04 La Exploracion Psiquiatrica (1) - Unlocked PDF
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LA EXPLORACIÓN
PSIQUIÁTRICA: LA ENTREVISTA
E HISTORIA CLÍNICA DEL
PACIENTE
a) Antecedentes familiares.
b) Antecedentes personales de tipo médico.
c) Antecedentes psicosociales.
d) Personalidad previa.
e) Antecedentes psicopatológicos previos.
f) Episodio actual.
g) Estado mental (apariencia y actitud; percepción, pensamiento y lenguaje;
afectividad; actividad motora; conductas instintivas; examen cognoscitivo).
h) Exploración general, física y neurológica.
i) Exploraciones específicas (psicometría y escalas de evaluación).
j) Impresión diagnóstica.
k) Plan de tratamiento.
1. Aspecto Psiquiátrico.
2. Aspecto Psicológico.
3. Aspecto Clínicos.
Tipos de entrevista.
No directiva.
El objetivo es conseguir una mínima contaminación por parte del médico,
para lo que se realizan el menor número de preguntas posibles (las
imprescindibles para que el paciente no interrumpa el hilo de la conversación). Al
paciente se le ofrece un espacio donde expresar libremente sus vivencias y
sentimientos. Ofrece la ventaja de aportar muchos datos sobre la personalidad del
paciente. No es aplicable en situaciones de urgencia o cuando no se va a seguir un
vínculo profesional, sino que el paciente sólo consulta por algún problema
concreto.
Estructurada o semiestructurada.
Se trata de realizar una evaluación estandarizada de la psicopatología del
paciente. Su objetivo primordial es ofrecer uniformidad en la recopilación global de
los datos psicopatológicos (al estandarizar la evaluación, todos los clínicos podrán
utilizar los mismos métodos y sabrán que sus evaluaciones serán idénticas a las
de otros profesionales). Esto es fundamental a la hora de realizar un estudio de
investigación, donde medir de forma uniforme y estandarizada es la única vía de
hacer los datos comparables. En la clínica, este tipo de entrevista puede ser una
herramienta de apoyo a la hora de identificar los síntomas más importantes y
realizar un diagnóstico sintomático, útil a la hora de tomar decisiones
concernientes a la medicación. Sin embargo, no obvian la necesidad de un buen
juicio clínico a la hora de su interpretación; es necesaria una evaluación
individualizada basada en una descripción narrativa del paciente y su conducta.
Modo de acceso.
El paciente puede venir espontáneamente a la consulta porque cree que
necesita ayuda, puede ser remitido por otro médico que solicita una opinión sobre
la posible naturaleza psicológica de sus síntomas, o puede ser llevado de una
forma más o menos forzado (por familiares, fuerza pública...), por falta de una
correcta conciencia de su enfermedad. Todas estas condiciones deben ser
consideradas, ya que tienen importantes implicaciones a la hora de llevar a cabo
la entrevista.
Lugar de la entrevista.
Lo importante es que médico y paciente se encuentren cómodos,
asegurando en cualquier caso (consulta privada, institución, etc.) que quede
garantizada la confidencialidad. Algunos profesionales sugieren que los asientos
queden a una misma altura, de manera que ninguno de los dos quede más bajo
que el otro, además algunos prefieren que no hayan muebles entre el
entrevistador y el paciente, de todas las formas se debe guardar la seguridad del
médico en caso de un paciente agresivo o peligroso, facilitando que pueda salir
fácilmente de la habitación o que pida ayuda.
En la preparación del paciente para la exploración psiquiátrica, el sanitario
debe tener en cuenta lo siguiente:
Duración.
Variable, según se trate de una primera entrevista o subsiguientes, en que
el tiempo a emplear depende del tipo de tratamiento escogido, la complejidad del
paciente, etc. Es así que conviene tener en cuenta que en psiquiatría no puede
aceptarse que una consulta primera haya de tener una duración mayor que una de
revisión, ya que muchas veces en estas segundas, la profundización en la relación
médico-paciente puede ser mayor de lo esperado. De ahí que el estándar medio
para todas sea más menos de 70 minutos. En cualquier caso, suele ser
recomendable planificar la duración de la entrevista y transmitir al paciente una
idea del tiempo de que se dispone.
Se debe tener en cuenta que la actitud del paciente en relación a la
puntualidad en la consulta suele revelar aspectos importantes de su personalidad
y de afrontamiento de situaciones.
Curso de la entrevista.
Fase inicial.
La entrevista comienza indicándole al paciente el nombre y especialidad (no
se debe ceder a la petición de la familia de presentarse como un amigo o un
médico de otra especialidad). Una vez tomados los datos personales del paciente,
se le solicita información (verbal o escrita) sobre quién lo ha remitido y el motivo
por el cual consulta. Es importante insistir desde el comienzo que todo lo que el
paciente cuenta es estrictamente confidencial. A continuación, se invita al paciente
a que exponga el problema que le trae a la consulta. En esta primera parte se
debe interrumpir lo menos posible al paciente, limitando las intervenciones a
aclarar algún punto del relato.
Fase intermedia.
Una vez que tenemos una idea general del paciente y su problema, se pasa
a realizar una historia clínica y un examen completo del paciente, a través de
nuestra intervención mediante preguntas concretas, evitando interrogar
directamente, y dando la impresión con las preguntas de un interés sincero por
conocer su situación. Es fundamental la actitud del médico, ya que "la muestra de
Fase final.
En esta última fase, en la que el médico ya tiene datos para formular una
hipótesis de diagnóstico, así como una idea de la forma de ser del paciente, se le
dará una opinión acerca de su situación, y se realizará un plan terapéutico. Este
debe ser comunicado al paciente, dándole instrucciones cuidadosas sobre el
mismo y asegurándose de que el paciente (y/o la familia) lo ha entendido
correctamente. Asimismo se le ofrecerá la oportunidad de realizar las preguntas
que estime pertinentes en relación a su caso.
Elementos de la entrevista.
1) Anamnesis.
Motivo de consulta.
Lo que en realidad ha ocasionado que el paciente haya acudido a consulta.
Si se rellena con las palabras del propio paciente sabremos cómo ha percibido los
Enfermedad actual.
Desde el momento en que aparecieron los primeros síntomas actuales,
especificando la tipología, duración e intensidad de los mismos y cómo han
evolucionado con el paso del tiempo, si cursaron con mejoría espontánea, si ha
precisado o no asistencia psiquiátrica previa, si ha recibido tratamiento
psicofarmacológico (anotar el tipo de psicofármacos) y el efecto producido (tanto
terapéutico como secundarios o indeseables).
Hay que intentar precisar cuándo fue la última vez que el paciente se sintió
medianamente estable y duración aproximada de este periodo asintomático.
También debe indagarse sobre la personalidad previa a la aparición de la
enfermedad, de qué forma se han visto afectadas sus actividades cotidianas y sus
relaciones personales, en definitiva, valorar si ha habido o no ruptura en su
psicobiografía.
En el caso de que hubiera episodios anteriores, evaluar si fueron o no
similares al actual.
Antecedentes personales.
Además de estudiar la enfermedad actual del paciente y su situación vital
actual, es necesario conocer lo acaecido desde su nacimiento hasta la actualidad.
La historia personal se suele dividir en tres grandes partes: Período del desarrollo,
infancia tardía y vida adulta.
Hábitos.
Se deben dejar consignado claramente los medicamentos que consume el
paciente, hayan sido prescritos o no por algún facultativo y su forma de
administración, por su posible repercusión en la sintomatología psiquiátrica
(antihipertensivos, anticonceptivos, analgésicos, etc.).
También es de vital importancia interrogar sobre el uso y abuso de
sustancias, tales como tabaco, alcohol y drogas de toda índole, consignando
cantidad, tiempo de uso y efectos que le producen.
2) Exploración psicopatológica.
I. Descripción general.
o Aspecto: Se debe describir el aspecto general del paciente y la impresión
física general, postura, porte, vestimenta y aseo.
IV. Percepción.
Se debe consignar cualquier alteración sensoperceptiva, describiendo cuál
es el sentido afectado y el contenido de la experiencia alucinatoria o ilusoria.
También son importantes las circunstancias que ocurren en la experiencia
alucinatoria y el momento preciso en que ocurren.
VI. Sensorio y cognición: Busca valorar la función orgánica cerebral del paciente.
VII. Impulsividad.
Se evalúa el control de los impulsos, para asegurarse que reconoce las
conductas sociales básicas.
IX. Fiabilidad.
El médico debe consignar su impresión sobre la veracidad y la sinceridad
del paciente durante la entrevista.
Con la valoración del estado mental obtenemos entonces una imagen
precisa del estado emocional, funcionamiento y capacidad mental del paciente.
4) Pruebas complementarias.
5) Impresión diagnóstica.
6) Tratamiento y evolución.
7) Pronóstico.
8) Epicrisis.
De todas formas el sentido crítico médico debe aplicarse con rigor para
seleccionar ante cada enfermo el material realmente importante de la historia
clínica. Con esto no se quiere incurrir en la brevedad ya que no hay historia clínica
psiquiátrica corta que sea buena. Esto se refiere a que no debemos extendernos
innecesariamente en sus límites sino que debemos ser adecuadamente concisos
en su elaboración.