50 Cumbres
50 Cumbres
50 Cumbres
7 am salida en LAN 750 (operado por British Airways) hacia Sao Paulo. El equipaje es
chequeado directo a Delhi.
10:15 llegada a Sao Paulo.
16:40 Salida hacia Londres en vuelo BA 246
Iván Vigouroux
Adolfo Abt
Julio Cifuentes
Cristian Peña
Jaime Wastavino
Erling Villalobos
Esteban Cabezas, el querubín del grupo, se juntará con la delegación de adultos mayores en
Delhi.
A la salida de Heathrow compramos un pasaje en underground (metro) para todo el día, por
£7 y nos vamos a turistear al centro. Después de una hora de viaje en metro, nos bajamos en
Victoria Station y nos dirigimos al palacio de Buckingham. Iván que vivió un tiempo en
Londres cuando era joven, lidera el grupo. Tenemos suerte, es domingo y el día está con un
sol maravilloso, poco usual en esta época. Hay mucha gente en bicicleta dirigida por
voluntarios con chaquetas amarillas y policías, muy parecidas a las cicletadas familiares
que se organizan en Santiago los días domingo. Después de sacar fotos al palacio, a los
impertérritos guardias, a la gente y a la estatua de la reina Victoria, nos vamos hacia la
Abadía de Westminster y al Parlamento. En la Abadía hay una celebración de un Memorial
Day y hay mucha gente expectante a la llegada de las autoridades.
El edificio del parlamento con su tradicional Big Ben, está emplazado a orillas de Támesis
y se extiende con su clásica arquitectura británica, por más de 2 cuadras siguiendo la rivera
del río. Al otro lado del Westminster Bridge se encuentra la nueva rueda del London Eye, el
museo de Dalí, el Modern Tate y otras atracciones. Hay mucha actividad callejera, artistas,
comediantes, estatuas humanas, turistas, familias con niños, dando a todo el entorno un
colorido dominguero, atrayente y entretenido. El London Eye es una rueda de 130 m de
diámetro que da una lenta vuelta cada 30 minutos. Está formada por cúpulas transparentes
con capacidad para unas 20 personas. Desde lo alto hay una buena visión aérea de la
ciudad. Hay una cola larguísima por lo que renunciamos a entrar. Nos devolvemos hacia la
plaza de Trafalgar con la estatua de Nelson en la cúspide del obelisco y la National Art
Gallery al fondo.
Es
impresionante ver tanta tradición histórica bellamente monumentada para la posteridad.
Que muestra más palpable de lo que fue la opulencia del imperio británico, desplegada en
los conservados edificios. Tanta historia encerrada en cada muro y en cada héroe esculpido.
Almorzamos en un restaurante italiano por £ 20 por persona, un sencillo plato de pasta con
una cerveza. Londres es carísimo. Finalmente nos vamos a Picadilly Circus para tomar el
metro de vuelta a Heathrow. Nos propusimos estar a las 3 pm de vuelta en el aeropuerto.
Ahora el vuelo sale del Terminal 4 y debemos hacer trasbordo antes, para tomar el tren
correcto. Con los mapas que nos dieron, ya estamos peritos en movilizarnos en metro
londinense
Con Cristian nos queremos duchar. Ya llevamos 2 días viajando sin bañarnos y me siento
incómodo traspirado y pegajoso. Después de varios traqueteos infructuosos de una punta a
otra del Terminal, le propongo que tratemos de entrar al Salón de la British. Total yo tengo
derecho por el millaje volado en One World y puedo llevar a un acompañante. No había
querido hacer uso de esta prebenda para andar junto con el grupo. Logramos entrar sin
problemas y nos damos una ducha de película. Volvemos limpios perfumados, afeitados
flotando por los pasillos como ángeles purificados. Nos juntamos con el grupo en la puerta
23 y despegamos rumbo a Delhi a las 17:20 hrs en el vuelo BA 257.
Después de 8 hrs de vuelo, ensardinados en los asientos de economy, llegamos a Delhi a las
6 am. Recuperamos sin problemas todo el equipaje y nos dirigimos al Terminal de
embarque. Aquí comienzan los problemas y el contraste violento con el tercer mundo. El
Terminal esta fuertemente custodiado por militares armados, con ametralladoras y
trincheras de sacos de arena. No nos dejan entrar porque nuestro vuelo JetLite sale recién a
medio día y nos mandan al frente a una sala de espera bastante precaria, pero
afortunadamente con aire acondicionado. Ya se ve la miseria en las calles. No toda la gente
habla inglés y los que hablan lo hacen con un acento hindú raro, bastante difícil de
entender. A las 10:30 ya nos dejan entrar a la sala de embarque. Una vez adentro
disfrutamos de otro nivel de confort. Cuando estábamos en la cola de inmigración
entablamos conversación con un par de venezolanas que andaban viajando por la India.
Que placer escuchar a alguien hablando español. Nos juntamos con Esteban que había
llegado por otra ruta, así que ahora el grupo está completo.
A la salida nos estaban esperando los representantes de la agencia local Kaylash, a la que
había contactado previamente Mountain Service para guiarnos en el trekking. Se presentan,
Gopal, el que será nuestro guía y Ramesh, el gerente comercial de la agencia. Nos reciben
con un cálido “Namaste”, saludo típico nepalés, hecho con las manos juntas, como en señal
de ruego junto al pecho. Nos cuelgan unas preciosas guirnaldas de flores naranjas y nos
subimos a la Van para dirigirnos a nuestro hotel, ubicado en el turístico y bullicioso barrio
de Thamel.
Aquí comienza una odisea que solo la habíamos visto en las películas. El tráfico merece un
capítulo aparte. Llegar de un punto a otro, conduciendo por las calles de Kathmandu, es una
epopeya gloriosa. En primer lugar se maneja por la izquierda, aquí y en la India. (herencia
británica). En las calles reina la más literal ley de la selva. Los vehículos van avanzando
lentamente entre el gentío, las motocicletas, los buses, camiones, bicicletas, vacas, cabras,
mendigos y vendedores ambulantes, a lo que es pechazo y bocinazo limpio.
Nos pasan a buscar en la mañana para un city tour por los lugares históricos de la ciudad.
Vamos en una van, con Sudendra, el guía nepalés enviado por la agencia. Es muy educado,
caballeroso y habla muy bien inglés. Nos lleva a una colina donde está el monasterio
llamado de los monos. Hay dos grandes Stupas, que son unos monumentos masivos con un
pináculo dorado en la cúspide y los característicos ojos de Buda pintados en una sus caras.
Por un costado hay una serie de cilindros de oración a los cuales hay que irles pasando la
mano para que giren en el sentido de los punteros del reloj. Se espera que uno a cambio
reciba alguna buenaventuraza, proveniente de toda la misticidad encerrada en el Stupa.
Visitamos el monasterio, donde nos enteramos por retratos de varios lamas, que hay como 4
corrientes budistas identificadas, por el color de las tocas y hábitos que usan los monjes.
Nos dirigimos a la salida, para continuar el tour por la plaza Durbar de Patán. Llegamos a
un sector cerrado a la circulación vehicular, una especie de barrio religioso, que alberga una
serie de palacios antiguos, templos y pagodas erigidos en honor a varias deidades,
principalmente de origen hindú. Aquí gobernaron una serie de dinastías, cuyos nombres no
podemos retener.
Durante todo el recorrido nos asaltan unas hordas de niñas que nos ofrecen con una
insistencia incansable collares, bolsitos y toda suerte de souvenirs. La corte cargante de
vendedoras políglotas nos sigue por todo el recorrido.
El guía nos lleva a un lugar donde comprar recuerdos más auténticos y allí nos encontramos
con las venezolanas. Las invitamos a comer a la noche, al típico Rum Doodle. Almorzamos
en un restaurante al aire libre ubicado en un segundo piso con vista a la plaza. Con el calor
y tanto caminar nos vienen de maravilla un surtido de cervezas: San Miguel, Gorocht,
Everest para refrescar la garganta. Volvemos al hotel y salimos de nuevo a recorrer tiendas.
Volvemos al hotel. Esta noche tenemos que dejar todo arreglado y seleccionar lo que
llevaremos al trekking. El resto se quedará en el Hotel. Nos tendremos que levantar a las
4:30 am.
Nos pasan a buscar a las 5:15 am para llevarnos al Terminal doméstico del aeropuerto,
desde donde salen los Twin Otter a Lukla. A la entrada, había un despelote descomunal.
Unos 300 gringos, de diferentes grupos y expediciones, con mochilas, bolsos gigantescos y
decenas de cuñetes tratando de ingresar a empellones por una puerta minúscula a la sala de
embarque. Nuestros guías baqueanos en estos tumultos, logran abrirse paso y finalmente
nos embarcamos en un Twin Otter de la Jeti Airlines, con sonriente azafata nepalesa vestida
de verde y amarillo, quien nos ofrece unos dulcecitos antes del despegue. El vuelo dura más
o menos una hora y desde el aire se puede apreciar una campiña verde con casitas
esparcidas por todos lados y construcciones de varios pisos. Aterrizamos en Lukla a las 8
am. El aeropuerto entre escarpadas laderas tiene una pendiente de alrededor de un 15%. Los
aviones aterrizan cuesta arriba y despegan cuesta abajo. No hay ninguna posibilidad de
reusar. El movimiento aéreo de aviones menores y helicópteros, en condiciones de buen
tiempo como ahora, es bastante grande. A la salida del aeropuerto, militarmente custodiado,
hay un contingente impresionante de porteadores, unos 200-300 muchachos entre 17- 20
años, se encuentran esperando junto a la reja, a ser contratados por los turistas y
expedicionarios que vienen llegando.
Lukla tiene el aspecto de una ciudad medieval con construcciones de piedra que se
desarrollan cerro arriba, en forma escalonada, conectadas por una red de estrechos
callejones empedrados. De aquí hacia arriba el movimiento por las calles y sendero será
solamente humano o animal. No existe la rueda. No existen ni siquiera las bicicletas.
Aquí nos juntamos con el resto de quienes serán nuestros guías y porteadores:
Tomamos desayuno en un lodge, donde se nos une al grupo la Dra Ana Mitrofanova con su
hijo. Ella es rusa ucraniana, pero se casó con un estudiante árabe cuando estudiaba en la
universidad y se fue posteriormente a vivir a Omán con su marido. Su hijo, es un moreno
alto (debe haber salido al papá), que fuma como contratado. Emprendimos la marcha hacia
Phackding, donde después de una hora de caminata bajo una lluvia persistente, nos
quedamos a alojar.
Gopal me estuvo contando la situación política de Nepal. Hasta unos 2 años atrás tenían
Rey y guerrilla Maoísta. Los Maoístas ante el poder y la adhesión que empezaron a
conquistar en las clases bajas, negociaron la salida del rey a cambio de la implantación de
un sistema democrático de transición, que durará 2 años más, plazo que se han dado para
aprobar una nueva constitución, que reemplace a la actual que tiene más de 200 años.
Actualmente existe un sistema parlamentario con varios partidos políticos, donde el
partido Maoísta es el mayoritario, incluyendo el actual presidente perteneciente a la
misma tienda.
Tomamos desayuno a las 7 am y partimos con dirección a Monjo. Sigue lloviendo y esto
ocurrirá todo el camino hasta Namche Bazar. El sendero va por la orilla del río Dudh Kosi
(Kosi significa río), con puentes colgantes impresionante sobre los rios. Nos vamos
cruzando con porteadores y caravanas de Yak con el sonido de los cencerros anunciando su
proximidad. Nos han instruido a darles paso inmediatamente, arrimándose contra el cerro.
En Monjo paramos a almorzar. Es curioso constatar como el budismo esta adentrado en la
vida cotidiana. En el camino encontramos cilindros de oración que se deben girar a nuestro
paso y numerosas piedras grabadas donde se van repitiendo inscripciones blancas que
significan el sagrado Omane padme hum. Esta expresión es un Mantra o palabra mágica
que ayuda a la meditación y a liberar las energías latentes en nuestro espíritu.
Antes de comenzar la empinada subida a Namche Bazar, cruzamos el más aéreo puente de
los puentes colgantes, que debe estar a más de 200 m de altura sobre el río. El vértigo se
siente en el estómago. Los puentes son metálicos del tipo prefabricados, con mucha
ingeniería incorporada y montados de manera muy segura. Tienen un par de catenarias
horizontales para estabilizarlos contra el bamboleo lateral producido por el viento.
Después de subir unas interminables escaleras de piedra, que hicieron sufrir la cadera de
Adolfo, llegamos a Namche Bazar alrededor de las 3 pm. La urbanización del pueblo,
capital de la región sherpa, ostenta la particular arquitectura nepalesa de montaña. Las
construcciones de perfecta piedra canteada, de varios pisos, están dispuestas por las curvas
de nivel de las empinadas laderas, formando un gran anfiteatro urbano.
Nos alojamos en el Himalayan Lodge. Salimos a recorrer el comercio local, encontrando
que las cosas son mejores y más baratas que en Kathmandu. Lo que sí son chinas. No se
ven equipos de marca originales. Compré una parca de Goretex y una linterna frontal.
El día después de tanta lluvia, amaneció precioso. Recortados sobre el cielo diáfano se
alzan por primera vez ante nuestros ojos, las maravillosas cumbres himalayescas, de
gigantesca factura alpina, vertiginosas paredes de roca y hielo, bellamente iluminadas por el
sol matinal. ¡Qué emoción! Nuestro sueño ha comenzado a tomar forma.
Hoy será un día de aclimatación, con un paseo por el día a Khumjung. Nos levantamos un
poco más tarde y tomamos desayuno a las 8 am. En la mañana me doy una ducha por 300
rupias con un chorrito de agua caliente. Algo es algo pero para la necesidad, me siento
como en un SPA del caribe.
El sendero hacia Khumjung parte por unas escalinatas de piedra interminables. En lo alto
de los lomajes del frente, al otro lado del río, Gopal nos muestra un hotel 5 estrellas, estilo
americano, construido recientemente, al cual los millonarios llegan en helicóptero. El hotel
ha sido un tanto cuestionado por la categoría de Parque Nacional que tiene la región.
También, - ¡por fin aparece el Everest! -.La gran pirámide comienza a emerger por sobre el
filo del Nuptse. Subimos a un montículo para apreciarlo mejor. Estamos impresionados,
sobrecogidos y emocionados. Tener ante nuestros ojos la montaña más grande del mundo,
en un día limpio sin una nube, es un premio inapreciable. Nos fotografiamos profusamente
con el maravilloso paisaje de fondo.
Después continuamos el descenso hacia Khumjung, poblado nepalés típico, construcciones
en piedra con techos azules rodeadas de parcelas aterrazadas, donde se produce papa,
repollos, acelgas y otros cultivos. La tierra la trabajan principalmente las mujeres. Parte de
las papas las rallan o cortan en longas delgadas para ser secadas y consumirlas
posteriormente durante el invierno.
Khumjung se caracteriza por ser el pueblo ayudado por Edmund Hillary, donde construyó
una escuela secundaria que lleva su nombre. Los niñitos andan estudiando para los
exámenes debido a un feriado largo que se aproxima. En Namche Bazar hay solo escuela
primaria. Las clases son de 10-16 hrs y los niños llevan su almuerzo de la casa. Tienen que
caminar todos los días como una hora cerro arriba, para llegar a la escuela secundaria. Nos
imaginamos como debe ser esta travesía diaria con la nieve y el frío invernal ¡Que manera
de ser gente sufrida! Le tomamos fotos al libro de estudio. Es curioso ve que las materias
están centradas en matemáticas básicas y mucha agricultura.
Edmund Hillary ha desarrollado una extraordinaria y reconocida labor de ayuda a la
comunidad. Después de la conquista del Everest en 1953, sintió el deber de retribuir la
gloria de su hazaña a esa esforzada etnia sherpa. Y es así que en los años posteriores
consiguió fondos en Occidente para desarrollar programas de adelanto, construyendo más
de 17 escuelas en la región. Promovió la instalación de un parque nacional que protegiera
los parajes del Khumbu, contra el impacto ambiental que estaba sufriendo, como
consecuencia de la creciente afluencia de escaladores y excursionistas a la región. En un
principio tuvo bastante oposición de los mismos sherpas acostumbrados a usar leña como
combustible y a los beneficios monetarios que significaba para ellos, el proveer de este
insumo a los extranjeros, con el serio peligro de deforestación que habían comenzado a
sufrir los bosques circundantes. Fue una dura batalla y una ardua tarea de
concientización, que finalmente logro sus frutos, principalmente por un programa de
instrucción y educación que recibieron grupos de monitores locales en los parques
nacionales de Nueva Zelandia.
Volvemos a Namche Bazar por otro camino más largo. Pasamos por un lujoso hotel
japonés recientemente construido y algo criticado. El sendero continúa rodeando el cerro y
se adentra en una espesa niebla. Después de un descenso suave, termina igual que a la ida
en una abrupta bajada por una larga escalera de piedra. Dura afrenta para nuestras sufridas
articulaciones, especialmente para Adolfo que viene resentido de Chile de una cadera.
Entramos de vuelta al pueblo por el poniente.
Hubo una pista de aterrizaje que no funciona, principalmente por oposición de los mismos
nepaleses, porque el establecimiento de un transporte aéreo a Namche Bazar iba a mermar
fuertemente la fuente de trabajo de miles de porteadores.
Una casa de piedra de dos pisos y de unos 150 m2 vale 15.000-20.000 dólares. En general
las construcciones que hemos visto son de piedra con sólida estructura de madera. No hay
cadenas ni pilares de concreto. La piedra en las esquinas va solamente trabada, la que
cantean prolijamente, dejando un muro a la vista finamente terminado, con perfectas
junturas estilo Inca y de bloques totalmente regulares.
En la tarde Ana, la doctora rusa, a quien le había pedido consejo, por una herida fea que
ando trayendo en una pierna desde Santiago, por un lunar que me saqué y que no me sana,
me recetó lo siguiente:
Green clay for compress. Mix two teaspoon y three teaspoon of water to get thick paste.
Can use salt solution instead of water. Place on the tissue and bandage overnight after
warming up th wound for 20 min. Daytime put alohe vera compress.
Como es difícil que yo encuentre en Namche Bazar esta receta un tanto naturista, se ofrece
amablemente a acompañarme a una farmacia, a ver si encontramos esa arcilla verde o
alguna pasta sucedánea. Obviamente, no la encontramos y tampoco nada parecido, así que
voy a seguir con las pomaditas que me recetaron en Santiago.
Comemos temprano y me empecé a quedar dormido en la mesa, así que me paro y me voy
a acostar. Mañana nos tendremos que levantar a las 6 am para emprender el próximo tramo
hacia Tengboche.
Ha sido un día regalado de Dios. Todo el camino con el Ama Dablam, el Everest y el
Lhotse al fondo, con el sol radiante filtrándose por los bosques de pino, hacen de este tramo
un espectáculo maravilloso. Descendemos hacia el río, donde cruzamos las aguas
torrentosas mediante un puente metálico. Paramos a almorzar en Pungí Thanga. Nos vamos
encontrando con los mismos grupos de senderistas que hemos visto durante todo el
trayecto, uno con unos 3 rusos jóvenes, un grupo más grande de alemanes y una risueña
japonesa sola (sin porteador), con una mochila gigante, pero aperradísima, que se llama
Micky,
El último tramo, un tanto empinado, sigue por el ancho camino sombreado hasta llegar a
Tengboche alrededor de las 2:30 pm. En Tengboche está el monasterio, uno de los más
grandes de la región, al que acompañan unos 3 o 4 lodges llenos de turistas europeos.
Nos quedamos en un albergue bastante más primitivo que los anteriores. Con piezas a un
corredor exterior, y baños tipo letrinas japonesas donde hay que agarrarse de unas manillas
para comprimir los chunchules.
Como a las 6 am comienza la bulla de los otros mochileros de las piezas vecinas que
comienzan a levantarse.
Hoy en la mañana, mientras tomamos desayuno, se acerca Ana, la doctora rusa, a pedirnos
consejo. Su hijo amaneció con vómitos aparentemente producidos por la altura. Fuma
mucho y anoche el deschavetado también estuvo tomando cerveza. Le sugerimos que no
siga más arriba puesto que el próximo destino es Dingboche que está 550 m más alto y será
mejor que se quede un día más en Tengboche para ver como evoluciona su hijo. Nos
despedimos lamentando la situación. ¡Que pena! - es buena persona la doctora y hemos
hecho buenas migas. Ella tiene que volver antes y probablemente no nos veamos más.
Salimos a las 8 am hacia Dingboche. El sendero va por el costado sur del río, entre pinos y
bosques de rododendros. El paisaje es húmedo y se asemeja mucho a los bosques de
nuestro Sur de Chile. Pensar que estamos a 3.800 m en medio de un verdor inconcebible
para nosotros acostumbrados a la aridez andina que ocurre a similar altura. No hace frío y
el día está nublado, pero con rayitos sol filtrándose por las nubes. El camino es bastante
suave y vamos tomando fotos del paisaje, de los caseríos y de los cultivos en terraza, donde
se encuentran cosechando papas, que las guardan en unos hoyos en la tierra para que se
mantengan frescas y no se congelen durante el invierno.
Hacemos una parada como a las 9:30 para tomar té en Pangboche. Le trato de tomar fotos a
una campesina que se esconde como un topo en los hoyos para las papas, apenas me ve
aparecer con la máquina. Estuvimos jugando largo rato a las escondidas.
Un poco más arriba de Pangboche está el cruce que lleva al campamento base del Ama
Dablam. En la ladera del frente se divisa una caravana de Yaks porteando la carga de una
expedición.
Como a las 11 am paramos a almorzamos en Shomare. Normalmente se demoran como una
hora en preparar los platos desde que Gopal colecta los pedidos. Trato de comer poco para
bajar de peso y sentirme mejor. Hoy me siento bien y no me amanecieron los ojos
hinchados como en Namche Bazar. Debe haber sido la sanación de las oraciones del
monasterio.
Llegamos a Dingboche a las 2:30 pm y nos quedamos en el Moon Light lodge. Como a las
4 pm las nubes del valle cubren el pueblo y comienza una leve llovizna. Aunque estamos
más alto y en un paisaje más cordillerano, no hace frío.
Dingboche es un pueblito típicamente montañés, con casas de piedra alineadas en torno a
las curvas de nivel, rodeadas de cultivos en terrazas que se esparcen pintorescamente por
las planicies del valle. Es curioso ver como procesan la bosta de yak para producir
combustible. A esta altura ya no hay árboles de donde obtener leña. Las mujeres hacen una
pelota de bosta con las manos, que la van pegando sobre las pircas, para dejarlas secar al
sol y encenderlas posteriormente en los hogares y cocinas de las casas.
Hay un filipino muy amanerado con un grupo de ingleses que se nos acerca a conversar. A
primera vista nos pareció una señora de gran sombrero alón y crocs naranjas. Que increíble
uno se va encontrando con gente de todas partes del mundo. En Shomare estaba
almorzando un grupo de checos que hablaban muy poco inglés y también están con
nosotros en el lodge.
Los precios por acá más arriba son mucho más caros. En Tengboche me conecté a Internet
y una hora me costó 1.000 rupias (~7.000 pesos). Las comidas cuestan del orden de 200-
300 rupias (3-5 dólares) cada una. El alojamiento son 200 rupias por persona. En Namche
Bazar cuesta 15 dólares diarios una pieza con baño exclusivo. En todo caso la comida y el
alojamiento siguen siendo baratos.
Los lodges o albergues en general, tienen piezas con 2 camas, con un colchón de espuma,
una almohada y a veces un cobertor. Tienen comedor-estar con una estufa central que
prenden en la noche, empleando generalmente bosta de yak como combustible. Las mesas
se disponen alrededor del recinto, junto a unas bancas anchas pegadas a la muralla, donde
durante la noche los porteadores tienden unas colchonetas para dormir. Las paredes de los
lodges están profusamente adornadas con posters de cerros, a veces autografiados por los
mismos alpinistas y cuadros alusivos a Buda y otras divinidades.
Como referencia, un costo medio de gasto diario en un trekking como el nuestro, se puede
resumir como sigue:
Rupias
Alojamiento 200-300
Desayuno 200
Almuerzo 400
Cena 500
Ducha 300
Varios, te 100
TOTAL 1700 rupias (20-30 dólares) diarios
Ayer en la tarde se mantuvo esa llovizna persistente que después en la noche se transformó
en franca lluvia. Toda la noche se mantuvo la neblina instalada. Anoche se me aceleró la
respiración y dormí bien desde las 9 pm hasta la 1:30 am. Después estuve un poco
preocupado. Al amanecer se me pasó. Debe ser que aun mi organismo no se sintoniza con
el ritmo cardíaco y respiratorio necesarios para poder afrontar la falta de oxígeno a esta
altura.
Hoy el día estará nublado y con algún vislumbre de sol. En el Lodge hay, ducha caliente y
una manguera en la calle para lavarse la cara y los dientes en la mañana.
El camino a Chukung va por la orilla norte del río Inja Kola, en medio de un paisaje neto de
alta montaña. El andar se hace incómodo por los pedregales del lecho del río. Sigue
nublado. A ratos se abren las nubes y se ve parte del Island Peak y los contrafuertes del
Lhotse Shar. El tiempo no mejora y comienza una llovizna de agua nieve bien mojadora.
Llegamos Chunkung a las 10:45 y almorzamos en un lodge, tras esperar como una hora
después que Gopal nos toma el pedido. Esta es en general la tónica de todos los almuerzo.
¿Y qué más dá, quien nos apura?
Nos topamos nuevamente con el filipino. Cristian, su amigo, dice que toma los bastones
con sus deditos enguantados como si fueran unos pomponcitos. Jaime, su yunta pichulera,
le dice que lo dejó flechado con esos delicados ademanes ….
Hasta el momento el grupo es bien parejo, el ritmo de los caminantes es más o menos
homogéneo y nadie se queda rezagado. Hoy en la mañana me sentí cansado y me quedé un
poco atrás. La verdad es que partí a este viaje muy fuera de forma, con 5 kg de sobre peso
producto de un exceso de tomateras y comilonas dieciocheras que me están pasando la
cuenta, a todo esto, sumado que en Kathmandú, con ese calor ávido de cerveza, y comidas
sabrosas, siguió mi desquadre. A pesar que estoy comiendo poco mi panza ni se inmuta.
Iván es el conversador de grupo, contando largas historias de sus andanzas por los
himalayas, que todo el mundo escucha embelezado. Tiene mucha experiencia montañera
con una larga trayectoria de famosas ascensiones.
Julio es el chistoso espontáneo que siempre está con la talla a flor de labios. Hace 4 años
que empezó a salir a los cerros, entusiasmado por Cristian Peña. Hizo un intento al Ojos del
Salado y le dio un edema pulmonar en la Laguna Verde. Confiado de su estado físico de
maratonista, realizo esfuerzos excesivos e innecesarios que le mermaron su disponibilidad
de oxigeno circulante.
Cristian es el más joven de esta animada constelación senil. Aunque es un moreno gordito
narigón, es un andinista veterano que empezó muy joven a salir con montañistas famosos
del ambiente nacional. Es ingeniero eléctrico y trabaja en Potrerillos.
Esteban es el Benjamín del grupo y es más bien retraído. Es experto en Yoga y hace clases
a pesar de su juventud. Probablemente no se encuentra muy cómodo entre estos esplendores
de la tercera edad, pero es bastante maduro, culto e interesante de conversar. Es el que
habla mejor inglés, lo que ha sido de gran ayuda durante el viaje. Después de este trekking
se piensa quedar 5 meses recorriendo la India. ¡Qué envidia!
Jaime es ciclista, pero tiene bastante experiencia en montaña, se han hecho muy amigos con
Cristian y se la llevan chanceando y molestándose mutuamente.
Los sherpas son una etnia de origen mongólico, que habita la región del Khumbu y se
estima que poblaron la región hace unos 800 años, viniendo de las mesetas del Tibet. Su
principal medio de sustento es el pastoreo de los Yaks, de donde se proveen de lana, leche,
queso, mantequilla y carne. Con el advenimiento y auge del montañismo occidental, sus
oficios de pastores y agricultores primitivos, han ido derivando a actividades de mejores
ingresos como: porteadores, pequeños hoteleros, artesanos y comerciantes prósperos. Los
antiguos pueblitos bucólicos de una apacible vida pastoril, han ido creciendo con el boom
del turismo sin poder desarrollar en forma acorde, las infraestructuras básicas que requiere
esta explosiva expansión urbana.
El sendero después de empinarse sobre el pueblo, sigue por el costado sur del río que
proviene del famoso glacial de Khumbu. Con una pendiente prácticamente horizontal va
gradualmente ascendiendo hasta que después de unas 2 hrs de caminata llegamos a Thokla,
donde almorzamos en una posada al aire libre. El día está precioso y al calor del solcito se
han juntado a comer como unas como de 50 personas de variadas nacionalidades.
En el camino nos detuvimos a conversar con un grupo de checos con los que nos hemos
venido topando durante los últimos días. El guía checo es de aspecto rudo, macizo, fuerte
que parece más un ruso “terminador”. Conoce Chile de Arica a Punta Arenas y ha estado en
toda Sudamérica. Dice que parece que en su otra existencia debió haber sido un indio
quechua o aymará por la afinidad y amor que siente por los Andes. Subió el monte Wilson
y fue al Polo Sur en skis a pasar el año nuevo del 2000 en el mismo polo. ¡Loco el viejo!
Ah?
Del sendero se ve Pheriche en el fondo del valle junto al río, con su importante posta de
primeros auxilios. Vemos un helicóptero que desciende y rápidamente emprende el vuelo
seguramente con algún enfermo o accidentado.
De Thokla Dougla salimos a las 12 hrs y ascendemos por la morrena del glaciar de
Kumbhu. En la cumbre de la cuesta nos encontramos con una larga fila de chorten, que
constituyen un memorial a los sherpas muertos en el Everest. Hay una gran placa
recordatoria a Scott Fischer, guía norteamericano muerto en la famosa tragedia de 1996 y
también hay monumentos alusivos a otros extranjeros que han sucumbido en la montaña.
Nos quedamos en el
Sherpa Lodge,
disfrutando en las
afueras del apacible
solcito de la tarde. En
el camino nos
cruzamos con varios
grupos que venían
desde arriba. Les
preguntamos a un par de inglesas que acababan de subir el Kalapatar, detalles de la jornada
y nos contaron que habían hecho la cumbre hoy en la mañana desde Gora Sek en 1:30 hrs.
Nos señalan el Kalpatar al fondo, que se divisa como una insignificante loma gris al pie del
imponente Pumori.
Hasta el momento el grupo viene bien. Nadie con mal de altura y no se ven contratiempos
para mañana cumplir nuestro gran objetivo. Ojalá que el tiempo no nos traicione.
Ocupamos el resto de la tarde leyendo, conversado y yo, escribiendo esta bitácora.
El trekking aunque a veces lento para nuestro gusto, está muy bien pensado, logrando en
forma gradual, la adecuada aclimatación del grupo. Yo también estoy bien y espero pasar
buena noche.
Leí por ahí, que hasta el año 2006, 2026 personas habían llegado a la cumbre del Everest
con unas 200 fatalidades, es decir 1 de cada 10 personas, fallece en la epopeya. La
persona de mayor edad que subió, en Mayo del 2008, fue un Nepalí de 77 años, que superó
el record de un japonés. La persona más joven que ha subido, también está entre los
sherpas y fue un muchacho de 14 años con una niña de 16 años. Y siguen sumando los
records nepaleses: en el 2004 un sherpa llegó desde el campamento base a la cumbre, en
10 hrs 28 min. ¿Qué tal? Y nosotros a duras penas trataremos de llegar a su base como en
10 días.
Mañana nos tendremos que ir arropados como para la cumbre del Kalapatar.
El camino va por un valle pedregoso, formado por la ladera del cerro y el costado norte de
la morrena lateral del glaciar de Khumbu. Amanece rápidamente y apagamos las linternas
frontales. La altura se va sintiendo al remontar cada pequeña pendiente del sendero.
Después de una hora llegamos a la base de un sector de morrena con piedras grandes,
donde comienza una subida más abrupta. Empieza a erguirse poco a poco ante nuestros
ojos, el Pumori, primer cerro imponente, después va apareciendo la cumbre del Nuptse…..
hasta que…¡¡qué emoción!! Comienza a asomar el Everest con un penacho blanco en la
cumbre. Gradualmente se va apreciando más clara la pirámide imponente. El corazón nos
palpita, el gran sueño comienza a ser realidad. Cuantos relatos de ascensiones hemos leído
imaginándonos que alguna vez pisaríamos estos parajes?, testigos de epopeyas heroicas, de
conquistas y tragedias, que han quedado grabadas en nuestra memoria, y ahora estamos
tocando y viviendo estas tierras famosas, contemplando con nuestros ojos estos gigantes de
roca y hielo, las cumbres más altas del orbe ¡ahí al frente!
Cuando llegamos a Gora Sek, como a las 8 am, el circo de montañas está totalmente
despejado, bello, majestuoso y nos abrazan de manera solemne.
Entramos a un Lodge y nos demoramos como una hora en tomar desayuno - cosa que nos
pesará más adelante - y comienzan a aparecer las primeras nubecitas. A las 9 am
comenzamos el ascenso al Kalapatar por un huellado sendero. La altura se siente, pero a un
paso lento y a un resuello constante llegamos finalmente a la cumbre a las 11 am. La cima
de este mirador es un gran roquerío, bastante aéreo que se encuentra techado de banderas de
oración colgadas de un sinnúmero de vientos anclados en todas direcciones. Las inocentes
nubes de temprano, se han ido espesando y ahora se encuentran cubriendo gran parte de los
cerros. Nos arrepentimos de haber perdido tanto tiempo en el desayuno.
La cumbre del Everest aún se ve. ¡¡ la cumbre más alta del mundo en todo su
esplendor!!
El gran viaje desde el otro lado del mundo, desde otro continente hasta este, el paraíso de
las alturas, después de ocho días de caminatas, tener todas estas montañas maravillosas,
estos gigantes de roca y hielo, al fin ante nuestros ojos, nos produce una emoción
indescriptible.
Comenzamos el descenso del Kalapatar y en 30-45 min estamos de vuelta en el lodge
donde almorzaremos. Temprano hemos decidimos no quedarnos esta noche en Gora Sek
para ir al campamento base del Everest. Nos han dicho que no vale la pena. Son 3 hrs de
caminata por una morrena apestosa, para ver unas cuantas carpas y después volver en el
mismo día a Pheriche en una jornada agotadora. A esto se suma dormir una noche más a
5.140 m, donde algunos nos sentiremos pésimo. Por otro lado, el campo base del Everest,
con su rosario multicolor de carpas esparcidas por los pedregales, ya lo vimos desde el
Kalapatar. Además desde allí no se ve la cumbre del Everest y a lo más veremos desde más
cerca la parte baja de la cascada de hielo. Preferimos ganar un día más para ver el Taj
Mahal a nuestro regreso por Delhi. El único problema es que los porteadores se pegaron la
carreta con nuestras mochilas y van a tener que partir de vuelta el mismo día, pero
acordamos compensarlos.
El filipino apareció con su gran sombrero, por las planicies de Gora Sek y algunos cuentan
que les confidenció que su sueño era subir el Everest el próximo año, que el anhelo de toda
su vida, era posarse en el pico más grande del mundo.
Almorzamos en Gora Sek y emprendemos el regreso como a las 2 pm, directo hacia
Pheriche. La vuelta por la morrena de grandes piedras para llegar a la parte baja del valle
nos tomó como una hora. A las 4 pm arribamos a Lobuche para tomar un tesito y continuar
a Pheriche. Pero Julio que se había quedado atrás, llega muy cansado y nos manifiesta que
no está en condiciones de seguir. Decidimos entonces quedarnos todos en Lobuche, no es
conveniente que el grupo se disgregue y la verdad es que estamos todos muy cansados.
Llevamos ya una jornada de 12 hrs, desde las 5 de la mañana, cuando salimos de Lobuche.
Gopal logró conseguirnos piezas en el mismo Lodge donde alojamos anoche, que estaba
llenísimo. Esta noche dormimos mucho mejor. No me he bañado desde Dingboche, desde
hace tres días y me siento pestilente e incómodo. No hay ducha caliente, todo el personal
del Lodge está ocupado preparando la comida para los pasajeros….¡Qué le vamos hacer!.
La posta de Pheriche fue instalada por una fundación inglesa y está especializada en el
tratamiento de males de altura, como edemas pulmonares, edemas cerebrales y
congelamientos. Tienen un tarifado de atenciones médicas que van de 50 dólares la
consulta hacia arriba, dependiendo de la atención que requiera el paciente. Cuenta con
oxigeno, cámara hiperbárica etc. Nos entretenemos mirando la artesanía que venden en el
hall de entrada.
Lo más relevante es un memorial formado por dos semi-conos de aluminio, con las caras
enfrentadas, donde se encuentra un listado de alrededor de 200 personas que han perdido la
vida en el Everest, desde Mallory e Irving en 1926, hasta 2006.
Continuamos hacia Shomare (4010 m) donde almorzamos al aire libre, bajo un solcito
aletargador.
Llegamos a Tengboche a las 4:30 pm después de 1:20 hrs de caminata desde Shomare. Los
monjes del monasterio están jugando fútbol. Julio y Cristian los fueron a ver jugar y dicen
que son - ¡más malos pa’ la pelota!-. Parece que terminaron el período de meditación en
que se encontraban y ahora le están dando rienda suelta a las entretenciones mundanas. Los
monjes tienen un comportamiento de lo más normal. No andan deambulando con actitud de
sufrimiento, ni con cara de pecador arrepentido, ni sonrisa bondadosa, como los curas de la
religión católica.
Nos quedamos en el mismo lodge. Pero no hay ducha caliente, así que tendré que
soportarme un noche más mis pestilencias concentradas.
Las comidas varían desde sopas de tomate, champiñones con ajo, noodles, o verduras con
papas. De fondo arroz frito con vegetales, papas, fideos con vegetales fritos, huevos. En
algunas partes ofrecen carne de Yak (Sherpa Steak), cocinada como hamburguesa o muy
machacada, no es la delicia de un bife de chorizo, pero mal que mal, después de tantos
días, una proteína guacha, igual se encuentra sabrosa.
Desde que salimos, no hemos comido ni fruta (con la excepción de manzanas) ni verduras
frescas. Soñamos con una ensalada de lechugas con limoncito y aceite de
oliva….mmmhhh! Al desayuno normalmente ofrecen una variedad de porrishes y omelettes.
El pan es pan de molde blanco o chapatis que son unas tortillas blancas parecidas al pan
de pita. El té es de bolsa, ninguna maravilla, y generalmente lo sirven en unos termos de 2
litros para todo el grupo y el té con limón es el mismo te en bolsas, al que le agregan jugo
de limón en polvo, es decir toda una desilusión oriental. Ya estamos desvariando por, unos
piscosauers, unas empanadas, unos choripanes y un asado a la parrilla regado con un
tintolio rico. Y una ensalada de tomates con albahaca. ¡mmmmhhh mamacita!!
Hoy de nuevo amanece un día precioso, especial para tomar fotos del colorido templo de
Tengboche. Hay una caseta que alberga un gran cilindro de oración. Las paredes están
bellamente pintadas con diversos motivos alusivos a Buda y mirándolas con detalle, hay
varias imágenes eróticas, con Buda en la posición del Loto y una mujer desnuda sobre él,
abrazándolo en una dulce posición amorosa de mujer entregada. (¿será Sidharta con
Kamala?).
Salimos caminando a las 8:45 rumbo a Namche Bazar. Volvemos a gozar del camino de
bajada por el cañón del Dudh Kosi, con ese aroma a campo, entre los bosques de pinos y
rododendros decorados con los frescos destellos del sol matinal.
Llegamos al mismo Lodge de la ida, donde almorzamos. Nos estaba esperando Adolfo que
nos contó de los lugares que recorrió mientras nosotros fuimos hacia el interior del
Khumbu.
Se quedó 2 noches en Tengboche y también tuvo ocasión de visitar el monasterio. Los otros
días recorrió otros pueblitos muy pintorescos e interesantes en los alrededores de Namche
Bazar, como Thame donde visitó la escuela con los niñitos en clase y compartió con los
monjes haciendo mantras en el río. Está pensando incluir este recorrido en un próximo tour
más aliviado para turistas menos montañeros.
Antes de partir hacia Monjo, nos damos una hora para dar una última vuelta al comercio,
donde aproveche para comprar un gorro típico nepalés, bordado precioso, de los que usan
en las festividades campestres. Visitamos el concurrido mercado de Namche Bazar, donde
los Viernes y Sábados se transa una variedad increíble de mercancías e insumos que
requiere la ciudad. Como en una feria botada, atiborrada de gente, venden pollos, patos,
corderos, arroz, cereales, combustibles, ropa, etc. Salimos finalmente rumbo a Monjo como
a las 15:30. Volvemos a disfrutar de la belleza escénica del camino de vuelta con las
interminables escalinatas de piedra y oliendo el frescor del bosque que cubre las abruptas
paredes rocosas del cañón. En menos de una hora estamos cruzando el primer puente
colgante con el rugido del torrente en el fondo y donde el vértigo se siente en la guata y en
media hora estamos en el control de entrada al Parque Sagarmatha. A las 17.30 llegamos
finalmente a Monjo.
Durante el descenso desde Namche Bazar, nos hemos ido encontrando con grupos
interminables de porteadores, en número mucho mayor que a la ida. Gopal dice que hoy y
mañana hay feria en Namche Bazar y llevan productos y mercaderías para vender y transar
en el mercado.
En Monjo Gopal nos instala en un Lodge 5 estrellas. Empieza a repartir las habitaciones y
para nuestra sorpresa tienen baño en la pieza y ducha caliente!!, Que lujo más asiático! Que
atención más delicada, en estos últimos días del trekking. Me tocó pieza solo. Ahora en la
noche, me voy poder tirar punes a destajo y llenar toda la otra cama con las pilchas de la
mochila. Al fin nos bañamos como la gente, después de cómo 5 días de caminatas. ¡Que
delicia!, ahora shampoo, desodorante, calzoncillos limpios, polera limpia, una colonita por
aquí… y asciendo al comedor flotando por las escaleras, como un dandy purificado,
aspirando naturaleza y el aire nocturno de la montaña. El lodge, esta casi sobre el río y en
la noche se escucha el torrente adormecedor. Mis compañeros se toman unas cervezas en la
terraza, gozando de los recuerdos y riéndose, en tranquilidad de la noche templada. Hoy sí
que dormiremos bien a 2835 m de altura.
El hotel tiene baño y ducha en la pieza, pero no hay agua!!. El resto de la tarde lo pasamos
recorriendo el pueblo y confirmando nuestra impresión de una ciudad medieval.
Llegamos a Kathmandu y el hotel Tamang está lleno y nos mandan a otro lugar por esa
noche. Al desempacar los bultos, que dejamos a la ida en el hotel, Ivan y Esteban echan de
menos algunas cosas y concluyen que les habían robado. A Esteban le faltaba una mochila
chica con 1.000 dólares en su interior, que la había dejado sin el tag como comprobante.
Iván por su lado, dijo que le habían abierto la mochila y le habían robado unos pantalones y
varios collares que había comprado. Fueron a reclamar y encontraron la mochila de Esteban
en la oficina del administrador.
Lo de Iván, quedaron de buscarlo en las bodegas y tenerle una respuesta al día siguiente.
Después Iván se acordó que había dejado una mochila chica en el hotel, con su pantalón y
los collares, la que también había dejado sin tag. Además se le había perdido el
comprobante de la otra mochila. Afortunadamente al otro día también, encontraron la
mochila de Iván con el pantalón y un collar. Pero se puso a despotricar que le habían sacado
el resto de los collares. Al rato los encontró dentro de un singing bowl y se acordó que allí
los había puesto para ocupar menos espacio……… Ay Dios! ¡Ya parecemos una
delegación del Hogar del Andinista!. Vamos a poner en la puerta de la pieza una caja que
diga “donations
Le hemos manifestado a Gopal y a Mohan, que esta noche los queremos invitar a comer
pero a un lugar típico. Hace reservas en el Bhojan Griha, una gran casona antigua, muy
bien refaccionada que tiene habilitado un sector de restaurant con show en varios pisos y
otra ala donde también funcionan oficinas del gobierno. La comida es espectacular y la
cena la animan conjuntos de música y danzas folklóricas nepalesas. Los bailes son alegres y
con mucha gracia, así como la música muy característica por su polifonía oriental, tan
diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar.
Adolfo aprovecha la ocasión para entregarle a los guías, las propinas que ha colectado entre
nosotros y les pronuncia un sorprendente discurso en nepalés, que estuvo elaborando
esmeradamente junto con Kame, cuando se quedó solo en Namche Bazar. Después cada
uno dice unas palabras de agradecimiento, que yo voy traduciendo. Al último me pide
Adolfo que diga un discurso final en ingles. Resultó todo muy bonito y emotivo. De vuelta
nos venimos caminando al hotel. Total estamos super entrenados.
En la noche vamos comer al típico Rum Doodle con la española. Estamos todos content
os y chispeados. Nos pasan unos plumones y llenamos la tradicional “pata” con nuestros
nombres, alrededor de una nostálgica bandera chilena que dibujamos en el centro. La
cuelgan sobre el bar al lado de la pata que ha dejado el grupo de Capital que andaba
también en la base del Everest, pero con los cuales nunca nos encontramos. En la mesa del
lado hay dos europeos celebrando con seis sherpas, que por el soroche de sus rostros se
nota que vienen de una ascensión mayor. Conchi identifica en el grupo a Jesús Callejas, un
escalador español famoso en su país. Vienen de subir el Makalu y Jesús se acerca a
saludarnos con mucha deferencia y nos comenta que el año pasado había subido el Lhotse
junto con la expedición de Rodrigo Jordán.
Martes 7 de Octubre Kathmandu
Ayer Conchi nos confidenció que su pareja se había muerto en una expedición española al
Ama Dablam y que el motivo de este viaje, era estar cerca del cerro donde su amor había
desaparecido trágicamente. Como es un tanto rellenita y no muy deportista, sólo llegó hasta
Tengboche, desde donde pudo contemplar de más cerca la bella montaña causante de su
desgracia ¡Que triste historia!
En Delhi nos está esperando una van con el guía de la agencia india. El viaje al hotel dura
como una hora por un tráfico endemoniado similar al de Kathmandu. También se maneja
por la izquierda. El barrio donde está el hotel, es una mezcla de la Vega, Patronato,
Franklin y Recoleta, donde hoy reina un tremendo gentío, debido a la festividad religiosa
que se celebra. Al lado del hotel hay un espectáculo masivo con una cola de dos cuadras
para entrar. Hay ceremoniales medios paganos y un show de cantos y bailes populares de lo
más modernos. Damos una vuelta a la manzana visitando el comercio local. Hay cosas muy
bonitas. De vuelta al hotel degustamos una cena exquisita. Comida hindú típica
sabrosísima. Nos vamos a acostar temprano, porque mañana nos pasan a buscar a las 7:30
para llevarnos al Taj Mahal.
Debido al deterioro que esta sufriendo el mármol del monumento, por efecto de la lluvia
ácida, el área esta protegida por alrededor de 1 km a la redonda, debiendo realizar el
acercamiento solo vehículos eléctricos.
El guía cuenta que el mármol fue traído desde unos 350 km y en la construcción trabajaron
20.000 personas por 19 años. Es destacable el trabajo de los artesanos, que decoraron los
muros exteriores con guardas de incrustaciones hechas con piedras semipreciosas y frisos
de flores en bajo relieve, que realzan maravillosamente las líneas arquitectónicas del
edificio. El mausoleo es de un blanco masivo impresionante, que irradia una transparencia
diáfana, como un gran cúmulo de cera sobre el cielo azul. Está rodeado por 4 torres semi
extraplomadas ubicadas en cada esquina. El guía dice que tiene 74 metros de altura
incluyendo el pináculo de la cúpula central.
Para entrar al interior, nos ponemos unas fundas de paño cubriendo los zapatos. Las
escaleras están protegidas con tablones para evitar la erosión que producen los 10.000
visitantes diarios. En el centro del recinto se encuentran las dos réplicas de las tumbas, la de
Shah Jahan y la de Mumtaz Mahal. La rodean biombos de mármol tallados en una exquisita
filigrana.
En realidad bien valen la pena las 10 horas de viaje (ida y vuelta) para visitar esta
maravilla, Llegamos como a las 10 pm de vuelta al hotel. El regreso fue igual de lento, por
los tacos de las festividades. Nos damos otra orgía de sabores, degustando en la cena
variadas exquisiteces de la cocina regional. ¡Que sabrosa es la cocina hindú!
Mañana nos pasan a buscar a las 4:30 am para llevarnos al aeropuerto. Poco a poco se va
acabando el viaje y comenzamos a ver los correos, a llamar por celular, percibiendo cada
vez más cercana la vuelta a la cruda realidad.
Pasamos todos los controles y finalmente a las 8:30 am despegamos de suelo indio en un
Boeing 777 rumbo a nuestro occidente tan cuestionado. Los controles de seguridad son un
tanto excesivos, pero comprensibles, por el alto riesgo terrorista que ha evidenciado la
región (Pakistan, Afganistán, Al Kaeda). En el hotel se veía la cadena Algezeera, pero con
Jaime no entendíamos ni palote.
La torre de Londres y el puente levadizo se ven radiantes sobre el Támesis con los destellos
anaranjados del atardecer. Pensar que todo esto era un centro de torturas en el pasado. Aquí
sufrieron los rigores de las mazmorras Tomás Moro y las esposas de Enrique VIII.
Nos tomamos unas cervezas por £ 4 el vaso y nos volvemos en el metro. Ya estamos peritos
para movernos en el underground. Nos ubicarnos bien y cambiamos de estaciones sin
problemas.
La última etapa a Sao Paulo, despega a las 9:25 pm del terminal 5. Compro en el duty free
un Laphroig de 20 años y agarro una degustación de single malts topísima, con wiskies de
hasta de 200 libras la botella. ¡Ay mamacita qué néctar de los dioses! Aquí todo es de nivel
superlativo! Entro al avión medio cufifo, que me siento y me quedo dormido de un viaje
hasta la 6:30 am. Ni la atractiva cena con sus copetes, ni las patadas en la espalda que me
pega la brasileña del asiento de atrás, logran perturbarme. Llegamos a Sao Paulo y hay un
taco descomunal en seguridad para pasar el terminal 2, de donde sale el Lan hacia Chilito.
Pasamos susto, pero llegamos bien a la puerta de embarque.
Ya vamos de vuelta y pensar que todas las esperanzas e ilusiones de la víspera se fueron
transformando en una extraordinaria realidad, la maravillosa experiencia vivida en el
oriente exótico y la majestuosidad de las cumbres himalayescas, ha sido como una brisa
revitalizadora en las brasas de mi anaranjado espíritu. Las imágenes se encuentran grabadas
en nuestra memoria, para disfrutar de los bellos recuerdos y compartir esas gratas vivencias
con nuestro mundillo de familiares y amistades. Ellos albarán nuestra decisión de haber
emprendido esta gran aventura, en vez de haber seguido girando los cilindros de la abúlica
rutina cotidiana.
Con el espiral de la cuerda motora retensado y con la cara sonriente, a las 8 am hacemos
nuestra entrada a nuestro hogareño Pudahuel, pero sin haber podido ver el Aconcagua como
un postrecito casero para el alma, porque estaba todo nublado.