2 Enzimas Digestivas
2 Enzimas Digestivas
2 Enzimas Digestivas
DIGESTIVAS
Las enzimas digestivas son las encargadas de digerir los alimentos,
descomponiéndolos en sus unidades básicas para que puedan ser absorbidas
en el tracto intestinal.
Es una buena observación. Se nos había olvidado decir qué alimentos son los más ricos en
enzimas digestivas.
Por lo general todos los alimentos crudos son ricos en enzimas; en especial las frutas
como las manzanas, la piña, la papaya, etc.
Las partes de tu sistema digestivo que participan en la secreción de enzimas digestivas son:
Boca.
Estómago.
Intestino delgado – Duodeno.
Páncreas.
Hígado.
Vesícula Biliar.
A pesar de que todas son importantes, las dos partes que influyen en la digestión y absorción
son:
1. El duodeno.
2. El páncreas, el hígado y la vesícula biliar
El Duodeno
Agua.
Electrolitos.
Aminoácidos.
Colesterol.
Grasas.
Bilirrubina.
Dichas sales también se encargan de romper las grasas, para que tus
enzimas digestivas específicas para las grasas (lipasas), las sigan reduciendo
aún más (2). Asimismo, en el proceso de digestión, intervienen las
hormonas:
La CCK (colecistoquinina) que ayuda a la digestión de las proteínas y grasas.
La secretina que controla las secreciones del duodeno.
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Las enzimas digestivas que intervienen en la digestión de los carbohidratos
son (3):
Las enzimas digestivas que intervienen en la digestión de las grasas son (4):
1. Boca
2. Estómago
3. Duodeno
o Después de una hora aproximadamente, el quimo pasa del estómago al
duodeno, donde la acidez del quimo activa la liberación de la hormona
secretina.
5. Intestino Delgado
Cualquiera que sea tu punto de vista, la realidad es que cada vez más
personas consumen estos suplementos debido a diferentes padecimientos,
como:
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Las enzimas digestivas te pueden ayudar si tienes alguna enfermedad en tu
sistema digestivo, por ejemplo:
Reflujo ácido.
Meteorismo.
Inflamación abdominal.
Intestino permeable.
Síndrome de Intestino Irritable.
Enfermedad de Crohn.
Colitis ulcerativa.
Diverticulitis.
Malabsorción.
Diarrea.
Estreñimiento.
Estómago.
Páncreas.
Hígado.
Vesícula biliar.
Intestino delgado.
Insuficiencia Enzimática por Envejecimiento
Conforme tu cuerpo envejece, el ácido del estómago se hace cada vez más
alcalino. Esto impacta directamente a la producción de enzimas digestivas,
debido a que la señal para producirlas está basada en el incremento de acidez
causado por el movimiento de tus alimentos del estómago hacia los
intestinos. Si esta señal no funciona, entonces tu organismo no producirá la
hormona secretina, la cual “se comunica” con tu páncreas para la liberación
de las enzimas digestivas.
Y son estas causas las que pueden favorecer el reflujo ácido (5).
Enfermedades de Tu Hígado
Otras Enfermedades
Deficiencia de vitaminas:
o Calciferol (Vitamina D) – su deficiencia puede causar problemas en tus
huesos.
o Retinol (Vitamina A) – su deficiencia puede causar problemas en tu piel y
tu vista.
o Cobalamina (Vitamina B12) – su deficiencia puede causarte anemia.
Deficiencias de minerales:
o Hierro – su deficiencia puede causarte anemia.
Enfermedad de Crohn – puede causar una deficiencia de enzimas digestivas.
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Algunos síntomas que debes tener en cuenta son:
Cambios en tus heces – color y textura:
o Pálida y flota en el bacín.
o Consistencia grasosa o con gotas de grasa.
Malestar gastrointestinal, aproximadamente una hora después de comer, tales como:
o Inflamación abdominal.
o Diarrea.
o Meteorismo (gases).
o Indigestión.
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Sin enzimas digestivas, no puedes digerir los alimentos que consumes. Dicho
esto, existen cuatro principales razones por las que es recomendable
consumir suplementos de enzimas digestivas:
Ayudan a la recuperación y disminuyen el malestar de enfermedades digestivas como
el intestino permeable, el reflujo ácido y el síndrome de intestino irritable.
Ayudan a digerir moléculas difíciles como las proteínas de origen animal, el gluten,
la caseína y la lactosa.
Mejoran tu nutrición, debido a que facilitan la absorción de los nutrientes.
Actúan contra los inhibidores naturales, presentes en alimentos como:
o Leguminosas (cacahuates, nueces, frijoles, lentejas, semillas de calabaza).
o Cereales integrales (germen de trigo, arroz integral).
o Claras de huevos.
o Tubérculos (papa, yuca, camote).
El aspergillus niger, un tipo de hongo que produce moho, se utiliza para los
suplementos de enzimas digestivas de pancreatina y lipasa. Este hongo es
una excelente opción para sustituir los suplementos de pancreatina
elaborados a base de buey, cerdo u otra fuente animal.
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Este proceso de síntesis puede tener lugar de modo eficaz y fluido si el sistema
enzimático goza de salud, de lo contrario es necesario suplementarlo.
Lipasa: enzima pancreática que convierte los triglicéridos en ácidos grasos y
glicerofosfatos
¿Quién debería tomar enzimas digestivas?
Todo depende de cómo esté basada nuestra alimentación (en caso de que no haya
condiciones patológicas), pero visto lo que solemos encontrar actualmente sobre
nuestra mesa, es fácil que no resulte desaconsejable una ayuda "extra", pero
vayamos a aspectos más específicos:
Problemas digestivos
En casos de trastornos digestivos como reflujo ácido, gases, flatulencia,
hinchazón, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn, colitis
ulcerosa, enfermedad diverticular, mala absorción, diarrea, estreñimiento,
las enzimas pueden resultar de ayuda.
Alivian notablemente el estrés de estómago, páncreas, hígado, vesícula biliar e
intestino delgado en la digestión de proteínas, almidones y grasas.
Problemas relacionados con la edad
Con el paso de los años, entre los muchos "achaques" que se nos echan encima,
nos encontramos también con que el entorno gástrico se vuelve más alcalino.
Aunque esta palabra sea en esta época muy "apreciada", en lo relativo a la actividad
del estómago se convierte en un límite para la digestión, en particular para la de las
proteínas y para la posterior cascada fisiológica de señales sobre los mecanismos
de liberación de hormonas. Frecuentemente los problemas de reflujo ácido pueden
derivar con la edad de una baja acidez del estómago o de una
creciente insuficiencia enzimática.
Hipoclorhidria
La condición de hipoclorhidria, o baja acidez de los jugos gástricos desabastece
una de nuestras primeras líneas de defensa, precisamente, la alta acidez del
estómago que en condiciones normales aplasta cualquier invasión microbiana,
permitiendo que en el propio estómago proliferen microbios patógenos, como la
levadura Candida y la Helicobacter pylori.
Debe tenerse en cuenta que en un estómago con el grado correcto de acidez
únicamente se digieren la proteínas, pero, cuando la acidez es insuficiente en el
estómago, los carbohidratos fermentan y la consiguiente producción de gas
causa regurgitación..
Este problema no solo se presenta en ancianos, sino también en pacientes más
jóvenes.
En estos casos, la suplementación suele mostrarse eficaz.
enfermedad de Chron;
deficiencia de hierro o vitamina B12;
carencia de vitamina D;
carencia de vitamina A
tipología de heces: si las heces son claras y amarillentas (la grasa flota),
puede ser indicativo de que el sistema productivo de enzimas del páncreas
podría ser poco eficiente. (Aunque este tema resulte poco "bonito", las
heces... "hablan").
problemas gastrointestinales: un indicador muy frecuente es la hinchazón del
estómago o que poco tiempo después de haber comido (o de haber bebido
leche, por ejemplo) sobrevenga diarrea. La flatulencia y la indigestión
también son indicativos de una hipotética deficiencia enzimática (véase la
más común intolerancia a la lactosa o la tristemente famosa intolerancia al
gluten).
Beneficios de una ingesta de enzimas digestivas
¿Cuáles son los beneficios de la presencia de enzimas digestivos? La respuesta
es sencilla, ¿no?
Sin ellas, ¡no podemos digerir los alimentos! Solo con esto ya hay razones
suficientes por las que la gente debería tener presente que debe ingerir enzimas
digestivas.
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Hace miles de años, los humanos descubrieron la mágica fuerza de la naturaleza que convierte la
leche en queso, la harina en pan y las uvas en vino. Aunque desconocían que las enzimas era la
fuerza misteriosa detrás de dichas transformaciones, éstas desempeñaron un papel muy relevante
en la emergencia de la civilización. También fueron utilizadas en el tratamiento de
numerosas enfermedades y en ungüentos para curar heridas y tumores superficiales.
Miles de años después, las enzimas son el suplemento nutricional más importante con el que
suplementar la dieta. Muchos consideran a las enzimas como la chispa de la vida. Las enzimas son
moléculas formadas por proteínas especializadas, vitales para TODOS los procesos bioquímicos
del cuerpo, que dependen de las enzimas como catalizadores: descomposición (hidrolización) y
digestión de alimentos, facilitar la absorción de nutrientes, estimular el cerebro, proporcionar
energía en el organismo, reparar todos los tejidos, órganos, huesos, mantener el sistema
inmunológico, etc.
De hecho, la vida, tal como la conocemos, no existiría sin la acción de las enzimas, incluso en
presencia de cantidades suficientes de agua, vitaminas, minerales y otros nutrientes. Sin la acción
de las enzimas el cuerpo es incapaz de funcionar normalmente, comenzando a degenerarse de
forma inmediata. Se necesitan alrededor de 50.000 enzimas para realizar todos los procesos que
nos mantienen vivos.
Cuando las enzimas digestivas se ingieren junto con la comida contribuyen a la digestión de los
alimentos, transformándolos en los nutrientes básicos necesarios para construir y reparar las
diferentes partes del cuerpo.
La carencia de enzimas, fundamentales en el proceso digestivo, en la dieta actual es notoria, lo
que provoca toda clase de trastornos, no sólo digestivos. Las enzimas se destruyen con el calor (a
partir de 30ºC), por lo tanto, todo alimento cocinado, procesado o pasteurizado, en caso de
productos lácteos o zumos envasados, no contiene ninguna enzima. Sólo los alimentos que se
ingieren crudos contienen enzimas, excepto si han sido rociados o irradiados, procesos a los que
desgraciadamente se somete a la mayoría de frutas y verduras para preservarlas por más tiempo,
lo que las convierte en alimentos muertos. Lo que deja únicamente a las frutas y
verduras ecológicas como única fuente de enzimas en la dieta.
Por otro lado, los alimentos menos calóricos contienen menos enzimas que los de un alto valor
calórico. Por lo que si se está siguiendo alguna dieta que restrinja la ingesta de calorías, se hace
imprescindible suplementar con enzimas digestivas.
Una de las causas principales de las alergias ocurre cuando los nutrientes que no han sido
completamente metabolizados durante el proceso digestivo pasan del intestino al torrente
sanguíneo, desencadenándose síntomas de alergia ante la presencia de sustancias extrañas. Las
enzimas ayudan a disolver los inmunocomplejos, causa de la inflamación que acompaña las
reacciones alérgicas en los órganos o tejidos afectados.
Las enzimas son imprescindibles para generar todas las hormonas del cuerpo y para procesar
todas las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos.
Las enzimas tienen muchos otros efectos beneficiosos si se consumen entre comidas con
el estómago vacío, en cuyo caso actúan como enzimas metabólicas, en lugar de como
enzimas digestivas:
La Bromelina, extraída de las raíces de la piña tropical, es muy conocida por sus
propiedades antiinflamatorias. Resulta excelente en patologías de origen inflamatorio,
como por ejemplo, la artritis reumatoide o la sinusitis. Contribuye también a eliminar
las alergias al contrarrestar los efectos inflamatorios de las prostaglandinas.
Dado que todo proceso inflamatorio produce dolor, la bromelina también ayuda a reducir
el dolor.
Las enzimas resultan de gran ayuda para los atletas al reducir el dolor de tipo inflamatorio
que produce el ejercicio.
La bromelina hace desaparecer en poco tiempo hematomas, cardenales y edemas
desaparecen al poco tiempo con la bromelina. Con la bromelina se obtienen muy buenos
resultados en el tratamiento de varices.
Reduce la hinchazón y favorece la cicatrización de lesiones menores, como esguinces o
torceduras.
Dado el rango de pH de la bromelina, también actúa en el medio ácido del estómago.
La carencia de las enzimas necesarias para digerir la grasa puede causar una mayor
acumulación de depósitos grasos en el cuerpo.
Saber más sobre el poder adelgazante de las enzimas.
Las propiedades curativas de las enzimas se conocen desde la antigüedad. Por ejemplo,
se sabe que los mayas cubrían las heridas con hojas de papaya, ricas en la enzima
papaína.
Las personas que sufren de diabetes suelen presentar niveles bajos de enzimas digestivas.
Saber más sobre el papel de las enzimas en la diabetes
Las personas que no producen la suficiente cantidad de enzima lipasa, encargada de digerir
las grasas, frecuentemente sufren de deficiencias de vitaminas solubles en grasa como
la vitamina A, vitamina D y E, puesto que aunque estén presentes en la dieta no pueden
absorberlas.
Bote de 100 cápsulas. Cada cápsula contiene 500 mg de la siguiente mezcla de enzimas:
Pancreatina. Es generada por el páncreas y contiene los tres tipos de enzimas para digerir las
grasas (lipasa), los carbohidratos (amilasa) y las proteínas (proteasa). 2520 unidades USP de
Proteasa, 2625 unidades USP de Amilasa, 210 unidades USP de Lipasa.
Alfa Galactosidasa (150 GAL), enzima que digiere la galactosa (un azúcar)
Lactasa (250 ALU), enzima que digiere la lactosa (el azúcar de la leche)
El ácido clorhídrico lo generan un tipo de células especializadas del estómago cuando detectan la
llegada de alimentos. Sus funciones principales son:
- Iniciar la digestión de las proteínas al activar la enzima Pepsina. Una carencia de ácido clorhídrico
provoca que los alimentos pasen al intestino sin descomponerse totalmente, desde donde pasan
a la sangre provocando reacciones alérgicas, ya que el sistema inmune detecta dichos restos de
alimentos parcialmente descompuestos como sustancias extrañas que debe atacar.
Niveles bajos de ácido clorhídrico también se relacionan con patologías intestinales en crecimiento
aumento como síndrome del intestino permeable, síndrome del colon irritable, colitis ulcerosa,
enfermedad de Crohn...
- Descomponer los alimentos en los nutrientes que necesita el organismo como vitaminas y
minerales. Niveles bajos de ácido clorhídrico provocan desnutrición, puesto que vitaminas y
minerales no son digeridas.
Una de las deficiencias más importantes que ocurre es la deficiencia de vitamina B12, debida a la
dificultad de asimilación de esta vitamina por su gran tamaño molecular, y por la necesidad de
que el estómago genere factor intrínseco para asimilarla. Con niveles bajos de ácido clorhídrico la
producción del factor intrínseco también disminuye. La carencia de vitamina B12 puede provocar
un increíble número de diferentes enfermedades sin aparente relación entre ellas.
Uñas frágiles o quebradizas es una buena indicación de falta de ácido clorhídrico, dado que sin el
suficiente ácido clorhídrico no asimilas los minerales que contienen los alimentos que necesitas
para lucir uñas y cabello saludables.
- El ácido clorhídrico esteriliza la comida eliminando parásitos, bacterias, hongos como la Candida
y otros gérmenes que no son capaces de sobrevivir en un entorno ácido. Por tanto, la antiácidos
dejan la puerta abierta a toda clase de patógenos. Por otro lado, además de otras sustancias
tóxicas, contienen aluminio, metal asociado con la enfermedad de Alzheimer
Según la Dra. Clark parásitos u otros patógenos alojados en el cardias impiden que el cardias se
cierre completamente, con lo que reducir con medicamentos la producción de ácido del estómago
empeora aún más la situación al permitir, como hemos explicado anteriormente, la proliferación
de todo tipo de patógenos. La solución radica por tanto en eliminar patógenos de forma regular y
en aumentar la producción del ácido estomacal que disminuye notablemente con la edad con
Betaína, zumo de limón, kéfir, verduras fermentadas, vinagre..
Osteoporosis
Los pacientes con Osteoporosis presentan niveles bajos de secreciones estomacales. El ácido
clorhídrico en el estómago es imprescindible para la absorción de vitaminas y minerales como el
calcio o el magnesio. Por tanto, de nada sirve suplementar con calcio la dieta si el organismo no
lo puede asimilar debido a niveles bajos de ácido clorhídrico en el estómago.
Artritis
Estudios realizados demuestran que un alto porcentaje de pacientes con Artritis tiene niveles
bajos de ácido clorhídrico en el estómago. Niveles bajos evitan que mueran los patógenos que
entran con la comida (mucha gente con artritis tiene excesivo número de bacterias en el estómago,
que luego se trasladan a los ligamentos dañándolos). La comida, parcialmente digerida, entra en
el torrente sanguíneo y produce reacciones alérgicas que empeoran la situación.
La bacteria Helicobacter Pylori, responsable de las úlceras estomacales, provoca niveles bajos de
ácido clorhídrico en el estómago, caldo de cultivo para toda clase de parásitos y bacterias.
La bacteria E. Coli, presente en casi la mayoría de los pacientes de cáncer se elimina tomando 2
cápsulas de Betaína clorhídrico 3 veces al día con o sin alimentos. La escherichia coli es difícil de
erradicar y no se elimina totalmente con la desparasitación herbal o el zapper (sobre todo si se
encuentra en el intestino, ya que la corriente del zapper no penetra en su interior).
Si deseas restablecer los niveles de ácido clorhídrico en el estómago evita el uso de antiácidos que
reducen de forma alarmante los niveles de ácido clorhídrico y suplementa con Betaína
clorhidrato (1 cápsula con cada comida) y pepsina (3 cápsulas con cada comida) hasta la
desaparición de los síntomas. Si no se observa mejoría ir aumentando las dosis de forma gradual
(leer el siguiente apartado). La presencia de suficiente ácido clorhídrico en el estómago es
necesaria para la producción de la enzima pepsina, que se encarga de digerir las proteínas. De ahí
la necesidad de suplementar Betaína junto con pepsina en caso de niveles bajos de ácido
clorhídrico.
Con la edad disminuye la producción de ácido clorhídrico.
Otra forma de saber si necesitas Betaína es mirar el nivel de cloruro en los análisis de sangre (no
es un parámetro habitual en los análisis de sangre, por lo que hay que pedir al médico que lo
incluya). Si el nivel de cloruro en los análisis de sangre es menor de 96 se aconseja suplementar
con Betaína clorhídrico en las comidas.
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