fuente de inspiración no me gustaría serlo por causar


dolor. ¿Se disfraza? ¿Como? Usted no sabe, aún ni lo ve.

 No, yo jamás la usaría.

 Porque yo no lo permitiría. Puede que no sea linda, pero tampoco soy tonta.

 Y sí, se disfraza, aunque hay ocasiones en que intento quitarle la máscara y resulta
que es verdad. Se disfraza de cosas como Alegría, Felicidad. Aunque como le digo, hay
ocasiones en que no resulta ser un disfraz.

 Si usted hubiese llegado meses atrás, tal vez obtendría su dolor.

 No la busco por dolor, lo contrarío a eso. Yo le hablo de dolor porque así asumí que
podría ser.

 Se metería en la boca del lobo si así fuera. Igualmente, yo nunca lo diría.

 Es que un lobo no puede hablar con algo dentro de su boca.

 Solo quiere devorarte. No necesita hablar.


 La palabra es a veces tan obstinada.

 Depende de quien la diga.

Séptima parte:
 Mira, encontré unos escritos viejos que tenía sobre la felicidad.

 A la felicidad...
“Muchos dicen conocerte, pero ¿Cuantos se quedan contigo?
Sin excepciones al irte cobras a la memoria sus recuerdos y a veces creería que al
corazón mucho más.
Algunos creen que les defraudas, para otros eres inalcanzable, unos cuantos te
imaginan mientras se confrontan.
Yo por mi parte, todavía te extraño.”

 ¿Por qué no eres feliz?

 Sobre la felicidad...
“Te has preguntado ¿Que es la felicidad?
Es para muchos la meta final en la carrera de la vida, para el tren del tiempo es su
última estación, es el regocijo de una madre para con el fruto de su sangre, es lo
inalcanzable para los escépticos, es lo efímero para los nostálgicos, es la conclusión
ultima para todo aquel que ama, es la belleza para el de moral bondadosa; pero sí me
lo preguntas en este preciso instante y bajo la premisa de mis circunstancias, la
felicidad para mí eres tú.”
 ¿A quién va dedicado ese escrito? …Respecto a lo otro: Para mí la felicidad no es la
meta final de la carrera de la vida. Es más bien, todo el camino recorrido. Eso es
felicidad, aunque con sus golpes de dolor, pero eso es felicidad. Me hace feliz porque
me recuerda que puedo sentir, que vivo cuando otras almas desean estar en mi lugar.

 Bonita perspectiva de la existencia.

 Esa perspectiva no me deja caer en la depresión.

 Yo no sé escapar...

 Le diría que piense como yo, pero claramente eso no es posible. Le diría que puedo
enseñarle lo bonito de la vida y que las cosas pueden ser más alegres, pero me
arrepiento de la última vez que ofrecí tal servicio.

Queda en sus manos.


 De hecho, conozco bastante a la felicidad, me la presento ese bello escenario de una
obra de teatro, con la dulzura perfecta y la medida exacta entre fantasía y encanto, la
felicidad esta también acompañándome cuando aprecio los rubios rayos de sol que me
acarician en una caminata por un pastizal. O el juego armonizo de los colores de un
atardecer, y que hasta el firmamento se ruborice. La felicidad me abrazo en forma de
melodía cuando mis oídos se hicieron mi sentido más importante al escuchar un
concierto de música clásica. La felicidad la vi en la sonrisa de mis familiares cuando
tenían los ojos bajo el velo de ese sentimiento llamado amor. La reconocí también en la
tranquilidad de alguien cuya alma yacía más confundida que él, y encuentra su luz.
Ya lo recuerdo… uno es muy falto de modestia cuando se cree tan grande comparado a
esas pequeñas cosas que lo hacen feliz.

 O tal vez es muy ciego.

 En psicología se llama disonancia cognitiva.

 ¿Que las ideas no están de acuerdo?

 Sé lo que debo hacer, pero hay muchas cosas que había olvidado.

 ¿Que debes hacer?

 Lo que ocurrió fue que me encantó lo que logré, cuando supe que sabía escribir así...

 Y…

 Además, esa sensibilidad la desvié por el romanticismo. Romanticismo en su definición


amplia...

 Exacto.

 Pero es que me aterra, me enfada…me molesta.


Octava parte:

 ¿Qué piensa de mí? No lo piense mucho, no se guarde nada, dígalo todo.


Leo lo que sea.

 Primero, interesante pregunta a las 3:46 a.m.

 3:34, a esa hora pregunté. Y es que me dio curiosidad, ¿no le pasa que a esta hora le
entran muchas preguntas?

 Sí, me pasa. Es precisamente a estas horas cuando escribo.

 ¿No le molesta contestar mi pregunta entonces?

 La creatividad despierta y la inspiración se recuesta conmigo sobre el insomnio.

 Me pasa.

 Eres inteligente y curiosa, aunque son cualidades que van de la mano. Ves el mundo
desde una fantasía como yo, la diferencia conmigo es que tú si estas atenta a lo que
pisan tus pies, sin dejar de admirar a su vez, el firmamento. La obstinación es en usted
un don, y la modestia su cómplice.

 Eso último es como lo que escribió antes.

 La "verdad" es para usted una fiera, que utiliza a su favor. Aunque no sé qué tanto la
"mentira" quiera ser su amante. Además de tener la justa medida entre coraje y
ternura. Tiene el equilibrio exacto como un copo de cristal, con ligereza y pequeñez de
detalle, de una belleza que se debe saber apreciar.

 ¿Usted la aprecia?

 Como no tiene idea...

 ¿Le gusta?

 Es fascinante.

 Sabe que no es una respuesta a mi pregunta.

 Mi respuesta es que sí.

 ¿Le gusto?

 ¿No es un juicio apresurado?

 No tiene que responderlo si no quiere. Pero ojalá que yo no le guste.


 ¿Por?

 Solo le deseo esa suerte.

 Gracias por el consejo.

 Yo solo lastimo. Es eso.

Un extenso mutismo después:

 ¿No tienes nada que decirme?

 Bueno…

 …

 ¿Sabe? Eso de querer no siempre lo decide uno. Ya queda descubrirlo cuando


naturalmente se ha creado.

 ¿Cómo sabe uno que quiere?

 Sí, entiendo la pregunta.

 Bien...

 Bueno podría preguntarle a su corazón, pero sí todavía sigue él en un cubo de


concreto, hable con su alma que seguro esta como un guardián a su lado
Eso hago yo y casi siempre se discuten…Vaya mi suerte.

 ¿Por qué su corazón es un niño en brazos de su alma y el mío está dentro de un cubo
de concreto junto a un guardián receloso? ¿Qué es el alma?
 Respecto a lo primero. Lo mismo me preguntaba yo, y es que las circunstancias son
distintas, pero en algún punto se coincide.

 ¿En qué punto? ¿En el que ambos tenemos alma y corazón?

 El corazón es lo más inconsciente, es más instintivo y pasional. El alma es la voz de la


razón, que busca otorgar sentido, esa entidad que nos mantiene conscientes, que nos
hace vivir.

 Entonces en mi caso es un guardián protector y en su caso es un ente materno.

 En efecto, así es.

 ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Además del sexo.

 En que mi alma se deja persuadir por ese corazón. Mi alma ha de amar tanto ese
corazón... pero tu corazón es precavido hasta con tu propia alma.
 Es por eso que al principio dije: Esa poesía...No sirve con una poeta que sabe de los
trucos.

 No me hable de trucos que suenan a mentirás, cuando usted quiere tanto a la verdad
como yo.

 Soy sincera pero no digo la verdad. ¿Cómo se le llama a eso?

 Lo realmente irónico es que viva en la paradoja de repudiar las verdades a medias.

 ¡Las odio! Si me va a mentir ¡miéntame! Si me va a decir la verdad ¡dígala!


Pero no me dé un intermedio.

 ¿La regla aplica para ti?

 No doy verdades a medias, solo miento o soy sincera. Una de las dos.

 ¿Y qué es para ti ser sincera sin decir la verdad?

 Soy sincera. Pero no al mismo tiempo en que miento ¿Entiendes?

 Comprendo...

 Eso es muy poco posible, encontrar a alguien así.

 En verdad que lo es.

 Se puede, pero no por estos lados. Se tiene que encontrar uno con alguien que no ha
sufrido por amor, que confía ciegamente y que no se limita.

 Ciertamente.

 Sí.

 Limitarse.

 Le temo a esa palabra.

 ¿Quién le pondría límites al amor?

 Yo, tal vez.

 Hace tiempo no juntaba la palabra "limite" con "amor". Pensaré sobre ello...

Novena parte:
 ¿Cómo enamora un filósofo a una mujer?
 Le habla sobre el amor.

 Creo que no soy una mujer porque eso no me enamora.

 Ni todas las mujeres son iguales, ni la filosofía se limita.

 Pues la filosofía, o más bien los filósofos se ponen a prueba conmigo. La razón por la que
un filósofo como usted, no puede ser pareja de una mujer como yo, es sencilla.

 Habla de la razón como si esa tuviera cabida en los temas del amor... y uno con delirio
dionisiaco.

De la rutina de querer a alguien…

Su elocuente inocencia camina sobre la rutina y me invade de otra manera,


son puñales de ternura lo que esconde en sus parpados,
Y ese cariño inmaculado abraza mi tristeza y llora con ella,
porque le extraña.

Ese torbellino de vida, adquiere timidez y calma…


cuando el sentimiento se sienta contigo, y juegan tus ojos con él.

Hay veces en que el silencio es más fuerte que yo,


por eso no pude fecundarle sospechas de un sentimiento que nació lejos de mí.

El amor es un niño huérfano. Cansado de llorar soledades, a veces lo confiesan impostor y lo calman con
un par de sonrisas.

También es pincel cuando se desvela en el rubor, y


te inmortaliza con cien retratos tuyos en mi memoria.

La libertad nubla su juicio, al cegarse con las aureolas con que suele mirarme.

No es simplemente los finos cabellos que con la suavidad de su alma me acarician el rostro.
Ni es la cercanía, ni el hálito incitándome un beso.
O la vida sonriéndome a través de sus labios.
Ni siquiera ese par de auroras con destellos de ternura, que son sus ojos.
Lumbres y astros, espejos de un infinito.
Tampoco el cariño que capturo cuando te tienen mis brazos.
Ni los momentos vespertinos, ni la nostalgia del ocaso,
Ni la sinfonía entre mi silencio y tu voz.
Tu voz, que es tal dulce, tan calma,
arrullo y concepción divina.

Tampoco es el perfume que degusto en la memoria, que es dulzura y es abrigo.

Es…
este cariño terco, este velo de sentimiento,
este amor con que te miro.

La vida dispuso el universo en su mirada,


y el tiempo lejos de nosotros dos.

Sí la vida es transitoria,
que triunfe el amor vitalicio.
Estos versos no son pretexto, ni cuartadas arbitrarias. Es mi manera de traducir la descripción minuciosa
que me da el corazón, cuando le pregunto por usted.

Quiero retribuirle ese amor que merece y por un tiempo arrojó al vació.
No sé si yo sea el más adecuado, ni con la mejor experiencia, o el mayor mérito. pero quiero fundirle
alegría. Esa misma que siempre me revela de golpe al sonreírme. O sembrarle el mismo regocijo que dejo
en mí con su mirada.

Le robé el brillo a una estrella y te lo puse en los ojos.

La tristeza es la cuartada más segura, o ese rincón de cobardías donde arrojo voluntades y fracasos.

Los poetas y su nostalgia

Ciertamente los poetas nacen y crecen a la intemperie, caminan con el alma desnuda, y el corazón infantil
como de costumbre. Corren sin saber que buscan, excusándose bajo la idea de buscar la felicidad, cuando
en realidad a lo que le huyen es al miedo. De ese tienen bastante. Un temor camuflado en nostalgia,
remordimiento escondido en orgullo, tristeza recostada en el alma.
Viven de lo que les susurra la memoria. El verdadero halito de su espíritu reside en la tranquilidad ante lo
austero y en lo exacerbado de sus pasiones.
Ocasionalmente no creen en Dios, pero creen en las virtudes humanas, creen en el amor, aunque para
“fortuna” suya, son románticos incurables.
Admiran a la distancia y con la melancolía a cuestas, momentos de felicidad tan efímeros como la vida
misma, con el pretexto de capturar un bello recuerdo.
La gente les confía verdades que maquillan por vanidad al sentimiento.
Notan con facilidad y en cualquier extraño, aquellas lágrimas de alegría y nostalgia donde converge la
emoción. Y lloran y ríen con ellos.
Le roban el brillo a una estrella y te lo ponen en los ojos.

Aman, viven y recuerdan.


“La pluma es su pincel,
sus recuerdos los colores,
el lienzo su papel…
pintan y escriben mil amores.”

La utopía es el camino de quien ama…

La utopía es el camino de quien ama porque reconoce que no hay final, y sin embargo
continua su camino, porque aprecia el viaje y no desprecia si debe recorrerlo a ciegas. Aún tiene el
corazón para mirar, lo que los ojos ignoran.

Aforismos sobre el Amor

El amor es también irónico, porque se vive entre dos, y se recuerda en solitario.


El amor se receta abstinencia cuando sabe que está muriendo, pero quiere ignorarlo.
El amor es inocente e infantil; el deseo es un adulto que lo corrompe.
El amor suele delatarse sin darse cuenta, pero es su propio abogado cuando le toca
defenderse.
El amor es una guerra con los otros y uno mismo.
El amor es un juego en el que uno se pierde, en favor de ganar a otro.
El amor es un sol que uno mira con detenimiento, para quedarse feliz, triste o ciego.
El amor es encariñarse con la felicidad del otro.
El amor es el tiempo perdido y los recuerdos ganados.
El amor en ocasiones es infierno donde se muere, o cielo donde se resucita.
El amor es un niño huérfano.
El amor es un poema que no termina de escribirse.
El amor es un deber, cuando el derecho a la tristeza nos cohíbe.
El amor es una cuerda con que uno elige escalar o ahorcarse.
El amor es la excusa perfecta

El desamor es exiliar a la razón y naufragar en el pasado.

Mis brazos viven una incertidumbre,


porque no te encuentran.
Anhelan tus brazos, no porque estos les deslumbren,
sino porque se hacen pasión cuando los tuyos les tientan.

La tristeza de las nubes llora mil desesperanzas,


gotas que chocan contra los cimientos de este amor,
siembran frágiles bonanzas,
y yo te quiero y también no.

Transito un augurio de lamentos,


y de repente es fulminante su presencia.
niña que apuñala mis tormentos,
pequeño amor que me sentencia.

La tristeza se difumina como una nube cuando amanece,


o una piedra que uno arroja al mar.
Y usted que en recuerdos se me aparece,
es un amor de esos que no se deja de pensar.
Me sonríe, no me toma la mano,
y yo también le sonrío
con un aire familiar… casi de hermanos.

Le abrazo, negándole espacio a la duda,


sus ojos son testigo y voz de reclamos.
emociones en una cuartada segura,
sentimiento que toda una vida guardamos.

Y mi tristeza queda inerte,


la soledad se escapa.
Debe ser la suerte de quererte,
o un puñado de emociones que no acaba.

El cielo en su ambiente tardío,


se hizo uno con la luna,
tal como su corazón y el mío.

El prado se hizo nubes,


para conmoverse con nosotros.
Preciso momento en que te tuve,
hube querido como pocos.

Me olvide por un instante,


de amigos, el tiempo, y sus conversaciones.
Debido a que mi tiempo fue suyo,
y mi alma también.
Usted hace de los abrazos,
razones para quererla.

Algo similar ocurre con su sonrisa,


que se queda en el recuerdo,
y sus ojos son motivos que me embargan la tristeza.
Su voz es la música que escucha el corazón.
Haciendo eco en cada rincón de la memoria,
como una melodía que no acaba,
sino con la voz de dos.

Y el rubor en sus mejillas no me dice poca cosa,


es como si me reclamaran un beso,
y yo le besara esa ternura.

En un fragmento de la eternidad

En un fragmento de la eternidad caminamos los dos,


y nos sedujo lo efímero. Es como si el destino llamara y uno viva enamorado del azar.

Las casualidades son más humanas que nosotros, o que nuestro amor.
La vida camina de la mano con el tiempo por ahí, escapándose de nosotros. Dejando los sentimientos para
amortiguar la existencia, de la que jamás se cansan ellos porque eso son.
Uno es simplemente un engranaje de emociones, o una lágrima. Recuerdos que se hacen mar, memoria de
la que uno se apropia.

Historia de una cárcel

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