Preceso Visual
Preceso Visual
Percepción. En la primera etapa del proceso, la luz entra en el ojo atravesando una
serie de órganos transparentes: córnea, humor acuoso y humor vítreo. Es en este
momento cuando se busca, se sigue y se enfoca la imagen.
Transformación. La imagen llega a la retina y allí se activan las células sensoriales,
que son las que transforman la luz en impulsos nerviosos.
Transmisión. Los impulsos nerviosos creados en la retina inician su camino hasta
el cerebro, en concreto a la corteza cerebral, a través del nervio óptico.
Interpretación. El cerebro se encarga de reconocer, procesar e interpretar dichos
impulsos, convirtiéndolos en imágenes con sentido para nosotros. Cabe destacar
que, como ocurre en las cámaras fotográficas tradicionales, la imagen que se forma
en la retina se encuentra invertida, pero nosotros no nos damos cuenta gracias a la
labor interpretativa del cerebro, el cual se encarga de darle la vuelta para que la
veamos correctamente.
Siguiendo con la analogías con la fotografía, la cantidad de luz juega también un papel
importante en la visión del hombre y otros muchos seres vivos. De esta forma, en
condiciones de buena iluminación (más de 3 cd/m2) la visión es nítida y detallada,
distinguiéndose muy bien los colores: a esto se le llama visión fotópica. La denominada
visión estocópica es la que tiene lugar en niveles inferiores a 0.25 cd/m2 y se caracteriza por
una visión mucho menos nítida de los colores y una mayor sensibilidad de la luz. Por último,
en situaciones intermedias, visión mesiópica, la capacidad para distinguir los colores
disminuye a medida que baja la cantidad de luz y que se observa una especial sensibilidad
hacia el amarillo y el azul.
La acomodación o enfoque para poder ver con nitidez todos los objetos,
independientemente de la distancia a la que se encuentren.
La visión cromática o facultad del ojo para distinguir los colores gracias a los conos.
La visión desde distintos ángulos: visión binocular, visión periférica, etc.
Existe un importante número de enfermedades, ya sean de carácter congénito o hereditario,
así como varios defectos de refracción que impiden o dificultan el perfecto funcionamiento
del proceso de visión. Afortunadamente, la mayoría de ellos pueden solucionarse con
medios ópticos (gafas o lentillas) o procedimientos quirúrgicos, como la cirugía refractiva.