Lenton y Lazzari-Domesticar Conquistar Reparar
Lenton y Lazzari-Domesticar Conquistar Reparar
Lenton y Lazzari-Domesticar Conquistar Reparar
issn 2451-8050
Resumen
Palabras clave
La historia moderna tiene por objeto los hechos del pasado que contribuyen
a edificar las memorias nacionales. Pierre Nora (1984) sugirió, en el contexto de
una historiografía francesa cargada de “Revolución”, revitalizar la labor histórica
dirigiendo la atención hacia los lugares de memoria, aquellas constelaciones de
recuerdos y olvidos en los que el tiempo pareciera detenerse. Los lugares de memo-
ria, en efecto, tienen la fuerza de fetiches, son “hechos” del pasado que parece que
“no han sido hechos” y que por esto mismo tienen el poder de hechizarnos (recor-
demos que fetiche, hecho y hechizo tienen la misma raíz latina). Cuando nos apro-
ximamos a estas memorias fetichistas, en cuyo seno no solo un lugar o una cosa
[63]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
sino la propia palabra adquieren un peso material que ralenta y hasta detiene el
tiempo sucesivo, ya nos sorprendemos cumpliendo una especie de rito. Los lugares
de memoria se asemejan, retomando a Mary Douglas (1988), a símbolos condensa-
dos a través de los cuales se resume y, ritual mediante, se actualiza el orden social.
Aquí nos interesamos en los lugares de memoria consagrados en el imaginario
argentino en los que nación e indio se entrecruzan de modo evidente.3 Así, el pri-
mer y más portentoso fetiche de memoria es “Argentina” misma. ¿Acaso hay algo
que quede fuera de este fetiche por el cual aquellos socializados bajo su sombra
se consideran justamente argentinos y argentinas? En el imaginario y el deseo,
“Argentina” es ese inmemorial lugar de la memoria desde el que recordamos y, por
supuesto, también aprendemos a olvidar. Rendir culto a “Argentina” supone atra-
vesar varias estaciones y cuidar de no alterar ciertos procedimientos rituales. Está
en juego, si no todo el orden social, al menos ciertas zonas que resultan críticas
para la autoimagen de argentinos y argentinas. Esta imagen mítica no es otra que
la de peregrinos lanzados a una marcha nacional hacia la civilización y el progreso,
un “destino de grandeza”. En esta verdadera prueba del mito, los lugares, cosas y
palabras evocadas por “indio”, “indígena”, “aborigen”, “originario” representan un
camino de espinas. ¿Por qué sería así? Porque son los lugares del olvido, y aproxi-
marse a ellos –o, mejor dicho, verse caído en ellos– obliga a recordar aquello que
no se quiere recordar. Y lo que no se quiere recordar es que se olvida lo indio. Por
esta razón paradójica se trata de una memoria negativizante, no deseada y hasta
indeseable. Las transfiguraciones de lo indio amenazan perturbar el sueño de la
argentinidad aun cuando se las quiera recordar positivamente, y quizá entonces
todavía más.
Terroristas
De un año a esta parte, las noticias y elucubraciones sobre diferentes hechos ocu-
rridos en algunas comunidades mapuche y tehuelche en el sur del país pasaron
a frecuentar las tapas y titulares de los diarios. Cierto es que una buena parte del
nuevo interés mediático fue motorizado por la desaparición forzada de Santiago
Maldonado el 1 de agosto de 2017. Sin embargo, con anterioridad a esa fecha ya se
había hecho evidente la operación de violencia simbólica iniciada y coordinada
por el Ministerio de Seguridad de la Nación, en alianza necesaria con las principa-
les empresas periodísticas e intereses de industrias extractivas. Estas operaciones
se centraron especialmente en la persona del joven referente Facundo Jones Huala,
extendiéndose groseramente a su familia, comunidad, amistades y apoyos mapu-
che y no mapuche.
La imagen del “terrorista” Facundo Jones Huala hoy es conocida por el gran pú-
blico a través de las redes sociales, la TV, la radio y los diarios. Sin embargo, es
necesario preguntarse: ¿qué quiere saber esa opinión pública de la situación que
[64]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
se vive en las comunidades más al sur de Bariloche y, más generalmente, sobre las
condiciones de vida de muchos indígenas en Argentina? ¿A qué distancia quiere
saber? ¿Hasta dónde puede comprender y aceptar el reclamo de los “recordados
para ser olvidados”? ¿Qué recuerdos afloran en el imaginario ante las visibles in-
justicias que Jones Huala describe?
Las vicisitudes de la lucha de este colectivo mapuche por su territorio de vida
han incluido cortes de ruta, marchas, represiones, amansadoras, muertos y heri-
dos. Mientras los mapuche esperan, su presencia y acción dispara discursos e ima-
ginaciones públicas que revelan sentidos anidados en modos de memorización
profundamente arraigadas.
[65]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
esconde una imagen que recuerda al indio como un ser domesticable, adaptable a
una realidad que lo supera, obligado a abrazar un “hogar” (nacional) con el fin de
sobrevivir y a pesar de las injusticias manifiestas. El “indio domesticado” (o el in-
dio amigo o amigable) es el fetiche de memoria que acompaña al del conquistado.
Cuando el “problema indígena” es recordado y encarado de este modo, los partíci-
pes gustan llamarse “realistas”, “pragmáticos”, “racionales”.
Existe, por último, un tercer estrato de memoria que la situación mapuche pone
en juego. Es el fetiche del “indio reparado” que desfila tras el indio domesticado. El
Papa Francisco I, importantes autoridades del mundo cultural y político y un gran
arco de apoyos y aliados coinciden, a pesar de sus múltiples y opuestas opiniones,
en ser hechizados por la “injusticia histórica contra los indios” que ya denunció
Fray Bartolomé de Las Casas el día uno de la conquista. “Indio” les habla de mi-
sión, de culpa y de la posibilidad de expiación, pero todavía entonces está por verse
quién o qué se sacrificaría por los que han sido siempre sacrificados y continúan
siendo sacrificables. No es muy diferente el sentido cuando esta misión redentora
asume la figura un tanto más secular de “reparación histórica”.
Las memorias de lo indio como conquistado, domesticado y reparado llegan
cuando se rasga el velo del olvido. Son los fetiches del olvido que producen las
subjetividades y condicionan las experiencias de los que habitamos el lugar de
Argentina. Entre estos habitantes del mito están los propios integrantes de los
“pueblos indígenas” que, con historias colectivas tan diferentes como parecidas
entre sí, participan –con variados grados de agencia– de los modos generales de
“recordar para olvidar al indio”. Es esto lo que los identifica como “argentinos” y
“argentinas”, pero con una diferencia clave: ellos y ellas, además, siguen siendo los
indios.
En las páginas que siguen hemos seleccionado algunos lugares e imágenes que
dan más cuerpo a las memorias de conquista, de domesticación y de reparación
activadas en torno al reclamo mapuche y tantos otros menos conocidos. Todas
ellas vienen entremezcladas pero las presentaremos acentuando su tonalidad más
visible.
Memorias de domesticación
[66]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Exotismos
No existe nación moderna que no trace un límite para separarse de algo salvaje de
lo que, a su vez, ansía nutrirse. La actitud exotista es la cura homeopática del anqui-
losamiento racionalista de la civilización con dosis mínimas y espaciadas de “otre-
dad”. En ese sentido, acompaña siempre la domesticación, dejando una pequeña
hendija desde donde añorar con nostalgia el paraíso perdido, el precio pagado por
la “caída” en la identidad de ser esto o aquello. Esta actitud aflora en la literatura ro-
mántica de la Generación del 37, dejando su huella en la memoria colectiva a través
de esos mismos textos de la literatura de fronteras cuya eficacia simbólica depende
de su ambivalencia (moral, estética) hacia lo indígena. Ya consumada la conquista
territorial de las “fronteras internas”, la literatura indianista de principios del siglo
XX apostó en un tono más forzado a la recuperación nacionalista de una antigua
riqueza cultural nativa cuya pérdida diagnosticó como lamentable e inminente.
Sus efectos han sido muchos y variados, y se advierten en las leyendas indígenas
que pueblan los recuerdos escolares, en motivos folklóricos de la música culta y
popular, en la arquitectura y la decoración pintoresquista, todo ello confundido en
un criollismo genérico que se ofrece como fundamento de una frágil nacionalidad.
[67]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Patoruzú
Nacionalista, a sus anchas entre figuras autoritarias, misógino, honesto pero inge-
nuo, Patoruzú, el tehuelche, se ha ganado un lugar en la fantasía del argentino me-
dio. Es el avatar de un Namuncurá que acertó con la receta del capitalismo roquista,
¡pues es un gran latifundista! Sus haciendas, que vienen de alguna “herencia de
sus antepasados”, son administradas desde un departamento en Recoleta como le
corresponde a todo gran propietario ausentista. Este indio millonario tiene amigos
en la noche porteña y en el ejército, un indígena por peón y una cocinera criolla en
la estancia. Su relación con la modernidad y la urbe es mayormente negativa salvo
cuando se trata de engrandecer a la patria. Por si fuera poco el atractivo de esta po-
tente inversión simbólica, los ancestros del cacique se hunden en los mismísimos
orígenes de la civilización humana, el Antiguo Egipto.
El personaje de historieta creado en 1928 por el dibujante Dante Quinterno fue
tan exitoso que para 1936 ya tenía su propia revista, que se publicó hasta mediados
de los años setenta. Que hoy las historietas del cacique se reediten sin modificacio-
nes habla en favor de una figura que ha penetrado profundamente como ejercicio
ritual del imaginario. Patoruzú formaba parte de una serie de producciones de te-
mática criollista, en la que esporádicamente se dio lugar a personajes indígenas,
aunque el tono humorístico de sus aventuras contrastara con el dramatismo y el
pretendido realismo de las figuras de aborígenes en Lanza Seca, Fabián Leyes, El
Huinca, Lindor Covas o Cabo Savino (Landa y Spota, 2011). En estas publicaciones
el indígena aparece claramente en el rol de enemigo, representante de disvalores:
es cruel, traicionero, incivilizado, en una palabra, interpela las memorias sedimen-
tadas en la cultura popular que justifican la conquista. En contraste, Patoruzú ha-
bita la memoria como el tehuelche bonachón, bienintencionado y por momentos
engañado por porteños y malvivientes, constituyéndose así en un espacio de neu-
tralización histórica y por ende de domesticación. Patoruzú es de los nuestros.
[68]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Malón de la Paz
[69]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
La magnitud del impacto político de este suceso ya se dejaba entrever cuando los
caminantes aún no habían entrado en la Capital Federal, y se bautizaba la moviliza-
ción como “Malón de la Paz”, un endeble oxímoron que pretendía domesticar una
figura de la guerra de fronteras pronosticando la integración al mundo del bienestar
justicialista. Se trataba de humilde gente de campo reclamando justicia y paz y, sin
embargo, el modo multitudinario e intempestivo en que se hacían presentes en la
gran ciudad recordaba a un indígena belicoso y justificaba un eventual recurso al
ejercicio de la fuerza. En efecto, la caravana puneña estimuló una inédita produc-
ción de discursos conciliadores y exaltadores de una esencia indígena del argenti-
no que contrastó con la incomodidad y prevención de la recepción oficial. El Poder
Ejecutivo aceptó y capitalizó las muestras de adhesión de los kollas en tanto “autén-
ticos descamisados”, pero no acompañó y hasta reprimió su reivindicación política,
forzando violentamente la retirada de la ciudad de Buenos Aires (Kindgard, 2004;
Lenton, 2010). El Malón de la Paz es otro fetiche ambiguo que expresa un deseo de
domesticación y revela la necesaria coexistencia de las políticas indigenistas con la
violencia estatal y la resistencia indígena. Es Patoruzú a punto de enojarse.
Memorias de conquista
[70]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
lo indio. La épica patriótica se escribe, desde fines del siglo XIX y hasta avanzado
el siglo XX, al modo de itinerarios e hitos de conquista del territorio indio, repre-
sentado como el gran obstáculo a superar para alcanzar la grandeza de la patria y
el triunfo de la civilización sobre la barbarie. La Zanja de Alsina, los fortines, los
rituales de la diana y la retreta son lugares y escenas recreados una y otra vez en
el folklore, en los textos educativos, en las instalaciones conmemorativas y en las
celebraciones patrias (Nagy, 2014).
[71]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
[72]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Otro tópico muy visitado por esta memoria espontánea del indio conquistado es
el de la extinción, ya que este permite justificar intenciones y designios en el gran
orden natural evolutivo. La desaparición del indio se presenta como una imposi-
bilidad de vida en el presente y especialmente en el futuro, pero también como
un culto expiatorio a sus despojos mortales. Numerosos fueron y aún son los mu-
seos que en diferentes partes del país se constituyeron como necrópolis científicas
para propiciar esta pedagogía mortuoria. El Museo de La Plata ha sido el destino
principal de colecciones enteras de restos mortales indígenas, lo que lo ha con-
vertido en el presente en un campo de batalla donde se cruzan las demandas de
las organizaciones indígenas y sus aliados por la reparación de las profanaciones
cometidas, los que defienden ciertas salvaguardas en pro de la “ciencia” y los que
abogan por acuerdos entre las partes (Lazzari, 2011). La manipulación de estos fe-
tiches de memoria abre grietas peligrosas, ya que su potencia no se deja objetivar
fácilmente por los que administran reparaciones ni tampoco por los que las recla-
man (Masotta, 2006).
Memorias de reparación
La “frontera contra el indio” fue decantando a lo largo del siglo XX en política in-
digenista. Una especie de guerra fría que osciló entre prácticas policiales sistemá-
ticas (Pérez, 2013), políticas de tribalización y sedentarización forzada, políticas
educativas y laborales represivas y, paulatinamente, políticas de representación y
[73]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Ceferino
[74]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
los principales lonkos que resistieron a la Campaña del Desierto, y murió de tuber-
culosis en 1905 en Italia, mientras se preparaba para ser sacerdote. La corta vida de
Ceferino es paradigma de la fabricación del indio reparado (y reparador), a través
de la intervención de la iglesia católica y el Estado en su biografía, lo que se poten-
ció luego de su muerte durante el siglo XX.13 Los restos mortales de Ceferino fueron
repatriados desde Italia en 1924 y depositados en Fortín Mercedes (provincia de
Buenos Aires). Luego de su beatificación en 2007, fueron trasladados a la comuni-
dad mapuche Namuncurá (ex San Ignacio), donde actualmente viven sus familia-
res. Allí se exhiben en una capilla, decorada con símbolos mapuche ordenados en
sintaxis católica, a la que acuden importantes contingentes de turistas religiosos.
Ceferino viene a la memoria como el indiecito salvado para la civilización, de-
seoso de alcanzar la virtud cristiana, en contraste con su pueblo al que, sin embar-
go, no logró rescatar del todo. En su culto se expían los pecados de su pueblo pero
también de una “civilización católica” que solo reconoce al pueblo mapuche a tra-
vés del cristal de su propia hagiología, obviando profundizar acerca de la tragedia
colectiva que se representó entre Chimpay, Roma y San Ignacio.
13. La historiadora María Andrea Nicoletti (2009) ha analizado en detalle la construcción de un relato
católico y nacional sobre Ceferino.
[75]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
[76]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
[77]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
[78]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Bibliografía
Armas, A. (1965). Ceferino Namuncurá, el pequeño gran cacique patagónico. Buenos Aires:
Institución Salesiana.
Canelo, B. (2017). “Criminalizar al inmigrante. Nuevas prácticas sobre viejas matrices políticas”.
Boletín de la Biblioteca del Congreso de la Nación. Buenos Aires.
Delrio, W. (2010). “El genocidio indígena y los silencios historiográficos”. En Osvaldo Bayer
(coord.), Historia de la crueldad argentina: Julio A. Roca y el genocidio de los pueblos originarios
(pp. 67-76). Buenos Aires: El Tugurio.
Douglas, M. (1988 [1970]). Símbolos naturales. Exploraciones en cosmología. Madrid, España:
Alianza Editorial.
Forgione, J. (1958). Alfarero. Libro de lectura para cuarto grado. Buenos Aires: Kapelusz.
Kindgard, A. (2004). “Tradición y conflicto social en los Andes argentinos. En torno al Malón de la
Paz de 1946”. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe E.I.A.L., 15(1) (pp. 165-185).
Recuperado de http://eial.tau.ac.il/index.php/eial/article/view/831
Landa, C. y Spota, J. (2011). “Trazos fronterizos. Representación de la frontera sur con el indio
durante el siglo XIX en la historieta argentina. Algunas reflexiones desde la antropología y la
arqueología histórica”. Gazeta de Antropología, 27(2). Recuperado de http://digibug.ugr.es/
handle/10481/18783
Lazzari, A. y Lenton, D. (2002). “Araucanization, Nation: A Century Inscribing Indians in the
Pampas”. En Claudia Briones y José L. Lanata (eds.), Contemporary Perspectives on the Native
Peoples of Pampa and Patagonia (pp- 33-46). Westport, Estados Unidos: Bergin and Garvey.
Lazzari, Axel (ed.) (2011). “Dossier-debate: Reclamos, restituciones y repatriaciones de restos
humanos indígenas: cuerpos muertos, identidades, cosmologías, políticas y justicia. Editor,
presentador y reflexiones finales”. CORPUS. Archivos virtuales de la alteridad americana, 1(1),
enero-junio. Recuperado de https://journals.openedition.org/corpusarchivos/962
Lenton, D. (2010). “The 1946 Malón de la Paz: Indigenous Descamisados at the Dawn of Peronism”.
En Matthew B. Karush y Oscar Chamosa (eds.), The New Cultural History of Peronism: Power and
Identity in Mid-Twentieth Century Argentina (pp. 314-376). Durham, Inglaterra: Duke University
Press.
Lenton, D. (2012). “Próceres genocidas: una indagación en el debate público sobre la figura de
Julio A. Roca y la Campaña del Desierto”. En Anne Huffschmid (ed.), Topografías Conflictivas:
memorias, espacios y ciudad en disputa (pp. 243-264), Berlín y Buenos Aires: Lateinamerika-
Institut der FU y Editorial Nueva Trilce.
Masotta, C. (2005). “Representación e iconografía de dos tipos nacionales. El caso de las postales
etnográficas en Argentina 1900-1930”. En AA. VV., Arte y Antropología en la Argentina (pp. 65-
114). Buenos Aires: Fundación Espigas.
Masotta, C. (2006). “Imágenes recientes de la ‘Conquista del Desierto’. Problemas de la memoria
en la impugnación de un mito de origen”. Runa, XXVI, pp. 225-245. Recuperado de http://
revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/runa/article/view/1248/1204
Nagy, M. (2014). Estamos vivos. Historia de la Comunidad Indígena Cacique Pincén, provincia de
Buenos Aires (Siglos XIX-XXI). Buenos Aires: Antropofagia.
Nicoletti, M. A. (2009). “El camino a los altares: Ceferino Namuncurá y la construcción de la
santidad”. Revista TEFROS, pp. 1-20. Río Cuarto: UNRC.
[79]
Etnografías Contemporáneas idaes 20 años
issn 2451-8050
Nora, P. (dir.) (1984). Les Lieux de Mémoire; 1: La République. París, Francia: Gallimard.
Pérez, P. (2013). “Estado, indígenas y violencia. La producción del espacio social en los márgenes
del Estado argentino. Patagonia central 1880-1940”. Tesis doctoral en Historia, Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Ramos, A. M. (2010). Los pliegues del linaje. Memorias y políticas mapuches-tehuelches en
contextos de desplazamiento. Buenos Aires: Eudeba.
Rodríguez, M. (2013). “Cuando los muertos se vuelven objetos y las memorias bienes intangibles:
Tensiones entre leyes patrimoniales y derechos de los pueblos indígenas”. En Carolina Crespo
(ed.), Tramas de la diversidad. Patrimonio y Pueblos Originarios (pp. 67-100). Buenos Aires:
Antropofagia.
[80]