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Edward Jenner

Edward Jenner fue un médico inglés en el siglo XVIII que descubrió la vacuna contra la viruela, la primera vacuna efectiva en la historia. Notó que las personas que contraían la viruela de las vacas desarrollaban inmunidad contra la viruela humana. En 1796, extrajo materia infectada de una persona con viruela de las vacas e inoculó a un niño sano, quien desarrolló una fiebre leve pero quedó inmune a la viruela cuando se le inoculó después. Publicó sus resultados en 1798, aunque tuvo problemas para

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Edward Jenner

Edward Jenner fue un médico inglés en el siglo XVIII que descubrió la vacuna contra la viruela, la primera vacuna efectiva en la historia. Notó que las personas que contraían la viruela de las vacas desarrollaban inmunidad contra la viruela humana. En 1796, extrajo materia infectada de una persona con viruela de las vacas e inoculó a un niño sano, quien desarrolló una fiebre leve pero quedó inmune a la viruela cuando se le inoculó después. Publicó sus resultados en 1798, aunque tuvo problemas para

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Edward Jenner

(Berkeley, Gran Bretaña, 1749 - id.,


1823) Médico inglés al que se debe el
descubrimiento de la vacuna de la
viruela, que fue la primera vacuna de
total eficacia y fiabilidad en la historia
médica. A los trece años entró al
servicio de un cirujano local, con el que
permaneció hasta los veintiuno,
momento en el que se trasladó a
Londres y se convirtió en pupilo de John
Harvey. En 1773 regresó a Berkeley
para abrir una consulta local, en la que
adquirió un notable prestigio.

En el siglo XVIII, la viruela era una de las enfermedades epidémicas con un mayor
índice de mortalidad. El único tratamiento conocido en la época era de naturaleza
preventiva, y consistía en inocular a un sujeto sano materia infectada procedente
de un paciente aquejado de un ataque leve de viruela. Dicho principio se basaba
en la evidencia empírica de que un sujeto que hubiera superado la enfermedad no
la volvía a contraer. Sin embargo, la persona inoculada no siempre desarrollaba
una versión leve de la enfermedad y fallecía a menudo; además, podía actuar
como foco de infección para los que lo rodeaban.

Jenner se percató de que una variante de la enfermedad, la viruela de las vacas,


también ejercía el mismo efecto inmunitario con respecto a la viruela convencional
en las personas que la habían contraído. En 1796 extrajo materia infectada de un
individuo afectado por la viruela de las vacas y la inoculó a un niño sano de ocho
años, que prontamente desarrolló una fiebre leve y pequeñas lesiones. Dos meses
después inoculó nuevamente al niño, pero esta vez con el virus de la viruela
convencional, sin que la enfermedad llegara a desarrollarse.

La memoria con los resultados obtenidos fue rechazada por la Royal Society, pero
él la publicó en 1798, incluyendo también los resultados favorables de otras
pruebas posteriores. No sin problemas, la práctica de la vacunación se fue
extendiendo desde el campo de la acción médica particular al ámbito nacional,
continental y mundial. Jenner, convertido en un personaje célebre, disfrutó desde
1802 de una cuantiosa suma anual concedida por el Parlamento, retirándose de la
actividad científica en 1815.

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