La Sagrada Biblia Torres Amat 9-10 PDF
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LIBRARY OF THE
^^.assacnusetts
Biole Society
CatalogNo.A:^3X..I3/65. tó34
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Date /<?s3.É>
SAGRADA BIBLIA
NUEVAMENTE TRADUCIDA AL ESPAÑOL .
POR
TOMO IX.
LA PROFECÍA DE ISAL\S.
parís,
LIBRERÍA DK LOS SS. D. VICENTE SALVA ¿ HIJO,
CALLE DE LILLE , N°. 4-
1830.
Imprenta de J. Sinith, calle de Montmorency, n. 10.
profecías,
8 ADVERTENCIA
ToM. IX.
10 ADVERTENCIA.
se llama Profeta :
que, te ha herido.
Z.° También se llamaba Profeta aque¡
hombre d quien Dios hacia hablar ^ aun sin
que entendiera el sentido de lo que hablaba :
1 Til. /. i\ \'2.
'i 1. Cor. XI y. V. 6.
Advertencia. Í3
1 /. Reg. X. V. 6.
ADVERTENCIA. 15
18 ADVERTENCIA.
1 Cap. VIL V. 14
.
LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO PRIMERO.
El profeta Isaías amenaza á Jerusalem con una espantosa
ruina por no haberse convertido al Señor, a pesar (Ir
menosprecia<io.
3 Hasta el buey reconoce á su dueño, y el asno el
yos de su justicia.
"2 Dios se reservó un corto número de israelitas según
la elección de su gracia. Rotn. XI. v. 5. Tertuliano, si-in
(reróninio, Teodoreto y otros entienden estas palabras de
la destrucción de Jerusalem pT>r ios romanos. Véase Rom.
IX. V. '27.
22 LA PROFFCÍA DE ISAÍAS.
1 Me son enojosas.
2 No es el sacrificio exterior el que principalmente pide
Dios, sinoel interior con que debe ir aquel acompañado.
3 Esto es , de pecados. Estas palabras , dice san Geró-
nimo , condenan á aquellos falsos devotos que pasan
orando horas enteras , mientras que siguen en sus usuras ,
25
CAPÍTULO II.
guerra '.
CAPITULO II. 27
nierables sus carrozas. Y ' está lleno de ídolos su pais
, ;
28 LA PROFECIA DE ISAÍAS.
tierra '.
29
CAPITULO m.
Los judíos á causa de sus pecados, serán
t afligidos de varios
30 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO III. 31
32 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
1 1'
raerá el Señor la cabeza 'de las hijas de Sion '
los pechos.
CAPÍTULO IV.
4
34 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
bellino y la lluvia.
CAPITULO V.
3 Ahora pues ,
^habitadores de Jerusalem , y voso-
tros, oh varones de Judá , sed jueces entre mí y mi
viña.
4 ¿Qué es lo que debí hacer , y que no haya he-
cho por mi viña? ¿Acaso porque esperé que llevase
uvas, y ella dio agraces?
5 Pues ahora os diré claramente lo que voy á ha-
cer con mi viña : le quitaré su cerca , y será talada;
derribaré su tapia , y será hollada.
6 Y la dejaré que se convierta en un erial ' :
36 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
codicia lo supérfluo.
2 Yéase Bato Ephi, Modio. ,
CAPÍTULO V. 87
altivos.
38 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPÍTULO VL
Isaías ve la gloria de Dios, y se condena á si mismo por
haber callado. Se le manda anunciar á Israe'l que Dios
le reprobaría por su obstinación , y asolaria todo el pais;
pero que el verdadero Israe'l subsistiria en algunos escogi-
dos y que después serian padres de muchas gentes.
40 LA PftOFEtÍA DE ISAÍAS.
^.
y con dos cubrían los pies , y con dos volaban
3 Y con voz esforzada cantaban á coros , diciendo :
dos ''
, y he visto con mis propios ojos al rey Señor
de los ejércitos ' !
1 Véase Querubín.
2 O estaban en ademan de volar. Según el hebreo, y
también la Vulgata , puede entenderse que cubrían el ros-
tro del Señor ; o quizá el suyo en señal de respeto.
3 Muchos santos Padres dicen que el repetir los sera-
y la tierra desierta.
12 Y el Señor arrojará á los hombres lejos de su
pais, y se multiplicarán los que quedaron sobre la
tierra.
CAPÍTULO Vil.
CAPITULO Vlí. 43
vióse el corazón de Acház, y el corazón de su pueblo,
á la manera que se agitan los árboles en los bosques
con el ímpetu del viento.
3 Y dijo el Señor á Isaías : Vé, sal al encuentro de
Acház , tú , y el hijo que te queda Jasub, al último
del canal que conduce el agua á la piscina superior,
Romelia, diciendo
6 Marchemos contra Judá y provoquémosle, y ar-
ranquémosle á viva fuerza, y en medio de él ponga-
mos por rey al hijo de Tabeel.
7 Pues esto dice el Señor Dios : No cuajará , ni
44 L\ PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPÍTULO vil. 45
pais ^
1 ! ii-i cl
1 Véase Aguas. ., j
46 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO VIII.
V. 15.
,
CAPÍTULO VIH. 47
48 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
ra mis discípulos.
"
y 17 Yo sin embargo tengo puesta mi esperanza
en el Señor ,
que ha escondido su rostro de la casa
de Jacob , y encesta esperanza perseveraré ^.
acia arriba ,
CAPITULO IX.
52 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
Príncipe de paz ^.
1 Gal. IV. V. 4.
2 Rom. V. V. 14.
CAPÍTULO IX. 53
mados bienaventurados ,
perecerán desgraciadamente.
17 Por esto no se enternecerá el Señor en favor de
los jovencitos de ese pueblo , ni tendrá compasión de
sus huérfanos , ni de sus viudas : porque todo él es
54 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPÍTULO X.
1 ¡
Ay de aquellos que establecen leyes inicuas, y
escriben continuamente sentencias de injusticia :
entra en im rebaño.
2 O parentela.
: ;
CAPÍTULO X. 55
5 ¡
Ay de Assur ! vara y basten de mi furor : en su
mano he puesto mi ira.
8 Porque dirá
9 ¿ Acaso mis palaciegos no son otros tantos reyes ?
¿pues qué no ha tenido la misma suerte Cálano que
Chárcamis? ¿y Emalh que Arphad? ¿ por ventura no
ha sido de Samarla lo que de Damasco ?
10 Así como ganó mi mano los reinos de varios
ídolos, del mismo modo venceré los simulacros de los
de Jerusalem y de Samaría.
11 ¿ Acaso lo que hice ya con Samaría y con sus
ídolos, no lo ejecutaré también con Jerusalem y con
sus simulacros ?
56 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
colmo '.
60 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO XI.
impío '.
CAPÍTULO XI. 61
6 Habitará el lobo juntamente con el cordero , y
el tigre estará echado junto al cabrito : el becerro,
el león y la oveja andarán juntos , y un niño peque-
ñilo será su pastor.
de la tierra.
de Egypto.
1 Manifetitará su fjodcr.
2 Sobre yl Nilo y sus bocas; ó sobre el E"phratts y sus
canales.
; ,
ti 3
CAPITULO XII.
tí el Santo de Israel.
CAPÍTULO XIIT.
I
1 . :
CAPITULO XIII. 65
66 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
y de su furor.
14 Y echarán á huir como gamos; y serán como
ovejas que no hay quien las recoja : volveráse cada
uno á su pueblo, y cada uno huirá á su tierra.
Jilo de la espada.
16 Sus niños serán estrellados delante de sus ojos,
saqueadas sus casas, y forzadas sus mugeres \
17 Hé aquí que yo levantaré contra ellos á los me-
dos, los cuales no buscarán plata, ni querrán oro,
18 sino que matarán á saetazos á los niños; y no
tendrán compasión de las mugeres embarazadas, ni
perdonarán á sus hijitos.
1 Ps. CXXXVI. V. 9.
CAPÍTULO XIV.
Profetiza Isaías la vuelta del pueblo del cautiverio de Ba-
bylonia , la ruina de este imperio , la mortandad de los
asyrios, y la derrota de los philistheos por Ezechías.
1 Apoc. XVIII. V. 2.
68 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
cido en un combate.
,
«APÍTLM-O XIV. 69
70 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
1 O pompa fúnebre.
,
CAPÍTULO XIV. 71
I
quién podrá detenerle ?
— 28 El año en que murió el rey Acház se x:ump!¡6
72 LA profecía ÜE ISAÍAS.
CAPÍTULO XV.
yaticina haias las vaiamidades qae padecerán ív.s moabUas;
de los cuales muestra compadecerse.
en señal de luto.
3 Andan por sus calles vestidos de saco : sobre
sus terrados , y por sus plazas , solo se oyen aullidos
acompañados de lágrimas.
capítulo XV. 73
4 Hesebüu y Eleale darán grandes gritos : hasta en
gritos de quebranto.
6 Las excelentes aguas de Nemrim ^ serán abando-
nadas ó descuidadas: por lo que se secó la yerba,
marchitáronse todos los retoños ,
pereció todo verdor.
7 Serán visitados ó castigados á proporción de la
enviaré leones.
CAPITULO XVI.
Ruega á Dios que envié el Cordero dominador de la tierra,
esto es, el Mesías. Moab es castigadopor su inflexible so
berbia.
1 En ía Arabia Pétrea.
2 O de Jerusalem. En el sentido espiritual se habla "de
Jesii-Christo que debia descender de Ruth, natural de
Petra, capital de los moabitas, llamada por antonomasia
Ar (esto es ciudad), en el verso 1 del cap. anterior; la
cual habiendo casado con Booz, íue madre de Obed , y
asíabuela de David y del Mesías. El país de Moab abun-
daba mucho en rebaños, de suerte que pagaba al rey cada
año por tributo cien mil corderos y cien mil carneros, /f.
Reg. Jll. V. 4. A e.sto aludirla el Profeta rogando al Señu»
que en vez de aquel tributo de corderos enviase á Sion el ,
dades.
8 Porque los arrabales de Hesebon están i/a desier -
76 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO XVII.
ganados ,
que tendrán allí sus apriscos ; y no habrá
quien los espante.
^8 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
capítulo xviii. 79
CAPÍTULO XVllL
CAPÍTULO XIX.
hombres.
3 San Gerónimo observó que varios expositores antiguos
aplicaron esta profecía á los tiempos de Jesu Christo; el
cual en su infancia, llevado en los brazos de su madre,
simbolizada en esta nube ligera , fue á Egypto , y trastor-
Sozomeno, y otros.
To:.!. IX. 8
;
1 1 j
Oh qué necios son los príncipes deTánis '
! los
vómito,
15 Y el Egypto no ejecutará cosa que tenga pies
ni cabeza , ni el que manda ni el que obedece.
16 Como tímidas mugeres serán en aquel día los
CAPÍTULO XX. 85
CAPÍTULO XX.
tomó '
;
y descalzo ^.
Ethiopia ,
CAPITULO XXI.
Arabia.
que observe.
7 Y ella descubrió dos carros de guerra, con dos
vertios, y venid.
CAPITULO XXIL
90 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
rusalem '
.
¿ Qué es lo que tú también tienes ,
que
tu gente toda se sube á los terrados?
de la hija de mi pueblo
5 porque dia es este de mortandad, y de devasta-
ción, y de gemidos, prefijado por el Señor Dios de los
táPlTL'LO XX.iI. 91
92 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
Ojércilos.
jo de Helcías.
21 Y le revestiré de tu túnica , y le adornaré con
tu cinturon , y en sus manos pondré tu autoridad ,y él
CAPITULO XXII. 93
25 En aquel dia ,
pues , dice el Señor de los ejér-
3 O eu Sobna.
94 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO XXIll.
XXVII y XLVIl.
bién en Jeremías c. , y en Ezechiel c.
XXVI,XXVII,XXV1U.
2 Por tierra de Celhim se entienden las islas del Medi-
terráneo.
3 Tyro fue fimdada primero en una isla pero después :
gas.
CAPÍTULO XXIII. 95
4 Avergüénzale , oh Sidon '
: pues así habla esta
ciudad del mar, la señora del mar: Tú que dices :
madre é hija.
2 O grandes y poderosos señores , como se ve hoy en
Londres, etc.
1 — ,
96 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
1 El Señor ha extendido su mano contra el mar,
conmovido ha los reinos : él ha dado sus órdenes con-
tra Chánaam ,
para exterminar á sus campeones.
12 Y ha dicho : No le vanagloriarás ya mas, cuan-
do te veas afrentada, oh virgen hija de Sidon ' : leván-
tate, navega áCethim; ni allí tampoco tendrás reposo.
13 Mirad la tierra de los cháldeos : pues no existió
jamás un pueblo tal como aquel: Assur le fundó :
CAPITULO XXIV.
98 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
pojará la tierra , y pondrá afligido el aspecto de ella ,
CAPÍTULO XXIV. 99
mí :
¡
ay de mí! los prevaricadores han prevaricado ,
CAPÍTULO XXV.
Cántico de acción de gracias al Señor por los beneficios he-
chos á su pueblo,
1 ¡
Oh Señor! tú eres mi Dios : yo te ensalzaré %
y bendeciré tu nombre ,
porque has ejecutado cosas
maravillosas , designios antiguos y fieles ó infalibles.
Amen.
'
2 Bendiio seas , porque has convertido en escom-
bros la ciudad : la ciudad poderosa , el alcázar de
hombres extrangeros en un montón de ruinas, para
que cese de ser ciudad , y nunca jamás sea reedifi-
cada.
3 Por esto te tributará alabanzas el pueblo fuerte ^,
CAPÍTULO XXVI.
fortaleza eterna.
éste en el verso 9.
10
1
amos fuera de tí, que nos han dominado ": haz que
de tí solo y de tu nombre nos acordemos.
CAPÍTULO XXV [. 10 7
instrucción tuya.
17 Como la que concibió, da gritos acongojada con
los dolores del parto que se acerca ; tales somos nos-
otros , Señor , delante de tí.
CAPITULO XXVII.
y matará la ballena ,
que está en el mar de este mun-
do.
ardor de su iva.
9 Y así con esto será perdonada su iniquidad á la
1 Matlh. XXIV. V. 2.
CAPÍTULO XXVllI
Amenazas contra Samaría y ruina , del reino de las diez tri-
1 ¡
Ay de la corona de soberbia '
de los embriaga-
dos Ephraim, de la flor caduca de la gloria y alegría
de los que estaban en Samaría, en la cumbre del fér-
tilísimo valle , desatentados por causa del vino !
devora.
de su pueblo '
ticia.
apresure '.
trará consigo.
22 Dejad ,
pues, ya de burlaros de mis amenazas,
porque no se aprieten mas vuestras ligaduras ^. Por-
que el Señor Dios de los ejércitos es de quien he oido
la destrucción de toda la tierra , ópais que habitáis
la destrucción que sucederá dentro de poco.
23 Prestadme vuestra atención y oid mi voz ,
; aten-
ded y escuchad mis palabras.
24 Qué ¿ acaso el arador está siempre arando para
3 Jos. X. V. 10.
4 O de su amor.
5 Pues que solo desea perdonar.
6 O no sintáis mas el peso de la terrible mano del Señor.
116 LA PROFECÍA DE ISAlAS.
tierra?
comino.
28 El trigo empero será trillado ; mas no le estará
pezuñas de la bestias ^.
CAPITULO XX(X.
Vatidna Isaías el sitio y ruina de. Jerusalem: la ceguedad de
los judíos y el reslablecimiento ó la conversión de lu>
;
T0V..IX. li
,
Dk)S de Israel.
CAPÍTULO XXX.
Ámenasas contra hsfudíos, perqué desconfiando del Señor
pedían socorro ¿ los egypcios. Cuan Inteno es Dios para
los que acuden á el. Cuan terrible es su juicio conLra los
impíos.
5 O emprendéis un proyecto.
.
vuestra ignominia.
4 Porque cuando tus príncipes hayan ido hasta
Tánis^, y hayan llegado hasta' Hanes tus enviados ;
1 Jevem. XLII. v. 15
2 Corte de Pharaon , para refugiarse
3 HastH la remota ciudad de Hanes.
4 Duro vaticinio contra los estólidos judíos. Véase sao
Gerónimo.
ñ Ni servirles de provecho alguno.
6 A donde estén congregados.
1 : ; , ;,
testimonio sempiterno.
9 Porque este es un pueblo que me provoca á ira,
salvos -.
en k quielué y en la esperanza estará vuestra
fortaleza. Mas vosotros no lo quisisteis hacer
16 sino que dijisteis De ninguna manera :
; antes
bien huiremos '
á caballo. Paes por eso mhmo digo
yo , tendréis (jue huir de vuestros enemigos. Monta-
remos , dijisteis, velocísimos caballos. Por eso mismo
serán mas veloces los que os perseguirán.
17 Un solo hombre llenará de terror y hará huir á
roil de los vuestroíi ; y si se presentan cinco , aterrado»
echaréis á huir todos, hasta que los que queden de v<H
sotros, sean á manera de un árbol altísimo'^ comoñ^
navio, sobre la cima de un monte , como bandera so-
bre un collado ^.
1 Jerem. XLIU v. 2.
torres *.
del sol será siete veces mayor que seria la luz reunida
CAPÍTULO XXXL
Predice que los judíos que , faltos de coiifianza en Dios ,
1 ¡
Ay de aquellos que van á buscar socorro en
Egypto ,
poniendo la esperanza en sus caballos , y
confiando en sus muchos carros de guerra , y en su
caballería ,
por ser muy fuerte ; y no han puesto su
confianza en el Santo de Israel , ni han recurrido al
Señor í
CAPÍTULO XXXU.
justo.
jíi-sfíieiá ó santidad.
1? ¥ la obra ó/mía de ía jaslioia será la paz , y el
na.
1§ Y reposará mi pueblo en hermosa mansión de
paz , y en tabernáculos de perfecta seguridad , y en
eí descanso de la opulencia *.
CAPITULO XXXll!.
1 ¡
Ay de tí Sennachérib que saqueas A los otros!
precias ,
¿no serás también despreciado ? Cuando aca-
barás el saqueo , serás tú saqueado : cuando ya can-
sado dejarás de menospreciar, serás tú menospreciado.
2 Apiádate , Señor , de nosotros ; pues siempre
hemos esperado en tí : sé nuestra fortaleza desde la ma-
ñana, y la salvación nuestra en el tiempo de tribulación.
3 A la voz del ángel, huyeron los pueblos ; y al al-
Carmelo ^ talados.
— 10 Mas ahora me levantaré yo , dice el Señor ' ;
os devorará :
y habla verdad ,
que aborrece las riquezas adquiridas
con la calumnia ó extorsión, y tiene limpias sus ma-
nos de todo cohecho : que tapa sus orejas para no
prestar oidos á los sanguinarios , y cierra sus ojos por
no ver lo malo.
IG Este es el que tendrá su morada en las alturas
toda sabiduría.
pecados '.
CAPÍTULO XXXIV.
siglos :
na de malvados.
3 Esto es, los hombres fuertes y valerosos. Ps. XXÍ.
V. 13.
Y el erizo '
: el ibis ó ciyüeña y el cuervo establecerán
allí su morada. Tirarse ha sobre ella la cuerda de
medir para reducirla á nada, y el nivel para arra-
sarla enteramente ^.
1 O puerco espin.
CAPÍTULO XXXV.
Señor '
, y la grandeza de nuestro Dios.
3 Esforzad , oh ministros del Señor , las manos
flojas , y enrobusteced las rodillas débiles :
CAPÍTULO XXXVI.
y se apoderó de ellas.
que será muy alegre, ancho y espacioso para los que aman
á Dios. Este camino es Cdristo. Joann. XIV. v. 6.
1 Otros traducea Con guirnaldas de alegría elerna.
:
1 O secretario de Estado.
2 Que yo he erigido.
3 Rabsaces no sabia que Ezechías hizo una obra de re-
liguen, prohibiemlo sacrificar á Dios fuera de Jerusaleni
lugar destinado para esto por el Señor.
144 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
agua de su cisterna ;
CAPITULO XXXVU.
Ezeehías , al oir las amenazas de Rabsaces , consulla á
Isaías ; el cual le asegura que el Seño r salvaría á Jerii-
salem. Carla insólenle de Sennachérib á EzecMas. Isaías
confirma la promesa; y el ángel del Señor mata ciento
ochenta y cinco mil enemigos.
—
'
'
'
^.
1 Eu señal de dolor.
2 Modo proverbial con qae denota que si Dios no lo*
»Bxil¡a, no podrán dffendf r ia cindad santa.
: ;
Dios '.
mas las palabras que has oido, con las cuales han blas-
femado de raí los criados del rey de los asyrios.
7 i\lira. yo voy á darle un soplo que le perturbe, y
recibirá cierta noticia, y se volverá á su tierra, y en su
po de Elíseo.
; ,
el cielo y la tierra :
quiere decir
2 La palabra hebrea O^ISQ sepherim
enrías, libros, ó todo género de escrito. Véase Libro.
3 Como para hacérsela presente, é implorar su socorro.
CAPÍTULO XXXVII. 149
famoso Carmelo.
25 Yo he abierto pozos , y bebido sus aguas; y
donde he puesto los pies con mi ejército , he secado
todas las aguas de sus acequias ó canales '.
Tenido '.
CAPITULO XXXVIII.
oh Dios mío.
13 Esperaba vivir hasta el amanecer : el Señor co-
mo un león fuerte , habia quebrantado ^ todos mis
huesos ;
'
mañana decia : Antes de ano-
pero por la
CAPÍTULO XXXIX.
CAPITULO XL.
•^.
3 Sap. XI V. 23.
platero ?
20 El hábil artífice escoge una madera dura é in-
corruptible :
y procura afianzar la estatua , de modo
que no caiga ^,
1 Sap. XL V. 23.
2 O grandes regiones de ultramar.
3 AcL XVII. V. 29.
4 ¿ No es así como se hacen vuestros dioses
CAPÍTULO XL. 161
los cielos como un velo ó\ cosa muy leve y los des- ,
como hojarasca.
25 ¿A qué cosa pues me habéis asemejado ? ¿ á qué
cosa me habéis igualado , dice el Santo por esencia ?
26 Alzad acia lo alto vuestros ojos , y considerad
quién crió esos cuerpos celestes ^ : quién hace marchar
ordenadamente aquel ejército de estrellas, y llama á
cada una de ellas por su nombre ; sin que ninguna se
quede atrás : tal es la grandeza de su poder , de su
fortaleza y de su virtud.
CAPÍTULO XLl.
Abraham.
. ^
3 Persiguiólos ,
pasó adelante sin desasiré , tan
velozmente que no se vio la huella de sus pies.
4 ¿ Quién obró y llevó á cumplimiento estas cosas?
¿ Quién ya desde el principio eligió y ordenó á este
desvíes ,
pues yo soy tu Dios : yo te he confortado , y
ha amparado '.
Cor. I. V. 2í).
CAPITULO XLI. 165
la hay ; secóse de sed su lengua. Yo el Señor los
el Rey de Jacob.
22 Y engan vuestros dioses, y anuncíennos cuantas
cosas están por suceder : declaren las antiguas que ya
fueron , y estaremos atentos , y sepamos los sucesos
que vendrán después : anuncíennos lo que ha de su-
ceder.
2 /. Cor. FUI. V. 4.
3 O de la Mesopotamia.
4 Esto es, de la Cháldea. Véase v. 2.
5 El único que lo haga, es nuestro Dios, el cual dirá etc.
6 Ahí tienes los que yo te envío para que te anuncien lo
futuro, para que vaticinen en mi nombre.
CAPÍTULO XLII. I6t
alli entre estos partidarios de los ídolos ni uno si-
quiera que fuese capaz de consejo , ni de contestar
una sola palabra á quien le preguntaba.
29 Luego todos son unos inicuos , y vanas son las
obras de sus manos viento y vanidad
, sus simulacros.
CAPITULO XLIL
Caracteres del Libertador de Israel, y felicidad de su reino.
Castigo de los idólatras.
Kestitúyelos.
23 ¿Quién hay entre vosotros que escuche , y
atienda , y piense en lo que ha de venir ?
CAPITULO XLIIL
Promete Señor su proleccio)i á Israel, y se lamenta de
el
la ingratitud de su pueblo. Se vaticina la conversión de
los gentiles; y la reprobación de la Synagoga, y su entra-
da en la Iglesia al fin de los siglos.
Ethiopia , y á Sabá ^.
pecados :
y me has causado gran pena con tus iniqui-
dades ^.
que te justifique ^.
CAPITULO XLIV.
Dios consuela á su pueblo ,
prometiéndole una maravillosa
restauración y acrecentamiento. El Señor es el solo Dios
verdadero. Vanidad de los ídolos y de los que los fabrican.
1 Véase Señales.
4 Y no los ídolos.
31 ,
CAPITULO XLV.
Profecía de la victoria de Cyro. En la libertad que por me-
dio de este promete el Señor á los judíos cautivos en Ba-
bylonia , hace entrever la de todos hombres por Jesu-
los
Christo ;
que es el solo Dios, el Justo, el Salvador nuestro,
y la ruina de la idolatría.
8 i
Oh cielos ! derramad desde arriba vuestro rocío
y lluevan las nubes al Justo : ábrase la tierra, y brote
al Salvador, y nazca con él la justicia. Yo el Señor
le crié '
.
9 ¡
Desdichado aquel que disputa contra su hace-
dor, no siendo mas que una vasija de tierra ó arcilla
tos de oprobio.
17 Israel e??2;jero ha sido salvado por el Señor con
salvación eterna : no seréis confundidos *, ni tendréis
de qué avergonzaros nunca jamás.
18 Porque esto dice el Señor , criador de los cielos,
el mismo Dios que formó y conserva la tierra ; él que
y predico la rectitud.
20 Reunios y venid , y acercaos todos vosotros que
habéis salido salvos de entre las naciones : confesad
que son unos necios los que levantan una estatua de
madera , que han entallado ellos mismos , y dirigen
sus plegarias á un dios que no los puede salvar :
CAPÍTULO XLVI.
Predice Dios la ruina de los ídolos ; y exhorta á tos israe-
1 Bel '
está hecho pedazos : INabo ^ queda reducido
á polvo : sus simulacros, hechos trozos^ sirven de'carga
para las bestias y jumentos ' ; cargas que con su grave
adore
7 al cual llevan en procesión sobre los hombros '
,
yo lo he ideado , y lo cumpliré.
12 Oidme vosotros, corazones endurecidos, que tan
lejos estáis de la justicia.
CAPÍTULO XLVII.
Ruma de Babylonia por causa de su soberbia, y por la cruel-
dad usada con los hijos de Israel, y en fin por tener ¡mes-
ta la covjianza en los agoreros, magos, etc.
1 Nahiim III. v. 5,
2 O !a falta de moradores.
:
13 ¡
Pero ah ! En medio de la multitud de tus
consejeros tú te has perdido. Y si no levántense y sál-
vente los agoreros del cielo, que contemplaban las es-
trellas , y contaban los meses '
,
para pronosticarte lo
1 Formando el horóscopo.
2 Quedará no mas que cen'za y pavesas.
To.r.. IX.
:
CAPITULO XLVIII.
mar ;
CAPITULO XLIX.
1 Vuestra libertad.
1 Avoc.VILv.l&,\7.
2 O en caminos reales.
.'?
ü obcecados gentiles.
4 Rom. IX.
6 Jerem. II. v.'Ál.
CAPÍTULO XLIX. 197
capítulo l.
1 Joann. I. v. 11.
tifica '
, ¿ quién se me opondrá ? presentémonos juntos
en juicio :
¿ quién es mi adversario ? llegúese á mí.
9 Sabed que el Señor Dios es mi auxiliador. ¿ Quién
es el que me condenará ? Ciertamente que todos mis
contrarios serán consumidos como un vestido muy
gastado : la polilla se los comerá.
10 ¿ Quién Ifay entre vosotros temeroso del Señor,
y que escuche la voz de su siervo? Quien de entre los
tales anduvo entre tinieblas y no tiene luz , espere en
el nombre del Señor , y apóyese en su Dios.
11 Pero hé aquí que vosotros todos ^ estáis encen-
diendo el fuego de la venganza divina , y estáis ya
rodeados de llamas. Caminad pues á la luz de vuestro
fuego , y de las llamas que habéis encendido. Mi mano
vengadora es la que así os trata : yaceréis entre do-
lores.
CAPITULO LI.
multipliqué.
3 Del mismo modo pues consolará el Señor áSion,
y reparará todas sus ruinas , y convertirá sus desiertos
en lugares de delicias, y su soledad en un jardin ame-
nísimo. Allí será el gozo y la alegría,» el hacimiento
de gracias, y las voces de alabanza á la gloria del
Señor '
V.3.
2 El Hijo mió.
3 Todo 63 nada en comparación de la s;.Iud q..c yo doy.
18
802 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
citos es mi nombre.
16 En tu boca he puesto mis palabras '
, y te he
amparado con la sombra de mi poderosa mano ,
para
que plantes los cielos y fundes la tierra , y digas á
Sion : Tú eres mi pueblo ^.
CAPITULO LII.
1 Transidos de hambre.
2 O buey silvestre.
3 Poniendo el pié sobre i\x cuello, como á enemigo ven-
cido. Véase Josué X. v. 24.— P*. CIX. v. 1.
,,
2 I. Petr. 1. V. 18.
3 Ezech. XXXI. v. 3.
4 Ezech. XXXVI. V. '¿O.—R.m. 11 v. 24.
!:
7 ¡
Oh cuan hermosos son los pies de aquel que
sobre los montes de Israel anuncia y predica la paz
Dios tuyo ^
, y iü con él !
2 Hebr. 1. v. 1.
3 Nahuml. v. 15— Rom. X.v. 15,
4 Ps. XCVII. V. 3.-~Luc. II. V. So.-IU. v. b.
5 Esto es, de Babyloaia, donde estaban cautivos.
6 11. Cor. VI. V. 17.
5 ^
CAPÍTULO Lili. 207
13 Sabed que mi siervo estará lleno de inteligen-
cia y sahiduria será ensalzado y engrandecido,
;
y
llegará á la cumbre misma de la gloria.
CAPÍTULO Lili.
1' '
.
,
— —— -
millado.
5 /. Cor. XV. V. 3.
1 Joann. X. v. 18.
2 Mallh. XXVI. V. 63.—Act. VIH. v. 32.
3 O puesto en una cruz. Joann. III. v. 14.
4 Asi la eterna , ccmo la temporal. O también, la prodi-
giosa fecundidad de la Iglesia.
5 Yle he entregado á la muerte.
CAPITULO LIV.
Propagación admirable de la Iglesia por todo el mundo ;
1 Regocíjate ,
pues , oh estéril , tú que no pares ;
estacas '.
1 Gen. IX.
15.—/. Petr. 111. 1.19.
V.
así como las aguas del diluvio lo fueron de las del bau-
tismo V el arc.t de Noé lo fue de la Iglesia. /. Pelr. III.
,
hombres.
17 Ningún instrumento preparado contra tí te hará
daño : y tú condenarás toda lengua que se presente en
juicio contra tí ^. Esta es la herencia de los siervos
CAPITULO LV.
Convida Jesii-Chrislo á todos los hombres á la participación
de su gracia jyor medio de la viva fe en él; y asegurándoles
la inmutable misericordia de Dios, los llama á la peniten-
cia,
19
:
CAPITULO LVl.
1 Sap. I. v.l.
2 De aquí en adelante.
3 A los ojos del Señor.
4 Deut. XXIII. V. 1. - MaUh. XIX. v. 12. Véase
Siip. III. r. 14, en la nota.
CAPITULO LVI. 217
sábado ,
que no le profanen , y que guarden fielmente
mi alianza ,
10 Ciegos '^
son todos sus atalayas *, ignorantes
lodos : perros mudos impotentes para ladrar , visiona-
Jadea.
4 Matth. Xr. r. 14.
5 Los doctores y maestros de Israel.
218 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
mas bajo.
alto hasta el
CAPITULO LVII,
^_;
4 ¿ De quién habéis hecho vosotros befa ? ¿ Contra
5 i
Vosotros que os solazáis vejierando con infaynes
placeres vuestros dioses á la sombra de todo árbol
frondoso ', sacrificando en honor suyo vuestros hijos
en los torrentes , y debajo de altas peñas ?
1 Ezech. XXITI. V. 16
'2 Esto es , liasta lo stimo.
.1 Haré patente tu infame pioc eder.
4 Antes cap. XL. v. 3. y LXI! v. 10.
7 ,
contritos.
CAPITULO LVIII.
nurar.
6 //. Cor. IX V. 6. 10.
;
con palabras
14 entonces tendrás tus delicias en el Señor, y yo
te elevaré sobre toda terrena altura; y para alimentar-
te te daré la herencia de Jacob tu padre : que todo
esto está anunciado por la boca del Señor ^.
1 O tu cuerpo.
2 Después c. LXI. v. 4.
3 O malos pasos.
4 Cuya promesa es infalible.
:
CAPITULO LIX.
hijos arrepentidos.
ToM. IX. 20
;: ,
áspides '
, y ton sus afanes tejieron lelas de araña
quien de dichos huevos comiere, morirá ; y un basi-
lisco es lo que saldrá , si hubieren empollado alguno.
6 No serán buenas para vestidos las telas de ellos
1 A favor de la jusÍÍlÍ
•2 En su hijo Jesús,
3 O remedio de todo.
228 LA PROFECÍA DE ISAÍAS.
CAPITULO LX.
del Señor ^.
1 O el sol de justicia.
2 Pueden mirarse estas expresiones del Profeta como el
parabién que da á la Iglesia por el gran beneficio de la ve-
nida del Blesías especialmente cuando se manifestó á los
;
9 Sé , dice el Setior ,
que me están esperando con
ansia las islas ó naciones , y las naves del mar ya des-
de el principio ,
para que traiga de las remotas regio-
nes á tus nuevos hijos , y con ellos su plata y su oro ,
sujetare ,
perecerá , y tales gentes serán destruidas y
asoladas.
CAPITULO LXI.
tan encarcelados :
4 En la nueva Sion.
Ti Antes Crtií. LVllI. v. 12.
,
1 /. Cor. I. V. 4.
2 Acf. F. V. 41.
.
CAPÍTULO LXIl.
de su propia boca.
3 Y serás entonces una corona de gloria en la
Dios.
4 Ya no serás llamada en adelante la Repudiada :
2>
,
CAPITULO LXIII.
El Profeta representa a Jesu-Cliristo con la rojja teñida
en sangre, después de vencidos nuestros enemigos. Israel
es abandonado de Dios por su ingratitud; pero Isaías im-
plora á favor de el la divina clemencia.
lagar ?
eternidad.
17 ¿ Y por qué, Señor , nos dejaste desviar de
tu camino ? ¿ por qué permitiste que se endureciese
nuestro corazón , de modo que perdiésemos tu santo
temor ^ ? Vuélvete á nosotros por amor de tus sier-
vos ', y de las tribus que forman la herencia tuya.
18 Como si tu pueblo santo nada fuese á tu vista ,
CAPÍTULO LXIV.
El pueblo de Israel clama al Señor para que se digne li-
1 Matlh. XXIII. V. 9.
CAPÍTULO LXV.
Jsaias profetiza la conversión de los gentiles, y la reproba-
ción de los judíos, y que las reliquias de estos serán salva-
das. Felicidad de la Iglesia de Jesn-Christo.
1 Ps. LXXVni. V. 8.
2 Contendrás tu miaericordia ?
: : :
paga;
7 la paga ó cas/íV/o juntamente de sus iniquidades,
1 Matlh. XXIII. V. 32
2 Josué FU. V. 26.
3 Véase la costumbre de ofrecer manjares y licores á los
Ídolos. Judie. IX. V. '27.— Dan. XIV. v. 2.
7 :
aflicción de ánimo. .
mas temprano.
1 Esto es,
2 El hebreo el falto de cien años.
:
CAPÍTULO LXVI.
1 Apoc. II. V. 7.
3 Ps. XXXI. V. 5.
4 Metáfora para denotar que hombres de costumbres y
climas diferentes , mudados por la gracia del Evangelio ,
vivirán como hermanos. Véase antes cap. XI. v. 6.
5 Gen. III, v.U.
CAPÍTULO LXVI. 249
1 No por cierto.
2 En prodigioso número. Véase Matlh. VIH. v. 11.
XII V. 31.
3 / Pet. II. V. 2.
4 O la abnndancia de bienes. Antes c. XLIX. v. 25,
5 Convertidas á la fé.
;
Vida.
17 Aquellos que creian santificarse , y quedar pu-
^ '
ros en los huertos, y lavándose detrás de la puerta
de sus casas , en lo interior de ellas ;
'
que comian
carne de cerdo *, y cosas abominables , y ratones
serán consumidos á una todos , dice el Señor.
SAGRADA BIBLIA,
NUEVAMENTE TRADUCIDA AL ESPAÑOL ,
POR
TOMO X.
parís,
LIBRERÍA DE LOS SS. D. VICENTE SALVA É HIJO,
CALLE DE LILLE, S°. 4.
1836.
Imprenta de J. Smith, calle de Montmorencv, n. 16.
ADVERTENCIA
2 ADVERTENCIA
\ Javem, XKVII. v. 2.
LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS,
CAPÍTULO PRIMERO.
Ddclara Jeremías cómo fue llamad) al ministerio de profeta.
En (los visiones le manifiesta el Señor que el objeto prin-
cipal de sus profecía.1 será anunciar la [destrucción de
Jerusalem por los chdldeos '.
S LA PROFECÍA DE JEREMÍAS,
conocí '
; y antes que tú nacieras, le santifiqué b se-
gregué ^, y te destiné para Profeta entre las naciones.
6 A lo que dije yo :
¡
Ah !
¡
ah ! Señor Dios ! ¡
Ah !
labras en tu boca
10 hé aquí que hoy te doy autoridad sobre las na-
ciones y sobre los reinos para intimarles que los voy á
desarraigar, y destruir, y arrasar, y disipar, y á edifi-
car y plantar otros.
1 Luego me habló el Señor, y dijo : ¿Qué es eso
1 Véase Conocer.
2 Véase Santo Saníifi'ar. San Agustin y otros Padres
,
CAPITULO í. íí
CAPITULO II.
linage de Israel.
5 Esto dice el Señor ;
¿ Qué tacha hallaron en mí
vuestros padres, cuando se alejaron de mi, y se fue-
ron tras de la vanidad de los ídolos '
, haciéndose
también ellos vanos ^ ?
1 ñJich. VI V. 3.
3 jMilasrosamente.
4 O también En una tierra que toda : ella era tai Car-
melo. Véase Carmelo.
5 Con vuestías idolatrías.
1 :
15 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
Evphrales?
19 Tu malicia, oh pueblo ingrato, te condenará,
y gritará contra tí tu apostasia. Reconoce pues y ad-
vierte ahora cuan mala v amarga cosa es el haber tú
2
14 LA. PROFECÍA DE JEREMÍAS.
y sus profetas:
27 los cuales dicen á un leño: Tú eres mi padre ;
16 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
32 i
Podrá acaso una doncella olvidarse de sus ata-
1 O de vuestro pueblo.
2 Abandonados ya de tí.
3 O también : Cómo
empeñas en hacer ver que, etc.
te
4 En tus mismas manos. Así traducen los Setenta.
5 Que has sacrificado ?
CAPITULO III. 17
CAPÍTULO III.
18 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
ginidad ':
20 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
y os introduciré en Sion.
15 Y os daré pastores según mi corazón, que os
apacentarán con la ciencia y con la doctrina ^.
r
1 8 En aquel tiempo la familia 6 reino de Judá se
CAPÍTULO III. 21
ce el Señor.
•21 Clamores se han oido en los caminos , llantos,
la salud de Israel.
24 Aquel culto afrentoso consumía desde nues-
tra mocedad los sudores de nuestros padres, sus
rebaños , y sus vacadas , sus hijos y sus hijas.
25 Moriremos en nuestra afrenta, y quedaremos
cubiertos de nuestra ignominia : porque contra nues-
troDios hemos pecado nosotros y nuestros padres
desde nuestra mocedad hasta el dia de hoy y no :
CAPÍTULO IV.
24 L\ PROFECÍA DE JEREMÍAS.
1 O á Jerusalem.
2 Sino para abrasar y consumir las plantas.
3 Para ser instrumento de mi justicia ij entonces etc. : ,
CAPITULO IV. 25
1 Sap, I. V. 3, 5.
26 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
los ,
por razón de lo que decreté ; resolvílo y no me
arrepentí, ni ahora mudo de parecer.
í 29 Al ruido de la caballería y de los flecheros echó
á huir toda la ciudad : corrieron á esconderse entre los
riscos, subéronse á los peñascos : fueron desampara-
das todas las ciudades, sin que quedase en ellas un
solo habitante.
27
CAPITULO V,
idiotas ,
que ignoran el camino del Señor, los juicio s
de su Dios.
5 Iré pues á los principales del pueblo y hablaré á
ellos : que sin duda esos saben el camino del Señor
los juicios de su Dios. Pero hallé que estos aun mas
que los otros , todos á una quebrantaron el yugo del
Señor, rompieron sus coyundas.
gente ?
CAPÍTULO V. 29
1*2 Ellas renegaron del Señor, y dijeron : No es él
*
1
30 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
en Judá, diciendo :
bien estar:
CAPÍTULO VL 31
CAPITULO VI.
sombras de la tarde.
i El hebreo :
nXí^'^ maset una , hoguera. "^^nDD
Belhacarem era un pueblo entre Jerusalem y Thecua. En
liebreo significa casa de ¡a viña, por la abundancia y ex-
celencia de los viñedos que allí habia,
2 Asi se mostrará pusilárriine , asustada y poseída de
miedo j como si ñiera una doncella delicada y criada con
mucho regalo.
3 O también, Preparaos á hacerle una guerra santa.
Martiüi : dedicaos á hacerle guerra. Véase Santo.
4 Demos el asalto sin perder momento.
CAPÍTULO VI. S3
cuébano el rebusco.
10 Mas ¿á quién dirigiré yo la palabra? ¿Y á
34 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
No le seguiremos.
17 Yo destiné para vosotros centinelas, les dijo au7i:
oh hija de Sion.
24 Oído hemos su fama, dicen los judíos, y se nos
los ha reprobado.
37
CAPÍTULO VII.
1 Después c. XLIV. —
v. 18. /.Mach. I. v. 12.
2 Maith. XXL V. IS. — Maro. XI. v. \7.-Luc. XIX
r.46.
3 /. Reg. II. v. 22— Ps. LXXVII. v. 60. Véase Arca.
4 O estaldecí el Tabernáculo.
7
CAPÍTULO VII. 39
raza de Ephraim.
16 Así pues no tienes tú, Jeremiis, que interceder
por este pueblo : ni te empeñes por ellos en cantar
mis alabanzas, y rogarme : ni te me opongas ,
porque
no he de escucharte ^
1 ¿ Por ventura no estás viendo tú mismo lo que
hacen esos hombres en las ciudades de Judá, y en las
13. — Amos V.
.
CAPÍTULO MI. 4 i
CAPÍTULO VIII.
1 Ezech. XXI V. 3.
CAPÍTULO Mil. 43
O el de mudar de región.
1
CAPÍTULO VIII. 45
46 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
CAPITULO IX.
1
¿ Quién dará agua á mi cabeza , y hará de mis
ojos dos fuentes de lágrimas para llorar dia y noche la
48 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
de la hija de mi pueblo ?
y se ha retirado.
1 En fin,, yo reduciré á Jerusalem, dice el Se/ior,
1 Psahn.XXFII.v.S.
'2 Antes tan frondosos.
3 El hebreo :
HipC micneh , del ganado.
. ;
CAPÍTULO IX. 49
gones, y á las ciudades de Judá las convertiré en
despoblados, sin que en ellas quede un solo morador.
12 ¿ Cuál es el varón sabio que entienda esto, y á
2 Cap. XXHI. V. 15
3 Véase Sejmlro.
5
50 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
estrago ,
que ya no se verán niños ni jóvenes por las
calles y plazas.
22 Díle pues tú, Jeremías : Así habla el Señor : los
Señor ^.
52 LA PROFECÍA DE JEKEMlAS.
CAPITULO X.
una :
11 Así ,
pues ', les hablaréis : Los dioses que no
han hecho los cielos y la tierra ,
perezcan de sobre
la faz de la tierra , y del número de las cosas que es-
tán debajo del cielo.
12 El Sr^lor es el que con su poder hizo la tierra ;
1 Apoc. XV. V. 4.
ídolos.
4 Cap. LI. V. 15.
54 LA PROFECÍA DK JEREMÍAS.
de todo artífice ,
pues no es mas que falsedad lo que
ha formado , un cuerpo sin alma :
oprobio ^ tuyo :
cional.
4 O castigo que hará Dios en Babylonia.
5 Oprobio, conjusiotí, ignominia, abominación , son to-
dos sinónimos de ídolo. Véase Abominación.
,
CAPÍTULO X. 55
I P.. LXXriíI V. G . 7.
;; ;
CAPITULO XI.
CAPÍTULO XI. 57
58 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
60 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
CAPÍTULO XIÍ.
64 LA PROFECÍA. DE JEREMÍAS.
CAPÍTULO XIIL
El cingido ó faja de Jeremías es una figura con que el Se-
ñor representa á Jerusalem abandonada de Dios : la ex-
horta á la penitencia, y la amenaza con la total ruina.
CAPÍTULO XIII. 65
bre los lomos, y marcha, y ve al Euphrales, y escón-
dela allí en el agujero de una peña.
5 Marché pues, y la escondí junto al Euphrales,
como el Señor me lo habla ordenado.
6 Pasados muchos dias , dijome el Señor Anda y
:
buena.
1 Y eso que al modo que una faja se aprieta á la
cintura del hombre , así había yo unido estrechamente
conmigo, dice el Señor, á toda la casa de Israel y á
toda la casa de Judá, para que fuesen el pueblo mió,
y para ser yo allí conocido, y alabado, y glorificado; y
ellos, ít pesar de eso, no quisieron escucharme.
12 Por tanto les dirás estas palabras : Esto dice el
1 Al país de la Cháldea.
2 Muchos traducen, apoyados en S. Gerónimo Mirad
:
á los que tienen del Mediodía, esto es. á los cháldeos. Pero
puede también entenderse de los judíos que habitaban acia
el Mediodía. El hebreo ved los que vienen.
:
'
24 Y por eso, dice el Scñjr Yo los desparrama- :
sierto.
mentira :
¡
Desdichada Jerusalem ! ¿ Y aun no querrás puri-
ficarte siguiéndome á mí invariablemente /*
¿ Hasta
cuándo aguardas á hacerlo ?
69
CAPÍTULO XIV.
divina misericordia.
cabezas :
rusalem.
2 Esto es, los tribunales ó asambleas. Según el hebreo :
70 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
sed.
2 Efecto de la hambre y de la sed. /. Reg. XIV. v. 27.
CAPÍTULO XIV. 71
72 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
CAPÍTULO XV. 73
CAPÍTULO XV.
Confirma el Serwr la sentencia dada contra su pueblo, en
vista de su obstinación. Jeremías representa al Señor lus
disgustos y contradicciones que sufre en su ministerio , y
es confortado por Dios.
74 LA PROFECÍA. DE JEREMÍAS.
CAPÍTULO XV. 73
1 Expresión hiperbólica.
2 Esto es, la populosa Jerusalem perdió sn fecundidad.
Véase Siele En el libro 1. de los Reyes cap. II. v. 5,
76 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
estás.
,:
CAPÍTULO XVI. 7T
mi presencia ; y si sabes separar lo precioso de lo vil '
CAPITULO XVI.
2 y animarle á comer.
3 Con motivo de boda, etc.
1 . ;
CAPÍTULO XVI. TO
Toz de alegría , la voz del esposo y la voz ó cantares de
la esposa '
Mure. I. V. 17.
2 Después de eso loss volveré á esta su tierra.
3 El Profeta vaticina, lleno de gozo, la conversión de
las naciones á la Iglesia.
4 Venerando por dioses á los astros.
CAPÍTULO XVII. 81
CAPÍTULO XVII.
altares '.
fuego de mi indignación ,
que arderá eternamente.
5 Esto dice el Señor : Maldito sea el hombre que
confía en otro hombre y ,
720 en Dios , y se apoya en un
brazo de carne miserable , y aparta del Señor su co-
razón '.
CAPÍTULO XVII. 83
12 ¡
Oh trono de gloria del Altísimo desde el
V. 23.
1 Nada la tememos.
2 VA hebreo: presente tienes cuanto pronunciaron, etc.
3 Puede entenderse la puerta occidental del Templo >
CAPITULO XVIll.
CAPÍTULO XVIII. 87
pecados, por los cuales pronuncié el decreto contra
ella, me arrepentiré yo también del mal que pensé ha-
cer conlra ella '.
hemos desesperado :
y así seguiremos nuestras ideas,
y cada cual hará lo que le sugiera la perversidad de
su maleado corazón.
13 Por tanto, esto dice el Señor : Preguntad á las
demás naciones :
¿ Quién ha jamás oido tales y tan
88 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS,
CAPITULO XIX.
CAPÍTULO XIX. 91
chas .
ü Y les daré á comer á los padres las carnes de sus
1 Sacrificados á Moloch.
2 Es un modo de hablar figurado. Quitando la figura lip-
tote, diriamoa cosa que jamás me j'a^ó por el entendí-
:
10 Y después '
romperás la vasija á vista de los
varones que te haLiis; acompañado.
11 Y les dirás entonces : Esto dice el Señor de los
pueblo :
CAPITULO XX.
Jeremías, maltratado y encarcelado por Phassur, profetiza
contra este y cunlra toda la Judea. Se lamenta á Dios de
que permita que padezca por anunciar su pahbra. Y
pone en él su confianza. .
'-2
É irritado Phassur hirió al profeta Jeremías, y le
puso en el cepo ^, que estaba en la puerta superior de
Benjamin ^ en la Casa del Señor.
3 Al amanecer del siguiente dia, sacó Phassur del
cepo á Jeremías ; el cual le dijo : El Señor no te llama
ya Phassur *, sino el Espantado por todas parles ^.
CAPÍTULO XX. 95
conmigo ;
por eso caerán y quedarán sin fuerzas aque-
llos que me persiguen ;
quedarán sumamente avergon-
zados por no haber logrado su intento, con un oprobio
sempiterno, que jamás se borrará.
12 Y tú, oh Señor de los ejércitos, que haces prue-
ba del justo, tú que disciernes los afectos interiores del
96 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
venganza *
; porque á tí tengo encomendada mi
causa.
CAPÍTULO XXL
Respuesta de Jeremías ú la pregunta de Sedevias sobre la
suerte de Jerusakm sitiada. Solamente se salvarán a¡ueUos
que se sujeten á los enemigos.
y el camino de la muerte.
9 El que se quede en esta ciudad ,
perecerá al filo
CAPÍTULO XXI. 99
CAPITULO XXII.
estas puertas.
dioses ágenos.
de su nacimiento '
:
13 I
Ay de aquel que fabrica su casa sobre la in-
justicia , y sus salones sobre la iniquidad , forzando á
su prójimo á que trabaje de balde ^
, y no le paga su
jornal]
14 Aquel que va diciendo : Yo me edificaré un
suntuoso palacio, y espaciosos salones : que ensancha
sus ventanas y hace artesonados de cedro, pintándolos
de bermellón.
15 ¿ Piensas tú, oh rey Joakim^ que reinarás mu-
cho íiempo, pues q^c ¿^ cüiwpuiáa toii ei cedro i ¿ Por
ventura tu padre , el piadoso Josías, no comi6 y be-
bió, y fue feliz gobernando con rectitud y justicia?
16 Defendía la causa del pobre y del desvalido , j/
I
ah ínclito rey!
19 Sepultado será como lo es el asno, esío es ^
ral. XXXVI. V. 6 ) ;
pero después le mandó matar, por-
que Joakira faltó á lo que había jurado, y su cadáver fue
arrojado al campo.
2 Por el verbo hiorco que aquí tieue la terminación
femenina, se ve claramente que habla á Jerusalem, ó á
la nación judaica, con una especie de ron, u ó sarcasmo. i
3 O de vanas esperanzas.
4 Esto es, tus príncipes y sacerdotes.
! ,
23 Oh tú que '
pones tu asiento sobre el Líbano
i anidas en sus altos cedros :
¡
cuáles serán tus ayes
cuando te acometan dolores semejantes á los de mugar
que está de parlo
CAPÍTULO XXUl.
1 ¡
Ay de los pastores que arruinan y despedazan
el rebaño de mi dehesa ! dice el Señor.
2 Por tanto hé aquí lo que dice el Señor Dios de
Israel á los pastores que apacientan mi pueblo ' :Vos-
y sig.
;
1 O idólatras de Samarla.
2 Cap. ¡X V. 15.
3 Anunciándoos felicidades en medio de vuestros vicios.
Cap. XXV
11 i\ %.—XXIX. V. 8.
( APÍTULO XXllI. 109
tierra ?
Señor.
38 Si te preguntare pues este pueblo , ó un profeta ,
nuestro Dios.
37 Le preguntarás pues al profeta :
¿ Qué te ha
respondido el Señor? ó ¿ Qué es lo que el Señor ha
dicho?
38 Mas si todavía dijereis, mofándaos La : carga
del Señor ¿cuál es? en tal caso, esto dice el Señor :
CAPÍTULO XXIV.
Con la figura de dos canastillos de higos declara el Smor la
CAPÍTULO XXV.
Mostrándose los judíos rebeldes á las amonestaciones de Je-
remías y demás Profetas , les intima este la destrucción
de Jerusalem por los chdldeos^ y que serán llevados cau-
tivos ; hasta que pasados setenta años beban sus enemigos
el cáliz de la indignación del Señor.
diciendo :
Ammon,
22 y á todos los reyes de Tyro, y á todos los reyes
de Sidon :
y á los reyes de las islas que están al otro
lado del mar Medilerráneo,
23 y á las provincias de Dedan y de Thcma y de
Buz, y á todos aquellos ^ que llevan cortado el cabello
á modo de corona ^
citos.
1 Jod III. V. 16 .
— /I ,'«0,9 /. f. 2.
CAPITULO XXVI.
minos :
medio '.
CAPITULO XXVII.
Manda el Señor á Jeremías que con derla señal declare la
profetas.
póntelas al cuello.
3 Y las enviarás '
al rey de Edom , y al rey de
CAPÍTULO XXVIII.
1 Cyroyde
Sirviéndose de Darío. /. Esd. FI. v. 5. ^
principio , anteriores á mi y á tí ,
profetizaron tam-
bién ellos á muchos países y á grandes reinos guer-
ras ,
tribulaciones , y hambre.
9 El profeta que predice aAorct la paz ó felicidad,
verificado que se haya su profecía , entonces se sabrá
que es profeta verdaderamente enviado del Señor.
10 Entonces é[ falso profeta Hananías ^ quitó dei
cuello del profeta Jeremías la cadena ó atadura , y la
hizo pedazos.
11 Y hecho esto, dijo Hananías delante de todo el
to á su disposición.
:i3
CAPITULO XXIX.
Carla de Jeremías á los caulfvos de Babylonia, exhorUindo-
los á la Les anuncia la
paciencia. libertad 2Jara después
de los setenta arios prefijados por el SeTior
: confirma la
los joyeros
carta era :
cion ,
para daros la libertad^ que es el objeto de vues-
tra espectacion.
12 Entonces me invocaréis , y partiréis á vues-
ira patria : me suplicaréis, y yo os escucharé benig-
namente.
13 Me buscaréis, y me hallaréis, cuando me bus-
careis de todo vuestro corazón.
Señor :
y yo os haré volver de la esclavitud , y os con-
gregaré de todas las regiones , y de todos los lugares á
donde os habia desterrado, dice el Señor, y os haré
de Babylonia :
ñador '
:
CAPÍTULO XXX.
Predice Jeremías el fin de la cautividad de Babijhmia ; y
7 ¡
Ay ! que aquel dia es grande y terrible , ni hay
otro que se le parezca; tiempo de tribulación para
Jacob, de la cual será aljin librado ^.
ejércitos ,
que yo haré pedazos el yugo que Nabuchó-
donosor puso sobre tu cuello, y romperé sus ataduras
Y no te dominarán mas los extrangeros :
Escritura,
2 A la tierra que yo le di.
3 Y sirvas de testimonio á mis palabras.
? 4 Estoes, la ceguedad y dureza del pueblo judaico en
no querer reconocer al Mesías, es de suyo incurable : se
,,
CAPITULO XXXI.
Jeremías profetiza la libertad del pueblo de Israel; el cual,
reunido todo , servirá al Señor y será colmado de bienes.
Naciinienio del Mesías, y formación de la nueva Ley.
pueblo ,
que quedó libre del castigo , halló gracia de-
1 Apoc. XIV. V. 4.
eres mi Dios.
19 Vorqne estol/ viendo ahora gwe después que tú
me convertiste, yo he hecho penitencia : después que
me iluminaste, he herido mi muslo '
; y he quedado
confuso y avergonzado, porque he sufrido el oprobio de
mi mocedad.
20 ¿No es Ephraim para mí el hijo querido, el ni-
1 O al pueblo mió.
2 Esto es , aumenta en mí siempre mas y mas el conoci-
miento y el dolor de mis pecados á fin de que sea mas ,
1 Abusan de este lugar los que creen que cada uno pue-
de por medio de su espíritu privado entender la sagrada
Escritura : error que S. Pedro condenó expresamente. //.
Pet. I.V.20.
2 Act. X. V. 43.
3 O Góigotha.
; ,,
CAPÍTULO XXXII.
balanza.
1 Y tomé la escritura de compra firmada con sus
estipulaciones y ratificaciones , y con los sellos por de-
fuera.
dije
tu nombre.
19 Grandioso eres en tus consejos, é incompre-
hensible en tus designios : contemplando están tus
ojos todas las acciones de los hijos de Adán ,
para re-
tribuir á cada uno según sus obras y según el mérito
de su conducta.
20 Tú obraste milagros y prodigios celebrados has-
ta hoy dia en la tierra de Egypto, y en Israel , y en-
tre todos los hombres , é hiciste tan grande tu nombre,
como se ve que es en el dia de hoy :
27 Mira ,
yo soy el Señor Dios de todos los morta-
les: ¿habrá por ventura cosa ninguna difícil para
mí?
28 Por tanto, esto dice el Señor : Sábete que yo voy
á entregar esta ciudad en manos de los cháldeos, y en
poder del rey de Babylonia , y la i'endirán
Véase Edificar.
2 IV. Reg. XXL r 4.
3 Véase cap. Vll.v. 31 X/X. v. 5 —
;;
nación ,
y" los restituiré á este lugar, donde los haré
morar tranquilamente.
38 Y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. ^
deos.
44 Compraránse por su dinero los campos, forma-
ránse escrituras de contrata, se imprimirá en ellas el
dice el Señor.
,:
57
CAPITULO XXXIll.
El Señor promete nuevamente el feliz restablecimiento de
Jerus'dein : anuncia ulra vtz la venida del Mesías y su
reino elerno. Incredulidad de lus judíos.
llamáis un desierto ,
porque no hay en él hombre ni
bestia) en las ciudades de Judá, y en los contornos
de Jerusalem, que están asolados y sin hombre alguno,
sin habitantes , ni ganados , se han de oir todavía
tiempos.
— 19 Habló el Señor todavía á Jeremías , diciendo
20 Esto dice el Señor : Si puede faltar el orden que
tengo establecido para el día, y el orden que tengo
establecido para la noche , de modo que no venga el
y á la tierra ;
CAPÍTULO XXXIV.
El Señor entregará al rey Sedeñas y áJerusalem en poder
del rey de Babylonia. Reprende á los judíos por no haber
cumplido la promesa de dar libertad á los esclavos he-
breos.
dumbre.
12 Entonces habló el Señor á Jeremías, diciendo :
165
CAPÍTULO XXXV.
Obediencia de los rechábitas á las reglas de sus mayores ¡ y
desobediencia de los judíos intima á estos el castigo, y
:
1 /. Paral II. tv 55
2 //. Esd. XIÍI. La voz hebrea 'Tl^'llh Hcsefsig-
v.b.
nifica aposento, cámara, almacén, tesoro, etc.
1 ;
las hijas ;
y no me habéis obedecido.
15 Pues os he enviado todos mis siervos los Pro-
fetas , de antemano , y con mucha solicitud ; y os envié
á decir por su boca : Conviértase cada uno de vosotros
de su pésima vida , y rectificad vuestros afectos , y no
andéis tras los dioses ágenos , ni les deis culto ; y asi
habitaréis en la tierra que yo os di á vosotros y á vues-
tros padres '
; pero vosotros no habéis querido obede-
cerme, ni escucharme.
16 Así pues los hijos de Jonadab , hijo de Recháb
han observado constantemente el precepto que les dejó
su padre ; mas ese pueblo no me ha obedecido á mí.
17 Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos,
el Dios de Israel : Yo
voy á descargar sobre Judá y
sobre todos los habitantes de Jerusalem todas las tri-
bulaciones con que les he amenazado ; puesto que yo
CAPITULO XXXVI.
15
5
4 ,
cir á Baruch ,
por medio de Judí hijo de Nathanías,
hijo de Selemías, hijo de Chúsi : Toma en tu mano
ese libro que tú has leido delante del pueblo, y vente
acá. Tomó pues Baruch , hijo de Nerías, en su mano
el libro, y fue á donde ellos estaban.
1 Los cuales le dijeron : Siéntate y léenos esas
25 Si bien Elnalhan ,
yDalaías, y Garaarías , no
aprobaron la voluntad del rey en quemar el libro
Jeremías :
¿ Por qué has puesto tú por escrito en él
CAPÍTULO XXXVII.
El mievo rey Sedeñas se encomienda á las oraciones del
Profeta. Retirase Nabuchúdonosor, y Jeremías predice
que volverá, y que la ciudad será entregada á las llamas.
Preso Jeremías , vaticina á Sedecías su cautiverio ; y no
obstante manda el rey que le trasladen al patio de la cár-
cel, y que le den de comer.
modo siguiente :
1 XXV111. V. 16.
2 La voz ergaslulum ,
que usa la Vulgata ,
parece que
propiamente significa el lugar en que encerraban de noche
á los esclavos , atados con una cadena.
, ,
CAPITULO XXXVIIÍ.
Véase Eunuchó.
; ,
cárcel ^.
14 Envió después el rey Sedecías á buscar al Pro-
feta Jeremías , y se le hizo traer á la tercera puerta
del Templo del Señor ; y dijo el rey á Jeremías : Una
cosa te voy á preguntar : no me ocultes nada.
dirán entonces: \
Oh, cómo te han engañado, y pre-
valecido para daño tuyo los que te lisonjeaban con la
paz ! dirigieron tus pasos á un resbaladero, y te han
metido en un atolladero, y en seguida te han aban-
donado.
!¿3 Y todas tus mugeres y tus hijos serán llevados
á los cháldeos , y tú no escaparás de sus manos , sino
que caerás prisionero del rey de Babylonia , el cual
incendiará esta ciudad.
24 Sedecías dijo entonces á Jeremías : Nadie sepa
estas cosas , y de este modo tú no morirás.
25 Y si los príncipes supieren que yo he hablado
contigo, y fueren á tí, y te dijeren : Manifiéstanos
lo que has dicho al rey, y qué es lo que el rey ha ha-r
CAPITULO XXXIX.
Conquista de Jemsalem : Sedecias es hecho prisionero : ma-
tan á sus hijos delante de él, y después le sacan los ojos.
Incendio de la ciudad y del Templo. El resto del pueblo
es llevado cautivo áBabylonia junto con Sedecias. Jere-
mías es puesto en libertad.
ToM. X. 16
,
Babylonía Nabuzardan ,
general del ejército.
10 Mas á la turba de los pobres, que no tenían
I
:,
,
CAPÍTULO XXXIX. i 83
diciéndole ^ :
CAPITULO XL.
Jeremías, puesto en plena libertad, va á verse con Godolias
prefecto de Judea. No cree este á Johanan que le avisa
una traición que se urdía.
cautivos á Babylonia.
2 Es de advertir que el general del ejército, '
to-
mando á Jeremías luego que le conoció le dijo
, , : El
Señor Dios tuyo había predícho estas calamidades
sobre este país
3 y el Señor las ha puesto en ejecución , y ha cum-
plido lo que habia dicho : porque vosotros pecasteis
contra el Señor , y no escuchasteis su voz ; por lo cual
os ha sucedido eso.
trasportados á Babylonia
8 fueron á encontrar á Godolías en Masphath , es
CAPITULO XLI.
6 Jsmahel ,
pues , hijo de Nathanías , saliendo de
Masphath al encuentro de esta gente , caminaba des-
pacio y llorando ^
; y así que los encontró, les dijo
Venid á Godolías, hijo de Ahicam.
7 Pero así que llegaron al medio de la ciudad,
Ismahel, hijo de Nathanías, los mató á todos con la
/. Reg. VIL v. 5,
1 X. v. 17.—Judie. XX. v. 1 6— —
I.Mach. III V. 46.
^2 Lamentando, como toda la gente,, la calamidad deja
patria.
5
1
Nabuzardan ,
general del ejército , habia dejado en-
cargados á Godolias hijo de Ahicam. Y cogiéndolos
Ismahel , hijo de Nathanías , se fue para pasarse á los
ammonitas.
1 Entre tanto Johanan hijo de Caree , y todos los
gefes de la milicia que estaban con él , recibieron avi-
so de todo el estrago hecho por Ismahel hijo de Na-
thanías.
2 //. Reg. II V. 13
, ,
CAPÍTULO XLII.
lugar.
CAPITULO XLIII.
17
,
CAPÍTULO XLIV.
el Dios de Israel :
¿ Por qué motivo hacéis tan grande
mal contra vosotros mismos , acarreando la muerte á
hombres, y á mugeres, y á los párvulos, y á los niños
de pecho que hay en Judá de tal suerte que no que- ,
de nadie de vosotros
8 provocándome con los ídolos, obra de vuestras
manos, sacrificando á los dioses ágenos en tierra de
Egypto, á donde habéis venido á habitar, para perecer
infelizmente, y ser la maldición , y el oprobio de to-
das las gentes en la tierra *
?
dijo:
CAPÍTULO XLV.
Dios por medio de Jeremías reprende á Baruch, el cual se
lamentaba de no tener reposo alguno ; y después le con-
suela.
3 Tú has exclamado :
¡
Ay infeliz de mí ! porque
el Señor ha añadido dolor á mi dolor : cansado estoy
de gemir, y no he hallado reposo alguno.
CAPITULO XLVI.
Jeremías profetiza la derrota de Pharaon Necháo, y la de-
solación de Egypto por Nabuchódonosor : vaticina á los
judíos su libertad, y su vuelta á Jerusalem.
y salid al combate.
4 Uncid los caballos á los carros de guerra : sol-
dados de á caballo , montad , poneos los morriones,
acicalad las lanzas , revestios de las corazas.
de los rios?
8 El Egypto ,
que se hincha cual torrente , cuyas
olas se conmueven como rios , y ha dicho : Yo me a-
vanzaré , inundaré la tierra : destruiré la ciudad y sus
habitantes.
9 Montad á caballo , y corred locamente en los car-
ros y avanzen los valientes de la Ethiopia , y los de la
Euphrates.
1 Sube á Galaad y toma bálsamo , oh virgen hija
Tumulto ;
pues él ha hecho venir el tiempo del tras-
torno.
inocente.
20T
CAPÍTULO XLVIl.
Jeremías profetiza la destrucción de los philistkeos, de
Tyro, de Sion, de Gaza y de Ascalon.
1 Véase Aguas.
2 Deut. 11. V. 23. Véase Phihsfeos.
3 En señal de gran calamidad. Después cap. XLVIU
V, 37.
,,
y estáte queda.
7 Mas ¿ cómo estará ella quieta, cuando el Señor
le ha dado sus órdenes contra Ascalon , y contra sus
regiones marítimas , y le ha mandado que obre con-
tra ellos?
CAPÍTULO XLVllI.
el Dios de Israel : ¡
desdichada Nabo ! devastada ha
sido y abatida. Tomada ha sido Cariathaim : la ciu-
guiendo ^.
ejércitos.
oh tú habitadora de Aroer ;
pregunta á los que huyen
y á los que se han escapado, y díles : ¿Qué es lo que
ha acontecido?
20 Confundido queda Moab , responderán^ porque
ha sido vencido : dad alaridos, alzad el grito, anunciad
por todo el país de Arnon que Moab ha sido devastada.
21 y el castigo ha venido sobre la tierra llana;
sobre Helon , y sobre Jasa , y sobre Mephaath
22 y sobre Dibon , y sobre Nabo , y sobre la casa
de Deblathaim
23 y sobre Cariathaim , y sobre Bethgamul , y sobre
Bethmaon,
24 y sobre Carioth , y sobre Bosra^, y sobre las
ciudades todas del pais de Moab , asi las que están
de la peña.
29 Hemos oido hablar de la soberbia de Moab,
soberbia qu* es muy grande ; de su orgullo, y de su
arrogancia , y de su hinchazón , y de la altivez de su
corazón '.
1 Is. XFI. V. 6.
y sobre tu vendimia.
33 kXpais fértil y delicioso como el Carmelo, y á
la tierra de Moab se les ha quitado la alegría y el
46 Ay de ti, oh Moab!
j ;
perecido has, oh pueblo
del dios Chámos! porque al cautiverio han sido lleva-
dos tus hijos y tus hijas.
47 Mas yo, dice el Señor, haré que vuelvan del
cautiverio en los últimos diaslos hijos de Moab. Hasta
aquí los juicios del Señor, contra Moab.
CAPÍTULO XLIX.
Jeremías profetiza la ruina (lelos ammoniias, de los idu-
meos, de los de Damasco y de Cedar, y de los reinos de
Asor y de Elam.
CAPÍTULO XLIX. 21 T
8 Huid, no os volváis á mirar atrás : bajaos á las
mas profundas simas, oh habitantes deDedan ; porque
yo he enviado sobre Esaú su ruina, el tiempo de su
castigo.
acia ella ; y
quién sino Nabuchódonosor será el va-
,
1 En castisfo de tu soberbia.
3 Job. XLL V. 1.
CAPÍTULO XLIX. !ei9
no la deja sosegar.
24 Damasco está azorada : ha echado á huir: ella
está temblando toda : oprimida se halla de congojas
y dolores , como la muger que está de parto.
25 ¡
Cómo han abandonado ellos la ciudad famosa,
la ciudad de delicias !
ellos.
2 Is. XXIl. V. 6, 7.
3 Se verificó en tiempo de Cyro, y mas perfectamente
pu tiempo de Christo. Véase Ad. II. v. 7, 8, 9.
,
capítulo l.
á los demás.
IG Acabad en Babylonia fow todo viviente; ni per-
donéis á aquel que siembra , ni al que maneja la hoz
en tiempo de la siega : al relumbrar la espada de la
nia ,
que ha acabado hasta con sus huesos '.
2 Ezech. XXX. V. 1.
3 Admirable documento que nos enseña que todo cuanto
sucede en las revoluciones de los imperios, todo viene
dispuesto por la sabia y altísima providencia de Dios; el
cual ordena, ó permite, y da los medios, y prospera las
acciones ó empresas de aquellos que él elige para que sean
instrumentos de su justa indignación, ó de su misericordia.
Cyro fue instrumento de Dios para castigar á los cháldeos,
y para dar libertad á Israel. Véase lo que dice el Sr. Eos-
,
grande exterminio.
23 ¿Cómo ha sido hecho pedazos y desmenuzado el
CAPÍTULO L. 227
29 A toda la muUilud de los que en Babylonia en-
tesan el arco, decidles: Asentad los reales contra ella
por todo el alrededor, á fin de que ninguno escape:
dadle el pago de sus fechorías : portaos con ella con-
forme ella se lia portado ; pues se levantó contra el
nos de terror.
37 Espada contra sus caballos, y contra sus carros
de guerra y contra todo el gentío que ella contiene
,
•20
230 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
naciones.
CAPITULO LI.
Santo de Israel.
cielo : él hace venir del cabo del mundo las nubes des- :
viento.
madas de aguijones.
28 Preparad á la guerra sagrada contra ella á los
pueblos, y á los reyes de la Media , y á sus capitanes,
y á todos sus magnates, y á todas las provincias que
le están sujetas.
29 En seguida será conmovida y conturbada la
tierra, porque pronto se cumplirá el decreto del Se-
ñor, por el cual el pais de Babylonia quedará desierto
é inhabitable.
30 Han abandonado el combate los valientes de
Babylonia, se han metido en las fortalezas, se acabó
su valor, son ya como mugeres incendiadas han
: sido
el Señor.
40 Los conduciré como corderos al matadero, y
1 Js. VJIL V. 8.
2 Dan. y. v. 30, — XIV. v. 3.
; ;,,
citos.
CAPnULO LII.
21
242 LA PROFECÍA DE JEREMÍAS.
LAMENTACIONES
DE JEREMÍAS PROFETA'.
CAPITULO PRIMERO.
Jeremías llora amargamente la ruina de Jerusalempor los
Aleph. 1 j
Cómo ha quedado solitaria ' la ciudad
antes tan populosa ! La señora de las naciones ha
1 Véase la Advertencia.
CAPÍTULO I. 245
quedado como viuda desamparada '
: la soberana de
las provincias es ahora tributaria.
Beth. 2 Inconsolable llora ella toda la noche, é hilo
á hilo corren las lágrimas por sus mejillas : entre to-
dos sus amantes no hay quien la consuele : todos sus
amigos la han despreciado, y se han vuelto enemigos
suyos.
Ghi3Iel. 3 Emigró y dispersóse Judá, por verse
oprimida con muchas maneras de esclavitud : fijó su
habitación entre las naciones ; mas no halló reposo :
envilecida ^.
furibunda ira.
hija de Judá.
AiN. 16 Por eso estoy yo llorando, y son mis ojos
fuentes de agua; porque está lejos de mí el consola-
dor, que haga revivir el alma mía. Perecido han mis
hijos, pues el enemigo ha triunfado.
Phe. 17 Sion extiende sus manos; pero no hay
quien la consuele. El Señor ha convocado los ene-
migos de Jacob, para que le circunvalasen : cual muger
manchada en sus períodos ó impureza legal * , así es
CAPITULO II.
Aleph. 1 ¡
Cómo cubrió el Señor de oscuridad en
medio de su cólera á la hija de Sion ! El ha arrojado
del cielo á la tierra á la ínclita Israel ; ni se ha acor-
dado de la peana de sus pies , ó de sit Santuario , en
el dia de su furor.
4 Véase Vigilia.
ToM. X. -22
;
mió.
CAPITULO Ilí.
Señor.
co de sus saetas.
Véase Pobre.
CAPITULO llí. 257
Véase Vulgata.
2 No solamente el yugo de la Ley del Señor, sino tam-
bién el de los trabajos y aflicciones que le envía Dios para
su bien, y con que le corrige y castiga como padre.
hartarán de oprobios.
Caph. 31 Pero no para siempre le desechará de sí
el Señor '.
te muestras tú inexorable.
Samech. 43 Te cubriste de furor '
y nos castigas-
te : mataste sin perdonar á nadie.
Sa:\iech. 44 Pusiste una nube delante de tí ,
para
que no pudiesen llegar á tu presencia nuestras plega-
rias '.
contra nosotros.
Phe. 47 Convirtióse la profecía en terror nuestro,
y en lazo, y en ruina nuestra '.
vital.
Perdido estoy.
CoPH. 55 Invoqué, oh Señor, tu santo nombre
desde lo mas profundo de la fosa,
CAPITULO IV'.
Aleph. 1 ¡
Cómo se ha oscurecido el oro del Tem-
plo, y mudado su color bellísimo ' ! ¡
Dispersas / ayl
23
:
ORACIÓN
DE JEREMÍAS PROFETA.
CAPITULO V.
'.
castigo de sus iniquidades le llevamos nosotros
CAPÍTULO V. 267
8 Nuestros esclavos se han enseñoreado de noso-
tros ' ; no hubo quien nos libertase de sus manos.
9 Con peligro de nuestras vidas varaos á lugares
desiertos en busca de pan, temiendo siempre la espada.
1 Quemada y denegrida como un horno ha puesto
nuestra piel la hambre atroz.
guirnaldas ^ :
;
ay de nosotros que hemos pecado
leados.
4 Véase Corona.
268 ^AS LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.
LA PROFECÍA DE BARÜCH,
CAPITULO PRIMERO.
Los judíos de Babylonia envían á los de Jerusalem el libro
de Baruch ,
juntamenle con algún dinero recogido para
que ofreciesen holocaustos y rogasen á Dios por ellos ,
capítulo i. 273
fin de que los dias de ellos sobre la tierra sean como
los del cielo '
;
2 Véase Luz.
3 Mas bien que á otros amos.
;
CAPITULO II.
comarcanos nuestros ,
para escarnio y ejemplar de de-
solación en todas las naciones ,
por entre las cuales nos
dispersó el Señor.
5 Esclavos hemos venido á ser , y no amos ; por
haber pecado contra el Señor Dios nuestro , no obede-
ciendo á su voz.
6 Del Señor Dios nuestro es la justicia : de nos-
otros empero , y de nuestros padres la confusión de
nuestros rostros , como se está viendo hoy día.
1 Véase Justicia.
2 Jer. c. XXVIl. v. 12.
3 Jer. Vil. V. 3á.-Ezech. XXVI. v. 13.
24
1 ,
dispersaré ;
1 Jer. VULvA.
2 Maríini traduce peí/e. Véase Jer. XXXII. v.dQ.^a
el texto griego de los Setenta se usa la voz «ttoctoX» que la
Vulgata traduce literalmente ewmíone. Véase Jer. Thren.
cav. II. V. 14.
;
CAPITULO 111.
3 Pues tú oh Señor ,
permaneces eternamente ; y
nosotros tus hijos ¿ habremos de perecer para siem-
pre '
?
CAPÍTULO 111. 2 SI
inmenso.
26 Allí vivieron aquellos famosos gigantes, que hu-
bo al principio del mundo de grande estatura , diestros
en la guerra.
27 No fueron estos escogidos por el Señor , no ha-
llaron estos la senda de la doctrina : por lo tanto pere-
cieron ,
CAPITULO IV.
III V. 16.
1 , : ;
de Dios
13 y desconocieron sus preceptos, y no anduvie-
me quedo solitaria.
CAPÍTULO V.
CAPÍTULO V. 289
2 Te Señor de un doble manto de jus-
revestirá el
ticia ó santidad,
y pondrá sobre tu cabeza una dia-
dema de honra sempiterna '.
3 Pues en tí dará á conocer Dios su magnificencia
á todos loshombres que existen debajo del cielo.
4 Porque tu nombre el nombre que te impondrá ,
CAPÍTULO VI.
gentes ^.
5 Cuando veáis ,
pues, detrás y delante de ellos la
turba que los adora , decid allá en vuestro corazón :
I
CAPÍTULO VI. 293
lechuzas, y las golondrinas, y otras aves, y también los
gatos andan sobre ellos.
parecer '
: si alguno no los limpia del orin, ya no re-
lucirán. Ni aun cuando los estaban fundiendo en el cri-
tas cosas que los tales no son dioses , no tenéis que te-
merlos.
29 Mas ¿ como es que los llaman dioses ? Es por-
que las mugeres '
presentan dones á estos dioses de
plata , y de oro , y de madera ;
¡al vado.
; ,
dioses.
reyes
66 ni muestran tampoco á los pueblos las estacio-
mismas.
68 De ninguna manera son dioses, como es evi-
ignominia '
vino ,
que los gentiles no adoraban sus ídolos como imáge-
nes del Dios verdadero, como hacemos los cristianos , sino