San Martin Porres PDF
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La nobleza
empobrecida
Hemos dicho que su padre era un
hidalgo pobre. Por tanto, pertene-
cía a la nobleza empobrecida, de
baja categoría social, que estaba
formada por los españoles que, por
diversas circunstancias, no tenían
ninguna fortuna. Esa condición los
llevó a optar por oficios tales como
los de artesanos o sastres.
También la soldadesca del ejérci-
to realista estaba formada por es-
pañoles pobres. En 1591, el vi-
rrey Hurtado de Mendoza gestio-
nó ante la Corona para hacer un
regimiento especial con ellos. La
respuesta del rey fue que no era
conveniente armar a la “gente
común”.
Posteriormente, se dispuso que a
los españoles y criollos pobres se
los hiciera trabajar en labores de
campo y en minas. A los que no
eran aptos para dichas tareas “se
les tomaba como sirvientes”. Efec-
tivamente, muchos de ellos pasa-
ron a depender de los nobles de al-
ta categoría social y con mucho di-
nero, sirviendo a éstos como cria-
Patio central, pileta y arcos del pasadizo circundante del Convento de Santo Domingo. Al dos o lacayos.
fondo, la torre de su iglesia.
Biografías - 101
Biografías
El personaje y su tiempo
Muchos españoles pobres cayeron en la delincuencia, se convirtieron en
bandoleros, tahúres o mercenarios. Entre tanto, varias mujeres españolas
1579 Nace en Lima pobres, al no tener acceso a la servidumbre, por rechazo o por voluntad
San Martín de Porres, propia, ejercieron la prostitución para sobrevivir.
hijo de Juan Porres En suma, esos españoles pobres, formaron el grupo de la plebe.
y de doña
Ana Velásquez. Llevaban una vida miserable
1594 Ingresa al Convento La madre de Martín de Porres fue esclava, por lo que fue una entre los tres
de Santo Domingo millones de negros que procedieron de aquellos que habían sido sacados
como donato. del África para ser esclavizados en las colonias españolas, entre 1502 y
1700.
1603 Llega a profesor, Lo cierto es que en las ciudades y en las estancias vivían los esclavos en
pero obtuvo las barracas o barracones. En las ciudades, las barracas estaban ubicadas en
sagradas órdenes por un rincón de los huertos o solares. En las estancias, los barracones forma-
ser mulato ilegítimo. ban una especie de caserío, no tan alejado de la casa-hacienda. Por su-
puesto, dichas viviendas propendían al hacinamiento y la promiscuidad.
1639 (3 de noviembre) Las mujeres esclavas, en las ciudades y en las casa-estancias, principal-
Murió a la edad mente costeñas, hacían labores en el campo. Por ejemplo, en los viñedos
de 60 años. y algodonales (las apañadoras).
Sus funerales fueron Los varones realizaban los trabajos más pesados tanto en las zonas urba-
multitudinarios. En nas como en las estancias. Por ejemplo, se dedicaban a la limpieza de los
1837 fue beatificado. galpones, porquerizos, caballerizas, terrados o almacenes de alimentos,
etcétera.
1962 (6 de mayo) Sus patrones retribuían ese servicio con la vivienda y la alimentación.
El papa Juan XXIII Los esclavos no podían salir de las propiedades del patrón y estaban pri-
lo canoniza y lo vados de toda libertad. Al esclavo que infringía alguna norma se le casti-
declara Patrono gaba severamente. Existían varias formas de castigo. Pero cuidaron, eso sí,
de la Justicia Social de no desfigurar al esclavo, porque entonces bajaría su valor de venta, da-
en el Perú. do que este era considerado un bien.
Biografías - 103
Biografías
con la facilidad con que otros hacen versos. Uno de sus biógrafos (no se puertos por don Gutierre, obispo
sabe si es el padre Manrique o el médico Valdés) dice que el prior de los de Palencia. Nuestros indios bauti-
dominicos tuvo que prohibirle que siguiera obrando milagros. Y para pro- zaron a los ratones con el nombre
bar cuán arraigado estaba en Martín- siervo de de hucuchas, que significa: salidos
Dios- el espíritu de obediencia, refiere que en del mar.
momento de pasar fray Martín frente a un an- En los tiempos en los que Martín
damio, un albañil se cayó desde los ocho o ejercía su oficio de barbero, un pe-
diez varas de altura, y que nuestro lego lo de- ricote era todavía casi una curiosi-
tuvo a medio camino gritando: dad, pues, todavía los roedores no
- ¡Espere un rato, hermanito! se habían multiplicado mucho.
Se mantuvo en el aire hasta que regresó fray Quizá desde entonces se encariñó
Martín con la superior licencia. con los roedores, y viendo en ellos
¿Buenazo el milagro, eh? Pues don- una obra del Señor es de presumir
de hay bueno hay mejor. que habrá establecido compara-
Ordenó el prior al donado que ción entre su persona y la de esos
comprase, para consumo de la pequeños seres. La imaginación
enfermería un pan de azúcar. de un poeta de la época le permi-
Quizá no le dio el dinero preci- tió explicar ese momento de esta
so para proveerse de la blanca y refi- manera: “El mismo tiempo mal-
nada, y fray Martín trajo un pan de gastó en mí, Dios, que en hacer
azúcar mascabada. un ratón, o a lo más dos”.
-”¿No tiene ojos, hermano?-le dijo Cuando ya nuestro lego desem-
el superior-¿no ha visto que por lo peñaba en el convento las funcio-
prieta más parece chancada que nes de enfermero, los ratones
azúcar”? campeaban como moros sin se-
-”No se incomode su paternidad- ñor en celdas, cocina y refectorio.
contestó sonriente el enfermero- Los gatos, que se conocieron en
Con lavar ahora mismo el pan de el Perú desde 1537, andaban es-
azúcar se remedia todo”. casos en la ciudad. Comprobada
Y sin dar tiempo a que el prior noticia histórica es la que los pri-
hiciera mayor argumento, Mar- meros gatos fueron traídos por
tín metió en el agua de la pila el Montegro, soldado español,
pan de azúcar, sacándolo blan- quien vendió uno, en el Cusco,
co y seco. en doscientos pesos, a don Die-
Algo insólito, como para no go de Almagro “el Viejo”.
creer. Pero toda la comunidad Aburridos los frailes con la inva-
hablaba de los milagros y sión de roedores inventaron di-
obras del moreno siervo. versas trampas para cazarlos, lo
Fray Martín de Porres tuvo es- que rarísima vez lograban. Fray
pecial predilección por los peri- Martín puso también en la en-
cotes, incómodos huéspedes que fermería una ratonera, y un raton-
nos vinieron casi junto con la con- zuelo bisoño, atraído por el tufillo
quista pues hasta el año de 1552 del queso, se dejó atrapar en ella.
no fueron esos animalejos conoci- El piadoso Fray Martín, colocándo-
dos en el Perú. Llegaron de Espa- lo en la palma de la mano, le dijo:
ña en uno de los buques que, - Váyase, hermanito, y diga a sus
junto a un cargamento de baca- compañeros que no sean molestos
lao, que fue enviado a nuestros ni nocivos en las celdas; que se va-
Biografías - 105
Biografías
yan a vivir en la huerta, y que yo Santidad en vida, santidad eterna
cuidaré de llevarles alimento cada
día. “La vida de fray Martín de Porres tiene relatos que maravillan y nos acer-
El embajador cumplió con el en- can a quien, según las fuentes, estaba destinado para ser un santo. Aun-
cargo y desde ese momento el tro- que él trataba de ocultarse, sin embargo su fama de santo crecía día por
pel de roedores abandonó el día. Lo consultaban hasta altas personalidades. Muchos enfermos lo pri-
claustro y se trasladó a la huerta.
Por supuesto que fray Martín los vi-
sitaba todas las mañanas, llevando
un cesto de desperdicios o provi-
siones, y que los pericotes acudían
como llamados con campanilla.
Mantenía en su celda, nuestro
buen lego, un perro y un gato, y
había logrado que ambos anima-
les viviesen en fraternal concordia.
Y tanto, que comían juntos en la
misma escudilla o plato.
Mirábalos una tarde comer en sa-
na paz, cuando de pronto el perro
gruñó y encrespóse el gato. Era
que un ratón, atraído por el olorci-
llo de la vianda, había osado aso-
mar el hocico fuera de su agujero.
Descubriólo fray Martín y volvién-
dose hacia el perro y el gato les di-
jo:
-Cálmense, criaturas del Señor,
cálmense.
Se acercó enseguida al agujero del
muro y dijo:
- Salga sin cuidado, hermano peri-
cote. Paréceme que tiene necesi-
dad de comer; apropíncuese, que
no le harán daño.
Y dirigiéndose a los otros dos ani-
males añadió:
- Vayan, hijos, denle siempre un lu-
garcito al convidado que Dios da
para los tres.
Y el ratón, sin hacerse rogar, acep-
tó el convite, y desde ese día, co-
mió en amor y compañía con pe-
rro y gato.
Y...y...y... ¿Pajarito sin cola? ¡Ma-
mola! “(Tradiciones peruanas”; Ri-
cardo Palma).
Imagen de San Martín de Porres mandada a pintar en vísperas de su canoniza-
ción.
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