Terapia Familiar en Los Trastornos de Personalidad
Terapia Familiar en Los Trastornos de Personalidad
Terapia Familiar en Los Trastornos de Personalidad
ISSN: 1578-908X
[email protected]
Universidad Nacional de Educación a
Distancia
España
de Madrid. [email protected]
b
Médico Psiquiatra. Hospital de Día de Trastornos de la Personalidad. Hospital Clínico San Carlos. Madrid
Resumen Abstract
La enfermedad mental afecta no solo al pacien- Mental illness affects not only the patient but
te sino también a su familia, dificulta la comu- also their families, it can difficult interpersonal
nicación intrafamiliar, puede generar patologías communication, can cause additional patholo-
adicionales en los familiares y todo ello empeo- gies inside the family and all this can worsen
rar la evolución del trastorno. Las terapias fa- the evolution of the disorder. Psychoeducation-
miliares de tipo psicoeducativo mejoran el pro- al therapies with families improve the progno-
nóstico de la enfermedad y además previenen la sis of the disease and furthermore prevent the
aparición de otros trastornos en los familiares. occurrence of other disorders in relatives. The
Los elementos más importantes de estas inter- most important elements of these therapies
venciones son la psicoeducación sobre el tras-
are: psychoeducation of the disorder, re estab-
torno, el re-establecimiento de una relación
lishment of a healthy relationship between pa-
«sana» entre paciente-familia, el establecimien-
tient and family, establishment of limits, im-
to de límites, la mejora de la comunicación fa-
miliar y el establecimiento de relaciones con la provement of family communication, and the
red social extensa, para evitar el aislamiento establishment of relations with extensive social
tanto de la familia como del paciente. Las inter- network to avoid the isolation both family and
venciones mixtas, individuales y familiares, han patient. Mixed therapeutic interventions, indi-
demostrado ser muy útiles en el caso de los vidual and family, have shown to be very use-
trastornos de personalidad, en concreto en el ful in personality disorders, especially in bor-
Trastorno Límite de Personalidad (TLP). derline personality disorder.
Palabras clave: Terapia familiar; Psicoedu- Keywords: Family Therapy; Psychoeduca-
cación; Trastorno de Personalidad; Trastorno tion; Personality disorder; Borderline persona-
límite de la personalidad. lity disorder.
Recibido: 04/01/2013
Aceptado: 28/01/2013
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Impacto de la patología en el entorno vias que presenten otros miembros del sistema
familiar familiar y la historia de traumas previos.
Shapiro y Berkowitz. 1974; Shapiro, 1978a, mostraron partidarias de colaborar en los tra-
1978b, 1982). Se empezó a hablar de la «so- tamientos.
breimplicación parental», referido a un estilo
Otras investigaciones realizadas de forma
educativo parental sobreprotector y sobreim-
paralela con pacientes con esquizofrenia arro-
plicado que podía generar dependencia y mie-
jaron algo de luz sobre estos planteamientos.
do al abandono en los hijos, e influir así mis-
Algunos autores observaron que aquellos pa-
mo en el desarrollo de psicopatología a lo
largo de su vida adulta. cientes que, después de ser dados de alta, vol-
vían a sus domicilios, recaían más que aquellos
En la década de los 80, algunos investigado- que se separaban de sus padres y convivían con
res observaron que las familias de este tipo de otras personas ajenas a sus familias. En con-
pacientes podían presentar otro tipo de disfun- creto presentaban índices de recaída mucho
ciones de la comunicación. (Gunderson y Zana- más elevados (50 frente a 14%) en un periodo
rini, 1989). Se empezó a hablar de «negligencia de 9 a 12 meses (Goldstein, 1995; Leff, 1989;
familiar» para referirse a familias que habían McFarlane y Dunne, 1991). Se utilizó el térmi-
prestado muy poca atención y ayuda a los pa- no «emoción expresada» (Leff, y Vaughn, 1981)
cientes en las primeras etapas de su vida para referirse a un estilo de comunicación en el
(Frank, y Paris, 1981; Gunderson, Kerr, y que los familiares mostraban una elevada so-
Englund, 1980; Soloff y Millward, 1983); y se breimplicación y un elevado número de comen-
observó además una relación significativa entre tarios hostiles y críticas hacia los enfermos. Se
este tipo de relación y la presencia de experien- diseñaron modelos de intervención basados en
cias traumáticas en la infancia de estos pacien- enseñar a las familias en qué consistía la enfer-
tes (Gunderson y Sabo, 1993; Links y van medad y en dar pautas para su manejo en el
Reenkum, 1993, Millon, 1987; Paris, Zweig- contexto familiar. Se observó que este tipo de
Frank, y Guzder, 1994a, 1994b). A partir de este intervenciones «psicoeducativas» con estas fa-
momento, el tema central del estudio con fami- milias podían reducir la emoción expresada y
lias fue «el trauma» y «la negligencia» y su rela-
en consecuencia disminuir la tasa de recaída de
ción con el desarrollo de trastornos de persona-
los pacientes de forma significativa (Leff y
lidad en la vida adulta (Gunderson, y Zanarini,
Vaughn, 1981)
1989). Así mismo, se empezó a investigar la his-
toria vital de estos progenitores y se observó A partir de este momento, las terapias fami-
que un número importante presentaban a su liares «psicoeducativas» cobraron un especial
vez problemas psiquiátricos como abuso de sus- protagonismo, no solo en el ámbito de la esqui-
tancias, depresión y TLP (Goldman, D´Angelo y zofrenia, sino también con otros trastornos, en
DeMaso, 1993; Silverman et al., 1991). A partir concreto con los trastornos de personalidad.
de este momento, la investigación se centró en Estudios de eficacia demostraron una superio-
el estudio de «la psicopatología de las figuras pa- ridad de este modelo frente a las primeras tera-
rentales» y cómo ésta podía influir en el estable- pias familiares de orientación psicoanalítica
cimiento de vínculos de apego disfuncionales (Gabbard, Lazar, Hornberger y Spiegel, 1997).
con los hijos y en el desarrollo de trastornos de Se planteó que la «emoción expresada» podía
personalidad en la vida adulta. constituir un factor de recaída o empeoramien-
Inicialmente se pensó que la terapia fami- to y que el tratamiento debía de ir dirigido a
liar intensiva con estas familias podía provocar modificar las dinámicas de comunicación dis-
cambios curativos a largo plazo. Pero la com- funcionales dentro de la familia.
plejidad de estas familias hacía cada vez más
difícil la intervención sobre ellas por lo que,
durante un tiempo, se llegó a pensar que no se La intervención familiar
podía hacer nada por ellas. Así mismo, las fa- psicoeducativa
milias se sintieron muy juzgadas por estos últi-
mos planteamientos en los que se les hacía res- En la actualidad, las intervenciones fami-
ponsables de la enfermedad y tampoco se liares de perspectiva «psicoeducativa» son un
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El terapeuta también asesora a los familia- nos familiares, que como hemos dicho ante-
res para que modifiquen la atribución del «rol riormente, suelen sobreimplicarse y sobrepro-
de enfermo», de modo que puedan comunicar- teger al paciente.
se con «la parte sana» del paciente y hablen
El terapeuta ayuda a la familia a establecer
con normalidad de otros temas ajenos al tras-
límites claros, disminuyendo las posibilidades
torno. Según García Badaracco (2006), mirar a
de ambigüedad. Todos los miembros deben sa-
un enfermo como «enfermo» es «potencial-
ber cuál va a ser la función de cada uno de
mente enfermante» y este hecho impide ver
ellos en las nuevas dinámicas familiares, todos
una «virtualidad sana» que existe siempre por
deben saber qué rol van a desempeñar, cómo
más enferma que esté una persona. Cuando a
van a actuar, hasta dónde pueden intervenir,
un individuo se le diagnostica un trastorno, se
etc. Esto da coherencia y estabilidad a las inte-
genera en la familia «un círculo vicioso enfer-
racciones y reduce la posibilidad de malos en-
mante» y toda conducta o pensamiento del su-
tendidos, tanto en las pautas de comunicación
jeto se interpreta en función de la enfermedad.
como en los comportamientos de cada miem-
El terapeuta ayuda a la familia a ver al pacien-
bro. Si esto no es así, los miembros no sabrán
te con «otra mirada», una mirada de esperanza
muchas veces qué se espera de ellos, cómo
que le permita al paciente sentirse comprendi-
reaccionar, qué puede pasar, etc. Paciente y fa-
do y aceptado. El paciente se siente compren-
miliares tendrán que estar dispuestos a escu-
dido cuando «siente» que el otro ha captado
char la opinión y los sentimientos de la otra
que él tiene un «potencial sano» que puede de-
persona y aprender a respetarlos (Mosquera,
sarrollar (García Badaracco, 2006)
2007; Mosquera y Ageitos, 2005).
El terapeuta también instruye a los familia-
¿Qué hacer ante situaciones de crisis?
res sobre cómo actuar ante la inestabilidad del
paciente (cambios bruscos de humor, dicoto- El terapeuta también instruye a la familia
mía relacional idealización vs. devaluación del sobre cómo actuar ante las amenazas de suici-
otro, etc.). Ante este tipo de situaciones, lejos dio, probablemente el grado más extremo de
de asustarse o reaccionar ante las provocacio- inestabilidad emocional.
nes del paciente, es aconsejable que la familia
Este tipo de amenazas son frecuentes en
mantenga la calma y aprenda a validar los sen-
estos pacientes. Pueden oscilar entre las «lla-
timientos que el paciente está verbalizando.
madas de atención» o «intentos de manipula-
Que puedan transmitirle el mensaje de «lo que
ción» que no tienen una finalidad autolítica y
tú sientes me importa…y estoy aquí».
el «deseo real de quitarse la vida». En la mayo-
El terapeuta ayuda a ambos, a familia ya ría de las ocasiones es difícil determinar cuál
paciente, a crear un entorno estable y seguro es la intencionalidad que se esconde tras la
que les permita alcanzar una cierta estabilidad amenaza, por lo que no es aconsejable que la
emocional a todos. También les enseña a cui- familia cuestione los sentimientos del paciente
dar de sí mismos y protegerse de las emocio- en ese momento ni juzgue los motivos por lo
nes de los demás. De esta forma todos son ca- que quiere suicidarse (o por los que ya lo ha
paces de alcanzar una comunicación más intentado). En esos momentos, es preferible
auténtica y más cercana entre ellos (Mosquera, que intente proporcionarle apoyo y compren-
2007; Mosquera y Ageitos, 2005). sión, de nuevo validando su sufrimiento, y le
ayude a valorar otras formas alternativas de
Establecimiento de límites «¿qué puedo
resolver lo que le está creando ese malestar
esperar y qué no?»
(Mosquera, 2007; Mosquera y Ageitos, 2005).
El terapeuta también instruye a la familia a
¿Por qué cuando el paciente mejora algu-
cuidar la congruencia y la coherencia en sus
nos familiares empeoran?
relaciones y en los mensajes que transmiten.
Las personas con TLP tienen muchas dificulta- Todos los cambios, aunque sean positivos,
des para respetar los límites propios y los de requieren de un tiempo de asimilación y de
los demás. Pero esto también les pasa a algu- adaptación. Como hemos dicho anteriormente,
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algunos familiares tienen dificultades para ver en el ámbito de los trastornos de personalidad y
«la parte sana» del paciente, se han acostum- los datos han sido poco concluyentes. A día de
brado a relacionarse con la «parte enferma» y hoy no existe ninguna terapia psicológica que
no son capaces de adaptarse a la mejoría del pa- haya mostrado su eficacia y superioridad frente
ciente, siguen comportándose de forma sobre- a otras, ni para los trastornos de personalidad
protectora o crítica con él. Esto puede obstacu- en general, ni para los trastornos de personali-
lizar el progreso terapéutico. El terapeuta dad en particular. (Quiroga y Errasti, 2001).
señala a los familiares estas dificultades y les
No obstante, algunos elementos que nos per-
ayuda a adaptarse a los cambios que el paciente
miten constatar la utilidad de las intervenciones
va experimentando. El proceso de cambio es en
familiares son: la mejorar en la capacidad para
paralelo «cambias tú...y cambiamos nosotros».
controlar los impulsos de los pacientes, la dis-
«Sólo importa el trastorno…la familia se minución de las conductas autoagresivas y sui-
aísla de la sociedad» cidas y el descenso en el número de hospitali-
Las familias en las que existe una elevada zaciones.
sobreimplicación y sobreprotección tienden a
aislarse del entorno social próximo, abando-
nan actividades que antes realizaban, evitan Conclusiones
relaciones previas, etc y solo se centran en el
cuidado del enfermo. Esto suele conducir a un El objetivo final de la intervención, es que
incremento del estrés y de la sobrecarga de to- el paciente pueda llevar una vida estable, utili-
dos los miembros. zando sus propios recursos personales y el
apoyo de la familia. El tratamiento debe ser lo
El terapeuta les explica las consecuencias de más individualizado posible, no debemos olvi-
este tipo de funcionamiento y les anima a que dar que aunque existen una serie de caracterís-
mantengan sus rutinas habituales y no pierdan ticas comunes en todos los que padecen la en-
sus redes sociales extensas. El mantenimiento fermedad, estamos trabajando con «personas»
de vínculo con el exterior fomentará el bienestar y «familias» con características diferentes.
de los miembros proporcionando espacios para
hablar de temas al margen de la enfermedad. La intervención familiar es un elemento in-
(Mosquera, 2007; Mosquera y Ageitos, 2005). dispensable en el proceso de recuperación del
paciente. Permite aliviar la tensión de la fami-
Manejo de los problemas específicos lia y ayudar al paciente de la forma que nece-
El terapeuta asesora a la familia en la reso- sita. Los familiares son capaces de empezar a
lución de los problemas específicos que pue- comunicarse con él como persona, no como
dan ir surgiendo a lo largo del proceso de cam- enfermo y le ayudan, sin sobreimplicarse, per-
bio. Les ayuda a identificar los problemas mitiéndole ganar progresivamente autonomía.
específicos, identificar posibles soluciones, to-
mar decisiones, ponerlas en marcha, analizar
las consecuencias e introducir modificaciones, Referencias
etc. También explorar la existencia de patolo-
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