Cultura Organizacional
Cultura Organizacional
Cultura Organizacional
I.- INTRODUCCIÓN
II .- CULTURA ORGANIZACIONAL
La palabra cultura proviene del latín que significa cultivo, agricultura, instrucción y sus
componentes eran cults (cultivado) y ura (acción, resultado de una acción). Pertenece a la
familia cotorce (cultivar, morar) y colows (colono, granjero, campesino).
La cultura a través del tiempo ha sido una mezcla de rasgos y distintivos espirituales y
afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un período determinado. Engloba
además modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistemas de valores,
derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias. Este concepto se refirió por
mucho tiempo a una actividad producto de la interacción de la sociedad, pero a partir de los
años ochenta, Tom Peters y Robert Waterman consultores de Mc Kinsey, adaptaron este
concepto antropológico y psicosocial a las organizaciones
Este término fue definido por otros investigadores del tema como la interacción de valores,
actitudes y conductas compartidas por todos los miembros de una empresa u organización. A
continuación se citan diversos investigadores sobre el tema que coinciden en la definición del
término.
Granell (1997) define el término como "... aquello que comparten todos o casi todos los
integrantes de un grupo social..." esa interacción compleja de los grupos sociales de una
empresa está determinado por los "... valores, creencia, actitudes y conductas." (p.2).
Chiavenato (1989) presenta la cultura organizacional como "...un modo de vida, un sistema de
creencias y valores, una forma aceptada de interacción y relaciones típicas de determinada
organización."(p. 464)
García y Dolan (1997) definen la cultura como "... la forma característica de pensar y hacer
las cosas... en una empresa... por analogía es equivalente al concepto de personalidad a escala
individual..." (p.33).
De la comparación y análisis de las definiciones presentadas por los diversos autores, se
infiere que todos conciben a la cultura como todo aquello que identifica a una organización y
la diferencia de otra haciendo que sus miembros se sientan parte de ella ya que profesan los
mismos valores, creencias, reglas, procedimientos, normas, lenguaje, ritual y ceremonias.
La cultura se transmite en el tiempo y se va adaptando de acuerdo a las influencias externas y
a las presiones internas producto de la dinámica organizacional.
Las organizaciones poseen una cultura que le es propia: un sistema de creencias y valores
compartidos al que se apega el elemento humano que las conforma. La cultura corporativa
crea, y a su vez es creada, por la calidad del medio ambiente interno; en consecuencia,
condiciona el grado de cooperación y de dedicación y la raigambre de la institucionalización
de propósitos dentro de una organización. En este sentido la principal responsabilidad del
Director General (DG) consiste en fijar el tono, el paso y el carácter de que es conducente a
los cambios estratégicos de cuya instrumentación él es responsable.
Para llevar a cabo lo anterior, el DG debe estar al tanto de las filosofías, ideologías y
aspiraciones que predominan en la mente colectiva de la organización; luego debe discernir la
forma en que estas fuerzas afectan cualquier intento por cambiar y, por último, debe
desarrollar formas de dirigir el cambio dentro de la cultura corporativa.
¿Cómo se las arregla un DG para dirigir el cambio estratégico dentro de la cultura de la
organización? Para empezar, el DG debe vigilar y evaluar, de manera constante, las creencias,
políticas e ideologías de más arraigo dentro de la organización, separando las que pueden ser
benéficas para la creación y puesta en práctica del cambio estratégico, de aquellas que pueden
resultar perjudiciales. Los elementos positivos podrán utilizarse para construir el futuro.
Después de analizar las partes negativas del sistema corporativo de valores, el DG
determinará la extensión de sus efectos y proyectará la forma de eliminarlos o limitarlos. El
efecto neto, entre los segmentos positivos y negativos de tales sistemas de valores, permitirá
determinar la buena disposición y el grado de consentimiento al cambio.
Existe un importante elemento que funciona como impulsor del sistema de valores y
creencias y valores de la organización: la ambición. En tanto el sistema de valores determina
la buena voluntad y disposición de al cambio, las ambiciones reflejan el rumbo y las
posibilidades de un cambio importante. Las aspiraciones individuales y colectivas de los
miembros de una organización evidencian sus deseos de cumplir las metas y los objetivos.
Puesto que las aspiraciones determinan la cultura, el DG debe estar constantemente
sondeando, sintiendo y dirigiendo al personal de la organización, con el fin de ayudar a que se
desarrollen enunciados comprensibles, coherentes y explícitos de las aspiraciones de la
empresa. Estos enunciados incluirán declaraciones de la misión, de las metas y sus prioridades
y de los objetivos de la compañía. Cuando estas aspiraciones se combinan en un conjunto
fuerte y positivo de valores, reciben entonces el apoyo entusiasta de los miembros de la
organización. Este respaldo se convierte en compromiso, el factor único más importante para
la puesta en práctica efectiva del cambio estratégico.
La siguiente figura, representa el papel de un dirigente en su labor de dar forma y alineación
al sistema de valores y a las aspiraciones de la cultura.
LIDERAZGO
Visión Iniciativa
Perspicacia Energía
Emprendedor Magnetismo
ASPIRACIONES
Misión
Metas u objetivos
Prioridades
Estrategias
SISTEMAS DE VALORES
Filosofías
Ideología
Creencias
Valores
Políticas
La organización de una compañía es el instrumento por medio del cual se cumplen las
aspiraciones de sus miembros. Cada compañía formula planes, se compromete a cumplirlos y,
después, lleva a cabo las acciones que tal cumplimiento implica. Ésta es su estrategia. Para
desarrollar una organización eficiente, el DG debe tomar en cuenta tanto las aspiraciones que
han de alcanzarse como las estrategias que han de realizarse.
La misión y las metas establecidas para la empresa son las responsabilidades generales y
específicas del DG. Los sistemas y las personas proporcionan la información esencial que se
utiliza para tomar decisiones. La fijación de metas, objetivos, sub objetivos, etc., a todo lo
largo de la organización sienta las bases para la toma de decisiones clave. El dar valor o fijar
prioridades a las distintas metas y objetivos estimulan los procesos de decisión; el despliegue
de responsabilidades aclara el papel que un determinado gerente desempeña en la decisión.
2.1 RECOMPENSAS
El experto en ciencias políticas Robert Presthus ha sugerido que vivimos en una "sociedad de
las organizaciones". Tanto en Japón, Alemania, Hong Kong, Inglaterra, EE.UU., Rusia y
Canadá y otros países industrializados, las grandes organizaciones probablemente influyen de
un modo alienante que si viviéramos en una remota tribu en las junglas de América del Sur.
Esto es completamente obvio, pero muchas de las características de la cultura descansan sobre
cosas obvias. Por ejemplo, ¿ cuánta cantidad de gente organiza su vida basándose en los
distintos conceptos del trabajo y el ocio? Siguen rígidas rutinas 5 ó 6 días a la semana, viven
en un lugar y trabajan en otro, visten uniformemente, defienden la autoridad y consumen
mucho tiempo en el mismo tiempo sitio realizando un conjunto repetitivo de actividades. Para
un extranjero la vida diaria es un peculiar conjunto de creencias rutina y rituales que la
identifican como una cultura totalmente distinta cuando se compara con otras sociedades más
tradicionales.
Antropólogos y sociólogos han estudiado concienzudamente estas diferencias. Por ejemplo,
en las sociedades donde la casa es la unidad económica básica y productiva (más que una
organización) encontraremos que el trabajo tiene un significado diferente y, por lo general,
ocupa mucho menos del tiempo de una persona. Las distinciones que se sacan entre
"significado" y "fin", entre "actividad ocupacional y economía general" y "organización
social", tienden a ser más imprecisas y los sistemas de actitudes y creencias más cohesivas. El
sociólogo francés Emile Durkheim ha demostrado que el desarrollo de los modelos
tradicionales del orden social, ideales comunes, credos y valores y dan modelos mas
fragmentados de creencias y prácticas basadas en la estructura ocupacional de la nueva
sociedad.
La división del trabajo, característica de las sociedades industriales, crea problemas de
integración o más exactamente descrita como un problema descrita como un problema de la
"cultura de la gestión".
Ha habido que encontrar caminos para hallar y unir la sociedad de nuevo; los gobiernos, la
religión, los medios de comunicación y otras instituciones relativas a la conformación de las
opiniones y creencias juegan un importantísimo papel en este proceso.
Cuando una persona asiste a un trabajo, lleva consigo diariamente una serie de ideas
preconcebidas sobre sí mismo, quién es, qué se merece, y qué es capaz de realizar, hacia
dónde debe marchar la empresa, etc . A modo de entender más la diferencia que existe entre
los términos cultura y clima, se presentan una serie de definiciones que permitirán visualizar
con claridad las implicaciones de estos términos en las organizaciones.
Según Hall (1996) el clima organizacional se define como un conjunto de propiedades del
ambiente laboral, percibidas directamente o indirectamente por los empleados que se supone
son una fuerza que influye en la conducta del empleado.
Brow y Moberg (1990) manifiestan que el clima se refiere a una serie de características del
medio ambiente interno organizacional tal y como o perciben los miembros de esta.
El Clima no se ve ni se toca, pero tiene una existencia real que afecta todo lo que sucede
dentro de la organización y a su vez el clima se ve afectado por casi todo lo que sucede dentro
de esta. Una organización tiende a atraer y conservar a las personas que se adaptan a su clima,
de modo que sus patrones se perpetúen.
Un Clima Organizacional estable, es una inversión a largo plazo. Los directivos de las
organizaciones deben percatarse de que el medio forma parte del activo de la empresa y como
tal deben valorarlo y prestarle la debida atención. Una organización con una disciplina
demasiado rígida, con demasiadas presiones al personal, sólo obtendrá logros a corto plazo.
Estos preconceptos reaccionan frente a diversos factores relacionados con el trabajo cotidiano:
el estilo de liderazgo del jefe, la relación con el resto del personal, la rigidez/flexibilidad, las
opiniones de otros, su grupo de trabajo. Las coincidencias o discrepancias que tenga la
realidad diaria con respecto a las ideas preconcebidas o adquiridas por las personas durante el
tiempo trabajado, van a conformar el clima organizacional.
El clima organizacional puede ser vínculo u obstáculo para el buen desempeño de la empresa,
puede ser factor de distinción e influencia en el comportamiento de quienes la integran. En
resumen, es la expresión personal de la "opinión" que los trabajadores y directivos se forman
de la organización a la que pertenecen. Ello incluye el sentimiento que el empleado se forma
de su cercanía o distanciamiento con respecto a su jefe, a sus colaboradores y compañeros de
trabajo, que puede estar expresada en términos de autonomía, estructura, recompensas,
consideración, cordialidad y apoyo, y apertura entre otras. A continuación se presenta una
escala que ejemplifica algunos de los principales climas que pueden encontrarse en una
organización:
1. Desvinculación
Describe un grupo que actúa mecánicamente; un grupo que "no está vinculado" con la tarea
que realiza.
2. Obstaculización
Se refiere al sentimiento que tienen los miembros de qué están agobiados con deberes de
rutina y otros requisitos que se consideran inútiles. No se está facilitando su trabajo.
3. Esprit
Es una dimensión de espíritu de trabajo. Los miembros sienten que sus necesidades sociales
se están atendiendo y al mismo tiempo están gozando del sentimiento de la tarea cumplida.
4. Intimidad
Los trabajadores gozan de relaciones sociales amistosas. Esta es una dimensión de
satisfacción de necesidades sociales, no necesariamente asociada a la realización de la tarea.
5. Alejamiento
Se refiere a un comportamiento administrativo caracterizado como formal e impersonal.
Describe una distancia "emocional" entre el jefe y sus colaboradores.
6. Énfasis en la producción
Se refiere al comportamiento administrativo caracterizado por supervisión estrecha. La
administración es altamente directiva, insensible a la retroalimentación.
7. Empuje
Se refiere al comportamiento administrativo caracterizado por esfuerzos para "hacer mover a
la organización", y para motivar con el ejemplo. El comportamiento se orienta a la tarea y les
merece a los miembros una opinión favorable.
8. Consideración
Este comportamiento se caracteriza por la inclinación a tratar a los miembros como seres
humanos y hacer algo para ellos en términos humanos.
9. Estructura
Las opiniones de los trabajadores acerca de las limitaciones que hay en el grupo, se refieren a
cuántas reglas, reglamentos y procedimientos hay; ¿se insiste en el papeleo y el conducto
regular, o hay una atmósfera abierta e informal?
10. Responsabilidad
El sentimiento de ser cada uno su propio jefe; no tener que estar consultando todas sus
decisiones; cuando se tiene un trabajo que hacer, saber que es su trabajo.
11. Recompensa
El sentimiento de que a uno se le recompensa por hacer bien su trabajo; énfasis en el
reconocimiento positivo más bien que en sanciones. Se percibe equidad en las políticas de
paga y promoción.
12. Riesgo
El sentido de riesgo e incitación en el oficio y en la organización; ¿se insiste en correr riesgos
calculados o es preferible no arriesgarse en nada
13. Cordialidad
El sentimiento general de camaradería que prevalece en la atmósfera del grupo de trabajo; el
énfasis en lo que quiere cada uno; la permanencia de grupos sociales amistosos e informales.
14. Apoyo
La ayuda percibida de los gerentes y otros empleados del grupo; énfasis en el apoyo mutuo,
desde arriba y desde abajo.
15. Normas
La importancia percibida de metas implícitas y explícitas, y normas de desempeño; el énfasis
en hacer un buen trabajo; el estímulo que representan las metas personales y de grupo.
16. Conflicto
El sentimiento de que los jefes y los colaboradores quieren oír diferentes opiniones; el énfasis
en que los problemas salgan a la luz y no permanezcan escondidos o se disimulen.
17. Identidad
El sentimiento de que uno pertenece a la compañía y es un miembro valioso de un equipo de
trabajo; la importancia que se atribuye a ese espíritu.
19. Formalización
El grado en que se formalizan explícitamente las políticas de prácticas normales y las
responsabilidades de cada posición.
4.1.2 Departamentalización.
Los gerentes, con el objeto de seguir la pista de esta maraña de relaciones formales de una
organización, suelen preparar un organigrama que describe la forma en que se divide el
trabajo. En un organigrama los cuadros representan la agrupación lógica de las actividades
laborales que llamamos Departamentos. Por lo tanto la departamentalización es el resultado
de las decisiones que toman los gerentes en cuanto a que actividades laborales, una vez que
han sido divididas en tareas, se pueden relacionar en grupos "parecidos". Como se puede
suponer, existen muchas variedades de trabajos y departamentos en las organizaciones y los
trabajos y departamentos de una organización serán diferentes que los de otras.
4.1.3 Jerarquía.
Desde los primeros días de la industrialización, los gerentes se preocuparon por la cantidad de
personas y departamentos que se podían manejar con eficacia. Este interrogante pertenece al
control administrativo que significa la cantidad de personas y departamentos que dependen,
directamente, de un gerente específico.
Cuando se ha dividido el trabajo, creando departamentos y elegido el tramo a controlar, los
gerentes pueden seleccionar una cadena de mando; es decir, un plan que especifica quién
depende de quien, estas líneas de dependencia son características fundamentales de cualquier
organigrama.
El resultado de estas decisiones es un patrón de diversos estratos que se conoce
como jerarquía. En la cima de la jerarquía de la organización se encuentra el director
(directores) de mayor rango, responsables de las operaciones de toda la organización. Por
regla general, estos directores se conocen como director general, Presidente o director
ejecutivo. Otros gerentes de menor rango se ubican en los diversos niveles de la organización.
Elegir un tramo de control administrativo en la jerarquía organizacional es importante por dos
razones:
- En primer término, el tramo puede influir en lo que ocurra con las relaciones laborales en un
departamento específico. Un tramo demasiado amplio podría significar que los gerentes se
extiendan demasiado y que los empleados reciban poca dirección o control. Cuando ocurre
esto, los gerentes se pueden ver presionados e ignorar o perdonar errores graves. Además, las
actividades de los empleados quizás se vean afectadas también. En un departamento donde
una docena de empleados o más están reclamando retroalimentación, existe potencial para la
frustración y los errores. Por el contrario, un tramo demasiado corto es ineficiente porque los
gerentes están subutilizados.
- En segundo término, el tramo puede afectar la velocidad de las decisiones que se toman en
situaciones que implican por necesidad, diversos niveles de jerarquía organizacional. Los
niveles estrechos de administración producen jerarquías altas con muchos niveles entre los
gerentes del punto más alto y más bajo. En estas organizaciones una larga cadena de mando
demora la toma de decisiones, lo cual es una desventaja en un ambiente que cambia con
rapidez. Por otra parte, los tramos grandes, producen jerarquías planas, con menos niveles
administrativos entre la cima y la base.
En la actualidad los investigadores están de acuerdo en que no hay una extensión ideal de la
administración. Escoger una extensión requiere sopesar los factores del entorno y las
habilidades tanto de los gerentes como de los empleados. Por ejemplo, resulta apropiada una
expansión más amplia de la administración para los gerentes y empleados más
experimentados. Otro asunto de acuerdo actual, como lo hemos observado, es que las
jerarquías altas pueden ser una barrera en la toma de decisiones rápidas. Por ello, las
jerarquías y extensiones del control administrativo puede y deben cambiarse con el tiempo.
4.1.4 Coordinación
La coordinación es un proceso que consiste en integrar las actividades de departamentos
independientes a efectos de perseguir las metas de la organización con eficacia. Sin
coordinación, la gente perdería e vista sus papeles dentro de la organización y enfrentaría la
tentación de perseguir los intereses de su departamento, a expensas de las metas de la
organización.
El grado de coordinación dependerá de la naturaleza de las tareas realizadas y del grado de
interdependencia que existe entre las personas de las diversas unidades que las realizan.
Cuando estas tareas requieren que exista comunicación entre unidades, o se pueden beneficiar
con ella, entonces es recomendable un mayor grado de coordinación. Cuando el intercambio
de información es menos importante, el trabajo se puede efectuar con mayor eficiencia, con
menos interacción entre unidades. Un grado importante de coordinación con toda
probabilidad beneficiará un trabajo que no es rutinario ni pronosticable, un trabajo en el cual
los factores del ambiente están cambiando y existe mucha interdependencia. Además, las
organizaciones que establecen objetivos altos para sus resultados requieren un mayor nivel de
coordinación.
a) Diferenciación e integración.
La coordinación es un complemento, incluso un contrapeso, para la división del trabajo y la
especialización laboral. La especialización suele separa a las personas en las organizaciones,
porque los trabajos son, por definición, un grupo de actividades particulares e identificables.
La coordinación entraña volver a reunir a la gente con el propósito de asegurar que las
relaciones de trabajo entre personas que desempeñan labores diferentes, pero relacionadas,
pueden contribuir a las metas organizacionales. Irónicamente, cuanto más requiere una
organización que exista una coordinación eficiente, tanto más difícil le resulta conseguirla.
Esto suele ocurrir cuando las tareas son muy especializadas. Paul R. Lawrence y Jay W.
Lorsch han señalado que la división del trabajo implica algo más que las obligaciones de
trabajo individuales, por ejemplo, administrar un almacén o escribir el texto de un anuncio.
Además, influye en la forma que los empleados perciben a la organización y su papel dentro
de la misma, así como la forma en que las personas se
relacionan con los demás. Estas diferencias, que Lawrence y Lorsch llaman diferenciación,
pueden complicar la tarea de coordinar, con eficacia, las actividades del trabajo. Estos autores
han identificado cuatro tipos de diferenciación. En primer lugar, las personas de diferentes
unidades de trabajo tienden a desarrollar su propia perspectiva en cuanto a las metas de la
organización y las formas de perseguirlas. Por ejemplo, los contadores podrían ver el control
de costos como el elemento más importante para el éxito de la organización, mientras que los
comercializadores quieren más variedad de productos y mejor calidad. En segundo, personas
de la misma unidad de trabajo suelen tener una percepción del tiempo
diferente. Por ejemplo, el personal de producción está acostumbrado a manejar crisis que se
tienen que resolver de inmediato, mientras que el personal de investigación y desarrollo
quizás esté preocupado por problemas cuya solución tardará muchos años.
La percepción del tiempo influye sobre un tercer tipo de diferenciación: los estilos
interpersonales. Por ejemplo, en producción, donde las personas por regla general tienen que
tomar decisiones rápidas, éstas podrían favorecer una comunicación un tanto abrupta y
respuestas bien claras. Los empleados de investigación y desarrollo podrían preferir una
comunicación más tranquila, una que fomente el torbellino de ideas y el análisis de muchas
alternativas. Por último, la formalidad de los departamentos puede ser diferente. Mientras que
una unidad de producción quizás necesite normas muy específicas para los resultados, en el
departamento de personal pueden existir normas más generales. Las diferencias pueden
producir conflictos entre las personas y entre las unidades de la organización. Sin embargo, la
solución constructiva de conflictos es muy saludable para las operaciones de una
organización. Cuando diversos miembros de la organización presentan sus puntos de vista, los
discuten abiertamente y, en general, se aseguran que se escuche su voz cuando hay problemas,
obligan a los administradores a considerar las necesidades y los conocimientos específicos de
lo departamento independientes. En lugar del término coordinación, Lawrence y Lorsch usan
integración para describir la medida en que los miembros de diversos departamentos trabajan
juntos y unidos. Subrayan que mientras los departamentos debieran cooperar y sus tareas
debiesen estar integradas en la medida de lo necesario, es importante no reducir las
diferencias que contribuyen a realizar las tareas. Quizás sea útil que el departamento de ventas
ofrezca su opinión sobre los anuncios a los artistas gráficos que los preparan. Sin embargo, si
los vendedores se consideran adjuntos del departamento de publicidad, entonces el
funcionamiento de las unidades de ventas y de publicidad se verá afectado en forma negativa.
b) Coordinación efectiva
La comunicación es fundamental para una coordinación efectiva. La coordinación
depende, directamente, de la adquisición, la transmisión y el procesamiento de la información.
Cuanto mayor sea la incertidumbre sobre las tareas que se coordinen, tanto mayor será la
necesidad de información. Por lo tanto, es conveniente pensar que la coordinación es cuestión
de procesamientos de información.
Podemos enfocar la coordinación efectiva de las siguientes tres maneras:
1) Utilizar técnicas básicas de la administración.
2) Ampliar las fronteras
3) Reducir la necesidad de coordinación
b) En el enfoque tecnológico de las tareas para el diseño organizacional, que surgió en los
años sesenta, intervienen una serie de variables internas de la organización que son muy
importantes. "Tecnología de las Tareas" se refiere a los diferentes tipos de tecnología de
producción que implica la producción de diferentes tipos de productos. Los estudios clásicos
realizados a mediados de los años sesenta por Joan Woodward y sus colegas arrojaron que las
tecnologías de las tareas de una organización afectaban tanto su estructura como su éxito. El
equipo de Woodward dividió alrededor de 100 empresas británicas fabriles en tres grupos, de
acuerdo con sus respectivas tecnologías para las tareas: uno,
producción unitaria y de pequeñas partidas; dos, producción de grandes partidas y en masa, y
3, producción en procesos. Los estudios de Woodward condujeron a tres conclusiones
generales. En primer término, cuanto más compleja la tecnología (desde la producción
unitaria a la de proceso), tanto mayor la cantidad de gerentes y de niveles administrativos. En
otras palabras, las tecnologías complejas conducen a estructuras altas para las organizaciones
y requieren una supervisión y coordinación.
En segundo término, el tramo de la administración para los gerentes de primer nivel aumenta
conforme se pasa de la producción unitaria a la de masa, pero disminuye cuando se pasa de la
de producción en masa a la de procesos. Debido a que los empleados de los niveles bajos,
tanto en empresas de producción unitaria como de procesos, suelen realizar un trabajo muy
especializado, tienden a formar grupos de trabajo pequeños, haciendo que el tramo estrecho
sea inevitable. Por el contrario, la gran cantidad de obreros de la línea de ensamble que
efectúan tareas similares puede ser supervisada por un solo gerente.
En tercer término, conforme aumenta la complejidad tecnológica de la empresa, aumenta su
personal burocrático y administrativo, porque los gerentes necesitan ayuda en el papeleo y el
trabajo no relacionado con la producción, para poder concentrarse en tareas especializadas.
Asimismo, el equipo complejo requiere más mantenimiento y programación, además lo dos
generan más papeleo.
Los estudios de Woodward fueron prueba de la influencia de la tecnología en la
estructura organizacional. Otras investigaciones han sugerido que el impacto de la tecnología
en la estructura es mayor en el caso de las empresas más pequeñas (que las empresas
estudiadas por Woodward tendían a ser). En el caso de las empresas grandes, parece que l
impacto de la tecnología se siente, principalmente, en los niveles más bajos de la
organización.
c) Enfoque ambiental. En la época que Woodward realizaba sus estudios, Tom Burns y G.M.
Stalker estaban desarrollando un enfoque para diseñar organizaciones que incorporan el
ambiente de la organización en las consideraciones en cuanto al diseño. Burns y Stalker
señalaron las diferencias entre dos sistemas de organización: el mecanicista y el orgánico. En
un sistema mecanicista, las actividades de la organización se descomponen en tareas
especializadas, separadas. Los objetivos para cada persona y unidad son definidos, con toda
precisión, por gerentes de niveles más altos y siguiendo la cadena de mando burocrática
clásica. En un sistema orgánico es más probable que las personas trabajen en forma de grupo
que solas. Se concede menos importancia al hecho de aceptar órdenes de un gerente o de girar
órdenes para los empleados. En cambio, los miembros se comunican con todos los niveles de
la organización para obtener información y asesoría. Después de estudiar una serie de
compañías Burns y Stalker llegaron a la conclusión de que el sistema mecanicista era más
conveniente para un ambiente estable, mientras que el sistema orgánico era más conveniente
para uno turbulento. Las organizaciones en ambientes cambiantes, con toda probabilidad,
usan alguna combinación de los dos sistemas. En un ambiente estable es probable que cada
miembro de la organización siga realizando la misma tarea. Por lo tanto, la especialización en
habilidades es conveniente. En un ambiente turbulento, in embargo, los trabajos se deben
redefinir de manera constante para enfrentarse al mundo siempre cambiante. Por lo tanto, los
miembros d la organización deben tener habilidad para resolver diversos problemas, y no para
realizar, de manera repetitiva, una serie de actividades especializadas. Además, la solución de
problemas y la toma de decisiones creativas que se requieren en los ambientes turbulentos se
efectúan mejor en grupos donde los miembros se pueden comunicar abiertamente. Por lo
tanto, en los entornos turbulentos, es conveniente un sistema orgánico, que es aquel que se
caracteriza por informalidad, trabajo en grupos y comunicación abierta.
1. Variables causales: definidas como variables independientes, las cuales están orientadas a
indicar el sentido en el que una organización evoluciona y obtiene resultados. Dentro de las
variables causales se citan la estructura organizativa y la administrativa, las decisiones,
competencia y actitudes.
2. Variables Intermedias: este tipo de variables están orientadas a medir el estado interno de la
empresa, reflejado en aspectos tales como: motivación, rendimiento, comunicación y toma de
decisiones. Estas variables revistan gran importancia ya que son las que constituyen los
procesos organizacionales como tal de la Organización.
3. Variables finales: estas variables surgen como resultado del efecto de las variables causales
y las intermedias referidas con anterioridad, están orientadas a establecer los resultados
obtenidos por la organización tales como productividad, ganancia y pérdida.
La interacción de estas variables trae como consecuencia la determinación de dos grandes
tipos de clima organizacionales, estos son:
1. Clima de tipo autoritario.
1.1. Sistema I. Autoritario explotador
1.2. Sistema II. Autoritarismo paternalista.
2. Clima de tipo Participativo.
2.1. Sistema III. Consultivo.
2.2. Sistema IV. Participación en grupo.
Se ha podido visualizar a lo largo del desarrollo de este segundo capítulo, la cultura y clima
organizacional determinan comportamiento de los empleados en una organización;
comportamiento este que determina la productividad de la organización a través de conductas
eficientes y eficaces.
Toda organización debe considerar lo que implica la eficiencia y eficacia dentro de ella a fin
de lograr sus objetivos.
La eficiencia consiste cómo se hacen las actividades dentro de la organización, el modo de
ejecutarlas, mientras que la eficacia es para que se hacen las actividades, cuáles resultados se
persiguen y sí los objetivos que se traza la organización se han alcanzado.
Para las organizaciones lograr un alto grado de eficiencia es necesario trabajar en ambientes
altamente motivadores y retantes, participativos y con un personal altamente motivado e
identificado con la organización, es por ello que el empleado debe ser considerado como un
activo vital dentro de ella, por lo que los directivos deberán tener presente en todo momento la
complejidad de la naturaleza humana para poder alcanzar índices de eficacia y de
productividad elevados.
Teoría de Mayo.
El objetivo inicial de la Teoría de Mayo era estudiar el efecto de la iluminación en la
productividad, pero los experimentos revelaron algunos datos inesperados sobre las relaciones
humanas. Las principales conclusiones de los experimentos fueron las siguientes: (a) la vida
industrial le ha restado significado al trabajo, por lo que los trabajadores se ven forzados a
satisfacer sus necesidades humanas de otra forma, sobre todo mediante las relaciones
humanas, (b) los aspectos humanos desempeñan un papel muy importante en la motivación,
las necesidades humanas influyen en el grupo de trabajo; (c) los trabajadores no sólo les
interesa satisfacer sus necesidades económicas y buscar la comodidad material; (d) los
trabajadores responden a la influencia de sus colegas que a los intentos de la administración
por controlarlos mediante incentivos materiales; (e) los trabajadores tenderán a formar grupos
con sus propias normas y estrategias diseñadas para oponerse a los objetivos que se ha
propuesto la organización.
Conclusiones
Basadas en lo anterior, se deduce la exigencia de que el nuevo administrador sepa ver más allá
de los modelos mecanicistas o lineales que apremian a mayor productividad en la empresa en
detrimento del desarrollo organizacional integral; se trata de ver cuál es el entorno real en que
se desenvuelve una organización y cuáles son los determinantes que orillan a sus miembros a
actuar y tomar decisiones de una determinada forma. Lo anterior implica reconocer a la
organización como un fenómeno cultural y, como se ha señalado, aceptar que la tarea del
administrador, en la toma de decisiones ante un mundo complejo, requiere la adopción de
modelos y metodologías que recuperen los de otras disciplinas, para evitar con ello el
reduccionismo de las posturas positivistas en la mera búsqueda de la eficiencia y la
productividad.
En la misma vertiente, la actitud poco respetuosa de la heterogeneidad en los modelos de
organización que se imponen como los únicos y deseables, desconocen las circunstancias
particulares de cada región y orillan a los administradores a cambiar la naturaleza de las
relaciones entre los miembros de una organización para adecuarlas a un modelo "ideal". Así,
en medio de intentos abrumadoramente voluntariosos, algunos directores y gerentes
convirtieron paradigmas como la reingeniería de procesos, válida en muchos aspectos
organizacionales, en consignas sobre despidos y recortes de personal drásticos e
intempestivos.
Finalmente, la modalidad de pensamiento que concibe a la cultura como una metáfora básica
es pertinente para los estudios organizacionales, pues esta visión permite un análisis social y
organizacional a un nivel más complejo. En esta perspectiva no se considera que el mundo
social tenga una existencia objetiva e independiente, por el contrario, se le reconoce como un
patrón de relaciones simbólicas que están sustentadas a través de los procesos de interacción
humana: éste es el enfoque que permitirá mejores interpretaciones y propuestas alternativas de
desarrollo social y organizacional.
EJEMPLO 1
Análisis del factor de cultura organizacional como una opción para mejorar la efectividad y la
eficiencia del desempeño las organizaciones
EJEMPLO Nº 2
Un Trabajo Especial de Grado realizado en Bolivia, presentado como requisito para optar al
Título de Especialista en Gerencia de Recursos Humanos, presenta un muy buen ejemplo
sobre la situación de la cultura y el clima dentro de una organización. El objetivo de esta
investigación fue analizar la importancia de la cultura y clima organizacional como factores
determinantes en la eficacia del personal civil en el contexto militar.
Las Fuerzas Armadas Nacionales de Bolivia, cuya misión es la Seguridad y Defensa del país,
pese a tener una misión definida, sus integrantes Ejército, Armada, Aviación y Guardia
Nacional, no tienen la misma cultura y por consiguiente los climas de trabajo difieren uno del
otro; el lenguaje, los símbolos, los ritos, las creencias, los valores, las creencias y las doctrinas
son totalmente distintas.
En el seno de esta Organización Castrense labora personal civil profesional, técnico,
secretarial y obrero que apoyan los procesos administrativos que se dan en cada una de las
Fuerzas para cumplir la misión que tienen asignada en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Este personal civil se ve afectado por diversos factores que inciden
en su eficacia, algunos de ellos son los diferentes estilos de liderazgo, la comunicación, la alta
rotación del personal militar, el choque entre los valores de la organización castrense y los
valores individuales del personal civil; todo ello genera un descontento que lógicamente
repercute en los ambientes de trabajo, desarrollando climas de trabajos ambiguos, tensos y
autoritarios que merman la eficacia del personal en sus actividades, sin perder de vista el
comportamiento de éste, que en el común de los casos se tornan retantes o apáticos ante lo
que sucede en la organización.
La formación castrense radica en la naturaleza de la organización, es por ello que la misma
recalca valores de obediencia, disciplina, subordinación, respeto por la jerarquía, honor y
lealtad; valores estipulados en la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nacionales, mientras
que los valores del personal civil son más diversos, enmarcados en los núcleos familiares, los
institutos educativos de procedencia y además están dirigidos a considerar aspectos del ser
humano como: respeto por la persona, consideración, comunicación fluida, alegría, humor,
sinceridad, originalidad, trabajo en equipo compartido entre muchos otros.
Como resultado de esta situación se puede concluir que:
- La cultura organizacional castrense es rígida y desequilibrada, puesto que el área operativa o
explícita de la organización no guarda coherencia alguna con el área implícita de la misma
(creencias, valores), lo que ha desencadenado en los grupos de referencia que la integran,
actitudes conformistas, impulsivas y auto-proteccionistas identificadas a través del respeto por
las reglas internas, culpabilidad cuando se rompen las normas, temor a represalias,
dependencia, conducta estereotipada, confusión conceptual, temor a ser reprendido,
oportunismo y control, entre muchos otros.
- El ritmo de desarrollo de una cultura depende del grado de su disposición a cambiar. Las
condiciones del cambio son determinadas en gran medida por el liderazgo. En el contexto
militar se evidencia la resistencia al cambio precisamente por el estilo de liderazgo imperante
en la organización, esto no permite una conciencia plena de la importancia del desarrollo
cultural y el equilibrio que debe existir entre los grupos de referencia para transitar por el
camino del camino del éxito. Todos saben y cuestionan pero nadie impulsa una verdadera
cruzada hacia el cambio que les permita trabajar en climas retantes, participativos y pro-
activos. Si las personas se oponen al cambio es porque así lo establece la cultura laboral.
- El deficiente desarrollo de la cultura en la organización castrense ha llevado a la
organización a manejar en una actividad laboral normalizada y reglamentada, obviando a las
personas como sujetos, como seres humanos que necesitan de la satisfacción de necesidades.
- La falta de una proyección cultural en ambos sentidos (militares - civiles) ha ocasionado la
deserción del personal civil calificado hacia otras fuentes de empleo en la empresa privada; ya
que la forma de trato del personal civil, la intolerancia de éstos, por la cultura organizacional
y los climas de trabajos tensos, han llevado a los profesionales civiles ha buscar mejores
oportunidades de trabajo donde realmente se valore su conocimiento, satisfaga sus
necesidades económicas, sociales y tenga una verdadera planificación de carrera. Esto
representa para la organización una pérdida, puesto que la capacitación de ese personal para
desempeñar cargos en la misma es costosa, el profesional se lleva su conocimiento y lo utiliza
como trampolín para acceder a otras organizaciones que realmente valoran su profesionalismo
y conocimiento.
- Los climas organizacionales tensos influyen sobre la deserción del personal civil calificado
de la organización castrense hacia otras fuentes de trabajo.
- La conducta es el espejo de la cultura y el liderazgo; partiendo de esta premisa se concluye
que las características presentes en el personal civil han sido inducidas y fomentadas por la
actual cultura y los climas de trabajo.
Fuente:
Autor: Carvajal Peña, Gladys.
Universidad Santa María, Decanato de postgrado y extensión, Dirección de investigación
Especialización en gerencia de recursos humanos.
VII RELACION CON OTROS CONOCIMIENTOS DE LA CARRERA
Se refiere a los cambios de carácter intencional y previstos con anticipación dentro de una
organización. La noción es macroscópica y sistemática. Se habla en términos empresariales y
globales, y a lo largo busca transformar las empresas mecanicistas en orgánicas, mediante el
cambio organizacional, para modificar la cultura empresarial y hacer compatibles los
objetivos organizacionales con los objetivos individuales de los empleados.
La única manera posible de cambiar las organizaciones es cambiar su "cultura", esto es
cambiar los sistemas dentro de los cuales los hombres trabajan y viven.
Cultura organizacional significa un modo de vida, un sistema de creencias, expectativas y
valores, una forma particular de interacción y de relación de determinada organización.
Cada organización es un sistema complejo y humano, con características propias, con su
cultura propia y con su sistema de valores. Todo este conjunto de variables y debe observarse
continuamente, analizarse e interpretarse, ya que la comunicación organizacional influye en el
clima existente en la organización.
7.2 Políticas de recursos humanos (RRHH):
- Alimentación de RRHH
- Aplicación de RRHH
- Mantenimiento de RRHH
- Desarrollo de RRHH
- Control de RRHH
CONCLUSIONES
· Partiendo del análisis de las teorías y términos sobre cultura y clima organizacional, se
concluye que ambos términos son de relevada importancia y práctica de todas las
organizaciones. De ellos dependerá la eficacia y productividad de las mismas.
· La cultura es un campo magnético que reúne todo el ser de la organización y a todos los que
en ella trabajan, lo que las personas hacen en sus actividades organizacionales, contiene la
información sobre los valores, principios, rituales, ceremonias y los mismos líderes de la
organización. Si las personas se comprometen y son responsables con sus actividades
laborales, se debe a que la cultura se los permite y por consiguiente los climas
organizacionales son favorables.
· La forma en que los empleados ven la realidad y la interpretación que de ella hacen, revista
una vital importancia para la organización. Las características individuales de un trabajador
actúan como un filtro a través del cual los fenómenos objetivos de la organización y los
comportamientos de los individuos que la conforman son interpretados y analizados para
constituir la percepción del clima en la organización.
Si las características psicológicas de los trabajadores, como las actitudes, las percepciones, la
personalidad, los valores y el nivel de aprendizaje sirven para interpretar la realidad que los
rodea, estas también se ven afectadas por los resultados obtenidos en la organización, de esto
se infiere entonces que el clima organizacional es un fenómeno circular en el que los
resultados obtenidos por las organizaciones condiciona la percepción de los trabajadores,
condicionan el clima de trabajo de los empleados.
· Se quiso insistir en la realidad de las presiones externas que circundan las organizaciones;
tanto en Panamá como en cualquier país de nuestra América. Las reacciones ante éstas cargas
que imponen el ambiente externo-internacional deben merecer una respuesta; respuestas que
podrían visualizarse en formas de estrategias y/o políticas adecuadas a la particular visión
futura estratégica. Se comparten, algunas sugerencias de estrategias ante las amenazas de
ambientes externos variables como los vividos hoy día.
· La cultura puede ser un bien o una obligación. Puede ser una desventaja debido a que las
creencias compartidas facilitan y ahorran las comunicaciones. Los valores compartidos
facilitan también la motivación, la cooperación y el compromiso. Esto conduce a la eficiencia
de la organización. Sin embargo, una cultura fuerte no es apropiada para un medio
organizacional y una estrategia básica puede ser ineficiente. Es importante tener congruencia
entre la cultura, la estrategia y el estilo administrativo.
· Las creencias básicas sobre la gente afectan nuestro enfoque para diseñar las organizaciones
y administrarlas. Las suposiciones sobre la gente tienden a convertirse en profecías que se
cumplen. Las organizaciones que son administradas en forma positiva tienden a ser más
satisfactorias para los participantes y también pueden ser más efectivas y eficientes.
· La tendencia actual es el alejamiento de las organizaciones estables-mecanisistas para dar
lugar a las organizaciones flexibles.
APORTES PERSONALES
BIBLIOGRAFÍA
DuocUC
Sede Concepción
Escuela de Comunicación
Relaciones Públicas
Es propio de la naturaleza de las organizaciones, que ellas cambian con el tiempo y, por
tanto, los gerentes por definición, tienen que estar tratando de manejar el cambio con una
visión proactiva (Stewart, 1992) .
Dentro del marco descrito anteriormente, esas son estrategias que toda gerencia debería
adoptar para el logro del éxito en el alcance de los objetivos establecidos, según las
orientaciones preestablecidas por la visiòn de la organizaciòn.
Considerando lo anterior como una constante, la realidad permite concluir lo siguiente: las
organizaciones se plantean retos y han demostrado que el presente es de quienes se adapten
más agresivamente a las nuevas realidades, que las ciencias gerenciales modernas tienen
sentido cuando se aplican adecuadamente, que los retos del futuro son superables cuando se
toma conciencia del papel de la innovación en un entorno cambiante.
A medida que las organizaciones desafían el cambio, será determinante que la gerencia
desarrolle nuevas tecnologías en función de mejorar las destrezas y habilidades de los
individuos. Al respecto Herrera (1997) dice que todo ello apunta hacia la necesidad de
diseñar nuevas estrategias, estructuras y crear nuevas culturas; ello implica una revisión
profunda de la actividad gerencial.
Naím (1989) considera tres ideas básicas acerca de la gerencia del cambio.
Primero: consiste en la capacidad que debe tener la alta gerencia en manejar los cambios,
ya que éstos implican costos, riesgos, ineficiencias temporales y cierta dosis de trauma y
turbulencia en la organización. Adicionalmente, pueden obligar a la alta gerencia a invertir
tiempo y esfuerzos y obviar otros asuntos claves para la empresa. Segundo: una vez que se
inicia el cambio, este adquiere una dinámica propia e independiente de quien lo promueve o
dirige, es decir, puede suceder que en algunos de los casos más exitosos de cambio, los
resultados obtenidos sean consonos a lo planificado inicialmente. Aunque en algunos casos,
lo planificado y lo obtenido no coincida por completo. Este fenómeno es motivado, entre
otras cosas, al hecho de que una vez que se desencadena el proceso de cambio, ocurren una
serie de eventos, acciones, reacciones, consecuencias y efectos que difícilmente, pueden ser
anticipados y controlados por completo por quienes gerencian el cambio. Tercero: el
cambio en una empresa es un proceso lento, costoso, confuso y conflictivo, que
normalmente ocurre a través de cierta etapas más o menos comunes (pág. 479) .
por lo tanto, que no sólo es importante diseñar y planificar el estado futuro deseado, sino
analizar profundamente el estado de transición necesario para que la organización se mueva
hacia el objetivo deseado.
Por lo anterior, los cambios son producto del crecimiento de las organizaciones, en cuanto a
los planes que desarrollan, por la diversificación de sus acciones, especialización de sus
actividades, el liderazgo de sus direcciones y por las características del mercado donde
actúan y compiten.
Las organizaciones con visión proactiva tienen la capacidad de percibir y entender los
cambios y el efecto que éstos tienen sobre la conducta de los que se involucran Kurt Lewin,
citado por Naím (1989) presenta un modelo de cambio en tres etapas: procesos que deben
ocurrir en cada una de las fases para lograr el cambio en un sistema humano.
Descongelamiento (invalidación), durante esta etapa se generan y consolidan las fuerzas a
favor del cambio. Esta es la etapa donde la insatisfacción con la situación existente alcanza
el nivel suficiente como para que se decida cambiarla. La ansiedad, preocupación y
motivación deben ser lo suficientemente altos como para justificar los costos de un cambio.
En esta etapa además se ofrecen el mayor número de oportunidades para reducir la
resistencia al cambio, a través de la difusión de información que permita conocer las
insuficiencias de la situación existente, la necesidad imperante de cambiarla y los rasgos de
situación futura que se desea alcanzar. La participación suele ser el mejor antídoto a la
resistencia organizacional.
Nuevo congelamiento (consolidación del cambio), esta fase ayuda a la gerencia para que
incopore su nuevo punto de vista, es decir, se crean las condiciones y garantías necesarias
para asegurar que los cambios logrados no desaparezcan. El empuje de la alta gerencia
conntinúa siendo de vital importancia en esta etapa y el hecho de no contar con dicho apoyo
puede conducir a un retroceso en el proceso de cambio e inclusive podría provocar el
fracaso definitivo del proceso (págs. 486-487).
Según el autor, el establecer cambios duraderos significa empezar por abrir las cerraduras o
descongelar el sistema social actual, lo que significaría, tal vez, una especie de
confrontación, o un proceso de reeducación. Además, el avance conductual, viene a ser una
especie de cambio deseado, como en una reorganización. Por último, tienen que estar
alertas y tomar medidas pertinentes que aseguren que el nuevo estado del comportamiento
sea relativamente permanente.
El modelo de cambio planeado de Lippitt, Watson y Westley, citado por Burke (1988)
amplían los tres pasos de Lewin a cinco fases. Según el autor el paso 1 no se haya aún
completado cuando se dé el paso 2, y así sucesivamente. El modelo en referencia
comprende los siguientes pasos:
1. Definir el desempeño deseado es una forma de ver los objetivos como realidades ya
logradas.
2. Analizar la organización actual: este paso se denomina diagnóstico, permite
identificar que tan lejos se encuentra la organización de los objetivos identificados y
el desempeño deseado.
3. Definir los cambios necesarios: consiste en -determinar los asuntos a resolver
además de -identificar los aspectos claves, que realmente es importante resolver ya
que la naturaleza limitada de recursos impide resolver todos los problemas
4. Diseñar la organización futura: para lo cual se debe -identificar las diferentes
opciones que existen para lograr los objetivos propuestos.
5. Planificar los cambios organizacionales, definir la estrategia global del cambio, para
lo cual se puede tratar de visualizar diferentes metas para alcanzar la situación
futura.
6. Ejecutar los cambio organizacionales. Una vez que los cambios se han identificado
y planificado se deben realizar los siguientes pasos -definir la organización para el
cambio. - asegurar el liderazgo para el cambio, ya que el mismo es imprescindible
como factor de dinamización y conducción del cambio organizacional- asegurar la
participación activa todas las personas que conforman la organización.
Realizar seguimiento y control: no es posible alcanzar una exitosa ejecución de los cambios
si éstos no son evaluados continuamente (pág., 8) .
Al comparar las fases del cambio planeado presentado por los autores mencionados
anteriormente, se ha podido encontrar que cada uno de ellos señala diferentes etapas, sin
embargo, las diferencias tan sólo se encuentran en las denominaciones y en el énfasis; el
proceso global es el mismo.
En otro orden de ideas, se puede decir que el cambio se relaciona con la necesidad que se
plantean las organizaciones cuando quieren estar en la cresta de la ola, es decir, para que las
organizaciones alcancen altos niveles de rendimiento tendran que aprender; además, saber
qué sienten y qué piensan las personas, con la finalidad de mejorar el comportamiento y así
estar dispuestos a la adaptación de los cambios del entorno y, para hacerlo deben, a su vez,
cambiarse a sí mismas, que equivale a transformarse. Ello conlleva a desarrollar en los
gerentes una nueva aptitud para adaptarse a nuevas situaciones organizacionales.
En consecuencia, Robbins (1992) considera que la alta gerencia tiene que ver con la
personalidad de los trabajadores, aún cuando existen otras variables de peso que
condicionan, modifican y, en ciertas manera, contribuyen a determinar los eventos de la
vida diaria de la organización.
Por otra parte, la conducta asumida por los trabajadores es modelada por un clima que va
perfilando y consolidando rasgos de actuación con un determinado grado de permanencia.
Este clima está integrado, por una parte, por la dinámica pasada, que solidifica modos de
pensar y actuar; y por la dinámica coyuntural, que activa conductas y sentimientos y puede
hasta "descongelar" atributos personales preestablecidos.
"Ningún cambio cultural ocurre con facilidad y, menos pensar, en un cambio a corto plazo"
(Stewart, 1992). Es elemental plantearse una necesidad de cambio partiendo de la premisa;
de que la cultura debe cambiarse con el fin de ser más consecuente con las demandas
competitivas del entorno.
En este sentido, el éxito de las organizaciones será de aquellos gerentes que puedan
manejar mejor el cambio; pero el manejo del cambio por lo general requiere de empleados
comprometidos (Dessler, 1997).
Al respecto Der Erve (1990) considera que "tratar de modificar la cultura de una empresa es
ciertamente frustrante dado que la gran mayoría de personas se resisten al cambio, sobre
todo, cuando ese cambio se propone en el lugar donde las personas trabajan. A pesar de,
que este proceso es difícil hay que realizarlo".
El proceso educativo puede ser concebido como el proceso de compartir una cultura y/o un
conocimiento, con el que se logra el mantenimiento de la cultura existente de la
organización.
De acuerdo a lo anterior, ningún cambio puede ser exitoso, sin una planificación previa;
además, determinar, sí éstos deben ser iniciados por quienes sienten realmente la necesidad
del cambio. Es posible que la influencia del liderazgo, tenga sus límites, particularmente en
las grandes empresas, donde la alta gerencia se encuentra muy alejada de las funciones de
la gerencia a nivel operativo.
Cualquiera que sea el caso, cuando la empresa está en proceso de cambio, las normas
culturales deben reorientarse cambiando el sistema de gerencia, es decir, los múltiples
procesos gerenciales, la estructura organizacional y el estilo gerencial que impulsa a la
empresa (Corpoven, 1997), para visualizar mejor el cambio se presenta a continuación una
metodología para asegurar su éxito.
Tal situación ha originado nuevos retos a la alta gerencia; pero a su vez ha permitido liberar
energía e iniciativas suficientes que llevarán a las organizaciones a ser competentes en el
mundo de los negocios.
Los cambios han sido como instrumentos de adaptación. Casi todos impulsados por una
crisis de misión y estrategia de las organizaciones y, por la necesidad de adaptarse, más que
por cualquier intención de cambio de la organización interna propiamente dicha. Esta
perspectiva refleja que el cambio en las organizaciones a veces se describe como un
proceso de conversión de un líder o liderazgo que luego se trasmite a través de toda la
empresa.
Las premisas anteriores permiten el planteamiento de la tesis que el espíritu empresarial y
el conocimiento son los dos factores más importantes que determinan el éxito de las
organizaciones.
El nuevo escenario a que están sujetas las organizaciones, son los cambios apresurados que
demandan alta flexibilidad y capacidad de adaptación a las exigencias de su entorno. En
este sentido, deben entenderse los cambios como retos permanentes capaces de asegurar el
fracaso o el éxito de una organización (Maraven, 1997).
Si se analiza el lado humano del proceso de cambio para adaptarse a un entorno más
competitivo, se puede pensar que la disposición organizacional, el equipo humano y el
proceso de implantación del cambio, exigirán características personales fundamentalmente
orientadas a hacer un trabajo cada vez mejor, con estándares de excelencia, que permitan
incrementar la productividad y la efectividad organizacional.
Al respecto, Smith (1997) considera que hoy los países no están separados por barreras
arancelarias, idiomas o fronteras, sino que, por el contrario se unen para conformar grandes
bloques económicos para abastecer al mercado global.
Al respecto Filesi (1995) dice: "en el ámbito de los proceso de integración en la Américas,
además del MERCOSUR y el Pacto Andino, vale la pena mencionar, en el caso de
Venezuela, el acuerdo de libre comercio con Colombia y, más al Norte, el Tratado
Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA), suscrito por Canadá, Estados Unidos y
México. En 1993, en la Cuenca del Caribe se ratifica la Asociación de Estados del
Caribe....., cuyo objetivo es consolidar una zona de libre comercio en la Américas para el
año 2005 (pág., 129)
Hoy más que nunca, las organizaciones deben ser generadoras de aprendizaje con la
finalidad de formar y desarrollar capacidades que les permitan capitalizar el conocimiento.
Esta premisa se ha convertido recientemente en ventaja competitiva aunado a la
supervivencia de la organización en un entorno altamente cambiante.
En el marco de tales reflexiones, encaja con precisión la tesis de Schein (1988) que
sostiene- que para darse los procesos de cambios en los seres humanos desde los niveles
individuales hasta los institucionales, es necesario un liderazgo que tome en cuenta los
aspectos cognoscitivos, emocionales y conductuales que conlleven a la organización a una
verdadera transformación.
Por último, la imagen y el pensamiento del líder son esenciales para darle dirección al
proceso de cambio, para lograr coherencia en el equipo humano y consistencia en las
decisiones, que harán a una organización más competitiva en una economía de mercado,
donde todos deberán tener las mismas oportunidades y los mismos riesgos.
El planteamiento antes señalado, considera que los cambios están conformando un nuevo
tipo de cultura organizacional, caracterizada por una nueva manera de pensar y de
visualizar la organización, por una nueva manera de desarrollar las actividades, y una
actitud abierta hacia la innovación y la creatividad. Todo esto repercute en la efectividad
general de la organización. Esto significa que la funciòn de recursos humanos debe
desarrollar habilidades y actividades para reforzar y mantener en todo el personal,
incluyendo los estratos gerenciales, un alto espìritu de compromiso con la organización, lo
cual requiere del diseño de estrategias o formas de acción que día a día refuercen la cultura
del cambio hacia la excelencia.
Para lograr este enfoque integral es necesario que los gerentes tengan una visión diferente
acerca de su papel como motores de la organización y que sean proactivos en su
desempeño.
Los gerentes proactivos son aquéllos que se sienten comprometidos con la organización y
se caracterizan por: inspirar una visión compartida en la organización y desplegar esa
visión en la misma, validando como ésta se integra con las visiones individuales de los
miembros de la empresa; determinar los valores empresariales; desarrollar un proceso de
gerencia estratégica para desarrollar el plan de acción con el objeto de alcanzar la visión y
las estrategias necesarias, y un proceso de evaluación de los objetivos y metas estratégicas
con énfasis en el apoyo para lograr las metas, no en fijar objetivos arbitrariamente
desligados de la visión de la empresa (Carrillo, 1997). La visión es establecida por los
líderes , por tanto, se alcanzará en la medida que éstos estén en sintonía con las visiones
individuales de cada uno de los integrantes de la organización.
Hoy en día resulta evidente que las organizaciones son el resultado directo de la acción de
la gente que allí trabaja; de aquì la importancia del recurso humano. La realidad indica que
esa importancia no se traduce en el desarrollo de sistemas y políticas para garantizar la
confiabilidad, la motivación y la felxibilidad de tales recursos. Por el contrario, no es muy
audaz afirmar que el área de recursos humanos es la más débil en las empresas venezolanas,
y la que menos ha tenido participación en las decisiones coyunturales de la organización si
se compara, por ejemplo, con informática o los sistemas de producción. Las evidencias
abundan. Las causas de esta realidad son tanto internas como externas.
En este marco de ideas, es importante señalar que la unidad de recursos humanos debe
asumir un liderazgo claro- explicar las razones y los procesos del cambio, y propiciar la
capacitación y comunicación permanente y sistemática. La unidad de recursos humanos
debe convertirse en socio del negocio y contribuir en la eficiencia y eficacia organizacional.
Para ello es necesario que se convierta en asesora, que propicie y haga comprensible el
proceso de cambio a los gerentes y trabajadores.
La efectividad es una función de las políticas y los procedimientos utilizados por una
organización. Los procedimientos específicos, especialmente cuando pertenecen a la
gerencia de recursos humanos y al ambiente interno de una empresa, influyen en el
rendimiento y la efectividad. Cierta formas de resolver conflictos, de planear una estrategia,
diseñar un trabajo o tomar decisiones dan como resultado mejor rendimiento a largo y corto
plazos (pág., 5).
Competitividad y Tecnología
Las organizaciones tienen que estar muy pendientes del entorno, con la finalidad de ajustar
su conducta al medio social del que forman parte, es decir, a la sociedad global:; y para
mantenerse en el mercado tienen que estar dispuestas a crecer y crecer lo que implica mirar
muy adentro para poder ir hacia afuera y, aunque sea líder y se tenga asegurado un espacio,
las organizaciones deben ir más allá, no conformarse, incursionar en nuevos mercados,
transformarse y apoyar todo lo que sea mejoramiento continuo y adquirir nueva tecnología
para agilizar la información que beneficia la toma de decisiones.
Competir se ha convertido en una nueva realidad y en nuevo reto para los empresarios. En
los más diversos sectores, la crisis económica, con su consiguiente apertura comercial, ha
estado acompañada de un recrudecimiento de la rivalidad entre empresas establecidas. Han
surgido nuevos sectores, tanto nacionales como internacionales (Villalba, 1996).
Aunado a los anterior, las organizaciones que quieran mantenerse en el mercado deben
tener presente la filosofía de innovación y modernización para responder a los estímulos de
la competitividad internacional. Además, deben establecer alianzas estratégicas con los
distintos grupos empresariales. Los gerentes están sujetos a plantearse la necesidad de
concentrarse en lo que significa un escenario de economías abiertas en contraposición con
el escenario de economía cerrada que prevaleció en Venezuela durante décadas. Las
empresas deben tener ahora altas cuotas de investigación y desarrollo tecnológico pues los
productos de hoy tienen ciclos de vida mucho más cortos que en el pasado.
Estos cambios significativos que se han venido desatando, han producido un vuelco
positivo para los recursos humanos, en virtud de ello el personal debe mantenerse
permanentemente en un proceso de aprendizaje continuo que le permita modificar su
conducta en atención a las nuevas experiencias.
El éxito en los procesos de cambio implica experiencias particulares que sólo son posibles
si se cuenta con el respaldo de gente comprometida. Las organizaciones deben efectuar una
labor con sus gerentes para desarrollar la confianza de cada uno y sacar a la luz todo su
potencial. Cada gerente debe dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios para asegurar el de su
gestión, para mejorarse a sí mismo y al personal a su cargo. Cada quien debe trazarse metas
reales y efectuar un inventario de sus potencialidades y habilidades para que su trabajo sea
eficaz y controlar la posibles desviaciones que se puedan experimentar en relación a los
objetivos para retomar el camino hacia una comunicación permanente, obligatoria y
estimulante.
Valor agregado
El valor es una percepción. Sólo cuando se logra que las personas perciban valor en
aquellos bienes y servicios que les proveemos, se puede obtener de ellas los recursos, el
reconocimiento o la aceptación que se requiere para existir, es decir aquello que es de valor
para las personas (Ventocilla, 1996).
Visión Compartida
No hay organización inteligente sin visión compartida. Sin búsqueda de una meta que la
gente desee alcanzar. Las fuerzas que respaldan el status quo pueden ser abrumadoras; sin
embargo el nivel de excelencia de la meta que se desea alcanzar induce a nuevos modos de
pensar y de actuar (Senge, 1992).
Mantener control sobre estos acontecimientos va, en gran medida, más allá de las funciones
de la gerencia. Uno de los retos más importantes que enfrentan hoy día los patronos es el de
mejorar la calidad de vida del trabajador. Este reto no solamente surge de la necesidad de
estar al nivel de la competencia, sino también de los cambios demográficos y culturales.
Remuneración: A fin de asegurar que los pagos estén acordes con los índices salariales del
mercado de trabajo y que se estructuturen sobre la base de compartir los beneficios del
proceso de mejora, estimular la permanencia como condición de acumulación de la
capacidad desarrollada (Armstrong, 1991).
A través del conocimiento adquirido sobre cultura organizacional, a lo largo del desarrollo
del trabajo, se puede hacer referencia sobre los planteamientos de Tovar (1990) donde
establece que existen siete elementos estrechamente relacionados con el éxito de la gestión
de recursos humanos en cuanto al manejo de la cultura organizaciónal. Tales elementos son
:
Influencia: El personal de la organización debe sentir que tiene influencia para cambiar las
cosas que lo rodean. La resistencia al cambio es mayor entre la gente que tiene un bajo
sentido de la influencia, porque no tiene nada propio dentro del proceso, ni confianza en sí
misma para hacer los cambios. Esa baja sensación de influencia no se limita a los niveles
inferiores del organigrama. Algunos altos gerentes y muchos intermedios con frecuencia
piensan que deberían tener influencia, dada su relativa posición en el organigrama de la
compañía. A veces la gente resiste el cambio sólo para ejercer la influencia que tienen.
Innovación: Las personas deben estar dispuestas a cuestionar el status quo, indicar nuevas
formas de resolver, y hacer lo que se debe hacer. El nivel de innovación de una empresa
tiene un impacto sobre la gente de la organización y el nivel de influencia que creen tener.
La gente que no se siente poderosa no piensa que sus ideas se estimulan o se toman y serio
y, por tanto, no se ofrecen su contribución para mejorar las cosas.
Deseo de cambio: Para realizar el cambio es necesario que haya un sano nivel de
insatisfacción con lo que existe, un deseo de cambiar y hacer mejor las cosas. Si la gente
está completamente satisfecha con todo lo que le rodea, el impulso hacia el cambio y la
mejora es limitado. Igualmente, si persiste el deseo de cambiar las cosas sin obtener
respuesta durante mucho tiempo se puede pasar de un nivel de descontento a la frustración.
Sentido de visión común: La gente de una organización debe saber hacia dónde se dirige la
empresa y la ruta que debe seguir. Debe existir una visión, creada por la persona del cargo
más alto que represente una imagen del futuro, apremiante y entusiasta, alrededor de la cual
puedan reagruparse los empleados de todos los niveles. Esta visión debe ser consistente y
presentada de tal manera que resulte más importante para todos en cada nivel de la escala
organizacional. En cualquier actividad de cambio, el compromiso de dedicación visible de
la alta gerencia transmite una señal importante a la organización, recordando siempre que la
cultura organizacional debe ser vista como ventaja competitiva de la gerencia de recursos
humanos.
En consecuencia, los gerentes de recursos humanos se plantean retos, los cuales están
direccionados hacia el diseño de sus propias estructuras organizacionales, creadas y
especialmente desarrolladas para planificar y guiar los programas de mejoramiento
profesional, lo cual constituye una base importante para mantenerse en una continua
búsqueda de nuevos aprendizajes, que facilite la innovación en la organización. Estas
estructuras son un vehículo que le permite al individuo mantenerse actualizado
técnicamente y, al mismo tiempo, interrelacionado con todos los procesos de la
organización.
Por lo antes planteado, se pretende señalar un nuevo enfoque que exige que el trabajador
asuma mayor responsabilidad por su propio desarrollo, que se convierta en actor de su
proceso de aprendizaje y que se esfuerce en definir sus propias necesidades en función de
los requerimientos del trabajo mismo.
6. Conclusiones
Las condiciones actuales han determinado que más allá de una simple relación causal entre
la cultura organizacional, el cambio, y el impacto de la tecnología en la gerencia de
recursos humanos, lo que existe una vinculación recíproca entre todos los elementos, que
generan desafíos permanentes implícitos en los retos que debe enfrentar toda organización.
La premisa anterior, permite destacar que la gestión empresarial tiene sentido en la medida
en que los retos sean superados satisfactoriamente, para lo cual se requiere una amplia dosis
de creatividad para el manejo y control del medio ambiente tan cambiante.
La complejidad del entorno actual, por otra parte, saturado de competencia, de problemas
sociales, de clientes exigentes, de rígidas leyes ambientales, e inmerso en un creciente
proceso de globalización, hace que trabajar -per se- sea hoy insuficiente. Es necesario más
que nunca el pensar y repensar las organizaciones, darles sentido de dirección, rediseñar u
optimar los procesos medulares, desarrollar estructuras organizacionales aptas para que
dicho procesos funcionen oportunamente, utilizar agresivamente la tecnología de punta que
ayude a materializar la visión trazada para la organización. Trabajar por trabajar es hoy
signo de improductividad. Lo que se requiere para ser más competitivo es dinamismo, es
decir, energía orientada hacia el logro de los objetivos.
La visión indicada facilita a la gerencia del cambio dimensionar las características del
negocio y orientar sus esfuerzos para satisfacer las expectativas de la organización.
Asimismo, le facilita romper paradigmas, probablemente muy útiles en el pasado, pero que
han perdido sentido con el tiempo, por nuevas reglas, acordes con los tiempos que corren y
muy útiles para satisfacer las exigencias del futuro.
Recomendaciones
Es imprescindible que la alta gerencia conozca plenamente los valores culturales necesarios
en su organización a fin de que pueda promoverlos y reforzarlos mediante un plan de
acción. Una vez hecha esta distinción se debe definir qué es lo que se necesita cambiar,
para determinar los aspectos favorables o desfavorables de la cultura organizacional.
Proceso de Cambio
Considerar como un insumo vital el conocimiento que tiene el personal, para llevar adelante
los cambios requeridos por las organizaciones. Es necesario desarrollar el conocimiento
como vía hacia la competitividad. Fomentando la investigación con el propósito de elevar
el caudal de conocimiento, lo que inclina la balanza hacia una consolidación organizacional
que haga a las empresas entes más competitivos.
Fortalecer el poder personal con fines de logro colectivo. De esta manera se faculta al
individuo para que tenga mayor poder de acción y decisión.
A fin de anticipar los cambios, los gerentes de recursos humanos deberían: estar informados
respecto a experiencias de otras organizaciones sobre posibles incidencias que los cambios
de naturaleza tecnológica, en mercadeo, en productos y en globalización, puedan tener
sobre los recursos humanos.
la toma de conciencia acerca de cómo los niveles de actuación personal crean productividad
a la empresa, Igualmente debe dotar de herramientas a la gente para lograr el cambio
personal, como base para la mejora de la calidad de sus funciones.
Optimar los recursos través de la filosofía del mejoramiento continuo, considerandola como
una nueva forma de vida que han adoptado con excelentes resultados las empresas para
mejorar y rediseñar sus procesos, transformando las debilidades en fortalezas, los gastos en
ahorros e inversiones, los déficits en superávits y, en suma, repotenciando sus sistemas.
Es vital conocer cuándo y en qué magnitud la gestión de recursos humanos agrega valor a
la organización, a fin de proponer alternativas cuantificables y con estimación de costos y
beneficios.
La Gerencia en general
Las organizaciones deben mantener gerentes con visión hacia la eficacia y efectividad,
fundamentados en una filosofía asertiva de cambio, lo cual les permite la posibilidad de
crear nuevos paradigmas a partir del desarrollo personal para el logro de mejoramiento
continuo.
La alta gerencia debe plantearse como prioridad el aprovechamiento máximo del potencial
humano y tecnológico; lo cual es de vital importancia, para incrementar la efectividad y
productividad.
Es importante que las organizaciones comiencen por modelar los perfiles gerenciales, a fin
de crear compromiso a la gerencia en relación al negocio; es decir, que éstos se consideren
socios del negocio y se logre una visión compartida, entendiendo y compartiendo las
necesidades y puntos de vista de los clientes, y constituyendo equipos multidisciplinarios
para el logro de objetivos estratégicos claramente definidos. Sólo una misión compartida
asegura el éxito en el logro de los objetivos.
7. Bibliografia
Las tendencias que pautan el desenvolvimiento del mundo contemporáneo determinan los
cambios, es decir, las nuevas actitudes en las empresas, tales como, la globalización de la
economía, la conciencia ambientalista, la aceleración de las privatizaciones, las alianzas
estratégicas y el avance tecnológico, conforman un ineludible conjunto de condiciones que
afectan las organizaciones. La estrategia que mejor interpreta las respuestas ante las
demandas de ese entorno tan complejo y cambiante se resume en competitividad.
Es propio de la naturaleza de las organizaciones, que ellas cambian con el tiempo y, por
tanto, los gerentes por definición, tienen que estar tratando de manejar el cambio con una
visión proactiva (Stewart, 1992) .
Dentro del marco descrito anteriormente, esas son estrategias que toda gerencia debería
adoptar para el logro del éxito en el alcance de los objetivos establecidos, según las
orientaciones preestablecidas por la visiòn de la organizaciòn.
Considerando lo anterior como una constante, la realidad permite concluir lo siguiente: las
organizaciones se plantean retos y han demostrado que el presente es de quienes se adapten
más agresivamente a las nuevas realidades, que las ciencias gerenciales modernas tienen
sentido cuando se aplican adecuadamente, que los retos del futuro son superables cuando se
toma conciencia del papel de la innovación en un entorno cambiante.
A medida que las organizaciones desafían el cambio, será determinante que la gerencia
desarrolle nuevas tecnologías en función de mejorar las destrezas y habilidades de los
individuos. Al respecto Herrera (1997) dice que todo ello apunta hacia la necesidad de
diseñar nuevas estrategias, estructuras y crear nuevas culturas; ello implica una revisión
profunda de la actividad gerencial.
Naím (1989) considera tres ideas básicas acerca de la gerencia del cambio.
Primero: consiste en la capacidad que debe tener la alta gerencia en manejar los cambios,
ya que éstos implican costos, riesgos, ineficiencias temporales y cierta dosis de trauma y
turbulencia en la organización. Adicionalmente, pueden obligar a la alta gerencia a invertir
tiempo y esfuerzos y obviar otros asuntos claves para la empresa. Segundo: una vez que se
inicia el cambio, este adquiere una dinámica propia e independiente de quien lo promueve o
dirige, es decir, puede suceder que en algunos de los casos más exitosos de cambio, los
resultados obtenidos sean consonos a lo planificado inicialmente. Aunque en algunos casos,
lo planificado y lo obtenido no coincida por completo. Este fenómeno es motivado, entre
otras cosas, al hecho de que una vez que se desencadena el proceso de cambio, ocurren una
serie de eventos, acciones, reacciones, consecuencias y efectos que difícilmente, pueden ser
anticipados y controlados por completo por quienes gerencian el cambio. Tercero: el
cambio en una empresa es un proceso lento, costoso, confuso y conflictivo, que
normalmente ocurre a través de cierta etapas más o menos comunes (pág. 479) .
por lo tanto, que no sólo es importante diseñar y planificar el estado futuro deseado, sino
analizar profundamente el estado de transición necesario para que la organización se mueva
hacia el objetivo deseado.
Por lo anterior, los cambios son producto del crecimiento de las organizaciones, en cuanto a
los planes que desarrollan, por la diversificación de sus acciones, especialización de sus
actividades, el liderazgo de sus direcciones y por las características del mercado donde
actúan y compiten.
Las organizaciones con visión proactiva tienen la capacidad de percibir y entender los
cambios y el efecto que éstos tienen sobre la conducta de los que se involucran Kurt Lewin,
citado por Naím (1989) presenta un modelo de cambio en tres etapas: procesos que deben
ocurrir en cada una de las fases para lograr el cambio en un sistema humano.
Según el autor, el establecer cambios duraderos significa empezar por abrir las cerraduras o
descongelar el sistema social actual, lo que significaría, tal vez, una especie de
confrontación, o un proceso de reeducación. Además, el avance conductual, viene a ser una
especie de cambio deseado, como en una reorganización. Por último, tienen que estar
alertas y tomar medidas pertinentes que aseguren que el nuevo estado del comportamiento
sea relativamente permanente.
El modelo de cambio planeado de Lippitt, Watson y Westley, citado por Burke (1988)
amplían los tres pasos de Lewin a cinco fases. Según el autor el paso 1 no se haya aún
completado cuando se dé el paso 2, y así sucesivamente. El modelo en referencia
comprende los siguientes pasos:
1. Definir los objetivos a lograr : este paso persigue definir claramente la misión de la
organización.
1. Definir el desempeño deseado es una forma de ver los objetivos como realidades ya
logradas.
2. Analizar la organización actual: este paso se denomina diagnóstico, permite
identificar que tan lejos se encuentra la organización de los objetivos identificados y
el desempeño deseado.
3. Definir los cambios necesarios: consiste en -determinar los asuntos a resolver
además de -identificar los aspectos claves, que realmente es importante resolver ya
que la naturaleza limitada de recursos impide resolver todos los problemas
4. Diseñar la organización futura: para lo cual se debe -identificar las diferentes
opciones que existen para lograr los objetivos propuestos.
5. Planificar los cambios organizacionales, definir la estrategia global del cambio, para
lo cual se puede tratar de visualizar diferentes metas para alcanzar la situación
futura.
6. Ejecutar los cambio organizacionales. Una vez que los cambios se han identificado
y planificado se deben realizar los siguientes pasos -definir la organización para el
cambio. - asegurar el liderazgo para el cambio, ya que el mismo es imprescindible
como factor de dinamización y conducción del cambio organizacional- asegurar la
participación activa todas las personas que conforman la organización.
Realizar seguimiento y control: no es posible alcanzar una exitosa ejecución de los cambios
si éstos no son evaluados continuamente (pág., 8) .
Al comparar las fases del cambio planeado presentado por los autores mencionados
anteriormente, se ha podido encontrar que cada uno de ellos señala diferentes etapas, sin
embargo, las diferencias tan sólo se encuentran en las denominaciones y en el énfasis; el
proceso global es el mismo.
En otro orden de ideas, se puede decir que el cambio se relaciona con la necesidad que se
plantean las organizaciones cuando quieren estar en la cresta de la ola, es decir, para que las
organizaciones alcancen altos niveles de rendimiento tendran que aprender; además, saber
qué sienten y qué piensan las personas, con la finalidad de mejorar el comportamiento y así
estar dispuestos a la adaptación de los cambios del entorno y, para hacerlo deben, a su vez,
cambiarse a sí mismas, que equivale a transformarse. Ello conlleva a desarrollar en los
gerentes una nueva aptitud para adaptarse a nuevas situaciones organizacionales.
En consecuencia, Robbins (1992) considera que la alta gerencia tiene que ver con la
personalidad de los trabajadores, aún cuando existen otras variables de peso que
condicionan, modifican y, en ciertas manera, contribuyen a determinar los eventos de la
vida diaria de la organización.
Por otra parte, la conducta asumida por los trabajadores es modelada por un clima que va
perfilando y consolidando rasgos de actuación con un determinado grado de permanencia.
Este clima está integrado, por una parte, por la dinámica pasada, que solidifica modos de
pensar y actuar; y por la dinámica coyuntural, que activa conductas y sentimientos y puede
hasta "descongelar" atributos personales preestablecidos.
"Ningún cambio cultural ocurre con facilidad y, menos pensar, en un cambio a corto plazo"
(Stewart, 1992). Es elemental plantearse una necesidad de cambio partiendo de la premisa;
de que la cultura debe cambiarse con el fin de ser más consecuente con las demandas
competitivas del entorno.
Al respecto Der Erve (1990) considera que "tratar de modificar la cultura de una empresa es
ciertamente frustrante dado que la gran mayoría de personas se resisten al cambio, sobre
todo, cuando ese cambio se propone en el lugar donde las personas trabajan. A pesar de,
que este proceso es difícil hay que realizarlo".
El proceso educativo puede ser concebido como el proceso de compartir una cultura y/o un
conocimiento, con el que se logra el mantenimiento de la cultura existente de la
organización.
De acuerdo a lo anterior, ningún cambio puede ser exitoso, sin una planificación previa;
además, determinar, sí éstos deben ser iniciados por quienes sienten realmente la necesidad
del cambio. Es posible que la influencia del liderazgo, tenga sus límites, particularmente en
las grandes empresas, donde la alta gerencia se encuentra muy alejada de las funciones de
la gerencia a nivel operativo.
Cualquiera que sea el caso, cuando la empresa está en proceso de cambio, las normas
culturales deben reorientarse cambiando el sistema de gerencia, es decir, los múltiples
procesos gerenciales, la estructura organizacional y el estilo gerencial que impulsa a la
empresa (Corpoven, 1997), para visualizar mejor el cambio se presenta a continuación una
metodología para asegurar su éxito.
Tal situación ha originado nuevos retos a la alta gerencia; pero a su vez ha permitido liberar
energía e iniciativas suficientes que llevarán a las organizaciones a ser competentes en el
mundo de los negocios.
Los cambios han sido como instrumentos de adaptación. Casi todos impulsados por una
crisis de misión y estrategia de las organizaciones y, por la necesidad de adaptarse, más que
por cualquier intención de cambio de la organización interna propiamente dicha. Esta
perspectiva refleja que el cambio en las organizaciones a veces se describe como un
proceso de conversión de un líder o liderazgo que luego se trasmite a través de toda la
empresa.
El nuevo escenario a que están sujetas las organizaciones, son los cambios apresurados que
demandan alta flexibilidad y capacidad de adaptación a las exigencias de su entorno. En
este sentido, deben entenderse los cambios como retos permanentes capaces de asegurar el
fracaso o el éxito de una organización (Maraven, 1997).
En consecuencia, es de gran importancia para las empresas conocer el grado de madurez y
disposición que se tenga en el momento de enfrentar los cambios. Una experiencia positiva
está dada cuando se refleja la aceptación por parte de los empleados de nuevas políticas,
actitud positiva hacia la innovación y el éxito alcanzado en procesos anteriores.
Si se analiza el lado humano del proceso de cambio para adaptarse a un entorno más
competitivo, se puede pensar que la disposición organizacional, el equipo humano y el
proceso de implantación del cambio, exigirán características personales fundamentalmente
orientadas a hacer un trabajo cada vez mejor, con estándares de excelencia, que permitan
incrementar la productividad y la efectividad organizacional.
"El cambio es el fenómeno por medio del cual el futuro invade nuestras vidas, y conviene
observarlo atentamente desde el ventajoso punto de vista de los individuos que viven,
respiran y experimentan" (Alvin Tofler, citado por Maraven, 1997).
Al respecto, Smith (1997) considera que hoy los países no están separados por barreras
arancelarias, idiomas o fronteras, sino que, por el contrario se unen para conformar grandes
bloques económicos para abastecer al mercado global.
Al respecto Filesi (1995) dice: "en el ámbito de los proceso de integración en la Américas,
además del MERCOSUR y el Pacto Andino, vale la pena mencionar, en el caso de
Venezuela, el acuerdo de libre comercio con Colombia y, más al Norte, el Tratado
Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA), suscrito por Canadá, Estados Unidos y
México. En 1993, en la Cuenca del Caribe se ratifica la Asociación de Estados del
Caribe....., cuyo objetivo es consolidar una zona de libre comercio en la Américas para el
año 2005 (pág., 129)
Hoy más que nunca, las organizaciones deben ser generadoras de aprendizaje con la
finalidad de formar y desarrollar capacidades que les permitan capitalizar el conocimiento.
Esta premisa se ha convertido recientemente en ventaja competitiva aunado a la
supervivencia de la organización en un entorno altamente cambiante.
Por último, la imagen y el pensamiento del líder son esenciales para darle dirección al
proceso de cambio, para lograr coherencia en el equipo humano y consistencia en las
decisiones, que harán a una organización más competitiva en una economía de mercado,
donde todos deberán tener las mismas oportunidades y los mismos riesgos.
El planteamiento antes señalado, considera que los cambios están conformando un nuevo
tipo de cultura organizacional, caracterizada por una nueva manera de pensar y de
visualizar la organización, por una nueva manera de desarrollar las actividades, y una
actitud abierta hacia la innovación y la creatividad. Todo esto repercute en la efectividad
general de la organización. Esto significa que la funciòn de recursos humanos debe
desarrollar habilidades y actividades para reforzar y mantener en todo el personal,
incluyendo los estratos gerenciales, un alto espìritu de compromiso con la organización, lo
cual requiere del diseño de estrategias o formas de acción que día a día refuercen la cultura
del cambio hacia la excelencia.
Para lograr este enfoque integral es necesario que los gerentes tengan una visión diferente
acerca de su papel como motores de la organización y que sean proactivos en su
desempeño.
Los gerentes proactivos son aquéllos que se sienten comprometidos con la organización y
se caracterizan por: inspirar una visión compartida en la organización y desplegar esa
visión en la misma, validando como ésta se integra con las visiones individuales de los
miembros de la empresa; determinar los valores empresariales; desarrollar un proceso de
gerencia estratégica para desarrollar el plan de acción con el objeto de alcanzar la visión y
las estrategias necesarias, y un proceso de evaluación de los objetivos y metas estratégicas
con énfasis en el apoyo para lograr las metas, no en fijar objetivos arbitrariamente
desligados de la visión de la empresa (Carrillo, 1997). La visión es establecida por los
líderes , por tanto, se alcanzará en la medida que éstos estén en sintonía con las visiones
individuales de cada uno de los integrantes de la organización.
Hoy en día resulta evidente que las organizaciones son el resultado directo de la acción de
la gente que allí trabaja; de aquì la importancia del recurso humano. La realidad indica que
esa importancia no se traduce en el desarrollo de sistemas y políticas para garantizar la
confiabilidad, la motivación y la felxibilidad de tales recursos. Por el contrario, no es muy
audaz afirmar que el área de recursos humanos es la más débil en las empresas venezolanas,
y la que menos ha tenido participación en las decisiones coyunturales de la organización si
se compara, por ejemplo, con informática o los sistemas de producción. Las evidencias
abundan. Las causas de esta realidad son tanto internas como externas.
Estos contrastes son parte de la realidad que viven la mayoría de las organizaciones en el
país. A pesar de los altibajos que se pueden presentar en las mismas, se debe considerar
invertir en la capacitación y entrenamiento de la gente. Definitivamente lo que más ayuda a
la organización a alcanzar el éxito en sus procesos, es contar con gente altamente preparada
e identificada con la organización..
En este marco de ideas, es importante señalar que la unidad de recursos humanos debe
asumir un liderazgo claro- explicar las razones y los procesos del cambio, y propiciar la
capacitación y comunicación permanente y sistemática. La unidad de recursos humanos
debe convertirse en socio del negocio y contribuir en la eficiencia y eficacia organizacional.
Para ello es necesario que se convierta en asesora, que propicie y haga comprensible el
proceso de cambio a los gerentes y trabajadores.
La efectividad es una función de las políticas y los procedimientos utilizados por una
organización. Los procedimientos específicos, especialmente cuando pertenecen a la
gerencia de recursos humanos y al ambiente interno de una empresa, influyen en el
rendimiento y la efectividad. Cierta formas de resolver conflictos, de planear una estrategia,
diseñar un trabajo o tomar decisiones dan como resultado mejor rendimiento a largo y corto
plazos (pág., 5).
Competitividad y Tecnología
Las organizaciones tienen que estar muy pendientes del entorno, con la finalidad de ajustar
su conducta al medio social del que forman parte, es decir, a la sociedad global:; y para
mantenerse en el mercado tienen que estar dispuestas a crecer y crecer lo que implica mirar
muy adentro para poder ir hacia afuera y, aunque sea líder y se tenga asegurado un espacio,
las organizaciones deben ir más allá, no conformarse, incursionar en nuevos mercados,
transformarse y apoyar todo lo que sea mejoramiento continuo y adquirir nueva tecnología
para agilizar la información que beneficia la toma de decisiones.
Competir se ha convertido en una nueva realidad y en nuevo reto para los empresarios. En
los más diversos sectores, la crisis económica, con su consiguiente apertura comercial, ha
estado acompañada de un recrudecimiento de la rivalidad entre empresas establecidas. Han
surgido nuevos sectores, tanto nacionales como internacionales (Villalba, 1996).
Aunado a los anterior, las organizaciones que quieran mantenerse en el mercado deben
tener presente la filosofía de innovación y modernización para responder a los estímulos de
la competitividad internacional. Además, deben establecer alianzas estratégicas con los
distintos grupos empresariales. Los gerentes están sujetos a plantearse la necesidad de
concentrarse en lo que significa un escenario de economías abiertas en contraposición con
el escenario de economía cerrada que prevaleció en Venezuela durante décadas. Las
empresas deben tener ahora altas cuotas de investigación y desarrollo tecnológico pues los
productos de hoy tienen ciclos de vida mucho más cortos que en el pasado.
Estos cambios significativos que se han venido desatando, han producido un vuelco
positivo para los recursos humanos, en virtud de ello el personal debe mantenerse
permanentemente en un proceso de aprendizaje continuo que le permita modificar su
conducta en atención a las nuevas experiencias.
El éxito en los procesos de cambio implica experiencias particulares que sólo son posibles
si se cuenta con el respaldo de gente comprometida. Las organizaciones deben efectuar una
labor con sus gerentes para desarrollar la confianza de cada uno y sacar a la luz todo su
potencial. Cada gerente debe dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios para asegurar el de su
gestión, para mejorarse a sí mismo y al personal a su cargo. Cada quien debe trazarse metas
reales y efectuar un inventario de sus potencialidades y habilidades para que su trabajo sea
eficaz y controlar la posibles desviaciones que se puedan experimentar en relación a los
objetivos para retomar el camino hacia una comunicación permanente, obligatoria y
estimulante.
Valor agregado
El valor es una percepción. Sólo cuando se logra que las personas perciban valor en
aquellos bienes y servicios que les proveemos, se puede obtener de ellas los recursos, el
reconocimiento o la aceptación que se requiere para existir, es decir aquello que es de valor
para las personas (Ventocilla, 1996).
Visión Compartida
No hay organización inteligente sin visión compartida. Sin búsqueda de una meta que la
gente desee alcanzar. Las fuerzas que respaldan el status quo pueden ser abrumadoras; sin
embargo el nivel de excelencia de la meta que se desea alcanzar induce a nuevos modos de
pensar y de actuar (Senge, 1992).
Mantener control sobre estos acontecimientos va, en gran medida, más allá de las funciones
de la gerencia. Uno de los retos más importantes que enfrentan hoy día los patronos es el de
mejorar la calidad de vida del trabajador. Este reto no solamente surge de la necesidad de
estar al nivel de la competencia, sino también de los cambios demográficos y culturales.
Como puede desprenderse de lo expuesto anteriormente, las empresas que tengan que
competir, ya sea en el mercado interno o en el mercado internacional, con productos y/o
servicios, tienen un reto que supera la mejor forma de hacer mejor lo que se venía haciendo.
Estos retos requieren de una transformación profunda del conocimiento y capacidades del
recurso humano, en sintonía con la revolución tecnológica - organizativa.
Remuneración: A fin de asegurar que los pagos estén acordes con los índices salariales del
mercado de trabajo y que se estructuturen sobre la base de compartir los beneficios del
proceso de mejora, estimular la permanencia como condición de acumulación de la
capacidad desarrollada (Armstrong, 1991).
Cada uno de los aspectos señalados anteriormente, implica un giro cualitativo profundo de
la Gerencia de Recursos Humanos y, que dichas funciones deben estar interrelacionadas
con todos los procesos de la organización y orientadas hacia un objetivo único para
asegurar que la empresa cuente con personal capacitado, motivado, con disposición a
cambiar y dispuesto a adaptarse a las nuevas situaciones que requiera la organización.
A través del conocimiento adquirido sobre cultura organizacional, a lo largo del desarrollo
del trabajo, se puede hacer referencia sobre los planteamientos de Tovar (1990) donde
establece que existen siete elementos estrechamente relacionados con el éxito de la gestión
de recursos humanos en cuanto al manejo de la cultura organizaciónal. Tales elementos son
:
Influencia: El personal de la organización debe sentir que tiene influencia para cambiar las
cosas que lo rodean. La resistencia al cambio es mayor entre la gente que tiene un bajo
sentido de la influencia, porque no tiene nada propio dentro del proceso, ni confianza en sí
misma para hacer los cambios. Esa baja sensación de influencia no se limita a los niveles
inferiores del organigrama. Algunos altos gerentes y muchos intermedios con frecuencia
piensan que deberían tener influencia, dada su relativa posición en el organigrama de la
compañía. A veces la gente resiste el cambio sólo para ejercer la influencia que tienen.
Innovación: Las personas deben estar dispuestas a cuestionar el status quo, indicar nuevas
formas de resolver, y hacer lo que se debe hacer. El nivel de innovación de una empresa
tiene un impacto sobre la gente de la organización y el nivel de influencia que creen tener.
La gente que no se siente poderosa no piensa que sus ideas se estimulan o se toman y serio
y, por tanto, no se ofrecen su contribución para mejorar las cosas.
Satisfacción : La gente necesita estar satisfecha con su trabajo. Deben satisfacerse sus
necesidades físicas y emocionales. Entre las necesidades psicológicas que se deben
satisfacer en un clima corporativo están: las necesidades de realizar y ser reconocido por
esa realización; identificarse con un grupo social y tener un sentido de pertenencia. La
satisfacción de éstas necesidades ayuda a: proporcionar la motivación necesaria para que
los empleados permitan mejorar lo que está a su alrededor, aunque no se les haya pedido
expresamente hacerlo.
Deseo de cambio: Para realizar el cambio es necesario que haya un sano nivel de
insatisfacción con lo que existe, un deseo de cambiar y hacer mejor las cosas. Si la gente
está completamente satisfecha con todo lo que le rodea, el impulso hacia el cambio y la
mejora es limitado. Igualmente, si persiste el deseo de cambiar las cosas sin obtener
respuesta durante mucho tiempo se puede pasar de un nivel de descontento a la frustración.
Sentido de visión común: La gente de una organización debe saber hacia dónde se dirige la
empresa y la ruta que debe seguir. Debe existir una visión, creada por la persona del cargo
más alto que represente una imagen del futuro, apremiante y entusiasta, alrededor de la cual
puedan reagruparse los empleados de todos los niveles. Esta visión debe ser consistente y
presentada de tal manera que resulte más importante para todos en cada nivel de la escala
organizacional. En cualquier actividad de cambio, el compromiso de dedicación visible de
la alta gerencia transmite una señal importante a la organización, recordando siempre que la
cultura organizacional debe ser vista como ventaja competitiva de la gerencia de recursos
humanos.
En consecuencia, los gerentes de recursos humanos se plantean retos, los cuales están
direccionados hacia el diseño de sus propias estructuras organizacionales, creadas y
especialmente desarrolladas para planificar y guiar los programas de mejoramiento
profesional, lo cual constituye una base importante para mantenerse en una continua
búsqueda de nuevos aprendizajes, que facilite la innovación en la organización. Estas
estructuras son un vehículo que le permite al individuo mantenerse actualizado
técnicamente y, al mismo tiempo, interrelacionado con todos los procesos de la
organización.
Por lo antes planteado, se pretende señalar un nuevo enfoque que exige que el trabajador
asuma mayor responsabilidad por su propio desarrollo, que se convierta en actor de su
proceso de aprendizaje y que se esfuerce en definir sus propias necesidades en función de
los requerimientos del trabajo mismo.
6. Conclusiones
Las condiciones actuales han determinado que más allá de una simple relación causal entre
la cultura organizacional, el cambio, y el impacto de la tecnología en la gerencia de
recursos humanos, lo que existe una vinculación recíproca entre todos los elementos, que
generan desafíos permanentes implícitos en los retos que debe enfrentar toda organización.
La premisa anterior, permite destacar que la gestión empresarial tiene sentido en la medida
en que los retos sean superados satisfactoriamente, para lo cual se requiere una amplia dosis
de creatividad para el manejo y control del medio ambiente tan cambiante.
Las organizaciones que en Venezuela, han logrado desempeñarse exitosamente muestran
dos aspectos importantes: por una parte destacan que la mejor forma de aumentar la
efectividad es haciendo las cosas de manera diferente a la forma tradicional, incorporando
así el cambio como una constante en el funcionamiento organizacional; y, por la otra, el
énfasis puesto en la investigación de los enfoques y teorías gerenciales para adaptarlos a su
funcionamiento.
La complejidad del entorno actual, por otra parte, saturado de competencia, de problemas
sociales, de clientes exigentes, de rígidas leyes ambientales, e inmerso en un creciente
proceso de globalización, hace que trabajar -per se- sea hoy insuficiente. Es necesario más
que nunca el pensar y repensar las organizaciones, darles sentido de dirección, rediseñar u
optimar los procesos medulares, desarrollar estructuras organizacionales aptas para que
dicho procesos funcionen oportunamente, utilizar agresivamente la tecnología de punta que
ayude a materializar la visión trazada para la organización. Trabajar por trabajar es hoy
signo de improductividad. Lo que se requiere para ser más competitivo es dinamismo, es
decir, energía orientada hacia el logro de los objetivos.
La visión indicada facilita a la gerencia del cambio dimensionar las características del
negocio y orientar sus esfuerzos para satisfacer las expectativas de la organización.
Asimismo, le facilita romper paradigmas, probablemente muy útiles en el pasado, pero que
han perdido sentido con el tiempo, por nuevas reglas, acordes con los tiempos que corren y
muy útiles para satisfacer las exigencias del futuro.
Recomendaciones
Es imprescindible que la alta gerencia conozca plenamente los valores culturales necesarios
en su organización a fin de que pueda promoverlos y reforzarlos mediante un plan de
acción. Una vez hecha esta distinción se debe definir qué es lo que se necesita cambiar,
para determinar los aspectos favorables o desfavorables de la cultura organizacional.
Proceso de Cambio
Considerar como un insumo vital el conocimiento que tiene el personal, para llevar adelante
los cambios requeridos por las organizaciones. Es necesario desarrollar el conocimiento
como vía hacia la competitividad. Fomentando la investigación con el propósito de elevar
el caudal de conocimiento, lo que inclina la balanza hacia una consolidación organizacional
que haga a las empresas entes más competitivos.
Fortalecer el poder personal con fines de logro colectivo. De esta manera se faculta al
individuo para que tenga mayor poder de acción y decisión.
A fin de anticipar los cambios, los gerentes de recursos humanos deberían: estar informados
respecto a experiencias de otras organizaciones sobre posibles incidencias que los cambios
de naturaleza tecnológica, en mercadeo, en productos y en globalización, puedan tener
sobre los recursos humanos.
la toma de conciencia acerca de cómo los niveles de actuación personal crean productividad
a la empresa, Igualmente debe dotar de herramientas a la gente para lograr el cambio
personal, como base para la mejora de la calidad de sus funciones.
Optimar los recursos través de la filosofía del mejoramiento continuo, considerandola como
una nueva forma de vida que han adoptado con excelentes resultados las empresas para
mejorar y rediseñar sus procesos, transformando las debilidades en fortalezas, los gastos en
ahorros e inversiones, los déficits en superávits y, en suma, repotenciando sus sistemas.
Es vital conocer cuándo y en qué magnitud la gestión de recursos humanos agrega valor a
la organización, a fin de proponer alternativas cuantificables y con estimación de costos y
beneficios.
La Gerencia en general
Las organizaciones deben mantener gerentes con visión hacia la eficacia y efectividad,
fundamentados en una filosofía asertiva de cambio, lo cual les permite la posibilidad de
crear nuevos paradigmas a partir del desarrollo personal para el logro de mejoramiento
continuo.
La alta gerencia debe plantearse como prioridad el aprovechamiento máximo del potencial
humano y tecnológico; lo cual es de vital importancia, para incrementar la efectividad y
productividad.
Es importante que las organizaciones comiencen por modelar los perfiles gerenciales, a fin
de crear compromiso a la gerencia en relación al negocio; es decir, que éstos se consideren
socios del negocio y se logre una visión compartida, entendiendo y compartiendo las
necesidades y puntos de vista de los clientes, y constituyendo equipos multidisciplinarios
para el logro de objetivos estratégicos claramente definidos. Sólo una misión compartida
asegura el éxito en el logro de los objetivos.
7. Bibliografia
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Autor:
gladys rivera
MARCO TEÓRICO
Definido el planteamiento del problema y determinado los objetivos que precisan los
fines de la presente investigación, es necesario establecer los aspectos teóricos que
sustentan el estudio en cuestión. Considerando lo antes expuesto, en este capítulo se
muestran las bases de algunas teorías relativas a la cultura, el clima organizacional y
la motivación del recurso humano en las organizaciones así como también se hace
referencia a otros trabajos de investigación realizados sobre el tema propuesto en este
trabajo.
"En toda organización, el trabajo debe implicar un alto grado de compromiso y ofrecer
grandes satisfacciones. Debe ser reflejo de una vida agradable..." (Phegan, 1998, p.p.
13). La vida agradable y el grado de compromiso a la que se hace referencia en la cita,
sólo puede ser logrado a través de una efectiva proyección cultural de la organización
hacia sus empleados y, por ende, determinará el clima organizacional en el que se
logrará la misión de la institución.
La palabra cultura proviene del latín que significa cultivo, agricultura, instrucción y sus
componentes eran cults (cultivado) y ura (acción, resultado de una acción). Pertenece
a la familia cotorce (cultivar, morar) y colows (colono, granjero, campesino).
La cultura a través del tiempo ha sido una mezcla de rasgos y distintivos espirituales y
afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un período determinado.
Engloba además modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistemas
de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias.
Este concepto se refirió por mucho tiempo a una actividad producto de la interacción
de la sociedad, pero a partir de los años ochenta, Tom Peters y Robert Waterman
(citados por García y Dolan,1997) consultores de Mc Kinsey, adaptaron este concepto
antropológico y psicosocial a las organizaciones. Ellos realizaron un estudio
comparativo sobre las instituciones de mayor éxito, determinando la presencia de
elementos comunes como la orientación a la acción, la proximidad al cliente, la
autonomía y espíritu emprendedor interno, productividad gracias a las personas,
dirección mediante valores, se concentraban en lo que sabían hacer y se basaban en
una estructura simple y ágil.
Este término fue definido por otros investigadores del tema como la interacción de
valores, actitudes y conductas compartidas por todos los miembros de una institución
u organización. Además los artefactos culturales, incluyendo el diseño y el estilo de
administración, transmiten valores y filosofías, socializando a los miembros, motivando
al personal y facilitando la cohesión del grupo y el compromiso con metas relevantes.
Granell (1997, p.p. 2) define el término como "... aquello que comparten todos o casi
todos los integrantes de un grupo social..." esa interacción compleja de los grupos
sociales de una empresa está determinado por los "... valores, creencia, actitudes y
conductas."
Chiavenato (1989, p.p. 464) presenta la cultura organizacional como "...un modo de
vida, un sistema de creencias y valores, una forma aceptada de interacción y
relaciones típicas de determinada organización."
Valle (1995, pp 96) establece que la cultura de una organización es "... fruto de la
experiencia de las personas y de alguna manera, conforman las creencias, los valores
y las asunciones de éstas."
García y Dolan (1997, pp 33) definen la cultura como "... la forma característica de
pensar y hacer las cosas... en una empresa... por analogía es equivalente al concepto
de personalidad a escala individual..."
Guedez (1998,pp. 58) "la cultura organizacional es el reflejo del equilibrio dinámico y
de las relaciones armónicas de todo el conjunto de subsistemas que integran la
organización."
Serna (1997, pp 106) "La cultura ... es el resultado de un proceso en el cual los
miembros de la organización interactúan en la toma de decisiones para la solución de
problemas inspirados en principios, valores, creencias, reglas y procedimientos que
comparten y que poco a poco se han incorporado a la empresa".
Así como menciona Shein (citado por García y Dolan, 1997), concordamos en
reconocer que en casi todas las instituciones, incluyendo al INO, se establece que la
cultura está compuesta por dos niveles esenciales, que son: (a) el nivel explícito u
observable, el cual a su vez se clasifica en el nivel de lo que la organización hace y el
nivel más superficial de lo que la organización aparenta que es y (b) el nivel implícito
de la misma.
La ambigüedad entre los niveles sugeridos por Shein, da como resultado una cultura
organizacional incongruente, por cuanto que lo que se piensa, aparenta o se hace, no
tiene coherencia con la práctica del quehacer diario; por el contrario sí la coherencia
está presente entre los niveles explícitos e implícitos la cultura será equilibrada y sin
lugar a dudas tendrá por norte el éxito de la organización.
El éxito en las instituciones se basa en los objetivos estratégicos que ella se traza y
que normalmente se encuentran mencionados en el Plan Operativo; además se hace
necesaria la presencia de una cultura organizacional que abarque los valores de la
organización, su clima organizacional y su estilo de gerencia. Los factores citados
constituyen según Armstrong (1991,pp 11) "... los cimientos para levantar los diversos
métodos para alcanzar la excelencia".
Resulta una inquietud para muchos gerentes llevar a cabo un proceso de gerencia
entorno a la cultura de la organización; para ello es indispensable trazarse un
programa de gerencia cultural que abarque aspectos como: (a) Identificar los
principios de la organización y someterlos a consideración; (b) Extraer de los principios
los valores que subyacen en ellos; (c) Analizar el clima organizacional; (d) Analizar el
estilo de gerencia, (e) planificar y actuar sobre los principios, valores, clima y estilo
gerencial que se deben cambiar y sobre los que deben mantenerse o reforzarse.
Este tipo de programas permiten a los gerentes junto con sus asesores, definir y
compartir la misión de la organización, el conocimiento de la visión, la promulgación de
valores organizacionales correctos; el ejercicio de un liderazgo con el fin de lograr
motivar a los miembros de la organización y lograr la participación de todos en el logro
de los objetivos.
Existe la tendencia a confundir la cultura con lo que a menudo se conoce como clima
de la organización. "Este último se refiere al modo en que se siente la gente sobre uno
o más criterios en un momento determinado..."; mientras que cultura "...trata de los
supuestos, creencias y valores subyacentes..." de la organización. (Hunt, 1993, pp.
111)
A modo de entender más la diferencia que existe entre los términos cultura y clima, se
presentan una serie de definiciones que permitirán visualizar con claridad las
implicaciones de estos términos en las organizaciones.
Los primeros estudios sobre Clima psicológico fueron realizados por Kurt Lewin en la
década de los treinta. Este autor acuñó el concepto de " atmósfera psicológica", la que
sería una realidad empírica, por lo que su existencia podría ser demostrada como
cualquier hecho físico.
Con la finalidad de estudiar el clima como una realidad empírica, Lewin, Lippit y White
(1939) diseñaron un experimento que les permitió conocer el efecto que un
determinado estilo de liderazgo (Democrático, laissez faire y autoritario) tenía en
relación al clima. Las conclusiones fueron determinantes: frente a los distintos tipo de
liderazgo surgieron diferentes tipos de atmósferas sociales, probando que el Clima era
más fuerte que las tendencias a reaccionar adquiridas previamente.
Para efectos de una medición es recomendable usar la definición de Litwin & Stringer
ya que al hablar de percepciones se hace posible una medición a través de
cuestionarios.
Brow y Moberg (1990) manifiestan que el clima se refiere a una serie de características
del medio ambiente interno organizacional tal y como lo perciben los miembros de
ésta.
Dessler (1993) plantea que no hay un consenso en cuanto al significado del término,
las definiciones giran alrededor de factores organizacionales puramente objetivos como
estructura, políticas y reglas, hasta atributos percibidos tan subjetivos como la
cordialidad y el apoyo.
El Clima no se ve ni se toca, pero tiene una existencia real que afecta todo lo que
sucede dentro de la organización y a su vez el clima se ve afectado por casi todo lo
que sucede dentro de esta. Una organización tiende a atraer y conservar a las
personas que se adaptan a su clima, de modo que sus patrones se perpetúen.
Un Clima Organizacional estable, es una inversión a largo plazo. Los directivos de las
organizaciones deben percatarse de que el medio forma parte del activo de la
institución y como tal deben valorarlo y prestarle la debida atención. Una organización
con una disciplina demasiado rígida, con demasiadas presiones al personal, sólo
obtendrán logros a corto plazo.
Estos seis elementos determinan el rendimiento del personal en función de: alcance de
los objetivos, satisfacción en la carrera, la calidad del trabajo, su comportamiento
dentro del grupo considerando el alcance de objetivos, la moral, resultados y cohesión;
desde el punto de vista de la organización redundará en la producción, eficacia,
satisfacción, adaptación, desarrollo, supervivencia y absentismo.
La forma en que los trabajadores ven la realidad y la interpretación que de ella hacen,
revista una vital importancia para la organización. Las características individuales de
un trabajador actúan como un filtro a través del cual los fenómenos, objetivos de la
organización y los comportamientos de los individuos que la conforman son
interpretados y analizados para constituir la percepción del clima en la organización.
Likert establece tres tipos de variables que definen las características propias de una
organización y que influyen en la percepción individual del clima. En tal sentido se cita:
- Variables finales : Estas variables surgen como derivación del efecto de las
variables causales y las intermedias referidas con anterioridad, están orientadas a
establecer los resultados obtenidos por la organización tales como productividad,
ganancia y pérdida.
El Sistema IV, Participación en Grupo, existe la plena confianza en los trabajadores por
parte de la dirección, toma de decisiones persigue la integración de todos los niveles,
la comunicación fluye de forma vertical-horizontal - ascendente - descendente. El
punto de motivación es la participación, se trabaja en función de objetivos por
rendimiento, las relaciones de trabajo (supervisor - supervisado) se basa en la
amistad, las responsabilidades compartidas. El funcionamiento de este sistema es el
equipo de trabajo como el mejor medio para alcanzar los objetivos a través de la
participación estratégica.
Para poder hacer una evaluación del Clima Organizacional basada en la teoría
anteriormente planteada, su autor diseño un instrumento que permite evaluar el clima
actual de una organización con el clima ideal.
De los modelos presentados para medir el clima organizacional, se infiere que las
dimensiones utilizadas por los distintos instrumentos varían de un autor a otro y en
algunos casos se reafirman entendiéndose que existen dimensiones comunes para la
medición del clima organizacional. Sin embargo lo que debe asegurarse el especialista
que trabaje con la medición del clima organizacional, es que las dimensiones que
incluya su instrumento estén acorde a las necesidades de la realidad organizacional y a
las características de los miembros que la integran, para que de esta manera se pueda
garantizar que el clima organizacional se delimitará de una manera precisa.
Para los efectos de este estudio se tomará como punto de referencia la teoría de
Likert, con cada una de las dimensiones y elementos que comprende; ésta teoría fue
una de la más explícitas que se pudo encontrar en la revisión bibliográfica sobre el
clima organizacional y sobre todo es la más adecuada a ser aplicada en el Instituto de
Oftalmología.
Se ha podido visualizar a lo largo del desarrollo de este tercer capítulo, como la cultura
y clima organizacional determinan el comportamiento de los trabajadores en una
organización; comportamiento este que determina la productividad de la institución a
través de conductas eficientes y eficaces.
Toda organización debe considerar lo que implica la eficiencia y eficacia dentro de ella
a fin de lograr sus objetivos.
La eficiencia definida por Chiavenato (1994, pp. 28) es la relación entre costos y
beneficios, de modo que esta enfocada hacia la búsqueda de la mejor manera como las
cosas deben hacerse o ejecutarse con el fin de que los recursos se utilicen del modo
más racional posible.
Por otro lado el ya precitado autor define la eficacia como: "... la capacidad de
satisfacer una necesidad social mediante el suministro de productos y/o servicios..."
(pp. 29); "... la eficacia se refiere a como hacer óptimas las formas de rendimiento, lo
cual está determinado por la combinación de la eficiencia empresarial como sistema
con el logro de condiciones ventajosas en la obtención de las entradas que necesita..."
(pp. 33). "La eficiencia busca el mejoramiento mediante soluciones técnicas y
económicas, en cuanto la eficacia busca que el rendimiento en la organización sea
máximo, a través de medios técnicos (eficiencia) y también por medios políticos (no
económicos)" (pp. 33).
Considerando las citas anteriores se infiere que la eficiencia consiste en cómo se hacen
las actividades dentro de la organización, el modo de ejecutarlas, mientras que la
eficacia es para que se hacen las actividades, cuáles resultados se persiguen y sí los
objetivos que se traza la organización se han alcanzado.
Para que las organizaciones logren un alto grado de eficiencia es necesario trabajar en
ambientes altamente motivadores y retantes, participativos y con un personal
altamente motivado e identificado con la organización, es por ello que el empleado
debe ser considerado como un activo vital dentro de ella, por lo que los directivos
deberán tener presente en todo momento la complejidad de la naturaleza humana
para poder alcanzar índices de eficacia y de productividad elevados.
Muchos autores, han elaborado teorías relacionadas con la motivación del ser humano
dentro de las organizaciones; en este capítulo se citaran las más conocidas a fin de
considerarlas para desarrollar el título de este trabajo de investigación.
Con base en la premisa que el hombre es un ser con deseos y cuya conducta está
dirigida a la consecución de objetivos, Maslow (citado por Chiavenato, 1989) postula
un catálogo de necesidades a diferentes niveles que van desde las necesidades
superiores, culturales, intelectuales y espirituales.
4. Estima: incluyen el respeto a uno mismo y el valor propio ante los demás.
5. Actualización: son necesidades del más alto nivel, que se satisfacen mediante
oportunidades para desarrollar talentos al máximo y tener logros personales.
El objetivo inicial de la Teoría de Mayo (citado por Chiavenato, 1989) era estudiar el
efecto de la iluminación en la productividad, pero los experimentos revelaron algunos
datos inesperados sobre las relaciones humanas. Las principales conclusiones de los
experimentos fueron las siguientes: (a) la vida industrial le ha restado significado al
trabajo, por lo que los trabajadores se ven forzados a satisfacer sus necesidades
humanas de otra forma, sobre todo mediante las relaciones humanas, (b) los aspectos
humanos desempeñan un papel muy importante en la motivación, las necesidades
humanas influyen en el grupo de trabajo; (c) los trabajadores no sólo les interesa
satisfacer sus necesidades económicas y buscar la comodidad material; (d) los
trabajadores responden a la influencia de sus colegas que a los intentos de la
administración por controlarlos mediante incentivos materiales; (e) los trabajadores
tenderán a formar grupos con sus propias normas y estrategias diseñadas para
oponerse a los objetivos que se ha propuesto la organización.
La teoría Y, supone que el trabajo es una actividad humana natural, capaz de brindar
placer y realización personal. Según la teoría Y, la tarea principal de un administrador
consiste en crear un clima favorable para el crecimiento y el desarrollo de la
autonomía, la seguridad en sí mismo y la actualización personal a través de la
confianza y mediante la reducción de la supervisión al mínimo. Esta segunda categoría
se relaciona más con la dinámica del proceso motivador. Mc Gregor (citado por
Chiavenato, 1989).
Vroom (citado por Dessler, 1993) propone que la motivación es producto de la valencia
o el valor que el individuo pone en los posibles resultados de sus acciones y la
expectativa de que sus metas se cumplan.
La teoría de Shein (citado por Brunet, 1999) se fundamenta en: (a) por naturaleza, el
ser humano tiende a satisfacer gran variedad de necesidades, algunas básicas y otras
de grado superior; (b) las necesidades, una vez satisfechas, pueden reaparecer (por
ejemplo, las necesidades básicas), otras (por ejemplo, las necesidades superiores)
cambian constantemente y se reemplazan por necesidades nuevas; (c) las necesidades
varían, por tanto no sólo de una persona a otra, sino también en una misma persona
según las diferencias de tiempo y circunstancias, (d) los administradores efectivos
están conscientes de esta complejidad y son más flexibles en el trato con su personal.
Finalmente el precitado autor, dice que ellos evitan suposiciones generalizadas acerca
de lo que motiva a los demás, según proyecciones de sus propias opiniones y
expectativas.
La autora del presente trabajo infiere que las teorías presentadas en este capítulo de
manera breve, coinciden en ver al trabajador como el ser que busca el reconocimiento
dentro de la organización y la satisfacción de sus necesidades, al él, satisfacer estos
dos objetivos, su motivación se convertirá en el impulsador para asumir
responsabilidades y encaminar su conducta laboral a alcanzar metas que permitirán a
la organización lograr su razón de ser, con altos niveles de eficacia. Con relación al
tema de la motivación concuerdo con las teorías de Shein del Hombre Complejo, la
pirámide de Maslow y de los factores de Herzberg.
El desarrollo de un clima organizacional que origine una motivación sostenida hacia las
metas de la organización es de suma importancia por lo que se deben combinar los
incentivos propuestos por la organización con las necesidades humanas y la obtención
de las metas y objetivos.
Al contrastar los supuestos teóricos sobre cultura organizacional con el contexto del
INO emergen dudas del desarrollo de este factor tan importante en esta institución.
Algunos elementos de marcada importancia en lo que implica la cultura organizacional
como la visión, misión, objetivos, políticas, normas, rituales, ceremonias y
comportamientos, no son transmitidos de manera explícita al nuevo personal
contratado que ingresa y mucho menos es reforzada en los trabajadores nombrados de
la organización. El personal contratado aprende por inercia, por ensayo y error su
comportamiento en una organización jerarquizada y con una gran cantidad de normas
a seguir.
La cultura del INO puede ser evidenciada a plenitud en los trabajadores antiguos que
la conforma, esta fue aprendida por ellos a través de la rutina, por el quehacer diario,
básicamente porque la mayoría tiene como supuestos básicos al empirismo, pues al
comenzar a trabajar desconocían casi totalmente las funciones del puesto que
ocupaban; además cabe mencionar que no existe una cultura definida pues al
consultar a este grupo de referencia sobre lo que implica la cultura organizacional y los
valores que comparten entre compañeros, se hacen presente actitudes divagadoras al
respecto, sólo aquellos trabajadores que han llevado cursos de administración y
gerencia dieron respuestas acertadas y concretas sobre la importancia de la cultura en
la organización y ven con gran preocupación los acontecimientos que suceden con el
personal contratado por falta de una adecuada proyección cultural. Esa proyección
disminuiría en un gran porcentaje las conductas de enfrentamientos, apatía e
indiferencia entre el personal contratado y el nombrado además de la actitud de las
direcciones ejecutivas que según los diferentes autores son las que marcan el clima
que se vive en la institución. Corrigiendo esto se elevaría los niveles de eficiencia del
personal.
Si el INO requiere de personal contratado para poder cumplir su misión, ésta debe al
igual que todas las organizaciones, sembrar en cada uno de los trabajadores
contratados la afinidad, identificación y motivación hacia las actividades realizadas y
que repercutan en el bienestar de la organización, esta situación podría ocurrir a través
de un efectivo programa de desarrollo cultural que permita acrecentar y validar el
contrato psicológico de éstos con la organización, esto en el caso de los empleados
contratados antiguos; y en el caso de los nuevos empleados trasmitirles todo lo que
implica trabajar en un establecimiento de salud; misión, visión, valores, principios,
normas, comportamientos, rituales, trato hacia el paciente.
La autora del presente trabajo, al revisar las diferentes teorías que fundamentan la
existencia de los climas en las organizaciones, observó que es evidente en el INO el
poco manejo que sobre el término se tiene, esta aseveración se refuerza con los
resultados obtenidos de la revisión de los antecedentes de este trabajo de
investigación, además de los resultados obtenidos por las encuestas aplicadas.
Son muchas las dimensiones que abarca el clima en las organizaciones, ello quedó
evidenciado en la teoría presentada en éste capítulo, gran cantidad de ellas son
obviados en el momento de administrar al personal; no debemos dejar de lado el
considerar un factor muy importante en el clima, la motivación.
Al jugarse con las necesidades de los empleados, es obvio que ese juego afectará su
rendimiento y logros de las metas dentro de la organización. La autora manifiesta su
posición por la teoría de los factores Herzberg, en la que se manifiesta que la
motivación y la satisfacción sólo pueden surgir de fuentes internas y de las
oportunidades que proporciona el trabajo para la realización personal, si el trabajador
considera su trabajo como carente de sentido puede reaccionar con apatía; esta última
frase es el común denominador en el personal contratado que se desempeña en
puestos que no tienen ninguna relación con la carrera profesional estudiada.
La motivación y la eficacia son factores que van de la mano y deben ser considerados
por cualquier organización, no importa su naturaleza, sin embargo esta premisa no es
clave en el INO, pues en lo referente a la administración de personal, los problemas
que se presentan con el personal contratado son resueltos con rotaciones y en algunos
casos con indiferencia.
El término cultura organizacional, como bien se citó en uno de los apartes de este
trabajo de investigación es de reciente data, por lo que la institución que estudiamos
no posee un documento único que maneje de manera explícita la cultura de la misma;
sin embargo los comportamientos de los diferentes grupos de referencia que integran a
la organización (nombrados y contratados) dejan ver, a todo aquel que conviva con
ellos en la organización, aspectos culturales que de una manera u otra inciden en la
eficacia del personal, específicamente en el grupo del personal contratado.
Entre los elementos culturales identificados para el personal se citan los siguientes:
En este sentido, Edgar Shein, en su obra Organizational Culture and Leadership, estructura
-de un modo teórico- este pilar de las compañías en tres niveles:
Junto a esta división, Jeffrey Sonnenfeld también propone diferentes tipos de cultura
empresarial en función de los criterios que se ofrezcan a la plantilla para seguirla:
Por su parte, Terrence Deal y Allan Kenedy, en Corporate Cultures: The Rites and Rituals
of Corporate Life, dividen la cultura empresarial según el origen de la tensión y la
respuesta dada por los equipos, diferenciando entre:
1.- La visión y la misión. Estos elementos son importantes para definir la cultura
organizacional, de ahí parten los demás elementos.
2.-Los objetivos. Son también importantes, porque una vez que se tiene claro la visión y la
misión, los objetivos tendrán que buscar que se establezcan acciones que nos permitan
alcanzarlos.
3.- Los valores. Son las creencias duraderas acerca de que ciertas conductas o
consecuencias específicas sean personal o socialmente preferibles que otras.
4.- Las historias. Éstas son una narración de aspectos que determinaron el surgimiento de
la organización o de la forma que la organización ha llegado al nivel de crecimiento,
impacto en el mercado, o cualquier narración basada en hechos reales que se repiten con
frecuencia y que comparte todo el personal.
6.-Las leyendas. Son hechos históricos que pueden estar embellecidos con detalles ficticios
que son consistentes con los valores y creencias de la organización pero no están apoyados
por los hechos.
7.-Las ceremonias. Son una actividad planeada que constituye un acontecimiento especial
y que se realiza a favor de un público.
8.-Los símbolos. Son aspectos que representan algún mensaje que se desee decir, a través
de un icono, color o alguna otra forma de representación.
En un cierto sentido las ceremonias, las historias, los refranes y los ritos son símbolos que
representan los valores más profundos de una organización. Otro tipo de símbolo es un
artefacto físico de la organización. Los símbolos físicos son poderosos porque enfocan la
atención en un aspecto específico.
El lenguaje. Una expresión, un refrán, metáfora u otra forma de lenguaje para transmitir un
significado especial a los empleados. La importancia de identificar los términos que se
utilizan, las expresiones mímicas, las expresiones pictográficas como letreros, carteles,
prevenciones, etcétera, que se utilizan en la organización.
Tomando en cuenta esto, se tienen que definir estos elementos, y una vez definido, es
cuando se determina la forma de planeación y la manera en que la estrategia se va a
integrar a la cultura organizacional.
Hay que recordar que la estrategia es el curso de acción principal a largo plazo, para lograr
el objetivo de la organización, pero eso se determina con las decisiones estratégicas que se
pueden realizar a la hora de hacer la planeación estratégica, lo que nos puede llevar a las
líneas de acción que se pueden seguir y determinar en concreto la planeación estratégica.
S. Robbins
Los principios y valores organizacionales son creencias e ideas (es decir: recursos
conceptuales) sobre el tipo de objetivos y el modo apropiado de cómo se han de conseguir,
razón por la cual han de estar bien alineados (cualquier desviación puede entorpecer el
logro de las metas y del cometido organizacional). La cultura de una organización no está
presente desde el inicio de la misma, pues ella se va formando gradualmente.
Para lograr una cultura organizacional madura se debe contar con la antigüedad de sus
trabajadores; es decir, la organización debe estar formada por gente que tenga una
trayectoria dentro de ella, que se sienta integrante de la misma, al igual que en su familia.
Y, por supuesto, la cultura organizacional refleja los principios, valores, y objetivos de sus
fundadores.
La cultura puede ser un bien o una obligación. Puede ser una ventaja debido a que las
creencias compartidas facilitan y ahorran las comunicaciones, y facilitan la concepción y
adopción de decisiones. Los siguientes ocho puntos pueden ser definidos como claves para
el desarrollo de una cultura organizacional:
1) Una orientación hacia la acción, a fin de que se cumpla. Aun cuando las
organizaciones podrían ser analíticas en su enfoque ante la adopción de decisiones, no están
paralizadas por este hecho (como muchas otras parecen estarlo) o ¡lo están!: lo cual es algo
sumamente peligroso, pues implica estar divorciadas de la evolución del entorno.
2) Orientación al cliente (interno y externo), donde todos los recursos y factor humano
de la empresa dirigen sus actividades cotidianas a la satisfacción de las necesidades de la
clientela.
Una fuerte cultura (no se ha escrito una “cultura rígida”) puede contribuir substancialmente
al éxito a corto y largo plazo de las organizaciones al guiar el comportamiento y dar
significado a las actividades. Una “cultura rígida” no es flexible, ni adaptable ni resiliente y
puede oponerse a lo deseable. Una “cultura fuerte” significa un comportamiento
amalgamado monolíticamente al objetivo, principios y valores de la organización, siendo
flexible, adaptable, resiliente y enfocada hacia lo deseable.
Las culturas estables atraen, recompensan y mantienen el apego de la gente que desempeña
roles esenciales y cumple con metas relevantes. Una de las responsabilidades más
importantes de la gerencia es dar forma a los recursos conceptuales (principios, valores y
normas) culturales.
Las creencias básicas sobre la gente afectan el enfoque para diseñar las organizaciones y
administrarlas. Las suposiciones sobre la gente tienden a convertirse en profecías que se
cumplen.
En la actualidad, parte del éxito de cualquier empresa se debe a los principios, valores y
normas que son compartidos por los integrantes de la misma, todo para lograr un objetivo
en común, el cual se ve reflejado en la misión de la empresa y en la visión de la misma.
La tendencia actual es el alejamiento de las organizaciones ‘estables-mecanicistas’, para dar
lugar a las organizaciones flexibles y más humanas.
Relación entre el estilo de liderazgo las variables hard y soft y el entorno empresarial.
(Alabart, 2001)
Cuando varias personas deciden unirse y formar una organización, se debe tener en cuenta
que cada persona es un ser humano, por lo tanto cultural, ritual, que vive una vida en torno
a las prácticas y los valores en ellos crece y se construye como persona. La organización al
igual que un hogar, tiene sus propias normas y aspectos tradicionales a conservar, está llena
de diferentes concepciones sobre las cosas, tiene sus propias supersticiones y objetivos ,
además de las formas en las que se da la motivación a cumplir las reglas, todo eso es
cultura y hace que cada vez sea más la unión y el sentido de pertenencia que motiven a que
una organización se desempeñe de forma eficaz ,se genere y se mantenga un buen clima
dentro de la organización.
Además, la cultura organizacional permite que una organización sea diferente a las demás,
debido a que todas esas practicas y tradiciones se mantienen particularmente dentro de esa
organización y por esta razón se puede crear un sentido de pertenencia, identificar a los
trabajadores y que ellos mismo se sientan únicos entre otros: “Uno de los elementos que
caracterizan hoy a las organizaciones es su cultura. Esta es una impronta que refleja , entre
otras cosas, el modo como ellas conciben el trabajo y la relación con su medio ambiente y
que, además, las diferencian de otras organizaciones pertenecientes al mismo sector
económico y la misma ubicación geográfica”[1].
La cultura organizacional puede concebirse también como una herramienta para competir
con otras organizaciones por medio de la distinción entre los valores organizacionales de
una marca y los de otra, esto puede verse reflejado en la publicidad que maneja cada una de
las organizaciones, allí se busca que las personas se sientan identificadas con esa cultura
organizacional, con un valor o una conducta que permita a los clientes sentirse cómodos
con el producto o el servicio prestado e incluso mantenerse como clientes y justificarse en
los valores empresariales de la organización.
Para la construcción de la cultura organizacional es básico identificar los valores que
corroboren al alcance de las metas que se proponen en la organización y de hecho, hay
factores que influyen en la elección de esos valores, uno de esos factores influyentes es el
entorno de negocios, ya que este es el que hará que la organización obtenga los ingresos
que ayudarán al crecimiento y fortalecimiento de la misma, así como lo afirmaban los
teóricos Terrence Deal y Allan Kennedy : “ el entorno de negocios es la influencia más
grande para dar forma a una cultura corporativa”.
Los valores no son la única manifestación de la cultura organizacional, esta también puede
manifestarse a través de rituales y héroes,es decir, poner como punto de referencia a alguien
que personifique un valor o ese ideal de persona que la organización pretende tener, para
así lograr que las personas interioricen cada día más el querer ser como ese personaje
“heroico”, esto implica que las personas se comporten de una forma, que hagan ciertas
actividades y que se sientan personalmente comprometidas con los ideales que plantee la
organización.
Un buen clima organizacional está directamente relacionado con una buena cultura
organizacional, por ejemplo, si la organización propone como uno de los valores más
importantes la amabilidad y ayuda a difundir esta dentro de la organización, crea personajes
(héroes), algún saludo especial o detalle ritual , una decoración alusiva al valor y unas
normas relacionadas con este, las personas que trabajen allí comenzarán a sentirse
motivadas por comportarse de la forma que se desea por parte de los jefes de la
organización, ya que los trabajadores estarían siendo responsables con la organización
adaptando su vida personal y social a lo que propone culturalmente la organización.
Meralda de Medina
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Desde este ámbito, según Alfonso (1999), las instituciones para ser exitosas,
tendrán que enfrentar cambios profundos e importantes en ciclos cada vez más
ciertos. Por supuesto que habrá la necesidad de enfrentar la ruptura de fronteras
ideológicas, políticas y geográficas, la competitividad, las alianzas estratégicas entre
seres humanos, países y gobiernos, la necesidad de mantener un equilibrio ecológico y
la equidad y justicia como un postulado filosófico de vida, son los generadores de
cambios, a través, de la búsqueda de esquemas diferentes a los que actualmente rigen
la interacción entre hombre-sociedad y su entorno.
Lo que significa que las cosas han cambiado y que para bien o para mal el
paradigma actual es otro, que las instituciones educativas deben encontrar su sitio en
este paradigma complejo y desafiante e incorporar los cambios que contiene. El
cambio debe ser gradual pero ajustado a los tiempos, tal vez la resistencia al cambio
no obedezca más que al medio a lo desconocido. Sin embargo, existen otros factores
de resistencia al cambio como lo son las amenazas al poder y la posición, la
desconfianza y la desinformación, entre otros.
Según Petrus, citado por Castillo (2004), plantea que: “… en la sociedad global e
internacional se ha priorizado un nuevo valor, el principio de la eficacia…” (p. 11).
Entendida ésta como una aptitud o poder para alcanzar un efecto deseado. Así, la
eficacia en la gestión del cambio social está íntimamente relacionada con el nivel de
conocimiento científico que se tiene del ámbito o espacio que se pretende cambiar u
organizar. Para estudiar desde una perspectiva sistemática y científica la naturaleza
del cambio social que se produce en un determinado lugar (la escuela), como mínimo
Petrus contempla cinco elementos:
Desde este enfoque las instituciones educativas y la familia deben ser objeto de
análisis y reflexión para redefinir los nuevos roles que la realidad global exige
actualmente. El docente debe participar activamente en el cambio y en los procesos de
decisión fuera de sus aulas, trabajado más de forma proactiva que reactiva, asumiendo
para ello el perfil de un profesor global con una visión holistica.
Una cultura organizacional de éxito encierra según, Drucker (1995) ocho puntos
clave para su desarrollo y estos son: una orientación hacia la acción, a fin de que se
cumpla, aún cuando las compañías podrían ser analíticas en su enfoque ante la toma
de decisiones, no están paralizadas por este hecho (como muchas otras parecen
estarlo); asimismo la orientación al cliente, donde todos los recursos y el personal de
la compañía dirigen sus actividades cotidianas a la satisfacción de las necesidades del
cliente. Seguidamente la autonomía y decisión, a fin de fomentar el surgimiento de
líderes e innovadores para la organización. La productividad a través de la gente, lo
que considera a la gente como el activo más importante de la empresa y consideran
como inversión de dinero destinado hacia ellos, como fuente fundamental de
mejoramiento. El compromiso con los valores, desde los niveles superiores de la
compañía. La alta dirección se mantiene en estrecho contacto, visitando y dialogando
con el frente de batalla. La cercanía al negocio, conocimiento del negocio, sus
fortalezas y debilidades, sus amenazas y oportunidades. La organización simple con
sólo el personal necesario, donde cada quien sabe la parte de valor que agrega a los
productos y servicios y participa en su administración y por último la rigidez y
flexibilidad, aceptación de ambos de acuerdo a la dinámica del cambio y sus
circunstancias.
Opina el investigador que los ocho puntos citados son claves directas dadas a las
organizaciones para que adquieran exitosamente una cultura organizacional, tomando
en cuenta sus objetivos, valores, estilos de administración y normas para realizar sus
actividades.
Según Chiavenato (1994), señala una organización sólo existe cuando dos o más
personas se juntan para cooperar entre sí y alcanzar objetivos comunes, que no
pueden lograrse mediante iniciativa individual.
Desde este enfoque es importante señalar, que las instituciones educativas como
organizaciones, para lograr los objetivos deben asociar la conducta, ética y cultura
organizacional.
Al mismo tiempo Hellriegell y otros (ob. cit.) opinan que aún hay mucho por
aprender sobre la creación de culturas organizacionales que estimulen el
comportamiento ético.
Ante las imperiosas necesidades que tiene el país de elevar las condiciones y
calidad de su sistema educativo se plantea la posibilidad, que se comience a generar
aportes y alternativas que ayuden a lograr ese propósito. La nación tiene la
responsabilidad de proveer los cambios necesarios para que el sistema educativo
apunte a beneficiar a la gran mayoría de los ciudadanos; sin excepciones ni
discriminaciones de ninguna especie. Una de las cuestiones planteadas a este respecto
la constituye la cultura organizacional, el docente debe tener el deseo de mejorar y
capacitarse dentro del panorama de posibles áreas en las cuales debe elevar su nivel
de aprendizaje.
De ahí que tomando como base los planteamientos anteriores, entonces surgen
las siguientes interrogantes: ¿Cómo es la cultura y clima organizacional del personal
docente de las Escuelas Básicas?, ¿Cómo es la eficacia del personal docente de las
instituciones básicas?, ¿Son la cultura y el clima organizacional factores determinantes
en la eficacia del personal docente de las instituciones de Educación Básica?
Asimismo, se analizó la eficacia del personal docente sobre la base del enfoque
de varias teorías y modelos y por último se describen los factores determinantes en la
eficacia del personal docente tomando en consideración las dos unidades de análisis
principales de esta investigación cultura y clima organizacional; igualmente se
presenta un análisis crítico sobre los aspectos que deben contener las organizaciones
educativas para favorecer una cultura y un clima organizacional satisfactorio, basado
en los principios de las nuevas tendencias gerenciales.
Se tiene entonces, que una de las tareas principales para la nueva gerencia
educativa es hacer sentir a todas las personas que integran la organización como
auténtico socio activo de la misma, compartiendo responsabilidades que les permita
asumir decisiones en un clima de confianza recíproco.
Hay sin embargo, muchas instituciones educativas que no cuentan con recursos
humanos emprendedores, que no son capaces de poner en práctica nuevas
alternativas.
Chiavenato (1998), menciona que los cambios para que operen en un sentido
positivo y viable que permita un adecuado desarrollo y que deban satisfacer ciertas
condiciones:
Es así como el autor de esta investigación, tiene como soporte principal del tema
en estudio, la cultura organizacional relacionada estrechamente con los cambios para
que de esta forma las instituciones puedan adaptarse con facilidad a las innovaciones
que el entorno le presente.
Además Quinn y Kimberly (1991), señalan que la cultura puede ser un bien o una
obligación, y que además:
Puede ser una ventaja debido a que las creencias compartidas facilitan y
ahorran las comunicaciones, y facilitan la toma de decisiones. Los valores
compartidos facilitan también la motivación, la cooperación y el
compromiso. Esto conduce a la eficiencia de la organización. Sin embargo,
una cultura fuerte que no es apropiada para un medio organizacional y una
estrategia básica puede ser ineficiente, es importante tener congruencia
entre la cultura, la estrategia y el estilo administrativo (p. 118).
Al respecto Hussey (1997) afirma que una cultura organizacional efectiva debe:
Conceptualización.
Según Ruiz L (1999), la eficiencia consiste cómo se hacen las actividades dentro
de la organización, el modo de ejecutarlas, mientras que la eficacia es para que
se hacen las actividades, cuáles resultados se persiguen y sí los objetivos que
se traza la organización se han alcanzado.
Así pues que muchos autores, han elaborado teorías relacionadas por la
motivación del ser humano dentro de las organizaciones; aquí se desarrollaran
las mas conocidas.
Teoría de Maslow.
Estima: incluyen el respeto a uno mismo y el valor propio ante los demás.
Teoría de Mayo.
La teoría de Shein (citado por Brunet, 1999) se fundamenta en: (a) por
naturaleza, el ser humano tiende a satisfacer gran variedad de necesidades,
algunas básicas y otras de grado superior; (b) las necesidades, una vez
satisfechas, pueden reaparecer (por ejemplo, las necesidades básicas), otras
(por ejemplo, las necesidades superiores) cambian constantemente y se
reemplazan por necesidades nuevas; (c) las necesidades varían, por tanto no
sólo de una persona a otra, sino también en una misma persona según las
diferencias de tiempo y circunstancias, (d) los administradores efectivos están
conscientes de esta complejidad y son mas flexibles en el trato con su personal.
Finalmente el precitado autor, dice que ellos evitan suposiciones generalizadas
acerca de lo que motiva a los demás, según proyecciones de sus propias
opiniones y expectativas.
La teoría de LiKert.
Destaca Herskowitz, citado por Álvarez (2004), quien vio a la cultura como
a un constructo que describía el cuerpo total de creencias, conductas,
conocimientos, sanciones, valores y fines que hacen posible la vida de las
personas, y a Geertz, citado por el autor anterior (2004), quien la considera
como a un patrón de significados transmitido históricamente, agrupados en
símbolos, esto es: un sistema de concepciones inherentes expresadas en
formas simbólicas por medio de las cuales se comunican los sujetos
perpetuando y desarrollando el conocimiento.
.
Si bien fue hasta los años ochenta que estas concepciones se popularizaron,
siendo punta de lanza el libro En busca de la excelencia de Peters y Waterman
(1998) que condujo, por cierto, a los avances de lo que hoy se conoce como
cultura corporativa bajo un contexto de país desarrollado. Más adelante, Gareth
Morgan (1999) con su libro Imágenes de la Organización logró un buen avance
en la concepción simbólica a través de sus metáforas acerca de la cultura
organizacional.
Con base en estas definiciones, podemos aproximarnos a un concepto de
cultura organizacional que resume gran parte de lo hasta ahora expuesto: el
conjunto de procesos de producción, circulación y consumo de patrones de
conducta significativos y simbólicos de la filosofía e identidad que permea a una
organización, cada uno de los cuales tienen formas específicas de ser generado,
transmitido y reconocido y apropiado.
Hasta ahora, dado que no existe una visión integral del trabajador como
individuo inmerso en una organización particular que irá conformando una
cultura cuyo reflejo inmediato se dejará sentir en la productividad, todos los
modelos de cultura organizacional que se pretenden "ideales" para una
organización productiva tienen que ver con la eficacia, la destreza, la velocidad
y la eficiencia, que deberán de alcanzarse siempre por los mismos medios y
técnicas. Esto otorga un enfoque economicista y lineal a la cultura
organizacional.
En este sentido, la creciente necesidad de las empresas por competir ya
no sólo en un mercado nacional, sino de amoldarse continuamente a las
exigencias de un mercado mundializado, obliga a sus administradores a estar
trabajando en forma continua y en diálogo creativo con las tendencias
internacionales. Las diferentes interpretaciones de las tendencias que suelen
hacer los administradores en un entorno de incertidumbre, genera que cada
empresa se convierta en una forma de expresión específica, una manifestación
de la conciencia humana y que se distinga por su peculiar estilo de ser dirigida,
lo cual se traduce en que, lejos de eliminar las diferencias, multiplican los tipos
de cultura organizacional y propician diversas apropiaciones e interpretaciones
de las posibles oportunidades y amenazas en relación con las tradiciones de las
que provienen los sujetos dedicados a la administración, es decir, los nuevos
dirigentes. Una razón fundamental para que la administración identifique a la
organización como cultura, se halla en el reconocimiento de la cultura,
entendida como expresión de las interacciones cotidianas entre los individuos,
lo que consiste en la infinitamente opaca y persistente intercomunicación de
significados altamente rutinarios que conforman el pequeño mundo de cada
individuo y su reproducción cotidiana hacia el exterior, tanto como en las
evoluciones de larga duración o interrupciones de corta duración que puedan
producirse.
Así pues, que dentro de las organización el clima está integrado por una serie
de elementos que condicionan el tipo de ambiente en el que laboran los
empleados, éstos son: (a) el aspecto individual de los empleados en el que se
consideran actitudes percepciones, personalidad, los valores, el aprendizaje y el
estrés pueda sentir el empleado en la organización; (b) Los grupos dentro de la
organización, su estructura, procesos, sinergia, normas y responsabilidades; (c)
la motivación, necesidades, esfuerzo y empeño; (d) Liderazgo, poder, políticas,
influencia, desenvolvimiento; (e) La estructura con sus macro y micro
dimensiones; (f) Los procesos organizacionales, evaluación, sistema de
remuneración, comunicación y el proceso de toma de decisiones.
Conceptualizaciòn.
Por otra parte, debido a los cambios que suscitan dentro de la actual
sociedad, es pertinente que las personas que dirigen las organizaciones
deben estar informadas respecto a experiencias de otras organizaciones
sobre posibles incidencias que estos pudiesen tener, en función del
mundo de la tecnológica, que de alguna manera incide directamente
sobre los recursos humanos.
Así pues que la incorporación de una concepción teórica como esta a las
organizaciones escolares, del modelo “organizaciones creadoras del
conocimiento”, en el marco de las “organizaciones que aprenden” resulta
interesante y prometedor, como una nueva teoría dentro de las nuevas
tendencias gerenciales. Los modelos anteriores, interpretativo – simbólicos y
socio – críticos necesitan un nuevo impulso, debido a que prestan escasa
atención a la creatividad y al potencial innovador del ser humano, aportan
visiones parciales o sectoriales de la organización escolar, sus interacciones con
el contexto son más teóricas que reales.
En este sentido según Carrasco (2004) manifiesta que las organizaciones que
aprenden poseen capacidades o inteligencias para aprender, unas veces
potenciales y otras veces reales , estas ultimas viene a representar las
capacidades utilizables en la vida cotidiana organizacional. Como tales las
organizaciones educativas poseen una inteligencia potencial o real organizacional,
se entienden estas como un conjunto de capacidades, destrezas y habilidades.
Pero el problema de aprendizaje organizacional en las instituciones educativas
radica en el óxido institucional acumulado entendido como prácticas cotidianas
mecánicas y poco reflexionadas.
Por otro lado los contenidos son formas de saber de una Organización
educativa y se estructuran de ordinario en contenidos conceptuales, como
conceptos, teorías, principios, sistemas conceptuales, hipótesis, leyes, entre otros
y contenidos factuales como son hechos, experiencias, ejemplos. Todos vienen a
constituir y articular las creencias y presunciones básicas de una organización
educativa en forma de teorías en uso, tácitas o implícitas, como la ideología
sustentadora de una organización.
Fortalecer el poder personal con fines de logro colectivo. De esta manera se
faculta al individuo para que tenga mayor poder de acción y decisión.
Conclusiones y recomendaciones
Una vez finalizada el desarrollo del tópico correspondiente, se presentan a
continuación las conclusiones y recomendaciones.
Conclusiones
Recomendaciones.
MAYO, A. y LANK, E. (2000): Las organizaciones que aprenden: Una guía para
ganar ventaja competitiva. Barcelona: Gestión 2000.