Anales LI PDF
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DE ESTUDIOS MADRILEÑOS
Tomo LI
C
k-.) • s. T
2011
MADRID
ANALES DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS MADRILEÑOS
ANALES DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS MADRILEÑOS
TOMO LI
Anales del Instituto de Estudios Madrileños publica ininterrumpidamente desde
1966 un volumen anual dedicado a temas de investigación relacionados con Madrid y su
provincia. Arte, Arqueología, Geografía, Historia, Urbanismo, Lingüística, Literatura,
Economía, sociedad y biografías de madrileños ilustres y personajes relacionados con
Madrid son sus temas preferentes.
Los autores o editores de trabajos relacionados con Madrid que deseen dar a conocer
sus obras en Anales del Instituto de Estudios Madrileños deberán remitirlas a la Secreta-
ría del Instituto, calle de Albasanz, 26-28, despacho 2F10, 28037-Madrid, ajustándose a
las Normas para autores publicadas en el presente número de la revista.
CONSEJO ASESOR:
Alfredo ALVAR EZQUERRA
Rosa BASANTE POL
María Teresa FERNÁNDEZ TALAYA
Julia María LABRADOR BEN
Luis Miguel APARISI LAPORTA
Rufo GAMAZO RICO
Ana LUENGO AÑÓN
Carmen MANSO PORTO
Alfonso MORA PALAZÓN
José SIMÓN DÍAZ (†)
Enrique de AGUINAGA LÓPEZ
Francisco José PORTELA SANDOVAL
CONSEJO DE REDACCIÓN:
Alfredo ALVAR EZQUERRA (CSIC)
Rosa BASANTE POL (Universidad Complutense de Madrid)
Mª Teresa FERNÁNDEZ TALAYA (Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo)
Julia María LABRADOR BEN (Universidad Complutense)
Ana LUENGO AÑÓN (Escuela de Arquitectura. Universidad Europea de Madrid)
Carmen MANSO PORTO (Dpto. de Cartografía y Artes Gráficas, Real Academia de la Historia)
José Miguel MUÑOZ DE LA NAVA CHACÓN (Museo de Historia)
La revista Anales del Instituto de Estudios Madrileños está recogida, entre otras, en
las siguientes bases de datos bibliográficas y sistemas de información:
• HISTORICAL ABSTRACTS (HTTP://WWW.EBSCOHOST.COM/ACADEMIC/HISTORICAL-ABSTRACTS)
• DIALNET (Portal de difusión de la producción científica hispana, http://dialnet.unirioja.es)
I.S.S.N.: 0584-6374
Depósito legal: M. 4593-1966
Salutación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11-16
ENSAYO
HISTORIA Y ARTE
SUMARIO
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 9-10. 9
CARO LÓPEZ, Ceferino,
Datos sobre la gestión de la crisis
de 1803-1805 en Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181-239
MUÑOZ DE PABLO, María José,
Los orígenes del trazado del Paseo de la Castellana. . . . . . 241-260
MARTÍNEZ DÍAZ, Ángel,
Tres ingenieros y un proyecto: Merlo, Gutiérrez
y Ribera y la plaza de Oriente de Madrid . . . . . . . . . . . . . . 261-293
APARISI LAPORTA, Luis Miguel,
Imágenes en el monumento al idioma castellano . . . . . . . . 295-336
SIMÓN PALMER, María del Carmen,
Evolución de la profesión de cocinero: del primer
estatuto a la primera exposición culinaria en
Madrid (1758-1925). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337-358
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa,
La política de vivienda social del Ayuntamiento de
Madrid: El Patronato Municipal de Casas Baratas. . . . . . . 359-391
MORAL RONCAL, Antonio Manuel,
Nuevos testimonios y fuentes sobre la represión
republicana en el Madrid de la guerra civil . . . . . . . . . . . . 393-416
CALVO RODRÍGUEZ, José Andrés,
A don Francisco de Quevedo, en piedra. Noción de
ciudad y Quevedo como emblema madrileño
en la lírica de José Ángel Valente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417-434
GARCÍA NAHARRO, Fernando,
Diálogo de discursos en el periodo
de la transición a la democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435-453
ARQUEOLOGÍA
VARA IZQUIERDO, Consuelo; MARTÍNEZ PEÑARROYA, José,
Sobre la cota cero. Arqueología y Arquitectura
del milenio de la villa de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 457-485
NECROLÓGICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489-503
SUMARIO
10 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 9-10.
SALUTACIÓN
SALUTACIÓN
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 11-16. 11
seguimiento del impacto del Instituto de Estudios Madrileños, así como para que
suba Anales del IEM y las monografías que se considere pertinente, siempre por
aprobación de la Junta Directiva, previo dictamen favorable de evaluadores expertos.
Igualmente, por cuestiones “estratégicas”, institucionales y de calidad cientí-
fica, la web continuará alojada en los servidores del C.C.H.S., C.S.I.C.
A día de hoy todos los flecos que había sueltos en la gestión del Instituto por
la abrupta interrupción del curso natural de la gestión de Alberto Sánchez Álvarez-
Insúa están recogidos y el IEM listo para continuar su ordinario funcionamiento,
que nunca ha estado interrumpido, porque a lo largo del año se han celebrado o
terminado de celebrar un ciclo sobre la Presencia militar en Madrid, pronunciado
en el Centro Cultural de los Ejércitos y otro sobre Bosques históricos de Madrid,
celebrado en el Museo de San Isidro.
El 22 de abril se nos invitó a organizar una conferencia sobre «Dickens en
las lecturas madrileñas», que pronunció don Jesús Martínez, catedrático de Historia
Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, en la Biblioteca Joaquín
Leguina.
Cuando este tomo entra en máquinas, estamos celebrando sendos ciclos de
conferencias sobre Medio Milenio del eje-Prado-Recoletos-Castellana y sobre Las
artes del libro en Madrid desde el siglo XV al XXI en los Museos municipales de
San Isidro y de la Imprenta Artesanal. Quiero resaltar el hecho de la cooperación
institucional, que reconocemos absolutamente. Las relaciones del Instituto con la
Delegación de las Artes del Ayuntamiento son óptimas; así lo son también con los
Museos que nos han dado aposento.
Asimismo hemos acudido tanto a la presentación cuanto a las Jornadas de
debate sobre el PECAM. Lo hemos hecho, unos a título personal porque el Ayun-
tamiento ha invitado a algunos miembros por su reconocido prestigio, pero también
hemos participado en la calidad de Cronista Oficial de la Villa que tiene el Instituto.
Me consta el caso de Ana Luengo, experta en jardinería y paisajismo urbano.
He de decir que comprendemos absolutamente la elaboración y ejecución de
Planes Estratégicos. En el C.S.I.C. tenemos costumbre de prepararlos cada cuatro
años, porque son esa suerte de contrato que firmamos las instituciones públicas con
la sociedad que nos financia.
Recientemente emitimos la opinión personal sobre la reinstalación de la
escultura de Felipe II. Igualmente, trabajos en comisión cultural del Ayuntamiento
son abordados por miembros de número del Instituto, en temas relacionados con
cartografía, nomenclátores, colocación de recordatorios a personajes ilustres y así
SALUTACIÓN
12 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 11-16.
sucesivamente. Consta el agradecimiento del I.E.M. a don Alfonso Mora Palazón
y a don Luis Miguel Aparisi.
Pero también hemos hallado en la Comunidad de Madrid cumplida ayuda,
toda vez que la Junta Directiva se ha reunido en la Biblioteca Manuel Alvar, ha
participado en la Noche de los Libros y ha disfrutado de buena acogida en todas las
propuestas que ha elevado. La Viceconsejería de Medioambiente de la Comunidad,
tras el pavoroso incendio de Robledo de Chavela y sus alrededores, nos consultó
sobre cuál era la flora autóctona del lugar. Aunque todo parece indicar, según el
topónimo, que debía de haber robles, o quercus en general, y tras la consulta a va-
rios miembros de número del I.E.M., preparamos un informe con datos procedentes
de cuestionarios hechos en tiempos de Felipe II y del Catastro del marqués de la
Ensenada a mediados del XVIII, sobre todo. El 35% de la superficie era, por aquel
entonces, robledal y el 20% pastos. Pero no pinos.
Por otro lado, el I.E.M. ha sido el organizador, junto con la Real Sociedad
Matritense de Heráldica y Genealogía, de la LIX Asamblea Nacional de la CE-
CEL, asamblea que se celebró en el CCHS del C.S.I.C., en la calle Albasanz, que
es nuestra sede científica y a la que asistieron medio centenar de representantes
de institutos de estudios locales para exponer recíprocamente las actividades
realizadas.
Todos esos organismos “de provincias” son admirados y mirados con envi-
dia desde los estudios madrileños: en algunos casos disfrutan hasta de salones de
actos, secretaría administrativa y otras ayudas. Sin embargo, el I.E.M. apuesta por
la calidad científica de sus trabajos.
En fin: de no haber sido por el Ayuntamiento de Madrid, con su alto mece-
nazgo y con la hospitalidad del CCHS del C.S.I.C., todo esto no se podría haber
hecho. Tampoco sin los recursos propios de nuestras publicaciones.
Era un dicho común en el Siglo de Oro: «Cuantos más mecenas hubiere,
más Tácitos escribirían».
También puedo decir alto y claro, con orgullo, que son muchas las personas
que apartan algunas horas de su día a día para que toda esta actividad pueda salir
adelante. ¿Somos un modelo de actividad de la sociedad civil y de voluntariado
científico y cultural? Nos gustaría que así se nos siguiera reconociendo.
Tengo la convicción de que de ninguna manera nuestros patronos podrán
tener un atisbo de duda de que sus ayudas, bien con subvenciones finalistas, bien
con ayudas en especie, se desperdician. Al contrario.
SALUTACIÓN
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 11-16. 13
En estos tiempos de hierro que vivimos, dificilísimos, aún soñamos con poder
realizar nuestros trabajos en un entorno propicio.
Si Alfonso X, o sus legisladores, levantaran la cabeza, seguro que nos darían
una palmadita en la espalda y nos adoptarían por sus dilectos cronistas, toda vez
que en las Partidas se contiene una de las afirmaciones más simpáticas y de larga
duración que haya habido en la Historia de España:
La ciencia es don de Dios, y por ende no debe ser vendida, porque así como
aquellos que la tienen, la tuvieron sin precio y por gracia de Dios, así la
deben dar ellos a los otros de buen grado.
Nos gusta intentar cambiar las formas de pensar colectivas. Somos ilus-
trados.
Quiero concluir estas líneas de presentación agradeciendo a José Miguel
Muñoz de la Nava Chacón el ímprobo esfuerzo que ha hecho para que saliera
adelante este número y he de recordar a los nuevos miembros numerarios y cola-
boradores del Instituto que tenemos la certeza de que sabréis ser dignos Miembros
del Instituto, pero que también sabréis estar para el Instituto.
SALUTACIÓN
14 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 11-16.
Solemne sesión de apertura del Curso Académico 2012-1013,
celebrada el 31 de octubre de 2012 en el Patio de Cristales de la Casa de la Villa y
presidida por D. Fernando Villalonga, Delegado de las Artes del Ayuntamiento de Madrid.
De izquierda a derecha: Ernesto Fernández-Xesta (secretario general de la CECEL),
Alfredo Alvar Ezquerra, Fernando Villalonga,
María Teresa Fernández Talaya y Luis Miguel Aparisi Laporta.
SALUTACIÓN
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 11-16. 15
Alberto Sánchez Álvarez-Insúa.
Museo de San Isidro (Madrid), 20 de mayo de 2008,
durante el ciclo de conferencias del I.E.M.
El 2 de mayo de 1808 y Madrid.
(Fotografía: Julia María Labrador Ben)
SALUTACIÓN
16 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 11-16.
ENSAYO
COLOR Y BANDERA DE MADRID
COLOR AND FLAG OF MADRID
Enrique de AGUINAGA
Decano de los Cronistas de la Villa
Resumen
El pendón de la Villa de Madrid fue hasta mediados del siglo XIX el de Castilla,
de color carmesí1. Un informe de Fernández de los Ríos presentado en las Cortes
en 1869 motivó su cambio por el actual morado; el error procedía de la confusión
entre los comuneros de Castilla y una sociedad secreta existente en 1820, denomi-
nada Los Comuneros. Fue en esos momentos de la revolución septembrina cuando
se adoptó por primera vez la enseña nacional tricolor, a imitación de la bandera
francesa, de origen revolucionario.
Abstract
The ensign of the Villa de Madrid was, until middle of the 19th century that of Cas-
tile, of crimson color. A report by Fernandez of los Ríos presented in Parliament in
1869 motivated his change by the current purple; the error came from the confusion
between the commoners of Castile and a secret society in 1820, called Los Comune-
ros. It was in those moments of the revolution septembrina when it was adopted the
tricolor national flag, in imitation of the French flag, of revolutionary origin.
H
asta el siglo XIX no hay duda alguna sobre el color del pendón de la Villa
de Madrid, ya que por ser realenga no usaba en sus ceremonias otro pendón
que el de Castilla, de damasco, rojo carmesí .
La patraña del pendón morado de Castilla se consolida con el informe de
Ángel Fernández de los Ríos a las Cortes en el año 1869. El informe, plagado de
inexactitudes, regaló a la exaltación de la época la imagen de un Padilla enarbolando
la enseña morada como símbolo de libertad. Bella estampa, ciertamente, si no fuera
por su falsedad. Así escribe Fernández de los Ríos, en 1876, en su Guía de Madrid:
(1) GÓMEZ IGLESIAS, Agustín, Memorándum de noticias consrvadas en el Archivo de Villa sobre el color que
usaba el Ayuntamiento de Madrid, Madrid, 6 de diciembre de 1955.
(2) FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel, Guía de Madrid. Manual del madrileño y forastero, Madrid, Oficinas
de la Ilustración Española y Americana, 1876, pág. 466.
(3) FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel, Guía de Madrid ..., págs. 467-478.
(4) FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel, Guía de Madrid ..., pág. 467.
(5) FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel, Guía de Madrid ..., pág. 467.
(6) FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel, Guía de Madrid ..., pág. 478.
(7) FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel, Guía de Madrid ..., pág. 478.
(8) MONTERO VALLEJO, Manuel, «Un escudo para el pueblo», Informaciones (Madrid), 30 de mayo de 1983.
(9) REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA (R.A.E.), Dictamen en contestación a la consulta del Alcalde-Presidente
del Ayuntamiento, Madrid, 25 de mayo de 1956.
(10) R.A.E., Dictamen...
(11) GÓMEZ IGLESIAS, Agustín, Memorándum...
(12) GARCÍA CORTÉS, Mariano, «Colores del escudo y del pendón de Madrid», en Madrid y su fisonomía
urbana, Madrid, Artes Gráficas Municipales, 1950, pág. 6.
(18) FERNÁNDEZ DURO, Cesáreo, «Tradiciones infundadas», Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1851.
(19) CALLE ITURRINO, Esteban, «Origen...», págs. 12-13.
(20) Ya (Madrid), 11 de junio de 1978.
(21) GARCÍA CORTÉS, Mariano, «Colores del escudo...»
(22) «Trece banderas regionales para una sola nación», Ya (Madrid), 11 de junio de 1978.
(23) DÍAZ SANZ, Enrique, «El color de la bandera de Madrid» Ya (Madrid), 1 de noviembre de 1983.
(24) QUINTANA, Jerónimo de la, Historia de la antigüedad, nobleza y grandeza de la Villa de Madrid (1629),
Edición de Varela Hervías, Madrid, Artes Gráficas Municipales, 1954, Libro III, capitulo VI, pág. 690.
(25) Archivo de Villa, Libros de Acuerdos, 18 de septiembre de 1598.
(26) QUINTANA, Jerónimo de la, Historia de la antigüedad..., pág. 691.
(27) QUINTANA, Jerónimo de la, Historia de la antigüedad..., págs. 691-692.
(28) QUINTANA, Jerónimo de la, Historia de la antigüedad..., págs. 692-693.
(29) QUINTANA, Jerónimo de la, Historia de la antigüedad..., págs. 693-694.
(30) GÓMEZ IGLESIAS, Agustín, Memorándum...
Resumen
Se estudia en este trabajo la realidad de la situación legal de los diversos escudos
y banderas de las Entidades Locales de la Comunidad de Madrid, así como del
indebido uso que algunos Municipios, entre ellos el de la Villa de Madrid, vienen
haciendo de sus símbolos.
Abstract
This paper studies the actual legal situation of the different coats of arms and flags
in the Local Bodies of Comunidad de Madrid, as well as their misuse by some
boroughs, such as Villa de Madrid.
INTRODUCCIÓN
S
i bien el fenómeno de la Sigilografía, o de la Heráldica municipales no es
nuevo en el momento actual, es más cierto que, en España, la generalización
del fenómeno vino a iniciarse en el primer tercio del siglo XX, para sufrir
una enorme expansión a partir del advenimiento del actual sistema democrático a
España.
Buena prueba de ello, y haciendo abstracción de aquellas municipalidades
que, por una u otra razón, utilizan, algunos desde mediados de la Edad Media y
otros desde los siglos XVII o XVIII, sellos con armas propias o con motivos pro-
pios no heráldicos, nos la puede dar un estudio somero de la colección de sellos
municipales de tinta que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, en la que
se conservan los presentados, ante la solicitud del Ministerio de la Gobernación, en
(1) AHN, ES.28079.AHN/5.2.12.1; ha de recordarse que a partir del año 1848 se hace obligatorio el uso
de sello para el refrendo de los escritos oficiales, ya que, hasta ese momento, solo eran validados con la
firma del alcalde por aquellas poblaciones que no disponían de sello propio; de ahí que, a partir de esta
fecha, todas las localidades por muy escasa que fuera su población tuvieran un sello para legitimar sus
comunicaciones y oficios; la Colección se formó al irse recibiendo las primeras improntas que remiten los
Ayuntamientos directamente al Archivo como consecuencia de la R.O. de 30 de agosto de 1876, pero llegan
aisladas y de manera desordenada, por lo que, a fin de recibir la información de un modo más organizado,
se decide canalizar las respuestas a través de los Gobiernos Civiles y que éstas no sean enviadas antes de
que la provincia esté completa; así, entre 1876 a 1878 se recibirán las copias de sellos de cerca de 10.000
municipios, de todas las provincias españolas, con excepción, no se sabe por qué, de la de Zaragoza.
Antes de acercarnos a la tesis que mantengo, creo que sería acertado acercar
al lector, aunque brevemente, por el proceloso mundo de la normativa legal en esta
materia.
En trabajos anteriores acerca del tema2 ya fui comentando la realidad de la
normativa existente en España, desde 1939 hasta la entrada en vigor del Estatuto de
Autonomía de la Comunidad de Madrid, aprobado por Ley Orgánica 3/1983, de 25 de
febrero, donde se describe, ya, la bandera de la recién nacida Comunidad Autónoma3.
Poco después de la aprobación de este Estatuto de Autonomía, el Real Decreto
3351/1983, de 20 de julio, de traspaso de funciones y servicios de la Administración
del Estado a la Comunidad de Madrid en materia de Administración Local4, recaba,
y recibe, la competencia en materia de aprobación de escudos heráldicos munici-
pales, previo informe de la Real Academia de la Historia.
Antes de terminarse ese mismo año, la Ley 2/1983, de 23 de diciembre, de
la Asamblea de Madrid5, aprueba la bandera, el escudo y el himno propios de la
floreciente Comunidad Autónoma y sus especificaciones técnicas se establecen en
el Decreto 2/1984, de 19 de enero de la propia Comunidad6.
Es, sin embargo, a partir del Decreto 30/1987, de 9 de abril, del Gobierno de la
Comunidad de Madrid7, cuando se regula, de manera ya específica, el procedimiento
a seguir para la adopción, modificación o rehabilitación de banderas y escudos por
los municipios de la Comunidad de Madrid.
Finalmente, la Ley 2/2003, de 11 de marzo de Administración Local de la
Comunidad de Madrid8, revisa y amplía la normativa anterior.
En esta última norma, queda explícita, en su artículo 7, la obligación de que
«ninguna Entidad local utilice símbolos que no hubieran sido debidamente aproba-
(9) En los que se engloban hasta 801 localidades y entidades menores de población.
(10) Acuerdo del Ayuntamiento de la Villa de Madrid, de 13 de septiembre de 1850. Véase SASTRE Y ARRIBAS,
Mª José, «El escudo y la bandera de Madrid», en Escudos y banderas municipales de la Comunidad de
Madrid, Madrid, Comunidad de Madrid / Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 2007,
págs. 29-46.
(11) Alusión a la serpiente o culebra que aparecía en la llamada Puerta Cerrada.
(12) Concedida por las Cortes de 27 de Diciembre de 1822.
(15) Además de los estudios citados hasta el momento, pueden verse, además, como trabajos del autor,
«La Real Academia Matritense ante los nuevos símbolos en los municipios de la Comunidad de Madrid»,
Boletín de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 54 (primer trimestre de 2005),
sección Colaboraciones; «Otro escudo de Madrid», Boletín de la Real Academia Matritense de Heráldica
y Genealogía, 62 (primer trimestre de 2007), sección Colaboraciones; y «Dos sellos con escudos de la villa
de Madrid», Boletín de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 66 (primer trimestre de
2008), sección Colaboraciones.
Resumen
La familia Zapata realizó importantes intervenciones arquitectónicas en su villa de
Barajas. Tuvieron dos palacios, mandaron construir un convento, una iglesia y un
hospital, como muestra de su poder económico.
Abstract
The family Zapata made important architectural interventions in his village of
Barajas. They had there two palaces, they ordered to build a convent, a church and
a hospital, as sample of his economic power.
L
a villa de Barajas, cercana a Madrid, junto a otras poblaciones próximas
a ella como La Alameda, Rejas o Torrejoncillo, experimentó una serie de
transformaciones urbanas y arquitectónicas a partir del momento en que
todas ellas fueron incluidas en los mayorazgos que fundaron los miembros de la
familia Zapata, y en particular los condes de Barajas. Si bien nuestro proyecto
principal es recrear el aspecto que tuvo la villa de Barajas a la luz de los docu-
mentos que vamos encontrando en nuestra labor de investigación, la finalidad del
presente trabajo es señalar los edificios principales y otras construcciones que he-
mos identificado hasta este momento y que componían el tejido urbano de la villa.
Para establecer en el tiempo la vinculación definitiva de la villa de Barajas
al apellido Zapata, tenemos que establecer una secuencia de sucesos que a tenor
de los documentos, se remonta al último tercio del siglo XIV.
(1) Archivo Histórico Nacional (AHN), Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 748/7 nº 1.
(2) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Legs. 748/7 nº 4; 728/7 nº 2; 199/2; 728/3; 794/4 y 2102/46. En algunos
documentos se indica como fecha de donación el 15 de junio de 1407 (año del señor 1369); la ratificación el 5
de agosto de 1417 (año del Señor 1379); el mayorazgo el 2 de mayo de 1420 (año del Señor 1382).
(3) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 728/7 nº 2 - Archivo Histórico Protocolos Madrid (AHPM).
Pº 2789 fº 2179 - AHN. Sec. Ordenes Militares. Expedientillos nº 13214.
(4) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 728/2.
(5) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 728/1 nº 4 año 1404.
Es muy probable que el mencionado don Diego López de Ayala fuese her-
mano de la madre del almirante de Castilla, doña Aldonza de Ayala, por lo que
efectivamente, doña Mencía sería su prima hermana7.
También aparecía la referida transmisión en una breve pero muy interesante
Genealogía de los Mendoza, escrita por el licenciado don Antonio Martínez Salcedo,
cuyo texto se acompaña de un detallado árbol genealógico de los Mendoza y Zapata8.
En la resolución testamentaria constó también la donación a doña Mencía
«de l0.000 mrs por su vida que yo he por Juro de heredad en Madrid, e despues de
su vida de la dicha doña Mencia mi prima, que se torne a Doña Aldonza mi fija»9 .
Una facción de los Mendoza no debió de ver con satisfacción esta donación,
ya que en el año 1405 el rey don Enrique III expidió «una provisión de emplaza-
miento de la donacion en la Chancilleria, contra Doña Mencia Garcia de Ayala,
Señora que se dice de Barajas mandandole restituir varios bienes a la mujer del
Almirante que habia tomado la herencia de este»10 .
Ante esta situación, el propio don Diego Hurtado de Mendoza ratificó la
donación en estos términos:
mando que sea guardada y cumplida la donacion que yo fize a mi prima Men-
cia Garcia de Ayala del mi lugar de Barajas, con todos sus vasallos y rentas y
Pechos e Derechos, que no le sean puesto embargo ni contrario alguno en ello
por los dichos mis fijos e fijas ni por alguno de ellos, e la mi voluntad e tengo
por bien que la dicha Doña Mencia Garcia de Ayala mi prima, aya y tenga el
dicho lugar de Barajas.11
(12) Biblioteca Nacional de Madrid (BNE), ms. 11700 R. Zapata de Palafox Linaje de los Zapata.
(13) Anónimo. Refundición de la Crónica del Halconero, por el Obispo Don Lope Barrientos (hasta ahora
inéditas). Madrid, 1946, p. 17 Capítulo I- A propósito de la entrada del Condestable en Turégano.
(14) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. Nº 2 y 728/7 nº 1.
(20) El archivo del conde de Barajas estaba ubicado en el palacio sito en la propia villa de Barajas, y a
pesar del incendio, se ha conservado un Índice en el que se recoge de forma algo sintetizada el asunto de
cada documento que contenía – AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 729/7 y 729/44 nº 10. Para el
asunto de las comedias, AHPM, Pº 5594.
(21) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 1230/4; 749/15; 1515/2 a 5; 1229/27; 1213/11; 760/3 nº
301; 734/2 nº 26 y Leg. 1106/9.
(22) El viejo palacio de la villa de Barajas se trataría de una construcción realizada a finales del siglo XV y
perteneciente a la herencia que transmite a doña Mencía García de Ayala don Pedro Hurtado de Mendoza.
(23) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 749/4. DELGADO ORISCO, Eduardo. “Barajas”. VVAA
Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007 (p. 342) CANOSA ZAMORA, Elia. Historia
de Barajas. Madrid, 2006
(24) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 733/7 - MARÍN TOVAR, C., «El convento de Nuestra Señora
de la Concepción de franciscanos descalzos de la Villa de Barajas, obra del arquitecto Nicolás de Vergara,
el Mozo», B.S.A.A., LXIV (1998), págs. 405-417.
(25) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 733/7 – AHPM, Pº 1596 fº 618.
(26) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 423/66.
(27) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 423/64.
(28) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 740/5 nº 68.
(29) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 733/35 nº 11.
La iglesia parroquial de san Pedro de Barajas fue fundada por don Francisco
Zapata de Cisneros, primer conde de Barajas, a mediados del siglo XVI. Se llamó
de san Pedro de Antioquía, se confirmaron sus estatutos de Colegiata en 1615 y
hoy se la conoce como de san Pedro Apóstol.
En su interior algunos de los miembros más destacados de la familia Za-
pata dispusieron su enterramiento. Uno de ellos fue don Gómez Zapata, obispo
de Cuenca, quien al testar en el año 1589, además de numerosas disposiciones
(34) Testamento de don Gómez Zapata: AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 728/9; el de doña María
de Mendoza: Leg. 728/9 nº 9. Sobre la torre, en AHPM, Pº 2755 fº 844 – Sobre el incendio en AHN,
Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 747/15 nº 44. Estatutos de Colegiata en Archivio Segreto Vaticano.
Registro 662 Gregorio XV, fº 143 y ss.
(35) AHN, Nobleza, Fondo Fernán-Núñez, Leg. 747/8. Aparece como el Hospital de San Julián y Santa
Basilisa en Leg. 747/18 nº 3
Doña Teresa, como hemos indicado, instituye como heredero único y uni-
versal al monasterio de Nuestra Señora de la Cruz de la Orden de San Francisco,
«que esta junto a la cerca de la Villa de Cubas, de esta diocesis de Toledo, donde
mando que su cuerpo sea sepultado».
El extracto de la fundación del hospital de San Julián nos ha proporcionado
también una valiosa información sobre la colegiata de San Pedro, en la villa de
Barajas, así como de la fundación de una capellanía. Es evidente que el impulso
del patronazgo en este linaje era ya muy sólido desde el II señor de Barajas, Ruy
Sánchez Zapata, y que el espíritu benefactor va a ser común en muchas de las obras
emprendidas por los miembros de la Casa de Barajas.
Desgraciadamente, poco es lo que podemos reflejar de momento respecto
al aspecto que pudo presentar arquitectónicamente el edificio del hospital de San
Julián. Intuimos que debió de ser una edificación modesta, como lo indica su ca-
pacidad de admisión de enfermos y las funciones que se le atribuyen.
Los documentos que hemos reunido hasta este momento de nuestra investi-
gación sobre el hospital son escasos, y en ningún caso hemos podido contar con
datos descriptivos sobre su arquitectura que nos permitieran al menos hacernos una
idea de su distribución espacial. Sí se ha podido constatar el espíritu de generosidad
que impregna la fundación, así como el deseo de vincular este patronato con las
Resumen
Hacemos en este trabajo un breve repaso de los primeros momentos del proceso
constructivo del monasterio de las Descalzas Reales, para centrarnos en la Casa
de los Capellanes y la Casa y Hospital de la Misericordia, obras ambas cuyas tra-
zas fueron dadas por Juan de Valencia y materializadas por los hermanos Grajal.
Abstract
We do in this work a brief review of the early stages of the construction process
of the monastery of the Descalzas Reales, to focus on the House of Chaplains and
the Mercy’s House and Hospital from the Mercy House and Hospital, works whose
traces were given by Juan de Valencia and materialized by the brothers Grajal.
E
l monasterio de la Madre de Dios de la Consolación o de la Asunción,
más conocido como de las Descalzas Reales, de franciscanas de la prime-
ra regla de Santa Clara, fue fundado por la infanta doña Juana de Austria
(1) Desarrollamos estos temas con amplitud en: MUÑOZ DE LA NAVA CHACÓN, José Miguel, «El C.O.A.A.T.M.:
Sus sedes y su historia», en Un edificio en crecimiento, Madrid, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos
Técnicos de Madrid, 2008, págs. 105-392, especialmente en el capítulo «Las Descalzas Reales y su entorno»;
en ese trabajo nos basamos aquí, revisando y actualizando datos. Agradecemos a Ana García Sanz y a sor María
Almudena Pintos, respectivamente conservadora y archivera del monasterio de las Descalzas, su colaboración
en el transcurso de nuestras investigaciones.
(2) PINTOS, Sor María Almudena, «Creación y gestión del monasterio. Los primeros años de la comunidad
de las Descalzas Reales», en GARCÍA SANZ, Ana (coord.), Las Descalzas Reales: orígenes de una comunidad
religiosa en el siglo XVI, Madrid, Patrimonio Nacional, págs. 53-106; SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, María Leticia,
Patronato regio y órdenes religiosas femeninas en el Madrid de los Austrias: Descalzas Reales, Encarnación
y Santa Isabel, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1997, págs. 27-33; VILACOBA RAMOS, Karen Mª;
MUÑOZ SERRULLA, Teresa, «Las religiosas de las Descalzas Reales de Madrid en los siglos XVI-XX: Fuentes
archivísticas», Hispania Sacra, LXII, 125 (2010), págs. 115-156.
(3) QUINTANA, Jerónimo de, A la muy antigua, noble y coronada Villa de Madrid. Historia de su antigüedad,
nobleza y grandeza, Madrid, Imprenta del Reino, 1629, págs. 413-414; SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, María Leticia,
Patronato regio..., pág. 320.
(4) GARCÍA LÓPEZ, Consuelo, «Real Capilla y Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid: evolución
económica y jurídica de las fundaciones de D.ª Juana de Austria: del Patronato Regio al Consejo de
Administración del Patrimonio Nacional», en Iglesia y religiosidad en España: historia y archivos, Actas
de las V Jornadas de Castilla-La Mancha sobre Investigación en Archivos, Toledo, Junta de Comunidades
de Castilla-La Mancha, 2001, págs. 145-158.
(5) Elías Tormo cita esta inscripción, con algunas variantes, remitiéndose a Antonio Capmany y Montpalau,
quien a su vez se refiere al P. Sarmiento (TORMO MONZÓ, Elías, En las Descalzas Reales: Estudios históricos,
(8) TOAJAS ROGER, M.ª Ángeles, «De urbanismo y arquitectura en el Madrid de Carlos V. Documentos»,.
Anales de Historia del Arte (2001), pág. 102. Vid. ESTELLA, Margarita, «Artistas madrileños en el Palacio
del Tesorero (Descalzas Reales), el Palacio de Pastrana y otros monumentos de interés», Archivo Español
de Arte, 229 (1985), págs. 52-65; TOAJAS, M.ª Ángeles, «Memoria de un palacio madrileño...», págs. 18-33.
(9) ESTELLA, Margarita, «Artistas madrileños…», pág 54; TOAJAS, M.ª Ángeles, «Arquitectura del Monasterio
de las Descalzas Reales: La capilla de San José», Anales de Historia del Arte, 8 (1998), págs. 132-133.
(10) Toajas, M.ª Ángeles, «Arquitectura del Monasterio...», págs. 133-135.
(11) ÁLVAREZ Y BAENA, José Antonio, Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias
y artes. Diccionario histórico por el orden alfabético de sus nombres, Madrid, Oficina de Benito
Cano, 1789, vol. I, págs. 20-21.
(12) ESTELLA, Margarita, «Artistas madrileños...», págs. 52-65.
(13) PÉREZ PASTOR, Cristóbal, «Inventarios de la infanta doña Juana, hija de Carlos V. 1573», en Noticias
y documentos relativos a la historia y literaturas españolas II. Memorias de la Real Academia Española,
XI, Madrid, Imp. de la Revista de Legislación, 1914, pág. 364; CHECA CREMADES, Fernando, «El monasterio
de las Descalzas Reales: orígenes de su colección artística», Reales Sitios, 102 (1989), págs. 21-30; ——,
Felipe II, mecenas de las artes, Madrid, Nerea, 1992, págs. 177-183.
(14) Como recuerda Ana García Sanz: «[...] Juana deseó reposar, tanto en vida como después de su muerte,
en su fundación. Para ello determinó la construcción de sus aposentos junto al presbiterio de la iglesia del
monasterio de manera que la proximidad de sus habitaciones al altar mayor le permitiera asistir directamente a
los oficios divinos sin que los fieles detectaran su presencia» (GARCÍA SANZ, Ana, «La idea y el espacio: Juana
de Austria y el monasterio de las Descalzas Reales», en GARCÍA SANZ, Ana (coord.), Las Descalzas Reales...,
pág. 28). Fernando Bouza recoge el testimonio de monseñor Castagna, quien refirió que la infanta doña Juana
«ha le sue stanze nel medesimo monasterio, dalle qualle per una porta si entra nell’apartamento delle monache»
(Registro di lettre di monsignore Castagna Arcievescopo di Rossano che fa poi Papa Urbano VII della sua
Nuntiatura di Spagna sotto Pio IV & Gregorio XIII, Biblioteca Nacional de Madrid, Ms./8246, pág. 325),
en BOUZA ÁLVAREZ, Fernando (ed.), Cartas de Felipe II a sus hijas, Madrid, Turner, 1988, pág. 48, nota 53.
Mesonero Romanos afirmó que fue «el arquitecto Antonio Sillero» quien se
encargó de la transformación del palacio de Alonso Gutiérrez en monasterio:
[...] Fue construido en 1559 por el arquitecto Antonio Sillero sobre la misma
área que ocupaba un palacio antiguo y acaso aprovechó para el murallón que
mira al postigo una parte de la construcción antigua. De la de este palacio,
que se hace remontar por algunos al reinado de don Juan II, y por otros nada
menos que al de Alfonso VI, el Conquistador, diciendo que en él se celebraron
las primeras cortes del reino en Madrid en 1339, no tenemos más noticias que
la de que dicha serenísima princesa doña Juana de Austria, siendo viuda del
príncipe don Juan de Portugal y gobernadora de estos reinos de España, que
había nacido, en este mismo palacio, del que era propietaria, le transformó en
convento para las religiosas de Santa Clara, que trajo de Gandía San Francisco
de Borja e ingresaron en este Monasterio en 1558.17
(15) GARCÍA SANZ, Ana, «Nuevos datos sobre los artífices de la capilla funeraria de Juana de Austria», Reales
Sitios, 155 (2003), págs. 16-25; ORTEGA VIDAL, Javier, «La Capilla sepulcral de Doña Juana en las Descalzas
Reales. Una joya en la penumbra», Reales Sitios, 138 (1998), págs. 40-54.
(16) PALMA, Fray Juan de, Vida de la sereníssima Infanta sor Margarita de la Cruz, Religiosa Descalça
de Sta. Clara, Madrid, Imp. Real, 1636, fols. 35r-35v, citado por BOUZA ÁLVAREZ, Fernando, Cartas de
Felipe II..., pág. 173, nota 33.
(17) MESONERO ROMANOS, Ramón de, El antiguo Madrid, Madrid, Establecimiento tipográfico de
Mellado, 1861, pág. 163.
(18) LLAGUNO AMÍROLA, Eugenio, Noticias de los arquitectos y arquitectura de España desde su
restauración. Tomo II, Madrid, Imprenta Real, 1829, pág.81.
(22) Archivo de Villa (A. V.), Secretaría, Acuerdos, 20 de marzo de 1567; también 22 de marzo del mismo año.
(23) Unos meses después volvió a figurar entre los alarifes nombrados por la Villa (A. V., Secretaría,
Acuerdos, 29 de septiembre de 1582).
(24) A. V., Secretaría, Acuerdos, 7 de abril de 1582.
(25) A. V., Secretaría, Acuerdos, 4 de febrero de 1544.
No cabe duda de que Juan Bautista de Toledo, como arquitecto mayor del rey,
desempeñó un papel director en las obras reales realizadas a partir de estos momentos,
pero en muchos casos se limitó a supervisar los proyectos de otros arquitectos, como
Juan de Valencia, Gerónimo Gili o Juan de Herrera. En las obras de las Descalzas que
En su Diario escribió Paciotto: «fece in Spagna a Madrid la chiesa delle monache dette le discalze
in memoria de la Principessa di Portogallo» y refiere que cuando salió de Madrid a fines de mayo
de 1562 fue gratificado por doña Juana con mil ducados de oro: PACCIOTO, Francesco, Diario, ms.
Biblioteca Universitaria de Urbino, Comune b. 165, fol. 167, apud MARÍAS, Fernando, «La memoria
española de Francesco Paciotto: de Urbino al Escorial», Anuario del Departamento de Historia y
Teoría del Arte (Universidad Autónoma de Madrid), XIII (2001), pág. 102. Con anterioridad, Íñiguez
Almech había sugerido la posible autoría de la iglesia por Vergara y Becerra: ÍÑIGUEZ ALMECH,
Francisco, Casas reales y jardines de Felipe II, Madrid, Bolaños y Aguilar, 1952, pág. 22. En alguna
ocasión se ha optado por pensar que quizá se debiesen a Paciotto las trazas del interior del templo y a
otro arquitecto, que podría ser Toledo, su fachada (MARÍAS, Fernando, «La memoria española...», págs 103
y 106, nota 45).
(32) Catherine Wilkinson señala la posible influencia de Paciotto sobre Juan de Herrera, trayendo
a colación precisamente este templo: «La sólida geometría de las Descalzas Reales en Madrid,
una iglesia en cuyo trazado participó Paciotto, es el precedente español más cercano de la manera
herreriana»: WILKINSON ZERNER, Catherine, Juan de Herrera arquitecto de Felipe II, Madrid, Akal,
1996, pág. 41; la misma autora señala: «No es posible decir exactamente qué papel desempeñó
Paciotto en la formación del estilo personal de Herrera, pero la fachada de las Descalzas Reales es
significativa» (ib., pág. 196, nota 63).
(33) RIVERA BLANCO, José Javier, Juan Bautista de Toledo y Felipe II: La implantación del clasicismo en
España, Valladolid, Universidad, 1984, págs. 144-145; GARCÍA TAPIA, Nicolás, Ingeniería y arquitectura en
el Renacimiento español, Valladolid, Universidad, 1990, págs. 427-433.
(34) Cédula real, Gante, 15 de julio de 1559; citada por CHECA CREMADES, Fernando, Arquitectura del
Renacimiento en España, 1488-1599, Madrid, Cátedra, 1989, pág. 266.
(35) BOUZA ÁLVAREZ, Fernando, Cartas de Felipe II..., pág. 48 (Carta V; Lisboa, 10 de julio de 1581).
(42) ALVAR EZQUERRA, Alfredo, Los traslados de Corte de 1601 y 1606, en El cartapacio del cortesano errante,
Madrid, Imprenta Artesanal del Ayuntamiento, 2006; ——, El duque de Lerma: Corrupción y desmoralización
en la España del siglo XVII, Madrid, La Esfera de los Libros, 2010; BENIGNO, Francesco, La sombra del
rey. Validos y lucha política en la España del siglo XVII, Madrid, Alianza, 1994; ELLIOTT, John; BROCKLISS,
Laurence (eds.), El mundo de los validos, Madrid, Taurus, 1999; ESCUDERO LÓPEZ, José Antonio, «Los poderes
de Lerma», en Homenaje al profesor Alfonso García Gallo, Madrid, Universidad Complutense, 1996, vol. 2,
págs. 47-104; FEROS, Antonio, El duque de Lerma. Realeza y privanza en la España de Felipe III, Madrid,
Marcial Pons, 2002; FERRER VALLS, Teresa, Los validos, Torrejón de Ardoz, Akal, 1997; GÓMEZ RIVERO, Ricardo,
«Lerma y el control de cargos», Anuario de Historia del Derecho Español, 73 (2003), págs. 193-230; LEÓN
PINELO, Antonio de, Anales de Madrid (desde el año 447 al de 1658), ed. de Pedro Fernández Martín, Madrid,
Instituto de Estudios Madrileños, 1971; ed. de Ricardo Martorell, Madrid, Estanislao Mestre, 1931; MUÑOZ
DE LA NAVA CHACÓN, José Miguel, «Lerma, duque de», en Gran Enciclopedia Cervantina, vol. VII, Madrid,
Castalia, 2011, págs. 6.858-6.863; PÉREZ BUSTAMANTE, Ciriaco, Felipe III. Semblanza de un monarca y perfiles
de una privanza, Madrid, Estades, 1950; TOMÁS Y VALIENTE, Francisco, Los validos en la monarquía española
del siglo XVII, Madrid, Siglo XXI, 1982; WILLIAMS, Patrick, The great favourite: The Duke of Lerma and
the court and government of Philip III of Spain, 1598-1621, Manchester, Manchester University Press, 2006.
(43) Como vemos, estaba muy arraigada la idea de que era necesario que el monarca dispusiese de otro
palacio en Madrid para pasar en él los meses de verano; sin duda, este es el origen del desarrollo del
Cuarto Real de los Jerónimos, que, ya en tiempos de Felipe IV, se convertiría en el Real Sitio del Buen
Retiro de San Jerónimo, aunque con claros antecedentes rastreables en el reinado de Felipe III e incluso en
el de Felipe II, como son diversas compras por parte de la Casa Real de terrenos en las inmediaciones del
monasterio jerónimo y el Prado de San Jerónimo (vid. MUÑOZ DE LA NAVA CHACÓN, José Miguel, Música en
el Prado de San Jerónimo de Madrid [tesina doctoral], Madrid, 1999, disponible en varias de las principales
bibliotecas públicas de Madrid).
(44) CABRERA DE CÓRDOBA, Luis, Relaciones de las cosas sucedidas en la corte de España desde 1599
hasta 1614, Madrid, Imp. de J. Martín Alegría, 1857, pág. 145, De Valladolid a 15 de Junio 1602.
(45) CABRERA DE CÓRDOBA, Luis, Relaciones..., pág. 176, De Valladolid 17 de Mayo 1603.
(46) CABRERA DE CÓRDOBA, Luis, Relaciones..., pág. 357, De Madrid a 20 de Diciembre 1608.
(47) A. V., Secretaría, Acuerdos, 25 de febrero de 1603.
(50) CABRERA DE CÓRDOBA, Luis, Relaciones..., pág. 359, De Madrid a 17 de Enero de 1609.
(51) BRAVO VILLASANTE, Carmen, «La literatura emblemática. Las Empresas morales de Juan de Borja», Anuario
de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, 3 (1980), págs. 27-40; RIBADENEIRA, Pedro de,
La vida del B. P. Maestro Ignacio de Loyola fundador de la Religión de la Compañía de Jesús. [...] Vida del
P. Francisco de Borja, que fué Duque de Gandias [...], Madrid, L. Sánchez, 1605, capítulo III.
(52) Archivo Histórico Nacional, Delegación de Hacienda, leg. 38, exp. 3, manzana 393.
(53) CARDERERA, Valentín, «Dos palabras contra la manía de reformar los edificios antuguos», Revista
Hispano-Americana (Madrid), I (1 de julio de 1848), págs. 225-228).
(54) CAPDEPÓN VERDÚ, Paulino, «La capilla de música del monasterio de las Descalzas Reales de Madrid»,
Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 37 (1997), págs. 215-226; ——, La música en el Monasterio
de las Descalzas Reales: siglo XVIII, Madrid, Fundación Caja Madrid; Alpuerto, 1999; ——, «Maestros
de capilla del monasterio de las Descalzas Reales de Madrid en el siglo XVIII (I)», Anales de Estudios
Madrileños, 47 (2007), págs. 293-320; ——, «Maestros de capilla del Monasterio de las Descalzas Reales
de Madrid en el siglo XVIII (II)», Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 49 (2009), págs. 309-330;
——, «Música y liturgia en el monasterio de las Descalzas Reales de Madrid», en CAMPOS, Francisco
Javier (coord)., simposium La clausura femenina en el Mundo Hispánico: Una fidelidad secular, vol. I,
San Lorenzo de El Escorial, 2011, págs. 563-586; HATHAWAY, Janet J. Ph. D., Cloister, Court and City:
Musical Activity of the Monasterio de las Descalzas Reales (Madrid), ca. 1660-1700, New York, New York
University, 2005; MOTA MURILLO, Rafael, «La princesa Juana de Austria y su capilla de las Descalzas»,
en III Semana de música española: el Renacimiento, Madrid, Comunidad de Madrid, 1988; OLMOS SÁEZ,
Ángel Manuel, «Aportaciones a la temprana historia musical de la capilla de las Descalzas Reales de Madrid
(1576-1618)», Revista de musicología, 26, 2 (2003), págs. 439-490; SUBIRÁ, José, «La música en la capilla
y Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid», Anuario Musical, XII (1957), págs. 147-166.
(55) LEÓN PINELO, Antonio de, Anales de Madrid (ed. de P. Fernández Martín), Madrid, Instituto de Estudios
Madrileños, 1971, pág. 88.
(56) Archivo General de Palacio (A. G. P.), Patronatos, Descalzas Reales, 71-40/6. Vid. REAL fundación de
la capilla y monasterio de religiosas franciscas descalzas de la primera regla de Santa Clara, que en la
villa de Madrid dotó y fundó la Serenissima Señora Doña Juana de Austria, Infanta de Castilla y Princesa
de Portugal, por los años de 1572, con las aclaraciones que a ella hizo en Gumiel de Mercado, a 15 de
octubre de 1601 el Señor Rey don Phelipe III, como Patrón y Protector que era, confirmadas por la Santidad
de Clemente VIII en 24 de marzo de 1601, Madrid, Imp. de Francisco Javier García, 1769, f. 24v.
(57) ÁLVAREZ SOLAR-QUINTES, Nicolás, Reales Cédulas de Felipe II y adiciones de Felipe III en la escritura
fundacional del Monasterio de las Descalzas de Madrid (1556-1601), Madrid, Instituto de Estudios
Madrileños, 1962.
(58) A. G. P., Patronatos, Descalzas, caja 1, exp. 8.
Dos cartas de junio de 1580, es decir, un año después, se refieren a las obras
de la Casa de los Capellanes, así como a las nuevas trazas dadas por Juan de Va-
lencia. Del día 15 es la siguiente, en la que se indica que «Valencia a acabado ya
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relación de «las cosas que se hallaron por vender en el almoneda de su alteza que santa gloria aya al
tiempo que murió Antonio Cordero, entre las cuales se encuentran un libro de papel de marca mayor
que tiene debuxos y estampas de cosas antiguas tasado en diez mill maravedís» (n.º 227), bajo cuyo
apunte se consignó: «este libro se dio a Balencia por las trazas de Casa de Capellanes» y al margen
se señaló: «ojo». Con el número 239 se consignaron «dos registros de colores de seda con botones
de oro [h]ylado y aljófar tasados en ochocientos y dieciseis maravedíes», con los que también se
pagó a Valencia.
(69) A. G. P., Patronatos, Descalzas, caja 1, exp. 1.
En las aclaraciones hechas en 1602 por Felipe III a las actas fundacionales,
refiriéndose a la obligación de que los capellanes viviesen juntos en una misma
casa, se nos proporciona una interesante noticia: el edificio había sido ocupado por
la emperatriz María y las gentes de su servicio:
A lo qual se añade que por quanto la sereníssima Princesa manda que los di-
chos capellán mayor y capellanes vivan y estén juntos en una casa, y para que
se cumpliese la dicha su voluntad, el Rey nuestro señor la mandó fabricar en
la forma que oy está fabricada, y por quanto la señora [consignado al margen:
«la M[a]g[esta]d Católica de la Emperatriz Mª»] la ocupa con su servicio y
continua asistencia en el dicho monasterio, se los da al dicho capellán mayor
y capellanes ansí en el Hospital como en otras partes donde haviten y estén,
por combenir ansí por haora, se declara y manda que los dichos capellanes
(74) Nos basamos, fundamentalmente, en el contenido de dos sentencias de la Sala de lo Civil del Tribunal
Supremo: una de 26 de diciembre de 1896 (JURISPRUDENCIA civil. Colección completa de las sentencias
dictadas por el Tribunal Supremo en recursos de nulidad, casación e injusticia notoria [...], Madrid, Reus,
1896, págs. 886-890) y otra de 20 de noviembre de 1903 (JURISPRUDENCIA civil..., Madrid, Reus, 1903,
págs. 641-658).
Matías Lacasa, asociado con el médico Ramón Martí, instaló en este inmue-
ble la primera fábrica de pan vienés existente en Madrid, que con el tiempo pasó a
la esposa de Lacasa, Juana Nessi Arrola, y después a una sobrina de esta, Carmen
Nessi Goñi, madre de Pío y Ricardo Baroja. Carmen Nessi mantuvo el estableci-
miento Viena Capellanes tras haber pasado el inmueble al marqués de Villamejor,
quien arrendó sus locales y viviendas. Pío Baroja nos aporta en varias de sus obras
muy interesantes informaciones sobre el edificio en sus últimos años, incluidas al-
gunas pequeñas referencias al erudito bibliógrafo Cristóbal Pérez Pastor, quien como
capellán del monasterio también se alojaba en ese edificio en los mismos momentos.
Antes de establecer Lacasa y Martí su panadería, hubo en esos locales otras
actividades, entre ellas varias imprentas, como la del Diario Oficial de Avisos, en
la que también se imprimían El Constitucional y la Gaceta de Registradores y
Notarios, o las de Frías y Compañía y la Biblioteca Nacional Económica. En 1871
fue fundada la Sociedad de Acuarelistas de Madrid, presidida por Martín Rico y
con sede en este edificio76.
Tras emitir el Tribunal Supremo, el 29 de noviembre de 1903, sentencia
favorable a los intereses de Ana de Torres Córdoba Sotomayor y Romo, marquesa
de Villamejor (su esposo había fallecido en 1899), sus hijos Gonzalo y Álvaro de
Figueroa y Torres tuvieron vía libre para derribar el edificio y construir uno nuevo;
ya un año antes, Álvaro, conde de Romanones, había desalojado del inmueble a
Como vemos, aquí se dice que también intervino Herrera, siquiera fuese
examinando con su colega y amigo Valencia cuál sería la mejor solución, y que
ambos, conjuntamente, decidieron dar por buenas las trazas; por lo tanto, no anda-
ban excesivamente descaminados quienes, con argumentos estilísticos, atribuyeron
a Herrera el Hospital de la Misericordia; pero no tuvieron en cuenta que hubo otros
arquitectos, como Valencia, cuyas obras respondían al mismo estilo, el que querían
sus clientes, en este caso la Casa Real.
El siguiente documento, sin fecha, refiere que se dio comienzo a las obras
en septiembre de 1584 pero se interrumpieron en enero de 1585 para modificar las
trazas, de lo que también, así como de las monteas, se encargó Juan de Valencia:
Domingo a XVI de setiembre de 1584, juntos los señores testamentarios de su
Alteza firmaron las trazas primeras del hospital, y quedó Valencia de hacer las
monteas. Y miércoles a XIX del dicho mes se puso la primera piedra por el
señor don Gil de Albornoz, capellán mayor, y se sacó el comienzo de la de-
lantera del dicho ospital, y cessó luego la obra a causa de mudar la traça. [Al
margen:] Començóse el hospital miércoles 19 de septiembre 1584 años. Puso
la primera piedra el capellán mayor.
(89) A. G. P., Patronatos, Descalzas Reales, Caja 1, exp. 1, Libro de acuerdos de la Junta de Testamen-
tarios, 22 de julio de 1583.
(90) A. G. P., Patronatos, Descalzas Reales, Caja 1, exp. 1, Libro de acuerdos de la Junta de Testamen-
tarios, 22 de julio de 1583, 27 de julio de 1583.
El hospital no sería terminado hasta 1601, diez años después del fallecimiento
de Valencia y cuatro del de Herrera. Inmediatamente ingresaron en él cuatro sacer-
dotes. El hospital contaba con veinticuatro cuartos para enfermos:
Se labraron 24 zeldas separadas unas de otras con su sala y alcoba, las 16 para
los seglares y las 8 para sacerdotes, su fabrica ynterior es de lo mejor que ay
(93) PONZ, Antonio, Viage de España, t. V, Madrid, Joachin Ibarra, 1776, pág. 233. También Ceán lo
consideró de Becerra: CEÁN BERMÚDEZ, Juan Agustín, Diccionario histórico de los más ilustres profesores
de las Bellas Artes en España, Madrid, Academia de San Fernando, Imp. Vda. de Ibarra, 1800, t. I, pág.
114, y a partir de ellos la mayoría de los autores decimonónicos que hablaron de él.
(94) CARDERERA, Valentín, «Dos palabras contra la manía de reformar los edificios antiguos», Revista
Hispano-Americana (Madrid), I (1 de julio de 1848), págs. 225-228. En El Observador del 13 de octubre
de ese mismo año se publicó una carta de «un arquitecto suscrito al Observador» en la que se decía: «¿Qué
se diría en el estrangero cuando se supiese que en Madrid se estaba picando una interesante portada del
Renacimiento creyéndola churrigueresca [...]? En cuanto al único bajo relieve que había en la casa de la
Misericordia, lejos de ser chavacano [...] era bellísimo, y en concepto de todos los inteligentes era obra de
Becerra, ó cuando menos de uno de sus más adelantados discípulos».
(95) A. G. P., Patronatos, Descalzas Reales, caja 30/33. Memorial del capellán mayor de las Descalzas.
H. 1720. Citado por MUÑOZ SERRULLA, María Teresa, Francisco Piquer..., pág. 106.
(96) En el Libro del Hospital Real de la Misericordia desde primero de septiembre de 1696 (Real Biblioteca,
E/218) se relacionan las casas pertenecientes al hospital, los cuartos y aposentos arrendados y sus precios
respectivos. Citado por MUÑOZ SERRULLA, María Teresa, Francisco Piquer..., pág. 105.
(97) PÉREZ GARZÓN, Juan Sisinio, «El Eco del Comercio, portavoz del programa revolucionario de la
burguesía española, 1832-1835», en GIL NOVALES, Alberto (ed.), La prensa en la revolución liberal. Madrid,
Ed. Complutense, 1983; ROJAS FRIEND, Antonio; FUENTES ARAGONÉS, Juan Francisco, «El discurso liberal
sobre el pueblo: La polémica entre El Español y El Eco del Comercio (1835-1837)», Trienio, 30 (1997),
pág. 65-89.
(98) Gaceta de Madrid, 30 de septiembre de 1851, pág. 4.
(99) FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel, «Madrid que se va», La Ilustración Española y Americana, XIV, 8 (10
de abril de 1870), pág. 120.
(100) Gaceta de Madrid, 266 (23 de septiembre de 1875), pág. 838.
(101) El Español, 20 de septiembre de 1860. Citado por BLAS VEGA, José, Los cafés cantantes de Madrid
(1846-1936), Madrid, Guillermo Blázquez, 2006, pág. 75.
(102) MARTÍNEZ OLMEDILLA, Augusto, Arriba el telón. Madrid, Aguilar, 1961.
(103) ALFONSO, Luis, La Ilustración Española y Americana, 1875-I, pág. 3.
(104) ALFONSO, Luis, «Revista general», La Ilustración Española y Americana, 8 de diciembre de 1884,
pág. 706.
(105) FERNÁNDEZ BREMÓN, José, «Crónica general», La Ilustración Española y Americana, 30 de abril de
1884, pág. 266.
4. JUAN DE VALENCIA
(106) DOWLING, John, «Teatro Cómico y lo cómico en el teatro español de la posguerra», Hispania, 60, 4
(1977), págs. 899-906; MARTÍNEZ OLMEDILLA, Agustín, Los teatros de Madrid, Madrid, 1947, págs. 283-286.
(107) Llamada de Mariana Pineda entre 1901 y 1941 y del Maestro Victoria a partir de 1941.
(108) LLAGUNO AMÍROLA, Eugenio, Noticias de los arquitectos..., II, pág. 231.
(109) LLAGUNO AMÍROLA, Eugenio, Noticias de los arquitectos..., III, XIII, págs. 237-238.
(110) LLAGUNO AMÍROLA, Eugenio, Noticias de los arquitectos..., II, pág. 239.
(111) CERVERA VERA, Luis, Años del primer matrimonio de Juan de Herrera, Valencia, Albatros, 1985,
págs. 113-114 (27 de agosto de 1574); pág. 189 (18 de julio de 1567); pág. 197-198 (9 de abril de
1576).
(112) CERVERA VERA, Luis, Años del primer matrimonio..., págs. 210-211.
(113) LLAGUNO AMÍROLA, Eugenio, Noticias de los arquitectos..., II, pág. 356.
(114) LLAGUNO AMÍROLA, Eugenio, Noticias de los arquitectos..., II, págs. 349-350.
(115) CERVERA VERA, Luis, Años del primer matrimonio..., pág. 234.
(116) CERVERA VERA, Luis, Años del primer matrimonio..., pág. 235.
(117) PORTABALES PICHEL, Amancio, Maestros mayores..., pág. 152.
(118) ESCOBAR, Jesús, «Architects, masons and bureaucrats in the royal works of Madrid», Annali di
Architettura [Vicenza], 12 (2000), págs. 91-98; The Plaza Mayor and the shaping of baroque Madrid.
Cambridge, Cambridge University Press, 2004, págs. 36, 72-74 y 104-106; GARCÍA BUSTAMANTE, A., «En
torno a Juan de Herrera y la Arquitectura», Boletín del Seminario de Estudios del Arte y Arqueología de la
Universidad de Valladolid (1976), pág. 245; MUÑOZ DE LA NAVA CHACÓN, José Miguel, «La suntuosa Plaza
Mayor de Madrid, corte de los Reyes Católicos de España, que representó Antonio Mancelli» (I), Torre de
los Lujanes, 60 (2007), pág. 159.
(119) A. V., Secretaría, Acuerdos, 9 de noviembre de 1580. Las condiciones «de hacer el túmulo y
lo demás que esta Villa le encarga para las honras y obsequias de la reina doña Ana» se encuentran en el
Archivo Histórico de Protocolos, Protocolo 190, Monzón.
(120) A. V., Secretaría, Acuerdos, 22 de mayo de 1585.
También encontramos a los Grajales relacionados con las obras del colegio
de María de Aragón; ellos se encargaron de su materialización a partir de 1583
(tras acabar la Casa de Capellanes), concertándose con Francisco que recibiría dos
mil ducados por ello; pero interrumpieron sus trabajos en esta obra para centrarse
en las de la Casa y Hospital de la Misericordia, en las que permanecieron hasta
su finalización en 1601, por lo que en las del colegio de María de Aragón fueron
sustituidos por Alonso Guerrero; tras ser terminado el Hospital de la Misericordia
se acordó con Francisco Grajal la finalización del claustro del colegio de María
de Aragón.
Resumen
Pedro de la Torre y el jesuita Francisco Bautista crearon una red de maestros vincu-
lados a ellos desde Navarra y País Vasco hasta Galicia. Las relaciones con Antonio
de Alloytiz, José de Vega y Verdugo y Juan de Ursularre, así como las obras que
les dieron origen, los retablos de Tolosa y Begoña o el tabernáculo de Santiago
de Compostela, eran conocidas, aunque no con profundidad. En este trabajo nos
proponemos dar una visión completa de la cuestión, añadiendo otros nombres
(José de Huici, Fernando de la Peña o José de Munárriz) y nuevos frutos de esta
colaboración, como el retablo de Santa Bárbara de la catedral de Oviedo, el de la
parroquial de Azcoitia, cuya traza de Bautista damos a conocer, y el de Beasain.
Abstract
Pedro de la Torre and the jesuit Francisco Bautista created a masters´ chain linked
to them, from Navarre and Basque Country towards Galicia. The contacts with
Antonio de Alloytiz, José de la Vega y Verdugo and Juan de Ursularre, the works
which initiated them as well, the Tolosa and Begoña´s altarpieces or the Santiago
de Compostela´s tabernacle, were known but not in depth. In this survey we are
providing a complete view of the matter, also we add another names (José de Huici,
Fernando de la Peña o José de Munárriz) and new results of this collaboration,
the Santa Bárbara´s altarpiece in Oviedo´s cathedral, that one in Azcoitia´s parish
church, the drawing of which we are announcing here, and the Beasain´s altarpiece.
(1) INSAUSTI, S., «El retablo mayor de Santa María de Tolosa», Boletín de la Real Sociedad Bascongada de
Amigos del País, XII (1956), pág. 401.
(2) INSAUSTI, S., «El retablo mayor...», pág. 402.
(3) INSAUSTI, S., «Artistas en Tolosa. Bernabé Cordero y Juan de Bazcardo», Boletín de la Real Sociedad
Bascongada de Amigos del País, XV (1959), pág. 316.
(4) TOVAR MARTÍN, V., Arquitectos madrileños de la segunda mitad del siglo XVII, Madrid, 1975, pág. 192.
(5) CRUZ VALDOVINOS, J. M., «Noticias sobre el escultor madrileño Juan Sánchez Barba (1602-1670) y su
familia», Anales de Historia del Arte, 1 (1989), págs. 202-203.
(6) AGULLÓ Y COBO, M., «Pedro, José, Francisco y Jusepe de la Torre, arquitectos de retablos», Anales del
(18) ABEL VILELA, A. de, «Pedro de la Torre y los retablos baldaquino de la Virgen del Sagrario de Toledo
y de los Ojos Grandes de Lugo», Espacio, Tiempo y Forma, 8 (1995), págs. 145-166.
(19) MARÍAS, F., «Alonso Cano y la columna salomónica», en Figuras e imágenes del Barroco, Madrid,
1999, pág. 296.
(20) BONET CORREA, A., La arquitectura en Galicia durante el siglo XVII, Madrid, 1984, pág. 290.
(21) BONET CORREA, A., La arquitectura en Galicia durante el siglo XVII, Madrid, 1984, pág. 290.
(22) TAÍN GUZMÁN, M. A., «Fuentes romanas gráficas y literarias del baldaquino y la pérgola de la catedral
de Santiago», Archivo Español de Arte, 314 (2006), pág. 140.
(23) TOVAR MARTÍN, V., Arquitectos madrileños...», pág. 199.
(24) RAMALLO ASENSIO, G., Escultura barroca en Asturias, Oviedo, 1985, pág. 208.
(25) URREA FERNÁNDEZ, J., «Aportaciones a la obra del escultor Luis Fernández de la Vega», Boletín del
Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, XXXIX (1973), págs. 500-505.
(26) MARTÍN GONZÁLEZ, J. J., El retablo barroco en España, Madrid, 1993, pág. 116.
(27) AGULLÓ Y COBO, M., «Pedro, José, Francisco y Jusepe...», págs. 34-35.
(28) PARRADO DEL OLMO, J. M., «Precisiones sobre el ensamblador José de Arroyo», Boletín del Seminario
de Estudios de Arte y Arqueología, LIV (1988), pág. 434.
(29) PARRADO DEL OLMO, J. M., «Precisiones...», pág. 434.
(36) La cita proviene de CENDOYA ECHÁNIZ, I., El retablo barroco en el Goierri, San Sebastián, 1992, pág.
103, en que no se menciona al autor del artículo. Hemos consultado El Diario Vasco del 8 de enero de
1988 que se cita y no aparece ninguna referencia a la noticia mencionada. Debe de existir error en la fecha.
(37) PLAZAOLA ARTOLA, J., «El arte vasco del siglo XVII: la sobriedad del Barroco», Revista Internacional
de los Estudios Vascos, 49 (2004), pág. 210.
(38) España, Ministerio de Cultura, Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Planos y dibujos
desglosados, 0697. Está hecho a tinta, lápiz y aguada, y mide 71 x 47 cm. Citado en http://pares. mcu. es.
(39) Recordamos que Francisco Bautista había trazado la nueva parroquia de Valdemoro, que se hizo entre
1658 y 1660 por Melchor de Bueras, con presbiterio rematado en cascarón, y que san Juan Bautista aparece
en un fresco pintado en la bóveda y un lienzo, ambos de Antonio Van de Pere en 1660/1661; posiblemente,
Bautista hiciera traza para su retablo mayor, aunque luego no se utilizara. Sin embargo, las proporciones del
presbiterio ochavado de Valdemoro no coinciden con las del dibujo. Por otro lado, Rodríguez G. de Ceballos
(RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, A., «La iglesia de Valdemoro y otras aportaciones a Francisco Bautista», en
Miscelánea de Arte, Madrid, 1982) atribuyó a Pedro de la Torre y Bautista los dos retablos de capillas
laterales, aunque, por nuestra parte, consideramos que son exclusivamente de Bautista en cuanto al diseño
por su parecido con los retablos colaterales del Colegio Imperial.
(40) ZORROZUA SANTISTEBAN, J., El retablo barroco..., 1998, pág. 192. Por Alloytiz tasó Martín de Arana,
(Ibid., pág. 209). El pleito proseguía con su hija en 1682, cuando ya había hecho Francisco Martínez de
Arce un nuevo retablo (Ibid., págs. 263-264).
(41) CENDOYA ECHÁNIZ, I., El retablo barroco..., pág. 235; PLAZAOLA ARTOLA, J., «El arte vasco...», pág. 210.
(42) ASTIAZARAIN ACHABAL, M. I., «El arquitecto Juan de Ursularre y Echeverría y sus proyectos retablísticos
en Guipúzcoa», Anales de Historia del Arte (1995), pág. 81.
(43) CRUZ YÁBAR, J. M., «El escultor Pedro Alonso de los Ríos. II. Inventario de sus bienes y otros aspectos»,
Anales del Instituto de Estudios Madrileños, XLIX (2009), pág. 105.
(44) CENDOYA ECHÁNIZ, I., El retablo barroco..., pág. 230; ASTIAZARAIN ACHABAL, M. I., «El arquitecto...»,
pág. 87. Con más noticias en FERNÁNDEZ GRACIA, R., El retablo barroco..., págs. 356-358.
(45) CATÁLOGO monumental de Navarra, vol. V-3, Pamplona, 1997, págs. 317-318.
(46) FERNÁNDEZ GRACIA, R., El retablo barroco..., pág. 359.
(47) FERNÁNDEZ GRACIA, R., El retablo barroco..., pág. 356.
(48) CRUZ YÁBAR, J. M., «El escultor...», págs. 103-105.
(49) Otra obra inédita que hizo Pedro Alonso de los Ríos para Bilbao fue una cabeza y manos de San Juan
Evangelista, que también vinieron de Madrid junto con las de la Virgen de la Soledad en 1693, que ya
le atribuimos, por encargo de su cofradía de la iglesia de los Santos Juanes. Se pensaba que eran de Juan
Pascual de Mena (YBARRA Y BERGÉ, J. de, Catálogo de monumentos de Vizcaya, Bilbao, 1958, págs. 117
y 286), aunque lo descartaba la documentación exhumada por GARCÍA DE MENDOZA, J. M. El Templo de
los Santos Juanes, Bilbao, 1980, pág. 32. El San Juan se había trasladado ya antes de 1958 a un oratorio
particular. Se pidieron las dos cabezas y cuatro manos a Alonso de los Ríos para imágenes vestideras que
salieran en procesión con el Cristo de la Villa.
(50) DÍAZ FERNÁNDEZ, Antonio José, «El retablo mayor de la parroquial de Vallecas (Madrid): Una
arquitectura desaparecida de Pedro y Francisco de la Torre (1672)», Espacio, Tiempo y Forma, 17 (2004),
págs. 102-103.
Resumen
Durante la segunda mitad del siglo XVII tuvo lugar en Madrid un concurso público
con un claro objetivo social: la construcción de un nuevo barrio junto al Paseo del
Prado, cuyas casas estarían dotadas de horno para la cocción del pan. En la pre-
sente comunicación veremos como el desarrollo de este concurso nos muestra una
forma de competencia en la que el objetivo final se consigue mediante un singular
proceso. Un camino abierto a todas las aportaciones y un diálogo existente entre
los mejores arquitectos de aquel momento.
Abstract
During the second half of the 17th century a public competition took place in Ma-
drid with a clear social objective: the construction of a new neighborhood alongside
the Paseo del Prado whose houses would be equipped with ovens for baking bread.
In this article we will see how the development of this contest demonstrates a form
of competition whose main objective is achieved through a singular process. A way
open to all contributions and a continuing dialogue between the best architects of
the time.
Palabras clave: Siglo XVII - Iniciativa social – Hornos del pósito – Desarrollo
ilustrado
Key words: 17th century – Social initiative – Municipal granary ovens – Enlight-
ened development
T
ras sufrir diferentes períodos de carestía de trigo y falta de pan en la meseta
castellana a lo largo del siglo XVII, la Corona instará a la Villa de Madrid
para promover la construcción de un gran número de viviendas con sus res-
pectivos hornos donde poder cocer pan. Pretendía así asegurarse el abastecimiento
de la ciudad, evitando de este modo peligrosas revueltas populares desencadenadas
1.- ANTECEDENTES
(1) Motines y revueltas que habían caracterizado la primera mitad del siglo XVII, debido al fuerte aumento
de la presión fiscal impuesta por el Conde Duque de Olivares al reino de Castilla para hacer frente a los
conocidos levantamientos de Portugal (1640-1668) y Cataluña (1640-1652). Por otro lado, los alzamientos
de Nápoles y Sicilia (1647 y 1648, respectivamente) quedaban aún fuertemente impresos en la memoria
política de los grupos dirigentes castellanos, habida cuenta de que en su estallido subyacían fuertes cargas
económicas unidas a épocas de gran carestía de subsistencias. Por todo ello, sería interesante hipotetizar
aquí una posible conexión entre las disposiciones del Consejo de Castilla a la hora de crear estos hornos y
el latente peligro de una revuelta en el corazón de la monarquía. A cerca de las revueltas italianas de 1647-
1648, Vid. RIBOT GARCÍA, Luis Antonio, «La época del conde-duque de Olivares y el reino de Sicilia (1647-
1648)», en ELLIOT, J. H.; GARCÍA SANZ, A. (eds.), La España del conde-duque de Olivares, Valladolid, 1990,
págs. 653- 677; ——, «Las revueltas sicilianas de 1647-1648 », en SIMÓN TORRES, A. (ed.), La Monarquía
Hispánica en crisis, Barcelona, 1991, págs. 183-199.
(2) Como explica CASTRO, Concepción de, «El Pósito de Madrid. Evolución y crisis», en Madrid en la
sociedad del siglo XIX. Abastecimiento, población y crisis de subsistencias, Vol. II, Madrid, Comunidad de
Madrid, 1986, págs. 230-243 y también podemos ver en TOVAR MARTÍN, Virginia, El real Pósito de la villa
de Madrid. Historia de su construcción durante los siglos XVII y XVIII, Madrid, Cámara de Comercio e
Industria de Madrid, 1982, págs. 20 -21. El Pósito de Madrid fue creado por los Reyes Católicos mediante
una real cédula dada el 18 de julio de 1504 para la construcción de una alhóndiga primero y en 1514 se
ordenó la compra de trigo para «formar pósito». A partir de 1518 comenzó a funcionar con regularidad,
siendo su principal función el equilibrio del mercado local de granos, mediante el «panadeo», es decir,
el abastecimiento de trigo a la ciudad, y posteriormente el préstamo a los labradores. El alholí madrileño
estuvo controlado no solamente por la autoridad concejil sino también por el Consejo de Castilla mediante
una junta nombrada por la Corona, inscribiéndose en el intervencionismo mercantilista de la época. Los
Reyes buscaban con ello asegurar el suministro al pueblo del alimento de primera necesidad, a un precio
equitativo cuando la escasez lo elevase.
(3) Según Mejía Asensio, el origen de esta medida de control del precio de los granos tuvo su origen el 23 de
diciembre de 1502, cuando los Reyes Católicos decidieron que el precio máximo de la fanega de trigo fuese
de 110 maravedíes, si bien este valor fue evolucionando hasta llegar a 952 maravedíes en 1699. Posteriormente
la Real Pragmática del 23 de agosto de 1571, fue un intento de controlar los valores de venta del pan; en ella
Felipe II prohibió la venta de pan cocido a los que no fuesen panaderos, forzando con ello a que se vendiese
según lo estipulado por la «tasa». Para más ahondamiento en la evolución del precio en el mercado castellano,
y la imposición de la Tasa para regular el precio máximo al que se podía vender el trigo y otros cereales Vid.
MEJÍA ASENSIO, Ángel, «El comportamiento del precio del trigo en Guadalajara: influencia del pósito (1547-
1632)», Hispania (Madrid, C.S.I.C.), LXIII/3, 215 (2003), pág. 863. Unos años después, en 1584, Felipe II
estableció la primera reglamentación para los pósitos que durante su reinado se habían multiplicado a lo largo
del reino. GÓMEZ DÍAZ, Donato; FERNÁNDEZ –REVUELTA PÉREZ, Luis, «Complejidad organizativa y desarrollo
contable de los pósitos en España, Siglos XVI-XIX», Revista de contabilidad (Santander, Asociación Española
de Profesores Universitarios de Contabilidad), I, 2 (1998), pág. 88.
(4) Las causas de la decadencia agraria, sus problemas y posibles soluciones, fueron profusamente analizadas
por los arbitristas a lo largo del siglo XVI y XVII. El tema ha sido ampliamente estudiado por Gutiérrez
Nieto. Vid. GUTIÉRREZ NIETO, Juan Ignacio, «El pensamiento político y social de los arbitristas», en El siglo
del Quijote (1580-1680) Religión, filosofía y ciencia, Madrid, Espasa- Calpe, 1985, Historia de España
Ramón Menéndez Pidal, vol. XVI (3), págs. 300-347.
(5) Para conocer un somero recorrido histórico del pósito de Madrid: Vid. MÁRQUEZ RUIZ, Ricardo, «Entre
el Paseo de Recoletos y la Calle Alcalá. El Pósito y el pan de Madrid hasta 1868», Revista Ilustración del
Madrid (Madrid), 19 (primavera 2011), págs. 63-68.
(6) En octubre de 1664, por decreto real se cede a la institución del Pósito de la Villa de Madrid la casa
de la moneda que el Rey estaba construyendo junto a la puerta de Alcalá: Archivo de Villa (A.V.), Madrid,
Secretaría, leg. 3-128-19. Puesto que el edificio aún estaba sin concluir se adaptó con relativa facilidad a
su nuevo uso, si bien necesitó ampliarse con nuevas infraestructuras propias de dicha empresa. Así, por
ejemplo, ese mismo año se inició la construcción de una tahona con el espacio necesario para albergar tres
grandes piedras que giraban para moler el trigo. (A.V., Secretaría, leg. 3-128- 20). Trece años más tarde se
comenzarían la obras de los hornos que nos ocupan en el presente artículo.
(7) El Excelentísimo don Nicolás Martínez recuerda en una carta del Ayuntamiento cómo ya en 1664 se
propuso construir hornos en el Pósito, «deseando en el acierto en la dirección de la provisión del pan de
esta corte […] lo cual se olvidó luego que cesó la causa y se malogró el efecto y el haber gozado de años
tan abundantes en las cosechas y precios tan acomodados» (A.V., Secretaría, leg. 3-128-21).
(8) El 2 de junio de 1677 don Pedro Núñez de Guzmán, III marqués de Montealegre, conde de
Villahumbrosa y de Castronuevo, como presidente del consejo de Castilla, instó a la Villa de Madrid
para que se «construyan hornos para ocurrir en las ocasiones de falta de Pan, siendo conveniente para el
beneficio público» (A.V., Secretaría, 3-128-21). Sobre el III marqués de Montealegre vid. FAYARD, Janine,
«los ministros del consejo real de Castilla», Hidalguía XXVIII (Madrid, Instituto Salazar y Castro), 163
(noviembre-diciembre 1980), pág. 698. Según Gutiérrez Nieto esta iniciativa fue promovida en último
término por Juan José de Austria, que ese mismo año había tomado el poder, e hizo renacer cierta actividad
industrial con varias obras públicas importantes, entre las que se encuadrarían los hornos de la Villa Nueva.
Vid. GUTIÉRREZ NIETO, Juan Ignacio, «El pensamiento político y social...,» Págs. 300-347. Tanto Juan José de
Austria como el marqués de Montealegre tenían muy presente lo vivido en Sicilia en 1647 y 1648 siendo
virreyes durante estas revueltas Vicente de Guzmán, Marqués de Montealegre (1647) y Juan José de Austria
(1648-1651). Vid. RUIZ RODRÍGUEZ, José Ignacio, Don Juan José de Austria en la Monarquía Hispánica:
entre la Política, el Poder y la Intriga, Madrid, Dykinson, 2007.
(9) Las crisis que a lo largo del siglo XVII generalizaron una profunda depresión económica y social. Este
hecho se fundamentó en los contrastes sociales que se fueron focalizando durante el auge de la economía
castellana del siglo anterior. Vid. ANES, Gonzalo, «La depresión del siglo XVII: cronología y contrastes
regionales», en Las crisis agrarias en la España moderna, Madrid, Taurus, 1970 (2ª ed.1974), págs. 87-107.
(10) Tras varias experiencias de escasez de pan y trigo vividas en años previos, se establecieron diferentes
estrategias para el abastecimiento a la ciudad de este alimento de primera necesidad. El control del mercado
de granos a través del Pósito y el pan de registro, que obligaba a los pueblos del entorno de Madrid a su
provisión, son los principales mecanismos que tuvo el gobierno para controlar su precio. Sin embargo no
siempre fueron suficientes y la escasez de tahonas dentro de la ciudad favoreció el alza de los precios durante
los períodos de carestía. Esto suscitó las protestas de las clases populares, aquellas que habitualmente no
contaban con hornos para hacer su propia cocción; vid. CASTRO, Concepción de, El pan de Madrid. El abasto
de las ciudades españolas del antiguo régimen, Madrid, Alianza, 1987, págs. 190-267.
(11) El marqués de Montealegre pidió a su Majestad que «se liberen a las casas con hornos de pan de
todas las cargas de aposento de corte sin reputárseles por gremio para contribuir en ninguna contribución
personal ni de más y se les darán sitios cómodos para fabricar sus habitaciones» (A.V., Secretaría, 3-128-21).
Además posteriormente se expediría una cedula real para tomar 949 ducados a censo para su construcción
(A.V., Secretaría, 2-123-24).
(12) «Orden del excelentísimo señor Marqués de Monte Alegre y Conde de Villaumbrosa, presidente del
Consejo. Acuerdo de Madrid y Auto de los señores del consejo sobre la fábrica de unos hornos para ocurrir
en las ocasiones de falta de pan» (A.V., Secretaría, 3-128-21).
(13) Manuel del Olmo nació en Pastrana y comenzó a trabajar en la villa de Madrid junto a su hermano
menor José del Olmo, ambos introducidos por don Rodrigo Díaz de Vivar de Silva y Mendoza, IV duque de
Pastrana. En estos momentos Manuel se encontraba trabajando en la obra del convento de las Comendadoras
de Santiago mientras su hermano estaba enzarzado en varios pleitos por la titularidad de la maestría real
como sucesor de Gaspar Peña. Vid. MATEOS CARRETERO, José Antonio, «Cronista Oficial de la Villa de Parla
(Madrid): Bartolomé Hurtado se ve perjudicado en una trama de don Fernando de Valenzuela con José del
Olmo de fondo», XXXII congreso nacional, Madrid, Asociación Española de Cronistas Oficiales (2006),
págs. 185-194.
Fig. 4. Planta para viviendas y hornos realizada por Manuel del Olmo.
A.V., Secretaría, 2-123-24.
(14) El 19 de agosto de 1677 quedaron oficialmente definidas las condiciones con las que se debían de
hacer las viviendas y hornos, presentándose una planta (figura nº 6) general de la vivienda insertada en el
plano de implantación en el definitivo solar. Realizado por Manuel del Olmo (A.V., Secretaría, 2-123-24).
(15) En julio de 1677 surgieron diferentes ideas acerca de la posible ubicación de los hornos: detrás de la
Florida; en la huerta de San Joaquín; cerca del registro entre las puertas de Fuencarral y el portillo de las
Maravillas; en una gran rinconada existente entre la puerta de Santa Bárbara y el convento de los Agustinos
Recoletos; y, finalmente, por encima de los caños de Leganitos hacia la puerta de las Minas. De las cinco
zonas expresadas, según el informe hecho al respecto, esta última situación parece que era la más necesitada
de abastecimiento, dada la lejanía de la entrada habitual del pan en Madrid. (A.V., Secretaría, 3-128-21).
(16) Entre 1629 y 1637 se reconstruyeron en varias ocasiones las tapias que cercaban a Madrid por motivos
sanitarios, si bien esta práctica consistió simplemente en crear un perímetro de seguridad para la ciudad, en
el que se pudiese controlar sus accesos, cerrando a menudo las calles secundarias que abrían directamente
al campo. Sin embargo, en 1642 se renovaron de nuevo estos cerramientos por motivos principalmente
fiscales, reconociendo ya entonces unas casas de registro junto a la puerta de Alcalá propiedad de Antonio
Roldán y Alonso Laso (A.V., Secretaría, 1-139-1). Vid. MOLINA CAMPUZANO, Miguel, Madrid: los siglos sin
plano, Madrid, Fundación Caja Madrid, 2004, vol. 1, págs. 58- 59.
Fue Manuel del Olmo, como «ganador» del concurso, el que proyectó la
implantación de la unidad horno-vivienda en el terreno seleccionado, presentando
para ello un plano completo de todo el nuevo barrio (Fig. 5). El solar, a pesar de
sus buenas condiciones iniciales, era irregular y con una pendiente significativa,
motivo por el cual hubo de modificarse y adaptar el modelo teniendo presentes
circunstancias tan adversas que, en cualquier caso, no hicieron sino resaltar la
versatilidad de la propuesta. En esta ocasión, del Olmo detalló no solo la vivienda
y su ordenación en el entorno elegido, si no que nos proporciona buena informa-
ción de su situación aportando, de paso, la ubicación precisa de construcciones
singulares como la de la puerta de Alcalá y la línea perimetral del recorrido de
las cercas17. Al recinto propuesto, que tenía cabida para un total de cuarenta y dos
hornos, se le añadió en el punto más alto un molino con el que abastecer de agua
(17) En estos momentos la puerta de Alcalá existente era la construida en 1636, según LOPEZOSA APARICIO,
Concepción, «Precisiones y nuevas aportaciones sobre la primitiva Puerta de Alcalá. Del arco de Cajés a
la propuesta de Ardemans», Anales de Historia del Arte, 14 (2004), págs. 181-191. formaba parte de una
serie de proyectos urbanos para el Prado Viejo, entre los cuales se incorporaba parte del camino de Alcalá,
pasando a ser calle. Fue así mismo la dibujada en la planimetría de Teixeira de 1656, si bien el recorrido
del cercado era diferente y más parecido a la reducción de este plano realizada por Gregorio Fosman y
editada por Santiago Hambrona en 1683, que ya recogía la existencia del Pósito. En 1676 se reconocieron
y fortificaron las cercas de Madrid, por lo que pudieron surgir modificaciones, si tenemos en cuenta además
que entonces ya existiría el nuevo Pósito. Vid. MOLINA CAMPUZANO, Miguel, Planos de Madrid de los siglos
XVII y XVIII, Madrid, Fundación Caja Madrid., 2004, págs. 249-289.
(18) Siguiendo la definición que, más de un siglo después, recogería la ciencia ilustrada comprobamos que
por alarife se entendía «lo mismo que Maestro de obras y Arquitecto. Hoy día dan este título las Ciudades
y Villas al Arquitecto o Maestro de obras que eligen para su servicio. […] El que hubiere de ser Alarife,
conviene que sea buen christiano, y que sea sabio en la Geometría». REJÓN DE SILVA, Diego Antonio,
Diccionario de las nobles artes para instrucción de los aficionados y uso de los profesores. Segovia, Imp.
de Antonio Espinosa, 1788, pág. 12.
(19) El reparto para la construcción de los hornos fue de la siguiente manera: Juan de Lobera, 14; Tomás
Román, 3; Luis Román, 3; Francisco Aspur, 3; Marcos López, 3; Bernardino Sánchez, 3; Francisco París,
3; Manuel del Olmo, 2; Manuel Pingarrón, 2; Francisco Mingo, 2; Melchor Zapatero, 2; y Juan de Mena,
2. En el plano de la distribución general del barrio (fig. 5) quedaban ya adjudicadas algunas de las parcelas,
indicándose el nombre del que las debía construir. (A.V., Secretaría, 2-111-2 y 3-128-25).
(20) Juan de Lobera cobró fama y reconocimiento en Madrid gracias a los trabajos que realizó como
arquitecto para la capilla de San Isidro a la muerte de José de Villareal, a quien sustituyó, si bien comenzó
su carrera como carpintero retablista. fue este encargo de los hornos, uno de los primeros de su carrera
madrileña, interviniendo en posteriores ocasiones de nuevo en el propio Pósito. Vid. TOVAR MARTÍN, Virginia,
Arquitectura madrileña del S. XVII: datos para su estudio, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños,
1983.
(21) Del total de 42 viviendas construidas, Juan de Lobera se comprometió a hacer «catorce hornos de cocer
pan y sus viviendas, ejecutados conforme a la traza que el mismo hizo y condiciones puestas por Manuel
del Olmo y Marcos López» (A.V., Secretaría, 2-111-2).
propuesta que finalmente erigiera debería contar con un zaguán común al aire
libre, así como un pozo compartido en el patio trasero. Primero se distribuían las
estancias vivideras junto a una sala que, posiblemente, serviría como despacho
para el pan. En el centro quedaba emplazado el horno en una sala lo suficiente-
mente grande como para poder moverse con comodidad a la hora de introducir la
masa en él con una larga pala. Debe subrayarse aquí cómo esta razón (el espacio
requerido para este movimiento) fue determinante para dimensionar el conjunto
de la vivienda y proporcionar, de paso, las zonas de circulación y servicio. Junto
a esta sala se encontraría el cernedero, donde se tomaba parte el proceso de la
limpieza de impurezas y salvados la harina antes de ser amasada en la artesa,
posteriormente la masa reposaba hasta alcanzar el nivel requerido de fermenta-
ción. Al fondo se localizaban los espacios de servicio: una caballeriza, un corral
y un techado muy amplio para poder almacenar gran cantidad de leña seca, tan
imprescindible para el alimento del horno.
Habida cuenta de la carga laboral e intempestivos horarios del panadero, la
lógica interrelación entre vivienda y espacio de trabajo era esencial. Su vespertino
despertar se aliviaba sobremanera al unir en el mismo espacio trabajo y vivienda,
facilitando así el pronto encendido del horno y preparación de la masa. La casa
no contaba con otra cocina alternativa, por lo que la estancia de trabajo sería, al
tiempo, el centro de la vida doméstica y de la economía familiar. Esta última bien
podía completarse gracias a una serie de ingresos extras producidos por la venta
de la ceniza (necesaria para componer el jabón) así como la fabricación de toda
suerte de bollos, galletas o dulces22.
Retomando la construcción de los hornos, según las condiciones redacta-
das por Manuel del Olmo y Marcos López, los cimientos debían ser de 4 pies
de profundidad (algo más de 1 m) de piedra de pedernal y cal, asentando sobre
ellos los muros de carga que a su vez serían de tapial con hiladas de ladrillo,
y que se encajonarían entre machones del mismo ladrillo de 2 ½ pies (67 cm)
de ancho23. El resto de las estancias deberían ser distribuidas mediante paredes
realizadas de tabique. El horno estaría solado de baldosa y su boca hecha de
piedra berroqueña; contando además con una gran chimenea en la embocadura.
Las cuatro estancias principales quedaban cubiertas con un forjado de bovedilla,
dejando transitable el espacio bajo la techumbre y entorno al horno, mientras
que el resto era cubierto directamente con armaduras de madera y tejas. Los
suelos serían empedrados y todas las paredes tendidas con yeso negro. Estas
(22) La ceniza resultante de la lumbre en los hornos era especialmente buena como detergente, al obtenerse
únicamente de quemar leña y no pajas, hojas u otros restos vegetales. Según Luis Miguel Aparisi la ceniza
se vendía en un local situado en la calle llamada del Cenicero, junto a Atocha: APARISI LAPORTA, Luis Miguel,
«El Pósito», Madrid Histórico (Madrid), 14 (2008), págs. 46-51.
(23) A.V., Secretaría, 2-123-24.
(24) Para un planteamiento general acerca de los distintos saberes ilustrados y su aplicación en distintos
terrenos científicos dentro de la corte madrileña, vid. MADRID, Ciencia y Corte, Madrid, C.S.I.C., 1999.
Durante la Edad Moderna cambió la ordenación urbana de un buen número de ciudades europeas; reflejo de
aquellos cambios, promovidos en gran medida desde las instituciones y la Corona, son los planteamientos
racionales en la construcción. Vid. ZELLER, Olivier, Historia de la Europa urbana: III. La ciudad moderna.
Valencia, Universidad de Valencia, 2010.
(25) Las casas y hornos de Villa Nueva fueron, tras muchas vicisitudes, demolidos y sustituidos en 1867 por
un rico barrio para la nueva burguesía emergente, siguiendo un proyecto urbanístico propuesto por Carlos
María de Castro, dejando únicamente para su recuerdo el nombre de la calle que actualmente subsiste
como de Villanueva. Vid. CASTRO, Carlos María de; BONET CORREA, Antonio (eds.), Plan Castro. Madrid,
C.O.A.M., 1978.
(26) Esta plaza de toros, la que grabará Goya, fue construida por encargo de Fernando VI en 1749, según el
proyecto de Ventura Rodríguez y Fernando Moradillo, participando también en su diseño Sachetti (DIBUJOS
de Arquitectura madrileña de los siglos XVII y XVII. Museo Municipal, Madrid, Ayuntamiento, Área de
cultura, D.L. 1985, págs. 128-129).
(27) Mirando al Prado de Recoletos se encontraba el mesón y bodegón que completaban las funciones del
pósito. Fue construido en 1668 gracias a un acuerdo tomado por la junta del pósito dos años antes (A.V.,
Secretaría, 3-28-18). Tras sopesar distintas ofertas la obra fue adjudicada a Domingo Díaz, siendo el maestro
de obras y alarife Juan de Caramanchel (A.V., Secretaría, 3-128-14).
Fig. 9. Planimetría general del Pósito hacia 1750. Modelado por Borja Vivanco Otero.
obligó a Teodoro de Ardemans, junto con Juan de Pineda, a rediseñar cinco hornos
con sus respectivas viviendas en la primera planta, ocupando el solar de todo lo afec-
tado28. Del mismo modo quedaron registradas numerosas intervenciones encaminadas
al constante mantenimiento del conjunto. De entre aquellas, la más común, fue la
reparación y reedificación de diferentes tramos de las tapias de cerramiento, sobre
todo las referentes a la medianería con la casa jardín del conde de Oñate.
Habría que esperar a la segunda mitad del Setecientos para observar un nue-
vo cambio significativo. El aumento poblacional unido a una dinámica diferente
del mercado del trigo y la harina de Madrid, serían los factores determinantes29.
Hechos que favorecieron la multiplicación en la ciudad de los hornos que tam-
bién disponían de tahona, esto es, que podían moler trigo. Aquello provocó una
significativa disminución en la venta de harina del pósito hasta prácticamente
(28) Dicha orden de reconstrucción fue dada por Francisco Ronquillo, caballero del Consejo de Hacienda y
corregidor de Madrid. Se incluyó entre las obras la ejecución de los tejados destruidos en la «troje» grande,
así como el de las caballerizas y tahonas viejas. Todo ello se valoró en 18.000 ducados de vellón el 25 de
agosto de 1696 (A.V., Secretaría, 0,59-1-4).
(29) Según nos refiere Concepción de Castro, a partir de un período de crisis en torno a 1734 comenzó a
ser más rentable para los panaderos de la villa comprar el trigo fuera de Madrid y molerlo ellos mismos,
antes que abastecerse de la harina al pósito, forzando a los hornos de Villa Nueva a adaptarse también a
estos nuevos cambios. CASTRO, Concepción de, El pan de Madrid, págs. 208-212.
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(30) La nueva alhóndiga se realizó por orden de don Francisco Luján, aposentador mayor de su majestad y
director general del Pósito, según la traza dada por Nicolás de Churriguera en 1745, y fue construida por
Pedro Saturnino de Velasco y Gabriel Puig, terminándose en 1748 (A.V., Secretaría, 2-121-1). Al mismo
tiempo Manuel Molina realizaba las obras para transformar los hornos en tahonas, tasadas en 77.500 reales
de vellón.
(31) El desarrollo urbanístico de los aseos como espacios abiertos acondicionados para propiciar el encuentro
y el esparcimiento, se hicieron muy habituales en muchas ciudades europeas del siglo. XVIII. Suponen una
nueva concepción ritualizada de la práctica social distendida en donde el urbanismo proyecta un paisaje
«amable» de parterres, arboledas y fuentes que discurren junto a hermosos edificios. Además de Madrid,
otras ciudades como Sevilla, Valencia o Zaragoza poseían este tipo de recorridos donde la «buena sociedad»
se daba cita. El célebre Ponz relata ampliamente estos paseos comparándolos con los de otras ciudades
europeas. Vid. PONZ, Antonio, Viaje fuera de España (ed. de Mónica Balufer Peruga), Alicante, Universidad
de Alicante, 2007 (1ª ed. 1785), Vol. 1, carta III, puntos 6 y 14; carta IV, punto 111, 120-127 y carta V punto
7. El paseo representa, además un ideal de convivencia interclasista y así lo reflejaron visitantes extranjeros
en España. Vid. HUERTA CALVO, Javier; PALACIOS, Emilio (eds.), Al margen de la ilustración; cultura popular,
arte y literatura en la España del siglo XVIII, Amsterdam, Rodopi, 1998.
(32) Orden dada por la Real Junta de Abastos, adjuntándose un diseño de cómo debería hacerse y pidiendo
licencia para dicha obra, la cual fue concedida el 5 de abril de 1759 (A.V., Secretaría, 1-45-116).
(33) Mayor atención presto en mi tesis al conjunto de edificios que forman el pósito. En preparación, dirigida
por Javier Ortega Vidal, Dep. Ideación Gráfica Arquitectónica, de la E.T.S.A.M.
Resumen
El hospital de la Misericordia de Madrid fue una fundación de doña Juana de Austria,
última hija del emperador Carlos V e Isabel de Portugal, como una dependencia más
del convento de las Descalzas Reales, también debido a su generosidad. El edificio se
mantuvo en pie hasta mediados del siglo XIX cuando fue derribado al verse afectado
por las leyes desamortizadoras. Un hallazgo en el Archivo Histórico de Protocolos de
Madrid nos permite conocer como estaban amueblados, tanto el propio hospital como
su capilla gracias a un inventario hecho den 1735, reinando ya Felipe V.
Abstract
The hospital of the Clemency of Madrid did one foundation of doña Juana de Aus-
tria, child of emperador Carlos V and Isabel de Portugal, how one dependency more
of the monastery of Decalzas Reales, abo owing to a his generosity. The edifice
subsist up to about the middle of the centuryXIX when did demolished effected by
law disentail. One discovery in the Archivo Histórico de Protocolos de Madrid we
to permit to know all furniture how the chapel, by one inventory of 1735, during
the regnancy Felipe V.
F
ue Doña Juana de Austria, última hija del emperador Carlos V e Isabel de
Portugal, una de las figuras femeninas más destacadas en la escena política
española del siglo XVI. Nacida en Madrid el 24 de junio de 1535, fiesta de
san Juan Bautista, en cuyo honor y en recuerdo de su desdichada abuela la reina
(1) Doña Leonor de Mascareñas nació en la localidad portuguesa de Dalmada el 24 de octubre de 1503
en el seno de una familia de la nobleza local. Muy joven ella y su hermana Beatriz quedaron huérfanas ,
siendo recogidas por el rey don Manuel I O Venturoso, para que fueran damas de compañía de la reina doña
María. En 1536, al contraer matrimonio Carlos V con Isabel de Portugal, doña Leonor Mascareñas pasó a
España como dama de confianza de la emperatriz, hasta tal punto que llegó a ser la segunda madre para
sus hijos. Cuando doña Leonor de Mascareñas se dio cuenta de que su misión en la Corte había finalizado
se retiró al madrileño convento de los Ángeles que ella había fundado en 1563 y en el que falleció el 20
de diciembre de 1584. Sobre la dama portuguesa véase SÁNCHEZ CANTÓN, Francisco Javier, «Doña Leonor
de Mascareñas y fray Juan de la Miseria», Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (Madrid), Vol..
26, nº 2, (1918), págs. 104-115; MARCH, José M. «El aya del rey D. Felipe II y del príncipe D. Carlos, Dª,
Leonor de Mascareñas» Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (Madrid), 46 (1942), págs. 4-23;
ANDRÉS, Gregorio de, «Leonor de Mascreñas, aya de Felipe II y fundadora del convento de los Ángeles en
Madrid», Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), XXXIV (1994), págs. 355-367.
(2) FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel, «La España de Felipe II (1527-1598)», en Historia de España Ramón
Menéndez Pidal, Vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 2002, pág. 231.
(3) FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel, «La España de Felipe II...», pág. 232.
(4) Don Juan Vázquez de Molina (Úbeda hacia 1500- Úbeda 1570) fue sobrino del todopoderoso don
Francisco de los Cobos, secretario y hombre de toda confianza de Carlos V. Don Juan Vázquez de Molina
acompañó como secretario a Carlos V durante su estancia en Flandes desde 1539 a 1545. En aquel último
año regresó a España sucediendo a su tío en la secretaría de estado. Como asesor de doña Juan el hidalgo
ubetense se convirtió en uno de los personajes de más relevancia en la política hispana de la época. En 1550
mandó levantar en su ciudad natal un suntuoso palacio, cuyos planos encargó al gran Andrés de Vandelvira,
(7) VILLACORTA BAÑOS, Antonio, La jesuita Juana de Austria, Barcelona, Aries, 2005.
(8) Sobre doña Juana de Auatria véase FERNÁNDEZ DE RETAMA, Luis, Doña Juana de Austria, gobernadora
de España (1535-1573), Madrid, 1955; YANKO, A., Juana de Austria, reina en la sombra, Barcelona,
Belacqua, 2003.
(9) Sobre la fundación hospitalaria véase QUINTANA, Jerónimo de la, A la muy antigua, noble y coronada
villa de Madrid, Historia de su antigüedad, nobleza y grandeza, tomo II, Madrid, 1629, págs. 447-448.
(10) ÁLVAREZ Y BAENA, José Antonio, Compendio histórico de las grandezas de la coronada villa de Madrid,
Corte de la monarquía de España, Madrid, 1786, págs. 215-216.
(11) PONZ, Antonio, Viage de España, t. V, 3ª ed. Madrid ,1793, págs. 215.216.
(12) MESONERO ROMANOS, Ramón de, Manual de Madrid, Madrid, 1831, pág. 188.
(13) MESONERO ROMANOS, Ramón de, El antiguo Madrid, t. I, Madrid, 1925, pág. 265 (La primera edición
de esta obra es de 1861).
(14) Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (A.H.P.M.), prot. 15.381, Tomás de Villar, fols. 436-439.
Resumen
El artículo da a conocer un importante dibujo de 1760 firmado por el arquitecto
jerónimo Fray Antonio de San José Pontones, para el puente de la Villa del Prado
denominado de La Pedrera.
Abstract
The article shows an important picture from 1760 made by the jeronimous archi-
tecture Fray Antonio de San José Pontones who dit it for the bridge of “La Villa
del Prado” . It was named «Bridge of La Pedrera».
L
as obras públicas –y los puentes en particular—fueron en la España de la
Ilustración las grandes realizaciones del Estado premoderno como fórmula
para lograr el desarrollo económico y el progreso social de la población,
como muy bien conocemos. En este contexto las numerosas aportaciones que sobre
construcción de puentes durante el siglo XVIIII se están realizando corroboran muy
certeramente lo anteriormente expuesto, a la vez que profundizan en los esfuerzos
que las poblaciones particularmente implicadas hicieron en ello.
El largo proceso que inició la Villa del Prado para conseguir un puente per-
manente beneficioso para el comercio, la población y el tráfico en general, es una
buena prueba de ello. Se inició en 1760 y no se concluye hasta 1844.
PROCESO CONSTRUCTIVO
(1) Sobre el arquitecto jerónimo fray Antonio de San José Pontones y el contexto en el que desarrolla
su trabajo teórico y práctico, véase REDONDO CANTERA, Mª José; ARAMBURU-ZABALA, Miguel Ángel, «La
construcción de puentes en el siglo XVIII: innovación y tradición», Actas del Primer Congreso Internacional
de Historia de la Construcción, Madrid, 1996, Cehopu, Cedex, MOPU, Instituto Juan de Herrera, 1996,
págs. 435-443. CORELLA SUÁREZ, Pilar, Puentes Madrileños de la etapa isabelina, conferencia del ciclo El
Madrid de Isabel II, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, núm.10, 1993 , 47 p., ils.
(2) CORELLA SUÁREZ, Pilar, «Trazas y proyectos para puentes toledanos del siglo XVIII», Anales Toledanos
(Toledo, C.S.I.C, Diputación Provincial), XXXIII, (1996), págs. 95-136.
EL DISEÑO
El arquitecto une a su informe el diseño del plan del puente que va unido
al expediente:
Dibujo sobre papel verjurado, tinta china negra, sin color.
Escala de 25 pies y pitipié para la primera y segunda figura; escala de 120 pies
y pitipié para la figura tercera.
Formato: 275 X 430 mm.
Cronología: 1760, 22 de noviembre en Tordesillas.
Procedencia: Archivo Histórico Nacional.
Mss: «Figura Primera// Figura Segunda // pitipié para primera y segunda figura
LA TASACIÓN
Resumen
Las declaraciones de pobreza son un tipo documental poco estudiado y citado por
los investigadores, pero claves para el estudio de la Historia social de Madrid al
final del Antiguo Régimen. En el presente artículo se describen y se critican como
fuente histórica situándolas en su contexto y confrontando su uso frecuente por parte
de los menesterosos con la opinión que merecen a coetáneos de posición acomo-
dada. Para ello se seleccionan las correspondientes a los Hospitales General y de
la Pasión de Madrid en el periodo 1767-1808. Se analiza su naturaleza y validez
jurídica, en relación con la legislación del Antiguo Régimen y con los Manuales de
Escribano. También se muestra el nivel social de sus otorgantes, ofreciendo datos
generales sobre su contenido.
Abstract
Declarations of poverty make a documentary kind that has been scarcely used and
referenced by researchers, althought they are crucial for social History studies
dedicated to Madrid at the end of the Ancient Regime. In this paper, declarations
of poverty are depicted and criticized as historical sources. Its frequent use by
poor people and the oposition shown by gentry against them, are also put face to
face. In order to do this, declarations from Hospitales General and de la Pasión at
Madrid, from 1767 to 1808, have been selected. Their suitability and legal validity,
according to Ancient Regime spanish laws and Manuales de Escribano are analyzed.
This paper also shows the social position of the people who signed them, as well
as some of their content.
L
as declaraciones de pobreza no son «sino una invención diabólica para usur-
par con ello totalmente las limosnas de mandas forzosas de Santos Lugares
de Jerusalén, redención de Cautivos y Reales Hospitales General y Pasión
de esta Corte, que se dejaban en testamentos, y el derecho parroquial de ofrenda,
cuanto se pudiese» 1. Así se expresa José Gil y Olmo en la representación que da
origen al expediente formado en virtud de la orden del Consejo de 1 de diciembre
de 1804. Gil y Olmo, abogado del Colegio de la Corte y formado en Alcalá de
Henares, plantea la necesidad de prohibir la práctica que reconoce extendida en
Madrid, de hacer declaración de pobreza en lugar de formal testamento. Trabajó con
reputados abogados de la Corte como Antonio Cano y Álvaro Martínez de Rozas y
ejerció como alcalde de barrio durante catorce años hasta 1799 inclusive. Para Gil
y Olmo las declaraciones de pobreza son una subversión del legítimo testamento y
sólo tienen como objetivo el fraude y el engaño. Para formar su juicio recogió las
opiniones de sus maestros y consultó con los párrocos y teólogos Antonio Frutos,
Francisco Conque y Luis Delgado, curas de las parroquias de S. Sebastián, S.
Ginés y S. Andrés, que fueron quienes sugirieron el origen diabólico de la treta
que para ellos suponían las declaraciones, al privar a la Iglesia del necesario y le-
gítimo ingreso2. Le asombra al abogado que la gente sea tan mezquina en la hora
de la muerte, puesto que todos esos derechos para fines tan piadosos eran «muy
cortos»: nos habla de ocho a diez reales, por norma general y de un máximo de
cien ducados al difunto más rico, en el caso del derecho parroquial, al no haber
diezmos en Madrid. No sólo son perjudiciales para la Iglesia, sino también para la
Corona; por Real Cédula de 25 de septiembre de 1798 se había asignado el pago a
la Hacienda Real del 6% sobre legados y herencias a personas extrañas, por lo que
también se vería privada de ingresos3. Este aumento fiscal es para Gil y Olmo la
causa de que hubiera «dimanado el mayor desorden de Declaraciones de pobre que
desde entonces se hacen para usurpar los derechos… que puedan pertenecer a V.M.
por dichas herencias». Además pide su prohibición porque son «desconocidas por
las Leyes» e incluso perjudiciales para los herederos: al recibir de sus antepasados
una manifestación de pobreza, cuando los descendientes deseen solicitar pruebas
para caballeros de hábito, encontrarán una mancha en su expediente. Y no porque
sea deshonor ser pobre, «porque no todos pueden ser ricos», sino porque «cuando
(1) Archivo Histórico Nacional (A.H.N.), Consejos, Libro 1.396. Agradezco sinceramente a Fernando Vivo
la aportación de esa fuente de gran importancia para el trabajo realizado, lo que prueba aquello de que la
información es poder, sobre todo si se comparte.
(2) Y no se equivocaba, ya que cerca del 75% de las rentas de las iglesias madrileñas provenían de entierros,
misas de difuntos y derechos funerarios. LÓPEZ GARCÍA, José Miguel (dir.), El impacto de la Corte en
Castilla. Madrid y su territorio en la época moderna., Madrid, Siglo XXI, 1998, págs. 218-219.
(3) Que luego sería moderado al 4% por otra Real Cédula del 25 de septiembre de 1800.
(4) A partir de 1789 no se recoge siempre el segundo apellido del declarante, aunque se conoce porque
aparece reflejado en los datos de la madre.
(5) «Tomando por mi intercesora y protectora a la siempre Virgen e inmaculada serenísima Reina de los
Ángeles María Santísima Madre de Dios y Señora nuestra, al Sto. Ángel mi Custodio, los de mi nombre y
devoción y demás corte celestial para que impetren de nuestro Señor y redentor Jesucristo que por los infinitos
méritos de su preciosísima Vida Pasión y muerte me perdone todas mis culpas, y lleve mi Alma a gozar de
su beatífica presencia». Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (A.H.P.M.), prot. 24.826, 12 de febrero.
(6) «Declaro que por la calamidad e injuria de los tiempos me hallo muy pobre por lo que suplico al Señor
Cura Propio o su teniente de la parroquia en donde actualmente soy parroquiano o al de donde lo sea al
tiempo de mi muerte, me mande enterrar de limosna y haga por mi Alma todo el bien que pueda pues así
lo espero de su cristiana Piedad, entendiéndose esto mismo en caso de que mi fallecimiento se verifique en
ese Sto. Hospital dándose sepultura a mi Cuerpo cadáver según y como se acostumbre con otros de igual
clase en su Campo Santo». Se puede apreciar cómo hace declaración para un futuro temporal de mayor
recorrido. A.H.P.M., prot. 24.826.
Por más que Gil y Olmo se empeñe en decir lo contrario en su pleito, las
declaraciones de pobreza son testamentos. Cumplen con las formalidades y los re-
quisitos que la irregular legislación del Antiguo Régimen pide y se hacen mirando
hacia ella, nunca de espaldas. Lo complejo es clarificar su forma y su origen, a la
vista de la heterogeneidad que evidencia la propia documentación. Esto nos obliga
a revisar el problema desde el punto de vista de la Historia de la práctica del De-
recho, mas que desde la Historia del Derecho en sí.
La historia del testamento en los territorios hispánicos es larga y, como
tantas otras cosas, empieza en Roma9. Será durante la Baja Edad Media cuando se
clarifiquen las formas antiguas y el testamento adquiera las dos modalidades dife-
renciadas que nos interesan especialmente: el testamento nuncupativo o verbal, y el
escrito. El testamento nuncupativo se hace de viva voz ante testigos, y en su caso
también ante el escribano, cuya presencia es requerida a lo largo de todo el proceso
de establecimiento del mismo. Luego se recogerá por escrito, firmando los testigos.
El testamento escrito lo redacta el testador, bien por su mano, bien por medio de
otra persona que se lo escribe, y lo que se autentifica como testamento es el docu-
mento que el otorgante identifica como tal. Sobre ese documento es sobre el que
se van a aplicar las solemnidades de los testigos y el escribano. El Ordenamiento
jurídico de Montalvo (1484), recoge las variedades que adoptan los testamentos:
(7) Por ejemplo, junto a la introducción de la intercesión que se ha citado anteriormente se añade en las
declaraciones la siguiente expresión: «resolver con maduro acuerdo y reflexión todo lo concerniente al
descargo de mi conciencia evitando con claridad las dudas y pleitos que por su defecto pueden suscitarse
después de mi fallecimiento y no tener a la hora de este algún cuidado temporal que me obste pedir a
Dios de todas venas la remisión que espero de mis pecados». Esta fórmula que aparece y desaparece en
un periodo de varios años corresponde, pensamos, a un estilo particular del escribano asignado al Hospital.
A.H.P.M., prot. 24.826.
(8) De hecho solo hay diez entre las estudiadas (0,17%). Se encuentran solamente entre los años 1790 y
1801.
(9) Sobre la evolución de las formas testamentarias, consúltese: MARTOS CALABRÚS, María Angustias,
Aproximación histórica a las solemnidades del testamento público, Almería, Universidad de Almería, 1998.
(10) Es el caso, entre otros, del testamento de Luis de Tellechea, que fallece el 8 de noviembre de 1777
a las seis de la madrugada. Había sido llamado el capellán de agonizantes del Hospital General, Santiago
Canosa, que tras darle los sacramentos procede a registrar la última voluntad. Más tarde el Juez Conservador
de los Hospitales instruye un auto por el cual se recoge el testimonio del capellán y seis testigos más que
confirman lo sucedido. A.H.P.M., prot. 24.813, fols. 9 a 23.
(11) PAGAROLAS SABATÉS, Láurea, Los archivos notariales, Gijón, Trea, 2007, pág. 14.
(12) Novísima Recopilación, Lib. X, Tit. XXIII, Ley I.
(13) Novísima Recopilación, Lib. X, Tit. XXIV, Ley I.
(16) ARANDA MENDIAZ, Manuel, El hombre del siglo XVIII en Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria:
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1993, pág. 17.
(17) Lib. V, Tít. 8, Ley 12 de la Recopilación y Lib. X, Tít. 22, Ley 1 de la Novísima.
(18) TOMÁS Y VALIENTE, Francisco, «La sucesión de quien muere sin parientes y sin disponer de sus bienes»,
Anuario de Historia del Derecho Español, XXXVI (1966), pág. 227.
(19) TOMÁS Y VALIENTE, Francisco, «La sucesión...», pág. 233.
En los reinos del «se acata pero no se cumple», una cosa es publicar prag-
máticas y decretos y otra es que se apliquen. Por eso es necesario conocer cómo la
teoría jurídica se llevaba o no a la práctica. Los manuales de escribano nos pueden
dar una pista. Se trata de libros que recogen instrucciones, recomendaciones, incluso
ayuda y guía para aprobar los exámenes y así conseguir el empleo. Manuales de esta
naturaleza, realizados por diversos autores, se conservan en la Biblioteca Nacional.
González de Villarroel (1661), recoge y confirma la mayor parte de lo
expuesto hasta aquí. Cita la Tercera Ley de Toro, los siete testigos, y desarrolla
la forma que ha de tener el testamento abierto21. Diego de Ribera (1617) ya lo
había apuntado, tomando también las Partidas como referencia y añadiendo que
éstas facultan al parroquiano a ser enterrado en su parroquia si no hubiese elegi-
do sepultura en otra iglesia o monasterio22. Mucho más interesante es la Cartilla
con una instrucción a los escribanos del Reino, ahora nuevamente enmendada, Madrid, 1617, págs. 7 y sigs.
Muy similar contenido tiene el de GONZÁLEZ DE TORNEO, Francisco, Práctica de escribanos: que contiene
la judicial y orden de examinar testigos en causas civiles y hidalguías y causas criminales y escrituras
públicas, Madrid, 1664.
(23) ROS, Carlos, Cartilla real, teórica práctica, según leyes reales de Castilla, para escribanos públicos
enmendada, y añadida, Madrid, 1765, tomo II, págs. 4 y sigs.
(24) ROS, Carlos, Cartilla real..., pág. 18.
(25) JUAN Y COLOM, José, Instrucción de escribanos en orden a lo judicial. Utilísima también para
Procuradores y Litigantes. Instrucción jurídica de escribanos Abogados y Jueces Ordinarios de Juzgados
inferiores, Madrid, 1766, págs. 209 y sigs.
(26) JUAN Y COLOM, José, Instrucción..., pág. 209.
(27) Novísima Recopilación, Lib. X, Tít. 24. apdos. 54, 82 y 83.
(28) Constituciones y ordenanzas para el gobierno de los Reales Hospitales general y de la Pasión de
Madrid, Madrid, 1760, pág. 28.
(29) El capellán de los Hospitales Manuel Díaz Carrillo, deja en su testamento seis reales a las mandas para
Jerusalén y lo que manda S. M. para los Hospitales, A.H.P.M., prot. 24.807, fols. 435-38.
(30) Según consta en los cuatro formularios de liquidación de gastos de entierro de otros tantos fallecidos
del Hospital general. De ellos una hizo testamento y los otros tres murieron sin testar. A.R.C.M. Diputación,
Leg. 5.186.
(31) Estas cantidades se encuentran bastante en línea de lo que los expertos ofrecen para entierros en Madrid
fuera del General: entre 120 y 158 reales para un entierro muy sencillo, en 1767, según GALÁN CABILLA,
José Luis, «Madrid y los cementerios en el siglo XVIII», en EQUIPO MADRID DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, Carlos
III y la Ilustración, Madrid, 1988, págs. 255-295. No solo nos proporciona esta valiosa información, sino
que se hace un recorrido ilustrativo por la problemática del negocio de la muerte.
(32) Según SOUBEYROUX, Jacques, Paupérisme et rapports sociaux à Madrid au XVIIIème siècle, vol. I,
Lille, 1978, pág. 62. Aunque los datos que recoge son los del catastro de Ensenada, afirma que su evolución
hasta el final del siglo estuvo caracterizada por el estancamiento. Otra estimación que habla de 4,5 reales
de sueldo para los criados se ofrece en LÓPEZ GARCÍA, José Miguel, El motín contra Esquilache. Crisis y
protesta popular en el Madrid del siglo XVIII, Madrid, Alianza, 2006, pág. 27.
(33) La estimación que hemos llevado a cabo utilizando la documentación de archivo consultada se
compadece bastante bien con otras estimaciones de los expertos, como la recogida en PINTO CRESPO, Virgilio,
«La Iglesia, organización y presencia», en MADRAZO, Santos; PINTO, Virgilio (dirs.), Atlas Histórico de la
ciudad de Madrid, Madrid, Lunwerg, 1995, pág. 309.
(35) En realidad ya ocurría así: en los libros de defunciones parroquiales, muchos de los pobres de
solemnidad aparecen como ab intestato; vid. CARBAJO ISLA, María F., La población de la villa de Madrid
Desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX, Madrid, Siglo XXI, 1987, pág. 11.
(41) L ÓPEZ G ARCÍA , José Miguel (dir.), El impacto..., pág. 437; N IETO S ÁNCHEZ , José Antolín, «La
conflictividad laboral en Madrid, durante el siglo XVII», en Actas del I congreso de jóvenes geógrafos e
historiadores, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1990, págs. 252 y 253.
(42) ALLOZA APARIACIO, Ángel, et al., «Prevenir y reprimir. Abastecimiento y orden público en el Madrid
del siglo XVIII», en I Simposio Internacional sobre Historia del Centro Histórico de la Ciudad de México:
El impacto de las reformas borbónicas en la estructura de las ciudades. Un enfoque comparativo, México,
2001, págs. 51-79.
(43) ALLOZA APARIACIO, Ángel, et al., «Prevenir...».
(44) BERBEITO, José María, «La Corte Barroca, 1600-1665», en MADRAZO, Santos; PINTO, Virgilio (dirs.):
Atlas Histórico..., pág. 43.
(45) LÓPEZ GARCÍA, José Miguel, El motín..., pág. 35.
(46) LÓPEZ GARCÍA, José Miguel, El motín..., págs. 112 y sigs.
(47) Los datos no pueden ser más elocuentes: el 81,22% de la superficie edificable en 1751 estaba en
manos de las elites urbanas, así como el 48,27% de las casas, lo que provocó que solo el 3% de los vecinos
tuvieran casa en Madrid, mientras en 97% restante vivía de alquiler, como se muestra en LÓPEZ GARCÍA, José
Miguel, «El henchimiento de Madrid. La capital de la monarquía hispánica en los siglos XVII y XVIII»,
en CAPITALES y corte en la historia de España, Valladolid, 2003, págs. 45-104.
(48) SOUBEYROUX, Jacques, Paupérisme..., págs. 60 y sigs.
(49) Ejemplifica muy bien lo que queremos decir la propuesta en esta línea recogida en BRAVO LOZANO,
Jesús, «Mendicidad y cultura de la pauperización», Torre de los Lujanes, 51 (2003), págs. 73-86. Cuando a
finales del siglo XVII el propio aparato burocrático concede la exención de impuestos y la libertad a pobres
hombres encarcelados por no pagar impuestos municipales.
(50) A.H.P.M., prot. 24.810, fol. 51.
(51) A.H.P.M., prot. 24.810, fol. 44.
(55) Tal es el caso de María Baión, hija que Clara Baión dejó en la Inclusa dos años atrás, y a la que si
viviera aún, lega sus bienes. O del hijo de Lorenza Gallego, cuyo nombre ni cita y del que ignora si vive
o no, al que su marido y ella dejaron en la inclusa de Toledo. O el de Manuela Viana, que tampoco sabe
si ha fallecido y que dejó con sus padres. A.H.P.M., prot. 24.807, fol. 203 y prot., 24.903, fols. 171 y 194
respectivamente.
(56) NIETO SÁNCHEZ, José Antolín, «Asociacion y conflictividad laboral en el Madrid del XVII», en NIETO
SÁNCHEZ J.A.; LÓPEZ BARAHONA, V. (eds.), El trabajo en la encrucijada. Artesanos urbanos en la Europa
de la Edad Moderna, Madrid, 1997, págs. 248-287.
(57) Aunque el ámbito urbano era el más propicio para este primitivo asociacionismo de los trabajadores,
hay algún caso curioso en el campo, como el de la Comunidad de Daroca, surgido en el siglo XVII y que
prosiguió activo hasta el siglo XIX, como puede comprobarse en JARQUE MARTÍNEZ, Encarna, «Reparar la
pobreza», en UBIETO, Agustín (ed.), II jornadas sobre Aragón en el siglo XXI, Zaragoza, 2001, págs. 589-602.
Para el periodo anterior al motín de 1766, consultar LÓPEZ GARCÍA, José Miguel, El motín..., págs. 66 y 88.
(58) NIETO SÁNCHEZ J.A.; LÓPEZ BARAHONA, V. (eds.), El trabajo..., pág. 262.
7. CONCLUSIÓN
Las declaraciones de pobreza son una fuente de gran interés para el estudio
de la Historia Social de Madrid en la Edad Moderna. Con esta reflexión crítica
sobre su forma, contenido y validez como fuente histórica pretendemos brindar
a los investigadores una herramienta más de trabajo para comprender el Madrid
del Antiguo Régimen. Lejos de ser documentos marginales, son textos con valor
legal y reconocimiento jurídico en la época. Además corresponden en su inmensa
mayoría a verdaderos pobres. Por tanto, sirvan estas páginas para que en el futuro
se extienda su uso como fuente de conocimiento sobre los componentes del estado
llano en el Madrid del Antiguo Régimen63.
(62) FERNÁNDEZ MARTÍN, Luis, La asistencia social en Valladolid, siglos XVI-XVIII, Valladolid, Universidad,
1999, pág. 7.
(63) Un desarrollo mayor de la cuestión se encuentra en SÁNCHEZ ESCOBAR, Fernando M., Con el último
aliento. Las declaraciones de pobreza en los Hospitales General y de la Pasión de Madrid (1767-1808),
Madrid, Trabajo de investigación del Máster Monarquía de España (UAM), 2009.
Resumen
La crisis de subsistencia de 1803-1805 se manifestó en Madrid agravando las
dificultades de las autoridades locales por asegurar el suministro de géneros ali-
menticios, especialmente pan, y carbón a la población de la ciudad. La política
seguida entonces muestra las fricciones entre los órganos de gobierno locales y
el poder central, el Consejo de Castilla, para asegurarse el control de los caudales
empleados en los abastos. Por otra parte, las necesidades del momento también
dieron lugar a la presentación de varios planes en la línea del arbitrismo del siglo
XVIII; más allá de la viabilidad de tales proyectos, lo más interesante es que se
pone de manifiesto una vez más las tensiones entre el dirigismo y la libertad de
la economía. La crisis también empeoró la situación de las masas más desfavore-
cidas, y también en la política de asistencia/represión de la pobreza se notan los
mismos planteamientos tradicionales del intervencionismo ilustrado.
Abstract
The subsistence crisis of the years 1803-1805 showed itself in Madrid by ag-
gravating the task of local powers in order to grant the supplies of foodstuffs,
mainly bread, and coal. The policy then undertaken shows the frictions between
local powers and central government, i.e. the Consejo de Castilla, in order to
retain control of the wealth spent on provisions. On the other hand, the needs of
the moment gave rise to several plans in the line of the 18th century arbitrismo;
beyond the feasibility of such projects, it is interesting to remark once more
the tensions between dirigisme and free economy. The crisis also empaired
the situation of the poorest classes, and in the policy of relief/repression of
poverty there can be seen the same approach typical of the Enlightenment
authoritarianism.
(1) CARO LÓPEZ, Ceferino, «Tensiones sociales en Madrid a principios del siglo XIX», Anales del Instituto
de Estudios Madrileños, XLVII (2007), págs. 211-269.
(2) CENSO de la población de España en el año de 1797 [ed. facsimilar], Madrid, INE, 1992. RINGROSE,
D., «Madrid y Castilla 1560-1850», Moneda y Crédito, 111 (1969), pág. 67; ——, Madrid y la economía
española, 1560-1850, Madrid, Alianza, 1985. Para los problemas de abasto y las hambrunas de los años
inmediatamente sucesivos, véanse los trabajos de ESPADAS BURGOS, M., «El hambre de 1812 en Madrid»,
Hispania. 110 (1968), págs. 594-623; ——, «Hambre, mendicidad y epidemia en Madrid (1812-1823)»,
Anales del Instituto de Estudios Madrileños VIII (1972), págs. 371-393.
(3) Expediente sobre proporcionar arbitrios para restablecer el fondo del Pósito de Madrid, Archivo
Histórico Nacional (AHN), Consejos, leg. 11926/3.
(4) MARÍN, Marcos, Sobre abastos de Madrid. Se copia lo dicho en este grave asunto en el Discurso
“Ciencia de Estado” de 24 de Diciembre de 92, exornado con notas, según las circunstancias del día. 31/
XII/1793. AHN, Estado, leg 3251/2.
(5) Expediente ... sobre que por las Administraciones, Contadurías, Tesorerías y demás Oficinas del Abasto,
se les [a los diputados y personeros del común de Madrid] franqueen las razones o noticias que pidiesen
relativas a la Administración y estado de los Abastos. 17/IV/1797. AHN, Consejos, leg. 1752/1.
De hecho, en un pasado no tan remoto por esa vía llegaban a Madrid vigas
de hasta setenta pies; naturalmente serían necesarios trabajos de preparación del
(8) Expediente causado sobre el arreglo y colocación de puestos en la Plaza Mayor para la venta de
géneros comestibles. Cajones de la Plaza Mayor. 12 de octubre de 1803. AHN, Consejos, legs. 9393 y 9421.
(9) Estado que tenían los abastos de carnes y carbón en el año anterior desde 1802 a 1803 comparados
Es importante notar también que para evitar el déficit no se veía más po-
sibilidad que la de vender los géneros del abasto «a costo y costas con una leve
ganancia», lo que conllevaba la propuesta de una subida en el precio de los géneros.
El Hospital General arrastraba una deuda de dos millones de reales solo de la carne
que repartía, y se proponía que la pagara diariamente; subía también el precio del
carbón, en una visión puramente economicista de un servicio público:
con los del presente de 1804 en iguales épocas de 31 de agosto, como también el que actualmente tienen
los restantes ramos de tocino, aceite, jabón, bacalao y velas de sebo. AHN, Consejos, leg. 6061/170.
Sólo podía lamentar las críticas circunstancias del momento, «en las que
por una combinación de causas particulares tienen los comerciantes la facilidad de
hacer unas exorbitantes ganancias en el agio, es sumamente difícil que haya quien
emprenda la especulación de abastecer a Madrid de los ramos que comprendan los
abastos porque en ningunos de ellos hallará el especulador ni tan cómoda ganancia
como en el agio». Por si fuera poco, también era obstáculo al abasto a gran escala
la exigüidad de los capitales de quienes se dedicaban a ese tráfico. Así que el di-
lema era de pura economía política: por una parte la crisis era terreno fértil para
la especulación y por otra no se podía hacer frente a las maniobras especulativas
porque no había capitales suficientes para emprender maniobras a gran escala. Las
determinaciones del Consejo entre otras cosas echaban la culpa de la carestía, o
al menos de los problemas del abasto de Madrid a los especuladores y no a la
caída de la producción, y por eso reconocía que la libertad absoluta de comercio,
a la que miraba con simpatía, tendría efectos positivos pero no podía obviar que
ello ocurriría «siempre que el Gobierno esté a la mira» para impedir la creación
de monopolios. En realidad el Consejo en sus análisis había llegado a acercarse al
cargo de esta Villa», de las cuentas y las previsiones, había preparado un documento
fechado en 20 de octubre que tiene todo el aspecto de una propuesta de reforma
radical, preguntándose «de dónde han de venir las provisiones y a qué precios, y
finalmente cuál es el sistema de administración en los abastos, los defectos que el
Consejo comprende en ella, y e modo de corregirlos, lo que habría de ejecutarse
en breves explicaciones, pues no quiere S. M. que se pierda tiempo en referir cosas
no esenciales». Una vez más se inquiría sobre «qué gobierno de política [policía]
se halla establecido en Madrid», con qué sistema y cuáles eran «los excesos más
reparables y cuál su más eficaz remedio». Finalmente, «es también la real voluntad
saber qué juicio forma el Consejo de la multitud de extranjeros que residen en esta
Villa, y si en observancia de las órdenes de S. M. se les mandase salir qué efectos
podrían esperarse». Esta última consideración es de gran importancia porque pre-
supone que los movimientos de deportación aplicados en 1804 ya se consideraban
in pectore una solución posible varios años antes.
803.000
703.000
603.000
2 503.000
403.000
-2301000
203.000
103.000
O
(15) Estado de las fanegas de trigo que había en el real pósito en 16 de enero de 1804, las conducidas desde
diferentes puntos desde dicho día, hasta 31 de agosto próximo pasado, el valor de lo que existía y la costa
de lo conducido con inclusión del principal, gastos y portes. 1/IX/1804. AHN, Consejos, leg. 6061/170.
(16) Nota de haberse advertido en la Plaza Mayor Plazuelas y Puestos de esta Corte escasez de pan, con
especialidad del candeal, por lo cual el Sr. Gobernador de la Sala manifestó no podía firmar el Pliego
diario, y lo demás ocurrido en el asunto. AHN, Consejos, libro 1391/368.
(17) RC 9/XI/1801 Por la cual se nombra a Don Gabriel de Achutegui, fiscal de él [Consejo] por
Juez Conservador de la nueva Compañía de Panaderos, para que cele y cuide e la observancia de las
condiciones, bajo las cuales se han obligado éstos a abastecer de Pan al Público de Madrid, y lo demás
que se expresa.
Tras los tumultos del pan desde la mañana siguiente se hizo más severa la
vigilancia de los vecinos. Se ordenó a los alcaldes que hicieran la ronda de noche
y los de cuartel debían hacer lo que los de barrio, «particularmente en las inmedia-
ciones de los cajones nuevamente construidos para la venta de pan», señal de que
los ánimos no estaban en paz; incluso el capitán general de la plaza debía asegurar
patrullas de soldados para velar por el orden público. También se publicó el bando
que imponía la presencia de una balanza en cada puesto para verificar que el pan se
vendía a su justo peso. De los resultados de las pesquisas policiales habla el hecho
de que cinco días después de los tumultos había varios detenidos, de los que cuatro
fueron condenados a trabajos en el Camino Imperial por un año y desterrados de
la Corte por diez; ocho más fueron mandados al Real Hospicio por dos y cuatro
(18) Cajones del Pan. Oficio del Sr. D. Gabriel de Achutegui en que mienta otro del Exmo. Sr. Gobernador
del Consejo en que manda que dicho Dr. Achutegui provea lo que estime por conveniente en cuanto a la
colocación de Cajones para la Venta del Pan 30/I/1802. AHN, Consejos, libro 1391/1316; Lo ocurrido con
motivo de no haber suficiente abasto de Pan y providencias tomadas sobre el asunto. AHN, Consejos, libro
1392 ff. 1385-1386; ESPADAS BURGOS, M., «El hambre de 1812 en Madrid», Hispania, 110 (1968), págs.
594-623; AHN, Estado, leg. 3180-I/17/9,10
(19) AHN, Consejos, libro 1392/691; Papeles relativos al señalamiento de puestos para la venta de géneros
comestibles. AHN, Consejos, leg. 11926/3.
(20) Bando 15/VII/1803 en Bandos y edictos de policía. AHN, Consejos, leg 11926/2.
(21) Este punto es objeto de un estudio en curso sobre la política de socorro al mundo rural durante la crisis
de subsistencia de 1803-1805. La prohibición de extraer trigo de Madrid se ratificó por RO de 1 de enero
de 1804. AHN Consejos, leg. 2408/16.
(22) Expediente formado en virtud de decreto del Consejo en que a propuesta de S. E. el Gobernador
acordó expedir una circular a todos los pueblos del rastro de Madrid para asegurar en ellos el abasto de
pan, y fomentar la panadería. Nota. De este expediente la circular de 6 de agosto de 1804 para el Rastro
de Madrid. AHN, Consejos, leg. 2486/2.
Además de esto, se habían buscado trigos aún más lejos: en las plazas de
Hamburgo y Danzig estaban acopiadas otras 232.000 fanegas, y tenían apalabrados
2.000 lastes «que por la medida de Hamburgo componen 116.000 fanegas» más.
De lo comprado en dichas plazas está mucho navegando a los puertos de San-
tander, Bilbao, Cádiz y Sevilla para el surtido de Madrid y al Reino en la parte
que no se necesite para la Corte. También han llegado dos cargamentos a la
(23) Razón del Trigo y Harina que tiene acopiado el Pósito de Madrid y existente dentro de sus paneras,
y en las de otros Pueblos, en el día de la fecha con la distinción siguiente. AHN, Consejos, leg. 6061/170.
Eso no podía ser, según él, porque el trigo era producto anual, pues también
aceite y vino se cogían una vez al año; «Y ¿qué influencia puede tener esto sobre
el monopolio, por qué la escasez del año que viene no puede quitar abundancia de
éste? Que el labrador, se dirá, el negociante y el panadero lo guarden para el año
siguiente con la esperanza de venderlo más caro». Se contestaba él mismo diciendo
que no todos acaparaban y que algunos sólo guardaban cuando había excedentes,
por lo que en lugar de un monopolio, es decir un mal, había en realidad una ad-
mirable economía:
O si, temiendo la escasez del año venidero, dan el cosechero, o el negociante
mayor precio a los granos , esto es seguir el orden natural, y necesario del
comercio, según el cual no sólo la abundancia y la escasez actual, sino la que
amenaza de cerca hace bajar o subir el precio de las cosas; porque también
en economía es cierto el principio de los pragmáticos spes est in bonis, o al
contrario.
Así que lo que había que hacer era abandonar el asunto «a la suerte necesaria
del comercio y despreocuparse de otra escasez o carestía que la que naturalmente
deben producir las cosechas, pero nunca de una falta de surtido que pueda dar
(27) [N.del A.]: El cálculo se ha formado suponiendo que cada fanega da veinte y cinco panes, que un
pan sirve para dos personas, y que la población de España es de diez millones de almas; es decir, sobre
los datos más bajos.
Las compras públicas del pósito alarmaban a los labradores y hacían que los
precios subieran mientras que los comerciantes hacían compras secretas y por ello
más económicas. Para el fiscal, contrario a la intervención pública, no convenía que
el gobierno se encargara de negociar el pan, ya total, ya parcialmente; porque entre
otros perjuicios arriba mencionados encontraba uno
[...] de grande consideración, y es que el público suele mirar con mal ojo sus
operaciones, especialmente en tiempo de carestía; y si no hay suma abundancia
en medio de ella o baratura de precio, lo refiere o a la ineficacia de las medidas,
o a fraudes en la administración. De uno y otro modo se desacredita el Gobierno
y se expone a consecuencias muy serias.
(28) Perruno, «Pan muy moreno hecho de harina sin cerner, que ordinariamente se da a los perros»
(DRAE).
(29) Pegujalero: «Labrador que tiene poca siembra o labor; Ganadero que tiene poco ganado»
(DRAE).
Parece haber sido una tradición que en todas las crisis de subsistencia del
Antiguo Régimen molineros y panaderos hayan sido el objeto de las iras populares,
pero en la crisis de 1803-1805 también los gobernantes miraban a los tahoneros con
cierta suspicacia, como las medidas del período dejan entrever, al intentar evitar
acaparamiento y especulación con los precios de los granos, de las que se encargaba
la Junta de Ministros supervisora del abasto de pan. El informe de Juan de Morales
al Consejo de Castilla de 22 de junio de 1801 ya indicaba que de faltar pan por la
mañana los panaderos de candeal debían asegurar el surtido para el resto del día.
El método común era hornear tres, cuatro o incluso cinco veces al día y
[...] la parte mayor la envían por la mañana muy temprano a la Plaza Mayor y
puestos públicos porque es la hora en que por lo general se surten todos de las
prevenciones necesarias; de las diez y media a las doce vuelven a llevar pan a
los puestos y tiendas, y cerca de puesta del sol hacen su última remesa cuya
repetición de actos hace que esté continuamente abastecido el pueblo o que si
en esta clase de pan se experimenta escasez o falta sea de cortísima duración
[...]. No por eso dirá a V. E. que esta clase de pan esté sobrante como el español
pues ya por la corta diferencia de un cuarto ya porque este pueblo no es compa-
rable a otro, pues he visto peones de albañil comprar el pan de suscripción, ya
también por la aprehensión de que es mejor el candeal que el español, hacen un
pan que si no excede a el mejor candeal, se dedican todos a esta clase y éstas
son las causas de que algunas veces escasee y para remediarla hoy se ha dado
el todo del repartimiento a cuantos han manifestado no tener trigo.
Hay que tener en cuenta también que por orden del gobernador del Consejo
en 19 de julio de 1800 y la siguiente Real Orden de 2 de junio de 1801 se había ex-
Origen Número
Astorga 24
Ávila 14
Badajoz 4
Barcelona 7
América 3
Otros extranjeros 3
Total 1.160
En esa fecha había 373 hombres, 208 muchachos y 26 niños y 361 mujeres
y 192 muchachas44.
Huelga decir que, dada la miseria general, cerrar las puertas de Madrid era
una empresa inviable por mucho que el intendente de la provincia, don Pedro de
Mora y Lomas difundiera por los pueblos su orden circular para
averiguar con verdad y solidez los recursos y arbitrios que puedan hallarse
para la ocupación de las gentes pobres y honradas en obras de utilidad pública
durante el invierno que va a entrar. [...] Considerando que muchos de los de
esta Provincia de mi cargo se hallarán en la triste situación de no poder em-
plear las manos de los jornaleros según vaya entrando el invierno, por falta
de labores en el campo, pudiendo, si se les deja en esta inacción resultar la
ruina de sus familias, y por consiguiente el menoscabo de los pueblos, y de
manos útiles para la agricultura y artes: siguiendo la respetable y justa norma
del Gobierno, y circunscribiéndome a lo que me corresponde, miro como una
de mis obligaciones, y en mi entender la más sagrada, el procurar evitar estos
males, para lo cual es menester proporcionar eficazmente y sin omitir medio
alguno, la ocupación de las personas pobres y honradas en obras o labores de
pública utilidad.
(44) Estado que demuestra los respectivos Arzobispados y Obispados a que pertenecen los Recluidos, como
Mendigos en el Real Hospicio de esta Corte, desde la tarde del día Seis de Enero hasta la noche del tres
inclusive de Febrero de mil ochocientos y Cinco. AHN, Consejos leg. 9439.
(49) Copia del expediente original formado de Orden del Señor Director privativo de estos Reales Hospitales
de Misericordia Corrección sobre que por los Tribunales y Justicias de esta Corte y fuera de ella no se
destine a este Hospital persona alguna; y que por lo que hace al Departamento de Corrección no los
destinen arbitrariamente y sin límites, sin acuerdo antes con el Señor Director de dicho Departamento.
Dio principio en 28 de Marzo de 1804. AHN, Consejos, leg. 2892/1.
A principios del siglo XIX se repetían los tópicos usuales durantes los dos o
tres siglos anteriores. El Expediente de marzo de 1804 contiene un reglamento para
atajar la mendicidad cuyo articulado en 28 puntos imponía: 1.- Hacer alistamiento o
matrícula de todos los mendigos. 2.- Lo mismo valía para las mujeres. 3.- Separar
mendigos válidos e inválidos. 4.- Hacer un repartimiento de los mendigos entre los
cuarteles y reparto proporcional de las limosnas. 5.- Hacer pública la obligación
de matricularse bajo pena de expulsión para los inválidos y aplicación a la marina
de los útiles. 6.- Internar a los pobres inválidos en hospicios, casa de misericordia
y hospitales. 7.- «Igual recogimiento en casas particulares los que no quepan en
los Hospicios [...] bajo la intendencia de los individuos de las secciones contribu-
yentes». 8.- Este punto preveía la suspensión de la RC de 19 de marzo de 1790 y
facultaba a los pobres a ejercer su oficio sin estar inscritos a los gremios de Madrid.
9.- Los pobres inválidos de cada cuartel quedarían al cuidado de personas por es-
pecificar. 10.- Se podrá ofrecer un cierto «premio» a los «maestros de obras» que
emplearan a los pobres útiles «sin perjuicio de las cuadrillas de oficiales y peones
que en el día ocupan». 11.- Y lo mismo valía para los labradores. 12.- Las seccio-
nes de cuartel podrían destinar sus pobres a las obras públicas si no encontraban
empleo con particulares. 13.- Los pobres válidos sin trabajo serían mantenidos por
Resumen
Sobre el espacio natural de la vaguada de la Castellana se creó un paseo arbolado
en el segundo tercio del s. XIX. El paseo de la Castellana era un lugar de recreo
exterior al recinto cercado de la Villa de Madrid. Con el tiempo formará parte del
tejido urbano. Más tarde se transformará en parte de la vía principal que estructura
la ciudad. Se analizan las primeras obras que condicionaron la forma urbana de
Madrid y su futuro desarrollo.
Abstract
In the second third of the Nineteenth Century, in Madrid, on the Castellana
Valley, a tree-lined avenue was created. This Paseo de la Castellana was then a
recreational area, outward the enclosed precinct of the Villa of Madrid. As time
went by, this avenue, integrated in the urban structure of the capital, became
one of its most important streets, the one that organised its growth towards the
North. Here we analyze the first works that conditioned this urban piece and its
future development.
E
l desarrollo urbano de Madrid estuvo condicionado por su topografía. El río
Manzanares y la vaguada de la Castellana delimitaron el territorio donde se
asentó la Villa. Unos límites naturales que fueron modificados por el hombre.
La canalización y posterior soterramiento del arroyo de la Castellana en el interior
de la cerca, la conformación del Salón del Prado y la creación del Paseo de Reco-
letos son hechos estudiados en profundidad. Así mismo, es de sobra conocida la
Los planos realizados por el ejército francés a principios del siglo XIX
muestran dos importantes cambios en la configuración de los caminos del norte: la
regularización del paseo de los Altos de Chamberí, hoy calle de Santa Engracia, y el
(3) El plano reproducido es una versión, simplificada y en la que se corrigieron algunos trazados, del levantado
en 1808 por el Ejército francés. Está incluido en MADRID 1808. Guerra y territorio (catálogo de la exposición
del mismo título), Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 2008, pág. 211. Juan Carlos CASTAÑÓN y Jean-Yves PUYO
sacaron a la luz en esta obra las diversas versiones del plano dibujado por los Ingenieros Geógrafos franceses,
cuyos originales se encuentran en el Servíce Historique de la Défense, Départament de l‘Armée de Terre, y
del que hasta entonces sólo eran conocidas las litografías realizadas en 1823.
(4) En MUÑOZ DE PABLO, María José, «Las trazas del agua...», págs. 487 a 489, se especifican las
particularidades de la ejecución de este proyecto.
(5) Sobre estos temas trata SAMBRICIO, Carlos, «Antes del Ensanche, después de la Ilustración: notas sobre
la cultura urbanística en la primera mitad del s. XIX», Jardín y romanticismo, Comunidad de Madrid,
2004, págs. 121-134.
(6) La Real Orden del 13 de octubre de 1831 para hermosear la parte exterior de la puerta de Toledo
y de la de Fuencarral haciéndola nueva, con fondos del arbitrio de la sisa de vino, aguardiente y
licores, fijado en la Real Orden del 17 de diciembre de 1828, tenía el mismo objetivo, crear empleo.
Como señalan CANOSA, E.; RODRÍGUEZ, I., Historia de Chamberí, 1988, pág. 33, un estudio más
profundo sobre la intervención del Ayuntamiento en las crisis económicas del Madrid capitalista
de comienzos del s. XIX lo encontramos en BAHAMONDE MAGRO, A.; TORO MEDIAN, J., Burguesía,
especulación y cuestión social en el Madrid del s. XIX, Siglo XXI, 1978, págs. 44 a 59.
(7) A.V., Secretaría, 1-132-21. Real Provisión expedida por S. M. y señores de consejo, para que en el
ramo de arbolados de los paseos de esta Villa se observe el reglamento aprobado por S. M., Madrid en la
Imprenta Real, 1831.
arquitectura Isabelina. Mariátegui, maestro arquitecto desde el 10 de diciembre de 1826 por la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando, ascendió a Arquitecto Mayor el 29 de febrero de 1832, al morir Antonio
López Aguado, desde la tercera tenencia de arquitecto, cargo que ocupaba desde 1827 (A.V., Secretaría,
1-43-9), adelantándose a Antonio López Cuervo y a Custodio Teodoro Moreno, primero y segundo teniente
de arquitecto, lo que provocó la dimisión de ambos (A.V., Secretaría, 1-171-36). Mariátegui contaba con el
favor Real, pero al subir al poder los liberales en 1836, fue destituido junto a Pescador y Orche. A partir de
ese momento, el Ayuntamiento Constitucional nombrará a sus arquitectos sin la intervención Real. Un estudio
más extenso sobre la vida y obra de Mariátegui lo encontramos en MOLEÓN GAVILANEs, Pedro, «Francisco
Javier Mariátegui y Solá. Notas para su Biografía», El Noviciado de la Universidad en Madrid 1836-1846,
Consorcio Urbanístico de la Universitaria de Madrid, 2009, págs. 80-91.
(11) Isabel II fue proclamada reina de España el 24 de Octubre de 1833, tras la muerte de su padre. Durante
su minoría, ocupó la regencia su madre María Cristina de Borbón, hasta octubre de 1840, y luego el general
Espartero hasta noviembre de 1843 cuando Isabel II fue declarada mayor de edad con tan sólo trece años.
(12) El expediente, ya citado, A.V., Contaduría, 1-150-19, contiene un informe del 22 de marzo de 1833 realizado
por Orche sobre el estado de los trabajos en el que señala a los aparejadores Clemente Delgado y Mariano Perneo
como los encargados de su finalización. También contiene una carta de Orche, del 20 de abril de 1833, reclamando
el pago de los carruajes que ha utilizado, necesarios por la gran distancia entre las obras de las que se encargaba.
(13) En A.V., Secretaría, está reseñado un plano de 1833, Obelisco erigido en el nuevo paseo de las Delicias,
por Mariátegui, sin signatura actual y con la anotación: «falta». El alzado reproducido del Obelisco se
encuentra en el Semanario Pintoresco Español del 23 de septiembre de 1838, pág. 8.
(14) A.V., Contaduría, 1-46-17. Comunicación del 15 de junio de 1833, de José Arnilla a Mariátegui, sobre
las dificultades para conseguir la piedra a utilizar en las obras de la Castellana y del puente de Toledo, en
las canteras de Hoyo de Manzanares, y de los permisos a solicitar para realizar las obras necesarias en los
caminos por las que se ha de transportar.
(15) A.V., Secretaría, 1-81-95, el 9 de mayo de 1836 José Tomás reclama el dinero que le deben por los
trabajos del Obelisco entre otros; un año después, el 4 de julio de 1837, envió al Ayuntamiento los costes
detallados, los trabajos por él ejecutados en el Obelisco ascendían a 122000 reales, de los cuales todavía
le debían 42500. El 24 de julio del mismo año Mariátegui certificó las obras.
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Fig. 6. Croquis del terreno comprendido entre el camino de Francia y el de Vicálvaro hasta la distan-
cia de 3000 varas del perímetro de Madrid.
Alumnos de la Escuela Especial del Real Cuerpo de Ingenieros, 1833.
(16) El óleo se encuentra en el Museo de Historia de Madrid (IN. 4089) y fue reproducido por MOLEÓN
GAVILANES, Pedro, «Arquitecturas para el Madrid liberal (1820-1840)», Madrid 1830. La maqueta de León
Gil de Palacio y su época, Museo Municipal de Madrid, 2006, pág. 54. Las dimensiones reseñadas son las
que indica MADOZ, Pascual, Diccionario geográfico estadístico histórico de España y sus posesiones de
ultramar: Madrid. Audiencia, provincia, intendencia, vicaría, partido y villa, 1848, pág. 407, donde también
se puede ver un dibujo del Obelisco. El monumento fue desmontado en 1906 para erigir el monumento a
Emilio Castelar. Se colocó en la plaza de Manuel Becerra y más tarde viajó a los jardines de La Arganzuela.
(17) A.V., Contaduría, 1-51-105, el 28 de agosto de 1833 Mariátegui solicitó 200.000 reales para impulsar
las obras del paseo de las Delicias y del Obelisco, en vista de su próxima inauguración; dinero que fue
obtenido de los fondos destinados a la conducción de aguas a Madrid como estaba estipulado. A.V.,
Secretaría, 1-121-10, colocación de la primera piedra en el Obelisco de la Castellana.
(18) A.V., Secretaría, 2-455-44, Sobre destinar doscientos prisioneros para trabajar en las obras de los paseos, 1837.
(19) El expediente A.V., Contaduría, 1-150-19 contiene algunas reclamaciones efectuadas por los propietarios
sobre los terrenos ocupados para formar los caminos. A.V., Secretaría, 1-132-19, sobre la medición y
tasación realizada por los agrimensores José Gómez y Juan Muñoz el 22 de mayo de 1834, de los terrenos
ocupados por los paseos; el número de fincas afectadas asciende a 20, y los terrenos expropiados incluidos
los perjuicios causados a sus propietarios están valorados en 28.344 reales; también contiene reclamaciones
de algunos propietarios. A.V., Secretaría, 4-51-91, expediente de 1836, contiene una relación de terrenos
tomados por el Ayuntamiento a varios propietarios para el paseo de la Castellana y caminos de Chamberí,
el coste total de las 10 fanegas y 4 celemines expropiados asciende a 10858 reales y 26 maravedís.
(20) Archivo General Militar de Madrid, nº 1177, A-10-3 004—021-33. El dibujo reproducido es uno de los
13 planos grabados que se conservan sobre los que se han dibujado las distintas maniobras del simulacro
hecho con el fáusto motivo de la Jura de la Serenísima Princesa Dª María Isabel Luisa. En el archivo se
conservan dos dibujos preparatorios, en uno de ellos están dibujadas y acotadas las triangulaciones efectuadas
para realizar el levantamiento y el otro es un dibujo iluminado con tinta aguada que está reproducido en
MUÑOZ DE PABLO, María José, «Las trazas del agua…», pág. 490.
(21) A.V., Secretaría, 1-133-25, Entrega de árboles a D. Tomás Arias Serrano de los sobrantes del paseo
de Luchana, 1837.
(22) A.V., Secretaría, 3-391-70, Informe del director de arbolado sobre la visita de la reina al paseo y
jardines de la Castellana, 1842.
(23) MESONERO ROMANOS, Ramón de, Manual Histórico-Topográfico, Administrativo y Artístico de Madrid,
1844, p. 408. Aunque es una reedición ampliada del Manual de Madrid editado por primera vez en 1831,
con una segunda edición en 1833 y del que existe otra posterior en 1854, interesa la descripción en esta
fecha de 1844.
(24) Simultáneamente se acometieron otras obras. Todas se explican en el expediente A.V., Secretaría,
5-273-32, Sobre reparar el camino que desde la Puerta de Recoletos conduce a la Castellana; construir un
ramal que dirija al Cementerio Gral. de la P. de Fuencarral desde la plazoleta que hay frente a la carretera
de Francia; y reparar el trozo de camino comprendido entre el ángulo de Monteleón y la confluencia de los
de la Ronda; contiene varios legajos fechados desde 1844 a 1846.
(25) A.V., Secretaría, 0´59-5-4. El plano realizado por Merlo contiene además de los perfiles transversales
de la Castellana reproducidos, la planta y alzado de la calle situada entre la glorieta de los cementerios,
hoy Quevedo, y el Cementerio General del Norte.
(26) Sobre la Ley de Expropiación Forzosa de 1836 ver BASSOLS COMA, Martín, Génesis y evolución del
derecho urbanístico español (1812-1956), Montecorvo, 1973, págs. 69 a 73.
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Fig. 7. Fragmento del Plano de Madrid con las fortificaciones ejecutadas en 1837, Cuerpo del Estado
Mayor del Ejército.
(27) A.V., Secretaría, 4-64-124 contiene la tasación de los terrenos a expropiar para la apertura del paseo
del Huevo, según había sido marcado en el terreno por el director de arbolado Lucas Tormes, realizada
por Simeón Ábalos, arquitecto y agrimensor del Ayuntamiento, fechado el 31 de agosto de 1841. A.V.,
Secretaría, 4-112-16, Expediente formado con motivo de diferentes reclamaciones solicitando indemnización
de terrenos para Paseos en Chamberí, 1845.
(28) A.V., Secretaría, 3-391-66, Deterioro en los paseos por el huracán del 29 de octubre, 1842. En A.V.,
Secretaría, 4-25-94 se encuentra el presupuesto para arreglar las rondas, paseos y carreteras. Las subastas
realizadas para reparaciones de diversos tramos se detallan en A.V., Secretaría, 425-95 a 98.
(29) Los expedientes existentes en el Archivo de Villa sobre estos temas son numerosos; a continuación
se reseñan algunos. A.V., Secretaría, 4-4-33, Conservación de Fuentes y Paseos Públicos, 1844. A.V.,
Secretaría, 4-25-125, Construcción de un estanque abrevadero en el paseo de Isabel II, 1844. A.V.,
Secretaría, 4-39-77, Sobre colocar en unas basas los palos que sostienen los Bandos de buen orden en los
paseos, y destinar para bancos en el Paseo de la Castellana unas piedras que existen en el almacén y vestir
el canalillo que lleva las aguas de las vertientes de Maudes con dos vejales de ladrillo que existen en el
establecimiento, 1845. A.V., Secretaría, 4-54-127, Sobre las casillas de guardas de arbolado en la Castellana,
1845. A.V., Secretaría, 4-55-4, Deterioro del enverjado contiguo a la noria de Recoletos, 1847.
(30) MADOZ, Pascual, Diccionario geográfico..., págs. 406 a 408.
(31) La memoria manuscrita correspondiente al año agrícola de 1844-1845 se encuentra en A.V., Secretaría,
4-39-80, y la del año 1845-1846 en A.V., Secretaría, 4-54-128.
(32) Memoria presentada por la dirección de Arbolado al Excmo. Sr. Alcalde Corregidor de Madrid,
comprensiva de los trabajos y operaciones practicadas en el presente año agrícola de 1848 a 1849, y de
algunas observaciones acerca de las varias clases de árboles que comprende este ramo, Madrid, Imprenta
de José C. de la Peña, Junio de 1849. Esta memoria es la más extensa y detallada del periodo que estamos
analizando.
Fig. 10. Fragmento del Plano de Madrid y Chambery según las alineaciones del Exmo. Ayuntamiento
para la nueva Población, Isidoro Llanos, 1950.
(33) La autoría del arquitecto Isidoro Llanos de este plano de Chamberí fue desvelada por la autora en
su tesis doctoral inédita. MUÑOZ DE PABLO, María José, Chamberí s. XIX, Trazas en la Ciudad, leída en la
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 2008.
Resumen
Se intenta clarificar el papel que los ingenieros Juan Merlo, Fernando Gutiérrez y
Juan de Ribera tuvieron en la definición de la plaza de Oriente, uno de los espacios
más emblemáticos de la ciudad de Madrid, a mediados del siglo XIX. Su proyecto
de ordenación, coincidente con la regencia de Espartero y llevado a cabo sólo par-
cialmente, dejó huella en el sitio, influyendo en la forma definitiva de la plaza. Al
tiempo que se presenta a los personajes implicados, se analizan los antecedentes y
el contenido, desarrollo y resultados de la operación.
Abstract
The article attempts to clarify the role that the engineers Juan Merlo, Fernando
Gutierrez and Juan de Ribera had in the definition of the Plaza de Oriente, one of
the most emblematic spaces in the city of Madrid, in the mid-nineteenth century.
Their project, contemporary to the regency of Espartero and only partially carried
out, left his mark on the site, influencing the final form of the square. After being
introduced the characters involved, it is discussed the background and content,
development and results of the operation.
L
a compleja y fascinante historia de la conformación de la plaza de Oriente
de Madrid tiene uno de sus episodios más significativos a mediados del
siglo XIX. Como casi todo lo que se refiere a la relación del Palacio Real
LAS PERSONAS
(1) El 20 de marzo de 1838, Ayegui había sido ya nombrado arquitecto del ramo de fontanería y alcantarillado
en el Ayuntamiento, sucediendo por jubilación a Elías de Villalobos. También en Palacio tuvo un cierto papel,
obteniendo el título de arquitecto mayor honorario el 1 de julio de 1836 y compitiendo con Narciso Pascual
y Colomer por la sucesión de don Custodio. A pesar de no obtener la plaza, consiguió que el 14 de marzo
de 1846 se le nombrara arquitecto mayor de los Reales Sitios, puesto en el que se mantuvo hasta el 15 de
noviembre de 1849. Sobre Juan Pedro Ayegui véase especialmente: MOLEÓN GAVILANES, Pedro, «El Colegio de
Medicina y Cirugía de San Carlos», en MOLEÓN GAVILANES, Pedro (ed.), Isidro Velázquez 1765-1840. Arquitecto
del Madrid fernandino, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 2009, págs. 312-313; y del mismo autor, la entrada
correspondiente en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia.
(2) SÁENZ RIDRUEJO, Fernando, «Los primeros ingenieros de caminos (1799-1839)», Revista de Obras
Públicas, 3.213 ( mayo 1983), págs. 369-378.
(3) Archivo General de Palacio (A.G.P.), Expediente personal, 619, Exp. 35. Sobre el asunto, véase PARDO
CANALÍS, Enrique, «Cinco cenotafios reales de 1819 a 1834», Arte Español, 1º y 2º cuatrimestres de 1949,
especialmente págs. 165-167.
LOS ANTECEDENTES
(9) HEROS, Martín de los, Memoria que acerca del estado de la Real Casa y Patrimonio, y su administración
en los últimos cinco meses de 1841 presenta al Excmo Señor Tutor de S.M., D. Agustín Argüelles el
Intendente General en comisión de la misma. Palacio, 31 de diciembre de 1841, Madrid, 1842.
(10) Sobre el proyecto de Isidro Velázquez para la plaza de Oriente, véase MARTÍNEZ DÍAZ, Ángel, «El Palacio
Real Nuevo y su entorno», en MOLEÓN GAVILANES, Pedro, «El Colegio de Medicina...», págs. 157-204 y, en
el mismo libro: MARTÍNEZ DÍAZ, Ángel; PIÑAS AZPITARTE, Magoga, «Reconstitución de la Plaza de Oriente
según proyecto de Isidro Velázquez», págs. 205-212.
(11) A.G.P., Fernando VII, 241, citado por NAVASCUÉS, Pedro, Arquitectura y arquitectos madrileños del
siglo XIX, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1973.
(12) Dejamos para otro lugar la discusión de este interesante tema.
(13) Mariátegui al Mayordomo el 13 de julio de 1837, A.G.P., Administrativa, Inmuebles, 735.
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Dibujo 1. Plan de Custodio Teodoro Moreno para la plaza de Oriente, inserto en la ciudad del momento.
Dibujo del autor.
(15) Custodio Teodoro Moreno al Mayordomo Mayor el 15 de noviembre de 1837: «Tengo el honor de
remitir a V.E. el proyecto que he formado de la nueva plaza que puede construirse delante del Real Palacio
en el sitio llamado de Oriente en lo que se lograria embellecer las abenidas de la Real Casa con notable
comodidad del Publico sin que S.M. tuviese que gastar un solo marabedí para su execucion; antes vien si
llega a merecer su Real aprovacion podra enagenar muchos miles de pies de sitio según se evidencia por
la planta del mismo diseño que vendidas las porciones que en el se marcan podran valer los que menos a
doce r[eales] pie y otros a veinte produciendo su importe una suma de mucha consideracion que ingresaria
en la Real tesorería por ser terrenos propios de S.M. En el precitado proyecto no he tenido presente otras
circunstancias mas que las espresadas pues la parte ornamentaria con que pudiera embellecerse todo el
ambito de la gran plaza son otras secundarias que quedarían y la disposición y gusto de S.M. despues de
concluida: Y pareciendome que por su utilidad y combeniencia podra tal vez ser del agrado de S.M., me he
decidido a dirigirme a V.E. par que si lo estima oportuno lo eleve a su Real conocimiento. / Dios guarde a
V.E. muchos años / Madrid y Noviembre 15 de 1837».
•.• -
Figura 3. Planta del proyecto de Custodio Teodoro Moreno para la plaza de Oriente.
A.G.P, Mapas, planos y dibujos, 20.
pistas sobre qué es o qué estaba pasando en el momento con la fachada del teatro
y las dudas sobre la formalización del pórtico de acceso. En cualquier caso, de
poco le sirvieron sus esfuerzos al aún teniente de arquitecto mayor ya que, aunque
se tiene constancia de que el proyecto llegó a manos de la reina, también sabemos
que nunca consiguió desplazar al plan de Mariátegui.
Oficialmente, pues, se pretendía llevar a cabo el proyecto de Mariátegui.
Para ello, y por iniciativa del propio arquitecto ante la Real Casa, se planteó rea-
lizar un nuevo deslinde a la vista de su plan, lo que fue aprobado en febrero de
1838. Inicialmente se le encargó a él mismo la dirección de los trabajos, pero al
plantear el presupuesto necesario para llevarlo a cabo se le pidió que, para abara-
tar costes, contara con los facultativos a sueldo de Palacio. No se mostraron estos
muy receptivos, sin embargo. Tiburcio Pérez Cuervo, en el momento teniente de
arquitecto mayor cesante que había trabajado con Velázquez y luego fue depura-
do por liberal, se negó en redondo a trabajar a las órdenes de Mariátegui por ser
(16) Tiburcio Pérez Cuervo al Alcaide de Palacio el 2 de abril de 1838, A.G.P., Administrativa, Inmuebles,
735.
(17) Informe del Contador al Mayordomo el 18 de mayo de 1838, A.G.P., Administrativa, Inmuebles, 735.
(18) Expediente personal de Mariátegui, A.G.P., Expedientes personales, Caja 619/35.
(19) Instrucciones de Martín de los Heros el 13 de septiembre de 1841, A.G.P., Administrativa, Inmuebles,
Leg. 736.
(20) «[…] en virtud del plano presentado por los Yngenieros de la plaza de Oriente para la alineación y
demarcación de las nuevas casas en la Plaza de Oriente, habiendo consultado a la Junta o Comision de
Obras, (el Ayuntamiento) aprueva dicho plano y las consecuencias que de él emanan»; Comunicación del
Consistorio a Palacio el 4 de enero de 1842, A.G.P., Administrativa, Inmuebles, Leg. 736.
(21) Martín de los Heros al presidente de la junta de ornato el 28 de febrero de 1842, comunicándole la
aprobación del Tutor, A.G.P., Administrativa, Inmuebles, Leg. 736.
(22) A.V., Secretaría, 0,59-11-10.
(23) A. G. P., Mapas, planos y dibujos, 2.255.
(24) A. G. P., Mapas, planos y dibujos, 29.
(25) Es el número 26 del catálogo, lámina XV. DURÁN SALGADO, Miguel, Exposición de proyectos no
realizados relativos al Palacio de Oriente y sus jardines, Estudio preliminar y catálogo, Madrid, [Museo
de Arte Moderno], 1935.
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Figura 6. Dibujo de Merlo, Gutiérrez y Ribera del solar ocupado por el monasterio
de la Encarnación. A.G.P., Mapas, planos y dibujos, 29. 13 de junio de 1842.
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Figura 7. Alzados del proyecto de Merlo, Gutiérrez y Ribera para la plaza de Oriente.
En DURÁN, Miguel, Catálogo de la exposición Proyectos no realizados relativos
al Palacio de Oriente y sus jardines, número 26, lámina XV.
Además de esta documentación específica, el proyecto aparece esquemáti-
camente representado en sendas plantas generales de Madrid. Ambas responden a
la misma base cartográfica y ambas fueron publicadas por Mesonero Romanos. Se
trata del plano de la ciudad que aparece en su Manual de Madrid de 1844 y el que
sirve como soporte para ilustrar el proyecto de Merlo de 1846 para la ampliación
de la ciudad que comentábamos más arriba, publicado en La Ilustración en abril
de 185126 (figuras 8 y 9).
Contando con la información que nos ofrecen estos documentos podemos
plantear el dibujo 2, donde insertamos el proyecto en la ciudad del momento (ob-
viando de momento y por razones que más abajo se exponen la posible alternativa
al respecto de la manzana del monasterio de la Encarnación). En él comprobamos
cómo, además de la cuestión fundamental para la conformación de la plaza, es
decir, la definición de su contorno edificado y de su engarce con el sistema viario
preexistente, se plantea la construcción de un jardín interior de considerables dimen-
siones, estableciendo una dualidad de partida que se verá reflejada en la puesta en
marcha efectiva del proyecto27.
El trazado básico del nuevo proyecto, tanto de los jardines como de los edificios
de la plaza, surge de un compromiso entre la geometría circular de la propuesta de
don Isidro, y la recta, asociada a las direcciones principales del cuadro y ya tanteada
por Moreno28. Con respecto a la primera, de la que en el momento sólo existía huella
material en el sitio con la alineación de la inacabada fachada del teatro y las cimen-
taciones enterradas de la galería, los ingenieros respetan, aunque algo retrasada, la
línea interior de esta última. Según ella definen dos manzanas, una a cada lado del
Dibujo 2.
Proyecto de Merlo, Gutiérrez y Ribera para la plaza de Oriente
inserto en la ciudad del momento.
Dibujo del autor.
teatro, con similar desarrollo hacia el interior de la plaza, conformando en conjunto
una especie de ábside tripartito y rebajado cuyas dimensiones totales vienen condi-
cionadas por las embocaduras hacia la plaza de Ramales y la de la Encarnación. El
centro del antiguo círculo será también -básicamente- el centro del jardín interior y el
que condicione la disposición de las cuatro manzanas laterales que terminan de cerrar
la nueva plaza. Estas se plantean ortogonales a Palacio, rectangulares, dejando calles
entre ellas y separadas de las que junto con el teatro conforman el testero de la plaza.
Su situación exacta (dejan un espacio abierto para la plaza de 550 pies / 154,2 m)
poco tiene que ver con las dimensiones de Palacio (al contrario de lo que intentaba
Moreno) y más parecen derivadas de una lógica interna de proyecto que de un intento
de procurar establecer relaciones determinadas por las inflexiones de la fachada del
propio Palacio. La vieja calle Nueva, ya de Bailén, se plantea con una anchura de
unos 100 pies / 27,8 m, distinta a la originalmente proyectada por Velázquez y a la
que luego propondría Moreno.
(29) De los dibujos se desprende además un error de medida del teatro que lo convierte en más corto de lo
que era en realidad, incluso sin contar con su pórtico de acceso.
(30) Los ingenieros pidieron el proyecto de la fachada del teatro «estendido por el arquitecto de Palacio
D. Custodio Moreno, por ser llegado el caso de la formación del diseño de los edificios que han de
construirse». El Intendente al Alcaide el 5 de julio de 1842. El 7 de noviembre, Moreno pedía que se le
devolviera (A.G.P., Reinados, Isabel II, Caja 199).
(31) Comunicación del conde del Asalto al Intendente el 13 de junio de 1842, A.G.P., Administrativa,
Inmuebles, Leg. 737.
(32) De ellas ha dado buena cuenta RUIZ PALOMEQUE, Eulalia, Ordenación y transformaciones urbanas del
casco antiguo madrileño durante los siglos XIX y XX, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1976,
págs. 190-200.
(33) El Intendente al Alcalde el 6 de marzo de 1842. A la junta ya pertenecía un regidor de la Villa, Pedro
Jiménez de Haro, pero lo hacía a título personal (A.V., Secretaría, 3-389-97).
(34) Se trata del que aún conservamos en el Ayuntamiento, que a pesar de lucir la fecha de 10 de junio de
1842, contiene la rúbrica de Ayegui con la anotación: «Informado en 16 de septiembre de 1842».
(35) El informe de los comisionados era bastante elogioso con el proyecto: «tanto en la distribucion como
en la alineacion de las nuevas manzanas se ha procurado sacar todo el partido posible, para su regularidad
y ornato publico, satisfaciendo a las condiciones de una cómoda circulación. / Las nuevas calles que se
proyectan son espaciosas, como conviene por circundar un Teatro de primer orden y servir de avenidas a
un paseo publico, al Palacio de SM y al Senado; por ultimo las reformas que se proyectan en las manzanas
existentes, son las que reclama el arte y el buen gusto para corregir los defectos de que adolece su primera
alineación.» (A.V., Secretaría, 3-389-97).
(36) Fueron remitidos a la Villa por el Intendente el 28 de abril, pasando a la comisión de obras, que oído
Ayegui, los aprueba el 17 de mayo. El pleno los aprueba el 25 de mayo, como consta en el propio dibujo
(A.V., Secretaría, 4-23-50 y 4-77-77). Los trámites en Palacio están documentados en A.G.P., Administrativa,
Inmuebles, Leg. 736.
El sistema, tan evocadoramente descrito por Mesonero, poseía pues las piezas
esenciales que aparecían en los primeros dibujos de los ingenieros. Un elemento
central ajardinado de forma pseudo-oval, limitado por un cerramiento franqueable
según sus ejes principales y un paseo perimetral arbolado algo elevado respecto
al nivel general de la plaza. El cerramiento de ese «reservado» se materializó con
una verja en cuyo diseño, formando parte del pedestal, se incluyeron bancos de
piedra en ambos costados. En su interior, el jardín, con un trazado obediente a
los ejes principales y simétrico, comprendía un total de ocho parterres, en exedra
los cuatro extremos y rectangulares los cuatro centrales. En ellos se jugaba con la
curva y la recta para definir sus setos. En el centro se situaba el gran monumento
central, una cuidada composición constituida por un alto pedestal sobre el que se
situó la espectacular escultura ecuestre de Felipe IV, conocida desde su colocación
en 1642 en el Palacio del Buen Retiro como el caballo de bronce. Este singular
apelativo, más pendiente del porteador que del ilustre portado, es significativo de
la admiración que producía la casi inverosímil postura del animal, que parecía
desafiar a la gravedad38.
En la elección de la escultura podemos ver confluir diferentes consideraciones
convergentes. Una de ellas sería su indiscutible calidad, avalada por su tradicional
prestigio. Otra tendría que ver con el puro pragmatismo, tan determinante por
aquellos años en la Real Casa. Se disponía de ella sin más gasto que los derivados
de su restauración, traslado y posterior reubicación, y su emplazamiento previo no
era determinante. Además, era la efigie de un rey, y no olvidemos que el nuevo
(37) MESONERO ROMANOS, Ramón de, Manual histórico-topográfico, administrativo y artístico de Madrid,
Madrid, Imprenta de D. Antonio Yenes, 1844, (ed. facsímil, Madrid, Ábaco Ediciones, 1977), págs. 225-226.
(38) Como es bien conocido, fue realizada por el escultor florentino Pietro Tacca y tuvo una historia con
un episodio bastante singular: al calor de las intrigas políticas durante el reinado de Carlos II y la figura
de Valenzuela, la escultura estuvo coronando la fachada meridional del viejo Alcazar entre 1675 y 1677;
después fue bajada, volvió de nuevo al Buen Retiro y tras la guerra de la Independencia fue nuevamente
reubicada en otra zona de aquellos jardines. Desde allí fue trasladada a la plaza de Oriente, colocándose en
una posición quizá en exceso elevada en relación a como fue inicialmente pensada.
jardín seguía siendo propiedad real. Quizá el papel simbólico allí ya no podría ser
el que podría haber tenido como foco perspectivo de una plaza real en el Antiguo
Régimen; pero la verdad es que tampoco este Felipe IV a caballo tuvo nunca esa
intención, salvo en el corto periodo de sus correrías por la cornisa del Alcázar, man-
teniéndose en el ámbito casi privado o, si se quiere, el lúdico-festivo-representativo
del Buen Retiro. En cualquier caso, aunque fuera en un jardín, entre el rumor del
agua y la sombra de los árboles y no como foco perspectivo de una gran plaza
dura, la imagen de Felipe IV seguía proclamando el respeto a la monarquía. Eso
sí, un respeto merecido no por sus hazañas militares o su poder político, sino por
su labor como protector de las artes, un papel mucho más acorde con los tiempos
que corrían para la nueva monarquía liberal.
En el monumento, como bien informaba Mesonero, trabajaron los escultores
Francisco Elías y José Tomás. Aunque es difícil delimitar el papel de los escultores
y los ingenieros en el diseño concreto del pedestal-fuente, nos podríamos atrever
a afirmar que el papel de Gutiérrez no sería menor dados sus antecedentes junto a
Mariátegui en la construcción del obelisco de la Fuente Castellana y de la fuente
de la Red de San Luis, donde coincidió con José Tomás y a quien animó a realizar
Gutiérrez y Ribera era la sustitución del feo muro que cerraba la explanada de las
caballerizas a lo largo de la calle de Bailén por una verja de hierro entre pedestales
de piedra. Se contrató el 16 de julio de 1842 y se realizó inmediatamente40.
Con respecto al Teatro Real, durante estos años siguió pendiente su liquida-
ción. Sin embargo, desde junio de 1841, todavía con parte de su fábrica inacabada,
acogerá a un ilustre inquilino en su salón de baile: el Congreso de los Diputados,
desalojado por entonces del convento del Espíritu Santo. Se producía así, aunque
accidental y temporalmente, una concentración de poderes del Estado alrededor de
la plaza de Oriente que la empujaba a poseer un contenido simbólico que su forma
inacabada se empeñaba en negar: la reina en Palacio, enfrente la Cámara Baja y,
mediando entre ellos, al norte, esperando que se le abriera inminentemente una
digna calle, el Senado. A este trípode le faltaba realmente el poder ejecutivo, en
manos del Regente, que prefirió instalarse en el palacio de Buenavista.
(40) La construyó Vicente Mallol, ajustándose al diseño de los ingenieros. Según las condiciones de la
contrata, la verja tendría 3 pies de alto, 20 tramos de largo, cada uno de ellos de 20 pies. Se componía de
una gran balaustrada de cuadradillo de 14 líneas, pasamanos liso alomado de 3 pulgadas de ancho por 8
líneas de grueso. Cada juego de balaustres llevaría fuertes bolas. Se comprometía a hacerlo en 3 meses,
comprando además el hierro viejo que hubiera en Palacio (A.G.P., Administrativa, Inmuebles, Leg. 736).
(41) La orden se recibió en Palacio el 11 de junio de 1841 (A.G.P., Administrativa, Inmuebles, Leg. 736).
(42) Carta del secretario de María Cristina el 15 de junio de 1841, A.G.P., Administrativa, Inmuebles, Leg.
738.
(43) La contaduría emitió la liquidación el 5 de noviembre de 1842 y fue remitida al ministerio por el
Intendente el día 18 (A.G.P., Administrativa, Inmuebles, Leg. 736).
(44) ESPARRAGUERA CALVO, Gloria; VERDAGUER MARTÍN, Miguel, «El Monasterio de la Encarnación: la
desamortización e intervención del arquitecto Narciso Pascual y Colomer», Villa de Madrid, XXIII (1985),
págs. 19-32.
(45) En agosto de 1842 se planteaba la necesidad en Palacio de aislar el templo de la sacristía del convento,
y en diciembre se buscaba acomodo a los enseres del convento que no habían pasado a la ministerial.
Comunicaciones de la Intendencia al Alcaide el 1 de agosto y 22 de diciembre de 1842 (A.G.P., Reinados,
Isabel II, Caja 199).
(46) El puesto de arquitecto mayor lo pidió Colomer tras el cese de Moreno, el 3 de noviembre de 1843
(A.G.P., Expediente personal, Caja 793, Exp. 38).
(47) Informe redactado a la vista de otro del arquitecto mayor de 3 de febrero de 1845 por Agustín de
Armendáriz, en relación con la asignación presupuestaria de Patrimonio tramitada en el Congreso de los
Diputados, A.G.P., Administrativa, Obras, Leg. 2.
(48) La junta de ornato, además de dirigir las obras de la plaza de Oriente y de la mejora del viaje de aguas,
se había hecho cargo de los asuntos del Retiro. Los términos en que se comunicó la orden de supresión a
la junta fueron bastante amables: «[...] queda suprimida, debiendo en lo sucesivo entenderse directamente
con esta Yntendencia de mi cargo los Yngenieros Directores de las Obras de Ornato, quedando SM muy
satisfecha del celo y constancia con que V.S. y los demas individuos de esa Junta, han correspondido a la real
confianza, y en la prueba de lo grato que le han sido sus servicios, S.M. me encarga dar a V.S. las gracias
en su Real nombre y que V.S. se sirva hacerlo del mismo modo a cada uno de sus vocales. Armendáriz a
Pedro de Miranda, vicepresidente de la junta de ornato. No obstante, el intendente no opinaba muy bien
de la idea de su constitución y de su manera de operar: Uno de los asuntos que con mas frecuencia llamó
mi atencion tan luego como me encargué de esta Yntendencia fue la manera anomala y escentrica con que
estaban ejecutando las obras del Retiro, Plaza de Oriente y viage de aguas de Palacio; y con el obgeto de
atraer a su verdadero centro (el que marca la Ordenanza) la dirección de dichas obras, suprimi la Junta, que
denominandose de ornato, obraba con independencia de Palacio sin darle mas intervencion que la de pagar
Resumen
Pretende el autor de este artículo reivindicar la intencionalidad del monumento
que nació bajo el nombre de A las letras españolas, y que por, desconocimiento
o desidia, se ha intentado simplificar en monumento a Cervantes. Nada se colocó
como simple ornato, y todo gira a destacar la universalidad del castellano. Así
veremos como cinco figuras sedentes, representando a los cinco continentes, están
leyendo, pero dos orientadas hacia el Oeste, lo hacen en un mismo libro (Europa
y América). El castellano mana de una única fuente, y se vuelca sobre los veinte
escudos de otras tantas naciones de habla hispana.
Abstract
Seeks the author of this article claim the intentionality of the monument that
was born under the name of To the Spanish Letters, and because ignorance or
apathy, attempted to simplify in monument to Cervantes. Nothing was placed as
a simple ornament, and everything turns to emphasize the universality of Spanish
language. So we´ll see how five seated figures, representing the five continents,
are reading, but two oriented towards the west, do so in the same book (Europe
and America). Spanish language springs from a single source, and turns on the
twenty shields of other so many Spanish-speaking nations.
Y
a nos advertía don Marcelino Menéndez y Pelayo: “En vano se les pone delante
de los ojos que Cervantes es grande por ser un gran novelista, ó lo que es lo
mismo, un gran poeta, un grande artífice de obras de imaginación, y que no ne-
cesita más que esto para que su gloria llene el mundo y es más: que esta gloria sufriría
no leve detrimento y menoscabo si se apoyase en la trascendencia dogmática de su obra,
(1) MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino, Historia de las ideas estéticas en España, volumen 1, capítulo X: Las
poéticas. Siglos XVI y XVII. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, año 1993, pág. 743.
(2) APARISI LAPORTA, Luis Miguel, Cervantes, o el idioma castellano en la Plaza de España, en “Madrid
Histórico”, marzo 2007, número 8, pág. 53.
(3) VALVERDE SEPÚLVEDA, Joaquín, Crónica del viaje, Editorial Rubiños-1860, año 2002.
(4) El topónimo Plaza de España, en la unión entre la innominada Gran Vía y la Calle de la Princesa, es
de fecha 27 de julio de 1912. Nos parece que “ignoraba” el Ayuntamiento que ese mismo topónimo ya
lo había adjudicado el 23 de noviembre de 1900 al espacio donde se levanta el monumento a La Patria
española, en el parque de El Retiro. Se mantienen los dos topónimos.
(5) “La Ilustración Española y Americana”, 30 de septiembre de 1915. Escrito de Manuel Abril.
Y vamos al tercero de los que fundadamente hemos llamado éxitos del con-
curso, al de los consagrados.
Capuz, Huertas, Lanzas, Romero de Torres, Penagos y Moya del Pino, han pre-
sentado una verdadera obra de arte, tanto más meritoria cuanto que la conci-
bieron y realizaron en menos de quince días, según propia y probada confesión
Ciento nueve firmas hemos contado al pie del escrito en el periódico, y aún
se termina con un etc. Reproducimos algunos de los nombres, sin la pretensión
de que correspondan a los personajes más significativos, advirtiendo hacemos la
selección bajo una óptica de reconocimiento personal: Ramón del Valle Inclán,
Manuel Benedito, José Francés, Alejandro Ferrant, Emilio Carrere, Federico
García Sanchíz, Daniel Zuloaga, Tomás Borrás, Emiliano Ramírez Ángel, Julio
González Pola, Ramón Gómez de la Serna, José Montero y José García Nieto.
El tercer premio del concurso de proyectos se otorgó al proyecto presentado
por el arquitecto Hernández Briz y el escultor Ángel Ferrant. Cuando el conjunto
monumental estaba próximo a concluir, se cuestionaría la titularidad; sin duda
tratando de huir de los gastos finales y del compromiso de su mantenimiento.
Las últimas décadas del siglo XIX y las dos primeras del XX, fueron prolí-
feras en la edición de revistas dedicadas a la crítica de arte, normalmente con una
alta calidad, aunque, obviamente, no es necesario estar de acuerdo, aún declarando
que las firmas que avalasen sus escritos merezcan, por regla general, nuestro aplau-
so. “El Año Artístico”, es una de aquellas publicaciones. Revista dirigida por José
Francés, prestigioso historiador y crítico de arte. En números correspondientes a
los años 1915 y 1916, se incluirán amplios estudios del monumento que nos ocupa:
“Hasta el número de 53 alcanzaron los anteproyectos de monumentos a Cer-
vantes presentados al concurso, donde habrían de elegirse tres de ellos para
ser presentados de nuevo en doble tamaño y elegir entonces el definitivo.
(13) “El País”, 29 de abril de 1915. El escrito está fechado seis días antes.
(24) Archivo General de Palacio, Fondo Alfonso XIII, caja nº 15.836/5. Documento bajo membrete: “Lo-
renzo COVLLAVT VALERA”.
(28) En el pie del billete leemos: “BRANDBURY. WILKINSON Y Cª GRABADORES. NEW MALDEN.
SURREY. INGLATERRA”. En el reverso de este billete se reproduce el cuadro de Luis Menéndez Pidal
“Encuentro de Don Quijote con los Duques”.
(29) Emisión de fecha 13 de noviembre de 1961. Sello referencia Edifil: 1.393.
Y concluye:
“Pues si Carlomagno, para alzar la catedral de Aquisgram, utilizó las piedras
romanas de Rabean; Abderramán las de Mérida, para sus mezquitas, y los
Barberinis las del Coliseo de Roma, para sus palacios del Renacimiento, no
se perdería nada con que este horrendo engendro de monumento –alzado
ayer sobre el solar del que fue cuartel de San Marcial, pero hoy plaza prin-
cipalísima de Madrid- fuese machacado y sus piedras cumpliesen la honrosa
misión de pavimentar cualquier respetable callejuela de Alcalá de Henares.”30
(34) CARRETERO, José Miguel, Lorenzo Coullaut Valera, en Coullaut-Valera. Tres generaciones de escultores,
Real Fábrica de Cristales de la Granja, año 2002, pág. 77.
caer á una taza inferior, bañarán los bordes de ésta, en que van esculpidos los
escudos de todas las naciones que hablan el castellano.”
“A ambos lados de la terraza aparecen dos grupos: representa uno de ellos la
escena de La Gitanilla, en que ésta, acompañada de las tres gitanas que en la novela
se citan, baila ante el público callejero, á la vez que el paje poeta la entrega el soneto
y la moneda que dice también el texto. El mancebo enamorado, presto por el amor de
Preciosa á transformarse en gitano, es otra de las figuras del grupo.
El ser esta novela una de las más perfectas de Cervantes, y el empezar el desarrollo
de su acción en Madrid, explican, á nuestro juicio, la preferencia dada á este asunto.”
Texto en la Memoria presentada por Coullaut Valera y Martínez y Zapatero.
41).ww '11401-
El Ayuntamiento de Madrid acordaría el 21 de junio de 1905, como lugar apropiado, la Plaza del Callao:
“Punto central de la futura Gran Vía, y en la que se proyecta una espaciosa y bien ornamentada plaza
que contribuiría en gran manera al embellecimiento y esplendor de tan notable monumento, o en otro
caso, pudiera utilizarse para este fin el centro del jardín establecido en la plaza de Bilbao.”
Como elemento decorativo de la parte posterior de la terraza, aparece una fuente monumental, que
pudiera denominarse «Fuente del Idioma castellano». En ella, la Literatura está representada por una
aristocrática dama contemporánea de la juventud del autor, con un libro en la mano, y rodeada de las
Artes y las Ciencias. En los dos machones laterales hay dos figuras que simbolizan los rasgos salientes
del carácter español de la época: el Valor militar y el Misticismo.” Texto en la Memoria presentada por
Coullaut Valera y Martínez y Zapatero.
En la Memoria presentada por Martínez y Zapatero y Coullaut Valera se había previsto: “…en cada
uno de los frentes de la columna figura un cuartel del escudo del Rey Don Felipe II: en uno se osten-
tan las armas de España; en otro, las de Portugal; en otro, las de los Países Bajos, y en el último, las
del Reino de Sicilia. Encamínase la alusión que estos escudos representan a conmemorar la grandeza
y el poderío de la España contemporánea de Miguel de Cervantes, que inspiraron la tendencia heroica
que palpitan el libro inmortal.” España, Portugal, Países Bajos y Sicilia.
Resumen
En 1758 se regulan los requisitos para obtener el título de maestro cocinero y poder
abrir una hostería. Surgen entonces unos locales que pasaron a la historia por dis-
tintos motivos. Con el paso de los años, estos «obreros», como se consideran, se
asocian en defensa de sus intereses, crean escuelas, convocan concursos entre ellos
y organizan las primeras exposiciones.
Abstract
In 1758 the requirements to obtain the title of master cook and to be able to open
an Inn are regulated. As a result some establishments appear which later on are
closed due to different reasons. With the passage of time these «workers», as they
were considered, organized themselves in order to protect their own interests, they
created schools, convened competitions among professionals and organized the
first exhibitions.
H
oy en día, cuando entidades como la Basque Culinary Center se en-
cuentran en pleno funcionamiento, resultado del prestigio logrado por
los cocineros españoles en el mundo, creemos necesario remontarnos
a la historia y comprobar cómo antepasados suyos iniciaron en Madrid el ca-
mino de la profesionalización, ya en el siglo XVIII. Ahora bien, el problema
de abordar un tema no investigado hasta el momento es la falta absoluta de
bibliografía específica previa y la necesidad de recurrir a fuentes secundarias,
como la prensa. La excepción es la edición del primer reglamento profesional
del gremio de hosteleros y figoneros, ignorado hasta hoy en todas las historias
de la gastronomía española.
El año 1644 el Gremio de Maestros Figoneros obtuvo una Real Cédula (21
de diciembre), por la que ningún gremio de la Corte, incluidos Pasteleros y Bode-
goneros, podía cobrarles las contribuciones que se repartían para el Real Servicio,
y se les concedió licencia para hacerlo como uno distinto y que pudiesen nombrar
Repartidores, como el resto. Años después, por Real Privilegio de 24 de abril de
1679, se permitió que tan solo hubiese en la Corte siete figones y, en caso de tenerse
por conveniente, añadir otro, siempre con consentimiento del Gremio, para la apro-
bación y calificación de la persona que se nombrase por Maestro. Pero, como era
de esperar, pronto surgieron los infractores y fueron precisas repetidas providencias
de la Sala de Señores de Casa y Corte y la de Gobierno del Consejo de Castilla,
contra los que vendían mantenimientos en algunas casas y en las cárceles de las
guardas de su Majestad. Llegó a procederse contra los hosteleros, lo que les obligó
a poner un recurso en el año 1713 ante el monarca, que lo remitió al Corregidor de
la Villa para que explicase lo sucedido. El resultado fue que, el 25 de septiembre
de 1713, una Real Resolución mandó que todos los hosteleros que había en Ma-
drid de cualquier nacionalidad se incorporasen a dicho gremio de figoneros, y que
como tales pagasen la alcabala y los impuestos que se les impusieran. Ese fue el
motivo de que estuviesen los hosteleros unidos al expresado gremio de figoneros,
aunque ya en 1757 casi se habían extinguido estos y seguían sin Ordenanzas. Por
eso deciden la conveniencia de regular su actividad con una serie de normas para
su mejor gobierno y utilidad pública que se redactan tras el acuerdo tomado en una
Junta general en junio de 1757. El 1 diciembre del año 1758 Fernando VI aprueba
las Ordenanzas del Gremio de Hosteleros y Figoneros de Madrid, que firman como
apoderados Francisco Ardit y Joseph Fernández, ambos del gremio.
(1) ALTAMIRAS, Juan, Nuevo arte de cocina, sacado de la escuela de la experiencia económica. Su autor---
dedícale a San Diego de Alcalá. Madrid. Imp. Real. 1745.
(17) ROMAY, José, «Escuela Española de la Industria Hostelera», Revista General de Enseñanza, 15 de
marzo de 1910, pp. 5-6.
(20) «Apertura de curso en la Escuela Española de la Industria Hostelera», ABC, 16 de septiembre de 1912.
(21) LÓPEZ MARAU, Miguel, «La primera Academia de Cocina, en Madrid», El Arte Culinario Español,
enero de 1920, pp. 26-30.
(22) Insertado en El Gorro Blanco, marzo de 1920, p. 163.
6. CONCURSOS CULINARIOS
Las reseñas de los platos hechos y probados allí los distintos días de la ex-
posición, que publica Teodoro Bardají en El Gorro Blanco y en La Voz del Pueblo,
muestran su disconformidad con el fallo del jurado, que premia veintitrés de los
veintiséis platos presentados, y por su tono deja entrever que detrás hay algo más
que una opinión culinaria.
La iniciativa de esta Exposición fue particular y se invitó a organizarla a la
Agrupación General de Cocineros de Madrid, que puso como condición actuar en
solitario sin que colaborara ninguna otra sociedad o grupo de cocineros28. Aunque
Bardají fue invitado por ellos para que formara parte del jurado no aceptó, y con-
fiesa que quiso también adquirir un stand para que un grupo de colegas expusieran
y desistió al conocer que tampoco a esto accedían. La Agrupación insistió en que
Muy diferente sería su postura dos años después, al reseñar la segunda Ex-
posición, ya a cargo de profesionales.
Hasta aquí estos breves apuntes sobre una profesión reglamentada en 1758
e iniciada de manera formal por italianos que abren las primeras fondas en la ca-
pital. De la primitiva alianza de cocineros y camareros se pasará a la defensa por
separado de sus intereses corporativos, destacando la preocupación por la formación
cultural de los cocineros y su conocimiento de idiomas que les permitan acceder a
las obras extranjeras de su especialidad. El estímulo para su mejora se conseguirá
con la celebración de concursos y exposiciones, ya en el siglo XX.
APÉNDICE
(29) MARTÍN MAZAS, Eduardo, Teodoro Bardají Mas. El precursor de la cocina moderna en España, Binéfar,
Madrid, Ayuntamiento. El Gorro Blanco, 2007, p. 59.
(30) Ordenanzas del Gremio de Hosteleros y Figoneros, de esta Villa, y Corte de Madrid, baxo la protección,
y amparo de María Santísima de la Concepción, Aprobadas por el Real, y Supremo Consejo de Castilla,
en primero de Diciembre de 1758. Siendo apoderados del Gremio Francisco Ardit, y Joseph Fernández,
Madrid, En la Oficina de Antonio Pérez de Soto, 1758, Madrid. Biblioteca Histórica. MB 1329.
Resumen
La política de vivienda llevada a cabo por el Ayuntamiento de Madrid en el primer
tercio del siglo XX se centró en elaborar planes de actuación para el desarrollo
de la vivienda obrera llegando el 1932 a la creación del Patronato Municipal de
Casas Baratas para hacerse cargo de la administración de las viviendas construidas.
Abstract
The politics of housing carried out by the Town hall of Madrid in the first third of
the 20th century centred on elaborating plans of action for the development of the
working housing coming 1932 to the creation of the Municipal Patronage of Cheap
Houses to take charge of the administration of the constructed housings.
E
s de sobra conocido el papel que cumplió la vivienda social en el primer
tercio del pasado siglo en las ciudades españolas: el gran desarrollo urbanís-
tico del que fueron objeto ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, por
poner algunos casos, y la proletarización de las clases bajas al calor de la indus-
trialización experimentada desde el último tercio del siglo XIX plantearon un grave
problema que había que encauzar. Madrid no iba a ser menos: en los primeros años
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 359
del siglo XX, la ciudad fue objeto de una actividad urbanística, sin precedentes,
que se intentó canalizar mediante la reforma de la Ley del Suelo y la creación del
Instituto de Reformas Sociales en 1903. Ambos hechos influyeron positivamente en
la dinamización de la política de vivienda social y motivaron la imperiosa necesidad
de estudiar cómo mejorar las condiciones de vida de las familias obreras.
Los datos que nos depara la demografía madrileña son elocuentes: entre
1915-1920 la población madrileña aumentó en 119.823 habitantes; paralelamente,
el número de viviendas se incrementó en 14.964, a todas luces insuficiente para
responder al crecimiento de la población. Según los datos oficiales de empadrona-
miento, las viviendas existentes en 1920 eran 172.777, de las cuales 30.000 estaban
en condiciones insalubres. Lo primero que dedujeron las autoridades municipales
fue la agudización progresiva del hacinamiento en las viviendas de la ciudad: en
1900 había 39 habitantes por edificio, ocupando 194 metros cuadrados por habi-
tante; diez años después había pasado a 43 habitantes por edificio y 111 metros
cuadrados por habitante; en 1920 ya eran 47 habitantes por edificio y 89 metros
cuadrados por habitante1. Un informe realizado por dos funcionarios, los señores
Bravo y León2, explicaba que 41.777 familias del municipio ocupaban viviendas de
precio demasiado elevado para su capacidad económica, lo cual iba en detrimento
de la calidad de vida de las familias.
El ritmo de construcción de nuevas edificaciones era francamente insuficiente
ante estas demandas. Así, la Memoria de la Conferencia Nacional de la Edificación,
nos cuenta que las licencia de construcción concedidas en Madrid en 1914 fueron
de 1.153, en 1921 se dieron 330 y en 1922 únicamente 6. Obviamente, entre las
causas de esta bajada en la producción de viviendas está la subida del precio de
los solares, materiales de construcción, etcétera.
A lo largo de este artículo se analizará la política de vivienda social del Ayun-
tamiento de Madrid a partir de las bases normativas que la rigieron, consecuencia
ante todo de la legislación generada desde el propio Estado.
Por iniciativa del Instituto de Reformas Sociales, el rey Alfonso XIII decretó
el 12 de junio de 1911, con la preceptiva sanción de las Cortes, una ley para el
(1) Moción del Proyecto General sobre vivienda, presentada por el conde de Vallellano, alcalde de Madrid
en 1924.
(2) Archivo de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (A.E.M.V.S.), caja 1, expte. 2.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
360 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
fomento y mejora de las casas baratas. Su consecuencia posterior es el Reglamento
de 11 de abril de 1912. Veamos con más detenimiento su articulado:
La ley definía las casas baratas como las construidas o que se intenten cons-
truir por los particulares o colectividades para alojamiento exclusivo de cuantos
perciben emolumentos modestos como remuneración de trabajo. También se acordó
crear una Junta de fomento para la supervisión del proceso. Las viviendas podían
ser casas aisladas, en poblado o en el campo, casas de vecinos o en barriadas para
alojamiento de familias, o bien en casas para recibir a personas solas, con habitacio-
nes independientes, sin que en ningún caso se pudieran subarrendarse ni destinarse
a establecimiento de bebidas alcohólicas.
Las obras se supervisaban por la Junta de fomento y mejora de habitaciones
baratas. Se debía dar cuenta a dicha Junta del terreno en que se iba a edificar a fin
de garantizar su inspección, organizar concursos, otorgar premios y, en general,
utilizar cuantos medios fuesen adecuados para suscitar la iniciativa social a favor
de la construcción y mejora de las basas baratas. La Junta dependía del Ministerio
de la Gobernación. Los Ayuntamientos, por último, podían acordar la construcción
de viviendas baratas, solicitando al efecto la subvención a que se refería esta Ley,
en las mismas condiciones que cualquier otra entidad, destinando a dicha construc-
ción los recursos de que disponían o contratando un empréstito en las condiciones
determinadas por esta Ley3.
Esta norma se desarrollaría pocos años después mediante la Ley de 10 de
diciembre de 1921. En ella se dictaba, en su capítulo primero, el concepto legal de
las casas baratas, precisando cómo debían ser construidas: podían estar aisladas,
unidas a otras o formando grupos o barrios, y podían tener uno o varios pisos4.
Gozaban también de los beneficios que se concedía a las casas baratas en cuestión
de exención de impuestos y al derecho a optar a la subvención directa. Se consi-
deraban como parte integrante de las mismas los patios, huertos y parques y los
locales destinados a gimnasios, baños, escuelas y cooperativas de consumo que
fuesen accesorios de una casa o grupo de casas baratas y guardasen con ellas la
debida proporción en cuanto a su extensión e importancia. En el sentido opuesto,
no se podía considerar casa barata aquella en que los beneficiarios tuviesen que
pagar un alquiler anual superior a la quinta parte de sus ingresos.
El capítulo segundo detalla los medios para fomentar la construcción de ca-
sas baratas; así, se puntualizan las autorizaciones del Estado y organismos locales,
o, en el artículo 11, la promoción institucional de los terrenos, al mencionar que «el
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 361
Estado, la provincia o el municipio podrán arrendar, vender, dar a censo o ceder gra-
tuitamente los terrenos de su propiedad que sean adecuados para la construcción de
casas baratas». En consecuencia, los ayuntamientos podían realizar la construcción
de casas baratas en terrenos de su propiedad, como también la compra de extensio-
nes de terreno a propósito para esta clase de construcciones, a fin de urbanizarlos
convenientemente y arrendarlos o enajenarlos después con destino a casas baratas.
Para realizar estos fines, los ayuntamientos podían acordar empréstitos especiales.
Respecto a las exenciones tributarias, debe destacarse que quedaban exentas
de los impuestos de derechos reales y transmisión de bienes y del timbre del Estado:
- Los contratos que se celebraban para la adquisición de terrenos destinados
a la edificación de casas baratas, y los de venta de las mismas, otorgados por
los particulares o sociedades constructoras. La segunda y posteriores ventas de
estos solares y casas no gozaban de esta exención.
- Los contratos de arrendamiento hechos dentro de veinte años, contados desde
la fecha de declaración de casas baratas.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
362 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
Sobre el abono de intereses de préstamo, obligaciones y subvención directa,
el artículo 33 dice que «se consignaba anualmente en los Presupuestos Generales
del Estado la cantidad de un millón de pesetas con destino al fomento de casas
baratas. El 50 por ciento de esta cantidad se empleaba en pagar una parte alícuota
de los intereses que devengaban los préstamos hipotecarios. El otro 50 por ciento
se empleaba en subvenciones a los particulares y Sociedades constructoras».
Las infracciones cometidas por los constructores, propietarios o inquilinos
de casas baratas, de las disposiciones contenidas en la Ley de 11 de diciembre de
1921, podían ser castigadas con la privación de todos los beneficios, con anulación
de las calificaciones y con multa.
El capitulo III se dedica a los deberes de los Ayuntamientos y expropiación
forzosa. Los Ayuntamiento de aquellas poblaciones donde se construían casas ba-
ratas estaban obligados a redactar un proyecto con la descripción de cada uno de
los solares o fincas, y si eran de propiedad particular, por no poseerlos los Ayun-
tamientos, se expresaba el nombre y domicilio de los propietarios. Si los terrenos
no estaban urbanizados se debía incluir en el proyecto, las obras de urbanización
que fuesen indispensables. También se hacía constar en el proyecto el plazo de
realización, que no podía exceder de veinte años. Terminados los proyectos eran
sometidos a la aprobación del Ministerio de Trabajo.
En el capítulo IV se precisa la organización del servicio de Casas Baratas
y se puntualiza como se creaban las Juntas de Casas Baratas. El Ministerio de
Trabajo por iniciativa propia o a petición de corporaciones oficiales o privadas,
previo informe del Instituto de Reformas Sociales, podía acordar la constitución
de una Junta de Casas Baratas que estaban presididas por el Alcalde y constaba
de nueve vocales. El modo de funcionar de las Juntas estaba determinado por el
Reglamento. La transmisión por herencia de las casas baratas estaba especificada
en el capítulo V, y el capítulo VI precisaba como debía ser el Saneamiento de ha-
bitaciones insalubres.
El desarrollo y aplicación de esta norma se realizó mediante el Reglamento
para la aplicación de la Ley de Casas Baratas, aprobado por Real Decreto de 8
de Julio de 1922. Así, los terrenos en que se construían las casas baratas debían
reunir las condiciones necesarias para garantizar que no hubiera filtración de aguas
subterráneas ni meteóricas; debían estar alejados de aguas estancadas, estercoleros
y basureros, cementerios, establecimientos insalubres y, en general, de todo foco
de impurificación del aire, y una serie de prescripciones de índole constructiva,
como que los cimientos y muros debían construirse de forma que protegiesen de
la humedad del suelo; que las aceras tuvieran un mínimo 60 cm. de anchura con
el objeto de impedir las filtraciones de agua en la parte inferior de los muros, la
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 363
limitación del número de pisos a la planta baja y primer piso y su altura mínima
(planta baja de tres metros, y primer piso de, 2,80), y por último, su distribución
interior. Como reza el Reglamento, la pieza de estar, o comedor, tenía capacidad
mínima de 40 metros cúbicos; la cocina, de 20 metros cúbicos; los dormitorios, si
eran utilizados por una sola persona, un mínimo de 20 metros cúbicos; si la utilizan
dos, 30 metros cúbicos, y si era utilizada por tres, 40 metros cúbicos. Las piezas
destinadas a roperos y despensas no podían tener en planta un lado mayor superior
a 1,50 metros, y en ningún caso podían ser utilizadas como dormitorios.
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364 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
que le reconocen el artículo 37 del Código civil con el 4º vigente del Estatuto
Municipal, acuerda que en el término de quince días a contar desde el en que
fuere firme este acuerdo, comparezca el señor Alcalde Presidente ante Notario
para otorgar escritura de fundación del Banco Municipal de Construcción, con
arreglo a las siguientes bases:
BASE 3ª: El Banco Municipal de Construcción, es una entidad jurídica con
personalidad y responsabilidad independiente del Ayuntamiento y tiene plena
capacidad, sin perjuicio (de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 37 y 38
del Código Civil) de las limitaciones establecidas en las bases que siguen.
BASE 4ª: La representación del Banco Municipal de Construcción corresponde
a su Consejo de Administración que se integra de la siguiente manera: a), tres
vocales, elegidos anualmente por el Ayuntamiento de entre sus Concejales; b)
dos vocales, elegidos anualmente por la Asociación oficial de Vecinos de Ma-
drid, y c), un presidente designado por los Vocales y de entre ellos.
BASE 5ª: Las operaciones a que se dedicará el Banco Municipal de Construc-
ción, son las siguientes:
1ª Formación de proyectos de Casas baratas a que se refiere el artículo 43 del
Decreto Ley de 10 de octubre de 1924, que deberán ser elevados previa apro-
bación o modificación del Ayuntamiento al Ministerio del Trabajo, Comercio
e Industria. Luego de aprobados por este organismo, el Ayuntamiento los
remitirá al Banco para su ejecución. La ejecución de las obras la contratará
el Banco con terceras empresas y mediante subasta. Ejecutada la construcción
de las casas baratas de que habla el párrafo anterior, el Banco Municipal de
Construcción las inscribirá como de su dominio en el Registro de la Propiedad
y seguidamente procurará: a) su venta a plazos largos y en su caso por pisos.
La inscripción de transferencia del dominio en el Registro se verificará previa
otorgación de la correspondiente escritura pública al satisfacerse el último de
los plazos, y b), en su defecto las alquilará
Todas las operaciones que el Banco realice sobre construcción, gestión, ena-
jenación, etc., de casas baratas se atemperará a lo dispuesto en el Decreto-ley
de 10 de octubre de 1924.
2ª Construcción por contrata con terceras empresas y mediante subasta de
casas cuyas condiciones económicas excedan el tipo de “baratas”. Inscripción
de las mismas en el Registro de la Propiedad a favor del Banco y en concepto
de dominio. Venta de las mismas por pisos al contado o a largo plazo. La
inscripción de transferencia del dominio en el Registro, se verificará previa
la otorgación de la correspondiente escritura pública al satisfacerse el último
de los plazos.
3ª Préstamos refaccionarios, hipotecarios o pignoraticios para el saneamiento
de viviendas insalubres que radiquen en el térmico municipal de Madrid.
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BASE 6ª La realización de las operaciones a que se refiere la base anterior
lleva consigo el cumplimiento de los siguientes gastos: 1, gastos de manteni-
miento del Banco en general; 2, costo de producción de las casas y montante
de los préstamos; 3, amortización de las casas construidas. Las cantidades
detraídas en concepto de amortización podrán ser invertidas en nuevas ope-
raciones del Banco o en títulos de la Deuda del Ayuntamiento o del Estado,
y 4, amortización e intereses de las obligaciones hipotecarias emitidas sobre
las casas propiedad del Banco.
BASE 7ª Para satisfacer estos gastos el Consejo de Administración del Banco
Municipal de Construcción, afectará al cumplimiento de los mismos la totalidad
de sus ingresos que se integran así:
1. El Ayuntamiento aporta de presenta a la fundación del Banco Municipal
de Construcción y en metálico la suma de 7.163.568,04 pesetas, sobrante de
la cuenta de Resultas aneja al presupuesto de 1924-25.
2. El Ayuntamiento transfiere de presente al Banco Municipal de Construcción
la propiedad de los solares registrados en el Inventario de propiedades de la
Villa de 31 de marzo de 1923, con los números: 72, 73, 76, 79-84, 86-89,
91-93, 100, 101, 104, 106-110, 113-116, 118, 199, 121-125, 130, 131, 139
y 143, cuyo valor según las tasaciones que constan en el referido inventario
es de 1.548.485, 84 pesetas.
3. El Ayuntamiento se compromete a entregar anualmente, durante los treinta
años inmediatos, una subvención igual al 50 por 100 de lo recaudado por el
arbitrio sobre el incremento de valor de los terrenos.
4. Además de estos ingresos, el Banco Municipal de Construcción disfrutará
de los siguientes: a), auxilios que otorgue el Estado a los proyectos aprobados
de casas baratas; b) cuotas de amortización e intereses de las casas vendidas
por el Banco; c), renta de las casas alquiladas; d) cuotas de amortización
e intereses de los préstamos, y e) importe de las Obligaciones al portador
emitidas con la garantía hipotecaría de las casas inscriptas a su favor. Para la
adquisición de estas obligaciones será preferido el Estado si lo hiciere a los
tipos marcados por el artículo 26 del Decreto ley de Casas Baratas.
BASE 8ª El Consejo de Administración ejercerá una acción directriz fijando
anualmente: 1, los gastos de mantenimiento del Banco General; 2, el tipo anual
de amortización de sus propiedades, 3, las distintas combinaciones de venta
a largo plazo de las casas construidas, y 4, el tipo de alquiler de las casas
arrendadas.
El Consejo de Administración fijará trimestralmente: 1, las cantidades destina-
das a cada una de las operaciones.; 2, el interés de los préstamos que conceda,
y 3, el importe de las Obligaciones hipotecarias a emitir y las condiciones de
la emisión.
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366 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
BASE 9ª El Ayuntamiento ejercerá el control. Las actas de las sesiones del Con-
sejo de Administración se publicaran en el Boletín del Ayuntamiento de Madrid.
El Pleno del Ayuntamiento, en sesión ordinaria o extraordinaria, podrá en todo
caso, interpelar y remover a los Concejales que sean Vocales del Consejo de
Administración del Banco. El presupuesto anual de gastos de mantenimiento
del Banco que fijará el Consejo en virtud de lo dispuesto en la base anterior,
requiere la aprobación previa del Ayuntamiento para ser firme. Los ejercicio
económicos del Banco Municipal de Construcción coincidirán con el ejercicio
económico del Ayuntamiento y por todo el mes siguiente al de la terminación
de cada ejercicio, el Consejo de Administración remitirá al Ayuntamiento las
cuentas del anterior, para su aprobación.
Los acuerdos del Consejo de Administración en general podrán ser anulados o refor-
mados por el Ayuntamiento en el plazo de ocho días siguientes al de su publicación
en el Boletín, solamente si fueren contrarios a las disposiciones de estas bases.
BASE 10ª La extinción del Banco Municipal de Construcción habrá de acordar-
se por medio del referéndum. Extinguido el Banco se procederá a la liquidación
de sus débitos y créditos y el remanente si lo hubiere pasará al Ayuntamiento.5
(5) A.E.M.V.S., caja 1, exp. 1. Conde de Vallellano. Moción del Proyecto General Sobre Vivienda. Madrid,
1924. pp. 9-12.
(6) A.E.M.V.S., caja 1, exp. 1, pp. 13-17.
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La segunda, por su parte, se hacía respetando el derecho de propiedad, recu-
rriéndose a la expropiación forzosa en casos imprescindibles. El Ayuntamiento de
Madrid tomo el acuerdo de dirigirse al Gobierno solicitando la implantación por
Decreto-ley de unas bases reguladoras que contenían, entre otras, las siguientes
bases:
- Se requería levantamiento de acta notarial en la que debían figurar los nombres
y apellidos del requirente y del requerido, la situación del solar, el precio por
pie cuadrado, el compromiso de pago y el compromiso de edificar en dicho
solar en el término de seis meses.
- Resguardo justificativo de la consignación por el requirente en el Banco
Municipal de la Construcción del 25 por 100 del importe del valor ofrecido
en garantía.
- No podía hacerse requerimiento alguno ni utilizar el derecho que concedía
este proyecto para la adquisición de solares con destino a teatros, cines, espec-
táculos, garajes, fábricas, talleres y en suma a edificaciones de uso industrial,
cualesquiera que sean, aunque interiormente encierren habitaciones, sino para
la construcción de viviendas exclusivamente.
- No podía asimismo hacerse requerimiento alguno a precio inferior al promedio
que tenía señalado la Administración municipal para la calle o plaza de que se
trataba, siendo nulo y sin valor alguno dicho requerimiento en caso contrario.
- El acta notarial de proposición para la venta se presentaba con una instancia
ante la Junta Municipal de la Edificación, la cual, en el término improrrogable
de quince días, requería de oficio al propietario para que se personase en el
expediente y dentro del plazo de un mes tenía que contestar si aceptaba la
proposición hecha para la compra del solar.
- El comprador de un solar adquirido está obligado a proceder a su edificación
dentro del plazo improrrogable de seis meses y a terminar las obras en el pe-
ríodo de tres años como máximo7.
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368 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Madrid y que ésta hizo suyo al tener el
honor de elevarlo al Ayuntamiento de Madrid el 28 de noviembre de 1924.
En primer lugar, puntualiza Ruiz Jiménez, que el proyecto del Conde de Valle-
llano es interesante pero supone un agravio al derecho de la propiedad en general y
particularmente, al interés legítimo de los propietarios de Madrid. Pone de manifiesto
el deseo de la Cámara de la Propiedad de Madrid de fomentar la edificación con todos
los recursos posibles y, tras analizar la moción del Alcalde, dice que el problema de
la vivienda en Madrid debía resolverse del mismo modo que lo estaban haciendo en
todas las partes del Mundo, «con el auxilio económico del Estado, de la Provincia y
del Municipio»8, pero sin que ese auxilio económico constituya «un peso muerto que
imposibilite el alquiler barato». Propone la anulación de la Caja Municipal de Crédito
Inmobiliario y la creación para sustituirla del Banco de Crédito de Construcción.
Según el informe de Ruiz Jiménez, la diferencia entre ambas entidades estribaba en
que la Caja, con la garantía solidaria de la Corporación y con capital inicial de 7,9
millones de pesetas del empréstito y una emisión de cuarenta millones de pesetas
en obligaciones, sus operaciones habían de ser exclusivamente crediticias, salvo la
compra-venta de terrenos al contado o a plazos. El Banco, que por la moción se
propone, estaba deslindado completamente del Ayuntamiento y tenía plena capacidad
jurídica, sin perjuicio de determinadas limitaciones. Este Banco podía construir casas
baratas, venderlas por pisos al contado o a largo plazo, alquilarlas y verificar prés-
tamos refraccionarios, hipotecarios o pignoraticios para el saneamiento de viviendas
insalubres. Su capital era la aportación del Ayuntamiento procedente del empréstito
de 39 solares propiedad de la Villa, tasados en 1.548.485 pesetas y del cincuenta
por ciento de lo recaudado por el arbitrio sobre incremento del valor de los terrenos,
que el Ayuntamiento se comprometía a entregar anualmente. Aparte de los ingresos
por auxilios, cuotas de amortizaciones, rentas, intereses e importe de obligaciones al
portador, emitidas por la garantía hipotecaria de las casas inscritas a favor del Banco.
Éste, aunque independiente del Ayuntamiento, y con personalidad propia, tenía que
someter sus resupuestos y sus cuentas y balances a la aprobación del Ayuntamiento,
que podía, constituido en pleno, controlar, interpelar y remover los Concejales vocales
del Consejo de Administración. Debía formarse con tres Concejales elegidos todos
los años por la Corporación Municipal y otros dos, también nombrados anualmente,
por la Asociación Oficial de Vecinos de Madrid, con un Presidente designado por los
Vocales entre ellos.
No fue nombrado ningún representante de la Cámara de la Propiedad lo cual
hizo que este organismo se pusiera en contra de las medidas adoptadas por el conde
(8) A.E.M.V.S., caja 1, exp. 2. Informe de la Comisión de Asuntos Municipales presidida por Joaquín Ruiz
Jiménez.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 369
de Vallellano. El informe critica negativamente los capítulos complementarios del
Proyecto General de Vivienda titulados «Municipalización de las fianzas de alquiler»
y «Movilización de solares».
Respecto al primero de los proyectos, «Municipalización de las fianzas de
alquiler», dice que se apodera de las cantidades que el arrendatario depositaba
en poder del arrendador para cubrir los daños que se podían ocasionar en la
finca y llevarlos al Banco Municipal de Construcción para que los intereses que
producidos fuesen destinados a operaciones bancarias y constituía el procedi-
miento a seguir del segundo proyecto, el «Movilización de solares» por el solo
requerimiento notarial de un supuesto comprador, que ofrecía precio por ellos,
teniendo el propietario la obligación de vender o de comprometerse a construir
en el término de seis meses, compromiso al cual quedará también obligado el
requirente; imponiéndose al propietario que se negase a vender o a edificar, el
castigo de satisfacer en lo sucesivo, y desde la fecha del requerimiento, la con-
tribución urbana y sus recargos, correspondientes al importe del valor asignado
en el acta de requerimiento, como si realmente hubiera construido, y además se
le aplicará la cuarta parte de los impuesto y recargos municipales que la finca
proyectada hubiera dado lugar.
Ambos proyectos estaban fuera de la competencia municipal y para al-
canzar fuerza ejecutiva exigían una reforma nada menos que del Derecho Civil
vigente, que amparaba a la propiedad y a sus habitantes. Termina su crítica
pidiendo que se debían desglosar del Proyecto General sobre vivienda los ca-
pítulos de Municipalización de fianzas y Movilización de solares, sin perjuicio
del mayor estudio de las precedentes enmiendas que se acuerden al Banco
Municipal de Construcción para que se consiga la finalidad de construir muchas
casas que resulten baratas para lo cual la Cámara de la Propiedad Urbana de
Madrid ofrecía toda su cooperación.
El arquitecto Vicente Agustí Elguero fue otro de los que hicieron un informe
al Proyecto General sobre Vivienda en el que puntualiza que la escasez de viviendas
económicas era un problema mundial, que parte del encarecimiento de la mano de
obra y de los materiales, pero según su opinión la principal causa es el encareci-
miento de los solares. Propone como solución conseguir un suelo más barato para lo
cual considera que se debe comprar grandes extensiones de terreno, urbanizándolo
y dotándolo de medios de comunicación adecuados y después interesar al capital
facilitando dinero a recudido interés9.
(9) A.E.M.V.S., caja 1, exp. 2. Informe presentado por Vicente Agustí Elguero el 30 de noviembre de 1924.
pp. 41-44.
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370 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
El 31 de enero de 1925 el concejal Agustín González de Amezua presentó
una ponencia sobre la moción de la alcaldía del Proyecto General sobre Vivienda10
en la que indica que el proyecto adolece de «planteamiento, orientación y proce-
dimiento». Indica que
[...] plantear el problema es ante todo definirlo y desmenuzarlo, indagando
las causas que lo originan, analizando su importancia y alcance, así como los
males que engendra, para justificar la iniciativa del Municipio en abordarlo
y acometerlo, bases morales imprescindibles sobre que descansará mas tarde
la suma de sacrificios de todo orden en que consistirá su remedio. Orientar
el problema es trazar el rumbo que haya de imprimírsele hasta alcanzar su
solución integral o posible, señalando a la vez los órganos sociales y jurídicos
a quienes toca privativamente su remedio. De este modo se definen y limitan
las posiciones respectivas de cuantos tienen que cooperar a su resolución, se
concretan las participaciones singulares en la labor común, y se deducen por
último las responsabilidad que por inacción, indeferencia o abandono en el
cumplimiento de las obligaciones respectivas tocará a cada uno, evitando ade-
más que por generosa pero irreflexiva ambición del Ayuntamiento avoque para
si la resolución integral del problema.11
(10) A.E.M.V.S., caja 1, exp. 2. Informe del Concejal del Ayuntamiento de Madrid, Agustín González de
Amezua. pp. 76-91.
(11) A.E.M.V.S., caja 1, exp. 2, pp. 76-91.
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 371
Causas principales a que han obedecido estas subidas: distinguiendo las
consolidadas e intangibles, como son todas las relativas al jornal y mejoramiento
del obrero.
Remedios y soluciones: cuya realización también correspondería al Municipio,
realizando unos cuestionarios que oficialmente elevaría a los organismos intere-
sados y competentes en la materia, tales como las Asociaciones de Arquitectos y
de Contratistas, las Sociedades de construcción mas reputadas, las Cooperativas
de Casas Baratas y las entidades obreras mas concurridas, como la del Pueblo, la
Federación de Sindicatos Católicos de Obreros. Este cuestionario se redactaría en
preguntas breves y concretas para su conciso informe o contestación por cada una
de las entidades consultadas y las conclusiones serían elevadas al gobierno con la
Ponencia general.
4. Facilitación del crédito y medio financieros. En el cuarto de los factores
integrantes del problema de la construcción encajan el Banco Municipal de Cons-
trucción y Municipalización de las fianzas de alquiler y González de Amezua los
deja para la discusión de su totalidad.
5. Cooperación del Estado y del Municipio. Primas, exención de tributos
y arbitrios. Parece inexplicable que se haya excluido de la Moción del Alcalde-
Presidente cuando precisamente tiene en la vida municipal valiosos precedentes
abonados por el éxito.
El 10 de octubre de 1924 se publicó por el Directorio Militar un Decreto
Ley donde se fijaba y establecía la cooperación del Estado en la construcción de
la vivienda barata. Habiéndole ya precedido el Real Decreto de 19 de febrero de
1924 que otorgó una subvención directa de 1500 pesetas a cada piso que se am-
pliara o elevara en las casas ya construidas con alquileres máximos de 45 pesetas
mensuales, eximiéndoles a la vez de toda clase de arbitrios municipales, licencias
de construcción, inquilinato y contribución urbana; auxilio que pocos días después
se acentuaba por la Real Orden de 3 de marzo de 1924 que extendió el beneficio
no ya a los pisos, sino a cada una de las viviendas singulares que comprendieran
las nuevas plantas que hubieran de edificarse.
Pero todo resulta poco en esta política de auxilio social ante el Decreto Ley
de 10 de octubre de 1924, llamado de Casas Baratas donde, recogiéndose las conclu-
siones de la Conferencia Nacional de la Edificación y el resultado de la información
abierta por el Instituto de Reformas Sociales se modifica la antigua Ley de Casas Ba-
ratas de 10 de diciembre de 1921 en términos muy amplios. Esta novísima disposición
cumple a la vez tanto con el factor anteriormente planteado: facilitación de crédito
y elementos financieros, como con el que ahora ocupa de Cooperación del Estado.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
372 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
En cuanto a la facilitación de crédito y elementos financieros, la concesión de
préstamos hasta la cantidad global de 100 millones de pesetas para la construcción
de casas baratas con un tipo de interés reducido, que oscila según los casos entre
el 2 y el 5 % como máximo, pudiendo llegar los préstamos hasta el 55% del valor
de los terrenos y el 70% de las casas ya terminadas (art. 24-29) supone un esfuerzo
tan considerable e insospechado por parte del Fisco que acaso no tenga paralelo
en ninguna otra nación del mundo del orden de la nuestra. La cooperación del
Estado se manifiesta también por las exenciones tributarias de derechos reales, de
transmisión de bienes y de timbre acordadas en los artículos 17 al 22 del Decreto
Ley y mas singularmente con la concesión de primas directas a la construcción que
pueden alcanzar al 20% del valor total del edificio levantado.
El Ayuntamiento, en pleno del día 8 de febrero de 1926, acordó el anuncio
del concurso de instancias solicitando el otorgamiento de anticipos con destino a la
construcción de Casas Baratas. En el Boletín del Ayuntamiento de 19 de febrero de
1926 se anuncia el concurso, al que únicamente se pudieron presentar las Cooperativas
legalmente constituidas, con calificación y justiprecio de terrenos, integradas por natu-
rales y vecinos de Madrid, aunque el emplazamiento de las mismas estuviese situado
fuera del término municipal, siempre que la zona sea limítrofe. Las instancias debían
expresar las garantías que ofrecían las Cooperativas. Durante el mencionado plazo de
un mes se admitieron, igualmente, instancias formuladas por Cooperativas legalmente
constituidas dedicadas a la construcción de casas económicas, a cuya atención se atendía
únicamente en el caso de que el importe de los anticipos que se concedían a las Coope-
rativas de Casas Baratas no absorbiesen la cantidad que el Ayuntamiento dedicaba para
atender la concesión de estos anticipos reintegrables. Las entidades que se acogieron
a esta convocatoria fueron la Cooperativa El Hogar Ferroviario, Cooperativa de Casas
Baratas Casa del Pueblo Radical, Cooperativa del Ministerio de la Guerra, Real Institu-
ción Cooperativa para funcionarios del Estado, provincia y Municipio, Cooperativa de
Carteros Grupo Thebussianio, Cooperativa Primo de Rivera, Cooperativa Obrera para
la adquisición de casas baratas, la Unión Nacional de funcionarios civiles, Cooperativa
Bellas Vistas, Cooperativa Ciudad Jardín del Norte, la Ciudad Jardín Conde de Valle-
llano, Cooperativa Los Pinares, Propiedad Cooperativa Grupo de la Quinta del Berro,
Ciudad Jardín Alfonso XIII, y Ciudad Jardín Alfonso XI.
Años más tarde, en concreto el 2 de enero de 1929, el Ayuntamiento de
Madrid tomo en consideración una propuesta del concejal Arteaga, en la que pun-
tualizaba el estado de la vivienda en Madrid, destacando la escasez de viviendas,
lo que producía el hacinamiento de la clase mas humilde de la población, constitu-
yendo un indudable peligro para la salud del vecindario y proponía la desaparición
de las chozas que existían dentro del término municipal con la adopción de los
siguientes acuerdos:
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 373
- La adquisición, mediante concurso, de los terrenos necesarios.
- La construcción de 1.000 viviendas por el sistema de casas en serie.
- Que los gastos que se produzcan se satisfagan con cargo al crédito de ocho
millones de pesetas consignado en el presupuesto extraordinario de 1923 para
fomentar la construcción de casas baratas, habilitando la suma excedente dentro
del mismo presupuesto o del ordinario en curso.
(12) Dictamen de la ponencia designada por la Comisión de Fomento para proponer el régimen de
concesión de Casas Ultrabaratas y un proyecto de reglamento para inquilinos, beneficiarios y copropietarios
y propuesta de concurso para dotar de ajuares a las viviendas, Madrid 1932, A.E.M.V.S., caja 4, exp. 5.
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374 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
Una vez construidas las casas ultrabaratas por el Ayuntamiento de Madrid
se estudió detenidamente el régimen de su concesión, alquileres y remuneraciones
a percibir por su uso, así como, la forma de llevar a cabo el cobro de alquileres,
administración, vigilancia y conservación de las casas, calzadas y vías públicas y
el régimen de copropiedad.
Los espacios libres comprendidos entre las fachadas secundarias de las
casas eran propiedad del Ayuntamiento quien cuidaba de hacer en ellos las
plantaciones más convenientes a propuesta del Patronato Municipal de Casas
Ultrabaratas13.
Para poder solicitar la concesión de estas viviendas era preciso poseer una o
varias de las condiciones siguientes: ocupar las chozas que habrán de ser derribadas;
ocupar buhardillas sin servicios y declaradas insalubres; vivir en casas declaradas
ruinosas o de inmediata demolición; haber quedado inútil en el servicio armado de
la patria o en accidente del trabajo, y en caso de sobrante se adjudicarán a obreros
o empleados, dando preferencia a los de menor haber, jornal o emolumentos. En
todos los casos debían acreditar ser vecinos de Madrid, con residencia mínima de
dos años, y las solicitudes se tenían de dirigir al Presidente del Patronato Municipal
de Casas Ultrabaratas.
En el artículo 16 se menciona que «el excelentísimo Ayuntamiento de
Madrid tiene a su cargo la tutela, inspección y administración de fincas, tanto
de las entregadas en arrendamiento, si las hubiera, cuanto de las entregadas en
capitalización, y a tal efecto nombrará un Patronato Municipal de Casas Ultra-
baratas, para intervenir en cuanto afecte a las relaciones entre la Corporación y
los concesionarios, decidiendo sobre la formación de las listas de candidatos y
resolviendo cuantas quejas, reclamaciones, peticiones y solicitudes se relacionen
con las casas ultrabaratas»14.
En los siguientes artículos se siguen dando acuerdos para el Patronato, en el
17 se dice que los acuerdos son ejecutivos e inapelables, el artículo 18 menciona que
todos los miembros del Patronato tienen derecho a inspeccionar por si las viviendas
cuantas veces lo estimen conveniente, informando a la Junta de cuantas deficiencias
encuentren y proponiendo los medios para corregirlas y evitarlas y el artículo 19
dice que «Independientemente del derecho antes indicado, el Patronato nombrará
de su seno una o varios visitadores que le representen, encargados de realizar por si
las visitas periódicas oportunas y de ejercer la constante vigilancia de los grupos».
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 375
El Patronato debía nombrar un Administrador que asistía a las reuniones
del Patronato con voz pero sin voto y era encargado de levantar las actas de las
reuniones que se celebraban.
En el apartado dedicado a las obras se van definiendo funciones del Patronato
Municipal de Casas Ultrabaratas. Merece la pena la transcripción completa de todas
esas funciones:
Artículo 29. La ejecución de las reparaciones, cuyo importe máximo será seña-
lado por el Patronato, podrá ser acordada y realizada directamente por el Admi-
nistrador, dando cuenta de su realización en la primera reunión que se celebre.
Artículo 30. Los trabajos de mayor importancia, que revistan el carácter de
urgentes, podrán ser ordenador por el Presidente del Patronato, a propuesta del
Administrador, previo informe de la Dirección de Arquitectura Municipal o del
Arquitecto encargado de las viviendas, si lo hubiere nombrado, a reserva de la
ulterior aprobación por el Patronato. En el caso de trabajos de importancia que
no sean urgentes, será preciso el acuerdo previo del Patronato, visto el informe,
si procede, de la Sección de Arquitectura Municipal.
Artículo 31. Obligatoriamente se realizará anualmente el blanqueo de cocina
y W.C., limpieza de chimeneas y repaso de tejados y limas de las cubiertas
de las fincas, sin que sea precisa la autorización previa del Patronato para la
realización de las citadas reparaciones.
Artículo 32. Todas las reclamaciones, consultas, quejas y peticiones serán
formuladas por escrito y dirigidas al Señor Presidente del Patronato de Casas
Ultrabaratas, o por intermedio del Administrador de las casas.15
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a constitución del capital en que se valora la vivienda y la correspondiente al
arrendamiento de la habitación.
Artículo 46. La parte de cuotas destinadas a capitalización es de la propiedad de
arrendatario en tanto no se formalice la escritura de copropiedad y se inscriba
en el registro correspondiente. Del resto dispondrá la Corporación para el reem-
bolso de intereses y gastos de entretenimiento durante el transcurso del contrato.
La fianza prestada se aplicará, de la misma forma en que los contratos de simple
arrendamiento, al pago de desperfectos al abandonar la vivienda, deduciendo de
la capitalización realizada la parte de gastos no cubierta por la fianza.
Artículo 47. Transcurrido el plazo estipulado de treinta años y constituida la
cantidad que al comienzo del contrato se determino como valor de la vivien-
da, pasará la suma capitalizada a poder del Ayuntamiento, como pago de la
habitación, y se otorgará el documento de venta correspondiente a favor del
beneficiario.
Artículo 48. Los contratos de arrendamiento se estipularán por tres meses,
y podrán rescindirse avisando por escrito con un mes de anticipación. Los
de capitalización o de arrendamiento con promesa de venta se realizarán por
treinta años, pero podrán ser rescindidos por parte del arrendatario después
de transcurridos los tres primeros meses en cualquier tiempo, devolviéndosele
entonces el importe de la parte destinada a capitalización satisfecha por todos
los años completos en que haya vivido en la casa, quedando a beneficio del
Patronato las cuotas correspondientes a los meses transcurridos que no lleguen
a computar un año.
Capítulo II – Condiciones de los contratos de arrendamiento.
Artículo 49. Los contratos de arrendamiento se redactarán de la forma siguiente:
1ª Don … en la representación que ostenta del excelentísimo Ayuntamiento, da
en arrendamiento al beneficiario D… la vivienda determinada en el presente
contrato para que la disfrute personalmente en unión de su propia familia, de-
terminada especialmente en la solicitud suscrita en…
2ª El plazo de duración del presente arrendamiento es de tres meses, paga-
deros por mensualidades adelantadas en los ocho primeros días de cada mes.
La falta del pago del arrendamiento en los plazos indicados dará lugar al
desahucio.
3ª El inquilino recibe el cuarto en perfecto estado de conservación y limpieza y
corriente de todos los servicios y accesorios, comprometiéndose a devolverlos
en iguales condiciones, obligándose al pago de los desperfectos.
4ª Cuando un inquilino quiera abandonar la vivienda lo comunicará por escrito,
dirigido al señor Presidente del Patronato, con un mes de anticipación. Si se
abandonase antes de dicho plazo, será de su cargo el abono del mes de despido.
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El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 377
5ª Queda terminantemente prohibido al arrendatario admitir huéspedes o efec-
tuar subarriendos, aunque ellos no sean estimados como tales por las leyes
vigentes, así como recoger a persona alguna. La contravención de esta condición
motivará la rescisión del presente contrato y la expulsión del inquilino de la
vivienda, siendo a su cargo las reparaciones eventuales de la misma y aplicando
a su pago la fianza depositada para el cumplimiento de este contrato.
6ª No se podrá establecer en las viviendas ninguna industria por la cual se
tuviera que satisfacer contribución industrial o de comercio, o que fuese con-
traria a la moral y buenas costumbres, consintiéndose únicamente los talleres
manuales en los que no existía asalariado alguno.
7ª Queda prohibido depositar en las viviendas, drogas y material inflamables,
así como sustancias peligrosas o malolientes que pudiesen molestas a los res-
tantes vecinos.
8ª Queda prohibido al inquilino asimismo:
Hacer modificaciones o introducir reformas en las viviendas tanto en el interior
como en el exterior de las mismas, sin que para ello haya solicitado y obtenido
permiso del Patronato.
Hacer fuego en las habitaciones fuera del lugar destinado a este fin.
Tender ropas u otros objetos en distinto lugar del establecido para ello.
Depositar basuras en las escaleras, portales y aceras. Verter aguas sucias o
residuos desde las ventanas a la calle o patios y abandonar los niños en las
escaleras y portales.
La utilización como corrales de los espacios libres comprendidos entre las
fachadas secundarias de las edificaciones, considerados como jardines púbicos.
9ª Es obligación del arrendatario barrer diariamente la escalera y fregarla una
vez al mes, en el trozo que le corresponda desde su piso hasta el inmediato
inferior. El inquilino de cada piso bajo tenía la obligación de barrer el portal
diariamente y fregarlo en las condiciones señaladas a las escaleras, turnando
con los demás beneficiarios.
10ª El inquilino se compromete a conservar debidamente su vivienda, siendo
responsable de los desperfectos y deterioros que en ella se produzcan por efecto
del mal uso de la misma.
11ª Responderá también el inquilino de que no se hagan inscripciones de nin-
guna clase en las paredes de su vivienda y cuidará de evitar las obstrucciones
en las tuberías de servicios generales.
12ª Los desatrancos de retretes y desagües interiores serán de cuenta del arren-
datario.
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El Patronato Municipal de Casas Baratas»
378 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
13ª Cada inquilino tendrá a su cargo el blanqueo de su vivienda una vez al
año, excepto la cocina y W.C. que eran blanqueados por cuenta del Patronato.
14ª Corresponderá también al inquilino el pago del importe del consumo de
agua que señale el contador divisionario establecido en su vivienda, en cuando
exceda de 150 litros diarios concedidos en este contrato.
15ª Toda contravención de las obligaciones del presente contrato dará lugar a
su rescisión, debiendo ser desalojada la vivienda en el plazo de un mes, a partir
de la fecha en que haya sido aquélla notificada.
16ª El inquilino deposita en este acto la cantidad de… pesetas como fianza del
cumplimiento del presente contrato.
Capítulo III. Condiciones de los contratos de capitalización o de arrendamiento
con promesa de venta.
Artículo 50. Los contratos de arrendamiento con promesa de venta serán re-
dactados con arreglo a las siguientes condiciones16:
1ª Don … en la representación que ostenta del excelentísimo Ayuntamiento, da
en arrendamiento al beneficiario D. …. La vivienda determinada en el presen-
te contrato para que la disfrute personalmente en unión de su propia familia,
determinada especialmente en la solicitud suscrita en…
2ª El plazo de duración del presente contrato es el de tres meses prorrogables
tácitamente y pagadero por mensualidades adelantadas en los ochos primeros
días de cada mes. La falta de pago del arrendamiento en los plazos indicados
dará lugar al desahucio.
3ª La cantidad convenida en concepto de precio de arrendamiento es la de
… pesetas al año, que corresponde a … pesetas al mes, en cuyo precio están
comprendidos los pagos por uso de la habitación, por cuota de capitalización
y por cuota a cuenta de gastos y reparaciones comunes, descomponiéndose los
pagos del arrendamiento del siguiente modo:
Por cuotas anuales de capitalización en plazo de treinta años.
Por derechos de alquiler y habitación.
Por cuota a cuenta de gastos y reparaciones comunes.
4ª Mediante los pagos no interrumpidos de estas cantidades durante el plazo de
treinta años, a contar del día de la fecha, la cuota de capitalización estipulada
representará la suma de … pesetas, en que, de común acuerdo, ha sido fijado
el valor de la vivienda entregada, en cuyo momento el excelentísimo Ayunta-
(16) Las condiciones son en muchos de los puntos iguales a las de arrendamiento sin promesa de venta,
los especificamos todos porque están recogidas en distinto punto.
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 379
miento, previa cesión al mismo de la suma constituida, otorgará al beneficiario
o a la persona que éste designe la correspondiente escritura de copropiedad.
Si los gastos y reparaciones comunes excediesen de las cantidades señaladas en
el párrafo tercero de la condición 3ª del presente contrato, el excedente sería
abonado por el beneficiario en prorrata de los daños a reparar en las viviendas
afectadas por los mismos y en relación con el valor atribuido a cada una.
5ª La falta de pago de un plazo mensual del arrendamiento, dentro del término
fijado para hacerlo efectivo, o desatención de las obligaciones que corren a
cargo del usuario o arrendatario, darán lugar al desahucio por falta de pago,
en la forma prescrita por la ley de Enjuiciamiento civil, siendo de cuenta del
arrendatario no solo las costas del procedimiento, sino también los derechos
de Letrado y Procurador, aun cuando no fuese preciso la intervención de los
mismos.
6º Llegado el caso, perderá e beneficiario todas las cantidades pagadas por
concepto de derecho de uso y habitación y por cuenta de gastos y reparacio-
nes comunes, practicándose la liquidación de su cuenta de capitalización por
anualidades completas.
7ª De la cantidad que corresponda devolverse al beneficiario se deducirán los
daños y perjuicios y gastos sufridos en la vivienda que resulte a disposición
del beneficiario, una vez desalojada la vivienda.
8º El beneficiario recibe el cuarto en perfecto estado de conservación y limpieza
y corriente de todos los servicios y accesorios, comprometiéndose a devolverlo
en iguales condiciones y obligándose al pago de los desperfectos con el importe
de la fianza depositada y las cuotas capitalizables entregadas.
9ª Cuando el beneficiario quiera abandonar la vivienda lo comunicará por es-
crito, dirigido al señor Presidente del Patronato, con un mes de anticipación.
Si se abandonase antes del plazo citado será de su cuenta el abono del mes de
despido.
10ª Queda terminantemente prohibido al beneficiario admitir huéspedes o
efectuar subarriendos, aunque ellos no sean estimados como tales por las leyes
vigentes, así como recoger a persona alguna. La contravención de esta condición
motivará la rescisión del presente contrato y la expulsión del beneficiario de la
vivienda, siendo a su cargo las reparaciones eventuales de la misma y aplicando
a su pago la fianza depositada o créditos a favor del capitalizador en poder del
excelentísimo Ayuntamiento.
11ª No se podrá establecer en la vivienda ninguna industria por la cual se
satisfaga contribución industrial o de comercio, o que sea contraria a la moral
y buenas costumbres, consintiéndose únicamente los talleres manuales en los
que no exista asalariado alguno.
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El Patronato Municipal de Casas Baratas»
380 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
12ª Queda prohibido depositar en las viviendas drogas y materiales inflamables,
así como sustancias peligrosas o malolientes que puedan molestar a los demás
vecinos.
13ª Queda asimismo prohibido al beneficiario:
Hacer modificaciones o introducir reformas en las viviendas tanto en el interior
como en el exterior de las mismas, sin que para ello haya solicitado y obtenido
permiso del Patronato.
Hacer fuego en las habitaciones fuera del lugar destinado a este fin.
Tender ropas u otros objetos en distinto lugar del establecido para ello.
Depositar basuras en las escaleras, portales y aceras. Verter aguas sucias o
residuos desde las ventanas a la calle o patios y abandonar los niños en las
escaleras y portales.
La utilización como corrales de los espacios libres comprendidos entre las
fachadas secundarias de las edificaciones, considerados como jardines púbicos.
14ª Es obligación del beneficiario barrer diariamente la escalera y fregarla una
vez al mes, en el trozo que le corresponda desde su piso hasta el inmediato
inferior. El inquilino de cada piso bajo tenía la obligación de barrer el portal
diariamente y fregarlo en las condiciones señaladas a las escaleras, turnando
con los demás beneficiarios.
15ª El beneficiario se compromete a conservar debidamente su vivienda, siendo
responsable de los desperfectos y deterioros que en ella se produzcan por efecto
del mal uso de la misma.
16ª Responderá también el beneficiario de que no se hagan inscripciones de
ninguna clase en las paredes de su vivienda y cuidará de evitar las obstrucciones
en las tuberías de servicios generales.
17ª Los desatrancos de retretes y desagües interiores serán de cuenta del arren-
datario.
18ª Cada benefi ciario tendrá a su cargo el blanqueo de su vivienda una
vez al año, excepto la cocina y W.C. que eran blanqueados por cuenta del
Patronato.
19ª Corresponderá también al beneficiario el pago del importe del consumo de
agua que señale el contador divisionario establecido en su vivienda, en cuando
exceda de 150 litros diarios concedidos en este contrato.
20ª Toda contravención de las obligaciones del presente contrato dará lugar a
su rescisión, debiendo ser desalojada la vivienda en el plazo de un mes, a partir
de la fecha en que haya sido aquélla notificada.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 381
21ª El beneficiario deposita en este acto la cantidad de… pesetas como fianza
del cumplimiento del presente contrato.
TITULO V – Régimen de copropiedad
Capítulo I – Propiedad común.
Artículo 51. Llegado el momento en que, por haberse realizado los pagos co-
rrespondientes a las fincas entregadas en capitalización, sea preciso entregar a
sus tenedores los títulos de propiedad de las viviendas del tipo 1, se procederá
al nombramiento de la Comisión o Comité de representantes, encargados, con el
Patronato nombrado por el Ayuntamiento, de entender en las cuestiones relacio-
nadas con el régimen de copropiedad de las viviendas en sus partes comunes y
proindivisas, según se determina en el artículo siguiente:
Artículo 52. Los proindivisos comunes comprenden: El total del terreno, ci-
mientos, muros de cierre y medianeros de las casas, portales, escaleras, puertas
exteriores y de entrada a las viviendas, ventanas de escalera y pasillo de acceso
a las viviendas, instalaciones generales de agua, gas, electricidad y teléfonos, así
como los contadores generales, situados en el exterior o interior de las proin-
divisos y los aparatos de luz y luces de escaleras y portales. Las techumbres,
cubiertas, limas, chimeneas o salidas de humos y sus accesos correspondientes.
En una palabra: se entienden como comunes todas las partes de los edificios que
se hayan establecido desde las puertas de acceso a cada vivienda hacia fuera,
y su conservación y reparación será obligatoriamente satisfecha proporcional-
mente pro todos los copropietarios.
Artículo 53. Las casas comunes y todo lo que se refiere a la armonía de los
inmuebles no se podrá modificar más que con el consentimiento de la mayoría
de los copropietarios, representados por la Comisión o Patronato en pleno.
Artículo 54. Cada copropietario adquiriente de una parte indivisa de las cons-
trucciones poseerá también la parte proporcional ideal del terreno donde se
haya construido la finca.
Artículo 55. Cada propietario de las viviendas del tipo II tendrá la propiedad
absoluta del terreno y edificación que su vivienda o construcción ocupe.
Artículo 56. Asimismo, unos y otros tendrán a su cargo la parte proporcional de
los gastos comunes según el valor atribuido a cada vivienda anteriormente, para
lo cual satisfarán mensualmente, por adelantado, la cantidad de 6,75 pesetas en
el tipo 1 y 7,10 pesetas en el tipo II, como presupuestos de los gastos generales
mínimos precisos y a cuenta de los que hayan de realizarse.
Artículo 57. Los sobrantes que existan entre los gastos realizados y los gastos
presupuestos serán agregados a los presupuestos posteriores para atenciones
futuras, y serán utilizados para pago de los excesos de gastos sobre los presu-
puestos que puedan existir. Si los gastos reales excediesen de los presupuesta-
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
382 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
dos, aun incrementados con los sobrantes procedentes de años anteriores, será
satisfecho su importe por prorrateo en metálico entre los copropietarios en
proporción de los valores atribuidos a las respectivas viviendas.
Artículo 58. Los espacios libres comprendidos entre las fachadas secundarias
de las edificaciones se consideran como jardines públicos, quedando prohibida
su utilización como corrales.
Capítulo II – propiedad privada
Artículo 59. Cada copropietario tendrá la propiedad privada de su vivienda,
incluyendo cuanto constituya la misma desde la puerta de acceso hacia dentro,
con las instalaciones interiores existentes de agua, luz, cocina y desagües ge-
nerales, en cuanto se relacione con su propio servicio. Las separaciones entre
dos o más viviendas contiguas serán comunes entre los copropietarios vecinos.
Capitulo III – Cargas comunes
Artículo 60. Las cargas comunes, en principio, comprenderán:
1º Los gastos de alumbrado y entretenimiento del mismo en las escaleras y
portales.
2º Los gastos de reparación y conservación de cualquier clase de los proindi-
visos comunes a que se refiere el artículo 52.
3º Las contribuciones, impuesto y arbitrios correspondientes al Estado, la Pro-
vincia o el Municipio.
4º La retribución al Administrador y vigilantes.
5º El agua destinada al uso común.
6º El seguro de incendios de las viviendas en las partes totales de las fincas.
Capítulo IV - Cargas individuales
Artículo 61. Las reparaciones de las viviendas, en cuanto se relaciona con el
interior de las mismas, serán de cargo de cada copropietario, excepto en las
instalaciones generales de aguas residuarias que pasen por el interior de su
vivienda y la reparación de los muros de carga, siendo a su cargo los tendidos
de yeso y pintura interior de los citados muros. Los desatrancos de sus desagües
en cocinas y W.C. serán también de su cuenta.
Capítulo V. Obligaciones de los copropietario
Artículo 62. Los copropietarios se obligan a cumplir las obligaciones genera-
les insertas en los contratos de arrendamiento aprobados por el excelentísimo
Ayuntamiento que figuran en este reglamente, las que se harán constan en las
actas o escrituras de propiedad de las viviendas cedidas.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 383
Artículo 63. También se obligan los copropietarios a permitir el acceso a su
vivienda a los técnicos y obreros que, con el fin de realizar reparaciones de
carácter general soliciten la entrada.
Artículo 64. La falta de pago de las cuotas correspondientes a gastos comu-
nes, dará lugar a la reclamación por vía judicial del importe de la prorrata que
haya correspondido al copropietario moroso, siendo de su cargo el pago de las
costas, incluso el de los honorarios de Abogado y Procurador, aunque no fuese
obligatorio utilizar sus servicios.
Título VI – Disposiciones finales.
Artículo 65. Los casos no previstos en el presente reglamente serán resueltos
por el Patronato conforme a la buena fe, al uso y a la ley.
Artículo 66. El presente reglamento podrá ser modificado a propuesta del Patro-
nato y una vez que en referéndum entre los beneficiarios se acepte la propuesta
de modificación, excepto en cuanto se refiere: 1º al destino dado a las viviendas;
2º al tipo de interés aplicado a los arrendamientos o capitalizaciones y 3º al
reparto de las cargas o gastos generales comunes.
Artículo 67. Las condiciones señaladas en los artículos 43 al 51 son obligatorios
para todos los arrendatarios o beneficiarios, capitalizadores y copropietarios de
los terrenos y edificaciones sobre ellos realizadas que constituyen el grupo de
casas ultrabaratas.
Artículo 68. A las escrituras de copropiedad que a favor de capitalizadores
expida el excelentísimo Ayuntamiento de Madrid será obligatorio unir íntegra-
mente, como complemento de las estipulaciones del mismo, el Título V de los
presentes estatutos y el texto vigente de los contratos de arrendamiento.
Madrid 18 de abril de 1932. Isidro Buceta – Andrés Saborit.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
384 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
constan cada una de comedor, dos alcobas y cocina, de tal forma que queden
en disposición de ser habitadas.
2º Que sea voluntaria entre los beneficiarios la aceptación del ajuar elegido por
el excelentísimo Ayuntamiento.
3º Se entenderán incluidos en el ajuar los muebles, enseres, ropas y utensi-
lios mínimos necesarios para poder ser utilizad ala vivienda por una familia
compuesta por un matrimonio y tres hijos, como término medio, señalándose
taxativamente el precio asignado a cada objeto.
4ª El importe presupuesto para cada ajuar será, como máximo de 500 pesetas.
5º Se pondrán a disposición de los concursantes las viviendas necesarias para
que instalen los muebles y efectos de que conste su proposición, quedando el
ajuar aceptado por el excelentísimo Ayuntamiento como modelo de los que haya
de entregar en vista de las solicitudes.
6º Las modificaciones que hayan de introducirse en los ajuares para ajustarlos
a las necesidades de cada familia llevarán consigo la modificación proporcional
de coste correspondiente.
7º El pago de los ajuares suministrados se realizará a medida de su entrega,
justificándose la misma con el oportuno inventario firmado por el interesado
cabeza de familia, acusando recibo de los muebles y enseres y dando su con-
formidad a la entrega y valor correspondiente.
(17) Dictamen de la ponencia designada por la Comisión de Fomento..., p. 26, firmada por Isidro Buceta
y Andrés Saborit.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 385
contratos: de arrendamiento y arrendamiento con promesa de venta los contratos
fueron realizados por el recién aprobado Patronato Municipal de Casas Baratas.
Para poder solicitar la concesión de estas viviendas era preciso poseer una
o varias de las condiciones siguientes:
1º Ocupar las chozas que habrán de ser derribadas.
2º Ocupar las buhardillas sin servicio y declaradas insalubres.
3º Vivir en casas declaradas ruinosas o de inmediata demolición a virtud de
disposición municipal.
4º Haber quedado inútil en el servicio armado de la patria o en accidente
del trabajo.
5º En caso de sobrante se adjudicarán a obreros o empleados, dando prefe-
rencia a los de menos haber, jornal o emolumento.
En todos los casos deberán acreditar ser vecinos de Madrid, con residencia
mínima de dos años.
En las solicitudes de concesión de viviendas ultrabaratas se hará constar:
el nombre y naturaleza del peticionario; número de individuos que componen la
familia, relaciones de parentesco que les une al titular y nombre de todos ellos, a
fin de determinar si la capacidad de la vivienda permite su alojamiento dentro de
las mínimas de comodidad e higiene; lugares donde trabajan y haberes, sueldos,
dietas, jornales, emolumentos y rentas que perciben, y circunstancias en que les
haya ocurrido la inutilidad, si se halla en tal estado, lugar y fecha de la misma y
causas que la motivaron.
Las solicitudes, acompañadas de los justificantes eran dirigidos al Presidente
del Patronato de Casas Ultrabaratas. Las resoluciones del Ayuntamiento y en su
nombre del Patronato eran inapelables.
Las listas de aspirantes se publicaron en el Boletín del Ayuntamiento de
Madrid y se entregaron las viviendas por orden riguroso de adjudicación con
arreglo a las condiciones preferentes señaladas. Cubierto el cupo de adjudicación
se formó una nueva lista de solicitantes para ocupar las viviendas vacantes que
pueden ocurrir, guardándose en la adjudicación el orden riguroso de presentación
de instancias.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
386 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
4. CONCLUSIÓN
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 387
ANEXO
DISPOSICIONES OFICIALES DE INTERÉS, RELACIONADAS
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
388 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
Acuerdo del Ayuntamiento de Madrid aprobando el
proyecto de nueva división administrativa de la capital. 15 de julio de 1898
Puesto en vigor desde 1 de diciembre de 1902.
Real orden dictando reglas para la adquisición, venta y
19 de junio de 1901
permuta de bienes inmuebles.
Real orden de Gobernación sobre tasación y clasifica-
7 octubre 1902
ción de pingas expropiables.
Real orden de Gobernación aprobando el proyecto de
prolongación de la calle de preciados y enlace de la 27 de agosto 1903
plaza del Callao con la calle de Alcalá.
Circular de la Alcaldía Presidencia recordando el cum-
plimiento de las disposiciones relativas a higiene y 17 de noviembre de 1905
salubridad de los edificio.
Real orden de Gobernación sobre regímenes para pro-
23 de noviembre de 1906
yectos municipales.
Ley sobre saneamiento y mejora de poblaciones. Mo-
8 de febrero de 1907
dificando la del 18 de marzo de 1895.
Bando estableciendo reglas sobre redes de desagües. 23 de octubre de 1908
23 de mazo de 1906
Leyes sobre el catastro de la riqueza urbano. 29 de diciembre de 1910
2 de marzo de 1917
Casas baratas: bases para la construcción de casas con
viviendas higiénicas y económicas. Ayuntamiento de 8 de abril de 1910
Madrid,
Aprobación por el Ayuntamiento del proyecto de Ex-
23 de marzo de 1911
trarradio.
Ley de Casas baratas. 12 de junio de 1911
Real orden circular recabando la cooperación de las
Corporaciones provinciales y municipales para a eje- 12 de julio de 1911
cución de la ley anterior.
Ley modificando el párrafo 1º del artículo 7º de la ley
22 de diciembre de 1914
de 26 de julio de 1892. Ley de Ensanche.
15 de agosto de 1916
Real decreto aprobando el proyecto de Extrarradio. 21 de diciembre de 1914
Proyectos de ley para cumplir dichos fines. 29 de mayo de 1916
5 de noviembre de 1918
Real decreto sobre instrucciones para los trabajos del
10 de septiembre de 1917
Catastro.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 389
Acuerdo del excelentísimo Ayuntamiento modificando
17 de diciembre de 1917
el título VI de las Ordenanzas municipales.
Real decreto sobre abastecimiento de agua. 5 de septiembre de 1918
Real decreto relacionado con obras municipales. 20 de diciembre 1919
Real decreto relacionado con obras municipales. 29 de octubre de 1920
10 de diciembre de 1921
Ley de Casas baratas y su Reglamento.
8 de julio de 1922
Real decreto de la Presidencia del Consejo sobre abusos
Noviembre 1922
en casos de expropiación.
Real orden sobre Sanidad publicando las instrucciones
3 de enero de 1923
técnico sanitarias para los pequeños Municipios.
Real orden sobre Sanidad: Higiene de las viviendas. 9 de agosto de 1923
Acuerdo del Ayuntamiento de Madrid solicitando de
Gobernación se aplicara para el Extrarradio la ley de 23 de noviembre de 1923
Ensanche de 1892.
8 de marzo 1924
Estatuto Municipal y su Reglamento.
Julio y agosto de 1924
Real orden de rectificando la de 9 de agosto de 1923. 7 de marzo de 1924
Real decreto sobre exenciones tributarias a casas de
23 de febrero de 1924
alquiler.
Real orden de Gobernación resolviendo lo solicitado por
el Ayuntamiento en noviembre de 1923 sobre que se 19 de agosto de 1924
aplicara para el Extrarradio la ley de Ensanche de 1892.
Acuerdo del Ayuntamiento de que por la Junta Con-
3 de septiembre de 1924
sultiva municipal se proceda al estudio del Extrarradio.
Acuerdo del Ayuntamiento de que por la Junta Consul-
tiva se nombrara una ponencia que estudiará el proyecto 25 de septiembre de 1924
de Extrarradio.
Decreto ley de Casas baratas. 10 de octubre de 1924
Acuerdo del Ayuntamiento para que por la Junta Con-
3 de septiembre de 1924
sultiva municipal se proceda al estudio del Extrarradio
Acuerdo del Ayuntamiento para que por la Junta
Consultiva se nombrara una ponencia que estudiara el 25 de septiembre de 1924
proyecto de Extrarradio.
Decreto Ley de Casas baratas. 10 de octubre de 1924
Acuerdo del Ayuntamiento aprobando las bases que
habrán de regir para el estudio del extrarradio y la 28 de noviembre de 1924
extensión de Madrid.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
390 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391.
Real decreto creando la Escuela Nacional de Sanidad. 9 de diciembre de 1924
Reglamento sobre construcción de viviendas en general. 20 de diciembre de 1924
Real decreto aprobando el Reglamento de Sanidad
9 de febrero de 1925
Municipal.
Decreto ley sobre casas económicas. 29 de julio de 1925
Real decreto aprobando el Reglamento para la aplica- 8 de julio de 1922 Ga-
ción de la ley de Casas baratas. ceta del 28 julio 1822
Real decreto modificando el Reglamento sobre casas
30 de octubre de 1925
baratas.
Real orden sobre perímetro de protección de los Ce-
5 de noviembre de 1925
menterios.
Real orden sobre establecimientos industriales incómo-
17 de noviembre de 1925
dos, insalubres y peligrosos.
Real orden resolviendo reclamaciones contra la del 5 de
noviembre de 1925 sobre perímetro protección de los 18 de enero de 1926
Cementerios, rigiendo para los de nueva construcción.
Real decreto sobre exenciones tributarias a casas de
18 de abril de 1927
alquiler, ampliando el del 23 de febrero de 1924.
Real decreto ley sobre casas económicas para funcionarios. 15 de agosto de 1927
Real orden aprobando el Reglamento para la aplicación
del Real decreto ley sobre casas económicas de 15 de 20 de diciembre de 1927
agosto de 1927.
Real orden aprobando el Reglamento para la aplicación
de la de 2 de enero de 1926, relativa a desinfección, y 21 de diciembre de 1927
de la de 7 de noviembre del mismo año.
Real decreto ley creando el Patronato de casas militares. Febrero de 1928
Real decreto ley sobre la creación de la Caja para el
Agosto 1928
fomento de la pequeña propiedad.
Real orden aprobando el Reglamento para la inspección
sanitaria de establecimientos, edificios y vehículos de ser- 22 de mayo de 1929
vicio público, que habrá de regir en todos los municipio.
Real orden circular dictando reglas para conocer la
actuación de los inspectores provinciales de Sanidad y
sobre la organización, desarrollo y funcionamiento de 31 de mayo de 1929
las instituciones de carácter higiénico, sanitario y social
de la Provincia y de los Municipios.
Acuerdo plenario por el que se constituye el Patronato 29 de junio de 1932
Municipal de Casas Baratas.
FERNÁNDEZ TALAYA, María Teresa, «La política de vivienda social del Ayuntamiento de Madrid:
El Patronato Municipal de Casas Baratas»
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 359-391. 391
NUEVOS TESTIMONIOS Y FUENTES SOBRE
LA REPRESIÓN REPUBLICANA
EN EL MADRID DE LA GUERRA CIVIL
NEW EVIDENCES ABOVE REPUBLICAN REPRESSION
IN MADRID CIVIL WAR
Resumen
El artículo presenta y analiza nuevos testimonios orales y escritos sobre la represión
republicana en Madrid durante el segundo semestre de 1936.
Abstract
This article inform and analyzes new oral and written testimony on the Republican
repression in Madrid during 1936.
E
l debate sobre el alcance de la represión franquista en los últimos años ha
traído, entre otras consecuencias, la aparición de nuevos estudios acerca de
la represión desarrollada en la España republicana durante la guerra civil1.
En ellos se ha venido subrayando la importancia de los testimonios orales y escritos
de supervivientes que no deben sustituir nunca las fuentes históricas tradicionales,
pero pueden complementarlas. El historiador Ronald Fraser apuntó hace tiempo que
podía existir un margen de incertidumbre en esos testimonios, por lo que aconsejó
seleccionarlos siempre por su fiabilidad; primar la experiencia personal sobre la
opinión global; no recoger ni la difamación ni los rumores expresados. De acuer-
do con esas observaciones, presentamos a continuación una serie de testimonios
inéditos de personas que vivieron muy cercanamente la represión en el Madrid del
Frente Popular en su época más intensa. Algunos se recogieron hace tiempo, al
(1) Este artículo forma parte del proyecto de investigación HAR2011-29383-C02-01, titulado La restauración
social católica en el primer franquismo (1936-1953).
EN LA CHECA DE FOMENTO
(2) Dentro de ese debate historiográfico cabe destacar las recientes contribuciones de RUIZ, Julius, El terror
rojo, Madrid, Espasa, 2012; MATA, Santiago, El tren de la muerte. La investigación sobre la primera gran
masacre de la guerra civil, Madrid, Esfera de los libros, 2011; BULLÓN DE MENDOZA, Alfonso; TOGORES,
Luis E. (coords.), La otra memoria, Madrid, Actas, 2011; VIVANCOS, Miguel C., «Represión y guerra civil
en el cementerio y pueblo de Vicálvaro», Anales del Instituto de Estudios Madrileños, L (2010), págs.
473-500. Además, también se ha renovado la información sobre el alcance de la represión frentepopulista
en CÁRCEL ORTÍ, Vicente, Caídos, víctimas y mártires. La Iglesia y la hectombe de 1936, Madrid, Espasa,
2008; BLÁZQUEZ MIGUEL, Juan, España turbulenta: alteraciones, violencia y sangre durante la II República,
Madrid, el autor, 2009; ALCALÁ, César, Las checas del terror, Madrid, Libroslibres, 2007. No hace mucho
se han publicado también los artículos de MORAL RONCAL, Antonio, «La represión republicana como arma
en la lucha diplomática durante la Guerra Civil», Aportes, 75 (2011), págs. 82-102, y COLMENERO, Ricardo;
MORAL, Antonio, «Los sucesos de la toma de Castellón (1938) y su reflejo en el escenario político británico»,
Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, LXXXVII (2011) págs. 207-222. Sumamente polémico ha
sido el estudio de PRESTON, Paul, El Holocausto español, Barcelona, Debate, 2011, rebatido desde posiciones
historiográficas tanto cercanas al autor como antagónicas.
(3) Adolfo Roncal Soria (1879-1963) estudió entre 1895 y 1897, en el Hospital General Provincial de
Madrid, el oficio de practicante, instalándose ese año en Reinosa. A comienzos del siglo XX se trasladó
a la capital nuevamente, donde ejerció como practicante de Medicina y Cirugía por oposición de la
Beneficencia Municipal, con destino en el Hospital de la Princesa. Paralelamente, estudió en la Escuela de
Veterinaria de la capital entre 1906 y 1910. Tres años más tarde, dimitió como practicante de número de
las Casas de Socorro para concentrarse en su labor profesional en el Instituto Balaguer de Vacunación. El
segundo director del Instituto, el doctor Jerónimo Balaguer y Balgañón, quiso incorporar como veterinario
a su sobrino Adolfo Roncal, su hombre de confianza tras quedarse ciego por un accidente de caza. Tras la
muerte de su mentor en 1910, Roncal logró el traspaso del Instituto. En 1919, Adolfo Roncal fue nombrado
profesor veterinario afecto al servicio de limpiezas del Ayuntamiento y escuadrón, ganando por oposición
-al año siguiente- la plaza de veterinario sanitario del Laboratorio Municipal. La década de los años veinte
fue de máxima expansión del Instituto Balaguer, el cual produjo un enorme número de vacunas contra la
viruela humana y animal, lo que posibilitó a Roncal la apertura de la primera Clínica Veterinaria moderna,
con pensión, de la capital, en la calle Maudes, 40. Adolfo Roncal ha sido biografiado en el Diccionario
Histórico Biográfico de la Real Academia de la Historia.
(4) Caridad Roncal Arce (1905-2000) fue dama enfermera de la Cruz Roja y por su trabajo en la Asociación
Matritense de Caridad y en comedores sociales fue condecorada con la cruz de beneficencia; ver ABC, 24
de julio de 1932.
(5) Las motivaciones políticas de la represión republicana son muy claras pero algunos historiadores
han subrayado poderosas razones económicas para las detenciones. Las casas de los acusados eran
metódicamente saqueadas en el Madrid de entonces. Los objetos pequeños pero de valor, como los de oro
y plata y las piedras preciosas, eran especialmente apreciados. El grado de las confiscaciones, así como la
complicidad de organizaciones del Frente Popular en el terror, están comprobadas: el Comité Provincial
Comunista de Madrid fundió objetos que produjeron al menos 1.000 kilogramos de plata y 6.000 de oro
en los talleres del batallón Pasionaria, situado en la Ronda de Atocha. Más ejemplos los describe RUIZ,
Julius, El terror..., pág. 153.
(6) Tal vez ese sacerdote fuese fray Jesús Villaverde Andrés, fraile dominico, apresado en la noche del 15
(9) CERVERA, Javier, Madrid en guerra. La ciudad clandestina, Madrid, Alianza, 1999, pág. 62.
(10) RUIZ, Julius, El terror..., págs.124-129. Siempre tuvieron representantes en Fomento el PSOE, el PCE,
la FAI, Unión Republicana, Partido Sindicalista, Izquierda Republicana, UGT, CNT, Juventudes Socialistas
Unificadas y Juventudes Libertarias. El cajero-pagador del CPIP declaró que estaba autorizada por el
Gobierno, bajo el control de la Dirección General de Seguridad. Declaración de Leopoldo Carrillo Gomez,
militante de Izquierda Republicana al igual que el director general de Seguridad, 29 de septiembre de 1939,
Archivo Histórico Nacional (AHN), Causa General, c. 1.530, exp. 4.
(11) Tres milicianos custodiaban los calabozos del sótano; a la puerta del tribunal había otro encargado de
subir y bajar a los detenidos, siendo tres turnos de guardia (mañana, tarde y noche). Cada turno tenía 30
milicianos en activo, mandados por un cabo y guardias de seguridad, aparte, bajo el mando de otro cabo.
Cada partido o sindicato tenía 9 milicianos en dicha guardia, cada tres de ellos daban guardia en cada uno
de los tres turnos, de manera que la guardia nunca estuviese desprovista de sus representantes. Declaración
de Mariano Albert Raigada, cabo miliciano destinado a Fomento, 29 de septiembre de 1939, prisión de
Santa Rita, AHN, Causa General, c. 1.530, exp. 4.
Como muchos españoles, Luis Sáenz inicia sus recuerdos sobre la guerra civil
con el magnicidio de la primavera de 1936, lo que vuelve a subrayar la importancia
que tuvo ese hecho a todos los niveles sociales.
Las primeras noticias que recuerdo de la guerra, tenía yo 11 años, son el ase-
sinato de Calvo Sotelo, que fue muy comentado en las oficinas del Patronato
de Palacios, no sé si para bien o para mal, pero nadie quedó indiferente. Mi
madre dijo que había oído a un funcionario decir que los que habían armado
lo del 34 (la revolución de Asturias) habían comenzado a vengarse por los
de arriba, y que ya les llegaría el turno a los de abajo. También recuerdo el
asalto al Cuartel de la Montaña, pues varios niños nos subimos a la parte
más alta del palacio para ver el humo, los ruidos de los disparos, los gritos
y finalmente, por la calle de Bailén, desde la plaza de España, comenzaron a
venir milicianos gritando que habían ganado y camiones con milicianas con
pañuelos rojos y banderas rojas y rojas y negras. La verdad es que daban
mucho miedo. También recuerdo el humo de los incendios de las iglesias de
Madrid, mucho humo, muchos incendios que los niños que vivíamos en Pa-
lacio veíamos desde ciertas alturas. Algunos chicos de familias de izquierdas
repetían lo que habían oído a sus mayores y decían que iban a morir todos
los curas y monjas que habían tratado de envenenar a los niños madrileños y
que les estaba bien merecido.
(14) GONZÁLEZ GULLÓN, José Luis, «El bulo de los caramelos envenenados (Madrid, 3 y 4 de mayo de
1936)», en BULLÓN DE MENDOZA, Alfonso; TOGORES, Luis E. (coords.), La otra memoria, págs. 650-660.
(15) El colegio calasancio de Madrid fue incautado por los milicianos, que lo anexaron a la cárcel de
hombres nº 1 de Porlier en agosto de 1936.
Sin embargo, las oficinas estatales tampoco eran seguras pues se comentaban
las desapariciones y asesinatos, se sospechaba políticamente de todo el mundo, se
temían a los compañeros delatores, el ambiente crispado de nervios era constante.
Roca de Togores decidió pasar las tardes en casas de amigos como don Natalio
Rivas, anciano político liberal atemorizado por lo que estaba viviendo.
Menudeaban los registros en mi piso y uno de ellos, a pesar de pasarme el día
fuera, me cogió en él. Eran las 9 de la mañana y 4 forajidos aporrearon la puerta
con la culata de los fusiles. Yo previendo esta contingencia había hecho un verda-
dero acto de fe con todo lo que podía comprometerme […] Y así fue que aquel
registro que duró una hora tuvo especial gravedad. Habiéndoseme confinado en
una habitación me encontraron, al decir de ellos, varias pruebas acusadoras. Yo
oía que discutían acaloradamente en el cuarto de al lado que era el dormitorio. Por
último fui llamado ante ellos. Me dijeron que explicara cómo tenía tanto uniforme
de militar en las fotografías de mi casa y por qué había ocultado mi profesión
que era esa, como denotaban, según ellos, las fotografías que me presentaban. Me
exhibían como prueba acusatoria un retrato de mi suegro que vestía el uniforme
de la Orden de Malta, otro de mi cuñado con el de diplomático y dos míos, el
uno de Maestranza de Granada y el otro de ingeniero industrial.
Las observaciones eran ciertas por lo que ambos nobles sospecharon que
habían sido denunciados por las criadas o el portero; sin embargo Pablo logró de-
mostrar que vivía en una pensión de la Gran Vía con ayuda de unos recibos, por
lo que le soltaron diciéndole que tenía que presentarse, no obstante, todos lo días.
La confianza en que había todo finalizado hizo que no tomara ninguna precaución
más, como solicitar asilo en la embajada de Cuba como le indicó Alfonso Roca de
Togores, lo cual le costó mucho más adelante la vida18.
(17) Su padre era el conde de Riudoms, el cual, en vísperas del 18 de julio, fue asaltado en su coche por
varios miembros de la CNT y de la FAI, alertados por algunos criados del noble que su patrón pensaba viajar
con una fuerte cantidad de dinero y joyas. Varios días más tarde, cuando la policía arrestó a los atracadores
–menos a su jefe- y los puso a disposición judicial, el juez Royo Villanova ordenó su encierro en la cárcel
de Colmenar Viejo, mientras hacía gestiones para trasladarlos a la Modelo de Madrid. El Director General
de Prisiones se negó a ello y así se lo comunicó al juez, el cual recibió confidencias de que la FAI estaba
planeando matarle y liberar a sus hombres, como así sucedió meses más tarde.
(18) El 22 de agosto de 1936, Pablo fue detenido junto a su amigo López Dóriga, en un puesto de horchata
por un grupo de milicianos que le condujeron a la checa del antiguo palacio del duque de la Torre y a la
de la calle Marqués de Riscal, siendo asesinado después. Sus familiares acudieron a la Dirección General
de Seguridad donde les dijeron que no sabían nada, aconsejándoles que presentaran una denuncia en la
comisaría del distrito dónde había sido detenido. Así lo hicieron pero, al ver el ambiente que había en ese
lugar, comprendieron que todos estaban de acuerdo y al hablar con el portero del domicilio de su cuñado,
Alquibla sospechó que había tenido parte de culpa en su desaparición. Fue más tarde testigo de la detención
del padre y hermano del amigo de su cuñado, López Dóriga, los cuales fueron asesinados. ROCA DE TOGORES,
Alfonso, «Mis memorias...», págs. 24-28.
(19) Efectivamente, los tribunales del CPIP o checa de Fomento eran seis, compuestos por tres miembros,
y algunos de ellos pertenecían a las Juventudes Libertarias, por lo que quizá el marqués de Alquibla se
enfrentó a uno con miembros de esta organización. RUIZ, Julius, El terror..., pág. 127.
(20) Ese suceso es analizado pormenorizadamente en MORAL RONCAL, Antonio Manuel, «Asaltos y cierres
de Legaciones extranjeras: un grave asunto diplomático en el Madrid de la Guerra Civil», Madrid. Revista
de Arte, Geografía e Historia, 4 (2001), págs. 221-241; ——, Diplomacia, humanitarismo..., págs. 523-534.
Una vez que logró contactar con la familia de Natalio Rivas tuvo noticia de
que la embajada francesa le aceptaba como refugiado, gracias a las gestiones de
sus amistades. De esa manera Alfonso Roca de Togores logró entrar en el Liceo
Francés de la capital, convertido en refugio diplomático, donde vivió varios meses
enclaustrado hasta lograr su evacuación a Francia y, desde allí, volver a encontrarse
con su familia en la España nacional27.
(25) Las sacas de presos de los días 7, 22, 28 (dos), 29 y 30 de noviembre terminaron en Paracuellos del
Jarama de forma trágica, como resulta conocido. Las listas fueron elaboradas cuidadosamente como apunta
CERVERA, Javier, Madrid en guerra, págs. 86-87.
(26) ROCA DE TOGORES, Alfonso, «Mis memorias...», pág. 124.
(27) Sobre el auxilio diplomático francés y la aportación que hacen las memorias de este noble al mismo,
me remito a MORAL RONCAL, Antonio Manuel, «Refugiados y asilados en el Liceo francés de Madrid (1936-
1937)», Aportes, revista de Historia Contemporánea, 39 (1999), págs. 99-112; ——, «La evacuación de
asilados bajo pabellón francés: tensión en las relaciones franco-españolas durante la guerra civil», Cuadernos
de Investigación Histórica, 21 (2004), págs. 401-425.
(28) MARTÍN RUBIO, Ángel David, «La represión republicana», en BULLÓN DE MENDOZA, Alfonso; TOGORES,
Luis E. (coords.), La otra memoria, págs. 57-125.
(29) Tras breve estancia en la checa de Fomento fueron asesinados en Puerta de Hierro y en las tapias del
cementerio del Este. ABC, 30 de septiembre de 1939, pág. 15.
(30) ABC, 19 de octubre de 1939, pág. 15.
FECHA LISTA
DATOS LISTA CASAS
NOMBRE PUBLICACIÓN CÉSAR
ESQUELA DE LA VEGA 31
ESQUELA VIDAL32
Llevado a la checa
José Pérez 25 de abril de 1939, No aparece
por Sabino Ricote No aparece
Merino34 p. 21 su nombre
Pérez
Manuel de
Ingeniero de minas, 30 de mayo de
Cuncunegui y No aparece Aparece
9 de septiembre 1939, p. 27
Chacón
Abelardo
Desaparecido en no- 8 de junio de 1939,
Riesco Ba- No aparecen No aparece
viembre p. 25
rreiro
Aparece
Sabina Her- Aparece una Jo-
Esposa del anterior, 8 de junio de 1939, una Josefina
nández Mín- sefina Hernández
misma fecha p. 25 Hernández
guez Mínguez
Mínguez
(31) CASAS DE LA VEGA, Rafael, El terror. Madrid, 1936. Investigación histórica y catálogo de víctimas
identificadas, Madrid: Fénix, 1994. Aparecen nombres, fechas, lugares y profesión.
(32) VIDAL, César, Checas de Madrid. Las cárceles republicanas al descubierto, Barcelona: Belacqva/
Carroggio, 2003. Señala que su lista de 11.705 víctimas no es exhaustiva, conteniendo una aproximación
a la baja de las mismas en la provincia de Madrid. Se eliminaron nombres que no pudieron ser cotejados
por dos fuentes distintas. Solamente aparecen los nombres, no los lugares ni fechas de sus asesinatos.
(33) No es una esquela propiamente dicha sino una petición de información del padre de los asesinados,
Santos Font del Corral.
(34) Noticia sobre la detención del miliciano que le llevó a la checa de Fomento.
(35) Es una noticia sobre la detención del cabo de milicias de la checa que tomó parte en su detención y
asesinato.
Manuel Ro-
16 años, estudiante, 4 de julio de 1939, Aparece sin fecha
mero Fernán- Aparece
sin fecha p. 24 de muerte
dez
Francisco Gar-
34 años, empleado
cía Sánchez- 12 de julio de 1939,
Banco Hipotecario, No aparece No aparece
Blanco (citado p. 20
6 de noviembre
antes)
Renovación Españo-
Aurelio García la, 27 años, noche 13 de julio de 1939,
No aparece No aparece
Cortés del 24 al 25 de sep- p. 30
tiembre
Julián de Jodra
22 de julio de 1939,
Julián de Jodra 52 años, octubre Alonso, 15 de oc- No aparece
p. 24
tubre
Camisa vieja, 20
Carlos Galia- 8 de septiembre de No aparece su
años, jefe centuria, Aparece
no Franco 1939, p. 19. nombre
11 de septiembre
Ingeniero químico,
Emilio Sán-
jefe provincial FE 15 de septiembre de No aparece su
chez-Barbudo Aparece
de Toledo, 17 de 1939, p. 25. nombre
Freixa
septiembre
Aparece un
Francisco de Comandante de in- Aparece un Fran-
20 de septiembre de Francisco
Ledesma Ba- tendencia, 21 de cisco Ledesma
1939, p. 17 Ledesma
rea septiembre Barca, sin fecha
Barca
(36) No es una esquela sino un anuncio del hermano del desaparecido, que pide noticias a quien pueda
proporcionárselas.
22 años, linotipista
Eligio Gómez 19 de octubre de
de El Debate, 10 de No aparece Aparece
Ríos 1939, p. 15
octubre
Capitán de infante-
Santos Urien 20 de octubre de
ría retirado, 20 de Aparece No aparece
Septien 1939, p. 24
octubre
Aparece un
Demetrio Pa- 28 de octubre de Demetrio
21 años, 28 de oc-
lazuelo Lan- 1939, p. 27 y 29 de No aparece Palazuelo
tubre
daluce octubre de 1940 García ¿fa-
miliar?
Abogado, 29 años,
Luis Fernando 10 de noviembre de
sacado de la checa y
Alfaro Fernán- 1939, p. 15 y 9 de
asesinado en cemen- Aparece sin fecha Aparece
dez del Cas- noviembre de 1940,
terio de Vallecas, 10
tillo p. 2
de noviembre
Jefe de administra-
Vicente Mar- ción civi, sacado de Aparece un Vicen-
10 de noviembre de
tínez-Dabán la checa y asesinado te Martínez Dabal, Aparece
1939, p. 15
Magenis en Canillejas, 10 de sin fecha
noviembre
Francisco Re-
25 de octubre de
mero Girón y 27 de octubre No aparece No aparece
1940, p. 8
de Alós37
28 de septiembre, es-
tudiante de Medicina,
Luis Pérez 4 de enero de 1945,
Renovación Españo- No aparece No aparece
Miravete38 p. 22
la, asesinado en La
Moncloa, 20 años
Coronel de artillería
César Serrano 31 de agosto de
retirado, 30-31 de Aparece Aparece
Jiménez 1978, p. 62
agosto39
Comandante de in-
Emilio Ferrer 31 de agosto de Aparece con fecha
fantería, retirado, Aparece
Valdivieso 1978, p. 62 27 de julio
30-31 de agosto
Actor y director de
cine, falangista, lleva-
Alfonso Ponce do el 20 de septiem- 23 de junio de 2001,
No Aparece Aparece
de León40 bre, el 29 aparece su p. 156
cadáver en carretera
de Vicálvaro
(37) Su hermano Felipe fue asesinado en Paracuellos, lo que sí está registrado en las listas de Casas dela
Vega y César Vidal.
(38) No es una esquela sino noticia sobre la apertura posible de un proceso de beatificación.
(39) Según la esquela publicada el 31 de agosto de 1978, los cinco hombres fueron detenidos en el domicilio
de César Serrano, llevados a la checa de Fomento y asesinados en el cementerio de Aravaca. Sus nombres
no aparecen en la lista de fusilados en dicho lugar expuesta en VIVANCOS, Miguel C., «Represión...», pero
el autor reconoce que de 327 cadáveres sólo están identificados 218.
(40) Es un artículo sobre Ponce de León, no una esquela.
Veterinario de Ara-
Antonio Calvo 5 de noviembre de
vaca, No aparece Aparece
y Santos 2007, p. 52
4 de noviembre
Fotógrafo de la Casa
José L. De-
Real y director de 23 de abril de 2010,
maría López, No aparece Aparece
Mundo Gráfico, 20 p. 66
Campúa
de septiembre
CONCLUSIÓN
Resumen
Este artículo analiza la huella que dejó en la poética de José Ángel Valente su
estancia en el Madrid de finales de los años cuarenta y principio de los cincuenta.
Concretamente, se toma el poema a la estatua de Quevedo, perteneciente a Poemas
a Lázaro, para encauzar las reflexiones previas en torno a conceptos fundamentales
de la poética de José Ángel Valente tales como: exilio, ausencia y no presencia,
poeta en tiempo de miseria, anonimato, etc. De este modo, sirviéndose el orensano
de la similitudo temporum, se proyecta a través de la figura de Quevedo el sentir
de Valente sobre Madrid y sobre sí mismo como individuo en la ciudad.
Abstract
This article analyzes the mark left on the poetry of José Ángel Valente your stay in
Madrid in the late forties and early fifties. Specifically, the poem takes the statue
of Quevedo, belonging to Poemas a Lázaro, to channel previous reflections about
fundamental concepts of Jose Angel Valente’s poetic such as exile, absence and
presence, misery-time poet , anonymity, etc.. Thus, using Valente of similitudo tem-
porum, is projected, through the figure of Quevedo, the feel of Valente on Madrid
and himself as an individual in the city.
(1) A pesar de no ser una revista matritense, se incorpora a Espadaña entre las revistas madrileñas por su
notable influencia en el universo poético madrileño a partir de 1944.
(2) VALENTE, José Ángel, Diario anónimo (1959-2000), Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2011, pág. 268.
(3) Sobre su periplo en Oxford, declaraba Valente: «Pero debo decir que el elemento principal para mí, en
Oxford, fue don Alberto Jiménez Fraud. Don Alberto me puso en contacto con una historia española que
yo desconocía, porque yo había sido apartado de esa historia, de ahí la importancia que tiene mi encuentro
con Jiménez Fraud. Don Alberto es como una figura paterna, yo soy un poco hijo de don Alberto […] Yo
siempre creí que la presencia física no era necesaria, que lo importante era la presencia creadora. Cuando
me fui a Oxford, aún tengo la carta de presentación para don Alberto Jiménez Fraud que me hizo Vicente
Aleixandre, que era bastante amigo mío y que me recomendaba a Don Alberto y todo eso, recuerdo que
Vicente me dijo: «Está bien que vayas a Oxford, además en Cambridge estuvo Cernuda, y puede ser
interesante, vas a aprender mejor inglés y todo eso, pero no estés mucho tiempo fuera porque en este país
cuando uno se va, lo olvidan». Decidí que no me importaba que me olvidaran, que la presencia no es una
presencia física, que la presencia es una presencia de tipo literario» (RODRÍGUEZ FER, Claudio, «José Ángel
Valente: “No creo que yo exista completamente”», ABC Cultural, 22/07/2000, pág. 8).
(4) Sobre sus motivos para ir a Ginebra, declaraba Valente: «Yo tenía ya una familia y no tenía un salario
muy bueno en Oxford. Entonces me propusieron lo de Ginebra y pagaban muy bien. Estaba pensando en
ese momento en retornar a Madrid para hacer oposiciones a cátedra, pero eso suponía lo que suponían las
oposiciones entonces y ahora, que era subirse al carro de un maestro, hacerle la pelotilla, hacer de criado
de él y que él te apoyara para hacer las oposiciones. Entonces, en ese momento, me llamaron de Ginebra,
concretamente de la Organización Mundial de la Salud, que estaba estableciendo su sección de español.
Claro que pensé que aquello interrumpía mi carrera universitaria, esto era evidente, y aquello a mí me
producía un poco de mala conciencia. Pensé que a lo mejor podía quedarme dos años o tres y ganar un poco
de dinero y regresar a Madrid, y seguir con mi tesis. La nueva tesis que había proyectado en Oxford, de la
que publiqué algún fragmento, trataba sobre la influencia de la literatura española en la literatura inglesa
del siglo XVII. De manera que me trasladé a Ginebra en el supuesto de que estaría unos tres años, para
ganar un poco de dinero, y me quede veinticinco» (RODRÍGUEZ FER, Claudio, «José Ángel Valente...», pág. 8).
(5) Sobre Max Aub, opinaba Valente: «A Max Aub lo vi bastante, era un hombre encantador, muy buena
persona, pero claro, lo traté mucho menos que a Jiménez Fraud, con quien ya me había relacionado mucho
en Oxford, o que a María Zambrano. Con Max Aub tuve encuentros más fugaces» (RODRÍGUEZ FER, Claudio,
«José Ángel Valente...», pág. 8).
(6) Sobre Casey, explicaba Valente: «Tuve una relación muy intensa con Calvert Casey. Era una persona
encantadora y fuimos muy amigos. Admiro mucho su escritura. Sus cuentos me parecen extraordinarios.
Pero él siempre decía que no escribía para ser leído, que escribía para ser querido, y creo que era verdad.
Tuvo una experiencia muy difícil en Cuba. Primero se incorporó a la Revolución, pero claro, inmediatamente
empezó la represión de los homosexuales, y como él era homosexual, tuvo que exiliarse. Nos hicimos muy
amigos. De hecho, yo hice la edición de Molinos porque empecé a leer su Guía espiritual precisamente con
Calvert Casey […] Decidí hacer una nueva edición con Calvert Casey. En ese momento murió su madre en
Cuba, que era una de las cosas que lo hacía vivir, porque le podía mandar dinero y… quedó como desatado,
sin vínculos con la realidad, con el mundo. Ahora bien, como teníamos tantos proyectos, nunca creí que se
fuese a suicidar. Pero se fue a Madrid, estuvo en la casa de Felicidad Blanc, la mujer de Leopoldo Panero,
y luego se fue a Roma. Y poco después me llegó la noticia de su muerte. Era un hombre muy delicado,
muy fino, además, cosa poco frecuente en la gente que escribe, que todos se creen genios, este hombre
decía que lo que le importaba era provocar el cariño de alguien, que por eso escribía.» (RODRÍGUEZ FER,
Claudio, «José Ángel Valente...», pág. 8).
(7) De sus impresiones sobre Lezama, declaraba Valente: «Mi encuentro con Lezama fue como un coup de
foudre. Fui a ver a Lezama a su casa de Trocadero en La Habana. Quedé fascinado. Fui con José Manuel
Caballero Bonald, que además fue quien me dijo que tenía que conocer a Lezama, porque era un hombre
interesantísimo. Yo todavía no había leído Paradiso. Lezama empezó a hablar y yo quedé… Nunca había
conocido una cosa semejante, era una fuerza de la naturaleza. Hablaba como escribía. Empezó a contar cosas
y permanecí allí horas y horas. Era un hombre muy cordial y, además, me recibió muy bien. Era aplastante.
Pero era divertidísimo. Yo tenía notas de esa primera conversación con Lezama. Por ejemplo, me acuerdo de
que estuvo explicando el color de las cortinas de la sala de los Uffizi, donde está La Nascita de Venere. Pero
él no había estado nunca en Florencia […] Entonces estaba explicándome a mí, que había estado en los Uffizi
varias veces, como eran las cortinas […] Tenía un poder de imaginación increíble. Otra cosa que me explicó
en esa larguísima velada fue el menú de Carlos V en la víspera de la batalla de Mülberg. Porque a él las cosas
de la cocina le interesaban mucho. No hace falta recordar la famosa comida de Paradiso. Él era muy sensual,
de una sensualidad terrible […] Era un personaje sorprendente. Debo decir que no conocía a nadie en el
mundo nuestro peninsular de la altura de Lezama.» (RODRÍGUEZ FER, Claudio, «José Ángel Valente...», pág. 9).
(8) Existen dos libros que recogen esta correspondencia entre Valente y Lezama Lima: VALENTE, José Ángel;
LEZAMA LIMA, José, Maestro cantor: correspondencia y otros textos, Sevilla, Espuela de Plata, 2012; JIMÉNEZ
CARRERAS, Josefina (ed.). Cartas desde una soledad. Epistolario: María Zambrano, José Lezama Lima,
María Luisa Bautista, José Ángel Valente, Madrid, Verbum, 2008.
(9) Relataba Valente sobre su traslado a París: «Fui a París en el año 81. Me ofrecieron el puesto de jefe
del servicio de traducción española en la UNESCO. Pero París es terrible para estar allí todo el tiempo.
Tiene un clima tremendo. Además, entonces tuve que convivir allí con muchos y desagradables problemas
laborales, aunque también conocí a una persona tan querida y admirable para mí como el poeta argentino
Juan Gelman […]» (RODRÍGUEZ FER, Claudio, «José Ángel Valente...», pág. 9).
(13) PARDO, José Luis, Fragmentos de un libro anterior, Santiago de Compostela, Universidade de Santiago
de Compostela, 2004, pág. 23.
(14) Recuérdese el poema titulado Epitafio de Poemas a Lázaro, que Valente dedica a Jiménez Fraud como
homenaje.
(15) VALENTE, José Ángel, Diario anónimo..., pág. 261.
(16) Comenta Goytisolo: «Valente opinaba con razón que ningún poder político, empresarial ni académico
pueden convertir en poetas y escritores a quienes sólo son redundancia y eco» (GOYTISOLO, Juan; Aguinaga,
Luis Vicente (eds.), Ensayos sobre José Ángel Valente, Santiago de Compostela, Universidade de Santiago
de Compostela, 2009, pág. 71).
Ineluctablemente, Valente opta por ser el caballero que siempre está ausente
de la tabla redonda, pues el mero hecho de su ausencia mueve el ánimo de sus
iguales a recordar su presencia. Y qué acendrada perennidad en sus orígenes, pues
Valente se marcha de Madrid como la única forma que encuentra para permanecer
siempre en la capital de España. Y cuán encomiable su ausencia de redundancia
en el final, pues vuelve a Madrid para enseñar qué es la palabra plena frente al
manoseado logos de las academias y de los críticos. Además, hay que decir que
vuelve a Madrid rondándole el cáncer, pero se marcha de España (otra vez) para
morir en Ginebra y para evitar ser un eco redundante en el final. Valente en Madrid
solo dejó su notoriedad, su fama y su grandeza ante las dificultades de la vida y
ante la muerte. En este sentido, escribe José Luis Pardo:
Como si la finalidad del poeta fuera ausentarse del poema y aun morir en él,
como si la palabra lograda fuese la palabra de un desaparecido.22
consigue contraponer conceptos como existencia y piedra, palabra y olvido, presente y pasado. La relación
entre temporalidad y mortalidad es una de las cuestiones que dominan no sólo en esta composición sino en
todo Poemas a Lázaro»; FERRÁN, Jaime María, «Historia y disidencia…», págs. 58-59.
(21) AGUINAGA, Luis Vicente de, en GOYTISOLO, Juan; AGUINAGA, Luis Vicente (eds.), Ensayos..., pág. 24.
(22) PARDO, José Luis, Fragmentos de un libro..., págs. 51-52.
(23) PARDO, José Luis, Fragmentos de un libro..., págs. 52-53.
El tiempo y el siglo son muy crueles con el poeta27, al que apenas le queda
la escapatoria de retirarse a una nube para dejar en suspenso si está o no. Y es
evidente que el poeta que se queda en la ciudad tiene que dejar de ser poeta en
algunos momentos si quiere sobrevivir al tiempo que le toca vivir. Sin embargo,
el poeta que sale de la ciudad encuentra la ausencia de tiempo o se topa con un
tiempo que no discurre en los ejes convencionales. Se podría decir que el poeta
que sale extramuros de la ciudad se sitúa en una temporalidad diferente o, mejor
Sobre esta inmortalidad del poeta que postula Goytisolo respecto al tiempo
y a la época que el poeta vive, José Ángel Valente escribe lo siguiente:
9 DE FEBRERO DE 1991. […] El tiempo del escritor no es el tiempo de la
historia. Aunque el autor como persona humana pueda ser triturado por ella.29
Esta lección que vivió Valente y a la que tuvo que sobrevivir pone de relieve
que el escritor es la persona que físicamente se ausenta de la ciudad para permane-
cer eternamente en la palabra poética. Sin embargo, el autor o la persona humana
queda en la ciudad como un residuo que abrasado por la fugacidad de la historia
se deshace como pavesas frente al maltrato que el siglo otorga al poeta que busca
la independencia en el decir y en el hacer. A este respecto, añade Goytisolo sobre
Valente:
Su largo exilio de España y el distanciamiento de los centros de poder acadé-
micos o institucionales le permitieron una independencia de criterio imposible
en la península […]
Valente era una notable excepción en un país en el que, como en tiempos de
Larra, una cosa es lo que se piensa, otra lo que se dice, otra lo que se escribe y
otra aún lo que por a o por b sale publicado. Su renuncia a sumarse a la gritería
elogiosa y su fidelidad a la ética del lenguaje le valieron la fama de arisco y
antipático, de agrio perturbador del consenso.30
(28) GOYTISOLO, Juan; AGUINAGA, Luis Vicente (eds.), Ensayos..., pág. 72.
(29) VALENTE, José Ángel, Diario anónimo..., pág. 286.
(30) GOYTISOLO, Juan; AGUINAGA, Luis Vicente (eds.), Ensayos..., pág. 70.
(31) SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés, en VALENTE, José Ángel, Diario anónimo..., págs. 10-11.
(32) Para indagar sobre aspectos métricos y formales, acúdase a Martínez Cantón, Clara Isabel, «Métrica
de José Ángel Valente: Análisis de A de Modo de Esperanza y Poemas a Lázaro», Espéculo, 39 (2008),
disponible en: http://www.ucm.es/info/especulo/numero39/valente.html (consultado el 02/10/2012).
(33) Sobre este poema comenta Vicente Molina Foix: «Rara vez un escritor tiene una buena estatua y un
buen poema sobre la estatua. Es el caso de don Francisco de Quevedo. Ha cambiado, si no recuerdo mal, de
emplazamiento más de una vez en la glorieta que lleva su nombre, pero lo que escribió José Ángel Valente
mantiene el mismo valor de evocación y alegato que tuvo el poema publicado por vez primera en 1960.
Valente imagina en sus versos que don Francisco se descuelga por las noches del alto podio y, dejando allí
su máscara pétrea, recorre el Madrid dormido, tienta las puertas tras las que “el hombre defiende como puede
su secreta miseria”, llevándole el ánimo de su antigua voz no extinguida, pues “en el polvo / un ápice hay
de amor que nunca muere”. Pero siempre que veo en una ciudad la estatua de un predecesor admirado, me
inquieta lo que ya Valente recelaba del Quevedo en piedra alzado en su glorieta: “Imperturbable y quieto, /
igual a cada día, / como tú nunca fuiste”. La piedra tallada y la intención conmemorativa fijan y congelan
-por no decir que a veces desfiguran- a la persona vivaz, mudable, imperfecta que escribió lo imperecedero.
Por eso, si el monumento acumula polvo o desidia, mejor visitar al enaltecido en su obra» (MOLINA FOIX,
Vicente, «Estatuas frías», El País, 25/08/2006).
Arriba te dejaron
como una teoría de ti mismo,
a ti, incansable autor de teorías
que nunca te sirvieron
más que para marchar como un cangrejo
en contra de tu propio pensamiento.
Estamos
todos igual y en idéntico amor
podría comprenderte.
Hablamos
mucho de ti aquí abajo, y día a día
te miro como ahora, te saludo
en tu torre de piedra,
tan cerca de mi casa,
Francisco de Quevedo, que si grito
me oirás en seguida.
(34) VALENTE, José Ángel, El vuelo alto y ligero, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1998,
págs. 107-109.
(35) Para ahondar en mayores conexiones de intertextualidad entre Quevedo y Valente, acúdase a FERRÁN,
Jaime María, «Historia y disidencia…», págs. 55-57: «Todo el poema está lleno de referencias a la obra
quevediana. Valente, sin embargo, no cita versos enteros, sino que introduce palabras clave de algunos
poemas. Hay una referencia, por ejemplo, a la Epístola satírica y censoria contra las costumbres de los
castellanos, escrita a don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, en su valimiento (pág. 55) […] Otro poema
intercalado es el Salmo XVII de Heráclito cristiano […] Estas referencias intertextuales sirven para resaltar
el paralelismo histórico sobre el cual está desarrollado el poema a la estatua (p. 56) […] Esta preocupación
generacional por temas éticos hace que la poesía de Quevedo sea relevante, y Valente lo deja muy claro en
una estrofa final del texto en la que confiesa que se habla mucho del escritor» (pág. 57).
(36) LOZANO CABEZUELO, José María, «Francisco de Quevedo desde la Torre de Juan Abad», disponible en:
http://www.franciscodequevedo.org/index.php?option=com_content&view=article&id=935 (consultado el
15/05/2012).
(37) SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés, en VALENTE, José Ángel, Diario anónimo..., págs. 11 y 12.
(38) Para una mayor información sobre este mecanismo de creación, acúdase a: CALVO RODRÍGUEZ, José
Andrés, «Comentario de “Una inscripción”: el tacitismo valentiano», Myrtia, 26 (2011), págs. 265-288.
Resulta muy signifi cativo el recurso a ser nadie que establece Valente
como medio de sobrevivir en el entorno urbano. De hecho, Valente achaca a
Quevedo ser inventor de teorías que le hicieron caminar como un cangrejo y en
contra de su propio pensamiento, llegando, incluso, a quedar petrificado como
una teoría de sí mismo. Obviamente, Valente censura el afán de notoriedad ur-
bana que tenía Quevedo y, por extensión, el mismo Valente en el Madrid de los
años 50 por efecto del mecanismo de la similitudo temporum. En este sentido,
advierte Valente:
Sin duda, Valente nos muestra en su diálogo con la estatua de Quevedo y, por
tanto, en su monólogo interior consigo mismo, que en el ámbito urbano la ausencia
asegura la presencia literaria y que ser nadie te otorga una personalidad literaria
con la que se puede sobrevivir a la teoría de sí mismo que el escritor anhela y, en
definitiva, para que el autor pueda sobrevivir a lo vivido trascendiendo los límites
temporales de su yo físico en la inmortalidad de su obra literaria.
Si Valente alude a la máscara de nadie, como única manera de sobrevivir a lo
vivido, Quevedo desde su pedestal sueña con despojarse de la máscara de piedra con
la que ha sido petrificado por sus conciudadanos, para que permanezca físicamente
como teoría de sí mismo en los límites del espacio urbano.
Indudablemente, la ciudad de Madrid aparece en la historia como una urbe
donde política y cultura van de la mano. En este sentido, y como expone Valente
en su poema a Quevedo, en Madrid los poetas a menudo se tienen que apear de su
palabra para entrar en el tiempo de la ciudad y ser hombres que físicamente viven
a la sombra del yo que les otorga la ciudad, convirtiéndose en un eco redundante de
su propio pensamiento. Pero, también hay poetas como Quevedo, como Cervantes,
como Valente, que rechazan la máscara que les otorga la ciudad y abandonan los
muros de la urbe para que su ausencia física sea una presencia literaria eterna a la
que la ciudad, por su parte, limita temporal y físicamente con el monumento en
piedra a los poetas ausentes. La ciudad les otorga una máscara de piedra póstuma
para confinarlos intramuros del espacio urbano. Si en vida, se ausentaron y se ma-
nifestaron en la palabra poética; la muerte les devuelve a la temporalidad y a los
límites urbanos en la presencia de la estatua en piedra. Monumento a la ausencia.
Homenaje a su presencia. Máscara de nadie en piedra.
Resumen
En las siguientes páginas pretendemos acercarnos a los elementos clave que con-
forman el discurso instituido, oficial, que desde el estamento político dirigente
de la transición se promulgaba, para pasar a cuestionar teóricamente su validez
social. Con ello pretendemos poner en tela de juicio la identificación social con
dicho sistema institucional (oficial, legalmente institucionalizado) situando en el
primer plano del análisis los elementos socio-culturales de la España del momento
y confrontando los mismos con los valores difundidos a través del discurso de la
llamada movida madrileña.
Abstract
In the following pages we try to approach the key elements that make up the discourse
instituted, official speech, which from the political establishment of the transition was
enacted, to pass question theoretically social validity. Our aim is to put into question
social identification with the institutional system (formal, legally institutionalized) at
the first level of analysis the socio-cultural elements of Spain in the time and confront-
ing them with the values disseminated through discourse of the movida in Madrid.
E
n el análisis historiográfico del cambio producido en España durante los
años de tránsito de la dictadura a la democracia, la dimensión política debe
entenderse como una faceta más de una transformación mucho más amplia.
(1) MAINER, José Carlos; JULIÁ, Santos, El aprendizaje de la libertad (1973-1986), Madrid, Alianza, 2000.
págs. 16-17.
(2) JULIÁ, Santos, «Orígenes sociales de la democracia en España» Revista Ayer, 15 (1994). págs. 165-188.
(3) Véase MARAVALL, José María, La política de la Transición, Madrid, Taurus, 1982; ——, Dictadura y
Disentimiento Político, Madrid, Alfaguara, 1978.
(4) Una buena introducción al tema puede encontrarse en RIVAS, Antonio, «El análisis de marcos: una
metodología para el estudio de los movimientos sociales» en IBARRA, Pedro; TEJERINA, Benjamín (eds.), Los
Movimientos Sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural, Madrid, Trotta, 1998, págs. 181-215.
(5) CASANOVA, José, «Las enseñanzas de la transición democrática en España», Revista Ayer, 15 (1994)
pág. 27.
(6) LAKOFF, George, No pienses en un elefante, Madrid, Ed. Complutense, 2007, pág. 24.
(7) DONATI, Paolo, «Political Discourse Analysis», en DIANI, Mario; EYERMAN, Ron (eds.), Studying Collective
Action, London, Sage, 1992, pág. 141.
(8) «Por proceso de enmarcado entendemos los esfuerzos estratégicos conscientes realizados por grupos de
personas para construir interpretaciones compartidas del mundo y de sí mismos que legitiman y motivan la
acción colectiva» (RIVAS, Antonio, «El análisis...», pág. 206.
(9) ARÓSATEGUI, Julio, «La transición política y la construcción de la democracia. (1975-1996)», en Martínez
Martín, Jesús Antonio, Historia de España Siglo XX (1939-1996), Madrid, Cátedra, 2007, pág. 258.
(10) El PCE llegó a definir la guerra como una guerra de independencia nacional frente al fascismo.
(11) El bando rebelde o nacional llegó a definir la guerra como una guerra de liberación nacional o una
cruzada nacional o de liberación.
(12) PÉREZ SERRANO, Julio, «Experiencia histórica y construcción social de las memorias. La Transición
española a la democracia», Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, 3 (1994), pág. 27.
(13) Véase VILAROS, Teresa María, El mono del desencanto: una crítica cultural de la transición española
(1973-1993), Madrid, Siglo XXI, 1998.
(14) TUSELL, Javier, «La transición española a la democracia desde un punto de vista comparativo», Cuenta
y Razón, 41 (1988) pág. 110.
(15) VILAROS, Teresa María, El mono del desencanto..., págs. 10-23.
(16) PÉREZ SERRANO, Julio, «Experiencia histórica...», pág. 28.
(17) BOTELLA, Joan, «La cultura política en la España democrática», en COTARELO, Ramón (compilador),
Transición política y consolidación democrática. España (19751986), Madrid, Centro de Investigaciones
Sociológicas, 1992.
(18) ESPINA, Álvaro, “Generaciones y Cambio Social.”. Disponible en:
http://www.ucm.es/centros/cont/descargas/documento6131.pdf
(19) PREGO, Victoria, «La España de Juan Carlos I», en Historia de España, tomo 18, Madrid, Espasa Calpe,
2004. pág. 20.
(20) TUSELL, Javier, «Franquismo y Transición», en Historia de España, tomo 18, Madrid, Espasa Calpe,
2004, pág. 383.
(21) Sin duda el episodio del golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981 resultó determinante en el
fortalecimiento de la figura del Rey como garante de la democracia, al tiempo que enterró la imagen de
Juan Carlos I El Breve que circulaba entre los círculos de oposición.
(22) Fue la postura de don Juan de Borbón durante todo el régimen de Franco la que explica el hecho
excepcional de que una monarquía que tenía un pasado discutido, fuera restaurada después de más de cuarenta
años, en un momento en el que el régimen monárquico estaba en retroceso en toda Europa. (Javier Tusell).
(23) ORTIZ HERAS, Manuel, «Historiografía de la Transición», en VI jornadas de Castilla la Mancha sobre
investigación en archivos, Guadalajara, 2003, pág. 12.
(24) PÉREZ SERRANO, Julio, «Experiencia histórica...», pág. 45.
(25) Véase LOURAU, René, Análisis institucional, Buenos Aires, Amorrortu, 2001; CARAVANTES, Carlos, «La
lucha por el poder en una institución: propuesta para una antropología política», en Actas del II Congreso
Iberoamericano de Antropología (1985), págs. 175-182; ——, «Folklore e institucionalización», Revista
Española de Antropología Americana, 14, (1984), págs. 165-174.
(26) BOURDIEU, Pierre, Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, (2ª edic) Barcelona, Anagrama,
1999, pág. 173.
(27) BOURDIEU, Pierre, «Espíritus de Estado. Génesis y estructura del campo burocrático», Actes de la
Recherche en Sciences Sociales, 96-97 (l993), pág. 50.
(28) BOURDIEU, Pierre, Espíritus de Estado..., pág. 60.
(29) ORTIZ MATEOS, Manuel, «Introducción» a «El estado y la violencia en el sistema de protección de
menores», Ateneo de Antropología, en página web del departamento de Antropología Social (UCM).
(30) Para un análisis del capital intangible de la transición española véase PÉREZ SERRANO, Julio, «Experiencia
histórica...», pág. 53.
(31) Véase GAITÁN MOYA, Juan Antonio, «La opinión del diario El País en la transición española», Revista
Española de Investigaciones Sociológicas, 57 (1992), págs. 149-164; ARDANAZ, Natalia, «Los discursos
políticos televisivos durante la transición española», ponencia presentada en el 18º Congreso de la IAMHIST
(International Association of Media and History), Leeds, 1999; TIMOTEO ÁLVAREZ, Jesús, «La transición más
rupturista: televisión y sus influencias en la sociedad española, 1975-2005», en TELEVISIÓN y Literatura en
la España de la Transición (1973-1982), Zaragoza, CSIC, 2010, págs. 231-267.
(32) GAITÁN MOYA, Juan Antonio, «La opinión del diario...», pág.150.
(33) ARÓSTEGUI, Julio, «La transición política...», págs. 263-264.
(34) MORÁN, María Luz, «¿Y si no voto, qué? La participación política en los años ochenta», en CRUZ,
Rafael; PÉREZ LEDESMA, Manuel (eds.), Cultura y movilización en la España Contemporánea, Madrid,
Alianza, 1997, pág. 364.
(35) «484 son las víctimas mortales causadas por las acciones de grupos terroristas de extrema derecha e
izquierda y 76 los muertos como resultado de la intervención de los cuerpos y fuerzas de seguridad del
Estado entre la muerte de Franco en 1975 y la victoria electoral del PSOE en 1982» -YESTE, Elena, «La
transición espàñola. Reconciliación nacional a cambio de desmemoria: el olvido público de la Guerra Civil»,
HAOL, 21 (2010), pág. 8-.
(36)Citado en BALIBREA, Mari Paz, «La novela negra en la transición española como fenómenos cultural:
una interpretación», Revista Iberoamericana, 7 (2002), pág. 111.
(37) «Los MOVIMIENTOS sociales y la creación de un sentido común alternativo», en IBARRA, Pedro; TEJERINA,
Benjamín (eds.), Los Movimientos Sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural, Madrid, Trotta,
1998, pág. 176.
Frente a esa España del consenso, del «pacto del olvido», de la reubicación
política, económica y social desde arriba, surge una España underground, motor y
expresión de una nueva cultura que está en periodo de gestación en los años de la
transición, impulsada por los procesos de cambio que acontecen en España a finales
de los 70 y principios de los 80, como «reacción vitalista, eufórica y generadora
de nuevos espacios culturales frente a la debacle y al desarme de las ideologías»38.
Sus señas de identidad son la pérdida de importancia del compromiso político, la
vivencia hedonista del presente y el nacimiento de una cultura juvenil basada en
lo estético39. El mayor exponente de esta «nueva ola» cultural se gesta y florece en
las calles de Madrid, tomando el nombre de movida madrileña40. En esta ocasión
no abordaremos un análisis anatómico41 de este fenómeno socio-cultural, sino que
prestaremos atención a su discurso, dirigido a los jóvenes desencantados y caracte-
rizado por el rechazo de la ideología y la militancia política en favor del hedonismo
juvenil, la sexualidad, la música, la calle y la sociedad de consumo. Un discurso
plagado de modelos estéticos y de comportamientos acríticos que simboliza el
principio del fin de los tabúes sociales en un tiempo de cambios y de libertad, de
una libertad que ya no se busca sino que se disfruta. Un discurso que cuestiona
los valores asociados al mundo institucional, cuya credibilidad ya no reconoce y
no siente como propios; ahí radica la esencia de esta nueva cultura que se abre a
los placeres de la vida, alejada de cualquier «rollo horrible»42, cuyo cariz apolítico
enlazará con el desencanto de esos años, con el concepto de pasotismo propio de
la época; un concepto que alterará para transformarlo, en palabras de Jorge Lozano,
en «hipercinismo indiferente»43.
A diferencia del modelo de ciudadano político que se difunde desde el dis-
curso instituido de la transición, a lo largo de toda la década de los ochenta, hasta
un 49,5% de ciudadanos reconoce no realizar ningún tipo de actividad política;
una cifra realmente elevada en comparación con las cifras del resto de países eu-
(38) TANGO, Cristina, La Transición y su doble: el rock y Radio Futura, Madrid, Biblioteca Nueva, 2006, pág. 61.
(39) FOUCE RODRÍGUEZ, Héctor, El futuro ya está aquí: música pop y cambio cultural en España, Madrid,
UCM, 2002, Passim.
(40) La movida hace alusión a un fenómeno socio-cultural que se desplegó por toda España. En este artículo
tan sólo aludiremos al que consideramos fue su epicentro, la representación del mismo que tuvo lugar en
la ciudad de Madrid.
(41) Véase GARCÍA NAHARRO, Fernando, «“Movida” y Cambio Social (1975-1985). Anatomía de un fenómeno
socio-cultural», Comunicación presentada en el I Congreso Interuniversitario de Historia Contemporánea,
Barcelona, 2010.
(42) Parte de la letra de la canción Para ti” de Paraíso (1979).
(43) CASANI, Borja; TONO MARTÍNEZ, José; MERINO, Emilio, «Entrevista a Jorge Lozano», La Luna de Madrid,
6 (abril 1984), págs. 10-12.
(53) Véase PÉREZ LEDESMA, Manuel, «La construcción de las identidades sociales», en BERAMENDI, Justo;
BAZ, María Jesús, Identidades y Memoria Imaginada, Valencia, PUV, 2008, págs. 20-41.
(54) MAINER, José Carlos; JULIÁ, Santos, El aprendizaje..., pág. 94.
(55) «El 83, 7% de personas comprendidas entre 15 y 34 años ve la televisión casi a diario; el 15,2% de
las mismas nunca va al cine, aunque sólo el 61,6% asiste al mismo con cierta regularidad. [...] A comienzos
de la década de los sesenta […] el cine pierde el papel preponderante que ocupaba como “formador”
sociocultural, dando paso a otros “formadores”, la música – rock, pop, punk…- y la televisión – por ondas,
por cable, video,…», en PÉREZ AMAT, Ricardo, «La juventud actual es monstruosa. No respetan ni los pelos
teñidos», La Luna de Madrid, 11 (octubre 1984), pág. 6.
(56) «El nuevo espíritu se impone de forma imprecisa, espontánea, difundiéndose con atropello antes en la
gente, en la indumentaria (reflejo del otro pellejo más cierto) en el habla, y sólo después en los medios de
cultura clásicos», en CASANI, Borja; TONO MARTÍNEZ, José, «Madrid 1984 ¿La posmodernidad?», La Luna
de Madrid, 1 (noviembre 1983), pág. 6.
(57) El término movida se popularizó y se convirtió en el slogan de aquello que estaba empezando a surgir en
Madrid y que a partir de 1980 toma un carácter más formal en su identidad como fenómeno socio-cultural.
(58) Véase UMBRAL, Francisco, Diccionario Cheli, Madrid, Grijalbo, 1983.
(59) TONO MARTÍNEZ, José, «Contracultura y utopía en democracia. Once tesis sobre un malentendido llamado
movida (1978-1988)», Revista de Occidente, 299 (2006), pág. 105.
(60) La Luna de Madrid llegó a vender más de 30.000 ejemplares, convirtiéndose en un referente popular
a nivel local y nacional (datos de la exposición La Luna de Madrid y otras revistas de vanguardia de los
ochenta, Madrid, 20 Septiembre-18 Noviembre, 2007).
(61) MANSILLA VIEDMA, Pedro, «La moda en La Luna, genealogía de una estética», en Catálogo de la
exposición La Luna de Madrid y otras revistas de Vanguardia de los años 80, Madrid, 20 septiembre-18
noviembre de 2007, págs. 38-42.
(62) Fotografía de Ouka Lele. La primera sonrisa de La Luna pertenece a Margarita Paz. Portada de La
Luna de Madrid, 1 (noviembre 1983).
(63) Portada de José Manuel Nuevo, La Luna de Madrid, 2 (diciembre 1983).
(64) Jóvenes bailando en la calle. En medio figura oriental semidesnuda. Síntomas de movimiento y
embriaguez. Portada de Ceesepe, La Luna de Madrid, 6 (abril 1984).
(65) Joven sentado en su habitación escuchando música de la radio y tomando una copa. Portada de Carlos
Greus, La Luna de Madrid, 9-10 (julio-agosto 1984).
(66) Adivinanzas: «Se ha recibido en nuestra redacción un comunicado de un comando monárquico-
anarquista que se atribuye el secuestro de 4 importantes dirigentes políticos. Amenazan con dejarles en
libertad si no se paga un fuerte rescate. ¿sabes quienes son?», en «Pasatiempos», La Luna de Madrid, 1
(noviembre 1983), pág. 67.
(67) «Chicas de Malasaña: con sus grandes faldones de colores y sus botas de cuero o gomita las puedes
encontrar en la plaza del 2 de mayo: el cuadrivium colgueta de este soho castizo que es malasaña. Allí
tienen por poca guita su iniciación ad perversionem.» Un ejemplo de las descripciones estereotipadas de
mujeres según su estética y la zona de marcha por la que suelen salir. Véase «Chicas, chicas, chicas», Luna
de Madrid, 2 (diciembre 1983), págs. 63-64.
(68) Viñeta relacionando desasosiego del enamoramiento con la estética publicitaria (anuncios Genuino
Floïd, Siempre Abanderado, «La arruga es bella» Adolfo Dominguez, «Diferente y siempre elegante con
Tergal» Tergal viste actual. Máquina de afeitar Braun.), ROLDÁN, Pedro, La Luna de Madrid, 5 (marzo
1984), págs. 44-46.
(69) «Cada noche salíamos de nuestras cuevas para buscar algo que nunca encontrábamos; pero no podíamos
dejar de salir. […] Acabando por hundirme con ellas en el arcano y olvidado placer de la carne gozando
en su perversión como un vampiro, hasta el amanecer», cómic erótico de FERIA, Kiko, «La amenaza», La
Luna de Madrid, 2 (diciembre 1983), págs. 55-58.
(70) «Imagínate lo dramático que resulta para mi quedarme completamente “out” siendo tan joven como soy
[…] Tú móntate una fiesta con mucha droga, mucho vicio y mucho alcohol y todos estarán a tu disposición»,
COLIBRÍ, «Tonta de Capirote», La Luna de Madrid, 6 (abril 1984), págs. 55-58.
(71) CEESEPE, «Carlos Ceesepe se aburre», La Luna de Madrid, 20 (julio-agosto 1985), pág. 74.
(72) Ilustración de mujer joven junto a un torrente de alcohol y música. ARRABAL, Fernando, La Luna de
Madrid, 11 (octubre 1984), pág. 85.
(73) «[…] Y en cuanto a las drogas, incluido el alcohol como tal,…pues pienso que las utilizamos todas
para evadirnos, cosa que no sucedería en una sociedad satisfactoria. Son dañinas y perjudiciales, pero sirven
para escapar de otra situación que también nos hace daño.», CASANI, Borja; TONO MARTÍNEZ, José, entrevista
a Eduardo Haro Ibars, La Luna de Madrid, 5 (marzo 1984).
(74) MORALES, Gregorio, «La erótica de Madrid», La Luna de Madrid, 1 (noviembre 1983), pág. 60.
(75) «En los últimos setenta hablábamos alguna gente de que Madrid en los ochenta iba a ser la Nueva
York de Europa […] Cada vez más gente empezó a hacer creer que se lo creía y cada vez más gente se lo
creyó.», CASANI, Borja; LAIGLESIA, Juan Carlos de, «Entrevista a Paloma Chamorro», La Luna de Madrid,
12 (noviembre 1984), pág. 45.
(76) GALLERO, José Luis, Sólo se vive una vez. Esplendor y ruina de la movida madrileña, Madrid, Ardora,
1991. pág 1.
(77) CASANI Borja; TONO MARTÍNEZ, José, «¿La Posmodernidad?», La Luna de Madrid, 1 (1983), pág. 7.
(78) VILAROS, Teresa María, El mono del desencanto..., págs. 180-198.
(79) «No estábamos dispuestos a ceder al franquismo los toros y el flamenco, y no dejamos que nos lo
robaran.» LAIGLESIA, Juan Carlos de, «Lo bello, si es efímero, dos veces bello», en Catálogo de la exposición
La Luna de Madrid y otras revistas de vanguardia de los años 80, Madrid, Biblioteca Nacional, Ministerio
de Cultura, 2007, pág. 23.
(80) Otros autores ven en esta utilización una finalidad cuasi-trascendental: la ruptura de las fronteras entre
la cultura de elites y la baja cultura (véase TONO MARTÍNEZ, José, «Contracultura y utopía...», pág. 120).
(81) Ocaña recuerda que de niño los curas le advertían que las prácticas homosexuales eran condenadas
con el infierno (PONS, Ventura, Ocaña. Retrato intermitente [videograbación], Barcelona, Zeta Video, 1978).
Kaka de Luxe también lo refleja en su canción La tentación (1983): «Eso está mal, no es natural, fornicar
es un pecado mortal. He rezado padres nuestros, oraciones a María, entraré en algún convento así veréis
que me arrepiento. Señor no fue culpa mía, yo no soy una pervertida».
(82) «La ausencia de todo arrepentimiento –aunque hubiese sido un arrepentimiento anglicano- enfurecía
a quienes opinaban que ciertas costumbres envilecían, y que los excesos resultaban funestos.», MOIX,
Terenci, «Marcovaldo Tarsile de Latour Montigne (cuento erótico)», La Luna de Madrid, 1 (noviembre
1983), pág. 55.
(83) Véase historia de amor homosexual de Manuel. Ilustraciones sin diálogos y en blanco y negro
publicadas en la revista, MUÑOZ BALLESTER, Rodrigo, «Manuel», La Luna de Madrid (1983-1984).
(84) «12º El tal “Rodrigo” invertido mayor del reino, cuyo dibujo rebuscado incita a la lascivia más abyecta»,
fragmento de carta al director en sección «Guía de Madrid», La Luna de Madrid, 5 (marzo 1984), pág. XV.
(85) LOZANO, Jorge, «Al principio fue la simulación», La Luna de Madrid, 13 (1984), pág. 8.
(86) MANZANARES, Julio P., You are a star. Costus biografía: kitsch, Movida, 80´s (y otros mitos typical
Spanish), Madrid, Neverland, 2008, pág. 96.
(87) TAGG, John, El peso de la representación, México, Gustavo Gili, 2005, págs. 128-129.
(88) AVELLO FLÓREZ, José; MUÑOZ CARRIÓN, Antonio, «La comunicación desamparada. Una revisión de
paradojas en la cultura juvenil» (reedición y actualización del publicado en 1989), en RODRÍGUEZ, Félix
(ed.), Comunicación y cultura juvenil, Barcelona, Ariel, 2002, pág. 33.
(89) Principalmente durante los años ochenta la movida comenzó a cobrar relevancia en los medios
internacionales; algunos fragmentos de artículos de la prensa internacional de la época pueden encontrarse en
GALLERO, José Luis, Sólo se vive una vez. Esplendor y ruina de la movida madrileña, Madrid, Ardora, 1991.
(90) AVELLO FLÓREZ, José; MUÑOZ CARRIÓN, Antonio, «La comunicación...», págs. 42-43.
(91) Posó junto a Susana Estrada, mito erótico del momento, mientras esta enseñaba un pecho. Célebre
también fue su frase, pronunciada al término del discurso inaugural de un festival de música en 1984:
«¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!»
(92) LECHADO, José Manuel, La Movida. Una crónica de los 80, Madrid, Algaba, 2005, pág. 134.
(93) Crónica de las jornadas en GARCÍA CALVO, Carlos, «Las Magdalenas son para recordar», La Luna de
Madrid, 11 (octubre 1984), págs. 82-83.
(94) BOURDIEU, Pierre, «La représentation politique. Eléménts pour une théorie du champ politique», Actes
de la Recherche en Sciences Sociales, 36-37 (1981), pág. 3.
(95) Véase HEBDIGE, Dick, Subculture.The meaning of style, London, Routledge, 1979.
(96) ÍÑIGUEZ RUEDA, Lupicinio, Análisis del discurso. Manual para las ciencias sociales, Barcelona, UOC,
2006, pág. 83.
(97) Véase «Los MOVIMIENTOS sociales y la creación...», págs. 165-180.
(98) VILAROS, Teresa María, «El mono loco: retiro y memoria de La Movida», en catálogo de la exposición
La Movida, Madrid, Comunidad Autónoma, 2007, pág. 618.
Resumen
El método arqueológico, intuido hace siglos y definido apenas en la última cen-
turia, nos desvela nuevos registros en los inicios del siglo XXI. En la ciudad de
Madrid se conjugan varios factores que hacen de sus recientes descubrimientos
arqueológicos un crisol de cronologías y materiales. Pretendemos, desde la mención
de un centenar de referencias sobre arqueología medieval y moderna de la ciudad,
esbozar unas notas para una futura «Arqueología de la Arquitectura» del patrimonio
edificado de la capital española.
Résumé
La méthode archéologique pressentie il y a plusieurs siècles et à peine définie dans
le dernier siècle, nous dévoile de nouveaux registres au début du XXIème siècle.
Dans la ville de Madrid se conjugue plusieurs facteurs qui font de ces récentes
découvertes archéologiques un creuset de chronologies et de matériaux. Nous
pretendons, à partir de la mention d’une centaines de réferences sur archeologie
médievale et moderne, ébaucher des notes pour une future «Archéologie de la
Architecture» du patrimoine edifié de la capitale espagnole.
L
a Historia se manifiesta unívoca, homogénea, aunque beba de distintas fuen-
tes: Arqueología, Arte, Literatura... El esbozo de los antecedentes es la base
de la narración histórica, con independencia del origen del discurso. Así el
Arte, desde hace siglos, y la Arqueología, apenas desde décadas, confluyen en la
(1) En el proyecto Plaza de Oriente (Andreu y Palacios, 1998) tuvimos ocasión de documentar parte de
las estructuras subterráneas de la Casa del Tesoro (Pérez – Juana, 1998), así como del extinto convento
de San Gil el Real (Martínez Peñarroya, 1998; Maier, 1998; Andreu y Martínez, 2000). En la excavación
arqueológica de la cata 3, que dirigimos en la Plaza de la Armería (Andreu, 1999a), se produjo el hallazgo
de un lienzo de la muralla islámica de Madrid, con una altura conservada más de trece metros. En esta
estructura realizamos la lectura de sus paramentos interiores y exteriores para documentar las reformas
sufridas por la misma, sobre todo entre los siglos XVIII y hasta la primera mitad del XIX. Al interior de
esta estructura se ha descubierto un conjunto de casas y calles bajomedievales, con algunos paramentos
conservados de más de dos metros de altura a los que también hemos aplicado estas técnicas, acompañadas
de la propia excavación de los sedimentos depositados en el interior de aquellas y que se corresponden
casi con toda seguridad a una fecha entre fines del siglo XII e inicios del XIII. Otra serie de estructuras
aparecidas son restos de los edificios realizados a raíz de la capitalidad de Madrid y que sirvieron para alojar
diversos servicios del antiguo Alcázar, cuales son los fragmentos del edificio de las Caballerizas (s. XVI) y
sus ampliaciones (s. XVII), así como los restos del proyecto de remodelación del entorno de Palacio Real o
Palacio Nuevo, atribuidos a Saquetti, e incluso cimentaciones de estructuras de la época de construcción de
este Palacio. No obstante, en el momento de entregar estas líneas se está acometiendo la construcción del
futuro Museo de Colecciones Reales. Esperemos que dentro de un espacio de tiempo podamos contemplar
y volver a discurrir por uno de lo barrios originarios de Madrid, como puede hacerse por las entrañas del
París medieval, integrado en el conjunto del Louvre.
(2) Emilia Nogueras plantea muy acertadamente la necesidad de vincular las labores de archivo y de campo,
para la resolución de los presupuestos de la Arqueología Urbana, partiendo de la información generada por
la Planimetría General de Madrid de 1750.
(3) Bibliografías sobre la ciudad de Madrid son también conocidas (Martínez Salvador et alii, 1992) e
incluso para la comunidad (Mena et alii, 1987, Gabaldón et alii, 2000) además de un primer ensayo sobre
historiografía matritense (Maier, 2000). Hemos de mencionar también otras aportaciones sobre el presente,
que no por inusuales dejan de ser valiosas, pues nos reflejan el paisaje arqueológico remanente en nuestras
ciudades (Mena et alii, 2000).
(4) Uno de estos proyectos se desarrolló en la Plaza de Santiago y las calles Amnistía, Vergara,
Independencia, Espejo, Unión, Santa Clara, Conde de Lemos, Cruzada y aledaños. Tuvo lugar entre agosto
de 1999 y febrero de 2000 (fase 1) y Agosto 2000 (fase II). Los trabajos se realizaron para la renovación
de canalizaciones de Canal de Isabel II y Gas Natural y la instalación del cableado de Madritel. Otro de
estos proyectos –aunque fuera del segundo recinto- ha sido la «Remodelación de Ejes Urbanos Comerciales»
en las calles de Preciados, Tetuán, Galdós, callejón de Preciados, Maestro Victoria y Rompelanzas entre
febrero y agosto de 2000. En este proyecto se construyó una galería de servicio subterránea. Agradecemos
la información a Dña. María Victoria Martínez Calvo, arqueóloga responsable del trabajo de campo de
estos proyectos.
(5) Al respecto hemos de citar uno de los primeros estudios de fauna de un yacimiento islámico del centro
de la ciudad de Madrid (Chaves et alii, 1989).
(6) «Será en 1860 cuando, con la aprobación del anteproyecto de ensanche de Castro, se impongan una serie de
medidas que faciliten la comunicación entre el casco antiguo y los nuevos barrios que se empiezan a crear en
el extrarradio. Entre estas medidas se encuentra el derribo de la última cerca construida en 1625 (la de Felipe
IV) y cuyas tapias empiezan a desaparecer desde 1868, y la prolongación y alineación de calles que podían dar
salida a la periferia.» (Nogueras, 1991: 308).
»-
Junto a este Madrid emergente subsiste otro que permanece y se debe poner
de manifiesto la existencia de numerosos datos que no nos deben ser ajenos a la
propia historia de la ciudad, cuales son los procesos industriales, hoy también ex-
tintos, como los caseríos bajomedievales. Estos sucumbieron bajo la trama urbana
consolidada en época Austria, que también perdió su habitación bajo la decimo-
nónica y con escasos relictos de momentos de los primeros Borbones. Escasos
fósiles guías, restos de las tres cercas -Cuesta de la Vega, Cava Baja y Ronda de
Segovia- y sus tardías puertas -la reconstruida de San Vicente, Alcalá y Toledo-,
los lugares de culto, desde San Pedro a Santiago y de retiro –Trinitarias, Encarna-
ción, Descalzas...-, la habitación de la realeza y su administración -Palacio de los
Consejos, Casón del Buen Retiro, Palacio Nuevo-, algunas viviendas relevantes -la
Torre de los Lujanes, la también reconstruida Casa de Iván de Vargas-, los espacios
públicos -Plaza Mayor, Paseo del Prado, Plaza de Oriente-, etcétera. De los procesos
industriales también quedan remanentes edilicios. Las estaciones de ferrocarril de
Puerta de Atocha y Delicias permanecen e incluso asistimos en su día a los últi-
mos retazos de Peñuelas e Imperial, que unían la primera con la del Norte, fuera
del distrito, en el vecino distrito de Moncloa y que constituía una verdadera M-30
ferroviaria y actuaba como vertebrador de la industria de la Arganzuela. Algunas
fábricas también se han conservado -Osram, Alcatel, El Águila-, fragmentos de ellas
-la fábrica del Gasómetro8, industria de la que también documentamos sus últimos
y escasos restos estructurales-, e incluso otros lugares vinculados a los servicios de
la ciudad, como el antiguo Matadero de reses de Legazpi9. Algún estudio destaca,
más arquitectónico que industrial (Adell, 1987), aunque poco se ha publicado y
apenas contamos con alguna aportación en la que tuvimos ocasión de participar
(Collar et alii, 1988). Otros edificios actuales merecen ya un estudio, como la de
Cervezas Mahou del barrio de Imperial. Quizá en este momento podamos dar casi
por concluida la remodelación del distrito de Arganzuela, que ha durado práctica-
mente una veintena de años. Lo que queda de los edificios industriales parece que
ya no será alterado.
(8) De la fábrica del Gasómetro queda una de sus chimeneas, aunque no tenemos constancia de que existiera
alguna más, una puerta en el ángulo nororiental del inmueble y además restos de muros y parte de las
instalaciones reaprovechadas en el área noroccidental. La chimenea sigue luciendo espléndida en su forzado
aislamiento actual y se alinea en la distancia a la de San Cristóbal de Los Ángeles –alquilada de cigüeñas-,
a la de la antigua fábrica de cervezas Mahou de la calle del Limón y a otra solitaria de las inmediaciones
de la Avda. del Planetario.
(9) Agradecemos información sobre este importante edificio del Madrid industrial a la Dra. María Teresa
Fernández Talaya, autora del proyecto de viabilidad sobre este antiguo Matadero de Arganzuela. En esta
línea puede también consultarse la interesante labor histórica realizada con motivo de otras rehabilitaciones
en la ciudad de Madrid (Fernández Talaya, 2004; 2005).
(10) Hace un tiempo tuvimos ocasión de asistir a otro episodio de «miopía y desidia» sobre un edificio
histórico. Sobre el solar de la denominada «Casa de Iván de Vargas», situada en la calle del Doctor
Letamendi, se levantaban aún parte de las fachadas y se conservaban los sótanos. Precisamente en esta
última área y tras la concesión del correspondiente permiso de intervención arqueológica, teníamos prevista
la realización de varios sondeos, que tuvieron que ser aplazados por no existir condiciones de seguridad
en el apuntalado subterráneo del edificio. Mientras esperábamos que se solucionasen estos aspectos se
produjo el alevoso derribo del remanente de la Casa y el macizado de los sótanos. Esperemos que la
literatura arqueológica generada en un futuro por la Casa de Iván de Vargas sea más extensa que esta
descorazonadora nota.
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edilicia mediante análisis puntuales. Dentro de todos ellos creemos que los estudios
mensiocronológicos son los más viables en el estado actual del registro arqui-
tectónico de la ciudad de Madrid. Desde este tipo de estudios se pueden abordar
otros, cual es el puntual de estudios de paramentos en las siguientes estructuras
que se restauren, aunque una gran parte del espectro se haya rehabilitado y se
encuentre en uso, por lo que abordar estudios no realizados con anterioridad es en
muchas ocasiones problemático. También la capital española debe marcar la pauta
para el conocimiento de la Arqueología Moderna en el centro peninsular (Gómez,
2005), al hilo de las intervenciones más recientes. Otra capital que jugó un gran
papel, incluso la de ser el centro administrativo de España en algunos momentos
de la Edad Moderna –Valladolid- lidera hoy por hoy esta Arqueología Moderna en
cuanto a los materiales, y quizá la ya tan citada Sevilla en cuanto a las estructuras.
Definitivamente, Madrid debe recuperar su lugar, tanto en ergología –restos de
utillaje- como en materiales constructivos.
EPÍLOGO
BIBLIOGRAFÍA
Nos contaba Francisco Azorín, que él llego a Madrid, desde su querida Murcia,
en el mismo año que lo hacía Luis Martínez Ruiz, que ya se había apropiado del
nombre del protagonista de su novela Antonio Azorín, escrita en 1903. Y bromeaba
don Francisco argumentando ser él el auténtico. Triunfará en Madrid, y lo hará en lo
que mejor dominaba: la comunicación. Prefería no recrearse en la erudición y buscaba
en sus escritos y en sus conferencias, la atracción total de los lectores y oyentes. Nos
ha dejado una amplia bibliografía, imprescindible para divulgar la historia de Madrid.
Fuera del Instituto de Estudios Madrileños compartimos “cartel” en varios eventos. En
ocasiones gustaba compartir el espacio y el tiempo con un segundo conferenciantes. Y
doy fe que resulta un sistema arriesgado, pero el respeto hacia don Francisco impedía
negarnos cuando nos lo pidió. De esto sabe mucho el Centro Cultural “Fernando de
los Ríos”. Allí, muy sensatamente, un aula tiene su nombre.
En el año 1985 fue nombrado miembro colaborador del Instituto de Estudios
Madrileños; tres años más tarde ingresaba como miembro numerario. Veintiún años
después, haciendo honor a su concepto de la amistad, pidió el pase a la situación de
miembro supernumerario. Para don Francisco aquello supuso un serio disgusto. Había
propuesto a un candidato a miembro numerario, y no consiguió los votos suficientes.
Participó en veinte conferencias dentro de los ciclos organizados por el Ins-
tituto. Sus dos últimas intervenciones Santa María de la Cabeza, Esposa de San
Isidro, (13/06/2006) y El parque Arias Navarro, pulmón de Aluche (13/02/2007),
imperdonablemente no las vio publicadas. Las correspondientes separatas llegaron
a mí poder un mes después del fallecimiento. Personalmente hice entrega de ellas
a uno de sus hijos.
Don Francisco, en los últimos años de su vida, tuvo con frecuencia que ser
hospitalizado en el Hospital Clínico. Allí acudíamos a visitarle, y nos decía: “de
esta salgo”. Y era verdad. Normalmente nos llegaba la noticia de su hospitalización,
a través de comunes amigos. Pero en una ocasión nos llamó personalmente. Lógica
alarma, pues habíamos hablado la víspera; pero en aquella ocasión no había hospita-
lización: nos comunicaba que en el Clínico, en el Aula Magna, iba a pronunciar una
conferencia. Y allí non encontramos con Isabel Barbeito y Ángel Manuel García.
Disfrutamos aquella tarde; por lo que nos contaba, y porque veíamos feliz al amigo
NECROLÓGICAS
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503. 489
Tuvimos en Madrid una editorial, Avapiés, que ha dejado interesante huella
en nuestra historiografía. Cuarenta y un títulos se publicaron en la colección básica.
Doce con autoria de miembros de Instituto de Estudios Madrileños: con un título don
Fernando Jiménez de Gregorio, don Manuel Montero Alonso, don Manuel Montero
Vallejo y don Eduardo Huertas Vázquez. Y cuatro títulos de don José del Corral y otro
tanto de don Francisco Azorín. Desapareció aquella editorial, y segundas ediciones se
publican desde Ediciones La Librería. Allí se han seguido difundiendo los títulos de
José del Corral y de Francisco Azorín. Intentó don Francisco publicase un libro en
Avapiés; aquella aventura no llegó a buen puerto. Y me hizo el regalo de gestionar
su publicación en Rubiños-1860. Editorial que estaba trabajando, sin interrupción,
precisamente desde el año que llevaba en su nombre: 1860. Una tarde me presentó
a don Antonio Rubiños, a quien con anterioridad había llevado un original mío. De
aquella reunión salí con el contrato firmado. Murió don Antonio Rubiños, y con su
muerte desaparecía Rubiños-1860. Y es que van desapareciendo los mejores.
Muchos proyectos y muchas vivencias juntos. Unos proyectos salieron, y
otros no. Pero la amistad se fortalecía. Me niego a contar los libros que buenos
amigos me dedicaron, y que ya marcharon. Siempre demasiados. Pero si me voy a
detener en una dedicatoria de don Francisco. El libro: Madrid y el Metro caminan
juntos (en Rubiños-1860). Tras la firma, la fecha: 15 de junio de 1977. Y concluía
su dedicar: “…a un metro más de nuestro profundo entendimiento”.
Un café de la Plaza Mayor sabe mucho de nuestros encuentros. Los últimos,
meses antes de fallecer, se hacia acompañar por una asistente. Aquella señorita fue
quien en la tarde del ocho de julio me llamaba a mi retiro en tierras avulenses, en
posesión que don Francisco me honro con su visita en más de una ocasión. Su men-
saje fue lacónico: “En el papel leo que tenía que llamarle a usted.” Estaba claro. A
Madrid aquella tarde, y a la mañana siguiente acompañábamos a don Francisco al
Cementerio de la Almudena. Aquel camposanto es muy grande, pero estaremos muy
cerca; casi vecinos inmediatos. Azar del destino. Y también cerca de Eloy Gonzalo.
Tiempo atrás disfruté escribiendo un artículo sobre aquel inclusero, después hijo
de un guardia civil. Había visitado su panteón (compartido con varios generales), y
cuando pasado un tiempo me acerque a conocer el espacio que había comprado a
la empresa que administra el cementerio, resultó ser cerca de donde descansan los
restos de aquel militar. Me cabía la duda de si don Francisco sabía de la vecindad
de aquel muchacho héroe en tierras cubanas, cuando Cuba aún era España. Ahora
ya lo sabrá. Acompañamos a don Francisco, y a su familia, no precisamente una alta
representación del Instituto: Pilar González Yanci, Alfonso Mora y Ángel Manuel
García también. Los de siempre. Y es que una mañana del mes de julio… Un par
de semanas después, a última hora de la tarde, funeral en Aluche, el querido barrio
de don Francisco. Nuevamente abandonaba mi querida Ávila de los Caballeros.
NECROLÓGICAS
490 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503.
En la homilía destacaba el celebrante la vocación de transmitir su mirada sobre
Madrid. El templo, de no reducidas dimensiones, repleto de fieles. Entre ellos caras
conocidas de asistentes a sus conferencias; a las de nuestra institución. Del Instituto,
solamente Ángel Manuel García y un servidor. Era víspera de festivo.
Durante años la Fundación Madrid, Villa y Corte organizó ciclos de conferen-
cias. Francisco Azorín fue asiduo conferenciante. Como lo fue en otros muchos foros.
Algo quiero decir de aquella cena en la que se entregaba el premio Dámaso
Alonso a un común amigo: Juan Manuel Sánchez Ríos, catedrático de la Escuela
de Cerámica, de donde había sido director. Compartimos mesa con el galardonado,
y los dos (don Francisco y un servidor) pronunciamos discursos.
También un almuerzo en Amigos del Rastro, en tertulias mensuales, siempre
con un homenajeado. En aquella ocasión el homenajeado fue don Francisco. Me
ha parecido oportuno incluir en esta nota necrológica, una fotografía tomada tras
aquella comida, donde destaca el protagonismo del Instituto.
Ángel Manuel García Pérez (miembro numerario del I.E.M.); Luis Prados de la Plaza (miembro
numerario del I.E.M.); Francisco Azorín Garcia (miembro numerario del I.E.M.); Luis Miguel Aparisi
Laporta (miembro numerario del I.E.M.); Mariano Azores Torres (miembro colaborador del I.E.M.) y
José Manuel Sánchez Ríos.
NECROLÓGICAS
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503. 491
IN MEMORIAM DE
FERNANDO JIMÉNEZ DE GREGORIO
1911/2012. Dos fechas enmarcando una vida. Con significado literal, pero
no siempre nos hablan de una vida llena. Llena hacia dentro y llena hacia fuera;
proyectando en los demás. No es este el momento ni el lugar para biografiar a don
Fernando, ni quien escribe esta nota necrológica, está capacitado para ello, pero
cualquier aproximación nos mostraría a un personaje que no supo perder el tiem-
po, que lo llenó siempre, y siempre en positivo. Creciendo por dentro, y siempre,
siempre, proyectando su humanidad en cuantos a él se acercaron.
Nació en el pueblo toledano de Belvís de la Jara. Y de aquella nacencia
hizo un motivo de orgullo. Y aquel municipio, hidalgo, supo apreciar a quien bien
apreciaba. Cuando fallece don Fernando, el ayuntamiento decretará tres días de luto
oficial. Sí. Sí se puede ser profeta en su tierra. Decir lo contrario, con frecuencia
es simple escusa para tapar su poco valer. Más de una docena de topónimos, di-
rectamente relacionados con don Fernando Jiménez de Gregorio, en la provincia
de Toledo. El nomenclátor ya hace años se enriqueció incorporando el homenaje a
don Fernando. Centros de enseñanza en, diferentes niveles, ostentan con orgullo el
nombre de don Fernando. Próximo a cumplirse sus cien años de vida, propuse en
la Junta Directiva del Instituto se le ofreciera un homenaje, que quería materializar
en la entrega de una bandeja donde, por alguno de los procedimientos de las artes
gráficas, se hubiera impreso fotografías de los rótulos toponímicos o cartelas de
los centros de enseñanza bajo el nombre de Fernando Jiménez de Gregorio. No se
admitió la propuesta, y en la mesa quedó el ofrecerle un almuerzo homenaje. Lo
lamento. Después, el homenaje pasó a dedicarle la lección inaugural del curso aca-
démico. Así quedó aprobado, pero no así se hizo. Reitero mi lamento. Estoy seguro
le hubiera gustado la entrega de la bandeja propuesta, y si así se hubiera aceptado,
hubiera hecho una segunda propuesta: que le entrega fuera en su Belvís de la Jara.
Reconocimientos comarcales, y también nacionales e internacionales: Hijo
Predilecto de Belvís de la Jara e Hijo Adoptivo de Talavera de la Reina y de Alcau-
dete de la Jara. Académico de la de Alfonso X el Sabio (Murcia). Correspondiente
de la Real Academia de Historia, y también correspondiente de las academias de
NECROLÓGICAS
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503. 493
San Isidro (Buenos Aires) y de su Instituto Geológico y de la Academia de Geo-
grafía e Historia de Santiago de Chile.
Atesoro en mi biblioteca privada muchos libros de don Fernando; en uno de
ellos, su tarjeta como Director del Instituto “Isabel la Católica”, bajo el anagrama
de la reina Isabel. Por el número de dígitos en el teléfono se deduce su antigüe-
dad. Cesó al jubilarse, siendo nombrado Director Honorario. Filosofía y Letras y
Derecho, siempre con las máximas calificaciones. Impartió su docencia en Murcia.
Académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
En la sede de esta última institución, el gobernador civil de Toledo le impuso la
medalla al Mérito en el Trabajo. Nuestro Instituto de Estudios Madrileños fue
invitado a aquel evento. Fue en la mañana de un domingo. Sólo un miembro se
desplazó: un servidor. Y advirtamos que acompañar al compañero en tan agradable
acto en Toledo no significaba ningún sacrificio, al contrario.
En Toledo está la sede de la Cofradía Internacional de Investigadores, insti-
tución creada en el año 1984, es de ámbito universal, con miembros procedentes
de los cinco continentes. Está bajo la jurisdicción del Cardenal Primado de España
y el patronazgo del Alcalde de Toledo. Ahora la integramos más de setecientos
investigadores. Don Fernando ostentaba el número veinticuatro. En el veintisiete,
estaba don Luis Cervera Vera.
Iniciado el segundo milenio, un grupo de historiadores de lo local deciden
poner en marcha un centro que se ocupe de los estudios históricos de los pueblos
situados en el Sur de la Comunidad de Madrid, y tuvieron el acierto de titularlo
Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid “Jiménez de Gregorio”. El acto
de presentación de aquella naciente institución se celebrará en la Junta Municipal
del Distrito de Retiro, y allí fue invitado nuestro Instituto de Estudios Madrileños.
Y allí estuvimos acompañando a nuestros queridísimos José María Sanz García y
José Fradejas Lebrero. Don Fernando, en las páginas de presentación del primer
volumen de Anales de aquella nueva institución, decía: “Acepté, sin dudarlo, por
considerarlo un honor a mi persona y a mis trabajos, desarrollados en el Instituto
de Estudios Madrileños, del que soy miembro.” Acertaron aquella gente al buscar
tan señero nombre. Fernando Jiménez de Gregorio quedaría como Presidente de
Honor, y, sin duda, ese patronazgo ayudó a que el Instituto del Sur esté consolidado
como centro de reconocido prestigio y servicio a la comunidad. Un año después
del inicio de su andadura, estrenaban sede oficial en Alcorcón.
Amigos de la Cartografía de Madrid celebró en la sede del Instituto Geográ-
fico Nacional, una sesión académica en homenaje a José María Sanz García. Quien
estas líneas escribe, tuvo el honor de leer en aquel evento, las adhesiones que se
habían presentado. Entre ellas, la del Instituto de Estudios Históricos del Sur de
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494 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503.
Madrid. De la larga y entrañable epístola preparada por don Fernando Jiménez de
Gregorio (su estado de salud no le permitió acudir al acto), entresacamos: Perso-
nalmente quiero decirte, querido José María, que el Instituto Jiménez de Gregorio,
no olvidará jamás tu aportación investigadora hacia el mismo, como no olvidará
esa presencia tuya, en unión de los señores Fradejas Lebrero y Aparisi Laporta, en
el acto de presentación de dicho Instituto, hace apenas un año. Diles a todos los
miembros de mi querido Instituto de Estudios Madrileños, lo que todos ellos saben:
Que José María Sanz era un hombre apasionado, cariñoso, directo, afable, locuaz,
dialogante, amigo siempre de ayudar a todos, investigador incansable, sesudo y
tenaz como pocos. Y por encima de todo, diles que José María era un hombre lle-
no de ilusión por la tarea emprendida, que escribió mucho y bien y que colaboró
intensamente en el trabajo del Instituto de estudios Madrileños, del que era uno
de sus más claros puntales. Su marcha ha sido una gran pérdida para el Institu-
to y, quienes fuimos sus amigos, sentimos la tristeza de haberle perdido, cuando
todavía podía haber dado muchos y muy sazonados frutos. Recuerdo cuando se
publicó mi libro La Comunidad de Madrid. Le gustó tanto a José María, que vino
una mañana a mi casa a darme las gracias por la aportación que había hecho al
conocimiento de Madrid. Dos sabios. Dos hombres de bien, unidos por una pasión
común. Y yo no olvidaré, querido don Fernando, cómo me distinguió con su amis-
tad. En mi archivo, las páginas en prensa que frecuentemente me dedicó en su, en
nuestro Toledo, cuando ingresé en la Cofradía Internacional de Investigadores, o
tras mis publicaciones.
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503. 495
IN MEMORIAM DE JOSÉ DEL CORRAL RAYA
NECROLÓGICAS
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503. 497
Pudo haber sido don José del Corral un gran presidente del Instituto. En una
de las crisis sufridas en las últimas décadas, un grupo de miembros le pedimos
considerase ser candidato a presidir la institución. Le convencimos, y no ocultó su
disposición. Otro candidato le acusó de, antes de la proclamación como candidato
ya haberlo comentado a algún compañero. La acusación fue ruín, y don José, por
encima de esas posturas optó por retirarse. Después supe que el otro candidato
ya había antes, por escrito, recabado el voto a otros compañeros. Don José, a sus
amigos, nos ocultó aquellos documentos, que puntualmente le habían llegado, hasta
que la elección de nuevo presidente quedó resuelta.
El día del entierro, cuando regresaba del cementerio, una llamada de un pe-
riodista me pedía preparase una nota necrológica. Me costó hacerlo, pues la pobreza
humana, o la grandeza, no me dejaba ver con claridad el teclado. Creo prudente
traer aquí aquellas líneas escritas el mismo día del entierro; al que sólo añado un
cordial abrazo, querido amigo:
Desde julio de 2010, sabíamos que José del Corral (1916-2011) se nos iba. Tra-
bajador infatigable, encontraba descanso en el trabajo. Pulcro en su vestimenta,
siempre la adecuada, sabiendo estar, forzaba a que a su alrededor se respirase
tranquilidad; pero la tranquilidad que proporciona el saber no se está perdiendo
el tiempo. La puntualidad formaba parte de su concepto de la moral. Tiempos
ajustados, sacando siempre el máximo provecho.
Miembro numerario del Instituto de Estudios Madrileños desde el año 1953
y secretario durante catorce fructíferos años (1984-1998). No sería correcto
decir que se integró en aquella institución, y no lo sería, porque era parte, y
muy importante, de la misma. Y uno no se puede integrar en donde se está de
pleno derecho.
Desde hace ya dos décadas, en almuerzo, o en simple desayuno frente a la Bi-
blioteca Nacional, cuatro locos por la historiografía madrileña allí se reunían:
José María Sanz García, José Fradejas Lebrero, José del Corral Raya, y quien
con atrevimiento estas líneas escribe. José María fue el primero en marcharse,
año 2000; reciente, e inesperada, la marcha de Pepe Fradejas (diciembre 2010);
ahora José del Corral. El último encuentro, allí, por donde los Agustinos Reco-
letos y el bueno de Ramón del Valle Inclán, un par de semanas antes de ingresar
en centro hospitalario. Ya no se recuperaría. Con frecuencia nos acompañaba
Milagros del Corral, directora entonces de la Biblioteca Nacional, su hija. En
ocasiones, en lugar de desayuno, había almuerzo. Y había también unanimidad
en los otros tres: el lugar, donde Corral dispusiera. Así pude conocer lo más
selecto de la restauración madrileña.
Corral fue miembro de la Academia de Gastronomía. Varios libros dedicó al
tema; siempre con Madrid de fondo. Recuerdo, palabra por palabra, una llamada
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de Corral; era verano y me encontraba lejos de Madrid. La llamada era para
comunicarme que su hija Milagros había aceptado ser la directora de la primera
Biblioteca de España. Y Corral quería compartir su alegría. Antes, también en
verano, otra llamada, aquella muy triste; me comunicaba el fallecimiento de
su esposa.
Escritor prolífero, con varios centenares de publicaciones. De ello sabe mucho
el Instituto de Estudios Madrileños y todas las editoriales, que, con exclusividad
o sin exclusividad, han tratado la historia de nuestra ciudad. Un par de libros
de Corral estuvieron en el ranking de los libros más vendidos; algo muy difícil
tratándose de libros de historia. Supo compaginar rigor científico y amenidad.
Sus conferencias siempre han sido garantía de éxito. Con frecuencia se nos
preguntaba: ¿hay alguna conferencia prevista de Don José? El título, la temática,
no era lo importante. Todos sabíamos que escuchando a Corral no se perdía
el tiempo. El Ayuntamiento de Madrid también lo sabía, por eso, en 1999, le
nombrará Cronista Oficial de la Villa.
Cuando ya estaba cerca de los noventa años, se daría cuenta de que los cambios
tecnológicos suprimían a los linotipistas y que la máquina de escribir había
que reemplazarla por un ordenador. Era un reto, y él lo superó. Y doy fe de
que no le fue fácil. Disciplinado, aceptó las exigencias y servidumbres de una
máquina que parecía le planteaba batalla. Y Corral salió triunfante, y doblegó
a la máquina, y aprendió a utilizar los e-mail, aunque al principio confundiera
las direcciones. Hace unas semanas me pedía copia de un artículo suyo sobre
las Ermitas en el Buen Retiro; tenía que revisarlo para ampliar el tema. Creo
que no pudo concluirlo. Cuando le llevé lo que me había pedido, sus ojos se
iluminaron con esa sonrisa suya, sincera, entre infantil y pícara, e inmediata-
mente sacó su pluma (por supuesto, estilográfica), y comprendí debía dejarle
con sus papeles.
Algunos nos escudamos en la falta de tiempo; Corral siempre tenía tiempo.
Parte del suyo, valiosísimo, lo dedicó a la Santa, Real y Pontificia Hermandad
del Refugio y Piedad de esta Corte, poniendo su saber en el Archivo de entidad
que había nacido en el año 1615. Pero su trabajo no se limitaba al de un erudito
entre legajos e históricos documentos. Tiempo había para ayudar en el reparto
de comidas a indigentes.
Gracias, querido amigo, por tu magisterio, y sobre todo, por tu amistad. A
veces tengo la sensación de que me falla la comunicación con quienes ya se
marcharon. Pero sé, que en estas horas, Corral ya ha tenido largas parrafadas (y
seguro que sin problemas de oído) con José María Sanz, con Pepe Fradejas, y
con mi Padre. Ya les habrá transmitido todos los cotilleos y lo que yo no supe
decirles. Él ya lo habrá hecho.1
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IN MEMORIAM DE ANTONIO MINGOTE,
MARQUÉS DE DAROCA
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más en serio que en broma:«¿se podría hacer que mantuviera toda la noche los
ojitos cerrados?»… sin comentarios. Ya se han hecho los estudios precisos para
cumplir con sus deseos. No va a ser fácil, pero, antes o después, se hará.
Sus desayunos, cada vez más cerca de su casa: Plaza de Oriente, Plaza Mayor
y últimamente en el Hotel Colón de la calle del Doctor Esquerdo, eran ocasión de
conocerle y disfrutarle; el momento del día en que preparaba, a la vista de las noticias
que leía cuidadosamente, sus trabajos inmediatos. Presidente perpetuo de los Amigos
de Julio Camba, Antonio reía con las ocurrencias del periodista Miguel Utrillo, muy
querido por él, cuando hace casi treinta años, intentando convencerme para que tomara
su relevo como gestor de la peña. Miguel, que falleció pocos días después, nos asegura-
ba, cargado de razones que, cuando no existiera nuestra cena mensual en Casa Ciriaco,
no habría una mesa en Madrid donde no se estuviera hablando de recalificar terrenos.
El año 2011 nos ofreció su apoyo a los Establecimientos Centenarios de Ma-
drid, dando forma y obsequiando el modelo de una placa de bronce que hoy indica
su carácter Centenario, en las aceras, ante las viejas tiendas de Madrid. Esos esta-
blecimientos trabajamos hoy para realzar sus trampantojos que ofrecen personajes
madrileños de Benito Pérez Galdós, en unos balcones junto a la Plaza Mayor, en
la calle de la Sal, con una placa homenaje permanente a don Benito, y un texto de
Fortunata y Jacinta sugerido por don José Simón y doña Carmen Simón hace ya
algunos años. Hoy, ante la falta de Antonio, luchamos por un homenaje conjunto a
escritor y dibujante que estamos seguros que hubiera encantado a ambos. También
está pendiente un espacio en el Buen Retiro, solicitado y aprobado por el munici-
pio… pero las cosas de Palacio van despacio, hasta para un Alcalde Honorario del
Parque. Con la misma decisión, lograremos que un día se reponga, para disfrute de
todos, El oso y el madrileño, una deliciosa obra musical que escribió de la mano del
gran compositor y hombre/espectáculo argentino Mario Clavell, gran amigo suyo
y nuestro. Estaremos siempre al lado de Isabel, nuestra marquesa de Daroca, su
mano derecha, útil y necesaria. Pendiente de las inmensas obligaciones que asumió
por trabajo, representación y, sobre todo, por humanidad. ¿Qué hubiera sido de su
vida sin la presencia de Isabel, sin sus puntos y sus comas?
Antonio fue Miembro Numerario del Instituto de Estudios Madrileños hasta
hace algunas décadas, cuando pasó al grupo de Supernumerarios. No es frecuente
que la vida nos ponga en un camino cercano al de un personaje tan especial como
nuestro Mingote. Su trabajo, como su historia, estuvo dedicado al mundo de la
Cultura y puso un infinito interés y cariño en su titularidad del sillón «r» de la Real
Academia Española. Sus compañeros del Instituto de Estudios Madrileños, espa-
ñoles en general y, especialmente, el mundo del humor, le hemos tenido siempre
como referente. Fue todo un ejemplo; todo un señor. No le olvidaremos.
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Señor marqués de Daroca; ¡qué poco tiempo nos diste para poder llamarte
así! En el fondo y a pesar de tu sencillez, creo que el título no te sabía mal. Sabías
que todos los que te conocíamos lo habíamos disfrutado como nuestro. Conocías,
sobre todo, el inmenso cariño que Sus Majestades habían puesto en su decisión.
El mismo que habíamos constatado en innumerables ocasiones, en las que siempre
te demostraban su confianza, afecto y mucho, mucho respeto. Felicidades. Antonio
Mingote, lucharemos hasta el final de nuestros días porque tu recuerdo perdure.
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Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 489-503. 503
EVALUADORES
Los artículos contenidos en el presente número de Anales del Instituto de Estu-
dios Madrileños han sido evaluados científicamente por los siguientes doctores y
especialistas:
EVALUADORES
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LUENGO AÑÓN, Ana
Doctora arquitecta paisajista.
Universidad Europea de Madrid
EVALUADORES
506 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 505-508.
MORÁN TURINA, José Miguel
Catedrático de Historia del Arte,
Universidad Complutense
MUÑOZ SERRULLA, María Teresa
Doctora en Historia.
Universidad Complutense
EVALUADORES
Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 505-508. 507
SALAS VÁZQUEZ, Eduardo
Historiador.
Director del Museo de San Isidro-Orígenes de Madrid.
SANCHO GASPAR, José Luis
Historiador.
Dirección de Conservación de Bienes Histórico-Artísticos,
Patrimonio Nacional
EVALUADORES
508 Anales del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), LI (2011), págs. 505-508.
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2011
2011
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTiFICAS
MADRID
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